THE NEW YORK TIMES BUILDING
El nuevo edificio del diario The New York Times se proyectó a partir de un concurso que convocó a cuatro arquitectos de prestigio internacional; internacional; Renzo Piano, Norman Foster, Frank O. Gehry y el argentino César Pelli, este último reconocido mundialmente por haber construido algunas de las torres más altas del mundo, entre ellas el doble rascacielos de Kuala Lumpur, Malasia. El proyecto seleccionado correspondió al de Renzo Piano, dando inicio a la construcción del edificio en el año 2003, finalizando finalizando en el año 2007. El nuevo edificio se construyó en la Octava Avenida, entre las calles 40 y 41 de Manhattan, abandonando así la histórica sede que ocupara desde el año 1913 ubicada en el oeste de la calle 43. Pelli proyectó una torre de base cuadrangular que presentaba fachadas planas en diferentes ángulos en sus intersecciones con patios interiores llenos de árboles en cada extremo del edificio. Norman Foster, autor entre otros proyectos del Shanghai Bank en Hong Kong, propuso un edificio en forma de triángulo rectángulo, acristalado y con terrazas cubiertas de árboles y vegetación, quedando iluminada la parte superior que podría funcionar como una suerte de cartelera cultural. Frank O.Ghery, proyectista del Museo Guggenheim de Bilbao, propuso un edificio de fachada ondulada envuelta en sinuosos planos. En la cima del edificio se leería una "N" y una "Y" con la tipografía del nombre del diario. El proyecto ganador correspondió al de Renzo Piano, quien presentó una torre acristalada de 52 niveles y un basamento de 4 plantas, armonizando con las alturas de los edificios vecinos. El edificio está suspendido sobre la planta baja, donde hay una enorme plaza que logra ingresar el espacio público al interior del edificio. Así, la construcción levita sobre una planta baja abierta y transparente dedicada a espacios públicos, atrio, un jardín con abedules de 16 metros de altura, auditorio, restaurantes y comercios. El edificio tiene un gran atrio ventilado y traslúcido de seis pisos de altura, construido sobre una novedosa y monumental estructura que desafía la gravedad, como numerosas innovaciones tecnológicas y sustentables. En su parte superior el edificio tiende a desmaterializarse en el aire a partir de un novedoso elemento que cubre la fachada. La transparencia del edificio intenta dar respuesta a un requerimiento del diario como metáfora de una relación existente entre el diario y la ciudad. El nuevo edificio incorpora elementos novedosos en
relación a sus vistas, manejo de la luz natural y artificial, respeto hacia el contexto y una nueva relación con el espacio público y sus transeúntes, etc. Su volumetría, simple y esbelta, se emparenta con la trama de Manhattan pero su fachada se destaca por un doble muro de vidrio de alta luminosidad. El edificio está cubierto por una especie de jaula hecha con tubos revestidos en cerámica dispuestos en una estructura de acero. Sus índices de absorción térmica y luminosa permiten ahorrar más del 30% de energía. Esta piel de tubos de cerámica se interrumpe solo a la altura de las ventanas, teniendo la característica de cambiar de color con el reflejo de la luz dándole una dinámica muy particular desde el exterior. La pantalla y el muro de vidrio proporcionan un sentido de ligereza y transparencia que hace respirar al edificio, quedando los interiores completamente visibles desde el exterior. El concepto de transparencia se repite en el pie del edificio, donde una envolvente vidriada permite las visuales hacia el interior del lobby. La fachada está cubierta por una membrana de perfiles de cerámica que filtran el impacto solar y permiten una distribución homogénea de la luz. Desde la calle se capta lo que pasa en el interior del edificio y viceversa. La propuesta de inmaterialidad y transparencia es tomada como símbolo de las cualidades de los medios de comunicación, opuesta al hermetismo de Manhattan. El hall de acceso conecta visual y físicamente las calles 40 y 41, con ingreso por ambos lados. El espacio está organizado por la caja de ascensores que se destacan por su color naranja y por un vacío a cielo abierto. Este vacío es un gran jardín con árboles, que permite el ingreso de luz natural. Por la transparencia de la fachada, estos elementos se ven a nivel de la calle desde los tres lados del edificio. En el diseño, se puede ver la real preocupación por el peatón. En los tres laterales se proponen marquesinas que dan escala al peatón a la vez que protegen de la lluvia y funciona como soporte de la iluminación. Los núcleos de ascensores se organizan en cuatro hileras paralelas de modo que las vistas desde la calle atraviesan toda la Planta Baja tratando de integrar el interior y exterior del edificio, sumado al jardín que, como se mencionara anteriormente, está emplazado en el mismo corazón de esa planta, siendo abierto al público y visible desde la calle. El diseño resultó así controvertido puesto que se opone a la distribución funcional de las office tower con el núcleo de servicios central. El proyecto de Piano crea una distribución donde el corazón del edificio es un espacio abierto de trabajo, con luz natural, dedicado a la interacción de la gente y no al trabajo en computadoras.
En la planta baja del edificio se ubican comercios y restaurantes, y en t odas las demás plantas existe también cierta flexibilidad en sus destinos. El edificio posee espacios de reunión y vistas hacia los cuatro puntos cardinales. El auditorio (Times Center) está ubicado en el primer piso, y tiene una capacidad para 378 personas. Los pisos 2°, 3° y 4° albergan a la redacción central del New York Times. La Redacción del periódico es el corazón del edificio. Sus distintos niveles se conectan por escaleras y se abren uno sobre el otro alrededor de un patio central que se ensancha como el tronco de una pirámide invertida. Todas las actividades comunes, de convivencia, de documentación y de relación entre las oficinas tienen vista hacia el exterior. El edificio incorpora muchas características para el aumento de la eficiencia energética. Por otra parte, las oficinas del periódico ocupan las siguientes plantas de la torre hasta llegar al piso 28. Desde el piso 29 hasta el 52, el edificio está ocupado por otras firmas y departamentos. Al llegar a la cima, el muro cortina se extiende más allá del nivel de la cubierta, rematando como si fuese una corona traslúcida. Una premisa del proyecto se muestra en l os elementos estructurales que normalmente se ocultan, son aquí elementos esenciales del diseño. El edificio dispone de un sistema de generación propio de energía eléctrica l aprovechando el calor residual utilizado para la calefacción y refrigeración, sistema que proporciona el 40 por ciento de energía que consume del edificio. En los pisos ocupados por el New York Times se planteó utilizar un sistema de piso bajo que permite la distribución de aire, puesto que requiere menos enfriamiento que un sistema convencional. Por o tra parte, el edificio incorpora un sistema de aire libre de refrigeración que ahorra energía adicional. ESTRUCTURA DEL EDIFICIO
De acuerdo con las condicionantes iniciales de diseño (transparencia, sostenibilidad y tecnología), Renzo Piano realiza una operación donde deja expuesta la estructura. Así, realza el criterio de honestidad arquitectónica y consigue una flexibilidad óptima del programa. Como suele ocurrir en los edificios en altura, su comportamiento frente al viento es parámetro fundamental para su análisis estructural y para su diseño. Las soluciones estructurales adoptadas en ese sentido fueron las siguientes: Núcleo atirantado: se encuentra en la zona de ascensores,
formado por estabilizadores cada dos niveles. Plantas Técnicas: Se construyen dos plantas técnicas, donde
tirantes diagonales unen el núcleo con las columnas perimetrales, haciéndolas partícipe frente a esfuerzos laterales del edificio, minimizando así la dimensión de las columnas del núcleo rígido.
Sistema de cruces en fachada: dispuestas cada dos niveles.
Consiste en pares de barras pretensadas, de alta resistencia (varia de 2.5” a 4” de diámetro). Los pares de barras se disponen de este modo: uno con orientación horizontal y otro alineado verticalmente pasando entre las primeras, manteniendo una alineación concéntrica con la línea central de las columnas. Con esta solución se elimina el nudo central que se produce en una solución convencional y muestra una estructura ligera.
Voladizos
En las fachadas norte y sur, desde la planta baja hasta el segundo nivel, no hay pilares exteriores. Se ha ejecutado un voladizo que materializa la transparencia y la continuidad interior-exterior buscada en cota de accesos peatonales. Para conseguir esta osadía estructural, se di spone en cada planta una viga de borde que se atiranta mediante una barra de 2”, que controla la deflexión del voladizo. Los elementos en voladizo trabajan como una viga Vierendeel (vigas en forma de celosía de gran tamaño, que pueden absorber varias plantas). Este mecanismo consigue generar grandes voladizos sin diagonales que obstaculicen la visión en los espacios diáfanos. En las plantas técnicas se disponen tirantes que arriostran los elementos voladas al núcleo estructural. A su vez, proporcionan una resistencia redundante para las condiciones extremas de car ga.
Torre de 52 plantas (altura total de 319 m.) + un podium de 4 plantas, destinado a la sala de prensa. El autor del proyecto es el laureado arquitecto italiano Renzo Piano (premio Pritzer 1998), en colaboración con FXFowle Architects, P.C. Las bases del diseño son preestablecidos con claridad a fin de potenciar al máximo los requerimientos de la empresa a la que servirá, The New York Times. Destaca la necesidad de un diseño representativo que simbolice la importancia de la empresa en el mundo. Este parámetro lo establece la imponente altura del mismo, que se desmaterializa progresivamente en un claro desafío hacia el firmamento. La comunicación y la honestidad, principales ideales periodísticos, se representan a través de la transparencia de los materiales empleados, los espacios abiertos de la sala de prensa, el sistema de fachada, el sistema estructural de acero visto y la resolución del lobby, cuyo diseño permite prolongar el edificio hacia la agitada vida neoyorquina. En contraste con la imponente altura del edificio, Piano se preocupa constantemente por la escala humana, a fin de no perder esa comunicación entre el lector y el periódico. Lo representa en numerosos guiños arquitectónicos. Finalmente, y como no podía ser de otra manera, se han priorizado las necesidades funcionales del periódico, buscando la eficiencia en el trabajo, la tecnología y la eficiencia energética, la sostenibilidad del edificio.
Planta baja del edificio completo. La zona marcada corresponde a la torre, el resto es el podium. EL LOBBY
La planta baja es el espacio más representativo por su contacto directo con el exterior, donde se materializa esa transparencia presente en todo el proyecto. El espacio está organizado por la zona de ascensores, claramente identificadas por sus revestimientos anaranjados, el hall de acceso (el lobby), el patio-jardín interior, que llena de luz natural el interior y el Auditorio Times Center, en la zona del podium. El lobby comunica visual y físicamente tres calles, lo que permite una continua comunicación entre ellas, además de diluir los límites entre exterior e interior, absorbiendo parte de la energía propia de Times Square, y de Manhattan en general. Renzo Piano quiso recrear la vida de la ciudad, en particular zonas como Gran Central Terminal, donde fluye la vida, la movilidad. estos tres lados del edificio, se proponen marquesinas que,
Zona de ascensores
protegen de la lluvia, dan escala al peatón y dan soporte
a la
iluminación exterior del edificio. A pesar de ser un emblema de modernidad, esos parámetros continuamente presentes…la transparencia, la luz, las honestidad estructural, el progreso… recuerdan ejemplos claros de la arquitectura de los ´50 tales como el Seagram de Mies Van
Der
Rohe
Hall de acceso
Vista del patio interior desde lobby
Plantas técnicas