Marta Lamas. Acoso, ¿denuncia legítima o victimización?Descripción completa
Actualmente las relaciones de pareja se desgarran entre el leitmotif doméstico de ?hasta que la muerte nos separe? y el anhelo escapista de estar siempre en otra parte (con alguien más); el …Descripción completa
Full description
Descripción completa
Descrição completa
Descripción: Así que, entonces, hombre y mujer son las dos columnas del templo; esas dos columnas no deben estar demasiado lejos ni demasiado cerca; debe haber un espacio para que la luz pase por medio de ellas...
El género. La construcción cultural de la diferencia sexual.Descripción completa
Descripción completa
Manifiesto del Grupo Krisis. Robert Kurz
texto sobre redaccionDescripción completa
Necesidad social para la búsqueda de una vacuna para el control del VIH SIDADescripción completa
Full description
Descripción: Manifiesto del Grupo Krisis. Robert Kurz
Delitos Contra el Honor - Codigo PenalDescripción completa
Descripción: Revolución bolchevique
Descripción: Crítica al arte contemporáneo, arte conceptual, Duchamp.
NUEVA SOCIEDAD NRO.109 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1990,
PP.
171-173
Contra el el amor natural. natural. Lo que no no se tiene Lamas, Marta Marta Lamas: Vive
con (y trabaja para) un hijo y tres gatas. Pasante de la Maestría de Antropología Social. Feminista militante desde hace ! a"os. Participa actual# mente en Mujeres en Acci$n Sindical (MAS).
%o e&iste una amor natural ni hay una naturalidad en el amor. 'as personas lla# mamos amor a la orma en ue encau*amos y domesticamos nuestras pulsiones+ a la manera en ue rituali*amos ciertos intercambios personales. %uestra ,educaci$n sentimental-+ ue se lleva a cabo principalmente de manera no consciente+ nos hace introy introyect ectar ar esue esuemas mas de percep percepci$ ci$n n y de regul regulaci$ aci$n n de las pasion pasiones es normas normas++ prohibiciones y tab/es. Por eso los sentimientos y las acciones amorosas tienen ue ver en gran medida con imperativos culturales. 0l psicoan1lisis devela c$mo las pulsiones y las emociones se van estructurando psíuicamente conorme a un c$digo amiliar+ ue releja valoraciones sociales+ cul# turales y de clase. 'a antropología permite una toma de conciencia de c$mo las personas+ y sus relaciones con los dem1s+ se convierten en el objetivo de complejos sistemas de ritos y ceremonias. 2anto el psicoan1lisis como la antropología+ reuer# *an la idea de ue lo simb$lico priva sobre lo biol$gico. 3iertos historiadores y soci$logos han hecho con nosotros lo ue los antrop$logos con las culturas ajenas o e&tra"as desmontar la idea de ,naturalidad- de nuestros sentimientos y pr1cticas amorosas. %orbert 0lías ha mostrado c$mo un arduo tra# bajo de siglos ha sido dedicado a moldear moldear gestos y sentimientos+ sentimientos+ a cuidar la presen# taci$n+ a reglamentar los modales+ las buenas maneras+ para así convertirnos en ,civili*ados-. 0l trabajo de 0lías coincide mucho con el de Michel Foucault+ ue tambi4n cuestiona la supuesta naturalidad de la se&ualidad humana+ y anali*a c$mo se ha organi*ado e institucionali*ado el se&o en las sociedades occidentales modernas. Para comprender los emergentes procesos de individuali*aci$n y priva # ti*aci$n en la sociedad occidental+ 0lías y Foucault utili*an distintas reerencias. 0lías anali*a la ormaci$n del 0stado moderno y las relaciones de uer*a ue se es# tablecen entre los diversos grupos sociales+ mientras ue+ por su parte+ Foucault e plora con minuciosidad y rigor la se&ualidad.
NUEVA SOCIEDAD NRO.109 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1990,
PP.
171-173
'as transormaciones hist$ricas de lo ue en la cultura occidental llamamos amor han tenido varios investigadores. 0stos nos han hablado de la dierencia entre 0ros y Agape en los griegos+ del surgimiento de la caridad entre los cristianos+ del naci# miento del amor cort4s+ de los ritos del amor pasi$n del siglo 5V66+ de la noci$n en el 5V666 de ue en el amor se est1 obligado a la inidelidad y de la pretensi$n de ue el amor alcance una valide* general e interclasista en el 565. Para %i7las 'uh# mann+ 4stos son cambios sem1nticos+ e&plicables a partir del proceso evolutivo de la estructura social+ ue desata una transormaci$n de los conceptos vigentes sobre el amor y de sus ormas de codiicaci$n. 0l desarrollo del capitalismo conlleva una autonomi*aci$n de las relaciones amoro# sas. Anteriormente+ las antiguas ordenaciones ue pesaban sobre la sociedad deja# ban poco espacio libre para las relaciones íntimas. 'as personas ue empe*aban una relaci$n amorosa ya se conocían en otro tipo de relaciones y el establecimiento de relaciones m1s estrechas no signiicaba una ampliaci$n notable de ese conoci# miento mutuo. 0l actor m1s importante para una armoni*aci$n en las relaciones personales se encontraba en la consonancia con las relaciones e&ternas. 'a sociedad moderna radicali*a la dierencia entre las relaciones personales y las impersonales. 0ste cambio+ ue Philip Slaer llama ,represi$n social-+ disminuye el apoyo e&terno a las relaciones íntimas y hace ue las tensiones internas se acent/# en. 'a estabilidad se hace posible s$lo mediante los recursos personales de cada uien. 8ajo las modernas condiciones de vida+ la persona ueda sometida a un rit# mo y unas relaciones generalmente lo suicientemente indierentes como para no registrar las discrepancias entre el ser y la apariencia. Por eso+ seg/n 'uhmann+ lo ue se busca en las relaciones íntimas es la validaci$n de la autoe&posici$n. 'a ca# pacidad para hablar de sí mismo parece ser la condici$n previa para el inicio de una relaci$n íntima9 estimula a la otra persona ue+ a su ve*+ habla de sí misma. 'uhmann airma ue la se&ualidad ya no puede simboli*ar de manera suiciente el amor+ puesto ue por ese camino no es seguro ue pueda llegar a ser satisecha la necesidad de comunicaci$n íntima. 0sto marca un cambio sustantivo en la concep# ci$n moderna de la relaci$n amorosa+ ue se orienta hacia el encuentro con un in# terlocutor. 'uhmann aborda el amor como un c$digo simb$lico ue estimula la g4nesis de los sentimientos correspondientes. Sin la e&istencia de ese c$digo+ la mayoría de los se# res humanos no alcan*arían tales sentimientos. 'uhmann utili*a el concepto de in# terpenetraci$n intrahumana para reerirse a ue+ en sus relaciones amorosas+ las personas cru*an el umbral de la relevancia lo ue para una de ellas resulta rele#
NUEVA SOCIEDAD NRO.109 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1990,
PP.
171-173
vante. tambi4n lo es para la otra. 'os amantes pueden hablar entre sí incansable# mente porue todas las vivencias tienen suiciente valor para ser transmitidas y to# das ellas encuentran resonancia comunicativa entre ellos. :tra característica de la interpenetraci$n es ue renuncia a unirlo todo en una totalidad. Así+ las acciones tienen ue ser incorporadas al mundo de las vivencias del otro sin perder con ello su libertad+ su capacidad de libre albedrío+ su valor e&presivo. %o deben ser sumi# si$n ni complacencia. Se trata de hallar sentido en el mundo del otro+ de coincidir. 0sto resuelve y sustituye la met1ora de la usi$n. Pero las relaciones amorosas enrentan problemas y recuentemente se rompen al tratar de reali*ar sus e&igencias y reuerimientos. 0n las sociedades muy desarro# lladas+ en la democracia+ la tendencia de los parad$jicos reuerimientos del amor es+ como consigna 0ri7 0ri7son+ un despla*amiento hacia una alta compatibilidad con la autorreali*aci$n individual. 'a b/sueda de la reali*aci$n propia limita la relaci$n con el otro. 'uhmann piensa ue la conlictividad en el amor tal ve* se deba al hecho de ue s$lo e&iste el marco de la comunicaci$n personal como cam# po donde dirimir las dierencias sobre las ue el amor desea estar de acuerdo die# rencias de opini$n con respecto a acciones concretas+ dierencias de concepto indi# vidual del papel reservado a cada uno+ dierencias de ideas+ gustos y valori*acio# nes. Adem1s+ el mismo 'uhmann se"ala ue resulta muy arriesgado el proceso de recargar las e&pectativas+ las e&igencias y las reivindicaciones amorosas con mode# los culturales e&agerados y se pregunta si sigue siendo necesaria todavía una se# m1ntica de la pasi$n+ del e&ceso+ de la e&travagancia+ de la irresponsabilidad de los propios sentimientos. 'a pr1ctica de cargar las e&pectativas amorosas con los c$digos culturales se lleva a cabo de manera no consciente. 'as sociedades legitiman ciertos usos y costumbres amorosos+ con variaciones y matices reeridos a las jeraruías e&presadas en su in# terior se&o+ edad+ clase social. Si la vivencia del amor est1 marcada por las coorde# nadas sociopolíticas de uienes la viven y se e&presa con c$digos amorosos prees# tablecidos+ ue se asientan en el entramado cultural+ ;u4 signiicado cobra la die# rencia entre los se&os< ;Aman dierente las mujeres de los hombres< =o pienso ue todavía hoy los puntos de apoyo para lo ue 'uhmann llama la co# diicaci$n del medio de comunicaci$n amor est1n culturalmente marcados por el g4nero. Aunue en algunas sociedades la acentuaci$n de la igualdad social entre los se&os est1 borrando la dierencia de sus actuaciones se&uales+ a/n nos encontra# mos con c$digos amorosos emeninos y masculinos. 'a perspectiva emenina ue no eminista del amor plantea ue las mujeres aman m1s+ ue ,aman demasiado-+
NUEVA SOCIEDAD NRO.109 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1990,
PP.
171-173
identiicando ,amor- con una disponibilidad mayor a la usi$n. 'a mayoría de las veces+ este ,amor- se vuelve una trampa para las mujeres en su nombre se ,sacrii# can-+ se autoe&plotan y se enajenan. Para muchísimas mujeres esta vivencia del ,amor- sirve para evadir un compromiso con ellas mismas+ para su reali*aci$n como personas en el trabajo. 0l hecho de ue la cantidad de tiempo y energía ue las mujeres dedican al amor sea superior a la de los hombres no uiere decir ue ellas amen m1s o mejor. Mien# tras ue el proyecto vital de los hombres es el trabajo+ para las mujeres las relacio# nes aectivas constituyen el suyo. 'acan dice ,0l amor es dar lo ue no se tiene-. >esde ahí la desmedida conducta amorosa de las mujeres indica la e&istencia de una gran carencia. Si aman demasiado a un hombre es porue no tienen otros pro# yectos ue amar. :bviamente+ en sociedades muy desarrolladas la dierencia entre los se&os+ ue ha sido destacada en todos los c$digos del amor y ue se oment$ hasta hace poco+ tiende a disminuir. >esmontada la arma*$n de las constricciones culturales+ surge entonces la pluralidad humana y aparece con m1s nitide* la cues# ti$n prounda de las relaciones amorosas la intersubjetividad. M1s all1 de los imperativos culturales+ en la relaci$n entre dos personas se produce esa vivencia ue llamamos amor. 0s la comunicaci$n intersubjetiva la instancia ue produce la subjetividad del sujeto. 'a relaci$n con el otro nos constituye. =a Freud mostr$ c$mo la relaci$n con el otro precede a la ormaci$n del yo. 8uscando al otro nos encontramos. Sartre lo reconoci$ el ser humano es para el otro. = en esa rela# ci$n de alteridad+ en la ue se juega todo para los implicados+ se transgreden nor# mas+ prohibiciones y tab/es. >e ahí la radical subversi$n del amor. Para el amor no cuentan las dierencias de edad+ ra*a+ de credo9 tampoco es un obst1culo tener el mismo cuerpo. Si la vivencia intersubjetiva compartida entre dos personas no encuentra e&presi$n en la sem1n# tica amorosa+ crea una nueva sem1ntica+ ue+ a su ve*+ acilita el reconocimiento de otras personas con una intimidad similar. 'as complicaciones de la vivencia intersubjetiva del amor tienen mucho ue ver con la diicultad de aceptar al otro como otro+ no como espejo. 0s el verdadero re# conocimiento de la dierencia lo ue permite asumir al otro en toda su complejidad y su vulnerabilidad. Por ello+ tanto en el amor como en la democracia la tolerancia es una cualidad necesaria. 'a dierencia tambi4n e&presa poder. ?osep @amoneda dice ue justamente el poder es la e&presi$n de la dierencia entre las personas. Si toda relaci$n es una relaci$n de poder+ ;u4 ocurre entonces en el amor< 0l amor
NUEVA SOCIEDAD NRO.109 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1990,
PP.
171-173
pretende ser un acto libre dos personas ue se encuentran y se entregan+ pero ;u4 pasa con el poder< @amoneda habla de un mecanismo de ,suspensi$n de poderen la relaci$n amorosa. Seg/n 4l+ este instante de suspensi$n de poder s$lo es pen# sable como resultado de un proceso de proundas e intensas tensiones entre dos sujetos # tensiones de raí* radicalmente pasional ,3aminar hacia el estallido de las dierencias uno rente al otro+ sin intermediarios ue paren el golpe+ ue desembo# ca en un momento e&cepcional de e&presi$n de la esencia del ser-. >os personas+ rente a rente+ despliegan la plenitud de sus mundos+ ,sin ue nada encubra este rayo poderoso de la presencia de la verdad prounda-. Maravilloso+ ;verdad< Pero estos momentos de conrontaci$n sin mediaci$n ,en las ronteras de nuestro ser- nos llevan a una clarividencia desesperante+ pero creadora estamos solos. 2odo intento de penetrar en el interior del otro conduce al abismo. Por esa ra*$n no es posible apostarlo todo al amor. ay en cambio ue ser capaces de asumir plenamente la soledad. S$lo a partir de conuistar la soledad podremos buscar una vía ecunda de reali*aci$n propia. =+ tal ve*+ tambi4n el anhelo amoroso. Bui*1s entonces el amor en tiempos de democracia+ en tiempos de respeto a las dieren# cias+ se e&prese con lo ue 'uhmann llama ,una sem1ntica de elevada disposici$n de 1nimo para la b/sueda de una dicha improbable-. Aunue preiero la manera como Alvaro Mutis lo pone en boca de un personaje ue+ ante la muerte+ busca una ra*$n para haber vivido y el recuerdo del amor se al*a para decirle ue ,Su vida no había sido en vano+ ue nada podemos pedir+ a no ser la secreta armonía ue nos une pasajeramente con ese gran misterio de los otros seres y nos permite andar acompa"ados una parte del camino-. >ebate eminista+ %C + mar*o de !!D+ M4&ico.