Equipo #3
JUICIO DE SOCRATES
Personajes: Arconte Meleto Anito Licon Defensor 1 Defensor 2 Sócrates Meleto: Yo meleto- hijo de meleto acuso bajo a juramento a Sócrates!, de no reconocer a los Dioses de la ciudad y de querer sustituirlos por otros nuevos. También le acuso de querer corromper a nuestros jóvenes. Si! Atenienses, querer corromper a nuestros jóvenes! Por ello, pido para él, La pena de muerte. Mis argumentos están expuestos en el acta de acusación que todos conocen. Anitos y licon aquí presentes nos expondrán las líneas previas. Arconte: Anitos, ¡habla anitos por la acusación!
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Anitos: No se si Sócrates merecía estar aquí, pero ya que e comparecido ante vosotros, jueces, ¡es necesario que muera! Atenienses, si le dejáis vivo, corromperá a vuestros hijos y los perderéis! El os dirá que solo les enseña la virtud, no lo creáis, es un magnifico orador! Porque la virtud no ha corrompido nunca a nadie, lo que realmente corrompe, y esa es la tarea de Sócrates, es hacer que quienes le oyen contemplen con alguien de superioridad el orden establecido por las leyes. Estas son, jueces, las teorías que les da a los jóvenes, ¡Despreciar el sistema! ¡Y los vuelve violentos! Con Sócrates, convivieron dos hombres, que trajeron muchos males a la ciudad: clitias y arquidiades, es decir, el mayor ladrón, el mayor asesino de nuestro gobernante de la oligarquía, el peor libertino!, el más insolente!, el más burdo de los convincentes demócratas!. Defensor 1: Clitias y arquidiades, eran duros ambiciosos. Quizás basaron de su compañía para hacer política. Justamente porque ellos se creían superiores a los demás no pudieron convencerle. No han sido discípulos suyos! 2
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Anito: Tonterías!... aun sabiendo lo que hacía, Invito a sus discípulos a despreciar a sus padres, convenciéndoles de que iba a hacerles más inteligentes que ellos; Dijo, que cuando uno está enfermo, o quiere un juicio solo puede esperar a dudar, de los médicos o los abogados?; Sin embargo, considerando, que nuestros amigos, son más importantes, por la utilidad que tienen que por el que son en realidad. Dicen que no necesitamos amigos buenos sino útiles! Y que solo los sabios merecen respeto, siempre que sepan enseñarlo. Pero después persuade a los jóvenes de que él es el único sabio! Atenienses! Acabemos de una vez con este enemigo de la sociedad, ¡yo me sumo a la condición de muerte y acuso a Sócrates! ¡De impiedad!, ¡perversión de la juventud!, ¡invitación al desprecio de las leyes!, ¡magisterio de clitias y alquidiades! tan dañinos para el estado, ¡enseñanzas de ostento a los padres y falta absoluta de escrúpulos!. Arconte: Licon, ¡Habla Licon! Licon: Atenienses, todos lo sabéis; vive como no viviría ningún esclavo, sus comidas y bebidas son las más pobres de la ciudad, que del mismo vestir miserable en verano y en invierno, es, sencillamente un maestro de la infelicidad. Si no 3
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sabio más que amaro. Pero cuidado con eso jueces, cuidado, porque eso lo hace muy bien… Defensor2: No es esclavo ni de sus sueños, ni de su lujuria. ¿No tan solo crees que debe de ser por una razón poderosa? Esta tres horas libres y guía a su patria y a sus amigos; Tu pareces creer que la felicidad consiste en las delicias y en la magnificencia; Sócrates, nos enseña que la verdadera felicidad consiste en ¡No necesitar de nada! Licon: ¿Y entonces por qué no se dedica a la política? Defensor 1: ¿En verdad crees que haría mejor política dedicándose a ello? ¿Qué cuidando y formando a cuantos son capaces de hacerlo? Licon: ahí está! No tengo más que decir… Arconte: Sócrates, Habla Sócrates… Sócrates: No se, Atenienses, la impresión que os han causado mis acusadores, son tan persuasivos que hasta un momento me he olvidado quien soy. Ellos dicen que no os dejéis arrastrar por mi elocuencia, siempre os he hablado ya de un ente. Mi obligación siempre es ser sincero, decir la verdad. Como espero que la próxima vez sea bien definir lo que es justo y lo 4
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que no; Y es justo que me defienda de grandes acusaciones que hace tiempo se levantan contra mí, y otras nuevas que ahora escucho.
Porque hace tiempo que si intentan hacer creer que existe un Sócrates medio brujo, aficionado a la astrología y curioso por saber sobre las cosas supra terrenas, Aristofanes ya hace tiempo me hace desaparecer en una de sus obras, andando por las nubes y diciendo cosas que no tienen pies ni cabeza, ¡Por os Dioses! Nunca me he dedicado a temas naturales, lo sabéis muy bien. Pero lo que más me preocupa es que Meletor dice que me paseo por Atenas convirtiendo buenos los malos razonamientos, haciendo buenas las malas causas, como un sofista ¡y eso es falso! Es falso que enseñe como un sofista y que lo haga por dinero! Licon: ¿Entones que haces? ¿De dónde vienes? Porque hablan tanto de ti si eres como un Dios. Sócrates: quizás mi reputación nazca de que pongo en práctica alguna cierta sabiduría, simple, del hombre y nada más que del hombre y quizás por ellos dicen algunos que tengo un gran testigo en mi descargo. Apolo… El Dios de Delfos… Si amigos, no os escandalicéis, Todos 5
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conocisteis a Acrofontes, fue vuestro amigo y fue desterrado. En una ocasión que Acrofontes volvió a Atenas y se dirigió hasta el oráculo de Delfos y ahí preguntó. Defensor 2: Pregunto ¿quién era el hombre más sabio de Atenas? y el oráculo respondió: Sócrates. Sócrates que no se creía sabio en absoluto, quiso saber que quería decir el oráculo o que Dios, el Dios no podía mentir. Estuvo largo tiempo meditando y decidió ir entonces a visitar a uno de nuestros más ilustres y dorados; Alguien a quien tenemos por muy sabio, un gran político. Y he ahí atenienses, no era sabio en absoluto!, Sócrates se lo ha ido a mostrar, pero tan solo consiguió ganarse su enemistad. Después fue a visitar a los artesanos, a los poetas, a los grandes compositores de tragedias, y se dio cuenta que todos cometían el mismo error, porque realzan las miniaturas, creían saberlas todas. Sócrates: Y desde entonces me dije, que prefiero ser tan ignorante como soy a creer que la sabiduría técnica es la autentica sabiduría. Sí, he de ahí la investigación que me a causado tan grabes acusaciones. Todo, por intentar hacer ver, al que cree que sabe, que verdaderamente no sabe nada. 6
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Licon: No creo que te creas tan inteligente como para sostener eso. Y es más, si Sócrates no cobra, es porque lo que enseña no vale nada. Anitos: Otra cosa Sócrates, que has intentado hacer, ¡replantear las leyes de la ciudad y eso no se puede tolerar! Sócrates: Las leyes, de la naturaleza, son ineternes. Esta nos hace respirar a todos por igual, seamos viejos o no viejos. Pero, las leyes humanas Anitos no se muestran siempre tan ecualines. ¿Qué tenemos que hacer cuando estas atentan contra el sentido natural? Reestructurar las leyes. Anitos: ¡Tú no puedes discutir las leyes de Atenas! Sócrates: Como ciudadano, debo someterme a la voluntad de la comunidad, es decir, a la ley, pero también soy libre de opinar y de tratas de cambiar esa ley para el mejor gobierno de Atenas. Si he de salir de aquí inocente, a cambio de que deje de discutir y filosofar con los hombres, os diré gracias. Pero mientras mi corazón siga latiendo pienso seguir persiguiendo una y otra vez para deciros: atenienses sois hijos de una ciudad sabia y fuerte, no os da vergüenza pensar nada más en 7
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la gloria y en la riqueza personal, que la verdad y la razón son mucho más importantes para la honra de la ciudad. Si decir eso es pervertir a los jóvenes, está claro que los estoy pervirtiendo, porque eso repito, repito y enseño. Y mientras sea inocente o culpable eso pienso seguir haciendo aunque me maten mil veces. Amigos, hablo porque amo esta ciudad y si os vas a reír y me vais a matar va a ser muy difícil que encontréis otros mejor hombre como yo. ¡Porque yo cumplo una misión, la de pinchar y estirar, la de reprenderos y daros consejo, la de perseguiros y estimularlos sin descanso!... Si, Haceros caso a Anitos y hacedme desaparecer, si lo que queréis es… seguir durmiendo…
FIN
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