Rulfo y Rilke
Alberto Vital U N I V E R S I DA D A U TÓ N O M A D E A G UA S C A L I E N T E S U N I V E R S I D A D N A C I O N A L A U TÓ N O M A D E M É X I C O
Universidad de ALBERTO VITAL (ciudad de México, 1958) es doctor en Filología por la Universidad Hamburgo y autor de las novelas Teatro de ángeles (Gatopardo, México, 1984), Jard México, o, 1998) 1998),, Tractatus vitae (Funda Jardín ín errante (Siglo XXI, Méxic ción Juan Rulfo Rulfo,, Méxic México, o, 2002 2002), ), Headhunters (El Viejo Pozo Pozo-Instituto -Instituto de Cultura de Yucatán, ucatán,México, México,2003) 2003) y 1970-2002 (El Viejo Pozo-Universidad Autónoma de Chiapas, 2004). 2004).T También es investigador y profesor en el posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus estudios dedicados a la vida y la obra de Juan Rulfo destacan los títulos Lenguaje y poder en Pedro Páramo (Consejo Nacional para la Cultura Cultu ra y las Artes, México México,, 1993 1993), ), El arriero en el Danubio:recepción Danubio: recepción de Rulfo en el ámbito de la lengua alemana (Universidad Nacional Autónoma de Méx México ico,, Méx México ico,, 199 1994), 4), Juan Rulfo (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Méxic México, o, 1998) y Noticias sobre Juan Juan Rulfo: 1784-2003 (Editorial RM-Universidad Nacional Autónoma de México-Universidad de Guadalajara-Universidad Guadalaj ara-Universidad Autónoma de Aguascalientes-Universidad Autónoma de Tlaxcala-F Tlaxcala-Fondo ondo de Cultura Económica, Económica, México México,, 2003).Actualmente imparte cursos en el Departamento de Letras del Centro de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Autónoma de Aguascalientes.
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i un lector culto, culto, pero poco procliv proclivee al alemán, oy oyee la frase Gott ist tot, tal vez ignore que ese filosofema ha estado presente en su vida. Gott ist tot: Dios ha muerto muerto.. La frase de Friedrich Nietzsche Nietzsche es casi casi un juego juego de palabras. Per Peroo el juego busca busca fundir, fundir, con la apenas mediación mediación del ist, la acústica acústica de Dios y la acústica acústica de muerto: la t, tan fuerte fuerte,, est estalla alla en los los tres tr es término términos, s, y la o, gut gutura ural,l, es una una cave caverna rna como como la g del principio. Todo el pensamiento de Occidente ha tenido tratos con esta aseveración. La poesía temprana de Rainer Rainer Maria Rilke convoca convoca a Dios como esporádico personaje, como vehemente vehemente vocativo vocativo,, como realidad realidad próxima y superior; superior; sin embargo, embargo, en la obra de la más más alta madurez madurez –en las las Duineser Elegien, las Elegías de Duino – el protagonista es el ángel terrible y comprensivo comprensivo,, supracristia supracristiano, no, cósmico y terreno: invis invisible ible guía guía de lo Invisiblee entre sibl entre lo visible visible.. Rilk Rilke, e, de cualquier cualquier modo, modo, ya había había ofrecido ofrecido una tácita réplica a Nietzsche Nietzsche al advertir que, en cuanto se refiriera a Dios, el hombre aún tenía la misión de crearlo.1 1
En el prólogo a su versión del Diario florentino, Marcelo Masola Masola cita uno de los pasajes donde Rilke hace alusión alusión a este imperativo: imperativo: “Siento, pues, que somos los los antecesores antecesores de un Dios y que, con nuestras más profundas profundas soledades, soledades, nos proyectamo proyectamoss a travé travéss de los milenios hasta su comienzo comi enzo”” (Edit (Editorial orial y Librería Librería Goncourt, Goncourt, Buen Buenos os Aires, Aires,1973 1973,, p. 10; en adelante, adelante, Diario florenVoltaire. tino). La idea también dialoga polémicamente con una conocida sentencia racionalista de Voltaire.
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Las Elegías acechan a la vez un ámbito espiritual –en el contexto de los materialismos filosófico y ordinario– y un ámbito material –en el contexto de la agobiada y agotada sensibilidad sensibil idad finisecular finisecular.. Hay Hay,, en fin, un asedio en en dos direcciones direcciones,, y lo material material es asunto asunto amoroso amor oso y artesano, artesano, es cuerpo y es mano de orfebre orfebre,, es –al menos menos en parte– la respuesta al “¿qué hacer?” tan ruso con el “quehacer” de los afanosos trabajadores que Rilke Rilke fue a encontrar en la propia e inmensa inmensa Rusia del brazo de Lou Andreas-Salomé, bajo una atmósfera impregnada no tanto del del Nietzsche a quien ella había conocido, sino del León Tolstoi a quien Rilke saludaría sa ludaría muy pronto, de aquel Tolstoi seguro de la sabiduría intrínseca de las rudas labores manuales. Juan Rulfo tiene que haberse identificado con estas y otras búsquedas hasta dedid edicar tiempo a conseguir traducciones y hacer sus propias versiones de los diez poemas de Duino. Clara Angelina Aparicio recuerda que su esposo se pasaba horas alternando los dos extr extremos emos del lápiz, estud estudiando iando,, compa comparando rando,, desca descartando, rtando, reco recobrando brando.. Par Pareece ser que que escribía escribía a mano y, y, ya decidido decidido,, trasl trasladaba adaba sus trazos trazos a la máquina. máquina. Nada indica que tuviera el propósito de enseñarle enseñarle a alguien sus discretos, discretos, formativos y gozosos empeños. Hayy dos maneras Ha maneras de politizar politizar la literat literatura ura de Rulfo: Rulfo: una es intrínseca intrínseca,, medul medular; ar; la otra es contingente, no sustantiva. sustantiva. La primera nace de la matizada matizada omnipresencia omnipresencia del poder en dicha obra; la segunda obedece al afán inútil de reducir reducir ésta a una señal más más en el tablero del modestísimo modestísimo sistema sistema literario mexicano. mexicano. Per Peroo uno de los orígenes más hondos hondos de la escritura escritura rulfiana va, con mucho, mucho, muy lejos lejos de la política, política, la trascientrasciende, la deja atrás en cualquiera de las manifestaciones manifestaciones posibles, posibles, a menos que se trate de la implícita preocupación por el modo como la polis se construye o destruye por efecto de los actos de los hombres. Y es que tiene que haber existido una interrogante en Rulfo previa al interés por los encomenderos encomenderos y los caciques, una cuestión más amplia, como si se tratara de pulsar el estado de ánimo del universo y de la civilización y simultáneamente descubrir voces y hacerlas resonar en el mundo poético creado. creado. Rilke tuvo estas meditaciones, meditaciones, heredero como fue de una época de la que Dios pareció por completo ausente y el hombre por completo completo libre y solitario. solitario. Para responder responder,, el poeta abrevó abrevó de anchas corrientes de reflexión y de síntesi síntesiss verbal, de escritores importantes para el cuentista y novelista novelista –Charles Baudelaire Baudelaire,, Arthur Rimbaud, Stephane Mallarmé–, Mallarmé–, de tradiciones tradiciones nórdicas y eslavas, esla vas, de voces del Asia cercana cercana y del Asia distante, distante, de sensibilidades sensibilidades españolas, españolas, alpinas y mediterráneas, éstas y aquéllos llamados a intervenir en la rendición de cuentas cuentas que Occidente Occidente y ciertos atisbos primordiales del Oriente, Oriente, así como el mundo del más acá y el del más allá, dan en los apretados versos versos de las Elegías. Como el mismo Rulfo Rulfo empeempezaba a serlo en los años cuarenta y como lo sería de lleno en los cincuenta, Rilke fue un autor de grandes convocatorias y grandes confluencias.
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El biógrafo Ralph Freedman comenta que el praguense redactó la primera elegía en un cuaderno cuader no de color verde y se la envió a Marie von Thurn und Taxis, Taxis, dueña del castillo de Duino;2 curiosamente, verdes y azules fueron los cuadernos en que Rulfo esbozó a mano Pedro Páramo. Exis Existen ten,, des desde de luego, luego, cer cercaní canías as más trascen trascendent dentes, es, apar apar-te de la afinidad y la simetría de los dos apellidos y de la identidad de los nombres de sus respectivas esposas (Clara Westhoff-Clara Aparicio): el templo vacío de Luvina resume resu me la ausencia ausencia radical de aquel orden orden ético superior superior –Dios, Igles Iglesia, ia, Rev Revoluci olución ón hecha Estado– que hubiera podido regir el mundo de El Llano en llamas ; en camb cambio io,, son los pícaros Anacleto Morones y Lucas Lucatero los usurpadores de la crédula fe colectiv colec tiva. a. Por su parte, Pedro Páramo llama a cuentas a lo divino, divino, y Dios se percibe tan inalcanzable, inalcanzab le, tan lejano como en las las Elegías, sólo que en en Comala se trata de un Dios secuestrado, atrapado por su propio representante representante y aun así insinuado en toda su magnitud sin medida, medida, en toda su abrumadora amplitud amplitud inabarcabl inabarcable, e, según se atisba atisba también en los poemas.Y es que Rilke exhibe el poderío del ángel ya tan sólo como una iniciación iniciac ión a aquel mundo del más allá, a aquel mundo de la trascendencia y de la muerte que en la décima y última última elegía se despliega despliega con toda gravedad, así sólo sea desde el punto de vista de un muerto muerto reciente, rango este último por cierto cierto útil para definir a Juan Preciado;3 de la elegía final acaso se derivó, tanto como de tradiciones indígenas y católicas, el inframundo de la novela. novela. Más cierta se percibe la relación entre entre Rulfo y Rilke cuando se lee un pasaje hacia el final del Diario florentino: Sólo sabía que tú, pacientemente, habías escuchado mis innumerables quejas y advertí de pronto que me lamentaba lamentaba una vez más más y que me escuchabas de nuevo como como antes. Eso Rilke y la princesa habían comprado en Weimar el cuaderno verde con formato de libro, y el poeta se felicitaba de haber descubierto en él la materia justa para verter la primera elegía ( Rilke, la vie d’un poète trad.. del ingl inglés és de poète, trad Pierre Pie rre Furl Furlan, an, Act Actes es du Sud Sud,, Pa Paris, ris, 199 1998, 8, p. 471 471;; en adela adelante nte,, La vie d’un poète). La presencia de Weimar en la redacción de la elegía y en la superación de la sequedad del poeta tiene que ver simbólicamente con la reconciliación de éste con Johann Wolfgang Goethe a través de las cartas del autor del Werther a la amada admiradora suya Auguste (o Gustgen) von Stolberg ( La vie d’un poète, pp pp.. 466 466-47 -471). 1). 3 Juan Preciado pertenece a otra categoría esencial en Rilke y en Rulfo: la de los tempranamen tempranamente te desaparecidos. En una nota al estremece estremecedor dor “Klage um Antinous” (“Lamento por Antínoo”), Federico Bermúdez-Cañete Bermúdez-Cañete apunta que el “tema de los prematuramente muertos siempre apasionó a Rilke, desde el Diario florentino hasta el final” (Nuevos poemas, Hiperi Hiperión, ón, Madrid Madrid,, 1994 1994,, t. 2, p. 31; recu recuérde érdese se que que Antín Antínoo oo es una figura figura tutel tutelar ar en en Memorias de indefinida y lleva de difunto un lapso Adriano, de Marguerite Yourcenar). Juan Preciado tiene al morir una edad indefinida asimismo impreciso; impreciso; aun así, parec parecee un muerto joven joven si se lo compara con su compañera compañera de tumba, quien ahonda ahonda y remacha el carácter aún no maduro de él al iniciarlo en una especie de educación emocional para el “estar muerto”, pese a que todo indica que ella fue enterrada después que él. Rilke reflexionó sobre sobre esa última condición del ser y descubrió desc ubrió matices matices en ella; ella; por ejemplo ejemplo,, en “Orfeo “Orfeo.. Eurí Eurídice dice.. Herme Hermes”, s”, la joven joven alcanza alcanza en el “estar muerta” muerta” esa plenitud y esa unidad que Rilke tanto buscó en vida y cuya falta es una de las condiciones primordiales del ser humano en las Elegías, a diferencia diferencia del del animal, del ángel, ángel, de las cosas. cosas. Son muertos muertos jóvenes jóvenes Miguel Miguel Páramo Páramo y la misma Susana San Juan, quien a sus alrededor de 50 años se nos presenta como una criatura prontamente consumadaa y consumida. sumad consumida.A A su vez, los Sonetos a Orfeo, contemporáneos de la redacción final de las Elegías (1922 (1922), ), están escritos como “estela funeraria para Wera Ouckama Knoop”, hermosa y enigmática muchacha. 2
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me confundió al punto de cometer el error de irritar irritarme. me. Me recordaba tanto a los habitantess de Praga, que se pasan la vida rumiando tante rumiando su propio pasado pasado.. Son como los muertos muertos que no pueden hallar la paz y, y, en lo secreto de la noche, no cesan de revivir revivir su muerte y de cruzarse por encima encima de las frías frías tumbas. tumbas. No tienen ya nada: nada: la sonrisa se marchitó marchitó en sus labios, y sus ojos se fueron con las últimas lágrimas como en la tarde al correr de los ríos. El único progreso para ellos es que su ataúd se pudra, que sus vestidos vestidos se descompongan y que ellos mismos estén cada vez más cansados y carcomidos hasta perder sus dedos como viejos recuerdos.Y hablan de esto con una voz hace mucho tiempo muerta.Así son los hombres en Praga. 4
Y hay que añadir que Susana San Juan comparte con las figuras femeninas de Rilke –y sobre todo con la amante de las Elegías – – la consumación absoluta del tiempo en un solo minuto minuto amoroso, amoroso, en la marina floración floración con su Florencio Florencio,, de modo que luego la existencia se le vuelve insípida: insípida: como al héroe héroe de la tercera tercera elegía, “durar no le imimporta”, dado que en ella el ahora y el futuro futuro han perdido cualquier cualquier relie relieve ve,, y todo el cuerpo le cruje en vida por el peso del pasado. A partir de una atmósfera interior nacida de experiencias de la vida y de las lecturas de Rilke, Rilke, de Selma Lagerlöf, Lagerlöf, del tan rilkeano rilkeano Jens Peter Peter Jacobse Jacobsen, n, de Jean Giono, Giono, de William Faulkner Faulkner,, etcétera, el mexicano pudo crear su propio universo. universo. Conforme a pesquisas de la Fundación Juan Rulfo y de la joven investigadora Susy Rodríguez Moreno, son al menos dos las traducciones con las cuales cuales trabajó él aproximadament ximad amentee a partir de 1945, esto es, es, en los años más más creativ creativos os de su vida. vida. De ninguna de ellas da noticia el experto sobre las versiones españolas de la obra de Rilke, Federico Fede rico Bermúdez-Cañete, Bermúdez-Cañete, pues se trata de auténticas auténticas rarezas bibliográficas, bibliográficas,una una de ellas existente aún hoy en la biblioteca biblioteca personal del mexicano: la edición bilingüe de las Ele gías y de un Réquiem que el noveli novelista sta gallego Gonzalo Torrente Ballester dio a las prensas de la madrileña Editorial Nueva Época en 1946. Numerosas páginas del ejemplar conservado incluyen como palimpsesto la versión completa de Rulfo de las Elegías primera, mer a, seg segund unda, a, ter tercer ceraa y décim décima, a, así com comoo una parte de la cua cuarta, rta, a máquin máquina, a, sob sobre re original: “Ich wusste nur nur,, dass Du geduldig geduldig meine meine zahllosen kleinen Klagen Klagen 4 Diario florentino, pp. 105-106.Así reza el original:
angehört hast, und bemerke angehört bemerke mit mit einem Mal, Mal, dass ich wieder wieder klagte und Du wieder wieder anhörtest, anhörtest, wie früher früher.. Das beschämte mich so sehr sehr,, dass es mich fast verbitterte. Es passte so gut zu den Prager Menschen, welche das ganze Leben lang ihre eigene Vergangenheit leben.Wie leben. Wie Leichen sind sie, welche nicht Frieden finden und deshalb in heimlicher Nacht immer wieder ihr Sterben leben und über die harten har ten Grüfte hin aneinander vorübergehen. vorübergehen. Sie haben nichts mehr; das Lächeln welkte auf ihren Lippen, und die Augen Augen trieben mit dem letzten Weinen wie auf abendlichen Flüssen hin.Aller hin. Aller Fortschritt in ihnen ist nur, nur, dass ihr Sarg zermoscht und ihre Gewänder zerzerfallen und sie selbst immer mürber und müder müder werden und ihre Finger Finger verlieren wie alte Erinnerungen. Und Tagebuch, davon dav on erzählen sie sich mit den lang verstorbenen verstorbenen Stimmen: Stimmen: so sind die Menschen in Prag” ( Das Florenzer Tagebuch Insel,l, Fran Inse Frankfurt-L kfurt-Leipz eipzig, ig, 1994 1994,, pp pp.. 108108-109) 109).. La traducción traducción habla habla ambiguam ambiguamente ente de “homb “hombres res en Praga”; Praga”; en el original, Menschen se refiere tanto a varones como a mujeres.Agradezco mujeres.Ag radezco al doctor Dieter Rall la consecución del texto en alemán.
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hojas blancas de libretas de argollas con sus perforaciones características y con esquinas redondeadas; el muy reciente reciente hallazgo de las restantes versiones versiones entre los documentos personales permite entregar las diez Elegías conforme las transcribió o las virtió –las interpr interpretó– etó– Rulfo Rulfo.. Las versione versioness recién recién descu descubiertas biertas se se encuentra encuentrann a mano, mano, escrit escritas as con lápiz o tinta tinta verde, verde, sobre hojas ray rayadas adas que se arrancaron arrancaron de un cuaderno; se trata de las elegí elegías as cuarta (ya (ya completa) completa),, quinta quinta,, sexta sexta,, sépti séptima, ma, octa octava va y novena novena,, todas ellas ellas asimismo íntegras. Complementa el legado inédito de Rulfo con respecto a Rilke un cuaderno sin pastas, en papel rayado rayado,, las páginas numeradas numeradas a mano por él mismo mismo (de la 1 a la 86), con la transcripción transcripci ón suya, manuscrita en tintas tintas azul y verde, verde, de unos cincuenta cincuenta poemas cortos (y unos pocos medianos medianos)) del autor praguense, praguense, con un título título general: general: “Rain “Rainer er Maria Rilke”. Rilk e”. En su inmensa inmensa mayorí mayoríaa son, conforme lo lo permiten atest atestiguar iguar las pesquisa pesquisass puestas al día,efectiv día, efectivamente amente transcripci transcripciones; ones; dos de ellos, ellos,sin sin embargo, embargo,cuentan cuentan con huellas de un trabajo de reescritura, reescritura, muy probablemente probablemente en la búsqueda de una versión versión más satisfact sati sfactoria; oria; se trata de “Pietá “Pietá (María (María Magdalena)” Magdalena)” y “La muerte muerte de la Amada”. Amada”. Como ejemplo puede citarse la transcripción del poema “A menudo anhelo una madre”: A menudo anhelo una madre, una quieta mujer de cabello blanco. En su amor sólo florecería mi yo; ella podría evitar aquel odio salvaje, que se insinúa glacialmente en mi alma. Entonces estaríamos sentados juntos; en la chimenea cantaría un fuego. Yo escucharía lo que hablasen sus labios queridos y la paz volaría en torno a la tetera como una mariposa a la luz de la lámpara.
Con respecto a las Elegías, el cuentista se atareó a partir par tir tanto de Torrente como de la segunda edición importante en sus transcripciones y reescrituras, reescrituras, según lo constata el cotejo de Susy Rodríguez expuesto y revisado en mi seminario de Literatura Comparada, “Rulfo y Rilke”, de la Facultad Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Universidad Nacional Autónoma Aut ónoma de México, México, semest semestre re 2005-2, durante el cual cual ella igualmente igualmente expuso expuso las características de la métrica rilkeana: Las elegías de Duino (Méxi (México: co: Editori Editorial al Centau Centauro, ro, 1945), con versión, versión, prólog prólogo, o, notas y apunte apunte biográfico biográfico de Juan Juan José José Domenchina. Domenchina. La presente edición ofrece por eso cuatro textos cada doble página desplegada ante los lector lectores: es: en la parte superior superior de la página par el poema poema original; original; en la parte
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superior de la página non, la versión superior versión de Rulfo; Rulfo; en la parte inferior inferior de la par la traductraducción de Torrente, y en la inferior infer ior de la non la versión de Domenchina. Para rastrear rastrear los pasos, las decisiones, los procedimientos procedimientos y la estética estética subyacente subyacente del novelist novelistaa en tanto lector de Rilke, Rilke, compa comparemo remoss a conti continuació nuación, n, como muestra, muestra, la segunda elegía en los tratamientos de los tres: tres: Torrente, Domenchina y Rulfo. Por lo que se infiere de la relación de este último con textos que le importaban, él en efecto ejercía una labor de reescritura en distintos grados de compenetración y variación, y la segunda elegía exhibe un claro caso de apropiación creativa creativa tanto del original como sobre todo de las dos traducciones que le sirvieron de base. En la primera primera elegía, elegía, Rulfo siguió siguió muy muy de cerca cerca los pasos pasos de Domen Domenchina, china, de modo que puede hablarse de una transcripción más bien que de una reescritura, aunque aun allí se perciben dos o tres variantes de puño y letra del autor de El gallo de oro. En la segunda el panorama panorama cambia cambia sustancialme sustancialmente: nte: por principio principio de cuentas, Domenchina Dome nchina realiza realiza una sorpresiva sorpresiva versión versión en prosa, insól insólita ita en el conjunto, conjunto, lo que permite a Rulfo ensayar una disposición de los versos que no coincide con la de Torrente Ballester Ballester. Una prueba suficiente de que Rulfo tuvo a la mano los versos y la prosa de Domenchina se nos ofrece en la versión que uno y otro hacen de un más bien llano medioo verso del original, en la primera estrofa: medi estrofa: […] und schon nicht mehr furchtbar;
Rulfo sigue a Domenchina letra por letra: […] ya perdida la imponente prestancia!
En cambio, el novelista novelista gallego traduce en general más próximo a las súbitas y frecuentes dicciones dicciones neutras, neutras, ordina ordinarias, rias, que aparecen aparecen aquí y allá en medio del lirismo lirismo patético de las Elegien: […] y ya no terrible!
Otro ejemplo de la orientación de Rulfo a partir de Domenchina se ofrece en una fuerte comparación de Rilke hacia la mitad de la elegía: […] Sind wir in ihre Züge soviel nur gemischt wie das Vage in die Gesichter Gesic hter schwangerer Frauen? […]
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