CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL
No es en modo alguno fácil ver la propia civilización en una perspectiva justa. Hay tres medios evidentes para alcanzar este n: el viaje, la historia y la antropología, y lo ue ha!r" de decir es sugerido por cada uno de ellos# pero ninguno de los tres es ayuda tan grande para la o!jetividad como parecen ser. ser. $l viajero ve solamente lo ue le interesa# in teresa# por ejemplo, %arco &olo jamás reparó en los peue'os pies de las muje mujere ress chin chinas as.. $l hist histor oria iado dorr or orde dena na los los suce suceso soss con con arre arregl glo o a esuemas derivados de sus propias preocupaciones: la decadencia de (oma (oma ha sido sido atri atri!u !uid ida, a, en ocas ocasio ione ness dive divers rsas, as, al impe imperia riali lism smo, o, al cristianismo, a la malaria, al divorcio y a la inmigración )siendo estas dos *ltimas causas las favoritas en los $stados +nidos entre los cl"rigos y los políticos, respectivamente). $l antropólogo selecciona e interpreta hechos de acuerdo con los prejuicios ue prevalecen en su tiempo. -u" sa!emos de los salvajes, nosotros, ue nos uedamos en casa /os rousseaunianos dicen ue son no!les, los imperialistas dicen ue son crueles# los antropólogos de mentalidad eclesiástica dicen ue son unos virtuosos padres de familia, mientras ue los defensores de la ley del divorcio dicen ue practican el amor li!re# 0ir 1ames 2raser dice ue siempre están matando a su dios, mientras otros dicen ue siempre están ocupados en ritos de iniciación. $n una pala!ra: el salvaje es un chic chico o serv servic icia iall ue ue hace hace todo todo lo nece necesa sari rio o por por las las teor teoría íass de los los antropólogos. &ero, a pesar de estas desventajas, el viaje, la historia y la antropología son los mejores medios, y de!emos sacarles todo el partido posi!le. 3nte todo, u" es civilización 0u primer carácter esencial, es encial, diría yo, es la previsión. $s "sta, ciertamente, la fundamental diferencia entre el hom!re y las !estias, y entre el adulto y el ni'o. &ero la previsión, por ser una cuestión de grado, nos permite distinguir a las naciones o las "pocas más o menos civilizadas, de acuerdo con la cantidad de ella ue demu demuest estra ran. n. 4 la prev previsi isión ón es susce suscept pti! i!le le de ser ser medi medida da casi casi con con prec precis isió ión. n. No dir" dir" ue ue la capa capaci cida dad d medi media a de prev previs isió ión n de una una comunidad comunidad sea inversament inversamente e proporciona proporcionall a la tasa de inter"s, aunue "sta sea una opinión defendi!le. &ero podemos decir ue el grado de previsión implícita en cada acto se mide por tres factores: el dolor presente, el placer futuro y la e5tensión del intervalo entre ellos. $s decir, la previsión se o!tiene dividiendo el dolor actual por el placer futuro y multiplicando despu"s por el lapso comprendido entre am!os. $5iste una diferencia entre la previsión colectiva y la individual. $n una comunidad aristocrática o plutocrática, un hom!re puede soportar el dolor actual mientras otro disfruta el futuro placer. $sto hace más fácil la previ revisi sión ón colec olecttiva. iva. 6odos odos los los tra! ra!ajos ajos cara caraccterís erístticos icos del industrialismo presentan un alto grado de previsión colectiva en este sentido: los ue construyen ferrocarriles, o puertos, o !arcos, hacen algo cuyos !enecios no se recogen hasta a'os más tarde.
$s cierto ue en el mundo moderno nadie demuestra tanta previsión como los antiguos egipcios demostra!an al em!alsamar a sus muertos, lo ue hacían con miras a su resurrección al ca!o de unos diez mil a'os. $sto me recuerda otro elemento esencial a la civilización, ue es el conocimiento. /a previsión !asada en la superstición no puede ser tenida por completamente civilizada, aunue puede aportar há!itos mentales esenciales para el desarrollo de la verdadera civilización. &or ejemplo, la costum!re puritana de posponer el placer para la otra vida facilitó, sin duda, la acumulación de capital reuerida por el industrialismo. &odemos, pues, denir la civilización como el modo de vida ue resulta de la com!inación de conocimiento y previsión. /a civilización, en este sentido, comienza con la agricultura y la domesticación de rumiantes. Hu!o, hasta tiempos !astante recientes, una acusada separación entre pue!los agrícolas y pue!los pastores. /eemos en el 7"nesis, 89, ;)8, cómo los israelitas tuvieron ue esta!lecerse en la tierra de 7osen, más ue en el mismo $gipto, porue los egipcios se oponían a la ocupación de los pastores: <1os" dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: <=oy a su!ir a avisar a 2araón y a decirle: anaán. 0on pastores de ovejas, pues siempre fueron ganaderos, y han traído ovejas, vacadas y todo lo suyo<. 3sí, cuando os llame 2araón y os diga: >uál es vuestro ocio, le decís: <7anaderos hemos sido tus siervos desde la mocedad hasta ahora, lo mismo ue nuestros padres?. @e esta suerte os uedar"is en el país de 7osen<. &orue los egipcios detestan a todos los pastores de ovejas<. $n los viajes de %. Huc hallamos una actitud similar de los chinos hacia los pastores mogoles. $n conjunto, el tipo agricultor ha representado siempre la más avanzada civilización, y ha tenido más ue ver con la religión. &ero los re!a'os y los ganados de los patriarcas tuvieron una considera!le inAuencia en la religión judía y, en consecuencia, so!re el cristianismo. /a historia de >aín y 3!el es un instrumento de propaganda dirigida a hacer ver ue los pastores son más virtuosos ue los la!radores. 0in em!argo, la civilización ha descansado principalmente so!re la agricultura hasta tiempos recientísimos. Hasta ahora, no hemos considerado nada ue distinga la civilización occidental de la de otras regiones, tales como la Bndia, >hina, 1apón y %"jico. @e hecho, antes de ue la ciencia comenzara a desarrollarse, la diferencia entre ellas fue mucho menor de lo ue ha sido despu"s. /a ciencia y el industrialismo son actualmente las se'ales distintivas de la civilización occidental# pero antes uiero considerar lo ue fue nuestra civilización antes de la revolución industrial. 0i nos remontamos a los orígenes de la civilización occidental, vemos ue los elementos ue heredó de $gipto y Ca!ilonia son, en lo principal, característicos de todas las civilizaciones, y no especialmente distintivos de Dccidente. $l carácter distintivo occidental comienza con los griegos, ue descu!rieron el há!ito de razonar deductivamente y la
ciencia de la geometría. 0us m"ritos restantes no fueron distintivos o se perdieron en las $dades Dscuras. $n arte y literatura ha!rán podido ser insupera!les, pero no se distinguieron muy profundamente de otras varias naciones antiguas. $n la ciencia e5perimental produjeron algunos hom!res, especialmente 3ruímedes, ue anticiparon los m"todos modernos# pero tales guras no lograron esta!lecer una escuela o tradición. /as *nicas contri!uciones distintivas so!resalientes de los griegos a la civilización fueron el razonamiento deductivo y las matemáticas puras. /os griegos fueron, sin em!argo, políticamente incompetentes, y pro!a!lemente su contri!ución a la civilización se hu!iera perdido, a no ser por la capacidad de go!ierno de los romanos. /os romanos dieron con un modo de llevar adelante el go!ierno de un gran imperio por medio de la administración civil y un cuerpo legal. $n los imperios anteriores todo ha!ía dependido de la energía del monarca, pero en el Bmperio romano el emperador podía ser asesinado por la guardia pretoriana y el Bmperio puesto en su!asta con muy escaso entorpecimiento en la máuina gu!ernamental )tan escaso, en realidad, como el ue producen ahora unas elecciones generales). &arece ser ue los romanos inventaron la virtud de la devoción al estado impersonal como opuesta a la lealtad personal al jefe. /os griegos, es cierto, ha!la!an de patriotismo, pero sus políticos esta!an corrompidos, y casi todos ellos, en alg*n momento de su carrera, aceptaron el so!orno de &ersia. $l concepto romano de la devoción al estado ha sido un elemento esencial en la producción de go!iernos esta!les en Dccidente. 3lgo más falta!a para completar la civilización occidental tal y como e5istía antes de los tiempos modernos, y ello es la peculiar relación entre el go!ierno y la religión ue vino con el cristianismo. Driginalmente, el cristianismo era a!solutamente apolítico, puesto ue se e5tendió por el Bmperio romano como un consuelo para los ue ha!ían perdido la li!ertad nacional y personal, y tomó del judaísmo una actitud de condena moral de los go!ernantes del mundo. $n los días anteriores a >onstantino, el cristianismo desarrolló una organización a la ue los cristianos de!ían una lealtad todavía mayor ue la de!ida al estado. >uando (oma cayó, la Bglesia conservó en una síntesis singular lo ue se ha!ía demostrado más vital en las civilizaciones de los judíos, de los griegos y de los romanos. @el fervor moral de los judíos surgieron los preceptos "ticos del cristianismo# del amor griego al razonamiento deductivo, la teología# del ejemplo del imperialismo y la jurisprudencia romanos, el go!ierno centralizado de la Bglesia y el cuerpo de leyes canónicas. 3unue estos elementos de elevada civilización se conservaran, en cierto sentido, a trav"s de la $dad %edia, durante largo tiempo permanecieron en un estado más o menos latente. 4 la civilización occidental no fue en realidad la mejor entre las e5istentes en auel tiempo: tanto los mahometanos como los chinos eran superiores a
Dccidente. &or u" Dccidente ha!ía de iniciar una tan rápida carrera ascendente es, creo, en gran parte, un misterio. $n nuestra "poca es costum!re hallar causas económicas para todo, pero las e5plicaciones !asadas en esta práctica tienden a ser demasiado fáciles. /as solas causas económicas no e5plicarán, por ejemplo, la decadencia de $spa'a, más relacionada con la ignorancia y la estupidez. 6ampoco e5plican el nacimiento de la ciencia. /a regla general es ue las civilizaciones decaen, salvo cuando entran en contacto con una civilización ajena superior. $n la historia humana solamente ha ha!ido unos pocos y muy raros períodos, y unas pocas regiones aisladas, en los ue se haya producido un progreso espontáneo. Ha de!ido de ha!er progreso espontáneo en $gipto y Ca!ilonia cuando desarrollaron la escritura y la agricultura# hu!o progreso espontáneo en 7recia durante cerca de doscientos a'os, y ha ha!ido progreso espontáneo en la $uropa occidental desde el (enacimiento. &ero no creo ue haya ha!ido nada en las condiciones sociales generales de dichos períodos y lugares ue los distinga de otros varios lugares y períodos en los ue no se produjo progreso alguno. No puedo evitar concluir ue las grandes "pocas de progreso han dependido de un corto n*mero de individuos de talento trascendental. @iversas condiciones sociales y políticas fueron, desde luego, necesarias para su concreción, pero no sucientes, porue las mismas condiciones se han dado muchas veces sin los individuos, y no se ha producido progreso. 0i Eepler, 7alileo y NeFton hu!iesen muerto siendo ni'os, el mundo en ue vivimos sería muchísimo menos diferente de lo ue es con respecto al mundo del siglo G=B. $sto lleva la moraleja de ue no podemos considerar el progreso como asegurado# si la cantidad de individuos eminentes llegara a disminuir, caeríamos, sin duda, en una situación de inmovilidad !izantina. Hay algo muy importante ue de!emos a la $dad %edia, y es el go!ierno representativo. $sta institución es importante porue por vez primera permitió ue el go!ierno de un gran imperio apareciera a los go!ernados como elegido por ellos mismos. @onde este sistema tiene "5ito, da lugar a un alto grado de esta!ilidad política. 0in em!argo, en tiempos recientes, se ha hecho evidente ue el go!ierno representativo no es una panacea aplica!le a todas las partes de la supercie de la tierra. $n efecto, su "5ito parece uedar limitado principalmente a las naciones de ha!la inglesa y a los franceses. /a cohesión política, conseguida de un modo u otro, es lo ue, no o!stante, ha llegado a ser el signo distintivo de la civilización occidental, como opuesta a las civilizaciones de otras regiones. $llo se de!e primordialmente al patriotismo, el cual, aunue tiene sus raíces en el particularismo judío y en la devoción romana al estado, es algo ue ha surgido modernamente, comenzando con la resistencia inglesa a la 3rmada Bnvenci!le, y ha hallado su primera e5presión literaria en 0haespeare. /a cohesión política, !asada esencialmente en al patriotismo, ha venido incrementándose constantemente en Dccidente
desde ue aca!aron las guerras de religión, y todavía contin*a creciendo rápidamente. 3 este respecto, el 1apón ha demostrado ser un discípulo e5traordinariamente apto. $n el antiguo 1apón hu!o tur!ulentos !arones feudales, análogos a los ue infecta!an Bnglaterra durante las guerras de las (osas. &ero con ayuda de las armas de fuego la pólvora, traídas al 1apón por los !arcos ue transa!an a los misioneros cristianos, el 0hog*n esta!leció la paz interior, y desde ;I9I, por medio de la educación y de la religión shintoísta, el go!ierno japon"s ha conseguido formar una nación tan homog"nea, resuelta y unida como cualuier nación de Dccidente. $l mayor grado de cohesión social en el mundo moderno se de!e, en gran parte, a cam!ios en el arte de la guerra, todos los cuales, desde la invención de la pólvora hasta auí, han tendido a incrementar el poder de los go!iernos. $ste proceso pro!a!lemente no haya terminado, en modo alguno# pero se ha complicado con un nuevo factor: como las fuerzas armadas se han hecho cada vez más dependientes de los tra!ajadores industriales para sus municiones, se ha hecho cada vez más imprescindi!le para los go!iernos asegurarse el apoyo de grandes sectores de la po!lación. Jste es asunto ue corresponde a la t"cnica de los medios de comunicación, en la ue podemos suponer ue los go!iernos harán rápidos progresos en el futuro pró5imo. /a historia de los *ltimos cuatrocientos a'os en $uropa ha sido de crecimiento y decadencia simultáneos# decadencia de la antigua síntesis representada por la Bglesia católica, y crecimiento de una nueva síntesis, aunue todavía muy incompleta, !asada hasta auí en el patriotismo y la ciencia. No podemos suponer ue una civilización cientíca trasplantada a regiones ue no tienen nuestros antecedentes ha!rá de tener las mismas características ue tiene entre nosotros. /a ciencia, injertada en cristianismo y democracia, puede producir efectos completamente distintos de los ue produce cuando se injerta en el culto a los antepasados y la monaruía a!soluta. @e!emos al cristianismo cierto respeto al individuo, pero "ste es un sentimiento respecto del cual la ciencia es completamente neutral. /a ciencia, por sí misma, no nos ofrece ninguna idea moral, y ca!e preguntarse u" ideas morales vendrán a reemplazar a las ue de!emos a la tradición. /a tradición cam!ia lentamente, y nuestras ideas morales son todavía, en lo esencial, las ue resultaron apropiadas para un r"gimen preindustrial# pero no de!emos esperar ue las cosas contin*en así. 7radualmente, los hom!res llegarán a tener pensamientos ue est"n de conformidad con sus há!itos físicos, e ideales ue no se contradigan con su t"cnica industrial. $l ritmo de los cam!ios en las formas de vivir se ha hecho mucho más rápido ue en cualuier período precedente: el mundo ha cam!iado más en los *ltimos ciento cincuenta a'os ue en los cuatro mil anteriores. 0i &edro el 7rande hu!iera podido conversar con Hamura!i, se hu!iesen entendido !astante !ien# pero ninguno de los dos podría entender a un moderno magnate de las nanzas o de la
industria. $s un hecho curioso ue las nuevas ideas de los tiempos modernos hayan sido casi todas t"cnicas o cientícas. /a ciencia sólo *ltimamente ha comenzado a alentar el desarrollo de nuevas ideas morales, mediante la li!eración de la !enevolencia de los grilletes de las creencias "ticas supersticiosas. @ondeuiera ue un código convencional prescri!e la imposición de sufrimiento Kpor ejemplo, la prohi!ición del control de la natalidadL, se piensa ue una "tica más !enigna es inmoral# consecuentemente, los apóstoles de la ignorancia tienen por perversos a auellos ue permiten ue el conocimiento inAuya so!re su moral. $s muy dudoso, sin em!argo, ue una civilización ue tanto depende de la ciencia como la nuestra pueda, a la larga, prohi!ir con "5ito las formas de conocimiento capaces de aumentar considera!lemente la felicidad humana. $l hecho es ue nuestras ideas morales tradicionales, o !ien son puramente individualistas, como la idea de la santidad personal, o !ien están adaptadas a grupos peue'os ue los ue pesan en el mundo moderno. +no de los efectos más dignos de ser notados de la t"cnica moderna so!re la vida social ha sido el alto grado de organización en grandes grupos de las actividades de los hom!res, de modo ue los actos de uno de ellos producen, muchas veces, grandes efectos so!re alg*n grupo de hom!res completamente remoto, con el ue tiene relaciones de cooperación o conAicto otro grupo al ue "l pertenece. /os peue'os grupos, tales como la familia, van perdiendo importancia, y hay un solo gran grupo, la nación o el estado, tenido en consideración por la moral tradicional. $l resultado es ue la religión efectiva de nuestros tiempos, en tanto ue no es meramente tradicional, está constituida por el patriotismo. $l hom!re medio está dispuesto a sacricar su vida al patriotismo, y siente su o!ligación moral tan imperativa, ue ninguna re!elión le parece posi!le. No parece impro!a!le ue el movimiento hacia la li!ertad individual ue caracterizó todo el período comprendido entre el (enacimiento y el li!eralismo del siglo GBG se haya detenido a causa de la organización creciente del industrialismo. /a presión de la sociedad so!re el individuo puede llegar a ser, de una nueva forma, tan grande como en las comunidades !ár!aras, y las naciones pueden dar, cada vez más, en enorgullecerse de sí mismas por sus "5itos colectivos más ue por los individuales. Jste es ya el caso en los $stados +nidos: los hom!res se enorgullecen de los rascacielos, de las estaciones de ferrocarril, de los puentes, más ue de los poetas, de los artistas o de los hom!res de ciencia. $sta misma actitud impregna la losofía del go!ierno sovi"tico. $s cierto ue en am!os países persiste el deseo de h"roes individuales: en (usia, la distinción personal pertenece a /enin# en Norteam"rica, a los atletas, a los pugilistas y a las estrellas de cine. &ero en am!os casos los h"roes están muertos o son triviales, y el tra!ajo serio del presente no se asocia con los nom!res de individuos eminentes.
$s intelectualmente interesante considerar si se puede producir algo valioso con el esfuerzo colectivo más ue con el individual, y si una civilización tal sería de la más alta calidad. No creo ue esta pregunta pueda ser contestada sin reAe5ión. $s posi!le ue tanto en materias de arte como en cuestiones intelectuales puedan alcanzarse mejores resultados con la cooperación ue los alcanzados en el pasado por los individuos. $n la ciencia, e5iste ya una tendencia a asociar el tra!ajo con un la!oratorio más ue con una persona, y pro!a!lemente sea !ueno para la ciencia el ue esta tendencia se haga más marcada, puesto ue promovería la cooperación. &ero si el tra!ajo importante, de cualuier clase, ha de ser colectivo, necesariamente ha!rá de tener lugar una mutilación del individuo# no podrá continuar estando tan seguro de sí mismo como los hom!res de genio lo han estado hasta ahora. /a moral cristiana entra en este pro!lema, pero en un sentido opuesto al ue generalmente se supone. +sualmente se piensa ue el cristianismo es antiindividualista, puesto ue impulsa el altruismo y amor al prójimo. 0in em!argo, esto es un error psicológico. $l cristianismo apela al alma individual y da gran importancia a la salvación personal. /o ue un hom!re hace por su prójimo, de!e hacerlo porue corresponde ue "l lo haga, no porue forme instintivamente parte de un grupo. $l cristianismo, en su origen, y aun en su esencia, no es político ni familiar, y, de acuerdo con ello, tiende a encerrar al individuo en sí mismo más de lo ue la naturaleza lo hizo. $n el pasado, la familia actua!a como un correctivo de este individualismo, pero la familia está en decadencia y no tiene so!re los instintos del hom!re el dominio ue solía tener. /o ue ha perdido la familia lo ha ganado la nación, porue la nación recurre a los instintos !iológicos ue tienen poco campo en un mundo industrial. @esde el punto de vista de la esta!ilidad, sin em!argo, la nación es una unidad demasiado estrecha. 0ería de desear ue los instintos !iológicos de los hom!res se pusiesen al servicio de la raza humana, pero esto parece difícilmente facti!le desde un punto de vista psicológico a menos ue la humanidad en su conjunto se vea amenazada por alg*n grave peligro e5terior, tal como una nueva enfermedad o el ham!re universal. 0iendo esto poco pro!a!le, no veo ning*n mecanismo psicológico ue pueda conducirnos al go!ierno mundial, e5cepto la conuista de todo el mundo por alguna nación o grupo de naciones. $sto parece estar por completo dentro de la línea natural de desarrollo de los acontecimientos, y puede producirse uizá dentro de los pró5imos cien o doscientos a'os. $n la civilización occidental, tal y como es actualmente, la ciencia y la t"cnica industrial tienen mucha más importancia ue todos los factores tradicionales reunidos. 4 no de!emos suponer ue el efecto de estas novedades so!re la vida humana ha alcanzado, ni mucho menos, su más alto grado de desarrollo# las cosas se suceden más de prisa ahora ue en "pocas pasadas, pero no hasta ese punto. $l *ltimo acontecimiento en el
progreso humano compara!le en importancia a la e5pansión del industrialismo, fue la invención de la agricultura, y "sta tardó muchos miles de a'os en e5tenderse so!re la supercie de la tierra, llevando consigo, a medida ue se e5tendía, un sistema de ideas y un modo de vida. $l modo de vida agrícola todavía no ha conuistado completamente a las aristocracias del mundo, las cuales, con su característico conservadurismo, han permanecido largo tiempo en el estadio cazador, como ponen en evidencia nuestras leyes so!re este ejercicio. @e un modo semejante, hemos de esperar ue la concepción agrícola del mundo so!reviva por muchas eras en países y sectores de po!lación atrasados. &ero no es esta concepción del mundo lo característico de la civilización occidental, ni de la rama a ue está dando nacimiento en Driente. $n los $stados +nidos hallamos a*n a la agricultura asociada con una mentalidad semiindustrial, porue allí no hay un campesinado indígena. $n (usia y en >hina, el go!ierno tiene un proyecto industrial, pero ha de contender con una vasta po!lación de campesinos ignorantes. $n relación con esto, sin em!argo, es importante recordar ue una po!lación Mletrada puede ser más rápidamente transformada por la acción gu!ernamental ue una po!lación como la ue hallamos en la $uropa occidental o en Norteam"rica. 3lfa!etizando y haciendo la clase apropiada de propaganda, el estado puede llevar a la nueva generación a despreciar a sus mayores en una medida ue asom!raría a la muchacha americana más li!erada# de este modo, puede producirse un cam!io completo de mentalidad en el curso de una generación. $n (usia, este proceso está en plena operación# en >hina está comenzando. >a!e esperar, por tanto, ue en estos dos países se desarrolle una mentalidad industrial no adulterada, li!re de los elementos tradicionales ue han so!revivido en el más lentamente evolucionado Dccidente. /a civilización occidental ha cam!iado y está cam!iando con tal rapidez, ue muchos de los ue sienten cari'o por su pasado se encuentran viviendo en lo ue les parece un mundo e5tra'o. &ero el presente solamente hace surgir de un modo más claro elementos ue han estado presentes en alguna medida desde los tiempos de (oma, y ue siempre han distinguido a $uropa de la Bndia o de la >hina. $nergía, intolerancia y pensamiento a!stracto han distinguido las mejores "pocas de $uropa de las mejores "pocas del Driente. $n arte y literatura, los griegos pueden ha!er sido insupera!les# pero su superioridad so!re >hina no es más ue una cuestión de grado. @e la energía y de la inteligencia ya he dicho !astante# pero de la intolerancia es necesario decir algo más, ya ue ha sido una característica europea más persistente de lo ue muchos creen. /os griegos, es cierto, fueron menos adictos a este vicio ue sus sucesores. 0in em!argo, hicieron morir a 0ócrates# y &latón, a pesar de su admiración por 0ócrates, sostuvo ue el estado de!ía ense'ar una
religión ue "l mismo considera!a falsa, y ue los hom!res ue e5presaran dudas acerca de ella de!ían ser procesados. /os partidarios de >onfucio, los taoístas y los !udistas no hu!iesen sancionado tal hitleriana doctrina. /a ca!allerosa elegancia de &latón no fue típicamente europea# $uropa ha sido guerrera e inteligente, más ue ur!ana. $s más pro!a!le ue la nota distintiva de la civilización occidental se encuentre en la relación ue hizo &lutarco de la defensa de 0iracusa con los articios mecánicos inventados por 3ruímedes. $ntre los griegos se dio muy !ien una fuente de persecución: la envidia democrática. 3rístides fue condenado al ostracismo porue su reputación de hom!re justo era a!rumadora. Heráclito de Jfeso, ue no era un demócrata, e5clamó: onta!an con individuos capaces, pero tampoco nos faltan a nosotros# entonces, como ahora, un considera!le porcentaje de los mejores hom!res sufría el e5ilio, la prisión o la muerte. /a civilización griega tuvo, es verdad, una superioridad muy evidente so!re la nuestra, y fue la inecacia de su policía, ue permitió escapar a una gran proporción de personas decentes. /a conversión de >onstantino al cristianismo dio la primera ocasión para ue se e5presasen completamente los impulsos de persecución por los ue $uropa se ha distinguido de 3sia. @urante los *ltimos ciento cincuenta a'os, ciertamente, ha e5istido un !reve intervalo de li!eralismo# pero ahora las razas !lancas están volviendo al fanatismo teológico ue los cristianos heredaron de los judíos. /os judíos fueron los creadores de la idea de ue solamente una religión puede ser verdadera, pero no sentían deseos de convertir a todo el mundo, de modo ue sólo perseguían a los otros judíos. /os cristianos, conservando la fe judía en una revelación especial, a'adieron a ella el deseo romano de dominación universal y el gusto griego por las sutilezas metafísicas. /a com!inación produjo la religión más eramente intolerante ue el mundo ha conocido hasta la fecha. $n el 1apón y en la >hina, el !udismo fue aceptado pacícamente y se le permitió coe5istir con el shintoísmo y el confucianismo# en el mundo musulmán, los cristianos y los judíos no eran molestados en tanto pagaran sus tri!utos# pero por toda la cristiandad la muerte ha sido la pena usual, incluso para la más nimia desviación de la ortodo5ia. No estoy en desacuerdo con auellos a uienes disgusta la intolerancia del fascismo y del comunismo, a menos ue la consideren como una desviación de la tradición europea. -uienes nos sentimos ahogados en
una atmósfera de persecutoria ortodo5ia gu!ernamental no lo hu!i"semos pasado mucho mejor en "pocas anteriores de $uropa ue en las modernas (usia o 3lemania. 0i por arte de magia pudi"ramos ser transportados a tiempos pret"ritos, hallaríamos ue $sparta mejora!a en algo a estos dos países modernos Nos hu!iese gustado vivir en sociedades ue, como las de la $uropa del siglo G=B, condena!an a los hom!res a la muerte por creer en !rujerías Hu!i"semos podido soportar la Nueva Bnglaterra de los primeros tiempos o admirar el trato ue &izarro dio a los incas Hu!i"ramos disfrutado en la 3lemania del (enacimiento, donde fueron uemadas en un siglo cien mil ! as Nos ha!ría agradado la Norteam"rica del siglo GBB, donde los principales teólogos de Coston atri!uían los terromotos de %assachusetts a la impiedad de los pararrayos $n el siglo GBG, hu!i"semos simpatizado con el papa &ío BG cuando se negó a tener nada ue ver con la 0ociedad &rotectora de 3nimales aduciendo ue es her"tico creer ue el hom!re tiene o!ligaciones para con los animales inferiores %ucho me temo ue $uropa, aunue inteligente, siempre ha sido un tanto horripilante, e5cepto en el !reve período comprendido entre ;I8I y ;;8. 3hora, desgraciadamente, los europeos están retornando a su tipo característico.