Seducción El flirteo (1904), Eugenio de Blaas. La proposición (1872), obra de William-Adolphe Bouguereau. La seducción es el acto de seducir, de inducir y persuadir a alguien con el fin de modificar su opinión o hacerle adoptar un determinado comportamiento según la volun tad del que seduce. Aunque suele emplearse para referirse a intentos de consegui r interacciones de tipo sexual, se emplea también en español para referirse a intent os de atraer, físicamente o a una opinión. El término puede tener una connotación positiva o negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño incluido en la acción. Etimológicamente, "seducir" proviene del latín seductio, (acción de apartar). Y según el DRAE, en su primer acepción, seducir es "engañar con arte y maña", aunque al tratarse de un término tan emocional cada aut or ha acuñado su propio término. Recientemente el escritor Arthur Love se ha referid o a la seducción como "el arte de hacer feliz a la mujer". Índice 1 2 3 4 5
Historia de la seducción Seductores famosos Estudio científico de la seducción Comunidades de seducción Referencias
Historia de la seducción Uno de los primeros autores, y estudiosos, del tema de la seducción fue Ovidio, qu ien publicó su "Ars Amandi" en el año 8 d. C., donde ofrecía consejos sobre cómo realiza r conquistas amorosas. Más tarde, obtuvieron gran popularidad las obras como "Diar io de un Seductor" de Søren Kierkegaard, o "El Arte de Amar" de Erich Fromm; en ésta el autor considera que el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo. Seductores famosos Entre los famosos seductores de la historia figuran Cleopatra, Giacomo Casanova y el ficticio Don Juan. Grandes personajes destacados en la política, el arte, la literatura, el cine y lo s negocios han sido también grandes seductores, entre ellos podemos mencionar al p intor Pablo Picasso, los escritores Lord Byron, George Bernard Shaw, Frank Harri s, el actor Valentino; el rey Francisco I de Francia, y los monarcas Carlos II y Eduardo VII de Inglaterra. El hecho de que grandes seductores destaquen en otra s áreas parece confirmar la idea mencionada por Napoleón Hill en su libro Piense y hág ase rico de que el sexo es una gran fuerza motivadora y que quien alcanza grande s posiciones de poder y riqueza lo hace motivado por su deseo de agradar al sexo opuesto.[cita requerida] El siglo XX fue el siglo de los playboys, hombres cuyo estilo de vida resultaba sumamente atractivo para las mujeres y que constituían verdaderos iconos de la sed ucción, famosos por sus romances y matrimonios con las mujeres más bellas y ricas de su época. En la categoría de playboys podemos mencionar a Ali Khan, Porfirio Rubiro sa y Francisco Pignatari.[cita requerida] Estudio científico de la seducción Tal vez el primero en presentar un trabajo sobre los mecanismos que desencadenan la seducción fue Ovidio quien entonces sostenía "Todo amante es un soldado en guerr a". Desde entonces, muchos fueron los que aportaron a esta disciplina que, con su de sarrollo, puede considerarse el estudio científico de la seducción.
Autores como Fisher (1992) han propuesto, a partir de estudios paleontológicos, et ológicos y etnológicos, una teoría del desarrollo de las relaciones amorosas que nos p ermite actualmente comprender el origen y la función de la conducta de seducción. Esta teoría comienza destacando el impacto de las presiones evolutiva, biológica y s ocial sobre el emparejamiento de los invididuos. En concreto, apunta que para as egurar y maximizar la probabilidad de transmitir la información genética de una gene ración a la siguiente es necesario que los individuos estén biológica y socialmente mo tivados, lo que se consigue a través de la puesta en marcha de dos elementos: los impulsos sexuales básicos y los vínculos afectivos primarios. En el caso del ser hum ano se tratarían de factores primitivos sobre los cuales han actuado las constricc iones sociales y culturales. En concreto, se ha puesto de manifiesto que a medid a que nos acercamos a la especie humana aspectos como las manifestaciones sexual es y la duración y expresión del vínculo afectivo son regulados por normas sociocultur ales concretas (dando lugar incluso a conductas que parecen específicas de nuestra especie como es la represión de la sexualidad). Debido a que estos impulsos sexuales y vínculos primarios son desencadenados por d eterminados estímulos, las conductas de cortejo o seducción intentan activarlos con la finalidad de atraer física y sexualmente a parejas potenciales (Burgos, 2010; r eferenciado de Buss, 2004). En los seres humanos, las pautas de seducción entre am bos tienen un fuerte impacto sobre el atractivo físico sentido hacia la otra perso na. Estas pautas, según los etólogos, podrían ser comportamientos evolucionados a part ir del ritual de elección de pareja o cortejo de atracción típico de los mamíferos. Diversos aspectos parecen influir en la disposición a iniciar o no las pautas de s educción hacia alguien que nos atrae físicamente. Estos elementos son la existencia de 1) incertidumbre sobre la reciprocidad de la atracción (ya que en caso de que sea obvia no habrá seducción, sino interacción íntima directa; en caso de que sea inexis tente, se ahorrarán esfuerzos y decepciones) 2) sospechas positivas sobre dicha reciprocidad (ya sea por la percepción de d eterminados signos en dichas personas o por comentarios de otros) 3) confianza en las propias habilidades de seducción. Las pautas de seducción que conducen al enamoramiento (Yela Garcia, Carlos 2000) b uscan en general: aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compa rtir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propi o teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centr an en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), c aracterísticas personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y s e llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.(Yela Garcia, Carlos, 2000) La seducción puede considerarse el arte de enloquecer a una persona, siendo que el amor romántico se considera una suave locura ((Ross, Martín, 2013). En este sentido , se propone estudiar las diferencias entre la envidia y la admiración, pues ambos sentimientos conllevan a una pasajera alteración en la forma de percibir al otro. El Amor Romántico vendría a ser una de las formas de la admiración, y la seducción la m anera de desencadenarlo. (Ross, Martín, 2013). Uno de los mecanismos más conocidos es el llamado "Juego indirecto", (Mystery, 200 7), donde el hombre no muestra su interés de forma evidente, esperando a que ellas den el primer paso, una vez que el hombre haya generado atracción y valor. Comunidades de seducción
A partir de los años 90 se forman comunidades de seducción mediante Internet donde g rupos de hombres, que se hacen llamar artistas del ligue, comparten técnicas para seducir mujeres. Los orígenes de la comunidad de la seducción se remontan a Ross Jef fries, quien promueve una colección de técnicas de programación neuro-lingüística (PNL) ll amadas seducción de velocidad (speed seduction en inglés).Esta comunidad se populari zó en todo el mundo a partir de la publicación del best-seller The Game: Penetrating the Secret Society of Pickup Artists, (traducido con el título El Método (The Game) en castellano) escrito por Neil Strauss. En esta novela autobiográfica, el autor narra su propia transformación de "típico tío frustrado" (TTF, Average Frustrated Chum p en inglés) a instructor de seducción. A partir de Mystery, las comun un amplio desarrollo, considerándose uno de los líder es mundiales de este movimiento.