Unidad didácti ca 2 Los primeros fil ósofos gri egos: pre socráticos GUIA DE ESTUDIO 1. INTRODUCCION
1.1. Sentido de la unidad didáctica
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1.2. Objetivos
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1.3. Plan de trabajo
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2. DESARROLLO DEL CONTENIDO
2.1. Contexto histórico
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2.2. El concepto de naturaleza (fisis)
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2.2.1. La naturaleza como totalidad (Idea de Cosmos)
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2.2.2. La naturaleza de cada cosa (esencia)
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2.2.3. El finalismo en la naturaleza
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2.3. La búsqueda del «principio» (arché)
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2.4. El conocimiento de la naturaleza
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2.4.1. Heráclito y Parménides
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2.4.2. Los pitagóricos
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2.4.3. Los atomistas
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3. ACTIVIDADES
3.1. Actividades de autoevaluación
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3.2. Comentario de textos
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1. INTRODUCCION 1. 1. Senti do de la uni dad did áctica
La presente unidad didáctica pretende ponerte en contacto con el periodo inicial de la filosofía griega. En este primer momento todo el esfuerzo del pensamiento se centra en torno a una cuestión primordial: la naturaleza. Todos los planteamientos y cuestiones que se susciten estarán relacionado s con la comprensión de este término. Por lo tanto, nuestra atención se centrará tanto en explicar lo que los primeros filósofos griegos entienden bajo el concepto de naturaleza como en ver el srcen que atribuyen a las cosas que la componen. De esta forma veremos mejor el cambio que supone la filosofía respecto de las explicaciones míticas que veíamos en la unidad anterior. Este paso supone una nueva forma de estudiar la naturaleza y, consecuentemente, la aparición de los nuevos modelos explicativos del mundo. Aparecerán así los problemas iniciales de la filosofía, muchos de los cuales tendrán una influencia decisiva en el desarrollo posterior de ésta. 1.2. Objetivos
1.2.1. Definir los diversos sentidos del término «naturaleza» en los presocráticos: 1.2.2. Caracterizar los diferentes «principios srcinarios» a los que los pensadores griegos atribuyen el srcen y la explicación de la naturaleza. 1.2.3. Exponer cómo entienden el problema del conocimiento los primeros filósofos griegos. 1.2.4. Exponer la interpretación de la naturaleza según Heráclito, Parménides, los Pitagóricos y los Atomistas. 3 Plan d e trabajo
Lee atentamente esta unidad didáctica, fijándote mucho en los textos incluidos y en su interpretación. Conceptos básicos que debes estudiar y aprender son los de «naturaleza» y «principio» en sus variadas acepciones y las múltiples formas de entenderlos que tienen los diversos autores y escuelas. Presta, pues, particular atención a la comprensión de estos conceptos. Por lo que se refiere a las actividades son de dos tipos: actividades de autoevaluación y comentario de textos. Para el comentario de texto, que por primera vez aparece, sigue las indicaciones que allí se te marcan y no dejes de tener en cuenta lo que sabes por otras materias respecto de lo que es un comentario de texto. 2. DESARRO LL O DEL CONTE NIDO 2.1. Contexto hist óric o
La primera etapa de la filosofía abarca el periodo que va desde los inicios del s. VI a. C. hasta la mitad del s. v a. C. A los filósofos de esta época se les conoce con el nombre de presocráticos no sólo porque la mayor parte de ellos preceden cronológicamente a Sócrates, sino también porque elaboran un tipo de explicación distinta de la inaugurada por Sofistas y Sócrates, quienes van a considerar que aquellos han seguido un camino sin salida. 2
Geográficamente la filosofía presocrática se cultiva y desarrolla en la zona de expansión griega por el Mediterráneo, fundamentalmente en dos ámbitos: las colonias jónicas y las colonias itálicas. Esto hizo que ya desde antiguo se hablase de dos estilos distintos de hacer filosofía, el jónico y el itálico, aquél más apegado a la experiencia y de orientación más materialista, éste más especulativo y de carácter más espiritualista. La expansión griega por el Mediterráneo consistió en la creación de unas ciudades autónomas, colonias, siguiendo el modelo de las ciudades peninsulares, cuyo desarrollo dependía del comercio. El uso de la moneda ampliaba su capacidad de intercambio lo que influirá decisivamente en su enriquecimiento y en la amplitud de sus relaciones, haciendo de estas ciudades centros privilegiados de contacto cultural. La unión entre las ciudades griegas extendidas por el Mediterráneo y la metrópoli, en definitiva la unión entre los griegos del s. VI a. C., no se realiza por un sentimiento nacional griego, tal como hoy entendemos, sino que su lazo de unión está en la mitología común, trasmitida por Homero y 1 Hesíodo. Sin embargo, cada ciudad, junto a los dioses del Panteón admite las divinidades locales o aquellas que cobran influencia por los contactos culturales. Este dato es importante en cuanto que pone al descubierto que el mundo religioso griego no estaba organizado en una iglesia ni tenía una teología controlada por una casta sacerdotal, sino que podía admitir ciertas reinterpretaciones y modificaciones que evitaban la imposición de un control teocrático al modo oriental. Además, junto a la religión tradicional homérica coexistía la popular, que admitía más fácilmente influencias exteriores tanto indoeuropeas como orientales. El desarrollo de las colonias griegas se verá alterado por el dominio persa sobre Asia Menor, que desembocará en las Guerras Médicas, la destrucción de Mileto y la emigración hacia las colonias itálicas de filósofos como Jenófanes o Pitágoras. En estas colonias, a pesar de las luchas contra los cartagineses, aliados de los persas, se da un renacer cultural que tendrá su culminación hacia el 474 a. C. bajo el tirano Hierón de Siracusa. Con la paz de Calias, 449 a. C., se acaban las guerras, pero ya antes, en los cuarenta años que van del 500 al 460 a. C., se consolida en Atenas el modelo democrático de la «isonomía», igualdad de los ciudadanos ante la ley, y el debilitamiento de la moral «agonal», la moral competitiva propia de la educación tradicional. La aparición de la filosofía se produce en este nuevo marco de la expansión comercial, que pone al mundo griego en contacto con diversas culturas y modifica definitivamente, junto con las guerras, la estructura social ateniense. Ambos hechos impulsan la búsqueda de otros modelos interpretativos del mundo distintos de los mantenidos en la mentalidad homérica, válidos para las circunstancias anteriores. Ahora se busca una explicación del mundo independiente de la tradición homéricohesiódica, que siga más directamente elestudio de la naturaleza. A pesar de esta pluralidad de autores y de su dispersión geográfica, en su actividad se constata una cierta unidad de preocupaciones. En general podemos decir que les preocupa la interpretación de la naturaleza -la búsqueda de lo que la constituye- y las vías para su conocimiento. No es fácil, sin embargo, conocer con exactitud las respuestas que dieron a estas cuestiones. No conservamos ninguna obra de ellos, sólo fragmentos o citas de sus obras en autores posteriores recogidas en diversas colecciones. También poseemos afirmaciones de algunos autores posteriores sobre lo que decían los presocráticos, sin emplear sus palabras. Son los testimonios. A partir de estos testimonios y fragmentos es preciso reconstruir su 1
Nos referimos aquí al conjunto de los dioses of iciales griegos ya que el Panteó n en cuanto tal no existe hasta la erección del templo de dicho nombre en Roma entre los años 120-126 d. C.
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pensamiento. A lo largo de estas páginas emplearemos tanto fragmentos como testimonios, en el desarrollo del tema y en el material de trabajo. A continuación de cada fragmento o testimonio aparecen unas siglas. Esto se debe a que los fragmentos y testimonios están recogidos en una obra que se titula: «Presocráticos, fragmentos y testimonios», editada por Diels-Kranz, cuyas siglas son DK. El primer número que aparece significa el filósofo al que se refiere, la letra A indica que se trata de un testimonio y la B de un fragmento. El número que va a continuación es el número de fragmento o testimonio en cuestión sobre ese filósofo. Así DK. 22 B 50 quiere decir que se trata de un fragmento (B) que en la recopilación de «Diels-Kranz» ocupa el número 50 del filósofo 22, Heráclito. PRINCIPALES FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS NOMBRE
Lugar de srcen
FECHA
PRINCIPIOS
TAL ES
Mileto
585
AGUA
ANAXIMANDRO
Mileto
547
APEIRO N
ANAXI MENE S
Mileto
525
AIRE
HERACLITO
Éfeso
500
FUEGO-LOGOS
JENO FANE S
Colofón
530
EL UNO
PITAGO RAS
Samos
532
PAR-I MPAR
ESCUELA S IO S E L I M
S O IC N Ó J
S O C I L
NUMEROS PARME NIDES
Elea
504
SER
ZENO N
Elea
450
SER
ANA XAGO RAS
Clazomene
460
HOMEO MERIA S
S A L A E L E
Á IT
NOUS EM PÉ DO CL ES
Acragas (Agrigento)
450
CUA TRO RAI CES (agua, aire, tierra y fuego) AMOR-ODIO
LEU CIP O
Mileto? Elea?
440
ÁTOMOS-VA CIO
DEMÓ CRIT O
Abdera
420
ATOMOS-VACIO
S A T S I M O T A
S A T S I L A R U L P
S O E D I N E M R A P T S O P
2.2: El concepto de naturaleza (fisis)
A los primeros filósofos griegos se les conoce con el nombre de físicos, según Aristóteles, porque su mayor preocupación es conocer y estudiar la naturaleza, la fisis, de las cosas. El término fisis, fundamental en la filosofía griega, tiene para los filósofos de esta época un triple sentido: sirve para designar 4
a) el crecer o aparecer de algo; b) la fuerza interna que impulsa dicho aparecer o crecer, y c) el conjunto de todo aquello que no es obra del hombre. Por eso tienen que estudiar, en este triple aspecto, lo que es el aparecer de lo que existe. Para entender su explicación es necesario tener en cuenta que el pensamiento griego es ajeno a la idea de creación 2, y por ello siempre tendrá que haber algo, un principio srcinario, a partir del cual aparecen, se generan, las cosas que componen el mundo. Podemos comprobar esto en los textos que vienen a continuación en los cuales se reflejan las diversas maneras en que se expresa la idea referida a los principios a partir de los cuales las cosas llegan a ser. Desde el principio aparece en ellos una dualidad entre lo que permanece igual y lo que se manifiesta como mundo, cosmos o totalidad de las cosas. 2
La idea de creación es característica del pensamiento judeo-cristiano y se define como la formación de algo a partir de la nada, Esta idea es inconcebible para los griegos.
(1) «La mayoría de los primeros filósofos creyeron tan solo principios a aquell os que se dan bajo l a forma de la materia, pues afirmaron que el elemento y principio primero de todas las cosas es aquél a partir del cual todas las cosas existen y llegan por primera vez al ser y en él terminan por convertirse en su corrupción, subsistiendo la sustancia, pero cambiando en sus accidentes; porque tal naturaleza se conserva siempre..., pues es necesario que haya alguna sustancia natural, una o múltiple, de la que nazcan las demás mientras ésta se conserva. (Aristóteles, Met. 1, 3, 983 b 6 ) (2) (Heráclito) «Este cosmos (el mismo de todos) no lo hizo ningún dios ni ningún hombre, sino siempre fue, es o será fuego eterno, que se enciende según medida y se exting ue según medida.» (DK. 22 B 30-31).
(3) «Anaxágoras de Clazomene, hijo de Hegesíbulo, sostuvo que los primeros principios de las cosas eran las homeomerías. Pue s le pa rec ía imp osi bl e qu e ni ngu na cosa l legara a s er a partir d e lo que no es o qu e en ello se disolviera.» (DK. 59 A 46).
Teniendo en cuenta la dualidad que aquí se manifiesta,como anunciábamos, podemos ver que hay dos cosas que se deben investigar: a) cuál es el principio a partir del que aparecen las cosas, y b) qué características tienen esas cosas que se srcinan a partir del principio permanente.
2.2.1. La naturalez a como tot alidad (idea de cos mos)
El conjunto de cosas que se srcinan a partir del principio forman para los presocráticos una totalidad. Si nos fijamos en el texto de Heráclito ya citado, veremos que allí se afirma que el fuego se enciende y se extingue «según medida». Esto quiere decir que hay algo, una ley, que rige el aparecer y desaparecer de las cosas y, por lo tanto, que la totalidad se encuentra sometida a una ley. Por ello el conjunto de las cosaso la naturaleza en cuanto totalidadestá sometida a un orden, a un conjunto de leyes, que preside su funcionamiento, sus 5
transformaciones, que hace que tengan que comportarse de una forma determinada. Este orden es algo interno, inmanente, ya que el aparecer no se debe a una fuerza exterior sino a la fuerza interna, y por ello, las leyes son internas a la naturaleza. Esta fuerza interna es la que impone el orden y hace que al conjunto se le pueda aplicar el nombre de cosmos ( κοσµος), es decir, «todo ordenado o bello, porque posee un orden, porque es una totalidad ordenada que resulta de la necesidad interna y no impuesta por los dioses, ya que el mundo no es obra de ellos. De aquí que a esta época de la filosofía se la conozca con elnombre de «período cosmológico». Esta idea está también presente en Anaximandro, uno de los primeros presocráticos y el primero del que nos han ll egado citas auténticas. (4) «Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí se prod uce la destrucc ión, segú n la necesidad; en efecto, pagan la culpa unas a otras y la reparación de la injusticia, de acuerdo con el ordenamiento del tiempo.»
(DK. 12 A 9)
Bajo esta formulación jurídica se expresa aquí el cómo de las transformaciones que afectan a las cosas que aparecen y desaparecen. Esta forma de entender la naturaleza se corresponde con el intento de describir el mundo (cosmos) atribuyendo un lugar a cada cosa y explicando cada una de ellas en relación con su srcen y el lugar que ocupan dentro de la totalidad. 2.2.2. La naturaleza de cada cosa (esencia)
La descripción del papel que cada cosa juega dentro de la totalidad hace ver que cada una tiene su propia ley, su propianaturaleza, es decir, que cada cosa obra en virtud de lo que es y de aquí que naturaleza signifique también lo que cada cosa es. Este concepto de naturaleza resalta la individualidad, lo que en la filosofía posterior será llamado «esencia» dela cosa. Esta naturaleza propia, esta esencia, es lo que permanece siempre a pesar de los diversos aspectos o las apariencias con que se presentan las cosas y es aquello en virtud de lo cual actúan. Conocer esto es conocer auténticamente la naturaleza propia de las cosas. 2.2.3. El fi nalis mo en l a naturaleza
Esta doble forma de entender la naturaleza, como «totalidad» y como «esencia de cada cosa», que tiene como lazo de unión la fuerza interna que rige el comportamiento, da pie a que se la entienda como algo divino, como algo vivo, que se desarrolla en virtud de su dinamismo interno. Al mismo tiempo esto permite una explicación de los procesos naturales como dirigidos a un fin, visión «teleológica», que se plasmará definitivamente en Aristóteles pero que ya está presente en pensadores anteriores como Anaxágoras: (5) «Y el Nous dominó la rotación del conjunto, de modo que rotase al principio. Y primeramente comenzó a rotar desde lo peque ño, y rota más, y rotará más aún. Y las cosas que estaban mezcladas y que se separaran y se dividen, a todas las conoce el Nous. Y cuantas estaban a punto de ser y cuantas eran y ahora no son, y cuantas ahora no son y cuantas serán,
a todas el Nous las ordenó cósmicamente, y a esta rotación, en la que rotan ahora los astros, tanto el sol como la luna, y también el aire y el éter que se separan, esta rotación misma hizo que se separaran: y se separará lo raro de lo denso, y de lo frío lo caliente, y de lo oscuro lo brillante y de lo húmedo lo seco.» (DK. 59 B 12)
Según este texto, el Nous o «Inteligencia» rige el proceso por el cual aparece el mundo. Se trata de un proceso dirigido cuyo resultado es la aparición de un todo ordenado a partir de un «magma» (el caos de las mitologías), una mezcla srcinaria, indiferenciada a la que el Nous imprime una rotación diferenciadora en virtud de la cual llega a formarse el «cosmos». Este planteamiento fue acogido con reservas por Aristóteles por su contenido 6
mitológico y por parecerle además que el Nous jugaba el papel de un «deux ex machina» (artilugio gratuito) para la explicación del mundo. 2.3. La búsqueda de “ principio” (arché)
Si como hemos visto el término fisis , naturaleza, significa tanto el aparecer de algo como la fuerza interna que impulsa dicho aparecer y crecer, los presocráticos trataron de encontrar el «principio» (arché) como explicación última de la naturaleza así entendida. Para valorar la novedad de esta explicación debemos recordar la concepción del mundo que aparecía en la cosmogonía de Hesíodo, por ejemplo, en el siguiente texto: ( 6) «Tetis con el Océano parió a los voraginosos ríos: el Nilo, el Alfeo, el Erídano, de profundos remolinos, el Meandro, el Istro de bellas corrientes, el Fasis, el Reso, el Arqueloo de plateados remolinos, el Neso, el Rodio, el Haliacmón, el Heptáporo, el Gránico, el Esepo y el divino Simunte, el Peneo, el Hermo, el Ceco de la bella corriente, el largo Sangario, el Ladón, el Partenio, el Eveno, el Ardesco y el divino Escamandro. Tuvo también una sagrada estirpe de hijas que por la tierra se encargan de la crianza de los hombres en compañía del soberano Apolo y de los ríos y han recibido de Zeus ese destino.» (Hesíodo, «Teogonía» vers. 336-349)
Este texto, a parte de ser una buena muestra de los conocimientos geográficos de Hesíodo, permite ver la dependencia que las cosas guardan respecto de los dioses. Zeus es quien da a cada cosa su naturaleza (destino dice el texto). Las cosas inanimadas aparecen personificadas de acuerdo con la forma mítica de explicar la realidad. Se constata que no hay una creación sino algo a partir de lo cual las cosas llegan a ser, manteniéndose el proceso generativo característico del relato mitológico tomado del modelo humano de reproducción, como esquema que explica la aparición de las cosas a partir de los siempre existentes, que pueden ser Caos, Cronos, Materia, Eros, etc. En los presocráticos, el contrario, no algo aparecen lospueda diosesencontrar generando el cosmos sinoque quelas se intenta explicar laspor cosas a partir de que se dentro de ellas, constituye internamente; se trata en este caso de elementos materiales aun cuando la presencia de rasgos mítico-cosmogónicos no hayan desaparecido. Se puede decir que pretenden buscar el constitutivo último de la naturaleza y, en este sentido, fueron interpretados por Aristóteles: (7) «Y se llama también naturaleza al elemento primero informe e inmutable desde su propia potencia, del cual es o se hace alguno de los entes naturales; por ejemplo, se dice que el bronce es la naturaleza de una estatua y de los madera. Y lo mismo de las demás cosas. Pues de estos elementos es cada utensilios de bronce, y la madera, de los de los elementos de los cosa, conservándose la materia primera; de este modo, en efecto, dicen que son también naturaleza entes naturales, mencionando unos el fuego, otros el aire, otros el agua, otros alguna cosa semejante; unos algunas de estas cosas, y otros, todas estas.» (Aristóteles, Met. 1014 b 27-35)
Dentro de esta búsqueda quedan restos de las antiguas cosmogonías (como ya hemos apuntado) hacen el evidentes cuanto Así, a lospor procedimientos generativos de que la realidad a la maneraque de se entender principio en srcinario. ejemplo cuando Tales afirma elagua y es el principio de todas las cosas, esta manteniendo uno de los elementos primigenios de las cosmogonías, personificación del agua como dios Océano. Aun cuando aquí el agua sea considerada como principio físico y no antropomórficamente. Este carácter físico es el que se va acentuando a lo largo del período presocrático, lo que supone una mayor racionalización en el pensamiento y un paulatino desprendimiento de los elementos míticos en la interpretación de la naturaleza. Esta racionalización se refiere no sólo al elemento srcinario sino que también afecta al proceso 7
por el que se desarrolla este principio y da lugar a la pluralidad. La explicación de éste va a recurrir ahora a modelos mecánicos abandonando definitivamente la explicación mítica cuyo modelo era la generación humana. A pesar de que el esfuerzo por la búsqueda de una explicación racional es común a todos los presocráticos, sin embargo, no se ponen de acuerdo respecto del número de los «principios» srcinarios ni de los procesos explicativos. Esta divergencia será una de las razones que llevará a Sócrates a abandonar la investigación «física» y dedicarse al estudio del hombre. A fin de dar una visión de conjunto de las soluciones adoptadas por los filósofos de esta época, presentamos una clasificación atendiendo al criterio de unidad o pluralidad de principios que proponen para la explicación del cosmos: a) Monistas: Postulan un único principio constitutivo último de las cosas, que es lo
verdaderamente existente. A partir de él surge la pluralidad por procesos físicos. Este principio suele conservar aún un carácter divino. Un caso especial es el de Parménides cuyo principio, el Ser, tiene un carácter lógico y ontológico. Este Ser es lo verdaderamente existente mientras que la pluralidad de las cosas es sólo apariencia, no tienen verdadera consistencia. Entre los monistas podemos citar a Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Parménides... b) Pluralistas: Parten de una pluralidad de principios srcinarios, que pueden ser pares de
contrarios (amor-odio) o los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), o una pluralidad de partículas (átomos), o una pluralidad de elementos en una mezcla srcinaria (meigma). A partir de estos principios aparece como resultado el «cosmos» por diversos procesos: relaciones de equilibrio o desequilibrio, impulso venido del exterior (Nous) o resultado de choques entre las partículas regidos por el azar. Entre los autores pluralistas cabe citar a los pitagóricos, a Empédocles, Anaxágoras y a los atomistas. Entre estos dos modelos, monista y pluralista, hay una cierta sucesión temporal que supone la desaparición progresiva de elementos míticos y la admisión de elementos naturales como únicos componentes del cosmos. En esta sucesión influye notablemente también la dificultad o incluso la imposibilidad de explicar la pluralidad de las cosas a partir de un único principio, por lo que se recurrirá a hacer la pluralidad misma srcinaria, pero manteniendo siempre que esta pluralidad es distinta de la observable. Esta diferencia entre lo que es observable y lo que son las cosas en su realidad última, aquello que las constituye, lleva a plantear el problema del conocimiento de la naturaleza, pues, en definitiva, también la naturaleza es aquello que conocemos, pero el conocimiento que tiene el hombre de aquella no siempre tiene la misma garantía de fiabilidad. 2.4. El co noci mient o de la natur aleza
Para problema de la naturaleza vamos a proceder primer lugar aintroducir presentarelunos textosdel queconocimiento pueden centrarnos y presentarnos el problema tal en y como fue formulado por algunos filósofos presocráticos. (8) (Jenófanes) «No hay ni habrá un varón que haya conocido lo patente o haya visto cuantas cosas digo a cerca de los dioses y de todo. / Pues aunque llegara a expresar lo mejor posible algo acabado, / él mismo no lo sabría; la conjetura, en cambi o, ha sido asign ada a todos. » (DK. 21 B 3 4) (9) «Heráclito, en cambio, dado que creía que el hombre está organizado para el conocimiento de la verdad con dos medios, la sensación y la razón, considera que de éstas la sensación no es digna de fe, análogamente a los físicos ya 8
mencionados, mientras que supuso a la razón adecuada para juzgar. Al menos cuestionaba la sensación cuando dice, — textualmente: malos testigos son para los hombres los ojos y los oídos cuando se tiene almas bárbaras",» (DK. 22 A 16) (10) (Parménides) Toma la razón como criterio de verdad y declara que nuestros sentidos nos engañan. Dice en efecto: no intentes, siguiendo el camino común de la costumbre, / Tomar por regla tu ojo ciego, o tu oreja aturdida, / o tu lengua, sino que la razón resuelva los argumentos controvertidos. (Diógenes Laercio, IX, 22) (11) «En efecto, las cosas que aparecen son un vislumbramiento de las cosas no-aparentes», como dice Anaxágoras. (DK. 59 B 21) (12) (Demócrito) ...«Los principios de todas las cosas son los átomos y el vacío; todas las otras Las cuali dades existen sól o por convención; por naturalez a, sólo hay átomos y v acío. »
cosas son opiniones...
(DK. 68 A 1)
En estos textos podemos ver tres pasos sucesivos: a) En primer lugar, Jenófanes nos habla de que la conjetura es propia de todos los hombres, pero no lleva al conocimiento de la verdad. b) Si lo que se pretende es alcanzar la verdad se necesita encontrar un camino para acceder a ella. Este camino es el de la razón que cobra cada vez más fuerza como única vía de acceso a la verdad. c) Esta postura nos coloca en el tercer paso que es el ver en la naturaleza dos planos distintos. 1.° Lo que se nos manifiesta directamente -lo que aparece- que nos remite a algo que está más allá de lo percibido por los sentidos, y 2.° Eso que está más allá de los sentidos que es la auténtica realidad -la verdad solamente es alcanzada por la razón. Lo que plantea en definitiva el estudio del conocimiento es el cómo se accede a un conocimiento verdadero. El problema que se plantea ya en los presocráticos, lo hemos visto en los textos, es la existencia de dos modos de conocimiento. Por un lado los sentidos nos ponen en contacto con las cosas y, por otro, la razón nos hace llegar a la verdad de las mismas. Existe una prevención frente a los sentidos como mo do de acceder al conocimient o de la naturaleza, si este conocimient o pretende ser verdadero. Esta dualidad de modos de conocimiento está relacionada con la búsqueda del principio, o principios srcinarios concebidos están más allá deesta lo observado; lo quees. supone una neta diferencia entrecomo lo querealidades, vemos en que la naturaleza y lo que verdaderamente De aquí que el auténtico camino del conocimiento sea la razón que va más allá de lo percibido por los sentidos. La primacía dada de esta forma al conocimiento intelectual inclinará a la filosofía hacia el camino de la especulación, al pensamiento abstracto, al abandono de los aspectos empíricos, sobre todo en aquella línea que dará mayor importancia a la razón y desprecia los sentidos iniciada ya por Parménides. A partir de la preocupación común sobre lo que sea el «arché» y según la forma de entender la relación entre la razón y los sentidos aparecen una pluralidad de interpretaciones de la naturaleza, algunas de las cuales vamos a tratar a continuación. 9
2.4.1. Heráclito y Parménides
Partiendo de que la razón es el auténtico camino para la investigación de la naturaleza, Heráclito y Parménides representan dos posturas divergentes que han influido notablemente en el desarrollo de la filosofía occidental. Heráclito, como hemos visto en el texto (9), afirma que el principio del conocimiento verdadero
es la razón y que con ella se debe acceder al conocimiento de la naturaleza, ya que, como afirma en otro bello texto, «a la naturaleza le place ocultarse». 3 La búsqueda de lo oculto en la naturaleza mediante la razón le lleva a sostener la siguiente afirmación 3
DK. 22 B 123.
(13) «Heráclito dice que el todo es divisible indivisible, engendrado inengendrado , mortal inmortal, razón eterna, padre hijo, dios justo: " cuando se escuc ha no a mí, sino a la razón, es sabio convenir que las cosas son una ". » (DK. 22 B 50)
La naturaleza es por lo tanto unidad, pero la unidad es unidad de contrarios (mortal inmortal, padre hijo...). Se trata de una unidad en la que las cosas contrarias están unidas, presentes las unas en las otras, lo que produce una tensión que da lugar a lo que vemos, a lo que captan los sentidos, que se fijan en un aspecto de cada par de contrarios y no ven la unidad interna de las cosas. Por ello: (14) «Es sabio convenir que todas las cosas son una», dice Heráclito; y de que todos ignoran esto y no convienen en ello, se lamenta de este modo: «No entienden cómo, al diverger, se converge consigo mismo: armonía propia de tender en direcciones opuestas, como la del arco y la lira. » (DK. 22 B 50-51)
Este estado permanente de tensión en la unidad srcinaria es lo que hace que: (15) «El padre de todas las cosas engendradas es engendrado e inengendrado, creatura y demiurgo: "guerra es padre de todos, rey de todos: a unos ha acreditado como dioses, a otros como hombres; a unos ha hecho esclavos a otros libres".» (DK. 22 B 53)
El conocimiento, según Heráclito, nos conduce al siguiente análisis de la razón, la unidad srcinaria, unidad de contrarios, y de aquí que «guerra» aparezca como el srcen de todas las cosas. Este planteamiento dialéctico, que excluye el principio de contradicción, admite, por el contrario, la afirmación y la negación al mismo forma de la lucha realidad, que en el futuro de la filosofía será recogido por tiempo Hegel, en aunlacuando esteconcebir vea en la de contrarios una superación, la aparición de una realidad, que no está presente en Heráclito. Parménides, autor de un «poema sobre el Ser», también proclama, en un estilo oscuro propio
para iniciados, que la razón es el único , camino para alcanzar la verdad. (16) «Pues bien, te diré,escucha con atención mi palabra, cuáles son los únicos caminos de investigación que se pueden pensar; / uno: que es y no es posible no ser; /es el camino de la persuasión (acompaña en efecto a la verdad); / el otro: que no es y es necesario no ser. / Te mostraré que este sendero es por complet o inescruta ble; / no co nocerás, en efecto, lo que no es (pues es inaccesible) ni lo mostrarás.» (DK. 28 B 2-3) 10
La investigación racional se enfrenta, según este texto, a dos posibilidades en principio: por un lado indagar lo que es, y, por otro, se enfrenta a lo que no es. Sin embargo, este camino no es un camino adecuado, pues es inaccesible y por ello no se puede mostrar. De aquí que sólo sea viable el camino de lo que es, el que lleva al conocimiento del ser, pues sólo se puede pensar lo que es, ya que para Parménides pensar y ser son lo mismo. El camino de lo que no es, es impracticable, pero es seguido por los mortales que atienden tanto al ser como al no ser, que toman el no ser por el ser y describen, por ello, la apariencia como si fuera realidad. De aquí que: (17) «Un solo camino narrable queda: que es. Y sobre este camino hay signos abundantes: que, en tanto exis te, es inengendrado e imperecedero; íntegro, único en su género, indestructible y realizado plenamente; nunca fue ni será, pues es ahora todo a la vez, uno continuo. Pues ¿qué génesis le buscarías?; ¿cómo, de donde habría crecido? De lo que no es no te permito que lo digas ni lo pienses, pues no se puede decir ni pensar lo que no es. ¿Y qué necesidad lo habría impulsado a nacer antes o después,part iendo d e la na da? Así es f orzosamente necesario que exista o no.» (DK. 28 B 8)
Lo que se busca es el ser como lo verdaderamente existente más allá de lo que captamos por los sentidos y por ello, no se busca una descripción de la naturaleza sino el saber cómo es el principio srcinario. De esta forma se inaugura lo que más tarde será la ontología o ciencia del ser. El camino seguido es el de mantenerse dentro del rigor lógico a partir de un principio: lo que es, es. Sólo el discurso que se refiere al ser es correcto y se llega a él por la razón. El discurso sobre la naturaleza no es un discurso verdadero, sino que es solamente el intento de dar una visión coherente, ordenada, de la apariencia, sin que pueda de esta forma alcanzarse o decirse la verdad. Las características de este ser de Parménides, según el texto antes citado, son contrapuestas al principio de Heráclito. En éste la estructura de la realidad está basada en los contrarios existentes en la unidad del todo, lo que exige su movilidad, su desarrollo y, por ello, la naturaleza es manifestación de esa latensión contrariosa existente debe ser analizada por la razón para llegar a conocer verdad,dealcanzable través deque lo visible, de lo conocido por medio de los sentidos. El papel, por lo tanto, que juega la razón es el de sobrepasar los datos que nos dan los sentidos, que pueden ser engañosos, para de esta forma alcanzar la verdad. En Parménides, por el contrario, la verdad se muestra sólo a la inteligencia y lo que nos dan los sentidos es pura ficción, es un «relato falso», es una mera apariencia que se debe abandonar, pero que los hombres toman por verdad confundiendolo que no es con lo que es, pues en el ser no hay cambios, ni contrarios, ni tensiones, y sin embargo, los hombres hablan de la pluralidad de las cosas o del cambio para explicar la naturaleza. En realidad se trata de dos formas de enfrentarse con la naturaleza. Para Heráclito hay que admitir necesariamente el movimiento para la comprensión del mundo, de aquí su afirmación «todo fluye», y, por ello, el cosmos es una realidad en permanente cambio. Para Parménides la exigencia de la razón lleva a admitir como verdadero únicamente lo estático y, por eso, no hay lugar para el cambio o movimiento y consiguientemente para el conocimiento sensorial. Sólo podemos y debemos buscar entidades permanentes,absolutas e inmutables. Estos dos caminos de investigación, el primero que parte de lo que los sentidos nos dan para, por medio de la razón, ir a su fundamento, que es la unidad no idéntica, y el segundo, que parte de los presupuestos establecidos por la razón, sin atender a los datos de los sentidos, y llega al principio del ser idéntico así mismo y estático, quedan como dos modelos de investigación en toda la historia de la filosofía posterior. 2.4.2. Los pitagóricos 11
El planteamiento de la escuela que inicia Pitágoras ha tenido también una influencia profunda en el modo de interpretación de la naturaleza. Un pensador pitagórico, Filolao, nos muestra cuál es el modo de acceso a la misma: (18) «Los pitagóricos dicen que (el criterio de conocimiento) es la razón, pero no en general, sino la que resulta de las ciencias matemáticas; tal como decía también Filolao: que es contempladora de la naturaleza del universo y tiene cierta afinidad con ella, puesto que por naturaleza lo semejante es comprendido por lo semejante.» (DK. 44 A 29)
Vemos que también entre los pitagóricos lo que realmente da acceso a la naturaleza es la razón, pero entendida de una forma particular, en cuanto razón matemática. Esta idea parece ser que tiene su srcen en el descubrimiento de la correspondencia existente entre la división de la longitud de la cuerda de los instrumentos musicales y la escala resultante. De aquí que la comprensión de los semejantes (escala) por medio de los semejantes (número) haya que entenderlo teniendo en cuenta esta otra afirmación del mismo filósofo: (19) «Y todas las cosas que se conocen contienen un número; pues sin él nada sería pensado ni
conocido.» (DK. 44 B 4)
Esta explicación exige una correspondencia entre las cosas y los números, correspondencia que es captada por la razón. Estos números se convierten en los verdaderos principios de la naturaleza, los constitutivos del universo. Así lo afirma Aristóteles: (20) «En tiempos de estos (o sea, de los atomistas) e incluso antes, los llamados pitagóricos culti varon las matemáticas y, nutridos de éstas, pensaron que sus principios eran los principios de las cosas. Ahora bien, puesto que los números eran, semejanzas con las por naturaleza, los primero s de estos (principios), y de los números les parecía contemplar muchas cosas que existen y con las cosas que se generan (...). Y en fin, dado que las demás cosas, en toda su naturaleza, parecían semejarse a los números, y que los números (parecían ser) los primeros de toda la naturaleza, supusieron que los elementos de los números eran los elementos de todas las cosas existentes, y que el universo entero era armonía y número.» (Aristóteles. Met. 1, c. 5 985 b-986b)
Para los pitagóricos los números no eran puras abstracciones o meros signos, sino que poseían una entidad material que permitía identificarlos con elementos geométricos elementales; así el uno era el punto, el dos la línea, el tres la superficie mínima (el triángulo) y elcuatro el volumen mínimo (el tetraedro). Gráficamente
1
2
3
4
Punto
Línea
Superficie
Volumen
Esta coincidencia entre los números y las cosas inicia la aplicación de la matemática al estudio de la naturaleza, es decir, la construcción de modelos matemáticos para analizar por medio de ellos la naturaleza, de tal forma que lo establecido en aquéllos tenga que cumplirse en éstas. Los pitagóricos inician así una tradición que influirá en Platón, en las 12
consideraciones mágicas de la naturaleza, en las investigaciones renacentistas de Kepler o en la moderna consideración de la Física o de la Química y, en general, en toda la concepción moderna de la investigación científica que trata de crear modelos matemáticos para su aplicación a las diversas ciencias. 2.4.3. Los atom istas
El último modelo que vamos a tratar es el de los atomistas. Para ellos el conocimiento, que consiste en una modificación de la disposición de nuestro cuerpo, es decir, del estado en que se encuentra el cuerpo del que conoce, lleva a un cierto escepticismo al no conocer lo que las cosas son. Sólo sabemos que: 21) «...los principios de todas las cosas son los átomos y el vacío; todas las otras cosas son (objeto de) cualidades existen sólo por convención; por naturaleza, sólo hay átomos y vacío.»
opcio nes... Las
(DK. 68 A 1)
Nuestro conocimiento se limita, por lo tanto, a constatar cuáles son los primeros principios que constituyen el mundo. De esos principios no tenemos ningún conocimiento sensible, ya que el vacío no es y por lo tanto no hay conocimiento de él. De los átomos no tenemos conocimiento ya que escapan a nuestra capacidad de percepción. De aquí que ambos principios sean presupuestos teóricos a los que solamente llegamos por la razón. El admitir, sin embargo, que existen unos primeros principios, los átomos, indivisibles e imperceptibles, y el vacío, nos coloca en un modelo que admite la preexistencia de unos elementos materiales a partir de los cuales se constituye el universo: (22) ...«Los átomos se desplazan azarosamente en el vacío y en él se encuentran espontáneamente, debido a su impetuoso movimiento desordenado, y se combinan porque, en razón de la variedad de aspectos que presentan, se agregan entre sí; de este modo, constituyen un mundo y lo que él contiene o, pertenece a Epicuro y Demócrit o. »
más bien, infinitos mundos. Esta doctrina (DK. 68 A 81)
En este testimonio se nos manifiesta su visión del universo, de la plur alidad de los mund os y del principio del azar en su constitución. Se trata de un modelo subyacente a todo materialismo, a toda concepción basada en la existencia eterna de la materia, que permaneció en el desarrollo del pensamiento posterior y que cobró nueva fuerza a partir de los descubrimiento s científicos de la física del siglo XIX. Todos estos modelos que hemos expuesto muestran que ya en los albores de lo que se llama filosofía, pensamiento racional, apar ecen los modos de enfrentarse con la natu raleza y solucionar sus cuestiones que posteriormente permanecerán en la historia del pensamiento.
Frente a la “fisis” está el mundo de los objetos creados por el 13
hombre.
3. ACTIVIDADES
Presentamos aquí actividades de dos tipos: las primeras, de autoevaluación, consisten en unas preguntas cuya contestación te hará ver hasta que punto has comprendido los temas que hemos expuesto. Las segundas, comentario de textos, son un primer contacto con la lectura e interpretación de textos. Aquí tu labor se reducirá a intentar contestar a los dos apartados que se indican. 3.1. Activi dades de autoevaluación
3.1.1. ¿Qué circunstancias históricas influyeron en la aparición de la filosofía? 3.1.2. Define los diversos sentidos de naturaleza (fisis) según lospresocráticos. 3.1.3. ¿A qué problema responde la búsqueda de un último principio (arché) en la explicación de la naturaleza? 3.1.4. ¿A qué obedece la clasificación en monistas y pluralistas aplicada a los presocráticos? 3.1.5. ¿Cuál es el verdadero camino de acceso a la verdad? 3.1.6. ¿Cómo intervienen los sentidos y la razón en el conocimiento de la naturaleza en los presocráticos? 3.1.7. Haz un resumen del planteamiento que sobre el problema de la naturaleza (fisis) hemos encontrado en Heráclito, Parménides, los pitagóricos y los atomistas. 3.1. Comentario de textos
Dos cosas debes realizar respecto de los textos que encontrarás a continuación: 1. Resume la idea central de cada texto. 2. Trata de identificar al autor de cada uno de ellos y di por qué. 1. °) «Lo mismo es vida y muerte, velar y dormir, juventud y vejez; aquellas cosas se cambian en éstas y éstas en aquéllas. » 2.°) «Por convención son lo dulce y lo amargo, lo caliente y lo frío, por convención es el color; de verdad existen los átomos y el vacío...» 3.°) «Lo que puede pensarse es sólo el pensamiento de que es. Pues no hallarás el pensamiento sin lo ente, en cuya relación es expresado; pues el Hado lo ha encadenado para que sea entero e inmóvil. Por tanto, todas las cosas son meros nombres que los mortales pusieron convencidos de que son verdaderos, nacer y morir, ser y no-ser, cambio de lugar y variación de color resplandeciente.» 4.°) «Puesto que los números son, por naturaleza, los primeros de estos principios y en los números creían contemplar muchas semejanzas con los seres existentes y con los que están en período de formación...» 5.°) «Dios es día-noche, invierno-verano, guerra-paz, hartura-hambre (todos los opuestos, éste es su significado); cambia con el fuego, al que, cuando se mezcla con perfumes, se denomina de acuerdo con la fragancia de cada uno de ellos.»
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