Espaciado fuera de amor #1
Stormy Glenn
Espaciado fuera de amor #1
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puede ser reproducido o transmitido de ninguna manera o por cualquier medio, incluyendo reproducción fotográfica o electrónica, en su totalidad o en parte sin permiso escrito explícito. Todos los personajes y eventos en este libro son ficticios. Cualquier arecido a personas reales, vivas o muertas, es puramente coincidencia. EDITOR
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"Me lo quedo.” "Capitán, quizás debería pensar en llevarse otra mascota” dijo el subastador. "Este no está adecuadamente entrenado, como puede ver.” Rojan Ja'Dar observó como el joven humano que había captado su atención forcejeaba con dos de los guardas mientras le arrancaban la poca ropa que llevaba puesto. Sabía que el humano habría estado gritando de no ser por la mordaza de bola que tenía en la boca, la desesperación e impotencia eran evidentes en su cara. Los guardas fijaron las manos del humano a unas cadenas que colgaban del techo, y una barra entre sus piernas, esposado a sus tobillos. La barra estaba fijada al suelo, inmovilizando al hombre. No importaba cuanto se retorciera, no podría escapar. Rojan vio a uno de los guardas sacar un látigo de cuero de un armario cercano. Antes de que el guarda se girara hacia el humano atado, preparado para azotar al hombrecito, Rojan gruñó, los músculos en sus brazos tensando. Sentía una arrolladora necesidad de proteger al humano. Además, si alguien iba a marcar al hombrecito, sería él mismo.
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Alargó la mano y agarró al subastador por el cuello de la camisa, levantando al apestoso hombre varios centímetros en el aire, acercando sus caras hasta casi tocarse. “Le quiero intacto.” Gruñó, enseñando un colmillo. "S- sí, cap- capitán.” El hombre tartamudeó. "Las únicas marcas que mostrará son las mías.” Rojan dijo secamente antes de soltar al hombre descuidadamente. Sus ojos volvieron al hombre colgado del techo. Realmente era un espécimen magnífico. Rojan había visto muchos humanos en su vida, la mayoría esclavos, pero también a unos pocos hombres liberados por sus amos. Los humanos eran considerados una raza inferior, inútiles para cualquier cosa que no fuera entretenimiento y servidumbre. Eran demasiado pequeños para luchar y ganar contra la raza de Rojan, los Phangars, por no mencionar el resto de las razas del universo conocido. Rojan no conocía ni un solo humano que le llegara a la altura de los hombres, y mucho menos uno que fuera lo bastante fuerte para ganarle en una pelea, limpia o no. La mayoría de razas del universo opinaban que no tenían la capacidad mental de una raza avanzada. Su mundo primitivo era prueba de ello, hacía solo cincuenta años que la Tierra había empezado a viajar en el espacio. Los Phangar llevaban siglos haciéndolo. 6
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Como mascotas, sin embargo, los humanos eran excelentes, convirtiéndolos en los más deseados del universo. Se les dominaba fácilmente y eran entrenados con la misma facilidad. Sus cuerpos, más pequeños y menos musculosos que los de la raza de Rojan, eran deseados por su suavidad y compatibilidad sexual con los Phangar. Phangar. Rojan no estaba buscando una mascota para calentar su cama, pero no le hacía ascos a la idea tampoco. Sus viajes por el universo como transportista del mercado negro convertían a muchas de sus noches en solitarias. Había pensado en encontrar un amante de su raza o una más avanzada, pero enseguida la rechazó cuando se dio cuenta de su necesidad de ser la parte dominante. Le gustaba el poder que tenía como capitán de su propio buque insignia. Tenía una tripulación competente, escogidos y entrenados personalmente. Respondían ante él y solo él. Era el jefe. Y quería la misma relación con la criatura que calentase sus sábanas. Una mascota humana parecía la solución ideal. Eran atractivos a la vista, suaves al tocarlos y se podían entrenar, exactamente lo que Rojan necesitaba en su cama. Era consciente de que llevaría un tiempo entrenar al humano sobre sus necesidades y deseos pero pronto podría tener a la mascota de sus sueños.
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"Quiero examinarle.” Rojan declaró firmemente "A solas." El subastador cruzó rápidamente hacia la sala separada por cristal, y la golpeó para llamar la atención de los guardas. Gesticuló exageradamente, primero hacia el humano y luego hacia Rojan. Este cruzó los brazos sobre su pecho, pies separados y puso su cara de no me toques los huevos o te arranco la cabeza que normalmente intimidaba
a la mayoría de la gente y esperó. Los guardas abandonaron rápidamente el recinto y Rojan entró. Podía oír la áspera respiración del humano. Podía oler su miedo, le envolvía como una capa, ahogando cualquier otro olor en la sala. Pero no del todo. Rojan podía detectar un dulce olor masculino bajo todo el terror del humano. Le recordaba a las frutas massa deseado por tantos y que se encontraban en las esquinas más alejadas del universo. Rojan pasaba muchas cajas de las preciadas frutas de contrabando y siempre le traían un buen dineral. Rojan se situó tras el hombre y miró por encima de su cabeza. Realmente era glorioso, todo líneas largas y músculos fuertes. Rojan acarició el trasero del humano con el más ligero de los toques. El hombre se arqueó apartándose, un quejido escapando sus labios amordazados.
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Rojan acarició con más firmeza. El hombre se arqueó de nuevo. Rojan se preguntó por qué se apartaría cuando no podía ir a ningún sitio. Estaba atado al techo, esposado al suelo. No podía escapar. Su mano bajó por el increíble pelo casi blanco del hombre, estremeciéndose por la sensación de mechones sedosos escapando entre sus dedos. Se preguntó si sentiría igual de bien envolviendo su verga mientras el humano le chupaba. No importaba realmente, pensaba averiguarlo en persona muy pronto. Rojan agarró un puñado del pelo del hombro y tiró de su cabeza hacia atrás. Fue entonces cuando se dio cuenta de la venda que le cubría los ojos. Interesante. Interesante. Suponía que sus entrenadores utilizaban la privación de los sentidos como parte de su educación. Rojan se aseguraría de recordarlo. "Eres mío, mascota," Rojan gruñó al oído del humano. Sintió como el cuerpo entero del hombre temblaba contra el suyo. Bajó su mano y acarició el pecho del hombre, intentando calmarle, pero el humano se resistió, gimiendo contra la mordaza. Rojan sacó la mordaza de su boca y desató la venda que le cubría los ojos antes de situarse frente al humano. Vio como el hombre parpadeaba varias veces, lamiéndose los labios y esperando que su visión se normalizase. De 9
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repente, los ojos del hombre se abrieron de par en par y se quedó boquiabierto. "¡Mierda!" el hombre exclamó. "Eres un alienígena." "¿Te esperabas otra cosa?" Rojan preguntó, arqueando una ceja. "Cuando todo el mundo hablaba de los hombrecitos verdes, no creo que se refirieran a ti. Creo que se imaginaban seres mucho más pequeños." "Estoy seguro de que tu raza primitiva nunca ha visto algo como yo." Rojan se rió. "Además, no soy verde." Los ojos del humano recorrieron la piel negra del cuerpo de Rojan, hasta encontrarse con sus ojos, parpadeando varias veces. "No lo eres, no." "¿Sabes por qué estás aquí, pequeño humano?" Rojan preguntó, observando la reacción del hombre cuidadosamente. "Pequeño humano…" el hombre susurró. "Esto no me va a gustar, ¿verdad?” Rojan se rió. "Quizás," dijo, mientras frotaba sus nudillos contra el pezón del hombre, sintiendo como los pequeños bultos se endurecían. Disfrutó con el gemido que escapó de la boca del humano. Sabía que el humano sería sensible a las caricias.
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"Creo que dependerá de tu habilidad para aceptar tu entrenamiento," continuó, viendo como los ojos del humano se abrían de par en par de nuevo. "¿Entrenamiento?" el humano preguntó, su voz como la de un ratón. "Te dije que ahora eres mío, mascota." El humano palideció, tragando saliva “¿Mascota?” Rojan apuntó con sus manos hacia las paredes de cristal de la jaula. "Estas en una casa de subastas, mascota. El que puje más dinero por ti se queda contigo." Rojan sonrió cruelmente. "Yo soy el máximo pujador." "Y- Y eso ¿qué significa?" "Acepta mis órdenes, obedéceme en todo, y te sacaré de aquí," Rojan contestó. "recházalo y subes al escenario de la subasta para el siguiente pujador y a mí me devuelven el dinero." El humano frunció el cejo. “¿De verdad me has comprado? ¿Cómo puedes hacer eso? Soy un hombre libre. No di mi consentimiento a esto." Rojan se encogió de hombros. "Obviamente alguien en algún momento pensó que serías una buena mascota. Los humanos por lo general suelen serlo una vez que se acostumbran. Fuiste procurado para subasta y te trajeron aquí." "¿Procurado?" 11
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Rojan arqueó de nuevo la ceja ante la vehemencia en las palabras del hombre. Parecía que su nueva mascota tenía genio. Rojan disfrutaría de ello y lo adaptaría a sus gustos personales. "Estaba durmiendo en mi casa cuando alguien entró en mi habitación y me cogió. Me desperté aquí. ¡¡Esto es secuestro!!" el humano dijo secamente. "Estoy seguro de que crees eso. Sin embargo tu raza es primitiva y como no se ha unido a la Alianza de Planetas Unidos, no tienes ningún derecho salvo aquellos que te dé tu amo. Que soy yo." "¿Y tú estás de acuerdo?" El interés de Rojan se incrementó. El humano parecía indignado. Aunque estaba seguro de que el hecho de que lo habían secuestrado de su casa no le proporcionaba ningún placer, Rojan sabía que el hombre aprendería a disfrutar el ser de su propiedad. "Los humanos no tienen derechos según la Alianza de Planetas Unidos. Hasta que un planeta se une a la APU sus ciudadanos no tienen derechos de ningún tipo. De hecho, cualquier humano de la Tierra tiene que tener papeles de propiedad. Cualquier humano sin una señal de propiedad o la de su amo puede ser encarcelado o ejecutado." Rojan se inclinó hasta que estaba cara a cara con el humano. "¿Es eso lo que quieres?" 12
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Los ojos del humano se abrieron de par en par de nuevo."N-- no." "Entonces tienes dos opciones, mascota," dijo Rojan. "Puedes obedecer cada una de mis órdenes y aceptarme como tu amo, o te puedo dejar aquí para ser entrenado por los guardas y luego vendido en subasta. ¿Cuál vas a escoger?" "¿Qué significa ser una mascota?" "Significa que me perteneces a mí y solo a mí." Rojan sonrió mientras rodeaba al humano hasta estar a sus espaldas. Bajó las manos para agarrar las nalgas del humano en sus manos, estrujando suavemente. "Obedéceme y serás recompensado." Rojan soltó con un rápido azote sobre el trasero del hombre. "Desobedéceme y serás castigado." El hombre soltó un grito, su cuerpo alejándose del cachete. Aunque su grito lo negara, su cuerpo no podía ocultar su reacción. Le gustaba. La mano de Rojan rodeó el cuerpo del humano para agarrar su erección. Lo acarició lentamente, los gemidos casi inaudibles del humano inflamando su propio deseo. Fantaseó con la idea de un fututo lleno de actos dominando a su pequeña mascota y casi se corrió ahí mismo. El cuerpo del humano tembló entre sus brazos. Rojan podía sentir las gotas de pre-eyaculación en sus 13
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dedos mientras las frotaba contra la cabeza de su polla. El humano era tan sensible. Rojan quería follárselo ahí mismo, pero sabía que tenía que esperar a que volvieran a la nave. Además, la espera era la parte más divertida. "¿Y bien, mascota?" Rojan susurró al oído del humano. Su mano continuó acariciando su miembro. miem bro. "¿Quieres venirte a casa conmigo o te entrego a los guardas?" "Por favor..." Cuando la pelvis del pequeño hombre empezó a empujar contra su mano, Rojan decidió dejarlo acabar. acabar. Normalmente, le negaría el orgasmo al humano hasta que él lo quisiera, pero el hombre tenía mucho aprendizaje por delante. Dejándole correrse esta vez era un pequeño precio a pagar por el permiso del humano de convertirse en mascota. Cierto era que en realidad no tenía otra alternativa. Le pertenecía a Rojan por derecho propio, pero el tener la aceptación del hombre haría que las cosas fueran más fáciles en el futuro. "¿Vas a correrte para mí, mi pequeña mascota?" Rojan murmuró. Sabía que su cuerpo taparía a la del humano de cualquiera que pudiera estar mirando. Eso era bueno porque no quería que nadie más viera a su mascota sumido en la pasión. Era demasiado hermoso para ellos.
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Rojan se lamió el dedo, dejándolo bien mojado, antes de bajarlo y empujarlo entre las nalgas del hombre. El hombre forcejeó, pero, atado como estaba, no solo no podía escapar, escapar, sino que sus piernas estaban abiertas lo suficiente para que Rojan pudieran introducir su dedo en el apretado agujero. El hombre se agitó y grito y líquido caliente cubrió la mano que Rojan tenía cerrado sobre la polla del hombre. Rojan lo acarició unas pocas veces más y retiró su dedo del ano del hombre. El dulce olor del semen del humano recorrió su cuerpo más rápido que un relámpago, grabando su fragancia sobre Rojan y dejándole saber que sujetaba algo más que una mascota entre sus brazos. Sujetaba a su compañero. Rojan gruñó desde la parte de atrás de su garganta, la necesidad de marcar al humano casi más intenso que su autocontrol. Rojan estaba asombrado. Había venido a la casa de subastas a entregar un pedido. No se esperaba encontrar a su compañero. Agarró un puñado del pelo blanco del hombre y tiró su cabeza hacia atrás. Ojos gris-azulados le miraron atontados mientras Rojan acarició suavemente la mejilla sonrojada del hombre. "¡Mío!"
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El humano parecía confuso. Frunció el ceño y apretó los labios. Parecía querer decir algo pero no estaba muy seguro de qué. "Me perteneces. Aprenderás a obedecer todas mis órdenes, todos mis deseos. Vivirás para mi placer. ¿Entiendes?" El humano palideció, tragando tan fuerte que Rojan pudo oírlo en el silencio de la sala. Sus labios se curvaron, intentando suprimir una sonrisa. Le gustaba este humano. Además de su aspecto de adonis, Rojan sospechaba que el humano se le resistiría lo suficiente para hacer las cosas interesantes. Rojan no podía esperar. "¿Y bien, humano?" "S-sí." Rojan acarició la mejilla del hombre de nuevo. Sonrío, enseñando sus colmillos. "Bien hecho, mascota mía," dijo. "Ahora quiero que estés calladito hasta que te dé permiso para hablar. ¿Entendido?" El hombre asintió con la cabeza obedientemente. Rojan volvió a ponerle la venda sobre los ojos al hombre y solo entonces hizo un gesto a los guardas para que entrasen. Necesitaba llevar a su nueva mascota a su nave, Phangar 1, donde podría empezar su entrenamiento.
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Rojan abandonó la sala a la vez que los guardas se apresuraban a entrar. "Si veo un solo arañazo en su piel os lo haré pagar con creces," les advirtió cuando se cruzaron. Los guardas bajaron al humano al suelo con cuidado. Lanzaban miradas de aprehensión hacia Rojan continuamente, el miedo evidente en sus cautelosos movimientos. A Rojan le habría gustado reírse, pero habría arruinado su aura de intimidación. Sabía que tenía reputación de luchador y mercenario. No se achantaba ante nadie y no lo había hecho desde que era un niño pequeño en su planeta natal. No empezaba las pelas, pero no tenía ningún problema en acabarlas. Para ser francos, era básicamente un pirata. Aceptaba los trabajos de mensajero que le daba la gana, iba a donde le daba la gana y socializaba con la gente que le daba la gana. A lo largo de los años había hecho muchos amigos y muchos enemigos. Sus amigos le apoyaban en todo, siempre y sus enemigos querían torturarlo antes de matarlo. Rojan estaba orgulloso del hombre en quien se había convertido, pero no le había dado muchas oportunidades de encontrar pareja, lo cual explicaba las
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razones detrás de su visita a la apestosa casa de subastas de Rigel 4. Necesitaba compañía. “¿Correa?” Rojan le preguntó al subastador. Miró a su nueva compra, frunciendo el ceño. "También necesitará algo que con que vestirse. Algo simple que no marque su piel." "Sí, Capitán," el apestoso hombre contestó rápidamente. "Ahora mismo, Capitán." Rojan suspiró exasperadamente. Odiaba a las personas sí-Capitán. Claro que le gustaba salirse con la suya. Siempre le había gustado, pero odiaba a los que hacían reverencias solo por la cantidad de dinero que manejaba. Aunque realmente nadie sabía cuánto dinero tenía. Rojan lo prefería así. Pero también le gustaban los lujos que dicho dinero le proporcionaba. El hombre que estaba siendo cubierto con una larga capa negra era prueba de esos lujos. Rojan no había esperado a la subasta. No tenía tiempo. Tenía un cargamento que entregar en otro planeta. Necesitaba hacer su compra y partir. Entregar un cargamento le había conseguido acceso inmediato a la casa de esclavos aunque estuviera cerrada. En cuanto vio la suave curva del trasero del humano le había intrigado lo suficiente como para ofrecer el doble de lo que probablemente valiera el humano. 18
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Aunque era un trasero impresionante. Curvaba con naturalidad hacia dos redondeadas mejillas que hacía que Rojan se esforzara en mantener el control. Rojan se juró a sí mismo que compraría cremas hidratantes para poder echárselas, para mantener la piel del humano suave como la seda. Si añadías el pelo rubio-blanco que caía casi hasta dicho trasero, entonces Rojan supo que el hombre tenía que ser suyo. Nunca había visto pelo tan blanco. Era como mirar al sol y ser cegado. El tono ligeramente dorado de la piel del humano era solo otra ventaja. El interés de Rojan incrementó cuando el subastador se acercó corriendo a los dos guardas, gesticulando frenéticamente mientras les susurraba. Respiró hondo e hizo que los demás sonidos desaparecieran, hasta poder escuchar solo la conversación que le interesaba. "Sacadle de aquí lo más rápidamente posible. Sacadle por la puerta de atrás," susurró el subastador. subastador. "Los otros clientes están llegando. Si se enteran de que vendimos un esclavo fuera de subasta, uno sin entrenar y que nadie más ha visto, nos veremos con una revuelta." Rojan sonrió. "Skoran se va a enojar cuando se entere de que has vendido su juguetito," dijo uno de los guardas.
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Las orejas de Rojan se levantaron. ¿Skoran? ¿Quién demonios era Skoran y que tenía que ver con el compañero de Rojan? "Con lo que nos paga el Capitán por este humano, podemos comprar otros diez como él," contestó el subastador. "Skoran no tiene por qué enterarse." "Está esperando ver al humano rubio esta noche," protestó el guarda. "¿Cómo vas a explicar que no esté en la subasta? Le prometiste a Skoran un humano puro." "Skoran lo entenderá," dijo el subastador. subastador. "Además, esta casa de subastas me pertenece a mí, no a Skoran. Una vez que el humano se haya ido, no hay nada que pueda hacer. hacer. Le diremos que el humano murió." El guarda no parecía convencido. "Haré que os merezca la pena," el subastador ofreció. "¿Un bonus quizás?" Un guarda miró con una pregunta en sus ojos al otro y ambos asintieron a la vez. "Consigue un coche y sácalos a los dos de aquí antes de que llegue Skoran," el subastador ordenó. Rojan no tenía ni idea de quien era Skoran, pero estaba de acuerdo con el subastador. Quería salir de ahí antes de que llegara y no tenía ningún problema en escabullirse por la puerta de atrás. El pequeño humano era suyo ahora y no estaba dispuesto a renunciar a él. 20
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Cuando el subastador se le acercó y le pasó la videotableta, Rojan leyó el contrato rápidamente y presionó con su pulgar, dejando su huella, antes de pasarle una bolsa de monedas al subastador subastado r. A cambio, el subastador le dio a Rojan los papeles que le convertían en dueño del humano. Rojan los metió en el bolsillo y cruzó la sala para tomar la correa de manos de uno de los guardas. El humano seguía atado, la correa enganchada en el collar y sus manos atadas al frente aunque estaba tumbado en el suelo. A Rojan Rojan no le gustaba la manera en que las esposas de plástico magullaban sus muñecas. Se agachó y sacó una garra, desgarrándolas sin problemas, el plástico cayendo al suelo. Un quejido escapó de los labios del humano, un escalofrío recorriendo su cuerpo. Al aculillarse junto al humano, Rojan podía oler la fragancia especial de su mascota ahora que estaba fuera de la pequeña sala de entrenamiento. Le rodeaba, entrando por sus poros y haciendo que su polla se endureciese aún más. Se regodeó en la anticipación de marcar a su compañero y la frustración de saber que debía esperar a que estuvieran de vuelta en su nave. Iba a ser difícil, quería al humano desesperadamente. Rojan arropó al humano en la capa y luego lo levantó, llevándolo sin dificultad hacia la salida más
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cercana. Ya había acabado aquí. Tenía que volver a su nave y despegar antes de poder disfrutar de su nuevo compañero. "Oh, Capitán, por favor," dijo el subastador, corriendo para alcanzarle, "hemos traído transporte para llevarle a su nave, si vienen por aquí..." Rojan gruñó, pero siguió al baboso del subastador. Le llevaron por una serie de pasillos hasta que llegaron a una pequeña sala que pertenecía a los sirvientes. El subastador abrió la última puerta, sujetándola mientras Rojan salía con su premio en brazos. Un transporte les esperaba. Sacudió la cabeza a la vez que la puerta se abría. Entró y acomodó su preciado cargamento en su regazo. El subastador era un imbécil pero tenía buena mercancía. Rojan pidió que los llevaran al espaciopuerto y se relajó para mejor contemplar a su mascota. Rojan levantó al pequeño humano y lo colocó contra su pecho antes de quitarle la venda de los ojos y metérselo en el bolsillo. No había motivos por las cuales debía asustar a su mascota más de lo necesario, aún. Los ojos del hombre estaban cerrados. Rojan sospechaba que la ordalía lo había dejado exhausto. Se agitaba y temblaba, murmurando en sueños. Rojan decidió que dormir era la mejor cura para su nuevo
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compañero. Por ahora, le dejaría, pero en cuanto llegaran a su nave, el humano tenía que hacerle frente. "¿Señor?" dijo el conductor, mirándole a través del retrovisor, "Necesito usar una ruta alternativa. Al parecer hay algún tipo de conmoción más adelante." Rojan suspiró. "De acuerdo." Miró por la ventanilla mientras el conductor los maniobraba alrededor de varios transportes y empezó a bajar por un estrecho callejón. Justo antes de que el transporte girara Rojan vio al subastador y tensó. Un hombre alto sujetaba al subastador por el cuello, en el aire y lo sacudió. Rojan no podía oír que decía, pero se hacía una idea. Los dos guardas que habían estado vigilando a su compañero se encontraban tirados en el suelo. Por la cantidad de sangre que les rodeaba era obvio que estaban muertos. Rojan sospechaba que el hombre que sujetaba al subastador era Skoran. Estaba más que seguro que la ira del hombre tenía que ver con el pequeño humano que tenía en sus brazos. Levantó una mano y activó el transmisor que tenía en la oreja, esperando que Keillor, su hombre de comunicaciones, le contestara. "Hola."
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"Lor," dijo Rojan, "dile a Rav que quiero los motores en marcha y la nave preparada para despegar en cuanto llegue. Y quiero que Seron se encuentre conmigo en la esclusa." "Entendido jefe," contestó Lor. "Quiero estado de máxima alerta, Lor." "¿Problemas, Rojan?" Lor preguntó, toda profesionalidad de repente. "Nada de lo que no me pueda encargar, Lor. Solo quiero ser precavido. Quiero que estéis especialmente atentos de un hombre llamado Skoran." "Entendido." Rojan colgó y miró al hombre que tenía entre sus brazos. "Espero que merezcas las pena, mascota."
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Tyion se despertó lentamente. Un zumbido resonaba en su cabeza, desapareciendo hasta que solo era un murmullo. Dejó que los sonidos se filtraran por su atontado cerebro antes de abrir los ojos un poco, mirando la habitación pintada de blanco. Se imaginaba que se encontraba en una especie de enfermería, dado el equipamiento extraño, luces parpadeantes y los electrodos pegados a su pecho. Pero podría estar equivocado. Supo antes de abrir los ojos que no estaba dormido en su cama en Seattle. Eso lo había sabido desde hacía varios días ya. Hay cosas que un hombre no puede olvidar, como una luz cegadora que lo había aspirado hacia el cielo. Tyion siempre había oído historias de gente que había sido abducida por alienígenas, pero nunca los había creído. Eso cambió hace tres días. Ahora sabía que los alienígenas existían. También estaba seguro de que estaba en una especie de infierno. Había sido abducido, volado por el espacio, y tirado en una casa de subastas alienígena. Para más colmo, un alienígena de dos metros con pelo negro azabache, orejas puntiagudas, colmillos, garras y cola lo había nombrado como su mascota, de su propiedad. 25
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Tyion tembló con solo pensar en el gigantesco alienígena. Había algo cautivador en él, pero Tyion no podía dar con exactamente el qué. Su reacción ante el hombre le confundía. No había tenido un orgasmo así en su vida, y menos con un completo desconocido, un alienígena además. "Ah, estás despierto." Tyion se sobresaltó. Sus ojos escanearon rápidamente la habitación hasta que se encontraron con una figura azul en la puerta. Era casi tan alto como el hombre que había declarado a Tyion como su mascota, pero no tanto. "Uh . . ." "Soy el doctor Seron," dijo el hombre mientras se adentraba en la habitación. Se dirigió a un armario y lo abrió, sacando varios objetos. Tyion no sabía exactamente qué eran y no estaba muy seguro de querer saberlo. "Me gustaría saber algo de tu historia médica antes de que empecemos," dijo el médico. "¿Em—empezar qué?" Tyion podía sentir como el pánico se adueñaba de él. Intento sentarse para poder echar a correr, y descubrió que sus brazos y piernas estaban atados a la cama en la que estaba. Vale, ataque de pánico inminente.
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El médico le miró y sonrió. "No tienes por qué asustarte. Solo unas vacunas y cosas así." "¿Entonces por qué estoy atado?" Tyion alzó la voz. Su pánico se desbordó por completo cuando el médico cruzó la sala y se le acercó, un extraño instrumento en las manos. Era largo, delgado y parecía estar hecho de algún tipo de metal de color plateado. Tyion había oído hablar de cosas así. Todo el mundo había oído de ellos. Se llamaban sondas. Todo el mundo sabía que los alienígenas usaban sondas para torturar a sus víctimas Cuanto más se acercaba el médico, mas aterrorizado se encontraba Tyion. Tiró de las correas que sujetaban sus brazos y piernas, pero no cedieron ni un centímetro. Sentía que su pecho iba a explotar de la angustia que sentía. Tyion cerró los ojos para escapar de las imagines que llenaban su cabeza y gritó. Los bordes de su visión se volvieron borrosos y grises, y la habitación empezó a girar. Oyó a alguien hablar, sintió manos recorrer su cuerpo y un agudo pellizco en un brazo. Tras eso, todo se volvió confuso. "Abre los ojos, mascota." Tyion abrió los ojos y encontró al gigantesco alienígena inclinándose sobre él. Frunció el ceño por un momento, y rápidamente escaneó la sala. El otro 27
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alienígena, el que tenía la sonda, había desaparecido. Solo estaba el grande de piel negra. "¿Puedes sentarte?" Tyion miró al alienígena de pelo negro, confuso. De repente se dio cuenta de que las correas ya no le sujetaban a la mesa. Asintió con la cabeza y el alienígena lo ayudó a sentarse. Aun así, era más alto que Tyion. "¿Cómo te encuentras?" "Estoy bien." ¿Lo estaba? Sus recuerdos eran borrosos. Tyion no se acordaba de gran cosa aparte del tío azul con la sonda. El hombre le miró por unos momentos y asintió como si hubiera tomado una decisión. "Voy a llamar al médico" dijo. "Quiero que contestes a sus preguntas. ¿Entendido?" Confuso, Tyion asintió. Levantó la mirada cuando la puerta se abrió y el médico volvió a entrar. Los ojos de Tyion se abrieron de par en par. Era el alienígena azul con la sonda. No podía ver la sonda, pero sabía que el hombre tenía uno. A medida que el medico avanzaba, Tyion empezó a acercarse al otro alienígena. Cada paso que daba el médico hacía que Tyion se apretara más contra el otro hasta que casi estaba escalándole. "¡Ya basta, mascota!" 28
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Tyion se quedó inmóvil. No sabía nada sobre alienígenas, pero reconocía el tono. El hombre no estaba contento con él. De hecho, sonaba realmente enfadado. Tyion recordó las palabras del hombre sobre castigos si no obedecía y el azote a su trasero. Tyion no quería que el hombre se enfadara con él, pero desde luego no quería al médico alienígena cerca de él tampoco. Consideró sus opciones. Si se resistía, el grandote le castigaría de alguna manera. Si no, era posible que muriese de forma espantosa. Ninguna parecía una buena elección. Tyion agarró al hombre por los brazos y levantó la mirada. Sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas mientras se preparaba para suplicar por su vida. Se sentía como un auténtico cobarde. "Por favor," susurró. Los ojos dorados del alienígena perecían dulcificarse. Tyion cerró los ojos cuando las manos del hombre acariciaron su pelo tiernamente. Apoyó la cabeza en el pecho del alienígena. Para su sorpresa, podía oír un corazón latiendo con fuerza debajo de su oreja. No sabía que lo alienígenas tuvieran corazón. "Doc no te va a hacer daño, mascota," el hombre dijo en voz baja. "Te lo prometo. Solo tiene que hacerte una revisión y asegurarse de que estás sano."
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Una mano debajo de su barbilla levantó la cara der Tyion para mirar al alienígena. "Me quedaré aquí contigo, ¿vale?" Tyion asintió y se giró para mirar al médico cuando el hombre se aclaró la garganta. Estudiaba nerviosamente cada uno de los movimientos del médico. Incluso con la promesa del grandote, Tyion se apretujo contra él cuando el médico se acercó al borde de la camilla. Sintió que el hombre le daba palmaditas en el hombro mientras el médico hablaba. "Como decía antes, mi nombre es Doctor Seron. La mayoría de la gente me llama solo Doc. Tú también puedes." Tyion asintió. El doctor agarró una delgada caja del tamaño de un libro y empezó a darle a botones en ella. La curiosidad de Tyion casi pudo con su miedo, pero no lo bastante como para apartarse del hombre que profesaba ser su amo. "Ahora, ¿cómo te llamas?" El hombre azul preguntó, mirando a Tyion. "Tyion Rhodes." El medico apretó unos cuantos botones más. Las luces en el pequeño aparato parpadearon. Tyion se dio cuenta de que el instrumento que el médico sujetaba era
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una especie de ordenador en miniatura y que estaba apuntando la información sobre Tyion en él. "¿Cuántos años tienes? ¿En años terrestres?" "Veintitrés." De nuevo, más botones y más flashes de luces. "¿Alguna vez has estado enfermo?" Tyion frunció el ceño. "Claro, todo el mundo se ha puesto enfermo alguna vez." "Por favor explica la naturaleza de estas enfermedades. Necesito un historial médico completo." "Tuve la varicela cuando tenía dos años y me rompí un brazo a los nueve. Y he tenido algunos catarros a lo largo de los años." Tyion se encogió de hombros. "Aparte de eso, estoy sano." "¿Cuántas parejas sexuales has tenido?" el medico apuntó más información en la extraña caja. El miedo de Tyion empezó a escalar cuando sintió la mano que le palmeaba, agarrarle. Sentía como su pecho se oprimía otra vez. "D-- dos." "¿Hombre, mujer o ambos?" El médico seguía haciendo preguntas como si no se tratase de temas terriblemente personales y embarazosos. Cuando Tyion no contestó, el médico le miró a los ojos. "¿Hombre, mujer o ambos?" repitió.
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"¿Realmente tengo que contestar eso?" Tyion preguntó. "¿No podemos dejarlo en dos y ya está?" "Necesito saber la medida de tu experiencia sexual antes de que Rojan empiece tu entrenamiento." Explicó el médico. "Vuestras dos razas son compatible por lo general, pero hay algunas diferencias y es importante que sepa los límites a los que puede llegar tu cuerpo. Eso incluye un historial médico y sexual completo." Las mejillas de Tyion ardieron. Agachó la cabeza, avergonzado. "No te preocupes, mascota," dijo Rojan, "contesta a las preguntas del médico." "Hombres," susurró Tyion, sus mejillas enrojeciendo aún más. Sintió la mano de Rojan acariciar su pelo otra vez. Creyó oír un suave ronroneo que venía del pecho del alienígena, pero desapareció antes de que pudiera asegurarse "¿Puedes explicar la naturaleza de tus relaciones sexuales con estos dos hombres?" Tyion se quedó boquiabierto. ¿Qué si podía qué? "Tyion," el medico levantó la mirada de su caja para encararle otra vez, "Necesito saber qué clase de relaciones sexuales has tenido. ¿Penetración? ¿Sexo oral? ¿Estimulación manual?"
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Tyion giro la cabeza y la apretó contra el pecho del alienígena que lo sujetaba. Se iba a morir de la vergüenza, lo sabía. Nunca había hablado de estas cosas con nadie, ni siquiera con los dos tíos con los que se había acostado. "Contéstale, mascota," le ordenó Rojan. ¡Ni de coña! Tyion sacudió la cabeza.
"Doc?" oyó a Rojan decir. "¿Nos da un momento, por favor? Necesito convencer a mi mascota de los méritos de la obediencia." "Sin problemas, Rojan." Unos segundos más tarde, Tyion oyó la puerta cerrarse. Empezó a levantar la cabeza, pero exclamó al sentirse levantado y volteado, su cuerpo sujeto contra la cama por el pesado brazo del hombre. "Sé que no lo entiendes, mascota, y te pido disculpas por ello," dijo Rojan. "Sin embargo, creo que es necesario que dejemos las cosas claras desde el principio. Tienes que entender que mis órdenes se acatan siempre, te gusten o no." Tyion se intentó apartar de Rojan, pero el peso y la fuerza del hombre lo tenían inmovilizado. Oyó algo rasgarse justo antes de que el aire frío acariciase su trasero. Tyion se estremeció. Forcejeó. Se agitó. Empujó contra la mano que lo tenía sujeto. No le sirvió de nada. Nada de lo que hacía funcionaba. Rojan podía con él. Tyion gritó 33
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cuando la manaza del hombre aterrizó en sus nalgas desnudas. "¡Para!" gritó Tyion. "¡Eso duele, joder!" "Me obedecerás, mascota," Rojan azotó a Tyion otra vez, y otra, y otra. Tyion perdió la cuenta de cuantas veces le pegó Rojan. El dolor en su trasero era tan intenso, tan ardiente, que creyó que nunca se sentaría de nuevo. Para cuando Rojan lo levantó de nuevo, la mirada enfurecida de Tyion estaba oculta por las lágrimas silenciosas que caían. Rojan sujetó a Tyion cuidadosamente entre sus brazos, teniendo cuidado de que no apoyara el peso en su dolorido trasero. Levantó la cara de Tyion hacia el suyo, mirándole. Tyion le miró iracundo. "¿Me obedecerás ahora?" Tyion apretó los labios, enfadado. "No te oigo, mascota." "¡Qué te den!" Tyion le contestó secamente. No podía creer que le habían dado una azotaina. No le habían azotado desde que era un niño. "No es asunto tuyo con quien me acuesto o me dejo de acostar." "Ahora eres de mi propiedad," Rojan gruñó. " Todo lo que hagas es asunto mío." Tyion empujó a Rojan y se bajó de la cama antes de que le pudiera detener, sorprendiéndole. Camino hacia 34
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atrás, sin apartar los ojos del alienígena. Señaló a su propio pecho con su dedo. "Me pertenezco a mí mismo y a nadie más. Me importa un bledo lo que digan tus reglas. No tienes derecho a mantenerme aquí." El corazón de Tyion se aceleró cuando vio la cara de Rojan mientras el hombre avanzaba hacia él. Esta vez la había liado gorda. "Te compré con todas las de la ley, mascota" rugió Rojan. "Me pertene--" "¡No soy tu puta mascota!" Se golpeó el pecho. "Tengo un nombre. Tyion, Tyion Rhodes." Rojan le lanzó una mirada fulminante. Aunque Tyion no lo creyera posible, su expresión se endureció aún más. "¡Me obedecerás!" "¡Ni de coña!" Rojan avanzó un poco más y Tyion empezó a buscar algo con lo que defenderse. No quería hacerle daño al tipo, pero no podía permitir que le dañaran a él tampoco. A Tyion le sorprendió tanto el repentino movimiento de Rojan, que apenas tuvo tiempo para parpadear antes de encontrarse capturado, el hombretón inmovilizándole contra la pared con todo su cuerpo. Sentir la respiración de Rojan contra su cuello hizo que Tyion se estremeciera.
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"Te dije lo que te pasaría se me desobedecías, mascota," Rojan apretó los dientes. "Serás castigado por tu rebeldía." Tyion frunció el ceño. Estaba bastante seguro de que ya lo habían castigado. ¿Qué se pensaba Rojan que eran los azotes? ¿Unos golpecitos amorosos? "Es bastante obvio que los azotes no funcionaron, así que tendré que probar otra cosa," Rojan pensó en voz alta. Tyion se estremeció cuando sintió el hombre oler su cuello. "¿Quieres saber qué es lo que te voy a hacer?" Tyion quería pero no quería admitirlo a Rojan. Aunque empezó a hacerse una idea de cómo Rojan lo iba a castigar cuando sintió como sus manos recorrieron su cuerpo hasta envolver su polla que se estaba endureciendo, acariciándola hasta que obtuvo una erección. Rojan lo iba a torturar. Tyion gimió cuando el pulgar del hombre apretó contra la pequeña hendidura en el glande. No podía evitar empujar sus caderas hacia adelante, presionando su polla a través del puño de Rojan. Exclamó cuando de repente se vio levantado en brazos y llevado hasta la camilla. Sus ojos se abrieron de par en par y se olvidó por completo de su polla cuando Rojan agarró sus manos por encima de su 36
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cabeza y atadas a la cama. Sus pies fueron lo siguiente en ser inmovilizados. Rojan se colocó a los pies de la cama. Tyion forcejeó contra las correas que le sujetaban No le gustaba que lo inmovilizaran, le hacía sentirse demasiado indefenso. En ese momento Rojan separó los estribos que sujetaban las piernas de Tyion y se colocó entre ellas. La respiración de Tyion se entrecortó cuando se dio cuenta de las ventajas de esta posición. El bulto en los pantalones de Rojan apretaba contra el escroto de Tyion. La polla de Tyion rebotaba entre los dos cuerpos, pidiendo atención. A Tyion no le gustaba el brillo en los ojos de Rojan. Sabía incluso antes de que Rojan agarrase su polla que había perdido esta batalla. Rojan lo iba a torturar y Tyion le daría lo que quisiera. Podría hablar ahora y detener la tortura, pero le gustaba demasiado la sensación de la mano del hombre rodeando su erección. Además quería saber que consideraba tortura este alienígena. Al menos, pensaba que quería. Cuando Rojan empezó a acariciarle, Tyion se preguntó si era verdad. También se preguntó si iba a sobrevivir a lo que Rojan le iba a hacer. El alienígena parecía saber exactamente la fuerza con la que agarrar la polla de Tyion, cuán rápido acariciarle. 37
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Rojan tuvo a Tyion incoherente y balbuciendo en menos de un minuto, lo cual no auguraba nada bueno para la futura resistencia de Tyion contra el hombre. El placer le cortocircuitó el cerebro, fuego recorría sus venas. Cuando un dedo lubricado se insinuó entre las nalgas de Tyion y le penetró, Tyion no lo soportó más. Haría todo lo que Rojan quisiera si el hombre prometía no parar. "¡Por favor!" Tyion suplicó, empujando sus caderas hacia arriba, y luego hacia abajo para empalarse en el dedo. "No pares, por favor no pares." Tyion agarró el colchón por encima de su cabeza cuando sintió un segundo dedo insertarse. Con lo grande que era Rojan, dos dedos eran lo más grande que Tyion había tenido dentro de él. Casi le asustaba averiguar como de grande era la polla del alienígena. "¿Quieres correrte?" "¡Sí!" Tyion podía sentirse cerca de explotar, justo al borde de su orgasmo. Su respiración quemaba su garganta. Sus caderas bombeaban frenéticamente entre la mano que agarraba su polla y los dedos dentro de él. Cuando los dedos de Rojan se curvaron, Tyion sabía que estaba perdido. Su cuerpo se tensó. Gimió y empezó a caer solo para gritar cuando los dedos dentro de él se retirasen y la mano en su polla agarró la base y apretó, evitando su orgasmo. 38
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"¡No!" Tyion protestó con un aullido. "Por favor." "¿Quieres correrte, mascota?" Rojan preguntó otra vez. "¡Sí!" "¿Te vas a portar bien?" "¡Sí!" "¿Vas a contestar a las preguntas del médico honestamente y sin rodeos?" "¡Sí!" De repente Rojan se inclinó sobre Tyion, sus ojos dorados mirándole fijamente. "Quiero que recuerdes este momento, Tyion, recuerda quien manda aquí, porque no eres tú, mi preciosa mascota." Tyion asintió, ansiando que Rojan se moviera, de que le dejara correrse. Habría dicho lo que fuera en ese momento. "Dilo, mascota," exigió Rojan. Movió su mano arriba y abajo sobre la polla de Tyion. "Quiero oír las palabras para que no haya malentendidos. ¿Quién manda aquí?" "¡Tú!" "Muy bien, mascota," respondió Rojan. "¿Recuerdas que te dije que si me obedecías serías recompensado?"
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Tyion asintió efusivamente. Cerró los ojos y gritó cuando los dedos de Rojan le penetraron profundamente de nuevo. Premio y castigo se confundieron en su cabeza de tal manera que Tyion no sabía cuál le estaban dando. Solo sabía que si quería que el exquisito placer continuase, tenía que hacer todo lo que Rojan quisiese. "¿Vas a obedecerme ahora, mascota?" preguntó Rojan. "Sí," gimió Tyion. "Entonces puedes correrte." Ambas manos empezaron a moverse. El placer recorrió todo el cuerpo de Tyion, sobrecargando sus sentidos hasta que no podía sentir nada excepto el toque de las manos del hombretón sobre su cuerpo. Tyion estaba tan cerca que solo hicieron falta unas pocas caricias de la mano de Rojan para que su mundo explotara, perlas blancas de semilla escapando sobre su estómago y los dedos de Rojan. Tyion gritó, su cuerpo entero temblando de la intensidad de su orgasmo. Su cuerpo perdió la tensión y se relajó sobre la camilla, jadeando. Tyion giro la cabeza hacia el hombre que acababa de poner su mundo patas arriba justo a tiempo para ver como Rojan se limpiaba la mano con la lengua. Tembló de deseo a pesar de que acababa de correrse. "Joder, eso es sexy," murmuró Tyion. 40
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Ojos dorados se levantaron hasta encontrarse con los suyos. Tyion se sonrojó. Tenía que parecer terriblemente lascivo. Sus brazos estaban sujetos por encima de su cabeza. Sus piernas estaban sujetas y separadas. Y para más colmo tenía semen cubriéndole su estómago desnudo. "Er . . . podría--" Tyion tiró de sus manos atadas. "¿Podría vestirme?" Rojan sacudió la cabeza. Desató las piernas de Tyion y luego rodeó la cama para hacer lo mismo con sus manos. Agarró a Tyion y le ayudó a sentarse antes de pasarle un trapo con el que limpiarse. "Doc va a querer examinarte, mascota. Puedes taparte con esto mientras tanto." Tyion agradeció la sábana blanca que Rojan le ofreció. Lo agarró y envolvió su cuerpo en ella, metiendo las esquinas bajo sus brazos. Sus manos todavía temblaban, y lo mismo sus piernas, pero Tyion no recordaba haberse sentido así de relajado jamás. "Ahora, el medico va a volver y espero que contestes todas sus preguntas sin titubeos ni rodeos," Rojan dijo tras un momento. "¿Entendido?" "Sí," murmuró Tyion resentido. "Buen chico." Tyion entornó los ojos mientras miraba a Rojan caminar hacia la puerta desde detrás de su flequillo. Se 41
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sentía más confuso de lo que jamás se había sentido en su vida. Su futuro se le había hecho claro de manera innegable. Era un esclavo . No tenía derechos, ni control sobre
su propia vida, salvo por lo que su amo le concediese. Y ese amo era un alienígena de piel negra y de más de dos metros de alto que ofrecía placer como forma de castigo. Tyion se revolvió un poco cuando el escozor de su trasero que volvió un dolor sordo. Iba a amoratarse. Siempre le pasaba. Su madre era irlandesa y Tyion había heredado su piel pálida. Si no visitaba las cabinas para broncearse parecería un albino. Su piel clara le hacía amoratarse fácilmente y siempre parecían peor de lo que realmente eran. La puerta se abrió y el medico volvió a entrar. Tyion le miró cruzar la sala con Rojan, hasta que éste se puso detrás de Tyion. Doc agarró su ordenador otra vez y empezó con las preguntas de nuevo. Tyion se aseguró de que contestaba a cada pregunta con toda la rapidez y sinceridad que podía. No tenía ni idea de si tenían alguna manera de saber si decía la verdad o no, pero no se iba a arriesgar. Le hubiese encantado disfrutar de lo que Rojan consideraba castigo, pero temía averiguar qué haría el hombretón si se enfadaba de verdad.
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Mantuvo sus manos apretados en la sábana para evitar protestar ante las preguntas. Ni siquiera protestó cuando el médico le hizo soltar la sábana para examinarle dentro y fuera. Simplemente cerró los ojos e imaginó que estaba en otro lugar. Se moría de la vergüenza. "Vale, creo que eso es todo lo que necesito," dijo Doc mientras Tyion se sentaba. "Necesita descansar. Yo diría que veinticuatro horas de sueño ininterrumpido serían suficiente." El médico miró a Rojan. "¿Te gustaría que le diese algo para ayudarle a dormir?" "No, creo que me hago una idea de cómo conseguir que descanse," Rojan sonrió. "Muy bien," dijo el médico. "Ven, mascota." Tyion se bajó con cuidado de la camilla y se acercó a Rojan. Bajó las manos para cubrir sus genitales. Rojan había destrozado lo que llevaba puesto antes y no sabía dónde estaba su ropa. "¿Cuándo quieres marcarle?" preguntó el medico casualmente mientras limpiaba la habitación ¿Marcarle?
"Antes del próximo atraque, pero todavía no he decidido lo que quiero," contestó Rojan. "Ya te diré." Tyion quería preguntar sobre qué estaban hablando, pero estaba demasiado asustado para abrir la boca. Su 43
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estómago estaba revuelto debido a la ansiedad y frustración. La vida en la Tierra no había sido un jardín de rosas, pero jamás se había sentido tan inseguro. No sabía lo que el alienígena quería de él. Se hacía una idea considerando todos los tocamientos que había recibido, pero aparte de eso… nada. En la casa de subastas, Tyion se había sentido intrigado sobre el hombre al que ahora pertenecía. Parecía mucha mejor elección que subir al podio de subastas. Ahora se preguntaba si había hecho bien. ¿En qué lío se había metido? Estaba en un mundo alienígena, un lugar que se escapaba a su comprensión. El miedo heló su sangre cuando se dio cuenta de que su propia vida pendía de obedecer a alguien que ya había demostrado que podía conseguir el consentimiento de Tyion a lo que fuera con solo el toque de sus manos. El infierno existía de veras , y esto es lo que era.
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Rojan podía oler la confusión y el miedo que emitía su mascota mientras envolvía su cuerpo desnudo en una capa. Sabía que Tyion le temía tras haber recibido su castigo, pero no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Su compañero tenía que entender quién mandaba. Él hacía las reglas y era el deber de su compañero obedecerlas, lo quisiera el hombrecito o no. No se arrepentía de haber azotado a su compañero, pero sí se arrepentía que ahora el hombre le temiese. Aunque la idea original era que el hombre fuera su mascota, resultó que también era su compañero. Rojan sabía que a los ojos del resto del universo (excepto los de su propia raza) el hombre sería una mascota humana sin más derechos que los concedidos por su amo. Menos mal que los otros Phangars serían más tolerantes con sus estallidos. Presentía que ambos iban a necesitar mucha paciencia de los demás, sobre todo durante el periodo de entrenamiento. Rojan atesoraba el hecho de que finalmente había encontrado su compañero. La conexión que se forjaría entre él y el hombrecito duraría toda su vida. A pesar de lo que pensara Tyion, Rojan si se arrepentía de tener que tratar al
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hombre como una mascota en compañía de otros, pero era eso o perderle. Y eso no era una opción. Mientras Rojan acompañaba a su compañero por los pasadizos hacia su camarote, se preguntó si el miedo que sentía Tyion era algo malo. El humano estaría más dispuesto a obedecer órdenes si creía que iba a ser castigado. Causaría menos problemas entre ellos. Rojan frunció el ceño cuando vio a Tyion tambalearse. Su hermosísimo compañero todavía no le miraba a la cara y sus mejillas ardían. Quizás debería tratar a Tyion con un poco más de cuidado durante un tiempo. El hombre tenía que estar acojonado. Había sido procurado para la casa de subastas así que estaba claro que no estaba aquí por su propia voluntad. Nadie procurado para la casa de subastas lo estaba. Si añadías al hecho de su involuntaria cautividad el que el hombre era de la Tierra y que se había enfrentado a cosas tan por encima de su experiencia que ni se las habría imaginado, a Rojan le sorprendía que Tyion no hubiera perdido los papeles antes de ahora. Estaba bastante seguro de que ocurriría. Y en un futuro no muy lejano. Genial. Una bomba de relojería.
Parándose ante la puerta de su camarote, Rojan colocó su mano en el sistema de seguridad de huellas de mano. Una luz verde parpadeó bajó su mano y la puerta se abrió con su habitual swusss. 46
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Le dio a unos pocos botones antes de agarrar la mano de Tyion y colocarlo firmemente sobre el lector de seguridad hasta que la luz verde parpadeó de nuevo. Ahora Tyion podría entrar y salir de su habitación. Solo Rojan podía prohibirle entrar o salir. "Poner tu mano en el panel de seguridad abrirá y cerrará la puerta, mascota," dijo Rojan mientras le enseñaba a Tyion su nuevo hogar. "Nadie más puede abrir la puerta sin los permisos necesarios." Miró a Tyion cuando el humano se detuvo de repente en medio de la sala. Su compañero parecía nervioso y empezaba a preocuparle. Rojan decidió vigilarle aún más de cerca. "¿Por qué no echas un vistazo mientras yo preparo algo de comer?" Tyion asintió distraídamente. Cuando los ojos grisazulados de su mascota se encontraron con los suyos dorados, se dilataron de miedo y su cara palideció. Rojan frunció el ceño. Tyion parecía temerle más de lo que debiera. Vale que había azotado el trasero del hombre, y luego le había dado placer como un castigo, pero no había sido cruel. Al menos, no creía que lo había sido. No le había dado una paliza o algo por el estilo. Sacudió la cabeza y se dirigió a la cocina. Normalmente Rojan comía en la cantina con el resto de la tripulación, pero tenía una pequeña cocina en su camarote por si quería cocinar él mismo. 47
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Cogió unos ingredientes, los mezcló y los echó a la cámara calorífica. Cuando volvió a la sala principal le sorprendió ver que Tyion seguía donde le había dejado. El hombre no se había movido ni un centímetro. "¿Tienes hambre, mascota?" Tyion le miró. Parecía un poco atontado. Sus ojos no parecían enfocar bien y no hacía más que echar miradas nerviosas por toda la habitación. Tyion agarraba la capa que tenía por encima de los hombros como si fuera un escudo y sus manos hacían puños y se relajaban mientras temblaba. "Sí." "Entonces siéntate y come." Moviéndose despacio para no asustar al ya bastante nervioso humano, Rojan se fue a la cocina y sacó la comida de la cámara. Puso la comida en la mesa y volvió a la cocina a por dos platos. Tyion estaba de pie junto a la mesa cuando salió de la cocina. Su compañero estaba mirando la comida que Rojan había preparado con una expresión de confusión en su cara. Rojan se rió. Se apostaba lo que fuera que Tyion nunca había probado prohat antes. El plato era una mezcla de quesos, carnes y vegetales del mundo de Rojan. Comía prohat porque era uno de sus platos favoritos y además era
fácil de preparar. "Siéntate, mascota."
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Tyion se estremeció un poco cuando se sentó, pero enseguida lo borró de su cara. Rojan frunció el ceño cuando lo vio y se sentó en frente de Tyion. Sirvió un plato para cada uno y empezó a saborear la deliciosa comida. Rojan había tomado varios bocados cuando se dio cuenta de que Tyion no había empezado aún. Paró, el tenedor a medio camino a su boca, para mirar a Tyion. "Tienes que comer, mascota. Pronto será la hora de acostarse y Doc quiere que descanses." Rojan esperó, mirando a su compañero hasta que Tyion tomó unos cuantos bocados antes de dedicar su atención a su propio plato. Iba a tener que reconsiderar todo esto del castigo. Tyion parecía muchísimo más traumatizado de lo que Rojan esperaba. No sabía si había sido los azotes o el placer que le siguió o un conjunto de todo en general, pero se estaba comportando como si estuviera realmente asustado. Rojan empezaba a realmente preocuparse por su pequeño y frágil compañero. Rojan suspiró y tomó una decisión: por la mañana, empezarían el entrenamiento y Tyion aprendería qué se esperaba de él. Mientras tanto, esperaba que unas horas de sueño ayudaran. "¿Has acabado?" preguntó Rojan cuando Tyion dejó el tenedor en la mesa junto al plato. "Sí, gracias," murmuró Tyion con voz monótona.
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Rojan se puso de pie y le tendió la mano al hombre. Necesitaba meter a su compañero en la cama antes de que el hombre se cayera de sueño. Tyion parecía exhausto y probablemente iba a quedarse frito durante varias horas, quizás la noche entera. "Vamos, mascota. Vamos a la cama." le pidió Rojan. Tyion tomó su mano y siguió a Rojan hasta la habitación. Rojan soltó la mano de Tyion y se dirigió a la cama. Dobló las sábanas hacia atrás y miró a su mascota. "El cuarto de baño está por ahí," dijo mientras señalaba a una puerta en la pared opuesta. "¿Necesitas usarlo?" "No." "Entonces deja la capa en esa silla y métete en la cama." Rojan se sentó en el otro lado de la cama y empezó a quitarse las botas. Ya había visto a Tyion desnudo y sabía cómo era su cuerpo (increíble para ser más exactos), pero quizás un poco de privacidad le haría calmarse un poco. Rojan supo que había hecho lo correcto cuando sintió que el colchón daba de sí un poco ante el peso de Tyion. Sonrió mientras dejaba caer las botas al suelo, quizás le estaba cogiendo el tranquillo a esto de ser compañero . Quitó su transmisor de su oreja, lo dejó en la
mesilla de noche y tapó a ambos con las mantas. Girándose para encarar a Tyion, vio que el hombre se había escondido debajo de las mantas. Sacudió la cabeza 50
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y se acurrucó junto a él, rodeando al humano con sus brazos. Necesitaba ir al puente pronto, pero quería esperar a que Tyion se quedase dormido. "Duérmete, mascota." **** "¿Doc?" llamó Rojan al entrar en la enfermería al día siguiente. "¿Crees que podrías echarle un vistazo a mi mascota? Lleva durmiendo desde ayer, y empiezo a preocuparme." Rojan estaba más preocupado de lo que dejaría al médico saber. No le había dicho a nadie que su mascota era también su compañero porque quería esperar a marcar antes de declarar eso. Ahora le preocupaba el no poder anunciarlo jamás. Tyion no hacía más que dormir. "Por supuesto, Rojan," contestó Doc. "Me encantaría." "¿Es normal que duerma tanto?" Rojan tamborileó los dedos contra su muslo mientras esperaba la respuesta del médico. "Bueno, ha sufrido bastante trauma en los últimos días, tanto emocional como mental. Si añadimos el viaje espacial y su secuestro a esto, es normal que duerma, es la
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manera que tiene el cuerpo de darle a la persona tiempo para procesar todo lo que les está ocurriendo." Rojan frunció el ceño, frustrado. "¿Qué tipo de trauma?" "Rojan, sabes que los terrícolas son una raza muy primitiva." Rojan asintió. "Ser abducido de su casa y todo lo que conoce por criaturas alienígenas y vendido al mejor postor tiene que ser una presión mental y emocional terrible para un hombre joven." "Supongo que nunca me pare a pensarlo así." Consideró Rojan. No estaba seguro de que le gustaba la dirección que esta conversación estaba tomando. Le hacía parecer una de las principales causas del trauma de Tyion. Las dudas empezaron a asaltar al alienígena negro. ¿Había contribuido a la condición de Tyion? "Doc, ¿crees qué se
pondrá bien?" Doc se encogió de hombros. "Es difícil saber. Los terrícolas son criaturas delicadas, amigo mío. El más fuerte podría ceder ante la presión y el más débil podría ser inquebrantable. Nunca se sabe." "¿Crees que el haberlo comprado fue demasiado para él?"
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"Ya te he dicho, es difícil saberlo, Rojan" el médico repitió con paciencia. "No sé lo que puede o no puede soportar. Lo sabremos con el tiempo. Y si tú no lo hubieras comprado, lo habría hecho otra persona." Rojan detectó un atisbo de censura en la voz de Doc y la culpa que sentía creció. Sus manos se cerraron en puños. Tyion era su compañero. Renunciar al pequeño humano ya no era una opción. No podía, aunque no lo hubiera marcado todavía. "Lo que sí te puedo decir es que tu mascota necesita apoyo, comprensión y que lo traten con cuidado, por lo menos hasta que se acostumbre a su situación. Los cambios que ha sufrido su vida en los últimos días han sido impresionantes. No tiene nada de su vida anterior. Ni siquiera la comida es igual. Va a necesitar tiempo para adaptarse a lo que es en esencia una vida completamente nueva." Rojan apretó los labios, irritado y asintió con la cabeza. Las palabras del médico le hacían sentirse como el monstruo que Tyion seguramente le consideraba. Nunca se había parado a ver las cosas desde el punto de vista de su compañero. No era una visión agradable. Iba a tener que reconsiderar como trataba a su pequeño compañero. Rojan estaba seguro que en la Tierra, Tyion era considerado un hombre fuerte. Rojan había visto 53
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las videoemisiones como todos los demás. La televisión humana era graciosa y ahora se alegraba de que la usara para distraerle en noches solitarias. Le daba una idea de cómo pensaban los humanos. Según las cosas que había visto Rojan, a Tyion se le consideraría un chico muy atractivo. Estaría lo más arriba en la cadena alimenticia, como Rojan lo era un su mundo natal. Tenía que ser desgarrador ser abducido y luego vendido como mascota para un hombre así. Y Rojan estaba seguro de que Tyion se consideraba un hombre fuerte y no como una delicada criatura que necesitaba protección de casi todo lo que le rodeaba. Rojan no creía que Tyion reaccionase bien a ese cambio en sus circunstancias. La azotaina que le había dado tenía que haber sido horriblemente humillante para Tyion. Aunque solo pretendía castigar al hombre, Rojan sospechaba que los azotes habían tenido un efecto mucho más perjudicial para Tyion de lo que había pretendido. El Doctor Seron le había dado algo en lo que pensar. Mientras tanto, Rojan empezó a pensar en cosas que podía hacer para darle una atmósfera más tranquilizadora para su compañero. "¿Doc, hay algo que pueda darle, o comida que pueda prepararle para hacerle sentirse mejor?" preguntó Rojan tímidamente. "Aunque es imperativo que siga mis 54
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órdenes, aunque solo sea por su propia seguridad, no quiero que pierda la cabeza." "¿Has considerado volver a su casa y recoger sus pertenencias?" preguntó Doc con cuidado. "No es un imposible, ¿sabes? Solo nos llevaría más que unos pocos días llegar a la Tierra, y estoy seguro de que tener sus propias cosas le daría algo de tranquilidad." A Rojan le sorprendió tanto las palabras del médico que no podía más que mirarle durante unos momentos. La verdad es que no se le había pasado por la cabeza, pero era una idea muy buena. Tyion iba a quedarse con Rojan para siempre, nunca volvería a casa. Echaría de menos sus cosas a menos que los tuviera con él. "Haré que Rav nos ponga en esa dirección inmediatamente." Rojan empezó a dirigirse a la puerta, pero se detuvo, girándose hacia el medico otra vez. Sabía que tenía que ser completamente sincero con el médico. "¿Erm, Doc?" "¿Sí?" "Tyion no es solo mi mascota. "Es mi compañero." Seron pareció realmente sorprendido, sus cejas arqueando mientras miraba a su capitán. "¿Le has marcado ya?" "No," dijo Rojan. Se encogió levemente de hombros. "Quería esperar a que le hubieras examinado y 55
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luego necesitaba descansar, y bueno--" Rojan se apartó el largo pelo negro de la cara nerviosamente. "No ha ocurrido todavía." "Mmmm," consideró Doc, "quizás deberías esperar un poco." "¿Esperar?" preguntó Rojan con voz ahogada. No quería esperar. Necesitaba marcar a Tyion cuanto antes, hacer al hombre suyo. La necesidad solo iba a ir en aumento hasta que Rojan no pudiese controlarlo. "Dale algo de tiempo, conócelo un poco," dijo el médico. "Deja que él te conozca. Creo que encontrarás que tu pequeño compañero está más dispuesto a someterse a ti si está a gusto contigo." Rojan suponía que el medico tenía razón, pero no tenía por qué gustarle. Asintió distraídamente a Doc y salió, refunfuñando todo el camino al puente. Tenía que darle consideración a las palabras de Seron. Pero no quería esperar a hacer suyo a Tyion. "Rav," dijo Rojan el momento que pisó el Puente y vio a su segundo al mando en el centro de control. "Pon rumbo inmediato a la Tierra." "¿Tierra?" Rav se giró hacia Rojan de la sorpresa. "¿Quieres ir a la Tierra? ¿Para qué?" "Sí, quiero ir a la Tierra," contestó Rojan, cruzando los brazos sobre su pecho y lanzando una mirada 56
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fulminante al hombre. "Y tú no necesitas saber el porqué, solo hacerlo." "Vale, sí, seguro," Rav volvió su atención a la consola. Empezó a pulsar botones en la consola mientras se mordía el labio. "¿No tenemos un cargamento que entregar en el sistema Vyer?" "Lo tenemos y lo entregaremos al regreso. Esto tiene preferencia. Te daré el punto exacto en cuanto estemos en la atmósfera de la Tierra." "Sí, capitán." "Mantenme informado de nuestro progreso y asegúrate que estamos en modo sigilo." Rojan sonrió. "A los terrícolas no les agradan los visitantes del espacio exterior." Seguro de que Rav seguiría sus órdenes, Rojan pasó el resto de la mañana cumpliendo con sus deberes de capitán en la nave: actualizando los diarios, comprobando el cargamento, haciendo videollamadas a posibles clientes. Era todo muy aburrido, pero necesario. En cuanto acabó con todo, volvió a su camarote. Necesitaba ver que su pequeño humano estaba bien y decirle que iban a ir a la Tierra a por sus pertenencias. Además quería ver a su compañero, olerle. La necesidad le había estado distrayendo toda la mañana. Quería saber cómo le había ido a Tyion en su primer día en la nave. 57
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Cuando abrió la puerta a su camarote, Rojan miró inmediatamente a su cama, su cama vacía. Una búsqueda frenética por todas las habitaciones le dio el mismo resultado, no había nadie allí. Rojan estaba a punto de darle a su transmisor y ordenar una búsqueda por toda la nave cuando recordó haberle pedido a Doc que le echara un vistazo al hombre. Quizás había pasado algo y Seron había llevado a Tyion a la enfermería. Salió a toda prisa de su camarote, echó a correr por los pasillos, esperando que no fuera nada grave. Había tanto que no sabía de su compañero. Su corazón latía a toda velocidad cuando entró corriendo en la enfermería y vio a Tyion sobre una de las camillas. Se acercó a la Camilla, agradecido al ver los preciosos ojos de Tyion abiertos y fijados en él. No parecía que le pasara algo.
"¿Estás enfermo, mascota?" La cara de Tyion se sonrojó y apartó la mirada, evitando la de Rojan. "No." Rojan examine al hombre con cuidado, intentando encontrar una herida, una lesión que explicara por qué estaba en la enfermería. Doc debería haber podido examinar a Tyion en su camarote. "¿Entonces por qué estás aquí? ¿Por qué no estás en nuestro camarote?" "Doc vino y él—quería echarme un vistazo." 58
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Rojan sabía por la manera en que Tyion le miraba que algo más grave ocurría. Agarró la barbilla de Tyion en una mano, levantando el rostro del hombre hacia el suyo. Se acercó, entrecerró los ojos y gruñó. "¿Quieres probar de nuevo?" Tyion inhaló, asustado. Su cara palideció y sus ojos se entreabrieron por un momento antes de bajarlos "T— Tengo moratones," susurró Tyion. Su respiración se entrecortó. "Mi—mi madre es irlandesa y tenemos la piel muy pálida y nos amoratamos fácilmente y cuando tú— cuando me azot-- cuando--" Tyion hablaba tan callado, tan rápidamente que a Rojan le costaba seguirle. La palabra que oyó con perfecta claridad, sin embargo, fue moratones. Rojan no estaba acostumbrado a los sentimientos de rabia y asco que inundaron sus sentidos, pero sabía que la única manera que Tyion podía tener moratones era por mano de Rojan. Soltó la barbilla de Tyion y le envolvió en sus brazos. Lo abrazó sin resistencia por parte de Tyion y lo acunó contra su pecho. "Lo siento, mascota," dijo suavemente mientras frotaba su cara contra la parte de arriba de la cabeza rubia de Tyion. Sintió el cuerpo de Tyion temblar mientras el hombre sollozaba contra su pecho. "No era mi intención
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causarte moratones. Prometo tener más cuidado en el futuro." "¿Có-- cómo?" susurró Tyion. Rojan abrió la boca para contestar, para decirle a Tyion que no lo amorataría más, pero antes de poder hacerlo, alguien habló detrás de él, recordándole que no estaban solos en la sala. "Tengo la solución ideal," Doc sujetaba una botella azul en su mano. "Este es mi propia creación, una mezcla de varias hierbas y plantas. Si se lo aplicas a Tyion después de sus castigos, debería ayudar con los moratones." Por la manera en la que su mascota temblaba entre sus brazos, Rojan no estaba seguro de que era la solución a sus problemas. Igual necesitaba encontrar una manera de castigar a Tyion sin azotarle. De todas maneras, tomó la botella que el médico le ofrecía y lo metió en el bolsillo. "¿Hay algo más que necesitas mirar, Doc?" "No, eso es todo," contestó Seron. "Necesita comida, ya que ha dormido durante las últimas veinticuatro horas. Aparte de eso y los moratones, está perfectamente, capitán." Rojan le dio las gracias y sacó a Tyion de la habitación en brazos. El ya corto viaje de la enfermería hasta su camarote se hizo mucho más rápido debido a los
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pasos agigantados de Rojan. Quería estar a solas con su compañero para comprobar el daño por sí mismo. Entró en la habitación y cerró la puerta antes de activar su transmisor. "¿Rav? Estaré en mi camarote si me necesitas. Y por favor avísame en cuanto estemos a trescientos años luz de nuestro destino." "Entendido, Rojan." Dejó su transmisor en una mesilla cercana y cruzó la habitación, sentándose en la esquina de la cama, acunando a Tyion entre sus brazos. El pequeño hombre todavía no le miraba a los ojos y Rojan empezaba a odiar eso. Quería ver los expresivos ojos gris-azulados de su compañero y quizás así averiguaría lo que le pasaba. Rojan se acordó de la botella de loción que le había dado el médico y lo sacó del bolsillo. Se lo enseñó a Tyion. "¿Quieres que le echemos algo de esto a tus moratones? Quizás alivie el dolor." Tyion se encogió de hombros con indiferencia. Rojan frunció el ceño. No le entusiasmaba esa respuesta. "Espero una respuesta cuando te hago una pregunta, mascota," ordenó. "Ahora, ¿le echamos un poco de esto a tus moratones?" "Si eso es lo que quieres." De nuevo a Rojan no le hacía gracia la respuesta que recibió pero no estaba seguro qué hacer. Tyion le había 61
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contestado. "Ponte de pie y quítate los pantalones, mascota." Rojan se sorprendió cuando Tyion hizo exactamente lo que le pedía. Se puso de pie y dejó caer sus pantalones al suelo, sus manos cerrados en puños a su lados, la parte de debajo de su cuerpo desnudo a la vista de Rojan. "Ven aquí, mascota," dijo Rojan señalando a su regazo. Tyion dio un par de pasos y se colocó sobre los anchos muslos de Rojan. Pequeños temblores sacudían su cuerpo. Rojan pudo ver claramente el daño que había causado con su castigo. Moratones grandes y oscuros mancillaban la delicada piel de su mascota, todos con la forma de una mano grande. Su mano grande. Rojan apretó los labios mientras acarició tiernamente la dolorida piel. Su angustia era como un peso de plomo en su pecho. Él le había hecho esto a su compañero. Había golpeado a la persona que ahora era lo más importante en su vida. Abrió la botella de loción y echo una cantidad generosa en sus manos. Dejó caer la botella sobre la cama y empezó a masajear la loción en el culo amoratado de Tyion. A Rojan no le gustaban las emociones que le recorrían cuando muraba los moratones. Su única intención había sido castigar al hombre, imponer su autoridad. No había querido dejar marcas. Rojan cerró 62
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los ojos, sintiéndose completamente abatido. Tyion era su compañero, suyo para cuidar y proteger, hasta de sí mismo. Y sin embargo, lo único que le había dado era dolor y castigo. ¿Cómo podía pedirle a Tyion que confiara en él si le trataba así? Tenía que demostrarle a Tyion que no era un monstruo, aunque estaba seguro que su compañero pensaba que era uno. Solo que no estaba muy seguro de cómo lograrlo. Hasta ahora todos su planes habían fracasado. Las orejas de Rojan se levantaron al oír cómo se entrecortaba momentáneamente la respiración de Tyion. Se dio cuenta de que mientras se reprendía a sí mismo por su estupidez, sus manos habían pasado de masajear la loción sobre el culo de Tyion, a acariciar sus nalgas. Sus orejas se levantaron aún más y escuchó con atención mientras acariciaba entre las nalgas de Tyion con un dedo, apenas tocando el pequeño agujero ahí. Sonrió con cierto alivio cuando sintió los leves temblores que sacudían el cuerpo de Tyion. Quizás podía demostrar que no era un monstruo. Rojan agarró la botella de loción y se echó más en los dedos. Dejó caer de nuevo la botella en la cama y continuó acariciando el trasero de Tyion, prestando especial atención a la pequeña entrada rosa que tanto le fascinaba. Rojan no podía esperar al momento en que podría hundir se polla en ese agujero. Ya le costaba lo imposible frenarse y 63
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no tirar a Tyion en la cama y follarle hasta dejarle sin sentido. Parecía que había estado esperando una eternidad para marcar a su compañero y Rojan no estaba seguro de si podría esperar mucho más. "¿Te gusta esto, mascota?" preguntó Rojan mientras le penetraba con un dedo. Frunció el ceño no recibió más respuesta que un leve temblor. Podía sentir la polla dura de Tyion contra sus piernas, así que sabía que Tyion estaba disfrutando. No era algo que se pudiera fingir, al menos, no para un hombre. "¿Mascota?" "Sí," murmuró Tyion. Algo no iba bien. Rojan creía que le estaba dando placer a Tyion, pero el acongojado susurro revelaba lo contrario. Y ahora que se paraba a pensarlo, Rojan tampoco olía deseo y lujuria en Tyion, solo miedo. Tyion no debería sentir miedo mientras Rojan le daba placer. Eso estaba mal. Rojan retiró la mano del trasero de Tyion y lo levantó para poder leer su expresión. Más angustia se plantó en su corazón cuando vio las lágrimas que corrían por las mejillas de Tyion. "¿Por qué me mentiste, mascota?" preguntó con la voz más calmada que pudo considerando las emociones que revolvían en su cabeza. "Quiero la verdad. ¿Estabas disfrutando de lo que te estaba haciendo?"
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Rojan soltó los brazos de Tyion y le dejó irse cuando el hombre le apartó de un empujón. El miedo que retorcía la cara pálida de Tyion le dejó momentáneamente atontado. Parecía aterrorizado, su cuerpo entero temblando mientras se arrodillaba en el suelo a los pies de Rojan y le miró, suplicando. La respiración de Rojan se cortó cuando Tyion habló. "Por favor, ¿dime que hice mal?"
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"¿Cómo puedo hacer lo que quieres si no me lo dices?" preguntó Tyion mientras agarraba la camisa de Rojan desesperadamente. No sabía qué era lo que había hecho mal, pero no quería que lo castigaran de nuevo. "¡Por favor! Dime que hice mal y no lo hare nunca más." Rojan abrió la boca como para decir algo y luego lo cerró de golpe. Su cara se ensombreció, sus orejas puntiagudas se pegaron a su cabeza. Rojan parecía como si alguien le hubiera cruzado la cara. Con fuerza. "¡Por favor!" exclamó Tyion. "No quería hacerte enfadar. Haré lo que quieras. Seré una buena mascota, te lo prometo. Solo dime qué quieres que haga." El corazón de Tyion latía con fuerza. El movimiento de las manos de Rojan hizo que Tyion se fijara en ellas y abrió los ojos de par en par cuando vio unas garras salir de la punta de los dedos del alienígena. Unos colmillos también se hicieron más visibles cuando Rojan curvó sus labios y dejó escapar un gruñido. Oh, mierda. Ahora Tyion sabía que se había metido
en problemas. Se dejó caer al suelo y se encogió lo más pequeño que pudo, protegiendo su cabeza con los brazos. Se olvidó de respirar mientras esperaba al golpe que sabía iba a caer. 66
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Pero nunca cayó. Tyion sintió a Rojan moverse, y un segundo después la puerta siseó al abrir y luego cerrarse. Tyion esperó un minute y luego bajó lentamente las manos y miró alrededor. En la habitación solo estaba él. Rojan se había ido. No entendía nada. Rojan estaba tan enfadado y Tyion no sabía por qué. Se subió a la cama y se escondió debajo de las mantas para consolarse. Ojalá hubiera sabido dónde guardaba las pastillas para dormir que el médico le había ofrecido para poder tomar un par. Dormir parecía mucha mejor idea que intentar entender toda esta mierda. La vida de Tyion era un infierno y no parecía que iba a mejorar. Era una mascota, su amo un alienígena al que nunca podría derrotar. No iba a ver su casa, su gato, ni siquiera la televisión jamás. No podría ni ver el futbol. No es que fuera a echar de menos el deporte, solo la libertad de escoger si lo quería ver o no. Era un esclavo. Su vida no iba a mejorar y ahora había hecho enfadar a su amo. No tenía ni idea de lo que había hecho mal. Rojan había empezado echando la loción a sus moratones, pero pronto se convirtió en otro castigo. Quizás Rojan se había enfadado porque se hubiera amoratado tan fácilmente, pero no había nada que Tyion pudiera hacer al respecto. Era genético.
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Si solo Rojan le dijera cómo comportarse, sabría qué hacer. No es que quisiera ser un esclavo o una mascota o lo que fuera, solo quería que no lo castigaran. La situación le tenía confuso y no sabía cómo reacciones. Era demasiado para él. Rojan le había dado placer inimaginable, más de lo que había sentido con nadie en su vida. Pero solo era una forma de disciplina. Rojan no había tocado a Tyion porque le deseara, solamente era un castigo. ¿Quizás eso en sí mismo era una especie de castigo? No sentir nunca que
Rojan le quisiera o necesitara, ¿y solo sentir placer como una manera de castigarle? Tyion no lo sabía y eso le confundía aún más. No sabía cómo hacían los alienígenas las cosas. Tyion todavía estaba confuso cuando se quedó dormido.
"Tyion," anunció la puerta, "Necesito hablar contigo." Tyion se sentó, frunciendo el ceño al mirar de dónde provenía la voz. "¿Doc?" "¿Puedo entrar, Tyion?" "Um, sí, dame un segundo." Tyion se abrió paso a través de las mantas y localizó sus pantalones, poniéndoselos rápidamente. Cruzó la habitación hasta el 68
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panel de control en la pared opuesta y miró con confusión la multitud de botones. "Er, Doc, ¿cómo abro esto?" "¿Registró Rojan tu huella de palma en el sistema de seguridad?" Tyion frunció el ceño, tratando de recordar. "Sí, creo que sí." "Entonces solo tienes que posar tu mano sobre el lector," explicó Doc. "Eso abrirá la puerta." Tyion hizo lo que le dijo el médico y se sobresaltó cuando la puerta se abrió de inmediato "Ey, Doc, ¿qué pasa? ¿Necesito otro examen?" Quizás Rojan había hablado con el médico.
"No, pero necesito tu ayuda." "¿Mi ayuda?" Tyion estaba asombrado. ¿Para qué podría necesitar el alienígena su ayuda? "¿Ya te ha marcado Rojan?" "¿Marcarme?" ¿Qué demonios? Tyion cruzó los brazos sobre el pecho y lanzó una mirada fulminante al médico. "Sí, me consiguió de una casa de subastas, ya lo sabes." "No, Tyion, ¿ya te ha mordido?" Tyion abrió la boca en cuanto entendió a lo que se refería el médico. "¿Me va a morder ? ¿Dónd—por qué?" susurró asustado. Su mente se llenó de imagines de que lo
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iban a echar a una olla gigantesca o ensartarlo para un asado. "Tiene que morderte para marcarte." "¿Marcarme para qué?" Tyion no sabía qué pensar cuando el medico frunció el ceño. "¿Rojan no te explicó nada de esto?" "¿Explicarme el qué, exactamente?" dijo Tyion. El medico se frotó las sienes antes de mirar a Tyion de nuevo. "Vale, mira, no tengo tiempo para explicarte esto ahora mismo. Es obvio que Rojan no te explicó nada de esto pero no hay nada que yo pueda hacer ahora." "¿Sobre qué?" preguntó Tyion. "¿Qué está pasando?" "Rojan ha perdido la cabeza." Duh, Tyion puso cara de eso-ya-lo-sabía pero solo
en su cabeza. "Hablo en serio, Tyion," dijo Doc. "No sé qué ha pasado entre vosotros dos, pero Rojan se ha vuelto loco. Está destrozando la cocina ahora mismo. No somos capaces ni de mandar a alguien a que lo sede." "¿La cocina?" "En realidad el comedor," dijo Doc pacientemente. "¿Y lo está destrozando?" preguntó Tyion. "¿Por qué?"
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"La única razón que se me ocurre es porque todavía no te ha marcado." "No haces más que mencionar esta cosa del marcar ," Tyion se frotó la nuca con la mano. "¿Qué es?"
Doc agarró el brazo de Tyion. "Mira, ojalá tuviera tiempo de explicarte esto, pero nunca he visto a Rojan tan mal y le he visto en algunas situaciones realmente peliagudas. Hay que detenerle antes de que se haga daño a sí mismo o a alguien más." "¿Pero qué puedo hacer yo?" preguntó Tyion mientras el doctor tiraba de él por el pasillo. "Solo soy su mascota." "Eres mucho más que eso y estoy bastante seguro de que ahora mismo eres el único que puede hacerle entrar en razón." "¿Yo?" exclamó Tyion. "¿Por qué yo?" "Porque tienes una conexión con Rojan," Doc siguió tirando de Tyion por el pasillo. "¡Tú estás chiflado!" Dieron una esquina y se encontraron con varios hombres grandes y armados mirando por una puerta. Todos parecían estar mirando algo que ocurría dentro de la habitación. Y fuera lo que sea, hacía mucho ruido. Tyion podía oír gritos, gruñidos, golpes y toda clase de ruidos. ¡Parecía la tercera guerra mundial! 71
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Alguien empujó a Tyion dentro de la habitación sin más miramientos. De repente vio lo que todos habían estado mirando, y lo que vio le dejó clavado en el sitio. Era Rojan, pero a la vez no lo era. La criatura que estaba en el comedor se parecía a Rojan, pero era más grande, su cara era más ancha, los brazos y piernas más musculosos. Garras largas se extendían desde la punta de los dedos y colmillos brillaban cuando abría la boca. "¡Ni de coña!" Tyion retrocedió cuando Doc intentó empujarle dentro de la habitación. Empezó a forcejear, pero varias manos lo agarraron y le obligaron a entrar. Tyion se dio la vuelta para huir por el pasillo, pero la puerta se cerró, dejándole encerrado en la habitación con la criatura. Tyion se dio la vuelta rápidamente al oír un gruñido detrás de él, y vio que Rojan había dejado de destrozar cosas. Su cara se inclinó hacia arriba mientras olfateaba el aire como una animal. De su boca escapaban una serie de gruñidos. La cabeza de Rojan de repente se giró en la dirección de Tyion y soltó un enorme rugido mientras se acercaba lentamente. Tyion retrocedió, asustado. Estaba siendo acechado, y no tenía ninguna escapatoria. Era la presa y Rojan el cazador. "Dios mío, voy a morir," susurró Tyion y cerró los ojos con fuerza. Estaba tan aterrorizado que ni siquiera era 72
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capaz de hacer que su cuerpo se encogiera para ofrecer un objetivo más pequeño. Simplemente se quedó ahí, de pie, como un animal ante un coche, esperando para morir. Pasaron los segundos . . . minutos . . . y no pasó nada. Tyion oyó un débil ruido como un perro oliendo. Abrió los ojos lentamente y se quedó pasmado al ver a Rojan arrodillado delante de él. Le sorprendió aún más descubrir que cuando Rojan estaba arrodillado, sus ojos estaban a la misma altura. Rojan le olía con delicadeza. El grandullón posó su cara contra el pecho y cuello de Tyion y se frotó contra él, casi como un gato reclamando atención. "Vale, Rojan," respiró Tyion, su mano temblando al estirarla para acariciar la cabeza de Rojan. "No nos comamos al buenazo de Tyion, ¿hmm?" Tyion casi se cayó de culo, sorprendido cuando Rojan inclinó la cabeza hacia su mano y ronroneó. Bueno, una especie de ronroneo. Era un sonido más gutural pero la expresión de paz en la cara de Rojan le dijo a Tyion que era un sonido de felicidad. "Se ha calmado," Tyion llamó cautelosamente a los hombres de detrás de la puerta cerrada. "Creo que ya podéis entrar." Cuando la puerta se abrió, dos cosas ocurrieron. Cada uno de los músculos del cuerpo de Rojan se tensó, y 73
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Tyion soltó un grito al ser levantado y sujetado entre los brazos de Rojan. El atronador rugido de Rojan rebotó contra las paredes de la sala. Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Tyion arriesgó una mirada al hombre que le sujetaba con tanta fuerza. Los ojos dorados de Rojan brillaban con una salvaje luz propia, su cara y labios retorcidos cruelmente en un gruñido. Hasta sus fosas nasales estaban dilatadas. Tyion sabía que esta vez de verdad iba a morir cuando Rojan estiró una mano llena de garras hacia él. Casi se desmayó de la impresión cuando el roce contra un lado de su cabeza era tan delicado que apenas la sintió. Había supuesto que Rojan iba a hacerle daño, no que lo fuera a acariciar. "¿Rojan?" susurró, confundido. Cuando Rojan le miró, su expresión se dulcificó. Rojan bajó la cabeza y frotó su cara contra el pelo de Tyion, el ronroneo feliz sonando en su pecho de nuevo. Tyion habría jurado que vio afecto en la mirada de Rojan. Y entonces alguien en la puerta se movió. La cabeza de Rojan se levantó de golpe y gruñó de nuevo. Tyion sintió como los músculos pegados a su cuerpo se tensaban en preparación. "Retrocede," Tyion espantó a quienquiera que estuviera intentando entrar por la puerta con las manos,
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haciendo gestos para que saliera. "Parece que solo está calmado si os mantenéis lejos." "¿Puedes hacer que vuelva a vuestro camarote, Tyion?" Doc metió la cabeza por la puerta y mantuvo la voz baja. "Puedo intentarlo." Solo que no tenía ni idea de cómo hacerlo. Tyion se estiró y posó su mano en la mejilla de Rojan, atrayendo su mirada de nuevo. Y de nuevo la expresión de Rojan se dulcificó y ronroneó. Y eso empezaba a acojonarlo un poco. "Vale grandullón, bájame." ordenó Tyion. Cuando Rojan no hizo más que fruncir el ceño, Tyion apuntó con un dedo al suelo. " Bájame." Rojan puso a Tyion en el suelo, aunque mantuvo un brazo alrededor de su cintura, manteniéndoles pegados el uno al otro. El brazo subió hasta sus hombros cuando Rojan se puso de pie, de nuevo haciendo que Tyion pareciera un enano. Tyion tragó saliva. El pecho que tenía frente a sus ojos era increíblemente impresionante. Dudaba que Rojan hubiera perdido una pelea un su vida. Su cuerpo era fuerte, con músculos que cualquiera envidiaría. Tyion levantó una mano y con cautela dio unas palmaditas ¡Joder! ¡Simplemente… joder!
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No se sobresaltó cuando Rojan ronroneó y frotó su mejilla contra la parte de arriba de su cabeza. Empezaba a pensar que quizás era la persona que estaba más a salvo de lo que fuera en toda la nave. Rojan le trataba con la mayor de las gentilezas, como si fuera frágil y se fuera a romper en cualquier momento. Tyion agarró la mano de Rojan y empezó a tirar de él hacia la puerta. Rojan frunció el ceño y no parecía querer moverse de donde estaba. Era como tirar de un tren con una cuerda. Rojan le miró con ojos de perrito abandonado. "Venga, grandullón, volvamos a nuestro camarote, ¿vale?" Tyion hizo gestos con una mano y tiró de Rojan con la otra. Rojan parecía reacio, pero empezó a moverse mientras Tyion tiraba de él por la puerta, haciendo gestos para que todo el mundo se apartara. Al parecer no se movían lo bastante rápido, porque Rojan gruñó y mostró los dientes a cualquiera que consideraba que todavía estaba demasiado cerca de ellos dos. Tyion se sintió un poco confuso cuando Rojan se quedó cerca, abrazándole por la cintura con un brazo, y atrayéndole hacia su pecho. Parecía que quería protegerle, más que otra cosa. Su toque era cuidadoso, hasta el brazo rodeando su cintura era tierno. Estaba ronroneando y eso era lo que le hacía derretirse a Tyion. Podía sentir todo el 76
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pecho de Rojan vibrar con el ruido. Curiosamente, le hacía sentirse menos asustado que cuando había entrado en al comedor. No, espera, cuando le habían empujado dentro del comedor. "Venga, Rojan," le apremió Tyion, sintiéndose un poco más seguro de sí mismo. Señaló al pasillo. "Vamos por ahí." Rojan refunfuñó y levantó a Tyion en brazos. Se frotó una vez más contra el pelo de Tyion y empezó a andar en la dirección que Tyion había indicado. Casi habían pasado a todo el mundo cuando un hombre grande con pelo castaño se interpuso en su camino. Tyion sintió como en cuerpo de Rojan se tensaba y decidió que el otro hombre era un idiota. "¿Estás loco o qué?" preguntó Tyion, casi sin poder creer lo que estaba viendo, mientras Rojan gruñía. "Te va a matar." Tyion podía sentir la tensión en los prietos músculos de Rojan. Sabía que el hombre… er… bestia iba a atacar. Por alguna razón Rojan se sentía amenazado. Sus instintos protectores se habían activado. Y Tyion sabía que, de alguna manera, esos instintos eran todo sobre él. Tenía que distraer a Rojan antes de que matara al imbécil que estaba en su camino.
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"Rojan," susurró, como si estuviera hablándole a un niño pequeño… o a un perro rabioso. Sujetó la mejilla de Rojan con su mano, y atrajo de nuevo su mirada. Pensando que igual era algo que en este estado Rojan entendería, se estiró y se frotó contra su cuello. Los músculos en el cuerpo de Rojan que se habían tensado ahora se relajaron y el ronroneo empezó de nuevo. Mientras frotaba su cara contra la piel cálida y oscura de Rojan, Tyion empezó a notar un olor intensamente masculino. Era espeso, intenso, almizcleño, y hacía a Tyion arder en todos los sitios correctos. Se estiró aún más, queriendo más. Sacó su lengua y lamió un pequeño trozo de piel debajo de la oreja puntiaguda de Rojan, haciendo que un temblor recorriera el cuerpo del hombretón. Aunque sus propias acciones le confundían, también le hacían arder. No tenía ni idea de porque estaba tan cautivado, tan fascinado por Rojan. Estaba tan atento a oler y saborear a Rojan, que no se dio cuenta de que habían llegado a su camarote hasta que Rojan le depositó con cuidado en la cama. El enorme cuerpo de Rojan se subió a la cama por encima de él, bloqueando gran parte de la luz de la sala. Tyion estaba hipnotizado pero, extrañamente, no asustado cuando una enorme garra se movió hacia él. Aunque no pudo sino temblar un poco cuando Rojan usó 78
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esa garra para cortar su camisa justo por el centro. Rojan se deshizo de la tela rasgada, dejando desnudo el torso de Tyion. Un sonido grave de apreciación escapó de entre los labios de Rojan, mitad gruñido, mitad ronroneo. ¡Y era supersexy! Tyion no sabía cómo explicar cuán hechizado se encontraba con el hombre que le miraba con una intensa fascinación, especialmente después de como Rojan le había tratado antes. Debería haber estado acojonado, pero no lo estaba. No sintió más que un instante de aprehensión cuando Rojan se deshizo de sus pantalones también, dejándole completamente desnudo. La misma mano que había cortado su ropa como mantequilla ahora acariciaba suavemente la piel de Tyion, subiendo por su pierna, pasando su entrepierna y sobre su pecho. Se posó con cuidado sobre su cuello, excitando aún más a Tyion. Los ojos hambrientos de Rojan devoraban a Tyion, pero parecía reacio a hacer nada más, como si estuviera esperando permiso para ello. Tyion empezó a sentir como si ardiese, su polla endureciéndose ante el continuo ronroneo que emanaba del pecho de Rojan. Tyion agarró la cara de Rojan con impaciencia, gimiendo cuando Rojan la frotó contra el pecho de Tyion. Le gustó tanto que arqueó su cabeza hacia atrás y separó las 79
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piernas en clara invitación, lo que hizo que el ronroneo de Rojan bajara de tono hasta convertirse en lo más grave que Tyion había oído hasta ahora. Un delicioso escalofrío de deseo recorrió su cuerpo a la vez que su corazón latía de modo errático. El toque de Rojan era diferente esta vez, no era para castigar, sino deseando, necesitando. Era una experiencia puramente sensual, uno que Tyion quería de verdad. Tyion gimió y se pegó más contra Rojan. Estaba abrumado por su propia respuesta a la sensación de los labios de Rojan en sus pezones, su pecho, su garganta. Hacía que Tyion se sintiera enfebrecido, ardiente y muy, muy necesitado. Rojan lamió y acarició, mordisqueó y tiró, pero no le hizo daño a Tyion ni una sola vez mientras exploraba su piel pálida con su boca. Cuando levantó las piernas para rodear la cintura de Rojan con ellas, apenas podía cruzar los tobillos a su espalda. ¡Wow! Ya normalmente era grande, pero en esta forma era gigantesco. Y era como el paraíso tener el cuerpo precioso, musculoso de su alienígena cubriéndole y empeñado en proporcionarle tanto placer como podían manejar sus sentidos. Pequeños gemidos escapaban de la garganta de Tyion cuando sintió las manos grandes y callosas de Rojan acariciar su piel sensible. Ni un centímetro de su piel quedó sin tocar. 80
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Los afilados colmillos de Rojan raspando sobre la piel de su garganta, hicieron que el placer recorriera todo su cuerpo, haciendo que se excitara aún más. Los pequeños gemidos de Tyion acrecentaron en volumen al empujar su pelvis contra la de Rojan, la fricción de su polla contra la piel sedosa del alienígena hacienda que escalofríos de placer recorrieran su espalda. Su polla era como una barra de hierro, pero no era nada comparada con la dureza que sentían empujando sus pelotas. Ansiaba sentir esa gruesa viga dentro de su cuerpo, lo cual era raro para él, considerando que no había recibido desde su primera vez con un hombre. A Tyion le gustaba ser el que tomaba durante el sexo, le gustaba estar en control. No sabía por qué la idea de tener la polla gruesa de Rojan dentro de él le excitaba tanto, pero la sola idea de sentir esa verga enorme golpeando sus entrañas hacía que gotas de pre-eyaculación escaparan de su polla en anticipación. Tyion simplemente no podía esperar más. Agarró los hombros de Rojan con sus manos y envolvió el cuerpo del hombre con el suyo. Su presionó todo lo que pudo sin llegar a meterse debajo de su piel. Tyion necesitaba desesperadamente que Rojan le tomara. Y no le importaba suplicar. "Rojan, ¡por favor!" 81
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El ronroneo de Rojan le tranquilizó un poco. El dedo resbaladizo que presionó hasta estar dentro de él hizo que su corazón echara a galopar. Su respiración se entrecortó y durante unos segundos se preguntó de dónde había sacado Rojan el lubricante, y tras eso su mente se vació de cualquier pensamiento salvo disfrutar de cuan lleno estaba cuando Rojan metió otro dedo. Tyion hizo un gesto de dolor al sentir el quemazón causado por los dedos de Rojan, pero el placer que le estaba dando era inimaginable. Sus caderas se movían con voluntad propia, empujando contra la intrusión de Rojan, queriendo más, pidiendo más. Pero aunque Rojan le estaba estirando con cuidado, Tyion no pudo evitar el pequeño quejido que escape cuando Rojan añadió otro dedo. Los dedos de Rojan era realmente grandes, y tres de ellos era más de lo que Tyion habría imaginado tener en su culo.
Cuando Rojan bajó por su cuerpo y empezó a acariciar su polla con su boca, Tyion pensó que iba a perder la cabeza. Ansiaba tener esos labios envolviendo su verga, pero el pequeño reflejo en un colmillo le hizo dudar. "Colmillos, Rojan," Tyion se tensó cuando la boca de Rojan movió sobre él, tragándose la polla de Tyion por completo. Los gemidos de Tyion llenaron la habitación mientras Rojan parecía querer succionar su alma por su 82
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polla. Cada chasquido de dolor que sentía mientras Rojan exploraba su culo desapareció para ser reemplazado por un placer inmenso. Llamas de deseo ardían en sus venas. Su cabeza se sacudía en la almohada. Las manos de Tyion agarraron el pelo de Rojan en un intento desesperado de anclarse a la realidad. Todo lo que existía para él era Rojan y lo que el hombre le hacía sentir. Tyion pensó que iba a morir cuando su sangre empezó a latir tan fuerte en sus venas que parecía que iba a explotar ahí mismo, el placer que se enroscaba por su cuerpo demasiado intenso para sobrevivirlo. Tyion gritó cuando se corrió, su cuerpo tensándose de placer mientras Rojan bebía todo lo que tenía para ofrecer. Tan derretido se encontraba que no pudo ofrecer más que una débil protesta cuando Rojan levantó la cabeza y retiró los dedos de su cálida apretura. Manos con garras dieron la vuelta hasta que el humano estaba sobre su estómago. Rojan agarró con cuidado sus caderas y le levantó hasta que estaba arrodillado, su cabeza todavía milagrosamente en la almohada. Aunque todavía estaba flotando debido al intenso orgasmo, Tyion se tensó cuando sintió la cabeza de la polla de Rojan sobre su dolorido agujero. Rojan era enorme. Entonces oyó un ruido sordo. Rojan estaba ronroneando otra vez . Toda la tensión abandonó el cuerpo 83
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de Tyion y Rojan se deslizó dentro de su cuerpo sin problemas. Aun relajado como estaba, Tyion tuvo que respirar hondo varias veces cuando Rojan estaba pegado a él, sus pelotas apoyadas contra su culo. Acababa de ser empalado por un poste telefónico. Iba a tardar en acostumbrarse, pero si todas las veces eran como esta, ¡adelante!
Afortunadamente para él, Rojan parecía dispuesto a darle unos momentos para acostumbrarse. Simplemente se quedó ahí de rodillas, su polla enterrado dentro de Tyion, como si necesitara saborear la sensación. Rojan era tan caliente, tan duro y caliente. Los ojos de Tyion se abrieron y la neblina que parecía envolver su cerebro desapareció cuando el ronroneo de Rojan engraveció hasta convertirse en un rugido. Manos tiernas tiraron de los hombros de Tyion hasta que estaba a horcajadas sobre los gruesos muslos de Rojan. Su espalda estaba pegada contra el musculoso pecho de Rojan y su cabeza cayó para descansar sobre el hombro de Rojan. Rojan ronroneó de nuevo y hocicó contra la curva del cuello de Tyion. Algo en ese ronroneo, en la manera en que Rojan se acurrucaba contra él, le llamaba de una manera muy profunda. Hizo crecer una necesidad dentro de Tyion, uno que no sabía cómo aplacar. Tyion se estiro y agarró 84
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manotazos del largo pelo negro de Rojan. Necesitaba sentir a Rojan moverse dentro de él. Necesitaba que Rojan le follara más que el respirar. Tyion casi se murió del susto cuando sintió algo cálido y sedoso envolver su polla Miró hacia abajo, los ojos como platos, cuando vio algo largo y esbelto envolver su verga. ¡Rojan había usado su cola! "¡Rojan!" la sorpresa le hizo gritar. Exhalaciones se movían por la parte de atrás de su cuello. Las manos que sujetaban sus caderas empezaron a levantarle hasta que solo la cabeza de la polla de Rojan permanecía dentro de Tyion. Luego tiraron de él con fuerza, empalando a Tyion en la polla de Rojan y embistiéndole hasta que estaba completamente dentro de él. Una vez empezado, parecía que Rojan no podía parar y su ritmo aumentó, hacienda que el humano se excitara de nuevo, a pesar de su anterior orgasmo. Cada embestida hacía que Tyion gritara de placer. Su cuerpo ya no era suyo, aceptando todo lo que Rojan le hacía. Los gruñidos de Rojan en su oído hacían que la pasión de Tyion aumentara. La cola que acariciaba su polla al ritmo de las embestidas del alienígena solo acrecentaban la necesidad de Tyion, el sedoso pelaje añadiendo una sensación que Tyion nunca antes había sentido.
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Tyion estaba a punto de caer en su segundo orgasmo cuando sintió un brazo duro como el acero rodear su cintura y una mano agarrar su pelo para tirar su cabeza hacia un lado. Tyion no protestó ninguna de las acciones, demasiado atento a la vorágine de éxtasis que ardía en sus venas. Largos y afilados dientes hincándose en su nuca hicieron que Tyion perdiera el control de sus sentidos. El dolor en seguida se vio borrado por más placer del que Tyion había sentido jamás. Tyion chilló. Su polla latió y emitió cuerda tras cuerda de semilla aperlada. Cuanto más empujaba Rojan, más semen emitía Tyion hasta que pensó que no podría soportar ni un minuto más del paraíso que sentía su cuerpo. Tyion estaba tan inmerso en el placer que apenas oyó el enorme rugido a la vez que sintió chorros de lava llenar su culo. Pequeñas gotas de líquido caían por su pecho, y manos con garras se hendían en su carne, pero todo eso quedó eclipsado cuando la polla de Rojan cambió y se fijó a su próstata. La explosión fue instantánea. Un minuto Tyion estaban flotando en una nube de pasión consumada. El siguiente, fuego recorría de nuevo todo su cuerpo, explotando en una luz blanca que cegó a Tyion hasta que ya no pudo sentir nada.
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Cuando abrió los ojos, Rojan pensó que su cabeza iba a explotar. Sabía que algo había cambiado, pero no podía imaginar el que. Entonces sintió movimiento cerca de él. La respiración se le paró al ver a Tyion acunado contra su pecho, el pequeño hombre de espaldas a él. Estaban tan pegados el uno al otro que Rojan podía sentir cada exhalación que tomaba Tyion. Rojan apartó con cuidado los rizos rubio-blancos de la cara de Tyion. No entendía por qué Tyion estaba ahí con él. Especialmente considerando las cosas que le había hecho al humano, pero la pequeña sonrisa en los labios de Tyion demostraba que no estaba a disgusto donde estaba. Aun así, Rojan no entendía que había pasado. Lo último que recordaba era abandonando su camarote tras descubrir los moratones que él le había proporcionado a su mascota. No debería haber ninguna razón para que Tyion estuviera durmiendo tranquilamente en sus brazos, y, al parecer, jodidamente contento de estar ahí. Rojan empezó a girarse, pero de repente se dio cuenta de que todavía estaba dentro de Tyion, su nudo desenfundado y sujeto a su compañero. Su cola estaba firmemente enredada alrededor de la polla flácida de Tyion, 87
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la punta presionando contra sus pelotas. Sus ojos cayeron hacia el cuello de Tyion, y se estremeció al ver las marcas profundas de sus colmillos ahí. Rojan gimió y dejó caer su cabeza de nuevo hacia la almohada. Había marcado a Tyion, convirtiéndole en su compañero. Rojan no podría separase de Tyion jamás . Moriría sin él, volviéndose
literalmente loco si estaban separados por demasiado tiempo, y mataría a cualquiera que intentase quitarle al pequeño hombre. Tyion era el compañero de Rojan hasta que ambos exhalasen su último suspiro. Ninguno sabría tan dulce. Ninguno iba a hacer que la sangre llegase tan siquiera a la polla de Rojan. No iba a desear a otro durante lo que le quedaba de vida. Esa parte no le importaba demasiado a Rojan, ya que Tyion le había parecido perfecto desde el primer momento. Le preocupaba más el hecho de que su posesividad e instintos protectores serían como demostraba su amor por Tyion. Si antes pensaba que era autoritario y dominante, todavía no había visto nada. Le sería imposible controlar su necesidad de proteger cualquier cosa que considerase una amenaza hacia Tyion o hacia su territorio. En otra palabras, si alguien tan siquiera mirase mal a Tyion, o simplemente le mirase, Rojan sentiría la imperiosa necesidad de arrancarles la espina dorsal por la garganta. Aunque Tyion pareciese 88
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indefenso ante la pura masa corporal de Rojan, el pequeño hombre ahora tenía todo el poder en su relación. Tyion iluminaba el alma de Rojan. Sería la cosa que Rojan atesorase sobre todas las demás. La felicidad y satisfacción de Tyion ahora eran las principales metas en la vida de Rojan. Todo lo demás era secundario. Un pequeño gemido del hombre pegado a su pecho sacó a Rojan de sus contemplaciones. Miró hacia abajo para ver como los párpados de Tyion se movían mientras se despertaba. Rojan tragó con dificultad, inseguro de cuál sería el recibimiento del hombre que ahora era su compañero. ¿Le tendría miedo ahora? No era como si Rojan había hecho tan bien hasta ahora en lo concerniente al hombre. "Hey," Tyion alzó la mano para posarla sobre la mejilla de Rojan. "Has vuelto. ¿Cómo te encuentras?" La mandibular de Rojan casi cayó al suelo mientras miraba a Tyion con asombro. "¿Estás—no estás asustado?" Se mentalizó para la respuesta de Tyion, intentando proteger su corazón, pero era demasiado tarde. Lo habían envuelto en papel de regalo y puesto un bonito lazo y entregado a Tyion en el mismo instante en que lo había convertido en su compañero. "¿Debería?" Tyion río por lo bajo. Se giró para mirar al otro lado y se acurrucó de nuevo contra Rojan. "Si 89
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hubieras querido hacerme daño, lo habrías hecho anoche cuando perdiste la cabeza y destrozaste el comedor." "¿Destrocé el comedor?" "Sip, y casi te cargaste a un tío de pelo castaño también." "Rav." Rojan supo de inmediato a quién se refería Tyion. "¿Rav?" Tyion giro la cabeza para mirar a Rojan. "¿Quién es Rav?" La manera en que Tyion frunció el ceño y el brillo de celos en sus ojos hicieron que el corazón de Rojan latiese más deprisa. "Rav es mi segundo al mando." Rojan sonrió cuando los ojos de Tyion se estrecharon. "Solo somos amigos, y es lo único que seremos. Nunca he sido más que amigos con cualquiera de mi tripulación. Además, mascota, ahora te tengo a ti. No necesito nadie más." "¿Siempre me tienes que llamar tu mascota?" Tyion refunfuñó mientras se relajaba de nuevo. "¿No puedes, aunque sea una sola vez, llamarme por mi nombre?" Rojan agarró la mandibular de Tyion y giró su cabeza hasta que estuvieron encarados. Podía ver el dolor en los ojos azul-grises de Tyion y no lo podía soportar. "Tyion, mi hermoso Tyion," canturreó antes de bajar su cabeza y reclamar los labios de Tyion como suyos.
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El beso era como el calor abrasador que unía dos metales, quemándoles a ambos. Aunque estaba anudado en Tyion y enterrado profundamente dentro del culo de Tyion, Rojan podía sentir como su polla se endurecía cuando Tyion se abrió y se rindió al beso. La lengua de Rojan lamió los dulces labios de Tyion antes de penetrar en su boca. Su mano rozó el cuerpo de Tyion para encontrar una dura respuesta en la ingle del hombre. Envolviendo la verga caliente de Tyion con su mano, Rojan le acarició suavemente hasta que el hombre gimió carnalmente en su boca. Rojan empezó a mover las caderas, empujando con cuidado dentro de la suave seda que lo sujetaba tan íntimamente. Era tan perfecto que casi lloró. En vez de eso se encontró jadeando. Tyion se separó de sus labios, y giro la cabeza, mirando hacia la cama. "Muérdeme, Rojan, muérdeme como hiciste anoche." Rojan no necesitaba más alicientes. Se inclinó y hundió sus colmillos en la suave piel de Tyion, el dulce sabor de la sangre del hombre inundando su boca de inmediato. Rojan gruñó alrededor de la carne que tenía en su boca, abrumado por la sensualidad de tomar a su compañero. Con un grito, Tyion llenó su mano de crema. El olor de la corrida de su compañero combinaba agradablemente 91
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con el de su piel. El saber que había dado placer a su compañero era todo lo que Rojan necesitaba para correrse. Sintió como su polla engrosaba dentro de Tyion hasta que apenas se pudo mover. El nudo sujeto al bulto dulce de Tyion vibró en el momento en que Rojan se corrió, llenando al hombrecito con su esencia. Rojan cerró los ojos y una ola de placer le inundó en el mismo momento en que Tyion gimió entrecortadamente y más líquido caliente cubrió su mano. Rojan retrajo sus dientes, lamiendo cada pequeña herida, saboreando cada gota de sangre que tocaba su lengua. Podía ver los jadeos de Tyion en el pulso en su cuello. Le hacía feliz saber que estaba coordinado perfectamente con su propio latido. "Mi precioso Tyion," susurró mientras hocicaba el lado de la cara de Tyion. "Mi precioso pequeño compañero humano." " ¿Compañero?" Se giró para mirar a Rojan, frunciendo el ceño con curiosidad. "¿Eso tiene que ver con todo eso del marcaje del que hablaba Doc?" "Puede," Rojan contestó con cuidado, no queriendo contestar sin saber exactamente que le había Doc a Tyion. "¿Tiene que ver con el hecho de que no puedes salir de mi culo inmediatamente?" Tyion se encogió de hombros un poco a la vez que su cara se sonrojaba. "No es que me 92
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importe. Es bastante interesante que tengas que acurrucarte conmigo. Solo es que tengo curiosidad por saber que es." "Se llama un nudo," a Rojan le hacía gracia el sonrojo de Tyion, especialmente considerando que todavía estaban unidos. "Cuando un Phangar marca a su compañero, su polla se hincha durante el marcaje y se anuda dentro de su escogido." "¿Por qué?" "Muchas razones, me imagino," dijo Rojan. "Si mi escogido hubiera sido mujer sería para asegurar que mi semilla la fertilizase." Tyion resopló. “Eso sí que no va a pasar." "No, pero asegura que tenemos tiempo para nosotros después del sexo, tiempo para sujetarnos y simplemente estar juntos, o hablar o dormir o lo que queramos. Solo que tenemos que hacerlo juntos." "¿Ocurrirá cada vez que tengamos sexo?" Rojan se sintió lleno de felicidad al oír las palabras de Tyion. Tyion quería tener sexo con él otra vez. Envolvió el muslo de su compañero con su cola, sonriendo cuando el hombre gimió al acariciar sus pelotas con ella. "Puede." "Entonces . . . ¿esto significa que soy tu compañero?" Tyion apenas respiró.
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Rojan podía oír las dudas en la pregunta. Agarró la barbilla de Tyion de nuevo hasta que este le miró. "Eres mi compañero escogido, Tyion." Tyion parpadeó, dudoso. "¿Qué significa eso?" Rojan dejó que Tyion apartara la cara y acurrucó al hombre aún más contra su pecho, apoyando la barbilla en la cabeza de Tyion. "Significa que me perteneces." "Ya te pertenecía, ¿recuerdas?" La voz de Tyion estaba llena de sarcasmo. Rechinó los dientes. "Me compraste. Soy tu mascota." "Sabía quién eras en la casa de subastas, q eras mi compañero," dijo Rojan. "Doc sugirió que te diera tiempo para que me conocieras antes de marcarte." "Menuda idea más idiota," dijo Tyion bruscamente. "Preferiría mil veces ser tu compañero que no tu mascota." "Para el resto del mundo, siempre serás mi mascota," Rojan se resignó a hacer enfadar a su compañero. Se le daba bien, al parecer. "Hay muy pocas razas que reconocen el marcaje con un humano. La mayoría te verá solo como mi mascota. Y para el resto del mundo, por tu seguridad, tenemos que hacerlo así." "Eso sign--" Rojan sintió a Tyion tragar saliva. "¿Significa que todavía vas a castigarme?" "No quiero azotarte sin motive, Tyion, pero tienes que entender que hay reglas que tienes que obedecer, reglas 94
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que son por tu propia seguridad." Rojan respiró hondo. Podía sentir la tensión en el cuerpo de Tyion. "Estas en un mundo del que no conoces nada, y no quiero que te pase nada malo." "¿Y lo otro?" "¿Otro?" Rojan frunció el ceño. No sabía que la cara de una persona podía volverse tan roja como la de Tyion. "Cuan—cuando me to-- tocaste—en la en-enfermería," Tyion tartamudeó antes de enterrar su cara en la almohada. Cuando Rojan se dio cuenta de lo que hablaba Tyion, quiso condenarse al más profundo de los infiernos. Esto era por lo que Tyion había estado tan disgustado cuando le había echado la loción, por qué había mentido. Tyion se pensaba que le estaba castigando de nuevo. También explicaba las súplicas de Tyion. "No, nunca te castigaré así, Tyion, lo juro," dijo Rojan con vehemencia. "No era un castigo, y siento que lo hayas visto como uno. Estabas tan disgustado y pensé que si te distraía de lo que estaba ocurriendo . . ." "¿Así que decidiste hacerme una paja?" "¿Una paja?" Rojan frunció el ceño. "No conozco este término." "Una paja . . . jugar con mi verga." 95
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Rojan incline la cabeza hacia un lado y arqueó una ceja. "Funcionó, ¿no? Te olvidaste por completo de lo que estaba haciendo el doctor y te concentraste en que te estaba haciendo una paja ."
"También te odié por ello," Tyion contestó secamente. "¿Es eso lo que quieres? ¿Qué te odie cada vez que me toques?" Rojan cerró los ojos, lleno de remordimientos por sus palabras y acciones. "No, Tyion," dijo suavemente, "eso no es lo que quiero. Jamás quise que odiaras que te tocara. Simplemente estaba intentando ayudarte." Tyion estuvo callado tanto tiempo que Rojan empezaba a pensar que había destrozado algo con sus palabras desconsideradas, y que nunca podría arreglarlo. Sintió el dolor en su corazón, y las lágrimas asomarse a sus ojos. "Lo siento, Tyion." "No lo hagas más," dijo Tyion. "Si vas a tocarme, hazlo, pero no lo uses como una forma de castigo. No quiero odiarte." "¿Algo más?" Rojan se sintió lleno de alegría al saber que Tyion le iba a dar una segunda oportunidad. "Bueno, me gustaría pedirte que nunca más me castigaras, pero no creo que vayas a aceptar. Creo que lo mejor sería que me dijeras exactamente qué es lo que esperas de mí." 96
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Rojan sintió el nudo retraerse con algo de pena. Se liberó con cuidado del cuerpo de Tyion, y le empujó hasta que estaba sobre su espalda. Quería ver a su compañero mientras hablaban. Quería ver las expresiones en su cara y poder mirar a esos preciosos ojos azul-grises. "Me gustaría decirte que nunca de eso será un problema, pero no quiero mentirte. Estás en un mundo desconocido y no es fácil vivir aquí. Con la excepción de los que viven en esta nave no me fío de nadie. Eso me ha mantenido con vida." "Haces que suene como un sitio horrible," Tyion frunció el ceño. "No es tan malo, de verdad, pero sí que hay peligros." "¿Cómo qué?" "Bueno, ya te he dicho que los humanos no son parte de la Alianza de la Planetas Unidos. Por eso no tienen derechos." Rojan escogió sus palabras con mucho cuidado. "¿Sabes lo mal que está eso?" "Bueno o malo, es como es, Tyion. A menos que lleves mi marca, cualquiera podría separarnos. Cualquiera fuera de esta nave te considerará propiedad." "Sí, sobre la cosa de la marca," Tyion empezó a jugar con un mechón del cabello negro medianoche de Rojan. "¿Qué es exactamente?" 97
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"Todas las mascotas deben de llevar la marca de su amo. Le dice a los demás que tienes un dueño legal y que me perteneces a mí. Siempre que tengas la marca, es ilegal en todos los sistemas gobernados por la Asociación de Planetas Unidos." "Espera," dijo Tyion mientras puso su mano en el pecho de Rojan, "¿alguien me podría coger por las buenas?" "Los humanos son codiciados en muchos sistemas. Son muy buenas mascotas. Con tu color y apariencia, serías un Tesoro aún más grande. No me cabe ninguna duda de que muchos te querrían." "¿Pero no les dejarás, verdad?" preguntó Tyion rápidamente. "¿Te pertenezco a ti y te vas a quedar conmigo, verdad?" Rojan acarició la cara de Tyion. "Claro que me quedo contigo. Para eso sirve mi marca. Eso es por lo que tienes que hacer siempre lo que te digo, también. Hay muchos peligros ahí fuera, como te he explicado, peligros que no entiendes. Si haces siempre lo que te digo, te puedo mantener a salvo de esos peligros." "¿Dolerá?" "¿Que si dolerá el qué?" "¿La marca? ¿Dolerá?"
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Rojan bajó la mano para tocar la suave piel de la garganta de Tyion, mientras pensaba en el proceso de poner la marca. "Puede," Rojan deseaba poder decirle lo contrario a su compañero, "pero solo durante un ratito. Podría pedirle a Doc que te sedase mientras se hace y despertarte después." Tyion sacudió la cabeza. "Prefiero estar despierto." "Como quieras, mascota." Rojan estaba disfrutando de la sensación de la piel suave de su compañero bajo sus dedos. "¿Te gustaría saber qué tipo de marca he escogido?" Tyion asintió con la cabeza. "Hay un diseño que simboliza mi clan, mi pueblo. También hay un diseño que simboliza mi nombre de familia. Si combino los dos y añado un toque especial, podríamos tatuarlo aquí," Rojan acarició con su mano alrededor del cuello de Tyion. "Todo el mundo sabría que me perteneces." "¿Y tú?" susurró Tyion. "¿También te pondrás una marca?" "¿Eso quieres?" Rojan observó, fascinado, como la cara de Tyion se tornaba de un color rojo. Sabía por la manera en que Tyion evitaba su mirada que el hombre quería que él también llevase una marca. "Creo que marcas conjuntadas serían divertidas, pero la mía tendría que ser en
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mi brazo, ¿vale? Solo mascotas llevan la marca en el cuello." Tyion sacudió la cabeza. "Claro, lo entiendo. Doy gracias de que quieras llevar algo por mí." "Somos compañeros ahora, Tyion. Te pertenezco tanto como tú me perteneces a mí. Nunca podré estar con ningún otro. Nunca desearé a ningún otro." La cabeza de Tyion se inclinó a un lado. Parecía asombrado, ojos grandes y boquiabierto. "¿En serio?" "En serio." Rojan sonrió. "Ha desaparecido el deseo que sintiera por cualquiera excepto por ti." Tyion se rió por lo bajo. "Me gusta esa idea." "Sin embargo, crea unos cuantos más problemas para ti." Rojan sonrió al ver la confusión en la cara de Tyion. "Eres compañero de un Phangar, una de las razas más feroces de la galaxia. Esa ferocidad viene acompañada de mucha agresión." "¿Y eso qué significa?" "Nunca te quedes muy cerca de nadie. Puedo percibirlo como una amenaza a lo que me pertenece. Nunca hagas algo que te ponga en peligro. Si algo te pasara, no creo que pudiese controlar mi furia. Y por favor sé paciente cuando me pongo posesivo." "¿Quieres decir cuando te frotas contra mí y ronroneas?" 100
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Rojan cerró brevemente los ojos y asintió. "Sí." "Aunque," dijo Tyion tímidamente, "Eso me gustaba. Me hizo sentir seguro y amado." "Solo recuerda que cuando estoy así, tu seguridad es mi única prioridad. Mataré a cualquiera que intente apartarte de mí, aunque sea un amigo. Tú serás la única persona que reconozca. Tu olor, tu sabor. Pero tú nunca estarás en peligro cuando esté así. Moriría antes que hacerte daño." "Eso supuse en el comedor." Rojan sonrió. Inclinó la cabeza hacia abajo y la frotó contra Tyion, dejando escapar un pequeño ronroneo. Le asombraba el poder que parecía tener sobre su pequeño compañero. El hombre gimió de placer y se arqueó contra él sensualmente. "Dios, me encanta como tu pecho ruge cuando haces eso." Rojan ronroneó más fuerte. No había visto esta faceta de su compañero antes y le intrigaba. También era una faceta de que quería ver más. Tyion parecía tan desinhibido, como si fueran simplemente dos amantes en la cama, en vez de amo y mascota. La posesividad que sentía Rojan por Tyion de repente se hizo con el control de sus emociones. Necesitaba ver a su pequeño compañero marcado para que todo el 101
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mundo supiese a quien pertenecía. Tenía que ver su marca en Tyion ahora, por su propia tranquilidad. "Tyion, mascota, quero verte con la marca." "¿Ahora?" Los ojos de Tyion se abrieron y se inclinó hacia atrás para mirar a Rojan como si estuviera loco. "¿Cómo, ahora mismo?" Rojan asintió con la cabeza. "Um, vale." "¿No quieres llevar la marca?" La cara de Tyion enrojeció de nuevo. "No, no es eso." Bajó la mirada a la vez que se encogía de hombros. "Es que pensé que íbamos a . . . bueno . . . ya sabes" Rojan se sentía lleno de felicidad. Tyion estaba diciéndole que deseaba acostarse con él otra vez. No podía sentirse más feliz, pero aunque deseaba follarse a su pequeño compañero otra vez, ahora mismo necesitaba ver su marca en el hombre. Después le follaría contra una pared. "Y lo haremos, te lo prometo. Una y otra y otra vez." Rojan se levantó de la cama, estirando la mano hacia Tyion. "Pero ahora mismo quiero verte con mi marca." "Tú y tu marca." Tyion se rió mientras tomaba la mano de Rojan y se bajaba de la cama. "Estás obsesionado."
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"Quiero verte con mi marca," dijo Rojan a la defensiva mientras se vestían. "Quiero que todo el mundo sepa que me perteneces a mí." Tyion entornó los ojos y puso las manos sobre sus caderas. "Vale. Ya que vamos a salir de nuestra habitación, ¿crees que podrías darme algo de ropa? Alguien rasgó las mías ayer por la noche." Si las mejillas de Rojan se hubieran podido sonrojar, ahora mismo estarían ardiendo. Sin decir palabra, se encaminó hacia un panel en la pared y lo activó, haciendo que una puerta se abriera. Rojan agarró un peto y se lo pasó a Tyion. "¿Quieres que me ponga esto?" Tyion levantó el traje hacia su cuerpo con incredulidad. Cayó hacia el suelo y se posó ahí, obviamente muchísimo más grande que el pequeño cuerpo de Tyion. "Solo póntelo, mascota, confía en mí." "Sí, claro," Tyion empezó metiendo las piernas y luego tiró del traje por encima de sus hombros. Rojan sonrió al ver lo adorable que se veía a Tyion en ropas que obviamente eran demasiado grandes para él. Tiró de la cremallera hacia arriba. En el momento en que abrochó el botón encima de la cremallera, el peto se encogió a la talla de Tyion.
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Tyion chilló y tiró del material, el pánico evidente en su cara. "Tyion, relaja, tranquilo" Rojan agarró la mano del hombre cuando Tyion empezó a tironear del cuello del traje. A Rojan le costaba muchísimo no echarse a reír. "El material está programado para ajustarse a la talla del que lo lleva. El botón de arriba lo activa." "¿Y no se te ocurrió avisarme?" "No, lo siento." Rojan se encogió de hombros. "Supongo que yo ya estoy acostumbrado." "Bueno, para la próxima vez, di algo, ¿vale? Eso me puso los pelos de punta." Tyion se pasó la mano temblorosa por su pelo. "Pensé que me iba a estrangular." "Bueno, si te sirve de consuelo, te queda increíblemente bien." "¿De verdad?" Tyion empezó a retorcerse de un lado a otro para intentar verse en el peto gris. Parecía que su pánico había sido reemplazado por curiosidad. Rojan no mentía, el hombre estaba de muerte. El material gris se pegaba tanto a la piel de Tyion que parecía que estaba pintado en ella. Rojan casi estaba en contra de que saliera así. La única razón por la que Tyion saldría con ella puesta era que era un traje común y nadie excepto Rojan iba a tener ningún problema con él. Rojan envolvió
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la cintura de Tyion con un brazo posesivo y lo abrazó. "Quédate cerca, ¿vale?" Asegurándose de que Tyion se quedaba a su lado, Rojan los dirigió hacia la enfermería. Se encontró con varios miembros de su tripulación, pero la mirada feroz de Rojan les hacía perder el interés rápidamente. Rojan se suponía que después de lo que había pasado la noche anterior, pocas personas de su tripulación querían hablar con él en esos momento. Más tarde les explicaría qué había pasado. Mucho, mucho más tarde. "¿Doc?" Rojan encontró al médico de piel azul saliendo de otra habitación, un historial en la mano. "Rojan, no pareces estar muy mal," dijo Doc. "¿Cómo te sientes?" "Avergonzado." "Tonterías," Doc posó el historial en la mesa. "No estabas en tu sano juicio. Todos lo sabemos. Me alegro de que tu mascota estaba aquí para tranquilizarte." Rojan vio como el médico miraba a Tyion de arriba a abajo. Sabía que el médico lo hacía para comprobar la salud de Tyion, pero no pudo evitar que se escapara un pequeño gruñido. Los ojos de Doc se encontraron con los suyos y el hombre retrocedió un paso.
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"Bueno, puedo ver que Tyion está perfectamente." El médico juntó las mano. "¿Puedo suponer que sois compañeros?" "Sí, Tyion es mío." Rojan no se dio cuenta de lo agresivas que eran sus palabras hasta que sintió como el codo de Tyion le golpeaba el abdomen. Aunque el golpe no le dolió en absolutamente, Rojan gruñó para que Tyion supiese que lo había entendido. "Lo siento, Doc. Tyion y yo estamos aquí para que nos pongas nuestras marcas." "¿ Nuestras marcas?" Rojan sonrió. "Sí. Tyion tendrá el suyo alrededor del cuello. Yo tendré uno igual en mi brazo." Los labios de Doc se apretaron un momentos y después asintió. "Muy bien. Haz que tu mascota se suba a la mesa y que se baje el traje hasta la cintura." Se encaminó hacia una vitrina y empezó a sacar algunos objetos. "Rojan, ¿vas a hacer que tu mascota duerma durante el proceso?" Rojan se rió por lo bajo cuando Tyion entornó los ojos. Sabía que a Tyion no le gustaba que hablasen de él como si no estuviera ahí, pero hasta que Rojan le diera permiso, Seron no le hablaría directamente a Tyion. Iba en contra de las Leyes de Propiedad. "Tyion, ¿no vas a contestar a Doc?" Las cejas de Tyion se elevaron. "¿Quieres decir que se me permite hablar?" 106
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Rojan juraría que oyó una risita del médico, pero cuando le miró, la expresión de su cara era seria. Rojan se giró hacia Tyion y le levantó para sentarlo en la mesa. Desabrochó el botón y miró como su mascota se bajaba el peto hasta la cintura. El deseo le as alto al ver el pecho desnudo de Tyion, sus tensos abdominales y su suave piel pálida. Tyion era de verdad el compañero perfecto. Rojan gimió y se lamió los labios. Casi no podía resistirse a pasar sus manos por esa piel. Tyion arqueó una ceja, y le apuntó con un dedo. "No empieces." Rojan sonrió y se giró hacia Seron cuando se acercó con una videotableta. "¿Qué quieres exactamente para la marca, Rojan?" "Algo como esto," Rojan cogió el lápiz óptico y empezó a dibujar en la tableta. Tras varios minutos dibujando, estaba satisfecho con el diseño que tenía, así que le alcanzó la videotableta a Doc. "Este. Y yo tender lo mismo en mi brazo." El médico no dijo nada, pero Rojan vio cómo se curvaban hacia arriba sus labios mientras iba a buscar la máquina para marcar. Seron regresó hacia ellos y se puso junto a Rojan mientras encendía el pequeño aparato y pulsaba varios botones. 107
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Rojan vio a Tyion mirar horrorizado el pequeño aparato y se rió suavemente. "No dolerá mucho, Tyion, te lo prometo." "¿Cómo coño funciona?" "¿Ves el diseño que dibujé?" apuntó hacia la pantalla de la videotableta. Tyion miró el dibujo y se quedó boquiabierto. Por un momento Rojan pensó que a Tyion no le gustaba el diseño, hasta que el hombre le miró. "Rojan, esto es maravilloso. ¿Tú has dibujado esto?" "Bueno," Rojan estaba encantado con la reacción de Tyion ante el diseño. "Tuve un poco de ayuda. Los diseños tribales de mi gente y de mi familia ya estaban en el ordenador. Simplemente los adapté un poco para encontrar un diseño que me gustaba." "Es precioso, Rojan." Sonrió al mirar a su amo. "Pensé que ibas a proponer algo realmente hortera, pero este es muy bonito. Me gusta. Te va a quedar muy guapo en el brazo." "¿Sí?" "Sí." Los ojos de Tyion se abrieron de par en par cuando Doc se inclinó hacia él, el aparato de marcar en la mano. El pequeño hombre se inclinó hacia atrás y señaló al aparato. "Um, ¿cómo funciona esa cosa?"
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"Ahora que se ha transferido el diseño desde la videotableta, Doc simplemente lo pasa por tu cuello y el aparato hace todo el trabajo. No llevara más que unos minutos." "Je, guay," Tyion estaba asombrado. "Hacer un tatuaje en la Tierra lleva horas." "Es un poco diferente a un tatuaje de la Tierra, Tyion. No se puede quitar." "¿Nunca?" Tyion tragó saliva. "Nop, está codificado a tu ADN y al mío. Como tu amo, puedo escoger hacer la marca temporal, para poder modificarla si te vendiese a otra persona, o hacerla permanente." "¿Y?" "Es permanente, Tyion. Nunca será borrado o cambiado." Rojan no se había dado cuenta de la tensión en el cuerpo de Tyion hasta que el hombre se relajó con un suspiro audible. Rodeó la cintura de Tyion con un brazo, acunando al hombre contra su pecho. "Me quedo contigo, Tyion. Nada de marcas temporales." La piel de Rojan cosquilleó cuando Tyion le acarició el brazo. "¿También para ti?" "Sí, mascota, también para mí."
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Tyion estiró el cuello de nuevo, girando la cabeza primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, intentando ver mejor el tatuaje que lucía ahí. No mentía cuando le dijo a Rojan que era precioso. Lo era. También era muy raro verlo en su propia piel. "Te queda muy sexy," Rojan ronroneaba de satisfacción. Tyion miró el reflejo de Rojan en el espejo. Vaya, sí que era grande. De pie, la cabeza de Tyion apenas alcanzaba los pezones de Rojan. Sus ojos se posaron en el tatuaje en su brazo y no pudo evitar sonreír, satisfecho. A una parte posesiva y perversa de Tyion le gustaba ver su marca mostrada tan descaradamente en el cuerpo de Rojan donde todo el mundo lo vería y sabría que el hombre le pertenecía. De dónde venía esa sensación, considerando sus circunstancias, Tyion no tenía ni idea. "Tengo una sorpresa para ti," dijo Rojan mientras se acercaba para sentarse en la cama. Tyion miró por encima de su hombre con curiosidad. "¿Oh?" Rojan pareció mirarle con atención antes de contestarle. "Sabes que ahora eres mío, pase lo que pase, ¿verdad?" 110
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Tyion frunció el ceño. Su corazón de repente empezó a latir más rápido debido al miedo. ¿Qué significaba esto? "Dijiste que no me ibas a vender." "No, no," Rojan se puso de pie y cruzó rápidamente la habitación para abrazar a Tyion. "No tengo ninguna intención de renunciar a ti. Me perteneces ahora y para siempre." "¿Entonces a qué te refieres?" Tyion no pudo sino evitar inclinarse hacia la mano que se curvó sobre su mejilla para tranquilizarle. Sonrió un poco cuando se dio cuenta de que la mano cubría todo el lado de su cara. "Sé que todo esto ha sido muy duro para ti "¿Esto?" "Que te secuestrasen de tu casa, que te llevasen a un sitio que nunca habías visto, que te vendiesen como esclavo y convertirte en compañero de un alienígena." La esquina de los labios de Tyion se torcieron hacia arriba. "No todo ha sido malo." "¿Sí?" El aliento de Rojan era ardiente contra el cuello de Tyion cuando echo la cabeza hacia atrás. Escalofríos recorrían su espalda, pero era de placer. Tyion gimió cuando dulces besos se posaban en su piel. No estaba seguro de si alguna vez se acostumbraría a cómo Rojan le anhelaba. 111
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"¿Es esta tu sorpresa?" susurró Tyion. "No." Rojan rió. "Esto es porque al parecer no puedo quitarte las manos de encima." "Lo dices como si fuera algo malo." "Te voy a llevar a casa para--" "¿Me llevas a casa? ¿Por qué? ¿Que hice mal?" No pudo ocultar la ansiedad en su voz y rostro. Mirando a Rojan se le helaba la sangre al imaginar que este lo llevase de vuelta a la Tierra y abandonándole a la solitaria existencia que había tenido ahí. "Te llevo a casa para que puedas coger tus cosas, Tyion. Quiero que tengas algo tuyo t uyo para que te sientas más a gusto en tu nueva vida." Rojan agarró la barbilla de Tyion Tyion con fuerza, sus ojos serios. "Pero escúchame bien, mascota. No te quedarás. Me perteneces y vas a dónde yo vaya, ¿entendido?" Tyion rápidamente asintió con la cabeza. No protestó cuando Rojan le abrazó con fuerza. Simplemente escondió su cara en el cuello de Rojan. Sentía como si estuviera perdiendo la cabeza. Había perdido el rumbo completamente. Ahora era un esclavo, una mascota, algo que debería odiar con todas sus fuerzas. Y sin embargo, la sola idea de volver a casa y no ver nunca más a Rojan le llenaba de terror y pánico hasta el punto de casi desmayarse. Las 112
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manos de Tyion Tyion estaban sudorosas, le faltaba el aire y su pecho dolía dónde se encontraba su corazón. Cuanto más lo sujetaba Rojan, cuanto más le decía que se quedaba con él, tanto mejor se sentía Tyion. Y si eso no confundía a Tyion todo lo posible, no sabía que podría. "Tengo un gato," dijo Tyion en voz queda mientras frotaba su mejilla contra el pecho de Rojan. "¿Puedo traerme a mi gato?" "Preferiría hablar con Doc antes de darte permiso, Tyion." Rojan acarició la parte de atrás de la cabeza de Tyion. Era una caricia relajante y Tyion suponía que el hombre podía sentir su nerviosismo. "Quiero asegurarme de que tu gato puede viajar por el espacio antes de decirte que sí. No quisiera que le pasara nada malo." "Claro, por supuesto." Tyion asintió con la cabeza. No había pensado en eso. Se quedaría hecho polvo si le pasara algo a su mejor amigo y confidente. Harry había estado con él durante la salud y la enfermedad. "¿De verdad puedo traerme mis cosas?" "Tyion, "Tyion, no quiero que seas infeliz conmigo," dijo Rojan. "Esto no es un castigo. Si tener tus cosas, cosas que te son familiares, hace que te sientas más a gusto, es mi deber como tu amo asegurarme de que las tengas." "¿Pero?" Tyion sabía que había un pero pero por ahí en alguna parte. 113
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"Antes de que aterricemos quero que tengas muy claro que no nos vamos a quedar. quedar. Quiero tu promesa de que nos marcharemos cuando yo lo diga, sin discusiones." La cara de Rojan se tornó seria. "Si no puedes darme esa promesa, no te dejaré bajarte de la nave cuando aterricemos." Tyion abrió la boca para empezar a contestar cuando de repente una idea terrorífica pasó por su mente. Se sentó rápidamente y miró a su amo. "Rojan, ¿y si alguien te ve?" Tyion Tyion no creía cr eía que Rojan pudiese pasar desapercibido entre una multitud. Aparte de ser enorme, tenía orejas puntiagudas, colmillos y una cola. No había manera en que pudiese pasar camuflado. "Esperaremos que eso no pase." "¿Esperar?" Tyion Tyion gritó. "Rojan, no podemos hacer que pases desapercibido. Tienes orejas puntiagudas y una cola. No creo que podamos esconder eso." Rojan se rió por lo bajo. "Te "Te sorprenderías, mascota. Llevamos siglos visitando la Tierra. Y no nos han pillado aún." "¿Y Roswell?" "¿Roswell?" "Junio 1947, una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell, Nuevo N uevo Méjico," dijo Tyion. Tyion. "Encontraron cadáveres extraterrestres, alienígenas y tecnología avanzada 114
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de la que se aprovecharon las fuerzas aéreas. Es de dónde vienen los hornos microondas, ¿sabes?" "Tyion, los efectos de calefacción de las microondas fueron descubiertas por un ingeniero norteamericano llamado Percy Spencer en 1945, cuando estaba construyendo magnetrones para radares. No se trajo a la Tierra por extraterrestres." "Dices tú." Tyion cruzó los brazos sobre el pecho y miró desafiante a Rojan. Tyion de repente se encontró estrujado contra el pecho de Rojan mientras este reía. Entornó los ojos y se apoyó de nuevo contra ese pecho. "No te preocupes, mascota. Tenemos maneras de escondernos de la vista de los humanos." Tyion frunció el ceño, sus labios haciendo un mohín. "Es que no quiero que te pasa nada." Tiró de un hilo en su peto. No entendía los sentimientos que tenía por el hombre que le había comprador, tomado y marcado. Iba en contra de todo en lo que creía. Y sin embargo, Tyion no podía negar que los tenía. La sola idea de que algo le pasara a Rojan le revolvía el estómago. La idea de no ver nuca más a Rojan le hacía sentirse enfermo. "Rojan, quizás no deberíamos ir," susurró Tyion. "Me gustan mis cosas, pero no creo que merezca la pena si vas a ser descubierto. Si te pasara algo, yo . . ." Tyion sacudió la cabeza mientras imaginaba el peor de los casos. 115
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"He oído lo que hace nuestro gobierno a los alienígenas, y no es nada bueno. Experimentarían contigo y . . . y . . ." Tyion no estaba preparado cuando Rojan le dejó en la cama. Miró hacia arriba, preguntándose si había dicho demasiado. No tenía ni idea de cómo funcionaba una relación amo/mascota. Ni idea de cómo reaccionaría Rojan a sus sentimientos. Tyion no tenía ni idea de si se le permitía tener sentimientos hacia Rojan, solo era una
mascota, al fin y al cabo. Miró como Rojan cruzaba la habitación y abría un pequeño panel en la pared, sacando un pequeño aparato negro que parecía una pulsera grande. Rojan cerró el panel y volvió a la cama. Se puso el aparato en la muñeca y apretó unos pocos botones. El aire alrededor de Rojan resplandeció y se desenfocó durante un momento. Tyion siseó y se alejó del extraño que de repente se apareció ante él, un extraño que era humano. Lo único que era igual era el tamaño del cuerpo de Rojan y el color negro de su piel. Todo lo demás se había ido, las garras, los colmillos, las orejas puntiagudas, incluso la cola. Todo se había ido. "¿Ro-- Rojan?" "Soy yo, mascota." Bueno, por lo menos la voz era igual. Tyion gateó despacio hasta que estaba arrodillado en la cama frente al 116
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hombre. Dudó y luego alcanzó la mano para tocar a Rojan. El hombre sentía igual. Tyion podía incluso sentir la misma piel suave y lampiña bajo los dedos. Rojan simplemente se veía diferente, muy diferente. "¿Cómo . . .?" "Se llama un aparato de desplazamiento animado, o ADA," Rojan apretó de nuevo unos cuantos botones en la pulsera. El aire titiló de nuevo y cuando se asentó era Rojan de nuevo. "Solo se puede usar durante periodos cortos de tiempo, pero nos dejará entrar en tu casa y salir de nuevo, por lo menos." Tyion se rió, y luego se cubrió la boca con la mano al darse cuenta de que su risa tenía cierto tono histérico. Amos y esclavos, alienígenas, el espacio exterior y aparatos de desplazamiento animado. Tyion estaba volviéndose loco. Rojan parecía notar la ansiedad de Tyion. Se quitó el pequeño aparato y lo volvió a guardar antes de sentarse en la cama con Tyion. Se sentó pacientemente, esperando, sin decir palabra. "Todo esto es muy confuso, Rojan," susurró Tyion y agarró la mano de Rojan para confortarse. "Lo sé, mascota, y espero que se mejore con el tiempo." Rojan apretó la mano de Tyion. "Solo recuerda que no estás solo, mascota. Somos compañeros, ¿recuerdas? Estamos juntos para siempre." 117
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Las palabras de Rojan llenaron a Tyion de esperanza y una sensación de pertenecer que no recordaba haber sentido jamás, ni siquiera en la Tierra. Tyion había tenido novios en la Tierra. Había tenido citas y rollos de una noche. Hasta había vivido con un chico durante algunos meses. Tyion nunca se había sentido realmente deseado antes de Rojan. Sintió una imperiosa necesidad de demostrarle a Rojan cuán importante era para él, aunque tenía miedo de decirlo. Se giró y cayó de rodillas entre las piernas de Rojan, alzando la mano hacia el botón de arriba del peto de Rojan. Una mano alrededor de su muñeca lo detuvo. Tyion miró hacia arriba, preocupado por si se había cruzado alguna línea. Era difícil no hacerlo. No sabía dónde estaban. "¿Qué haces, mascota?" Tyion sonrió descaradamente y se soltó de la mano de Rojan. Fue a por el botón de nuevo, y luego a por la cremallera hasta que el peto cayó hasta la cintura de Rojan. Un pequeño tirón al material elástico y la polla rígida de Rojan estaba libre. Tyion acercó la cara hasta el glande y miró coqueto a Rojan mientras lamía una pequeña gota de pre-eyaculación. "Tyion," Rojan gimió. Tyion tragó cuanto pudo de la verga de Rojan. Podía sentir como Rojan le agarraba el 118
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pelo, enredándolo en sus dedos mientras el hombre templaba. "Joder, Tyion, tu boca . . . ¡Dios!" Tyion lamió por la dura verga y chupó el glande para probar la esencia de su compañero. Subió y bajó por la polla de Rojan, dejando que la cabeza rozara su garganta y luego subiendo para chupar y lamer la cabeza. Podía sentir a Rojan hincharse y endurecerse en su boca. La polla de Rojan creció tanto que la mandíbula de Tyion empezó a doler. Empezó a cabecear más rápido, sin saber si iba a poder aguantar mucho más. Movió la mano hacia abajo y pasó un dedo por las pelotas de Rojan. El pequeño y suave saco se contrajo hacia el cuerpo de Rojan instantáneamente. Rojan se corrió con fuerza, gritando y Tyion tragó ávidamente, saboreando el sabor dulce y afrutado de la semilla de su amante. Continuó lamiendo y chupando, negándose a soltar la polla de su boca hasta que Rojan se ablandeció. Lamiéndose los labios, Tyion miró hacia arriba y vio como Rojan le piraba. Sus ojos dorados estaban llenos de calor y afecto. La sangre de Tyion ardió de deseo. Rojan parecía saciado, feliz. Tyion fue felizmente al abrazo que Rojan le ofrecía. "Gracias, mascota," dijo Rojan con voz más suave que su voz normal, más oscura y áspera. Tyion empezó a levantar la cabeza para preguntar si Rojan estaba bien, pero 119
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el alienígena colocó la cabeza de Tyion contra su pecho. "Duerme, mascota. Pronto llegaremos a tu planeta y necesitas descansar." La polla de Tyion estaba dura, pero curiosamente, no sentía la necesidad de correrse. La mamada que le había hecho a Rojan le había dejado más satisfecho que ningún polvo que hubiera tenido con otra persona hasta entonces. Estaba duro, pero satisfecho. Tyion se acurrucó contra el cuerpo de Rojan y se relajó. Podía sentir como el calor le envolvía mientras el hombre acariciaba suavemente su pelo. Rojan empezó a ronronear y Tyion dejó que el suave sonido reconfortante le adormeciese. **** Tyion se despertó solo, y no le gustaba. Había pasado la noche con el cuerpo de Rojan envolviendo al suyo y sin Rojan ahí, tenía frío. Rodó y miró la habitación, decepcionado al encontrarlo vacío. Colgándose de un lado de la cama, Tyion buscó el peto que le había dado Rojan antes. En vez de eso, encontró uno nuevo, doblado en la silla. Sonrió ante el detalle de Rojan y lo agarró. Intentó recordar como había hecho
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Rojan que la prenda encogiera y presionó cautelosamente el botón. Este era en dos tonos de azul, y se ajustaba como una segunda piel igual que el otro. Tyion rió mientras se miraba, girando para ambos lados. Sacudió la cabeza, sorprendido ante lo bien que le quedaba el culo dentro del traje. Estaba bueno. Esperaba que Rojan opinase lo mismo. Tyion sonrió y se dirigió a la puerta. Quería encontrar a Rojan, y después comer algo. Tyion se moría de hambre. Esta vez record cómo funcionaba el panel y la puerta se abrió de inmediato. Tyion salió de la habitación y se concentró en recordar cómo se iba al comedor. Se rió cuando se dio cuenta de que había estado algo distraído la última vez, así que probaría suerte. Supuso que podía preguntar por Rojan si se perdía. Tras perderse un par de veces, Tyion finalmente encontró el comedor. Podía oír ruido incluso antes de abrir la puerta. Los pasos de Tyion se detuvieron cuando miró hacia adentro. La habitación parecía estar llena, pero en realidad solo había unas pocas personas. Es que todos era tan grandes. Buscando por la habitación, el corazón de Tyion casi se paró cuando vio a su compañero de piel y pelo negros sentado en una de las mesas. Solo tenía ojos para el hombre guapísimo mientras cruzaba la sala, aunque podía 121
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sentir varias miradas seguirle. Cuando llegó hasta Rojan, el comedor estaba en silencio. Tyion se plantó al lado de Rojan y miro a su alrededor con aprehensión. Se dio cuenta de repente de que él y Rojan eran el centro de atención. Tyion empezó a temblar de aprehensión. No sabía que se esperaba de él en público como la mascota de Rojan y no quería avergonzar ni enfadar al hombre. La decisión le fue arrebatada cuando un brazo le rodeó y tiró de él hasta que estaba sentado en el regazo de Rojan. Tyion se acurrucó contra su compañero, agarrando la parte de delante de su peto mientras sentía como una mejilla se frotaba contra su cabeza. Cuando empezó el ronroneo, Tyion se relajó de inmediato. Respiró hondo. No entendía como el ronroneo de Rojan le hacía sentirse más seguro, pero eso no iba a evitarle disfrutar de ello. "¿Has dormido bien, mascota?" Tyion asintió con la cabeza. "¿Tienes hambre?" Tyion asintió de nuevo. No quería levantar la cabeza y darse cuenta de la gente que había alrededor de ellos. Preferiría quedarse rodeado por los brazos de Rojan, perfectamente feliz ahí. La mano que levantaba su barbilla no se lo iba a permitir. Tyion miró a los ojos color topacio de Rojan. "Eché de menos esta preciosa cara." 122
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Tyion arqueó una ceja. "No la habrías echado de menos si te hubieras quedado en la cama conmigo." Tyion supo que no solo Rojan le había oído cuando oyó una risita desde el otro lado de la mesa. Tyion podía sentir como su cara ardía y se giró para ver al hombre sentado al otro lado. Tyion reconoció al hombre, era el que Rojan había llamado Rav. Era alto, pero no tanto como Rojan. Su piel no era negra como la de Rojan, pero un marrón oscuro, casi color chocolate. Sí tenía las orejas puntiagudas, garras y cola. Eso y los ojos dorados de Rojan parecían ser lo único que tenían en común. Los ojos de Rojan son más bonitos , pensó Tyion lealmente. "Mascota, este es Ravcor, mi segundo al mando," dijo Rojan. "Normalmente le llamamos Rav. Rav, este es Tyion, mi compañero." Tyion saludó a Rav. Ignoró la ceja levantada y la pequeña sonrisita del hombre. "Tú eres el que intentó detener a Rojan antes." Tyion se rió. "Eso fue realmente estúpido. Rojan estaba a punto de arrancarte los brazos y azotarte con ellos." La expresión de autosuficiencia fue reemplazada por una mueca. "Sí, bueno . . ."
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"Se bueno, mascota," le riñó Rojan con una sonrisa. "Es su trabajo asegurarse de que todos los de la nave están a salvo. Y está al mando cuando yo no estoy." A Tyion no le gustaba como sonaba eso. "¿Significa que está al mando para mí también?" "Solo en lo referente a tu seguridad." "Y sigo pensando que ir a la Tierra no es seguro," Rav frunció el ceño. Tyion se tensó cuando sintió a Rojan hacer lo mismo. Miró al hombre, escudado por su pelo. La mandíbula de Rojan estaba tensa y no parecía feliz. "Piensa cómo te sentirías si alguien te raptase mientras dormías, te llevase y te vendiese como esclavo en la Tierra, un mundo del que no sabes nada. No tienes ninguna de tus cosas, nada que te resulte familiar, y hay una criatura alienígena diciéndote que ahora eres su esclavo." El puño de Rojan golpeó la mesa. "¿Te sentirías mejor si te permitiesen tener algunos de tus pertenencias contigo?" A Tyion le asombró saber lo bien que Rojan sabía sobre cómo se sentía y que luego defendiese esos sentimientos ante un amigo. Se acurrucó contra Rojan y le susurró al oído. "Me ha acabado gustando esta criatura alienígena," le canturreó. El brazo de Rojan le rodeó la cintura. Y le dejó un pequeño beso en un lado de su cabeza.
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"A mí me gusta el esclavo también," susurró Rojan antes de mirar a Rav de nuevo. "Sé que no te gusta. NO tiene por qué. Solo tienes que asegurarte de que aterricemos cerca de la casa de Tyion y de que no nos detecte un radar de la Tierra." "Vale. Pero sigue sin gustarme." Rav sacudió la cabeza y señaló a Rojan con un dedo. "Antes de que apareciera tu pequeña mascota, no se te habría ocurrido hacer algo así. Tener una mascota te ha hecho perder el poco juicio que tenías." Rojan empezó a abrir la boca. Tyion sabía que su compañero iba a discutir, podía sentir como los muslos de Rojan se tensaba debajo de él. Levantó la mano y colocó su dedo sobre los labios de Rojan, recibiendo una ceja arqueada en respuesta. Tyion simplemente sonrió y miró a Rav, travieso. "¿Estás diciendo que no te gustaría tu propia mascota humana?" "Me gustaría un humano como mascota, pero no dejaría que afectara las decisiones que tomase, ni que me hiciera cambiar de opinión." "¿De verdad?" preguntó Tyion, incrédulo. "Cuando lleguemos a la Tierra, recuérdame que te presente a un amigo mío. Te hará cambiar de opinión."
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"Tyion, no puedes decirle a nadie que estamos ahí," dijo Rojan rápidamente. "Si alguien nos descubre . . ." Tyion dio palmaditas en el brazo de Rojan. "No te preocupes, Rojan, Cory no dirá nada si yo se lo pido." "¿Cory?" "Cory era, es, mi mejor amigo, aparte de Harry. Él-" "¿Harry?" "Mi gato, Harry Houdini." Tyion rió. "¿Harry Houdini?" Rojan frunció el ceño, el nombre le era familiar. "¿Ese no era un mago famoso por ser además escapista?" "Sí, por eso llamé a mi gato así," dijo Tyion. "Puede escaparse de donde sea. Harry podría escapar de una habitación esférica sin ventanas ni puertas." "¿Cómo?" Rav posó las manos sobre la mesa y se inclinó hacia Tyion, muy interesado en la explicación. "Eso no tiene ningún sentido. ¿Cómo puede alguien escapar de una habitación esférica sin ventanas ni puertas? ¿Puede desaparecer o hacerse intangible?" Tyion parpadeó. ¿Este tío iba en serio? "Um . . . solo es una manera de hablar. Harry simplemente es muy bueno escapándose." Rojan se rió y abrazó de nuevo a Tyion. "Acaba de contarnos sobre tu amigo, Cory." 126
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"Ah. Sí vale. Bueno como iba diciendo, Cory es mi mejor amigo junto con Harry. Haría lo que fuera por mí y yo por él. Odio tener que abandonarle." Tyion miró hacia abajo y tiró del material de su peto. "Soy todo lo que tiene. Siempre hemos sido nosotros dos, y Harry. No sé qué va a hacer sin mí." Se le ocurrió una idea a Tyion cuando pensó en Cory solo sin él. Miró a Rojan. "¿Puedes tener dos mascotas?" "Tyion--" "¿Por favor?" "Mascota, no es tan fácil," dijo Rojan. "Seremos buenos, lo prometo," dijo Tyion rápidamente, y agarró el traje de Rojan. "Nunca tendrás que castigarnos. Haremos todo lo que digas." "Tyion, para, ya basta." Rojan agarró las manos de Tyion y las apretó con las suyas. "En otras circunstancias podría tener dos mascotas. Joder, podría tener cien si quisiera. Pero no son circunstancias normales.. Eres más que mi mascota. Eres mi compañero. Eso significa que solo tú." Aunque las palabras de Rojan le hacían derretirse por dentro a Tyion, también le llenaban de tristeza. Dejó caer su cabeza sobre el pecho de Rojan e intentó que no se le escaparan las lágrimas. Ya echaba de menos a Cory y 127
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solo habían pasado un par de semanas. No sabía lo que iba a hacer si no veía nunca más al hombre. "Yo me lo quedo." Tyion se quedó boquiabierto y miró fijamente a Rav. Fijo que no había oído lo que creía haber oído. Rav no tenía ninguna razón para quedarse con Cory como mascota. "¿Por qué?" Rav se encogió de hombros. "Una mascota humana es tan buena como otra, supongo." "No, creo que no." "¿Por qué no?" preguntó Rav. "Quieres que tu amigo venga contigo, ¿no?" "Quiero que Cory se venga, pero no creo que seas lo bastante bueno para él." "¿Por qué no?" Rav parecía realmente interesado en la respuesta de Tyion. También parecía completamente ignorante a la manera insensible en que había hablado sobre Cory, como si fuera un simple producto de compraventa. Tyion de repente se dio cuenta de la enorme diferencia que había entre Rojan y Rav, la principal era cómo pensaban. Tyion sabía que para el resto del mundo siempre sería la mascota de Rojan, pero el hombre le trataba como su compañero. Rav solo le veía como mascota. 128
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"Solo nos ves a Cory y a mí como una mercancía, ¿verdad?" Tyion preguntó al mirar a Rav fijamente. Quería ver todas las reacciones que tenía el hombre ante sus palabras. "Eres una mascota." "Y esa es exactamente la razón por la que no quiero que te quedes con Cory." Rav parecía confuso, como si de verdad no entendía lo que Tyion quería decir. "Somos seres vivos, Rav. Tenemos sentimientos, necesidades y deseos. No somos diferentes que tú o Rojan." "Solo eres humano." "Y tú no lo eres."
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Rojan sujetó el brazo de Tyion mientras salían de la nave al planeta Tierra. Había visto muchos videoemisiones de la Tierra, pero nada lo había preparado ante lo diferente que era de su planeta, y de todos los demás que había visitado. Para empezar, había árboles por todas partes. Rojan estaba seguro de que nunca había visto tanto árbol junto en toda su vida. La hierba era verde y el cielo azul, y había mucho de ambos. En resumen: la Tierra era hermosa. También parecía muy primitivo. Los coches estaban en el suelo, las casas estaban hechas de madera y la gente se vestía de forma extraña. Rojan se imaginaba que él también parecería raro, con su camisa y pantalones en vez de peto. Todavía se sentía muy extraño. "Vivo en esta calle," Tyion señaló con el dedo, "en el siguiente bloque." Rojan asintió con la cabeza y siguió a Tyion, Rav justo detrás de ellos. Podía sentir el arma escondida bajo su chaqueta, pero estaba tan nervioso que deseaba poder llevarlo en la mano. A Rojan no le gustaba salir por mundos inexplorados sin protección. Se fijó en todos con los que se cruzaba.. Salvo por unas cuantas miradas de asombro, que por alguna razón hacían que Tyion se partiese de risa, nadie 130
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les prestó la menor atención. Tyion les guió por una acera de cemento hasta llegar a un edificio de ladrillo rojo. "Es aquí," Tyion señaló la escalera que llevaba al segundo piso. "Vivo arriba." Tyion parecía contento de estar en casa. Rojan no se fiaba. No quería obligar a su compañero a volver a la nave con él si Tyion decidía que se quería quedar. Rojan lo haría, por que dejar a Tyion aquí no era una opción. Pero no quería tener que obligarle. "Este es mi apartamento," dijo Tyion cuando paró en frente de una de las puertas. Parecía un poco avergonzado. "Yo, uh, no tengo la llave." Rojan sonrió y alcanzó el pomo. Lo giró hasta que se oyó un chasquido y la puerta se abrió. Tyion entró, Rojan y Rav detrás de él. Dejando a Rav para que se las arreglará con la puerta como pudiese, Rojan miró a la habitación que su compañero llamaba casa. No parecía gran cosa. Un sofá gastado y viejo se apoyaba contra una pared, una pequeña mesita frente a ella. Cerca de la cocina había una mesa de comedor con dos sillas. Había tres puertas en el pasillo. Rojan podía ver que dos daban a habitaciones y la otra a un cuarto de baño. El pequeño apartamento parecía bien organizado, pero muy desgastado. Había un par de cosas aquí y allá que 131
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Rojan sabía que iban a volver a la nave con ellos, por la forma en que estaban colocados. Había otros que esperaba se quedaran aquí. Rojan no podía entender el apego que Tyion tenía al lugar hasta que el hombre soltó un chillidito y cruzó corriendo la habitación. Rojan se agachó y cogió su arma antes de ver que Tyion cogía una pequeña y peluda criatura y la acunó contra su pecho. La sonrisa de la cara de Tyion era feliz, luminosa. En ese momento, a Rojan le daba igual lo que tenía que hacer para asegurarse de que Harry estuviese bien. Si el pequeño , peludo y negro animal hacía tan feliz a Tyion, entonces el maldito gato iba a viajar con ellos por el espacio exterior. "¿Harry, supongo?" Tyion asintió felizmente y se acercó con Harry. Rojan frunció el ceño cuando el gato bufó y saltó de los brazos de Tyion para esconderse debajo de la mesita gastada. Tyion salió corriendo detrás del gatito, arrullando y haciendo ruidos tontos. "Creo que no le gusto a tu gato, mascota." "Es que no te conoce." insistió Tyion. "No le gustan los extraños. Le gustarás cuando te conozca mejor." Rojan lo dudaba. "Tyion, es un gato. Yo soy Phangar. No creo que nos podamos llevar bien." Rojan 132
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suspiró cuando Tyion levantó la vista hacia él, su mirada desesperad. "Pero lo intentaré." Rojan sabía que había tomado la decisión correcta cuando Tyion le sonrió de nuevo. Sip, era débil ante esa sonrisa y lo sabía. Se llevaría bien con el maldito gato o moriría en el intento. Rojan estaba seguro de que el gato podría con él. "Mascota, encuentra algo para llevar a Harry, coge el esto de tus cosas. Nos volvemos a la nave. Nuestros ADA tienen un uso limitado." Tyion asintió y corrió hacia la habitación. Volvió al instante con una pequeña caja color beige. Tenía agujeros en los lados, y un asa en la parte de arriba además de una rejilla en un lado. Tyion lo puso en suelo, y metió una mantita y sacó a Harry de debajo de la mesa para meterle dentro de la caja. El gato gruñó pero entró sin más aspavientos. Tyion cerró la rejilla, encerrando a Harry. Pasó los dedos por la rejilla y canturreó. "¡Tyion!" Tyion saltó, su cara sonrojándose. "Lo siento, solo quería asegurarme de que Harry estaba bien." Rojan asintió y gesticuló con la mano. "Date prisa." Tyion se puso de pie, levantando la caja de Harry y posándolo sobre la mesa. Un minuto después, Rojan miraba como su compañero correteaba por toda la casa, agarrando objetos sin parar. Los posaba en la mesa al lado de Harry. 133
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Su compañero volvía al salón con una maleta cuando la puerta empezó a abrirse. Rojan cruzó la habitación al instante, poniéndose entre Tyion y quienquiera que entrase. "¿Tyion?" dijo un hombre de pelo dorado mientras abría la puerta y entraba. "¿Estás aquí?" "¿Cory?" Tyion miró por encima de Rojan. Rojan miró al hombrecito. Era un par de centímetros más bajo que Tyion. Tenía pelo castaño claro, más claro en las raíces y un cuerpo atlético que habría puesto cachondo a Rojan en el pasado. Ahora solo podía admirar la belleza del hombre. El gruñido que emitió Rav, sin embargo, le dijo que su segundo al mando apreciaba bastante más la belleza del hombre. Rav parecía fascinado, sus ojos observando todos los movimientos del hombrecito. "¡Tyion!" el hombre gritó de alegría. "¿Cory?" Tyion dejó de esconderse detrás de Rojan. El gruñido de Rav se hizo más pronunciado cuando Cory cruzó corriendo la habitación para abrazar a Tyion. Rojan no estaba demasiado contento de ver a su compañero en los brazos de otro hombre tampoco, pero estaba seguro de que no era por las mismas razones que Rav. Viendo cómo se estaba comportando Rav, parecía que Cory iba a unírseles, lo quisiera o no. 134
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"¿Dónde coño has estado?" Cory exigió, apartando a Tyion de un empujón. Puso las manos en las caderas y miró furioso a Tyion. "¿Tienes idea de lo preocupado que he estado? Harry se estaba volviendo loco." Cory frunció el ceño y miró la habitación. "¿Y dónde está Harry? Me lleva esperando en la puerta desde el día que desapareciste." Tyion señaló la gatera encima de la mesita. Parecía inquieto, como si esperase que le gritasen y riñesen. Rojan se preguntó qué tipo de hombre era Cory si asustaba tanto a Tyion. "¿Te marchas, Ty?" Cory preguntó con voz queda al mirar las cosas apiladas en la mesita al lado de Harry. Rojan podía ver la angustia en los ojos de Cory cuando el hombre miró a Tyion. "¿Te marchas? ¿Ibas a decirme adiós, tan siquiera?" "Sí, sobre eso." Tyion se retorció las manos. "Me marcho, pero estaba esperando que quisieras venirte conmigo." "¿A dónde vas?" preguntó Cory. De repente torció el gesto. "¿Y dónde has estado? Llevas desaparecido dos semanas. Simplemente te fuiste, sin notas, sin llamadas, nada. Ya no estabas." "Es una historia realmente larga y--" "Tyion," interrumpió Rojan cuando su aparato de desplazamiento animado empezó a pitar, haciéndole saber 135
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que se le acababa el tiempo. Unos pocos minutos más y su disfraz se desharía. "Tienes que darte prisa, mascota." "Sí, ya voy," dijo Tyion y miró a Rojan. "Solo--" "¿Mascota?" preguntó Cory, asombrado. "¿Te llama mascota?"
Tyion giró la cabeza rápidamente. "Te equivocas. Rojan es--" "Quedándote sin tiempo, mascota." Rojan le dio a Tyion en el hombro con un dedo. "Me estoy dando prisa, lo juro." "¿Tyion, qué coño está pasando?" Cory preguntó con voz queda al inclinarse hacia Tyion. "¿Quiénes son estos hombres? ¿Tienen algo que ver con tu desaparición? ¿Y dónde encontraste gente tan jodidamente grande?" "¿Rojan? No, claro que no," dijo Tyion mientras se volvió hacia Cory. "Rojan como que me rescató y--" "Tyion," Rojan sonrió al interrumpir y clavar el dedo en su compañero de nuevo, "tienes que guardarte las explicaciones para luego." "Vale, solo--" "¿Rescatarte de dónde, Tyion?" dijo Cory bruscamente, irritado. "¿De quién?" "Como te dije es una historia muy larga, y me encantaría contártela, pero--"
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"Pero, se nos acaba el tiempo, mascota," dijo Rojan, clavando el dedo en Tyion por tercera vez. Empezaba a divertirle las pequeñas miradas de irritación que le lanzaba Tyion. Era mono. "Tyion, ¿qué es lo que está pasando aquí?" "Mira, me encantaría quedarme y explicártelo ahora mismo, pero--" Rojan le dio a Tyion con el dedo por cuarta vez. Tyion se giró, su cara enrojeciendo de lo frustrado que se sentía. Sus cejas estaban unidas de rabia. Una mano cayó sobre su cadera y la otra señaló a Rojan. "¡Te quieres estar quieto!" "Ty, parece muy grande," dijo Cory con cautela. Rojan vio como Cory agarraba la mano de Tyion y tirar de ella. "¿Estás seguro de qué quieres hablarle así?" "¿A Rojan?" "Ty," susurró Cory mirando a Rojan por encima de Tyion, "te podría doblar a la mitad sin echarse a sudar." Tyion resopló y acarició el pecho de Rojan mirando a Cory por encima de su propio hombro. "Rojan nunca me haría daño." "Dices tú." Rojan entornó los ojos, entendiendo de dónde había sacado Tyion esa frase. Le había parecido raro cuando la oyó. No lo entendía, pero una cosa estaba clara. Tyion y Cory compartían cerebro. 137
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El pequeño aparato en la muñeca de Rojan empezó a pitar otra vez, ahora más urgente, las lucecitas brillando en rojo. Rojan hizo una mueca al tocar uno de los botones. "Se acabó el tiempo, mascota," avisó antes de que el aire empezase a brillar. Cory gritó y dio varios pasos hacia atrás, arrastrando a Tyion con él cuando el aparato de desplazamiento animado se apagó y la verdadera forma de Rojan apareció. Rojan pudo ver a Rav volver a la normalidad también. "Corre, Ty," chilló Cory. Su cara estaba pálida, los ojos todo lo abiertos que podían estar. Rojan gruñó antes la idea de que su compañero huyese de él. Afortunadamente Tyion se soltó de Cory y empezó a andar hacia Rojan. No le gustaba que nadie apartase a su compañero lejos de él. Tyion era suyo. "¡Ven, mascota!" Rojan envolvió a Tyion inmediatamente en un abrazo, protegiendo el cuerpo del hombrecito con el suyo propio. Rojan ronroneó para hacer saber a Tyion que no estaba enfadado y se inclinó para frotar su mejilla contra la parte de arriba de la cabeza de Tyion. "Ty-- Tyion," Cory tartamudeó. "¿Q-- qué está pasando?"
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"Este es Rojan," Tyion señaló a Rojan. "Supongo que se podría decir que es mi amo." "¿Amo?" Cory palideció, perdiendo el poco color que tenía. "¿Dueño?" "Ty . . ." Cory parecía al borde del pánico. Se movió de pie a pie, su mirada moviéndose de Rojan a Tyion a Rav y vuelta a empezar. Tyion suspiró y se apoyó contra Rojan. "Mira, Cory, es muy fácil. Fui raptado. De mi cama, raptado. Los que me llevaron, bueno, no eran de por aquí" "¿En serio?" Cory se burló. "No me estás ayudando, Cory." "Perdona." "Bueno, me llevaron al espacio exterior y sí, sé que suena a locura, pero Rojan y Rav como que son la prueba de que no he perdido la cabeza por completo. Te habrás dado cuenta de que no son de por aquí." "Sí, me di cuenta cuando vi la cola y las orejas." La voz de Cory estaba llena de sarcasmo. Tyion asintió. "Sí, eso creía yo. Así que imagínate mi sorpresa cuando Rojan apareció en una casa de subastas alienígenas y me compró." "¿Te compró?" Cory exclamó. "¿Cómo un esclavo?" 139
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El asco era evidente en la cara de Cory para todos los de la habitación. Rojan decidió que tenía que aprender un poco más sobre las costumbres de la Tierra. Sabía que la esclavitud era algo común en gran parte del planeta, pero por lo que se veía no era algo a lo que Tyion y Cory estuvieran acostumbrados. "No es tan malo." "Eres un esclavo, Ty," Cory dijo secamente. Señaló a los brazos que rodeaban la cintura de Tyion. "¿Cómo puede no ser tan malo?" El corazón de Rojan latió más fuerte cuando oyó la risita que se le escapó a Tyion. "Puede que sea un esclavo, pero este amo en concreto viene con algunos beneficios." Cory de repente perdió su expresión de pánico, y fue reemplazado por algo parecido a curiosidad. Rojan esperaba que así fuera, por la cuenta que le traía a Rav. "¿Oh?" "Rojan viene de una raza que escoge a sus compañeros para toda la vida." Tyion sonrió. "Y yo soy su compañero." "¿Compañero?" Tyion tiró del cuello de su camiseta, mostrando el tatuaje en su cuello. Cory inhaló bruscamente. Rojan sonrió al levantar la manga de su camiseta, mostrando la pareja del tatuaje ante la atónita mirada de Cory. 140
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"¿Te hiciste un tatuaje?" susurró Cory. "Marca de compañeros," corrigió Tyion. "Rojan y yo tenemos uno para que todo el mundo sepa que nos pertenecemos el uno al otro." "Pareces hasta emocionado." Cory frunció el ceño. "Lo estoy," asintió Tyion. "Rojan puede mostrarme mundos que ni siquiera podría imaginar, cosas que nunca he visto. Hay tanto que explorar y puedo hacerlo con él protegiéndome, así que ser su esclavo tampoco está tan mal. Rojan no dejaría que nadie me hiciese daño ." Cory señaló a Rojan y a Rav. "¿Todos son como ellos?" "No," Tyion sacudió la cabeza, "el médico es azul." Señaló a su cabeza. "Tiene pequeñas antenas encima de su cabeza." "¿Azul?" croó Cory. " ¿Antenas?" "Sí, pero es un tío majo, para ser médico. Le gusta ser muy personal cuando te examina, pero no de manera sexual. Lo que pasa es que hacer un montón de preguntas vergonzosas." "Necesitamos irnos, mascota," dijo Rojan empujando a Tyion hacia sus cosas. Le hubiera gustado darles más tiempo a Tyion y a Cory para hablar, pero tenía que volver a la nave y despegar cuanto antes. Cada minuto que pasaban aquí aumentaba las posibilidades de 141
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descubrimiento. "Tu amiguito tiene que decidir si se viene con nosotros o no." "¿Realmente quieres que vaya contigo?" Cory empezó a palidecer otra vez. "¿Al espacio exterior? ¿Con alienígenas?" "Phangars, para ser exactos, y sí, quiero que vengas con nosotros." Tyion se apartó de Rojan y tomó las manos de Cory. "Hemos sido compañeros de piso desde siempre, amigos desde antes de eso. Me voy y quiero que te vengas con nosotros. No sé cuándo volveremos, o si tan siquiera volvamos algún día. No quiero dejar a mi mejor amigo atrás." "¿No vas a volver?" Tyion se encogió de hombros. Soltó las manos de Cory y siguió haciendo la maleta. Rojan podía ver las lágrimas en los ojos de Tyion y sabía que este se había girado para no influenciar la decisión de Cory. "Ahora pertenezco a Rojan, Cory. No querría dejarle aunque pudiese. Soy feliz con él." Tyion miró a Cory por encima de su hombro. "¿Puedes decir que eres feliz aquí?" "Bueno, no, pero . . ." "Problema resuelto entonces," dijo Tyion. A Rojan le parecía que Tyion había omitido unos cuantos detalles importantes, pero no conocía lo suficiente a Cory para 142
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saber si serían importantes para él o no. "Vendrás conmigo." "No lo sé." dijo Cory. "Esto es todo muy . . ." "¡Cory!" Tyion le interrumpió bruscamente, pero Rojan no creía que lo hiciera con mala intención. "Hazte cargo, cariño. Vamos a hacer las maletas y abandonar esta mierda de planeta y correr una aventura ¿vale?" "¿Me darán un amo a mí también?" Tyion se giró hacia Rojan, palideciendo. "Yo . . . er . . ." "Rav será tu amo, Cory." Rojan sintió la mirada de Rav mientras este se encaminaba hacia Cory. Sabía que Rav sentía una conexión hacia el humano. El calor que conectaba a estos dos era casi visible. “Será el responsable de tu seguridad, pero tendrás que obedecerle como Tyion me obedece a mí. Serás la mascota de Rav." "¿Me darán uno de esos tatuajes?" preguntó Cory mientras señalaba el cuello de Tyion. "Eso depende de Rav." Rojan apartó a Tyion con cuidado del camino de Rav, cuando este se apresuró a abrazar al humano. Cory soltó un quejidito, su pequeño cuerpo casi escondido en el del hombretón que le abrazaba. "¡Ty!"
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Tyion se apoyó contra Rojan y se rió ante el pánico dibujado en el rostro de Cory. "Si Rav es como mi Rojan, no quieres luchar contra esto, Cory, créeme. Deja que cuide de ti. Y por lo que más quieras, pórtate bien." Los ojos de Cory se abrieron de par en par. "¿Por qué?" "A estos tíos les van los azotes en el culo." Rojan no lo creía posible, considerando cuan pálido era el hombre, pero Cory enrojeció. Rav gruñó en la parte de atrás de su garganta y abrazó al humano con más fuerza. Rojan estaba bastante seguro de que habría azotes en el futuro de Cory, independientemente de cómo se portase. "Capitán, tenemos compañía," les alertó una voz por el transmisor. Rojan hizo un gesto de fastidio y le dio al interruptor del aparato. "Informe." "Otra nave acaba de entrar en la atmósfera," Tathen informó "un caza clase-C." Rojan se tensó. Un clase-C eran malas noticias. Se usaban para una cosa, y solo una: batallas. Estaban equipados con varios cañones pulsar y estaban preparados para cazar naves a cualquier velocidad Nada bueno. "¿Han detectado nuestra nave?" "Todavía no, pero lo harán. Saben que estamos aquí y están rastreándonos." 144
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"Entendido," Rojan empujó a Tyion hacia sus cosas. "Que la nave esté lista para despegar en cuanto volvamos. Mientras tanto quiero que la nave esté cerrada a cal y canto y asegurada. Nadie sube, nadie baja." "Oído, capitán." Rojan oyó al transmisor apagarse y se giró hacia Tyion. "Coge tus cosas, mascota. Tenemos que irnos." "¿Qué ocurre?" "Alguien nos ha seguido." Rojan se hacía una idea de quién podía ser, pero se negaba a decirlo en voz alta. Para empezar no quería asustar a Tyion. Y además, podría estar equivocado. Pero Rojan no creía que lo estaba. Skoran había parecido demasiado enfadado cuando Rojan le quitó a Tyion de entre las manos. "Coge tus cosas, Tyion." Se giró hacia Rav y Cory. "Rav, tienes que dejar que Cory coja sus cosas también. Sabes muy bien que no va a volver. Necesita sus cosas para sentirse a gusto. No seas como yo e ignores sus necesidades." Rav gruñó en la parte de atrás de su garganta, pero soltó despacio a Cory, antes de separarse de él por completo. Rojan sabía que el hombre estaba a punto de perder el control cuando ordenó a Cory coger las cosas que quería llevar con él.
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Cory tenía una expresión de confusión en si cara, pero hizo lo que le mandaban. Correteó por el apartamento con Tyion, ambos metiendo cosas en una funda de almohada. Varios minutos más tarde, Tyion y Cory tenían dos fundas de almohada llenas de cosas y un par de maletas enfrente de Rojan y Rav. "¿Esto es todo?" Rojan señaló los objetos. "Sí, aparte de Harry." Rojan sonrió. No, no podía olvidarse de Harry. Agarró varias bolsas, Rav cogiendo los que faltaban. "Coge to gato, mascota." En el momento en que Tyion agarró a Harry, Rojan le cogió de la muñeca y tiró de él hacia la puerta. "Espera," Tyion clavó los talones en la moqueta, "¿cómo vas a volver a la nave con esas pintas? ¿Alguien te podría ver." Rojan apretó unos cuantos botones en su aparato de desplazamiento animado. Sus facciones cambiaron de nuevo hasta que parecía humano. Rav hizo lo mismo. Tyion soltó una exclamación. "Pensé que habías dicho que el aparato había dejado de funcionar." "Se recarga cuando está apagado," explicó Rojan. "Si se ha cargado lo bastante, quizás tengamos tiempo de
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llegar a la nave antes de que se apague de nuevo, pero debemos darnos prisa." Tyion asintió como si entendiese, pero Rojan sabía que no era verdad. Aun así, se dio prisa, la jaula de Harry en una mano. Cory parecía totalmente alucinado mientras corría detrás de Tyion. Rojan y Rav sacudieron la cabeza mientras se apresuraban tras sus compañeros.
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El corazón de Tyion latía con fuerza con cada paso que daba hacia la nave. Sabía que los iban a pillar. Los iban a descubrir y se llevarían a Rojan. Había intentado salir corriendo hacia la nave, pero Rojan le había obligado a ir andando a ritmo normal, como si fueran de paseo o algo. Rojan le había dicho que había menos posibilidades de que alguien sospechara algo si se comportaban con normalidad. Tyion no tenía ni idea de cómo iba a pasar Rojan por “normal” . Incluso con su pequeño aparato de camuflaje no podía ocultar que medía 2,30m de alto. La gente se les quedaba mirando, mucho. Para cuando llegaron a la gran nave gris, Tyion casi estaba hiperventilando. Se le saltaron las lágrimas al verlo. Igual llegaban y todo. "Date prisa, Cory," dijo Tyion y agarró el brazo de Cory y tiró de él, "la nave está ahí mismo." "¿Esa cosa nos va a llevar al espacio exterior?" susurró Cory. "Es tan pequeño. Pensé que las naves espaciales eran enormes. ¿De verdad vuela?" "Es más grande de lo que parece. No he visto toda la nave por dentro, pero Rojan y yo tenemos nuestro propio camarote, y hay una enfermería y un comedor dónde comemos todos juntos." 148
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"¿Van a dejar que nos veamos?" Tyion paró de correr para mirar a Cory, asombrado ante la voz vacía de su mejor amigo. "Claro que nos vamos a ver. ¿Crees que te pediría conmigo si no fuera a verte nunca más Cory se encogió de hombros, su cara tan vacía como su voz. "No lo sé. No sé cómo funciona todo este asunto de amos. ¿Y si Rav no me deja verte?" "Puedes ver a tu amigo, mascota," Rav dijo desde sus espaldas, recordándoles que no estaban solos. Tyion se giró para ver a Rav y a Rojan tras ellos, en sus cuerpos originales. Rav parecía estar devorando a Cory con los ojos. Tyion recordaba la misma mirada de desesperación en los ojos de Rojan cuando pasó por el cambio. Era un poco extraño verlo en la mirada de Rav, y dirigido a su amigo Cory. "Ves, te lo dije, Cory," dijo mientras tiraba de Cory hacia la nave. "Rav dejará que nos veamos. Vamos a estar todos en la misma nave. Lo difícil sería no vernos." Cory asintió mientras caminaba al lado de Tyion. No hacía más que mirar por encima del hombro, buscando a Rav con la mirada, como si no supiera que pensar del hombre, pero intrigado aun así. Tyion esperaba que sí. Esperaba que Cory desarrollara una relación con Rav como la suya con Rojan. 149
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No era malo, aunque la mayoría del universo conocido por Rojan lo viera como esclavo. Tyion y Rojan sabían la verdad y eso era lo que importaba. "Mascota," dijo Rojan mientras entraban a la nave, "Quiero que lleves a Cory a nuestro camarote por ahora. Rav y yo tenemos que ir al puente. Iremos hacia allá en cuanto despeguemos." "Vale." El brazo de Rojan rodeó repentinamente la cintura de Tyion, apretándolo junto a él. Se inclinó sobre la cabeza de Tyion, ronroneando suavemente. "Cuídate, mascota, o te azotaré hasta que no te puedas sentar." Tyion sonrió amplio. Giró la cabeza y besó el cuello de Rojan, y luego se puso de puntillas para susurrarle al oído. Gracias a Dios, el hombre se inclinó hacia él o Tyion le hubiera hablado a su pecho. "Lo mismo te digo. SI te pasa algo, voy a estar muy enfadado." Tyion rió ante la ceja arqueada de Rojan. "Me da igual que sea humano, encontraría la manera de patearte el culo." "Apuesto que sí, mascota." Rojan se rió, la diversión evidente en su cara y brillando en sus ojos. Le sentaba bien. "Ahora haz lo que te digo. Rav y yo bajaremos con vuestras cosas en unos minutos." Tyion sonrió y agarró la mano de Cory, tirando de él por el pasillo. Tenía muchas ganas de enseñarle la nave a 150
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Cory. Tenía aún más ganas de enseñarle el espacio exterior. Era una vista increíble. Cuando llegaron a su camarote, Tyion puso si mano en el panel de seguridad y esperó a que se abriera la puerta. Cuando no lo hizo, frunció el ceño y lo intentó de nuevo. La puerta seguía sin abrirse. "Maldita cosa," dijo. "Nunca entiendo estas malditas puertas." "¿Qué pasa?" "No lo sé. La puñetera puerta no se abre." "¿Has probado el pomo?" Tyion se rió por lo bajo. "Um, Cory, no hay pomo. La puerta se abre con la huella de mi mano." "¡Mola!" "Lo sé." Tyion se rió. "Deberías ver la sonda de Doc. Vas a flipar." "¿Sonda?" Cory hizo un ruido como un ratón. " ¡Sí, es una-- aahhh!" Tyion gritó cuando la puerta a su camarote de repente se abrió y una manaza le agarró del brazo, tirándole hacia adentro con tanta fuerza que pensó que le iba a dislocar el brazo. Soltó la jaula de Harry y cayó sobre sus manos. Apenas tuvo tiempo de calmar su respiración cuando tiraron a Cory a su lado. "Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí?"
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La voz profunda hizo que escalofríos recorrieran la espalda de Tyion. Se giró y miró hacia arriba, y luego un poco más arriba. El hombre que estaba de pie sobre él era tan alto como Rojan, pero no tenía tan buena pinta. De hecho, la mueca de asco en su cara le daba una apariencia siniestra. Había otro hombre a su lado, con una pinta igual de feroz. Aunque era la cosa con pinta de pistola en su mano lo que asustaba a Tyion. "No deberías estar aquí," dijo Tyion. Gruñó momentos después, envolviendo su estómago con los brazos cuando la agonía irrumpió al ser pateado. "No te di permiso para hablar, esclavo." Esclavo? Los ojos de Tyion se abrieron de par en
par ante las implicaciones de esas palabras. Tyion no sabía quién era este hombre, pero venía del mundo de Rojan, no del suyo. "No respondo ante ti." Tyion intentó encontrar valor, tarea difícil, ya que se le escapaba que le lanzaban una de esas miradas furibundas. "Yo solo respondo ante mi amo." "Soy Skoran, y yo soy tu amo, ¡mocoso!" Tyion se encogió y abrazó su estómago para protegerlo de la patada que iba hacia él. Sintió como resbalaba por su brazo y eso pareció enfurecer aún más al hombre. Dio varias patadas más contra Tyion y Tyion se 152
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mordió el labio para evitar soltar ningún sonido. No quería darle a este monstruo la satisfacción, pero una patada le dio de lleno en el brazo. Tyion oyó el hueso romperse y chilló de dolor. Mira acusador al hombre que lo torturaba y se mordió el labio para no llorar. Acunó el brazo roto contra su pecho, el dolor haciendo que sus ojos llorasen. "Quizás ahora te des cuenta de quién manda aquí." "Rojan." Tyion sonrió a pesar del dolor que le recorría el cuerpo. Sabía que era una estupidez decirlo incluso antes de abrir la boca, pero no pudo evitarlo. Tyion no sabía quién era este hombre o cómo él y su amigo se habían colado en el camarote de Rojan. Lo que sí sabía es que Rojan era el único que le daba órdenes, o Rav si Rojan no estaba disponible. No tenía por qué hacerle caso a nadie más y mucho menos al hombre que estaba sobre él. El monstruo que estaba sobre él pareció volverse loco al oír las palabras de Tyion. La rabia que dominaba la cara de Skoran hizo que su cara se tornase roja mientras intentaba infligir en mayor daño posible en el pequeño humano. Nada de lo que hacía Tyion pudo evitar que Skoran le diera una paliza. Tyion sintió los primeros golpes a su estómago y pecho, los puñetazos a su cara y las garras que le acuchillaban el cuerpo, pero tras un tiempo, el dolor era tan intenso que todo él dolía.
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Tyion se preguntaba si Skoran venía de un planeta de gente de piel roja, como la del Doc era azul. Sería lo lógico, ya que los dos eran alienígenas, y Tyion se preguntaba por qué se hacía estas preguntas cuando le estaban dando la paliza de su vida. Podía oír a Cory chillar tras él, pero era un sonido lejano, como escuchar a través de un embudo lleno de algodón. Quería asegurar a su amigo de que Rojan y Rav les rescatarían pero su voz no estaba funcionando como debiera. Cada vez que abría la boca, pequeños quejidos se escapaban de sus labios. Tyion al final se rindió y dejó que el dolor le ahogase. Antes de que sus ojos se cerraran, Tyion vio a Skoran coger a Cory y sacarle, gritando y pataleando de la habitación. Esperaba que Rojan y Rav parasen a Skoran antes de que escapase con Cory. Su mejor amigo no estaba hecho para ser el esclavo de un desquiciado.
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Rojan se dio cuenta de que algo no iba bien antes de llegar al puente. Todo estaba demasiado silencioso. No es que hubiera mucha gente en la nave, pero se tenía que haber cruzado con alguien en los pasillos a estas alturas. El no recibir una respuesta en su transmisor hizo que su ansiedad aumentara, e hizo que un escalofrío de temor le recorriera la espalda. Lor debería haber contestado ya. El hombre era su oficial de comunicaciones, era su trabajo comunicarse. Incluso en una emergencia.
Su presentimiento de que algo terrible había pasado se confirmó cuando la puerta del puente se abrió. Había ordenado que la nave se asegurase, cierre de emergencia completo. Eso significaba que el puente estaría cerrado a menos que tuvieras la acreditación necesaria. Una puerta abierta significaba que, o sus órdenes no se habían cumplido, cosas que Rojan dudaba, o que habían tenido un fallo en la seguridad, uno grave. Rojan votaba por el fallo de seguridad. Ningún miembro de su tripulación le desobedecería. Habían pasado por muchas cosas juntos, y le eran leales hasta la muerte. Rojan se apretó contra la pared al lado de la puerta al puente. Hizo un gesto a Rav para que hiciera lo mismo. Cogió su pistola de pulso y echó un rápido vistazo por la 155
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puerta, pegándose contra la pared otra vez: Levantó dos dedos hacia Rav para indicarle que había visto a dos personas en el puente y dónde estaban posicionados. Rav asintió con la cabeza y desenfundó su pistola, esperando la señal de Rojan. Agachándose para presentar un objetivo más pequeño, lo cual no era fácil dado su tamaño, Rojan se acercó lentamente a la entrada del puente. Moviéndose tan silenciosamente como podía, Rojan se asomó por la puerta y apuntó a uno de los intrusos. Por el rabillo del ojo pudo ver el cañón de la pistola de Rav, apuntado al otro intruso. Asintiendo con la cabeza, Rojan y Rav lograron disparar al unísono, gracias a otros abordajes que habían llevado a cabo. Los dos intruso cayeron al instante. Rav se puso de pie y entro a la habitación, yendo de frente a por la consola de seguridad para reiniciar los protocolos de seguridad y activar el cierre de emergencia. Asegurar la nave era la primera prioridad, incluso antes que buscar signos de vida. Rojan esperaba que su gente estuviera bien. Soltó un suspiro de alivio cuando la computadora informó que la mayoría de la tripulación estaba encerrada en el comedor. "Están en el comedor," le dijo a Rav cuando este se acercó. "¿Y nuestras mascotas?" 156
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A Rojan se le paró el corazón. ¡Oops! El hecho de que su compañero debería estar a salvo en su camarote le había permitido seguir el procedimiento de seguridad hasta ahora, pero ahora localizarles le era tan necesario como el respirar. Su mano tembló al hacer un rápido escaneo de signos de vida humanos. Su corazón se paró de nuevo al localizar solo uno. Por lo menos el individuo estaba en el camarote del capitán. Eso significaba que Tyion le había obedecido, pero también significaba que no sabía si era Tyion o Cory. Rojan se dio cuenta de que la señal se debilitaba. Las manos de Rojan solo se pararon para darle órdenes a Rav. "Saca a todos del comedor y haz que el médico vaya de inmediato a la enfermería. Mel tiene que hacerse cargo del puente ahora. Iré a mi camarote en cuanto esté aquí. No quiero quedarme en este planeta más de lo necesario." Rojan maldijo el hecho de que alguien tenía que hacer que todo estuviera preparado para irse. "¿Quién es?" preguntó Rav mientras apuntaba a la forma roja tirada en el suelo del camarote de Rojan. Su voz era tensa. La computadora solo enseñaba la forma general de un cuerpo, no a quien pertenecía. "No lo sé." Decir las palabras le producía un dolor en el pecho. Si perdía a su mascota, él estaría perdido
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también. ¡No llevamos lo suficiente juntos para esta mierda!
Rav miró la forma roja brillante en la pantalla y luego asintió con la cabeza. Se giró y se encaminó hacia la puerta, parándose para mirar a Rojan por encima de su hombro. "Es mi compañero, ¿Lo sabes?" "Lo sé, Rav." "No puedo . . . él es . . ." Rojan vio a Rav apretar los puños y sacudir la cabeza. "Si está herido o . . ." "Lo sé. Vete, Rav," dijo Rojan. Sabía cómo se sentía Rav, y sus emociones eran reflejos de los del otro hombre. "Cuanto antes hagamos esto, antes sabremos qué es lo que pasa." Rav asintió y salió de la habitación. Rojan apretó unos cuantos botones más para completar el proceso de despegue. Mel podía ocuparse del resto. Con una última mirada a la consola de seguridad para asegurarse de que la nave estaba asegurada contra intrusos, Rojan salió corriendo del puente y en dirección a su camarote. Su estómago se revolvía a cada paso. Rojan no tenía ni idea de qué iba a encontrar cuando llegase a su camarote, pero fuera lo que fuera, no iba a ser algo bueno. Solo había una señal de vida. ¿Estaba muerto uno de los humanos? Por favor, que Tyion esté bien. 158
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Doblando la esquina del pasillo, los pasos de Rojan se ralentizaron. La puerta a su camarote se abría y se cerraba repetidamente, incapaz de cerrar por completo, debido al transportín tirado en el marco. La puerta no hacía más que golpearla. Maulliditos desde dentro indicaban que aunque Harry no estaba contento, estaba a salvo. "¿Tyion?" llamó Rojan mientras se acercaba a la puerta. No obtener respuesta no le hizo sentirse mejor. Agarró el transportín y lo empujó dentro de la habitación delante de él y luego entró. La cantidad de destrucción en la habitación disgustó a Rojan, pero no tanto como ver a Tyion inmóvil en un charco de su propia sangre. Rojan gritó y se llenó de angustia. Cruzó la habitación y cayó de rodillas al lado de su humano, sin importarle la sangre que fue absorbida por sus pantalones. Sus manos pasaban por encima de Tyion sin tocarle, no sabía ni dónde tocarle para saber si estaba vivo. Cada centímetro de su mascota parecía estar cubierta de sangre. Moratones, arañazos y marcas de garras desfiguraban su precioso cuerpo. Uno de sus brazos estaba torcido en un ángulo imposible. "Oh, mascota, ¿quién te ha hecho esto?" susurró, su corazón ya despidiéndose del hombre que tanto significaba para él. Rojan sabía que nadie, y menos un humano podría sobrevivir a las heridas que veía en el cuerpo de Tyion. 159
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Rojan le dio al transmisor, con la esperanza de que Rav ya había liberado a la tripulación del comedor. "¿Doc?" "¿Sí, Rojan?" contestó Seron. "Voy camino a la enfermería como pediste." "Necesitas venir a mi camarote y traerte tu equipo médico. No creo que debamos mover a Tyion." "Entendido." Rojan oyó a Doc acelerar el paso. "Voy de camino." "Date prisa. No sé . . . No sé si está vivo tan siquiera, Doc." "Comprueba su pulso, Rojan, está debajo de su oreja, justo debajo del borde de su mandíbula. Si sientes un latido, es que está vivo." La mano de Rojan tembló mientras hacía como le había dicho el médico, presionando sus dedos con delicadeza contra el cuello de Tyion. Su corazón se paró cuando no sintió nada, pero movió los dedos más cerca de la mandíbula y sintió un débil pulso latir contra su piel. "Mierda, mierda, mierda," recitó Rojan con alivio. "¿Y bien?" "Tiene un pulso, pero no es muy fuerte, Doc," contestó Rojan. "Creo que deberías darte prisa." "Estoy cogiendo lo que necesito ahora mismo. Estaré ahí en seguida." 160
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Rojan no se molestó en desconectar la llamada. Simplemente le dio al transmisor otra vez y llamó a Rav. "Rav, Cory ha desaparecido. Vete al puente y búscale con el escáner. Yo ya escaneé la nave. Quienquiera que se llevara a Cory tiene que ser de nuestro mundo, lo cual quiere decir que tiene que quedar un rastro. Tath dijo que nos habían seguido hasta aquí. Empieza por ahí." "Entendido." "Y Rav, lo traeremos de vuelta." "Sí, eso haremos," le contestó con determinación. Rav se fue antes de que Rojan pudiera decir nada más. Su corazón dolía por lo que su amigo tenía que estar pasando, y por Cory también. Con Rav encargándose de seguir al humano desaparecido, Rojan dedicó toda su atención a su compañero herido. Rojan se sentó en el suelo al lado de Tyion para estar más cerca de su mascota. Estiró una mano sangrienta con cuidado y apartó el pelo enredado y amatojado de la cara amoratada de su compañero y suspiró. "Mi pobre pequeño, quizás debería haberte dejado en tu casa. Habrías estado a salvo." Tyion estaba tan malherido que Rojan no sabía si iba a poder sobrevivir. Y si Tyion no sobrevivía, Rojan tampoco. Rojan era un guerrero grande y fuerte, un pícaro que iba a donde le daba la gana y hacía lo que le daba la gana. 161
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Estaba al mando de su propia vida. Esperar a que Doc llegase era casi tan doloroso como ver como su mascota estaba ahí tirado y no poder hacer nada para ayudar. Se sentía completamente inútil, algo que no recordaba haber sentido jamás en todo los años que había navegado las galaxias. Cuando la puerta se abrió detrás de él, Rojan gruñó y cubrió el cuerpo de Tyion instintivamente con el suyo. Al ver al médico, combatió su propia naturaleza para relajarse y dejar que el hombre azul hiciese su trabajo. Era difícil apartarse y dejar que se acercara el médico cuando lo único que quería era proteger a su compañero. Pequeños gruñidos se le escapaban cuando Doc empezó a tocar a Tyion, haciendo escáneres y haciéndole una revisión general, pero Seron sonrió, comprensivo, y continuó con su trabajo. La espera era atroz. "¿Y bien, Doc?" preguntó Rojan cuando ya no pudo soportar más el silencio. "Necesitamos llevarle a la enfermería ahora mismo. ¿Crees que puedes llevarle hasta ahí?" Rojan alcanzó los brazos, ansioso por sentir su compañero entre ellos, cuando el médico le paró agarrándole por la muñeca. "Con cuidado, Rojan, creo que tiene varios huesos rotos y heridas internas." 162
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Rojan asintió con la cabeza, y se movió con aún más cuidado. Levantó el cuerpo de Tyion con cuidado y lo acunó contra su pecho. Casi lloró cuando Tyion ni siquiera se quejó, la cabeza del hombre cayendo sin vida contra su pecho. Rojan siguió rápidamente al médico por el pasillo hasta la enfermería, moviéndose con tanta gracia como podía para no sacudir el cuerpo de Tyion demasiado. Doc abrió la puerta a la enfermería y Rojan llevó a Tyion hasta la camilla, tumbándolo con cuidado. "¿Hay algo que puede hacer, Doc?" "Háblale," le ordenó Doc mientras pasaba un pequeño aparato sobre el cuerpo de Tyion.. Luces parpadeaban y sonaban pitidos. Rojan no tenía ni idea de que significaban, pero no era nada bueno. "Tyion necesitar oír tu voz. Tiene que saber que está a salvo." "¿Lo está? ¿Va a ponerse bien, quiero decir?" Rojan no podía evitar el atisbo de esperanza en su voz. Necesitaba a Tyion como el aire que respiraba. "Es demasiado pronto para saber, Rojan," Doc limpió la sangre de la boca de Tyion y colocó un aparato respirador sobre su boca y nariz, "pero cuanta mayor la conexión a este mundo, menos posibilidades de que se nos escape el otro."
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Los ojos de Rojan se levantaron hacia los del médico al oír las palabras. Intentó desesperadamente que sus emociones no le ahogasen, pero las palabras de Seron aumentaron aún más su ansiedad. De repente se dio cuenta de que realmente podría perder a Tyion. Su compañero podría morir . Rojan no pudo evitar que su cuerpo se estremeciese al pensarlo. Tuvo cuidado de mantener sus garras guardadas a pesar de la rabia que sentía. En vez de explotar, se inclinó hacia Tyion y empezó a ronronear para su compañero. "¿Qué hiciste?" Rojan estaba tan pendiente de Tyion que se sobresaltó al oír al médico. Miró hacia el hombre y frunció el ceño. "¿Cómo que qué hice? No he hecho nada." "No, ahora mismo, hiciste algo." Doc señaló al pequeño aparato que tenía en su mano. Parecía emocionado. "Los signos vitales de Tyion mejoraron." "Yo . . . er . . . Yo ronroneé." dijo Rojan, sintiendo su cara enrojecer. "A Tyion le gusta cuando ronroneo." "Hazlo otra vez." Rojan se inclinó hacia Tyion y empezó a ronronear de nuevo. Miraba cada poco a Seron, viendo como el hombre asentía con la cabeza cuanto más fuerte ronroneaba Rojan.
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"Sigue así, Rojan, está ayudando," dijo el médico mientras empezaba a cortar la ropa de Tyion. “Voy a limpiarle a ver que más tiene." Rojan ronroneó más fuerte mientras el médico trabajaba en su compañero. Poco a poco, la sangre fue limpiada y pudieron echar un buen vistazo a las heridas de Tyion. "¿Y bien?" "Su brazo está roto, además de varias costillas. Una de sus costillas ha perforado un pulmón, lo que explica la sangre que estaba escupiendo. Creo que además se ha dañado el bazo. Aparte de eso, solo son pequeños cortes y moratones. Arreglaré lo que pueda, pero mucho depende de Tyion. Tiene que querer ponerse bien." Rojan volvió de nuevo su atención a su apaleado compañero, ronroneando para él. El daño interno fue el más difícil de arreglar. Doc tuvo que traer un enorme aparato que se cernió sobre Tyion durante lo que parecían horas, disparando un rayo de luz verde sobre su estómago. Tras reparar los numerosos huesos rotos de Tyion, el médico curó los arañazos, cortes y abrasiones. Cuando el médico finalmente acabó de limpiar y curarlo todo y le cubrió con una manta, Rojan le miró sorprendido. "¿Ya está? ¿Ya acabaste?" 165
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"Sus heridas están curadas, Rojan, el resto depende de él." "Si el daño está reparado, ¿por qué demonios no se ha despertado todavía?" insistió Rojan. El médico sonrió mientras se limpiaba sus manos en una toalla. "Te sugiero que le ordenes que se despierte. Es tu mascota al fin y al cabo. A ti te escuchará." Rojan se quedó boquiabierto. "¿Crees que no despertará a menos que le diga que lo haga?" Doc se encogió de hombros. "No hará daño." Rojan miró como Serón salía de la habitación, antes de posar la mirada sobre su mascota dormida. ¿Podría ser tan sencillo? ¿En serio?
"Tyion." Rojan se aclaró la garganta. El bulto que se había alojado ahí desde que había encontrado a su compañero inconsciente en un charco de su propia sangre impedía que su voz sonase como la de un amo. Necesitaba sonar fuerte, exigente, y seguro. "Tyion, ya has dormido bastante. Quiero que abras los ojos y me mires." ¡Nada! Rojan esperó, mirando con atención la cara
de Tyion, esperando por muy pequeña fuera, una señal que el hombre estaba bien. Rojan estaba bastante seguro de que no se encontraría mejor hasta que el hombre le estuviera desafiando de nuevo.
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"Tyion, ya he tenido bastante," dijo Rojan, más fuerte, firme. "Abre los ojos o te azotaré el culo y no de una manera que te vaya a gustar." Rojan aguantó la respiración. ¿Había movido los párpados? "Estoy esperando, mascota,
y no me gusta esperar. Abre los ojos." ¡Ahí estaba otra vez! Los párpados de Tyion se
movieron un poco. El corazón de Rojan latió con fuerza cuando sintió los dedos de Tyion moverse contra su mano. Casi explotó de alegría cuando se dio cuenta de que Tyion intentaba volver a él. "Eso es, mascota, abre los ojos." Los párpados de Tyion temblaron y una suave inhalación fue todo lo que necesitó Rojan para coger a Tyion y acunar el hombrecito entre sus brazos. Lo abrazó contra su pecho mientras se sentaba en la camilla. Sus manos recorrieron el cuerpo de Tyion para asegurarse de que estaba curado. Tyion de repente se sobresaltó y empezó a agitar los brazos, golpeando y arañando y gritando tan fuerte que los tímpanos de Rojan casi reventaron. Rojan agarró las manos de Tyion, inmovilizándolas contra la cama, envolviendo al hombre en un abrazo. "Tyion, maldita sea," gritó Rojan, sacudiendo a Tyion con cuidado, "¡despierta!."
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Tyion dejó de forcejear. Sus ojos se abrieron del todo y miró a Rojan durante varios minutos. Ni siquiera parpadeó. Simplemente miró fijamente. "¿Rojan?" "Hola, mascota." Rojan sintió como el alivio le recorría de tal manera que si no estuvieran sentados en la camilla, se habría caído al suelo. "¿Cómo te encuentras?" Tyion finalmente parpadeó, pareciendo algo confuso. "Bien, supongo." "¿Te duele algo?" "No, no exactamente. Me siento un poco raro, cansado como cuando llegué aquí por primera vez, pero . . ." Tyion paró de hablar e inhaló con fuerzas mientras su cara empalideció. "¡Cory! ¡Tiene a Cory!" "¿Quién, mascota, quién tiene a Cory?" Tyion estaba temblando. Sus manos agarraron la camisa de Rojan con tanta fuerza, sus nudillos se volvieron blancos. "Di-- dijo que su nombre era Skoran, que era mi amo." Rojan reconoció el nombre y la sangre se heló en sus venas. Rojan no sabía cómo Skoran había descubierto quien era Rojan y cómo encontrarle. Lo que sí sabía era como cazar a este hombre y sabía por dónde empezar. La casa de subastas.
"¿Rav, estás ahí?" Rojan esperó. "¿Rav?"
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"Lo siento Rojan, pero Rav se llevó uno de los cazas pequeños. Se ha ido, tío." "¡Joder!" Rojan se puso de pie y empezó a llevarse a Tyion de la enfermería. "¿Lor?" "¿Sí?" "Pon a Rav en contacto conmigo, y me da igual como lo haces. Quiero hablar con él. También quiero que tú y Tath levantéis este cubo de tornillos del suelo y fuera de esta mierda de planeta cuanto antes. Cuanto más nos quedemos, en más peligro estamos." "Entendido." "¿Rojan?" preguntó Tyion tras un momento. "¿Sí, mascota?" "¿Qué está pasando?" "Cuando estabas en la casa de subastas, antes de que te comprase, estabas reservado para un hombre llamado Skoran." "Ese es el hombre que se llevó a Cory." "Sí, creo que vino a por ti. Te tenía muchas ganas, mascota. Le vi matar a un guarda al salir de la casa de subastas cuando se dio cuenta de que te habías escapado de entre sus dedos." "¿Vi-- vino a por mí?" Tyion murmuró. "Eso me temo, mascota."
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"Pero se llevó a Cory." Tyion se tensó. "¿Por qué no me llevó a mí si yo era el que quería? ¿Por qué se llevó a Cory? Oh dios mío, todo esto es culpa mía." Tyion parecía al borde de un ataque de nervios. "No, Tyion," Rojan se paró. Agarró la barbilla de Tyion y le obligó a mirarle a los ojos. " Nada de esto es culpa tuya. Skoran es un chiflado. Si es culpa de alguien es mía, por marcarte. Sospecho que no te llevo por culpa del tatuaje de marcaje." "¿El tatuaje de marcaje?" "Sí, ¿recuerdas que te dije que no puede ser quitado o alterado sin mi ADN? Skoran sabe eso. Cualquiera que te viera sabría que no le perteneces a él. Cualquiera de mi mundo reconocería el diseño y sabría que habrías sido robado. Y aunque la esclavitud no está prohibida, robar la propiedad de otro sí que lo está. Iría a la cárcel por mucho tiempo." "¿Así que se llevó a Cory porque no tiene un tatuaje de marcaje?" "Eso creo, sí." Tyion tiro de la camisa de Rojan con urgencia. "Tenemos que rescatar a Cory. Este hombre es malvado, Rojan. Podría matar a Cory o algo peor."
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"Lo haremos, mascota, lo haremos." Rojan hizo una mueca. "Sospecho que Rav le está persiguiendo mientras hablamos." "¿Cómo sabes eso?" preguntó Tyion. "No te devuelve las llamadas." "Porque se llevó un caza pequeño." "¿Y eso que quiere decir?" Rojan se rió. "Un caza pequeño es una nave para dos personas. Tenemos un par de ellos en el almacén. Normalmente las usamos para viajes pequeños o escapaditas porque no tienen armas y están construidos para la velocidad." Tyion soltó la camisa de Rojan y se relajó entre sus brazos. "¿Crees que Rav encontrará a Cory?" "No tengo ninguna duda de que Rav lo encontrará y lo traerá de vuelta a casa. No parara hasta encontrar a Cory. Porque de la misma manera que tú eres mi compañero, Cory es el de Rav."
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Tyion podía oír a la gente hablar, cuando entró en el puente. Escaneó rápidamente la habitación, buscando a un hombre en concreto. Su corazón latió con fuerza al ver una figura alta y de pelo oscuro delante de una de las consolas de la nave. Cruzando la habitación, Tyion apretó su cuerpo contra el del hombre, y pegó su cara contra la espalda. Respiró hondo, sintiendo la reacción de su cuerpo hasta en los dedos de los pies. Joder, que bien huele mi compañero . "¿Si te dijera que he sido muy muy malo, qué harías?" Tyion sintió como vibraba el pecho del hombre mientras reía. Un brazo tiró de él hasta que estaba en frente de Rojan. Tyion se rió cuando fue levantado por dos brazos fuertes y apretado contra un pecho ancho. "Pues tendré que castigarte." "¿Prometido?" Tyion sonrió. Sus ojos brillaron de felicidad ante la sonrisa de Rojan. Tyion dudaba que se cansara alguna vez de verla. Rojan estaba buenísimo cuando era feliz. Estaba buenísimo cuando estaba triste también, pero Tyion le prefería feliz. Tyion echaba más polvos cuando Rojan era feliz, y Tyion estaba muy a favor de echar polvos. Rojan era mágico en la cama. El hombre
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sabía cosas de las que Tyion nunca había oído. Esta cosa del espacio exterior era toda una aventura. Rojan se inclinó para besar a Tyion. "Tengo buenas noticias para ti, mascota." "¿Oh?" "Hemos tenido noticias de Rav." Los pensamientos lujuriosos de Tyion desaparecieron cuando le recordaron sobre su amigo perdido. Solo habían pasado un par de semanas, pero Tyion sentía el dolor de la ausencia de Cory a diario. Sabiendo que era Skoran el que lo tenía solo hacía que las cosas fueran peores. "¿Y bien?" Tyion preguntó cuándo Rojan no dijo nada. "¿Qué dijo? ¿Ha encontrado a Cory?" "Así es," dijo Rojan. "Nos dirigimos hacia allá ahora mismo." "¿De verdad?" "¿Te mentiría, mascota?" Tyion hundió la cara en el cuello de Rojan y trató de respirar normalmente. Era difícil considerando que su corazón intentaba salirse de su pecho. Se sentía lleno de felicidad que Cory había sido encontrado y no podía esperar para verle. "¿Está bien?" preguntó Tyion mientras levantaba la cabeza para mirar a Rojan. Sus manos agarraron los 173
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hombros de Rojan. "¿Cuándo llegamos? ¿Puedo verle? ¿Fue muy terrible? ¿Qué le ocurrió a Skoran? ¿Lo mató Rav?" "Whoa, mascota, relájate." Rojan se rió y levantó la mano para colocar un dedo sobre los labios de Tyion. "Rav simplemente mandó un mensaje diciendo que había encontrado a Cory y que si podíamos ir a recogerles. Eso es lo único que sé." "Oh." Tyion estaba decepcionado, pero por lo menos Rav había encontrado a Cory. "Estoy seguro de que están bien," lo tranquilizó Rojan. "Rav no me habría pedido que fuéramos a buscarles si hubiera algún problema." "Bueno, ¿y cuándo llegamos?" "Deberíamos llegar en un par de días." "¿Dos días?" dijo Tyion. "Eso es mucho." "Has esperado todo este tiempo, puedes aguantar un par de días más." Rojan sonrió y se llevó a Tyion fuera del puente y por el pasillo. "¿No estabas diciendo algo de haber sido muy malo?" Tyion asintió y rodeó la cintura de Rojan con las piernas, empujando su polla contra el abdomen de su compañero. Empezó a endurecerse a medida de que los pensamiento de Tyion se dirigían hacia el hombre que le sujetaba. Sonrió ante el sonrojo en las mejillas de Rojan. Se 174
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sentía casi tan bien como la polla que sentía endurecerse contra la suya. "He sido muy, muy, muy malo." Rojan sonrió. "¿Tan malo como para merecer unos azotes?" "Peor." "¿Peor que unos azotes?" Tyion casi se derritió ante la ceja arqueada en la cara que le miraba. "Debes de haber sido malo de verdad. Tendré que encontrar un nuevo castigo para ti. No puedo permitir que mi mascota vaya por ahí comportándose mal." Tyion empezó a jadear ante la lujuria que veía en los ojos que le miraban. Rojan podía ser muy imaginativo en sus castigos. Tyion normalmente acababa cubierto de semilla y exhausta con una enorme sonrisa en su cara. Le encantaba. "Sí, por favor," Tyion le guiñó el ojo al hombre que le sujetaba. "Amo." Fin
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Stormy cree que lo único mejor que un hombre en botas de vaquero, son dos, o tres hombres en botas de vaquero. También cree en el amor a primera vista, amantes predestinados, el amor verdadero y finales felices. Stormy vive en la gran región noroeste de EEUU, con su atractivo marido y amor predestinado, seis adolescentes muy activos, dos cachorros de bóxer/collie, dos gatas ancianas y tres peces. Normalmente la puedes encontrar acurrucada en la cama con un libro en la mano y un cachorro en el regazo, o en el ordenador creando al siguiente tío bueno para una de sus historias. Stormy aprecia comentarios de sus lectores. Su página web es www.stormyglenn.com.
La Manada de Wolf Creek 1: Marcaje de Luna Llena La Manada de Wolf Creek 2: Sabor a mí La Manada de Wolf Creek 3: Delicias sabrosas: Volumen 3, Hombre a Hombre La Manada de Wolf Creek 4: Príncipe de la Sangre La Manada de Wolf Creek 5: Amor, Siempre, Promesa Compañeros Tri-Omega 1: Deseos Secretos Compañeros Tri-Omega 2: Deseos Prohibidos Compañeros Tri-Omega 3: Deseos Ocultos Compañeros Tri-Omega 4: Deseos Robados Tri-Omega Mates 5: Unspoken Desires Amantes de la Brigada Alpha 1: Hombres de Mari Amantes de la Brigada Alpha 2: La Paciencia del médico Amantes de la Brigada Alpha 3: El Caballero de Julia Amantes de la Brigada Alpha 4: Tres mitades Legado del amor 1: Legado Vaquero Legado del amor 2: Sueños Vaqueros Dulces delicias Don Maravilloso El compañero de Katzman Secuela a El compañero de Katzman: Compañero Onírico Mi amante lupino La mascota del amo Reina de los lobos Su toque gentil También por Stormy Glenn y Joyee Flynn Lobo Delta 1: Lobo camaleón Lobo Delta 2: Juegos de marcaje
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