ÍNDICE INTRODUCCIÓN 9 CAPÍTULO 1
ERES LO QUE COMES 15 CAPÍTULO 2
CONOCE TU CUERPO 31 CAPÍTULO 3
LA DIETA DE LA ABUNDANCIA 57 CAPÍTULO 4
LOS CINCO INDESEABLES 87 CAPÍTULO 5
DEPÚRATE 125 CAPÍTULO 6
SENTIRSE ATRACTIVO Y SEXY 150 CAPÍTULO 7
PROGRAMA REVITALIZANTE DE SIETE DÍAS165 CAPÍTULO 8
MIS VEINTE SUPERCONSEJOS RÁPIDOS 187 CAPÍTULO 9
EL SIGUIENTE NIVEL 193 ÍNDICE ANALÍTICO 213 AGRADECIMIENTOS 217
Algunas personas me pintan como la típica experta en nutrición insensible y sin piedad, obsesionada con los alimentos naturales y la dieta saludable. A mi propia madre le asusta comer conmigo en Navidad porque le preocupa que la sermonee acerca de los alimentos buenos y malos, y mi hija ha llegado a calificarme de excéntrica ofuscada con la alimentación. Vale, lo admito. Me apasiona lo que va a parar al interior de mi organismo y del tuyo. Pero no siempre he sido así. Hace años, sólo comía alimentos congelados o envasados, y no podía pasar ni un solo día sin mi ración diaria de patatas fritas de bolsa y de barritas de chocolate. Al criarme en las altas zonas montañosas de Escocia, me encantaba mi dieta de carne picada con patatas, pescado rebozado con patatas fritas, flanes y bollos de mermelada. Y luego me enamoré de un estadounidense que estaba obsesionado con la salud. Me fui a vivir cerca de su casa, en Filadelfia, pero me negué a que su extraña actitud influyera en mi modo de vida normal. Bueno, hasta el día en que cumplí veinticuatro años, cuando todo cambió. Mi novio me sorprendió con un sobre. Lo único que ponía en la tarjeta que había en su interior era que iba a «realizar un largo viaje a un lugar especial» en mi día especial. En ese preciso instante, no tenía ni idea de lo largo que iba a ser mi viaje. Nos subimos rápidamente al coche e iniciamos el largo trayecto a un lugar secreto. En las seis horas que duró, imaginé
S E M O C E U Q O L S E R E
10
lujosas habitaciones de hotel con bañeras de agua caliente, quizá con vistas a la montaña o a un prado, junto a un río o en un balneario de aguas termales. Al cabo de unas cuantas horas, vi un cartel que proclamaba a los cuatro vientos: «Bienvenido al estado de Nueva York». Entonces empecé a pensar que visitaría el Empire State, Broadway y la Estatua de la Libertad, y dormiría en la Quinta Avenida o en la avenida Madison. El corazón me latía con fuerza ante tales expectativas. Esta chiquilla escocesa iba camino de la Gran Manzana de un gran país y con un gran hombre. ¡Vaya! ¡Menudo cumpleaños!
Al cabo de casi siete horas de trayecto llegamos a nuestro destino. Allí no había ni Gran Manzana, ni montañas, ni tampoco, qué duda cabe, una bañera de agua caliente. –Vamos a una comida macrobiótica para celebrar tu cumpleaños –soltó de modo inesperado mister América. –¿Adónde has dicho? –espeté. –Ya lo verás –me contestó sosegadamente. Entramos en una destartalada cabaña repleta de docenas de personas sentadas en sillas plegables en torno a mesas también plegables donde había platos de papel y tenedores de plástico. El decorado parecía más apropiado para una fiesta infantil, pero allí había adultos de todas las edades y, sin duda, de toda condición; algunos iban vestidos de forma elegante y sofisticada, otros informales, de estar por casa. Me preguntaba si mi novio pertenecería a una tenebrosa secta. Mis padres me habían advertido de ese tipo de cosas antes de irme de Escocia. Finalmente, se dio comienzo al acto. Primero se presentó a la ponente clave, Elaine Nussbaum, una señora delgada y esbelta con una voz dulce, unos ojos de lo más sinceros y un acento muy marcado de la zona de Nueva York, que había escrito un pequeño libro clandestino titulado Recovery (Recuperación). Elaine empezó a contar su vida, que resultó ser la historia más profunda de mi vida. Primero escuché incrédula, después con pavor y, finalmente, con inspiración y esperanza. A Elaine le habían dado dos semanas de vida. Cada hueso de su cuerpo había sido flagelado por el cáncer y apenas podía caminar, hablar, respirar, sentarse o estar de pie. Del hospital la habían enviado a casa para que muriera en su hogar, ya que no podían hacer más por ella. En su lecho de muerte, una amiga decidió alimentarla siguiendo una dieta esotérica, denominada «macrobiótica». Contenía alimentos vegetarianos naturales como arroz integral, hortalizas de hoja verde, semillas, algas marinas, judías y mucha sopa de miso o soja. Al cabo
N Ó I C C U D R O T N I
11
de un mes, Elaine empezó a recobrar fuerzas y, transcurridos dos meses, se sentía como si ya no estuviera enferma. Entonces decidió volver al hospital para someterse a algunas pruebas y los médicos descubrieron que el cáncer había desaparecido totalmente. Nunca habían visto algo así ni habían oído nada tan increíble. Fue entonces cuando empezó mi viaje, cuando me di cuenta del gran poder de los alimentos. Sin duda, somos lo que comemos. Yo padecía un rosario de problemas de salud habituales, que todos conocemos demasiado bien cuando trabajamos y nos esforzamos demasiado. Tenía dolor de cabeza, cansancio, dolores por todo el cuerpo y granos en la cara, y además padecía candidiasis, una insidiosa infección por levaduras, y estaba por encima de mi peso ideal. Cuando me paré a pensar de verdad y con tiempo en ello, me di cuenta de que era una de las personas menos sanas que conocía. Hoy veo los mismos paralelismos en mis propios pacientes en la Clínica McKeith de Londres. Al llegar, suelen comer mal, muchos tienen sobrepeso y algunos se encuentran en un estado de crisis. Mi objetivo contigo, al igual que con mis pacientes, es que aprendas cuál es la mejor dieta para ti y sepas qué alimentos te ayudarán a perder peso, a mantenerte delgado y a mejorar tu salud de por vida. Puedes lograrlo si sigues mis consejos. Si cumples gran parte de mis recomendaciones, no cabe duda de que estarás más sano, más en forma y más fuerte, y te sentirás más sexy y feliz. Te lo prometo.
S E M O C E U Q O L S E R E
12
He tratado a miles de personas con resultados fabulosos y sin precedentes. La gente viaja desde cualquier zona del planeta para buscar ayuda. He visitado a pacientes de todas las nacionalidades y condiciones sociales, incluyendo estrellas de Hollywood, miembros de la realeza, líderes mundiales, jugadores de fútbol y atletas olímpicos. Pero son en su mayoría personas como tú y como yo. Y todos tienen algo en común: todos, independientemente de su historia, ¡son lo que comen! Y todos los que comen fatal suelen tener una salud peor que quienes siguen una dieta saludable, lo cual no es ninguna sorpresa.
Mis pacientes se fijan a menudo objetivos diferentes: por ejemplo, el atleta quiere mejorar el rendimiento; el ama de casa necesita más energía; el oficinista necesita fortalecer las glándulas suprarrenales para poder afrontar el estrés; el anciano quiere fortalecer su constitución, etcétera. Pero en todos los casos, los alimentos ingeridos se convierten en la medicina del organismo, de forma que si los alimentos que consumes no son los adecuados, tu cuerpo acumulará grasa y disminuirá tu energía, tu libido e incluso tu capacidad mental. Al elegir este libro, ya has dado el primer paso fundamental en el camino hacia un yo más delgado y sano. Puedes optar por el medicamento equivocado o por mi receta correcta. Depende de ti, pero si tomas la decisión acertada, tu cuerpo te lo agradecerá de veras. Esta receta también sirve para toda la familia, así que no tienes por qué sentirte solo. Se trata simplemente de cambiar unos pocos hábitos y de reconocer el daño que te causan determinados alimentos. Tras más de quince años de práctica clínica, he descubierto que quienes cuidan su cuerpo y siguen una dieta adecuada suelen ser los más sanos. Se mantienen en un peso natural y saludable y, además, tienen más energía, gozan de una mejor vida sexual, se sienten más relajados, su mente está más despierta e incluso suelen ser más felices. Tú también sertrata así. del descubrimiento y el En gran medida, puedes este libro conocimiento. Si puede instruirte y dirigirte hacia una alimentación correcta, se te presentará la mejor oportunidad de estar delgado, sentirte bien y estar sano. Quisiera que te beneficiaras de mis muchos años de investigación y del exitoso tratamiento que han recibido miles de personas. Cualquiera puede lograrlo. Basta con que me dejes enseñarte cómo hacerlo.
N Ó I C C U D O R T N I
Dra. Gillian McKeith
13
DIEZ CLAVES SOBRE LA ALIMENTACIÓN
1
2
3
4
Una dieta rica en grasas (sobre todo saturadas) y sal se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedad coronaria. Se calcula que, por término medio, una tercera parte de los casos de cáncer podrían prevenirse con cambios en la dieta. Una dieta rica en fibra y cereales integrales y con pocas grasas puede prevenir algunos tipos de cáncer, como el de colon, el de estómago y el de mama.
7
8
Muchos expertos en fertilidad opinan que seguir una dieta no saludable, con un alto contenido de grasas, azúcares y alimentos elaborados, y con pocos de los nutrientes fundamentales para la fertilidad, puede causar esterilidad y aumentar el riesgo de aborto. Una dieta rica en grasas, azúcares ysal engorda y aumenta el riesgo de padecer obesidad. Tener sobrepeso no sólo incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer y esterilidad, sino que también se asocia a fatiga, baja autoestima y mal rendimiento físico y mental.
9
Una dieta no saludable aumenta el riesgo de
5
6
sufrir depresión y cambios de humor. También se asocia al síndrome premenstrual, a los atracones de comida y a la ansiedad. Una dieta con muchos aditivos, conservantes y azúcares refinados puede provocar falta de concentración, hiperactividad y agresividad. Ello se debe a que los alimentos ricos en azúcar y aditivos carecen del cromo que se elimina en el proceso de refinado. El cromo es necesario para controlar las concentraciones de azúcar en la sangre; cuando éstas se descontrolan, pueden desencadenarse estos trastornos de la conducta.
Una dieta con poco calcio, un nutriente básico, necesario para mantener los huesos fuertes, aumenta el riesgo de que éstos se debiliten o se vuelvan quebradizos, un trastorno denominado «osteoporosis». Una dieta con pocos nutrientes ejerce una presión enorme sobre el hígado. Este órgano es fundamental para una correcta digestión y absorción de vitaminas y minerales indispensables para vivir. Para gozar de una salud óptima debes tener el hígado a pleno rendimiento. Éste no puede hacer frente a grandes cantidades de grasas saturadas y alcohol, lo cual puede causar trastornos hepáticos y renales, como enfermedad renal y cirrosis (un trastorno caracterizado por la muerte de las células del hígado que puede ser mortal). Una dieta con mucho azúcar puede hacer que circule por el cuerpo demasiada glucosa (una forma de azúcar que se transporta en la corriente sanguínea). Si la concentración de glucosa en la sangre es demasiado alta, aparecen enfermedades como la diabetes mellitus. Sus síntomas son sed, necesidad de orinar con frecuencia debido al exceso de glucosa, problemas de visión, fatiga e infecciones recurrentes.
10
Una mala dieta puede poner en peligro tu sistema inmunológico y volverte más vulnerable a los resfriados, a la gripe y a una mala salud en general. Necesitamos una ingestión equilibrada y uniforme de vitaminas y minerales básicos a fin de garantizar el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y de prevenir infecciones y enfermedades.
LA COMBINACIÓN DE ALIMENTOS Muchos de mis pacientes acuden a mí en busca de una dieta mejor. La mayor parte de ellos han tenido sobrepeso o se sienten hinchados o con gases d espués de comer. Combinar alimentos puede ser la solución perfecta. Al combinarlos, puede quemarse la grasa de un modo adecuado, de forma que no quedan partículas alimenticias indigeridas pululando por el organismo. Lo que hay que recordar principalmente es que los alimentos se engloban en diferentes grupos (véase página 82), y es importante no ingerir alimentos de determinados grupos al mismo tiempo, ya que esto impide su correcta digestión. Si se lleva a cabo bien, la combinación de alimentos: › ayuda al organismo a quemar grasas de un modo más eficiente › garantiza la máxima absorción de nutrientes, enzimas y proteínas › evita los eructos, la distensión abdominal, los gases y la indigestión › en general, corrige o previene la mayoría de los factores asociados a la obesidad. Si no se combinan los alimentos: › es imposible completar la digestión › se alteran las enzimas digestivas › se impide la captación de nutrientes › se pueden contraer numerosas enfermedades, como distensión abdominal, pirosis, indigestión, mala absorción, estreñimiento, calambres intestinales, síndrome del intestino irritable, flatulencias, u otras peores.
S E M O C E U Q O L S E R E
80
El problema es que algunos alimentos se digieren más rápido que otros; algunos necesitan enzimas digestivas diferentes y otros que se den condiciones distintas en el estómago para lograr una absorción correcta. Por ejemplo, las proteínas requieren jugos digestivos ácidos para su digestión, mientras que los hidratos de carbono necesitan jugos alcalinos. Cuando mis propios pacientes se embarcan en mis métodos de combinación de alimentos, notan a menudo que a los pocos días mejoran sus síntomas físicos, tienen más energía, se sienten más animados y gozan de más vitalidad en general.
ADELGAZAR Combinar los alimentos es una magnífica forma de controlar el peso. El concepto es que si comes un alimento solo, o más de un alimento combinado correctamente con otros, aumentas al máximo tu capacidad digestiva y tu capacidad para fragmentar los alimentos. Esto significa que el
Grupo 3: Las ensaladas, los vegetales sin almidón, las raíces, las semillas, las hierbas, las especias y los aceites de semillas y nueces pueden digerirse con cualquiera de los dos grupos anteriores (1 y 2). Grupo 4: La fruta es única en su especie y tiene el récord de digestión rápida. La fruta utiliza enzimas
organismo no se aferra a los alimentos no digeridos, que a su vez se convierten en bolas grasas de toxinas y celulitis. Al combinarse correctamente los alimentos, el cuerpo puede quemar grasas de un modo eficaz. En mi práctica clínica me he dado cuenta de que la combinación adecuada de alimentos es uno de los métodos más eficaces para adelgazar y controlar el peso.
totalmente distintas al resto de los grupos.
DESCRIPCIÓN Grupo 1: Las proteínas (carne, volatería, queso,
pescado, huevos, leche y frutos secos) producen jugos ácidos para su digestión. Son de digestión lenta. Grupo 2: Los hidratos de carbono –todas las gramíneas y los alimentos derivados (pan, pasta, cereales, harina, galletas, etcétera), y los vegetales con almidón (patata, ñame y maíz dulce)– producen jugos alcalinos. Son de digestión rápida y necesitan enzimas diferentes de las que necestian las proteínas. Si ingieres alimentos de los grupos 1 y 2 juntos, las enzimas y los jugos digestivos rivales se enfrentarán y neutralizarán mutuamente. En consecuencia, la comida no se digiere correctamente y se descompone en el interior del intestino, lo cual provoca gases, distensión abdominal, pirosis, dolor de estómago, mala absorción, indigestión y desgaste energético, por no decir cosas peores.
La solución: › No ingieras alimentos de los grupos 1 (proteínas) y 2 (carbohidratos) juntos en la misma comida. › Los alimentos del grupo 3 (vegetales) pueden consumirse con los grupos 1 y 2. › El grupo 4 (fruta) debe consumirse siempre solo, como mínimo separado treinta minutos de otros grupos de alimentos. Lo mejor es comer fruta con el estómago vacío, preferiblemente por la
mañana, sin otros alimentos. Si comes fruta después de comer, ésta no puede ir a ninguna parte al estar atrapada detrás de los alimentos que tardan mucho más en digerirse, de forma que fermentará en el intestino. Si la fruta se mezcla con otros grupos de alimentos, cabe esperar distensión abdominal, flatulencias e indigestión. (Nunca mezcles el melón o la sandía con otras frutas, ya que son las frutas que más rápido se digieren. Así pues, ¡recuerda comerlos solos u olvídate de ellos!) › Si has comido carbohidratos, deja pasar dos horas antes de ingerir proteínas. En cambio, si has comido proteínas, deja pasar tres horas antes de ingerir carbohidratos. Las proteínas tardan cuatro horas en llegar al intestino, mientras que los hidratos de carbono tardan dos horas en recorrer el trayecto desde la boca hasta el intestino.
A I C N A D N U B A A L E D A T E I D A L
81
GRUPO 1 Proteínas › Carne › Caza/conejo › Frutos secos › Huevos › Leche
GRUPO 2 Hidratos de carbono › Azúcar y dulces › Cereales, incluyendo avena, pasta, arroz, centeno, maíz y mijo › Jarabe de arce
GRUPO 3 Vegetales sin almidón › Aceite de oliva (prensado en frío) › Ensaladas y hierbas frescas › Hierbas, especias y aliños › Mantequilla, nata y grasas para untar
› Marisco › Pescado › Queso › Soja, tofu y derivados de la soja › Volatería › Yogur
› Miel › Patatas y vegetales con almidón › Productos derivados de los cereales, como las galletas dulces y saladas, el pan, los pasteles y las pastas
› Semillas GRUPO 4 › Toda la fruta
Recorre el camino hacia una salud perfecta. Sigue las indicaciones de la tabla inferior para mejorar tu digestión y aumentar tu energía y resistencia.
TABLA DE COMBINACIÓN DE ALIMENTOS MAL Granos con lácteos o carne = gases Fruta con vegetales = gases Fruta con carne = gases Fruta con granos o lácteos = gases
BIEN Fruta sola = sin gases, digestión correcta Cereales con vegetales = sin gases Pasta con vegetales = sin gases Judías con vegetales = sin gases* Carne o pescado con vegetales = sin gases Legumbres/judías y granos = sin gases
*Nota sobre el consumo conjunto de judías y cereales: los vegetarianos lo tienen mejor en lo que respecta a la combinación de alimentos. Las legumbres y las judías poseen una mezcla de almidón y proteínas que puede parecer un problema. Sin embargo, el almidón domina en la mayoría de las legumbres, a excepción de la soja y las judías blancas. Por lo tanto, puedes combinar la mayoría de las legumbres y judías con cereales, así como con ensaladas y vegetales.
S E M O C E U Q O L S E R E
82