Los manuscritos del Mar Muerto En el año 1947, tres pastores beduinos descubrieron una cueva semioculta por piedras que albergaba diez tinajas, una de las cuales contenía unos viejos rollos de pergamino escritos en un extraño alfabeto. El lugar donde aparecieron recibía el nombre de Khirbet Qumrán, que significa “ruinas de Qumrán”, una zona próxima Muerto, horadada de infinitas cuevasalymar situada en pleno desierto. Desde entonces, hasta 1956, grupos de voluntarios, arqueólogos y soldados, inspeccionaron los alrededores hasta localizar cerca de 800 manuscritos a los que se dio el nombre genérico de Qumrán o del Mar Muerto. Los textos encontrados se dividen en tres grupos: el primero comprende textos de la Biblia hebrea, con escritos de todos los libros canónicos excepto el de Ester. El segundo reúne textos apócrifos del Antiguo Testamento, entre otros, los llamados libros del profeta Henoc, Testamentos de los Doce Patriarcas, Libro de los Jubileos y otras reescrituras del Génesis. Finalmente, el tercero corresponde a escritos de las personas que habitaban en la comunidad de Qumrán, tanto de la época de su fundación, como de momentos posteriores. Este asentamiento surgió cuando un grupo de esenios se retiró en el siglo II a.C. a una antigua fortaleza judía fechada en los siglos VII y VI a. C. Allí reconstruyeron el lugar, convirtiéndolo en un complejo habitacional. Se calcula que vivían unas doscientas personas, que habitaban cuevas, casas o tiendas alrededor del centro principal, en Qumrán, donde debieron de residir los jefes. Los esenios formaron una de las familias del judaísmo. F. García Martínez ha probado que algunas de sus ideas se encuentran, de alguna forma, dentro de la tradición apocalíptica palestina. De aquí provendría su determinismo, característico de sus escritos, que surge de la idea de un pecado srcinal que precede a la historia. Según Antonio Piñero, para los esenios todo depende de la férrea voluntad de Dios, que casi predetermina, al crear a cada ser humano con ciertas disposiciones de alma y cuerpo, quiénes se van a salvar y quiénes no. De forma contradictoria, sostenían que el ser humano es relativamente libre y que debía escoger la senda del bien, bajo el influjo de ángeles buenos, y huir de la senda del mal, controlada por el poder de Belial. Manifiestan un absoluto respeto hacia la Ley de Moisés, cuyas prescripciones cumplen de forma estricta. Rechazan el sacerdocio que se realiza en el Templo de Jerusalén, tal y como se practicaba en su época, al considerarlo impuro y lleno de defectos. Se sentían los elegidos por Dios, hijos de la luz, pues dirigían oraciones al sol, para combatir contra los hijos de las tinieblas, especialmente los romanos, pero también los helenos, y constituir una nueva Era Dorada para Israel, recuperando la grandeza de tiempos del rey David. Los esenios estarían predestinados para gobernar
una nación de puros, santos y sacerdotes, cuya constitución sería la Ley de Moisés, cumplida con extremo rigor. Fue un esenio, el llamado Maestro de Justicia, quien arrastró a un grupo de fieles disconformes con la doctrina oficial para fundar la comunidad sectaria de Qumrán. La función del Maestro era doble: dar a conocer a los fieles el camino justo y dar a conocer a todo el mundo la inminencia del juicio divino. El motivo del cisma parece que fue, en última instancia, como apunta José María Blázquez, que los sectarios se consideraban los correctos intérpretes del texto Bíblico y, por tanto, de la Revelación Divina. Flavio Josefo, historiador judío, de describe a los como sumisos autoridad, mientraselque la comunidad Qumrán es esenios todo lo contrario, pues asetoda enfrenta a los sumos sacerdotes Hicarno y Jonatán (Bello 2,140). La marcha de los sectarios de Qumrán al desierto viene a evocar el Éxodo. El desierto es el lugar ideal para las visiones y los encuentros. Vivían en un estricto régimen de comunidad. Trabajaban, comían y oraban juntos. La disciplina venía marcada por la Regla, que ha sido fechada entre los años 100-75 a.C. Obra de varios autores y redactada en varias etapas. La parte más antigua es una especie de manifiesto del Maestro de Justicia donde se justifica la marcha al desierto. La segunda parte es la legislación penal. La tercera se refiere a la reforma del estatuto de la comunidad. Una última parte se refiere a la estricta observancia de la Regla. Existe un apéndice escatológico de esta obra llamado la Regla de la Congregación y un segundo apéndice titulado Colección de Bendiciones. A continuación, se transcribe un fragmento de la Regla (1QSª V, 1-7): “Ésta es la regla para los hombres de la comunidad que se ofrecen voluntarios para convertirse de todo mal y mantenerse firmes en todo lo que ordena según su voluntad. Que se separen de la congregación de los hombres de inquinidad para formar una comunidad en la ley y en los bienes, y sometiéndose a la autoridad de los hijos de Zadok, los sacerdotes que guardan la alianza, y a la autoridad de la muchedumbre de los hombres de la comunidad, los que se mantienen firmes en la alianza”. Los sectarios de Qumrán se caracterizaron por su rigorismo en la observancia de la ley. Además de la Torá, la comunidad tenía una segunda Torá o Deuteronomio, que se ha creído ver en el llamado Rollo del Templo. La entrada era voluntaria, pero debían de seguirse unos procedimientos establecidos por la Regla. Existen dos teorías sobre la acumulación de documentos en las cuevas de Qumrán. Una, la más plausible, es la que apunta a que la comunidad sectaria que allí vivía reuniese una cantidad ingente de textos en una biblioteca, no en vano, se consideraban los garantes de la Ley de Moisés y dedicaban buena parte del día a su estudio e interpretación. Otra, menos clara, apunta a que con motivo de la ofensiva romana sobre Israel, se trajesen documentos de Jerusalén para esconderlos en el desierto del Mar Muerto. La comunidad de Qumrán desapareció en el año 68 d.C. En el contexto de la revuelta judía y la conquista de la zona por los romanos, que de la mano de Vespasiano y Tito tomaron la ciudad en el año 70 y el último reducto, Masada, en el 73. Posible relación de los esenios con los orígenes del cristianismo
Muchas han sido las especulaciones sobre una posible influencia del pensamiento
esenio en los primeros cristianos. Algunos, incluso, han llegado a apuntar que Juan el Bautista o el mismo Jesús de Nazaret, fueron miembros de esta familia judía. Antonio Piñero señala que, si bien hay semejanzas entre ambos pensamientos, las diferencias son más importantes, por lo que no cabría pensar que Juan el Bautista o Jesús fueran esenios. Un aspecto que lo demostraría es que los esenios, en especial los sectarios de Qumrán, intentaban aislarse del mundo para separarse de los hijos de las tinieblas, sin embargo, en la predicación de Jesús, las puertas están abiertas a todo tipo de gentes, en especial a los pecadores que quieran reconducir su conducta. Estos argumentos habrían sido escandalosos para los esenios y marcan una diferencia fundamental con respecto al pensamiento del nazareno. Por otra parte, el bautismo de Juan, hecho que se ha relacionado con los rituales de purificación esenios, es muy diferente en su concepción al de éstos, pues sólo se produce una inmersión a modo de iniciación, mientras que en el caso de los esenios, las purificaciones son diarias y las realiza un individuo sobre sí mismo. En Juan, el bautismo era un signo de que Dios había perdonado las transgresiones del pecador una vez que éste había abierto las puertas al perdón con el arrepentimiento interior, los qumranitas no tenían una relación directa entre las abluciones cultuales y el perdón de los pecados. Donde sí parece haber semejanzas es entre la comunidad de Qumrán y ciertos rasgos organizativos y teológicos de los primitivos seguidores de Jesús. Teológicamente, ambas comunidades se sentían los “santos”, el “Israel de los últimos días”, el “resto” de Israel o “la nueva alianza”. Igualmente, esenios y cristianos, sentían también cierta angustia por la tardanza del final esperado y tenían las mismas imágenes apocalípticas del fin del mundo. Compartían concepciones como la creencia en la resurrección y un Juicio Final. Finalmente, ambos también creían en la intercesión de los ángeles. Organizativamente, ambos mantenían un régimen de comunidad de bienes, celebraban comidas comunes y tenían una organización jerárquica similar. Autor
Mario Agudo Villanueva Fotografías
Miguel Ángel Villanueva Cristóbal Bibliografía
“Cristianismo primitivo y religiones mistéricas”. VV.AA. Ed. Cátedra. ntonio Piñero. “Qumrán: la secta de los esenios. Los Manuscritos del Mar Muerto”, A En revista de Historia National Geographic, número 29. “Los Manuscritos del Mar Muerto: Qumrán”, Antonio Piñero. En revista de Historia de National Geographic, número 60. “Los Manuscritos del Mar Muerto y el Nuevo Testamento”, en J. Trebolle (coordinador), Paganos, judíos y cristianos en los textos de Qumrán. Madrid (Trotta), 1999, pp. 287-318.