La legítima defensa o defensa propia es, en e n Derecho penal, una causa que justifica la realización de una conducta sancionada penalmente, eximiendo de responsabilidad a su autor, y que, en caso de cumplirse todos sus requisitos, requisitos, permite reducir la pena aplicable a este último. En otras palabras, es una situación que permite eximir, o eventualmente reducir, la sanción ante la realización de una conducta generalmente prohibida. Una definición más concreta revela que la defensa defen sa propia es: el contraataque o repulsa de una agresión actual, inminente e inmediata con el fin de proteger bienes jurídicos propios o ajenos. ¿Qué considera la Ley chilena como legítima defensa? Según el artículo 10 del Código Penal, “está exento de responsabilidad criminal: el que obra en defensa de su persona o derechos”, considerando siempre que se cumplan ciertas circunstancias: “Agresión ilegítima; Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende”.
Discusión del proyecto de modificación de legislación en materia de posesión, tenencia y porte de armas de fuego, entres senadores y la presidenta Michelle Bachelet el 05 de Marzo de 2014. En la cual 16 de 27 senadores están e stán a favor de su modificación para evaluar la posesión de armas para uso personal. Entre las cuales destaca el senador Navarro quien dice: Senador Alejandro Navarro Brain (actual vicepresidente del senado): “…Yo estoy de
acuerdo en que los ciudadanos se puedan defender, pero no hay que facilitar a los delincuentes apropiarse de las armas …”
*admitió ser partidario de que las personas tengan armas para defenderse d e la delincuencia, pero también de evitar que éstas caigan en manos de delincuentes. En su impresión, resulta urgente que las Fuerzas Armadas y de Orden revisen sus protocolos de manera de terminar con el robo de fusiles, fusile s, granadas y otros.
El profesor titular de derecho penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Jean Pierre Matus, aclara que las personas pe rsonas tienen el derecho a defenderse, lo que incluye la propiedad de cada uno. "Una persona se puede defender de un hurto, de un robo, de un robo con intimidación, porque la ley se pone en el lugar del agredido. La ley asume que no en todas las circunstancias ni en todas las ocasiones va llegar un carabinero que nos va a defender" Las personas que portan armas de fuego han sido estereotipadas negativamente. Los medios de comunicación representan a estas personas como poco educadas, con baja moral, criminales en potencia, etc. Sin embargo, un estudio realizado por p or el Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos reveló que estadísticamente es más probable que los poseedores de armas de fuego sean personas pe rsonas de edad media y con un estrato e strato social de medio a alto. Además, dichas personas no son ni más racistas, ni más sexistas, ni más
violentas que aquellas que no poseen armas de fuego. De hecho, los individuos que poseen armas de fuego son más propensos a justificar el uso de la fuerza para su legítima defensa y la defensa de otras personas."
El simple hecho de tener un arma de fuego en el domicilio, ¿hace sentir más segura a la persona? Sí. La posesión de un arma de fuego confiere al individuo de entrada una seguridad psicológica ante la eventual intrusión para dañar la integridad física o el patrimonio de las personas. Si bien es cierto que las armas de fuego pueden ser utilizadas para dañar injustamente a otros individuos, también lo es el que la s armas de fuego sirven como medio de protección como es el caso que aquí se expone." Hoskin y Berkowitz argumentan que el efecto visual de un arma de fuego en una escena del crimen es el de intimidación y estimulo de agresión, debido a que comúnmente asociamos al arma con comportamientos agresivos. El profesor Hans Toch de la Escuela de Criminología de la Universidad de Estado de Nueva York, ha pasado de tener una opinión negativa respecto a la libertad de portación de armas, a estar a favor de un criterio menos restrictivo, argumentando que cuando las armas de fuego se utilizan como medio de protección personal, éstas pueden actuar como inhibidoras de la agresión y tener un efecto psicológico en contra del miedo al delito. De acuerdo a una encuesta realizada en EUA en 1990, el 89% de las personas que poseen un arma de fuego en su domicilio por razones de legítima defensa sienten mayor seguridad por el simple hecho de poseerla. ¿Es verdad que los criminales se sienten amenazados al ver que sus víctimas portan armas de fuego? Si.Los
investigadores Wright y Rossi realizaron un estudio sobre la correlación entre la posesión de armas y la disuasión en la comisión de delitos. Para dicho estudio, se llevó a cabo una encuesta con delincuentes purgando sentencia, a quienes se les preguntó si la sospecha de que sus posibles víctimas podrían estar armadas tuvo alguna influencia en la decisión de cometer el crimen. Los resultados fueron los siguientes: El 56% de los encuestados consideran que 'un criminal no va a meterse con una víctima si sabe que ésta tiene una pistola'. EI 81 % de los encuestados estuvieron de acuerdo en que: 'un criminal listo siempre trata de descubrir si su víctima se encuentra armada'. El 58% de los encuestados piensan que' El dueño de una tienda que se sabe tiene una pistola no va a sufrir robos muy seguido'. En 1993, después de que jóvenes armados asesinaron a un turista alemán en Florida, se cuestionó a varios jóvenes delincuentes sobre el por qué eligieron a turistas como sus víctimas, a lo que respondieron que porque era menos probable que tuvieran pistolas. De la misma forma, Bárbara Long hace referencia a entrevistas llevadas a cabo en correccionales, donde el 56% de los participantes expresaron que no atacarían a una persona si supieran que ésta porta un arma. Por su parte, John Lott realizó una encuesta nacional en la que demostró que en el 95% de los casos en que una persona utiliza una pistola de manera defensiva, únicamente tienen que mostrar el arma para que el delincuente desista del ataque. Además de que se puede evitar un ataque, el portar un arma y enseñarla al
delincuente no necesariamente termina en un enfrentamiento físico, gracias al pode r visual de las armas de fuego. Cook y Kleck sostienen que el uso de las armas para defensa personal es un inhibidor de crímenes violentos. De acuerdo con ellos, un potencial criminal puede abstenerse de la comisión de un delito que implique contacto directo con la víctima, sí éste sospecha que la víctima puede oponer resistencia mediante el uso de un arma de fuego, debido a que corre mayor riesgo de ser lesionado por la posible víctima.
Las armas de fuego no tienen que ver con los índices de criminalidad, debido a que el resultado de una acción delictiva no depende del arma utilizada para su comisión, sino más bien de las intenciones del agresor. En realidad, el uso de un arma de fuego únicamente refleja que las intenciones del agresor eran muy violentas, más no que el agresor tenía un arma de fuego disponible para la comisión de algún delito. Por el contrario, sucede que el delincuente primeramente pensó en la forma en que iba a cometer el delito y posteriormente obtuvo el arma'. Debemos tomar en cuenta también, que la mayoría de las personas que cometen homicidios no lo hacen porque tienen un arma de fuego a su alcance, sino porque ya existe un comportamiento criminal anterior. Por ejemplo, Kleck y Kates muestran estadísticas que revelan que el 90% de los asesinos en edad adulta ya tenían historiales criminales con anterioridad". En 1992 Morgan O. Reynolds y WW. Caruth realizaron un estudio en donde demostraron que los estados con las leyes más restrictivas sobre la posesión de armas de fuego eran los lugares con los índices más altos de crímenes cometidos mediante el uso de armas de fuego. Por ejemplo, Nueva York tiene una de las legislaciones más restrictivas en cuanto al uso de armas de fuego y sin embargo en este estado se cometen el 20% de todos los robos a mano armada de Estados Unidos". Consideremos el caso de México, país que a pesar de tener una legislación muy restrictiva respecto a la portación de armas de fuego atraviesa por graves problemas de inseguridad y comisión de delitos a mano armada. ¿La posesión de armas de fuego causa los altos índices de criminalidad, o los altos índi ces de criminalidad provocan el interés de los ciudadanos por portar armas de fuego? Kleck demuestra que los civiles están recurriendo a la posesión de armas como una medida de autodefensa en respuesta a los altos índices de criminalidad, es decir, que los altos índices causan que los ciudadanos quieran armarse, y no viceversa. De igual forma, estudios realizados por Gary Kleck demuestran que el uso de armas de fuego para repeler una agresión es 3 veces más frecuente que su uso para cometer un delito. En una encuesta realizada en Estados Unidos sobre la posesión y uso de armas de fuego, se reveló que el 46% de los encuestados poseían un arma de fuego debido a que ésta podía ser usada como medida contra el crimen". Este alto porcentaje demuestra que el interés de los ciudadanos en adquirir armas de fuego surge de la inseguridad existente. Además, como se demostró en respuestas anteriores, las armas de fuego no determinan la intención de las personas en cometer los crímenes.
¿El número de muertes violentas aumenta en un ambiente social en el cual proliferan las armas de fuego? No. En sociedades donde la posesión de armas de fuego es común, el uso de éstas es principalmente para defensa propia y prevención de delitos debido a que los criminales son más cautelosos respecto a las personas que eligen como víctimas, pues existe una mayor
posibilidad de que éstas se encuentren armadas. La prevalencia en la posesión de armas de fuego no tiene efectos notorios en la tasa de delitos, ya que las armas de fuego pueden ser sustituidas por otro tipo de armas El estudio realizado por la Universidad de Chicago sobre la prevención del delito y la portación de armas de fuego, reveló que, si los estados de la Unión Americana que prohíben la portación de armas de fuego de manera visible hubieran cambiado su legislación a una más permisiva, se habrían evitado 1570 asesinatos anualmente." En Kennesaw, Georgia, se llevó a cabo una exitosa campaña mediática relativa a la portación de armas de sus residentes. En 1982 una ley local exigía que todos sus ciudadanos tuvieran armas, lo cual contribuyó a que los índices de robo disminuyeran en un 89%. Tanto los académicos que están a favor de las armas de fuego, como aquellos que están en contra, coinciden en que las armas de fuego no son el único factor que influye en la tasa de homicidios en Estados Unidos. Incluso si no hubiera violencia a mano armada en dicho país, éste aún tendría índices de violencia mayores a Japón, Gran Bretaña y Canadá proporcionalmente.
En 1966, se implementó un programa de entrenamiento en el uso de armas de fuego en Orlando, Florida, mismo que se impartió a 60,000 mujeres. El Índice de violación en dicha ciudad fue menor en los años posteriores al programa. En el mismo período de tiempo, aumentó el índice de violación en otras ciudades de Florida". Otro ejemplo es Highland Park, Michigan, donde los programas de entrenamiento para e l uso de armas de fuego dirigidos a propietarios de negocios, dio como resultado un decremento en las estadísticas de robo a mano armada en negocios, farmacias y súper mercados. Varios investigadores dedicados al tema del control de armas de fuego han coincidido en que períodos de espera reglamentarios para adquirir armas de fuego (durante los cuales normalmente se verifica si existe alguna restricción para poder poseer un arma d e fuego o como un tiempo para prevenir actos violentos impulsivos) en combinación con cursos de entrenamiento en el uso de armas de fuego son una medida eficaz para disminuir tanto índices de violencia, como tasas de suicidio". Siguiendo dicha recomendación, países desarrollados como Australia y Canadá vinculan a la portación de arma de fuego con la educación, consistente en el conocimiento y entrenamiento sobre el uso adecuado de las armas de fueg o, reglamentando que el interesado en adquirir un arma de fuego, deberá cumplir con el requisito de llevar acabo un entrenamiento de seguridad en el uso o manejo de armas de fuego.