ENRIQUE GARRIDO MONTERRUBIO
CONCEPCION ESTRUCTURAL Y CAPACIDAD DE RESPUESTA ANTE SISMOS
7 SEMESTRE
29 DE AGOSTO DEL 2011
Concepción Estructural Sismorresistente Sismorresistente El comportamiento sísmico de las edificaciones mejora cuando se observan las siguientes condiciones:
Simetría, tanto en la distribución de masas como en las rigideces. Peso mínimo, especialmente en los pisos altos. Selección y uso adecuado de los materiales de construcción. Resistencia adecuada. Continuidad en la estructura, tanto en planta como en elevación. Ductilidad. Deformación limitada. Inclusión de líneas sucesivas de resistencia. Consideración de las condiciones locales. Buena práctica constructiva e inspección estructural rigurosa
Concepción : es la formación de na cosa o idea en la maginacion de cada uno . esa obra de arte demuestra la concepción super moderna que sobre el arte tiene el artista .
Estructura : supone partes , materiales o inmateriales de igual o distinta naturaleza ordenadas en la conformación de un todo difereciado de las partes , pro que no pueden existir sin ellas .
Las estructuras se diseñan en base a modelos matemáticos y los sismos son la comprobación empírica del comportamiento de éstas. Por tanto, el que un edificio sufra daños estructurales ante un sismo de gran magnitud, no significa necesariamente que el edificio esté mal ejecutado o mal diseñado. De hecho, la norma de diseño sísmico, NCH433, está orientada a:
evitar el daño en sismos de intensidad moderada limitar el daño que pudiesen sufrir los elementos no estructurales en sismos de mediana intensidad que en sismos de intensidad excepcionalmente severa los edificios no colapsen aunque pudiesen presentar daño estructural. •
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Lo que inspira dicha norma es el hecho de que algunos daños estructurales, pasada cierta magnitud del movimiento sísmico, pueden considerarse un comportamiento normal o previsible del edificio para permitir la liberación de energía de los primeros segundos del terremoto, y ellos no involucran la estabilidad general de la estructura. Y, dado que la norma desarrolla extensamente disposiciones sobre recuperación estructural, ella contempla además que dichos daños pueden ser reparados para devolverle al edificio la capacidad de responder al sismo siguiente. En ningún caso debe entenderse de la NCH433 que frente a un sismo de la magnitud del vivido el 27 de febrero, hay “chipe libre” para aceptar cualquier daño, en tanto el edificio no haya colapsado. De hecho la norma, más allá de su declarado propósito, establece estándares específicos que deben cumplir las estructuras.
Pero con independencia de lo establecido en las normas técnicas, la cuestión de fondo es qué es lo que realmente consideramos un buen edificio antisísmico en Chile. Es en ese sentido, en lugar de medir la capacidad de un edificio para resistir a un sismo por la ausencia o presencia de daño, propongo hacerlo por su capacidad para asegurar la vida, la integridad física y la sensación de seguridad de sus habitantes en el momento de la catástrofe.
Si aceptamos esa formulación, entonces es perfectamente válido diseñar edificios que posean elementos que actúen como fusibles al momento del sismo si se trata de una situación conocida, su daño controlado y su reparación posterior previsible.
Por último, un tercer concepto necesario de incorporar en nuestra definición es el referido a la capacidad del edificio de mejorar su comportamiento estructural entre un sismo y otro. Un edificio que ha sufrido daño tras haber sido sometido a la prueba empírica de un sismo, puede recuperar su capacidad mecánica (reparación estructural) o mejorar la capacidad que tenía antes del sismo (refuerzo estructural). Debe incorporare como un protocolo general después de cada sismo, el debido análisis especializado y la recuperación estructural si corresponde.
Son conceptos que suenan extraños en los tiempos en que prima una simpatía por lo desechable y en un país sin demasiada cultura de mantenimiento. Pero no
hacerlo va conduciendo a un deterioro creciente del edificio, con el agravante de que el daño se encuentra oculto y sus efectos son impredecibles, pudiendo provocar su colapso de forma inesperada. Además de ello, la falta de recuperación de los edificios va produciendo una pérdida de nuestro patrimonio cultural pieza a pieza. Gran parte de los edificios más dañados el 27 de febrero, enfrentaron los terremotos de 1985 o 1971 y, en dicha oportunidad, sólo se parcharon los daños. En las semanas posteriores, la pasta de muro y la pintura, a veces incluso financiada por las autoridades, han ocultado hasta el próximo sismo los daños sufridos por la estructura. Estos son errores que un país con cultura sísmica no puede cometer.