Introducción al Pensamiento Científico - IPC -
Apuntes de Cátedra
Presentación general La serie de Apuntes de Cátedra tiene el propósito de ofrecer explicaciones complementarias, elaboradas por los docentes, sobre algunos temas y conceptos incluidos en el programa de la asignatura. Se trata de temas cuya comprensión resulta fundamental en el contexto de los enfoques y de los problemas probl emas epistemológicos que aborda la materia. Los textos seleccionados seleccionados como fuente para escribir estos Apuntes corresponden a autores y a perspectivas consideradas consideradas “clásica “clásicas” s” para los cursos de Epistemología y, y, por eso, consideramos que representan un aporte más para favorecer la comprensión de la asignatura. En cada caso, se incluyen referencias que relacionan estos documentos con los temas de cada unidad del programa, con la bibliografía obligatoria y, también, con las propuestas de actividades.
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Unidad 1 Consideraciones sobre el lenguaje
Apunte de Cátedra 1 La Semiótica. Oración y proposición El presente Apunte se centra en la cuestión relativa a las funciones del lenguaje y a la noción de proposición , temas que integran la Unidad 1 del programa de la asignatura. En la bibliografía obligatoria, la cuestión de las funciones del lenguaje se introduce al aludir a la dimensión pragmática de la Semiótica que fija su análisis “en el uso que se haga del signo, es decir, intenta determinar la función que cumple el lenguaje del hablante .” (Asti Vera y Ambrosini, 2009, 25) A su vez, al mencionar la función referencial o informativa del lenguaje, se trata la noción de proposición , cuya comprensión resulta fundamental puesto que será utilizada a lo largo de casi todo el programa. Este Apunte de Cátedra se basa en el tratamiento que hace Irving Copi de estos temas, en su clásico texto Introducción a la Lógica. Su lectura contribuye a profundizar la comprensión de estas nociones.
Funciones del lenguaje y formas del discurso lingüístico Según las concepciones clásicas en filosofía del lenguaje, como la que sostiene Irving Copi en su libro Introducción a la lógica, existen tres funciones básicas del lenguaje: informativa, expresiva y directiva. Por otra parte, según la misma concepción, la forma (modalidad) que adopta el discurso lingüístico puede ser: declarativa, exclamativa, interrogativa o imperativa. Vamos a esquematizar esto en un cuadro: Funciones del lenguaje
Formas del discurso lingüístico
Informativa
Declarativa
Expresiva
Exclamativa
Directiva
Interrogativa Imperativa
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Cualquier función del lenguaje puede adoptar cualquier forma del discurso lingüístico ya que no hay una relación necesaria entre estos. Sobre este tema, dice Copi (1987, 48): “Puede ponerse algún orden en la oscilante variedad de usos del lenguaje dividiéndolos en tres categorías muy generales. La triple división de las funciones del lenguaje que aquí proponemos es, reconocemos, una simplificación, tal vez hasta una simplificación excesiva, pero ha sido hallada útil por muchos autores de obras sobre lógica y lenguaje.”
El lenguaje en su uso o función informativa, según Copi, está compuesto por oraciones cuya función es describir algún aspecto de la naturaleza o de la sociedad. Las oraciones informativas afirman o niegan algo acerca de la realidad empírica. Esta caracterización toma en consideración solo a las proposiciones empíricas, es decir, aquellas cuya verdad o falsedad puede ser confrontada con la experiencia sensible. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que también son proposiciones aquellas cuyo valor de verdad depende de su forma, como las de la lógica y de la matemática. Por ahora, tengamos en cuenta algo que ha de ser de utilidad en la próxima unidad del programa de IPC: las proposiciones formales son, desde el punto de vista lógico, necesariamente verdaderas (tautológicas) o analíticamente falsas (contradictorias) a priori , es decir, independientemente de la experiencia. En cambio, las oraciones informativas que hablan sobre el mundo son contingentes, no son necesariamente verdaderas ni necesariamente falsas por su forma, sino que tienen la propiedad de ser verdaderas o falsas acorde a su contenido empírico. Esta propiedad no la tienen ni las oraciones expresivas ni las directivas. Solamente las oraciones informativas, las que afirman o niegan algo sobre la realidad, pueden ser verdaderas o falsas. Por lo general, las oraciones informativas adoptan la forma declarativa, es decir, un discurso lineal, sin signos de exclamación ni de interrogación visibles en su escritura. Por ejemplo, un profesor de historia puede decir: “La antigua ciudad de Roma estaba edificada sobre siete colinas” . Pero no siempre para informar se utiliza la forma declarativa. El mismo profesor podría dirigirse a sus alumnos mediante una oración de forma interrogativa, por ejemplo: “¿Saben ustedes que la antigua ciudad de Roma estaba edificada sobre siete colinas? ” . En este caso, pese a la forma de pregunta, la intención del profesor sigue siendo la de informar, por lo tanto, la variación del formato discursivo no modifica la función informativa del lenguaje En relación con las otras dos funciones del lenguaje, Copi (1987, 49) señala: “Además del informativo, podemos distinguir otros dos usos o funciones básicas del lenguaje, a los que nos referiremos como el uso expresivo y el uso directivo. Así como la ciencia nos ofrece los ejemplos más claros del discurso informativo, la poesía nos suministra los mejores ejemplos del lenguaje que cumple función expresiva. Los siguientes versos: „¡Ah, mi amor es como una rosa roja, roja/recién florecida en primavera!‟ no pretenden de ningún modo informarnos acerca de hechos o teorías concernientes al mundo. El propósito del poeta es comunicar, no conocimiento, sino sentimientos y actitudes. El verso no fue escrito para transmitir información sino para expresar ciertas emociones que el poeta experimentaba muy agudamente y para despertar en el lector sentimientos similares. El lenguaje tiene función expresiva cuando se lo usa para dar expansión a sentimientos y emociones, o para comunicarlos. Sin embargo, no todo lenguaje expresivo es poético.” 3
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Las oraciones expresivas son, además de aquellas propias de la poesía, las expresiones de deseo de la vida diaria, algunas oraciones religiosas, etc. Por ejemplo: “¡Ojalá mañana no llueva!” es una oración expresiva. “El Señor es mi luz y mi salvación ” también lo es. Por otra parte, en el caso de: “El viento de la noche gira y canta” , que es una metáfora, es una oración que utiliza un lenguaje figurado, no debe ser interpretada literalmente. A pesar de que su forma es declarativa, su función no es informativa, sino manifestar un sentir. Las expresiones de deseos, por lo general, adoptan una forma exclamativa, pero eso no es lo que las hace expresivas, sino su carácter emotivo. Dice Copi (1987, 49): “[…] Todos estos son usos del lenguaje no dirigidos a comunicar información sino a expresar emociones, sentimientos o actitudes. El discurso expresivo, como tal, no es verdadero ni falso, pues si alguien quiere aplicar el criterio de verdad o falsedad, de corrección o incorrección, a un discurso expresivo tal como un poema, juzgará erróneamente y perderá mucho de su valor”.
En unos versos del poeta Guido y Spano referidos a la guerra del Paraguay, se hace referencia al “llanto del urutaú en las ramas del yatay ”. Es sabido que la palmera yatay no tiene ramas, las hojas salen directamente del tronco, pero Guido y Spano no está enseñando botánica sino escribiendo poesía. No tiene sentido, en este caso, decir que el verso es una oración falsa. En cuanto a la función directiva, el autor señala: “El lenguaje cumple una función directiva cuando se lo usa con el propósito de originar (o impedir) una acción manifiesta. Los ejemplos más claros de discursos directivos son las órdenes y los pedidos.” (Copi, 1987, 50)
Sin embargo, una orden adopta una forma imperativa y un pedido una forma interrogativa: “Tráigame el expediente” , le ordena el jefe de una oficina al empleado de un modo imperativo. Pero también se lo podría haber pedido amablemente: “¿Por favor, ¿me puede traer el expediente?” , utilizando una forma interrogativa. Pero tanto, la orden como el pedido tienen función directiva. A veces, las funciones expresivas y directivas no se distinguen bien en el uso cotidiano del lenguaje. Por ejemplo, un candidato xenófobo a un cargo político podría decir: “¿Acaso vamos a permitir que nuestro país se llene de extranjeros con una moral diferente a la nuestra?” Acá están en juego sentimientos, emociones como la intención de generar ciertas actitudes en el electorado. En estos casos, Copi (1987, 52) dice: “Puede decirse que toda acción obedece a causas muy complejas. El análisis de las motivaciones corresponde más a un psicólogo que a un lógico, pero es de conocimiento común que, habitualmente, las acciones son el resultado de deseos y creencias. […] Por consiguiente, las acciones pueden ser provocadas instigando las actitudes apropiadas y comunicando la información pertinente”.
Un claro ejemplo de función múltiple del lenguaje es el siguiente: “¡Alabemos a Dios porque es todopoderoso!” , en el cual no solo una información sobre uno de los atributos de la divinidad 4
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de las religiones monoteístas en general, sino que hay, también, emotividad y una intencionalidad movilizadora de los fieles. En casos como el anterior, el contexto nos señala cuál puede ser la función principal y cuáles las secundarias.
Oración y proposición Solamente las oraciones informativas expresan proposiciones. Las oraciones expresivas y las directivas no expresan proposiciones. Solamente las oraciones que afirman o niegan algo sobre la realidad expresan proposiciones, es decir, aquellas que tienen la propiedad de ser verdaderas o falsas. Veamos un ejemplo: “La presidenta de la Nación es abogada” es una oración informativa, afirma algo acerca de la realidad empírica, concretamente sobre la realidad social. Como oración informativa, tiene la propiedad de ser verdadera o falsa. El criterio para establecer la verdad o la falsedad de las oraciones empíricas (es decir, las que se fundamentan en la experiencia sensible) es la correspondencia o no con la realidad. Si lo que dice la oración informativa se corresponde con los hechos, entonces, esa oración informativa está expresando una proposición verdadera. En cambio, si lo que dice la oración informativa no tiene un correlato con la realidad, sino que expresa un estado de cosas posible pero no real, entonces esa oración informativa está expresando otra proposición falsa. La oración informativa “La presidenta de la Nación es abogada” tiene la propiedad de ser verdadera o falsa. Pero si la misma es dicha fuera de contexto no podemos determinar su valor de verdad. Si no aclaramos de qué país y de qué momento histórico estamos hablando, no podemos saber si la oración informativa expresa una proposición con valor de verdad verdadero o expresa otra proposición con valor de verdad falso. Si aclaramos que nos estamos refiriendo a nuestro país y al momento actual, la oración informativa “La presidenta de la Nación es abogada” está expresando una proposición verdadera porque se corresponde con la realidad, pues efectivamente, Cristina Fernández de Kirchner es abogada; entonces, hay correspondencia entre el discurso lingüístico y los hechos. Pero si hoy decimos en Brasil: “La presidenta de la Nación es abogada”, esa oración, la misma oración info rmativa que dijimos en la Argentina, expresa otra proposición con valor de verdad falso porque no hay correlato entre el discurso lingüístico y los hechos de la realidad, pues en Brasil, actualmente, la presidencia la ocupa Dilma Rousseff, que no es abogada sino economista. Una misma oración informativa puede expresar una multiplicidad de proposiciones, algunas verdaderas y otras falsas, según si hay o no correspondencia con la realidad en el contexto en el que se la enuncia. La oración “Los vecinos de Belgrano esperan que no llueva” es una oración informativa, describe un aspecto de la realidad, afirma algo, tiene la propiedad de ser verdadera o falsa. Para aclarar esto, imaginemos la siguiente situación: un locutor de un noticiero de televisión dice: “Los vecinos de Belgrano esperan que no llueva”. Ese locutor está dando una información acerca de los deseos de los vecinos de Belgrano. Imaginemos ahora que, luego de la información del locutor, pasan imágenes de un reportaje a un vecino de Belgrano que dice: “Espero que no llueva”. La oración pronunciada por el vecino reporteado es una oración expresiva, hace referencia a sus deseos, no es una proposición. Pero la oración pronunciada por el locutor es una información sobre los deseos de este y otros vecinos de Belgrano; esa sí es una proposición. Este tema referido a la relación entre oración y proposición, incluido en la Unidad 1 del programa de Introducción al Pensamiento Científico, abordado por la bibliografía obligatoria de la asignatura y profundizado por el texto de Copi, es de suma importancia para la comprensión 5
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de uno de los temas centrales de la Unidad 2: la noción de razonamiento, pues los razonamientos se construyen a partir de proposiciones. A su vez, como veremos en dicha Unidad 2, verdad y falsedad son propiedades de las proposiciones que pueden constituir un razonamiento. Pero los razonamientos no son ni verdaderos ni falsos, sino válidos o inválidos. De modo tal que validez e invalidez son propiedades de los razonamientos. De ahí que una buena comprensión de estas nociones tratadas en la presente unidad facilita una correcta aproximación a esos temas pertenecientes a la unidad siguiente. En relación con estos temas, recomendamos realizar el Ejercicio 4 del Capítulo 1, en Introducción al Pensamiento Cientítico. Actividades pensar y resolver (Zamudio, 2012)
Acerca de Irving Copi Introducción a la lógica es un libro clásico publicado en 1953 por Irving Copi (1917-2002), filósofo, lógico y profesor universitario norteamericano. Lleva catorce ediciones en inglés y cuatro en español. La primera en este último idioma fue hecha en 1972 por EUDEBA. Es una obra de suma utilidad tanto para el estudiante que desea profundizar conocimientos elementales como para quien pretenda iniciarse en la materia. Utiliza un modo de exposición muy ameno sin dejar de lado la rigurosidad propia de los temas tratados. Supera el alto nivel de abstracción que, inevitablemente, tienen algunos temas de la disciplina, recurriendo a ejemplos muy ilustrativos, tomados tanto del ámbito científico como de la vida cotidiana. Su lectura es recomendable para todo estudiante universitario.
Bibliografía citada Asti Vera, Carlos y Ambrosini, Cristina (2009), Argumentos y teorías. Aproximación a la Epistemología, Buenos Aires, Educando. Copi, Irving (1987), Introducción a la lógica, Buenos Aires, Eudeba. Zamudio, Alicia M. (2012), Introducción al Pensamiento Científico. Actividades para pensar y resolver , Buenos Aires, Eudeba.
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