Se pueden distinguir aproximadamente 200 tipos diferentes de células en el cuerpo humano, que se suelen clasificar en sólo cuatro tipos de tejidos: epitelial, conectivo -o conjuntivo- muscular y nervioso. Desde la cabeza hasta los pies intentaré nombrar el mayor número de células que se pueda:
CELULA
DESCRIPCION SISTEMA NERVIOSO
Células nerviosas o neuronas
Células gliales
Las neuronas son un tipo de células de células del sistema del sistema nervioso cuya principal característica es la excitabilidad la excitabilidad de su membrana su membrana plasmática; están plasmática; están especializadas en la recepción de estímulos estím ulos y conducción del impulso del impulso nervioso (en forma de potencial de potencial de acción) entre acción) entre ellas o con otros tipos celulares, como por ejemplo las fibras las fibras musculares de la placa la placa motora. Altamente motora. Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una minoría si lo hacen
El sistema nervioso está constituido por dos tipos celulares tipos celulares básicos: las neuronas las neuronas y las células gliales. El conjunto de células gliales conforma la denominada neuroglia. denominada neuroglia. Además Además de desempeñar la función de soporte de las neuronas, intervienen activamente en el procesamiento cerebral de la información. La proporción de neuronas y de células gliales en el cerebro varía entre las diferentes especies (aprox. 10:1 en la mosca doméstica, 1:1 en el cocodrilo y 1:10 en el hombre)
Norma Fernanda Velarde Rodríguez
DIBUJO
TEJIDO OSEO
Son unas células no especializadas, derivadas del mesénquima que pueden experimentar mitosis y transformarse en osteoblastos. Estas células se encuentran en la parte interna del periostio, en el Células endostio y en los canales perforantes y de Havers. Ocasionalmente y bajo la influencia de f actores de osteoprogenitoras crecimiento como el TGFb (factor de crecimiento transformante b) algunas células hematopoyéticas de la médula ósea pueden diferenciarse a células osteoprogenitoras
Osteoblastos
Osteocitos
Osteoclastos
Los osteoblastos son las células responsables de la formación y organización de la matriz extracelular del hueso y de su posterior mineralización. Además liberan algunos factores que son probablemente mediadores de la resorción ósea. Son células cuboides que forman una capa en las superficies de los huesos en crecimiento, o como en el caso de la osificación intramembranosa, rodean áreas de osificación. Parte de su membrana se encuentra en contacto con el borde osteide, llamándose así el área donde está teniendo lugar la calcificación. Como otras células que fabrican activamente proteínas, los osteoblastos tienen abundante retículo endoplásmico rugoso y un área de Golgi muy desarrollada. Se reconocen fácilmente vesículas de pinocitosis cerca de la membrana responsables de la secreción del colágeno Un cierto número de osteoblastos quedan atrapados en las lagunas de la matriz, pasando a ser osteocitos. Los osteocitos están interconectados por un sistema de canalículos aunque ya no excretan materiales de la matriz. Los osteocitos pasan por varias fases de maduración hasta que quedan completamente rodeados por la matriz y se mantienen en un estado de aparente reposo. La fase formativa es la que tiene lugar cuando todavía mantienen una actividad osteoblástica quedando atrapados en un tejido parcialmente osteoide. La fase de resorción corresponde a un período de la vida del osteocito en la que es capaz de resorber la matriz ósea del borde de su laguna (fase osteolítica) y, finalmente, en la fase degenerativa caracterizada por picnosis y fragmentación del núcleo los ostocitos probablemente mueren. Se desconocen las causas de la degeneración de los ostecitos. Las células responsables de resorción de la matriz ósea son los osteclastos, células polinucleadas de gran tamaño que se localizan en las superficies óseas firmemente asociadas a la matriz óseo. L os osteoclastos se forman por la fusión de varias células mononucleares derivadas de una célula madre sanguínea de la médula ósea mostrando muchas propiedades de los macrófagos. Se caracterizan por disponer de una porción de su membrana "arrugada" ,en forma de cepillo, rodeada de un citoplasma libre
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de orgánulos, llamada "zona clara" con la que se adhiere a la superficie del hueso mediante integrinas, unos receptores especializados del hueso. TEJIDO CONJUNTIVO En histología, el tejido conjuntivo (TC) —también llamado tejido conectivo —, es un conjunto
Células mesenquimales
heterogéneo de tejidos orgánicos que comparten un origen común a partir del mesénquima embrionario originado del mesodermo. Así entendidos, "los tejidos conjuntivos" concurren en la función primordial de sostén e integración sistémica del organismo. De esta forma, el TC participa de la cohesión o separación de los diferentes elementos tisulares que componen los órganos y sistemas; y también se convierte en un medio logístico a través del cual se distribuyen las estructuras vásculonerviosas. Con criterio morfofuncional, los tejidos conjuntivos se dividen en dos grupos: Los tejidos conjuntivos no especializados. • Los tejidos conjuntivos especializados •
Fibroblastos
El fibroblasto es la célula más com ún y menos especializada del tejido conjuntivo. Se encarga de la síntesis y mantenimiento de la matriz extracelular y presenta gran capacidad para diferenciarse dando lugar a otros tipos celulares más especializados del tejido conjuntivo. Forma parte del tejido conjuntivo, junto con los condrocitos, los osteocitos, las células musculares lisas y los adipocitos. El tejido conjuntivo y las células que lo forman varían según el órgano. El fibroblasto es la célula más común y menos especializada. Tiene gran capacidad de diferenciación hacia el resto de células del tejido conjuntivo
Adipocitos
El tejido adiposo se encarga de guardar la mayor reserva de energía en el organismo. El adipocito posee las enzimas que se requieren en la lipólisis y en la lipogénesis, procesos metabólicos finamente modulados por acción de hormonas, citocinas y otras moléculas implicadas en la regulación del metabolismo energético. Las células claras del tejido adiposo son muy activas en la síntesis y secreción de señales que actúan de manera endocrina, paracrina y autocrina. Algunas de estas señales tienen efectos locales en el metabolismo del tejido adiposo, en tanto que otras tienen acción sistémica e integran una red de señales que participan en la regulación de funciones en diversos tipos de células localizadas en órganos distantes, tales como hipotálamo, hígado, páncreas, músculo esquelético, etc. Los adipocitos son células de secreción endocrina, recientemente, se ha generado bastante evidencia acerca de las diversas citocinas, hormonas, factores de crecimiento y otros componentes proteicos que se expresan y secretan en el tejido adiposo del humano. En esta revisión presentamos factores que se conoce son expresados y secretados en el tejido adiposo, el papel que tienen en la fisiopatología de la resistencia
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a la insulina, la obesidad y la diabetes mellitus.
Macrófagos
Los macrófagos son unas células del sistema inmunitario, que se localizan en los tejidos procedentes de la emigración desde la sangre a partir de un tipo de leucocito llamado monocito.
La palabra macrófago procede del griego y significa gran comedor.
Células plasmáticas
Células reticulares
Denominadas plasmocitos pertenecen al sistema inmunitario y su papel consiste en la secreción de grandes cantidades de anticuerpos. Se diferencian a partir de los linfocitos B gracias a la estimulación de los linfocitos CD4+. Los linfocitos B actúan com o células presentadoras de antígenos (APC), consumiendo un patógeno agresor. Éste se incorpora a la célula por endocitosis mediada por receptor y una vez dentro es troceado en el interior de los endosomas tras la fusión con lisosomas, liberando enzimas proteolíticas sobre el patógeno. Tras la proteólisis de éste, sus pedazos (los llamados péptidos antigénicos) son cargados en moléculas del tipo MHC II y presentados en su superficie extracelular. Una vez allí, los linfocitos T CD4+ colaboradores se unirán al complejo MHC II/antígeno y provocarán la activación del linfocito B, lo que implica su diferenciación en célula plasmática y subsiguiente generación de anticuerpos contra el patógeno que ha sido consumido. Son similares a los fibroblastos en cuánto a su elevada síntesis de colágeno. Sin embargo, sintetizan colágeno del tipo III, denominado fibras reticulares. Se las localiza en los órganos linfopoyéticos donde forman el entramado reticular que sostiene y organiza a dichos órganos (médula ósea, ganglio linfático, timo y bazo).Aunque para algunos autores las células reticulares son fibroblastos, poseen características que las diferencian. Por ejemplo, algunas presentan una elevada fagocitosis de material antigénico y de detritos celulares. Otras, denominadas células presentadoras de antígenos, exponen antígenos en la superficie celular y se los presentan a otras células inmunocompetentes. No se preocupe mucho por estas células, que ya las conocerá en detalle cuando estudiemos los órganos linfoides.
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Glóbulos blancos
Son un conjunto heterogéneo de células sanguíneas que son los efectores celulares de la respuesta inmunitaria, así intervienen en la defensa del organismo contra sustancias extrañas o agentes infecciosos (antígenos). Se originan en la médula ósea y en el tejido linfático.
TEJIDO MUSCULAR
El fibrocito es una célula menor que tiende a ser fusiforme y tiene menor número de prolongaciones que el fibroblasto, presenta núcleo más pequeño alargado y oscuro, en procesos de cicatrización el fibrocito puede volver a sintetizar fibras. Cuando el fibroblasto disminuye su actividad se lo denomina fibrocito. Estos son incapaces de dividirse y por ello la restitución del tejido conectivo se efectúa mediante el crecimiento de jóvenes fibroblastos.
Fibrocitos
Fibroblastos
El Fibroblasto es un tipo de célula residente del tejido conectivo propiamente dicho, ya que nace y muere allí. Sintetiza fibras y mantiene la matriz extracelular del tejido de muchos animales. Estas células proporcionan una estructura en forma de entramado (estroma) a muy diversos tejidos y juegan un papel crucial en la curación de heridas, siendo las células más comunes del tejido conectivo. Se derivan de células primitivas mesenquimales y pluripotenciales. Las células estromales que potencialmente se pueden transformar en fibroblastos, osteoblastos, adipocitos y células musculares, se identifican en cultivos de médula ósea como células adherentes.
Fibroclastos
TEJIDO CONECTIVO MUCOSO
Fibroblastos
El Fibroblasto es un tipo de célula residente del tejido conectivo propiamente dicho, ya que nace y muere allí. Sintetiza fibras y mantiene la matriz extracelular del tejido de muchos animales. Estas células proporcionan una estructura en forma de entramado (estroma) a muy diversos tejidos y juegan un papel crucial en la curación de heridas, siendo las células más comunes del tejido conectivo. Se derivan de células primitivas mesenquimales y pluripotenciales. Las células estromales que potencialmente se pueden transformar en fibroblastos, osteoblastos, adipocitos y células musculares, se identifican en
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cultivos de medula ósea como células adherentes.
macrófagos
Los macrófagos son unas células del sistema inmunitario, que se localizan en los tejidos procedentes de la emigración desde la sangre a partir de un tipo de leucocito llamado monocito. La palabra macrófago procede del griego y significa gran comedor.
HISTOLOGIA HEPATICA
Hepatocitos
Célula propia del hígado y que forma su parénquima. Los lobulillos hepáticos son subunidades irregularmente hexagonales formadas por láminas fenestradas de hepatocitos que se disponen en forma radiada en torno a una vena central o vena centrolobulillar, ubicada en el centro del lobulillo. La bilis producida por los hepatocitos se vierte en una red de canalículos dentro de las láminas de hepatocitos y fluye en forma centrípeta al lobulillo hacia los conductillos biliares de los espacios porta. Los hepatocitos constituyen alrededor del 80% de la población celular del tejido hepático. Son células poliédricas con 1 ó 2 núcleos esféricos poliploides y nucléolo prominente. Presentan el citoplasma acidó filo con cuerpos basófilos y son muy ricos en orgánulos. Además en su citoplasma contienen inclusiones de glucógeno y grasa. La membrana plasmática de los hepatocitos presenta un dominio sinusoidal con micro vellosidades que mira hacia el espacio de Disse y un dominio lateral que mira hacia el hepatocito vecino. Las membranas plasmáticas de dos hepatocitos contiguos delimitan un canalículo donde será secretada la bilis. La presencia de múltiples orgánulos en el hepatocito se relaciona con sus múltiples funciones, como son la síntesis y almacenamiento de proteínas (albúmina, fibrinógeno y lipoproteínas del plasma), el metabolismo de hidratos de carbono, la formación de bilis, el catabolismo de fármacos y tóxicos y el metabolismo de lípidos, purinas y gluconeogénesis.
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células endoteliales
Una célula endotelial es un tipo de célula aplanada que recubre el interior de los vasos sanguíneos y sobre todo de los capilares, formando parte de su pared. Forman una superficie lisa que facilita el flujo laminar de la sangre y previenen la adherencia de las células sanguíneas.
células de Ito
Las células de Ito, también llamadas células estrelladas, o lipocitos hepáticos. Se encuentran en los espacios de disse. Tienen en su citoplasma gotas de vitamina A, a lo cual se le a añadido la función de células de almacenamiento de Vitamina A, otra función que poseen estas células es la de producción de matriz extracelular y colágeno. Parece que cuando el hígado sufre una lesión, estas células fabrican colágeno y producen la fibrosis característica de la cirrosis hepática
Células de Küpffer
También conocidas como células de Browicz-Kupffer, son macrófagos localizados en el hígado formando las paredes de los sinusoides que hacen parte del sistema retículo endotelial (SRE). Estas células se originan en la médula ósea con la generación de promonocitos y monoblastos en monocitos; estos en la sangre periférica completan su diferenciación a células de Kupffer.
Células de nuetro cuerpo: Si nos analizamos nos percataremos que nuestro cuerpo está formado por más de 200 tipos celulares diferentes. Las poblaciones celulares de nuestro cuerpo se pueden agrupar en varios grandes grupos: células del tejido epitelial, del conjuntivo, de la sangre, nerviosas y musculares. Las células del tejido epitelial presentan formas variadas y se disponen unas junto a otras, sin dejar espacios entre ellas. Recubren las superficies externas e internas del cuerpo y realizan una gran variedad de funciones: absorción de nutrientes (las células del epitelio intestinal presentan numerosas vellosidades para incrementar la superficie de absorción); secreción de muchas sustancias, como mucosidades, la grasa de la piel, sudor, lágrimas, enzimas digestivas u hormonas; protección contra las lesiones o recepción de estímulos sensoriales de todo tipo (para lo cual adoptan estructuras muy especializadas y alcanzan un nivel de sensibilidad extremo). Las células del hígado están especializadas en degradar muchas de las sustancias tóxicas que podamos ingerir. Norma Fernanda Velarde Rodríguez
El tejido conjuntivo es el que nos da nuestra forma humana reconocible. Está compuesto por células y fibras (sobre todo de colágeno) incluidas en una matriz con aspecto de gel. Incluye el tejido de sostén de nuestros órganos internos, el cartílago de nuestra nariz o nuestras orejas, los huesos y el tejido adiposo o graso, que puede ser blanco (reserva de energía y secreción de hormonas) o pardo (sobre todo sirve como generador de calor). La sangre es un tejido complejo formado por un plasma líquido en el que están disueltas multitud de sustancias y por el que circulan tres tipos principales de células: los abundantísimos glóbulos rojos, que son células que se han despojado de su núcleo y que actúan como portadores de oxígeno; las plaquetas, pequeños corpúsculos también desprovistos de núcleo, a pesar de lo cual realizan varias funciones típicas de las células, que se encargan de promover la coagulación de la sangre en caso de heridas; y los glóbulos blancos, que están especializados en engullir microorganismos invasores o células descarriadas del propio cuerpo (fagocitos) y en promover otras respuestas defensivas, como la inflamación. Un grupo especial de glóbulos blancos es el de los linfocitos o células del sistema inmune. Son sobre todo de dos tipos: los linfocitos B, que generan una respuesta química, produciendo anticuerpos contra cada agente agresor y conservando el recuerdo durante muchos años para actuar inmediatamente en caso de que volviera a atacar; y los linfocitos T, que llevan a cabo una respuesta celular contra los invasores, atacándolos directamente y colaborando con los fagocitos. Los linfocitos T son los afectados por el virus del SIDA. Recientemente se ha descubierto la importancia de un grupo especial de leucocitos del sistema inmune, las células dendríticas, muy ramificadas, que aparecen sobre todo en la piel y las mucosas. Se sitúan en la primera línea de defensa frente a las infecciones, capturando a los invasores, troceándolos en antígenos y exponiendo los fragmentos en su superficie. Presentan estos antígenos a los linfocitos y se constituyen en una especie de “educadoras” del sistema inmune, enseñándole a distinguir lo propio de lo extraño. Las neuronas son las principales componentes del sistema nervioso. Son células muy ramificadas que establecen múltiples conexiones entre sí por medio de sustancias químicas y por las cuales se desplazan impulsos eléctricos. Nos permiten aprender y pensar. Están rodeadas de otro tipo de células, las de la glía. Antes se creía que éstas sólo realizaban funciones de nutrición y protección de las neuronas, pero hoy se sabe que intervienen en las conexiones neuronales y modulan procesos como la memoria. También podrían desempeñar un papel en la reparación del tejido nervioso. Las células musculares contienen bandas de una proteína contráctil, la miosina, cuyo desplazamiento inducido por el ATP (la molécula que transporta la energía en las células) produce el acortamiento del músculo. El tejido muscular es fundamentalmente de tres tipos: el músculo esquelético, de control voluntario y gran potencia, que nos permite movernos; el músculo liso, de control involuntario y de escasa potencia, que es el que produce, por ejemplo, las ondulaciones de nuestros intestinos para deslizar el alimento; y el músculo cardiaco, de enorme potencia y en el que no podemos influir voluntariamente, a menos que realicemos un entrenamiento especial. Otros componentes especiales de nuestro cuerpo son las células reproductoras (los óvulos, enormes sacos de materias nutritivas para alimentar al embrión en sus primeras etapas, y los espermatozoides, simples vehículos del material genético del varón) y las células madre, células con una capacidad variable de diferenciación, que están presentes en muchos de nuestros tejidos (salvo, por desgracia, algunos de los más vulnerables, como la corteza cerebral). Las células madre pueden especializarse en diferentes tipos celulares en función de las necesidades (para reparar una lesión, por ejemplo). Nuestro particular zoo celular se completa con “otras” células: las de miles de especies de
bacterias, hongos y otros pequeños seres que pululan por muchos de los recovecos íntimos de nuestro cuerpo. En realidad, son parte de nosotros: su número supera muy
Norma Fernanda Velarde Rodríguez
ampliamente al de nuestras células humanas, realizan multitud de tareas para nosotros, como absorber nutrientes o protegernos de intrusos peligrosos, y si desaparecieran de golpe todas es muy probable que muriéramos. http://html.rincondelvago.com/celulas-en-el-cuerpo-humano.html
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