PARA EL RECONOCIMIENTO DE lA
PROPIA PERSONALIDAD AUTOEXPERIENCIA DE MANERA DIFERENTE {Una guía para la realización de una autobiografía logoterapéutica)
l. Preámbulo La vida de Viktor E. Frankl, el creador de la logoterapia, estuvo bajo la sombra de graves problemas de diversa índole. Vivió dos guerras mundiales, una cuando niño, conociendo el hambre, y otra como hombre maduro, conociendo la "garganta del infierno". Exceptuando a una hermana, que pudo huir a Australia, toda su familia fue aniquilada y él padeció infinitos sufrimientos en cuatro campos de concentración. Además los años entre las dos guerras fueron difíciles para él: un estudio a pesar de apremios económicos, la realización de una carrera como médico a pesar de un creciente antisemitismo y el desarrollo de un enfoque psicoterapéutico propio a pesar del dominio victorioso en aquella época del psicoanálisis. Todo aquello no fue un juego de niños. Lo mismo vale para los años después de la segunda guerra mundial: su llamado de "reflexión acerca del sentido" sólo encontró oídos sordos en una cultura en la que se habían destruido casi todos los 177
valores, yen una poblaciónqueensugranmayoríahabía perdido su "centro interior". Mientras lo descubría y honraba el mundo, la patria lo ignoraba. En toda su vida no pudo incurrir en tanta culpa como la que él tuvo que perdonar. Quedará por siempre una deuda de culpa de su era para con él. Pensemos a continuación qué hubiera sucedido, si Viktor E. Frankl hubiera crecido como hijo de una época de bienestar, protegido y materialmente bien abastecido. (La técnica "quehubiera-sido-si" fue presentado por primera vez en el libro de Elisabeth Lukas, Rat in ratloser Zeit = Orientación en tiempos desorientados, Ed. Herder, 1988, Freiburg/Br., pp. 135ss.). ¿Y si hubiese podido estudiar sin mayores preocupaciones y hubiese podido ejercer la profesión de médico? Es de suponer que también en ese caso habría desplegado su genialidad, aunque no podemos estar seguros de ello. Porque el bienestar suele incitar a una indolencia espiritual. Más aún, si hubiese desarrollado su pensamiento de la misma manera que en su vida real, cabe preguntarse qué fuerza hubiera tenido, qué credibilidad hubiera infundido y qué efecto hubiera irradiado. ¿Alguien que descansa sobre pétalos de rosa, puede defender un" optimismo trágico"? El que conoce los lamentos de Job sólo de la Biblia, ¿puede formular una "patodicea" (respuesta a la pregunta por el sentido del sufrimiento)? ¿Y qué impresión daría si un científico hablara del "ser humano incondicional" cuando él mismo está protegido por condiciones positivas? ¿La Logoterapia no se habría degradado como una farsa, a un logro de arte dramático de un gran comediante que, bien alimentado y amado por todos, se encuentra en un cómodo sillón delante de su escritorio y con afilada pluma filosofa acerca del "horno patiens"? Llegado a este punto: ¿Ha tenido que sufrir Viktor E. Frankl para poder prestar un auxilio a su manera a otras personas sufrientes? No puede dejarse de afirmar esta pregunta. Su formación tan dolorosa era una premisa y una necesidad incondicional para la evaluación de la calidad y la garantía de autenticidad de la obra de su vida. Un precio muy elevado para un no menos alto valor... Lo que vale para él, también es válido para nosotros, aunque no siempre en forma tan clara. También en nuestras vidas hay fatigas 178
y sombras, pequeñas y grandes tragedias. También en nuestras vidas cumplen un sentido, nos permiten crecer y madurar, llegar a ser más mansos y comprensivos y nos otorgan credibilidad e irradiación en cuanto lo utilizamos en forma "ejemplar". Por eso es importante aceptar nuestro trayecto de vida, que se desarrolla como algo "único en el universo", una sola vez e irrepetible con nosotros y simultáneamente ante nuestra vista y reconocer su estructura con las perspectivas de sentido. El que tiene ojos, que vea; el que puede autodistanciarse, como el ser humano, que mire también a sí mismo, que vea la "explicación temporal de la propia persona", pero ¡que la vea en la forma de una "confrontación de su existencia con ellogos"! Que vivencie nada menos que su propia personalidad, tal como se ha realizado, como se está realizando y con una "perspectiva del hacer futuro". Esta vivencia debe realizarse con vistas al último destino que le puede ser revelado o no al final de su vida.
2. Citas a) Con respecto a la "explicación temporal de la persona". Con ayuda del telescopio pueden observarse todos los planetas del sol -con una excepción: exceptúese el planeta Tierra. En forma similar nos sucede a los seres humanos con todo conocimiento: todos los conocimientos, siempre que sean humanos, están sujetos a un lugar de posición. Pero allí donde está el lugar de posición no puede encontrarse el objeto, y así tampoco el sujeto puede ser en forma perfecta su propio objeto. Mas no sólo no es posible realizar una perfecta autorreflexión: no debe realizarse; porque no es la misión del espíritu observarse a sí mismo y reflejarse en el espejo. ¡Es parte del ser humano estar orientado hacia algo o alguien, hacia una obra o un hombre, hacia una idea o una persona! Existimos sólo en la medida en que somos intencionales de esta forma. Sólo en la medida en que el ser humano está espiritualmente con algo o alguien, con algo espiritual o con un ser no espiritual; sólo en la medida de esta presencia, el hombre está consigo 179
mismo. El ser humano no existe para observarse a sí mismo y reflejarse en el espejo, sino está para entregarse, exponerse, darse reconociendo y amando. La persona se revela en su biografía, descubre su ser así, su inconfundible ser sólo en una explicación biográfica, mientras que rehúye un análisis directo. La biografía no es finalmente otra cosa que la explicación temporal de la persona: en este sentido a cada fecha biográfica, a cada detalle de la trayectoria de vida le corresponde una valoración biográfica y junto con ello un valor de expresión personal (VIKTOR E. FRANKL, Logoterapia y análisis existencial, Ed. Herder, Barcelona, 1990, pp. 64ss.). b) Con respecto a la "confrontación de la existencia con ellogos". En la práctica la Logoterapia apunta a una confrontación de la existencia con ellogos. En la teoría parte de una motivación de la existencia desde ellogos. Es muy probable la objeción de que el ser humano es sobreexigido con una confrontación de la existencia con el logos, con la alineación de la persona a un mundo de sentido y valores. Sin tener en cuenta que hoy en día es muy difícil que esto ocurra, tales preocupaciones ya están equivocadas desde su principio ... En el campo de la neurología y psiquiatría, fue Kurt Goldstein quien pudo demostrar que el principio de la reducción de tensiones, en el que se basan las hipótesis psicoanalíticas y psicodinámicas, en realidad es un principio sumamente patológico: normalmente el ser humano busca más bien aguantar tensiones u orientarlas hacia valores, pero no evadirse de ellas a cualquier precio (VIKTOR E. FRANKL, Psicoanálisis y existencialismo, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1991, p. 72).
siado unos de otros. Para lograr un clima de concentración reflexiva es conveniente realizar al principio una fase de unos minutos de silencio. Luego se harán los próximos pasos: Cada participante informa aproximadamente durante diez minutos acerca de algún suceso que ha tenido lugar en los últimos doce meses de su vida. b) Cada uno debe concientizar que la elección de lo por él informado representa algo relacionado con un valor, ya sea con realización de un valor, con la vivencia de un valor o con la pérdida de un valor. e) Cada uno aplica la "técnica-qué-sería-si" y se pregunta: "Si este suceso no hubiera tenido lugar, o si se hubiera desarrollado en forma diferente, ¿qué hubiera pasado entonces?". Cada uno busca probables consecuencias. a)
Hasta ahora los participantes han reflexionado cada uno para si sólo, aunque haya sido en voz alta para que todos puedan escucharlo. Cada uno habló al tocarle el turno. El próximo paso es un trabajo grupal, un brain-storming compartido, o mejor un heartstorming ("tormenta de mente" 1 "tormenta de corazón"). d)
Se intenta encontrar un sentido a los sucesos relatados. ¿Qué contenido de sentido puede vislumbrarse retrospectivamente? Para qué ha entrado este suceso en la vida de la persona, ¿para llamarlo?, ¿para qué?, ¿para impresionarlo?, ¿cómo?, ¿para conmoverlo?, ¿por qué?, ¿o para despertar una respuesta?, ¿cuál?
Simultáneamente se reflexiona grupalmente acerca de dos pensamientos: ¿Con qué enfoque o con qué criterio básico interpreta la persona misma el suceso? (Lo proyecta sobre una "pantalla de filosofía de vida" oscura o clara, lo recibe con miedo ancestral o con confianza ancestral). f) ¿Tuvo el suceso un sentido o todavía se percibe en la actualidad un llamado de sentido? ¿Deriva del suceso para la persona un deber pleno de sentido en el aquí y ahora? e)
3. Ejercicio preliminar Es recomendable que el aquí descrito ejercicio preliminar sea realizado en un grupo pequeño. Todos los integrantes deberían conocerse y tener una buena relación, pero no deben saber dema180
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¿Existe un eco presente del suceso? De ser afirmativo, en qué consiste su "desafío del momento"? Después de este trabajo grupal se realiza nuevamente una fase de silencio. Lo trabajado debe "asentarse", debe pasar de lo reflexivo hacia lo intuitivo y debe "darle alas" al alma. Luego nuevamente se da la palabra a cada participante. g)
Cada uno toma una decisión personal. Puede ser algo que él hace un año con o sin el suceso hubiera decidido en forma totalmente diferente. Puede ser la decisión de continuar igual que hasta ahora. Puede ser agradecimiento con respecto al suceso o aceptación de lo sufrido. Lo que sea, pero debe ser una decisión orientada a un sentido que él pueda aceptar.
Las decisiones de cada uno de los participantes ya no se discuten o se interrogan, se respetan mutuamente. Cada uno lleva su decisión como un tesoro a su casa, los demás han participado en amistad en darle forma y desarrollo, lo han fundido y remodelado en un proceso de búsqueda y hallazgo de sentido compartido.
realidad no es "experimentable". ¡Apenas se piensa acerca dt·l .,, mismo, el objeto del pensamiento ya no es el sí mismo! Más bit•n el real sí mismo es sin duda esa instancia que está pensando acen '<, de sí mismo y trata de hallarse. Nunca puede ser el sí mismo lo vivenciable y juzgable, por ser el que vivencia y juzga el sí mismo de la persona. Esto significa que aquel que vivencia su experiencia queda privado de lo experimentable.
Auto ................................................... vivencia
¡El objeto de la vivencia, lo vivenciable no puede ser el real sí mismo
¡La experiencia que experimenta algo, el sujeto de la vivencia, es el sí mismo del ser humano;
del ser humano! el sujeto que vivencia no puede ser vivenciado, no puede vivenciarse a "sí mismo", puede experimentar algo "acerca" de sí mismo!
4. Autobiografía El que está interesado en una amplia regeneración espiritualanímica de sí mismo encontrará muchos métodos y ofertas diferentes en el psico-mercado actual: serios y no serios, saludables y no saludables. De entre los serios y saludables se tomará y descubrirá aquí un método que se basa en el abordaje frankleano, la elaboración de una autobiografía guiada logoterapéuticamente. Sin lugar a dudas, esta empresa requiere durante varios meses una dedicación regular, presupone superación, entusiasmo y perseverancia y por lo general necesita además un acompañamiento profesional. Pero es una empresa que vale la pena a largo plazo, más que otros de los habituales proyectos para la autoexperiencia. Porque el sí mismo, como fue insinuado en la cita a), en la 182
Por los motivos enunciados en una autobiografía confeccionada logoterapéuticamente no se llega a una autoexperiencia propiament~ dicha, sino a una experiencia central de la propia personahdad. La palabra "central" significa que en el centro del logro de la experiencia se encuentra el desarrollo de la condición del propio ser humano, y no de su autorrealización.
a) Estructura de la autobiografía La autobiografía se divide en nueve secciones, cuyos títulos son los siguientes: 183
1. Mis padres 2. Mi tiempo pre-escolar 3. Mi escolaridad 4. Mi madurez hasta hoy 5. Mi situación actual
Visión futura
{
6. Mi futuro próximo 7. Mi futuro lejano 8. Mi morir 9. Mis huellas en este mundo
De la división se desprende que se intenta, partiendo de la situación actual, abarcar tanto una visión retrospectiva como futura: cuatro capítulos del pasado y cuatro capítulos del futuro enmarcan el presente. La óptica siempre es la actual, no disponemos de otra. Pero a pesar de que sólo podemos observar a través de los anteojos del momento presente, lo observado puede pertenecer a otra época, por la que la riqueza del trayecto de vida -aún en la óptica limitada- se desenrolla como un rollo de papiro ante nuestra vista investigadora, con comienzo y fin, íntegramente. Así cada una de las nueve secciones es un pedazo de la "explicación temporal de la persona" en su tiempo propio, y un pedazo de la "confrontación de la existencia con ellogos" en el aquí y ahora, lo que permite una elaboración increíblemente densa e intensiva. Esta densidad del"estar-consigo-mismo" n,o debe ser perdida, por eso es necesario dejar por escrito todo lo elaborado: los signos del rollo de papiro abierto deben ser trazados nuevamente con la propia letra, para que no pierdan nitidez en la vida diaria del futuro. De esta manera la autobiografía reaiizada se convierte en un document humain, que ocupa su lugar entre la partida de nacimiento y el certificado de defunción de una persona como una constancia de su ser-persona con vida. 184
b) Desarrollo de la autobiografía: lado izquierdo Las hojas se dividen en dos mitades. A la mitad izquierda se confía el informe biográfico. Lo especial en estos informes es el cambio del "reino de la realidad" al "reino de lo posible" en el umbral del presente. Por consiguiente se mueven los primeros cuatro capítulos de la autobiografía en el "reino de la realidad". Contienen relatos acerca de los padres, descripción de la niñez temprana, los años escolares y los siguientes caminos profesionales y familiares. Uno describe más con un estilo de diario cronológico, otro prefiere "instantáneas" para hacer resaltar situaciones esenciales, un tercero trae una paleta multicolor de recuerdos. Cada uno de nosotros tiene su estilo, y esto está bien así, porque aquí no se trata de la calidad de composiciones de lengua, sino del resultado de vida vivida. Debe ser contemplada una pequeña guía en lo que respecta a la relación con nuestros semejantes. El aspecto: "¿Qué hizo una determinada persona para mí?", sería unilateral si no fuese complementado con el aspecto "¿qué hice yo para una determinada persona?". Lo recibido que colocamos en un lado de la balanza de nuestra información, reclama la revelación de lo entregado, que del lado opuesto pesa o adorna. El que rehúye esto se engañaría con respecto a la concientización de su responsabilidad. Se trata de un relato del pasado, que debe ser realizado lo más objetivamente posible. Toda valoración comentada corresponde al lado derecho de la hoja. · Ya durante el ejercicio previo nos habremos dado cuenta de que la selección de lo relatado, tomada desde una inmensa cantidad de sucesos ocurridos que no pueden ser relatados, descubre por sí misma y por medio de sí, algo acerca de nuestros valores y valorizaciones. Es ineludible: no solo cómo una persona describe algo, sino también qué describe, descubre aspectos de ella. Cuando dos niños describen la misma excursión del domingo, puede suceder fácilmente, que uno mencione las coloridas mariposas, los divertidos caracoles del bosque y el conejo que pasó corriendo, y el otro se refiera a las sendas llenas de piedras a través de las que fue tropezando y a la nube de lluvia que apareció a la tardecita. 185
·¡'mios estos detalles son parte de la excursión, "reales" son todos, pen bajo una clave subjetiva. Pero corno la retroproyección sólo puede acercarse a la verdad de la experiencia con la técnica del pars-pro-toto, la cualidad de cada pars, o sea de cada partecita, delinea y tiñe la totalidad de esta verdad de la experiencia. Por consiguiente debernos tratar de ser justos con nuestro trayecto de vida transcurrido hasta ahora incorporando un amplio espectro de detalles a nuestro reportaje: donde existió dolor, quizá hubo alegría, aunque haya sido pequeña, y donde hubo peso sobre nuestros hombros probablemente existió algún alivio proporcionado. Los anteojos que utilizarnos para mirar hacia atrás no necesitan un filtro que sólo deje pasar todo color de rosa, pero tampoco debe tener polvo que oscurezca lo observado. ¡Limpiemos bien los anteojos y comencemos la obra! Paulatinamente llegarnos al quinto capítulo, el hoy. Aquí especialmente se necesita honestidad, porque ningún sector está con tanta claridad ante nuestra vista corno el presente. Pero además ninguno está tan expuesto con todas sus asperezas, desniveles e imperfecciones. Ahora sobre todo golpean realidades y posibilidades fuertemente unas contra otras, continuamente son elegidas determinadas posibilidades y son realizadas, y continuamente nos carcome la duda acerca de si hemos elegido las mejores de ellas para llevarlas a cabo, o si con nuestra elección hemos condenado a la nada a otras mejores. Porque cada elección deja sin ser elegida una mayor cantidad, y mucho más que lo realizado permanece sin hacer. ¿Podremos resistir al presente con esta duda, con la necesaria combinación de inseguridad y riesgo? ¿Podernos decir "sí al ahora"? La contestación debernos postergada para el lado derecho, pero será tanto más inequívoca en cuanto el lado izquierdo contenga vivencias dignas de aceptar e indignas de aceptar, que la contengan despiadadamente. A partir de este quinto capítulo altamente activo y lleno de tensiones entrarnos en el "reino de lo posible". No conocemos nuestro futuro, pero tenernos ideas acerca de él. ¿Qué ideas? ¿Agradables, desagradables? ¿Realistas, no realistas? ¿Orientadas hacia un objetivo, vagas?¿ Cómo podría desarrollarse nuestro
futuro próximo y lejano? En el "reino de lo posible" existen factores previsibles y no previsibles. Lo previsible es lo que nos ha sido entregado. Se puede tener en cuenta algo, se puede cambiar el lugar de trabajo, cancelar una cuenta bancaria para utilizar ese dinero para un determinado fin o se puede reservar un viaje. Hacer un plan previsible significa, en este contexto, que también e~iste la chance de permanecer en el lugar de trabajo, dejar el dmero en el banco sin tocarlo y desistir del viaje. Allí donde encontrarnos alternativas que nos saludan desde el futuro y nosotros enfrentarnos con una visión anticipada interior, allí podemos sopesarlas, examinarlas y "vivir una prueba" en nuestra fa~tasía, allí podernos hacer planes y soñar. Podernos mejorar cUidadosamente y entregar promesas cuyo cumplimiento aún no está maduro. Nada tiene un brillo tan perfecto corno el proyecto puro, la promesa inocente que no sabe de dificultades de realización y de fisuras provocadas por debilidades humanas. Ese proyecto tentativo para el futuro está guardado corno una vela plateada envuelta en un cajón, con cera y mecha intactas, sin haber sido dañada por ninguna mano, un fósforo y ningún candelabro del cual pudiese caerse. Una vela que todavía no alumbra, algo tentativo que todavía no cumple su sentido. ¿Cumplirá con su sentido? En la observación del futuro próximo y lejano no debernos olvidar los factores imprevisibles. Lo imprevisible es lo que no nos ha sido entregado. La raya que anula planes humanos, el robo de alternativas del "reino de lo posible", el despertar de nuestros sueños. El puesto de trabajo que de repente se pierde porque el empleador se fundió. El dinero del banco que hay que retirar por alguna fuerza mayor. El viaje que lleva a un encuentro que hace cambiar el destino. Nadie conoce los factores imprevisibles que son adjudicados a su vela plateada en el cajón, para impedir su brillar, o para ser encendida mucho antes o en un lugar diferente. Lo imprevisible no se puede tener en cuenta, pero podernos aceptarlo por más desconocido que sea, o podernos rechazarlo indignados. "Hágase tu voluntad ... "-¿quién ha logrado realmente orar estas palabras hacia el futuro?-. Antes del capítulo ocho, sería bueno haber iniciado esta lucha interior por lo menos en el pensamiento. 187
Porque el capítulo ocho es el final de toda huida. Alguna vez debe terminar la evasión. Frecuentemente no sólo se evade el tabú del tener que morir, sino la comprensión de lo insignificante de las categorías temporales. El tiempo de vida es una de estas categorías. Es insignificante si uno cumple noventa o sesenta o treinta -insignificante ante el hecho de tener que morir de todos modos-. Además es insignificante el hecho de recibir elogio y agradecimiento de sus semejantes -insignificante en vista de que también esos semejantes deberán morir-. Hasta es insignificante si tiene descendientes biológicos o no, que transfieran algo de sus méritos a sus propias vidas- insignificante ante el hecho que también esos descendientes deberán morir. El saber de la muerte, es saber que nada puede ser guardado en el espacio y el tiempo. Basándonos en este conocimiento describamos nuestro morir, tal como nosotros lo "vislumbramos". Cada uno vive su vida y muere su muerte. Sólo cuando hemos realizado el duelo con respecto a todo lo que no puede ser guardado, estamos abiertos para lo imperecedero más allá de las categorías temporales. Todo aquello que emerge desde las profundidades sin eco de la nada al ser, deja huellas imborrables en el ser. También nosotros, cada uno de nosotros, graba sus huellas en el ser, realizándolo no sólo como una criatura impotente sino-con el privilegio del anthropos de ser imagen- también creativamente-determinante. ¿Qué huellas? En el último capítulo de la autobiografía pongámoslas bajo la lupa, a ellas, las huellas, que ya hemos dejado en el mundo y las que aún pensamos dejar. Realicemos esto recordando las palabras de Laotsé: "Haber cumplido con un deber significa: ser eterno".
misterio de la "sabiduría del corazón", que hace préstamos de ambos elementos, pero es más que su suma. Por este motivo a los nueve capítulos se oponen tres interrogantes: ¿Qué siento acerca de esto? ¿Qué pienso acerca de esto? ¿Cómo lo elaboro? Hay lugar para las respuestas y ojalá también tranquilidad para formularlas. Como hemos aprendido de Viktor E. Frankl, la existencia humana siempre tiene la característica de respuesta, y el dar respuesta es como un "documento de identidad" con el que nos damos a conocer. Para las respuestas correspondientes al lado derecho de la autobiografía no se dará ninguna guía, ninguna directiva y ningún ejemplo. Así se convertirán en documentos absolutamente personales ("cédula de identidad") de nosotros mismos, y como tales harán al sí mismo -que permanece intangible a todo abordaje psicológico- más transparente que a través de todos los otros métodos iniciados artificialmente. De la misma manera, no debe realizarse ninguna discusión acerca de la elaboración espiritual de los contenidos del lado izquierdo de la autobiografía, tampoco con el acompañante profesional. También este debe permanecer en silencio respetuoso ante la persona y su "expresión"- sólo la persona misma debe llevar lo expresado ante su propia conciencia moral-.
e) Desarrollo de la autobiografía: lado derecho El lado derecho de las hojas que serán escritas, están dedicadas al "juzgar y discutir". Le toca el turno a la persona que vivencia, que no es vivenciable, para palpar el sentido oculto de lo experimentado y posible de experimentar; su existencia se vuelve hacia ellogos. Este dirigirse se realiza a través de tres rieles: emocional, cognitivo y espiritual. Como es sabido, en lo espiritual se unen los elementos emocionales y cognitivos con la fuerza impregnada de 188
189
el) Lsquema de la estructura básica de la autobiografía Mi tiempo pre-escolar
La explicación temporal de la persona
La confrontación de la propia existencia con ellogos Informe 1 Descripción
¿Qué siento acerca de esto?
Mis padres
¿Qué pienso acerca de esto? Informe 1 Descripción
¿Qué siento acerca de esto?
¿Cómo lo elaboro? ¿Qué pienso acerca de esto?
etc. ¿Cómo lo elaboro?
Como todo comienzo es difícil, se presentan dos ejemplos a modo de iniciación a la autobiografía, o sea para el tema "mis padres". Se trata de resúmenes del lado izquierdo y del derecho de la autobiografía de dos personas, todo ello observado desde la perspectiva de su acompañante terapéutico. 190
191
( 'on respecto al tema "mis padres" Sl'NOR
A, 50 AÑOS DE
EDAD
El señor A fue adoptado siendo un niño de tres años y se enteró de este hecho a los catorce. A partir de ese momento su relación con sus padres adoptivos ha sido de alguna manera tensa: ya no vio en ellos sus "verdaderos padres", no les hacía caso y frecuentemente se mostró frío y distante con ellos. Es de suponer que no sólo ha sido la revelación de su origen que lo ha desequilibrado. Probablemente estaba viviendo una fase sensible de su pubertad con tendencia a reacciones exageradas, en la que se unían las primeras crisis de identidad con las tendencias de independización que tienen las características de fases. Durante un tiempo buscó febrilmente a sus padres biológicos, no teniendo éxito, y luego comenzó una vida independiente. Al poco tiempo los padres adoptivos fallecieron, quince años después se despreocupó totalmente de su tumba -un gesto simbólico de haber terminado con ellos y con su niñez-. Durante la redacción de su autobiografía tenía que abrirse nuevamente esa "puerta cerrada con llave". Comenzó a informar acerca de sus padres, y cuanto más escribía tanto más se acordaba. Mas no sólo esto, repentinamente advirtió con qué naturalidad escribia acerca de los padres adoptivos como de "sus padres", y qué cantidad de cosas buenas y llenas de amor estaban registradas en el papel. En forma retrospectiva reconoció que habían sido los mejores padres que pudo imaginarse, y que en el fondo siempre lo había sabido. En la elaboración espiritual llegó a la conclusión de que ellos adquirieron su "derecho de padres", en forma parecida a como ellos hace tanto tiempo le habían otorgado su "derecho de hijo" -el derecho de ser hijo-. Al fin él pudo aceptarlos plenamente, les entregó, un cuarto de siglo después de la muerte, su reconocimiento como sus padres y junto con esto les dio un lugar en su corazón de por vida, que ya no se perdería por ningún motivo. SEÑORA
B, 36 AÑOS
La señora B siempre tuvo una mejor relación con su padre que con su madre. Después de la separación de sus padres quedó bajo 192
~1 cu~dado _de la_ madre y creció con su protección, lo que le hizo 1deahzar aun mas al padre y criticar más a la madre. Más adelante e~ pa?re fue a vivir a mucha distancia de ellas y los contactos d1smmuyeron en forma considerable; mientras que los contactos con la madre continuaron hasta su vida de adulta, pero de manera muy conflictiva. ¿En qué consistían los problemas de la relación con su madre? En la elaboración espiritual ella interrogó su sentir y su intelecto acerca de esto y llegó a la conclusión de que su madre acostumbraba poner siempre los "signos equivocados". Por ejemplo, en su última "visita obligada" la madre la obligó a aceptar ocho frascos de mermelada hecha por ella, mientras que la hija hubiera preferido que su madre la escuchase tranquila durante un cuarto de hora. "Si no se interesa por mis preocupaciones, puede guardarse su estúpida mermelada ... ", había dicho enojada la mujer. Pero al escribir su autobiografía, su enojo le pareció aún más estúpido que la mermelada. "Quizá podría aceptar los signos dados por mi madre como lo que son: signos de un cariño existente de ella para mí, a pesar de todo. Es posible que generalmente sean expresiones equivocadas, pero estén dadas en lugar de algo, y este 'algo' no está mal, y si lo pienso bien, es auténtico. Mi madre está interesada en mi bienestar, aun cuando no me lo puede demostrar en una forma que a mí me agrada", reflexionó la mujer. Al haber llegado a este punto de la lucha espiritual, la señora B repentinamente interrumpió su escribir. ¿No debería formular aquello que sucedió en dirección contraria, lo que partió de ella hacia la madre? ¿Qué signos ha expresado ella hasta ahora? Había muy pocos. Las habituales visitas obligadas, respuestas breves por teléfono, saludos estándar para los aniversarios, intercalados constantemente con impaciencia y enojo cuando la madre daba consejos bien intencionados, pero totalmente fuera de lugar. Quizá le correspondía a ella, a la hija, comenzar a dar de vez en cuando algunos signos de amor, en lo posible los signos apropiados, justos. Hacer saber a su madre que, a pesar de todo, también ella le tenía cariño. ¿Era capaz? ¿Cuál sería la respuesta? ¿Que se produzca paz después de conflictos acumulados durante decenas de años? Acerca de esto dará cuenta otro capítulo de la autobiografía; ahora debía tomarse la decisión, aquí y hoy. La señora B la logró. 193