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LORENZO VALLA Datos biográficos:
Lorenzo Valla (1407-1457) De familia de Piacenza. Nació en Roma lugar donde estudió y después enseñó elocuencia en la Universidad de Pavía de 1429 a 1433. En 1437 se convirtió en secretario del rey Alfonso de Aragón. En 1448 volvió a Roma y llegó a ser secretario papal y profesor de la Universidad. Murió en 1457. Obras:
Cartas (una historia de rey Fernando I de Aragón, de 1445); Traducciones de Herodoto y Tucídides; Tucídides; La muy famosa De falso credita et ementita Constantini donatione declamatio (1440), que negaba que éste hubiera dado a la Iglesia territorio alguno, fue muy discutida por cuestionar el poder temporal del papa. Acusado ante la Inquisición, supo defenderse con su Apologia adversus calumniatores (1444); incentivó la crítica textual con (In Novum Testamentum adnotationes,1449); Elegantiae linguae latinae, (1444) enaltece a la lengua latina del imperio romano.
Principales obras filosóficas: De libero arbitrio entre 1435-1443 1435 -1443 (Diálogo del libre albedrío) De voluptate, o De vero bono , entre 1432-1432 (Diálogo del placer) Disputationes dialecticae, 1439 (controversias dialécticas).
Pensamiento:
Del Libre Albedrío.
Una de las preocupaciones principales dentro de la filosofía de valla es la controvertida pregunta sobre si la presencia de Dios y la libertad de la voluntad humana son compatibles. Valla arguye que la posibilidad de un acontecimiento no implica necesariamente su ocurrencia real y el su predicción no es causa de ese acontecimiento. En Dios no hay separación sino que hay una distinción entre su sabiduría, su voluntad y su poder. A Dios lo compara con los dioses paganos. Júpiter tiene la voluntad y el poder sobre el destino, y Apolo tiene la presciencia y la predicción de los sucesos pero no los causa. Su predicción es compatible con el libre albedrío de los humanos que producirán los sucesos. En otras palabras Valla se pregunta por la compatibilidad del libre albedrío humano con el orden impuesto por la furia o la misericordia de Dios. Valla ha mostrado que la providencia divina y el libre albedrío humano son compatibles, pero no ha contestado a la pregunta de si la predestinación divina deja algún espacio para el libre albedrío humano. Este filósofo prefiere no aventurarse dentro de cuestiones teológicas más avanzadas ya que deja flotando la duda al respecto de la predestinación divina. La voluntad de Dios es un misterio escondido para hombres y ángeles por igual. Aquí podemos observar un aspecto secundario dentro de su filosofía la subordinación de la filosofía a la fe, cuestión que comienza a ser una duda clásica para los subsecuentes filósofos renacentistas. Valla quiere decir con filosofía la escolástica de la tradición medieval Y la rechaza en nombre de la religión y de la Fe.
Del placer.
Se considera el diálogo "del placer" como su obra más importante, obra que posteriormente valla prefirió llamar "de lo verdaderamente bueno". El diálogo contiene tres personajes con diferentes posturas filosóficas entorno al supremo bien que puede adquirir el hombre dentro de esta vida. El primero de ellos se llama Leonardus y defiende una posición de tipo estoica e identifica el sumo bien con la virtud moral. Pero ésta es difícil de alcanzar. El hombre es abandonado a un estado más infeliz que los animales (Los estoicos consideraban perfecta a la naturaleza y a la providencia). El siguiente filósofo pensado se llama Antonius quien refuta los estoicos y defiende los epicúreos argumentando que el verdadero bien del hombre no consiste en la virtud moral, sino en el placer, identificado con la utilidad, no la virtud. El placer sólo está de acuerdo con la naturaleza, es su gobernante. Defiende los placeres eróticos y rechaza el ideal monástico de la virginidad. El bien humano consiste en los placeres que pueden ser alcanzados durante la vida presente. Finalmente el último diálogo de esta obra es el discurso de Nicolaus quien expresa argumentos para refutar a las dos posturas precedentes y pone en relieve la suya y más verdadera: el cristianismo en el cual el hombre desea lo bueno y evita lo malo. Su voluntad es dirigida espontáneamente hacia lo bueno. Pero el placer mismo es un bien, y por tanto una meta legítima para nosotros. Es contrario a la fe cristiana negar la vida venidera, o poner al hombre al mismo nivel que los animales. Debemos alabar a los antiguos por su deber, no por su moral. El estoicismo no es compatible con el
2 cristianismo porque pone a la naturaleza en el lugar de Cristo. También todas las virtudes humanas son inútiles sin las virtudes teológicas de la fe, la esperanza y el amor cristiano. La Doctrina de Epicuro es preferible a la de los estoicos. La virtud estoica es deseada por causa de sí misma, ha olvidado su relación con Dios. Es una virtud falsa. Los epicúreos persiguen la virtud por causa de la utilidad. Los cristianos porque desean la virtud por causa de una felicidad futura son superiores a ambas doctrinas. Los cristianos también buscan una clase de placer. El placer debe ser deseado y es de dos clases, uno en la tierra, es la madre del vicio, es incierto y pasajero, el otro en el cielo, es la madre de la virtud, es seguro y pasajero. Sólo alcanzamos uno porque son contrarios entre sí. Si el espíritu va por el buen camino ya experimenta un placer de la esperanza y de la expectación futura. Nada se hace bien sin placer, a Dios le agrada un servidor alegre. Dentro del pensamiento de valla el cristianismo ocupa un lugar privilegiado dentro de su concepto de sumo bien y de realización humana concorde a la noción de beatitud que impone la fe, es decir la única, verdadera y mejor manera de realización humana está concordancia con lo establecido por el código cristiano, de lo contrario cualquier intento de alcanzar la felicidad es ilusorio, precario y falso. La virtud de los cristianos es el principal medio para alcanzar la beatitud futura. La virtud no es la felicidad. El sumo bien es idéntico al placer, y la virtud es llamada bien sólo en cuanto produce lo bueno, es decir, el placer. El sumo bien se encuentre en la religión cristiana porque si tenemos éxito en la superación de nuestras pasiones terrenas, nuestra alma ascenderá al cielo, mientras que las almas de los malos descenderán al infierno. Nicolaus alaba luego la belleza del mundo visible. Este fue creado por causa del hombre, de manera que a través de la contemplación del universo pueda elevarse a sí mismo hacia la expectación de una vida más alta. "La vida celestial incluye placeres corporales más intensos que cualquiera de los que podamos experimentar en la tierra, pero añade que los placeres intelectuales del cielo son aún más intensos, y que goza alcanzado por el alma en el cielo es completo y perfecto en todo (capítulos 25-28)". Este diálogo de Valla ha sido interpretado de dos maneras. Una que Valla censura y disfraza su verdadera opinión y que en verdad defiende el placer erótico y niega la vida futura. Y la otra que verdaderamente refuta a los estoicos, los defensores de la virtud, y defiende a los epicúreos y de esta manera defiende también a la religión cristiana formando una visión de epicureísmo cristiano donde existiría el placer corporal aun en la vida futura. A manera de conclusión dentro de esta obra de Valla podemos decir que para él la doctrina cristiana es incluso la verdadera filosofía, sin embargo trata de admitir la doctrina del epicureísmo e incluso de conciliarla con la fe cristiana como forma de vida superior a alcanzar después de la muerte. Por otro lado podemos observar un claro rechazo ante la doctrina estoica debido a la superficialidad de su concepto de bien. También reconoce la elocuencia. La oratoria es la reina de las cosas. Los oradores saben mucho mejor que los dialécticos como discutir un problema. Disputationes dialecticae Valla pertenece a los filósofos que están en contra del pensamiento, ya vuelto perenne, de Aristóteles. Dentro de esta obra lo expresa claramente al tratar de reemplazar la lógica de Aristóteles y de los últimos escolásticos por la dialéctica de Quintiliano. Valla se fija como tarea la reconstrucción (reconcinnatio) de la dialéctica y de los fundamentos de toda filosofía. Los tres libros de la obra tratan de conceptos, proposiciones y formas de conclusión. Discute las categorías y los trascendentales y propone términos nuevos y nuevas distinciones en lugar de los tradicionales. Contra la terminología bárbara de los filósofos escolásticos, apela a la gramática y al uso del latín clásico porque se aproxima un poco más al griego antiguo, verdadero manantial de todo discurso filosófico en el mundo occidental. En su teoría de los argumentos y de las formas de conclusión toma frases de Quintiliano, su retórico, una nueva autoridad en la dialéctica. Subordina la lógica a la retórica. Se busca simplificar la lógica como un todo, reducirla al uso latino y enlazarla a la retórica. Es un primer intento de aplicar las normas del pensamiento y la erudición humanistas a disciplinas filosóficas distintas de la Ética. Conclusión Lorenzo Valla no solamente fue un humanista distinguido sino que hizo contribuciones importantes al pensamiento filosófico a pesar de su ambigüedad hacia la filosofía, también fue un puente entre el humanismo italiano y el nórdico. Valla fue el último humanista. Luciano E. González 06 de junio de 2012
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