TERRORISMO EN EL PERÚ (1980 – 2000) 2000) Jhon A. Aguilar Carmen El terrorismo en el Perú inicio en 1980 cuya máxima representatividad se encuentra en el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP – SL) que cometió crímenes en varios departamentos de nuestro país, lo que generó muertes y cuantiosos daños materiales, hasta que el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) desbarató a su cúpula a través de la Operación Victoria, en la que se detiene a Guzmán en la casa de Surquillo de los terroristas Maritza Garrido Lecca y Carlos Incháustegui Degola. Pero no solo el Sendero Luminoso es la única expresión de terrorismo en el Perú, sino que también Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (El MRTA), que fue fundada en 1984 y liderada por Víctor Polay Campos hasta su recaptura y encarcelamiento en julio de 1992. Posteriormente, Néstor Cerpa Cartolini asumió la conducción. En un primer momento, buscó momento, buscó "Denunciar la política económica" de los gobiernos gobiernos y hacer ver al pueblo "La necesidad de emprender la guerra revolucionaria" como "Único camino para la solución de fondo de la explotación y la opresión". En la página 18 del manual Derecho Internacional Humanitario, con letras resaltadas, se define La Subversión de esta manera: “Es un proceso llevado a cabo por una organización política cuya finalidad es la conquista del poder, a través de medios pacíficos y violentos, para cambiar las estructuras socioeconómicas y políticas de un país”. Y su objetivo es ganar la adhesión de la población para la “guerra popular”.
El terrorismo es una acción criminal con objetivos políticos o de fundamentalismo religioso para atemorizar a la población. El caso de las torres gemelas y la limpieza étnica en Sarajevo son paradigmáticos. La subversión armada con frecuencia realiza actos terroristas. Cuando estos la identifican, hablamos de “subversión terrorista”, la que el país sufrió entre 1980 y 2000.
Durante dos décadas el Perú vivió un conflicto armado interno que dejó miles de víctimas a lo largo de varias regiones del país, la muerte asechaba en el interior de sus casas, en la calle o en el campo, ya que estos se convirtieron en campos de batalla donde se derramaba sangre inocente, arrasaron con vidas humanas, con la economía nacional, la cultura, la libertad, los valores culturales y étnicos. Sin embargo, este conflicto no afectó de la misma manera ni en la misma intensidad a todos los peruanos. La violencia surgió por la decisión de Sendero Luminoso de declarar la guerra al Estado Peruano. Frente a esto, el Estado mandó a las Fuerzas Armadas para hacer frente a los subversivos, sin embargo, la situación escapó de su control y el ataque se desplegó indiscriminadamente. La mayor cantidad de víctimas de este conflicto, han sido de la población más pobre y excluida del país, campesinos que vivían en zonas rurales, y que hablaban quechua u otra lengua nativa. Ellos de alguna manera se encontraron atrapados entre estos dos bandos. Por el tiempo durante el cual se prolongó y por la intensidad con la que presentó, el conflicto armado interno tuvo carácter traumático para muchas personas. Estos hechos traumáticos generaron un quiebre en su vida y su desarrollo, llevándolos a tener secuelas en su salud mental que pueden ser observadas hasta la actualidad.