10.6 segundos
Hernan Casciari Menos de once segundos antes, cuando el jugador argentino recibe el pase de un compañero, el reloj en México marca las trece horas, doce minutos y veinte segundos. En l a escena central hay también dos británicos y un hombre algo mayor, de origen tunecino. El deporte al ue juegan, el !"tbol, no es muy popular en #"ne$. %or eso el a!ricano parece el "nico ue no está en actitud de alarma atlética. &e llama 'l( )in *asser y, mientras los otros corren, él camina despacio. #iene cuarenta y dos años y está avergon$ado+ sabe ue nunca más será llamado a arbitrar un partido o!icial entre naciones. #ambién #ambién sabe ue si, doce años a ños antes, cuando se lesion en la liga tunecina, le hubieran dicho ue estar(a en un Mundial, no lo habr(a cre(do. #ampoco #ampoco la tarde en ue se convirti con virti en jue$+ en #"ne$ no es necesario, n ecesario, para acceder al puesto, más ue tener el mismo n"mero de piernas ue de pulmones. Cuando dirigi su primer partido descubri ue ser(a un árbitro correcto. -ue más ue eso+ logr ser el primer jue$ de !"tbol al ue reconoc(an por las calles de la ciudad. o convocaron para las l as eliminatorias a!ricanas de /012 y su juicio result tan e!ica$ ue, un año más tarde, !ue llamado a dirigir un Mundial. En México le ped(an autgra!os, se sacaban !otos con él y dorm(a en el hotel más lujoso. Hab(a arbitrado con éxito el %olonia3%ortugal de la primera !ase, y vigilado la l(nea i$uierda en un 4inamarca3España en donde los daneses jugaron todo el segundo tiempo al achiue5 él no se euivoc ni una sola ve$ al levantar el bander(n. Cuando los organi$adores le in!ormaron ue dirigir(a un choue de cuartos 6nunca un jue$ tunecino hab(a llegado tan lejos6, 'l( llam a su casa desde el hotel, con cobro revertido, se lo cont a su padre y los dos lloraron. Esa noche durmi con so!ocones y soñ dos veces con el rid(culo. En el primer sueño se torc(a el tobillo y ten(a ue ser sustituido por el cuarto árbitro5 en el sueño, el cuarto árbitro era su madre. En el segundo sueño saltaba al campo un espontáneo, le bajaba los pantalones y él uedaba con los genitales al aire !rente a las televisiones del mundo. 4e cada sueño se despert con palpitaciones. %ero no soñ nunca, durante la v(spera, en dar po r válido un gol hecho con la mano. *o soñ con ue, en la jerga callejera de #"ne$, su apellido se convertir(a en metá!ora jocosa de la ceguera. %or eso ahora dirige el segundo tiempo de ese partido con ganas de ue todo acabe pronto. 'hora el jugador argentino toca toca el baln con su pie i$uierdo y lo aleja medio metro de la sombra. sombra. El calor supera los treinta grados y esa sombra, con !orma de araña, es la "nica en muchos metros a la redonda. 'lrededor del campo, acaloradas, acaloradas, ciento uince mil personas siguen los movimientos del jugador pero solo solo dos, los más cercanos a la escena, pueden impedir el avance. &e llaman %eter+ 7aid uno, )eardsley el otro5 nacieron en el norte de 8nglaterra, uno en el cauce y el otro en la desembocadura del r(o #yne5 los dos tuvieron, pocos años antes, un hijo varn al ue llamaron %eter5 los dos se divorciaron de su primera mujer antes de viajar a México5 y los dos están convencidos, a las trece horas, doce minutos y veinti"n segundos, ue será !ácil uitarle el baln al jugador argentino porue lo ha recibido a contrapié y ellos son dos+ uno por el !rente y el otro por la espalda. *o saben ue, una década después, %eter 7aid hijo y %eter )eardsley hijo serán se rán amigos, tendrán uince y dieciséis años y estarán bailando en una rave de ondres. 9n escocés de apellido :;Connor 6ue más tarde será guionista del cmico &acha )aron Cohen6 los reconocerá y, en medio de la dan$a, los esuivará esui vará con una !inta y un regate. o h ará una ve$, dos veces, tres veces, imitando el pase de baile ue ahora, die$ años antes, le practica a sus padres el jugador ju gador argentino. 7aid hijo y )eardsley hi jo no entenderán la broma, entonces otros participantes de la rave se sumarán a la burla de :;Connor y se !ormará un bucle de bail arines ue, en !orma de tren humano, esuivará a los muchachos en dos tiempos. %eter 7aid hijo será el primero en comprender la mo!a, y se lo dirá a su amigo+
%eter )eardsley hijo hará un gesto de humillacin y los dos amigos escaparán de la !iesta perseguidos por decenas de muchachos ue gritarán, a coro, el apellido del jugador ue die$ años antes, ahora mismo, se e scapa de sus padres con un uiebre de cintura. Muy pronto 7aid padre y )eardsley padre dejarán de perseguir al jugador+ será el trabajo de otros compañeros intentar detenerlo. Ellos ahora permanecen congelados en medio de una cinta ue el tiempo convierte, a cámara lenta, de >H& a ?outube. 'hora sus hijos tienen cinco y seis años y no recordarán haber visto en directo el primer regate del jugador, pero al comien$o de la adolescencia lo verán mil veces en video y dejarán de sentir respeto por sus padres. %eter 7aid y %eter )eardsley, inmviles a"n en el centro del campo, todav(a no saben exactamente ué ha pasado en sus vidas para ue todo se uiebre. 7audo y con pasos cortos, el jugador argentino traslada la escena al terreno contrario. &olo ha tocado el baln tres veces en su propio campo+ una para recibirlo y burlar al primer %eter, la segunda para pisarlo con suavidad y desacomodar al segundo %eter, y una tercera para alejar el baln hacia la l(nea divisoria. Cuando la pelota cru$a la l(nea de cal el jugador ha recorrido die$ de los cincuenta y dos metros ue recorrerá y ha dado once de los cuarenta y cuatro pasos ue tendrá ue dar. ' las las trece horas, doce minutos y veintitrés segundos del mediod(a un rumor de asombro baja desde las gradas y las nalgas de los locutores de las radios se despegan de los asientos en las cabinas de transmisin+ el hueco libre ue acaba de encontrar el jugador por la banda derecha, después del regate doble y la $ancada, hace ue todo el mundo comprenda el peligro. #odos menos @enny &ansom, ue aparece por detrás de los dos %eter y persigue al jugador con una parsimonia ue parece de otro deporte. &ansom acompaña al jugador argentino sin desespero, como si llevara a un hijo peueño a dar su primera vuelta en bicicleta. <%arec(a ue estuvieras en un entrenamiento, joder=, le dirá el entrenador )obby 7obson dos horas después, en los vestuarios.
erá su paso desganado, casi un trote, mientras el jugador se le escapa. Comen$ará, en noviembre de ese año, a tener problemas con el juego y el alcohol. En la prensa sensacionalista lo apodarán
Ese hombre se llama Héctor Enriue y se ueda inmvil después del pase, con las manos en la cintura. 4espués de ese partido nunca podrá separarse del jugador, como si el hilo in visible del pase vertical se trans!ormara, con el tiempo, en un campo magnético. Enriue todav(a no lo sabe, pero volverá a participar de un Mundial de !"tbol, veinticuatro años después y en tierra suda!ricana. &erá parte del cuerpo técnico de un entrenador ue, más gordo y más viejo, tendrá el mismo rostro del hombre joven ue ahora corre en $ig$ag. ? acabará su carrera todav(a más lejos, en los Emiratos Frabes, de nuevo a la derecha del jugador al ue, hace dos segundos, le ha dado un pase a contrapié. 4urante muchas noches del !uturo, en un pa(s extraño donde las mujeres tienen ue ir en el asiento trasero de los coches, Enriue pensará ué habr(a ocurrido si, en lugar de esa mala entrega, le hubiera cedido el baln a Gorge )urruchaga, su segunda opcin. )urruchaga es el ue ahora corre en p aralelo al jugador, por el centro del campo. &on las trece horas, doce minutos y veinticuatro segundos+ está convencido de ue el jugador le dará el pase antes de entrar al área, ue "nicamente le está uitando las marcas para dejarlo solo !rente a los tres palos. )urruchaga corre y mira al jugador5 con el gesto corporal le dice
4entro del campo de juego el viento sopla a doce ilmetros por hora. &i hubiera soplado a sesenta ilmetros por hora, como ocurri en la Ciudad de México seis d(as más tarde, ui$ás la jugada no hubiera acabado bien. El avance parece velo$ por ilusin ptica, pero el jugador regula el ritmo, !rena y engaña. Hay una geometr(a secreta en la precisin de ese $ig$ag, un rigor ue se hubiera roto con un cambio en el viento o con el re!lejo de un reloj pulsera desde las gradas. #erry -enDic piensa en las variables del a$ar mientras se ducha cabi$bajo tras la derrota. &obre todo en una, la menos descabellada. 'ntes del partido, -enDic le aconsej a su entrenador )obby 7obson ue lo mejor ser(a hacerle, al jugador rival, un marcaje hombre a hombre. )obby respondi ue la marca ser(a $onal, como en los anteriores partidos. Iué habr(a ocurrido si 7obson le hac(a casoJ, se preguntará #erry -enDic desnudo, en la soledad del vestuario, con el agua reventándole las sienes. En este momento, a las trece horas, doce minutos y veintiséis segundos del mediod(a, es él uien ve llegar al jugador con el baln dominado5 es él uien cree ue dará un pase al centro del área. -enDic piensa igual ue )urruchaga, apoya todo el cuerpo en su pierna derecha para evitar el pase y deja sin candado el !lanco i$uierdo. El jugador, con un peueño salto, entra entonces por el hueco libre, pi sa el área y encuentra los tres palos.
blanca con el n"mero die$ en la espalda. -enDic a"n no lo sabe, pero en su veje$ dirigirá un ignoto euipo llamado <&an Guan Gabloteh= en #rinidad y #obago, un pa(s ue nunca jug un Mundial, pero ue tiene playas. -enDic se emborrachará cada d(a en la a rena de esas playas. a tarde del encuentro de su hija con el argentino uerrá acercarse al chico para golpearlo. El argentino hará el gesto salir para la i$uierda y escapará por la derecha. -enDic, de nuevo, se comerá el amague. :cho pasos, de cuarenta y cuatro totales, dará el jugador dentro del área, y le bastarán para entender ue el panorama no es !avorable. Hay un rival soplándole la nuca a su derecha, #erry )utcher5 otro a su i$uierda, Klenn Hoddle, le impide la cesin a )urruchaga5 -enDic se ha repuesto del amague y ahora cubre el posible pase atrás y, por delante, el portero %eter &hilton le cierra el primer palo. El norte, el sur y el este están vedados para cualuier maniobra. &on las trece horas, doce minutos y veintisiete segundos del mediod(a. #res horas más en )uenos 'ires. &eis horas más en ondres. En cualuier ciudad del mundo, a cualuier hora del d(a o de la noche, intentar el disparo a puerta en medio de ese revoltijo de piernas es imposible, y el ue mejor lo sabe es Gorge >aldano, ue llega solo, muy solo, por la i$uierda. *adie se percata de la existencia de >aldano, ni ahora en el área grande ni durante la escuela primaria, en el pueblo santa!ecino de as %arejas. Gorge >aldano se sentaba a leer novelas de Emilio &algari mientras sus compañeros jugaban al !"tbol en los recreos, arremolinados detrás de la pelota. El !"tbol le parec(a un juego básico a los nueve años, pero a los once ocurri algo+ entendi las reglas y supo, sin sorpresa, ue los demás chicos no lo practicaban con inteligencia. Empe$ a jugar con ellos y, mientras el resto persegu(a el baln sin estrategia, él se mov(a por los laterales buscando la geometr(a del deporte. ? !ue bueno. 8ntegr dos clubes del pueblo y pronto lo llamaron de 7osario para las in!eriores de *eDell;s5 debut en primera antes de los dieciocho. ' los veinte era campen mundial juvenil en #oulon. ' los veintids ya hab(a jugado en la seleccin absoluta. %ero en esos años de vértigo nunca am el juego por encima de todo. &i le daban a elegir entre un partido entre amigos o una buena novela, siempre eleg(a el libro. Hasta ese momento de sus treinta años, >aldano no estaba seguro de haber elegido su verdadera vocacin. %or eso ahora, ue espera el pase, siente por !in ue ese puede ser su destino, ue ui$á ha venido al mundo a tocar ese baln y colgarlo en la red. &abe ue la "nica opcin del jugador es el pase a la i$uierda. *o le ueda otra salida. Mientras pisa el área piensa+ <&i no me la da, largo todo y me hago escritorL. %ero el jugador entra al área sin mirarlo. #ampoco )utcher, ni -enDic, ni Hoddle, ni &hilton se enteran de su presencia. *i siuiera el camargra!o, ue sigue la jugada en plano corto, lo distingue a tiempo. En el video, >aldano es un !antasma ue asoma el cuerpo completo recién cuando el baln está en el vértice del área peueña. Gorge >aldano todav(a no lo sabe, pero al !inal de ese torneo comen$ará a escribir cuentos cortos. *o hay enemigo mayor para un atacante ue el portero. El resto de los rivales puede usar la $ancadilla rastrera o las rodillas para el golpe en el muslo. *o importa, son armas l(citas en un deporte de hombres y el agredido puede devolver la accin en la siguiente jugada. %ero el portero, el guardavallas, el goaleeper, el aruero Bcomo el de uci!er, sus nombres son in!initos puede tocar el baln con las manos.
El portero es una anomal(a, una excepcin capa$ de deshacer con las manos las mejores acrobacias ue otros hombres hacen con los pies. ? hasta ese d(a ning"n !utbolista de campo hab(a logrado devolver esa a!renta en u n Mundial. %or eso ahora, cuando el jugador pisa el área y mira a los ojos al portero %eter &hilton Bcamisa gris, guantes blancos, entiende el odio en la mirada del inglés. Media hora antes el argentino hab(a vengado a todos los atacantes de la historia del !"tbol+ hab(a convertido un gol con la mano. a palma del atacante hab(a ll egado antes ue el puño del guardameta. En el reglamento del !"tbol esa accin está vedada, pero en las reglas de otro juego, más inhumano ue el !"tbol, se hab(a hecho justicia. %or eso en este momento culminante de la historia, a las trece horas, doce minutos y veintinueve segundos, %eter &hilton sabe ue puede vengar la vengan$a. &abe muy bien ue está en sus manos desbaratar el mejor gol de todos los tiempos. *ecesita hacerlo, además, para volver a su pa(s como un héroe. &hilton hab(a nacido en eicester, treinta y seis años antes de auel mediod(a mexicano. ?a era una leyenda viva, no le hac(a !alta llegar a su primer y tard(o Mundial para demostrarlo. '"n no lo sabe, pero jugará como pro!esional hasta los cuarenta y ocho años. %rotagoni$ará en el !uturo muchas paradas inolvidables ue, sumadas a las d el pasado, lo convertirán en el mejor goaleeper inglés. &in embargo By esto tampoco lo sabe en el !uturo existirá una enciclopedia, más !amosa ue la )ritannica, ue dirá sobre él+ <&hilton, %eter+ guardameta ingles ue recibi, el mismo d(a, los goles conocidos como la mano de 4ios; y el del &iglo;=. Ese será su arma y es mejor ue no lo sepa, porue todav(a sigue mi rando a los ojos al jugador argentino ue se acerca, y tapa su palo i$uierdo como le enseñaron sus maestros. Cree ue #erry )utcher puede llegar a tiempo con la patada !inal. aldano arrastra la marca de #erry -enDic5 ve ue %eter 7aid, %eter )eardsley y Klenn Hoddle han uedado en el camino5 ve a #erry )utcher ue se arroja a sus pies con los botines de punta5 ve a Gorge )urruchaga ue !rena su carrera con resignacin5 ve a Héctor Enriue, todav(a clavado en la mitad del campo, ue cierra el puño de la mano derecha5 ve a su entrenador ue salta del banuillo como expulsado por un resorte y al otro entrenador, el rival, ue baja la mirada para no ver el !inal del avance5 ve a un hombre pelirrojo con una pipa humeante en la primera bandeja de las gradas5 ve la l(nea de cal de la porter(a contraria y recuerda el rostro del empleado ue, durante el entretiempo, la repas con un rodillo5 ve n(tidamente a su hermano el #urco ue, con siete años, le echa en cara un error ue cometi en Aembley en un jugada parecida, ve los labios sucios de dulce de leche de su hermano cuando dice+ <a prxima ve$ no le pegues cru$ado, boludito, mejor amagále al aruero y segu( por la derecha=. >e el rostro de su hermano con la lu$ de la cocina donde ocurri la escena, ve la picard(a con ue lo miraba5 ve, detrás del arco, un cartel ue dice &eio en letras blancas sobre !ondo rojo5 ve las uñas pintadas de verde de su primera novia, el d(a ue la conoci, y ve a esa misma chica, ya mujer, amamantando a una niña5 ve una pelota desin!lada y se ve a él mismo, con nueve años, ue intenta dominarla5 ve a su madre y a su padre ue arrastran, con es!uer$o, un enorme bidn de erosén por una calle de tierra en la ue ha llovido5 ve una tauilla, en un vestuario de a %aternal, ue lleva su nombre y su apellido en letras !lamantes, ve su orgullo adolescente al leer po r primera ve$ su nombre y su apellido en la tauilla5 ve un estadio, sus tablones de madera, y ve también ue un d(a el estadio entero, y no solo la tauilla, llevará su nombre.
El jugador argentino ha controlado el aire de sus pulmones durante nueve segundos, y ahora está a punto de soltar todo el aire de un soplido. 'l revés ue todos los rivales y compañeros ue ha dejado atrás, él puede respirar con su pierna i$uierda, y también puede intuir el !uturo mientras avan$a con el baln en los pies. >e, antes de tiempo, ue &hilton se arrojará a la derecha5 ve l a intencin segadora de #erry )utcher a sus espaldas, se ve a él mismo, muchos años más tarde, con un nieto en los bra$os, visitando l a entrada del Estadio '$teca donde se levanta una estatua de bronce sin nombre+ solo un jugador joven con el pecho in!lado, un baln en los pies y una !echa grabada en la base+ NN de junio de /01O5 ve una rave en ondres donde dos chicos de uince años escapan de una multitud ue se burla5 ve un departamento en penumbras donde solo hay una mesa, dos amigos y un espejo sobre la mesa5 ve a una muchacha en una playa del trpico ue se deja besar por un chico ue lleva puesta una camiseta argentina5 ve un enjambre de periodistas y !otgra!os a la salida de todos los aeropuertos, de todas las terminales, de todos los estadios y de todos los centros comerciales del mundo5 ve a un niño embobado con un videojuego en la ciudad de eicester, mientras su hermano vigila por la ventana ue no apare$ca el padre5 ve el cadáver de un hombre viejo ue ha muerto en Kinebra ocho d(as antes de ese mediod(a, un hombre ue también ha visto todas las cosas del mundo en un "nico instante. >e -iorito de d(a5 ve *ápoles de tarde5 ve )arcelona de noche. >e el estadio de )oca a reventar y él e stá en el medio del campo pero no lleva un baln en los pies, sino un micr!ono en la mano5 ve a un anciano en el aeropuerto de Cartago, ue espera a su hijo en el "ltimo vuelo desde México, para abra$arlo y consolarlo5 ve un tobillo i n!lamado5 ve a una en!ermera de la Cru$ 7 oja, regordeta y sonriente5 ve todos los goles ue ha hecho y los ue hará5 ve todos los goles ue ha gritado y los ue gritará en su vida entera5 se ve, con cincuenta y tres años, mirando desde el palco la !inal del mundo en el estadio Maracaná5 ve el d(a ue verá a su madre por "ltima ve$5 ve la noche en ue verá por "ltima ve$ a su padre5 ve crecer a todos los hijos de sus hijos5 ve los dolores de parto de una mujer ue está a punto de parir un niño $urdo en 7osario, un año y dos d(as más tarde de ese mediod(a mexicano5 ve un espacio m(nimo, imposible, entre el poste derecho y el bot(n de #erry )utcher. Cierra los ojos. &e deja caer hacia adelante, con el cuerpo inclinado, y se hace silencio en todo el mundo. El jugador sabe ue ha dado cuarenta y cuatro pasos y doce toues, todos con la $urda. &abe ue la jugada durará die$ segundos y seis décimas. Entonces piensa ue ya es hora de explicarle a todos uién es él, uién ha sido y uién será hasta el !inal de los tiempos.