UNIDAD 3 BASES PARA APRENDER A APRENDER OBJETIVO Que el estudiante analice y perfeccione sus hábitos de estudio, la planeación de sus actividades y el planteamiento de sus metas y objetivos, bases para su autoaprendizaje.
TEMARIO 3. BASES PARA APRENDER A APRENDER 3.1 HÁBITOS DE ESTUDIO 3.2 PLANIFICACIÓN DEL TIEMPO 3.3 METAS Y OBJETIVOS
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MAPA CONCEPTUAL
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INTRODUCCIÓN En la presente Unidad se comenzará con el análisis de los hábitos de estudio, se mostrarán algunas conductas desfavorables y que son perjudiciales para el logro de los objetivos de estudio. Sobre esta base se ofrecerán varios ejemplos para que se reconozcan cuáles son los hábitos productivos y favorables que pueden ser de ayuda en la vida estudiantil. Las actividades de autoconocimiento y de aprendizaje contribuyen a tomar conciencia acerca de los hábitos personales de estudio y de cómo se pueden implementar algunos cambios para mejorarlos. También se ofrecerán algunas orientaciones útiles para planificar el tiempo, no sólo el de estudio sino el dedicado a todas las actividades, lo cual ayudará a una mejor organización y planificación de las sesiones de estudio, para aprovechar mejor el día y realizar todas las actividades de manera sistemática. Se abordará la importancia de fijar metas y objetivos y de tomar conciencia de qué acciones son necesarias para efectuarlos y cumplirlos, no sólo como estudiantes sino también como individuos. Con algunos ejercicios que se proponen se evaluarán las acciones actuales para lograr las metas y objetivos propuestos. Se ofrecerán algunas ideas sobre el éxito, cómo lograr lo que uno se proponga, valiéndose de tres herramientas básicas: la perseverancia, la voluntad y la constancia, así como de una actitud positiva y optimista ante los retos y deseos.
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3. BASES PARA APRENDER A APRENDER 3.1 HÁBITOS DE ESTUDIO Se puede estar muy motivado por aprender, entrenar la concentración y la atención, desarrollar buenos procesos de memoria que se potencialicen al efectuar algunos ejercicios, y también leer con rapidez y comprender lo que se lee, pero todas esas facultades pueden desperdiciarse y no aprovecharse de modo suficiente si no se cuenta con buenos hábitos de estudio. Vale la pena preguntarse ¿cómo estudiamos?, ¿qué es estudiar bien y estudiar mal?, ¿cómo se puede determinar la eficacia de los hábitos de estudio? Un hábito es una costumbre que se adquiere con la experiencia, mediante la repetición y la continuidad de mantener algunas conductas. Cuando se ha repetido durante mucho tiempo, alguna conducta, nunca menos de 20-25 días, ya se está en el camino de formar un hábito. Mientras más se repita, más queda fijada esa conducta a las rutinas diarias, y más se va acomodando a la vida propia y a la manera de ser y de reconocernos. Cuando una conducta se estabiliza por mucho tiempo y pasa a formar parte de uno y se refleja en el modo en que nos ven los demás, es un hábito instaurado y se vuelve difícil de cambiar, pues la propia rutina, la idea que se tiene acerca de uno y lo que esperan los otros, tienden a retener el hábito. Durante toda la vida de estudiante, se desarrollan conductas, probablemente inconscientes, respecto a cuándo, dónde, cuánto y qué se debe estudiar. Esas conductas pueden haberse instaurado con los años a favor o en nuestra de uno mismo, y en tanto no se concientice sobre tal aspecto y se le analice con rigor, no se estará en condiciones de conocer si son buenas o malas conductas para el logro de los objetivos que cada persona se proponga como estudiante. A continuación se enlista un grupo de conductas y hábitos negativos que suelen tener muchos estudiantes, y sobre los cuáles probablemente no se reflexiona debido al vínculo de familiaridad que existe con éstos:
1. Pasan días o semanas sin estudiar nada o casi nada, y luego se lo aprenden todo de memoria uno, dos o tres días antes del examen.
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2. Estudian una hora o media hora un día sí y otro no, pasan varios días así sin un plan, y luego se apuran para los exámenes. 3. Se sientan a estudiar en la mesa del comedor de su casa mientras observan todo lo que hacen los familiares que conviven ahí. 4. Estudian acostados o sentados en la cama o recostados en un sofá. 5. Ven la televisión o escuchan música a la misma vez que estudian. 6. Se disponen a comenzar la sesión de estudio de mala gana y se repiten a sí mismos fastidiados “tengo que estudiar”, muchas veces. 7. Se envían mensajes por el celular, chatean por el internet o atienden las redes sociales mientras estudian. 8. El lugar donde estudian no tiene suficiente luz, ni suficiente silencio. 9. El lugar de estudio está lleno de distracciones y posibilidades de que las personas interrumpan con frecuencia. 10. Al comenzar la sesión de estudio no saben exactamente qué es lo que van a estudiar, o por cuánto tiempo o con qué método. 11. Las sesiones de estudio son muy cortas y antes de que se llegue a algún resultado concreto, cualquier imprevisto o un cambio de planes termina con la sesión. 12. Las sesiones de estudio son muy largas, superan las tres, cuatro o cinco horas, y continúan estudiando recurriendo a algún estimulante como el café para soportar a pesar del sueño o el cansancio.
Muchos estudiantes han
adquirido algunos de estos hábitos
perjudiciales para una adecuada actividad de estudio. Con base en el listado anterior, se recomienda reflexionar sobre cuáles de esos hábitos perniciosos forman parte de las sesiones de estudio de usted.
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Recuérdese que el autoconocimiento es el primer paso para lograr cambios en uno mismo y que con este material se busca que la persona (el estudiante) se convierta en el propio regulador de los procesos de aprendizaje. No basta con conocer cuáles son los hábitos malos de estudio, si no se posee una guía o modelo de cómo sería mejor o se podría mejorar esto. Está comprobado, teóricamente y por los resultados prácticos que obtienen los buenos estudiantes, que los buenos hábitos de estudio implican lo siguiente:38 1. Estudio sistemático y frecuente, es decir, sesiones de estudio diario con un tiempo de duración y una hora determinadas, y con anterioridad previstas y organizadas por el estudiante. 2. Si se ha cumplido con este régimen sistemático de estudio, sólo será necesario y recomendable realizar algún tipo de repaso menos intensivo, los días antes del examen. 3. La conveniencia de estudiar en un lugar exclusivo para el estudiante, organizado para ello y donde este pueda permanecer solo. 4. Ese lugar debe ser una mesa de trabajo donde el estudiante tenga a la mano todo lo que necesite, y pueda sentarse en posición erguida en una silla relativamente cómoda. 5. No realizar ninguna otra actividad mientras se estudia para evitar distracciones, interrupciones y cualquier estímulo que afecte la concentración y la atención a la tarea. 6. Es fundamental llevar a cabo las tareas de estudio con buena disposición, con gusto y entusiasmo, consciente de por qué y para qué lo está haciendo y de las utilidades que tiene efectuarlo así, si no se logra este estado es preferible no comenzar a estudiar hasta que no se consiga verdaderamente. 7. El lugar de estudio conviene que posea luz natural o suficiente iluminación, dispuesta en una posición que no haga sombras, además de una ventilación, y una temperatura agradable.
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Tomado de León Gross, E., Técnicas de Estudio, claves para mejorar el rendimiento intelectual, pp. 42- 44.
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8. Deben evitarse las distracciones, o cualquier tipo de interrupción o también ser desconcentrado por ruidos; si es necesario, se recomienda usar tapones en los oídos para asilarse de éstos. 9. Es importante, al comenzar a estudiar, tener muy claro cuál es la tarea que va a realizarse y con qué objetivo, así como el tiempo de duración para cada tarea, y de la sesión de estudio en general. 10. Estudiar más de dos horas es infructuoso, el umbral de concentración es de 40-50 minutos por lo que pasado ese tiempo, el rendimiento disminuye. 11. Se recomienda planificar varias sesiones de estudio diarias con intermedios entre los 5 y 10 minutos y una duración máxima de una hora. 12. Para lograr un rendimiento óptimo se debe dormir diariamente no menos de 8 horas y preferiblemente durante la noche, que es cuando el organismo posee las condiciones idóneas para el descanso.
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Con esta información se está en mejores condiciones para determinar si los hábitos de estudio son favorables y, al mismo tiempo, se pueden efectuar las modificaciones necesarias y establecer los hábitos de estudio más sanos y adecuados. Para llevar el cambio de hábitos es imprescindible
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una buena planificación del tiempo, por eso se dedicará el próximo tema a tal objetivo primordial para la actividad estudiantil.
ACTIVIDADES DE AUTOCONOCIMIENTO Tomando como base el listado que te proporcionamos con los hábitos inadecuados más frecuentes del estudiante, realiza un listado personal donde detalles tus hábitos de estudio personales, analiza tus sesiones de estudio con profundidad, y especifica en detalles qué, cuándo, cómo y dónde estudias.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE Elabora un listado de hábitos adecuados de estudio que te gustaría implementar en tus rutinas de estudio, y detalla cómo harías en cada caso, especifica las condiciones de trabajo con las que cuentas y las posibilidades y alternativas de cambio, hazlo de una manera objetiva y realista.
3.2 PLANIFICACIÓN DEL TIEMPO Planificar el tiempo es una habilidad que pocas personas desarrollan, pero es imprescindible para el aprovechamiento de nuestras jornadas diarias de vida. Si esto se desarrolla, se aprovecha al máximo cada día, en caso contrario, el tiempo se consume sin dejar beneficios. Perder el tiempo es perder vida, es un suicidio parcial que se consume poco a poco. El tiempo es un extraño ladrón. Se lleva y roba nuestros momentos cuando ellos son ociosos y vacíos, vale decir, nos roba nuestra miseria y nos deja miserables. Pero si en nuestros minutos ponemos toda la riqueza espiritual de nuestro esfuerzo, la riqueza es nuestra, y el tiempo no se la puede llevar, él se va y nos deja opulentos. Sujeta pues, y haz tuyo el instante que pasa llenándolo de bondad, de estudio y de ensueño.
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A. Junco citado por Quintero Márquez L., Hábitos de estudio, guía práctica de aprendizaje, 2003.
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El tiempo es un valioso aliado que contribuye a cumplir todo lo que una persona se propone, pero si no se sabe utilizarlo de manera sabia, puede consumirse rápidamente sin que apenas uno se dé cuenta de que ha pasado sin obtener los resultados esperados en cada día de la vida.
Vale la pena, en este punto, reflexionar sobre lo siguiente: ¿En qué ocupa mayormente el tiempo? ¿Cuánto tiempo dedica al día a unas actividades y cuánto a otras? ¿Estudia el tiempo necesario? Y cuando estudia, ¿aprovecha bien ese tiempo? Pocas personas aprovechan su tiempo adecuadamente, por lo general en lo que al uso del tiempo se refiere, van de extremo a extremo: por una parte pueden desperdiciar muchas horas haciendo actividades no útiles, o superficiales, afrontando contratiempos, o en tareas secundarias, y al mismo tiempo, tienen la costumbre de dedicarse incansablemente a una sola actividad que, aunque sea provechosa, le impide el disfrute de otras actividades igualmente importantes como pueden ser la recreación, el deporte, la convivencia familiar, o compartir con la pareja o los amigos, entre otras.
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Si se quiere aprender a utilizar y a aprovechar adecuadamente el tiempo, la única manera efectiva para llevarlo a cabo es la planificación. Si se aprende a organizarse y a asignarle a cada momento del día una actividad, con un análisis previo, se estará en condiciones de optimizar el tiempo y mejorar la calidad de nuestra vida.
Planificación como herramienta para aprovechar de modo adecuado el tiempo.
A diario se necesita tiempo para estudiar, ir a clases, realizar tareas domésticas, cuidar de nuestra persona, descansar, compartir con la familia, los amigos o la pareja, distraernos, ejercitar el cuerpo, y si no se le asigna un tiempo a cada actividad, se puede cometer fácilmente el error de dedicarle bastante tiempo a tareas poco importantes, y menos a las más necesarias; cuando se da uno cuenta de esto, se puede pasar al otro extremo y concentrarse sólo en una tarea, descuidando las demás. Saber programarse es la clave del éxito. Conviene efectuar un estudio y análisis de las actividades a las que se dedica más y menos tiempo, y verificar si el tiempo que se le da a éstas es el que verdaderamente se necesita para lograr las metas que como estudiante se haya propuesto, y si
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cada actividad está en congruencia con el nivel de importancia que tiene para uno. Para programarse bien, se debe partir de la definición de cuáles son las actividades que se necesitan realizar diariamente, el tiempo con el que se cuenta para cada una de ellas y de qué modo se van efectuar. Es recomendable que, primero, se elabore una lista de las actividades a realizar cada día y, posteriormente, se las organice por orden de prioridad o jerarquía, tomando en cuanta cuáles son las más importantes, o a las que requieren más tiempo. De repente, uno puede darse cuenta que pasa más tiempo observando televisión, que estudiando, o que se dedica más tiempo a transportarse desde la casa a la universidad, que al descanso, o que se otorga demasiado tiempo a las tareas domésticas y muy poco a la distracción. En cualquier caso, se debe tomar conciencia acerca de qué es lo más importante para uno y de si se está siendo consecuente con tal relevancia respecto a la manera en la cual se está ocupando el preciado tiempo. Una vez que se tiene el listado de actividades y que éstas se han organizado jerárquicamente, se recomienda asignar un tiempo a cada tarea, de acuerdo con el nivel de importancia, y dividir el día entre cada tipo de tarea, debe procurase no olvidar ninguna, y efectuar una planificación en verdad práctica y objetiva. Para tener una visión global de la planificación, y para que ésta sea una buena, se recomienda distribuir todos los tiempos y las tareas en una tabla, como se ve en el siguiente ejemplo: HORARIO
LUNES
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
SABADO
DOMINGO
6:00 7:00 8:00 9:00 10:00 11:00
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12:00 1:00 2:00 3:00 4:00 5:00 6:00 7:00 8:00 9:00 10:00 11:00
Es relevante para la planificación, asignar las horas necesarias para el estudio en cada día de la semana, seleccionar los horarios más adecuados, un horario realmente práctico y que sea fácil de cumplir, que se acomode a las propias necesidades y sea compatible con el resto de las actividades del día. El horario semanal referido, es recomendable plasmarlo en una cartulina grande y tenerlo a la vista todos los días. También puede resultar útil elaborar planeaciones diarias donde se reflejen los detalles de las actividades y se puedan marcar, verificando por la noche si se les ha dado cumplimiento, y con ello diseñar la planeación del día siguiente. Es importante considerar que tales planificaciones son flexibles, son guías de cómo organizar el tiempo, pero deben considerarse los contratiempos y la posibilidad de cambiar una actividad por otra o que un día particular se requiera más o menos tiempo del previsto para alguna actividad. Cuando esto suceda, se puede compensar o reponer el tiempo perdido para una actividad a lo largo de la semana o el mismo día en el cual se debió llevar a cabo la modificación. Ésta es una habilidad que puede irse desarrollando poco a poco, en la medida en que se vea el resultado de las planificaciones efectuadas, se sentirá más seguridad y se logrará más capacidad para la flexibilidad y, al mismo tiempo, para la disciplina.
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Cabe anotar que además de planificar toda la semana y de las pequeñas planificaciones diarias, deben organizarse por separado las tareas a realizar dentro del horario organizado para el estudio, porque si no se lleva a cabo, podría dedicarse más tiempo a una tarea menos importante o viceversa, o que se estudie más una asignatura y falte tiempo para otra, o puede suceder que se le dé más tiempo a las asignaturas que a uno más le gustan, y menos a las otras, las cuales igualmente requieren tiempo. Considérense, también, las tareas pendientes, la organización de asignaturas para cada día, el tiempo requerido para cada tarea, las semanas que se tengan antes de la época de exámenes, la complejidad e importancia de cada asignatura y tarea. Con estos datos se podrá planificar qué se va a efectuar cada día en las horas destinadas al estudio. Se necesitan programar varios periodos de estudio diarios, aunque sean cortos, intercalar el estudio con el descanso y la recreación de cada día. Uno se puede esforzar, y cuando se hayan logrado y alcanzado los propósitos y las tareas de estudio planificadas, otorgase un premio, como un paseo, o algo que sea del gusto de uno, o cualquier actividad que compense el esfuerzo llevado a cabo. Si se observa que resulta dificultoso respetar y cumplir con las actividades planificadas, se deben buscar las causas que provocan tal situación y tratar de encontrar una solución.40 Por cierto, podría surgir el siguiente cuestionamiento: ¿Y tanta planificación no roba más tiempo? Al principio sí podría restar un poco de tiempo e incluso percibirse como algo laborioso, pero con el tiempo será más fácil y pronto se verá el esfuerzo reflejado en la rutina diaria. La persona tiende a sentirse más relajada cuando cumple con su horario, y hasta siente que posee más tiempo para todo lo que debe llevar a cabo. Planificar el tiempo es una inversión recomendable. El tiempo puede ser un aliado o un gran enemigo, todo depende del uso que se haga de él y de que cada persona sea quien lo controle, organice y planifique a su favor.
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Quintero Márquez, L., Hábitos de estudio, Guía Práctica de Aprendizaje, p. 29.
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ACTIVIDAD DE AUTOCONOCIMIENTO Realiza un reporte de tus actividades durante una semana completa, anota cada actividad que realizas y el tiempo que dedicas a cada una. Analiza a cuáles actividades le dedicas más y menos tiempo.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE Tomando como base la actividad de autoconocimiento y todas las recomendaciones que te ofrecemos en este apartado, planifica una semana completa de actividades y todas las sesiones de estudio de la misma. Llévala a cabo y perfecciónala. 3.3 METAS Y OBJETIVOS En el apartado anterior se hizo la recomendación de jerarquizar las actividades, organizando primero las más importantes y luego las de menor relevancia. Pero cómo saber cuáles son las actividades más o menos importantes, si no se tienen claras las metas. Conviene preguntarse: ¿Tengo claras mis metas? Ya se ha hecho referencia a que sería provechoso planificar las actividades en un horario flexible. Pero, ¿se está suficientemente motivado como para cumplir con la planificación?, ¿se ha desarrollado suficientemente la propia voluntad como para perseverar en el cumplimiento de lo que se ha planificado? Se pueden elaborar muy buenas planificaciones, pero se necesita desarrollar otras habilidades personales para ser un buen estudiante, como la determinación y el cumplimiento de metas, y objetivos relevantes para la vida. Conviene reflexionar acerca de cuáles son las principales metas que se persiguen, tanto las de corto como las de mediano plazo, las primeras se refieren a lo deseado en el año presente, en el curso actual, o en el mes en curso; las segundas, tiene que ver con el futuro. Conviene no sólo evaluar las metas estudiantiles sino en general todas las metas de la vida, porque éstas se encuentran relacionadas y se complementan, y si se consiguen o no algunas de ellas, puede favorecerse o entorpecerse el logro de otras.
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Una vez que se ha dejado en claro cuáles son esas metas, es importante definir qué se necesita llevar a cabo para lograrlas. Si se quiere ser un profesionista destacado, debe cursarse con éxito la carrera, y para ello hay que ser buenos estudiantes, ¿qué significa ser un buen estudiante?, ¿qué se debe realizar para conseguirlo?, ¿cuenta uno con las herramientas para hacerlo realidad?, ¿cómo pueden adquirirse las herramientas que no se poseen, y reforzar las que ya se tienen? Con cada tema relevante para la vida (la profesión, la familia, los amigos, la salud, el bienestar económico, la pareja, etc.) es conveniente analizar qué se quiere y cómo se va a lograr cada uno. Pero independientemente de lo que se desee, no podrá llevarse nada a cabo sin tres herramientas básicas que permiten lograr cualquier cosa que uno se proponga en la vida como estudiante o como individuo, son tres claves y tres fuerzas que servirán para toda la existencia: constancia, perseverancia y voluntad. Los planes que se diseñen pueden ser muy organizados, las metas claras y se puede ser bastante consciente de todo lo que se necesita para alcanzar las metas, pero nada de esto servirá si no se tiene suficientemente desarrollada la constancia para actuar, la perseverancia para mantener los propósitos, y la voluntad para llevarlos adelante a pesar de las dificultades. Cualquiera que sea la situación de vida por la que se atraviese, o cualesquiera que sean los obstáculos o las pérdidas por afrontar, las tres fuerzas referidas son las únicas verdaderamente imprescindibles para conseguir el éxito durante toda la vida. De modo independientemente al desarrollo de la voluntad, la perseverancia y la constancia, el hecho mismo es un asunto personal y requiere de esfuerzo, capacidad de autocrítica, deseo de avanzar en la vida; además, cuenta la manera de ser y la capacidad que tenga cada persona para superarse y vencerse a ella misma. En ese sentido, diversos especialistas han desarrollado una serie de consideraciones que pueden ayudar al respecto, a saber:
1. Formular los propósitos de manera positiva: lo hago ahora mismo, lo haré, lo lograré, seguro que puedo.
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2. Fijarse objetivos y metas medibles y observables, llevar a cabo un registro gráfico de éstos, comprometerse a lograrlo con uno mismo y con otras personas. 3. Fijarse objetivos y metas posibles que permitan tener éxito pronto. 4. Marcar un límite de tiempo máximo para conseguir lo que se desea, y controlarlo a tiempos parciales. 5. Ser consciente de que uno es el único responsable de los propios éxitos y fracasos. 6. Ser previsores, objetivos, optimistas y prácticos. 7. Seguir el ejemplo de personas de fuerte voluntad. 8. Hacer algo por la simple razón de que no nos gusta, así se pondrá a prueba la fuerza de voluntad. 9. Resumir en una frase clara y breve el compromiso adoptado para cumplir las metas trazadas, escribirla en un cartel visible. 10. Premiarse y felicitarse, auto ofrecerse recompensas pequeñas e inmediatas por logros que se alcancen y por actos de voluntad. 11. Esforzarse por disfrutar todo lo que se hace. 12. Aprender a formar sensaciones agradables, de alegría y esperanza con lo que se pretende lograr.41
El entrenamiento de la voluntad y la perseverancia está íntimamente ligado al control que se logra de las emociones, y a la confianza que se tenga de uno mismo, ambas son cualidades que se van a desarrollar a lo largo de la vida. En la medida en que uno se enfrenta a las dificultades, y uno se pone a prueba y se sabe lo capaz que se es de tener éxito y de ponerse a prueba, se vecen los obstáculos. Las sensaciones y sentimientos de optimismo, superación, logro, esperanza,
autoconfianza,
esfuerzo
y
fuerza
interna,
deben
ser
desarrolladas cada día para conseguir lo que uno se proponga en el estudio, la profesión o cualquier otra actividad que se desee en la vida, por tal razón,
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Pansza, M. y Hernández S., El estudiante: técnicas de estudio y aprendizaje, p. 2.
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es relevante interiorizar algunas verdades que pueden ayudar a este propósito:
1. Olvidar para siempre la palabra fracaso. No hay fracasos sino experiencias de las cuales se saca provecho para acercarse antes y mejor al éxito que cada quien se proponga. 2. Aprender a ver en la oscuridad, a descubrir el beneficio que encierra todo en esta vida, desde los infortunios hasta las experiencias negativas. Jamás desprenderse de la firme convicción de que siempre, hasta en los peores momentos, hay otras posibilidades, alternativas o salidas. 3. Elegir directamente el éxito. No admitir en la mente ni en el corazón como cosa definitiva al fracaso. 4. Cada persona, y solo ella, lleva las riendas de su vida. Uno es responsable absoluto de lo que es y de sus actos, de nada sirve culpar a otros. Es fundamental asumir un compromiso personal en lo que se hace, se debe ser una persona disciplinada
y
responsable,
evaluar
periódicamente
los
esfuerzos y comprobar a qué ritmo se acerca uno al objetivo auto propuesto. 5. Disfrutar todo lo que se hace. Disfrutar todas las actividades llevadas
a cabo;
para ello,
activar constantemente
el
entusiasmo, la ilusión y la alegría de vivir. 6. No se logra nada sin el esfuerzo consciente. Recuérdese que todos los consejos y estrategias jamás podrán llevarse a cabo sin la persistencia personal, sin desmayos, sin la entrega y dedicación plena hasta el final. 7. Poner en práctica la cooperación creativa. Compruébese cómo si se plantan dos vegetales, las raíces se entremezclarán y mejorarán la calidad del suelo, y crecerán más que si estuvieran separados. Cooperar y pedir cooperación a otros, ser generosos, obtener frutos para uno y para los demás. Procurar el beneficio mutuo en cualquier interacción humana.
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8. Cuidarse y auto renovarse de manera constante. Hacer una vida sana y equilibrada en todos los ámbitos posibles: físico, mental, emocional, social y espiritual.
Si estas ideas resultan inspiradoras y se llevan a la práctica estos consejos, se puede ser un estudiante exitoso y un ser humano pleno y realizado. No se olvide que “las batallas de la vida no se ganan por el hombre más rápido o más fuerte, sino que más pronto o más tarde el hombre que gana es aquél que piensa ganar”.42
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE 1. Confecciona una lista de aquellas metas principales que tienes como estudiante y desde el punto de vista como profesional, una de las metas a corto plazo (para los próximos meses), otra con las metas a mediano plazo (el próximo año) y otra con las metas a largo plazo (dentro de 4-5 años). 2. Indica en cada caso qué es lo que necesitas hacer para lograr el cumplimiento de las metas. 3. Selecciona otra área importante de tu vida y tómala como base para realizar nuevamente los dos ejercicios anteriores.
ACTIVIDAD DE AUTOCONOCIMIENTO Tomando como base el contenido de los ejercicios anteriores y realizando un autoanálisis, valora qué acciones de las que debes hacer para lograr tus metas (a corto, mediano y largo plazo) estás cumpliendo actualmente y cuáles no. Desarrolla un plan para llevar a cabo estas acciones.
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Hill, N., Piense y hágase rico, un libro que le ayudará a conocerse y a triunfar, p. 53.
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AUTOEVALUACIÓN
A continuación, marca con una ✘ las conductas que se consideran poco efectivas para el aprendizaje y el estudio, y con una ✔ las que se consideran deseables:
1.
___Estudiar tres días antes del examen para aprender todo de
memoria. 2.
___Planificar sesiones de estudio de 40-45 minutos y descansos
intercalados entre ella de 5-10 minutos, todos los días. 3.
___Estudiar en la mesa del comedor para compartir y poder convivir
con toda mi familia. 4.
___Antes de comenzar a estudiar repetir varias veces: “tengo que
hacerlo”. 5.
____Si hay mucho ruido alrededor cuando se estudia, ponerse unos
tapones en el oído. 6.
____Siempre tratar de dormir 8 horas diarias.
7.
___La noche antes del examen no dormir ni una hora para que
alcance el tiempo de estudiar todo. 8.
___Planificar todas las actividades que se realizan diariamente, y de
forma semanal. 9.
___Cuando se comienzan las sesiones de estudio no saber
exactamente qué se va a estudiar ese día. 10.
___Estudiar sin descanso casi todo el día y no divertirse ni un minuto.
11.
____Alternar diariamente el estudio con la diversión, el descanso y
otras actividades. 12.
___Tener una planificación semanal y la cumplirla de manera tan
estricta que sea necesario no cambiar el orden ni la duración de ninguna actividad. 13.
___No tener muy claro qué cosas se quieren lograr como estudiante
ni como profesional.
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14.
___Ser consciente de lo que se desea en la vida y de lo necesario
para lograrlo. 15.
___Conocer cuáles son las metas como estudiante, lo que se debe
hacer para lograrlas, pero ser inconstante y sin fuerza de voluntad. 16.
___Saber que se es el único responsable de los éxitos como
estudiante y en la vida personal. 17.
___Seguir el ejemplo de otras personas que son persistentes y
voluntariosas para lograr lo que se proponen. 18.
____Fijarse objetivos y metas muy difíciles para esforzarse más.
19.
___No pedir ayuda ni colaboración a otras personas pues se puede
lograr todo sólo con el esfuerzo propio. 20.
___Practicar ejercicio, cuidar la salud física y mental.
Respuestas 1.
✘
2.
✔
3.
✘
4.
✘
5.
✔
6.
✔
7.
✘
8.
✔
9.
✘
10.
✘
11.
✔
12.
✘
13.
✘
14.
✔
15.
✘
16.
✔
17.
✔
100
18.
✘
19.
✘
20.
✔
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