DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE EL POPOL VUH Y LA BIBLIA
Establecer diferencias y semejanzas no es tan difícil si analizamos bien el contenido que tienen los libros; algunas están a la vista de todos, como la primera diferencia que se encuentra es que Dios creó el mundo en 7 días y en el último descansó y en el Popol Vuh la creación creación ocurre en tan solo un un día. Las diferentes divinidades que crean el mundo tienen diferentes características; por ejemplo Dios es uno solo mientras que en el Popol Vuh cada divinidad tienen un masculino y un femenino. En la creación del hombre, la Biblia narra un único intento, en cambio en el Popol Vuh hay tres: el hombre de barro, el de madera y finalmente el de maíz que es la creación definitiva.
Algunos expertos han encontrado similitudes similit udes entre ambos libros que los ha hecho dudar de la originalidad del Popol P opol Vuh; además, cuando este fue reescrito ya había influencias españolas. españolas. Es igual, por ejemplo, el orden de la creación, creación, ya que en los dos libros primero se crea el mundo, m undo, luego los animales y finalmente al hombre. Dios Hizo al Hombre porque necesitaba a alguien superior para que habitara la tierra y tuviera el poder por sobre todas las otras cosas, en cambio en el Popol Vuh la creación del hombre se hace, además, porque los dioses necesitaban de algo o alguien que los recordara y venerara; primero pensaron hacer que los animales los veneraran, pero estos solo hacían sonidos y por eso fueron condenados a ser comidos y matados; luego pensaron en el hombre y lo crearon.
El Popol Popol Vuh - la Biblia Biblia de los mayas A lo largo de las páginas siguientes se intentará reflexionar acerca del Popol Vuh – el libro sagrado de la cultura maya – y la Biblia.
Es posible encontrar, entre ambos Libros Sagrados, interesantes coincidencias en sus relatos que nos llevan a preguntarnos si es que existió algún tipo de influencia entre las culturas del Antiguo Oriente y la cultura precolombina. precolombina.
Hay muchos problemas y muchas dificultades que resolver en cuanto al estudio y conocimiento de la cultura y la literatura precolombinas. Existen muchas inquietudes e interrogantes en la investigación, y una de las dificultades se debe al hecho que la mayoría de los documentos escritos fue destruida por los conquistadores, y parte de lo que quedó, aún no está descifrado con exactitud. Por esto tiene un valor inconmensurable el Popol Vu h o el L ibr o de Consejo de los I ndi os Quich es , texto sagrado de los quiche maya de Guatemala. Nos permite conocer los conceptos cosmológicos, las tradiciones ancestrales y la historia primitiva de este pueblo, con sus reyes y caudillos, desde la supuesta creación del mundo hasta el año 1550; mas no se trata de un relato histórico, sino de una epopeya mitológico - folklórica. Tiene bastante similitud con la descripción bíblica y con otras fuentes orientales sobre la creación del mundo. El Popol Vuh fue, en su origen, una pintura y una memoria de las palabras transmitidas. En esta forma de tradición oral, se conservó hasta mediados del siglo XVI, época en que vuelve a ser escrito por un indígena, quizás antiguo sacerdote, en lengua quiche pero con caracteres latinos. Este manuscrito constituye el original del Popol Vuh, que llegó a manos de Fray Francisco Ximénez, cura párroco de un pueblecito guatemalteco, a principios del siglo XVIII. La cultura universal debe mucho al Padre Ximénez, no sólo por haber traducido al castellano el texto original en quiche, sino también por haber copiado en columnas paralelas el texto indígena y la traducción española. Dio un testimonio indiscutible de la autenticidad del manuscrito, y preservó el texto original que, de otra manera, se habría perdido fácilmente. Posteriormente, el manuscrito pasó a manos del abate Brasseur de Bourburg, quien lo llevó a Europa. A su muerte lo adquirió el Señor Eduard Ayer, y lo incorporó a su valiosa colección lingüística americana, la que se conserva en la Biblioteca Newberry de Chicago. Sin embargo, resultó que el libro que se encuentra allí es la copia del manuscrito de Ximénez, pues el original se perdió. También se encuentra en esta biblioteca la traducción francesa, realizada por el abate Bourburg. Hay más de treinta versiones del libro que fue traducido a varios idiomas. Para la realización de este trabajo, empleamos la versión de González de Mendoza, Miguel Angel Asturias y de Delia Goetz y Sylvanus, en su versión inglesa. No podemos tratar todas las coincidencias que existen entre el Popol Vuh y la Biblia, y menos aún con otras fuentes orientales. Mencionamos tan sólo algunas, y a grandes rasgos, pues la descripción de la Biblia sobre la Creación, la Caída del Hombre y la Torre de Babel, entre otras, son conocidas por todos. En el capítulo segundo del Popol Vuh encontramos una descripción sobre la situación anterior a la Creación que subraya que la oscuridad cubría todo. Luego vino la Palabra Creadora y primero se creó la Luz. "Que aclare!
Que amanezca en el cielo y en la tierra. No habrá gloria ni grandeza Hasta que no exista la criatura humana, El hombre formado." En ambas fuentes, el Creador está asociado con la luz y no con la oscuridad. En la descripción histórica maya de la Creación, el orden es el siguiente: luz, tierra, montes, llanuras, arroyos, plantas, animales, y por fin el hombre, quien debe ser obediente, respetuoso, sostenedor, adorador e invocador de los dioses. El primer hombre no tenía ingenio ni sabiduría, era como un maniquí. Pero los Creadores se dieron cuenta de que este hombre no serviría a sus propósitos, por lo tanto debería ser destruido, y otro tipo de hombre sería creado en su lugar. Algunos de los críticos de la Biblia, a base de las diferencias en el texto del primer y segundo Capítulo del Génesis, también suponen la existencia de dos fuentes de la Creación, quizás en diferentes épocas. El cuarto capítulo del Popol Vuh trata acerca del Diluvio, y por su intermedio, de la destrucción de aquellos maniquíes.
"Enseguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo recibieron la muerte. Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo, un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo.” "Ellos no pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador, que los había hecho, los había formado. Por esta razón fueron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo. Esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su Creador, por este motivo se obscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia--- negra, una lluvia de día y de noche." Según el quinto capítulo, el Principal Guacamayo y sus dos hijos, quienes coinciden en cierta forma con Noe y sus hijos, únicos sobrevivientes del Diluvio, se consideran como fundadores de la tierra y quieren llegar hasta el sol. Aquí está presente la idea de la Torre de Babel. "Mas en verdad, el Principal Guacamayo no era el sol, sino que se enorgullecería de sus jadeitas, de sus metales preciosos; pero en realidad su esplendor no penetraba en todo el cielo, su esplendor desaparecía allí donde él se sentaba, él quería sobreponerse al sol, a la luna, a las estrellas en grandeza......los dioses lo derrotaron".
Aquí aparece el concepto de los falsos dioses lo cual en el ámbito amplio del Oriente, se aplica a las religiones enemigas, sobre todo a las de los vecinos. Se decidió la Segunda Creación. Se celebró un consejo acerca del hombre, cuando se decidió que entraría en la carne del hombre una sustancia constituida de mazorca, sangre, y así surgieron "....los primeros hombres constituidos sin madres ni padres: varones con apariencia humana, quienes ya hablaron, conversaron, vieron, miraron, oyeron, anduvieron, asieron, hombres con memoria, hombres buenos y hermosos; numerosos eran sus conocimientos; su pensamiento iba más allá de la madera, de la piedra, los lagos, los mares, los montes, hombres que merecen ser amados, quienes llegaron a ser músicos, cantantes, tiradores de cerbatana, pintores, escultores, joyeros, orfebres". El cuarto capítulo del Génesis menciona ganaderos, músicos y herreros. Según la expresión bíblica, "La sangre es el alma", y el alma hace diferente al hombre separándolo de los animales. El hombre, así creado, ya sabe que hay un lugar llamado Xibalba, lugar del desvanecimiento, de la separación, lugar de los muertos, ubicado bajo la tierra, aparentemente en el Oeste. Lo mismo figura también en el libro de Chilam Balam, crónica y resumen de profecías y enigmas, escritas en lengua maya. Más tarde los dioses celebraron otro consejo y los hombres creados, mientras estaban dormidos, recibieron mujeres verdaderamente bellas. Cuando se despertaron, sus mujeres ya existían. “Sus corazones se regocijaron al instante a causa de sus esposas." (Cap. 26.).
En ambas tradiciones la procreación humana está precedida por el comer de la fruta prohibida del árbol del conocimiento universal, luego de la insistencia de la serpiente que venció la debilidad de la mujer quien, a su vez, convenció también al hombre. El Popol Vuh menciona, que el hombre creado ha sido dotado de inteligencia desde el principio, siendo capaz de conocer y saber casi todo. Pero al comer de la fruta prohibida, sus conocimientos aumentaron. Según la Biblia, los ojos de Adán y Eva se abrieron después de haber comido de la fruta prohibida; aprendieron a diferenciar entre lo bueno y lo malo, expresión que significa "saber todo". Ambas tradiciones nos informan, aunque con palabras no muy claras, que Dios en la tradición bíblica y los Creadores en la tradición quiche, no estaban muy conformes por el conocimiento universal de la criatura, pues temían que el hombre creado pretendiera llegar a ser igual a ellos.
Según la descripción de la Biblia, fueron expulsados del Jardín del Edén con las consecuencias conocidas. Mientras, en el Popol Vuh, "fueron petrificados sus ojos por los Espíritus del Cielo, lo que los veló como el aliento sobre la faz de un espejo; los ojos se turbaron, no vieron más que lo próximo, esto sólo fue claro. Así fue perdida su sabiduría y toda ciencia, su
principio, su comienzo". Aparentemente la idea de los Creadores era crear un hombre suficientemente inteligente para servirles, pero no tanto como para que intentase ser su rival. Los Creadores se arrepienten en ambas tradiciones por haber creado al hombre. En la tradición bíblica, la raza humana desciende de cuatro hombres (Noé y sus tres hijos) y de sus esposas, y el mismo número de seres humanos figura también en el Popol Vuh. Ambas tradiciones mencionan la gran variedad de razas e idiomas que, aún siendo diferentes, podían entenderse. Podría pensarse que en un primer momento existiría un idioma común, tipo esperanto, fuera del idioma materno. Ambas tradiciones mantienen que esta situación favorable sufrió un cambio. La Biblia menciona la construcción de la Torre de Babel; el orgullo y la autosuficiencia del ser humano han sido castigados por la confusión de los idiomas, que causó el desentendimiento. El Popol Vuh es más razonable; las migraciones permanentes trajeron consigo, que los diferentes grupos no se entendieran. Sin embargo, queda vivo el recuerdo de un origen común; en la Biblia, los primeros doce capítulos del Génesis lo atestiguan, y esta idea florece mucho más en el mensaje de los Profetas, mientras en el Popol Vuh se hace la siguiente afirmación: "No se ha encontrado una sola casa para nosotros, un solo país para nosotros, cuando fuisteis construidos, cuando fuisteis formados". Más adelante, en los capítulos 27-45, hay alusiones a la creencia que el origen del pueblo quiche está situado en el Oriente. Veamos algunas:
"Los antecesores se engendraron allá lejos, en el Este ... juntos vinieron de allá lejos, del Este, atravesando el mar". “Todos juntos existían, importantes eran sus seres, sus renombres, allá lejos, en Oriente" “Allá en el Oriente existían numerosos hombres de las tinieblas, hombres del alba. Numerosos eran los rostros de estos hombres, numerosos sus lenguajes. No invocaban la madera, la piedra, en ellos subsistía el recuerdo de la Palabra de Construcción, de Formación ...... Hablaban meditando sobre lo que ocultaba el alba, preguntaban cómo ejecutar la Palabra del amor, aquellos amantes, aquellos obedientes, aquellos respetuosos; erguían sus rostros hacia el cielo, pidiéndole a sus hijas, sus hijos.... No nos abandonéis, no nos dejéis, oh dioses en el cielo, en la tierra. Dadnos nuestra descendencia, nuestra posteridad, mientras hayan días, mientras hayan albas.”
"Que la germinación se haga, que numerosos sean los verdes caminos, las verdes sendas... Que tranquilas, muy tranquilas sean las tribus, que perfecta sea la vida, la existencia....." Los descendientes de los patriarcas bíblicos están destinados a salir del país de los antepasados. Este es el destino de los descendientes de abuelos y abuelas de los quiches. Todos llegaron desde allá lejos, a un Lugar de Abundancia, innumerables eran los hombres "que llegaron, numerosos los que entraron en orden, se les entregaron sus dioses..... He aquí que hemos encontrado al fin lo que se buscaba, dijeron. (Cap. 21.).. 28.).... La expresión de "Lugar de Abundancia" es muy parecida a la "Canaán que mana de leche y de miel". Durante el camino tuvieron muchos problemas. "He aquí que estando afligidos en sus corazones, se consultaron entre sí, pues no había para alimento más que un bocado, un poco de maíz, se consultaron e hicieron un gran ayuno". Salieron de este lugar y llegaron al otro, se regocijaron mucho cuando vieron la Luna y más tarde el Sol. En la Biblia también figura primero la noche y luego el día. Mirando las grandes luminarias, "desenrollaron enseguida sus copales traídos de allá lejos, del Oriente, pues servirse enseguida de ellos estaba en su espíritu. Desenrollaron lo que ofrecían sus corazones... quemaron sus copales cuando llegaron danzando vueltos hacia el Oriente de donde habían venido, allí estaban sus montañas, sus valles, de donde habían venido". (Cap. 33.). Luego el Capítulo 34 nos relata las formas de sus ritos. "Derramar la sangre de los venados, de los pájaros al borde de la piedra del Sembrador, quemar resina, quemar anís silvestre y espinas de maguey". Es bien conocido que el primer culto de los judíos también era el sacrificio de ganado o paloma y un incienso especial, mezcla de varias plantas y de sus semillas. Después de muchos sufrimientos, llegaron al Lugar de Abundancia, en arduas luchas vencieron y sometieron muchos pueblos, fueron humilladas todas las tribus, ocuparon ciudades, algunas han sido espiadas, otras ocupadas como Jericó. Escudos golpeaban sus escudos, silbaban, aullaban, vociferaron exclamaciones y silbidos cuando llegaron al pie de la ciudad. Y por fin se establecieron, siempre recordando que procedían del otro lado del mar, del Este.
Después de cierto tiempo, algunos deciden regresar, porque han cumplido su tarea; otros, para renovar su poder o recibir nuevas órdenes. Al despedir a sus hermanos quienes se quedaron, les hablaron así: "Pensad en nosotros, no nos borréis de vuestra memoria. Vosotros veréis vuestra casa, vuestro país. Prosperad. Que así sea. Seguid vuestro camino. Ved de donde venimos" (Cap. 39.). Luego rezaron en esta forma: "Que no caigan en la bajada Ni en la subida del camino, Que no encuentren obstáculos Ni detrás ni delante de ellos Ni cosa que los golpee, Concédeles buenos caminos Hermosos caminos planos." Entre otros, tres hermanos pensaron ir al Oriente, pensaron en las órdenes de sus padres, no las olvidaron... Cuando partieron, dijeron: "Vamos allá adonde el sol se levanta, de donde vinieron nuestros padres, lo dijeron al ponerse en camino... Tales son los nombres de aquellos que fueron allá lejos, del otro lado del mar; entonces aquellos tres se fueron. Segura era su sabiduría, su ciencia; su ser no era de hombres ordinarios. Dejaron órdenes a sus hermanos mayores, a sus hermanos menores, alegrándose de partir. No moriremos, regresaremos, dijeron los tres al partir. Ciertamente, pasaron por el mar, al llegar allá lejos al Oriente, al ir a recibir sus poderes. El jefe de Gobierno de los Orientales, Naxcit, él les dio las insignias del poder, todos sus atributos, dícese, de lo que ellos insertaron en su historia. Grande era la alegría de los que vieron a los regresos. Mutuamente contaron sus hazañas." (Cap. 40.). El capítulo 42 nos informa que durante la quinta generación, desde el origen del mundo, empezaron a construir casas, con la casa de los dioses en el centro, en la cima de la ciudad la pusieron cuando llegaron, cuando se hubieron establecido. Se menciona como un gran valor entre las cualidades de los grandes jefes que “....sabían dónde estaba la Manifestación, el Libro, llamado por ellos el „Libro de Consejo‟. No sólo así de grande era la existencia de los jefes sino que grandes eran también los ayunos, su recompensa por los favores recibidos. Ayunaban durante largo tiempo, se sacrificaban ante sus dioses, no comían mientras
cumplían los grandes preceptos, ese era el signo de los jefes. No tenían esposas con las cuales dormir, permanecían solos, se guardaban de ellas, ayunaban, estaban a diario en la Casa de los Dioses, no haciendo más que adorar, quemar incienso, sacrificar. Allí estaban por la tarde, al alba.” “Sólo gemían sus corazones, sólo gemían sus vientres, pidiendo la felicidad, la vida para sus hijos, su prole y también su potencia, levantando sus rostros al cielo.” (Cap. 45). Como comparación, podemos pensar en la pureza ritual de los cohanim (sacerdotes) o de los nazareos.
Por último, mencionemos algunas analogías más. Por ejemplo, el respeto casi sagrado del número "siete"; la separación del mar y el pasar por tierra seca dentro del mar; la relación sexual de los dioses, - en la Biblia, de los ángeles- con mujeres terrestres; los cuatro patriarcas quiches, Balam Quitze, Balam Acab, Macutah e Iqui Balam. Antes de su muerte, entregaron instrucciones y testamento a sus hijos, como Jacob, Moisés o David; la descendencia de los pueblos partiendo de tres personas; en la Biblia Shem, Cam y Yafet , en el Popul Vuh tres familias. La unificación de las tribus y la formación de un pueblo unido era la preocupación principal para ambos Libros, y la causa de la desunión es la discordia, discusión y los celos, etc. Como curiosidad vale la pena mencionar que en el Popol Vuh figura la historia de una joven, hija de un jefe, llamada Reina Sangre quien da a luz por haber sido fecundada por un espíritu divino, y se mantiene virgen. Y también hay otro caso donde, para humillar a algunos varones, se realizaba la depilación de sus rostros, mientras la barba como entre los semitas en general - era la señal de grandeza de los hombres quiche. Hay todavía muchas otras coincidencias, ya no con la misma Biblia, sino más bien con la tradición egipcia, babilónica, fenicia, ugarítica, etc. Todo eso hace suponer que existía una fuerte influencia del Cercano Oriente en la formación de la cultura quiche y, según las investigaciones realizadas, en casi todas las culturas precolombinas. Las cosmografías de pueblos andinos, templos acolhuas, libros mayas, organización civil de los quichuas, leyendas religiosas de los chichimecas, clases sacerdotales, abluciones rituales, cantos litúrgicos, la celebración de acontecimientos familiares y muchas otras similitudes, emparentan las civilizaciones precolombinas con el Oriente Antiguo. América, sobre todo América Latina, busca con insistencia su identidad. Sabe que no puede agotarse o limitarse en el horizonte occidental, sajón o latino. A pesar de las destrucciones cometidas en el pasado, no obstante la masiva inmigración multinacional, existe una tradición nativa, la que no se puede y no se debe borrar. Está representada por los antiguos
elementos de la cultura azteca, maya e inca, y también por muchas otras culturas menos conocidas. Todos son testimonios elocuentes de una historia gloriosa. Pero también por los millones de indígenas que viven hoy en América Latina. América Latina misma para ser autóctona, debe reencontrarse con su pasado, con su alma originaria, con las raíces de su historia. En las fuentes orientales podría hallar un elemento no solo para interpretar los enigmas del pasado, y para fortificar su identidad actual. El Popol Vuh, ha sido reconocido no sólo por su valor histórico, sino también por su contenido ético religioso y poético. La versión más antigua que conocemos de esta obra extraordinaria es realmente una transcripción que debemos al Padre Francisco Ximénez (siglo XVIII). En este ensayo se exploran las similitudes entre el contenido del Popol Vuh y el de la Biblia judeocristiana. Las coincidencias más notables, cuyo origen sigue siendo objeto de mucha especulación, se advierten entre la primera parte del Popol Vuh y el Génesis, probablemente porque es en estas secciones donde más espacio hay para mitos universales sobre la creación del universo y del hombre que lo habita. A partir de la innegable intertextualidad de los dos textos, se discuten las más probables explicaciones de la misma.
en el popolvuh te dicen como fue creado el hombre y todas las cosas. Los hombres fueron creados de diferentes materiales como barro o madera pero no fueron lo que los dioses esperaban de ellos, hasta que hicieron a los de maiz que somo los hombres actuales y en la biblia el hombre actual es de barro. Todas las cosas de la naturaleza las hicieron los dioses por creacionismo tanto en la bibilia como el popolvuh. En ambos libros los dioses exigen ser adorados por los hombres.