La Iglesia del
NUEVO MILENIO
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Serie Formación Ministerial Esta Serie de materiales para la formación ministerial de pastores, evangelistas, misioneros Y líderes cristianos en el mundo de habla castellana ha sido creada y es dirigida por el Dr. Pablo A. Deiros, quien es el autor de la mayor parte de los libros de la serie. Estos libros se han escrito y publicado en respuesta a la urgente necesidad de materiales para la formación del liderazgo cristiano en las iglesias emergentes a lo largo y a lo ancho del continente latinoamericano. Los libros son el resultado de la vasta experiencia apostólica y docente del Dr. Deiros, y procuran ofrecer una interpretación y aplicación latinoamericana a los problemas fundamentales de la labor ministerial, con una perspectiva misiono lógica y carismática. La Serie Formación Ministerial se publica a través de Ediciones Certeza Argentina, cuyo fin es publicar libros y otros materiales orientados a la formación ministerial de cristianos que sirven a Dios y al prójimo en el mundo de habla castellana. Estos materiales están orientados a iluminar la mente, nutrir el espíritu, desafiar la conciencia, y sobre todo, "capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo" (Efesios 4.12, NVI). Títulos de la Serie 1. Los dones del Espíritu Santo. 2. La iglesia del nuevo milenio. 3. La oración de poder. Otros títulos 1. Historia del cristianismo: los primeros 500 años. 2. Historia del cristianismo: los mil años de incertidumbre. 3. Historia del cristianismo: las reformas de la Iglesia. 4. Historia del cristianismo: el cristianismo denominacional.
Para mayor información acerca de éstos y otros títulos. dirigirse ji: Pablo A. Deiros. delro.Chlon.com
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SERIE: FORMACiÓN MINISTERIAL
La Iglesia del
NUEVO MILENIO
Una eclesiología para el nuevo siglo
Dr. PabloA. Deiros
EDICIONES CERTEZA ARGENTINA Buenos Aires 2006
Deiros , Pablo Alberto. La iglesia del nuevo milenio: una eclesiología para el nuevo siglo. - 1a ed. - Buenos Aires: Certeza Argentina. 2006 255 p. ; 22x15 cm. (Formación Ministerial) ISBN 987-22449-0-1 1. Eclesiología. 1. Título CDD 262
(C) 2006 Pablo A. Deiros deiros@sion .com Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
cualquier medio, fotocopias, U'I~"C''''''_IP'' previo y escrito leyes 11.723 y 25
Edición: Martha L. Diseño: Luis Adonis Ediciones Certeza Argentina es la casa editorial de la Asociación B{blica Universitaria Argentina (ABUA), un encuentro de estudiantes. profesionales y amigos de distintas iglesias evangélicas que confiesan a Jesucristo como Señor. y que se han comprometido a ejercer un testimonio vivo en las universidades del país. Informaciones en : Bernardo de Irigoyen 654. (cl072aan) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina.
Contactos: Ministerio a universitarios y secundarios: (54 11) 4331-5421
[email protected] I www.abua.com.ar Librerías y distribuidora: (54 11) 4331-5630, 4334-8278. 4345-5931. Argentina:
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[email protected] Editorial : (54 11) 4331-6651
[email protected] '-O ~
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www.certezajoven.com.ar Impreso en Argentina. Printed in Argentina.
CONTENIDO
Abreviaturas Uso de este libro Presentación
10 11 13
INTRODUCCiÓN GENERAL
17
UNIDAD 1 - La naturaleza de la Iglesia
23
Capítulo 1: Concepto
25
Una definición Una distinción
Capítulo 2: Caracter
¿Cuál es la naturaleza de la Iglesia? La Iglesia como comunidad La Iglesia es una comunidad de personas La Iglesia es una comunidad unida
Capítulo 3: Componentes
¿Quiénes pueden integrar una Iglesia cristiana? ¿Quién es la cabeza de la Iglesia cristiana? Cristo es el fundamento de la Iglesia Capítulo 4: Características
La Iglesia es una comunidad polifacética La Iglesia es esencialmente una comunidad espiritual
26 31
45 46
48 56 57 67 68 71
76 81
81 84
La Iglesia del nueVO milenio, una eclesiología para el nuevo siglo UNIDAD 2 - La misión de la Iglesia
99
Capítulo 5: Propósito Dar a conocer la verdad de Dios Ofrecer adoración a Dios Desarrollar ser seres humanos maduros Observar las ordenanzas o sacramentos Ser testigo de su reino Proclamar su señorío
101 101 105 108 112 115 117
Capítulo 6: Misión El carácter de la misión Los pasos de la misión Los resultados de la misión
121 121 124 131
Capítulo 7: Acción El escenario de la acción: la ciudad La motivación de la acción: fe, amor y esperanza El desafio de la acción: misión en la ciudad La necesidad de la acción: compromiso en la ciudad
137 138 142 146 150
Capítulo 8: Recursos El recurso del Espíritu Los recursos carismáticos Los recursos espirituales Los recursos estratégicos Los recursos humanos
157 157
UNIDAD 3 - La función de la Iglesia
179
Capítulo 9: Una comunidad funcional Funciones ministeriales de la Iglesia en la sociedad Un modelo de una comunidad cristiana funcional: Antioquía Una comunidad modelo
181
Capítulo 10: Una comunidad dinámica Modelos orgánicos Modelos estructurales Modelos relacionales Modelos personales
197 197 203
Capítulo 11: Una comunidad neumática La Iglesia es una comunidad creada por el Espíritu La Iglesia es una comunidad renovada por el Espíritu La Iglesia es una comunidad ungida por el Espíritu La Iglesia es una comunidad guiada por el Espíritu
213 214 215 217 218
160 164 166
172
182
187 192
206
210
Contenido La Iglesia es una comunidad dotada por el Espíritu La Iglesia es una comunidad enseñada por el Espíritu La Iglesia es una comunidad unida por el Espíritu
Capítulo 12: Una comunidad solidaria Una comunidad integral Una comunidad contextualizada Una comunidad solidaria Una comunidad transformacional
220 224 225
229 230 232 234
239
TAREAS PARA EL HOGAR
243
BIBLIOGRAFíA
251
La Iglesia del nuevo milenio, una ecIesiología para el nuevo siglo
ABREVIATURAS
En el presente libro se utiliza la Nueva Versión Internacional de la Soci~dad Bíblica Internacional (NVI) para todas las citas bíblicas, En otros casos, se sigue el texto griego
o se citan otfas '4efsiones de la Biblia, iMicándOlo fwat;:\iar.te las ~\as cm~eS?OMientes. Las abreviaturas utilizadas son las siguientes: BJ Gr. RVR RV95 BA VP
Biblia de Jerusalén. The Greek New Testament. :3ra. ed. United Bible Societies. Santa Biblia, versión Reina-Valera, revisión 1960. Santa Biblia, versión Reina-Valera, revisión 1995. Biblia de las Américas. Días habla hoy, versión popLllar.
Libros de la Biblia Antiguo Testamento Génesis Éxodo Levítico Números Deuteronomio Josué Jueces Rut 1Samuel 2Samuel 1 Reyes 2 Reyes 1 Crónicas
Gn. Éx. Lv.
r--.m Ot. Jos. Jue.
At. 1 S. 25. lA. 2R. lCr.
2 Crónicas Esdras Nehem(as Ester Job Salmos Proverbios Eclesiastés Cantares Isafas Jeremfas LamentacioneS Ezequiel
2Cr. Esd.
Neh. Es!. Job
Sal. Pr. Ec. Cn!. Is. Jer. Lm. Ez.
Daniel Oseas Joel Amós Abdias Jonás Miqueas Nahum Habacuc Sofonfas Hageo lacarías Malaquías
Hag. lac. Mal.
Hebreos Santiago 1 Pedro 2 Pedro 1 Juan 2 Juan 3 Juan Judas Apocalipsis
He. Stg. 1 P. 2P. 1 Jn. 2 Jn. 3 Jn. Jud. Ap.
On. Os. JI.
Am. Abd. Jon. Mi. Nah. Hab.
Soto
Nuevo Testamento
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Mateo Marcos Lucas Juan Hechos Romanos 1 Corintios 2 Corintios Gálatas
MI. Iv'r. Le. Jn.
Hch. ~.
1 CO. 2Co. Gá.
Efesios Filipenses Colosenses 1 Tesalonicenses 2 Tesalonicenses 1 Timoteo 2 Timoteo Tito Filemón
Ef.
Fíl. Col. 1 Ts. 2Ts. Hi. 2 Ti. Tit.
FIm.
USO DE ESTE LIBRO
Este libro ha sido diseñado y escrito por primera vez, especialmente para cumplir con los requisitos y orientaciones del programa de formación ministerial pastoral, misionera y evangelizadora de la Escuela Interdenominacional de Misión de la Iglesia del Centro, Buenos Aires, Argentina. Originalmente consistía en un bosquejo desarrollado del programa de trabajo propuesto al discípulo, como medio para alcanzar los objetivos del curso La iglesia del nuevo milenio. En el caso de que el lector esté matriculado en la Escuela de Misión o en algún otro programa de capacitación que utilice este libro como libro de texto, el discípulo será responsable de la lectura cuidadosa del texto y los pasajes bíblicos indicados. Los ejercicios preferentemente no deberán ser hechos en el estudio personal, sino que se completarán en clase, bajo la guía del instructor. El discípulo sí es responsable por el cumplimiento de las tareas para el hogar que figuran al final del libro, y que el maestro o tutor asignará a lo largo del curso. El cumplimiento adecuado de las lecturas, los ejercicios y las tareas del hogar podrán ser usados como elementos para la obtención de créditos académicos. El lector notará que con frecuencia se citan a diversos autores que han escrito sobre el tema de la doctrina cristiana de la iglesia. Las citas transcriptas son el resultado de una cuidadosa selección de materiales, hecha con el propósito de dar oportunidad al discípulo de tomar contacto con la literatura que yo mismo he utilizado para mi estudio personal del tema. De este modo, estas citas pueden ser útiles para ilustrar, ampliar, aclarar y fundamentar los conceptos desarrollados en este libro de texto. A su vez, las fuentes están indicadas como notas al pie de página, para que el lector pueda referirse a ellas en caso de tener interés en profundizar el tema. Al final del libro se incluye una bibliografía, que no es exhaustiva pero presenta los materiales publicados más importantes especialmente en lengua castellana. El maestro o tutor actuará en clase como moderador en el repaso del contenido del libro, la realización de los ejercicios, y la asignación de las tareas para el hogar. Se sugiere que el maestro o tutor no dicte clases a la manera tradicional, sino que procure cumplir el papel de dinamizador de la discusión y el diálogo alrededor de los contenidos del libro. Para ello, deberá estar preparado para responder a las preguntas de los discípulos, especialmente para aplicar a las situaciones concretas, propias de cada contexto, los contenidos que se discutan.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo El maestro o tutor podrá asignar lecturas complementarias utilizando los materiales de la bibliografía sugerida, siempre y cuando los mismos sean accesibles a los discípulos. La evaluación del discípulo se hará en función de su asistencia a clase, su nivel de participación en la dinámica de la misma, el completamiento de todos los ejercicios del libro, el cumplimiento satisfactorio de las tareas para el hogar, y la realización de las lecturas que eventualmente le asigne el maestro o tutor. El maestro o tutor podrá establecer algún otro requisito conforme con las circunstancias propias de cada curso, el nivel académico con que se trabaje y el lugar en que se enseñe. En todo el proceso de enseñanza-aprendizaje deberá tenerse muy presente que el propósito de este curso no es impartir o recoger información sobre el tema que trata, sino producir cambios de conducta significativos tanto en el maestro o tutor como en el discípulo, a fin de ajustar la vida y el servicio cristianos en términos del significado y el valor de la comunidad de fe para la extensión del reino de Dios. Si después de estudiar estas páginas unos y otros aprenden a vivir y servir mejor como ciudadanos del reino de Dios y miembros de su iglesia local, este materíal habrá cumplído su propósito fundamental.
PRESENTACION
No es posible discutir la naturaleza, misión y función de la iglesia sin comenzar de algún modo con un diagnóstico general del presente. La mayor parte de las comunidades de fe en América Latina, algunas de ellas con muchos años de testimonio honroso, tienen sobrados motivos para dar gracias al Señor por su misericordia y acción poderosa. Pero la dilatada experiencia histórica de las iglesias en el continente nos ayuda también a ver, con mayor claridad, aquellos elementos negativos en nuestro desempeño como pueblo de Dios. De igual modo, el reconocimiento de lo mucho que el Señor nos ha dado en estos últimos años, nos hace todavía más responsables por lo mucho que no hemos sabido recibir de él o lo mucho que ha quedado por hacer o que hemos hecho mal. La toma de conciencia de estos puntos negativos es fundamental para corregirnos y encarar con mayor decisión y compromiso lo nuevo que el Señor nos propone. Al evaluar el desarrollo de las iglesias y su compromiso con la misión, cabe subrayar algunos elementos negativos, que demandan una atención inmediata y una acción concreta. En la medida en que a la reflexión crítica se le sume una acción efectiva, seremos capaces de confrontar de manera más adecuada los enormes desafíos y extraordinarias oportunidades que el nuevo siglo nos ofrece. Uno de los elementos negativos a tomar en cuenta es la fijación de la renovación. Dios nos ha permitido vivir tiempos maravillosos de renovación en estos últimos años, a lo largo y a lo ancho del continente. No obstante, el propósito de la renovación no es que nos quedemos fijados en ella, sino capacitarnos para el avivamiento. Necesitamos pasar de la renovación al avivamiento. Otro elemento negativo ha sido un cierto repliegue hacia adentro o una concentración excesiva en la vida interna de la comunidad de fe. No hemos sabido expresar la profundidad y riqueza de muchas de las experiencias vividas en un testimonio cristiano al mundo. Nos hemos concentrado en un programa eclesiástico interno y hemos descuidado nuestra presencia activa externa. Necesitamos pasar de una iglesia de puertas adentro a una iglesia en el mundo, una iglesia extramuros. Un tercer elemento a tomar en cuenta es la carencia de relevancia. Hemos desarrollado muchas actividades evangelizadoras y de servicio social, pero no hemos transformado a las personas y a la sociedad de manera concreta y efectiva.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
No hemos sabido mostrar al mundo una comunidad diferente, en la que los valores del reino se encarnan y en la que no haya hermanos con carencias. Necesitamos pasar de una iglesia en el salero a una iglesia que sale la tierra. En cuarto lugar, hemos padecido de cierta falta de sentido de pertenencia. No hemos sido capaces de desarrollar un fuerte sentido de pertenencia en las personas vinculadas con nuestras comunidades de fe. Las más de las veces, las relaciones son muy impersonales y el compromiso con la comunidad es muy volátil. El nivel de participación de un alto porcentaje de los miembros de las iglesias es muy bajo. Necesitamos pasar de una iglesia movimiento a una comunidad con un fuerte sentido de pertenencia. Por todas partes se percibe una sensación colectiva de desatención. Nunca como hoy, las iglesias latinoamericanas brindan mayores oportunidades de atención personal en consejería pastoral, sanidad interior y liberación. Sin embargo, la sensación de muchos es que no son cuidados como desean y necesitan. La falta de una red de contención ha producido el alejamiento de un importante número de hermanos. Necesitamos pasar de una iglesia de pastoreo profesional y vertical, a una iglesia con una red de cuidado colectivo y horizontal. La obra del Señor en América Latina ha vivido tiempos de crecimiento explosivo, particularmente a lo largo de la década de 1990. Pero hoy hay indicios de estancamiento del crecimiento, por lo menos en términos reales. Habiendo experimentado tasas de crecimiento récord en el pasado (como en Chile, Guatemala, El Salvador, Brasil), se percibe una meseta en el crecimiento de la iglesia en tiempos recientes. Algunos de los elementos arriba mencionados ayudan a entender esta situación. Necesitamos pasar de una iglesia que crece al ritmo de la renovación a una iglesia que crece al ritmo del avivamiento. Ligado a la cuestión del crecimiento está el hecho de que, en muchos casos, el crecimiento numérico de las iglesias ha sido por adición y no por duplicación, cuando lo ideal es que sea por multiplicación. En el primer caso, las personas se agregan de a una al cuerpo de creyentes. En el segundo caso, las congregaciones se duplican, como en el sistema orgánico celular, en otras congregaciones. Sin embargo, en el crecimiento por multiplicación el desarrollo es exponencial y el número de creyentes y congregaciones adquiere un nivel de verdadera explosión. En América Latina este tipo de crecimiento sigue siendo excepcional y los casos en que se da se cuentan con los dedos de las manos. Por eso, necesitamos pasar de una iglesia que crece por adición a una iglesia que crece por multiplicación. Otro elemento negativo a tomar en cuenta es la institucionalización del liderazgo. Con el correr del tiempo, el liderazgo de las iglesias parece haber sufrido un proceso de institucionalización y burocratización, más orientado al desarrollo interno de cada ministerio, que al cumplimiento externo de su vocación. Esto ha provocado, entre otras cosas, un generalizado estado de agotamiento y cansancio, que fácilmente genera estados de frustración y desencanto. Necesitamos pasar de un liderazgo institucionalizado a un liderazgo carismático y relacional.
~compañando a todo esto, es posible detectar el agotamiento del liderazgo. Son Innumerables los pastores y líderes en América Latina que están a punto de
Presentación
tirar la toalla. Después de varios años de servicio, muchos de los líderes de las iglesias se encuentran cansados y faltos de estímulo. En buena medida, esto se debe a la concentración de todo el ministerio de las iglesias en muy pocas manos, el desgaste en un sinnúmero de actividades y la pérdida de la vocación personal a causa del proceso de institucionalización. Necesitamos pasar de un liderazgo concentrado y centrado en sí mismo a un liderazgo más participativo y abierto. También en el área del liderazgo, una y otra vez se hacen patentes los conflictos de roles en el liderazgo. Las últimas dos razones mencionadas han hecho que el liderazgo asuma roles no asignados originalmente, pero necesarios para la vida y el funcionamiento de las iglesias, y que respondan mejor a su llamamiento personal y a su propio desarrollo ministerial. De este modo, en algunos casos, los pastores de las iglesias se ven involucrados en el despliegue de dones apostólicos, mientras que los líderes congregacionales se involucran cada vez más en el cumplimiento de funciones pastorales. Al asumir estos roles quedan descuidadas las responsabilidades originales. Necesitamos pasar de un liderazgo que responde a una estructura eclesiástica a un liderazgo que responda al llamamiento de Dios y exprese los dones recibidos. Finalmente, un último elemento a mencionar es la excesiva complejidad de la estructura eclesiástica. Con el correr del tiempo, hemos llegado a desarrollar estructuras "dinosáuricas:' confundiendo el carácter integral de la misión con la dispersión ad infinitum de los ministerios. Los resultados han sido una fuerte atomización de los esfuerzos, un desgaste y duplicación de energías, y una pérdida de eficiencia. Necesitamos pasar de iglesias complejas a iglesias simples, de estructuras organizativas jerarquizadas a redes de trabajo operativas y orgánicas. Todo lo señalado subraya la urgencia y necesidad de una nueva visión y comprensión eclesiológica. Una iglesia que no se renueva corre el riesgo de estancarse y morir. La única manera de mantener la frescura del primer amor y de la vocación con que hemos sido llamados a servir al Señor en el mundo, es permitir al Espíritu Santo renovarnos de manera permanente. Esto es tanto más urgente y vital cuanto más crece en nosotros la conciencia de estar viviendo en los últimos tiempos. Ser la iglesia de Jesucristo hoyes algo diferente de otros tiempos, en razón de que estamos transitando tiempos escatológicos. En tiempos como éstos, la lectura de la realidad no se hace tanto en función de la experiencia adquirida en el pasado, como en función de lo que se espera ocurra en el futuro. Es la convicción en cuanto al inminente e inmediato retorno de Cristo la que impone la implementación de una visión nueva, bajo la guía del Espíritu Santo. Sólo él puede ayudarnos a ser la iglesia del fin de los tiempos, la iglesia que reciba al Señor victorioso en su retorno glorioso. Este libro fue escrito precisamente para responder a la necesidad de abordar el estudio de la eclesiología de una manera diferente de las formas tradicionales. Es por esto que el énfasis no cae en cuestiones dogmáticas, como el análisis teológico de la iglesia como una, santa, católica y apostólica; o en cuestiones más pragmáticas como las formas de gobierno de la iglesia (episcopal, congregacional, presbiteriana, etc.); o en cuestiones más litúrgicas como ~I significado y uso de los sacramentos u ordenanzas. La aproximación al estudio
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo de la iglesia es más bien funcional y orgánica. Tiene que ver con cuestiones praxiológicas y sobre todo con la misión que el Señor le ha confiado a la iglesia. Este libro se propone no tanto hacer la apología de una determinada comprensión teológica, doctrinal o dogmática, y mucho menos de una práctica denominacional establecida, como tratar de entender a la iglesia a la luz del Nuevo Testamento y sobre todo en función de su misión en el mundo. Esto no significa un desprecio de la tradición heredada ni desvalorizar la experiencia histórica recogida en dos mil años de testimonio cristiano. Pero hoy la iglesia de Jesucristo en todo el mundo tiene la enorme responsabilidad de completar la misión que le fue asignada. Somos los siervos de la última hora (Mt. 20.1-16) Y el Señor está a las puertas. En esta última vigilia de la noche (Mr. 13.32-37) debemos terminar la tarea que se nos ha ordenado llevar a cabo. Para ello, necesitamos una nueva comprensión de nuestra naturaleza, misión y función como iglesia. Es mi oración que este libro nos ayude a introducirnos en esta nueva comprensión y que así podamos de veras ser la iglesia que el Señor espera que seamos en el siglo XXI.
Introducción 1
genera
la simple pregunta: "¿Qué es la iglesia y para qué está en el mundo?" dispara un diluvio de respuestas de las más variadas y contradictorias que uno pueda imaginar. Hace más de dos mil años que los cristianos venimos bregando con este interrogante y parece que todavía no le hemos encontrado una respuesta satisfactoria. En realidad, es probable que, como ocurre con otras cuestiones fundamentales de la fe y práctica cristianas, cada generación en cada contexto tenga que empeñar lo mejor de sí para replantear el tema y elaborar su propia respuesta. No se puede desarrollar una adecuada teología pastoral y una misionología pertinente para nuestros días simplemente a partir de la tarea pastoral o de la práctica de la misión, como si éstas se llevaran a cabo en un vacío. La tendencia en muchos seminarios y centros de entrenamiento ministerial a lo largo de la segunda mitad del siglo XX ha sido, precisamente, esta confusión artificial y perniciosa. Con gran ingenuidad se ha sacralizado aquello que da resultado (especialmente en términos de crecimiento numérico), sin hacer una seria reflexión sobre la praxis, y a partir de principios más permanentes que
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
el mero fluir de los acontecimientos. Una suerte de funcionalismo, a veces exitista, ha caracterizado la comprensión de muchos en cuanto a la acción pastoral y el cumplimiento de la misión en América Latina. Es sorprendente que se hayan logrado resultados extraordinarios en las últimas décadas, a pesar de esta falta de un marco teórico adecuado para la acción. La multiplicación y el crecimiento de las iglesias en el continente han tenido rasgos de un verdadero fenómeno explosivo. Buena parte de este proceso ha sido el fruto de la improvisación, una alta dosis de ingenio y creatividad, y por sobre todo, la misericordiosa gracia del Señor que es capaz de utilizar vasos de barro como somos todos nosotros. Pero así también se han cometido numerosos errores, errores que pueden evitarse si se coloca la acción pastoral y el completamiento de la misión en el marco eclesiológico adecuado. por otro lado, la actitud opuesta ha sido también nociva para el desarrollo saludable y dinámico de las iglesias. Se trata de la idea de muchos evangélicos en el continente que sostiene que un probado fundamento bíblico y teológico puede por sí solo garantizar el crecimiento y madurez de la iglesia. Esta falacia de pensar que lo que se considera como "la sana doctrina" es sinónimo de integridad y efectividad ha demostrado ser inútil. No sólo que la interpretación prevaleciente de lo que es "sana doctrina" en el Nuevo Testamento generalmente está equivocada o es parcial, sino que su aplicación ha sido un recurso hipócrita para justificar la inacción de la iglesia. Insistir en el viejo eslogan: "Aquí las cosas se han hecho siempre así" o "Nosotros somos fieles a la herencia que hemos recibido" puede resultar en la liquidación de la iglesia y en la frustración de todas sus posibilidades. Suponer que porque se tiene una teoría de la iglesia más o menos bíblica y algo coherente en materia teológica, se tiene garantizada la salud y efectividad de la iglesia, es arriesgar su presente y su futuro. Así como la imposición de lo práctico sobre lo teórico genera corrupción, la imposición de lo teórico sobre lo práctico resulta en fosilización. La iglesia hoy necesita de un marco adecuado para completar su misión de alcanzar con el evangelio del reino a ''toda criatura." Este cuadrante de referencia no puede ser otro que una adecuada eclesiología, que combine teología y misión, teoría y práctica, reflexión y acción. La tarea pastoral y la práctica de la misión se inscriben por necesidad en el contexto más amplio de una eclesiología dinámica, creativa y puesta al servicio del proyecto redentor de Dios, tal como se ha dado a conocer a través de Cristo Jesús. Si hay un elemento deficitario en el desarrollo del reino en América Latina, seguramente éste está ligado a la falta de una adecuada reflexión y praxis eclesiológica. Es probable que el capítulo eclesiológico sea el factor faltante en la rica gama de producciones del pueblo cristiano en nuestro continente. Y esta ausencia se nota de múltiples maneras, y es necesario hacer algo para subsanarla. Para desarrollar una teología pastoral y una misionología sanas y efectivas es necesario tener en cuenta que la misión cristiana se lleva a cabo desde dentro del contexto de la iglesia cristiana.
Introducción general
Stephen C. Neill: "Lo que necesitamos es una verdadera teología de la iglesia. Todas nuestras eclesiologías son inadecuadas y están fuera de fecha .... El único propósito central por el cual la Iglesia ha sido llamada a existir es que ... ella debe predicar el evangelio a toda criatura. Todo lo demás-ministerio, sacramentos, doctrina. adoración-es auxiliar a esto.'" La comprensión que uno tenga de la iglesia va a tener un impacto profundo en la manera en que uno concibe la misión-y, sin dudas, el entendimiento que tengamos de la misión conformará la comprensión operativa de qué significa la iglesia para nosotros. No es extraño, pues, que desde hace ya varios años éste sea el punto central de la mayor parte de las discusiones que se han desarrollado en nuestro continente en las agrupaciones cristianas de los más variados colores. Más allá de la carátula que cada uno quiera ponerle al debate, la realidad de fondo es que, de manera directa o indirecta, las cuestiones sobre la mesa de discusión giran en torno a lo eclesiológico.
Donald McGavran: "Cualquier teología de la misión verdaderamente evangélica debe establecer una alta doctrina de la iglesia: el cuerpo de Cristo. Porque por su presencia, testimonio y crecimiento, la iglesia es un componente central del plan redentor de Dios."2 Es esencial, entonces, tener bien en claro qué es la iglesia a fin de elaborar una adecuada teología pastoral y misionología, que nos ayuden a confrontar los desafíos de esta hora. En razón de que la iglesia juega un papel clave en la acción redentora de Dios, es importante para nosotros comprender para qué existe la iglesia y cómo quiere Dios que funcione. Hay mucha confusión en cuanto a la respuesta a la pregunta: "¿Qué es la iglesia?" Parece mentira que así sea, porque quien más o quien menos vive de manera casi cotidiana la experiencia de algo que llamamos "iglesia:' Sin embargo, un repaso rápido a la variedad de respuestas que el interrogante despierta pone en evidencia, por lo menos, la sospecha de que la respuesta no es tan clara y categórica, como algunos suponen. Debemos recordar que la iglesia no es un edificio o local destinado a fines religiosos, si bien éste es el uso más popular y difundido del vocablo. La iglesia no es una gran institución social, organización o denominación religiosa. Con la crisis institucional y denominacional generalizada que prevalece en estos días, muchos ansiosos por afirmar su identidad denominacional violan sus propios principios denominacionales al confundir su particular facción religiosa con la iglesia. La iglesia tampoco es el clero que sirve como líderes o mediadores religiosos institucionalizados. Desde los días de Cipriano de Cartago (muerto en 258), quien enseñó por primera vez que el obispo es la iglesia y que allí donde está el obispo está la iglesia, no faltan quienes manifiestan la misma confusión. La iglesia no es una línea teológica determinada (Reformada, Evangélica, Pentecostal), ni una indicación de una territorialidad específica (Iglesia Romana,
• Stephen C. Neill. Creative Tensión (Londres: Edinburgh Press. 1959). 112. , Arthur F. Glasser y Donald McGavran. Contemporary Theologies of Mission (Grand Rapids. Mich.: Baker. 1983). 104.
La Iglesia del nuevo milenio, una ecle¡;iologia para el nuevo siglo Iglesia Anglicana, Iglesia de Escocia). En el fondo, estas distorsiones del concepto de iglesia están muy ligadas a los compromisos constantinianos, que a lo largo de muchos siglos han corrompido el concepto neotestamentario de la iglesia. En definitiva, la iglesia tampoco es un sector (leterminado de la humanidad: los pobres y oprimidos, o el pueblo de Dios, como en décadas recientes han enseñado los promotores de la teología de la liberación y quienes simpatizan con su pobre eclesiología. La Biblia nos enseña el carácter de la iglesia cristiana. En su primera epístola, el apóstol Juan nos ofrece precisiones claras en cuanto a este particular (1.1-4). Sus palabras son ricas en contenido y elocuentes al describir en lenguaje claro el carácter de la iglesia. Según Juan, la iglesia es una experiencia compartida. Se trata de una experiencia colectiva alrededor de "lo que hemos visto y oído" (v. 3a). Juan enfatiza el carácter concreto y experiencial de lo que los cristianos comparten en esa experiencia que denominamos "iglesia." $e trata nada menos que de "lo que hemos oído, lo que hemos visto con nue6tros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos" (v. 1). Nótese la repetición enfática del elemento experiencial, personal y colectivo. Además, Juan indica que la iglesia es unIJ comunión compartida, puesto que tiene que ver con la comunión unos con otros. En el v. 3b, dice: "para que también ustedes tengan comunión (koinonía) con nosotros." El elemento de la comunión es uno de los más enfatizados en el Nuevo Testamento en relación con la vida de la comunidad de fe. La vivencia profunda del ágape divino creaba entre los creyentes una química muy especial, que resultaba en relaciones fraternales singulares. En tercer lugar, Juan señala que la iglesia es una misión compartida. Es la misión que compartimos "con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (v. 3c). Queda claro, a la luz del Nuevo Testamento, que la iglesia está en el mundo para cumplir con una misión. Esta misión no es otra que la misión de Dios el Padre, tal como se ha dado a conocer a través de la vida y ministerio de su Hijo, Jesucristo. Pero es también la misión de Cristo, quien se hizo carne para cargar en la cruz con el pecado del mundo y levantarse victorioso de la tumba. Y es la misión de cada creyente, que ha recibido el mandato (le Cristo de ir hasta lo último de la tierra con este mensaje, lleno del Espíritu Slimto. La iglesia, finalmente, es un gozo compartido. En el v. 4, expresa: "Para que nuestra alegría sea completa." Cuando la iglesia es lo que es, es decir, cuando la comunidad de creyentes es verdaderamente la iglesia, el resultado es gozo. Pero este gozo tiene un perfil particular: se trata de un gozo compartido. Es la alegría y satisfacción que resulta de ser lo que uno es, y de hacer lo que se supone hay que hacer. Cuando la iglesia es la iglesia y cumple con su misión, la alegría es completa. Hay gozo en los cielos '1 también en la tierra.
o N
En definitiva, la iglesia es una comunidad de creyentes que reconocen a Cristo como Salvador y le sirven como Señor, y que se han unido entre sí para un gran fin y misión. Charles Van Engen, querido amigo y compañero en la Escuela de .Est~dios lnterculturales en el SemiMrio Teológico Fuller (Pasadena, California), ha escrito con acierto: "Las congregaciones locales de todo el mundo g~~arán ~ueva vida y vitalidad a medida que entiendan el propósito mlslonológlco singular por el cual existen, la cultura, el pueblo y las necesidades
Introducción general
particulares de su contexto, y la acción misionera a través de las cuales solamente ellas pueden descubrir su propia naturaleza como pueblo de Dios en el mundo de Dios."3 No podemos tener una misionología sana sin considerar la naturaleza de la iglesia, del mismo modo que no pOdemos entender a la iglesia sin mirar a su misión.
J. E. Leslie Newbigin: "Así como debemos insistir en que una Iglesia que ha cesado de ser una misión ha perdido el carácter esencial de una Iglesia, así debemos decir también que una misión que no es al mismo tiempo verdaderamente una Iglesia no es una expresión auténtica del apostolado divino. Una misión no eclesiástica es una monstruosidad tanto como una iglesia no misionera."4 En las páginas que siguen, intentaremos ganar una comprensión más profunda de la naturaleza de la iglesia, su misión y función, especialmente a la luz del Nuevo Testamento. Este ejercicio nos va a ayudar a discernir mejor una pastoral y una misionología más efectiva para los tiempos que corren.
Charles Van Engen. God·s Missionary People (Grand Rapids. Mich., Baker. '993). ~o. Hay traducción castellana de este libro, El pueblo misionero de Dios (Grand Rapids, Libros Desafio. ~oo4)· • J. E. Leslie Newbigin. The Household ofGod, Lectures on the Nature of the Church (Nueva York, Friendship. '954). 164- 16 5. 3
UNIDAD 1
La naturaleza de la
Iglesia INTRODUCCiÓN El primer interrogante sobre cualquier cuestión que nos interese conocer es siempre: "¿qué?" Este pronombre interrogativo apunta a la naturaleza esencial de las cosas. Agrupado o no con un nombre sustantivo, "qué" inquiere o pondera la naturaleza, cantidad, intensidad u otra condición de algo. Aplicado a la iglesia, el interrogativo nos ayuda a enfocarnos en su naturaleza, a fin de procurar entenderla. Cuando levantamos la pregunta "¿qué es la iglesia?" la respuesta que sigue es que la iglesia es esencialmente una comunidad de personas. Sobre el particular, Louis Berkhof señala que, según la comprensión de los reformadores, "la esencia de la Iglesia no se encuentra en la organización externa de la Iglesia, sino en la Iglesia como la communio sanctorum." Y agrega: ''Tanto para Lutero como para Calvino la Iglesia era simplemente la comunidad de los santos, esto es, la comunidad de aquellos que creen y son santificados en Cristo, y que están unidos a Él como su Cabeza."1 Esencialmente, pues, la
, Louis Berkhof. Systematic Theology (Grand Rapids. Mich.: Eerdmans. 196~). 564.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo iglesia es una comunidad de personas que confiesan a Jesucristo como Señor y viven para servirle en el mundo haciendo su voluntad. Considerar a la iglesia como una comunidad de personas plantea algunas preguntas, que espero poder responder en esta unidad. Estos interrogantes no pueden ser eludidos, si uno de veras desea llegar a una comprensión cristiana de la naturaleza de la iglesia. Estas preguntas son: ¿qué entendemos por una iglesia cristiana? ¿para qué constituyó Jesús a la iglesia cristiana? ¿quiénes pueden ser miembros de una iglesia cristiana? ¿quién es la cabe~a de la iglesia cristiana? ¿cuáles son las características de la iglesia cristiana?
Capítulo 1
Concepto "¿Qué es la iglesia? Esta pregunta constituye el problema no resuelto del Protestantismo," dice Emil Brunner, escribiendo por primera vez sobre la doctrina de la iglesia en un libro bastante provocativo. "Desde los días de la Reforma hasta nuestros propios tiempos:' señala el destacado teólogo suizo, "jamás ha estado claro de qué manera la iglesia en el sentido de la fe y la vida espiritualla comunión de Jesucristo-se relaciona con las instituciones convencionalmente llamadas iglesias."2 En su libro, Brunner se propone descubrir la razón de esta cuestión, y argumenta que la identificación de la iglesia institucionalizada de hoy con la ekklesia del Nuevo Testamento es un error conceptual. La verdadera ekkesia es la comunidad de personas en Cristo-una comunidad personal y no una comunidad organizada externamente. Si bien ninguna de las iglesias o denominaciones existentes puede pretender ser la ekkesia de los tiempos apostólicos, ninguna carece de ciertos elementos esenciales a la ekkesia, que faltan en otras agrupaciones religiosas. La manera de encontrar verdadera unidad espiritual entre estas iglesias y denominaciones no es, sin embargo, a través de una unidad organizativa de sus estructuras institucionales. Lo que más necesitamos hoyes la operación del Espíritu Santo para liberarnos de las falsas lealtades eclesiásticas e institucionales, que no nos permiten constituirnos como una verdadera comunidad cristiana. Ahora, mirar a la iglesia como una comunidad de personas plantea varias preguntas. Debemos procurar responder a estos interrogantes a la luz de las enseñanzas bíblicas y lo que hemos aprendido de la reflexión cristiana a lo largo de los siglos. En este capítulo levantaremos un primer interrogante, que es fundamental para poder contestar otras cuestiones también importantes. Nuestra pregunta tiene que ver con el concepto de la iglesia cristiana. ¿Qué entendemos por iglesia cristiana? Este interrogante ha sido planteado decenas de miles de veces a lo largo de los siglos del testimonio cristiano. Es probable que las respuestas al mismo hayan sido tan numerosas y variadas, como las veces que la pregunta ha sido
, Emil Brunner. The MiBunderstanding ol/he Church (Filadelfia. Pa., The Westminster Pres8. 1953).5.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
formulada con seriedad en procura de una conclusión satisfactoria. No está mal que volvamos a levantar la cuestión, por más trillada que nos parezca. Al fin y al cabo, cada generación de cristianos en cada lugar debe asumir la responsabilidad de procurar una respuesta fresca al viejo interrogante. Sin embargo, me parece que para responder a esta pregunta son necesarias dos cosas: primero, una definición; y, segundo, una distinción.
UNA DEFINICION
A fin de responder a la pregunta sobre cuál es nuestra comprensión de la iglesia cristiana, es necesario definir el concepto de iglesia. Tal definición no es tan obvia como parece, si bien para algunos puede parecer algo simple. El propio Martín Lutero, en los Artículos de ~smalcalda, decía con cierta holgura: "Gracias a Dios, un niño de siete años sabe qué es la iglesia, es decir, los santos creyentes y 'el rebaño que escucha la voz de su pastor' (Jn. 10.3). En efecto, los niños rezan de este modo: 'Yo creo en una santa iglesia cristiana.' Esta santidad ... consiste ... en la palabra de Dios y en la verdadera fe:'3 No es que Lutero se haya equivocado en su apreciación, pero él mismo sufrió las consecuencias del fiero debate eclesiológico de sus días en torno al concepto de iglesia, debate que terminó en la fractura de la cristiandad occidental. Uno podría definir la iglesia en términos bien sencillos, como hace Hendrik Kraemer, cuando escribe: "Allí donde hay un grupo de cristianos bautizados, allí está la Iglesia."4 Pero la cosa no parece ser tan simple. En medios evangélicos, la respuesta inmediata, cuando de definir la iglesia se trata, es citar algunos versículos bíblicos y darles una interpretación más o menos estandarizada. Sin embargo, el Nuevo Testamento no nos da una definición formal de la iglesia o, por lo menos, no encontramos en sus páginas una formula explícita que nos ayude a definir el concepto. No hay en todo el Nuevo Testamento elementos suficientes para elaborar una definición proposicional, que sea suficiente para mostrarnos la naturaleza, estructura, propósito, destino o misión de la iglesia.
EJERCICIO 1
Formar grupos de seis discípulos y redactar una definición de "iglesia." Discutir las definiciones en plenariO y procurar redactar una definición provisoria.
3 Martín Lutero. Obras de Martín Lutero, vol. 5, trad. Por Carlos Witthaus y Manuel Vallejo Díaz (Buenos Aires, Editorial Paidós, '97'), '9~, '93.
• Citado en International Missionary Council. The Missionary Obligation oI the Church (Londres, Edinburgh Press. '95~). 40.
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
Más allá del valor relativo y limitado de los manuales de eclesiología tradicionales, especialmente de factura denominacional debemos admitir con Alvin Lindgren que "definir la naturaleza y propósito de la 'Iglesia es una cuestión intensamente personal para el ministro, dado que el concepto del ministerio emerge directamente del concepto de la iglesia."5 Según este autor, entonces, la respuesta a nuestro interrogante fundamental es indispensable para definir el ministerio que debemos llevar a cabo en obediencia al llamado del Señor. De allí la urgencia de procurar un concepto operativo y funcional a la pregunta qué es la iglesia. Alvin J. Lindgren: "Que quede claro que nuestro interés es con una definición de lo que la iglesia debería ser, su naturaleza esencial y propósito, más bien que una descripción de lo que ella es ahora, o lo que es lo mismo, lo que la iglesia ha sido, ya sea en la historia eclesiástica o incluso en el Nuevo Testamento. . .. La Iglesia debe ser todo lo que Dios quiere que sea, y escudriñamos las Escrituras para descubrir la intención de Dios para la Iglesia:'6 Precisamente, esto es lo que queremos hacer ahora, y lo vamos a hacer con la actitud que Lindgren sugiere. Para ello, nos puede ser de ayuda repasar rápidamente el significado de algunos de los vocablos utilizados en la Biblia para referirse a la comunidad de creyentes.
_Iglesia en el Antiguo Testamento Por un lado, veamos el uso de la palabra "iglesia" en el Antiguo Testamento. El vocablo hebreo es qahal, "reunión." Entre otros textos, la palabra se utiliza en Levítico 4.13, donde correctamente la NVI la traduce como "comunidad" y "asamblea." La palabra hebrea para "asamblea," que la versión griega o Septuaginta (LXX) traduce como ekklesia, significa llamar o congregar, y se usa no solamente aplicándola al hecho de llamar, sino también con relación a la asamblea de los llamados. El vocablo significa con frecuencia la asamblea del pueblo de Dios reunido, en su totalidad o en parte, para un fin religioso. Así, en Deuteronomio 31.30 se nos refiere que Moisés recitó su famoso cántico "en presencia de toda la asamblea de Israel." En otros casos, el pueblo fue convocado en asamblea para resolver cuestiones comunes (Jue. 20.2), o participar de actos religiosos solemnes (1 R. 8.14). En más de una ocasión, en esta "asamblea" el qohelet o predicador dirigía su mensaje en nombre de Dios. Otras veces, el término es traducido como sunagoge (sinagoga), vocablo de significación más amplia que ekklesia puesto que equivale a diversos términos hebreos de significación variada. Por esta razón, el segundo término no se emplea nunca para designar la reunión de los paganos. Así, pues, el término ekklesia en
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Lindgren. Foundations for Purposeful Church Administration (Nashville. renn., Ahingdon.
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La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo el Antiguo Testamento connota una relación de pacto con Dios, que ha escogido para sí al pueblo de Israel. Por eso la Septuaginta usa el término griego ekklesia con clara intencionalidad, para mostrar el significado del mismo en el sentido del plan de salvación establecido por Dios con el pueblo elegido. Así la usó Esteban en su defensa ante el Sanedrín. cuando señaló: "Este mismo Moisés estuvo en la asamblea en el desierto" (Hch. 7.38). Los cristianos tomaron el término griego de la LXX, y lo proyectaron hacia su propia comprensión de la comunidad cristiana, como el nuevo Israel comprometido en un pacto de salvación con Dios. En este sentido, Israel es llamado "iglesia," una asamblea, porque el pueblo escogido por Dios fue llamado de entre las naciones para ser un pueblo santo al servicio de Dios en su proyecto redentor. En este contexto mesiánico, la palabra significa una asamblea de personas que han sido convocadas por alguien para determinados fines. Al convocar al pueblo de Israel para ser su pueblo escogido, Dios tenía un propósito redentor en mente, que alcanzaba a todas las naciones.
EJERCICIO 2 Colocar los pasajes bíblicos que correspondan en cada afirmación: El profeta Isaías (NVI) se refiere a la iglesia destacando proféticamente varios asuntos: 1. La iglesia es objeto del cuidado divino: 2. La iglesia será prosperada y se llenará de alegría: 3. La iglesia ha sido redimida por el Señor: 4. La iglesia es protegida por Dios mismo: ~:
Is. 60.4-6; Is. 43.1. 3; Is. 27.3; Is. 4.5.
_ Iglesia en el Nuevo Testamento
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Por otro lado, veamos el uso de la palabra "iglesia" en el Nuevo Testamento. Aquí el término griego es ekklesia (Mt. 16.18). Los escritores del Nuevo Testamento tomaron este vocablo con la misma significación con que se utiliza en la LXX, sólo que aclararon más todavía su sentido soteriológico (relativo a la salvación). El verdadero significado e idea de la iglesia se deriva originalmente y casi exclusivamente del Nuevo Testamento. En este caso, siempre se trata de una comunidad o grupo de personas que mantienen entre sí relaciones primarias de alto rango. El Nuevo Testamento usa la palabra ekklesia por lo menos 114 veces. e invariablemente su significado involucra la idea de una asamblea-ya sea con referencia a la reunión de personas o los individuos reunidos con un fin determinado.
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
El término griego básicamente significa "llamar afuera" (con la idea de "convocar," "reunir") y era usado comúnmente en la antigüedad para indicar una asamblea de ciudadanos de una ciudad griega. En el griego clásico la palabra designa la asamblea o reunión del pueblo, convocada dentro de una constitución democrática, para deliberar jurídicamente sobre asuntos públicos. Un ejemplo en este sentido lo encontramos en Hechos 19.32, 39, donde se nos refiere, en relación con el disturbio en Éfeso provocado por la prédica de Pablo, que "había confusión en la asamb/ea." Y el texto agrega: "Cada uno gritaba una cosa distinta, y la mayoría ni siquiera sabía para qué se habían reunido." Finalmente, el secretario del concejo municipal sugirió: "Si tienen alguna otra demanda, que se resuelva en legítima asamblea:' Como sólo tenían derecho a participar de la asamblea los ciudadanos, esto indica cierta idea de elección y, a la vez, de responsabilidad, puesto que eran convocados para ejercer una parte de sus derechos. Si bien en este uso el sentido religioso está ausente, tampoco se excluye. A la luz de estos usos y significados, Hendrikus Berkhof concluye: "La palabra se deriva de ek y ka/ea y (habla de) la asamblea de ciudadanos libres en las ciudades-estado griegas quienes a través de un heraldo eran 'llamados fuera' de sus hogares al mercado. En su uso ordinario la palabra denota 'el pueblo reunido,' 'la reunión pública' ."7 En este sentido, a Juan Calvino le gustaba utilizar un concepto militar aplicándolo a la iglesia y la llamaba una "compañía" (compagnie des fidé/es). Y sabemos que toda compañía de soldados se reúne en formación obedeciendo una orden superior, pero no por el mero acuerdo de sus componentes. Karl Barth: "Imagine a los ciudadanos llamados por la trompeta y corriendo de todas partes. Están presentes, forman una compañía, la compañía de los fieles, de aquellos que, llamados por la fidelidad de Dios, han respondido con su fidelidad. Es Dios Quien los ha convocado. Es importante notar que la iglesia no se forma por una reunión humana de personas que tienen las mismas opiniones, sino por una convocación divina que la constituye en un cuerpo de individuos hasta ese momento esparcidos a merced de sus opiniones."s
Jesús utilizó el término en relación con la compañía de sus seguidores. Él habló de esta comunidad como "mi iglesia;' y prometió que él mismo la iba a edificar (Mt. 16.18). Aparentemente, Jesús también habló de "la iglesia" (Mt. 18.17) refiriéndose a una comunidad local de aquellos que se reunirían en su nombre. Pero es claro que Jesús no inventó el vocablo, sino que siguió la tradición de Israel en el uso del mismo, en relación con el pueblo escogido por Dios para cumplir su misión en el mundo. En este sentido más bien técnico del término, se percibe un significado estrictamente mesiánico y, por lo tanto, soteriológico. Los integrantes de la "iglesia" están separados de los gentiles y de los judíos, para participar de las promesas hechas a Israel. De este modo, la iglesia es parte del
Hendrikus Berkhof. ChrislLan Faith, An lntroduction to ¡he Study of Failh (Grand Rapids. Mich., Eerdmans, 1979), 343. ft Karl Barth, The Failh of Ihe Church, A Commentary on The Apostle Creed According lO Calvin Calechism (Cleveland y Nueva York, The World Publishing Ca., 1965)' 136.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo plan divino de salvación. Por eso se la llama "iglesia de Dios," porque tiene su origen en el Dios Padre que envía, en el Dios Hijo que es enviado, y en el po~er del Dios Espíritu Santo (Hch. 20.28; 1 Co. 1.2; 10.32; 11.22; 15.9; ele.) Como bien indica John Stot!: "La iglesia está en el centro del plan de salvación:,g
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EJERCICIO 3
Copiar los siguientes versículos de la versión bíblica de su preferencia:
La iglesia fue instituida por Dios: Mateo 16.18: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Efesios 2.20: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
1 Tesalonicenses 1.1: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
1 Timoteo 3.15: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Cuando los primeros cristianos se concibieron como constituyendo una iglesia, se percibieron como llamados afuera por Dios en Jesucristo para un propósito especial. Esta idea está clara en el apóstol Pablo, quien en Efesios 2.19 afirma: "Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios:' Esto involucra a los cristianos en la participación mutua de una posición privilegiada en Cristo Jesús y los hace miembros de una comunidad de relaciones especiales. Parece claro que, a la luz de la evidencia bíblica, el término "iglesia" es usado en el Nuevo Testamento en relación con una congregación local de cristianos llamados afuera del mundo. Y esto indica su autoconciencia como la continuación de lo que Dios había comenzado en el desierto con la nación de Israel. Los seguidores de Cristo son llamados a reunirse por y para la proclamación del evangelio, con el propósito de pertenecer a Dios a través de
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John Stott. Señales de una iglesia viva (Buenos Aires, Ediciones Certeza. 1997).
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La naturaleza de la Iglesia: Concepto
Cristo y por el poder del Espíritu Santo. Por eso la iglesia cristiana es una realidad del Nuevo Testamento, que comienza en Pentecostés y termina con la segunda venida de Cristo, una comunidad que, mientras tanto, tiene una misión que cumplir en el mundo. Marcelino Legido López: "Los creyentes, que se reúnen en la iglesia, son 'los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo' (1 Cor 1. 2). Se constituyen en comunidad en cuanto están sometidos al mismo Cristo y Señor, para recibir y compartir su obra escatológica, que inaugura los últimos tíempos."10
UNA DISTINCiÓN
Además de una definición, para r~esponder a la pregunta sobre qué entendemos por iglesia cristiana es necesario hacer una distinción en el concepto de iglesia. Esta distinción es necesaria porque, en buena medida, la mayor parte del debate eclesiológico contemporáneo gira alrededor de la confusión de estos conceptos. Además, si bien a lo largo de los siglos ha habido un enriquecimiento notable en la comprensión de la naturaleza de la iglesia, todavía hay lugar para seguir madurando en este proceso. Hay entendimientos que se han perdido y es necesario recuperar, y otros que necesitan ser reafirmados y actualizados a fin de que la iglesia esté en mejores condiciones para completar su misión.
_ Una iglesia local y la iglesia universal Por un lado, debemos distinguir entre una iglesia local y la iglesia universal. Esta distinción ha sido bastante frecuente a lo largo del tiempo y generalmente ha recibido una atención cuidadosa. No obstante, conviene repasar sus puntos más importantes. La iglesia local es una iglesia particular y localizada, que se desarrolla en un tiempo determinado y está identificada con un espacio definido. Es un cuerpo de creyentes bautizados, voluntariamente unidos para rendir a Dios adoración y servicio, y que busca incorporar a otros para transformarlos en seguidores de Cristo. La iglesia universal es la iglesia que se encuentra en todas partes y en todos los tiempos. Esta iglesia supera las barreras de la temporalidad y la localidad. Es el cuerpo de Cristo formado por todos aquellos que habiendo puesto su fe en él, le han aceptado como Salvador y Señor de sus vidas. En 1 Corintios 1.2 encontramos un interesante texto en el que el apóstol Pablo ilustra ambos conceptos de iglesia. "Pablo ... a la iglesia de Dios que está
.0 Marcelino Legido López, Fraternidad en el mundo, un estudio de eelesiología paulina (Salamanca, Ediciones Sígueme, 198~), 159.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
en Corinto (iglesia loca~, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo (iglesia universa~, Señor de ellos y de nosotros." Charles Van Engen: "La congregación local deriva su naturaleza esencial solamente en la medida en que auténticamente exhibe la naturaleza y características de la iglesia universal. Y, la iglesia universal es experimentada por mujeres y homb~es, testigos al mundo que dan una forma observable a la iglesia sólo en la medida en que ella se manifieste en iglesias 10cales."11
_ Una iglesia visible y la iglesia invisible Por otro lado, es necesario hacer una distinción entre una iglesia visible y la iglesia invisible. Esta distinción no se encuentra en el Nuevo Testamento de manera explícita, pero fue propuesta en los primeros siglos de la vida de la iglesia, como una manera de explicar la realidad de la iglesia como una mezcla de santidad y pecaminosidad. Los Padres de la Iglesia hicieron esta distinción con frecuencia, ilustrándola con la parábola de la cizaña (Mt. 13.24-30, 36-46). Juan Calvino, cuando se refiere a la iglesia, generalmente tiene en mente la ecclesia invisibilis. La iglesia visible, por el contrario, es relegada por él a la categoría dudosa de externum subsidium 'idei, o sea, un "medio externo de salvación." Emil Brunner elabora una crítica de esta distinción, señalando: "La idea de la Iglesia invisible es foránea al Nuevo Testamento, mientras que la interpretación de la Iglesia visible y real como un mero medio externo de salvación no sólo es foránea al mismo sino completamente imposible. Jamás se le ocurrió a un apóstol que la Ecclesis, la comunidad de los creyentes cristianos, el verdadero pueblo de Dios del Nuevo Pacto, pudiese ser considerado simplemente como un medio para un fin, e incluso en esto como un medio puramente 'externo' :'12 Salvando las objeciones a esta distinción que hace Brunner, y tratando de entender la manera en que popularmente en el protestantismo se han entendido estos términos, puede decirse que la iglesia visible se compone de todos aquellos cuyos nombres figuran en la lista de miembros de la comunidad y asisten a sus cultos. A estas personas las conocemos por sus nombres; sabemos dónde viven y tenemos información más o menos detallada sobre sus vidas. Estamos en contacto bastante directo con ellas y mantenemos una relación primaria, que se expresa fundamentalmente en la reunión regular y el amor fraternal. Karl Barth considera que esta iglesia visible es la verdadera iglesia, ya que el Credo Apostólico no se refiere a una corporación invisible, sino a una reunión muy visible que tuvo sus comienzos con los doce apóstoles. Según él: "La iglesia
" Charles Van Engen. "Perspectives on the Church and Classical Church Growth Theory." Ponencia presentada a la American Society of Classical Church Growth. Saq Francisco. Calif.• Noviembre 11-14. 1998.p.~1.
" Brunner. The Misunderstanding of the Church . 9.
10.
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
primitiva era un grupo visible que promovió una agitación o tumulto visible y público. Si la Iglesia carece de dicha 'visibilidad,' entonces no es la Iglesia. Al decir Iglesia me refiero, en primer lugar, ala forma concreta de la congregación en un lugar determinado:'13 La iglesia invisible, por el contrario, se compone de todos aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero (Ap. 21.27; cf. Éx. 32.33; Dn. 12.1; Le. 10.20; Ap. 3.5; 20.12; 22.19) Y no necesariamente los vemos en el culto en el día del Señor. A estas personas no las conocemos. Su identidad está perdida en el tiempo y en el espacio. Son todos aquellos hombres y mujeres que han respondido al llamado de Dios, para seguirle en el cumplimiento de su eterno propósito redentor. Esta distinción tiene un cierto valor en que nos ayuda a clarificar conceptos que tienen sus raíces en el propio texto bíblico y en el uso tradicional. Pero quizás debe recordarse que hay una sola iglesia y no dos. Manuel GutiérrezMarín describe la tensión que hay que mantener entre estas dos realidades de la naturaleza de la iglesia, cuando dice: "Por una parte, puede ella [la iglesia] ser objeto de examen histórico. Pero, al mismo tiempo, es objeto de la fe en Cristo y es actuante por medio del Espíritu Santo. Sin este conocimiento de la Iglesia, conocimiento puramente emanado de la fe, no será posible llegar a entender verdaderamente la historicidad terrenal de la Iglesia de Cristo."14 Hendrikus Berkhof nos ayuda a entender esto, cuando afirma: "La única iglesia, en su naturaleza esencial y en sus formas externas por igual, es siempre al mismo tiempo visible e invisible:'15 Giovanni Miegge: "La Iglesia invisible es un misterio divino que se cumple en la iglesia visible, y que se desvanece cuando ésta se disuelve. No podemos aislar la Iglesia invisible, sino sólo creer en ella, presumirla pura de toda contaminación humana. Sería un error, por ejemplo, pensar que los males que afligen a la Iglesia son propios solamente de su 'cuerpo,' de su materialidad histórica y visible, y que el alma de la Iglesia es una, pura, cuando la gravedad del escándalo, y la dificultad del problema que plantea, es que, precisamente es el alma de la Iglesia la que está dividida, que la división está en las determinaciones espirituales más decisivas, en la conciencia misma de los creyentes en cuanto creyentes:'16 _ Una iglesia humana y la iglesia divina
Además, conviene hacer una distinción entre una iglesia humana (actual) y una iglesia divina (ideal). Esta distinción es sumamente importante. No hacerla genera más conflicto que claridad, y con frecuencia resulta en escándalo y frustración. Debemos tener bien presente que la iglesia es tanto imperfecta como perfecta, real tanto como ideal.
" Karl Barth. Bosquejo de dogmática (Buenos Aires, Editorial La Aurora. 1954). ~
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Berkhof. Christian Faith. 399. Giovanni Miegge. Pro fide (Buenos Aires, Editorial La Aurora. 1963). 113.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
Lutero habló de la iglesia como "simul iustus, simul peccatol" viéndola como simultáneamente justa y pecadora, santa e injusta, Pero la iglesia no está por ello justificada para permanecer pecadora, dividida e imperfecta, como si estas circunstancias fuesen un hado inevitable. Por el contrario, como bien indicara Jürgen Moltmann: "La fe en la santidad de la iglesia no puede ser una justificación de su condición no santa del mismo modo que la justificación de los pecadores no significa la justificación del pecado."17 En definitiva, debemos tener en balance a ambos conceptos. La iglesia actual o real es el pueblo imperfecto, que aspira a la perfección y que aún vive en la tierra. Utilizando una expresión muy común en medios católicos romanos podemos decir que se trata de la iglesia peregrina, la comunidad que como Abraham, el padre de la fe, camina en la historia en procura de la meta que Dios le ha trazado. La iglesia ideal es el pueblo de los santos que han salido de la tierra y que ahora están triunfantes en el cielo. Ésta es la iglesia perfecta, que ha llegado a su destino con victoria y plena realización (ver He. 12.22-24). La aparente contradicción entre la iglesia ideal y la real o la iglesia perfecta y la imperfecta debe ser aceptada. El problema de algunos cristianos hoyes precisamente la incapacidad de superar el escándalo que se encuentra entre estos dos aspectos de la realidad de nuestro ser como iglesia. Aspirar a la iglesia ideal sin tomar en cuenta la iglesia real significa correr el riesgo de caer en una esquizofrenia eclesiológica, que inevitablemente lleva a la frustración y al tropiezo. No podemos ser miembros de una iglesia "ideal" aparte de la "real." La iglesia real debe ser siempre desafiada y convocada por la ideal; la ideal debe ser entendida Y vivida en el mundo real. Y en el mantenimiento del balance de esta tensión debemos recordar lo que apunta John Stott: "Dios se propuso edificar la iglesia, una comunidad nueva y redimida. La planeó en la eternidad pasada, la está llevando a cabo en el proceso histórico del presente, y será perfeccionada en la eternidad por venir:"8
Charles Van Engen: "La Iglesia es singularmente el cuerpo de Jesucristo quien es singularmente el Dios-hombre, al mismo tiempo divino y humano, de otro mundo y de este mundo. No es accidental sino a propósito que la Iglesia que es su cuerpo debe estar en el mundo, pero no ser del mundo; debe ser al mismo tiempo una institución humana y caída, y un organismo divino y perfecto. Sólo cuando ligamos los aspectos humano y divino de la naturaleza de la iglesia en una perspectiva unificada podemos posiblemente arribar a una comprensión verdadera de la misión de la Iglesia. Sólo en la medida en que las congregaciones expresan intencionalmente su naturaleza como el pueblo misionero de Dios comenzará la Iglesia a emerger para llegar a ser de hecho lo que es por fe."'9
•
Jürgen Moltmann, The Church in the Power of the Spirit, A Contribulion (Minneapolis. Minn., Fortress Press. 1993 ). 1111 • ,H Stott. Señales de una iglesia viva. 11.
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Van Engen. God's Missionary People. 44.
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La naturaleza de la Iglesia: Concepto
EJERCICIO 4
Trazar líneas uniendo lo que corresponda. La BIblia (NVI) destaca de varias maneras la hermosura de la iglesia. Para el Señor, la iglesIa es tan preciosa como:
1. La niña de sus ojos
Zacarías 9.16
2. Una corona o diadema
Efesios 5.25
3. Una propiedad exclusiva
Deuteronomio 32.10
4. Su propia sangre
Malaquías 3.17
5. Su amor
Isaías 62.3
6. Joyas de una corona
Hechos 20.28
_ Una iglesia militante y la iglesia triunfante
Cabe también distinguir entre una iglesia militante y la iglesia triunfante. Al igual que en el caso anterior, esta distinción nos libra de grandes frustraciones y de confundir el futuro con el presente. La iglesia militante está en la tierra. Es el conjunto de los creyentes que, sujetos al señorío de Cristo y llenos del Espíritu Santo, procuran llevar adelante la misión de Dios en el mundo. Este compromiso es entendido en términos de militancia, es decir, en términos de un compromiso bélico en la lucha que el Creador sostiene cósmicamente con la criatura rebelde, fundamentalmente Satanás y sus huestes (Ef. 6.12). Es precisamente esta iglesia militante la que ha sido dotada del poder y de la armadura, a los que se refiere Pablo en Efesios 6.10, 11. Louis Berkhof describe a la iglesia militante en estos términos: "La Iglesia en la dispensación presente es una Iglesia militante, esto es, ella es llamada a, y realmente está comprometida en, una guerra santa. Esto, por supuesto, no significa que ella deba gastar su fuerza en luchas intestinas autodestructivas, sino que ella está obligada a llevar a cabo una guerra incesante contra el mundo hostil cualquiera sea la manera en que éste se revele, ya sea en la Iglesia o fuera de ella, y contra todas las fuerzas espirituales de oscuridad .... Ella debe involucrarse con todo su poder en las batallas de su Señor, peleando en una guerra que es tanto ofensiva como defensiva:'20 La iglesia triunfante, la que sale victoriosa de la guerra espiritual arriba mencionada, está en los cielos. Ésta es la iglesia que ha salido airosa y ha sabido "resistir hasta el fin con firmeza" alcanzando la victoria en "el día malo" (Ef. 6.13). Mientras se mueve inexorable hacia al triunfo final, esta iglesia va
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Berkhof. Systematic Theology. 565.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo acumulando despojos a medida que pone en retirada al reino de las tinieblas, mediante la oración y la proclamación del misterio del evangelio (Ef. 6.18-20). Manuel Gutiérrez-Marín: "En cuanto a las cualidades de la Iglesia, la Teología Evangélica en general, sólo reconoce la existencia de la iglesia militante que como tal tiene que sufrir y ser probada, y la iglesia triunfante. Pero la Iglesia es militante y triunfante al mismo tiempo: Como militante, la Iglesia lucha en este mundo mediante la Palabra de Dios contra el mal, en todos sus aspectos, y con el sólo objeto de que todos los llamados acudan a la gracia que viene por la Palabra y el Sacramento. Como triunfante, la Iglesia goza ya, ahora de la esperanza de la gloria celestial, y es libertada ahora ya también, de toda angustia y peligros de muerte eterna; y este triunfo de la Iglesia hallará confirmación con el retorno de Cristo."21 En la iglesia triunfante, la espada es cambiada por una palma de victoria, el grito de batalla por un canto de alabanza, y la cruz es reemplazada por una corona. El combate ha llegado a su fin, mientras que los santos reinan con Cristo por siempre y siempre. Esta realidad escatológica nos recuerda también que ahora la iglesia militante es también una iglesia sufriente, un pueblo que sufre y lleva la cruz en medio de aflicciones y contradicciones. Pero un pueblo que espera la recompensa gloriosa prometida, que aguarda a los que perseveran hasta el fin (Col. 3.23, 24).
_ Una iglesia presente y la iglesia futura Como comunidad que confiesa su fe en Jesucristo, la iglesia vive la realidad de su fe de manera intensa y completa, al tiempo que aguarda su completamiento en la manifestación plena de Cristo. La iglesia es tanto el cuerpo de Cristo en el mundo como la esposa que aguarda el retorno de su Señor. A través de su iglesia, Cristo está presente de manera real en el mundo y obrando para su redención, pero la iglesia trabaja para la redención del mundo mientras espera que Cristo regrese en gloria. Como cuerpo de Cristo y esposa prometida, la iglesia vive en la duplicidad y en la tensión fecunda de ésta, su autoconciencia, como una realidad presente y futura al mismo tiempo. Esta tensión, en realidad, atraviesa toda la historia de la salvación, la tensión entre lo que ya está presente y lo que todavía no se ha manifestado plenamente; entre el Cristo que ya ha venido y el Cristo que está viniendo; entre el ya y el todavía no. Giovanni Miegge: "La encarnación, la cruz, la resurrección son ya el Reino de Dios inaugurado, establecido, real; pero todavía no se ha producido su plena manifestación. La Iglesia vive entre estos dos acontecimientos, en el tiempo enigmático pero lleno de esperanza que sigue a la inauguración del Reino y que precede a su plena actualización; yen este tiempo enigmático de fe, de certeza y de esperanza, da testimonio al uno y al otro, al Cristo advenido, arras del Cristo venidero, y anuncia en su nombre la salvación a los hombres."22
" Gutiérrez- Marin. Dogmática evangélica. 138. 139. " Miegge. Pro fideo "5.
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
_ Una iglesia particular y la iglesia de la ciudad Debemos tener en cuenta, además, la distinción entre una iglesia particular y la iglesia de la ciudad. Esta distinción es probablemente la más difícil de entendec. en buena medida porque si bien es clara en el Nuevo Testamento, la hemos perdido con el correr del tiempo. Sin embargo, en tiempos como éstos, de renovación de la iglesia en todo el mundo y de preparación para el gran avivamiento final, es muy importante que recuperemos esta distinción eclesiológica a fin de que estemos en mejores condiciones de elaborar estrategias misionológicas más efectivas. En relación con esta distinción, hay dos cosas que debemos considerar. Por un lado, es necesario que tomemos en cuenta algunas nuevas circunstancias históricas. Entre ellas, cabe mencionar: (a) El proceso universal de globalización, que se verifica en todas las áreas del quehacer humano (economía, política, cultura), y que plantea nuevos desafíos y oportunidades. (b) La tendencia hacia la concentración de la población en ciudades, lo cual implica un escenario para el cumplimiento de la misión algo diferente de los contextos característicos de los últimos siglos. (e) El incremento en la velocidad y oportunidad de las comunicaciones, que abre enormes posibilidades para la proclamación del evangelio del reino al tiempo que crea nuevos conflictos. (d) La explosión demográfica, que nos desafía a encontrar maneras más efectivas para compartir el testimonio cristiano, si es que queremos que todos los habitantes del planeta tengan la posibilidad de ser salvos. A estas nuevas circunstancias históricas que estamos experimentando hay que agregarle algunas viejas experiencias bíblicas, que pueden ayudarnos a encontrar el camino que andamos buscando para el cumplimiento de la misión hoy. Antes de aventurarnos en describir una senda posible, conviene presentar una advertencia. Debemos tener cuidado con la manía muy evangélica de buscar "bases bíblicas" o "textos de prueba" para las maneras en que nos organizamos hoy para el cumplimiento de la misión. Por cierto, esto no significa poner a la Biblia a un lado y dejar que la imaginación ruede libremente en cualquier dirección. El Nuevo Testamento contiene una revelación que trasciende no sólo las condiciones culturales de su propio marco histórico-cultural, sino también las de cualquier otro contexto particular. En este sentido, afirmamos que los escritos inspirados son nuestra única regla de fe y práctica. Pero esto no significa que la Biblia sea una suerte de manual multiuso, con respuestas específicas y puntuales para todos y cada uno de nuestros interrogantes. Mucho menos esto significa que podamos encontrar en sus páginas modelos para armar, con instrucciones precisas y aplicables a todos los tiempos y lugares. Debemos seguir los principios del Nuevo Testamento, pero esto no nos exime de crear nuestras propias estructuras eclesiásticas y misionológicas conforme con los desafíos que confrontamos hoy. Cada generación de cristianos ha tenido que hacer frente a este desafío. Llenos del Espíritu Santo y bajo la guía de los principios bfblicos, debemos resolver cada día cómo vamos a llevar a cabo la misión que el Señor nos confió. Por cierto que en este empeño la experiencia de quienes nos precedieron en la fe, conforme está registrada en las páginas bíblicas, va a resultarnos de gran ayuda.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
De hecho, es notable lo que se descubre cuando uno compara el contexto bíblico con nuestro propio contexto. Llama la atención las similitudes del mundo del Nuevo Testamento y el nuestro. Como hace dos mil años, hoy somos parte de un mundo que sostiene una cultura, con comunicaciones fantásticas que permiten ponernos en contacto con personas y lugares distantes. Como el de aquel entonces, el nuestro es un mundo urbano, signado por una impresionante explosión demográfica, y castigado por los flagelos de la enfermedad, la inseguridad, la violencia, la muerte, la injusticia y el vacío interior. El cristianismo del primer siglo fue esencialmente urbano. La diáspora judía, que fue la protagonista de la primera expansión cristiana, era urbana. Las iglesias eran urbanas. El campo de misión era urbano. Incluso una lectura superficial de los documentos del Nuevo Testamento muestra que la estructura de la iglesia estaba adaptada al contexto urbano en que cumplía su misión. Eran iglesias caseras, metidas en los barrios de las grandes urbes, tanto dentro como fuera del Imperio Romano. Por casi dos siglos no hubo templos que sirvieran como edificios especializados y afectados al culto religioso, de manera que los primeros cristianos no tuvieron que luchar con la relación entre templo e identidad, o la funesta confusión que perSiste en el vocablo "iglesia," entre la comunidad de los llamados y el edificio en que se congregan. Por mucho tiempo la iglesia de una ciudad careció de un lugar propio de reunión. De allí que su característica principal fuese la dispersión y no la concentración. Aparentemente, pues, en una ciudad había varias congregaciones o iglesias caseras, que constituían a su vez la iglesia de esa ciudad. El caso de la iglesia que estaba en Éfeso es bien ilustrativo. En Hechos 20.17, leemos que "desde Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso:' Notemos que el vocablo "iglesia" aparece en singular, mientras que los líderes aparentemente eran muchos. Además, como es obvio, no existía en la ciudad un templo cristiano o un edificio afectado al culto, sino más bien parece que los creyentes se congregaban en los lugares públicos y en las casas (v. 20). En el v. 28, Pablo les encarece a los líderes en el sentido que ''tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño," dice él, "sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre:' Es interesante el uso que el apóstol hace del número en estas palabras: plural (''todo el rebaño") y singular ("la iglesia de Dios"). Evidentemente en Éfeso había una sola iglesia, que se congregaba en múltiples casas, y contaba con muchos pastores. De hecho, en el caso de Éfeso nos encontramos con lo que podríamos denominar un éxito rotundo de la misión. No sólo quedó desbaratada la adoración de Diana y el negocio que giraba a su alrededor, sino que fueron muchísimos los convertidos al evangelio. Pablo mismo señala que "a judíos y a griegos les he instado a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús" (Hch. 20.21). Él manifiesta que "sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios" (v. 27), y que "durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en particular" (v. 31). Efectivamente, sus enemigos en Éfeso tuvieron que reconocer que "el tal Pablo ha logrado persuadir a mucha gente, no sólo en Éfeso sino en casi toda la provincia de Asia" (Hch. 19.26).
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E~ un contexto de gran crecimiento, la iglesia debía usar de una gran creatividad e imaginación. El crecimiento explosivo de la iglesia demandaba de estructuras elásticas y adaptables a situaciones nuevas y diferentes. La iglesia de Jerusalén llegó a tener más de 5000 miembros reunidos en centenares de hogares, en un determinado momento de su desarrollo. Sin embargo es
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
considerada una sola iglesia en la ciudad de Jerusalén. La iglesia fue creciendo de manera vertiginosa en muy poco tiempo después de Pentecostés, cuando "se unieron a la iglesia unas tres mil personas" (Hch. 2.41). La experiencia de aquellos primeros cristianos fue que "el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos" (2.47), hasta que "muchos de los que oyeron el mensaje creyeron, y el número de éstos llegaba a unos cinco mil" (4.4). Pero allí no se detuvo el proceso en la comunidad cristiana de Jerusalén, sino que "seguía aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor" (5.14), al punto que "la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe" (6.7). Otra instancia ilustradora es la de algunas de las iglesias a las que Pablo escribe sus cartas. Es interesante notar que los saludos en la carta a los Romanos no están simplemente dirigidos a personas particulares, sino especialmente a las congregaciones que ellas representaban, bien sea porque se reunían en sus casas o porque las lideraban. Cuando el apóstol les dice: "Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que estén en Roma, que han sido llamados a ser santos" (Ro. 1.7), está saludando a la iglesia de la ciudad. Al final de su carta, sus saludos particularizan a algunas de las congregaciones que integraban esa iglesia (Ro. 16.5, 10, 11, 14, 15). Además, el Nuevo Testamento hace una distinción entre la iglesia de una ciudad y las iglesias de una región o provincia. Cuando Pablo usa el singular ("iglesia") se refiere a la iglesia de la ciudad (1 Co. 1.2; 2 Co. 1.1; Ef. 1.1; Fil. 1.1; Col. 1.1, 2; 1 Ts. 1.1). Cuando Pablo usa el plural ("iglesias") se refiere a las iglesias en una región: Gá. 1.2. En Col. 4.15, Pablo se refiere a la iglesia de una ciudad y a la iglesia en una casa: "Saluden a los hermanos que están en Laodicea (la iglesia de la ciudad), como también a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa (la iglesia particular):' Las siete iglesias de Apocalipsis (Ap. 2 Y 3) son iglesias de cada una de las ciudades que se mencionan, todas ellas ubicadas en Asia Menor.
EJERCICIO 5
Completar los espacios en blanco. En el Nuevo Testamento se mencionan muchas iglesias particulares que se congregaban en las casas de los creyentes y en algunos casos se dan los nombres de sus dueños. ¿Quiénes eran?
Filipos (Hch. 16.40): Corinto (Hch. 18.7): Roma (Ro. 16.3-5a): Roma (Ro. 16.14): Roma (Ro. 16.15): Éfeso (1 Co. 16.19): Laodicea (Col. 4.15) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ Colosas ( Flm. 1, 2)
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La Iglesia del nuevo milenio, una ecleSiologia para el nuevo siglo
_ Una iglesia institucional y la ekklesia Otra distinción necesaria es la que existe entre la ekklesia del Nuevo Testamento (por llamarla de algún modo) y la iglesia institucional. De todos los grandes maestros del cristianis~o, Martín Lutero fue quizás quien percibió con más claridad esta diferencia. El reaccionó duramente contra el quid pro quo (confusión, error) que identificaba a ambos términos. Por eso se rehusaba a tolerar la mera palabra "iglesia," ya que la consideraba una traducción "inexacta e incomprensible."23 En su traducción de la. Biblia, Lutero traduce el término neotestamentario ekklesia por "congregación," para evitar la connotación institucional del vocablo "iglesia." En sus escritos catequéticos parafrasea la expresión credo ecclesiam (credo de la iglesia) por "credo de la cristiandad" o de la Comunidad Cristiana. 24 y como bien señ&lara Karl Barth: "Mucho se habría ganado si el vehemente deseo de Lutero hubiese triunfado sustituyendo, como él quería la palabra Iglesia por el término congregación."25 Nos hubiésemos ahorrado las nefastas consecuencias de haber confundido el vocablo "iglesia" con una institución, y hubiésemos podido expresar mejor su sentido original. Sobre este particular, Emil Brunner comenta: "Él [Lutero] se dio cuenta de que la Ecclesia del Nuevo Testamento no es precisamente un 'ello/ una 'cosa,' una 'institución,' sino más bien una unidad de personas, un pueblo, una comunión, y como él tenía un conocimiento pleno de su NUevo Testamento sabía y enfatizaba que en él se habla frecuentemente de la Ecclesia donde la palabra misma no es usada; las expresiones equivalentes, sin embargo, son siempre de una naturaleza personal: el Israel de Dios, la simiente de Abraham, la raza sacerdotal elegida, el pueblo propio de Dios, etc. La palabra Ecclesia misma, no obstante, significa congregación, pueblo de Dios:'26 Charle.s Van Engen: "Durante la Edad Media, el concepto exclusivamente institucional de la iglesia asumió su forma. más extrema. En reacción, los reformadores del siglo XVI enfatizaron la iglesia como una comunidad y comunión. Muchas personas sienten hoy que necesitamos buscar de mantener a ambos elementos en igual perspectiva, especialmente cuando se trata de la cooperación misionera entre iglesias y agencias misioneras. La iglesia es tanto institución como comunidad. La comunidad invariable y necesariamente asume una forma institl.Jcional; la institución sólo existe como la expresión concreta de la comunión de personas:'27 Debe tenerse presente que al hacer la distinción entre la iglesia como una institución y la ekklesia no estamos hablando de dos realidades separables. Más bien, estamos haciendo referencia a dos aspectos de una sola realidad. Por eso es posible hablar de la iglesia como organismo y la iglesia como institución al mismo tiempo. Se trata de dos aspectos bien diferentes de la iglesia considerada como un cuerpo visible.
,3
Martín Lutero, Obras de Martín Lutero,
5' 1°5.
" Ibid. O
'
j, Q.,
'5
Barth, Bosquejo de dogmática. 'l'l4.
,6
Brunner, The Misunderstanding of Ihe Church, 15. Van Engen. "Perspectives on the Church," 'l1.
'7
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
Louis Berkhof: "La Iglesia como organismo es el coetus fidelium la comunión de los creyentes, que están unidos en el vínculo del Espí;itu, mientras que la Iglesia como institución es la mater fidefium, la madre de los creyentes, una Heilsanstaldt, un medio de salvación, una agencia para la conversión de los pecadores y el perfeccionamiento de los santos. La Iglesia como organismo es carismática: en ella se manifiesta y es utilizado en la obra del Señor todo tipo de dones y talentos. La Iglesia como institución, por otro lado, existe en una forma institucional y funciona a través de los oficios y medios que Dios ha instituido. Las dos están coordinadas en un sentido, y no obstante, hay también una cierta subordinación de la una a la otra. La Iglesia como institución u organización (mater fidelium) es un medio para un fin, y éste se encuentra en la Iglesia como un organismo, la comunidad de los creyentes {coetus fidelium):'28
_ Una iglesia tradicional y la iglesia renovada Finalmente, hay que distinguir entre una iglesia tradicional y la iglesia renovada. Por cierto, esta distinción no se encuentra en el Nuevo Testamento, sino que es más bien un producto de la historia. En general, la iglesia renovada es una reacción contra la exterioridad de la iglesia tradicional, es decir, su énfasis en los aspectos externos y superficiales de la fe cristiana, y su atención puntillosa a las cuestiones meramente religiosas. En particular, esta reacción es también contra la concepción meramente formal e institucional de la iglesia, olvidando a veces que la iglesia es, antes que nada, una comunidad de personas animadas por el Espíritu Santo. La iglesia tradicional descansa plácidamente en la herencia recibida, sin darse cuenta o querer reconocer que el mundo cambia constantemente y que, en consecuencia, ella misma debe ser transformada permanentemente para poder cumplir su misión con mayor efectividad. Vivimos en un mundo de rápidos cambios, y nos encontramos en un tiempo de transición permanente. Esta generación es testigo de uno de los cambios más impresionantes y revolucionarios de los últimos siglos. Algunos de los indicadores de los cambios que se están produciendo hoy son las siguientes transiciones: (a) De un mundo moderno a un mundo posmoderno. (b) De lo natural a lo sobrenatural. (c) De lo científico-tecnológico a lo espiritual-sensible. (d) De la racionalidad a la experiencia. (e) De lo especializado y particular a lo integrado y orgánico. Estos cambios se ven reflejados en la esfera religiosa y eclesiástica. En este plano, también se verifican nuevas tendencias que demandan de la iglesia una actitud de permanente renovación eclesiológica y misionológica. Algunas de estas tendencias representan nuevas realidades eclesiológicas, y en muchos casos las iglesias renovadas son un reflejo de estos factores. (a) De un cristianismo centrípeto a un cristianismo centrífugo. El desarrollo numérico explosivo y la disminución de los prejuicios populares hacia los evangélicos resultan en más oportunidades para anunciar a Cristo que nunca antes. La presencia evangélica es aceptada y valorada más y más por vastos sectores de la sociedad.
,s Berkhof. Systematic Theology. 567'
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo
Los evangélicos tenemos grandes posibilidades en el futuro para un protagonismo significativo en diversas áreas: economía, política, cultura y educación. (b) De un cristianismo denominacional a un cristianismo postdenominacional. Nos estamos moviendo bastante rápido hacia un cristianismo evangélico nodenominacional. En América Latina hoy la identidad evangélica es más fuerte que nuestra propia identidad denominacional. El denominacionalismo, al igual que su cuna, la modernidad, está entrando en crisis en estos días. Algunos de sus productos e instituciones también están en crisis: misiones modernas, voluntarismo, escuela dominical, revivalismo, asistencialismo, etc. Hoyes cada vez más difícil hablar de "principios bautistas," "ideales metodistas:' "doctrinas calvinistas," o "prácticas pentecostales:' La epidermis denominacional se está tornando cada vez más permeable y estamos influyendo y siendo influidos más profundamente por otros dentro de la familia evangélica. (c) De un cristianismo centrado en los enunciados dogmáticos a un cristianismo orientado a la práctica. Es decir, hay un movimiento que va de la ortodoxia a la ortopraxis. Hay una nueva cultura en gestación en nuestro mundo hoy. La tendencia de esta nueva cultura es a la integración antes que a la dispersión o discriminación. En este contexto cultural, los evangélicos estamos . desarrollando una nueva cosmovisión, caracterizada por un énfasis menor sobre la ortodoxia y un énfasis mayor sobre la ortopraxis. Esto significa que estamos más interesados en las expresiones reales de nuestra fe que en la gramática de la fe. Un énfasis sobre el señorío de Cristo y una teología del reino son los elementos principales en este proceso de dejar detrás una ortodoxia estéril y movernos hacia una ortopraxis efectiva. Una cristología encarnacional está produciendo también una mayor percepción de un Dios que está cerca de nosotros y que está comprometido con las cuestiones humanas y con la historia. (d) De un cristianismo rural a un cristianismo urbano. El cambio de un cristianismo rural a un cristianismo urbano es revolucionario y genera profundas tensiones. La mayor parte de nuestras discusiones y conflictos' en materia eclesiológica y misionológica están relacionados con esta tensión, que es mayormente cultural. La fe evangélica tradicional es el resultado de las elaboraciones culturales que se originaron en contextos rurales, principalmente en los Estados Unidos durante el siglo XIX. La iglesia en la ciudad debe tomar seriamente en cuenta este conflicto de orientaciones culturales y concepciones de la realidad, mientras considera las mejores maneras de servir al Señor. Una iglesia renovada va a prestar mucha atención al contexto cultural en el que testifica de su fe. (e) De un cristianismo institucional a un cristianismo postinstitucional. Hoy se siguen nuevos patrones para expresar el deseo del pueblo de experimentar la vida y a Dios de una manera directa. Las personas no quieren tener experiencias indirectas o secundarias, a través de mediadores o intérpretes humanos e institucionales estandarizados. La lealtad de los creyentes a su congregación local o denominación está decreciendo. Las lealtades institucionales no parecen ser el elemento más importante para muchos cristianos. C'(
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(f) De un cristianismo estructural a un cristianismo relacional. Una nueva cultura con organizaciones más fluidas está en desarrollo en nuestro mundo hoy. Estas organizaciones se rehúsan a crear estructuras jerárquicas y son adversas a cualquier formalismo institucional. Las redes de relaciones personales
La naturaleza de la Iglesia: Concepto
son más importantes que las líneas rígidas de las jerarquías establecidas. Las congregaciones son dirigidas siguiendo un esquema de autoridad y sujeción espiritual. Se habla de ministerios y no de cargos, de autoridad espiritual antes que de poder político o influencia personal, y de consenso en lugar del voto de la mayoría. La iglesia renovada se está desplazando de una.~a, que en la iglesia tradicional es básicamente clerical, a una comunidad de ministros. En las iglesias renovadas el modelo de liderazgo es más particlpativo. El liderazgo en equipo es el modelo de liderazgo que parece .prevalecer. (g) De un cristianismo moderno a un cristianismo postmoderno. La nueva cultura en gestación se caracteriza por organizaciones más fluidas, que se resisten a crear estructuras jerárquicas y son adversas a los dogmatismos. Las necesidades espirituales y emocionales del ser humano reciben más atención que la razón y el método del razonamiento científico. La búsqueda de lo absoluto y la unidad de la existencia humana son lo más importante, al menos como aspiración última de la cultura. Esto significa que se está produciendo un movimiento muy significativo que va de la racionalización y verbalización de la fe a la experiencia y manifestación de la misma. Pensar en una iglesia tradicional es pensar en un absurdo o una contradicción. Una iglesia viva no puede ser otra cosa que una iglesia renovada. El imperativo bíblico es precisamente una renovación permanente. "No se amolden al mundo actual," dice Pablo, "sino sean transformados mediante la renovación de su mente." Y agrega: "Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta" (Ro. 12.2). Este "ser renovados en la actitud de la mente" (Ef. 4.23) es la característica distintiva de una iglesia auténticamente renovada. Y esta actitud dinámica es siempre el resultado de la obra del Espíritu. Como señala David Haney: "Si la Iglesia ha de ser renovada, esto sólo ocurrirá por el Espíritu Santo, no por medio de técnicas. 'La renovación comienza por dentro' en la vida espiritual de los creyentes individuales. Ésta es la lección imprescindible para la Iglesia de hoy."29 Si el Señor tuviera que hablar a su iglesia hoy: ¿Qué haría? ¿A quién hablaría? Haríamos bien en prestar atención a las palabras de John Stott: "Necesitamos tener la perspectiva de la iglesia que Jesús mismo tenía, y redescubrir la visión de una iglesia viva, renovada por el Espíritu Santo, tal como lo fue en sus primeros tiempos:'3o
EJERCICIO 6
Formar grupos de seis discípulos y discutir por unos minutos el siguiente tema: ¿Es mi iglesia una iglesia tradicional o renovada?
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David Haney. Renueva mi iglesia (Buenos Aires, Junta Bautista de publicaciones. 1974.)· 89'
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Stott. Señales de una iglesia. viva.
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Capítulo 2
Carácter Al pensar en el carácter esencial de la iglesia, el factor fundamental a tener en cuenta es que, como indiqué, la iglesia es una comunidad de personas. Desde los días del ministerio de Jesús en la tierra y su relación con sus discípulos, la reunión de sus seguidores en torno a él ha tenido este carácter comunitario esencial. Alrededor de Jesús-su persona, enseñanzas y acciones-se fue integrando un nuevo tipo de comunidad caracterizada por el amor, la libertad, la verdad, la justicia y la paz. Este nuevo modelo de relación religiosa y este nuevo estilo de vida comunitario resultó totalmente novedoso en relación con Jo que hasta entonces había sido la vivencia en el pueblo de Israel. Con Jesús y sus discípulos se inauguró un nuevo tipo de comunidad de fe. Esta nueva comunidad, que con Pentecostés llegaría a ser la iglesia, se caracterizó por varios elementos de carácter propiamente comunitario. Por un lado, esta comunidad de fe estuvo basada sobre un nuevo pacto, caracterizado por la iniciativa divina en el perdón de los pecados e iniciado por el sacrI1fclo vicario de Cristo en la cruz (Mt. 26.28; 2 Co. 3.6; Ro. 11.27; He. 8.6; 9.15, 16; 1 Jn. 5.20). Además, esta nueva comunidad de fe estaba compuesta tanto por judíos como por gentiles. En otras palabras, se trataba de una comunidad singularmente universal tanto en su alcance como en su significado (Mt. 28.19, 20; Hch. 1.8, 10; Gá. 3.28; Ef. 2.14, 15). En esto, esta nueva comunidad contrastaba notablemente con el universalismo de Israel, que en su mejor expresión fue siempre implfcito e intensivo, pero no logró alcanzar una expresión acabada. Finalmente, esta nueva comunidad de fe es el resultado, signo e instrumento de un movimiento salvífico que comienza con la cruz del Siervo Sufriente y que se difunde por el poder del Señor resucitado, hecho presente por el Espíritu en la proclamación del perdón de pecados (Le. 24.46-49), a los cuatro rincones del mundo. 1
, Orlando E. Costas. ehrist OuUide th.e Cate, Mission Beyond ehristendom (Maryknoll. NY: Orbis Boob. 19 84),45.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
¿CÚAL ES LA NATURALEZA DE LA IGLESIA CRISTIANA?
La iglesia es esencialmente una comunidad de personas.
_ El concepto de comunidad El concepto de comunidad se ha popularizado notablemente en las últimas décadas. Desde la sociología se ha difundido este concepto, que tuvo a Ferdinand T6nnies como uno de sus exponentes más elocuentes. Según él, la Gemeinschaft (comunidad) es un tipo ideal o generalizado de sociedad en el que los vínculos sociales se basan en lazos personales íntimos de fraternidad. T6nnies hace una distinción entre dos tipos básicos de sociedad: Gemeinschaft y Gesselschaft. La primera significa "comunidad" en alemán y se refiere a un tipo de sociedad que se caracteriza por el predominio de las relaciones primarias íntimas y por el énfasis en la tradición, el consenso, la informalidad y la relación fraterna. 2 Así, pues, la comunidad es un sistema de relaciones interdependientes, que funciona como una unidad social auto-consciente y constituye el elemento básico de la identificación grupal. Los miembros de la comunidad comparten una cierta identificación entre sí, junto con el sentimiento de intereses comunes y objetivos semejantes. También sostienen un cierto grado de cooperación mutua y una cierta noción de su existencia como comunidad, tanto por parte de sus integrantes como de aquellos que no forman parte de ella.
Douglas P. Biklen: "Algunas personas, si bien no muchas, escogen vivir en aislamiento de otras personas. Pero fuera de ermitaños rurales y reclusos urbanos, la mayor parte de las personas desean la oportunidad de experimentar un sentimiento de pertenencia. Generalmente las personas quieren encontrar su propia comunidad o, para ponerlo más exactamente, crear su propia comunidad, ya sea de amigos, vecinos, obreros o creyentes. Y, esto no es extraño-cuando las personas encuentran comunidad, encuentran que tienen un poder mayor sobre sus vidas. Encuentran maneras de resolver problemas. Encuentran apoyo y un sentido de pertenencia. Encuentran mayor significado en la vida. En el mismo sentido, cuando las personas son aisladas por la fuerza, frecuentemente se transforman en víctimas de la explotación, el autoritarismo y la alienación. Se sienten sin poder, vulnerables y sin importancia."3
, Ferdinand Tonnies. Principios de sociología (México: Fondo de Cultura Económica. 1946). Z9-31. Gesellschaft es un tipo de sociedad en la que predominan las relaciones secundarias. es decir. en la que las relaciones sociales son formales. contractuales. instrumentales. impersonales y especializadas. El término Gesellschafl (que en alemán significa "sociedad") fue también introducido por Ferdinand Tonnies como un tipo ideal o abstracto opuesto al de Gemeinschafl. La sociedad urbana moderna. particularmente la que se desarrolla en las grandes áreas metropolitanas. es un ejemplo de este tipo social. Son caracteristicas de este tipo social la débil organización familiar. el énfasis en los objetivos utilitarios. y la naturaleza impersonal y competitiva de las relaciones sociales que en ella predominan. 3 Douglas P. Biklen. Communitr Organizing: Theory and Practice (Englewood CHffs. N.J.: Prentice - Hall. 19 83 ).5.
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
La comunidad se caracteriza por relaciones sociales primarias, es decir, relaciones duraderas, basadas sobre el contacto frecuente y directo. Estas relaciones, a su vez, se caracterizan por un profundo compromiso personal y emotivo. Una relación primaria no se limita a la realización de una actividad específica, sino que implica una variedad de intereses y actividades comunes. Los individuos, en una relación tal, se interesan en una amplia gama de la vida de cada uno respecto del otro. Las personas en una relación primaria tienen mucha información recíproca y una amplia extensión de derechos y obligaciones mutuos. Precisamente por tratarse de un sistema de relaciones primarias, la comunidad se distingue porque las personas se valoran mutuamente como individuos. De este modo, un miembro de la comunidad no puede ser simplemente reemplazado por otra persona con igual competencia para desempeñar un rol particular, como es el caso en una relación secundaria, donde el énfasis está puesto en las funciones interpersonales que llevan a cabo los miembros. Es más probable que los miembros de una relación primaria se consideren recíprocamente como fines antes que como medios y, así, no es probable que se traten mutuamente de un modo puramente instrumental o formal.
_ La iglesia es una comunidad Con lo apuntado hasta aquí sobre el concepto de comunidad es suficiente para entender a la iglesia cristiana como una comunidad particular, caracterizada por relaciones primarias. El compromiso personal y emotivo es con ideales y valores que van más allá de la comunidad misma, pero que le dan existencia y razón de ser. En este sentido, la iglesia es esencialmente una comunidad de creyentes, ligados por el amor fraternal en torno a su fe común en Jesucristo como Señor de sus vidas, y unidos en la procura de grandes fines comunes. Juan A. Mackay: "Compartimos el concepto de que la Iglesia Cristiana es básicamente un compañerismo, que ella es la comunidad de aquellos para quienes Jesucristo es el Señor. Creemos que la realidad esencial de la Iglesia es la comunidad y que la comunidad es más básica a la realidad de la Iglesia que la organización o la estructura, las cuales son secundarias."4 Como ya vimos, Lutero prefería referirse a la asamblea o reunión de los creyentes usando el vocablo alemán gemeinde (comunidad) y no la palabra alemana Kirche (iglesia), que fácilmente se confunde con un edificio o una institución. 5 En este sentido, la iglesia es la comunidad de aquellos que están unidos a Jesucristo mediante el Espíritu Santo. A la unión vertical de Cristo con sus discípulos le sigue la unión horizontal de éstos entre sí en virtud de su común relación con Cristo, a través de la operación del Espíritu Santo .
• JuanA. Mackay, "The Witness ofthe Reformed Church in the World Today," TheologyToday 11 (Octubre 1954): 375· 5 Kirche viene del griego Kyriake oikia, que significa" casa del Señor," o bien de circa, palabra latina que designa un lugar cercado en redondo.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo Además, al decir que la iglesia es una comunidad es necesario subrayar la palabra una. Como comunidad confesante, la iglesia no se caracteriza por la dispersión sino por la reunión; no está marcada por las diferencias sino por lo que se tiene en común. Cuando et Credo Apostólico dice Credo unam ecclesiam lo que está diciendo es que hay una forma del pueblo único de Dios, pueblo que ha oído la voz de su Señor y lo sigue. Karl Barth dice: "Los cristianos verdaderamente ecuménicos no son aquellos que bagatelizan las diferencias y revolotean sobre ellas, sino son precisamente aquellos otros que dentro de su respectiva iglesia son muy concretamente Iglesia."6 La iglesia es una, y lo es porque vive de la comunión del mismo Cristo (Mt. 18.20). La presencia viva de él en medio de los que confiesan su nombre y le sirven como Señor coloca en un segundo plano las posibles diferencias y distinciones. Es por esto que, a pesar de la riqueza de matices y experiencias divergentes, la iglesia sigue siendo una.
EJERCICIO 7
Indicar los pasajes bíblicos que correspondan. El carácter de la iglesia cristiana como una comunidad es Ilustrado por el hecho de que tres grandes acontecimientos en la historia del cristianismo neotestamentario ocurrieron en una casa de familia en Jerusalén:
La última cena de Jesús con sus discípulos:
Las apariciones del Jesús resucitado a los apóstoles:
La venida del Espíritu Santo:
fui!JU:
Marcos 14.12-26; Juan 20.14-29; Hechos 2.
LA IGLESIA COMO COMUNIDAD
Hay una variedad de elementos, propios de la vida y experiencia comunitaria de la iglesia, que la definen como comunidad. La consideración de estos
• Barth. Bosquejo de dogmática. ~~7.
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
elementos, a la luz del testimonio escriturario (especialmente la experiencia de los cristianos en Tesalónica), nos ayudará a entender mejor este aspecto cardinal del carácter de .Ia iglesia como una comunidad de personas y captar mejor el misterio de su naturaleza.
_ Una comunidad de alabanza La alabanza es la sumisión total al Dios vivo y verdadero. Alabanza es algo más que cantar y celebrar al Señor con entusiasmo. Alabar es obedecer y servir al Señor con todo. Se trata de la expresión de una conversión radical, una conversión como la que experimentaron los creyentes de Tesalónica (1 Ts. 1.9, 10). Hay que tener presente que Tesalónica era una ciudad idólatra por excelencia. Cuando el evangelio llegó a los tesalonicenses ellos recibieron la palabra del Señor y cambiaron su lealtad y el centro de su vida. Noten que se trata de una "conversión," es decir, de un cambio radical y absoluto de orientación. Una iglesia que alaba a Dios es una iglesia que sirve a Dios de manera total. En el marco de una sociedad que es pluralista y relativista en materia religiosa, la iglesia debe tener una fe firme y sin contemporizaciones. No se puede servir a dos señores. No se trata de fanatismo, sino de un compromiso radical con Jesús y el evangelio. Cuando invitamos a las personas a confesar a Jesús como Señor no lo hacemos para que confiesen a nuestro Jesús (exclusivismo), o a Jesús y a otros dioses (pluralismo), o a cualquier Jesús (relativismo), o a una idea cósmica o amorfa de Jesús (inclusivismo). Nuestra invitación es que confiesen a Jesús el Señor, quien invita a la conversión y a la transformación de vida a todos los que confiesan su nombre. No hay otra manera de ser iglesia de Cristo en una sociedad pluralista y relativista. ¿Cómo puede la iglesia sobrevivir en un contexto pluralísta como es la ciudad? La iglesia forma parte de la misma cultura de la ciudad y está en el mismo lugar, pero teológicamente es diferente. Su lealtad primera y última está puesta en Cristo su Señor. Como una comunidad de alabanza, es un lugar donde las personas encuentran su verdadera libertad y dignidad, su verdadera igualdad en sumisión a aquel que es el único Señor y digno de toda alabanza.
_ Una comunidad de verdad La iglesia no debe estar fundada sobre las opiniones humanas, por valiosas que éstas puedan ser (1 Ts. 2.3-5). La ciudad está llena de "palabras de hombres" o meras voces humanas (1 Ts. 2.13). La ciudad es un lugar que se caracteriza por la diversidad de opiniones. El ciudadano es bombardeado permanentemente por infinidad de ideas, imágenes, esloganes y relatos que presuponen una concepción del mundo totalmente diferente de la del cristiano. En el mercado de las ideas, la propaganda y las opiniones, la iglesia puede perder su camino si no tiene cuidado de mantenerse firme al contenido de su misión, que es la verdad del evangelio. La iglesia está fundada sobre la verdad de Dios. La palabra que predicamos, como dice Pablo, es "palabra de Dios" (1 Ts. 2.13). La verdad de Dios y la palabra de Dios son una misma cosa. Todo lo que Dios quiere que sbepamoshde éblreesstáy expresado en su palabra, conforme fue registrada en la Bí lia por om l'
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La Iglesia de! nuevo milenio, una eclesiologia para e! nuevo siglo
mujeres que actuaron bajo la guía e inspiración del Espíritu Santo. Esta verdad de Dios no es sólo un dogma, credo o doctrina (un cierto conocimiento), sino un poder que actúa en el creyente. De un modo muy real, la iglesia, como la asamblea de aquellos que han sido llamados por Dios para cumplir en su nombre con un objetivo determinado, se reúne en torno a la Palabra de Dios, que deviene poder de Dios (He. 4.12,13). R. Falsini: "La asamblea nace de la palabra de Dios que convoca y tiene como centro esa palabra. El pueblo es convocado en su totalidad para escuchar la palabra y para sellar con Dios la alianza mediante una profesión de fe que tomará forma concreta, según la tradición sacerdotal, también en el sacrificio. No se trata de una simple reunión de culto, parecida a las paganas, sino de una convocatoria divina que desemboca en una alianza sellada por la adhesión del pueblo, con lo que éste se convierte en el pueblo de Dios."7 En orden a ser una comunidad de verdad, la iglesia necesita no sólo tener la verdad en su vida, sino también (y esencialmente) ser poseída, dominada, y controlada por la verdad. La iglesia no es guardiana de la verdad, sino proclamadora y anunciadora de la verdad. La mejor defensa del evangelio es su proclamación (1 Ts. 1.8).
Una comunidad de servicio La iglesia no vive para sí misma sino para su Señor. En todas sus cartas Pablo menciona a Jesucristo como Señor y habla de él mismo como su siervo. Cuando la iglesia vive para sí misma, automáticamente pierde su misión. No importa cuán ortodoxa, pura y entroncada con la más rancia tradición se considere una iglesia: si Cristo no la gobierna, esa iglesia no es de Cristo. La iglesia ha sido puesta por Dios en la ciudad para ninguna otra cosa que para servir. La iglesia no es una familia humana sino la familia de Dios, y como tal está llamada a ser vecina de todos aquellos a quienes Dios ama. Leslie Newbigin ha dicho: "[La iglesia] será la iglesia para el lugar específico donde vive, no la iglesia para aquellos que deseen ser miembros de ella-o mejor, será para ellos en la medida en que ellos estén dispuestos a ser para la comunidad más amplia." Una tendencia trágica de muchas iglesias en la ciudad es que se transforman en guetos de los elegidos o de "gente como uno". Cuando esto ocurre, la iglesia deja de ser la iglesia para transformarse en cualquier otra institución de factura humana. ¿Qué clase de iglesia somos? ¿Somos una iglesia urbana como la de Tesalónica? Alabanza, verdad y servicio deben ser como un trípode que exprese nuestro compromiso con la misión que el Señor nos ha confiado en la ciudad. Como iglesia, no estamos en el mundo para otra cosa que para imitar a Cristo en sus acciones de poder, ser ejemplo a todos los creyentes, y divulgar la palabra del Señor por todas partes. ¿Seremos capaces de lograrlo en obediencia al Señor y llenos de su Espíritu Santo?
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R. Falsini. "Asamblea litúrgica." en Diccionario teológico interdisciplinar. vol. l. ed. por L. Pacomio, Fr. Ardusso, G. Ferretti. G. Ghiberti. G. Moioli. D. Mosso. C. Piana. y L. Serentha (Salamanca: Ediciones Sígueme. 198:ü. 485.
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La naturaleza de la Iglesia: Carácter
_ Una comunidad de testimonio
Bajo el título "El evangelio y la comunidad del Espíritu" la Declaración de Quito, subscripta en ocasión del Tercer Congreso Latinoamericano de Evangelización (CLADE 111), dice: "La persona del Espíritu Santo actúa con poder en el mundo. Lo hace primordialmente por medio de la Iglesia otorgándole vida, poder y dones para su desarrollo, madurez y misión. La Iglesia, comunidad de reconciliados con Dios, es enviada al mundo por Jesucristo. En ella se opera una transformación radical que muestra el propósito divino de eliminar toda injusticia, opresión y signos de muerte. Como comunidad del Espíritu, la Iglesia debe proclamar libertad a todos los oprimidos por el diablo e impulsar una pastoral de restauración que traiga consuelo a los que sufren discriminación, marginación y deshumanización."8 La iglesia debe ser una comunidad de testimonio como fue la iglesia de Tesalónica (1 Ts. 1.8). Como puede verse a la luz de este caso bíblico, el testimonio de la iglesia debe ser doble. Por un lado, la iglesia debe dar un testimonio centrípeto del mensaje del Señor, es decir, hacia adentro. La iglesia debe darse testimonio a sí misma del poder transformador del Señor (1 Ts. 1.2, 3). Éste es el testimonio de la iglesia a los que forman parte de la familia de la fe. Este testimonio centrípeto mueve a la acción de gracias y estimula a otros creyentes. Pablo da gracias a Dios por los cristianos de Tesalónica y les reconoce que "se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya" (v. 7). El deber de evangelizar a los que están fuera de la iglesia no nos exime de la responsabilidad de evangelizar a los que están dentro. Esto significa compartir con ellos el mensaje del Señor, darles las buenas noticias de su reino. La iglesia debe evangelizarse a sí misma. Debemos compartir la buena noticia entre nosotros, las palabras tocantes a lo que el Señor hizo para nuestra salvación. Ésta fue también la exhortación de Pablo a los tesalonicenses (1 Ts.4.18). Por otro lado, la iglesia debe dar un testimonio centrífugo del mensaje del Señor, es decir, hacia afuera. La iglesia es una comunidad en la que hombres y mujeres se preparan y sostienen para el ejercicio de su sacerdocio en el mundo. El sacerdocio cristiano debe ser ejercido en la vida del mundo, y no dentro de las cuatro paredes del templo en el que se congrega la iglesia. Los dones del Espíritu Santo son herramientas para servir al Señor en el mundo y para edificar a su iglesia. El propósito de estas gracias es agregar nuevos ladrillos al edificio de la iglesia y no decorar más lo que ya está edificado. Una iglesia que no testifica al mundo se estanca. La iglesia que no evangeliza se fosiliza. Los tesalonicenses extendieron su testimonio por toda su ciudad, por su provincia, a las provincias vecinas y a todo lugar. Pablo certifica que el testimonio centrífugo de aquellos cristianos llegó a ''todo lugar" (1 Ts. 1.8). El vocablo que el apóstol utiliza en este texto cuando dice que el mensaje del Señor "se ha proclamado ... en todo lugar" viene del griego exejeo que, a su vez, deriva de ejos, que significa eco o ruido. Los tesalonicenses hicieron mucho ruido con el evangelio, tanto que tronó como un eco por toda Grecia y Macedonia.
ClADE rIl. Todo el Evangelio para todos los pueblos desde América Latina (Quito, Fraternidad Teológica Latinoamericana. '993), 856.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
Jon Sobrino: "Creo que la Iglesia de los pobres es una iglesia auténticamente misionera dedicada a la evangelización. La misión es mucho más importante que en el pasado; ella ha cambiado el ser mismo de la Iglesia."9
EJERCICIO 8 Completar los siguientes versículos bíblicos usando la versión de su preferencia. Como una comunidad de testimonio cristiano, la iglesia debe testificar:
1. Sin cesar. Isaías 62.6: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. En los hogares. Marcos 5.18, 19: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. En el poder del Espíritu Santo. Hechos 1.8: _ _ _ _ _ _ _ __
4. En las reuniones de los santos. Efesios 5.19: _ _ _ _ _ _ __
5. Sin vergüenza ni temor. 2 Timoteo 1.8: _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
6. Estando siempre preparada. 1 Pedro 3.15: _ _ _ _ _ _ _ __
_ Una comunidad de responsabilidad mutua Los tesalonicenses recibieron el mensaje del Señor (1 Ts. 1.6) y compartieron el mensaje del Señor (1.8). La fe cristiana es una vía de doble mano: recibe y da. En realidad, el cristiano recibe la palabra para poder darla. Hay una responsabilidad mutua en la iglesia que se ejercita toda vez que recibimos y compartimos el mensaje del Señor. Debemos confesar que no siempre hemos entendido bien en qué consiste esta responsabilidad mutua. Pablo entendía la vida cristiana como lÍn ejerCicio de responsabilidad mutua. Es interesante notar que en el caso de su primera carta a los tesalonicenses. Pablo se refiere una y otra vez a este espíritu de Cf
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Jon Sobrino. The True Church and the Poor (MaryknolI. N.Y.: Orbis Books. 19 84).117. 118 .
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
mutualidad (5.11; 4.18; 4.9). El apóstol veía que este espíritu de mutualidad en la iglesia tenía que ver con cuestiones fundamentales como el amor, el ánimo, la edificación, la paz y la bondad. Ninguna de estas áreas de la vida cristiana podía ser cubierta a menos que fuese mediante el ejercicio de una responsabilidad mutua en la iglesia. La expresión "unos a otros" aparece por lo menos cinco veces en la primera carta a los tesalonicenses. La congregación local está llamada a ser, por la gracia de Dios, una comunidad de responsabilidad mutua, un nuevo orden social, una comunidad modelo. Cuando pensamos en el alcance de esta responsabilidad mutua, nos damos cuenta que, para que la misma se exprese en toda su plenitud, hace falta la vigencia de una auténtica comunidad. Responsabilidad mutua significa la presencia y experiencia del amor unos a otros. Pablo les dice a los tesalonicenses: "Que el Señor los haga crecer para que se amen más y más unos a otros, y a todos, tal como nosotros los amamos a ustedes" (1 Ts. 3.12). Yen 4.9 agrega: "En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros." Además, la responsabilidad mutua involucra el aliento unos a otros (1 Ts. 4.18), y la edificación unos a otros. Dice Pablo: "Por eso, anímense yedifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo" (5.11). Finalmente, la responsabilidad mutua tiene que ver con la paz entre unos y otros. Esta paz es alentada por Pablo, cuando dice: "Vivan en paz unos con otros" (5.13). Lo mismo ocurre con la bondad mutua. Señala el apóstol: "Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos" (5.15).
Una comunidad de santidad
El Credo Apostólico dice "Creo en una santa Iglesia." ¿Qué quiere decir el Credo cuando habla de sancta ecclesiam? Según el uso bíblico, el vocablo "santo" significa algo "apartado," "consagrado," o "dedicado" a un fin superior. La iglesia es santa en el sentido de que sus integrantes han sido llamados por Dios para unirse a él y unos con otros, a fin de cumplir con su propósito redentor en el mundo. Para ello han sido escogidos desde antes de la fundación del mundo (Ef. 1.4-6), redimidos por la sangre de Cristo (Ef. 1.7,8), reunidos en una comunidad (Ef. 1.9, 10), Y enviados al mundo a proclamar un mensaje llenos de su Espíritu (Ef. 1.11-14). La iglesia no es una comunidad santa en el sentido de que sea perfecta, sino en el sentido de que ha sido llamada a vivir una vida de obediencia para Dios y de testimonio para el mundo. Como indica Emil Brunner: "El Dios que se comunica crea a través de su Espíritu hombres que desean comunicar y deben comunicar aquello que han recibido."lO La santidad de la iglesia, entonces, no es un elemento decorativo de la misma, por más espiritual que sea, sino un elemento proposicional. Esto significa que la iglesia es santa porque ha sido escogida y apartada por Dios con un propósito redentor especial. Más que de una cuestión
.0 Emil Brunner, Dogmatics, vol 3, The Christian Doctrine oflhe Church, Faith, and the Consummalion (Filadelfia, Pa., The Westminster Press, 1960), :¡6.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo de decoración, se trata de una cuestión de vocación. La iglesia ha sido llamada por Dios a salir del mundo para cumplir en su nombre con una misión particular en el mundo. Es llamada del mundo para ir al mundo a proclamar el evangelio del reino. Además, la santidad de la comunidad de fe se manifiesta en su vivencia de la justicia divina y en la expresión constante de la misma en el mundo. La Biblia relaciona directamente la santidad, tanto del individuo como de la comunidad de fe, con la justicia. Sin justicia, la santidad es imposible. Dada la naturaleza paradójica de la iglesia, hay que preguntarse concretamente, como lo hace Paul Tillich: "Si la justicia puede ser preservada en cuanto viene usada para la realización de la santidad comunitaria; y si la humanidad puede ser preservada en cuanto viene usada para la realización de la santidad del individuo:' Agrega Tillich: "Si las funciones constructivas de la iglesia, en el poder de la presencia espiritual, conquistan las ambigüedades de la religión (aunque sólo sea de manera fragmentaria), estas funciones deben ser capaces de crear una santidad comunitaria que esté unida a la justicia, y una santidad personal que esté unida a la humanidad."11 Charles Van Engen: "En medio de un gran mal individual y corporativo, la iglesia jamás debe pensar que la fuerza política o económica puede reemplazar la fuerza de la santidad en el Señor. La iglesia debe ceñirse de la verdad como un cinturón, con la justicia en el corazón de todas sus relaciones, el evangelio como su calzado, la fe como una defensa contra la opresión y el pesimismo, la salvación como su casco, la Palabra de Dios como una espada contra el mal, y la oración como el santo y seña que presenta a Dios las necesidades del mundo. Una vez que la iglesia está vestida de la armadura descrita en Efesios 6.10-20, está lista para comenzar a cambiar al mundo a través del ejercicio de una santidad verdaderamente misionera."12
_ Una comunidad de esperanza
La iglesia debe ser una comunidad de esperanza. A los tesalonicenses, Pablo los reconoce y anima como a una comunidad de esperanza (1 Ts. 1.3, 10). Las ciudades en las que servimos son uno de los lugares más desesperanzados del mundo moderno. Una de las características más dramáticas de la cultura occidental es la virtual desaparición de la esperanza. Sin esperanza, la vida se torna extremadamente existencialista y superficial, y en consecuencia, carece de perspectiva y de futuro. A veces, la iglesia misma cae víctima de la desesperanza, especialmente cuando pasa por largos períodos de prueba. Quizás la iglesia en Tesalónica tenía problemas con esto. De hecho, en la salutación de su segunda carta a los tesalonicenses, Pablo omite mencionar
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"Paul Tillich. Systematic Theology. vol. 3: Life and the Spirit: History of the Kingdom of God (Chicago: University of Chicago Press. '963). ~04.
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Books. '996).
l " Charles Van Engen. Mission on the Way: Issues in Mission Theology (Grand Rapids. Mich.: Baker 110. 111.
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
la esperanza (2 Ts. 1.3; comp. con 1 Ts. 1.3). Según el informe de Pablo, la iglesia ignoraba cuál era su esperanza o por lo menos había comenzado a generar algunas dudas sobre el particular (2 Ts. 2.1-6). La iglesia debe ser un foco de esperanza en medio de un mundo sin esperanza. A través de Cristo, la iglesia puede y debe proclamar esperanza al mundo. La esperanza siempre mira hacia el futuro, especialmente al glorioso retorno de nuestro Señor Jesucristo. No se trata de un optimismo ingenuo y quietista. La esperanza cristiana es dinámica y productiva; hace algo, opera, produce. Esta esperanza produce constancia, según Pablo, que es la fortaleza paciente frente a la oposición. Orlando E. Costas: "Por lo tanto, no nos dejemos encerrar por las estructuras de la Cristiandad sino, más bien, transformémonos en agentes apostólicos en la movilización de una iglesia sierva hacia su Señor crucificado, fuera de la puerta de una fortaleza eclesiástica confortable y segura. No vendamos nuestra primogenitura misional por la mezcla del potaje de un activismo social barato sino, más bien, seamos profetas de esperanza en un mundo de desilusión y sueños falsos, avanzando hacía la ciudad de Dios-el mundo de la justicia verdadera y de la paz real, del amor genuino y de la libertad auténtica. Amén:'13
EJERCICIO 9 Colocar los pasajes bíblicos que correspondan. La esperanza cristiana:
1. Es lo que capacitó a Abraham para convertirse en padre de la fe:
2. Es el elemento salvador de la vida: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 3. Tiene su fuente en las Escrituras: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 4. Permanece para siempre: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
5. Debe ser defendida mediante el testimonio de los creyentes: 6. Inspira una vida limpia: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
fHiJu.: 1 Jn. 3.3; 1 Co. 13.13; Ro. 4.18; 1 P. 3.15; Ro. 8.24; Ro. 15.4. _... _-- ... _.. -... -------------------_ ... -... --------------- ... --_ .. -...... -- ..... -............. -- ............ -.... -....... -- ... ---_ ....... -_ ..... _--
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Costas. Christ Outside the Cate. '94.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD DE PERSONAS
La iglesia es una hermandad, la hermandad de aquellos que han sido reconciliados con Dios a través de Jesucristo. Como señala Emil Brunner: "La Ekklesia es esta nueva humanidad que es reconciliada con Dios por Dios, y en la que, por lo tanto, cada uno tiene comunión con su hermano. Es la comunidad de aquellos que han sido reconciliados y toman su vida de la reconciliación. No es otra cosa que hombres en comunión, en comunión con Dios y en comunión unos con otros."14 Como comunidad de personas, la iglesia es una realidad visible y concreta, como lo fue la existencia corporal de Jesucristo. Por eso, la iglesia es la comunidad real y visible de los reconciliados, es decir, personas de carne y hueso. Karl Barth: "En tanto hay hombres que en uno y otro lugar se reúnen, mediante el Espíritu Santo, con Jesucristo y de este modo también entre sí, surge y existe en uno y otro lugar congregación cristiana visible. Esta congregación es una forma del pueblo, uno, santo y universal, de Dios y una comunión de personas y obras santas, porque, fundada en Jesucristo, se deja gobernar únicamente por él y quiere vivir únicamente cumpliendo su servicio de heraldo y reconoce únicamente en su esperanza, que es su límite, también su objeto y fin."15
_ La iglesia no es una institución Por ser una comunidad de personas, la iglesia no debe ser confundida con una institución. La iglesia es el cuerpo de Cristo, pero no es una corporación. El Señor estableció a su pueblo confesante como una comunidad de personas, no como una institución humana. Como comunidad, la iglesia es la compañía de los elegidos y existe porque Dios desde la eternidad se ha propuesto crear para sí un pueblo propio (Ef. 1.9-11;Tit. 2.14). La iglesia se entiende a sí misma como pueblo escogido por Dios, y su origen descansa en la voluntad eterna de Dios y en su propósito de crear una nueva humanidad a través de Jesucristo. Además, como comunidad de personas, la iglesia es el cuerpo de Cristo sobre la tierra. Fue el Señor quien nos escogió para ser sus discípulos y quien nos colocó en comunión unos con otros ligándonos con su Espíritu, para que le sirvamos en el mundo como testigos (Jn. 15.16). Y ahora nosotros somos su cuerpo, animado y energizado por su Espíritu, que se mueve al cumplimiento obediente de su voluntad, con él como cabeza. En esta comunidad de personas, el lugar del Señor visible (ahora resucitado y glorificado) es tomado por el Señor invisible, presente a través del otro Jesús, el Espíritu Santo. De este modo, esta comunidad de personas se transforma en un cuerpo, si bien está integrada por muchos miembros relacionados estrechamente entre sí (Ro. 12.5).
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Brunner, Dogmatics, 3,~1. '.\ Barth, Bosquejo de dogmática, ~~3. '4
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
A.C. Krass: "Como una sociedad humana, la Iglesia está inclinada a tomar la forma de una institución, es decir, tendrá una estructura, tendrá tradiciones, tendrá costumbres, y de tanto en tanto hará regulaciones y reconocerá procedimientos establecidos. Pero la estructura que la Iglesia encuentre útil en un lugar y en un determinado momento será diferente de la estructura que pueda necesitar en otros tiempos y en otros lugares. La Iglesia asume formas institucionales, pero básicamente es un evento más bien que una institución. La Iglesia es lo que ocurre en el encuentro creativo entre Dios y Su pueblo. El Espíritu Santo crea a la Iglesia en el momento en que Él se encuentra con hombres y mujeres, crea fe en ellos, y los mueve al ministerio... , La Iglesia es creada por el Espíritu Santo. Él es su Señor.... Si las formas se tornan absolutas y fijas, en cualquier Iglesia, eso significa que la Iglesia está fallando en su alianza al Espíritu Santo, y se está rehusando a reconocer Su señorío sobre su vida."16
_ La iglesia es una comunidad especial Finalmente, la iglesia es una comunidad de personas especial. La iglesia es una comunidad de personas santificadas. Tradicionalmente se ha dicho que la iglesia es la "comunión de los santos." No debemos pensar que esta expresión asigna algún valor moral a quienes integran la comunidad de fe. Ya hemos dicho que la iglesia es una comunidad de santidad. Pero aquí, más bien, deseo enfatizar el hecho de que la comunidad que confiesa a Cristo como Señor está formada por hombres y mujeres que han sido apartados por Dios para ejercer los dones conferidos por él y hacer obras santas. Es en la congregación de estas personas separadas del mundo y dedicadas a Cristo, que se adora al Señor, se anuncia la Palabra de Dios, se celebran las ordenanzas o sacramentos, se intercede por las necesidades de otros, y se ejercitan los dones para servir al prójimo en amor. Paul Tillich: [La iglesia] "es esencialmente un grupo de personas que expresan una realidad nueva que las ha captado. Sólo esto es lo que la iglesia realmente significa. Ella es el lugar donde el poder de la Nueva Realidad que es Cristo, y que ha sido preparada en toda la historia y especialmente en la historia del Antiguo Testamento, se mueve hacia nosotros y se continúa en nosotros."17
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD UNIDA
De todos los aspectos, el que más se destaca al pensar en la iglesia como una comunidad de personas es el de la unidad. Escribiendo a los cristianos de Corinto, el apóstol Pablo ilustra este aspecto con la imagen de la iglesia como cuerpo de Cristo (1 Co. 12.12, 13). El argumento de Pablo en todo este capítulo tiene que ver con la unidad en el cuerpo de Cristo. En Romanos 12.5, Pablo
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A.C. Krass. Go ... and Make Disciples. TEF Study Guide 9 (Londres: S.P.C.K.. 1974). 19· ~o. Paul Tillich. Theology of Culture (Nueva York, Oxford University Press. 19 6 4). ~1~.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo indica que "nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás." La misma idea se repite en 1 Corintios 10.17 Y 12.27. En Efesios, hablando de Cristo, el apóstol enseña que la iglesia "es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo" (Ef. 1.23). La misma idea la repite en Colosenses 1.18. En todos estos textos y varios más, la unicidad del cuerpo ilustra la unidad de la iglesia. El concepto de la iglesia como el cuerpo de Cristo es probablemente el tema más importante para entender las relaciones cristianas en la comunidad de fe, que es la iglesia. No podemos saber a dónde pertenecemos o quiénes somos en realidad, sin entender el concepto de la iglesia como el cuerpo de Cristo. Pero una vez que esta idea nos queda clara, entonces podemos comprender no sólo nuestra obligación para con Dios, sino también nuestra obligación y relación los unos para con los otros. En el cristianismo moderno hay tanta organización e institucionalismo, que la verdadera iglesia a veces se encuentra como perdida en la niebla. La mayor parte de las denominaciones no son más que grandes grupos de personas que parecen centrar su identidad en cualquier cosa menos en Cristo Jesús. Estas instituciones existen puramente como estructuras institucionales, sin vida ni sentido en relación con Cristo, la cabeza de la iglesia. En el extremo opuesto, hay otros grupos que se han rebelado tanto contra el denominacionalismo y la iglesia organizada, que han caído en una suerte de anarquía y descontrol. ¿Qué es la iglesia como comunidad unida? ¿Qué significa que la iglesia sea el cuerpo de Cristo? La primera cosa que Pablo nos indica en los versículos citados es que por ser el cuerpo de Cristo, la iglesia goza de unidad.
_ El paradigma de nuestra unidad ¿Cuál es el paradigma (modelo, ejemplo) para nuestra unidad? Especialmente en 1 Corintios 12.12, Pablo toma al cuerpo humano y lo usa como ejemplo para ilustrar las características de nuestra unidad, enfatizando su existencia y función. Físicamente hablando, Pablo muestra que el cuerpo humano no es un montón de pedazos o partes diferentes, sino que cada parte está ligada a un todo armónico. Es una unidad que está compuesta de muchos miembros, que cumplen funciones específicas. Sin esta unidad, el cuerpo físico no podría funcionar, ni siquiera existir. Esto es así a tal grado que yo no puedo decir: "Mi mano derecha es tan diestra y hábil que voy a cortarla y mandarla a mi trabajo para que cumpla con mi tarea." Mi mano dejaría de ser diestra y hábil ... Y moriría. Cada miembro del cuerpo necesita de los demás para poder funcionar y ser útil. Espiritualmente hablando, el principio de aplicación es el mismo. La esencia de un cuerpo físico es la unidad; de igual modo es con el cuerpo espiritual de Cristo. Nosotros somos los miembros de ese cuerpo y Cristo es la cabeza: si nos separamos del cuerpo estamos muertos, no existimos, quedamos sin capacidad para funcionar. Toda la instrucción, todo el poder cerebral, toda la energía, y todos los recursos que hacen que cada parte del cuerpo funcione, vienen de la cabeza del cuerpo, Cristo. Físicamente, la cabeza es la fuente de vida-podemos cortar la mano o el brazo u otras partes del cuerpo, y el cuerpo seguirá teniendo vida, pero no
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
podemos cortar la cabeza sin que el cuerpo muera. Si cortamos la cabeza, la vida del cuerpo se va. Espiritualmente ocurre lo mismo en el cuerpo de Cristo. Cristo es nuestra cabeza y la fuente de nuestra vida, y sin él no podemos existir (Et. 5.23; Col. 1.18). Karl Barth: "La Iglesia es Su cuerpo, creado y continuamente renovado por el poder vivificador del Espíritu Santo. No hay justificación teológica, espiritual o bíblica para la existencia de una pluralidad de iglesias genuinamente separadas de esta manera y que mutuamente se excluyan unas a otras internamente y en consecuencia externamente. Una pluralidad de iglesias en este sentido significa una pluralidad de señores, una pluralidad de espíritus y una pluralidad de dioses."1e
_ El punto de nuestra unidad
Según Pablo, la salvación es el punto inicial de nuestra unidad (1 Ca. 12.13). Todos nosotros llegamos por un mismo Espíritu a un solo cuerpo, a través de un solo camino: Cristo Jesús. Todos fuimos bautizados en un cuerpo por un solo Espíritu, y todos tenemos a ese Espíritu morando dentro nuestro. Pablo destaca esto refiriéndose en este contexto a dos bautismos. Por un lado, él hace referencia al bautismo por el Espíritu Santo: ''todos fuimos bautizados por un solo Espíritu:' Muchos se preguntan: "¿Qué es el bautismo por el Espíritu Santo?" El bautismo por el Espíritu Santo está definido justo aquí, en la primera parte del versículo 13. Es el Espíritu de Dios colocando al creyente en el cuerpo de Cristo. Es decir, todo creyente entra al cuerpo de Cristo en el momento de su salvación, al ser colocado allí por el poder del Espíritu Santo. Es precisamente este bautismo de regeneración el que experimentamos cuando reconocemos a Jesús como Señor de nuestras vidas. En ese momento, el Espíritu hace morada en nosotros, y comienza a dar testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Por otro lado, está la plenitud del Espíritu Santo. No sólo que fuimos colocados en el cuerpo por el Espíritu, sino que este mismo Espíritu mora plenamente en nosotros. En la segunda parte del versículo 13, el verbo "beber" significa "asimilar" o "apropiarse de." Esto es, el creyente que ha nacido de nuevo no tiene meramente una parte del Espíritu, sino que todo el Espíritu en su plenitud se hace presente y sienta morada en su ser interior (corazón) en el momento mismo en que ha creído en Cristo como Salvador y Señor. ¿Tiene todo cristiano al Espíritu Santo morando plenamente en su vida? ¿Qué dice Romanos 8.9b? Allí leemos: "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo:' No existe tal cosa como un creyente que no tenga el Espíritu Santo. Si pertenecemos a Cristo, entonces tenemos su Espíritu. Nuestra unidad está toda atada con el Espíritu Santo. Él es el punto de nuestra unidad. Es por esto que debemos esforzarnos "por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Ef. 4.3). Es el mismo Espíritu Santo el que nos regenera, nos bautiza en el cuerpo, y mora plenamente en nosotros desde el día en que nacimos de nuevo.
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Karl Barth, Church Dogmatics. 6 vals. (Edimburga, T. & T. Clark, 1956), 1:661,675·
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo .........
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EJERCICIO 10 Transcribir los versículos que se indican utilizando diferentes versiones bíblicas:
La unidad de los creyentes es siempre unidad en Cristo: Romanos 12.5: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
1 Corintios 10.17: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
1 Corintios 12.12: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Gálatas 3.28: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Efesios 4.13: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
_ El peligro para nuestra unidad Todos nosotros comenzamos en el cuerpo de Cristo a experimentar una unidad esencial, fundamental. Pero muy fácilmente podemos poner esta unidad en peligro. Todos nosotros entramos al cuerpo de la misma manera, experimentando al mismo Espíritu, y disfrutando de su misma plenitud. Sin embargo, una buena parte de nuestro tiempo la empleamos procurando que el cuerpo vuelva a disfrutar de unidad esencial, porque la realidad es que no está unido. ¿Qué peligros hacen que perdamos la unidad?
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El primero de ellos es el orgullo. El orgullo espiritual que lleva a muchos a creerse "super-santos" o más espirituales destroza la unidad del cuerpo. Los "super-santos" no existen en la unidad del cuerpo de Cristo. En realidad, todos deberíamos ser "super" como creyentes. A veces ocurre que estamos tan fríos y muertos que cuando alguien viene con un poco de temperatura nos parece que tiene fiebre, pero es normal. Si estamos totalmente comprometidos con Cristo y absorbidos en el ministerio del Espíritu, nuestra vida tiene que ser "super." Esto es lo normal. No existe la gente "grande" en el cuerpo de Cristo. Todos entramos a este cuerpo de la misma manera-por gracia. Si alguien puede ponerse de pie y decir: "Yo entré por hacer esto o aquello:' eso sería obras y no gracia. Pero nosotros somos trofeos de gracia ingresados al cuerpo de la misma manera. No tenemos nada de qué gloriarnos ni de qué enorgullecernos. Un .segundo peligro que acecha a nuestra unidad es lo que podríamos denominar una estructura jerárquica del ministerio. Especialmente la dicotomía
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
entre clero y laicos. Estas categorías no son bíblicas, pero han estado presentes de manera persistente en la cristiandad tradicional. La verdad es que en términos bíblicos yo no estoy por encima de ti, ni tú te encuentras por encima de mí: somos uno y nos encontramos en el mismo nivel. No hay jerarquías ni estamentos, rangos o niveles de prestigio en el Nuevo Testamento. Lo que sí hay es una asombrosa variedad de dones y funciones, pero no jerarquías. A la luz de lo dicho, si quieres elaborar un organigrama del cristianismo, tendrás que poner a Cristo como la cabeza, y luego trazar un gran círculo en el que estamos involucrados todos los creyentes sin distinción alguna. El mensaje del cuerpo de Cristo es un mensaje de unidad. Somos uno en Cristo y no hay lugar para una clase superior o inferior. Un tercer peligro que amenaza la unidad del cuerpo de Cristo es e/ aislamiento. No existe tal cosa como un creyente aislado o solitario. Un creyente que no es parte del cuerpo y que funciona por cuenta propia es una contradicción del concepto de la Iglesia como cuerpo de Cristo y comunidad unida. Cada creyente, al momento de su salvación, es colocado en el cuerpo de Cristo, de modo que es imposible ser cristiano y estar afuera del cuerpo de Cristo. El "cuentapropismo," tan característico de muchos en América Latina, es una contradicción de términos con el carácter de la iglesia como cuerpo. De igual modo, el excesivo individualismo separatista que ha atomizado a la iglesia de Jesucristo en nuestro continente, resulta en un atentado contra su esencia misma. Un cuarto peligro es la división. La Iglesia de Corinto es un ejemplo claro de una iglesia dividida y fraccionada. Había varias facciones (sectas) dentro de la iglesia. Algunos decían que seguían a Pablo; otros seguían a Apolos; algunos eran seguidores de Cefas; mientras que otros decían que ellos seguían a Cristo (1 Co. 1.12). Pablo responde a esta actitud de división en 1 Co. 1.13, y luego en 3.21-23 da una respuesta todavía más contundente. De este modo, Pablo enfatiza nuestra unidad esencial. La iglesia es la asamblea de un pueblo redimido, que debe su existencia distintiva y su vida común al hecho de que cada uno de nosotros hemos sido colocados por el mismo Espíritu en un solo cuerpo, y a la realidad de que ese mismo Espíritu mora plenamente en cada uno de nosotros. No somos creyentes aislados, somos uno. La iglesia no es un mosaico veneciano informe, constituido por una infinidad de piezas colocadas al azar. Es más bien como una pintura de Jorge Seurat, el pintor impresionista francés del siglo XIX, que se hizo oélebre con su técnica del puntillismo, mediante la cual creaba formas, luces y colores contrastantes a partir de la yuxtaposición de pequeños toques de pincel. De este modo, la iglesia adquiere forma, color y la luz juega en ella a partir de la asociación de infinitos pequeños puntos de diversos y contrastantes colores, ligados el uno al otro en un conjunto, que es el cuerpo de Cristo.
_ La posición de nuestra unidad La primera pregunta, que seguramente nos hemos hecho una y mil veces es: ¿Qué somos? La respuesta es inmediata: somos la iglesia de Jesucristo. Somos los llamados por Dios; hombres y mujeres llamados por él para apartarnos del mundo para vivir como una entidad separada-su cuerpo. Somos llamados por Dios, para vivir una vida digna de su llamamiento santo, de modo que podamos
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
llegar a ser en carácter y en conducta aquello que somos en nuestra posiciónllamados aparte, santos, separados para él, su cuerpo. La iglesia es el pueblo de Dios que es llamado fuera del mundo y separado para existir para él-una en santidad, en misión, en sufrimiento y en gloria. Una segunda pregunta sumamente importante es: ¿Quiénes somos? Pablo parece responder a este interrogante fundamental en Efesios 2.12-16, 18. Somos parte de una nueva realidad social, una nueva comunidad verdaderamente unida, donde no hay exclusiones ni discriminaciones (Gá. 3.28). Todas las barreras se van en Cristo. En este sentido, configuramos un nuevo tipo de sociedad donde las diferencias pasan a un segundo plano y lo que prevalece es la unidad esencial en Cristo. En términos de nuestra posición en el cuerpo de Cristo, no hay lugares de privilegio en la iglesia, porque somos todos iguales. La iglesia está compuesta por "nuevas personas" en Cristo. Se trata de personas hechas de nuevo, como no eran antes, una nueva creación de Dios en la que las viejas distinciones desaparecen (Ro. 10.12, 13). Tanto es así que, en Cristo, tenemos una nueva identidad, llevamos su nombre, somos "cristianos." Como cristianos debemos funcionar juntos. No te aisles. Necesitas meterte en el caudal circulatorio de la vida del cuerpo. Hay muchos cristianos que van al culto público los domingos y se sientan y piensan: "Dios, yo sé que estás contento de que yo esté aquí." No tienen ni idea de lo que significa operar en el caudal circulatorio de la vida del cuerpo. De modo que, como miembros que no funcionan como tales, están mutilando y lisiando al cuerpo de Cristo, mientras que otros tienen que tratar de compensar su ausencia y falta de compromiso. Tenemos que estar conectados y ligados al caudal circulatorio de la vida del cuerpo. Es en la comunidad de vida que se experimenta el cuerpo de Cristo, que se verifica su unidad.
_ La petición por nuestra unidad
Nuestra unidad fue la petición de Jesús. Él quería que todos los seguidores experimentaran una verdadera unidad en relación con él. Su deseo era tan profundo, que lo transformó en su petición más ferviente al Padre (Jn. 17.20,21). Nuestra unidad debe ser también nuestra petición. La unidad cristiana es tanto un don extraordinario como un tesoro muy frágil. Debemos orar para que Dios nos dé unidad. Debemos orar para que Dios nos guarde en unidad. La unidad cristiana es expresión de nuestra koinonía (comunión) en Cristo. Debemos orar para que Dios nos dé esta koinonía que resulta en unidad y nos ayude a preservarla. Esta koinonía no es una asamblea voluntaria de amigos. Esta unidad es nuestro venir juntos a Cristo como hombres y mujeres reconciliados con él y por él. Esta koinonía es la victoria del amor sobre el odio, una victoria que no hemos ganado nosotros sino Cristo, y una victoria que las fuerzas del mal pugnan por destruir.
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A.C. Krass: "La cosa importante es que debemos rehusarnos a considerar nuestro presente estado de división como permanente, sin importar cuán parcialmente reconciliados pOdamos estar en cualquier momento. De todos modos, estamos en el camino, y siempre debemos estar yendo más
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
allá en el camino, hacia la unidad que nUestro Señor tenía en mente cuando él oró 'que todos sean uno'. ilncluso a lo largo del camino compartimos una unidad real!"19
_ El propósito de nuestra unidad
El propósito de nuestra unidad no se centra en nosotros. No se trata de una preocupación por la integridad institucional ni el mantenimiento de un frente común ante quienes nos critican o se oponen. Tampoco tiene que ver con la uniformidad de doctrina y el mantenimiento celoso de una determinada identidad. La verdadera unidad cristiana no consiste simplemente en la reunión de individuos o en la asociación consensuada de denominaciones, como si fuesen piezas de un rompecabezas que se ligan para constituir un conjunto más grande y más poderoso. El propósito de nuestra unidad se centra en los que no creen. Nuestra unidad es fundamental para que el mundo crea. ¿Sabes cuál es el argumento definitivo que convence al mundo en cuanto a quién es Jesús? El Señor mismo nos lo indica en Juan 17.22. Jesús puso su gloria en nosotros a fin de que seamos uno. Su gloria es el Espíritu Santo (1 P. 4.14). La presencia del Espíritu en nuestra vida es nuestro punto de unidad (Jn. 17.23). ¿Sabes cuándo vamos a poner a este mundo patas para arriba y a sacudir su complacencia? iCuando seamos uno! Charles Van Engen: "La unidad de la iglesia es extrovertida. Los dones son dados con un propósito .... Los miembros ejercitan sus varios dones para prepararse cada uno para la misión y ministerio en el mundo. Esta unidad no es un club introvertido de entusiastas que piensan más o menos lo mismo. Lo que hay aquí es un cuerpo de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros que asisten y se capacitan unos a otros en la proclamación del evangelio al mundo que los rodea. Es el cuerpo que explota en acción en aquellos primeros años, yendo a todas las naciones para hacer discípulos mediante la predicación, la enseñanza y el bautismo (Mt. 28.19, 20). Este cuerpo era conocido por tener todas las cosas en común (Hch. 4.32), por preocuparse de los enfermos y cuidar de las viudas, los huérfanos y los pobres. Ésta eS una unidad externalizada que va por las rutas y senderos del mundo con una invitación a la gran fiesta."20
_ La práctica de nuestra unidad
¿Cómo opera de manera práctica la unidad cristiana? Hay dos cuestiones claves para nuestra práctica de la unidad. La prirnera de ellas es humildad. La exhortación apostólica nos anima a trabajar por la unidad del cuerpo (Fil. 2.2-4). El ejemplo apostólico de esta unidad lo encontramos en los versículos que siguen (Fil. 2.5-8), Y se trata nada menos que de la actitud de Cristo Jesús mismo.
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Krass. Go ... and Make Disciples. 177, Van Engen. Mission on the Way. 108.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo ¿Cuál es el sentir (la mente o actitud) que nosotros tenemos que tener? Pablo dice que tiene que ser la actitud o el sentir de Cristo (v, 5). ¿Cuál es el sentir de Cristo? En los versículos 6-8, el apóstol da la respuesta: el sentir de Cristo es el sentir de una humildad completa. Nuestra unidad viene cuando tenemos el sentir o la actitud de Cristo-su humildad-, y nos preocupamos más por los demás que por nosotros mismos. Sin embargo, esto nos cuesta mucho. La realidad es que nuestro ego inmaduro y demandante nos traiciona. Por esto mismo, Pablo nos amonesta como lo hace en Romanos 12.3-5. Todos nosotros estamos en el cuerpo de Cristo, pero ¿cómo logramos nuestra unidad? Logramos nuestra unidad cuando pensamos en los demás en lugar de pensar en nosotros mismos. No te preocupes por tu ego y por tus propios problemas; no te concentres en tus propios pensamientos. Comienza a salir de ti mismo, acércate a la vida de otros, preocúpate por sus problemas, y procura ayudarlos. A estas alturas, quizás te estés preguntando: ¿hasta dónde debe llegar esta humildad? Al fin y al cabo, uno también puede pasar por tonto. Pero es preferible pasar por tonto y no terminar siendo desobediente a Dios. ¿No crees que Dios puede vindicarte? Él es un Juez justo (1 Co. 6.7, 8). Lo que Pablo está diciendo es que un cristiano debe preocuparse tanto por los demás, que no le importe mucho qué es lo que ocurre con él. La segunda clave para experimentar la unidad cristiana, y que se complementa con la anterior (humildad), es el amor. Notemos tres cosas en cuanto al amor fraternal. Primero, notemos que se trata de un mandamiento del Señor (Jn. 13.34). Jesús mismo es quien nos ordena amarnos unos a otros. Ahora, éste es un amor que no depende de las circunstancias, es decir, no importa lo que otros hagan. Este amor no escoge ni selecciona. Es un amor que está allí, siempre disponible, y quien se cruza en el camino lo recibe. En este sentido, el amor no es una opción o algo que podemos decidir ejercer o no. Jesús dijo que éste es un nuevo mandamiento para todos aquellos que se consideran sus discípulos. El amor es fruto de la obediencia. Segundo, notemos la capacidad. Nosotros podemos decir: "¿Cómo pudo Jesús ordenarnos amar así, si nosotros no tenemos la capacidad para hacerlo?" Humanamente hablando, no podemos. Pero Romanos 5.5 dice que "Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado." Entonces, podemos amar con el amor que ya ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. Tercero, notemos la conclusión. En Juan 13.35 encontramos las siguientes palabras de Jesús: "Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros."Y agregó: "Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros." ¿Sabes cuál es la manera más efectiva de convencer al mundo de que Jesús es real y es quien es? Simplemente, comienza a amar a los demás. El método evangelizador más grande en el mundo no es una gran campaña. Es tener tanto amor, que el mundo quede anonadado. La marca de nuestra unidad es nuestro amor (1 Ts. 3.12; 1 Jn. 3.11).
La naturaleza de la Iglesia: Carácter
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EJERCICIO 11
Indicar el pasaje bíblico que corresponda en cada caso.
La Biblia nos exhorta a la unidad amonestándonos a lo siguiente:
1. A tener un mismo pensar y un mismo propósito:
2. A tener un mismo sentir y vivir en paz:
3. A esforzarnos por mantener la unidad del Espíritu:
4. A luchar unánimes por la fe del evangelio:
5. A permanecer unidos por amor:
fiulU:
(*)TAREA 2
2 Co. 13.11; 1 Co. 1.1 O; Fil. 1.27; Ef. 4.3; Col. 2.2.
Capítulo 3
Componentes Al hablar de elementos componentes de la iglesia cristiana e~tamos haciendo referencia a aquellos factores que tienen que ver con la integración y gobierno de la comunidad de fe. Como agrupación de personas, la iglesia. es el resultado de la unión voluntaria de individuos, antes separados, en un solo grupo, cancelando toda previa diferencia social, cultural, étnica, racial, sexual, política y económica, y suprimiendo cualquier otro tipo de identificaciones ajenas al compromiso de fe con Jesucristo. Este proceso de asimilación reviste características muy particulares, ya que no sólo tiene una dimensión horizontalla relación entre personas-, sino que tiene también una dimensión vertical-la relación con Cristo como cabeza. Es precisamente esta dimensión vertical de la relación del creyente cristiano con Cristo, la que le da sentido a la asimilación de éste como miembro o integrante de la comunidad de fe. De este modo, la relación de Cristo y la iglesia es el punto cardinal que explica cómo está integrada la iglesia (quiénes son sus miembros), y cómo se gobierna (quién es la cabeza). Al observar más detenidamente a esta relación, es posible percibir la tensión dialéctica que la misma encierra. En realidad, se trata de un camino de doble mano, ya que involucra la relación de la iglesia con Cristo y la relación de Cristo con la iglesia. Lo primero tiene que ver con nuestra integración como miembros del cuerpo de Cristo. Lo segundo tiene que ver con la conducción que Cristo hace de su cuerpo como cabeza del mismo. Esta tensión tiene que ser mantenida en un balance perfecto. Como señala Max Thurian: "En nuestro día, Jesús no hace nada independientemente de la iglesia ni puede la iglesia hacer nada independientemente de Cristo."l La figura predilecta del apóstol Pablo, al referirse a la iglesia Como cuerpo de Cristo, nos ayuda a entender mejor esta tensión. En varios lugarE!s en sus cartas, Pablo describe a la iglesia como un cuerpo del que Cristo es la Cabeza (Ef. 1.22, 23; Col. 1.18a; Ro. 12.4, 5). El pasaje más extenso en el que se describe a la iglesia cor'l'lo un cuerpo es 1 Corintios 12.12-27. En estos versículos, Pablo destaca cómC¡ el cuerpo está constituido por muchos miembros, que difieren en tamaño y funciones, pero
, Citado por Arnold Bittlinger. Gifts and Graees (Grand Rapids, Mich., Eerdman~, 1967),57.
La Iglesia del nuevo nlllenio. una eclesiologia para el nuevo siglo cada uno haciendo su parte, y todos operando juntos. De la misma manera, la iglesia está constituida por muchos miembros, que difieren en sus dones, talentos, lugar y oportunidades, pero cada uno debe cumplir con su parte, y todos deben operar juntos sin división ni conflicto bajo la dirección y gobierno de Cristo, quien es la cabeza de la iglesia. De este modo, el cuerpo y la cabeza se necesitan mutuamente. La cabeza necesita del cuerpo para poder expresarse, y el cuerpo necesita de la cabeza para poder funcionar. Con estos conceptos en mente, vamos a procurar reflexionar en torno a la integración y gobierno de la iglesia, a la luz de los documentos del Nuevo Testamento. Lo haremos planteando algunos interrogantes y fundamentando ciertos conceptos básicos.
¿QUIENES PUEDEN INTEGRAR UNA IGLESIA CRISTIANA?
Los psicólogos nos dicen que los seres humanos poseen un instinto gregario, que es su forma de decir que nos gusta estar juntos. Nos agrada estar en compañía de otros y reunirnos con nuestros amigos y conocidos. Al hacerlo encontramos satisfacción a este instinto social que es natural a todo ser humano. Sin embargo, no hay deleite más grande que formar parte del cuerpo de Cristo, no sólo porque esto satisface nuestra necesidad social, sino también porque llena toda nuestra vida de propósito y sentido. No hay ningún tipo de asociación humana que pueda compararse con la membresía en la iglesia. Esta integración al cuerpo de Cristo excede a cualquier otro tipo de membresía en importancia, privilegio, oportunidad y satisfacción. Una iglesia es una congregación de creyentes en Cristo, bautizados después de una profesión pública de fe, y voluntariamente unidos bajo un pacto especial para el mantenimiento del culto, las verdades de la fe, las ordenanzas o sacramentos, y la disciplina del evangelio. Expresado de esta manera, es evidente que la integración a la iglesia como miembros presupone ciertos requisitos.
_ Una experiencia personal
Pueden ser miembros de una iglesia cristiana todos aquellos que dan evidencias de una experiencia de fe en Cristo. Las personas que se integran a la membresía de la iglesia deben ser como aquellos que lo hicieron a la comunidad de fe de Jerusalén. Según Hechos 2.41, las tres mil personas que "se unieron a la iglesia" fueron personas que "recibieron" el mensaje predicado por los cristianos, especialmente Pedro. El v. 47 indica que "cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos," es decir, aquellos que tenían una experiencia de fe personal en Cristo.
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Esta experiencia de fe significa que esas personas eran pecadores que habían sido regenerados, es decir, hombres y mujeres que habían nacido de nuevo. Si este requisito experiencial no se cumple, puede ocurrir que se esté con el ?uebl,o de Dios, pero que no se sea integrante o miembro del mismo. No hay eVidencia en el Nuevo Testamento de alguien que se haya integrado como
La naturaleza de la Iglesia: Componentes
miembro a alguna comunidad cristiana sin haber experimentado el nuevo nacimiento, que viene a través de la fe en el Señor Jesucristo. En todos los casos conocidos, bien sea por una declaración directa o por una confesión implícita, los miembros de las iglesias a las que hace referencia el Nuevo Testamento se presentan como personas con una experiencia de fe (creyentes) en Cristo. Después de todo, la fe cristiana no es simplemente un sistema intelectual, un conjunto de ideas y declaraciones acerca de Dios y el ser humano, o una determinada postura ética o cosmovisión particular. Tampoco es un determinado culto, o ciertas prácticas y observancias religiosas. La fe cristiana tiene que ver con el reino de Dios, y el reino de Dios no es otra cosa que el gobierno de Dios sobre la totalidad de las vidas de las personas, su soberanía sobre la humanidad. Una persona que se "convierte" en un hijo o hija de Dios y reconoce el señorío de Cristo sobre su vida, es aquella que puede decir con toda convicción y verdad: "Dios es rey. Yo soy su súbdito. Por eso le entrego todo mi ser---<:ada aspecto de mi vida y personalidad, cada hora de mi vida, mis sueños e ilusiones, mis planes y proyectos de vida. Él es mi Señor y quiero que él reine en todo mi ser y que mi vida sea para su gloria:' Una persona que viva y exprese esta realidad es la que está en condiciones de integrarse como miembro a la comunidad de los redimidos, que es la iglesia.
_ Una confesión pública
No obstante, una experiencia personal de fe no es suficiente. Hace falta un compromiso público en relación con la te que se vive. Este compromiso se expresa a través de la obediencia al señorío de Cristo por medio del bautismo. En su primera carta, probablemente dirigida a nuevos creyentes, el apóstol Pedro describe la secuencia de experiencias personales que marcan la transición de una vida sin Cristo a una nueva vida en él. Así, pues, nos refiere bastante acerca de lo que significan el bautismo y la nueva vida cristiana. Esta vida es nueva porque es el resultado de un nuevo nacimiento ("nos hizo renacer", 1 P. 1.3), e involucra un cambio completo y radical en la conducta y el estilo de vida (1 P. 2.1 , 12; 3.8, 9). Esta nueva vida está signada por "una esperanza viva" (1 P. 1.3) Y el deseo de ser usados por el Señor y servirle (1 P. 2.4, 5). Esto significa ser plenamente conscientes de que hemos sido elegidos para ser el "pueblo adquirido por Dios" y para alcanzar misericordia (1 P. 2.9, 10). Como parte de este pueblo elegido debemos guardarnos en total sumisión a la voluntad de Dios (1 P. 1.22; 4.2), mientras renunciamos al mal con el que estuvimos comprometidos en el pasado (1 P. 4.2, 3), e incluso nos mostramos dispuestos a sufrir por nuestro Señor, si fuere necesario. El bautismo cristiano es la señal externa del cambio interno efectuado en la regeneración. Es la manifestación exterior del bautismo por el Espíritu ("la unción del Santo;' de 1 Juan 2.20, 27), que ocurre en el interior de la persona cuando ésta se entrega a Cristo y se integra al cuerpo de Cristo (1 Co. 12.13). Jürgen Moltmann dice: "El bautismo cristiano es escatología puesta en práctica. Manifiesta el advenimiento de la venida de Dios a través de Cristo en la vida humana y es la señal de la conversión de la vida a la vida de la Pascua. Al igual que la proclamación del evangelio de los últimos días, el bautismo cristiano es la esperanza cristiana en acción."2 , Moltmann. The Church in the Power of the Holy Spirit. ~35'
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
Por eso, pueden ser miembros de una iglesia cristiana aquellos que se han bautizado después de una profesión pública de fe en Cristo. Los hombres y mujeres que manifestaron estar dispuestos a seguir a Cristo como Señor de sus vidas aceptando por fe las buenas noticias del evangelio que les fue anunciado, "fueron bautizados" (Hch. 2.41). Nótese que el bautismo sucedió una vez que "recibieron el mensaje." Éste es el orden bíblico y su resultado es la incorporación al cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Michael Green: "El bautismo era entendido y expresado en una variedad de maneras en los días apostólicos. Era la señal de incorporación dentro del Cuerpo de Cristo-'por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo' [1 Co. 12.13]. Era la señal de purificación, de limpieza de los viejos pecados [2 P. 1.9]. Era la señal de justificación-'ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús' [1 Co. 6.11].
Era el baño del renacimiento, o el agua de la regeneración [Tito 3.5]. Era la señal del Nuevo Pacto que los profetas habían esperado con ansias, cuando la ley de Dios sería internalizada en el creyente. Era la iniciación en el reino del Espíritu, siendo él mismo el primer adelanto de las bendiciones escatológicas de Dios a los seres humanos y el compromiso de la redención final [Ef. 1.13, 14]. Significaba tal unión con Cristo que el creyente era participante en su muerte y resurrección [Ro. 6.1-11; 1 P. 3.21-4.3]."3 La profesión pública de fe en Cristo como Señor a través de las aguas del bautismo no debe ser minimizada. Alguien definió la iglesia como "la compañía de creyentes unidos sobre la base de una confesión de fe personal." Esto no está mal si se agrega inmediatamente que esa confesión personal debe transformarse en confesión pública, y que el bautismo es la forma de hacerlo de manera inmediata y completa. El bautismo no sólo testifica a otros de la realidad de la experiencia de fe en Cristo, sino que anuncia de manera dramática los fundamentos de esa fe. La muerte, sepultura y resurrección de Cristo son hechos proclamados en el bautismo, al igual que su efecto salvífico en la vida del bautizado, que declara morir al pecado, renuncia a una vida sin Cristo y se compromete a vivir para él.
EJERCICIO 12
Discutir por algunos minutos en grupos de seis discípulos el siguiente tema a la luz de los pasajes bíblicos que se indican. El significado del bautismo cristiano en las aguas. fiujn: Ro. 6.3; Gá. 3.27; 1 P. 3.21. - .......................... _-- ..............
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Michael Green, Evangelism in the Early Church (Grand Rapids. Mich" Eerdmans, 1970), 153 ,
La naturaleza de la Iglesia: Componentes
_ Un compromiso voluntario La iglesia es una asociación de creyentes cristianos bautizados, unidos voluntariamente para rendir adoración y servicio a Dios. Pueden ser miembros de una iglesia cristiana aquellos que estén dispuestos a este compromiso voluntario. Así, pues, los primeros cristianos se incorporaron a la iglesia y "se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración" (Hch. 2.42). La expresión de su fe comenzó a ser parte de su estilo de vida, mientras hacían realidad a través de su obediencia y dedicación el pacto que habían hecho con Cristo por la fe. El carácter voluntario de la integración a la comunidad de fe representó, para los primeros cristianos, un verdadero desafío contracultural. No era ésta la manera en que en la antigüedad judía y romana se entendía el compromiso religioso. Como indica Everett Gil!: "La membresía en las iglesias del Nuevo Testamento no se basaba en las obras de la ley, ni tampoco en la excelencia moral, ni en el nacimiento natural o según su posición en la sociedad, ni cosa semejante. Todo esto fue en su mayor parte nuevo para 105 ciudadanos del Imperio Romano en el primer siglo:'4 Según el testimonio del Nuevo Testamento, nadie se integraba a la membresía de la iglesia por nacimiento, aun teniendo padres creyentes y piadosos. Tampoco la integración se producía por alguna forma de coerción o en contra de la voluntad de la persona. Más bien, Jesús se presenta en el Nuevo Testamento como invitando a las personas a decidir un compromiso de fe con él y, en consecuencia, un compromiso de participación con y en su cuerpo (Ap. 3.20; Mt. 23.37). Jesús jamás forzó a nadie a confiar en él ni ordenó a sus discípulos que obligaran a las personas a ser seguidoras de su causa. Y cuando algunos de ellos intentaron utilizar métodos coercitivos (Le. 9.49, 50), Jesús los reprendió severamente. De hecho, algunas de las páginas más negras en la historia del testimonio cristiano fueron escritas por hombres y mujeres que quisieron compeler a otros a conformarse a sus convicciones religiosas o les impusieron sus creencias por la fuerza.
J. Clyde Turner: "La membresía de la iglesia era una relación voluntaria entre las iglesias del Nuevo Testamento, a la que se entraba mediante una elección deliberada. Uno podía estar influido por otros al hacer su decisión, pero la elección era suya propia. Toda coerción en materia religiosa es contraria a los principios y prácticas de las iglesias del Nuevo Testamento."5
¿QUIÉN ES LA CABEZA DE LA IGLESIA CRISTIANA?
En sus epístolas a los Romanos y 1 Corintios, el apóstol Pablo describe a Cristo como el cuerpo total del que los creyentes son miembros en particular. Pero
+ Everett CilI, Iglesias del Nueoo Testamento (Barcelona: Librería Sintes, n.f.), ~6, ~7' 1 5 J. Clyde Turner, The New Testament Doctrine olthe Church (Nashville, Tenn.: Broadman Press, 195 ), 4~·
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo en Efesios y Colosenses, la iglesia es presentada como el cuerpo y Cristo es la cabeza (Ef. 1.22; 5.23-32; Col. 2.19). Esto sugiere la dependencia absoluta de la iglesia respecto a Cristo. La iglesia depende de Cristo para su existencia misma, su crecimiento y fortaleza. La plenitud que está en la cabeza fluye al cuerpo y mantiene el orden del cuerpo. Pero la figura no sólo significa la dependencia de la iglesia respecto a Cristo en términos de vida y fortaleza, sino que también afirma la soberanía de Cristo sobre la iglesia. La fuerza directiva del cuerpo es la cabeza. El cuerpo debe ser guiado y controlado por su cabeza (Col. 2.10). Cristo es la cabeza de su cuerpo, la iglesia (Col. 1.18), "por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas" (Col. 1.19, 20). A través del apóstol Pablo, el Espíritu Santo prometió que Dios va a "reunir todas las cosas en Cristo [como cabeza] ... así las que están en los cielos, como las que están en la tierra" (Ef. 1.10). En razón de que él es la cabeza del cuerpo, Cristo es también quien gobierna en la iglesia (Col. 2.9,10). Cristo es el dueño de la iglesia, y ésta es dirigida y regulada por él.
Jürgen Moltmann: "Si uno realmente piensa de manera total en términos de la imagen de la cabeza y el cuerpo, entonces uno debe tener en mente el descenso irreversible de la cabeza al cuerpo: la cabeza gobierna al cuerpo, y no el cuerpo a la cabeza. Si fuese de otra manera la imagen se quebraría en su propia coherencia:'6
De algún modo, esta figura tan rica en cuanto a la relación de Cristo con la iglesia tiene sus antecedentes o trasfondo en el lenguaje hebreo, que utilizaba la cabeza (al igual que el cuerpo) como representativa de la personalidad total de una persona. Hay numerosos ejemplos en el Antiguo Testamento que ilustran este uso, especialmente con la expresión idiomática "su sangre será sobre su cabeza" (Jos. 2.19; 2 S. 1.16), que significa "será responsable de su propia vida" (Jos. 2.19, NVI). La expresión aparece también en el Nuevo Testamento (Hch. 18.6). La misma idea se encuentra en el refrán o proverbio que dice que la bondad para con el enemigo amontona ascuas de fuego sobre su cabeza (Pr.
25.22; Ro. 12.20). Así, pues, cuando el apóstol habla de Cristo como la cabeza de la iglesia, está haciendo uso de la psicología hebrea y está proclamando la unidad de propósito, que debe ser una de las características fundamentales de la vida de la iglesia. Como centro de la vida, la cabeza domina al cuerpo, cuyos órganos individuales, en subordinación a la cabeza, contribuyen a la plenitud de toda la personalidad "según la actividad propia de cada miembro" (Ef. 4.16). Además, como cabeza de la iglesia, Cristo es también descrito como "salvador de la iglesia" (Ef. 5.23). Es precisamente de la cabeza de quien depende la seguridad de todo el cuerpo, en razón de los órganos de los sentidos que están ubicados en elfa. No obstante, todo el cuerpo es necesario (Ef. 1.22) para el completamiento de la vida de la cabeza. 7
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6
Moltmann. The Church in the Power of the Spirit. 7~.
Los párrafos anteriores están basados en P.I. Taylor. "Body: en Alan Richardson. ed .• A Theological Word Book ofthe BibLe (Londres, SCM Press, 19 65),35. 36 .
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La naturaleza de la Iglesia: Componentes
_ ¿Por qué Cristo es la cabeza de la iglesia? Cristo tiene todo derecho de asumir su lugar de autoridad como cabeza de la iglesia, primero, porque él amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ellé! (Ef. 5.25). Su amor por la iglesia es sacrificial y no egoísta. Cristo amó a la iglesia no para que la iglesia haga algo por él, sino para poder él hacer cosas por la iglesia. El conquistó a la iglesia y la puso a sus pies no mediante coerción, sino a través de su gran cuidado amoroso por ella; no con amenazas o temor o cosas por el estilo, sino con ternura y entrega personal. Además, Cristo tiene derecho a ser cabeza porque él se identificó con la iglesia. Él nos escogió para que seamos su cuerpo (Jn. 15.16). La iniciativa es siempre de él, y al colocarnos como su cuerpo en el mundo, él nos imparte una identidad única. Ser el cuerpo de Cristo en esta tierra es una condición de existencia que va más allá de lo meramente metafórico y alcanza un rango muy profundo de identidad. Es precisamente el carácter íntimo y estrecho de esta identidad lo que define la misión que tenemos en el mundo como iglesia: ir al mundo para llevar un fruto perdurable. Finalmente, Cristo es la cabeza de la iglesia porque él hizo de su iglesia una agencia para la redención del mundo. La iglesia cumple con este cometido divino a través de su testimonio fiel tocante a Jesucristo. El Señor dijo: "Me seréis testigos;' y esto significa algo más que comunicar una cierta información. Ser sus testigos en el mundo significa actuar como sus representantes o embajadores (2 Co. 5.20) en el mundo. La acción redentora que Jesús llevó a cabo en los días de su carne, está ahora en manos de la iglesia, que es su cuerpo. Este testimonio representativo se cumple en cuatro direcciones bien específicas. Es un testimonio de proclamación (1 Jn. 1.1), es decir, involucra la comunicación de palabras orientadas a mover la voluntad del que escucha (o lee) en la dirección de la voluntad divina. Es un testimonio de praxis, es decir, involucra acciones concretas; no se trata sólo de lo que se puede oír sino también de lo que se puede ver y experimentar (Ef. 2.8-10; Stg. 2.17; Jn. 7.38). Richard Halverson: "Las palabras que hablamos como testigos de Cristo ganan su significación para aquellos que las oyen mediante nuestro desempeño, por nuestras buenas obras, por nuestro amor. Nuestro comportamiento en el hogar, en la tarea diaria, en el vecindario, entre amigos y extraños-esto es un testimonio poderoso de nuestra fe eh Jesucristo, de nuestra nueva vida en él."8 Además, éste es un testimonio de penetración, es decir, se trata de una acción que tiene un efecto como el de la sal, la luz y la levadura, según las imágenes que utilizó Jesús para describirla. Y, finalmente, se trata de un testimonio de presencia, es decir, hay un poder y una autoridad muy especiale.s en operación cuando la iglesia testifica de Jesús: es el poder y la autoridad ele su presencia real en medio de su pueblo (1 Jn. 1.1-3).
• Richard Halverson. The Living Body, The Church Chri8t 18 Building (Gresham. Oreg., Vis ion
1994). 118.
~ou8e.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo ...
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EJERCICIO 13 ¿Cuáles de todos los pasajes bíblicos que siguen presentan a Cristo como cabeza de la iglesia? (Marcar con x).
Efesios 1.22
Colosenses 2.19
Juan 3.16
Romanos 3.23
Efesios 4.15
Gálatas 5.20
Romanos 6.23
Efesios 5.23
Colosenses 1.18
1 Pedro 2.9
_ ¿Para qué Cristo es la cabeza de la iglesia? Él es la fuente de vida para la iglesia. La iglesia existe porque él le da vida. El vocablo griego kefale ("cabeza") no sólo se refiere a quien está al frente sino también a quien es el origen de algo. Los griegos se referían a la naciente de un río, su origen, como su cabeza. Es Cristo quien da origen y nutre al cuerpo, que es la iglesia, para que ésta pueda desarrollarse hacia su plena madurez (Efesios 4.14, 15). Según Pablo, el proceso de maduración del cuerpo es imposible sin la relación estrecha con Cristo como fuente de vida. Además, él mismo es la medida del crecimiento que debemos alcanzar. De modo que Cristo es la cabeza en la que debemos crecer y de la que debemos recibir crecimiento. Así como la vida del cuerpo humano es imposible si no está ligado a su cabeza, del mismo modo la iglesia es absolutamente dependiente de Cristo para su vida y desarrollo. El cuerpo no tiene vida en sí mismo, sino que depende de la cabeza para vivir. Esto es tan cierto que, cuando el cuerpo de Cristo se desconecta de su cabeza, muere. Jesús fue bien claro al señalar esta relación vital (Jn. 14.4, 5).
_ ¿Cómo es Cristo la cabeza de la iglesia? Cristo es la autoridad final para la iglesia. La iglesia no puede existir aparte de Jesucristo. Allí donde existe la iglesia cristiana es porque existe algún tipo de relación con Cristo. Es él quien define la unidad, santidad y universalidad de la iglesia. Él no es sólo aquel de quien procede la iglesia sino también quien la gobierna. Así, pues, es absurdo discutir sobre las formas de gobierno de la iglesia, como si ésta fuese gobernada por seres humanos y no por Cristo a través de su Espíritu Santo. La iglesia no puede mantenerse en pie por sí misma, no importa cuál sea el sistema de gobierno que tenga (episcopal, presbiteriano, congregacional, etc.). Su único sistema de gobierno es el señorío de Cristo. Cualquier otro gobierno humano debe ser siempre un mero exponente del gobierno único de Cristo.
~ lo largo de los siglos de testimonio cristiano, de manera permanente y persistente nos hemos empeñado en gobernar la iglesia a partir de los criterios
La naturaleza de la Iglesia: Componentes
humanos prevalecientes. Pero cualquiera sea el sistema de gobierno, deberá ser evaluado siempre a la luz de la soberanía de Cristo y su derecho único como cabeza de la iglesia. Cualquier otro modelo no pasará de ser un intento humano de construcción de la iglesia. Karl Barth: "La congregación o Iglesia Cristiana no surge y se mantiene por naturaleza ni tampoco en virtud del llamamiento de su rey. Siempre que la Iglesia se coordina con la comunidad profana natural, por ejemplo, con la del pueblo, surge el peligro de un mal entendido. La Iglesia no puede ser construida por manos de hombreS."9 La iglesia está bajo la autoridad directa de Jesús. Ésta es la razón por la que la obediencia al Señor es tan vital para la iglesia. Es imposible que la iglesia sea la iglesia a menos que esté conectada estrechamente con su Señor y sea fiel en obedecerle cumpliendo todo aquello que le ha sido encomendado. Confesar a Jesús como Señor es mucho más que recitar un credo. Esa frase describe una relación funcional y una realidad operacional. Greg Ogden se refiere a esto, cuando escribe: "Jesús como cabeza de la iglesia significa que él arregla la vida en el cuerpo. Cada miembro está conectado directamente a la Cabeza y en consecuencia es capaz de recibir señales de la cabeza. Cada miembro como una parte del cuerpo encuentra el papel que está sugerido por los dones espirituales que le han sido asignados. El Señor a través de la inmediatez del Espíritu determina la función de cada persona."10
EJERCICIO 14 Colocar los pasajes bíblicos en la columna que corresponda. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como la cabeza de la iglesia. Esta verdad es ilustrada en algunos pasajes bíblicos con la figura del "novio" y de la "novia:' Novio:
Novia:
fiuJU: Mt. 9.15; Is. 62.5; Mt. 25.2; 2 CO. 11.2; Ap. 19:7; Ap. 21.2; Mt. 25.6; Ap. 22.17; Jn. 3.29; Mt. 25.1.
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Barth. Bosquejo de dogmática. ~~5. . Greg Ogden. The New Refonnation, Retuming the Minist". to the People 01 God (Grand Rapids. MICh., Zondervan. 1990)' 36. 9
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo CRISTO ES EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA
En días como éstos, en que muchos construyen su "cristianismo" sin Cristo, sobre un fundamento de buenas obras, de humanismo, de emociones, o de ciencia, nos damos cuenta que las palabras de Pablo a los corintios (1 Ca. 3.1-17) son pertinentes y necesarias. En circunstancias como las que pasamos, en las que la iglesia es sacudida por una marea creciente de pecado y olvido de Dios, se torna necesario que tomemos muy en cuenta qué tipo de fundamento es aquel sobre el cual la iglesia se apoya y edifica. La realidad es que "nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo" (1 Ca. 3.11). Cristo es la gran realidad fundamental del mundo, de toda la vida y de la iglesia. Es por esto que no se puede poner otro fundamento. Si la iglesia tiene otro fundamento que no sea Jesucristo, entonces no es la iglesia cristiana, sino cualquier otra cosa: un club, una sociedad de beneficencia, una institución pacifista, una asociación voluntaria, etc. Pero si Jesucristo es el fundamento de la iglesia, entonces se verán en ella las señales de una iglesia cuyo único fundamento es Jesucristo y que Pablo enumera a lo largo de 1 Corintios 3.
Unidad Según el apóstol Pablo, si Jesucristo es el fundamento de la iglesia se verá unidad. En los primeros cinco versículos de 1 Corintios 3, el apóstol discute esta cuestión en el caso de los corintios. La desunión es un signo de inmadurez espiritual en la iglesia. Pablo les dice a los corintios: "Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo:' Y tuvo que hacerlo así porque, al ser ellos inmaduros, "no podían asimilar alimento sólido" (w. 1, 2). Por otro lado, la desunión es un signo de la presencia de mundanalidad en la iglesia. La presencia de "celos y contiendas" mostraba, en el caso de los corintios que no sólo estaban hechos de carne (gr. sarkinois, "carnales" o "inmaduros" en v. 1), sino que estaban dominados por la carne (gr. sarkikoi, "mundanos"). Lo primero es natural, si bien debe ser superado; lo segundo es la naturaleza humana aparte de Dios. Además, la desunión es un signo de la destrucción de la iglesia. Ninguna iglesia puede sobrevivir si está plagada de "inmaduros." Y esto es grave, porque "si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo" (v. 17). Discutiendo los sucesos de Pentecostés desde el concepto de la iglesia como una comunidad espiritual, Paul Tillich observa que un elemento importante en ese relato es la creación de unidad. Dice él: "La Presencia Espiritual [el Espíritu Santo] tuvo el efecto de unir a diferentes individuos, nacionalidades y tradiciones y de reunirlos juntos para la comida sacramental. La experiencia extática de los discípulos al hablar en lenguas fue interpretada como la conquista de la atomización de la humanidad según está simbolizada por el relato de la Torre de Babel. A la luz de la unidad evidente en el relato de Pentecostés, debemos decir que no hay Comunidad Espiritual sin la reunión final de todos los miembros dispersos de la humanidad."11 ,
" Tillich. Systematic Theology. 3"51.
La naturaleza de la Iglesia: Componentes
Jürgen Moltmann: "La unidad de la congregación es una unidad en libertad. No debe ser confundida con unanimidad, mucho menos con uniformidad en percepción, sentimiento o moral. Nadie debe ser regimentado, o forzado a la conformidad con condiciones que prevalezcan en la iglesia. Cada uno debe ser aceptado con sus dones y tareas, sus debilidades y dificultades. Esta unidad es una unidad evangélica, no una legal. La congregación carismática da a cada uno el lugar que necesita para ser libre en su trato con otras personas y estar a su disposición cuando lo necesitan. En razón de que es Cristo quien la reúne y el Espíritu de la nueva creación quien le da vida, nada que sirve al reino de Dios y a la libertad del hombre debe ser suprimido en ella. Es una unidad en diversidad y libertad:'12
Crecimiento Si Cristo es el fundamento de la iglesia, continúa Pablo, se verá crecimiento. Llama la atención que todavía haya maestros de la fe que insisten en descalificar el crecimiento de la iglesia, especialmente su crecimiento numérico. Pablo afirma que es Dios quien da a la iglesia su crecimiento integral (v. 6). En este proceso, ni el que planta ni el que riega es importante, "sino sólo Dios, quien es el que hace crecer" (v. 7). Nótese el tiempo presente que usa el apóstol. Nosotros no somos más que colaboradores de Dios en esta tarea de crecimiento (v. 9), y lo hacemos a partir de los dones y ministerio que cada uno ha recibido del Señor ("sembrar," "regar;' v. 6). De allí la unidad esencial que existe entre el que planta y el que riega (v. 8a), porque ambos están haciendo la misma obra para la gloria de Dios y apoyados en el único fundamento que es Cristo.
Victoria Además, si Jesucristo es el fundamento de la iglesia se verá victoria, pues "cada uno será recompensado según su propio trabajo" (v. 8b). Esta victoria es necesariamente doble, ya que tiene una dimensión colectiva; es victoria para la iglesia, pero tiene también una dimensión personal, pues es un logro personal. Como iglesia tenemos la recompensa de ver los frutos de nuestro testimonio de fe, y como creyentes individuales tenemos la satisfacción de haber cumplido con nuestro deber. Por eso, al estar Jesucristo como fundamento de la iglesia se ve también una buena obra. Para que una obra sea buena es necesario un buen fundamento. De allí la amonestación paulina de que "cada uno tenga cuidado de cómo construye" (w. 10, 11). Sobre ese fundamento sólido y único hay que prestar atención a lo que se edifica encima (w. 12-15). Aquí lo importante es la calidad y no la cantidad. Así, pues, definido el fundamento, la iglesia y los creyentes deben edificar utilizando los materiales mejores, para que la obra perdure. Y si así se hace, la presencia permanente del Espíritu Santo será la señal de que la iglesia se está edificando bien sobre un fundamento inconmovible (v. 16). Es en el resultado donde se prueba el grado de victoria.
" Moltmann. The Church in the Pawer af t1
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo El Espíritu Santo es la fuerza de la iglesia
El derramamiento del Espíritu Santo obra estableciendo directamente la reunión de los creyentes y movilizándolos para dar testimonio del evangelio del reino (Hch. 2). Las personas son llamadas por el Espíritu para participar de la palabra y la salvación de Cristo, y esto es lo que constituye a la iglesia. No se puede hablar de la obra del Espíritu Santo sin mencionar inmediatamente la realidad de la iglesia. Allí donde se verifica la obra regeneradora del Espíritu en las personas, surge la iglesia como consecuencia. Karl Barth: "En tanto hay hombres que en uno y otro lugar se reúnen en Espíritu Santo, surge en uno y otro lugar la congregación cristiana visible . ... y es que credo ecclesiam quiere decir: Creo que aquí, en este lugar, en esta reunión visible está sucediendo la obra del Espíritu Santo .... El misterio de la Iglesia consiste en que el Espíritu Santo no tiene a menos el adoptar tales formas.
Por eso no hay, en realidad muchas iglesias, sino sólo una Iglesia, siempre esa Iglesia concreta que debería reconocerse a sí misma como una en todas las demás."13 La iglesia, como la comunidad del Señor resucitado, es el fruto de la manifestación del Espíritu. Según el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo, quien es Dios en acción, actuó en la creación de todo lo que existe y participó activamente en la liberación del pueblo de Dios. Según el Nuevo Testamento, el mismo Espíritu es dado por el Mesías a la iglesia de parte del Padre. La primera tarea del Espíritu es reunir a la iglesia en torno al Cristo vivo, llenarla de poder, y guiarla bajo el señorío del Señor. Es el Espíritu el que certifica en nosotros nuestra condición de hijos de Dios (Ro. 8.15-17). Él es también quien nos permite como iglesia confesar a Cristo como Señor (1 Co. 12.3).
Marcelino Legido López: "La iglesia es la comunidad de los últimos tiempos, que ha nacido en la muerte y resurrección de Cristo, que se realizó 'según las Escrituras' (1 Co. 15.3, 4). La resurrección ha sido la entrada de Jesús en su señorío mesiánico. Al ser entronizado, se cortan los tiempos, se reúne el pueblo y se inicia el reino, con la fuerza del Espíritu .... El Espíritu es la fuerza del acontecimiento escatológico, por la que Dios toma posesión inmediata y definitiva de su pueblo en la santidad de su gloria (Ez. 36.28; 37.27). A esta toma de posesión sigue la entrada en el reino en obediencia y sumisión:'14 Así, pues, la iglesia es la creación del Espíritu Santo. Él es el agente de Dios para la formación de su pueblo redimido, al que llena de poder y autoridad para que se transforme en agente de redención. Con firme convicción Martín Lutero confesaba: "Creo que existe en la tierra un santo grupo reducido y una santa comunidad que se compone de puros santos, bajo una cabeza única que es Cristo, convocada por el Espíritu Santo, en una misma fe, en el mismo sentido, y
'R. .~ '¡t
,3 Barth, Bosquejo de dogmática. ~~5 - ~~7' '. Legido López. Fraternidad en el mundo. 188.
La naturaleza de la Iglesia: Componentes
en la misma comprensión, con diferentes dones, pero estando unánimes en el amor, sin sectas, ni divisiones." Lutero veía al Espíritu como agente activo en este proceso. Martín Lutero: "Yo soy también parte y miembro de esta comunidad y participante y codisfrutante de todos los bienes que tiene, llevado a ello por el Espíritu Santo e incorporado por el hecho de que escuché y continúo escuchando la palabra de Dios, la cual es el comienzo para ingresar en ella. Pues, antes de haber sido introducidos a ella pertenecíamos totalmente al diablo, como los que no han sabido nada de Dios, ni de Cristo. Por lo tanto, el Espíritu Santo permanecerá con la santa comunidad o cristiandad hasta el día del juicio final, por la cual nos buscará, y se servirá de ella para dirigir y practicar la palabra, mediante la cual hace y multiplica la santificación, de modo que la cristiandad crezca y se fortalezca diariamente en la fe y sus frutos que él produce."15 Finalmente, el Espíritu Santo es el agente a través de quien el Jesús vivo se relaciona con la iglesia como presencia viva y conductora. Según Mateo, Jesús promete estar siempre presente de manera real en medio de la comunidad que se reúne en su nombre (18.20; 20.20). Según Lucas, Jesús envía a su Espíritu, quien se hace cargo de la misión (Hch. 2.33). Según Juan, Jesús mismo regresa y se hace realmente presente por medio del Consolador, el Otro Jesús (14.16-18). No hay una referencia explícita a la presencia continua de Jesús en el cuerpo en el Evangelio de Marcos, pero al final del mismo se informa que el Señor los ayudaba "confirmando la palabra con las señales que la seguían" (Mr. 16.20).
c. Norman Kraus: "Esta presencia viviente o Espíritu de Cristo es el catalizador que une a la iglesia con Dios su fuente. Es el Poder que motiva y activa a la iglesia para su misión. Es la Sabiduría que conduce a la iglesia a la verdad mientras ésta procura entender su papel en el mundo. Es el Espíritu el que garantiza su continua autenticidad y autoridad como el 'cuerpo de Cristo.' En pocas palabras, Jesús es la presencia permanente fuera de la cual la iglesia no tiene una identidad genuina como movimiento mesiánico."16
'5 ,6
Lutero. Obras de Martín Lutero. 5:106. 107. C. Norman Kraus. The Communityofthe Spirit, How the Church ls in the World (Scottdale. Pa., Herald
Press. 1993). 79.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo .. - ...................... -----.. -_ ..... _------ ......................... _.. _- ....................... -.. - ....... -_ ............. ------- .. -- .... -- ... --- .. -_ ......... --_ ..
EJERCICIO 15
Colocar los pasajes bíblicos que correspondan. El Espíritu Santo es quien tiene la dirección de la iglesia:
1. Él la guía a toda la verdad: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. Él controla el movimiento de los creyentes: _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. Él dirige en la elección de los líderes: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4. Él escoge los campos de misión: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
5.
Él guía a los verdaderos hijos de Dios: _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
fi.UJU:
(")TAREA 3
Jn. 16.13; Hch. 10.19; Hch. 10.20; Hch. 13.2; Hch. 16.6; Ro. 8.14.
Capítulo 4
Características El lenguaje metafórico con que el Nuevo Testamento se refiere a la iglesia y la increíble riqueza del mismo, ponen de manifiesto cuán difícil resulta la caracterización de esta comunidad creada por el Espíritu Santo. Precisamente por la extraordinaria complejidad de la iglesia es que nos vemos forzados a usar permanentemente imágenes de la misma, que de algún modo describen algún aspecto u otro. La propia palabra "iglesia" es metafórica como cualquiera de los innumerables términos que se han utilizado y se utilizan para caracterizarla. El fenómeno que llamamos "iglesia" es, pues, sumamente~ rico en sus características, y no es fácil de describir en pocas palabras. No obstante, es necesario que en este punto levantemos la siguiente pregunta: ¿cuáles son las características de la iglesia cristiana? Procuraremos responder a este interrogante de manera bien simple, haciendo dos afirmaciones esenciales.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD POLlFACÉTICA
Cuando tratamos de describir a la iglesia, caemos inmediatamente en la tensión entre los conceptos sociológicos y teológicos de la iglesia. La iglesia es tanto divina como humana, creada por el Espíritu Santo y no obstante producida mediante la re'unión de seres humanos. Esta tensión puede ser ilustrada mencionando tres características aparentemente contradictorias de la iglesia cristiana. La iglesia no es ni una ni otra de estas características, es ambas, y simultáneamente.
_ La iglesia es tanto forma como esencia Charles Van Engen hace esta distinción cuando indica que lo que nosotros creemos es la "esencia" de la iglesia no siempre se ve en sus formas. Por ejemplo, creemos que la iglesia es una, pero la realidad es que está dividida. Creemos que la iglesia es santa, pero de hecho es la comunión de personas ~ue se confiesan pecadoras. Creemos que la iglesia es apostólica, pero no sIempre toma seriamente en cuenta la autoridad de los apóstoles según se expresa en
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
los escritos inspirados del Nuevo Testamento o a través de la voz de apóstoles reconocidos en el presente. Creemos que un elemento fundamental para la vida de la iglesia es el discipulado como expresión de amor, pero experimentamos acciones y conductas en la iglesia que están muy lejos del amor y que contradicen todo tipo de discipulado cristiano. Jürgen Moltmann se pregunta: "De qué manera podemos hablar simultáneamente acerca de 'la esencia de la iglesia' y 'la forma de la iglesia'." Y continúa apuntando: "El problema es simple y lo suficientemente presionador: en el Credo de los Apóstoles las iglesias creen y confiesan 'una santa iglesia católica', iglesias que están visiblemente divididas, esparcidas y desunidas; iglesias que parecen humanas por todos lados, demasiado humanas, y ciertamente no santas; iglesias que tampoco son universales, pero existen en el mundo en formas altamente individuales. Esta tensión entre la fe de la iglesia y nuestra experiencia de la iglesia no se la percibe hoy por primera vez. Ha existido desde el comienzo mismo, incluso en el mismo tiempo en que la iglesia estaba formulando el credo de la iglesia. La iglesia jamás existió en una forma ideal históricamente demostrable. Pero esta discrepancia constantemente mantiene el hambre por la correspondencia entre los polos.'"
_ La iglesia es tanto fenómeno como credo
Estrechamente ligada a esta tensión de la iglesia como forma y esencia, está la tensión de la iglesia como fenómeno y como credo. Decimos creer en la iglesia, pero no siempre nos resulta posible ver lo que decimos creer. "Aquello que se percibe como un fenómeno del mundo visible no se presenta como el objeto de nuestra fe:' señala Van Engen. "La iglesia es muy frecuentemente no creíble."2 Es el mismo conflicto descrito por las expresiones real-ideal o inmanente-trascendente cuando se las aplica a la iglesia. Hay en todas estas expresiones una contradicción que no es fácil de resolver. Sin embargo, ambos términos de la contradicción van inseparablemente juntos: forma y esencia, y fenómeno y credo. De hecho, una de las cuestiones más difíciles de resolver en el debate teológico contemporáneo es la relación entre fe y experiencia. Esta tensión se ve reflejada en la reflexión eclesiológica en torno al carácter de la iglesia. Según algunos la iglesia no es otra cosa que una determinada forma social, una institución religiosa, una determinada estructura humana. Otros, por el contrario, enfatizan el hecho de que la iglesia es un artículo de fe y una cuestión de fe. El Credo Apostólico declara "Creo en una santa iglesia ... ," y esta fe confiesa a la iglesia en el marco de la misma confesión del Dios trino. De este modo, la iglesia es algo más que un mero fenómeno histórico de factura humana, para transformarse en un objeto de la fe. Jürgen Moltmann: "Ninguna eclesiología teológica puede ignorar el hecho de que el credo habla no sólo acerca de una iglesia celestial sino también acerca de la iglesia de la otra cuadra. Y ninguna eclesiología empírica puede evitar ver que la iglesia de la otra cuadra es-en razón de N
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, Moltmann. The Church in the Power of the Spirit. , Van Engen. "Perspectives on the Church." ~1.
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La naturaleza de la Iglesia: Características
que es el lugar de la fe-también el objeto de la fe. Credo y experiencia están relacionados al mismo objeto y no pueden, a pesar de toda la tensión entre ellos, ser distribuidos entre objetos diferentes."3
_ La iglesia es tanto institución como comunidad La iglesia es tanto organización como organismo. Su naturaleza esencial como una comunidad viva define su existencia y misión. Pero esta existencia y misión no se dan en el vacío, ni fuera del tiempo, o en una dimensión fuera de la realidad concreta de este mundo. La iglesia es una comunidad de fe única, que vive su vida y cumple su misión en el mundo. Sin ser del mundo, esta comunidad está en el mundo, y todo lo "mundano" de esta realidad no le es ajeno. De allí que la existencia institucional de la iglesia es una necesidad sociológica, al mismo tiempo que la realidad orgánica de la iglesia es el corazón de su existencia. Durante la Edad Media, el concepto exclusivamente institucional de la iglesia asumió su forma más extrema. En reacción, los reformadores del siglo XVI enfatizaron la iglesia como compañerismo y comunión. Hoy debemos hacer el esfuerzo por mantener un balance entre estas dos comprensiones de la iglesia, y enfatizar que la iglesia es tanto institución como comunidad. La comunidad invariable y necesariamente asume una forma institucional; la institución sólo debe existir como la expresión concreta de la comunión de personas. Darre" L. Guder: "La existencia social requiere una forma institucional. La iglesia, como la familia de la fe, es una institución que funciona como tal en el mundo, así como la familia física es una institución que asume formas particulares de funcionamiento en el mundo. Por lo tanto, será totalmente infructífero aproximarse al desafío simple de la institución como si hubiese una alternativa. La iglesia debe ser institucional. La cuestión no es '¿Ser o no ser institucional?' sino '¿Cómo ser institucional?'4
EJERCICIO 16 Formar grupos de seis discípulos para discutir por unos minutos el tema siguiente a la luz del párrafo anterior de Darrell L. Guder: La iglesia como institución. Presentar las conclusiones de cada grupo en un plenario . ..... _---_ ...... _-----_ .. _------_ .... _-------------_ .. -- ..... _---------------_ .. _-_ ...
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3 Moltmann. The Church in the Power oi the Spirit. ~1 • • Darrell L. Guder. Be My Witnesses, The Church's Mission. Message. and Messengers (Grand Rapids. Mich., Eerdmans. 1985). 66.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo LA IGLESIA ES ESENCIALMENTE UNA COMUNIDAD ESPIRITUAL
Si bien la iglesia se desenvuelve en la historia y lo hace insertada en las particulares condiciones de su existencia histórica, se deslaca como una comunidad eminentemente espiritual. Esto se hace más evidente cuando prestamos atención a varios elementos directamente ligados a la naturaleza de la iglesia y su misión. Una manera de entender esto es considerando los documentos del Nuevo Testamento, particularmente el libro de los Hechos. Hay diez razones por las que la iglesia es una comunidad espiritual según Hechos.
Está fundada en la Biblia: es bíblica
En Hechos 2.42 leemos de la iglesia primitiva que los primeros cristianos "perseveraban en la doctrina de los apóstoles." Esta enseñanza, que circuló primero en forma oral y poco a poco se fue integrando en un corpus de doctrina apostólica, finalmente se fue registrando por escrito en los libros que hoy componen nuestro Nuevo Testamento. Junto con las Escrituras del Antiguo Testamento, con el tiempo los cristianos le atribuyeron a estos registros escritos no sólo inspiración divina sino también una autoridad espiritual única. Hoy configuran la "Biblia," la colección de escritos inspirados por el Espíritu Santo que presentan el registro de la revelación divina y que son estimados como única regla de fe y práctica por la mayor parte de los cristianos. Una iglesia bíblica es la que acepta con fe este hecho y conforma su vida en base al contenido de este registro, que se considera como Palabra de Dios. Así, pues, una iglesia bíblica es aquella que, en primer lugar, cree en la Biblia. Los apóstoles tomaban muy en serio la Palabra de Dios y la utilizaban como guía para interpretar la realidad de sus días, especialmente para discernir la mano redentora de Dios en operación a través de su pueblo. Es interesante notar cómo los primeros cristianos reinterpretaron los escritos del Antiguo Testamento, y vieron su relación directa con los acontecimientos redentores que el/os experimentaron con y a través de Jesucristo. Pedro hizo esto en su discurso frente al Pórtico de Salomón, cuando trató de interpretar los eventos de sus días como anunciados previamente por los profetas (Hch. 3.24). Cuando la Biblia se transforma en un texto muerto, en ley seca o en una enciclopedia multiuso deja de ser palabra de Dios para transformarse en una excusa y justificativo para cualquier palabra humana. Como palabra de Dios viva y eficaz (He. 4.12), ella se torna en palabra generadora de salvación, bendición y guía cuando es considerada por la iglesia como palabra divina normativa y orientadora. Una iglesia bíblica es también aquella que obedece la Biblia. Muchos de los que se preocupan excesivamente por defender la Biblia de todo ataque externo a su integridad y se muestran ansiosos por afirmar que está libre de todo tipo de errores, no siempre muestran el mismo celo en simplemente obedecer lo que la Palabra de Dios indica como expresión de la voluntad de Dios. Los primeros cristianos fueron muy cuidadosos en procurar encontrar en la Biblia orientación ~ar~ hacer frente a los problemas nuevos que se les presentaban. El texto ~nsplrado funcionó para ellos no tanto como un manual de casuística (así la Interpreta.ban los fariseos, por ejemplo), sino más bien como una guía orientadora de la decisión y acción de los hijos de Dios.
La naturaleza de la Iglesia: Características
En general, los evangélicos latinoamericanos nos hemos autotitulado como "el pueblo del Libro". Con esto hemos querido subrayar nuestra fidelidad a la Palabra de Dios. Sin embargo, las buenas expresiones y deseos no siempre han sido acompañadas con acciones concretas de obediencia y sumisión a la Palabra escrita. Los primeros cristianos, por el contrario, fueron muy puntillosos en leer las Escrituras buscando en ellas la direccIón divina para sus decisiones. Cuando encontraron lo que parecía ser una expresión de la voluntad específica de Dios para sus problemas, no dudaron en obedecer literalmente lo que leían. Tal fue lo que ocurrió cuando se presentó el problema de la vacancia dejada por el suicidio de Judas Iscariote en el grupo de los Doce. La decisión que tomaron para resolver este problema fue en obediencia directa a los versículos que leyeron en los Salmos (Hch. 1.20, 21). Una iglesia bíblica es, finalmente, aquella que aplica la Biblia. Si bien para todos los evangélicos en nuestro continente la Biblia es la única regla de fe y práctica, no siempre es el texto sagrado el que se aplica a la comprensión de la realidad y la solución de los problemas que se presentan. Además, se ha dicho muchas veces que "la Biblia da para todo," y es cierto. Al fin y al cabo, Satanás, quien conoce la Biblia mejor que cualquiera de nosotros, la utilizó más de una vez para sus propios fines perversos. La mejor manera de aprovechar el poder generador de bendición que tiene la Palabra de Dios es aplicarla a las situaciones concretas que confrontamos, bajo la guía del Espíritu Santo. Al igual que los primeros cristianos, la iglesia hoy enfrenta situaciones nuevas y desafíos para los que aparentemente no está preparada. Frente a los fenómenos inexplicables y novedosos que los ciento veinte creyentes del aposento alto experimentaron en Pentecostés, Pedro utilizó las Escrituras como clave hermenéutica para los mismos (Hch. 2.16-21). El sentido de aquellos eventos ya había sido anticipado por el profeta Joel. Edmond P. Clowney: "La iglesia es la comunidad de la Palabra, la Palabra que revela el plan y propósito de Dios. En la iglesia el evangelio es predicado, creído y obedecido. Ella es el pilar y fundamento de la verdad porque se toma de las Escrituras (Fil. 2.16) ."5
_ Está llena del Espíritu Santo: es carismática El vocablo carismático es utilizado en este contexto no en su sentido histórico sino en el sentido que tiene en el Nuevo Testamento, es decir, se refiere a todo aquello que es expresión de la gracia divina tal como nos llega a nosotros a través de la agencia del Espíritu Santo. En este sentido, todo cristiano es carismático, si de veras ha gustado la gracia (gr. charis) de Dios, por medio de Cristo, a través del Espíritu Santo. Una iglesia carismática es una iglesia que ha sabido responder con obediencia a la admonición apostólica de ser llenos del Espíritu Santo (Ef. 5.18).
Edmond P. Clowney. The Church: Conlours of Chrislian Theologr (Downers Grave. Press. 1995). 16.
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m.: InterVarsity
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo El Espíritu Santo no es un mero elemento decorativo en la iglesia ni un auxiliar necesario para el cumplimiento de su misión en el mundo. En realidad, el Espíritu es el creador de la iglesia y el poder que le da vida y sentido. Sin el Espíritu, la iglesia no existiría ni podría cumplir su misión. De allí que la relación entre la iglesia y el Espíritu Santo no sólo es íntima y estrecha sino que es vital. El Espíritu Santo es la vida de la iglesia. Además, el Espíritu que vivifica a la iglesia es también el Espíritu que la renueva y recrea permanentemente como comunidad viviente. Desde esta perspectiva, la obra vital del Espíritu en la historia ha sido la de recrear a la iglesia como una comunidad viviente, llamándola una y otra vez a volver a su vida y a sus raíces bíblicas. La historia de la iglesia encierra una cadena completa de movimientos de renovación espiritual, que fueron alentados por el Espíritu. El registro histórico de cada tradición cristiana está salpicado con estos ejemplos de resurgimiento espiritual. De hecho, las más variadas tradiciones cristianas generalmente trazan su origen a tiempos de renovación espiritual. Cuando pensamos en eventos tales como la Reforma del siglo XVI, los avivamientos evangélicos del siglo XVII, los avivamientos en Inglaterra y Norteamérica en el siglo XVIII, o los de África, Corea y América Latina en el siglo XX, podemos ver que todos estos fenómenos no son más que los picos visibles en el mover del Espíritu de Dios a lo largo de la historia. Esto ha sido así desde el día de Pentecostés, cuando el Espíritu fue derramado copiosamente sobre los primeros creyentes. Precisamente la experiencia de ellos nos ilustra cómo es una iglesia llena del Espíritu Santo. Una iglesia llena del Espíritu Santo es, en primer lugar, una comunidad f(ena de poder espiritual. En el caso de los primeros cristianos, este poder espiritual se manifestó en la capacidad de todos ellos de hacer cosas que estaban más allá de sus pericias y posibilidades humanas. Aquellos hombres y mujeres, bajo la unción del Espíritu, "comenzaron a hablar en diferentes lenguas" (Hch. 2.4). Pero el Espíritu Santo puede manifestarse de múltiples otras maneras, según él lo considere más conveniente para el cumplimiento más efectivo de la misión. Además, una iglesia llena del Espíritu Santo es una comunidad llena de dones espirituales. Allí donde el Espíritu está presente y en control, también están en vigencia y operación los dones que él siempre otorga para el servicio. Como comunidad carismática, la iglesia es dotada por el Espíritu de todos los carismas necesarios para que ésta lleve a cabo su misión en el mundo. Estos carismas son las herramientas de trabajo de la iglesia, sin las cuales tal labor no podría llevarse a cabo. Los primeros cristianos no sólo que pudieron hacer lo que les resultaba inimaginable o les parecía imposible, sino que contaron inmediatamente con las herramientas necesarias para cumplir con la misión que se les había encomendado. Es por eso que "se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración" (Hch. 2.42). Finalmente, una iglesia llena del Espíritu Santo es una comunidad llena de señales espirituales. Si bien es propio del Espíritu no llamar la atención sobre sí mismo sino glorificar a Cristo, su presencia y acción se ponen de manifiesto a través de señales, prodigios y milagros. El Espíritu no se queda quieto, sin dar claras evidencias de su presencia poderosa. Esto fue bien patente para las personas que fueron los primeros en recibir el testimonio poderoso de los
La naturaleza de la Iglesia: Características
creyentes llenos del Espíritu Santo en Jerusalén. Los primeros cristianos mismos "estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles" (Hch. 2.43). Algunos en nuestros días, de manera arbitraria y no consistente con el Nuevo Testamento, una sana teología y misionología, y el testimonio de la historia del testimonio cristiano, no sólo niegan la realidad y vigencia del ministerio apostólico, sino que señalan que prodigios y señales terminaron en el primer siglo o con la formación del canon de las Escrituras. No sólo que no es cierto que el don y el ministerio apostólico ha cesado, sino que el Espíritu Santo conti¡1úa operando prodigios y señales en medio de su pueblo, cuando éste está rendido al señorío de Cristo y está bajo el control del Espíritu.
EJERCICIO 17 Con la ayuda de una concordancia bíblica, registrar pasajes bíblicos que ilustren la centralidad de la Biblia y del Espíritu Santo en la vida y testimonio de la iglesia.
BIBLIA: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
EspíRITU
SANTO: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
_ Ministra primero a Dios y luego a las personas: es sierva La Biblia presenta un orden de prioridades, que es necesario respetar. Dios demanda el primer lugar y la atención preferencial a la hora de manifestar nuestra lealtad. Luego vienen todas las demás cosas. En realidad, a la hora de expresarnos en términos de servicio, hay dos vectores que debemos tener ~n cuenta: el primero y más importante es el que apunta hacia arriba, el vector vertical que nos liga a Dios en adoración. El segundo es el que apunta hacia el costado y es el vector horizontal que nos liga a nuestro prójimo en servicio. No hay tarea más importante en la que nos podamos involucrar como iglesia que la de rendirle culto a Dios. Todo lo demás que hagamos dependerá de este compromiso fundamental. En realidad, adorar significa precisamente eso: rendir servicio a Dios. Éste es el primer servicio por el que somos respon~ables, antes de involucrarnos en cualquier otro tipo de servicio. De este modo, la adoración es el evento que define la naturaleza y misión de la iglesia. Lo que pasa cuando adoramos afecta directamente lo que pasa en cualquier otro aspecto del ministerio de la iglesia.
La Iglesia de! nuevo milenio, una eclesiología para e! nuevo siglo Los primeros cristianos lo entendieron así. Por eso las grandes empresas que llevaron a cabo en cumplimiento de la misión nacieron de su servicio de adoración a Dios. El mejor modelo de una iglesia sierva lo encontramos en el caso de Antioquía (Hch. 13.1-3). Su actitud de diakonía a Dios y a las personas está bien ilustrada en el hecho de que fue mientras adoraban a Dios, que el Espíritu Santo les asignó un trabajo para hacer. Por amor al reino de Dios, esta congregación se desprendió de sus mejores lideres, para enviarlos a predicar en otras tierras. Y más tarde, los sostuvo en oración y veló por sus necesidades, mientras estaban cumpliendo con la misión. Con los primeros cristianos el orden de prioridades había sido similar (Hch. 4.23-31). La iglesia estaba en oración, ministrando a Dios desde sus necesidades y urgencias, cuando fueron "llenos del Espíritu Santo" y salieron nuevamente a proclamar "la palabra de Dios sin temor alguno" (Hch. 4.31). El servicio de proclamación de las buenas nuevas al mundo siempre estuvo precedido por una iglesia en ad aralia, es decir, una asamblea de cristianos convocados a la oración. En este camino de servicio o ministerio bi-dimensional que debe recorrer la iglesia, hay básicamente dos cosas para hacer. En primer lugar, esto significa el servicio de adoración (Hch. 2.47). La iglesia ha sido llamada del mundo a constituirse como pueblo de Dios para que le rinda culto de adoración. En segundo lugar, esto significa el servicio de oración (Hch. 2.42d). Greg Ogden: ..... en muchos lugares hoy se encuentra a un pueblo vivo en Cristo que se reúne listo para derramar sus corazones a Dios. Poco importa si la adoración está altamente estructurada o es espontánea. La diferencia es que las personas están preparadas para darse a sí mismas en canción, oración, alabanza y respuesta a la Palabra de Dios. La adoración es una expresión de la comunidad, algo hecho para el pueblo por líderes de adoración.
Soren Kierkegaard nos recuerda la imagen. del teatro cuando escribe que en la adoración las personas son los actores, los líderes de adoración son los apuntadores y Dios es la audiencia .... Dios está levantando en las bases un pueblo lleno del Espíritu, que se ve a sí mismo como ministros; ecumenistas dotados espiritualmente, que ven la adoración como el centro."6
_ Predica y vive un evangelio integral: es obediente
¿Qué entendemos por "evangelio integral"? La expresión se ha transformado casi en un cliché en las últimas décadas. Sin embargo, es necesario hacer una distinción en torno a esta cuestión. Por evangelio integral entiendo la "comprensión del evangelio en sus dimensiones múltiples, personales (individuales) y sociales, como las implicaciones que tiene en todos los órdenes de la vida: religioso (espiritual), cultural, político, económico y familiar."7 Se trata, por tanto, de una aprehensión del evangelio como mensaje omniabarcador, que no se agota en
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Ogden. The New Reformation. 'l4. 'l5. Pablo A. Deiros. Diccionario hispanoamericano de la misión (Miami: UNlLIT. 1997). 177.
La naturaleza de la Iglesia: Características una formulación doctrinal (por importante que ésta pueda ser o considerarse), ni puede reducirse a ella. El Pacto de Lausana, en su artículo 6, afirma que "la evangelización mundial requiere que toda la iglesia lleve todo el evangelio a todo el mundo." En una ponencia presentada en aquel célebre congreso de evangelización mundial, celebrado en 1974, C. René Padilla dijo: "Mantengo que ambos puntos de vista (salvación como social y personal) son evangelio incompleto y que la necesidad más grande de la iglesia en la actualidad es el redescubrimiento del mensaje completo de nuestro Señor Jesucristo. Todo el evangelio para todo el hombre, para el mundo entero."8 Éste es el evangelio integral que predica y vive una iglesia obediente a su Señor.
Conferencia Evangélica Latinoamericana (CELA 111): "Debemos a América Latina un ministerio integral; una tarea evangelizadora que llame al hombrea alistarse como discípulo de Jesucristo; una identificación con los dolores y esperanzas del hombre latinoamericano, que exprese la misma identificación de Jesucristo con su pueblo en su peregrinar hasta la cruz; un servicio inteligente y eficaz en la búsqueda de formas de organización social más justas y humanas: todo ello expresado en la vida de una comunidad liberada de toda esclavitud por la resurrección de Jesucristo y convocada a expresar esa libertad en gozosa búsqueda del mañana de Dios para nuestro continente."9
La comprensión integral del evangelio, como un evangelio de encarnación y servicio, fue bien clara para los primeros cristianos, que lo asumieron y expresaron con total obediencia (Hch. 1.4-8; 2.42-47). La vida y testimonio de aquellos hombres y mujeres fueron evidente manifestación de que se propusieron rendir obediencia a todo el evangelio. A la praxis de la iglesia primitiva se aplican las acertadas palabras de C. René Padilla, cuando comenta: "Hablar de todo el evangelio o del evangelio completo es hablar del evangelio como las Buenas Nuevas de Jesucristo para la vida personal y social, para la esfera de lo espiritual y de lo material, para el tiempo presente y la eternidad. Todo el evangelio es el evangelio que mantiene la unidad entre la fe y las obras, entre la palabra y la acción, entre el amor y la justicia, entre la reconciliación con Dios y la reconciliación con el prójimo, entre la teología y la ética." Como señalara el Congreso Latinoamericano de Evangelización (CLADE 1), celebrado en 1969 en Bogotá: "Juntos hemos reconocido la necesidad de vivir plenamente el evangelio, proclamándolo en su totalidad al hombre latinoamericano en el contexto de sus múltiples necesidades."'°
• C. René Padilla. "Evangelism and the World." en l.eIlhe Eatth Hear His VoU:e, A Comprehensive Refermce VoIume on World Emngeli.z:aIioo. J.D. Douglas. ed. (Minneapolis. Minn.: World Wide Publications. 1975). 144. 9 Tercera Conferencia Evangélica Latinoamericana (CELA IIJ). Deudores del mundo (Montevideo. UNELAM. 1969), 17, •• Primer Congreso Latinoamericano de Evangelización (CLADE 1). "Declaración evangélica de Bogotá: en Acción en Crislo para un conlinenle en crisis (San José. Costa Rica: Editorial Caribe. 1970)' 135.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo Crece con el crecimiento que da Dios: está viva
Como todo organismo vivo, una iglesia viva experimenta crecimiento natural. La falta de crecimiento es indicación cierta de que algo anda mal en el cuerpo. Una iglesia viva va a crecer y lo hará de manera armónica. Será una iglesia sin techo, sin límites. Crecerá y continuará creciendo, porque esto es lo normal y esperable. Una iglesia saludable es una iglesia que crecerá de manera integral hasta el límite de todas sus posibilidades, conforme los propósitos de Dios para esa comunidad. Además, el crecimiento de la iglesia no es opcional. No es materia de discusión, opinión, o decisión, porque el crecimiento del cuerpo de Cristo viene de Dios. Refiriéndose al proceso de desarrollo de la comunidad de fe en Corinto, Pablo señala: "Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer" (1 Co. 3.6, 7). De este modo, el crecimiento integral de la iglesia no sólo es algo que debe ser esperado de parte de Dios, sino también es algo que debe ser buscado. Es importante tener presente que el crecimiento de la iglesia debe ser un crecimiento integral. Es éste el crecimiento del que Pablo habla como un don de Dios. En el curso de su peregrinaje por este mundo (He. 13.14), la iglesia debe experimentar este tipo de crecimiento y expansión, que es tanto el resultado de su labor evangelizadora como la señal del reino venidero que ella espera. Como señala Orlando E. Costas: "La idea de crecimiento es por lo tanto básica a la experiencia y expectativa misional de los primeros cristianos y a la teología bíblica de la misión. Igualmente importante es la naturaleza multidimensional de ese crecimiento."ll Por ser un don de Dios y por ser integral, el crecimiento de la iglesia tiene múltiples dimensiones. Una de las más significativas es que se trata de un crecimiento espiritual. 12 El crecimiento espiritual se manifiesta en la producción del fruto del Espíritu tanto en la vida cristiana del creyente individual como en la comunidad de fe. Pablo describe este fruto, cuando señala: "El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio" (Gá. 5.22, 23). Como puede verse, se trata de un crecimiento interno que resulta en la madurez espiritual de los miembros de la iglesia, a medida que se desarrollan a través de la adoración, el estudio de la Biblia, la oración, el servicio, y la manifestación del fruto del Espíritu. Este crecimiento es de carácter cualitativo y es de suma importancia. No es que sea prioritario o deba optarse por él en desmedro de otros tipos de crecimiento, pero sí su experiencia ayuda a darle fundamento y forma a otras manifestaciones de crecimiento. El crecimiento cualitativo o espiritual debe ser apreciado y procurado por la iglesia.
" Costas, Christ Outside the Cate. 4 6 . "Con la excepción del primer y último tipo de crecimiento. la descripción de los otros tipos está tomada de Orlando Costas. The Church and lts Mission, A Shattering Critiquefrom the Third World (Chicago, Tyndale Press. 1974). 90. 91.
La naturaleza de la Iglesia: Características Charles Van Engen: "Por crecimiento espiritual se entiende la profundidad
y amplitud de la relación de pacto del Pueblo de Dios en relación espiritual íntima con Dios, a través de la fe en Jesucristo por el Espíritu Santo, i.e., la profundidad de la madurez espiritual de los líderes y miembros, su grado de inmersión en la Escritura, su manifestación de un estilo de vida y ética del reino de Dios, su involucramiento en oración, su dependencia de Dios, su búsqueda de santidad, y su vitalidad en la adoración."13 Es muy frecuente que se establezca una oposición falsa e innecesaria entre crecimiento cualitativo y crecimiento cuantitativo. En el Nuevo Testamento no se encuentra tal polarización u opción. Por el contrario, especialmente en el libro de los Hechos se destaca la importancia del crecimiento numérico (Hch. 2.41; 2.47; 4.4; 5.14; 6.7). Sobre el particular, Orlando E. Costas explica: "Por expansión numérica se entiende el reclutamiento de personas para el reino de Dios invitándolas al arrepentimiento y la fe en Jesucristo como Señor y Salvador de sus vidas y su incorporación a una comunidad local de personas que, habiendo hecho una decisión similar, adoran, obedecen y dan testimonio, colectiva y personalmente, al mundo de la acción redentora de Dios en Jesucristo y su poder liberador:'14 De este modo, el crecimiento cuantitativo y el cualitativo deben ir juntos, y es absurdo querer separarlos. El primero tiene que ser una expresión del segundo. Una iglesia madura en la fe y llena del Espíritu Santo va a procurar la salvación del mayor número de personas, a quienes va a incorporar a la comunión de los santos y a discipular con responsabilidad para que a su vez se conviertan en proclamadores efectivos del evangelio del reino. Cuando esto ocurre, el crecimiento numérico sigue como consecuencia natural. Este crecimiento numérico o expansión de la congregación local estará basado en la conversión de personas a medida que los creyentes vayan saliendo al mundo, ganen a personas para Cristo, y las traigan a la membresía de la iglesia. En la medida que este ciclo de reproducción se multiplique y amplíe, el tamaño de la comunidad de fe crecerá. Costas hace referencia también a un crecimiento orgánico. Según él, se trata de una forma de crecimiento que merece nuestra atención ya que es muy significativa para la vida de la iglesia como cuerpo de Cristo. Dice Costas: "Por crecimiento orgánico se entiende el desarrollo interno de una comunidad de fe, i.e., el sistema de relaciones entre sus miembros-su forma de gobierno, estructura financiera, liderazgo, tipos de actividades en las que se invierten su tiempo y recursos, etc."15 Como puede observarse, el crecimiento orgánico tiene que ver con el desarrollo estructural y organizacional de la comunidad cristiana: su organización, administración, liderazgo, estrategias, y mayordomía. Se trata, pues, del desarrollo de la infraestructura de la iglesia, mediante la creación y puesta en marcha de juntas, comisiones, comités, actividades, programas de capacitación y grupos pequeños.
,3 Charles Van Engen, apuntes de clase, MC5~~, "Local Congregation as Mission" (Pasadena. CaliL School of World Mission, Fuller Theological Seminary, 1995)· '. Costas. The Church and lts Mission. 90. 's Ibid .. 90.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
Hay también un crecimiento conceptual, que Costas define de la siguiente manera: "Por expansión conceptual se entiende el grado de consciencia que tiene una comunidad de fe con respecto a su naturaleza y misión en el mundo, Le., la imagen que la comunidad ha formado de sí misma, la profundidad de su reflexión sobre el significado de su fe en Cristo (comprensión de la Escritura, etc.), y su imagen del mundo."16 Este tipo de crecimiento conceptual tiene que ver con la concepción del mundo que domina a la iglesia, y sus presuposiciones filosóficas e ideológicas. Una forma de crecimiento que no ha recibido suficiente atención es la que Costas denomina como crecimiento encarnacional. Según él: "Por crecimiento encarnacional se entiende el grado de involucramiento de una comunidad de fe en la vida y problemas de su entorno social, ;'e., su participación en la aflicción de este mundo; su acción profética, intercesora, y liberadora en bien de los débiles y destituidos; la intensidad de su predicación a los pobres, los quebrantados de corazón, los cautivos, los ciegos y los oprimidos. (Le. 4.1821)."17 El crecimiento encarnacional tiene que ver con los ministerios diaconales de todo tipo que la iglesia lleva a cabo. Finalmente, el crecimiento expansivo es otra forma de crecimiento a la que debemos prestar atención. Por crecimiento expansivo se entiende el crecimiento que resulta de la plantación de otras iglesias por la iglesia local, a medida que nuevos convertidos de la misma cultura o de una cultura diferente son reunidos en congregaciones nuevas. Una iglesia madura se reproduce y planta nuevas iglesias.
EJERCICIO 18
Marcar con 2!: los pasajes bíblicos que indican el crecimiento numérico de la iglesia: Mateo 6.28
_ Marcos 4.8
_ Lucas 13.18, 19
Juan 3.30
_ Hechos 2.41
Hechos 2.47
Hechos 4.4
_ Hechos 5.14
Hechos 6.1
Hechos 6.7
_ Hechos 7.17
Hechos 12.24
Hechos 19.20
_ 1 Corintios 3.6, 7
_ 1 Corintios 15.58
_ 2 Corintios 10.15
_ Efesios 2.21
_ Efesios 4.15, 16
_ Colosenses 1.10
_
_
_ 2 Tesalonicenses 1.3
_ 1 Pedro 2.2
Colosenses 2.19
1 Tesalonicenses 3.12
_ 2 Pedro 3.18
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Ibid., 90, 91. Ibid .• 91.
La naturaleza de la Iglesia: Características
Pacto de Lausana: "Confesamos que a veces hemos buscado un crecimiento de la iglesia a costa de la profundidad de la misma y hemos divorciado la evangelización del crecimiento cristiano .... Aunque los estudios del crecimiento de la iglesia, tanto numérico como espiritual, tienen su lugar y valor cuando se hacen con cuidado, a veces los hemos descuidado. Otras veces, con el deseo de asegurar una respuesta al evangelio, hemos acomodado nuestro mensaje, hemos manipulado al oyente por medio de técnicas de presión y nos hemos preocupado demasiado por las estadísticas y hasta hemos sido deshonestos en el uso que hemos hecho de ellas. Todo esto es mundanal:'
_ Se desarrolla democráticamente: es participativa Más allá de las formas particulares que el ejercicio democrático pueda tomar en la experiencia de la comunidad de fe, es evidente a la luz del Nuevo Testamento que la iglesia debe funcionar como una asamblea democrática en la que se garantice y fomente la participación de todos los creyentes en el desarrollo de la vida y el testimonio de la misma. Algunas eclesiologías denominacionales consideran erróneamente que la única forma de participación democrática en la iglesia es una democracia directa. Esto puede ser posible en pequeñas congregaciones, aunque no sin serios problemas. Pero en congregaci'ones con mayor número de integrantes, la democracia directa es simplemente imposible. El modelo neotestamentario es, en realidad, un modelo en el que las decisiones no se tomaban en base al voto de la mayoría (el cual siempre deja a una minoría disconforme), sino por consenso bajo la guía del Espíritu Santo. Al considerar a la iglesia como una comunidad que se desarrolla democráticamente con la participación comprometida de todos sus miembros, es importante tener en cuenta ciertos principios que surgen de la experiencia de la iglesia primitiva. Nótese, primero, que se trata de una iglesia del pueblo y no del clero. El testimonio de Hechos 2.47 da la impresión de que los primeros cristianos tenían una comprensión cabal del significado del sacerdocio universal de todos los creyentes. Además, nótese que es una iglesia donde todos tienen algo que hacer. Al tiempo que vemos a Pedro como un protagonista importante, los Once no se quedan atrás en su participación. Llama la atención en este estadio inicial del testimonio cristiano la inusual participación de las mujeres, en un contexto cultural en el que estaban totalmente excluidas de toda visibilidad social. Sin embargo, en la lista de los miembros fundadores de la iglesia, se nos aclara muy bien que "estaban allí Pedro" y siguen los nombres de los Once, y luego se agrega: "Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto COn las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María" (Hch. 1.13, 14). De hecho, todos estos discípulos sin distinción alguna fueron llenos del Espíritu Santo (Hch. 2.1-4). La iglesia no es un pastor orquesta, sino una orquesta de pastores. Tampoco existe el pastor sabelotodo o el pastor superhombre. En la comunidad de fe que fundó Jesucristo en el poder de su Espíritu, cada miembro es protagol)ista y responsable por igual, sin ningún tipo de distinciones (Gá. 3.28).
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo _ Ama y se entrega por Cristo: es generosa La iglesia es el resultado directo de la obra redentora de Cristo, quien se entregó a sí mismo por ella y la compró al precio de su vida entregada a la muerte. La iglesia es fruto de una entrega generosa de amor no merecido. Por ello mismo, es propio de su naturaleza esencial entregarse con generosidad a su Señor con un amor agradecido. La manera en que la iglesia lo hace es a través del ejercicio de una mayordomía responsable y del establecimiento de prioridades con sabiduría que recibe de Dios, Una iglesia generosa es una iglesia que ejerce una mayordomía responsable. En la iglesia primitiva encontramos ilustrada esta generosidad de manera sorprendente (Hch. 4.32, 34, 35). Pablo A. Deiros: "Mayordomía es un concepto básico de la ética cristiana, que se fundamenta en el reconocimiento de que todos los bienes provienen de Dios y deben ser usados para su gloria, que se aplica por igual a todo tipo de bienes, ya sea dinero, tiempo, talentos u oportunidades. Generalmente se la ha limitado a la esfera. de las decisiones puramente individuales y no se ha tomado en cuenta su ejercicio al nivel de una responsabilidad más colectiva."18 A su vez, una iglesia generosa, que ama y se entrega a Cristo, es una iglesia que prioriza a las personas por sobre las actividades o un determinado programa. El activismo no resulta o resulta mal. Muchas iglesias terminan por inmolar a los creyentes con un programa de actividades deshumanizante o con tantas tareas que no queda tiempo para el desarrollo de la vida cristiana personal, familiar y del cuerpo de Cristo. El activismo es una distorsión de la acción humana que hace de ella un fin en sí mismo. Lo saludable es la actividad, siempre y cuando sea un medio para el servicio a Dios y al prójimo, y no un fin en sí mismo. El activismo no es compatible con el desarrollo de una auténtica espiritualidad, ya que centra su acción en sus propios recursos y eficacia.
_ Se congrega de manera descentralizada: es ubicua El templocentrismo ha sido un factor importante en obstaculizar el crecimiento de la iglesia. En muchos casos, la capacidad del templo como auditorio ha sido el límite inexorable para el crecimiento numériCO de una congregación. En razón de que en América Latina las iglesias no han contado con suficientes recursos para construir grandes templos, aquellas congregaciones que han fundado su desarrollo en un edificio particular, se han visto sumamente complicadas en su expansión. Más recientemente, una nueva visión misionológica y estratégica ha acercado a las comunidades de fe al modelo neotestamentario, en el que el testimonio de la iglesia se daba de manera descentralizada.
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En el caso de Jerusalén, donde el templo era un lugar de reunión masivo y un marco religioso especial, se ve ilustrado el carácter ubicuo de la iglesia, ya que aquellos cristianos aprendieron la ventaja de congregarse "día tras día, en el templo y de casa en casa" (Hch. 5.42). Éstos eran los ámbitos en los que ellos "no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas que Jesús es el Mesías."
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Deir08. Diccionario hispanoamericano de la misión.
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La naturaleza de la Iglesia: Características
Desde la primera hora lo habían hecho así (Hch. 2.42), seguramente con el fin de poder alcanzar con su testimonio al mayor número de personas y al ¡nismo tiempo poder celebrar su comunión en Cristo con intensidad. En realidad, cualquier lugar es adecuado para congregarnos en el nQmbre del Señor, porque sea donde sea que nos reunamos, él promete estar en medio de los suyos con toda la grandeza de su poder amoroso. Más importante que el lugar de reunión es que lo hagamos en su nombre y con plena certidumbre de su presencia prometida.
Edmond P. Clowney: "No sólo nosotros venimos a la asamblea donde está nuestro Señor resucitado; él viene por su Espíritu a la asamblea donde estamos nosotros. Donde dos o tres se reúnen en su nombre, etllí está él (MI. 18.20; 28.20). La iglesia está donde el Señor está, 110 simplemente en su poder omnipresente, sino en la presencia que hacen que los ángeles clamen, 'iSanto!', que hace a los santos cantar, 'iDigno es el Cordero!', y que humilla al pecador a confesar, 'Verdaderamente Dios está entre vosotros' (Is. 6.3; Ap. 5.12; 1 Co. 14.25). En razón de que la verdadera asamblea del Señor está en los cielos, es que aparece en muchas formas sobre la tierra: en iglesias caseras, en iglesias de la ciudad, en la iglesia universal. Incluso dos o tres reunidos en su nombre pueden reclamar su poder, porque él está allí."19
EJERCICIO 19 Copiar los versículos que siguen en el lugar que se indica.
La presencia divina representa un gran consuelo para los santos: 1. En el peregrinaje de la vida: Gn. 28.15.
2. Proporciona descanso: Éx. 33.14.
3. Da valor en las batallas de la vida: Dt. 20.1.
4. Un consuelo en las pruebas: Is. 43.2.
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Clowney. The Church, 31, 32.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo 5. Asegurada en la más pequeña reunión de creyentes: Mt. 18.20.
6. Hasta el fin: Mt. 28.20.
_ Descansa sobre una autoridad sólida: es apostólica El Símbolo de Nicea añade un cuarto predicado a los tres conocidos del Credo Apostólico, cuando dice sobre la iglesia: "creo en una santa iglesia católica apostólica." Este cuarto calificativo no es uno más, sino que aclara lo que los otros tres predican. En definitiva, el carácter apostólico de la iglesia es lo que explica su unidad, universalidad y santidad. ¿Qué es lo que hace de la comunidad de fe una comunidad humana diferente de cualquier otra? La diferencia está precisamente en que es una comunidad apostólica. Esto significa, en primer lugar, que la iglesia está fundada sobre el testimonio de los apóstoles, es decir, sigue la enseñanza apostólica. Ésta es la iglesia que sigue dando dicho testimonio apostólico y que quedó constituida y renovadamente se constituye oyendo ese testimonio apostólico. Según Karl Barth: "Aquí nos encontramos ante la plenitud de la existencia de la Iglesia."20 Sin este testimonio apostólico no nos sería posible conocer a Jesús, y si nosotros hoy no transmitimos a otros con fidelidad este testimonio apostólico, otros no podrán conocerlo en su vida, muerte, resurrección, ascensión y promesa de un próximo retorno en gloria. En segundo lugar, la iglesia es apostólica cuando cumple con la tarea apostólica de dar a conocer al mundo las buenas nuevas del reino de Dios. Karl Barth señala al respecto: "La vida de la Iglesia una santa, está determinada como cumplimiento del servicio de heraldo que le ha sido confiado. La iglesia vive como otras comunidades, pero en su culto se manifiesta su carácter: anuncio de la Palabra de Dios, repartición de los sacramentos, liturgia más o menos desarrollada, aplicación de un Derecho Eclesiástico ... y, finalmente, teología."21 La iglesia existe en el mundo para llevar a cabo la proclamación apostólica de las buenas nuevas tocantes a Jesús, es decir, el cumplimiento de su comisión apostólica o encargo misionero. De este modo, la expresión "apostólica" denota tanto cuál es el fundamento de la iglesia como cuál es su comisión. Así, pues, la iglesia es apostólica en el sentido de que tiene un fundamento único en el testimonio que ha heredado de los apóstoles, pero también en el sentido de que tiene una misión única que cumplir en el mundo proclamando a otros el testimonio que ha recibido .
• 0 Barth, Bosquejo de dogmática, ~30. "/bid .• ~3:¡.
La naturaleza de la Iglesia: Características
La única manera en que la iglesia sea verdaderamente la iglesia y se mantenga viva es no descuidando la proclamación del kerygma apostólico. Cuando la iglesia comienza a servirse a sí misma y a estacionarse en cualquiera de sus múltiples funciones y deja de lado el mensaje apostólico, comienza a decaer y puede llegar a morir. Cuando esto ocurre, la iglesia deja de ser la iglesia de Jesucristo, para transformarse en una mera institución religiosa sin vida.
Karl Barth: "Una Iglesia consciente de su misión no querrá ni podrá estacionarse en cualquiera de sus funciones como Iglesia que existe para sí misma. Hay, es cierto, la llamada 'pequeña grey de creyentes cristianos,' pero esa pequeña grey ha sido y está siendo enviada: 'ild y predicad el evangelio!' No se dice: 'ild y celebrad cultos!' 'ild yedificaos con el sermón!' 'ild y celebrad los sacramentos!' ni 'ild y presentaos a vosotros mismos en una liturgia!,' aunque sea una repetición de la liturgia celestial, ni tampoco, 'ild y pensaos una teología capaz de desarrollarse gloriosamente como la Summa de Santo Tomás de Aquino!' Ciertamente, no está prohibido nada de esto e incluso podría haber motivos de peso para hacerlo ... , pero nada, absolutamente nada de ello debe suceder por amor de sí mismo. Antes bien, lo único que importa en todas esas cosas y posibilidades es el '¡predicad el Evangelio a toda criatura!' La Iglesia es el heraldo que corre para anunciar su mensaje. No es un caracol con su casa a cuestas y que se halla tan a gusto dentro de ella como para reducirse a sacar de vez en cuando sus cuernecillos y pensar que con ello ya cumplió su obligación de mostrarse públicamente. No; la Iglesia vive de su cometido de heraldo; la Iglesia es la compagnie de Dieu. Allí donde viva la Iglesia ha de responder a la cuestión de si está sirviendo como heraldo o si sólo vive para sí misma."22
EJERCICIO 20
Colocar los pasajes bíblicos que correspondan en cada caso.
La iglesia apostólica de Jesucristo debe ser considerada como una fuerza proclamadora del evangelio. La iglesia expresa su apostolicidad a través de los siguientes ministerios y funciones: Comunión: Discipulado: Testimonio: Atar y desatar: Proclamación:
Envío:
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Mt. 16.19; Hch. 13.1·3; Hch. 2.42; 1 P. 1.22; 2 Co. 5.20; Mr. 16.15.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo Tiene un ministerio equilibrado: es madura
Las cuestiones ministeriales han sido y continúan siendo tema de arduos debates. En buena medida, esto se debe al hecho de que los planteos generalmente son extremos y extremistas. Nuevamente aquí conviene recordar que muchas veces la verdad está en el medio y que el equilibrio y el balance pueden ser la mejor opción. Cuando una iglesia alcanza un cierto nivel de madurez es posible ver que tiene un ministerio equilibrado. ¿Qué quiere decir esto? Que la iglesia tenga un ministerio equilibrado significa básicamente que cumple adecuadamente con las cinco funciones básicas que el Nuevo Testamento le asigna a la iglesia: adoración (/eitourgia) , predicación (kerygma) , comunión (koinonía), servicio (diakonía) y enseñanza (didaskalía). Así era evidentemente la iglesia primitiva (Hch. 2.42-47; 4.31-35; 5.42). Pero una iglesia madura es también la que sigue una doble dirección en el cumplimiento de su ministerio: ministra hacia adentro y hacia afuera. Una iglesia madura no sólo trabaja con esmero por la edificación de sus miembros, sino que también se esfuerza por la evangelización de los que todavía están sin Cristo. Alberto Barrientos: "La vida de una congregación, para llenar los anhelos del Señor que la creó, debe tener un balance entre adoración, comunión, palabra, ayuda y servicio. En conjunto, dan la verdadera tónica de lo que es el cuerpo de Cristo y lo diferencian de cualquier organización creada por los hombres. Esto sólo se alcanza mediante una convicción de que Dios vive y que él está realizando parte de sus importantes planes en el mundo por medio de la iglesia, mediante un apego y fidelidad a la palabra de Dios, mediante el desarrollo amplio de la comunidad de fe, y mediante un liderazgo conocedor y dedicado por entero a la tarea que el Señor le ha asignado."23
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Alberto Barrientos. La iglesia en que sirvo (Míami, UNILIT, '997).7 3 .74.
UNIDAD 2
La misión de la
Iglesia INTRODUCCIÓN Una vez que se ha entendido adecuadamente la naturaleza de la iglesia, no hay otra cuestión de mayor importancia que la comprensión de su misión. En estos tiempos de gran efervescencia en la vida de la iglesia latinoamericana, el planteo del interrogante sobre la misión de la iglesia es vital. Como nunca antes, la presente generación de cristianos latinoamericanos debe abordar la reflexión sobre este asunto con toda seriedad y responsabilidad. El completa miento de la misión antes del inminente e inmediato retorno del Señor imprime un sentido de urgencia a este compromiso y nos motiva a considerarlo como prioritario en la hora actual. En tiempos como éstos, cuando la iglesia de Jesucristo en todo el continente está desesperadamente buscando su identidad y sentido, es imperativo que más que nombres y designaciones discutamos la razón de ser de la iglesia. ¿Para qué estamos en el mundo? ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia histórica? ¿Cómo comprender el pasado de nuestro testimonio y las oportunidades presentes para hacer real la presencia del reino de Dios? ¿De qué manera vamos a hacer frente a los desafíos del
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo futuro inmediato? Todos estos interrogantes y muchos más están directamente relacionados con la respuesta fundamental que demos a la cuestión de la misión de la iglesia. En esta unidad vamos a enfocar de manera más específica la razón de ser de la iglesia. Es decir, el interrogante básico que nos guiará en esta parte de nuestro estudio es: "¿para qué?" En otras palabras, ¿para qué el Señor estableció a su iglesia en este mundo? "¿Para qué?" es una locución conjuntiva de carácter interrogativo que se usa para conocer el fin u objeto de algo. En nuestro estudio lo que queremos conocer es el fin u objeto de la iglesia.
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Capítulo 5
Propósito La iglesia es una comunidad de creyentes que reconocen a Cristo como Salvador y le sirven como Señor, y que se han unido entre sí para un gran fin y misión. La iglesia es el pueblo de Dios en misión. El pueblo de Dios es (o debe ser) el pueblo misionero de Dios, porque la misión es la esencia de la iglesia. La única razón de ser para la existencia de la iglesia en el mundo es la misión. La razón de ser de la iglesia es la misión. Éste es el propósito fundamental por el cual Cristo constituyó a su iglesia en el mundo. Se trata básicamente de un propósito de carácter misionológico. Ahora bien, ya he señalado en la Introducción que no podemos tener una misionología sana sin considerar la naturaleza de la iglesia, del mismo modo que no podemos entender a la iglesia sin mirar a su misión y al propósito por el cual el Señor la colocó en el mundo. Así, pues, volvamos a levantar el interrogante general de este capítulo: ¿para qué constituyó Jesús a la iglesia cristiana? Es claro que la finalidad suprema para haber creado a la iglesia fue que ésta llegara a ser el objeto y el medio por el cual Dios fuese glorificado para siempre. Cuando procuramos darle a la pregunta una respuesta más específica a la luz de la Biblia y la experiencia cristiana, es posible encontrar seis razones básicas.
DAR A CONOCER LA VERDAD
Lo primero que'podemos decir en respuesta a la pregunta sobre el propósito de la iglesia es que Jesús constituyó la iglesia partl dar a conocer la verdad. Esta verdad no es cualquiera, sino la verdad de Dios tal como se nos ha dado a conocer a través de Cristo Jesús.
_ La verdad es el mensaje de la Iglesia La verdad es el tema central del mensaje de la iglesia. Bien lo expresó Jesús en aquellas famosas palabras suyas: ''Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn. 14.6).
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
Es, pues, a Cristo, a quien la iglesia proclama en términos indubitables e inequívocos. La iglesia no se proclama a sí misma ni anuncia un evangelio que ella misma ha fabricado. No es la misión de la iglesia presentarse ella misma al mundo como puerta de salvación o sus enseñanzas y prácticas religiosas como las fórmulas efectivas para cambiar al mundo. Como el apóstol Pablo, la iglesia debe poder decir con toda integridad: "Nosotros predicamos a Cristo crucificado" (1 Co. 1.23). Y también debe proponerse no conocer cosa alguna "excepto de Jesucristo, y de éste crucificado" (1 Co. 2.2), A su vez, la verdad es la autoridad básica en la cual la iglesia se apoya para proclamar este mensaje. Manuel Gutiérrez-Marín: "La Igle$ia no dispone, ... de un mensaje propio al cual ella pudiera añadir o quitar por propia voluntad. El contenido de la predicación de la Iglesia ha sido ya prescrito y concretamente determinado por la revelación de Dios. De la Iglesia no se espera otra cosa en los cielos, sino que sea fiel. El mensaje divino manifestado públicamente por los profetas y apóstoles, obliga a la Iglesia a excluir todo otro elemento religioso ajeno a dicho mensaje. La palabra de Dios como Ley y como Evangelio, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento respectivamente, le bastan a la iglesia para cumplir su misión de anunciar la salvación al mundo entero:'l La verdad es el mensaje que debe ser proclamado por la iglesia. Esta verdad es Jesucristo, y él es la Palabra que debe ser predicada. Esta verdad es la Persona que debe ser presentada a fin de que el mundo crea y sea salvo. La realidad es que por haber presentado verdades humanas, muchas veces los perdidos se han quedado sin conocer a la única verdad que les puede dar una vida nueva: Jesucristo. Como alguna vez señalara Paul Tillich, hemos estado respondiendo a preguntas que la gente no está formulando, y hemos fracasado en responder a las preguntas que sí están haciendo. La manera más certera de evitar esto es presentar a Cristo, de modo que las personas puedan entrar a una relación personal con él como Salvador y Señor de sus vidas. A. C. Krass: "La verdad del evangelio surge del diálogo entre el embajador de Cristo y la gente a la que le testifica. Cuando ese diálogo es libre y abierto, algo maravilloso ocurre: Cristo se revela. 'Ya no creemos sólo por lo que tú dijiste: le dicen entonces los oyentes a los embajadores, 'porque ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo' ."2
_ La iglesia da a conocer la verdad cuando evangeliza Es por esto que la evangelización, después de la adoración, es la tarea suprema de la iglesia y el centro mismo de todo su trabajo en el mundo. La misión primaria de la iglesia en todos los tiempos y en todos los contextos es dar testimonio de la obra de Jesucristo. La implementación de esta misión constituye el tema principal del libro de los Hechos.3 Sin embargo, nótese que se trata de
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, Gutiérrez-Marín. Dogmática evangélica. 145. , Krass. Go ... and Make Disciples. 72. . Dale Moody. The Word 01 Trnth, A Summary 01 Christian Doctrine Based on Biblical Revelation (Grand Rapids. Mich., Eerdmans, 19 81 ),42.9'
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la misión de la Iglesia: Propósito
evangelización y no de cristianización o educación. No es cualquier comunicación de información, ni siquiera de carácter religioso . Más bien se trata del testimonio integral de la experiencia que el creyente y la iglesia tiene de Jesucristo. No es, pues, sólo lo que se dice o la verdad que se pronuncia, sino también lo que se vive, es decir, la verdad que se encarna. Darrell L. Guder: "Cuando en círculos evangélicos, alguien usa la palabra 'testificar,' generalmente quiere significar un cierto tipo de discurso. Este discurso puede ser entendido como un orden de pasos preestablecidos en la presentación del evangelio, o la argumentación de la verdad de la fe cristiana usando varios acercamientos lógicos y retóricos , o simplemente puede ser 'compartir la fe que uno tiene.' Hemos visto que el concepto de 'testimonio' debe ser entendido mucho más ampliamente, porque el ser y el hacer o la actividad de la persona o la comunidad que es de testimonio, de ese testigo personal, son partes esenciales del ministerio de testimonio total. Mucho de lo que es testimonio, y que lleva la autoridad del Espíritu Santo obrando a través de ello, no necesariamente será verbal. El ejemplo de todos los días de ese testimonio vivido por cristianos obedientes en todas las esferas de vida es quizás la forma de testimonio más poderosa y más p..",.,,,,,,,,,,,,',,
Emil Brunner: "La Iglesia es, en primer lugar, meramente el instrumento, la portadora, de la proclamación. Cualquier cosa que sirva a esta proclamación es la Iglesia, y es esta función y ninguna otra cosa lo que hace que la Iglesia sea la Iglesia: una 'existencia proclamad ora' como la continuación histórica de la revelación."s La iglesia responde a su deber de evangelizar de diversas maneras. Lo hace a través del testimonio personal y colectivo de los creyentes. Lo hace mediante la oración y la ofrenda. La proclamación del evangelio del reino no está confinada solamente a las palabras. Por eso, para usar la expresión de Brunner, la realidad de la iglesia es la de una "existencia proclamadora:'
+ Guder. Be My Witnesses. 133 . 5
Brunner. Dogmal ics . 3'4'
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
_ La iglesia es guardiana y publicadora de la verdad
En 1 Timoteo 3.15, leemos que la iglesia del Dios viviente es "columna y fundamento de la verdad." La verdad en este caso no es otra que la verdad de Dios revelada en Jesucristo, tal como está registrada en la Biblia. En su oración, según consta en Juan 17, Jesús rogó al Padre: "Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad" (Jn. 17.17). La verdad que ha sido confiada a la iglesia es la verdad espiritual, la verdad acerca de Dios, la verdad acerca del pecado, la verdad acerca de la persona y obra de Cristo, la verdad acerca del Espíritu Santo, la verdad acerca de la salvación, la verdad acerca del mundo venidero. La iglesia, como señalamos, no es la fuente de la verdad, ni la autora de la verdad, sino la guardiana y publicadora de la verdad. La iglesia debe guardar la verdad con todo celo y cuidado, como el tesoro más preciado que ha recibido de su Señor. Su deber es protegerla de toda distorsión y engaño, de toda idolatría y manipuleo humanos. Judas señala esto con gran seriedad en su carta (w. 3, 4). Noten los adverbios y la fuerza de la amonestación que ellos representan. Judas también aclara inmediatamente la razón para tanto denuedo en su advertencia y ruego. La iglesia debe proclamar la verdad, y publicarla a los cuatro vientos. El Señor no entregó la verdad a la iglesia para que ésta la esconda, sino para que la dé a conocer a todas las personas (2 Ti. 2.15). Es una verdadera tragedia cuando la iglesia se transforma en una columna y fundamento de la mentira y el error en lugar de la verdad. Pero también es trágico cuando, bajo pretensión de proteger la verdad, la iglesia se constituye en una caja fuerte y encierra en ella la verdad que debe hacer pública.
EJERCICIO 21
Expresar con palabras propias la idea central de cada versículo en cuanto a la declaración que sigue.
La iglesia ha sido puesta en el mundo para ser un canal transmisor de la verdad de Dios, tal como ha sido revelada en Jesucristo. Mateo 10:20: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Marcos 13.11: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Juan 7.38: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
1 Corintios 2.13: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
La misión de la Iglesia: Propósito 1 Pedro 4.11: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2 Pedro 2.21: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
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OFRECER ADORACiÓN A DIOS
Jesús constituyó la iglesia para ofrecer a Dios adoración. El pueblo de Dios es llamado a ser una comunidad adoradora. En realidad, más que una adoración mejor o más abundante, lo que Dios está buscando son más adoradores, hombres y mujeres que lo adoren "en espíritu y en verdad" (Jn. 14.24). A lo largo de todo el Nuevo Testamento el énfasis es el mismo. Los cristianos hemos sido redimidos por Cristo con este propósito: ser un pueblo adorador. Pablo reconoció esta verdad fundamental cuando nos dice: "Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado" (Ef. 1.4-6). Sin embargo, debemos admitir que en la experiencia concreta de la iglesia no siempre nos hemos caracterizado por una adoración que esté a la altura del Señor a quien reverenciamos y servimos. Muchas veces la adoración se ha llevado a cabo no con la actitud de agradar a Dios, sino con miras a la satisfacción de quienes adoran o la gratificación de quienes dirigen el culto. La pregunta tantas veces repetida al término de un culto: "¿Te gustó el culto de hoy?" no hace más que poner en evidencia el carácter espurio de mucho de lo que llamamos "adoración." A. W. Tozer: "La adoración es la joya que falta en el evangelicalismo moderno. Estamos organizados, trabajamos, tenemos nuestras agencias. Casi tenemos todo, pero hay una cosa que las iglesias, incluso las iglesias del evangelio, no tienen: eso es la habilidad de adorar. No estamos cultivando el arte de la adoración. Ésta es la gema brillante que está perdida para la iglesia moderna, y creo que debemos buscarla hasta que la encontremos.n8
_ El significado de la adoración
La palabra griega para adoración es proskuneo, que literalmente significa "besar la mano de alguien que es reverenciado" o "reverenciar a alguien." Si un
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A. W. Tozer. Worship' The Missing Jewel of the Evangelical Church (Harrisburg. Pa., Christian Publishers.
1961).
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
miembro de la iglesia primitiva iba a tener una audiencia con Jesús, y quería adorar a su Señor, él se acercaría lo suficiente como para besar su mano. Notemos que el concepto neotestamentario de adoración involucra proximidad e intimidad. El Dios que era remoto e inalcanzable bajo el viejo pacto, ahora en el nuevo pacto está cerca y puede ser alcanzado con confianza, y sin el menor temor de ser rechazado (He. 4.14-16). Ésta es la razón por la que la verdadera adoración es la expresión de una relación de amor. La adoración cristiana presupone una relación, lo cual implica que quien no tiene una relación personal con Dios, no puede adorarlo. Además, la adoración requiere también de una expresión pública, precisamente por ser una relación de amor y no una asociación provocada por la conveniencia, el acuerdo o la negociación. William Temple: "Adoración es la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es la perturbación de la conciencia por Su santidad; el nutrimento de la mente con su verdad; la purificación de la imaginación por su belleza; la apertura del corazón a su amor; la rendición de la voluntad a su propósito-y todo esto reunido en adoración, la emoción más abnegada de la que nuestra naturaleza es capaz y por le tanto el remedio principal para ese egocentrismo que es nuestro pecado original y la fuente de todo pecado real:'7
_ La prioridad de la adoración
Ningún otro tipo de actividad, ni siguiera evangelizadora o social, puede ser un substituto de la adoración que debemos rendir a Dios por Jesucristo. Si descuidamos esta vocación suprema, fácilmente nos transformaremos en una comunidad espiritualmente árida, careceremos de todo valor perdurable para compartir con el mundo, y deshonraremos a Dios. Así, pues, una razón básica por la cual la iglesia existe es rendir adoración y servicio a Dios. La adoración de la iglesia es fundamental para que ésta pueda cumplir con efectividad su misión, especialmente su tarea de evangelización y edificación. Cuando la iglesia adora con autenticidad a su Rey, se ve mejor equipada y motivada para servir en el reino. Gracias a Dios, en las últimas décadas ha habido una apreciable renovación en la esfera de la adoración en la mayor parte de las iglesias en América Latina. Se percibe en el pueblo evangélico latinoamericano un creciente interés en darle a la adoración el lugar que le corresponde en la vida y en el servicio de la iglesia. Alberto Barrientos: "La década de 1970 trajo una muy significativa experiencia en amplios sectores de las iglesias evangélicas latinoamericanas con respecto a la adoración. Por un lado empezó una renovación musical que permitió incorporar, e incluso en muchos lugares e iglesias, cambiar por completo la himnología con instrumentos, tonos y
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William Temple, Readings in Sto ]ohn's Cospel (Londres, Macmillan, 19 3 9), 68.
La misión de la Iglesia: Propósito
ritmos más afines a nuestra idiosincrasia. Pero lo más notable ha sido el énfasis en el reconocimiento de la grandeza, poder, señorío y gloria de Dios. A la par de una apertura litúrgica que no se ciñe tan rigurosamente a un orden preestablecido, muchos himnos tomados de los Salmos y otras partes de la Escritura, como muchas otras canciones, han permitido que los espíritus de los creyentes hagan de la adoración una experiencia mucho más profunda."8
_ El gozo de la adoración
El propósito primario de la iglesia es glorificar a Dios. Cuando es fiel a la Biblia, la comunidad cristiana adora a Dios a través de todos los aspectos de su vida. Y esto lo hace con gran alegría y gratitud. El gozo debe ser siempre un elemento fundamental de la adoración cristiana. La celebración exaltada del Cristo vivo que reina debe ser el matiz que haga de la adoración una verdadera "fiesta mesiánica," como la denomina Jürgen Moltmann. De allí que de todas las formas posibles que la adoración puede asumir, la alabanza es la que mejor nos ayuda a expresarnos como comunidad congregada delante de nuestro Dios. La alabanza a Dios se transforma así en el propósito especial y más alto de la iglesia cuando ella se reúne visiblemente como una comunidad en adoración. Jürgen Moltmann: "Entendida como una fiesta mesiánica, el culto de adoración cristiano está determinado enteramente por la historia de Dios y por lo que tiene lugar en ella. La comunidad reunida percibe de nuevo la historia completa de Cristo, su entrega de sí mismo a la muerte para la salvación de la creación, y su glorificación en la vida de Dios para el futuro de la creación. La fiesta mesiánica renueva el recuerdo de Cristo y aviva la esperanza de su reino. De esta manera coloca a la vida de todos los días en el gran arco que abarca esta recordación y esta esperanza."9
A través de una adoración gozosa, la iglesia no sólo proclama que Dios existe y es real, sino también que está presente en medio de su pueblo con todo su amor poderoso, listo para bendecir a su pueblo que lo adora como Rey y Señor. Como señala Barrientos: "En forma muy interesante, se nota una correlación entre esta acción ante el Señor en las congregaciones y la forma como están creciendo. Cuando el pueblo se reúne y adora en forma jubilosa al Señor, hay un sentir unánime de que la gente sale 'bendecida'; sabe que Dios estuvo con ellos. Al Señor se le permite ministrar a las necesidades de las personas y éstas cobran fuerzas para la vida y viven sus luchas, esperanzas, frustraciones, trabajos y oportunidades con un sentido de victoria, porque 'si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?' (Sal. 2.3; Ro. 8.31 )."10
Barrientos. La iglesia en que silVo. 63. Moltmann. The Church in the Power ofthe Spirit. ~61. '0 Barrientos. La iglesia en que silVo. 63. 64.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
EJERCICIO 22
Colocar los pasajes bíblicos donde correspondan. La adoración al Senor está ordenada por la Biblia y se indica la actitud verdadera con que hay que llevarla a cabo:
MANDAMIENTO _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
ACTITUD _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
~:
Lv. 10.3; Dt. 26.10; 1 Cr. 16.29; Sal. 5; Sal. 29.2; Sal. 89.7; Sal. 93.5;
Sal. 95.6; Sal. 96.9; Ec. 5.1; Hab. 2.20; Mt. 4.10; Jn. 4.24.
DESARROLLAR SERES HUMANOS MADUROS
Jesús constituyó la iglesia para ayudarnos a ser seres humanos maduros. El desafío que tenemos por delante es nada más ni nada menos que el que encontramos en Efesios 4.11-15. La meta es "una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo:' Sólo entonces podremos dejar de ser "niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean las artimañas engañosas:' Y en este proceso de edificación y maduración, "al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo."
_ La madurez: una meta común
En la iglesia unos ayudan a otros y juntos buscan ser más semejantes a Cristo, al ser humano paradigmático que él representa. Esta humanidad plena es la meta para todo creyente. La madurez es el objetivo final de la vida cristiana, según Pablo. La proclamación, dirección y enseñanza del evangelio, bajo la sabiduría que imparte el Espíritu Santo, tienen como objetivo producir este tipo de madurez en el creyente (Col. 1.28). El adjetivo "perfecto" (o "maduro") se usa en varios pasajes con referencia a los creyentes, y generalmente expresa el concepto de madurez espiritual (1 Co. 2.6, 7; He. 6.1). No obstante, parece que el sentido es más profundo, ya que implica un compromiso definitivo con Cristo como Señor, que se ve reflejado en la conducta.
La misión de la Iglesia: Propósito
Así, pues, un cristiano maduro es el que ha pasado a través de las etapas del nacimiento, la niñez y la adolescencia, y que ahora vive y se comporta como un adulto. Los cristianos adultos (maduros) son aquellos que asumen una responsabilidad total por su crecimiento en Cristo y han desarrollado la disciplina y dominio propio suficientes para lograrlo. En este sentido, todo creyente es llamado a crecer en semejanza a Cristo. Paul Tournier describe el crecimiento en Cristo como una congruencia creciente entre nuestra "persona" y nuestro "personaje." Uno de los resultados de la caída o fracaso de Adán y Eva fue una ruptura entre el ser interior y el ser exterior, o la persona interior y la persona exterior. Según el relato bíblico, después de su desobediencia, ellos se apresuraron para hacerse delantales con los que tapar la vergüenza de su desnudez. De este modo, el ser humano se alienó de sí mismo y cayó en una especie de esquizofrenia moral y espiritual, al avergonzarse de su propio cuerpo. La imagen de Dios en los seres humanos se desdibujó. Así, pues, cuando la relación con Dios quedó rota, se descompaginó también el conocimiento del yo personal. La "persona" es el yo interior escondido; el "personaje" es la fachada o imagen pública que se presenta al mundo. 11 Cuando Cristo viene a vivir a la persona humana, él comienza la restauración de la imagen interior fracturada. Así, Pablo describe que la meta de la salvación es que pOdamos "ser transformados según la imagen de su Hijo" (Ro. 8.29). De este modo, cuanto más hacemos descansar nuestra vida en el Señor que mora en nuestra persona, tanto más nuestro personaje se transforma en un reflejo al mundo de la vida divina que controla nuestro ser interior. Esto es así, al punto que "por medio de nosotros, [Dios en Cristo] esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento" (2 Co. 2.14). y todos nosotros, a pesar de ser pecadores, podemos "con el rostro descubierto" reflejar "como en un espejo la gloria del Señor" y "ser transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu" (2 Co. 3.18).
_ La Iglesia: el contexto adecuado para madurar La iglesia no es una colección de personas reunidas por casualidad, sino una comunidad de creyentes llamados y unidos por la gracia de Dios-un pueblo unido por un pacto y ligado a un propósito muy noble, el de ser semejantes a Cristo. En consecuencia, los creyentes cristianos aceptan su responsabilidad los unos por los otros y están de acuerdo en ejercer disciplina en la medida que ésta es necesaria para permanecer fieles al pacto de Dios, El llamado general de Dios es un llamado a que transformemos nuestro carácter individual y colectivamente de modo que podamos reflejar la vida de Cristo en nosotros y a través nuestro. C. S. Lewis: "Cuanto más quitemos del camino lo que ahora llamamos 'nosotros mismos' y le permitamos a él tomar el contíol de nosotros, tanto más nos transformaremos verdaderamente en nosotrOs mismos. Hay tanto
" Paul Tournier, The Meaning of Persoll3 (Nueva York. Harper & Row, 1<)57), 9.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo de él que millones y millones de 'pequeños cristos,' todos diferentes, serán todavía demasiado pocos para expresarlo a él de manera plena. Él los hizo a todos ellos, él inventó-así como un autor inventa los caracteres de una novela-a todos los hombres [y mujeres] diferentes, que tú y yo fuimos llamados a ser. En ese sentido nuestros seres reales están todos esperando por nosotros en él. ... Es cuando me vuelco a Cristo, cuando me entrego a su personalidad, que comienzo por primera vez a tener una personalidad real propia:'12 En la experiencia colectiva que llamamos iglesia, este proceso de maduración se lleva a cabo mediante lo que se conoce como disciplina. El término es usado en la tradición cristiana básicamente en dos sentidos eclesiológicos. Primero, para referirse a la forma de vida prescrita por la iglesia e incorporada en varias regulaciones y reglas de carácter obligatorio o que se espera que el creyente viva y cumpla. Estas reglas de vida, de aplicación individual y colectiva, tienen el propósito de guardar a los cristianos dentro de un estilo de vida espiritual y moralmente sano. Es decir, tales normas se proponen fomentar y proteger la madurez de los creyentes y del cuerpo. Segundo, en la vida de la iglesia, el ejercicio de la disciplina tiene que ver con la exhortación y la ayuda que ésta brinda a cada cristiano, a fin de que modele su vida conforme a las pautas espirituales y morales establecidas por la comunidad de fe. Esta disciplina debe ser reconocida como una actividad de las iglesias cristianas, bajo el control directo de la congregación, para preservar la conformidad en doctrina y práctica, y para fomentar el bienestar espiritual de los miembros individual y colectivamente. Como señalara en otro lugar: "La disciplina tiene que ver con los tres intereses principales de la iglesia local: el mantenimiento de la pureza de su doctrina, la unidad de su camaradería, y la santidad de sus miembros:'13 En este sentido, la disciplina es el medio que la iglesia tiene en sus manos para promover la maduración de cada creyente, y para preservar su propia integridad como comunidad de fe. 8i11 J. Leonard: "Disciplina es una palabra negativa en muchas congregaciones modernas. Se asocia muchas veces con un espíritu mezquino y vengativo que condena los pecados obvios y públicos, tales como el divorcio, el adulterio, o el crimen, mientras que ignora los pecados más sutiles, como el racismo, el chisme, el odio y el prejuicio. Si se practica la disciplina, muchas veces se hace mal, con poca coherencia y reflexión teológica. Pero la iglesia está en su derecho al exigir un patrón especial de los que dicen seguir a Cristo.
La disciplina no es el esfuerzo de pecadores arrogantes para juzgar a los demás. Es una manera de mantener los ideales éticos y espirituales mientras se busca la reconciliación para las personas que necesitan el perdón. La disciplina es una manera en que la iglesia reconoce que ha sido apartada, que sus patrones de vida y ministerio tienen significado ....
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" C. S. Lewis, Mere Christianity (Nueva York, Macmillan, 195~), 18 9' .3 Deiros, Diccionario hispanoamericano de la misión, 14~.
La misión de la Iglesia: Propósito
La disciplina es una dimensión importante de la promoción de la santidad por parte de la iglesia. Siempre ha sido un aspecto difícil de la vida de la iglesia. Los cristianos modernos deben desarrollar una teología de la disciplina que fomentará la santidad y proveerá reconciliación dentro de esa comunidad de pecadores, la iglesia. A través de la disciplina, la iglesia sostiene la integridad del evangelio. Proclama el costo del discipulado. Pero la disciplina nunca es causa de orgullo, sino un medio de reconciliación para los que han oído las buenas nuevas y han fracasado en querer obedecer. La disciplina en la iglesia es un medio de restaurar a las personas a la gracia y la libertad de la santidad de la iglesia."14
EJERCICIO 23 Copiar los siguientes pasajes bíblicos de la versión de su preferencia. La Biblia nos habla mucho acerca de la madurez espiritual y de cómo lograrla:
1. Dejando las cosas de niño: 1 Corintios 13.11
2. Cultivando el entendimiento: 1 Corintios 14.20
3. Esforzándose en procura de la estatura de Cristo: Efesios 4.13
4. Participando de las verdades más profundas del evangelio: Hebreos 5.14
5. Venciendo la tentación: 1 Juan 2.14
.........
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'. Bill J. Leonard, La naturaleza de la iglesia (El Paso. Tex., Casa Bautista de Publicaciohes. 1989), 1~9·
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo OBSERVAR LAS ORDENANZAS O SACRAMENTOS
Jesús constituyó la iglesia para observar las ordenanzas o los sacramentos. Una ordenanza o sacramento es un rito simbólico, instituido por Cristo para su observancia perpetua por parte de sus seguidores. Estos símbolos dramatizan las verdades centrales de la fe cristiana y fortalecen la fe de los creyentes al evocar los hechos redentores de Dios en Cristo Jesús. Así como la proclamación del evangelio y la enseñanza de la Palabra están orientadas básicamente a la percepción auditiva de la verdad, la celebración del bautismo y la Cena del Señor están orientados a la percepción visual de la verdad. La inmersión del creyente en el agua es una parábola actuada de la muerte y sepultura de Cristo, mientras que su salida del agua dramatiza gráficamente la resurrección de Cristo de los muertos y su entrada a una nueva vida (Ro. 6.4; Col. 2.12). A su vez, el partimiento del pan y la participación del vino en la comunión vívidamente retratan la entrega voluntaria de Cristo a la muerte y la participación del creyente de los beneficios de su sacrificio propiciatorio. De este modo, estas dos ordenanzas o sacramentos son señales de la obra redentora de Cristo y símbolos efectivos que la evocan.
La Cena del Señor
La Cena del Señor o comunión fue establecida por Jesús mismo (1 Ca. 11.24). Para la mayor parte de las tradiciones cristianas y a lo largo de la mayor parte de la historia eclesiástica, la adoración corporativa se ha centrado en la lectura y proclamación de la palabra de Dios y en la celebración de la Cena del Señor. Esta celebración es una predicación visible del evangelio, que señala en particular a la muerte sacrificial de Jesús como el medio central de nuestra salvación. En el Nuevo Testamento se describe este acto de recordación con cuatro expresiones características. Primero, como "el partimiento del pan" (Hch. 2.46; 20.7, 11; 27.35; 1 Co. 10.16; 11.23, 24; ver Lc. 24.35; Hch. 2.42). La referencia es a la comida fraternal o cena informal de los creyentes en la que se celebraba el recuerdo del sacrificio de Jesús. Esta comida incluía, pues, el ágape o fiesta de amor (la comida con alimentos compartidos) y la eucaristía (Hch. 20.7,11). La primera era el momento social del evento; la segunda era el aspecto sacramental del mismo. Segundo, la "cena del Señor" o "mesa del Señor" (1 Co. 11.20; 10.21; Ap. 19.9), que no es otra cosa que la comida que el Señor mismo preside, como quien se sienta a la cabecera de la mesa. Tercero, se habla de la Cena del Señor como "comunión." En 1 Corintios 10.16 Pablo habla de la "copa de bendición que bendecimos" y del "pan que partimos" como la "comunión" (koinonía) de la sangre y del cuerpo de Cristo y, en consecuencia, la participación en los beneficios de su muerte redentora. Cuarto, el nombre más antiguo para esta celebración es el de eucaristía. Jesús dio gracias (en griego, eucharistesas) por el pan (Lc. 22.19; 1 Co. 11.23, 24) durante la última cena con sus discípulos. De este modo, el ofrecimiento de gracias o de acciones de gracias (en griego, eucharistía) pronto se transformó en una parte integral del acto de comunión (1 Co. 10.16; ver 14.16).
La misión de la Iglesia: Propósito
Como se ve, la Cena del Señor es rica en significado y debería tener una posición de gran importancia en la adoración colectiva de la iglesia. Por un lado, en ella miramos hacia atrás a la cruz, con dolor por nuestros pecados y gratitud por nuestra salvación. Por otro lado, en ella miramos hacia arriba al Salvador exaltado, presente con nosotros por su Espíritu, ofreciendo nuevamente a nuestra fe la experiencia rica de su comunión, su perdón y su fortaleza. Además, en ella miramos hacia alrededor a nuestros hermanos y hermanas en la familia de Cristo y nos regocijamos ctue Dios nos haya constituido en una comunidad. Y, finalmente, en ella miramos hacia delante con anhelo y anticipación a lo que el libro de Apocalipsis llama "las bodas del Cordero:' porque celebramos la fiesta sobre la tierra "hasta que él venga:' BiII J. Leonard: "Cuando la iglesia se reúne en la mesa del Señor, experimenta la Palabra. Así como el bautismo marca el comienzo de la fe, la comunión marca la continuación del peregrinaje. En la mesa, la fe de la comunidad es sostenida y nutrida. La Cena es la señal permanente de la unidad de la iglesia con Cristo. Contribuye a la identidad de la iglesia en numerosas formas."15
EJERCICIO 24 Tachar los pasajes bíblicos que no correspondan. El Nuevo Testamento indica claramente la ordenanza de la Cena del Señor. Mt. 4.4
Mt. 26.26
Mr.6.37
Mr.14.22
Le. 22.19
1 Co. 10.16
1Co.11.23
2Co.9.10.
El bautismo El bautismo es la segunda ordenanza o sacramento importante en la iglesia. El verbo griego bapto significa "sumergir:' "meter" en agua u otro líquido, "hundir" o "mojar a fondo" (por ejemplo, Éx. 12.22; Job 9.31; Le. 16.24; Jn. 13.26). El verbo castellano "bautizar" viene de la forma intensiva del verbo griego (baptizo) , que significa sumergir debajo del agua. En el Nuevo Testamento la inmersión de personas que confesaban a Cristo como Señor parece ser una cuestión voluntaria y no coercitiva (Ro. 10.9, 10; 1 Ti. 6.12; 1 P. 3.21). Los creyentes eran bautizados cuando, después de haber confesado a Cristo como Señor, se sometían voluntariamente al rito bautismal. El bautismo, al igual que la eena del Señor, representa una gran riqueza dramática y simbólica. El Nuevo Testamento nos enseña que el bautismo declara cuatro verdades fundamentales del' evangelio y de la experiencia de cada creyente. Primero, el bautismo significa muerte a la vida vieja: el agua sugiere el lavamiento del pecado. La inmersión en el agua expresa la muerte a la vieja y
'.' !bid., 71.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo pecaminosa manera de vivir. La salida del agua sugiere una vida nueva con un nuevo Dueño. Segundo, el bautismo significa la unción del Espíritu: recibimos al Espíritu cuando nos volvemos a Jesús y lo reconocemos como Señor ~ través de la fe. En el bautismo le obedecemos y somos llenos de su Espíritu. El se une a nosotros y se transforma en el nuevo poder para vivir y servir en el reino. Además, el bautismo significa la entrada a la iglesia: en razón de que pertenecemos a Jesús, somos miembros de la iglesia, "el cuerpo de Cristo:' Es así como nos unimos a esta comunión de aquellos que aman a Jesús. Ahora estamos comprometidos en amor y servicio con la familia cristiana. Finalmente, el bautismo significa que un nuevo pacto es hecho con Dios: en el Antiguo Testamento el pacto de Dios con el pueblo era sellado con la circuncisión. En el bautismo Dios sella su promesa de un nuevo pacto inquebrantable, basado en la muerte de Jesús por nosotros. Es la señal para nosotros de que la promesa de Dios se ha cumplido. BiI! J. Leonard: "El bautismo es la 'puerta' de la iglesia .... Ser bautizado para Cristo es ser bautizado para la comunidad. Cada bautismo, pues, tiene significado para la comunidad. El bautismo no es simplemente un asunto individual, ni una mera indicación de que ahora uno es miembro de una congregación particular. Es la incorporación a la comunidad de Cristopasada, presente y futura. Como 'puerta' de la iglesia, el bautismo marca el comienzo del peregrinaje cristiano. No es el fin de la respuesta de la iglesia a las personas, sino el principio. Las iglesias evangélicas a veces piensan que cuando han llevado al individuo a la fe y al bautismo, su tarea principal ya está cumplida. Nada está más lejos de la verdad. Las personas no salen de las aguas bautismales ya cristianas maduras, sino como 'niños en Cristo' (1 Co. 3.1) que deben ser nutridos en la fe. Para la iglesia y el individuo, el bautismo es un comienzo. Los nuevos cristianos no están solos; entran en una comunidad que está preparada para cuidarles en el camino:'16
EJERCICIO 25
Colocar los pasajes bíblicos donde corresponda. El Nuevo Testamento nos enseña que el bautismo de los creyentes está ordenado por el Señor mismo y que tiene un significado particular:
ORDEN ____________________________________________
SIGNIFICADO _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
~: Mt. 28.19; Mr. 16.16; Jn. 3.5; Hch. 2.38; Hch. 10.48; Hch. 22.16; Ro. 6.3; 1 Co. 12.13; Gá. 3.27; Col. 2.12; 1 P. 3.21 .
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[bid .• 67. 68.
La misión de la Iglesia: Propósito
SER TESTIGO DE SU REINO
Jesús constituyó la iglesia para que sea testigo de su reino. Jesús lo declaró como un imperativo enfático: Mateo 28.19, 20. la iglesia del Nuevo Testamento se concebía a sí misma como una comunidad de testigos. Para ellos no había nada más importante que proclamar a todo el mundo los hechos redentores de Cristo y la llegada del reino de Dios. No hay otra metáfora más frecuente que ésta en la auto-comprensión que la iglesia primitiva tenía de su vida y misión en el mundo. No siempre esta imagen de la iglesia como una comunidad de testigos ha sido clara y bien comprendida. De hecho, muy frecuentemente la iglesia se ha visto seducida por la tentación al prestigio, el poder y las riquezas, que la ha alejado de su vocación como testigo del reino. Nuestra comprensión de la comisión a ser testigos tiene que basarse en el testimonio de Jesús mismo, iluminado por su trasfondo bíblico e ilustrado en las páginas del Nuevo Testamento. ¿Qué significa, entonces, esta metáfora de la iglesia como testigo del reino de Dios?
_ Testigos de ayer El vocablo ''testigo'' traduce el griego mártus, que significa ofrecer testimonio en relación con hechos verificables. El uso del vocablo en el Nuevo Testamento va más allá y se aplica al testimonio de verdades o realidades experimentadas, o sea, involucra la idea de confesar. El término también encierra la idea de sufrimiento y muerte como consecuencia de esa confesión fiel de la verdad. De hecho, nuestra palabra "mártir" viene del vocablo griego para testigo. Apocalipsis 1.2-6 ilustra la riqueza de sentido de este vocablo. Juan declara estar dando testimonio de lo que él ha visto y experimentado: "quien por su parte da fe (marturéo) de la verdad, escribiendo todo lo que vio, a saber, la palabra de Dios y el testimonio (marturía) de Jesucristo" (1.2). Jesús mismo es "el testigo (mártus) fiel" (1.5), que inauguró el reino de Dios mediante su ministerio, muerte y resurrección. Él es el testigo-mártir auténtico, porque demostró ser fiel en su testimonio del reino, incluso al punto de morir por ello. Los primeros cristianos aplicaron esta imagen del testigo-mártir a su propia vida y testimonio. Lucas combina la idea del testimonio cristiano a la realidad de la vida, muerte y resurrección de Jesús, en términos de un(l confesión evangelizadora que va más allá de los hechos observables ~ incluye la experiencia vivencial del testigo (Lc. 24.48; Hch. 1.8). Es decir, espe~ialmente en Hechos, los testigos aparecen no tanto como personas que han visto, tocado o hablado con Jesús, sino personas que han experimentado su gracia y poder transformador. La realidad de esta experiencia personal con Cristo es tan fuerte, que estos confesores (que probablemente no vieron a Jesús) están dispuestos a morir por él, es decir, a ser martirizados (como Esteban Y Pablo, Hch. 22.15,20; 26.16). De este modo, según el Nuevo Testamento, ser testigo no es sólo confesar lo que se ha visto y oído directamente de Jesús, sino también compartir la experiencia personal del encuentro con él como el Cristo vivo, e incluso llegar a participar personalmente en la misión de Cristo y ''tener parte en los sufrimientos
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo de Cristo" (1 P. 4.13). De allí que, llevar el nombre de Cristo, como testigo, es también estar dispuesto a sufrir por causa de su nombre (Hch. 9.15, 16). Ésta era la visión que caracterizaba a la iglesia primitiva en cuanto a su comprensión del significado de ser testigos del reino (2 Co. 1.4; Col. 1.24; 1 P. 2.21; Mt. 10.38; 16.24). Juan Driver: "Las raíces de esta metáfora para comprender la naturaleza de la iglesia-una comunidad de testigo-mártires-se hallan en Jesús mismo en el Nuevo Testamento. Entregar la vida era realmente el camino de la vida (Mt. 16.24ss). Sufrir por el Nombre era motivo de gran gozo (Hch. 5.41). Pablo comprendía su sufrimiento como una manera de completar "lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo" (Col. 1.24). Esta visión complementaria del testimonio y del sufrimiento era fundamental en el concepto paulino de la misión. Esta percepción llega a su culminación en Apocalipsis donde Jesucristo es el Cordero (Siervo) inmolado, el testigo fiel, el mártir original entre una comunidad de mártires (2.13). Una iglesia sin recurso al poder coercitivo sólo podía imponerse por medio del testimonio de Jesucristo, mediante su fidelidad y la autenticidad de su testimonio y ejemplo. Sin embargo la iglesia .creció ininterrumpidamente. Se inspiró en la plena confianza que la vida nacía de la muerte, que por su testimonio-Ia confesión y el martirio-vencía al mal. Lo que más convenció a los paganos fue el testimonio de su vida (y su muerte) y la fuerza de su fe."17
_ Testigos de hoy
Debemos confesar que a lo largo de los siglos hemos perdido el sentido profundo de lo que significa ser testigos del reino. Al menos, no parece que tengamos la misma comprensión que tenían los primeros cristianos sobre los creyentes y la iglesia como testigo-mártires. El radicalismo de la iglesia primitiva en su confesión de Cristo no es precisamente lo que caracteriza a la mayor parte de las iglesias en nuestros días. La tendencia es más bien a acomodarnos a la realidad y a evitar por todos los medios, el sufrimiento y la vergüenza de la cruz. No obstante, hay ciertos indicios de una tímida recuperación no sólo de la riqueza de esta metáfora bíblica sino también de la vivencia de la misma, especialmente en América Latina. La visión neotestamentaria del testigo-mártir está encontrando cada vez más creyentes e iglesias dispuestos a encarnarla en su confesión cotidiana de Cristo. Cuando esto ocurre, cuando la iglesia se atreve a vivir y testificar bajo el signo de la cruz, descubrirá un nuevo poder y autoridad para el cumplimiento de su misión. Como señala Juan Driver, "descubrirá también que la imagen del testigo-mártir comunicará poderosamente la naturaleza de su vida y orientará su misión en el mundo."18
J~~n Driver. Imágenes de una iglesia en misión, hacia una eclesiología transfonnadora (Guatemala: EdICIOnes Clara-Semilla. 1998). 14 6 . '8 Ibid .. 147.
'7
La misión de la Iglesia: Propósito
El Espíritu nos da poder para ser los testigos de Cristo. La promesa de Jesús para sus primeros seguidores no ha perdido vigencia y su cumplimiento se verifica también en nosotros: "Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos (mártires) ... hasta los confines de la tierra" (Hch. 1.8). Por haber recibido todos la plenitud de su Espíritu, todos los cristianOS deben y pueden ser testigos. Es decir, personas cuya adoración, relaciones, actitudes y habilidades señalan más allá de sí mismos al Señor viviente, que es la fuente de toda su vida. Pero también hombres y mujeres que están dispuestos a confesar a Cristo como Señor, incluso siguiéndole en el camino de la cruz y de la entrega de la propia vida. Una iglesia en cuya predicación está la autoridad del Espíritu, en cuya adoración está el gozo del Espíritu, en cuya comunión está el amor del Espíritu, y en cuyo servicio están los dones del Espíritu-tal iglesia testificará de Cristo simplemente siendo ella misma. Una iglesia así gozará de una unidad real y efectiva. Como dijera Juan A. Mackay: "Cuando los nuevos compañeros del camino sufren por su devoción a la causa que los ha unido, la hermandad se hace todavía más real:' Y agrega: "En verdad, nada acerca más estrechamente a las personas unas a otras, que el ser miembros de una comunidad de sufrimiento."19 Una iglesia así le dirá a todos que Jesús está vivo y compartiendo su vida con su pueblo. Una iglesia así estará lista a dar el testimonio más elocuente a favor del reino: el derramamiento de su propia sangre como semilla del mismo (Tertuliano).
EJERCICIO 26
Utilizando la Nueva Versión Internacional de la Biblia, contar cuántas veces aparece la palabra testimonio en 1 Juan 5.1-11.
Resultado:
PROCLAMAR SU SEÑORIO
Jesús constituyó la iglesia para proclamar su señorío y ser expresión del reino de Dios. Debemos ser como Jesús y estar sujetos a su gobierno, no sólo por amor de nosotros, sino en orden a que a través de nosotros otros puedan ser orientados a él e introducidos en su reino. La vida de Cristo tiene que ser la norma de nuestra vida en lo que toca a nuestras relaciones con Dios y el ser
'9
Mackay. Prefacio a la teología cristiana. 151.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo humano. Él es el modelo que debemos seguir en todo. Cada creyente y la iglesia como un todo debe clonarse en él. El mundo tiene que poder ver en nosotros a Jesús, así como los gobernantes del Consejo judío lo vieron en Pedro y Juan (Hch.4.13).
_ Jesucristo es nuestro Señor contemporáneo
La iglesia, como cuerpo de Cristo, es un modelo para armar. Pero este modelo no carece de planos e instrucciones precisas en cuanto a los pasos que hay que seguir para lograr un modelo terminado. No sólo podemos mirar hacia atrás al testimonio apostólico de la vida, ministerio, muerte, resurrección y ascensión de Jesús y la vivencia que los primeros cristianos tuvieron de su señorío, sino que el paradigma para nuestro proyecto como comunidad vive y es actual. El señorío de Cristo no es una inspiración y motivación que nos vienen de un pasado ideal y glorioso, sino de un presente dinámico y lleno de poder. El Cristo vivo nos reclama su señorío sobre nuestra vida como comunidad de fe aquí y ahora, a fin de que podamos cumplir con autoridad y poder la misión que nos confió. Juan A. Mackay: "Aquél que perteneció a la historia, pertenece también al presente sin tiempo, no simplemente como un paradigma luminoso que alumbra nuestro sendero, sino como un compañero del camino que nos ayuda a caminar por él.
Porque la médula de la lealtad cristiana no es un constante fijar la mirada, retrospectivamente, en una figura histórica que extraemos del remoto pasado, para introducirla en los complejos problemas del mundo contemporáneo, sino lealtad a Uno que está delante a la vez que detrás de nosotros, y que nos dice todavía: 'Sígueme.' Es decir, Cristo es nuestro Señor Contemporáneo."20 La contemporaneidad del señorío de Cristo significa aceptar que sus demandas éticas y espirituales están tan vigentes hoy como lo estuvieron ayer. Pero también esto significa que su poder y gracia no han envejecido ni perdido capacidad para mover a su pueblo en dirección al completamiento de la misión asignada. Él continúa siendo "el mismo ayer y hoy y por los siglos"(He. 13.8). En consecuencia, la sujeción a su voluntad, la disposición a obedecerle, y el servicio abnegado a él no han perdido vigencia. Como indica Jorge Himitián en su fascinante libro sobre el señorío de Cristo: "La iglesia primitiva no tenía un libro de doctrina, ni siquiera el Nuevo Testamento. iPero era la iglesia verdadera! Estaba sujeta a la cabeza, cada uno reconocía a Cristo cómo el Señor de su vida y tenía la vida del cuerpo. ¿Cómo sabían ellos, entonces, si alguien pertenecía a la iglesia de Cristo o no? Precisamente por estos dos factores: vida y sujeción. Son las dos cosas que indican que pertenezco a la iglesia."21 El único Señor continúa esperando el "sr' de su iglesia, y el reconocimiento de parte de su pueblo de su dominio soberano sobre la vida total de cada ce
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" Jorge Himitián. Jesucristo el Señor (Buenos Aires, Editorial Logos. 1994). 95. 9 6 .
[bid .• 1~3.
La misión de la Iglesia: Propósito
creyente y de la comunidad de fe como un todo. Éste es el significado más concreto de la contemporaneidad de Cristo, como nuestra norma contemporánea y como nuestro Señor contemporáneo.
_ Jesucristo es el Señor que proclamamos
Por ser nuestro Señor contemporáneo, su señorío sobre toda realidad creada es el eje del mensaje que proclamamos. Pronunciar la declaración "Jesucristo es el Señor" es mucho más que verbalizar una fórmula de fe. En boca de creyentes y comunidades llenos del Espíritu, que testifican de él como Mesías y Señor, esta frase es una verdadera declaración de guerra, un grito de batalla. Contra los señoríos de este mundo, la iglesia proclama que hay un solo Señor que merece todo dominio, honra y poder, Jesucristo. Como señala Harry R. Boer: "El gran tema del kerigma apostólico es que Jesucristo es Señor, y la prueba indisputable de su señorío es su resurrección de los muertos."22 El apóstol Pablo expresa el carácter central de esta proclamación del señorío de Cristo en estos términos: "que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo" (Ro. 10.9). En Efesios 1.20, 21, Pablo expresa el mismo concepto cuando escribe acerca del poder "que Dios ejerció en Cristo cuando lo resuqitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero." De este modo, sobre la base del hecho efectivo de su resurrección de los muertos, el Cristo vivo ejerce su señorío y hace su reclamo de autoridad y poder. De allí que, cuando él promulgó la Gran Comisión, pudo decir: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra." Como resultado y consecuencia de este hecho ("por tanto"), el Señor puede ordenar a su iglesia "vayan y hagan discípulos de todas las naciones" (Mt. 28.18, 19). Aquí Jesús habla conscientemente como Señor de señores y Rey de reyes, bajo cuya autoridad y poder la iglesia debe proclamar el nuevo reino que él ha inaugurado. De este modo, la comunidad de fe encuentra en la confesión de Cristo como Señor el eje mismo de su fe, el contenido del testimonio con el que espera cumplir su vocación redentora en el mundo, y el poder y la autoridad en el nombre de su Señor para cumplir con su misión. La iglesia del Nuevo Testamento adoptó esta confesión "Jesucristo es el Señor" como el elemento central de su fe, identidad y misión. Oscar Cullmann: "El señorío aquí y ahora de Cristo, al cual él entró Con su resurrección y su ascensión a la diestra de Dios, está en el centro d~ la fe de la iglesia primitiva. Las declaraciones acerca del carácter presente del señorío de Cristo y acerca de la autoridad conferida sobre él en los cielos y sobre la tierra constituyen el centro histórico y dogmático de la confesión cristiana .... Su expresión más simple es la fórmula Cristo es Señor."23
" Harry R. Boer, Pentecost and Missions (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 19 6 4), 144· ,3 Osear Cullmann, The Earliest Christian Confessions (Londres: S.C.M., 1949)'
La Iglesia de! nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
EJERCICIO 27
Trazar una línea uniendo lo que corresponda. Toda la Biblia (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento) habla de Cristo como el Seftor:
ANTIGUO TESTAMENTO
NUEVO TESTAMENTO
Salmo 110.1
Mateo 3.3
Isaías 40.3
Marcos 1.2
Jeremías 23.6
Romanos 10.13
Joe12.32
Hebreos 1.13
Malaquías 3.1
Apocalipsis 19.11
(*) TAREA 5
o
~
CapítuloS
Misión Así como la iglesia sólo existe cuando los creyentes confiesan con su boca y creen en su corazón que Jesucristo es el Señor-Señor de la iglesia, de todo ser humano y de toda la creación (Col. 1.15-20)-, la iglesia existe para el cumplimiento de una misión. Esta misión ha sido diseñada en la eternidad, pero se ha hecho realidad en la historia, primero a través de Jesucristo y luego mediante la vida y el testimonio de su cuerpo, la iglesia. Precisamente cuando la iglesia confiesa a Jesucristo como Señor se presenta ante el mundo como lo que es, la comunidad misionera de discípulos del Señor Jesucristo. Charles Van Engen: "De este modo la misión de Jesús se transforma en una obligación inescapable y total para todos sus discípulos. Ellos no pueden confesar que Jesús es Señor sin al mismo tiempo proclamar su señorío sobre toda persona. La implicación de esta conexión íntima e inseparable entre confesión y comisión es que el cumplimiento de la comisión al mundo sobre el cual Cristo es Señor es en sí misma una marca de la iglesia misionera (ver Fil. 2.9-11 ):'1 En los párrafos que siguen procuraremos considerar más detenidamente algunos aspectos fundamentales de la misión que Jesús confió a su iglesia. La respuesta que demos a estas cuestiones es vital para resolver adecuadamente la esencia de nuestra identidad y el sentido de nuestra existencia como comunidad de fe.
EL CARACTER DE LA MISiÓN
Edgar Y. Mullins, en su libro Axiomas de religión, señala que "la iglesia es un grupo de individuos que sostienen mutuamente relaciones trasCendentales y están organizados para un gran fin y misión:'2 La pregunta que qUiero levantar
, Van Engen. Cad's Missiona". People, 94. , Edgar Y. Mullins, Axiomas de religión (El Paso, Tex: Casa Bautista de Puhlicacione~, 1948), 49.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo aquí tiene que ver precisamente con esta "misión" que el Señor confió a la iglesia. ¿En qué consiste esta misión? ¿Cómo podemos definir la misión de la iglesia en el mundo de hoy? Las respuestas a estos interrogantes no son algo fácil de formular y no todas las respuestas que encontramos parecen ser satisfactorias. La naturaleza y carácter de la misión de la iglesia continúa siendo una de las cuestiones más discutidas hoy en día en el campo teológico.
_ Iglesia y misión Hay una relación íntima entre iglesia y misión. Es imposible entender a la iglesia sin misión, o a la misión sin iglesia. En 1931, Emil Brunner escribió su famosa frase: "La Iglesia existe por la misión, así como el fuego existe por estar encendido."3 La naturaleza misionera de la iglesia debe ser enfatizada, ya que la iglesia debe ser una iglesia misional.
Charles Van Engen: "Con el término misional enfatizo la naturaleza y vocación esenciales de la iglesia como el pueblo llamado y enviado por Dios. Una eclesiología misional es bíblica, histórica, contextual, praxeológica (puede ser traducida a la práctica) y escatológica. La palabra misional con referencia a la iglesia, ve a la iglesia como el instrumento de la misión de Dios. Siguiendo a Lesslie Newbigin y otros, una iglesia que es misional entiende que la misión de Dios llama y envía a la iglesia de Jesucristo, local y globalmente, a ser una iglesia misionera en su propia sociedad, en las culturas en las que se encuentra, y globalmente entre todos los pueblos que todavía no confiesan a Jesús como Señor. La misión es el resultado de la iniciativa de Dios, enraizada en los propósitos de Dios de restaurar y sanar a la creación y de llamar a las personas a una relación de pacto y de reconciliación con Dios. 'Misión' significa 'enviar,' y éste es el tema bíblico central que describe el propósito de la acción de Dios en la historia humana, con la iglesia como el agente primario de la acción misionera de Dios:'4 El concepto de misión es muy rico teológicamente. Se refiere no sólo a las misiones visibles del Hijo y del Espíritu, sino también a la vida interior del Dios viviente. La vocación misional de la iglesia no se funda solamente en el mandato positivo de Cristo, sino también en el envío inicial hecho por el Padre. De este modo, la iglesia es misional en su mismo origen y naturaleza.
Donald McGavran: "Hasta este punto, la misión ha sido ampliamente definida como 'el programa total de Dios para el hombre (sic),' y hemos considerado las alternativas que surgen de esa definición. La misión ahora puede ser definida mucho más significativamente. En razón de que Dios según se revela en la Biblia ha asignado la más alta prioridad a traer a los hombres [y las mujeres] a una relación viva con Jesucristo, podemos definir la misión más precisamente como una empresa dedicada a la proclamación de las Buenas Nuevas de Jesucristo y a persuadir a los hombres [y las mujeres] a hacerse sus discípulos y miembros responsables de su i9Iesia:'5
i
Emil Brunner, The Word and the World (Londres, S.C.M., 19 31 ), 108. Van Engen, "Perspectives on the Church," 17.
5
Glasser- McGavran, Contemporary Theologies 01 Mission,
3
10 4.
La misión de la Iglesia: Misión
Según esta definición, el propósito central de la misión es la voluntad de Dios de que los hombres y mujeres que están perdidos sean encontrados, se reconcilien con él y se integren a una membresía responsable en iglesias cristianas. ¿Representa este concepto la misión total de la iglesia?
_ Misión e Iglesia
Cualquiera sea la respuesta que demos a esta pregunta, todavía quedan sobre la mesa otras cuestiones bajo discusión. Dentro de este tema, lo que se debate en forma particular es la relación que existe entre el Gran Mandamiento de amar a Dios y a nuestros prójimos, y la Gran Comisión de evangelizar a los perdidos. Para quienes se inclinan a enfatizar el mandamiento de amar, toda la responsabilidad cristiana en el mundo se cumple en un ministerio de acción social. Todo lo que tenemos que hacer es estar presentes en el mundo, y a través de buenas obras de amor hacer evidente el interés de Dios por aquellos que sufren diversos tipos de opresión. Por el contrario, para quienes enfatizan el mandamiento de evangelizar y proclamar las buenas nuevas, toda la respon$abilidad cristiana se limita a una tarea proselitista. En este caso, "ganar almas" para el reino será la meta y un espíritu de cruzada será la característica maYOr del esfuerzo. Esta cuestión continúa bajo discusión en nuestros días en el pueblo evangélico latinoamericano. ¿Qué es de mayor importancia al definir la misión de la iglesia hoy: el Gran Mandamiento o la Gran Comisión? ¿Son ambos elementos importantes? Y si es así, ¿cómo mantenemos algún tipo de balance entre ambos? Por la Biblia sabemos que fue por amor que Dios envió a su Hijo al mundo. Fue por amor que Cristo entregó su vida hasta la muerte a favor de todo pecador, por toda la humanidad. Y fue por amor que él comisionó a sus discípulos a compartir este mismo amor con todos los seres humanos, incluso con los enemigos, de toda manera posible. Buscando interpretar estos hechos históricos, hay quienes dicen que el amor es el propósito Y el motivo que debe impulsar al creyente al mundo, Y que la misión es la manera de hacerlo o el medio de cumplir con este propósito. Personalmente pienso que es más bien simplista decir que el amor es el motivo Y la misión es el medio. Creo que el amor cristiano debe caracterizar tanto a la metodología como a la motivación con que la iglesia de Cristo se relaciona con el mundo. Leyendo el Nuevo Testamento descubrimos que la clave de la misión de la iglesia radica en la continuación de la obra redentora Y liberadora de Dios en el mundo. La palabra "misión" quiere decir "envío para cumplir un propósito:' Jesús les dijo a sus discípulos: "Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes" (Jn. 20.21). En su bien conocida oración intercesora, Jesús dijo al Padre: "Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo" (Jn. 17.18). Hay un carácter transitivo en esta secuencia trazada por Jesús: el Padre envía al Hijo; el Hijo envía a la iglesia; luego. el Pad.~e envía a la iglesia. La misión del Padre es la misión del Hijo, Y la misión del HIJo es la misión de la iglesia. Es en razón de esto, entonces, que la iglesia, el pueblo de Dios, es un cu~rpo apostólico. "Apóstol" significa alguien que es enviado. Ya en el Credo de Nlcea (año 325), la iglesia primitiva confesaba su fe diciendo: "Confesamos una santa
~ .~"
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo iglesia, católica y apostólica." El apostolado de la iglesia debe ser definido por aquel que nos envía. Quien nos envía es el Señor Jesucristo, y él nos ordena que sigamos sus pasos. Él dice a todos sus discípulos: "Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga" (Le. 9.23).
EJERCICIO 28 Colocar los pasajes bíblicos que correspondan. Todos los cristianos son enviados por el Señor a ser misioneros en el mundo confrontando al enemigo y publicando su evangelio.
Los hombres: Las mujeres: Los niños: Los jóvenes: Los ancianos: Los débiles: La familia:
fuW:
Sal. 8.2; Sal. 71.16, 17; Sal. 71.18; Sal. 78.5-8; Pr.31.26;
1 Co. 1.27- 29; 1 P. 2.11, 12
LOS PASOS DE LA MISiÓN
Ahora, ¿cuáles son los pasos que la iglesia debe seguir en el cumplimiento de su misión? ¿Cuáles son los pasos que pueden ayudar a la iglesia a ser obediente tanto al Gran Mandamiento del amor que promulgó Jesús como a su Gran Comisión de proclamar el evangelio? Considero que los pasos de la misión son dos: encarnación y servicio.
_ Encarnación
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El primer paso que debemos tomar en el cumplimiento de nuestra misión como cristianos es la encarnación. Una de las más grandes declaraciones de nuestra fe cristiana es que Dios se encarnó en Jesucristo. La primera verdad que nos sorprende en el Nuevo Testamento es que Dios se hizo carne humana en
La misión de la Iglesia: Misión
Cristo, es decir, en él Dios se hizo uno de nosotros. Dice el apóstol Juan en el prólogo a su Evangelio: "Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad." (Jn. 1.14). Notemos que cuando Dios decidió revelarse a la raza humana de una manera única no mandó ángeles (mensajeros) de lejos o a cualquier otra criatura celestial, sino que él mismo asumió carne y sangre humanas en Cristo. De este modo, él se convirtió en uno de nosotros y sufrió con nosotros. Él experimentó nuestras debilidades y tentaciones. Él también enfrentó el terror de la muerte por nosotros. Y él hizo todo esto por amor a nosotros. Como expresa en uno de sus poemas el célebre Amado Nervo: ... un Dios que de carne se reviste muriendo por el hombre en el Calvario, ¿no es la inmensa expresión de los amores? Así como Dios se encarnó en Cristo, la iglesia debe encarnarse en el mundo. El Dios encarnado, Jesucristo, nos manda a ir y entrar al mundo de esta manera, identificándonos con él, encarnándonos en él. La iglesia es el cuerpo de Cristo. Es su cuerpo en el sentido de su unidad corporativa a pesar de la diversidad individual. Pero la iglesia es también el cuerpo de Cristo en el sentido de su encarnación en el mundo. Jesús no está ahora físicamente presente en el mundo. El Señor ha tomado su lugar de gloria en los lugares celestiales. Pero el mundo no se ha quedado sin su amor y acción redentora. Él ha dado poder y autoridad a su iglesia a través de la operación del Espíritu Santo, y la comunidad de los santos es ahora su cuerpo en la tierra. Frank Stagg, en su Teología del Nuevo Testamento nos llama la atención al hecho de que "Pablo nunca habla de un 'cuerpo de cristianos'; es siempre acerca del cuerpo de Cristo de que habla."6 Como cuerpo, la iglesia debe estar identificada y profundamente involucrada en el mundo, como lo estuvo Cristo. La iglesia es una comunidad para el mundo. Karl Barth: "La comunidad de Jesucristo es ella misma criatura y por lo tanto mundo. De allí que, así como existe para los hombres y el mundo, también existe para sí misma .... Incluso dentro del mundo al cual pertenece, ella no existe extáticamente o excéntricamente con referencia a sí misma, sino totalmente con referencia a ellos, al mundo alrededor. Ella salva y mantiene su propia vida al tiempo que media y se da a sr misma por todas las demás criaturas:'7 ¿Estamos involucrados de esta manera? ¿Entendemos, por lo menos, el tipo de mundo en el que somos enviados por el Señor a cumplir con nuestra misión? La iglesia debe encarnarse en un mundo en extrema necesidad. La iglesia es enviada a cumplir la misión de Dios en un mundo sumido en pobreza y miseria, en pecado y desesperación. Jesús dijo "Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura" (Mr. 16.15). Nos resulta muy fácil entender sus palabras en un sentido geográfico. Pero, ¿por qué no interpretarlas en un sentido
6
Frank Stagg. New Testament Theologr (NashvilJe. renn., Broadman Press. 196~). 19 3.
7
Barth. Church Dogmatics. 4'76~. 763.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
sociológico? Si asumimos su comisión desde esta perspectiva, entonces significa que debemos ir a cada persona en todas las situaciones humanas y condiciones de vida. Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, él tuvo un mensaje de esperanza para compartir con los pobres. Su ministerio terrenal se enfocó en llenar todas las necesidades sentidas de las personas haciendo uso de su poder sobrenatural. Él se aplicó a sí mismo las palabras del profeta Isaías (Lc. 4.18, 19). Él entendió la situación de aquellos que estaban durmiendo en las calles de las ciudades y pueblos, y se identificó con sus privaciones (Lc. 9.58). Él sintió compasión por aquellos que estaban hambrientos, y los alimentó. Él también reveló su poder y amor al sanar las enfermedades del pueblo y llevar consuelo y vida a los hogares de aquellos que estaban llorando a sus seres queridos fallecidos. Jesús nos amó y se hizo uno de nosotros. Porque él nos arnó, él asumió nuestra pobreza, nuestras limitaciones, nuestras necesidades, nuestras miserias, nuestros dolores, nuestras carencias, y nuestros sufrimientos (Is. 53.3-5). Pero Jesús ya no está más físicamente sobre la tierra. Él dejó a su iglesia, su cuerpo, para que continúe en su nombre con la misión de Dios que él había venido a cumplir, con la misma actitud de amor y en el poder del mismo Espíritu. Entonces, si no sufrimos sus dolores, si no experimentamos las debilidades y tentaciones en la carne que él confrontó, si no compartimos su agonía y terror, si no podemos sentir su compasión por los oprimidos y compartimos su cuidado por los pobres, estamos descalificados para cumplir su tarea y misión en el mundo. ¿Cómo podemos ser el cuerpo encarnado de Cristo en el mundo si no nos perturbamos con el sonido de las adulaciones de los poderes de este mundo? ¿Podemos tener la sensibilidad de Jesus hacia el sufrimiento humano cuando descansamos despreocupadamente en nuestros lujosos templos, y nos entretenemos mutuamente en las superficialidades de nuestras vidas religiosas? En lugar de llevar la iglesia al mundo hemos metido al mundo en la iglesia. Lejos de ser el cuerpo encarnado de Cristo en el mundo, hemos permitido que el mundo nos transforme en una banda de títeres listos a rendir nuestra lealtad a cualquier precio. La proclamación del evangelio (kerygma) , la comunión de los santos (koinonía), la enseñanza de la fe (didaskalía) , el servicio de la iglesia (diakonía) y la adoración al Señor (leiturgía), todo esto será superficial e incompleto si no es más que un ejercicio neumático o espiritual que no aterriza en la vida concreta de seres humanos, que ríen y lloran, que trabajan duro y padecen hambre, que buscan seguridad y sufren injusticia. Ya tenemos la madurez suficiente como para no aceptar, al menos en teoría, el gueto como modelo misiono lógico. Pero es cierto que en la práctica vivimos muchas veces totalmente ajenos a la realidad inmediata del pecado, la miseria y la desesperación que nos rodea. Si de veras queremos cumplir nuestra misión, el primer paso que debemos tomar es nuestra encarnación en el mundo.
La misión de la Iglesia: Misión
EJERCICIO 29 Copiar los versículos que siguen de la Versión Popular de la Biblia (Dios habla hoy).
La humanidad de Cristo fue plenamente manifestada en la encarnación.
Isaías 7.14:
Isaías 9.6:
Lucas 1.31:
Juan 1.14:
Romanosa.3: ___________________________________________
Filipenses 2.7: __________________________________________
1 Timoteo 3.6: __________________________________________
1 Juan 4.2:
...
---------_ ...... - ........- ....... _-----_ ................. _--- ........ _-_ ... -_ ...... - .. _-- .......... __ ......... _-----------_ ...... _---_ ...... _--_ ... ---_ ..
_ Servicio El segundo paso en el cumplimiento de nuestra misión es el servicio. El Nuevo Testamento nos muestra con rasgos claros que la vida de Jesús fue una vida de servicio. El Señor se consideró a sí mismo como un siervo. Es cierto que uno de los títulos que Jesús más se aplicó a sí mismo fue el de "Hijo del Hombre:' que era un título que tenía un extenso trasfondo judío, que indicaba gloria y poder. Este título provenía de la literatura apocalíptica de Israel, como el libro de Daniel. Allí el título se refiere a un personaje encumbrado, a un Aey a quien todos los pueblos rinden honor, gloria y servicio (Dn. 7.14, AVA). Éste era el típico concepto judío que imperaba en los días de Jesús en cuanto al Mesías prometido. Pero Jesús fusionó este título de "Hijo del Hombre" con eJ de "Siervo sufri~nte," que describe Isaías (Is. 42.1-9; 49.1-7; 52.13-53.12). De esta manera, él dejó. en claro que su gloria más sublime estaba expresada en su disposición de servir a otros. Él mismo declaró cuál era el carácter fundamental de su misión, cuando
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo dijo: "Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos" (Mr. 10.45). Así como su gloria más sublime fue el servicio, así su servicio más sublime fue su sacrificio expiatorio por la raza humana. La misión de Cristo es nuestra misión. Así como él vivió una vida de servicio, así la vida de la iglesia tiene que ser una vida de servicio. Jesucristo nos envía al mundo a servir de la manera en que él sirvió al mundo. Él proclamó que el reino de Dios había venido con él (Mt. 4.17). Éste fue su mensaje constante. A través de sus enseñanzas y acciones él mostró las señales de la presencia real del poder y gobierno divinos. Él respondió a los argumentos engañosos de los fariseos no con silogismos especulativos, sino señalando a sus acciones poderosas de liberación (Mt. 12.28). Jesús no separó sus palabras de sus acciones. En el ministerio de servicio de Jesús, palabras y acciones siempre fueron juntas. Sus palabras cautivaron a aquellos que tuvieron el privilegio de oírlas por primera vez. Asombrados y confundidos, aquellos que eran sus amigos sólo podían musitar: "Señor, ... tú tienes palabras de vida eterna" (Jn. 6.68). Sus enemigos estaban sorprendidos y maravillados por sus palabras (Mr. 6.2). Pero Jesús puso sus palabras en acción. Él confirmó el mensaje que predicaba con las señales que hacía. Él habló como alguien que tenía autoridad, y como alguien que también tenía el poder de Dios. Es más, Jesús no separó su identidad (lo que él era) de sus acciones (lo que él hacía). Carácter y acción estaban estrechamente asociados en la personalidad de Jesús. Él era el Hijo de Dios que había venido a servir. Cada vez que Jesús escogió una metáfora para definirse a sí mismo, utilizó imágenes que representaban la satisfacción de necesidades humanas básicas: "Yo soy el pan de vida" (Jn. 6.35); "Yo soy la verdad" (Jn. 14.6); "Yo soy la luz del mundo" (Jn. 8.12); "Yo soy la vida" (Jn. 11.25); ''Yo soy la vid verdadera" (Jn. 15.1); ''Yo soy el camino" (Jn. 14.6); "Yo soy la puerta" (Jn. 10.9). Comida, conocimiento, comprensión, vida, seguridad, guía y aceptación, todas estas cosas tienen que ver con necesidades humanas básicas y sentidas. Y Jesús diría: "Yo soy todo esto por amor de ustedes:' Más todavía, Jesús no separó la meta o los fines a alcanzar de los medios para lograrlos. En el Nuevo Testamento, Jesús mismo aparece tanto como el medio y el fin. Él es el medio de Dios para nuestra redención, y donde él está allí está la salvación y el reino de Dios está presente y es real. Él es también la meta de todo el programa redentor de Dios. Él vino a nosotros como siervo, y el servicio fue tanto su programa como su estilo de vida. Fue entregándose totalmente a otros que él alcanzó su propia gloria y satisfacción (Fil. 2.9-11). Debemos ir al mundo y servir, así como Jesús fue al mundo y sirvió. No son nuestras instituciones y nuestros instrumentos humanos los que tienen primera importancia, sino nosotros, porque nosotros somos los instrumentos, los medios para cumplir la misión. No se trata tanto de hacer una lista de lo que debemos hacer, sino de lo que debemos ser. Lo que hacemos debe salir naturalmente de lo que somos. La Biblia siempre nos demanda: "Sed justos," "Sed santos:' "Sed misericordiosos," "Sed perfectos:' "Sed pacificadores," y no "Hagan esto o hagan aquello:' El énfasis está en ser un determinado tipo de persona y no tanto en hac~r cos.as, por buenas que nos parezcan. La ética cristiana es una manifestaCión de lo que somos en Cristo. Conducta y acción son el resultado de lo que somos en él.
La misión de la Iglesia: Misión
Debemos ir al mundo a cumplir con la misión que Jesucristo nos ha confiado, y esta misión no es otra cosa que ser como él en el mundo. Es por esta razón que el divorcio que algunos ven entre la proclamación del evangelio y el servicio al prójimo no tiene sentido alguno en base a las categorías bíblicas. Cristo no tuvo que debatir consigo mismo frente a las situaciones humanas concretas que vivía, preguntándose si debía predicar, consolar, liberar o sanar. Él era el Hijo del Hombre, lleno del poder del Espíritu, y él había venido para servir con todo su amor y dar su vida en ello. El momento existencial determinaba si era necesario una palabra de comprensión, de juicio, de perdón, de anuncio, o de silencio; si era necesaria una curación, echar fuera demonios, un acto de presencia, la defensa del prójimo, dar de comer a los hambrientos, ofrecer amor y confianza, alivio en la angustia, traer consuelo y esperanza frente al dolor de la muerte, o tomar una cruz y entregar la vida por todos. Emilio Castro en su Prólogo al ensayo de Karl Barth, Comunidad civil y comunidad cristiana, dice que "la iglesia es la congregación viviente del Señor viviente .... Es el hecho de Dios en Cristo lo que configura la iglesia:'8 La misión de la iglesia hoy en cualquier parte del mundo es hacer real a Cristo a toda criatura en el mundo, especialmente a los pobres y oprimidos. Ésta es la misión que Jesús nos ha comisionado a cada uno de nosotros para cumplir en su nombre. La identificación con los oprimidos no es opcional para la iglesia hoy. Esta opción es una parte esencial de su naturaleza como el cuerpo de Cristo en el mundo. Jürgen Moltmann: "¿Dónde está la verdadera iglesia? ¿En la comunión que se manifiesta en la palabra, el sacramento, o en la hermandad latente del Juez escondido en el pobre? ¿Pueden las dos coincidir? Si tomamos seriamente las promesas de la presencia de Cristo, debemos hablar acerca de la hermandad de los creyentes y una hermandad de los más pequeños de sus hermanos con Cristo. 'El que los escucha a ustedes me escucha a mr'-'el que los visita me visita a mL' ... Si la iglesia apela al Cristo crucificado y resucitado, ¿no debe representar a esta doble hermandad de Cristo en sr misma y estar presente con obra y Espíritu, sacramento, comunión y todos los poderes creativos entre los pobres, los hambrientos y los cautivos? ... Entonces la iglesia con su misión estará presente donde Cristo la espera, en medio de los oprimidos, los enfermos y los cautivos. El apostolado dice lo que la iglesia es. Los más pequeños de los hermanos de Cristo dicen a dónde pertenece la iglesia."9 Esta misión consiste en ser en el mundo lo que Jesús nos mandó que fuésemos: sal y luz. Para el cumplimiento de esta misión no hay normas establecidas o fijas, sino sólo el amor a Dios y el amor al prójimo. San Agustín entendió esto bien cuando dijo: "Ama a Dios y haz lo que quieras." El Señor sólo nos pide que seamos lo que en él y por él podemos ser. Entonces, si somos lo que debemos ser, no tendremos problemas en hacer lo que debemos hacer. El que es justo hará justicia, el que es libre buscará que todos gocen de libertad, el
Karl Barth. Comunidad civil J' comunidad cristiana. Ensayos No. ~. con prólogo de Emilio Castro (Montevideo: Unión Latinoamericana de Juventudes Evangélicas. 1967). 16.
8
9
Moltmann. The Church in the Power of the Spirit. 1~8. 1~9'
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo que ha sido perdonado perdonará, el que se siente amado por Dios amará, el que ha sido aceptado a pesar de sus pecados aceptará a otros sin importar sus condiciones. Esta justicia, libertad, perdón, amor y aceptación son los dones que Dios nos ha dado a todos los que somos sus hijos en Cristo. Estos dones de gracia deben ser encarnados por aquellos que son sus hijos y deben ser compartidos por la iglesia con todo el mundo. Ésta es la misión de la iglesia.
EJERCICIO 30 Colocar la letra que corresponda en los espacios en blanco. Utilizar la NVI. La Biblia indica que nuestro servicio a Dios y al prójimo tiene que estar acompañado de ciertas actitudes. Nuestro servicio ha de ser:
Con todo el corazón
A. 1 Crónicas 28.9
_ Con integridad de corazón
B. 2 Timoteo 1.3
_ Con buena disposición
C. Efesios 6.6
Con humildad
D. Hebreos 12.28
Con fidelidad
E. Romanos 7.6
_ Con santidad y justicia
F. Josué 24.14
_ Con un nuevo poder
G. Salmo 100.2
_ Con una conciencia limpia
H. Efesios 6.5
_ Con temor reverente
J. Lucas 12.37
_ Con alegría
K. Hechos 26.7
_ Con diligencia
L. Lucas 1.75
_ Con vigilancia
M. Hechos 20.19
C. René Padilla: "Todas las iglesias están llamadas a colaborar con Dios en la transformación del mundo a partir del evangelio centrado en Jesucristo como Señor del universo, cuyo señorío provee la base para una eclesiología integral y una misión integral. La misión de la iglesia es la transformación de discípulos de todas las naciones-discípulos que se identifiquen con Jesucristo en su muerte y resurrección mediante el bautismo y aprendan a obedecerle en todas las dimensiones de la vida humana. Para su testimonio encarnacional la iglesia depende de los 'eventos salvíficos' por medio de los cuales Jesús obró la redención: su vida y ministerio, su muerte en la cruz, su resurrección y su exaltación. Por el poder del Espíritu, la iglesia c?nstituye el comienzo de una nueva humanidad y, en lo que es, hace y dice, da testimonio de Jesucristo y colabora con Dios en la realización de
La misión de la Iglesia: Misión
su propósito. Es una comunidad de dones y ministerios; una comunidad de esperanza, fe y amor; una comunidad que se estructura en función de la misión integral para la gloria de Dios."'o
LOS RESULTADOS DE LA MISiÓN
¿Cuál es la meta de la misión de la iglesia? ¿Cuáles son los resultados que se esperan conseguir con su completamiento? Hay básicamente dos cosas que resultan de la consideración de los documentos del Nuevo Testamento.
_ Reconciliación en Cristo
La meta de la misión de la iglesia es, en primer lugar, producir reconciliación en Cristo. Él es el pivote alrededor del cual toda reconciliación es posible. Es a través de Cristo que podemos reconciliarnos con Dios. Él es el agente a través de quien el mundo se reconcilia con Dios (Col. 1.20). La palabra "reconciliación" significa hacernos amigos de quienes fueron antes nuestros enemigos o colocar en buenos términos a personas que estaban separadas por el rechazo. Para que personas distanciadas se reconcilien tienen que estar dispuestas a poner al pasado por detrás de ellas, arreglar los problemas y ser nuevamente amigas. Por supuesto, no necesariamente tienen que haberse herido por igual. Una puede tener que perdonar mucho más que la otra. Nuestra separación de Dios como resultado de nuestro pecado es la condición más peligrosa y alienante que pueda experimentar el ser humano. Esto va más allá de la separación y distancia entre una persona y otra. La Biblia es consistente en la manera en que habla del proceso de reconciliación con Dios. Lo que afirma es que nosotros no podemos hacerlo. Sólo Dios puede hacerlo. Esto es, Dios jamás estuvo en falta o quebró la relación con el ser humano pecador. Por eso, no hace falta que lo traigamos de vuelta a una relación fiel y amorosa. Más bien, somos nosotros los que nos hemos alejado de él y necesitamos ser reconciliados. Dios ya ha logrado nuestra reconciliación con él a través de la obra de Cristo en la cruz. En razón de que Cristo murió por todo el mundo, cada persona tiene el potencial de tener perdonadas sus transgresiones. Pero las personas deben creer y actuar en base al "mensaje" (el evangelio) al que Pablo se refiere en 2 Corintios 5.19. Debido a muchas razones-odio, hábito, dureza, orgullo-las personas se resisten a oír el maravilloso mensaje de reconciliación que viene de Dios y que proclama la iglesia. Pero el mensaje es verdadero: Dios sigue esperando la aceptación de su mensaje, que "en Cristo Dios estaba reconciliando consigo al mundo."
,o C. René Padilla. "Introducción: una eclesiología para la misión integral," en La iglesia local como agente de transformación,una eclesiología para la misión integral, C. René Padilla y Tetsunao Yamamori, eds. (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2003), 44, 45.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo Además, es a través de Cristo que podemos reconciliarnos con nosotros mismos. La reconciliación con Dios involucra no sólo un cambio de conducta de nuestra parte, sino que también trae el goce del amor de Dios por nosotros (Os. 14.4). Las consecuencias naturales de la ira (enojo) de Dios han sido removidas de nuestro futuro. Oseas compara a Israel con una esposa que es infiel a su "esposo" (Dios), siempre yendo a cualquier parte en procura de amor (Os. 2.215). Dios, con todo amor, le ruega que regrese y la perdona, pero también hace que ella deje de desodebeder (Os. 2.14, 15). La pecaminosidad es la causa fundamental de nuestro extravío y contradicciones. Por eso, cuando somos reconciliados con Dios comenzamos a ser obedientes (2 Co. 2.15). Dios ayuda al creyente no sólo a tener reconciliación con él sino también a vivir una vida reconciliada. Nuestro extravío puede ser curado. Sin la ayuda de Dios nadie puede vivir una vida de santidad y obediencia. Pero cuando "todas las cosas son hechas nuevas" (2 Co. 5.17, RVR) por la gracia de Dios, incluso aquellos que previamente han rechazado la sanidad que Dios trae al corazón pueden creer y obedecer. Con la reconciliación viene también el amor de Dios, que sana las heridas interiores y resuelve las contradicciones. Oseas describe a este amor como un amor libre y voluntario, no como algo que debe ser ganado o viene como premio. y este amor inmerecido de parte de Dios es para todo el mundo. Fue precisamente el amor de Dios por todo el mundo el que hizo que él enviara a su Hijo a morir por todos. Él escogió hacerlo así, aun cuando el mundo como un todo no haya respondido. Pero para aquellos que sí respondieron, la posibilidad de llegar a ser nuevos seres humanos está abierta. En Cristo, todos los que quieran, pueden ser verdaderamente humanos. Además de la reconciliación con Dios y con nosotros mismos, es también a través de Cristo que podemos reconciliarnos con otros. El énfasis fundamental de la Biblia es la reconciliación de cada hombre y mujer con Dios. Pero hay también una preocupación porque aquellos que son hijos de Dios se reconcilien los unos con los otros, de modo que quienes pretenden conocer a Dios a través de su Hijo Cristo Jesús actúen como hermanos y hermanas en él (Jn. 13.35). Un resultado natural de la reconciliación que Dios obra en nosotros debe ser que sabemos cómo reconciliarnos unos a otros, de modo que ninguna enemistad permanezca entre nosotros. La historia de Esaú y Jacob nos ayuda a recordar que incluso las divisiones amargas pueden ser superadas si existe la voluntad de que así sea (Gn. 33.4). Jacob no dudó en utili~ar medios cuestionables para prosperar. Quizás su exhibición más atrevida de promóción personal ocurrió cuando engañó a su padre y manipuló a su hermano en orden a recibir la tan ansiada bendición del hijo mayor (Gn. 27.1-40). Por supuesto, Esaú no estaba sin culpa en este arreglo, dado que él había vendido su primogenitura por un buen plato de comida, lo cual fue una señal de que él no tomaba en serio la relación de su padre con Dios. Eventualmente, Jacob y Esaú se tornaron enemigos, y podemo$ leer en la Biblia Que incluso Esaú se propuso matar a su hermano (Gn. 27.41). Jacob huyó, y muchos años más tarde, cuando regresó, tuvieron oportunidad para reconciliarse. Para lograr tal re?Onciliación, el orgulloso y ambicioso Jacob tuvo Que humillarse, y su enemigo, su hermano Esaú, tuvo que perdonarle olvidando la manera terrible en que lo había engañado. '
La misión de la Iglesia: Misión
Si ellos pudieron hacerlo, ¿por qué no nosotros que ya hemos sido reconciliados con Dios? Una vez que determinamos que no vamos a permitir que nuestras diferencias nos dividan, y que siempre vamos a buscar sanidad Y perdón, incluso si esto significa "ceder en algo," la reconciliación va a ocurrir. La reconciliación produce amor allí donde hubo odio, aceptación donde hubo rechazo, comunión donde hubo distanciamiento. Finalmente, es a través de Jesucristo que podemos teconciliarnos con la creación. Pablo afirma que "sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto" mientras aguarda el completamiento de su redención física, por el poder de la resurrección de Cristo (Ro. 8.22). Nunca como en estos tiempos hemos sido más conscientes de la realidad de este gemido desesperante. El caos ecológico al que está sometido nuestro planeta es evidencia suficiente de la desesperación de la creación por verse liberada del pecado y el abuso humano, y los intentos de Satanás y sus huesteS de "robar, matar y destruir' todo lo que Dios ha creado. La sensibilidad contemporánea a las cuestiones ecológicas nos ayuda a entender mejor, que cualquier generación anterior, la gravedad de la situación Y la necesidad que tenemos de reconciliarnos con la creación. La ecología es esa rama de la ciencia que estudia las interrelaciones entre los organismos (vegetales y animales) que viven en un ambiente particular, de sus adaptaciones mutLJas Y con el ambiente, y su supervivencia armónica. En este sentido, ecología se refiere a la totalidad o patrón de relaciones entre los organismos y su ambiente. El ser humano, en su pecado y egoísmo, ha destrozado el ambiente natural, es decir, las circunstancias, objetos o condiciones de vida por las que está rodeado. Hemos creado caos en lugar de armonía en el complejo de factores físicos, químicos y biológicos (tales como clima, suelo y cosas vivientes) que actúan sobre los organismos y las comunidades ecológicas, que determinan su forma y supervivencia. Y con esto, hemos arriesgado la calidad de vida y la supervivencia misma de la raza humana. La creación gime esperando su reconciliación definitiva con nosotros. Tal reconciliación es sólo posible en Cristo, quien, al cambiar el corazón humano, transforma su actitud hacia la creación. Lejos de ser un agente de destrucción, el ser humano es restaurado a su vocación original como mayordomo de la creación, de la que el Creador es Señor (Gn. 1.26-30; 2.15). La iglesia, como la comunidad de los reconciliados, debe transformarse en una voz profética que se manifieste "en contra del mal uso del medio ambiente como resultado de una explotación indiscriminada e irracional, que amenaza con destruir la base biológica de nuestra existencia, degradando la calidad de la vida."ll
_ Reconciliación y misión
La reconciliación condiciona la misión de la iglesia en este mundo. como meta, la reconciliación enfoca a la misión de la iglesia en la redención de toda la humanidad.
u Declaración de jarabacoa. Fraternidad Teológica Latinoamericana 19 83).
aarabacl:\a. República Dominicana.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo Heinrich Schlier: HEn Cristo sobre la Cruz, la opresión que mantenía a los hombres en egoísmo ... ha sido rota. Una nueva posibilidad de vida, .. , se abre a ellos en el Cuerpo de Cristo sobre la Cruz ... ; en él, ellos pueden abrirse a Dios y consiguientemente los unos a los otros. En este Cuerpo de Cristo sobre la Cruz-esto no debe ser entendido simbólicamente, sino real e históricamente-la nueva humanidad se encuentra y se prepara; nace y es sostenida por Dios, reconciliada con él así como los hombres se reconcilian los unos con los otros; es por lo tanto una humanidad de paz. En este Cuerpo de Cristo crucificado, la reconciliación se abre al hombre como la nueva dimensión única .... En su realidad, la Iglesia es la nueva [posibilidad de vida] para los hombres abierta para ellos por Cristo sobre la Cruz. No es otra que la dimensión concreta de la apertura que Cristo obtuvo para nosotros al llevarnos sobre la Cruz:'12 Este espacio o lugar para la reconciliación y esta posibilidad de una vida nueva en el Cuerpo de Cristo, tiene que ver con el destino de toda la humanidad. En esta perspectiva, la proclamación del evangelio de Dios no tiene meramente el propósito de llevar a los individuos a entrar en la herencia eterna, en el día de la redención final de aquellos que son la posesión de Dios (Ef. 1.14). Esta reconciliación concierne al destino de la humanidad, que es llamada a estar nuevamente unida, incluso ahora sobre esta tierra, por el Espíritu de Dios, mientras espera su cumplimiento final y escatológico. La meta establecida para nuestra misión de proclamar el evangelio del reino es traer a cada ser humano individual delante de Jesucristo, para reconocerlo y confesarlo como Señor (Fil. 2.10, 11). Como una comunidad reconciliada, la iglesia debe ser un signo de reconciliación para el mundo. La incorporación de judíos y gentiles en el uno y único cuerpo de Cristo es al mismo tiempo tanto el fermento como el compromiso de esperanza, de que Dios va a "reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra" (Ef. 1.10). La iglesia existe en orden a que la gloria de Dios pueda manifestarse, en una humanidad renovada y reconciliada (Ef. 1.3-14). Los dos rostros inseparables de la misión de la iglesia son la manifestación de la gloria de Dios ("para alabanza de su gloriosa gracia," v. 6), y el éxito de su plan redentor (Hel misterio de su voluntad,"v. 9). La alabanza de su gloria y su propósito eterno es la reconciliación de la humanidad. En este sentido, la iglesia de Dios debe ser la actualización del evangelio de Dios, y ella la lleva a cabo cuando cumple con la misión que le ha sido dada. La reconciliación que la iglesia proclama mediante palabra y acción es tanto gracia como tarea, don supremo y gloria divina que debe irradiar al mismo tiempo, charis recibida y doxa (gloria) a ser esparcida, victoria sobre el odio y ágape a proclamar.
"Heinrich Schlier. "Le temps de I'Eglise," trans. FTancoise COTin, in Cahiers de l'Actualité religieuse 14 (9 61 ), ~9~·
La misión de la Iglesia: Misión
EJERCICIO 31
Colocar los pasajes bíblicos que correspondan a cada afirmación.
Según la Biblia, la reconciliación cristiana con Dios:
1. Fue predicha por los profetas: 2. Proclamada por los ángeles: 3. Efectuada por Dios en Cristo: 4. Ganada por la muerte de Cristo: 5. Mediada por la sangre de Cristo: 6. Anunciada por la iglesia: 7. Ejemplificada con judíos y gentiles: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasales: Is. 53.5; Lc. 2.14; Ro. 5.10; 2 Co. 5.18; 2 Co. 5.19; Ef. 2.14; Col. 1.20.
(*) TAREA 6
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Capítulo 7
Acción Cuando hablamos de acción nos estamos refiriendo a una conducta que tiene sentido para el individuo o para un grupo de individuos, pues éstos orientan sus esfuerzos hacia un fin determinado. Toda acción es un acto de la voluntad. A veces se trata de una acción física vigorosa, enérgica y observable, que se lleva a cabo con un objetivo específico. Una acción es un tipo de emprendimiento en el que una persona o grupo se involucran en procura de un objetivo determinado. En este sentido, acción y misión están ligadas de manera inseparable, ya que la misión cristiana auténtica se expresa necesariamente en acciones concretas. La acción cristiana en el mundo de hoyes una necesidad inmediata. Una misionología que no se traduzca en acciones concretas termina siendo una teoría vacía y carente de sentido. Cuando contamos con una misionología que se expresa en una praxis concreta y una eclesiología que ayuda a hacer más efectivo el cumplimiento de la misión por parte de la iglesia, entonces los fines del reino de cumplen y los resultados son sorprendentes, La iglesia de Jesucristo hoy en América Latina necesita de una acción cristiana fundada sobre sólidas bases eclesiológicas y misionológicas. No basta con una reflexión pulcra, una clarividencia mayor y un discurso elocuente. Es menester obrar, y obrar en el poder del Espíritu Santo, con la sabiduría y gracia de Cristo, e inspirados por el amor del Padre. No ha dejado de ser ésta la hora de la palabra, pero se ha tornado con dramática urgencia en la hora de la acción. El Señor nos llama a un compromiso radical con la misión, que se exprese en una acción comprometida en su nombre, en todos los escenarios de la realidad que nos rodea. C. René Padilla: ", .. no basta asentir intelectualmente al concepto de misión integral para que ésta se concrete en la realidad que rodea a una iglesia local. Para que esto suceda, es indispensable que la iglesia misma reúna ciertos requisitos o condiciones que la habiliten para la práctica de la misión integral. Esto no significa que hay fórmulas y estrategias para convertir a una iglesia, de la noche a la mañana, en un agente de transformación espiritual y social en su comunidad. Lo que sí significa es que las iglesias que producen un verdadero impacto evangélico-derivado
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo del evangelio y consecuentemente transformador de la sociedad-son iglesias que tienen ciertas características en común que no impiden sino facilitan ese impacto."1
EL ESCENARIO DE LA ACCiÓN: LA CIUDAD
De todos los escenarios posibles para la acción cristiana en América Latina, no caben dudas de que el más destacado es el de la ciudad. Nuestro continente es un continente urbano. La mayor parte de la población a la que servimos en el nombre de Jesús es urbanita. En este sentido, el escenario en el que procuramos cumplir con la misión hoyes muy parecido al que confrontó la iglesia primitiva, Roger Greenway, un destacado misionólogo, ha dicho que "el movimiento misionero del Nuevo Testamento era básicamente un movimiento urbano." Y agrega: "Después de Pentecostés, el evangelio se esparció de ciudad en ciudad y de las ciudades a las comarcas vecinas." Según Greenway, la ciudad es "la frontera moderna de la misión cristiana," y él predice que si fracasamos en ganar esta frontera "habremos realmente fracasado:'2 Cuando pensamos en el ¡ocus, es decir, la localidad más adecuada para la acción de la iglesia, no puede haber dudas en que, a la luz del Nuevo Testamento, ese lugar es la ciudad. Si vamos a tomar en serio la necesidad de contextualizar la misión de proclamación del evangelio, esto requiere, en las palabras del teólogo Harvie Conn, que "conectemos el horizonte bíblico normativo que provee de significado divino con nuestros horizontes urbanos contemporáneos:'3 Pablo era un hombre de la ciudad, un ciudadano (Ro. 15.19,23-25). Es evidente que su pasión por la ciudad se ve reflejada a través de sus palabras. La iglesia está llamada a actuar en misión en el mundo, y especialmente en la ciudad. Cuando decimos mundo, básicamente nos estamos refiriendo a un mundo urbano. ¿Por qué? Porque por primera vez en la historia de la humanidad, en este tiempo el mundo es más urbano que rural. El crecimiento de las ciudades en el mundo es fenomenal. Entre 1975 y 2000 el crecimiento de la población urbana de América Latina fue del 216%, del 224% en China, del 269% en el resto de Asia, del 302% en el Cercano Oriente, y en África, del 347%. La ciudad es nuestro campo de acción en el presente y en el futuro.
, C. René Padilla. "Introducción, una eclesiología para la misión integral," 13. 14. , Roger Greenway, ed., Guidelinesfor Urban Church Planting (Grand Rapids, Mich., Baker, 1976),6, 3 Harvie Conn, "A Contextual Theology of Mission for the City," en The Good News ofthe Kingdom, Mission Theology for the Third Millenium. Charles Van Engen, Dean S. Gilliland. y Paul Pierson. eds. (Maryknoll, N.Y., Orbis Books, 1993), 97.
La misión de la Iglesia: Acción .......... _--------_ ...... -------------------- .. _------- .......... _-- .. _- .. _---- ...... _----_ ....... __ .. __ ...... ----_ .... --_ .. ---
EJERCICIO 32
Completar los espacios en blanco utilizando los pasajes que se indican:
La Biblia habla de ciudades. Se habla de ciudades grandes como _ _ _ _ __ (Jon. 1.2) y de ciudades pequeñas como _ _ _ _ _ _ _ (Gn. 19.20,21). Hay ciudades que se destacan por su maldad como _ _ _ _ y _ _ _ __ (Jud.7). Algunas ciudades fueron conocidas por ciertas características particulares: Belén como _ _ _ _ _ _ _ _ (Lc. 2.4); Jericó como _ _ _ _ _ _ __ (Dt. 34.3); Betel como _ _ _ _ _ _ (Gn. 35.6); Tiro y Sidón como _ _ __ (Zac. 9.2); Babilonia como _ _ _ _ _ _ _ _ _ (Ap. 17.5).
_ Una iglesia urbana
La Iglesia de Tesalónica se nos presenta como una típica iglesia urbana, que desarrollaba toda su acción en ese contexto particular. Esta congregación era singular (al igual que todas las iglesias del Nuevo Testamento). Esto significa que tenía su propia identidad, personalidad, historia y contexto. Antes de la llegada de Pablo, Tesalónica era una ciudad pagana. Había sido fundada c. 315 a.C. en tiempos de Alejandro Magno, por Casandro, rey de Macedonia, quien le dio el nombre de su esposa, hermana de Alejandro. Desde entonces, Tesalónica ha sido la principal ciudad de Macedonia y su puerto comercial más importante. La ciudad estaba ubicada en un lugar privilegiado, sobre la ruta Egnatia, que unía Roma con sus provincias orientales. Bajo el Imperio Romano, llegó a ser capital de Macedonia y la llave para toda esta provincia romana. Así se desarrolló como un floreciente centro urbano y cosmopolita. Veintiséis pequeñas ciudades alrededor del golfo de Salónica tenían a Tesalónica como centro comercial. Para cuando Pablo llegó, la ciudad ya era un centro urbano grande, rico e influyente. Es interesante notar que el nombre Tesalónica significa ''victoria de la falsedad." En tiempos bizantinos, cuando el cristianismo ya se había establecido como la religión del Imperio, la ciudad se convirtió en un centro cultural y artístico (en segundo lugar después de la capital del Imperio, Constantinopla). Varios nombres de famosos maestros, eclesiásticos, teólogos y obispos están asociados con esta ciudad, como por ejemplo, los hermanos Cirilo y Metodio, que inventaron el alfabeto eslavo y fueron grandes misioneros. Además, Tesalónica hizo una gran contribución cultural, ya que en sus escuelas se preservó la lengua y literatura griegas, incluso después de su caída en manos turcas (1430), poco antes de la caída de Constantinopla, en 1453. Hoy Tesalónica es la segunda ciudad más grande de Grecia, con un millón de habitantes, y una de las más antiguas de Europa. Continúa siendo un centro importante para las comunicaciones y el comercio con el Mediterráneo y los Balcanes. Todavía se preservan algunas ruinas de la ciudad que visitó Pablo.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo Sin embargo, para nosotros, Tesalónica tiene relevancia porque allí floreció una iglesia cristiana ejemplar, fundada por Pablo y sus compañeros de misión, y a la que el apóstol le escribió por lo menos un par de cartas. Podemos aprender mucho sobre la acción de la iglesia en la ciudad, si consideramos las condiciones históricas y sociales en las que se estableció esta iglesia cristiana en la ciudad de Tesalónica. Es en la ciudad que se encuentra nuestro lugar de acción, y la iglesia en Tesalónica puede ser un buen modelo para nuestra propia misión urbana.
Un ministerio urbano Cuando se considera el ministerio de Pablo y sus compañeros en Tesalónica, hay tres cosas a notar. Primero, está la llegada de los misioneros. Pablo y sus compañeros (Silas y Timoteo) llegaron a Tesalónica durante el segundo viaje misionero del apóstol. Salieron de Filipos, pasaron por Anfípolis y Apolonia, y arribaron a Tesalónica alrededor del año 50 (Hch. 17.1). Segundo, está el ministerio de los misioneros. Según su costumbre, Pablo primero ubicó la sinagoga local y allí se dedicó a discutir con los judíos durante tres sábados seguidos acerca de Jesús como el Cristo (Hch. 17.2,3). El ministerio de Pablo y sus compañeros en Tesalónica tuvo algunos resultados considerables, pero provocó conflictos. Si bien algunos judíos creyeron, e incluso un buen número de adherentes griegos y mujeres nobles se juntaron con Pablo y Silas, los judíos que no creyeron se llenaron de celos y provocaron un gran alboroto en la ciudad (Hch. 17.4-9). Como consecuencia de esto, Pablo y Silas fueron enviados por los nuevos creyentes hasta Berea, en secreto y de noche (Hch. 17.1 Oa). Y, tercero, está el fruto de los misioneros. A pesar de estos comienzos tan llenos de peligro, se estableció una iglesia fuerte y floreciente en Tesalónica (1 Ts. 1.2-10). La mayor parte de sus miembros eran gentiles que habían sido paganos (1 Ts. 1.9). Otros eran judíos helenistas prominentes, como Jasón (Hch. 17.6-9), Aristarco y Segundo (Hch. 20.4). Llama la atención el lugar de las mujeres en esta iglesia, ya que el texto habla de "un buen número de mujeres prominentes." La iglesia de Tesalónica, junto con otras de Macedonia, habría de constituirse en uno de los motivos de sano orgullo para el apóstol Pablo. Pero los buenos resultados obtenidos se explican por la estrategia urbana que el apóstol desarrolló durante el tiempo que estuvo en la ciudad. Alguien ha dicho que "la ciudad es el alma de la sociedad:' Tesalónica era una de las ciudades más importantes del mundo grecorromano en tiempos de Pablo, y él lo sabía muy bien. Es decir, Pablo no desplegó su acción en cualquier lugar ni fue a cualquier ciudad. Además, en Tesalónica había una "sinagoga de los judíos:' lo cual significa que la población judía era considerable. Si bien Pablo "se había vuelto a los gentiles" (Hch. 13.46, AVA), no podía desaprovechar la oportunidad de predicarles a los judíos de Tesalónica, y éstos le daban una buena base para una evangelización inicial. Así, pues, gracias a la persistencia de Pablo y de sus compañeros, finalmente nació la iglesia en Tesalónica. Esta iglesia nació bajo tres condiciones: (1) el coraje de los misioneros (Hch. 17.1-4), puesto que para ellos, Jesús era el Cristo; (2) la ~ersecución de los opositores (Hch. 17.5), ya que para ellos, Jesús era un sectano alborotador; y, (3) la resistencia de las autoridades (Hch. 17.6-9), porque para ellos, Jesús era un rey espurio.
la misión de la Iglesia: Acción
El ministerio de Pablo en Tesalónica y su estrategia exitosa se vieron afirmados con el contacto frecuente que él mantuvo con los creyentes de la ciudad. Las labores del ministerio de Pablo en Tesalónica fueron breves. La salida abrupta elo Pablo y Silas de la ciudad, a poco de comenzar con la iglesia allí, dejó a Pat preocupado en cuanto a la condición de los hermanos. Cuando más tarde Timotl se reunió con él en Atenas (Hch. 17.14-16), su preocupación lo movió a enviar Timoteo de vuelta a Tesalónica con una carta de aliento (1 Ts. 3.1-5). Cuando m tarde Timoteo se reunió con Pablo en Corinto (Hch. 18.5), las noticias fuen sumamente alentadoras (1 Ts. 3.6, 7). Estos contactos continuados hicieron que los resultados del ministerio I Pablo en Tesalónica fuesen permanentes. A pesar de la persecución, la igle~ pudo permanecer firme (1 Ts. 2.13-16). Su fe, templada por la persecución, hab llegado a ser un ejemplo para otros (1 Ts. 1.6-8). No obstante, como ocurre CI toda iglesia joven, necesitaban mayor formación en cuanto a la vida que agral a Dios, una vida de santidad (1 Ts. 4.1-12). También necesitaban ser afirmados I la confianza de que aquellos que habían muerto en Cristo no perderían li bendiciones que traería consigo la venida del Señor (1 Ts. 4.13-18). De esta manera, el propósito de Pablo al escribirles y renovar el contacto CI ellos era triple: (1) encomiarles por su persistencia en medio de la persecución; ( enseñarles acerca de la vida de santidad en Cristo; y, (3) corregirles en cualqui malentendido, especialmente en relación con la segunda venida de Cristo. La Iglesia en la ciudad de Tesalónica habra tomado forma a partir de cin, elementos: (1) Tesalónica estaba ubicada en un lugar estratégico muy especia de gran influencia; (2) la iglesia comenzó con una pluralidad de personas, ya q de ella formaban parte judíos, adherentes griegos y mujeres; (3) la iglesia fl fundada en medio de una situación de persecución, sufrimiento y opresión; ( estas circunstancias produjeron algunos conflictos dentro de la iglesia y membresra; (5) a pesar de estos problemas, la iglesia llegó a ser un modelo de ' amor y esperanza.
EJERCICIO 33
Completar los nombres de ciudades y distritos según los pasajes indicadc
Pablo concentró sus esfuerzos en las capitales de distritos o provinci¡ cada una de las cuales representa toda una región: PASAJE
CIUDAD
Filipenses 4.15 1 Tesalonicenses 1.7, 8 1 Corintios 16.15 2 Corintios 1.1 Romanos 16.5
Éfeso
1 Corintios 16.19
Éfeso
2 Corintios 1.8
Éfeso
DISTRITO
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
David J. Bosch: "Pablo piensa regionalmente, no étnicamente; escoge las ciudades por su carácter representativo. En cada una de ellas echa el fundamento para construir una comunidad cristiana. Lo hace intencionalmente con la clara esperanza de ver el evangelio esparcido desde estos centros estratégicos a los pueblos y campos aledaños. Y aparentemente así sucedió en realidad .... "4
LA MOTIVACiÓN DE LA ACCiÓN: FE, AMOR Y ESPERANZA
La Iglesia de Tesalónica tenía tres marcas y motivaciones distintivas para su acción. El apóstol Pablo dice en 1 Tesalonicenses 1.7, que esta iglesia llegó a ser "ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya:' Hoy necesitamos de modelos, no para copiar lo que otros hacen, sino para aprender de su experiencia y de su motivación bíblica para la misión. Creo que la iglesia de los tesalonicenses fue un modelo doble. Primero, fue un modelo de obediencia y sumisión a sus líderes. Segundo, fue un modelo de obediencia y sumisión al Señor. En 1 Tesalonicenses 1.6, Pablo dice: "Ustedes se hicieron imitadores nuestros (Pablo, Silvano y Timoteo) y del Señor:' Como resultado de esta actitud de obediencia y sumisión, de discipulado y seguimiento, los tesalonicenses pudieron desarrollar tres aspectos fundamentales de la acción cristiana: primero, la obra producida por la fe; segundo, el trabajo motivado por el amor; y, tercero, la constancia inspirada por la esperanza en el Señor Jesucristo. Emil Brunner señala que las tres virtudes cristianas de la fe, la esperanza y el amor expresan "la totalidad de la existencia cristiana ... la totalidad de lo que significa ser cristiano... el criterio para el verdadero cristianismo:' Personalmente, creo que esta trilogía es también el criterio para definir a la iglesia verdadera, la totalidad de lo que significa ser la iglesia de Dios. Y digo totalidad, porque estas tres virtudes supremas expresan tres realidades existenciales. Primero, la iglesia tiene su historia (pasado). Segundo, la iglesia tiene su expectativa (futuro). Tercero. la iglesia tiene sus circunstancias (presente). Brunner dice que "vivimos en el pasado por la fe; vivimos en el futuro por la esperanza; y. vivimos en el presente por el amor:'5 Fe, esperanza y amor son el corazón y el motivo de la vida, acción y ministerio de la iglesia, tanto para sí misma como para el mundo.
Emil Brunner: "En la unidad de fe, amor y esperanza consiste la existencia de la Ekklesia, el Cuerpo de Cristo. En todas las tres dimensiones del tiempo [pasado, presente y futuro] es el único Cristo Jesús a quien abrimos nuestros corazones en fe, en esperanza y en amor. Cada uno de estos
N
::t • ~avid I: Bosch. Misión en transformación, cambios de paradigma en la teología de la misión (Grand Rapids. :~ Po.
MICh.: Libros Desafío. zooo). 168. 5
Brunner. Faith. Hope and Love (Filadelfia. Pa.: Westminster Press: Londres: Lutterworth Press. 195 6 ).
La misión de la Iglesia: Acción
actos está dirigido a Emanuel, Dios con nosotros, el Dios presente personalmente. Quitar una de estas tres dimensiones sería destruir al todo. La fe es nada, a menos que sea eficaz en el amor; la fe y el amor son nada, si no se les permite su cumplimiento en aquello que esperamos:'6
Acción de te La iglesia es una comunidad que debe distinguirse por la obra producida por la fe. Esta obra producida por la fe involucra dos procesos, que deben ir juntos en la vida de la iglesia. Por un lado, está el mantenimiento y preservación de la fe. Estas dos acciones de la fe son dos procesos importantes, especialmente en los primeros pasos de una congregación. Son tan importantes, que en un momento Pablo envió a Timoteo a Tesalónica con dos propósitos: (1) para fortalecer y alentar a los creyentes en su fe (1 Ts. 3.2); (2) para saber acerca de la fe de los creyentes (3.5). Timoteo trajo buenas noticias acerca de la fe y amor de los tesalonicenses, lo cual fue de aliento para Pablo y Timoteo, quienes fueron consolados por la fe de ellos (3.6, 7). No obstante, los misioneros no dejaron de orar pidiendo al Señor la oportunidad de completar el proceso de maduración en la fe de los tesalonicenses
(3.10). El mantenimiento y preservación de la fe evita que ésta se torne débil y frágil. Noten que es la responsabilidad de los líderes ocuparse de desarrollar la madurez en la fe de los discípulos. Los líderes cumplen con esta responsabilidad, a través de la enseñanza, la exhortación, la disciplina, la capacitación y el discipulado (Hch. 2.42; 20.20, 21,31). El mantenimiento y preservación de la fe es sólo un proceso y nunca un fin en sí mismo. Si nos quedamos sólo con esto, la iglesia será excesivamente institucional y no misional; más inclinada a un fariseísmo satisfecho que a un cristianismo confesante. Éste es el error en el que caen muchos hoy. Tienen tanto cuidado de preservar la "sana doctrina" que se olvidan de cumplir con la misión. Por el otro lado, está la propagación de la fe. Pablo testifica que la fe de los tesalonicenses se había hecho notoria por todas partes (1.8). Esto significa fe en la misión y fe para la misión. No se puede cumplir con la misión si no hay fe, y la fe es lo que nos mueve a la misión. F.F. Bruce lo expresa de la siguiente manera: "La joven iglesia en Tesalónica estaba firme; en realidad, no sólo estaba manteniendo su fe sino que la estaba propagando:'7 Una iglesia concentrada en mantener la fe, pero que no hace nada por propagarla, es una iglesia con una fe inmadura o una fe muerta. La Iglesia de Tesalónica mantenía su fe, pero también crecía rápido en términos de la proclamación de la fe. Por eso, Pablo puede decirles en 1.8: ''ya no es necesario que nosotros digamos nada [acerca de la fe]." Si la iglesia es una comunidad que se distingue por la obra producida por la fe, entonces esta fe deberá expresarse en acciones de amor.
Brunner. Dogmatics. 3,395, F. F. Bruce. Paul and His Converts, I and ~ Thessalonians. I and ~ Corinthians (Londres, LuttelWorth Press, Nueva York, Abingdon Press. 1965). ~5.
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7
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo
John R. W. Stott: "La iglesia que recibe el evangelio debe compartirlo... como un satélite de telecomunicaciones que primero recibe y luego transmite mensajes ... la iglesia que comparte el evangelio debe encarnarlo ... Ninguna iglesia puede difundir el evangelio con algún grado de integridad y mucho menos de credibilidad a menos que haya sido cambiada visiblemente por el evangelio que predica. Necesitamos parecernos a aquello acerca de lo cual hablamos. No es suficiente recibir el evangelio y compartirlo; debemos encarnarlo en nuestra vida común de fe, amor, gozo, paz, justicia y esperanza:'8
Acción de amor La iglesia es una comunidad que se distingue por el trabajo motivado por el amor. Esto significa que la iglesia debe ser una comunidad de amor (1 Ts. 4.9, 10). El amor es mucho más que una emoción o un mero sentimiento. El amor es trabajo y fe en acción. Es una praxis y un estilo de vida. El amor es lo que nos mueve a ser testigos de Jesús. Por eso, el amor debe ser el corazón de nuestro compromiso con la misión de Dios ("De tal manera amó Dios al mundo.,:'). En definitiva, el amor es lo que define nuestra identidad como cristianos. "De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros;' dijo Jesús (Jn. 13.35). Es por esto que la iglesia debe ser una comunidad que viva el amor y lo exprese en todas sus acciones. Hay tres cosas en relación con el amor cristiano. Primero, este amor puede ser aprendido. Pablo les dice a los tesalonicenses: .... .Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros" (1 Ts. 4.9). Aprendieron de Dios porque la naturaleza misma de Dios es amor (1 Jn. 4.8), y si "Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros" (1 Jn. 4.11). Segundo, este amor debe ser universal. Pablo dice de los tesalonicenses: ..... en efecto, ustedes aman a todos los hermanos que viven en Macedonia" (1 Ts. 4.10a). Sobre estas palabras, León Morris comenta: "El agregado de 'a todos' es importante; muestra claramente que el amor cristiano no está confinado al amor dentro de la comunidad. El amor los unos a los otros es importante, pero también es importante que los cristianos no se replieguen sobre sí mismos, concentrándose sobre el afecto dentro de la iglesia al punto de olvidar a aquellos que están fuera de la iglesia. La gente afuera está dentro del alcance del amor de Dios y, en consecuencia, del amor de aquellos que aman como Dios ama."9 Tercero, este amor necesita ser mejorado. Pablo les dice a los tesalonicenses: "No obstante, hermanos, les animamos a amarse aún más" (4.10b). Cada creyente es llamado a crecer continuamente en el amor. Si nuestra iglesia es una comunidad que se distingue por el trabajo motivadO por el amor, entonces este amor deberá expresarse en la perseverancia de la esperanza.
~.... :
~
p.,
John R.W. Stott. The Message of Thessalonians, Preparing for the Coming King (Leicester. Inglaterra, InterVarsity Press. 1991).44' 9 Leon Morr' ' IS. l. ~ Th essal omans. en Tyn da1e New Testament Commental)' (Downers Grove.lIl., InterVarsity Press. 1985). 90.
R
La misión de la Iglesia: Acción
_ Acción de esperanza La iglesia es una comunidad que se distingue por la constancia inspirada por la esperanza. La esperanza penetra todo lo que somos y lo que hacemos. Recuerden las palabras de Brunner: ''Vivimos en el pasado por la fe; vivimos en el futuro por la esperanza; y, vivimos en el presenta por el amor:' La fe es nuestra vía de acercamiento a Dios; el amor es nuestra vía de acercamiento al prójimo; la esperanza es nuestra vía de acercamiento al reino que viene. La comunidad de creyentes vive bajo la expectativa del retorno de Jesús. Noten que se trata de la "esperanza en nuestro Señor Jesucristo" (1 Ts. 1.3). Esta esperanza es la que nos hace mirar hacia adelante, al futuro, mientras cumplimos nuestra misión en el presente. La constancia debe caracterizar a nuestra esperanza. La constancia es la virtud que debe caracterizar a todo creyente. Como la define Stott, se trata de "una gozosa y confiada expectativa de vida eterna a través de Jesucristo." Pablo nos diría que no debemos vivir como los paganos, que viven como los que "no tienen esperanza" (1 Ts. 4.13b). Ahora, la constancia en la esperanza tiene su eje en Cristo. No es una esperanza puesta en una utopía, una institución humana, una doctrina, una organización. Es esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Es esperanza puesta en aquel que es el Señor de la historia. Tampoco es una esperanza puesta en nuestra fe o en nuestro amor. Nuestra esperanza está en el Señor Jesucristo, a quien amamos. La iglesia proclama que hay esperanza porque Jesús está vivo y él viene pronto. Esta convicción tiene tres resultados: (1) por creer que su Señor regresa pronto, la iglesia está dispuesta a arriesgarlo todo, porque espera algo nuevo; (2) por creer que su Señor regresa pronto, la iglesia está dispuesta a comprometerse con todo, porque cree que puede cambiar al mundo con el evangelio; (3) por creer que su Señor regresa pronto, la iglesia está dispuesta creerlo todo, porque puede ver lo que no se ve (He. 11.1). Fe, amor y esperanza es una tríada integral que nos provee de las motivaciones bíblicas y teológicas para que podamos cumplir mejor la misión que el Señor nos ha confiado. La iglesia no necesita de otra cosa para poder cumplir con su misión. John R. W. Stott: "Fe, esperanza y amor suenan más bien como cualidades abstractas, pero tienen resultados concretos y prácticos. La fe obra, el amor trabaja y la esperanza tiene constancia. Una fe verdadera en Dios lleva a buenas obras, y sin obras la fe está muerta... , Un amor verdadero por las personas lleva a trabajar por ellas; de otro modo se degenera en un mero sentimentalismo... Y una esperanza verdadera, que mira expectante por el retorno del Señor, lleva a la constancia (hypomone) , que es la fortaleza paciente frente a la oposición:'10
.0 Stott. The Message ofThessalonians. 30.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
EJERCICIO 34
Con la ayuda de una concordancia bíblica, buscar pasajes que hablen de fe, esperanza y amor. Enumerar no menos de cinco en cada caso:
FE ESPERANZA AMOR
EL DESAFIO DE LA ACCiÓN: MISiÓN EN LA CIUDAD
La ciudad observa a la iglesia. Debemos ser transparentes, honestos y preguntarnos: ¿cómo nos ve la ciudad? Si hiciésemos una encuesta en las principales ciudades latinoamericanas, probablemente nos encontraríamos con alguna de las siguientes imágenes y conceptos: (1) puertas cerradas; (2) bastión de una cultura extranjera; (3) sectas perturbadoras; (4) grandes iglesias populares; (5) religiones conservadoras; (6) instituciones útiles para la sociedad; (7) fracaso y escándalo moral; (8) divisiones; (9) instituciones inocuas e inútiles, etc. La iglesia existe para la misión y consiguientemente debe ser un instrumento obediente en las manos de Dios para cumplir con su tarea y llevar a cabo su acción. Una iglesia neotestamentaria no es una mera institución humana. No es una organización que se nuclea alrededor de ciertos fines. Es, más bien, un organismo vivo-el cuerpo de Cristo-, que está consagrado al cumplimiento de un gran fin y misión. Así se consideraban los cristianos de Tesalónica y así da testimonio de ellos el apóstol Pablo en los primeros versículos de su primera carta a aquellos creyentes.
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El mensaje y la experiencia de la Iglesia de Tesalónica, como una iglesia que entendió y vivió la misión en su ciudad, tienen una relevancia notable para nuestras iglesias hoy. Hay una razón básica por la que esto es así. Y esta razón es que la acción de la iglesia en la ciudad tiene un sólido fundamento cristológico. Esto significa que la iglesia es llamada a ejercer y a proclamar la fe en Cristo en la ciudad. No hay otra manera en que nosotros podamos cumplir con la misión que nos ha sido encomendada. El punto central aquí es la acción de proclamación que el Señor nos ha confiado en la ciudad. Y hay cinco cosas en torno a esta misión de proclamación de la fe en Cristo, que debemos tener en cuenta. Si de v~ras queremos cumplir con la misión que el Señor nos encomendó en nuestra cIudad, debemos imitar a los cristianos tesalonicenses.
La misión de la Iglesia: Acción
La buena nueva del reino La iglesia es llamada a proclamar la buena nueva del reino en la ciudad. Ésa fue la acción radical de los tesalonicenses. "Partiendo de ustedes," les escribe Pablo, "el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar" (1 Ts. 1.8). Los tesalonicenses "proclamaron" la palabra del Señor. La palabra griega que utiliza Pablo es execheo, que no aparece en ningún otro lugar en el Nuevo Testamento, y que se deriva de echos, un eco o ruido. El vocablo puede traducirse como "sonido, ring, o boom:' En la versión griega del Antiguo Testamento (Septuaginta o LXX) se la utiliza en relación con campanas, trompetas y otros sonidos fuertes. Nadie puede abstraerse de un sonido tan estridente. Esto significa que con su acción los tesalonicenses "hicieron resonar" la palabra del Señor. Su acción fue una acción estridente y notoria. En el Nuevo Testamento el verbo echeo tiene que ver con el sonido de un gong resonante (1 Co. 13.1), o el bramido del mar rugiente (Le. 21.25). Según Juan Crisóstomo, el gran predicador griego, Pablo está comparando la proclamación del evangelio hecha por los tesalonicenses con el sonar de una trompeta estridente. El verbo se usa también en relación con un gran trueno. Es decir, los tesalonicenses hicieron tronar la palabra del Señor, y la onda sonora que salió desde Tesalónica llegó a todas partes, haciendo mucho ruido. Sea que Pablo esté pensando en el sonar de trompetas o en el estallido de los truenos, la proclamación del evangelio hecha por los tesalonicenses resultó "ruidosa:' y su sonido repiqueteó por los valles y colinas de toda Grecia, y más allá también. La acción proclamadora de la iglesia en la ciudad, lejos de ser un canturreo tímido, tiene que tener la fuerza y el impacto del campanazo de una catedral: todos tienen que poder escuchar este testimonio.
_ La palabra del Señor La buena nueva del reino es la palabra del Señor, "el mensaje del Señor:' En el caso de los tesalonicenses, el mensaje que partió de ellos y que fue divulgado por todas partes-esa verdadera onda expansiva de acción proclamadora-no consistió de otra cosa que de la palabra del Señor. Esta palabra tiene un contenido muy específico, según está representada en el kerygma apostólico. Este mensaje proclama que Jesús murió, resucitó y que él es el Señor. Como indica Pablo en Romanos 14.9: "Para esto mismo murió Cristo, y volvió a vivir, para ser Señor tanto de los que han muerto como de los que aún viven." Este mensaje es el evangelio que predicamos desde los días de Pablo y que continúa trayendo salvación a aquellos que creen (1 Co. 15.1-4).
EJERCICIO 35 Indicar el o los pasajes bíblicos que correspondan usando dos versiones bíblicas (RVR y NVI).
La Palabra del Señor se conoce como: La Palabra: Palabra del Señor: Palabra de Dios:
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo Palabra de Cristo: Palabra de verdad: Palabra de vida: Palabra de la reconciliación: Palabra de fe: Palabra profética: Palabra poderosa: Palabra fiel: Palabra sana e irreprochable: Palabra de su gracia: Palabra del evangelio:
Pasales: Lc. 11.28; Hch. 13.48, 49; Hch. 14.3 (RVR); Hch. 15.7 (RVR); Hch. 15.35, 36; Hch. 16.32; Hch. 19.10; Hch. 19.20; Hch. 20.32 (RVR); Ro. 10.8; 2 Co. 5.19 (RVR); Ef. 1.13 (RVR); Fil. 2.16; Col 1.5; Col. 3.16; 1 Ts. 1.6 (RVR); 1 Ts. 1.8 (RVR); 1 Ts. 4.15 (RVR); 2 Ts. 3.1 (RVR); 2 Ti. 2.14; 2 Ti. 4.2; Tit. 2.8 (RVR); Tit. 1.9; Tit. 3.8 (RVR); He. 4.12; He. 1.3; He. 4.13 (RVR); Stg. 1.18; 1 P. 1.23; 1 P. 1.25; 1 Jn. 2.14.
_ La proclamación a la ciudad Este "mensaje del Señor" debe ser proclamado por la iglesia a la ciudad, y ésta debe ser su acción fundamental. Como informa Pablo en relación con los tesalonicenses, ellos llevaron este mensaje de ciudad en ciudad, "no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios:' La misión de la iglesia es proclamar a Cristo en la ciudad. La iglesia debe hacerlo porque Jesús es el único "que nos libra del castigo eterno" (1 Ts. 1.10). La gente en la ciudad debe saber que Jesús es el Señor y que él ama a todos. Parece algo muy simple y fácil; sin embargo, se trata de algo complejo y difícil. Esta acción de proclamación del mensaje del Señor por parte de la iglesia en la ciudad demanda tiempo y esfuerzo. Esto está bien ilustrado en el caso de los tesalonicenses. La acción proclamadora de aquella iglesia comenzó en la ciudad de Tesalónica, que por aquel entonces ya contaba con 290.000 habitantes. Pero luego continuó en las ciudades de las dos provincias griegas del Imperio Romano: Macedonia y Acaya. Macedonia era la parte norte de Grecia, de la cual Tesalónica era la ciudad principal. Acaya era la parte sur de Grecia, de la cual Corinto, desde donde escribía Pablo su carta a los tesalonicenses, era la ciudad principal. Y esta acción culminó en todas las ciudades en "todo lugar:' es decir, fuera de Grecia, probablemente haci~ el oeste por tierra en dirección a Roma, y hacia el este por mar en dirección a Efeso.
La misión de la Iglesia: Acción
_ Los medios de comunicación Además, la ciudad debe recibir la buena nueva, el mensaje del Señor, por todos los medios posibles. En 1 Tesalonicenses 1.8 hay un triple contraste, que debemos notar cuidadosamente, en relación con los dos medios por los cuales el evangelio se proclamó en la ciudad. Primero, está el contraste entre "el mensaje del Señor" (predicación directa) y "su fe en Dios" (predicación indirecta). Segundo, está el contraste entre la "proclamación" ruidosa del mensaje y la "divulgación" más silenciosa de la fe. Y, tercero, está el contraste entre las provincias locales de Macedonia y Acaya a las que llegó la predicación, con ''todo lugar" al que se extendieron las buenas nuevas de la fe de ellos. La experiencia de los tesalonicenses nos enseña que debemos utilizar todos los medios para proclamar el mensaje. En su acción proclamadora, la iglesia debe hacer uso de los medios masivos, como prensa, radio, televisión, audio, video, Internet, etc. Somos una generación muy ligada a los medios masivos. Debemos poner al servicio de la proclamación del evangelio todos los medios de comunicación modernos que están a nuestro alcance. No obstante, hay un medio masivo que es mucho más efectivo que ninguno. Es un método simple, no está organizado ni estructurado, no depende de la computadora, y no es caro porque no cuesta nada, es gratuito. Es la transmisión inspirada del mensaje del Señor boca a boca y de persona a persona. Se trata de la comunicación a otros del impacto del evangelio en la vida de cada persona. Es el testimonio personal de lo que Cristo hizo y está haciendo en nuestras vidas.
Un resultado asombroso Ahora, el uso de estos medios debe producir un resultado significativo. El resultado de la proclamación de los tesalonicenses fue tremendo. El texto bíblico señala: "A tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada" (1 Ts. 1.8). Lo que Pablo está diciendo es: "No necesitamos decirle a otros acerca de esto, porque son otros los que nos cuentan a nosotros." Los medios fueron tan efectivos, que los apóstoles se quedaron sin trabajo, porque el mensaje se esparció sin ellos, pero todos parecían conocerlo. El resultado es asombroso toda vez que hay una divulgación espontánea del evangelio. Pedro Arana Quiroz: "En las Escrituras, la Iglesia es una fraternidad creada por el Dios de gracia, integrada por todos los que han sido llamados del mundo para pertenecer a Jesucristo, y enviada al mundo a dar testimonio de esa gracia. La Iglesia tiene que descubrir una y otra vez su vocación corporativa como comunidad testificante tomada del mundo y separada por Dios para la misión. La iglesia vive en la tensión que implica el 'ser separada' para 'ser enviada'. Precisamente, la gracia de Dios crea esa tensión. Separación y envío son dos aspectos de su llamado para ser comunidad testificante, lo cual implica dos movimientos: uno centrípeto y otro centrífugo. El primero es el de la comunidad adoradora, reunida en comunión con el Dios trino para participar de los medios de gracia: la Palabra, la oración, los sacramentos, el dar y recibir enseñanza para crecer
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo en la gracia de Jesucristo y saber cómo enfrentar los desafíos de su situación particular. El segundo es el de la iglesia dispersa en misión evangelizadora, profética y servicial."11 Éste es el desafío de la ciudad. Ésta es la ciudad que Dios ama y por la que Cristo murió. Y ésta es la ciudad en la que el Señor nos ha colocado como iglesia y donde somos llamados a ministrar en su nombre, cumpliendo así la misión que él nos ha confiado. En pocas palabras: la iglesia es llamada a proclamar la buena nueva del reino; la buena nueva del reino es la palabra del Señor; la palabra del Señor debe ser proclamada a la ciudad; la ciudad debe recibir la buena nueva por todos los medios posibles; el uso de estos medios debe producir un resultado asombroso.
LA NECESIDAD DE LA ACCiÓN: COMPROMISO EN LA CIUDAD
Necesitamos de una nueva actitud Las ciudades representan una concentración de todo tipo de personas. En la ciudad se encuentra la más amplia variedad de la existencia humana, desde los más ricos hasta los más pobres, desde los muy educados hasta los analfabetos, desde los líderes de la comunidad hasta los más oprimidos, desde los creadores y sofisticados hasta los pordioseros y marginados, desde los buenos hasta los malos. Es en la ciudad donde se pueden encontrar los problemas más colosales del ser humano, como divorcio, delincuencia, depresión y desesperación. Las inicuas fuerzas del mal se atrincheran, organizan y operan mayormente en la ciudad. La nación se vuelca a la ciudad para encontrar allí su fuente de fortaleza y recursos, mientras que las iglesias cristianas urbanas son en general bastante débiles y tienen poco impacto sobre toda la comunidad. Las ciudades influyen sobre el curso de los acontecimientos a nivel nacional y mundial. Ellas han producido un nuevo tipo de civilización con una psicología urbana propia, una estrategia estandarizada y rutinizada, y una filosofía pagana y secular. Sin embargo, cualquier ciudad en el mundo ofrece las mejores oportunidades para el desarrollo de iglesias fuertes, generosas y serviciales. Es en la ciudad donde encontramos las mejores condiciones para ganar a los perdidos para Cristo. Si la iglesia no puede desempeñar un papel dominante en la ciudad, no lo va a lograr en ninguna otra parte, porque las fuerzas controladoras de cualquier nación están en la ciudad. Si los evangélicos no podemos obtener victorias para el reino de Dios en las ciudades, estaremos condenados al olvido. Si los evangélicos abandonamos las ciudades, estaremos virtualmente abandonando al mundo. Es de estas ciudades de donde surgen las ideas, los gustos, las pautas, las maneras y los juicios de valor que, a través de la radio, la televisión, la prensa masiva y la Internet, se transforman en los de todo el mundo.
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" Pedro Arana Quiroz, "La misión integral en el entramado de gracia, mundo e iglesia," en La iglesia local como agente de transformación, una ec!esiología para la misión integral, C. René Padilla y Tetsunao Yamamori, eds. (Buenos Aires, Ediciones Kairós, ~oo3), 14 6 - 147.
La misión de la Iglesia: Acción
Como testigos del evangelio cristiano tenemos que confesar no sólo que nuestras iglesias han continuado dando evidencia de una incapacidad radical para penetrar la cultura de las ciudades modernas, sino también que hemos fracasado en buena medida en tomar a la cultura urbana con seriedad. En muchos casos, el concepto evangélico continúa siendo primaria y absurdamente el de la aldea. Un buen número de nuestros pastores y líderes provienen de regiones rurales. Como resultado, su alienación de la vida urbana se ve acentuada por su origen rural y la cosmovisión rural de su ministerio. Si la iglesia va a servir a la ciudad, sus líderes y miembros deben primero y antes que nada amar a la ciudad. Debemos recordar que de todas las calificaciones que Pablo plantea para el desarrollo del buen ministerio de la iglesia, la primera y más excelente es el amor (1 Co. 13.13). Dios ama a la ciudad y desea la redención de todos los que la habitan (Jon. 4.11). Este versículo ha sido denominado como "el versículo más neotestamentario en el Antiguo Testamento," ya que revela que el amor de Dios es más grande que los límites de la mente humana, y que su corazón es más generoso que el corazón egoísta de los seres humanos.
Roger S. Greenway: "Cuando se trata de fomentar el crecimiento e influencia de las iglesias cristianas, la ciudades tienen una pobre reputación. Históricamente, no le ha ido bien al protestantismo en las ciudades americanas. Esto va mano a mano con su triste resultado en la asimilación de las olas de nuevos inmigrantes que se establecen en áreas urbanas. Estudiando la historia de las iglesias en lugares como Nueva York y Filadelfia, uno descubre que desde mediados del siglo diecinueve en adelante, innumerables edificios eclesiásticos fueron abandonados cuando los miembros se mudaron lejos de los inmigrantes extranjeros que se estaban volcando a los viejos vecindarios. El patrón de iglesias escapando de los nuevos grupos étnicos tiene, desafortunadamente, una historia larga y dolorosa en América. Relacionado con esto está el hecho de que ni las iglesias protestantes ni la católica han sido capaces de llevar a cabo muchos cambios profundos y duraderos en el clima moral de las ciudades americanas. Es cierto, por supuesto, que las ciudades se beneficiaron enormemente por ciertos ministerios grandes en el pasado. Este hecho no debe ser olvidado o minimizado. Pero incluso el más devoto de los que aman a la ciudad debe admitir que el cristianismo no ha andado especialmente bien en los grandes centros urbanos en términos de hacer un impacto moral y religioso duradero sobre la sociedad, su política, escuelas, y economía. En parte, las iglesias mismas son responsables por esto, y es necesario levantar preguntas duras acerca de una religión que suena bien dentro de los edificios eclesiásticos, pero tiene poco impacto transformador en los mercados y las calles. Pero hay también otros factores, fuerzas con las que las iglesias poco pueden hacer. El resultado neto ha sido la imagen negativa de la ciudad. Las ciudades son vistas como demasiado grandes y malas para ser redimidas .... Nuestro concepto de las ciudades necesita ser cambiado antes de que esta barrera desaparezca."12
" Roger S. Greenway. Cities, Missions' New Frontier (Grand Rapids, Baker.
2000).
93. 94·
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
Necesitamos de una fuerte motivación Básicamente la respuesta a las necesidades desesperantes de las ciudades es teológica. ¿Por qué razón las iglesias evangélicas deben ministrar en el corazón de las ciudades? Compartimos intereses comunes con los planificadores, sociólogos y gobernadores de la ciudad. Pero, ¿cuáles son nuestras motivaciones básicas y nuestros énfasis distintivos? Por sobre todo, debemos destacar la prioridad de nuestro compromiso con Jesucristo por encima de cualquier otra autoridad y la naturaleza bíblica de la iglesia como sierva. En esta teología encontramos nuestra dirección y fuente de estabilidad para el nuevo y difícil campo de misión que es la ciudad de hoy. Si perdemos una comprensión clara de quiénes somos como el cuerpo de Cristo en el mundo, perderemos toda posibilidad de una interacción creativa con la ciudad. Esto tiene que ver con el señorío de Cristo, quien nos ha comisionado a predicar el evangelio a toda criatura. Si lo seguimos a él nos vamos a encontrar sirviendo en algunos guetos desagradables, tratando de liberar el poder del Salvador resucitado y viviente. Involucrada en esto está también la doctrina de la encarnación. Dios se hizo uno de nosotros en Cristo, no proclamando su mensaje de redención desde un estrado en el cielo, sino identificándose con el ser humano en sus necesidades más profundas y sentidas. Lejos de actuar con esta motivación, muchas iglesias han hecho de la Palabra encarnada una mera palabra pronunciada. Dios hizo que la Palabra se hiciera carne en Cristo. Nuestra generación va a prestar atención a nuestras palabras cuando nosotros también en el nombre del Señor hagamos que la Palabra se haga carne. Somos misioneros a las ciudades, y debemos ser capaces de decir como cualquier apóstol, "Jesús me envió." Dentro de nuestras zonas de comodidad en nuestros templos nos complace escuchar una y otra vez la palabras de Jesús: "Yo los envío" (Mt. 10.16). Pero todo quedaallf, y generalmente no vamos a ninguna parte. Si tímidamente le decimos a alguien fuera de la iglesia, "Jesús me envió:' la impresión es muy débil porque no estamos haciendo lo que Jesús estaría haciendo. Sus obras daban testimonio de él (Jn. 5.36). Sólo cuando realmente ayudamos a las personas a vivir una vida plenamente humana conforme con la voluntad de Dios, estamos mostrando nuestras credenciales como heraldos de las buenas nuevas y ministros de reconciliación.
Robert C. Linthicum: " ... lo que Dios más quiere para la ciudad es que el pueblo de Dios-Ia iglesia-sea humilde de corazón, contrita, y conocedora de sus propios pecados y por lo tanto no condenadora de aquellos en la ciudad que están marginalizados, que son pobres o impotentes o sin esperanza. Dios quiere un pueblo que pueda temblar en asombro tanto por la obra que Dios puede hacer en esa ciudad como por el reconocimiento de que ellos son llamados a ser parte de esa gran obra. Dios ha comenzado una buena obra en cada ciudad. ¿Podrá el Dios que abrió la matriz no hacer que el niño nazca? La ciudad y los cristianos de la ciudad pueden regocijarse, porque Dios está obrando en esa ciudad a través del pueblo de Dios. Y no importa cuán inmensos puedan ser esos problemas, no importa cuán grande puedan ser las necesidades de sus habitantes, Dios hará de cada ciudad lo que Dios ha planeado y querido
La misión de la Iglesia: Acción
que la ciudad llegue a ser. Dios cumplirá su propósito-y, alabado sea Dios, inosotros tenemos el privilegio de ser un instrumento para ese propósito!"13
_ Necesitamos identificarnos con la gente Si como iglesia estamos interesados en ministrar en las mismas áreas en las que Jesús obró, debemos formularnos ciertas preguntas de prueba. Algunas de ellas son: (1) ¿Estamos dispuestos a aceptar responsabilidad por las ciudades, para ganar a las personas para Cristo y ministrar allí en su nombre?; (2) ¿Somos todavía lo suficientemente flexibles como para hacer los cambios que necesitan ser hechos para tener un ministerio efectivo en la ciudad?; (3) ¿Es nuestro interés lo suficientemente profundo como para unir todos los elementos diversos en la vida de nuestras iglesias y enfocarlos en esta gran necesidad?; (4) ¿Tenemos el altruismo, la compasión y la humildad suficientes como para involucrarnos con los pobres, los ignorantes, los marginados y los oprimidos? Cristo no buscó crecer en su reputación y fama, y su actitud debe ser la nuestra como iglesia, como su cuerpo (Fil. 2.5-8). Lo que dice este texto citado es muy difícil de ser imitado. Pero nuestro Señor nos está llamando, poniendo en nuestros corazones la única cosa que necesitamos para servir en la ciudad: el "poder de Dios para la salvación de todos los que creen" (Ro. 1.16). Esto es lo único que puede ayudarnos a abandonar las pautas presentes de un "ministerio de éxito" y movernos a ministerios sacrificiales y de servicio como el que llevó a cabo Jesús.
EJERCICIO 36 Copiar los siguientes textos de la versión bíblica de su agrado.
Cristo como el Siervo de los seres humanos:
Mateo 20.28:
Lucas 22.27:
Juan 13.4, 5:
Filipenses 2.7:
,3 Robert C. Linthicum. ei']' 01 God, eity 01 Satan, A Biblical Theology lor the Urban Church (Grand Rapids: Zondervan. 199')' 39·
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo Necesitamos echar mano a la tarea
Éste es el desafío más grande que las iglesias urbanas confrontan en el día de hoy en toda América Latina. El número creciente de los millones de personas que viven en las ciudades del continente son para la iglesia evangélica latinoamericana hoy un desafío excitante y agotador, desafiante y estimulante. La competencia es fiera, pero las oportunidades de servicio son muchas. La ciudad es un lugar donde, aun en medio de las multitudes, hay oportunidades únicas para la privacidad y el aislamiento. En medio de la vorágine comunicativa, son pocos los seres humanos que se comunican de manera personal y significativa. Hay una gran concentración demográfica, pero la vida humana está segmentada, alienada, atomizada. Es muy fácil para las iglesias caer en las mismas condiciones: atomizarse, segmentarse, alienarse, perder la visión de conjunto. Es decir, la comunidad de fe puede transformarse en un "pequeño pueblo muy feliz," que deja que el mundo siga inexorablemente su camino hacia la condenación eterna. Es necesaria la acción social, pero la preocupacón primaria de la iglesia todavía debe ser el contacto directo con la persona individual, con su desarrollo hacia una humanidad plena como meta, tal como la vivió Jesucristo. Ahora, el desarrollo personal puede prolongarse por siempre y tornarse en un problema cada vez mayor si al individuo le resulta cada vez más difícil encontrar identidad, dignidad y significado en medio de un contexto despersonalizante. Muchos críticos sociales, filósofos, novelistas, teólogos y otros han hecho de términos y expresiones como alienación, pérdida de identidad, ansiedad y falta de significado, expresiones que se refieren a síntomas importantes de nuestro tiempo. ¿De qué manera podemos nosotros como iglesia confrontar estas necesidades en las vidas de las personas en la ciudad? Debemos preservar y ampliar los principios y métodos ya probados, que otros cristianos han tratado y aplicado con éxito en otras partes del mundo. Debemos tener un acercamiento realista a las personas y a sus problemas en la ciudad. Debemos estudiar la comunidad y desarrollar un perfil de la gente y sus necesidades. Los problemas sociológicos de las personas deben siempre subyacer a la estrategia misionera de la iglesia. Además, necesitamos desarrollar una estrategia urbana de largo alcance para nuestras iglesias. Algunas sugerencias a tomar en cuenta a este respecto son: (1) orientar a los líderes en formación (en seminarios, institutos bíblicos, etc.) al estudio de la ciudad y sus problemas, (2) tomar contacto y cooperar con las agencias sociales en la ciudad, (3) establecer un centro juvenil de información para la orientación vocacional y pre-matrimonial, (3) establecer un centro para la consejería y orientación familiar, (4) alcanzar a personas no creyentes de entre los miles que migran a la ciudad, (5) desarrollar una estrategia de acercamiento personal a las personas solas que viven en departamentos y casas abandonadas, (6) desarrollar una estrategia para alcanzar a personas que viven en torres de departamentos o barrios de monoblocks, (7) sensibilizar a los miembros de las iglesias ubicadas en las afueras de la ciudad respecto de las necesidades espirituales y materiales de las personas que viven en la ciudad, y cooperar con fuerzas constructivas en la comunidad para elevar el nivel moral y social de la ciudad.
..~.,c..
~omo cristianos tenemos el mensaje, la gente, el motivo, los métodos y los medios para llevar a cabo la tarea que nos fue encomendada. Ahora, por primera v~z en nuestra historia cristiana, somos desafiados a ganar para Cristo a los millones que viven en las enormes ciudades del mundo. Las luces nocturnas de
La misión de la Iglesia: Acción
estas ciudades en crecimiento iluminan los cielos en el horizonte del planeta. Con corazones iluminados por la luz más grande de todas-el conocimiento de la gloria de Dios que ha brillado en el rostro de Jesucristo-debemos hacer nuestra esta oración: "Señor, vuelve a caminar las calles de la ciudad:' Entre el vaivén de la ciudad, Más fuerte aún que su rumor; En lid de raza y sociedad, Tu voz oímos, Salvador. Doquiera impere explotación, Falte trabajo, no haya pan; En los umbrales del terror, Oh Cristo, vémoste llorar. Salva, oh Cristo, con poder A la sufriente humanidad; Si con amor lo hiciste ayer, Camina y vive en mi ciudad. 14 Frank Mason North (1903).
(*) TAREA 7
'. Himno tradicional evangélico. Frank Mason North.., Entre el vaivén de la ciudad," en Himnario bautista (El Paso, Tex.: Casa Bautista de Publicaciones, 1978), No. 303.
CapítuloS
Recursos Todo emprendimiento humano demanda medios instrumentales que hagan posible el logro de los objetivos propuestos. Estos medios son los recursos que la iglesia necesita para poder llevar a cabo su misión en el mundo con resultados satisfactorios. La efectividad en el cumplimiento de la misión depende de los recursos que la iglesia local tenga. Los recursos son cualquier parte del medio físico o espiritual del ser humano, o cualquier habilidad o conocimiento natural o sobrenatural que pueden ser usados en la producción de bienes y servicios, o con los que se puede contar para llevar a cabo algún emprendimiento. En el caso de la iglesia, se trata de todas las herramientas que el Señor ha puesto en sus manos, para que ésta pueda cumplir con la misión que le ha confiado. De allí que una evaluación adecuada de todos los recursos espirituales, humanos, estratégicos, carismáticos y materiales es imprescindible para la elaboración de una efectiva estrategia misionera y de servicio.
Tercer Congreso Latinoamericano de Evangelización (CLADE 111): "La práctica está demostrando que las iglesias locales pueden responder a las necesidades de sus comunidades en la medida de sus recursos. Se están desarrollando proyectos que muestran la posibilidad de transformación a partir de las iniciativas y recursos locales que promuevan la valoración de la dignidad de las personas y de los pueblos. Vemos aquí un desafío que debiera ser tomado en serio por todo el pueblo evangélico."l
EL RECURSO DEL EspíRITU
El Espíritu Santo es el gran recurso con el que cuenta la iglesia para el cumplimiento de su misión. A la hora de hacer el inventario de los recursos necesarios para llevar a cabo la labor encomendada, él tiene que ocupar el
, CUDE IlI. 860.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
primer lugar en la lista. En realidad, sin la presencia y obra del Espíritu Santo, el otro Jesús, la iglesia se encontrará impotente para cumplir con la comisión que le fue dada (Jn. 15.5). Al pensar en el Espíritu Santo como el primer y gran recurso de la iglesia, descubrimos varias maneras en que la Biblia lo presenta.
_ Espíritu de Dios La expresión es probablemente la más usada en relación con el Espíritu Santo en toda la Biblia. Básicamente su significado es "el Espíritu que procede de Dios" (1 Co. 2.12). Dios vive en la iglesia por medio del Espíritu, que es su don por excelencia a la iglesia (1 Ts. 4.8). Como Dios en acción, el Espíritu es la presencia dinámica de Dios en medio de su pueblo redimido por Cristo (Ef. 2.22). Él no habita en templos construidos por manos humanas, sino en el ser interior de quienes lo reconocen como Señor y en la comunión que ellos viven entre sí.
_ Espíritu de Cristo Cuando el Nuevo Testamento habla de la presencia de Cristo en el creyente yen la iglesia, se refiere a su presencia espiritual a través del Espíritu Santo. "Cristo está en ustedes" (Ro. 8.10) o "Cristo vive en mí" (Gá. 2.20) son expresiones que significan que el Señor está en nuestro ser interior (en nuestros corazones). El apóstol Pablo habla de Cristo como si viviese dentro del creyente, y otras veces dice lo mismo del Espíritu Santo (Col. 1.27). En algunas ocasiones, Pablo se refiere al creyente como estando en Cristo y en otras como estando en el Espíritu (Fil. 1.1; 1 Co. 3.1; Ro. 8.1; 8.9; Col. 1.8; Ef. 2.22). Sin embargo, no se trata del Cristo glorificado, puesto que él está a la derecha del Padre en los lugares celestiales (Ro. 8.34; Ef. 1.20; Col. 3.1; He. 8.1; etc.) El Espíritu de Cristo habita en nuestros corazones por la fe y hace real la presencia y obra del Señor en nosotros (1 P. 1.11). Los creyentes son la morada del Espíritu, que ha sido enviado por el Padre (Gá. 4.6), Y que nos constituye en hijos de Dios. La enseñanza del Nuevo Testamento es que nosotros estamos en Cristo y que el Espíritu está en nosotros. Es por todo esto, que el Espíritu Santo bien merece ser llamado "el Espíritu de Jesucristo" (Fil. 1.19).
Michael Green: "El Espíritu Santo es 'otro Jesús'. Él es enviado para reemplazar a Jesús entre los discípulos y hacer por ellos lo que Jesús había hecho sobre la tierra. Más aún: él va a dotarlos para que cumplan su misión así como había dotado a Jesús para que cumpliese con la suya . ... El Espíritu es el don de despedida que él [Jesús] concede a la Iglesia para que su presencia resulte tan real para ellos como si estuvieran escuchándolo junto al mar de Galilea. Y el Espíritu puede hacer por nosotros más que lo que Jesús pudo hacer por sus contemporáneos. Puede entrar en nosotros y establecer su residencia dentro de nuestros propios seres. Puede no s610 recordarnos lo que Jesús enseñó, sino que también puede revelarnos el profundo significado de su persona, de su muerte y de su resurrección, cosa que jamás pudo ser aprehendida por la contemporaneidad histórica. Ciertamente no estamos peor sino mejor."2
·a-a..
' Michael Creen, Creo en el Espíritu Santo
(Miami, Editorial Caribe. 1977),
51.
La misión de la Iglesia: Recursos
EJERCICIO 37
Colocar la letra que corresponda. El Espíritu Santo es una persona:
_
El Espíritu Santo habla
A. Efesios 4.30
El Espíritu Santo intercede
B. Apocalipsis 2.7
El Espíritu Santo testifica
C. Mateo 12.31, 32
El Espíritu Santo dirige
D. Romanos 8.26
El Espíritu Santo ordena
E. Juan 15.26
El Espíritu Santo guía
F. Hebreos 10.29
El Espíritu Santo encomienda
G. Hechos 8.29
El Espíritu Santo puede ser afrentado
H. Hechos 16.6, 7
El Espíritu Santo puede ser blasfemado
1. Hechos 5.3-4
El Espíritu Santo puede ser contristado
J. Juan 16.3
Al Espíritu Santo se le puede mentir
K. Hechos 20.28
_ Espíritu de poder
Jesús fue bien claro en su promesa: "Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos ... " (Hch. 1.8). Es el Espíritu quien pone en acción en nosotros el poder del Cristo resucitado y nos faculta para compartir su triunfo. Esto significa que él nos fortalece para hacer la voluntad de Dios, para desear hacer el bien, y para compartir con otros nuestro testimonio de su obra en nuestras vidas. Este poder, para ser todo lo que debemos ser en Cristo y para compartir con otros este desafío, se halla a disposición de todos aquellos que están en Cristo. Se trata nada menos que del poder sobrenatural que levantó a Cristo de entre los muertos, y que es puesto en acción dentro de nuestra naturaleza humana (Ef. 1.18-21). Este poder se hace efectivo no tanto en los gestos exteriores de nuestra vida, sino en lo íntimo de nuestro ser (Ef. 3.16). En el Nuevo Testamento se utilizan otras expresiones que explican el carácter y misión del Espíritu Santo. Se habla de él como el Espíritu de sabiduría (Ef. 1.17), lo cual destaca la capacidad del Espíritu de orientar a los creyentes y la iglesia hacia el cumplimiento más efectivo y adecuado de la voluntad de Dios en medio de las circunstancias humanas. También se lo llama Espíritu de gracia (He. 10.29), es decir, él es quien aplica en la experiencia del creyente la gracia puesta de manifiesto por Cristo en sus acciones redentoras (muerte y resurrección). Él es, además, el Espíritu de verdad (1 Jn. 5.6), no sólo porque es real y no una fantasía, sino también porque él es verdadero, es decir, fiel en representar a Dios tal como él es en su carácter y acción. Esto también implica la obra del Espíritu como el que nos conduce a toda la verdad revelada de Dios, y quien nos ayuda a interpretarla y aplicarla.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo ............
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EJERCICIO 38 Trazar una línea uniendo lo que corresponda. El Espfrltu Santo es Dios. Esto se ve por los atributos que la Biblia le asigna:
El Espíritu Santo es eterno
Génesis 1.1, 2
El Espíritu Santo es todopoderoso
1 Corintios 2.10, 11
El Espíritu Santo es omnipresente
Hebreos 9.14
El Espíritu Santo es omnisciente
Salmo 139.7
El Espíritu Santo es creador
Hechos 5.3, 4
El Espíritu Santo es llamado Dios
2 Corintios 3.18
LOS RECURSOS CARISMÁTICOS
C. René Padilla: "Los dones y ministerios son los medios que el Espíritu de Dios utiliza para capacitar a la iglesia como gestora de cambios en la sociedad-cambios que reflejen el propósito de Dios para la vida humana y para toda la creación-ya todos los creyentes para el cumplimiento de su vocación como colaboradores de Dios en el mundo.'>:! Todos los ministerios de la iglesia que están orientados al cumplimiento de su misión en el mundo, deben llevarse a cabo utilizando los dones del Espíritu Santo. Ésta es la única manera de ver el crecimiento de la iglesia y el cumplimiento de la misión. Al considerar estos recursos, hay cuatro observaciones básicas que debemos hacer y tres cuestiones fundamentales que debemos tener en cuenta.
_ Cuatro observaciones básicas Primero, un principio clave para el cumplimiento de la misión de la iglesia es el siguiente: la iglesia debe llenar una variedad de necesidades, a través de una variedad de ministerios, empleando una variedad de dones del Espíritu Santo, todo esto penetrado con amor y testimonio. La iglesia debe estar constantemente alerta a las necesidades sentidas y no satisfechas de las personas a las que sirve en la comunidad. En oración debe decidir cuáles necesidades desea y puede satisfacer. Luego debe planificar los ministerios que sean necesarios
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Padilla, "Introducción: una eclesiologla para la misión integral." 38.
La misión de la Iglesia: Recursos
para ministrar a esas necesidades. Los miembros tienen que ser entrenados en una vida llena del Espíritu y deben tener una comprensión práctica de los dones espirituales. Entonces, al ligar los dones espirituales con los ministerios que son necesarios, cada creyente puede ministrar con efectividad. Y todo esto debe ser una expresión concreta de nuestro amor al Señor y a las personas a quienes compartimos el testimonio de nuestra vida transformada. Segundo, la iglesia debe ser lo más específica posible en la definición y ejecución de los varios ministerios orientados a satisfacer las necesidades sentidas de las personas a su alrededor. Por ejemplo, la iglesia puede descubrir que hay una necesidad no satisfecha en cuanto a ministerios con los niños de la calle, con los sordos o los ciegos, con los inmigrantes ilegales, con los ancianos o cualquier otro grupo particular en necesidad. Entonces los líderes de la iglesia descubren que hay miembros que están dotados en esas mismas áreas de ministerio. Se los recluta y organiza, y se lanzan esos ministerios. A medida que las necesidades son satisfechas, penetradas de amor y testimonio, las personas serán guiadas a la fe en Cristo y a una membresía responsable en la iglesia. Tercero, especialmente en las áreas urbanas hay muchos focos de necesidad que sólo se pueden satisfacer usando las herramientas que hemos recibido a través del Espíritu Santo. Algunos de estos desafíos son oportunidades para ministerios con los discapacitados mentales, los que han huido de sus casas, los presos, los migrantes, los niños y jóvenes, los oprimidos, los inmigrantes que no conocen el idioma local, con gente que vive en las calles, con aquellos que necesitan consejo, los que están desocupados, los que han sufrido una tragedia, los que están y se sienten solos. Cuarto, todo emprendimiento deberá ser encarado con el propósito claro de hacer manifiesta la presencia del reino de Dios. El objetivo evangelizador no puede ser dejado de lado. Bien se puede denominar a esta tarea como "ministerio de evangelización múltiple:' Esta labor es sumamente efectiva, porque involucra a los miembros de la iglesia en relaciones ministeriales amorosas con gente que está sufriendo. Éste es siempre un contexto poderoso para compartir el camino de salvación. Esto no significa que la iglesia va a descuidar o cancelar sus programas regulares de educación religiosa, discipulado, entrenamiento de líderes, alabanza y adoración, educación misionera, etc. Todos estos ministerios especiales que se proponen cubrir necesidades especiales se llevarán a cabo en adición a los programas regulares.
_ Tres cuestiones fundamentales
Hay tres cuestiones fundamentales a tener en cuenta en relación con los dones y ministerios que el Espíritu Santo reparte en la iglesia: el señorío de Cristo, la manifestación del Esprritu, y el bien común. La primera cuestión fundamental a tomar en cuenta es el señorío de Cristo. En el comienzo mismo de su discusión sobre los dones espirituales, el apóstol Pablo destaca este hecha, cuando dice: "Nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: 'Jesús es el Señor' sino por el Espíritu Santo" (1 Ca. 12.3). El señorío de Cristo es el marco para el ejercicio de los dones y ministerios carismáticos. La clave para la operación de los dones del Espíritu Santo es el señorío de Cristo. Por eso antes de comenzar la enumeración de los dones y ministerios carismáticos, Pablo enfatiza la prioridad
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La Iglesia de! nuevo milenio. una eclesiologia para e! nuevo siglo del gobierno soberano de Cristo. No hay dones y ministerios sin señorío; y si hay señorío, entonces habrá dones y ministerios. Como indica Christian A. Schwarz: "Cuando los creyentes actúan según sus dones espirituales, no trabajan por fuerza propia, sino que el Espíritu de Dios actúa a través de ellos. De esta manera, cristianos completamente normales pueden tener un rendimiento extraordinario."4 La segunda cuestión fundamental a tomar en cuenta es la manifestación del Espíritu. Pablo afirma que "a cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás" (1 Co. 12.7). El agente para el ejercicio de los dones y ministerios carismáticos es el Espíritu Santo. Esto significa varias cosas: (1) Los dones del Espíritu Santo son dones del Espíritu Santo. Si bien los dones derivan del Señor Jesucristo, ellos son la manifestación propia del Espíritu Santo. (2) Los dones del Espíritu Santo son dones. No se trata de talentos latentes, pericias escondidas o aptitudes que se despiertan. Los dones vienen de Dios; no están en nosotros. (3) Los dones del Espíritu Santo son dones sobrenaturales. Los dones son todos sobrenaturales aunque parezcan ordinarios o extraordinarios. (4) Los dones del Espíritu Santo son expresión de gracia. Dios da los dones del Espíritu no en base a merecimientos ni valor personal. (5) Los dones del Espíritu Santo son de carácter transitorio. Como manifestaciones del Espíritu, los carismas no son cosas que podemos poseer o ejercer de manera permanente, como si fuesen nuestra propiedad o tuviésemos algún derecho sobre ellos. En este sentido, transitorio significa que por su naturaleza o esencia, los dones están sujetos al cambio, a pasar, a terminar, una vez que han sido usados para cumplir con el propósito por el cual fueron dados por el Espíritu Santo (1 Co. 13.8-10). David Pytches: "Los dones nos son dados para usarlos para otros .... No son descubiertos a través de la investigación, sino que son dados soberanamente por la gracia de Dios. Los dones tampoco son trofeos otorgados como premio por ser fieles o constantes.
Cada creyente recibe por lo menos un don, independientemente de su madurez o responsabilidad en la iglesia. Los dones son las herramientas que permiten al creyente efectuar el ministerio requerido. El poder espiritual que recibe, equipa al creyente para el servicio.... El creyente no retiene el don como una dote personal. El creyente recibe dones para el bien común cuando Dios requiere que sean usados. Cuando Dios ve al creyente ejerciendo fielmente el don que a Dios le place otorgarle, le puede complacer otorgar el mismo don más frecuentemente a esa persona en particular. Esta continuidad se puede notar especialmente con dones tales como profecía o sanidad."5 La tercera cuestión fundamental a tomar en cuenta es el bien común. Pablo termina diciendo que las manifestaciones especiales del Espíritu son "para el bien de los demás" (1 Ca. 12.7). El propósito para el ejercicio de los dones y
• Christian A. Schwarz. Desarrollo natural de la iglesia, ocho características básicas de una iglesia saludable (Barcelona, Editorial CLlE. 1996). ~4. 5 David Pytch •. Santo (Buenos Aires, Ediciones Certeza ABUA. 199 ).55. es. Vien. Espmtu 3
La misión de la Iglesia: Recursos
ministerios carismáticos es que éstos resulten provechosos en la edificación del cuerpo de Cristo. En este sentido, hay cuatro cosas que debemos apuntar. (1) Los dones del Espíritu Santo son dados al cuerpo de Cristo. El Espíritu presente en la iglesia, es el que reparte a cada uno los dones según su voluntad (1 Co 12.11). (2) Los dones del Espíritu Santo son dados a un solo cuerpo de Cristo (1 Co. 12.12, 13). (3) Los dones del Espíritu Santo son dados para ser usados en el cuerpo. Cada manifestación del Espíritu, cualquiera que sea, es para el bien común (1 Co. 12.7). Cuando el Espíritu Santo se manifiesta dando un don a alguien, no es para el beneficio de esa persona, sino para el bien o provecho del cuerpo (1 Co. 14.26). (4) Los dones del Espíritu Santo son dados a cada miembro del cuerpo. En relación con el ministerio común en el cuerpo de Cristo, cada persona tiene un rol distintivo que cumplir (1 Co. 12.7). El bien común es la orientación de los dones del Espíritu Santo, y con ese fin, cada persona en la comunidad está comprometida. En consecuencia, en una comunidad dotada espiritualmente, no debemos esperar que una sola persona o unos pocos sean los que ministren. Billy Graham: "Al igual que el cuerpo humano, el cuerpo de Cristo es un organismo completo, hecho por Dios. Pero cada miembro del cuerpo es único en su género. Jamás podrá haber otro 'tú' y otro 'yo'. En cierta medida, los dones son únicos y singulares. Con frecuencia Dios otorga similares dones a diferentes personas, pero hay una unicidad respecto a esto que hace que cada uno de nosotros seamos distintos de toda otra persona que jamás existió en la tierra. Y si uno solo de nosotros falta, el cuerpo es incompleto, carente de una parte."6
Todo esto demanda un alto grado de responsabilidad personal. Si bien es cierto que el Espíritu Santo reparte a cada uno como él quiere, la responsabilidad del ejercicio de los dones está en el individuo. Esto significa que los creyentes deben seguir con cuidado la dirección e inspiración del Espíritu, y toda vez que él dé un don, lo ejerzan con responsabilidad y en orden. Cada creyente debe usar sus dones para servir al Señor y ayudar así en la edificación de su cuerpo. Debemos aprovechar todas las oportunidades posibles para ejercitar los dones del Espíritu Santo. Las instrucciones de Pablo en cuanto a la participación individual presuponen un grupo relativamente pequeño. Si bien es posible que los dones del Espíritu operen en una asamblea de creyentes más grande, los grupos pequeños proveen de mejores oportunidades y mayor libe[l:ad para su ejercicio. Estos grupos, en los que cada participante tiene oportunidad de ser un canal del Espíritu Santo, pueden enriquecer las reuniones de adoración, comunión y proclamación de grupos mayores.
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hechos a notar
El primer hecho es que los dones son para /a edificación y crecimiento de /a iglesia. Pablo dice: "para edificar el cuerpo de Cristo" (Ef. 4.12). El énfasis del versículo está sobre la edificación, es decir, la madurez espiritual necesaria para alcanzar la plena estatura de Cristo (Ef. 4.13). Tenemos la obligación de usar
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BilIy Graham. El Espíritu Santo (El Paso. TX: Casa Bautista de Publicaciones. 1980). 146.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
nuestros dones espirituales para ayudar a otros a entrenarse para el seNicio cristiano. Somos miembros del mismo cuerpo, tenemos el mismo Espíritu y hemos sido llamados a una misma esperanza (Ef. 4.4-6). Es por esto que nos tenemos que edificar unos a otros a través del ejercicio de nuestros dones espirituales (Ef. 4.15,16; ver 1 Ca. 14.12,26). C. René Padilla: "La iglesia es fundamentalmente la comunidad escatológica, es decir, de los últimos tiempos, empoderada por el Espíritu para dar testimonio del Señor Jesucristo como el Señor de todos y de todo. Tal empoderamiento se da en términos de diversos dones y ministerios que todos los miembros reciben para la edificación del Cuerpo de Cristo:'7 El segundo hecho es que los dones son para el equipamiento de los creyentes. Pablo dice: "a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de seNicio" (Ef. 4.12). Cada creyente tiene una tarea o ministerio que cumplir, y el Espíritu Santo le ha concedido los dones necesarios para llevarlo a cabo. Los dones espirituales están estrechamente ligados a los ministerios cristianos (1 Ca. 12.4-7). El creyente es responsable de ser un buen mayordomo del equipo de trabajo y herramientas que ha recibido del Señor (1 P. 4.10). Todos los creyentes comparecerán en el juicio ante el trono de Cristo para rendir cuentas del uso que hayan hecho de sus dones (2 Co. 5.10). Éste no es el juicio de salvación, sino el juicio de los creyentes en el que habrá recompensas y pérdidas (1 Co. 3.11-15).
LOS RECURSOS ESPIRITUALES
Oración
Se ha predicado. enseñado y escrito tanto sobre la oración en la iglesia. que casi parece fuera de lugar traer esta cuestión aquí. Sin embargo, no me estoy refiriendo a la oración como expresión de espiritualidad cristiana, sino como una herramienta útil para el cumplimiento de la misión. Generalmente se ha interpretado la oración más como una especie de pararrayos destinado a salvarnos de la reprobación divina, que como un recurso espiritual efectivo para una iglesia misionera. Tampoco es la oración un esfuerzo para inclinar la voluntad de Dios a fin de que obre a nuestro favor o apruebe nuestras decisiones. La oración no acerca a Dios a nosotros, sino que nos acerca a nosotros a Dios. Ajusta nuestras voluntades a la suya, de manera que por medio de nosotros él pueda hacer cosas que de otro modo no se harían. La oración no significa vencer la resistencia divina, sino asociarnos con él en lo que él está haciendo, conforme con su designio eterno. La oración que mejor funciona como recurso espiritual para la iglesia no es la que está centrada en el creyente o en la iglesia, sino la que está enfocada en Dios mismo. Más que pedirle que nos dé cosas, debemos rogarle. que nos dé
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Padilla. "Introducción, una eclesiología para la misión integral," 38, 39.
La misión de la Iglesia: Recursos
más de él mismo, que nos dé la seguridad de que nuestra voluntad y la suya no se contradicen, que estamos de acuerdo en todo. Si como iglesia buscamos primero el reino de Dios, es decir, el cumplimiento soberano de su voluntad, entonces podremos tener seguridad de tener en él todas las cosas (Mt. 6.33). Además, la oración significa poder para vencer las dificultades, para que la iglesia pueda estar siempre en las mejores condiciones de servicio y ser eficiente en su ministerio. Está demostrado que las iglesias que oran son las iglesias que crecen. Cuanto más fervorosa sea la espiritualidad de la congregación tanto más fructífero será su trabajo por el reino. Nótese que estoy hablando de una oración fervorosa y no tanto de cuánto tiempo se invierte en la oración. En esto, la calidad de la oración es más importante que la cantidad. Las iglesias que han sabido hacer de la oración una herramienta de trabajo y la han utilizado con entusiasmo y dedicación son las iglesias que han crecido de manera integral y cumplido satisfactoriamente con la misión encomendada por el Señor. Christian A. Schwarz: "Nuestra investigación puso de relieve que la espiritualidad de los creyentes no depende ni de un determinado estilo (por ejemplo carismático o no carismático), ni de unas determinadas prácticas espirituales (como por ejemplo 'guerra espiritual', oraciones litúrgicas, etc.). Este tipo de razones son dadas por muchos grupos para explicar su crecimiento. Pero ha quedado demostrado que el punto en el que se diferencian las iglesias en crecimiento de las iglesias en decrecimiento, las iglesias con un índice cualitativo superior a la media de las que tienen un índice inferior, es otro. ¿Viven los creyentes de estas iglesias con entusiasmo, con entrega, con ímpetu, con pasión su fe? Dado que en este punto se encontraron notables diferencias entre las iglesias en crecimiento y las iglesias en decrecimiento, sin distinción de denominación o tendencia, hemos decidido denominar a esta característica 'espiritualidad ferviente' :'8
Intercesión La intercesión es una forma particular de oración. Es ese aspecto de la oración de petición en el que los creyentes hacen súplicas específicas a Dios a favor de ellos mismos y especialmente de otras personas o grupos. Generalmente el vocablo se refiere a la oración ofrecida en beneficio de otros por parte de un creyente. En el Antiguo Testamento hay varios ejemplos de este tipo de oración (Éx. 32.11-13). En el Nuevo Testamento se registra con frecuencia la oración de intercesión de Jesús (Mt. 19.13; Jn. 17.9-26; Le. 22.31), que también la prescribió a sus discípulos (Mt. 5.44; 6.7-13). La práctica de la oración de intercesión era familiar en la iglesia primitiva (Hch. 12.5) y es prominente en los escritos de Pablo (Ro. 15.30; 1 Ti. 2.1, 2), que la fundamenta en la doctrina de la iglesia como el cuerpo de Cristo. La palabra se aplica también a la obra de Cristo, después de su ascensión, por la que él intercede delante de Dios el Padre a favor de la
• Schwarz. DesalTOUo natural de la iglesia. ~ 6.
La Iglesia del nuevo milenio, una ec1esiologia para el nuevo siglo
humanidad, como su representante (Ro. 8.34; He. 7.25). Lo mismo se afirma del Espíritu Santo (Ro. 8.26). En años recientes se ha desarrollado un creciente y efectivo movimiento de intercesión. Más y más iglesias están entendiendo la importancia de hacer de la oración de intercesión un recurso para la guerra espiritual, la sanidad integral de las personas y la sociedad, la transformación de la comunidad, el imperio de la justicia y la paz, y sobre todo, el cumplimiento de la misión cristiana en el mundo. Cada vez son más los creyentes e iglesias que toman en serio la amonestación paulina (1 Ti. 2.1, 2) Y oran por largos períodos de tiempo sobre una base regular, y ven respuestas frecuentes y específicas a sus oraciones en un grado sorprendente. El ejercicio de este ministerio es fundamental para la buena marcha de la iglesia. Los hermanos con este don deberían reunirse para orar sistemáticamente por los líderes y la congregación, su programa de trabajo y sus necesidades.
EJERCICIO 39 Trazar líneas uniendo lo que corresponda.
La Biblia presenta algunos ejemplos de oración de intercesión:
De Abraham
Romanos 10.1
De Lot
Hechos 7.60
Del Espíritu Santo
Romanos 8.34
De Moisés
Génesis 18.22-25
De Samuel
Romanos 8.26
De David
Génesis 19.18, 19
De Esteban
Números 12.13
De Pablo
1 Samue112.23
De Cristo
2 Samuel 24.17
LOS RECURSOS ESTRATÉGICOS
Debemos admitir que los evangélicos latinoamericanos no hemos prestado mucha atención a las cuestiones estratégicas. Esto ha sido así en razón de una actitud anti-mundo, que entiende que toda planificación o aplicación de la razón a la, ~ráctica de la iglesia es mundana o denuncia falta de fe en el poder del Esplrltu Santo para guiar a la iglesia en sus decisiones. Lamentablemente, lejos de .apuntalar y expresar una auténtica confianza en el poder del Señor, esta actitud ha dado lugar a la improvisación, la falta de efectividad en la misión y el desgaste innecesario de recursos.
La misión de la Iglesia: Recursos
Estrategia es cualquier método de razonamiento y dinámica de la acción, que posibilita concebir ideas con relativa independencia de las técnicas que se utilicen. Esto incluye medios, procedimientos, técnicas, espacios, tiempo relacionados con la acción en cuestión. La estrategia instrumenta la acción (hace planes estratégicos) con acciones y reacciones que ejecuta y controla. Intenta resolver los enfrentamientos de voluntades (conflictos) con el poder y los recursos disponibles. La estrategia concibe, selecciona, prepara, combina, cambia las acciones y los medios, los que emplea en las oportunidades que se presenten y en los espacios y lapsos disponibles, hasta producir el efecto eficaz que logre el resultado esperado (objetivo estratégico). C. Peter Wagner señala que "estrategia es el medio acordado sobre la manera de alcanzar cierta meta."9 Las consideraciones estratégicas son fundamentales en eclesiología y misionología. La iglesia debe desarrollar una estrategia misionera. Ésta es la condición que posibilita concretar el objetivo evangelizador y misionero de la comunidad de fe. Según C. Peter Wagner, "la estrategia misionera es el modo en que el cuerpo sale para obedecer al Señor y cumplir los objetivos que él establece."lo En las páginas que siguen vamos a considerar una serie de elementos, que en su conjunto configuran esbozos estratégicos para la iglesia en el cumplimiento de su misión.
_ La iglesia debe ser una comunidad escatológica La iglesia debe verse como una congregación de los últimos tiempos. Es precisamente esta nota apocalíptica la que pone un matiz de urgencia en las decisiones que toma la iglesia y en las cosas que ésta hace en cumplimiento de la misión que le ha sido confiada. Nuestra acción como iglesia debe llevarse a cabo con el convencimiento de que no queda mucho tiempo para hacer la obra que tenemos que hacer. La iglesia debe verse como una congregación que espera fielmente el regreso de su Señor. La iglesia debe ser una congregación que viva con la convicción firme del regreso inminente e inmediato del Señor Jesucristo en !¡Jloria y victoria. Estamos a la espera del día que prometió Jesús (Mt. 24.30, 31). Este es también el día del que habló el apóstol Pablo (1 Ts. 4.16). Este carácter escatológico modela el perfil de la iglesia y su misión. La iglesia no vive del pasado ni se aferra del presente, sino que se preña de un futuro lleno de esperanza. La iglesia debe desear ser "prisionera de esperanza" y confiar en que Dios tiene reservado para ella lo mejor en estos tiempos de restauración (Zac. 9.12). La iglesia debe considerarse como la esposa que espera en santidad y consagración el regreso glorioso de su esposo, Cristo (Ap. 19.7; 21.9).
_ La Iglesia debe ser una comunidad evangelizadora La evangelización no fue un accidente ni un elemento complementario en la experiencia de la iglesia primitiva. Por el contrario, Hechos nos ilustra que la evangelización fue tan natural a la vida y ministerio de la iglesia como lo es la
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C. Peter Wagner. Strategies for Church Growth (Ventura. CA, Regal. 1987)' Ibid.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo
respiración para los seres vivos. Por eso, "cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos" (Hch. 2.47b, ver v. 41). En este proceso, el factor cuantitativo es importante. Hay una corriente de opinión que descalifica el crecimiento cuantitativo a favor de la profundización o mejoramiento cualitativo. El carácter escatológico de la iglesia debe impulsarla a entender que, por estar en los últimos tiempos, su esfuerzo más grande debe estar concentrado en que el mayor número posible de personas conozcan a Cristo como Señor. La meta de nuestras labores es que toda lengua confiese a Jesucristo como Señor (Fil. 2.10, 11). Esto significa una pesca abundante de almas. Pero también el factor metodológico es importante. El Señor nos llamó a ser pescadores de hombres, pero para que haya una gran pesca de almas es necesario bogar mar adentro. En la orilla se encuentran pocos peces y son pequeños: los grandes cardúmenes y los peces más grandes están mar adentro. Mar adentro significa meternos en el corazón del mundo y la sociedad con el evangelio de Jesucristo. Si queremos una gran pesca de almas, hace falta echar las redes del evangelio. Hay un principio bíblico que puede aplicarse aquí en términos cuantitativos. Dice la Palabra: "cada uno cosecha lo que siembra" (Gá. 6.7). Ésta es la ley de la siembra y de la cosecha: a mayor siembra, mayor cosecha. El mismo principio se puede aplicar a la pesca: cuanto más echamos las redes, tanto más posibilidades de pescar tenemos. Sin embargo, echar las redes con más frecuencia no significa necesariamente asegurar una pesca más abundante. Los discípulos estuvieron echando sus redes toda una noche y no pescaron nada, hasta que Jesús les dijo: "Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar:' Y dice el texto que ellos "así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían" (Lc. 5.4-6). Es necesario echar las redes más veces para pescar, pero ésta no será una pesca ingenua ni fortuita. Por el contrario, tiene que ser una pesca inteligente, efectiva y cuyo único objetivo sea recoger una gran cantidad de almas para el reino de Dios, el mayor número posible. Por eso, debemos considerar a la iglesia hoy como las primicias del reino de Dios, "los primeros y mejores frutos de su creación" (Stg. 1.18). Pero esperamos a muchos más, que serán ganados por medio de un testimonio efectivo, al seguir en obediencia las instrucciones del Señor.
_ La iglesia debe ser una comunidad abierta
Así era la iglesia primitiva (Hch. 2.46). Se dice de aquellos primeros cristianos que: "De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad." Si la iglesia desea ser una comunidad abierta, entonces no estará encerrada en el templo. La iglesia primitiva se congregaba cada día, pero no adentro del santuario en Jerusalén, sino en el atrio exterior del templo, en la calle, donde estaba el mayor número de personas. Una iglesia que quiere cumplir c~n .~xito con la misión debe ser una iglesia en la calle, como era la iglesia prlmlttva. Su lugar de misión estará puertas afuera del templo, donde están las personas con sus necesidades. Éste es el cuadro que vemos en relación con el propio ministerio de Jesús (Mr. 6.55, 56). El cuadro en Hechos es similar (Hch. 5. 15, 16). Ésta es la manera en que se podrá penetrar con el evangelio todas las
La misión de la Iglesia: Recursos
áreas de la sociedad y conquistar la ciudad. La iglesia no estará centrada en los cultos. La iglesia primitiva no se quedaba participando de los rituales en el templo, sino que: "De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad" (Hch. 2.46). No debemos esperar más a que la gente venga a nuestros cultos, sino que debemos estar predicando el evangelio allí donde está la gente. Por eso, debemos considerar a la iglesia como un ejército conquistador que anuncia las buenas nuevas de redención, "alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo" (Hch. 2.47).
_ La iglesia debe ser una comunidad apostólica ¿Qué es una comunidad apostólica? Una comunidad apostólica es la que persevera en la enseñanza apostólica (Hch. 2.42). Una comunidad apostólica es la que actúa con el poder apostólico: "todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles" (Hch. 2.43). Una comunidad apostólica es la que tiene un perfil apostólico. Esto significa que es una iglesia como la de Jerusalén o Antioquía, que recibe bendición y bendice a muchos otros. Esto significa también que es una iglesia que asume el rol que Dios quiere darle de ser un pueblo apostólico, cuya vida y testimonio es de bendición para otras congregaciones y pastores de la región, del país y del mundo, por medio de una red apostólica. ¿Cómo ser una comunidad apostólica? Para ser una comunidad apostólica la iglesia debe ser una comunidad relacional, que coloque en primer lugar la comunión unos con otros por encima de cualquier barrera divisoria. La Iglesia de Jerusalén era apostólica no sólo porque "por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo," sino también porque ''todos los creyentes se reunían de común acuerdo" (Hch. 5.12). Para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad vibrante, llenos de entusiasmo y pasión por lo que Dios hace en nuestro medio. Una comunidad así es como la incipiente Iglesia en Antioquía de Pisidia, quienes al oír el evangelio "se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna" (Hch. 13.48). Además, para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad reverente, sujetos unos a otros en el temor del Señor. De la iglesia primitiva se nos cuenta que "la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor (Hch. 9.31). También para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad enfocada en el desarrollo y manifestación del reino de Dios. Pablo les escribe a los corintios amonestándolos con las siguientes palabras: "Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e Inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano" (1 Co. 15.58). Para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad abnegada, más dispuestos a dar que a recibir. Esta característica es una de las más notables de la primera comunidad de fe cristiana (Hch. 4.32-35). Junto con esto, para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad positiva, que celebra la presencia y el poder del Señor (Hch. 2.47). De igual modo, para ser una
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo comunidad apostólica debemos ser una comunidad atractiva, que no sólo gane el favor del pueblo (Lc. 2.52; Hch. 2.42), sino que integre a las personas a un nuevo modelo de sociedad. Para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad ungida, llena del Espíritu Santo, como fueron los primeros cristianos (Hch. 2.4; 4.31). Para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad valiente, que anuncie con denuedo el evangelio (Hch. 4.13, 29-31). Para ser una comunidad apostólica debemos ser una comunidad progresiva, que se atreve a abrir nuevos rumbos para todo el pueblo del Señor. Así fue la iglesia de Antioquía, "donde a los discípulos se les llamó 'cristianos' por primera vez" (Hch. 11.26a).
_ La iglesia debe ser una comunidad pastoral
El cuidado del rebaño no debe darse por sentado ni ser considerado como de poca importancia. Si bien en la iglesia primitiva las comunidades eran pequeñas y esto favorecía el cuidado pastoral mutuo, es claro que "todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común" (Hch. 2.44). Yen buena medida esto era posible porque aquella iglesia era una auténtica comunidad pastoral. Una comunidad pastoral es aquella en la que todos sus miembros se sienten atendidos pastoralmente. El crecimiento numérico de la congregación puede ser una gran bendición, pero también un gran dolor de cabeza. Una comunidad que vive en medio de un avivamiento no puede ser atendida pastoralmente por una persona ni siquiera por un grupo de personas, sino que la propia comunidad debe desarrollar redes de contención, atención y ministración pastoral. La efectividad del pastoreo comunitario en la iglesia primitiva está reflejada en el hecho de que: "Todos los creyentes estaban juntos:' Una comunidad pastoral es aquella en la que todos sus miembros ven que sus necesidades sentidas son satisfechas. La iglesia debe velar para que las necesidades sentidas de cada uno de sus miembros sean satisfechas de manera solidaria por medio de la ministración de todos. La red pastoral integrada por todos los creyentes en la Iglesia de Jerusalén, hizo posible que nadie padeciese necesidad, ya que ''tenían todo en común." Una adecuada comprensión de la doctrina del sacerdocio universal de todos los creyentes debe ayudarnos a desarrollar una red de contención y ministración pastoral, que permita a cada miembro de la iglesia ser atendido pastoralmente en todas sus necesidades. Por eso, consideramos a la iglesia como una comunidad de pastoreo y cuidado mutuo, que hace posible la satisfacción de todas las necesidades personales de sus miembros. Como nos amonesta Pablo: "Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo" (Gá. 6.2).
_ La iglesia debe ser una comunidad responsable
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La iglesia primitiva presenta el testimonio sorprendente de una comunidad responsable. Se ha discutido mucho el testimonio bíblico de que aquellos cristianos "vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno" (Hch. 2.45). Pero más allá del significado de estas palabras, está el hecho palmario de que aquellos hombres y mujeres sabían administrar sus posesiones con una gran responsabilidad cristiana.
La misión de la Iglesia: Recursos
Como iglesia, debemos aprender a ejercer una mayordomía responsable de nuestros bienes, a fin de tener todos los recursos materiales necesarios para poder cumplir con la misión. Debemos aprender y aplicar una mayordomía que ponga en primer lugar el interés colectivo antes que el particular. Si nuestra mayordomía sigue centrada de manera egoísta en nuestros propios intereses mezquinos, no podremos construir una comunidad responsable. Si buscamos nuestras "propiedades y posesiones" con prioridad al reino de Dios y su justicia, no seremos aptos para hacer frente a los grandes desafíos que esta hora nos plantea. Además, debemos aprender de una vez por todas que la actitud más adecuada para un ciudadano del reino que se precia de buen mayordomo es la de un santo desapego por las propiedades y bienes de este mundo. Como nunca antes en toda la historia del testimonio cristiano, la iglesia de hoy necesita de hombres y mujeres que sean buenos mayordomos de lo que Dios nos da, con miras a beneficiar al conjunto de la iglesia. Por otro lado, debemos aprender a ejercer una mayordomía responsable de nuestros dones. Pertenecer a esta comunidad es un privilegio que implica un serio compromiso. Este compromiso es de vasto alcance, ya que se trata de la obediencia a Dios, del amor hacia los hermanos, de la participación en la misión, del sostén de la obra y del ejercicio de los dones recibidos. En el cuerpo de Cristo, cada miembro tiene una función ineludible que cumplir, y debe hacerlo a partir de los dones que el Señor le ha dado. El buen funcionamiento de todo el cuerpo depende del buen funcionamiento de cada una de sus partes (1 Co. 12.12-26). Es por eso que debemos considerar a la iglesia como un organismo plurifuncional, en el que cada uno de sus miembros, al cumplir responsablemente con su ministerio propio, ayuda al funcionamiento armonioso y el desarrollo floreciente del conjunto (1 Co. 14.26).
_ La iglesia debe ser una comunidad alternativa y alteradora
La iglesia debe ser una comunidad que se presente como una alternativa de sociedad humana frente al mundo. En este sentido, tiene que ser una comunidad modelo. El mundo entero está bajo el control del maligno (1 Jn. 5.19). La sociedad mundana se caracteriza por su injusticia, impiedad, idolatría y pecado. La iglesia debe ser una comunidad en la que los valores del reino se encarnen y se expresen en todas las esferas de la vida humana: espiritual, laboral, educacional, económica, recreativa, social, intelectual, etc. Las personas en el mundo tienen que poder ver a la iglesia y decir: "Yo quiero ser parte de esta comunidad." Además, la iglesia tiene que ser una comunidad unida. En esta comunidad modelo deben caer todas las barreras que el pecado humano ha creado para dividir a la humanidad (Gá. 3.26-28). En esta comunidad se expresará en abundancia la unidad del Espíritu en el vínculo del amor (Ef. 4.3-6). Pero también la iglesia debe ser una comunidad alteradora, es decir, un foco de fermento y de cambio para la sociedad. La iglesia tiene que ser una comunidad que no sólo cambia para mejor, sino que es utilizada por Dios como agencia de cambio. Como cristianos, queremos que cambie la sociedad. Para ello, debemos proponernos ser una comunidad diferente del mundo, pero para transformar al mundo. No debemos ser un gueto, ni una sociedad cerrada, aislada de los demás, sino una comunidad abierta a las personas para transformarlas en
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo
seguidoras de Cristo. No somos una institución más en el mundo ni compartimos los valores del sistema (Jn. 17.14, 16). Pero nos insertamos en el sistema para cambiarlo desde adentro. Somos como la levadura. Así es cómo Jesús describió al reino de Dios (Lc. 13.20, 21). Por eso, debemos considerar a la iglesia como la agencia del reino de Dios para la redención del mundo. El mundo ~iene que verse forzado a exclamar como exclamó de los primeros cristianos: "iEstos que han trastornado el mundo entero han venido también acá!" (Hch. 17.6b). Si de veras queremos que la iglesia sea una comunidad alternativa y alteradora como cristianos deberemos querer que cambie la propia iglesia. No nos conformemos con una misión de mantenimiento, y aspiremos a una condición de avivamiento. Comprometámonos no sólo con la renovación y el avivamiento local, sino con lo que el Espíritu está haciendo en todo el mundo. Por eso, debemos considerar a la iglesia como el pueblo remanente del Señor en estos últimos tiempos, pueblo que se perfecciona en santidad y atrae a otros a la obediencia a Cristo (Ro. 1.4-6).
LOS RECURSOS HUMANOS
Por recursos humanos se entiende cualquier medio accesible que pueda ser usado como fuente de soporte o apoyo en el cumplimiento de la misión, basado en los talentos naturales, habilidades, pericias y dones de los seres humanos. Los recursos humanos en la misión se expresarán en términos de un liderazgo efectivo en el ministerio de la iglesia local. Charles Van Engen: "A medida que construimos congregaciones misioneras, entonces, es extremadamente importante que entendamos lo que está involucrado en la conducción de ellas. En todos los niveles de la vida congregacional las iglesias misioneras requieren de líderes dinámicos, esforzados, optimistas y organizados, que puedan dirigir las habilidades y recursos potenciales de los miembros a medida que emergen en el ministerio en el mundo."lI
Con miras a esto, es necesario prestar atención a varias cuestiones que tienen que ver con el liderazgo cristiano.
_ Preparación del liderazgo
La tarea del líder de la iglesia local es conducir a la congregación al logro de su misión de hacer discípulos. En este sentido, el líder congregacional tiene una responsabilidad misiono lógica que cumplir en una congregación misionera. Charles Van Engen: "El liderazgo es un evento corporativo. El pueblo de Dios se mueve hacia delante en misión en el mundo a medida que, viven
.. Van Engen. God's Missionary Peopte. 16 4.
La misión de la Iglesia: Recursos
su visión del llamado y voluntad de Dios para ellos, estimulados por un número de líderes catalizadores, y movilizados por el Espíritu Santo en respuesta a lo que Dios está haciendo en su medio y en su contexto de misión en el mundo:'12 El liderazgo debe ser definido conforme al propósito y papel de la iglesia, como evento misionológico, y no como una estructura o dinámica interpersonal. Como un evento misionológico, el liderazgo es, según Van Engen, "el producto de las actividades capacitadoras del Espíritu Santo, el estímulo catalizador de los líderes, y la obra de servicio de los miembros." En este sentido, el liderazgo resulta en el cumplimiento de la misión en el mundo. El liderazgo debe ser tridimensional, ya que involucra la presencia y poder de Dios, el trabajo para otros, y la tarea a realizar. Estas tres dimensiones del liderazgo son todas necesarias para el desarrollo de un liderazgo efectivo y son partes integrales de cualquier estrategia conducente a ello. La efectividad en el liderazgo no se mide por lo que los líderes hacen o dejan de hacer, sino por la manera en que el pueblo de Dios es equipado, capacitado, organizado e inspirado para participar en la misión de Dios en el mundo con la seguridad de su presencia y poder.
EJERCICIO 40 Trazar un círculo o subrayar el pasaje bíblico que corresponda.
La Biblia enseña que los líderes son instrumentos escogidos para llevar a cabo los propósitos de Dios:
Gn.3.15
Jos. 1.9
Sal. 23.1
Hag.2.23
Mal. 3.10
Jn.15.16
Hch.9.15
Ro. 3.23
1 Ca. 1.27
1 Ca. 1.28
1 Ca. 1.29
Gá.2.20
Fil. 4.4.
_ Pasos hacia un liderazgo efectivo
El primer paso es tener una visión. Los líderes efectivos deben tener una visión dada por Dios, que jamás los deje. Cuanto más específica y práctica sea la visión en cuanto a Cristo, su reino y su iglesia, tanto mejor el líder será capaz de enfocar su tiempo y energías en el cumplimiento de esa visión. La visión de Cristo y de su reino produce confianza en el líder y alienta la esperanza en cuanto al futuro. Esto es la luz guiadora que motiva al líder efectivo. Además, los líderes efectivos reconocen los beneficios de una visión. Una visión limita y orienta el ministerio de la iglesia. Bien advierte Proverbios 29.18:
"[bid .• 165.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo "Donde no hay visión, el pueblo se extravía." Este proverbio enseña, de manera negativa, la primera razón por la que es esencial una visión clara de parte de Dios: sin visión el pueblo carece de orientación para su peregrinaje. Dicho de manera positiva, la visión erige vallas que mantienen al pueblo enfocado en una dirección específica y en tareas, objetivos y metas específicos. Una visión claramente definida limita lo que una iglesia hace porque cada evento debe estar relacionado con la visión. Actividades, proyectos o ministerios extraños, por más bien intencionados que estén, deben ser rechazados si no contribuyen al cumplimiento de la visión. Una visión mantiene al pueblo en movimiento hacia delante (Fil. 3.12-14). En este sentido, ayuda a evitar la meseta en el crecimiento, el estancamiento y la pérdida de dirección. Un sentido de visión impulsó a Pablo a proseguir hacia su meta personal y ministerial. Cuando una iglesia tiene una visión definida, logra resultados definidos. Una visión mantiene a los problemas en perspectiva. Toda obra grande de Dios se lleva a cabo en medio de dificultades y conflictos. En Hechos 3-8 se nos presentan cinco relatos del progreso de la iglesia primitiva en su predicación del evangelio en Jerusalén. En estos capítulos se puede ver cómo, a medida que la iglesia crecía, también aumentaban los conflictos, y la iglesia o sus líderes se veían amenazados. Pero la iglesia continuó firme en su visión de alcanzar a las personas para Cristo. Toda iglesia que está creciendo tendrá dificultades. Tener una visión ayuda a mantener a los problemas en perspectiva y al futuro en la mira. Una visión provee de una fuente práctica de unidad. En Josué 1.10,16, 17, se nos relata cómo el pueblo de Dios se vio unificado por su visión de la conquista de Canaán. Una iglesia necesita de una visión común para enfocar en una misma dirección los esfuerzos ministeriales diversificados de su pueblo. La unión compartida a través de la relación a Cristo y la membresía en su cuerpo es real pero no se ve. Cuando la iglesia obra para lograr una visión común, esa visión adquiere visibilidad y queda demostrada. Una visión provee de compromiso para el cambio. Para obtener una visión es necesario soñar acerca de lo que no es y cómo es posible hacerlo realidad. Una visión significa que la iglesia no está satisfecha con el status qua y aspira a algo nuevo de parte de Dios. La visión proyecta a la iglesia más allá de su zona de confort y conformidad, y exige para ser vivida y lograda que la iglesia se aventure al cambio. Cuando la iglesia tiene una visión clara puede justificar los cambios que está haciendo y puede proveer tanto de una advertencia previa como de una explicación razonable a los miembros que por alguna razón u otra se oponen al cambio. Además de la predicación sobre los beneficios de desarrollar una determinada visión, el pastor también debe predicar sobre las oportunidades presentes para el crecimiento. El segundo paso es creer en la iglesia. El líder efectivo cree que la iglesia es el cuerpo de Cristo en el que Dios está obrando su plan de redención. La iglesia es el cuerpo de creyentes, es decir, de aquellos que han decidido que Jesús es el Cristo y tienen una relación íntima con su vida y enseñanzas. La función de la iglesia no es sólo ser discípulos de Cristo, sino también hacer discípulos para Cristo. Esta tarea conforma el corazón de la comisión recibida del Señor.
La misión de la Iglesia: Recursos
El tercer paso es estudiar la Palabra de Dios. "1 nterpretar rectamente la palabra de verdad" (2 Ti. 2.15) es una de las tareas más importantes del líder. La Palabra afecta sus pensamientos, decisiones y acciones. Basado en la Palabra de Dios, el líder mira a los conflictos objetiva y claramente. Considera estas cuestiones detenidamente y no se deja llevar por prejuicios, emociones, experiencias, tradiciones o circunstancias. Su conciencia está ligada a la luz guiadora de la Palabra de Dios. Además, guardar o atesorar la Palabra de Dios (Sal. 119.11) es la manera más importante para evitar el pecado. El cuarto paso es entender el yo personal. El líder debe caminar con Dios y tener una experiencia de primera mano con la gracia de Dios en su propia vida. Debe ser abierto y honesto con Dios, y estar comprometido con la verdad que se revela en Jesús. Cuando su relación con el Señor está en orden, entonces habrá dado el paso más importante en el proceso de la auto-comprensión. Sólo cuando el líder se entiende a sí mismo puede comenzar a conducir a otros en el camino del crecimiento personal y la madurez. Como indica Charles Van Engen: "Un criterio para la efectividad del liderazgo misionero debe ser si toda la membresía de la iglesia está creciendo en gracia y en el conocimiento de Dios hacia una 'adultez madura.' Donde esto está ocurriendo, el liderazgo es efectivo."13 Un quinto paso es medir el éxito con precisión. Antes que el líder se involucre en un plan de crecimiento, debe estar seguro de que puede reconocer al crecimiento cuando éste ocurre. ¿De qué manera se puede medir el éxito ministerial en términos del crecimiento de la iglesia? ¿Es posible utilizar el número de bautismos o es mejor guiarse por el crecimiento personal de los miembros? ¿Es más adecuado medir la asistencia promedio a los cultos o tomar en cuenta la calidad o tenor espiritual de los cultos?
¿Qué es lo que la iglesia está tratando de hacer? ¿Cómo podemos saber cuándo estamos teniendo éxito en nuestro ministerio como líderes y cuándo la iglesia es una iglesia exitosa? La presencia de Dios en el cuerpo de creyentes es el comienzo y el fin para medir el éxito. Nada bueno puede ocurrir fuera de su presencia y acción. Dentro de la presencia de Dios y en la esfera de su acción poderosa no hay límites para las posibilidades. Los ministerios exitosos están más interesados en la presencia de Dios y en la manifestación de su poder en sus vidas, hogares, iglesias, comunidades y mundo que en ninguna otra cosa. La cumbre del éxito es que el reino de Dios y la voluntad de Dios se hagan evidentes en todo su alcance en la esfera de la vida humana. El reino viene a aquellos que se humillan y lo buscan como lo primero (MI. 6.33), Y se manifiesta en aquellos que "tienen hambre y sed de justicia" (MI. 5.6). Quienes moran en la presencia de Dios y permanecen en él llevan como fruto el éxito (Juan 15.1-6). El sexto paso es entender a la iglesia. El líder efectivo entiende la organización de su iglesia y sus puntos débiles y fuertes. Su evaluación personal de la iglesia es el resultado de la conversación con los miembros, la observación general y la información reunida en fuentes más precisas, como son la estadística, demografía y otros estudios. Hoy contamos con extraordinarios recursos para evaluar a la iglesia. Además, el líder debe conocer lo formal y lo informal en la iglesia. ¿Qué
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Ibid .. 17 6.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
es lo que la iglesia valora? ¿Cuál es su potencial? ¿Qué recursos tiene? Un diagnóstico de la organización es un paso esencial para el líder efectivo. El séptimo paso es amar a las personas. El éxito involucra una relación no sólo con Dios sino también con su pueblo (Le. 2.52). Jesús amó tanto a las personas que dio su vida por ellas y se transformó así en el Siervo Sufriente. Él estuvo accesible a ellos, sin prejuicios, sin una actitud condenatoria o de juicio, y se mostró amigo de todos. La compasión por los demás bien puede ser el elemento más importante en un líder de éxito. Los líderes efectivos mantienen su amor por la gente, el reino y la iglesia al permanecer constantemente en el amor de Dios a través de Cristo. El amor por las personas es contagioso. El octavo paso es trabajar duro. El líder de éxito es un gran trabajador. Pablo describe a los líderes de la iglesia primitiva como trabajadores o colaboradores. Son personas "que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza" (1 Ti. 5.17), Y que, como Pablo mismo, "día y noche" (1 Ts. 2.9; 2 Ts. 3.8) trabajan arduamente y sin descanso para servir al Señor y a la iglesia. Pablo les recuerda a las iglesias que él sirvió así, con "esfuerzos y fatigas" (1 Ts. 2.9), al punto de poder decir, "con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí" (Col. 1.29).
No sólo que los apóstoles trabajaron duro, sino que aquellos que compartieron el liderazgo con ellos laboraron igualmente duro proclamando el evangelio, cuidando de las viudas y administrando las cuestiones de la iglesia. El éxito de la iglesia primitiva se debió en parte a la impresionante inversión de tiempo, energía, sacrificio y servicio por parte de sus líderes. El líder de éxito será diligente en su trabajo. Nunca se lo va a ver indolente o perezoso. El noveno paso es mantenerse firme. Ser un "constructor del reino" demanda coraje y firmeza. Dios da un poder tremendo a aquellos que están dispuestos a hacer su obra. Con ese poder, el líder manifestará "el fruto del Espíritu" (Gá. 5.22), será capaz de mantenerse firme "frente a las artimañas del diablo" (Ef. 6.11), y proclamará el evangelio con poder. A veces el líder se encuentra solo en su tarea, como Elías. Otras veces confronta oposición, como Ezequías. En otros casos, oye críticas y quejas, como Moisés. Pero siempre llega a conocer y experimentar la victoria que es suya en Cristo, como Pablo (Fil. 4.13). El décimo paso es comunicar el evangelio. Los líderes efectivos dan una alta prioridad a la proclamación del evangelio. Si el propósito básico de la iglesia es hacer discípulos, entonces todo aquello que mejor ayude a este objetivo deberá recibir la prioridad mayor. La proclamación del evangelio es el llamado prioritario y más alto. El líder de éxito no sólo cree en el evangelio y lo conoce, sino que también lo proclama con denuedo. Sus energías están dedicadas a convencer a otros de los reclamos de Cristo.
_ Poder y autoridad para el liderazgo
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Cualquiera sea la tarea concreta o el ministerio que cumpla el líder efectivo en la iglesia, será necesario que reciba de Dios a través del Espíritu Santo el poder y la autoridad que hacen falta para coronar con éxito su misión. Sin el poder que surge de la comunión íntima con el Señor, ningún líder puede cumplir satisfactoriamente con su ministerio. Jesús fue bien claro cuando dijo: "El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden
La misión de la Iglesia: Recursos
ustedes hacer nada" (Jn. 15.5). Con la autoridad necesaria para el ejercicio del liderazgo ocurre lo mismo. Toda autoridad viene de Jesús. Es en él, en su nombre, que esa autoridad se verifica y autentica. Para servir tal como él quiere que le sirvamos como líderes, debemos recibir de él el poder y la autoridad que necesitamos (Le. 9.1). Jesús mismo entendió la necesidad de liberar este poder y autoridad en sus seguidores. ¿De qué habría servido a su objetivo final motivar a las masas a seguirlo, si estas personas no hubiesen tenido una supervisión posterior o una instrucción en el camino? Era necesario levantar líderes efectivos y llenos de poder y autoridad, para conducir el pequeño rebaño que él había comprado con su sangre (Jn. 21.15-17). Ha quedado demostrado, en numerosas ocasiones, que las multitudes son una presa fácil para los dioses falsos, cuando se las deja sin un cuidado adecuado. Por esta razón, a menos que a los convertidos de Jesús se les hubiesen dado hombres y mujeres de Dios competentes, para que los guiasen y protegiesen en la verdad, pronto habrían caído en la confusión y la desesperación. En definitiva, el postrer estado hubiera sido peor que el primero. Por eso, antes de que el mundo pudiese ser transformado por el testimonio del evangelio, era necesario levantar hombres y mujeres que pudiesen conducir a las multitudes en las cosas de Dios, con poder y autoridad de lo alto.
EJERCICIO 41 Formar grupos de seis personas y discutir por unos minutos el siguiente párrafo de Charles Van Engen: "Para que las iglesias misioneras emerjan a través de la vida y ministerio del pueblo de Dios en el mundo, la preparaci6n de líderes congregacionales de todo tipo ya todos los niveles no es una opci6n. El modelo del Nuevo Testamento es claro. Todo líder de iglesia debe llevar a cabo tareas acompañado por otro cristiano, que a su vez está siendo equipado para transformarse en un líder. S610 mientras todo el pueblo de Dios en conjunto desarrolla sus dones, liderazgo y ministerios pueden surgir iglesias misioneras."'4 __ o
Procurar responder a las siguientes preguntas: 1. ¿Cuán importante es para la iglesia la preparación de lideres? 2. ¿Cuál es el mejor sistema de preparación en términos de contenidos, metodología, estructura de currículo, orientación, etc.? 3. Los discípulos pueden sugerir ideas sobre cómo mejorar su propia formación y preparación ministerial.
(*) TAREA 8
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UNIDAD 3
La función de la
Iglesia
INTRODUCCiÓN El interrogante que queda pendiente y que vamos a plantear en esta tercera unidad tiene que ver con los mecanismos con los que la iglesia cuenta, como una comunidad de personas que sirven y siguen a Jesucristo, para cumplir con su misión en el mundo. La pregunta aquí es: ¿cómo lleva a cabo la iglesia la misión que el Señor le ha confiado? "Cómo" es un adverbio interrogativo que inquiere sobre el modo o manera en que algo va a llevarse a cabo. Estos interrogantes, pues, están relacionados con cuestiones bien prácticas en la vida y misión de la iglesia. De algún modo, nuestro interrogante básico está orientado a definir la metodología misionera de la iglesia, es decir, los procedimientos que ésta sigue en el cumplimiento de su misión. Toda actividad específicamente humana se realiza con un orden y manera determinados. La falta de estos elementos imposibilitaría la acción. De esta manera, vamos a considerar los varios caminos por medio de los cuales la iglesia se mueve en dirección al logro de los objetivos de su existencia. El vocablo "método" viene del griego (meta, hacia; y hodos, vía, camino), y lleva la idea de un camino hacia un determinado
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo objetivo. La meta de la iglesia es el cumplimiento de la misión que el Señor le confió. Los caminos para alcanzar este fin son varios y tienen que ver con la función que la iglesia cumple en el mundo. En la presente unidad vamos a considerar a la iglesia como una comunidad funcional y dinámica, como una comunidad neumática y solidaria. Junto con Pedro Arana Quiroz reconocemos que hay funciones de la iglesia que han sido olvidadas y que continúan representando desafíos ineludibles para la construcción de una eciesiología integral. No obstante, se percibe hoy en América Latina un interés creciente por lograr una visión más bíblica de la función de la iglesia en el mundo, visión que la ayude a ser más efectiva en el cumplimiento de su misión integral. Pedro Arana Quiroz: "Actualmente se va abriendo paso una visión más bíblica de la misión integral, que atribuye a la iglesia funciones ecuménicas, litúrgicas, soteriológicas, diaconales, proféticas y de mayordomía y kOinonía, cada una de las cuales tiene una dimensión evangelizadora. Todas las funciones fluyen de la Palabra de Dios y están sujetas a ella, y representan dimensiones permanentes de la misión de la iglesia en el devenir histórico,'"
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Arana. "La misión integral," 15~.
Capítulo 9
Una comunidad funcional La iglesia es una comunidad funcional porque cumple determinadas funciones en la sociedad. En relación con la iglesia, ''función'' se refiere al hecho que la iglesia ocupa una posición en la sociedad y tiene una ocupación particular en la vida social. La función es la acción para la cual la comunidad de fe está capacitada o dotada, orientada o vocacionada, o el propósito por el cual existe. Es lo que se espera que la comunidad de creyentes haga en cumplimiento de un fin determinado. Implica el cumplimiento de un propósito y la idea de que al cumplir con su función, la iglesia se sirve de todos los recursos con los que cuenta para llevar a cabo su acción conjunta particular. La función de la iglesia es lo que se espera que la iglesia haga en una determinada situación o contexto en razón de su vocación y misión cristiana en el mundo. ¿Cuáles son estas funciones propias de la iglesia en el mundo? ¿Cuál es el papel de la iglesia en la sociedad? La respuesta parece obvia: el papel de la iglesia en la sociedad consiste en ser la iglesia. "Que la iglesia sea la iglesia," así decía la primera redacción del informe presentado por la Comisión V sobre "La iglesia universal y el mundo de las naciones" en la Conferencia Ecuménica de Oxford, en 1937. El párrafo original en que aparece dicha frase señala claramente que la iglesia cristiana no debe ser una imitadora servil de otras agrupaciones culturales o sociales. La iglesia debe mantenerse fiel a su propia y particular visión y misión en el mundo. Conferencia Ecuménica de Oxford, 1937: "Que la Iglesia sea la Iglesia: que la Iglesia se conozca a sí misma, de quién es y lo que es. Discerniendo claramente su propia posición y naturaleza como la comunidad de la Gracia, órgano del propósito redentor de Dios para con la humanidad, la Iglesia debe llegar a ser, mediante un proceso del más riguroso escrutinio propio, lo que Dios ha querido que sea. Nada menos que eso, ni siquiera algo más. En arrepentimiento y humildad, la Iglesia debe redescubrir el significado y las implicaciones de aquellas palabras que se le dirigen desde las épocas primitivas de su propia historia; 'ser a la Bondad Eterna lo que la mano es al hombre.' Esto implica una conciencia nuevamente vivificada, de Dios como el Dios viviente real, 'el Dios de toda la tierra,' a diferencia de un Dios que no es más que un proceso dialéctico o un miembro de un pluralismo politeísta. Esto significa, en concreto, que la Iglesia se reconozca como la Iglesia de Cristo, el órgano del propósito de
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo Dios en él. Debe ser su constante preocupación el librarse de toda sujeción a una cultura predominante, a un sistema económico, a un tipo social o a un orden político. La Iglesia debe vivir, la Iglesia debe estar en pie frente a todos ellos."2
FUNCIONES MINISTERIALES DE LA IGLESIA EN LA SOCIEDAD
¿Cuándo es la iglesia verdaderamente la iglesia? La respuesta a este interrogante es: cuando la iglesia da testimonio de Dios, como agencia para la venida de su reino. En el cumplimiento de este compromiso de obediencia como agencia del reino de Dios en el mundo, la iglesia desempeña ciertas funciones. Éstas son sus funciones ministeriales en la sociedad. Según el Nuevo Testamento, la iglesia debe cumplir por lo menos cuatro funciones ministeriales en la sociedad.
_ Una función profética La iglesia desempeña una función profética en la sociedad, puesto que es una comunidad de profetas. En el cumplimiento de su misión, la iglesia denuncia la injusticia imperante, proclama el juicio de Dios y seríala el camino a seguir en respuesta a sus demandas de justicia. Como una comunidad de profetas, la iglesia hace tres cosas que son vitales para la sociedad. Primero, la iglesia diagnostica los problemas que afectan la vida de la sociedad. En el cumplimiento de su función profética, la iglesia dispone de instrumentos únicos y de todos los elementos necesarios para diagnosticar el estado de la sociedad y su propio estado, conforme el juicio divino. El primer instrumento para el cumplimiento de esta función es la Biblia. La iglesia recibió como herencia el tratado más grande que se haya escrito sobre la naturaleza humana individual y social. Pero, además, la iglesia cuenta con la presencia y el poder del Espíritu Santo. La iglesia conoce por experiencia la realidad de la gracia transformadora de Jesucristo y su poder a través del Espíritu Santo. En su diagnóstico de la sociedad, la iglesia debe señalar el hecho de que el orden divino del universo ha sido violado por el pecado humano. La iglesia debe cumplir su función profética como los profetas del Antiguo Testamento. El ministerio de profetas como Amós, Isaías, Jeremías, y otros debe ser su inspiración. La vida y el testimonio público de la iglesia deben ser ejemplares (Fil. 2.14, 15). La iglesia debe cumplir su función profética y hacer su diagnóstico sin alinearse con ninguna facción política, teoría social, programa económico, o pauta cultural. La iglesia debe cumplir su función profética señalando aquellas situaciones en que el bienestar humano es objeto de transacciones opresivas y en que se violan los principios de la justicia.
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, Citado en Mackay. Prefacio a la teología cristiana, 175.
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional
Samuel O. Libert: " La Iglesia ha de reconocer también que está obligada, en el poder del Espíritu Santo, a comprometerse, con Cristo y con la gente, a cumplir su testimonio profético (evangelización, denuncia, protesta, propuesta); ia unirse en las batallas contra toda discriminación racial o sexual, contra la miseria, el hambre, las enfermedades físicas y mentales, el analfabetismo, el narcotráfico, la trata de blancas, la contaminación del planeta, la violación de los derechos humanos, la pornografía y cualquier otra forma de opresión e injusticia sociall"3 Segundo, la iglesia denuncia los problemas de la sociedad. En el cumplimiento de su función profética, la iglesia denuncia ciertas realidades en términos inequívocos. La iglesia debe denunciar el pecado de la sociedad y debe reconocer su propio pecado. La iglesia debe llamar al arrepentimiento a la sociedad y ella misma debe arrepentirse por haber sido muchas veces un testigo indigno del Señor. El arzobispo de El Salvador, Mons. Arnulfo Romero, fue martirizado precisamente por llamar a la iglesia de su país a arrepentirse de sus muchos pecados y a convertirse a Dios. Debemos reconocer que en nuestra denuncia del pecado que hay en el mundo es vital que nos evangelicemos a nosotros mismos. La iglesia debe sentirse culpable por el estado presente del mundo. La iglesia debe ser consciente de su propia impotencia, ignorancia y vulnerabilidad. La iglesia debe reorientar su mente y su voluntad hacia Dios, porque si va a ser una potencia como testigo de Dios, debe pensar como Dios piensa y querer lo que Dios quiere. Jesús fue bien claro en señalar: ''Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada" (Jn. 15.5). Tercero, la iglesia anuncia a la sociedad un mensaje de esperanza. En el cumplimiento de su función profética, la iglesia proclama a la sociedad que la única posibilidad de obtener un orden estable y digno es por medio de Jesucristo. La iglesia anuncia las Buenas Nuevas del evangelio, la verdad de Dios, a fin de que pueda producirse la transformación de la sociedad. Como indicara J. M. Murray: "A fin de crear de nuevo a César, debemos descubrir de nuevo a Dios." Juan A. Mackay: "El Evangelio encomendado a la Iglesia no es un gran imperativo, sino un gran indicativo; no consiste, primeramente, en un llamado a realizar ciertos ideales humanos, sino a aceptar ciertas realidades divinas; no invita a los hombres a conquistar algo, sino a recibir algo; pone a su alcance la nueva vida que Dios mismo les ofrece y que puede servir de base para la construcción de [un) nuevo mundo."4 La iglesia proclama la justicia, la libertad, la paz, el amor y la verdad con su propio ejemplo de vida. Pero es necesario que la iglesia escuche primero lo que ella proclama a la sociedad. Es necesario que la iglesia escuche de nuevo la voz de Dios, y que proclame con sencillez el mensaje que ha recibido. Es necesario que la iglesia resista todo intento por parte de los poderes seculares y religiosos de hacer callar su testimonio y de someterla a una ideología o sistema humano.
3 Samuel O. Libert. "El evangelio de justicia." en CLAOE 111. Tercer Congreso Latinoamericano de Evangelización (Quito: Fraternidad Teológica Latinoamericana. 199~). ~04·
• Mackay. Prefacio a la teología cristiana. 179. 180.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo Pedro Arana Quiroz: "La iglesia debe cumplir su función profética, convirtiéndose en la conciencia moral y espiritual de las naciones y de sus gobiernos. La iglesia debe interpelar con la Palabra de Dios su situación, sus gobiernos, los gobiernos extranjeros que actúan sobre otras naciones, directa o indirectamente, y a todos sus ciudadanos. En los paIses ricos, la iglesia debe evaluar si los gobiernos tienen una estrategia para la reducción de la pobreza, tanto dentro de sus fronteras como en los países pobres. Y si lo único que tienen es una estrategia para su propio crecimiento económico, debe denunciarlo. En los países pobres, la iglesia y los cristianos no sólo debe saber dónde están los pobres, sino conocer por qué son pobres, desenmascarando por igual las ideologías y las utopías."5
EJERCICIO 42 Trazar una línea uniendo lo que corresponda. La Biblia relaciona justicia, libertad, paz, amor y verdad.
La verdad produce libertad
Salmo 119.144 (RVR)
La justicia produce verdad
Isaías 32.17
La justicia produce paz
Salmo 85.10
El amor produce verdad
Salmo 119.142, 143
La verdad produce justicia
Isaías 42.1-3 (RVR)
La justicia produce vida
Juan 8.31, 32
_ Una función discipuladora
.....
Esto tiene que ver con el ministerio docente, formativo y discipulador de la iglesia. Las personas y la sociedad como un todo necesitan desarrollar al máximo su potencial conforme con la voluntad de Dios. Las fuerzas del mal (Satanás, el mundo, la carne, el pecado) hacen todo lo posible por frustrar las mejores intenciones de hacer más humana la vida humana. La iglesia debe actuar en la dirección opuesta y no sólo resistir la obra destructiva del orden de las tinieblas, sino también promover la justicia, la paz, la verdad, el amor y la libertad, a través de su ministerio docente, formativo y discipulador. El aprendizaje es esencial al crecimiento de cada persona y de la comunidad humana como un todo. La enseñanza es el proceso mediante el cual las personas crecen en entendimiento, adquieren nuevas actitudes, y desarrollan acciones consistentes con el modelo de vida humana plena que encontramos en Cristo. Este aprendizaje es ayudado por la obra del Espíritu Santo .
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5
Arana. "La misión integral." 155.
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional
Las iglesias del Nuevo Testamento supieron cumplir con esta función discipuladora. Aquellos que eran añadidos a la iglesia "se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles" (Hch. 2.42). Bernabé y Pablo en Antioquía lideraron a la iglesia en el cumplimiento de esta función (Hch. 11.26). Pablo instó a los colosenses a vivir "confirmados en la fe como se les enseñó" (Col. 2.7). Cuando el apóstol hace una lista de los dones de ministerios que Dios ha dado a la iglesia, el de enseñanza ocupa un lugar prominente. Cada iglesia era una escuela no sólo para sus miembros, sino también para toda la comunidad. La iglesia debe apreciar esta responsabilidad docente, puesto que ésta siempre fue central en la vida y obra de Jesús (Mt. 4.23; 5.2; 7.29; 11.1; 22.16; Mr. 1.22; Lc. 4.15; 5.3). Es interesante notar que en los Evangelios, Jesús es llamado Maestro, más que cualquier otra cosa (70 veces). Lucas caracteriza todo el ministerio de Jesús básicamente como un ministerio de enseñanza (Hch. 1.1). En razón de que Jesús es conocido como Maestro, no es de sorprender que sus seguidores sean llamados "discípulos" (aprendices). Se ha dicho que si Jesús se hubiera limitado a su ministerio de predicación o proclamación, los convertidos se habrían organizado en alguna sociedad religiosa como tantas otras. Pero éste no fue el caso, sino que el cristianismo ha sido siempre una comunidad de discípulos y la iglesia ha sido un centro de formación de los mismos. La iglesia desempeña una función discipuladora en la sociedad, es decir, es una comunidad de discípulos. La iglesia tiene el deber de establecer una comunidad modelo, una verdadera comunidad de discípulos de Cristo. Este deber es inherente a su naturaleza y misión como iglesia. La iglesia no es una comunidad más dentro de la sociedad, sino que es una comunidad única, singular. La iglesia debe ser una comunidad de amor, justicia, aceptación, y perdón. La sociedad debe poder encontrar en la iglesia lo que ella misma no tiene. Es por eso que la iglesia tiene que funcionar como un paradigma desafiante para la sociedad. La iglesia tiene el deber de establecer una comunidad unida, un verdadero modelo de reconciliación social. La iglesia debe ser la más universal, pluralista y unida de todas las comunidades en la sociedad. Dios así lo demanda (Jn. 17.20-23), la iglesia así lo necesita (Gá. 5.15), Y el mundo así lo espera (Jn. 17.21b, 23b). Esta unidad es misionológicamente tan importante, que Jesús oró por ella al Padre y la presentó como un ruego muy especial (Juan 17.20-23). El testimonio de la unidad de la iglesia es fundamental para que ésta pueda cumplir con su ministerio de reconciliación en la sociedad. La sociedad debe poder encontrar en la iglesia el compañerismo y solidaridad que no encuentra en ningún otro tipo de asociación humana. Ahora más que nunca, en medio del derrumbe de las relaciones humanas, la iglesia debe mantener unidos a los seres humanos.
_ Una función regeneradora
La iglesia desempeña una función regeneradora en la sociedad: es ~ecir, es una comunidad sanadora (terapéutica). Esto significa que ~a Iglesia d~~e contribuir a cambiar las condiciones de vida de las personas mediante su servicIo abnegado. Lo mejor de la civilización occidental es fruto de la inf.luencia cristiana ejercida por medio de la iglesia. ¿Qué estamos haciendo en el dla de hoya favor
1.1")
...
00
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo de una vida humana que sea más humana? La iglesia debe convertirse a los pobres y practicar la religión pura y verdadera en el mundo (Stg. 1.27). La iglesia debe imitar a Jesús en su función sanadora (Hch. 10.37, 38) Y debe reconocer que su función regeneradora (sanadora) también involucra la promoción humana de las personas y no sólo su evangelización (Stg. 2 .15, 16). La manera en que la iglesia debe llevar a cabo este aspecto de su función regeneradora en la sociedad es mediante el cumplimiento de su vocación de servicio. Esto significa que la iglesia debe trabajar para cambiar la vida misma de las personas a través de la evangelización. El objetivo principal de la iglesia es guiar a las personas a una experiencia directa y personal con Dios a través de Jesucristo. La misión de la iglesia es crear personas nuevas. No es función de la iglesia crear una nueva sociedad, sino crear creadores de una nueva sociedad. La misión por excelencia de la iglesia es predicar el evangelio transfqrmador de Cristo. Ésta es la mejor contribución que la iglesia puede ofrecer a la sociedad. Como Pedro, la iglesia debe poder decir: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy" (Hch. 3.6). La manera en que la iglesia debe llevar a cabo este aspecto de su función regeneradora en la sociedad es mediante el cumplimiento de su vocación evangelizadora.
Una función
do~ollóg ica
La iglesia deS&llJ'llllenla una comunidad un pueblo que m Cristo en cualqui Dios dejando los a Jesús, su Hijo 10).
sb,ciedad, es decir, es banza y adoración, nica, el cuerpo de "se convirtieron a verdild."'o, y esperar del cielo venidero" (1 Ts. 1.9,
La iglesia tiene que ser una comunidad doxológica. No hay otra manera de ser la iglesia de Cristo en una sociedad pluralista y relativista. ¿Cómo puede la iglesia sobrevivir en un contexto pluralista y relativista como es la ciudad? La iglesia forma parte de la misma cultura de la ciudad y está en el mismo lugar, pero teológicamente es diferente. Su lealtad primera y última está puesta en Cristo su Señor. Como una comunidad de alabanza y adoración, la iglesia es el ámbito en el que las personas encuentran su verdadera libertad y dignidad, su verdadera igualdad en sumisión a aquel que es el único Señor y el único digno de toda alabanza y adoración. Además, la iglesia adora en obediencia al deseo divino. La adoración comunitaria es un mandato del Señor (Sal. 100.4, 5). Dios desea ser adorado por todos. Pero la iglesia también adora en cumplimiento a su deber primordial. Como enseñara W.T. Conner: "El primer negocio, pues, de la iglesia no es la evangelización, ni las misiones, ni la beneficencia; es la adoración."s La iglesia es fundamentalmente una congregación de personas que se han unido a Dios en una experiencia de la gracia salvadora de Cristo, fundidas en una unidad por el Espíritu Santo, y que adoran a Dios, y crecen en la comunión unas con otras -.o ~
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6
W. T. Co nner. El evangelio de la redención (El Paso. Tex., Cas a Bautista de Publicacione s, n.f.),
300.
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional
en Cristo. Así, pues, la adoración es el primer deber de la iglesia, y debe ser llevada a cabo de tal manera que la sociedad como un todo tenga oportunidad de participar de ella . .. _--_ .............. _......... _---------- .......... -_ ..... __ ....... _-----------_ .............. __ ......... _- .... _... _- ........... _---------_ .... _-_ ..... ...
EJERCICIO 43 Trazar una línea uniendo lo que corresponda. La adoración comunitaria:
Nos instruye
Isaías 37.1,14
Nos conforta
Hechos 2.46, 47
Nos fortifica
Lucas 2.36, 37
Nos une
Miqueas 4.2
El ejemplo de Jesús, sus discípulos, el apóstol Pablo y la amonestación de la palabra de Dios (He. 10.24, 25) nos animan a involucrarnos en la adoración comunitaria. Cuando lo hacemos, sabemos que producimos satisfacción para Dios (Sal. 69.30, 31) Y la bendición para nosotros (Sal. 84.4).
UN MODELO DE UNA COMUNIDAD CRISTIANA FUNCIONAL: ANTIOQUIA
En Hechos 11 encontramos la presentación de una de las i~lesias más florecientes de todo el Nuevo Testamento: la Iglesia de Antioquía. Esta fue una iglesia cristiana singular, una iglesia que marcó una diferencia en el curso del testimonio cristiano. De hecho, según leemos en Hechos 11.26 los discípulos fueron llamados "cristianos" por primera vez en Antioquía. Indudablemente, los seguidores de Cristo en aquella ciudad tuvieron un testimonio tan poderoso en favor del Señor, que los paganos los designaron conforme el nombre que predicaban como Mesías y Señor. Rogelio S. Greenway: "En el mundo antiguo, a los esclavos se les ponía el nombre de su amo, y ello probablemente explique por qué a los seguidores del Señor se les llamó cristianoi ('cristianos'). Los esclavos en realidad no tenían voluntad propia; sólo podían obedecer órdenes. Sus nombres se derivaban de las personas a quienes pertenecían; no podían poseer bienes ni dejar herencia. En nada eran dueños de sí mismos; en todo estaban sujetos a una autoridad superior: la de su amo y señor. La Biblia no registra el nombre del crítico observador que primero dio a los discípulos el apodo de 'cristianos.' Pero el nombre perduró por
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo adecuado. Los discípulos consideraban a Jesús como su amo, y ellos se tenían por esclavos sUYOS."7 Es así como la Iglesia en Antioquía pronto se transformó en un centro misionero y de evangelización mundial. Es de esta iglesia de donde partió la primera fuerza misionera que llevó el evangelio a todo el mundo mediterráneo y a la ma,/or parte del Imperio Romano de aquel entonces. Fue esta iglesia la que auspició el ministerio misionero del apóstol Pablo y sus compañeros, y la que los acompañó en sus viajes misioneros con sus oraciones y sostén económico. ¿Qué nos enseña la Iglesia de Antioquía a nosotros hoy? ¿Qué podemos aprender de esta iglesia modelo, que nos pueda ayudar en nuestro deseo de ser una iglesia que pase de la renovación al avivamiento?
_ Antioquía era una iglesia con un corazón evangelistico
La Iglesia de Antioquía nació como fruto de la evangelización. La iglesia fue fundada por aquellos que habían sido esparcidos como resultado de la persecución en Jerusalén (Hch. 11.19). Algunos de estos perseguidos fueron a Fenicia, otros a Chipre y otros a Antioquía. Pero no fueron como refugiados lamentando su condición, sino como evangelistas aprovechando la ocasión para compartir el evangelio del reino (v. 20). Por eso, en medio de circunstancias que eran adversas, no dejaron de predicar a otros las buenas nuevas acerca de Jesús, y obtuvieron resultados notables (v. 21). Merril! C. Tenney dice que la Iglesia de Antioquia fue un centro de predicación cristiana y un cuartel general de misiones evangelizadoras. Desde este centro de enseñanza y proclamación se esparció por todo el Imperio Romano y más allá también el fuego misionero.8 La clave para el crecimiento sostenido de la iglesia está en la evangelización. La evangelización es el combustible que mueve y dinamiza el crecimiento de la iglesia. Debemos dar prioridad a la Gran Comisión si es que queremos cumplir con éxito la misión que el Señor nos ha confiado. La tarea de hacer discípulos requiere de un enfoque permanente en la evangelización.
_ Antioquía era una iglesia con un espíritu generoso
La Iglesia en Antioquía mostró su generosidad frente a la necesidad de otros. A través de ciertos profetas, llegaron noticias a Antioquía de que una gran hambruna sobrevendría pronto. "Por aquel tiempo unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquia. Uno de ellos, llamado Agabo, se puso de pie y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo, lo cual sucedió durante el reinado de Claudia. Entonces decidieron que cada uno de los discípulos, según los recursos de cada cual, enviaría ayuda a los hermanos que vivían en Judea. Así lo hicieron, mandando su ofrenda a los ancianos por medio de Bernabé y de Saulo" (Hch. 11.27-30).
Rogelio S. Greenway, Apóstoles a la ciudad, estrategias bíblicas para misiones urbanas (Grand Rapids, MICh., Subcomisión de Literatura Cristiana de la Iglesia Cristiana Reformada, 1981), 68. R Merrill C. Tenney, New Testament Survey (Grand Rapids. Mich., Eerdmans. 1961). 25 3 .
1
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional La iglesia no dudó un segundo en cuanto a lo que había que hacer. Por el contrario, respondió inmediatamente a esta necesidad dando en proporción a sus posibilidades y capacidades. Si deseamos que nuestra iglesia crezca debemos cultivar un espíritu de generosidad. Debemos practicar la generosidad en todo: dinero, tiempo, energías, oportunidades, influencia, etc. El crecimiento de la iglesia siempre tiene un costo en todas estas áreas. Dios está dispuesto a cumplir su promesa de darle generosa y abundantemente a nuestra iglesia, si nosotros demostramos ser generosos con lo que recibimos de él. Como él mismo señaló: "Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes" (Lc. 6.38).
EJERCICIO 44
Indicar el nombre de quién se trata en cada pasaje. La Biblia presenta numerosos ejemplos de personas generosas:
Génesis 13.9: Génesis 50.21: Números 11.29: 1 Samuel 18.4:
Daniel 5.17: 1 Corintios 10.33:
2 Corintios 8.9:
_ Antioquía era una iglesia con un enfoque en la oración
La Iglesia en Antioquía conocía muy bien el poder de la oración. El Nuevo Testamento nos cuenta cómo era un culto de adoración en esta iglesia. En Hechos 13.2, 3, se nos refiere de esta congregación que "mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: 'Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado.' Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron." Como se ve, los cultos en Antioqufa estaban saturados de oración. Aquellos cristianos ministraban al Señor ayunando y orando con gran fervor. Fue en ese contexto de oración ferviente que el Señor les dio la visión por las misiones mundiales. Rogelio S. Greenway: ''También había equilibrio en la vida espiritual de la iglesia [de Antioquía]. La adoración, el ayuno y la oración distinguían al pueblo que Dios eligió para emplearlo poderosamente en la extensión del evangelio. Los grandes movimientos misioneros se remontan siempre, si lo investigamos, a personas arrodilladas, y jamás ha habido una iglesia
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo que realizara obras significantes para Dios sin ser vigorosa interna y espiritualmente,"9 Necesitamos colocar a la oración en su debido lugar si queremos crecer y ser una iglesia como Dios manda. El crecimiento de la iglesia es un fenómeno sobrenatural, porque es un don de Dios. Para poder experimentar este fenómeno sobrenatural, necesitamos apropiarnos de un poder sobrenatural, que sólo nos puede venir por medio de la oración.
_ Antioquía era una iglesia con una gran visión La Iglesia en Antioquía asumió la misión de llevar el evangelio a las naciones. En aquel entonces, las comunicaciones y los viajes eran primitivos, pero la Iglesia en Antioquía no se dejó amedrentar por las circunstancias y las dificultades. La congregación estaba inspirada por la gran visión que el Señor les había dado. Fue el Espíritu Santo mismo quien les reveló con claridad: "Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado" (Hch. 13.2b). Dios quiere y puede darnos una gran visión para el crecimiento. Las iglesias que más crecen en el día de hoy son aquellas que tienen una gran visión de alcanzar a sus comunidades para Cristo. Son iglesias que están dispuestas a marchar con fe y obediencia, conforme con la visión que han recibido de Dios. Estas congregaciones dinámicas y crecientes están dispuestas a correr riesgos por causa del evangelio. Son iglesias que van por toda la ciudad, por todo ei país, e incluso por todo el mundo, "anunciándoles las buenas nuevas acerca del Señor Jesús" (11.20b).
_ Antioquía era una iglesia con grandes líderes La Iglesia en Antioquía estaba dotada de un liderazgo excepcional. Uno de estos dirigentes era Bernabé (Hch. 11.22-24). Su nombre significa "hijo de consolación." Era un judío de Chipre, que por sus virtudes y ministerio llegó a ser un líder destacado en la Iglesia de Jerusalén. Según la semblanza que nos ofrece el texto bíblico, Bernabé era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe (v. 24a). Su carácter parece haber sido excepcional, ya que en cuanto llegó a Antioquía ''y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor" (v. 23). Es más, por el ministerio de Bernabé en Antioquía, muchas personas llegaron al conocimiento del Señor (v. 24b). El otro líder destacado en aquella congregación modelo fue Saulo, un judío de Tarso en Cilicia, que había sido educado como rabino (w. 25, 26). Junto con Bernabé, Saulo cumplió un ministerio de enseñanza, que alcanzó a muchas personas ("enseñaron a mucha gente," v. 26a). La enseñanza cristocéntrica de Saulo ayudó a fijar la identidad de los discípulos de Jesús, a quienes "se les llamó 'cristianos' por primera vez" (v. 26b). Además, es probable que en Antioquía fue donde Saulo maduró su teología cristiana y su experiencia ministerial.
9
Greenway, Apóstoles a la ciudad. 7 2 .
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional Se nos informa también que en la Iglesia de Antioquía había, además de los dos mencionados, otros profetas y maestros (Hch. 13.1). La lista incluye a un tal Simón, llamado Níger. Es interesante que el texto presenta un nombre judío seguido por el sobrenombre romano. Es muy probable que Simón haya sido un judío helenista de origen africano, que se movía con cierta confianza en los círculos romanos. Es muy probable que haya sido un hombre de color, quizás el Simón de Cirene que se menciona en Lucas 23.26. La lista continúa mencionando a Lucio de Cirene, cuyo nombre es típicamente romano y quizás era oriundo del norte de África. Y también aparece un tal Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca. Evidentemente, Manaén era un hombre con conexiones aristocráticas y personas conocidas en la corte. Todo esto nos indica que un buen liderazgo es esencial para una iglesia que quiere crecer. La iglesia necesita de pastores-maestros y líderes que cumplan con su responsabilidad con amor y esfuerzo, pero que lo hagan también con un gran nivel de excelencia y preparación. Por otro lado, la iglesia debe respetar y amar a aquellos hombres y mujeres que ejercen autoridad espiritual sobre el rebaño. La Palabra de Dios exhorta seriamente a las iglesias a que sean consideradas con los que trabajan arduamente en ellas, y guían y amonestan a la congregación en el Señor. Dice Pablo con sabiduría y autoridad: ''Ténganlos en alta estima, y ámenlos por el trabajo que hacen" (1 Ts. 5.12, 13). Pero, además, la iglesia necesita de creyentes que estén dispuestos a asumir la responsabilidad del liderazgo, conforme con los dones recibidos, el llamamiento del Señor y el ministerio que la iglesia les designe. Si queremos ser una iglesia modelo, haremos bien en considerar seriamente las características que hicieron de la Iglesia de Antioquía una de las comunidades de fe más dinámicas de su tiempo. Aquélla fue una iglesia con un corazón evangelizador, un espíritu generoso, bien enfocada en la oración, con una gran visión, y que contaba con grandes líderes.
EJERCICIO 45 Completar los espacios en blanco con los nombres que correspondan.
Una de las características de los grandes líderes es que saben desarrollar a otros líderes y darles las instrucciones importantes que los ayudarán a llevar a cabo su misión. En los pasajes que siguen, ¿qué gran líder dio instrucciones importantes a otro gran líder? Números 27.23; Ot. 31.23
a
1 Reyes 2.1
a
2 Crónicas 19.9
a
Mateo 10.5
a
Hechos 20.28
a
1 Ti. 5.21; 6.13; 2 Ti. 4.1
a
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo
UNA COMUNIDAD MODELO
En años recientes hemos presenciado en todo el mundo un movimiento muy definido y significativo que va del individualismo al colectivismo y la masificación. El género humano parece estar pasando de la vida en una época del Yo, a la vida en una época en la que el yo personal se pierde en el océano del Nosotros. Las personas huyen de sí mismas, desconcertadas por los devastadores problemas de la vida, y oprimidos por una sensación abrumadora de soledad se lanzan a los brazos de cualquier promesa de aceptación y pertenencia que se les presente. Millones anhelan con angustia hallar algún grupo en cuyo seno poner fin a su aislamiento y soledad. Esta situación genera el conflicto entre los diversos grupos humanos que, paradójicamente, pretenden establecer una verdadera y total comunidad humana. A pesar de los numerosos ensayos en esta dirección, muchos han mordido el polvo del fracaso sin lograr éxito en su empresa, quizás debido a la estrechez de su horizonte. Así, pues, la crisis de nuestro tiempo se puede resumir en la búsqueda de una respuesta a la pregunta: ¿cómo puede vencerse la enemistad entre los diferentes grupos humanos? ¿Cómo podemos establecer una verdadera comunidad de hombres y mujeres, sin ningún tipo de exclusiones o discriminaciones?
Las diferencias
Antes de considerar la respuesta que la Biblia plantea a los interrogantes anteriores, es necesario que consideremos las diferencias que impiden el establecimiento de una verdadera comunidad humana. Pablo puntualiza algunas de ellas, cuando en Gálatas 3.28, dice: "Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús:' Por un lado, Pablo indica que en la sociedad hay distinciones de orden étnico y racial. Las distinciones raciales y étnicas han sido siempre un impedimento para el logro de relaciones positivas entre los diferentes pueblos y personas. El versículo citado habla de la diferencia entre judíos y griegos. Los judíos más recalcitrantes y exclusivistas consideraban que el propósito de Dios al crear a los gentiles era proveer de combustible para las llamas del infierno. Los griegos más sofisticados y prejuiciosos consideraban a los que no eran griegos como "bárbaros" o culturalmente inferiores. Aristóteles atribuía esta superioridad al clima de Grecia. Según él, los que vivían en climas fríos tenían valor y espíritu, pero carecían de ingenio e inteligencia; con los que se encontraban en un clima cálido ocurría a la inversa. De allí que sólo los griegos podían producir al ser humano ideal, ya que ellos vivían en un clima perfecto. Los primeros cristianos tuvieron problemas con este mismo prejuicio. Según Hechos 10, Pedro (judío) se negaba a llevar el evangelio a Camelia (gentil). Dios tuvo más problemas en lograr que los cristianos llevaran el mensaje, que en lograr que los inconversos lo recibieran. Ésta no fue la primera ni la última vez en que el progreso del evangelio se vio estorbado por el mito del prejuicio racial o étnico. :or otro lado, Pablo indica que en la sociedad hay distinciones de posición social. El pasaje habla de la diferencia entre esclavo y libre. Las diferencias de
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional
posición social dividen a los seres humanos en clases o castas sociales: amo y esclavo, señor y vasallo, rico y pobre, patrón y obrero, culto e inculto, etc. Luego que las diferencias raciales y étnicas han dividido a las personas en grupos, las distinciones de clase o posición social las dividen todavía más en estratos sociales. Además, Pablo dice que en la sociedad hay distinciones de género o de orden sexual. El versículo habla de la diferencia entre hombre y mujer. Uno no tiene que leer demasiado sobre el mundo antiguo o viajar hasta muy lejos en el mundo moderno para encontrar ejemplos de discriminación y marginamiento, especialmente en contra de la mujer. Hay lugares en los que la mujer es considerada poco menos que un objeto, que es propiedad del varón. Tal como reza el Talmud desde tiempos antiguos: "El nacimiento de un hijo produce gozo universal; el nacimiento de una hija produce dolor universal." Finalmente, en la sociedad hay otras distinciones y diferencias que el apóstol no menciona. Están las diferencias de nacionalidad, aun entre grupos de una misma raza o grupo étnico. A menudo estas diferencias son las que ocasionan la rivalidad y el conflicto más amargo. Las guerras civiles han sido y son tan sangrientas como las guerras internacionales. Están también las diferencias en las ideologías políticas y económicas. Nos cuesta aceptar el hecho de que hay otros que no piensan como nosotros. Pretendemos ser los poseedores absolutos de la verdad y no estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de escuchar la opinión de otros. Así, pues, si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañar que sus adversarios lo hagan culpable de la sequía. Pedro Arana Quiroz: "Una de las tragedias de las comunidades cristianas evangélicas en el mundo actual es que, contrariando las posibilidades abiertas a la misión integral en beneficio de los pueblos, se convierten en un archipiélago de pequeños feudos de intereses domésticos, de alcances sectarios y esperanzas inalcanzables.
La proclamación del evangelio y el servicio de amor deben convocarnos a la unidad, pero no a una unidad institucional sino a una que se exprese en formas nuevas de cooperación, una unidad esencial."'° Marcelino Legido López: "La fraternidad no nace de nosotros, no es el encuentro de los creyentes en lo que de suyo tienen en cuanto hombres. Es el Hijo en los hijos quien los hace hermanos. La relación originaria de cada uno con él los configura en su filiación y los hace comulgar en su fraternidad. La fraternidad es el ámbito de su filiación y de su señorío en el Espíritu. Por eso es anterior a los hermanos; los funda, los reúne, los unifica. Todas las barreras se han roto y han de romperse. Los hermanos tienen distintos carismas, pero son todos uno en la radical igualdad y unidad de la filiación en el Hijo. Los hermanos tienen distintas condiciones, están en distintas situaciones, son de maneras distintas. Pero en Cristo todo lo que cierra y separa ha sido derribado. La radicalidad de la filiación lleva consigo la radicalidad de la fraternidad.
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Arana. "La misión integral," 154.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo Pablo lo repite con insistencia: Gá. 3.26-28; 6.15; 1 Co. 12.13; Ro. 10.12, Col. 3.11. Se han roto las diferencias sociales, que separaban a los libres de los esclavos; las diferencias políticas, que separaban a los ciudadanos de los extranjeros; las diferencias raciales y culturales, que separaban a los bárbaros de los escitas; las diferencias familiares, que separaban al hombre de la mujer; las diferencias religiosas, que separaban al judío del griego. La fraternidad es una kaine ktísis (Gá. 6.15), una nueva humanidad para una nueva creación."~~
--------------_..----------------------------------------_.._----------------------------------_..-EJERCICIO 46
Colocar la letra que corresponda. Las diferencias dentro de la iglesia pueden llevar a contiendas. La Biblia identifica las causas de las contiendas en la iglesia:
Odio _ Orgullo
A. 1 Timoteo 6.4
B. Proverbios 10.12
Chismes
C. Santiago 3.16
Ira
D. Proverbios 13.10
Discusiones inútiles
E. Proverbios 29.22
_ La lengua Pasiones _ Envidias amargas
F. Proverbios 26.21, 22 G. Santiago 4.1 H.Santiago 3.14
_ Las posibilidades
¿Cuáles son las posibilidades de establecer una comunidad modelo que supere las limitaciones y conflictos arriba apuntados? A lo largo de la historia se han propuesto infinidad de modelos para el establecimiento de una verdadera comunidad humana. La mayor parte de ellos se puede resumir en dos planteos esenciales. El primero es el que propugna por la destrucción, anulación o marginamiento de todos los elementos diversos en la sociedad. Ésta es la política de la liquidación o aniquilación. Este modelo procura establecer una comunidad por la erradicación sumaria de todos los que no se ajustan al perfil de la mayoría o de la minoría dominante. A través de la historia humana ha habido reiterados ejemplos de este esquema diabólico. El siglo XX, a pesar de todos los refinamientos de su
; ·a'8.,
"Legido López, Fraternidad en el mundo. ~o7.
La función de la Iglesia: Una comunidad funcional
desarrollo científico y tecnológico, y del avance de la civilización y la cultura, fue testigo del exterminio de seis millones de judíos por la locura nazi. Varios proyectos de "limpieza étnica" a lo largo del siglo pasado son ilustración elocuente del carácter diabólico de este modelo de exclusión del que es diferente. No obstante, este método es ciego al testimonio de la historia de que el odio sólo genera odio y que quien vive por la espada por la espada morirá (Mt. 26.52). El segundo modelo o método para el establecimiento de una verdadera comunidad entre los seres humanos es el que plantea el evangelio de Jesucristo. Este método señala a la relación de los seres humanos con Dios. Éste es el método más revolucionario de todos, porque sabe que es inútil cualquier intento de mejorar las relaciones humanas aparte de un cambio radical en la relación de cada persona con Dios. Este modelo afirma que la inhumanidad del ser humano para con su prójimo deriva de su rebelión y desobediencia para con Dios. Es por eso que este método insiste en que la médula del problema humano está en el ser humano mismo. De hecho, el mayor número de los males que padece el ser humano provienen del ser humano mismo. Jesús afirmó esto categóricamente en su enseñanza (Mr. 7.21-23). Todos los modelos sociales modernos que ignoran la alienación básica del ser humano respecto a Dios, son meros sueños utópicos que jamás pueden resultar en el establecimiento de una comunidad verdadera. No importa que se trate del sueño de una "gran sociedad" o de una "sociedad sin clases." Cualquier movimiento político o social que no tenga en cuenta esta alienación fundamental no será otra cosa que la mezcla de grupos de poder, que resultará en el surgimiento de una nueva élite dominante y opresora. Los opresores y los oprimidos pueden cambiar sus roles, pero esto no significa necesariamente que se ponga fin a la opresión y que surja una comunidad justa. Es cierto que algunas formas de gobierno y estructuras sociales están mejor estructuradas que otras y pueden, en consecuencia, ser mejores canales para la expresión y dominio de la justicia, la paz, la libertad, la verdad y el amor. Pero ninguna forma de gobierno o estructura social ha sido tan bien planeada, como para que los seres humanos no proyectemos nuestro pecado en ella y a través de ella (Sal. 127.1). El único que puede edificar una verdadera comunidad humana es Dios. Y él lo hace a través de la iglesia. La iglesia es el método de Dios para el establecimiento de una comunidad humana modelo. Este método señala al deseo de Dios de recrear, a través de Jesucristo, una nueva humanidad en la que todos los elementos diversos del mundo se transformen en uno, no por anulación sino por reconciliación. Las diferencias que Pablo menciona en Gálatas 3.28 o cualquier otra desaparecen a partir de la relación salvífica y reconciliadora que cada persona mantiene con Cristo. "Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo."Y ya no hay diferencias ni exclusiones, porque "todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gá. 3.26-29). Noten la repetición del vocablo ''todos'' y la fuerza del verbo ser. Ahora, de estos axiomas espirituales se derivan ciertos corolarios, que ti~nen mucho que ver con la iglesia como comunidad funcional Y com.? comu~ldad modelo para la sociedad. Primero, es debido a que todos somos hiJos .de DIos a través de la fe en Cristo y ligados unos a otros en amor en la comumdad de la
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo iglesia. que las diferencias étnicas y raciales pueden ser superadas, Segundo. es debido a que todos los que hemos sido bautizados en Cristo y comprometido con la comunidad de fe hemos sido revestidos de Cristo. que las diferencias sociales y económicas pueden ser disueltas. Tercero, es debido a que todos somos uno en Cristo y formamos parte integrante de su cuerpo que es la iglesia, que las diferencias de género y edad pueden ser sorteadas. El modelo que Dios plantea para el establecimiento de una verdadera comunidad humana señala a la responsabilidad de la iglesia de ser una poderosa demostración del poder de Cristo para recrear una nueva humanidad. Debemos admitir que muchas iglesias predican y practican más el odio del mundo que el amor de Dios. Es cierto que muchas iglesias perpetúan en su seno las mismas divisiones que predominan en la sociedad incrédula y materialista. Tenemos que reconocer que todavía persisten en muchas partes la discriminación étnica y racial, la segregación de mujeres y niños, el olvido de los ancianos y menos educados, la marginación de los pobres, y muchas barreras más. Pero debemos tener bien en claro que si queremos que la iglesia sea la iglesia, es necesario que se edifique como una comunidad funcional modelo.
(*) TAREA 9
Capítulo 10
Una comunidad dinámica La iglesia es una comunidad dinámica. El calificativo "dinámico" implica algo que tiene movimiento y que está sujeto al cambio. El término se usa de muchas maneras, pero generalmente se refiere a las relaciones cambiantes dentro de un sistema social o relacional, con énfasis en su fuerza y capacidad de cambio. El carácter dinámico de la iglesia se ve en las múltiples figuras que el Nuevo Testamento utiliza para describir a la iglesia. Paul S. Minear encontró noventa y seis imágenes diferentes o cuadros descriptivos usados para describir la iglesia en el Nuevo Testamento. Estas imágenes ricas expresan lo que la iglesia es y sirven también para mostrar lo que la iglesia debe llegar a ser. Como indica Minear: "En cada generación el uso y re-uso de las imágenes bíblicas ha sido una manera por la cual la iglesia ha procurado aprender lo que la iglesia realmente es, de modo que pudiera llegar a ser lo que ella no eS."1 Estas imágenes son metáforas de la iglesia en misión. Casi todas las imágenes de la iglesia en el Nuevo Testamento no son fotograffas estáticas, sino más bien cuadros en movimiento, videos dinámicos de la iglesia expresando su testimonio al mundo. Virtualmente todas las imágenes bíblicas de la iglesia sugieren una relación de amor esencial y viviente entre Jesús y la iglesia. Esto subraya el papel clave que juega la iglesia en el plan de Dios. Hay básicamente cuatro modelos dinámicos de la iglesia, y cada uno de ellos representa varias imágenes o metáforas.
MODELOS ORGÁNICOS
Se entiende más conveniente y adecuadamente a la iglesia cuando se la concibe más como un organismo que como una organización. En este sentido, pOdemos hablar de la "ecología" (oikología) de la comunidad cristiana. Ecología significa la manera en que las cosas vivientes interactúan entre sr y con su
• Paul S. Minear. Images afIne Church in the New Testament (Filadelfia, Pa.: Westminster, 1960), 25·
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo medio ambiente, Se ha definido la ecología como el estudio de las interrelaciones entre los organismos que viven en un ambiente particular, de sus adaptaciones mutuas y con el ambiente, Así, pues, la ecología es el estudio de la red de interrelaciones entre los organismos, de las relaciones entre los miembros de una especie con los de otras especies y con otros aspectos del medio ambiente, En el caso de las relaciones humanas, se trata de las relaciones entre el ser humano y su ambiente, Pero el calificativo sirve también para describir la manera en que una comunidad humana se organiza para funcionar y cumplir sus objetivos, En el caso de la comunidad de fe, el vocablo nos ayuda a comprender a la iglesia como un nivel de organización social, que resulta de ciertos objetivos elevados y se expresa en la cooperación mutua de sus integrantes para alcanzarlos. Es apropiado que examinemos la manera en que los diferentes aspectos de la vida de la iglesia encajan en una comprensión ecológica de la misma y del plan de Dios para su reino en general. La mayor parte de los cuadros bíblicos en relación con la iglesia son imágenes ecológicas, Es decir, describen a la iglesia como un organismo vivo de partes mutuamente interdependientes, Al repasar el Nuevo Testamento podemos encontrar al menos cinco figuras o imágenes de la iglesia que la describen en términos orgánicos o ecológicos.
_ La iglesia como el cuerpo de Cristo
En razón de que es abarcadora (comprehensiva), ésta es la imagen de la iglesia más frecuentemente usada en el Nuevo Testamento, De hecho, es la manera preferida de Pablo para referirse a la iglesia (Ro. 12; 1 Co. 12; Ef. 1.22, 23; 4.4, 12; 5.23, 30; Col. 1.18, 24; 2.1). Ésta es la figura ecológica más completa y sugestiva que se encuentra en la Biblia. La figura representa autoridad, unidad, diversidad, universalidad y mutualidad. Estos rasgos caracterizan las relaciones entre los miembros del cuerpo y la cabeza, y de los miembros entre sr. (1) La autoridad en la iglesia reside en Cristo mismo quien es la cabeza del Cuerpo (Col. 1.18), mientras los creyentes son los miembros o partes individuales. (2) La unidad de la iglesia tiene que ser como la unidad del cuerpo humano, es decir, hay muchos miembros pero sólo un cuerpo (1 Co. 12.12, 13). (3) La diversidad de la iglesia se pone de manifiesto en la variedad de dones y ministerios que el Señor ha repartido en su cuerpo y que se complementan en el logro de la misión (1 Co. 12.4-6). (4) La universalidad de la iglesia se ve en el hecho de que el cuerpo es tanto la iglesia universal como las congregaciones individuales (Ef. 1.22,23). (5) La mutualidad de la iglesia está expresada en la capacidad que los diversos miembros del cuerpo tienen para compartir todo y cuidarse los unos a los otros, es decir, los miembros del cuerpo tienen ciertas obligaciones los unos para con los otros (1 Co.11.17-29).
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En Efesios 4.4-16, Pablo destaca el carácter de la iglesia como un organismo integrado por miembros llenos de vitalidad, cuya cabeza es Cristo y que tiene en el Espíritu Santo al agente que articula esa unidad viviente. La figura en este pasaje surge de la enseñanza que Pablo da sobre la divina provisión hecha, para la edificación de todos los creyentes, por medio de los dones que el Señ~r ~s~~ndido ha dado a la iglesia. Esto es indicación de que el cuerpo es uno e indivIsible. Esta unidad no es creación humana, como tampoco puede
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
ser destruida por los seres humanos. La exhortación es que la guardemos en sus manifestaciones mediante un trato amoroso y humilde con nuestros hermanos. Además, hay una norma de perfección, que es "la plena estatura de Cristo" (v. 13), que a su vez funciona como meta para el desarrollo y crecimiento del cuerpo. Por otro lado, para este desarrollo es necesario que cada "ligamento," o sea, cada miembro, asuma el deber de suplir algo para el bien de la totalidad del cuerpo, según el don que el Señor haya concedido a cada uno (vv. 7, 11). El que no contribuye al crecimiento y al bienestar del cuerpo mediante la administración del don que ha recibido, perjudica a todo el organismo. Esta figura enfatiza la necesidad de un crecimiento armonioso, en la medida que cada miembro atiende fielmente a su función particular en relación con la cabeza y los demás miembros (Ef. 4.4). Como el cuerpo de Cristo, la iglesia es la extensión del ministerio de Cristo aquí en la tierra. La iglesia debe hacer la obra de Cristo y en lugar de Cristo (Jn. 14.12). La iglesia es un cuerpo viviente (1 Co. 12.27), en el que Cristo es la cabeza (Col. 2.19), y los creyentes son miembros unos de otros. En el Nuevo Testamento el crecimiento cristiano es entendido no primariamente como el cultivo del alma individual, sino como el crecimiento en salud y madurez de todo el cuerpo. En este sentido, a veces el énfasis cae sobre la cabeza (Ef. 4.15, 16). Otras veces el énfasis cae sobre los miembros (1 Co. 6.12-20). y aun otras veces el énfasis cae sobre el cuerpo como un todo (1 Co.
12.12-28). Además, la iglesia como cuerpo de Cristo es el organismo viviente en el que se manifiesta el Espíritu de Cristo. En este sentido, la iglesia es el órgano por medio del cual Cristo continúa estando presente en el mundo, interviniendo de manera redentora en la historia. Esto no significa que la iglesia sea "humanadivina" en el sentido en que Cristo es totalmente humano y totalmente divino. No es necesario que lo sea porque el misterio de la encarnación ya está cumplido en Cristo. Pero sí es cierto que la autoridad y el poder que operó en Cristo le han sido dados a la iglesia, para que en el nombre de Jesús haga obras similares a las de él, "y aun las hará mayores" (Jn. 14.12).
Giovanni Miegge: "La imagen del cuerpo de Cristo implica la idea de una presencia real, actual de su Señor en la Iglesia: 'He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo' (Mat. 28:20). Con esta presencia se relaciona todo lo que de más alto, gozoso, triunfal siente y piensa la Iglesia de sí misma; la certeza de ser más que una sociedad empírica, de ser portadora de un misterio y de un destino divino, contra el cual ni 'las puertas del Hades' prevalecerán (Mat. 16:18). En esto está el secreto de la altísima conciencia de sí de la Iglesia antigua, y de todos los tiempos, en particular de la Iglesia católica: conciencia a la cual le conviene retornar siempre, si quiere pensar altamente y querer firmemente en el servicio de su Señor."2
, Miegge. Pro fideo 114.
La Iglesia del nuevo mileruo, una eclesiología para el nuevo siglo
EJERCICIO 47 Con la ayuda de una concordancia bíblica, buscar por lo menos cinco pasajes en el Nuevo Testamento que hablen de la iglesia como el cuerpo de Cristo:
1. 2.
3. 4.
5.
_ La iglesia como campo de cultivo de Dios En 1 Corintios 3.6-9, Pablo describe la vida de la iglesia en estos términos: "Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer. El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios:' La idea principal detrás de estas palabras del apóstol es la de una parcela de tierra cultivada, un huerto o campo de labranza, de donde el Labrador divino espera sacar fruto para su provecho y gloria. La idea ya se encuentra en el Antiguo Testamento con referencia a Israel (la viña de Dios, Is. 5.1-7; 27.2, 3) yen la enseñanza parabólica de Jesús (Mt. 21.33-41).
_ La iglesia como la nueva creación de Dios Son bien conocidas las palabras de Pablo en 2 Corintios 5.17, donde dice: "Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación." Esto que es cierto de cada creyente individual, también lo es respecto del conjunto de creyentes, que es la iglesia. La comunidad de fe está compuesta de personas nuevas. En realidad, este versículo se interpreta mejor desde una perspectiva corporativa que individual. La nueva creación a que hace referencia no tiene tanto que ver con el individuo como con la iglesia. Como indica Pablo en Efesios 2.14, 15, Cristo llevó a cabo su obra redentora y reconciliadora "para crear en sr mismo ... una nueva humanidad." Estos nuevos seres humanos están comprometidos a ser portadores de la luz (Ef. 5.7-9), Y lo hacen desde su compromiso colectivo en la comunión de los santos.
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En Gálatas 6.15, Pablo hace referencia otra vez a esta "nueva creación." El contexto muestra la manera maravillosa en que Dios ha obrado de modo de ~upe.rar la alienación entre judíos y gentiles en esta nueva creación, que es la Igle~la (ver Ef. 2.15). De este modo, la comunidad cristiana primitiva percibía con claridad el carácter de su propia vida común como una nueva realidad surgida
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
de la mano creadora de Dios a través de Cristo. Como indica Juan Driver: "El verdadero carácter de Cristo se comunica con claridad únicamente cuando la iglesia hace visible en el mundo la alternativa mesiánica de una nueva creación."3
Juan Driver: "La iglesia es el lugar donde, mediante un nuevo acto creador, Dios ha inaugurado su comunidad reconciliada. La presencia de esta comunidad de la nueva creación recuerda al mundo su condición perdida (Fil. 1.27, 28). En realidad, la iglesia es tanto signo de salvación como señal de juicio, dependiendo de la respuesta que dé el mundo a su testimonio. Esta dimensión misionera de la comunidad de la nueva creación es clara a la luz de la metáfora veterotestamentaria del pueblo de Dios como signo de atracción a la vista de todos los reinos de este mundo."4
_ La iglesia como pámpanos en la vid Nadie mejor que Jesús enseñó esta rica imagen de la iglesia (Jn. 15.1-16). Según él, la relación entre él y su iglesia, y las relaciones entre los integrantes de la misma están definidas por una ligazón estrecha: ''Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada" (v. 5). Esta figura de la vid y las ramas viene del Antiguo Testamento, donde se refiere a la nación de Israel (Is. 5.1-7; comp. Sal. 80.8-13). La imagen subraya la vitalidad e íntima unión de los "pámpanos" o "ramas" (miembros) del nuevo organismo, que se constituye por Cristo unido con su iglesia. La finalidad del uso de esta figura estriba en el fruto que Dios desea ver en las vidas de los suyos, es decir, su semejanza a él. Como indica Ernesto Trenchard: "Ahora el Señor se manifiesta, y él llevará abundantemente el fruto que Dios requiere. Pero, en su gracia y su amor, asocia consigo a los 'sarmientos', para que juntamente sean la 'vid verdadera' que lleva fruto para Dios. Vemos la misma unión orgánica de todas las partes en un todo que se aprecia en el 'cuerpo'."5
_ La iglesia como un rebaño Ésta es una de las imágenes ecológicas más tiernas de todas las que se encuentran en el Nuevo Testamento. Esta calidez se percibe en la manera en que Jesús mismo construyó esta imagen: "No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino" (Le. 12.32). Con una visión extraordinaria, Jesús extendió el alcance de esta imagen a todos los tiempos, al punto que la misma nos incluye también a nosotros hoy. ''Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor" (Jn. 10.16).
3
Driver. Imágenes de una iglesia en misión. 76.
'/bid. 5 Ernesto Trenchard. Bosquejos de doctrina fundamental (Madrid, Editorial de Literatura Bíblica. 1 °7.
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197~).
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo En el último pasaje citado, nótese la diferencia entre un "redil," que encierra las ovejas mediante un cerco, y un "rebaño," que es un conjunto de ovejas que sigue al Pastor. Esto significa que en la iglesia no estamos sujetos por la fuerza de la ley, la voluntad férrea de algún líder, o el compromiso institucional, sino que en ella seguimos al Señor por el amor que le tenemos. La palabra "rebaño" encierra una nota de ternura y sugiere ideas tales como protección, guía, cuidado y buenos pastos, que se reciben todos de la mano del Pastor. 6 La figura del rebaño es bien conocida en el Antiguo Testamento y se aplica a Israel como pueblo de Dios. Jesús utilizó esta figura para referirse a sus seguidores (Jn. 10.7-16). Él se definió a sí mismo como el pastor de este rebaño, cuando dijo: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas" (Jn. 10.11). Son de destacar los conceptos sugeridos por esta figura: protección, guía, cuidado y nutrición. Los apóstoles emplearon esta figura con referencia a los pastores de los "rebaños" locales y sus especiales responsabilidades de pastoreo bajo la dirección del Príncipe de los pastores (1 P. 5.1-5; Hch. 20.28). Juan Driver: "La metáfora del pastor y las ovejas comunica poderosamente el carácter de la iglesia como comunidad en misión. Habla, en primer lugar, de un pueblo que ha sido salvado de la opresión de los poderes malignos, sean éstos seculares o religiosos, materiales o espirituales. Habla de la restauración mesiánica del pueblo de Dios, ofreciendo esperanza a los desesperados e identidad a los marginados. Apunta hacia la misión divina llevada a cabo en Cristo: la creación de una comunidad reconciliada y reconciliadora en que el verdadero sentido de la historia hallará su cumplimiento."7
EJERCICIO 48
Con la ayuda de una concordancia bíblica encontrar no menos de diez pasajes paulinos en los que se hable de la necesidad de "edificar" la iglesia. El apóstol Pablo habla a menudo del deber que tienen los cristianos de edificar la iglesia:
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(, ¡bid. 7
Driver. Imágenes de unQ, igl.esia en misión. 109.
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
MODELOS ESTRUCTURALES
Hay imágenes que pintan a la iglesia como una estructura determinada, es decir, subrayan a la relación subyacente y relativamente estable entre elementos, partes o pautas en un todo unificado y organizado. Cuando en el Nuevo Testamento buscamos estos cuadros estructurales que describen a la iglesia, nos encontramos con cuatro figuras o imágenes características.
_ La iglesia como edificio de Dios En 1 Corintios 3.9 Pablo habla de la iglesia como si fuese un edificio. "En efecto;' dice él, "nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son ... el edificio de Dios." En el contexto de este versículo, el apóstol pasa de una metáfora agrícola (1 Co. 3.5-9a) a una arquitectónica. En ambas imágenes, queda claro el concepto de que la iglesia es un equipo de trabajo organizado, con una misión específica que cumplir. En la figura del edificio, el fundamento es uno sólo, Jesucristo, mientras que los materiales con los que se sobreedifica son muchos, variados y diferentes. Esta imagen nos indica que la iglesia es el conjunto variado y armónico de una gran construcción con muchas alas y dependencias, pero construido sobre un mismo fundamento y con una terminación única. En Efesios 2.19-22, Pablo declara que todos los creyentes, sean judíos o gentiles, tienen entrada al Padre por el Hijo y en el poder del Espíritu para formar una nueva familia, "la familia de Dios." En este punto la metáfora sufre una modificación, y la imagen de la ''familia'' se transforma en la imagen de un "edificio," del que los apóstoles y profetas (antiguos y actuales) son el ''fundamento.''Toda esta estructura, a su vez, tiene su "piedra angular" en Cristo Jesús mismo. El Señor no sólo es el fundamento, sino también el armazón de este edificio espiritual. "En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu" (Ef. 2.21, 22). La figura llama la atención sobre la solidez de los cimientos, la firmeza tectónica de los muros, y la elevación del conjunto conforme a un proyecto bien trazado. El edificador de este edificio es Cristo mismo. Él afirmó: "edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella" (Mt. 16.18b). Ernesto Trenchard: "Esta figura del edificio aprovecha las profecías del Antiguo Testamento sobre la 'Piedra' como símbolo mesiánico (Sal. 118:22; Is. 28:16) y nos hace ver cómo los creyentes, sacados como Pedro de la cantera del mundo, pueden unirse sobre la base de la Persona y la obra de Cristo, llegando a ser, a pesar de su diversidad como personas, una unidad esencial (Juan 17:20-23), cumpliendo así los propósitos eternos de Dios. Pedro se vale de la misma figura en 1 P. 2:4-10; pasaje que se puede considerar como la explicación y el comentario que el apóstol hace de la declaración del Señor: 'Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia' ."8
6
Trenchard. Bosquejos de doctrina fundamental.
110. 111.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
EJERCICIO 49
Indicar el versículo bíblico que corresponda y transcribir las citas, La iglesia es comparada con un edificio en varios pasajes bíblicos:
Mateo 16, __ ,
1 Corintios 3, __ :
Efesios 2, __ :
1 Pedro 2.__ :
_ La iglesia como templo espiritual
Esta figura está relacionada estrechamente con la anterior, la de la iglesia como un edificio (1 Co. 3.9b-18). La manera en que Pablo introduce la imagen ("¿No saben ... ?" 1 Co. 3.16) es testimonio de ello. Según el apóstol, la iglesia es el lugar donde Dios mora. De allí la gravedad del intento de destruirlo, pues quien lo pretende sufrirá las consecuencias. El templo de Dios (la iglesia) es sagrado. Aparentemente, encontramos un anticipo de esta figura en las propias palabras de Jesús, según Juan 2.18-21. Jesús desafía a los líderes judíos, diciéndoles: "Destruyan este templo ... y lo levantaré de nuevo en tres días:' Inmediatamente Juan interpreta las palabras de Jesús y aclara que "el templo al que se refería era su propio cuerpo" (v. 21). Por cierto, que el ''templo'' en cuestión aquí no era el edificio dedicado al culto en Jerusalén, según mal interpretaron los judíos, (''Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?" v. 20), Más bien el santuario que se había de levantar en tres días era, en primer término, el cuerpo resucitado de Jesús. Sin embargo, como indica Ernesto Trenchard, "en vista de las revelaciones posteriores que fueron dadas a Pablo, podemos comprender que la frase encerraba un doble sentido, y que el 'templo' de su 'cuerpo' se refiere también a su 'cuerpo místico,' o sea: el conjunto de todos los fieles en Cristo, donde la gloria del Señor había de manifestarse en la nueva dispensación, de la forma en que se había manifestado anteriormente en el templo de Salomón."9 Precisamente, es el apóstol Pablo quien describe a la iglesia como un templo. En algunos pasajes, se combina la imagen del edificio con la del templo, o el
9
Ibid., 106.
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
edificio en cuestión es un templo. En Efesios 2.21,22, Pablo dice: "En él [Cristo] todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu." Ernesto Trenchard: "Es natural que un edificio llegue a ser también una morada, pero en este caso el que se digna residir en el edificio espiritual de la Iglesia no es otro sino Dios mismo, de modo que viene a ser un 'templo santo en el Señor.' La palabra griega traducida por 'templo' es "naos," o sea, 'un santuario': el lugar santísimo del templo donde la gloria de Dios se manifestaba .... La iglesia sustituye el templo de Salomón como lugar y medio para la manifestación de la gloria de Dios en la tierra. iSolemne responsabilidad que recae sobre cada miembro de la iglesia de ser tiel a su vocación!"lO
Esta figura enfatiza la finalidad a la que está destinada la construcción: se trata de un templo. En este templo, Cristo es el sumo sacerdote (He. 4.15). El deseo de Dios ha sido siempre el de morar en medio de su pueblo. Por eso este edificio debe servir primordialmente "para ser morada de Dios por su Espíritu." Evidentemente, no se trata de cualquier edificio sino de un edificio "espiritual." Pedro aclara esto cuando dice: "Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual' (1 P.2.5). La misma idea está detrás de las palabras de Pablo en 1 Corintios 3.16, 17, cuando dice: "¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo." Ahora, Pablo no afirma esto en relación con cada creyente individual, sino en relación con el conjunto de creyentes, es decir, en relación con la iglesia. De hecho, el contexto es claro en mostrar que Pablo está pensando en la comunidad como un todo y no tanto en los creyentes individuales.
_ La iglesia como columna y fundamento
Otra interesante figura estructural de la iglesia es la que Pablo presenta en 1 Timoteo 3.15, donde habla de la iglesia como la casa de Dios, la iglesia del Dios viviente, "columna y fundamento de la verdad." El término griego stylos es una palabra antigua para pilar o columna (Gá. 2.9; Ap. 3.12), mientras que "fundamento" (griego hedraioma), se refiere a aquello que apoya, soporta o sostiene (Col. 1.23; 2 Ti. 2.19). La figura enfatiza la doble función de la iglesia como medio de adornar la verdad de Dios en Cristo y de defender esa verdad de los ataques del enemigo. El cometido es sagrado: es dar a conocer a todos "el misterio de la piedad" en sus diversas facetas (1 Ti. 3.16). Willlam Barelay: "La idea aquí es que el deber de la iglesia es mostrar la verdad de tal manera que todos los hombres puedan verla. Es el deber de la iglesia mostrar y demostrar la verdad .... La iglesia es el puntal
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111.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo (hedraoioma) de la verdad. El puntal es el soporte del edificio. Mantiene al edificio en pie, derecho e intacto. En un mundo que no desea confrontar la verdad, la iglesia muestra la verdad para que todos la vean. En un mundo que muchas veces eliminaría alegremente la verdad no querida o molesta, la iglesia sostiene la verdad contra todos los que procuran destruirla."11
_ La iglesia como Candelabro La figura de la iglesia como candelero aparece en Apocalipsis 1.9-20. Dice el versículo 20: "Ésta es la explicación del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias:' El candelero o Candelabro en cuestión es la menorah del Antiguo Testamento, que tenía siete brazos y se utilizaba como objeto sagrado del culto, haciéndolo arder día y noche el) el tabernáculo. La figura destaca la finalidad principal de la iglesia, que es la de alumbrar a Cristo y reflejarlo (Ap. 1.12, 13).
MODELOS RELACIONABLES
Hay imágenes de la iglesia que tienen que ver con diferentes tipos de relaciones. Algunas apuntan a relaciones primarias y otras a relaciones secundarias. Desde esta perspectiva, el Nuevo Testamento presenta por lo menos cinco figuras o imágenes:
_ La iglesia como &1 nuevo Israel El pacto de Dios con Israel (Éx. 19.5, 6) terminó en fracaso (Ro. 10.16-21). Pero Dios no se ha quedado sin un pueblo que cumpla con su misión redentora, la que él se propuso llevar a cabo a través de Jesucristo. Es así que en su plan de salvación, Dios establece el Nuevo Israel (Gá. 6.16). Para los primeros cristianos esta imagen fue muy significativa, ya que identificaba a la iglesia como el pueblo elegido de Dios, en el cual las promesas de la historia de la salvación hallaban Su cumplimiento. De eSe modo, se concebían a sí mismos como el verdadero y nuevo Israel. Los que no eran pueblo de Dios, ahora eran "llamados hijos del Dios viviente" (Ro. 9.26) y "pueblo que pertenece a Dios" (1 P. 2.9). La imagen de la iglesia como "pueblo de Dios" fue probablemente la primera y la más fundamental para la auto-comprensión de la iglesia. La frecuencia COh que la imagen se menciona en el Nuevo Testamento es prueba de esto. SOh numerosos los paSajes que hablan de la iglesia como "pueblo de Dios." '-O
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" William Barday, The Letters to Timothy, Titus. Philemon (Edimburgo, The Saint Andrew Press. 19 62 ). 103.
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
Juan Driver: "La comunidad mesiánica asumió sin más la imagen de pueblo de Dios para expresar su auto-comprensión eclesiológica. Jesús comprendió que era su misión cumplir la ley y los profetas. Y la comunidad del Mesías se comprendía como verdadero pueblo de Dios, el verdadero Israel de Dios (Gá. 6.16), el verdadero 'linaje de Abraham' (Gá. 3.29), la verdadera 'circuncición' (Col. 3.3), el verdadero 'templo' (1 Co. 3.16), la verdadera congregación (ekklesía) de Dios. Estas referencias en el Nuevo Testamento a metáforas relacionadas con la condición de pueblo fortalecían más la auto-comprensión de la comunidad mesiánica como pueblo de Dios."12 El cuadro del olivo que presenta Pablo en Romanos 11.17-24 es una ilustración clara de este concepto de la iglesia como pueblo de Dios.
_ La iglesia como la esposa de Cristo Esta imagen o figura de la iglesia como esposa está tomada del Antiguo Testamento. Oseas desarrolló dramáticamente esta imagen (Os. 2.19, 20). Isaías la utilizó para ilustrar la relación vital entre Dios y su pueblo (Is. 54.5). Tan fuertemente instalada estaba la idea del pueblo escogido como esposa de Dios, que su olvido del Señor y su compromiso con la idolatría es considerado como adulterio espiritual (Jer. 3.8, 14, 20). En el Nuevo Testamento la imagen es aplicada a la iglesia de Cristo, como pueblo redimido por el Señor. Esta figura tan conocida se menciona en dos ocasiones en las cartas de Pablo. La primera se encuentra en 2 Corintios 11.2, 3, donde el apóstol dice: "El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura. Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo." Nótese que en estas palabras el énfasis cae en la pureza y fidelidad de la esposa. La iglesia, como la esposa de Cristo, debe ser pura. La otra referencia a la iglesia como la esposa de Cristo es más recordada y se encuentra en Efesios 5.21-23. Dice Pablo: "Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo." Aquí el énfasis cae en la sujeción al esposo, el amor mutuo, y el proceso continuo de santificación llevado a cabo por el esposo (w. 25-27). Ernesto Trenchard: "Entre Cristo y su Iglesia, además de la unión vital que se simboliza por el cuerpo, existe amor mutuo y comunión, que hallan su expresión en la hermosa figura de la esposa .. ,. La figura de la 'esposa' hace posible presentar el amor mutuo entre ambos, y la obra del 'esposo' a favor de la amada hasta el día de la presentación última (Ef. 5.25-27)."13
" Driver. Imágenes de una iglesia en misión. 98 . •3 Trenchard. Bosquejo de doctrina fundamental. ll~. 113.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
En estos pasajes paulinos lo que se destaca en la imagen de la iglesia como la esposa de Cristo, es la comunión e íntima relación de la iglesia con su Señor. En otros textos, como algunos pasajes de Apocalipsis, la imagen tiene un claro sentido escatológico. El matrimonio espiritual entre Cristo y su iglesia será consumado cuando él retorne en gloria y reúna a su pueblo consigo. Las bodas del Cordero no se han cumplido todavía, pero se cumplirán al final del tiempo, en la plenitud de la consumación final. La esposa en estos textos es una prometida que espera a su novio hasta que él venga. Hay tres pasajes en Apocalipsis que presentan esta figura de la iglesia como esposa de Cristo. El primero está en Apocalipsis 19.7-9, donde el texto se refiere a la alegría de la boda celestial. "iAlegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente . ... iDichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!" El pasaje pone énfasis en la unión definitiva y permanente de Cristo con su esposa, la iglesia. El segundo pasaje se encuentra en Apocalipsis 21.2,9, donde se destaca el carácter consagrado de la prometida. "Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido .... Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con las últimas siete plagas. Me habló así: 'Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero':' Es evidente que el Cordero es Cristo, el esposo de la iglesia. Hablando de él y de la rel~ción de su ministerio con el de Jesús, Juan el Bautista señaló: "El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Ésa es la alegría que me inunda" (Jn. 3.29). El tercer pasaje en Apocalipsis dice: "El Espíritu y la novia dicen: 'iVen!"'(22.17). Aquí se presenta la relación de la esposa con el Espíritu, en el cumplimiento de la misión de anunciar las buenas nuevas tocantes a Jesús. Giovannl Miegge: "Cristo, en la Iglesia, está al mismo tiempo presente y no del todo presente todavía, presente y aguardado, y su presencia actual es sólo una promesa de su más plena presencia futura. La tensión de la espera es un momento necesario de la autoconciencia de la Iglesia. Hay en ésta un aspecto indeclinable de inadecuación, de insuficiencia, de humildad. La Iglesia debe guardarse de confundir una realidad plena de promesa, como la suya, con la plenitud de la realización de esas promesas. Debe alimentar en sí un sentido de nostalgia hacia una comunión más perfecta, frente a la cual la presente aparece como una realidad provisional, mediata."14
_ La iglesia como compañerismo espiritual Según la Biblia, la iglesia es un compañerismo espiritual muy especial. ¿Qué es lo que compartimos? Por un lado, la iglesia es la congregación de los santos. ce
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La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
Como dice el Salmo 89.7: "Dios es muy temido en la asamblea (ekklesia) de los santos; grande y portentoso sobre cuantos lo rodean." Por otro lado, la iglesia es la congregación de los rectos. En este sentido, el poeta bíblico nos dice: "Alabaré al Señor con todo el corazón en la asamblea (ekklesia) , en compañía de los rectos" (Sal. 111.1). La señal de este compañerismo espiritual se hace patente en dos elementos. Por un lado, en la unidad del Espíritu que la comunidad pone de manifiesto. Es por esto que, como indica Pablo, es necesario que nos mantengamos "siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor," y debemos esforzarnos "por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Ef. 4.2, 3). El otro elemento que pone en evidencia la calidad de nuestro compañerismo espiritual en la iglesia es el tipo de vida que vivimos. En Efesios 5.15-20, Pablo nos llama la atención sobre nuestra manera de vivir como individuos y como comunidad de fe.
_ La iglesia como familia o casa de Dios
Hay una diversidad de hijos en la familia de Dios. El apóstol Pablo menciona por lo menos a judíos y a gentiles como parte de la misma familia formada por Cristo. Y señala que "por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu" (Ef. 2.18). De esta manera, la iglesia se configura como una familia de Dios, en la que sus integrantes son "hermanos" en el sentido más pleno del término. No lo son en el sentido de una mera camaradería, simpatía o familiaridad natural, sino que se llaman hermanos en un sentido escatológico fundado cristológicamente: son "hermanos en Cristo" (Col. 1.2). Es por la adopción del Padre a través del Hijo en el poder del Espíritu Santo, que la iglesia se constituye en familia. Marcelino Legido López: "Ha sido, en verdad, constituida por la obra escatológica del Padre por el Hijo en el Espíritu. La han constituido el Padre de nuestro Señor Jesús Cristo y Padre nuestro; Jesús, el Cristo, su Hijo, Señor nuestro, y el Espíritu del Padre y de su Hijo Jesús Cristo. La obra ha consistido en una apropiación y santificación de la comunidad, que la ha convertido en comunidad de santos, que la ha hecho familia de hijos y hermanos. La comunidad aparece como una fraternidad en el mundo, pero constitutivamente es la familia de Dios."15
Los miembros de esta familia no lo son por naturaleza, sino por adopción. Ésta es una familia muy especial porque la relación con el Padre es a través de la fe. Se trata de lo que Pablo denomina como la "familia de la fe" (Gá. 6.10). Pero también se trata de una "casa espiritual," para utilizar la expresión de Pedro (1 P.
2.5). En otros pasajes, como 1 Timoteo 3.15, 2 Timoteo 2.20, Y Hebreos 3.6 Y 10.21, la frase "casa de Dios" no se refiere tanto a un edificio como al conjunto de personas que viven en una casa y mantienen una relación filial entre sí, es decir, la familia que vive bajo un mismo techo.
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Legido López. Fraternidad en el mundo.
2,07. 2,08.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
EJERCICIO 50 Colocar los pasajes bíblicos en el título que corresponda. El Nuevo Testamento da ciertos títulos especiales a los miembros de la Iglesia. Los creyentes son hijos adoptados por Dios, hijos de Dios, herederos de Dios.
HIJOS ADOPTADOS:
HIJOS DE DIOS:
HEREDEROS DE DIOS:
Pasales: Le. 20.36; Jn. 1.12; Ro. 8.14; Ro. 8.15; Ro. 8.16; Ro. 8.17; Ro. 8.21; Ro. 9.26; 2 Co. 6.18; Gá. 3.29; Gá. 4.5; Gá. 4.6; Gá. 4.7;Tit. 3.7; He. 1.14; He. 6.17; 1 Jn. 3.10.
_ La iglesia como ciudad celestial En Apocalipsis 21.1-4 y 10, 11 se presenta la imagen de la iglesia como una ciudad celestial. La figura destaca el origen celestial de esta nueva relación social, su pureza y perfección. Todo en esta ciudad habla de luz, gloria y perfección. El "santuario" que fue el lugar de la manifestación de la gloria de Dios en la tierra, llega a ser ahora el foco de su resplandeciente luz en la edad eterna (Ap. 21.22,23). El autor de la carta a los Hebreos dice sobre el particular: "Ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa, a la iglesia (ekklesia) de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección" (12.22,23). Se trata, pues, de una sociedad perfecta en la que impera la seguridad, el orden, la justicia, la paz y la verdadera libertad, y todo esto con la realidad de que Dios mora en medio de ella.
MODELOS PERSONALES
De todas las imágenes o cuadros de la iglesia que presenta el Nuevo Testamento, los más profundos emotivamente son aquellos que describen a la iglesia como una persona, que tiene con el Señor un profundo grado de relación personal.
La función de la Iglesia: Una comunidad dinámica
Esta personificación de la comunidad de fe destaca el carácter amoroso, íntimo y confiado de la relación que mantiene con el Señor. En este sentido, hay dos figuras o imágenes que se destacan.
_ La Iglesia como una virgen pura Pablo dice en 2 Corintios 11.2 en relación con los creyentes de la Iglesia de Corinto: "El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura." En estas palabras, el apóstol está repitiendo una metáfora bastante frecuente en el Antiguo Testamento, es decir, la imagen del pueblo de Dios como una virgen a quien el Señor toma como esposa (Is. 54.5; 62.5). La imagen que utiliza el apóstol está tomada de las costumbres que regían el compromiso matrimonial judío. Era natural, entonces, que Pablo utilizara la metáfora del matrimonio para caracterizar a la Iglesia de Corinto como esposa de Cristo. Se esperaba que la prometida, al momento de la boda, fuese virgen. El adjetivo que califica al término ''virgen'' es hagnos y en su aplicación en este contexto expresa la idea de santidad. La palabra hagnos aparece aquí y en varios otros pasajes con esa connotación (2 Co. 7.11; Fil. 4.8; 1 Ti. 5.22; Stg. 3.17; 1 P. 3.2; 1 Jn. 3.3). La idea fundamental de la palabra parece ser la de libertad de la impureza y la contaminación en un sentido ético. De esta manera, Pablo aplica la figura a la relación íntima y pura que ha de mantenerse entre la iglesia y el Señor, y enfatiza la pureza que debe caracterizar a la iglesia.
EJERCICIO 51
Con la ayuda de una concordancia bíblica, buscar diez pasajes en los profetas del Antiguo Testamento que hablen del pueblo de Dios (Israel) como una virgen. 1. ______________________
2. _____________________
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10.,___________________
_ La iglesia como una señora elegida Ésta es la imagen que utiliza el apóstol Juan en su segunda carta, en la que escribe "a la señora elegida y a sus hijos" (2 Jn. 1, 4, 13). La señora elegida en estos versículos es muy probablemente una iglesia local. Evidentemente, es una iglesia a la que aman todas las personas que conocen la verdad (v. 1). El versículo 4 dice que algunos de los hijos están caminando en la verdad o poniéndola en
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo
práctica. En los versículos 4, 8, 10, 12 el autor se dirige evidentemente a un grupo ya que utiliza un pronombre plural, lo cual muy probablemente sugiere una iglesia local. Pedro usa casi exactamente la misma frase cuando envía saludos de la elegida o escogida (la forma es femenina), que está en Babilonia (1 P. 5.13). La figura subraya el carácter de lealtad absoluta, castidad y amor incorrupto que ha de informar la relación matrimonial entre el Señor y su iglesia.
(*) TAREA 10
Capítulo 11
Una comunidad " . neumatlca La iglesia de Jesucristo es una comunidad neumática. Con esto quiero decir que es una comunidad que está fundada sobre la vida y la obra del Espíritu Santo, que la habita y opera a través de ella. Según el testimonio del Nuevo Testamento, existe una continuidad dinámica entre la misión de Jesús y la misión de la iglesia. Todos los Evangelios Sinópticos, que describen el ministerio de Jesús, tienen un final que indica el rumbo de la misión de la iglesia (Mt. 28. 19, 20; Mr. 16.15; Lc. 24.45-48). En el caso particular de Lucas, esta continuidad histórica de la misión de Jesús en la iglesia es afirmada con mayor énfasis. En las últimas líneas de su Evangelio, Lucas recuerda la promesa de Jesús: "Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto:' Es haciendo referencia a esta misma promesa que Lucas comienza su relato de las primeras experiencias misioneras de la iglesia. "Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado." El elemento conectivo entre ambas misiones-la de Jesús y la de la iglesia es el Espíritu Santo. El mismo Espíritu Santo que obró poderosamente a lo largo del ministerio de Jesús (Lc. 3.16,22; 4.1,14), es el que opera en la iglesia y la llena de poder para ir al mundo con el testimonio del evangelio del reino. Como señala Yves M.J. Congar: "Para los Hechos de los apóstoles, el Espíritu Santo es esencialmente el principio dinámico del testimonio que asegura la expansión de la Iglesia."l En este sentido, de todos los recursos posibles para la iglesia, el Espíritu Santo es el más accesible y el más poderoso. El Espíritu Santo es el gran recurso y asistente con el que cuenta la iglesia para el cumplimiento de su misión. Jesús fue bien claro cuando prometió: "cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos ... hasta los confines de la tierra" (Hch. 1.8). Juan Driver: "La actividad de Dios en el mundo, sea en la creación o en la nueva creación, es esencialmente pneumática, es decir, depende de su Espíritu. Por eso la participación del pueblo de Dios en la misión divina
•Yves M.J. Congar, El Espíritu Santo (Barcelona: Editorial Herder, 1983), 71.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo también ha de ser pneumática y carismática, es decir, mediante el poder de su Espíritu y dependiendo de los dones de su gracia."2 Afirmar que la iglesia de Jesucristo es una comunidad neumática significa siete cosas. La comprensión de cada una de estas afirmaciones es fundamental para que la iglesia sea verdaderamente la iglesia y para que lleve a cabo su misión contando con la plenitud de sus posibilidades.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD CREADA POR EL EspíRITU
"Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado" (Hch. 1.4, 5). De esta manera el Señor anticipó cómo el Espíritu Santo habría de ser el gestor de ese fenómeno que llamamos iglesia. El Espíritu es el cumplimiento de la promesa del Padre hecha a través del Hijo. Completada la obra redentora de Cristo, el Espíritu Santo viene para transformar la vida de los seguidores de Jesús y constituirlos en una comunidad de fe. La iglesia adquiere su existencia histórica como comunidad polifacética y múltiple, pero al mismo tiempo una, gracias a la obra gestadora del Espíritu (1 Co. 12.13, 14). El Espíritu Santo es el que constituye o da existencia a la iglesia al poner a las personas que han confiado en Cristo en comunión unas con otras y al ligarlas a todas con Cristo Jesús. Es por eso que la iglesia es la comunión del Espíritu Santo. Como señala Paul S. Minear: "Donde se habla de la iglesia como santos, se supone que el poder del Espíritu Santo está obrando allí."3 Donde el Espíritu Santo no está presente, no hay comunión; y donde no hay comunión, no hay iglesia. Por medio del Espíritu, la iglesia deja de ser una mera organización para transformarse en una verdadera comunión espiritual, íntimamente relacionada con Jesucristo y los unos con 105 otros (1 P. 2.5). La esencia misma de la iglesia consiste en el hecho de que la iglesia es la koinonía del Espíritu Santo. Su existencia misma depende de él, ya que los dones con los cuales la comunidad de fe cumple su misión se consiguen en y por medio del Espíritu. El Espíritu es quien coloca a los creyentes en una correcta relación con Cristo. Es él quien nos convence de nuestro error en cuanto al pecado (Jn. 16.8) y quien "le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios" (Ro. 8.16). Es él quien también nos lleva a la salvación al evocar en nosotros la fe y movernos a confesar: "Jesucristo es el Señor" (1 Co. 12.3). El Espíritu no sólo nos coloca en una correcta relación con Cristo, sino que también nos coloca en una correcta relación con otros en Cristo (Ef. 4.3-6). Cuando Cristo es el centro de la vida, el Espíritu hace que personas totalmente diferentes, pero que tienen a Cristo, se encuentren en ese centro. Por eso, el Espíritu Santo es el agente activo en la formación de la iglesia. j' N
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'Driver. Imágenes de una iglesia en misión, 16~. Minear, Images ofthe Church in theNew Testament, 13 7.
3
La función de la Iglesia: Una comunidad neumática
Marcelino Legido López: "El Hijo es el mediador, el lugar del encuentro y de la comunión. Pero este encuentro y esta comunión no son más que participación en la comunión y el encuentro del Padre y el Hijo en el amor del Espíritu. Por eso la comunidad es don del don, don en el don del Espíritu. La fraternidad es el anticipo y las arras del Espíritu en la creación yen la historia, porque en ellas se realiza ya la filiación y la fraternidad en la unidad del amor del mismo Espíritu. Los hermanos sólo podrán saber lo que es ser hermanos, si se han adentrado en este abismo del amor. Y sólo podrán ser fraternidad y fermento de fraternidad en el mundo, hasta que el universo entero se convierta en mesa compartida de fraternidad, si viven en la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu."4
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD RENOVADA POR EL EspíRITU
Renovación es el proceso de restauración a un estado anterior mejor o a un nuevo estado, pero superior cualitativamente a todo lo anterior. Renovación involucra la restauración de la vitalidad, el vigor y la actividad. La expresión "renovación espiritual" se aplica a la vida espiritual del individuo y de la iglesia en el sentido de una nueva conciencia de poder y vitalidad espiritual, que es obrada por el Espíritu Santo. Dijo Jesús a sus discípulos: "No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre-Ies contestó Jesús. Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testígos ... hasta los confines de la tierra" (Hch. 1.7,8). El Espíritu Santo es quien renueva la vida y el testimonio de la iglesia. Él renueva nuestra adoración, oración, devoción, comprensión de su Palabra, relación unos con otros, predicación, servicio, y todo lo que hacemos en su nombre. La renovación de la iglesia es la gran necesidad del momento en todo el mundo. El Pacto de Lausana afirma: "La evangelización mundial será una posibilidad real sólo cuando el Espíritu renueve a la iglesia en sabiduría, fe, santidad, amor y poder." Gracias a Dios, en los últimos años y en muchos aspectos, se percibe un creciente proceso de renovación espiritual en las iglesias evangélicas en América Latina. Se espera que este proceso resulte en un mayor compromiso misionero y de transformación social por parte de las iglesias. CLADE 111: "El avance misionero siempre ha surgido de la vitalidad espiritual en momentos de renovación. Para ser misionera la iglesia en América Latina debe renovar su dependencia del Espíritu y entregarse a la oración. Así podrá responder al desafío de proclamar todo el evangelio desde América Latina a todos los pueblos de la tierra."5
+Legido López, Fraternidad en el mundo, 198. 5
ClADE IlI. 861.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
El Espíritu Santo es la fuente de poder que la iglesia necesita para dar su testimonio al mundo a favor de Cristo y de su reino. Él es quien provee la fuerza (dynamis) necesaria para que la iglesia realice su misión en el mundo. En el Nuevo Testamento este poder está vinculado con la proclamación del evangelio del reino, la sanidad de los enfermos, la liberación de los oprimidos y el anuncio de las buenas nuevas a los pobres (Le. 4.18, 19). Éstas fueron las prioridades de Jesús y deberían ser las prioridades de sus discípulos hoy. El Espíritu también se hace presente en la iglesia como poder creativo, que produce vida nueva, una voluntad nueva, nuevos sentimientos e incluso nuevos poderes espirituales, psicológicos y físicos. Ésta es la razón por la que el Espíritu Santo no puede ser reducido a una fórmula o encasillado en una definición. Él trasciende todo lo que podamos decir de él, porque en su profundidad, plenitud y poder él representa una realidad y acción que "no pueden expresarse con palabras" (Ro. 8.26). Emit Brunner: "Así como la vida natural escapa a toda definición, tanto más ocurre con la vida 'en el Espíritu.' El concepto que en el testimonio apostólico se refiere con más frecuencia a este lado paradójico de su operación es el de dynamis. Pablo no se presenta con 'palabras sabias y elocuentes sino con demostración del poder del Espíritu'. De este modo también los nuevos, maravillosos, y para nosotros, realmente, de alguna manera extraños 'poderes' que están activos en la comunidad, están referidos a esta operación (1 Co. 12.6).
El poder del Espíritu, que es dado a la comunidad con la Palabra de Cristo, cala hondo en el inconsciente, incluso en el reino orgánico y físico, y debemos tener cuidado de juzgar los milagros del Espíritu Santo con la vara de nuestro racionalismo 'iluminista'."6 El Espíritu Santo es quien, en su poder, actualiza la obra redentora y reconciliadora de Cristo en la iglesia. La obra redentora de Cristo ya fue llevada a cabo y está completa. La reconciliación obrada por él a través de su muerte y resurrección es un hecho inscripto en el pasado, pero que tiene que ser actualizado en la vida y el testimonio de la iglesia. La fe cristiana no se reduce a una fe en los hechos redentores de Dios a través de Cristo en el pasado. Esta fe tiene que ver con la obra redentora y reconciliadora presente de Dios en Cristo. Todo el Nuevo Testamento testifica de esto. Emit Brunner: "La fe no es la mera memoria de un evento pasado, sino vida y actividad en la presencia de él que crea de nuevo y está él mismo presente en sus dones. A la pregunta: '¿De qué manera puede transformarse el tiempo perfecto de la historia de salvación en el tiempo presente de la experiencia de salvación y comunión con Dios?' la escritura, y con ella la iglesia, responde refiriéndose al Espíritu Santo y su obra en los corazones de los fieles y en la comunidad cristiana."7
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• Brunner, Dogmatics, 3:15. 7 !bid., 3:8.
La función de la Iglesia: Una comunidad neumática
-- .. _---- ................. _--------- ...... --_ ........ -................. _--- .....----- ..... _-- ................. _.. _-.. _---- ..... __ ....... _..... ---_ ......._-_ .. EJERCICIO 52 Colocar la letra que corresponda. En el Nuevo Testamento hay muchos pasajes que relacionan a los hechos redentores de Cristo en el pasado con su contemporaneidad en la experiencia presente del creyente:
_ "Cristo vive en mí"
A. Juan 15.4
_ "Cristo permanece en mí"
B. 2 Corintios 13.5
_ "Cristo está en mf'
C. Gálatas 2.20
_ "Cristo habita en mi corazón"
D. Efesios 3.17
_ "Cristo en mí"
E. Colosenses 1.27
_ "Dios en mí"
F. Colosenses 3.3
_ "Con Cristo en Dios"
G. 1 Juan 4.16
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD UNGIDA POR EL EspíRITU
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse" (Hch. 2.1-4). La unción de la iglesia no es diferente de la unción que impulsó al Mesías Jesús. El Señor destacó el carácter de esta unción en su famoso discurso en la sinagoga de Nazaret, que comenzó con la lectura de Isaías 61.1, 2: "El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor" (Le. 4.18, 19). Debe notarse que Jesús no fue ungido por el Espíritu al momento de su discurso en Nazaret, sino que ya había sido lleno del Espíritu en ocasión de su bautismo (Le. 3.21, 22), antes de las tentaciones en el desierto (Le. 4.1) Y en su viaje de regreso a Galilea (Le. 4.13). Lo que Jesús expresó al aplicar el pasaje mesiánico de Isaías fue que su vida y ministerio estaban saturados de la presencia y poder del Espiritu de Dios. Así debe ser en la vida y ministerio de la iglesia. La unción y la presencia del Espíritu so~re nosotros no son separables, sino que una cosa consiste en la otra. El Espíritu nos unge estando sobre nosotros y porque está sobre nosotros es que nos unge. Ésta fue la experiencia que vivieron los primeros cristianos en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo que ya moraba en su ser interior (de otro modo no
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo habrían sido creyentes) llenó sus vidas. La m<'lnifestación de esta profunda experiencia espiritual fue un fenómeno audible ("vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento," Hch. 2.2a), sensible ("viento [que] llenó toda la casa donde estaban reunidos;' Hch. 2.2b), y visible ("se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego," Hch. 2.3a). La ''Violenta ráfaga" de Dios debe soplar entre los creyentes, para que éstos comiencen a hablar lo que el Espíritu Santo quiera darles para hablar. Ahora, la unción de Jesús (y la de la iglesia) es con una finalidad, es "para" algo, tiene un propósito específico en términos de la misión de Dios en el mundo; es "para anunciar buenas nuevas a los pobres." Pedro, hablando a Cornelio y a los de su casa, hace una síntesis del misterio de l<'l salvación que les anuncia. Su centro es Jesús, que por la unción del Espíritu Santo recibió poder de Dios para ser el Mesías (Hch. 10.37, 38). Pero esta unción de la que habla Pedro hay que entenderla no como un hecho realizado de una vez para siempre, sino como un proceso creciente que se extiende ahora a la iglesia, que es su cuerpo (Hch. 2.32,33). Carlos Bravo G.: "... la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, es su permanencia y prolongación en el mundo y la historia, graci<'ls a que Jesús la ha ungido y unido a sí al enviarle al Espíritu Santo; pero esa unción la hace prolongación de Cristo no bajo el aspecto de la Encarnación,-como si fuéramos 'otros Cristo' ... -sino bajo el aspecto de su Medianidad, es decir, de la continuación a lo largo de la historia de su misión liberadora, gracias a la permanencia del Espíritu en la Iglesia, por quien tiene cuerpo y presencia en la historia:'8
Es a esta unción del Espíritu a la que se refiere Pablo, cuando amonesta: "No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu" (Ef. 5.18). Lejos de obnubilarnos o distraernos, la fuerza de la unción del Espíritu es la que nos da el poder y la autoridad necesarios para actuar en su nombre y bendecir a las naciones.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD GUIADA POR EL EspíRITU
El apóstol Pablo afirma que "todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios" (Ro. 8.14). La iglesia no se guía buscando el consejo ni la sabiduría humana. La iglesia se mueve siguiendo obedientemente la guía que viene del Espíritu, y esto ocurre cuando la iglesia está sujeta a su cabeza, que es Cristo. El Espíritu guía a su iglesia mediante los dones de revelación y a través del anuncio profético de la palabra de Dios. En la vida de la congregación, esta acción del Espíritu se verifica mediante el ejercicio responsable de los dones carismáticos correspondientes y especialmente a través de la predicación inspirada. El Nuevo Testamento nos ofrece varias ilustraciones de la manera en ce .... N
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Carlos Bravo G., Una eclesiología desde América Latina: el éxodo hacia el reino (México: Centro de Reflexión Teológica, 19 8 :,Ü,159.
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La función de la Iglesia: Una comunidad neumática
que hombres y mujeres llenos del Espíritu predicaron la verdad revelada (Hch. 4.8). Es este tipo de dirección inspirada la que más necesitamos hoy en nuestras iglesias en América Latina. Una predicación fundada en las Sagradas Escrituras y saturada del poder del Espíritu Santo, no sólo alimenta a la congregación sino que la guía en la dirección del cumplimiento de los propósitos eternos de Dios en Cristo Jesús.
Michael Green: "Una de las mayores debilidades de la cristiandad contemporánea es la pobreza de su predicación. Muchos clérigos la consideran como una tarea inferior y muchas congregaciones se quejan si el sermón dura más de diez minutos. Parece haber poca expectativa en cuanto a que el Espíritu de Dios pueda estar allí presente obrando para hacer llegar a destino la palabra del mensaje. Mensaje éste que uno esperaría como preparado y puesto en oración en presencia del Espíritu de tal manera que la predicación (o por lo menos parte de la misma) se haga luminosa, capaz de obrar cambios en la vida de alguno de los allí congregados."9 Además, el Espíritu guía a la iglesia a través del consenso de los hermanos. En realidad, el consenso unánime bajo la guía del Espíritu es la mejor manera de tomar decisiones en la iglesia. Tradicionalmente en medios evangélicos en América Latina se ha enseñado que el Espíritu guía a la iglesia en la toma de decisiones y que lo hace mediante la voluntad de la mayoría, expresada a través del voto en una asamblea de negocios. Tengo la impresión de que este concepto o interpretación de la democracia congregacional no es bíblico ni práctico. La iglesia del Nuevo Testamento no se guiaba mediante el voto de la mayoría, sino en base al consenso de todos los hermanos bajo la guía del Espíritu. Esto es lo que ocurrió en el Concilio de Jerusalén (Hch. 15.6-35). En el curso del debate se presentaron varias opiniones (de los apóstoles, ancianos, Pedro, Bernabé, Pablo, Jacobo, y otros). Luego, "pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia" tomar una decisión práctica (Hch. 15.22). En la carta que enviaron a los creyentes gentiles, expresaron su consenso; "Nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo elegir varones y enviarlos a vosotros" (Hch. 15.25). Pero dejaron bien en claro que tal consenso fue alcanzado no sólo a través del diálogo e intercambio de ideas, sino bajo la dirección del Espíritu Santo: "ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros ... " (Hch. 15.28). El Espíritu Santo guía también a la iglesia a través de las decisiones de sus líderes. Así ocurrió en la Iglesia de Antioquía en ocasión de la selección y dedicación de Bernabé y Saulo para la obra misionera. Los líderes de aquella iglesia-profetas y maestros-estaban ministrando al Señor y ayunando cuando el Espíritu Santo les dio una consigna bien clara para toda la iglesia: "Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado" (Hch. 13.2). Fueron ellos también quienes después de ayunar y orar, les impusieron las manos Y los despidieron (Hch. 13.3). Esto pone sobre los líderes una carga de responsabilidad bien grande. Cuando los líderes abusan de esta capacidad y autoridad de ser instrumentos
9
Green. Creo en el Espíritu Santo. 133. 134.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
en las manos del Espíritu para la dirección y orientación de la iglesia, se cae fácilmente en autoritarismo y en otros abusos. Una congregación madura, que tiene la bendición de contar con líderes maduros, experimentará la dirección del Espíritu a través de aquellos hombres y mujeres a quienes reconoce autoridad espiritual.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD DOTADA POR EL EspíRITU
"Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina" (1 Co. 12.4-11). Tanto la estructura como la misión de la iglesia deben estar definidas por el ejercicio de los dones que Dios ha dado a cada uno de sus miembros. "Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas" (1 P. 4.10). Mientras la comunidad como un todo sirve al Señor llena de su Espíritu, cada creyente en particular edifica la iglesia mediante el ejercicio de los dones espirituales que ha recibido. Por eso, la iglesia debe ser expresión de la fuerza del Espíritu. "No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu-dice el Señor Todopoderoso" (Zac. 4.6). La iglesia, como comunidad carismática, debe ser testimonio vivo de la abundante gracia dada por Dios. "A cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones. Por esto dice: 'Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres'" (Ef. 4.7,8). Los dones del Espíritu Santo no son talentos o pericias naturales potenciados. Ellos son el resultado de la gracia de Dios en nuestras vidas. Son producto de una dación y no el fruto de la educación. Son manifestación de la gracia del Señor y no el producto del esfuerzo humano. Tienen que ver con el poder de Dios y no con la capacidad humana. Los dones del Espíritu son capacidades singulares dadas por Dios a cada creyente con el propósito de liberar un ministerio lleno del poder del Espíritu Santo, en una situación determinada o de manera continuada. Ellos son las herramientas de trabajo fundamentales para el cumplimiento de la misión cristiana y nuestra operación como siervos del reino de Dios. El deseo de Dios es que a todos los recursos naturales con los que él nos ha dotado, agreguemos estas herramientas poderosas a fin de que, usando responsable y poderosamente todas estas capacidades, podamos ser más efectivos en el cumplimiento de nuestro ministerio en la iglesia y en el mundo. El
La función de la Iglesia: Una COmunidad neumática
Señor quiere que operemos al máximo de nuestra capacidad en su nombre. Dios está interesado en que caminemos en obediencia a él, y utilicemos con poder y autoridad lo que él ya nos ha dado a través de su Espíritu. El Señor ha hecho una gran inversión en nuestras vidas, y quiere que la aprovechemos para su gloria. Él tiene un plan y un propósito para nuestra vida, y quiere que tos llevemos a cabo, obrando con lo mejor de nuestros talentos naturales Y con lo mejor de los dones sobrenaturales que nos ha regalado. Como individuos y como iglesias somos responsables delante de Dios por nuestras vidas y las capacidades que Dios nos ha dado. Jesús enseñó claramente que cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de los resultados de nuestras vidas y de nuestro servicio en su reino. La Biblia también enseña con claridad que los líderes somos especialmente responsables delante de Dios por nuestras acciones. Cada uno de nosotros deberá rendir cuenta por el uso que hayamos hecho de los dones que hemos recibido. No podemos pasar por alto o ignorar la enseñanza bíblica que nos indica que cada creyente ha recibido de Dios uno o más dones sobrenaturales. Debemos, pues, conocerlos, desarrollarlos y utilizarlos en el reino de Dios, a fin de que podamos escuchar de él su palabra de aprobación, diciéndonos: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor" (Mt. 25.21). Hay tres cosas que debemos considerar en cuanto a los dones que el Espíritu Santo ha entregado a cada creyente y a la iglesia.
_ Los conflictos en cuanto a los dones La consideración de los dones espirituales puede ser controversia!. En consecuencia, hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta. Primero, hay dos extremos que hay que evitar. El primer extremo que hay que evitar es el descuido de toda la cuestión de los dones. Los planteos del cesacionismo, que han sido tan populares entre los evangélicos, deben ser terminantemente descartados por ser contrarios a la enseñanza bíblica y por carecer de todo fundamento teológico, histórico y misionológico. 10 los debates estériles y los desacuerdos sobre detalles e interpretaciones secundarias deben ser dejados de lado. El segundo extremo que hay que evitar es el énfasis exagerado sobre ciertos dones como si fuesen la panacea para la iglesia. La enseñanza y práctica de los dones es fundamental para el desarrollo del concepto de la iglesia como un cuerpo interdependiente. Es preferible correr el riesgo de pecar por exageración, que pecar por negligencia o descuido. Segundo, hay cuatro problemas que hay que resolver. El primero es el problema de las desavenencias. Hay desavenencias entre los evangélicos en cuanto a la manera de definir los dones espirituales e incluso en cuanto si tales
,o El cesacionismo es una teoría ligada al dispensacionalismo que enseña que el ej ercicio de los dones del Espíritu y los milagros. señales y prodigios sobrenaturales cesaron con la muerte del último de los apóstoles y/o el completamiento del Canon del Nuevo Testamento. a fines del primer siglo o comienzos del segundo.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo dones existen o no, están vigentes hoyo no. Hay desavenencias en la comprensión de cada don, su aplicación y uso, el número de dones, y quiénes pueden ejercerlos en la iglesia y bajo qué condiciones. El segundo es el problema de la negligencia. En muchas iglesias hay ignorancia absoluta acerca de los dones y en otras se los desprecia o descuida. Pablo expresa claramente, con autoridad apostólica: "En cuanto a los dones espirituales, hermanos, quiero que entiendan bien este asunto" (1 Co. 12.1; "no quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales," RVR). Está también el problema de la confusión. Muchos creyentes confunden entre dones naturales o talentos y dones espirituales o sobrenaturales. También hay confusión en cuanto a la relación que existe entre unos y otros. Los dones espirituales y las habilidades naturales son diferentes, pero no están en contradicción y generalmente se complementan. Finalmente, está el problema del abuso. Ciertos dones espirituales son enfatizados por algunos como señales necesarias de la obra del Espíritu Santo. Este énfasis generalmente termina en orgullo espiritual e inevitablemente lleva al divisionismo. Tercero, hay seis principios que hay que seguir. (1) Evita las desavenencias, que generalmente indican la falta de una evidencia bíblica concluyente o definitiva sobre la cual se pueda resolver un problema: conviene ser tolerante y permitir a otros sostener sus ideas, sin insistir dogmáticamente sobre nuestro punto de vista particular. (2) Comienza lentamente y aprendiendo de la experiencia. No pienses que acabas de descubrir la pólvora y que eres el primero en utilizar los dones. (3) No te involucres en disquisiciones teóricas, especialmente tratando de marcar bien la diferencia entre dones y habilidades naturales, sino procura utilizar a ambos en el servicio a Dios confiando en que él va a usar todo lo que te dio para su gloria. Pídele a él que te clarifique las distinciones, si es que eso va a hacer que tu ministerio sea más efectivo. (4) Ten cuidado de enfatizar un don por encima de otro. (5) Alienta el ejercicio de los dones en el cuerpo, pero desalienta su uso como señal de espiritualidad. (6) Asegúrate de que tienes en claro la diferencia entre el fruto del Espíritu y los dones del Espíritu: el fruto indica madurez espiritual, mientras que los dones son para el servicio.
_ Las necesidades en cuanto a los dones Hay dos necesidades que debemos tener presente en relación con los dones del Espíritu Santo. Primero, está la necesidad de identificar los dones. Si bien no es absolutamente necesario identificar tus dones en orden a utilizarlos, es aconsejable que lo hagas. Un creyente puede ejercer dones espirituales sin saber que los está usando. La operación de la gracia de Dios no está limitada a nuestra capacidad de entenderla ni a nuestra disposición a expresarla. Por otro lado, ningún cristiano que recibe enseñanza acerca de los dones puede, bajo el señorío de Cristo, ignorar tales enseñanzas. N N
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Un rápido repaso de los grandes movimientos de renovación espiritual en la historia del cristianismo indica que, con cada uno de estos movimientos, hubo una proliferación de grupos pequeños y un alto grado de participación de los creyentes mediante el ejercicio de sus dones espirituales. Un creciente
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reconocimiento y uso de los dones espirituales por parte de los creyentes puede ser indicación de un período de renovación espiritual en la iglesia. Vivimos orando y pidiendo al Señor un avivamiento. ¿Por qué no comenzamos a experimentar el avivamiento entrando a la dimensión sobrenatural de la vida cristiana y usamos los dones sobrenaturales que ya tenemos para servir al Señor? Segundo, está la necesidad de conocer los dones. Debes conocer cuáles son tus dones espirituales porque la Biblia te ordena su ejercicio (1 P. 4.10). La Palabra de Dios indica que eres moralmente responsable por el ejercicio de tus dones espirituales. La Palabra de Dios te ordena ejercer los dones y no lo haría si no supieras de qué se trata. Debes conocer cuáles son tus dones espirituales, porque si los conoces entonces podrás desarrollarlos mejor. Debes conocer cuáles son tus dones espirituales, porque si los conoces entonces podrás establecer prioridades de modo que tus dones puedan ser usados productivamente. Debes conocer cuáles son tus dones espirituales, porque si los conoces entonces te sentirás satisfecho y no frustrado en tu servicio. Cuando usamos nuestros dones con efectividad, sabemos que estamos contribuyendo al esfuerzo total del cuerpo en la manera en que se supone que debemos contribuir. El uso de los dones nos hace sentir útiles en el reino de Dios y nos permite descubrir que solos no podremos cumplir la misión que tenemos por delante.
_ ¿Cómo apropiarnos de los dones?
Hay básicamente tres vías por las que podemos apropiarnos de los dones del Espíritu. Estas posibilidades no son opcionales ni están en contradicción. Primero, está e/ camino del reconocimiento personal. Bajo la guía del Espíritu Santo y enseñado por la Palabra de Dios, cada creyente puede descubrir y reconocer cuál o cuáles son los dones que el Señor le ha dado. En este proceso de reconocimiento, hay cinco pasos que debemos tener presente: (1) Explora las posibilidades: estudia la Biblia, reconoce la posición de "tu iglesia en cuanto a los dones, lee lo más que puedas acerca del tema, ponte en contacto con personas que ejercen dones, habla con otros, observa a quienes usan bien los dones. (2) Experimenta con los dones. Los dones son herramientas de trabajo, útiles para la edificación del cuerpo de Cristo a través de diversos ministerios. Nadie nació sabiendo cómo usar un serrucho, un martillo o un destornillador. El uso de estas herramientas se perfecciona con la práctica. Lo mismo es con los dones. (3) Examina los sentimientos propios. Es importante que te preguntes qué es lo que trae mayor satisfacción espiritual en tu ministerio y aquello que te gusta hacer para el Señor. Cuando vivimos y servimos llenos del Espíritu Santo, nuestros sentimientos pueden ser una buena guía. (4) Evalúa la efectividad personal. Si de manera persistente el Señor te utiliza en un determinado ministerio o mediante la utilización de cierto don, ésta puede ser una buena indicación de cuáles son los dones que el Espíritu te ha dado. (5) Espera la confirmación del cuerpo. Los dones son dados para el beneficio del cuerpo de Cristo, y es importante que en la iglesia tus dones sean reconocidos por los hermanos y que encuentres en ella la oportunidad para ejercerlos. Segundo, está e/ camino de /a petición a/ Señor. Debemos pedirle al Señor los dones que necesitamos para el servicio (Stg. 1.5). No debemos pedirle los
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dones como niños caprichosos, sino con una actitud de obediencia y humildad, estando dispuestos a recibir con gozo lo que él nos dé, Como expresión de la gracia de Dios, los dones no nos van a ser negados cuando los solicitamos con humildad y fe a nuestro Padre celestial, en el nombre de Jesús, Nuevamente, por ser herramientas de trabajo en el servicio del reino, debemos pedirle al Padre aquellos dones que nos parecen indispensables para que podamos cumplir con la tarea que nos ha sido asignada, Tercero, está el camino de la impartición apostólica. Los dones se comunican o imparten apostólicamente (Ro. 1.11, 12). Una de las tareas propias de aquellos que tienen un ministerio apostólico reconocido es la impartición profética de dones al cuerpo de Cristo. Como parte de la tarea apostólica de la edificación del cuerpo (Ef. 2.20), la impartición de dones es fundamental para tal fin. La impartición apostólica de los dones resulta en el fortalecimiento del cuerpo de Cristo. Pablo declara: ''Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca; mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos" (Ro. 1.11, 12). Los dones impartidos apostólicamente deben ser recibidos por fe, La comunicación apostólica de los dones no es mágica ni opera sobre la base de la voluntad de quien ministra. Por más que un apóstol lleno del Espíritu sea quien esté ministrando tal impartición, ésta requiere de la fe y disposición del que recibe. Nadie va a recibir lo que no busca, ni tener lo que no quiere. De allí la importancia de recibir el don que se comunica.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD ENSEÑADA POR EL EspíRITU
La Biblia y el Espíritu Santo son los dos elementos fundamentales para la enseñanza de la iglesia. La una y el otro se complementan y están estrechamente asociados en el proceso de crecimiento del conocimiento de la voluntad de Dios por parte de la iglesia. La iglesia no tiene otra manera de conocer lo que Dios quiere de ella ni cuál es el camino para lograrlo, a menos que el Espíritu Santo tenga la oportunidad de enseñarle. La iglesia de Jesucristo no es una institución humana, que se gobierna con sabiduría humana y depende para su acción de la voluntad e ingenio humanos. En 1 Corintios 2, el apóstol Pablo discute precisamente el contraste entre estas dos fuentes de inspiración y dirección. En el contexto de 1 Corintios 2 se presenta el contraste entre la locura de la comprensión de la carne y la sabiduría que viene de Dios a través de su Espíritu. No obstante, la sabiduría de Dios es para los que alcanzan madurez (1 Co. 2.6, 7). Y esta madurez sólo es posible cuando los sentidos de la iglesia están ejercitados para recibir la revelación de Dios, que es enseñada por el Espíritu (1 Co.2.9).
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El Espíritu es el maestro por excelencia para la comunidad de fe. Como "el otro Jesús;' el Espíritu Santo tiene el poder y la autoridad necesarios para cumplir esta función fundamental para la buena orientación de la iglesia en términos de ~os e,ternos propósitos de Dios en Cristo Jesús. El Espíritu puede enseñar a la IgleSia por la particularidad de su acción múltiple .
La función de la Iglesia: Una comunidad neumática
Primero, el Espíritu Santo es el Espíritu que escudriña (1 Co. 2.10,11). En este sentido, el Espíritu pone de manifiesto capacidades únicas: él escudriña lo profundo de Dios (1 Co. 2.10); y, él conoce los pensamientos de Dios (1 Co. 2.11). Segundo, el Espíritu Santo es el Espíritu que revela (1 Co. 2.12). Los creyentes hemos recibido dos dones o manifestaciones de la gracia de Dios: la salvación gratuita de Dios y la capacidad de entenderla. Es el Espíritu quien nos permite comprender el misterio de nuestra propia salvación. Tercero, el Espíritu Santo es el Espíritu que inspira (1 Co. 2.13a). Los apóstoles comunicaron a los demás lo que habían recibido. ¿Cómo lo hicieron? "No con las palabras que enseña la sabiduría humana sino con las que enseña el Espíritu." Es esta comunicación inspirada del mensaje la que lleva a la conversión del alma y al desarrollo de una vida como Dios quiere. Cuarto, el Espíritu Santo es el Espíritu que ilumina (1 Co. 2.13b-16). El Espíritu obró en los dos extremos: en los comunicadores del mensaje y en los receptores del mensaje. En este sentido, la revelación de Dios y la inspiración del Espíritu son realidades objetivas, mientras que la iluminación es subjetiva (ver 1 Co. 2.14, 15). Sin la iluminación del Espíritu es imposible entender y aplicar el mensaje que viene de Dios.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD UNIDA POR EL EspíRITU
En las matemáticas de Dios, uno más uno es igual a ... UNO. Sólo Dios, a través del Espíritu Santo, tiene el poder de hacer que lo múltiple y variado sea uno e integrado. Sólo él puede convertir el plural en singular. Sólo el Espíritu puede producir unidad allí donde hay división, y unanimidad allí donde hay diferencias. Él es el gran artífice de la unidad, el único capaz de ensamblar partes dispares y diferentes en un todo armónico, hermoso y efectivo. Probablemente, la unidad que crea el Espíritu en la iglesia es una de sus obras más sorprendentes y poderosas. Es un verdadero milagro que personas tan diferentes puedan llamarse "hermanos" unos a otros y desarrollar una comunidad armónica como la iglesia. En Efesios 4.1-7, Pablo llama la atención sobre algunas de las cosas que los cristianos tenemos en común, y nos exhorta a trabajar con entusiasmo por "mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (v. 3). Es notable que, a pesar de la diversidad de dones otorgados por el Cristo ascendido (Ef. 4.11), el Espíritu crea unidad. Esta unidad es un don de Dios, pero hay que esforzarse por mantenerla. Esta unidad en el Espíritu salva el abismo existente entre judíos y gentiles una vez que unos y otros se convierten a Cristo {Ef. 2.15) Y elimina la hostilidad que enfrenta a personas de distintos colores y trasfondos. Mlchael Green: ''En esta familia, vista como un cuerpo habitado por un Espíritu, no había lugar para distinciones debidas a la riqueza o a la posición, al sexo o a la nacionalidad; no había lugar para el orgullo surgido de la ilustración o del privilegio religioso (Colosenses 3.11; Santiago 2.1 ss). Después de todo, ninguno de ellos tenía nada de que jactarse. Todos ellos habían sido rescatados por su Señor cuando en manera alguna hubieran podido ganar su propia salvación. Y en cuanto a sus
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diferentes dones, éstos les eran concediClos por Dios y, por consiguiente, no había razón alguna para enorgullecerse ... (1 Corintios 4.7)."11
EJERCICIO 53 Colocar el pasaje bíblico que corresponda. La preocupación por mantener la unidad que el Espíritu ha creado en la iglesia (Ef. 4.3) explica mucho de lo que puede observarse tanto en la vida como en la enseñanza de la iglesia primitiva.
1. Explica por qué los dirigentes de Jerusalén evitaron que se estableciese una iglesia samaritana independiente: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 2. Explica la determinación del Concilio de Jerusalén relativa a que la circuncisión no tendría que ser causa de divisiones: _ _ _ _ _ _ _ __ 3. Explica las repetidas visitas de Pablo a los gentiles y su regreso a la Iglesia de Jerusalén: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 4. Explica el motivo de la gran colecta que Pablo organizó para beneficio de los gentiles pobres: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 5. Explica el reiterado llamamiento de Pablo a los cristianos de Filipos para que permanezcan y luchen juntos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 6. Explica por qué Pablo no admite que haya nadie especialmente iluminado o con un "conocimiento" especial: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
PasaJes: Romanos 15.25-33; Hechos 15.1-35; Hechos 20.17-38; Hechos 8.1-25; Filipenses 1.27-2.4; Colosenses 1.24-28.
La cosmovisión moderna, que ha reinado soberana a lo largo de los últimos tres siglos, nos ha sepultado en un mundo segmentarizado, encasillado, etiquetado, clasificado, normatizado, individualizado. El mundo moderno es un mundo en el que la identidad y el nombre son más importantes que el carácter y los valores. La cultura moderna nos ha enseñado a construir taxonomías, elaborar sistemas cerrados, dibujar organigramas y esquemas, trazar líneas jerárquicas, dar títulos y asignar niveles, inventar banderas y distintivos, crear denominaciones y asignarles principios o doctrinas distintivas, y atomizar la realidad que es una, en trillones de componentes diferentes y aislados. La iglesia de Jesucristo, su cuerpo animado por el Espíritu aquí en la tierra, no ha sido ajena al impacto de la modernidad. De hecho, el denominacionalismo, tal como todavía lo conocemos, es un producto de la modernidad y ha definido nuestra manera de ser cristianos, en los últimos tres siglos. El resultado de esta creación carnal y diabólica ha sido la fragmentación del único cuerpo de Cristo \O N
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"Creen, Creo en el Espíritu Santo, l~~.
La función de la Iglesia: Una comunidad neumática
en decenas de miles de pequeños cuerpos eclesiásticos. Estos fragmentos monstruosos de la única iglesia santa católica y apostólica se han desarrollado a lo largo de estos últimos siglos con la absurda pretensión de ser cada uno de ellos la expresión plena del cuerpo de Cristo en la tierra. No obstante, en estos últimos tiempos, el Espíritu Santo está preparando a la única iglesia de Cristo para que vele en servicio consagrado y espere a su esposo con total fidelidad. La tarea de limpieza, purificación y preparación de la esposa para las bodas del Cordero ya ha comenzado. Cristo regresa a buscar a su esposa, a su única esposa, y no el harén vergonzoso que nosotros nos hemos inventado con nuestra desobedienci~, pecado y carnalidad. Y el Espíritu Santo está renovando, embelleciendo, vistiendo de santidad y uniendo a la iglesia, el único cuerpo de Cristo, pera su encuentro con su Señor. La hora que nos toca vivir es extraordinaria. Quizás como nunca antes en la historia del testimonio cristiano, el Espíritu Santo está actuando con poder, manifestando la gracia de Cristo y el amor del Padre, para reunir en un solo cuerpo lo que el Señor creó y estableció como un solo cuerpo, su iglesia. Nos quedamos asombrados frente a la manera rápida y profunda en que el Espíritu está derribando muros de separación y divisionismo, abismos de prejuicio y discriminación, vallas de sospecha y desconfianza, y paredes de dogmatismos y sectarismos. La nueva iglesia que el Espíritu está gestando es una comunidad de fe, esperanza y amor en la que ''ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gá.
3.28). Sin embargo, lo que está resultando de esta operación espiritual no es un nuevo proyecto ecuménico que, mediante la negociación dogmática y la politiquería religiosa construya una súper-iglesia que sea expresión del ingenio humano. Lo que está ocurriendo no es que por fin hemos dado con la ingeniería humana que nos permita edificar la institución perfecta. Tampoco estamos elaborando con gran ingenio un sistema y estructura libres de las limitaciones carnales. Lo que el Espíritu Santo está haciendo es ligar espiritualmente a todos los que confiesan el nombre de Cristo como Señor en unidad. Se trata de unidad en Cristo, no de uniformidad dogmática, litúrgica o religiosa. Se trata de "la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Ef. 4.3). Ésta es la unidad que resulta en "un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos" (Ef. 4.4-6).
(*)TAREA 11
Capítulo 12
Una comunidad solidaria La iglesia existe para promover el reino de Dios y hacerlo evidente a todo el mundo. En razón del contexto misionero en el que hoy servimos en el mundo, todas las dimensiones del evangelio deben ser atendidas y expresadas por la iglesia. Las necesidades totales, de todos los seres humanos, en todas partes y de todas condiciones son parte de la responsabilidad que pesa sobre la iglesia en función de su compromiso con el Rey y su reino. El contexto de pobreza, marginación, discriminación, injusticia, opresión, desatención y rechazo en el que vive la mayor parte de las personas obliga a la iglesia a revisar su agenda evangelizadora y a orientarla en la dirección de la satisfacción de las necesidades humanas más urgentes en el nombre de Jesús. En el mundo de hoy, las necesidades físicas y espirituales convergen de manera asombrosa, brindándole a la iglesia una oportunidad magnífica para el cumplimiento de su misión integral. Los pobres son los perdidos y los perdidos son los pobres. Aquellos que son los más pobres y que están en mayor necesidad de oír el nombre de Jesús están viviendo en medio de nuestras ciudades en América Latina, donde como iglesias estamos procurando cumplir con la misión de Dios. Pedro Arana Quiroz: "En su función profética, la iglesia debe ser la defensora de la vida y los derechos de todos los seres humanos, especialmente de los pobres, los desvalidos, los marginados y los excluidos de su sociedad. En tal sentido, debe instar a los gobiernos a invertir en programas de compensación social, poniendo énfasis enérgico en la capacidad de la solidaridad local-tanto eclesial como de la sociedad civil-para ayudar a los pobres. Amor, servicio y cruz constituyen la tríada permanente para que los cristianos y la iglesia articulen con excelencia su función profética con la función diaconal. Esto lleva a buscar superar la dependencia total de la solidaridad internacional. ... La función profética de la iglesia debe anunciar un nuevo orden más justo, más solidario y más humano."'
• Arana. "La misión integral." 155. 156.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo Hoy, como nunca antes en América Latina, tenemos como iglesia la responsabilidad de cumplir con un ministerio integral, que exprese una solidaridad cristiana comprometida, especialmente con los que más sufren. Este ministerio simbiótico, que combina la evangelización con la acción social, es la mayor necesidad de esta hora. La evangelización, como los esfuerzos orientados a la proclamación de las buenas nuevas de la salvación que Dios ofrece en Cristo; y, la acción social, como los esfuerzos orientados a la liberación de hombres y mujeres de toda forma de opresión social, política y económica, deben ser expresadas con igual dedicación por las iglesias hoy. A su vez, la evangelización y la acción social deben permanecer como funcionalmente separadas, relacionalmente inseparables y misiológicamente esenciales para el ministerio total de la iglesia de Cristo. Una comunidad de fe que sabe cómo combinar adecuadamente ambos aspectos de la misión de la iglesia-evangelización y acción social-no va a tener problemas en ser una comunidad solidaria, como fueron las iglesias del Nuevo Testamento.
UNA COMUNIDAD INTEGRAL
El vocablo "integral," de cuño reciente, ya ha sido usado y abusado lo suficiente como para merecer aclaraciones y especificaciones. A lo largo de los años, ha habido las más diversas tendencias en el afán de definir el ministerio integral de la iglesia. Los énfasis han caído sobre el compromiso de la iglesia con la paz, la justicia social, la pobreza, los derechos humanos o el medio ambiente, todo esto y mucho más generalmente con exclusión de otros factores y sin una conexión clara con la misión de Dios. Muchos de los libros que se han publicado en relación con un ministerio integral han adolecido de una articulación clara de la acción social con la responsabilidad evangelizadora como indispensable. Sin embargo, un ministerio verdaderamente integral va a saber combinar y asociar la evangelización con la acción social solidaria de la iglesia. Un ministerio verdaderamente integral va a crear un efecto sinergístico (de acción conjunta) en el que realmente el todo será más que la suma de sus partes. En este caso, el todo (la misión de Dios) determina la naturaleza de las múltiples misiones (o funciones) de la iglesia. Integral implica la identidad y distinción de las varias partes en su relación con el todo, y, al mismo tiempo, su naturaleza relacional inseparable. En otras palabras, no puede haber una evangelización efectiva si no está acompañada de una acción social cristiana solidaria, y ésta carece de sentido en términos cristianos si no es acompañada de una evangelización comprometida. La idea de la iglesia como una comunidad integral con un ministerio integral está bien representada en la Biblia. A lo largo del Antiguo y Nuevo Testamentos, la Biblia indica que la iglesia debe ministrar a la persona humana total. Esto significa abordar tanto las necesidades físicas como las espirituales, mediante acercamientos que ligan inseparablemente, pero separan funcionalmente. Vemos est~ idea en las tres formas distintivas de ministerio que son características en el Antiguo Testamento en los roles de juez, profeta y sacerdote.
La función de la Iglesia: Una comunidad solidaria
El ministerio singular y complementario de Moisés y Aarón, por ejemplo, se amalgamó para apuntalar la vida total de Israel como la comunidad del pacto de Dios. Moisés proclamó los mandatos y mensajes proféticos de Dios al pueblo. Aarón fue un pastor que ayudó al pueblo a.obedecer las leyes de Dios. Estos dos ministerios funcionalmente separados estaban ligados profundamente. La obediencia individual a las leyes de Dios (proclamadas por Moisés) dependía de un deseo espiritual de agradar a Dios (enseñado por Aarón). El ministerio integral de Samuel asumió los tres roles distintivos de juez, profeta y sacerdote. Cada uno de estos oficios era funcionalmente algo separado y distinto, pero todos ellos eran necesarios para fortalecer y enriquecer la vida comunitaria de Israel. La idea de un ministerio integral es también evidente en las vidas y enseñanzas de los profetas. Ellos se ocuparon de orientar a hombres y mujeres a prestar atención tanto a su relación vertical con Dios como a su relación horizontal los unos con los otros. Oseas describe la relación vertical como "conocimiento de Dios" (Os. 4.1) Y promovía su búsqueda. Isaías llamó a Israel a cumplir con la relación horizontal (Is. 1.17). Si bien las relaciones vertical y horizontal son diferentes y separadas, la enseñanza del Antiguo Testamento ejemplificada a través de Moisés, Aarón, Samuel, y los profetas demuestra claramente que ninguna de ellas puede florecer sin la otra. El Nuevo Testamento también afirma el concepto de un ministerio integral. El ministerio de Jesús incorporó la idea de ligar la evangelización con la acción social (Mt. 4.23). Si bien la enseñanza, la predicación, la sanidad y liberación de los enfermos eran funciones separadas, todas ellas fueron esenciales en el ministerio total de Jesús. Esto debería ser lo mismo para el cuerpo de Cristo hoy-la iglesia. La enseñanza del apóstol Pablo y la vida de la iglesia primitiva continuaron con este tema. En las cartas a los Romanos y a los Efesios, Pablo dice que este cuerpo consiste de diversos miembros, cada uno con su propia función, y todos trabajando juntos como una sola unidad (Ro. 12.4, 5; Ef. 4.1113). Las crónicas de la iglesia del primer siglo registradas en Hechos muestran que los primeros cristianos comprendieron y expresaron la noción de un ministerio integral. Se mostraron comprometidos tanto con la proclamación de las buenas nuevas (evangelización) como con llenar las necesidades sentidas de otros (acción social). Esta estrategia ayudó a la iglesia a crecer hasta llevar a tener una de cada 360 personas en el mundo conocido para fines del primer siglo.
Tetsunao Vamamori: "Dado el desafío de la evangelización mundial para el siglo XXI, Lausana está ofreciendo una voz fresca y revitalizada que impulsa a toda la iglesia para que: reconozca la urgencia de alcanzar a los no alcanzados; ayude a remover los obstáculos para una evangelización efectiva y que se acoja al evangelio integral de palabra y obra proveyendo esperanza para los desesperanzados, un bálsamo de sanidad para los que sufren y el conocimiento salvador de Jesucristo."2
, Tetsunao Yamamori. presentación de los Directores Representantes Internacionales de Lausana (~oo6). (Material no publicado).
La Iglesia del nuevo núlenio, una eclesiología para el nuevo siglo
UNA COMUNIDAD CONTEXTUALlZADA
En el Nuevo Testamento, Jesús determinó la naturaleza y tipo de su ministerio en conformidad con factores contextuales, Él se involucró fundamentalmente en una tarea de predicación y de discursos teológicos cuando ministraba a los miembros de las clases superiores, como los saduceos, fariseos, abogados y escribas. Su trabajo con las masas, por otro lado, incluyó no sólo la predicación y la enseñanza, sino también la sanidad y alimentación de los pobres. En otros contextos, su ministerio fue básicamente de sanidad. En todos estos casos, la naturaleza de las necesidades de la audiencia fue el factor determinante para definir su ministerio y acción. Al enviar a los doce en una misión de predicación y sanidad (Mt. 10), Jesús instruyó a sus discípulos indicándoles que la receptividad de las personas al ministerio de ellos debía ser el criterio que guiara sus movimientos. El principio en operación aquí es lo que podríamos llamar "integralidad contextual." El principio de integralidad contextual determinó también el carácter del compromiso y prioridades de la iglesia primitiva. Inmediatamente después de Pentecostés, la iglesia llevó a cabo su ministerio en términos de predicación, enseñanza, sanidad y solidaridad, como está ilustrado por el libro de los Hechos. A lo largo de todo el tiempo en el que la iglesia continuó ministrando en un contexto predominantemente judío, expresó su fe y su vida mayormente en términos de ese contexto judío y continuó con prácticas como la adoración en el templo y la circuncisión. Pero cuando la iglesia se movió al mundo gentil, el nuevo contexto demandó de expresiones diferentes de la fe y la vida de la iglesia, como queda claro en la estrategia de Pablo con los gentiles. Una iglesia que aspire a cumplir con un ministerio verdaderamente contextualizado en América Latina, muy pronto descubrirá la necesidad de mantener en una tensión dinámica balanceada el objetivo de traer redención integral (física y espiritual) a la comunidad en que sirve. El mensaje de redención (evangelización) tiene que ir acompañado de acciones redentoras en la sociedad. La meta de un ministerio integral contextualizado es la sustentabilidad, tanto en la esfera física como la espiritual. Es procurar Que la comunidad y las personas avancen hacia todo el potencial dado por Dios para una vida humana plena, conforme él lo manifestó en Cristo y según su propósito eterno. La iglesia debe ser, en este sentido, un modelo vivo de lo que Dios se propone hacer en Cristo, en el poder de su Espíritu. Para ello, la comunidad de fe debe ser equipada para moverse más allá de la satisfacción de sus necesidades físicas y de llegar a un número creciente de creyentes, a desarrollar un amor profundo por Dios y los unos a los otros, manifestando el fruto del Espíritu Santo y alcanzando a otros con una actitud de servicio. Para Que la sustentabilidad ffsica se dé, las personas tienen que ser equipadas para progresar e ir más allá de sus necesidades físicas elementales. Para que la sustentabilidad espiritual se dé, tiene que haber un grupo de creyentes en Cristo que crezca integralmente (en cantidad y en calidad), hombres y mujeres que amen a Dios y los unos a los otros, manifestando el fruto del Espíritu y alcanzando a otros con el evangelio integral. En otras palabras, debe haber una evidencia clara de personas que lleguen a conocer a Cristo y maduren en él a través del
La función de la Iglesia: Una comunidad solidaria
ministerio contextualizado y solidario de la iglesia, de modo que se integren a la comunidad de fe y se involucren en el servicio a otros. Cuando una iglesia solidaria está contextualizada se produce una doble circulación en su acción o lo que podría denominarse como "círculo de reciprocidad." La iglesia evangeliza proclamando el evangelio del reino y conduce a las personas a la redención espiritual, pero esta proclamación está acompañada de acciones de amor que redimen a las personas de su condición de pobreza, opresión e injusticia. A su vez, personas que han recibido muestras del amor y poder de Dios para sanar, liberar, prosperar y dignificar se muestran más receptivas a reconocerlo como Señor y experimentar redención espiritual. En este sentido, la redención social lleva a la redención espiritual, así como la redención espiritual lleva a la redención social. Orlando E. Costas: ..... hemos enfatizado la importancia del contexto para la teología, la naturaleza dinámica de la contextualización, sus raíces teológicas en la encarnación y el imperativo de encarnar a Cristo en nuestros contextos respectivos de opresión para una comunicación significativa del evangelio en el mundo de los oprimidos. Sin embargo, el punto no es una cuestión de precisión teológica y conciencia misionológica sino, más bien, de compromiso y práctica. La cuestión real es si nosotros como cristianos estamos dispuestos o no a sumergirnos en las situaciones concretas de los desposeídos de nuestras sociedades y testificar del señorío de Cristo y de su condición de Salvador desde adentro, un compromiso que tendrá que ser verificado en nuestra participación en la transformación concreta de estas situaciones. Cualquier otra cosa es pura charla, y el reino de Dios 'no es cuestión de palabras sino de poder' (1 Co. 4.20)."3
EJERCICIO 54 ¿Cuáles de los siguientes contextualización?
pasajes presentan
ejemplos de
Marcar con una X.
1 Corintios 9.19-23
Mateo 4.33
Juan 16.12
_Juan 21.5
1 Corintios 3.2
_
1 Juan 2.13
Hebreos 5.12
Gálatas 3.28
-_................................ _--_ ... __ ..... __.. _--_ ........ _---_ ........ -------........----_.....-----_ .... _--_.. ----------_ .. ----_ .............. ..
.1
Costas. Christ Outside the Gate. 16.
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiología para el nuevo siglo UNA COMUNIDAD SOLIDARIA
La iglesia es llamada por su Salvador y Señor a ser una comunidad solidaria en el mundo de necesidad en el que estamos sirviendo. Para ello, será necesario que prestemos atención a algunas características que distinguen a una auténtica comunidad solidaria, y luego, que tomemos en cuenta algunos factores que hacen posible que una comunidad solidaria lleve a cabo un ministerio integral y efectivo.
Características de una comunidad solidaria
¿Cuáles son las características observables en una comunidad solidaria? Primero, una iglesia solidaria es una comunidad con un compromiso incondicional a Cristo. Las congregaciones de veras solidarias ponen de manifiesto el deseo de servir a Cristo por sobre cualquier otro interés en este mundo. Estas comunidades de fe están listas a pagar cualquier precio y a hacer frente a cualquier costo que demande un discipulado cristiano obediente. Este compromiso es el punto de partida indispensable para toda iglesia que desee transitar el difícil camino de la solidaridad. Para muchos, este tipo de compromiso suena difícil, casi imposible. Pero la realidad es que cuando una comunidad de fe se somete a este estilo de vida, descubre que es un camino maravilloso y lleno de experiencias increíbles. De hecho, hemos sido creados para vivir no sólo como colaboradores responsables del Dios Todopoderoso, sino también como sus siervos obedientes. Por lo tanto, no es de sorprender que cuando actuamos en obediencia a su señorío, experimentamos un gozo fantástico y una satisfacción muy concreta. Segundo, una iglesia solidaria es una comunidad con una pasión encendida por la evangelización integral de los perdidos. La pasión evangelizadora es crucial. Hay miles y miles de iglesias y ministerios cristianos que están involucrados en satisfacer las necesidades materiales de las personas, pero la mayoría de ellos pocas veces invitan a las personas de manera explícita a venir a Cristo. La gente no viene a Cristo automáticamente. Las personas vienen a Cristo cuando el pueblo que los sirve está dispuesto a compartir con ellos el tesoro más preciado que tienen, es decir, a Jesucristo, el Salvador. Esto ocurre cuando oran regularmente por los perdidos y buscan oportunidades para animar a las personas a creer en él y obedecerle.
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Esto no significa ejercer una evangelización "belicosa" o "presionadora." No se trata de meterle un folleto evangelizador adentro del pan que les damos para alimentarlos o en el bolsillo del saco que les ofrecemos para abrigarlos. Una evangelización amistosa y solidaria se expresará a través de un genuino interés por la persona total en necesidad. Pero esta evangelización tiene que ser intencional para que sea efectiva, y debe ser la pasión de todos los miembros de la iglesia. Una iglesia solidaria debe rechazar como nociva y letal la idea de una evangelización indirecta, de presencia e influencia, a través de variados servicios comunitarios. La proclamación de las buenas nuevas debe ser explícita y regular. y ~o va a ser así a menos que los líderes tengan un corazón evangelizador, y animen y entrenen a todo el pueblo para participar en esta visión. Es mucho más
La función de la Iglesia: Una comunidad solidaria fácil proveer de santuario, ofrecer alimentos, ropa y medicinas, prestar ciertos servicios fundamentales y educar. Pero a menos que las personas se conviertan a Cristo, no se van a producir cambios y transformaciones importantes en la comunidad. Tercero, una iglesia solidaria es una comunidad que hace una opción preferencial por los pobres. La situación desesperante de los necesitados y oprimidos debe ser una prioridad para la iglesia local. La comunidad de fe debe estar convencida que esta opción fue central en el anuncio que Jesús hizo de las buenas nuevas del reino (Le. 4.16-19). La iglesia debe predicar y practicar la verdad bíblica que no conocemos a Dios a menos que compartamos la pasión de Dios por la justicia para con los pobres (Jer. 22.16). Ya sea que la congregación esté ubicada en el corazón de la ciudad o en un barrio miserable, debe dedicar una buena parte de su ministerio a servir a los pobres y marginados. Orlando E. Costas: "Dar un testimonio personal, ... , no significa dar un testimonio aislado y privado a individuos desde una situación abstracta y a-histórica. Por el contrario, dar testimonio involucra una declaración pública gozosa por parte de alguien que ha experimentado vida abundante en Jesucristo y participa en su compromiso apasionado con los pobres, los que no tienen poder y los oprimidos. Sólo desde adentro de una experiencia transformadora y de un compromiso radical de este tipo puede haber un testimonio evangelizador auténtico. Fue esta dura realidad la que llevó a tantos líderes socio-religiosos y eruditos de su día a escandalizarse de Jesús. No obstante, lo que fue tan difícil de entender y aceptar para los poderosos y sabios, los pobres, los ignorantes y los discapacitados fueron capaces de captarlo {Mt. 11.25)."4 Cuarto, una iglesia solidaria es una comunidad con un interés sincero por la persona total en comunidad. Una iglesia dedicada a la "salvación de las almas" está cumpliendo con la mitad de su ministerio y está predicando un evangelio a medias. Alma y cuerpo, mente y espíritu, corazón y estómago, manos y pies, personalidad y comunidad, todo esto y mucho más debe formar parte de la agenda de una iglesia misionera. El evangelio no consiste meramente en la aceptación del perdón de los pecados, para luego seguir viviendo el mismo estilo de vida racista, discriminador, promiscuo, vicioso y pecador que antes. El evangelio de Jesús es las buenas nuevas del reino que transforma todo: las relaciones del creyente con Dios, con el prójimo, consigo mismo y con el planeta en que vivimos. Las personas no son ermitaños aislados, sino seres espirituales y físicos que viven en comunidad. Por lo tanto, en obediencia al ejemplo y mandamiento de Cristo (Jn. 20.21), debemos preocuparnos por la persona total y la sociedad de la que es parte. Ronald J. Slder: "No tengo absolutamente ninguna duda que si un diez por ciento de los cristianos en el mundo hoy obedecieran la comisión de Jesús en Juan 20.21, experimentaríamos un crecimiento eclesiástico explosivo y una transformación social arrolladora. 'Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes,' ordenó Jesús. Nuestro Señor se
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
preocupó por la persona total en comunidad, y así deberíamos hacerlo nosotros. Cuando compartimos todo el evangelio con toda la persona, Dios obra milagros en las vidas de los pobres, quebrantados y desesperanzados. Los individuos son re-hechos y las sociedades son transformadas."5 Quinto, una iglesia solidaria es una comunidad que hace una selección adecuada de proyectos que permitan a cristianos comprometidos desarrollar amistades informales con no creyentes. Estas comunidades solidarias estructuran su organización y desarrollan sus programas dando prioridad a las personas y sus necesidades. Su orientación no es hacia adentro sino hacia afuera. Su agenda la determinan los que todavía no son miembros de la comunidad de fe, a quienes procuran alcanzar de manera amigable, pero no superficial ni frívola. Ésta es la razón por la que sus ministerios solidarios y sociales, al demostrar un interés práctico por la persona total, son tan poderosos y efectivos. La mayoría de los cristianos tiene pocos contactos cercanos, permanentes y fructíferos con personas no cristianas. Pero las iglesias solidarias abundan en este tipo de contactos debido a su actitud afectuosa y desinteresada. Sexto, una iglesia solidaria es una comunidad que hace una contextualización profunda que la ubica entre los necesitados. Una iglesia que de veras quiere mostrarse solidaria aprenderá no sólo a entender el contexto en el que sirve, sino que se identificará lo más posible con el mismo. Tal comunidad será una parte integral del barrio, será reconocida como importante por los vecinos, y contará con un alto grado de respeto y reconocimiento comunitario. Cuando una iglesia llega a ser parte del paisaje urbano, al punto tal que los vecinos consideran que tal comunidad de fe les pertenece aunque no estén integrados a ella, tal congregación está demostrando estar verdaderamente contextualizada y ser auténticamente solidaria. Séptimo, una iglesia solidaria es una comunidad con una apertura amplia a la asociación y participación con todo el cuerpo de Cristo. Uno de los problemas que muchas iglesias confrontan (o al menos usan como excusa para no comprometerse) es la falta de recursos para hacer frente a su misión como agentes de transformación social. La asociación y participación con otras congregaciones en el cuerpo de Cristo puede brindar a los que tienen y a los que no tienen todos los recursos y oportunidades necesarios para sentirse útiles en el reino. (Hch. 4.32-37) Para que esta asociación funcione, debe caracterizarse por la dignidad, el respeto y el aprendizaje mutuos. Las iglesias que son financieramente "pobres" tienen mucho para enseñar a las iglesias "ricas." Al mismo tiempo, los ministerios en lugares de gran necesidad necesitan de ayuda financiera externa para poder cumplir con su cometido. Si los recursos son dados en un espíritu de participación amorosa y de mutuo aprendizaje, es importante que la ayuda financiera tenga como objetivo alimentar la autonomía económica local y no crear situaciones de dependencia. Octavo, una disposición permanente a servir /lenos del Espíritu Santo. Cualquier emprendimiento de la congregación local, por ingenioso y bien
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Ronald J. Sider, Cup of Water, Bread of Life, Inspiring Stories about Overcoming Lopsided Christianitr (Grand Rapids, Mich., Zondervan, 1994), 1~.13
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La función de la Iglesia: Una comunidad solidaría
intencionado que sea, necesita de un compromiso de largo aliento en la oración y la dependencia del Espíritu Santo. Un sentido profundo de confianza en el amor del Padre, la gracia del Hijo y el poder del Espíritu Santo es fundamental para que la iglesia pueda actuar como levadura en la sociedad. Cuanto más integral sea la misión, tanto más importante es la presencia poderosa del Espíritu. Evangelización, renovación y transformación son experiencias en la misión de la iglesia que demandan de la operación plena del Espíritu. Una visión integral del reino que resulte en comunidades de fe solidarias es una de las necesidades más urgentes en las iglesias cristianas hoy en América Latina. El estado calamitoso de la población demanda de iglesias que estén comprometidas con un creciente ministerio comprehensivo de evangelización y de transformación social. En verdad, ésta es una de las necesidades más demandantes hoy. Cambiar al mundo no es en realidad lo más difícil. El gran problema es persuadir a los cristianos a que imiten a Jesús en su actitud de amar al mundo y hacer algo por él.
_ Ministerio integral efectivo
Hay ciertos factores que conducen a la iglesia, como comunidad solidaria, al cumplimiento de un ministerio integral efectivo. Brevemente los vamos a enumerar. El primer factor es la oración. Para que un ministerio integral rinda fruto, la iglesia tiene que darle a la oración la más alta prioridad. Sin oración, nada importante puede ocurrir. Debemos orar en cada paso que demos como iglesia solidaria en el cumplimiento de nuestro ministerio integral, si de veras queremos la sustentabilidad física y espiritual de las personas a quienes estamos sirviendo. El segundo factor es un concepto integral de ministerio. Es obvio que para que un ministerio integral rinda fruto, es necesario que la iglesia como comunidad solidaria esté comprometida con un concepto de ministerio integral claramente delineado. Este concepto tiene que ser parte de la declaración de visión y misión de la comunidad de fe. No se trata, por otro lado, de una cuestión de moda y que hay que implementar porque otros lo están haciendo. La comunidad de fe debe estar convencida por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, que la comprensión integral del ministerio es la única posible para una auténtica congregación que confiesa a Cristo como Señor. El tercer factor es contar con el liderazgo adecuado. Para que el ministerio integral dé frutos, deberá prestarse la mayor atención a la formación y habilitación del liderazgo de la iglesia. A menos que líderes entusiastas, vibrantes y dinámicos sean puestos al frente del proceso y estén convencidos de que éste es el camino que debe seguir la iglesia en el cumplimiento de su misión, todo el proyecto fracasará. Los líderes tienen que tener bien en claro la dinámica entre evangelización y acción social, y deberán ser capaces de mantener el sensible balance entre ambos aspectos del evangelio del reino. El cuarto factor es un adecuado conocimiento del contexto. Para que el ministerio integral dé fruto, el pueblo y especialmente los líderes deben desarrollar el conocimiento más profundo posible del contexto en el que sirven. Esto significa desarrollar un conocimiento preciso de la realidad cultural, social, política y económica de la comunidad. Para ello, deberán ser capaces de manejar los
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
instrumentos sociológicos y antropológicos que les permitan adquirir tal conocimiento. ¿Quiénes son las personas en esta comunidad? ¿Qué es lo que creen? ¿Cómo se comportan? ¿Qué es lo que la mayor parte de las personas hacen para ganarse la vida? ¿Cómo son los matrimonios y las familias? ¿Quiénes son las personas que responden con más facilidad al evangelio? Estas preguntas y muchas más son clave para que la iglesia como comunidad solidaria pueda cumplir un ministerio integral efectivo.
EJERCICIO 55
Trazar líneas uniendo lo que corresponda:
El libro de los Hechos presenta numerosas ilustraciones de un sistema de comunicación adecuado, mostrando la manera en que el testimonio cristiano fluyó de persona a persona.
Mujeres distinguidas
Hechos 16.32
Amigos y parientes
Hechos 16.14, 15
Vecinos
Hechos 13.12
Familia
Hechos 8.26·38
Contactos fortu itas
Hechos 17.12
Personas en la misma casa
Hechos 9.32-35
Autoridades de gobierno
Hechos 10.24, 44
Visitas
Hechos 28.30, 31
El quinto factor es un adecuado sistema de comunicación. Uno de los problemas más graves en la sociedad humana y la raíz de mucha opresión y sufrimiento es la carencia de un adecuado sistema de comunicación. Si la iglesia quiere de veras ser una comunidad solidaria, que lleve a cabo un ministerio integral fructífero, deberá identificar los mejores medios a través de los cuales comunique su mensaje y acción. La comunicación en cualquier comunidad humana es siempre más efectiva cuando se utilizan los canales ya establecidos. Los familiares, los vecinos, los amigos, entre otros, representan verdaderas redes de comunicación a través de las cuales el evangelio puede fluir mejor. El libro de los Hechos presenta numerosas ilustraciones de esto. La iglesia no debe imponer sus propios códigos, símbolos o lenguaje de comunicación, a menos que quiera arriesgarse a fracasar en su misión de proclamar el mensaje. Las líneas existentes de comunicación en una sociedad son siempre los mejores canales para la transmisión del mensaje redentor. El sexto factor es capacitación y envío. Para que el ministerio integral dé fruto, la iglesia solidaria debe desarrollar sistemas de capacitación y alcance. Las personas tienen que ser discipuladas y ayudadas a crecer en su comprensión del evangelio, a fin de que puedan ser enviadas a servir a un mundo en
La función de la Iglesia: Una comunidad solidaria
necesidad. Debe mantenerse el balance entre capacitación y envío. Hay iglesias que inclinan la balanza hacia uno u otro de estos dos aspectos, y pierden efectividad en el cumplimiento de la misión. Hay creyentes que se pasan la vida tomando cursos y nunca hacen nada por el prójimo. Hay otros que son súperactivos en servir, pero lo hacen sin la necesaria capacitación, y fracasan. En una iglesia solidaria con un ministerio integral efectivo cada creyente recibe instrucción y cuidado para madurar en la gracia, crecer en su conocimiento del Señor Jesucristo, y llegar a ser un miembro responsable de la iglesia y la sociedad. El séptimo factor es descubrir los puentes redentivos. Para que un ministerio integral dé fruto es necesario que la iglesia descubra aquellos puntos de contacto entre el evangelio y la cultura, que faciliten la recepción del mensaje y del poder del reino. Muchas veces nos desgastamos y frustramos al tratar de penetrar con el evangelio la coraza de resistencia en una determinada comunidad, cuando en esa misma comunidad hay áreas permeables al evangelio que debemos identificar. Cuando una iglesia descubre estas áreas, encuentra que su tarea evangelizadora y de acción social no sólo es mucho más llevadera, sino que resulta mucho más efectiva. A veces ocurre que se producen ciertas circunstancias (guerra, crisis económica, desaliento generalizado, catástrofes, etc.), que abren el corazón de muchos sectores en la comunidad y lo exponen más fácilmente al evangelio y la acción cristianos. Una iglesia solidaria sabrá cómo aprovechar para el reino estas circunstancias.
UNA COMUNIDAD TRANSFORMACIONAL
Transformación representa un nuevo concepto en la misionologia contemporánea, que tiene profundas implicaciones eclesiológicas. Se refiere al servicio o trabajo cristiano que se lleva a cabo para cambiar una comunidad mediante la transformación de sus estructuras injustas en estructuras mas justas, conforme al evangelio del reino de Dios, en el nombre de Jesús y en el poder de su amor. Según Bruce Bradshaw: "Como una expresión de la misión cristiana, el desarrollo transformacional procura cambiar los presupuestos espirituales que forman la base de una estrategia de supervivencia en una cultura particular. El cambio es de una creencia en el presente medio ambiente espiritual de una cultura a la fe en el Dios trino como el Creador, Redentor y Sustentador del mundO."6 Una estrategia de supervivencia es una combinación de todas aquellas actividades que contribuyen al bienestar humano (shalom) en una cultura particular. Un proyecto de misión cristiana transformacional desarrollará una estrategia de supervivencia que incluya: asistencia a la salud (medicina), atención a las necesidades físicas de alimento y vestido, desarrollo de medios que den acceso a la población a la adquisición de bienes y de servicios a bajo costo,
Bruce Bradshaw. "Transformational Development." en Evangelical Dictiona1)" of World Missions. ed. por A. Scott Moreau (Grand Rapids. Mich., Baker Book~. ~ooo). 966.
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La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiología para el nuevo siglo
provisión de programas educacionales y de desarrollo de pericias técnicas y laborales, gestión de pequeños emprendimientos y generación de fuentes de trabajo digno, construcción de viviendas, deportes y esparcimiento, promoción humana y desarrollo de la familia, y satisfacción de las necesidades espirituales y morales de las personas. La base bíblica para este desarrollo transformacional es Colosenses 1.1520. Este pasaje encierra tres puntos claves para entender la responsabilidad cristiana frente a las necesidades sentidas de las personas a quienes servimos en el nombre de Jesús. Primero, Cristo es supremo en toda su creación. Un proyecto de desarrollo transformacional señala hacia la supremacía de Cristo sobre todo lo creado, y afirma que las actividades orientadas hacia el desarrollo humano a fin de cambiar radicalmente las condiciones de injusticia en bienestar integral (shalom) deben dar testimonio del carácter y la acción redentora de Dios a través de Cristo. Segundo, Dios reconcilia consigo mismo a los elementos visibles e invisibles de su creación a través de Cristo. Esta reconciliación es de vital importancia para el desarrollo transformacional. El término griego que Pablo utiliza en este pasaje (apokatal/asso), que volver a r n iliar completamente, es una expresión m del vocablo común para referirse a esta o intensifica el carácter de la acción , integral). Cristo ha reconciliado a os con Dios. De modo que, parece para comunicar un concepto involucrando en su acción cosas nciliadas. Cada aspecto de la vida reconciliadora integral Tercero, el resultado de la obra reconciliadora de Dios a través de Cristo es la paz. En el Nuevo Testamento, paz significa un sentido de armonía en todo lo creado. La paz resulta cuando las personas y las comunidades humanas se dan cuenta de que, a través del poder de la gracia de Díos, pueden encontrar satisfacción a sus necesidades físicas, sociales, emocionales y espirituales. Al integrar y encarar estas necesidades, el desarrollo transformacional afirma que la obra reconciliadora de Dios a través de Cristo trae una plenitud de paz desconocida a la creación corrompida por el pecado. La iglesia es responsable de llevar a cabo una misión integral y transformacional. El pasaje bíblico que mejor ilustra la importancia superlativa que el Señor le asigna a la misión t~ai1s1ormacional de la iglesia es Mateo 25.3146. La extensión misma del pasaje es elocuente en cuanto a la trascendencia de la acción cristiana solidaria como expresión de amor y compromiso con el reino de Dios. En su cuadro del día del juicio, Jesús describe a personas de todas las naciones reunidas frente a él. El criterio utilizado para decidir quiénes entran en su reino y quiénes no, no es qué tipo de credo y confesión de fe han sostenido, cuán abundante y frecuente ha sido su adoración, cuán profunda ha sido su espiritualidad, cuánto dinero o tiempo o esfuerzo han empeñado en su vida religiosa, u otro de estos elementos tan valorados como importantes por muchos cristianos. Más bien, su criterio es: ¿qué hicieron ustedes cuando "tuve hambre, tuve sed, fui forastero, necesité ropa, estuve enfermo, estuve en la cárcel"? (vv. 35,36).
La función de la Iglesia: Una comunidad solidaria
En la comprensión de la misión de la iglesia que tenia Jesús, palabra y acción, proclamación y demostración, hacer justicia y predicar la gracia iban juntos. La relación entre evangelización y transformación social, entre evangelio y el llamado a la reconciliación y la paz (Is. 65.17-25) no es ajena a la misión de una iglesia auténticamente involucrada en un ministerio transformacional. Como indica Lesslie Newbigin: "Nuestra fe es que la palabra de Dios es en verdad el poder de Dios para salvación - no solamente el rescate de cada uno de nosotros por separado, sino la sanidad, la integración de toda la creación y el cumplimiento de toda la voluntad de Oios."7 Samuel Escobar: "Las sorpresas de hoy ofrecen a la iglesia en América Latina una hueste de nuevos desafíos misionológicos. No obstante, la visión misionera de Pablo permanece como una guía confiable. En el camino hacia el nuevo milenio, la Iglesia en América Latina necesita encontrar nuevas maneras de proclamar el Evangelio de Jesucristo, teniendo en cuenta su llamado, completando su tarea y luchando por una transformación radical de su realidad."8
(*) TAREA 12
. en William Pannell. Evangellsm . Jirom Ihe Boltom Up (Gran d Ra PI'd s. M'Ich ... Zondervan Publishing House. 199~). 33. R Samuel Escobar. ooA Pauline Paradigm of Mission: A Latin American Reading," en The Good News of the Kingdom. ed. por Charles Van Engen, Dean S. Gilliland y Paul Pierson (Maryknoll, N.Y.: Orbls Books, 1993), 66. 7 CItado
Tareas para
elliogar
El maestro o tutor asignará las tareas a medida que se vaya desarrollando el programa del curso. Las tareas aparecen indicadas siguiendo el bosquejo general del curso. Podrán ser entregadas por el discípulo durante el desarrollo del mismo o al final, a criterio del maestro o tutor. Se sugiere que el discípulo utilice un cuaderno de actividades para completar sus tareas. El cumplimiento satisfactorio de todas las tareas asignadas es fundamental para la aprobación del presente curso.
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo
TAREA 1 - La naturaleza de la iglesia: concepto
1. Entrevistar a diez personas creyentes y formularles la siguiente pregunta: ¿Qué es la iglesia para usted?
2. Registrar las respuestas recibidas de la manera más literal posible en el cuaderno de tareas.
3. Hacer una evaluación escrita de esas respuestas a la luz de lo estudiado en esta lección (no menos de 200 palabras).
TAREA 2 - La naturaleza de la iglesia: carácter
El documento La Iglesia en respuesta a las necesidades humanas, producido por la conferencia de líderes evangélicos celebrada en Wheaton (1IIinois, USA) en 1983, señala lo siguiente: "La iglesia local es la unidad básica de la sociedad cristiana. Las iglesias en el Nuevo Testamento estaban conformadas por hombres y mujeres que habían experimentado la transformación efectuada al recibir a Jesucristo como Salvador, reconociéndole como Señor y encarnando su ministerio de servicio al demostrar los valores del reino tanto personalmente como en comunidad."
1. Tomar cada frase o idea de esta declaración y buscar uno o más pasajes o versículos bíblicos que sirvan de apoyo para la misma.
2. Transcribir todo el párrafo en el cuaderno de tareas, colocando entre paréntesis al término de cada frase o idea los pasajes o versículos bíblicos encontrados.
--_..._-------------------------------------------------------------------------..
Tareas para el hogar
TAREA 3 - La naturaleza de la iglesia: componentes
Preparar un mensaje (sermón), para presentar en unos 15 minutos, sobre el siguiente tema:
Cristo: la cabeza de la iglesia
Utilizar el texto bíblico y la estructura homilética que se deseen.
---------------------------_.._-----_.._--------------------------------...._-----------------------TAREA 4 - La naturaleza de la iglesia: características
1. Transcribir en el cuaderno de tareas el bosquejo del capítulo 4, incluyendo los puntos principales y secundarios.
2. Colocar uno o dos versículos bíblicos que ilustren cada uno de los puntos presentados.
TAREA 5 - La misión de la iglesia: propósito
1. Leer el capítulo 6 ("El propósito de la iglesia local") del libro de Charles Van Engen, El pueblo misionero de Dios (Grand Rapids: Libros Desafío, 2004),97-111.
2. Observar cuidadosamente la Figura 5, "El propósito de la iglesia local;' en la página 109.
3. Elaborar una figura similar en el cuaderno de tareas utilizando los contenidos y el vocabulario del capítulo 5 de este libro.
-_.._.._----------------------------------------------------------------------
La Iglesia del nuevo milenio, una eclesiologia para el nuevo siglo TAREA 6 • La misión de la iglesia: misión
1. Buscar y recortar de un periódico, revista o boletín evangélico tres artículos o notas que ilustren la misión de la iglesia como encarnación y tres que ilustren la misión de la iglesia como servicio.
2. Pegar estos artículos o notas en el cuaderno de tareas, y debajO de cada uno redactar una nota de unas 100 palabras que explique en qué sentido ese material ilustra la misión de la iglesia como encarnación y/o servicio respectivamente.
--........._-......_-............-..--..---_..__........_..-........_......__.....-_..... _-_...._-........--_....-...---_......------_......-TAREA 7 • La misión de la iglesia: acción
En su libro Apóstoles a la ciudad: estrategias bíblicas para misiones urbanas (Grand Rapids: Subcomisión de Literatura Cristiana,1981), Rogelio S. Greenway sostiene lo siguiente:
" ... hoy se necesita urgentemente la formulación de un apostolado urbano bíblico. A través de la historia Dios ha llamado a sus siervos a proclamar el evangelio a las ciudades, y jamás ha sido ello más urgente que en el mundo actual que va urbanizándose. El siglo veinte ha presenciado el crecimiento de la población de las ciudades más de lo esperado. .., La única conclusión a que podemos llegar es que jamás fue más cierto en la historia como lo es hoy, que conquistar la ciudad es conquistar el mundo. Esto hace que para los cristianos el desarrollo de un apostolado urbano pertinente y bíblico sea de primordial importancia. '" la iglesia ha de movilizarse rápidamente para tener impacto en la ciudad, o pronto ésta dominará a la iglesia. Si la ciudad domina la iglesia, ésta no será más sierva de Dios con poder redentor para la salvación de los hombres sino que se habrá convertido en esclava del pensamiento y estilo de vida mundanos de la sociedad urbana. En muchas formas esto ha ocurrido ya, pues vemos lo silenciosa e inerte que puede ser la iglesia precisamente en los puntos de nuestra civilización en donde se toman decisiones y se planean los hechos que afectan la vida de millones. La iglesia como un total no sabe qué decirle a la ciudad, y el creyente individual se halla asimismo perplejo por la influencia lograda por el espíritu mundano .... .. .sólo un sentido 'integral' de la misión urbana puede satisfacer ya sea el mandato bíblico o las necesidades de la ciudad. Por misión integral entiendo un acercamiento a la ciudad que en primer lugar proclama de palabra y de hecho al Cristo completo, Salvador y Señor, Redentor y Rey. La iglesia necesita el evangelio completo: el significado y las implicaciones
Tareas para el hogar
de los acontecimientos redentores de la cruz, la resurrección y el estar sentado a la diestra de Dios han de mantenerse unidos." (pp. 11, 12).
1. Leer cuidadosamente estos párrafos, procurando entender bien cada concepto.
2. Redactar un pequeño ensayo de 300 palabras, en el que discuta críticamente las afirmaciones de Greenway y su aplicación a las circunstancias particulares en las que está sirviendo al Señor.
...._-------------------_..-_....-------_...........-_.... _........-----.. --------_..-------_....----_.......... _-- ..--_ .. TAREA 8 - La misión de la iglesia: recursos
1. Evalúar los recursos disponibles en su iglesia local y su utilización efectiva, según la siguiente escala:
Recursos
Malo Regular Bueno
Muy bueno
Excelente
Espíritu Dones Oración Estrategia Liderazgo
2. En una oración o párrafo corto, sintetizar una evaluación general de su iglesia local en términos de los recursos disponibles para el cumplimiento de la misión.
------------------------------------------------------_...._-----
La Iglesia del nuevo milenio. una eclesiologia para el nuevo siglo TAREA 9 _. La función de la iglesia: una comunidad funcional
Copiar en el cuaderno de tareas el siguiente dibujo y completarlo indicando en cada caso la función ministerial de la iglesia en la sociedad y los textos bíblicos que la ilustran o fundamentan:
-------
------
TAREA 10 - La función de la iglesia: una comunidad dinámica
1. En el cuaderno de tareas transcribir el bosquejo del capítulo 10, dejando suficiente espacio entre punto y punto como para pegar un dibujo o fotografía.
2. Buscar en revistas u otros materiales dibujos o fotografías que ilustren cada una de las imágenes de la iglesia según el análisis de esta lección. Por ejemplo: "La iglesia como pámpanos en la vid". Ilustrarlo con una fotografía o dibujo de una vid, un pámpano o un racimo de uva.
3. Procurar imágenes sencillas y no muy grandes, para no ocupar demasiado espacio.
TAREA 11 - La función de la Iglesia: una comunidad neumática
Identificar y registrar en el cuaderno de tareas todos los pasajes o versículos en el libro de los Hechos en los que se afirma que creyentes individuales o la congregación entera fueron llenos del Espíritu Santo. Mencionar no menos de siete.
----------_.._----------------_ .._-----_._----------------------_ ......_----.------------.--- .......--
Tareas para el hogar
TAREA 12 - La función de la iglesia: una comunidad solidaria
1. Leer el párrafo siguiente:
..... la misión urbana integral se niega a dividir las necesidades humanas en segmentos nítidos (tales como espiritual, material, sicológico), sino que proclama la indivisibilidad de la persona en el propósito redentor de Dios. Por consiguiente, la estrategia de la misión integral une la palabra y el hecho, la adoración y el servicio, la comunión y la misión. Se inspira en lo que hizo Jesús, y sus discípulos después de él. Ellos vinieron predicando el evangelio del reino, el cual puso ciudades enteras en conmoción."
Rogelio S. Greenway, Apóstoles a la ciudad: estrategias bíblicas para misiones urbanas (Grand Rapids: Subcomisión Literatura Cristiana, 1981), 12.
2. Elaborar un proyecto de misión urbana integral para una iglesia local para todo un año de trabajo, que tome en cuenta los siguientes elementos: a. Texto bíblico lema para el año. b. Declaración de misión de la iglesia. c. Objetivos generales a ser alcanzados. d. Objetivos específicos a ser alcanzados. e. Actividades ministeriales propuestas para alcanzar estos objetivos.
f.
Resultados o metas que se espera lograr.
g. Recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto.
3. El trabajo deberá tener no menos de 2000 palabras y, si es posible, irá acompañado de una breve bibliografía.
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bibliografía
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