1
HOMERO ALSINA THEVENET
SEGUNDA ENCICLOPEDIA DE DATOS INUTILES
EDICIONES DE LA FLOR
Diseño de tapa: Gustavo Valdes Composición: La Galera © 1987 by Ediciones de la Flor, S.R.L. Anchoris 27, 1280 Buenos Aires Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723 Impreso en Argentina Printed in Argentina
ISBN 950-515-530-1 Edición digital: Sargont (2017)
De la contratapa Este libro recopila datos de indiscutible inutilidad inutilidad agrupados en ru bros tales como “Vidas torcidas ”, “Gente muy especial” o “El sexo al alcance de todos” y es una continuación de Una enciclopedia de datos inútiles del mismo autor. Quienes leyeron esa primera Enciclopedia, Enciclopedia, best-seller sorpresivo, recientemente reeditado, reeditado, ya saben de qué se trata. Los (pocos) que no, encontrarán en estos juicios merecidos por el tomo anterior, algunos datos -útiles- para decidir su compra. * El tono es el de un humorismo que busca en todos los campos de la actividad y del saber la posibilidad de la paradoja, esa forma peculiar de la contradicción alojada, a veces, en la entraña misma de la vida real (Martín Alberto Noel en La Nación). Nación). * Esta Enciclopedia (...) se asemeja mucho a un juego entablado entre autor y lector, donde éste descubre a cada momento que las cosas que él creía saber no eran como él creía, o que las cosas que ignoraba se articulan inesperadamente con las otras, con las que sabía o las que creía saber (Leonardo Mole- do en Clarín). * Las notas, eruditas y redactadas con un sutil sentido del humor, nos acercan a una serie de datos tan “inútiles ” como interesantes y divertidos (...) El resultado es un libro encantador, que se lee vorazmente (Carlos Páez de la Torre en La Gaceta Gaceta de Tucumán). * Inteligencia, obsesividad e ironía dan sazón y razón a estas páginas (Guillermo (Guillermo Saavedra en La Razón). * Aunque hace gala en sus páginas de un estilo seco, objetivo, desprovisto de floreos, en este libro aparece explícita e implícitamente implícitamente una visión del mundo muy particular (Elvio Gandolfo en La Razón de Montevideo). * Con un solo volumen de plácida y engañosa portada le alcanza para destruir muchos mitos, enmendar errores errores y de paso ofrecer una lectura que es también un placer (Rosalía Am Basul en La Cooperación Libre).
4
SUMARIO Marie Stopes Abraham y Hannah Stone Alfred C. Kinsey Masters & Johnson Alexander Comfort Shere Hite Helen Singer Kaplan
AGRADECIMIENTOS I - GENTE MUY ESPECIAL Vigilantes Humano Economía Astiz Información Clarividentes Minuto fatal De príncipes y mendigos Compenetrados Doble faz Chambones Estratega Técnicos Legalistas Periodista al paso Testimonio Representativos Consagraciones Saludos Demasiados maridos Servicio Comunistas de la Biblia
III - HISTORIA EN LETRA CHICA Sport Rebelde Rotaciones Efímero Juegos Misiones y resistencias Reformista Gran insecto Precursor De la jirafa hacia abajo Boomerang Reacción en cadena Un-American Errantes Epónimos La locura oficial Petróleo y derivados Racistas Informantes Computerismo
II - EL SEXO AL ALCANCE DE TODOS Richard von Krafft-Ebbing Sigmund Freud Havelock Ellis T. H. Van de Velde
5
Charles Manson Herman Melville Margaret Mitchell Jesse Owens Thomas Paine Ezra Pound Francis Gary Powers Wilhelm Reich Arthur Rimbaud Ibn’Saud Jean Seberg Orllie-Antoine de Tounens Pancho Villa
IV - POSTDATAS A DOS SIGLOS La Revolución Francesa la fotografía el Manifiesto Comunista la máquina de escribir el teléfono el esperanto la silla eléctrica el robo de la Mona Lisa el Titanic la gripe española el aborto la televisión la Línea Maginot los juicios de Núremberg Perón contra Borges y otras discusiones el Apartheid
VI - VIEJAS Y NUEVAS PALABRAS Los chicos Colonización Elemental, Watson Mecánicos Premios y nombres Embrollo Urgencias Extranjerizantes Intimidades Plumas ajenas Perverso Posturas Militantes Parientes pobres Agresivos Heil Cartuchos Espontáneos Animal político
V - VIDAS TORCIDAS Spiro Agnew Svetlana Aliluieva George Downing Alfred Dreyfus Frances Farmer Fania Fenclon Joseph Fouche Helmut Gernsheim Sanjay Gandhi Mata Hari Jim Jones William Joyce Ivar Kreuger Henri-Desiré Landru
6
Arreglito Pared ajena Concentración Falsedades Libros perversos Minoristas Sabios Lecturas Carrera Misión imposible Feedback Lanzamiento TV Scandal Músicos en la mala El cine en píldoras
VII - ARTES, LETRAS & CIA. Un clásico Poción mágica Nacionalista Anónimos Superstar Chutzpah Traducciones Despiste Rebajita Principistas Aventura en el teatro Encantados Profanos
7
A Judith, Mireya y Eva, Tan pacientes.
AGRADECIMIENTOS Muchas personas colaboraron con el autor en la preparación de este libro. Obtuvieron recortes periodísticos, prestaron otros libros, sugirieron ideas, verificaron datos, revisaron borradores, cuestionaron la ortografía de nombres rusos, propusieron tachar algunos fragmentos deleznables. En todos los casos fueron inocentes del destino final de sus aportes, pero es correcto agradecer en el caso las generosas ayudas prestadas por Jorge Abbondanza, Gabriel Buonomo, Gerardo Fernández, María Esther Gilio, Carlos Ma. Gutiérrez, Adriana Llano, Jorge Mara, Tomás Eloy Martínez, Héctor Molinari, Inés Pardal, Marcela Pimentel, Julia Pomiés, Mabel y Jorge Prelorán, Analía Roffo, Eva Ma. Salvo, Claudia Selser, Carlos Troncone y Héctor Yánover. También corresponde subrayar que sin la revisión final del editor Daniel Divinsky el libro sería todavía peor.
8
I
GENTE MUY ESPECIAL
VIGILANTES El diario El Popular ha sido en Montevideo, durante mucho tiempo, el portavoz reconocido del Partido Comunista del Uruguay. Tanto el diario como la agrupación tienen clara existencia legal. Con fecha 23.1.87 el diario publicó un pequeño suelto: “Solicitamos a quien corresponda que se solucione el problema del teléfono de El Popular. El pasado martes no pudimos hablar con la sede central del Partido Comunista porque siempre daba con Jefatura de Policía”.
HUMANO El último grito en materia de educación sexual fue lanzado a mediados de 1987 por los Laboratorios König S.A. de Buenos Aires. Se trata de Singestar, “el anticonceptivo más humano para perras y gatas ” y ha sido publicitado como “el más inocuo”, porque “ previene, retarda o anula el celo”. El anuncio fue lanzado al periodismo justamente entre las protestas del episcopado argentino por la educación sexual a los adolescentes. Pero su alcance es restringido, porque de acuerdo a lo publicado en el suplemento dominical de La Nación (16.8.87) se trata de un “aviso no apto para perras y gatas menores de edad ”. Las perras y gatas mayores de edad pueden leerlo sin ningún problema.
ECONOMÍA La señora Petrona C. de Gandulfo tuvo siempre un éxito enorme con un volumen titulado El libro de Doña Petrona, que ha sido durante décadas un valioso auxiliar para las amas de casa, no sólo en Argentina sino en otros países cercanos. La última edición, hasta reciente noticia, llevaba el N9 77 y había sido publicada en 1986. Era el fruto de un perfeccionamiento constante, que comienza con la acumulación de un
10
millar de recetas de cocina y prosigue con los más variados consejos para el hogar. El perfeccionamiento tiene sus desventajas, porque reduce por ejemplo el valor singular de la edición N9 59, que fue publicada en 1966 y que ya debe ser inconseguible. Entre sus bondades se contaba el inventario de útiles de cocina necesarios (más de cien), las instrucciones para lavar y planchar ropa de hombre, los menús para la “nueva ola” (sic) y ciertas recetas de comida dietética para quienes desearan adelgazar. El temario incluía también algunas detalladas indicaciones para la colocación de cubiertos, platos y vasos en la mesa, donde en ningún caso deben dejarse las botellas de vino, pero donde “es conveniente colocar en el centro unas flores, que al mismo tiempo que ale gran el ambiente estimulan el apetito”.
La mejor parte de la edición N9 59 contenía indicaciones para organizar la casa y aprovechar energías, agregando con lógica impecable que “el secreto para ganar tiempo es aprovechar el minuto ”. A ese respecto Doña Petrona incluía tres ejemplos nítidos: —” Mientras se remojan las servilletas y mantelitos, se puede hablar por teléfono o se contestará una carta ”; —” Mientras se seca el barniz de las uñas podemos leer algo de lo bueno e interesante que se publica ”; — Si se pone agua a hervir no es necesario esperar parada a su lado, pues con ello no se adelanta nada ”.
ASTIZ En marzo de 1968 el teniente William Calley (26 años) al frente de un pelotón norteamericano, irrumpió en la aldea survietnamita de My Lai, masacrando a 109 civiles indefensos, como parte de la restauración democrática en Vietnam. En octubre de 1969 el periodista Seymour M. Hersh recibió el dato de que el Ejército comenzaría un juicio militar contra Calley, cuestionando su conducta en la guerra. La investigación de Hersh culminó en una nota que luego difundió el Dispatch News Service a través de una cadena de 36 periódicos. En 1970 Hersh recibió un Premio Pulitzer por ese servicio informativo.
11
En 1971 Calley fue hallado culpable del asesinato premeditado de 102 (sic) civiles asiáticos y fue condenado a prisión perpetua. En 1972 la condena se redujo a diez años. En 1974 Calley quedó libre y volvió a la vida civil.
INFORMACION Marat-Sade fue el nombre abreviado de una pieza teatral de Peter
Weiss, ambientada en la Revolución Francesa. En 1964, cuando se la representó por primera vez en Estados Unidos, el semanario New Yorker publicó en sus páginas un cartoon alusivo. Aunque lo habitual era que el semanario utilizara un solo cuadro para sus bromas, esa vez puso dos. En el primero, un posible espectador está frente a la taquilla del teatro y pregunta al encargado: “¿Le quedarán a usted dos plateas para Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, tal como fuera representado por los internados del asilo de Charenton, bajo la dirección del Marqués de Sade?
En el segundo cuadro, ese encargado gira la cabeza y pregunta a su asistente: “Oye, Joe, ¿nos quedan dos plateas para Persecución y ase sinato de Jean Paul Marat, tal como fuera representado por los internados del asilo de Charenton, bajo la dirección del Marqués de Sade?”.
CLARIVIDENTES A las computadoras se les han confiado tareas de suma responsabilidad, incluyendo el recorrido de muy costosos vehículos espaciales, pero pocos de esos trabajos han sido tan arriesgados como el de elegir parejas humanas, juntando a un señor y a una señorita que antes no se conocían entre sí pero que aportaban sus datos personales. Ese curioso objetivo, cuyas raíces literarias retroceden a La Celestina de Femando de Rojas (siglo XVI), fue puesto en práctica por un animador de la TV
12
norteamericana, llamado Art Linkletter. Tras la evolución de la computadora a lo largo del siglo, en la postguerra se inventó algo realmente eficaz, uno de cuyos modelos fue la Univac (por Universal Automatic Calculator), creada en 1951. En su programa People Are Funny, que se trasmitió por la NBC entre 1954 y 1961, Linkletter instaló la Univac I, a la que alimentaba con datos de diversos candidatos y candidatas. La máquina tomaba a su cargo la misteriosa tarea de saber cuáles de ellos podrían congeniar mejor en el futuro. Los primeros elegidos fueron Shirley Sanders y Ro ben Kardell, ambos de 26 años, que nunca se habían visto las caras pero que se casaron en la Primera Iglesia Presbiteriana de Hollywood, en octubre de 1958. Después salieron a una luna de miel en Honolulú, con gastos pagados por los anunciantes del programa. Y después no se supo más nada sobre ellos, lo cual debe ser un motivo de orgullo para las computadoras en general.
MINUTO FATAL Pierre Mendés-France (1907-1982) terminó por ser un político francés muy importante, que llegó al cargo de Primer Ministro (1954) y realizó importantes gestiones para obtener la paz en Indochina. Tam bién tuvo acuerdos y diferencias con el general Charles De Gaulle, en la parte más larga y complicada de su carrera política. Pero estuvo al borde de no llegar a nada de todo ello, primero porque era judío y des pués porque la vida política francesa también fue larga y complicada. En junio 1940, cuando Francia caía ante el invasor nazi, el diputado Mendés-France y varios colegas llegaron hasta Bordeaux, en el sur del país, y luego embarcaron en el buque Massilia, con destino a Marruecos. Este viaje fue visto por algunos de ellos como una forma de continuar la guerra contra los nazis, emergiendo de un país derrotado. Pero los franceses del gobierno de Pétain en Vichy entendieron el viaje del Massilia como una forma de fuga, de deserción y de traición. Tras la llegada a Marruecos, varios de los viajeros fueron arrestados y devueltos a Francia, donde terminaron juzgados por un tribunal militar en la
13
ciudad de Clermont-Ferrand, cerca de Vichy. Allí Mendés- France tro pezó con un fiscal y un juez que no sólo eran afectos al nuevo orden del gobierno Pétain sino que se explayaban oportunamente como antisemitas, dato que les era conveniente en ese momento histórico. Con mucha suerte, Mendés-France pudo decir unas palabras previas al tri bunal: “Mi coronel. Caballeros. Soy judío y soy masón, pero no soy un desertor. Ahora, comencemos el juicio ”.
Los fallos del tribunal resultaron muy severos y algunos de esos hombres fueron condenados a muerte. Con mejor fortuna, MendésFrance fue condenado solamente a seis años de prisión, en un juicio que parecía torcido desde el comienzo por la hostilidad del público en la sala. Se habían concedido trescientas entradas que distribuyó la fiscalía, mientras sólo se otorgaron seis a las defensas de Mendés-France y los otros acusados. Justa o injusta, la condena fue aplicada y MendésFrance comenzó su período de cárcel a fines de 1940. Dos años después sus amigos le organizaron una posible fuga. Esto fue narrado años más tarde por él mismo, en un reportaje filmado que concedió a Marcel Ophuls para la película documental Le chagrín et la pitié (1969), que describe algunos dramas de la Francia ocupada: “Debo decir que no soy un gran deportista, pero me preparé para
esa prueba durante meses, realizando una cantidad de ejercicios físicos. Así que ahí llegué yo, a la parte superior de la pared. Tenía que saltar hacia abajo. Aquello era muy alto y también muy arriesgado, pero después estaría libre. Justamente cuando iba a saltar — sobre una avenida bordeada por árboles — escuché ruidos inesperados, voces, y procuré distinguir figuras en la penumbra. Había una pareja debajo de un árbol. Cabe imaginar de qué estaban hablando. El tenía una idea muy definida sobre lo que debían hacer. Ella no se decidía por una conducta u otra. Eso llevó mucho tiempo. Finalmente, ella dijo que sí: me pareció que su resistencia había sido casi interminable. Entonces se fueron y yo salté al suelo. Y juro que en aquel momento fui más feliz que
14
nunca. Me gustaría encontrar alguna vez a aquellos dos. Me gustaría contarles lo que yo padecí junto a ellos aquella noche... ” Fue así como Mendés-France huyó, se unió a De Gaulle y con el tiempo llegó a ser Primer Ministro de Francia. Su relato de 1969 no dice que en 1958 Marcello Mastroianni atravesó una situación parecida en la comedia Los desconocidos de siempre (I soliti ignoti). Se arrastra con disimulo sobre una claraboya, debe llegar al sitio del proyectado robo y queda paralizado, porque no quiere mover su propia sombra so bre una pareja que conversa largamente abajo y que todavía no ha decidido que sí o que no.
DE PRINCIPES Y MENDIGOS El “matrimonio morganàtico”, también llamado “matrimonio de la mano izquierda”, no debe ese extraño nombre a ninguno de los famosos Morgan que en el mundo han sido, ni tampoco al hada Morgana o Fata Morgana de la literatura medieval. Lo debe a una deformación latina de antiguas palabras alemanas. En la Edad Media, cuando había más nobles y más plebeyos que hoy, podía ocurrir que las bodas cruzaran sangres azules y sangres rojas. Un príncipe llegaba a casarse con una campesina o, con menos frecuencia, una princesa se casaba con un hombre sin linaje adecuado pero de buenas costumbres. Esos matrimonios cruzados eran admisibles y perfectamente legítimos, pero suponían la posibilidad de generar hijos que después reclamaran títulos, tierras y coronas. Para evitar ese alarmante riesgo, la sociedad dejaba constancia previa de que el matrimonio era “morganàtico” y de que no engendraba tales derechos hereditarios. Con buenos modales, la especificación era ya una forma moderada de la lucha de clases. Para compensar esa humillación inicial, la costumbre quiso también que el príncipe en cuestión hiciera a la plebeya en cuestión un regalo a la mañana siguiente de la boda. En alemán, ése era literalmente un “Morgen Gabe”, un regalo matutino, y de allí terminó por salir el adjetivo “morganàtico”. En la boda misma, y como símbolo de una vincu-
15
lación que ya era especial desde su comienzo, la tradición quiso tam bién que los novios sellaran el pacto con la mano izquierda y no con la derecha. Entre los famosos matrimonios morganáticos de la historia, uno estuvo a punto de ocurrir en Gran Bretaña (1936), cuando el rey Eduardo VIII arriesgó su trono, después de once meses, para casarse con Mrs. Wallis Simpson, que no sólo no era noble sino que se había divorciado dos veces. Pero en rigor no ocurrió, porque Eduardo VIII abdicó antes de la boda, se convirtió en el Duque de Windsor y mantuvo con su esposa una relación muy estable durante casi medio siglo, aunque no tuvieron hijos. En la corte británica no se consideraba de buen tono hablar de esa situación ni de la pareja, que pasó a vivir en Francia y en las Bahamas. En rigor, ése fue un “matrimonio por izquierda ”, como se dice plebeyamente hoy.
COMPENETRADOS Se llama hermanos mellizos o gemelos a quienes nacieron un mismo día de una misma madre (y seguramente de un mismo padre). Curiosamente, ambas palabras distintas tienen una misma raíz, del latín gemellicius. Puede ocurrir que tales hermanos sean idénticos en su apariencia, incluso si son de sexos distintos, pero eso solamente ocurre en una parte de los casos. En todo ello no hay mucho misterio, como ha llegado a explicarlo la biología al estudiar los procesos de la fecundación. Los misterios comienzan después. En algunos estudios de este siglo se ha analizado el abundante caso de hermanos mellizos que fueron separados en su infancia y que vivieron en ciudades distintas, a veces sin escribirse. Los estudios demostraron que con gran frecuencia esos hermanos terminan por hacer elecciones similares y llevar vidas parecidas. Se deciden por mujeres de cierto tipo físico, o por iguales casas, profesiones o animales domésticos. El punto ha despertado gran interés científico, porque probaría que la herencia decide normas vitales que antes se atribuían a la educación o al medio ambiente. El fenómeno se acerca más a Darwin que a Freud. En un estudio realizado por la Universidad de Minnesota (donde hay un centro para la investigación de
16
la adopción) se realizaron pruebas con 348 pares de mellizos, donde cada sujeto terminó por contestar cerca de quince mil preguntas. Las conclusiones fueron que un cincuenta por ciento de la conducta humana está determinada por inclinaciones impresas ya en su nacimiento. Uno de los investigadores apuntó que los padres pueden conseguir que un niño nacido tímido sea menos tímido, pero no podrán convertirlo en un valiente. De igual manera, cabe inferir que las personalidades im portantes de la historia (guerreros, criminales, artistas, santos o traidores) nacieron ya con una predeterminación, luego retocada sólo parcialmente por las circunstancias de sitio y época. Entre los ejemplos estudiados por el equipo de la Universidad de Minnesota (según nota en Time, 12.1.87) se destaca el de los hermanos Jim Lewis y Jim Springer, que fueron separados cuatro semanas des pués de su nacimiento (1940), vivieron a muchas millas de distancia y se reencontraron cuando tenían 39 años. Comprobaron que ambos tenían un auto Chevrolet azul, que ambos fumaban cigarrillos Salem, que ambos se comían las uñas y que ambos tenían perros a los que pusieron el nombre de Toy. También solían pasar sus vacaciones en la misma playa de Florida, aunque no al mismo tiempo. Después ambos lograron la misma notoriedad en Minnesota y ambos figuraron en la misma nota de Time. Entre los mellizos famosos de la leyenda cabe destacar a Rómulo y Remo, que habrían fundado Roma, ocho siglos antes de la era cristiana. Pero todo lo relativo a ellos (desde ser hijos de Marte a ser criados por una loba) está más cerca de la mitología que de la realidad comproba ble. Mucho más auténticos fueron los mellizos Chang y Eng Bunker, nacidos en 1811. Sus cuerpos estaban unidos por unos diez centímetros, a la altura del esternón, y como la cirugía de la época no supo separarlos, Chang y Eng vivieron condenados a verse siempre las caras. Pero no sólo salieron adelante con su predicamento sino que se casaron respectivamente con Adelaide Yates y Sarah Yates, dos hermanas de North Carolina. Los cuatro compartieron un amplio lecho conyugal y en el conjunto llegaron a tener 21 hijos (o sobrinos), mediante complicadas operaciones que la historia no registra. Por otra
17
parte, llegaron a ser terratenientes y a poseer 33 esclavos. Murieron a los 63 años, presumiblemente juntos. En el siglo inmediato, la cirugía avanzó lo suficiente como para se parar de inmediato a otros mellizos nacidos con cuerpo parcialmente compartido, aunque desde luego no todas esas operaciones quirúrgicas tuvieron éxito. La fama de Chang y Eng Bunker incluyó asimismo una curiosidad adicional. Aunque eran hijos de padres chinos, habían nacido en Siam (hoy Thailandia) y así se comenzó a llamar siameses a aquellos gemelos nacidos con tan estrecha unión. Pocos de ellos consiguen a dos hermanas bien dispuestas.
DOBLE FAZ Un reconocido delincuente fue co-fundador y primer director de la Sûreté Nationale, dependencia mayor de la policía francesa. Su eficaz filosofía era que hace falta un criminal para conocer la mentalidad y los procedimientos de otro criminal. La tesis convenció al gobierno de Napoleón, creándose un destacamento de investigaciones que prosiguió hasta el presente. El protagonista de esa curiosa historia fue François Eugène Vidocq (1775-1857), quien comenzó por tener una juventud aventurera, cometiendo pequeños y reiterados delitos. A los quince años estaba en el ejército francés, durante la época revolucionaria. A los 18 se había casado, pero su mujer lo engañó con un militar, tras lo cual Vidocq arrasó con esposa y amante. Desertó del ejército, se pasó a las filas del enemigo austríaco, volvió a desertar de allí, fue apresado por los franceses. Tres veces consiguió fugar de la cárcel y tres veces fue recapturado, con lo cual terminó por ser condenado a servir como galeote en un barco. A esa altura pidió una entrevista con M. Henry, uno de los jerarcas policiales de París, y le formuló una oferta. Si le permitían cumplir su condena en una cárcel común, sería informante de la policía. En los años previos y en diversos episodios, Vidocq había sabido disfrazarse (hasta de monja) para huir o para evitar su captura. Su oferta culminante fue disfrazarse de preso, y era una buena oferta. La eficacia
18
de Vidocq, durante los dos años inmediatos, fue reconocida por la policía, que finalmente le fabricó una fuga para utilizar sus servicios en el exterior de la cárcel. La segunda vida del ex-delincuente comenzó con la creación de una brigada de investigación, que en 1812 pasó a llamarse Sûreté Nationale. Era inmensa la cantidad de delitos en Francia durante las guerras (en 1812 se produjo la derrota de Napoleón en Rusia) y Vidocq se dedicó a contratar a ex-convictos como informantes y como detectives. Pronto tuvo un abundante fichero donde registraba a los delincuentes con sus diversas modalidades. Se mantuvo en su puesto en gobiernos sucesivos, hasta que en 1827 se hartó de ser funcionario y renunció para iniciar una fábrica de papeles y cartones, donde también empleó a ex-convictos. La empresa fracasó, Vidocq volvió a ser policía bajo el reinado de Luis Felipe y en 1832 fue imprevistamente arrestado, como organizador de un robo, pero quedó en libertad y sin empleo. En 1833 Vidocq fundó la primera agencia de detectives privados que se haya registrado en la historia, pero el gobierno se la cerró poco después. Se ignoran sus medios de vida en los restantes veinte años, hasta su muerte en la pobreza, pero se sabe que fue amigo de varios escritores franceses de la época, como Victor Hugo, Balzac, Alexandre Dumas y Eugène Sue, a quienes debió narrar anécdotas para sus nutridas novelas. Con su nombre se han publicado libros titulados Mémoires de Vidocq (1829), Les voleurs (1837), Les vrais mystères de Paris (1844), y Les chauffeurs du Nord (1846), pero hay dudas de que los textos sean suyos, porque era un gran mentiroso.
CHAMBONES Quien nunca haya visto un gliptodonte debe saber que este animal antediluviano tenía un cuerpo cercano a un metro y medio, protegido por una capa superior rígida, en el mismo estilo de las tortugas. A esa defensa agregaba una cola dura y puntiaguda, que podía ser un arma mortal. Se alimentaba sin muchas exigencias, con muy variados elementos de la fauna y de la flora. Eso puede explicar que la especie se haya prolongado en América del Sur y del Norte a través de mucho
19
tiempo, desde hace 2.500.000 años hasta el presumible año 10.000 antes de Cristo. Estos datos enciclopédicos, rastreados por los arqueólogos, siempre necesitan confirmación o retoque, por lo que todo resto de gliptodonte es naturalmente un tesoro a conservar y analizar. A comienzos de 1987 y en la localidad de San Carlos Norte, a unos 50 kilómetros de Santa Fe, alguien halló los presumibles restos de un gliptodonte. Los asesores del Museo Histórico de la Colonia San Carlos iniciaron así sus trabajos de excavación y estudio. Pero debieron interrumpirlos, porque otro equipo radicado en la zona misma del hallazgo reclamó el privilegio de continuar esa tarea, aduciendo razones que cabe llamar nacionalistas. Y efectivamente el equipo local se hizo cargo de reunir los restos del gliptodonte. Pero como los nuevos exploradores carecían de la preparación científica adecuada, “extrajeron los huesos y los volcaron en bolsas plásticas sin orden ni cuidado, tanto que la identificación se hace ahora casi imposible y los restos prácticamente se han desintegrado”. Así lo expresó La Nación, con fecha 15.2.87, transcribiendo una información llegada de Santa Fe. Una semana después el mismo diario publicó un breve editorial al respecto, objetando la consecuencia de “largas décadas de populismo” y de “un falso sentido de pertenencia lugareña”. El editorial se titula “El gliptodonte perdido ” y debería figurar en circulares, por lo menos en la provincia de Santa Fe.
ESTRATEGA Carlos Marx era un competente jugador de ajedrez, dato histórico muy satisfactorio para similares vocacionales modernos en la Unión Soviética y en varios países socialistas de Europa oriental, donde es enorme la proporción de campeones y grandes maestros, aunque eso también incluye su porción de disidentes y de exiliados. Del estilo ajedrecístico de Marx se sabía sin embargo muy poco, hasta que el eminente Miguel Najdorf rescató la única partida de Marx que quedó documentada y la publicó en su columna semanal de Clarín (marzo
20
1987). Su rival es un señor Meier, de quien Najdorf no tiene otras noticias, agregando que se ignoran también la fecha y el sitio del encuentro. La partida comienza con un ortodoxo P4R, pero de inmediato plantea con audacia un gambito de rey. A la quinta jugada Marx ha entregado un caballo, pero en cambio obtiene una importante ventaja de posición y emprende un ataque demoledor, que continúa hasta el final. A las 28 jugadas, obligado a elegir entre la pérdida de la dama o un jaque mate en dos jugadas, el antimarxista Meier abandona, con toda razón. A Marx se le ha atribuido y también discutido una vasta sapiencia en temas sociales, políticos y económicos. Para redondear su retrato, Najdorf le atribuye un claro dominio del llamado gambito Muzio, que condujo a que Meier entregara su reino por un caballo.
TECNICOS A fines de 1982 el Partido Socialista Obrero Español, encabezado por Felipe González, ganó las elecciones nacionales con el 46 por ciento de los votos. De inmediato González anunció la devaluación de la peseta (un 8 por ciento) y la designación de un comité de técnicos y asesores para evaluar y replantear la siempre crítica economía española. Este último dato pareció alarmante a algunos observadores, que conocen hasta el exceso los discursos de los técnicos y los especialistas, no sólo en economía sino también en política y deporte. En el diario El País (Madrid, 11.12.82), el escritor Agustín García Calvo formuló algunas “amonestaciones” a los nuevos técnicos y economistas que ingresarían al gobierno. Les pedía, entre otras cosas: “Que no reestructuren los cuadros del dispositivo de concen-
tración gradual de la financiación de los servicios técnicos paraestatales.
21
“Que no se establezca una normativa general que rija los con-
venios entre asociaciones empresariales y agrupaciones laborales para la fijación de los niveles óptimos de oscilación entre precio de la mercancía y retribuciones salariales. “Que no anden tampoco elaborando un plan de devaluaciones y reevaluaciones cíclicas para la consecución de un nivel suficiente de estabilidad en la relación entre la función intraestatal de la moneda y su validación en la transacción internacional. “Que no anden tampoco contemplando medidas para la disminución global de las tasas de desgravación que afectan a la entidad privada con vistas a hacer revertir el excedente resultante sobre los fondos de apoyo a la industria nacionalizada y seminacionalizada”. Pero ni siquiera los técnicos supieron atravesar la parodia escrita por García Calvo, con lo cual siguieron proyectando las mismas cosas que antes.
LEGALISTAS En una reseña de acontecimientos norteamericanos de dos siglos, el libro People's Almanac (por David Wallechinsky e Irving Wallace, 1975) incluye un episodio policial de febrero 1974: “Paul Castellano y tres socios comerciales descubrieron que en
sus oficinas se había instalado un sistema de escucha telefónica y una cámara secreta de televisión. Cuando los agentes del FBI, irritados por haber sido descubiertos, se enteraron de que el sistema fue cortado y de que la cámara fue destruida, arrestaron a los cuatro hombres bajo el cargo de conspiración y de robo de propiedad gubernamental”.
PERIODISTA AL PASO — ¿Cuál es su rama de actividad?
22
— Yo y mis compañeros ejercemos nuestra labor en la cadena
informativa argentina que concilia las necesidades de la prensa escrita, de la prensa oral (o radio) y de la televisión, todas ellas siempre presentes junto al pueblo. — ¿Qué finalidad tiene esa tarea? — Recepcionar el caudaloso aporte de la realidad cotidiana y
mantener vigente el conocimiento del pueblo argentino sobre el diario acontecer, que está siempre preñado de acontecimientos. — ¿Dónde se ejerce esa labor? — En los epicentros del poder, que son la tradicional Plaza de
Mayo y la Plaza del Honorable Congreso de la Nación, también llamada, con toda justicia, Plaza de los Dos Congresos. — ¿Son suficientes esos sitios? — No siempre, porque en el país también asoman otros focos
de disenso. Cuando se producen episodios castrenses que son de público conocimiento, los epicentros de la actividad se trasladan con frecuencia a Campo de Mayo, en las cercanías del perímetro urbano, o también a la Provincia de Córdoba, que ha sido tradicional origen de otras perturbaciones que gravitaron en el decurso de la historia patria. Nos es más difícil, por motivos de público conocimiento, establecer contactos valiosos con las tro pas aerotransportadas. — ¿Encuentra colaboración en esos sitios para su tarea in formativa! — Ante todo, procuramos irradiar las evaluaciones de los se-
ñores comandantes en jefe, que siguen la cadena de mandos naturales. Pero, además de contactamos con la cúpula militar, tam bién descansamos en el invalorable aporte de los voceros habituales de las distintas instituciones y unidades, así como en fuentes de extrema seriedad que pidieron no ser identificadas. — ¿Es fácil llegar a esas fuentes? — En el decurso de los frecuentes episodios castrenses trope-
zamos con algunos carriles de indefinición. No olvidemos que se trata de ciertos anómalos movimientos tendientes a provocar una profunda conmoción que pueda derivar a desconocer claras
23
disposiciones legales. Pero aun en ese caso, nuestros equipos poseen especialistas abocados a un chequeo de la información con líderes políticos, sindicales, empresarios, intelectuales, diplomáticos y con personalidades de la jerarquía eclesiástica. A veces caminamos sobre el borde de la comisa del tiempo. — ¿No encuentra resistencias en fuentes militares? — No suele haberlas con quienes cumplen con su
juramentada fidelidad a la azul y blanca. Pero alguna vez debimos recordar a nuestros informantes el indiscutible derecho popular y democrático a enterarse de los acontecimientos que son ya de dominio público. En ese excepcional evento debimos citar al comandante en jefe, quien había expresado en forma pública, clara e indubitable que “el Ejército argentino ha contribuido con su sacrificio para el logro de la plenitud de la vigencia del estado de derecho que vive el país ”. — ¿Consigue conocer así la verdad de los hechos? — Sí, por lo menos en aquellos integrantes de la rama Ejército
que han asumido un compromiso sin titubeos con la defensa del orden constitucional. Son el respaldo legítimo a un estado democrático, duramente conseguido con el sacrificio de todos. — ¿Y los otros? — Esos otros han sido dados de baja por haber incumplido las
nítidas, claras y transparentes órdenes emanadas de las más altas autoridades ejecutivas y judiciales de la Nación. Han elegido la vergonzante fuga o, en su defecto, permanecen arrestados en las dependencias o acantonamientos donde ejercían indebidamente su mando, antes de ser trasladados a otras instancias de su inminente proceso, que es resultado ineluctable de su írrita conducta. Quedan así fuera del alcance de esta red informativa, aunque siempre seguimos y seguiremos en contacto con nuestros lectores y oyentes, para que adquieran un cabal conocimiento del acontecer nacional, así como de otros palpitantes acontecimientos de la jornada.
24
TESTIMONIO El director y escritor inglés John McGrath desarrolló una abundante carrera en la radio, la televisión, el teatro y el cine de Gran Bretaña, aunque ha sido escasa su fama fuera de fronteras. Uno de sus reiterados empeños, ha sido fijar con precisión las circunstancias circunstancias sociales, políticas y económicas de sus personajes. Eso parece estar especialmente claro en su última última película Blood Red Roses Roses (1986), que escribió y dirigió. Entre las dedicaciones mayores de McGrath figura una compañía teatral que se denomina 7:84. Estas cifras no corresponden a una fecha, a una dirección ni a un teléfono. Derivan de una estadística oficial inglesa, según la cual el siete por ciento de la población británica es el dueño del 84 por ciento de la riqueza nacional. El dato aflige a McGrath y sus colaboradores. Por eso lo pusieron en el nombre del grupo teatral, sabiendo que la gente pregunta.
REPRESENTATIVOS A pesar de una difundida creencia, el Comité Parlamentario de Actividades Anti-Americanas, integrado por diputados o representantes, existió mucho antes de que el senador Joe McCarthy hiciera sus primeros pronunciamientos públicos contra la infiltración comunista (1950). En cuanto a la investigación parlamentaria sobre el mundo del espectáculo, cabe subrayar que la primera víctima fue el Federal Theatre Project, un programa lanzado por el nuevo gobierno Roosevelt como parte de la recuperación nacional. El Federal Theatre se inició en agosto 1935 con la dirección de Hallie Flanagan (1890-1969) y fue combatido por declaraciones de un Comité parlamentario que presidieron sucesivamente los diputados Martin Dies y J. Parnell Thomas. Las hostilidades se hicieron oficiales cuando Hallie Flanagan fue llamada a declarar (diciembre 1938) ante un comité de siete diputados, que incluyó a Dies y a Thomas. Buena parte del interrogatorio fue conducido por Joe Stames, diputado por Alabama. En el curso de esos peleados
25
diálogos, se trae a colación un artículo de la Flanagan, publicado en noviembre de 1931, donde se habla de un teatro para los obreros. Un párrafo alude a Christopher Marlowe, un dramaturgo isabelino (1564-1593) anterior a Shakespeare. Tras la lectura de algunos párrafos, el diálogo siguió así: STARNES — Usted Usted está citando aquí a este Marlowe. ¿Se trata de un comunista? FLANAGAN — Lo Lo lamento. Estaba citando a Christopher Marlowe. STARNES — Diga Diga quién es Marlowe, para que podamos tener las adecuadas referencias, porque eso es todo lo que queremos hacer. FLANAGAN — Dejemos Dejemos constancia en actas de que fue el mayor dramaturgo en la época inmediatamente anterior a Shakespeare. STARNES — Pongamos Pongamos eso en actas, porque se ha formulado la acusación de que este artículo suyo es completamente comunista, y queremos ayudarle. FLANAGAN — Gracias. Gracias. Esa declaración constará en actas. STARNES — Desde Desde luego, tenemos a quienes algunos llamarían comunistas, ya en las épocas del de l teatro griego. FLANAGAN — Muy Muy cierto. STARNES — Yo Yo creo que el señor Eurípides ya era culpable de enseñar la conciencia de clase, ¿no es cierto? FLANAGAN — Creo Creo que eso fue alegado contra todos los dramaturgos griegos. STARNES — Así Así que no podemos decir cuándo comenzó. El interrogatorio a Hallie Flanagan derivó a que la Cámara de Re presentantes propició propició que se suspendieran suspendieran los fondos acordados acordados al Federal Theatre. De hecho, esta fue la primera medida práctica de los parlamentarios norteamericanos norteamericanos contra el presunto comunismo comunismo en el teatro de Estados Unidos, doce años antes de que Joe McCarthy apareciera en escena.
26
CONSAGRACIONES Una dama francesa llamada Marie Tussaud (1761-1850) aprendió de su tío el arte de modelar figuras con cera. Esas habilidades y otras complementarias complementarias la llevaron a ser institutriz en el Palacio de Versalles, contando entre otras alumnas a la hermana del rey Luis XVI. En 1789 la Revolución Francesa le cortó esa carrera y fue puesta en la cárcel como monárquica, pero pronto le dieron la desagradable tarea de modelaren cera las cabezas de algunos nobles decapitados en la guillotina, un grupo en el que inevitablemente inevitablemente había amigos suyos. En 1802 Marie Tussaud consiguió eludirlas vigilancias vigilancias francesas y comenzó su exilio en Inglaterra. Ese fue el comienzo en Londres del famoso museo de cera de Madame Tussaud, que ha perdurado durante casi dos siglos. En la actualidad, los miles de visitantes del Museo reciben un cuestionario sobre figuras históricas y son invitados a elegir sus preferencias. Con sus res puestas el Museo traza estadísticas que luego publica. Entre 1970 y 1976, los héroes y heroínas que el público de Tussaud consideraba con mayor cariño incluyeron reiteradamente a Winston Churchill, Juana de Arco, Jesucristo y Napoleón. Entre los más odiados se repitieron anualmente las menciones a Hitler, Idi Amin Dada y Richard M. Nixon; este último encabezó las listas de 1972 y 1973, como consecuencia de Watergate. Las nóminas de artistas más apreciados fueron encabezadas durante cinco años por Pablo Picasso, seguido por Rembrandt, Shakes peare, Dalí y los bailarines bailarines Rudolf Nureyev Nureyev y Margot Margot Fonteyn. Una parte del museo recibió el nombre de Cámara de Horrores, porque allí se reconstruyen truculentas visiones visiones de crímenes más o menos famosos. Entre candidatos futuros al Museo de Cera se incluye así a Lon Chaney, Boris Karloff y Bela Lugosi, que ayudaron a que la Cámara de Horrores fuera un fenómeno popular y querido. Pero habría que dar preferencia a Lionel Atwill y a Vincent Price, dos villanos cinematográficos nematográficos que cometieron maldades en el mismo Museo de Cera (1933 y 1953).
27
SALUDOS La Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini” (Buenos Aires) anunció en marzo de 1987 el comienzo de sus cursos anuales, que comprenden alumnos de primer año a quinto año, dentro del ciclo medio de enseñanza. Los de primero son recibidos con un plan especial, que habrá de procurar su adaptación al nuevo medio. Los de quinto año tendrán también un plan especial, que procura fijar la orientación vocacional de cada alumno después de terminado el año y producido el egreso. Según el comunicado remitido a la prensa, esos planes recibieron nombres especiales. El de primer año se llama Hola y el de quinto año se llama Chau.
DEMASIADOS MARIDOS Una pobre lavandera llamada Margaret M argaret Mitchell tuvo el curioso honor de protagonizar en Inglaterra el primer divorcio civil del que haya noticia histórica. El episodio ocurrió en 1546, trece años después de que su rey Enrique VIII diera por anulado su propio matrimonio con Catalina de Aragón, dentro de otra enorme controversia. El caso de Margaret Mitchell era bastante singular. Se había casado con un señor Barr, pero éste desapareció y fue dado por muerto. Entonces Margaret se casó con Sir Ralph Sadleir, que era un hombre muy rico y además un prestigioso ministro de Enrique VIII. Imprevistamente, Imprevistamente, Barr volvió a aparecer en Londres, con lo que legalmente Margaret era bígama. Las cortes eclesiásticas no podían confirmar el segundo matrimonio, pero Sadleir era un hombre muy influyente. Con la base de que la segunda boda fue realizada de buena fe, el Parlamento británico la sancionó como legítima, mediante ley especial. Eso terminaría por ser imprescindible, porque Margaret y Sadleir llegaron a tener siete hijos, todos ellos con tintes aristocráticos, y no les habría convenido descender de una madre soltera. Por otra parte, el divorcio por iniciativa de la mujer no volvió a ocurrir en Inglaterra hasta 1801. A los hombres les fue siempre más fácil.
28
SERVICIO Un argentino que residió en México informa que allí los automovilistas son menos cuidadosos que los de otros países. Dejan su coche en sitios que deberían quedar reservados a entrada y salida de vehículos, causando conflictos que a veces se resuelven con la llamada balacera o tiroteo. Entre los letreros adhesivos que se venden en librerías y papelerías adquirió así mucha difusión uno que se coloca en la puerta de garajes privados. Dice “ Aquí se ponchan llantas gratis”. Sirve para que los automovilistas automovilistas mexicanos entiendan el neologismo como una amenaza real para sus neumáticos.
COMUNISTAS DE LA BIBLIA La poligamia fue descubierta poco después de Adán y Eva, sin duda fuera del paraíso. En principio, y mayoritariamente, mayoritariamente, las costumbres c ostumbres llevaron a que un hombre pudiera tener o utilizar más de una mujer, aduciendo que éstas pierden mucho tiempo entre embarazos, trastornos femeninos y cosmética, sin contar la decadencia de la belleza. Otro motivo bíblico fue el afán del padre por conseguir un hijo varón, lo cual llevaba a cambiar posibles madres hasta triunfar en el empeño. De esto han existido numerosos ejemplos históricos, que incluyen al bíblico Abraham y al rey Enrique VIII de Inglaterra, Inglaterra, en el siglo XVI. Fue más raro el caso c aso opuesto de la poliandria (una mujer con dos o más maridos). Si se exceptúan algunos ejemplos aislados e ilegítimos, la poliandria sólo llegó a ser costumbre establecida en remotos pueblos de la India, Pakistán y el Tíbet. Las sociedades occidentales, incluso cuando fingen desatención a hombres polígamos, consideran la poliandria como una forma elaborada de la prostitución. prostitución. El equilibrio entre una y otra postura se llama monogamia (real o aparente), pero la historia registra otra variante, que es la comunidad en la cual todos los hombres son maridos de todas las mujeres y viceversa. Entre escasos ejemplos históricos, uno importante fue el de la Comunidad Oneida, creada hacia 1841 en Putney (Vermont, Estados
29
Unidos) por John Humphrey Noyes, con una masa social estimada entre doscientos y trescientos miembros, lo cual suponía ya una serie de disposiciones internas sobre trabajo, sexo, vivienda, hijos, alimentación y medios de vida. Las motivaciones de Noyes (1811-1886) fueron religiosas. Era po bre, era estudiante de teología, llegó a convencerse de que el segundo advenimiento de Cristo ya había ocurrido (en el año 70 de la era cristiana) y estaba obsesionado por la idea de la “ perfectibilidad” del ser humano. En 1838 se casó con Harriet Holton, quien tuvo cinco embarazos pero solamente un hijo. En 1843 comenzó una relación con Mary Cragin, que a su vez era casada. Eso condujo con toda franqueza a un intercambio de esposas y maridos. Poco después, el grupo de Putney sumaba 35 personas, que vivían juntas y compartían propiedades y obligaciones. En 1847 Noyes fue arrestado (por “adulterio”) y cuando quedó libre mudó la comunidad a Oneida, en el Estado de Nueva York. Allí el grupo perduró durante treinta años y llegó a tener trescientos miembros. La comunidad Oneida fructificó con la agricultura, la industria artesanal y la explotación de una nueva trampa de acero para cazar animales. Estaba dividida en 48 departamentos para las distintas actividades y estaba dirigida por 21 comités. Con el título Perfeccionistas (y a veces el de Comunistas de la Biblia), los integrantes de Oneida administraron un territorio cercano a las 40 manzanas, consiguieron abastecerse a sí mismos con su trabajo e implantaron una disciplina interna que exigía la crítica abierta e igualitaria para toda su conducta, incluyendo la privada. En materia sexual negaron reiteradamente que su norma fuese el “amor libre”. Aunque todas las mujeres estaban casadas teóricamente con todos los hombres, unas y otros podían negarse en cualquier momento a la relación ocasional con el sexo opuesto, y quien no lo entendiera así era violentamente expulsado del grupo. Por otra parte, la disciplina para la vida sexual fue un principio casi religioso para todos, porque la comunidad se proponía programar con anticipación los embarazos, entre parejas dispuestas y debidamente seleccionadas. A su vez, los niños pasaban rápidamente a ser criados y educa-
30
dos por toda la comunidad. Esta regulación de la vida personal se com plementaba con sesiones de crítica y de autocrítica, que fijaban el interés comunitario por encima del interés individual. En algún caso las niñas entusiasmadas con sus muñecas se vieron obligadas a arrojarlas a una hoguera, porque se habían mostrado demasiado posesivas. En las regiones cercanas a Oneida creció la hostilidad contra los integrantes del grupo, que desafiaban las normas de la civilización occidental y cristiana. Cumplidos los treinta años de la utopía, la comunidad se disolvió en 1879, Noyes se fue a Canadá y sus discípulos perduraron durante algún tiempo con la venta de los artículos domésticos que fabricaban. Su espíritu comunitario no se esfumó, sino que reapareció pocos años después en grupos anarquistas. La programación de la descendencia fue un precepto retomado por los nazis (desde 1933) para construir un gran futuro ario. La crítica interna y la autocrítica en alta voz pasaron a ser un mandato moral para grupos comunistas posteriores, desde la Unión Soviética hasta Cuba. En cuanto a la vida sexual compartida, no hay libro que se atreva siquiera a mencionarla.
31
II
EL SEXO AL ALCANCE DE TODOS (Krafft-Ebbing, Freud, Ellis, Van de Velde, Stopes, Stone, Kinsey, Masters & Johnson y algunos otros)
Los seres humanos padecen o disfrutan de ciertas perversiones sexuales que los animales no suelen compartir, aunque la verdad es que con los monos nunca se sabe. La lista de esas perversiones puede llegar a ser infinita y desciende desde la rareza al delito, con el resultado de que los modernos Diccionarios del Sexo sólo parecen completos si incluyen adecuados párrafos sobre Adulterio, Castidad, Exhibicionismo, Fetichismo, Frigidez, Homosexualidad, Impotencia, Incesto, Masoquismo, Masturbación, Ninfomanía, Prostitución, Proxenetismo, Sadismo, Travestismo, Violación, Virginidad, Voyerismo, en ese orden. Tras cada una de esas palabras hay variantes, factores psicológicos, traumas de la infancia, presiones religiosas, sociales y morales. En un mismo individuo pueden coexistir varias conductas sexuales anómalas, o éstas pueden sucederse en ese individuo a través de edades distintas. Curiosamente, la civilización occidental y cristiana prefirió no ocu parse del tema a lo largo de siglos. Sus mejores pensadores eligieron soslayar esos problemas, razonaron que la naturaleza arregla las cuentas o a lo sumo dictaron leyes para corregir ciertos extremos antisociales de la vida sexual. Han existido leyes contra la prostitución, contra la homosexualidad y contra el proxenetismo, pero las tres conductas sobreviven, lo que indica la dificultad de legislar en la naturaleza humana, empezando por ciertas tendencias quizás congénitas (la homosexualidad, por ejemplo) que persiste en un individuo dado, a pesar de sus padres, maestros y médicos. Por otro lado, ni las leyes ni las costumbres de la civilización occidental y cristiana son la verdad revelada. Otros grupos humanos y otras épocas aplicaron criterios distintos. En edades remotas era perfectamente normal la poligamia, particularmente por la insistencia del marido en tener un hijo varón, como queda documentado en la Biblia (Génesis 30, 1-24, por ejemplo). En el Siglo Veinte la poligamia persiste en el mundo mahometano. Entre los esquimales ha sido habitual ofrecer la mujer propia al visitante, como quien invita a un café o a una copa. Entre las tribus indias americanas han sido alentadas las relaciones sexuales pre-maritales. Entre los pueblos de la Polinesia, la vida sexual ha sido y es más temprana y más libre que en Occidente, a cam bio de lo cual se ignora allí el significado de la palabra pornografía (En
33
Occidente, la pornografía es definida como “el erotismo de los otros” ).
La tendencia general del mundo occidental y cristiano ha sido mantener en secreto casi todo lo relativo a la vida sexual. La misma palabra sexo no apareció frecuentada por la letra impresa, ni en literatura ni en periodismo, hasta mediados de este Siglo Veinte. En Europa y América, toda consideración biológica, anatómica y fisiológica del sexo fue sistemáticamente omitida en los programas de estudios para adolescentes, donde en cambio se han destacado la religión y la moral. El previsible resultado fue que todo acto sexual quedó entendido en principio como pecaminoso, sólo se lo juzgó como tolerable a partir del matrimonio, y aun en ese caso había que prescindir de la educación previa y de todo comentario posterior. Para adultos y para adolescentes, esas restricciones fueron completadas con dosis de censura, en varios formatos, tamaños y cantidades. A pesar de las restricciones, la Humanidad siguió procreándose y los niños siguieron llegando al mundo con el sexo puesto en su sitio. El clima social podía oscilar entre el secreto y la prohibición, pero todo ser humano decidió entre sus 12 y sus 20 años, consciente o inconscientemente, hacia dónde le empujaba su naturaleza. La ambigua situación condujo a una suerte de “vida sexual secreta” y a una difundida curiosidad por conocer el secreto ajeno. También ha provocado traumas psíquicos, desviaciones de conducta y crímenes sexuales, desde los asesinatos cometidos por Jack el Destripador (que asesinaba prostitutas en Londres, hacia 1888) hasta los casos del actor Ramón Novarro y el director Pier Paolo Pasolini, dos homosexuales que aparentemente fueron ultimados por sus respectivas parejas ocasionales, en 1968 y en 1975. Aunque esos y otros hechos sangrientos son reconocidamente excepcionales, ha sido en cambio muy general la insatisfacción con la vida sexual propia, creando traumas que van más allá del sexo e inciden a menudo sobre la vida familiar y en todos los casos sobre el espejo. Para corregir esos traumas se originó en el siglo pasado la curiosa profesión de sexólogo, o sea un señor (a veces una señora, nunca una señorita) cuya curiosidad fue mayor que la de sus contemporáneos y
34
cuyo espíritu científico le empujó a organizar inventarios, comparaciones, sistematizaciones, consultorios y hasta manuales que colocan el sexo al alcance de todos. Los primeros sexólogos llegaron a esa disci plina como prolongación natural de otros estudios. Los últimos sexólogos han llegado a vivir de eso, aprovechando el hecho notable de que siguen naciendo hombres y mujeres, pese a todo. En la lista de sexólogos hay algunos nombres imprescindibles, pero es útil comprobar que la vida sexual de ellos mismos tuvo frecuentes limitaciones. RICHARD VON KRAFFT-EBBING (Alemania, 1840-1902).
Cuando estudiaba en la Universidad de Heidelberg, siendo todavía muy joven, Krafft-Ebbing vivió junto a un tío que era un famoso abogado. Esto le llevó a interesarse por los delitos sexuales, a estudiar medicina, a especializarse en neurología y psiquiatría. A los 29 años era ya profesor de psiquiatría en la Universidad de Estrasburgo y después en la de Viena. También fue llamado como experto ante cortes judiciales, para opinar sobre las motivaciones sexuales de diversos delitos. Respecto de su propia vida íntima se sabe muy poco, excepto que se casó a una edad ya avanzada. De su obra en la materia se destaca Psychopatia Sexualis, fechado hacia 1886, en cuyo prólogo Krafft-Eb bing escribió: “Se
ha elegido un título científico y se han utilizado términos técnicos en todo el libro, a fin de excluir al lector común; por el mismo motivo, ciertas partes del libro han sido escritas en latín ”. Los conceptos del autor fueron después calificados como derechistas, porque Krafft-Ebbing veía al sexo como una fuerza motriz del mal, probablemente por una tendencia a generalizar sobre las aberraciones sexuales que descubría en pacientes y en presuntos delincuentes, mientras en cambio dejaba de lado a personas normales y sanas. Se deben a Krafft-Ebbing las primeras anotaciones sistemáticas sobre el fetichismo, la homosexualidad, el sadismo, el masoquismo, el voyerismo, el exhibicionismo y la ninfomanía. Fue también uno de los primeros en acotar que la mujer sigue teniendo deseos sexuales tras haber pasado
35
la edad de la menopausia. Esa constancia desvirtuaba difundidos pre juicios de la época sobre el tema. S1GMUND FREUD (Austria, 1856-1939). Sólo por aproximación podría definirse al creador del psicoanálisis como sexólogo, pero es en
cambio muy cierto que Freud detectó el origen sexual de numerosos casos de histeria y de otros desórdenes psíquicos. Señaló la existencia de una sexualidad infantil, mucho más temprana de lo que la ciencia creía hasta entonces, y describió dos experiencias personales de sus primeros años, que abonaban esa tesis. Una fue el odio prematuro contra su hermano menor Julius, que le disputaba la exclusividad en el amor de su madre (por fatal coincidencia, Julius murió cuando sólo tenía ocho meses, creando un sentimiento de culpa en el hermano mayor). La otra fue el haberse sentido sexualmente excitado cuando vio desnuda a su madre. Ambos casos fueron después ampliados por testimonios similares de numerosos pacientes en su consultorio médico. Le llevaron a trazar toda una teoría sobre el incesto (incluso el puramente imaginario) que contribuye a crear traumas psíquicos. Durante el siglo XX, y a partir de Freud, comenzó a crearse así la idea del “complejo de Edipo” (el deseo sexual del varón por la madre propia), aunque los datos de la mitología griega amplían en rigor esa idea hasta el amor incestuoso de la hija hacia su padre, en lo que ha sido designado el “complejo de Electra”. Un dato confirmado por la experiencia es que muchos homosexuales manifiestan una obsesión permanente por su madre, en un lazo estrecho que puede ser causa y también consecuencia de su homosexualidad. Los elementos sexuales que presionan involuntariamente en la mente fueron subrayados por Freud en numerosas obras y particularmente en La interpretación de los sueños (1899) y en Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (1905). Además de Edipo y familia, consta allí la teoría de que las niñas sienten una envidia natural por el órgano sexual de sus hermanos varones (se sienten disminuidas por ha ber nacido con algo de menos) y de que en cambio los varones sufren paralelamente un miedo instintivo a la castración, aunque en esto in-
36
fluye también el medio ambiente, con su repertorio de bromas y fingidas amenazas. La difusión de esas obras científicas de Freud fue inicialmente muy lenta. Después de la Primera Guerra Mundial se produjo sin embargo una enorme expansión y Freud pasó a estar “de moda” entre 1920 y 1930, especialmente en Estados Unidos, donde se le atri buye haber contribuido involuntariamente a una gran revolución en las costumbres. La consigna pasó a ser una liberación de inhibiciones previas (las comunes en la era victoriana) y el ejercicio de una franqueza sexual como parte necesaria de la felicidad propia. Esa tendencia de mayor liberalidad ha proseguido hasta hoy, si bien con altibajos y entre diversos movimientos de restricción y censura. A esa franqueza se debe, por ejemplo, que muchos homosexuales hayan “asumido” su condición de tales, sin los disimulos frecuentes a comienzos de siglo. Curiosamente, el mismo Freud no fue el mejor ejemplo de tal liberalidad. A los 30 años se casó con Martha Bemays, tras un largo noviazgo. Tuvo seis hijos, pero se cree que su vida sexual fue moderada, monógama y monótona, con el agregado de que probablemente la interrum pió alrededor de sus 45 años. Contra esa idea se contrapone la información de que Freud tuvo relaciones esporádicas con su cuñada (hermana de Martha), pero ese dato es de confirmación harto difícil. En 1957 su hijo Martin declaró que Freud nunca enseñó a sus seis hijos los hechos básicos de la vida sexual. Muchos colegas, discípulos y biógrafos del maestro (incluyendo a Jung, Adler, Breuer, Reich, Jones) han discutido los términos y alcances de las teorías de Freud. Entre las frecuentes objeciones figuró la de que el sexo podía estar en la base de muchas neurosis, pero no necesariamente en todas ellas, porque los traumas infantiles pueden ser de muchos órdenes. Como Freud no era muy receptivo a la discrepancia, las objeciones de sus alumnos crearon traumas separados. Dos de esos alumnos se suicidaron (Viktor Tausk en 1919, Herbert Silberer en 1923) tras haberse sentido rechazados por Freud. HAVELOCK ELLIS (Inglaterra, 1859-1939) tuvo muchas semejan-
zas con Freud, por ser su contemporáneo y porque también derivó sus estudios de medicina hacia los problemas sexuales. Como experiencia
37
personal, ese fue para él un terreno harto inseguro. Si se excluye la masturbación, cabe señalar que su primera experiencia sexual normal ocurrió cuando cumplía sus 32 años, y se debió por cierto a su casamiento con Edith Lees, una mujer que no sólo era virgen sino que des pués resolvió ser lesbiana. En un plano más teórico, Ellis estudió la vida sexual (ajena) desde la adolescencia, e hizo numerosos apuntes con sus testimonios y sus tentaciones. Entre éstas figuraba la obsesión por ver orinar a las mujeres, pequeño trauma que derivó de una anécdota infantil con su madre. Poco después de su matrimonio Ellis escri bió Hombre y mujer (1894), libro que condujo a una obra mayor, Estudios sobre la psicología del sexo, en siete volúmenes que abarcarían desde 1897 a 1928. El primer tomo de esa obra, titulado Inversión se xual, fue tildado de obsceno, y eso derivó a un juicio público, donde el juez falló que el valor científico del libro era “un pretexto adoptado para vender una publicación sucia”. En Inglaterra ese tomo quedó retirado de circulación, como incurso en obscenidad, y todas las ediciones siguientes se hicieron en Alemania y Estados Unidos, durante tres décadas, aumentando la curiosidad inglesa por el sexo prohibido, de lo cual había testimonio simultáneo en el Ulysses de James Joyce y en El amante de Lady Chatterley de D. H. Lawrence. Pese a tales cargos, los aportes de Havelock Ellis no podrían ser calificados como extravagancias, como invenciones ni como atentados a la moral. Había señalado que las perversiones “sólo son exageraciones de instintos y emociones innatas ”. Había apuntado cuidadosamente la historia sexual propia, la de su mujer, la de sus pacientes, la de sus amigos. Había estudiado medicina, biología y antropología, además de literatura y artes. Hasta cierto punto, Ellis fue un adelantado en su aceptación de la sexualidad infantil, de la necesidad de una educación sexual, del matrimonio de ensayo, de los derechos femeninos, del divorcio. Entre sus conclusiones había algunas que resultaron muy avanzadas para su época: a) que la vida sexual está sujeta a períodos de alza y de baja, según características personales, fases de la luna o estaciones del año; b) que la masturbación es muy común y probablemente inofensiva;
38
c) que el deseo sexual de las mujeres es mucho mayor que el habi-
tualmente supuesto en la época; d) que los niños tienen una clara conciencia sexual mucho antes de llegar a la adolescencia; e) que muchas mujeres se caracterizan por la multiplicidad de orgasmos en pocos minutos; f) que los ancianos tienen también una mayor reacción sexual que la generalmente admitida; g) que la impotencia masculina surge de raíces más psicológicas que fisiológicas; h) que la frigidez femenina se debe en su mayor parte a la represión educativa y a la escasa habilidad de maridos y amantes. A Ellis se atribuye la innovación de la terminología sexual, en la que creó expresiones como “narcisista” y autoerótico”, luego difundidas por Freud y otros. T. H. VAN DE VELDE (Holanda, 1873-1937) tuvo dos rasgos sin-
gulares. En primer lugar, era médico ginecólogo, lo que le facilitó un caudal de testimonios voluntarios e involuntarios, que a su vez podía apreciar con ojo experto. Y en segundo lugar, tras diez años de un matrimonio aparentemente aburrido, se fugó con una de sus pacientes, llamada Martha, que también era casada. El escándalo llevó a que Van de Velde interrumpiera su práctica profesional en Holanda, renunciara a su puesto de director en una clínica de Haarlem y viajara con Martha para vivir en Suiza y otros países europeos, alcanzando una larga felicidad de 37 años consecutivos. Cabe inferir que fue mejor marido que otros sexólogos. Durante esa segunda etapa Van de Velde publicó El matrimonio perfecto (1926), un manual sexual dedicado a parejas lánguidas, torpes o poco imaginativas, que aparentemente abundaban. Sus enseñanzas pueden parecer demasiado obvias a muchas personas adultas de hoy, pero en su momento resultaron notoriamente audaces, tanto por la escasez de libros similares como por su atención a las técnicas posibles para superarla frigidez femenina, que fue siempre un tema crítico. Entre los consejos de Van de Velde figuraba el de utilizar sabiamente la
39
boca y la lengua. Traducido a varios idiomas, El matrimonio perfecto fue un best-seller durante la década 1930-1940. La Iglesia Católica lo colocó oportunamente en su Índex de libros prohibidos. MARIE STOPES (Escocia, 1880-1958) fue una pionera en difundir
el uso de anticonceptivos, causa que la define entre las primeras feministas del siglo. No le fue fácil llegar hasta allí. Especializada en botánica y biología, comenzó por emprender expediciones científicas en diversas disciplinas y se casó con otro botánico, Reginald Ruggles Gates, quien resultó ser impotente. Esto condujo a la anulación legal de un matrimonio no consumado (1916) y poco después a una segunda boda con Humphrey Verdón Roe, alto ejecutivo en la industria de la aviación. También condujo a que Marie Stopes, alarmada por su propia ignorancia anterior en temas sexuales, resolviera aprender y enseñar todo lo necesario. En 1921, con el apoyo de su segundo marido, inauguró una clínica para el control de la natalidad, dedicada a mujeres po bres, donde comenzó a aplicar un dispositivo intrauterino de su propio diseño. La clínica, varios libros y los actos públicos convirtieron a Marie Stopes en una mujer controvertida e impugnada por muchas personalidades del clero católico y del protestante. Las paradojas abundaron en su vida. Pese al control de la natalidad, Marie Stopes no era ciertamente una mujer liberal y se oponía al aborto, a la homosexualidad y a cualesquiera perversiones sexuales. Aunque aconsejaba a otras mujeres ansiosas de evitar la maternidad, ella misma ansiaba tener un hijo y sólo pudo concebirlo a sus 43 años (fue un varón). Cuando tenía 58 años, su segundo marido también quedó impotente y aconsejó a Marie que se consiguiera un amante más joven, lo cual fue cumplido. Los historiadores no han manifestado mucho cariño por la prosa indebidamente poética de la autora, pero han sabido encontrar allí sus observaciones más sólidas, particularmente en lo relativo a la complicada periodicidad del deseo sexual. Su afán era que hombres y mujeres supieran mucho más sobre sus propios cuerpos y sobre las exigencias de su relación mutua.
40
ABRAHAM STONE (Rusia, 1890-1959) y HANNAH STONE (Esta-
dos Unidos, 1894-1941) fueron un matrimonio de médicos, cuya vida estuvo dedicada a la enseñanza sobre problemas sexuales. Después de varias charlas de divulgación, que realizaron conjuntamente en 1929, el matrimonio llegó a abrir en Nueva York un servicio de consultas, que fue mundialmente el primero en su ramo. Tras la muerte de Hannah, el marido continuó esa tarea, primero como asesor en los muchos problemas conyugales que originó la Segunda Guerra Mundial, des pués en reuniones con colegas extranjeros (de lo cual surgió la Unión Internacional de Organizaciones Familiares) y en 1951 como asesor del gobierno de la India para el control de la natalidad. El excesivo aumento de la población ha sido en la India un problema ya tradicional. La obra de los Stone quedó condensada en un libro, A Marriage Manual (Un manual del matrimonio) que mereció 22 reediciones entre 1935 y 1952. El prefacio subraya que el libro atiende los problemas individuales y físicos que plantea el sexo, prescindiendo de aspectos sociales y morales. Su texto manifiesta tolerancia por la masturbación (moderada), recomienda la actividad sexual adolescente (pero evitando el embarazo) y propone la variedad como condimento necesario. Las estadísticas manejadas por los Stone les llevaron a estipular que una quinta parte de todas las mujeres son indiferentes al sexo y que un cuatro por ciento es manifiestamente hostil a la relación sexual. Esas estadísticas indicaban también que una proporción menor de parejas (una en cada 25) practicaban un acto sexual diario. ALFRED C. K1NSEY (Estados Unidos, 1894-1956) fue un estu-
diante norteamericano muy serio, que se graduó en entomología (Harvard, 1920), tuvo escasa vida romántica o sexual, era probablemente monógamo y se dedicaba a la jardinería en sus ratos libres. Su afición fue juntar cosas, desde los dos millones de insectos que puede necesitar un entomólogo hasta colecciones de discos clásicos, sellos postales y recetas de bebidas. Su vida de sabio recluido cambió en 1938, cuando la Universidad de Indiana le ofreció coordinar un curso superior sobre matrimonio. En los diez años siguientes, y con el apoyo económico de la Fundación Rockefeller (apoyo luego interrumpido), Kinsey y sus
41
alumnos emprendieron la colección de datos sobre vida sexual, mediante un total de doce mil entrevistas, a un promedio de cuatro diarias. El libro resultante fue editado en 1948 como Sexual Behavior in the Human Male (Conducta sexual del varón), del que se vendieron doscientos mil ejemplares en los primeros dos meses. Curiosamente, este best-seller tenía un lenguaje frío, estadístico, poco excitante, con especificación de cuántos varones tuvieron experiencias sexuales pre-maritales (86%), cuántos llegaron ocasionalmente a la homosexualidad (37%), cuántos tuvieron relación con prostitutas (70%), cuántos con animales (17% en las granjas, 4% en las ciudades) y cuántos mantuvieron relaciones sexuales fuera de su matrimonio (40%). Pero a su vez esas estadísticas fueron impugnadas por muchos observadores. Se adujo que las personas consultadas no eran necesariamente representativas, que había pocos negros, pocos pobres, demasiados hombres de 30 a 40 años. Se adujo también que muchos encuestados pudieron deformar fácilmente la verdad en sus respuestas. El libro ocasionó enormes notas periodísticas y la crítica abierta de autoridades religiosas y del predicador Billy Graham. Eso no detuvo las investigaciones, sino que publicitó el hecho insólito de que una Universidad prestigiosa hubiera prestado tanta atención al sexo. A la inversa, dos investigadores opinaron que el Informe Kinsey “hizo por el sexo lo que Colón había hecho por la geografía ”. En 1953 se publicó un segundo informe Kinsey, titulado Sexual Behavior in the Human Female (Conducta sexual de la mujer), donde se incluyen datos similares sobre porcentajes de masturbación (60%), vida sexual antes del matrimonio (50%), conducta homosexual (20%), imposibilidad total para el orgasmo (10%) y práctica ocasional del adulterio (25%). Esas y otras cifras eran también discutibles, en especial porque muchas mu jeres prefieren mantener la discreción sobre su vida sexual. Quizás el dato más positivo del libro haya sido la constancia de que la masturbación adolescente ayuda a preparar sexualmente a la mujer, evitando la posible frigidez en el matrimonio. Era casi una recomendación. WILLIAM H. MASTERS (Estados Unidos, 1915) y VIRGINIA E. JOHNSON (Estados Unidos, 1925) avanzaron desde el punto al que
42
llegó Kinsey. En lugar de atenerse al testimonio sobre la vida sexual, llegaron a provocar ésta en el laboratorio. El sexo fue una preocupación juvenil para Masters desde sus estudios de medicina, cuando quiso comparar el ciclo reproductivo de la coneja con el de la mujer, descu briendo que la ciencia sabía más sobre conejos que sobre seres humanos. Cuando llegó a sus 38 años, Masters emprendió el estudio sistemático del acto sexual, en todas sus manifestaciones, encontrando como asistente a Virginia Johnson, una mujer divorciada que carecía de títulos profesionales pero que tenía dos hijos y una cultura general. La innovación de Masters y Johnson fue instalar un laboratorio en el que se practicaron actos sexuales de diversos formatos, primero con 315 profesionales de la prostitución (incluyendo a 27 varones) y des pués con varios centenares de voluntarios que optaron por sacrificarse ante la ciencia. El laboratorio estaba dotado de camas, vibradores y otros accesorios del sexo, pero también tenía instalaciones para obtener encefalogramas, cardiogramas y documentación cinematográfica de lo actuado. La ciencia no se podía quejar. El previsible resultado fue el libro Human Sexual Response (1966; “La respuesta sexual humana”) seguido por Human Sexual Inadequacy (1970; “La inadecuación sexual humana”), tras lo cual Masters y Johnson se casaron entre sí (1972). El segundo libro fue todo un tratado sobre la corrección de percances, como la eyaculación prematura, el dolor, la impotencia ocasional. Aparte de la letra impresa, Masters y Johnson se dedicaron a la consulta directa y presenciaron en consultorio la práctica sexual de sus pacientes, con fines estrictamente terapéuticos. Los procedimientos y las conclusiones de Masters y Johnson reci bieron encontradas opiniones desde 1966 hasta el martes pasado, pero contaron con el respaldo de la Asociación Médica Americana. Sus descripciones de actos sexuales, formuladas con una precisa terminología científica, no podían ser muy novedosas, pero en cambio se ha ponderado el enorme éxito de Masters y Johnson en la corrección de la frigidez, la impotencia y otros contratiempos de sus pacientes, hasta un 75 por ciento de los casos planteados. Esas consultas valen dinero, desde luego.
43
En las listas de sexólogos es imprescindible la mención de Wilhelm Reich (ver página 210), que se ocupó de muchas cosas y fue durante casi toda su vida una figura maldita. Buena parte de su discutida fama se debe a que Reich preconizó la teoría del “orgasmo necesario”, y eso le malquistó no solamente con moralistas y puritanos sino también con Freud y con muchos de sus discípulos. Más popular que Reich fue Alexander Comfort (Inglaterra, 1920), hombre de múltiples actividades como médico, cirujano, poeta, dramaturgo, novelista, conferenciante, experto en gerontología, en bioquímica, en zoología. A todo ello agregó una activa conducta como pacifista, manifestándose públicamente contra la política exterior inglesa en la crisis de Suez (1956) y varias veces contra la bomba atómica. En materia de sexo, Comfort predicó la más amplia liberalidad, al punto de que tras su segundo matrimonio con la socióloga Jane Henderson (1973), marido y mujer se inscribieron en la comunidad de Sandstone (en Los Angeles, California), dedicada a practicar y predicar el amor libre. Las ideas de Comfort aparecieron expuestas en Joy of Sex (La alegría del sexo, 1972), un libro de tanta aceptación que pronto fue seguido por otro, razonablemente titulado More Joy (1974). Otra autora popular fue Shere Hite (Estados Unidos, 1943), una exmodelo que decidió seguir los pasos de Kinsey, organizando una vasta encuesta entre mujeres norteamericanas. Ese plan de 1972 fue auspiciado por la Organización Nacional de Mujeres (también conocida como NOW, por sus iniciales en inglés) y los dos millares de respuestas se acumularon en el libro The Hite Report (1976). Esas muchas mujeres sostienen, por mayoría, que los hombres son sexualmente egoístas, que las mujeres no siempre alcanzan los orgasmos programados, que para ellas es más ventajosa la masturbación. Se quejan asimismo de que los hombres respectivos no les proporcionan la espontaneidad, la calidez y la comunicación que ellas quisieran. De hecho, esas mujeres se quejan del Sexo Sin Amor, con lo cual el informe de Hite es ante todo una lectura para hombres. Naturalmente, Hite hizo después otro informe sobre la vida sexual de 7.929 hombres. La obra de todos esos sexólogos, desde la clínica privada al libro explícito, contribuyó a crear una nueva disciplina reconocida. Desde
44
1960, aproximadamente, la Sexología es curso normal en muchas universidades, no sólo en Estados Unidos (donde repercutieron públicamente los datos de Kinsey, Masters y Johnson, entre otros) sino en muchos otros países. Los autores más citados en la materia suelen ser Amold Kegel, Harold Lief, Auguste Forel y Gilbert Torjman. Más notoriedad tuvo y tiene Helen Singer Kaplan, profesora de la Cornell University y directora del “Programa de terapia y educación sexual” en la clínica Payne Whitney de Nueva York. En sus libros The New Sex Therapy y The Illustrated Manual of Sex Therapy (1975) la doctora Kaplan formula abundantes y precisas instrucciones para corregir anomalías sexuales, en muchos casos con dibujos ilustrativos (El segundo libro fue editado en castellano por Grijalbo, 1978 y 1983). En Buenos Aires existe ya la sede de una Asociación Argentina de Sexología. También se edita, para públicos generales, la revista Vivir, que en una larga temática de problemas familiares ha incluido todo o casi todo lo relativo al sexo. Desde los pioneros hasta los sexólogos científicos y los terapeutas de hoy ha pasado sólo un siglo. Al comienzo de esa carrera habría sido impensable la realidad actual, en la que el libro, el periodismo y el cine han superado vallas de censura, al punto de que se han hecho películas dramáticas serias sobre la homosexualidad y sobre el SIDA. El princi pio liberal de ese progreso había sido enunciado por el Dr. Colín Hindley, de la Universidad de Londres, cuando comentó la actividad de Masters y Johnson: “Si nos inclinamos a considerar la unión sexual como algo tan sacrosanto que no puede ser investigado, debemos recordar que una opinión similar se sostenía sobre las estrellas en la época de Galileo”.
45
III
HISTORIA EN LETRA CHICA
SPORT La Guerra de los Cien Años duró 116 años, entre 1337 y 1453. Enfrentó a Inglaterra y Francia, por una controversia sobre derechos de sucesión y propiedad de territorios, a lo largo de cinco generaciones de reyes y señores feudales. Tuvo como personaje más famoso a Juana de Arco (1412-1431), quemada por los ingleses en la hoguera, tras uno de los procesos célebres de la historia. Las armas de esa guerra fueron mayormente medievales y su refinamiento sólo llegó a los primitivos cañones. Aunque no hay estimaciones oficiales sobre las bajas producidas en los variados ejércitos enemigos, se sabe que fueron muy pocas. En 116 años aquella guerra precaria no alcanzó las víctimas queden pocos segundos obtuvo la bomba atómica en Hiroshima, punto máximo del progreso humano en la materia. Comparativamente, fue notable la eficacia que durante la misma guerra tuvo la Peste Negra (1347-1351, con brotes adicionales hasta 1400). Como la Peste mató entonces a una tercera parte de la población de Europa, los ingleses y franceses peleaban convencidos de que la guerra misma era un deporte casi inofensivo.
REBELDE Los primeros paraguas registrados como tales en la historia son de 1637 y figuran en un inventario de efectos personales dentro de la familia de Luis XIII, rey de Francia. En los dos siglos siguientes el paraguas fue considerado como un utensilio estrictamente femenino, quizás por derivar de la sombrilla o quizás porque era un accesorio para cuidar los complicados arreglos del cabello. Su peso habitual era cercano a los dos kilos, hasta que en 1852 Samuel Fox (de Yorkshire, Inglaterra) consiguió acoplar la tela impermeable y las varillas de acero plegables, creando un formato que se ha mantenido hasta hoy.
47
Entre uno y otro extremo, algunos hombres se atrevieron a utilizar un paraguas en público, pero fueron considerados audaces, extravagantes o afeminados. El adelantado en la materia fue el filántropo Jonas Hanway, en Londres, hacia 1750. Había vuelto de un largo viaje por Rusia y Persia, de donde trajo la innovación, pero durante unos treinta años no tuvo imitadores. Uno de sus biógrafos señala que Hanway “se vio obligado a sufrir los insultos de los cocheros y la crítica de las personas devotas, quienes sostenían que el hombre desafiaba el propósito celestial de la lluvia, que era empapar a la gente”.
ROTACIONES1 Según el comienzo de la Biblia, que no fue discutida durante siglos, Dios comenzó por crear el primer día los cielos y la Tierra; pero esperó hasta el cuarto día para crear el sol, la luna y las estrellas. En el octavo día creó al hombre y éste creyó desde entonces que la Tierra era el centro del universo y que el sol giraba en su derredor. Ese concepto fue llamado geocéntrico (la Tierra como centro). En 1543 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico propuso en un li bro la idea de que, por lo contrario, el Sol era el centro del universo, mientras la Tierra giraba en su derredor, además la Tierra rotaría sobre sí misma, lo que explicaría la alternancia de días y noches. En-las décadas siguientes, y particularmente en un libro de 1609, el alemán Johannes Kepler (1571-1630) confirmó y amplió la teoría heliocéntrica, interpretando el movimiento de planetas como elipses y no como círculos. Paralelamente, el italiano Galileo Galilei (1564-1642) aceptaba también la teoría copernicana, entre muchas otras observaciones y deducciones en matemáticas, física y astronomía. Los postulados de uno y otro se contradecían inevitablemente con los postulados bíblicos que sostenía la Iglesia de Roma.
1 Para
conocer en profundidad los eventos detallados en este tópico, remitirse al libro Los sonámbulos de Arthur Koestler.
48
En 1616 las autoridades eclesiásticas sancionaron al libro de Copérnico como erróneo e instruyeron a Galileo para que no defendiera semejante teoría. Su insistencia podría derivar en que la Inquisición católica le juzgara por “vehemente sospecha de herejía”. Pero Galileo continuó sus estudios y observaciones, con lo que en 1632 publicó su Diálogo relativo a los dos grandes sistemas de interpretación del Universo. El consiguiente juicio de la Inquisición se prolongó durante varias semanas y terminó con la condena de Galileo, en un fallo muy extenso que incluye este párrafo: “Decimos,
pronunciamos, sentenciamos y declaramos que tú, Galileo, por razón de los temas tratados en el proceso, y que fueran confesados por ti como queda dicho, has quedado sometido al juicio de esta Santa Sede, sospechado con vehemencia de herejía, es decir, de haber creído y sostenido la doctrina — que es falsa y contraria a las sagradas y divinas Escrituras — de que el Sol es el centro del mundo y que no se mueve de Este a Oeste, mientras la Tierra se mueve y no es el centro del mundo; y de entender que una opinión puede ser sostenida y defendida como probable tras haber sido declarada y definida como contraria a las Sagradas Escrituras; y que en consecuencia has incurrido en todas las censuras y castigos, impuestos y promulgados en los cánones sagrados y otras constituciones, generales y particulares, contra tales delincuentes. Por lo cual estaremos satisfechos de que seas absuelto, provisto que, previamente, con corazón y fe completa, abjures, maldigas y detestes ante nosotros por tales errores y herejías y por todo otro error o herejía contraria a la Iglesia Católica y Apostólica Romana, en la forma que para ti es prevista. En ese momento Galileo tenía setenta años y era un hombre muy débil. Poco después quedaría ciego de ambos ojos. Vivía en Italia y le habría sido muy difícil sobrevivir en otro país. Por otra parte, la Iglesia y/o la Inquisición habían fulminado en el siglo previo a Martín Lutero, a Juan Calvino y a centenares de herejes. El español Miguel Servet había sido quemado en la hoguera (en Ginebra, Suiza, 1553) por sus
49
propuestas teológicas, aunque en su caso fue Calvino el principal acusador y verdugo. El italiano Giordano Bruno fue también quemado en la hoguera (1600) por herejía en sus concepciones teológicas y por su negativa a retractarse. La madre de Johannes Kepler había sido detenida bajo acusaciones de brujería (1620), fue defendida por su hijo, se negó a retractarse aun delante de los impresionantes instrumentos de tortura y terminó liberada, tras catorce meses de prisión, aunque sólo consiguió vivir seis meses más. El mismo Kepler, prominente y convencido copernicano, falleció en 1630. Así que en 1633 Galileo debió considerarse muy solo y débil para seguir la lucha contra la Inquisición, que en el caso era una razón de fuerza mayor. Firmó un texto que probablemente le pusieron por delante, donde (sin corazón sincero ni fe completa) abjuraba, maldecía y detestaba los errores y las herejías que se le atribuían y, a mayor abundamiento, se comprometía para el futuro a denunciar ante la Inquisición a todo presunto hereje. Con eso consiguió vivir, aunque ciego y derrotado, hasta 1642. La leyenda dice que después de haber firmado, Galileo pronunció su dictamen Eppur si muove (Y sin embargo se mueve), con lo que se habría retractado de la retractación. Pero no han existido testigos presenciales de tales palabras y los historiadores no las creen realmente dichas. Eso forma parte del nuevo hábito de desconfiar de toda leyenda, así venga escrita en papel sagrado.
EFIMERO El calendario gregoriano tenía más de dos siglos cuando la Revolución Francesa resolvió modificarlo, con la base de que allí había comenzado una nueva era. La iniciativa era ya anterior a la Revolución, pero sólo comenzó a tener aplicación práctica después de la caída de la Bastilla (julio 1789) y aun así hicieron falta diversos estudios técnicos para fijar las modificaciones. Estas se orientaban a despejar al calendario de toda connotación eclesiástica, pero también a fijar pautas acordes con la realidad astronómica. Eso explica que en el Comité de estudio figuraran dos eminentes matemáticos de la época, como Joseph-Louis
50
Lagrange y Gaspard Monge. En la práctica, el nuevo calendario de la Revolución termina por fijar un Punto Cero el 22 de setiembre de 1792, día en que se proclamó la República y quedó abolida la monarquía. La importancia de ese momento histórico fue subrayada por el juicio al rey Luis XVI (quien terminó guillotinado en enero 1793) y por una esperanzada frase atribuida al escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, que estaba entonces en Francia: “ En este día y sitio comienza una nueva época para la historia del mundo ”.
Las autoridades revolucionarias francesas habían confiado a un comité la tarea de delinear las características del nuevo calendario. Dentro de ese comité figuraba el escritor Philippe Fabre d'Eglantine, que había sido figura prominente dentro de la Convención. Correspondió a Fabre la propuesta de nuevos nombres para los doce meses del año, que tendrían solamente treinta días y que se contarían desde el 22 de setiembre (o sea el comienzo del otoño), con las nuevas designaciones Vendémiaire , Brumaire, Frimaire, Nivôse, Pluviôse, Ventôse, Germinal, Floréal, Prairial, Messidor, Thermidor, Fructidor, o sea que aludían a la agricultura y al clima. Como el año seguía teniendo 365 días, pese a todo (porque ése es el tiempo de una vuelta completa de la Tierra alrededor del Sol), los cinco días restantes serían feriados y extra-calendario, para celebrar la virtud, el genio, el trabajo, la opinión, la recompensa. En los años bisiestos se agregaría aun otro día, para el Festival de la Revolución. Tales feriados serían consecutivos (en la práctica, abarcaban desde setiembre 17 al 22) y eran una moderada com pensación para la eliminación de otros feriados del año, porque el nuevo calendario suprimía la semana tradicional y creaba otra de diez días, o década, a razón de tres por mes. De hecho se creaba un año de 36 domingos y no de 52. El Calendario Republicano dejó muy escasa marca histórica fuera de Francia e incluso dentro de ella, porque exigía un período de acostumbramiento y porque hacía necesario traducir cada fecha en toda referencia al mundo exterior. Por otra parte, era inevitable mantener las viejas denominaciones para aludir a las épocas pasadas, ya se tratara del antiguo Egipto como de la Edad Media, ya se mencionara a Luis
51
XV como a Molière, Racine o Corneille. Sin embargo, las nuevas denominaciones funcionaron para inscribir en la historia al “18 Brumaire” del año VIII (o sea el 9 de noviembre de 1799), porque en esa fecha quedó cancelado el Directorio y comenzó un régimen de Consulado donde Napoleón Bonaparte fue figura principal. Así la palabra “Brumaire” pasó a figurar en las biografías serias sobre Napoleón, de la misma manera en que la palabra “Thermidor ” simbolizó el momento en que cayeron Robespierre y sus partidarios (julio 1794). Pero a todo efecto práctico el calendario republicano quedó finalmente en desuso. Perduró sólo trece años y fue abolido por el mismo Napoleón en 1805, restableciendo el calendario gregoriano desde el 1° de enero de 1806. Philippe Fabre d’Eglantine no llegó a enterarse del Thermidor de 1794, del Brumaire de 1799 ni de la abolición de 1805. Era uno de los enemigos de Robespierre, cualesquiera fueran sus méritos por el Calendario. Tras un juicio muy agitado, Fabre, Danton, Desmoulins y otros revolucionarios fueron guillotinados el 5 de abril de 1794, justo en la mitad de Germinal.
JUEGOS La actual baraja francesa fue inventada por alemanes, hacia 1813. Se trata de un juego impreso en Leipzig, para conmemorar la histórica batalla del mismo nombre, que fue una de las mayores derrotas para las tropas napoleónicas. Las barajas existían desde mucho antes, sin embargo. Parecen haber sido creadas inicialmente por los chinos, aproximadamente en el siglo X, y no está determinado cómo llegaron a Europa, aunque Marco Polo (1254-1324) es uno de sus más probables vehículos. Diversos documentos fijan la existencia de barajas en Europa desde el siglo XIII, y las barajas más antiguas que se conservan en museos parecen datar de fecha cercana a 1440, o sea que habrían sido contemporáneas de la imprenta. La innovación alemana de 1813 fue la doble cabeza para el dibujo de sus figuras, de tal manera que el jugador no necesita invertir la carta para identificarla o acomodarla. Hacia arriba o hacia abajo, una dama
52
es siempre una dama. Ese minúsculo dato resultó importante en la práctica de casi todos los juegos de cartas (poker, bridge, canasta), porque el jugador que acomoda cartas en sus manos está dando pistas a sus rivales. Eso ocurre con las barajas españolas y con jugadores que se sienten incómodos cuando ven una sota de bastos cabeza abajo. Pero el jugador especialmente astuto también sabe acomodar sus cartas para dar pistas falsas.
MISIONES Y RESISTENCIAS En 1986-87 muchos espectadores del mundo entero pudieron sor prenderse ante los hechos históricos aludidos en La misión, una super producción británica con Robert De Niro y Jeremy Irons. El relato está fechado a mediados del siglo XVIII, su escenario es la selva cercana a las Cataratas del Iguazú y en sustancia se narra allí el cierre de las misiones jesuíticas. El cierre es pedido por los colonizadores portugueses, es aceptado por los colonizadores españoles, tiene alguna relación con un cambio de fronteras en las respectivas zonas geográficas y, sobre todo, es impulsado por el Vaticano, que teóricamente representa a la autoridad obedecida por los jesuitas. Hay muchos elementos ficticios en ese relato, que opone los problemas de conciencia de dos personajes y termina en definitiva por subrayar que los indios y sus colonias son las víctimas inocentes de un juego de intereses entre las potencias europeas. El trasfondo histórico no está muy explícito en la película y desde luego no surge tampoco de las reseñas sobre ella. Al público se le dice que los portugueses eran esclavistas y que el Vaticano accede a sus intereses, incluso después de comprobar largamente que los jesuitas habían hecho en la zona una vasta obra de conversión cristiana y de progreso material. En ese irracional proceso los gobernantes españoles no aparecen. El relato cinematográfico se permite la sutileza de subrayar que el delegado del Vaticano tiene sus incertidumbres en el conflicto, pero eso es todo lo que llega a saberse allí sobre un tema histórico espinoso, donde los intereses políticos y económicos superaron a los factores ideológicos y morales.
53
Los jesuitas constituyeron siempre una fuerza de avanzada en la Iglesia católica, desde que la orden fuera fundada por San Ignacio de Loyola en 1534. Sus miembros hicieron voto de pobreza, castidad y obediencia, como muchos otros monjes de toda religión, pero se distinguieron por una vida apostólica activa, empeñándose en la educación y la conversión cristiana de toda la humanidad. Dos siglos después de la fundación, un censo interno fijaba en 22.589 la cantidad de sus miembros (cifras de 1749), ya distribuidos en Europa, América, África y Asia, lo cual abarcaba desde la educación de la burguesía europea hasta las misiones fundadas para llevar a los salvajes el mensaje evangélico. Dentro de América latina, las misiones jesuíticas coincidieron con la etapa del coloniaje, que suponía la explotación de los indios y de sus riquezas naturales, con lo que era inevitable que esos sacerdotes pobres fueran vistos como enemigos por los militares y los comerciantes de la época. Ese aspecto está muy claro en La misión. Es menos sabido que los jesuitas despertaron otros conflictos en otras zonas. Imponer una religión a terceros lleva a luchar con otras religiones pre-existentes, y eso podía ser tan cierto en el caso de los indios como en las misiones jesuíticas enviadas a Europa oriental y sobre todo a China, India y Japón. El proselitismo religioso lleva asimismo a imponer instituciones y asumir poderes temporales, como lo demostraron los Papas en la era cristiana y los sumos sacerdotes en toda época, sin olvidar a la Inquisición, a la iglesia anglicana y a la censura cinematográfica argentina. Como los jesuitas hicieron voto de obediencia (aun contra su razonamiento propio) y como la autoridad obedecida era la del Papa, la orden pasó a ser vista a menudo como un instrumento del Vaticano. Eso también está claro en La misión, pero es menos grato enterarse de que los sabios jesuitas se pronunciaron en 1632 contra Galileo, aduciendo que un texto de éste, si era llevado a la enseñanza, podría causar más daño “que Lutero y Calvino juntos ”. Así contribuyeron a que Galileo abjurara en 1633 de ideas que la ciencia posterior estableció como ciertas. En 1759 la corte portuguesa y su primer ministro el Marqués de Pombal persiguieron a los jesuitas, llevándolos a la cárcel o al exilio. En 1764 fueron puestos fuera de la ley por el gobierno francés y en
54
1767 por el de España. Hasta ese momento los jesuitas contaban con la protección del Papa Clemente XIII, pero éste fue sustituido por Clemente XIV, quien en 1773 suprimió la orden jesuítica. En 1814 quedaron rehabilitados por el Papa Pio VII, pero en 1845-1847 los jesuitas fueron el centro de una guerra civil en algunos cantones de Suiza, lo cual terminó también con su expulsión. La moraleja de esos altibajos es que los jesuitas podían ser una molestia para muchos gobiernos e incluso para algunos de los Papas. En los conflictos que narra La misión, un tema lateral es la delimitación de fronteras entre los dominadores españoles y los portugueses, pero allí habría que agregar que los mapas de toda América habían sido hechos por los mismos jesuitas y sus indicaciones podían ser objetadas desde luego por las partes interesadas, en un momento en que la ciencia de los mapas era harto rudimentaria. Inevitablemente, los diccionarios modernos señalan que el jesuitismo no es una virtud, y uno de ellos lo define, entre otras acepciones, como “conducta disimulada e hipocresía en la manera de comportarse”. Eso es parte de una controversia de cuatro siglos.
REFORMISTA La primera mujer que se presentó como candidata a la presidencia de Estados Unidos fue Victoria Claflin Woodhull, de 34 años, en 1872. No representaba al Partido Demócrata ni al Republicano, sino a otro grupo peculiar, el Equal Rights Party, o partido por la igualdad de derechos. Obtuvo apenas el uno por mil de los votos nacionales. Esa candidatura fue sólo una de sus originalidades, dentro de una vida muy agitada y rebelde. En la adolescencia, Victoria y su hermana Tennessee trabajaron como artistas trashumantes en un espectáculo que incluía números de “clarividencia”. Después de su segundo matrimonio, Victoria se interesó por diversos movimientos reformistas del siglo, lo cual terminó por ser su plataforma electoral: los derechos femeninos, el amor libre, la abolición de la pena de muerte, el impuesto a las ganancias elevadas, la creación de un gobierno mundial, la sim plificación de las leyes para el divorcio. Todo ello podía ser razonable
55
y estaba expuesto en un folleto publicado por Victoria bajo el título Origen, Tendencias y Principios de Gobierno (1871). Otros rasgos suyos fueron más discutibles. El espiritualismo le ha bía conducido a obtener el apoyo de Comelius Vanderbilt, un poderoso magnate de la industria naviera y ferroviaria, que también se interesaba por el Más Allá y por la clarividencia. Fue así como las dos hermanas abrieron con el apoyo de Vanderbilt una empresa de operaciones bursátiles, la Woodhull, Claflin & Co., que fue en Nueva York la única del ramo que era dirigida por mujeres. Para comprar y vender acciones de la Bolsa debió ser útil la clarividencia. Simultáneamente, ambas agentes bursátiles preconizaron toda una reforma en las costumbres, proponiendo una combinación de amor li bre, educación comunal de los niños, propiedad compartida (incluyendo presumibles acciones de Bolsa) y derechos civiles de la mujer. Esto ya habría suscitado resistencias a una candidata presidencial, pero se complicó después con un turbio incidente de adulterio. Había comenzado una relación amorosa entre Victoria y un sufragista llamado Theodore Tilton. Este era casado, y a su vez Mrs. Tilton mantenía otra relación con el prominente teólogo y orador Henry Ward Beecher. Am bos hombres habían sido muy amigos, pero dejaron de serio cuando Tilton acusó a Beecher de mantener relaciones con su mujer. Los cargos fueron publicados por las hermanas Claflin en su semanario, con escándalo para todas las partes, porque el episodio comprometía a cinco personas notorias de la época. Como si eso no fuera suficiente, las hermanas publicaron también en su semanario la primera traducción al inglés del Manifiesto Comunista que Marx y Engels habían escrito en l848. A esa altura, las hermanas Claflin no teman para perder ni siquiera las cadenas. Victoria Claflin Woodhull nunca se sintió derrotada por su época. Se casó por tercera vez con un banquero de Londres, volvió a ser candidata a la presidencia norteamericana (1892) y preconizó otras reformas sociales: justicia gratis para los pobres, designación de antropólogos en las dependencias policiales, análisis químicos de los alimentos en venta. También comenzó a publicar una revista llamada Humanitarian, dedicada a la eugenesia o sea la ciencia del perfeccionamiento
56
humano a través de la herencia. Fiel a sus convicciones de igualdad y progreso, se mostró filantrópica con su propia fortuna, se interesó por la aviación y ofreció una recompensa especial de cinco mil dólares, en 1914, al primer vuelo transatlántico. Murió en 1927, a los 89 años, en paz con su conciencia. No llegó a presidente pero fue una adelantada de los movimientos feministas.
GRAN INSECTO El mosquito cambió decisivamente las estructuras políticas mundiales durante los siglos XIX y XX, pero su trascendencia ha sido subestimada por historiadores que prefieren creer en personalidades (Napoleón, la reina Victoria o Roosevelt), en ideas (las de Marx o las de Hitler) o en guerras (todas). Aunque los mosquitos no se han ofendido por ese desdén, algo debe decirse de su trayectoria. Hacia 1650 algunos millones de mosquitos pasaron de Africa a América, a bordo de los barcos que transportaban esclavos negros. Todavía no tenían el elegante nombre Aédes aegypti, ni se sospechaba siquiera que merecieran la atención de los seres humanos, excepto por su zumbido y por otras molestias ocasionales. Pero ponían sus huevos en los toneles de agua y así se las ingeniaron para importar desde Africa el virus de la fiebre amarilla, que hasta entonces era una enfermedad selecta de los monos y de otros mamíferos de la jungla. En las décadas siguientes, y favorecida por las altas temperaturas y por la humedad, la fiebre amarilla se hizo indeseablemente popular en toda América Central. En 1802 Napoleón Bonaparte envió una fuerte expedición militar al Caribe, para intervenir en un sitio que fuera conocido primero como Isla Española (desde Colón), después como Hispaniola y hoy como Haití-República Dominicana. Allí se había rebelado el líder negro Toussaint-Louverture, que pretendía nada menos que abolir la esclavitud, en sucesivas luchas y negociaciones con españoles, ingleses y franceses. La expedición comandada por el general Leclerc (cuñado de Na poleón) triunfó militarmente, pero un año después ese ejército había sido diezmado por la fiebre amarilla, que causó una enorme mortandad.
57
Entre las bajas figuraba el propio Leclerc, muerto en 1801 a los treinta años de edad. El dato incomodó a Napoleón y fue uno de los motivos que le indujeron poco después a vender a Estados Unidos el territorio de Louisiana. La obra del mosquito no terminó allí, sin embargo. Sucesivos go bernantes franceses habían tomado nota de la pérdida de posiciones nacionales en América, donde sólo se conservaban una Guayana francesa y una Isla del Diablo que ya tenía mala reputación. En 1869 se había inaugurado al este de Africa el Canal de Suez, que en buena medida fue la creación del francés Ferdinand de Lesseps, aunque con apoyo de capitales británicos. En 1879 el gobierno francés y el mismo Lesseps se lanzaron a un proyecto similar, dispuestos a construir el Canal de Panamá. A ese efecto se constituyó una empresa privada, dirigida por Lesseps y por su hijo Charles, con aporte de diversos capitalistas franceses. Diez años después, el proyecto francés debió ser abandonado con grandes pérdidas. Como lo señalara el historiador William H. McNeill, “los costos se habían disparado hasta niveles intolerables, como resultado de la fuerte mortandad provocada en el personal obrero por la malaria y la fiebre amarilla”. El fracaso provocó en Francia un notable escándalo político y financiero. Algunos funcionarios y parlamentarios franceses fueron acusados por haber aceptado sobornos de la Compañía del Canal. En 1893 Lesseps y su hijo Charles fueron condenados a cinco años de prisión, fallo que después fue anulado por una corte de apelaciones. En esos mismos años Estados Unidos daba otros pasos adelante, triunfando en una guerra contra España y apoderándose de Cuba (1898). Todavía le quedaba por derrotar a la fiebre amarilla, y allí les ganó un segundo partido a los franceses. El médico cubano Carlos Finlay había sostenido hacia 1881 que el mosquito era el agente transmisor de la fiebre amarilla, pero sus opiniones fueron escasamente escuchadas durante veinte años por los gobernantes y por otros hombres de ciencia. En 1900 el norteamericano Walter Reed interpretó correctamente las enseñanzas de Finlay. Cuando se produjo en La Habana un brote muy serio de fiebre amarilla, Reed presidió un comité de investigación, diagnosticó la índole y origen de la enfermedad, inició una
58
campaña sanitaria. Varios de sus colaboradores murieron en esa crisis, pero en 1901 el comandante William Crawford Gorgas aplicó radicalmente algunas medidas y eliminó en noventa días la epidemia de La Habana. Los procedimientos habían sido resueltos en los tres años previos, cuando Gorgas se vio obligado a incendiar totalmente un campo en Siboney (Cuba) para destruir un foco. En La Habana ordenó segregar a los enfermos, establecer cuarentenas, implantar una higiene general, destruir todo depósito de agua que pudiera contener larvas de mosquitos. En 1904 Gorgas fue llevado a la zona donde se haría el Canal de Panamá. Aplicó medidas idénticas, en enorme escala, y así los Estados Unidos pudieron construir el Canal, lo inauguraron en 1914 y tuvieron desde entonces una llave política de enorme importancia, porque la conexión marítima entre el Atlántico y el Pacífico se reunía, en el caso, a la gravitación norteamericana en el Caribe, hecho del cual llegaron a enterarse después en Cuba y en Nicaragua. Tras haber contribuido a la derrota de Francia y a la expansión territorial de Estados Unidos, tanto en América del Norte como en América Central, el mosquito no fue debidamente homenajeado con monumento alguno. La mejor parte de su fama fue que William Faulkner dio el nombre de Mosquitoes a su segunda novela (1927). Fuera de ello, los mosquitos nunca tuvieron buena prensa.
PRECURSOR El nazismo fue inventado hacia 1866 por Heinrich von Treitschke (1834-1896), un historiador alemán, sesenta años antes de que Adolf Hitler lanzara esa funesta idea en el libro Mi lucha. Como profesor de historia y política, como editor del importante y prolongado Diario de Prusia (1866 a 1889) y como autor de la voluminosa Historia de Alemania en el siglo XIX (cinco tomos, 1879 a 1894), von Treitschke fue un enemigo del socialismo, un fanático partidario del poder estatal, un promotor de la expansión alemana a través de colonias. Abominaba de los ingleses, de los judíos, de los derechos civiles, de las discusiones parlamentarias. Eso no le impidió ser representante en el Reichstag (1871 a 1884), donde inevitablemente debió molestarle que los otros
59
diputados hablaran. También debió ser difícil hacerle escuchar las razones de los otros, porque era sordo.
DE LA JIRAFA HACIA ABAJO A comienzos del siglo XIX, el eminente biólogo y botánico francés Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) sostuvo filosóficamente la posibilidad de que los caracteres adquiridos en vida por una planta o un animal se conserven después en su reproducción. Se le atribuye como ejemplo clásico el invocar que las jirafas suelen mordisquear hojas de árboles, que eso ha estirado sus cuerpos y que los hijos e hijas de las jirafas han nacido en consecuencia con cuellos y patas de mayor longitud. Eso aportaría un valioso elemento a las teorías de la evolución, creando subespecies que se adaptan diversamente a distintas circunstancias ambientales. Las tesis de Lamarck han sido controvertidas por la ciencia posterior. Ante todo, no era posible confirmarlas con la experimentación, en parte por la escasez de jirafas en París, hacia 1810-1830, y en parte porque otros animales también quieren mordisquear arbustos pero solamente la jirafa llega a cinco metros de altura. Incluso si se traslada el problema a seres vivos más fáciles de observar (las plantas, los insectos o los moluscos) las ideas de Lamarck sólo podían ser confirmadas por un estudio realizado a través de muchas generaciones, y con rigores científicos que eran impensados en la época. El mérito de Lamarck pudo ser el de una comprensión intuitiva pero incompleta de los procesos de la evolución, de la misma manera en que había llegado a formular una clasificación científica de plantas y animales. A Lamarck se atribuye el primer uso de la palabra biología (en 1802), pero en cambio ignoraba una ciencia posterior que se llamó genética, desarrollada a partir de Gregor Johann Mendel (1822-1884) y que ayuda a comprender, si no a explicar, las leyes de la herencia en plantas, animales y seres humanos. Stalin fue curiosamente el continuador de Lamarck y el defensor de aquella teoría sobre la trasmisión hereditaria de los caracteres adquiridos. Eso ocurrió a partir de 1935 y en un cuento sumamente soviético.
60
Su protagonista fue Trofim D. Lysenko (1898-1976), un ucraniano que venía precedido de estudios y trabajos sobre agricultura en institutos de Kiev y de Odessa. En 1935 Lysenko obtuvo el favor de Stalin, tras algunos experimentos con hibernación de semillas, injertos en plantas y combinación de distintas variedades de trigo para obtener una clase mejor. Su tesis era que esos y otros cambios, aunque fueran introducidos artificialmente, se mantendrían en las generaciones siguientes. Esa idea debió parecer maravillosa a Stalin, que hizo ascender a Lysenko en sus cargos y en 1940 lo designó director del Instituto de Genética del país. Simbólicamente, Lysenko estaba proponiendo con las plantas lo que Stalin quería hacer con la URSS. Si un ciudadano soviético es debidamente formado desde la infancia en ideas y actitudes, sus hijos y nietos surgirán como seres soviéticos ideales. Esa ilusión de modificar la naturaleza humana era compartida entonces por Hitler en Alemania (aunque con otros procedimientos), pero el fracaso soviético en la materia ha tenido recientes ejemplos, cuando algunos altos funcionarios fueron destituidos y hasta fusilados por corrupción, soborno y robo, setenta años después de la Revolución de 1917. Modificar la naturaleza humana es una empresa que sólo surge en hipótesis teóricas, como en las novelas futuristas de Huxley y de Orwell. Quizás haga falta más tiempo. Lysenko no aspiraba a tanto, pero tenía una fuerte inclinación a creerse sabio en lo suyo. Eso podía ser una virtud, pero se convirtió en un defecto cuando Lysenko llegó a redefinir las teorías biológicas previas, atacando los descubrimientos de Mendel, la teoría de los cromosomas como factor hereditario y la enseñanza o experimentación en todo ello. Dentro de la ciencia de su país se convirtió en un pequeño dictador. Desde el comienzo se enfrentó con el eminente botánico soviético Nikolai I. Vavílov (1887-1943), que había viajado por el mundo y había fundado cuatrocientos institutos de investigación en todo el país. Como Vavílov no creía en las especulaciones de Lysenko, éste lo denunció en sucesivos congresos, aparentemente como funesto ejem plo de la decadente ciencia burguesa extranjera. Así Vavílov fue arrestado y enviado a Siberia, donde murió (a Stalin no le gustaban los so-
61
viéticos que hubieran viajado por Occidente). En 1948 Lysenko presidió un congreso en la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas, donde cinco colegas que antes habían defendido las teorías de Mendel sobre la herencia terminaron por confesar sus ideas como lamentables errores. Se humillaron públicamente en el mejor estilo ruso, con textos luego transcriptos en Pravda y en publicaciones extranjeras. Lysenko recibió en la URSS todos los honores oficiales, incluyendo la Orden de Lenin en ocho oportunidades y tres premios Stalin (1941, 1943, 1949). Su antecesor en la biología nacional había sido Iván V. Michurin, quien también creía en la trasmisión hereditaria de los caracteres adquiridos, pero había fallecido en 1935 sin enviar colegas a Siberia. Aunque Michurin tuvo también sus problemas con el gobierno zarista y después con el soviético, terminó por ser homenajeado en la ancianidad, y así fue muy aceptable que el eminente realizador cinematográfico Alexander Dovzhenko proyectara una película en su honor, que comenzó por llamarse Vida en flor y que terminó por llamarse Michurin. Pero escribiría y realizarla fue para Dovzhenko una lucha de tres años (1946 a 1949) donde uno de sus mayores rivales fue Lysenko. Este hizo reescribir el libreto, para ajustarlo a su propia visión de la personalidad y obra de Michurin, y de ello dejó constancia Dovzhenko en sus diarios personales, publicados después de su muerte (1956). La crisis del director se prolongó más allá del libreto, cuando la superioridad le tachó un par de escenas poéticas (la comunión de Michurin con la naturaleza), después cuando prohibió la película y finalmente cuando ordenó rehacerla, aunque Dovzhenko no intervino ya en esa versión final. La influencia de Lysenko en el arte fue todo un drama. Stalin murió en 1953 y la importancia política de Lysenko disminuyó rápidamente. Pero Jruschov lo rehabilitó poco después, porque confiaba en que sus teorías mejoraran la producción agrícola, aunque había muy escasa experimentación práctica al respecto. Hacia 1961 la ciencia mundial publicaba largos ensayos sobre el DNA (ácido desoxirribonucleico), sustancia que integra los cromosomas, que varía entre diversas especies animales y que decide caracteres hereditarios. En la Unión Soviética era imposible escribir sobre el DNA, porque su aceptación suponía revisar los conceptos nacionales sobre las leyes de la
62
herencia, contrariando los mandatos de Lysenko. Pero en 1962 los hombres de ciencia soviéticos cuestionaron esa dictadura sobre sus disciplinas. Publicaron artículos sobre genética en diversas revistas científicas y plantearon de hecho el atraso nacional frente a la ciencia extranjera. En 1963 la agricultura significó un tropiezo todavía mayor para Lysenko y para el mismo Jruschov. No solamente los laboratorios fracasaron en el intento de crear nuevos tipos de cereales o un trigo más eficaz para el pan, sino que la ciencia nacional y extranjera comenzó a publicar críticas contra Lysenko, tanto por sus teorías como por la ineficacia de las aplicaciones prácticas. En 1963 las cosechas soviéticas fueron tan pobres que la URSS debió importar doce millones de toneladas de cereales para el consumo interno. Mientras la astronauta soviética Valentina Tereshkova se consagraba como la primera mujer que daba la vuelta al mundo en su vehículo espacial (48 veces, junio 1963), el pueblo soviético se quejaba de que el pan era escaso. En octubre 1964 Jruschov cayó de su puesto, por varios motivos que incluyeron la crisis agrícola. Poco después Lysenko fue privado de sus cargos, se sumergió en una oscuridad similar a la de Jruschov y falleció en 1976, a los 78 años de edad.
BOOMERANG El matrimonio Serge y Beate Klarsfeld, que capturó a Klaus Barbie en Bolivia, ha relatado una anécdota de su investigación a lo largo de muchos años. Cuando los nazis ocuparon Francia, se dispusieron a ordenar allí las medidas antisemitas que se habían aplicado en Alemania durante varios años. Uno de sus puntos decisivos fue un memorándum del 16 de febrero de 1942, firmado por Kurt Lischka, jefe de la policía nazi en París, señalando la necesidad “de la deportación de elementos judíos bolcheviques al Este”, o sea a Alemania. Ese era el primer paso para la tragedia luego conocida como Solución Final, o sea la muerte en campos de concentración.
63
Desde el 27 de marzo de 1942 hasta el 11 de agosto de 1944, cerca de ochenta mil franceses fueron deportados en ferrocarril hacia Alemania, casi siempre en vagones sólo aptos para ganado. Como los alemanes eran muy cuidadosos, hicieron listas de esas personas y además hicieron copias de esas listas, en cuatro ejemplares, para llevar el control. Tras la Liberación (1944), las listas fueron halladas por los Klarsfeld en oficinas de París, depositadas desordenadamente en varios ca jones. Algunas estaban deterioradas, a tal punto que los Klarsfeld y algunos voluntarios debieron dedicarles unas tres mil horas de trabajo, a lo largo de dos años, para reconstruir fechas, vagones, nombres y edades. El resultado fue un libro semejante a una guía telefónica, titulado Recuerdo de los judíos deportados de Francia. Sirvió después como obra de consulta para la acusación a Barbie, a otros alemanes y a jerarcas de la policía francesa que habían colaborado en aquella prolongada deportación. Una parte se refiere a 4.051 niños que fueron se parados de sus padres, tras un largo confinamiento en el Velodrome d'Hiver. Durante un mes se esperaron instrucciones superiores, hasta que Adolf Eichmann decidió que debían ser enviados a Auschwitz para su ejecución en cámaras de gas. El cuidadoso registro alemán en cuadruplicado se convirtió así en valioso elemento fiscal. Los alemanes fueron crueles pero demasiado minuciosos.
REACCION EN CADENA La bomba atómica arrojada sobre Hiroshima era un cilindro de tres metros de largo, 71 centímetros de diámetro, poco más de cuatro toneladas de peso. Fue lanzada el 6 de agosto de 1945 por el avión bom bardero B-29, rotulado Enola Gay, el que debió volar más de dos mil kilómetros, desde la isla de Tinian (una de las Islas Marianas) hasta el centro mismo de Japón, con una docena de hombres como tripulantes y el amia más mortífera que la Humanidad hubiera creado hasta ese momento. Tras el lanzamiento, la bomba mató en una fracción de segundo a una cifra estimada en ochenta mil personas. Una cantidad si-
64
milar incluye las muertes posteriores, las lesiones graves, la intensificación del cáncer, la perturbación hereditaria. La bomba provocó una rápida cancelación de la Segunda Guerra Mundial, al obligar a la rendición de las fuerzas japonesas. Pero antes de la rendición ya se había lanzado una segunda bomba en Nagasaki (agosto 9). Antes de iniciar su corta vida, la bomba atómica tuvo muchos padres. En agosto 1939 Albert Einstein escribió al presidente Roosevelt una carta histórica, señalando la posibilidad de fabricar superbombas con base de uranio, más el riesgo de que Alemania nazi ya lo estuviera haciendo. Dos meses después, Roosevelt inició un plan secreto de estudio y fabricación, que llegó a conocerse como Manhattan Project, bajo el mando del Brigadier General Leslie A. Groves. A lo largo de seis años el proyecto fue contemporáneo a la Segunda Guerra Mundial y quedó marcado estratégicamente por el ataque japonés a Pearl Harbor (diciembre 1941), por la muerte de Roosevelt (abril 1945), por la inmediata derrota alemana y por la resistencia de Japón a rendirse, incluso después de la intimación lanzada por los Aliados desde la conferencia de Potsdam (julio 1945). En sus, seis años de desarrollo, el Manhattan Project evolucionó bajo una concentración de hombres de ciencia, dirigidos por el norteamericano J. Robert Oppenheimer, e integrada entre otros por los físicos Edward Teller (húngaro), Leo Szilard (húngaro), Niels Bohr (danés) y Enrico Fermi (italiano), todos los cuales habían huido en diversas fechas del nazismo europeo. Correspondió a Fermi el hallazgo de la fase conocida como “reacción en cadena”, donde la fisión de un átomo conduce a la fisión de otros. Los hombres de ciencia fueron concentrados en Los Alamos (sobre un desierto de New México), donde llegaron a vivir seis mil personas, incluyendo a técnicos, operarios y familiares. Las condiciones de seguridad y de secreto fueron sumamente estrictas y se agravaron en 1944, cuando el Manhattan Project incorporó a toda una escuadrilla de bombarderos, a la que correspondería efectuar el lanzamiento. Estas tripulaciones debieron pre pararse durante un año en el pueblo de Wendover (Utah), bajo el mando del Teniente coronel Paul Tibbets, un piloto que ya había realizado hazañas en la guerra. Solamente los hombres de ciencia y el
65
mismo Tibbets conocían la índole de la operación proyectada, mientras los demás sólo supieron que participaban en una tarea monumental y secreta, sobre la que conocieron lo estrictamente indispensable para trabajar y sobre la que no podían hacer preguntas ni comentarios. El secreto era un objetivo crítico, en parte porque el gobierno americano llegó a gastar allí dos mil millones de dólares, disimulándolos en el presupuesto militar y esquivando las preguntas de legisladores y funcionarios. Uno de los legisladores preocupados por gastos misteriosos fue el senador Harry S. Truman. Tras la muerte de Roosevelt en abril, las acciones se precipitaron durante el año 1945, ahora con Truman como presidente. Las tripulaciones fueron trasladadas de Wendover a la isla Timan. La bomba misma fue transportada desde Los Alamos a San Francisco y allí fue embarcada en el crucero Indianápolis, que la transportó también a Tinian (en su viaje de vuelta, el Indianápolis fue hundido por un submarino japonés). En julio 1945 se realizó una experimentación de la bomba atómica en el desierto de New México y en un sitio conocido como Alamogordo. La eficacia de esta prueba fue comunicada a Truman, que concurría entonces a la conferencia de Potsdam, junto a Churchill y Stalin. De esa reunión surgió un ultimátum a Japón para que se rindiera, pero su resultado fue nulo. El lanzamiento de la bomba de pendía de la orden de Truman. Cuando la orden fue cursada, Paul Tib bets había elegido su propio avión B-29 y lo había bautizado como Enola Gay, que era el nombre de su madre. Decidió también cuáles serían los aviones de reconocimiento y sus tripulaciones. Decidió que él se haría cargo personalmente de conducir el avión protagonista. Hasta ese momento, los blancos japoneses posibles eran cuatro: Hiroshima, Kokura, Niigata y Nagasaki. La elección de Hiroshima parecía decidida por el dato de que allí no habría campamentos que pudieran contener prisioneros americanos. El azar ratificó esa elección en las horas previas. Uno de los aviones de reconocimiento, a cargo del piloto Claude Eatherly, informó que sobre Hiroshima existía un amplio claro de nubes, facilitando la visión del blanco. El 6 de agosto Tibbets lanzó la bomba. El 8 de agosto la Unión Soviética declaró la guerra a Japón.
66
El 9 de agosto otra tripulación lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki, matando aproximadamente a 40.000 personas. A pesar de ello, una parte del gabinete japonés se negaba a la rendición, paso que finalmente fue dado el 14 de agosto. Las repercusiones de la bomba atómica han ocupado cuatro décadas de controversia. Poco antes de ser lanzada, un comité de técnicos hizo llegar a los altos mandos americanos la propuesta de que con la bomba se hiciera una demostración que no provocara muertes civiles pero que convenciera a los japoneses. Esa idea, contenida en el llamado Franck Repon, fue estudiada durante cuatro días y finalmente desechada. Los militares americanos no creyeron que Japón pudiera ser convencido por otra medida que por una matanza mayor, el punto aparece ratificado por la resistencia japonesa, incluso después de Hiroshima y Nagasaki. Las mayores acusaciones de la historia fueron encaminadas contra el presidente Truman, pero la respuesta de éste fue que las alternativas eran seguir la guerra como hasta entonces o proceder a la invasión de Japón, lo que según el asesoramiento militar supondría medio millón de bajas americanas en aviadores, marinos y soldados. Otras acusaciones fueron dirigidas a Tibbets. Veinte años después, cuando integró una comisión militar americana a la India, que debía ocuparse de suministros, Tibbets fue impugnado en algunos periódicos como “el mayor criminal del mundo ”, lo que obligó a que el Departamento de Estado cancelara esa otra misión suya. Antes o después de la bomba, Oppenheimer, Bohr, Einstein, Fermi, Szilard y muchos otros hombres de ciencia impugnaron directa o indirectamente su propia obra, proponiendo el uso pacífico de la energía nuclear. En eso estuvo parcialmente conforme el mismo gobierno americano, que en 1946 formó la Comisión de Energía Atómica, transfiriendo el tema desde las manos militares a las civiles. En 1949 Oppenheimer, como alto funcionario de esa Comisión, manifestó oponerse a que se avanzara en la fabricación de una bomba de hidrógeno, que sería aún más mortífera que la atómica. En 1953, durante el apogeo del maccarthysmo, Oppenheimer fue impugnado por esa posición y por la cantidad de comunistas que existían entre sus familiares y amigos. A esa altura, el pase furtivo de los secretos atómicos a la Unión Soviética era
67
ya una realidad probada. El resultado fue que Oppenheimer quedó caracterizado como un “riesgo de seguridad” y privado de todo acceso a los secretos científicos y militares que había supervisado en los años previos. Uno de sus acusadores fue sorprendentemente Edward Teller, hombre de ciencia que después figuraría como padre de la bomba de hidrógeno. Aunque en 1963 Oppenheimer recibió el premio Fermi, otorgado por el presidente Johnson, su caída oficial no fue corregida. Falleció en 1967. La BBC inglesa lo vindicó narrando su biografía en un film para TV de 1982. La mitología de la bomba atómica incluyó una historia muy especial. En 1957 diarios y revistas americanas divulgaron el dato de que el piloto de la bomba atómica había sentido graves remordimientos y estaba internado en un monasterio o un manicomio. La realidad era menos dramática. El aludido era Claude Eatherly, que no condujo el Enola Gay sino uno de los aviones de reconocimiento. Antes de 1945, y especialmente durante el año de entrenamiento dentro del equipo, Eatherly cometió una serie de faltas personales: grandes apuestas en el juego, excesos de velocidad y de alcohol y un desarreglo mayor cuando intentó bombardear, por propia iniciativa, el Palacio Imperial de Tokio (falló el golpe). A pesar de esos episodios, Tibbets mantuvo a Eatherly en su equipo, porque lo consideraba un piloto excepcional. Después de 1945, y a lo largo de treinta años, Eatherly recorrió un camino delictuoso de cheques sin fondo, robo en una oficina postal, varios episodios de alcoholismo, la internación en un sanatorio para enfermos mentales. De allí surgió la leyenda de su martirio. Pero luego se advirtió que la culpa atómica tuvo poca relación con esa decadencia personal. Hasta los datos de 1977, Eatherly perdió la voz, se tranquilizó y pasó a vivir modestamente de una pensión oficial. En los diez años siguientes no han trascendido informaciones sobre su decaída existencia.
UN-AMERICAN La vida política del senador Joe McCarthy abarcó solamente el período 1950-1954, pero su fama lleva a creer que dominó por mucho
68
más tiempo. El error de óptica se debe en parte a que la fobia anticomunista había comenzado mucho antes en Estados Unidos y se había intensificado desde 1946, cuando terminó la guerra mundial y comenzó la así llamada Guerra Fría. Un segundo y grave motivo es que esa fobia se extendió en los años siguientes a McCarthy y en ciertos sentidos perduró tres décadas después de su muerte en 1957. La perduración se explica poruña actitud política de hostilidad hacia la Unión Soviética y afines, lo cual siguió siendo cierto con pocos altibajos desde 1946 hasta hoy. Pero se explica también por la existencia de ciertas leyes y disposiciones administrativas que fueron dictadas durante el apogeo de McCarthy y que no fueron derogadas después. Entre esas disposiciones debe darse un lugar preferencial a la Ley de Inmigración y Nacionalidad, también llamada Ley Walter-McCarran, aprobada en junio 1952. Allí se da forma concreta a la xenofobia norteamericana del momento. En su libro The Great Fear (1978), dedicado a describir exhaustivamente ese período, el escritor inglés David Caute dedica un documentado capítulo a las aplicaciones de esa ley, abundando en nombres propios y en citas textuales de muchos dictámenes. En 1950 había en Estados Unidos diez millones de ciudadanos norteamericanos que eran extranjeros de origen pero habían tramitado legalmente su incorporación al país. También había 2.5 millones de extranjeros con residencia legal pero sin papeles de ciudadanía. Lo que aportó la ley Walter-McCarran fue nada menos que un instrumento para que la Oficina de Inmigración y Naturalización pudiera revocar la ciudadanía antes acordada e iniciara la deportación de otros extranjeros, en aquellos casos en que, con razón o sin ella, esas personas pudieran ser sospechosas de favorecer una presunta infiltración comunista en la sociedad norteamericana. Eso incluyó centenares de casos patéticos, envueltos colectivamente por un hostil y extendido clamor: “que se vuelvan a Rusia...” Caute detalla muchos de esos casos, sin ahorrarse nombres o fechas. Entre los damnificados aparecieron personas que habían llegado a Estados Unidos con tres meses de edad, que tenían treinta o cuarenta años de ciudadanía, que eran el único sostén económico de sus familiares y
69
que al ser deportados dejaban detrás a cónyuges, hijos y nietos norteamericanos. Entre los ejemplos dramáticos se destacan las 228 personas que en 1954 fueron conminadas a dejar Estados Unidos, pero a su vez no eran aceptadas por sus países de origen en Europa oriental. El griego Gus Polites, que había sido comunista hasta 1938, no sólo dejó después al Partido sino que durante 1942 llegó a vender cincuenta mil dólares en bonos de guerra, con beneficio para Estados Unidos y para la causa de los Aliados. Pero la Oficina de Inmigración le despojó igualmente de su nacionalidad adquirida y en 1963 lo deportó por la fuerza, tras hostigarlo de diversas maneras. Llegado a Polonia, y sin saber hablar polaco, Gus Polites enfermó y murió en la total soledad. Fue igualmente dramático el caso de William Heikkila, un finlandés que llegó a América cuando tenía sólo tres meses de edad. Al verse amenazado por la pérdida de la ciudadanía y la consiguiente deportación, Heikkila inició una batalla legal que se hizo muy prolongada. Eso exasperó a la Oficina de Inmigración, que en abril 1958 lo secuestró. Sin notificar siquiera a su esposa ni al abogado, la Oficina lo despachó compulsivamente a Finlandia en un avión. Al día siguiente, el hombre estaba en Helsinki, con treinta centavos en el bolsillo y sin sobretodo. Las protestas lo devolvieron a Estados Unidos para proseguir su batalla legal, pero Caute no informa el resultado final de ese peleado partido. Un dato importante de esos conflictos fue la escasez de prueba para acusar a los centenares o miles de damnificados. En muchos casos la vinculación con el comunismo o el anarquismo había ocurrido varias décadas atrás y nada indicaba que esos hombres y mujeres fueran agitadores peligrosos en la década de 1950. En otros casos no existía siquiera tal vinculación política y la acusación se reducía a fundamentos muy débiles, como el apoyo a la República española durante la guerra civil de 1936- 1939, o la firma en el famoso manifiesto de Estocolmo por la paz y contra la bomba atómica (1950) o la simple maledicencia de vecinos y enemigos personales, que a su vez no eran confrontados con la persona damnificada. Esas deficiencias caracterizaron a todo el período que hoy lleva el nombre de Joe McCarthy. Para separarse de todo ello, Charles Chaplin se fue de Estados Unidos en 1952, después de sentirse víctima de una tremenda hostilidad.
70
Otros conflictos similares afectaron a aquellos extranjeros que pedían visa para entrar a Estados Unidos, tras recibir invitaciones para conferencias, cursos o congresos. La larga lista de visas denegadas comprende a dirigentes sindicales de casi todo país y a hombres de ciencia que antes hubieran concurrido a otros congresos en Europa oriental o después de 1959 a Cuba. Como lo señala Caute, una mitad de los científicos que pidieron visas encontraron alguna dificultad, y esa cifra sube al 70 u 80 por ciento para los científicos franceses, porque casi todos ellos estaban afiliados a la Association des Travailleurs Scientifiques, y esta entidad había tenido como presidente al comunista Frédéric Joliot-Curie, premio Nobel de Química (1935), pero también un iniciador del llamamiento de Estocolmo contra las armas nucleares (1950). Entre los intelectuales que vieron postergada o negada su visa de ingreso a Estados Unidos, es importante destacar al arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, al cantante francés Maurice Chevalier, al filósofo mexicano Leopoldo Zea y a una larga lista de escritores, que incluye al inglés Stephen Spender, al italiano Alberto Moravia, al mexicano Carlos Fuentes, al inglés Graham Greene (porque había sido comunista durante cuatro semanas de 1923), al colombiano Gabriel García Márquez y al cubano Guillermo Cabrera Infante. Este último caso es paradójico, porque tras haber sido funcionario de Cuba casuista, Ca brera Infante pasó a ser uno de los más destacados y públicos opositores al fidelismo. Pero esto era típico de los funcionarios norteamericanos que aplicaban leyes y reglamentaciones. Una vez que alguien ingresó en la lista ad-hoc de villanos, no tendrá forma de salir de ella. No pudo salir Pablo Picasso, porque se había afiliado al Partido Comunista francés y había firmado contra la bomba atómica, pero de quien habría sido difícil sospechar que procurara derrocar por la fuerza al gobierno de Estados Unidos. No pudieron salir los cubanos pro-fidelistas que después se hubieran volcado contra Fidel Castro. Uno de los casos mejor documentados fue el del escritor y periodista uruguayo Angel Rama. Había dado cursos durante más de un año en la Universidad de Maryland, tras haber ganado una beca Guggenheim. La misma Universidad pidió después que se le prolongara la visa durante otro año, pero en 1982 la Oficina de Inmigración la denegó.
71
Las apelaciones fueron inútiles y Rama pasó a vivir en París, dentro de un largo exilio que ya había incluido Venezuela. En el curso de esos trámites, el Consulado norteamericano en Barcelona señaló a Rama el código que estaba inscripto al pie de una visa anterior: 212(d) (3) (A) (28). El empleado consular exclamó: “¡Pero usted, es un 28, un comunista subversivo!”. Y así fue como Rama escribió después un largo artículo titulado Trampa 28, donde describe su propio caso y los criterios aplicados por funcionarios norteamericanos, “que no se caracterizan por su cuidadosa lectura de las revistas literarias”. Si las hubieran leído, habrían sabido que no sólo Rama nunca fue comunista sino que tuvo ardientes polémicas contra la prensa comunista uruguaya. El 28 señalaba globalmente a la gente de izquierda que alguna vez hubiera criticado ciertas políticas norteamericanas, aunque también hubieran criticado otras políticas soviéticas o socialistas, como ciertamente lo hizo Rama con abundancia, en una larga carrera de crítico literario y periodista. Pero en ese punto, ni el Departamento de Estado ni las oficinas de Inmigración dan explicación alguna ni acceden a discutir lo que resuelven. En 1982 Rama perdió el caso, 25 años después de la muerte de Joe McCarthy. A fines de 1982, Ronald Reagan hizo una gira latinoamericana. Pasó por Colombia y allí el presidente Belisario Betancur, elegido poco antes, señaló a Reagan el error oficial que Estados Unidos había cometido con Rama. No sirvió de mucho. En noviembre 1983 Rama viajó de París a Colombia, para un congreso literario y para agradecer a Betancur su generosa e inútil gestión. Pero murió al explotar el avión de Avianca en las cercanías de Madrid, causando 194 víctimas, entre ellas Marta Traba, esposa de Rama. El punto notable de esas actuaciones oficiales norteamericanas es que sean aplicadas por funcionarios ejecutivos norteamericanos (generalmente con el conocimiento del Departamento de Estado) basándose en una ley del período McCarthy. En el caso de Rama, trascendió que cuando el presidente colombiano Betancur planteó el caso, Reagan contestó “en mi país no ocurren esas cosas”, aunque su respuesta correcta debió ser que en su país él no se entera de esas cosas. Tampoco
72
estuvo después muy enterado de que Estados Unidos vendía clandestinamente armas a Irán y giraba el dinero a los contras de Nicaragua. En el problema de las visas rechazadas, y en diciembre 1986, trascendió el caso de Patricia Lara, una periodista colombiana que dos meses antes quiso entrar a Estados Unidos, quedó presa durante cinco días y des pués deportada. En apariencia, todo su pecado fue haber escrito algunas críticas sobre la política exterior norteamericana. Eso enseña a cuidarse la ropa en el futuro. Los adolescentes de hoy deben saber que cualquier crítica sobre el caso Irán-Israel-Nicaragua (por ejemplo), les impedirá conocer Disneylandia, San Francisco y New Orleáns, que es precioso. Criticar la ley Walter-McCarran, por ejemplo, puede ser un error fatal. Conduce a mirar las Cataratas del Niágara solamente del lado canadiense.
ERRANTES A los satélites que giran alrededor de la Tierra se les han confiado misiones de todo tipo, que van desde la investigación científica al es pionaje sobre otros países, pasando por las trasmisiones de televisión. En setiembre 1982 el satélite Cosmos 1383, de la Unión Soviética, captó un mensaje de auxilio procedente de un pequeño avión con tres tripulantes, perdido en las selvas de Columbia Británica, al norte de Canadá. El mensaje pasó automáticamente a las autoridades canadienses en Ottawa, iniciando así una operación de rescate por helicóptero, con final feliz. El episodio quedó inscripto como el primer acto humanitario cometido por un satélite. Fue también el primer éxito de un plan americanosoviético llamado SARSAT (por Search And Rescue Satellites, o sea satélites para búsqueda y rescate) que se concentrará en posibles episodios de ese tipo. En apariencia, el dato necesario es que exista uniformidad de ondas entre el equipo del satélite y las posibles llamadas de auxilio. Fuera del SARSAT, son muy diversos los 4.300 satélites que hasta las estadísticas de 1982 giraban alrededor de la Tierra. Una mitad de ellos corresponde a los Estados Unidos, una cuarta parte a la Unión
73
Soviética y el resto a Francia, Japón, Inglaterra y otros países. La única estadística mundial precisa es la llevada por la NASA, organismo norteamericano que supervisa todo lo relativo a la conquista del espacio. Aunque deben existir otras estadísticas soviéticas, se las considera un secreto de Estado. En 1977 se publicó que 54 satélites se habían escapado de la órbita prevista, no volvieron a la Tierra y se encuentran presumiblemente a la deriva en ignotas galaxias. Es probable que lleguen a ser los platos voladores para otros planetas.
EPONIMOS El vizconde Lucius Cary Falkland (1610-1643) nunca estuvo en América Latina, nunca pisó las Islas Falklands (o Malvinas) y hasta es posible que nunca haya visto siquiera el Océano Atlántico. En su corta vida fue un destacado parlamentario que comenzó por oponerse a las líneas políticas del rey Carlos I y después se convirtió en su Secretario de Estado. Este rey fue después destronado y decapitado (1649), pero Falkland no se enteró de ello, porque murió antes en la batalla de Newbury. Su carrera fue suficiente, sin embargo, para que en 1690 la Corona británica llamara Falklands a un grupo de islas en el sur del Océano Atlántico. Esa denominación fue objetada por los argentinos en diversas épocas y también en una guerra de 1982. Sin embargo, el nombre de Islas Malvinas no es tampoco argentino. Procede del breve dominio francés en una parte de esa zona (hacia 1764). Algunos marinos franceses procedían del puerto de St. Malo, sobre el Canal de la Mancha, y eso les pareció suficiente para dictaminar que ésas serían “les lies Malouines”. El antecedente histórico no empujó sin embargo a los franceses a terciar en la disputa angloargentina, y mucho menos a hacer una guerra al respecto. Es cierto en cambio que los problemas de la “soberanía” han empu jado a cambios de nombres, para dejar en claro que algo ha cambiado. En América, sobre el Mar Caribe, la Guayana Inglesa se transformó
74
simplemente en Guyana y después adquirió una triste celebridad, porque ése fue el sitio en que el fanático religioso Jim Jones ejecutó varios crímenes y después propició un notable suicidio colectivo (noviembre 1978), donde murieron 913 personas, Jones incluido. Una situación similar y más pacífica se produjo en la vecina Guayana Holandesa, que en 1975 pasó a la independencia con el nombre de Surinam, aunque obviamente mantiene el idioma holandés y estrechos vínculos comerciales con Holanda. Los cambios en Africa han sido más abundantes, lo que en parte se debió a la debilidad de las potencias europeas después de la Segunda Guerra Mundial. Numerosos movimientos de independencia llevaron a la proliferación de países distintos; esto aumentó la cantidad de votantes en las Naciones Unidas y en la Unesco, para la frecuente preocupación de Estados Unidos, que vio crecer así las unidades del Tercer Mundo. Entre los muchos cambios africanos, corresponde subrayar que ya no existen por ejemplo el Africa Ecuatorial Francesa ni el Congo Belga, pero en cambio hay países que se llaman Congo, Zaire o Zambia. Un caso muy especial fue el de Rhodesia, que al conseguir la independencia pasó a llamarse Zimbabwe. Esa era una forma de quela nueva república negra se despejara de la memoria de Cecil Rhodes (1853-1902), un aventurero y magnate que en el siglo XIX representó de varias maneras al imperialismo británico en Africa. En principio, la misma Corona británica habría querido despejarse también de la memoria de Rhodes, que en sus últimos años cayó en desgracia como político y se mezcló además con una princesa Radziwill, vagamente polaca, cuyas turbias maniobras la llevaron a la prisión y al proceso judicial. Pero cuando se leyó el testamento de Rhodes, terminó por descu brirse que había legado una suma cercana a los tres millones de libras esterlinas para financiar diversas becas en la Universidad de Oxford, dato de suma importancia biográfica, porque Rhodes había estudiado allí antes de hacerse rico con los diamantes africanos. Fue así como la Corona británica resolvió que sería más prudente mantener el nombre de Rhodesia para esos territorios, hasta que se produjeron los primeros movimientos de una independencia blanca (1965), que después derivarían al gobierno negro y a la existencia de Zimbabwe. Sus habitantes
75
negros procuran ahora olvidarse de Rhodes, pero lo recuerdan aquellos que aspiren a una beca en Oxford. Otros problemas del imperialismo y del postimperialismo han tenido soluciones aún más difíciles. El mayor monte del mundo es el Everest, que tiene casi nueve kilómetros de altura, está situado en los Himalayas y recibió su denominación en 1865, como homenaje a Sir George Everest (1790-1866), un sabio británico de la geodesia y de la geografía, cuyos trabajos permitieron trazar los mapas de la India, cuando ésta integraba el Imperio Británico en el siglo XIX. El nombre Everest está ligado así al imperialismo, en su etapa de apogeo, y fue ciertamente durante el relevamiento geográfico de la India, hacia 1852, que pudo establecerse al Everest (hasta entonces Pico XV) como la montaña más alta del mundo. La presencia británica en la zona fue ratificada un siglo más tarde cuando una expedición comandada por Edmund Hillary alcanzó por primera vez a escalar la cima (1953), lo que le valió ser nombrado Caballero por la Corona británica. Aunque Hillary había nacido en Nueva Zelandia (1919), técnicamente era británico. Con su nombre inglés el Everest figura en casi todos los mapas y registros del mundo, pero su situación geográfica contradice esa idea. Estrictamente debe ser considerado como parte de China o del reino de Nepal. En ninguno de ambos países el nombre Everest parece tener aceptación. Allí se identifica a la montaña como Sagarmatha o Chomolungma, que según los más reputados eruditos locales sobre el Tíbet significa “dios madre de la tierra ”. Antes de que estalle otra guerra convendría aclarar el punto, pero parece difícil consultar a los habitantes de la zona, porque en el Monte Everest no vive nadie. En una escala más reducida, los cambios de nombres han afectado también a calles y plazas en toda ciudad del mundo. En España fue notable que el nombre de Francisco Franco haya sido silenciado des pués de su muerte, no sólo en discursos políticos sino en documentos oficiales. En Barcelona, una larga diagonal que antes se llamaba Avenida Generalísimo Franco pasó a llamarse lacónicamente Avenida Diagonal, en todas las chapas municipales y en la guía telefónica, sin que nadie hiciera manifestaciones públicas en favor o en contra. También
76
la Avenida José Antonio Primo de Rivera, comúnmente conocida como Gran Vía, adquirió el nombre oficial de Gran Vía de las Cortes Catalanas. Ambos casos traducen una antigua hostilidad de los catalanes contra el franquismo, con bastante fundamento. En Argentina, los nombres de Juan Domingo Perón (1895-1974) y de su mujer Evita (1919-1952) fueron dados en vida a numerosos sitios públicos, y famosamente a las estaciones ferroviarias Retiro y Constitución. Un golpe militar de 1955 borró esas denominaciones y llegó a prohibir también que Perón fuera mencionado en la prensa. Con el tiempo, no sólo Perón recuperó su circulación pública sino que alcanzó una tercera presidencia (1973). Cuando Argentina llegó a la democracia (1983), el gobierno radical entendió que sería correcto y ecuánime dar el nombre de Perón a una calle céntrica, homenaje póstumo que otros gobiernos habían dado a Rivadavia, Belgrano, Sarmiento, San Martín y otros prohombres de la historia nacional. Así la importante Cangallo pasó a llamarse Juan Domingo Perón, y así comenzó a difundirse un chiste casi macabro, que exige conocer algo de historia reciente argentina. En esa broma se atribuye a Perón haber pronunciado en su agonía la promesa “Volveré y seré Cangallo”.
LA LOCURA OFICIAL La palabra inglesa MAD significa “loco, rabioso o furioso ”, según consta en cualquier diccionario bilingüe. Es así muy apropiado que se la utilice para designar al más ambicioso plan de armamentismo nuclear que se haya formulado desde el estreno de la bomba atómica. El azar y la malicia quisieron que MAD fuera la sigla habitual para un programa conocido como Mutual Assured Destruction, o sea la seguridad de una destrucción mutua, entre Estados Unidos y la URSS, su puesto que uno de ambos países inicie la guerra nuclear. La idea general es que tras ese primer paso, el atacado contaría aun con bombas atómicas poderosas, lanzadas seguramente desde otros sitios, con lo cual no habría un país victorioso sino dos países derrotados y aniquilados. Esa sombría perspectiva fomentó y sigue fomentando una interminable competencia entre ambas naciones. Llevó a espiar de una u
77
otra manera el armamento ajeno y con ello condujo a mejorar el propio. Con el costo de esas operaciones podría darse ropa, comida y vivienda al mundo entero durante todo un siglo. En marzo 1983 Ronald Reagan señaló en un discurso super- público la conveniencia de sustituir la doctrina MAD por otra actitud menos atacante y más defensiva. La idea estaba apoyada por numerosos estudios técnicos y sostenía en definitiva la posibilidad de destruir los cohetes soviéticos durante su vuelo. Eso llevaba a instalar puestos de batalla en el espacio exterior, con sensores que detectarían de varias maneras un ataque y llevarían a detenerlo, con lo cual se trasladaría la guerra desde los continentes al espacio. Por eso se la llamó Star Wars o Guerra de las Galaxias , aprovechando la enorme difusión de una película así titulada (1977) e invadiendo de hecho las regiones de la cienciaficción, cuyas historietas y novelitas ya habían adelantado esa posibilidad mucho antes de la bomba atómica. También en este caso la realidad imitaba al arte. Los costos de esa imitación son y serán superlativos, no sólo en dinero sino en tiempo, energías, experimentos y reuniones políticas de alto nivel. Por otra parte, los discursos de Reagan (o de Gorbachov) tampoco garantizan que ambos países se conformen con defenderse. Seguirán preparándose para atacar según la doctrina MAD, pero ahora con la previsión de hacer nuevos misiles intercontinentales que no puedan ser detectados por las defensas enemigas. Esa loca carrera (o Madness) carece de punto final, arruina a la Humanidad entera y tiene sólidos precedentes históricos, que en sustancia prueban la inoperancia última de cualquier arma o protección que parezca definitiva. El mecanismo es así: 1) Los animales tienen gran variedad de garras, picos, dientes, corazas y disimulos naturales. Todos ellos pueden ser dominados por el hombre, aunque los microbios son los animales más difíciles. 2) El hombre empezó por utilizar piedras y garrotes, pero eso apareció superado por el arco y la flecha, que permitieron ataques a distancia. 3) Las piedras, los garrotes, los arcos y las flechas resultaron poco eficaces cuando el hombre comenzó a construir castillos de gruesas murallas.
78
4) Los castillos no fueron una gran defensa cuando se inventaron las armas de fuego, en especial los cañones que derribaban puertas y rejas. 5) Las armas de fuego progresaron de muchas maneras, pero fueron superadas por las atómicas. El futuro de las bombas atómicas era inseguro hasta el cierre de esta edición, pero no es difícil imaginar un futuro y pequeño virus que descomponga sus mecanismos. Eso conduciría a otro discurso de Reagan o de sus sucesores, lo cual ya es mala noticia. Pero en materia de defensas, el mundo entero se rió en mayo 1987, cuando un aviador aficionado alemán, llamado Mathias Rust, 19 años, atravesó todas las defensas antiaéreas soviéticas y aterrizó con un pequeño avión Cessna Skyhawk 172 en la Plaza Roja de Moscú. De la risa quedaron exceptuados los altos funcionarios soviéticos, algunos de los cuales perdieron sus cargos de inmediato. Las armas han sido siempre un negocio sucio. A comienzos de 1983 un traficante llamado Ian Smalley fue detenido en Texas por un intento de contrabando. Le estaba vendiendo cien tanques blindados a Irán y 8.300 proyectiles antitanque a Irak, mientras ambos países estaban en guerra entre sí, con lo cual Smalley se beneficiaba a dos puntas. De acuerdo a la descripción del semanario Time (14.2.83), el punto grave no era la doble venta ni tampoco la moralidad del caso (extremos su perados por la libertad de comercio) sino el intento de disimular una operación antipatriótica, que conducía a que Irán se llevara armas norteamericanas después de haber ofendido a Estados Unidos con un famoso secuestro de 52 personas, devueltas a su patria (enero 1981) tras 444 días de cautiverio. Eso podía ser muy feo por parte de Smalley, pero no fue tan grave como la otra venta de armas a Irán, hecha por funcionarios norteamericanos a través de Israel, con destacada gestión del teniente coronel Oliver North y con o sin conocimiento del presidente Reagan, según se descubrió y discutió largamente a fines de 1986 y comienzos de 1987. Las presunciones de inocencia en el caso no abarcan solamente a Reagan y la Casa Blanca. También son inocentes muchos otros opera-
79
dores del armamentismo, como se lo advierte en abundantes notas periodísticas que mencionan a funcionarios norteamericanos, banqueros suizos, políticos israelíes, guerrilleros nicaragüenses {contras), terratenientes hondureños, magnates árabes, navieros portugueses. Hacen operaciones perfectamente legales, cuyo pequeño inconveniente es provocar miles o millones de muertos y heridos. El maestro reconocido del armamentismo fue el financiero turco Basil Zaharoff (1849-1936), que odiaba a Turquía y que hizo su enorme fortuna vendiendo las armas para la Primera Guerra Mundial, con maniobras que dejarían perplejos a Ronald Reagan y a su gran colaborador Oliver North. Eso le conquistó el apodo de “mercader de la muerte”. Terminada la guerra en 1918, Francia dio a Zaharoff el título de Gran Oficial de la Legión de Honor. Por su parte, Inglaterra confirió a Zaharoff el título de Caballero de la Gran Orden del Baño. En las décadas siguientes, Inglaterra y Francia concurrieron a numerosas conferencias para el desarme universal, aprovechando que Zaharoff había desaparecido.
PETROLEO Y DERIVADOS Suiza no tiene salida al mar, pero eso no le impide poseer 32 barcos mercantes de gran volumen. El dato integra las estadísticas mundiales de transporte marítimo (publicadas en 1983), donde entre diversos casos similares figuran los de Paraguay (31 barcos), Checoslovaquia (21), Hungría (21), Austria (12) y Bolivia (2 barcos). Como es impro bable que todos esos navíos de gran tonelaje circulen por los respectivos ríos y lagos, cabe suponer que muchos de ellos navegan en el Mediterráneo, en el Atlántico o en el Pacífico, aproximando mercancías a los puertos más cercanos, con un recorrido terrestre o fluvial complementario. La misma estadística señala que dos terceras partes de la flota mercante mundial están asignadas al transporte de petróleo y sus derivados, lo cual asigna un especial fundamento a la enorme flota mercante japonesa (10.652 barcos), primero porque Japón es una isla o
80
conjunto de islas y después porque hace falta mucho petróleo para alimentar a un país en el que coinciden una vasta industria y la carencia de yacimientos petrolíferos propios. Es menos razonable, en cambio, que los grandes países petroleros no hayan formado una enorme flota para vender lo suyo. Lo dicen esas estadísticas, cuando enumeran la escasez de Arabia Saudita (347 barcos), Venezuela (236), Irán (235), Marruecos (193), Irak (155) y Nigeria (147 barcos). En esas nóminas no figura Kuwait, que ha sido durante las últimas décadas uno de los mayores productores y exportadores de petróleo, del que depende el noventa por ciento de su economía. Como Kuwait hizo voluminosas concesiones petroleras a capitales norteamericanos y japoneses, puede sobreentenderse que su exportación nacional tiene un interés primordial para otros países. El caso fue confirmado a mediados de 1987, cuando se produjo una crisis política en el Golfo Pérsico. La marina norteamericana tomó bajo su protección a los tanques petroleros procedentes de Kuwait, arriesgando una delicada situación bélica, por la guerra cercana entre Irán e Irak. Como fondo de la situación, cabe recordar que el petróleo de los árabes no es sólo de los árabes. Su búsqueda, explotación y venta de pendieron de técnicos y capitales procedentes de otros países más desarrollados y de Estados Unidos en particular. Eso derivó a que todos los países petroleros tuvieron enormes ingresos por ceder la explotación de sus riquezas minerales, pero no avanzaron en su desarrollo social como habría sido aconsejable. Casi todos ellos son escasos en la asistencia a su población (escuelas, hospitales, viviendas económicas), pero en cambio muestran groseros millonarios que en toda Europa y en Estados Unidos compran tierras, casas, bancos, casinos y también mu jeres. Se sabe que Alá los protege. La otra paradoja de la economía petrolera es que la misma estadística de flotas mercantes establezca 5.032 buques con bandera de Panamá y 2.819 con bandera de Liberia, en ambos casos con una astronómica desproporción respecto a sus necesidades nacionales de exportación e importación. Pero eso tiene otros motivos históricos, políticos y económicos. La fundación de Liberia ocurrió en 1822, con el auspicio de una asociación norteamericana, a fin de que ese territorio de Africa
81
Occidental (con 350 millas de costa) sirviera como refugio para negros africanos que habían conseguido eludir la esclavitud, aunque todavía faltaban cuatro décadas para la guerra civil americana (1861-1865). El nombre Liberia alude a ese origen y la capital Monrovia es un declarado homenaje a James Monroe, que en 1822 era presidente de Estados Unidos y que pasó a la historia como el creador de la Doctrina Monroe, que exige una “América para los americanos”, como punto ideológico de resistencia a toda posible intromisión de potencias europeas. En 1847 la colonia Liberia se transformó en país autónomo, con una organización política similar a la de Estados Unidos, con el inglés como idioma oficial y con la moneda rotulada como “dólar liberiano”, aunque es útil saber que ese dólar equivale puntualmente a un dólar norteamericano. En 1944, un siglo después de la autonomía política y cuando ya ha bían transcurrido dos guerras mundiales y avanzaba la economía petrolera, el presidente William S. Tubman inauguró en Liberia la llamada “economía de puertas abiertas”, que condujo a una pronunciada penetración del capital extranjero. Casi toda África ha sido un terreno políticamente dominado por potencias occidentales (Francia, Inglaterra, Bélgica), pero Liberia se ha dado el lujo de haber mantenido su inde pendencia política durante un siglo y medio, al tiempo que su presidente Tubman aumentó su popularidad, practicó la democracia interna, impulsó reformas sociales, estableció el voto femenino y se mantuvo en el poder durante 27 años (una elección, seis reelecciones) hasta su fallecimiento en 1971. Era obvio, sin embargo, que su política de “ puertas abiertas”, proclamada en 1944, sólo podía favorecer entonces al comercio con Estados Unidos, mientras las potencias europeas de bían atender, en cambio, los diversos problemas económicos y políticos que les había causado la Segunda Guerra Mundial. De hecho, Tu bman estaba proclamando una “Liberia para los americanos”. Un dato revelador de la penetración económica extranjera fue la inmensa facilidad con que los barcos extranjeros pueden obtenerla bandera de Li beria, simplificando los trámites, los reglamentos y las responsabilidades civiles que las empresas navieras enfrentarían en otros países. En
82
apariencia, es más fácil obtener una bandera marítima de Liberia que establecer una comunicación telefónica internacional en Buenos Aires. Panamá ha concedido facilidades similares y por eso tiene una enorme flota mercante, que sería desproporcionada para su propio comercio exterior. Su fundamento es la óptima situación geográfica del país, por su doble costa hacia el Pacífico y hacia el Atlántico, más su vecindad con el Canal de Panamá, que es el paso más corto entre ambos océanos. Las estadísticas no dan la nacionalidad de los capitales que respaldan a las empresas navieras panameñas, pero nadie se sorprenderá si encuentra allí grandes capitales norteamericanos. Igual a lo que ocurre con Liberia, el gobierno de Panamá no se hace responsable de los posibles derrames de petróleo en el mar ni de lo que hagan los ca pitanes de los barcos que lleven su pabellón. El contrabando, por ejem plo, será la responsabilidad del respectivo capitán del barco, o de la empresa que lo respalde, pero no del país que ha concedido su bandera. En diciembre 1982, frente a las costas de Tarragona, una lancha patrullera interceptó al buque Sibo, de bandera panameña, por presunta actividad contrabandista. De acuerdo a la inmediata información en periódicos españoles, en esa operación quedaron decomisados el buque y su carga, que incluía un millón y medio de cajillas de tabaco norteamericano, marca Winston. La escasa tripulación consiguió fugarse a tiempo, en un episodio bastante cinematográfico, y pasó a ser buscada en territorio español. De acuerdo a la nómina de a bordo, esa tripulación estaba integrada por un capitán griego y por seis marinos: dos chilenos, dos turcos, un filipino y un marroquí. Ninguno era panameño.
RACISTAS Brasil, Estados Unidos, la Unión Soviética y muchos otros países albergan poblaciones de gran variedad racial, pero Sudáfrica es el único país que utiliza ese hecho para proclamar oficialmente la desigualdad ante la ley. Los blancos sudafricanos representan, según diferentes estadísticas, entre el 17 y el 20 por ciento de la población total, pero dominan al resto (negros, mestizos, asiáticos) con un sistema legal
83
que se conoce como apartheid y que nada tiene que envidiar a los decretos antisemitas de Alemania nazi, durante 1933-1945. Sus previsiones comienzan por dar el gobierno a la minoría blanca y se prolongan hasta restricciones al resto de la población, en numerosas disposiciones relativas a la propiedad, el trabajo, el Sitio de vivienda, la educación, la salud, la documentación, el movimiento dentro del país mismo. Un dato poco conocido del apartheid es su previsión de que en Sudáfrica no hay solamente dos razas sino ocho. A los blancos y los negros se agregan allí los colored (mestizos), los malayos, los chinos, los indios (de la India), los “otros asiáticos” y los griqua. Estos últimos también tienen ascendencia negra pero distintos caracteres étnicos, con lo que pasaron a ser una categoría legal separada. No es probable que las categorías aumenten, porque con ocho ya el gobierno sudafricano tiene suficientes problemas administrativos. Uno de los conflictos habituales ha sido la misma determinación de las categorías. Esto fue una consecuencia inevitable de la política racista, porque la realidad es que las razas se mezclan a través de las generaciones, y entonces hay que determinar, con documentación im perfecta o extranjera, dónde se coloca un individuo que tenga por ejem plo un octavo de sangre negra, dos octavos de sangre india, un octavo de sangre malaya, tres octavos de sangre china y un octavo de sangre griqua. Como la clasificación legal afectará después a su sitio de vivienda, a la índole de su trabajo y a la educación de sus hijos (más la categoría de éstos, desde luego), en cada año hay que hacer revisiones y ajustes, tras ignotos expedientes. Las reclasificaciones de 1986 fueron anunciadas oficialmente por Stoffel Botha, como Ministro del Interior en Sudáfrica. Se referían solamente a 1600 personas, en una po blación cercana a los 28 millones de habitantes. Las cifras fueron des pués transcriptas en el semanario Time (9.3.87) y dan una idea de lo difícil que es la vida en Sudáfrica: — Nueve blancos se convirtieron en Colored ; — 506 Colored en blancos; — Dos blancos en malayos; — Catorce malayos en blancos; — Nueve indios en blancos;
84
— Siete chinos en blancos; — Un Griqua en blanco; — Cuarenta Colored en negros; — 666 negros en Colored ; — 87 Colored en indios; — 67 indios en Colored ; — 26 Colored en malayos; — 50 malayos en indios; — 61 indios en malayos; — Cuatro Colored en Griqua; — Cuatro Griqua en Colored ; — Dos Griqua en negros; — 18 negros en Griqua\ — 12 Colored en chinos; — Diez negros en indios; — Dos negros en “otros asiáticos” — Dos Colored en Indios; — Un Colored en negro;
El semanario acota que ningún negro se convirtió en blanco y que ningún blanco se convirtió en negro, dato decisivo para la existencia del apartheid.
INFORMANTES El senador norteamericano Gary Hart perdió en mayo 1987 toda posibilidad de competir como candidato del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales. Un diario de Miami había vigilado su conducta privada y terminó por ventilar sus aventuras extramaritales, principalmente a bordo de un yate. El escándalo obligó a la renuncia de Hart pero también abrió una nueva controversia sobre derechos y de beres de la prensa. Si ésta se dedica a poner observadores bajo la cama de los políticos (o de las estrellas de cine y de televisión) termina por hacerse demasiado ruido sobre episodios que en definitiva carecen de importancia pública. Y aunque suele creerse que ése es un resultado de
85
las maneras sensacionalistas de la prensa de Estados Unidos, el hecho real es que esas habas se cuecen en varios sitios. En 1963 el ministro inglés John Profumo perdió también su puesto tras algunas revelaciones sobre sórdidos episodios de alcoba. En 1985 ocurrió algo similar con Miguel Boyer, ministro de las finanzas españolas. La prensa no es por otra parte la única fuente de tales episodios. Un prominente coleccionista de esas informaciones confidenciales era J. Edgar Hoover (1895-1972), director del FBI durante los últimos 48 años de su vida. La eficacia de Hoover como amo supremo de la policía federal norteamericana nunca fue puesta en duda, desde que en 1924 entró a moralizar y organizar al personal, eliminando a alcohólicos, a inútiles, a adúlteros y esmerándose en mejorar el nivel profesional de todo funcionario. Al FBI se debe casi toda la lucha contra el pistolerismo, que fue capítulo importante en la vida pública norteamericana. Pero Hoover falleció, sus archivos personales fueron abiertos y una ley de 1977 facultó además a que los ciudadanos pudieran enterarse de aquellos expedientes del FBI que les concernían. Así se supo que el celo de Hoover le llevó a recoger y sistematizar una enorme información sobre la conducta privada de miles de ciudadanos, incluyendo allí al presidente Franklin D. Roosevelt, a su esposa Eleanor, a los otros presidentes John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson, todos los cuales parecen haber protagonizado sus aventuras de alcoba. Las de Kennedy eran bastante conocidas, pero sólo Hoover estaba en condiciones de certificar nombres, sitios y fechas. A ese estilo perverso de Hoover corresponde también un documentado episodio de 1961, cuando hizo contratar a prostitutas para que colocaran en situaciones vergonzantes a los miembros de un comité procastrista. Hoover se sentía muy fastidiado por los activistas negros, que luchaban de una u otra manera contra la segregación racial. Persiguió con sus hombres a la líder Angela Davis, que era una reconocida comunista y que terminó presa y enjuiciada en 1970. Persiguió especialmente a Martin Luther King, que fue Premio Nobel (1964) y a quien habría resultado difícil calificar de delincuente. El hostigamiento de Hoover a King llevó a la compulsa minuciosa de su vida privada y a enviar des pués a Mrs. Coretta King el resultado de esas averiguaciones. Entre los
86
mayores objetivos de Hoover figuró también el grupo Black Panthers (Panteras Negras), fundado en 1966 por Huey Newton para contestar con la violencia toda posible intimidación policial a personas negras. En 1968 Newton fue preso y condenado por matar a un agente policial. En 1970 ya eran 25 los Black Panthers eliminados por la autoridad, en diversos enfrentamientos espontáneos o provocados. Sobre esas batallas se difundió después una notable explicación, según la cual Hoover había logrado infiltrar a los Black Panthers con hombres de su confianza personal, y así llegaba a saber anticipadamente muchos datos sobre movimientos del grupo. Los infiltrados eran tantos que pudo sostenerse que en verdad los Black Panthers ya eran dirigidos por el FBI.
COMPUTERISMO La electrónica en general y la computadora en particular se han apoderado ya de buena parte de las operaciones diarias de bancos, trans portes, periodismo, gobierno, comunicaciones y las más variadas industrias. La computadora maneja casi todo, desde ordenar una compra al lanzamiento de vehículos espaciales. Para fin de siglo se anuncia ya una decadencia general del papel escrito, mientras miles o millones de pantallas similares a las de TV registrarán los temas que durante siglos se escribieron, leyeron y archivaron en papeles. Eso crea profesiones nuevas, palabras nuevas (computerización ), hace olvidar algunas profesiones anteriores (linotipistas) y modifica necesariamente edificios, jerarquías, sistemas de trabajo y hasta leyes, porque las existentes no prevén debidamente los flamantes “delitos por computadora”. Una ex presión clara del tema aparece en un cartoon norteamericano (de Tribune Media Services, reproducido en el Anuario 1986 de la Enciclopedia Británica). Muestra a un señor sentado frente a la pantalla, donde lee “usted no necesita una computadora para hacer esto …” La situación era imprevisible en 1914, cuando Thomas Watson fundó la International Business Machines (o IBM), fijando la obligación de que sus empleados vistieran camisas blancas y de que en todas las oficinas se instalara en lugar visible la orden THINK! (¡Piense!). También era imprevisible en 1951, cuando la Remington Rand lanzó
87
la Univac I (Universal Automatic Calculator), que era enorme en su tamaño y sólo podía ser adoptada por Estados o por enormes empresas. Los viajes espaciales, la continua experimentación y las combinaciones con otras disciplinas (la TV, la radio, el teléfono y todo tipo de maquinaria) llevaron a perfeccionar la computadora, a reducir su tamaño y a obtener un enorme incremento en las ventas, extendiendo la electrónica desde algunos centros industriales (Estados Unidos, Japón, Holanda, Francia, Alemania) hacia el resto del mundo. En 1969 el gobierno de Estados Unidos inició un sonado pleito contra la IBM, acusándola de prácticas monopólicas en la industria de la computación. Durante los primeros seis años de ese planteo, y antes de que el juicio mismo comenzara, se acumularon 5.500 páginas de testimonios, más 66 millones de páginas (todas ellas en papel) derivadas de pleitos subsidiarios que contra la IBM iniciaron algunas de sus competidoras, todo lo cual alimentó a una generación de abogados. A comienzos de 1982 el gobierno de Estados Unidos abandonó el caso y lo anunció oficialmente, sin duda porque el monopolio ya no existía. Los registros del pleito deben haber quedado en la “memoria” de alguna computadora norteamericana y sólo podrán interesar a los arqueólogos. Entretanto, la IBM creció hasta la producción, ramificación y venta de todo tipo de aparatos, con cifras que se expresan en miles de millones de dólares. Eso no impide que sean muchas y voluminosas las empresas norteamericanas competidoras. Fuera de Estados Unidos, las mayores son Philips (Holanda), Siemens (Alemania Federal) e Hitachi (Japón). Entre sus maravillas recientes se ha mencionado un modelo llamado 1400 (por la firma japonesa Fujitsu) que realiza mil millones de operaciones matemáticas por segundo. Es cierto, en cambio, que son cada vez menos los niños que saben multiplicar y dividir. Los progresos en esas ciencias incluyen también cierto porcentaje de percances. Ante todo, la misma industria de la electrónica sufrió retrocesos en 1985, a raíz de una verdadera “crisis del crecimiento ”. Las ventas descendieron radicalmente (incluso en IBM) y no compensaron los aumentos en la producción. Eso se debió, ante todo, a que las inversiones previas en computación, efectuadas por bancos y diversas industrias, no rindieron tanta utilidad como la esperada, por la difícil
88
coordinación entre las operaciones propias y la nueva tecnología adquirida. La crisis condujo a ciertos despidos y cierres en la industria electrónica, que debió reordenar su conducción. Un caso dramático fue el de Steven Jobs y Stephen Wozniak, que en 1975 crearon la firma Apple, partiendo casi de cero. En 1980 vendían por valor de 130 millones de dólares, pero en 1985 ambos fueron desplazados por sus socios y quedaron fuera de la empresa. A esa crisis industrial se ha agregado la imprevisión de leyes y reglamentos sobre la nueva situación técnica. El “robo por computadora ” es una especialidad que los códigos penales no habían sabido prever. Una estadística de 1980 señalaba ya, sólo para Estados Unidos, una pérdida que podía variar de los cien a los trescientos millones de dólares, sumando reparticiones oficiales, bancos, firmas de operaciones bursátiles y diversos tipos de negocios (según el anuario de la Enciclo pedia Británica, 1981). Muchos de esos delitos quedan impunes, en parte porque muchas empresas se resignan a no denunciar sus propias debilidades de organización y en parte porque ese tipo de delito permite que sus autores puedan operar con bastante libertad, tecleando una máquina y sin darse a conocer. Hasta última noticia, el genio máximo en la materia fue Stanley Mark Rifkin, un experto en computación que en 1978 despojó de 10.2 millones de dólares al Security National Bank en Los Angeles, barajando transferencias de fondos y comprando diamantes en Suiza, mediante un dinero que en verdad nunca tuvo. A Rifkin lo perdió la necesidad posterior de vender los diamantes, con lo cual cayó en una red policial. Pero su honestidad no había sido cuestionada antes. El dato importante del caso fue que el Security National Bank no se había enterado de un robo hecho en su propio perjuicio, ni se enteró tampoco hasta que el FBI se lo dijo, una semana después de detener al delincuente. Al delito se agrega el error, que surge del exceso de confianza en que la computadora no puede equivocarse. En Estados Unidos, el Internal Revenue Service (oficina recaudadora de impuestos) se quejó en 1985 de las demoras y errores que se había producido en sus millones de complicadas operaciones, que comprometen prácticamente a todo ciudadano norteamericano. En México DF se han escuchado violentas
89
y continuas quejas contra las computadoras que produjeron cobros in justificados por gastos telefónicos y cuentas balnearias caóticas (según La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, noviembre 1981). En Buenos Aires, un detallado artículo en Clarín (4.5.87) señaló la dramática situación creada en la enseñanza primaria de la ciudad de Buenos Aires. La Municipalidad había abierto concursos (los primeros en catorce años) para nombrar directivos y docentes en cinco mil cargos de escuelas a diversos mi veles, incluyendo ochocientos titulares como maestros de 24 mil niños. Se presentaron ocho mil candidatos, con sus diversos datos de antigüedad y capacitación. La computadora falló, y 2.800 docentes descubrieron que el ranking los colocaba en un orden indebido, contundiendo años de trabajo con años de edad, o a una licenciada con una aprendiz. Así que se presentaron 2.800 quejas. La computadora rehízo el trabajo cinco veces y persistieron muchos errores. Llegó el 16 de marzo, comenzaron los cursos, y en ese momento había 450 aulas sin maestros, lo que afectaba a unos once mil niños, mientras al mismo tiempo varios centenares de docentes esperaban que se les asignara algún puesto. La situación provocó medidas de emergencia, con maestros asignados a título provisorio, pero cincuenta días después de esa crisis el artículo de Clarín, firmado por R. P. Guareschi, señalaba que la normalización no había llegado. En esos y otros errores de computación importa decisivamente el así llamado “factor humano”, por deficiencias en la programación y operación de las máquinas. Eso traslada el problema, porque el primer error humano en la materia es confiar con exceso en las máquinas y descubrir la crisis demasiado tarde. Cuando fallan los cálculos pueden producirse grandes tragedias, como en el caso del vehículo espacial Challenger, que explotó en enero 1986, con siete muertos, a los 73 segundos de la partida, en lo que fue el peor percance norteamericano en la materia. Otros contratiempos han costado solamente tiempo y dinero. En marzo 1987, la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral un cohete Atlas Centauro, que portaba un satélite para comunicaciones militares, valorado en 33 millones de dólares. Al minuto de lanzamiento se advirtió que el cohete se desviaba del recorrido previsto, con lo cual se lo destruyó de inmediato. Entre
90
los antecedentes costosos de esos percances figura uno de 1962, cuando el vehículo espacial Mariner I, dirigido a Venus, comenzó a desviarse de la ruta prevista y por tanto fue destruido mediante los mandos a distancia. En ese caso se supo después que en el plan utilizado por la computadora se había omitido simplemente un guion (-), lo que derivó a una pérdida de 18.5 millones de dólares. Desde entonces los guiones se revisan con mucho cuidado.
91
IV
POSTDATAS A DOS SIGLOS Algunos datos de las páginas siguientes no están en los textos de historia
1789 — Con la convocatoria a los Estados Generales en París, el
rey Luis XVI da comienzo involuntario a la Revolución Francesa, en cuyas asambleas surgieron vastos reclamos populares contra el rey mismo, contra la frivolidad dispendiosa de la reina María Antonieta (que era austríaca), contra numerosos privilegios nobiliarios y eclesiásticos. La Revolución encontró su fecha simbólica en el 14 de julio, cuando el pueblo se apoderó de la odiada cárcel de la Bastilla, a fin de procurarse armas. Dejó a la historia esa fecha, un himno luego llamado La Marsellesa, una Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, una voluntad idealista de redención para los oprimidos del mundo entero. Entre los líderes de la Revolución figuraron, en diversos momentos, François-Noël Babeuf, Jean-Sylvain Bailly, Antoine Barnave, Jacques-Pierre Brissot, Jean-Baptiste Carrier, Pierre-Gaspard Chaumette, el marqués de Condorcet (né Marie-Jean-Antoine-Nicolas de Caritat), Georges Danton, Camille Desmoulins, Philippe Fabre d'Eglantine, Antoine-Quentin Fouquier-Tinville, Jacques-René Hebert, el marqués de Lafayette (né Marie-Joseph-Paul-Ives-Roch Gil bert du Motier), Jean-Paul Marat, el conde de Mirabeau, (né HonoréGabriel Riqueti), Maximilien François Robespierre, Louis de SaintJust y Pierre Victumien Vergniaud, aunque fueron variadas sus facciones políticas y muy duras sus controversias internas, dentro de asambleas que agrupaban a centenares de delegados. En enero 1793 fue ejecutado el rey Luis XVI y en octubre 1793 fue ejecutada la reina María Antonieta, en ambos casos con la guillotina, aparato oportunamente inventado por el también revolucionario Joseph Guillotin y sucesivamente aplicado para ejecutar a centenares de aristócratas. En mayo 1794 fue guillotinado Antoine-Laurent Lavoisier, un destacado intelectual cuyas ideas científicas habían sido objetadas por Marat y cuya identidad histórica fue después la de “ padre de la química moderna”. Entre 1793 y 1797, por decisiones de sucesivas autoridades revolucionarias, la guillotina se llevó asimismo las cabezas de Babeuf, Bailly, Barnave, Brissot, Carrier, Chaumette, Danton, Desmoulins, Fa bre, Fouquier-Tinville, Hebert, Robespierre, Saint-Just y Vergniaud, aunque no murieron en orden alfabético. De la guillotina se salvó el
93
conde Mirabeau, que murió enfermo (abril 1791) antes de que comenzaran las ejecuciones. Se salvó Condorcet, que fue detenido por otras autoridades revolucionarias pero que murió en la prisión, aparentemente envenenado y probablemente suicida. Se salvó Lafayette, que en agosto 1792 huyó, se pasó a los enemigos austríacos, quedó prisionero de ellos y fue considerado por muchos franceses como un traidor y un desertor. Y se salvó Marat, que en cambio murió acuchillado en la bañera por la también revolucionaria Charlotte Corday, que pertenecía al grupo girondino y prefería modificaciones sociales más moderadas. Aparentemente, Marat la impresionaba como demasiado radical. Cuatro días después de su moderado crimen a puñaladas, la Corday cayó bajo la guillotina. Luego se dio el nombre de Marat a 21 ciudades francesas, pero en los dos siglos siguientes todas ellas cambiaron su denominación. Quince años después de iniciada la Revolución, los franceses ungieron como emperador a Napoleón Bonaparte, y éste ordenó otros reyes, otros nobles y otros privilegios. 1803 — El gobierno norteamericano compra a Francia el territorio
de Louisiana, por la cifra nominal de quince millones de dólares, que con intereses aumentó a 27.267.622 dólares, lo que de hecho suponía un precio cercano a los seis centavos de dólar por hectárea y aumentaba a más del doble la superficie del país. La operación había sido resistida inicialmente por el gobierno francés del entonces Primer Cónsul Na poleón (que en 1804 se proclamaría emperador), pero terminó por aceptarla. En ese momento Francia tenía graves dificultades políticas y bélicas en Europa, por su guerra con Austria y después con Inglaterra. No podía administrar satisfactoriamente una posesión francesa tan ale jada, con un océano de por medio, y por otra parte necesitaba dinero para rearmarse. La primera intención del gobierno norteamericano de Jefferson fue adquirir solamente la ciudad de New Orleans, obteniendo una importante salida al Golfo de México. Después la operación se amplió considerablemente, hasta cubrir ambas márgenes del esencial río Mississippi, desde la desembocadura hacia el norte. El territorio comprado abarcó no solamente el actual Estado de Louisiana sino también Mis-
94
souri, Arkansas, Iowa, Dakota Norte y Sur, Nebraska, Oklahoma, partes de Kansas, Colorado, Montana, Minnesota. Fue la mayor operación inmobiliaria en su género, dada la singular extensión. Aunque suscitó alguna oposición interna, comenzando por las dudas del mismo Jefferson sobre su validez constitucional, el Senado terminó por aprobar el tratado (24 votos a 7). A los 27 años de existencia legal, tras su Declaración de Independencia (1776), Estados Unidos obtenía una enorme ampliación de su territorio. Ese paso fue seguido por otros similares. En 1845 Estados Unidos anexó los territorios de Florida y de Texas, tras muy complicados conflictos con los gobiernos de España y de México. En 1865, al terminar la Guerra Civil, se produjo la gran expansión hacia el Oeste, que de hecho daría a Estados Unidos una prolongada costa sobre el Pacífico, sin olvidar que el mismo territorio continental fue colonizado, desplazando a numerosas tribus indias. En 1867 Estados Unidos compró a Rusia el territorio de Alaska. En 1917 compró a Dinamarca varias islas del Caribe, que formaban parte de un grupo descubierto por Cristóbal Colón en su segundo viaje (1493) y bautizadas por él como Santa Ursula y las Once mil Vírgenes, lo cual resultó ser una estimación harto inflacionaria de las vírgenes existentes en la zona. A pesar de ello y a pesar de la ulterior y violenta actividad de piratas y ejércitos en el Caribe, la denominación siguió siendo Islas Vírgenes, pero su nombre correcto es Virgin Islands, debido a que algunas son de Estados Unidos y otras de Gran Bretaña. La compra de 1917 tenía un importante sentido estratégico, primero por la amenaza de submarinos alemanes en la Primera Guerra Mundial, y después porque mejoraba el dominio norteamericano en la zona del Caribe, lo cual es una larga historia vinculada al Canal de Panamá, a España, a Puerto Rico, a Nicaragua y a Haití, por lo menos. La expansión territorial de Estados Unidos había tenido un importante antecedente, mucho antes de que el país existiera como tal. En 1626 un gobernador colonial holandés llamado Peter Minuit (o Minnewit) compró a los indios Canarsee una porción de territorio en la costa atlántica americana. Eso formaba parte del imperialismo holandés en la época. Por mercancías y joyas cuyo valor conjunto fue estimado en
95
24 dólares, Minuit se apoderó así de Manhattan, una isla que luego sería parte principal de Nueva York, lo cual generó cierto aumento en el precio de los terrenos. Doce años más tarde, Minuit estaba al servicio de Suecia, volvió a comprar terreno a los indios y estableció así el Fuerte Cristina, en homenaje a la reina sueca. Eso se convirtió en la ciudad de Wilmington, Delaware. La compra de todo Manhattan por 24 dólares fue después rotulada como “el negocio del milenio ”. 1822 — Al descifrarse finalmente el texto grabado en la llamada
piedra Rosetta, los hombres de ciencia obtienen un nuevo camino hacia la comprensión de antiguos documentos egipcios y de los rasgos de su civilización. El interés de la cultura europea por Egipto tuvo un importante jalón en 1798, con la llegada de las tropas francesas al mando de Napoleón, como parte de la guerra contra Gran Bretaña. Un año des pués, a 48 kilómetros de Alejandría, se descubrió una piedra lisa de 114 por 72 centímetros, grabada con caracteres antiguos y conteniendo un largo texto. La piedra pasó de manos francesas al gobierno inglés, tras la rendición militar de la región (1801) y fue luego depositada en el Museo Británico. La interpretación del contenido fue un problema de dos décadas, aunque pronto se supo que se trataba de un texto reiterado en dos idiomas y con tres distintos alfabetos: el griego, el jeroglífico y el demòtico, siendo este último la escritura popular egipcia, dos siglos antes de la era cristiana. La piedra había sido labrada por sacerdotes en la época del faraón Tolomeo V Epífanes el Ilustre (205-180 a.C.). Los estudios sobre la piedra Rosetta fueron iniciados por el físico inglés Thomas Young (1773- 1829), un talento a quien se atribuye la calidad de niño prodigio, por haber leído dos veces la Biblia a los cuatro años de edad. Después confirmó sus talentos con renovadores descubrimientos sobre la naturaleza de la luz y de los colores. Corresponde a Young el mérito inicial de haber descifrado el contenido de la Piedra Rosetta, porlo menos en sus términos generales. Su labor fue proseguida y corregida por el historiador y lingüista francés Jean-François Champollion (1790-1832), quien resolvió el enigma de los jeroglíficos, confrontándolos con los datos que surgían del texto en griego y demòtico. Más allá de esa operación específica, las nuevas interpretaciones de los
96
jeroglíficos abrieron la comprensión de otras inscripciones en antiguos papiros y en pirámides. 1839 — Con un artículo publicado en enero 6 por la Gazette de France queda simbólicamente fijado el comienzo de una nueva técnica llamada “Fotografía ”. El artículo señala la creación lograda por Louis-
Jacques Daguerre (1789-1851), quien antes se había destacado por sus artes de pintura e iluminación en escenografías teatrales, creando un teatro de fantasía al que llamó Diorama. Según el artículo de Gazette, el nuevo invento de Daguerre “altera todas las teorías científicas sobre la luz y la óptica y llegará a revolucionar el arte del dibujo ”. Agrega que el inventor “ha encontrado la manera de fijar las imágenes que aparecen por sí solas en la “camera obscura” , con lo que ya no son reflejos efímeros de los objetos, sino su impresión fija y duradera, la cual, como una pintura o un grabado, puede ser apartada de la pre sencia de esos objetos”. Los principios ópticos de la “cámara oscura” (una imagen recogida
a través del pequeño orificio de una caja) eran ya conocidos en el Renacimiento. También era conocida la influencia de la luz en algunas sales de plata, alterando su color original. La elaboración y combinación de ambos conceptos insumieron siglos, con variados experimentos realizados por el alemán J. H. Schulze (hacia 1727) y los ingleses Thomas Wedgwood y William Hyde Wollaston (hacia 1800). El antecedente inmediato de la fotografía fue la labor del francés Joseph-Nicéphore Niepce, que hacia 1827 obtuvo en una placa la reproducción de un antiguo grabado, si bien con una exposición cercana a las ocho horas. En 1829 Niepce se asoció con Daguerre, que estaba realizando investigaciones similares. Pero Niepce falleció en 1833, con lo que Daguerre debió continuar solo. En 1837 consiguió un primer ejemplo de lo que comenzó a llamarse daguerrotipo. Se titula Bodegón, existe hasta hoy y muestra varias figuras de yeso, mimbre y tela. No está techo en papel sino en una placa de cobre recubierta de plata, con un tamaño cercano a los 16 por 21 centímetros. Después Daguerre mejoró esa técnica, cuya idea general trascendió al exterior y asombró en Inglaterra a William Henry Fox Talbot, un científico inglés que ya había hecho experimentos similares, con entera independencia de Daguerre
97
y probablemente antes. De hecho, la fotografía había llegado a tener muchos padres. Se agregó de inmediato otro más, con el astrónomo inglés John F. W. Herschel, que hizo sus propios experimentos en 1839 y se preocupó del grave problema químico que era dejar fija la imagen obtenida. También fue el primero en utilizar la palabra “fotografía ”. 1841 — Edgar Allan Poe publica en el Graham's Magazine su relato Los crímenes de la calle Morgue, que fue el primer cuento poli-
cíaco de la literatura universal. Dos años después apareció reeditado en libro, ingresando así al detective Auguste Du- pin a una galería de héroes ficticios, entre los que más tarde se destacaría Sherlock Holmes (desde 1887). La primera novela larga del género fue La piedra lunar de Wilkie Collins (1868), que unía a su complicada trama el ingrediente de narrar distintos capítulos con la óptica de distintos personajes. Ese enfoque plural fue también adoptado por Dostoievski en Los hermanos Karamázov (1880), que entre diversos e importantes rasgos incluye el de ser también una novela policíaca, con un crimen a investigar. 1848 — Karl Marx y Friedrich Engels escriben el Manifiesto Comunista (originalmente “Manifiesto del Partido Comunista”) que sería después, junto a El Capital, uno de los textos básicos del marxismo. La
iniciativa del texto correspondió a la Liga de los Justos, una agrupación de exiliados alemanes en Londres. En 1847 la Liga creyó necesitar una formulación clara de sus propias ideas y así pidió el texto a Marx y Engels, que residían en Bruselas y que demoraron algunos meses en entregar el resultado. En lo esencial, el Manifiesto postula que el comunismo es ya un “espectro” invocado y refutado por varias potencias europeas y sus ideólogos, lo que de hecho convierte a esa nueva ideología en un poder político. En consecuencia, Marx y Engels definen por escrito su visión de la sociedad y de la historia. Entienden que se trata de una continua lucha de clases, entre opresores y oprimidos, lo que debe llevar a que los proletarios aniquilen radicalmente las condiciones sociales en que viven. Las últimas palabras proponen que los proletarios nada tienen que perder, excepto sus cadenas, con lo cual exhorta a la unión de los obreros de todos los países.
98
El Manifiesto tuvo muy escasa difusión inmediata, pero la Liga de los Justos se transformó en la Liga Comunista y generó en 1864 la primera asociación obrera internacional, fundada en Londres. Como se trataba de un texto breve (cuarenta páginas) llegó a ser después muy intensa su distribución en casi todo idioma y en millones de ejemplares. En el diario Pravda de Moscú (fundado por Lenin en 1912), el “logo” del título incluye una línea permanente que dice “Proletarios de todos los países, uníos!”. Marx y Engels se habían conocido cuatro años antes de redactar el Manifiesto en Bruselas, y ya habían hecho conjuntamente dos libros: La ideología alemana y La sagrada familia. La vida de ambos contuvo sus paradojas. Aunque sus ideas le llevaban a destrozar al capitalismo, Engels fue personalmente un capitalista (de una sociedad textil en Manchester) y eso le permitió ayudar económicamente a Marx y dejar después una pequeña herencia. Por su parte, Marx terminó por ser un líder de la clase obrera, pero nunca estuvo en una barricada, nunca em puñó un arma y nunca trabajó en otra cosa que en sus libros y artículos, que a su vez le reportaron muy poco dinero, con lo cual conoció grandes trances de miseria, ocasionando privaciones y humillaciones a su familia (una mujer, siete hijos, una criada). En 1977 y en la preparación del libro conocido como The Book of Lists, los editores Wallace y Wallechinsky pidieron a Oriana Fallad que enumerara los personajes históricos a quienes le habría gustado entrevistar. Enumeró 18 nom bres. Un párrafo de Fallad dice: “Además, me gustaría preguntar a Marx algunas cosas sobre la forma en que trataba a su mujer. ¿Cómo aplicaba a ella la teoría de la plusvalía? La trataba como lo habría hecho un señor feudal con sus vasallos o un faraón con sus esclavos ”. 1863 — En medio de la Guerra Civil americana, y tras una serie de
vacilaciones y de duras controversias políticas, el presidente Abraham Lincoln firma la “ proclamación de emancipación”, que teóricamente dejaba en libertad a los esclavos negros. En numerosas declaraciones, Lincoln había dejado en claro que su objetivo era salvar la Unión, para lo cual el tema de la esclavitud era un objetivo secundario. De hecho, la proclamación tuvo un efecto parcial, porque no incidía sobre estados sureños. En 1863 la esclavitud ya había sido abolida en toda América
99
latina, pero perduraba en Estados Unidos por la presión de grandes intereses en las industrias del algodón y del tabaco. 1867 — Estados Unidos compra el territorio de Alaska a Rusia za-
rista, por 7.2 millones de dólares (en oro). Los rusos habían colonizado Alaska en los dos siglos previos, arbitrando los intereses de los traficantes de pieles, especialmente los ingleses, rusos y norteamericanos, pero nunca habían establecido al territorio como parte integral del im perio. Después de la venta, y durante diez años, Alaska fue una zona gobernada por el Departamento de Guerra de los Estados Unidos. Posteriormente Alaska tuvo un delegado en el Congreso (1906), una legislatura local (1912), una Constitución propia (1955) y un nivel formal de Estado de la Unión (1959). 1874 — La compañía Remington de Nueva York, dedicada hasta
entonces a la fabricación de armas portátiles, lanza al mercado las primeras máquinas de escribir, de acuerdo a un diseño de Christopher Latham Sholes, a quien se atribuye la invención. Entre los muchos antecedentes de tal máquina existían ya una patente inglesa de 1714, un modelo italiano de 1808, documentos austríacos de 1864 y los modelos experimentales del mismo Sholes desde 1867. El punto decisivo fue sin embargo la producción en serie que inició la Remington a mediados de 1874. Uno de sus primeros compradores fue el escritor Mark Twain, quien se negó a creer que la máquina podía producir 57 palabras por minuto hasta que el caso le fue demostrado reiteradamente. Pero las ventas iniciales de la Remington fueron muy escasas, en parte porque no se habían solucionado ciertos problemas prácticos sobre la cinta y su entintado. Diez años después se arreglaron ésos y otros elementos técnicos, con lo que en 1886 ya se habían distribuido cincuenta mil máquinas de escribir en Estados Unidos. En 1890 existían treinta em presas diferentes que las fabricaban. Se atribuye a Sholes la disposición básica de las letras en el teclado, en un diseño conocido como QWERTY, por las primeras seis teclas de una fila. Ese diseño fue objetado durante un siglo, porque no contempla adecuadamente la frecuencia y combinación de las letras en el lenguaje. Por otra parte, distintos idiomas plantean la necesidad de letras
100
especiales (la eñe española, la cedilla francesa). Fue así como otros innovadores propusieron teclados distintos. En 1932 se publicitó el creado por August Dvorak, tras veinte años de estudio. Se lo llamó DKS, por Dvorak Simplified Keyboard (Teclado simplificado de Dvorak). Coloca los números impares a la izquierda, los pares a la derecha, el cero en el medio. Las cinco vocales están en el ala izquierda del teclado. Al DSK se agregó después una serie de propuestas, en todos los países, procurando imponer teclados distintos, con el resultado de que a un latinoamericano le sería imposible, por ejemplo, escribir en una máquina checoslovaca, a menos que se resigne a una lentitud infantil. De hecho, quien aprende a escribir a máquina con el sistema QWERTY tendría grandes dificultades para adaptarse a otros teclados. Han sido más constructivos los otros progresos en la máquina de escribir, como las combinaciones con el telégrafo, la teletipo, la misteriosa bola giratoria que contiene todas las letras. A fines del siglo XX, las máquinas de escribir eléctricas y las adaptaciones a computadoras han llegado a un punto que asombraría a Mark Twain y al mismo inventor Sholes. En perspectiva, es útil recordar que Balzac, Dostoievski, Tolstoi y Marcel Proust escribieron a mano sus frondosas obras com pletas. 1876 — Alexander Graham Bell consigue en Boston la patente
174.465, que de hecho lo consagra como el inventor del teléfono. La iniciativa no había sido enteramente suya. En Cuba y en 1849, el italiano Antonio Meucci había construido un aparato similar, pero cuyo alcance no excedía unos pocos metros. En las cercanías de Frankfurt y en 1860, el alemán Johann Philip Reiss había creado también otro aparato con el que hizo una demostración, trasmitiendo canciones entre dos puntos, a cien metros de distancia. Ninguno de ambos precedentes llegó a un mínimo desarrollo industrial. Bell era escocés, había vivido en Canadá y después en Boston. Su familia se había dedicado prolongadamente a los problemas de comunicación con los sordomudos y Alexander continuó esa tarea como maestro. Esto derivó a obtener el apoyo económico de dos alumnos suyos, llamados Mabel Hubbard y George Sanders, con lo cual Bell y su ayudante Thomas Watson pudieron proseguir experimentaciones
101
que no les redituaban ningún beneficio económico. Tras la patente de 1876, Bell se casó con Mabel, se asoció con G. G. Hubbard y Thomas Sanders y de hecho creó la American Telephone & Telegraph (AT&T), que sería después una de las más poderosas empresas mundiales en equipos, instalaciones y servicios para la comunicación. La carrera de Bell prosiguió además con otros inventos, con el progreso en los pro blemas de los sordomudos y con su interés por la aviación, llegando a ser titular de unas treinta patentes. Igual que muchos otros inventos, el teléfono tropezó con los escépticos de su época. En el libro The Experts Speak, dedicado a recoger los abundantes errores humanos en la previsión del futuro, se señala que el propio suegro de Bell comenzó por manifestar sus reservas ( “es sólo un juguete”) antes de asociarse para crear una nueva empresa. En 1876 Rutherford B. Hayes, presidente de los Estados Unidos, participó de una conversación experimental entre Washington y Filadelfia, pero después comentó que seguramente nadie querría utilizar el invento. Aún más grave fue que la Western Union, empresa dedicada a la telegrafía, se haya desinteresado en 1877 por comprar la patente del teléfono, que le fue ofrecida por cien mil dólares. 1884 — Tras un trabajo de varias décadas, se publica en Londres el primer tomo de un libro luego conocido como Oxford English Dictionary, que para muchos especialistas fue la Biblia del idioma inglés. El
trabajo fue tan minucioso que el último tomo sólo llegó a ser publicado en 1928, sumando a esa altura 15.500 páginas de tres columnas cada una. Posteriormente y hasta la década de 1970, se publicaron complementos y revisiones del OED. Su competidor norteamericano más conocido es el Webster's (antes Merriam Webster), que aduce tener un vocabulario de 450.000 palabras, más una serie de listas especiales y 454 páginas dedicadas a equivalencias entre el inglés y otros idiomas (francés, alemán, italiano, español, sueco, idisch). Curiosamente, el Webster's norteamericano fue editado por la firma Encyclopaedia Britannica, Inc., pero eso exige saber que la Británica pasó a ser una firma norteamericana en 1943.
102
1887 — Con la publicación del libro Lingvo Internada (que debería traducirse como “Lenguaje internacional”), el médico y oculista polaco Ludwik Zamenhof procede a lanzar al mundo su nuevo idioma esperanto, que significa “esperanzado” y que su autor propone como len-
guaje apto para la comprensión recíproca entre naciones muy distintas. Como polaco judío que vivió en zona disputada por varias potencias y diversos idiomas, Zamenhof (1859-1917) se propuso fomentar la tolerancia entre seres humanos distintos y distantes. Para crear el esperanto combinó y modificó palabras de variados idiomas europeos, luego de lo cual procedió a traducir al esperanto varios fragmentos de la Biblia, Shakespeare, Andersen, Molière, Goethe y Gogol. Su tarea derivó a un congreso internacional en Francia (1905), al tiempo que publicaba su nuevo libro, titulado Fundamento de Esperanto. Entre las bases del nuevo idioma figuraron la de que toda la pronunciación es fiel a la letra escrita y la simplificación para conjugar los verbos y declinar los sustantivos. Los esfuerzos de Zamenhof condujeron a la fundación de la Universala Esperanto-Asocio (1908), con una profusión de traducciones, revistas y congresos anuales. Se estima que han llegado a publicarse treinta mil libros escritos o traducidos en esperanto. Sin embargo, el nuevo idioma no prosperó en la educación escolar ni en las asam bleas de organismos internacionales (como la UNESCO o las Naciones Unidas), con lo que durante un siglo el esperanto siguió siendo una rareza y no un instrumento de comprensión entre naciones. Cuando se cumplieron los cien años del lanzamiento inicial, el semanario Time (27.7.87) dedicó una página completa a los antecedentes y las realidades del esperanto. Una mitad de esa página señalaba que el aniversario convocaría en Varsovia a unos seis mil fieles al nuevo idioma, que la ceremonia comprendería diversos actos, que los esperantistas residen en todo el mundo con estimaciones muy diversas sobre su cantidad (de uno a ocho millones), que las reglas gramaticales son escasas (sólo 16), que el idioma se puede aprender en cien horas y que su utilización internacional ha sido menor a lo que Zamenhof confiaba en 1887, entre otros motivos por la carencia de una “lectura ligera”, que facilitaría la difusión.
103
La otra media página de Time dice exactamente lo mismo que la primera, pero el texto está escrito en esperanto. Se titula “ La espero de esperanto” y “ Kreita lingvo festas sian centjarigon ”, o sea “La esperanza del esperanto” y “Una lengua fabricada celebra su centenario ”. Esa otra media página, en adecuadas fotocopias, será distribuida internacionalmente por la Universala Esperanto-Asocio, con sede en Roterdamo, Nederlando. 1888 — El argentino Juan Vucetich publica Dactiloscopia comparada, primer estudio sistemático de comparación entre huellas digitales
para su uso en investigaciones policíacas. Aunque la identificación de ellas había sido iniciada en China hacia el año 700, fue sólo a finales del siglo XIX que se llegó a sistemas de clasificación y registro. Al mismo tiempo que Vucetich (1858-1925), el inglés Francis Galton (1822-1911) estaba desarrollando estudios similares, dentro de una vasta tarea como explorador, antropólogo y estudioso de la inteligencia humana. Los estudios de Galton, iniciados en 1885, culminaron diez años después en la formulación de un método para clasificación, archivo y nuevo uso. El llamado método Galton-Henry fue publicado en 1900 y adoptado oficialmente en Inglaterra por Scotland Yard, o sea el organismo supervisor de toda la policía británica. Se calcula que en la actualidad el FBI norteamericano posee un archivo superior a los 200 millones de impresiones digitales. Los especialistas del ramo coinciden en que todas ellas difieren de una persona a otra, sin que puedan existir dos iguales. 1890 — William Kemmler fue el primer hombre ejecutado en la
silla eléctrica, en la prisión de Aubum State (Nueva York), con fecha agosto 6. El nuevo método surgió de los felices progresos que Thomas Alva Edison había hecho hasta entonces con la electricidad, pero tam bién de los ensayos previos con animales, ideados por Harold P. Brown (verdadero inventor del sistema), con ayuda del Dr. A. E. Kennelly, jefe electricista en los talleres de Edison. La escasa eficacia de aquel modelo inicial había sido apuntada en esos ensayos con animales, que de hecho fueron sometidos a prolongadas torturas eléctricas. Quedó ra-
104
tificada en la misma ejecución de Kemmler, un asesino convicto y confeso, cuya agonía duró ocho minutos, desde el primer golpe de corriente. La silla eléctrica había sido creada como forma veloz y menos cruel de despachar a un reo, pero la inauguración con Kemmler en 1890 suscitó, por lo contrario, la observación de que el espectáculo era más horrible que el de la horca. El perfeccionamiento del sistema llevó des pués a que la electrocución fuera adoptada por diversos Estados norteamericanos, por Filipinas y por China, aunque con interrupciones y controversias que han durado un siglo. 1899 — La aspirina es introducida en el mercado por la firma Bayer
AG, de Leverkusen, Alemania. El nombre registrado designa a un producto químico ( “ácido acetilsalicílico”) que se había ya sintetizado en laboratorios alemanes en 1853, pero transcurrieron cuarenta años antes de que la firma Bayer pudiera obtener el producto en forma adecuada a su uso terapéutico. Inicialmente la aspirina se vendía solamente en polvo y con receta médica, especialmente para dolores de cabeza. La misma firma Bayer comenzó a comercializarla en tabletas en 1915 y desde entonces la aspirina generó abundantes imitaciones en todo el mundo. 1903 — En Boston, Massachusetts, el industrial e inventor King
Camp Gillette pone en venta las primeras máquinas de afeitar, dotadas de una pequeña hoja de acero que se desechaba y renovaba. Las navajas de afeitar no eran comunes en la antigüedad, lo que explica que grabados y fotografías muestren tal abundancia de hombres barbudos. Las primeras navajas fueron fabricadas en 1828, pero muchos hombres no las creyeron prácticas (por su tamaño y por su peligro de cortes), con lo que Gillette y su imaginativo técnico William Nickerson idearon la máquina que sostiene entre dos piezas metálicas a la pequeña hoja de acero. Las ventas de 1903 fueron muy escasas, pero un año después noventa mil hombres norteamericanos habían consumido doce millones de hojas de afeitar, iniciando nuevas normas higiénicas y estéticas para el siglo. 1905 — La primera Revolución Rusa comenzó en enero, con la di-
rección provisoria del sacerdote Georgy Gapon, quien reunió a un
105
grupo de manifestantes en la plaza frente al Palacio de Invierno en San Petersburgo, exigiendo entrevistarse con el zar Nicolás II. Los motivos ocasionales del descontento popular eran las consecuencias de la guerra perdida por Rusia ante Japón (1904), pero sus razones más profundas fueron la pobreza de campesinos y obreros, más las medidas autocríticas y antisemitas del zarismo, que tenían precedentes seculares y que habían originado ya el asesinato del zar Alejandro II en un atentado terrorista (1881). Ante el estallido de enero de 1905, el gobierno de Nicolás II optó por la represión, ordenando abrir fuego contra los manifestantes, lo cual señaló después a esa fecha como “Domingo sangriento” y como el comienzo de una vasta insurrección que se propagó a casi todo el país, se ramificó hasta Finlandia y Polonia, provocó motines en el ejército y la marina, derivó a una huelga ferroviaria nacional (octubre 1905) y generó la formación de consejos obreros o Soviets. Su contrapartida fue la formación de otros grupos armados prozaristas, que colaboraron en la represión, con lo cual murieron más de cuatro mil personas en incidentes producidos en un centenar de ciudades. A pesar de la posterior fama obtenida por su versión cinematográfica (El acorazado Potemkin de Eisenstein, 1925), la rebelión en el puerto de Odessa, producida en junio 1905, fue sólo un episodio menor del conato revolucionario y terminó por otra parte con la derrota de los amotinados, punto que la película no aclara. Presionado por las circunstancias, y con el apoyo de su primer ministro Serguei Witte, el zar Nicolás II emergió de la crisis con la convocatoria de un primer Parlamento o Duma, cuyos miembros fueron elegidos en abril 1906. Después Nicolás II desconoció reiteradamente a la Duma, que suponía una disminución de su autoridad. Lenin y Trotski estaban fuera de Rusia cuando se produjo el estallido de 1905, pero ambos tenían ya una prolongada ejecutoria de agitación ideológica, así como años de prisión y de exilio en Siberia. En octubre 1905 Trotski volvió a Rusia, encabezó consejos obreros y procuró hacer progresar una rebelión con la que había soñado. Fracasó en ese empeño, fue arrestado, se le condenó a un nuevo exilio en Siberia, consiguió huir y se instaló después en Viena. Similarmente, también Lenin viajó de Suiza a Rusia (noviembre 1905), pero ante la derrota
106
final de la rebelión volvió al exilio en 1907. Para ambos líderes, los sucesos de 1905 fueron un prólogo o borrador de la revolución que en 1917 liquidaría finalmente al zarismo. 1911 — Vincenzo Peruggia, un empleado del Museo del Louvre en París, roba el cuadro de la Mona Lisa (1503-1506), una de las obras
más famosas de Leonardo da Vinci. El cuadro había sido pintado en una tabla (y no en una tela, como dicen algunos libros mal informados), con lo cual Peruggia no pudo guardar un rollo sino que debió inventar un doble fondo en un baúl. Entre 1911 y 1913 prosperaron las falsificaciones del cuadro y las versiones periodísticas sobre su paradero. En 1913 Peruggia intentó vender el cuadro al gobierno italiano, por una cifra cercana a los 95.000 dólares. El gobierno se negó a comprarlo, devolvió la obra al Louvre y enjuició a Peruggia. Este adujo en su defensa el patriótico motivo de que sólo había deseado devolver a Italia una obra maestra italiana. Aunque ese notable idealismo estaba condicionado por los 95.000 dólares, el tribunal de Florencia se mostró benigno y dio a Peruggia una moderada pena de cárcel por un año y quince días. 1912 — El transatlántico inglés Titanic se hunde al sur de Terra-
nova, en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. La pu blicidad previa había subrayado las condiciones de seguridad del buque, reputadamente “insumergible ”, pero el choque con un enorme témpano de hielo determinó una gran fisura en el casco. El accidente fue después atribuido a un exceso de velocidad en una zona muy peligrosa. Murieron 1.517 de los 2.203 pasajeros y tripulantes. Posteriormente se señaló que era insuficiente la dotación de botes salvavidas (reducidos para dar cabida a otros lujos) y que demoró más de cuatro horas el rescate de los náufragos, atendidos en parte por el vapor Car pathia. Las pérdidas fueron estimadas en siete millones y medio de dólares. El episodio del Titanic fue llevado al cine por lo menos cuatro veces (1929, 1943, 1953, 1958). A eso se agregó en 1980 una curiosa variante titulada Rescaten al Titanic (Raise the Titanic, dir. Jerry Jameson) que
107
no reconstruía el hundimiento sino que imaginaba una expedición científica que ubicaba al barco en el fondo del mar, lo izaba a la superficie y buscaba en sus bodegas un mineral misterioso. Ese relato pertenecía totalmente a la ciencia-ficción, porque en 1980 no se había podido determinar siquiera el sitio preciso del hundimiento. Pero en setiembre 1985 se llegó a ese punto. Una expedición combinada por la marina norteamericana y el instituto francés IFREMER no solamente localizó al Titanic en el fondo del mar, aproximadamente a cuatro mil metros de profundidad, sino que obtuvo fotografías muy detalladas de diversas instalaciones y pertenencias. El milagro se debió a un artefacto submarino llamado Argo, que podía sumergirse sin tripulación alguna y hacer funcionar variados aparatos de registro. En los dos años siguientes al hallazgo no se tuvo mucha esperanza de que se pudiera rescatar al barco mismo ni de que hubiera minerales misteriosos en sus bodegas. Pero en cambio circularon nuevas teorías sobre los motivos del hundimiento. 1913 — El diario New York World publica el primer problema de
Palabras Cruzadas, para lo cual eligió astutamente la fecha de diciem bre 21, que era domingo. Su inventor fue el inglés Arthur Wynne, que estaba a cargo de una sección de entretenimientos en el periódico. La creación se impuso rápidamente, generando concursos con diseños gigantescos y numerosas variantes, hasta el moderno Scrabble. 1917 — Los primeros Premios Pulitzer recayeron sobre el periodista Herbert Bayard Swope (por información general), el diario New York Tribune (por editoriales), las escritoras Laura E. Richards y
Maude Howe Elliott (por libros biográficos), el embajador francés J. J. Jusserand (por libros de historia). Habían sido instituidos por el legado del magnate periodístico Joseph Pulitzer (1847-1911), quien también dejó fondos para crear una escuela de periodismo en la Universidad de Columbia. Los premios Pulitzer se concedieron desde entonces en mayo de cada año y abarcaron numerosas categorías periodísticas (incluyendo críticas, dibujos, fotografía), así como teatro, novelas y obras musicales. El dramaturgo Eugene O'Neill llegó a ganarlo cuatro veces.
108
Los premios son resueltos anualmente por un comité de la misma Universidad de Columbia. 1918 — Una epidemia de la mal llamada “gripe española” (o
grippe, o influenza, o flu) sacude al mundo entero. Su origen geográfico parece haber sido un destacamento militar norteamericano en Fort Riley, Kansas, en marzo 1918, justamente cuando se procedía a despachar tropas a Europa durante la Primera Guerra Mundial. Eso ayuda a explicar su rápida llegada a casi todo país europeo, pero no su difusión hasta la India, China, Hawái y las Malvinas, en una época carente de aviación comercial. El origen biológico siguió siendo un misterio. Se sabe que la gripe surge de por lo menos tres virus distintos, con lo cual los anticuerpos creados por el organismo humano (igual que las vacunas respectivas) sólo obtienen una eficacia parcial. También se sabe que esos virus se transforman y adaptan, lo que hace aún más difícil combatirlos, porque superan a los anticuerpos pre-existentes. En la epidemia de 1918, no sólo fue misterioso el origen de la gripe sino también su interrupción, ocho meses después. La epidemia terminó súbitamente en noviembre 1918, coincidiendo con el fin de la guerra. Pero la com paración fue dramática. Según diversos cálculos estadísticos, la Primera Guerra Mundial provocó algo más de ocho millones de muertos. La gripe “española” superó esa marca, con 21.600.000 muertos, sin contar los trastornos secundarios. 1920 — Un crimen bastante común deriva a resonancias sociopolí-
ticas y termina por provocar uno de los mayores incidentes judiciales del siglo. El 15 de abril dos hombres asaltaron a los pagadores de sueldos de una fábrica de zapatos situada en South Braintree, Massachusetts. En el episodio murieron un funcionario y un guardia. Dos semanas después la policía detuvo a Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, dos humildes trabajadores italianos. Las pruebas existentes eran muy escasas y los detenidos negaron toda culpabilidad. Pero el jurado y el juez Webster Thayer los pronunciaron culpables. Paralelamente, tres hombres concentrados en una oficina de Boston (un carpintero español, un periodista italiano, un joven judío americano) vieron en el juicio y condena no sólo una injusticia sino una medida represiva, porque
109
Sacco y Vanzetti tenían convicciones anarquistas. Aquellos tres hom bres escribieron con abundancia a la prensa europea y a diversas publicaciones de las tres Américas. Poco después, explotó una bomba en casa del embajador norteamericano en París y murieron veinte personas por otra bomba en una manifestación pública. Se suscitaron otras protestas violentas contra Estados Unidos en diversos episodios de Roma, Lisboa y Montevideo, además de la controversia periodística en casi toda ciudad importante, mientras Sacco y Vanzetti continuaban todavía en prisión. En 1925 un criminal convicto, de nombre Celestino Madeiros, declaró que el asalto inicial había sido cometido por la banda Morelli, con lo que Sacco y Vanzetti eran inocentes. Pero el juez Thayer se negó a conceder la revisión del juicio. El caso fue llevado ante el gobernador de Massachusetts, quien nombró una comisión asesora con tres personalidades notables. El informe fue desfavorable y en agosto 1927 Sacco y Vanzetti murieron en la silla eléctrica, protestando su inocencia, de lo cual quedó amplia constancia en sus últimas cartas. En los siete años previos, los argumentos de la acusación estuvieron reforzados por la difundida alarma norteamericana sobre la “amenaza roja”, que comenzara en 1917 con la revolución en Rusia. 1920 — La Unión Soviética legaliza el aborto, dentro de una serie
de medidas sociales dictadas por el gobierno revolucionario. Una de ellas facilita también el divorcio. El decreto sobre el aborto obliga a los médicos a intentar inicialmente la disuasión de la mujer interesada, particularmente si se trata de un primer embarazo. Prohíbe asimismo los abortos en embarazos mayores de tres semanas. El decreto soviético de 1920 fue sustituido en 1936 por otro que legalizó el aborto solamente en aquellos casos en que la continuación del embarazo suponga peligro grave para la madre o la criatura o cuando pueda derivar al nacimiento de hijos deformes. Con ambas motivaciones (y en algunos casos tam bién con la violación comprobada) el aborto fue después autorizado por casi todos los países occidentales, por China y por Japón, pero hasta el cierre de esta edición seguía estando prohibido en Argentina. Los partidarios de una legalización del aborto han sostenido reiteradamente que la prohibición oficial sólo puede contribuir a aumentar el porcentaje de abortos clandestinos, con mayores riesgos para las pacientes.
110
Los opositores a toda legalización han sido apoyados por muy diversas autoridades eclesiásticas y en particular por el Vaticano. 1922 — En las cercanías de Luxor, al sur de Egipto, se llega a des-
cubrir la tumba de Tutankamon, un faraón que vivió catorce siglos antes de la era cristiana. La tarea fue dirigida por el arqueólogo inglés Howard Carter, quien trabajaba para el también arqueólogo George Edward Stanhope, más conocido como Lord Carnarvon. Tras el hallazgo, Carter esperó a Carnarvon para abrir el recinto y documentar su contenido. La tumba estaba a mayor profundidad de lo antes previsto, y por eso quedó ilesa ante los saqueadores de treinta siglos. Fue hallada tras los minuciosos cálculos y la prolongada constancia de Carter, quien tenía veinte años de experiencia en la materia. El contenido de la tumba de Tutankamon resultó asombroso, por la riqueza y variedad de los materiales, que ocupaban varias dependencias. Su extracción y clasificación demandaron diez años, depositándose casi todo el resultado en el Museo del Cairo. Aunque el mismo Tutankamon careció de rasgos que le hicieran pasar a la historia (murió a los 18 años), el descubrimiento permitió enriquecer considerablemente los datos existentes sobre el antiguo Egipto. Tras el hallazgo circuló la leyenda de que existía una “maldición de la momia ”, que condenaría a quienes profanaron la tumba. Aunque es cierto que Lord Carnarvon murió cinco meses después del hallazgo (y por la picadura de un insecto), la leyenda resultó falsa. No sólo Carter murió en 1939 sino que su equipo de diez personas sobrevivió largamente al hallazgo. Es cierto en cambio que la maldición perduró de otras maneras, provocando en novela y cine algunas tonterías cuyo modelo importante fue La momia (1932, con Boris Karloff). 1923 — El primer número del nuevo semanario Time (el 23 de
marzo) inaugura una nueva línea periodística que después tendría ré plicas en muchos países occidentales. En un intento de corregir la su perficialidad de otras revistas y la trabajosa abundancia de los diarios del momento, Time se propuso cubrir la actualidad, en todos los órdenes, pero tras una elaboración de las noticias. Estas fueron condensadas a lo importante, procesadas dentro de su contexto, escritas en forma
111
más atractiva, en algún caso con innovaciones gramaticales y neologismos. El objetivo era llegar a un público moderno, dentro de un mundo que en la década de 1920 parecía mucho más agitado y confuso que antes. En el prospecto inicial, los fundadores Briton Hadden y Henry Luce señalaban que “ninguna publicación se ha adaptado al tiempo que los hombres ocupados pueden invertir en sentirse simplemente informados”. El primer número tuvo 28 páginas. Hadden falleció en 1929 y Luce terminó por hacerse millonario con Time y sus revistas derivadas (Life, Fortune). Las teorías y prácticas del semanario, desde la “nota de tapa” a la elección de un “hombre del año”, terminaron por encontrar la aceptación pública, pese a las pérdidas iniciales. También suscitaron la imitación, primero en los diarios mismos y después en la aparición de otros semanarios, a lo largo de cuatro décadas: L'Express (París), Panorama (Roma), Tiempo (México), Veja (Brasil), Der Spiegel (Hamburgo), Primera Plana y Panorama (Buenos Aires), Cambio 16 (Madrid), entre otros. 1925 — La primera persona del mundo que apareció en televisión
fue un mandadero de quince años, llamado William Taynton, que nunca había tenido la menor relación con el invento. Trabajaba en una empresa de Londres, y el viernes 30 de octubre fue urgentemente llamado por su vecino de arriba, para posar frente a una cámara, con lo que se demostraría la posibilidad de trasmitir a otra habitación una imagen en movimiento. El vecino era John Logie Baird (1888-1946), un técnico inglés de sólida preparación, que había hecho experimentos durante varios años, con un sistema que en sustancia suponía transformar la imagen en impulsos eléctricos, recoger éstos en un receptor y recom poner aquélla. Como el joven Taynton se sentía molesto ante las fuertes luces, Baird debió recompensarlo con media corona (apenas unas monedas) para que se mantuviera en cuadro. La primera estrella de la TV fue así una de las peor pagadas. Baird hizo demostraciones ante autoridades británicas en 1926, recibió facilidades del correo alemán para hacer allí otras instalaciones (1929) y pronto se vio envuelto en la competencia creada por otros técnicos y otras industrias. Esto se debió fundamentalmente a que las
112
exploraciones y ensayos para la futura TV fueron trabajos desarrollados paralelamente en varios sitios durante buena parte del siglo. En Inglaterra, la BBC terminó por aceptar para su TV el sistema de Marconi-EMI (1937). En Estados Unidos se impusieron los adelantos creados por Vladimir Kosma Zworykin (1889-1982), un ruso blanco que había emigrado en 1919, trabajó con la Westinghouse Electric Corp. y pasó después a la Radio Corporation of America (RCA). Con más de 120 patentes a su nombre, Zworykin protagonizó muchos progresos en el nuevo medio y fue después considerado como “el padre de la moderna televisión”, no sólo por su gestión inicial sino por numerosos desarrollos ulteriores, incluyendo la trasmisión en color. El comediante irlandés-norteamericano A. Dolan fue en abril 1927 el primer artista profesional que apareció en TV, con un corto número de monólogo y canto, programado para la primera trasmisión pública realizada por la ATT en Nueva York, que se recibía solamente en una sala situada a 22 millas de distancia. En 1928 se produjeron varios avances y debuts. El mismo Baird patentó su sistema Phonovision, que permitía grabar el programa, en un antecedente de la moderna videocassette. En febrero 1928 Baird consiguió la primera trasmisión internacional de imagen desde Londres a Nueva York. En mayo la General Electric inauguró en Nueva York el primer programa regular, que se trasmitía sólo durante media hora, tres veces por semana. En julio Baird obtuvo en Londres la primera trasmisión en color. En ese mismo mes la Daven Corp. (Newark, New Jersey, EE.UU.) anunciaba los primeros receptores para venta pública, con precios que oscilaban de 80 a 1.650 dólares. En agosto la estación norteamericana WGY (de Schenectady) hizo la primera trasmisión de sucesos actuales, que fue la proclamación de Alfred E. Smith como candidato a la presidencia del país, lo cual no impidió que en las elecciones triunfara Herbert Hoover. En setiembre la WGY trasmitió desde Nueva York la primera pieza teatral, que fue The Queen's Messenger, con sólo dos intérpretes escasamente famosos (Izotta Jewell, Maurice Randall) y tres cámaras fijas, obteniéndose una imagen que llegó hasta la Costa Oeste. En setiembre 1929 apareció el primer productor de televisión, que fue Harold Bradly, designado por la Baird Co. en Londres. El primer
113
anuncio comercial fue el “Método Eugène”, que era un producto para el cabello femenino, lanzado en la Feria de la Moda de Londres en noviembre 1930. Aunque las trasmisiones regulares de la BBC de Londres comenzaron en 1932, la primera locutora profesional fue la alemana Ursula Patzschke, que debutó en los programas diarios desde Berlín en 1934. También correspondió a los alemanes la primera película trasmitida por TV, que fue Therese Krones, una comedia musical protagonizada por Martha Eggerth, producida en 1934, algunos fragmentos de la cual se incluyeron en un programa de Berlín, fechado en octubre 1936. Paralelamente, la BBC realizaba en Londres un primer certamen para elegir señoritas que hicieran anuncios en TV. Se exigía que fueran muy fotogénicas, que fueran solteras y que no tuvieran ca bello rojizo. La guerra de 1939-1945 impidió de varias maneras el progreso de la televisión, en particular por las restricciones en materiales necesarios para trasmisores y receptores. Desde 1946 el avance fue incesante. Según estadísticas norteamericanas, había un millón de aparatos receptores en 1949, diez millones en 1951, cincuenta millones en 1959. Un avance mayor fue el de la TV color, que debido a su costo se impuso lentamente. Pero en 1971 la venta de receptores aptos para color superaba ya la de aparatos para blanco-y-negro. Los Emmy de Estados Unidos son los únicos premios de televisión que llegan regularmente a la información telegráfica y a cierta fama mundial. Paradójicamente, los primeros Emmy, otorgados en 1948, recayeron sobre programas de escasa fama posterior: el Pantomime Quiz Time, la película The Necklace, la actriz Shirley Dinsdale y el técnico Charles Mesak. 1927 — El aviador Charles A. Lindbergh, 25 años, realiza el primer
viaje aéreo en solitario que se haya efectuado a través del Atlántico. Como aviador aficionado, con cierta experiencia en el correo, Lind bergh procuraba ganar un trofeo de 25.000 dólares, ofrecido en 1919 por el millonario Raymond Orteig, propietario de una cadena de hoteles. Con un monoplano rudimentario, una escasa provisión de víveres y un bote de goma (pero no un paracaídas), Lindbergh realizó la proeza en 33 horas y media, tras lo cual fue aclamado como un héroe en ambas
114
orillas del Atlántico y recibió una medalla de honor del Congreso americano. Su avión se llamó “Spirit of St. Louis”, no por sí mismo (había nacido en Detroit) sino porque un grupo financiero de St. Louis había respaldado los gastos. La inmediata fama resultó perjudicial a Lind bergh. Fue víctima de una exacción por el secuestro de su hijo (1932) y formuló después algunos pronunciamientos a favor de Alemania nazi, lo que aniquiló su prestigio. Antes de Lindbergh se habían hecho por lo menos siete vuelos transatlánticos, pero con tripulaciones de dos o más personas. Uno de ellos fue el del avión español Plus Ultra, comandado por Ramón Franco, entre el puerto de Palos y Buenos Aires (enero-febrero 1926). La hazaña ocasionó festejos hispanoamericanos y el comandante fue denominado “el Colón del aire ”, porque salió también desde Palos. Pero la fama de Ramón Franco fue después eclipsada por su hermano mayor Francisco Franco, que se hizo célebre de otras maneras. 1928 — En la Unión Soviética se tunda la RAPP, sigla que corres-
ponde a la Asociación Rusa de Escritores Proletarios y que supone el primer intento oficial de encaminar la literatura nacional por determinados cauces sociales y políticos. La nueva institución había tenido precedentes menos rígidos. En 1917, el mismo año de la Revolución, se había iniciado el Proletkult, que promovía creaciones artísticas de todo tipo y combatía toda orientación burguesa. Finalmente el Proletkult fue resistido como ineficaz por el propio Lenin y terminó abolido en 1923. Pero fue prontamente sustituido por otro grupo llamado En Guardia, que editó una revista con ese mismo nombre. De allí surgió la RAPP, que en 1929 se adueñó de la escena literaria soviética. En 1928 Stalin había lanzado su primer Plan Quinquenal, destinado a industrializar el país y a instituir un régimen de granjas colectivas, lo cual tuvo un enorme costo político, provocó la rebelión de los kulaks (cam pesinos) y llevó a arrestos y a ejecuciones hasta la alucinante cifra de diez millones de personas. En el sector cultural, la RAPP procuró apoyar esa línea política de Stalin, con la notable orden de que el Plan Quinquenal debía ser el único tema de la literatura soviética inmediata. Así Boris Pilniak, Mijail Shólojov, Aleksandr Avdeienko, Valentín
115
Katáiev y otros escritores fueron enviados como testigos a diversas regiones del país para encontrar su tema en las fábricas, los puentes, las líneas ferroviarias y las granjas colectivas. Aunque la difusión de la gesta nacional pudiera ser una finalidad legítima, Stalin y la RAPP la enturbiaron con la prohibíción autoritaria de todo aquello que se apartara de la línea. Diversos visitantes a la URSS testimoniaron después que allí se suprimía o recortaba la obra de artistas y escritores extranjeros (desde Wagner hasta Pirandello), mientras se eliminaba en los nacionales toda posible separación de la línea pre-establecida. En libros de cine han quedado constancias de que durante 1928-1932 se produjeron varios ataques crueles contra directores como Eisenstein, Pudovkin, Dovzhenko y Dziga Vertov. En el mundo literario se prohibió totalmente la obra de Evguieni Zamiatin (quien finalmente consiguió el exilio y murió en París, 1937) y se criticó severamente a Vladimir Maiakovski, que había tenido un gran prestigio como poeta lírico pero cayó luego en desgracia ante sus colegas. Es probable que esos conflictos hayan influido en su suicidio en Moscú (1930). La RAPP fue disuelta en 1932, cuando se fundó la más amplia Unión de Escritores Soviéticos, que absorbía a las organizaciones preexistentes. Eso no eliminó el dirigismo anterior. Fue también en 1932 que la doctrina estética obligatoria pasó a ser la del “realismo socialista”. En la expresión del crítico e historiador Robert V. Daniels, la vida cultural soviética se mantuvo esencialmente como “restrictiva en su forma, conservadora en su sustancia, revolucionaria en sus etiquetas”. 1929 — El colapso de la Bolsa y de todo el mundo financiero nor-
teamericano puso un repentino punto final a una década de singular prosperidad. Esta había sido marcada por el enorme progreso industrial y comercial de Estados Unidos desde el fin de la Primera Guerra Mundial (1918). La fabricación y venta de todo tipo de mercancías y servicios (electricidad, acero, automóviles, radios, alimentos, grandes tiendas), más la creencia en el progreso y el confort, condujeron a un enorme optimismo colectivo, a miles o millones de pequeños inversio-
116
nistas que dedicaron sus ahorros y sueldos a la especulación, y en consecuencia a un aumento casi continuo en las cotizaciones. Pese a diversos altibajos, la situación general del período 1919-1928 quedó gráficamente expresada por su culminación en los últimos meses. Un cómputo de trece acciones importantes del mercado local (incluyendo ATT, Anaconda, General Electric, General Motors, U.S. Steel, Westinghouse, Woolworth) revelaba que entre marzo 1928 y setiembre 1929 sus promedios se habían multiplicado por 2.5, creando repentinos millonarios en todo el país. Pero a partir de allí se produjo la más formidable caída de la historia. El 24 de octubre de 1929, y en sólo dos horas de actividad, casi todas esas acciones bajaron radicalmente. El presidente Hoover procuró tranquilizar al país, opinando en una declaración oficial que “el negocio fundamental de este país, o sea la producción y distribución de mercancías, tiene una base sana y próspera”. Pero muchos no le creyeron. El martes 29 de octubre (luego llamado Martes Negro por los historiadores) la Bolsa batió todo record previo, con 16.410.030 transacciones, caracterizadas por un empuje vendedor nunca conocido y por el consiguiente descenso promedial de cuarenta puntos en las cincuenta acciones más importantes del país, según el cómputo publicado entonces por el New York Times. Las consecuencias de esa caída fueron inmediatas para otros mercados de Estados Unidos y del exterior, repercutiendo en todo tipo de actividades. Muchos bancos cerraron, muchos financieros se tiraron por la ventana, muchos pequeños inversionistas quedaron en la ruina total, muchos empleados, obreros y agricultores quedaron sin trabajo y atrapados por deudas impagables. Las causas fueron exploradas después y se sintetizaban en un exceso de optimismo sobre una economía apoyada en especulación y en el papel más que en gemirnos valores de producción, venta y funcionamiento. Las consecuencias se resumieron en la peor crisis interna de la historia norteamericana, que se prolongó con variantes durante la década inmediata. 1931 — Con la prisión y condena del gángster Al Capone, los nor-
teamericanos se alivian de uno de los más peligrosos delincuentes del país. Fue elocuente, sin embargo, que sólo se le pudiera acusar por “evasión de impuestos”, lo que sugiere la dificultad de probarle los
117
asesinatos y numerosos delitos que había ordenado en los seis años previos. Aun así, esa condena a once años de cárcel y a multas por ochenta mil dólares fue una de las más severas que se hubieran aplicado a un infractor en materia impositiva. El claro origen de Capone fue la Ley Volstead o Ley Seca, vigente en Estados Unidos desde enero 1920, como forma de corregir el alcoholismo y sus derivaciones. La ley prohibía la fabricación, trans porte, venta y consumo de bebidas alcohólicas, pero resultó muy difícil aplicarla en la práctica. Así Johnny Tomo y otros delincuentes organizaron un enorme comercio clandestino del alcohol, desde el contra bando y la destilería oculta hasta la “ protección” remunerada de los muchos puestos de venta que se disimulaban en clubes sociales y en tiendas. En 1925 Torno designó como lugarteniente al joven napolitano Al Capone, 26 años, para comandar el inmenso personal necesario. En los seis años siguientes Capone construyó un genuino imperio del delito, parte del cual era la lucha contra bandas rivales, por el dominio de alguna zona de operaciones. Las consiguientes hostilidades nutrieron una época de Chicago, no sólo por su crueldad sino también por su inventiva. La gran banda adversaria era la del irlandés Dion O'Banión, que disimulaba su verdadero negocio con una floristería. Tres hombres de Capone visitaron una mañana a O’Banion, uno de ellos le dio la
mano y así lo retuvo mientras sus compañeros lo acribillaban. En fe brero 1929 siete hombres de la banda de Bugs Moran esperaban en un garaje la llegada de un cargamento clandestino, cuando aparecieron tres policías de uniforme y dos hombres de traje civil. Ordenaron que los siete se pusieran contra una pared, a lo cual éstos accedieron, sa biendo que la policía no encontraría allí nada de alcohol. Los siete fueron ametrallados por los cinco hombres de Capone, en una operación luego conocida como Masacre de San Valentín. Su toque final fue que los tres policías se retiraron serenamente del garaje llevando por delante a los dos hombres de civil, fingiendo así que arrestaba a los cul pables del tiroteo. Capone había construido un imperio que se extendió de Chicago a otras ciudades, y desde el alcohol a la prostitución y el juego clandestino, sin olvidar el adecuado soborno a policías y jueces. Sus ingresos
118
brutos fueron calculados en un millón de dólares por día. Aunque llegó a estar preso durante un año (por posesión de arma de fuego), sus operaciones fueron un record del ingenio y el disimulo, haciendo prácticamente imposible la acusación fiscal. Pero la condena por evasión im positiva liquidó su poderío. Salió de la cárcel ya vencido por el progreso de una sífilis y murió en 1947. 1932 — Con el Primer Festival Cinematográfico en Venecia se
inaugura una práctica internacional que en la posguerra se prolongaría a los festivales de Carmes (desde 1946), Punta del Este (1951), Berlín (1956), San Sebastián (1957), Mar del Plata (1959), así como a Moscú, Karlovy-Vary, Locarno, Biarritz y otras localidades. Su doble idea fue promover sitios turísticos y aumentar el intercambio de películas y relaciones sociales entre personalidades del cine y de los gobiernos. En el primer festival de Venecia los premios mayores recayeron sobre las películas A nous la liberté (René Clair, Francia), El pecado de Madelon Claudet (Edward Selwyn, EE.UU), Muchachas de Uniforme (Leontine Sagan, Alemania), Dr. Jekyll and Mr. Hyde o El hombre y el monstruo (Rouben Mamoulian, EE.UU.). Asimismo fueron premiados el actor Fredric March, la actriz Helen Ha- yes y el director soviético Nikolai Ekk (por El camino hacia la vida). Esas distinciones no surgieron de un jurado sino de una votación entre las personalidades asistentes, pero la designación de un jurado especial fue después práctica constante de los festivales. 1932 — Un niño de veinte meses, llamado Charles A. Lindbergh
Jr., es secuestrado en la casa familiar de Hopewell, New Jersey, por alguien que subió hasta su ventana por una escalera luego encontrada en el jardín. El padre del niño era el famoso aviador del vuelo solitario sobre el Atlántico, en 1927. Una semana después, el Dr. J. F. Condon se ofreció como voluntario para ser intermediario entre la familia y los secuestradores. Eso condujo al pago de cincuenta mil dólares, en un cementerio oscuro, con la promesa de que el niño sería encontrado en un bote. El dato resultó falso. Seis meses después del secuestro, se encontró el cadáver del niño a nueve kilómetros de la casa. Pasaron treinta meses desde el episodio inicial y entonces fue detenido Bruno
119
Richard Hauptmann, un alemán inmigrante. Se le encontraron billetes con la numeración previamente registrada, había coincidencias de su letra y ortografía con una nota relativa al secuestro, no tenía medios de vida pero había gastado y depositado un dinero al que no dio explicación. La escalera encontrada en el jardín de los Lindbergh coincidía en diseño, marcas y recortes de madera con un entrepiso de la casa de Hauptmann, que además era carpintero de profesión. Todas esas prue bas fueron después impugnadas por diversos investigadores, pero en su momento sirvieron para condenar y ejecutar a Hauptmann (abril 1936), pese a sus protestas de inocencia. 1938 — Francia termina la construcción de la Línea Maginot, una
cadena de fortificaciones en su frontera oriental, que estaría destinada a impedir una posible invasión militar alemana. El nombre responde a la iniciativa de André Maginot (1877-1932), un diputado francés que llegó a ser subsecretario de Defensa hacia 1913. Cuando comenzó la guerra un año después, Maginot insistió en revistar como simple soldado, lo cual le dejó inválido para el resto de su vida. En 1915 volvió a la política y ocupó sucesivamente varios ministerios. La experiencia bélica le llevó a la prolongada convicción de que Francia debía forjar una línea de resistencia en la frontera franco-alemana para detener todo futuro ataque. En 1929 se inició así la construcción de la Línea Maginot, que abarcaba desde la frontera franco-suiza en el sur hasta el comienzo de la frontera franco-belga en el norte, en una extensión de 314 kilómetros, con un costo calculado en los cuatrocientos millones de dólares. Las fortalezas tenían profundas instalaciones subterráneas y varias conexiones entre sí. Pero terminaron por ser inútiles. Como la Línea Maginot no cubría la frontera entre Francia y Bélgica, el ataque alemán de 1940 se desarrolló sobre una distinta estrategia, invadiendo primero a Holanda y Bélgica, después a Francia, en una operación fulminante que fue llamada Blitzkrieg o Guerra Relámpago. La temprana muerte de Maginot (1932) le impidió enterarse del gran fracaso de sus ideas. Paradójicamente, los alemanes tuvieron mayor éxito con su Línea Sigfrido, construida sobre su propia frontera con Francia, en un eco evidente de la idea de Maginot. Cuando los ejércitos aliados terminaron
120
por rescatar el territorio francés y avanzar sobre el alemán (19441945), la Línea Sigfrido hizo más lenta y costosa su tarea, que debió realizarse sobre un extenso frente de batalla. En uno y otro caso, las fortificaciones terrestres respondieron a una concepción bélica medieval, rápidamente superada después por los ataques aéreos y por los misiles de larga distancia. 1938 — El ingeniero argentino Juan Baigorri Velar descubre y
aplica un método para hacer llover, que tendría enorme utilidad para regiones afectadas por la sequía. Había trabajado en esa idea durante algunos años y aseguró haberla practicado, en escala reducida, desde su casa en Villa Luro. En 1938 lo anunció públicamente y obtuvo además el apoyo de una empresa ferroviaria privada. Entre comentarios escépticos y toda clase de bromas, Baigorri prometió lluvias inmediatas en Santiago del Estero, que había soportado tres años de sequía. Efectivamente llovió allí, con lo que Baigorri fue aclamado. Frente a numerosas preguntas, Baigorri se negó a revelar el secreto de su método. Falleció en 1972 sin comunicarlo. En una nota periodística posterior (La Nación, 22.3.87) se subraya que Baigorri nunca quiso lucrar con el método para hacer llover. También se le atribuyen otros aciertos en la materia, con lluvias pronosticadas y cumplidas en la laguna Epecuén (provincia de Buenos Aires) y en Caucete (San Juan). 1943 — En Argentina se otorga la patente al invento del bolígrafo, que inicialmente se llamó Birome, porque su creador fue el húngaro Laszlo Biro, que estaba en el exilio y que era asimismo “hipnotizador, escultor y periodista ”, según lo señala una biografía. En 1938 y en Bu-
dapest, mientras visitaba una gran imprenta, Biro advirtió que existía una tinta de secado rápido. Consiguió combinarla con un lápiz común, creando un utensilio práctico y barato. El nazismo y la guerra empujaron a Biro hasta París y después a Buenos Aires, donde llegó en 1940. Perfeccionó el invento y lo patentó el 10 de junio de 1943, una semana después de un golpe de Estado que daría surgimiento al peronismo. El invento fue llevado en 1944 a Inglaterra, donde se inició una fabricación en gran escala. En 1945 el bolígrafo o birome era ya producido en
121
Buenos Aires por la firma Eterpen, pero Biro omitió patentar su creación en Estados Unidos (presumiblemente por la situación bélica), con lo cual perdió una fortuna. En octubre 1945 las tiendas Gimbel's de Nueva York vendieron miles de bolígrafos por día, a un precio que inicialmente fue de doce dólares. El éxito del bolígrafo desplazó a la lapicera fuente, por sus ventajas de precio y porque reducía los riesgos de tinta derramada en la ropa. El destino de Laszlo Biro fue incierto y sus biografías sólo aportan la fecha de nacimiento, que fue 1900, sin noticia posterior a su invento. 1946 — Ocho jueces de superior nivel, representando a los más al-
tos niveles de la autoridad judicial de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, pronunciaron con fecha octubre l9 su fallo contra 22 jerarcas nazis, procesados por diversos crímenes antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El resumen final de ese fallo, al cabo de un año de proceso, fue: — Condenados a la horca: Martin Bormann, Hans Frank, Wilhelm Frick, Hermann Goering , Alfred Jodl, Ernest Kaltenbrunner, Wilhelm Keitel , Joachim von Ribbentropp, Alfred Rosenberg, Fritz Sauckel, Arthur Seyss-Inquart, Julius Streicher, — A cadena perpetua: Walther Funk, Rudolf Hess, Erich Raeder, — A veinte años de prisión: Baldur von Schirach, Albert Speer, — A quince años de prisión: Constantin von Neurath, — A diez años de prisión: Karl Doenitz ; — Absueltos: Hans Fritzsche, Franz von Papen, Hjalmar Schacht.
Las ejecuciones se cumplieron efectivamente en octubre 16. Pero la lista exige tres observaciones: — Goering se libró de la horca, suicidándose en octubre 15 con una cápsula de cianuro que había conseguido ocultar. — Bormann fue juzgado “in absentia”, porque no se le había conseguido apresar hasta el momento del proceso. Datos posteriores indican que pudo haber muerto previamente en Berlín (abril o mayo 1945), pero nunca se encontró su cadáver ni otra prueba fehaciente al respecto; — Raeder no llegó a cumplir su cadena perpetua. Fue liberado en 1955, debido a su mala salud, y falleció en 1960.
122
Algunas cuentas políticas de la guerra habían sido ya ajustadas antes de Núremberg. En Berlín (abril 1945), Adolf Hitler y Josef Goebbels se habían suicidado con sus familias, frente a la evidente derrota de los ejércitos alemanes. En Italia (también abril 1945), Benito Mus solini fue capturado y ejecutado por guerrilleros. Su yerno Galeazzo Ciano, que fuera prominente ministro del fascismo durante más de una década, terminó por volcarse contra Mussolini en la crisis de la derrota (1943) y así llegó a ser ejecutado por grupos fascistas en enero 1944. Otros jerarcas nazis consiguieron fugar, eludiendo los juicios en Núremberg, lo cual provocó ajustes posteriores: — Adolf Eichmann llegó a vivir en Argentina, fue hábilmente secuestrado por comandos israelíes (1960), fue juzgado públicamente en Israel y terminó ejecutado en 1962. — Josef Mengele consiguió fugar, se refugió en Paraguay y Brasil, falleció aparentemente en 1979. La identificación de su presunto cadáver fue hecha en 1985. — Klaus Barbie también fugó, recibió protección norteamericana, se refugió en Bolivia y allí fue localizado por el matrimonio Serge y Beate Klarsfeld, dos “cazadores de nazis” que terminaron victoriosamente una difícil tarea. Después que Bolivia concedió la extradición a Francia (1983), Barbie fue retenido en prisión a la espera de un juicio que comenzó tardíamente en 1987. — Karl Linnas, que habría sido jefe de un campo de concentración en Estonia durante la guerra, se refugió en Estados Unidos, pero eñ 1987 terminó deportado a la URSS, que lo había reclamado. — John Demjanjuk , presunto jefe de otro campo de concentración en Treblinka, estaba oculto en Estados Unidos, hasta que se concedió la extradición a Israel, que en 1987 comenzó su juicio. Entre todos esos juicios tardíos se destaca la situación de Kurt Waldheim, un político austríaco cuyo presunto pasado nazi fue publicitado por sus opositores cuando se presentó como candidato a la presidencia de su país. Triunfó en las elecciones y se convirtió efectivamente en el presidente de Austria (1986). Pero las pruebas sobre su pasado nazi deben haber sido muy poderosas, porque a comienzos de 1987 el gobierno norteamericano anunció que, dados sus antecedentes,
123
se prohibiría el eventual ingreso del ciudadano privado Waldheim a Estados Unidos. Esta fue una medida insólita y grave, considerando que hasta ese momento existían relaciones diplomáticas normales entre Estados Unidos y Austria. Fue también una medida paradójica, porque Waldheim había sido Secretario General de las Naciones Unidas (1972-1981), sin que se publicitara su pasado. Durante una década residió así en Nueva York, sin mayor objeción del gobierno norteamericano. Entre los jerarcas sobrevivientes a la Segunda Guerra Mundial existieron otros dos casos notables. Uno fue el general Pietro Badoglio, prominente figura del fascismo italiano, designado por Mussolini como virrey de Etiopía (1936). Al aproximarse la crisis política de la derrota italiana, Badoglio se hizo cargo del gobierno (1943) y negoció el armisticio con los Aliados, lo cual le permitió perdurar como militar retirado hasta su muerte en 1956. Y perduró Alfried Krupp, último heredero de una gigantesca em presa de armamentos que tenía ya cuatro siglos de existencia y que ha bía financiado al nazismo desde 1933. La empresa Krupp aprovechó después las ventajas de esa postura política, utilizando a los internados en campos de concentración, durante 1938-1945, como mano de obra barata para sus muchas fábricas. En 1946 Alfried Krupp fue así condenado a doce años de prisión y a la confiscación de toda su fortuna. Pero en 1950 el gobierno norteamericano le concedió la amnistía y la restitución de sus bienes, lo cual fue entendido por muchos (comenzando por los soviéticos) como la mayor colaboración posible de Estados Unidos con el nazismo antes derrotado. En los años siguientes Alfried Krupp restableció su imperio. Murió en 1967, a los sesenta años de edad. 1946 — El primer gobierno constitucional peronista obtiene una cé-
lebre victoria contra un escritor pobre, tímido y casi ciego, al designar a Jorge Luis Borges como “inspector de gallinas y conejos ” en un mercado municipal de Buenos Aires. En ese momento Borges era un escritor reconocido en minorías locales, que en los veinte años previos había publicado Inquisiciones, Cuaderno San Martín, El idioma de los ar gentinos, Discusión, Historia universal de la infamia, Historia de la
124
eternidad y El jardín de senderos que se bifurcan, entre otros libros.
Pero no podía vivir de su pluma, con lo cual conservaba un empleo humilde de auxiliar en la biblioteca municipal Miguel Cané, y estaba sometido por tanto a los traslados y ascensos que resolvieran sus superiores. Por otro lado, Perón se había impuesto como figura política local (octubre 1945) y de inmediato como presidente (elecciones de fe brero 1946). Tanto Borges como otros intelectuales y buena parte de la “clase alta” argentina veían con recelo esos hechos políticos, desde el golpe militar contra el gobierno anterior (junio 1943) a las tendencias que impugnaban como nacionalistas y fascistas en los mandatarios inmediatos y particularmente en Perón. Un síntoma claro de esa oposición era que Borges, sus familiares y sus amigos optaron claramente por la causa de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, mientras Argentina mantuvo una neutralidad que muchos juzgaron pronazi. Terminada la guerra en 1945, Borges era así un candidato a la represalia oficial, que en el caso se tramitó por vía burocrática, con un aparente ascenso a inspector de gallinas y conejos. Años después, Borges narró en reportajes y notas autobiográficas que ésa fue la explicación pronunciada por un jerarca municipal ( “Usted estaba del lado de los Aliados. ¿Qué esperaba?”). Borges renunció de inmediato a su puesto municipal y poco después la revista literaria SUR publicó una edición titulada “Desagravio a Borges”, con muchos artículos de escritores nacionales y extranjeros. En setiembre 1948 la policía detuvo a varias señoras que manifestaban en la calle Florida, pidiendo “libertad” y repartiendo folletos opositores. Entre ellas, Leonor Acevedo de Borges (72 años, madre del escritor) fue sometida a arresto domiciliario. Pero Norah Borges (47, su hermana) pasó a la cárcel, donde quedó alojada con sus compañeras de manifestación y varias prostitutas. En 1987 se realizó en Buenos Aires la XIII Feria del Libro, planificada como expreso homenaje a Borges. Concurrieron miles de peronistas, pero ningún folleto distribuido al pú blico mencionó siquiera esos episodios de cuarenta años antes. 1948 — El ingeniero Peter Goldmark y un equipo de la Columbia
Broadcasting System lanzan el sistema LP (Long Play) para los discos,
125
revolucionando la industria de la música. Hasta ese momento los equi pos se apoyaban en discos de 78 revoluciones por minuto, pero Goldmark triunfó con experimentos de microsurco, púa más fina y menor velocidad, creando un nuevo disco de 33 revoluciones por minuto. De hecho, eso multiplicaba por seis la cantidad de tiempo musical grabado en un disco del tamaño anterior. Con el sistema LP se consiguió la gra bación continua de obras largas (sinfonías y conciertos), el acoplamiento de varias obras cortas, la consiguiente reducción del espacio necesario para las discotecas. Eso favoreció la formación de más colecciones particulares y en última instancia multiplicó la cultura musical, así como también la incultura musical. Goldmark era húngaro, había ingresado a la CBS en 1936 y llegó a inventar (antes y después del LP) un sistema distinto para la TV en color, un método para enviar fotografías desde las naves espaciales, otro método para el registro de imagen en la video-cassette. Aunque el desarrollo del LP suponía para la industria fonográfica americana una venta anual de dos mil millones de dólares, Goldmark no percibió regalías ni porcentajes. En cambio fue nombrado vicepresidente de la CBS (1950) y recibió un ejemplar gratuito de todo LP editado por la empresa, lo cual debió derivar necesariamente a comprarse una casa quinta en las afueras de Nueva York. En 1977 el presidente Cárter otorgó a Goldmark una medalla de honor por sus contribuciones científicas en materia de comunicación. Dos semanas después Goldmark falleció. 1948 — La política del apartheid comienza oficialmente en Sud
Africa, cuando asciende al poder el partido nacionalista Afrikaner, con Daniel F. Malan como primer ministro, puesto que conservó hasta 1954. La segregación racial existió en Sud Africa durante cuatro siglos, desde el comienzo de la colonización por militares, industriales, comerciantes y políticos europeos. Pero lo que hasta entonces era un con junto de disposiciones muy variadas pasó a tener una organización y un status legal con el gobierno de Malan, sus seguidores y los sucesivos gobiernos de las cuatro décadas siguientes. En sustancia, el apartheid separa la población “no-blanca” en distintas categorías, restringiendo su actividad civil, sus relaciones familiares, su vivienda, su trabajo, sus
126
movimientos dentro del país. Según estadísticas de 1985, la población total de Sud Africa llegaba a 27.424.000 personas, con una minoría blanca y gobernante que sólo representa al 18 o 19 por ciento, pero que posee la mayor parte de la riqueza y del poder. En esos términos, el apartheid sudafricano fue reiteradamente objetado por los gobiernos de otros países y por numerosas organizaciones de todo orden, que invocaron motivaciones humanitarias para interrumpir o moderar las leyes y prácticas opresivas de esa minoría blanca. El resultado fue que en 1961-1962 Sud Africa se apartó del British Commonwealth (Comunidad Británica de Naciones) y de las Naciones Unidas, organismo que reiteradamente condenó al apartheid. Desde el extranjero se adoptaron diversas medidas de presión contra el gobierno de Sud Africa (como el boycott parcial en actividades bancarias o deportivas), pero la riqueza mineral e industrial del país ha permitido que la minoría blanca mantenga vigente al apartheid y supere reiteradamente los diversos movimientos internos de protesta y rebelión. 1949 — La Organización del Tratado para el Atlántico Norte
(OTAN, también conocida como NATO por sus iniciales en inglés) es fundada por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Islandia, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Turquía y Gran Bretaña. A ellos se agregó Alemania Occidental en 1955. El objetivo de la OTAN era presentar un frente militar unido ante la amenaza del expansionismo soviético, que había parecido alarmante desde el fin de la guerra mundial (1945). El territorio cubierto por el acuerdo cubría la parte norte del continente americano, toda Europa occidental, el Mar Mediterráneo y el norte del Océano Atlántico. El artículo V del convenio fija que el ataque contra cualquiera de los países firmantes será entendido como un motivo para la defensa conjunta de todos ellos. La réplica soviética a la OTAN fue la Organización del Trata- do de Varsovia, también llamada del Pacto de Varsovia. Ese acuerdo fue firmado en mayo 1955 por la URSS con los gobiernos de Albania (que luego se retiró), Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumania. De hecho, la OTAN y el Pacto de Varsovia suponían prolongaciones de la guerra fría, en un caso autorizando la
127
presencia de tropas norteamericanas en países europeos occidentales y en el otro la de tropas soviéticas en los así llamados territorios “satélites” de la zona oriental. La OTAN no tuvo ocasión de intervenir militarmente en Europa, pero en cambio la Unión Soviética debió hacerlo dos veces en 1956, por agitaciones políticas en Hungría y en Polonia que habrían comprometido la posición soviética. El caso se reiteró en Checoslovaquia (agosto 1968) cuando el gobierno de Alexander Dubcek adoptó ciertas medidas internas de “liberalización”, procurando lo que se llamó “un socialismo con rostro humano ”. La postura Dubcek fue objetada por los gobernantes de los otros países de Europa oriental, y en el caso se llegó a la intervención militar de las “tropas del Pacto de Varsovia”, liquidando de hecho la situación. Poco después Dubcek perdió su jerarquía política. El caso checo fue vivamente recordado en 1986-1987, cuando Gor bachov anunció un conjunto de medidas de “liberalización” en la pro pia Unión Soviética. El humorismo callejero checoslovaco siempre tuvo a la URSS como blanco preferido, así que en 1986 comenzó a circular el dato de que las tropas del Pacto de Varsovia estaban a punto de atacar Moscú, para terminar con la amenaza anticomunista que re presentaba el nuevo régimen liberal. A esa misma idea perteneció otro chiste de dos líneas: — ¿Qué diferencia hay entre Dubcek y Gorbachov? — Ninguna, pero Gorbachov todavía no lo sabe. 1951 — La destitución del general Douglas MacArthur por el pre-
sidente Truman fue la medida más grave que se haya adoptado contra un militar norteamericano de su jerarquía. El general había tenido una impresionante foja de servicios, ya desde la Primera Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial fue comandante supremo de las fuerzas aliadas en el Océano Pacífico. En la posguerra dirigió la ocu pación de Japón durante cinco años, procurando aniquilar el militarismo y restaurar la economía. Al producirse la guerra de Corea (1950) MacArthur fue nuevamente elegido como comandante supremo de las fuerzas militares, por cuenta de las Naciones Unidas, para defender a Corea del Sur contra Corea del Norte. Su aparente propósito era sin embargo llevar a su ejército hasta una victoria más amplia, contra las
128
tropas chinas que intervinieron a favor de Corea del Norte. La orden del presidente Truman era, por lo contrario, una “guerra limitada”, a fin de no arriesgar un conflicto mayor con China. Así Truman entendió que la actitud de MacArthur configuraba una insubordinación y lo destituyó. En los trece años siguientes MacArthur se dedicó mayormente a la vida privada, con una ocasional y secundaria participación política en el Partido Republicano. 1957 — La Unión Soviética obtiene en octubre un importante éxito
científico al colocar en órbita el Sputnik I, primer satélite artificial de la Tierra. El Sputnik era una cápsula de 84 kilos de peso, que daba una vuelta completa al planeta cada 96 minutos, a una distancia que oscilaba entre los 231 y los 942 kilómetros, trazando una elipse. Se mantuvo en órbita hasta 1958 y luego se desintegró. Pero treinta días des pués del lanzamiento los soviéticos ya habían colocado en órbita al Sputnik II, tripulado por la perra Laika, lo cual sirvió para avanzar en el conocimiento de cómo se podrían comportar los organismos vivos en un viaje espacial. El tercer satélite fue el Explorer I, enviado por los norteamericanos en enero 1958. Tras diversos experimentos, corres pondió a los soviéticos el primer viaje espacial tripulado, con el vehículo Vostok I, a cargo del astronauta Iuri A. Gagarin (abril 1961). Esto fue emulado por los norteamericanos con el Freedom 7, que tri puló Alan B. Shepard (mayo 1961). También correspondió a los norteamericanos el primer descenso del hombre en la Luna (julio 1969), con el vehículo Apolo 11. 1959 — La policía de Los Angeles obtiene un primer éxito con el
sistema Identikit, deteniendo al asaltante de una tienda de bebidas. El procedimiento había sido iniciado en la posguerra, y también en Los Angeles, mediante un minucioso trabajo sobre cerca de cincuenta mil fotografías, que eran desarticuladas para mostrar diversos tipos de nariz, mandíbulas, ojos, labios, peinados, bigotes, anteojos, arrugas, lunares y otros rasgos. A partir de allí, la descripción verbal hecha por una víctima o un testigo serviría para intentar la reconstrucción del rostro de un delincuente. El sistema llegó a ser usado después por la policía de todo el mundo, presumiblemente con el apoyo de los archivos
129
de fotos para cédulas de identidad y otros documentos. A pesar de ello, la palabra Identikit no fue recogida por el formidable diccionario Webster's, donde en cambio está la palabra japonesa harakiri, que designa a una tarea minoritaria y carente de todo futuro. I960 — La firma farmacéutica G. D. Searle (de Skokie, Illinois,
EE.UU.) pone en venta las primeras píldoras anticonceptivas, cuya marca era Enovid 10, y cuyo efecto es restringir la ovulación en la mu jer. El invento procedió de una década de experimentaciones por el Dr. Gregory Pincus, quien se había propuesto obtener un producto que no fuera dañino y que al mismo tiempo resultara “enteramente confiable, simple, práctico, universalmente aplicable y estéticamente satisfactorio para marido y mujer ”. Los ensayos abarcaron cuatro años (1950-1954) y llegaron a un resultado satisfactorio en 1955. Al año siguiente se hizo un experimento masivo y voluntario con 1.308 mujeres de San Juan (Puerto Rico), 811 de las cuales ingirieron la píldora entonces conocida como Conovid y 497 la llamada Uvulen. A los tres años, sólo 830 mu jeres permanecían firmes en el grupo experimental y sólo 17 de ellas quedaron embarazadas. En 1960 la firma Searle lanzó la Enovid 10, que pronto llegó a todos los mercados mundiales. Desde ese momento existe la convicción de que la píldora, si es debidamente administrada, resulta totalmente efectiva y evita el embarazo. A la inversa, cuando una mujer interrumpe un largo tratamiento con la píldora, será más pro pensa que antes al embarazo. Los escépticos y las escépticas sobre am bas convicciones han divulgado desde 1960 la máxima de que “el me jor anticonceptivo oral es NO”. 1961 — En una reunión realizada en Caracas se funda la OPEC,
sigla que alude (en inglés) a la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Los firmantes representaban a Irak, Kuwait, Irán (ex-Persia), Qatar, Saudi Arabia y Venezuela. Luego se unieron Indonesia y Libia. Esos y otros países productores se propusieron exigir que las compañías petroleras mantengan estables sus precios, a fin de no afectar sus propias economías y las de los países consumidores. La enorme necesidad del petróleo crudo daba a esos países una superioridad natu-
130
ral. Pese a la decisión inicial, los altibajos en el precio del petróleo ocasionaron trastornos en la economía mundial. Un caso relevante se produjo en 1979, cuando la OPEC resolvió abruptamente que elevaría sus precios en 14.5 por ciento, con repercusiones en todo el mundo. Aunque Estados Unidos produce petróleo, también le es necesario importarlo. A fines de 1979 el presidente Cárter declaraba “intolerable” la situación, porque el país importaba ya más petróleo que el que producía. En la práctica, la jerarquía económica concedida a esa docena de países de la OPEC es totalmente desproporcionada al nivel de civilización y desarrollo que poseen. Un caso extremo es el de Qatar, un emirato árabe situado como península sobre el Golfo Pérsico, y políticamente independiente desde 1971. En tamaño y en población, Qatar equivale a una décima parte de la provincia de Buenos Aires, tiene una población mayormente masculina (66 por ciento), una economía fundamentalmente petrolera (85 por ciento de los ingresos) y un alto grado de analfabetismo (48.9 por ciento entre mayores de diez años). Pero no sólo no tiene deuda pública, sino que con su voto puede torcer el destino futuro de Francia, Alemania, Italia y la provincia de Buenos Aires. 1967 — El cirujano Christian Barnard realiza en Cape Town, Sud
Africa, el primer trasplante de corazón. Al frente de un equipo de treinta personas, colocó en el paciente Louis Washkansky el corazón procedente de una víctima de tránsito. La operación duró seis horas y fue considerada un enorme logro, que abría nuevas perspectivas a la cirugía y a la cardiología. A pesar de ello, Washkansky falleció 18 días después, porque la intervención disminuyó sus sistemas naturales de inmunidad ante agentes infecciosos. 1969 — El norteamericano Neil A. Armstrong fue el primer hombre
que puso el pie en la Luna, seguido de inmediato por Edwin E. Aldrin, con quien había compartido un histórico viaje en el vehículo Apolo 11. Después de su descenso, Armstrong y Aldrin recorrieron la superficie durante dos horas, recogieron materiales por un peso total de 21.7 kilos, dejaron diversos aparatos científicos de utilidad posterior y tam bién pusieron una bandera de Estados Unidos. Todas sus operaciones
131
fueron registradas por una cámara de televisión, que trasmitió la hazaña en vivo y en directo, ante unos presumibles quinientos millones de es pectadores terrestres. Parte fundamental de la hazaña fue por tanto el haber colocado la cámara en su sitio y debidamente enfocada, unos minutos antes de la llegada de Armstrong, para una primicia periodística universal. 1979 — La trasmisión por TV de la película Holocausto provoca
en Alemania Federal una modificación de las leyes relativas a crímenes de guerra. Como lo señala un documentado artículo de Norman Crossland (en el Anuario de la Enciclopedia Británica, 1980) el conocimiento del pueblo alemán sobre el período nazi era harto insuficiente. No solamente demasiados niños ignoraban siquiera quién había sido Hitler, sino que la ignorancia se extendía a sus padres, que en enorme porcentaje habían nacido después de 1945 y sólo tenían conocimientos indirectos sobre la guerra. La trasmisión de Holocausto se realizó en cuatro episodios semanales (enero 1979) y el último de ellos convocó a un 41 por ciento de la audiencia, lo que equivale a quince millones de personas. A la trasmisión se agregó en el caso una serie de cuatro mesas redondas por TV, a cargo de historiadores, psicólogos, escritores y algunos sobrevivientes de los campos de concentración. Durante la última semana se registraron más de treinta mil llamadas telefónicas a los integrantes del panel, con preguntas y opiniones sobre los hechos de 1940- 1945. La discusión al respecto invadió escuelas, universidades y fábricas, mientras padres y abuelos eran cuestionados sobre su conocimiento y su conducta durante la guerra. La fecha de prescripción para los crímenes de guerra había sido decidida ya dos veces. En 1965 la ley alemana fijó una fecha límite en 1969, lo que suponía que estarían libres de todo proceso aquellos criminales de guerra que pudieran ser capturados después. Cuando llegó 1969, la fecha fue extendida a 1979. Tras la exhibición de Holocausto y el consiguiente debate nacional, el Bundestag (Parlamento Federal alemán) anuló las limitaciones legales, sin fijar nueva fecha límite. La votación tuvo sin embaído una mayoría muy escasa (255 contra 222). La división de opiniones sobre el punto fue expresada de otras maneras. En agosto 1979 la televisión puso en pantalla una serie distinta,
132
con el título “ Nosotros los alemanes alemanes y el Tercer Reich Reich”. Allí se demostró que muchos habitantes del país tenían mejor concepto de Hitler, porque hizo construir las carreteras, porque solucionó el desempleo, porque implantó el orden y la limpieza, cuando menos en los años de preguerra. Según el artículo artículo de Crossland, Crossland, los grupos grupos neonazis de 1979 1979 sólo tenían unos pocos miles de afiliados, pero en cambio podía llegar a cien mil ejemplares la tirada del semanario Deutsche Deutsche National National Zeitung , una publicación de extrema derecha. “Claramente, a mucha gente le gustaba leer que los horrores de Auschwitz nunca ocurrieron ”. Holocausto fue una serie norteamericana escrita por Gerald Green y dirigida por Marvin Chomsky, que narraba la vida de dos familias alemanas durante el período 1935-1945. Fue estrenada en Estados Unidos (abril 1978) con una duración de nueve horas y media. Obtuvo después seis premios Emmy en el fallo anual de distinciones a las me jores labores en televisión. — Al Al reseñar un libro titulado Una Enciclopedia de datos inú1987 — tiles, el erudito Pablo Schwarz (en Brecha, Brecha, Montevideo, Uruguay, ju-
nio 5) se queja de que el autor utilizó demasiadas fuentes de segunda mano. El señor Schwarz encontró seis errores en un libro de 260 páginas, que abarcan 104 capítulos diversos y 16 páginas de índices. Con seis errores el cronista llenó 344 centímetros cuadrados del semanario, más un dibujo y un título. Entre las informaciones de segunda mano que el cronista objeta figuran las relativas a la muerte de Julio César. En el libro había sido escrito que ese emperador romano romano “...murió con otros tajos, tras una conspiración muy célebre, y la leyenda dice que sus últimas palabras habrían sido Et tu Brutus!, al reconocer con sorpresa a uno de sus asesinos” (p. 164). El señor Schwarz, que sabe sa be latín, sostiene que Julio César no debió haber dicho Brutus sino Brute, para no caer en un solecismo en el momento de su muerte (un solecismo es una falta de sintaxis y suele ser considerado como menos grave que 23 tajos mortales). A esa tesis el señor Schwarz (que sabe griego) añade que Julio J ulio César no murió que jándose en latín sino en griego. griego. Habría dicho dicho “kay sy téknori”. Con ese dato el señor Schwarz corrige de paso a William Shakespeare, un reconocido autor de segunda mano, que en su tragedia histórica Julio
133
(1599) cometió el imperdonable lapsus de hacer morir al empeCésar (1599) rador en latín, mientras sus asesinos ase sinos lo mataban en el inglés de la época. El punto consagra al señor Schwarz como la única persona del Siglo Veinte que estaba presente en la muerte de Julio César, en el año 44 a.C., y que puede documentar su última frase en griego sin fiarse de fuentes de segunda mano. Sin embargo, eso no es tan milagroso como su buena memoria después de 2.031 (dos mil treinta y un) años. — En En Argentina, y ante la inminencia de nuevos juicios a mi1987 —
litares por la represión de 1976-1983, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas publica un extenso manifiesto, que en una versión abreviada ocupa media página en La Nación (marzo 12). Allí sostiene que una vez iniciada una guerra, el único objetivo válido es ganarla, cualesquiera sean los medios. Esto haría legítimas no solamente la prisión, la tortura y la ejecución de los detenidos sino el saqueo de sus casas, la violación de sus mujeres e hijas, el secuestro y ulterior adopción de niños robados, la reiterada mentira ante pedidos de informes, todo lo cual había sido probado en los juicios de 1985 a los Comandantes en Jefe. En apoyo de sus tesis, el Consejo Supremo invoca previsiblemente la opinión del ensayista alemán Cari von Clausewitz (17801831), que fue militar y escritor especializado en temas militares. Sor presivamente, presivamente, invoca también tesis coincidentes coincidentes de Mao Tsé-tung (en la guerra no hay lugar para “escrúpulos estúpidos ”) y de V. I. Lenin, a quien atribuye una frase: “ No importa que las tres cuartas partes de la humanidad se destruyan; lo que importa es que, por fin, el último cuarto se vuelva comunista”. El Consejo Supremo publicó sus tesis el mismo día en que se estrenaba en Buenos Aires la película Pelotón (1986), documento y alegato norteamericano sobre las crueldades norteamerinorteamericanas en la guerra de Vietnam.
134
V
VIDAS TORCIDAS
(n. 1918) fue un indigno vicepresidente vicepresidente norteameSPIRO AGNEW (n. ricano, pero en cambio fue un digno vicepresidente de un indigno presidente llamado Richard Nixon, junto a quien ganó las elecciones de 1968 y 1972. En su carrera política pasó de las filas demócratas a las republicanas, fue electo gobernador de Baltimore (1967) y se caracterizó por posturas conservadoras, conservadoras, por sus ataques a los opositores y a la prensa, por el curioso lenguaje de imprecaciones que utilizaba en ellos. En octubre 1973 fue oficialmente acusado por evasión de impuestos, y esto llevó después a diversas acusaciones sobre extorsión y soborno en sus anteriores puestos oficiales, a lo largo de diez arios. El acusador moralista demostró ser culpable de varias formas de la delincuencia. En su fallo, el juez señaló se ñaló que los delitos probados a Agnew merecían una condena mínima de dos a cinco meses de prisión, pero terminó por condenarlo a una multa de diez mil dólares y a un período de prueba de tres años, durante el cual habría sido especialmente grave todo otro delito. En la emergencia, Agnew renunció a la vicepresidencia, cargo en el que fue sustituido por Gerald Ford. Entretanto, se producía el incidente Watergate, que condujo también a la renuncia de Nixon (agosto 1974), cerrando un capítulo vergonzante que después sería reabierto por el Irangate Irangate (noviembre (noviembre 1986 y continuacion continuaciones). es). SVETLANA AULUIEVA (n. 1926) fue hija de Stalin y con el tiempo
comprobó que ésa sería solamente la primera parte de las dificultades familiares que entorpeciero entorpecieronn su vida. El padre juntaba los cariños previsibles con explosiones de mal humor y de intolerancia que también habían sido documentados por muchos de sus contemporáneos. contemporáneos. Su madre Nadezhda Aliluieva había descubierto que era demasiado difícil ser la esposa de Stalin, con lo cual se suicidó en 1932. Su hermano Vasili ascendió en jerarquía dentro del ejército, aparentemente sin otro mérito propio que el de ser hijo de Stalin. Combatió en la Segunda Guerra Mundial, entró en un período de depresiones, se convirtió en una alcohólica sin remedio y murió joven, presumiblemente tras una cirrosis. A todo ello habría que agregar que Stalin falleció en 1953, cuando Svetlana tenía 27 años, y que en 1956 se produjo un gran viraje político (tras un célebre discurso de Jruschev), con el resultado de que ser hija de Stalin pasaba a ser un defecto congènito.
136
En 1967 Svetlana era casada, tenía dos hijos (Iosif e Iekaterina), quería escribir y se sentía muy incómoda en Moscú. Aprovechó un viaje solitario a Nueva Delhi (India) y allí sorpresivamente pidió asilo a la embajada de Estados Unidos. Después se supo que su voluntario exilio había contado con el previo apoyo de altos funcionarios norteamericanos. Tras llegar a Nueva York, como una de las más famosas disidentes soviéticas soviéticas de la historia, Svetlana comenzó una nueva vida. Publicó un libro autobiográfico, Veinte cartas a un amigo, con material explosivo sobre la Unión Soviética vista por dentro. En 1970 se casó con el arquitecto norteamericano William Wesley Peters, con quien tuvo una hija llamada Olga y de quien se divorció en 1973. Entretanto, los soviéticos la habían pronunciado como “moralmente inestable” y le habían quitado en 1969 la ciudadanía. La contrapartida fue que Svetlana quemó su pasaporte en una pequeña ceremonia, como parte de sus objeciones a la URSS y a su propio padre (“un monstruo moral y espiritual”). En 1982 cambió su residencia y pasó a Inglaterra, donde la BBC estaba preparando una película documental sobre su azarosa vida, y donde la niña Olga fue colocada en un colegio de Cambridge. En octubre 1984 Svetlana cambió nuevamente de idea. En Londres tomó repentinamente un avión de Aeroflot y regresó a Moscú con Olga. Volvió a pedir la ciudadanía soviética y comenzó a proclamar argumentaciones contra Estados Unidos, donde dijo que en realidad no se había sentido libre ni un solo día. Su nueva etapa en Moscú fue de inmediato una preocupación para su ex-marido Peters, quien dijo afligirse por el destino de su hija Olga, norteamericana de nacimiento, entonces con trece años de edad e ignorante total del idioma ruso. Las declaraciones de Svetlana en 1984 le mostraban afligida afligida por su familia. Dijo haber vuelto porque extrañaba a sus hijos mayores, Iosif e Iekaterina, así como a los nietos que no había conocido. En las circunstancias, circunsta ncias, el previsible destino de la niña Olga podría ser una inestabilidad emocional similar a la de sus mayores. SIR GEORGE DOWNING (1623-1684) tuvo el dudoso honor de ca-
racterizarse por su cambio de bando político, según las conveniencias
137
ocasionales. En esto fue un predecesor de otros políticos y especialmente de Joseph Fouché, un francés que se especializó en tales recorridos y pasó a la historia por ellos. Downing nació en Irlanda, hijo de un abogado puritano, y vivió largamente en América, graduándose en la Universidad de Harvard. Cuando volvió a Inglaterra en 1646, allí reinaba Carlos I, pero éste fue derrocado y luego ejecutado en 1649. En la década siguiente, la tradicional monarquía inglesa fue sustituida por un gobierno republicano bajo Oliver Cromwell, en un período conocido como el Commonwealth. Para comenzar su carrera política, Downing se puso a las órdenes de Cromwell y cumplió importantes misiones oficiales en Escocia (1649) y en Francia (1655), terminando como embajador británico en La Haya (Holanda), con un sueldo considerable. Tras la muerte de Cromwell (1658), Downing cambió de fidelidades y resolvió hacerse monárquico. Así se inscribió en el bando de Carlos II, que ascendió al trono en 1660, restaurando la monarquía arrebatada a su padre. En su nuevo puesto Downing recibió un sueldo en el comité oficial que se ocupaba del tesoro nacional (1667), iniciando procedimientos administrativos que luego serían muy elogiados. También fue nuevamente em bajador en La Haya, pero algunos extremos de su conducta irritaron a los holandeses, con lo que Downing huyó a Inglaterra para salvar su vida. Eso motivó que el rey lo pusiera brevemente en prisión, por abandono indebido de su puesto. Entonces Downing resolvió ser más monárquico que nunca, a fin de recuperar su posición política. Se hizo espía del rey. Entre quienes impulsaron la ejecución de Carlos I en 1649, tres personas habían conseguido huir al continente europeo. Una de ellas era el coronel John Okey, que había dado a Downing un primer empleo cuando volvió de América. Con la oferta de salvoconductos, Downing consiguió que Okey y los otros dos exiliados volvieran a Inglaterra, donde fueron detenidos y luego ejecutados (1662), como tardía venganza de Carlos II contra los asesinos de su padre. Las opiniones de Okey sobre la maniobra de Downing no quedaron registradas. En una nota pretextada por un aniversario (La Razón de Buenos Aires, 2.3.87) se invocan algunas frases de diccionarios biográficos, que
138
definen a Downing como “ persona cuya reputación está manchada por el servilismo, la traición y la avaricia ” y también como “un infame, traicionero, miserable, chantajista y cobarde cambiachaquetas ”. Ese rudo lenguaje hace más difícil comprender que se haya dado el nombre de Downing a una calle de Londres, en el elegante barrio de Whitehall. Aparentemente lo estimaban por sus medidas financieras, incluso si discrepaban con sus vueltas políticas. El dato pasó a ser importante en 1727, cuando Robert Walpole, conde de Oxford, primer ministro del rey Jorge II, hombre refinado en sus gustos de arquitectura y pintura, resolvió que la mejor residencia oficial para el gobierno británico sena una casa en esa calle. Su decisión se mantuvo firme durante más de 250 años. Desde Walpole hasta Churchill, Attlee, Macmillan y Thatcher, todos los primeros ministros británicos han residido personal y oficialmente en 10 Downing Street. ALFRED DREYFUS (1859-1935) cometió el doble error de ser ju-
dío y de inscribirse en el ejército francés, que era claramente antisemita. La combinación resultó explosiva en 1894, cuando alguien del Ministerio de Guerra ofreció vender secretos militares a un diplomático alemán. Las sospechas condujeron a Dreyfus, sin otro fundamento que la necesidad de encontrar a un culpable. En un prolongado episodio de documentos fraguados y de acusaciones irresponsables, Dreyfus fue rápidamente degradado y después conducido a la célebre Isla del Dia blo, en la Guayana francesa. El caso dividió a la sociedad de la época. Contra Dreyfus se manifestó interesadamente el Ejército, no sólo en el proceso inicial sino en una revisión de 1899, cuando se probó que uno de los documentos acusatorios era fraguado. También estuvo contra Dreyfus el sector más poderoso, conservador y aristocrático de la sociedad francesa, en parte por antisemitismo, en parte por la defensa nacionalista del honor militar. La defensa de Dreyfus contó en cambio con el sector intelectual e ilustrado de la época, incluyendo allí al escritor Marcel Proust, al político Georges Clémenceau y destacadamente al novelista Emile Zola, cuyo manifiesto J'accuset ue publicado en L‘Aurore (enero 1898) y significó una clara condena de los procedimientos seguidos por el Ejército y el gobierno en el caso. Finalmente se produjo un tercer juicio, la anulación de lo actuado (1906), la vuelta
139
de Dreyfus al ejército, su promoción a comandante y hasta su condecoración especial con la Legión de Honor. Dreyfus se retiró a las reservas, pero fue llamado a combatir en la Primera Guerra Mundial (1914), donde alcanzó a comandar una columna, con el grado de teniente coronel. Sobrevivió al trance y quedó después en la más completa oscuridad, hasta su muerte natural en 1935. Sus doce años de fama involuntaria serían citados más tarde por los textos históricos, porque la oposición Ejército-Dreyfus fue el antecedente de lo que en la década de 1930 sería rotulado como Fascismo y Antifascismo. El caso Dreyfus fue llevado al cine cuatro veces, Con actuación de Fritz Kortner (película alemana, 1930), Cedric Hardwicke (inglesa, 1931), Joseph Schildkraut (norteamericana, 1937) y José Ferrer (inglesa, 1958). Pero el cine francés nunca quiso tocarlo, en noventa años. FRANCES FARMER (1914-1970), actriz cinematográfica, sobre-
llevó una tragedia mucho más grave y mucho menos conocida que las de Jean Harlow, Marilyn Monroe o Judy Garland. Fue la víctima de Hollywood y también la víctima de sí misma, hasta llegar a etapas descritas literalmente como un Purgatorio y un Infierno. El padre de Frances abandonó el hogar cuando ella era una niña, con lo cual la madre pasó a ser única responsable. Pero pronto fue una enemiga. A Lillian Farmer se le atribuyó un empeño patriotero y un vociferado anticomunismo. Quizás como reacción, Frances se fue al polo opuesto. A los 16 años ganó un premio en el colegio, con un ensayo titulado “Dios muere” y eso le conquistó los primeros odios en Seattle, su ciudad natal. A los 21 años, tras haber desempeñado trabajos humildes para poder estudiar, ganó con otro ensayo un viaje gratis a la Unión Soviética (1935) y eso la identificó como procomunista. Ya ha bía actuado en teatro de aficionados, con lo que a su vuelta de la URSS aceptó la oferta de un agente y un contrato como actriz en la Paramount. La carrera de Francés Farmer en Hollywood fue muy opaca. De sus catorce películas en el período 1936-1942 (ocho de ellas en Paramount, que podía prestarla a otras empresas) sólo cabe destacar la cuarta,
140
Come and Get It (Hijo y rival, 1936), donde tuvo un personaje intere-
sante y una presencia de cierto encanto. Es significativo que su director haya sido William Wyler, quien solía conseguir grandes interpretaciones de sus estrellas, pero también es significativo que Wyler y Frances hayan terminado por odiarse, pronunciando mutuas frases desdeñosas. El trato recibido en Hollywood fue sin duda un motivo para que Frances procurara matizar su contrato con actuaciones teatrales. En 1937 estaba trabajando como voluntaria para ayudar a los inmigrantes po bres y a la causa republicana española durante la guerra civil de 19361939. En esas circunstancias viajó a Nueva York y aceptó el principal papel femenino en la pieza Golden Boy de Gifford Odets, que se estrenó en ese mismo 1937 y que fue el mayor éxito del autor. En esa época Odets era comunista o procomunista. Francés estaba casada con el actor Leif Erickson, pero se convirtió en amante de Odets, que era un considerable mujeriego y que además estaba casado con Luise Rainer, todo lo cual llevó a una cadena de disimulos y mentiras. Se sintió muy infeliz durante cinco años y un día explotó. En octubre 1942 y en Hollywood fue detenida por conducir un coche sin tener licencia y estando alcoholizada. Recibió una primera sentencia de 180 días en suspenso. En enero 1943 fue nuevamente arrestada, aparentemente por no cumplir las presentaciones judiciales a que estaba obligada. Esta vez debió cumplir 180 días de cárcel, pero se rebeló, peleó y se asegura que tiró un tintero a la cabeza del juez. Al alcohol y a las drogas se sumaron entonces la camisa de fuerza, el shock insulínico, la vuelta al hogar. Su propia madre la confinó después a un hospital psiquiátrico, donde atravesó el electroshock y unas infernales condiciones de vida, entre la suciedad, las ratas y las frecuentes violaciones de las internas por los soldados del cercano Fort Lewis. En 1948 le hicieron una lobotomía, en 1950 salió del hospital, en 1953 se reintegró a la vida civil, aparentemente calmada. En los años siguiente su vida se integró con otros hombres, un empleo de recepcionista en un hotel de San Francisco, algunas actuaciones de televisión (incluyendo un programa dedicado a su vida) y tres piezas teatrales con varios con juntos universitarios. Pero había vuelto al alcohol y no se podía contar con su salud ni con su estabilidad en el trabajo. En sus últimos años
141
contó con la amistad de Jean Ratcliffe, una joven viuda que le ayudó en su autobiografía, publicada póstumamente en 1972 bajo el título Will There Realty Be a Morning? (¿Habrá realmente un mañana?). En agosto 1970 Francés Farmer falleció de un cáncer al esófago. Desde 1974 se anunciaron diversos planes para filmar su vida. Notablemente, llegaron a hacerse tres películas, todas ellas estrenadas en 1983. En Frances hay muchos elementos de ficción, comenzando por los cambios en nombres propios y en diversas anécdotas, pero el drama tiene mucho interés y Jessica Lange realizó una notable interpretación, que fue candidata al Oscar. En Committed (no estrenada en Argentina), las referencias extranjeras señalan que en lugar de una narración lineal se prefirió destacar algunos puntos críticos de la vida de Francés Farmer, en especial la presión ejercida sobre ella por terceros: la madre, el anticomunismo, los jueces, los médicos, Hollywood y la conducta hi pócrita y enfermiza de Odets, que había fallecido en 1963. Esa película independiente, rodada con mucho esfuerzo, fue dirigida por Sheila McLaughlin (también actriz protagónica) y por Lynne Tillman, ambas integradas a una corriente feminista. La tercera película se tituló Will There Really Be a Morning?, fue hecha para la televisión, dirigida por Fielder Cook e interpretada por Susan Blakely en la protagonista y por Lee Grant como su madre. Llegó a ser exhibida en 1987 por la TV argentina y está conceptuada como la biografía más fiel. FANIA FENELON (née Goldstein, 1909-1983) era judía francesa,
era pianista y cantante, integró la Resistencia durante la ocupación alemana de su país y así fue después apresada y enviada al campo de concentración de Auschwitz. La muerte en las cámaras de gas era su destino seguro, pero en ese momento y por orden de Himmler, se organizaban conciertos con grupos de los mismos reclusos, para recreación de los guardias nazis. De esa manera Fania Fenelon salvó su vida, al ser convocada a un grupo musical que dio mínimos conciertos internos durante 1944. La directora del conjunto fue Alma Rose, una violinista que era sobrina del eminente compositor checo-alemán Gustav Mahler (1860-1911) y tenía por tanto una clara ascendencia judía. Entre Fania y Alma existió así una camaradería pero también una competencia. Como lo narrara la primera, le costó mucho adaptarse a esa forma de
142
colaboración con el enemigo, en medio de la muerte y las diversas formas de la humillación a otros reclusos. En cambio Alma accedió con mayor entusiasmo, creyó que salvar su vida era el primerísimo deber y tuvo así una situación privilegiada, desde conservar su cabello hasta gozar de ciertas comodidades singulares para una presa de Auschwitz. Liberada por los ejércitos rusos al terminar la guerra, Fania encontró otro oficio como escritora. Volcó sus memorias del campo de concentración en un libro autobiográfico que se editó en inglés como Playing for Time (1976), lo que podría traducirse como “Interpretando para hacer tiempo”. Con el mismo título inglés la CBS-TV de Nueva York, produjo en 1980 una extensa película (tres horas), que Argentina llegó a conocer en versión algo abreviada (dos horas y media) con el título Compás de espera. El libreto había sido escrito nada menos que por Arthur Miller y describe las tensiones y conflictos de una docena de personajes, que incluyen ciertamente al truculento médico Josef Mengele y a las carceleras del campo. Para interpretar a Fania los productores eligieron a Vanessa Redgrave, controvertida actriz inglesa, destacada antes y después por su adhesión a la causa de los palestinos y su oposición a la conducta política de Israel. Esa designación de Vanessa generó una tormenta. En opinión de muchos, era una actriz antijudía (en rigor, se ha manifestado antisionista pero no antisemita) y por tanto era mal vista para interpretar a una heroína judía. Un rabino norteamericano comparó el caso con la posi ble elección de J. Edgar Hoover para interpretar a su enemigo Martin Luther King, mientras el actor negro Sammy Davis Jr. dijo que él mismo sería un mal candidato para interpretar a un jefe del Ku Klux Klan. La CBS tuvo grandes dificultades para conseguir anunciantes, muchos de los cuales se negaban a financiar un programa que sería denostado y hostilizado por la comunidad judía. Poco antes de la trasmisión, a fines de 1980, el Centro Simón Wiesenthal de Los Angeles exhortó en efecto a una oposición nacional, pidiendo que el público apagara sus receptores y no viera Playingfor Time. Entre los protestatarios se destacó la propia Fania Fenelon, que viajó a Estados Unidos para presentar su queja ante CBS-TV. No obtuvo nada, porque el contrato previo cedía plenos poderes a la empresa productora.
143
Notablemente, ni Fania ni los muchos objetores judíos habían visto entonces la película que deseaban eliminar. Si hubieran llegado a verla, se habrían enterado por ejemplo de que una detallada secuencia presenta a Vanessa (como Fania) protestando contra las divisiones internas entre los prisioneros, porque unos proceden de padres judíos, otros sólo proceden de padre judío (o madre judía), otros son franceses o antifranceses, otros son aristócratas polacos. En los diálogos que Miller escribió para la Fania de la película, la protagonista llega a estipular que también los carceleros nazis y la camarada prostituida son seres humanos, y eso incluye las muchas variantes posibles, desde los ángeles hasta los demonios. Cuando se dieron los premios Emmy para 1980, que son las mayores distinciones de la TV norteamericana, cuatro de ellos recayeron sobre la película, sobre el libreto de Miller, sobre Vanessa Redgrave y sobre Jane Alexander (mejor actriz secundaria por su Alma Rose). Ese veredicto anual daba finalmente la razón a Richard Corliss, crítico de Time, quien había escrito que el papel necesitaba una gran actriz, que Vanessa era esa gran actriz, que su labor fue memora ble y que toda otra consideración política era secundaria. Pero conformar a los judíos militantes con la elección de Vanessa era a esa altura un bizantinismo de la estética y un plan tan difícil como la paz en el Cercano Oriente. Fania Fenelon murió de cáncer el 19 de diciembre de 1983 en Le Kremlin-Bicétre, Francia. Hasta su último suspiro siguió objetando la elección de Vanessa para protagonizar su agitada vida. JOSEPH FOUCHE (1758-1820) fue el más exquisito intrigante de
la política y superó a todo otro ejemplo anterior o posterior en el arte de cambiar oportunamente de bando. De él se dijo con razón que “durante la lucha no estaba con ninguno de ambos rivales, pero tras la lucha estaba siempre con el vencedor ”. En menor grado, lo mismo hizo el más famoso Talleyrand, que fue su colega, su amigo y su enemigo. Nacido en Nantes, el joven Fouché tuvo educación religiosa y durante diez años integró el colegio de los oratorianos, como profesor y como tonsurado miembro de la orden. En 1789 prestó a su amigo Maximilien Robespierre algo de dinero para pagar la vestimenta y el viaje a París, como delegado ante los Estados Generales, sin sospechar que
144
allí se iniciaría la Revolución Francesa. En Nantes, y entre otros servicios a la burguesía, el religioso Fouché fue el redactor de un texto que se oponía a la abolición de la esclavitud. En 1792 era ya un hombre importante y consiguió que se le eligiera también como diputado de la Convención. A esa altura ya había caído la Bastilla y la Revolución era el gobierno. Fouché comenzó por sentarse en el sector de los girondinos, que en las asambleas de París era entonces la fracción moderada y también la más fuerte. En 1793, obligado a votar en la opción de mantener vivo al rey Luis XVI o condenarlo a la guillotina, llegó a leer a un amigo su alegato contra la ejecución. A las 24 horas advirtió que la opinión mayoritaria estaba a favor de la guillotina, y cuando le tocó votar cambió de opinión con sólo dos palabras: “ La mart ”. Pasado así al bando de los convencionales más radicales, aumentó de inmediato su importancia. En ese mismo año 1793 fue uno de los doscientos delegados que la Revolución enviaba a las provincias, con plenos poderes para deshacer un orden social y construir otro. En Nantes, Nevera y Moulins, repartiéndose entre la organización de milicias voluntarias y los pro blemas del gobierno local, Fouché emitió un manifiesto contra los ricos y contra las propiedades eclesiásticas, donde exhortaba a la rebelión popular contra las injusticias sociales: “Mientras quede sobre la Tierra un solo desgraciado, debe proseguir el avance de la libertad ”. Ese texto antecedió en 55 años al Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Pero Fouché no sólo pedía golpes implacables sino que los daba. Dictaminó a texto expreso que ningún ciudadano podría poseer más de lo indis pensable para su vida, y en consecuencia confiscó propiedades y obras de arte, cerró y saqueó iglesias, canceló de un plumazo el celibato de los sacerdotes, proclamó al cristianismo como “un culto hipócrita ”. El ex-integrante de órdenes religiosas consiguió trasladar a París una fortuna para las arcas del Estado, con cien mil francos en oro, mil doscientas libras en metálico, mil barras de plata. No había utilizado aun la guillotina, pero ya era el más ardiente de los revolucionarios. Cuando Fouché regresó a París, ahora como un héroe, se le encomendó reprimir la sublevación en Lyon, que comprometía la seguridad
145
del nuevo gobierno. En diciembre 1793, convertido en el amo, comenzó por ejecutar con cañonazos a sesenta insurrectos sacados de la prisión (porque la guillotina le parecía muy lenta) y pocos días después ejecutó a otros doscientos diez prisioneros con descargas de fusilería, lanzando los cadáveres al río Ródano. Entre esas matanzas y las siguientes se calculó que las víctimas llegaron a mil seiscientas y se supo que el apodo “mitrailleur de Lyon” era perfectamente justo. Pero Fouché fue un moderado, sin embargo. El decreto inicial de París pedía sin rodeos la devastación total de Lyon, borrando su nombre de la geografía francesa. Como delegado general, Fouché no se atrevió a tanto, pero hizo derribar casas y palacios, confiscando muebles y obras de arte. Cuando volvía a París en 1794, Fouché se despidió de Lyon con diez y seis golpes de guillotina, pero agregó dos ejecuciones misteriosas. Quizás para que después no hablaran, hizo matar al verdugo y a su ayudante. Su ex-amigo Robespierre mandaba en París, sancionando sin piedad a moderados y radicales. En ese mismo mes se había liberado de su adversario Danton, enviado a la guillotina. Contra Robespierre de bió combatir Fouché mediante nuevas intrigas, desde alcanzar la presidencia del Club de los Jacobinos hasta convencer a otros revolucionarios sobre los excesos dogmáticos y fanáticos del nuevo dictador. En julio 1794 también Robespierre fue guillotinado, con un nuevo ejemplo de verdugo convertido en víctima. Dentro de ese hormiguero, Fouché perdió posiciones. Fue expulsado del Club de los Jacobinos que había presidido e inició tres años de oscuridad y de miseria, habitando oscuras piezas de inquilinato. En rigor, era un sobreviviente de una Revolución que comenzaba a arrepentirse de sus crueldades. En 1797, gracias a sus viejas relaciones, Fouché descubrió la manera de introducirse en el complicado mundo del dinero, al que antes insultaba, y llegó a ser concesionario de abastecimientos para un ejército que luchaba en varios frentes. Esa fue la época del Directorio, cuando Fouché volvió a ascender, ahora hasta el cargo de ministro de policía. Allí se volvió conservador y clausuró el Club de los Jacobinos que antes había presidido. También inició un vasto intercambio de confidencias con Josefina de Beauhamais, hija de un noble ejecutado antes
146
por la Revolución y ahora la mujer del nuevo y ambicioso general Na poleón Bonaparte. En 1799, tras la repentina vuelta de Bonaparte desde Egipto, la mejor ayuda del brillante general fue Fouché, quien traicionó al Directorio para constituirse en ministro de policía del nuevo Primer Cónsul. En esa operación engañó a Barras, que había sido antes su apoyo, pero fingió indiferencia cuando una comedia satírica en los teatros de París le aludió como “la veleta de Saint Cloud”. Las relaciones de Fouché con el Primer Cónsul y luego emperador Napoleón tuvieron prolongados y duros altibajos. Fue ministro de policía en su gobierno como lo había sido en el anterior, pero ambos hom bres se vigilaban mutuamente con espías secretos, sin llevar las desconfianzas hasta la abierta discusión. Eso explica que Napoleón se haya librado de él con cierta elegancia. En 1802 Fouché perdió su cargo de ministro, pero pasó a ser senador y hombre rico. En 1804 apoyó con otras intrigas a Napoleón, empujándolo a su proclamación como em perador, con lo cual volvió una vez más al cargo de Ministro. Las guerras de ese momento alejaron a Napoleón de París y de hecho dieron nuevos poderes a Fouché, que en 1809 alcanzó rango nobiliario al ser nombrado como Duque de Otranto, localidad del surde Italia que no llegó a ver en su vida. Eso no impidió que volviera a conspirar contra Napoleón, ahora conversando con banqueros y nobles de Inglaterra y de Holanda. Por jugar demasiadas cartas, Napoleón lo despidió (1810) y lo alejó de París. La ausencia de Fouché fue breve. Tras la desgraciada campaña en Rusia (1812) y el enfrentamiento militar con buena parte de Europa, la caída de Napoleón era segura. Abdicó en 1814 y fue desterrado a la isla de Elba, bastante cerca de su Córcega natal. Poco después el gobierno francés fue asumido por el rey Luis XVIII, hermano del decapitado Luis XVI. La vuelta repentina de Napoleón era sin embargo una amenaza constante, con lo que a comienzos de 1815 Fouché comenzó a barajar otra vez dos cartas contrarias, junto al rey Luis XVIII como mediador en una difícil encrucijada política y junto a Napoleón por la posibilidad de su reingreso. Efectivamente, el emperador consiguió fugar de Elba, desembarcó en Francia, avanzó sobre París y recuperó el
147
Imperio, dando comienzo a los célebres Cien Días que se extendieron hasta su derrota en Waterloo. En marzo 1815 Fouché fue nuevamente nombrado ministro por Na poleón. Este lo conocía muy bien como intrigante y traidor, pero no podía prescindir de un hombre que sabía tanto y que gobernaba una red de espías en todo rincón de todo despacho oficial. Después de Waterloo (junio 1814), Fouché recogió en persona, silenciosamente, la abdicación definitiva del Emperador. A esa altura había negociado ya el tras paso del poder a un Directorio que presidió él mismo. De inmediato traicionó a ese Directorio, negociando una nueva entrega del gobierno a Luis XVIII, quien razonablemente le recompensó otra vez con un ministerio. A esa altura la veleta de Fouché había dado ya demasiadas vueltas, pero se permitió una más. La nueva monarquía proscribió a todos sus viejos enemigos, comenzando por los revolucionarios que ejecutaron a Luis XVI en 1793, y siguiendo por los napoleónicos que asumieron el poder. Esa lista de ejecutados y desterrados fue firmada por Fouché en nombre de la monarquía. En ella faltó el nombre del ex-revolucionario y ex-napoleónico Fouché. En ese mismo año 1815 Fouché se casó por la iglesia con la condesa de Castellone, haciendo caso omiso de su conducta de 1793 contra la aristocracia y contra el clero. Pero entre los nobles que rodeaban a Luis XVIII había varios con mejor memoria de los últimos 25 años. Entre esos nobles estaba además la Duquesa de Angulema, hija huérfana de Luis XVI y María Antonieta. Habría sido imposible que ella transara con uno de los hombres que en 1793 votaron la muerte de sus padres. Fue así como Fouché cayó rápidamente en desgracia dentro de la corte. Pronto le designaron para una insignificante embajada en Dresde, que era una manera práctica de alejarlo de París. En seguida Fouché perdió ese puesto, vegetó sucesivamente en Praga, en Linz y en Trieste, fue notoriamente engañado por su mujer (él tenía 56 años, ella 26) y falleció en 1820. Poco antes de su muerte Fouché ordenó quemar sus memorias, que hoy podrían ser un apreciable documento histórico, incluso con su pro-
148
bable porcentaje de mentiras y ambigüedades. Pero con los otros registros de sus volteretas quedó material suficiente para que el autor austríaco Stefan Zweig escribiera sobre Fouché la mejor de sus muchas biografías históricas. Ese consuelo hay que agradecer al más infiel de los políticos. HELMUT GERNSHEIM (n. 1913) nació en Alemania, de padres
judíos, y a los 22 años tenía un diploma de primera clase en la Escuela Estatal de Fotografía. Estaba ansioso por dejar Alemania, donde sólo le podían esperar el servicio militar bajo los nazis o alguna campaña antisemita. Lo consiguió en julio 1937, cuando le invitaron a participar de una exposición en la Feria Mundial de París. De hecho, esa fue su emigración. Pasó a Londres, donde obtuvo su propio trabajo como fotógrafo de algunos cuadros existentes en la National Gallery. Eso se interrumpió en setiembre 1939, al ser declarada la Segunda Guerra Mundial. Tras la caída del continente europeo, Gernsheim fue en Inglaterra un refugiado. Igual que muchos otros judíos y antinazis, su presencia en suelo inglés era un problema para el gobierno británico, y así Gernsheim pasó a ser un “intemado”, porque técnicamente era alemán, y eso suponía la presunción de que fuera un enemigo. El caso no era único en Inglaterra. Tampoco lo era en Francia, donde Arthur Koestler fue igualmente internado y tratado como un enemigo, a pesar de sus claros antecedentes antinazis y de su presencia anterior en España junto al bando republicano (Koestler contó esa odisea en Escoria de la tierra , 1941). Poco después, cuando los japoneses atacaron a Estados Unidos en Pearl Harbor (diciembre 1941), también el gobierno norteamericano internó a los japoneses que estaban en su territorio. Gernsheim creyó salir de sus problemas cuando aceptó en 1940 la opción de pedir asilo en Canadá, aunque eso suponía atravesar el Atlántico y exponerse al ataque de los submarinos nazis. Allí comenzó una odisea que duró un año, cuatro meses y quince días. El barco no llegó a Canadá sino que se desvió nuevamente al sur, tocó dos puertos africanos, atravesó el Océano Indico y finalmente descargó a los refugiados en Australia. Esto fue contado después por Gernsheim:
149
“El
viaje fue una pesadilla. Fuimos amontonados en la bodega de un barco para tropas, el Dunera, y tratados como prisioneros de guerra, contra la convención internacional. Todas las salidas hacia la cubierta habían sido tapiadas con alambre de púas y estaban custodiadas por soldados ingleses con bayonetas. Nuestras maletas nos fueron retiradas y nunca devueltas. Cuando los refugiados llegaron a Australia, debieron viajar 18 horas por tren hasta Hay, a ochocientos kilómetros de Sydney. “Estaba al borde del desierto y marcaba el fin
de la civilización. Era espantosamente caluroso en verano, con muchas tormentas de arena. Quedamos muy deprimidos cuando vimos los dos cam pos de concentración, construidos para prisioneros de guerra alemanes. Cada uno de ellos estaba rodeado por tres vallas de alam bre de púas, de cuatro metros de altura, con una separación de cinco metros entre sí. Cada cien metros había una torre de vigilancia, con un reflector y una ametralladora que nos apuntaba. No podíamos dar crédito a nuestros ojos. Alegamos que no ha bíamos dejado la Alemania nazi para recibir de nuestros amigos semejante tratamiento y nombramos una delegación para ver al comandante del campo. Él sabía que no éramos prisioneros de guerra, pero nada podía hacer.” El comandante hizo algo, por lo menos en cuanto a comida, trabajo y el comienzo de trámites para obtener la liberación. Esos trámites no fueron simples, pero después de una serie de traslados y de otros 46 días en el mar, Gernsheim y sus compañeros llegaron nuevamente a Inglaterra. Allí recomenzó su carrera, aunque el año 1941 no era pro picio para vivir en Londres. Cuatro años después, al finalizar la guerra, Gernsheim era no sólo un fotógrafo sino un importante estudioso, que publicó una monumental History of Photography (1955) y formó una colección de documentos que se expuso en varias sociedades. Con el tiempo se hartó de trámites, vendió la colección y se fue a vivir a Suiza. Pero siguió ocupándose de la fotografía en el más alto nivel. Su nombre figura entre los asesores artísticos de la Enciclopedia Británica.
150
SANJAY GANDHI (1946-1980) era el hijo de Indira Gandhi (1917-
1984), que gobernó la India y que era hija de Jawaharlal Nehru (18891964), quien a su vez fue discípulo predilecto de Mohandas o Mahatma Gandhi (1869-1948). Pero la trascendencia histórica de los cuatro es rigurosamente la inversa. Ante todo, el Mahatma Gandhi fue uno de los grandes hombres de la historia, un idealista capaz de enormes sacrificios y el creador de la resistencia pacífica contra el dominio británico. De hecho, fue gestor principal, a lo largo de tres décadas, de la independencia que la India obtuvo en 1947. Razonablemente, su discí pulo Nehru fue entonces elegido Primer Ministro y lo siguió siendo durante 17 años, hasta su muerte de un ataque cardíaco. Más práctico y actualizado que su maestro, quien vivió para ver la deseada independencia, Nehru descartó actitudes religiosas y tradicionalistas, volcando a la India hacia la modernización industrial y hacia un socialismo moderado y democrático. Fue uno de los fundadores de lo que después se conocería como Tercer Mundo y recibió en vida la estimación de su país y del extranjero. Se le objetaron sin embargo algunas posiciones prosoviéticas, particularmente su apoyo a la URSS tras la censurada intervención armada en Hungría (1956). Indira Gandhi tenía treinta años cuando su padre llegó al poder. Ofició de inmediato como su secretaria, confidente y ayudante, viviendo junto a él en la residencia oficial y asumiendo de hecho el carácter de Primera Dama (su madre había fallecido en 1936). Aunque Nehru se había opuesto a que Indira le sucediera en el gobierno, algunos poderosos grupos políticos terminaron por elegirla para dirigir el Partido del Congreso y en la práctica como Primera Ministra, durante dos agitados períodos (1966-1977 y 1980-1984). Su gobierno fue impugnado de varias maneras, por la situación económica del país, por acusaciones de prácticas electorales corruptas, por un pronunciamiento judicial relativo a una malversación de fondos (1975) y por algunas medidas autoritarias que adoptó, especialmente la esterilización compulsiva de varones, como forma de combatir el crecimiento demográfico. Esas crisis le llevaron a proclamar una suerte de estado de sitio que se llamó Emergencia (junio 1975), encarcelando a muchos líderes opositores, entre ellos a quienes habían sido los mejores amigos y colaboradores de su
151
padre Nehru. En enero 1977 Indira Gandhi retrocedió en esas medidas y llamó a libres elecciones parlamentarias. Recibió así una enorme derrota. Su Partido del Congreso obtuvo solamente 153 bancas entre las 542 posibles. Poco después, el nuevo gobierno investigó oficialmente los cargos de excesos y abusos de autoridad que se habían formulado contra ella. Pero los opositores de Indira Gandhi estuvieron divididos por continuas luchas internas, con lo cual volvieron a realizarse elecciones (enero 1980) y ella volvió al poder. Esta vez no pudo superar las continuas tormentas políticas del país, empujadas a su vez por las distintas facciones religiosas. Entre los opositores a Indira se incluían los Sikhs, que integran una comunidad enorme y de tradición secular. Algunos líderes sikhs rebeldes se habían reunido en un santuario de Amritsar y ese templo fue atacado por el ejército, causando centenares de muertos (junio 1984). El episodio selló el destino de Indira Gandhi, que terminó asesinada por integrantes de su propio cuerpo de custodia (octubre 1984). Sanjay Gandhi aprovechó desde la infancia su condición de nieto de Nehru e hijo de Indira. Recibió cierta educación en Inglaterra, dentro de la fábrica Rolls-Royce, pero sus méritos personales no parecen haber ido más allá de los lazos familiares. Aunque carecía de experiencia industrial, Sanjay Gandhi obtuvo del gobierno materno una licencia para fabricar un automóvil que debía ser pequeño, barato y enteramente nacional (1970). Era un acto de favoritismo oficial y pasó a ser una fuente de objeciones políticas contra su madre. El caso se complicó porque a los cinco años de la concesión Sanjay Gandhi sólo había obtenido un prototipo, llamado Maruti (por un dios que simboliza al viento), que resultaba ser más caro de lo previsible y que además contenía partes importadas. Los inversores en la nueva industria automotriz se consideraron engañados. La resultante polémica fue uno de los motivos que condujeron a que Indira Gandhi proclamara la Emergencia. Nehru había formado políticamente a su hija Indira y ésta quiso formar a su vez a su hijo Sanjay. No le dio un cargo oficial, pero permitió que su partido iniciara la adulación del joven, en un “culto de la perso-
152
nalidad” que ya lo proclamaba, a los 29 años, como un Mesías nacional. Fue el principal propulsor de la campaña de esterilización masculina (por una técnica conocida como “vasectomía”, que corta algunos conductos en el aparato genital). Ese pudo ser un progreso científico y social en un país amenazado por el aumento de su propia población, pero Sanjay Gandhi no respetó el derecho elemental de que la esterilización fuera voluntaria. La impuso autoritariamente, en muchos casos contra muchachos de la calle que ni eran casados ni tenían hijos. Esto perjudicó su prestigio en una campaña que ya contaba con enormes resistencias iniciales, porque buena parte de la población creía que la esterilización llevaba también a la impotencia masculina. Sanjay Gandhi piloteaba su propio avión liviano. Este cayó y lo mató, cinco meses después de la vuelta de su madre al poder. Con el tiempo, su hermano mayor Rajiv Gandhi pasó a ser Primer Ministro de la India (noviembre 1984), sucediendo a su madre asesinada. Sólo tenía tres años de experiencia política, pero su elección fue indiscutida. Contra toda apariencia, Mahatma Gandhi e Indira no tenían parentesco entre sí. El apellido se debe a que ella se casó con un señor Feroze Gandhi, quien falleció en 1960, sin enterarse del complicado futuro que esperaba a su viuda y a sus dos hijos varones. MATA HARI (1876-1917) era holandesa, se llamaba Margaretha
Gertruida Zelle, se educó en un colegio religioso y después se casó con un oficial holandés llamado Rudolf MacLeod. Con él fue hasta el Pacífico, a las islas de Java y Sumatra, que entonces eran posesiones holandesas. Vivió allí durante 1897- 1902, descubriendo que su marido era un alcohólico y un hombre violento. Después viajó a París, según algunas fuentes con su marido, pero se sabe qué pronto se separó de éste y comenzó a actuar como bailarina. Como no pudo destacarse en el coro, inició una nueva personalidad como solista de exóticos bailes orientales, y así inauguró su nuevo nombre Mata-Hari, tras una expresión malaya que alude al sol. Tuvo bastante éxito, lo que en parte se debió a que solía bailar semidesnuda y en parte a que se mostró accesible a numerosos hombres.
153
En 1914 se inició la Primera Guerra Mundial, lo que le representó un conflicto de fidelidades, porque tenía o había tenido amantes franceses y alemanes. Una de las versiones sobre su vida sostiene que se había comprometido a espiar para los franceses. Otra versión más aceptada dice que, cuando ella residía en La Haya (Holanda) un cónsul alemán la comprometió a viajar a París y espiar allí para los servicios secretos alemanes. Ambas versiones pudieron ser simultáneamente ciertas y explicarían un tren de gastos que no estaba acorde con sus ingresos como bailarina. En los hechos, Mata-Hari terminó por ser arrestada en París (febrero 1917), aparentemente tras los datos obtenidos por el servicio secreto británico. Fue mantenida en prisión, juzgada por-un tribunal militar y fusilada en julio 1917. Después de su muerte circularon artículos, libros y leyendas, que le atribuyen dos hijos (de MacLeod), docenas de amantes, prostitución en alto nivel y una preferencia irresistible por los uniformes militares, lo cual puede explicar su destino. Se ha publicado también el dato indemostrable de que los alemanes descubrieron su doble juego y se las ingeniaron para dejarla en evidencia ante el ejército francés, con lo cual se libraban de ella. JIM JONES, nacido James Warren Jones (1931-1978) tuvo el du-
doso honor de empujar a más de novecientas personas a un suicidio colectivo, para salir de situaciones críticas que él mismo había provocado. Jones era negro, nació en Indidha y se destacó en la década de 1950 cuando inventó su propio sacerdocio para ayudar a los desheredados y los enfermos. En esta vocación, muy cercana a la charlatanería, Jones tuvo famosos antecesores norteamericanos, como el llamado “Father Divine” y la predicadora Aimee Semple McPherson, entre otros. En su primera etapa Jones fue una personalidad útil, porque contaba efectivamente con una adhesión colectiva y podía arrastrar a dos mil personas para participar de manifestaciones públicas, lo cual fue aprovechado por algunos políticos. Su People's Temple en San Francisco fue así el centro de un culto creciente, pero al mismo tiempo algunos afiliados (y especialmente algunos familiares de afiliados) señalaron que Jones utilizaba sus artes de seducción para exigir grandes sumas de dinero y para el despojo de propiedades privadas. Frente a tales críticas,
154
Jones optó en algún momento de la década de 1970 por trasladar a sus fieles hasta Guyana (antes conocida como Guayana Británica), un pequeño país en la costa del Mar Caribe, donde fundó una colonia agraria, lógicamente denominada Jonestown. Las maniobras de Jones continuaron en Guyana, donde estableció una reducida dictadura dentro de la comunidad. Se le acusó por ordenar palizas, confiscar pasaportes, amenazar de muerte a aquellos afiliados que quisieran huir. En 1978 las quejas habían trascendido en Estados Unidos, y así el diputado Leo Ryan (de la legislatura de California) viajó con un grupo de periodistas y familiares afectados. Al llegar a Guyana, la guardia de Jones asesinó rápidamente a Ryan y a otras cuatro personas del grupo. Encerrado en una situación que sólo podía llevarle a la cárcel, Jones orquestó una medida mayor. Ordenó el suicidio colectivo de todos los integrantes de la colonia, idea que ya había hecho ensayar en los meses previos. Los adultos comenzaron por envenenar a sus hijos (con cianuro en bebidas) y luego se mataron, en algún caso bajo la amenaza de armas de fuego. En las selvas cercanas quedaron algunos sobrevivientes, que después narraron los detalles del horrible episodio. Un inventario posterior estableció que habían muerto 913 personas, incluyendo a más de doscientos niños y al mismo Jones. WILLIAM JOYCE (1906-1946) atravesó una vida agitada, cuatro
inseguras nacionalidades, un juicio, dos apelaciones, y terminó colgado por el gobierno inglés, como traidor a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Había sido el locutor que desde Alemania, a lo largo de cinco años, realizó trasmisiones diarias de radio, no sólo con partes bélicos sino con comentarios sarcásticos sobre la inutilidad de la causa aliada y la conveniencia de rendirse ante los nazis. Por su voz peculiar, por la índole de sus acotaciones y por su tono burlón, recibió involuntariamente el apodo de Lord Haw-Haw, y bajo ese nombre le conocieron sus oyentes ingleses, aunque muchos de ellos sabían también su identidad. Su padre Michael Joyce era irlandés, pero se casó con una inglesa, fue a trabajar a Estados Unidos y así William Joyce nació en Nueva York en 1906. Tres años después, la familia volvió a viajar a Irlanda,
155
que a lo largo de una década fue el escenario de lucha entre el dominio británico y el movimiento por la independencia irlandesa. En ese conflicto, padre e hijo terminaron por adoptar la causa británica, paso que sería decisivo. En 1922, la familia volvió a viajar, esta vez a Inglaterra, y aunque el resto quedó en Lancashire, el joven William (16 años) viajó a Londres, procuró inscribirse en los cursos militares, declaró su ambición de integrar el ejército británico. La actividad política de William Joyce comenzó de inmediato, cuando en 1923 se afilió al naciente movimiento fascista británico, ins pirado por los logros que poco antes había obtenido Mussolini en Italia (en ese momento Hitler era un desconocido). En 1925 dejó a los fascistas, pero volvió a ellos en 1930, y esta vez llegó a ser la mano derecha del líder Oswald Mosley (1896-1980), un diputado conservador y antisemita que vivió para ver el fracaso de sus ideas nazis. Como líder fascista, William Joyce desplegó una intensa actividad, desde la ostentación de conducta y ropa, al estilo alemán de entonces, hasta la reiterada irrupción en mítines socialistas y comunistas, que durante esa década promovieron ampliamente la causa antifascista. En 1933 William Joyce pidió y obtuvo el pasaporte británico, que renovó en 1939. Entretanto, se había divorciado de su primera mujer (a la que dejó dos hijas) y se volvió a casar. Hay constancia judicial de que en 1934 su padre Michael Joyce quemó ante testigos toda la documentación norteamericana que obraba en su poder, desde el acta que lo consagraba ciudadano de Estados Unidos hasta la documentación probatoria de que su hijo William había nacido en Nueva York. Había elegido la causa británica y no quería papeles que la entorpecieran. El laberinto de la documentación se complicó después. En el gran desconcierto ideológico de agosto de 1939, cuando el pacto nazi-soviético acercó a los antiguos enemigos, William Joyce siguió eligiendo la causa nazi. No sólo renovó entonces su pasaporte británico sino que lo utilizó para viajar por vías desconocidas a Alemania, donde se reunió con otros nazis que no eran alemanes de nacimiento. El 18 de setiembre de 1939 hizo su primera transmisión por radio, consiguiendo que en Londres lo identificaran los funcionarios del gobierno y muchas otras
156
personas. En 1940 se hizo ciudadano alemán. En los cuatro años siguientes abrumó a sus oyentes ingleses con trasmisiones radiotelefónicas cuya sustancia era estrictamente de propaganda nazi pero cuyo lenguaje era tan inglés como los oyentes mismos. Su eficacia terminaría por ser escasa, sin embargo. Los sarcasmos de “Lord Haw-Haw” no consiguieron desmoralizar al pueblo británico, como lo probó la resistencia colectiva ante los feroces ataques aéreos sobre Londres (19401941). Por otra parte, la BBC de Londres hizo cuestión de transmitir siempre la información completa, incluso con las malas noticias, y eso fue una eficaz contrapartida a la “desinformación” que impartían las radios alemanas. La derrota alemana quedó simbolizada en abril 1945 por el suicidio de Hitler y la inmediata caída de Berlín. En ese momento William Joyce y su mujer emprendieron la fuga a pie, con un documento falso a nombre de Wilhelm Hansen. En las cercanías de Flennsburg, y al borde de un bosque, Joyce cometió el grave error de hablar espontáneamente con dos oficiales ingleses que buscaban leña. Su voz peculiar le traicionó. Fue reconocido por ellos, fue detenido y no consiguió mentir mucho, porque entre sus ropas llevaba también un pasaporte militar a nombre de William Joyce. A fin de mayo dictó a un oficial de Inteligencia Militar su propia versión de lo que había hecho durante los años previos. Después fue conducido a Londres, donde se le sometió al debido proceso ante la justicia. Ese proceso se estiró a cuatro meses y dos apelaciones, porque a favor de Joyce obraban dos datos de la documentación: había nacido en Estados Unidos y a cierta altura se había hecho ciudadano alemán. Los abogados defensores adujeron que en consecuencia no procedía juzgarlo como traidor a la Corona británica. Pero también en esos puntos perdió la causa. Un primer pronunciamiento judicial señaló que aunque era norteamericano por su nacimiento, Joyce nunca se esforzó por documentar su calidad de tal (el padre había quemado en 1934 todo papel al respecto) y en cambio pidió, obtuvo y renovó, en 1933 y en 1939, su pasaporte británico, lo cual le daba legalmente la protección de la Corona pero también la obligación de fidelidad a ella. La ecuanimidad del fallo quedó cifrada después en la suerte corrida por las tres
157
acusaciones que se le formularon. Un cargo fue que se había hecho alemán en setiembre 1940, y aquí el veredicto fue que tenía pleno derecho a elegir su nacionalidad legal. Un segundo cargo fue que había hecho trasmisiones radiotelefónicas perjudiciales a Gran Bretaña, en tiempo de guerra, y en esto los jueces fallaron que tenía también pleno derecho a hacerlas, desde setiembre 1940 hasta comienzos de 1945, dado que era ciudadano alemán. Pero el tercer cargo fue que, siendo británico como titular de un pasaporte válido, entre setiembre 1939 y julio 1940, había realizado aquellas trasmisiones radiotelefónicas. Esto configuraba el delito de traición, y así William Joyce fue ahorcado el 3 de enero de 1946, tras el debido proceso legal, nueve meses antes que los jerarcas nazis condenados en Núremberg. IVAR KREUGER (1880-1932) recibió en vida el apodo de “rey de los fósforos”, porque ésa fue la línea industrial con la que comenzó su
imperio económico. Pero de hecho dejó los fósforos a sus asociados y se dedicó largamente a su vocación por la alta finanza, creando sucesivas empresas, recibiendo dinero de inversionistas, prestando no sólo a particulares sino a gobiernos (Polonia, Francia, Alemania, Yugoslavia). Así recibió la Legión de Honor y fue querido y admirado hasta pocas semanas antes de su muerte. Pero después de ella, algunos allegados y acreedores tenían sólidos motivos para pensar que en sus finanzas había demasiados datos turbios. Luego se sumaron las deudas impagas y las pérdidas ocultadas por hábiles balances. Entonces se supo que las estafas de Kreuger sumaban una cifra cercana a los quinientos millones de dólares. Kreuger nació en Kalmar, al sur de Suecia, en una familia que efectivamente se ocupaba de la fabricación de fósforos. Pero se comportó desde niño como un individualista, obseso por alcanzar el triunfo con el menor esfuerzo, lo que le llevó a diversas formas de la mentira (co piaba los escritos ajenos para los exámenes) y a una actitud de secreto y disimulo que mantuvo hasta el final. Se negó a la protección de su familia y desde los 16 años viajó (Estocolmo, Nueva York, Chicago, Colorado, Nueva Orleáns, México) buscando su propia vocación. La encontró en una compañía constructora de Nueva York, y no porque le importaran los edificios sino porque allí comenzó a aprender cómo se
158
manejaba “el gran dinero”. Cuando llegó a gerente y vicepresidente de la Consolidated Engineering and Construction Company, en Nueva York, fue el supervisor de varios edificios para la Universidad de Syracuse, al norte del Estado, y así la Universidad terminó por concederle en 1930 un diploma como Doctor of Business Administration. Poco después la Universidad lamentaría haber dado ese paso. Cuando era muy joven, Kreuger descubrió que el dinero no se com pone solamente de billetes que representan dólares, coronas o libras esterlinas. Más importantes eran otros símbolos, como los cheques, los bonos, las acciones, las constancias bancarias. Los créditos y débitos se podían manejar por carta o por telegrama, de una compañía a otra, incluso a través del Atlántico y a veces solamente por teléfono. En 1913, cuando Kreuger se hizo cargo de la pequeña industria familiar de fósforos suecos, declaraba ya a un socio que su empeño era llegar al monopolio de esa industria, para lo cual debió crear alianzas provisorias y emprender combates financieros. Obtuvo un enorme poder, si no el monopolio deseado. Después amplió su tarea a otros países, conquistando en diversos momentos el control de la industria fosforera en Inglaterra, Bélgica, Suiza, Holanda, Austria, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. Compraba las pequeñas industrias locales, a menudo utilizando intermediarios y subordinados que no se conocían entre sí, y casi siempre con dinero de bancos suecos. Uno de sus métodos fue prestar sumas millonarias a los gobiernos mismos, recibiendo en cambio un monopolio por veinte años para la fabricación y venta de fósforos. Otro método aún más audaz fue pagar atractivos intereses a sus inversionistas, aunque para ello utilizaba otros capítales recibidos. Ese sistema aumentaba superficialmente su prestigio, pero en última instancia lo sometía a una red de acreedores que se hacía mayor a cada paso. Para esas peligrosas operaciones, a lo largo de quince años, aplicó algunas habilidades personales. De su visión financiera se escribió des pués que, para él, “una hoja de balance era simplemente una tela en la que podía pintar un cuadro con los más brillantes colores ”. Había descubierto que las propiedades o los bienes “activos” (un edificio, un paquete de bonos, una suma depositada realmente en un banco) podían
159
figurar impunemente como pertenecientes a cuatro o cinco empresas distintas, todas las cuales eran suyas, con lo que él agrandaba su riqueza aparente al presentarse ante otros bancos o ante políticos extranjeros. Después de su muerte, cuando aparecieron demasiados acreedores y la constancia de diversas irregularidades, el propio gobierno sueco pidió a la prestigiosa firma Price Waterhouse & Co. que examinara las finanzas de Kreuger. A los 25 días el veredicto de esos auditores fue que los activos declarados excedían fantásticamente a la realidad, que algunos eran totalmente ficticios y que otros se multiplicaban en empresas distintas, adulterando de hecho la situación verdadera de todas. Kreuger era un gran malabarista para esas y otras operaciones, y alguna vez asombró a una secretaria que tomaba el texto de una carta a un banco, dictándole varias carillas con cifras y explicaciones, sin consultar para ello un solo apunte previo. Con su memoria y su imaginación desbordó a socios, secretarias, bancos y gobiernos extranjeros. No sedujo a Stalin, sin embargo, pese a sus intentos por penetrar en el mercado soviético (hacia 1926), porque la URSS no sólo tenía su pro pia industria en pie sino que exportaba fósforos a países vecinos. Así fue como Stalin declaró que Kreuger era un peligro y lo combatió de diversas maneras, hasta que la Historia le dio la razón, seis años des pués. Una de las curiosas medidas de Stalin fue ordenar al escritor Ilya Ehrenburg que hiciera una novela contra Kreuger. Ese texto se llamó primeramente El frente unido (1930) y después se publicó en Suecia e Inglaterra como The Most Sacred Belongings (Las pertenencias más sagradas). Describe la vida de un capitalista sueco llamado Sven Olson, que es el rey de los fósforos y un financista de fama mundial, pero que no tiene interés por el bienestar de la Humanidad sino solamente por la obtención de dinero y poder. En la novela, Olson sufre un ataque cardíaco en Estocolmo, consigue viajar a París y muere solitario en un apartamento. La caída de Kreuger se debió en parte al desastre en el mercado bursátil de Wall Street (octubre 1929), pero en parte aun mayor al exceso de confianza en sus habilidades. Dos días después de la crisis en la Bolsa neoyorquina, Kreuger estaba ofreciendo a Alemania un inve-
160
rosímil préstamo por 125 millones de dólares, en el momento económico más penoso de toda la historia alemana. En 1931 manejaba tres cuartas partes de la industria y el comercio de fósforos en todo el mundo, con lo que muchos financieros de Nueva York debieron tomarle en serio sus declaraciones optimistas frente a una crisis general que afligía a todos. En ese año Kreuger era también el propietario de L. M. Ericsson, una empresa telefónica sueca que con diversos cambios subsiste hasta hoy. Fue entonces que Kreuger propuso audazmente una fusión con la International Telephone & Telegraph Corporation. Entregó seiscientas mil acciones de Ericsson y recibió de ITT un cheque por once millones de dólares, dinero que de inmediato fue devorado por diversas obligaciones. La fusión debía completarse con otras acciones y otros pagos, pero esa segunda etapa estaba sujeta a un adecuado examen sobre la situación financiera de Ericsson en Suecia. A comienzos de 1932 el informe resultó adverso, sin duda porque se lo realizó con más minucia de lo que era habitual en la década anterior, antes del percance mayor de 1929. La ITT declaró rescindido el com promiso y exigió la devolución de los once millones de dólares. El incidente ITT-Ericson fue simultáneo con otras obligaciones que Kreuger y sus empresas tenían con bancos norteamericanos, con dividendos a pagar, con prometidas entregas de fondos a los gobiernos de Turquía y de Lituania. Esas y otras preocupaciones causaron en Kreuger una crisis mental que lo dejó encerrado en su casa de Nueva York, atendiendo teléfonos que no habían sonado y comenzando discursos que revelaban un gran desvarío. Pese a ello consiguió viajar pocos días después a París, compró un revólver, faltó a una decisiva reunión con sus acreedores y se pegó un tiro en la soledad de su habitación. En la mesa de luz estaba la novela de Ehrenburg que pronosticaba para el financista Olson una muerte parecida a la suya. En una caja fuerte se encontraron también 42 bonos gubernamentales italianos, más otros documentos oficiales, que en definitiva obligarían a Italia a pagar un millón y medio de libras esterlinas y que aparecían firmados por un Ministro de Finanzas y por otro alto funcionario. Toda esa documentación era inventada y las firmas habían sido falsificadas por Kreuger. A
161
su favor sólo cabe decir que no había llegado a presentar los bonos italianos como garantía de alguna operación. Su biógrafo Robert Shaplen (en una excelente y prolongada nota de The New Yorker , 1959, utilizada para estas páginas) termina señalando que en las Islas Azores no se pueden utilizar encendedores para los cigarrillos, y que los viajeros en tránsito deben declarar en Aduana si tienen alguno en su poder. Los encendedores están prohibidos por un reglamento que data de la década de 1920 y que forma parte del mono polio que Kreuger había obtenido de las autoridades locales. HENRI-DES1RE LANDRU (1869-1922) fue el nombre más cono-
cido y más probable de un individuo que utilizó muchos nombres falsos y desarrolló una de las grandes carreras criminales de la historia. Hacia 1891 se había casado con una prima y tenía un hijo. Pero en cambio carecía de medios de vida, con lo cual comenzó a cometer pequeñas estafas y a dejar cuentas impagas. Hacia 1900 recibió una condena de tres años por una estafa mayor, contra una viuda a la que aparentemente prometió matrimonio para sustraerte dinero. La cárcel no lo curó. A la salida se inició en la técnica de publicar anuncios en los diarios, con un texto que aproximadamente era así: “Caballero de 45 años, con una renta de 4.000 francos, desea casarse con dama de similar edad e ingresos ”. El procedimiento le sirvió para citar a 283 mujeres, según se desprende de las cuidadosas anotaciones que llevaba en cuadernos encontrados después por la policía. Esos apuntes debían serle necesarios, porque era frecuente que manejara simultáneamente las relaciones con dos o tres mujeres y había que evitar la confusión. Toda la operación se habría reducido a una cadena de delitos menores, si no fuera porque en algún caso encontró resistencias. Su relación con una señora Jeanne Cuchet, a quien había absorbido considerables ahorros, llevó a una escena de reproches, que terminó con la mujer asesinada y quemada en el gran homo de una villa que Landru había com prado. Eso se convirtió después en un modus operandi, con lo que la policía de París comenzó a recibir varias denuncias similares sobre mu jeres misteriosamente desaparecidas. La hermana de una de las vícti-
162
mas vio ocasionalmente a Landru en la calle, lo identificó como el galán sospechoso y terminó por poner a la policía en la pista. Detenido y juzgado, Landru mantuvo su postura de inocencia, pero las pruebas en su contra eran abrumadoras. Incluían huesos calcinados en los hornos, apuntes de Landru en los que constaban cifras y nombres, testimonios oculares de familiares. En un caso, la propia mujer de Landru había colaborado en los delitos, no como asesina pero sí como cobradora de cuentas bancarias ajenas. Al jurado le llevó una hora y media dictaminar que Landru era cul pable, y en febrero 1922 se lo ejecutó en la guillotina. La nómina com pleta de sus delitos nunca fue conocida con precisión, pero nueve de los crímenes quedaron comprobados. Aunque Landru utilizó docenas de seudónimos, la historia posterior le deparó uno más. En 1946 Cha plin dio el nombre de Monsieur Verdoux a una de sus más controvertidas películas, que cuenta aproximadamente la historia de Landru con una serie de reflexiones sociopolíticas. Un dato importante es que tanto en esa ficción cinematográfica como en la vida real, Landru se había comportado como un honorable caballero, defensor de su esposa y de su hijo hasta el último momento del juicio. Sus fines eran más honora bles que sus métodos. CHARLES MANSON (n. 1934) fue un criminal querido, respetado,
obedecido y venerado por cuatro mujeres llamadas Linda Kasabian, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten, así como tam bién por una docena de otras cuyos nombres adquirieron menor fama. Todas ellas integraban lo que él llamaba su “familia”. El mundo dio al grupo el nombre de “clan Manson” y lo consideró culpable de dos tremendas matanzas cometidas en agosto 1969 en Los Angeles, primero contra la actriz Sharon Tate y sus invitados, después contra el matrimonio de Rosemary y Leño La Bianca. Ninguno de los siete muertos era conocido por los criminales y en todo el episodio no hubo motivaciones de robo o de venganza. Su delirante causa era una “ justicia social”, en la que un grupo de marginados y drogadictos quería terminar con los representantes de una sociedad capitalista y burguesa.
163
De la infancia de Manson se sabe naturalmente muy poco. Era hijo de padre desconocido y su madre fue una reconocida prostituta y ladrona, a quien el hijo debió visitar a menudo en la cárcel. Se supone que Manson careció de una educación escolar y está comprobado que hacia 1967 (tenía 33 arios) se integró a una colonia de hippies en las cercanías de San Francisco. Para casi todos ellos el medio de vida debió oscilar entre la mendicidad y el robo. Fue entonces cuando Manson comenzó a reclutar a su “familia”, incorporando a otros marginados sociales, especialmente mujeres, cuyas edades oscilaban entre los 18 y 23 años. La fascinación que ejercía sobre ellas ha sido comparada a la atribuida al monje Rasputin en la corte imperial rusa de comienzos de siglo. No se trataba sólo de promiscuidad sexual, con orgías colectivas, sino de una obediencia ciega en cualquier línea de conducta. La noche en que el clan Manson atacó a Sharon Tate (mujer de Román Polanski y en ese momento embarazada de ocho meses) todos estaban drogados con LSD o ácido lisérgico, que era su fórmula de felicidad. No sólo acuchillaron reiteradamente a la dueña de casa y a cuatro invitados ocasionales, sino que con su sangre escribieron la palabra Pigs (Cerdos) en puertas y paredes. El caso pareció imperfecto a Manson, y así el clan atacó 24 horas después al matrimonio La Bianca, con resultados similares. Los criminales fueron apresados y el juicio se estiró durante diez meses. La policía obtuvo la colaboración de Linda Kasabian, que había sido cómplice de los hechos (pero sólo como centinela, según su declaración) y tras garantizarle la inmunidad judicial obtuvo el pormenor de la vida en el clan Manson y de la muerte en las casas de sus víctimas. Pero fue la única parcialmente arrepentida. Tanto Manson como sus mujeres insistieron en gritar que habían hecho una justicia superior, que los jueces y la sociedad eran despreciables, que toda condena sería una prueba de la represión ejercida por los poderosos. Esos alegatos eran complementados en la calle y frente al tribunal por otras integrantes del clan Manson, que se habían rapado la cabeza, declamaron contra el ajusticiamiento de un hombre inocente y anunciaron que si su jefe era ejecutado, ellas se quemarían vivas.
164
Los disturbios durante el juicio obligaron a que el juez ordenara más de una vez el retiro de los acusados. En enero 1971, tras una deliberación que se prolongó durante 42 horas y fracción, el jurado resolvió que todos eran culpables de los crímenes y que en consecuencia debían ser ejecutados en la cámara de gas. Para escuchar su sentencia Charles Manson volvió a la sala. Se había rapado la cabeza y se había quitado la barba. Sobre la frente había dibujado una cruz esvástica. Su actitud delirante (aunque ya lo habían alejado del LSD) no impidió que los abogados defensores intentaran una apelación. Pero en marzo 1971 la condena fue ratificada. En esa otra instancia el fiscal declaró: “Si alguno de estos acusados recibe solamente prisión perpetua, la pena de muerte debe ser abolida en California. Si éste no es un caso apropiado, ningún otro lo será jamás ”. Pero la historia quiso que efectivamente el Estado de California terminara por abolir la pena capital (febrero 1972), tras una larga controversia, con lo cual todos los condenados pasaron a la categoría de “ prisión perpetua”, aunque en el caso personal de Manson su condena se integra con nueve prisiones perpetuas y sucesivas, para superar la posible magia de su resurrección. Obviamente desconforme con ese futuro, Manson intentó lugar por lo menos dos veces (octubre 1974, noviembre 1982) y en el segundo caso su plan se frustró porque en su celda le descubrieron un serrucho, un cuchillo, treinta metros de cuerda de nylon y un catálogo sobre globos inflables, lo cual habría sido un método improbable pero posible para la evasión. Esos datos sugieren que el clan Manson continuaba activo fuera de la cárcel, y su mejor demostración fue aportada por la discípula Lynette Anne Fromme, 26 años, que en Sacramento, California, intentó disparar contra el presidente Gerald Ford, a menos de un metro de distancia, y fue derribada a tiempo por la custodia presidencial (setiembre 1975). La vida posterior del clan Manson ha recibido una moderada atención periodística. La condenada Leslie Van Houten llegó a manifestar su arrepentimiento y a considerarse indebidamente influida por el LSD y por Manson, pero tales declaraciones (febrero 1977) no modificaron su prisión perpetua. Su colega Susan Atkins se casó misteriosamente en la cárcel (setiembre 1981) con el millonario Donald Lee Laisure, 52
165
años, un excéntrico que también es coleccionista de armas. El propio Manson terminó por trabajar como asistente en una capilla protestante dentro de la cárcel, dato que indignó entre otros a la madre de Sharon Tate. En junio 1981 Manson concedió a Tom Snyder, periodista de la NBC, un singular reportaje filmado en la cárcel de Vacaville, California. Allí apareció otra vez con profusa barba y pelo largo, volvió a proclamarse inocente y dijo que en caso de ser liberado sólo temía “a los maniáticos que hay allí afuera”. También tuvo la frecuente visita de Nuel Emmons, un ex-presidiario que era su amigo desde 1956 y que parece ser la única persona en la que confía plenamente. En setiembre 1984 Manson tropezó con uno de los maniáticos que había dentro de la prisión de Vacaville. Se llamaba Jan Holmstron, integraba la secta Haré Krishna y molestaba con sus cánticos la tranquilidad espiritual de Manson. Así fue como Holmstron roció a Manson con combustible y puso a arder sus barbas y su pelo, causando lesiones que dejaron marca pero que le permitirán cumplir sus nueve vidas de condena. Todo el clan Manson utilizó las diversas oportunidades legales de solicitar la excarcelación (la sexta de ellas en febrero 1986) y en todos los casos la respuesta fue claramente negativa. Como lo señalara uno de los fiscales, “ningún otro prisionero de los Estados Unidos podría suponer en libertad un mayor peligro social ”. HERMAN MELVILLE (1819-1891) figura hoy entre los grandes es-
critores norteamericanos, aunque su prestigio se apoya casi enteramente en una sola novela, Motry Dick (1851). Es menos sabido que esta obra fue en su momento un tremendo fracaso de público y de crítica, tras lo cual el autor vivió otros cuarenta años en el aislamiento y la amargura. Melville inició a los once años una existencia de pobreza, que lo empujó a trabajos humildes. A los veinte años se enroló como grumete en un barco y a los 22 integró la tripulación del buque ballenero Acushnet , lo que le condujo durante cinco años al motín, la cárcel y la po breza. Pero así conoció el Océano Pacífico, especialmente Tahití y Hawái, dando una base de experiencia a su posterior carrera como novelista. En 1846 inició esa obra con una serie de relatos ( Typee, Omoo,
166
Mardi, Redburn, White Jacket ), que en buena medida se apoya en temas del mar. La culminó en 1851 con Moby Dick, que es no sólo el
relato de una aventura marina, sino también un tratado sobre la navegación de la época, y sobre la caza y utilización de la ballena. Más profundamente, la novela aporta una vasta reflexión filosófica sobre el espíritu humano y sobre la búsqueda de un ideal inalcanzable. La ballena Moby Dick es el símbolo de ese ideal, cuyo hallazgo se posterga reiteradamente, hasta que termina por coincidir con la muerte. Melville fue influido en la época por la admiración que sentía hacia el escritor Nathaniel Hawthorne, quince años mayor, con quien mantuvo una intensa pero efímera amistad. Las ideas de Hawthorne y el particular logro de La letra escarlata (1850) llevaron a Melville a procurar una mayor profundidad para su obra propia. El caso ayuda a ex plicar las densidades conceptuales de Moby Dick. Pero cuando esta novela se publicó, primero en Londres y luego en Estados Unidos, ni la crítica ni el público se interesaron mucho por Melville. Este pasó a escribir Pierre, cuyo protagonista es justamente un artista que se siente rechazado por la sociedad. En los cuarenta años siguientes a Moby Dick, y evidentemente marcado por una sensación de fracaso, Melville escribió otros cuentos y novelas, así como cuatro colecciones de poesía. Atravesó la Guerra Civil (1861-1865), la muerte de dos hijos varones y un período de 19 años como funcionario aduanero en Nueva York. Tras su muerte en 1891 se descubrió entre sus papeles la novela inédita Bilty Budd , que sin em bargo no se editó hasta 1924. Toda la fama de Melville ocurrió así des pués de su muerte. Se hicieron tres versiones cinematográficas de Moby Dick (1926, 1930, 1956), una de Billy Budd (1962) y otra de su breve cuento Bartleby (1972). Este último relato es la corta historia de un rebelde y entusiasmó a Jorge Luis Borges, que en 1943 lo publicó con su propia traducción y prólogo. Allí acota que el mundo de Bartleby es una suerte de premonición del mundo de Kafka. MARGARE T MITCHELL (1900-1949) adoró desde la infancia al
viejo Sur de su Atlanta natal, supo tardíamente a los diez años que los sureños habían perdido la guerra, escribió algunos cuentos y novelas que nunca tuvieron la menor fama. Pero también escribió Lo que el
167
viento se llevó, que fue en novela y cine uno de los best-sellers de este
siglo. Contra toda previsión, Margaret Mitchell no era la Scarlett O’Hara
de su novela. Era una mujer bajita (1.50 mts.), tímida, que había sufrido un accidente hípico en su infancia y que pasó buena parte de su vida apoyada en muletas. Aunque a veces era brillante en su conversación, lo habitual fue que se mostrara tan retraída como su otro personaje Melanie. Pergeñó durante muchos años los manuscritos de Lo que el viento se llevó, escritos en desorden, al punto de que comenzó por el capítulo final, sabía lo que pondría al comienzo y tenía una vaga idea de cómo desarrollar la zona intermedia. Después acumuló un texto que llegó a un editor por insistencia de su marido John Marsh, pero en una versión tan preliminar, tan defectuosa en sus baches e incoherencias, que sólo podía ser aceptada a cuenta de mejores correcciones. Así la editorial Macmillan fijó un plazo de seis meses para regularizar los originales. En mayo 1936 Lo que el viento se llevó tuvo una edición inicial de diez mil ejemplares, a un precio de tres dólares. En los dos años siguientes había alcanzado el premio Pulitzer, un tiraje millonario, la venta de sus derechos cinematográficos (al productor David O. Selznick, por cincuenta mil dólares) y una impensada fama para una escritora tímida que se vio aclamada por su querido Sur, pero que se negaba a concurrir a los muchos actos y homenajes que el éxito provoca. Tam bién se negó a reunirse siquiera con el productor Selznick ni a colaborar en modo alguno con la adaptación cinematográfica. Según el crítico e historiador Gavin Lamben (en su libro GWTW), la escritora se vio abrumada por el éxito y llegó a escribir que el asedio sufrido por ella y por su marido eran muy superiores a los esfuerzos de Scarlett por su perar los desastres de la guerra civil. Como lo acota Lamben, en todo ese episodio había una poderosa paradoja. La novela tenía un profundo sentido feminista, porque en definitiva era la victoria de Scarlett contra un mundo masculino. Pero Margaret Mitchell era una mujer retraída, que no habría terminado la novela ni habría alcanzado el éxito sin el apoyo constante de su marido. Después no quiso, no supo o no pudo escribir nada más.
168
En 1949 Margaret Mitchell fue atropellada en una calle de Atlanta por un coche conducido a velocidad excesiva por Hugh D. Gravitt, 29 años, taxista, con malos antecedentes profesionales en el manejo de automóviles. La escritora sufrió lesiones considerables y falleció cinco días después. Por su voluntad expresa, el marido quemó los borradores iniciales de Lo que el viento se llevó, de los que sólo se conservan unas pocas hojas enmendadas, más las pruebas corregidas por la autora. En el Cementerio Oakland, de su nativa Atlanta, la tumba de Margaret Mitchell suele ser visitada por turistas, pero ninguna placa recuerda allí a una de las escritoras más aceptadas del siglo. JESSE OWENS (1913-1980), atleta negro, cumplió algunas de las
hazañas deportivas más notables de todos los tiempos. En mayo 1935 compitió en torneos oficiales realizados en Ann Arbor, Michigan, y allí igualó el record mundial para la carrera de 100 yardas (9,4 segundos) y en seguida batió los records mundiales de salto largo (26 pies, 8,25 pulgadas), y de 220 yardas, todo ello en 45 minutos. En 1936 Alemania nazi realizó los Juegos Olímpicos de Berlín, obviamente encaminados a probar la superioridad aria. Sus autoridades resolvieron, olímpicamente, que los judíos no podrían participar en las competiciones, por lo que Estados Unidos se vio obligado a prescindir de dos atletas judíos (Martin Glickman, Sam Stoller) y a reemplazarlos por los negros Jesse Owens y Ralph Metcalfe. El incidente político fue muy desagradable, y hay quien piensa que los norteamericanos no de bieron transar con la imposición. Pero deportivamente fue muy provechoso, porque Owens batió en una hora los records de 100 yardas, 220 yardas y salto largo, además de participar en el equipo triunfal de cuatro corredores para la carrera de postas de 400 metros. Entre sus com petidores de salto largo estaba el campeón alemán Lutz Long, a quien Owens derrotó en la emergencia, pero de quien se hizo amigo. Esa tarde Hitler se hizo presente en el estadio, inicialmente dispuesto a brindar una felicitación aria a Long, pero terminó por dar la espalda a Owens, quien se retinó de las Olimpíadas con cuatro medallas de oro, lo cual ya era un record por sí mismo.
169
Tras sus victorias olímpicas, Owens quedó virtualmente olvidado durante décadas en la mayor pobreza y debió trabajar en puestos humildes, como encargado de mantenimiento o portero. Había sido de portivamente un amateur, pero abandonó esa categoría cuando se vio obligado a aceptar dinero para correr contra automóviles, caballos y galgos. Los cuarenta años de humillaciones terminaron cuando el presidente Gerald Ford le otorgó la Medalla de la Libertad (1976), a lo que siguió una donación oficial concedida por el inmediato presidente Cárter (1979). En sus últimos años Owens dirigió una lucrativa empresa de relaciones públicas. Falleció por cáncer de pulmón en marzo 1980. THOMAS PAINE (1737-1809) fue un ideólogo y una víctima de dos
revoluciones extranjeras, descendiendo desde un nivel heroico hasta el casi total olvido, del que después lo rescató la historia. Había nacido en Inglaterra, tuvo escasa educación formal, perdió sucesivos empleos y llegó a ser funcionario del Departamento de Consumos en Londres. Eso le llevó a publicar en 1772 un folleto sobre su propia tarea, donde recomendaba que se aumentaran los sueldos, como única forma de evitar la extendida corrupción de los funcionarios. Así fue despedido del cargo, paso cuyas consecuencias fueron imprevisibles para Gran Bretaña. Un encuentro casual con Benjamín Franklin convenció a Paine de que tendría mejor suerte en América, que a esa altura era colonia inglesa. Llegó a Filadelfia en 1774 y pronto publicó otro folleto contra la esclavitud. Al año siguiente, cuando habían comenzado las hostilidades entre los americanos y los ingleses, Paine publicó otro folleto titulado Common Se use (Sentido común), donde preconizaba que la lucha iniciada por un problema de impuestos debía ampliarse a formar un país independiente. La edición de ese folleto (enero 1776) llevó a Paine a un duro conflicto económico con el impresor Robert Bell, quien no quiso pagarle los porcentajes acordados y además hizo ediciones clandestinas. En 1779 Paine tenía deudas derivadas de Common Sense, que mandó imprimir nuevamente por su cuenta y cuyos ejemplares quiso que fueran baratos y accesibles. Pero entretanto había sido enorme su difusión. Se calcula que la venta del primer semestre de 1776 llegó al medio millón de ejemplares y también se supone que el contenido de
170
Common Sense fue decisivo para la declaración de la independencia de
los nuevos Estados Unidos de América (julio 1776). En la década siguiente Paine publicó muchos otros folletos sobre la peculiar crisis americana, integró el gobierno de Washington y procuró el apoyo financiero público para los soldados. También perdió su puesto cuando acusó a terceros por la corrupción en sus cargos públicos. Vivió así en la pobreza, desdeñado por los Estados Unidos que había ayudado a crear y considerado como traidor en su nativa Inglaterra, porque había colaborado en la pérdida de las colonias americanas. En 1787 viajó a Inglaterra, pero se interesó mucho por Francia, donde poco después comenzó la Revolución. Se sintió comprometido con ella, y publicó otro folleto titulado Los derechos del hombre (1792), que se hizo célebre, donde cuestionó las estructuras sociales europeas que habían producido pobreza, analfabetismo, gobiernos autoritarios y guerra. El libro enojó considerablemente a las clases superiores inglesas y Paine sólo se libró de la cárcel por su viaje a Francia, que vivía las incertidumbres de su Revolución. Allí Paine se manifestó contra el terror institucional y en la polémica sobre el destino del rey Luis XVI opinó que lo mejor era conservarlo vivo. Pero Luis XVI fue guillotinado (enero 1793) y Paine quedó paradójicamente marcado como un reaccionario. Cuando Robespierre asumió el poder, Paine fue encarcelado (diciembre 1793 a noviembre 1794), librándose milagrosamente de la guillotiné. La libertad no fue la tranquilidad. En 1795 Paine publicó su libro La Edad de la razón, en dos tomos, que ponía en discusión nada menos que la religión. Aunque se declaraba religioso, Paine formulaba reservas contra la interpretación literal de la Biblia y contra las estructuras clericales, de tal modo que muchos lo consideraron un peligroso ateo. Vuelto de Francia a Estados Unidos (1802), Paine descubrió que el pú blico norteamericano había olvidado sus anteriores contribuciones. Vivió enfermo, pobre y ocasionalmente ebrio hasta su muerte en 1809. Diez años después sus huesos se perdieron cuando los restos fueron trasladados a Inglaterra para un funeral simbólico pero digno. Cuando Paine murió, la noticia necrológica del New York Citizen contenía una frase luego famosa: “Vivió mucho, hizo algo de bien y
171
mucho de mal”. Pero esa opinión fue corregida. En 1937 el Times de Londres lo calificó de “Voltaire inglés”; en 1952 la Universidad de Nueva York incorporó su busto a la galería de hombres célebres. Se supone que Paine creó el nombre de Estados Unidos de América, pero Estados Unidos no parece haber dado el nombre Paine a ninguna de sus ciudades. EZRA POUND (1885-1972) fue no sólo uno de los más reconocidos
poetas de habla inglesa en este siglo, sino también uno de los mayores investigadores y difusores de la literatura clásica y moderna. Se le acreditan sesenta años de actividad editorial, setenta libros propios, similar cantidad de colaboraciones con otros libros, un millar y medio de artículos. Pero hasta sus admiradores terminaron avergonzados de Pound, de su adhesión al fascismo, de su locura y de su cárcel. Pound nació en una pequeña ciudad minera de Idaho, estudió en universidades de Pennsylvania y New York, adquirió una sólida cultura literaria y el dominio de varios idiomas europeos. Pasó buena parte de su vida en Europa, lo cual incluyó destacadamente París (19211924) y Rapallo, Italia (1924-1944). Pudo dedicarse casi enteramente a las letras y ayudó directa o indirectamente a que se difundiera la obra de Robert Frost, D. H. Lawrence, James Joyce, T. S. Eliot, Ernest Hemingway y otros autores del siglo. Simultáneamente publicó sus pro pias obras, destacándose allí sus poemas, conocidos colectivamente como “The Cantos”, y abundantes traducciones de poetas europeos y orientales, incluyendo algunos chinos. En la primera posguerra, hacia 1918, Pound comenzó a interesarse por la economía mundial y sus consecuencias políticas. Esa dedicación se intensificó ante la crisis general provocada en 1930, lo cual llevó a Pound a escribir numerosos artículos en los que proponía una reforma económica general. Pero eso lo volcó también a una franca admiración por Mussolini. Aunque viajó de Italia a Estados Unidos en 1939, confiando en proponer alguna fórmula para mantener la paz entre ambos países, Pound volvió desilusionado a Italia. Entre 1941 y 1943, por radios italianas, Pound habló de temas literarios, pero también ponderó al fascismo y sostuvo que el esfuerzo bélico americano estaba en manos de banqueros judíos. Esto rebajó su prestigio. En 1956, durante un
172
interrogatorio ante un comité parlamentario de investigación, el escritor Arthur Miller declaró: “Durante la guerra yo había comprado una nueva radio, y tenía sistema de onda corta, y una noche la sintonicé, y había una voz que yo nunca había escuchado, pero que hablaba en un perfecto idioma americano, proponiendo la destrucción del pueblo judío y justificando la cremación de los judíos. Quedé muy asombrado, porque era un acento americano totalmente común, esperé hasta el final y la transmisión era desde Italia y se trataba de Ezra Pound. Creo que se me perdonará por haberme sentido perturbado ante ese hombre, pero diré ahora que a pesar de ello se trata de un asunto difícil de decidir, y creo que ése era un caso trágico y que las respuestas no son fáciles.” Miller daba esas explicaciones porque se le habían recordado otras palabras más crueles que escribió sobre Pound en 1945. Ese fue el año en que el ejército norteamericano detuvo al consagrado poeta, con lo cual quedó inaugurada una controversia sobre el destino que debía dársele. Después de seis meses en Pisa, confinado a una prisión para criminales de guerra, Pound fue enviado a Estados Unidos, para ser juzgado como traidor. Pero un comité especial de doce médicos lo declaró “insano y mentalmente incapacitado para un juicio ”, con lo cual quedó recluido en un hospital para dementes, cerca de Washington, durante doce años (1946-1958). En 1949 Pound volvió a ser famoso desde la cárcel, cuando sus Pi san Cantos obtuvieron el premio Bollingen. En 1958 quedó libre, volvió a Italia y vivió en el silencio hasta su muerte en 1972. FRANCIS GARY POWERS (1929-1977) piloteaba en 1960 un avión
U-2, por cuenta de la CIA, sobre territorio soviético, en aparente misión de fotografía y espionaje. Por medios no aclarados, los soviéticos consiguieron derribar el avión y mantener vivo a Powers, quien fue enjuiciado y confesó haber violado territorio extranjero. Quedó condenado a diez años de prisión, pero el incidente hizo fracasar una reunión cumbre entre Jruschov y el presidente Eisenhower, porque éste se negaba a admitir la verdad del caso Powers. Tras el penoso incidente diplomático, Powers fue canjeado (1962) por el espía prosoviético Rudolf Abel. Después trabajó como piloto de
173
helicópteros, controlando el tráfico automovilístico en Los Angeles y cercanías. Falleció lógicamente en un accidente de helicópteros, en agosto 1977. Su caso fue después sumamente recordado, tanto por los intercambios de espías como por otros aviones derribados a la CIA so bre Nicaragua. WILHELM RE1CH (1897-1957) tenía una elevada y sincera opi-
nión de sí mismo, al punto de que le pareció natural compararse en diversos momentos con Sócrates, Jesús, Giordano Bruno o Galileo. En su propia versión, era un genio incomprendido por una época de mediocres. En opinión de muchos otros, Reich era en cambio un charlatán insoportable, que no sólo difundía doctrinas y teorías seudocientíficas sino que insultaba a diestra y siniestra, porque en verdad no toleraba la discrepancia y se comportaba de muchas maneras como un dictador. Sus opositores ganaron la partida, por lo menos en la primera mitad del Siglo Veinte, y así Reich fue condenado a la cárcel y muchos libros suyos desaparecieron en hogueras, por orden gubernamental. Reich nació en el Imperio Austrohúngaro, descendía de una familia judía y permaneció durante su juventud en Viena. Cuando tenía trece años advirtió que su madre incurría en adulterio, la denunció a su padre y éste desató una tormenta familiar de tal gravedad que Cecile Reich se suicidó. El hecho debió causar un serio trauma a Wilhelm, culpable indirecto de la muerte de su madre. Debió influir asimismo en su vuelco al psicoanálisis. En 1919 Reich comenzó a ser alumno de Freud y junto a él descubrió las teorías sobre la influencia de la libido y sobre el peso de los traumas infantiles en la conducta del ser humano adulto. Ya en esos momentos tales teorías de Freud eran controvertidas, no sólo fuera sino también dentro del movimiento psicoanalítico. Dando por admitido que muchas neurosis tienen un remoto origen sexual, parecía improbable en cambio que eso abarcara a todas las neurosis, para las que podían combinarse factores muy variados. Las fuerzas inconscientes del ser humano ya habían sido exploradas por otros investigadores, especialmente por Mesmer cuando postuló el “magnetismo animal” (en el siglo XVIII) y por Bergson en su formulación de un “élan vitar. La fuerza de la “libido”, propuesta por Freud, fue recogida y prolongada por Reich hasta centrar en ella una teoría
174
que ocupó el resto de su vida. Entendió que la plenitud de la vida sexual era requisito indispensable para el equilibrio y la felicidad, con lo que no sufriría neurosis alguna quien pudiera y supiera alcanzar satisfactorios orgasmos. Esto llevaba a recomendar una amplia libertad sexual, más allá de leyes y prejuicios de la educación. Notablemente, Reich creyó encontrar una fórmula ideal en la Unión Soviética, que tras la revolución de 1917 impulsaba esa libertad individual, como parte de un nuevo orden social. Así Reich se hizo comunista, con tanta devoción que poco después hizo cuestión de que sus hijos fueran educados en colegios marxistas. Pero allí comenzaron los conflictos que terminarían por hundir su prestigio. Para el mismo Freud, las teorías del orgasmo satisfactorio eran sólo una caricatura de sus observaciones y enseñanzas, con lo que terminó por alejar a Reich con lo antes había alejado a otros disidentes. La Asociación Psicoanalítica también objetó que Reich introdujera la política en temas científicos, como lo hizo en varias conferencias. Por otro lado, tampoco los comunistas aceptaron durante mucho tiempo a Reich. Veían al hombre ejemplar en la figura de un obrero idealista, poseído de una conciencia social solidaria, pero de ninguna manera lo veían coincidir con un hombre dispuesto a intervenir en tantas orgías sexuales como las que su cuerpo pidiera y aguantara. Rechazado doblemente por los psicoanalistas austríacos y por los comunistas, Reich se alejó de Austria, estuvo en Berlín (1930 a 1933, o sea hasta el comienzo del gobierno nazi) e inició una conciencia de mártir perseguido que se mantuvo en él durante casi treinta años. Igual que su padre, creía tener la plena razón en un mundo de mediocres (aunque nunca se atrevió a rechazar a Freud, ni siquiera cuando Freud lo rechazó a él). Paradójicamente, su evangelio de la libertad sexual no llegaba hasta su vida privada, en la que con criterio machista podía cometer infidelidades pero en cambio podía mostrarse espantosamente celoso ante la posibilidad de ser engañado, como lo atestiguaron por lo menos cuatro de sus mujeres, todas las cuales coincidieron en que su carácter hacía difícil la convivencia. Lo mismo se aplicaba a sus cola boradores, que (igual que los de Freud) sólo podían optar entre la aceptación total del maestro o el simple alejamiento.
175
La teoría del orgasmo necesario tuvo sin embargo bastante aceptación, sobre todo porque liberó a muchas pacientes que, en efecto, padecían de limitaciones sexuales, generalmente derivadas de su formación en la adolescencia. Después de 1933 Reich aplicó esas teorías en Dinamarca, al comienzo con mucho éxito, pero las autoridades danesas leyeron algunos de sus textos y terminaron por convencerse de que tenían en el país a un extranjero indeseable, poseído de peculiares ideas políticas y sexuales. No le renovaron el permiso de estadía, con lo que Reich se trasladó a Noruega, donde se sintió como en una segunda patria y donde fundó un Instituto para la Investigación Vital de la Vida Sexual (1936). Fue entonces cuando Reich descubrió o creyó descubrir los “ biones”, que fueran definidos como unidades de transición entre materias vivientes y no-vivientes, o como un precedente en la creación de protozoarios y bacterias. Durante dos años Reich trabajó con diversos experimentos en ese hallazgo que vio como “el origen de la vida ”, mientras publicaba libros y folletos que divulgaban sus teorías y que frecuentaban la palabra “orgasmo”, incluso en los títulos. El corolario noruego fue una verdadera campaña de prensa, donde se le acusó de curandero y de agitador. Si a eso se agrega la cercana presión del nazismo, parece fácilmente explicable que Reich haya procurado y obtenido viajar a Estados Unidos en 1939. Con ello se liberó de un posible campo de concentración, porque Noruega fue ocupada por el ejército nazi en 1940. En Estados Unidos, presentado como el científico que había “aislado la libido” y que postulaba raíces sexuales en la conducta, Reich volvió a tener un éxito inicial. Dictó clases, fundó seminarios y divulgó su nueva teoría sobre la “energía orgónica”, neologismo con el que agrupaba a fuerzas presentes en la tierra, en la atmósfera y en el organismo vivo. Un adelanto probablemente valioso fue su formulación de La biopatía del cáncer, que tiene por lo menos una gran lógica aparente. Descontado que el cáncer no deriva de virus o de microbios, sino de malformaciones en el cuerpo humano, Reich postuló que su origen era la perversión de una energía vital (y especialmente de una energía sexual) que en lugar de cumplir sus fines propios ha sido reprimida o desviada. Con originales aplicaciones de la “energía orgónica” Reich
176
pudo corregir algunos casos de cáncer superficial, y eso le llevó a jactarse de un enorme descubrimiento. En 1941, cuando Estados Unidos entró en guerra, Reich fue detenido como extranjero, fue liberado a las tres semanas y reanudó sus experimentos, ahora con la convicción de que era un perseguido por el mundo entero, incluyendo ex-colaborado- res y ex-amigos. En la década inmediata su conducta fue individualista y rebelde. Construyó así un “acumulador orgónico”, curiosa caja de metal y madera (u otro elemento orgánico) que tenía capacidad para una persona y que podía oficiar como concentrador de energía vital. Descubrió o creyó descubrir otra energía maligna que denominó D.O.R. (por Deadly Orgone Radiation, o sea una fuerza orgónica letal). Hizo experimentos con la atmósfera, creando un “Cloudbuster ” o rompe-nubes, que podría provocar lluvias y que en varios casos las consiguió. En la posguerra, cuando el mundo entero podía sentirse preocupado por el peligro de un ataque atómico, Reich ideó que la energía orgónica sería un correctivo contra los efectos de la radioactividad. Eso le llevó a experimentar con minúsculas cápsulas de radio, con tan mala fortuna que varios colaboradores tuvieron náuseas y otros síntomas alarmantes. En 1953 se interesó vivamente por los OVNIS (Objetos Voladores No Identificados), creyendo no sólo en su existencia sino en su actitud agresiva, porque en algún caso entendió que los “ platillos voladores” habían impedido uno de sus muchos experimentos atmosféricos. A lo largo de su residencia norteamericana, Reich concentró adhesiones y oposiciones. Procuró obtener el apoyo de Einstein, pero éste vivía sumergido en sus trabajos propios y no tenía tiempo para todos los extravagantes innovadores que le traían teorías y propuestas. Tuvo testigos favorables pero menos famosos para experimentos con el Orgonon y con la atmósfera. En su vida hubo por lo menos cinco mujeres que fueron testigos acusadores de su pésimo carácter y de su intolerancia, pero que también supieron describir otros aciertos. Se llamaron Annie Pink (con quien se casó en 1921), Elsa Lindenberg (desde 1932), Gerd Bergersen (en 1936), Ilse Ollendorff (1939 a 1954), Aurora Karrer (desde 1955). La fama de Reich como charlatán está apoyada sin
177
duda por los sucesivos conflictos de su vida (con Freud, con otros psicoanalistas, con el Partido Comunista, con Dinamarca, con Noruega, con Estados Unidos), pero eso no descarta la posibilidad de que algunas de sus teorías y experimentos puedan integrarse con la ciencia futura. Están en la misma situación equívoca que otros temas tan misteriosos como los OVNIS (de los cuales quedan todavía muchos fenómenos sin adecuada explicación) y que toda la parapsicología, donde la terca negativa científica no ha podido desmentir casos comprobados de adivinación, de premonición ni del presumo poder mental para mover objetos a distancia. Igual que la electricidad, las energías vitales (o sexuales) sólo serían demostrables por sus manifestaciones, que en buena medida están más allá de la conciencia. Así las explicaciones de Reich sobre el cáncer podrían contener un germen de verdad en un terreno donde la ciencia todavía no pudo avanzar mucho. En perspectiva, Wilhelm Reich queda situado como lideren una cultura marginal, que provoca libros y folletos de escasa circulación, mientras la Enciclopedia Británica prefirió en cambio excluir su nombre durante tres décadas. En 1953 la DFA (Drug and Food Administration, o sea la Administración de Alimentos y Drogas) se interesó por las actividades de Reich. Como esa dependencia pública debe supervisar por ley los medicamentos y los sistemas curativos aplicados en Estados Unidos, la DFA impugnó, tras una investigación de siete años, que Reich utilizara comercialmente un presunto “acumulador orgónico” que en el criterio oficial era una nítida defraudación de la credulidad pública. Lejos de intentar argumentaciones y fundamentos, Reich adoptó otra vez la actitud paranoica de mostrarse perseguido por su época. Escribió más li bros y más folletos, incurriendo además en la inconducta de enviar sus “acumuladores orgónicos” fuera de las fronteras estatales, para realizar en Atizona uno de sus experimentos meteorológicos, a pesar de que había recibido una intimación judicial en contrario. A ello se agregó la negativa a que la DFA inspeccionara sus instalaciones y aparatos, dado el temor de que se apoderaran de sus secretos científicos. Tras un largo proceso, lleno de incidentes judiciales, Reich terminó condenado
178
(mayo 1956) a dos años de cárcel, al tiempo que se ordenaba la destrucción de todo su material promocional, que legalmente sería inválido. Reich murió en la cárcel de Lewisburg, Pennsylvania, en noviembre 1957. Antes y después fueron quemados por orden judicial (como “textos de promoción comercial”) muchos de sus libros y folletos, en un acto digno de la Inquisición medieval, aunque eso ocurría en Estados Unidos a mediados del Siglo Veinte. Su biógrafo Colin Wilson (en The Quest for Wilhelm Reich , 1981), tras puntualizar debidamente que no se considera “reichiano” y que su protagonista era un paranoico inso portable, agrega puntualmente los muchos elementos que podrían vindicar a Reich en el futuro. Pero también señala que Mary Boyd Higgins, la albacea de Reich, estaba resuelta a no dejar ver documentos originales antes de asegurarse que el libro sería favorable a su mandante. La paranoia ya parecía hereditaria y escasamente científica. En 1971 y en Yugoslavia, el imprevisible realizador cinematográfico Dusan Makavejev escribió y dirigió W.R. - Los misterios del or ganismo, que es todo un collage arbitrario y a veces comprensible so bre la mezcla del sexo con la política, incluyendo fragmentos de ironía y de parodia. Una mitad de ese largometraje acumula entrevistas y fragmentos documentales sobre Wilhelm Reich, recogiendo materiales norteamericanos. ARTHUR RIMBAUD (1854-1891) está considerado como uno de
los mayores poetas franceses de todos los tiempos y también como un poderoso innovador, que se introdujo en los terrenos del subconsciente, dio forma a imágenes visionarias, se rebeló contra las concepciones aceptadas no sólo en la poesía sino también en las circunstancias sociales de su tiempo. Buena parte de esa rebeldía está expresada en sus reiteradas fugas del hogar y en su búsqueda de nuevos horizontes, con viajes que le llevaron a varios países europeos y africanos, casi siempre en las más humildes condiciones materiales. Su obra poética mayor fue juvenil y está integrada principalmente por poemas (o colecciones de poemas) luego conocidos como Le bateau i\re (1871), Une saison en enfer (1873), Illuminations (1886), aunque este último tomo com prende obras poéticas muy anteriores.
179
Es menos sabido que Rimbaud era homosexual y que por ello arruinó la vida primero a la mujer de Paul Verlaine, después al mismo Verlaine (que disparó a Rimbaud un tiro en el brazo y fue sentenciado a dos años de prisión) y finalmente a su hermana, que lo cuidó en sus últimos años. Asimismo, Rimbaud participó desde 1888 en una com plicada desventura africana, primero en Egipto y después en Etiopía, donde vivió del tráfico de amias y de esclavos, lo cual era un mal destino para un gran poeta lírico. También sufrió un cáncer, con un tumor en la rodilla derecha que condujo a la amputación, a la muerte inminente y a una final conversión al catolicismo, según descripción de su hermana, que fue único testigo. En ausencia de Rimbaud, de quien no tenía noticias, Verlaine publicó en 1886 las Illuminations, dejando de lado anteriores y enormes conflictos personales. En sus últimos meses Rimbaud consiguió viajar a Marsella, donde falleció a los 37 años de edad. La vida de Verlaine (1844-1896) fue mucho más complicada a partir de Rimbaud. Descubrió con él su homosexualidad (o estrictamente su bisexualidad), tuvo junto a él varios viajes y una agitada relación pasional, que derivó en el incidente del tiro (julio 1873). Por él dejó a su esposa Mathilde y a su hijo Georges, situación que no consiguió corregir después. Asimismo se dedicó al alcohol y terminó en la po breza y la decadencia, aunque hoy figura entre los mayores poetas de Francia, junto a su amigo o ex-amigo. IBN SA'UD (1880-1953) se llamaba realmente (según la Enciclope-
dia Británica) Abd al-Aziz ibn Abd ar-Rahman ibn Faysal ibn Turki ibn Abd Allah ibn Muhammad Al Sa'ud, con lo que las imprentas del mundo entero se alegraron cuando transó en llamarse Ibn Sa'ud. Aunque su familia había gobernado buena parte de Arabia durante un siglo, su infancia coincidió con la decadencia familiar, con la pobreza y con el exilio en Kuwait. Pero el padre lo había preparado para los peores combates. Cuando tenía 21 años, y apoyado sólo por cuarenta camelleros, Ibn Sa’ud se apoderó de la ciudad árabe de Riyadh, destronó a los Rashids, que eran la dinastía enemiga, y dominó una mitad del territorio árabe. Tras largas luchas políticas, a lo largo de treinta años, que comprendieron la alianza con Inglaterra y la guerra contra los turcos,
180
Ibn Sa'ud terminó por imponer su gobierno, y en 1932 unificó al país bajo el nombre de Arabia Saudita. En 1933 Ibn Sa'ud firmó un contrato para que la empresa norteamericana Standard Oil explotara el posible petróleo árabe. En 1938 apareció en efecto el primer petróleo, pero en seguida apareció también la Segunda Guerra Mundial. En 1950 Ibn Sa'ud sólo había recibido 200.000 dólares de la concesión petrolera. En 1953 recibía dos millones y medio por semana. Pero esa riqueza fue desastrosa para él y para el país. El gobernante no sabía qué hacer con tanto dinero, fuera de comprarse cantidades fastuosas de automóviles, aviones y otros lujos, mientras en cambio desdeñaba la construcción de escuelas y hospitales. Inevitablemente, el país cayó en manos de aventureros y explotadores, que no sólo se llevaban riquezas sino que impusieron vicios y costum bres opuestas a las austeras tradiciones mahometanas del país. En sus últimos años Ibn Sa'ud no pudo impedir con su riqueza que la edad lo convirtiera en ciego, artrítico e infeliz. Falleció dormido en noviembre de 1953. Como estricto musulmán, Ibn Sa'ud aborrecía el tabaco, el alcohol y el juego, además de cumplir la ceremonia de cinco plegarias por día, con el rostro vuelto hacia la Meca. Parte de su convicción religiosa se expresó en su poligamia. Llegó a tener 120 esposas, pero cumplía el mandato de no conservar más de cuatro al mismo tiempo. Eso lo obligaba a repudiar mujeres, una tras otra. Tuvo la precaución de viajar sólo con tres esposas, por la eventualidad de agregar una cuarta en cualquier momento. Se le atribuyen así 44 hijos varones legítimos. Uno de sus biógrafos agrega: “se cree que tuvo también 64 hijas, pero la cifra puede ser inexacta, porque nadie se preocupaba por contar a las del sexo femenino”. JEAN SEBERG (1938-1979) tuvo doble mala suerte con la fama,
tanto al comienzo como al final de su carrera. Salió del anonimato cuando fue elegida entre 18.000 aspirantes para interpretar a Juana de Arco en la Santa Juana (1957), que dirigió Otto Preminger, con guion de Graham Greene sobre la famosa pieza teatral de G. B. Shaw (1923). Ni la película ni la actriz conformaron a crítico o público, pero Preminger insistió con ella (Bonjour tristesse, 1958) y así Jean Seberg se lanzó
181
a una carrera donde se alternaron Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. Sus títulos de mayor fama fueron A bout de souffle (Godard), Lilith (Robert Rossen) y Aeropuerto (George Seaton), a través de una década y cuatro maridos. Simultáneamente Jean Seberg hizo algunas declaraciones a favor de movimientos nacionalistas negros en Estados Unidos, obteniendo así la hostilidad del FBI y de su director J. Edgar Hoover. Hacia 1970, en Hollywood, un columnista de escándalo difundió la noticia de que Jean Seberg estaba embarazada y de que el padre de la criatura sería un dirigente negro de los movimientos de reivindicación. En ese momento la actriz estaba casada con el escritor Romain Gary. Tras enterarse de ese rumor, dio a luz una criatura del sexo femenino, en un parto prematuro. La niña falleció en seguida de nacer. La madre comenzó allí una crisis emocional que persistió durante nueve años. En setiembre 1979 desapareció durante varios días, oculta en algún sitio de París, sin que sus amigos supieran su paradero. Después apareció su cadáver en un automóvil, junto a un frasco de somníferos. A los pocos días de la muerte, el FBI reconoció su complicidad en las noticias calumniosas de 1970, que de hecho habían sido una instigación al suicidio. El caso se incorporó a otras manchas negras en la conducta de J. Edgar Hoover, prolongado y discutido director del FBI hasta su muerte en 1972. Romain Gary también se suicidó en diciembre 1980, tras dejar una nota en la que aclaraba que su muerte no se debía al suicidio de quien había sido su esposa durante siete años. ORLLIE-ANTOINE DE TOUNENS (1825-1878) tuvo un nombre tan extraño como su propia vida, que dedicó a proclamarse “Rey de la Araucania y la Patagonia”, terminando en un absoluto fracaso después
de veinte años de esfuerzos. Como lo señala la excelente biografía del argentino Armando Braun Menéndez (El reino de Araucania y Patagonia , 1945), las ambiciones monárquicas de Orllie no tenían otro respaldo que su propia audacia. Nacido en el Mediodía francés, invirtió buena parte de su juventud en leer las prodigiosas aventuras de navegantes y aventureros que se lanzaron desde Europa a conocer los nuevos mundos. Hacia 1600 un ca-
182
ballero de La Mancha había leído tantas novelas de caballería que terminó por delirar con ellas y se convirtió en Don Quijote. De manera casi idéntica, Orllie leyó tantas peripecias sobre continentes lejanos que terminó por enfermarse de geografía, como lo señala textualmente su biógrafo. Un día dejó su puesto de procurador en Périgueux y se lanzó a América del Sur, para redimir y unificar a las tribus indígenas. En sus propias palabras posteriores, la idea era “reunir las repúblicas hispanoamericanas bajo el nombre de una confederación monárquica constitucional dividida en diecisiete estados ”. El fundamento histórico de esa idea era que, efectivamente, los indios de las tres Américas habían sido despojados de sus tierras por los conquistadores blancos, a lo largo de tres siglos y fracción, con lo cual podrían respaldar al improvisado redentor. Llegado a Chile en 1858, Orllie se puso en contacto con jefes indios y se vio apoyado por aquellos caciques que odiaban al gobierno chileno. En 1860 Orllie ya decretó, en un curioso bando, la fundación de una monarquía “constitucional y hereditaria”, donde él mismo era rey y donde se preveían otros poderes públicos (un Consejo del Reino, un Consejo de Estado, un Cuerpo Legislativo, una Corte Suprema de Justicia) y la posibilidad de otorgar títulos de nobleza. También se preveía dividirla Araucania en departamentos y comunas, al estilo francés, con prefectos que se hicieran caigo de las administraciones locales. Araucania es una región costera de Chile, situada aproximadamente en la latitud de Bahía Blanca, con un tamaño ligeramente inferior al Uruguay. Durante la conquista española, y después durante la expansión chilena (desde 1817), la región fue escenario de feroces luchas, porque los blancos aspiraban a imponer su dominio militar y su civilización a los indios locales, en particular los mapuches. Era por tanto un territorio fértil para que Orllie implantara allí su causa política, que quizás habría tenido otro destino si su vanidad no le hubiera llevado a proclamarse rey. Tres días después del primer decreto, Orllie lanzó otro aún más audaz, extendiendo su reino a toda la Patagonia, lo cual ya suponía apoderarse de un enorme territorio argentino, en nombre y re presentación de otros caciques locales.
183
El primer enemigo de Orllie fue la indiferencia. Se había proclamado rey, había divulgado sus bandos y había comunicado la situación, con todo protocolo, al propio presidente de Chile, que era Manuel Montt. Pero cuando Orllie se paseaba ostentosamente por Valparaíso, con su melena y su pintoresca figura, sólo encontraba el silencio o la burla. Era un advenedizo y no tenía conciencia de serlo. Era un vanidoso y creía que su causa estaba reforzada porque los chilenos no lo habían combatido abiertamente, durante todo el año siguiente a sus proclamaciones. Pero poco después, cuando consiguió la adhesión de otros jefes indios y se propuso organizar un ejército de liberación, descubrió que los chilenos lo estaban dejando avanzar para que se equivocara solo. A comienzos de 1862 su propio lugarteniente Rosales lo traicionó, con lo que Orllie fue arrestado por el ejército, al mando del coronel chileno Cornelio Saavedra. El proceso consiguiente fue complicado, los fiscales y jueces no sabían cómo condenarlo y a cierta altura pareció que lo único sensato sería internar a Orllie en un manicomio. De esos percances se libró por la intervención del cónsul francés, que consiguió poner a Orllie en un barco y enviarlo a Francia. Allí comenzó un largo exilio (noviembre 1862 a junio 1869), pero Orllie no abandonó sus pretensiones. Montó su oficina de prensa, pu blicó sus memorias, lanzó manifiestos e hizo gestiones oficiales y privadas para reanudar su aventura y fundar una “nueva Francia” en América del Sur. Nada de eso tuvo mucho eco público, pero misteriosamente Orllie consiguió que le financiaran un nuevo viaje. Desembarcó en la ensenada de San Antonio, sobre la costa atlántica argentina, y desde allí cruzó el continente, incluyendo la cordillera de los Andes. En el camino procuró levantar a otros caciques indios para una nueva cruzada redentora. Pero cuando se acercó a Araucania descubrió que el coronel Saavedra había tomado las previsiones militares del caso, con lo cual los rebeldes no llegaron siquiera a luchar. Entonces Orllie retrocedió otra vez a la costa atlántica, estuvo brevemente en Buenos Aires y Montevideo (de lo cual quedó constancia periodística) y otra vez volvió a Francia. Aun entonces se mantuvo tercamente en sus preten-
184
siones. Fundó una pintoresca corte, mostró bandera, escudo, constitución, actas y proclamas. Consiguió capitalistas ingleses que le financiaran una tercera expedición, pero el ambicioso proyecto tropezó con los claros manifiestos del embajador chileno en Francia, quien señaló inequívocamente que Araucania era un territorio de soberanía nacional y que toda expedición europea sería considerada como un acto pirata. A pesar de lo cual, Orllie hizo su tercera expedición, llegó a Buenos Aires y luego a Bahía Blanca. En julio 1874 fue detenido allí por un militar argentino, originando una nueva deportación a Francia. En 1875 había creado una nueva corte de monarca en el exilio, otorgando títulos de nobleza y ordenando acuñar monedas que nunca circularon. Murió en setiembre 1878, poseído hasta el último minuto por la convicción de ser un incomprendido. Poco después, y según las disposiciones de un testamento escrito por Orllie en 1862, un primo suyo se proclamó rey, como Orllie-Antoine II y luego como Aquiles I. Este también hizo proclamas, firmó actas, designó representantes diplomáticos y consulares. Pero nunca salió de Francia, porque tenía todas las vanidades de su antecesor pero carecía de su audacia. En 1970 el publicitario argentino Juan Fresán quiso hacer una película que contara la curiosa historia de Orllie-Antoine. En su equipo figuraba Carlos Sorín como director de fotografía. El proyecto fracasó. En 1986, con una curiosa vuelta de tuerca a la situación, Sorín debutó como director en La película del rey , que después obtuvo premios en varios festivales. La idea general de ese relato no era ya contar las desventuras de Orllie-Antoine sino las de un publicitario que quiere hacer una película con ellas y que fracasa en la empresa. Se ve abandonado por sus colaboradores, resistido por las autoridades, fracasado en el empeño. Pero también allí el protagonista, igual que Orllie-Antoine, se mantiene hasta el último minuto como un visionario lleno de planes. PANCHO VILLA (1878-1923) quedó en la historia mexicana como
un bandido y también como un héroe nacional, por el excelente motivo de que en su vida hubo demostraciones de ambas cosas. Sus biógrafos le atribuyen el nombre real de Doroteo Arango y una primera notoriedad en 1894, cuando asesinó a un hombre que violó o quiso violar a su hermana Mariana. Allí comenzaron sus años de “fuera
185
de la ley”, apuntados oportunamente por John Reed en sus descripciones del “México insurgente”. Comenzó por cambiar su nombre, adoptando el de Pancho Villa, que había sido ya un legendario bandido mexicano. Asimismo se le atribuye una considerable cantidad de robos grandes y chicos, asaltos a empresas y violación de numerosas mujeres, con el riesgo de que los hermanos de éstas se convirtieran en bandidos. Arrestado en 1903, Villa eludió la cárcel pasando como voluntario a la caballería mexicana. En 1911 el campesino Emiliano Zapata encabezó un movimiento luego llamado Revolución Mexicana, que comenzaba por exigir la reforma agraria. En ese año Villa fue reclutado por el presidente Madero y pasó a dirigir una fuerza paramilitar, con diez mil hombres a sus órdenes. Fue así uno de los primeros líderes revolucionarios y combatió diversamente contra fuerzas federales de Huerta, Carranza y Obregón. A cierta altura llegó a dominar el norte de México, mientras Zapata dominaba en el sur. Pero junto a esa actividad, Villa fue también incul pado por otros episodios de crímenes, asaltos a trenes y rapiña en las ciudades. En muchos casos pudo ser ajeno a esos sucesos. Está documentado en cambio que en marzo 1916 Villa y sus hombres penetraron en territorio norteamericano, atacando la ciudad de Columbus, Nuevo México, y matando a 17 personas. Fue un caso único de invasión extranjera a Estados Unidos, con motivos nunca aclarados, aunque se su pone una revancha de Villa contra norteamericanos que habrían apoyado a su enemigo Venustiano Carranza. El presidente Woodrow Wilson ordenó una inmediata represalia, con lo cual el general Pershing invadió a su vez territorio mexicano, pero no pudo encontrar a Villa. En algunos momentos de su vida el líder recibió la adoración de sus compatriotas, al punto de que John Reed describió una escena que pareció arrancada a la Francia napoleónica, donde otros generales se postraban ante Villa y muchos de los presentes exigían coronarlo. Pero el homenajeado rechazó muchos honores y declaró varias veces que no aspiraba a ser presidente del país, porque carecía de instrucción suficiente y porque sólo creía ser un campesino con coraje. Villa murió en Parral y en julio 1923, mientras viajaba con algunos colaboradores en un automóvil. Fue acribillado por un grupo de siete a
186
nueve hombres, que aparentemente fueron pagados por el presidente Plutarco Elías Calles, por el general Alvaro Obregón o por el magnate periodístico William Randolph Hearst, que había puesto precio a su cabeza. El auto Dodge quedó después como pieza mayor en un museo dedicado a la memoria del muerto, pero la cabeza de Villa quedó cortada de su cuerpo y nunca apareció. No hay constancia de que haya llegado a manos de Hearst La fama posterior de Villa quedó establecida de varias maneras. En 1934 la empresa norteamericana Metro Goldwyn Mayer procuró trasladar su leyenda y su primitivo humor campesino (en Viva Villa , con Wallace Beery). Enl963 volvió a hablarse de él cuando el presidente Kennedy fue asesinado de manera muy similar. En 1965 la legislatura de Durango inscribió el nombre de Villa entre los mexicanos ilustres que aparecen recordados en sus paredes. En 1973 el presidente Echeverría concurrió insólitamente a un homenaje en su memoria, lo cual sorprendió a muchos observadores. En 1976 Villa fue rehabilitado oficialmente por el gobierno mexicano. En 1977 su cuerpo (aunque sin cabeza) fue agregado al Monumento a la Revolución. En 1978 se realizó un homenaje popular por el centenario de su nacimiento. Villa se hizo tiempo para interesarse por las faldas, con el notable resultado de que la cita habitual con una de sus amantes (Manuela Casas, en Parral) sirvió para que sus enemigos le tendieran la emboscada en que murió. Antes de ello se había casado tantas veces, sin divorcios intermedios, que entre sus viudas oficiales aparecieron Juana Torres, Luz Corral (quien custodió el museo hasta su muerte en 1981), Pilar Escalona, Soledad Saenz, Austreberta Rentería y María Amalia Baca. Todas ellas sabían sin embargo que la documentación oficial sobre Villa se dispersaba cada año, junto a otros datos de su leyenda.
187
VI
VIEJAS Y NUEVAS PALABRAS
LOS CHICOS “Yo al lenguaje argentino actual no me lo banco ” , dijo el periodista cuarentón, fingiéndose indignado. En el suplemento juvenil de Clarín
(17.7.87) había descubierto un título en el que, ante las vacaciones de invierno, se sugerían “algunas ideas para no hacer huevo ” , pero en las páginas interiores no se explicaba la expresión. Decidió investigar el punto, hasta descubrir que se trataría de ideas para no perder el tiempo, o para no aburrirse, o para no quedarse con las manos vacías. En el mismo suplemento advirtió que una revista marginal podía ser denominada “una revista subte” y también que las canchas de fútbol se pueden alquilar, con tarifas diferentes para las de césped sintético y para “las de papy” , sea ello lo que fuere. Esa no era su primera experiencia en la materia. Otros diálogos con grupos juveniles le habían hecho saber que ya no se dice Nueva Ola, porque ésa es una expresión antigua (fue inventada hacia 1960). Una chica moderna no dirá chomba sino “remera con cuello polo ”. Tam poco dirá que algo le entusiasma, sino que dirá “me copa”, “me recopa” o “me da vuelta”. Ya no se dice “la cabeza” sino “la cuca”. Todo ello puede ser interminable, pero tiene su arreglo. Como el lunfardo se ha refugiado ya en una Academia (Lavalle 1537, Buenos Aires), nada impide que otra Academia se dedique al lenguaje juvenil argentino, editando libros que estarían reservados al público adulto y que mejorarían la responsabilidad de los señores padres. Eso disminuiría el ”bache generacional ”, que es una expresión horrible.
COLONIZACION En febrero 1493 Cristóbal Colón rindió un primer informe oficial sobre el histórico viaje realizado en regiones que después serían conocidas con el nombre de América, y que hasta ese momento sólo parecían ser un conjunto de islas. A una de ellas dio el nombre de Dominica
189
(aparentemente porque llegó allí un domingo) y agregó que sus habitantes eran la excepción de la zona, porque se trataba de gente feroz que se alimentaba de carne humana, mientras los otros aborígenes eran personas tímidas y retraídas. Con el tiempo se supo que aludía a los caribes, una tribu guerrera que por otra parte habitaba también en diversas partes de las Antillas y del continente. En los cien años siguientes, la palabra caribe dio origen a la palabra caníbal , para designar a hombres sencillos pero antropófagos. En La tempestad de Shakespeare (1611) un personaje primitivo y malo se llama Caliban y habita en una isla. Esas derivaciones no impidieron que la palabra caribe se mantuviera como nombre de un mar y de una inmensa región. Ahora tiene sus calibanes propios, entre nacionales e importados.
ELEMENTAL, WATSON En la película 2001 Odisea del espacio (de Stanley Kubrick sobre tema de Arthur C. Clarke, 1968) figura una computadora que viaja en una nave espacial y que se rebela contra los otros tripulantes. De hecho es un personaje separado, al que se denomina HAL. Entre las muchas especulaciones sobre los sentidos de esa famosa obra de ciencia-ficción, una tuvo relación con ese nombre. Había que saber por qué la computadora se llamaba así y no de otra manera. La respuesta más recibida no es de Kubrick ni de Clarke. Dice que si se avanza con las letras HAL en el alfabeto común, se encontrará a un paso la otra sigla IBM, o sea a la poderosa empresa International Business Machines, cuyo primer presidente fue T. J. Watson. La firma ha sido y es la mayor fabricante de computación en el mundo, al extremo de que en la materia circula la expresión “IBM y los siete enanos ”.
MECANICOS Muchos modernos fanáticos de la ciencia-ficción creen que son de invención reciente los aparatos que simulan ser seres humanos o que
190
funcionan como tales, bajo el nombre genérico de “androides”. La verdad es que tales hombres artificiales (incluyendo a mujeres artificiales) tienen una larga tradición literaria, que retrocede a leyendas griegas, pasa por el monstruo de Frankenstein y llega a la Guerra de las gala xias y sus derivaciones. Es menos sabido que la palabra robot tiene origen checoslovaco. Figura en la obra teatral R.U.R. (1920) del escritor Karel Capek, que describe una fantasía futurista. El extraño título corresponde a las palabras Rossum's Universal Robots, y algunos lingüistas agregan que robota es palabra checa para “trabajos forzados”. Un poco más complicado es el origen del nombre “Arturito ” para un robot en la misma Guerra de las galaxias (1977). Ese mecanizado personaje se llamaba originalmente R 2 D 2, que en inglés debe pronunciarse aproximadamente como Artu-Ditu, simplificando así la vida a los traductores de inglés-castellano.
PREMIOS Y NOMBRES Se ha difundido ya (hasta en libros argentinos) el origen del nombre “Oscar ” para los premios anuales de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood. Se habían dado durante tres años (1927 a 1930) cuando allí entró a trabajar la nueva bibliotecaria Margaret Herrick. Le mostraron la estatuilla, reflexionó en alta voz que le recordaba a su tío Oscar y el dato fue recogido después por la prensa. Es totalmente inoperante agregar que el hombre se llamaba Oscar Pierce, era primo de la madre de Margaret y se parecía muy poco a la estatuilla de los premios. La historia paralela de los premios para televisión es menos notoria. Hacia 1945 se había creado un tipo de cámara receptora de imágenes que es conocida en el ramo como “Orthicon”. Su nombre original en inglés era Image Orthicon Camera Tube, pero en la jerga de los estudios pasó a llamarse rápidamente Immy. Cuando se formó en Hollywood la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión (en evidente réplica a la cinematográfica), los premios concedidos inicialmente en enero 1949 tenían ya el nombre Emmy.
191
Los premios en el teatro norteamericano son muy variados, paralelos y a veces coincidentes. Existen premios Pulitzer, otorgados desde 1918 y previstos en el testamento del magnate periodístico Joseph Pulitzer (1847-1911). Existen otros premios otorgados anualmente (desde 1935) por el Círculo de Críticos de Nueva York. Los premios “Tony” son concedidos desde 1947 y aluden en su nombre a la actriz, productora y directora Antoinette Perry (1888-1946). En Nueva York existe asimismo un importante movimiento teatral con ambiciones artísticas. Para diferenciarlo del teatro comercial de Broadway se lo suele llamar Off-Broadway. Tiene desde 1956 su propio premio anual, llamado Obie, que es la forma de pronunciar O.B.
EMBROLLO Mucha gente se ha preguntado qué necesidad tenía el ser humano de inventar idiomas distintos, que todo lo complican. La explicación bíblica está en el Libro del Génesis (11, 9) y dice que varios hombres de Babilonia decidieron construir una torre que llegara hasta los cielos, con lo cual se harían famosos. Después Yahveh (o sea Dios) bajó a ver esa obra, luego conocida como Torre de Babel. Por motivos que la Bi blia no aclara, Yahveh resolvió confundir el lenguaje de esos hombres y desperdigarlos por la Tierra, dejando interrumpida la ciudad que ha bían comenzado a construir. La descripción de esa arbitrariedad divina termina con la frase “ Por eso se la llamó Babel, porque allí embrolló Yahveh el lenguaje de todo el mundo ”.
Pero hasta esa versión es incomprensible en todo idioma, si no se sabe que Babel deriva de la palabra hebrea bll o blbl , que significa “embrollar ”.
URGENCIAS En épocas más gentiles y menos ateas, los seres humanos se despedían entre sí con la frase “ A Dios te encomiendo”. Con el paso de los
192
siglos tuvieron menos tiempo de conversar, así que abreviaron la frase a su comienzo, diciendo “ A Dios...” y después “adiós”. Esto ocurrió no sólo en español sino también en francés e italiano, que promulgaron así las palabras “ Adieu” y “ Addio”. En inglés ocurrió algo similar pero menos conocido. La frase original era “ Dios sea contigo”, dicha como “God Be With You”. Después fue abreviada a “Goodbye”. Cuando los ingleses y norteamericanos tienen poco tiempo, la abrevian aún más, a “Goodby”, tesis que el diccionario Webster's convalida.
EXTRANJERIZANTES México obtuvo su independencia política de España en 1821, pero antes y después su territorio fue parcialmente dominado por intervenciones norteamericanas. Asimismo, soportó una histórica invasión francesa, por cuenta del emperador Napoleón III, que designó para go bernar ese territorio al emperador Maximiliano (1864), acompañado de su esposa Carlota. En uno y otro caso, amplios sectores de las clases mexicanas más poderosas dieron su bienvenida a la intervención extranjera, pese a la declaración formal de 1821. Un resultado lateral de esas intervenciones extranjeras fue el retoque en el idioma. Como lo documenta hoy el doblaje de películas, en México no se dice automóvil sino carro, que deriva del car utilizado en Estados Unidos. Una expresión de apariencia tan absurda como “¿Cuán bueno es él con su pistola? ” resulta ser la traducción literal de “How good is he with his gun?” . El verbo “aparcar ” (un vehículo) deriva directamente del inglés “to park ”. Es menos sabido que una de esas deformaciones afectó a una costumbre local. Todo extranjero llegado a México se ha encontrado reiteradamente despertado o aturdido por bandas musicales que surgen en cada esquina, en cada hotel, en cada fiesta. Están integradas por trom petas, por guitarras y (con un poco de mala suerte) por cantantes. Tales bandas se han renovado en México, antes y después de la independencia, antes y después de norteamericanos y de franceses. Todas ellas creen necesario concurrir a fiestas de la clase alta y especialmente a
193
bodas de categoría, donde los invitados pueden llegar a hablar tres idiomas. Ya se tratara de un mariage francés o de un marriage norteamericano, las bandas musicales quedaron fijadas como mariachis, que es ahora la expresión sumamente nacional en la materia.
INTIMIDADES El corpifio fue creado en el siglo veinte, con notable demora, y fue inventado además por un hombre. Ambos datos hablan muy mal de la iniciativa femenina en ese tema, a lo largo de la historia humana. El creador fue un alemán llamado Otto Titzling (1884-1942), que vivía en Nueva York y que durante su juventud trabajaba en el taller de un tío, donde se fabricaba ropa interior para mujeres. En cierto momento se enteró de que la cantante sueca Swanhilda Olafsen se quejaba de los problemas prácticos que suponía cantar con los corsés tradicionales. Diseñó así un corpiño breve pero conceptuoso. Titzling pudo haber patentado su invento en 1912, pero no lo hizo. En 1929 un francés Llamado Philippe de Brassière, que era aviador y diseñador de modas, introdujo algunas variantes al plan original. Fue demandado por Titzling, pero éste perdió el pleito por la carencia de patente registrada. Por otra parte, Brassière poseía verdadero talento para la promoción publicitaria. No sólo ganó una fortuna sino que todos los corpiños pasaron después a la denominación brassière. En versiones más reducidas figuran también como bra.
PLUMAS AJENAS En 1776, mientras se producía la independencia de Estados Unidos, una taberna de Elmsford (Estado de New York) seguía sirviendo bebidas a sus clientes. La taberna estaba decorada con plumas, muchas de las cuales debían corresponder a colas de gallo. Según el historiador Joseph Nathan Kane, fue allí y entonces que un cliente pidió una copa de esas “colas de gallo”. La camarera Betsy Flanagan le sirvió una mezcla de bebidas, adjudicando a esa combinación el nombre “cola de
194
gallo”, o sea cocktail. La palabra fue después ampliada, tanto por com binaciones de ingredientes como por su aplicación a reuniones sociales, con lo que un cocktail-party se transforma sucintamente en un cocktail. El diccionario castellano ha ingresado ya la palabra coctel, con lo cual algunos grupos elegantes de España y América Latina no vacilan en imprimir invitaciones para un próximo coctel-party.
PERVERSO El masoquismo debe su nombre a Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895), un austríaco de familia noble. Era un hombre culto, con estudios académicos, que llegó a publicar ensayos y una novela. Su familia vivía en la mejor sociedad de la época y él se graduó en leyes a los 19 años. Pero su subconsciente era un desastre y todavía no había aparecido un Freud que se lo pudiera arreglar. En todo caso, procedió con absoluta sinceridad, que es probablemente lo que le hubiera aconsejado un moderno psicoanalista. Leopold tenía en forma permanente el oscuro deseo de ser castigado y sabía que eso era parte integral de su sexualidad. Llegó a tener tres mujeres identificadas (fuera de relaciones ocasionales) y en todos los casos pedía lo mismo. Lo que pidió sucesivamente a Anna von Kottowitz, a Fanny Pistor y a Huida Meister fue que cada día lo azotaran con un látigo adornado de clavos. También quería que vistieran abrigos de pieles y sobre todo deseaba que ellas lo engañaran con otros hombres, a cuyo efecto el mismo Leopold buscaba candidatos. Las tres se cansaron de esos ejercicios y Huida, que fue la última, terminó por internar a Leopold en un asilo, donde residió sus diez últimos años. Fue en ese final que el sexólogo Richard von Krafft-Ebbing se interesó por el caso y acuñó la palabra masoquismo. En la época existió por otra parte un caso notorio de masoquismo en el poeta inglés Algernon Swinburne, para quien el látigo no era ya parte de la sexualidad sino toda su sexualidad. Soñaba con ser azotado, pero en cambio era impotente. Del masoquista principal ha quedado una carta, que es su convenio inicial con Fanny y que lleva la firma de ambos. Dice, en parte:
195
“Herr Leopold von Sacher-Masoch da su palabra de honor a
Frau Pistor, para convertirse en su esclavo y para cumplir sin reservas, durante seis meses, con todos y cada uno de sus deseos o sus órdenes. Por su parte, Frau Fanny Pistor no habrá de obligarle a realizar ninguna acción contraria al honor (...) Asimismo le permitirá que él dedique seis horas diarias a su trabajo profesional, y accede a no leer jamás su correspondencia o sus composiciones literarias (...) Fanny Pistor se compromete a vestirse con pieles, tan frecuentemente como sea posible, y es pecialmente si se siente cruel.” Leopold von Sacher-Masoch es un nombre omitido en muchas enciclopedias y libros de biografías, porque ni Fanny Pistor ni la posteridad prestaron mucha atención a sus composiciones literarias. Proba blemente las habrían castigado.
POSTURAS Los términos izquierda y derecha, en su acepción sociopolítica, se originaron en la Revolución Francesa de 1789, y más precisamente en la Convención que se realizaba en el Palacio de las Tullerías. Allí los centenares de delegados comenzaron a elegir arbitrariamente sus asientos, pero pronto se agruparon por tendencias. A la derecha de la presidencia estaban los moderados girondinos y quienes llegaron a defender la vida del rey. A la izquierda se colocaron los jacobinos y detrás de éstos los grupos aun más radicales, cuyos asientos estaban a rnayor altura, con lo cual se les vio simbólicamente en la montaña y se les llamó Montagnards. La disposición semicircular de las bancas condujo así a una etiqueta política, con el centro reservado a distintas graduaciones del ideario. Una herencia de la Revolución Francesa fue mantener esa geometría para otros cuerpos parlamentarios europeos. La excepción fue Inglaterra, cuya Cámara de los Comunes tenía y tiene dos graderías enfrentadas entre sí, con un pasillo central. Según el historiador Donald
196
Drew Egbert (en El arte y la izquierda en Europa) esa disposición geométrica, nacida de la capilla gótica, derivó en Inglaterra a un gobierno de sólo dos partidos mayores, o sea el oficialismo y la oposición. Con o sin geometría parlamentaria, los términos verbales mantuvieron hasta hoy su carga ideológica. Durante dos siglos se ha sobreentendido que las izquierdas son reformistas, revolucionarias, progresistas, en un intento por modificar las injusticias sociales. Del otro lado, las derechas son conservadoras y procuran mantener los privilegios obtenidos o heredados. Pero esa distinción termina por ser muy confusa. Entre los reformistas de la historia han figurado personajes claramente situados a la derecha, desde Napoleón hasta Hitlcr y Mussolini. A la inversa, algunos gobernantes que cabía situar inicialmente a la izquierda, como Stalin, procuraron conservar su poder mediante la represión violenta de los opositores, sin olvidar además su incursión en posturas racistas que no condicen con la ética de las izquierdas. Cabe agregar que en temas estéticos la URSS se ha mostrado mayormente conservadora, exigiendo una pintura figurativa y una música sin disonancias. La diversidad de los ejemplos llega al extremo de anular los límites entre izquierda y derecha, que pueden ser descripciones correctas en cierto momento y falsas poco después. El historiador inglés E. H. Carr señaló con perspicacia que una vez que llegan al poder, las izquierdas comienzan a volcarse hacia la derecha, lo cual no se debe tanto a co bardía como a sentido práctico, porque descubren que los ideales previos se enfrentan a dificultades impensadas. Ese vuelco de izquierda a derecha fue tan cierto de Perón en la Argentina como de Felipe González en España y de François Mitterrand en Francia. Los rótulos terminan por perder así buena parte de su sentido. Por ejemplo, muchos políticos consideran un honor proclamarse “de izquierda”, con toda su carga idealista y popular. En el otro bando, no hay políticos que digan ser “de derecha”. A lo sumo se definirán como nacionalistas, patrióticos, tradicionalistas o conservadores. El máximo pronunciamiento que se consiguió en esa materia fue el de algunos argentinos que dijeron “somos derechos y humanos”. Pero después se supo que también ese pronunciamiento estaba equivocado.
197
MILITANTES La palabra mercenarios proviene del latín, tiene la misma raíz que mercado y que comercio, alude a quienes hacen algo sólo por dinero y podría designar así al 93 por ciento de la Humanidad (cifras de 1987). Pero se la utiliza en acepción más restringida para aludir a periodistas venales y a soldados de fortuna, que combaten en alguna causa por la remuneración y no por convicciones morales o patrióticas. Hay registros históricos de que Alejandro Magno empleó mercenarios en sus campañas, en el año 324 a.C., y otros registros similares en el siglo Veinte, para las guerras y revoluciones de muy diversos sitios, desde el Congo Belga hasta Nicaragua. Se atribuye a la CIA un papel preponderante en las modernas actividades mercenarias. La utilización de soldados extranjeros y bien pagados se hizo muy intensa en Europa y particularmente en Italia, aproximadamente en el período 1300-1600. Los príncipes, duques y condes se empeñaban en recíprocas peleas, pero contaban con poblaciones escasas, por lo que solían contratar hombres extranjeros y formar sus ejércitos. Uno de los más famosos guerreros de la época fue Muzio Attendolo Sforza (13691424), quien sirvió sucesivamente a Milán, Florencia, Ferrara y Nápoles, alcanzando honores pero también prisiones y torturas, que eran los gajes de su oficio. Un grave defecto de esos y otros mercenarios era que no se podía confiar en ellos. Solían comportarse como buitres, saqueando las ciudades y aldeas de las que se apoderaban, pero también podían cambiar rápidamente de bando, pasándose a un enemigo que les pagara mejor. Eso era una mala conducta, pero sin embargo los italianos alquila ban a los mercenarios con un optimista contrato inicial que se denominaba conducta o condotta, a raíz de lo cual esos mercenarios eran denominados condottieri.
198
PARIENTES POBRES Según el diccionario Webster's, la palabra nepotismo procede del latín nepot o nepos, que designaba a sobrinos y también a nietos. Sus derivaciones han aparecido también en inglés, francés e italiano (nephew, nipot, nipóte). El primer uso reconocido del nepotismo es imputable así al Imperio Romano, que hablaba latín, y donde al emperador Calígula (años 12-41) se le atribuye haber divinizado a su hermana Drusila y haber nombrado cónsul a su caballo. Era un exagerado. A partir de allí casi todos los reyes han hecho favores a sus familiares, pero el primer uso correcto del nepotismo es atribuido al Papa Inocencio IV, que ocupó su puesto en Roma durante 1243-1254, cuando todavía se hablaba latín en la zona. El Papa obtuvo un considerable poder temporal, tras conseguir el derrocamiento del emperador Federico II, y lo utilizó para designar a sus familiares como responsables de numerosos asuntos eclesiásticos, políticos y militares. También instaló para su familia todo un Estado al pie de los Apeninos. Los historiadores sos pechan que los Papas designaban como “sobrinos” a quienes eran en verdad sus hijos ilegítimos, lo que contribuye a explicar buena parte de los favores otoñados y recibidos. Después de transcurridos tres siglos y cuatro papas Inocentes, el ne potismo adquirió un carácter más formal cuando el otro Papa Pío IV (1555 a 1559) nombró cardenal a su sobrino Carlos Borromeo, que en ese momento tenía sólo 22 años, pero que luego fue un santo y quedó debidamente canonizado. A partir de allí, los registros públicos y privados se hicieron más completos o quedaron mejor conservados (se había inventado la imprenta), con lo que los historiadores pueden hoy marcar al nepotismo como un hábito público y privado de enorme difusión, particularmente en las grandes empresas. En Francia, Napoleón designó a hermanos suyos como reyes y como administradores del im perio. En Italia, Mussolini tuvo entre sus ministros más estables a su yerno Galeazzo Ciano. En Cuba, Fidel Castro puso a su hermano Raúl en el gabinete del gobierno. En Estados Unidos, el presidente Kennedy nombró a su hermano Robert como fiscal general. En la India, la primera ministra Indira Gandhi dio un inmenso poder a su hijo Sanjay
199
Gandhi, que carecía de toda experiencia política. En Argentina, Perón eligió como vicepresidente a su mujer Isabel Perón, con resultados muy controvertidos. En tales ejemplos modernos, ninguno de los favorecidos era sobrino o nieto, lo cual demuestra aplicaciones indebidas del concepto original.
AGRESIVOS En 1580 Francis Drake era ya el más famoso navegante de la corona inglesa. Había dado la vuelta al mundo (Atlántico, estrecho de Magallanes, Pacífico, otra vez Atlántico), había hostigado a los españoles como nadie lo hiciera antes y en 1581 había sido consagrado Caballero por la propia reina Isabel I, a bordo de su barco “The Golden Hind”. Desde entonces pasó a llamarse Sir Francis Drake. En 1588 la guerra con España culminó en la desventura de la Armada española. Fue tam bién Drake quien consiguió entonces buena parte de las victorias británicas, en las aguas del Canal de la Mancha. Drake atacó en Calais con un nuevo instrumento bélico, cargando embarcaciones con explosivos y combustibles, para lanzarlas después contra las naves españolas. Los ingleses llamaron razonablemente fire ships (barcos de fuego) a esas nuevas armas. Los españoles, haciendo gala de cierta cultura políglota, las llamaron brulotes, del verbo francés brúler, o sea quemar. Con el tiempo, la metáfora quedó ampliada, y un ataque periodístico muy cruel fue también un brulote. De eso se enteraron, por ejemplo, los autores teatrales a quienes algún crítico pudo recomendar que se dedicaran enteramente al alcohol.
HEIL La cruz gamada, o esvástica o swastika, ha sido un símbolo de felicidad universal y de buenos augurios para todos aquellos que la contemplen. Este dato es ignorado por los integrantes de las nuevas generaciones, que piensan exactamente lo contrario, pero eso se debe a que
200
entre los jóvenes no se ha divulgado debidamente la necesaria lectura de la Enciclopedia Británica. La palabra esvástica procede del sánscrito y designa sin error a un mismo diseño. Es una cruz formada por dos barras iguales y atravesadas en ángulo recto; de cada extremo sale otra barra transversal, con lo cual se sugiere un perfecto cuadrado al que faltaría una parte menor del dibujo. El símbolo apareció ya en monedas de la Mesopotamia, en el arte primitivo cristiano y también en el bizantino. Recibió el nombre de cruz gamada por su semejanza con la letra griega gamma, que es la tercera del alfabeto, pero la verdad es que habría que superponer varias letras gamma (dos barras en ángulo recto) antes de conseguir una esvástica apreciable. En la India, varios grupos religiosos, incluyendo a hindúes y budistas, utilizaron profusamente la esvástica como signo de apertura auspiciosa para libros, puertas y ofrendas, y en general se la ha entendido como signo de prosperidad y buena fortuna. Lo normal ha sido que las barras transversales y laterales hayan sido orientadas hacia la derecha. Cuando fueron colocadas a la izquierda el símbolo aludió, contrariamente, a la noche, al terror y a la hechicería. Curiosamente, la esvástica ha sido una pista para afirmar la fuente común de todos los seres humanos, porque apareció también en dibujos de los indios mayas y navajos, en toda América, que habían sido trazados muchos siglos antes de Colón. Esas tradiciones se fueron esfumando con el tiempo. En el siglo XX, y particularmente desde 1933, una cruz esvástica (generalmente en negro sobre fondo blanco) representa al nazismo, al antisemitismo y a muy malos augurios sociopolíticos. El dato habría sorprendido a hindúes, budistas, mayas, navajos, cristianos y bizantinos.
CARTUCHOS La British East India Company existió desde 1600 como organización privada y tuvo el apoyo del gobierno británico para su vasta actividad comercial en buena parte de Asia y especialmente en la India. Su poblada historia comienza por el atractivo de las “especias” orientales, que ya en 1492 habían sido un factor para que Colón procurara llegar
201
al Asia y terminara por descubrir América. A lo largo de tres siglos, esa compañía inglesa combatió de diversas maneras la competencia de españoles, portugueses, franceses y holandeses, ocupando el mercado asiático con productos británicos y extrayendo de allí la seda y el té. Un resultado de su actividad comercial fue el envío de opio a China, lo que ocasionó en 1839 la Guerra del Opio. Quince años después de esa guerra con China, los ingleses mantenían el control de la India, aunque para ello debían mantener también un ejército calculado en 46.000 soldados británicos y 223.000 soldados nativos. Estos últimos eran conocidos como sipahi (en Hindí) o sepoys (en inglés). Simultáneamente, los británicos se habían empeñado en adaptar la India a costumbres europeas, procurando suprimir el régimen de castas, aniquilar la banda de los thugs (asesinos fanáticos) y cancelar la bárbara costumbre del suttee, que elimina a las viudas quemándolas en la hoguera. Esas tensiones por motivos religiosos explotaron en 1857, cuando llegaron los nuevos rifles Enfield, que exigían la colocación de cartuchos engrasados. Como la vaca es un animal sagrado para los hindúes (y el cerdo un animal prohibido para los musulmanes), los nuevos cartuchos fueron religiosamente rechazados por los soldados sepoy. Ese fue el comienzo del llamado Sepoy Mutiny (1857), en el que los rebeldes tomaron Del- hi y extendieron la batalla a varias guarniciones en el valle del Ganges. Las luchas se prolongaron durante varios meses y terminaron con la victoria británica, aunque las bajas sumaron miles. A esa altura el gobierno inglés quitó el mando a la British East India Company, que dejó de existir como entidad legal en 1873. La Reina Victoria inició allí una nueva política, que comenzaba por la designación de un Virrey (el primero fue Charles Canning) y continuaba por el respeto a las autoridades y costumbres de la India. Pero ésta siguió siendo un “Dominio”, o sea una dependencia de la Corona británica. El motín de los Sepoy pasó a la historia de la India como una batalla fundamental de la independencia, aunque en la práctica haya sido una derrota y una masacre. Los mismos Sepoy llegaron a la fama, y hoy aparecen definidos en el diccionario Webster’s como “nativo de la In-
202
dia empleado como soldado al servicio de una potencia europea, especialmente al que sirve en el ejército británico ”. En castellano, su traducción cipayo está definida (en el diccionario Julio Casares) como “soldado indio al servicio de una potencia europea ”, sin aclarar por cierto que la única potencia europea presumible era Gran Bretaña. La existencia de los cipayos quedó cancelada por la independencia final de la India (en 1947), pero a esa altura la palabra comenzaba otra circulación en América latina, para aludir despectivamente a los nativos culpables de obsecuencia con el imperialismo extranjero, especialmente el norteamericano. Su equivalente europeo más conocido es el de los “colaboracionistas” en Francia ocupada por los alemanes, 19401944.
ESPONTANEOS Hacia 1867 algunos pintores franceses iniciaron un movimiento renovador en su arte. Influidos en parte por los aportes de la fotografía (iniciada en 1839) y en parte por su resistencia personal a las normas académicas, todos ellos procuraron una pintura espontánea, que refle jara lo que realmente veían (especialmente en paisajes), olvidándose de todo afán por reconstruir objetos o personajes. Uno de sus preceptos era reflejar el color tal como éste llegaba a sus ojos, con todos los posibles efectos de la luz, y no como ese color podía obrar en su conocimiento. Entre esos pintores aparecieron algunos nombres luego famosos, como Gaude Monet, Edouard Manet, Camille Pissarro, Auguste Renoir, Alfred Sisley y Edgar Degas. Todos ellos figuraron en un grupo de treinta pintores que compartió una exposición colectiva en un estudio fotográfico parisino, durante 1874. Se atribuye a Pissarro la formulación del propósito común que animaba a todos esos pintores. Adujo que el dibujo de precisión disminuye la impresión general sobre el tema del cuadro. Sostuvo que había que pintar lo que se veía y sentía, que no había que perder la primera impresión y que la naturaleza era la mejor maestra. La exposición fue deliberadamente ajena a los salones académicos y constituyó en su momento una suerte de vanguardia. Allí se incluyó
203
un cuadro de Monet, titulado Impression: soleil levara (también conocido como “Impresión, amanecer ”). A ese cuadro, o quizás a las pala bras de Pissarro, se debe que el nuevo movimiento fuera rotulado como Impresionismo. Perduró en otras exposiciones hasta 1886, influyó en la pintura posterior (Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Seurat) y tuvo re percusiones en la literatura y en la música. Por su mismo origen, el impresionismo fue después una escuela colectiva de la espontaneidad pero también una reunión de lo que más impresionaba a artistas distintos.
ANIMAL POLITICO Algunos pensadores cínicos estipularon que el lenguaje es una de las tantas maneras de no entenderse. Otros señalaron que es también una de las formas de disimular las realidades que no se quieren decir con franqueza. Desde George Orwell y sus seguidores, se sabe que el Ministerio de la Paz es el que se ocupa de la Guerra, que el Ministerio de la Abundancia se ocupa de la Escasez y que los ejércitos de todos los países suelen depender de Ministerios de Defensa, incluso cuando atacan primero. Esos disimulos se prolongan al lenguaje común, donde queda feo decir “cáncer ” y se prefiere “larga dolencia” o “enfermedad terminar. En Argentina, que es un serio competidor en el Campeonato Mundial de la Palabra, se utiliza “ promoción” en lugar de “ propaganda”, o se convierte en” cuentapropista” a un señor que no tiene empleo y se revuelve con lo que puede. Está aún más difundido el uso de “carenciado” para aludir al “ pobre”. El periodista J. M. Pasquini Durán (en un artículo de Página/ 12, junio 1987) enumeró algunas de esas hipocresías del lenguaje, agregando las connotaciones políticas que entorpecen la comprensión: “Las críticas a los militares son calificadas como subversivas, al gobierno como desestabilizadoras , al peronismo como gorilas oficialistas , a la derecha como marxistas, a la izquierda como
204
provocaciones, al pasado como divisionistas y al futuro como agoreras.”
Lo cual explica por qué en Argentina es muy difícil escribir sobre política, dado que rápidamente se crea un diálogo de sordos. Un caso harto documentado es el de los militares del período 1976-1983. Reci bieron reproches, críticas, juicios y hasta condenas por delitos claramente configurados, como la violación de mujeres, el secuestro de niños, el robo en casas allanadas, todo ello con abundantes testimonios y pruebas. Pero su defensa fue invocar, una y otra vez, que habían luchado contra la subversión guerrillera y que ésa era una causa santa. No quisieron oír las acusaciones precisas y ya es improbable que lleguen a escucharlas.
205
VII
ARTES, LETRAS Y CIA.
UN CLASICO El actor John Barrymore (1882-1942) fue un especialista en Shakespeare y uno de los más famosos intérpretes de Hamlet. Resultaba así muy lógica la pregunta que le hizo un periodista: — Dígame, Mr. Barrymore, ¿usted cree que Hamlet y Ofelia se acostaban juntos? Tras reflexionar un instante, el actor replicó: — Sí, por lo menos en la compañía que representaba la obra en Chicago.
POCION MAGICA Hacia 1948, la página literaria del semanario uruguayo Marcha ha bía adquirido ya una gran importancia dentro de su reducido mercado, en buena medida por la abundante tarea del crítico Emir Rodríguez Monegal. Uno de los temas inevitablemente reiterados era la creación de una literatura uruguaya de ficción, al nivel de la jerarquía con que entonces se hacía crítica literaria. En esas circunstancias el escritor Juan Carlos Onetti pidió a Marcha que se reprodujera allí la respuesta del escritor norteamericano William Sydney Porter (más conocido como O. Henry, 1862-1910) a un joven corresponsal de Carolina del Norte que deseaba saber cómo se escribe un cuento. La fórmula era así: “En
primer lugar, hay que conseguir una mesa de cocina, una silla de madera, cuartillas de papel amarillo de tamaño oficio, un lápiz y un vaso. Estos elementos son los sostenes. Luego se adquiere una botella de whisky escocés y unas naranjas; llamaremos a esto el sustento. Ahora llegamos a lo que se llama con frecuencia inspiración. Combinando un poco de jugo de naranja con un poco de whisky, el autor bebe a la salud de los editores, afila la punta de su lápiz y comienza a escribir. Cuando las naranjas están vacías y la botella está seca, tendremos ya, listo para echar al correo, un cuento vendible ”.
207
NACIONALISTA En la literatura ecuatoriana se conserva un lugar destacado para el poeta José Joaquín Olmedo (1780-1847), que fue no sólo un escritor sino un destacado político y un entusiasta de la liberación nacional. Su obra más conocida fue La victoria de Juran o Canto a Bolívar (1825). Así Ecuador resolvió hacer después una estatua a Olmedo, que se levantaría en la ciudad de Guayaquil. Esa obra ingresó después a The Book of Lists (un curioso libro de Wallace y Wallechinsky), integrando la lista de Nueve Monumentos Raros en el Mundo. El motivo fue que la estatua a Olmedo saldría demasiado cara. En consecuencia, el go bierno ecuatoriano importó de Inglaterra una estatua a Lord Byron (1788-1824) y le puso el nombre de Olmedo.
ANONIMOS La clase obrera no ha concedido la menor fama, durante más de un siglo, al tornero belga Pierre Degeyter (1848-1932) y al chansonnier francés Eugène Pottier (1816-1887), cuyos nombres se encuentran en muy pocos libros o catálogos. Pero ambos deberían ser más famosos, porque fueron hacia 1871 los autores de La Internacional, una canción cuya vida comenzó en la Comuna de París y que terminó por ser el himno informal de la clase obrera.
SUPERSTAR Algunas producciones cinematográficas se hicieron importantes por la reunión inverosímil de estrellas famosas. Fue el caso de Gran Hotel (1932), El día más largo del siglo (1962) o La historia más grande jamás contada (1965). Para batir el record en esa materia fue necesaria la intervención del gobierno de Estados Unidos. En enero de 1982 (y para transmisión simultánea por TV en diversos países de Occidente), los servicios informativos norteamericanos prepararon un programa de hora y media de duración. Bajo el título Que Polonia sea Polonia , el
208
programa impugnó la presión soviética en ese país, con actuación estelar de Kirk Douglas, Charlton Heston, Bob Hope, Glenda Jackson, Frank Sinatra, Max von Sydow, Orson Welles (orden alfabético), elenco completado en el caso por los presidentes o primeros ministros de Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Portugal y Turquía. El propio Papa Juan Pablo (polaco de nacimiento) apareció asimismo en actuación especial. Cabe suponer que un elenco semejante no sólo debía irritar a los países socialistas (como fue el caso) sino al propio Hollywood. En la transmisión para España, los textos fueron doblados al castellano, exceptuando el del entonces Presidente español Calvo Sotelo, cuyas primeras frases se escucharon dobladas al inglés.
CHUTZPAH El productor cinematográfico David O. Selznick, que hizo Lo que el viento se llevó , era hijo del también productor Lewis J. Selznick (antes Zeleznik, 1870-1933), de quien heredó por lo menos la audacia. En los comienzos de la industria cinematográfica americana, el judío ruso Lewis Selznick integró (junto a Adolph Zukor, Jesse Lasky, Samuel Goldwyn, Carl Laemmle y varios otros inmigrantes) el grupo de em presarios que sentó las bases competitivas del negocio. Todos ellos vivieron una fiebre de sociedades y rivalidades recíprocas, procurando arrebatarse directores, estrellas, ideas. Una de sus vocaciones era dar el gran golpe publicitario, obteniendo algo singular. Lo había logrado Zukor hacia 1912 cuando invirtió dinero en una película francesa de Sarah Bernhardt, con lo que de hecho inició su empresa Paramount En 1917, empujado fuera de otros negocios, Lewis Selznick había formado su propia empresa World Film Corporation. En marzo de ese año abdicó el Zar Nicolás en Rusia, dando comienzo a lo que más tarde fue la Revolución de Octubre. Pocos días después, Lewis Selznick envió un telegrama al Zar, ofreciéndole un puesto en su compañía norteamericana. El texto completo no trascendió, pero una frase decía:
209
“Cuando yo era un niño en Rusia, su policía trató muy mal a mi gente, pero no le guardo rencor ...”
No tuvo respuesta, desde luego, porque a esa altura el Zar debía estar incomunicado.
TRADUCCIONES En 1928 Bertolt Brecht y Kurt Weill escribieron una obra que luego se haría famosa y que se tituló Dreigroschenoper (literalmente, La ópera de tres centavos). En 1930 fue filmada en Alemania, con dirección de G. W. Pabst y con ese mismo título. Pero esa película era co producción francoalemana, y así la versión francesa, que tenía elenco distinto, modificó la cotización y recibió el título L'opéra de quat'sous. En Argentina se estrenó esa versión francesa, literalmente titulada La ópera de cuatro centavos.
Se trata sin embargo de la misma obra que en los manuales de teatro en castellano aparece rotulada como La ópera de dos centavos.
DESPISTE El 11 de julio de 1987, cuando se cumplieron cincuenta años de la muerte del compositor norteamericano George Gershwin (1898-1937), la sección musical de Clarín decidió razonablemente publicar una nota recordatoria al respecto. En media página el crítico N.C. (presumiblemente Napoleón Cabrera) traza una semblanza del malogrado artista y lo vincula con diversas manifestaciones de las artes norteamericanas. Casi todo el texto es muy coherente con la realidad. Pero el título no parece de Cabrera, porque dice “ El gran genio de los blues”. Ahora bien: Gershwin produjo una abundante obra, en canciones, operetas y conciertos, pero nunca compuso blues, que es una forma musical de definida estructura. En cambio fue autor de una obra titulada Rhapsody in Blue, que ha creado medio siglo de equívocos.
210
REBAJITA Los catálogos más serios del mundo incluían entre las obras de Rembrandt un cuadro conocido en castellano como El hombre del casco dorado, que fue hecho hacia 1650 y que está actualmente depositado en el Museo Estatal de Berlín Occidental. En 1985, por procedimientos que no fueron divulgados y que abarcan también otras revisiones, se descubrió que ese cuadro no era de Rembrandt Lo dijo Jan Kelch, que estaba a cargo de la sección de pintura holandesa y flamenca en ese mismo Museo, agregando que en cambio no se conocía al autor. Pudo haber sido un contemporáneo de Rembrandt, desde luego, porque el cuadro no era una falsificación moderna sino un error de atribución, mantenido a lo largo de tres siglos. Pero como lo acotó el escritor Otto Friedrich en un excelente ensayo al respecto (en Time, 16.12.85), lo primero que ocurrió tras la revelación fue un brusco descenso del valor en el mercado. Hasta ese entonces El hombre del cuadro dorado tenía una cotización de veinte millones de marcos alemanes (unos ocho millones de dólares), cifra de venta teórica para otro Museo o para algún millonario norteamericano. Y apenas se supo que ese Rembrandt no era un Rembrandt, la cifra descendió a un millón de marcos. Ese no será el único cambio, desde luego. Los mejores libros sobre Rembrandt tendrán que tachar el título en la enumeración de obras, o agregar pintorescas notas al pie. En las reproducciones del cuadro será necesario introducir epígrafes que digan “Anónimo” o “Escuela de Rembrandt”. Los mejores cambios podrán ser los que se produzcan en los gustos y criterios de los admiradores de Rembrandt. Como lo señala Friedrich, el nombre del autor es en definitiva un valor secundario, porque Hamlet seguirá siendo Hamlet aunque se demuestre que su autor no fue Shakespeare. Pero ésa es una apreciación optimista sobre la naturaleza humana, porque no tiene en cuenta la importancia del esno bismo. Y en cambio, el mercado pictórico la tiene muy en cuenta y sabe que los admiradores de Rembrandt a lo largo de tres siglos tuvieron veinte millones de emociones al contemplar la expresión dramática y
211
concentrada del Hombre del casco dorado, pero ahora sólo tendrán un millón de emociones y se sentirán íntimamente disminuidos.
PRINCIPISTAS El escritor William Faulkner (1897-1962) comenzó por resistirse a la idea de que alguien de la revista The París Review le hiciera una entrevista. Pero esa publicación neoyorquina, fundada en 1953 por un grupo de jóvenes entusiastas de la literatura, terminó por imponer su norma de largos reportajes a escritores vivos, con un material que des pués llegó a prolongados libros, sin perjuicio de publicar también muchos cuentos y fragmentos todavía inéditos. Así que en 1956 Faulkner accedió al reportaje, cuando supo que no le preguntarían por su vida personal, en ningún sentido, sino sobre su relación con la literatura. El texto resultante está muy cerca de una declaración de principios. Sobre por qué no quiere discutir su obra con nadie : “ No, estoy demasiado ocupado escribiéndola. Tiene que gustarme a mí mismo, y si me gusta no tengo por qué hablar de ella. Si no me gusta, hablar de ella no la mejorará, ya que la única manera de mejorarla es trabajar un poco más en ella. No soy un hombre de letras sino un escritor. No me da ningún placer hablar del oficio”. Sobre la fórmula para ser un buen novelista: “ Noventa y nueve por ciento de talento, 99 por ciento de disciplina, 99 por ciento de tra bajo. Nunca debes estar satisfecho con lo que haces. Nunca es tan bueno como podría serlo. Siempre debes soñar y apuntar más alto que lo que sabes que puedes hacer. No te preocupe ser mejor que tus contemporáneos o que tus antecesores. Trata de ser mejor que tú mismo. Un artista es una criatura empujada por demonios. No sabe por qué lo eligieron y está demasiado ocupado para preocu parse del motivo. Es completamente amoral, porque habrá de robar, pedir prestado, o implorar, para conseguir que la obra esté hecha. Sobre la responsabilidad social del escritor : “La única responsabilidad del escritor es la que tiene con su arte. Será completamente cruel si es bueno. Tiene un sueño. Le angustia tanto que debe librarse de él.
212
No tendrá paz hasta entonces. Todo se irá por la borda: honor, orgullo, decencia, seguridad, felicidad, todo, para que el libro quede escrito. Si un escritor debe robar a su madre no vacilará en hacerlo; la “Oda a una urna griega” (Keats, 1819) vale tanto como cualquier cantidad de ancianas señoras.” Sobre el trabajo: “En mi opinión es una vergüenza que haya tanto tra bajo en el mundo. Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer ocho horas por día, un día tras otro, es tra bajar. No puedes comer ocho horas por día, ni beber durante ocho horas por día, ni hacer el amor durante ocho horas por día. Todo lo que puedes hacer durante ocho horas es trabajar. Y ése es el motivo de que el hombre haga desgraciados a sí mismo y a los demás”. Sobre Freud : “todos hablaban de Freud cuando yo vivía en Nueva Orleans, pero nunca lo leí. Tampoco lo leyó Shakespeare. Dudo de que Melville lo haya leído, y estoy seguro de que Moby Dick no lo leyó”. Sobre la comprensión del lector, cuando oye que algunas personas no pueden entenderlo, incluso tras haberlo leído dos o tres veces: “Que lo lean cuatro veces”.
Faulkner tuvo enemigos, en parte porque colaboró con el Departamento de Estado norteamericano en numerosas giras (desde 1954), en parte porque era un sureño nato y no quería interferencias del Norte en la delicada cuestión racial, en parte porque transó con Hollywood y fue allí a escribir o arreglar libretos cinematográficos que estaban por de bajo de su nivel literario. Entre sus partidarios se incluyen un Premio Nobel (1949), un premio Pulitzer (1955), la aprobación de Jorge Luis Borges (que tradujo Palmeras salvajes) y la de casi todo crítico norteamericano. Con el tiempo, todo el mundo sabrá que el faulkneriano máximo fue Juan Carlos Onetti (nacido en Uruguay, 1909), que se manifestó reiteradamente harto de que le pidan fórmulas fáciles sobre el arte de escribir. Ante todo, Onetti siempre quiso escribir lo suyo y se manifestó dispuesto a lograrlo, así fuera necesario estafar a cualquier cantidad de ancianas señoras. En cuanto a fórmulas, Onetti sólo aportó una difícil:
213
“ Para escribir bien, no sirve leer, no sirve fumar, no sirve el alcohol, no sirve dormir, no sirve caminar, no sirve hacer el amor, no sirve sufrir. Lo único que sirve es escribir ”
El pronunciamiento de Onetti fue sabio y verbal; Para que sirva, habría que escribirlo en algún lado.
AVENTURA EN EL TEATRO Una hazaña épica en los registros del teatro moderno se produjo en Nueva York a mediados de 1937, cuando un conjunto consiguió representar una obra en la fecha anunciada, a pesar de que en los días previos le habían quitado la sala, las escenografías, los vestuarios, la peluca del primer actor, toda la orquesta y una parte del elenco. La complicada historia tuvo antecedentes y consecuencias en temas políticos, sociales, económicos y estéticos, con lo cual un incidente concentrado en pocas horas pasó después a los libros. La crisis económica norteamericana, desatada con la catástrofe bursátil de 1929, condujo a una enorme desocupación y a la elección del nuevo gobierno Roosevelt (1933). Entre muchas otras medidas, luego englobadas en la expresión New Deal (Nuevo trato), este gobierno creó la Works Progress Administration, una dependencia oficial dotada de fondos millonarios, cuyo doble objetivo era dar trabajo a los desocu pados y activar diversas obras nacionales. Bajo la dirección general de Harry Hopkins, la WPA creó a su vez una serie de ambiciosos planes. En 1935 se inauguró así el Federal Theatre Project, paralelo a otros programas similares para la música, los escritores y las artes plásticas. En esa inauguración, el mismo Hopkins anunció públicamente que se estaba iniciando, con la dirección de Hallie Flanagan, un teatro “libre, adulto y sin censura”. Entre otros datos excepcionales, el FTP sería uno de los pocos casos históricos en que el Estado daba apoyo económico a las artes, que tradicionalmente han sido en el país un terreno estrictamente privado. Entre los problemas mayores de Hallie Flanagan figuró desde un primer momento, la decisión sobre quiénes podrían ser sus colaboradores. Restringió esa lista a los profesionales del teatro que
214
estaban entonces en nóminas de asistencia social, incluyendo no sólo a intérpretes y directores sino a colaboradores de varios oficios secundarios (utileros, serenos, ascensoristas, conductores, peones de mudanza). Las excepciones no podían exceder al diez por ciento, que era la forma de llamar a directores o escenógrafos de especial competencia, como fue el caso de Joseph Losey y de Elia Kazan. Entre las unidades separadas que integraron el FTP, una fue confiada conjuntamente a Orson Welles y John Houseman, que primero hicieron un célebre Macbeth (con elenco enteramente negro y la acción trasladada a Haití) y después dirigieron dentro del FTP el llamado Proyecto 891, nombre que correspondía simplemente al número del expediente inicial. El 891 debutó en 1936 con Horse Eats Hat, una farsa basada en la célebre pieza Un sombrero de paja de Italia de Eugéne Labiche y Marc Michel. A Welles y Houseman se dirigió después el escritor y compositor Marc Blitzstein, un hombre de ideas izquierdistas, que había terminado su obra The Cradle Will Rock (lo que debería traducirse como “La cuna se mecerá”). Tras algunas vacilaciones, Houseman y Welles aceptaron la obra y proyectaron una amplia puesta en escena, comenzando por una escenografía que podía aludir a un juzgado, una calle, una farmacia, un vestíbulo de hotel, un aula universitaria. Eso estaba acorde con la variedad de escenas de la obra, pero también con su estilo. En su tema, Blitzstein planteaba la opresión de los industriales del acero contra los obreros enfrentados al despido, la reducción de salarios y la desocupación. Eso no era excepcional en la época, cuyas crisis habían dado ya nacimiento a un inmenso teatro social, cuyo emblema fue antes el exitoso Waiting for Lefty (Esperando al Zurdo, 1935) de Clifford Odets. La acción de Cradle ocurría en una localidad ficticia denominada Steeltown (Ciudad del acero) y mostraba al villano capitalista, llamado Mister, que conseguía corromper a jueces, policía y prensa, pero terminaba vencido por sus propios obreros. Aunque ese drama terminara por ser convencional para la época, Blitzstein le dio un tratamiento imaginativo, que apelaba al recitado, al vaudeville, al oratorio, al baile. En rigor, Cradle no era un drama sino una ópera moderna,
215
reconocidamente inspirada en La ópera de dos centavos de Bertolt Brecht, a quien estaba dedicada. Para Welles y para Houseman, la pieza era un desafío a la imaginación creativa: una manera de lanzar un nuevo teatro en la efervescencia múltiple de aquellos momentos. Pero el Federal Theatre tenía sus enemigos, desde el momento mismo de su fundación. En Washington, poderosos elementos conservadores (como los senadores Burton Wheeler, Robert Reynolds, Gerald Nye) estaban decididos a aniquilar ese movimiento teatral, porque consumía fondos oficiales y porque entendían que era un refugio de comunistas, dispuestos a fomentar desde los escenarios la perturbación social. La noticia sobre los ensayos de Cradle precipitó esa hostilidad latente, reforzada en el caso por los industriales del acero, que veían como inminente una obra proletaria que los acusaba sin disimulo. En junio 1937 se habían formado ya en ese asunto dos bandos opuestos y muy activos, pero los conservadores eran los más fuertes. La misma WPA (aparentemente sin intervención de Harry Hopkins, qué sufría un cáncer) ordenó abruptamente que se suspendieran por varias semanas todos los conciertos, exposiciones y estrenos teatrales del FT. De hecho, eso cancelaba el estreno de Cradle, que no solamente estaba anunciado para junio 16, sino que había vendido ya las entradas con antici pación, a través de organizaciones culturales y políticas diversas, con lo cual tenía un público asegurado para toda una semana. La suspensión de Cradle era parte menor de otros recortes y otras postergaciones en la tarea de la WPA, a la que se atribuía haber ayudado a quince millones de desocupados, con un gasto cercano a los 8.500 millones de dólares. Pero desde la óptica de Hallie Flanagan, Orson Welles, John Houseman, Maro Blitzstein y de todo un vasto elenco, el cambio de actitud en la WPA era un golpe directo. Sin el dinero oficial y sin la aprobación de los más altos funcionarios, el Federal Theatre no podría subsistir. El proyectado teatro “libre, adulto y sin censura ” pasaba a ser una víctima del dirigismo que lo caracterizaba desde su misma creación. Sus biógrafos contaron después que Orson Welles (que en ese momento tenía 22 años) vaciló largamente sobre lo que su grupo debía hacer. Si todos ellos aceptaban la orden de la WPA, algunas carreras
216
teatrales podían continuar (las de Welles y Houseman, seguramente), pero en un camino de concesiones a la autoridad. Si continuaban su tarea y estrenaban la obra, pese a la orden en contrario, ese desafío saldría en los diarios, con una amplia oportunidad de expresar los puntos de vista del mundo teatral y de los muchos liberales que lo apoya ban. La incertidumbre fue solucionada cuando la WPA adoptó una medida de fuerza. Envió guardias armados al Maxine El liott’s Theatre para evitar que el estreno se produjera. Los así llamados “cosacos” cerraron las puertas, confiscaron las escenografías, los vestuarios y hasta la peluca especial del primer actor (que era Howard Da Silva). La pre potencia física empujó a la rebeldía a Welles, a Houseman y a muchos integrantes de un grupo que tenía sesenta personas en el elenco y 28 músicos en la orquesta. Harían Cradle de cualquier manera. Fue en medio de esa decisión que cayó otra bomba. El sindicato de trabajadores teatrales, o Equity, decidió que sus afiliados, tras haber ensayado durante cuatro meses, con remuneración, a la orden del Federal Theatre, no podrían estrenar la obra con otro posible empresario (en el caso, Welles-Houseman) sin acuerdo de la primera empresa. A partir de allí, muchos se fueron a sus casas. Otros se unieron a los directores y al compositor, buscando soluciones de emergencia, en una suerte de asamblea continua e insomne, durante 36 horas. Después John Houseman acotó, en un libro autobiográfico ( Run-Through, 1972) la notable paradoja de que el peor golpe de aquel día fue dado justamente por los sindicatos contra una obra que pretendía defender los derechos de los trabajadores. La asamblea de 36 horas se realizó en el tocador de damas del mismo Maxine Elliott's Theatre, sin que los “cosacos” intervinieran ni cortaran tampoco los teléfonos. Su asombroso resultado, con gran apoyo de varios simpatizantes en el exterior de la sala, fue que dos horas antes del estreno anunciado se consiguió alquilar el teatro Venice (por cien dólares) y un piano vertical (por cinco dólares). Un abogado señaló la sutileza de que los reglamentos de Equity prohibían que sus afiliados subieran a actuar a otro escenario, pero nada impedía su actuación en las plateas o en los palcos. Repentinamente se decretó el peregrinaje. Los directores, el elenco, el com positor, diversos técnicos y mucho público ya congregado en la calle,
217
todos ellos poseídos de un nuevo entusiasmo, marcharon como pudieron a través de Nueva York, en vehículos diversos o a pie, recorriendo las 21 manzanas existentes entre el teatro Maxine Elliott y el Venice. No pudieron llevar utilería ni vestuario, que eran propiedad del Federal Theatre, pero alguno de los cosacos debió sorprenderse de que el director de orquesta, Lehman Engel, saliera envuelto en un sobretodo durante aquella noche calurosa. Dentro llevaba clandestinamente la partitura. La representación en el Venice fue una ceremonia emotiva y singular, luego narrada por sus protagonistas, por la prensa y por dos mil espectadores que se habían congregado allí sin pagar entrada. Tras dos breves discursos de explicación por Houseman y por Welles, sustituyendo con palabras las escenografías invisibles, el propio Marc Blitzstein se sentó al piano, como figura única en el escenario. Desde las plateas y los palcos, cada intérprete comenzó a decir o cantar lo suyo y muchas veces también lo ajeno, para suplir a los ausentes. A los pocos minutos, se agregó imprevistamente desde un palco la voz de la so prano Olive Stanton, que sabía ya la obra y que aportó su colaboración espontánea. Muchos diálogos debieron ser dichos por intérpretes que estaban separados entre sí por veinte metros. Y aunque Blitzstein creyó que tendría que ser el único intérprete de su música, de pronto fue acompañado desde la oscuridad por un acordeón, el único de los 28 músicos que se atrevió a compartir la aventura. Tras la Escena Seis fue necesario colocar un intervalo para reorganizar fuerzas durante quince minutos. El público comentó animado en el hall las alternativas de aquella función singular. Los espectadores volvieron y Orson Welles salió al escenario. Dijo: “Cuando todos ustedes estén sentados, el único hombre de pie será el poeta: Archibald MacLeish ”. Las cálidas pala bras de éste dieron un nuevo entusiasmo a la función. Cuando el espectáculo terminó, se hizo difícil sacar a tanta gente entusiasmada con el teatro. Las noticias críticas sobre Cradle no aparecieron en las páginas de espectáculos sino entre los grandes acontecimientos de la ciudad. La obra pasó después a manos de Houseman y Welles, que pudieron re presentarla durante sólo dos semanas, pero con salas llenas, en el
218
mismo teatro Venice. El episodio separó a ambos del Federal Theatre, como cabía esperado, pero condujo a que ellos formaran el Mercury Theatre, que fue otra historia. El Federal Theatre siguió siendo hostilizado. En diciembre 1938 Hallie Flanagan fue interrogada por el Comité parlamentario sobre actividades anti-americanas, que sospechaban comunismo en ella y en todo lo que había hecho o dejado hacer. En junio 1939 el Federal Theatre cerró inevitablemente, cuando el Congreso le retiró los fondos. En 1984 el accidentado estreno de The Cradle Will Rock estuvo a punto de convertirse en una película. Su productor debía ser Michael Fitzgerald, el libreto estaba escrito por Ring Lardner Jr., el joven actor inglés Rupert Everett (protagonista en Another Country) debía inter pretar a Orson Welles, y la dirección sería confiada inmejorablemente al mismo Welles. El proyecto debía contar con apoyo estatal en Francia, pero quedó finalmente frustrado, en el habitual estilo de los contratiempos kafkianos que caracterizaron a Welles en casi toda su carrera.
ENCANTADOS En octubre 1959 la Columbia Broadcasting System publicó en el semanario The New Yorker un anuncio pagado, donde señala algunos de los méritos de la televisión y de los programas de CBS. El anuncio dice, en parte: “Otro tributo a las fascinantes calidades de la televisión procede de un dentista de Long Island, cuyos pacientes miran una pantalla de televisión suspendida del techo, mientras él aplica el tomo a sus cavidades dentales. Según el dentista, los pacientes quedan tan absortos mirando a la pantalla que no prestan atención a lo que él hace, lo cual facilita considerablemente su trabajo. “El único problema, aparentemente, es que muchos pacientes insisten en programar las consultas para las horas en que se transmite su programa favorito. Esto puede convertirse en un problema, ya que el programa diurno promedial, en la red de televisión de CBS, tiene un
219
público de 5.139.270 espectadores, todos ellos vulnerables vulnerables a la odontología”.
PROFANOS En 1947 George Cukor tuvo un conflicto con la empresa Metro Goldwyn Mayer y se retiró del rodaje de un melodrama llamado llamad o Desire Me (luego estrenado como Sagrado y profano). La filmación fue terminada por los directores Mervyn Le Roy y Jack Conway, pero des pués la Metro estrenó la película sin mencionar mencionar a director alguno, alguno, medida absolutamente excepcional. En 1968, y durante otro de los tantos conflictos entre directores y empresas, la empresa Universal quitó a Robert Totten la realización de un western titulado Death of a Gunfi (luego estrenado como Pueblo sin ley). En este caso, el rodaje ghter (luego fue terminado en dos semanas por el director Don Siegel. Después Universal estrenó la película, declarando como director a Allen Smithee, una persona inexistente, de la que no se encontrará biografía biografía alguna. Pero Smithee progresó. Su nombre fue adoptado por el Director^ Guild of America para sustituir al director real, toda vez que se produjo un conflicto de aquella índole. Ese uso generalizado quedó establecido por la constancia en Movies Made Made for Televisión Televisión, un libro de Alvin H. Marill que obra en poder de algunos eruditos. Para conocimiento de todos los otros eruditos que poseen ficheros cinematográficos, es útil señalar las tareas del ficticio Smithee. Todas ellas son películas filmadas para cine o televisión y en empresas distintas: 1970 - The Challenge, director real desconocido; 1980 - City in Fear, director real Jud Taylor, T aylor, 1980 - Fun and Gomes Gomes, director real Paul Bogart; 1982 - Moonlighu directores reales Jackie Cooper y Rod Holcomb. 1986 - Let's Get Harry (Rescate infernal), director real Stuart Rosen berg.
220
En el último último caso es ilustrativo revisar la publicidad norteamericana norteamericana en inglés. Allí se detalla la carrera de productores, escritores e intérpretes de la película, pero del director Alan Smithee sólo se menciona el nombre. Ese elaborado disimulo, oficialmente aprobado por el gremio de directores, es un serio golpe para los partidarios de la Teoría del Autor, quienes viven convencidos de que los directores son los autores de sus películas. La verdad es que casi nunca lo son. A veces llegan a avergonzarse de haber trabajado en ciertas cosas o de haber aceptado im posiciones de la empresa. En esas conflictivas circunstancias, circunstancias, algunos directores transan tra nsan con el estudio y otros eligen retirar su nombre. Quienes lo retiran pasan a llamarse Smithee, que en Hollywood es como llamarse NN.
ARREGLITO El primer concurso de preguntas y respuestas en la TV americana fue realizado por la Columbia Broadcasting System (CBS), en junio 1955, bajo el título The u$s 64.000 Question, Cada concursante, que presuntamente era un experto experto en algo, algo, contestaba preguntas preguntas en una una serie que duplicaba los premios: un dólar, dos dólares, cuatro dólares. A las diez preguntas contestaba por u$s 512, después por u$s 1.000. Con suerte, talento y diez y siete preguntas obtenía los 64.000 dólares, si no elegía retirarse antes. El programa duró poco más de tres años y permitió descubrir algunos talentos de cultura superespecializada. Incluyó también una broma ocasional, cuando se presentó el cómico Jack Benny, ganó el dólar de la primera pregunta y después eligió retirarse con prudencia. La misma CBS inventó diez meses después un complemento, llamado The u$s 64.000 Challenge, cuyos concursantes podían ser solamente quienes hubieran ganado 8.000 dólares en el primer certamen. Aquí el sistema era que cada uno de ellos compitiera con otros dos, en su misma especialidad. Este programa duró también poco más de dos años.
221
Entre las variantes de esos programas existieron dos de particular éxito. En Dotto, el concursante debía identificar una figura que sólo le era marcada con puntos sobre un panel. En Twenty One (de la NBC) se oponía a dos concursantes, contestando preguntas cuyo puntaje oscilaba de uno a once, según la dificultad. Triunfaba quien primero obtuviera los 21 puntos del título. Todos los programas se cayeron hacia octubre 1958, cuando se comprobaron dos casos de corrupción, lo cual condujo a una gran desconfianza pública. Un concursante de Dotto descubrió sobre un escritorio del estudio los apuntes que había llevado un rival, y así se supo que éste conocía de antemano las preguntas y respuestas que le corres pondieron. Fue aún más grave el caso de Twenty One, donde terminó por saberse que el ganador Challes Van Doren había sido instruido previamente sobre las preguntas y respuestas. En la investigación periodística posterior se supo que el arreglo había sido auspiciado por los mismos productores del espectáculo, que pagaban los premios pero elegían con cuidado a quién favorecían. Su interés era el de un mejor espectáculo, dado que Charles Van Doren era más apuesto y simpático que sus diversos rivales, con lo que el rating quedaba quedaba asegurado. El caso era una consecuencia indirecta de las necesidades visuales que plantea la televisión. televisión. La revelación de de ese oculto arreglo arreglo fue un escándalo, porque Van Doren era antes un profesor de cierto prestigio (en la Columbia University) University) y porque pertenecía a una familia ilustre, donde se destacan los nombres de Cari Van Doren (1885-1950) y de Mark Van Doren (1894- 1972), profesores y críticos literarios de primera caca tegoría y de abundante obra. Contra ese fondo de alta cultura, Charles Van Doren se graduó de oveja negra en la familia. Jack Barry había sido el productor de Twenty One y quedó fuera de la TV norteamericana durante diez años, hasta que se aquietó el remolino. Todos los programas de preguntas y respuestas en la TV norteamericana fueron abruptamente cancelados durante 1958, pero se renovaron hacia 1976 con otras reglas. Entre las nuevas fórmulas de juego limpio figura la de que cada concursante elija azarosamente sus propias preguntas entre varios sobres de una bandeja. Pero aun así se pueden hacer trampas, trampas, tanto con con el contenido contenido de los los sobres como en la
222
manera de elegirlos. Con ello se consigue el triunfo a los concursantes más apuestos, sin olvidar a las concursantes más hermosas. La regla general de la TV es el rating , aunque éste es una fórmula de fabricación secreta. En 1967 el escritor canadiense Marshall McLuhan publicó su famoso libro El medio es el mensaje, donde se sostiene que la TV no trasmite una realidad exterior sino que crea una realidad propia, generando largas confusiones y algunas mentiras.
PARED AJENA A pesar de la enorme crisis económica econó mica que afligió a Estados Unidos en la década de 1930, la familia Rockefeller continuó hasta el final la construcción del Rockefeller Center, un complejo de catorce edificios, en el centro mismo de Nueva York, que llegó a albergar después la mayor concentración mundial del comercio y de la industria. Uno de sus principales ejecutivos fue Nelson Rockefeller, quien se destacó entre los cinco hermanos por su sostenido interés en la pintura, la escultura y otras manifestaciones artísticas. Fue así como Nelson Rockefeller decidió embellecerla enorme pared del edificio destinado a la RCA (Radio Corporation of America), que integraría ese complejo edilicio. Encargó el trabajo al ya famoso pintor mexicano Diego Rivera (1886-1957), quien estaba precedido de una abundante abundante obra en México México y de triunfales triunfales exposicioexposiciones en la misma Nueva York y en Detroit (1932). Para el caso, Rockefeller apreciaba sobre todo la celebrada competencia de Rivera en la pintura mural, sin hacer cuestión de las polémicas despertadas por la obra del pintor en sus contenidos comunistas y anticlericales. Rivera inició en 1932 un mural que se llamaría Man at the Crossroads (Hombre en la encrucijada). Pocos días después, los transeúntes y los miembros del grupo Rockefeller advirtieron advirtiero n que la obra terminada sería explosiva. En los bocetos previos aparecían “tahúres, prostitutas con sífilis terciaria, capitalistas rapaces ” y, peor aún, el boceto de un Lenin. Varias descripciones descri pciones del plan (en historias del arte, en biografías de Rivera y de los Rockefeller) coinciden en interpretar que el pintor
223
se había propuesto atacar al capitalismo con un cuadro que sería muy notorio y que estaría situado en la calle y en el centro del mundo financiero. La controversia pasó rápidamente a la prensa, con opinantes a favor y en contra del proyecto. Nelson Rockefeller llamó a Rivera para convencerlo de que ese mural tendría que ser modificado, cuando menos en parte. Pero una semana después, Rivera seguía trabajando sobre el plan anterior. Entonces Rockefeller llamó nuevamente al pintor, le pagó los 21.000 dólares acordados, canceló el contrato y ordenó borrar la parte ya pintada. Des pués fue llamado el pintor español José Ma. Sert, quien hizo otro fresco con imágenes de Lincoln y de Edison. El boceto original no se perdió, porque Rivera lo rehízo para el Instituto Instituto Nacional de Bellas Artes en México. Durante ocho años Rivera no se habló con Rockefeller, pero éste señaló que con el tiempo volvieron a ser amigos. El incidente de Arte Libérrimo versus Capital Privado quedó en la historia con la frase “Sí, muy bien, pero la pared es mía ”.
CONCENTRACION Algunos libros famosos fueron escritos total o parcialmente en la cárcel. La lista de ejemplos comienza con Los viajes de Marco Polo, fechados hacia 1298, cuando no existía aún la imprenta, con el resultado de que sus textos fueron después copiados y modificados por escribas, sin perjuicio de suscitar otras dudas por el fantástico material relativo al Lejano Oriente. Otras obras escritas en la cárcel fueron Le grand testament testament (François Villon, hacia 1461), Don Quijote (Cervantes, hacia 1597), Historia del mundo (Sir Walter Raleigh, 1603 a 1615), Fanny Hill (John Cleland, 1749), De Profundis (Oscar Wilde, 1896), Miradas a la Historia mundial (Jawaharlal (Jawaharlal Nehru, varios períodos entre 1921 y 1945), Mi lucha (Adolf Hitler, hacia 1923), Lettere dal carcere (Antonio Gramsci, desde 1926), Memorias de la cárcel cárcel (Graciliano Ramos, desde 1936) y Apuntes desde la prisión (Ho Chi Minh, 1941). Cabe agregar que los años pasados en la cárcel y en Si beria (1849 a 1854) fueron decisivos para la obra posterior de Dostoievski.
224
El record en la materia pertenece al turco Yilmaz Güney (19371984), un actor, escritor y director cinematográfico, con larga y abundante carrera desde 1959, a pesar de que sus períodos de prisión llegaron a sumar doce años. Su última condena fue en 1974, por su controvertida vinculación con el asesinato de un juez. En la cárcel escribió por lo menos tres libretos que fueron filmados por colaboradores suyos, de acuerdo a sus muy precisas instrucciones. En 1981 Güney consiguió fugar de la cárcel turca, viajó a Suiza, retomó y compaginó allí el material filmado para Yol (o El camino) y con esa obra obtuvo de inmediato un primer premio (compartido) en el Festival de Cannes. Ese fue un orgullo muy escaso para Turquía, donde el nombre de Güney estaba prohibido y donde advirtieron demasiado tarde que el preso había escrito entre rejas sus alegatos cinematográficos contra la sociedad turca y las dictaduras. Ponerlo en la cárcel fue contraproducente. Con Hitler había ocurrido algo similar. En 1923 fue condenado a cinco años de cárcel, por su participación en un fracasado golpe político en Múnich. Pero no sólo estuvo preso nada más que nueve meses, sino que en ellos gestó y dio a luz el primer volumen de Mi lucha, aprovechando las comodidades carcelarias en Landsbeig. Si no le hu bieran dado papel y lápiz, la historia del siglo pudo ser distinta.
FALSEDADES Al pintor francés Jean-Baptiste-Camille Corot (1796-1875) se le atribuyen más de tres mil cuadros, que en su mayor parte han sido paisajes y que fueron hechos durante más de medio siglo. Pero al mismo tiempo existen otros varios cientos o miles de paisajes Corot, con su firma al pie, que están colgados en museos y colecciones privadas, pero que son simplemente falsificaciones. Esos cuadros falsos prosperaron, entre otros motivos, porque muchos pintores de este mundo se han dedicado al paisaje y porque Corot hizo escuela con la manera de pintarlos. Para aumentar el problema, los paisajes de Corot no eran franceses sino también italianos, duplicando la posibilidad de fabricar y vender falsificaciones.
225
El negocio del cuadro falsificado es un peligro constante para los museos, los marchands y los coleccionistas, a tal punto que se han confeccionado cuidadosos inventarios de dónde se encuentra cada obra famosa, para poder rastrear las ofertas de venta. Esas imperfectas listas fueron la consecuencia de los delitos ya producidos, pero su corrección total sería imposible. En la enorme obra de Picasso, por ejemplo, es perfectamente probable que algún dibujo suyo esté ahora mismo en poder de alguna familia francesa o española, que lo ha guardado durante dos generaciones sin saber lo que tenía en casa. Uno de los más famosos falsificadores del siglo veinte fue Elmyr de Hory (1906-1976), un artista húngaro, judío y homosexual, cuyas obras están repartidas por diversos museos y colecciones privadas, con las firmas de Picasso, Modigliani, Cézanne, Matisse, Gauguin, Chagall y otros creadores. Aunque de Hory era un mal negociante, a cierta altura se vio en manos de dos intermediarios que colocaban su material y conseguían seducir a compradores ingenuos, especialmente si eran millonarios norteamericanos. Así de Hory se vio obligado a producir cuadros que le encargaban esos representantes y también se vio explotado por ellos, que a su vez se peleaban espantosamente entre sí. La conflictiva situación trascendió en 1967, llenando de incertidumbres a muchos compradores de los años previos. Pese a ello, de Hory siguió pintando en la isla española de Ibiza, donde vivía desde 1962, aunque era asediado por autoridades y curiosos. En 1969 el escritor norteamericano Clifford Irving (nacido en 1930) publicó su notable libro Fake!, donde trazó minuciosamente la vida de Elmyr de Hory, incluyendo escándalos derivados de la homosexualidad de sus colaboradores. Con el mismo título Fake!, Orson Welles hizo después una película (1973) que fue escasamente difundida y que plantea con humor nada menos que la falsedad esencial de todo arte, no sólo en De Hory sino en Irving y en el mismo Welles, que al efecto amplió y remontó un material documental antes rodado por François Reichenbach. A esa altura Elmyr de Hory había descubierto que la fama no trae la felicidad. Como si los colaboradores y el dinero no hubieran sumado suficientes problemas, el libro de Irving, la película de Welles y una intimación de que sería deportado a Francia (por vinculación con probadas estafas) ocuparon
226
la almohada de Elmyr de Hory durante demasiadas noches. En 1976 se suicidó con barbitúricos en Ibiza. Su biógrafo Clifford Irving tuvo también su propia aventura. Cuando trabajó en la biografía de Elmyr de Hory, que fue un sólido trabajo de investigación, Irving se convenció de que la credulidad pú blica puede ser infinita. En 1971 anunció que estaba colaborando como escritor en la autobiografía del supermillonario Howard Hughes, proyecto que no parecía insensato, primero porque Hughes era un excéntrico millonario que podía acometer cualquier plan sin dar explicaciones coherentes, y segundo porque en Estados Unidos es habitual que la “autobiografía ” de un personaje famoso sea en verdad escrita por un profesional mercenario (la autobiografía de Sophia Loren está escrita por A. E. Hotchner, por ejemplo). El proyecto de Irving convenció a la firma editora McGraw-Hill de Nueva York, a la que el escritor aportó veinte cartas y otros documentos que habrían salido de la misma mano de Hughes y que revelarían una estrecha vinculación entre ambos hom bres. Pese al dictamen de cinco expertos, todo ese presunto material de Hughes resultó ser falsificado. La impostura de Irving quedó revelada en parte por el pronunciamiento del mismo Hughes, que al efecto salió de su letargo, y en parte porque un Banco de Zúrich (Suiza) desmintió toda una tradición de secreto profesional y permitió descubrir que una cuenta abierta a nombre de H. R. Hughes tenía como verdadero titular a la mujer de Irving. A esa altura la editorial McGraw-Hill había pagado a Irving 765.000 dólares. Al verse descubierto, el escritor devolvió parte del dinero y fue a la cárcel durante 17 meses. A partir del episodio nadie le creyó, ni siquiera cuando decía “Mucho gusto” al conocer a alguien. Fue entonces que Orson Welles incluyó a Irving entre los mentirosos de su película Fake! Cuando Howard Hughes murió (1976) las descripciones de su vida y de sus últimos años ayudaron a comprender a Irving, porque el millonario era entonces un enfermo mental y los datos sobre su vida eran un pantano de omisiones, contradicciones y equívocos, que culminaron en sus diversos y opuestos testamentos. En 1977 el escritor Irving Wallace y sus hijos publicaron un libro muy original, titulado The Book of Lists, que se integra con nóminas de
227
cosas muy diversas, pero siempre con documentación abrumadora. Para hacer una lista de los diez mejores falsificadores de todos los tiem pos, consultaron lógicamente a Gifford Irving. Este produjo su lista, donde incluyó a Elmyr de Hory y a sí mismo, con toda razón. La nómina de Irving merece una mayor difusión pero también alguna am pliación. 1) William Henry Ireland (1777-1835) falsificó obras de Shakes peare y fue en cierto sentido un prodigio, porque sólo tenía 18 años cuando perpetró sus hazañas. Como hijo de un anticuario, Ireland llegó a saber bastante sobre documentos antiguos y a saber también que los documentos genuinos de y sobre Shakespeare eran harto escasos: en apariencia, no ha perdurado el texto original de ninguna de sus obras y son mínimos los rastros de su firma y de su caligrafía. Así que Ireland preparó un pergamino en el que colocó la presunta firma de Shakes peare, inventó un anciano e invisible caballero que le vendía viejos documentos, engañó a su propio padre y comenzó una intensa carrera de producción, en la que aparecieron otros manuscritos de Shakespeare: fragmentos de contratos, líneas de versos, una declaración de fe protestante, el presunto manuscrito original de Rey Lear y aparentes trozos de Hamlet. Su industria debió culminar con una carta de amor de Shakespeare (para Anne Hathaway) y una pequeña muestra del cabello del dramaturgo. Pero no consiguió detenerse y llegó a inventar una obra de Shakespeare, todavía inédita, que tituló Vortigern. Para este drama histórico, arrancado a cajones en los que habría quedado durante dos siglos, Ireland consiguió nada menos que una representación teatral (abril 1796), pero ése fue el principio del fin, porque ni el público, ni los actores mismos, creyeron que Vortigern estuviera a la altura del lenguaje de Shakespeare. El episodio llevó a que Ireland terminara por confesar la verdad en un libro del mismo año 1796 y en otro más am plio de 1805. 2 ) Alcibíades Simonides (1818-1890) se especializó en documentos antiguos. En 1853 vendió un presunto texto de Homero al rey de Grecia, quien hizo la compra tras consultar a diversos expertos de la universidad de Atenas. Después Simonides falsificó antiguos manuscritos griegos, asirios y egipcios, que vendió a un grupo de eruditos turcos.
228
Más tarde repitió la hazaña con manuscritos antiguos que habría encontrado en Turquía, con cartas que habría escrito el general bizantino Belisario (en el siglo VI) y con otras que el político griego Alcibíades (en el siglo V a.C.) habría enviado a Pericles; por estas últimas se hizo pagar cuatro mil dólares. En cada uno de los episodios, Simonides consiguió desaparecer de circulación antes de que alguien lo enviara a la cárcel. 3) Charles Dawson (1864-1916) parece haber sido el falsificador del así llamado “eslabón perdido”, que confundió a los antropólogos y paleontólogos durante cuatro décadas. Se trataba de un cráneo que ha bría pertenecido a un animal intermediario entre el mono y el hombre, lo cual suponía una prueba fehaciente de las teorías evolucionistas de Darwin. El presunto hallazgo de 1912 fue rotulado como “el hombre de Piltdown” y se produjo cerca de Lewes, al sur de Inglaterra. Cuando Dawson murió en 1916 la comunidad científica lo había homenajeado por su descubrimiento. Hacia 1953 el antropólogo Kenneth P. Óakley (1911-1981) analizó intensivamente aquellos restos, con una serie de pruebas químicas de su invención, que permitían fijar la antigüedad de restos fósiles. Sus descubrimientos llevaron a concluir que Dawson ha bía combinado restos humanos y restos de un mono (presumiblemente un orangután) sometiéndolos a diversos ácidos y creando así un “esla bón perdido” totalmente falso. Como el “hombre de Piltdown” contradecía las deducciones que sobre el origen del hombre se habían hecho en las últimas décadas, la comunidad científica respiró aliviada al saber que no había que tomarlo en serio. 4) El famoso violinista Friti Kreisler (1875-1962) fue un virtuoso reconocido y un falsificador de piezas musicales. En la convicción de que las obras para violín eran escasas en el repertorio universal, Kreisler interpretó y publicó una colección titulada Manuscritos clásicos, con obras atribuidas a Vivaldi, Couperin, Stamitz, Martini, que dijo haber hallado en bibliotecas y monasterios de Roma, Florencia, Venecia y París. En 1935 Kreisler confesó que todas esas obras eran suyas, y en cierto sentido lo eran, porque figuraba como su adaptador para violín. El engaño no
229
disminuyó la fama de Kreisler, quien quedó en las enciclopedias como un virtuoso del violín y como un creador “a la manera de...” 5) Hans Van Meegeren (1889-1947) fue un pintor holandés que se quedó en su país durante la ocupación nazi (1940-1944) y llegó a comerciar intensamente con los alemanes. Se le atribuye haber vendido un cuadro del eminente pintor holandés Vermeer (siglo XVII) al mariscal Hermann Goering, que fue un gran coleccionista, a veces un comprador y generalmente un saqueador de pintura y escultura. Des pués Goering fue condenado en Núremberg, pero por otros motivos. Terminada la guerra, Van Meegeren fue acusado de haber colaborado con los nazis, cargo que parecía irrefutable y que podía haber conducido a su ejecución. Pero el reo eligió confesar un delito menor, que era haber engañado a los nazis. Dijo haber falsificado ése y otros cuadros atribuidos a Vermeer, extremo que demostró pintando un Vermeer más en la cárcel. Así consiguió la leve condena de un año de prisión, pero antes de cumplirla murió de un ataque cardíaco. A esa altura había motivos para suponer que otros seis Vermeer falsificados debían estar en diversos museos del mundo, pero los curadores de los museos prefieren ser discretos en esa materia. 6) Arturo Alves Reis (1896-1955) engañó nada menos que a la firma inglesa Waterlow & Sons, que se ocupaba de imprimir dinero. Con diversos documentos falsificados (para lo cual tuvo cómplices) Alves Reis se presentó ante esa empresa como delegado del Banco de Portugal, autorizado a recibir en dinero portugués el equivalente a diez millones de dólares. Esa suma estaría presumiblemente destinada a Angola, que era entonces una colonia portuguesa en Africa. En 1925 apareció una duplicación en los números de algunos billetes, eso provocó la inmediata investigación y Alves Reis llegó a la cárcel. Hasta un poco antes había sido millonario y llegó a ser accionista del mismo Banco de Portugal que había invocado. En 1930 Alves Reis confesó sus maniobras, pasó quince años en prisión y murió en la pobreza. 7) Arthur Orton (1834-1898) no falsificó cuadros ni literatura sino que se falsificó a sí mismo, con la pretensión de cobrar una herencia. Fracasó en el intento, pero el caso suscitó una prolongada actuación
230
judicial y fue después recogido por la Enciclopedia Británica y por Jorge Luis Boíles (en Historia Universal de la Infamia, 1935), aunque en el segundo caso bajo el nombre 'Tom Castro ”, que fue uno de sus seudónimos. Orton no era un hombre de muchas luces sino un aventurero que huyó de su suburbio londinense, se hizo marinero, desertó en Valparaíso (Chile), adoptó el nuevo nombre Tom Castro y después viajó a Sydney (Australia), presumiblemente como marinero en otro barco. Allí conoció a un hombre negro e ingenioso, llamado Bogle, con quien trabó amistad. En 1865 ambos leyeron en un diario inglés el llamado público de Lady Tichborne, una dama británica que deseaba recuperar a su hijo perdido. Roger Charles Tichborne, el mayor de tres hermanos, había fallecido en un naufragio, cerca de Río de Janeiro, en 1854. Su rango nobiliario y su fortuna habían pasado en herencia a su hermano menor Alfred Joseph, pero la madre de ambos estaba empecinada en la convicción de que Roger aún vivía. Once años después del naufragio publicaba anuncios en los diarios para recuperar al hijo perdido. Fue así como el ingenioso Bogle concibió la idea de que Orton podría hacerse pasar por Roger Tichborne y cobrar la herencia en Londres. En este punto la Enciclopedia Británica da una versión distinta, según la cual esa iniciativa habría sido de la propia Lady Tichborne, al enterarse por una agencia de investigaciones de que su hijo podría estar en Australia. De una u otra manera, el hecho histórico fue que en 1867 Orton se presentó en Londres acompañado de su sirviente negro (Bogle) y convenció de su identidad a la anciana señora. Eran notables las diferencias físicas entre un hombre y otro, tanto por el rostro como por la estatura y forma del cuerpo, pero ya habían transcurrido trece años del naufragio y el corazón de una madre no puede equivocarse. Por otra parte, Bogle y Orion habían tenido acceso a la correspondencia de Tichborne y pudieron abundar en menudos datos domésticos y personales con los que reforzaron la impostura. En 1870 falleció Lady Tich borne, y así el resto de la familia inició una larga actuación judicial, llena de testimonios a favor o en contra del pretendiente a la fortuna.
231
En ese juicio la familia Tichborne llegó a gastar noventa mil libras esterlinas, lo cual puede sugerir que era inmensa la fortuna disputada. Cuatro años después de la muerte de Lady Tichborne, el impostor Orton había perdido el caso. No sólo no pudo cobrar la herencia sino que fue condenado por perjurio a catorce años de trabajos forzados. Cum plió solamente diez (1874 a 1884) y quedó libre por buena conducta. Después arrastró la pobreza durante sus restantes catorce años de vida. 8) Los Diarios de Hitler fueron en 1983 uno de los escándalos más costosos y ruidosos del periodismo moderno. El semanario alemán Stern había anunciado la publicación de unos Diarios encontrados en algún lugar secreto, donde Hitler habría apuntado hechos y opiniones en sus veinte años de vida política, lo cual incluyó toda una guerra mundial. El descubrimiento trascendió como importante negocio, porque Stern vendió a su vez los derechos de traducción y reproducción. Uno de sus compradores fue el Sunday Times de Londres. En un primer momento la autenticidad de los Diarios aparecía avalada, entre otros, por el famoso historiador británico Hugh Trevor-Roper. Después se supo que eran falsos. Quien había vendido los Diarios a Stern fue Geid Heidemann, anterior reportero estrella de la misma revista. Quien los falsificó con particular habilidad fue Konrad Kujau, que antes había comerciado con antiguos documentos nazis y sabía muy bien el terreno que pisaba. En toda apariencia, ambos hombres se habían asociado para el turbio negocio, que en primera instancia originó para Stern el pago de un equivalente a 3.7 millones de dólares, contra 62 pequeños libros manuscritos. Kujau confesó la falsificación y dijo haber recibido sólo una pequeña suma de Heidemann. Este sostuvo, en cambio, que sólo retuvo el equivalente a 600.000 dólares y que dio el resto a Kujau. El gran problema de Stern, a mediados de 1984, era saber dónde estaba su dinero, poique ambos hombres no se hablaban y en cambio se acusaban recíprocamente.
232
LIBROS PERVERSOS En círculos de la izquierda uruguaya y argentina ha circulado con insistencia el caso del funcionario aduanero inepto, que revisó el equi paje de un pasajero y le decomisó cierto libro titulado Teoría del cubismo. En ese momento (hacia 1975) Cuba era oficialmente una mala palabra, con lo que el aduanero quiso detener la circulación de propaganda favorable a Fidel Castro. Ignoraba que el libro hablaba de pintura, de Picasso y de Braque. Otro cuento del mismo orden tuvo por protagonista a un aduanero que en un equipaje encontró un libro titulado Las armas secretas. Debieron convencerte de que esa obra de Julio Cortázar (1959) no era un manual de instrucciones para la guerrilla. Otro fenómeno similar fue detectado por la periodista argentina Diana Sperting y consta en un artículo publicado en Clarín (15.5.87). Examinaba el moderno tema que es la venta de libros en los supermercados y en esas circunstancias verificó el repertorio literario que allí se ofrece. Entre detergentes, jabones y vinos encontró un material popular para niños (algo de Julio Veme, algo de Emilio Salgan) y también otros ejemplos de literatura “erótica”, como La filosofía en el tocador (del Marqués de Sade) y la célebre Fanny Hill (de John Cleland, 1750), que fue probablemente la primera novela del género. Junto a ellas estaba La orgía perpetua de Mario Vargas Llosa, donde el escritor peruano examina vida y obra de Gustave Flaubert y de su Madame Bovary. Fue así como Sperting compró La orgía perpetua. Cuando fue a pagar, la cajera la miró “con ojos entre cómplices y sospechosos ”, como se mira “a una señora seria que está leyendo estas cosas”. Desde luego, el gerente del supermercado la habría mirado exactamente igual.
MINORISTAS En mayo 1986 la agencia telegráfica EFE trasmitió al mundo un cable de Washington: “David Robertson y Stefan Panylyk, con la excusa de que “todo el mundo tiene derecho a un original del mejor pintor del mundo ”, decidieron dividir en 500 piezas de 2.5 centímetros cuadrados una pintura
233
de Pablo Picasso. El grabado en linóleo, que data de 1959 y que se titula Las tres mujeres, fue adquirido por diez mil dólares. Los cuadraditos se venderán a 135 dólares cada uno, lo que permitirá a los dueños obtener un total de 67.500 dólares. “Si hubiera sabido lo que pretendían hacer con el cuadro, nunca se lo hubiera vendido”, dijo al diario The Washington Poste1 comerciante de arte David Cook. Robertson y Panylyk son propietarios de una firma de envíos por correspondencia en Sydney (Australia) y desde que el viernes anunciaron la venta de los Picasso ya han recibido 20 peticiones. Los trozos de cuadro se venden enmarcados, con un certificado de autenticidad y con una garantía de 30 días para su devolución. Según Robertson, dependiendo del negocio que hagan con este cuadro, comprarán otras obras maestras para también divididas.
SABIOS La Enciclopedia Británica comenzó a ser menos británica en 1943, cuando la universidad norteamericana de Chicago se hizo cargo de sus ediciones. Pero nadie podrá acusarla tampoco de ser demasiado norteamericana, considerando que en su comité superior de asesores hay eminentes miembros de varias universidades británicas (Londres, Oxford, Cambridge, Edimburgo) y de otras universidades de Canadá, Australia y Japón, sin contar una lista marcadamente internacional de especialistas en toda rama posible del conocimiento humano. La Enciclopedia había sido muy británica al surgir en Edimburgo y en 1768, por los esfuerzos conjuntos del historiador William Smellie, del impresor Colín Macfarquhar y del grabador Andrew Bell. Siguió siendo británica a lo largo de 160 años, hasta la edición de 1929, en un camino marcado por la continua actualización y ampliación de sus datos. Poco más tarde se produjo un cambio decisivo. En 1937 el publicitario William Benson, hombre de amplia cultura, fue nombrado vicepresidente de la Universidad de Chicago. Después convenció a la Universidad de que se hiciera cargo de la Enciclopedia, un paso enorme si se consideran las obligaciones culturales, económicas y administrativas que eso
234
suponía. El plan fue concretado en 1943 y Benson pasó a ser “ publisher ” de la Enciclopedia durante los siguientes treinta años. Bajo su dirección, y a través de tres décadas, la décimoquinta edición demoró su salida hasta 1977 (Benson no llegó a verla, porque falleció en 1973). Pero ese período de gestación encerraba un cambio revolucionario en la estructura de la obra. La decimoquinta edición de 1977 se desdobla en dos grandes secciones, lo cual requiere un mueble a medida. La Micropedia tiene diez tomos y abarca en orden alfabético prácticamente todo nombre propio o común que pueda importar para el conocimiento humano, en cualquier disciplina. La Macropedia se integra con otros diez y nueve tomos en los que se desarrollan los temas y las personalidades de mayor importancia, mediante artículos firmados que son verdaderos modelos del ensayo. El tomo NQ 30 está dedicado a un enorme resumen de ciencias y materias, más la explicación sobre la Enciclopedia misma. En la mayor parte de los textos se incluyen referencias cruzadas a otros volúmenes de la obra, lo que en la práctica permite completar la información de los diversos aspectos de cualquier tema. Los centenares de autores de la Macropedia han sido buscados entre los mayores especialistas de todo el mundo, e incluyen por ejemplo al historiador Amold Toynbee (que escribe sobre Julio César), al autor Arthur Koestler (so bre Humor e Ingenio), al doctor Michael De Bakey (sobre enfermedades del sistema cardiovascular) y al propio Albert Einstein para explicarla Teoría de la Relatividad. La actualización periódica es parte esencial del plan, porque de una década a otra el mundo obliga a incluir nuevas personalidades y conceptos: no sólo Hitler, Sartre o Sinatra sino también las computadoras, los viajes a la luna y los Objetos Voladores No Identificados. En parte eso es hecho por la Enciclopedia mediante nuevas ediciones completas y en parte con sus libros anuales, rotulados Book of the Year, que resumen satisfactoriamente la marcha del mundo durante el ejercicio previo, agregan artículos más largos sobre problemas de todo orden y dan biografías muy ajustadas de los Premios Nobel, de otras personalidades relevantes y de gente importante que ha fallecido durante el año anterior. Todo ello puede ser rastreado fácilmente con poderosos índices
235
alfabéticos, que en el Book of the Year 1986 acumulan los temas y nombres citados desde 1977. Con el tiempo, la información de los Anuarios pasa al cuerpo principal de la obra, y así la edición 1986 convierte los diez tomos de 1977 en doce, agregando datos nuevos o transfiriendo allí algunos ensayos que antes estaban en los tomos de desarrollo (el de Rodríguez Monegal sobre Jorge Luis Borges, entre muchos). Un dato valioso de la Enciclopedia es su continua posibilidad de mejorarse en sucesivas ediciones. Eso se expresa mejor con nombres propios y con la compulsa entre las ediciones de 1977 y 1986, por ejemplo. En la de 1977 se podían detectar omisiones como la de los escritores Roberto Arlt, Gustavo Adolfo Bécquer, Edna Ferber, Anita Loos o Damon Runyon, así como las del sheriff Wyatt Earp, la original terrorista Patty Hearst, los criminales Leopold y Loeb, el psicólogo austríaco Wilhelm Reich, la actriz catalana Margarita Xirgu. Todo ello aparece subsanado en la edición 1986, sin duda tras una cuidadosa verificación del contenido de otras enciclopedias. Es idéntico el caso de varios escritores latinoamericanos que ya en 1977 podían haber estado allí de pleno derecho (especialmente tras el boom literario cercano a 1966), pero que sin embargo estaban omitidos. En la edición 1986, o en los Anuarios de los nueve años intermedios, la situación aparece subsanada para los argentinos Victoria Ocampo, Julio Cortázar y Ernesto Sábato, para el uruguayo Juan Carlos Onetti, para el peruano Mario Vargas Llosa y para el colombiano Gabriel García Márquez, a cuya notoriedad se sumó en 1982 un Premio Nobel. Eso no regulariza todas las cuentas, desde luego, porque en la edición 1986 siguen faltando Fred Karno (empresario promotor de Cha plin, entre otros), el cómico francés Max Linder, los pintores uruguayos Pedro Figari y Joaquín Torres García o el célebre bandolero italiano Salvatore Giuliano, entre muchos otros nombres posibles. Las omisiones se deben a que, como dijera Joe E. Brown, “nadie es perfecto” (al final de Some Like lt Hot, una película de 1959). Ahora bien, en la Enciclopedia tampoco aparece Joe E. Brown, celebrado cómico del cine norteamericano (1892-1973).
236
LECTURAS Cuando una editorial moderna recibe el manuscrito de un autor desconocido, lo pasa de inmediato a uno o más lectores profesionales, por el sencillo motivo de que un gerente de empresa debe apoyarse en es pecialistas. Ese lector profesional sabe teóricamente de todo (pero es pecialmente de literatura) y cumple con elevar un informe sobre calidad, originalidad, tamaño, comercia- lidad y presuntos problemas que plantearía la publicación. Los informes de estos lectores tienen un reconocido margen de error, porque todavía no se descubrió la manera de averiguar anticipadamente si un libro (o una pieza teatral o una película o una sinfonía) será una obra de arte o una mediocridad. Peor aún, tampoco se sabe si el público rechazará o aceptará esa obra, cualesquiera sean sus cualidades. El escritor italiano Umberto Eco inventó una parodia sobre esa frecuente situación. Eligió colocarse en la postura de un lector que debe informar a su empresa sobre ciertos libros, fingiendo al efecto que se estaba enterando de manuscritos inéditos. Las reflexiones de Eco fueron publicadas en la revista italiana L'Espresso y transcriptas parcialmente en la argentina Crisis, con traducciones de Hernán Mario Cueva. Algunas de ellas pueden ser resumidas: LA BIBLIA - Al lector le gustó esta nueva obra. La ve llena de acción
y de sexo, le encuentra influencias de Emilio Salgari y de Rabelais, más un episodio, el de la fuga a Egipto, “que tarde o temprano acabará por ser llevada al cine ”. Le objeta “demasiados trozos de poesía, al gunos francamente lamentables y aburridos, verdaderas jeremiadas sin pies ni cabeza”. Cuando advierte que el libro recopila a varios au-
tores, objeta también la dificultad de tratar con todos ellos, porque será un fastidio establecer los derechos de unos y otros. Termina: “Yo diría que hay que tratar de publicar separadamente los primeros cinco libros. En tal caso marcharíamos sobre seguro, con un título como “ Los desesperados del Mar Rojo”. LA ODISEA (Homero) - Esto está muy bien. Es una historia bella, apa-
sionante, llena de aventuras, con dosis de amor, gigantes, caníbales y
237
hasta un poco de droga. El lector tiene sin embargo importantes dudas sobre el autor, a quien es imposible localizar. “Quienes lo han conocido dicen que, de cualquier manera, resultaría fastidioso discutir con él las pequeñas modificaciones a introducir en el texto, pues es ciego como un topo, no sigue el manuscrito y en más de una oportunidad ha dado la impresión de no conocerlo bien. Dicen también que citaba de memoria, que no estaba seguro de lo que había escrito y que alegaba que el copista había introducido interpolaciones. ¿Lo habrá escrito él o es tan sólo un testaferro? ”. LA DIVINA COMEDIA (Dante) - Acá hay cierto talento técnico, nota-
ble aliento narrativo, buenas descripciones de astronomía y ciertos concisos juicios teológicos. El lector cree que será más inteligente y popular la tercera parte del libro, mientras la primera le parece oscura, ca prichosa, con truculencias y algunos trozos groseros. La gran objeción del lector es que este señor Dante haya empleado el dialecto toscano, que no cree sea aceptable para el público general. LA RELIGIOSA (Diderot) - Esto “es un plomo de la gran flauta ” y el autor no parece “un hombre apto para escribir algo divertido en narrativa, especialmente para una colección como la nuestra ”. DON QUIJOTE (Cervantes) - Aunque el libro no es siempre inteligi-
ble, el lector cree que está muy bien trazada la figura del caballero andante y la de su rústico criado. Pero ve que allí hay una parodia de las anteriores novelas de caballería, que han sido éxitos continuos en la empresa editorial. En consecuencia, “ si nos decidimos por Cervantes ponemos en circulación un libro que, no obstante ser muy hermoso, mandará al traste lo publicado hasta ahora y hará pasar a todas esas otras novelas por tonterías de manicomio ”. Agrega: “Yo no querría que, por buscar novedades a cualquier precio, comprometiéramos una línea editorial que hasta ahora ha sido popular, moral y rediticia. Rechazar ”. EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO (Proust). Al lector le parece una
obra demasiado larga, que sería conveniente fraccionar en una serie de
238
libros de bolsillo. “Tal como está no anda. Hace falta un vigoroso trabajo de “editing ”. Por ejemplo, hay que revisar toda la puntuación. Los períodos son harto fatigantes y algunos ocupan toda una página. Con un buen trabajo de redacción, que los reduzca a dos o tres líneas cada uno, y con una más frecuente utilización del punto y aparte, el trabajo seguramente mejoraría ”. EL PROCESO (Kafka) - Al lector no le parece mal el librito, que es policial, “con momentos al estilo de Hitchcock ”. Pero parecería que el autor lo escribió bajo censura. “¿Qué significan esas alusiones imprecisas, esa falta de nombres de personas y de lugares? ¿Y por qué el protagonista está bajo proceso? Aclarando más tales puntos, ambientando en forma más concreta, dando hechos, hechos, hechos, la acción resultaría más límpida y más seguro el suspenso. Estos escritores jóvenes creen hacer poesía porque dicen “un hombre” en vez de decir “el señor Tal a tal hora en tal sitio ”. En síntesis, si se le puede meter mano, bien; de lo contrario, devolver ”. FINNEGANS WAKE (James Joyce) - El lector objeta que le hayan enviado este libro incomprensible. “Soy el lector de inglés y me han mandado ustedes un libro escrito en vaya uno a saber qué demonios de idioma”.
En la brillante idea de Umberto Eco faltan desde luego muchos li bros importantes, pero una de esas omisiones puede ser subsanada aquí: EL NOMBRE DE LA ROSA (Umberto Eco) - Esta pudo ser una intere-
sante intriga de crímenes sucesivos, a la manera de Agatha Christie, con asesinos y víctimas que comparten su vivienda en un monasterio. Pero el relato se dispersa en un fárrago de notas sobre costumbres medievales y sus antecedentes, más una complicada serie de especulaciones teológicas, que no serán aptas para todo lector. Por el tamaño resultante y por la fatiga de su lectura, no veo la menor probabilidad de que este ladrillo llegue a venderse bien, ni mucho menos que podamos colocar los derechos de traducción o los de filmación. Carece por otra parte de todo interés erótico. Creo imposible que llegue a hacerse una
239
película con esto, aunque la verdad es que en el cine se entendería me jor la complicada intriga y se podría agregar también un poco de sexo.
CARRERA En julio 1941 el productor cinematográfico David O. Selznick vio en sus oficinas de Nueva York a una chica de ojos grandes, que tenía dos niños y que se llamaba Phylis Walker. Envió después un cable a Katharine (Kay) Brown, que era la representante de la empresa Selznick en Nueva York. Allí le sugería que valía la pena hacer con esa chica una prueba cinematográfica. Tres días después Selznick escribió a Miss Brown y a su propio vicepresidente D. T. O'Shea: “Lamento tener que lanzar otra andanada contra la remuneración
de las chicas cuyos contratos estamos examinando y confío que ustedes me perdonen cuando digo que las cifras relativas a Phylis Walker son, en mi opinión, ligeramente insanas. “Aquí tenemos a una chica que no ha hecho nada, o casi nada, y estamos pensando en hacerla comenzar con doscientos dólares por semana. Esto no es todo, sino que al final de su contrato ella sube hasta $1.500, $2.000 y $3.000. Creo que estamos perdiendo el sentido de las proporciones. En otros estudios, las chicas en esa posición comienzan con la tarifa absolutamente mínima y suben hasta $300, $400 o un máximo de $500 al cabo de siete años... Ciertamente no tenemos por qué atamos en el caso de una tal Phylis Walker, y creo que Kay debería inmediatamente encarar a esta chica y decirle que ni soñamos con pagarte tales cifras... Nos hemos apartado mucho de la línea con las cifras exor bitantes que pagamos a Vivien Leigh o Ingrid Bergman cuando las contratamos. Volvamos ahora a la Tierra”. Después de esa carta pasaron ocho años. En julio 1949 Selznick se casó con Phylis Walker a bordo del yate Monona, anclado en Portofino. El capitán de la embarcación ofició la ceremonia. Dos días después, para eludir todo posible problema legal (porque ambos eran divorciados y porque el juez había sido el capitán) Selznick y Phylis volvieron
240
a casarse en el ayuntamiento de Génova. A esa altura la novia se llamaba Jennifer Jones, tenía una carrera de actriz y había logrado un Oscar en Hollywood (por Bernadette, 1943). Tras la muerte de Selznick (1965), la carrera y la vida de Jennifer Jones atravesaron serias crisis, pero en 1971 se casó con el millonario Norton Simón.
MISION IMPOSIBLE El libretista William Goldman ha explicado en su notable libro Adventures in the Screen Trade (Warner Books, Nueva York, 1984) los problemas frecuentes de su oficio. Uno de ellos es la verosimilitud de lo que se narre: la probabilidad de que el espectador crea el relato y no lo deseche por absurdo. Como ejemplo, Goldman describe un argumento imaginario y lo que hay que hacer normalmente para ponerlo en pantalla. El ejemplo sería el de un posible Paul Newman, al que se le encarga una misión difícil. Debe encontrar a una dama importante e inaccesible, quizás para darle alguna información. El primer elemento indispensable es que la dama esté en un sitio imposible, como un castillo bien custodiado. Por otra parte, aunque entre en el castillo, ese héroe ficticio deberá localizar a la dama en una habitación, pero no sabe cuál. Goldman describe entonces lo que Newman necesita para esa posi ble película. Ante todo, un plan de acción. Después necesita una pandilla de colaboradores: probablemente un arquitecto maniático (que conoce hasta los pasajes secretos del castillo), más un guardián resentido (que ansía alguna venganza), un especialista en explosivos, otro especialista en sistemas de alarma, un gran conductor de automóviles para la fuga final. También conviene agregar una hermosa chica que se ocu pará de distraer oportunamente al jefe de seguridad del castillo. Con esos personajes y algunos percances imprevistos se podrá diseñar la aventura, hasta un feliz final. Después Goldman señala otro plan alternativo. AW Newman será un aventurero solitario, que en un amanecer tiene el impulso de cumplir la misión. En ese otro relato, Newman escala la pared del castillo. Un guardia lo ve y da aviso inmediato al cuarto de control. Pero el cuarto
241
de control no hace nada al respecto. Así que Newman sigue su camino, bordeando las ventanas del primer piso y mirando hacia dentro, porque en realidad no sabe dónde puede estar la dama. En esa larga tarea, ningún otro guardián lo ve. A esa altura (señala Goldman), el espectador está desechando el relato por inverosímil. Pero el relato sigue, porque Newman encuentra una ventana abierta, penetra a la habitación y entonces suena la alarma. Sólo que nadie parece haberla escuchado. Como la puerta interior está cerrada, Newman sale nuevamente a la comisa, encuentra un caño de desagüe, trepa hasta la segunda planta y busca otra posible ventana abierta. Entonces aparece una mucama, que efectivamente abre una ventana, no la cierra y tampoco ve a Newman. Con lo cual, Newman penetra, encuentra una puerta abierta y ya está dentro del castillo mismo. Como no tiene idea de la disposición de las diversas habitaciones, comienza a caminar por los pasillos. En ese momento (señala Goldman) el espectador está harto, porque la película insulta su inteligencia. A pesar de lo cual, Newman sigue por los pasillos, se encuentra a diversos empleados domésticos, y alguno de éstos lo saluda sin alarmarse. A los quince minutos, Newman llega por accidente a la alcoba de la gran dama. El personaje tiene demasiada suerte. Desde luego, la gran dama está custodiada, pero da la casualidad que en ese momento el guardián habitual ha llevado al perro de la señora para su paseo matinal en el jardín. Por otra parte, las mucamas han resuelto justo entonces que debían limpiar otra habitación. Así que Newman llega al lado de la cama, y en ese momento la gran dama se despierta. Ve al intruso y hace sonar el timbre de alarma. Pero casualmente, nadie escucha ese timbre en ese momento. En definitiva, Newman ha cumplido su misión. Goldman termina así: “Ahora
la verdad. ¿Ha escuchado usted algo tan totalmente increíble alguna vez? Bien, ocurrió. Así fue como Michael Fagan hizo su breve visita a la Reina de Inglaterra, en el Palacio de Buckingham, hace poco tiempo. Desde luego que es increíble, pero también es real. Constituye una fabulosa lectura en el periódico. Pero nada tiene que
242
ver con la adecuada narración cinematográfica, y aunque sea un relato auténtico, si usted lo pone así en un libreto cinematográfico será despedido sin ceremonias, por ser un poco imaginativo escritor de fantasías”.
FEEDBACK En 1968 el realizador cinematográfico griego Costa-Gavras rodó en Francia y Argelia una película luego muy famosa, titulada Z, que aludía sin declaración expresa a la dictadura militar griega de ese momento. El arte trasladaba la realidad. Por su éxito, Z inició una nueva corriente de cine político. En 1970 Salvador Allende comenzó en Chile un go bierno socialista, lo que lo colocó en abierto conflicto con Estados Unidos. En 1971 Costa-Gavras aprovechó las libertades chilenas para filmar allí Estado de sitio, que aludía a luchas guerrilleras en el Uruguay y especialmente al episodio en que los tupamaros secuestraron y mataron a un funcionario policial norteamericano llamado Dan Mitrione. Ese rodaje suponía, de hecho, que existía una dictadura en Uruguay y una democracia en Chile. En 1973 el golpe militar de Pinochet derrocó y mató a Allende en Chile, con la ayuda (luego reconocida) de la CIA norteamericana. Entre los muchos desaparecidos durante ese golpe se incluyó a Charles Horman, un escritor norteamericano que residía temporariamente en Chile. Desde 1973 a 1977 el padre y la esposa de Horman procuraron localizar al desaparecido. No lo consiguieron, pero llegaron a una do ble convicción: que Horman había muerto y que el gobierno de Estados Unidos (el del presidente Nixon) había apoyado el golpe contra Allende. El caso fue narrado por Thomas Hauser en un intenso libro titulado The Execution of Charles Horman. Entre los antecedentes de la estadía del desaparecido en Chile figuraban las cartas que Horman había enviado a sus padres. Una se refería al asesinato en 1970 del general René Schneider, “...jefe
del ejército chileno y el hombre que más se oponía a la intervención política de las fuerzas armadas. Un dato interesante
243
es la cantidad enorme de gente que sabía del episodio [el crimen] antes de que ocurriera, incluyendo a Frei, sus ministros, la CIA, el embajador norteamericano y varios senadores. Me interesé y comencé a leer actas judiciales y declaraciones policiales y llegué a hablar con varias personas. Todo el asunto es como una novela, o como Z.” Después Costa-Gavras leyó ese párrafo y decidió que filmaría el caso Horman, donde la realidad imitaba a Costa-Gavras. Para ello obtuvo la colaboración de una empresa norteamericana importante (la Universal) y de dos intérpretes tan destacados como Jack Lemmon y Sissy Spacek. Esa película de 1982 se llamó Missing (Desaparecido), debía mostrar escenarios chilenos, no pudo utilizar los uruguayos (donde entonces había también un régimen militar) y terminó por rodarse en México. Entre sus especiales consecuencias figuraron un Oscar a mejor libreto y tres candidaturas para dirección e intérpretes. El Departamento de Estado emitió sobre Missing un notable comunicado, donde negaba la veracidad del relato, afirmando que la diplomacia norteamericana había sido ajena al golpe de Pi- nochet, a la caída de Allende y a sus consecuencias. El punto fue recogido después por el propio Jack Lemmon en un reportaje (American Film, setiembre 1982). Le preguntan por el ataque del Departamento de Estado a la película. Dice: “Me
encantó. Realmente me encantó. Pensé que era una gran tontería de su parte. Convocó una enorme atención a la película cuando se estrenaba, incluso antes de que apareciera la promoción de boca en boca. Salieron a decir 'Esto nunca ocurrió'. Es interesante que no lo hayan hecho cuando se publicó el libro, porque el libro no era un 'best-seller'. Pero cuando se estrenó la película, la mayor parte de las crónicas fueron muy elogiosas, y comenzó un enorme éxito, con lo que ellos advirtieron que tenían un plato demasiado caliente entre manos. Sobre todo, lo que me gratifica es que no habrían hecho eso a menos que la película fuera excelente, a menos que realmente funcionara. Ni se ha brían preocupado”.
244
LANZAMIENTO En noviembre 1984 la revista norteamericana Art & Antiques solicitó un largo reportaje al pintor Andrew Wyeth (n. 1917), que dentro de Estados Unidos es uno de los artistas de mayor prestigio. Fue en 1970 el primer pintor al que se concedieron los honores de realizar una exposición individual en la Casa Blanca de Washington. El reportaje debía ser acorde con los materiales de una revista sumamente especializada y exigente. En mayo 1985 Wyeth accedió tardíamente tardíamente a esa entrevista. En ella señaló, como tema apenas lateral, que a su abundante obra conocida habría que agregar agregar unos 240 cuadros c uadros hasta entonces secretos, pintados entre 1971 y 1985, cuya modelo única había sido una mujer llamada Helga. Esta resultó ser una cocinera y ama de llaves en casa de los cuñados de Wyeth. Ese dato confidencial y repentinamente publicado no sólo tenía inferencias para el mundo artístico (porque sería un volumen considera ble de obra desconocida) sino también otras repercusiones repercusiones más personales. Como esposa del pintor, la señora Betsy Bets y Wyeth (64 años de edad, 46 de matrimonio) tenía derecho a sospechar una relación oculta entre su marido y una modelo a la que él había visto con frecuencia durante quince años. Por otra parte, Betsy dijo desconocer a Helga, a pesar de que Betsy era también la indiscutida administradora comercial de la pintura de su marido. marido. Se sabía, sin embargo, que Wyeth Wyeth había regalado a Betsy dos cuadros de la Colección Helga y que otros tres habían sido vendidos a distintos coleccionistas. En setiembre 1985 la revista Art & Antiques publicó la entrevista a Wyeth y reveló a sus 98.000 lectores la existencia de 240 cuadros todavía invisibles. El punto no suscitó mayor atención inmediata, pero poco después la colección fue comprada por el millonario Leonard E. B. Andrews, de Texas, a cambio de una cantidad imprecisa peno multimillonaria multimillonaria de dólares. En la edición fechada setiembre 1986 la misma revista Art & Antiques publicó varias reproducciones de la Colección Helga. Dados los antecedentes, ese hecho comercial del mundo artístico moderno suscitó una desacostumbrada recepción. En el semanario Time (18.8.86) aparecieron cuatro páginas de texto y cinco de grabados
245
en color, con la historia y descripción del curioso Caso Helga. Allí no parece haberse conseguido conseguido una entrevista con la invisible modelo, pero en cambio aparece una sonriente foto del millonario Andrews, junto a un cuadro Helga fechado en 1972. También aparece el rumor de que Andrews proyectaría rescatar su inversión comercial haciendo reproducciones de los cuadros para su venta en posters y almanaques. Consultada sobre ese posible plan, Betsy Wyeth contesta: “Confío que no ”. La nota de Time no fue la única. También se publicaron otras notas similares en el semanario Newsweek y y en el impecable New York Times. En esos mismos días la National Gallery de Washington anunció que con ese tan curioso material de Wyeth se haría una exposición en mayo 1987. La revista Connoisseur y y el Museo de Bellas Artes de Boston difundieron en el caso otros elogios sobre Wyeth y ’sobre una co-
lección que proclamaron como única en la historia del arte. Esos y otros pronunciamientos pronunciamientos dieron una legitimidad legitimidad artística a lo que en un comienzo pareció ser la historia de un adulterio oculto. Meses después, en otra edición de Time (1.6.87), el crítico Robert Hughes examinó la exposición Helga en la National Gallery de Washington, que para el caso había colgado 125 obras (dibujos a lápiz, acuarelas y témperas), como selección entre las 240 originales. La galería había impreso asimismo 250.000 ejemplares de un catálogo ca tálogo donde se pondera “un conjunto de fascinantes documentos en la odisea del logro artístico americano ”.
La exposición en Washington abarcaría desde mayo hasta setiembre 1987 y luego seguiría por Boston, Houston, Los Angeles, San Francisco y Detroit, hasta enero 1989, lo cual puede exigir todavía más catálogos. Pero entre la revelación periodística periodística de 1986 y la exposición real de 1987 se supieron otros datos que Hughes comunica. Ante todo, Betsy Wyeth siempre supo la historia real, lo que la conviene en una disimulada pero atenta administradora. En segundo lugar, nunca hubo ningún romance entre Wyeth y Helga. En tercer lugar, el comprador Andrews había arreglado previamente toda la maniobra con el matrimonio Wyeth y con la revista Art & Antiques. Era cierto además que Andrews
246
se proponía obtener buenos ingresos con la venta de reproducciones a posters, almanaques almanaques y aficionados aficionados particulares. particulares. El punto grave pasó a ser el arte de Wyeth. El crítico Hughes lo califica de ilustrador apto para tarjetas postales, aunque con méritos aislados. Su nota termina así: “ Esta muestra es demasiada demasiada abundanci abundancia a de algo mediocre, y su público siempre dócil ha sido llevado por la nariz hacia ella”.
TV SCANDAL En julio 1974, y en un canal de TV de Sarasota, Florida, la comentarista Chris Chubbuck finalizó el boletín de noticias con un anuncio: “Y ahora, prosiguiendo la política del Canal 40, relativa a dar siempre lo último en materia de sangre y coraje, y en vividos colores, ustedes van a ver otra primicia: un intento de suicidio ”. Entonces se pegó un tiro en la cabeza y murió poco después en el hospital. Un segundo intento de esta naturaleza pertenece a la ficción. Está en la película Network Network (o Poder que mata, 1976), donde el comentarista de TV, interpretado por Peter Finch, sabiendo que será desplazado de su programa, anuncia que se suicidará en cámara. La ficción tuvo su parte de realidad, porque porque el propio Peter Finch Finch falleció en enero 1977, 1977, aunque fuera de cámara. Dos meses después de su fallecimiento fallecimiento le dieron el Oscar de la Academia por su interpretación, en un caso sin precedentes, porque nunca se había otorgado un Oscar de esa categoría a una persona fallecida. En diciembre 1986 el Sr. Budd Dwyer, 47 años, tesorero del Estado de Pennsylvania, fue condenado por haber aceptado sobornos durante el ejercicio de su cargo. En enero 1987 hizo una conferencia de prensa, ante las cámaras de TV, para explicar su posición posición al respecto. Tras declarar su inocencia, se puso un revólver en la boca y se pegó un tiro. La escena fue transmitida incompleta en varios canales de TV (incluyendo los de América latina), pero había quedado totalmente filmada y por lo menos dos estaciones de Pennsylvania la transmitieron en sus macabros detalles. Pocos telespectadores se preocuparon por la culpa bilidad o inocencia de Dwyer, pero muchos llamaron o escribieron a
247
esas estaciones de TV en Pennsylvania, Pennsylvania, protestando por la truculencia que se les había ofrecido. Podían tolerar que la gente se suicide, pero no que proporcione proporcione espectáculos sangrientos.
MUSICOS EN LA MALA El gobierno checoeslovaco apresó y enjuició en 1986 a siete intér pretes y compositores de jazz. jazz. Tras decretar algunas libertades, la justicia checa terminó por condenar con dieciséis meses de cárcel cá rcel a Karel Srp, con diez meses a Vladimir Kouril y con penas en suspenso a otros compositores e intérpretes. Todos ellos integraban la llamada “Sección Jazz” en la asociación de músicos checos. El fallo de marzo 1987 aclaró que Srp y Kouril eran presidente y secretario del grupo, el cual no tenía existencia legal pero organizaba conciertos, distribuía cintas grabadas, editaba monografías sobre arte moderno y publicaba libros que en algunos casos eran de escritores antes prohibidos. prohibidos. En 1984 el gobierno había disuelto la Unión de Músicos Checos. Después la rehabilitó, pero excluyendo de allí a los cultores del jazz y del rock. En términos legales, la Sección Jazz no podía existir, con lo cual sus conciertos, sus libros y sus cintas grabadas eran “actividades económicas ilícitas”, aunque contaran con el apoyo y el entusiasmo de una masa juvenil. Esa era una sutileza checa de difícil comprensión para las mentes occidentales, occidentales, y fue así como el presidente checo Gustav Husak recibió en 1986 un petitorio extranjero extranjero a favor de los detenidos, donde se adujo que la Sección Jazz había hecho ya “una contribución real a la paz mundial y a la comprensión internacional internacional”. El petitorio fue firmado por 58 músicos mayormente ingleses, en una lista que incluye a Elton John, Mark Knopfler, Paul McCartney, Phil Collins, Cari Da vis, Bob Geldof, Pete Townshend, Andrew Lloyd Webber y Sting. A eso se agregaron otros petitorios cursados por Yehudi Menuhin, Marguerite Duras, William Golding, Juan Goytisolo, Iris Murdoch, Alan Sillitoe, Tom Stoppard y Amold Wesker. No hay constancia c onstancia de que el presidente Husak haya acusado recibo, pero se presume presume que que pidió pidió a los jueces cierta mano blanda en las condenas, condenas, para evitar evitar más protestas de
248
Occidente, justamente en momentos en que la Unión Soviética estaba adoptando posiciones culturales más tolerantes. La nota respectiva en el semanario Time (23.3.87) subrayó así que el juicio pudo haber sido peor de lo que realmente fue. Acotó que los tres jueces concedieron audiencias a lo largo de dos días, que los acusados pudieron defenderse, que se permitió asistir a un público partidario del jazz, que además concurrieron tres corresponsales del periodismo occidental y que en definitiva las penas fueron leves, considerando que era legalmente posible extenderlas hasta tres años de cárcel. En todo ello el cronista de Time, que fechó su nota en Praga, vio una influencia indirecta indirecta de la “apertura” que el Primer Ministro Gorbachov quería implantar entonces en la Unión Soviética, pero citó a un diplomático occidental (recurso frecuente en Time) para opinar que la reacción checa ante los cambios soviéticos seguía siendo “esquizofrénica”. Por un lado el gobierno checo quería preservar las tradiciones nacionales y las prácticas socialistas, socialist as, pero por otro lado se veía en la obligación de aflojar algunas clavijas, ya que la URSS aflojaba las suyas. Pese a la reciente blandura de sus jueces, corresponde reconocer ante todo la intención constructiva y la directa franqueza del gobierno checoeslovaco. No le gustan el jazz moderno ni el rock-and-roll y procede en consecuencia. Probablemente Probablemente está harto de ritmos monótonos, de composiciones interminables, de disonancias cacofónicas, de aullidos reiterados y de volúmenes sonoros que se escuchan a doscientos metros, arriesgando que se inauguren nuevas entidades como la Asociación Vecinal de Fugitivos del Rock (en formación; personería jurídica pendiente). Las consecuencias sociales del Rock-and-Roll pueden ser tremendas, y aunque no es probable que el gobierno checo tome ejemplos en la experiencia argentina, cabe recordar que los volúmenes volúmenes sonoros del conjunto inglés The Cure (en Buenos Aires, marzo 1987) rompieron vidrios a centenares de metros e hicieron circular la alarmante versión de que se habían producido temblores de tierra en la zona Oeste de la capital. Dos meses después, dos mil quinientos adolescentes se congregaron en una confitería de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, para vivir intensamente junto al grupo local Soda Stereo. En el local sólo cabían mil quinientas personas, y además las
249
dos mil quinientas aullaron y saltaron con entusiasmo, generando así la caída de un entrepiso, cinco muertos y una docena de heridos, todos ellos menores de 24 años. Más allá de esos dramas ocasionales, quedan todavía los problemas educativos y estéticos de proyección futura. No hay duda de que el gobierno checo debe vivir preocupado con la funesta posibilidad de que la juventud nacional crea que eso es la música, justamente cuando atraviesa las edades apropiadas para la formación del gusto. Pero los antecedentes de los países socialistas obligan a pensar que el conflicto no surge de las disonancias, de los aullidos ni de las cacofonías. Aunque los jóvenes músicos checos poseyeran la inspiración de Bix Beiderbecke, el flujo melódico de Johnny Hodges o la inventiva prodigiosa de Earl Hines, igual habrían caído bajo acusaciones de “cosmopolitismo ”, “ perniciosas influencias burguesas”, “ parasitismo de composiciones foráneas”, “desconocimiento de las tradiciones nacionales” y otros pecados ya descubiertos en la Unión Soviética y en sus zonas de influencia. La simple verdad era y es que el gobierno checo no tiene cariño ni tiempo para una música cuyo origen se remonta a Estados Unidos y a Inglaterra. Paralelamente, una película polaca ( Yesterday, 1984) estaba mostrando la resistencia del mundo oficial y adulto ante una juventud que imitaba abiertamente a los Beatles. Tras la crisis política de 1968, cuando los tanques soviéticos llegaron a Praga para modificarla estética musical checa, las inmediatas Listas Negras comprendieron a la cantante “ pop” Marta Kubisová y después al compositor juvenil Jaroslav Hutka, junto a una notable cantidad de periodistas, profesores, escritores y directores cinematográficos. En 1976 el gobierno checo encarceló a cuatro músicos de rock, o sea cuatro peligrosos disidentes. Un corolario natural fue que los interdictos no pudieron ejercer sus vocaciones en Checoslovaquia, y así ocurrió, por ejemplo, que las grabaciones de Hutka aparecieran después en tres LP extranjeros, que se rotulan como SCOPA 10001 (París), Oktober OSLP 562 (Estocolmo) y Safran SAF 781 (Uppsala, Suecia), interpretados por un grupo cuyo nombre cosmopolita, parásito y pernicioso era The Plástic People.
250
El gobierno checo tiene el mejor derecho a sus gustos musicales, pero cabe recordar que también tenía a mano otras formas más sencillas de combatir al jazz y al rock. Sin llegar a enviar a los músicos al exilio, donde los escritores Milán Kundera y Josef Skvorecky publican ya sus sarcasmos para amargar la vida del oficialismo, el gobierno checo podía y puede eliminar al rock de las radios, de la TV y del comercio discogràfico, mientras que, a la inversa, en las decadentes democracias occidentales rige la tolerancia obligatoria para escuchar al vecino de abajo, al club de enfrente y a la disquería de la esquina, que son tres sitios ampliamente dominados por oligofrénicos. Si en los conciertos de Praga se arman bataholas, se rompen instalaciones y se interrumpe el tránsito, lo indicado es prever esas catástrofes y no ceder las salas estatales y municipales a esos inadaptados. Si se reúnen en las plazas, cabe disolver la manifestación por carencia de permiso. Y si, a pesar de todo, los músicos de rock inician sin autorización algunas asociaciones artísticas y comercian con cintas grabadas, lo indicado no es ponerlos presos ni acusarlos de “enriquecimiento ilícito”, haciendo un mal papel en el juzgado ante el corresponsal de Time. Lo indicado es confiscad es de inmediato todo dinero que exceda de su salario vital mínimo y móvil, lo cual impedirá, ante todo, que repongan las guitarras, los tambores y los micrófonos que ellos mismos rompieron el sábado pasado y hasta la madrugada del domingo. Esa sería la correcta actitud socialista y quedaría seguramente aprobada por Marx, Engels y Lenin (no así por Stalin, que era un impetuoso). Con ese dinero confiscado, las autoridades de Praga podrían confeccionar y re partir gratis, en calles y cárceles, varios miles de cassettes, debidamente grabados con obras nobles, como el cuarteto con piano de Brahms (opus 25) o la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart (I.K. 364). Eso les va a enseñar.
EL CINE EN PILDORAS Pocos libros de referencias cinematográficas han alcanzado tanto prestigio y tanta reedición como el inglés Halliwell’s Film goer's Com panion. Desde su publicación inicial en 1965, el crítico e historiador
251
Leslie Halliwell lo ha enriquecido en materiales, con lo que la octava edición (1984) no contiene solamente un Quién es Quién del cine sino también un Qué es Qué: empresas, géneros, vocabulario y varios centenares de películas importantes. En esa octava edición Halliwell recogió asimismo muchas frases agudas sobre el mundo cinematográfico, extractándolas de libros, revistas y diarios, en una monumental tarea de investigación. Algo de esa cosecha: Censura (I) - Según John Trevelyan, el más famoso y respetado de los censores ingleses: “ Nos pagan para que tengamos mentes sucias”. Censura (II) - Observación de Marilyn Monroe: “ El problema con los censores es que se preocupan de que una chica tenga escote. Deberían preocuparse si no lo tiene ”.
Narración - Opiniones del libretista Budd Schulbeig: “ El cine funciona mejor cuando se concentra en un solo personaje. Hace “ El delator ” maravillosamente. Tiende a perderse con las ramificaciones de “ La guerra y la paz ”.
Cinemascope - Según el director George Stevens: “ Está muy bien si lo que usted quiere es un sistema que retrate mejor a una boa que a una persona”.
Harry Cohn - Este productor era el amo supremo de la empresa Colum bia y llegó a ser odiado por muchos en Hollywood. Cuando falleció en 1958, una multitud concurrió a su funeral. De eso se enteró el cómico Red Skelton, que señaló: “ Eso prueba lo que siempre se dijo. Dadle al público lo que el público quiere y vendrán todos a verlo”.
Comedia - Según Emst Lubitsch: “ Nadie debería intentar una comedia a menos que tenga un circo por dentro ”.
James Bond - Confesiones de Sean Connery: “Siempre he odiado a ese maldito James Bond. Me gustaría matarlo ”.
Doris Day - Observación de Groucho Marx: “ He vivido tanto tiempo que puedo acordarme de Doris Day cuando todavía no era virgen ”.
252
Actuación (I) - Consejo de Charles Chaplin a uno de sus actores: “ No exageres. Recuerda que el público te está espiando ”.
Actuación (II) - Observación de Dorothy Parker: “Si rascas a un actor, encontrarás a una actriz ”.
Actuación (III) - Reflexión de Jane Fonda: “Te pasas la vida procurando hacer algo que es motivo de que pongan a otra gente en manicomios ”.
Woody Allen - Ambición propia: “ No quiero llegar a la inmortalidad con mi obra. Lo que quiero es no morirme ”.
Marlene Dietrich - Un día reprochó a su fotógrafo algunos primeros planos en que no aparecía muy bella: “¿Qué ocurre aquí? Hace ocho años me tomabas primeros planos maravillosos ”. El fotógrafo contestó: “ Ah, pero entonces yo tenía ocho años menos”. (Este cuento fue también difundido para Bette Davis). Fred Astaire - Explicación propia sobre su baile: “Simplemente pongo mis pies en el aire y después los muevo ”.
Negocios - En un monólogo de Bob Hope: “ Los negocios han marchado mal últimamente. La otra noche llamé a una sala cercana y pregunté a qué hora empezaría la película. El gerente me replicó: ¿cuánto tardaría usted en llegar aquí? ”.
Spencer Tracy - Le preguntaron si no estaba cansado de interpretar siempre al mismo Spencer Tracy. Contestó: “¿Qué debo hacer? ¿interpretar a Humphrey Bogart? ”.
Fracasos - “Santa Juana” (1957) recordada por su director Otto Premingen “ Mi fracaso más distinguido. He tenido otros mucho menos distinguidos ”.
Bette Davis - Reflexión de Brian Aheme, que actuó solamente una vez con ella (1939): “Sólo una madre pudo haber querido a Bette Davis cuando estaba en el apogeo de su carrera ”.
253
Bette Davis (II) - Acotación del crítico inglés E. Amot Robertson hacia 1935: “ La habrían quemado por bruja si hubiera vivido hace doscientos o trescientos años. Da la curiosa sensación de estar car gada con una energía que no encuentra su salida”.
Cecil B. de Mille - Observaciones de su hermano William, también director, cuando Cecil se dedicó al cine espectacular: “ Lo malo de Cecil es que muerde más de lo que puede masticar ... y después lo mastica”.
Disneylandia - Ingenioso anónimo: “ Es la mayor trampa para gente que haya sido jamás construida por un ratón ”.
Dirección - Reflexión de John Huston: “Yo no trato de adivinar lo que le gustaría a un millón de personas. Ya es bastante difícil averiguar lo que me gustaría a mí mismo ”.
Dirección (II) - Según Francois Truffaut: “ Rodar una película es como emprender un viaje en diligencia en el antiguo Oeste. Al principio uno espera un lindo viaje. Más tarde sólo se tiene la esperanza de poder llegar a destino”.
W. C. Fields - Epitafio escrito por el interesado para colocar en su pro pia tumba: “Todo considerado, preferiría estar en Filadelfia ”. W. C. Fields (II) - “ Un hombre que odie a los niños y a los perros debe tener algo bueno en el fondo ”.
Greta Garbo - Según el crítico Kenneth Tynan: “ Lo que uno ve en otras mujeres cuando está ebrio es lo que ve en Garbo cuando está sobrio”.
Samuel Goldwyn - “ Lo que queremos es una narración que comience con un terremoto y después crezca hasta culminar ”.
Samuel Goldwyn (II) - Su réplica cuando le dijeron que Lo mejor de nuestra vida (1946) no podría hacer dinero: “ No me importa si no produce ni una moneda. Lo único que quiero es que todo hombre, mujer y niño de América la vea ”.
254
D. W. Griffith - El eminente maestro vivió olvidado en los últimos veinte años de su vida, hasta su fallecimiento en 1948. Después el periodista Ezra Goodman comentó: “ En el funeral de Griffith, las vacas sagradas de Hollywood se reunieron para testimoniar su homenaje. Una semana antes, lo probable es que él no habría podido siquiera ser atendido si los llamaba por teléfono”.
255
INDICE ALFABETICO Abel, Rudolph - 209 Aborto – 135 Abraham - 37 Academia de Artes y Ciencias de Hollywood - 232 Acorazado Potemkin, cine - 130 Adioses - 233 Adler, Alfred - 48 Adventures in the Screen Trade, li bro - 289 Afeitar, máquina de -129 Agnew, Spiro - 167 Aheme, Brian - 303 Ajedrez - 27 Alaska - 123 Alcibíades - 276 Aldrin, Edwin E. - 159 Alejandro II, zar - 130 Alejandro Magno - 240 Alexander, Jane - 176 Aliluieva, Svetlana - 168 Allen, Woody - 303 Allende, Salvador - 292 Alves Reis, Arturo - 277 American Telephone & Telegraph - 125 Andrews, Leonard E.B. - 294 Angulema, Duquesa de - 181 Anticonceptivos - 157 Apartheid - 102, 153 Apple, empresa - 108 Arengo, Doroteo - 223 Araucania, región - 220 Argo, aparato - 132 Arlt, Roberto - 284
Armas - 95 Armas secretas, Las, libro - 280
Armstrong, Neil A. - 159 Arqueología - 26 Aspirina - 129 Astaire, Fred - 303 Atkins, Susan - 198 ATT - 125 Attlee, Clement - 171 Atwill, Lionel - 35 Auschwitz - 175 Automóviles - 36 Avdeienko, Aleksandr - 141 Aviación - 140 Babeuf, François-Noël - 115 Badoglio, Pietro - 151 Baigorri Velar, Juan - 147 Baird, John Logie – 137 Bailly, Jean-Sylvain - 115 Balzac, Honoré de - 25, 125 Barajas - 67 Barbie, Klaus - 80 - 150 Barnard, Christian - 159 Bamavé, Antoine - 115 Barras, Paul F. - 179 Barry, Jack - 269 Barrymore, John - 251 Bayer, empresa - 129 BBC - 169, 191 Beauhamais, Josefina de - 179 Becquer, Gustavo Adolfo - 284 Beecher, Henry Ward - 71 Beery, Wallace - 224 Beiderbecke, Bix - 300
256
Belisario, general - 276 Bell, Alexander Graham - 125 Bell, Andrew - 282 Bell, Robert - 206 Benny, Jack - 267 Benson, William - 282 Bergerson, Gerd - 214 Bergman, Ingrid - 289 Bergson, Henri - 211 Bernadette, cine. - 289 Betancur, Belisario - 89 Biblia - 37, 62, 207, 233, 285 Billy Budd, novela - 202 Biro, Laszlo - 148 Binane - 148 Black Panthers, grupo - 105 Blakely, Susan - 174 Blitzstein, Marc - 261 Blood Red Roses, cine - 32 Bogart, Humphrey - 303 Bogart, Paul - 267 Bogle-278 Bohr, Niels - 82 Bolígrafo - 148 Bollingerí, premios - 209 Bomba atómica - 61, 81 Bonaparte - V. Napoleón Bond, James - 302 Book of Lists, libro - 274 Borges, Jorge Luis - 151, 202,259, 278,283 Borges, Leonor A. de - 152 Borges, Norah - 152 Bormann, Martin - 149 Borromeo, Carlos - 241 Botha, Stoffel - 103 Boyer, Miguel -104 Brahms, Johannes - 301 Braque, Georges - 280 Brassiere, Philippe de - 235 Braun Menéndez, Armando - 219
Brecht, Bertolt - 255, 261 Breuer, Josef - 48 Brissot, Jacques Pierre - 115 British Commonwealth - 154 Brown, Joe E. - 284 Brown, Katharine - 288 Brulotes - 242 Bruno, Giordano - 64, 210 Buckingham, palacio - 291 Bunker, Chang y Eng – 23 Byron, Lord – 252 Cabrera, Napoleón - 255 Cabrera Infante, Guillermo – 88 Calendario - 65 Caligula - 241 Calles, Plutarco Elias - 224 Calley, William - 17 Calvino, Juan - 64, 70 Calvo Sotelo, Leopoldo - 254 Caníbales - 230 Canning, Charles - 245 Capek, Karel - 231 Capital, El, libro - 121 Capone, Al - 143 Caribe, Mar - 230 Carlos I, rey - 91, 169 Carlos II, rey - 170 Carnarvon, Lord - 136 Carr, E. H. - 239 Carrier, Jean Baptiste - 115 Carter, Howard - 136 Carter, James - 153, 159, 205 Cartuchos – 244 Castro, Fidel - 88, 241, 280 Castro, Tom - 278 Catalina de Aragón - 36 Caute, David - 86 CBS - 153, 265,267
257
Cervantes, Miguel de - 271, 286 Cezanne, Paul - 246, 273 CIA - 210,240, 292 Ciano, Galeazzo - 149, 241 Cine -301 Cinemascope - 302 Cipayos - 245 City in Fear, cine - 267 Clarke, Arthur C. - 231 Clausewitz, Carl von - 163 Cleland, John - 271, 280 Clemenceau, Georges - 171 Cocina - 16 Cocktails - 236 Cohn, Harry - 302 Colón, Cristóbal - 54, 230, 243 Collins, Phil - 298 Collins, Wilkie - 121 Columbia Broadcasting System ver CBS Come and Get It, cine - 172 Comfort, Alexander - 55 Committed, cine - 174 Common Sense, folletos - 206 Computadoras - 18, 106 Comunismo - 15, 32, 38,121, 211 Condon, J. F. - 145 Condorcet, marqués de - 115 Condottieri - 240 Connery, Sean - 302 Conway, Jack - 266 Cook, David - 281 Cook, Fielder - 174 Cooper, Jackie - 267 Copérnico, Nicolás - 63 Corea, guerra de - 156 Corliss, Richard - 176 Corneille, Pierre - 66 Corot, Jean Baptiste Camille - 272
Corpiños - 235 Cortázar, Julio - 280, 284 Costa, Gavras - 291 Couperin, François - 276 Crack financiero - 142 Cradle Will Rock, The, teatro - 261 Cragin, Mary - 38 Cromwell, Oliver - 169 Crossland, Norman - 160 Cuchet, Jeanne - 197 Cueva, Hernán Mario - 285 Cukor, George - 266 Cure, The, grupo musical - 299 Chagall, Marc - 273 Chagrin et la pitié, Le, cine - 20 Challenge, The, cine - 266
Champollion, Jean-François - 119 Chaney, Lon - 35 Chaplin, Charles - 87, 198, 302 Chaumette, Pierre-Gaspard - 115 Chevalier, Maurice - 88 Chomsky, Marvin - 161 Chubbuck, Chris - 296 Churchill, Winston - 34, 83, 171 Da Silva, Howanî - 263 Da Vinci, Leonardo - 131 Dactiloscopía - 128 Daguerre, Louis-Jacques - 120 Dali, Salvador - 35 Daniels, Robert V. -142 Dante - 286 Danton, Georges - 67, 115, 179 Darwin, Charles - 276 Davis, Angela - 105 Davis, Bette - 303 Davis, Sammy - 176 Dawson, Charles - 276
258
Day, Doris - 302 De Bakey, Michael - 283 De Gaulle, Charles - 19 De Hory, Elmyr - 273 De Mille, Cecil B. - 304 De Mille, William - 304 De Niro, Robert - 68 Death of a Gunfighter, cine - 266 Degas, Edgar - 246 Degeyter, Pierre - 253 Demjanjuk, John - 150 Desconocidos de siempre, Los, cine - 21 Desapdkecido, cine - 293 Desire Me, cine - 266 Desmoulins, Camille - 67, 115 DFA (Drug and Food Administration) - 214 Diarios: Clarín - 27, 109,229, 255, 280 El País (Madrid) - 28 El Popular (Montevideo) - 15 L’ Aurore (Paris) - 171 La Nación - 16, 27, 147, 162 La Razón - 170 New York Citizen - 207 New York Times - 143, 295 New York Tribune - 133 New York World - 133 Pravda (Moscú) - 78, 122 The Washington Post - 281 Sunday Times (Londres) - 279 Diccionarios - 126, 157, 245 Diderot, Denis - 286 Dies, Martin - 33 Dietrich, Marlene - 303 Director's Guild of America - 266 Disneylandia - 304 Divina Comedia, La, libro - 285
Doenitz, Karl - 149 Don Quijote - 220, 286 2001, Odisea del espacio, cine -
231 Dostoïevski, Fedor - 121, 125, 271 Docto, TV - 268 Douglas, Kirk - 253 Dovzhenko, Alexander - 78, 141 Downing, George - 169 Drake, Francis - 242 Dreigroschenoper, Die, ópera 255 Dreyfus, Alfred - 171 Duarte de Perón, Evita - 94 Dubcek, Alexander - 155 Dumas, Alexandre - 25 Duras, Marguerite - 298 Dvorak, August - 124 Dwyer, Budd – 297 Earp, Wyatt - 284 Eatherly, Claude - 83 Eco, Umberto - 285 Economía - 28 Echeverría, Luis - 224 Edison, Thomas Alva - 128, 270 Eduardo VIE, rey - 22 Educación - 35 EFE, Agencia - 281 Egbert, Donald Drew - 238 Eggerth, Martha - 139 Egiptología - 136 Ehrenburg, Dya - 194 Eichmarm, Adolf - 80, 149 Einstein, Albert - 81, 214, 283 Eisenhower, Dwight - 209 Eisenstein, S. M. - 130, 141 Eliot, T. S. - 208 Ellis, Havelock - 48
259
Emmons, Nuel - 201 Emmy, premios - 140, 232 En busca del tiempo perdido, no-
vela 287 Enciclopedia Británica - 106, 160,
184, 243, 278, 282 Enciclopedia de Datos Inútiles (I) -
161 Enfield, rifles - 244 Engel, Lehman - 264 Engels, Friedrich - 72, 121, 178, 301 Enrique VID, rey - 36 Enseñanza - 109 Equity, sindicato - 263 Erickson, Leif - 173 Ericsson, L.M., empresa - 195 Esclavitud - 123 Escoria de la tierra, libro - 182 Escuelas - 35 Esperanto - 126 Estado de sitio, cine - 292 Esvástica, cruz – 242 Eurípides - 33 Everest, George - 93 Everett, Rupert - 265 Execution of Charles Horman, li bro - 292 Experts Speak, The, libro - 125 Explorer I – 157 Fabre d'Eglantine, Philippe - 66, 115 Fagan, Michael - 291 Fake!, libro y cine - 273 Falkland, Lucius Cary - 91 Fallad, Onana - 122 Fanny Hill , libro - 280 Farmer, Frances - 172 Farmer, Lillian - 172
Fascismo - 190 Father Divine - 188 Faulkner, William - 75, 257 FBI - 104, 128, 219 Federal Theatre Project - 260 Federico II, emperador - 241 Feminismo - 72 Fendon, Fania - 174 Ferber, Edna - 284 Feria del Libro - 152 Fermi, Enrico - 82 Ferrer, José 172 Festivales de cine - 145 Fields, W.C. - 304 Figari, Pedro - 284 Finch, Peter - 296 Finlay, Carlos - 74 Finnegans Wake, libro - 287 Fitzgerald, Michael - 265 Flanagan, Betsy - 236 Flanagan, Hallie - 33, 260 Flaubert, Gustave - 280 Fonda, Jane - 303 Fonteyn, Margot - 35 Ford, Gerald - 167, 200,205 Forel, Auguste - 56 Fotografía - 120 Fouché, Joseph - 169,177 Fouquier-Tinville, Antoine Q. 115 Fox, Samuel - 62 Franco, Francisco - 94, 140 Franco, Ramón - 140 Frank, Hans - 149 Franklin, Benjamin - 206 Fresan, Juan - 222 Freud, Sigmund - 23, 46, 210, 236, 258 Frick, Wilhelm - 149
260
Friedrich, Otto - 256 Fritzsche, Hans - 149 Fromme, Lynette A. - 200 Frost, Robert - 208 Fuentes, Carlos – 88 Fujitsu, empresa - 107 Fun and Games, cine - 267 Funk, Walther – 149 Gagarin, Iuri A. - 157 Galileo - 57, 63,70, 210 Galton, Francis - 128 Gandhi, Indira - 184, 241 Gandhi, Mahatma - 184 Gandhi, Rajiv - 186 Gandhi, San jay - 184, 241 Gandulfo, Petrona G de - 16 Gapon, Georgy - 130 Garbo, Greta - 304 García Calvo, Agustín - 28 García Márquez, Gabriel - 88, 284 Garland, Judy - 172 Gary, Romain - 219 Gauguin, Paul - 246, 273 Geldof, Bob - 298 Gernsheim, Helmut - 182 Gershwin, George - 255 Gillette, King Camp -129 Gimbd's, tienda - 148 Giuliano, Salvatore - 284 Glickman, Martin - 204 Gliptodontes - 26 Goebbels, Josef - 149 Goering, Hermann - 149, 277 Goethe, Johann W. - 65 Golden Boy, teatro - 173 Golding, William - 298 Goldman, William - 289 Goldmark, Peter - 153
Goldwyn, Samuel - 254, 304 González, Felipe - 28, 239 Goodman, Ezra - 304 Gorbachov, Mijail S. - 96, 156 Gorgas, William C. - 74 Goytisolo, Juan - 298 Graham, Billy - 53 Gramsci, Antonio – 271 Grant, Lee - 174 Gravitt, Hugh D. - 204 Green, Gerald - 161 Greene, Graham - 88, 218 Griffith, D.W. - 304 Gripe española - 133 Groves, Leslie A. - 81 Guareschi, R.P. - 109 Guerra de Corea - 156 Guerra de las galaxias , cine - 231 Guerra de los Cien Años - 61 Guerra Mundial, Primera - 98, 134 Guerra Mundial, Segunda - 182, 190, 208, 213, 217 Guillotin, Joseph - 116 Güney, Yilmaz - 271 GWTW, libro – 203 Hadden, Briton - 137 Halliwell, Leslie - 301 Hamlet, teatro - 251, 257, 275 Hansen, Wilhelm - 191 Hanway, Jonas - 62 Hardwicke, Cedric - 172 Hare Krishna - 201 Harlow, Jean - 172 Hart, Gary - 104 Hathaway, Anne - 275 Hauptmann, Bruno R. - 146 Hauser, Thomas - 292 Haw-Haw, Lord - 189
261
Hawthorne, Nathaniel - 202 Hayes, Rutherford B. - 126 Hearst, Patty - 284 Hearst, William R. - 224 Hebert, Jacques-René - 115 Heidemann, Gerd - 279 Hemingway, Ernest - 208 Henry, M. - 25 Henry, O. - 252 Herrick, Margaret - 232 Herschel, J. F. W. - 121 Hersh, Seymour M. - 17 Hess, Rudolf - 149 Heston, Charlton - 253 Higgins, Mary Boyd - 215 Hillary, Edmund - 93 Himmler, Heinrich - 175 Hindley, Colin - 57 Hines, Earl - 300 Historia Universal de la Infamia,
libro - 278 History of Photography, Ebro - 184
Hitachi, empress - 107 Hitchcock, Alfred - 287 Hite, Shere - 56 Hitler, Adolfo - 34, 72, 75, 149, 160, 190, 205, 238, 271, 279, 283 HoChiMinh-271 Hodges, Johnny - 300 Holcomb, Rod - 267 Holmes, Sherlock - 121 Holocausto, TV - 160 Holton, Harriet - 38 Homero - 275, 285 Hoover, Herbert - 139, 143 Hoover, J. Edgar - 140, 176, 219 Hope, Bob - 253, 303 Hopkins, Harry - 260 Horman, Charles - 292
Horse Eats Hat, teatro - 260
Hotchner, A. E. - 274 Houseman, John - 260 Hughes, Howard - 274 Hughes, Robert - 295 Hugo, Victor - 25 Husak, Gustav - 298 Huston, John - 304 Hutka, Jaroslav - 300 Huxley, Aldous – 77 IBM - 106,231 Ibn Saud - 217 Identikit - 157 Idi Amin Dada – 34 Impresionismo – 245 Instituto Nacional de Bellas Artes (México) – 270 Internacional, canción – 253 Ireland, William Henry – 275 Irons, Jeremy – 68 Irving, Clifford – 273 Isabel I, reina – 242 ITT, empresa - 195 Izquierdas - 238 Jack el destripador - 45 Jackson, Glenda - 253 Jameson, Jerry - 132 Jazz - 297 Jefferson, Thomas -117 Jesucristo - 34,210 Jesuitas - 68 Jobs, Steven – 108 Jodi, Alfred - 149 John, Elton - 298 Johnson, Lyndon B. - 84, 105 Johnson, Virginia E. - 54 Joliot-Curie, Frederic - 88
262
Jones, Ernest - 48 Jones, James Warren (Tun) - 92, 188 Jones, Jennifer - 289 Jorge H, rey – 170 Josefina de Beauhamais - 179 Joyce, James - 49, 208, 287 Joyce, Michael - 189 Joyce, William - 189 Jruschov, Nikita - 78, 209 Juana de Arco - 34, 61 Julio Casares, diccionario - 245 Julio Cesar - 162, 283 Jung, Carl - 48
Koestler, Arthur - 182, 283 Kojau, Konrad - 279 Kortner, Fritz - 172 Kotlowitz, Anna von – 237 Kouril, Vladimir – 297 Krafft-Ebbing, Richard von - 45, 237 Kreisler, Fritz – 276 Krenwinkel, Patricia -198 Kreuger, Ivar – 192 Krupp, Alfried – 151 Kruschev - Ver Jruschov Ku Klux Klan – 176 Kubisova, Maria - 300 Kubrick, Stanley - 231 Kundera, Milan – 300
Kafka, Franz - 202, 287 Kane, Joseph Nathan - 236 Kaltenbrurmer, Emest – 149 Kaplan, Helen Singer - 56 Kardell, Roben – 19 Karloff, Boris - 35, 136 Kamo, Fred – 284 Karrer, Aurora - 214 Kasabian, Linda - 198 Kataiev, Valentin – 141 Kazan, Elia - 260 Keats, John - 258 Kegel, Arnold – 56 Keitel, Wilhelm – 149 Kelch, Jan - 256 Kemmler, William - 128 Kennedy, John F. - 105, 224, 241 Kennedy, Robert – 241 Kepler, Johannes – 63 Khruschev - Ver Jruschov King, Martin Luther – 105 Kinsey, Alfred C. - 53 Klarsfeld, Serge y Beate - 79 Knopfler, Marie – 298
La Bianca, Rosemary y Leño - 198 Labiche, Eugène – 261 Laemmie, Carl – 254 Lafayette, Marqués de – 115 Lagrange, Joseph Louis – 65 Laika, perra - 157 Laisure, Donald Lee - 200 Lange, Jessica - 174 Landru, Patricia – 90 Lamarck, Jean Baptiste – 76 Lambert, Gavin - 203 Lardner, Ring, Jr. - 265 Lasky, Jesse - 254 Lavoisier, Antoine Laurent - 116 Lawrence, David Herbert - 49, 208 Le Roy, Mervyn – 266 Leclerc, Charles - 73 Lees, Edith - 48 Leigh, Vivien - 289 Lemmon, Jack – 293 Lenguaje - 36, 229 Lenin, VJ. - 131, 163, 270, 301
263
Leonardo Da Vinci – 131 Leopold y Loeb, asesinos – 284 Lesseps, Ferdinand de - 73 Letra escarlata, libro – 202 Let's Get Harry, cine – 267 Lewis, Jim – 23 Lief, Harold - 56 Lincoln, Abraham - 123, 270 Lindbergh, Charles A. - 140, 145 Lindenberg, Elsa – 214 Linder, Max - 284 Líneas Maginot y Sigfrido - 146 Linkletter, Art18 Lirmas, Kail – 150 Lischka, Kurt – 80 Lo que el viento se llevó, novela y cine – 203 Long, Lutz – 205 Loos, Anita - 284 Loren, Sophia – 274 Losey, Joseph - 260 Loyola, San Ignacio de - 69 LP, discos - 153 LSD (lisérgico) 199 Lubitsch, Ernest – 302 Luce, Henry – 137 Lugosi, Bela - 35 Luis XIII, rey – 62 Luis XV, rey – 66 Luis XVI, rey - 34, 65, 115, 177, 207 Luis XVIII, rey - 180 Luis Felipe, rey – 25 Luna, descenso en - 157, 159 Lutero, Martin - 64, 70 Lysenko, Trofim D. – 77 Macbeth, teatro - 260
Macfarquhar, Colin - 282 Macmillan, Harold - 171 Madame Bovary, novela – 280 Madeiros, Celestino – 135 Maginot, André – 146 Mahler, Gustav – 175 Maiakovski, Vladimir - 142 Makavejev, Dusan - 215 Malan,'Daniel F. - 153 Malvinas, islas – 91 Manet, Edouard – 246 Manifiesto Comunista - 72, 121, 178 Manson, Charles – 198 Mao Tse-tung - 162, 163 Máquina de escribir – 123 Marat, Jean-Paul - 17, 115 Marat-Sade, teatro – 17 María Antonieta, reina - 115, 181 Marill, Alvin H. – 266 Marlowe, Christopher – 33 Marsh, John - 203 Martini, Giovanni Batista – 276 Marx, Carlos - 27, 72, 121,178,301 Marx, Groucho – 302 Masoquismo – 236 Masters, William H. - 54 Mastroianni, Marcello - 21 Mata Hari – 187 Matisse, Henri - 273 Matrimonio morganático - 21 Maximiliano, emperador - 234 Maxine Elliott's Theatre – 262 Mac Arthur, Douglas – 156 McCarthy, Joseph - 32, 85 McCartney, Paul – 298 McGrath, John - 32 McGraw-Hill, editorial – 274 McLaughlin, Sheila – 174
264
Mac Leish, Archibald - 264 Mac Leod, Rudolf - 187 McLuhan, Marshall - 269 McNeill, William H. – 74 McPherson, Aimee S. - 188 Medio es el mensaje, libro Meier, ajedrecista - 27 Meister, Huida - 237 Melville, Hetman - 201, 258 Mellizos - 22 Mendel, Gregor Johann – 76 Mendes-France, Pierre – 19 Mengele, Josef - 149, 175 Menuhin, Yehudi - 298 Mercenarios – 239 Mesmer, Franz - 211 Metcalfe, Ralph – 204 Metro Goldwyn Mayer - 224, 266 Meucci, Antonio -125 Michel, Marc - 261 Michurin, Ivan J. – 78 Militares - 30,162, 171, 247 Miller, Arthur - 175, 208 Minnewit, Peter – 118 Mirabeau, conde de – 115 Misión, La, cine – 68 Missing, cine - 293 Mitchell, Margaret, escritora - 203 Mitchell, Margaret, lavandera - 35 Mitrione, Dan – 292 Mitterrand, François – 239 Moby Dick, novela - 201 Modigliani, Amedeo – 273 Molière – 66 Momia, La, cine - 136 Mona Lisa, pintura -131 Monet, Claude - 246 Monge, Gaspard – 65 Monroe, James - 100
Monroe, Marilyn - 172, 302 Monsieur Ver doux, cine – 198 Montt, Manuel – 221 Moonlight, cine – 267 Moravia, Alberto – 88 Moran, Bugs – 144 Morgan áticos – 21 Mosley, Oswald - 190 Mosquitos - 72 Movies Made For TV, libro – 266 Mozart, Wolfgang A. - 301 Murdoch, Iris - 298 Museos - 26 Mussolini, Benito - 149, 208, 238, 241 Naciones Unidas - 92 – 154 Najdorf, Miguel - 27 Napoleón - 24, 34, 67, 72, 116, 117, 119, 179, 238, 241 Napoleón III - 234 NASA -110 NATO - 154 Nazismo - 75, 148,160, 175,190, 204, 211, 243 NBC, radio y televisión - 201,268 Nehru Jawaharlal - 184, 271 Nepotismo – 240 Network, cine - 296 Neurath, Constantin von - 149 New Deal - 260 Newman, Paul - 289 Newton, Huey – 105 Nickerson, William – 129 Nicolás II, zar - 130, 254 Niemeyer, Oscar – 88 Niepce, Joseph N. – 120 Nixon, Richard M. - 34, 167, 292 Nobel, premios - 259, 284
265
Nombre de la rosa, El, novela -
287 North, Oliver - 97 Novarlo, Ramón - 45 Noyes, John Humphrey – 37 Nuremberg, juicios de - 148, 192 Nureyev, Rudolf - 35 Nye, Gerald - 261 O. Henry - 252 Oakley, Kenneth P. - 276 O'Banion, Dion – 144 Obregón, Alvaro - 224 Ocampo, Victoria - 284 Odets, Clifford - 173, 261 Odisea, libro – 285 Okey,John – 170 O'Hara, Scarlett - 203 Olafsen, Swanhilda – 235 Ollendorff, Use - 214 Olmedo, José Joaquín - 252 O’Neill, Eugene – 133 Onetti, Juan Carlos - 252, 259, 284 OPEC, organización - 158 Opera de dos centavos, teatro 255, 261 Ophuls, Marcel - 20 Opio - 244 Oppenheimer, Robert - 82 Orgía perpetua, La, libro – 280 Orilie Antoine de Tounens – 219 Orton, Arthur – 278 Orwell, George - 77, 246 Oscars – 232 O’Shea, D. T. - 288 OTAN - 154 OVNIS - 214 Oxford English Dictionary – 126 Owens, Jesse – 204 Pabst, Georg Wilhelm - 255
Pacto de Varsovia - 155 Paine, Thomas - 205 Palabras cruzadas – 133 Panamá, Canal de - 73 Panylyk, Stefan - 281 Papas Clemente XIII - 70 Clemente XIV - 70 Inocencio IV - 241 Juan Pablo II – 253 Pío IV -241 Pio VII – 70 Paraguas – 62 Parker, Dorothy – 303 Partido Comunista – 15 Pasolini, Pier Paolo - 45 Pasquini Duran, J. M. – 247 Película del rey, La, cine - 222 Pelotón, cine – 163 Pena de muerte - 128, 199 People's Almanac, libro - 29 Pericles - 276 Periodismo – 29 Perón, Eva Duarte de – 94 Perón, Isabel M. de – 241 Perón, Juan D. - 94, 151, 239, 241 Perry, Antoinette – 233 Pershing, John J. - 224 Peruggia, Vincenzo – 131 Peste Negra - 61 Petain, Philippe - 19 Peters, Olga – 168 Pelen, William Wesley – 168 Petróleo - 98, 158, 217 Philips, empresa -107 Picasso, Pablo - 35, 88, 272, 280, 281 Pierre, libro - 202 Pilniak, Boris - 141 Pincus, Gregory - 158
266
Pink, Annie – 214 Pinochet, Augusto – 292 Pirandello, Luigi – 141 Pisan Cantos, libro – 209 Pissarro, Camille – 246 Pistor, Fanny – 237 Playing for Time, libro y TV - 175 Poe, Edgar Allan – 121 Polanski, Roman - 199 Policía - 15, 128, 157 Policíaco, género literario - 121 Polo, Marco - 67, 271 Porter, William Sydney - 252 Pottier, Eugène – 253 Pound, Ezra – 207 Powers, Francis Gary – 209 Preminger, Otto - 218, 303 Price, Vincent – 35 Price, Waterhouse - 194 Primo de Rivera, José Antonio – 94 Proceso, El, novela – 287 Profumo, John - 104 ProJetkult - 141 Proust, Marcel - 125, 171, 287 Pudovkin, Vsevolod L - 141 Pueblo sin ley, cine - 266 Pulitzer, Joseph - 133, 232 Pulitzer, premios - 17, 133, 203, 232,259 Quest for Wilhelm Reich, The, libro – 215
Rabelais, François - 285 Raeder, Erich - 149 Racine, Jean - 66 Rainer, Luise - 173 Raise the Titanic, cine - 132 Raleigh, Sir Walter – 271
Rama, Angel – 88 Ramos, Graciliano – 271 AAPP, asociación - 141 Rasputin - 199 Ratcliffe, jean – 174 RCA, radio y comunicaciones- 169 Reagan, Ronald - 89, 95 Redgrave, Vanessa – 175 Reed, John – 223 Reed, Walter - 74 Reich, Wilhelm - 48, 55,210, 284 Reichenbach, François - 273 Reino de Araucania y Patagonia,
libro - 219 Reiss, Johann Philip - 125 Religiosa, La, libro – 286 Rembrandt - 35, 256 Remington, empresa - 123 Renoir, Auguste - 246 Rescaten al Titanic, cine – 132 Revistas American Film - 293 Art & Antiques – 294 Brecha – 161 Connoisseur – 295 Crisis - 285 Deutsche National Zeitung 161 Gaceta del FCE, México - 109 Gazette de France - 119 L’Espresso - 285 Marcha - 251 Newsweek - 295 Stern - 279 The New Yorker - 18, 196, 265 The Paris Review – 257 Time - 23, 103, 127, 136, 176, 256, 295, 298 Vivir - 57
267
Revolución Francesa - 17, 34, 65, 115, 177, 206, 238 Revolución Rusa -130 Rey Lear, teatro - 275 Reynolds, Roben – 261 Rhodes, Cecil B. - 93 Ribbentropp, Joachim von - 149 Rifkin, Stanley Mark - 108 Rimbaud, Arthur - 216 River», Diego - 270 Robertson, David – 281 Robertson, E. Amor – 303 Robespierre, Maximilien - 67, 115, 177, 207 Robots – 231 Rock and Roll – 298 Rockefeiler, Vrs. - 53, 269 Rodriguez Monegai, Emir -251, 283 Roosevelt, Eleanor – 105 Roosevelt, Franklin D. - 72, 81, 105,260 Rosales, higarteniente – 221 Rose, Alma - 175 Rosenberg, Alfred - 149 Rosenberg, Stuart - 267 Rosetta, piedra - 118 Run-Through, libro – 263 Runyon, Damon - 284 Rust, Mathias - 97 Ryan, Leon – 189
Saint-Just, Louis de – 115 Salgari, Emilio - 280, 285 Sanders, Shirley - 19 Sandstone, comunidad - 56 Santa Juana, teatro y cine - 218, 303 Sartre, Jean Paul - 283 Satélites - 90, 110 Sauckel, Fritz – 149 Schacht, Hjalmar – 149 Schildkraut, Joseph – 172 Schirach, Baldur von - 149 Schneider, René – 292 Schulberg, Budd - 302 Schulze, J. H. - 120 Schwarz, Pablo - 161 Searle, G. D., empresa - 157 Seberg, Jean – 218 Selznick, David O. - 203, 254, 288 Sebanick, Lewis J. – 254 Sert, José Ma. - 270 Servet, Miguel - 64 Seurat, Georges – 246 Sexo - 16, 37,41,211 Seyss-Inquart, Arthur – 149 Sforza, Muzio Attendolo - 240 Shakespeare, William - 33, 35, 162, 230, 251, 257, 258, 275 Shaplen, Robert - 196 Shaw, George Bernard – 218 Shepard, Alan B. – 157 Sholes, Christopher L. – 123 Sholojov, Mijail – 141 Siegel, Don – 266 Siemens, empresa - 107 Sigfrido, linea - 147 Sikhs – 185 Silberer, Herbert – 48 Silla eléctrica - 128
Saavedra, Cornelio – 221 Sábato, Ernesto – 284 Sacco, Nicola – 134 Sacher-Masoch, Leopold von - 236 Sade, Marqués de - 17, 280 Sadleir, Ralph - 36 Sagrado y profano, cine - 266
268
Sillitoe, Alan – 298 Simon, Norton - 289 Simonides, Alcibiades – 275 Simpson, Wallis - 22 Sinatra, Frank - 253, 283 Singestar, producto - 15 Sisley, Alfred – 246 Skvorecky, Josef – 300 Smalley, Ian - 97 Smellie, William - 282 Smith, Alfred E. - 139 Smithee, Allen o Alan – 266 Snyder, Tom – 200 Socrates – 210 Soliti ignoti, I, cine - 21 Some Like it Hot, cine - 284 Sorín, Carlos, 222 Spacek, Sissy – 293 Speer, Albert – 149 Spender, Stephen – 88 Sperling, Diana - 280 Springer, Jim – 23 Sputnik, vehículo espacial - 156 Srp, Karel – 297 Stalin, José - 76, 83, 141, 168, 194, 238, 301 Stamitz, J.V.A. - 276 Standard Oil – 217 Stanton, Olive – 264 Star Wars, cine – 96 Starnes, Joe – 33 Stevens, George - 302 Sting - 298 Stoller, Sam – 204 Stone, Abraham y Hannah – 52 Slopes, Marie – 51 Stoppard, Tom – 298 Streicher, Julius - 149 Sue, Eugene - 25 Suez, Canal de – 73
Swinburne, Algernon - 237 Swope, Herbert Bayard - 133 Szilard, Leo - 82 Talbot, Henry Fox - 120 Talleyrand, Charles Maurice - 177 Tate, Sharon - 198 Tausk, Viktor - 48 Taylor, Jud - 267 Taynton, William - 137 Teatro - 32 Teléfonos - 125 Televisión -137, 296 Teller, Edward - 82 Teoría del cubismo, libro – 280 Tereshkova, Valentina – 79 Thatcher, Margaret - 171 Thayer, Webster - 134 Therese Krones, cine – 139 Thomas, J. Parnell – 33 Tibbets, Paul - 82 Tichborne, familia – 278 Tillman, Sheila – 174 Tilton, Theodore - 71 Titanic, barco - 131 Titzling, Otto – 235 Tolomeo V, faraón – 119 Tolstoi, León – 125 Toijman, Gilbert – 56 Torres García, Joaquín - 284 Tomo, Johnny - 144 Totten, Robert - 266 Toussaint Louverture - 73 Townshend, Pete – 298 Toynbee, Arnold – 283 Traba, Marta - 89 Tracy, Spencer - 303 Trasplante de órganos - 159 Treitschke, Heinrich von - 75
269
Trevelyan, John - 302 Trevor-Roper, Hugh - 279 Trotski, León – 131 Truffaut, François – 304 Truman, Harry S - 82, 156 Tubman, William S. - 100 Tussaud - Marie – 34 Tutankamón - 136 Twain, Mark – 124 Twenty One, TV – 268
Verne, Julio - 280 Vertov, Dziga – 141 Victoria, reina - 72, 245 Vidocq, François Eugène - 24 Villa, Pancho - 223 Villon, François – 271 Viva Villa, cine – 224 Vivaldi, Antonio - 276 Voltaire - 207 Von Clausewitz, Cari - 163 Von Krafft-Ebbing, Richard - 45, 237 Von Neurath, Constantin - 149 Von Papen, Franz - 149 Von Ribbentrop, Joachim – 149 Von Schirach, Baldur – 149 Von Sydow, Max – 253 Vottigem, teatro – 275 Vostok I, vehículo espacial - 157 Vucetich, Juan -128
Unesco - 92 UNIVAC, computación - 18, 106 Universal, empresa – 293 Universidades Columbia – 268 Cornell – 56 Heidelberg – 45 Indiana - 53 Londres - 57 Minnesota – 23 New York - 207 Oxford - 93 Van de Velde, T. H. - 50 Van Doren, Carl - 268 Van Doren, Charles - 268 Van Doren, Mark – 268 Van Gogh, Vincent - 246 Van Houten, Leslie – 198 Van Meegeren, Hans - 277 Vanderbilt, Cornelius - 71 Vanzetti, Bartolomeo - 134 Vargas Llosa, Mario - 280, 284 Vavilov, Nikolai - 77 Venecia, Festival de - 145 Venice Theatre – 263 Vergniaud, Pierre V - 115 Verlaine, Paul – 216 Vermeer, Jan – 277
Wagner, Richard – 141 Waiting for Lefty, teatro – 261 Waldheim, Kurt – 150 Walker, Phylis - 288 Wall Street - 142 Wallace, Irving - 29, 122, 252, 274 Wallechinsky, David - 29, 122, 252 Walpole, Robert - 170 Walter-McCarran, ley – 86 Washington, George - 206 Washkansky, Louis – 159 Watergate, episodio - 167 Wateriow & Sons, empresa - 277 Watson, Thomas (teléfonos) - 125 Watson, Thomas (IBM) - 106, 231 Webber, Andrew Lloyd - 298 Webster's, diccionario - 126, 157, 234, 240, 245
270
Wedgwood, Thomas - 120 Weill, Kurt - 255 Weiss, Peter - 17 Welles, Orson - 253, 260, 273 Wesker, Arnold – 298 Western Union - 126 Wheeller, Burton – 261 Wiesenthal, Simon – 176 Wilde, Oscar - 271 Wilson, Colin – 215 Wilson, Woodrow – 224 Will There Really Be a Morning ?, libro y TV – 174 Witte, Serguei - 130 Wollaston, W. H. – 120 Woodhull, Victoria C. - 70 Works Progress Administration 260 Wozntak, Stephen – 108 WR, Misterios del organismo, cine - 215 Wyeth, Andrew - 294
Wyler, William - 173 Wynne, Arthur – 133 Xirgu, Margarita – 284 Yesterday, cine – 300 Yol, cine - 271
Young, Thomas - 119 Z, cine – 291 Zaharoff, Basil – 98 Zamenhof, Ludwik Lejzer - 126 Zamiatin, Evguieni – 141 Zapata, Emiliano - 223 Zea, Leopoldo – 88 Zelle, Margaretha G. – 187 Zola, Emile - 171 Zukor, Adolph – 254 Zweig, Stefan - 181 Zworykin, Kosma - 138
271
Este libro se terminó de imprimir el 11 de diciembre de 1987 en Gráfica Yanina, República Argentina 2686, V. Alsina, Bs. As.