RETIRO DE SANIDAD INTERIOR Y LIBERACIÓN
La sanidad interior y la liberación es un proceso por medio del cual las heridas que se encuentran en el alma del ser humano son sanadas y liberadas de las opresiones demoníacas. Es sacar todo lo que en el pasado nos ha sucedido, que ha dejado huellas de heridas dolorosas y que nos perjudica emocionalmente.
¿QUE SON LAS HERIDAS EMOCIONALES? Son heridas profundas: el resentim iento, el odio , la amarg amarg ura, el rechazo, y t o d o t i p o d e r e c u e r d o s d o l o r o s o s . Es necesario que seamos liberados de todos estos sentimientos negativos que vienen siendo como un cáncer para nuestro corazón. Las heridas del alma que traemos fueron golpes violentos en nu estro interior , interior estas pueden ser: a) Heridas recientes y actuales b) Heridas viejas que no podemos olvidar y que cada vez que vienen a nuestra memoria nos causan dolor. c) Heridas negadas que tratamos de ignorar como si nunca hubiesen ocurrido pero que ahí están. Cualquiera que sea nuestra situación esa herida está abierta, sangra, duele y nos deja muy sensibles y extremadamente susceptibles. Estas heridas dejan secuelas como recuerdos dolorosos, imágenes vivas, vivas, angustias y emociones que nos vuelven una y otra vez a la memoria. Hasta en sueños o pesadillas las escenas se repiten trayendo angustia al alma al volverlas a vivir. La sanidad del alma es obra única del Espíritu Santo, el cual conoce todo lo que hemos pasado en nuestra vida. El Espíritu Santo vino sobre nuestro Señor Jesucristo con el fin de vendar y sanar a los quebrantados de co razón razón y dar libertad a los cautivos: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los q uebrantados d e corazón corazón ; a
pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a l o s o p r i m i d o s ; a predicar el año agradable del Señor”, (Luc.4:18,19).
Quebrantado: Literalmente significa: destrozado, roto, herido en pedazos. Esto es lo que vino a sanar nuestro Señor Jesucristo, vidas rotas, emociones destrozadas y corazones heridos.
¿Afectan realmente las heridas emocionales? Una mujer sólo sentía hostilidad hacia su madre, ira constante, resentimiento, amargura. La hija se sentía frustrada, desesperada y sin esperanza de cambio. Comenzó a orar junto a un consejero, pidiéndole a Dios que revelara lo que estaba detrás de esa actitud de la hija hacia la madre. Después de una primera sesión, el Espíritu Santo les mostró un gancho de ropa, y continuó revelándoles que se trataba del instrumento usado por la madre para practicarse un aborto. La mujer reaccionaba contra la madre como resultado del rechazo que había sufrido aun siendo un feto en el vientre.
Lisa es una estudiante de medicina de 22 años. Se trata de una lesbiana, suicida y drogadicta, la raíz de su problema data a sus tempranos tres añitos. A esa edad su propio padre la forzaba sexualmente. En ese momento su madre entra al cuarto y en su histeria, en lugar de tratar directamente con el hombre, toma a la niña y la lanza contra la pared...pero son la palabras del padre hacia la madre las que resuenan una y otra vez en su cabeza: “Ah! ella nunca va a recordarlo”.
Raquel, una mujer cristiana, en la mitad de sus treinta años. En sus años universitarios había recurrido al aborto para solventar un embarazo indeseado, producto de una relación sexual fortuita. En su interior, siempre consideró el hecho como originado por el pecado sexual, y por ello una sensación de impureza siempre la invadía. Había un sentimiento de culpa muy grande, y sobre todo un temor a que este terrible secreto fuese revelado. Ahora, a pesar de estar casada y con hijos, las presiones son muy grandes, y además está esa sensación de impureza sexual que nunca la ha dejado. Así comienza a sentir una compulsión hacia la masturbación. El acto en sí produce una excitación que alivia momentáneamente las tensiones y conduce al olvido de aquellos secretos, pero luego se produce una sensación de culpa que crea más miedo y más deseo de escapar.
Ejemplos de personajes bíblicos que tuvieron que ser sanados de sus heridas emocionales:
Personaje Herida emocional Solución al conflicto José Job Pablo
Génesis 37:19-28 Job 1:13-19 Hechos 26:9-11
Génesis 45:1-5; 50:20 Job 42:1-6 Filipenses 3:7-8
Nuestras emociones son parte de nuestra vitalidad. Ellas cumplen dos funciones básicas esenciales en nuestra vida diaria: 1. Monitorear nuestras necesidades básicas, dándonos a entender si estamos necesitados, hemos perdido algo o alguien o si estamos saciados. Sin energía emocional, no estaríamos conscientes de nuestras necesidades más fundamentales. 2. Proveer la energía necesaria para actuar en diversas situaciones. Desde este punto de vista, las emociones básicas podrían visualizarse así:
Ira: Es la emoción que nos da fuerza para actuar. Por ejemplo, si nuestra integridad está siendo violada, la ira nos impulsa a pelear o a correr. La ira podría ser parte del diseño de Dios para mover a su pueblo de la apatía a la acción, como ocurrió con Jesús cuando sanó la mano seca (Marcos 3:5) o bien en su áspera crítica a los fariseos (Mateo 23:13-15). La Biblia también enseña que es una emoción que se puede controlar con el poder del Espíritu Santo (Efesios 4:26-27)
Tristeza: Es la emoción que nos permite descargar el dolor emocional para que podamos ser sanados. Como es una emoción dolorosa tratamos de evitarla. Pero, contener la tristeza es como congelar el dolor en nuestro interior. El mismo Jesús expresó su tristeza frente a la tumba de su amigo Lázaro: (Juan 11:33-34)
Temor : Es la emoción que nos advierte del peligro en una situación dada. Es lo que nos lleva al discernimiento y la sabiduría. Jesús en el huerto de Getsemaní se hizo plenamente consciente de lo que habría de sobrevenir en su vida (Marcos 14.33-36). Esa agonía, descrita por sus propias palabras, no estaba ocasionada por el temor a la muerte física en sí, sino por el hecho de que llevaría los pecados de todos en la cruz (2 Corintios 5:21).
Culpa: Es la emoción que nos informa cuando hemos transgredido los valores morales. Ella nos lleva a tomar acciones para corregirnos. La culpa puede ser clasificada en tres clases:
Culpa civil o legal: producida por la violación de las leyes humanas y que conduce a un juicio y al castigo eventual. Culpa Teológica: que es producida por la violación de las leyes divinas. Básicamente es un estado general “por cuanto todos pecaron” (Rom anos 3:23) y requiere de la aceptación de la muerte sustitutoria de Cristo en la Cruz en pagó por nuestras ofensas. Culpa sicológica: es la dolorosa experiencia emocional subjetiva que nos señala internamente el hecho de que hemos violado las leyes humanas o divinas.
En la culpa sicológica existe lo que se denomina culpa verdadera y culpa falsa, la primera es producida por el Espíritu Santo y es la que nos lleva al arrepentimiento verdadero, mientras que la segunda produce sentimientos de culpa que nos atan y destruyen progresivamente. David en su lucha interna a raíz del adulterio nos habla de la culpa verdadera (Salmos 32:5, 38:18, 51:3)
Vergüenza: Es la emoción que nos hace conscientes de nuestras limitaciones personales. Hablando de la necesidad de conocer lo que realmente somos y de no exagerar acerca del concepto que tenemos de nosotros mismos, Jesús le refirió a sus discípulos esta parábola (Lucas 14:8-11)
Gozo: Es la emoción que surge cuando nuestras necesidades básicas han sido suplidas, cuando sentimos que todo va por buen camino. Tiene una manifestación física en la risa y también en la alabanza que sale de nuestros labios cuando hemos sido restaurados, perdonados y prosperados por Dios (Salmos 126:2).
Todas estas emociones son expresiones completamente normales y necesarias en el individuo. Sin embargo, en aquellas personas que no han podido sanar sus emociones, la manifestación de algunas de ellas se vuelve enfermiza, rayando en el comportamiento pecaminoso. Veamos algunas de esas manifestaciones y su desarrollo:
La rab ia o la ira Una de las consecuencias negativas de las emociones no sanadas es la represión anormal de la ira. La represión es un mecanismo de defensa, pero a medida que
la ira interior aumenta, buscará un canal de expresión. Mientras más se reprime, más necesidad hay de expresarla. La energía reprimida crece y crece hasta que llega a tener su propia vida. Una día simplemente ya no hay más espacio para contener la ira y se explota, en ese día, la persona que había estado reprimiendo la ira llega a un punto en el que queda totalmente “fuera de control”, como si las compuertas de una represa se hubiesen reventado repentinamente (Prov. 17:14).
Descripción Bíblica de la Ira Texto
Característica
Santiago
No obra la justicia de Dios
Gálatas 5:19-21
Es una obra de la carne, es característica del hombre necio (Prov. 29:11)
Comentario La ira, como manifestación externa o como disposición del corazón debe ser quitada de nuestro ser para que podamos ser conformados a la imagen de Jesucristo (Efesios 4:31; Colosenses 3:8, 10) La rabia y la ira llevan a: Contiendas (Prov. 29:22; 15:18; 30:33) La crueldad (Prov. 27:4) Crear más dificultades (Prov. 19:19) Que otros imiten el mismo comportamiento (Prov. 22:24-25)
R es e n t i m i e n t o y A m a r g u r a La amargura es a nuestro espíritu como un veneno para el cuerpo. Infecta nuestros pensamientos, emociones y decisiones. Sus efectos dañinos distorsionan nuestra apariencia física y dañan la salud personal .
Hebreos 12:15. La amargura está definitivamente relacionada con la ira, pero tiene otras implicaciones. La amargura y el resentimiento implica apartarse de Dios, endurece el corazón de tal manera que toda la vida queda completamente afectada:
Produciendo incapacidad para amar a Dios: 1 Juan 4:20-21 Produciendo dudas o incapacidad para aceptar la salvación por la Gracia de Dios: Mateo 6:12-15
La Amargura es básicamente una manifestación de la falta de perdón en la vida de una persona. Es una actitud permanente de la vida, no son ráfagas de ira periódicas, sino más bien la manera como cada aspecto es visualizado y evaluado. Es como una prisión perpetua de la cual parece imposible de salir. Como en el caso de aquél siervo que no perdonó a su deudor aún cuando la cantidad que le debía era muy inferior a la que le había sido perdonada a él mismo por el rey, quien finalmente le entregó a los verdugos… (Mateo 18:34) Es decir a la cárcel, al encierro de sus pensamientos, cuerpo y emociones por el hecho de no haber perdonado la ofensa de su consiervo. Haciendo un paralelo con esta historia, dice un autor cristiano lo siguiente: Al momento que se comienza a odiar a una persona, nos convertimos en su esclavo, esa persona controla nuestros pensamientos. El resentimiento produce fatiga, no se disfruta la vida. Es como si nuestra mente estuviera atrapada por una mano tiránica todo el tiempo…
Imaginemos ahora una persona que ha sido maltratada en su infancia o adolescencia, y quien no ha tenido oportunidad para expresar su ira, ni ha recibido la ayuda cristiana que le permita aprender sobre el perdón, con varias capas de resentimiento acumuladas a lo largo de los años. Es alguien que ha esta a mano de verdugos emocionales, cuya vida interior has sido destruida progresivamente. Sería como una olla de presión donde se están calentando a fuego lento una serie de sentimientos profundos, esperando el momento para manifestarse de mil maneras diferentes, siendo la enfermedad física una de las más comunes. Resentimiento y amargura es una forma de no abandonar el pasado, es recrear para una y otra vez los eventos traumáticos con una total impotencia para cambiarlos. El resentimiento es básicamente una manera de hacerse daño a sí mismo. Sin embargo, encontramos varios problemas relacionados con la amargura y el resentimiento que se desarrollan a lo largo de los años: A. Aislamiento : Nos encontramos con Henry y Catalina: Nunca habían sido honestos acerca de sus sentimientos verdaderos, y su ira se había acumulado. No encontrando formas legítimas de expresión al no poder confiarse el uno al otro sus sentimientos reales, su ira se tornó progresivamente en resentimiento y amargura. Tenían pocas personas que los visitaran, y la gente trataba de evitarlos en la medida de lo posible, porque su conversación era una serie continua de murmuraciones acerca de todo y de todo. Nunca mostraban ninguna gratitud por las numerosas bendiciones que habían recibido.
Una lectura de Hebreos 12:15-16 nos revela algunos aspectos que están obrando en la dinámica familiar de Henry y Catalina y que los están llevando al total aislamiento.
Texto Hebreos 12:15-16
Característica
Comentario
Afecta el crecimiento La amargura y el resentimiento espiritual y las relaciones con causan problemas a otros, y puede otras personas llevar a situaciones pecaminosas peores ya que: No permite alcanzar la gracia de Dios Perturba Contamina Lleva a conectarnos con personas inmorales (v. 16)
B. Conform ación a la imagen d e aquella persona a la qu e se desprecia : Están los casos de los hijos de alcohólicos o drogadictos quienes terminan pareciéndose a aquellos padres a quienes despreciaron profundamente por su comportamiento. C. Juicios basados en la amargura y el resentimiento: La persona llena de amargura y resentimiento, en la mayoría de los casos, tenderá a actuar en forma hipercrítica y por lo tanto se cumple lo expresado en Romanos 2:1: “Pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo”
Esta expresión es bastante similar a la que dio el Señor Jesús hablando del juicio que a veces proferimos con nuestros labios: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida que medís, os será medido. (Mateo 7:1-2)
D. Re b el d ía : El espíritu rebelde es un sub-producto de la amargura y el resentimiento.
Veamos el ejemplo de Absalón (2 Samuel 14:25-28). Creció en él una raíz de amargura, a causa de la violación de Amnón, su hermano, a Tamar, su hermana, (2 Sam. 13:22). Esta raíz se profundiza por el hecho de que su padre, el rey David, no toma ninguna medida en contra de Amnón. Absalón decide tomar la ley en sus manos y vengar a Tamar, asesinando a Amnón. Esto le cuesta un exilio de varios años donde la raíz de amargura se extiende, haciendo acciones crueles (2 Sam 14:30) y anhelando ver el rostro del rey (2 Sam. 14:32). Esta rebeldía de Absalón, producto del resentimiento, se manifiesta progresivamente en el rechazo abierto de la lealtad al rey (15:1-4); la rebelión abierta (15:10); la obtención de seguidores a su amargura y rebelión (15:12-13); hasta llegar a encontrarse solo y perseguido (2 Sam. 18:9), y finalmente encontrar la muerte a manos de sus verdugos (2 Sam. 18:14-15).
Vergüenza y Culp a Un conjunto de recuerdos no confrontados correctamente, y en consecuencia aún sin sanar, pueden producir en un individuo un estado de vergüenza personal, dejando así de constituirse en una de las emociones fundamentales, para establecerse como una marca inequívoca de la personalidad, dominando y anulando todo lo demás. La vergüenza enfermiza produce en los hombres una sensación de minusvalía, de fracaso, de estar incompleto como ser humano. Una persona dominada anormalmente por la vergüenza tenderá a esconderle a Dios, a los demás, y lo que es peor, a sí misma, su verdadero “Yo”. Uno de los ejemplos bíblicos más claros de cómo opera la vergüenza en un individuo, corresponde a la transgresión de Adán y Eva (Génesis 3:7) Al hombre y a la mujer se le han "abierto los ojos", pero se encuentran ante una realidad que no comprenden: su propia desnudez vista con ojos de vergüenza. Pero, esta desnudez no es sólo necesariamente física, aunque ciertamente la inocencia de Génesis 2:25 ya no está presente, sino más bien de la personalidad corrompida y desagradable del hombre y la mujer. De aquél Adán y aquella Eva que querían ser más de lo que Dios había establecido, alimentando su orgullo de manera desmedida, violando los límites de su capacidad personal (la vergüenza sana). Y ante esa realidad tan cruda, ahora aparente, la mejor solución del hombre es cubrirla, taparla. La vergüenza enfermiza siempre requiere de una cubierta, que se expresa generalmente en una personalidad postiza. Se suponía que Adán y Eva vivirían desnudos, mostrando sus personalidades reales, y sin necesidad de avergonzarse. Ahora en cambio, deben taparse con lo primero que encuentran: las hojas de la higuera.
¿Cuál es el efecto de la Culpa Enfermiza? La culpa también es una manera de mantener el pasado presente. Los recuerdos se mantienen actuales y se predice en función a ellos lo que será del futuro propio. La persona se siente culpable de lo que hizo, de no haber hecho lo que debería, y de las consecuencias posteriores a sus acciones . Un siquiatra cristiano describió el sentimiento de culpa de esta manera : …es parcialmente esa sensación molesta de que algo incorrecto ha sido hecho. Es parcialmente temor al castigo. Es vergüenza, remordimiento o arrepentimiento. Es resentimiento y hostilidad hacia la figura de autoridad contra la que se ha hecho algo incorrecto. Es una sensación de inferioridad y poco valor personal. Conduce a la alienación, no sólo de los demás, sino de uno mismo, a causa de la discrepancia entre lo que se es realmente y lo que uno quisiera ser. Esto conduce a la soledad y al aislamiento. El sentimiento de culpa es parcialmente depresión y parcialmente ansiedad…