La sabidu sabid u rí ríaa y la literatu ra sap sapiienci encial al Escribas reales egipcios prontos a escribir al dictado. Relieve XVIII dinastía (1335-1308 aEC).
Desde antiguo, las cortes de los reyes o los grandes santuarios fueron centros de formación de cultura en todo el Oriente. Desde allí la cultura se irradiaba en todas direcciones a través de las rutas recorridas por la caravanas.
La sabiduría de la experiencia
S
egú n G. Von Von Rad, Israel, com com o todo s los pueb los, entendía por sabiduría un conocimiento conocimiento pr áctico áctico de las leyes leyes de la vida y d el universo, basado en la experiencia. La palabra hebrea que nosotros trad ucimos p or sabiduría signific significaa en prim er lugar pericia, como la que qu e tiene, por ejemp lo, el forjad forjador or d e metales o el consejeconsejero p olítico olítico o cualqu ier otro p rofesional. El El objetivo objetivo qu e persigue, por tanto, aquel que cultiva cultiva la sabidu ría, es la la posibilidad posibilidad d e poder d ominar la vida; para eso debe coconocerla, nocerla, no pu ede d ejar ejar d e observar y afinar sus oídos para v er si entre la maraña d e los acontecimientos acontecimientos aparece por alguna p arte una ley o un u n orden orden constant e.
LA CAPACIDAD DEL LENGU LENGU AJE
El med io para ap resar y objetivar objetivar el ord en así percibido fue fue desde u na temprana antigüedad el lenguaje. La palabra es el instru instru mento qu e permite contener las las verdades recibidas por la experiencia. Sólo a través de su formulación formulación las verdad es quedan fij fijadas y sancionadas sancionadas como tales. Y par a eso la p alabra ofrece grand es posibiliposibilidades. da des. Una d e ellas, ellas, por ejemp ejemp lo, es la rima, que permite a la vez la impresión y la fácil memorización. Pero una forma también m uy frecuente frecuente era la paradoja:
no se aprende d e un d ía para otro, por simple memorización. ción. Para p ilotear ilotear la prop ia vida n o alcanzan alcanzan las instru cciones; cciones; se necesita la habilid habilid ad . Cada vez qu e se logra formular un p roverbio roverbio se está está cubriendo cubriendo u n p ozo peligroso, ligroso, pero sólo después que u n niño ya se ha ahogad o en él. No se pued e aprend er de los proverbios, sino con con los proverbios. La gran cantid ad d e sentencias sapienciales, sea las contenid as en los libros clasificados clasificados como sap ienciales, ienciales, como también las d istribuidas istribuidas en el resto de la Escritura Escritura o fuera de ella, ella, no están encuad encuad rados d entro de u n sistema ord enado. A lo lo sumo están agrup ados, por no decir decir amon tonados, de acuerd o a alguna temática comú comú n. Esto Esto nos habla de d os maneras d iferentes iferentes de percibir percibir la verda d: u na sistemática (como (como lo es la filosofí filosofíaa o la teología) y la otra empírica. Donde falta la verdad emp írico-sapienírico-sapiencial cial hay p eligro eligro d e caer en el simple ad octrinamiento octrinamiento o hasta en la ideología. La sabiduría ha descubierto un orden en las cosas y en los sucesos; lo ha h echo echo con m ucha paciencia paciencia y a trav és de dolorosas comprobaciones. Pero ese orden d escubierto escubierto en fenómenos tan complejos plejos y med iante constantes percepciones percepciones la sabidu ría no lo reduce a un principio general, y menos aú n buscando u na fórmu la lo lo suficientemente suficientemente amp lia para englobar la infinita variedad del mundo de las apariencias. La sabidur ía, más bien, busca leyes y constantes, pero d eja eja siempre intacta intacta la singularidad de cada experiencia. experiencia. No es raro, entonces, encontrar p roverbios contrad ictorios: ictorios:
«Hay quien regala y aumenta su haber, quien retiene retiene lo que d ebe y emp obrece» (Prov 11,24 11,24). ). «Quien ama a su hijo lo castiga» (13,24). «La lengu lengu a bland a qu ebran ta los hu esos» (25 (25,1 ,15) 5)..
«No respondas al necio según su necedad, no sea que te iguales a él; respond e al necio necio según su n eceeceda d , no sea q ue se crea s abio» (Prov 26,426,4-5). 5).
En estos casos no hay conclusiones. Se Se trata sim plemente d e la comp comp robación robación d e un hecho. Y esto es ya por sí mismo importan te, porqu e se comp comp robaba con satissatisfacci facción ón qu e, detr ás de los fenóm fenóm enos o hechos aparen temente absur dos, también se escond escond ía una constante u orden oculto. Así el descubrimiento descubrimiento d e dicha ley perm itía vencer vencer u na vez m ás al caos. caos. Esto Esto nos m uestra qu e la sabiduría está ordenad a al dom inio de la la vida y no simplemente a u n fin m eramente did áctic áctico. o.
Porque un sistema sistema filosóf filosófic icoo p ued e ser concebido concebido como cerrado en sí m ismo; es es decir, que se pu ede considerar suficiente suficiente su contenido. La La sabidur ía siemp siemp re perman ece ece abierta e inabarcable inabarcable.. No compr ende la verd ad de u n mod o excl exclusivo, usivo, porqu e el prov erbio que corrige corrige a otro no p rueba la falsedad falsedad de este último. Más bien incorincorpora u n nu evo plano en el horizonte de la experienci experiencia. a. Por lo tanto, el pensamiento sap iencial iencial yuxtapone d istintos campos de orden.
EL ARTE ARTE DE COND UCIR
Por eso la sabidu ría no es simp lemente ciencia (co(conocimiento): es arte. Prov 1,5 la llama «arte del piloto» (según el texto texto griego khibernesis ). Por tanto, como tod a arte,
LA COMPARACION
Un m odo d e descubrir las leyes leyes que rigen la vida vida d el hombre es la analogía o comparación con respecto a los fenómenos fenómenos naturales:
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La sabiduría en el antiguo Egipto
E
gipto d esarrolló esarrolló su literatura literatura sap iencial iencial a través de instrucciones o enseñanzas, mediante las cuales cuales un rey se dirige a su p ríncipe ríncipe heredero, un magn ate a su h ijo, ijo, o un escriba a un d iscípulo. iscípulo. Los Los temas tratados se refieren refieren a las grand es preocupaciones preocupaciones del hombre de todos los tiemp tiemp os, como como los males de la vida o las dud as ante el más allá allá de la m uerte.
Las Máximas de PTAH-HOTEP PTAH-HOTEP Se encuentra entre las instrucciones más conocidas. Este antiguo manual de formación cortesana se asemeja bastante en lo literario al libro de los Proverbios.
«Nadie es sabio de nacimiento». «La «La injusticia injusticia nu nca ha llevado su empresa a buen puerto». «La palabra es más difícil que cualquier otro trabajo trabajo y sólo da au toridad a qu ien la dom ina a fondo». «No respond as en estado d e agitación» agitación»..
La Instrucción de DUAUF-JETI
«Al sabio se conoce conoce por lo que sabe y al noble por sus buenas acciones».
Es una sátira de todos los oficios manuales. En el breve poema desfilan el picapedrero, el orfebre, el calderero, el carpintero, el joyero, el barbero, el cortador de cañas, el alfarero, el albañil, el hortelano, el tejedor, el caravanero, el embalsamador, el curtidor, el lavandero, el pajarero y el pescador. No hay una sola palabra alentadora para estos oficios ni para los que los ejercen. Con la finalidad de que su hijo entre en la escuela y llegue a ser un escriba, ensalza la labor del escriba
«El que escucha es un hom bre a qu ien el dios ama, y el que no escucha escucha es u n hombre al que el d ios detesta». detesta».
La Instrucción a MERIKARÉ Expone la enseñanza que un rey se dirige serenamente a su hijo en una época de gran inestabilidad. Sus consejos espiritualmente elevados no reflejan exactamente la situación socio-política de su tiempo, por lo que es de suponer que escribas posteriores intervinieron en la redacción que ha llegado hasta nosotros .
«El «El char char latán fomen ta la discordia; suprímelo». «Sé hábil en palabras p ara p oder convencer, convencer, pues la lengua es la fuerza d e un hom bre». bre». «Sólo «Sólo se convierte convierte en ma estro el que se deja instruir». «Dichoso «Dichoso el que sobrev ive en el recuerdo». «Calma «Calma a l que llora, no op rima s a la viuda , no eches eches a un hom bre del terreno de sus padres». «No haga s diferencia entre el hijo hijo de u n noble y un hom bre vulgar». 2
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«Nad a sobrepasa a la escritura; escritura; es un barco sobre el agua ». «El escriba no carecerá de nada.... Es la mayor d e las profesio profesiones. nes. Nada en la tierra es comparable a ella». «No hay ofici oficioo sin pa trono, excepto excepto el d el escriba, pu es él es el amo». La opinión de Jesús Ben Sira sobre los oficios y sobre el sabio escriba es muy parecida a la de Duauf-Jeti.
«¿Cómo «¿Cómo va a h acerse acerse sabio el que em pu ña el arado, y se gloría gloría d e tener p or lanza el aguijón, el el que cond uce bueyes, los los arrea en su s trabajos trabajos y no sabe h ablar más que d e novillos? Aplica Aplica su corazón a abrir su rcos, y sus vigilias a cebar cebar terneras. De igual mod o todo obr ero o artesan o,que trabaja d ía y noche» (Eclo (Eclo 38,25 38,25-2 -27) 7).. «No así el que aplica su alma a meditar la ley del Altísimo. Altísimo. La La sabidu ría de tod os los antiguos rebu sca, a los profecías consagra sus ocios, conserva los relatos de v arones célebres, célebres, en los repliegues repliegues d e las parábolas penetra, busca los secretos secretos d e los proverbios y en los en igmas igma s d e las p arábo las insiste» (Eclo (Eclo 39,1-3 39,1-3). ).
La Instrucción de ANI Es la lección continuada de una escriba, ya mayor y de tendencias conservadoras, a su hijo Konsu-hotep que se prepara para ejercer el mismo oficio. El hijo, en cambio, sería más abierto a las nuevas corrientes.
Es muy llamativa la semejanza que guarda la advertencia que dirige a los jóvenes frente a la mujer extranjera respecto a la contenida en Proverbios.
«Guár «Guár date d e la mu jer extranjera extranjera que nad ie conoce conoce en la ciuda ciuda d. Agua profunda, de límites desconocidos, es la m ujer cuyo m arid o está lejos. lejos. «Estoy «Estoy limp limp ia» te dice a cada cada mom ento, pero no hay testigos cuan cuan do se d ispone a echarte el lazo».
«La «La Sabidu Sabidu ría te apar tará d e la mu jer ajena, ajena, de la extraña d e m elosas elosas palabras, que ha d ejado ejado al amigo de su juventu juventu d y ha olvidad o la alianza de su Dios; su casa está inclinad inclinad a hacia la mu erte, hacia hacia las sombras su s tortuosos send eros» (Prov (Prov 2,16-18)
La enseñanza de AMENEMOPE Es la más conocida y estudiada por su relación con Prov 22,17-24,11 desde su descubrimiento en 1923. Prácticamente existe unanimidad entre los autores en afirmar que dicha sección de Proverbios es posterior a la enseñanza de Amenemope y depende literariamente de ella, aunque no al pie de la letra. El pasaje de Prov 22,20: «He escrito para ti treinta máximas de experiencia», sólo se ha podido explicar satisfactoriamente a la luz de Amenemope XXVII 7-8. Amenemope señala un hito en la sabiduría de Egipto por su profundo humanismo y religiosidad. AMENEMOPE
PROVERBIOS
«Considera estos treinta capítulos [de los que consta la enseñanza], que instruyen y educan» (XXVII,7-8)
«¿N «¿N o he escrito escrito par a ti treinta capítulos d e consejos consejos y ciencia, ciencia, par a ha certe conocer la certeza de las palabras verd ver d ad eras» era s» (22,2 (22,200-21 21))
«Presta tus oídos, escucha lo que se te dice, aplica tu corazón a entenderlos. Vale Vale la pena gu ard arlos en tu corazón» (I,1-3)
«Presta oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica aplica tu corazón a mi ciencia, ciencia, porqu e te será será du lce lce guard arlas en tu sen o» (22,17-18) (22,17-18)
«Guárdate de robar a un desdichado desdichado y d e enfad arte con u n d ébil» (IV (IV 4-5 4-5)) «Dios «Dios prefiere prefiere al que hon ra al p obre más qu e el qu e ad u la al r ico» (XX (XXVI,1 VI,13s) 3s)
«No despojes al débil, porque es débil, y no aplastes al desdichad desdichad o en la puerta porqu e YHWH YHWH defenderá su causa y desp ojará ojará d e la vida a los despojadores» despojadores» (22,22-23)
«No ambiciones ambiciones un codo de terreno, ni traspases los lind lind eros de una viud a» (VII,14s)
«La casa de los soberbios la destruye YHWH , y man tiene en pie los linderos linderos d e la v iud a» (15,2 (15,25) 5)
Las Instrucciones de ANK-SESONQY Dirigidas a su hijo, contiene una sabiduría práctica de origen rural. Utiliza la repetición y sentencias breves (refranes).
«No vivas v ivas con tu s su egros» egro s» (IX (IX 12). 12). «Quien «Quien n o recoge recoge lana en veran o no ten d rá calor en invier no» (IX (IX 17). 17). «El «El comp comp añer o de u n loco es un loco, el de u n sabio es un sabio, el de un idiota es u n idiota» idiot a» (XII (XII 6s). 6s).
«No seas dem asiado confiado: confiado: te harás p obr e» (XVI (XVI 22). 22). «Si «Si te oprime un a pesad a carga, du erme a su sombra» (XX 17). «No enciendas un fuego que no puedas ap agar ag ar » (XX (XXII 3). 3). 3
«El «El viento viento d el mar trae lluvia, lluvia, lengu lengu a que m urm ura trae ro stros irritad os» (Prov 25,23 25,23)) «Si se acaba la leña se apaga el fuego, si no está el desleng ua do cesa la riña» (26,2 (26,20) 0) «A quien toca la pez se le le pega la man o, quien se jun jun ta con el cínico cínico apr end e sus costu mb mbres» res» (Eclo (Eclo 13,1 13,1). ). El desa rrollo extenso extenso de estas compar aciones daría lugar m ás tarde a las llamadas llamadas p arábolas.
EL ACON ACO N TECER
Pero así como como los fenómenos fenómenos d e la vida vida h um ana no pu eden red ucirse a una ley general, los los sabios de Israel tamp oco redu jeron a un principio (gr. Arkhé) los fenóm fenóm enos n atu rales. En En Israel no existía el concepto naturaleza como nosotros lo entendemos. Para Israel Israel el mu nd o no era un orden estable estable y arm ónico, ónico, que abarcaba por igual todo lo existente existente y del cual cual se pod ía pregun tar por su arkhé o principio último y determinan te. El mu nd o se hallaba para él en la esfera esfera de lo imp ond erable e inconmen inconmen surable, y frente a él se encontraba encontraba m ás indefenso d e lo que p ensamos, por faltarl faltarlee un grupo de conceptos conceptos m ane jables. jables. El mu nd o era más u n acontecer que u n ser. Y como no tenía la posibili posibilidad dad de d ominar racionalmente este acontecer acontecer m ediante la reflexi reflexión ón sobre u n p rincipio rincipio fundam ental, no tenía más remed io que recurr recurr ir al examen y clasifi clasificac cación ión d e los fenómenos par ticulares ticulares p ara fam iliailiarizarse, en cuan to fuera p osible, con el aspecto exterior de esa realidad realidad . Este acontece acontecerr d el mun do en el cual se encontraba metido, le par ecía ecía al sabio dem asiado m isterioso isterioso y su jeto al dominio de YHWH. El mundo era la actividad de YHWH y en ella lo extraordinario extraordinario no era m ás adm irable irable que el orden norm al. Lo que los sabios sabios llegaron llegaron a d edu cir cir de su med io ambiente eran eran leyes captad captad as por la fe. El orden orden qu e pod ía encontrarse encontrarse en lo profund profund o de la realidad realidad perm anecía anecía m uchas veces en el secreto, secreto, sin sin poder ser revelado. revelado. Mucho menos podr ía ser manipu lado. Pero ciertamente ciertamente era u n ord en qu e silenci silenciosamente osamente y d e un mod o casi casi imp imp erceptible erceptible tendía a conseguir conseguir u n equilibrio. Era Era necesario, pu es, saber esperar a que se p rod ujera d icho icho equ ilibrio ilibrio y ser capaz d e percibirlo. Esa sabidu ría es hum ilde; crece crece atendiend o a la realidad concreta y sobre todo a las limitaciones limitaciones del hom bre. A Job Job no le queda otra alternativa alternativa qu e callar callar cuando reconoce reconoce que es un ignorante frente a los misterios de la creación y que es incapaz de respond er a las preguntas qu e Dios Dios le hace. hace.
El Libro de los muertos es una amplia colección de textos funerarios de varias épocas y que contienen fórmulas mágicas, himnos y oraciones que, según los antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma ( Ka ) durante su viaje a la región de los muertos ( Amenti ). ). Para ellos, el conocimiento de estos textos permitía al alma protegerse de los demonios que intentaban impedirle su progresión y pasar las pruebas establecidas por 42 jueces en la antesala de Osiris, dios de los muertos. En estos textos también se indica que la felicidad en el más allá dependía de la vida que hubiera llevado el difunto en este mundo. Los primeros textos religiosos conocidos, de carácter funerario, se encontraron en jeroglíficos esculpidos en los muros interiores de las pirámides de los faraones de la V y VI Dinastías del Imperio Antiguo, a los que se conoce como los textos de las pirámides. Un famoso ejemplo se encuentra en la pirámide de Unas (que reinó entre los años 2428-2407 aEC), último faraón de la V Dinastía. En el primer Periodo Intermed io y en el Imperio Medio algunos individuos tenían estos textos pintados en sus ataúdes, de ahí que también se conocieran como Textos de los Ataúdes. Hacia la XVIII Dinastía los textos empezaron a escribirse en papiros que se colocaban en los sarcófagos. Estos papiros solían medir entre 15 y 30 metros y tenían ilustraciones en color, como la que reproduce este dibujo. Aquí se ve a Anubis pesando el alma de un difunto, y a Tot tomando nota del resultado.
«Al hombre le parecen parecen p uros tod os sus caminos, pero YHW H pesa los esp íritus» (Prov 16,2). 16,2). La expresión expresión procede evidentemente d e una concepconcepción egipcia relativa relativa al juicio juicio de los mu ertos, du ran te el cual se pesaba con con u na balanza el corazón del difunto frente al dios Tot. Pero ¡con ¡con cuánta m ayor razón pod ía rep etirla la religión religión yah w ista! Es evidente qu e en la liteliteratura sap iencial iencial no habla una hu man idad qu e se siente sola en su s decisiones. Al contr contr ario, es conciente conciente de h allarse llarse expuesta a un continu continu o juicio juicio divino. LO QUE AGRADA Y DESAGRADA A DIOS
Una Sabiduría Divina
S
Otra serie de máximas nos hacen dar un paso más en esta mism a dirección. dirección. Son Son los prover bios que hablan del d esagrado o complacencia complacencia divina en ciertas práctiprácticas y comportamientos hum anos:
i bien bien la búsqueda d e constantes constantes era un asun to pro fano, no p ued e se pued e negar que tras ellas Israel Israel veía inmediatamente al mismo YHWH. Aún las sentencias sentencias más profanas d e la sabiduría d e Israel tienen un tra nsfond o teológico. teológico.
DIOS ES EL QUE PESA LOS CORAZON ES
Hay u na serie de pr overbios en dond e se designa a Dios como como el que p esa y escru escru ta los corazon corazon es:
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«Abominación de YHWH la balanza falsa, pero el peso justo g ana su favo r» (Prov 11,1) 11,1).. Por eso, si si antes consideramos consideramos qu e la búsqued a sapiencial llevaba llevaba a d eterm inar qu e «el «el cam cam ino de los rectos es apartarse d el mal» (16 (16,1 ,17) 7),, ahora ten emos qu e aña-
La sabiduría en Mesopotamia
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esopotamia ejerció un influjo indiscutible sobre literatur literatur a bíblica. bíblica. De hecho esta cultura es considerada como la cuna de la civilización. Pero sus textos sapienciales sapienciales no son tan im portan tes como como los d e Egipto. Egipto.
Poema del JUSTO QUE SUFRE Fechado entre 1500 y 1200 aC, este poema, cuyas primeras palabras son «Alabaré al señor de la sabiduría», es un himno de alabanza a Marduk, dios principal de Babilonia, por los beneficios recibidos. Desde que se descubrió en 1875 se ha considerado como el «Job babilónico» por las semejanzas con el libro bíblico. El protagonista, un devoto de Marduk, presenta un solo problema en su largo monólogo: ¿por qué Marduk permite que un fiel servidor suyo sufra tantas adversidades en la vida?
«Mi dios me ha olvidad olvidad o y desap arecido, arecido, mi diosa se ha retirad retirad o de mí y perm anece distante, el espíritu espíritu benévolo que siemp re estaba esta ba jun to a m í se ha ido» ido » (I,4 (I,433-45 45). ). Familiares y amigos lo han dejado solo, probablemente en su enfermedad. Después de un año, la situación no ha mejorado (cf. II,1-3). Surge entonces una gravísima duda que afecta a los fundamentos de su fe religiosa: parece que no sirven de nada el culto y la veneración fiel de los dioses, pues la enfermedad sigue su curso imparable. Pero llega finalmente la restauración gracias a la acción benéfica de Marduk (cf. Tabla III), que «puede volver a la vida al que está en la fosa» (IV,35). El agraciado reconoce ante todos el don de la salud y de la vida y da gracias a su benefactor Marduk (cf. Tabla IV). En el poema queda claro que la vida y las disposiciones de la divinidad son un misterio para el hombre.
«¿Quién «¿Quién p ued e conocer conocer la la voluntad de los dioses del cielo cielo?? ¿Quién ¿Quién p ued e comprend er los planes de los dioses del abismo?» (II,36-37).
DICHOS POPULARES, CONSEJOS Y PROVERBIOS Pocas colecciones se han conservado, aunque el uso del proverbio debió de ser muy familiar en Mesopotamia.
«El arte de escribir es madre de los oradores, pad re d e los doctos» doctos».. «Consagró el templo antes de comenzarlo». «La amistad es de un día; la esclavitud perpetua». «Un ciudad ciudad ano vulgar en otra ciud ciud ad es su jefe». «Cuan «Cuan do las hormigas son golpead golpead as, mu erden la man o del qu e las hiere». hiere». «En «En boca abierta ent ran moscas».
Después de vencer al caos Marduk rediseñó el cielo y la tierra, ordenó los astros y creó los seres humanos.
La TEODICEA BABILÓNICA Es un diálogo poético entre un hombre que sufre (estrofas impares) y su amigo (estrofas pares). La causa del sufrimiento no es la enfermedad, como en el poema anterior, sino la situación social del protagonista: huérfano (I,11), (I,11), pobre (VII,75), despreciado (XXIII,253) y perseguido (XXV,275). (XXV,275). El problema filosófico del diálogo es: ¿por qué el pobre, el desvalido, a pesar de ser justo, piadoso y fiel (VII,71-73), no es protegido por los dioses, sino abandonado por ellos a su suerte y a las injusticias de la sociedad? El amigo responde inicialmente a cada una de las quejas con los argumentos tradicionales:
si sufre será por algún pecado oculto (VIII); después invoca el misterio (XXIV,256-257).
El autor del libro de Job repetirá más dramáticamente este mismo discurso, a excepción de la última conclusión del amigo, que responsabiliza a los dioses de haber hecho al hombre mentiroso y de burlarse del pobre, no del rico (cf. XXVI). En la última estrofa, la XXVII, el protagonista deja de quejarse y se somete al destino. Pide ayuda a su amigo, confiesa serenamente su desgracia y se encomienda piadosamente a los dioses y al rey:
«Que me ayud e el dios que me abandonó; que se muestre comp comp asiva la la d iosa iosa que [me olvidó]; qu e el p astor (el rey), sol del p ueblo [se [se compad ezca]» ezca]» (XXVII 295-297). 5
d ir qu e «con «con el tem or d e YH YH WH se evita el mal» (16,6 (16,6). ). Es decir con con la pr áctica áctica de los mand amientos.
EL HOM BRE PROPO PROPO N E, PERO PERO DIOS DISPON DISPON E
Una tercera serie de prov erbios es la la más instr uctiva d esde el pu nto d e vista teológico. teológico. Trata Trata d e las limitaciones de las posibili posibilidad dad es hum anas por p arte de Dios y su su libre proceder: «Al hombre, los planes del corazón; pero a YHWH YHWH , la resp uesta » (Prov 16,1) 16,1).. Quiere decir decir que el hombre pued e hacer hacer m uchos proyectos, yectos, pero en su formulación formulación entra lo imprevisto, por eso hacer lo correcto e incluso llegar a pronunciar una palabra justa, justa, eso es es un d on d e YHWH YHWH . «No hay sabidu ría ni inteligencia inteligencia ni consejo consejo frente al Señor. Señor. Se pr epar a el caballo caballo para el día d el com com bate, per o es el Señor Señor qu ien d a la victoria» (Prov 21,30 21,30s). s). Estas afirm afirm aciones expresan la conciencia conciencia d e que el ámbito que el hombre p ued e abarcar con con su razón es realrealmente pequ eño. Dond e quiera que se vuelva y cuan cuan do menos lo p iensa, se se encuentra d e nu evo frente a ese facfactor incalculable de la actividad divina. La sabiduría, como arte de d ominar la vida, sabe detenerse aquí y aniquilarse a sí misma.
La Sabiduría en persona
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esde la época post-exílic post-exílicaa se observa un a imp ortante tran sformación sformación en la consideración consideración de la sabiduría. Desde entonces se la concibe como un llamam llamam iento de Dios al hombre, o sea, como como la m ediadora de la revelación divina. Se la llega a considerar, incluso, incluso, como como u n p rincipio rincipio divino dad o al mun do en la creación. Así, en Prov 1-9, ya no encontramos sólo máximas máximas p ara abordar la vida, sino, además, amp lios lios poem as teológiteológicos. Si antes el tem or d e YHWH YHWH era el principio de toda sabiduría que enseñaba al hom bre a vivir, ahora la SabiSabidu ría pretende llevar al hombr e hacia hacia Dios. Pero ella no se dirige al hombre como como u na d octrina octrina en labios labios de u n m aestro. Ahora habla como una persona, como un yo revestido de autoridad . La La misma llamada da al hom bre la certeza certeza de q ue en ella se le ofrece la la salvación: «El «El que m e halla, ha hallado la vida, ha logr ad o el favor d e YH YH WH» WH » (8, (8,35) 35)..
prototipo de Maat, la suprema Sabiduría en Egipto. Estatuita del 850 aEC, contemporánea de la literatura sapiencial de Israel. París, Museo del Louvre. La Divina Adoratriz,
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Llega Llega hasta ser un imp aciente aciente ultimatum : «La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz» voz » (1,20 (1,20). ). ES lo mismo qu e proclamaban los levitas levitas antiguam ente: «Mira, yo pon go hoy ante ti vida y felici felicida dad, d, mu erte y desgr acia. Si escuchas escuchas los man dam ientos de YHWH YHWH tu Dios que yo te p rescribo rescribo hoy, si amas a YHWH tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y norm as, vivirás vivirás y te mu ltiplicaltiplicarás» rás » (Dt 30,15s). 30,15s). Sólo Sólo que la am onestación ahora n o se dirige a Israel como comu comu nidad de la Alianza, Alianza, sino a cada cada ind ividuo personalmente. En esta personificac personificación ión d e aqu ella ella qu e llama y aqu el que es llamad o, la Sabidu Sabidu ría llega a recibir recibir carne y sangre, capaz hasta de establecer una relación afectiva afectiva con ella: «Dile a la Sabiduría: «Tú eres mi hermana», llama par iente a la inteligencia» (Prov (Prov 7,4) 7,4).. La Sabidu Sabidu ría es la form form a en qu e YHWH YHWH se hace presente para qu e los hombres lo busquen. Sin Sin embargo no es Dios mismo. Es algo distinto. Es Es u na criatura su ya: «YHWH «YHWH me creó, primicia primicia d e su camino, antes que sus obr as má s antigu as» (8,2 (8,22). 2). La Sabiduría se identifica con la idea del mundo que Dios acarici acariciaba aba d uran te la m isma creación: creación: «Con la Sabidu Sabidu ría fund ó YHW YHW H la tierra, consolid consolid ó los cielos con inteligen cia» (3,19 (3,19). ). La Sabidur Sabidur ía es distinta distinta d el hombre, pues d e otro mod o sería algo que está al alcance alcance de su deseo. Es, a la vez, algo algo distinto de Dios, pues si no no p odría pen etrar en el hom bre. Esta Esta p erspectiva, erspectiva, intenta pr eservar la transcend cend encia encia de Dios y su brayar la imp otencia otencia d el hombre para h acerse acerse con con la sabiduría. De todos mod os irá aumentan do cada vez m ás la consideraci consideración ón d e su p articiarticipación en el ser d e Dios: «Es «Es un h álito álito del pod er de Dios, un a emanación pu ra de la gloria gloria del Omnipotente, por lo que nad a manchad o llega a alcanza alcanza rla. Es un reflejo reflejo de la lu z eterna, un espejo espejo sin man cha de la actividad actividad de Dios, una imagen d e su bondad . Aún siend siend o sola, sola, lo lo puede tod o; sin sin salir de sí misma, renueva el universo; en todas las edad es, entrand entrand o en las almas santas, forforma en ellas amigo s de d e Dios y pr ofetas» (Sab (Sab 7,25-2 7,25-27). 7). Finalmente Finalmente la Sabidu Sabidu ría invita a los cansados y débiles, biles, a los que se sienten d esanimados: «Venid a mí los que me deseáis, y hartaos de mis prod uctos... uctos... ¿Por qué h abéis de d ecir ecir que estáis estáis p rivados de ella, cuando vuestras almas tienen tanta sed? He abierto mi boca y he hablado: adqu iridla sin
dinero; someted al yugo vuestro cuello, cuello, que vu estra alma r eciba eciba la instru cción: cción: está está ahí a vu estro alcance» (Eclo 24,19; 51,24-26). La afinidad afinidad entre la llamad a de la Sabidu Sabidu ría en Eclo Eclo 24,1 24,199 y las palabras d e Jesús Jesús es tan gran de, qu e sus d iscíiscípu los llegaron llegaron a r econocerlo como la encarnación de la Sabiduría divina que viene al mundo a invitar a cada un o a unirse a Dios: «Venid «Venid a mí todos los que estáis rend idos y abrum ados, que yo os dar é descanso. Cargad con m i yugo y aprend ed de m í que soy manso y humilde de corazón, corazón, y hallaréis hallaréis descanso para vu estras almas. Porqu e mi yu go es su ave y mi carg a ligera» (Mt 11,28 11,28-30 -30). ).
La figura del sabio
L
a FAMILIA FAMILIA y la TRIB TRIBU p ud ieron ser los lu gares más antigu os de origen y transmisión de la sabisabidu ría. En efecto, las las fórm ulas «Escucha «Escucha h ijo.. ijo...» .»,, que qu e encabezan algunas instrucciones, pueden estar implicando que al pad re correspond correspond ía primordialmente la funfunción edu cativa den tro d el círculo círculo familiar. Está Está claro, al menos, qu e la instru cción cción religiosa religiosa era responsabilidad responsabilidad de los p adres, como lo sugieren los antiguos preceptos: «Y cuand o os pregu nten v uestr os hijos: hijos: ‘¿Qué significa fica para pa ra vosotros vos otros este r ito?’, ito?’, respon d eréis: ‘Éste ‘Éste es el sacrificio de la P ascua ascu a d e YH YH WH ...» ...» (Ex 12,26s); 12,26s);
No es d e extrañar, entonces, entonces, que la Sabidu Sabidu ría y la Ley fuesen descritas descritas posteriormente según un mod o protagónico femenino. Más allá de este ámbito original de formación, el término hakam (sabio) se fue vinculand o cada vez má s al ámbito escolar escolar y p úblico, úblico, pues era necesario aprend er de un maestro, y la instru cción cción imp licaba licaba una capacitaci capacitación ón profesional. Así, la tradición sapiencial cultivada en el Oriente antiguo asum ió como como finalidad finalidad el desempeño pú blico, blico, como como p od ría ser el gobierno o el culto. El El testimon io bíblic bíblicoo nos presenta los gran des focos de irradiación sap iencial que conocía Israel: «La «La sabiduría d e Salomón Salomón era m ayor que la sabidu ría de todos los orientales y que toda la sabidu sabidu ría de Egipto» (1 Re 5,10). Teniend Teniend o en cuenta la gran ded icaci icación ón qu e requería conocer la escritura jeroglífic eroglíficaa (inventad a en EGIPTO EGIPTO en torn o al 3000 3000 aEC), aEC), es es obvio qu e el cultivo de las letra s y el arte de la lec lectura tura qu e perm itía itía adqu irir y transmitir conocimientos conocimientos fuera p rivilegio rivilegio de p equeñas elites. elites. El El nomnom bre de este tipo de escritura ( hieros = sagrado; glifos = grabad o), perm ite situar situar a estos primeros gru pos selectos selectos en torno a los santuarios. Los textos consignados con esta grafía estarían destinad os a conserv conserv ar relatos de carácter teológico, teológico, como tamb ién los rituales utilizad utilizad os en el culto. La magia, con su carácter carácter esotérico, era u n r ubr o don de la escritura escritura tenía am plia aplicaci aplicación. ón.
«Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto dicto hoy. Se las las rep etirás a tu s hijos, hijos, les hablar ás d e ellas ellas tanto si estás en casa como si vas d e viaje, viaje, así acostaacostado como levan tad o» (Dt 6,66,6-7) 7).. La familia familia como ámbito d e transm isión isión d e conociconocimientos es confirm confirm ad a en el siguiente pr overbio: «También «También yo fui hijo hijo para m i pad re, tierno tierno y qu erido a los ojos ojos de m i mad re. Él Él me enseñaba y m e decía: ‘Retén Retén mis palabras en tu corazón, corazón, guard a mis m andatos y v ivirás. Adqu iere la la sabidur ía, adqu iere la la inteligencia, inteligencia, no la olvides, no te ap artes d e los dichos d e m i boca» (Prov (Prov 4,3ss) 4,3ss).. La relación relación maestro - discípu discípu lo habría tomad o de la institución familiar el mod elo básico básico padre - hijo. Igualmente la madre ocupaba u n pu esto imp imp ortante en la la formación del n iño, incluso incluso anterior respecto a la enseñanza impartida por el padre: «Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no d espr ecies la la lección lección d e tu mad ma d re» (Prov 1,8; cf. cf. 6,20 6,20). ). En algún caso la la mad re pod ría encargarse encargarse no sólo de la primera enseñ anza, sino, ad emás, de la una capacitación profesional, como el arte de gobernar : «Palabras de Lemu el, rey d e Massá, que le enseño su m ad re» (Prov 31,1). 31,1).
En este relieve en madera, de hace 4.700 años, el egipcio HezyRa, jefe de los escribas reales, lleva colgados del hombro derecho sus instrumentos de escribir: una paleta de pizarra con dos huecos en los que se alojan sendas pastillas de tinta, un estuche para el cálamo con el que se escribe y un recipiente con agua para humedecer el cálamo.
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Fuera d e la actividad actividad religiosa, las funciones de los pr ofesionales de la escritu escritu ra (los escribas) se extend extend ían a otro ám bito, no m enos sagrad o, como como el ceremonial de la corte faraónica, faraónica, o a la actividad actividad dip lomática, adm inistrativa o m ilitar. ilitar. El cultivo cultivo d e las ciencias ciencias exactas exactas y la m edicina cina tam bién fue prop io de estos letrados. letrados. En un a época post erior la sabidu ría egipcia se orientar ía hacia la la ética ética y la piedad personal. También También se haría más p opu lar, lle lle-gando a su rgir un nu evo tipo tipo d e escritura escritura llamad llamad a demóeblo). tica (demos = pu eblo). En MESOPOTAMIA encontramos entre los SUMERIOS SUMERIOS centros d e enseñan za llamad o eduba («casa de las tablillas», en alusión al material sobre el cual se escribía), escribía), don de eran a diestrad os príncipes e hijos hijos de altos fun cionarios religiosos, civiles civiles o militares en el ar te de la escritura, la lectur lectur a, la archivística, archivística, la matem ática y la mú sica. sica. Esta Esta p reparación reparación hum anística anística proporcionaba un excele excelente nte currículum a los jóvenes jóvenes para entrar al servicio del templo y de la corte. Entre los ACADIOS, en cambio, el sabio por excelencia es el rey, que supera a todos los demás m ortales. ortales.
Sentados en bancos de ladrillos estos estudiantes realizan ejercicios en un aula del Cercano Oriente hacia el año 1800 aEC. A la izquierda, el maestro va a mostrar a un alumno cómo se ejecuta correctamente un signo-palabra; al medio, un ayudante que lleva un palo corrige las faltas cometidas por un futuro escriba, sobre el cual podrían caer varios golpes. De pie, junto al último banco, un aprendiz de maestro adiestra a un joven estudiante.
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En la formación de la trad ición ición sap iencial israelita han tenido también un lugar muy importante los mismos centros que en Egipto y Mesopotamia han cultivad cultivad o la cienc ciencia, ia, pu esto que Israel ha tom ado p or mod elo dichas culturas culturas al transitar su camino d esde la organización tribal a la urba na. Esos sitios sitios han sid o:
LA CORTE Allí Allí no p ued e faltar faltar la sabidu ría, necesaria necesaria para el gobierno del reino. David David y Salomón son record recordados ados como reyes sabios, y se espera del Mesías descendiente suyo que reciba de YHWH YHWH «espíritu de sabidu ría (hokmá) y de entendimiento (binah») (Is 11,2). Asiste a los reyes un colegio de consejeros ( yo’asim yo’asim): «Donde no hay bu en gobierno, el pueblo se hun de; abundancia abundancia d e consejeros, trae salvación» (Prov (Pr ov 11,14). 11,14). El soberano soberano pod ía contar contar tam bién con con algún amigo ) , o consejero consejero pr ivad o: del rey (rea’ hamelek ),
Desde primera hora de la mañana hasta el final de la tarde, 24 días al mes, desde los 6 años de edad hasta los 18: tal era el régimen de estudios de un escolar babilonio que pretendiese llegar a ser escriba. En esta exigente academia, el muchacho realizaba incesantes ejercicios bajo la supervisión del director del colegio y de un equipo de ayudantes, entre los cuales se encontraba un instructor expresamente encargado de golpearle en cuanto cometiese un error. Los ejercicios le harían un experto tanto en la escritura del akkadio -que era la lengua hablada en Babilonia- como en la del sumerio -la lengua clásica-. Entre el resto de las materias destacaban las matemáticas, la literatura y la redacción de contratos legales. No es de extrañar que, antes del duro examen al final de los estudios en la escuela, muchos estudiantes la abandonasen o bien fueran despedidos por ineptitud. Lo mejor que podían esperar entonces tales fracasados era el puesto de escriba público en una aldea.
En la plaza del mercado, un escriba, contemplado por su hijo, copia lo que le dicta un comerciante. Manejando con su mano derecha un corto estilete de caña, el escriba transforma las palabras habladas en símbolos impresos sobre la tableta de arcilla de su otra mano. El recipiente que hay tras él contiene una reserva de arcilla húmeda. En Babilonia, hace 4.000 años, el escriba profesional se había hecho ya indispensable. Mediante los conocimientos del escriba, el rey enviaba instrucciones a sus más lejanos administradores, sus recaudadores llevaban la cuenta de los impuestos, los comerciantes hacían pedidos de los productos que necesitaban y se los facturaban a sus clientes, y los campesinos más ricos compraban y vendían tierras. Evidentemente, Evidentemente, cualquier persona que supiera leer gozaba de una alta estima. Pero en esta profesión, como en la mayoría de los oficios, había numerosos niveles y especialidades. Entre los más bajos estaban el de escriba en la plaza del mercado, que redactaba la correspondencia comercial y las cartas personales de quienes le pagasen determinados honorarios. Al nivel más alto, un escriba que dominara los secretos de la matemática se encontraría indudablemente entre los principales personajes de su comunidad; algunos, de hecho, llegaron a ser consejeros del rey.
ción dad a a los hijos hijos d e Leví, se dice que los levitas «enseñan tus nor ma s a Jacob Jacob y tu Ley a Israel» (Dt (Dt 33,10 33,10). ). Los profetas profetas Oseas y Malaquías den uncian a los sacerd cerd otes por descuidar la enseñanza: «Perece «Perece mi p ueblo p or falta de conocimiento. Ya Ya qu e tú h as rechazado el conocimiento, conocimiento, yo te rechazaré rechazaré d e m i sacerd ocio» (Os (Os 4,6). 4,6). «Los «Los labios del sacerdote guar dan la ciencia, ciencia, y la Ley Ley se busca en su boca; porqu e él es el mensajero mensajero de YH WH Sebaot» (Mal 2,7). 2,7).
«Llegó «Llegó Jush Jush ay el arq uita, amigo de David, donde Absalón... Absalón y tod os los hombr es de Israel dijedijeron : ‘El ‘El consejo consejo de Jushay el arqu ita es mejor qu e el consejo con sejo d e Ajitófel» (2 Sam 16,16; 16,16; 17,14). 17,14). Finalmente el soper o escriba, desempeñaba funciofunciones pr opias de secretario o cronista. cronista. Cuan Cuan do a éste se lo designa en singular, pued e tratarse d el Sec Secretario retario de Estado, al frente frente de u n gru po d e escribas: escribas: «Llamó «Llamó al rey, y el el mayord omo d e palacio, Elyaquim , hijo de Jilquías, el secretario Shebná y el her aldo Yoaj, hijo d e Asa f, salieron hacia ha cia él» (2 (2 Re 18,1 18,18). 8). Funcionarios de la corte se encargaron encargaron d e transm itir la sabidu sabidu ría cultivada: cultivada: «Tamb «También ién éstos son los proverbios pr overbios de Salomón Salomón , transcritos por los hombres d e Ezequias, rey de Judá » (Prov (Prov 25,1).
LOS SANTUARIOS Han sido desd e los los orígenes más rem otos de Israel centros de enseñ anza d e práctica religiosa. religiosa. En la bend i-
Además de la enseñanza d e los preceptos preceptos cultuales, cultuales, su labor docente se debió extend extend er a la conservación conservación y transm isión isión d e las tradiciones tradiciones relativas relativas a la h istoria istoria d e los clanes clanes vinculados a deter minad os santu arios. RecorRecordem os que Esdras, a quien se atribuye la redacción redacción del Pentateuco, ha sido u n sacerdote-escriba, y jun jun to con los levitas explicaban al pueblo el sentido de la Torah (cf. N eh 8,8). 8,8).
ESCUELAS En cuant o a su existencia, la la m ención má s explícita explícita que tenemos es bastante tard ía. A comienzos comienzos d el siglo siglo II aEC Ben Ben Sirá invit a: «Vosotros, «Vosotros, ignorantes, venid venid a mí y h abitad en m i casa de inst rucció ru cción n » (Eclo 51,23). Este testimonio nos muestra u na mod alidad alidad concreconcreta d e enseñanza, que se hará más frecuente en la época rabínica: la bet ha midrash. Esta imp lica lica la cohabitación de los d iscípulos iscípulos con un maestro. Sin Sin embargo tam bién los lugares públicos públicos y abiertos pu dieron ser sede d e reflexión flexión y enseña nza, como serían en Gr ecia ecia el Areópago o la Stoa (la Puerta): «La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su v oz, llam llam a en la esqu ina d e las calles calles concuconcu-
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Fragmentos de arcilla y sellos descubiertos en ciudades israelitas del periodo monárquico parecen ser ejercicios de escritura, razón por la cual se puede sospechar que en esos sitios hubiese emplazados centros de enseñanza. Por ejemplo, sobre este fragmento de caliza blanda hallado en torno a la antigua Guézer, se encuentra una inscripción que podría ser un ejercicio realizado en una escuela. El contenido es un poema que describe los meses del año agrícola: «Sus dos meses son de cosecha (de las olivas). Sus dos meses son sembrar (cereal). Sus dos meses son la siembra tardía. Sus dos meses son segar el lino. Su mes es coseschar la cebada. Su mes es cosechar y festejar. Sus dos meses son ocuparse de las vides. Su mes es la fruta veraniega».
Entre los alumnos habría ad olesce olescentes, ntes, a los que se dirigen las ad verten cias sobre los peligros de la «mu «mu jer ajena, ajena, d e la extraña d e lengu a sedu ctora» (Prov 2,16 2,16-1 -19) 9) y los consejos consejos relativos a la imp ortan cia cia d e la disciplina y la educación: «Edu «Edu ca al muchacho al comienzo comienzo d e su camino, que luego, de viejo, no se apartará de él… La necedad está atad a al corazón corazón del joven, la la vara d e la correccorrección ción lo sepa rará d e ella (Prov 22,6 22,6.1 .15) 5)..
rridas, a la la entrada d e las pu ertas de la ciudad ciudad pronu ncia sus d iscursos» (Prov 1,20-2 1,20-21) 1)..
La Bibl Biblia ia no prop orciona orciona ningú n nom bre de m aestro d e sabidu ría del period o pr eexílic eexílico. o. El El instructoer era habitualmente llamad o «padr e» y el estudiante «hijo». «hijo». También se los llamaría «maestro » o «edu «edu cador »:
«En «En la cum bre d e las colinas colinas qu e hay sobr e el cam cam ino, en los cruces de las sen das se detiene» (Prov 8,2). 8,2).
«¿Por «¿Por qu é no hice caso caso a m is maestros ni p resté oídos a m is edu cadores» (Prov 5,13) 5,13)..
Otros ind icios icios apu ntan a la existencia existencia de escuelas: escuelas: El rey Roboam Roboam «abond onó el consejo consejo qu e los ancianos le dieron y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio» (1 Re 12,8). Jehú envió cartas «a los preceptor es de los hijos de Ajab» (2 Re 10,1). También los profetas tendrían sus escuelas, pues los pr ofetas dijeron a Eliseo: «Mira, «Mira, el lugar lugar en qu e habitamos a tu lado es estrecho p ara nosotr os» (2 Re Re 6,1). 6,1). Y la relación entre Elí y el joven Samu el indicaría que en u n santu ario como como Silo Silo podr ía darse también algo así com o una u na escuela es cuela (cf. 1 Sam Sam 1-3). 1-3). En la mayor p arte de las escuelas escuelas unos p ocos ocos alumnos en torno a u n m aestro aestro aprenderían los rudimentos d e la lectu lectu ra, la escritura y la ar itmética. En En Jerusalén y en otros centros urban os habría escuelas escuelas cuya enseñanza tenía un nivel más alto, y cuyos d estinatarios estinatarios eran los hijos de la nobleza, de las principales familias y de los gran des comerciantes. Probablemen te se apr end ía alguna lengua internacional (principalmen (principalmen te arameo) y ru dimentos d e literatura literatura hebrea.
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Y es normal p ensar qu e el adjetivo adjetivo «hakam » (sabio) también se aplicase aplicase al maestro de sabid uría: «Presta oído y escucha las p alabras d e los sabios, y aplica tu corazón a m i ciencia» ciencia» (Prov 22,17 22,17). ). A los sabios escribas escribas d el antiguo Israel, que fueron pon iendo p or escrito la la trad ición ición recibida, recibida, irán sucediendo d espués nu evos sabios, sabios, que se ded icarán icarán a am pliar esa tradición med iante la interp interp retación de lo ya enseñaenseñado. A este respecto la figura figura de Esdr as es emblemática . Este Este experto desplegó su activi actividad dad investigando investigando y enseñand o la Torah (Esd (Esd 7,10 7,10). ). Este Este cambio d e persp ectiva ectiva en la actividad del sabio se percibe también en Ben Sira, don de se concibe la «med «med itación itación d e la Ley Ley d el Altísimo» Altísimo» como la pr incipal tarea del sa bio (cf. (cf. 39,1 39,1). ). Ha su rgido así un nu evo tipo de instrucción instrucción comu comu nitaria, basada en el estudio interpretativo de la Torah. Torah. También los esenios esenios de Qu mrán recorren recorren este p roceso. roceso. La interpretación qu e ofrecían ofrecían d e la Torah, facili facilitada tada por la inspiración del Maestro de Justicia, era para ellos la única interpretación posible. La exégesis de la Torah y su cum plimiento se convierten en el auténtico auténtico camino de la salvación. En ese tiemp tiemp o, en el que la profecía profecía ha ido d esapareciend ciend o y cediend o terreno a la investigación y a la enseñanza d e la la Torah, Torah, la la sabidu sabidu ría palaciega palaciega la popu lar dejan su lugar a la tradicioón tradicioón rabínica.
Formas de la literatura sapiencial sapiencial Proverbio (masal ) Es la form form a básica de la literatu ra sap iencial. Existen Existen d iversos tipos tipos d e masal, casi casi todos rep resentados en el libro libro de Proverbios:
El PROVERB PROVERBIO IO NU MÉRICO. Está relacionad o con el enigm a y con con los recur recur sos mn emotécnicos. Su esquema respond e a la fórmula x/ (x + 1), 1), siend siend o la más pop ular 3/ (3 +1): +1):
«Hay tr es cosas que... y u na cuar ta qu e...» e...».. El PROVER PROVERB BIO POPULAR. Generalm ente se trata de un verso con sus d os partes en paralelo. Su estilo estilo es breve y su ele carec carecer er d e forma im perativa. Porque simplemente resum e las observaciones observaciones de la vida cotidiana, cotidiana, que se impon en m ediante la evidencia evidencia indiscutible indiscutible de los hechos. Su prop ósito, fund amen talmente d idáctico, idáctico, es que el hombre pu eda llegar llegar a controlar controlar la realidad realidad y obrar en consecuencia, eligiend eligiend o la acción acción y el mom ento ad ecuados p ara ir alcanzand alcanzand o un a realizaci realización ón p ersonal. En el libro libro d e Proverbios se descubren descubren algunas agru paciones temáticas, por ejemp ejemp lo 25,2 25,2-7 -7 respecto al rey.
INSTRUCCIÓN. UCCIÓN. Sur Sur ge de la sum a de imp erativos, La INSTR motivaciones motivaciones (introdu cidas cidas la palabra porque) y exposición ción d e las consecuenci consecuencias as negativas que pu ede acarrear el incum incum plimiento d e la exhortación. exhortación. Caracterizada Caracterizada tam bién p or el vocativo «Hijo», «Hijo», es es cultivad a especialment e en Prov Pr ov 1-9; Prov Pr ov 22,17-24,2 22,17-24,222 y en Ben Sira 2,1-6; 3,17-24; 3,17-24; 11,29-34.
Tras la m ención d el X + 1, se describe el conjunto conjunto de cosas a las que se refiere la últim a cifra: cifra: «Hay tres cosas insaciables y cuatro que no dicen: ¡Basta!. El El sheol, el seno est éril, la tierra q u e no se sacia s acia d e agu a, y el fuego q u e no d ice: ¡Bast ¡Basta!» a!» (30,15(30,15-16). 16). Hay var iantes con con men os rigor form formal, al, que sólo mencionan cionan u na realidad realidad a pesar d el esquema esquema x/ (x + 1), 1), como como en el caso de los oráculos de ap ertura del libro Amós. Allí se menciona un solo d elito elito a pesar d e que d ice ice ¡Por tres crímenes crímen es de... de... y por cuatro seré inflexible! in flexible! (cf. 1,3-2,8). Otras v eces sólo sólo se men ciona ciona sólo u na cifra: «Con tres cosas me ad orno ...» ...»,, «Mas tres clases de gente od ia mi alma ...» ...»,, «Nueve cosas que imagino tengo p or felic felices es en mi cora zón ...» (Eclo 25,1.2.7). 25,1.2.7).
Manifestaciones Manifestaci ones de la tradición tr adición sapiencial en los libros bíblicos bíblicos Más allá del conjunto de libros que agrupamos con el nombre de sapienciales, existen textos bíblicos que responden a una intención «didáctica», pero que están contenidos en otras secciones de la Biblia. En las narraciones del PENTATEUCO sólo José recibe el apelativo de sabio . Sin embargo, actitudes y elementos asociados con el mundo de los sabios (como sagacidad, perspicacia, impulso hacia la autoconservación) los descubrimos también en otros personajes del Pentateuco. Recordemos la astucia de Jacob para robar la primogenitura a Esaú, o la capacidad retórica de las matriarcas israelitas para conseguir sus propósitos. Ellas no se enfrentan directamente al marido, ni utilizan el lenguaje de la sumisión, sino que demuestran ser capaces de provocar en sus esposos el sentimiento de culpa. Sara dice a Abraham: «Mi agravio caiga sobre ti... Que YHWH juzgue entre nosotros dos» (Gn 16,5). Asimismo, el tono didáctico y reflexivo del Deuteronomio, manifestado en su preocupación por aprender y enseñar la Ley, y las detalladas descripciones de las hazañas de YHWH en la historia de salvación , sugieren que esta obra fue escrita por gene cercana o perteneciente a círculos de escribas.
En la Historia DEUTERONOMISTA el modelo del sabio israelita es Salomón, señalado como «el hombre más sabio» (1 Re 5,11), a quien YHWH concedió para gobernar al pueblo un «corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes ni lo habrá después» (1 Re 3,12). A pesar de esta consideración, el resto de esta Historia
no tiene una visión positiva de aquella sabiduría entendida como sagacidad y astucia, que no se plantea actitudes éticas. La sóla habilidad para manejar las situaciones en provecho propio no merece llamarse sabiduría. Aunque se llame hakam me’od (muy sabio ) al amigo que le enseña a Amnón el modo de acostarse con su hermana, la acción es juzgada como infame (2 Sam 13,3.12). La mu jer hakamah (sabia ) habla a sus conciudadanos con hak’matah (su habitual sabiduría ) ¡para que se decapite a un asilado y se salve así la ciudad de sus sitiadores! (2 Sam 20,16.22). Esta sabiduría/sagacidad desvinculada de las dimensiones éticas irá cediendo terreno ante el triunfo de la Torah. Una conducta verdaderamente sabia está en relación con las «leyes y preceptos» de YHWH. Y si Israel los practica, será reconocido como «pueblo sabio e inteligente» ( am-hakam venabon: Dt 4,5-6).
En la literatura PROFÉTICA, los mencionados como
sabios son casi siempre opositores de los profetas en
temas relacionados con la justicia y con las decisiones políticas. Se trataría de hombres de Estado, consejeros, miembros de las clases elevadas e incluso escribas. Ellos ponen su sabiduría humana por encima de los planes de YHWH revelados a los profetas. «¡Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; ...¡Ay de los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos!» (Is 5,20.21). En la obra del CRONISTA (1-2 Crónicas; Esdras; Nehemías), el interés por la sabiduría está enfocado en el oficio de escriba, que es escritor, notario, oficial palaciego, intérprete e instructor de la Torah.
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La Comparación
La fábula
Es una forma forma d e masal que se prop one caracterizar caracterizar cierciertos tipos d e condu cta. Sus Sus formas positivas son:
Se caracteriza caracteriza por presentar como p ersonajes ersonajes seres del mu nd o vegetal o animal. animal. Esta Esta forma d e disfrazar realidarealidades hu manas con ropaje no-human o intenta tanto entreentretener como edu car. La La comicidad comicidad de estos relatos prop icia cia una comp rensión más inmediata de la verdad que se quiere transm itir, itir, y su valor simbólico simbólico sup era en gran med ida al lengu aje aje d iscursivo. iscursivo. Es difícil difícil encontra r un a fábula enter a en los libros libros sap ienciales. ienciales. Encontram os una en el ataqu e fron fron tal a las las pr etensiones m onár qu icas de Abim élek (cf. (cf. Jue Jue 9,8-15 9,8-15). ). Allí Allí se presenta u na n egativa de los árboles más n obles obles (olivo, (olivo, higuera, vid) a aceptar la realeza, y al arbu sto más inú til y per nicioso (zarza (zarza = Abim élek) d ispu esto a ello. ello. Lo tragicómico de la situación es el desenlace de la fábu la: ¡ni la zarza da sombra, ni sale ileso quien se cobija bajo ella! Cuand o la fábula es ap licada licada a circunstancias circunstancias políticas concretas concretas se tra nsform a en ALEGORÍA. ALEGORÍA. La mayor parte d e sus elementos tienen tienen u n signific significado ado y deben ser interpr etados. Dos fábulas han sido transform adas, en el libro de Ezequ iel, en alegorías:
... así :
como
«Como barniz aplicado a vasija de barro, son los labios du lces lces con corazón per verso» (Prov 26,23) 26,23);; «Como el perro v uelve a su vóm vómito, ito, el necio insiste insiste en su est up idez» (Prov 26,11) 26,11);; «Como crepitar de esp inos bajo la olla, así es la risa d el necio» ne cio» (Ecl 7,6); «El «El hum o y el vapor d el horno anu ncian llamas, llamas, así las injurias anu ncian sa ngr e» (Eclo (Eclo 22,2 22,24) 4).. x...
como como z :
«Las «Las p iernas d el cojo cojo vacilan ind ecisas, ecisas, como el pr overbio en boca d e los n ecios» ecios» (Prov 26,7) 26,7).. x...
y z:
«La «La pu erta da vueltas en el quicio, y el perezoso en la cama » (Prov 26,14) 26,14).. x...,
pero aún aún más z :
«La «La vida d el que se basta a sí mismo y d el obrero es dulce, pero más que ambos el que encuentra un tesor tes oro» o» (cf. Eclo 40,18ss). 40,18ss). Las form form as negativas requieren m enos elaboración: elaboración: no... ni:
«No es bu eno comer m iel en en exceso, exceso, ni emp acharse de pa labras elogiosas» (Prov 25,2 25,27) 7)..
«mejor (más vale).. v ale).... que»: «Mejor «Mejor vivir en rincón de desván que en am plia casa con m ujer pen den ciera» ciera» (Prov 21,9) 21,9);; «Más vale vale ración ración d e verdu ras con amor qu e toro cecebad o con rencor» (Prov 15,1 15,17) 7)..
el águ ila y el cedr o (17,1-1 (17,1-10) 0) (19,1-14). 4). y la leona y s us cach orr os (19,1-1
El discurso sapiencial Consiste en la llamada pública de la propia sabiduría personificada, personificada, de la qu e antes hem os hecho alusión. La semejanza de su s motivos con los de la literatura egip cia cia es tan sorp rend ente que sería insuficiente insuficiente hablar de coincidencias. Allí se habla de la Maat (justicia, orden). Igual qu e la Sabidu Sabidu ría de Prov 8, la semidiosa egipcia es preexistente; 8,17); ); ama a los qu e la ama n (cf. Prov 8,17 rotección a su s servido res (cf. (cf. Prov ofrece vida y p rotección 1,33; 3,16.18; 8,35).
En el arte es representada con el símbolo de la vida (?) en una m ano y con un cetro, cetro, símbolo símbolo del honor y la riqueza, en la otra («Largos («Largos días a su derecha y a su izqu ierda riqu eza y gloria»: Prov 3,16 3,16). ). Pero la Sabidu ría israelita israelita tiene u n colorido colorido profético profético p ropio, m anifiesto anifiesto en el anuncio de juicio, las amenazas, los oídos sordos de quienes la escuchan.
El Enigma
El Himno
Este tipo d e comp comp aración refleja, refleja, a trav és de la paradoja, la ambigüed ad de las circun circun stancias stancias d e la existenci existenciaa d el hom bre. Ante el enigm a el lector lector d ebe «ad «ad ivinar» lo qu e hay d etrás de la ambigüed ad d e su formulación. formulación. Su Su u so parece haber sido m uy frecuente frecuente en Israel, Israel, como como p odría d edu cirse de los testimon ios de Qohelet y Ben Ben Sirá, Sirá, y de la mención de que YHWH «le habló (a Moisés) cara a cara, a las claras claras y sin enigm as» (Nm 12,8 12,8). ). De igual igual m odo, la reina reina d e Saba Saba trató inútilmente de p oner a p rueba a Salomó n con enigm as (cf. 1 Re 10,110,1-3). 3).
Canta los orígenes divinos d e la Sabidu Sabidu ría y d escribe escribe la relación entr e el Cread or y su obra (Job (Job 28; Prov 8,22 8,22-3 -31; 1; Eclo 24,1-22; 42,15-43,33; Sab 7,22-8,1). Este tipo tipo d e himno pretend e sofocar sofocar las las protestas contra la justicia justicia divina y, ad emás, salvaguard ar la autoridad de la enseñanza del sabio. La personificación personificación de la Sabidu Sabidu ría sería un recur so estilí estilístic stico, o, aunqu e qued a un camino abierto hacia hacia un a posterior reflexión reflexión sobre u na hipóstasis o persona d ivina, ivina, como lo hará Filón Filón d e Alejand Alejand ría o el Evan Evan gelio de Juan Juan .
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El poema didáctico Tiene Tiene mu chas afinidad afinidad es con el himno, pero, a d ifereniferencia cia de éste, es menos objetivo y más intimista y ed ucativo. Por otra p arte, suele enunciar al principio el tema que va a ser tratad o, a diferencia diferencia del himno, cuyo exordio suele consistir en una alabanza. Así en Prov 24,30-34: «Pasé jun jun to al camp o d el holgazán...», holgazán...», ind ind ica que se va a tratar el tema de la p ereza. Poemas d idácticos idácticos de carácter carácter m ás religioso religioso también enuncian al principio su tema, como los que aparecen en el libro d el Eclesiástico: Eclesiástico: «Toda sab idu ría viene del Señor» (1,1-1 (1,1-10) 0);; Señor es gloria y or gullo» (1,11 (1,11-2 -20) 0);; «El temor d el Señor «¡Qu é herm her m osas so n las obr as d el Seño Señor!» r!» (39,16 (39,16-35 -35). ). «¡Qu
El diálogo Constituye otra forma literaria sapiencial, sapiencial, pero p rácticamente limitad a al libro libro de Job. En esta obra ma estra de la literatura literatura u niversal encontramos encontramos m ás de u n género literario, literario, como como ciertos rasgos de d ispu ta legal, de lam entación, tación, de controversia. controversia. Pero sin sin d ud a pr edomina el diálogo, logo, que es la manera m ás adecuada de p lantear, discutir y solucionar solucionar cualqu ier cuestión cuestión .
El poema autobiográfico Tiene Tiene sus p rimeras m anifestaciones anifestaciones en la literatur literatur a egipcia, cia, dond e reyes y hombres de Estado legaban sus experiencias riencias a sus h ijos ijos y su cesores. cesores. Aunque presentad o en primera persona, el maestro de sabiduría podía estar haciendo su yas experiencias ajenas, ajenas, de las cuales hu biese ten ido noticia. Se Se su elen m encionar Prov 4,34,3-9; 9; 24, 24,30 30-34; Ecl Ecl 1,12-2,26; 1,12-2,26; Eclo 33,16-18; 33,16-18; 51,13-22 51,13-22.. Los rasgo ra sgoss au autobiográficos suelen ser expresados con la fórmula « he ». visto» o «sé ».
La literatura onomástica Es la antigua p recursora d e las encicl enciclopedias opedias m odern as. Se Se trata d e listas listas de «nombres» (gr. onoma) que incluían incluían todo tipo d e cosas cosas y fenómenos fenómenos d el mund o del hom bre y n atur al: razas, países, vegetales, aves, reptiles, etc. Eran clasificac clasificaciones iones resu ltantes d e la volunt ad «sapiencial» piencial» de p oner ord en en el mu nd o de la experiencia. experiencia. No es extraño q ue Israel cultivase este tipo d e saber si tenemos en cuenta el abund ante material de Egipto y de Mesop otam ia que se conoce. «[Sal «[Salom om ón] trató sobre árboles, árboles, desde el cedro d el Líbano Líbano hasta el hisopo qu e germina en la pared , y sobre animales, aves, aves, reptiles reptiles y peces» (1 Re Re 5,13) 5,13).. Podr íamos citar tam bién textos com o Job 28; 36,27 - 37,13; 38 - 41; Eclo 43,1-26; Sab 7,17-20; 14,2 14,255-26 26.. Esta Esta sabid ur ía de la natu raleza d esemp eña generalmente la función función d e poner d e manifiesto manifiesto la gloria gloria de Dios en la creación y servir así de soporte al espinoso problema d e la existe existencia ncia del mal en el mun do.
Los «Proverbios de Salomón» Mishle Shlomoh (Biblia Hebrea) Paroimiai (Biblia Griega - LXX) Liber Proverbiorum (Biblia Vulgata Latina) Dentro del canon bíblico se ubica en la tercera parte, es decir, la de los ketubim o «escritos». Su reconocimiento ha sido tardío, como muestra la siguiente cita rabínica: «Al principio se decía que Proverbios, Cantar de los Cantares y Eclesiastés eran (libros) apócrifos, que hablaban metafóricamente y no formaban parte de las Escrituras. (Las autoridades religiosas) decidieron proscribirlos (y así permanecieron) hasta que aparecieron los hombres de la Gran Asamblea y los interpretaron» ( Abot de Rabí Natán I). La supuesta paternidad salomónica es la que le permitió definitivamente el ingreso al canon. Para la época de redacción del Nuevo Testamento ya tenía conseguido aprecio y popularidad, ya que allí es citado unas veinte veces. El libro es una recopilación de máximas y discursos originalmente independientes, agrupados luego en colecciones: I. Título y propósito : 1,1-7. II.Instrucciones y advertencias: 1,8 – 9,18. III. Primera colección de Proverbios de Salomón : 10,1 – 22,16. IV. Primera colección de Dichos de los sabios : 22,17 – 23,14. V. Más instrucciones y advertencias: 23,15 – 24,22. VI. Segunda colección de Dichos de los sabios: 24,23-34. VII. Segunda colección de Proverbios de Salomón : 25,1 – 29,27. VIII. Palabras de Agur: c.30. IX. Palabras de Lemuel: 31,1-9. X. Poema de la mujer de valía: 31,10-31.
En cuanto al autor, el esplendor con el que Salomón dotó a la corte de Jerusalén permite suponer que este rey favoreció el cultivo de la literatura sapiencial, y que bajo su auspicio naciesen conjuntos de sentencias proverbiales. Pero también habría que reconocer la posibilidad de que los maestros de los jóvenes aprendices de escribas produjeran y, tal vez editaran, material de carácter sapiencial. La fecha de composición es complejo determinarla, tratándose de una agrupación de materiales diversos. Se puede suponer que los dichos con contenido de tipo agrícola pueden remontarse hasta los tiempos cananeos. La sección de 22,17-23,14 guarda vinculación con la sabiduría de Amenemope, con lo cual se puede remontar al II milenio aEC. La nota editorial de 25,1 menciona a «los hombres de Ezequías», así relaciona su contenido con el periodo preexílico. El propósito del libro está indicado al comienzo, a través de cinco verbos en infinitivo con sentido de finalidad: «para conocer la sabiduría y la instrucción, para en- tender las palabras profundas, para obtener una ins- trucción esmerada -justicia, equidad y rectitud- para dar perspicacia a los incautos, y al joven, ciencia y reflexión; Que escuche el sabio, y acrecentará su saber, y el inteligente adquirirá el arte de dirigir. Para entender los proverbios y las sentencias agudas, las palabras de los sabios y sus enigmas» (1,2-6).
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Las alabanzas alaban zas d e Israel Israel
Arpas judías. Moneda de Bar Kokhba, s. II EC.
El canto de victoria
L
a más antigua alabanza fue sin dud a el canto que celebraba celebraba las intervenciones intervenciones gu erreras d e YHWH YHWH . El canto canto d e Moisés jun jun to al Mar Rojo conserv conserv a el recuerdo de u n p uro m ilagro, ilagro, en el que sólo YHWH YHWH intervino (Ex 15,1 15,1-2 -2). ). Muy d iversa es el canto d e Débora. N os describe con gran lujo poético la llegada de Dios a la batalla (Jue (Jue 5,3-5). 5,3-5). El cant cantoo no se d etiene a p ensar sobre el mod o cómo Dios intervino. intervino. Más bien, fueron fueron las tribus presentes en el combate combate las que ayud aron a YHWH: «Maldecid a Meroz, dice el Ángel d e YHW YHW H, maldecid, maldecid maldecid a sus m oradores: pues no vinieron en ayuda d e YHWH YHWH , en en ayud a de YHWH YHWH como los hér oes» (Ju (Ju e 5,23). 5,23). Es sobre todo en el culto culto d ond e Israel ha celebrado celebrado con su alabanza las intervenciones intervenciones de Dios en la historia. Los himnos históricos dependen de una esquema canonizad o de la historia salvífic salvíficaa cuya forma p rimitiva subsiste en el credo de Dt 26,5ss. 26,5ss. Un ejemp ejemp lo de este tipo de h imnos lo encontramos en el salmo 136, 136, a mod o de una simple enumeración enumeración d e los hechos de la creación creación y d e la historia salvífica. salvífica. En virtu d d e su amor eterno estableció una continuidad entre la creación y la salvación (136,4-12). Y M aría les en en ton tonab aba a el el estribillo: «Cant «Cantad ad a Y HW H pu pues es se cubrió de gloria gloria,, arrojando arrojando en en el m ar caballo caballo y carro carro» » (Ex 15,21)
Frente a las acciones salvíficas de Dios, Israel no permaneció mudo. No sólo se esforzó por actualizarlass mediante narracione actualizarla narracioness históricas. Se dirigió además personalmente a YHWH, lo alabó, le formuló preguntas, se lamentó ante él de sus sufrimientos. Porque YHWH YHW H no se eligió un pueblo como objeto pasivo de su voluntad histórica, sino para dialogar con él.
Estos Estos poemas no se limitaron únicamente a enum erar y celebrar las intervenciones de YHWH , sino sino qu e tomaron también como objeto objeto de su contemplación contemplación a Israel, su actitud e incluso incluso su defección. defección. Así, YHWH había encomendad o a Israel el cultivo cultivo de la tradición tradición «para que p usieran en Dios su confianza, confianza, no olvidaran olvidaran las hazañas de Dios, y sus man d amien tos observar an» (Sal (Sal 78,7 78,7). ). Pero a cada comp robación de las obras salvíficas salvíficas de Dios correspond correspond e un acto de desp recio recio o rebelión rebelión p or pa rte d el pu eblo (78,8. (78,8.17s. 17s.32. 32.40. 40.56s) 56s).. Y m uch o má s som bría es la ima ima gen qu e presen ta el Sal Sal 106, 106, do nd e se describe cribe la infidelidad infidelidad continua continua de Israel sin sin intervalos de arrep entimiento y vuelta a Dios. Dios. Aún así, estos himnos jamás perd ieron su carácter de alabanza. El mismo verbo ydh significa significa tan to alabar como confesar, trátese en este caso de la fidelidad de YHWH como de la infideli infidelidad dad de su pu eblo.
La glorificación del Juez Tanto Israel como el antiguo Oriente conocía otra especie especie d e confesión confesión d e alabanza totalmente d iversa, es es decir, aquella en la que se reconocía la justicia de un castigo divino. Se trata de una doxología judicial. Así lo expresa la oración oración de Salomón d uran te la inaugu ración ración del Templo d e Jerusalén: Jerusalén: «Cuand «Cuand o tu p ueblo Israel Israel sea sea batido batido p or su enemigo por h aber pecad o contra ti, si se vuelven a ti y alaban tu N ombre, orand o y suplicando ante ti en esta esta Casa, escucha escucha tú d esde los ciel cielos os y perd ona el pecado de tu pu eblo Israel Israel y vuélvelos vuélvelos a la tierra que d iste a sus pa d res» (1 Re 8,33 8,33s). s). En algunos casos casos el orante tiene tiene la oportunid ad d e alabar a la vez la justicia justicia y la misericordia de Dios qu e ha experimentado personalmente:
Mujeres arameas tocando cítaras
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«Yo «Yo te alabo, YHW H, pu es aun qu e te airaste contr contr a mí, se ha calmado tu ira y me has compad ecido. ecido. He aquí a Dios m i Salvador: Salvador: estoy seguro y sin m iedo, pues YHWH es mi fuerza y mi canción, él es mi salva ción» (Is 12,1-2 12,1-2). ).
Lo esencial esencial de estas alabanzas está en qu e siempre se da la razón a Dios. Tal vez la excepción excepción má s dra má tica sea el himno que entona ante el Señor inaccesible y escond escond ido el desesperad o Job, Job, que está convencido convencido tan to de la justicia de Dios como de su pr opia inocencia (Job (Job 9,3-4.32-35).
La acción de gracias La acción acción de gracias ind ind ividu al constitu constitu ye el reverso lum inoso d e la sombría d oxología jud jud icial. icial. En ella se hace referencia a un acto salvífico salvífico de exper iencia personal. Por eso, eso, de un a forma u otra, la la narración de lo incluido cluido siemp siemp re forma parte d e dichos cantos. cantos. El orante se hallaba en u na situ ación ación d ifíci ifícill de resolver, invocó a YHWH, le prometió un sacrificio e hizo voto de alabarlo y YHWH YHWH lo ayud ó: «Con holocaustos holocaustos entrar é en tu Casa, te cum cum pliré mis votos, los que p ronu nciaron m is labios, labios, los que en la ang ustia p ronu nció mi boca» (Sal (Sal 66,13 66,13s). s).
S altó la maza maz a de las manos de Baal, como un águila de sus dedos; golpeó en la mollera al Príncipe Y am, y así se desplom desplo m ó Yam, Y am, cayó en en tierra (UT 137). Algunos salmos hebreos presentan imágenes análogas a las usadas por los pueblos vecinos, que ilustran la victoria del orden de la creación sobre las fuerzas descontroladas. Un canto cananeo presentaba el enfrentamiento entre el beneficioso ritmo de las lluvias (personificado en Baal) contra la inmensidad caótica del mar y las inundaciones catastróficas (personificadas en Yam).
Ahora bien, para hacer esta confesi confesión ón n o se d irige ya a Dios, sino a la comu comu nidad :
Otras veces, sin embargo, la alabanza emplea la imagen sobr ia de Gn 1, sin sin combat e algun o contra el caos: caos:
«Venid a oír y os contaré, vosotros todos los que teméis a Dios, lo que él ha hecho p or m í» (66 (66,1 ,16) 6)..
«Por la palabra d e YHW YHW H fuer on hechos los cielos, cielos, por el soplo de su boca toda su m esnada... Pues él habló y fue así, man d ó él y se hizo» (Sal (Sal 33,6. 33,6.9) 9)..
El orante desea man ifestar ifestar ante la comun idad lo qu e solo él ha experimentad experimentad o en la intimidad intimidad de su persona, porque en una situación semejante todos han de compo rtarse rta rse com o él (Sal (Sal 22,2322,23-25) 25).. Es com com o si tal expe rien cia cia d e salvación salvación le hubiera sido concedida concedida ún icamente icamente para qu e la transmitiera a la la comu comu nidad . El reconocimiento reconocimiento ante la comu nidad de ta les acci accioones d e Dios y su justa y necesaria celebración celebración se convierte con frecuencia en una ocasión de enseñanza moral para tod a la asamblea: asamblea: «Amad a YHW YHW H, tod os sus am igos; a los fieles fieles protege YHWH YHWH , pero devuelve mu y sobrado al que obra p or orgu llo. ¡Valor, qu e vuestro corazón se afirme, vosotros todos qu e esperáis en YHWH YHWH !» (Sal 31,24-25).
Las alabanzas al Creador La actividad actividad d e YHWH YHWH en la natu raleza es, jun to a la historia de la salvación, salvación, el otro gran tema d e los himnos d e Israel. Israel. Cuan do Israel canta canta la creación creación del mu nd o utiliza con con tod a natu ralidad las concepci concepciones ones fuertemente mitológicas de la lucha contra el caos, a diferencia del mod o m ás teológicamente teológicamente sobrio del relato de la creación. ción. En Gn 1 el caos primord ial es es ord enad o por la p alabra divina qu e hace ap arecer tod as las cosas (1,2. (1,2.66-7) 7).. En cambio, en las oraciones se evoca un combate de Dios con las aguas arrog antes y con el dr agón qu e las person ifica: ifica: «Tú «Tú d omeñas el orgullo del mar, cuando su s olas se se encrespan las reprim es; tú machacaste a Rahab Rahab lo mismo qu e a un cadáver, a tus enemigos dispersaste dispersaste con tu p oten te bra zo» (Sal (Sal 89,1089,10-11) 11)..
Podría d ecirse ecirse que la p resentación resentación m ás m itológic itológicaa correspond correspond e a las formas de alabanza m ás antiguas, como como un a ad aptación aptación d el culto culto agrícola agrícola cananeo cananeo realizada p or las tribus d e pastor es hebreos recién llegados llegados al país. En estos cantos se insiste insiste en el aspecto pur amen te externo externo y prod igioso igioso de las relaciones relaciones entre YHWH YHWH y el mu nd o, e incluso, en su aspecto asp ecto dem oledor . El El Salmo Salmo 29 es el ejemejemplo más imp onente de esta forma d e alabanza; al son de siete truen os avanza sobre la tierra la temp estad d estructora d e YHWH YHWH sobre la tierra: tierra: Qol Qol YHW H . Más allá del tum ulto terr estre, en el ciel cieloo los hijos de Dios y en el Templo su pu eblo cantan ¡Gloria! (29 (29,1 ,1.9 .9). ). Esta Esta alaba nza a
La voz divina que somete al caos «La palabra que allá arriba hace que los cielos tiemblen; la palabra que hace que acá abajo se estremezca la tierra; la palabra que aniquila a los Anunnaki... Su palabra hace temblar los cielos, hace estremecerse la tierra... La palabra del Señor es la inundación que surge por una tormenta, que oscurece el rostro; la palabra de Marduk es una inundación que vence a la presa. Su palabra arrastra grandes arbustos de loto; su palabra es tempestad, lo carga todo con pesadez. La palabra de Enlil viene como huracán, sin que el ojo la vea». Citado en H-J. KRAUS, Los salmos I , Salamanca, 1993, p.531. Como hacen los salmos israelitas con YHWH, en Babilonia los himnos también celebran la poderosa voz de Enlil y Marduk, que resuena como un trueno.
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YHWH como Dios de la tormenta señala la probabilidad de que se haya transmitido un himno cananeo a Baal, con su d escripci escripción ón d e una teofanía, teofanía, sin sin u na revisión radical por p arte d e la trad ición ición israelita. israelita. En cambio, se puede decir que, en general, los los himnos m ás recientes recientes se orientan m ás bien hacia el suave y adm irable orden establecido establecido p or Dios, la la fidelidad fidelidad del mu nd o a sus p ropias leyes, leyes, el curso de los astros, la la variedad de los fenóm fenóm enos meteorológicos y los fru fru tos que brotan de la tierra. Si Si tomam os el Sal Sal 104, 104, pod remos p ercibir cibir que su autor recibió recibió una inspiración inspiración sem ejante ejante a la d el redactor d e Gn 1. En amb os textos se ap recia el el interés por el aspecto técnico de la actividad creadora de Dios, abun dan do en los d etalles etalles concretos. concretos. Por tanto revela una m entalidad entalidad más racional acorde acorde al pensam iento científic científicoo d e la ép oca, tal como como apar ece consignad consignad o los catálogos catálogos de r ealidad ealidad es natur ales redactados en Egipto. De un mod o mu y par ticular ticular el Sal Sal 104 104 presenta u na estrecha vinculación con el pen sam iento egipcio, como se aprecia observand observand o el himno al Sol Sol del faraón Amen hotep IV (Akhen-Aton ). En este antiguo h imno imn o egipcio se canta la dependencia contínua del mundo respecto al Disco Solar. Solar. También nu estro Salmo Salmo en un cia desde la fe que el mun do en cada mom ento necesita necesita ser ser sustentado por Dios. Si Si YHWH YHWH se alej alejara d el mun do p or un instante, todo se desva necería de inm ediato:
Amenofis IV (c. 1350-1334 aEC) fue el último soberano de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo y se destacó por imponer el culto al dios Atón, el disco solar, al que consideraba como un espíritu universal y omnipresente y el único creador del universo. Después de instituir la nueva religión, cambió su nombre real de por Akhenatón y trasladó la capital de Tebas a Akhetatón, en el actual emplazamiento de Tell el-Amarna, una nueva ciudad dedicada a Atón.
Himno egipcio al Dios único Atón «¡Cuán numerosas son tus creaciones! Están ocultas al rostro de los hombres, oh Dios único , al que ningún otro es semejante. Tú creaste la tierra según tu deseo cuando estabas solo: hombres, rebaños, pequeños animales, todo lo que hay en el suelo y camina sobre sus patas, lo que está en el aire y vuela con sus alas, los países extran jeros: Siria, Sudán y el país de Egipto.
«Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a su polvo retornan. Envías tu soplo y son creados, y renu evas la faz de la tierra» (104,29-30).
Tú pones a cada uno en su sitio y creas lo que necesita. Cada uno tiene lo que necesita para comer y la duración de su vida está calculada...
También es importante señalar que YHWH n o sólo es alabado a causa d e la creación, creación, sino que tam bién ella m isma es la ejecut ejecutora ora d e dicha alab anza anz a (Sal (Sal 19,2 19,2-5) -5).. Más tard e, al testimon testimon io de la creación se asoció el testimonio testimonio de la historia salvífica, completando el canto con una alabanza de la torah:
Cuando te pones en el horizonte occidental, la tierra está en tinieblas, como en la muerte. Los hombres duermen en sus habitaciones, la cabeza velada; ninguno de ellos puede ver a otro... Los leones salen de sus cuevas, las serpientes duermen. La oscuridad es la de un horno. La tierra yace en silencio, pues el que la ha creado descansa en su horizonte...
«La «La ley de YHWH es perfecta, consolación consolación del alm a, el dictamen d e YHWH YHWH , veraz, sabidu sabidu ría del sencillo» sencillo» (19,8).
La tierra ha venido a la existencia por tu mano, pues la has creado. Cuando te levantas, se vive; cuando te acuestas, se muere.
Puesto qu e el testimonio testimonio d e la creaci creación ón n o se pu ede escuchar con p alabras, por eso Israel le ded icó icó esta alabanza a la revelación revelación personal de YHWH a su p ueblo en particular.
Las alabanzas al Rey eterno Existe Existe un a serie de cantos qu e contienen contienen la aclam aclam ación Éstos son los sigu ientes: «¡YHWH reina!». Éstos
Sal 24,1 24,10: 0: YH WH Sebaot, él es el rey d e gloria .
Sal 47,3 47,3:: Porqu e YH YH WH , el Altísimo, es terr ible, Rey Rey grand e sobre toda la tierra. tierra.
93,1: 1: Reina YHW YHWH, H, d e majestad m ajestad v estido, YHWH Sal 93, vestido, ceñido ceñido d e p oder, y el orbe está segu ro, no vacila. vacila. Sal 96,10 96,10:: Decid en tre las gen tes: «¡Y «¡YH WH es rey !» El orbe está segu ro, no vacila; él gobierna a los pu eblos rectamente.
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Tú mismo eres la duración de la vida; se vive de ti».
Sal 97,1 97,1-2: -2: Reina YHWH ! ¡La tierr a exu lte, alégr ense ens e las islas islas num erosas! Nu be y Brum Brum a den sa en torno a él, Just icia icia y Derecho, la base de su tron o.
Sal 98, 98,55-6: 6: Salmod Salmod iad par a YHWH con la cítara, con la cítara cítara y al son de la salmod ia; con las trompetas y al son d el cuerno cuerno aclamad aclamad ante la faz del rey YHWH YHWH .
99,1-2: -2: Reina YHWH , los pu eblos tiem blan ; se Sal 99,1 sienta en qu erub ines, la la tierra se estremece; gran de es YHW H en Sión. Para entend er estos cantos es necesario necesario observar observar qu e en algunos textos textos imp ortantes la expresión expresión reina se aplica también a señores terrenos. La pr oclama oclama ción ción d el nuevo rey se r ealizaba, por ejemplo, con esta invocación:
«Absalón es rey en Hebr ón» (2 Sa Sa 15,10 15,10)) o «Jehú es re y» (2 Re 9,13). 9,13). La expr expr esión decid entr e las gentes: «¡Y «¡Y HW H es rey!» rey!» perm ite concluir concluir que en los cantos mencionados se tenían pr esentes las las palabras del anu ncio de la proclamaproclamación de un soberano. Tales cantos celebran, por consiguiente, la entronización entronización d e YHWH YHWH . El hecho hecho d e que los cantos sitúen la frase es rey en un lugar d estacado estacado y qu e estén llenos llenos d e imágenes caractecaracterísticas rísticas de la ceremonia de entro nización, perm ite sup oner, no sólo que ap ru eban la aplicación aplicación del título de rey a YHWH , sino sino también qu e se insp insp iran en los poema s reales y trasladan su s motivos a un p lano espiritual. espiritual. Las particularidad particularidad es de esta fiesta fiesta son todavía un a cuestión discutid a, per o dos cosas parecen probab les: la fiesta fiesta celebraba celebraba en forma d e dr ama la entronización entronización de YHWH sobre el mu nd o, y era además u na fiesta fiesta desborda nte d e alegría. El El Salmo Salmo 24 nos pu ede ofrecer, a través de los versículos 7-10, una muestra del ceremonial de esta fiesta: Un gru po d e participantes participantes en el culto se halla halla de pie ante las p uertas d el santuario. Soli Solici citan tan qu e se abran las pu ertas para que «entre el Rey de la gloria» gloria» (v. 7.9). A este grupo reun ido para u na pr ocesión ocesión se le pre gunta gu nta dos do s veces: «¿Quién «¿Quién es el Rey de la glor ia?» (v.8. (v.8.10) 10).. sup one un canto antifonal antifonal mu y probablemente Esto sup conectado conectado con la entrada del Arca en el Templo d e JeruJerusalén, y es la la ocasión par a pr oclamar «YHW «YHW H Sebaot, él es el rey de gloria».
«Cu ando los «Cuando los dioses, dioses, sus su s padres, padres, viero v ieron n el resu resultado ltado de su oráculo, se alegraro alegraron n y le rindieron rind ieron homenaje homen aje,, diciend dicie ndo: o: «M arduk es rey». Le impu siero sieron n lu luego ego la corona, el cetro y el manto» citado por H. Gunkel,
Introducción a los salmos ,
Valencia 1983, p.111
La idea de que alguien sea constituido rey aparece ya en el poema babilonio de la creación: La misma idea fue aplicada a YHWH por los profetas en Israel, poniendo su esperanza en el dominio definitivo de Dios en la ciudad santa, «cuando reine YHWH Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén, y esté la Gloria en presencia de sus ancianos» (Is 24,23).
También era la ocasión de recordar al pueblo las condiciones condiciones para ser ad mitidos en el recinto sagrado: El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura. Él logrará la ben dición d e YHW YHW H, la justicia justicia del Dios d e su salvación. Tal es la raza de los qu e le buscan, los que v an tr as tu rostro, oh D ios de Jacob» Jacob» (v.4(v.4-6) 6)..
El sacrificio de alabanza En algunos textos pod emos p ercibir ercibir claramente claramente q ue el canto de h imnos acomp añaba el ofrecimiento ofrecimiento de los sacrificios en elTem plo (2 Cro 29,29-30 29,29-30;; Eclo Eclo 50,17-18). 50,17-18). Pero en otros textos, el sacrific sacrificio io de alaban za es men cionad cionad o en situación de superioridad respecto al sacrificio de animales: «No es por t us sacrificios sacrificios por los qu e te acuso: acuso: ¡están siempre an te mí tu s holocaustos! holocaustos! No tengo que tom ar novillo de tu casa, ni machos cabríos cabríos de tu s ap riscos... riscos... El El qu e m e ofrece sacrific sacrificios ios d e acción acción de gracias gracias m e da gloria, gloria, al hombre recto le mostraré la sa lvación d e Dios » (Sal (Sal 50,8-9.2 50,8-9.23). 3).
Le agrada a Dios más la mú sica sica que la carne inmolada: «El «El nom bre d e Dios celebraré celebraré en u n cántico, le le enzalsaré con la acción acción de gra cias; y más qu e un toro agradar á a YHWH YHWH , más que u n novillo con con cuernos y pezuñas» (Sal 69,31-32). Estas aclamaci aclamaciones ones p rovienen d e las trad iciones iciones de los cantores del templo, quienes, sin duda, tenían sus buenas razones par a oponer su concepción concepción un tanto revolucionaria d el culto culto a la d efendida en tonces por la clase sup erior, los sacerdotes. Tales afirmaciones eran, pu es, exageradas exageradas y, seguramente, sus m ismos autores las consideraban rad icales icales,, aptas para sacud ir del pu eblo esa esa segurid ad qu e amenazaba incesantemente el culto culto sacrificial. ficial. Pero eso no significaba significaba qu e se pretend ía una sustitu ción de los sacrific sacrificios ios materiales. No hay qu e olvidar qu e los profetas a veces cond cond enan tanto el sacrifici sacrificioo sangriento como los cantos cuando no hay una adecuada actitud actitud de corazón que los respalde: «Si «Si me ofrecéis holocaustos no me com plazco en vu estras oblaciones, ni miro a vu estros sacrificios sacrificios de comu nión d e novillos novillos cebados. cebados. ¡Aparta ¡Aparta d e mi lado la mu ltitud ltitud de tu s canciones, canciones, no qu iero oír oír la salmod ia d e tu s arp as!» (Am 5,22-2 5,22-23) 3)..
Una vida en la alabanza
Otras v eces eces como equ ivalente del sacrific sacrificio io vespertino:
Algunas afirmaciones insisten insisten en afirmar qu e en la muerte no existe alaban alaban za posible:
«Valga «Valga ante ti m i oración como incienso, el alzar d e mis m anos com o oblación d e la tard e» (Sal (Sal 141, 141,2) 2)..
«Porque en la mu erte nadie de ti se acuerda; en el sheol, ¿quién te p ued e alabar?» (Sal (Sal 6,6). 6,6).
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«¿Acaso «¿Acaso para los m uertos h aces aces m aravillas, aravillas, o las sombras se alzan a alabarte?» (Sal 88,11). Con la mu erte terminaba la participación participación d el ind ind ividu o en el culto; culto; los los mu ertos se hallaban excluidos excluidos d e la alabanza que se d aba a Dios en sus obras: «No «No alaban los muertos a YHWH, ni ninguno de los que bajan al Silencio; Silencio; nosotr os, los vivos, a YHW YHWH H ben d ecimo ecimoss desd e ahor a y p or siem pr e» (Sal (Sal 115,1 115,17). 7). Frente a la muert e, la fe yahvista se postr aba intran sigente. La muerte separaba para siemp re al hom bre de YHWH . Por eso eso no era extraño que el orante gravemente enfermo enfermo le recordara a YHWH qu e su m uerte perjudicaperjudicaba en p rimer lu gar a la gloria d e Dios: «¿Qué «¿Qué gan ancia en mi san gre, en qu e baje baje a la fosa? fosa? ¿Pued ¿Pued e alabarte el polvo, anu nciar tu verd ad ?» (Sal (Sal 30,1 30,10) 0).. Pero esta visión p esimista en torno a la m uerte es, al mismo tiempo, un a consideración de la alabanza como la forma de vida más prop ia del hom bre: «nosotros, «nosotros, los los vivos, a YHWH YHWH bendecimos d esde esd e ahor a y por siemp re» (Sal (Sal 115, 115,18) 18).. Por tanto , alabar a Dios y no alabarle se contrap contrap onen como la vida y la mu erte. La La alabanza se convierte en el más elemental de los signos de vida.
« Lo Loss que duermen cant cantan an jun tos tu be belle lleza, za, cuando brilla an an te ellos ellos tu t u rostro... cuando cuan do pasas pasas de largo jun t o a ellos, les rodea rodea la oscu oscuridad ridad y cada uno yace de nuevo en su féretro» citado en G. von Rad, Teología del Antiguo Testamento I ,
Salamanca 1993, p.452
Estela del arpista Djedkhonsuiuefankh. La antropología egipcia era más bien optimista, con su clara creencia en la vida ultraterrena. Para los egipcios, los muertos sí pueden alabar a sus dioses:
La composición de los salmos
«David «David estableci establecióó los levitas que h abían d e hacer el servicio delante del arca de YHWH, celebrando, glorific glorificand and o y alabando a YHWH, el Dios d e Israel. Asaf era el jefe; jefe; Zacarías era el segun d o; luego luego Uzziel, Semiram ot, Yeji Yejiel, el, Mattitías, Mat titías, Eliab, Eliab, Bena Benaías, ías, Obeded Obed edom om y Yeiel, con salterio sa lterioss y cítaras» cítar as» (1 Cro 16,4-5). 16,4-5).
¿Cuán ¿Cuán do fueron comp comp uestos los cántic cánticos os que h an llegado hasta n osotros? Primitivamente Primitivamente tod a la poesía sálmica sálmica se habría transmitido d e man era anónima. Tal vez vez sólo los salmos comp comp uestos personalm ente por David llevaran llevaran originalmente originalmente la anotación correspond iente. Los salmos salmos m ás antiguos pu eden reconocerse reconocerse por el lenguaje arcaico y sus imágenes que nos remontan al mu nd o cananeo. Esto Esto lo vemos en las alusiones como:
No ha p or qué du dar qu e sea históricamente históricamente válido válido el elogio que Ben Ben Sirá hace de Dav id: «Con «Con todo su corazón entonó h imnos, mostrand o su amor a su H acedor. acedor. Ante el altar instituyó instituyó salmistas y con sus su s voces d io du lzura lzur a a los cantos » (Eclo (Eclo 47,8 47,8-9 -9). ).
«YHW «YHW H qu e d esgaja los cedros d el Líbano» (Sal (Sal 29,5) 29,5) «Shad «Shad d ay qu e d ispersa a los reyes» (Sal (Sal 68,1 68,15) 5).. Pod rían r emon tarse a los siglos XII XII y XI XI aEC, es decir, a los tiemp os d e los jueces. jueces.
En la narración de la historia de David se conservaconservaron algunos salmos qu e forman forman también parte d e la cocolección canónica:
La trad ición ición sobre la Salida de Egipto y la Revela Rev elación ción del cuan to historia d e salvación, salvación, se iba iba actualizanSinaí , en cuan do constan temen te en el culto:
«David «David dijo dijo a YHWH las palabras d e este cántico cántico el día que le salvó YHWH de la mano d e todos sus enemigos y de la man o de Saúl» (2 Sa 22,1 22,1ss| ss| | Sal 18) 18)
«Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras d e mi boca; voy a abrir m i boca boca en p arábolas, a evocar los misterios d el pasa do » (Sal (Sal 78,178,1-2) 2)..
«Aquel día David, alabando el primero a YHWH , entregó a Asaf y a su s herm anos este canto» (1 (1 Cro 16,7 16,7|| | Sal 105, 105, 96 y 106) 106)..
Por eso es posible que la poesía poesía cultual de p eríodos posteriores post eriores recogiera recogiera dichos acontecimientos, conten conten idos en un a tradición ya consolidad consolidad a y los reprod ujera. IncluIncluso es posible que llegara a citar citar al Pentateu co en su form a escrita d efinitiva (siglo V aEC). aEC).
Pero los transmisores y compiladores de salmos habrían hecho un uso bastante generoso de la rúbrica suficientem ente el hecho de Salmo de David . Para realzar suficientem David compositor asignarían a los cánticos de oración ind ividu al (cuya (cuya fecha fecha y circun circun stancias se pod ría ubicar en cualquier lugar de la h istoria) istoria) el título título De David .
La época de David es u no d e los aconteci acontecimientos mientos históricos fun fun da men tales a los los que se hace referencia consconstantem ente en los Salmos. Salmos. El hecho de qu e David traslada ra a Jeru Jeru salén el Arca de la Alianza, Alianza, foco foco sagrad o de la confederación de las Doce tribus de Israel, significó la institución d e Sión Sión como centro d el culto: culto:
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Los llamad llamad os Salmos del Rey correspond correspond en casi con seguridad a la época de la la monarq uía.
La mayoría de los cánticos de oración individual y los teriores al destierro. cánt cánt icos de alaba alabanz nz a pu eden ser an teriores
Algunos Salmos evocan la d estrucción estrucción d e Jerusalén Jerusalén y la cautividad consecuente: consecuente:
«Prendieron fuego a tu santuario, por tierra profanaron la man sión de tu nombr e» (S (Sal 74,7 74,7)) «Oh Dios, Dios, han invadid o tu hered ad las gentes, han profanado tu sagrado Templo; han d ejado ejado en ru inas a Jerusalem, Jerusalem, han entregad o el cadáver de tu s siervos por comida a los pájaros del cielo, la carne de tus am igos a las bestias d e la tierr a» (Sal (Sal 79,179,1-2) 2) «A orillas orillas de los ríos de Babilonia Babilonia estábam os sentad os y llorábamos, acordán acordán don os de Sión; en en los álamos d e la orilla orilla teníamos colgad as nu estras cítaras» (Sal (Sal 137,1-2). Se pod ría decir que los cánt cánt icos icos de oración oración comu nidad nid ad , en la m ayoría d e los casos, se refiere a ese suceso.
Otros salmos, en cambio, cantan la alegría del retorno: «Propicio has sido, YHWH YHWH , con con tu tierra, has hecho volver a los cautivos d e Jacob; Jacob; has qu itado la culp a de tu pueblo, has cubierto todos sus pecados, has retirado todo tu furor, has desistido del ardor de tu cóler a» (Sal 85,2-4) 85,2-4) «Cuand o el Señor Señor h izo volver a los caut caut ivos de Sión, Sión, como soñ and o nos qu eda mos» (Sal (Sal 126, 126,1) 1)..
Podemos suponer que los salmos que contienen reflexiones flexiones en torn o a la Torah son los más tardíos, puesto qu e reflej reflejan an la pied ad d el período p ost-exílic ost-exílico. o.
Es difícil difícil,, por tant o, afirma afirma r qu iénes han sid o realmente los autores de los salmos. Podríamos p artir del sup uesto de qu e la la gran mayor ía de los los salmos salmos fueron obra de sacerdotes y de cantores del Templo, Templo, que prep araban las liturgias y los formularios, ya que el Templo era el ámbito habitual dond e se cantaban cantaban los salmos. Para escribir los cánticos de oración y los cánticos de sacerd otes y los cantores acció acción n de gracias gracias indiv in dividu iduale aless, los sacerd del Templo pu dieron inspirarse en testimonios testimonios personales. Un israelita qu e se había visto libre de su d esgracia haría qu e el relato relato d e lo sucedido y su acción acción de g racias racias fuera d escrito por los sacerdotes y cantores en u n cántico constancia de todo de oración oración . A la vez haría que qued ara constancia ello ello en u na estela o en u n rollo, como como p odría estar insinuan do el siguiente siguiente texto: «Dij «Dije entonces: Heme aqu í, que vengo; en el rollo d el libro se h a escrito sob re m í» (Sal (Sal 40,8). 40,8). Cuand o cualquier cualquier persona llegara al Temp Temp lo para su oración o su acción de gracias, los los sacerdotes y cantor es le propor cionarían cionarían los formu larios redactados anteriormente en base a los testimonios testimonios d e algún otro orante. Así pud o formarse el himn himn ario y libro libro de oración del Templo d e Jerusalén Jerusalén o Libro de los Salmos, que recoge el tesoro de los viejos himnos y oraciones de Israel compu esto a lo largo largo de u n m ilenio. ilenio.
El libro de los Salmos Tehillim o Cánticos de alabanza (Biblia Hebrea) Psalmoi (Biblia Griega - LXX) Psalterium (Biblia Vulgata Latina) Este libro suele se ubica en el canon en la tercera parte o ketubim (hebr. Escritos ). ). En la Biblia Griega encabeza el segundo volumen: los Poetas y Profetas . Existe diferencia de numeración entre ambas versiones, debido a la división o agrupación de algunos salmos. Texto Hebreo
Texto Griego
Sal 1-8 Sal 9-10 Sal 11-113 Sal 114-115 Sal 116,1-9 Sal 116,10-19 Sal 117-146 Sal 147,1-11 Sal 147,12-20 Sal 148-150
Sal 1-8 Sal 9 a-b Sal 10-112 Sal 113 a-b Sal 114 Sal 115 Sal 116-145 Sal 146 Sal 147 Sal 148-150
La liturgia romana sigue la numeración de la Biblia griega.
Algunos Salmos se repeten dentro y fuera del Salterio. Las equivalencias son las siguientes: Sal 18 Sal 14 Sal 70 Sal 108
2 Sam 22 Sal 53 Sal 40,13-17 Sal 57,8-12 y Sal 60,7-14
El Salterio e s la agrupación de cinco libros de Salmos. Podemos conocer la extensión de esos libros, porque cada uno termina con una fórmula de glorificación a Dios. Este cuadro nos de una visión de conjunto: I. Sal 1-41: ¡Bendito sea YHWH, Dios de Israel, desde siempre hasta siempre! ¡Amén! ¡Amén! II. Sal 42-72: ¡Bendito sea YHWH, Dios de Israel, el único que hace maravillas! ¡Bendito sea su nombre glorioso para siempre, toda la tierra se llene de su gloria! ¡Amén! ¡Amén! Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé. III. Sal 73-89: ¡Bendito sea YHWH por siempre! ¡Amén! ¡Amén! IV. Sal 90-106: ¡Bendito sea YHWH, Dios de Israel, desde desd e siempre hasta siempre! Y el pueblo todo diga: ¡Amén! V. Sal 107-150: ¡Todo cuanto respira alabe a YH ! ¡Halelu-Yah!
Algunas pistas permiten aproximarnos a la fecha en la cual el Salterio ya debía ser una colección completa: El Salterio ya era una colección de escritos sagrados en la época de Jesús, porque él los menciona como una unidad literaria: «Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí» (Lc 24,44). El Libro canónico debía estar ya concluido antes de la aparición de los llamados Salmos de Salomón (63-30 aEC), que no fueron incluidos en el mismo, sino en otro volumen. Tal vez antes de que se traduzca el Eclesiástico (190 aEC), que alude a «la Ley, los Profetas y los otros Libros de los antepasados» (8-10). Los Salmos pudieron encabezar el tercer grupo.
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Géneros de Salmos 1- Cánticos Cántico s de Alabanza ( tehillah ) A- Himno Imperativo Su contexto vital es el culto habitu al. Su Su motivación es la experiencia de la actuación histórica de YHW YHW H. Constitu ye un a interp elación elación a la conciencia conciencia nacional nacional d e Israel desd e la acci acción ón d ivina que lo ha favorecido favorecido como p ueblo.
Sal 96: 96: «¡ «¡Cantad a YH YH WH un canto n uev o!». o!». Sal 98: 98: «¡ «¡Cantad a YH YH WH un canto n uev o!». o!». Sal 100: 100: «¡Aclam «¡Aclam ad a YH YH WH , toda tod a la tierr a!». a!». Sal 136: 136: «¡ «¡Dad gracias gra cias a YH YH WH, WH , porque porq ue es buen b uen o!»
La serie 93-1 93-100 00 tiene tiene p or objeto el reinad o d e YHWH YHWH : «Reina «Reina YHWH YHWH , de m ajestad ajestad vestido, YHWH vestido, ceñid ceñid o de p oder, y el orbe está segur segur o, no vacila» (Sal 93,1). El conten conten ido d e estos salmos evoca en ocasiones las últim as pa rtes d el libro libro d e Isaías, al final final d el exilio exilio y en los primeros años d espués d el retorno. retorno. Incluso Incluso pu dieron inspirarse en algun os d e esos versos proféticos: proféticos: «Cantad «Cantad a YHWH YHWH un cántico cántico nuevo, su loor desde los confines confines d e la tierra. Que le cante el mar y cuant o contiene, las islas islas y su s hab itantes... YHW H como un br avo sale, sale, su furor d espierta como como el de un guer rero; grita y vocife vocifera, ra, contra contra su s enemigos se mu m u estra estr a valeroso va leroso » (Is (Is 42,10. 42,10. 13). 13).
De este modo un profeta en el destierro cantaba cantaba la gloria del Dios Dios que d aría a su p ueblo la libertad, libertad, como ya lo había hecho en el pasado. Por eso proclamaba una buena buena nu eva: «¡Qué «¡Qué h ermosos son sobre los mon tes los pies del mensajero mensajero que an un cia cia la paz, que trae buenas noticias, qu e anu ncia salvación, salvación, qu e dice a Sión: Sión: «Ya «Ya r eina tu Dios!» (Is (Is 52,7). 52,7). Aun que esas expectativas expectativas no se vieron cump lidas lidas despu és del exili exilio, o, sin sin em bargo se continu continu ó esperand o un futu ro m ejor ejor p ara Jerusa lén (Is 62,1 62,1;; 62, 62,4-5 4-5). ). Por tanto , el canto canto d e estos Salmos Salmos du rante la época del Segund Segund o Templo (marcada p or la dom inación inación extranjera extranjera y el anhelo de la reden ción de Israel) man tenía viva la confianconfianza del pu eblo en en YHWH YHWH el Rey Rey del mu nd o y Señor Señor d e las naciones, naciones, más allá de la falta falta d e auton omía nacional. Tales expresiones se caracterizan por la exclusivida d d e la acción acción divina en la creación creación y en la historia: «Él «Él solo hizo maravillas, maravillas, porqu e es eterno su amor» (136,4). Israel Israel es el objeto objeto mu do y pasivo d e la actividad actividad d e YHWH . La La enum eración eración d e las hazañas de YHWH YHWH tal vez fueran cantadas p or un solista, solista, mientras que la formu la de acción acción de gr acias acias constantemente repetida era cantada por la asamblea de la la comu comu nidad . Este Este himno litánic litánicoo pod ía formar formar parte d e un a liturgia de Postración ante YHWH YHWH , como como aparece indicado expresam ente en otr os Salmos Salmos d e la serie Sal 93ss: 93ss: «Entrad «Entrad , adoremos, ad oremos, prostern émonos, ¡de ¡de rod illas illas ante YHW H qu e nos ha hecho!» (Sal (Sal 95, 95,6) 6) «Exal «Exaltad tad a YHWH YHWH nu estro Dios, postraos ante el estrad o d e su s p ies, Santo Santo es él» (Sal (Sal 99,5) 99,5).. La concentr concentr ación de tem as relativos al Éxodo y a la travesía por el d esierto esierto lo hacía ind ind icado icado p ara la fiesta fiesta de la Pascua. La Biblia Biblia de Jeru Jeru salén señala qu e era llamad o y era recitado rec itado despu és del pequeño Hal-lel Gran H al-lel al-lel (Sal 113-118).
B- Himno del Individuo La alabanza alabanza parte d e todo hom bre que se maravilla concontempland o la cond cond ición ición que Dios le ha dad o y el lugar al que lo ha destinado en medio de todas sus d emás obras. Sal 8: 8: «¡ «¡Oh YHWH , Señor Señor nu estro, qu é glorioso tu nombr e por toda la tierra!». tierra!». Sal 104: 104: «¡Alm «¡Alm a m ía, bend ice a YH YH WH !». !».
Todo lo enunciad o por el Salmo Salmo 8 es una referencia a u n ord en d ivino irrevocable. irrevocable. El hombre p ertenece ertenece al mu nd o d e Dios y Dios lo lo ha bend ecido ecido con increíbles increíbles der echos para ejercer ejercer dom inio. Más allá allá d e su existencia
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«T odoss los hijos de Israel, viendo «Todo vi endo descen descen der el fuego y la gloria gloria de YH Y H W H sob sobre re la Casa, Casa, se postr postraro aron n rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron a Y H W H porque es es bueno, porque porque es es et et erno su amor... Los sace sacerdotes rdotes atend atendían ían a su m in inisterio, isterio, mientras mient ras los los levit le vita as glorific glorificab aba an a YH W H co con n lo loss intrum int rum ent os que el rey David D avid fabricó f abricó para aco acom m pañar los cánticos cánt icos de Y H W H, porque es es et et erno su am am or, ejec ejecu u tan tando do los cánt cá nt ico icoss compuestos compu estos por David. D avid. Los L os sacerdo sacerdotes tes estaban estab an delante delant e de ellos ellos tocand tocando o las las trompetas, t rompetas, y t odo Israell se manten Israe man tenía ía en en pie» (2 Cro 7,3. 7,3.6). 6). El gesto de postración en el Templo atestiguado en los Salmos, aparece también en la obra del Cronista, el teólogo de la restauración cultual durante el retorno del exilio. Así, evoca la postración durante la dedicación del Primer Templo, Templo, al ritmo de la repetición del estribillo del salmo litánico 136
perecedera, el salmista tiene tiene conciencia conciencia de q ue el hombr e está destinado a alabar a Dios. El hombr e que ha descubierto su sup erioridad erioridad sobre las demás creaturas es incapaz d e expresar este hecho hecho alabándose a sí m ismo. Sólo Sólo encuentra encuentra palabras d e alabanz a dirigid a a Dios, como como son las del estribillo de comienzo y final de este salmo. También es concie conciente nte qu e su designación designación como ad ministrador del mun do no está fundam entada en él mismo, ya que es sumamente pequeño y d esvalido esvalido en medio de la inmensidad del un iverso creado creado p or Dios. De ahí que se pregun te admirado: «¿Qué «¿Qué es el hom bre par a qu e de él te acuerd es, el el hijo hijo de Ad am para que d e él te cuides?» cuides?» (8, (8,5) 5)..
los pecadores en la tierra, y ya no más existan los imp íos! ¡B ¡Bend ice a YHWH , alm a m ía!» ía!» (104,3 (104,33-3 3-35). 5).
2- Cánticos de oración ( tefillah ) A- Oración del Individuo En las prim eras palabras ap arece la la invocación invocación a YHWH, seguida, a veces, de u na au todescripción todescripción de la d esdicha del orante, d e la súp lica lica o el deseo ardiente. También También se expresa la confianza o la inocencia del oran te. Sal 8: «¡Oh «¡Oh YH WH, WH , Señor Señor nu estro, qu é glorioso tu nombre por toda la tierra! tierra!». ». Sal 104: 104: «¡Alm «¡Alm a m ía, bend ice a YH YH WH !». Sal 7: «YH «YH WH , Dios m ío, a ti m e acojo». Sal 62: 62: «En «En D ios sólo el descanso d e mi a lma».
El Salmo Salmo 104, rep resentativo d e la consideración israelita raelita del universo, nos mu estra el el mund o de un m odo mu y distinto respecto a la imagen imagen que tiene del mismo la cultura occidental. occidental. No trata de la naturaleza, que es un objeto de observación, un ser regido por leyes estables que m anifiestan anifiestan su arm onía. Israel piensa en el mun do, no como un cosmos ordenado, sino sino como u n obrar contínuo El mu nd o vive de la acción acción creadora de Dios, que de Dios. El obra renovad amente y sin cesar. cesar. Sin Sin él mu ere: «Les «Les retiras su soplo, y expiran expiran y a su polvo retornan . Envías tu sop lo y son creados, y renuev as la faz faz d e la tierra» (104,29-30). La gloria de Dios que se m anifiesta en sus acciones en la creaci creación ón hace anhelar la luz luz d e un m un do n uevo y distinto, en el que no haya ya lugar p ara los malvados. En ese mund o el hombre no pod rá menos qu e reacci reaccionar onar con una alabanza cotidiana por las obras de YHWH, conciente conciente de la dep endencia en que vive: «A YHWH YHWH mientras v iva he d e cantar, mientras exista exista salmod iaré para m i Dios. Dios. ¡Oh, ¡Oh, que m i poema le complazca! Yo Yo en YHWH tengo m i gozo. ¡Qu ¡Qu e se acaben
En el Sal Sal 16 el orante bu sca protección y YHW YHW H h a respond ido d ando una palabra de consejo consejo que lo confirconfirma en la confianza. confianza. Por Por m edio de esa p alabra se ha revelado al Salmista Salmista como qu ien señala siemp siemp re hacia la vida, como u n Dios bond adoso. Por eso el orante edifica edifica excl excluusivamente su existencia sobre ese fundamento que es YHWH m ismo: «Pongo a YHWH YHWH ante m í sin sin cesar; porqu e él está a m i diestr a, no vacilo» (16,8 (16,8). ). En el tran sfond o de la confianza del Sal Sal 23 23 hay u n peligro concreto. El El orante tiene enem igos, su vida está amenazad a. Pero en en el Temp Temp lo el perseguid o encuentra protección protección para su vida. Tenemos Tenemos d os ejemp ejemp los de personas que, temiendo a su enemigo, buscaron resguard ar su vida en el Santuar Santuar io:
a Ad onías se le r espeta la vid a (1 Re 1,5 1,50) 0)..
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a Joab Joab no (1 Re Re 2,28 2,28-35 -35), ), por qu e según el mand ato d ivino d e Ex 21,1 21,14: 4:
«Al que se atreva a m atar a su prójimo prójimo con alevosía, alevosía, hasta de m i altar altar le arrancarás para m atarle»
Aprovecha la oportunidad, también, para persuadir a todos los oprimidos que ningún poder humano pu ede h acer frente al justo justo juicio de Dios: «Un soplo solam ente los hijos hijos de Ad am, los hijos hijos de hom bre, un a m entira» (62,1 (62,10) 0)..
Así las palabras del Salmo Salmo redieren u n asilo protector : Y a los opresor es les advierte: «Sí, «Sí, dicha y gracia me acomp añarán todos los d ías de m i vida; mi m orada será la casa de YHWH YHWH a lo larg o de los d ías» (23,6 (23,6). ). YHWH pasa a ser el anfitrión que, de acuerd o a las norm as de hospitalidad oriental, garantiza la segurid segurid ad de su huésped, hu ésped, como como Lot con los los enviados divinos en Sodoma (Gn 19,8 19,8), ), o como como el forastero hab itante d e Guibeá con el levita de Efraím (Jue 19,23 19,23). ). YHW YHWH H pr otege a su hu ésped ag asajánd asajánd olo y honrán dolo magn ífic íficamente. amente. «Tú «Tú m e prep aras u na m esa frente a mis enemigos» (23, (23,6) 6) Pod ría referirse al convite que acomp aña el sacrifisacrificio de acción acción d e gracias. Pero, teniendo en cuenta la situación de persecución del orante, podría indicar que sus en emigos p resencian su sa crific crificio io acept acept o a Dios y se persu aden de la p rotecci rotección ón d ivina sobre él. él. El Sal 7 trata de una situación semejante a la del Salmo anterior, pero en este caso caso hay, no sólo un ped ido d e protección, sino tam bién un a apelación al Juez Juez justo qu e tod o lo ve y conoce la la inocencia o la la culpa. El que ha h uid o al Santuar Santuar io afirma afirma su inocencia inocencia y se somete, mediante este d e juram juram ento d e pu rific rificaci ación, ón, al juicio juicio divino, aceptand o cualquier d esgracia como como justo castigo castigo en el caso de ser culp able, pero tam bién solicitansolicitando a Dios esos mismos m ales para su acusad or en caso de ser él inocente:
«No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña; a las riquezas, cuando aumenten, no ap egu éis el cora cora zón » (62, (62,10) 10)..
B- Oración de la comunidad Despu és de la invocación invocación a YHWH, se ofrece ofrece un a retrospectiva histórica histórica que contemp la la labor d e salvación salvación realizada lizada p or YHWH YHWH en tiempos anteriores y que culmina con un llamam llamam iento al Dios Dios de Israel para qu e confirme confirme su fidelidad salvadora. La descripción descripción de las d esdichas, esdichas, los clamores clamores p idiendo ayu da, las reflexio reflexiones nes y las pregun tas determinan la p arte principal de la oración. oración. Sal 44: 44: «Oh Dios, con nu estros oíd os lo oímos» Sal 126: «Cuando YHWH hizo volver a los cautivos d e Sión» Sión»
En el Sal Sal 44 es la nación entera la qu e se encomiend a al juici juicioo d e Dios en un a situación situación d e fracaso fracaso ante u na agresión extranjera: «Y con todo, nos has rechazado y confund ido, no sales ya con nuestras trop as, nos haces haces dar la espalda al adversario, nuestros enemigos saquean a placer» (44,10-11). También el pu eblo entero es conciente conciente de su inocencia:
«Cavó «Cavó u na fosa, recavó recavó bien hon do, m as cae en el hoyo qu e él abrió; revierte su obra en su cabeza, su violen cia en su cerviz r ecae» (7,16 (7,16-17 -17). ). Esta situación cultu cultu al se describe en la oración oración p ronu nciada por Salomón el día en que el Arca de la AlianAlianza fue introdu cida cida p or prim era vez en el Santuar Santuar io: «Cuan «Cuan do u n hom bre peque contra su prójimo prójimo y éste pron un cie cie un a imp recación recación sobre él haciénd haciénd ole jujurar d elante de tu altar en esta Casa, escucha escucha tú desde los cielos cielos y obra; juzg juzg a a tu s siervos, declarand o culpable al malo, para hacer recaer recaer su cond ucta sobre su cabeza y declarando inocente al justo justo p ara d arle segú n su justicia» (1 Re 8,31 8,31-32 -32). ). En el Sal Sal 62 de n uevo u n r efugiado efugiado en el Templo ap ela al juicio juicio de Dios. Allí Allí aguar d a la sentencia absolutoria d e Dios. Ante la comu nida d se acoge al juicio juicio inm inm inen te, per o man ifiesta ifiesta su inocencia y su confianza: «Dios «Dios ha h ablado u na vez, dos v eces, eces, lo lo he oído: Que de Dios es la fuerza, tu yo, Señor, Señor, el amor; y: Que tú pag as al h omb re con ar reglo a su s obras» (62,1 (62,122-13 13). ).
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«Nos llegó llegó todo esto sin h aberte olvidad olvidad o, sin sin h aber traicionado tu alianza. ¡No habían vuelto atrás
Oración de la comunidad perseguida «No sabemos con seguridad quién fue el autor del salmo. Pero, eso sí, consta claramente que fue compuesto por alguien distinto de David. Las lamentaciones que contiene encajan muy bien en la época desgraciada y calamitosa en la que hacía sus estragos la tiranía brutal de Antíoco, a menos que queramos darle mayor amplitud a la época, ya que, después del regreso del destierro, no hubo prácticamente ningún tiempo que estuviera libre de grandes calamidades». Calvino, Comentario del Salmo 44
Así se puede celebrar el retorno y, a la vez, seguir sup licando. licando. La súp lica lica confirmaba confirmaba la confianza confianza d e qu e YHWH cambiará la situación. situación. Igual que se tran sforma el desierto al llegar las lluvias, llenándose sus wadi de corrientes impetuosas.
C- Acción de gracias individual (todáh ) Estrechamente Estrechamente unid o a la súplica, súplica, supone qu e se ha prod ucido la salvación salvación que lo saca de la d esgracia. esgracia. Sal 30: 30: Nos d escribe cómo el orante, debid o a un a grave enfermedad , había sido sido ar rancado d e un a felic felicidad idad sin p reocup reocup aciones aciones hasta llegar llegar a tener la terrible experiencia de sentir el ocultam ocultam iento de Dios:
nu estros corazones, corazones, ni había dejado dejado n uestros pasos tu sendero, para que tú nos aplastaras en morada d e chacales, chacales, y nos cubrieras con la sombr a de la m uerte! uer te!»» (44,18-20). La hostilidad hostilidad evidenciar evidenciar la p ertenencia ertenencia a YHWH :
«Y yo en mi p az d ecía: ecía: «J «Jam ás va cilaré». cilaré». YH YH WH, tu favor me afianzaba sobre fuertes mon tañas; mas retiras tu rostro y ya estoy contu rbad o» (30, (30,77-8) 8).. Pero finalmente finalmente ha sido sanad o y pu ede cantar la maravillosa villosa transformación transformación qu e ha experimentad o su suerte:
«Por ti se nos mata cada día, como como ovejas al matadero se nos no s tra ta» (44,23) (44,23)..
«Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría; mi corazón por eso te salmodiara sin tregu a; YHWH YHWH , Dios m ío, te alabaré p or siem pr e» (vv.12(vv.12-13 13). ).
La comunid ad orante sabe muy bien que su prop ia existencia existencia se se fund a en u n acto gratuito d e salvación salvación divina en la época época de sus antepasad os:
Sal 32: En presencia de un grupo de personas el orante se dirige a Dios recordan recordan do su desgracia y agradeciend deciend o la gracia gracia recibida. recibida. No se trataba de u na enfermed ad y su resp ectiva ectiva curación, curación, sino que un a situación situación de p ecado ecado y el perdón obtenido son las realidades realidades qu e experimen ta su cesivamente cesivamente como desgracia y gracia: gracia:
«Para plantarlos a ellos, expulsaste naciones, para ensancharlos, maltrataste pu eblos; no por su esp ada, conqu istaron la tierra, ni su bra zo les dio la victoria, victoria, sino que fueron tu d iestra y tu brazo, y la la luz de tu rostro, p orqu e los am abas» (44,3 (44,3-4 -4). ). Por eso permanece fiel y constante en la alabanza, confiando confiando en YHWH YHWH y en su su pr omesa: «¡Alzate, «¡Alzate, ven en nu estra ayud a, rescátanos rescátanos p or tu am or!» or !» (44,24). (44,24). La situación situación sería la de u na p ersecución ersecución a causa d el cump limiento de la Ley. Ley. El El Talmu Talmu d ( Sotá 48a) 48a) refiere qu e en la ép oca macabea los levitas levitas cantaban d iariamente: «¡Desp «¡Desp ierta ya ! ¿Por qu e du erm es, Seño Señor?» r?» (Sal (Sal 44,24a). 44,24a).
«Mi pecado te reconocí, y n o oculté m i culpa; dije: «Me confesaré a YHW YHW H d e mis rebeld ías». Y tú a bsolviste mi culpa, per do naste m i pecado» (32, (32,5) 5).. Es probable entonces que el Salmo Salmo hay a estado asociado ciado en su origen a alguna ceremonia ceremonia d e sacrifi sacrifici cioo p or el pecado, tal como como éste es d escrito escrito en sus causas y p roced imientos en el libro d el Levític Levítico: o: «El «El que es culpable en un o de estos casos confesará confesará aquello en que ha pecado, y como sacrificio de repar ación ación p or el pecado cometido, llevará a YHWH YHWH un a hembr a de gan ado m enor, oveja oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. Y el sacerdote hará por él expiación d e su pecad o» (5,5 (5,5-6 -6). ).
La visión visión retrosp ectiva ectiva que p resenta el comienzo comienzo d el Sal 126 126 remite de un mod o claro al regreso del d estierro estierro babilónico babilónico d espu és d el año 538 aEC. aEC. El contrast contrast e recuerda la situación de llanto y la negación a cantar cantar d ura nte el exilio, «junt «juntoo a los canales cana les d e Babilonia» (137,1(137,1-4): 4): «Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vu elve canta canta nd o trayen d o sus ga villas» (126 (126,5 ,5-6 -6). ). Como, a pesar del regreso, las esperanzas abrigad as du rante el destierro destierro no se habían cum cum plido todavía, se pu ede entender la súplica: súplica: «¡Haz volver, YHWH a nuestros cautivos como torren tor rentes tes en el Nég u ev!» (126,4 (126,4). ).
3- Cánticos del rey (maasay lemélek ) Tratan de temas reales, tales como la entronización. Los antigu os privil pr ivilegios egios de los reyes jebuseos jebuseos d e Jerusalén Jerusalén son transferidos a los descendientes d e la dinastía davíd ica. ica.
Sal 2: 2: Pod ría tratar se de un cántico que entona ba el
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rey al ocupar su trono en el palacio. La rebelión de las naciones naciones que an tes estaban estaban som etidas era una constante en la historia del antiguo Med io Oriente con con ocasión ocasión d e un cambio de monar ca en en el trono, para sacudirse el yugo de los poderes que los esclavizaban. El salmo sería la expresión ritu al de la afirmación afirmación d e que el rey de JerusaJerusalem es inatacable e invencible gracias a YH YH WH. Por eso, en los los prim eros versículos tenem os el contraste de u na nu eva rebelión rebelión caótica caótica d e las naciones, naciones, pero que, a causa causa p recisa recisamente mente d el poder d e YHWH YHWH que subyuga el caos de las naciones naciones qued a dom inada d esde el p rincipio rin cipio (Sal 2,1-6). 2,1-6). El trono de Dav id h abía recibido recibido u na d irecta irecta legitilegitimación sagrad a med iante la profecía profecía de Na tán. Según Según ella, Dios aseguraría para siempre el reinado de la dinastía d avídica avíd ica sobre Israel y le ofrecería relaciones relaciones filiales. filiales. Porque qu e YHWH YHWH quiso ser pad re del Ungido, éste se convertirá convertirá en su hijo (2 Sa 7,12-16). Es la respuesta de Dios ante el proyecto pr oyecto de David d e constru constru ir una Casa par a el Señor. Señor. Ya Ya que el Cread or d e todas las cosas cosas es inabarcable, inabarcable, es el hombre qu ien debe acogerse al abrigo divino sin buscar consconstruir por sí solo su propio destino. Por eso va a ser YHWH quien edifique una casa para David. A partir d e entonces, entonces, se pon drá en evidencia el el lugar que ocup a el rey Mesías Mesías en la fe de Israel. En virtud de esa prom esa, cada rey qu e deciendera deciendera d e la dinastía de David sería considera considera do legítimamen te el M esías cual Dios esías por el cual cump liría liría los designios relativos relativos a su p ueblo. Puesto que YHWH había realizado realizado u na Alianza Eterna con David, se tenía la la seguridad de qu e Dios Dios nun ca dejaría dejaría de perpetuar su dinastía. dinastía. La elecc elección ión de Dios sobre el rey era una id ea común a todo el Oriente Oriente antiguo. En virtud de la Alianza pa ctada, la divinidad asu mía la defensa defensa d el rey rey ante sus enemigos. Por eso el faraón Ramsés II dirigió su oración al dios Amón cuando luchaba contra los hititas hititas en Kadesh. Del mismo m odo el rey d e Israel sup licarí licaríaa confiadamen confiadamen te cuand o también él se encontrara encontrara en p eligro: eligro: «¿Por qué se agitan las naciones, y los pueblos mascullan planes vanos? Se yerguen yerguen los reyes de la tierra, los caud caud illos illos conspiran aliados contra YHWH y contr a su Ungid o» (Sal (Sal 2,1-2 2,1-2). ). «¡Y o te llamo, «¡Y llamo, padre padre mío Amón! A món! Estoy en medio de pueb pu eblos los nu meroso merososs que qu e no conozco. conozco. T oda odass las n ac aciones iones se han unid u nido o cont contra ra mí. Estoy Est oy solo, solo, ningún nin gún otro conm conm igo igo.. M is soldado soldadoss innu in nu mera merable bless m e han han aban aban donado donado.. N i un u n o solo solo de m is aurigas ha m irado hacia hacia mí. mí . N o he dejado de gritar grit ar hacia hacia ellos, ellos, pero ni uno solo me ha oído cuando los llamaba. V eo que Amón A món v ale m ás para m í que miles de infant in fantes es y que qu e cent centenas enas de millares millares de carros, carros, más que diez diez m il hermanos e hijos, todos todos uni u nidos dos en en u n corazz ón. ¡N o es cora es la obra obra de hombres nu n u m ero erosos sos lo que cuenta! ¡Amón es mucho más útil que ellos! Hee llegado H llegado hasta aquí por orden de tu bo boca, ca, oh oh A m ón. N o he tran transpasa spasado do tu s deseo deseos». s».
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En la subida al tron o d e los faraones faraones esta pr edilecedilección ción era expresada a través de u n d ocumento escrito por la divinidad en persona, como consta en las las palabras de Amón -Re -Re de Karnak a Hatschepsut: «Mi hija qu erida... yo soy tu p ad re ama do. Yo Yo establezco blezco tu dignidad como señor d e ambos p aíses. aíses. Yo Yo te escribo tu protocolo» (cit. (cit. por G. Von Rad, en EstuSalam anca an ca 1976, 1976, p.194). dios sobre sobre el ant ant iguo igu o testament o, Salam En estas ceremonias debió insp irarse el poster ior ritual de la subid a al trono d e los reyes de Israel, tal como como se d escribe en la coronación de Joás por el sacerdote sacerdote Yehoyadá: «Hizo salir entonces al hijo hijo del rey, le pu so la diad ema y el Testimonio y lo ung ió. Batieron p almas y gr itar on «¡Viva «¡Viva el e l rey !» (2 Re 11,12). 11,12). Y tal vez el contenido del testimonio sea el decreto referido rid o p or el rey en el Sal 2,72,7-8. 8. Sal 110: 110: Se trataría del canto d e un profeta p uesto que es alguien que, en un d eterminad o aconteci acontecimiento miento litúrgico, emitió en p resencia resencia d el rey («mi («mi Señor») una serie de orác (110,1-4) -4).. Con m otivo oráculos ulos de parte de YH W H (110,1 de la entronización de algún monarca, estaría atribuyend o al rey de Jerusalem Jerusalem los antiquísimos privilegios del famoso rey d e Salem Salem y le estaría aplicand aplicand o las antiquísimas trad iciones iciones cultuales cultuales d e la m onarquía jebusea. El pr ofeta declara, de p arte d e Dios, la facultad facultad d el heredero d avídico para ejercer ejercer la soberanía real jun jun tamen te con YHWH YHWH . Le Le atribuye al entronizad o un nacimiento celestial celestial,, en el sentido sentido d e una adop ción ción d ivina. Lo Lo declara sacerdote, como lo era todo m onar ca jebu jebu seo. Promete qu e por m edio de él, YHWH YHWH , el el juez juez d el universo y héroe d e la guerra, vence a todos los enemigos. El Salmo, Salmo, sin embargo, ha sido leído tanto por la tradición jud jud ía como como p or la cristiana cristiana en u n sentid o mesiánico, tal como lo mu estra el siguiente comen tario rabín ico:
«En «En el tiempo futuro Dios hará sentar al Rey Rey Mesías a su d erecha, como como se d ice en el salmo: Dijo Y HW H a mi Tehillim 18,2 18,29). 9). Señor: Señ or: siént ate a mi derecha» derecha» (Midra sh Tehillim
Oración de Ramsés II al dios Amón en la batalla de Kadesh. Inscripción del templo de Karnak
Sal 72: La atribución a Salomón en el epígrafe se explica explica a pa rtir d e la mención benben-mélek mélek (hijo del rey) en el primer verso, puesto que lo más frecuente era atribuir a David mélek la mayor ía de los Salmos. Salmos. Se consideró en tonces que el orante era el mismo h ijo ijo de David , sucesor suyo, que p edía sabidu ría y justici justiciaa par a su reinad o. Pero sabem os bien que la expresión h ijo ijo de rey, e incluso incluso hijo aplicaba a cualquier rey de la d inastía davíde David se aplicaba d ica (cf. 2 Re 14,3). El Salmo contiene un a intercesión intercesión y un deseo d e bendición dición en favor del m onarca elegido elegido por YHWH . Los biebienes deseados responden a u n ideal de realeza realeza para tod os los tiempos. Las experiencias históricas de frustración en la realización realización de este ideal llevaron a interp retar esta oración oración en u n sentido d e esperanza futur a, por eso jujudíos p rimero, y cristianos cristianos despu és, lo lo entend ieron como un Salmo m esiánico. esiánico. Sin embargo n o debemos d ejar ejar d e notar qu e el Rey Rey Mesías esperad esperad o en los últimos tiempos n o necesita necesita las oraciones oraciones y los deseos, y menos el deseo d e que haya p az y prosp eridad en su r eino. Con él la espera espera habrá concluid cluid o porqu e su pod er será efecti efectivo. vo. Por eso es es más p robable que el sentido sentido original haya sido sido el de u na bend ición ción sobre el rey en el momento de ser coronado o en alguna fiesta fiesta en su h onor. Estos Estos d eseos correspond correspond en m uy bien a la concienconciencia cia qu e tenían generalmente los soberanos orientales orientales d e ser depositarios de u na misión divina. Así Así Hamm urabi, rey d e Babilonia Babilonia en la época de los patr iarcas hebreos, se presentaba a sí mismo como Rey de Justicia. El orante tiene deseos semejantes pa ra el hijo hijo de David . ¿Habrá que d escartar escartar como caduca toda interpr etación mesiánica? Si el Salmo contuviera nada más que deseos, ciertamente no son necesarios para el Mesías. Pero en la med ida qu e el Salmo Salmo contiene claras claras certidum certidum bres, hay que leer estas seguridad seguridad es como como anun cios cios proféticos féticos que respond en m uy bien a las expectativas expectativas mesiánicas del jud jud aísmo p ostexílico ostexílico y rabínico.
Sal 132 132:: Este Salmo Salmo hace p ensar en la existencia de u na fiesta, fiesta, tal vez anual, ded icada icada a la m emoria de la fund ación ación d e la casa casa real y de su santuario. En ese día se pod ría haber celebrado celebrado u na liturgia en la cual se reprerepresentaba escénic escénicamente amente a través de u na p rocesión rocesión cómo David h abía trasladado el Arca a Jerusalén: Jerusalén:
Porque YHWH ha escogido escogido a Sión, Sión, la ha qu erido como sede para sí: «Aquí está mi reposo para siemp re, en en el me sentaré, pu es lo he qu erido... Allí suscitaré a David u n fuerte vástago, aprestaré una lámp ara a mi m esías; esías; de vergü enza cubriré a su s enemigos, y sobre él brillará su d iad ema» em a» (132,17 (132,17-18) -18).. Debemos tener en cuenta qu e estas bendiciones bendiciones se esperaban p ara el mesías inmediato. La La caída caída de la m onarqu ía jud jud aíta y la esperanza de su restauración restauración llevó a aguardar las mismas, de un modo cada vez más ideal, para la época del Mesías futu futu ro y d efinitivo. efinitivo.
4- Cánticos de Sión ( shir zyion ) Se trata de salmos que g lorific lorifican an a Sión, la montañ a santa de Jerusalem d ond e YHWH YHWH está presente. Al parecer, los mismos extranjeros extranjeros conocían conocían un conjunto conjunto de salmos cantados p or los jud jud íos desterrados qu e llevaba llevaba ese nombre: «¡Cantad «¡Cantad p ara nosotros un cantar de Sión !» (Sal (Sal 137,3). Tanto más doloroso es el canto de la gloria de Sión en cuanto fue destru ida en su mayor p arte por los ejérci ejércitos tos babilónicos. 48: A Sión se la suele d esignar como el m onte en Sal 48: el Norte (Saphon). Más que u na ind icaci icación ón geogr áfica áfica (in-
«A orillas de los los ríos de Babilon Babilon ia est estába ábam m os sent ado adoss y llorába llorábam m os, acordándon acordándonos os de S ión; en en los álam álam os de la orilla teníamos ten íamos colgadas colgadas nu estras cítaras. cítara s. A llí nos n os pidieron pidieron nuest n uestros ros deportado deportadores res cánticos, nuestros raptores alegría: «¡Can «¡Ca n tad para nosotros un ca can n tar de Sión!»
(Sal 137,1-3).
«Mirad: hemos oído de Ella que esté en Efratá, ¡la hemos encontrado en los Campos d e Yaar! Yaar! ¡Vayamos ¡Vayamos a la Morada de él, ante el estrado de sus pies postrémonos! ¡Levántate, YHWH, hacia tu reposo, tú y el Arca d e tu fu erza !» (132 (132,6,6-8). 8). También se escucharía escucharía en allí un oráculo pronu nciado ciado en n ombre d e YHWH YHWH por el que Dios prometería bendecir bendecir en ese lugar a David y a su descendencia descendencia regia: «Jur «Jur ó YHWH YHWH a David, verd ad q ue n o retractará: «El «El fruto de tu seno asentaré en tu trono. Si tus hijos guard an m i alianza, alianza, el dictámen dictámen qu e yo les enseño, enseño, también sus h ijos ijos para siemp re se sentarán sobre tu trono» (132,11-14).
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correcta), correcta), alud alud e al monte d e los dioses que se eleva hasta el mu nd o celestial celestial.. Un texto cananeo de Ugar it llama llama con el mismo nom bre al monte d onde Baal se revela: revela: «Ven y yo te me revelaré en mi montaña, el divino Sapón, en mi santu ario, en la montaña d e mi patrimonio, en el lugar p lacentero, lacentero, en la altura m ajestuosa» ajestuosa» (citado (citado en EQUIPO C AHIERS EVANGILE, Oraciones Oraciones del del A np .62).. tiguo Orient Orient e, p.62) Y el el profeta condena la ar rogancia de u n r ey extranjero extranjero con aspiraciones aspiraciones divinas, que pr etende reinar d esde ese monte: Tú qu e habías d icho en tu coraz ón: «Al cielo cielo voy a subir, por encima d e las estrellas estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte d e la Reunión, Reunión, en el confín d el Nor te» (Is 14,1 14,13). 3). «
Se consideraba a Sión el centro del mundo y se le d aba el nom bre d e ombligo (Ez 38, 38,12 12). ). Segú Segú n esta p erspectiva reflexionó reflexionó la trad ición ición recogida en un libro jud jud ío escrito en tre 150 y 100 100 aEC: «Conoció «Conoció Noé qu e el jard jard ín de Ed én es el santo d e los santos, y la morad a d el Señor; Señor; y que el mon te Sinaí Sinaí es el centr centroo del d esierto; y que el mont e Sión Sión es el centr centroo del om bligo bligo d e la tierra; estos estos tres fueron creados creados como lugares santos que se miran y contemp contemp lan entre sí mu tuam ente» ( Jubileos Jubileos 8,10-12). Esta alta alta estima por la ciudad del Santu Santu ario movía desd e las más lejanas lejanas tierras a los peregrinos que qu erían encontrarse con el Dios Dios d e Israel en en su prop ia Casa. Los Salmos Salmos animaban la marcha, sobre todo en su s últimos tram os, cuan cuan do ya p odía avistarse la la ciud ciud ad. Tal es el caso caso d el canto canto d el peregrin o a la fiesta fiesta de las Tiend as, cuand o comenzaba la estación estación de las precipitaciones precipitaciones después del seco y caluroso verano, y la lluvia aliviaba al extenu ad o camina nte (Sal 84). 84). Tam Tam bién el Salmo Salmo 122 servía para expresar el gozo gozo del peregrino que desp ués d e un a fatigosa fatigosa travesía llegaba llegaba a la ciud ciud ad santa.
5- Poemas didácticos (hokmot -tebunot ) En las demás categorías de salmos aparecen los motivos sap ienciales, ienciales, pero d e un m odo esp ecial ecial en algualgunos qu e reflexionan reflexionan sobre la Torah:
Sal 1 Sal 119
Es importan te tener en cuenta el alcance alcance de la expresión torah. La traducción frecuente de Ley mueve a una comp rensión legalista que ve en ella un a codificac codificación ión de pr ecept ecept os. Para esta realidad el hebreo utiliza la pa labra sentido d e mitzvá. En cambio, Torah es instrucción , en el sentido
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revelación de la volun tad s alvífica alvífica de Dios. Por eso los los primeros cinco cinco libros libros d e la Escritura, Escritura, que narran los aconacontecimientos tecimientos salvadores salvadores qu e Dios obró en med io de su pu eblo, son leidos leidos y m editados como Torah, aun que su contenido contenido sea mayorm ente narrativo y no p receptual. receptual. El que se d edica a meditar esta Instrucció Instrucción n de Y HW H (la historia salvífica y la voluntad divina contenida en ella) ella) es un h ombr e feliz. feliz. Su Su v ida tiene sentido y plenitud : «Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que d a fruto a su tiemp o, y jamás jamás se amu stia su follaje; follaje; tod o lo qu e hace ha ce sale bien » (Sal (Sal 1,3). 1,3). Para llegar a ser tal, el sabio egipcio Amenemope prop one un a actitud actitud , que es la reserva y el silenc silencio io que carcteriza al sabio: «El «El hombr e verd aderam ente silencio silencioso so se m antiene apar te. Es Es como árbol qu e crece crece en u n jardín. Florece Florece y pr odu ce doble fruto: fruto: Se Se halza ante su señor. Sus Sus frutos son du lces; lces; su som bra, placentera; y envejeceenvejecerá en el jardín» (citado (citado en K RAUSS, op.cit. op .cit. I p .188).
6- Salmos de fiestas Son los cánticos cánticos vinculad os a la celebración celebración litúr gica de algun a de las festividad festividad es religiosas religiosas del calend calend ario israelita. La prin cipa cipa l era la fiesta fiesta de las Tiend as, para el año nuevo.
Sal 50 Sal 81
Estos Estos dos Salmos podían ser p arte de u na gran fiesfiesta en la que el pueblo se reunía en un lugar d e culto para celebrar celebrar la ren ovación de la alianza con Dios. En el marco de la misma se oía la lectur lectur a de las cláusulas d el pacto y se hacía el propósito de renovarlo de todo corazón. Detalles de estos Salmos Salmos evocan la escena d e la man ifesifestación de YHWH en el Sinaí: Sinaí: «Delante «Delante de él, un fuego que d evora, en torno a él, violenta temp estad ; convoca a los cielos cielos desd e lo alto, alto, y a la tierra p ara juzga r a su pu eblo» (50 (50,3 ,3-4 -4). ). El conten conten ido d e la Alianza es el del pa cto sinaítico: sinaítico: «No haya en ti dios extranjero, extranjero, no te postres ante u n dios extraño; yo, YHWH YHWH , soy tu Dios, que te hice subir del pa ís de Egipto; abre toda tu boca, y yo la llenaré» llenaré» (81,10-11). Celebrada Celebrada en los antiguos san tuarios israelitas israelitas del norte p rimero (¿en (¿en Siquem?), tal vez d espués en Jerusalén, esta fiesta era la ocasión p ara q ue los levitas ofrecieran u na instrucción instrucción al pu eblo congregado. congregado.
Los cin cin co Rollos Rollos d e las Fiesta Fiestass
Zodiíaco. Pavimento de la antigua Sinagoga de Bet Alfa. Israel.
D
entro d el año jud jud ío existen existen cinco cinco grand es fiestas fiestas y dos de menor importancia. En un principio, tres de las mayores tenían su origen en la agricultura y se relacionaban directamente con las estaciones del año en Israel. La La fiesta de la prim avera o Pésaj (Pascua), marcaba el inicio de la cosecha de la cebada, cebada, y cincuenta cincuenta d ías más tard e, Savuot (Semanas o Pentecostés) marcaba su término. Durante Sukkot (Tabernáculos) se celebra celebra la cosecha cosecha d e otoño, fiesta que va precedida p or un p eriodo de diez días de pu rificac rificación ión de toda la comu comu nidad. Desde mu y antiguo Israel habría historizado historizado estas fiestas, fiestas, porqu e los hechos hechos en los cuales YHWH YHWH intervino salvíficamente no eran como los acontecimientos
Los primitivos hebreos habrían tomado de los cananeos el calendario festivo, que tenía la impronta de una religión campesina que ve en el acontecimiento de la siembra y la cosecha un fenómeno sagrado. A ese ritmo agrícola habrían sumado el ritmo pastoril tradicional de sus antepasados nómadas. Pero, además, habrían dado al contenido de estas fiestas la impronta propia de su fe en YHWH . En esas fiestas se leen determinados libros bíblicos, llamados meguillot (rollos). naturales, que irremediablemente se perdían en un pasad o prim ordial por falta de recuerdo. Eran Eran su cesos cesos que qu e la mem oria celebrativa celebrativa comen comen zó a actua actualizar lizar en todas las generaciones. La salvación se hacía así presente med iante el rito. Así las matzot (los panes sin levadura), fiesta de la cosec cosecha ha d e la cebada cebada d uran te la primavera, habría pasad o a ser conm emor ación de la salida d e Egipto (Ex 23,1 23,15) 5).. La fiesta fiesta d e la cosecha del trigo, en el verano, se convertiría en la celebración celebración d el don de la Ley en el Sinaí. La gran fiesta fiesta de la vendim ia, en el otoño, cuan cuan do se sup licaba licaba por la prosperidad de la siembra siembra d urante las primeras lluvias, comenzaría a recordar la m archa por el desierto y la morada en las tiendas (sukkot : Lev 23,42s).
«Tres veces al año me celebrarás fiesta. Guardarás la fiest fiesta a de los Az A z im imos. os. Durant D urant e siete días días comerás comerás ázimos, ázim os, com com o te he m andado andado,, en el ti tiempo empo señalado, señala do, en en el mes de A bib; pues pu es en en él salist salistee de Egipt Egipto. o. N adie se presentará presentará delant delantee de mí con las m anos vacías. vacías. También guardarás la fiesta de la Siega, de las las prim pri m icias de tus tu s trab t rabajo ajos, s, de lo que hayas sembrado sem brado en el campo; y la fiesta fiest a de la Recolección al término del año, al recoger recoger del campo camp o los frutos frut os de tu traba trabajo jo» (Ex 23,14-16).
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Acom Ac ompp aña añam m iento in in st stru rum m ental d e los los Sal Salm m os
L
os cantores tenían tenían p or función el acomp acomp añamiento mu sical, sical, cantando y tocando instrumentos, del culto diario de la mañana y de la tarde y con ocasión de fiestas fiestas par ticulares. ¿Cuánt os intervenían en cada oficio oficio religioso? «No había menos de doce levitas de pie sobre el estrado, aunqu e su número pod ía aum entar hasta el infinito» (Mishn (Mishn á Arakhín II,6). Algunos niños eran incluidos incluidos en alguna ocasión. «Ningún m enor pod ía entrar en el atrio del Temp Temp lo para r ealizar ealizar un a función litúrgica litúrgica a no ser cuando los levitas levitas estaban en p ie cantand cantand o. Tamp Tamp oco podía ningún menor acompañar el canto con arpa o con cítara, sino sólo con la boca, para dar armonía al canto. R. Eliezer Eliezer ben Jacob decía qu e aqu ellos no entraban a formar formar p arte del número ni se ponían de pie sobre el estrado, sino que se colocaban colocaban de p ie sobre el suelo, con sus cabezas ent re los pies d e los levitas. Se Se los llamaba los pequeños de los levitas» (Mishná Arakhín II,6).
Uso de los instrumentos «No se tocaban menos de dos arpas ni más de seis, ni menos de dos flautas ni más de doce. Doce días al año se tocaba la flauta delante del altar: el día de la inmolación de la primera Pascua de la inmolación de la segunda Pascua, el primer día festivo de Pascua, el día festivo de la fiesta de Pentecostés y los ocho días de la fiesta de las Tiendas. No se tocaba una flauta de cobre, sino de caña, debido a que el sonido de ésta era más agradable. No se ponía punto final a la pieza musical, sino con una sola flauta, ya que esto permitía un final más bello... No había menos de dos trompetas, pero su número podía ser aumentado hasta el infinito. No había menos de nueve cítaras, pero su número podía ser aumentado sin límite. Sin embargo, sólo había un címbalo». Mishná Arakhín II,3.5
«David y toda la casa de Israel hacían grandes festejoss en festejo en honor de Y HW H , cant cant ando al al son de t oda cla clase se de instru inst rum m ent entos os de madera, madera, y de cít cítara aras, s, arpas, arpa s, tamborile t amboriles, s, címba cím balos los y platillos» p latillos»
2 Sam Sam u el 6,5 6,5 Instrumentos de madera de cedro con forma de manos usados para percusión Címbalos de mano y platillos
Cítara reconstruida a partir de la imagen de una moneda judía del siglo II EC
Tamboril
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Arpa reconstruida a partir de la imagen de una moneda judía del siglo II EC
La alegría de la Fiesta de las Tiendas «S e solía «Se solía decir decir que quien qu ien n o ha visto vist o la alegría alegría en la recogida del agua de la fuente no ha v ist isto o jam jam ás alegría alegría». ». Mishná Sukka V,1 Izquierda: Vista del Atrio de las Mujeres. Desde allí se subía quince gradas hasta el Atrio de Israel, correspondiendo a los quince salmos graduales, y sobre las que los levitas entonaban sus cantos en la Fiesta de las Tiendas (Mishná Middot II,5).
«Los levitas levit as con con arpa arpas, s, liras, címba cím balos, los, trompetas trom petas y otros numeroso nu merososs inst rum entos mu sica sicales les estaba estaban n en las quin qui n ce gradas gradas por las que qu e se baja baja del atrio de Israe Isr aell al at at rio de las las M u jeres y que qu e corresponden corresponden a los quin qui n ce cant cantos os graduales del del salterio; los lev lev it itas as suelen estar de pie sob sobre re ellas ellas con con inst in strum rum ent entos os musica mu sicales les y entonan ca cant nt os». Mishná Sukka V,4
«T ambién hicieron un «También u n as campan campanillas illas de oro oro puro y las coloca colocaron ron sobre el ruedo del mant o, int erca ercalánd lándola olass con con las granadas»
Exodo 39,25
«Apenas entres en la ciudad, t rope ropezz ará aráss con con un gru grupo po de profe profetas tas que bajan bajan del lugar lu gar alto, precedidos de arpas, arpas, tamborines, flautas flaut as y cítaras» 1 Samuel 10,5
Campanillas de oro como las colocadas sobre el ruedo del manto del sacerdote
«Habló YHW «Habló Y HW H a Moi M oisé séss y le dijo: dijo: «Hazt «Haztee dos dos t romp rompetas: etas: las harás harás de plata maciza. Te T e serv servirán irán para convocar a la comunidad y dar la señal de mover mov er el el cam cam pament pamento» o»
Nú meros 10 10,1 ,1-2 -2
Flauta
«¡M is entrañas, mis ent ra «¡M rañas! ñas! ¡Me retuerzo de dolor! dolo r! ¡Las fibras fibras de mi m i coraz coraz ón! ¡M i coraz coraz ón se conmueve dentro de mí, no puedo callarme! Porque oigo el sonido del cuerno, el clamor del combate»
Jerem ías 4,19
Trompetas reconstruidas a partir de la imagen de una moneda judía del siglo II EC
Shofar (cuerno de carnero)
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La fiesta de Pascua (Pesaj) La palabr a Pesaj significa significa pasar por alto. El texto bíblico bíblico indica que el Ángel de la Muerte p asó por alto las casas casas judías durante la plaga, pues sus puertas tenían una m arca d e sangre san gre (Ex 12,26 12,26-27 -27). ).
Mi amado llega saltando La megu illá illá asignad a par a Pesaj es el libro del Cantar de lectura trad icional icional ve de forma general en los Cantares. La lectura el Cantar Cantar un a alegoría del amor de Dios a Israel . Para la tradición del Midrash el poema expone simbólicamente el conjunto de la historia de Israel. La «Pascua», «Pascua», paso de Dios por en m edio d el pueblo, está está parafraseada en Cant 2,82,8-9: 9: «He aquí m i amad o, he aquí qu e llega llega saltando por encima d e los montes». montes». El paso del mar Rojo Rojo se comenta comenta con la ayuda de Cant 2,14 2,14:: «Palom «Palom a m ía, en los hu ecos de las r ocas...» ocas...» «¿A qué se parecían los israelitas en aquel momento? A una paloma qu e huye ante el halcón halcón e intenta penetrar en un hueco de la roca roca en dond e se esc esconde onde un a serp iente sibilante. sibilante. Si se qu eda fuera, ¡allí ¡allí está el halcón!; si entra, ¡allí ¡allí está la serpiente! En En u n ap ur o semejante semejante se encontraban los israelitas israelitas en el mom ento en que el mar formaba u na mu ralla, ralla, mientras mientras que los perseguía el enemigo. Inmediatamente r ecurr ecurr ieron a la oración. De ellos ellos se afirm afirm ó en las Escrituras sagradas d e la tradición: tradición: «Paloma «Paloma m ía en los huecos d e la roca... » ( M 13-17). M idrás idrás M ekilta , sobr e Ex 13-17). El amad amad o se interpreta unas v eces eces de Dios mismo, otras d e Moisés. El midrash Shir ha shirim Rabbá confirma esta línea de interpretación alegórica. En esta misma persp ectiva ectiva se lee tradicionalmente el Cantar el día 7° de la fiesta de Pascua, pues se asocia constantemente el Cantar al Éxodo. «Y cuando os pregunten vuestros hijos: "¿Qué significa para vosotros este rito?", responderéis: " Este es el sacrific sacrificio io de la Pas Pascua cua de YHW Y HW H, que pasó de largo por las casas casas de los israelitas israelit as en Egipto cuando hirió a los egipcios y salvó nuestras casas"» (Ex 12,26-27).
El Cantar de los Cantares Shir hashirim liShlomoh (Biblia Hebrea) Asma asmaton (Biblia Griega - LXX) Canticum Canticorum (Biblia Vulgata Latina) Escrito en hebreo, el texto se conservó muy bien, tal vez porque se popularizó y la gente lo cantaba con frecuencia. Este escrito tan humano será reconocido por los rabinos, después de largas deliberaciones en el concilio de Jamnia, como un libro inspirado: «Toda Escritura Santa mancha las manos... Rabí Aquiba dice: nunca hombre alguno disputó en Israel acerca del Cantar de los Cantares hasta decir que no mancha las manos, pues todas las edades no valen lo que el día en que el Cantar de los Cantares fue dado a Israel. Porque todos los Escritos son santos, pero el Cantar de los Cantares es el santo de los santos» (Mishná Yadayim 3,5). Y aún más, se exhortó en la época rabínica que no se lo entonara indecorosamente: «Todo el que cante el Cantar de los Cantares con voz inconveniente en las tabernas y lo trate como un canto profano no tiene parte en el mundo futuro» (tosefta Sanhedrín 12,10). Tal prohibición implica que la lectura que se hacía en su tiempo era profana y natural, y que la interpretación alegórica pudo haber surgido como un freno a un tipo de lectura que los rabinos consideraban frívolo. De todos modos el Cantar fue incluido entre los meguillot (rollos ) y se lo utilizaría en la liturgia de la Pascua judía. También la Iglesia lo admitió en su canon. A juzgar por su lenguaje es muy probable que su redacción corresponda a la época helenística. Si bien el título expresado en la forma superlativa Cantar de los canta- res (es decir, Canto por excelencia , canto mayor, cántico principal) refiere a Salomón su autoría, la presencia de algunos arameísmos evidencia que esta obra no podría ser anterior a la época persa. El uso del término persa pardes (parque , derivado luego a paraíso ; 4,13) apoya aún más esta opinión. Pero el uso del extraño vocablo appiryôn (del griego phoreion : litera ; 3,9) hace pensar más bien en la época helenística. No obstante, ésta pudo haber sido la fecha de redacción final, aunque se pudieron emplearse materiales anteriores. La mención de diversas especies vegetales y animales apuntan a la tierra de Israel como ambiente de nacimiento del texto. El trasfondo de esta obra es totalmente distinto al de los textos religiosos hebreos escritos hasta esta esa fecha. El tema que reluce es el del amor fiel que sella el matrimonio, tratado con toda su densidad carnal (1,2-4). La forma del libro es la de un drama teatral, cuyos personajes principales son dos enamorados. La imagen femenina a lo largo de los versos del Cantar es un tipo de mujer diferente a la de estilo patriarcal presente en los otros textos bíblicos. Parece ser una mujer sin inhibiciones morales y sociales, que tiene la iniciativa en la elección. Hay una gran diferencia con Prov 31,30: «Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a YHWH, ésa será alabada».
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Fiesta de Las Semanas ( Shavuot ) La distancia de cincuenta d ías entre la Pesaj y Shav Shav uot , entre la primavera y el verano, entre el el pan sin levadu ra y el pan fermentado, fue sugiriendo la idea de una ma du ración. El El don de la Ley en el Sinaí Sinaí venía a ser la maduración de la acción salvadora de Dios desde la liberación liberación d e la esclavitu esclavitu d en Egipto h asta la libertad libertad d e aceptar aceptar el señorío señorío de YHWH a través d e su Alianza. Una costumbr e relacionada relacionada p articularmente articularmente con la fiesta fiesta es la d el Tiquun leil-Sha leil-Shavu vu ot (reparación o corrección ición, Dios creó el de la noche de las las Semanas S emanas). Según la tr ad ición, mundo bueno, pero no perfecto, para dar así a las criaturas la ocasión de per fecci feccionarlo onarlo m edian te el Tiquun. Cuando los judíos estudian la Torah durante toda la noche en la v igilia igilia d e Pentecostés, perfeccionan perfeccionan y hacen mejor el mundo. Lo mismo que la Palabra fue el instrum ento por el que Dios creó creó el universo, la Torah Torah es también el instrum instrum ento de su culminación. culminación. Antes d e la lectura lectura d e la Torah Torah se lee el libro libro d e Ruth. Las palabras de esta mujer extranjera a su suegra expresan el profundo ideal para todo converso: «tu pu eblo será mi pu eblo y tu Dios será mi Dios». Dios». así lo lo explica la glosa del Targum : «En «En virtud de la bondad que has m ostrado ostrado con tu suegra, porque la has mantenido mantenido d espués que mu rió tu m arido y abandonaste a tu dios y a tu pu eblo, eblo, a tu padre y a tu madre, y el país de tu nacimiento, y partiste para h acerte acerte prosélita y para vivir entre u n pu eblo que te era era desconocido ayer y anteriormente, YHWH te recomp recomp ensará mu y bien bien en este mu nd o, debid o a tu obra bu ena, y tu salario será comp comp leto en en el mun do venidero ven idero de p arte de YHWH YHWH , Dios Dios de Israel, Israel, porqu e has venido venido a hacerte prosélita» ( Targum d e Rut Ru t 2,11-12). 2,11-12).
Rut respondió: «No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar» (Rut 1,16-17).
Lectura del libro de Rut ¿Por qué se lee este libro, cuya protagonista es una mujer extranjera, el día en que se celebra la Alianza de Dios con Israel? El libro representa una corriente de pensamiento que no considera la fidelidad a la Alianza dentro de un esquema exclusivista, sino en el contexto de un mensaje de salvación universal tal como lo habían predicado los profetas. En la época de redacción (siglo V-IV aEC) el judaísmo se caracterizaba por ser un sistema religioso basado en el monoteísmo y en la centralidad de la Ley de Moisés. Algunos pensaban que sólo se podría conservar y transmitir esa fe evitando los matrimonios mixtos, que podían introducir en las familias el culto extranjero. Por este motivo las uniones ya contraídas habían sido disueltas autoritariamente. El libro de Rut, en cambio, muestra a una joven viuda moabita que, en compañía de su suegra Noemí, también viuda, se había instalado en Belén de Judá y subsistía recogiendo las espigas que dejaban los cosechadores de un propietario llamado Booz. Rut había adoptado al pueblo de Israel como su pueblo, y al Dios de Israel como su Dios (cf. 1,16). La historia tenía un final muy feliz: «Booz tomó a Rut, y ella fue su mujer; se unió a ella, y YHWH hizo que concibiera, y dio a luz un niño... y lo llamaron Obed. Es el padre de Jesé, padre de David» (Rut 4,13-17). En conclusión, si la Ley exigía que se expulsara a los extranjeros y a los descendientes de extranjeras, habría que haber comenzado por echar a los reyes de la descendencia de David. Estaba claro, entonces, que Dios podía extender su elección también a personas de otros pueblos.
La fiesta de las Chozas (Sukkot ) Recuerd Recuerd a la marcha p or el desierto tras la salida salida d e Egipto. Egipto. Celebrad Celebrad a en el séptimo mes segú n el antiguo calendario hebreo, despu és del exilio exilio esa esa m isma fecha fecha p asó a ser el decir la pr imera quincena del Año N uevo. 15 de tishrí , es decir Durante la fiesta, además de leer el pasaje de la institución d e la misma en tiem pos d e Moisés (Lv (Lv 22, 22,26 26-23,4 23,44) 4),, se leen leen textos d e los profetas qu e ilustran el sentido más profundo de la celebración. Así, Zac 14 permite vislumbrar el porvenir d efinitivo efinitivo bajo bajo la forma d e un a inmensa fiesta de las Chozas, a la la que serán invitadas las naciones junto con Israel. Se Se habla de aguas vivas que manarán de Jerusalén y de luz que no se apaga con la noche, elementos de importancia central dentro de la fiesta. También se lee 1 Re 8,65-66, que relata la inaugu ración ración d el Temp Temp lo de Salomón Salomón el octavo octavo día d e Sukkot. Y Ez 38, 38, que nar ra el combate final en qu e serán vencidos los enemigos del pueblo de Dios, cuando él proclame: “Manifestaré “Manifestaré mi grand eza y mi santidad , me dar é a conocer conocer a los ojos ojos de n um erosas naciones y sabrán qu e yo soy YHWH ” (38,2 (38,23) 3).. Todos estos textos tienen un claro claro sentid o escatológico (refieren (refieren el final de los tiem pos) y contribuyen a crear crear un clima de renovad a esperanza en la intervención intervención de Dios Dios como como creador de un mu nd o nuevo.
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Un elemento importante lo constituye el lulav , la rama d e palmera que, unida en un ramo con con ramas d e mirto y sauce, se agita durante la recitación del Hallel (salmos 113-1 113-118 18). ). Ap arte se lleva u na r am a d e citru citru s. Es un símbolo d e la cosecha cosecha d e la fru fru ta. Pero significa significa también la la unión d el pueblo a pesar de su diversidad , como como lo explica el comen comen tario r abínico del Levítico: “Lo mismo que el sauce no tiene ni olor ni sabor, también en Israel hay personas p ersonas que ni estud ian ni hacen buenas buen as acciones. acciones. ¿Qué hace enton ces el Santo, Santo, bend ito sea? Dice: Dice: atadlos atad los jun jun tos en u n ram o y que expíen los pecados los unos p or los otros” ( Lev. Lev. R abba abba 30). A p esar del optimismo d e este anhelo, anhelo, tanto la prescripció cripciónn d e habitar en u na choza como la lectura d el rollo d el Ecle Eclesiastés siastés (Qohelet) qu ieren record ar la relatividad y provisoriedad provisoriedad de la vida hum ana frente al absoluto absoluto d e Dios y la la morad a definitiva definitiva que se aguard a para el futuro. El simbolismo d e la choza quiere ad elantar en el presente la vida d efinitiva efinitiva a través d e la protección protección de Dios qu e cub cub re a sus hijos con con su b end ición. ición. Así lo lo imp lora la oración oración qu e se reza reza todas las tardes du rante los días de la fiesta: “Haznos descansar en paz, Señor Dios nuestro. Y haz qu e nos volvamos a levantar, oh Rey Rey nuestro, vivos y en p az. Exti Extiende ende sobre n osotros la Sukká Sukká de tu p az y afiánzanos afiánzanos en bu enas disposiciones disposiciones en tu presencia. presencia. Sálvanos Sálvanos pronto p or causa de tu N ombre. Defiénd Defiénd enos y aleja aleja de no sotros a Satanás; apárta lo de todas partes y ocúltanos bajo la sombra de tus alas, porqu e tú eres un rey bueno y m isericordioso. isericordioso. Así pues, guarda nuestra entrada y nuestra salida con vistas vistas a la vida vida y a la paz, desd e ahora y para siempr e. Bend ito seas, Señor, que gu ard as a tu p ueblo Israel Israel para siemp re”.
«Durante siete días habitaréis en cabañas. Todos los israelitas morarán en cabañas, para que sepan vuestros descendientes que yo hice habitar en cabañas a los israelitas cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, YHWH, vuestro Dios» (Levítico (Levít ico 23,34-36) 23,34-36).
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El libro del Eclesiastés Qohelet (Biblia Hebrea) Ekklesiastés (Biblia Griega - LXX) Ecclesiastés (Biblia Vulgata Latina) El nombre del libro supone el intento de los LXX para traducir el hebreo nombre del autor según 1,1. Significa quien se sienta o habla en la asamblea (gr. Ekklesía , hebr. qahal ). ). Puede estar indicando la función del maestro que convoca/reúne gente en su escuela. La inclusión en el canon fue discutida, junto con el libro del Cantar de los Cantares, aunque las noticias que nos refieren esta dificultad no nos dicen qué razones se dieron en favor o en contra. La supuesta autoría salomónica debió pesar a la hora de su aceptación. Esta supuesta autoría no se basa sólamente en la tendencia a incluir todo lo sapiencial dentro del patrocinio de Salomón, sino también por la afirmación de 1,12: «Yo, Qohelet, he sido rey de Israel, en Jerusalén», y por el título que lo encabeza: «Palabras de Qohelet, hijo de David, rey en Jerusalén» (1,1). La descripción que el autor da de sus obras podría compararse con las de Salomón en 1 Re 3,11: «Emprendí mis grandes obras; me construí palacios... Seguí engrandeciéndome más que cualquiera de mis predecesores en Jerusalén, y mi sabiduría se mantenía» (2,4-9). Sin embargo, al momento de hablar sobre los reyes, la óptica parece ser más la de un súbdito que de un soberano. El libro ocupa un lugar en la historia de las ideas que puede ayudar a precisar la fecha de composición. En la obra confluyen dos corrientes de pensamiento: la tradición sapiencial judía y la antigua sabiduría internacional. Pero a la vez se percibe una ruptura que permite hablar de crisis de las ideas. Se habla de una lejanía de Dios y se hace una crítica a la teodicea. La quiebra de la fe y el escepticismo del sentido de los logros culturales hacen muy probable que el autor escriba en pleno periodo helenista. Los libros de los Macabeos muestra el sentimiento negativo hacia el esplendor de la cultura griega. La localización apunta hacia Israel, y concretamente Jerusalén, aunque se haya pensado en la diáspora. El clima impredecible y la dependencia de las lluvias (11,4; 1,6) no cuadran con las características meteorológicas de Egipto. Se alude a la «Casa de Dios», que es el TemTemplo de Jerusalén, al que parece que se lo visita con cierta frecuencia: «Guarda tus pasos cuando vas a la Casa de Dios. Acercarse obediente vale más que el sacrificio de los necios, porque ellos no saben que hacen el mal» (5,1-7). Lo más llamativo de este libro es que, a pesar de conocer las ideas teológicas bíblicas, se aparta de ellas, seleccionando algunos rasgos y silenciando otros, o modificando deliberadamente las expresiones consagradas. Un ejemplo lo encontramos en 3,11: «El ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo», donde evita el verbo creó y el adjetivo bueno , términos con los que el autor sacerdotal presentaba el carácter absoluto de la obra de Dios. Qohelet se parece mucho a Job en su manera de ver al mundo, pero a diferencia de él no lucha ni clama a Dios para que, a través del diálogo, se mantenga una relación personal. Podríamos decir que, en su respeto por la naturaleza misteriosa del obrar divino y de su libertad, prefiere quedarse callado y no intentar ningún cambio.
Las celebraciones menores El origen d e las d os fiestas fiestas men ores, Hanuká y Pur im, es más tard ío que el de las fiestas fiestas antes mencionadas. La Hanukká (‘ded (‘ded icación’ icación’)) conm conm emor a el triunfo d e los Macabeos so bre el rey sirio Ant ioco IV en el 165 aEC aEC y la consiguiente consiguiente p urificaci urificación ón d el segund o Temp lo. La fiesta fiesta d e Pu rim (‘por (‘por ciones’, ciones’, ‘suer ‘suer tes’) tes’) recuerd a la historia de la salvación salvación de los jud jud íos persas por Ester y por Mar doqu eo. Se celebra celebra un m es antes de Pascua y se caracteriza porq ue en la sinagoga se lee el rollo rollo ( megillá) de Ester. El año litúrgico termina con cuatro d ías de ayu no en memoria d el asedio asedio y la p osterior osterior d estrucción estrucción de los d os Temp los, en los años 586 586 aEC y 70 EC. EC. De estos, el más importan te es el el de Tisha be A b o el Noveno d ía del mes Ab, día en el que los d os Templos fueron d estruidos. La lectur lectur a correspond iente es el libro libro de las Lamen taciones. taciones.
El libro de Ester Esta novela, que recrea con bastante exactitud el ambiente de intrigas del harén de la corte persa durante el reinado de Jerjes, es una narración orientada a suscitar la acción en un tiempo de persecución. Al redactarse un decreto del primer ministro para eliminar a todos los judíos del reino, Ester, una bella joven judía hecha esposa de Jerjes, habría intercedido y obtenido la salvación de sus compatriotas. Y habría conseguido del rey permiso para que los judíos pudiesen matar a sus enemigos: «El rey dijo a la reina Ester: «En la ciudadela de Susa, los judíos mataron y exterminaron a 500 hombres y a los 10 hijos de Amán...». El rey ordenó que así se hiciera (¡Est 9,12-14!). Parece bastante claro que el libro de Ester fue escrito para explicar la fiesta de los Purim (hebr las suertes ). ). Dios había cambiado las suertes de su pueblo y de sus enemigos, de exterminio en salvación y viceversa: «Estos días de Purim nunca dejarán de ser festejados entre los judíos, ni se borrará su recuerdo entre sus descendientes» (Est 9,28). El tema que se vislumbraba era la providencia de Dios, que se había adelantado a los acontecimientos introduciendo a Ishtar en la corte. Pero esta historia también recordaba que la existencia de los judíos era contínuamente amenazada a causa de la envidia de los paganos. De este modo exaltaba el espíritu de revancha: «En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, los judíos se sentían desbordantes de gozo y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos entre la gente del país se profesaban judíos, porque el temor a los judíos se había apoderado de ellos» (Est 8,17). A partir de este relato se podían fundamentar muy bien las incursiones de los Macabeos fuera de Judá.
El libro de las Lamentaciones ‘Ekah (Biblia Hebrea) Threnoi (Biblia Griega - LXX) Lamentationes (Biblia Vulgata Latina) El nombre de ‘ekah significa: ¡Ay, cómo...! Es el término característico de los cantos fúnebres. Pero parecería que el antiguo nombre era quinot . Este nombre aparece citado en 2 Cro 35,25: «Jeremías compuso una elegía sobre Josías, y todos los cantores y cantoras hablan todavía hoy de Josías en sus elegías; lo cual se ha hecho costumbre en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones ». ». Acerca de la fecha, hay constancia que en el lugar del emplazamiento del Templo muy pronto se comenzaron a tener gestos de lamentaciones tras la destrucción de la ciudad: «Unos hombres venían de Siquem de Silo y de Samaría, ochenta entre todos, la barba raída, harapientos y arañados, portadores de oblaciones e incienso que traían a la Casa de YHWH» (Jr 41,5). De igual modo, se sabe que se celebraban jornadas de ayuno, quizá cuatro veces al año, para conmemorar la caída de Jerusalén, costumbre que se observó durante el destierro y se prolongó al menos hasta la reconstrucción del templo: «Betel había enviado a Sar Eser y a Réguem Mélek, con su gente, a ablandar el rostro de YHWH, y a decir a los sacerdotes de la Casa de YHWH Sebaot y a los profetas: «¿Deberé llorar en el quinto mes haciendo abstinencia como lo he hecho durante tantos años?» (cf. Zac 7,1-7; 8,19). En consecuencia, al preguntar por la época de composición de estos poemas habrá que pensar en el periodo exílico, entre la destrucción de Jerusalén en el 587 y el edicto de Ciro (538). Pero no hay por qué rechazar que los poemas fuesen compuestos después de 538 para conmemorar en un marco festivo-litúrgico la caída de Jerusalén. El libro de las Lamentaciones está formado por cinco poemas, con los versos estructurados alfabéticamente. El primero y el último ofrecen sumarios de contenido genérico, mucho más ajenos, desde el punto de vista psicológico, a los acontecimientos narrados en las terribles escenas de muerte y destrucción de los capítulos 2 y 4. El tercer poema mezcla ostensiblemente la queja individual en primera persona (3,1-39.49-66) con el «nosotros» comunitario (3,40-48). Las liturgias lamentatorias tenían la función de superar el abatimiento y la aflicción, y abrir así a la esperanza a unos participantes que habían perdido prácticamente todo lo que había formado parte de su antigua condición y que había dado sentido a su vida. Los poemas serían recitados en determinados días conmemorativos, y en la recitación tomarían parte posiblemente diferentes personas y grupos, que representaban a Sión, a los ciudadanos de Jerusalén, a los espectadores, etc.
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