Nota preliminar Hemos utilizado, para la cita de los textos de Spinoza, la edición de Carl Gebhardt:Spin Spinoz oza a 0per 0pera, a, Heid Heidel elbe berg rg,, Carl Carl Winters, 192 !en "ols#$# %ara la traducción de los textos holandeses del Breve Tratado Tratado sobre Dios, el Hombre y su Felicidad, nos ser"imos nos ser"imos de la "ersión &ran &rance cesa sa de Char Charle les s 'ppu 'ppuhn hn (Spi (Spino noza za.. Oeuv Oeuvre res s vol. vol. I, %ar(s, I, %ar(s, Garnier)*lammarion, 19+$# amos la traducción espa-ola de la "ersión &rancesa, indicando siempre la paginación de Gebhardt . la de 'ppuhn# e las ocasionales "ersiones castellanas de &ragmentos de Spinoza somos responsables para las dem/s obras 0ue el Breve Tratado. as obras de Spinoza "an, en cita, abre"iadas del siguiente modo: 3#4 orte !er"andelin#: !er"andelin#: 56re"e 7ratado8 %%hC# 4 $rincipia $"ilosop"iae %artesianae C# 4 %o#itata &etap"ysica ;# 4 Tractatus de Intellectus 'mendatione 77h%# 4 Tractatus T"eolo#icopoliticus T"eolo#icopoliticus ;th# 4 't"ica ordine #eometrico demostrata 7%# 4 Tractatus $oliticus ;p# 4 'pistolae as citas citas "an, "an, cuando cuando as( as( lo hemos hemos consi consider derado ado oportu oportuno, no, seguidas de la indicación de su lugar en la edición Gebhardt< por e=emplo: 'p. >< 'p. >< Geb# 3, p# +?, indica 0ue el lugar citado de la cart arta > se enc encuent uentra ra en el tomo omo 3# 3# p# +? de la edic dición Gebhardt# Hemos tenido presentes la "ersión castellana de la 'tica de 'tica de @scar Cohan !Axico, *# C# ;#, 19B$, as( como la de Dodr(guez 6ac 6achill hiller er !6ue !6ueno nos s 'ire 'ires, s, 'gui 'guila lar, r, 19BE 19BE$# $# gua gualm lmen ente te hemo hemos s consultado la traducción espa-ola, a cargo de ;# 7ierno Gal"/n, del Trat Tratad ado o Teol Teol)# )#ic ico opo pol* l*ti tico co F&ragmentosF . del Tratado $ol*tico !adrid, $ol*tico !adrid, 7ecnos, 19++$#
Capítulo 1
Consideraciones en torno a método y fuentes ;l tema tema de nues nuestr tro o traba traba=o =o conl conlle le"a "a,, en cier cierto to modo modo,, una una apreciación del sentido de la &iloso&(a de Spinoza en su con=unto, aun0ue su enunciado se re&iera al aspecto, al parecer particular, de la @ntolog(a# ;n la ingente bibliogra&(a sobre Spinoza 1 Fcomo, en gene genera ral, l, ocur ocurre re con con cual cual0u 0uie ierr cl/s cl/sic icoF oF tale tales s 5"is 5"isio ione nes s de con=unto con=unto8 8 m/s bien sobreabun sobreabundan, dan, hasta el punto de 0ue podr(a merecer, a priori, un priori, un =usti&icado =usti&icado recelo el intento intento de o&recer o&recer 5una "isión m/s8 0ue no hubiera sido .a desarrollada< las posibilidades de combinar . recombinar los &iloso&emas spinozianos ser(an, sin duda, &initas# I, ciertamente, ser(a excesi"amente pretenciosa la prom promes esa a de 5ori 5origi gina nali lida dad8 d8 al prin princi cipi pio o de un trab traba= a=o o sobr sobre e Spinoza# Juestro designio no es el de presentar algo inaudito, sino m/s bien el de articular interpretaciones, muchas "eces .a dada dadas, s, de la &ilo &iloso so&( &(a a spin spinoz ozia iana na !aun !aun0u 0ue e algu alguna nas s de esas esas interpretaciones habr/n de ser, sin duda, m/s o menos modi modi&i &ica cada das, s, en "irt "irtud ud de las las exig exigen enc cias ias de nues nuestr tra a prop propia ia posición$, en una perspecti"a de con=unto 0ue, conect/ndolas de cierta manera, les con&iere una especial signi&icación# igamos en seguida, para e"itar malentendidos, 0ue con ello no pretendemos Fcomo a primera "ista podr(a parecerF algo as( como como un sinc sincre reti tism smo o inte interp rpre reta tati ti" "o, de car/ car/ct cter er m/s m/s bien bien eclActic eclActico# o# u. al contrario, contrario, se tratar(a tratar(a de aplicar aplicar al pensamiento pensamiento de Spinoza un modelo un modelo ontológico, 0ue denominaremos el modelo del 5aterialismo *ilosó&ico8 !. cu.o desarrollo reser"amos para el siguiente cap(tulo$# 'hora bien: la signi&icación signi&icación del uso de dicho modelo, segKn pretendemos, no se agota en su mera e=ecución 5&ormal8: digamos, en la constatación puntual de corr corres espo pond nden enc cias ias entr entre e los los elem elemen ento tos s del del mode modelo lo . los los del del sistema tema &ilo &ilos só&ic ó&ico o cons onsidera derado do:: Spino pinoza za,, en este ste caso aso# a e=ecución de seme=ante pro.ecto, con el rigor posible, es, sin duda, un tr/mite inexcusable, ., por s( misma, puede constituir un ob=eti"o autónomo de in"estigación# %ero, adem/s de eso, lo caracter(stico del modelo en cuestión es 0ue Al mismo constitu.e una teor*a acerca teor*a acerca del 5aterialismo *ilosó&ico8< una doctrina 0ue doctrina 0ue pretende exhibir verdades !. verdades !. .a no s)lo 5puntos s)lo 5puntos de re&erencia8$# %ero, a su "ez, como ulteriormente se "er/, dicha pretensión de "erdad de la L1M teor(a !aun0ue Asta pueda ser presentada como el &ruto de una, construcción conceptual, en principio
independiente, en cuanto tal construcción, de sus aplicaciones a un mate materi rial al hist histór óric ico$ o$ es, es, en de&i de&ini niti ti"a "a,, indi indiso soci ciab able le de su "eri&icación histórica# %ara decirlo r/pidamente: la interpretación de la @nto @ntolo log( g(a a de Spin Spinoz oza a como omo 5at 5ater eria iali lism smo o *ilo *ilos só&ic ó&ico8 o8 !interpretación 0ue inclu.e la posibilidad de aplicar el modelo en cuestión al pensamiento spinoziano$ signi&icar(a, no .a solo una 5reexp 5reexposi osici ción ón sistem sistem/ti /tica8 ca8 de Spinoz Spinoza, a, cu.o cu.o "alor "alor heur(s heur(stic tico o podr podr(a (a esti estima mars rse, e, por por e=em e=empl plo, o, en tArm tArmin inos os de simp simpli lici cida dad, d, cohe cohere renc ncia ia,, plau plausi sibl ble e reor reorde dena naci ción ón del del mate materi rial al conc concep eptu tual al spinozista, Nc#, sino una mani&estación concreta Funa entre otras posible blesF de la "erdad de la doctrina del 5aterialismo &ilosó&ico8, en general# 3amos a aclarar un poco las perspecti"as, desde el punto de "ista de la disciplina 5Historia de los sistemas &ilosó&icos8 !dentro de cu.os l(mites desea situarse, 5acadAmicamente8, este traba=o$, en las cuales nos instalamos, . en cu.a "irtud estimamos por lo menos plausible la realización realización de un pro. pro.ec ecto to como como el 0ue 0ue acab acabam amos os de menc mencio iona nar# r# Jues Juestra tras s obser"aciones, en este punto, tendr/n, en todo caso, el "alor de simples indicaciones generales# %odemos distinguir dos "(as de aproximación a la historia de los los sist sistem emas as &ilo &ilosó só&i &ico cos, s, docu docume ment ntab able les s en la tradi tradici ción ón de la disc discip ipli lina na !., !., desd desde e lueg luego, o, cone conect ctad adas as con con &enó &enóme meno nos s de la historia del pensamiento de alcance nce m/s general$# as llamar amare emos mos, resp respec ecti ti"a "ame ment nte, e, la v*a tipol)#ica . la v*a +uncional. Jo +uncional. Jo "amos a detenernos ahora en un an/lisis minucioso de cada cada una una de ella ellas# s# Solo Solo algu alguna nas s indi indica caci cion ones es,, m/s m/s bien bien denotati"as# 1$ ' la "(a 0ue llamamos tipol)#ica corres correspon ponder der(a (a una acti actitu tud d pred predom omin inan ante teme mente ntetaon)mica taon)mica ante los sistemas &ilosó&icos# ;l e=ercicio de esa actitud conlle"ar(a el establecimiento de una tipolog(a de sistemas, mediante el uso de los 5gAneros por&iria rianos nos8, . la consiguie uiente noción de 5distribu 5distributi"i ti"idad8# dad8# Ona Ktil re&erencia re&erencia histórica, histórica, 0ue coordinar( coordinar(a a esta "(a con otros sectores del pensamiento, podr(a "enir dada por por la tax taxono onom(a m(a de las espe espec cies ies, de inne inneo# o# ;n un plan plano o intemporal F0ue exclu.e el orden secuencial entre los elementos clasi&icadosF las especies Fa0u( los sistemasF aparecen de&inidas 5de una "ez por todas8 !5ha. tantas especies como ios creó al principio del undo8$, de acuerdo con con=untos de rasgos de los 0ue participan distributi"amente los miembros de cada una# 'nte un indi"iduo dado, la tarea consiste en incluirlo dentro de la clase
dist distri ribu buti ti"a "a corr corres espo pond ndie iente nte## %ero %ero los los sist sistem emas as perm perman anec ecen en cerrados: no dicen relación, ni a otras clases de sistemas ni, prop propiiament mente e, a los dem dem/s siste istema mas s de la mis misma clase lase:: la cohesión entre ellos se opera por la aplicación extr(nseca !.a sea &rut &ruto o de una una dedu deduc cción apri prior(s or(sti tic ca de ras rasgos gos, .a de una una inducción de los mismos a partir del material histórico$ de las nota notas s 0ue 0ue const onstit itu. u.en en el gAne gAnero ro## Jo ha. ha. inst instru rume ment ntac ació ión n operatoria 0ue haga posible el paso el paso de de uno a otro# ;l tipo, tipo, ciertamente, puede ser concebido por lo menos de dos maneras: .a sea como clase a la 0ue pertenecen distintos sistemas !5sistema8 es a0u( el con=unto de pensamientos de un autor$, .a sea como con=unto de rasgos L1BM extra(dos de los distintos autores, cu.os sistemas resultan as( &raccionados por su pert perten enen enci cia a a di"e di"ers rsos os tipo tipos s o &orm &ormas as de pens pensam amie ient nto# o# ;n la prim primer era a mane manera ra de cons consti titu tuci ción ón del del tipo podr(amos podr(amos recordar recordar los Type Typen n der der -elt -eltan ansc sc"a "auu uun# n#en en de ilthe. !0ue, aun0ue inclu.en m/s cosas 0ue la &iloso&(a, son tambiAn una clasi&icación de las las &ilo &ilos so&(a o&(as$ s$2< en la segunda nda manera, por e=emplo, las Den+ormen de eis eiseg egan ang g?# %ero, en ambos casos, lo esen esenci cial al es 0ue 0ue los los tipo tipos, s, con& con&ig igur urad ados os de uno uno u otro otro modo modo,, permanecen incomunicados# 5aterialismo . ate(smo, misticismo . pante(smo, idealismo . te(smo se repiten . presentan siempre la misma estructura#8 a actitud clasi&icatoria reitera, a &in de cuent uentas as,, . con di"e di"ers rsas as modul odulac aciiones ones,, la posic osiciión de su B precursor, e GArando # 2$ ' la "(a 0ue 0ue llam llamam amos os +uncional corres correspon ponder der(a (a lo 0ue podr(amos llamar una actitud 5e"olucionista8 !no taxonómica$, 0ue utilizar(a m/s bien la noción de 5gAneros combinatorios8 !no 5por&irianos8$ ., consiguientemente, lle"ar(a incorporada la dea de trans+ormaci)n. 5dea8 trans+ormaci)n. 5dea8 FdecimosF de trans&ormación 0ue, si bien es cierto 0ue puede positi"izarse !. la exigencia de una tal positi"ización suele acompa-ar a las pretensiones de un estructuralismo 0ue se 0uiere 0uiere 5estri 5estricta ctamen mente te cient cient(&i (&ico co8$ 8$+, determ determin/ in/ndo ndose se en precisas en precisas estruc estructur turas as lógico lógico)ma )matem tem/ti /ticas cas F como el 5grupo8, por e=emploF, no es menos cierto 0ue no se agota en, o no se reduce a, esa precisa . concreta expresión &ormal# /s bien recorre distintas precisas expresiones &ormales, sin reducirse a ninguna 5de&initi"a8, por0ue ningKn uso cate#orial cate#orial de la dea de trans&ormación Fsolidaria de la de estr estruc uctu tura raFF pued puede e redu reduci cirr lo 0ue 0ue es una una dea dea de otro otro ni"e ni"el: l: E preci precisam sament ente e eltrascendental, eltrascendental, ante ante el cual cual la posi positi ti"i "iza zaci ción ón
rigurosa, cuando se adopta como re0uisito sine /ua non del non del uso 5racional8 de la dea, representa una excesi"a restricción de la 5rac 5racio iona nali lida dad8 d8 !otr !otra a cosa cosa es, es, por por supu supues esto to,, el rend rendim imie ient nto o cient(&ico categorial 0ue la positi"ización estricta de la noción pueda o&recer$# ecimos todo esto por0ue, cuando hablamos de esta segunda "(a "(a 5e"o 5e"olu luci cion onis ista ta8, 8, no 0uis 0uisiA iAra ramo mos s sobre sobreen ente tend nder erla la como como red reduci ucida a la apl aplicac icació ión n de un 5mAt 5mAto odo estr estruc uctu tura rali lis sta8 ta8 categorial, . solo como reducida a eso# 'sociamos a ella m/s cosas Fpongamos por casoF 0ue el uso positi"o de la idea de 5grupo de trans&ormación8# *rente al e=emplo de la taxonom(a de inneo 0ue d/bamos para la "(a anterior, propondr(amos ahora el de la 7eor(a de la ;"olución: las especies &i=as 0uedan 5rotas8 por la trans&ormación de unas en otras# o 0ue se aplica al estudio de los los sist sistem emas as &ilo &ilosó só&i &ico cos s no es .a un 5tip 5tipo8 o8 est/ est/ti tico co,, sino sino un mode modello al 0ue 0ue se atri atribu bu. .en ras rasgos gos &unc &unciiona onales les !de !de ah( ah( la deno denomi mina nac ción ión de esta esta segu segund nda a "(a$ "(a$ en cu.a cu.a "irt "irtud ud 0ued 0ueda, a, precisamente, abierta la conexión entre los sistemas# ;l modelo asume el papel de lacaracter*stica de una una &unc &unció ión, n, don donde el campo campo de varia variabil bilida idad d "iene "iene repres represent entado ado por los sistem sistemas as históricamente dados# a posición del modelo no es, pues, la de un gAnero cu.as especies sean los sistemas, en el sentido del uni"ersal 5participado8 por los singulares, sino la de una relaci)n constante entre variables. Se variables. Se trata de una idea similar a la de 5in"ariante en la trans&ormación8# L1+M 'ludimos a0u( a esta idea en su ni"el m/s general, sin comprometernos FinsistimosF con ninguna e=ecución positiva e=ecución positiva de de la misma# %odemos aclarar nuestra postura recordando 0ue si el desarrollo matem/tico de la idea de 5&unción8 obedece al problema de la representaci)n del devenir, ello signi&icar(a 0ue la representaci)n se representaci)n se mue"e en los marcos del problema, del problema, pero no 0ue lo agota, /ua /ua tal tale representación 9 positi"a # a introducción de una conexión 5abierta8 entre los sistemas &ilosó&icos !0ue no da tipos,s tipos, sino 0ue los enlaza en la consideración de sus trans&ormaciones$ &ue, como generalmente se reconoce, la obra de Hegel, . tambiAn Fdesde otra perspecti"aF la de Comte1P# Ciertamente, el reproche usual 0ue se dirige a tales historias de la &iloso&(a, pautadas por una cierta &iloso&(a de la historia, es el de conectar los sistemas a=enos ad maiorem #loriam del #loriam del propio, hacia el 0ue los dem/s se ordenan# ndependientemente del mArito o demArito 0ue ha.a en eso, lo
cierto es 0ue la pauta del sistema propio introduce la posibilidad de explicar la trans&ormación de los a=enos !en un sentido similar se expresó arx al a&irmar 0ue 5la anatom(a del hombre es una cla"e para la anatom(a del mono8$ 11 ., por tanto, inaugura la consideración 5&uncional8 a 0ue a0u( estamos re&iriAndonos 12# e un modo toda"(a m/s general, podr(amos aludir tambiAn como un remoto Fpero toda"(a mu. de&initorioF marco de re&erencia de la problem/tica 5&uncional8, versus la 5tipológica8, a las palabras de ant en su r/uitect)nica de la Dazón pura< concretamente, al momento en 0ue ant establece su poderosa distinción entre el es/uema 0ue instaura un sistema como 5unidad tAcnica8 (tec"nisc"e 'in"eit1, . el es/uema 0ue organiza el sistema como 5unidad ar0uitectónica8 (arc"itetonisc"e 'in"eit11?# %ero seguir la pista de todos estos planteamientos, de un modo riguroso . al pormenor, escapa a nuestras intenciones actuales# esde un punto de "ista puramente 5acadAmico8 podr(amos decir, incluso, 0ue este traba=o podr(a ser presentado !. acadAmicamente =usti&icado$ como consistiendo nada m/s 0ue en una 5unidad tAcnica8, por seguir la terminolog(a Qantiana# %ero 0uer(amos indicar 0uA consideraciones se mue"en en su tras&ondo# Jo son a=enas a este Fpor dar de pasada alguna otra re&erenciaF intentos como el de Cassirer !donde la conexión su=eto)ob=eto, entendida como &uncional, organiza el "asto campo del desarrollo histórico de la &iloso&(a$ 1< ., en la constelación de ideas en 0ue esta "(a &uncional se mue"e, podr(amos aludir tambiAn a la idea de trans&ormaciones proyectivas !pues los di"ersos sistemas se 5de&orman8 de un modo legal, 0ue mantiene su conexión$# a inspiración 0ue anima al cAlebre tema goethiano de la 2r+orm !en cuanto se opone a la 5tipolog(a8 Fsin negar el papel de estaF como responsable de la erección de impenetrables barreras entre los seres$ 1B, o la 0ue inspira, en un sentido seme=ante, doctrinas como la de la 5"Artebra)tipo8 de @Qen1+, podr(an ser"ir de llamati"as asociaciones, biológica . anatómica, de esta constelación, e"olucionista . &uncional, de ideas# ;n los marcos generales de esta segunda "(a nos mo"emos# Jaturalmente, la dimensióntrans+ormativa 0ue ella implica hace 0ue la aplicación del es0uema Fdel 5aterialismo *ilosó&ico8F 0ue "amos a utilizar en el caso de Spinoza L1EM no pueda considerarse agotada con este solo caso# Como precisaremos m/s adelante, dicho es0uema o modelo solo encuentra su cabal e=ecución al ser utilizado en m/s casos# ;l 5aterialismo
*ilosó&ico8 !de&inido, como "eremos, de cierta manera, . singularmente en los marcos ontológicos de la oposición cl/sica 5@ntolog(a general8 R 5@ntolog(a especial8, entendida de cierto modo$ es considerado como un tipo de pensamiento genuinamente &ilosó&ico ., por consiguiente, tanto como la construcción de sus rasgos, importa considerar la e+ectividad "ist)rica de seme=ante tipo de pensamiento 0ue, ba=o di"ersas &ormas, se supone ha tenido 0ue darse en la tradición &ilosó&ica# ;l estudio 0ue a0u( abordamos es, pues, una "eri&icación parcial de la e&ecti"idad histórica a 0ue nos re&erimos< tenemos 0ue poner en correspondencia los rasgos esenciales del modelo con rasgos de la &iloso&(a de Spinoza# ;llo, por supuesto, no implica 0ue la &iloso&(a de Spinoza 0uede agotada, recogida en su (ntegra ri0ueza, por la mera aplicación del modelo# %ero s( aspiramos a 0ue los resultados sean lo bastante signi&icati"os como para pretender 0ue aspectos enteramente esenciales del pensamiento spinozista 0uedan ordenados de una manera sistem/tica< ., como es natural, es necesaria, en todo caso, mediante la oportuna exhibición de los textos spinozianos pertinentes, la =usti&icación de la plausibilidad de la aplicación del modelo# Se trata, en de&initi"a, de reinterpretar a Spinoza, aun0ue sin ol"idar 0ue Spinoza constitu.e un caso entre otros posibles, en los 0ue la aplicación del modelo podr(a re"elar Fcon las oportunas modi&icacionesF la existencia de unas constantes 5materialistas8 en el sentido 0ue expondremos, as( como podr(a dar cuenta, desde el interior del propio modelo, de las des"iaciones históricas de dichas constantes# Juestro actual pro.ecto se encuadra, pues, en un pro.ecto general 0ue ata-e a la historia de los sistemas &ilosó&icos# %ero Spinoza, aun siendo un caso, es un caso eminente# ;minente por0ue, segKn pensamos, el modelo se le aplica con una especial e&icacia< por0ue, por decirlo r/pidamente, constituir(a un caso 5mu. puro8 de lo 0ue a0u( consideramos 5aterialismo *ilosó&ico8, tanto 0ue resulta di&(cil no tenerlo a la "ista !aun0ue sea de una &orma sumaria, . en espera de ulteriores precisiones 0ue solo el m/s detenido estudio de los textos puede o&recer$ en el momento, precisamente, de la elaboración del modelo#
eclarar, de entrada, 0ue "a a interpretarse a Spinoza en algo as( como un sentido 5materialista8 puede suscitar la sospecha de si, a &in de cuentas, no ir/ a inclu(rsele dentro de una rKbrica 0ue tiene .a su propia tradición exegAtica, en la bibliogra&(a spinoziana# gnorar esa tradición Fu otrasF ser(a, sin duda, absurdo# %ero desde ahora con"iene ad"ertir 0ue nuestra "ersión de Spinoza no se acoge, ni mucho menos, simpliciter, a dicha tradición 5materialista8# ;xisten bastantes caracter(sticas en el modelo utilizado por nosotros 0ue se apartan decididamente de lo 0ue esa tradición Fen l(neas generalesF L1M ha estado dispuesta a considerar 5materialismo8, . no .a solo en Spinoza, sino en general# 1E %ero, antes de polemizar con esa tradición, o con otras 0ue partan, en su interpretación de Spinoza, de supuestos asimismo 5doctrinales8 !esto es, 0ue consideren la &iloso&(a de Spinoza desde es0uemas 0ue son, a la "ez, . por as( decirlo, 5instancias =udiciales8$ "amos a criticar, en este cap(tulo, ciertas aproximaciones metodológicas a Spinoza, 0ue no "an a ser las nuestras, . 0ue se caracterizan todas ellas, pese a sus di&erencias, por no ser, precisamente, interpretaciones 5doctrinales8# Con ello podremos tambiAn disipar algunas posibles ambigTedades, desde el principio# '$ Juestro estudio no "a a orientarse por la "(a de una in"estigación cr*ticoerudita del pensamiento spinoziano, 0ue atienda, sobre todo, a la conexión de esta con sus +uentes. Ona buena razón para no seguir esa "(a podr(a ser la de 0ue carecemos de instrumentos adecuados para una tarea de esa clase# ;n segundo lugar, puede decirse 0ue, de todas &ormas, el estudio cr(tico de las &uentes de Spinoza ha sido hecho .a, . con un ele"ado ni"el de re&inamiento acadAmico, a partir del siglo >>#1 Cual0uier manual de Historia de la *iloso&(a nos o&rece el panorama de esa tarea cr(tica19, as( como el elenco de las di"ersas posibilidades 5cl/sicas8 mantenidas por los estudiosos del spinozismo, en torno al predominio de uno u otro tipo de &uentes m/s o menos 5decisi"as8 en la gAnesis del pensamiento de Spinoza#2PDecordAmoslas de pasada: .a &uentes 3ud*as F aimónides, Gersónides, Chasdai Crescas, 'braham ibn ;sras, eón Hebreo###F !como sostienen, por e=emplo, # UoVl, C# Gebhardt, # Doth . otros, pero, sobre todos, H# '# Wol&son$ 21, .a escol4sticas o, en general, cristianas !as( *reudenthal o, en parte, unin)6orQosQi$22, .a cartesianas !las cAlebres
opiniones de 6a.le o eibniz, o las m/s modernas de '# Aon, %# achiXze)De. o '# Di"aud 2?, aun0ue las actuales "ersiones de Spinoza en sentido cartesiano son siempre prudentes . no de=an de notar las di&erencias$# Jo han &altado, por supuesto, eclecticismos# 2 Son bien conocidas las "inculaciones, por otra parte, del pensamiento de Spinoza al de Hobbes 2B, o 6runo2+, e incluso Campanella2E, o al pensamiento neoplatónico cl/sico# 2 7ampoco ha &altado la consideración de Spinoza como pensador caracter(sticamente portu#u5s, explicable, m/s 0ue nada, en &unción de ciertas 5esencias portugesas8 29< e incluso se ha intentado una con&irmación en este sentido por la "(a de una aproximación Fsub /uadam specie aeternitatis, sin dudaF del pensamiento de Spinoza al de @li"eira Salazar ?P, aun0ue la &ecundidad heur(stica de dicha "(a no parezca excesi"a# Como es natural, no damos a0u( una bibliogra&(a completa de los estudios cr(tico)eruditos de &uentes# Como decimos, en este sentido, Spinoza est/ su&icientemente traba=ado# %ero ha. una tercera razón por la 0ue nuestro mAtodo no es este: la de 0ue la interpretación del pensamiento de Spinoza desde el punto de "ista de sus &uentes no nos parece adecuada, en cuanto 0ue no recoge, por s( sola, caracter(sticas 0ue nos parecen decisi"as en ese pensamiento# Ser(a rid(culo ignorar la importancia de los estudios cr(ticos sobre las &uentes del L19M spinozismo< pero ser(a erróneo, en nuestra opinión, otorgarles la primac(a a la hora de interpretar la signi&icación sistem/tica de su obra# %ara no hablar en el "ac(o, re&ir/monos a un e=emplo eminente de la tendencia a otorgar esa primac(a !0ue traemos a0u( a colación como ilustración mu. clara de lo 0ue 0ueremos decir en este punto$# Se trata de la por otros conceptos extraordinaria F., desde luego, .a cl/sicaF obra de H# '# Wol&son sobre la &iloso&(a de Spinoza# ?1 SegKn dicho autor, la obra de Spinoza en su con=unto, . se-aladamente su punto culminante F la 'ticaF sólo aparentemente exhibe una trabazón ordine #eometrico< en realidad, la 'tica de Spinoza es una obra more sc"olastico rabbinico/ue demonstrata?2# o caracter(stico del estilo de Spinoza ser(a la elipsis, la elusi"idad: pero eso no es el &ruto del orden geomAtrico# a obra de Spinoza responder(a a una problem/tica medieval !a "eces de signo aristotAlico cristiano, pero las m/s de ellas bebida en las &uentes =ud(as$< esa problem/tica podr(a reducirse a un solo propósito de amplio alcance: 5to bring to its logical conclussion the reasoning o& philosophers throughout histor. in their e&&ort to reduce the
uni"erse to a uni+ied and uni+orm 6"ole go"erned b. uni"ersal and unchangeable las8 ??# Cada solución de Spinoza F. esto ser(a lo m/s caracter(stico de la posición de Wol&sonF a esos problemas, habr(a 0ue 5explicarla8 como si obedeciese a unas preguntas medie"ales 0ue Spinoza ten(a impl(citamente in mente, . como si no &uese sino una prolongación Fmuchas "eces, una mera reiteraciónF de ciertas posibles soluciones, yamedie"ales, a dichos problemas# e ah( 0ue explicar a Spinoza sea, segKn Wol&son, explicar sus sobreentendidos !el autor se reduce a sus &uentes medie"ales$, sobreentendidos 0ue pre&iguran las propias respuestas spinozistas# Spinoza habr(a lle"ado 5a sus Kltimas consecuencias8 los planteamientos medie"ales de ciertos problemas< su &iloso&(a tendr(a sentido dentro de los marcos tAcnicos &ilosó&icos elaborados por la &iloso&(a medie"al, especialmente la =ud(a# ;n esta tarea, la labor de Wol&son es, sin duda, de una perspicacia histórico)cr(tica abrumadora# ncluso excesi"a: Spinoza resulta 0uedar tan reducido a aimónides, a Chasdai Crescas, a Gersónides !al propio 'ristóteles, muchas "eces$ 0ue se comprende mu. bien 0ue cuando, en el Kltimo cap(tulo de su obra, Wol&son se pregunta 50uA es lo 0ue Spinoza aporta de nue"o8, tenga di&icultades para responder: uno acaba por no entender bien por 0uA Spinoza posee tan alta rele"ancia como &ilóso&o moderno?# 's(, por e=emplo, &rente a las interpretaciones 0ue subra.an el mAtodo geomAtrico de Spinoza como esencial al desarrollo de su pensamiento !de este problema tendremos 0ue hablar m/s adelante$, Wol&son sostiene 0ue el mAtodo geomAtrico no es sino otra vez 'ristóteles: la misma silog(stica, en cuanto opuesta a la er(stica o la dialActica< premisas "erdaderas 0ue son la causa de la conclusión### ?B 'simismo, la negati"a de Spinoza a llamar 5substancias8 a cosas existentes concretas no ser(a sino una coherente consecuencia de su renuncia, precisamente, a cambiar la noción tradicionalde substancia: 5lo 0ue es en s( . se concibe por s(8?+, con lo 0ue la escandalosa Substancia spinoziana se con"ierte en un concepto 5tradicionalista8# ;sa Substancia, en de&initi"a, es lamisma L2PM idea medie"al de un summum #enus trascendente al Oni"erso< . esa trascendencia Fre"elada, al parecer, en expresiones como la de ser prior in natura a sus partes, a los modos !los modos, segKn Wol&son, son 5partes8 del todo substancial$F estar(a en la base de la ulterior a&irmación
ol&soniana de la personalidad de la Substancia# Cuando Spinoza predica la unidad de su substancia, son argumentaciones medie"ales FsegKn Wol&sonF las 0ue tiene en la mente: el dualismo medie"al es re&utado a tra"As de la insostenibilidad de la teor(a de la creación del undo, pero esa insostenibilidad, a su "ez, estaba .a contenida en argumentaciones medie"ales: o bien la creación se estimaba incompatible con la inmutabilidad, omnipotencia . bene"olencia di"inas !. esto habr(an sostenido aimónides, Gersónides . eón Hebreo$, o bien la creación se estimaba incompatible con la simplicidad de ios: algo simple solo puede producir lo simple !lo cual era tambiAn un tema del neoplatonismo =ud(o$< cuando Spinoza se plantea, .a desde el 3, el tema de la imposibilidad de la creación, su cr(tica se reducir*a a la reexposición de esa "ie=a problem/tica?E# 'simismo, la "(a por la 0ue se introduce la in&inidad de atributos en la Substancia es la cl/sica via eminentiae medie"al de la 5suma de per&ecciones8: la in&initud de per&ecciones signi&ica la eminente realitas de la Substancia# ? a superación de la antinomia entre la a&irmación . la negación de la pluralidad de la Substancia !Substancia una, pero dein+initos atributos$, habr(a sido intentada por Spinoza a tra"As del planteamiento de un problema Fel de la esencia . la existenciaF 0ue es tambiAn caracter(sticamente medie"al !aun0ue, desde luego, originado en 'ristóteles$: 5all o& SpinozaYs statements ith regard to the nature o& existence in relation to essence re&lect the '"icennian and aimonidean point o& "ie8?9< el concepto de causa sui habr(a sido &abricado ad "oc para expresar la (ntima unión de esencia . existencia !cu.a composición exigir(a una causa$ P# gualmente, la cognoscibilidad de ios a tra"As de sus atributos es una idea 0ue obedece a la concepción t(picamente medie"al de los atributos como 5maneras de mani&estarse ios a los hombres81# ;l problema de la naturaleza 5sub=eti"a8 u 5ob=eti"a8 de los atributos di"inos Fnotoria /uaestio disputata de la exAgesis spinozianaF se reducir(a, desde luego, para Wol&son, a la contro"ersia medie"al de los uni"ersales, respecto de la cual Spinoza habr(a seguido una "(a nominalista, sal"o para el caso del 5uni"ersal8 0ue ser(a la Substancia### 2# On momento mu. caracter(stico en la argumentación de Wol&son es el de su explicación de la 5trama del Oni"erso8 en el
pensamiento de Spinoza# a imagen del Oni"erso ser(a, en Spinoza, la misma imagen medie"al, solo 0ue al#o modi&icada# Habr(a ciertos elementos no esenciales en la concepción medie"al del Oni"erso !Wol&son llama 5no esenciales8 a la &initud, a la doctrina de las es&eras celestes###$ ?, rechazados por Spinoza para 0uedarse con lo 5esencial8, a saber: la idea de 0ue 5God is pure &orm and hence the material uni"erse did not proceed &rom him directl.8# a modi&icación 0ue Spinoza introducir(a en esa b/sica "isión medie"al Funa modi&icación de alguna importancia, .a 0ue consiste en la 5materialización8 del ios 0ue era 5pura &orma8F L21M es explicada por Wol&son en estos curiosos tArminos: 5He shos that i& God is pure &orm, then the interposition o& another &orm beteen God and the uni"erse ill not remo"e the di&&icult. o& ho matter could arise &rom &orm b. the ordinar. process o& necessar. causalit.# 's an escape &rom this di&&icult. he taQes the bold step o& maQing the material uni"erse proceed b. necessit. directl. &rom God, ith the ine"itable conse0uence that God himsel& becomes material###8 B# a argumentación de Wol&son FcreemosF merece un atento examen, 0ue sin duda ha de concluir !"Aase nuestra nota anterior$ 0ue ese diagnóstico de los 5marcos medie"ales de la imagen del undo8 de Spinoza es una ob"ia perogrullada no in&ormati"a# %or lo dem/s, el 5ios material8 no ser(a tampoco cosa nue"a< Chasdai casi lo &ormuló Fsostiene Wol&sonF en los propios tArminos de Spinoza: 5ios es el lugar del mundo8 +# ncluso la doctrina de la ;xtensión . el %ensamiento, como atributos di"inos, es explicada por Wol&son sin aludir para nada a escartes, . s( a 'ristóteles: tal doctrina ser(a una mera modi&icación de la aristotAlica en torno a la ateria . la *orma, modi&icación 0ue tendr(a por ob=eto acomodar el pensamiento aristotAlico a la 5materialidad8 de ios< la ;xtensión spinoziana tendr(a 0ue "er con la +orma corporeitatis medie"alE# Hablando del modo in&inito mediato 0ue Spinoza menciona expl(citamente: la Facies totius universi ('p. >3, a Schuller$, Wol&son sostiene, por una parte, el car/cter b(blico de esa 5representación global del uni"erso8< ., por otra parte, esa representación del Oni"erso como un individuo !segKn 't". , emm# E, post %rop# >, Sch#$ podr(a reconducirse a los$arsu+im de la tradición cabal(stica !5rostros de ios8, en el sentido de 5emanaciones de lo in&inito8$ 9# 'caso sea
con"eniente subra.ar 0ue, casi inmediatamente despuAs de "incular a la Facies con la tem/tica cabal(stica de los $arsu+im, Wol&son aborda el tema de cómo, en Spinoza, los atributos di"inos pueden ser concebidos independientemente uno de otro, sin 0ue por eso se introduzca pluralidad en ios< parece !"Aase nuestra nota inmediatamente anterior$ 0ue la tem/tica de los $arsu+im comportaba, precisamente, la imbricación de cada$arsu+ en el siguiente F5siguiente8, en el orden de la procesiónF< si la concepción de la independencia de los atributos es, segKn el propio Wol&son a&irma, una cr(tica "elada de Spinoza a la &iloso&(a medie"al BP, resultar(a entonces 0ue habr(a de 0uedar comprendido dentro de dicha cr(tica a0uello mismo 0ue Wol&son dice ser 5precedente8 de la Faciesspinoziana### %or Kltimo !pasando por alto otros muchos aspectos de la exposición de Wol&son, 0ue obedecen al mismo patrón metodológico)interpretati"o: Spinoza es 5respuesta a la &iloso&(a medie"al8, dentro de unos marcos de soluciones pre&iguradas .a por a0uella$, nos re&eriremos a una de sus m/s &uertes a&irmaciones !0ue es, con todo, coherente consecuencia de su propio mAtodo$: ios como ser trascendente y consciente. Ciertamente, dentro de la problem/tica medie"al, ios no suele representarse de otro modo### er#o Spinoza debe tambiAn represent/rselo as(# Ciertamente, la inmanencia de la causalidad ha sido pre"ista por la terminolog(a &ilosó&ica medie"alB1, . Spinoza Fno ha. manera de negarloF dice 0ue ios es causa inmanens, no transiens. %ero 0ue L22M ios no sea causa transiens no 0uerr(a decir, segKn Wol&son, 0ue ios est/ en las cosas, 5como el alma en el cuerpo8# He a0u( cómo Wol&son explica la incómoda posición del ios de Spinoza, con la mira puesta en sal"ar, en la medida de lo posible, su trascendencia: 5%roposition >3 o& 't"ics , here Spinoza sa.s that all things are in God, and similarl. the to ialogues in the S"ort Treatise, here he liQeise sa.s that all things are in God as parts are in the hole, maQe it 0uite clear that the immanence o& God does not mean that God is in all things as the soul is in the bod., but rather that all t"in#s are in 7od as t"e less universal is in t"e more universal !subra.ado nuestro$ or, to use SpinozaYs on expression, as the parts are in the hole# SpinozaYs statement that God is the immanent cause o& all things is thus not an assertion that God is identical ith the aggregate totalit. o& all things< it is onl. a denial that God is the external
and separable and hence immaterial cause o& all things8 B2# I, algo m/s adelante, a-ade: 5When Spinoza !###$ sa.s that all things are in God he means eactly t"e same t"in# as 6"en ristotle says t"at man eists in animal as a species in a #enus#8B? !subra.ado nuestro#$ ;n este sentido, habr(a en Spinoza dos clases de 5todo8 !cu.a m/s remota inspiración halla Wol&son en %roclo, con su distinción entre Z[Z\]^ _` Z`f . Z[Z\]^ _` `\`f B: 5ios8, como ser 0ue 5trasciende8 a sus partes !. ese es ios como 5uni"ersal8, como 5gAnero8$, . la Facies totius universi, 0ue es la suma !5the sum8, dice Wol&son$ de las partes del uni"erso BB# %roclo, 'ristóteles . la &iloso&(a medie"al acaban, pues, por 5explicar8 a Spinoza Fa tra"As de los conceptos de 5uni"ersal8 o 5gAnero8F de un modo 0ue, creemos, resulta di&(cilmente comprensible B+# Jo negamos 0ue, e&ecti"amente, pueda tener un sentido la distinción entre esas dos clases de totalidades en Spinoza, pero lainconmensurabilidad entre los seres &initos . ese pretendido 5gAnero8 !ios$ F"Aase nota anteriorF nos impide entender al ios spinoziano como 5gAnero8# ;ntenderlo as( solo puede ser el &ruto de un casi incre(ble pre=uicio en &a"or de las 5&uentes8 como explicación de Spinoza# as sendas extra"iadas a 0ue conduce tal concepción se ponen de mani&iesto cuando Wol&son empieza a extraer la problem/tica en ella impl(cita: a saber, si ios, al ser mero 5gAnero8, no ser/ mero ens rationis8 para e"itarlo, Wol&son recurre a la distinción entre ios como uni"ersal real . los atributos como uni"ersales abstractos, lo cual, segKn creemos, s( es una solución more sc"olastico demonstrata, en cuanto 0ue no signi&ica sino la reiteración del problema en otros tArminos, tomando la reiteración por solución: 0uA es, a su vez, ese 5uni"ersal real8 '-ade aKn esta consideración: 0ue ios es ens rationis, en todo caso, en cuanto concebido, pero real 5en s(8 BE, lo cual no a.uda mucho, .a 0ue, supuesto 0ue conocer la esencia di"ina ser/, precisamente, concebirla, entonces conocer a ios ser(a conocer un ente de razón< ., en general conocer cual0uier cosa ser(a conocer entes de razón, concepción del conocimiento 0ue no creemos sea la de Spinoza, para 0uien el ens rationis ocupa un lugar in&erior en la =erar0u(a cognosciti"a# B a 5explicación8 0ue Wol&son da de la 5consciencia8 di"ina F basada en 'ristóteles . aimónides como &uentes de SpinozaF creo re"ela la de&initi"a L2?M in&ecundidad de su extremoso
mAtodo# ios se contemplar(a a s( mismo, como en 'ristóteles, pero, tambiAn como en 'ristóteles . entre los medie"ales, este conocimiento de s( no implicar(a 5"oluntad8, ni propósito# Wol&son recurre, para sostener la conciencia di"ina, a los cAlebres textos en los 0ue Spinoza dice 0ue 5se dan ideas en ios8, ideas 0ue se dan en el 'ntendimiento in+inito de ios< Wol&son ol"ida, simplemente, una cosa: 0ue las ideas del ;ntendimiento in&inito de ios son ideas 0ue se dan en un modo !pues el ;ntendimiento, el in&inito incluido, es un modo$B9< no son 5ideas de ios8 en cuanto 5Substancia8# ' lo largo de las Kltimas notas, . tambiAn en el texto, hemos ido mostrando al paso nuestra discrepancia con Wol&son en di"ersos puntos# %ara mostrarla ahora, en general, tras este recorrido por algunas de sus a&irmaciones, diremos lo siguiente: buscar la verdad de Spinoza!por as( decir$ en las +uentes de su pensamiento no nos parece un mAtodo aconse=able# I no se trata solo del problema de detalle de 0ue, en ciertos casos, tales o cuales &uentes aducidas puedan ser históricamente contro"ertidas# Ji tampoco se trata, desde luego, de 0ue Spinoza no tenga nada 0ue "er con &iloso&(as anteriores: por supuesto 0ue tiene mucho 0ue "er, . muchas de las conexiones 0ue Wol&son !u otros$ sacan a la luz est/n sólidamente establecidas . son mu. "aliosas# %ero la cuestión es de orden m/s general: para decirlo bre"emente, se tratar(a de 0ue, en nuestra opinión, no es 0ue Spinoza pueda 5reducirse8 a pensamientoseternos . anteriores al su.o, sino 0ue, supuesto 0ue entre su pensamiento . otros anteriores puedan encontrarse rasgos comunes, eso indicar(a la persistencia de ciertas constantes, caracter(sticas de la re&lexión &ilosó&ica en general, a tra"As de las modi&icaciones históricas de esa re&lexión# 5Deducir8 a Spinoza a una &iloso&(a more sc"olastico rabbinico/ue demonstrata "endr(a a signi&icar, en de&initi"a, en la intención de Wol&son, 0ue la &iloso&(a spinoziana no abandona los marcos 5religiosos8 0ue hab(an inspirado a0uel pensamiento: 0ue Fpor e=emploF el ios personal =ud(o sigue inspir/ndolo# Juestra posición ser(a m/s bien la in"ersa: si ha. rasgos comunes entre la &iloso&(a spinozista . la =ud(o)medie"al, no es por0ue ambas sean 5religiosas8 !., desde luego, rechazamos absolutamente la tesis segKn la cual el ios de Spinoza es
5personal8 o 5consciente8$ sino, m/s bien, por0ue las +iloso+ias religiosas medie"ales, dentro de sus componentes religiosos, pose(an tambiAn componentes, e&ecti"amente, 5&ilosó&icos8# Ciertamente, no ignoramos 0ue esta manera de "er las cosas puede hacer recaer sobre nuestro mAtodo una sospecha similar a la cl/sicamente dirigida contra los mAtodos históricos inspirados en una 5&iloso&(a de la historia8< tambiAn podr(a decirse, para nuestro caso, 0ue ordenamos los sistemas, o parte de ellos, ad maiorem #loriam de la propia concepción del 5materialismo &ilosó&ico8# e esta especie de acusación intentaremos de&endernos m/s adelante# ueda claro, por el momento, en "irtud de 0uA nos oponemos a concepciones como la de Wol&son# %or otra parte !., por supuesto, desde nuestra interpretación$ la 5reducción8 de Spinoza L2M al pensamiento medie"al deshace la pureza del per&il 5materialista &ilosó&ico8 0ue, algo m/s arriba, nos hemos permitido atribuir a priori al pensamiento de Spinoza: a0uella reducción no recoger(a, segKn nos parece, esenciales no"edades de la &iloso&(a spinoziana !una de las cuales, . no la menor, ser(a la de&initi"a implantación atea de su pensamiento, aun0ue la idea de ios conser"e signi&icación &ilosó&ica, como "eremos, en Spinoza$ +P# o dicho para Wol&son, a propósito del predominio de las &uentes =ud(as como decisi"o para la interpretación de Spinoza, puede extenderse a las dem/s opiniones a 0ue nos hemos re&erido: pensamiento escol/stico cristiano, neoplatonismo, pante(smo renacentista, o el propio cartesianismo# Conocer esas &uentes es traba=o +ilol)#ico !., por cierto, de gran importancia$, pero no puede sustituir al punto de "ista histórico de los sistemas &ilosó&icos en el 0ue pretendemos colocarnos# 6$ %ero, si nuestro mAtodo no "a a consistir en la reducción interpretati"a del pensamiento spinoziano a sus &uentes, entendidas como algo eterno . anterior a dicho pensamiento, tampoco podemos adoptar otra clase de mAtodo, opuesta a la anterior, . 0ue, si bien es cierto 0ue no se ha practicado con mucha &recuencia, resulta sumamente signi&icati"a como caso l(mite# Se trata, por as( llamarla, de una perspecti"a interior al pensamiento de Spinoza, 0ue ha sido notoriamente e=ercitada en las obras de H# *# Hallett +1# os subt(tulos de sus obras &undamentales !5estudios spinozistas8$ poseen una signi&icación mu. precisa: se trata de "er a Spinoza 5desde dentro8, en cuanto 0ue el pensamiento spinoziano ser(a algo as( como un prototipo de pensamiento meta&(sico, e, incluso, de pensamiento
meta&(sicoverdadero, sin m/s# Hallett se autode&ine como pensador meta&(sico F5a pesar de ser inglAs8, dice, con e"idente animosidad contra las corrientes empirista)lógicas . anal(ticas 0ue ostentar(an la representación del pensamiento anglosa=ón en este siglo+2# esde esa posición, Spinoza ser"ir(a como 5a correcti"e &or the phenomenalism hich, in one &orm or another, pre"ai1s in our era8+?# I Hallett entiende 0ue partir de esa posición meta&(sica es esencial para comprender a Spinoza, con una comprensión autAntica, es decir 5simpatAtica8# %or ello, declara 0ue 5 ha"e not been obtrusi"el. precise in distinguishing beteen the mereipsissima verba o& Spinoza and hat is added under demand as speculative eposition !subra.ado nuestro$ and de"elopment8+# 5;xposición especulati"a8: esa es la cla"e de su mAtodo# as exposiciones 5racionalizadoras8, 5externas8 al pensamiento de Spinoza, no dar(an cuenta, segKn Hallett, del autAntico sentido de muchas doctrinas del &ilóso&o< por e=emplo F . es un e=emplo eminenteF, =am/s podr/n dar cuenta de la doctrina de la eternidad de la mente "umana9para entender la doctrina de la eternidad de la mente humana !0ue Spinoza desarrolla en el ibro 3 de la 'tica1 "ay /ue ser meta+*sico !"endr(a a decir Hallett$# @, dicho m/s "igorosamente, para entender a Spinoza ha. 0ue ser, de algKn modo, spinozista !en un sentido similar a como se ha dicho 0ue para entender a Hegel ha. 0ue ser, de algKn modo, hegeliano$+B# as ideas meta&(sicas de eternidad e in&initud son enteramente L2BM esenciales en el pensamiento de Spinoza: ello origina una constante dialActica 5in&initud)&initud8, 5eternidad)duración8, 0ue m/s 0ue 5explicada8 por Hallett desde posiciones a cu.a luz las declaraciones de Spinoza se iluminen, es 5reexpuesta8 por Al como si su sentido literal &uese, simplemente, su sentido, o es 5rellenada en sus lagunas8 por declaraciones de 5tipo spinozista8 del propio Hallett< en esta &iel reexposición o pretendidamente &iel suplencia, Hallett se sir"e, muchas "eces, para 5aclarar8 las cuestiones, de met/&oras 0ue lo Knico 0ue hacen es redundar la di&icultad de la cuestión# %or poner un e=emplo: cuando Hallett se re&iere a la conexión spinozista entre todo . parte !o, como Al pre&iere decir, entre 5macrocosmos8 . 5microcosmos8, como las dos posicionesesenciales de la realidad, en el sistema de Spinoza$ utiliza, en el curso de la explicación de esa conexión, expresiones como estas: 5 sa. Yan indi"idual partY, &or as e ha"e seen the microcosm as an agent is no mere section o& a totum, but, as it ere, a Y&ilamentY o& the in"isible YebY o& macrocosmic agenc.8 ++# ;s mu. explicable
0ue, ante este tipo de &órmulas, la cr(tica anglosa=ona "inculada m/s o menos con las corrientes 5anal(ticas8 ha.a arremetido contra Hallett< as( C# # 6road, despuAs de alabar el es&uerzo 5simpatAtico8 de la interpretación del autor, se lamenta irónicamente de 0ue lo Knico 0ue echa en &alta es alguna razón por la 0ue hubiera 0ue creer, .a en lo 0ue dice Spinoza, .a en lo 0ue dice Hallett mismo+E< si Hallett comulga con las experiencias meta&(sicas de Spinoza, esa ser(a, sin duda, una a&ortunada circunstancia personal, pero seguramente intrans&erible, ., por tanto, poco Ktil como mAtodo de explicación, Nc#, Nc#+ ;n una "(a similar, Duth # Sa Fpese a haber realizado ella misma una especie de es&uerzo por no negar absolutamente sentido a la meta&(sica spinoziana+9F critica tambiAn a Hallett por lo 0ue ser(a un admirable es&uerzo de 5identi&icación con el persona=e8, ol"id/ndose de la "erdad de lo 0ue dice#EP ebemos ad"ertir 0ue la cr(tica 5anal(tica8 a Hallett nos merece ciertas cautelas: ba=o capa de cr(tica a una delirante meta&(sica !de Hallett, o de Spinoza, 0ue resultan Kltimamente igualados en la cr(tica$ los cr(ticos propendcn a ol"idar algunos puntos en 0ue, puestas entre parAntesis sus exageraciones meta&(sicas, Hallett apunta certeramente a e&ecti"os problemas ontológicos Fa los 0ue nos re&eriremos, . a Hallett a propósito de ellos, m/s adelanteE1F: citemos solo ahora la cuestión del car/cter sistem/tico de la Facies totius universiE2, la unidad no) org/nica de la :atura naturata !. sus consiguientes implicaciones a la hora de tratar la importante cuestión del car/cter 5biológico8 del pensamiento 5mec/nico8 de Spinoza###$ E?# a cr(tica anal(tica tender(a a "eces, al descali&icar a Hallett, a descali&icar el pensamiento de Spinoza como meta&(sico en su con=unto, lo cual no es incoherente con la usual perspecti"a anti)histórica 0ue tanto el empirismo lógico como la &iloso&(a anal(tica han practicado con alguna &recuenciaE# %ero, pese a estas importantes reser"as, debemos tambiAn reconocer 0ue las ob=eciones 5anal(ticas8 a Hallett contienen algo "erdadero: esa pretensión de asumir la mente de Spinoza es, en de&initi"a, utópica, . no parece 0ue deba ser o&recida como el ideal de un mAtodo histórico de explicación de un sistema &ilosó&ico# ;n otras palabras, L2+M 0ue 5ser spinozista8 en el siglo >>, . pretender reexponer a Spinoza rellenando sus lagunas mediante la aportación de pensamientos 50ue Spinoza habr(a &ormulado si se hubiera dado cuenta8 Ftan impregnado se supone el
comentarista del propio 5esp(ritu spinoziano8F no es algo 0ue pueda hacerse sin gra"es peligros, e incluso sin bordear la comicidad# 's( como en el primer tipo de mAtodo presentado Spinoza 0uedaba excesi"amente 5reducido8 a otra cosa !. por ello, en algKn sentido, 5anulado8$, en este segundo tipo la verdad de Spinoza es tan autónoma . &er"ientemente asumida 0ue lo 0ue 0ueda anulado es el sentido histórico, el sentido de la trans+ormaci)n !0ue inclu.e, desde luego, constantes$# Sin duda, el spinozismo ha podido ser presentado, en ocasiones, como prototipo de acti"idad &ilosó&ica !. nosotros, en cierto modo, no estamos nada le=os de presentarlo as($# 6ergson pudo enunciar su cAlebre &rase: 5todo &ilóso&o tiene dos &iloso&(as: la su.a . la de Spinoza8EB, o 6runsch"icg alabar la lección permanente 0ue el 5matematismo8 de Spinoza da al esp(ritu modernoE+, o *riedmann recordar 0ue el 5camino de sal"ación8 0ue la &iloso&(a habr(a sido para Spinoza es una "(a transitable, a tra"As de su hermoso trazado estoico, hasta nuestros d(as EE# ncluso la creación de instituciones como la Societas spinozana estar(a en la l(nea del reconocimiento de esa especie de car/cter 5protot(pico8 del spinozismo, . considerar(a, en algKn sentido, su 5"erdad8 !en un sentido 0ue, re&iriAndose en concreto a la Societas, eborin cali&icó duramente, por cierto, no tanto como prototipo de &iloso&(a cuanto como prototipo de idealismo burguAs$E# %ero, de una u otra &orma, 5idealismo8 o no, los reconocimientos de paternidad &ilosó&ica 0ue ha.an podido serle reclamados a Spinoza se han "enido re&iriendo, m/s bien a actitudes de car/cter preponderantemente 5moral8, o a un entendimiento general(simo del 5mAtodo &ilosó&ico8, no a su concreta doctrina, en su concreto entramado conceptual# 'caso nosotros reclamemos esa 5doctrina8 !en cierto sentido$, m/s acusadamente 0ue otras muchas posiciones< ., sin embargo, creemos 0ue la autorreclamación de la eti0ueta de 5spinozista8 0ue Hallett hace est/ &uera de lugar# Osando tArminos =ur(dicos, dir(amos 0ue no importa tanto lamens le#islatoris !la mente de Spinoza$ como la mens le#is, de la 5le.8 de su sistema: una menteimpersonal !., al proceder as(, seguimos una remota inspiración spinozista: tambiAn es en Spinoza impersonal la mens, en algKn importante sentido$# %ero esa mens, al ser impersonal, no se cierra sobre s( misma !en el &uero de la conciencia, o en la bó"eda del cr/neo$, ni puede, por tanto, reconstruirse solo desde s( misma, sino en la necesaria conexión de los sistemas &ilosó&icos, legalizados en su "ariación por el hilo de la problem/tica ontológica a 0ue m/s adelante nos
re&eriremos# C$ 'caso un tercer tipo de mAtodo parezca m/s "iable, dadas las cr(ticas 0ue acabamos de dirigir al anterior# I, sin embargo, tampoco "a ser el nuestro# Jos re&erimos al mAtodo 5estructural8 de artial Gueroult, 0ue Gilles eleuze E9 ha cali&icado como el "erdadero camino cient*+ico en las in"estigaciones sobre el pensamiento de Spinoza: ese 5###mAthode structurale)gAnAti0ue, 0uYil L2EM !Gueroult$ a"ait AlaborAe bien a"ant 0ue le structuralisme sYimposjt dans dYautres domaines8 P# ;l 5mAtodo estructuralista8 de Gueroult, en su reciente . .a cAlebre obra sobre Spinoza !cu.a publicación (ntegra aKn no ha sido concluida$, acaso bene&ici/ndose de la buena acogida general a los productos 5estructuralistas8 en los Kltimos a-os, ha constituido un autAntico succ;s de scandale, originando las ine"itables polAmicas1# Deconozcamos de antemano, . ampliamente, 0ue la obra de Gueroult es un estudio magn(&ico, di&(cilmente imitable, de la estructura inminente del pensamiento de Spinoza en la parte de la 'tica: el texto aparece desmenuzado . analizado en sus m/s m(nimas conexiones, hasta extremos realmente incre(bles de paciente &inura# ;l punto de partida de Gueroult es el de la estricta &idelidad al teto, &idelidad 0ue en Spinoza se carga de especial sentido, teniendo en cuenta 0ue dicho texto progresa ordine #eometrico, . 0ue eso Fsostiene GueroultF es esencial para el propio Spinoza# ;l principio cla"e del spinozismo ser(a el del racionalismo absoluto, el de la total inteligibilidad de las cosas# 5;n consA0uence, toute interprAtation de lYensemble de lY't"i/ue 0ui rAintroduit plus ou moins 0uel0ue incomprAhensibilitA en ieu et dans les choses est trahison de la doctrine82# a tesis de la total inteligibilidad conlle"ar(a, segKn Gueroult Fentre otras cosasF la consecuencia de 0ue 5###aucune connaissance "raie ne pou"ant se rAaliser hors dYune dAduction de t.pe gAomAtri0ue, toute tentati"e de comprendre lY't"i/ue en la dApouillant de sa &orme re"ient k "ouloir accAder k la "AritA par la nAgation du procXs 0ui la rend possible###8 ?# a contro"ersia entre la interpretación del mAtodo geomAtrico spinoziano como esencial o como accidental es .a "ie=a, . a ella tendremos 0ue "ol"er, aun0ue sea de pasada, m/s adelante# %ero las implicaciones de la actitud de Gueroult no se limitar(an a un simple "oto en pro de la interpretación del geometrismo de Spinoza como esencial, sin m/s# Demachando lo 5espec(&icamente estructuralista8 de esa actitud, subra.a eleuze en su art(culo sobre la obra de Gueroult 0ue
"istoriador de la +iloso+ia nunca es un int5rprete=< si en Spinoza, . concretamente en la parte de la 'tica ob=eto del an/lisis de Gueroult, ha. una estructura, consistente en un 5orden de razones8 !un orden de 5&iloso&emas8$, ese orden de razones debe ser concebido, si se 0uiere adoptar un mAtodo adecuado, como enteramente independiente de un 5contenido oculto8# a existencia de un 5contenido8 distinto de ese orden epl*cito 0ue el autor o&rece no tiene por 0uA ser presumida si0uiera< . eleuze Fen un estilo bastante caracter(stico de los productos lingT(sticos intelectuales &ranceses de los Kltimos a-osF conclu.e a&irmando 0ue el orden, 0ue no est/ oculto, no se 5"e8 sin embargo &/cilmente, por0ue es 5idAntico al "ec"o de decir 8, aun0ue siempre 5des"iado por lo 0ue se dice8, Nc# ;n suma, se tratar(a de la mu. conocida 5hipóstasis del &enómeno8 !por as( llamarla$, 0ue acompa-a &recuentemente, como declaración &ilosó&ica acoplada, a ciertas producciones estructuralistas, hipóstasis del &enómeno 0ue tiene, sin duda, remotos antecedentes, a los 0ue no es a=eno Jietzsche !de 0uien, como se sabe, es el propio eleuze uno de los m/s rele"antes comentaristas actuales$B# a "oluntad de permanecer 5en el interior8 del sistema de Spinoza no L2M ser(a, pues, en Gueroult, nada seme=ante a la 5interioridad8 0ue consider/bamos para el caso de Hallett, en el apartado anterior# Jo se tratar(a de seguir la 5mente de Spinoza8, reconstru.Andola 5como Al mismo hubiera hecho8 en a0uellos tramos en 0ue se produzcan 5lagunas8 en el sistema# Se trata m/s bien de 0ue, propiamente, no ha. tales lagunas: Spinoza es lo 0ue Al dice, . en el ordenen 0ue lo dice: 5###lYuni0ue "oie lAgitime pour entrer dans la doctrine est de s>associer au processus d5monstrati+ /ui seul, selon elle, peut produire la v5rit58 car, puis0ue Yles dAmonstrations sont es .eux de lY'meY, 0ui les nAgligerait en les tenant pour subsidiaires, littAralment, crX"erait les .eux de son intelligence###8 +# %odr(amos preguntarnos acerca del alcance de las a&irmaciones 0ue acabamos de citar: deben ser tomadas literalmente %arece 0ue, si su alcance es literal, entonces el resultado del 5"erdadero mAtodo cient*+ico8 de estudio de la 'tica ser(a, simplemente, el de "ol"er a escribirla, lo cual podr(a parecer ocioso, sal"o 0ue uno adoptase la perspecti"a del enard de 6orges, a0uel &idel(simo reno"ador del ?ui3oteE# Sin duda, la Knica manera de penetrar en la doctrina de la 'tica es la
de seguir el orden de sus demostraciones: si con ello 0uiere recomendarse 0ue la 'tica se lea empezando por el principio, siguiendo a continuación p/gina tras p/gina, . conclu.endo por la Kltima, la recomendación es seguramente =uiciosa, aun0ue acaso ser(a exagerado presentarla como el prototipo de la cienti&icidad< ser(a, m/s bien, una condición de esta, m/s 0ue un resultado# Ona "ez 0ue esa recomendación se ha seguido, pueden ocurrir dos cosas: 1$ 0ue el con=unto de de&iniciones, axiomas, lemas, postulados, demostraciones### de Spinoza nos parezca enteramente coherente . "erdadero, en cu.o caso seremos spinozistas . no hablaremos sobre la 'tica, sino 0ue citaremos la ;tica, pues contiene la "erdad< 2$ 0ue encontremos 0ue ese 5orden de razones8 spinozianas, al 0ue deber(amos 5asociarnos8, no es tal 5orden8, en cuanto necesaria concatenación de "erdades< hallamos incoherencias &ormales, incompletudes, inadecuación entre las intenciones spinozianas de mantenerse en un terreno estrictamente deducti"o . su e+ectiva apelación a cuestiones de hecho !pongamos por caso$### ;s improbable 0ue, pese a ello, demos de lado al pensamiento de Spinoza como si, por ser parcialmente incoherente o contener mani&iestas 5&alsedades8, careciese de "alor# %odemos, por e=emplo, intentar sal"ar la coherencia de Spinoza recurriendo a conexiones con otros textos !0ue, por tanto, .a no pertenecen al expl(cito 5orden de razones8 de la 'tica$, o podemos a"enturar una conexión entre di"ersos textos de la propia 'tica 0ue pase por encima de dicho orden expl(cito# Ciertamente, tambiAn podemos renunciar a mantener a toda costa la coherencia, ., simplemente, constatar la incoherencia, aun0ue tampoco tenemos por 0uA renunciar a 5explicarla8, a dar una =usti&icación coherente de la incoherencia: pero para eso tendremos 0ue proceder desde 5&uera8 del propio teto incoherente# %odemos hacer muchas m/s cosas# %ero desde 0ue hemos reconocido 0ue el 5orden de razones8 no es per&ecto, no es autosu&iciente como orden coherente de razones !/ue produce verdades9 . eso no es desde-able$, entonces hablar de Spinoza . de su ;tica no ser/ solo mencionar el orden en cuestión# L29M ;l cr(tico 5inmanentista8 podr/ decir 0ue, entonces, empezamos a 5traicionar8 a Spinoza< 0ue no tenemos por 0uA interpretarlo, pues .a ha dicho Spinoza lo 0ue 0uer(a decir . como 0uer(a decirlo# %ero asociarse a Spinoza, de esa suerte, es asociarse a un monólogo< dicho de otro modo, es callarse# Sin duda, Gueroult no ha seguido el camino del silencio F como era de esperarF: las B+ p/ginas de texto de su obra !0ue
se re&iere solo a la primera parte de la 'tica$ contienen muchas cosas, ., desde luego, son algo m/s 0ue una reiteración de la 'tica misma# Contienen conexiones con otros textos, opiniones en torno a cl/sicas /uaestiones disputataespinozianas< ., si bien es cierto 0ue sal"ar la coherencia interna del sistema spinozista es uno de sus ob=eti"os &undamentales, tambiAn es cierto 0ue esa coherencia patentizada por Gueroult no puede decirse 0ue se reduzca a la misma coherencia expl(cita de la 'tica: de algKn modo, siempre es una coherencia reconstruida, 5impl(cita8# ;n el desarrollo de esa tarea, la obra de Gueroult contiene "alios(simas aportaciones# o Knico 0ue a0u( 0ueremos poner en duda es 0ue el "alor de dichas aportaciones se deba necesariamente al uso riguroso de un preciso 5mAtodo estructuralista8, en los tArminos !solo medianamente serios, desde luego$ en 0ue hemos aludido m/s arriba a tal mAtodo< ., sobre todo, en los tArminos en 0ue eleuze pretende 0ue dicho mAtodo, e&ecti"amente, se e=ercita# Ciertamente, Gueroult hu.e de esas 5###"ues ca"aliXres 0ui, dans lYAloignement du texte, ris0uent de laisser toute licence aux interprAtations gratuites8, pero ese leg(timo escrKpulo +ilol)#ico "iene siendo in"ocado de siempre por cual0uier historiador de la &iloso&(a !aun0ue los desacuerdos sobre su e&ecti"a pr/ctica sean, por supuesto, constantes, pero es 0ue los tetos no son transparentes< si lo &ueran, no habr(a problema$< no parece 0ue esa demanda de &idelidad al texto sea una actitud 5estructuralista8, por s( sola# o caracter(sticamente estructuralista ser(a la &idelidad al orden inmanente de las razones< ah( estar(a, segKn declara Gueroult !aun0ue nos parezca 0ue no lo practi0ue$, . segKn subra.a con toda energ(a eleuze, la cla"e del mAtodo# 3amos a re&erirnos a un e=emplo concreto# eleuze sostiene 0ue uno de los ma.ores aciertos de Gueroult "endr(a representado por su manera de zan=ar la "ie=a polAmica acerca del car/cter 5sub=eti"o8 u 5ob=eti"o8 de los atributos, en la doctrina de Spinoza, mediante un modo de en&ocarla 0ue ser(a consecuencia directa de su mAtodo< de suerte 0ue el mAtodo estructuralista re"elar(a su &ertilidad al 5resol"er de&initi"amente8 cuestiones como esa# Sin duda, una de las interpretaciones m/s llamati"as de Gueroult es la de asignar !siguiendo el texto al pie de la letra$, a las ocho primeras proposiciones del libro de la 'tica un car/cter cate#)rico, . no "ipot5tico, 0ue es el 0ue mu. ordinariamente se les asigna9# Jo es 0ue Spinoza !"endr(a a decir Gueroult$ parta, e "ipot"esi, de la consideración de la 5Substancia de un solo atributo8
!empleando &órmulas como 5dos Substancias###8, etcAtera, 0ue no representan su "ocabulario de&initi"o$, para luego ele"arse, desde esas hipótesis, al principio 5anhipotAtico8 de la unidad de la Substancia, principio 0ue anular(a, precisamente, las hipótesis de partida# 7omar como 5hipotAtico8 ese &ragmento de la 'tica F subra.a eleuzeF ha ser"ido solo L?PM para ir a parar al gigantesco malentendido acerca del car/cter sub=eti"o u ob=eti"o de los atributos de la Substancia: a0uellos atributos de los 0ue solo se habla 5ex h.pothesi8 no podr(a saberse si eran o norealidades... %ero si esas %roposiciones se toman, siguiendo su expl(cita presentación, como categóricas, entonces la distinción real entre atributos !distinción apo.ada en su presentación expl(cita como substancias de un solo atributo: entre substancias ha. distinción real$ es la condici)n 5tAcnica8 misma !. no un obst/culo$ para poder pasar de un modo tAcnicamente =usti&icado al concepto de un ser, tanto m/s rico cuanto m/s atributos distintos tiene< si no se garantiza pre"iamente 0ue los atributos son realmente distintos, la ri0ueza, la plenitud de ser de ese Ser no podr(a haber sido racionalmente presentada# SegKn eleuze, Gueroult, al seguir el 5orden de las razones8 spinozianas, habr(a dado cuenta de por 0uA Spinoza tiene 0ue hablar de la 5Substancia de un solo atributo8 para poder hablar de la 5Substancia Knica8 de in&initos atributos< . al hacer eso no 5interpretar(a8 a Spinoza, sino 0ue se ce-ir(a a la literalidad del propio orden de razones de este# ' primera "ista, parece 0ue lo 0ue eleuze 0uiere decir es 0ue Gueroult se ha dado cuenta de 0ue, para 0ue la Substancia tenga muchos atributos, tiene e&ecti"amente 0ue tenerlos, .a 0ue, si no los tu"iera, no los tendr(a# 'parentemente, esta contribución al conocimiento pro&undo de Spinoza !o, me=or dicho, a su conocimiento 5super&icial8, .a 0ue no habr(a 5&ondo8 en Spinoza$ puede parecer menos decisi"a de lo 0ue eleuze pretende# %ara hablar con algo menos de &ri"olidad !.a 0ue, sin duda, elcuze ha 0uerido dar ma.or trascendencia a lo 0ue dice$, diremos 0ue eso no es 5zan=ar8 la cuestión de la naturaleza de los atributos, ni la del concepto de Substancia, de ninguna manera# Con decir 0ue la 5distinción real8 entre Substancias de un solo atributo es la condición para 0ue ha.a una Substanciarealmente compuesta de atributos distintos, no parece 0ue se solucione demasiado< siempre puede "ol"erse a preguntar: si para 0ue la distinción sea 5real8 tiene 0ue ser entre Substancias !lo cual, como se sabe, signi&ica seguir la
terminolog(a cartesiana$, entonces, cómo subsiste luego una distinción real en el seno de la @nica Substancia 'caso 5substancia8 signi&ica primero una cosa . luego otra %or 0uA Spinoza no ha dicho 0ue 5la Substancia se compone de in&initas substancias8 %arece 0ue tendr(a 0ue haber dicho eso, si sus a&irmaciones iniciales acerca de la Substancia de un solo atributo &uesen lo 0ue cate#)ricamente entend(a por 5Substancia8# Ciertamente, estamos de acuerdo sobre el <+ondo= de la cuestión en cuanto 0ue nosotros tambiAn estimamos !como, por lo dem/s, casi todo el mundo, . no solo los cr(ticos sal"ados del error por el 5mAtodo estructuralista8$ 0ue Spinoza pretendió considerar a los atributos como entidades reales, independientes de la conciencia, ., no entes de razón# %ero lo 0ue nos resistimos a creer es 0ue esta interpretación 5ob=eti"ista8 del atributo deri"e del mero 5orden de razones8 de la 'tica. as ambigTedades de dicho orden subsisten, . no basta con decir 0ue 5el orden es el orden8 para 0ue se disipen< no por0ue se reconozca 0ue la distinción real es el tr/mite tAcnico &ilosó&ico del 0ue se sir"e Spinoza para desarrollar su concepto de Substancia, se cancela L?1M la e0ui"ocidad 0ue dicho tArmino plantea expl(citamente# %odr(a, acaso, cancelarse esa e0ui"ocidad diciendo 0ue la noción originaria de 5substancia8 Funa noción claramente cartesianaF de la 0ue Spinoza parte, al desarrollar sus implicaciones, acaba por autodestruirse, trans&orm/ndose en otra noción< pero esa trans&ormación del concepto de substancia, 0ue implica una e+ectiva contradicci)n entre la 5substancia Knica8 0ue despuAs aparece, se-oreando el resto de la 'tica, no est/ expresamente recogida en el 5orden de las razones8< . ello, por0ue una contradicción no se representa &ormalmente, aun0ue se estA de hecho e3ercitando. Claro 0ue interpretar as( las cosas supone salirse de la conexión expl(cita de las razones en la 'tica, a irse a ese 5&ondo8 0ue el cr(tico inmanentista 0uiere proscribir# 'caso, en de&initi"a, nuestro rechazo de este mAtodo !rechazo 0ue, insistamos de nue"o, nada tiene 0ue "er con la minus"aloración del es&uerzo . resultados de la obra de Gueroult$ obedezca a 0ue ad"ertimos en Al !., sobre todo, en la extremosa exposición 0ue eleuze hace de Al$ algo as( como una contemplación de la &iloso&(a de Spinoza desde una perspecti"a 5estAtica8# 5;stAtica8 FdecimosF en el sentido en 0ue una importante tradición de pensamiento ha entendido esta palabra, a saber, como 5autonom(a del orden de lo &enomAnico8 !esa
consideración animó al acu-ador del tArmino 5estAtica8 como &iloso&ema F6aumgarten9PF ., aun0ue no en el mismo sentido, est/ presente tambiAn en el 5=uicio estAtico8 de ant91< de maneras distintas, persiste hasta nuestros d(as, .a sea como 5&iloso&(a espont/nea de los artistas8, .a en doctrinas di"ersas$ 92 # Spinoza "isto, en ese sentido, 5estAticamente8, ser(a Spinoza reexpuesto en su inmanente 5apariencia8 !Knica realidad$# eleuze lo dice claramente: al negar 0ue la &iloso&(a tenga un contenido distinto de lo 0ue se dice, se desconexiona con una &unción importante de ella: tratar sobre "erdades# Spinoza tendr(a su 5"erdad8 !dir(a el cr(tico inmanentista$, 0ue es su sistema, su estructura# 'l desconectar as( a Spinoza de la 5"(a de la "erdad8 en la 0ue, segKn entendemos, se mue"e la historia de la &iloso&(a, al desinteresarse por lo 0ue no sea contemplar a Spinoza como un ob=eto aislado, &abricado de esta o a0uella manera, . acerca del cual no se puede decir m/s 0ue eso: 0ue est/ &abricado de tal o cual manera, al 5inmanentismo8 del orden expl(cito del tAxto acaba, acaso, por sólo poder decir 0ue Spinoza es un ob=eto 5bello8 !bien construido$# esde luego, es per&ectamente posible considerar as( a Spinoza, . la solemne belleza de la'tica ha encontrado siempre admiradores# %ero hemos decidido adoptar otro punto de "ista 0ue, al 5interpretar8 a Spinoza, intenta aproximarlo, de un modo Fsi se 0uiereF 5parcial einteresado8, al parcial e interesado combate histórico de la "erdad# Hemos criticado tres e=emplos de mAtodos, . hemos empezado a re&erirnos a los marcos generales en los 0ue se mue"e el nuestro# Jaturalmente, la &iloso&(a de Spinoza ha sido interpretada de otras muchas maneras, pero a ellas no consideramos oportuno re&erirnos ahora# aremos razones de esta L?2M decisión# %uede a&irmarse, en general, 0ue la ma.or parte de las interpretaciones de Spinoza a 0ue no nos hemos re&erido son agrupables dentro de un tipo: el de las interpretaciones 5doctrinales8 de Spinoza# ;sto es: aparte de la reducción de Spinoza a algo externo . anterior Fsus &uentesF !dentro de cu.a "(a hemos escogido a Wol&son como e=emplo destacado$, de la interpretación 5interior8 consistente en asumir la 5"erdad8 del spinozismo !la "ersión de Hallett$, . de esa otra interpretación 5interior8 consistente en ce-irse al 5sistema
inmanente8 de Spinoza !la "(a 5estructuralista8$, las dem/s aproximaciones a Spinoza Fpuede decirse#) son las elaboradas desde una cierta posición doctrinal, en principioindependiente del spinozismo, 0ue sir"e de pauta para reexponer !., desde luego, para "alorar$ la propia &iloso&(a de Spinoza# 's(, por e=emplo, el subra.ado del car/cter 5idealista8 de la &iloso&(a spinoziana, su descripción como 5pante(smo8, como 5misticismo8, o como 5materialismo8 !aparte de otras posibles "ariedades$, son cosas 0ue se hacen desde posiciones idealistas, o religiosas, o materialistas, .a para bene&iciarse F como si &uese una aliadaF de a0uella &iloso&(a, .a para criticarla como ad"ersaria# Como nuestra exposición es, en buena medida, ella misma 5doctrinal8, tendremos ocasión, al paso, de discutir en puntos concretos otras "ersiones asimismo 5doctrinales8 de Spinoza# Como lo 0ue rechazamos, entonces, de esas interpretaciones, no es el hecho de 0ue sean doctrinales !pues, segKn entendemos el problema, sólo desde una doctrina pueden exponerse coherentemente pensamientos a=enos$ sino el 0ue tales doctrinas no coincidan, m/s o menos ampliamente, con la nuestra propia, no es oportuno tratar de ellas en este momento, pues no es el mAtodo de su.o lo 0ue les ob=etamos, sino las consecuencias de su concreto e=ercicio# ;sta adscripción a una interpretación doctrinal !0ue est/ en la l(nea de nuestra adscripción a la segunda de las maneras m/s arriba rese-adas de concebir la historia de los sistemas &ilosó&icos$ acaso merezca algunas palabras de posible 5descargo8# ;n e&ecto: .a ad"ert(amos, al mencionar a los precursores de la interpretación 0ue llam/bamos 5&uncional8 Fen concreto, Hegel . ComteF 0ue esa interpretación pod(a ser acusada de ordenar los sistemas a=enos con arreglo al propio . como con&irmación de Al, lo 0ue pod(a ser contemplado como delito de 5parcialidad8# ;sa parcialidad podr(a perseguirse en cual0uiera de las interpretaciones 0ue llamamos 5doctrinales8, . acaso el mArito 0ue autorreclamar(an metodolog(as como la 5estructuralista8 ser(a, m/s 0ue ningKn otro, el de superar la parcialidad e instaurar una perspecti"a 5neutral8 . 5estrictamente cient(&ica8# 'hora bien, nuestra posición es la siguiente: esa neutralidad, o es meramente utópica, o conduce a pri"ar a la &iloso&(a de interAs &ilosó&ico# Jaturalmente, tratar a0u( en detalle este problema nos lle"ar(a demasiado le=os: tanto
como a exponer, pr/cticamente, toda una manera de concebir la &iloso&(a< esta cuestión se relaciona con una toma de posición general ante el problema de las relaciones 5&iloso&(a)ciencia) ideolog(a8 0ue no cesa, en los Kltimos tiempos, de ser debatido# %ara decirlo del modo m/s neutro . acadAmico posible Fadem/s de bre"eF: nos acogemos a la posición 0ue cl/sicamente puede &ormularse como del 5primado de la razón pr/ctica8# L??M ;ntiAndase esto en el sentido segKn el cual, en ant, dicho primado de la razón pr/ctica est/ internamente articulado en la propia eposici)n de la raz)n pura< .a 0ue, como es sabido, la exposición de un pensamiento en su &orma superior Fen &orma sistem/tica, 5ar0uitectónica8F comporta la orientación del sistema con&orme a una idea directriz, idea 0ue es, ella misma, no .a un producto acad5mico, sino c)smico !en el sentido de ant$< idea 0ue "iene dada F0ue es 5legislada8F en marcos morales9?# a &ecundidad de esos planteamientos Qantianos para ulteriores tipos de pensamiento no necesita ser ponderada# Sin poder precisar m/s por ahora, consideramos entonces 0ue la ordenación de un sistema partiendo del 5pre=uicio8 de una doctrina no es una mera 5incorrección8 Fo lo es solo desde planteamientos cerradamente 5escol/sticos8, en todo caso, 0ue no han hecho su propia autocr(ticaF ., por lo dem/s, podemos recordar r/pidamente 0ue Spinoza no es a=eno a esa clase de ideas< como "eremos, su cAlebre igualdad 5esencia potencia8, o su a&irmación del eseo como 5esencia del hombre8 permiten tambiAn pensar si, en el propio Spinoza !al parecer paradigma de &ilóso&o 5especulati"o8$, la propia especulación no ir/ subordinada a la 5potencia de obrar8, lo cual har(a pensar 0ue Spinoza ha hecho su 5cr(tica de la razón8### I ello no es nada gratuito pues, como tendremos ocasión sobrada de mani&estar, no consideramos a Spinoza, en absoluto, como un &ilóso&o dogm/tico# 'hora bien: si el modelo 0ue "amos a aplicar a la &iloso&(a de Spinoza es, en cuanto modelo de una cierta ontolog(a !el 5materialismo &ilosó&ico8$, algo 5doctrinal8, ha. 0ue decir 0ue, en su aplicación concreta, en este caso, puede &uncionar, de algKn modo, al mar#en de esas intenciones doctrinales 0ue est/n en su tras&ondo# ;s m/s: nuestra intención actual es presentarlo m/s bien como si &uncionase, e&ecti"amente, al margen, dado el car/cter ine"itablemente parcial de su aplicación en este traba=o# a legitimidad acadAmica de nuestra tesis puede sal"arse Fas( esperamosF considerando dicho modelo desde un punto de "ista
estrictamente heur(stico !digamos, como la 5unidad tAcnica8, en el sentido Qantiano, de 0ue habl/bamos m/s arriba$# %or decirlo en otros tArminos: la conexión entre el modelo ontológico del 5materialismo &ilosó&ico8, por una parte, . el pensamiento de Spinoza, por otra !conexión 0ue a lo largo de este estudio "amos a intentar establecer$, aun0ue puede F., en nuestra intención Kltima, debeF presentarse en tArminos de 5e0ui"alenc(a8, creemos, sin embargo, 0ue cumple unos m(nimos re0uisitos acadAmicos present/ndose F. as( lo har/F como 5condicional8# o dir(amos as(: no es necesario pretender 0ue 5si y solo si el modelo esmaterialismo &ilosó&ico, el sistema de Spinoza es materialismo &ilosó&ico8< basta con a&irmar 0ue 5 si el es0uema o modelo es materialismo &ilosó&ico, entonces el sistema de Spinoza lo es8# a &ormulación m*nima de nuestra tesis inclu.e, pues, la posibilidad del salva veritate ., dado el car/cter parcial de este traba=o, dicha cautela es mu. Ktil, pues lo 0ue nos est/ "edado, sin duda, a0u(, es exponer in etenso el propio modelo en cuanto 5doctrina8, . lo Knico 0ue podremos hacer ser/ a=ustarlo a los textos de Spinoza# %ero los marcos de una cierta concepción de la historia de la &iloso&(a !una historia 5&ilosó&ica8 de la &iloso&(a$ est/n sobreentendidos, L?M e importaba a0u( aludir a la &ormulación m4ima !o 5&uerte8$ de nuestra tesis, en cuanto indicati"a del tipo de pensamiento 0ue la inspira# %ero, acadAmicamente, el modelo puede &uncionar F. as( &uncionar/ a0u(F meramente como 5hipotAsis8# Onas r/pidas palabras &inales, ine"itables =unto a consideraciones en torno al mAtodo, sobre la cuestión de la valoraci)n de las +uentes. ;s un tópico de la bibliogra&(a spinoziana el de o&recer una opinión sobre el "alor relati"o 0ue, como expresión del pensamiento de Spinoza, poseen sus distintas obras# Jaturalmente, acerca de la &uente principal F la 'ticaF ha. completo acuerdo< podr/ interpret/rsela de uno u otro modo F. desde el punto de "ista metódico, sobre todo, podr/ pensarse 0ue el 5mAtodo geomAtrico8 es en ella esencial o noF pero nadie duda 0ue en ella puso Spinoza lo me=or de s( mismo# Jinguna de las dem/s obras est/ libre, en principio, de puntualizaciones cr(ticas, . pasaremos r/pida re"ista a algunas de ellas#
1$ ;l Breve Tratado sobre Dios, el "ombre y su +elicidad ha sido, alternati"amente, sobre e in&ra"alorado, como autAntico exponente del pensamiento de Spinoza9# ;l hecho de ser obra de =u"entud, destinada a un c(rculo de amigos, . simple 5borrador8 de la 'tica ha sido puesto muchas "eces de relie"e en sentido pe.orati"o< si bien, en cambio, se subra.a su importancia para conocer estadios =u"eniles del pensamiento de Spinoza !aun0ue ulteriormente &uesen modi&icados$ ., por tanto, su car/cter de &uente de primer orden desde el punto de "ista de la gAnesis de la &iloso&(a spinozista# %ensamos 0ue, puesto 0ue e&ecti"amente se trata de un borrador de la 'tica !como muestra su disposición misma: 5dios)hombre)sal"ación8$, parece plausible dictaminar de su autenticidad 5spinozista8 mediante la con&rontación de su acuerdo con la 'tica en las cuestiones comunes a ambas obras# 'hora bien: si es cierto 0ue ha. numerosas concordancias expl(citas entre el Spinoza =o"en . el maduro !concordancias 0ue salen garantes de la &iabilidad de gran parte del Breve Tratado como &uente genuinamente spinozista, adem/s de con&irmarnos 0ue, en lo esencial, el pensamiento de Spinoza estu"o hecho desde mu. pronto$9B, tambiAn es cierto 0ue en el Breve Tratado se dicen cosas 0ue no se dicen en la 'tica. Habr(a simplemente 0ue no prestarle atención, como 5no genuinamente spinozistas8 Juestra posición en este punto es esta: los textos 5oscuros8 del Breve Tratado !. pensamos sobre todo, por0ue han de concernirnos especialmente, en los dos Di4lo#os en Al incluidos$ poseen un gran interAs como datos del proceso de &ormación del pensamiento de Spinoza, . la +orma problem4tica en 0ue se le planteaban cuestiones 0ue son expuestas despuAs apod*cticamente en obras posteriores !. especialmente en la 'tica$# 6aste mencionar el tratamiento titubeante 0ue en esos i/logos merece la cuestión, important(sima a la hora de analizar el spinozismo, del 5todo . las partes8# ;l Breve Tratado, pues, a sal"o su parcial oscuridad, e incluso su L?BM desconcertante Fen ocasionesF "ocabulario 5religioso8, es realmente una &uente del spinozismo, aun0ue algunos de sus textos deban ser tomados con precaución, siendo siempre, de todas &ormas, ilustrati"os de los problemas internos de la &iloso&(a de Spinoza#9+ 2$ os $rincipios de la Filoso+*a de Descartes, seguidos de los $ensamientos &eta+*sicos !primera publicación de Spinoza$ han sido aKn m/s &uertemente criticados como &uente 5genuina8
de su &iloso&(a# ' &in de cuentas, desarrollan pensamientos a=enos !cartesianos$, . &ueron Fal menos los $rincipiosF originariamente concebidos de acuerdo con un designio puramente pedagógico# 9E 'hora bien, en el momento de su publicación, el pre&acio de odei=Q e.er conten(a .a la alusión clara a ciertas 5di&erencias8 con escartes, si bien esas di&erencias no aparecer(an FsegKn a.erF en el texto, . 0uedar(an reser"adas en la intención de Spinoza, aun0ue eso no es del todo exacto< si bien Spinoza expone a escartes, ha. rasgos de su propio pensamiento en esa exposición# 9 e todas &ormas, el texto de los $rincipios debe tomarse mu. cautelosamente, sobre todo teniendo en cuenta las ob=eciones a la mec/nica cartesiana 0ue Spinoza &ue haciendo posteriormente !"er nota anterior$< ello no 0uerr(a decir, sin embargo, 0ue no existiese un acuerdo general entre Spinoza . el mecanicismo cartesiano, algunos de cu.os desarrollos !por e=emplo, la teor(a de los torbellinos$ incluso pudieron inspirar a Spinoza Fcomo sugeriremos m/s adelanteF alguna de sus tesis ontol)#icas: de ello trataremos en el lugar oportuno# ;n cuanto a los %o#itata, es bien conocida la cl/sica polAmica de uno *ischer versus U# *reudenthal, acerca de su signi&icación: anticartesianos para *ischer !5correcti"os8 al cartesianismo de los $rincipia$, antiescol/sticos !aun0ue usando constantemente terminolog(a escol/stica$, para *reudenthal99: Spinoza se hallar(a en esta obra en un ni"el, por as( decir, 5escol/stico) cartesiano8, en la l(nea de algunos manuales !Heereboord, 6urgersdi=Q$ 0ue pudieron ser"irle de &uente# 1PP %arece sensata la a&irmación FdocumentadaF de G# H# D# %arQinson: 5n &act Spinoza o&ten re&ers to passages in the $rincipia p"ilosop"iae cartesianae and%o#itata &etap"ysica as containing his on ies8 1P1# Ciertamente, la terminolog(a spinoziana .a cua=ada corrige la signi&icación de algunas de las expresiones 0ue utiliza en esta obra !escol/sticas, pero tambi5n cartesianas, sin duda: "Aase el tema de las clases de distinci)n$1P2, pero ha contado con esa elaborada tAcnica &ilosó&ica como innegable punto de partida1P?# Con las debidas cautelas cr(ticas, e=ercitadas en cada caso concreto, pueden tomarse estas dos obras !. se-aladamente la segunda, aun0ue tambi5n la primera, en contra de lo 0ue muchos est/n dispuestos a admitir$ como autAnticamente representati"as del pensamiento de Spinoza# ?$ ;l Tratado de la Ae+orma del 'ntendimiento, as( como
el Tratado $ol*tico plantean ordinariamente al problema de su inacabamiento, aun0ue esta circunstancia pueda ser di"ersamente "alorada en uno . otro caso# a inconclusión del ; podr(a acaso deberse Fcomo uno de sus comentaristas L?+M cl/sicos, H# H# Uoachim, ha sugeridoF a insu&iciente maduración de su tem/tica< de hecho, si Spinoza lo hubiera re"isado Fopina UoachimF habr(a escrito otra cosa# a manera como Spinoza ha mod(&icado temas del ; en la 'tica indicar(a una e"olución de su pensamiento, 0ue puede dar pie a considerar 5insu&iciente8 al ;1P# '# arbon opinó, en cambio, 0ue la inconclusión del ; se habr(a debido a las caracter(sticas mismas del mAtodo de 0ue en Al se trata: dedicada la primera parte del tratado a la 5meditación interior8 de ios, como la idea m/s inmediata a nuestro conocimiento !pues arbon concibe el mAtodo del ;, no como algo 5lógico8, sino como algo 5psicológico8 F5un exercice de mAditation8F, 0ue no se dirige a la 5razón adulta8, sino 0ue intenta una primera aproximación del hombre 5k la source de toute intuition8$, la segunda parte habr(a debido mostrar las consecuencias &ecundas de esa aproximación a ios< pero esa segunda parte perd(a sentido a medida 0ue el autor iba componiendo la 'tica, donde dichas consecuencias eran expuestas en el orden debido# 's(, el ; no estar(a FsegKn arbonF 5inconcluso8, propiamente hablando: su segunda parte ser(a### la misma 'tica1PB# %ero, en todo caso, . aun considerando las imper&ecciones a 0ue Uoachim alude, nunca se ha puesto seriamente en cuestión 0ue el ; exprese el autAntico pensamiento de Spinoza, . en cuestiones centrales adem/s, 0ue ha. 0ue coordinar necesariamente con sus declaraciones de la 'tica. Despecto del Tratado $ol*tico, el problema 0ue plantea su inconclusión !debida a la muerte de Spinoza$ es, &undamentalmente, el de interpretar si, como se ha pretendido, esta obra signi&ica una corrección de la actitud de Spinoza ante la democracia como rAgimen pol(tico# SegKn algunos, la pre&erencia 0ue hacia ella habr(a mani&estado Spinoza en el Tratado Teol)#icopol*tico se habr(a trocado, en el Tratado $ol*tico, en una m/s acentuada de&ensa de la oligar0u(a !a causa del asesinato de los hermanos e Witt por los ultimi barbarorum$1P+# a obra 0ueda un poco inde&ensa ante esta 5interpretación ant(democr/tica8, precisamente por0ue la parte de ella 0ue trata de la democracia es la 0ue &alta casi por completo 1PE# o 0ue nos importa ahora es lo siguiente: el 7% mani&iesta opiniones
genuinamente spinozistas, aun poniendo entre parAntesis su ma.or o menor pre&erencia por la democracia: .a 0ue la monar0u(a . la aristocracia Ftanto como la democracia mismaF puede considerarse 0ue est/n tratadas por Spinoza con una especie de distanciamiento descriptivo !Spinoza habla de lo 0ue ha de ser, en su gAnero, cada una de esas &ormas de gobierno, para aproximarse m/s a la racionalidad$# %or lo dem/s, creemos 0ue no de=a de haber datos para seguir sosteniendo el 5democratismo8 Fmu. particular, desde luego, pero eso desde siempreF de Spinoza, .a 0ue la democracia es nombrada en el 7% como el rAgimen 5m/s absoluto8, . eso no puede por menos de ser una especie de elogio, en Spinoza 1P# %ero estas cuestiones no nos importan directamente en este momento# $ a sospecha 0ue acaso s( pudiera recaer, de rechazo, sobre el 7% de 0ue acabamos de hablar ser(a la 0ue se ha suscitado a propósito del Tratado Teol)#ico$ol*tico !. 0ue podr(a dirigirse contra la obra pol(tica de Spinoza, L?EM en general$# ;l 77h% no ser(a 5genuino spinozismo8 Fse ha insinuadoF por0ue es una obra 5de encargo8, destinada a de&ender la pol(tica de los e Witt, . dirigida al 5gran pKblico8# %or tanto, no re"elar(a el "erdadero pensamiento de Spinoza, sino un pensamiento ama-ado segKn las 5exigencias del "ulgo8 !., en este sentido, por e=emplo, las elogiosas alusiones a Cristo ser(an pura hipocres(a, as( como el encarecimiento de la religión como 5camino de sal"ación8### de los ignorantes$1P9# 7oda una corriente interpretati"a moderna F especialmente &rancesaF se ha le"antado contra ese modo de considerar el 77h%, propendiendo m/s bien a la "ersión opuesta: ser(a en la obra pol(tica de Spinoza, m/s incluso 0ue en la 'tica, donde habr(a 0ue buscar las cla"es del pensamiento spinoziano !a esta cuestión nos re&eriremos m/s adelante, en los cap(tulos 3 . 3$# 6/stenos decir, por el momento, 0ue consideramos al 77h% !as( como al 7%$ completamente centrales en la producción spinoziana, . no como meros 5oportunismos8, por la sencilla razón de 0ue es el propio Spinoza 0uien nos in"ita a considerar as( esas obras# I no lo hace en ellas< es .a en esa introducción general a su pensamiento 0ue ser(a el ; donde Spinoza, desde las primeras l(neas, "incula el pensamiento &ilosó&ico con la pol(tica: 5 $ara alcanzar este +in8 !a saber: el del conocimiento de la unión del esp(ritu con la naturaleza, conocimiento 0ue es el ob=eti"o &inal de la &iloso&(a$ 5es necesario primero tener tal conocimiento de la Jaturaleza 0ue baste para ad0uirir esta naturaleza superior< en segundo
lugar, +ormar una sociedad tal y como debe desearse para /ue el mayor n@mero posible alcance ese ob3etivo lo m/s &/cil . seguramente posible811P# ;l &in de la &iloso&(a es, en Spinoza, 5especulati"o8, 5gnóstico8 si se 0uiere 111 !pues la salvaci)n est/ en el conocimiento$, ., sin embargo, ha considerado esencial 0ue la sociedad sea de tal manera 0ue esa sal"ación a tra"As del "erdadero conocimiento !. no .a solo la 5sal"ación de los ignorantes8$ sea &acilitada por ella# 3eremos 0ue esta idea no es accidental, sino 0ue Spinoza la reitera en numerosas ocasiones< la opinión 0ue se hac(a sobre el papel 0ue el ;stado =ugaba en la conducta . conocimiento humanos era de la ma.or importancia, . esperamos m/s adelante destacar este punto, sobre el 0ue, ho., de todos modos, se insiste m/s de lo 0ue se hizo en el pasado, en la bibliogra&(a spinoziana# Siendo as(, teorizar sobre la comunidad pol(tica no es mero 5oportunismo8 !concebible m/s o menos como 5interesado8 en un sentido no &ilosó&ico$, sino 0ue es algo por completo esencial o, para decirlo de otro modo, 0ue elinter5s pr/ctico en la constitución de un cierto tipo de sociedad es +ilos)+ico, pues 0ue es condición de la realización de la &iloso&(a# %odr/, sin duda, sospecharse si Spinoza no habr/ mantenido 0ue un ;stado =usto es deseable por0ue &acilita la labor &ilosó&ica, m/s bien 0ue lo contrario, a saber: 0ue la labor &ilosó&ica es deseable por0ue &acilita un ;stado =usto# I eso podr/ ser reprobado o no# %ero lo 0ue no es dudable es 0ue la teor(a del ;stado tiene en el pensamiento de Spinoza un puesto primordial< si el &ilóso&o es el prototipo de hombre libre, no se ol"ide 0ue el hombre solo es libre in %ivitata112 !. eso lo dice Spinoza en su 'tica, de la 0ue nadie sospecha 0ue no sea 5genuinamente spinozista8$# esde ese punto de "ista, las 5hipocres(as8 religiosas de Spinoza Fpongamos L?M por casoF no ser(an m/s 5hipócritas8 0ue las a&irmaciones sobre la 5meta&(sica del pueblo8: ambas implicar(an Fpor emplear tArminos hegelianosF una 5reconciliación con la realidad8, un reconocimiento, por e=emplo, de las pasiones como hechos< . la obra pol(tica de Spinoza muestra patentemente el pro.ecto de esa 5reconciliación8, por la 0ue se consideran tambiAn racionales las 5impurezas8 pasionales# 7ambiAn en este sentido, la pol(tica es per&ectamente 5racional8# B$ Otilizaremos, por supuesto, . pro&usamente, las %artas del epistolario spinoziano, pac(&icamente consideradas por todos como important(simas para aclarar su pensamiento# Jo haremos, en cambio, ninguna re&erencia, ni a la disertación sobre el rco
Iris, ni a la 7ram4tica "ebrea. 'cerca de esta Kltima, reco=amos sin embargo esta curiosa obser"ación de olaQosQi: acaso en la 7ram4tica se encuentren huellas del nominalismo spinoziano, .a 0ue en ella 5###toutes les parties du discours, sau& les inter=ections et les con=onctions, sont rAduites au substanti&8 !esto es, al nomen$11?# a obser"ación puede tener su "alor, pero reconocemos nuestra incompetencia para erigirnos en =ueces de una cuestión en la 0ue inter"iene la gram/tica hebrea# %or lo dem/s, ni el traba=o sobre el 'rco ris, ni la Gram/tica, tienen F0ue sepamosF ma.or importancia 0ue la de simples curiosidades# Notas
1 ;ntre las obras m/s recientes, "Aase: '# S# @Qo: T"e Spinoza Biblio#rap"y, 6oston, G# # Hall, 19+, completada por U# Wetlesen: Spinoza>s biblio#rap"y, @slo . 6oston, Oni"ersitets&orlaget, 19+# 2 ilthe.: os tipos de concepci)n del mundo y su desarrollo en los sistemas meta+*sicos !trad# esp#, enTeor*a de la concepci)n del mundo, Axico, *# C# ;#, 19B$< son 5emócrito8 o 5Hobbes8 los 0ue se inclu.en como casos de la 5estructura homogAnea8 !p# 1B?$ del 5naturalismo8< o 5Spinoza8 . 5Hegel8, como casos de 5idealismo ob=eti"o8< o 5ant8 . 5*ichte8, de 5idealismo de la libertad8# C&r# pp# 1B2) 1EP# ? eisegang, Den+ormen, 6erl(n, e Gru.ter, 19B1 !2 ed#$# a de&inición de Den+orm, en p# 1B# eisegang, Introducci)n a la Filoso+*a, trad# esp#, Axico, O7;H', 19+1, p# 1P# B ;n su Histo*re compar5e des syst;mes de p"ilosop"*e !%ar(s, 1P$, apud ;# 6rAhier, Historia de la Filoso+*a !trad# esp#, 6uenos 'ires, ;d# Sudamericana, B ed#, 19B2$, , p# +# e GArando signi&icar(a, &rente a la 5pluralidad de sectas8 Fla historia baconianaF la 5reducción a tipos8# Ia ant, por lo dem/s, o&reció una sumaria tipolog(a =ustamente al &inal de la %r*tica de la raz)n pura !parte , cap# 3$# + 's(, U# %iaget !e structuralisme, %ar(s, %# O# *#, 19+$, a &in de
e"itar la ambigTedad resultante de entender por 5estructura8 cual0uier &ormalismo 5no estrictamente empirista8 !p# E$, intenta precisar !positi"izar$ esa dea, de&iniAndola como 5totalidad trans&ormati"a autorregulada8, 0ue &unciona de acuerdo con &ormulaciones precisas !red, grupo$, . no 5"agas8 !5&ilosó&icas8$# E Jos remitimos a0u( a los supuestos del Seminario Sobre la Idea de 'structura, desarrollado con=untamente por el epartamento de *iloso&(a . el Seminario de ;tnolog(a de la Oni"ersidad de @"iedo, en el curso 19+)+9, . cu.a parte teórica corrió &undamentalmente a cargo del pro&esor Gusta"o 6ueno# C&r#, de este mismo autor, 'l papel de la +iloso+*a en el con3unto del saber, adrid, Ciencia Jue"a, 19EP# 's( enmarca históricamente la idea matem/tica de 5&unción8# p# e=#, U# Hadamard, L?9M en su traba=o introductorio (a science mat"5mati/ue1 a la tercera parte de la obra colecti"a>outilla#e mental9 $ens5e. an#a#e. &at"5mati/ue !ed# por la SociAtA de Gestion de lY;nc.c1opAdie *ranaise, %ar(s, 19?E$, "er 1#B2)1+ . 1#B# FSobre, p# e=#, la teor(a leibniziana de las &unciones . las trans&ormaciones, en el marco de la 5multiplicidad histórica8 . el 5progreso8, c&r# # Serres, e syst;me de eibniz et ses mod;les mat"5mati/ues,%ar(s, %# O# *#, 19+, especialmente, , pp# 2+?) 2E9# 9 Cuando decimos 5&uncional8, en nuestro contexto, no por no emplear la noción en un sentido estrictamente matem/tico nos descali&icamos autom/ticamente para emplearla, puesto 0ue la misma noción matem/tica se mue"e en un terreno problem/tico de m/s amplio alcance# Jo se trata, pues, de 5met/&ora8 en sentido pe.orati"o# Se trata de 0ue el uso de 5&unción8 no 0ueda agotado por una de sus menciones# 1P C&r#, p# e=#, Windelband, Historia de la Filoso+*a !trad# esp# de la 1B ed# alemana, 6arcelona, ;l 'teneo, 19EP$, p# 1B# ;# 6rAhier, ob. cit, , pp# +9)E2# 11 arx, 'lementos +undamentales para la %r*tica de la 'conom*a pol*tica !trad# esp# adrid)Axico)6uenos 'ires, Siglo >>, 19E2$, "ol# 1, p# 2+# ContinKa diciendo arx: 5###los indicios de las &ormas superiores en las especies animales in&eriores pueden ser comprendidos solo cuando se conoce la
&orma superior8 (ibidem1. Jo har/ &alta subra.ar, por cierto, la ascendencia "e#eliana de tales ideas !&rente a los intentos de la escuela althusseriana por negarla$# I, aun0ue 'lthusser se ha.a re&erido a ese mismo texto !c&r# ire le %apital,%ar(s, aspero, 19+, t# , pp# 1B)1B9$ como uno de a0uAllos sobre los 0ue 5aparentemente8 podr(a apo.arse una lectura 5historicista8 de arx !una lectura 0ue, consiguientemente, lo "incular(a a Hegel$, criticando esa lectura aparente en "irtud de constituir tal texto F. otros seme=antesF no m/s 0ue la 5genAse speculati"e8 !p# 1B9$ de un concepto !Al mismo .a 5cient(&ico8, . no 5especulati"o8$ 0ue "endr(a dado en 'l %apital,creemos 0ue el texto en cuestión sigue teniendo todo su "alor, toda "ez 0ue esa ta3antedistinción entre la gAnesis de un concepto . el concepto nos parece escasamente dialActica . escasamente aceptable, por razones 0ue a0u( no podemos desarrollar# C&r# sobre los7rundrisse, G# 6ueno# 12 'caso con"enga notar de pasada 0ue esa communis opinio, para el caso de Comte, habr(a sido contro"ertida por %iaget: 5###cuando '# Comte estableció su le. de los tres estados !###$ llegó a una clasi+icaci)n de los tipos de organización cognosciti"a o racional, seriados segKn su orden de aparición histórica, pero a t(tulo de Y"ariedadesY de la razón, a la "ez 0ue insistió en el car/cter +i3o o permanente de su estructura &ormal8 !Biolo#*a y %onocimiento, trad# esp#, adrid, Siglo >>, 19+9, pp# E2)E?# Subra.ados nuestros$# %ero la insistencia de Comte en 0ue esa le. describe una trans+ormaci)n irreversible !. no una simple 5tipolog(a8$ es bastante notoria< incluso dio un criterio de trans&ormación, de suerte 0ue, aun0ue hubiese coexistencia histórica parcial de estadios, habr(a una categor(a Flas ideas morales y socialesF 0ue de&inir(a el estadio preponderante: 5CYest seulement 0uand un nou"eau rAgime mental a pu sYAtendre =us0uYk cette extrme catAgor(e, 0ue lYon peut regarder lYA"olution correspondante comme pleinement rAalisAe, sans /u>il puisse alors rester aucune crainte ou espoir /uelcon/ue de retour C l>5tat ant5rieur 8 !%ours de p"ilosopb*e positive, %ar(s, 11, t# 3, cap# B2< reimp#, %ar(s, 'nthropos, 19+9, pp# 2P)2?, texto citado, p# 22$# ;l orden irre"ersible de la trans&ormación de los estadios, con su correspondiente criterio, est/ bastante claro# %iaget otorgar(a a Comte el 5bene&icio8 de una tipolog(a no históricamente ordenada, 0uiz/ para redimirlo de cl/sicas acusaciones tipo, p# e=#, SoroQin !c&r# Sociedad, cultura y
personalidad,trad# esp#, adrid, 'guilar, 19+P, pp# 1P1B . 1P19) 1P21$, para 0uien es un 5dislate8 !p# 1P19$ histor(cista . acient(&ico la doctrina de las tres &ases# %ero, dislate o no, esa concepción es comtiana# %or lo dem/s, nosotros estimamos 0ue no es de ese tipo de acusación del 0ue Comte habr(a de ser redimido# 1? 5ie dee bedar& zur 'us&Thrung ein Schema, d# i# eine a priori aus dem %rinzip des qecQs bestimmte essentliche annig&altigQeit und @rdnung der 7eile# as Schema, elches nicht nach einer dee, d# i# aus dem HauptzecQe der 3ernun&t, sondern empirisch nach zu&llig sich darbietenden 'bsichten, !deren enge man nicht "oraus issen Qann$, entor&en ird, gibt tec"nisc"e, das=enige aber, as nur zu&olge LPM einer dee entepringt !o die 3ernun&t die qecQe a priori au&gibt und nicht empirisch erartet$, grTndetarc"itetonisc"e ;inheit8 (r. d. r. !., parte 2, c# ?< ed# Cassirer, 6erl(n, 192?, t# ?, p# BB$# Como se sabe, esos 5&ines no emp(ricos8 0ue presiden el sistema 5ar0uitectónico8 de la ciencia "ienen dados por la razón 5cósmica8 (le#isladora de la razón$: el &in moral preside la sistematización !por donde el 5primado de la razón pr/ctica8 se inserta en la propia cr(tica de la razón pura$# 1 C&r# 'l problema del conocimiento !trad# esp# Axico, *#C#;#, 2 ed#, 19+B$: 5el concepto de yo, lo mismo 0ue el del ob=eto !###$ "a plasm/ndose . model/ndose8, de tal modo 0ue 5no sólo cambian de lugar los contenidos, !###$ sino 0ue, a la par con ello, se desplazan la signi&icación . la +unci)n de ambos elementos &undamentales8 !, pp# 1)19$# %or lo dem/s . como se sabe, es central en Cassirer, precisamente la distinción entre 5concepto) substancia8 . 5concepto)&unción8# Substanzbe#ri++ und Funtionsbe#ri++. 6erl(n, 191P$# 1B Sobre el tema de Goethe, c&r# Cassirer, 'l problema del conocimiento, cit#, 3, pp# 1E1)B, en especial 1E)9# 1+ a "Artebra)tipo, de la 0ue es trans&ormación pro.ecti"a el propio cr/neo### !"Aase, acerca de @Qen, 'ncyclopaedia Britannica, sub voce.$ 1E C&r# in+ra !cap# ?$ la discusión de la idea de Substancia de Spinoza como 5ateria ontológico)general8# 1 Jo se comprende del todo bien, por eso Fdig/moslo
incidentalmenteF 0ue @rtega a&irmase Faun0ue &uera en 192F 0ue 5ho. mismo se est/ empezando a estudiar a Spinoza8 !%rólogo a la trad# esp# de la Historia de la +iloso+*a de 6rAhier, cit# p# 1B$, re&iriAndose sin duda a la obra de # u=o"ne !Spinoza. Su vida, su 5poca, su obra, su in+luencia, 6uenos 'ires, nstituto de *iloso&(a, 191 a 19B, "ols#$# %ero, antes de u=o"ne, .a exist(an las obras de einsms, ei=er, %ollocQ, UoVl, *reudenthal, *ischer, Gebhardt, Dobinson, Uoachim, unin) 6orQosQi, Wol&son### por citar algunos cl/sicos de la reconstrucción erudita . sistem/tica de la "ida . obra de Spinoza# 19 C&r#, p# e=#, *raile, Historia de la Filoso+*a, adrid, 19++, , pp# BE . ss# 2P 's( p# e=#, %# SieQ, Spinoza et le pant"5isme reli#ieu, ed# nou"#, %aris, esclAe de 6rouer, 19BP< en especial pp# >3)>3 de la ntr# 21 # UoVl, Spinozas T"eolo#isc"epolitisc"er Tratat aus seiner ?uellen #epr+t !6reslau, 1EP$ !UoVl llega a a&irmar la tesis de la copia literal, por parte de Spinoza, de p/ginas enteras de la&ore" :ebus"im de aimónides$< del mismo autor Eur 7enesis der e"re Spinozas !6reslau, 1E1$# C# Gabhardt: Spinoza. !ier Aeden !Heidelberg, 192E< ha. trad# esp#: 6uenos 'ires, osada, 19P$# # Doth: Spinoza, Descartes and &aimonides !@x&ord, 192$< H# '# Wol&son, Tbe pbilosop"y o+ Spinoza !Cambridge, ass#, 19?$# 22 U# *reudenthal, Spinoza eben und e"re !2 ed#, a cargo de C# Gebhardt, Heidelberg, 192E$, ., para este punto en concreto, Spinoza und die Sc"olasti !eipzig, 1E$< S# "on unin)6orQosQi, Der 3un#e Da Spinoza !unich, 191P$ Fdonde admite, sin embargo, p# e=#, los contactos del Spinoza =o"en con 5materialistas8 de su tiempo, como DegiusF . us den Ta#en Spinozas !? "ols#, Tnster, 19??)?+$, donde la tendencia cristiana se subra.a# ;l padre SieQ, S# U#, ha o&recido una hipótesis para la explicación de la in&luencia de la escol/stica cristiana en Spinoza a tra"As de sus estudios con 3an den ;nden, ex =esuita !ob. cit., pp# 29)?P$# Sobre la 5&ase cristiana8 en 0ue Spinoza habr(a entrado, tras su expulsión de la comunidad =ud(a, &ase de sus contactos con los cole#iantes !5cristianos liberales8 holandeses, herederos de lo 0ue Hubbeling ha llamado la tradición del 5humanismo
b(blico8 FDudol& 'gricola, W# Gans&ort, el propio ;rasmoF, patrocinador del mo"imiento arminiano Fderrotado en 1+19 en el s(nodo de ordrecht por la oposición cal"inistaF . propugnador de un rechazo del ;stado teocr/tico 0ue inspirar(a ulteriormente a los colegiantes, partidarios pol(ticos de los e W(tt &rente a los oran#istas cal"inistas$ el autor cl/sico es # @# einsma (Spinoza und sein reis, trad# alemana, 6erl(n, 19P9$# !C&r# Hubbeling, Spinoza>s met"odolo#y, 'ssen, 19+, pp# 1P) E$# %ero aun0ue la tesis de la in&luencia 5cristiana liberal8 gozó de generalizado crAdito durante mucho L1M tiempo, &ue .a combatida por adeleine *rancXs (Spinoza dans les pays n5erlandais de la seconde moiti5 du !IIe si5cle, %ar(s, 19?E$, ., m/s recientemente, en un interesant(simo traba=o de # S# De"ah (Spinoza et le Docteur Guan de $rado, %ar(s, outon, 19B9$# De"ah alude a la preponderancia de la in&luencia =ud(a en Spinoza, pero canalizada especialmente, en el momento de su separación de la comunidad =ud(a 5ortodoxa8, a tra"As de =ud(os espaoles emigrados, en ocasiones ateos, como es el caso del doctor Uuan de %rado, a 0uien De"ah atribu.e, con argumentaciones mu. plausibles, una in&luencia considerable en la orientación cr(tica del pensamiento del =o"en estudiante Spinoza# 'un0ue .a Carl Gebhardt !en %"ronicon Spinozanum, , a Ha.a, 192?$ . U# de Car"alho ! Or)bio de %astro e o 'spinosismo, isboa, 19P$ se hab(an re&erido a la relación %rado)Spinoza, la obra de De"ah nos in&orma m/s en detalle acerca del trato &recuente 0ue Spinoza manten(a, a ra(z de su expulsión de la comunidad =ud(a, con ex marranos espa-oles, como el doctor De.noso . el ex con&itero se"illano %acheco, con 0uienes ten(a 5tertulia8 &recuente en casa del doctor Guerra, un caballero de Canarias a 0uien %rado . Spinoza atend(an en su en&ermedad# ;ntre otros interesant(simos datos, aporta De"ah el de 0ue la n0uisición espa-ola pose(a una 5&icha completa8 de Spinoza .a en 1+B9 !esto es, antes de 0ue Spinoza hubiera alcanzado &ama en Holanda$, mediante delaciones de un &raile agustino . un capit/n de los 7ercios, 0ue hab(an residido en 'msterdam en 1+B)B9 . hab(an conocido a Spinoza en la 5tertulia8 mencionada< 5&icha8 0ue inclu(a una completa descripción personal . la cali&icación de peligroso agnóstico, 0ue sosten(a 0ue 5no ha"ia ios sino philosophalmente8### Jos permitimos esta re&erencia tan arga, en "irtud de su interAs en cuanto a la conexión de Spinoza con ;spa-a !se sabe 0ue dominaba me=or el castellano 0ue el holandAs$ establecida por una obra como la
de De"ah 0ue, entre nosotros, no ha tenido mucho eco# !Sal"amos, por supuesto, las interesant(simas alusiones de Caro 6aro=a a la conexión de Spinoza con el =uda(smo espa-ol: C&r# os 3ud*os en la 'spaa moderna y contempor4nea Ladrid, 'rión, 19+1M, t# , pp# 9?)BP1< alusiones a las 0ue la obra de De"ah presta un importante re&uerzo#$ DecuArdese 0ue Spinoza le(a corrientemente a Góngora, ue"edo, Cer"antes### C&r# 3ulliaud, Spinoza d>apr;s les livres de sa bibliot";/ue8%ar(s, Chacornac, 19?< unin)6orQosQi se-ala tambiAn su conocimiento de ue"edo ! us den Ta#en Spinozas, cit#, , p, E, p# B?$# 'dem/s, es asimismo bien sabido 0ue la terminolog(a de la escol/stica de Su/rez abunda en su obra, a tra"As, seguramente, de la lectura de manuales 5escol/stico) cartesianos8 como los de Heereboord (%olle#ium lo#icum, &eletemata18 "er, p# e=#, 3, , < C, , +< 't"., , %rops# >3, >3, >3 . >>3, o la distinción 5essentia &ormalisRob=ecti"a8 del ; !Geb#, , pp# 1)1B$# DecuArdese 0ue Heereboord era admirador incondicional de Su/rez, a 0uien llamaba omnium metap"ysicorum papa at/ue princeps (apud S# D/bade, introducción a la edición de las Disputationes, adrid, Gredos, 19+P, , p# 1+$# Jo pretendemos, con estas obser"aciones, entrar en directa competencia con cierta escuela portuguesa, . 5rei"indicar a Spinoza como gloria nacional8, pero con"iene subra.ar estos aspectos, 0ue son mu. &recuentemente preteridos# Spinoza tu"o, sin duda, una &uerte impregnación de cultura espa-ola# 2? '# eón, es 5l5ments cart5siens de la doctrine spinoziste sur les rapports de la pens5e et de son ob3et !%ar(s, 'lcan, 19PE$< %# achiXze)De., es ori#ines cart5siennes du Dieu de Spinoza !%ar(s, 3rin, 2 ed#, 19BP$< '# Di"aud, Histoire de la $bilosop"ie !%ar(s, %# O# *#, 19BP, pp# 2+? ss#$# 2 ;n realidad, es la opinión comKn m/s extendida en los manuales ordinarios de Historia de la *iloso&(a, lo 0ue dispensa de citas al por menor# 2B a relación con el De corpore de Hobbes ha sido subra.ada, entre otros, por Cassirer, 'l problema..., cit#, , pp# ? ss# 2+ C&r#, p# e=#, U# Che"alier, Historia del pensamiento, trad# esp# !'guilar, adrid, 19+?$, t# , pp# 2B)BB# 2E Cassirer !'l problema..., cit#, pp# 1)19$ ha conectado la
&iloso&(a de Campanella con la de Spinoza !al menos, para el relati"o 5misticismo8 del 3, donde L2M encuentra tambiAn rastros de la concepción de la Jaturaleza de 7elesio !. no precisamente de 6runo$ !pp# 1 . 2P$# 2 ;l autor 0ue m/s ha insistido en la conexión de Spinoza con la tem/tica neoplat/nica cl/sica ha sido ;# asbax: a "i5rarc"ie dans l>2nivers c"ez Spinoza, %ar(s, 'lcan, 1919: *ilón . %lotino habr(an sido retomados por Spinoza, 5por encima8 de escartes !c&r# pp# 22 ss#, B1 ss#, +? ss#$# 29 's(, U# de Car"alho en su prólogo a la trad# portuguesa de la 'tica !apud Che"alier< ob. cit.,, apAndice, cap# , p# +2$# ?P C&r# Che"alier, ob. cit., , p# 2+E . nota ?# ?1 Wol&son, T"e p"ilosop"y o+ Spinoza9 un+oldin# t"e latent processes o+ "is reasonin# !Cambridge, ass#, Har"ard, O# %#, 19?, 2 "ols#$# ?2 Ob. cit., , p# B?# ?? Ob. cit., , p# ??# /s adelante nos re&eriremos al malentendido esencial !cometido no sólo por Wol&son, desde luego$ de considerar la &iloso&(a de Spinoza como animada por un gigantesco propósito 5totalizador8 de la realidad, sin distinguir los ni"eles ontológicos en 0ue esa 5totalización8 se produce# ? 3Aase el art(culo de '# o.rA, 5;thica more scholastico rabbinico0ue demonstrata# ' propos dYun li"re rAcent8 !en Aev. p"ilos. de la France et de l>'tran#er, 12P L19?BM, pp# 22)9$# ?B Ob. cit., , pp# +)# ;s cierto 0ue causa . ratio se identi&ican en Spinoza, a menudo, pero tambiAn es cierto 0ue escoger un modelo geomAtrico de exposición, en vez del silo#ismo, no puede por menos de ser históricamente signi&icati"o# ?+ Ob. cit., , pp# ++)E2# Wol&sen ol"ida en este punto el hecho de 0ue los contempor/neos de Spinoza no encontraran mu. 5tradicional8 la de&inición 0ue Aste dio de la Sustancia# eibniz, p# e=#, sostu"o 0ue la de&inición spinoziana era oscura por0ue 5lo 0ue se entiende comKnmente por Sustancia8 es, s(, algo
0ue es 5en s(8, pero no necesariamente algo 0ue 5se conciba por s(8 !sino por sus atributos$# ;so es normal, teniendo en cuenta las de&iniciones de Sustancia de escartes, o de 'rnauld !sobre este punto, "Aase ;# # Curle., Spinoza>s &etap"ysics, Cambridge Fass#F, Har"ard O# %#, pp# )2< la re&erencia a eibniz, en pp# 1)1B$# 7ambiAn un autor eminentemente tradicionalista como Samuel ClarQe, repudiaba la &iloso&(a de Spinoza en estos tArminos, 57hat hich led Spinoza into his &oolish and destructi"e @pinion, and on hich alone all his 'rgumentation is entirel. built, is thatabsurd e&inition o& Substance###8 ! Demonstration o+ tbe Bein# and ttributes o+ 7od, &ore $articuarly in ns6er to &r. Hobbs, Spinoza, and t"eir Follo6ers, ondres, 1EPB< reimpr# Stuttgart, *# *rommann, 19+< p# 9$# ?E Wol&son, ob. cit., , pp# 1PP)111# ? Ob. cit., , pp# 112)12P# Jo parece inoportuno recordar a0u(, sin embargo, las iron(as de Spinoza en contra de esa v*a eminentiae9 5%orro, ubi dicis, si in eo actum "idendi, audiendi, attendendi, "olendi, Nc#, eos0ue in eo esse eminenter nego, 0uod te tum lateat 0ualem habeam eum: hinc suspicor te credere, non ma=orem esse per&ectionem, 0uam 0uae memoratis attributis explicari potest# Haec non miror< 0uia credo, 0uod trian#ulum, si/uidem lo/uendi "aberet +acultatem, eodem modo diceret. Deum eminentes trian#ularem esse...8 !'p. 3, a 6oxel< Gab# 3, p# 2+P< subr# nuestro$# a eminente realitas de la Substancia no depender(a de la acumulación de atribuciones8 los atributos no son 5atribuciones8# ?9 Ob. cit., p# 12B# Subra.ado nuestro# P Ob. cit., , pp# 12+)E# Jotemos, de paso, 0ue Wol&son presta escasa atención al hecho de 0ue la de&inición de la Substancia como 5a0uello cu.a esencia implica la existencia8, o no es la de&inición de ios, o, si lo es, no es la @nica de&inición de ios# Spinoza ha dado otra('t". , e 3$ 0ue, segKn mani&iesta en una carta a 7schirnhaus F. esto no siempre se subra.a como mereceF parece ser una de&inición #en5tica de ios !a pesar de 0ue ios seacausa sui ., por tanto, no expresable en tArminos genAticos, al parecer$# Se trata de la 'p.>: la de&inición genAtica de 5c(rculo8 Fdice SpinozaF permite deducir sus propiedades< asimismo (sic /uo/ue1 5cum eum de&inio esse
;ns summe per&ectum, cum0ue ea de&initio non exprimat causam L?M e&&icientem !###$ non potero inde omnes ei proprietates expromere< at 0uidem cum de&inio eum esse 'ns, Nc#, "ide e&init# 3, %art# , ;thices8 !Geb# 3, pp# 2EP) 1$# Jo es, pues, la 5suma per&ección8 lo Knico 0ue tiene Spinoza en cuenta al de&inir a ios !esa 5suma per&ección8 ser(a, de algKn modo, "ac(a$< ., entonces, la causa sui parece incluir la idea de un ios 5causado8 por sus atributos# Sobre este texto hablaremos m/s adelante# '0u( nos importa destacar sólo 0ue la 5implicación de la existencia por la esencia8 no ser(a necesariamente el contexto adecuado para el surgimiento ad "oc, de la noción de causa sui !como puro a-adido o recurso tAcnico 5escol/stico8$, sino 0ue esa noción, internamente contradictoria, posee otras implicaciones# 1 Ob. cit., , pp# 1 ss# @bser"erros r/pidamente 0ue, puesto 0ue, segKn Spinoza, ha. atributos 0ue no se mani&iestan a los hombres, podr(amos preguntarnos si Wol&son considera 0ue los atributos 0ue no se mani&iestan a los hombres son tambiAn 5maneras de mani&estarse ios a los hombres8# ;sta parado=a podr(a, acaso, ser sostenida en el contexto, p# e=#, del Deus absconditus pascaliano: 5toute religion 0ui ne dit pas 0ue ieu est cachA nYest pas "Aritable< et toute religion 0ui nYen tend pas la raison nYest pas instruisante !###$ 'insi il est, non seulement =uste, mais utile pour nous, 0ue ieu soit cachA en partie, et dAcou"ert en partie###8 ! pens5es, B9)B99, en Oeuvres compl;tes, %ar(s, Gallimard, 19+, pp# 12EE)E$# 's(, ios podr(a no mani&estarse, pero mani&estando por 0uA no se mani&iesta### %ero el sentido de la parcial cognoscibilidad de ios, segKn creemos, en Spinoza, no es religioso, sino +ilos)+ico, como veremos !es la cognoscibilidad cr*tica de ios, en el plano de la @ntolog(a general$# I, en todo caso, no ha. para Spinoza, como sugiere Wol&son, un 5dios trascendente8 0ue se 5mani&ieste8# 2 Ob. cit., , pp# 1+)B?# ? %ero la interrelación entre la "isión cosmológica medie"al . las concepciones meta&(sicas parece sobradamente bien establecida: la +initud del mundo como una condición de la trascendencia . personalidad de ios# Ob. cit., , pp# 219)2P#
B Ob. cit., , p# 222# @ sea, algo as( como la tautolog(a p0v0vp !5si ios es &orma, entonces el mundo no es material, sal"o 0ue lo sea, en cu.o caso ios no es &orma8$# ;so parece una gran "erdad, pero no da, en todo caso, ninguna razón para decidirse, de "ec"o,por uno u otro miembro de la e0ui"alencia: por 0uA Spinoza habr(a de 5pre&erir8 uno Sin duda, decir lo contrario de los medie"ales es algo 5medie"al8, en cuanto 0ue tiene en cuenta !para negarlos$ a los medie"ales< pero di&(cilmente eso puede interpretarse como una 5reducción8 a lo medie"al# + Ob. cit., , p# 22?# 'un0ue, segKn creemos, ios no es Fo no es 5meramente8F 5el lugar del mundo8, en Spinoza: 5ios8 . 5undo8 !&(sico$ son dos planos ontológicos distintos, como intentaremos demostrar# E Ob. cit., , pp# 2??)?B# Con ello a"ecina la doctrina de Spinoza a la de la 5extensión inteligible8 de alebranche !5ieu ren&erme en soi les corps dYune maniXre intelligible###8# 5'insi, comme lYesprit peut aperce"oir une partie de cette AtenduV intelligible 0ue ieu ren&erme, il est cettain 0uYil peut apperce"oir en ieu toutes les &igures###8 ! De la rec"erc"e de la v5rit5, ;claircissement >< en Oeuvres compl;tes, %ar(s, 3rin, t# !19+$, pp# 1)BB$# %ero la 5inteligibilidad8, en el caso de alebranche !pese a 0ue, como se sabe, artous de airan planteó .a las peligrosas consecuencias 5pante(stas8 de ese concepto Fcarta a alebranche de 2+)3)1E1, recogida en Oeuvr. compl., cit#, t# >>, pp# 9P)9P$, "a unida a la concepción de un ios 0ue la 5piensa8, . esa concepción, segKn creemos, es a=ena a Spinoza# Geb# , pp# BE)B# @bser"emos 0ue, cuando Wol&son asegura 0ue la Facies totius universies el 5Knico8 modo in&inito mediato, com@n, segKn Al, a las órdenes del %ensamiento . de la ;xtensión, parece no darse cuenta de 0ue, en el ema citado, el 5ndi"iduo8 de 0ue all( se habla es epresamente re&erido por Spinoza sólo a la naturaleza extensa !.a 0ue el criterio de su indi"iduación es la proporción de reposo y movimiento, . no otro$# el problema de la Facieshablaremos ampliamente in+ra !cap# $# LM 9 Wol&son, ob. cit., pp# 2+)BP# Si es cierto 0ue 5*acies8 . 5%arsu&im8 signi&ican ambas 5rostros8, es mu. dudoso, en todo caso, 0ue la 5&acies8 de Spinoza sea 5emanación8< . eso ser(a
lo importante, no .a la meta coincidencia 5meta&órica8# %or lo dem/s !aun0ue ad"ertimos 0ue no podemos erigirnos en =ueces en materia de interpretación del pensamiento cabal(stico$, parece 0ue el tArmino $arsu+im !5rostros de ios8$, correspondiente a una doctrina elaborada &undamentalmente por saac uria, . di&undida por su disc(pulo Haim 3ital !c&r# H# SArou.a, a abbale, %ar(s, %# O# *#, 19+, pp# 9B)11?, en especial 1P)1P$, se re&iere a los atributos generales de ios 0ue 5emergen8 los unos de los otros: la 5di"ina misericordia8, la 5sabidur(a8 !$arsu+ del 5%adre8$, la 5nteligencia8 !$arsu+ de la 5adre8$### esde luego, los atributos, en Spinoza, no 5salen los unos de los otros8 ., por otra parte, la Facies spinoziana no es un atributo, ni un con=unto de atributos, sino un modo. a conexión entre $arsu+im . Facies parece, pues, enteramente improbable# BP Ob. cit., , pp# 2BB)B+# B1 Ob. cit., pp# ?21)22# B2 Ob. cit., , pp# ?2?)2# B? Ob. cit., ibidem. B %roclo, Institutio T"eolo#ica, >3 !apud Wol&son, p# ?2B$# BB Ob. cit., ibidem. Jotemos 0ue esa expresión F5suma8 de partesF es absolutamente inadecuada como descripción de lo 0ue es la Facies, cu.o concepto asocia m/s bien ideas de 5organismo8 o de 5estructura8, . no de 5suma8 !c&r# in+ra, cap# 3$# B+ Desulta di&(cil saber en 0uA sentido puede decirse 0ue un gAnero 5trasciende8 a los particulares# %or lo dem/s, concebir a la Sustancia como un 5uni"ersal8, a ios como unsummum #enus, sólo puede hacerse ol"idando la &undamental declaración spinoziana, segKn la cual 5inter &initum et in&initum nullam esse proportionem8 !;p# 3, a 6oxel< Geb# 3, p# 2B?< subr# nuestro$# al puede concebirse un uni"ersal sin proporción alguna a los particulares# ;sa ausencia de proporción no signi&ica, sin embargo, . como "eremos !cap# ?$ 5trascendencia8#
BE Ob. cit., , pp# ?2E)2# B 5;l todo es s)lo un ser de razón###8 !5###het geheel maar is een ezen "en reeden###8$ !3, , i/l# < Geb# , p# ?2< 'ppuhm, p# +2$# <%"imaera, ens +ictum, et ens rationis nullo modo ad entia re"ocari possint8 !C, , < Geh# , p# 2??$# 5Jec minus inepte lo0uitur, 0ui ait ens rationis non esse merum nihil8 !C, , < Geb# , p# 2?B$# ;llo no 0uiere decir 0ue, en Spinoza, ciertas entidades, en principio 5de razón8 !la idea de todo, p# e=#$, posean el sentido de meras 5apariencias8 desde-ables !pues los gAneros de conocimiento, . no sólo el m/s alto, son todos necesarios$< pero 0ue el conocimiento de ios se produzca ba=o la &orma de un ens rationis es lo 0ue no puede ser sostenido: 5ens humana adae0uatam habet cognitionem aeternae, et in&initae essentiae ei8 !'t"., , %rop# >3, Geb#, , p# 12$< aun0ue esa a&irmación deba ser puntualizada, descali&ica en cual0uier caso la interpretación del conocimiento de ios como el de un ser 5de razón8# B9 5###puto me satis clare, et e"identer demonstrasse, intellectum, /uamvis in+initum, ad Jaturam naturatam, non "ero ad naturantem partinere8 !'p., >, a e 3ries< Geb#, 3, p# B$< "er e&ecti"amente 't"., , %rop# >>> con su em# %or otra parte, aun0ue no tengamos nada 0ue ob=etar a la interpretación ol&soniana de la carencia de 5"oluntad8 de ios, parece incoherente, dado su modo de razonar, 0ue la mantenga< .a 0ue Spinozatambi5n dice 0ue 5ios se ama a s( mismo8 !'t"., 3, %rop#, >>>3$, . Wol&son podr(a mu. bien haberse ser"ido de ese texto en un sentido enteramente similar a como se sir"e de los textos en 0ue se habla del 5entendimiento8 de ios# 3# 6rochard insistió en la 5personalidad8 del ios de Spinoza !como idea =ud(a indisociable de su pensamiento$, utilizando, precisamente, la unión de entendimiento y voluntad en ios ('tudes de p"ilosop"ie ancienne et de p"ilosop"ie moderne, %ar(s, 'lcan, 1912< e Dieu de Spinoza Lpp# ??2)?EPM: puesto 0ue las ideas no son algo 5mudo como un pintura8, segKn Spinoza, deben ir acompa-adas de "oluntad Fentiende 6rochardF ., en ese sentido, 5les idAes sont dans lYentendement di"in comme dans le nwtre8 !p# ?B1$# /s adelante !cap# B$ "eremos cómo LBM esta interpretación de 6rochard nos parece tambiAn desen&ocada: la "oluntad 0ue Spinoza considera es siempre la "umana.
+P ;n el doble plano 5ontológico)general8 !el plano de la Sustancia$, . 5ontológico)especial8 !como #5nero de materialidad especial el orden de la naturaleza naturata$, a 0ue nos re&eriremos m/s adelante# +1 3Aanse: eternitas. Spinozistic Study !@x&ord, Clarendon %ress, 19?P$, . %reation, 'manation and Salvation. Spinozistic Study !a Ha.a, # Ji=ho&&, 19+2$# +2 eternitas, cit#, ntr#, p# 3# +? Ob. y lu#. cit. + eternitas, cit#, p# ># +B Obra y lu#. cit., recordemos, p# e=#, a propósito de Hegel, estas declaraciones de 7h# W# 'dorno: 5;ste concepto, el de Yapreciación cr(ticaY de un autor se ha "uelto insu&rible !###$< anuncia !###$ la des"ergonzada pretensión de se-alar soberanamente al di&unto su puesto !###$ ., en la abominable pregunta de 0uA signi&ica, para el presente, Hegel !###$ resuena seme=ante presunción# Jo se lanza, en cambio, la pregunta in"ersa, la de 0uA signi&ica el presente ante Hegel !###$# Si no se 0uiere rebotar de Al con las primeras palabras 0ue se digan, es preciso !###$ comparecer ante la pretensión de "erdad de su &iloso&(a, en lugar de parlotear meramente desde arriba ., por consiguiente, por deba=o de ella8 (Tres estudios sobre He#el, trad# esp#, adrid, 7aurus, 19+9, pp# 1B)1+$# ++ %reation, 'manation..., cit#, p# 9# +E 5###the theor. o& Spinoza and %ro Hallett can be made more or less intelligible b. simpathetic interpretation and the use o& analogies< hat is lacQing is an. attempt to sho cause h. one should belie"e it8 !C# # 6road, $ro+. Hallett>s <eternitas= !en &ind, J# S#, 2 L19??M, p# 1+9$# + 7(pica ob=eción al mAtodo de Hallett: 5Spinoza, e# g#, sa.s: sentimus, eperimur/ue, nos aeternos esse. %ro Hallett agrees ith him, and sa.s, "er. =ustl., that, i& this ere not so, e could ha"e no positi"e idea o& eternit.# 6ut must con&ess that am not aare o& ha"ing an. experience hich could be appropriatel. expressed b. this sentence or b. an.thing liQe it8
!6road, ob. cit., p# 1B1$# +9 ;n su obra T"e !indication o+ &etap"ysics9 a Study in t"e $"ilosop"y o+ Spinoza !ondres, 19B1$: las proposiciones meta&(sicas de Spinoza podr(an ser asimiladas a a&irmaciones de existencia 0ue no dependiesen de la obser"ación### a autora, 0ue intentó colocarse &uera de los marcos de un 5estrecho logicismo . positi"ismo8, ha concluido posteriormente F"er nota siguienteF por adoptar una actitud, si no 5logicista8, s( m/s en l(nea con la corriente anglosa=ona del an/lisis del 5uso comKn8 del lengua=e# EP C&r#, de Duth # Sa, $ersonal Identity in Spinoza !en In/uiry F@sloF, "ol# 12)1 L19+9M, pp# 1)1$: 5When !###$ come upon passages such as the &olloing, admire them, and re=oice to meet the mind o& someone steeped in Spinoza and mo"ed to elo0uence !###$8# '0u(, la cita de un texto de eternitas, de Hallett, donde este emplea sugesti"as met/&oras musicales al hablar de cómo, en Spinoza, las partes del uni"erso contribu.en a la sin&on(a total, a la "ez 0ue, sotto voce, reinterpreta cada una la totalidad de la sin&on(a, Nc#, Nc# 5t is possible to enter into the thoughts and &eelings o& a philosopher so completel. that one speaQs in his language, and, in eplicatin# di++iculties, produces more utterances in t"e same tone !subr# nuestro$# 7his a. o& exposition is admirabl. &itted to displa. a s.stem in all its inner consistenc., and to induce in readers a &rame o& mind similar to that o& our philosopher !###$ but this needs to be complemented b. another test, the con&rontation ith &act, or at an. rate, ith our ordinary 6ays o+ re+errin# to +acts !subr# nuestro$8 !pp# 1?) 1$# ;l test del 5sentido comKn8 se le aplica a Hallett, pero tambiAn a Spinoza< 0uiz/ el nue"o peligro sea el de 0ue, por obra de ese 5sentido cormKn8, se eclipse el sentido histórico: la clase de eclipse 0ue hace decir cosas tales como 0ue F pongamosF %latón 5estaba e0ui"ocado8 al decir 0ue 5hab(a un mundo de las deas8, o cosas seme=antes### E1 C&r# in+ra, cap# # LBM E2 eternitas, cit#, pp# 1B ss# E? Ob. cit., pp# 29 s# E 3er, p# e=#, H# 6arQer, 5Jotes on the Second %art o&
SpinozaYs ;thics8 !&ind, J# S#, E !19?$, pp# 1B9)E9< 21)?P2 . 1E)?9$: el ios de la ;tica Fdice, p# e=#,F 5is not the YGodY o& ordinar. linguistic usage8 !p# 1+, constatación 0ue acaso no sea un pasmoso hallazgo, pero 0ue, en todo caso, posee un t(pico tono 5cr(tico8$< o cuando a&irma 0ue, en la cuestión de la relación 5Sustancia)'tributos8, se trata de 5###to expound a combination o& threeinconsistent !subr# nuestro$ doctrines: 1$ that the substance consists o& the attributes, 2$ that the substance is one, ?$ that the attributes are man. and all holl. di&&erent &rom each other# Jo ingenuit. and no straining o& language are e0ual to the tasQ8 !p# 2?$# 'nte exhibiciones anal(ticas tan abrumadoramente perspicaces de las in&antiles tonter(as en 0ue, al parecer, consistió el pensamiento de Spinoza, uno puede sentirse impulsado a pensar 0ue la posición de Hallett es superior a la de sus cr(ticos# ' propósito del anti) historicismo 5empirista8 0ue mencionamos en el texto, recuArdese la ase"eración de Deichembach: 5uienes traba=an en la nue"a &iloso&(a no miran atr/s< su traba=o no sacar(a ningKn pro"echo de consideraciones históricas8 !a +iloso+*a cient*+ica, trad# esp#, Axico, *# C# ;#, 2 ed#, 19+E, p# ???$# Ciertamente, si las consideraciones históricas en cuestión "ersan !como lo hacen en el libro de Deichenbach$ sobre problemas del tipo de si Spinoza era 5buena persona8 ! ob. cit., p# +$, ant 5piadoso8 !pp# EP)E2$ . Hegel, m/s o menos, 5ma=adero8 !pp# 1?)1, E9)P$, considerando esos astutos diagnósticos psicológicos como la cla"e del pensamiento de los autores mencionados, entonces estamos completamente de acuerdo en 0ue de las consideraciones históricas no se obtiene ningKn pro"echo# %or supuesto, no 0ueremos a0u( tratar con&usi"amente a empirismo lógico . &iloso&(a anal(tica, sino solo en cuanto a un cierto comKn desdAn por la historia de la# &iloso&(a !0ue, desde luego, no siempre existe$# EB Carta de 6ergson, le(da por %aul 3alAr., en la conmemoración por la Sorbona del 2BP ani"ersario de la muerte de Spinoza !apud Che"alier, ob. cit., , p# 29$# 6ergson "iene a decir 0ue la 'tica representa la altura en 0ue el &ilóso&o debe colocarse, 5la atmós&era en 0ue el &ilóso&o respira8, pues Spinoza muestra 0ue 5el conocimiento interior de la "erdad coincide con el acto intemporal por el cual la "erdad se plantea8, . as( nos hace 5sentir . experimentar nuestra eternidad###8
E+ 5###pour Spinoza, le m5canisme nYest 0ue lYantic"ambre du mathAmatisme# Celui)lk ramenait k une mAtaph.si0ue de la matiXre 0ui Atait le prolongement du rAalisme anti0ue# Celui)ci conduit k une philosophie de lYesprit 0ui ou"re la "oie des rA&lexions les plus pro&ondes et les plus &Acondes o sYest engagAe la spAculation moderne: dA=/ le Tractatus de intellectus emendatione a"ait mis en A"idence la connexion de lYanal.se mathAmati0ue et de lYanal.se rA&lexi"e8 !$"ysi/ue et &5tap"ysi/ue, en Septimana Spinozana, a Ha.a, # Ji=ho&&, 19??, p# E$# ;l corolario de ese 5matematismo8 ser(a, para 6runsch"icg, toda una 5&iloso&(a de la libertad8, impregnadora del esp(ritu moderno# EE 5algrA la sou"eraine indi&&Arence de lY 't"i/ue k nos petits besoins humains, k nos &inalitAs sub=ecti"es !###$ le spinozisme nYa cessA dYattirer, de &orti&ier, et demeure un &o.er o des hommes sont "enus, "iennent et "iendront chercher le rude encouragement dYune pensAe probe !sYil en &yt$ par&aitement sereine et apaisante# ais 0ui sYadresserait pour cela au Discours de metap"ysi/ue ou k la T"5odic5e Sur ce plan, eibniz, 0ui pou"ait =ouer sur tous les tableaux !###$ a perdu< Spinoza, re&usant de =ouer, a gagnA8 !eibniz et Spinoza, %ar(s, Gallimard, 19+2# %re&acio, p# 2$# E '# # eborin, Spinoza>s -orld>s !ie6 !trad# inglesa del estudio &*rovozzreniye Spinozy $ , art(culo recogido por ;# # line, Spinoza in soviet p"ilosop"y, ondres, Doutledge and egan %aul, 19B2, p# 9P$# Criticando una reunión, en a Ha.a, de la Societas Spinozana, dice eborin: 5ninguna "oz se le"antó all( para gritar sonoramente a todos a0uellos educados caballeros: Ysois unos mentirosos des"ergonzadosY8 !p# 9P$< pues 5para nosotros8 Fa&irma eborinF 5Spinoza es esencialmente un gran ateo . materialista8 (ibidem1. ;s posible 0ue eborin hubiera extendido su LEM acusación de 5idealismo8 a, por lo menos, gran parte de los tres textos 0ue son el ob=eto de nuestras tres anteriores notas# E9 G# eleuze, 5Spinoza et la mAthode gAnArale de # Gueroult8 !en Aevue de &5tap"ysi/ue et de &orale, E !19+9$, p# ?E# P Ob. cit., p# 2+# 1 # Gueroult, Spinoza, I9 Dieu ('t"i/ue, I1, %ar(s, 'ubier)
ontaigne, 19+# %ueden "erse, adem/s del citado art(culo de eleuze: %# 'gaesse, e Spinoza de &. 7ueroult !en rc"ives de $"ilosop"ie F%ar(sF, ?2 !19+9$, pp# 2)9+< G# re.&us, a m5tbode structurale et le
#e de la Science F%ar(sF, 19+9, n# ?, pp# 2P) EB$# 2 Gueroult, ob. cit., p# 12# ? Ob. cit., p# 1?# eleuze, ob. cit., pp# 2E)2: \Z [{f &rente a \` [|\`: la distinción lógica estoica !traspuesta en la no menos cl/sica 5JoesisRJoema8 de la tradición &enomenológica$ es, segKn parece, usada por eleuze para 5decir8 0ue la +)rmula acabada, dada como ob=eti"idad independiente de su proceso generador, no recoger(a el pensamiento en su proceso generador Fen su 5producción8F, . 0ue habr(a 0ue captar el pensamiento en su producción, pero teniendo en cuenta 0ue esa producción es la misma &órmula acabada, la cual, a su "ez, no recoge el pensamiento en su producción###, Nc#, Nc# a solución a todo ello, claro est/, consiste !esperamos$ en recoger el pensamiento en su producción, . a la "ez no separarlo de la &órmula acabada dada, lo cual se reconocer/ sin duda como una "erdad absolutamente necesaria# %uesto 0ue eleuze abomina de la dial5ctica !"Aase :ietzsc"e y la +iloso+*a, trad# esp#, 6arcelona, 'nagrama, 19E1, pp# 22P ss#, donde la reexposición 5desde dentro8, o simpatAtica, de Jietzsche, as( como la alusión a Stirner, son hechas sin duda e abundantia cordis$, en cuanto 0ue la dialActica ignorar(a el /ui5n . la di+erencia !5la dialActica se nutre de oposiciones por0ue ignora los mecanismos di+erenciales di"ersamente sutiles . subterr/neos###8 Fp# 221, subr# nuestroF< 5despro"ista de su pretensión de rendir cuentas de la di+erencia, la contradicción aparece tal cual es: perpetuo contrasentido###8, p# 222, subr# nuestro$, es normal 0ue eleuze capte, a su "ez, la 5di&erencia8 0ue ha. entre la clase de planteamiento 0ue hemos recogido m/s arriba . un cierto planteamiento 5dialActico8 !., por cierto, un planteamiento sin pre"isible solución$: nosotros con&esamos no "er bien esa 5di&erencia8# B Onamuno, anticipando este aspecto de la 5&iloso&(a estructuralista8 !aun0ue seguramenteno anticip/ndose a Jietzsche$, escrib(a en %)mo se "ace una novela9 5###el
nóumeno in"entado por ant es de lo m/s &enomenal 0ue puede darse, . la sustancia, lo 0ue ha. de m/s &ormal# ;l &ondo de una cosa es su super&icie8# Como se sabe, Heidegger puso el acento en esa 5autonomización del &enómeno8 como punto esencial nietzscheano: la supresión de la ant(tesis platónica 5aparienciaRrealidad8 realizada, segKn Heidegger, por Jietzsche !5###die Yscheinbare WeltY ist nur die sinnliche Welt nach der 'uslegung durch den %latonismus# urch die 'bscha&&ung dieser }&&net sich erst der Weg, das Sinnliche zu ba=ahen und mit ihm auch die nitchtsinnliche Welt des Geistes8 !Der -ille zur &ac"t als unst, en :ietzsc"e,Stuttgart, JesQe, 2 ed#, 19+1, "ol# , p# 22$ conlle"ar(a una 5neue 'uslegung der SinnlichQeit8 !p# 2?$, en donde la 5apariencia sensible8 es tan "erdadera como la verdad, .a 0ue la 5"erdad8, a su "ez !la 5"erdad8 como 5estabilidad8: 5das Wahre als das 6estndige8, p# 2E$, 5ist eine 'rt "on Schein8 !=usti&icada por su 5"alor para la "ida8$ (ibidem1. 'l decir Jietzsche 0ue 5la apariencia es la Knica realidad8, indicar(a, no 0ue lo real sea aparente, sino 0ue todo lo real !. en esa totalidad se inclu.e, con tan leg(timo t(tulo como la pretendida "erdad 5pro&unda8, el mundo de lo &enomAnico dado en el puro 5aparecer cambiante8$ 5ist in sich perspeQti"isch8 !p# 2$# icho de otro modo: 0ue ha. una raz)ninmanente en lo 5apariencial8, 0ue lo &ortuito . azaroso es racional, en cuanto &ortuito . azaroso# Creo 0ue este tipo de interpretación debe ser mencionado como una &uente importante de la 5&iloso&(a estructuralista8 !aun0ue, por supuesto, habr(a &uentes m/s remotas$< no parece casual, ni mucho menos, la aparición de la 5rei"indicación de Jietzsche8 en ambientes m/s o menos 5estructuralistas8 LM !pensemos, en *rancia, en lossosQi, 6lanchot, o el propio eleuze, ., en nuestro pa(s, en ;ugen(o 7r(as$# ;l tema de la apariencia, @nica realidad es el tema mismo de la
9P ;n cuanto 0ue 5la apariencia sensible se con"ierte, en la ;stAtica, en "erdadero &in de s( misma8, a la 0ue se accede por el in#enium venustum connatum ('st5tica, pgr# 29< apud'bbagnano, Historia de la +iloso+*a, t# , pp# ?+1)?+?# 91 a di&erencia de 6aumgarten . ant es bien conocida: en 6aumgarten, la 5autonom(a de lo &enomAnico8 es relati"a, entendida como 5conocimiento in&erior8< en ant, simplemente,no es conocimiento !.a 0ue el 3uicio re+leionante 5estAtico8 se e=ercita sobre la sub=eti"idad . no emplea conceptos !5as GeschmacQsurteil unterscheidet sich darin "om dem logischen: dass das letztere cine 3orstellung unter 6egri&&e "om @b=eQt, das erstere aber gar nicht unter einen 6egri&& subsumiert !###$ Gleichohl aber ist es darin dem letztern hnlich, dass es eine 'llgemeinheit und JotendigQeit, aber nicht nach 6egri&&en "om @b=eQt, &olglich eine bloss sub=eQti"e "orgibt8 !r. d. 2., , , 2, prgr ?B< ed# Cassirer, t# B, p# ?+P$# %ero laautonom*a se mantiene en ambas "ersiones# 92 Jos re&erimos, p# e=#, a Jietzsche en el sentido mencionado m/s arriba Fnota BF< la idea de la realidad como 5perspecti"a inmanentemente ordenada8 aparece, a "eces, como 5&iloso&(a impl(cita del artista8, en cuanto Aste pueda considerar 0ue la 5interpretación8 5empobrece8 su obra, reduci5ndola . eliminando su ri/ueza +enom5nica. *rente a ese empobrecedor reduccionismo, se tiende a decir 0ue la obra 5es lo 0ue est4 a"* ###8, Nc# ;n este sentido Fpor citar un e=emploF se producen a&irmaciones de tanto Axito en los medios art(sticos !pese a, o a causa de, su palmaria ingenuidad$ como las contenidas en el ensa.o de Susan Sontag %ontra la interpretaci)n !trad# esp#, 6arcelona, Seix 6arral, 19+9$# On cierto esteticismo anar0uizante no es in&recuente en tales mani&estaciones, sentido como horror a la le#alidad, 0ue anular(a las 5ricas8 epresiones de la personalidad. a "isión inmanentista de 0ue nos ocupamos podr(a ser puesta en relación con este orden de ideas# 9? C&r# r. d. r. !., ed# Cassirer, t# ?, pp# B+1 ss# 9 ;n &a"or de la genuina 5autenticidad spinozista8 del 3, "er, p# e=#, H# G# Hubbeling !Spinoza>s &et"odolo#y, cit#$ o C# e eugd !T"e si#ni+icance o+ Spinoza>s +irst ind o+ no6led#e,'ssen, 3an Gorcum, 19++$# ;n contra, p# e=#, adeleine *rancXs !ob. cit., p# 2?P ss#$, o G# H# D# %arQinson
!Spinoza>s t"eory o+ no6led#e, @x&ord, Clarendon %ress, 19B$, entre autores relati"amente recientes# %uede merecer nota esta a&irmación de 'ppuhn: 5@n peut trou"er surprenant 0ue Spinoza, ni dans ses lettres, ni dans ses ou"rages postArieurs, ne &asse allusion dYune &aon nette au %ourt Trait58 !:otice pre"ia a la trad# &rancesa del 3, cit., p# 22, n# 2$< 5il &aut donc admettre 0ue Spinoza considArait son premier ou"rage comme une Abauche trop impar&aite8 (ibidem1. ;n la contro"ersia cl/sica del siglo >> sobre el 3, 7rendelenburg !2eber die au+#e+undenen 'r#Jnzun#en zu Spinoza>s -eren, en Historisc"e BeitrJ#e zur $"ilosop"ie, 6erl(n, 1+E, segKn noticia de 'ppuhn, ob. cit., p# 22$ hab(a llegado a atacar la autenticidad de las notas del 3 como no siendo de la mano de Spinoza# ;n el pre&acio a la primera ed# alemana del 3 !7Tbingen, 1EP$, Sigart re&utó esa acusación# a contro"ersia m/s importante se mantu"o acerca de la autenticidad de los dos Di4lo#osintercalados en la parte , o, por lo menos, acerca de su &echa de redacción# 'cerca de todo esto, "Aase 'ppuhn, ob. cit., pp# 2? ss# 9B ;n este sentido, el cartesianismo le habr(a suministrado los marcos tAcnicos para desarrollar sus ideas, originariamente al parecer monistas o pante(stas# ;l Deus sive :aturaest/ .a, desde luego, expl(cito en el 3 !, , 12$# C&r# SieQ, ob. cit., pp# ? ss# 9+ C&r# 'ppuhn, :otice cit#, pp# 2E)2# L9M 9E Spinoza a&irma de sus %%hC: 5;go cuidam =u"eni, 0uam meas opiniones aperte docere nolebam, antehac dicta"eram8 !'p., >, a @ldenburgh< Geb#, 3, p# +?$# Se trata del Casearius a 0uien Spinoza Fpor moti"os ignoradosF dio clase en Di=nsburg, . de cu.a =u"entud !si no de su inteligencia$ no ten(a mu. buena opinión: 5###nullus nempe mihi magis odiosus, nec a 0uo magis se"ere cura"i 0uam ab ipso 0uamobrem te omnes0ue notos monitos "ellem ne ipsi meas opiniones communicetis nisi ubi ad maturiorem aetatem per"enerit, nimis adhuc est puer, parun0ue sibi constants, et magis no"itatis 0uam "eritatis studiosus8 !'p., >, a e 3ries< Geb#, 3, p# 2$# /s tarde, como se sabe, Casearius, clArigo en alabar, se distinguió como colaborador en una importante obra de 6ot/nica !c&r# einsma, ob. cit., p# 19$# 9 e.er es m/s bien con&uso cuando a&irma, en un lugar:
5Jec tantum in 'xiomatibus proponendis, explicandis0ue, sed etiam in ipsis %ropositionibus, caeteris/ue conclusionibusdemonstrandis a %artesio saepissime recedit...8 ., m/s adelante, dice: 5Cum enim discipulum suum Cartesii %hilosophiam docere promisisset, religio ipsi &uit, ab e=us sententiae latum unguem discedere, aut 0uid, 0uod dogmatibus e=us aut non responderet, aut contrarium esset, dictare# uamobrem 3udicat nemo, illum "ic, aut sua, aut tantum ea, /uae probat, docere= (7eb., , p# 1?1< subra.ados nuestros$# e.er puntualiza m/s adelante !pp# 1?2)??$ 0ue Spinoza se opone a escartes, aun0ue no en el texto de la presente obra, en doctrinas tales como la de la 5incapacidad humana para comprender ciertos misterios8 !e&ecti"amente, en el 'pAndice de la parte de la 'tica, Spinoza llama asylum i#norantiae a la consideración segKn la cual 5ios est/ por encima de nuestra comprensión8 L7eb., , p# 1M, cr(tica 0ue "a dirigida contra escartes, segKn parece$# %ero el caso es 0ue incluso en el propio texto, al parecer !. segKn e.er$ 5&ielmente8 cartesiano, de los $rincipia, ha. resonancias puramente spinozistas bastante e"identes# 's(, en la parte : %rop# 3, Sch#, %rop# >, Sch# !donde Spinoza insinKa 0ue la ;xtensión pueda ser atributo di"ino$, %rop# >3, Sch# !con la a&irmación ta=ante de 0ue 5el error no es nada positi"o8$, %rop# >3, Cor#, %rop# >> !donde la tesis de la preordenación di"ina de todas las cosas no "a acompa-ada, como s* lo "a en escartes F c&r# $rincipes, , P< 'dam)7anner., >)2, p# 2F de la a&irmación del libre albedr(o$# Como dice 'ppuhn: 57out en lYexposant !la doctrina cartesiana$ en "oit &ort bien 0uYil la =uge, sait exactement a 0uel moment prAcis sa pensAe propre cesse dYtre dYaccord a"ec celle de escartes< cela bien entendu, est surtout apparent dans la premiXre partie###8 !:otice preliminar a la trad# de los $rincipia, ob. cit., p# 22B$# ;n cuanto a la segunda parte Fla 0ue contiene la +*sica cartesianaF es cierto 0ue las opiniones de Spinoza acerca de su "alidez &ueron cambiando !"er, p# e=#, 'p., >>>, a @ldenburgh, donde Spinoza reconoce la &alsedad de la sexta regla del cho0ue FGeb# 3, p# lEF< en el TT"$ parece admitir Spinoza la tercera le. de la naturaleza, de escartes Ftal como Aste la &ormuló en $rincipes, , P< ')7, >)2, p# +F aun0ue ello no implica la aceptación en concreto de las concretas le.es del cho0ue 0ue la desarrollaban$# ;n sus Kltimas cartas a 7schirnhaus !'p. >>> . >>>< Geb# 3#, pp# ??2 . ??$ Spinoza criticaba decididamente la mec/nica cartesiana, anunciando una 5nue"a
&(sica8, incoada Fen cuanto a su orientación ontológica m/s general, pero sin desarrollo &(sico concretoF en los lemas post %rop# 3 de la segunda parte de la'tica. e esto hablaremos m/s adelante< digamos a0u( 0ue la mec/nica ., sobre todo, el pro.ecto mecanicista cartesiano inspiró a Spinoza, . 0ue incluso su doctrina de la +orma de +ormas !contenida en los emas citados$ no tendr(a por 0uA ser tan completamente anticartesiana, . tan 5biológica, antimecanicista8 como muchas "eces se ha pretendido !in+ra, cap# 3$# 99 # *ischer, Spinoza ! ed#, Heidelberg, 199, pp# ?P+ . ss#$< U# *reudenthal, Spinoza und die Sc"olasti, cit#, pp# ?)1?# iscusión prolongada en sus respecti"os disc(pulos Wielinga !Spinozas %.&. als n"an# zu seiner Darstellun# der %artesianiscber $rinzipienle"re, Heidelberg, 199$ . eQoitz !Spinozas %o#itata &etap"ysica, 6reslau, 19P2$# 1PP %ara unin)6orQosQi ! us den Ta#en Spinozas, cit#, , p# 29 . s#$ los LBPM %o#itataser(an escol/stica tard(a, 5usada8 por Spinoza sin creer, propiamente, en ella# Ia "imos m/s arriba !nota 22$ cómo Su/rez estaba presente en esa in&luencia# 1P1 %arQinson, ob. cit., p# +< cita en apo.o 't". I, %rop# >> Sch#, . &ragmentos de las 'p.>>, >>, >>>3, >, . 3# ;n igual sentido Hallett, eternitas cit#, pp# +)+B, de&iende la genuinidad espinozista de ambas obras# 1P2 %&, , cap# 3# Sobre la conexión Su/rez)escartes)Spinoza en torno a las clases de distinción, c&r# eleuze, Spinoza et le probl;me de l>epression !%ar(s, inuit, 19+$, pp# 22)?1# ;n los %&, la terminolog(a, . el sentido de la clasi&icación de las distinciones son, e"identemente, cartesianos !c&r# escartes, $rincipes, , B?, +P)+1)+2 !')7, >)2, pp# . B1)B2) B?$# 1P? C# e eugd ha criticado la minus"aloración de estas obras, actitud 0ue atribu.e a una e0ui"ocada tradición exegAtica germ/nica !c&r# T"e si#ni+icance... cit#, pp# 1P)1$# 1P 3Aase H# H# Uoachim, Spinoza>s Tractatus de Intellectus 'mendatione. %ommentary !@x&ord, Clarendon %ress, 19P$, pp# 11)1# Uoachim da un elenco de textos del ; 5reelaborados8 por la 'tica8 as( 't". 3 %rae !sobre el bien . el
mal$, 't". , %rop# >3 !sobre la memoria$< o , >> Sch#, . > Sch# !sobre cuestiones en torno a 5dea eideatum8, idea ideae, criterio de "erdad, Nc#$# 1PB '# arbon, 'tudes spinozistes !%ar(s, %#O#*#, 19+$, pp# 11) +< en especial, BB)B+# Sin duda, todo este problema est/ ligado al de la redacción de lo 0ue Spinoza estimó 0ue iba a ser su $"ilosop"ia !de la 0ue el ; podr(a haber sido una introducción: "Aase *reudenthal,Spinoza eben und ebre, cit#, pp# 1PE)$# a tesis de *reudenthal ha sido criticada ., sin duda, la interpretación de la 'p. 3, en 0ue se basa, es mu. di&(cil# %ero parece plausible pensar 0ue el ; 0uedó como 5obra suelta8 al autonomizarse cada "ez m/s a0uella$"ilosop"ia 0ue acabar(a llam/ndose 'tica. 1P+ Como se sabe, el =uicio condenatorio de Spinoza sobre la horda, instigada por el partido orangista clerical)puritano, 0ue asesinó a los hermanos de Witt, ha sido recogido por eibniz: 5UYai passA 0uel0ues heures aprAs d~ner a"ec Spinosa< il me dit 0uYil a"ait AtA portA, la =our des massacres de # de Witt, de sortir la nuit et dYa&&icher 0uel0ue part, proche du lieu des massacres un papier o il . aurait ultimi barbarorum...= !carta al abate Gallo.s de &ebrero de 19EE< apud *riedmamn, eibniz et Spinoza cit#, p# E9$# ;l pasa=e abona las opiniones de algunos !c&r#, p# e=#, SieQ, ob. cit., p# 9$ como indicio de un necesario cambio de actitud de Spinoza hacia 5el pueblo8# %ero, aun0ue 0uienes asesinaron a los Witt no pod(an ser simp/ticos a Spinoza, Aste siguió sosteniendo ser la democracia el rAgimen m/s per&ecto, por0ue en esta apreciación no entraban para nada simpat(as hacia 5el pueblo8 F0ue Spinoza probablemente no experimentabaF sino desarrollo racional de ciertos principios# 1PE Ona enArgica rea&irmación reciente del 5democratismo8 de Spinoza se contiene en D# ac Shea, T"e political p"ilosop"y o+ Spinoza !Je IorQ, Columbia O#%#, 19+$: 5SpinozaYs de&ense o& e Witt regime and o& dispersed aristocrac. has been mistaQen &or a shi&t &rom the pre&erence &or democrac. e"inced in the Tractatus T"eolo#icopoliticus to a pre&erence &or aristocrac. in the Tractatus politicus. 's e shall sho, onl. the most casual reading could bring about such a belie&< a more exact stud. o& the text shos 0uite the opposite8 !p# 12?$: c&r# p/gs# siguientes, hasta la 1?B#
1P ;n el T$ ha. textos como Astos: 5###0ui credunt posse &ieri, ut unus solus summum Ci"itatis Uus obtineat, longe errant# Uus enim sola potentia determinatur !###$ at unius hominis potentia longe impar est tantae moli sustinendae8 !c# 3< Geb# , p# 29$# $or eso,5###imperium, 0uod absolute onarchicum esse creditur, sit re"era in praxi 'ristocraticum8(ibidem1. e acuerdo con esa imposibilidad de 0ue sea autAnticamente 5absoluto8 el poder del monarca !lo cual es percibido por Spinoza como un incon"eniente$, Spinoza a-ade, hablando de la 'ristocracia, en el cap# 3: pues hemos dicho 0ue el poder de un hombre no basta a lle"ar la carga del ;stado, esa a&irmación 5sine mani&esto ali0uo absurdo de Concilio satis magno enunciare nemo potest8 !Geb# , p# ?2B$# $or eso, 5imperium, 0uod in Concilium satis LB1M magnum trans&ertur, absolutum esse, "el ad absolutum maxime accedere8 (ibidem1. 'hora bien, el poder aristocr/tico, aun aproxim/ndose al 5absoluto8 F. a signi&icar, as(, la m/xima expresión de la soberan(a, entendida como potenciaK se da alguna razón por la 0ue 5in praxi absolutum non sit8, . esta razón es la ocasional oposición del pueblo !pp# ?2B)2+$# %ues bien: cuando Spinoza empieza su inconclusa disertación sobre la emocracia, dice: 57ranseo tandem ad tertium, et omnino absolutum imperium, 0uod ernocraticum appellamus8 !p# ?B, subr# nuestro$# Ha., como se "e, una clar(sima gradación ascendente, de menor a ma.or 5absolutez8, en el T$, gradación 0ue lo es tambiAn de 5plenitud de esencia8, pues, como ha dicho, el derecho se determina por el poder, . as(, la emocracia es m/s autAnticamente 5potente8, o sea, tiene 5m/s derecho8 !es m4s <'stado=, aun0ue todos lo sean$ 0ue las otras &ormas# Creo 0ue el pro&esor 7ierno Gal"/n no da todo su "alor a la igualdad 5esencia potencia8 cuando con&iesa no entender !"er nota de la p# 21 de su traducción del 7%$ la cuestión de la 5absolutez8 del poder en las relaciones 5aristocracia)pueblo8# Cuando Spinoza dice 0ue, ba=o la 'ristocracia, el poder no retorna al pueblo !sal"o 0ue### e&ecti"amente, retorne, pues la muchedumbre impone miedo, en ocasiones, a la oligar0u(a$, 0uiere decir 0ue es improbable 0ue retorne, pero no lo 5prohibe en abstracto8 !cómo podr(a hacerlo$# 7ierno sobreentiende F pareceF 0ue si el pueblo tiene 5derecho8, como dice Spinoza, a transmitir ese poder, no se "e por 0uA no "a a tener 5derecho8 !as(, en abstracto$ a re"ocar el poder de los oligarcas: Spinoza estar(a errado en ese punto# %ero Spinoza no piensa los 5derechos8 en abstracto, sino 0ue piensa en e+ectivo poder. %or
eso la emocracia es 5completamente absoluta8< por0ue su concepto en"uel"e la unión de los poderes particulares Fde todosF, . as(, el poder no puede sentirse coaccionado desde algo externo a Al, pues 0ue no ha. nada externo a Al# 7ierno tampoco parece haber "isto bien la concepción del 5derecho8 como 5&uerza8 !el democratismo de Spinoza es realista, . no inclu.e la menor complacencia hac(a el vul#o$ cuando, en su traducción delTT"$ !p# B+$ "ierte como 5derecho sobre todo8 lo 0ue en Spinoza es 5ius ad omnia8 !c&r# Geb#, , p# 19$, en cuanto interpretación del 5derecho natural8< "er eso como un ius ad rem Fm/s bien 0ue el est/tico ius in reF implicar(a una concepción din/mica de la esencia !Kltimamente puesta de relie"e como &undamento del reconocimiento spinozista de la dimensión histórica$ 0ue la traducción de 7ierno, por tantos conceptos meritoria, no recoge a0u( con claridad# 1P9 '# Di"aud !Histoire de la p"ilosop"ie, cit#, p# 2E$ se ha re&erido a la iron(a de Spinoza en estas materias# Cl/sicamente, 3an der inde !Spinozas e"re und deren :ac"tvirun# in Holland, G}tingen, 1+2$ .a habr(a hablado de 5hipocres(a8< en cambio, enzel !Spinoza und die %olle#ianten, en rc"iv +. 7esc"ic"te d. $"., >3 !19P2$, pp# 2EE)9$ habr(a sostenido 0ue Spinoza era 5cristiano de corazón8### *reudenthal !Spinoza eben und e"re, cit#, , cap, 3$ habr(a restringido los alcances 5spinozistas8 del TT"$. /s recientemente, Hubbeling(ob. cit.1 en la l(nea de la rei"indicación del pensamiento pol(tico de Spinoza !comKn ho. sobre todo entre autores &ranceses$ parte del reconocimiento spinoziano de las pasiones como realidades para sostener la autenticidad spinozista del TT"$. 57he state here e ha"e to deal ith the emotions and passions o& the great masses o& people cannot be built en reason alone###8 !p# B$# I ocuparse de esos temas es ocuparse, tambiAn, de realidades# 11P C&r# ;, Geb#, , p# 9: 5deinde &ormare talem societatem 0ualis est desideranda, ut 0uamplurimi 0uam &acilline, et secure eo per"eniant8# 111 ;n el sentido de la 5implantación gnóstica8 de la &iloso&(a a 0ue G# 6ueno se ha re&erido !C&r# 'l concepto de
112 a cAlebre %rop# >> del ibro 3 de la 'tica !Geb# , p# 2+$# 11? olaQosQi, $. Bayle criti/ue de la m5tapbysi/ue spinoziste de la Substance !en $ierre Bayle9 le p"ilosop"e de Aotterdam, 'msterdam)%ar(s, ;lse"ier)3rin, 19B9$, p# P, n# ?# Capítulo 2 El modelo ontológico del «Materialismo filosófico» La materialidad ontológico-general y los tres géneros de materialidad ontológico-especial ;l modelo 0ue "amos a aplicar al pensamiento de Spinoza responde literalmente a la doctrina expuesta por el pro&esor Gusta"o 6ueno en su obra 'nsayos materialistas. %uede considerarse, pues, lo 0ue a0u( "amos a decir como un estudio 0ue tiene por ob=eto el desarrollo histórico parcial del cuerpo de doctrina all( expuesto# 1 as re&erencias 0ue a dicha obra "a.amos haciendo lo son a los dos 5;nsa.os8 de 0ue consta !0ue citaremos 'nsayo I, 'nsayo II1, titulados respecti"amente 5aterialismo &ilosó&ico8 . 5octrina de los 7res GAneros de aterialidad8# 'd"irtamos, desde luego, 0ue de la exposición . s(ntesis de las doctrinas contenidas en dicha obra somos enteramente responsables, as( como de su interpretación global, . a la hora de aplicarlas al pensamiento de Spinoza# ;xponemos a0u( nuestra manera de entender dichos'nsayos !. no en toda su comple=idad, por supuesto, sino en a0uellos rasgos generales 0ue nos con"engan m/s especialmente para los propósitos históricos de este traba=o$, . el modo como entendemos 0ue son aplicables a la &iloso&(a de Spinoza< modos de entender 0ue pueden no coincidir con los del autor, cu.a posibilidad de recti&icación 0ueda en todo caso abierta#
5aterialismo &ilosó&ico8 conlle"a la distinción entre dos planos Fen principioF 5tradicionales8: el plano de la @ntolog(a general . el de la @ntolog(a especial# a distinción encuentra, por e=emplo, un lugar acadAmico cl/sico en Wol&&: la realidad se organiza en tres regiones del ser !5undo8, 5'lma8, 5ios8$ 0ue constitu.en el /mbito de la @ntolog(a especial, . esos tipos de ser alcanzan su unidad en la dea general de Ser, ob=eto de la @ntolog(a general 2# ;l sentido de la distinción ol&&iana habr(a sido arrumbado con la cr(tica de ant !en cuanto a sus pretensiones dogm/ticas ., en particular, LBM en cuanto a laconei)n entre el Ser en general . las regiones de la @ntolog(a
especial$, pero la distinción misma habr(a sobre"i"ido a la cr(tica: de un modo u otro, habr(a sido reproducida por la &iloso&(a idealista, el materialismo dialActico, e incluso por el moderno positi"ismo ?# a doctrina del 5materialismo &ilosó&ico8 reproduce asimismo esa distinción, en cuanto considera 0ue una @ntolog(a materialista debe distinguir entre la idea ontol)#ico#eneral de ateria !$ !correspondiente a la de 5Ser8 de la @ntolog(a general cl/sica$, . los tres gAneros !1, 2, ?$ de materialidad ontol)#icoespecial. Jaturalmente, esta reproducción no pretende trasladar al materialismo los componentes indudablemente meta&(sicos de la distinción tradicional# a doctrina del materialismo &ilosó&ico intenta, s(, 5recuperar la meta&(sica8 F&rente a las usuales acusaciones segKn las cuales Asta no ser(a sino un con=unto de "aciedadesF mostrando 0ue trata con autAnticos problemas ontológicos, reiterados m/s tarde incluso cuando la meta&(sica se considera de&initi"amente 5superada8< pero esta recuperación de la meta&(sica no 0uiere incurrir, ella misma, en la actitud meta&(sica# a exposición 0ue "amos a hacer del materialismo &ilosó&ico constitu.e, en cierto modo, el desarrollo de esa 5recuperación no meta&(sica de la meta&(sica8# Jaturalmente, muchos problemas de &ondo 0uedar/n a0u( entre parAntesis< pues, a nuestros e&ectos m*nimos, nos importa solo exponer con claridad las l(neas generales del es0uema 0ue luego "amos a tomar como pauta, sin 0ue podamos comprometernos a &ondo en su de&ensa e ilustración#
I esde el punto de "ista ontológico)general, el materialismo se constitu.e, &undamentalmente, como una doctrina cr*tica, como todo lo contrario 0ue el dogmatismo# I es cr(tica, ante todo, por0ue la dea de ateria !en cuanto ateria ontológico)general LM$, en cuanto dea +ilos)+ica !. no m(tica o meta&(sica$ es asumida como la dea de una radical pluralidad, no sometida a una le#alidad universal. ;s la dea misma de 5Oni"erso8 Fde 5Cosmos8F en cuanto totalidad omnicomprensi"a ordenada, la 0ue la dea de ateria cuestiona: por eso es cr(tica# ;l materialismo, en el plano de la @ntolog(a general, es una doctrina enArgicamente opuesta al cosmismo< en cuanto @ntolog(a general, el materialismo es una doctrina acosmista. ;s, en de&initi"a, un antimonismo o, si se pre&iere, un anti"olismo. a idea de 0ue 5todo est/ conectado con todo8, con&orme a un orden 0ue preside la omnitudo realitatis, u omnitudo entis, es considerada a0u( como el prototipo de idea meta+*sica, desde el plano ontológico)general !el 0ue considera al 5ser en general8 o la 5ateria en general8$# a &ateria es pluralidad (partes etra partes1: es lo contrario de la Onidad< 5la ateria es Ona8 resulta ser la 5proposición archimeta&(sica8, por as( llamarla, aun0ue ello Fpor supuestoF no 0uiere decir 0ue 5ha. algo 0ue no es materia8 !0ue es 5esp(ritu8, por e=emplo$# Solo ha. materia, pero esa materia 5se dice de
muchas maneras8### e hecho, esta caracterización de la eta&(sica como, precisamente, lo 0ue LBBM "ersa sobre la totalidad omnicomprensi"a ordenada ha sido .a practicada !incluso sin 0ue ello signi&icase una cr(tica$: recuArdese, por e=emplo, a 6radle. # esde el momento en 0ue la tarea de la &iloso&(a se concibe, en primer lugar, como una tarea precisamente cr(tica !cr(tica de las e"idencias recibidas en el proceso &ormati"o, proceso e&ectuado en el seno de una comunidad, 0ue es siempre Fpor emplear la expresión de G# 6uenoF una 5matriz m(tica8 de la conciencia$ B, el re#reso cr(tico desde las conexiones 5recibidas8, desde el orden aparente, hacia un concepto l(mite en el 0ue todas las conexiones, en todos sus contextos posibles, se rompen, . 5la8 realidad aparece como pura pluralidad, signi&ica el e=ercicio, lle"ado hasta sus Kltimas consecuencias, de esa racionalidad cr(tica 0ue es el principio de la &iloso&(a: 5el Ser se dice de muchas maneras8# Se dice, en el l(mite, de una in+inidad de maneras# Caracterizar esa "isión de 5la realidad8 en su con=unto !"isión 0ue niega, precisamente, haber tal cosa como 5la realidad en su con=unto8$ como materialista, puede acaso parecer escandaloso# Jo ha., por "entura, unas 5le.es necesarias8 de 5la ateria8, le.es deterministas, 0ue ordenan esa ateria en su con=unto, a las 0ue todo est/ sometido, . no es la creencia en esas le.es un componente esencial de lo 0ue ordinariamente se entiende por 5materialismo8 'caso no ha sido cali&icada la negación de tales le.es como una muestra palmaria de idealismo, m/s o menos burguAs + Sin duda, las discusiones entre marxistas . antimarxistas, basadas en las rec(procas acusaciones, respecti"amente, de 5ingenuidad epistemológica8 !el realismo ingenuo 0ue una amplia tradición marxista habr(a practicado, segKn sus detractores$ . de 5"acuidad ontológica8 !el escepticismo, t(picamente 5reaccionario8, 0ue la hipercr(tica gnoseológica conlle"ar(a, segKn sus ad"ersarios$, discusiones 0ue arro=ar(an la imagen de una doctrina 5acr*tica8 del Ser oponiAndose a una doctrina 5"ipercr*tica8 del Conocimiento, hace .a tiempo 0ue han alcanzado, al menos en apariencia, un m/s ele"ado ni"el de so&isticación# Sin embargo, resulta di&(cil disociar la dea de ateria de la dea de @rden, de Cosmos< entre otras cosas, por0ue esa disociación podr(a desalentar a 0uienes ci&ran precisamente en la asociación de esas ideas la posibilidad de realización de sus aspiraciones pr/cticas# I, sin embargo, una de las pretensiones de la doctrina del materialismo &ilosó&ico 0ue a0u( recogemos es la de criticar esa asociación 5ateria)Cosmos8, por considerarla como una hipóstasis in=usti&icada de uno de los #5neros especiales de materialidad< por considerarla, hablando 5acadAmicamente8, como la con&usión de lo 0ue es una parte de la @ntolog(a especial con la @ntolog(a general# o hipostasiado ser(a, en este caso, la dea ontológico)especial de 5undo8: la materia a la 0ue 5undo8 alude es la materia corp)rea, . las le.es 0ue
har(an un 5cosmos8 de esa materia, ser(an las le.es de la materia corpórea# ;l cosmismo se apo.ar(a, entonces, en un corpore*smo: en una concepción Fe0ui"ocadaF de 5la8 ateria como consistiendo, exclusi"amente, en 5cuerpos8 !la res etensa$# Seguramente toda"(a puede parecer escandaloso 0ue se niegue la 5corporeidad8 de la ateria ontológico)general# I puede parecerlo por0ue la LB+M alternati"a a la 5corporeidad8, mu. a menudo, es concebida como 5espiritualidad8# I una 5materia no)corporal8, esto es,5espiritual8 ser(a, sin duda, algo mu. escandaloso . de&initi"amente extra"agante como empleo del lengua=e# %ero ese 5esto es8 es, precisamente, lo 0ue se cuestiona a0u(# 'legar el contexto 5materiaResp(ritu8, entendido como dis.unción exclusi"a, . Knica pertinente, ser(a capcioso, segKn pretendemos# a 5corporeidad8 como propiedad esencial de la materia aparece, para la concepción materialista a0u( recogida, como una idea mitológica o, en todo caso, meta&(sica: una meta+*sica corpore*sta. ;sa "isión corpore(sta de la materia estar(a presidida por la e"idencia 5mundana8 segKn la cual no tratamos sino con cuerpos extensos !. pre&erentemente s)lidos: los gases son, 5mundanamente8, mucho menos e"identes . pr/cticamente 5espirituales8$# 5;n el &ondo8 de lo extenso) corpóreo no podr(a haber sino lo extenso)corpóreo, a su "ez: por0ue, de otro modo, no podr(amos si0uiera imaginarnos cómo mane3ar esa realidad !la manipulación de ob=etos, indisociable de nuestro conocimiento, parece e&ecti"amente ei#ir esa corporeidad, aun0ue sea a ni"el 5microscópico8$# ;sta exigencia es, desde luego, per&ectamente leg(tima< es m/s, no necesita, realmente, ser 5legitimada8, pues pertenece a a0uellas e"idencias pr/cticas 0ue presiden de un modo trascendental nuestro trato con la realidad: es la escala "umana corp)rea Fsomos cuerpos, a todos los e&ectos pr/cticos ., por tanto, tratamos con cuerpos a cu.o ni"el se da nuestra pr/ctica, 0ue no 5se legitima8 por0ue, al contrario, es ella, en el sentido Qantiano, 5legisladora de la razón8# %ero esta exigencia, lo Knico 0ue ei#e, en realidad, es la posibilidad de representaci)n, a la escala humana corpórea, de los procesos materiales, si e&ecti"amente esos procesos han de ser controlados# %or "(a de e=emplo: tratar con part(culas elementales exigir(a la 5corporeidad8 de cosas tales como aceleradores de part(culas, o 5rastros8 !ra.as$ 0ue aparecen en placas &otogr/&icas, pero esa exigencia nada dice de la 5corporeidad8 de las part*culas mismas, 5en s(8# %ensar como corpóreas cosas como los /tomos o los piones es un e=ercicio de la imaginación, pero en modo alguno puede decirse 0ue 5exprese la e&ecti"a realidad8 de esos /tomos o piones# u. al contrario, lo 0ue la *(sica nos dice de tales entidades hace, precisamente, di&icultosa su imaginación en tArminos de lo 0ue ordinariamente se entiende por 5corpóreo8: 5cuerpos8 cu.a estabilidad es !como en el caso del pión$, de 2,B•1P) segundos, o, como en el caso del Qaón neutro ! 2$, de B,+•1P) segundos, m/s bien arro=an la imagen de un perpetuo &luir 0ue de algo
5sólido . estable8 como 5Kltimo estrato8 de la realidad# o 0ue, en de&initi"a, ocurre, es 0ue la idea misma de <@ltimo estrato= de la realidad es meta+*sica: plantearse el problema del conocimiento de 5la8 realidad como si consistiese en la pro&undización microscópica de los cuerpos hasta llegar a sus 5componentes Kltimos8 signi&ica retransitar la "(a presocr/tica de la bKs0ueda del `_], o la "(a meta&(sica del 5atomismo8# 'claremos r/pidamente 0ue las connotaciones indeterministas 0ue a "eces son asociadas a esa imagen de la realidad &(sica nos parecen, en cuanto indeterminismo global, tan meta&(sicas como el 5determinismo global8 0ue estamos LBEM describiendo . criticando# o 0ue 0ueremos decir es 0ue hablar de 5la8 Dealidad en tArminos de 5realidad &(sica8 signi&icar(a mo"erse en un terreno ontológico)especial !el del primer gAnero de materialidad especial$ ., en ese terreno, es donde las cuestiones en torno al determinismo o indeterminismo tienen su oportuna colocación# ;l pre=uicio, 0ue impedir(a reconocer eso, "endr(a dado por una concepción corpore(sta para la cual, si la realidad no se reduce a materia corpórea !estA o no regida por legalidades deterministas$ entonces se sobreentiende 0ue uno habla de 5esp(ritus8 irreducibles a la 5materia8# %ero, segKn se mantiene a0u(, el 5reino de los esp(ritus8 est/ situado en otro ni"el de materialidad ! 2$ 0ue el de los cuerpos del 5undo8 !1$, . la transposición de las propiedades . categor(as del undo, entendido como una unidad, a la materia, signi&icar(a la 5in"asión8 de la @ntolog(a general por una parte de la @ntolog(a especial# E
;se materialismo corpore(sta !0ue a0u( tildamos de meta&(sico$, di&undido por distintas "(as, . en concepciones del mundo antiguas . modernas, ser(a un materialismo no+ilos)+ico.5ateria8 es 5cuerpo8, 5bulto8 Faun0ue sea 5mu. pe0ue-o###8F para Al# ;l temor al espiritualismose con&igura en Al como el temor a lo 0ue de inestable e inasible posean las entidades 5no corpóreas8# ;n este sentido, las reacciones espiritualistas &rente al corpore(smo materialista se han apo.ado muchas "eces en la consideración de 0ue la 5materia8 F la propia materia estudiada por la ciencia &(sicaF no poseer(a a0uellas propiedades 5corpóreas8# 7odo esto ha dado lugar, desde hace mucho tiempo, a numerosas disputas . malentendidos, donde corpore(smo . espiritualismo se han re"elado como dos clases de meta&(sicas, constitu.Andose cada una de ellas Fcomo dir(a, entre nosotros, 7r(asF en la 5sombra8 de la otra, . ambas prisioneras de una capciosa dis.unción exclusi"a# Cada cr(tica de una determinada concepción 5corpore(sta8 de la realidad, mediante la instauración de nue"as perspecti"as cient(&icas, ha parecido 5bene&iciar8 al espiritualismo: as(, el tratamiento cient(&ico del estado gaseoso de los cuerpos pudo parecer 5ob=etar8 al materialismo corpóreo asentado en la 5solidez89 Fde suerte 0ue el espiritualismo !.a, desde sus or(genes, f€` es algo 5gaseoso8$ pudo concebirse como una especie de 5pre&erencia por el estado gaseoso8, esto es, como uncorpore*smo de otra escala 1P< . el desarrollo de la &(sica
nuclear dio lugar, como se sabe, a numerosas esperanzas espiritualistas de 5indeterminismo8, a tra"As de interpretaciones meta&(sicamente interesadas !ideológicas$ de cosas tales como el 5principio de indeterminación8#11 Ho. mismo, la hipótesis astro&(sica de la 5creación de materia8 en el Oni"erso &(sico ha dado pie a disputas 0ue solo tienen sentido cuando se piensa desde la impl(cita asunción de 0ue el corpore(smo es la Knica &orma de materialidad, desde-ando la signi&icación 0ue tales hipótesis puedan tener como pertenecientes a otro gAnero de materialidad: las propias teor(as &(sicas, internamente consideradas, como 5reino de conceptos8 Fellos mismos no &(sicos, ni 5espirituales8F 0ue trata de mantener su propia coherencia 12< desde-ando, en suma, la signi&icación intraconceptual !en el 0ue llamaremos gAnero especial ?$ de dichas hipótesis, . asumiAndolas ingenuamente Fo menos ingenuamenteF como la Aealidad LBM !as(, en general$, en lo 0ue ser(a una especie de retorno a una situación preQantiana# 'hora bien< si esa ateria ontológico)general no puede reducirse, no .a solo al 5undo8 corpóreo !1$, sino a ningKn otro gAnero de materialidad, 0uA es, entonces Simplemente una dea cr(tica ne#ativa !la negación de 0ue la materia se agote en cual0uier determinación positi"a$, acerca de la cual, una "ez a&irmada simplemente su irreducibilidad, no puede .a decirse nada m/s Ciertamente, como dea cr(tica, la de ateria ontológico)general es negati"a# %ero 5###ser(a desconocer la esencia de la dialActica el identi&icar la negati"idad absoluta de la dea de materia ontológico) general con la negación de la ateria como dea ontológico)general8 1?# ;n general, un conocimiento ne#ativo no signi&ica la ne#aci)n del conocimiento. %ero, aparte de eso, la negati"idad de la dea de ateria ontológico)general tampoco ser(a tal 0ue permitiera su e0uiparación, a todos los e&ectos, con la dea de 5Jada8# Jo se trata, por supuesto, de decir 0ue, por0ue la ateria no se reduzca a ningKn gAnero especial de materialidad, estos gAneros !0ue, en suma, dan cuenta de lo /ue "ay : cuerpos exteriores, sub=eti"idades, esencias$ ser(an meras 5apariencias8 . 0ue, en de&initi"a, una cr(tica regresi"a, al negar las apariencias, llega a la total disolución: a la Jada como 5Knica realidad8# Cada uno de e sos gAneros es apariencia solo en tanto 0ue se hipostas(a, en tanto 0ue se erige pretenciosamente en 5realidad de&initi"a8, a cu.o tra"As se contemplen las dem/s# Si ello no ocurre as(, tales gAneros son, precisamente, lo 0ue ha.# I son, por ello, condición para 0ue a0uella cr(tica regresi"a pueda e&ectuarse# %ero este reconocimiento tampoco abona la interpretación de la ateria ontológico) general como, meramente, un con=unto de rasgos inducidos de las materialidades ontológico)especiales, o como un uni"ersal del 0ue las materialidades especiales 5participan distributi"amente8 1# a dea de ateria es, e&ecti"amente, negati"a, pero esa negación no es negación de lo 0ue ha., sino precisamente el resultado de una consideración cr(tica
de la materialidad especial !la materialidad de 5lo 0ue ha.8$, tal 0ue, partiendo inexcusablemente de la realidad de esa materia, dentro del propio conteto de esa realidad, la misma aparece negada# Cuando, en esa re&lexión dentro del contexto de lo 0ue ha., resulta 0ue lo analizado posee partes inconmensurables entre s( !los propios gAneros de materialidad especial resultan ser inconmensurables$, entonces el an/lisis de lo 0ue ha. nos lle"a, por as( decirlo, 5m/s all/8 de lo 0ue ha.: el re#ressus cr(tico sobre las materialidades nos lle"a al plano ontológico) general# Se trata de un proceso dialActico, donde el an/lisis dentro del propio contexto 5real8 !un an/lisis 5autocontextual8$ nos remite 5&uera8 del contexto de partida# %roceder dialActico 0ue, aun0ue caracter(stico de la &iloso&(a, se encuentra sin embargo presente tambiAn en algunos planteamientos al parecer 5estrictamente8 cient(&icos# 1B ;xponer a0u( al por menor cu/les puedan ser esos contextos escapa a nuestras pretensiones actuales !"Aase 'nsayo I, cap# $# Jos importa solo destacar, a &in de lograr un r/pido resumen de la doctrina 0ue estamos exponiendo !. cu.o desarrollo completo no pretendemos, pues se trata de utilizarla LB9M en su aplicación a la &iloso&(a de Spinoza . no de =usti&icarla proli=amente en cuanto tal doctrina$, 0ue, en la relación entre 58 !ateria ontológico)general$ . 5 i8 !ateria ontológico)especial, concepto "ariable cu.o campo de "ariabilidad son los tres gAneros 1, 2, . ?, de la materialidad especial$, si bien se reconoce 0ue 58 cuenta con 5 i8 como el Knico punto de partida posible, no se reduce, sin embargo, a ella# ;l proceso, r/pidamente, puede exponerse as(: la ateria ontológica general !$ se alcanza solo en un proceso cr(tico regresi"o a partir de i !con=unto de 1, 2, . ?$< pero ese proceso cr(tico regresi"o se da en la mediación de una %onciencia !;$, 0ue se de&ine, precisamente por e3ercitar dic"o proceso Fde suerte 0ue no es ninguna hipóstasis al margen de AlF< esa conciencia, entonces, no est/ 5&uera de lo real8 !&uera de i$, sino 0ue es el proceso mismo por el 0ue lo real !i$ se constitu.e como ob=eto !se re&lexi"iza$ . est/, por tanto, en el conteto del mundo# Desulta entonces 0ue, en el propio contexto del mundo, se produce una re&lexión sobre Al tal 0ue realiza un re#ressus cr(tico, a partir del mundo ! i$, pero como i no es algo distinto de la misma conciencia !puesto 0ue la uni)n de las materialidades 1, 2, . ?, 0ue 5integran8 i es puesta por la conciencia 0ue, a la "ez, no est/ &uera de i$, entonces la materia en cuanto i !en cuanto materialidad especial en sus gAneros$ est/ incluida en la propia dea de ateria ontológico)general !$, .a 0ue el re#ressus cr(tico !$ se da en i< ., sin embargo, 58 destruye la pretensión de agotar la materia en i !por acumulación de gAneros, por e=emplo$< luego, dentro del contexto i, este Fpor as( decirloF se autodestru.e: 5la materia como i 0ueda contextualizada por la propia dea de ateria regresi"amente obtenida81+, o sea, en el propio contexto del mundo ! i, como unión de 1, 2, . ?$ se produce su destrucción# 'hora bien: si del hecho de 0ue la conciencia 0ue e=ecuta ese proceso
pertenezca al 5mundo8, se in&iere 0ue el resultado cr(tico !$ del proceso regresi"o se reduce tambiAn al mundo, entonces, segKn la doctrina 0ue a0u( se mantiene, se incurrir(a en 5mundanismo8, 0ue ser(a, en todo# caso, un monismo . un antimaterialismo# ;l mundanismo es monismo, por0ue el concepto mismo de 5mundo8 alude a una unidad c)smica< . el monismo es lo contrario del materialismo, por0ue la dea de ateria inclu.e, como nota esencial, la de la pluralidad (partes etra partes1. 5onismo materialista8 es, pues, una expresión sin sentido, aun0ue, en ocasiones, ha.a sido sostenida como doctrina 5materialista8, de hecho# ;l rechazo del monismo como protot(picamente meta&(sico obedece a su car/cter ine"itablemente dogm/tico . precr(tico# e hecho, la a&irmación monista)mundanista supone la asunción acr(tica de la clausura . la armon*a del mundo como un todo< pero el mundo ni aun a ni"el corpóreo est/ clausurado !pues la materia corpórea aparece . desaparece$, ni es armonioso !pues no puede a&irmarse, sin incurrir en dogmatismo, 0ue las partes del mundo sean absolutamente conmensurables entre s($# Históricamente hablando, la consideración de la in+initud ha supuesto, desde siempre, una ruptura m/s o menos expl(cita con el 5cosmismo8: en el in&inito !como .a "io 'ristóteles ., L+PM antes de Al, %armAnides, cu.o ser @nico es coherentemente +inito$ no ha. posibilidad si0uiera de hablar, sin contradicción, de 5cosmos8, pues 5cosmos8 supone conmensurabilidad entre partes, . esta no puede establecerse entre partes 5in&initas8, esto es, cu.a conmensurabilidad actual nunca puede establecerse1E# ;n el origen de la a&irmación monista)mundanista se hallan, mu. probablemente, representaciones mitológicas del tipo de la 5gigantesca unidad de la cKpula celeste8, o cosas parecidas# a dea de ateria ontológico)general conlle"a, pues, la de pluralidad< dicho de otro modo: la de in&initud# 'parentemente, por ello, se halla peligrosamente próxima !e incluso puede pensarse 0ue la realiza plenamente$ de la a&irmación de un radical irracionalismo9 5en Kltimo tArmino8, el orden racional ser(a inase0uible# a cuestión, como &/cilmente se "er/, es mu. seme=ante a la planteada por las discusiones del idealismo alem/n en torno al :o@menoQantiano !de hecho, pensamos 0ue la cuestión del JoKmeno reproduce los problemas de lo 0ue a0u( llamamos 5ateria ontológico)general8$# a posibilidad de identi&icar lo noumenal con lo irracional &ue, e&ecti"amente, transitada por Schopenhauer !aun0ue su atribución de ciertos rasgos 5antropomór&icos8 a la 3oluntad enturbiara el e"idente sentido cr*tico de su recurso al JoKmeno$< ., &rente a esa posibilidad, la mundanizaci)n Fo sea, la supresi)n del JoKmenoF pudo tomar el car/cter de una racionalizaci)n !aun0ue la conciencia de s( de la dea hegeliana introdu=ese esa 5racionalización8 a costa de introducir el cosmismo: la Dazón 5astuta8###$ 1# ;l sentido cr(tico de la dea de ateria ontológico) general podr(a aparecer, acaso, como resuelto en una hipercr(tica escAptica, o en un irracionalismo al ni"el ontológico)general, ante el cual
el mundanismo aparecer(a como lo propiamente racional### I a este diagnóstico no ser(an a=enas las interpretaciones 0ue un cl/sico del materialismo como enin dio del problema del JoKmeno, interpretaciones 0ue insisten en el car/cter 5idealista8 de lo noumenal, &rente al car/cter m/s próximo al 5materialismo8 del eperimentalismo Qantiano !siempre 0ue se le depurase de la
e&ecti"amente, esa ateria ontológico)general . esas materialidades especiales 0ue hasta ahora hemos postulado 0ue deben estar conectadas es algo 0ue con"endr/ aclarar un poco m/s !aun0ue como re0uisito m*nimo de la doctrina F. ese ser/ nuestro criterio a la hora de aplicarla a SpinozaF bastar(a con a&irmar la e&ecti"a distinción de esos planos$# %ero, para ello, . en todo caso para completar la exposición de la distinción anunciada, ha. 0ue re&erirse a la doctrina de los tres gAneros de materialidad especial, tan esencial al materialismo &ilosó&ico como la de la materia ontológico)general#
II a doctrina de los tres gAneros de materialidad dice, esencialmente, lo siguiente: ha. tres planos ! 1, 2, ?$ constituti"os del campo de la @ntolog(a especial, 0ue son inconmensurables entre s(# Deconocer esa inconmensurabilidad es esencial para el designio materialista &ilosó&ico# %or ello, as( como lo opuesto a la dea de ateria, en el plano ontológico) general, es el monismo, lo opuesto a la consideración ontológico)especial 0ue a0u( "amos a hacer es el 5&ormalismo8 !o 5reduccionismo8$, esto es, la pretensión de reducir c ual0uier gAnero especial a otro !u otros$, explic/ndolo en tArminos de este !o estos$ 2P# as "ie=as 5deas de la eta&(sica8 !undo, 'lma, ios$ pueden ser"ir de puntos de re&erencia históricos, indicati"os de tales gAneros# %ero, e"identemente, esos gAneros deben ser reexpuestos Faun0ue sea sumariamenteF para e"itar cual0uier apresurada asimilación de los mismos a los contenidos L+2M meta&(sicos 0ue dichas ideas conlle"an históricamente !aun0ue .a el tratamiento Qantiano del tema de las 5deas de la eta&(sica8 encerraba una cr(tica a la eta&(sica FantinomiasF doblada de una consideración positiva de dichas deas F postuladosF21 . era, por tanto, un tratamiento Al mismo 5dialActico8, internamente superador de la consideración dialActica como mero 5error8, expresada en las antinomias 22< ese tratamiento dialActico puede ser"irnos a0u( de e=emplo, al pensar las deas de la eta&(sica como conceptos propiamente ontol)#icos, cu.a e&ecti"idad como tales permanece a pesar de su procedencia 5meta&(sica8###$# a estructura trimembre de la @ntolog(a especial &ue sustituida, en la tradición idealista alemana !., en cierto modo, tambiAn en la ontolog(a del materialismo dialActico, con su distinción entre materialismo dial5ctico e "ist)rico$ por una estructura bimembre: 5*iloso&(a de la JaturalezaR *iloso&(a del ;sp(ritu o Cultura8# ;sa estructuración bimembre persiste, a "eces, hasta nuestros d(as, con una &uerza 0ue ser(a inKtil negar# I, en cierto sentido, pudo parecer un pro#reso la eliminación !al menos expl(cita, .a 0ue, impl(citamente, ningKn gAnero puede ser eliminado, aun0ue s( reducido a otros$ de esa
tercera dea FiosF 0ue podr(a parecer representati"a, en el m/s alto grado, de una actitud meta&(sica# Sin embargo, la estructura trimembre cl/sica Fol&&iana, por e=emploF ser/ mantenida a0u( por encima de la bimembre !en este sentido, con"iene hacer notar 0ue la ontolog(a de Spinoza, considerada por G# 6ueno Fsi bien de un modo enteramente pro"isional . abierto a recti&icaciónF como uno de los primeros exponentes de esa recti&icación bimembre de la ontolog(a tradicional, habr(a de ser considerada, segKn nos parece, como un caso cl/sico de di"isión trimembre$2?# %ensar la tercera dea de la eta&(sica especial !ios$ como algo 5estrictamente meta&(sico8 Falgo cu.a eliminación, entonces, habr(a supuesto un progresoF solo puede hacerse cuando no se considera a 5ios8 como un concepto 5 de Ontolo#*a especial8: esto es, como una dimensión ontológica 0ue nada tiene 0ue "er, en cuanto tal, con la 5trascendencia8 o la 5personalidad8 di"inas !el ios reli#ioso$, . s( solo con el 5mundo de las esencias8 !el ios +ilos)+ico$< ., en ese sentido, tomar en cuenta a ios como /mbito de la @ntolog(a es algo per&ectamente compatible con un 5ate(smo8 en el sentido religioso# e este modo, las construcciones especulati"as de la 7eolog(a Jatural aparecen, a los o=os de 0uien sostiene una posición como la 0ue a0u( se presenta, como autAnticas especulaciones acerca de la @ntolog(a especial, independientemente de 0ue sus culti"adores adscribiesen a ese 5ios8, en "irtud de la presión de sus con"icciones religiosas !0ue, a estos e&ectos, ser(an meras con"icciones pri"adas$ una 5personalidad8 o 5trascendencia8 0ue, en lo 0ue toca a la @ntolog(a especial e3ercida por ellos, son irrele"antes# a estructura trimembre de la @ntolog(a especial, si ha de ser sostenida, se sostendr/ al margen de ese 5pre=uicio ilustrado8 !por as( llamarlo$ segKn el cual de ios no cabr(a hablar en una @ntolog(a 0ue se autoconcibe atea# u. al contrario, es precisamente desde esa @ntolog(a como cabe hablar con sentido de ios, asumiendo su signi&icación ontológica sin temor a contaminaciones meta&(sicas# L+?M Dechazado ese temor inicial, podemos pasar a exponer sumariamente lo 0ue se entiende por cada uno de los tres gAneros de materialidad especial# a a&irmación de la existencia de precisamente tres gAneros, por otra parte, no se enuncia en "irtud de alguna misteriosa obediencia al prestigio m/gico del nKmero tres, pero tampoco en "irtud de argumentos meramente emp(ricos# a propia dea de ateria ontológico)general prepara cr(ticamente para rechazar la a&irmación dogm/tica de 0ue 5no puede haber m/s de tres gAneros de materialidad8< pero, al propio tiempo, se reconoce 0ue la aparición de otros gAneros !0ue a priori, desde luego, no puede ser excluida$ har(a 0ue nuestra conciencia se con+i#urase de otro modo!lo cual tampoco puede ser excluido, desde luego, a priori, pero a lo 0ue, actualmente, no puede prest/rsele atención$# a a&irmación de la existencia de tres gAneros de materialidad es, pues, m/s 0ue 5emp(rica8 a secas, 5emp*ricotrascendental82# a$ ;l $rimer 75nero de materialidad ! 1$ es la dimensión ontológica
en la 0ue aparecen 5entidades constituti"as del mundo +*sico eterior, es decir !###$ entidades tales como campos electromagnAticos, explosiones nucleares, edi&icios o satAlites arti&iciales 0ue giran###82B# Se trata de realidades 5exteriores8, . a ellas se asimilan las realidades en cuanto corp)reas, . accesibles a la experiencia de su exterioridad: 5exterioridad8 FnotemosF 0ue puede ser 5real8 o 5posible8 !5exterioridades posibles8 e0ui"ale a 5no actualmente percibidas8: el centro de la 7ierra, o la 5cara oculta8 de la una antes de 0ue &uese e&ecti"amente percibida$# b$ ;l Se#undo 75nero de materialidad ! 2$ comprende los procesos dados, no .a como exteriores a la conciencia, sino como 5interioridades8# Se trata de la experiencia interna no en cuanto esa ex periencia pueda constituirse como un ob=eto exterior de estudio, sino precisamente como interna# 'hora bien, la interioridad de esta dimensión ontológica no debe ser pensada como si &uese, meramente, sub3etividad psicol)#ica, de un su=eto psicológico sustancializado# 2 comprende el 5&uero interno8 !0ue es un "ec"o, el cual puede ser desconsiderado desde ciertas posiciones teóricas Fpor e=emplo, desde un beha"iorismo extremadoF, pero 0ue en ningKn caso puede ser negado como tal hecho< en todo caso, esa negación puede durar tan solo hasta el primer dolor de muelas del beha"iorista< en este sentido extremo, 5beha"iorista8 solo se puede ser, precisamente, desde +uera$# Ciertamente, ese &uero interno puede ser 5ob=eti"ado8 !apelando, por e=emplo, como a su gAnesis, al sistema ner"ioso$, pero esa ob=eti"ación no lo reconstruye en su dimensión original: no anula, por emplear la cAlebre expresión de @rtega, el hecho de 0ue 5nadie pueda dolerme mi dolor de muelas82+# ' 2 pertenecen tambiAn los contenidos 0ue, no siendo de la experiencia 5propia8, sonmentados como interioridades 5a=enas8# a cr(tica 0ue ocasionalmente pueda hacerse a la legitimidad de tales menciones !en el sentido de ser 5pro.ecciones in=usti&icadas de la propia interioridad8, o algo seme=ante$ puede ser mantenida, acaso, 5acadAmicamente8, pero solo as(< nuestra conciencia L+M (sin duda, "ist)ricamente dada pero, en todo caso, dada as*1 alterar(a notablemente su &uncionamiento si, por el hecho de considerar in=usti&icadas esas menciones a la interioridad a=ena, estim/semos carentes de sentido expresiones como 5los "erdugos causan un gran dolor a sus "(ctimas cuando les aplican hierros candentes8, . recomend/semos su sustitución por algo as( como 5las personas a 0uienes los "erdugos aplican hierros candentes experimentan ciertas alteraciones de sus mKsculos &aciales, se retuercen . emiten sonidos inarticulados8: tal neutralidad descripti"a se har(a, 0uiz/, sospechosa de sadismo 2E# 'hora bien: esa interioridad no necesita ser expuesta como si &uera el indicio de una 5substancia espiritual8 0ue genera ese &uero interno al
5re&lexionar8# Deconocer el plano ontológico 2 no signi&icar(a necesariamente practicar el espiritualismo# esde el punto de "ista ontológico, la interioridad es una dimensión especial, distinta de la exterioridad de 1, . 0ue, por una parte, no posee 5pri"ilegio8 respecto de otras dimensiones ontológicas, ., por otra parte, como tal dimensión caracter(stica, es considerada con independencia de su 5gAnesis8, por0ue la consideración de su gAnesis, simplemente, no la reconstru.e !esa gAnesis se representar(a en 1, al considerar la interioridad desde &uera, pero la consideración del 5esp(ritu8 desde &uera, como &uente de la interioridad, ser(a impertinente, por0ue, desde 1, el esp(ritu ser(a alguna clase de cuerpo: por e=emplo, el sistema ner"ioso###$# %or lo dem/s, tampoco se trata de la indi"idualidad irreducible, como indi"idualidadsolipsista. ;n e&ecto, 2 es interioridad trascendental, no psicológico)sub=eti"a, aun0ue la apelación denotati"a a la interioridad psicológica sea la &orma 0ue hemos tenido de acceder a la noción# %ero si se apela a esa sub=eti"idad es, precisamente, por0ue se supone 0ue apelando a ella "a uno a ser entendido por los dem/s< uno habla, entonces, para toda posible interioridad# %recisamente ser(a inteligible la a&irmación del 5interior exclusi"o8 de la dimensión 2 por0ue ese 5interior exclusi"o8 no es la 5exclusi"a8 de ningKn interior en particular< si lo &uera, esa dimensión ser(a simplemente ine&able# ir(amos 0ue la re&erencia psicológico)pri"ada de la interioridad no anula su sentido ontológico# %recisamente por0ue ningKn 5interior pri"ado8 tiene la exclusi"a de la interioridad es posible considerar de un modo le#al el /mbito 2 !. no como el caos del solipsismo$ ., por consiguiente, hablar racionalmente de Al# %recisamente por0ue suponemos 0ue ha. coincidencias entre los procesos internos de los su=etos emp(ricos podemos pensar 0ue est/n sometidos a un espacio ontológico comKn a ellos# Comportamientos tan cotidianos como los intentos de in&luir en conductas a=enas mediante el len#ua3e supondr(an trascendentalmente la estructuración homogAnea de ese /mbito de interioridades, donde las sub=eti"idades aparecen dadas, por as( decir, en el
in&inito de nKmeros primos, sistema de los cinco poliedros regulares, lan#ue de Saussure, relaciones morales contenidas en el imperati"o categórico###82# e algKn modo, el mundo de las esencias9 entidades ideales cu.a dimensión ontológica no se reduce a interioridad ni a exterioridad# 's(, el sistema de los cinco poliedros regulares no es 5&(sico8 !su regularidad no depende de una constatación emp(rica, exterior, de dicha regularidad como ob=etos del mundo exterior 0ue 5resulten ser regulares8 Flos modelos escolares presuponen, en todo caso, la construcción pre"ia de la teor(a de su regularidad, . los cristales emp(ricamente obser"ables ni si0uiera son regulares$< pero tampoco es un 5producto sub=eti"o8 !reducible a 2 en cuanto 5ideas de una mente8$: aun0ue puede decirse 0ue los poliedros regulares son siempre 5pensados8 por alguien !como es siempre 5pensada8 por alguien la idea de lan#ue, o cual0uier otra estructura racional abstracta$, sin embargo, cabe tambiAn decir 0ue esas esencias son pensadas, precisamente como no necesitandoser pensadas por nadie, como ob=eti"idades ideales !no como "i"encias, indi"iduales o colecti"as$# 's( como las ideas de colores !en el sentido de 5cualidades secundarias8$ son, ciertamente, entidades 2 !. la irreducibilidad interior de percepciones como 5este ro=o8 ha sido ampliamente recogida, por e=emplo, por los cl/sicos del an4lisis$29, la teor*a de los coloresse constitu.e en el plano de la materialidad ? !no 5sub=eti"a8 . 0ue, por otra parte, no nie#aa0uella materialidad 2$# Huelga decir 0ue, as( como el gAnero 1 no conlle"a la aceptación de una 5substancia corpórea8, ni el gAnero 2 la de una substancia 5espiritual8, tampoco el gAnero ? remite a una 5substancia eterna8, un real 5cielo de las deas8 m/s o menos platónico en el 0ue esas entidades 5residan8 !aun0ue, en este sentido, con"iene decir 0ue el e=ercicio del ni"el ontológico ? por la &iloso&(a platónica ser(a disociable de sus componentes meta&(sicos Fcomo la admisión e&ecti"a de ese 5lugar celeste8 de las deasF: las esencias &uncionan como tales, independientemente de 0ue se les asigne un lugar de residencia$# 'caso sea necesario aclarar 0ue los contenidos ? se e=ercitan en conexión con los contenidos de 1 . 2, pero esa conexión no impide 0ue compongan un plano ontológico separado o separable !0ue cumplan, en de&initi"a, el re0uisito de la inconmensurabilidad$# ue el mundo &(sico 1 o el mundo de la interioridad 2 sean le#ales ., por tanto, se hable de ellos en tArminos 0ue inclu.en realidades abstractas ?, no signi&ica 0ue se reduzcan a ?, como tampoco el 0ue los contenidos ?, se instrumenten mediante entidades &(sicas como letra impresa o signos trazados con tiza, o sean asumidos como 5contenidos de conciencia sub=eti"a8, signi&ica 0ue se reduzca ? a 1 o 2# os tres gAneros FdecimosF son inconmensurables entre s(# o contrario L++M del materialismo &ilosó&ico, en el plano de la @ntolog(a especial, es cual0uier doctrina 0ue admita, en uno u otro sentido, la
conmensurabilidad: a ello llamamos a0u( <+ormalismo=, como reducción de unos gAneros a otros# On indicio de &ormalismo estar(a .a en el hecho de 0ue se discutiese la pertinencia de llamar 5materialidades8 a tres gAneros 0ue, al parecer, son inconmensurables: por 0uA llamarlos de la misma manera %ero hemos "isto cómo esa heterogeneidad es esencial a la metodolog(a materialista< negarse a llamar 5materialidades8 a los gAneros en cuestión solo puede hacerse, por e=emplo, desde la asunción de uno de ellos !por e=emplo, 1$ como la aut5ntica 5materialidad8 !el corpore(smo$# %ero 2 o ? no son 5espirituales8 &rente a un 5material8 1< son, simplemente, distintos a 1 . entre s(# Ciertamente, pensar los tres gAneros de esta manera signi&ica e&ectuar una 5ob=eti"ación impersonal8 FacadAmicaF 0ue, de algKn modo, suprime !. 5arti&iciosamente8, desde el punto de "ista 5mundano8$ la e&ecti"a inmersión de la propia conciencia ob=eti"ante en la realidad ob=eti"ada< pero ese arti&icio !0ue, a "eces, puede ser malignamente descrito como el 5punto de "ista de ios8$ es consustancial al pensamiento acadAmico, &orma parte de una tradición permanentemente e=ercitada !., entre otros, por el propio Spinoza$, ., en todo caso, si es un 5arti&icio8, no lo es m/s 0ue 5###representar en el espacio, por puntos simult/neos, los instantes sucesi"os de una tra.ectoria8, o 5"er en el toposcopio nuestro propio cerebro8 ?P# a reducción &ormalista de unos gAneros a otros puede e&ectuarse Fe históricamente se ha e&ectuadoF de distintos modos# lamamos 5&ormalismo8 a ese reduccionismo por0ue, en cierto sentido, una doctrina 0ue considera unos gAneros reducidos a otros, distingue en ellos &orma . materia, siendo as( 0ue, en la doctrina de los tres gAneros, todos ellos son materialidades sin pri"ilegios# Ona combinatoria de las posibilidades abstractas de reducción arro=a doce tipos de &ormalismos, di"ididos en dos clases: unigenAricos . bigenAricos ?1# os unigenAricos !reducción de todos los gAneros a uno solo$, son, naturalmente, tres !reducción a 1, a 2 o a ?$< los bigenAricos, nue"e# '0u( nos re&eriremos, para ilustrar este aspecto de la exposición, solo a los unigenAricos, . mu. r/pidamente# 1# Formalismo primario9 reducción de todos los gAneros a 1# %rototipo: el 5mecanicismo8# ;s esta clase de &ormalismo la 0ue suele presentarse como 5materialismo8, a secas# ;n principio, este &ormalismo ontológico)especial ser(a compatible con un materialismo ontológico) general, pero es improbable 0ue, de hecho, as( ocurra: la reducción corpore(sta suele ser absorbente# ;l &ormalismo primario es, pues, ordinariamente, . a la "ez, monismo. I puede darse en un sentido inmanentista !el orden 5&inito e ilimitado8 del mundo &(sico, cerrado en s( mismo$, o trascendente !totalidad del mundo &(sico, expresión de un 5trasmundo8 a su "ez representado en tArminos de 1: el Dios corp)reo de Hobbes, por e=emplo ?2$# Ciertas concepciones, mu. extendidas ho., . 0ue 0uiz/ podr(an ser consideradas como 5&iloso&(a espont/nea de los cient(&icos8, o como 5materialismo positi"ista8, resultar(an ser, desde nuestra posición, &ormalismos primarios# ?? L+EM
2# Formalismo secundario9 reducción de todos los gAneros a 2# ;s una reducción sub=eti"ista: .a sea la sub=eti"idad concebida como indi"idual Fsolipsismo, empiriocriticismoF o social Fsociologismo: 5sociologizar el %o#ito es cambiar de prisión8, se ha dicho# ? 7ipos de este &ormalismo podr(an ser: las doctrinas de la "erdad basadas en el consensus, o la reducción 5asociacionista8 de la causalidad tipo Hume Fen la medida en 0ue la doctrina de la casualidad de Hume sea, e&ecti"amente, simple 5psicologismo asociacionista8#?B ;n general, se trata del
monismo< pero la correspondencia entre los gAneros instaura el conocimiento de la unidad del 5mundo8 ! i$ de la @ntolog(a especial, unidad regresi"amente criticada desde la instancia de la @ntolog(a general# L+M as correspondencias entre los gAneros recti&ican la pluralidad originaria, as( como la inconmensurabilidad entre los mismos recti&ica las identidades establecidas# as correspondencias entre dos gAneros cuales0uiera de materialidad especial !a las 0ue, de un modo general llamar(amos 5paralelismos8$ se establecen, no desde una posición externa a los gAneros, posición 0ue ser(a utópica: no habr(a sitio para ella, supuesto 0ue 5lo 0ue ha.8 son, precisamente, los tres gAneros$, sino, en cada caso, desde el interior de un gAnero determinado, cuando en tArminos de este se expone un proceso real, teniendo en cuenta, sin embargo, la existencia del otro gAnero# 's(, por e=emplo, el 5paralelismo8 entre 1 . 2 puede exponerse desde i o desde 2, segKn los casos< cuando suponemos, por e=emplo, 0ue entre ciertos rasgos de un ence&alograma . ciertas im/genes on(ricas se establece un paralelismo, pensamos la correspondencia entre un contenido ps(0uico . una estimulación elActrica del cerebro desde el interior de 2< cuando escartes a&irmaba 0ue la des"iación de las "oluntades humanas, rectas en principio Fcomo creadas por iosF se produc(a por causas externas, de un modo paralelo a como los cuerpos, cu.as tra.ectorias son rectil(neas en principio, se des"(an de ellas por causas igualmente externas, establec(a un paralelismo, igualmente entre 1 . 2, pero donde la perspecti"a se ordena desde el interior de 1, aun0ue sin desconsiderar 2?9# Cuando pensamos 0ue a cada mo"imiento de un l/piz 0ue se desliza a lo largo de un hilo &i=ado a dos puntos, 5corresponde8 un punto geomAtrico de una elipse, pensamos el paralelismo entre 1 . ? desde el ni"el conceptual ?, . cuando hacemos notar 0ue ciertas relaciones /xicas de los cristales de azu&re, establecidas mediante c/lculos teóricos, 5se corresponden8 con las relaciones /xicas halladas mediante el mAtodo r}ntgenogr/&ico, pensamos la correspondencia entre ? . 1 !como si el c/lculo teórico &uera un 5apriorismo8 con&irmado a ni"el de 1$# 'simismo, cuando se habla del paralelismo 5base)superestructura8 Fen tArminos de la teor(a del 5re&le=o8F: como si ciertos contenidos teóricos ! ?: por e=emplo, las doctrinas Qantianas$ se correspondiesen con ciertos contenidos sociales !2: los sentimientos de una clase social, por e=emplo$, al modo como !por seguir el e=emplo$ Goldmann habló del 5sentido tr/gico8 de la obra de antP, entonces pensamos el paralelismo entre 2 . ?, en tArminos de 2< mientras 0ue si pensamos ciertos rasgos sentimentales pri"ados de los miembros de un grupo social ! 2$ como correspondiendo a ciertos rasgos de la estructura de ese grupo !?$, "emos entonces dicho paralelismo desde ?: desde, por e=emplo, las 5estructuras elementales del parentesco8, al modo de A"i)Strauss# 1 'hora bien: las correspondencias, los paralelismos, son recti&icados cr(ticamente por la perspecti"a de la inconmensurabilidad de los gAneros#
;sta perspecti"a puede expresarse as(: dados dos gAneros !por e=emplo, 1 . 2$ los contenidos 2 son reductibles a los contenidos 1, pero los contenidos 1 son reductibles a los contenidos 2: si esto es as(, una reducción 0ue se detenga en uno de los gAneros, pri"ilegi/ndolo, incurre en algKn tipo de 5&ormalismo8# %ero esa, al parecer, 5conmensurabilidad rec(proca8 es internamente contradictoria# a coincidencia etensional entre 1 . 2 !0ue se re&ieren a las mismas L+9M cosas$ no conlle"a una coincidencia intensional !pues la posición de la exterioridad 1 . la de la interioridad 2poseen un sentido distinto$# Ciertamente, esa no coincidencia no inclu.e en principio contradicción !como no la inclu.e en el caso de la discordancia intensional 5tri/nguloR tril/tero8, cu.a identidad puede establecerse sintAticamente, a tra"As de la re&erencia extensional comKn$, en el caso de 0ue las notas intensionales no sean inde&inidas# %ero los gAneros 1 . 2, en cuanto a su intensión, son inde&inidos: esa intensión recoge, por tanto, incluso, las incompatibilidades entre ellos, ., por ello, la identidad sintAtica entre 1 . 2 no puede "eri&icarse a tra"As de a0uella mutua conmensurabilidad# Correspondencia e inconmensurabilidad son, pues, los conceptos 0ue describen la permanente conexión Fe inconexiónF entre los gAneros 0ue, como materialidades 0ue son, son multiplicidades cu.a unidad, aun0ue constantemente perseguida, nunca es de&initi"amente establecida#
III ;ntre la dea de ateria ontológico)general . las materialidades ontológico)especiales se da, en Kltimo an/lisis, una especie de circularidad2# 5a ateria ontológico)general no es, respecto de la materia de los #5neros especiales, como un #5nero del /ue estas +uesen especies, o un todo del /ue +uesen las partes. ' la dea de ateria ontológico)general se llega dialActicamente, por la regresión desde las contradicciones entre las partes del mundo: en cierto modo, por la autodestrucción de esos gAneros, en cuanto entidades originarias# ;sta autodestrucción es el mismo mo"imiento de las partes del mundo Fen tanto se componen . se disocian mutuamenteF mo"imiento 0ue a&ecta directamente al propio proceso de la conciencia &ilosó&ica !###$ Ona sociedad 0ue hubiera permanecido in"ariable, idAntica a s( misma !###$ no hubiera podido generar la &iloso&(a#8? 'hora bien: si la dea de ateria ontológico)general, idea cr(tica, es el &ruto de un re#ressus desde 5lo 0ue ha.8, sin embargo, en cuanto cr(tica no escAptica, es, a la "ez, el punto de partida de un pro#ressus hacia las 5&ormas de lo real8: hacia el establecimiento de legalidades racionales en esas &ormas de la @ntolog(a especial# %ero, cómo puede ser esto Cómo una idea cr(tica regresi"a puede ser punto de partida de un proceso progresi"o ;n 0uA medida 58 puede ser"ir para conocer el entre=imiento de 1, 2. ? I, por otra parte, no es la dea de 58, en cuanto dea cr(tica 0ue implica pluralidad in&inita, una idea 0ue ha de permanecer ina+ectada por las 5"ariaciones8
0ue se produzcan al ni"el de la @ntolog(a especial @btenida la dea cr(tica en un re#ressus concreto, sobre una materia cósmica concreta, no es la &orma de esa dea Fal parecer, indeterminada, negati"aF tal 0ue debe permanecer indi+erente a toda nueva
haciAndose . deshaciAndose:no puede ir m4s all4 del estado en /ue el mundo se encuentra. %ero la conciencia de su limitación por el estado del mundo, le hace desear el cambio del mundo como condición necesaria para 0ue nue"as determinaciones puedan producirse, nue"os problemas resol"erse# 'l mismo tiempo, tiene 0ue desear la permanencia de los cuerpos, en cuanto es solidaria con ellos# ;ste interAs de la conciencia &ilosó&ica por el cambio del mundo, como condición de su propio progreso, ., al mismo tiempo, esta exigencia de permanencia en los cuerpos, como condición de su existencia, es la ant(poda, por un lado, del inmo"ilismo ., por otra, de la "isión escatológica#8 B a idea de permanencia en los cambios exige, pues, el cambio tanto como la permanencia: concebir la cr(tica como nunca de&initi"amente cancelada no signi&ica la muerte de la conciencia racional, sino solo la muerte de su hipóstasis meta&(sica< LE1M es, por el contrario, la condición del e=ercicio de la racionalidad# a "isión, de algKn modo sub specie aeternitatis !5eternidad8 ligada al mantenimiento de la conciencia racional, 0ue no es tampoco un absoluto, pero 0ue es trascendentalmente asumida###$ de ciertas estructuras ontológicas como las a0u( descritas supone, dado el car/cter cr(tico . la inconmensurabilidad entre las mismas, la "ariación temporal sobre la 0ue a0uellas estructuras tienen necesariamente 0ue e=ercitarse#
u. a grandes rasgos, . a "eces de un modo tan somero 0ue se aproxima a la caricatura, hemos expuesto los rasgos generales del modelo ontológico del 5materialismo &ilosó&ico8, 0ue inclu.e la consideración de una ateria ontológico)general !idea cr(tica opuesta al monismo cosmista$ . tres gAneros de materialidad especial !opuestos a las di"ersas clases de &ormalismos$# Consideración de la ateria como multiplicidad !pluralidad, 5partes extra partes8$, 0ue impide la absoluta 5totalización8, de&initi"amente clausurada, del mundo< correspondencias e inconmensurabilidades entre los gAneros< car/cter circular de la relación entre la @ntolog(a general . la especial, son las notas de esa concepción 0ue hemos estimado pertinentes subra.ar a0u(# ntentaremos ahora reexponer en l(neas generales el pensamiento ontológico de Spinoza en tArminos de ese modelo del 5materialismo &ilosó&ico8, pretendiendo 0ue Spinoza se a=usta a Al en la integridad de sus puntos . 0ue, por tanto, constitu.e un caso eminente de realización histórica de la doctrina !aun0ue no pueden ol"idarse, por supuesto, sus implicaciones meta&(sicas, como tendremos, sin duda, 0ue reconocer ocasionalmente$# ;ste modelo resulta, por lo menos, discriminativo KsegKn creemosF &rente a otras interpretaciones doctrinales de la &iloso&(a spinozista, . coloca a Asta !en cuanto a sus l(neas m/s generales$ en una tradición materialista de pensamiento de la 0ue, a "eces, se le ha apartado, . en la 0ue, a "eces, se le
ha incluido por razones 5materialistas8, 0ue, desde la perspecti"a de nuestro modelo, no lo son tanto# Notas
1 'nsayos materialistas, adrid, 7aurus, 19E2# 2 C&r# Wol&&, $"ilosop"ia prima sive Ontolo#ia !*ranQ&urt . eipzig, 1E?+< reimpr#, Hildesheim, G# @lms, 19+2$: 5%ars prima: e notione entis in genere8 !p# 1B$< 5%ars secunda: e speciebus entium et eorum ad se in"icem respectu8 !p# 1B$ !Sect#, : 5e ente composito8< Sect#, : 5e ente simplici8< cap# : 5e ente &inito et in&inito8$< el 5ser in&inito8 Fo sea, la dea de iosF empieza a ser mentado, despuAs de los 5cuerpos8 . las 5almas8 !5compuestos8 . 5simples &initos8, respecti"amente$, de un modo 0ue se corresponde clar(simamente con lo 0ue a0u( llamamos 5tercer gAnero8, en tArminos matem4ticos9 pg E9+: 5n&initum in athesi dicimus###8, p# B9E# ? Gusta"o 6ueno, 'nsayo II, pp# 2+E ss# 'nsayo I, cap# # ice 6radle.: 5We ma. agree, perhaps, to understand b. metaph.sics !###$ the e&&ort to comprehend the uni"erse, not simpl. piecemal o& b. &ragments, but someho as a hole8 ! ppearance and Aeality, 2 ed#, 9 reimpr#, @x&ord# O# %#, 19+9, p# 1$# B 5a *iloso&(a, como paideia, es una disciplina cr(tica, se sitKa precisamente en el momento en 0ue los mecanismos de maduración . e0uilibrio de la conciencia indi"idual deben comenzar a &uncionar, a desprenderse de la 5matriz social8, 0ue es siempre !subr# nuestro, 3# %#$ una matriz m(tica8 !G# 6ueno: 'l papel de la +iloso+*a en el con3unto del saber, cit#, p# 2EB$# + 5Si todos los &enómenos . procesos del mundo son materiales, si son productos de la materia en proceso de desarrollo, el uni"erso &orma entonces un todo Knico### !###$ ;l mundo es, por su propia esencia, uno, . su unidad consiste en su materialidad8 !*# 7# 'ar=iptse", a materia como cate#or*a +ilos)+ica, trad# esp#, Axico, Gri=albo, 19+2, p# 1P$# 5;l mundo nos o&rece un cuadro de la gran "ariedad, 0ue lo anima !###$ la ciencia . la &iloso&(a materialista re"elan 0ue en esa "ariedad ha. una unidad: toda la di"ersidad in&inita de procesos . &enómenos 0ue tienen lugar en el mundo son estados distintos de la materia###8 !P# 3# uusinen . otros, &anual de marismoleninismo, trad# esp#, Axico, Gri=albo, 19+2, p# ?+, 0uien a-ade con entera claridad: 5la unidad es una propiedad espec(&ica de la mater(a8 LibidemM$# 5a de&inición de la materia dada por enin es la expresión
exacta del monismo consecuente, de la +iloso+*a monista 0ue nos suministra una concepción (ntegra del uni"erso8 !*# 3# onstantino", os +undamentos de la +iloso+*a marista, trad# esp#, a Habana, ;d# %ol(tica, 19+, p# 1?1< subr# nuestros$# 'lgo m/s adelante, onstantino" a-ade: 5a idea !###$ de la inagotabilidad interna de la materia, de su in&initud, es uno de los rasgos m/s esenciales de la teor(a materialista dialActica de la materia8 !pp# 1?B) 1?+$, sin 0ue expresamente se nos diga nada acerca de la signi&icación 0ue esa 5in&initud8, tan correctamente subra.ada, pueda tener para a0uel 5monismo8, cómo a0uella 5concepción (ntegra del uni"erso8 es posible en la 5in&initud8 del mismo### as citas, procedentes del Diamat, podr(an multiplicarse< 5;l mundo es mo"imiento regulado de la materia, . nuestra conciencia !###$ solo est/ en condiciones de re&le=ar esa regularidad !3# '&anasie", &anual de Filoso+*a, trad# esp#, 6uenos 'ires, ;d# ;studio, 19+, p# 9P$, Nc#, Nc# E 'nsayo I, pp# B)BE# Como "eremos, en esta in"asión de la @ntolog(a general por la especial es mu. signi&icati"o !respecto de su relación con Spinoza$ el caso de Hegel# ;# 7rias, a +iloso+*a y su sombra, 6arcelona, Seix 6arral, 19+9# 9 'nsayo I, pp# 2)?, sobre esta dialActica# 1P 'nsayo I, ibidem. 11 a utilización ideológica del 5principio de indeterminación8 ha dado lugar a productos meta&(sicos tan pintorescos Fpor citar un caso extremoF como, p# e=#, la obra de U# Due&&, !isi)n /u4ntica del universo !trad# esp#, adrid, Guadarrama, 19+$< c&r#, p# e=#, pp# B? ss# sobre la 5pro&unda relación8 entre la indeterminación de las part(culas elementales . la 5indeterminación8 !libertad$ de los indi"iduos humanos, contemplados en 5"isión 0u/ntica8# ue la mec/nica cu/ntica . el principio de indeterminación conlle"asen implicaciones &ilosó&icas ha sido reconocido por los propios cient(&icos 0ue &ueron sus creadores, como se sabe# 's(, Heisenberg: 5###la gran contribución cient(&ica a la &(sica teorAtica 0ue llega del Uapón !###$ puede ser la se-al de una cierta relación entre las ideas &ilosó&icas tradicionales del e=ano @riente . la sustancia &ilosó&ica de la teor(a cu/ntica# 7al "ez sea m/s &/cil adaptarse al concepto teorAtico cu/ntico de la realidad cuando no se ha tenido 0ue transitar por la ingenua ruta del pensamiento materialista 0ue aKn pre"alec(a en ;uropa en las primeras dAcadas de este siglo8 !F*sica y Filoso+*a, trad# esp#, 6uenos 'ires, a sla, 19B9, p# 1E?$# %ero esas implicaciones, 0ue acaso &a"orezcan una cr(tica de la "isión 5corpore(sta8 del mundo !ilic CapeQ ha hablado, salva veritate, mu. signi&icati"amente a este respecto, de la necesidad de
sustituir los 5modelos "isuales8 del mundo por 5modelos auditi"os8, en un intento de expresar la modi&icación de 5la realidad8 0ue la moderna &(sica conlle"a: c&r# 'l impacto +ilos)+ico de la +*sica contempor4nea, trad# contempor4nea, trad# esp#, adrid, 7ecnos, 19+B, en especial pp# ?+1 ss#$, no &a"orecen necesariamente una "ersiónespiritualista "ersión espiritualista del del mismo mundo# 'un0ue algo as(, como se sabe, &uese in&erido en tiempos por ;ddington, dando una prueba !si hiciese &alta$ de 0ue la m/s re&inada habituación al 5mAtodo cient(&ico8 no proporciona por s( sola una "acuna contra la propensión a la m/s desa&o desa&orad rada a especu especulac lación ión meta&( meta&(si sica: ca: 5###au 5###aun0u n0ue e en su ma.or ma.or parte parte nuestro estudio del problema de la experiencia dA como resultado un "elo de s(mbolos, ha. un conocimiento inmediato en el esp(ritu de los seres conscientes, 0ue le"anta el "elo en ciertos lugares< . lo 0ue discernimos a tra"As de esos res0uicios es de naturaleza mental . espiritual# ;n cual0uier otro otro luga lugarr no "emos emos nada nada m/s m/s 0ue 0ue el "el "elo8 ! :uev :uevos os send sender eros os de la ciencia, trad# ciencia, trad# esp#, 6arcelona, ontaner . Simón, 19B, pp# ?1)?2$# ;l e0u("oco de la identi&icación 5materialismocorpore(smo8 parece presidir, muchas "eces, las interpretaciones, tanto materialistas como espiritualistas, espiritualistas, de las repercusiones de las concepciones &(sicas de este siglo# 12 a 5crea reación de materia8 0ue es supuesta por la teor(a de la 5expansión del Oni"erso8 !interpretación de la le. de Hubble F desplazamiento hacia el ro=o del espectro de las galaxias en relación directa con su distanciaF como la prueba de esa expansión$ resulta 5escandalosa8, si se considera esa e&luencia de "einte /tomos de hidrógeno por metro cKbico, cada millón de a-os, como una creatio e ni"ilo. 'hora ni"ilo. 'hora bien: es prec precis iso o pens pensar ar la cues uestión tión en tAr tArmino minos s del del pape apel 0ue 0ue en ella ella =ueg uega la admisi)n del postulado de estabilidad!permanencia estabilidad!permanencia de la densidad media del uni"erso material$, cu.a aceptación se &unda en razones de 5sencillez8 . 5eco 5econo nom( m(a8 a8,, para para las las cual cuales es resul resulta ta Ktil Ktil supo supone nerr la perm perman anen enci cia a de ciertas ciertas condiciones del Oni"erso# %ero admitir el postulado de estabilidad conlle"a, por coheren rencia inter terna, la doctrina de la 5creación de materia8, si se si se sostiene la 5expansión del uni"erso8, .a 0ue ese uni"erso en expansión debe conser"ar debe conser"ar su densidad media constante, . la expansión comprometer(a esa constancia, si no se no se admite la 5e&luencia8 de materia### 'l marg margen en de esta estas s razo razone nes, s, 0ue 0ue son son Fdir Fdir(a (amo mosF sF del #5nero #5nero ? !., !., por por tanto, no 5abs 5absol olut utam amen ente te inco incond ndic icio iona nada das s como omo epresi)n de >la> realidad8$, realidad8$, la idea de 5creación de materia8 0ueda &uera de su contexto !C&r# 'nsayo I, pp# I, pp# 2+)2E$# 1? 'nsayo I, p# I, p# +P# 1 ;ngels consideró, en alguna ocasión, la dea de ateria en este sentido 1 ;ngels 5abstracto8 F0ue a0u( consideramos erróneoF: 5ie aterie als solche ist
eine eine rein reine e Geda GedanQ nQen ensc sch} h}p& p&un ung g und und 'bst 'bstra raQt Qtio ion# n# Wit Wit sehe sehen n "on "on den den 0ualitati"en 3erschiedenheiten der inge ab, indem ir sie als Q}rperlich existi existiere erende nde unter unter dem 6egri& 6egri&&& ateri aterie e zusamm zusammen& en&ass assen en !###$ !###$ Wenn Wenn die Jatu Jatur ris isse sens nsch cha& a&tt dara darau& u& ausg ausgeh eht, t, die die einh einhei eitl tlic iche he ate ateri rie e als als solc solche he au&z au&zus usuc uche hen, n, die die 0uali ualita tatti"en i"en Onte Onters rsc chie hiede au& blos bloss s 0uant uantiitati tati"e "e 3erschiedenheiten der qusammensetzung identischer Qleinster 7eilchen zu reduzieren, so tut sie dasselbe, ie enn sie statt irschen, 6irnen, 'p&el das das @bst als solches, statt atzen, Hunde, Scha&e, Nc#, das Sugetier als solch solches zu sehen "erlangt###8 ! Diale leti ti der der :atu :atur, r, en en &ar'n#els -ere, -ere, ed# ed# ietz, t# 2P, p# B19$# 1B 'cerca de la utilización cient(&ica del an/lisis autocontextual, . contra la 1B 'cerca opinión de 0ue dicho an/lisis solo pueda o&recer tautolog(as, "Aase 'nsayo I, pp# pp# +1)+ +1)+2# 2# %or %or e=em e=empl plo, o, sabe saberr 0ue 0ue el plan planet eta a UKpi UKpite terr tien tiene e el ma.o ma.orr tama-o posible de un sólido !pues, supuesto un tama-o ma.or, ese cuerpo sólido, en "irtud de una le. de *ermi F5la presión de un gas electrónico aumenta con su densidad, . es in"ersamente proporcional a la potencia BR? del del "olu "olume men n ocup ocupad ado8 o8FF re"e re"ent ntar ar(a (a$$ pued puede e pare parece cerr una una 5pet 5petic ició ión n de principio8, pues el 0ue UKpiter tenga las ma.ores dimensiones posibles de un cuerpo sólido ese algo in&erido de los principios mismos re&erentes a la materia de 0ue UKpiter est/ constituido, . las le.es de las partes de UKpiter han sido han sido establecidas al considerar esas partes dadas en el todo)UKpiter< en cierto modo, es como decir 5puesto 0ue UKpiter es el cuerpo m/s grande, ento entonc nces es es el cuerp uerpo o m/s m/s grand rande e8### 8### %ero %ero,, una una "ez "ez obten btenid ido o ese ese conocimiento, en un an/lisis autocontextual, ese conocimiento es 5nue"o8: saber 0ue ha. un m/ximo tama-o posible !aun0ue sea 5por0ue ha. un m/xi m/ximo mo tama tama-o -o de hech hecho8 o8$$ es incl inclus uso o sorp sorpre rend nden ente te,, . sólo sólo pued puede e ser ser pensado como una tautolog(a 5no in&ormati"a8 Fde un modo pedanteF 5ex post &acto8# 1+ 'nsayo I, p# I, p# 1E# 1E %armA %armAnid nides, es, , 2)9 2)9 !iels !iels,, Fra#me Fra#mente nte der !orso !orsora rati tier er F1 F1P P ed#, ed#, 6erl(n, Weidmannsche 3erlag, 19+1F, , pp# 2?)2?9$< donde la conexión entre &initud . homogeneidad Flo 0ue llamamos 5cosmismo8F est/ mu. clara# %or ello, la 5con"ersión en in&inito8, por eliso, del ser parmen(dico, no ser(a, propiamente hablando, la 5corrección de una incoherencia8 del =e&e de escuela !como pareció pretender qa&iropulo# 5e Samien, en e&&et, a"ait su corriger lYenseignement de son ma~tre %armAnide sur un point essentiel: comprenant comprenant 0ue la sphAricitA limitAe atribuAe par le grand ;lAate k lY;tre conduisait k adopter une position intenable logi0uement, Alissos attribua k cet ;tre ;tre lYin lYin&i &ini nitA tA spat spatia iale le auss aussii bien bien 0ue 0ue lYin lYin&i &ini nitA tA temp tempore orell lle# e#8 8 >'cole
'l5ate, %ar(s, 'l5ate, %ar(s, 6elles ettres, 19BP, pp# 2?2)2??$ sino la introducción de una modi&i modi&icac cació ión n pro&un pro&unda: da: un cambi cambio o de siste sistema# ma# ;sto ;sto &ue per&ec per&ectam tamente ente comp compre rend ndid ido o por por 'ris 'ristó tóte tele les s !., !., en este este sent sentid ido, o, atri atribu buir ir la cr(t cr(tic ica a de 'rist 'ristóte óteles les a elis eliso o a una 5a"ers 5a"ersión ión partic particula ular8, r8, como como sugir sugirió ió asimi asimismo smo qa&iropulo Fob. Fob. cit., p# cit., p# 2?2F ser(a mu. insu&iciente$: 5in&initud8 se opone a 5acaba 5acabamie miento nto8 8 . 5per&ec 5per&ecci ción8 ón8<< el in&ini in&inito, to, por tanto, tanto, no puede ser un todo. !C&r# todo. !C&r# F*sica, 2PEa< F*sica, 2PEa< %ar(s, 6elles ettres, ed# de H# Casteron, 19++, p# 1P+#$ %or ello, 5el in&inito es incognoscible como tal, la materia no tiene &orma8 (ibidem18 no (ibidem18 no la tiene al no ser, propiamente, un todo. 1 Ona "ersión marxista mu. extendida !aun0ue m/s hace algKn tiempo 1 Ona 0ue ahora$ de la &iloso&(a de Schopenhauer, del tipo de la de uQ/cs, donde el ob=eti"o de Schopenhauer aparece como el de 5###construir un sistema &ilos &ilosó&i ó&ico co re&ina re&inadam dament ente e especu especulat lati"o i"o para para esclar esclarece ecerr . =usti& =usti&ica icarr ante ante s( mismo la de&ensa de su propio capital8 !'l ! 'l asalto a la raz)n,trad# raz)n, trad# esp#, Axico, *# C# ;#, 19B9, p# 1++$, 0ue pretende agotar la signi&icación de ese pensamiento en cuanto 5&iloso&(a de rentista8, acaso no ha.a subra.ado debi debida dame mente nte el aspe aspect cto o cr*t cr*tic ico o de la conc concie ienc ncia ia 0ue 0ue una una tal tal &ilo &iloso so&( &(a a conlle"aba !sin negar por ello sus componentes 5reaccionarios8$# uQ/cs solo considera dicha cr(tica schopenhaueriana como 5una &orma m/s del ego(smo8 ego(smo8 !pp# 1E2)1E?$, como una cr(tica 0ue 5a nada se compromete8, pues la disolución de la concienci ncia se opera en bene&icio de una iden identi ti&i &ica caci ción ón cósm cósmic ica a 5pur 5puram amen ente te sent sentim imen enta tal8 l8,, 0ue 0ue 5di& 5di&am ama8 a8 las las obliga obligaci cione ones s socia sociales les,, Nc# %odr( %odr(a, a, sin sin embarg embargo, o, decirs decirse e !aun0u !aun0ue, e, desde desde luego, es di&(cil 0ue uQ/cs lo diga$ 0ue, &rente a la Idea consciente de consciente de Hegel, Schopenhauer era !5rentista8 o no$ m/s cr*tico, . cr*tico, . eso pod(a haberse tenido en cuenta# %or otra parte, la de&initi"a asimilación de Schopenhauer a 6erQele., 0ue uQ/cs o&rece como interpretación !ob. ! ob. cit., p# cit., p# ?$ es una exager exageraci ación, ón, e inclus incluso o de&orm de&ormac ación ión,, bien bien e"ident e"idente< e< c&r# c&r# 'l mund mundo o como como voluntad y representaci)n !trad# representaci)n !trad# esp#, 2 ed#, 6uenos 'ires, 'guilar, 19+P$, , pp# 11) 11)11 11B, B, donde donde Schope Schopenha nhauer uer,, tras tras llamar llamar 5ideal 5idealist ista a etremado8 etremado8 a 6erQele., hace una 5parcial 3usti+icaci 5parcial 3usti+icaci)n )n8 8 del materialismo# 19 5Cuan 5Cuando do ant ant admite admite 0ue a nuestr nuestras as repres represent entaci acione ones s corres correspon ponde de algo existente &uera de nosotros, una cierta cosa en s(, ant es materialista# Cuando declara a esa cosa en s( incognoscible, trascendente, ultraterrenal, ant habla como idealista# Deconociendo como Knico origen de nuestros conocimientos la experiencia, las sensaciones, ant orienta su &iloso&(a por la l(nea nea del del sens ensual ualismo ismo ., a tra tra"As "As del del sens ensual ualismo ismo,, ba= ba=o ciert iertas as condiciones, por la l(nea del materialismo# Deconociendo la aprioridad del tiempo, del espacio, de la causalidad, Nc#, orienta ant su &iloso&(a hacia el idealismo !###$# os materialistas han reprochado a ant !###$ la &alta de una di&er &erencia de principio entre dic dicha cosa en s( . el &enómeno###8
!&ateriali &aterialismo smo y 'mpirioc 'mpiriocritic riticismo ismo,, trad trad## esp# esp#,, 6uen 6uenos os 'ire 'ires, s, ;d# ;d# ;stu ;studi dio, o, 19EP, 19EP, p# 211$# 2P 'nsayo I, pp# I, pp# 1E ss# 'nsayo II, pp# II, pp# 291 ss# 21 5ie dee "on 7ott und 21 5ie und 2nsterblic"eit sind sind aber nicht 6edingungen des moralischen Gesetzes, sondern nur 6edingungen des notendigen @b=eQts eines durch dieses Gesetz bestimmten Willens, d# i# des bloss praQtischen Gebrauchs unserer reinen LEBM 3ernun&t< also Q}nnen ir "on =enen deen au&, ich ill nicht bloss sagen nicht die WirQlichQeit, sondern auch nicht einmal die }glichQeit zu erennen und erennen und einzuse"en behaupten# einzuse"en behaupten# Gleichohl aber sind sie die 6edingungen der 'nendung des moralisch bestimmten Willens au& sein ihm a priori gegebenes priori gegebenes @b=eQt !das h}chste Gut$# *olglich Qann und muss ihre }glichQeit in dieser praQtischen 6eziehung 6eziehung an#enommen erden an#enommen erden !###$ Hier ist nun ein in 3ergleichung mit der speQulati"en 3ernun&t bloss sub3etiver Grund Grund des *Trahrhaltens, der doch doch eine einerr eben ebenso so rein reinen en,, aber aber praQ praQti tisc sche hen n 3ernu 3ernun&t n&t ob3etiv gTl ob3etiv gTltig tig ist, ist, dadurch den deen "on Gott und OnsterblichQeit "ermittelst des 6egri&&s der *reiheit ob=eQti"e Dealitt und 6e&ugnis, =a sub=eQti"e JotendigQeit !###$ sie anzu anzune nehm hmen en "ers "ersch cha& a&&t &t ird, ird, ohne ohne dass dass dadu dadurc rch h doch doch die die 3ern 3ernun un&t &t im theore theoretis tische chen n ;rQ ;rQenn enntni tniss sse e ereit ereitert ert,, sonde sondern rn nur die }gli }glichQ chQei eit, t, die "orher nur $roblem ar, $roblem ar, hier 'ssertion ird, gegeben und so der praQtische Gebrau Gebrauch ch der 3ernun 3ernun&t &t mit den ;lemen ;lementen ten des theore theoretis tische chen n "erQnT "erQnTp&t p&t ird8 !r. !r. d. p. !.,3orrede< !.,3orrede< ed# Cassirer, B, pp# )B$# 22 %or %or ello ello,, pare parece ce supe super& r&ic icia iall la posi posici ción ón !ext !exten endi dida da entr entre e auto autore res s anglosa=ones, p# e=#$ de 0uien "e 5lo "alioso8 de ant en una cr(tica de la dialActica, 0ue luego, 5desgraciadamente8, habr(a reca(do Fde un modo inconsecuenteF en la reintroducción meta&(sica de lo criticado# 's(, dice 6# Duss ussell ell: 5a 5a cos cosa en s( cae por por comp comple leto to &uer &uera a de los concep ncepto tos s . principios a prio priori ri.. Ono de los los peli peligr gros os del del uso uso espe espec cula ulati" ti"o de esto estos s conceptos estriba precisamente en 0ue podr(amos sobrepasar los l(mites de su aplicabilidad# os l(mites de los conceptos a priori son priori son los del campo de la experiencia# Si "amos m/s all/, nos "emos en"ueltos en una meta&(sica . 5dialActica8 in&ructuosas, tArmino este Kltimo 0ue en ant tiene un sentido despecti"o !###$# %ero, como agente moral, el hombre es noumenal, . por lo tant tanto, posee libre albedr(o# a solución es bastante ingeniosa, aun/ue, desde aun/ue, desde luego, coincide con la noción de cosa en s(8 ! a sabidur*a de Occidente, trad# Occidente, trad# esp#, adrid, 'guilar, 19+2, pp# 21)2?$# %ero esa reca(da en la cosa en s( es la exigencia misma de la razón pr/ctica !0ue, por lo dem/s, .a estaba pre"ista en la %r*tica de la raz)n pura$, pura $, . no una mera 5inconsecuencia8# 5inconsecuencia8#
2? C&r# 2? C&r# 'nsayo II, p# II, p# 2+# 2 'nsayo II, pp# II, pp# 22)2?# 2B 'nsayo II, pp# II, pp# 292)29?# 2+ @rtega, Obras %ompletas !adrid, 2+ @rtega, %ompletas !adrid, De"# de @ccidente, 19+)E$, 3, p# +1# 2E %robablemente lo 0ue decimos del beha"iorismo es una caricatura# Jo 2E %robablemente es normal suponer Fpese al tono de desde-osa superioridad 0ue Watson adoptó adoptó a menudoF 0ue el padre del beha"iorismo hubiera 0uerido dar a algu alguna na de sus sus expr expres esio ione nes s !p# !p# e=#, e=#, 5et 5et me hast hasten en to add add that that i& the the beha"iorist beha"iorist ere to asQ .ou hat .ou mean b. the sub3ective terms.ou terms.ou ha"e been in the habit o& using he could soon maQe .ou tonguetied ith contradictions# contradictions# He could con"ince .ou that .ou do not Qno hat .ou mean b. them8 !Be"aviorism, !Be"aviorism, nue" nue"a a ed#, ed#, Je Je IorQ IorQ,, Jort Jorton on,, 19EP 19EP,, p# 1P$, 1P$, el sentido sentido de un de&initi"o consuelo ante mani&estaciones del tipo 5‚cómo me duele la cabeza cabeza8$ 8$ !0ue !0ue ser(an ser(an sub3ectiv sub3ective e terms$# terms$# %or %or supu supues esto to,, a0u( a0u( no entramos en el tema de la ciencia beha beha"i "ior oris ista ta,, sino sino en su posi posibl ble e pretensión pretensión de destruir la dimensión 2 como si &uese un 5sinsentido8< no es un 5sinsentido8, sino un hecho !aun0ue, desde el exterior, pueda reducirse a otra cosa$< es unaontolo#*a 5beha beha" "iori ioris sta8 ta8 lo 0ue 0ue se cr(ti r(tic ca# as as cuestiones ittgenstenianas del 5lengua=e pri"ado8 tendr(an a0u( su puesto !pero de ello, naturalmente, no podemos tratar ahora$# 2 'nsayo II, p# II, p# ?P2# 29 ;s la tradición Fen de&initi"a locQianaF de los 5hechos de grado cero8 o 29 ;s de las las 5cua 5cuali lida dade des s simp simple les s inan inanal aliz izab able les8 s8<< . no solo solo perc percep epci cion ones es de 5hechos &(sicos8, sino de otro tipo, pero tambiAn 5inanalizables8< p# e=#, lo bueno de bueno de G# ;# oore en los $rincipia 't"ica !, 't"ica !, 1P< trad# esp#, Axico, Oni"# 'utónoma, 19B9, pp# )9$# C&r# p# e=#, 7oulmin, 'l puesto de la raz)n en la 'tica, trad# 'tica, trad# esp#, adrid, De", de @ccidente, 19+, pp# 2B)$# Deconocer esto no 0uiere decir comprometerse con una 5meta&(sica atomista8# ?P 'nsayo II, p# II, p# ?P+# ?1 'nsayo I, pp# I, pp# 19)1EP# ?2 C&r# eviat"an, ppendi (atin -ors, ed# ?2 C&r# -ors, ed# olesorth, reimpr< Scientia, 'alen, 19++, "ol# , pp# B?E)B?$< . n Historical :arration %oncernin# Heresy ('n#lisb -or, ed# -or, ed# olesorth, cit#, "ol# 3, p# ?9?$#
?? 's(, por e=emplo, onod, 'l azar y la necesidad !trad# esp#, 6arcelona, 6arral, 19E1$# Jo podemos extendernos a0u( en la =usti&icación de este diagnóstico# 3er 'nsayo I, pp# 1BB)1+?# ;l &isicalismo del C(rculo de 3iena !reducción de 2 a 1, de los contenidos psicológicos a los &(sicos$ en el sentido, por e=emplo, de Carnap (Die p"ysialisc"e Sprac"e als 2niversalsprac"e der -issensc"a+t, en 'renntnis, eipzig, einer, 19?1, 2 "ol#, p# B+$ ser(a una muestra de 5&ormalismo primario8# ? 'l pensamiento salva3e, de A"i)Strauss, contiene esa a&irmación !trad# esp#, Axico, *# C# ;#, 19+, p# ?+1$# a cita se re&iere a Sartre, como se sabe, pero puede tomarse en un sentido general< en el sentido, p# e=#, en 0ue enin dec(a 0ue no por trasladar a la colecti"idad la conciencia se suprime el idealismo, como no se suprime el capitalismo por pensar en tArminos de sociedad anónima, en "ez de en tArminos de empresario indi"idual !contra 6ogd/no", en &aterialismo y empiriocr*ticismo, cit#, p# 2B$# ?B ndependientemente de nuestro acuerdo con las "ersiones del pensamiento de Hume 0ue tienden a describir a este como un 5naturalismo8, cu.a problem/tica es m/s bien preludio de la Qantiana 0ue constitu.e un 5psicologismo8 !citemos a J# amp Smith, T"e p"ilosop"y o+ D. Hume, ondon, acmillan, 191$, es por lo menos e"idente 0ue, al hablar de la causalidad, Hume habla de su l)#ica !C&r Treatise ol Human :ature, ed# Green)Grose< reimpr# Scientia, 'alen, 19+< "ol# $: 5Here is all the @GC thinQ proper emplo. in m. reasoning###8, dice !p# +$, re&iriAndose a las reglas de la causalidad 0ue ha enunciado poco antes# ?+ a expresión 5materialismo idealista8, aplicada a la &iloso&(a de inspiración schopenhaueriana, es una "ie=a F. sugesti"aF acu-ación de %# Uanet ('l materialismo contempor4neo, trad# esp# de la 1 ed# de 1+, Salamanca, 1EE, p# 2+$# ?E C&r# Dussell, T"e naysis o+ &atter, reimpr#, ondres, 'llen and Onin, 19BB< en especial cap# ?E# ? 'nsayo II, pp# ?91)?# ?9 escartes, &editaci)n %uarta. P Goldmann, a %ommunaut5 "umaine et l>univers c"ez ant !%ar(s, %# O# *#, 19$# 1 A"i)Strauss, es structures 5l5mentaires de la parent5 !trad# esp#, as
estructuras elementales del parentesco, 6uenos 'ires, %aidós, 19+9$# 2 'nsayo I, pp# 1EB)1?# ? 'nsayo I, pp# 1EB)E+# 'nsayo I, p# 1E+# B 'nsayo I, p# 12# Capítulo 3
La idea de Substancia, en Spinoza, como «ateria ontol!"ico#"eneral$ estinaremos este cap(tulo a la reexposic(ón, del concepto de Substancia, central en la &iloso&(a de Spinoza, en tArminos de lo 0ue hemos "enido llamando, en nuestro modelo, la dea de 5ateria ontológico)general8# os tres cap(tulos siguientes ser/n destinados a la reexposición sucesi"a de otros moti"os de la &iloso&(a spinoziana en tArminos de lo 0ue hemos llamado los tres gAneros de materialidad ontológico)especial# 1% La crítica de &e"el a Spinoza' el «acosmismo$
a conocida cr(tica de Hegel a la &iloso&(a de Spinoza F&iloso&(a 0ue, por lo dem/s, Hegel estimó en alto gradoF puede ser"irnos de Ktil punto de partida para colocar el problema de la consideración de la Substancia de Spinoza como ateria ontológico)general# DecuArdese 0ue un contexto esencial de dicha dea de ateria es el de su oposición a lo 0ue llam/bamos 5cosmismo8, o 5monismo mundanista8# ;se contexto 0ueda históricamente recogido, de un modo mu. patente, en la oposición HegelR Spinoza, mani&estada expresamente por Hegel ba=o la &orma de un reproche al 5acosmismo8 de su predecesor# 1
Como se sabe, Hegel considera 0ue Spinoza, en sus de&iniciones de los elementos de la Substancia, sigue un orden 5descendente8 !Substancia)'tributos)odos$: 5Como "emos, Spinoza "a descendiendo, pues el modo es la &ase m/s ba=a de todas< el de&ecto de este &ilóso&o estriba en 0ue concibe lo tercero solamente como modo, como la individualidad
con=unto de la naturaleza corpórea se nos aparece como un con=unto de mo"imientos circulares# e sobra es sabido cómo esa doctrina cartesiana con&igura su teor(a 5macro)mecanicista8 de los 5torbellinos8# Spinoza no se pronuncia nunca sobre su aceptación o rechazo de esta teor(a, en cuanto tal hipótesis &(sica concreta, explicati"a de los mo"imientos de los cuerpos, . especialmente a la macroescala de los astros# Sin embargo, 0ue la ha conocido, . 0ue &ormaba parte de su mundo intelectual !como del de todos los hombres instruidos de su Apoca$, no o&rece dudas# %ero la teor(a de los torbellinos de escartes F cosmo"isión dominante en la Apoca de Spinoza, . dominante a pesar de 0ue hubieran sido .a su&icientemente re&utadas las le.es cartesianas del cho0ue, . otros aspectos concretos de su mec/nica?F acaso no pre&igura el propio es/uema de la +orma de +ormasspinoziana Ciertamente, la concepción del sistema solar como
5dA cuenta8 de toda la 5realidad extensa8< pero tampoco ha. razones para suponer, dentro del cartesianismo, 0ue el comportamiento de la materia corpórea "a.a a ser 5distinto8 en otros sistemas< de hecho, se ha obser"ado, con notable agudeza, 0ue la energ(a con 0ue escartes habr(a mantenido su teor(a probablemente hubiera sido aKn ma.or !. ello habr(a suscitado, 0uiz/, curiosos obst/culos adicionales al triun&o L1?2M por lo dem/s ine"itable, de la doctrina de la gra"itación uni"ersal$, de haber tenido noticia de la existencia de las nebulosas 5en espiral8###+ a presión 0ue esa global cosmo"isión deb(a e=ercer sobre Spinoza apenas puede ser puesta en duda# I, de hecho, su actitud &a"orable a cual0uier explicación en tArminos de <"omo#eneidad de la materia8, 0ue sal"ase la di"ersidad en bene&icio de una unidad sistem/tica Factitud mani&estada .a, como "imos, desde la polAmica sobre el nitroF, debió recibir un &a"orable impulso del cartesianismo# 'hora bien: si es cierto 0ue la idea de 5&orma de &ormas8 pod(a "enirle a Spinoza por otra"(a 0ue la de la consideración de los 5organismos "i"ientes8 !., por ello, hablar de 5biologismo8 de su pensamiento, como algo radicalmente distinto de escartes, no est/, segKn creemos, mu. =usti&icado$, tambiAn es cierto 0ue Spinoza no se comprometi), en realidad, con "ip)tesis +*sica al#una, concreta, de 5explicación del uni"erso exterior8# ' "eces se ha hablado, incluso, de una especie de repugnancia de Spinoza hacia tales hipótesis concretas, 0ue Al hubiese considerado meras 5&icciones imaginati"as8, en el peor sentido de la expresión#E'un0ue hablar de 5repugnancia8 hacia esas hipótesis, por parte de Spinoza, pueda resultar exagerado , s( es cierto 0ue el plano en 0ue se mue"en sus especulaciones acerca de la 5realidad corpórea8 ! 1$, en la segunda parte de la 'tica, di&(cilmente puede ser descrito como un ni"el de hipótesis +*sicas, en el sentido 5cient(&ico)positi"o8, 5categorial8, de la palabra# Jo se tratar(a, a nuestro modo de "er, tanto de una 5teor(a mec/nica8 !ni tampoco de una 5teor(a biológica8$ cuanto de un an/lisis de ciertos presupuestos m/s generales, pre"ios a cual0uier sistema de hipótesis &(sicas concretas, con&orme a los cuales un cierto gAnero de la realidad Fla extensaF es ontol)#icamente concebido# a posición 0ue Spinoza asume, en este sentido, podr(amos cali&icarla como un punto de "ista
precisamente ontol)#ica 0ue se establece por oposición, tanto a la ontolog(a de tipo
;l entendimiento segKn la &ortuita presentación de las cosas en el 5orden comKn de la naturaleza8 !esto es, en la percepción &ragmentada . dispersa de la realidad$ no es tal entendimiento: lo es el 0ue aprecia concordancias y oposiciones !el 0ue sabe 0ue unas cosas est/n conectadas con otras, . con otras no$# %ero 0ue ha.a criticado el punto de "ista holista !la concepción de la naturaleza como un todo, dado como tal al margen de las partes 0ue lo componen, al margen de su p roceso de constitución, inteligible precisamente a partir de esas
5partes8$ tambiAn es claro, aun0ue desde ciertas interpretaciones pueda pretenderse otra cosa# %or de pronto, .a hemos "isto cómo, en el texto anterior, Spinoza habla, no solo de convenientiae, sino de oppu#nantiae . di++erentiae9 la trabazón de las partes en el todo !el todo ordenado$ no es tal, sin embargo, 0ue >3 de la parte l de la 'tica se-ala Spinoza: as partes componentes del Cuerpo humano (pero ya "emos visto /ue el cuerpo "umano es un
a concepción de la realidad &(sica como un con=unto de totalidades conipuestas de partes no anula, en todo caso, la posibilidad de la consideración aislada de esas 5partes8, como 5cosas singulares8, /ue son anteriores, en cuanto tales
textos de 'l So+istaB2# 'doptar un punto de "ista ontológico estructural, como el de Spinoza, no pre=uzga acerca del tipo de organización 0ue cada totalidad, en concreto, debe poseer< Spinoza ha tratado este asunto con absoluta generalidad: cada una de ellas depende de la conser"ación deuna cierta proporción en el reposo . mo"imiento de las partes# @&rece, eso s(, una "(a para comprender el mantenimiento de la identidad del con=unto a tra"As de las "ariaciones de las partes# a Kltima di&icultad 0ue la posición ontológica de Spinoza puede suscitar !desde el punto de "ista de su coherencia interna$, es esta: cómo puede sostenerse la identidad, a tra"As del cambio de sus partes, de una 5totalidad8 0ue, aun0ue meramente etensa, es sin embargoin+inita Jo nos encontramos a0u(, una "ez m/s, con el problema de la imposibilidad de conmensurar partes de un 5todo in&inito8 ., por tanto, con la imposibilidad de hablar, aun0ue sea por hipótesis, de tal 5totalidad8 ;n la cAlebre carta > Fa e.erF sobre el n&inito, Spinoza hab(a intentado resol"er ese tipo de di&icultades mediante el establecimiento de clases de in+initud# ;sa carta debe tenerse siempre bien presente, pues Spinoza habla de 5in&initud8 en la 'tica de tal modo 0ue tiene 0ue 0uerer decir, &orzosamente, cosas distintas !as(, no podr/ ser lo mismo la 5in&initud8 de la Substancia 0ue la 5in&initud8 del ;ntendimiento, 0ue es un modo$, ., sin embargo, la 'tica no contiene una teor(a de la in&initud, por lo 0ue la carta a e.er debe ser considerada como el texto &undamental en este punto# o 0ue nos importa a0u(, sobre todo, de dicha carta, es la a&irmación spinoziana de 0ue es posible concebir un in&inito compuesto de partes !cuando, por e=emplo, la ;xtensión se considera 5abstractamente8, esto es, no 5realmente8, en cuanto atributo de la Substancia, pues entonces es indi"isible$, as( como su otra a&irmación segKn la cual no por0ue ciertas realidades extensas no puedan conmensurarse de acuerdo con nKmero . medida determinados debe negarse el in&inito en actoB?# a Facies totius universi, de acuerdo con ello, ser(a el actual in&inito de la ;xtensión !5modo in+inito mediato8, la llama, como hemos "isto$, del cual no puede darse una medida o
nKmero ciertos, sin duda !por0ue no se conocen todas sus partes ni, por consiguiente, pueden cuanti&icarse la totalidad de sus relaciones$< pero, en cambio, s( puede decirse de Al 0ue, en cual0uier grado de amplitud 0ue se le considere, esta consideración ser/siempre en tArminos de proporci)n de reposo y movimiento, de acuerdo L1?BM con la noción de ndi"iduo compuesto 0ue, por su misma naturaleza, es susceptible de una inde&inida ampliación# %uesto 0ue el modo mediato de la ;xtensión !la Facies$ est/, e&ecti"amente, 5mediado8 por el modo inmediato !&otus et /uies$, esto es, puesto 0ue, sea cual sea el sector de la Facies 0ue se examine, siempre ser/ decisi"a para ese examen la consideración del mo"imiento . el reposo, . puesto 0ue la noción de 5indi"iduo compuesto8 permite ir considerando como inteligibles, con una inteligibilidad del mismo tipo, homogAnea, los distintos ni"eles de comple=idad de la realidad corpórea, desde la m(nima comple=idad hasta los ma.ores grados de ella !pues 0ue el modo de entenderle es constante$, la Facies in&inita puede considerarse como actualmente dada en cuanto tal Facies !esto es, en cuanto tal sistema del &undo$, aun0ue no se conozcan actualmente todas las concretas !esto es, mensurables, cuanti&icables$ relaciones entre sus partes# %or0ue lo 0ue s( se conoce actualmente es, por as( decirlo, la clave #eneral de esas relaciones: ser/n todas ellas relaciones de reposo . mo"imiento# a ampliación de nuestro conocimiento de la realidad &(sica, en cuanto tal realidad &(sica, no nos reser"a, pues, 5sorpresas8 en cuanto al modo m/s general de conocerla, 0ue ser/ siempre una reiteración del modo, en general, como la conocemos actualmente, en la medida en 0ue la conocemos# I por eso, por0ue no se trata de una realidad absolutamente in&inita !la de la Substancia, 0ue es insusceptible de di"isión ., por tanto, de criterios de orden . regularidad en su conocimiento, por0ue sus notas no solo son cuantitati"amente di"ersas, sino cualitati"amente tambiAn$, podemos decir 0ue la conocemos 5sistem/ticamente8 en cuanto in&inita F.a 0ue su in&initud es cualitati"amente "omo#5neaK, aun0ue no conozcamos todas sus partes# Jaturalmente, ese modo de conocer es propio de la realidad corpórea< no es el conocimiento de la Dealidad# ;s el conocimiento de un #5nero de la realidad ontológico)especial !1$, orientado en un sentido estructural !no holista ni atomista$, pero cu.a e=ecución detallada Spinoza no ha lle"ado a cabo, sino 0ue solo lo ha representado en sus l(neas directrices ontológicas#
;l conocimiento de la Facies es, pues, en principio, aut)nomo, dotado de su propia legalidad# a creencia en un 5orden del undo8 es una creencia, por supuesto, esencialmente materialista !cuando ese 5undo8 no a#ota 5la Dealidad8$, . precisamente por0ue el orden de lo corpóreo es homogAneo . 5cerrado8, cabe hablar de un 5orden8 en Al# %ara re&erirse al orden del cosmos corpóreo, Spinoza no necesita aludir para nada, ni a la Substancia, ni a otros posibles sistemas modales distintos, a los 0ue ese orden pudiera 5reducirse8# %or lo demas, la ontolog(a estructural 0ue Spinoza instaura en este dominio de su @ntolog(a especial, al negar el holismo tanto como el atomismo, a&irma precisamente la posibilidad de un conocimiento cient(&ico de esa realidad: ni todo est/ en todo Flo 0ue har(a imposible el conocimientoF ni las cosas singulares F aun0ue poseen una relati"a realidad independienteF est/n enteramente escindidas unas de otras# Spinoza no ha elaborado en detalle una ciencia &(sica, pero su ontolog(a estructural es enteramente &ecunda como tras&ondo adecuado de un conocimiento cient(&ico de esa realidad &(sica, 0ue no se pierde en la absoluta "aguedad de una indiscriminada 5omnirrelación8, L1?+M ni se trocea in&initamente en incomposibles partes indi"iduales# ;ste es el sentido m/s general, creemos, de los textos de Spinoza 0ue se re&ieren a 1< suponer 0ue signi&ican, meramente, una especie de 5biologismo8 es ignorar el ni"el de especulación en 0ue Spinoza se mue"e: ni"el 0ue, sin determinarse a ser ec/nica ni 6iolog(a, establece, en todo caso, un programa de conocimiento progresi"o de la realidad corpórea, donde la con&ianza en la regularidad de los procedimientos para aumentar nuestro conocimiento sobre ella !con&ianza 0ue, seguramente, habr(a 0ue "incular desde un punto de "ista histórico a una implantación ine"itable en el pro.ecto mecanicista cartesiano, al menos en cuanto a su aliento uni"ersalista$, tiene la su&iciente cautela, sin embargo, como para no pre=uzgar sobre las concretas hipótesis utilizables ni, por consiguiente, sobre los resultados concretos# %ero es 0ue Spinoza no est/ haciendo, propiamente, ciencia< lo cual no 0uiere decir, por supuesto, 0ue no estA haciendo nada# Notas
1 5###eorum, 0uae immediate a eo producta, et 0uae mediante ali0ua modi&icatione in&inita###8 ! 'p# >, Geb# 3, p#
5paralelo8 al de la ;xtensión !en cuanto sistema de 5&ormas8 de lo corpóreo, de estructuras inteligibles 0ue son una duplicación de lo corpóreo$, 0uA puesto puede tener el pensamiento humano, en ese 5sistema modal de lo pensante8 ;sa 5conciencia8, 0ue en el plano del alma humana aparece en cuanto interioridad reconocida como tal !como ideas acompa-adas de aceptación u rechazo, como 5apetito consciente8###$, sólo admite una representación sistem4tica cuando pierde ese car/cter de interioridad, . pasa a ser de nue"o el con=unto de ideas 5mudas como una pintura8, dadas en la impersonalidad del ;ntendimiento absolutamente in&inito Juestra pregunta, a0u(, signi&ica lo siguiente: la dimensión 2 ha sido reconocida por Spinoza de algKn otro modo 0ue como interioridad indi"idual, como lo 5personal e intras&erible8 de una experiencia indi"idual e momento sabemos 0ue, si bien es cierto 0ue el pensamiento humano es, tambiAn Al, una parte de un orden de esencias ideales ! ?$, 0ue poseen independencia respecto de ese 5pensamiento humano8 !no son 5producidas por Al8$, tambiAn es cierto 0ue, en algKn sentido, el pensamiento humano tampoco se 5reduce8 a ?: 0ue 5"omo co#itat 8 signi&ica algo espec(&ico &rente a la %o#itatio in Deo. 'hora bien, supuesto 0ue es imposible, dentro del spinozismo, la L1BM 5sustancialización8 del hombre como una 5realidad separada8, pues el hombre no es una substancia, B . est/ constituido por modos de la ;xtensión . modos del %ensamiento F @nicas realidades conocidasF, parece 0ue solo cabe abordar esta especial realidad del pensamiento "umano como una especial mani+estaci)n del sistema modal del $ensamiento. %ero, en cuanto 5pendant8 pensante de una cierta organización corpórea !el cuerpo humano$, la realidad del pensamiento humano se reduce a ser 5idea del cuerpo8 Fdada como tal 5en ios8F< si, adem/s, hablamos de Al en tArminos de 5conciencia8 F de conatusconscienteF, tenemos entonces 0ue explicar tambi5n esa 5consciencia8 en t5rminos del propio sistema modal del $ensamiento, por0ue, al &in . al cabo, no puede ser otra cosa, .a 0ue 5;xtensión8 no es, . otro tipo de realidad no lo conocemos !solo sabemos de otras realidades 0ue, de haberlas, estar/n ordenadas$ +# $ero ese sistema modal del $ensamiento no contiene, en cuanto tal, la
espec(&ica realidad de 2 ;sta tem/tica ha sido, desde siempre, la desesperación de los intArpretes de Spinoza# Surge inmediatamente la tentación de a&irmar 0ue, para Spinoza, es en el "ombre donde Dios (la realidad1 toma conciencia de s*. 'un0ue esta interpretación, entendida en tArminos absolutos, &uera &recuentemente ob=etada en el pasadoE, puede decirse 0ue, en los Kltimos tiempos, ha. toda una corriente interpretati"a Fespecialmente &rancesaF 0ue tiende a a&irmar algo m/s o menos parecido< 0ue tiende, en de&initi"a, a 5pri"ilegiar8 la posición del pensamiento humano como si, con Al, Spinoza hubiera tocado el tema de la libertad, el tema del <'sp*ritu= &rente a la 5Jaturaleza8< ciertamente, estas anticipaciones de la tem/tica idealista germ/nica no poseer(an exactamente el sentido de decir 0ue 5ios se autoconcibe por el hombre8, as( en general, pues, e&ecti"amente, esta 5autoconciencia8, de haberla, se produce, no en el ni"el de la Substancia !de la 5ldea8$, sino en el plano ontol)#icoespecial del5%ensamiento8### %ero, en todo caso, Spinoza habr(a reconocido, en su sistema, un puesto a esos temas, lo 0ue, de algKn modo Fdesde esas posiciones interpretati"asF signi&icar(a tambiAn el reconocimiento de un puesto para la Historia, pese a todo lo 0ue en el pasado se hubiera dicho acerca de la intr(nseca 5ahistoricidad8 del pensamiento de Spinoza, ligada con el punto de "ista 5eterno8 en el 0ue pre&erir(a colocarse, Nc# ' continuación "amos a examinar esta problem/tica, 0ue es la problem/tica misma de 2 a 0ue estamos re&iriAndonos# %ero no debemos perder de "ista las di&icultades de partida, 0ue hemos expuesto en todo su aspecto 5contradictorio8 o paradó=ico para no ol"idar las re&erencias internas de la terminolog(a spinoziana con las 0ue &orzosamente tenemos 0ue conectar !.a 0ue, aun0ue sean 5incompletos8, no podemos prescindir de los textos$# Spinoza ha "edado la consideración 5substancial8 del hombre: por esa "(a, pues, no puede reconstituirse la especi&icidad del pensamiento humano# ;ste consta de modos del $ensamiento,. esos modos han sido declarados 5paralelos8 a los de la ;xtensión### Siguiendo literalmente esta "(a, un 5sistema8 de los modos del %ensamiento, en lo 0ue toca a los pensamientos "umanos,L1BBM habr(a de consistir !puesto 0ue es paralelo al sistema de cuerpos "umanos, . estos &orman parte de la Facies, o sea, de un con=unto de acciones +*sicas1 en algo mu. similar, por e=emplo, a lo 0ue WiniarsQi llamó !de un modo
0ue ho. suena curiosamente extra"agante, acaso$ la&ec4nica social9 la consideración de la legalidad inteligible de un con=unto de cuerpos humanos !una sociedad$ en tArminos de legalidad mec4nica8 como si el 5hecho social8 se redu=ese al 5hecho mec/nico8 del sistema de los cuerpos# 9 ;n este sentido, s( 0ue un 5con=unto de cuerpos humanos8 ser(a literalmente lo mismo 0ue un 5con=unto de planetas8: sus esencias inteligibles se mo"er(an en los marcos de un mismo tipo de inteligibilidad# %ero reconocer la especi&icidad de 2 !. Spinoza la reconoce$ tiene 0ue conlle"ar otra manera de concebir la 5unión de las 'lmas humanas8# a Knica manera de exponer esa concepción, de modo 0ue se intente Fpor lo menosF sal"ar la coherencia de las categor(as spinozistas, consiste en partir del propio sistema modal del $ensamiento, segKn Spinoza, . deducir de algKn modo, a partir de Al, lasi#ni+icaci)n de la especi+icidad del pensamiento "umano, . la instauración por Spinoza de a0uella tem/tica de la conciencia# %uesto 0ue el sistema modal del pensamiento como un todo no es, 5I mismo,
Juestra tesis, en este momento, "a a consistir, poco m/s o menos, en lo siguiente: aun0ue no mu. amplia, s( habr(a cierta base en los textos de Spinoza para entender la especi&icidad de 2 dentro de los propios conceptos spinozianos 0ue delimitan el sistema modal del %ensamiento !0ue, como tal sistema, es ?$# Se tratar(a de rellenar el 5hueco8 0ue Spinoza ha de=ado en ese
sistema modal !el correspondiente al modo in&inito mediato8 c&r#supra, el cuadro de la p# 11$ de suerte 0ue, al llenarlo, se produ=era un concepto ontológico 5intermedio8 entre la dimensión noem/tica . la noAtica del %ensamiento: una ob=eti"idad de pensamiento 0ue, de algKn modo, se articulase con la sub=eti"idad# %or supuesto, la irreducibilidad de la sub=eti"idad a la ob=eti"idad !como la de la ob=eti"idad a la sub=eti"idad$, permanecen< esa ob=eti"idad de pensamiento, tal como "amos a considerarla a0u(, si#ue siendo2, L1B+M . no se explica como un producto de ? !ni de 1$# %ero su car/cter de sub=eti"idadimpersonal !en cuanto 0ue no est/ protagonizada por algKn 5alma8 concreta, sino 0ue es m/s bien el 5reino de las almas8$, esa sub=eti"idad impersonal en cuyos marcos se da la personal, hace 0ue pueda adaptarse me=or al sistema 5impersonal8 de los modos del %ensamiento, 0ue Spinoza ha o&recido# Sin duda, ha. a0u( un problema e"idente de inadecuaci)n del vocabulario t5cnico spinoziano a la nueva problem4tica /ue apunta dentro de 5l, problem/tica 0ue re0uerir(a una modi&icación de dicho "ocabulario# %ero, con estos es&uerzos de conciliación, lo 0ue intentamos es sal"ar, lo m/s posible, la coherencia interna del propio "ocabulario spinoziano, hasta donde esta pueda ser sal"ada# 5 28 . 5?8 existen, como dimensiones ontológicasreconocidas, en Spinoza# %ero como su terminolog(a tAcnica, a propósito del orden del %ensamiento es ambigua, intentamos considerar el m(nimo de ambigTedad en ella, dotando almodo universal mediato de un papel 5mediador8 entre la impersonalidad noem/tica del orden !?$ del %ensamiento, . la interioridad noAtica !2$ del pensamiento humano< por ello hablamos de 5sub=eti"idad impersonal8 !podr(amos decir 5sub=eti"idad ob=eti"a8$# Como &/cilmente se comprende, los problemas 0ue a0u( aborda, en germen, la &iloso&(a de Spinoza, son los caracter(sticos del idealismo posterior, ., se-aladamente, el tema de una realidad impersonal tomando conciencia de s(# %ara Spinoza Feso es claroF esta es una cuestión de 5@ntolog(a especial8< no es la Substancia, como tal, la 0ue se problematiza como 5ldea8# %ero, planteado el tema, Spinoza solo lo ha esbozado# ntentaremos presentar r/pidamente cómo lo ha hecho, segKn nosotros lo interpretamos# ;l silencio de Spinoza, acerca del modo in&inito mediato del %ensamiento, ha intentado suplirse de di"ersas maneras, por m/s 0ue, segKn algunos !.a "imos la opinión de Wol&son sobre este punto$B1, ese silencio habr(a sido deliberado . no precisar(a ser
llenado de ningKn modo# Uoachim propuso F. no sin ecoF interpretar dicho modo como la in+inita idea Dei !tal como Spinoza se re&iere a ella, por e=emplo, en 't".$# , %rop# , em#$ B2 : 5God necessaril. has a complete and uni0ue apprehension o& the uni"erse both in its internal coherence and in its temporal order# 7his uni0ue Yin&inita ideaY is the thought)side o& all bodies and all the modes o& all 'ttributes: it is t"e complete system o+ all t"e >souls>, t"e ideal counterpart o+ t"e >+acies totius universi>B?# 'hora bien, esta in+inita idea es, claramente, lo 0ue hemos llamado el lado 5noem/tico8 de la noción de %ensamiento, en Spinoza: el orden inteligible !no 5pensado8 por nadie$ 0ue representa la duplicación del mundo de la ;xtensión, en cuanto a sus esencias# Ciertamente, en cuanto o&rece una noción paralela a la de Facies, la proposición de Uoachim parece plausible# %ero, a los e&ectos de engranar con esa otra dimensión del %ensamiento, el pensamiento "umano, ha. otras propuestas interpretati"as 0ue parecen, sin des"irtuar el orden conceptual interno del sistema modal del %ensamiento en Spinoza, m/s adaptadas a la solución del problema 0ue tenemos planteado# B 7al, por e=emplo, la de '# Di"aud, 0ue mantu"o como noción m/s adecuada para desempe-ar elpapel de modo uni"ersal mediato del %ensamiento, la de L1BEM intellectus in+initus actu9 5e mme 0ue tous les corps &orment ensemble lYAtendue en mou"ement et la Face de Tout l>2nivers, tous les entendements +inis&orment un seul entendement uni"ersal au/uel l>id5e de Dieu est tou3ours pr5sente=BB# 'lgunos intArpretes reputar/n, sin duda, esta solución de incomprensible< as(, '# Aon, lamentando el silencio de Spinoza sobre este punto, se limita a reconocer 0ue 5###on ne peut dire a"ec certitude !###$ sYil . a lieu ou non dYAriger tel groupe dYindi"idus en ode in&ini< par exemple, pour les espXces "i"antes, et notamment lYespXce humaine, bien 0ue la rAponse k cette 0uestion eyt AclairA dYun =our singulier toute sa philosophie8B+# I, sin embargo, el reconocimiento de un 5entendimiento uni"ersal8 como idea propia de Spinoza no es cuestión de interpretaciones modernas m/s o menos so&isticadas< contempor/neos de Spinoza, como eibniz !admirador . detractor a un tiempo del pensamiento spinoziano$, BE consideraron 0ue esa idea era, de un modo claro, t(picamente spinozista, . en un sentido similar a como Di"aud la presenta, a saber, como una especie de "ariante del 5;ntendimiento uni"ersal8 de la &iloso&(a de '"erroes### ;&ecti"amente, en sus %onsid5rations sur la doctrine d>un esprit universel!1EP2$
haciendo historia sobre dicha doctrina, a&irma incidentalmente, eibniz: Spinoza, 0ui nYadmet 0uYune seule substance ne sYAloigne pas beaucoup de la doctrine de lYesprit uni"ersel uni0ue### B
octrina 0ue, un momento antes, ha reconocido como de la paternidad, sobre todo, de '"erroes# B9 Ciertamente, al "incular la teor(a del 5;sp(ritu uni"ersal8 con la de la Substancia Knica, eibniz est/ interpretando a Spinoza en el sentido de una 5pananimación animista8 . ese es su error# %ero basta desplazar la posición de la doctrina al terreno de los modos del %ensamiento para 0ue la sugerencia de eibniz empiece a ser &ecunda# o meritorio, desde nuestro punto de "ista, de la interpretación de Di"aud, consiste en el subra.ado de la 5presencia de la idea de ios8 a ese 5entendimiento en acto8, 0ue est/ &ormado de entendimientos &initos: se trata, claramente, dela etensi)n de la dimensi)n 2 a un nivel /ue no es sub3etivo individual, sino otra cosa# ;l intellectus in+initus actu es, a la "ez, parte del sistema modal, . conciencia de la idea de ios: de ah( el interAs de esta interpretación para nosotros# Ciertamente, Spinoza no ha desarrollado ninguna teor(a del intellectus actu. %ero s( ha dicho, por lo menos, dos cosas de Al: a1 ue existe !pues lo menciona$# b1 ue, tanto si es &inito como in+inito, tiene 0ue "er con las intellectiones, esto es, con hechos de pensamiento !por eso es actu1+P#
%ero entonces, si un entendimiento en acto se re&iere a los 5hechos de pensamiento8, 0uA puede signi&icar su universalidad sino un con=unto de intellectiones, humanas por tanto !.a 0ue nadie m4s tiene intellectiones, en el sentido no5tico, 0ue es el sentido mismo de intellectio$ 'hora bien: un con3unto L1BM actual de pensamientos 0ue sea in&inito F en el sentido de un modo in+initoK signi&ica una totalización 0ue no puede ser la obra de un entendimiento &inito, particular, indi"idual# Ser/ el 5gAnero humano8, entonces, el su=eto identi&icable con el ;ntendimiento in&inito en acto Jo debemos ol"idar lo
sospechosa 0ue es siempre para Spinoza la noción de 5gAnero8, como puro ente &icticio !recuArdese su rechazo de la de&inición per #enus et di++erentiam1+1# U# %rAposiet ha recordado oportunamente ese rechazo, para concluir 0ue, si alguna idea de 5Humanidad8 cabe construir con los supuestos spinozianos, no ser/ a tra"As de la idea de 5gAnero8, sino m/s bien a tra"As de ideas como la de 5indi"iduo compuesto8 !pues la realidad es para Spinoza indi"idual, no genArica$ 0ue, como "imos, hab(a utilizado Spinoza a modo de concepto ontológico cla"e del %rimer GAnero de su @ntolog(a especial# +2 ;s unareuni)n de individuos, un individuo compuesto, el tipo de concepto 0ue Spinoza puede tener a la "ista a la hora de pensar un es0uema del Intellectus in+initus actu. 'hora bien, la Knica idea 0ue nos parece puede realizar, en concreto, ese es0uema, de las 0ue Spinoza mane=a, es la de%iudad !;stado$# ;s a tra"As de ella como la consideración del Intellectus in+initus actu !como totalización actual de las co#itationes, como lugar natural de la re&lexión, donde, como dice Di"aud, la 5idea de ios se hace presente a s( misma8$ apunta a la tem/tica 0ue a0u( nos atre"emos a llamar del 'sp*ritu Ob3etivo. Jo es en la 'tica donde podemos hallar ma.ores precisiones sobre dicha tem/tica# ;n ella est/, con todo, el cAlebre texto: ;l hombre 0ue se gu(a por la razón es m/s libre en la Ciudad, donde "i"e segKn el comKn decreto, 0ue en la soledad, donde solo se obedece a s( mismo# +?
%ero dicho texto !con el 0ue Spinoza se inclu.e en la persistente tradición de la polAmica ;stado R anar0u(a$ + debe ser puesto en correspondencia, para completar su sentido, con lo 0ue Spinoza ha a&irmado, sobre todo, en su obra pol(tica# '0u( "amos a citar los textos 0ue nos parecen m/s expl(citos# ;l ;stado es un con=unto de indi"iduos, ., por tanto, el poder Ko sea, el derec"o8 dir(amos m/s: la esenciaK del ;stado es la acumulación de los poderes de sus partes componentes#+Be ah( 0ue el ;stado m/s 5absoluto8, o sea, el 0ue reKne me=or las potencias indi"iduales Fla democraciaF sea, en de&initi"a, el m/s per&ecto#++ %ero, de una manera similar a como, en el dominio de la ;xtensión, el Individuo compuesto 0ue es la Jaturaleza
corpórea, no siendo nada sin sus partes, inclu.e sin embargo una legalidad interna Funa 5proporción de reposo . mo"imiento8F 0ue con+orma a esas partes, integr/ndolas en un todo, . hace 0ue dichas partes, en cuanto tales, sean algo m/s 0ue L1B9M su simple esencia 5aislada8, el ;stado, no siendo nada sin los indi"iduos humanos de 0ue consta, impone su legalidad propia . con+orma, a su "ez, a dichos indi"iduos# ;sta 5ob=eti"idad8 del ;stado, 5por encima de las "oluntades indi"iduales8 de sus componentes, est/ recogida por Spinoza, de un modo mu. claro, en elTT"$# ;n su cap# >3, dice: Sin embargo, para 0ue se comprenda rectamente hasta dónde se extiende el derecho ., la potestad del ;stado, debe notarse 0ue la potestad del ;stado no radica precisamente en el hecho de 0ue pueda obligar a los hombres mediante el miedo, sino mediante absolutamente todo a0uello 0ue pueda hacer para 0ue los hombres obedezcan su mandatos: no es, pues, la raz)n de la obediencia, sino la obediencia misma lo /ue "ace al s@bdito. %ues, sea cual &uere la razón por la 0ue un hombre decida seguir los mandatos del sumo poder, .a por0ue tema un castigo, o por0ue espere obtener algo, o por0ue ame a su %atria, o mo"ido por cual0uier otro a&ecto, decide se#@n su propio conse3o y, sin embar#o, no por ello de3a de obrar se#@n lo /ue el sumo poder manda. s* pues, no debe concluirse, del "ec"o de /ue un "ombre "a#a al#o se#@n su propio conse3o, /ue obra en virtud de su derec"o, y no en virtud del derec"o del 'stado +E#
;l texto muestra claramente cómo decisiones 5pri"adas8, sin de=ar de ser pri"adas, son a la "ez decisiones del ;stado, ante cu.a ob3etividad las moti"aciones psicológicas Fdir(amosF pierden su signi&icación# I es 0ue, en de&initi"a, como Spinoza aclara un poco m/s adelante: ###est/n !###$ los /nimos, por alguna razón, ba=o el imperio del sumo poder, el cual puede hacer de muchos modos 0ue la ma.or parte de los hombres crean, amen, odien, etc#, segKn Al 0uiere# %or ello tambiAn, aun0ue no hagan esas cosas en "irtud de un mandato directo del poder sumo, las hacen a menudo, segKn testimonia abundantemente la experiencia, en "irtud de la autoridad . dirección de ese poder, esto es, en "irtud de su derecho< por lo cual podemos concebir sin repugnancia alguna del intelecto 0ue ha. hombres 0ue en "irtud del solo derecho del ;stado creen, aman, odian, temen ., en general, experimentan cual0uier a&ecto# +
a &acultad del ;stado para promover a+ectos e ideas !hasta
el punto de 0ue la ma.or(a de los hombres, sin Al, no las tendr(an, como dice claramente Spinoza$, 0ueda as( recogida# Ciertamente, el ;stado no lo puede todo Freconoce Spinoza+9F, pero los e=emplos 0ue da de las cosas 0ue no puede denotan in&racciones de las le.es inexorables de la Jaturaleza< denotan en suma, imposibilidades absolutas# EP ;n "ista de esos textos del TT"$ !0ue apuntan claramente hacia unos marcos ob3etivos de la 5sub=eti"idad pensante8$, podemos entender me=or las L1+PM repetidas alusiones 0ue Spinoza hace a la comunidad pol(tica en tArminos de 5personalidad espiritual8, presentes especialmente en el T$# ;l derecho natural, humano, la potencia humana, e=ercida indi"idualmente, es m/s ilusoria 0ue real# ;n ese sentido, puede Spinoza asentir a la proposición de 0ue 5el hombre es un animal social8 E1# ;=ercitar esa potencia signi&ica "i"ir en comunidad organizada segKn le.es, capaz de de&ensa: la Ciudad# encion/ndola, dice: onde los hombres tienen un derecho comKn y se conducen todos como una sola alma, es cierto 0ue cada uno tendra un derecho tanto menor cuanto los dem/s con=untamente sean m/s potentes### E2
a expresión una mens, re&erida a la comunidad pol(tica, aparece por "ez primera# /s adelante, abundando en la idea de 0ue una "ida racional solo puede lle"arse a tArmino en el ;stado, a&irma: ###la multitud no podr(a ser conducida como una sola alma, segKn es preciso en el ;stado, si no tiene un derecho instituido segKn las prescripciones de la razón< as( los hombres acostumbrados a "i"ir en un ;stado llaman, no impropiamente, 5pecado8 (ver nota E, 3# %#$ a lo 0ue "a contra el dictado de la razón, "a 0ue el erecho del me=or ;stado debe &undarse en el dictamen de la razón# E?
!;l ;stado aparece, de algKn modo, en el sentido del 5ios sobre la 7ierra8, las contra"enciones a cu.os mandatos pueden ser llamados 5pecados8$ E# a comunidad pol(tica, en "irtud de la legislación, &unciona 5como una sola mente8 !o 5como un alma8: menses la &orma 0ue tiene Spinoza de designar al alma humana en la 'tica$#
e&iniendo el derecho soberano del ;stado, Spinoza es aKn m/s claro: Se desprende del art# 1B del Cap# anterior 0ue el derecho del ;stado o sumo poder no es sino el mismo derecho natural, 0ue se determina por el poder, no .a de cada uno, sino de la multitud, 0ue se conduce como una sola alma8 esto es, a seme=anza de cada indi"iduo en el ;stado natural, tambiAn el cuerpo y alma de todo ;stado tiene tanto derecho cuanto poder ., por ello, cada ciudadano o sKbdito tiene tanto menos derecho cuanto el ;stado es m/s potente 0ue Al< ., consiguientemente, cada ciudadano no puede pretender ni poseer =ur(dicamente sino a0uello 0ue pueda de&ender en "irtud del comKn decreto del ;stado# EB
o caracter(stico de este texto es 0ue Spinoza, adem/s de considerar la totalidad del ;stado !el 5cuerpo8 del ;stado, dice$, /uasi una mens, lo considera claramente como Individuo compueto, cu.a posición ante la Jaturaleza L1+1M es similar a la del indi"iduo humano< consideración 0ue permite, como diremos, la contemplación de un orden crecientemente comple=o de la realidad humana 5pensante8 !5indi"iduo);stado)reunión de ;stados8$ 0ue sigue pasos mu. parecidos, en cuanto a la +orma de su consideración ontol)#ica, a los 0ue segu(a la noción de 5indi"iduo compuesto8 en el orden de la ;xtensión### /s adelante en ese mismo cap(tulo, Spinoza "incula expresamente la 5unión de las almas8, el 5indi"iduo comple=o pensante8, a la realizaci)n de la racionalidad !como pro.ecto del ;stado$, e insiste: 's( tambiAn, ser/ m/s potente . m/s independiente a0uel ;stado 0ue se &unde en la razón . segKn ella se diri=a# %ues el erecho del ;stado se determina por la potencia de la multitud, 0ue se comporta como una sola alma. %ero esta uni)n de las almas no puede concebirse a no ser 0ue el ;stado se proponga a0uello 0ue la sana razón ense-a ser Ktil para todos los hombres# E+ I, al comienzo del cap# 3: ;xpusimos en el cap(tulo anterior el derecho de la potestad suma, 0ue se determina segKn su poder, . "imos 0ue este derecho consiste &undamentalmente en 0ue "ay como un alma del 'stado, 0ue a todos debe conducir# EE
;n el cap(tulo 3, Spinoza aclara 0ue la 5multitud8 actKa como una mente, no .a solo en un sentido racional, sino
5pasional8 !las pasiones son realidades$: %uesto 0ue los hombres, como di=imos, se gu(an m/s por los a&ectos 0ue por la razón, se desprende 0ue la multitud se pone de acuerdo . se conduce como una sola alma, no en "irtud del impulso de la razón, sino espont/neamente en "irtud de algKn a&ecto comKn, a saber, una comKn esperanza, o miedo, o deseo de "engar un da-o comKn#E
os textos, pues, nos o&recen una insistencia 0ue no podemos por menos de considerar signi&icati"a# a %ivitas es representada 5como una sola alma8, en cu.a "irtud las le.es tienen un destinatario comKn, o en la cual aparecen comunitariamente las pasiones, o los a&ectos, o las ideas, 5como en un indi"iduo8# Ona circunstancia 0ue nos importa especialmente subra.ar es la del acoplamiento F0ue puede sostenerseF entre la doctrina de la %iudad
;sto es: su derecho se extiende 5hasta donde se extiende su poder8 !le. comKn de todos los indi"iduos de la naturaleza$ 1, con las consecuencias 5ma0uia"Alicas8 respecto de los tratados, la &e =urada, Nc#, 0ue son de pre"er# %ero, por la misma razón, por0ue se comportan como los hombres en el estado de naturaleza, su unión produce un incremento de potencia similar al 0ue produce la unión de los indi"iduos para &ormar el ;stado: Jo podemos dudar de 0ue, si dos ;stados acuerdan prestarse a.uda mutua, ambos =untos tien en m/s poder, . consiguientemente m/s derecho, 0ue cada uno de ellos aislado# 2 I, siguiendo este mismo proceso:
Cuantos m/s ;stados acuerdan con=untamente la paz, tanto menos temible es cada uno de ellos, .a 0ue el poder 0ue cada uno tiene de pro"ocar la guerra es menor, . tanto m/s est/ obligado a respetar las condiciones de la paz, esto es, tanto menos autónomo es cada uno, .a 0ue se obliga a acomodarse a la "oluntad comKn de los pactantes#?
Con lo cual se practica la misma explicación 0ue ser"(a para los indi"iduos en el seno del ;stado: tanto menor es su derecho cuanto est/n m/s sometidos al derecho comKn !segKn, por e=emplo, el texto citado m/s arriba: nota E1$# 'd"ertimos, entonces !recordemos, adem/s, el texto de la nota E?$ una concepción de la realidad humana 5pensante8 !5piensan8 los hombres indi"iduales, es una mens el ;stado$ engarzada en una estructura 0ue obedece a idAntica le. !la progresi"a acumulación de potencia$, . 0ue compone una unidad de unidades, en un sentido de algKn modo paralelo a como los indi"iduos compuestos corpóreos constitu(an a0uella 5&orma de &ormas8 a 0ue nos re&er(amos en el cap(tulo anterior# Ha., en este sentido, tambi5n una Facies de la realidad pensante9 . esto no es una pura met/&ora, m/s o menos plausible como interpretación 5con=etural8, pues Spinoza mismo "a empleado el t5rmino !5&acies8$ para re&erirse al con=unto de la realidad pensante 0ue a0u( consideramos !esto es: 2 en cuanto 'stado, expresión concreta del Intellectus in+initus actu18 . eso es una gran a.uda para 0uienes sostenemos 0ue ese con=unto de la realidad pensante ha de ocupar, precisamente, un puesto, en los modos del %ensamiento, paralelo al modo in&inito mediato de la ;xtensión !la Facies totius universi1. a conser"ación de la &orma en los cambios, principio L1+?M ontológico 0ue presid(a, como "imos, el undo !1$ de la ;xtensión, se encuentra tambiAn presente en el reino del %ensamiento, en el sentido 2< Spinoza da una &órmula general en el cap(tulo 3 del T$: Imperii +acies una, eaden0ue ser"ari### B Ciertamente, para 0ue el paralelismo &uera Fexpl(citamenteF riguroso, Spinoza tendr(a 0ue haberse re&erido, no .a a la Facies imperii, sino a la Facies del con=unto de los imperia. %ero acabamos de "er cómo la progresión 5indi"iduo);stado)unión de ;stados8 obedece a los mismos principios, . puede entenderse desde los mismo supuestos, a lo largo de toda ella# %or lo dem/s,
Spinoza no ha hablado del con=unto de imperia por0ue no est4 dado8 pueden describirse sus condiciones para el caso en 0ue se dA, pero no ha. tal cosa como una 5sociedad uni"ersal8 0ue, sin embargo, en "irtud de los presupuestos mismos de la ontolog(a de Spinoza, tiene /ue ser un ideal, sin duda, pues ella cumple al m/ximo la idea de 5la potencia de todos los indi"iduos !de distinto grado$ reunidos8 ., por tanto, signi&ica la realidad pol(tica m/s absoluta, como Spinoza dir(a# a utilización del tArmino 5&acies8, re&erido al ;stado, signi&ica 0ue se encara, respecto de Al, un problema paralelo al de la 5conser"ación de la &orma en los cambios8 del sistema modal de la ;xtensión# %or consiguiente, la organización estatal es la Knica 0ue puede encarnar Fen de&ecto de la sociedad uni"ersal, pero tendiendo hacia ellaF ese intellectus in+initus actu 0ue supon(amos ser un modo uni"ersal mediato !como la Facies lo era en la ;xtensión$# ;sa organización estatal Fla CiudadF Knico sitio donde el hombre puede ser libre !"Aase el texto de la 'tica, arriba citado: p# 1B$, . 0ue determina de algKn modo los pensamientos indi"iduales !segKn las citas del TT"$ arriba esgrimidas$, es, a la vez, lu#ar de
de este traba=o, donde ocupan un L1+M lugar particular, entre otros temas, han 0uedado, por lo menos, lo su&icientemente esbozados como para contribuir a completar la interpretación global de la @ntolog(a de Spinoza# 'lgunas posibles complicaciones 0ue aKn puedan 0uedar en las relaciones entre 2 . ?, ser/n expuestas, en la medida de lo posible, en el cap(tulo siguiente# Notas
1 C&r# 't"., , %rop# 3, Sch#< %rop# >>, Sch# 2 Sobre la tesis de la 5pananimación de la materia8 como problema, no 5espiritualista8, sino 5materialista8 !en la tradición &ilosó&ica renacentista italiana F7elesio Campanella, 6runoF 0ue se prolongar(a en Spinoza$, c&r# eborin, Spinoza>s -orld>s !ie6, cit#, pp# 1PP ss# ? 3id# Duth # Sa, $ersonal Identity in Spinoza, cit#: 5We ma. !###$ ell ish that Spinoza had gi"en us a a. o& speaQing o& the in&inite modi&ications o& thinQing comparable to the passage &rom the in&inite attribute o& extension to the simplest bodies8 !p# +$# 5###there are bodil. unities other than human, but e do not sa. that planetar. s.stems thinQ8 !p# E$: la autora piensa sintetizar en esa &rase la insuperable di&icultad de la teor(a spinoziana en torno al %ensamiento# C&r# supra, pp# 9E)# B C&r# G# H# D# %arQinson, Spinoza>s t"eory o+ no6led#e, cit#, 5He !Spinoza$ does not thinQ that a sel&)e"ident truth !una 5"erdad8 en sentido material1 need also be a &ormal axiom8 !p# P$< en 't"., emma ? (post %rop# >$, se dice de un enunciado 0ue es 5autoe"idente8, siendo as( 0ue es 5deducido8 de las e&iniciones . 'xiomas: 5a Statement, then, can be Ysel&) e"identY, and .et be deduced &rom Y&ormal axiomsY8 !pp# P)1$# Cabe a-adir, a propósito de la inseguridad con 0ue Spinoza considera 5&ormalmente8 el concepto de 'xioma, 't".,3, 'x# : tras enunciarlo, a-ade Spinoza: <$atet hoc 'xioma e %rop# E, %art# ?8# ue Spinoza tu"iera conciencia de la 5independencia8 de los 'xiomas no est/, pues, nada claro# ;l 5orden necesario8 de las "erdades, en Spinoza, segKn eso, no tendr(a por 0uA coincidir con su orden +ormal de exposición# ;sa consecuencia