Cómo sucedió Arthur Conan Doyle
Recuerdo claramente claramente algunas de las cosas que sucedieron sucedieron esa noche, noche, pero otras aparecen como sueños indefinidos, fragmentados. Por eso me resulta tan difícil contar una historia hilvanada. Ahora no sé para qué había ido a Londres y por qué motivo había regresado tan tarde. se via!e se confunde con todos los que hice a la capital. "in embargo, desde que salí de la pequeña estaci#n rural, todo es e$traordinariamente claro. Puedo vivir otra ve% cada instante. Recuerdo muy bien que caminé por el andén y miré el relo! iluminado que estaba en un e$tremo& eran las once y media. Recuerdo también que me pregunté si llegaría a casa antes de medianoche. Luego recuerdo ese coche grande esper'ndome afuera, con sus faros cegadores y su carrocería de bronce lustrado. ra mi nuevo Robur, de treinta caballos de fuer%a, que nos habían entregado ese día. Recuerdo también que le pregunté a Per(ins, Per(ins, mi chofer, c#mo andaba el auto y él me respondi#& respondi#& )$celente*. )$celente*. + Lo probaré yo mismo di!e, y subí al asiento del conductor. conductor. + Los cambios no son iguales, señor me coment# Per(ins. -al ve% sea me!or que lo mane!e yo. + o, me gustaría probarlo contesté. / así empe%amos nuestro via!e de cinco millas hasta mi casa. 0i vie!o coche tenía los cambios como todos& en una barra con muescas. n este auto, la palanca pasaba por un punto central para subir los cambios superiores. o era difícil dominar y enseguida creí entenderlo. Pero, sin duda, fue necio de mi parte empe%ar a aprender un nuevo sistema en la oscuridad. Aunque uno suele hacer cosas necias y no siempre tiene que pagar un precio tan alto por ellas. 0e desempeñé muy bien muy bien hasta que llegué a 1laystall 2ill. s una de las peores colinas de 3nglaterra& una milla y media de largo, muy angosta en algunos tramos, con tres curvas bastante pronunciadas. La entrada de mi parque est' situada al pie de esa colina, sobre la ruta principal de Londres. 1uando empe%# el problema, est'bamos en lo alto de la colina, donde la inclinaci#n es mayor. /o había estado conduciendo a toda velocidad y quería detener la marcha, pero la palanca se qued# atascada entre dos cambios y tuve que volver a acelerar. 1omo en ese momento iba muy r'pido, presioné enseguida los dos frenos. Pero ambos se rompieron. o me preocupé demasiado cuando sentí que se rompía el pedal de freno. "in embargo, cuando puse toda mi fuer%a sobre el freno de mano y oí que la palanca llegaba a su punto límite sin detenerse, brot# de mi cuerpo un sudor frío. Para entonces, ya est'bamos ba!ando la cuesta a toda velocidad. Las luces eran intensas, y logré doblar bien la primera curva. Luego hicimos la segunda, pero estuvimos muy cerca de la cuneta. ntonces venía un tramo recto de una milla y después, aba!o, la tercera curva, que daba lugar a a entrada del parque. "i lograba ingresar, no habría problemas, porque el camino hasta la casa iba en ascenso y el auto se detendría. Per(ins se comport# maravillosamente. 0e gustaría que se supiera. "e mantenía
frío y alerta. Al comien%o, se me había ocurrido tomar la banquina, pero él adivin# mi intenci#n. + /o no lo haría, señor. A esta velocidad, va a volar y quedaremos deba!o del auto. -enía ra%#n. ntonces tom# la llave del encendido, la apag# y el motor qued# detenido. Pero, como seguíamos corriendo a una velocidad aterradora, Per(ins tom# el volante. + "i no le molesta saltar y correr el riesgo, lo mantendré firme. o vamos a poder doblar la curva. s me!or que salte, señor. + o le contesté+. Resistiré hasta el final. Puede saltar usted, si lo desea. + Resistiré con usted, señor. "i se hubiera tratado de mi vie!o coche, habría presionado la palanca de cambios para poner marcha atr's y ver qué sucedía. -al ve% se rompieran los cambios o el vehículo mismo, pero al menos habría sido una posibilidad. -al como estaban las cosas, me hallaba indefenso. Per(ins trat# de cru%ar, pero no se podía hacer eso a seme!ante velocidad. Las ruedas %umbaban como un viento fuerte y la carrocería chirriaba y cru!ía con la tensi#n. Pero las luces eran fuertes, y se podía maniobrar con mucha precisi#n. Recuerdo haber pensado en el espect'culo horrible y a la ve% ma!estuoso que estaríamos brindando a cualquiera que se cru%ara con nosotros. ra una ruta angosta, y nosotros implic'bamos una muerte estruendosa e imponente para cualquiera que se interpusiera en el camino. 4oblamos la curva con una rueda a tres pies de altura sobre la banquina. Pensé que todo había terminado, pero después de tambalearse un momento, el auto se endere%# y sigui# avan%ando a toda velocidad. 5sa era la tercera y 6ltima curva. Ahora s#lo quedaba la entrada al parque, que debía estar frente a nosotros. Pero la suerte quiso que no estuviera !usto enfrente, sino a unas veinte yardas a la i%quierda. -al ve% lo hubiese logrado, pero me imaginé que el volante se había golpeado cuando nos fuimos contra la banquina. o podía girarlo f'cilmente. "alimos enseguida de la carretera. 7i la puerta abierta a la i%quierda. 4oblé el volante con toda la fuer%a de mi muñeca. Per(ins y yo arro!amos el cuerpo hacia el otro lado y luego, inmediatamente, a cincuenta millas por hora, mi rueda derecha choc# de lleno contra la columna que est' a la derecha de la entrada. 8í el golpe. "entí que volaba por el aire, y luego9:/ luego; 1uando volví a reaccionar, estaba entre la male%a, a la sombra de los robles que rodean la casa de los caseros, al costado del camino que lleva hasta mi residencia. 2abía un hombre parado a mi lado. 0e imaginé que era Per(ins, pero cuando volví a mirar advertí que era "tanley, un individuo que conocí en la universidad unos años antes y por quien sentía verdadero afecto. "iempre hubo algo en la personalidad de "tanley que me cay# especialmente bien< y estaba orgulloso de pensar que él sentía algo similar hacia mí. n ese momento, me sorprendí de verlo, pero yo estaba como en un sueño, mareado, conmovido y listo para tomar las cosas como venían, sin cuestionarlas. +:=ué choque; +e$clamé+. >4ios mío, qué choque horrible;
5l asinti# con la cabe%a e incluso en la penumbra pude ver que sonreía, con esa sonrisa nost'lgica y amable que yo asociaba con él. o me podía mover. n realidad, no tenía ning6n deseo de moverme. Pero mis sentidos estaban e$tremadamente alertas. 7i los restos del motor iluminados por linternas. 7i un pequeño grupo de personas y oí sus murmullos. staban el casero y su esposa, y una o dos personas m's. o advertían mi presencia< estaban muy ocupados alrededor del auto. Luego, de pronto, oí un grito de dolor. + l peso est' sobre él. Lev'ntenlo suavemente grit# una vo%. + Aquí estoy respondí, pero me parece que no me oyeron. -odos estaban inclinados sobre algo que había delante del auto. "tanley me puso la mano en el hombro y su contacto fue indescriptiblemente tranquili%ador. 0e sentí aliviado y feli%, a pesar de todo. + o duele, >no? +me pregunt#. + o le respondí. + unca duele agreg#. / luego, de pronto, me invadi# una ola de asombro. :"tanley; :"tanley; >Por qué? :"tanley había muerto por una infecci#n intestinal en @loemfontein, en la uerra de @#er; +:"tanley; + grité, y sentí que las palabras me ahogaban+. "tanley, est's muerto. 5l me mir# con esa misma antigua risa, amable y nost'lgica. + / t6 también respondi#.