Efecto Tango
Causas de la crisis: La causa económica del ``efecto tango'' hay que buscarla en las elevadísimas ganancias de las empresas privatizadas, en especial YPF, la petrolera estatal entregada a REPSOL. Otro factor fundamental fue la privatización del sistema de jubilaciones, que le quitó al estado una fuente importante de recursos (los aportes de los trabajadores), al tiempo que éste debía seguir haciéndose cargo del pago a los ya retirados. En otras palabras, el estado perdió sus medios de financiación, y como las empresas invierten en salarios y otros gastos sólo una parte ínfima de lo que recaudan, se convierten en monumentales sumideros de circulante. La única forma de reponer este dinero es mediante el endeudamiento, pero todo préstamo externo termina saliendo por el mismo sitio, ya que el estado perdió su capacidad de volver a recaudar el dinero que inyecta en el sistema. Uno puede preguntarse entonces por qué otras economías neoliberales subsisten y la Argentina no: Parte de la respuesta está en que todo el sistema político y Judicial ha sido irremediablemente corrompido. La historia puede remontarse hasta la dictadura militar, pero se vuelve patente con la ampliación de la corte suprema de justicia durante el régimen de Menem, con el objeto de dejar las manos libres al régimen para llevar a cabo las privatizaciones por sobre cualquier norma jurídica. Esto convierte a la banda de ladrones que tomó el poder y las empresas privatizadas en un todo, que naturalmente no se pone límites a sí mismo. Como ejemplo, podemos citar a la cadena Carrefour, cuyo desembarque provocó la quiebra de numerosos pequeños comercios aumentando aún más la desocupación y la recesión, y que (según denunció el programa ``Detrás de las Noticias'') no pagaba impuesto a las ganancias porque ``no obtiene ganancias'', o las petroleras que adulteran la gasolina con benceno para evadir impuestos. La otra mitad de la respuesta es que sí se puede mantener funcionando un proceso de acumulación de capital siempre y cuando se adquieran nuevas riquezas, ya sea mediante la invasión de nuevos territorios o, en tiempos más modernos, mediante la conquista de nuevos mercados. La privatización de los bienes estatales de las economías menos desarrolladas es parte de este proceso, y el efecto tango no es un caso aislado sino que forma parte de una larga serie de crisis regionales, desde el Sudeste Asiático hasta México y desde Rusia a Argentina, por citar sólo unos pocos episodios, el hilo se corta por lo más fino. De todas formas, cada uno de estos colapsos puntuales sólo aporta un flujo de capital que puede mantener el sistema cada vez durante menos tiempo. Antecedentes históricos: La historia argentina muestra una larga sucesión de democracias formales, débiles y poco representativas intercaladas entre dictaduras militares, que se alternaron en el poder mientras el nivel de vida en el país descendía inexorablemente. Con el golpe de estado de 1976 se impone un modelo económico que privilegia la especulación financiera por sobre el trabajo. El régimen militar pone en marcha un plan de exterminio de la producción industrial, liderado por el ministro de economía José Alfredo Martínez de Hoz. Mediante la apertura indiscriminada de las importaciones y un tipo de cambio de cambio subsidiado mediante préstamos de los organismos financieros internacionales, torna los productos argentinos excesivamente costosos, incapaces de competir frente a la avalancha de importaciones. Esto genera un endeudamiento externo que trepa desde unos u$s 7000 millones en marzo de 1976 hasta u$s 45000 millones en diciembre de 1983, a la vez que destruye una gran parte del sector industrial. Un oscuro funcionario que más tarde reaparecería recurrentemente en la economía argentina, el Dr. (Harvard University) Domingo Felipe Cavallo, transfiere las deudas de grupos financieros privados a las arcas estatales, incrementando aún más el endeudamiento. Estas políticas son puestas en práctica mediante la más feroz represión de la historia argentina, que con la excusa de exterminar al ``marxismo ateo'' y a la ``subversión apátrida'' deja un saldo de unos 30000 desaparecidos. Cabe añadir que durante este período fueron derrocados la mayor parte de los gobiernos democráticos latinoamericanos, siendo reemplazados por dictaduras militares que endeudaron despiadadamente a sus países. Las consecuencias de esta política fueron especialmente trágicas para la Argentina ya que la mayoría de la población estaba constituida por técnicos y profesionales que dependían del sector industrial para su subsistencia. Durante 1982, en un último intento de aplacar las protestas populares apelando a los sentimientos nacionalistas, el régimen invade las islas Malvinas. Esta acción le hace perder el apoyo externo, y el poder militar se desmorona rápidamente. En Diciembre de 1983 asume como presidente Raúl Alfonsín, elegido por el voto popular, poniendo fin a la más sangrienta dictadura de la historia argentina. El gobierno de Alfonsín enjuicia a los responsables de los crímenes cometidos surante la dictadura, lo que despierta una enorme expectativa nacional e internacional. Sin embargo, la intención de conservar el status quo y de evitar cambios profundos diluye rápidamente los alcances de los juicios, quedando sólo punibles algunos de los más altos jerarcas de las fuerzas armadas. En ningún momento se juzgó a Martínez de Hoz ni a las mafias financieras locales e internacionales que instrumentaron el plan de exterminio.
Aparte de esto, la administración de Alfonsín transcurre entre aumentos continuos de precios y huelgas recurrentes de la central obrera, controlada por la oposición peronista. El gobierno se financia mediante la emisión monetaria y de bonos con intereses elevadísimos, lo que termina provocando un estallido hiperinflacionario. Alfonsín debe renunciar y entregar el gobierno al presidente electo, Carlos Saúl Menem, de la oposición peronista, con varios meses de anticipación. A esta altura la deuda pública ya alcanzaba los 64000 millones de dólares, siendo el aumento causado por la incapacidad de la Argentina de pagar los intereses, lo que obliga a continuas renegociaciones. Menem entrega el ministerio de economía a Miguel Ángel Roig, un ejecutivo de la transnacional cerealera Bunge & Born, al mismo tiempo que anuncia la entrega de las empresas del estado al capital privado. Aparentemente su plan consistía en un modelo netamente agroexportador, en el que la consecuente marea de desocupados sería mantenida mediante planes de asistencia alimentaria para los marginados. Roig muere de un infarto a los pocos días de asumir y es reemplazado por Néstor Rappanelli, otro ejecutivo de Bunge & Born. Rappanelli es incapaz de ganar la pulseada al sector financiero y se produce un segundo estallido hiperinflacionario. Asume entonces Erman González en el Ministerio de Economía, quien congela los depósitos bancarios entregando a cambio bonos a los inversores (plan Bónex). Finalmente es nombrado ministro de economía Domingo Felipe Cavallo, el artífice del ``plan Bónex''. Cavallo anuncia el plan de convertibilidad, atando el valor del peso al del dólar y prohibiendo la emisión monetaria si no está respaldada por reservas en dólares. La presidencia de Menem transcurre entre innumerables escándalos de corrupción, la entrega al capital privado de casi la totalidad del patrimonio estatal y el cierre de ferrocarriles, acerías, astilleros, etc. No obstante, el peronismo gana las sucesivas elecciones: por un lado, luego de una historia de inflación crónica y dos recientes hiperinflaciones, la convertibilidad permite la compra a crédito, incentivando algo el consumo; y por otra parte, el principal partido de la oposición (radicalismo), sólo atina a criticar la corrupción pero acuerda en lo que respecta a las privatizaciones y a la apertura indiscriminada de la economía. En 1993 Menem y Alfonsín firman el ``pacto de olivos'', por el cual los dos partidos mayoritarios acuerdan reformar la constitución. Se modifica la duración de los períodos presidenciales, de seis años sin posibilidad de reelección a cuatro años con posibilidad de una reelección. También se aumenta de cinco a nueve el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia, lo que le permite a Menem contar en adelante con un poder judicial adicto. Menem se impone en las elecciones de 1995 sobre el FREPASO, un frente integrado por peronistas disidentes, de tendencia más moderada, quedando los radicales en tercer lugar. Durante la segunda presidencia de Menem las privatizaciones y la apertura de la economía comienzan a hacer efecto: la desocupación y la miseria crecen de forma alarmante y la recesión se profundiza. Con el fin de incrementar la ``competitividad'', el gobierno de Menem cercena uno a uno los derechos laborales conquistados durante décadas: convenios colectivos de trabajo, jornada de ocho horas, derecho a indemnización por despido o accidente de trabajo, etc. Menem privatiza el sistema de jubilaciones y pensiones e introduce las aseguradoras privadas de riesgo de trabajo, encargadas de no pagar las indemnizaciones en caso de accidentes laborales. Todas estas medidas reducen drásticamente los salarios y aumentan espectacularmente la productividad, lo que genera una brutal desocupación y elimina todo riesgo de huelga. La creciente cantidad de marginados encuentra, no obstante, una nueva forma de protesta: el corte de caminos. Durante los últimos años del régimen menemista hay permanentemente rutas y puentes ocupados por piquetes de desempleados o empleados estatales, a los que frecuentemente se les paga con varios meses de retraso. Los desalojos por parte de la policía o la gendarmería van dejando una lista creciente de muertos y miles de manifestantes enjuiciados por entorpecer el tránsito. La fiesta continúa Luego de fuertes presiones por lograr una tercera elección (a pesar de que la nueva constitución no lo permitía, a esta altura no hubiera sorprendido a nadie que la Corte Suprema de Justicia interpretara que donde dice ``un solo período consecutivo'' debía entenderse ``cuantos períodos Menem quiera''), en las siguientes elecciones se impone cómodamente una alianza entre los radicales y el FREPASO, que lleva a la presidencia a Fernando de la Rúa. Durante su breve mandato, la situación social se sigue deteriorando rápidamente. A pesar de la profunda recesión, Domingo Cavallo es vuelto a nombrar ministro de economía. No quedando más empresas estatales para liquidar, de la Rúa continúa la obra de Menem rebajando el 13% los salarios de los empleados públicos e introduciendo fuertes recortes en el ya escasísimo presupuesto, lo que provoca una abrupta caída del consumo y de la recaudación fiscal. Nuevas renegociaciones con los organismos internacionales de crédito aumentan la deuda pública a más de 211000 millones de dólares. Finalmente, una corrida bancaria pone fin a la convertibilidad. Al no conseguir fondos del exterior para enfrentar el retiro masivo de depósitos, el gobierno decide congelarlos. La falta de dinero agrava aún más la recesión, y el 19 de diciembre del 2001, se produce una oleada de saqueos a supermercados en varias ciudades del país. Los disturbios continúan y el 20 por la noche de la Rúa pronuncia un breve y patético discurso convocando a la unión nacional y declarando el estado de
sitio. En lo que respecta a la apreciación sobre la clase política en general, nunca antes la Argentina había estado tan unida. Apenas emitido el mensaje, vecinos de Buenos Aires salen a las calles blandiendo cacerolas y marchan hacia Plaza de Mayo. Finalmente, Cavallo renuncia y, luego de una violenta represión policial, hace lo propio de la Rúa. En medio de una durísima pelea por el poder es nombrado presidente Rodríguez Saa, de la ``oposición'' peronista. Ante las presiones de los grupos económicos que piden ``dolarizar'' la economía (fundamentalmente las empresas extranjeras que administran los servicios públicos y otras transnacionales que quieren seguir recaudando dólares) y otros que pretenden devaluar (empresarios que quieren bajar los sueldos para competir más favorablemente en el mercado externo), Rodríguez Saa hace un montón de anuncios de dudoso cumplimiento. Una semana después, renuncia a su cargo ante la falta de apoyo de la mayoría de los gobernadores. Una segunda asamblea legislativa nombra presidente a Eduardo Duhalde, quién había sido el candidato peronista vencido por de la Rúa en 1999 y anteriormente había acompañado a Menem como vicepresidente en 1989. Duhalde anuncia el fin de la convertibilidad y una fuerte devaluación del peso, a la vez que decide mantener el congelamiento del dinero de los ahorristas, el descuento del 13% de los sueldos de los empleados estatales y efectuar más recortes en los gastos del estado. Se vuelve a disparar el proceso inflacionario, con salarios que en pocos casos superan los 100 dólares mensuales, a la vez que se incrementa la militarización de la represión a la oposición EL EFECTO TANGO Según datos de la Fundación Capital, el gobierno argentino debe enfrentar en los próximos doce meses vencimientos de deuda por 15.000 millones de dólares y crecen los rumores de su incapacidad para pagar. El “Efecto Tango” consiste en la posible declaración de Argentina de su incapacidad para cumplir con los
pagos por servicio de la deuda y el contagio de su situación a los demás países latinoamericanos, tal como sucediera en Agosto de 1982 con la situación mexicana al declarar la moratoria en la cancelación de los servicios de la deuda por 10.000 millones de dólares, lo que marcó el inicio de la crisis de la deuda que
se
conoce
para
América
Latina
como
la
“década
perdida”.
Todo comenzó con el rumor de la incapacidad de Argentina para pagar el servicio de la deuda externa y la disparada del riesgo país, lo que sacudió los mercados financieros internacionales; además, hay que tener en cuenta que Argentina es el mayor emisor de deuda en los mercados internacionales de capital, muy por encima de Brasil y México. Las bolsas que más se han visto afectadas son las de Argentina, México, Chile, Brasil y Venezuela. El “Efecto Tequila” en el contexto económico mundial
POR:
CEGUIR
La historia de la humanidad está llena de sucesos que afectan a miles de personas, directa o indirectamente; hay una tendencia en nombrar a tales acontecimientos con algún rasgo característico fácil de recordar. Cuando escuchamos hablar de sucesos tales como la conocida “guerra de los pasteles” nos damos cuenta de que fue un conflicto originado por un desacuerdo entre México y Francia
siendo el detonador un pastelero francés que demandaba se le pagaran pasteles que arbitrariamente se habían comido oficiales del entonces presidente Santa Anna. En la economía, la crisis de un país que afecta a otro u otros lleva el nombre de algo que hace alusión al país de origen. La historia económica nos explica que a través del tiempo se han estructurado diferentes formas de producción con rasgos muy específicos. Estas formas de producción son: la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el mercantilismo y el capitalismo, entre muchos otros que existen. La historia económica primitiva comienza con aquel hombre que sobrevivía en las montañas de un hostil mundo hace millones de años, este hombre que se alimentaba de pequeños animales que cazaba cerca de la cueva donde se protegía del agudo clima. Pronto este hombre que vagaba en busca de comida encontró compañía y se estableció cerca del Ecuador donde el clima era menos despiadado, con este asentamiento comenzó la comunidad primitiva. La división del trabajo de la que habla Adam Smith se puede ver claramente en este sistema ya que en esa comunidad unos se dedicaban a cazar y
otros
a
la
agricultura.
Miles de años después de que esos hombres primitivos se hubiesen asentado cerca del Ecuador, uno de ellos -presumiblemente el más listo y más fuerte- comenzó a tener mayor poder entre los demás, todos lo respetaban y servían. En esta etapa de la historia las jerarquías en la sociedad se veían claramente marcadas y comenzó a desarrollarse el esclavismo. Un rasgo peculiar de esta forma de producción es que los últimos de esas jerarquías hacían el papel de sirvientes a cambio de ningún tipo de remuneración. Poco tiempo después de que se dieron esas jerarquías, esos hombres con poder comenzaron a adueñarse de tierras proclamando su propiedad por todos lados. Así nace el feudalismo. Los señores feudales eran propietarios de grandes extensiones de tierra y tenían a muchos siervos a su disposición, gozaban de grandes riquezas y hacían transacciones comerciales con otros señores feudales. Y fue así evolucionando la historia económica mundial, los señores feudales se extendían en terrenos enormes con los que se crearon grandes Imperios. Estos Imperios comenzaron ambiciosamente a invadir a otros, y con ello comienzan los conflictos por la extensión de poder y el acaparamiento de tierras y riqueza, a esto último es lo que llamamos mercantilismo. Durante el mercantilismo se desarrolla gran parte del sistema capitalista, en el que hasta donde yo recuerdo, vivimos actualmente. Un rasgo fundamental del sistema capitalista es el ciclo económico. Este se define como las oscilaciones de la expansión a la contracción de la economía, que ocurren entre crisis sucesivas. Durante el siglo XIX, los estudiosos de la economía se impresionaban por las caídas dramáticas de la actividad económica entre periodos de 7 y 10 años. En 1863 Clement Juglar demostró que las crisis no eran sucesos aislados, sino parte de una fluctuación cíclica de la actividad económica, bursátil e industrial, donde los periodos de crisis venían precedidos de periodos de prosperidad. Las
fases
del
ciclo
económico
son:
Crisis,
Depresión,
Recuperación y Auge. En la actualidad el mundo ha adoptado un sistema que ha nombrado “Globalización”, los países están fuertemente relacionados por lo que un problema económico originado en un país afecta a otro. En 1994 México atraviesa por una crisis que también tiene efecto sobre otros países de Latinoamérica, a este suceso se le llama “El Efecto Tequila”. No sólo la crisis mexicana ha impactado a países latinoamericanos, también existen otras que son fáciles de reconocer: “El Efecto Samba” y “El Efecto Tango”.
La crisis mexicana tiene sus orígenes años atrás en 1981 ya que México atravesaba por una situación crítica derivada de la caída de los precios internacionales del petróleo. Los principales síntomas en aquel estonces eran fundamentalmente cuatro: Inflación persistente, sobrevaluación del tipo de cambio, un gran déficit en la balanza de pagos y crecimiento económico muy lento. En el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se dio importancia a la inversión extranjera, se privatizó la banca (nacionalizada apenas doce años antes por el presidente José López Portillo). Los ingresos de esas ventas y de otras compañías gubernamentales se destinaron a la inversión en infraestructura con el objetivo de aprovechar el recién firmado TLCAN. En esos años existía un tipo de cambio fijo, lo que implica que el Banco de México utilizaría las reservas internacionales para mantener el nivel de tipo de cambio deseado dejando a nuestro país con escasas
reservas. La gráfica anterior es un ejemplo sencillo de cómo a través del modelo IS- LM podemos ver cual sería el costo de mantener fijo el tipo de cambio. Para mantenerlo fijo es necesario desplazar la curva IS hacia la izquierda, que significa aplicar una política fiscal contractiva y con ello disminuir el ingreso de equilibrio. Aplicar esta política (que se refiere a disminuir el gasto de gobierno o aumentar los impuestos), implicaría caer en déficit en la balanza de pagos y caer en una desaceleración económica. Precisamente en esos años, ante el incremento en las tasas de interés internacionales, el gobierno mexicano se vio obligado a aplicar severamente la política restrictiva y el programa de ajuste. Algunos teóricos comentan que la crisis de 1994 pudo prevenirse y que en ese entonces se tenían tres
opciones[1]: 1. No hacer nada (recesión). El no hacer nada implicaba caer en recesión, lo que significaba malas noticias para el país.
2. Devaluación de la moneda. Como ya he comentado anteriormente, no siempre devaluar es una buena política económica, pero en las circunstancias de ese entonces era la opción menos mala. Ya que una devaluación del tipo de cambio cancelaría la sobrevaluación. El precio de los productos nacionales se abarata, lo que fomenta las exportaciones y fortalece el mercado interno.
3. Política fiscal expansiva. Que significa aumentar el gasto de gobierno o disminuir los impuestos y cuyo objetivo es funcionar como un efecto multiplicador. En teoría, para mantener el tipo de cambio deseado, ésta era la mejor opción, sin embargo, tomemos en cuenta dos circunstancias, la primera refiere a que aplicar una política fiscal expansiva implicaría endeudamiento con el exterior y la segunda es que se convirtieron cetes y ajustabonos (deuda a largo plazo) en tesobonos (deuda de corto plazo). Lo anterior sin asegurarse de que tuvieran suficientes reservas internacionales para pagar esos instrumentos financieros. Se dice que el mejor momento para llevar a cabo la política de devaluación era en febrero de 1994, ya que las reservas internacionales se encontraban altas y con ello se evitaría la emisión de tesobonos. El año de 1994 fue año electoral para cambio de presidente, a lo que se le suman diversos conflictos internos. El presidente Salinas no se arriesgó y quiso dejar un buen sabor de boca de su gestión aplicando la política fiscal expansiva, decisión que desembocaría más tarde en ese año en una severa crisis económica. ¿Pero cómo afectó a otros países la crisis mexicana? En el caso específico de la economía argentina, el PIB, en 1995, cayó el 4.4% y en el primer trimestre de 1996 descendió al 3.2%; se fugaron muchos millones de dólares y tuvo que ser socorrido mediante préstamos internacionales que elevaron el endeudamiento público; descendió bruscamente el consumo y la inversión mermó el 15.9 por ciento y todo esto trajo consigo el desempleo. Como podemos ver, el entorno internacional en el que estamos inmersos implica que cualquier dificultad que atraviese un país con el que tengamos relaciones comerciales nos afectará directa o indirectamente. Precisamente es lo que actualmente estamos viviendo con la crisis financiera de Estados Unidos.
- TIGRES ASIÁTICOS: Los Tigres del sudeste asiático surgieron entre 1945 y 1990, en el contexto de la Guerra Fría. Se los comenzó a ver como potencias. Los principales países que se han desarrollado tan vertiginosamente fueron Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea, demostraron un crecimiento en calidad, cantidad y bajo precio en
sus productos alcanzando mercados internacionales. A mediados de 1950 apuntaron a los avances tecnológicos y a políticas sustitutivas de importación, orientándose luego a las exportaciones. Estos países han cambiado paradigmas mundiales. En poco tiempo, los países del sudeste asiático pasaron a ser países de escaso crecimiento como contrapartida de bajos salarios de los trabajadores, lo cual resulto atractivo para empresas extranjeras que se instalaron en la región . La inversión favoreció el resurgimiento de la economía, pero siempre y cuando éstas tendieran a los intereses nacionales, a la competitividad y a las expectativas del empresariado local. Este avance tuvo efectos en cada uno de los países, como es el caso de Hong Kong, (antigua colonia británica, ahora perteneciente a China) las inversiones extranjeras dentro del proceso de modernización tuvieron un marcado control por parte del Estado. En Taiwán, las industrias mecánicas y petroquimicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas publicas, controlando que las importaciones no sean mayores que las exportaciones. En Corea existe un fuerte proteccionismo al sector industrial respecto de la competencia extranjera e incluso al ingreso de capitales. En cambio, en Singapur, las multinacionales ocupan un lugar fundamental que en el resto de la región. Debido a la limitación de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la exportación de productos primarios, constituyendo la industria el sector clave a estimular tanto en las importaciones como en las exportaciones. Los "Tigres Menores" Luego de un largo proceso, comienzan a desarrollarse otros países del sudeste asiático, los llamados "Tigres Menores" o "Pequeños Dragones", quienes iniciaron tardíamente su camino a la industrialización rescatando a las economías industrializadas como modelo. Ellos son Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas. Forman parte, entre otros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) 2.1 Actualidad económica de la región Con sus economías en crecimiento, Asia representa una gran oportunidad para la industria internacional. Mientras se considera a China como el motor que impulsa este crecimiento, la alta población de esta región y los bajos costes operativos han llevado a los economistas de todo el mundo a predecir que Asia se convertirá en la fuerza dominante en el siglo XXI. Los dos extremos de la zona asiática ofrecen las mejores y las más inmediatas oportunidades. La gran cantidad de mano de obra barata de la India está creando un centro global perfecto para los servicios administrativos externalizados, especialmente debido a una mano de obra preparada. En el otro extremo del espectro de la zona, China, la economía con el crecimiento sostenido, está creando un sector industrial dominante. Los economistas predicen que en una década, las marcas chinas serán tan conocidas por los consumidores como las grandes marcas japonesas Sony, Yamaha y JVC. El ritmo de su crecimiento económico no muestra signos de ralentización. En su informe de previsiones de 2006, el Asian Development Bank (ADB) y el Banco Mundial esperan que el crecimiento de la región sea de un 6,6% y de un 6,2% respectivamente. No obstante, existen factores que crean cierta incertidumbre. Los cuatro tigres asiáticos o dragones asiáticos es un término usado en referencia a la altamente desarrollada economía de Hong Kong , Singapur , Corea del Sur y Taiwán a partir de 1970. Estas regiones fueron los primeros países industrializados recientemente , destaca por mantener excepcionalmente alto crecimiento de los precios y la rápida industrialización entre los años 1960 y 1990. En el siglo 21, las cuatro regiones ya han graduado en las economías avanzadas y las economías de altos ingresos . Sin embargo, la atención se ha desplazado cada vez más a otras economías asiáticas que están experimentando la transformación económica más rápida. Los cuatro tigres asiáticos tienen una educada y calificada mano de obra altamente y se han especializado en áreas donde había una ventaja competitiva. Por ejemplo, Hong Kong y Singapur se convirtió en líder mundial de los centros financieros internacionales , mientras que Corea del Sur y Taiwan se convirtió en líderes mundiales en tecnología de la información . Sus historias de éxito económico que se conoció como el milagro del río Han y el milagro de Taiwán y han servido como modelos a seguir para muchos países en desarrollo , [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ] especialmente el Tiger Cub economías . Los cuatro tigres original experiencia de décadas de crecimiento sobrealimentado basada en gran medida de liberalización del mercado y un aumento espectacular de las exportaciones, gran parte de esta incitado por los Estados Unidos durante la Guerra Fría . Miedo de que el mundo sería sucumbir a comunismo , los EE.UU. reforzó las relaciones con muchos países que ofrecen ayuda financiera, la inversión en sus economías, la instalación y la eliminación de los líderes, y proporcionar un gran mercado exterior para sus productos. Como resultado, el mundo occidental parecía tomar nota de Asia por primera vez y comenzó a verlo como un mercado viable. La inversión extranjera se disparó y pasó de estos estados no desarrollados a los países desarrollados con éxito en muy poco tiempo. Las características comunes de los tigres asiáticos eran que cada uno enfocado en las exportaciones a las naciones industrializadas ricas. Ellos sostenida tasa de crecimiento de dos dígitos desde hace décadas. Cada nación no era democrático y relativamente sistemas políticos autoritarios durante los primeros años. Cada uno de los tigres asiáticos tenían altos aranceles a la importación y monedas
subvaluadas. Cada uno de los tigres asiáticos ha mantenido un alto nivel de tenencias de bonos de EE.UU. y había una alta tasa de ahorro. [ 4 ] Lamentablemente, el estallido de la burbuja en 1997 como el éxito financiero conlleva una inversión imprudente y peligrosa implosión del mercado. La falta de transparencia en las prácticas financieras, el favoritismo empresarial y la corrupción rampante [ cita requerida ] (con la excepción de Singapur) [ cita requerida ] significa en realidad nadie sabía dónde iba el dinero y la gente empezó a notar [ 5 ] . Cuando las exportaciones comenzaron a disminuir rápidamente los inversores extranjeros nuevas simplemente sacó su dinero de las economías del tigre y se desfondó [ 6 ] . De pronto, los economistas se preguntó si eran un poco demasiado de gatillo fácil en el etiquetado de las economías del tigre como un éxito rotundo. Premio Nobel de Economía Paul Krugman se dio unas palmaditas en la espalda para predecir en 1994 que la aventura asiática todo era sólo una burbuja, “todo el sudor, sin inspiración”