Adventista
MINISTERIO ADVEN AD VENTISTA TISTA El rapto: Por qué no puede ocurrir antes de la segunda venida Gerhard Pfandl
"Ministerio Adventista" es la edición interamericana en español de la revista "Ministry", que es el órgano internacional de la Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
ASOCIACIÓN
El rapto: La preocupación de un pastor Steve Wohlberg
El rapto: rapto: La bendita esperanza, esperan za, Jesús y Pablo Pablo Hans K. LaRondelle
GENERAL
Secretario m inisterial inisterial James A. Cress Director de "Ministry" Willmore D. Eva Directora asociada Julia W. Norcott Asistente editorial Sheila Draper Director de los seminarios Nikolaus Satelmajer
La insensatez de mezclar visiones religiosas y políticas Lincon E. Steed
Dios el Espíritu Santo: Su persona y su ministe m inisterio rio divino divin o Wood row W. Wh idden
Editores contribuyentes Sharon Cress, Peter Prime, Joel Sarli, Kit Watts
D I V IS I O N
INTERAMER ICANA
Secretario M inisterial inisterial Iván Omaña G. Director de 'Ministerio Adventista" Féiix Cortés A.
El evangelio evan gelio apostólico: La llave llave maestra para la interpretación del Apocalipsis Hans K. LaRondelle
La herramienta correcta para el el trabajo correcto. Planteamientos acerca de la fe y la ciencia Timoth y G. Standis Standishh
Asociación Asociación Publicadora Interamericana Presidente: Antonio Torres; Gerente Financiero: Modesto Vázquez; Vicepresidente de Asuntos Editoriales: Félix Cortés A.; Vicepresidente de Producción: Daniel Medina; Traducción: Sylvia González; Redactor: Félix Cortés A.; Diagramación: M. E. Monsalve Maury Consejeros internacionales Cesario Acevedo, Eugene Daniel, José M. Espinoza, Daniel Fontaine, Noel S. Fraser, Saúl Uanes, Roberto Moreno, Etzer Obas, David Pacheco, Efrén Pagan, Pablo Perla, Guy Valleray Dirección 2905 NW 87th Avenue Miami, Florida 33172 EE.UU. Marzo - abril, 2004
Breves reflexiones en torno a la belleza femenina Félix Cortés A.
MINISTERIO ADVENTIST \
Impresa Impresa en Colombia por Grupo OP Gráficas S A . Printed in Colombia
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Las raíces de la teoría del rapto
El rapto Por qué no puede ocurrir antes de la segunda venida
Gerhard Pfandl
El Dr. Dr. Gerhard Pfandl es director asociado asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Spring, Maryland.
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a fecha es un día en el futuro cerca no. El lugar, un Boeing 747 en vuelo hacia el aeropuerto interna cional Heathrow, en Londres. La mayoría de los pasajeros están dor midos o dormitando. De repente, casi la mitad de los pasajeros desaparece sin dejar rastro. Primero uno, luego otro de los pasajeros que quedan, gritan al darse cuenta que su compañero de asiento no está; sólo ha quedado la ropa de aquellos que han desaparecido. El resto de los pasa jeros jer os llo ran, ra n, grita gr ita n, brin br inca ca n de sus asie as ient ntos os.. Los padres buscan frenéticamente a sus hijos, pero todos los niños han desapareci do durante el vuelo. ¿Ciencia ficción? No, ésta es una esce na del primer volumen de la serie Left Behind™ 1 (Dejados atrás). Escrita Escrita por los autores cristianos Tim LaHaye y Jerry B. Jenkins, sus libros han aparecido en la lista de bestsellers del New York Times y pueden adquirirse en la mayoría de librerías. Estos libros se basan en la teoría de que siete años antes del segundo advenimien to de Cristo, los cristianos fieles serán tras ladados, llevados al cielo—serán raptados. ¿Por qué siete años exactamente? Porque uno de los fundamentos de esta teoría es que la última semana de las setenta sema nas proféticas de Daniel 9:24 todavía está en el futuro.
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Podemos trazar las raíces de esta teoría hasta los tiempos de la contrarreforma. Los reformadores protestantes del siglo dieci séis identificaron al papado como el anti cristo de la pro fecía.2 fec ía.2 Varios erudito s jesuí tas emprendieron la tarea de defender al papado en contra de estos ataques. El car denal Robert Bellarmine (1542-1621), director del Colegio de los jesuítas en Roma, intentó anular el principio día por año profético como evidencia para los 1260 años de autoridad papal.3 El jesuíta español Francisco Ribera (1537-1591) pro yectó las profecías del anticristo hacia el futuro (futurismo), y otro español, Luis de Alcázar (1554-161 3), argüyó diciendo que estas profecías ya se habrían cumplido en los tiempos del Imperio Romano (preterismo). El preterismo preterismo fue adoptado mu y pronto por el el calvinist calvinistaa Hugo Grocio (15 83-1 645 ) en Holanda, y con el tiempo se transformó en el método favorito para la interpreta ción de la profecía bíblica entre los teólo gos liberales. Ribera aplicó las profecías del anticristo a un anticristo personal futuro que apare cería en el tiempo del fin y que detentaría el poder duran te tres años y m edio .4 Durante casi tres siglos estuvo confinado el futurismo mayormente a la Iglesia Católica Romana, hasta que en 1826 Samuel R. Maitland (1792-1866), bibliotecario del arzobispo de Canterbury, publicó un pan fleto de 72 páginas 5 en el cual promovía la idea de Ribera acerca del futuro anticristo. Pronto otros clérigos protestantes se con virtieron al futurismo y comenzaron a pro pagarlo por todas partes. Entre ellos se encontraba John Henry Newman, líder del movimiento de Oxford, que más tarde se volvió cardenal católico romano; y Edward Irving, el famoso ministro presbiteriano escocés. El dispensacionalismo
El futurismo de Ribera colocó los cimientos para el dispensacionalismo, el cual enseña que Dios ha tratado de mane ra diferente con la humanidad durante las diferentes eras de la historia bíblica. John Nelson Darby (1800-1882) se considera, por lo general, como el padre del dispen3
sacionalismo. Fue un abogado y ministro anglicano que en 1848, desilusionado por la lasitud espiri tual de la iglesia, se unió al Movimiento de los Hermanos. Él tenía una mente brillante. No sólo predicaba en forma fluida en ale mán y francés, sino que también tradujo el Nuevo Testamento al ale mán, al francés y al inglés. Fue autor de más de cincuenta libros y en 1848 se transformó en el líder de los Hermanos Exclusivos. Darby desarrolló y elaboró una filosofía de la historia en la cual dividió la historia en ocho eras o dispensaciones, "cada una de las cuales contenía un orden diferente a través de las cuales Dios llevó a cabo su plan de redención".6 Además de esto, Darby sostuvo que la venida de Cristo ocurriría en dos etapas. La primera, un "rapto secreto" invisible de los verdaderos creyentes, pondría fin al gran "paréntesis" o era eclesiástica que comenzó cuando los judíos recha zaron a Cristo. Después del rapto las profecías del Antiguo T estame n to que se refieren a Israel se cum plirán literalmente,7 lo que condu cirá a la gran tribulación que finali zará con la segunda venida de Cristo en gloria. En ese momento Cristo establecería un reino literal de mil años en la tierra, con Israel en su centro. El punto de vista escatológico de Darby figuró prominentemente en el fundamentalismo americano
en los años veintes, cuando los cris tianos conservadores defendieron el cristianismo protestante ortodo xo contra los desafíos del darwinismo y la teología liberal. Hoy, la mayoría de los cristianos evangéli cos han aceptado los puntos princi pales de la escatología de Darby. El concepto de un rapto previo al período de tribulación final no era nuevo para Darby. "Pierre Jurieu, en su libro Ap pr oa ch ing Deliverance of the Church (La liberación de la iglesia se aproxima) (1687) enseñaba que Cristo vendría flotan do en el aire para raptar a los san tos y regresar al cielo antes de la batalla del Armagedón. Él hablaba de un rapto secreto previo a la venida de Cristo en gloria y al juicio en el Armagedón. Tanto el comen tario sobre el Nuevo Testamento de Philip Doderidge (1738) como el de John Gilí (1 748) usaron el térmi no 'rapto' y se refirieron a éste como inminente. Está claro que estos hombres creían que este suceso precedería al descenso de Cristo a la tierra y al tiempo del jui cio. El propósito era preservar a los creyentes del tiempo del juicio."8 La doctrina sobre el rapto fue diseminada por todo el mundo, principalmente a través del Movimiento de los Hermanos y de la Biblia Anotada de Scofield. En el siglo veinte se la enseñaba en escuelas como el Instituto Bíblico Moody y el Seminario Teológico de Dallas. El libro El difunto planeta
Tierra (The Late Great Planet Earth)
de Hal Lindsey y muchos otros de naturaleza similar siguieron propa gando la teoría del rapto secreto. Investigación de la teoría del rapto
La teoría del rapto está basada en varios supuestos. Debido a la limitación de espacio sólo pode mos analizar brevemente dos de ellas: (1) que la última sem ana — la septuagésima— de la profecía de las setenta semanas de Daniel 9:2427 está todavía en el futuro, y (2) que la iglesia no pasará por la gran tribulación. La septuagésima semana 1 de Daniel 9:27. Pese a que ía idea
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de que la semana número setenta de Daniel es aún futura apareció primeramente en los escritos de Ireneo (siglo segundo D .C .)9, no influyó de manera significativa en la teología cristiana hasta que se transformó en un pilar fundamen tal del dispensacionalismo en el siglo diecinueve. Según este punto de vista, la semana número sesenta y nueve finaliza con la entrada triunfal, y la semana número seten ta "está separada de las otras sesen ta y nueve por un intervalo indefi nido de tie m p o ."10 ¿Por qué? Porque la era de la iglesia se consi dera como un paréntesis en el plan de Dios; o sea, el reloj profético se detuvo en el domingo de pascua y comenzará a hacer tic-tac nueva
DE ACUERDO CON LAS ESCRITURAS, LA IGLESIA EXPERI MENTARÁ LA GRAN TRIBULACIÓN, PERO SERÁ LIBRADA DE ELLA PO R ME DIO DEL RAPTO DEL SEG UN D O AD VE NI MIENTO DE JESUS. 4
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mente después del rapto, cuando Dios reasuma sus negociaciones directas con Israel en el futuro. En respuesta: (1) No hay una razón lógica o exegética para sepa rar la septuagésima semana de las otras sesenta y nueve semanas. No hay otra profecía de tiempo en las Escrituras que posea tal bre cha .11 (2) El tema de Daniel 9:26 es el Mesías y el del próximo versículo es también el Mesías, no el anticristo. De acuerdo con la secuencia de versículos en Daniel 9:25, 26 el príncipe en "el pueblo de un prín cipe" puede también referirse a Jesús.12 Pero incluso si el príncipe en el versículo 26 se refiriese a Tito — como un tipo del anticristo— y no al Mesías, él (Tito) no es el tema del versículo 27 porque gramatical mente está en una posición subor dinada con respecto a "el pueblo." Es el pueblo el que destruirá la ciu dad y el santuario, no el príncipe. El que "confirma el pacto con mu chos" (por otra semana) es el Mesías del comienzo del versículo 26. (3) En Daniel 9:27 leemos: "Y por otra semana confirmará el pacto con muchos." El texto no dice que hará un pacto. La expresión idiomàtica hebrea "hacer un pacto" no se utiliza en este texto. Más bien el Mesías, dice el texto, confirmará o hará "que el pacto prevalezca." No se refiere a un nuevo pacto sino a uno que ya existe. Si el anticristo fuese a hacer un nuevo pacto con "muchos," el profeta habría usado la expresión lingüística apropiada de "hacer un pacto." Contrario a la teoría dispensacionalista, la semana número setenta presenta los puntos más resaltantes del ministerio del Sa lvad or.13 D uran te la primera mitad de la semana él fortaleció o confirmó el pacto por medio de sus enseñanzas. Un ejemplo de esto lo tenemos en el hecho de que jesús, en el Sermón del Monte, tomó una selección de los diez mandamien tos del Antiguo Testame nto — el AÑO 61 - N° 2
viejo pacto— y fortaleció y profun dizó su significado. Después, a la mitad de la semana, puso fin al sig nificado teológico de los sacrificios ceremoniales cuando se ofreció a sí mismo para la salvación de la raza humana. De este modo el pacto eterno fue confirmado y ratificado por la muerte de Jesucristo. 2 La Iglesia y la gr an tr ibulación. Según el dispensacionalismo,
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la tribulación que se producirá des pués del rapto de la Iglesia durará siete años. Su propósito es "lograr la conversión de una multitud de ju dío s"14 que exp erim en ta rá n el cumplimiento de los pactos de Israel. Primera de Tesalonicenses 1:10; 5:9; Romanos 5:9; y Apocalipsis 3:10 apoyan este con cepto. La exégesis cuidadosa de estos textos en Rom anos y I o de Tesalonicenses indica que la "ira venidera" se refiere a la ira de Dios que destruirá a los impíos en el segun do ad ven imie nto 15 com o se indica en 2o de Tesalonicenses 1:710. Es la manifestación de la ira de Dios en el juicio final, no el tiempo de angustia que precede a la veni da de Cristo. Pablo dice que espe ramos "de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira veni dera" (1 Tes. 1:10). Es en el segun do advenimiento de Cristo cuando el rapto tomará lugar, el cual nos librará de la ira venidera. Por lo tanto, esta ira no puede ocurrir antes del segundo advenimiento. Es posible que la "hora de la prueba ( pe ira sm os)" en Apocalipsis 3:10 se refiera a la gran tribulación, pero el texto no dice que el pueblo de Dios no la experimentará. La frase "te guardaré de" proviene de dos palabras griegas: téreó y ek. Téreó significa "mantener la vista sob re," "gu arda r," "p rese rvar;" 16 y la preposición ek significa básica men te " d e "17 refiriéndose a que proviene de algo o de algún lado. Otra preposición griega (apo) MINISTERIO ADVENTISTA
expresa la idea de separación, "lejos de."18 En su oración sumo sacerdotal Jesús dice: "no ruego que los quites del [ek] mundo, sino que los guar des [téreó] del [ek] mal" (Juan 17:15, RVR 1960). "Guardar del mal" no significa que Satanás no pueda tentar a los discípulos; lo que Jesús está pidiendo al Padre es que proteja a los discípulos en momentos de tentación, que man tenga su vista sobre ellos y que impida que Satanás los venza. De modo similar, en 2o de Pedro 2:9 el apóstol escribe: "sabe el Señor librar de (ek) tentación [pei rasmos] a los piadosos" (RVR 1960). El apóstol no dice aquí que el pueblo de Dios será guardado de (apo) tentaciones, sino que Dios lo librará cuando se encuentre en medio de [ek] ellas. De la misma manera, el apóstol Juan no dice en Apocalipsis 3:10 que los creyentes serán guardados (opo) de la hora de la prueba ( pe irasmos ,) que es la misma palabra usada para "tenta ción" en 2o de Pedro 2:9, sino que serán protegidos cuando éstas ocu rran. Por lo tanto, ninguno de los tex tos utilizados para dar apoyo a la idea de que la iglesia no pasará por la gran tribulación dice realmente eso. Al contrario, las Escrituras enseñan claramente que los santos de Dios pasarán por la gran tribula ción (Mateo 24:9; Marcos 13:11; Lucas 21:12-19; Apocalipsis 13:141 7 ).19 Conclusión
La teoría del rapto, de origen reciente, ha capturado la imagina ción de millones de cristianos sin ceros. Su enseñanza central —que el cumplimiento de la septuagési ma semana de la profecía de las setenta semanas de Daniel está todavía en el futuro— se basa en presuposiciones ajenas a la Biblia. También su enseñanza de que la iglesia no pasará por la gran tribu lación apela a las emociones huma-
ñas de temor y angustia, pero es contraria a las enseñanzas de la Biblia. De acuerdo con las Escritu ras, la iglesia experimentará la gran tribulación, pero será librada de ella por medio del rapto del segundo advenimiento de Jesús. Referencias 1. Los derechos pertenecen a Tyndale House Publishers, Wheaton, Illinois. 2. Martín Lutero, por ejemplo, dijo: "Yo creo que el papa es el diablo enmascarado y encarna do, porque él es el anticristo" Escritos completos (Sämtliche Schriften) (St. Louis Concordia Pub. House [1887]) 23 :845. 3. L. R. Conradi, La fuerza imperiosa de la ver dad profética (The Impelling Force of Prophetie Truth) (Londres: Thynne and B. Co., Ltd., 1935), 346. 4. Id., 2:489-93. 5. An Inquiry Into the Grounds on Which the Prophetie Period of Daniel and St. John has been Supossed to Consist of 1260 Years (Una investiga
ción acerca de las bases del período profético de Daniel y San Juan que supuestamente consiste de 1260 años), 2o ed. (Londres: 1837), 2. 6. Ver Evangelical Dictionary of Theology (Diccionario evangélico de teología) de Walter A. Elwell, (Grand Rapids: Baker Book House, 1984), 292. 7. Este punto de vista ignora por completo la naturaleza condicional de muchas profecías del Antiguo Testamento (Deut. 28:1, 15; jer. 4:1: 18:7-10). 8. Ver Dictionary of Premilennial Theology: A Practical Cuide to the People . View Points and History of Prophetie Studies (Diccionario de teología premilenial: Una guía práctica sobre los individuos, puntos de vista e historia de los estudios proféticos) de Mal Couch, ed. (Grand Rapids: Kregel Publications, 1996), 346. 9. Ireneo, En contra de las herejías 5.25.3, (Ante Nicene Fathers, 1:554). Refiriéndose al anti cristo él dice que Daniel "señala el tiempo que durará esta tiranía, durante el c ual los santos serán perseguidos, los que ofrecen a Dios un sacrificio puro: 'Y a mediados de la semana/ dice: 'El sacri ficio y la libación serán arrebatados, y la abomina ción asoladora [se establecerá] dentro del tem plo... Tres años y seis meses constituyen la media semana.'" 10. J. Dwight Pentecost, Things to Come [Las cosas porve nir] (Grand Rapids: Zondervan, 1958 ), 247. 11. Ninguna de las supuestas profecías con brechas o paréntesis listadas por Pentecost (247) son profecías de tiempo. Todas se basan en el supuesto de que las profecías del Antiguo Testamento que conciernen a Israel deben cum plirse literalmente en el futuro. 12. 1). vers. 25 — Mesías (mashiach) — Príncipe (nagid ) — A+B 2) . vers. 26a Mesías (mas hiach) — A 3). vers. 26b Príncipe (nagid) — B "Este patrón sugiere que las tres referencias se apli can al mismo Mesías Príncipe designado por la primera aparición de este par de palabras en el ver sículo 25. Si es así, entonces 'el pueblo de un prín cipe que ha de venir' se refiere al pueblo del Mesías.... Si esta interpretación es correcta, ¿en
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qué sentido destruyó el pueblo del Príncipe Mesías jud io la ciu dad y el s ant uar io en el año 70 D .C .? El ejército romano fue en realidad el agente físico que ocasionó la destrucción literal de Jerusalén. ¿Pero por qué la destruyeron? Lo hicieron porque Judea se había revelado contra Roma. Si judea no se hubiese revelado, el ejército romano nunca habría ido allí, y Jerusalén habría continuado intac ta." W. H. Shea, Daniel 7-12 (Nampa, Idaho: Pacific Press Pub. Assn., 1996 ), 75, 76. 13. Según el pensamiento dispensacional, la muerte de Cristo ni siquiera cae dentro del perío do de las 70 semanas. "La consumación del pacto del Mesías tuvo lugar sólo unos pocos días después del fin de la semana número 69" ( Pentecost , 248) y aproximadamente dos mil años antes de que la septuagésima semana comenzase en algún momento en el futuro. 14. Id., 237.
15. Ver Romans [Romanos] (Romans,i por John Stott (Downers Grove, III.: InterVarsrty ^ress, 1994), 146; John Murray, Epistle te the Fenians NICNT [Epístola a los Romanos, NICN7] (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Pub.. \ 965), 171; Charles Wanamaker, Commentary on 1 & 2 Thessalonians NIGTC [Comentario sobre la 1 y 2 Epístolas a los Tesalonicenses, NIGTC] (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Pub., 1990), 88. 16. W. F. Arndt y W. Gingrich, "Téreó" A Creek— English Lexicon [Glosario inglés-griego] (Chicago Press, 1979). 17. Id., "ek." 18. Id., "apo." 19. Para afirmar que estos textos se refieren al remanente judío y no a la iglesia (Pentecost, 278, 238) se basa nuevamente en la presuposición de que Dios cumplirá literalmente las profecías con cernientes a Israel.
Tome el control de sus emociones y actúe frente al dolor
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re a los ministros que "prediquen la pala bra," y que lo hagan a la luz de "su mani festación". ¿Cuál es la verdad acerca del rapto? ¿Desaparecerán algún día millones de cris tianos, como lo dice la novela Dejados atrás ? ¿Se llevará Jesús a sus seguidores antes del tiempo de angustia? ¿Tendrán aquellos que no son raptados una segunda oportunidad para ser salvos? Éstas son pre guntas importantes y para ellas necesita mos respuestas bíblicas. Desde una pers pectiva práctica, el asunto es el siguiente: ¿Deberíamos decir a nuestros miembros de iglesia que Dios los sacará de este mundo antes de que lleguen los días fina les de la Tierra, o deberíamos prepararlos para soportar, resistir y superar las embes tidas finales, muy engañosas, de Satanás antes del regreso visible de Jesucristo?
El rapto La preocupación de un pastor
La enseñanza bíblica
Steve Wohlberg
os cristianos están hablando acerca de la serie de novelas Left Behind ™ * (Dejado atrás) por Tim LaHaye y Jerry Jenkins. Hasta el momento, ocho libros de la serie han sido publicados, con un noveno, Desecration (Profanación), proyectado para aparecer muy pronto. La pregunta, ¿habrá o no un rapto secreto? no es una pregunta trivial. Es posible que los ministros del evangelio, sean las que fueren sus denominaciones, tengan que tomar alguna vez una posición en relación con este asunto controversial. ¿Por qué? Comenzando con la razón más simple, porque a nosotros los pastores nuestras congregaciones nos preguntan más y más acerca de este tema. Como pastores del rebaño que Dios nos ha dado, debemos poseer las respuestas que guíen en la direc ción correcta y provechosa a las ovejas que Dios ha puesto bajo nuestro cuidado. Segundo, hemos sido comisionados, como parte de nuestro llamado al ministerio, a proclamar el regreso de nuestro Señor. Pablo escribió a Timoteo: "Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juz gará a los vivos y a los muerto s en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra" (2 Tim. 4:1, 2). Aquí se requie
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Steve Wohlberg es pastor de la Primera Iglesia Adventista de Fort Worth, en Fort Worth, Texas.
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Es imposible examinar en este corto artículo cada pasaje de la Biblia relaciona do con este tema, pero podemos echar un breve vistazo a los más importantes. El pasaje bíblico principal utilizado para fundamentar la idea del rapto antes de la venida visible de Jesucristo se encuentra en 1o Tesalonicenses 4. Este texto es citado en la película Dejados atrás. De acuerdo con algunos educadores bíblicos alrededor del mundo, sinceros, aunque desorientados, según creo, estas palabras describen la desaparición repentina de los creyentes antes de la tribulación final. ¿Es esto lo que la Biblia realmente dice? Pablo escribió: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arre batados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estare mos siempre con el Señor. Por tanto, alen taos los unos a los otros con estas palabras. Pero acerca de los tiempos y de las ocasio nes, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como
EN CONTRASTE CON LAS IDEAS ERRÓNEAS DE UN RETORNO SECRETO, JESÜS COMPARA SU VENIDA CON EL CENTELLANTE BRILLAR DE RELÁMPAGOS SUR CANDO LA INMENSIDAD DEL CIELO.
los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" (1 Tes. 4:16-5:3). ¿Enseñan estos versículos que ocurrirá una venida silenciosa de Jesús antes de la tribulación, duran te la cual a aquellos que hayan sido «dejados atrás» se les dará una segunda oportunidad para ser sal vos? No, no lo enseñan. ¡Más bien, se describe a Jesús como descen diendo literalmente del cielo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios! Éste no es un regreso silencioso y secreto. Primero ocurre una resurrección global, y luego los creyentes son "arrebatados" a los cielos para reci bir al Señor en el aire. Esta palabra, "arrebatados," se interpreta de modo que denote una desaparición. No obstante, el texto no dice eso. Así como Jesús fue literalmente "alzado, y le reci bió una nube que le ocultó de sus ojos" (Hech. 1:9), del mismo modo una simple lectura de estos versícu los enseña el traslado literal y visible de los cristianos en el fin del mundo. ¿Y qué ocurre con aquellos que no son "arrebatados"? ¿Qué
les acontecerá? La respuesta de Pablo es clara: "no escaparán" (1 Tes. 5:3). La idea de que Jesús vendrá como un ladrón en la noche se interpreta con frecuencia como si fuese una llegada silenciosa y secre ta. No obstante, el contexto no apoya esta idea. Preste cuidadosa atención: "El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos des trucción repentina, como los dolo res a la mujer encinta, y no escapa rán" (versículos 2, 3). Ésta no es una llegada silenciosa, sino una lle gada inesperada la cual resulta en la destrucción de aquellos que no estén preparados. La evidencia bíblica en I o Tesalonicenses 4 y 5 demu estra que la segunda venida de Cristo será estridente, culminante y altamente visible; con los creyentes verdade ros siendo literalmente elevados al aire, y la destrucción repentina de aquellos que no estén preparados para este evento. No se ofrecerán segundas oportunidades. MINISTERIO ADVENTISTA
Otro pasaje utilizado para basar la ¡dea del rapto secreto se encuen tra en Mateo 24. Jesús dijo: "Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado" (Mat. 24:40). Supuesta mente, aquellos que serán dejados atrás entrarán inmediatamente al período final de tribulación de la Tierra. Una vez más ¿apoya el contexto esta ¡dea? Unos pocos versículos antes Jesús dijo que su regreso esta ría muy lejos de ser secreto. "Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre" (vers. 26, 27). En contraste con las ideas erróneas de un retorno secreto, Jesús compara su venida con el centellante brillar de relámpagos surcando la inmensidad del cielo. En lo que respecta a su venida, jesús de claró: "M as co mo en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el dilu vio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado" (Mat. 24:37-40). Así como el diluvio vino de repente sobre los perdidos y "se los llevó a todos," así será la venida de Jesucristo. "Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será de:adc.” Esto ocurre en el fin del mundo. ¿Recibieron los perdidos en los días de Noé una segunda oportunidad? No... ellos "no escapara'- ' . El parale lismo es claro: Tampoco escaparán aquellos que no estén preparados oara el regreso de Cristo. cLando él venga de manera visible, com c e relámpago que brilla de l ¡t extremo del VVO ül - N " 2
cielo hasta el otro. Algunas películas de cine cristia nas describen el rapto secreto como algo que tiene lugar en "un momento, en un abrir y cerrar de ojos," antes de la tribulación. No obstante, una vez más, el contexto revela otra historia. Pablo escribió: "en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta [como en 1 Tes. 4:1 6 y M at.24:31 ]; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados inco rruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Cor. 15:52). Estas palabras no describen un evento secreto, sino, más bien, un regreso de Jesús anunciado en forma clara y estridente, y la trans formación instantánea de nuestros cuerpos mortales. Esto ocurre "a la trompeta final," o sea, en el fin del mundo.
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina." (Mat. 7:2427). He llegado a la conclusión de que no deberíamos esperar, ni
enseñar, acerca de un rapto secreto antes del tiempo de angustia o tri bulación.1 Deberíamos "predicar la palabra," para preparar a nuestro pueblo para resistir la tormenta venidera. El mejor lugar para prepararse es al pie de la cruz. Referencias * Marca registrada. Pertenece a Tyndale House Publishers, Wheaton, Illinois 1. Mi libro, Truth Left Behind [La verdad deja da atrás] trata con más detalles este importante tema (www.truthleftbehind.com ).
¿Qué les diremos a nuestras congregaciones?
Entonces ¿qué diremos a nuestros miembros de iglesia cuando les prediquemos acerca de "su aparición"? ¿Deberíamos instarlos a creer que pueden escapar de los días finales a través de un rapto secreto antes de la tri bulación? ¿O deberíamos ayudarlos a prepararse para resistir hasta el fin de este mundo? Jesús dijo: "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo" (Mat. 24:13). Pablo también exhortó a sus conversos: "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes" (Efe. 6:1 3). Jesús dijo: "Cualquiera, pues, que me oye estas pala bras, y las hace, le compara ré a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y AÑO 61 - N ° 2
En busca de los orígenes expresa lodo un cúmulo de información y razonamiento acerca de este apasionante tona , y a que «I ser humano se pregunta constantemente sobre sus orígen es. Y a ve«.-» a íatlí» uno >e ofrece n diversas posiciones filosóficas, teológicas y científicas-
* A. ::I . I i USlltlv'.cs ■ ; i-.1.. d- I.' :l. ü r|iií- ii;jí oír-.'fr-i les auitws, c rv.lr-ñnt..' (iíjia y la bio ¡íUü- pod -’j ifvV ya r - oesu oe :ui evide-c U y «ai fu-m],irse
III'! futí-' (. ■ C- i i c i -Hiejt-o» u iic iiiii i luniimi uuienes sjm cs y lo qw podemos llegar a ser ¥ a partir de ahí, este libro nos permitf éitableter una base etica firme y un n uevo estilo de vida que
nos dé la paz deseada.
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' MINISTERIO ADVENTISTA
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El rapto La bendita esperanza, Jesús y Pablo
Hans K. LaRondelle
a iglesia apostólica vivía con la expectativa del regreso de Cristo en gloria y majestad. Pablo definió a los cristianos como aquellos que experimentan la gracia de Dios, viven una vida santa y "esperan la espe ranza bienaventurada y la manifestación [iepiphaneia , 'aparición'] gloriosa de nues tro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13).* Esta "esperanza bienaventurada" de la aparición gloriosa de Cristo, quien "juzgará a los vivos y a los muertos" (2 Tim. 4:1 ; 1 Tim. 6 :14), se convirtió en la esperanza cristiana de la iglesia, hasta que John Nelson Darby (1800-1882), de los Hermanos de Plymouth, en Inglaterra, comenzó a enseñar la nueva teoría del "rapto previo a la tribulació n"— un "rapto" secreto e invisible de los cristianos que seri an llevados al cielo aproxim adam ente siete años antes de la venida de Cristo en glo ria.1 De acuerdo con este punto de vista, en el momento del rapto Cristo vendría de manera invisible "por" sus santos; en la pa ro us ia (advenimiento) o epiphaneia (apa rición) gloriosa, Cristo regresaría "con" los santos. Esta construcción de un segundo advenimiento en dos fases es el resultado de un sistema de hermenéutica llamado "literalismo", originado por Darby y popu larizado por C. I. Scofield en la (Nueva)
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El Doctor Hans K. LaRondelle es profeso r de teología emérito en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad de Andrews, Berrien Springs, Michigan.
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MINISTERIO ADVENTISTA
Biblia Anotada de Scofield.2 La diferencia fundamental entre la teo ría del rapto secreto y la cristiandad histó rica es la doctrina de que Cristo regresará en gloria exactamente siete años después del rapto de la iglesia. Escondida en esta construcción humana se encuentra una fecha secreta del segundo advenimiento, algo que fue explícitamente prohibido por Cristo (Mat. 24:36; Hechos 1:6, 7). Los estudiantes responsables de la Biblia han escrito muchas evaluaciones críticas de este futurismo o dispensacionalismo, espe cialmente sobre la dicotomía extrema que crea entre Israel y la iglesia.3 Nosotros ofrecemos aquí una revisión breve de la posición bíblica acerca de la bienaventurada esperanza enseñada por Jesús y Pablo. Los pasajes principales son Mateo 24:29-3 1; Juan 1 4:3; I o Corintios 15:51, 52; 1° Tesalonicenses 4:1 3-18; y 2o Tesalonicenses 1:5-10; 2:1-8. Cada texto debe ser interpretado dentro del marco de su propio contexto literario e histórico. Nuestro uso de las palabras "iglesia", "Israel", pa rous ia (advenimiento) e "inmi nente" debe ser determinado por la reve lación progresiva del Nuevo Testamento y no por consideraciones dogmáticas. La enseñanza de Jesús acerca de su parousia futura
De los cuatro evangelios, sólo Mateo 24 utiliza el término pa rous ia (presencia, veni da, llegada) para referirse a la gloriosa apa rición de Cristo en el fin del mundo. Desde el principio, la venida de Cristo está conec tada con el juicio retributivo de Dios en el fin del siglo: "'Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?"' (Mat. 24:3 comparar con 13:39, 40, 49, 50.) Jesús afirmó esta coin cidencia cuando respondió que todos los habitantes de la tierra verán la "señal" de su pa rous ia cuando él llegue en una nube de ángeles en el cielo "con poder y gran gloria" como el "Hijo del Hombre"de la visión del juicio de Daniel (Dan. 7:1 3, 14): '"E inmediatamente después de la tribulación [thlipsis, "tribulación, angustia"] de aque llos días, [ocu rrirán se-~a es có sm i cas].... Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamen tarán todas las tribus de la tierra, y verán "al Hijo del Hombre viniendo sobre ¡as AÑO til - N 2
nubes del cielo", con poder y gran gloria"' (Mat. 24:29-30). Cristo enfatizó la visibilidad universal de su paro u si a, diciendo: "'Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occi dente, así será también la venida del Hijo del Hombre'" (vers. 27). Es esencial que reconozcamos que Jesús adoptó las frases "tribula ción", "Hijo del Hombre", "las nubes de los cielos", "poder y gran gloria", todas procedentes de las visiones de Daniel. Los capítulos 7 y 12 del libro de Daniel describen la liberación final del pueblo fiel del pacto de Dios de la tribulación oca sionada por el enemigo de Dios del tiempo del fin (Dan. 7:25-27; 12:1, 2). De esta manera, Daniel describe una liberación de los santos que acontece después del tiempo de angustia a través de la intervención del soberano "Hijo del Hombre" o Miguel celestial. Jesús declaró que él era el Rey celestial Mesías de la visión de Daniel, y anunció que el juicio de Dios será dram áticam en te realizado en su pa rous ia con sobrecogedor poder y gloria. Todos los habitantes de la Tierra, no sólo serán testigos de su pa rou sia , sino que, como consecuencia, también se "lamentarán" o se llenarán de temor y desesperación.4 Este "lamento" apocalíptico de Mateo 24 es repetido y desarrolla do por Juan en el Apocalipsis: "He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le tras pasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él" (Apoc. 1:7; ver la forma como lo expande en Apo. 6:12-17). Esta "lamentación" mundial no es lamentación de arrepentimiento, sino de desesperación y temor por el juicio que se aproxima, porque todos lo "verán" cuando "venga en las nubes de los cielos". Los escritos griegos contemporáneos utilizaban la palabra pa rous ia como el térmi no oficial para referirse a la llegada triunfal de los reyes y gobernantes en visita a una ciudad.5 Jesús res AÑO 61 - N ° 2
paldó ¡a perspectiva profética de Daniel al declarar que su pa ro us ia ocurriría "inmediatamente" des pués de la tribulación final de su pueblo (Mat. 24:21, 22, 29, 30; comparar con Dan. 12:1). Jesús endosó la perspectiva profética de Daniel al declarar que su parousia ocurriría "inmediatamente" des pués de la tribulación final de su pueblo (Mat. 24:21, 22, 29, 30; cf. Dan. 12:1). Es claro que Jesús tam bién enseñó acerca de una pa rous ia que ocurriría después de la tribula ción. Lo que los dispensacionalistas suponen, sin embargo, es que Jesús dirigió su discurso profético exclusi vamente a sus discípulos como representantes de Israel como la "nación escogida", de tal modo que Mateo 24 no es aplicable a la iglesia, al rapto o a la resurrección.6 Irónicamente, de los cuatro escritores evangélicos, Mateo es el único que usa el término ekklésia, "iglesia" (Mat. 16:18; 18:17). Mateo define la "iglesia" de Cristo como el cuerpo de todos los que —como el apóstol Pedro— confie san a Jesús como el Mesías de Israel (Mat. 16:16-19), como el cuerpo en el cual la presencia de Cristo mora hasta su pa ro us ia o el fin de los siglos (Mat. 18:20; 28:20). Jesús llamó a aquéllos creyentes "sus escogidos" y "su iglesia" (Mat. 16:18; 24:31; comparar con Juan 6:44; 12:32). Es difícil ver cóm o alguien puede refutar el hecho de que los apósto les, a quienes Jesús dirigió su discur so profético, fueron también los fundadores y los primeros miem bros de la iglesia cristiana, la que jesús había previam en te llamado "mi iglesia". Los apóstoles son los representantes de todos los creyen tes de todas las naciones (Hechos 1:8). El discurso profético de Jesús en Mateo 24 es, por lo tanto, dirigi do a la iglesia apostólica hasta el fin del mundo (Mat. 28:19, 20). Cualquier intento de separar los apóstoles o Mateo 24 de la "iglesia" MINISTERIO ADVENTISTA
es una categorización antibíblica. Pedro llamó a todos los miembros de iglesia "pueblo adquirido por Dios" (1 Ped. 2:9) y "elegidos según la presciencia de Dios Padre" (1 Ped. 1:1, 2). Del mismo modo, Pablo llamó a todos los miembros de la iglesia "escogidos de Dios" (Rom. 8:33; comparar con Tito 1:1; Efe. 1:42; 2 Tim. 2:10). Ciertamente Jesús no restringió "sus escogidos" a un remanente de creyentes judíos después de ser testigo de una fe mayor, de parte de un centurión romano, a la de cualquier israelita: "'Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes'" (Mat. 8:11, 12). El argumento del "silencio" de Jesús al no mencionar el rapto o la resurrección en Mateo 24 porque "el rapto no ocurre en la segunda ven ida" (W alvoo rd)7, exige aclara ción. Un supuesto tan precario no está basado en las Escrituras, sino en consideraciones doctrinales. En Mateo 24, Jesús responde a la pre gunta específica de sus discípulos respecto de la señal de su pa rous ia (versículo 3). En su respuesta Jesús se refirió al libro de Daniel como la base principal de su respuesta (vers. 5). Allí leemos cómo ocurrirá la liberación de los santos de la tri bulación en el tiempo final: el Miguel celestial descenderá para rescatarlos y ocasionará la resurrec ción de los muertos (ver Dan. 12:1, 2). Debemos, por tanto, leer Mateo 24 comparándolo con el trasfondo de Daniel para apreciar el cuadro completo. Poco después, cuando Jesús aseguró a sus discípulos que "vendría otra vez" para "llevarlos" consigo a la casa de su Padre en el cielo (Juan14:2, 3), no sugirió un rapto "secreto", sino que explicó el propósito consolador de la resu rrección "en el día postrero" que les había prometido antes. "'Y esta 11
es la voluntad del que me ha envia do: Que todo aquel que ve al hijo, y cree en él, tenga vida eterna"' (juan 6:40, 44, 54). El evanqelio apocalíptico de Pablo
Desd e los años 5 0 ó 51 de la era cristiana, Pablo escribió dos cartas pastorales a la iglesia de Tesalónica, que él mismo había fundado. Com o los ciudadanos de Tesalónica apoyaban fuertemente la autoridad
su detallada comparación: "Porque en la narración de Mateo y en la de Pablo encontramos las mismas palabras griegas usadas en el mismo sentido y en contextos simi lares".9 Otro presentó una lista de veinticuatro paralelismos substan ciales entre Mateo 24-25 y 1 y 2 de Tesalonicenses, comenzando con: "Hay una mayor cantidad de mate rial paralelo a la narración de Mateo que a las de Marcos o Lucas, que llevan a la conclusión de que
COMO COMANDANTE EN JEFE DE LA HUESTE DE ÁNGELES, CRISTO APARECERÁ EN EL CIELO Y LANZARÁ SU "VOZ” DE MANDO COMO EL SONIDO DE UNA TROMPETA EN SU GLORIOSA “PAROUSIA”.
del emperador romano, se torna ron hostiles hacia aquellos que glo rificaban a Cristo como su Redentor— Rey (ver Hechos 17:19).8 El tema central de Pablo para los cristianos tesalonicenses era la esperanza de la pa ro us ia, término que él utilizó siete veces en estas epístolas. Pablo describió la esperanza bendita de la iglesia mediante para lelismos con Mateo 24. Un erudito concluyó lo siguiente, respecto de 12
las palabras de Jesús según la ver sión de Mateo fueron la fuente de las enseña nzas de Pa b lo" .10 Pablo reconoció la autoridad de las enseñanzas de Jesús y apeló a "la palabra del Señor" para su des cripción de la esperanza cristiana (1 Tes. 4:15). Él adoptó muchas de las expresiones y conceptos claves de Jesús, tales como: la pa ro us ia desde los cielos, la reunión final de los santos por los ángeles, las nubes de los cielos, el son de la última trom MINISTERIO ADVENTISTA
peta, la venida del día del Señor como un ladrón en la noche. Jesús y Pablo también afirman que una apostasía sacrilega se desarrollaría dentro de la iglesia institucional, acompañada por señales engaño sas y falsos prodigios antes de la reunión de los santos en la parousia gloriosa de Cristo (Mat. 24:10-12, 24, 2 9, 3 0; 2o Tes. 2:1 , 3-10). No sorprende, entonces, que los erudi tos del Nuevo Testamento, que han comparado meticulosamente los dos registros, estén de acuerdo en que "el paralelismo substancial es notablemente extenso, e incluye tanto paralelismo de estructura como de ide as".11 Esta evidencia requiere que consideremos la escatología de Pablo como esclareci miento y aplicación del discurso profético de Jesús. Pablo puede haber usado como fuente la "Logia", que era una colección original de dichos de Jesús que antecede a los escritos del evangelio de Mateo. Ponemos especial atención al uso por parte de Pablo de la palabra clave paro u sia en comparación con el uso que Jesús le da a ésta en Mateo 24. Pablo respondió a la pregunta que algunos de la iglesia de Tesalónica le formularon respecto de aquellos que habían muerto en el Señor, si tendrían alguna desventaja en la pa rous ia en comparación con los que estuvieran vivos. ¿Perderán la gloria de la pa rous ia los santos que duermen? Los tesalonicenses nece sitaban reafirmar la esperanza cris tiana en contraste con aquellos que carecían de ella (1 Tes. 4:1 3). Pablo fú n d a m e" :: ¡a esperanza del evange lio en 3 certe za de la resurrección de Jes_s: "Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios : : n Jesús a los que durmieran en él" 1 Tes. 4:1 4) . Este pasaje afirma q je todos los que murieron en e S e " :' serán, sin lugar a dudas, resucitados, tal como Jesús murió y se levantó de entre los mu ertos. La frase asi tam bién traerá Dios ;on Jesús" nc está n_v • t>: - v
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sugiriendo el retorno de los rapta dos a la tierra, sino el acto divino de levantar los muertos de sus tumbas, del mismo modo como Dios había levantado a jesús de la tumba como "primicias de los que dur mieron" (1 Cor. 15:20, 23). Pablo explicó su creencia de la siguiente manera: "Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán pri mero. Luego nosotros los que vivi mos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tes. 4:1517
).
El propósito de Pablo no fue describir las señales que anuncian el segundo advenimiento, sino res ponder, "por la palabra [o autori dad] del Señor", a preguntas espe cíficas respecto de los santos que duermen, en relación a la pa rous ia. Sólo el aspecto de los muertos en Cristo, mencionado cuatro veces en los versículos 13-16, está bajo consideración, con el fin de asegu rar a los atribulados creyentes que los muertos en Cristo no tendrán desventajas sobre los santos que sobrevivieron, porque ellos "resuci tarán primero". Ambos grupos serán levantados simultáneamente (hama suri) para encontrar al Señor en el aire. De esta manera, ¡el advenimien to de Cristo se sincroniza con la resurrección y la traslación de los santos! En 1 de Tesalonicenses 4:16, 17 Pablo amplió claramente y en detalle lo que Jesús había revela do en Mateo 24:30, 31. No hay necesidad ni justificación para hacer categorizaciones. No deberí amos asumir que Pablo de repente revela un encuentro y resurrección AÑO 61 - N ° 2
de los santos diferente y una pa ro u sia diferente a la mencionada por Jesús en Mateo 24. La misma trom peta que anuncia el encuentro angélico de los escogidos en Mateo 24:31 también proclama la resu rrección de los muertos en 1 de Co rintios 15:52 y en 1 de Tesaloni censes 4:16. Como Comandante en Jefe de la hueste de ángeles, Cristo aparecerá en el cielo y lanza rá su "voz" de mando como el sonido de una trompeta en su glo riosa pa ro us ia. De esta manera, en este clarísimo texto (1 Tes. 4:1 5-1 7) aludiendo a cualquier tipo de "rapto " — si se lo toma en forma literal— Pablo enseña exactamente lo opuesto a un rapto secreto. En su famoso "capítulo de la resurrección" a la iglesia de Corinto, Pablo introduce la "trompe ta" apocalíptica nuevamente para anunciar la resurrección y la trans lación de todos los santos: "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resu citados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Cor. 15:51, 52). Pablo no dice que el rapto tomará lugar "en un momen to", un concepto popular equivo cado, sino que el cuerpo efímero y mortal del creyente será "transfor mado" instantáneamente en un cuerpo inmortal "en un abrir y cerrar de ojos" (ver también Fil. 3:20, 21). Sin embargo, esta trasla ción a la gloria sólo tendrá lugar "a la trompeta final", la cual será oída, de acuerdo con Jesús, en su glorio sa pa ro us ia (Mat. 24:31). La otra pregunta que los tesalo nicenses le hicieron a Pablo tenía que ver con el período intermedio previo al día del regreso del Señor — "acerca de los tiem pos y de las ocasiones [kairoi, fechas]" (1 Tes. 5:1). Pablo respondió que tal pre gunta está fuera de lugar (ver tam bién Hechos 1:7), dado que la MI NISTERTO ADVENTISTA
fecha de aquel día no puede ser calculada, porque "vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noch e" (1 Tes. 5:1 ) — repentino e inesperado para los incrédulos (vers. 3), pero esperado por los santos porque éstos viven en pre paración constante para el fin que se aproxima (1 Tes. 5:4-8; compa rar con Mat. 25:1 3). Pablo enfatizó que el día del Señor, o la pa ro us ia de Cristo (1 Tes. 5:23), tendrá un carácter doble: "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar sal vación por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tes. 5:9). Pablo usó esta "ira" para indicar la ira o juicio retributivo de Dios (1 Tes. 1:10; Rom. 5:9) que describió en 2 Tesalonicenses 1:7-10. En su segunda carta a la iglesia de Tesalónica, Pablo se vio frente a una situación diferente. Ahora tenía que responder a un error relaciona do con el momento cronológico de la pa ro us ia del Señor y de la reu nión de los santos (2 Tes. 2:1). Algunos miembros de la iglesia de Tesalónica creían que "la venida de nuestro Señor" ya estaba a punto de llegar (vers. 2). Como resultado de esta creencia algunos se habían vuelto desordenados y rehusaban trabajar para ganar su sustento (2 Tes. 3:10, 11). Esto llevó a Pablo a una refutación pastoral de esta per cepción prematura de la consuma ción apocalíptica. Pablo les recordó acerca de su instrucción previa con cerniente al levantamiento del "hombre de pecado" en la era de la iglesia, como un evento que debía ocurrir antes del día del Señor (2 Tes. 2:3). Debido a que esa figura del anticristo no había hecho aún su "parousia" con "poder, señales y prodigios mentirosos", Pablo dijo que el día de la pa ro us ia de Cristo no podría haber llegado todavía (vers. 3, 4, 9). Como un segundo argumento en contra de la insistencia injustifi cada de los tesalonicenses respecto 13
a la expectativa de la venida de Cristo como inminente, Pablo les recordó el conocido poder "restringente" que impedía la aparición pública del "hombre de pecado" para sentarse "en el templo de Dios" en aquel momento (2 Tes. 2:4 -7 ).12 Para entender correctamente la predicción de Pablo de una "apostasía" masiva o abandono de la fe cristiana antes del día del Señor, debemos reconocer la aplicación Paulina del panorama profético de Daniel con respecto al enemigo de Dios (en los capítulos 7; 8; 11; 12). Los padres de la iglesia aprendieron en Daniel 7 que el "poder restringente" que demora la ascensión del anticristo era el poder civil del Imperio Romano y de su empera dor.13 Los dispensacionalistas insis ten que el "poder restringente" — el cual debe ser "quitado" antes de que el "hombre de pecado" pueda ser revelado— es el Espíritu Santo que trabaja a través de la iglesia, suponiendo que el rapto de la igle sia puede producirse "en cualquier m om ento ".14 La intención de Pablo en 2 de Tesalonicenses 2 es precisamente refutar esa expectativa a través del uso de la secuencia de Daniel de los imperios mundiales en su vaticinio profético (2 Tes. 2:3, 4 se aplica a Dan. 7:25; 8:25; 11:36, como lo indica correctamente la Versión Reina Valera Revisada 1960. Daniel es la clave indispensable para entender el bosquejo que hace Pablo de la era de la iglesia en 2 de Tesalonicenses 2.15 Pablo, por lo tanto, insta a la iglesia a observar las señales de la apostasía predicha (comparar con Hechos 20:29, 30), para que la pa ro us ia o día del Señor no la sorprenda como un ladrón (1 Tes. 5:1-6). Pablo enfatizó el efecto de la pa ro us ia gloriosa sobre el anticristo: el Señor vendrá a destruir al hom bre de pecado "con el espíritu de su boca, y [...] con el resplandor de su venida [parousia]" (2 Tes. 2:8). El 14
efecto sobre los santos será exacta mente lo opuesto: "Pero con res pecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo [parousia], y nuestra reu nión con él [episynagógé]..." (comparar con 1 Tes. 2:19; 4:1517). De esta manera, Pablo repite el vínculo inseparable que existe entre la pa rous ia y el rapto, que él había descrito anteriormente en detalle en 1 de Tesalonicenses 4. El evangelio apocalíptico de Pablo se asemeja mucho al de Jesús en Mateo 24:21-31. Tanto Jesús como Pablo presentan la segunda venida y el rapto como un evento único que ocurrirá inmediatamente después de la tribulación producida por el anticristo. Mientras que Jesús nos advirtió particularmente contra la falacia de una pa rous ia secreta e invisible (Mat. 24:26, 27), Pablo nos advierte contra la falacia de una pa rous ia prematura de "cual quier momento". Referencias *A menos que se lo indique de otra manera, todos los pasajes de las Sagradas Escrituras en este artículo son de la Biblia Reina-Valera revisión de 1960. 1. J.F. Walvoord explica: "El pretribulacionismo se originó como un refinamiento del premilenialismo basado en ia interpretación literal de las profecías" ( The Blessed Hope and the Tribulation [Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1976, 48]). La evaluación de David P. Gullón respecto a la venida de Cristo en dos etapas de Darby es más correcta: "La idea del rapto secreto de la iglesia previo a la tribulación fue una divergencia radical del premilenialismo histórico" (An investigation of Dispensationai Premillenialism: An Análisis and Evaluation of the E schatology of ¡ohn F. Walvoord
[Disertaciones doctorales en la Universidad de Andrews, Berrien Springs, Michigan, 1992, 12]). 2. Ver. C. C. Ryrie, Dispensationalism Today (Chicago: Moody Press, 1965, 44, 45). Ver David P. Gullón (ver apéndice 1) para una evaluación crí tica de la escatología dispensacional de John Walvoord. 3. Ver O. T. Allis, The Prophecy and the Church (Presbyterian and Reformed Pub. Co., 1974); G. E. Ladd, The Blessed Hope (Grand Rapids.: Eerdmans, 1972); A. Reese, The Approaching Advent of Christ (Grand Rapids: International Pub., 1975); R. H. Gundry, The Church and the Tribulation (Grand Rapids: Zondervan Pub. House, 1973); R. R. Reiter, P. Feinberg, G. L. Archer, D. J. Moo, The Rapture: Pré-, Mid-, or Post-Tribulational? (Grand Rapids: Zondervan, 1984); A. A. Hoekema, The Bible and the Future (Grand Rapids.: Eerdmans, 1979, cap. 15); H. K. LaRondelle, The Israel of Cod. Principles of Prophetic Interpretation (Berrien Springs, Michigan: Universidad de Andrews) Monographies., Studies
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in Religion, Vol. 13, 1993, 8opárrafo; eds. de G. A. Blaising y D. L. Bocks, Dispensationalism: Israel and the Church (Grand Rapids: Zondervan, 1992). 4. Ver K. K. Kim, disertaciones doctorales "The Signs of the Parousia" en la Universidad de Andrews, 1994. Universidad Coreana de Sahmyook, Mon. Series doctrinales 3, 1994. Dr. Kim declara: "En ningún otro lugar en el Nuevo Testamento hay una escena de parousia compues ta por seis motivos apocalípticos como lo encon tramos en Mat. 24:29-31" (364). Ver su análisis de las fuentes del Antiguo Testamento sobre el "lamento" apocalíptico en las páginas 231-239. 5. Ver el Dictionary of the New Testament, ed. C. Brown, 2:898-901 (Grand Rapids: Zondervan, 1976). A. Diezman concluyó: "Ahora podemos decir que la mejor interpretación de la esperanza de la parousia original es la antigua promesa del advenimiento: '¡Mirad! vuestro Rey viene a voso tros'" (Light from the Ancient East, 1911, 372). Arndt y Gingrich, A Creek -Eng lish Lexico n of the New Testament (Chicago: Univ. of Chicago Press, 1957), 635. 6. Ver j. F. Walvoord, The Blessed Hope and the Tribulation (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1976, 34, 35). Comparar con la nota sobre Mateo 24:3 de la Nueva Biblia Anotada de Scofield. 7. Ibid., 59 8. Ver A. Smith en The New Interpreter's Bible, 11 (200):675-678. 9. J. B. Orchard, "Thessalonians and the Synoptic Gospels", Biblica 19 (1938):19-42; cita en pág. 37. Ver también D. Ford, The Abomination of Desolation in Bibiicai Eschatology (Washington, D.C.: Univ. Press of America, 1979), 198-210. L. Hartman, Proprec. interpreted. Gleerup Lund, Suecia, 1966, 178-205. 10. G. H. Waterman, "The Sources of Paul's Teaching on the 2 " Caming of Christ in 1 and 2 Thessalonians," ¡ourn c. z ‘ the Ev. Theol. Soc. 18:2 (1975): 105-113; cita en pág. 113, letras itálicas agregadas. 11. D. Wenhair.. " Pa:_ and the Synoptic Apocalypse," en Ccspe PescecJves. Tomo 2, eds. R. T. France y D. Wen ha~:r ,'SOT 3ress, 1981, 345375; cita en pág. 352. 12. Ver Hans K. LaRc - de e Th e M iddle Ages within the Scope of Apcca:;.ct:c ?rophecy," JETS 32/3 (1989): 345-354: ~;v, :: J r :e 's :a n d the EndTime Prophecies of rre £'r.'í 5arasota, FL.: First Impressions, 1997), cap. : .-aerstanding of Daniel's Prophecies". 13. Ireneo, A g o: rs : - £ r£: :e : 25 ÍANF 1:554),
ya interpret ó 2 Tes. ~ = *_-=.=• 3e Daniel 7. Ver LaRondelle, "Paul's 0 _ :i :_ e in 2 Thess. 2," AUSS 21 :1 (1953 : í * - if k m : ' ! rr.snte 64. C. E. Ladd declara: "E p_ -:c ;e .tits traoicional ha sido que el pede- -estrr.certe es el Imperio Romano y el qLe re íirng e e e~ ;e-aco r. Este punto de vista, ; ~ :c *■:.=: c " : :: es:e, encaja mejor dentro de a :ec >:: : ne -iZ' : - Tneology of the New T e s ::- ;- ' -,¿z Eerdmans, 1974], 560). 14. Ver Wa lvo erc ■ Síes:. Haoeirztev.n, Vid.: Review and Hera z :: ..:: - ,- I'üüC 56 5-869 ; The Israel of Cea - : r :orec- ::aip 1
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La insensatez de mezclar visiones religiosas y políticas Lincoln E. Steed
a élite dominante de Washington estaba allí. George Bush (padre de George W. Bush) había enviado un efusivo mensaje por video. El asis tente presidencial se encontraba cerca para expresar el pesar del presidente por no poder asistir. Otros asuntos de importancia habían requerido su presen cia. Sonreímos al notar los esfuerzos que la doctora Laura Schlesinger hacía para adap tar el vocabulario conservador al evento que se iniciaba, e inclinamos nuestros ros tros cuando Walter E. Fauntroy, miembro jubila do del Co ng reso y pasto r d e la Iglesia Bautista de New Bethel, en Washington D.C., bendijo efusivamente el acto. Ese 21 de mayo de 2002 se celebró la mayoría de edad del Washington Times. La celebración resultó ser todo un "evento". Quizás al mismo tiempo caían misiles en el distante Afganistán, pero ése era un momento para disfrutar. Yo miro al texto impreso del discurso principal del doctor "reverendo" Moon, y veo su subtítulo: "La advertencia de Dios para el tiempo actual, el período de los últimos días". El discurso estaba diseñado para armonizar con la política y el patrio tismo de una audiencia nominalmente cristiana. Moviéndose y gesticulando como lo
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Lincoln £ Steed es editor de Liberty para la División Norteamericana, Silve r Spríng, Maryland.
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haría un boxeador profesional, el señor Moon perfiló la exitosa batalla de América contra el comunismo ateo. Después decla ró que el rol actual de Estados Unidos, como "el segundo Israel", es ser líder del establecimiento "del reino de los cielos en la tierra y en el cielo". Pese a que eso pueda sonar un poco a cristiandad ortodo xa para algunos, el orador continuó decla rando que "por causa de Estados Unidos...los cuatro fundadores [de las cua tro grandes religiones mundiales], centrán dose en Jesús, han elegido cada uno 120 de sus discípulos históricamente famosos para establecer un frente unificado". Y anunció "su regreso [el de los cuatro fun dadores y de los 120 discípulos] a la tierra" para concretar esta aspiración. En caso de que no hubiésemos entendido lo que él quería decir con esto, todos los presentes recibimos copias encuadernadas de "El informe sobre el seminario en el mundo espiritual", el cual supuestamente había tenido lugar ese mismo mes. El informe contenía cosas curiosas, pero nada tan curioso como la lista de participantes del programa: El maestro de ceremonias fue Mahoma ¡y la oración representativa la ofreció Jesús! Claramente, a pesar de todo lo que se dijo sobre Jesús y la cristiandad, y de todas las figuras del lenguaje prestadas acerca de la identidad religiosa nacional, este infor me no era más que una comunicación desde el mundo de los espíritus. En otras palabras: espiritismo, como lo entienden la mayoría de los creyentes en la Biblia. No pude evitar acordarme de las palabras con tenidas en el capítulo "El conflicto inmi nente" de El conflicto de los siglos: "En la medida en que el espiritismo imita más de cerca al cristianismo nominal de nuestros días, tiene también mayor poder para engañar y seducir. Satanás mismo... se manifestará bajo la forma de un ángel de luz. Y como los espíritus profesarán creer en la Biblia y manifestarán respeto por las instituciones de la iglesia, su obra será aceptada como manifestación del poder divino".1 Un apocalipsis nacional
Hace unos veinte años se intentó ridi culizar la idea de crear el Washington 15
Times. Pero no escuché a nadie bur
larse el año pasado. ¿Qué ha cam biado? Me parece que tiene algo que ver con la manera en que el mensaje de esa noche estuvo vin culado con el antiguo, pero ahora resurgente, sentido de apocalipsis nacional. En su serie de disertaciones sobre "La profecía y el mundo moderno", Arthur Williamson, pro fesor de historia en la Universidad Estadal de California, subraya cómo "Estados Unidos se transformó característicamente en la nación redentora... donde el sentido de nación elegida se fusionó con las expectativas apocalípticas". Su con clusión, en sintonía con muchos observadores de la historia, es que "en ningún otro lado del mundo la noción de la redención histórica de la humanidad existe tan clara, tan arraigada, tan enfática, tan irremisi blemente asociada con la comuni dad política, como en los Estados Unidos". La persistencia de esta visión se nota en el conmovedor "Himno de la Batalla de la República", donde se combina maravillosamente la lucha política para mantener la uni dad del Estado con el destino nacional de establecer el reino de Dios. Fue esta visión la que infundió vigor a la expansión hacia el oeste bajo la retórica apocalíptica de "destino manifiesto". Esta visión proporcionó a Ronald Reagan una resonancia que no habría alcanza do en otro país cuando manifestó su desaprobación al "imperio del mal". Más recientemente, después del 11 de septiembre de 2001, le dio una fuerte connotación fundamentalista a las declaraciones acer ca del "eje del mal". Y también subyace al llamado de los cristianos conservadores para persistir en la lucha contra el humanismo secular y para redefinir la nación. El encanto engañoso del dispen sacionalismo
Ciertamente, el encanto enga 16
ñoso del dispensacionalismo probó su efectividad a finales del siglo veinte, pero ahora, en el nuevo milenio, es dominante. La que una vez sólo fue una perspectiva margi nal de John Darby (que los fieles vivos serán "raptados" para estar con el Señor antes de la tribulación, mientras que el resto de la humani dad permanece en la Tierra para obtener una segunda oportunidad durante el milenio que antecederá el regreso literal de Cristo) se ha convertido en el sustrato principal del sentido apocalíptico de Nortea mérica. El libro "El difunto planeta Tierra", escrito por Hal Lindsey en la década del 70, ayudó a impulsar esta perspectiva hacia la prominen cia. Y a hora la serie "Dejados atrás'', por Tim LaHaye y Jerry Jenkins, y de la que hasta el momento se han vendido ap roximadame nte sesenta millones de ejemplares, confirma esta tendencia. Los dispensacionalistas se iden tifican con la nación de Israel. Ellos ven la profecía del Antiguo Testamento cumplida de manera literal en el Israel moderno y secu lar. Y aunque el sentido de nación elegida sigue aplicándose a Estados Unidos, en realidad esta visión se amplía para considerarlo ahora como la nación cristiana destinada para proteger al antiguo pueblo de Dios. De manera curiosa, esta visión satisface el anhelo tradicional de muchos cristianos de legitimar se, al vincular su linaje con el de Israel. En Inglaterra esta tendencia se manifestó en la forma como los Israelitas Británicos intentaron en contrar sus raíces en las tribus per didas de Israel (el poema Jer usa lén , de William Blake, habla de esta posibilidad). En los Estados Unidos del siglo diecinueve el mormonismo de José Smith adquirió su senti do de autenticidad al establecer una relación entre Israel y el nuevo mundo, creando así un continuum espiritual. En la conferencia de la Coalición Cristiana, "Camino a la victoria", MINISTERIO ADVENTISTA
del 2002, Israel ocupó el lugar prio ritario en la agenda, con un apoyo generoso para su seguridad políti ca. Con la Intifada palestina en plena acción (un trasfondo san griento a la declaración de guerra al terrorismo por parte de los Estados Unidos), se hace cada vez más difícil separar el apocalipsis religioso norteamericano de los eventos mundiales seculares. Y mientras esto ocurre, en la sociedad norteamericana se obser va el desarrollo creciente de una cultura de guerra que se manifiesta como una lucha en todos los fren tes para conservar la identidad reli giosa nacional. Los grupos cristia nos políticamente activos ya no se conforman simplemente con lu char contra la moralidad declinan te. Como Francis A. Schaeffer reco mendó en su obra fundamental de 1981 "Un Manifiesto Cristiano", muchos han recurrido a la desobe diencia civil para reivindicar al cris tianismo en Norteamérica. Esto incluye no solamente los comunes atentados con bombas en las clíni cas de abortos, sino también el continuo esfuerzo de cruzar las lí neas constitucionales aceptadas y de imponer la "religión" en las es cuelas, los lugares públicos y a nivel judicial. Ningún asunto de actualidad ha producido tanta indignación reli giosa en el público como la deci sión tomada apenas una semana antes del cuatro de julio de 2002. El Noveno Circuito de la Corte Fede ral de Apelaciones del Estado de California juzgó que la recitación de las palabras del juramento a la bandera en las escuelas públicas constituye un endoso estatal ina ceptable de la religión. El sentido de elección nacional fue nerido en lo más vivo y las objeciones airadas del presidente, miembros cel senadoy patriotas crisilancs no se hicie ron esperar. A la nayc-ís no le impo rtaba tanto as oaiabras "bajo Dios" [del = hubie sen sido agregadas er ' 954 por hI - V ' 2
presión ce algL-os líderes religio sos con ia 'ntencion de definirnos en contra de com unism o ateo durante ¡a gue--a fría. Y, más importante aiir, reveló en el nivel más am piio de 3 discusión pú blica que está ganando cada vez más terreno una revisión más bien ses gada de la historia de los Estados Unidos y una revitalización del sen tido apocalíptico nacional. "Nosotros no creemos en la separación de la iglesia y el Estado", dijo con desdén una mujer que conocí en la reunión del Acta CARE del Senado, el año pasado. Ella era una de los centenares de representante s -de varios grupos cristianos de ayuda social que esta ban allí para respaldar la aproba ción de esta iniciativa inspirada en la fe religiosa. En resumidas cuen tas, es en este tipo de escenarios donde se encuentra ahora el pensa miento político de la corriente prin cipal del cristianismo. Ésta es una perspectiva que ignora el propósito de la Primera Enmienda: lo que uno de íós arqui tectos de la constitución, Tomas Jefferson, llamó "el muro de sepa ración" entre la Iglesia y el Estado. Al igual que el presidente de la Corte Suprema, Rehnquist, ellos son rápidos para catalogarla como "una metáfora pasada de moda". Se han sacado de la manga como en un conjuro, una nación estable cida constitucional y estructural mente para hacer progresar y pro teger la fe cristiana. Pero es una his toria engañosa y peligrosa debido a su gran atractivo. La situación actual debería poner en estado de alerta a todos aquellos que valoran la libertad religiosa. Escuchamos llamados para que for malmente se designe al país como una nación cristiana; vemos inten ciones de hacer a un lado el muro constitucional; los derechos y liber tades reales están desapareciendo rápidamente ante una emergencia que tiene una clara orientación reli giosa; se considera a las religiones ANO 61 - N" 2
activistas que no son parte de la corriente principal como una ame naza al bienestar público y escucha mos alarmas y calamidades por todos lados. Lo mismo que nuestro mundo hoy, creo que Israel, incluso en apostasía, era una nación muy reli giosa. Después de todo, había varios cientos de sacerdotes en el monte Carmelo cuando Elias puso en alto la verdad. Al igual que en otros tiempos de confusión espiri tual, la gente había mezclado la religión falsa y la verdadera al punto que ya no podían distinguir la diferencia entre ambas. Según se desprende de los registros de 2 Reyes 18, es obvio que ellos se con sideraban vinculados a Dios. Pero abandonados a su suerte, sólo podían invocar "fuego extraño", a la manera de Apocalipsis 13. Le tocó a Elias, con un llamado de cla
rín, despejarles la mente para que eligieran entre Dios y Baal ("¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?", vers. 21). El "reverendo" Moon simple mente nos dejó perplejos a la mayo ría de nosotros al utilizar la termino logía apocalíptica cristiana aplicada a Estados Unidos. Y nosotros quizá podríamos vanagloriarnos de que no somos vulnerables a los espíritus engañosos que, según Apocalipsis, ayudarán en el engaño final. Pero tendremos que ser en realidad muy diligentes en el estudio de la Palabra de Dios para permanecer inmunes a las provocaciones de compañeros cristianos entrampados en los fue gos del engrandecimiento nacional. Referencias 1. Elena G. de Whit e, El conflicto de los siglos (Nampa, Idaho: Pacific Press Pub. Assn., 1911), p. 645.
C ita d o a i S a f e i
ilin trabajo por dem ás excepcional donde el ¡autor Ce orge R. Knlght nos presenta su | excelente investigación de la relación que hay ¡ entre la educación y la filosofía. Merece una | seria consideración como libro de texto en la U Cub re todo el espectro de la filosofía que es
relevante para la educación. 11 "Muestra la forma en que la educación cristiana puede ser totalmente cristiana en vez de ser no más que una píldora secular con un revestimiento cristiano".
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Es una valiosa fu ente p ar a con ocer las relaciones entre la filosofía y la educación.
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Dios el Espíritu Santo: Su persona y su ministerio divino Doctrina fundamental #5 de los adventistas del séptimo día: "Dios el Espíritu Santo estuvo acti vo con el Padre y el Hijo en ocasión de la creación, encarnación y redención. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y co nve nce a los seres hu ma nos; y a los que responden, renueva y transforma a imagen de Dios. Enviado por el Padre y el Hijo está siempre con sus hijos, distribuye dones espirituales a la iglesia, la capa cita para dar testimonio a favor de Cristo y, en armonía con las Escrituras, conduce a toda verdad" — Manu al de iglesia de los adventistas del sépti mo día.
uchos antitrinitarios sinceros consideran que el Espíritu Santo es un conductor operativo de la ener gía de Dios, o una corriente eléctri ca impersonal que nos conecta con el trono divino, o un sistema de Internet celestial que procura prove er medios por los cuales Dios se comunica con los seres humanos. Si bien el Espíritu Santo es, por cierto, un excelente "canal" de comunica ción, abundante evidencia bíblica sugiere que este canal no es una fuerza impersonal, sino un Ser per sonal, plenamente divino: la Tercera Persona de la Trinidad. Si bien los antitrinitarios niegan tanto la personalidad como la dei dad del Espíritu Santo; los trinitarios confiesan ambas cosas. Los adven tistas del séptimo día, fieles al testi monio bíblico, sostienen que la posición de los trinitarios se ajusta totalmente a la Biblia.
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El testimonio bíblico de la plena deidad del Espíritu
La Biblia testifica de la naturaleza divina del Espíritu por tres vías importantes. La pri me ra surge de los numerosos pasajes donde al Espíritu Santo se le menciona de manera triádica; es decir, el Espíritu aparece con el mismo estatus del Padre y del Hijo, constituyendo los tres la Trinidad. El pasaje bíblico más conocido en este sentido se encuentra en el evangelio, en la encomienda de Cristo a sus seguidores para que bauticen a los creyentes "en el nombre del Padre, y del hijo, y del Espíritu Santo" (Mat. 28:19). Una segunda instancia bien conocida de tal asociación triádica y coordinada del Espíritu con el Padre y el Hijo está en 2 Corintios 13:14: "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros". Ambos pasajes sugieren poderosa mente que el Espíritu es un Ser de esencia coordinada e igualdad con el Padre y el Hijo. La segunda línea de evidencia viene del libro de Hechos y la histo ria de Ananías y Safira. El relato trata de una pareja de esposos que de manera privada se retractaron de MINISTERIO ADVENTISTA
los votos sagrados que habían hecho a Dios. Cuando dejaron sus ofrendas a los pies de Pedro y dije ron que estaban entregando todo lo prometido, cuando en realidad era sólo una parte, cayeron muertos. Pedro dio una explicación sucinta de lo ocurrido: Ustedes le han "mentido al Espíritu Santo". A esto le sigue la significativa revelación de que ellos no habían "mentido a los hombres, sino a Dios" (Hechos 5:3, 4). La implicación más obvia es que el Espíritu Santo es Dios. La tercera línea de evidencia se encuentra en los muchos pasajes que describen la función del Espíritu como una obra característica y única de Dios. El ejemplo más claro de esto está en 1 Corintios 2:1 0, 11: "Pero Dios nos las reveló a nosotros [las cosas que Dios ha preparado para aquellos que le aman (versícu lo 9)] por el Espíritu" (vers. 10). Y ¿cómo es que el Espíritu está al tanto de tal conocimiento? Porque "el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (vers. 10, 11). Lo que el pasaje sugiere es lo siguiente: Si uno quiere conocer las "cosas del hombre", uno debe obtener tal información de alguien que sea humano. Sin embargo, lo que es verdad a nivel humano lo es aún más a nivel divino: "Así tampo co nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (vers. 11). Solamente un ser divino puede ver daderamente saber lo que está en la mente y en el corazón de otro ser AÑO 61 - N ° 2
divino. Como SLcede er el nivel huma no, así tamb e" ocurre a nivel divi no. Si uno -es mente quiere cono cer las cosas ce D os, debe entrar en contacto con Dios (el Espíritu Santo), porque es el único que puede revelar íss "cosas" de Dios (vers. 12). Ad em ás, la Biblia describe al Espíritu Santo con^o un Ser que par ticipó activamente en las obras de la creación, conversión e inspiración —todas estas actividades están aso ciadas con prerrogativas y caracterís ticas que sólo pertenecen a Dios. La completa deidad del Espíritu
Lo mismo que ocurre con la dei dad del Hijo, ocurre con las implica ciones teológicas de la deidad del Espíritu. Ambas implicaciones sur gen de los asuntos relacionados con la intención de Dios de redimir a la humanidad de los estragos del pecado y la muerte. Ciertamente, si sólo Uno, igual en naturaleza y carácter al Padre, pudo ofrecer un sacrificio eficaz por el pecado, por la misma razón, enton ces, solamente Uno (el Espíritu), que es completamente divino, pudo comunicar efectivamente la eficacia de ese sacrificio a aquellos por quie nes fue hecho (1 Cor. 2:7-12). Necesitamos considerar otras implicaciones estrechamente rela cionadas que surgen del poder sal vador y de la obra de la deidad plena del Espíritu. 1. Solamente el Espíritu Santo de Dios podría traer a la humanidad caída el poder del amor de Dios, que convierte y conv ence. Sólo Uno que ha estado unido por la eterni dad con el corazón del amor abne gado del Padre y el Hijo podía comunicar en forma plena ese amor a los seres humanos caídos. 2. Solamente el Espíritu Santo, quien comparte plenamente el cora zón acogedor de Dios, lleno de amor por sus hijos, puede impartir a los humanos perdidos "el espíritu de adopción, por el cual clamamos: A ÑO ftl - N ° 2
¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". 3. Sólo el que ha trabajado con el Hijo en la creación estaría equipa do para efectuar la re-creación en las almas destrozadas por las fuerzas destructoras de Satanás y el pecado (Rom. 8:10, 11). Esta función re creadora del Espíritu está estrecha mente conectada con la obra de producir frutos espirituales. Así, sólo un Espíritu divino, el Espíritu Santo, que trabaja con Cristo, la Vid (Juan 15:1-11), es competente para pro ducir en el pueblo de Dios las "pri micias del Espíritu" (Rom 8:23). Además, el término "primicias del Espíritu" toma un significado nuevo y claro cuando uno com prende que todos estos frutos (gozo, paz, paciencia, benignidad, etc.) son manifestaciones del "fruto" del amor que lo abarca todo (ver Gal. 5:22-24). 4. Solamente el Espíritu Santo, el que sostuvo a Cristo a través de los horrores del Getsemaní y el Calvario, puede eficazmente fortale cernos cuando nos encontramos en nuestros valles tenebrosos y en las noches aterradoras de nuestra alma. 5. Solamente el Espíritu, quien conoce plenamente el corazón de nuestro gran Sumo Sacerdote e Intercesor, puede brindar completo consuelo, e impartir efectivamente las bendiciones de la constante intercesión de Cristo por nosotros ante el Padre de amor. 6. Solamente el Espíritu, el que inspiró las oraciones de Jesús, puede ayudarnos de manera eficaz en nuestras debilidades: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (Rom. 8:26, 27). 7. Solamente Uno que puede MTNTSTERIO ADVENT ISTA
estar en completa armonía con el corazón del ministerio encarnado de Jesús, y a la vez puede estar en todos lados al mismo tiempo (la omnipresencia de Dios, en sí un atributo divi no), es capaz de representar la pre sencia personal y redentora de Cristo al mundo entero. La personalidad del Espíritu
Las Escrituras dan a entender que el Espíritu Santo posee algunas de las características más enfáticas de un ser personal. A él se le puede mentir (ver Hechos 5:3, 4) y se le puede contristar (Efe. 4:30). Mi computadora tiene varias caracterís ticas de personalidad, pero por más que yo lo intente, no le puedo men tir ni puedo afligirla. Éstas son cosas que nosotros le podemos hacer solamente a otra persona. En Juan 14-16, se hacen referen cias constantes al Espíritu Santo uti lizando pronombres personales (él, a él, quien, a quien). Algunos han objetado que la palabra griega para "espíritu" ( pn eu ma ) es de género neutro impersonal. Pero es muy sig nificativo que Juan emplea a menu do la palabra griega ekeinos (tradu cida como "él") para referirse al Espíritu neutro, y esta palabra indica el género personal masculino bien definido. Es este hecho gramatical común lo que ha llevado a la mayo ría de los traductores a describirlo utilizando los otros pronombres personales usados en estos capítulos como "él", en vez de "esto" o "aquello". Además, estos capítulos del Evangelio de Juan atribuyen al Espíritu Santo otras funciones que son altamente personales o interpersonales: enseñar (Juan 14:26), dar testimonio (Juan 15:26), convencer de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8); guiar hacia la verdad, hablar, oír, contar, (versículo 13), glorificar a Dios, tomar, hacer saber (vers. 14). ¿Por qué es este asunto tan crítico?
Debemos sentir, más profunda 19
mente de lo que hemos sentido hasta ahora, el poder de la declara ción de que el Espíritu Santo es la manifestación de la presencia perso nal y redentora de Cristo para noso tros y en nosotros. Consideremos un ejemplo. Para aquellos de nosotros que no posee mos muchas aptitudes mecánicas, las instrucciones por escrito no han resultado ser tan útiles como la guía personal y el incentivo de alguien que realmente sí posee dichas apti tudes. Yo recuerdo que tanto mi hermano Iván como yo teníamos en nuestra niñez pasión por el aeromo delismo y los barcos a escala. Cada vez que podíamos íbamos a las tien das en busca de las últimas réplicas a escala de aviones militares y buques navales de aquel tiempo. Me encantaba armarlas, pero yo no poseía mucha habilidad mecánica. Iván, por otra parte, tenía el don de un pulso firme y preciso y excelen tes aptitudes para la mecánica. Cuando yo simplemente me dejaba guiar por las instrucciones impresas, no llegaba muy lejos. Generalmente terminaba haciendo un trabajo mediocre o lo arruinaba. Sin embargo, cuando Iván estaba conmigo, guiándome, animándo me y, de vez en cuando, usando su buen pulso en las partes más com plicadas y rebuscadas, yo podía pro ducir modelos bien hechos. En cuestiones espirituales, el Espíritu Santo es así: una Persona profundamente sensible, poderosa y ayudadora que guía, dirige y pro porciona una mano firme. Su preo cupación es moldearnos para llegar a ser criaturas maravillosas de la gra cia transformadora. Y entre los medios de gracia más importantes que él imparte al pueblo de Dios se encuentran el don de la Palabra ins pirada (2 Tim. 3:15-17; 2 Ped. 1:21), la habilidad de entender y aplicar en nosotros las preciosas ver dades de la Palabra (2 Ped. 1:20, 21; Juan 1 7:1 7; 1 Ped. 1 :22, 2 3) y la concesión de de los dones espiritua les para la edificación del cuerpo de 20
Cristo, la iglesia (Efe. 4:4-1 6; 1 Cor. 12-14; Rom. 12:3-8). Cuando la obra del Espíritu en nosotros (para inspirar, aplicar la Palabra e impartir los dones espiri tuales) se ve en términos intensa mente personales, la presencia efi caz de la Tercera Persona de la Trinidad previene contra todo inten to de manipulación espiritual, como ocurre a menudo cuando se percibe al Espíritu como un ente impersonal. La interpretación de la Biblia, el empleo de los dones del Espíritu y las manifestaciones de los frutos del Espíritu (Gal. 5:16, 22-26) no se pueden imponer impersonalmente al cuerpo de Cristo. Las manipula ciones espirituales, tales como pagar por el privilegio de cumplir una función eclesiástica, hacer observaciones legalistas para ganar el favor divino, dar carácter político a las opiniones teológicas propias para mejorar nuestra posición ecle siástica: todas estas prácticas en gran manera desaparecen cuando el pueblo de Dios se da cuenta de su dependencia del ministerio, pode roso, pero delicadamente personal, del Espíritu. Cuando él viene como la "llama del amor" divino, no queda mucho lugar disponible para tales manejos. Los adventistas del séptimo día no se sorprenden al notar que el testimonio más conmovedor de Pablo con respecto a la dinámica de la salvación personal (Rom. 1:16, 17; 8:4) alcanza su clímax en Romanos 8:5-28. Aquí, utilizando el lenguaje de una intensa interacción personal, el apóstol nos recuerda que si el "Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús" mora en nosotros (vers.11), enton ces seremos "guiados por el Espíritu de Dios" (vers. 14); mientras que el "Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios... y coherederos con Cristo" (vers. 16, 17). Pablo finaliza este gran pasaje con el pensamiento de que noso tros sabemos que "el Espíritu mismo M INISTERIO ADVENTISTA
intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (vers. 26, 27). ¿Podría el gran expositor apostólico de la sal vación haber expresado la obra del Espíritu Santo en términos más per sonales? Aplicaciones prácticas y personales
Cuando se nos llama al servicio, a testificar y a hacer actos podero sos para Dios, es el poder del Espíritu personal el que está presen te para guiar, fortalecer y proveer valor, visión y sabiduría. De este modo, solamente el Espíritu Santo, el Consolador divino, puede real mente curar la enfermedad del alma humana y guiarnos en nuestro deber de testificar y servir en el mundo. ¿No está la presencia personal de alguien que nos ama en el mismo centro del poder del amor? Recuerdo vivamente la alegría de poder comunicarme, por medio de vías electrónicas, con mi futura esposa, cuando ambos nos encon trábamos separados temporalmen te por lo que parecían millas y días interminables. Pero aunque muy útiles, estos medios electrónicos resultaron ser absolutamente insa tisfactorios. Nada podía sustituir la experiencia de estar juntos, los dos, ¡cara a cara! Si durante aquellos días los únicos medios que hubiésemos tenido para expresar y experimen tar nuestro amor hubiesen sido el email o el teléfono, yo hubiese sido el "¡más digno de conmiseración de todos los hombres" (1 Cor. 15:19)! Gracias a Dios porque el Espíritu Santo es la presencia efectiva y per sonal del novio para su novia.
El Dr. Woodrow W. Whidden es orofesor de religión en la Universidad de Arcrews, Berrien Springs, Michigan.
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El evangelio apostólico: La llave maestra para la interpretación del Apocalipsis (segunda parte) Hans K. LaRondelle
N ota: Segunda parte de una serie de tres, sob re claves para co mprend er el libro de Ap oca lipsis.
n el primer artículo (enero-febrero del 2004) notamos que Juan aludía constantemente al Antiguo Testa mento, al describir sus visiones sim bólicas de "lo que sin demora tiene que suceder" (Apoc. 1:1, NVI). Esta refe rencia a las Escrituras hebreas contiene la primera clave teológica para entender sus visiones apocalípticas. Semejante uso del Antiguo Testamento no sólo señala las raí ces hebreas de la fe cristiana, sino sus con textos teológicos y literarios en el Antiguo Testamento. El libro de Apocalipsis da por sentado que el Dios de Israel es el "Dios y Padre" de Jesucristo (1:1, 6), y que el plan de Dios para el mundo se llevará a cabo a través de su Mesías, el cual participa de la identidad única de Dios (compárese Apoc. 1:8, 17; 21:6; y 22:13). Desde el comienzo, el Apocalipsis — la revelación de Jesucristo— adopta y redefine el curso de la historia de la salvación que se presenta en el libro de Daniel (Apoc. 1:1, 19; Dan. 2:28, 29; 10:21). ¿Cómo podían los cristianos estar abso lutamente seguros de que Jesús de Nazaret era el Mesías profetizado, y de que ahora, ese Jesús crucificado gobernaba desde el
Juan comienza a alabar a su Señor con estas palabras: "Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros peca dos, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén" (Apoc. 1:5, 6, NVI). Esta doxología reconoce la muerte expiatoria de Jesús como un acto de amor por la humanidad. El derramamiento de "su san gre" en la cruz ha "librado" al creyente de la "esclavitud del pecado". Estas expresio nes nos recuerdan la liberación histórica de Israel de Egipto, la casa de esclavitud: "La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentren, pues al verla pasa ré de largo. Así, cuando hiera yo de muer te a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora" (Éxo. 12:13, NVI). Juan hace más explícita su alusión implícita a Jesús como el Cordero pascual simbólico, al atribuirle 28 veces el título de
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Hans K. LaRondelle, doctor en Teología, es profesor emérito de teología sistemática del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día, Universidad de Andrews, Berrien Spríngs, Michigan.
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trono de Dios en el cielo? ¿Cómo podía ase gurárseles que Jesús era el Rey-Mesías, cuando bajo el dominio del Imperio Romano, se arrojaba a los leones a sus seguidores o se los quemaba en la hoguera? Juan recibió esta certeza de fe en su visión inaugural: "Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: 'No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último, y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las lla ves de la muerte y del infierno" (Apoc. 1:17, 18, NVI). Aquí Juan testifica que el Señor resuci tado se identifica plenamente con el Jesús histórico, a quien había conocido perso nalmente, en cuyo pecho se había reclina do, y cuyos testimonios había registrado en el cuarto evangelio. El reconocimiento de Juan se basa en la resurrección histórica de jesús. Como "primogénito de la resu rrección" (Apoc. 1:5, NVI) y "primicias de los que murieron" (1 Cor. 15:20, NVI), Cristo es la fuente de la fe y de la esperan za cristianas (véase 1 Cor. 15 :20 -26 ). El tes timonio personal del Señor resucitado ins piró a los santos a cobrar ánimo y perseve rar en su lealtad a Cristo hasta el fin. La sangre de Cristo, el Cordero
"el Cordero" (Apoc. 5:6, 7, 12, 13, etc.). Este título simbólico afirma la validez de la muerte de Cristo como "rescate por muchos" (Mar. 10:45, NVI), el corazón y núcleo del evangelio apostólico (véase Juan 1:29; 1 Cor. 5:7 ; 15:1-4; Rom. 3:25; 1 Ped. 1:18-20; Heb. 1:3; 9:14, 22). Por medio de este sím bolo principal para Jesús, Juan indi ca que el evangelio es el tema pre dominante del Apocalipsis. Roy C. Naden declara acertadamente: "A lo largo del libro, este símbolo de Jesús mantiene nuestros ojos cen trados en nuestra única fuente de redención".1 Juan asegura a los santos que ellos vencerán al acusador "por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron tes timonio" al enfrentarse a la muerte (véanse Apoc. 12:11; 6:9); que sus nombres están escritos "en el libro de la vida, el libro del Cordero" (21:27); que cantarán con Israel "el himno de Moisés, siervo de Dios, y el himno del Cordero" (15:3); y exclamarán "¡Aleluya!", "el día de las bodas del Cordero" (19:7), en el cielo. Sobre la base de su obra reden tora terminada, Jesús llama a sus seguidores para que sean sus testi gos en todo el mundo (véase Hech. 1:8). A la iglesia de Pérgamo le dice: "Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embar go, sigues fiel a mi nombre. No renegaste de tu fe en mí, ni siquie ra en los días en que Antipas, mi testigo fiel, sufrió la muerte en esa ciudad donde vive Satanás" (Apoc. 2:13). Jesús como "Hijo del hombre" sacerdotal
Juan, en su primera visión, vio a Jesús ministrando en medio de los "siete candelabros de oro", con apariencia de "alguien semejante al Hijo del hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho" (1:1 3, NVI).
Es interesante notar que para identificar a su Señor resucitado, que ahora funge como Rey y Sacerdote de su iglesia en la Tierra, Juan adoptó el lenguaje descriptivo de Daniel: "uno como un hijo de hombre (Dan. 7:13). Esta aplica ción sacerdotal del "Hijo del hom bre" según Daniel constituye una interpretación del evangelio que era nueva para el judaismo. Obviamente, Juan no aplica la expresión "hijo de hombre" dada por Daniel, sólo a su papel en el jui cio final. El Sacerdote celestial le ordena escribir en un libro lo que ve y enviar ese mensaje como carta apostólica y profética a las siete iglesias locales ubicadas en Asia Menor en su época (1:11). De este modo el Apocalipsis de Jesús tenía relevancia inmediata mente para la iglesia de los días de Juan, y también para la iglesia en todas las épocas hasta que el Señor volviera. Al ordenar "lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga" (2:25), Cristo alude al evangelio apostólico (véase 1 Cor. 15:1, 2). La retención fiel del evangelio reci bido permitirá, por la gracia soste nedora de Jesús, que el creyente alcance la victoria en la "hora de la tentación, que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven en la tierra" (Apoc. 3:10, NVI). Se insta a los que en su compla cencia farisaica pierden de vista a Jesús y viven enga ñándose a sí mis mos espiritualmente, a que inviten a Cristo a volver a ser su Salvador y Señor. La iglesia de Laodicea, espe cialmente, corre el serio peligro de perder hasta el evangelio mismo (Apoc. 3:14-21). Como "testigo fiel y veraz", Cristo le suplica: "Mira que estoy a la puerta y llamo" (Apoc. 3:20, NVI). Su consejo es: "que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vis tas y cubras tu vergonzosa desnu dez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista" MINISTERIO ADVENTISTA
(3:18, NVI). Los adventistas del séptimo día y el hincapié en el evangelio
Al principio, en sus frecuentes alusiones al versículo bíblico que dice: "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los manda mientos de Dios y la fe de Jesús" (Apoc. 14:12), los adventistas del séptimo día hacían hincapié unila teralmente en la ley de Dios, sin recalcar debidamen te el evangelio.2 Cuando en 1888 muchos comenzaron a reconocer la impor tancia fundamental del "evangelio eterno" en su mandato, Elena G. de White escribió en 1892: "Ha estado resonando el mensaje a Laodicea. La justificación por la fe y la justicia de Cristo son los temas que deben presentarse a un mundo que perece",3y "nos invita a com prar las vestiduras blancas, que son su gloriosa justicia, y el colirio para que po damos discernir cosas espiri tuales. ¡Oh!, ¿no abriremos la puer ta del corazón a este visitante celes tial...?"4 Este interés y preocupación del Cristo celestial coloca el evangelio apostólico en el centro de sus car tas a la iglesia. El ministerio sacer dotal de Cristo para su iglesia con siste en hacer de ella una luz bri llante de verdad salvadora y santificadora, en todo el mundo (véase Mat. 5:14; Apoc. 18:1). El evangelio conecta los primeros mensajes del Apocalipsis con sus visiones posteriores
Al principio, Juan describe a Jesús como "alguien semejante al Hijo del hombre" (1:13, NVI), ministrando como sacerdote nues tro en el cielo durante la era de la iglesia; pero más adelante —tras ver en visión la futura venida de aquel a quien Daniel describiera "como un hijo de hombre" —, lo describe como Rey y Juez divino, con una corona de oro en la cabe za y una hoz afilada en la mano (Apoc. 14:14-20; 19:11-15). Así, \Ñ O 61 - X1’ 2
Juan distingue entre los dos oficios del "Hijo del hombre" celestial: el de sacerdote, en su ministerio de intercesión y afirmación durante la era de la iglesia, y el de Juez de todos, en la conclusión de su obra, en ocasión de su segunda venida. Esta doble aplicación de la expre sión "hijo del hombre" —acuñada antes por Daniel, pero utilizada ahora por Juan para referirse a Jesús como Sacerdote y juez— fusiona las cartas y las visiones en una uni dad indivisible. Juan debe enviar el Apocalipsis entero: "lo que sucede ahora y lo que sucederá después" (1:19, NVI) — las siete cartas conjuntam ente con las visiones—, a las iglesias que por su condición espiritual particu lar representan a la iglesia univer sal. Cada carta contiene el consejo pastoral de Jesús que la insta a ser fiel y no claudicar: "Afórrate a lo que tienes"; "Eso sí, retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga"; "hasta el fin" (2:10, 11,13, 25, 26; 3:11, NVI). El propio Juan testifica que a él mismo lo habían desterrado a la isla de Patmos, "por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús" (1:9, NVI). Ciertos estudios recientes demuestran que ambas secciones del libro de Apocalipsis se iluminan e interpretan recíprocamente. Roberto Badenas, por ejemplo, señala que "La comparación entre las cartas a las siete iglesias (2:13:22) y la visión de la nueva Jerusalén (21:1-22:5) demuestra que son muchos los eslabones que unen estos dos pasajes... Lo que las cartas prometían a los miembros de las iglesias se cumple en los ciu dadanos de la nueva Jerusalén, según se revela en Apocalipsis 21 y 22 "5 En la misma línea de pensa miento, G. K. Beale observa que las siete cartas están integralmente relacionadas con el cuerpo visiona rio del libro: "Las promesas conclu sivas de las cartas anticipan abierta AÑO 61 - N ° 2
mente el final del libro y la última visión paradisíaca (véanse los capí tulos 19 a 22)."6 Les llama a las car tas "el microcosmos literario de toda la estructura macrocósmica del libro ".7 Esto implica que las visiones simbólicas de los capítulos 4 a 22 funcionan como representa ciones interpretativas de las adver tencias y promesas declaradas en las cartas a las iglesias individuales en los dos primeros capítulos. La profunda correlación existen te entre las cartas y las visiones con firma que el evangelio apostólico sigue siendo la prueba inalterable para la era de la iglesia desde el principio hasta el fin. A la última generación se le encarga, explícita mente, anunciar el "evangelio eter no" como último mensaje de advertencia al mundo (14:6, 7; 18:1). La última generación del pueblo de Dios debe, una vez más, expresar su lealtad al evangelio apostólico, tal como lo hizo la pri mera generación cristiana, siendo testigos fieles de Cristo y de su tes timonio (compárese 1:9 y 2:1 3 con 12:1 7 y 20:4). Conexión entre el libro de Daniel y el Apocalipsis, el Hijo del hombre y el Juez
Juan concluye el prólogo de su Apocalipsis con el tema culminante de su libro: "¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamen tación todos los pueblos de la tie rra" (1:7, NVI). Juan alude aquí, evidentemente, a la visión de Daniel acerca del jui cio del mundo en el capítulo 7. Daniel vio que "con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre", que se presentó ante el Anciano de días en el tribunal del cielo, donde se le conferiría autori dad para llevar a cabo el juicio final sobre toda la humanidad (Dan. 7:13, 14, 27). Apocalipsis 1:7 adjudica al "hijo del hombre", a quien Daniel se refi MINISTERIO ADVENTISTA
riera, un cumplimiento escatológico en la segunda venida de Jesús. Esa identificación de Jesús con la figura celestial de Daniel ya había sido introducida por Jesús durante su ministerio, cuando dio este testi monio bajo juramento delante del sumo sacerdote Caifás: "De ahora en adelante verán ustedes al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo" (Mat. 26:64, NVI). Juan ahora reafirma la venida del Hijo del hom bre — del cielo a la Tierra— "en las nubes" (Apoc. 1:7). Esa venida futura expande la visión de Daniel, porque éste había visto al "hijo del hombre" viniendo sólo ante la presencia del Anciano de días, en el cielo. Ahora Juan lo ve como Rey y como juez, viniendo al planeta Tierra, donde todo ser vivo será testigo del esplendor impresio nante de su aparición como Rey de reyes y Señor de señores (véase también 6:12-1 7; 19:11-21). Juan repite este cumplimiento de Daniel 7 al final del tiempo, cuando describe una visión poste rior: "Miré, y apareció una nube blanca, sobre la cual estaba senta do alguien 'semejante al Hijo del hombre'. En la cabeza tenía una corona de oro, y en la mano, una hoz afilada" (Apoc. 14:14, NVI). Esta visión representa vividamente el retorno de Jesús como Rey y como Juez: "En la cabeza tenía una corona de oro, y en la mano, una hoz afilada", para segar "la cosecha de la tierra" (14:15, NVI) y cortar "los racimos del viñedo de la tierra" (14:18, NVI). La característica de la "hoz afila da" aparentemente señala o alude a la visión de Joel sobre el juicio, en la cual se representa el juicio del mundo a cargo de Jehová, en el valle de Josafat: "Mano a la hoz, que la mies está madura. Vengan a pisar las uvas, que está lleno el lagar. Sus cubas se desbordan: ¡tan grande es su maldad!" (Joel 3:13, NVI). Esta ingeniosa mezcla de diver 23
sas visiones del juicio en el Antiguo Testamento en una nueva consu mación centrada en Cristo, ilustra el enfoque interpretativo de Juan. Él adjudica a las visiones del juicio según Daniel y Joel, un cumpli miento Cristológico que exalta a Jesús a la gloria divina y redefine la prueba de la verdad como fe en Jesús como el Mesías enviado por Dios y obediencia a su testimonio (véase Apoc. 1:2, 3, 9; 12:17; 14:12; 20:4). De este modo Juan vuelve a formular las profecías del juicio de Israel, por me dio de su principio evangélico cristológico. La hermenéutica universalista de Juan
Seis veces recalca Juan que la siega final será "de la cosecha de la tierra" (véase Apoc. 14:14-19, NVI). De este modo, sin lugar a dudas, Juan enseña el cumplimien to universal de las descripciones nacionales y de Palestina dadas en el Antiguo Testamento. Apocalipsis 14:14-20 constituye una muestra de la extensión mundial del juicio de Dios, por el testimonio global del evangelio por parte de la iglesia fiel (véase Mat. 24:14; Apoc. 14:6, 7; 18:1). Otra muestra reveladora de la clave del evangelio de Juan es su alusión a la visión del juicio de Zacarías, cuando anuncia que "to dos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron", y recalca que "por él harán lamenta ción todos los pueblos de la tierra" (Apoc. 1:7, NVI). Unos quinientos años antes de Cristo, Zacarías lo había predicho: "Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de súplica, y entonces po n drán sus ojos en mí. Harán lamen tación por el que traspasaron, como quien hace lamentación por su hijo único; llorarán amargamen te, como quien llora por su primo génito... Todo el país hará duelo, familia por familia" (Zac. 12:1 0, 12, NVI). 24
Zacarías anunció un evento impresionante en el futuro de Jerusalén; ella rechazaría y hasta "traspasaría" a su propio Mesías, y luego lloraría amargamente, "co mo quien llora por su p rimogén ito" (Zac. 12:10). Juan alude a esta notable predicción mesiánica, re calcando su universalidad: "todos lo verán con sus propios ojos" y "por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra" (Apoc. 1:7, NVI). Juan expande explícitamente a escala mundial el significado origi nal de la profecía de Zacarías. El rechazo del Mesías de Israel —y a consecuencia de ello, la lamenta ción y el lloro— no se limitan ya sólo a los israelitas. Juan extiende la predicción de Zacarías a todas las naciones. Y así amplía el concepto tradicional de "Israel". Lo que Zacarías predijo para las doce tri bus de Israel, Juan lo transfiere a todos los "linajes de la tierra" (Apoc. 1:7) quienes asumen el papel, ya sea del Israel arrepentido o del Israel que "lamenta". La forma en que Juan unlversali zó sistemáticamente las promesas del pacto con Israel nos enseña un principio de interpretación proféti ca que generalmente se pasa por alto. ¡Juan revela que la consuma ción apocalíptica no se centrará en Israel, sino en Cristo; no ya en Palestina, sino en el mundo, en toda su extensión, a causa de la iglesia de Jesucristo! El cumplimiento cristológico de las profecías mesiánicas de Israel implica el cumplimiento eclesiológico de la elección de Israel.8 Cristo confirma explícitamente que su iglesia es el verdadero Israel de Dios cuando declara: "los siete candela bros (del templo hebreo) son las siete iglesias (cristianas)" (Apoca lipsis 1:20). Por la autoridad divina de Cristo, el llamamiento celestial a Israel a ser la luz del mundo se extiende ahora al Israel creyente en Cristo de los doce apóstoles, la igle sia de Jesús, el pueblo mesiánico de MINISTERIO ADVENTISTA
Dios. A éstos se llama a testificar de la luz salvadora de su evangelio, "por testimonio a todas las nacio nes" (Mat. 24:14). El propósito de los símbolos hebreos en el Apocalipsis cristiano es reafirmar a la iglesia su continui dad con el llamado a Israel (véase Isaías 49:6), a fin de que el plan eterno de Dios para toda la huma nidad se cumpla gloriosamente. ¡Gracias a Jesús, Dios no conoce el fracaso! Jesús es la "garantía" del pacto de Dios con Israel (véase Heb. 7:22). Las dos claves complementarias
En suma, el libro de Apocalipsis afirma dos claves indisolubles para comprender sus representaciones simbólicas: (1) Los símbolos reci ben su significado teológico de la Biblia hebrea (el Antiguo Testa mento) y la historia de la salvación de Israel; (2) los términos y las imá genes hebreos de esa Biblia y de la nación literal de Israel reciben un cumplimiento cristológico, eclesiológico y universalizador a través del evangelio apostólico. Algunos intérpretes del libro de Apocalipsis aplican sólo la primera clave, o sea, reconocen el uso de las imágenes y la terminología he breas, pero luego transfieren esas representaciones étnicas y geográ ficas al pueblo judío y sus naciones enemigas en el Oriente Medio de la actualidad. Ese "literalismo absolu to" en la interpretación profética es el que defiende el dispensacionalismo y se populariza en la Nueva Biblia anotada de Scofield, 1967. Otros intérpretes aplican sólo la clave del evangelio, pero ignoran la raíz del contexto de Daniel y la representación de Juan en cuanto a "lo que debe suceder pronto".9 Estas interpretaciones extremas ponen de relieve la necesidad de una clave completa que fusione ambos Testamentos en una unidad indivisible. Juan ha añadido una Continúa en la página 28 AÑO 61 - N ° 2
La herramienta correcta para el trabajo correcto Planteamientos acerca de la fe y la ciencia
Timothy G. Standish
l uso de la herramienta correcta puede ser nuestro mejor aliado a la hora de completar el trabajo que nos hemos propuesto. Por otra parte, una herramienta incorrecta puede ser, no sólo inútil, sino también dañina. Por ejemplo, los destornilladores son buenos para trabajar con tornillos, pero casi inútiles para martillar clavos o cortar madera. Esto es a nivel físico. Cuando se trata del mundo de las ideas, n ecesitamos una m ente aguda, hábil y desarrollada; que pueda razonar lógica mente, analizar y sintetizar perceptible mente y que pueda ser capaz de comuni car ideas complejas en formas fácilmente inteligibles. De las muchas herramientas que la mente humana emplea para descifrar la realidad que la rodea, el método científico es una de las más significativas. En reali dad, la ciencia puede ser considerada una herramienta excelente para tratar con asuntos relacionados con la manera como operan los fenómenos naturales y físicos. Esto incluye campos del saber tan variados como la medicina y la agricultura. No obstante, esta herramienta excep cional puede ser mal utilizada. Por ejemplo, si intentamos emplear el método científico para "probar" que las Escrituras son inspi
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El Dr. Timothy u. Standish es investigador dei Instituto de Investigaciones en Geoclencia, Loms Linda, California.
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MINIST ERIO ADVENTISTA
radas, o que existe la así llamada "inspira ción"; o para descifrar cómo la inspiración divina opera, muy probablemente alcanza remos extrañas conclusiones que al fin y al cabo terminarán decepcionándonos y con fundiéndonos. Sencillamente, la ciencia no es la herramienta correcta para demostrar o establecer la naturaleza o autenticidad de la Biblia, aunque hay porciones en las Escrituras que poseen elementos que son verificables científicamente. Las afirmaciones de la ciencia son siem pre tentativas, mientras que las declaracio nes básicas de las Escrituras no lo son. La ciencia abarca nuestro entendimiento más claro de la naturaleza en el momento, pero no pretende ser absolutamente definitiva en sus posturas. Ciertamente, a medida que la ciencia progresa, sus posturas tenta tivas actuales sufren modificaciones, a veces significativas. Si sostenemos que las Escrituras son inspiradas y que ser inspiradas significa que sus posturas básicas son inherente mente correctas, entonces las posturas tentativas de la ciencia no pueden ser utili zadas como una medida de la inspiración de las Escrituras. Tratar de utilizar la ciencia para establecer la autenticidad de las Escrituras es algo así como tratar de usar un martillo para recalcar la idea de que William Shakespeare fue un gran escritor. Esta incongruencia podría superarse si desecháramos la idea de que la inspiración debe incluir la precisión objetiva que caracteriza a la ciencia. Pero si hiciéramos esto [dar a la Biblia un carácter objetivo], significaría solamente que estaríamos cam biando la naturaleza del problema. Las posturas bíblicas relacionadas con el mundo material serían entonces tan tenta tivas como las de la ciencia. En tal caso, tanto las Escrituras como la ciencia pasarí an a ser incapaces de arrojar luz una sobre la otra, y la inspiración de las Escrituras mismas se tornaría simplemente en un asunto subjetivo. ¿Por qué estudiar la ciencia?
¿Por qué deberían entonces los cristia nos, que creen en la precisión y autoridad del mensaje bíblico, estudiar la ciencia? ¿Qué debería motivarlos a emprender semejante iniciativa? Yo sugiero al menos cuatro buenas razones: 25
Primera, si se considera a la Biblia como enteramente confiable, la comparación de posturas científi cas con la Biblia podría servir para medir el éxito de la ciencia. Segunda, los desacuerdos entre la Biblia y la ciencia propician la revisión de cómo se interpretan la Biblia y los datos científicos. Los enfoques científicos cuidadosa mente considerados pueden prove er un lente de aumento para una mejor comprensión de los datos bíblicos. Tercera, algunos que dudan de la validez de su fe pueden encon trar algo de seguridad al descubrir el grado en el cual la ciencia y la Biblia están de acuerdo. Cuarta, y tal vez la más impor tante, el estudio de la naturaleza nos revela algo acerca de la mente del Dios Creador, en sus aspectos que son comprensibles empírica mente y que podrían no estar reve lados en las Escrituras. El gran físico jo hannes Keple r lo expresó de manera elegante cuando dijo: "Para Dios hay en todo el mundo material, leyes, figuras y relaciones de excelencia especial y del orden más apropiado... Esas leyes se encuentran dentro del alcance de la mente humana; Dios quiso que las reconociéramos cuando nos creó a su propia imagen para que pudiéramos compartir sus mismos pensamientos".1 Para muchos cristianos es sufi ciente saber que las Escrituras regis tran la interacción de Dios con el mundo material y con la humani dad. Sin embargo, muchos luchan con las contradicciones aparentes entre los postulados de las Escrituras y los del mundo material, tal como los interpreta la ciencia. Al considerar este asunto, es útil que tengamos una imagen clara de lo que es la ciencia, así como de las posturas de las Escrituras y de cóm o se espera que ambas interactúen. Además, la Escritura, al igual que la ciencia, debe ser objeto de interpretación. Como se mencionó 26
antes, las correlaciones entre las posturas de la ciencia y de las Escrituras pueden sugerir que las interpretaciones empleadas en ambas tienen méritos, mientras que los desacuerdos entre las dos requieren el re-examen de los supuestos que subyacen a nuestras interpretaciones, juntam ente con la lógica empleada. Al hacer esto, es necesario ase gurarse que el conflicto entre la ciencia y la Biblia es real y sustan cial, y que el análisis de la calidad de las posturas asumidas es válido. Por ejemplo, considere 1° Reyes 7:23: "Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos". Este pasaje parece tener un con flicto aparente entre la ciencia y las Escrituras, y proviene del hecho que la circunferencia del círculo dividido por su diámetro es igual a un valor llamado p i (n ) el cual es aproximadamente 3,14. Nuestro texto afirma que la circunferencia del mar de fundición era de treinta codos mientras que el diámetro era de diez codos. Treinta dividido por diez es 3,00; no 3,14. Detenerse en nimiedades de catorce centésimos en el cociente es ridículo y cualquier individuo pensante puede dilucidar rápida mente por qué los números pue den ser exactos, al margen de la cantidad de dígitos que se colo quen después de la coma. Pese a que estos argumentos de aproximación puedan tener algo de validez, el asunto de fondo debe buscarse en otra parte. El texto no pretende ser exacto en cuanto al valor de p i (jt); sólo describe las dimensiones del mar de fundición en el templo de Salomón. Los escépticos que argumentan que el texto con tiene un error en el enten dimiento bíblico de pi (ji) sostienen que, si las Escrituras son inspiradas, el uso que hace de las dimensiones MINISTERIO ADVENTISTA
debe ser exacto hasta en las déci mas. Pero cualquier científico acti vo sería capaz de entender que generalmente los números se redondean, ignorando así cualquier necesidad de registrar fracciones pequeñas de codos, particularmen te cuando se trata de una narrativa histórica y no de una verificación matemática. De este modo, hacer un análisis minucioso a 1 Reyes 7:23 es, simplemente, un asunto trivial. Preguntas acerca de las posturas
Si algunas de las cosas que la Biblia parece estar diciendo deben ser comparadas con los hallazgos de la ciencia, al menos debemos con testar dos preguntas: (1) ¿Está la Biblia en realidad tratando de decir eso? y (2) ¿es la postura de la Biblia susceptible de análisis cintífico? Cuatro ejemplos ¡lustran la forma en que las aparentes afirma ciones hechas en la Biblia se pue den ver de una manera consistente con la fe en la inspiración de las Escrituras: 1. Los cuatro ángu los de la tierra: "Después de esto vi a cuatro ánge les en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tie rra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol" (Apoc. 7:1). Este pasaje ha llevado a algunos a argumentar que la Biblia afirma (en armonía con las perspectivas populares pre dominantes de la época cuando fue escrita) que la tierra es de forma cuadra da o cúb ica .2 Si el texto está en realidad diciendo esto acerca de la forma de la tierra, podría anali zarse científicamente. Pero la Biblia no está haciendo en realidad nin guna afirmación de ese tipo. La única declaración hecha en este texto es que Dios es paciente y tardo para la ira, y que todo lo que ocurre sobre la tierra está bajo su control. Se necesita una exégesis muy forzada para convertir los "cuatro ángulos de la tierra", de AÑO 61 - N" 2
SI SOSTENEMOS QUE LAS ESCRITURAS SON INSPIRADAS Y QUE SER INSPIRADAS SIGNIFICA QUE SUS POSTURAS BÁSICAS SON INHERENTEMENTE CORRECTAS,
trucción humana que se extiende desde la fuente de Gihón hasta adentro de las murallas de la ciu dad. También ha sido desenterrada una inscripción que data del tiem po de Ezequías y que describe la obra. La afirmación bíblica, no obs tante, está abierta a refutaciones, una característica vital de la ciencia. La discusión activa acerca de la relación entre este túnel y la afir mación bíblica de las actividades de Ezequías continúa, a medida que sale a la luz nueva evidencia.3 4.
La destrucción de Babilonia: "Y
Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. TATIVAS DE LA CIENCIA NO PUENunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda DEN SER UTILIZADAS COMO el árabe, ni pastores tendrán allí majada" (Isa. 13:19, 20). UNA MEDIDA DE LA INSPIRA Asumiendo que este texto está haciendo una afirmación ambigua acerca del fin permanente de la CIÓN DE LAS ESCRITURAS. Babilonia literal, se pueden extraer ciertas hipótesis comprobables. Una de ellas es que resultaría una tarea imposible construir una gran la posibilidad de la participación ciudad con carpas entre las ruinas lenguaje figurado, en un postulado directa de Dios en el fallecimiento de Babilonia y llenarla de ocupan acerca de la forma geométrica de de Uza. Un postulado científico, tes árabes. nuestro planeta. Las profecías bíblicas que se La muerte de Uza: "Y el furor para ser considerado como tal, 2. debería, al menos en teoría, poder están cumpliendo actualmente son de Jehová se encendió contra Uza, tan fidedignas como las prediccio refutarse. En este caso, incluso si la y lo hirió allí Dios por aquella teme muerte de Uza fuera totalmente nes hechas por especialistas en vol ridad, y cayó allí muerto junto al natural, aún podría interpretarse canes acerca de erupciones inmi arca de Dios" (2 Sam. 6:7). Aquí se como un acto divino. nentes o por químicos acerca de la hace un postulado no científico. La 3. El túnel de Ezequías: "Este reacción violenta del sodio elemen Biblia contiene el único registro Ezequías cubrió los manantiales de tal en contacto con el agua. Tal vez conocido acerca de la muerte de Gihón la de arriba, y condujo el se deba a esto que los evangelistas Uza. Incluso si se encontrara un han descubierto que el explicar agua hacia el occidente de la ciu registro independiente de su muer dad de David. Y fue prosperado profecías es un método efectivo te, cuando mucho mostraría que la para convencer a los escépticos de Ezequías en todo lo que hizo" (2 gente asociada con Uza atribuyó su la confiabilidad e inspiración de las Crón. 32:30). Es posible acumular muerte a un acto de Dios. No se Escrituras. datos consistentes con la afirma puede hacer un experimento para ción bíblica en el sentido de que comprobar la teoría de que fue La ciencia, las Escrituras y la Ezequías estuvo involucrado en la Dios el que actuó en la muerte de promoción de la fe construcción de acueductos que Uza. Las explicaciones alternativas conducían agua hacia la parte occi Los límites de la ciencia general — un paro cardíaco repentino, un mente están restringidos al estudio dental de Jerusalén. La fuente de rayo del cielo o un infarto— pue Gihón es famosa y se ha descubier del mundo material. En términos den explicar la causa inmediata de generales, la ciencia puede ser defi to un túnel con marcas de cons su muerte, pero no pueden negar
ENTONCES LAS POSTURAS TEN-
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nida como la interpretación lógica de los datos que se obtienen del mundo material. Este tipo de cien cia es capaz de responder pregun tas tales como cuál es la velocidad del sonido o de qué estaban hechas las pirámides. Por lo tanto, puede ser capaz de inferir cómo fueron construidas las pirámides, pero sus conclusiones serán intrínsicamente más tentativas cuando estudia la historia de las pirámides que cuan do analiza su composición. Esto se debe a que no se puede realizar ningún experimento en el presente con el propósito de responder en forma definitiva a preguntas del pasado. Cuando mucho, los experimen tos pueden mostrar cómo podrían ser construidas las pirámides ahora. Así podemos inferir que en el pasa do se utilizaron métodos similares. En cambio, las muestras de las rocas de las pirámides sí se pueden someter a estudios experimentales. Mientras haya muestras de rocas disponibles, cualquier científico puede experimentar con ellas y derivar conclusiones consistentes con el estudio que realiza. Por este motivo, el túnel de Ezequías, como afirmación históri ca, es más probable que permanez ca más tentativa que los postulados que pueden ser verificados experi mentalmente, como es el caso con la destrucción de Babilonia. Debido a que la observación y la experimentación inmediata son posibles en el presente, las afirma ciones de la ciencia son más con cluyentes, por ejemplo, acerca del material usado en la construcción de las pirámides que en cuanto a la manera exacta como fueron cons truidas. En otras palabras, la ciencia es más tentativa acerca de los pos tulados históricos que acerca de los postulados que pueden ser com probados experimentalmente en el presente. Muchas de las afirmaciones de las Escrituras que la ciencia intenta comprobar son de carácter históri 28
co, como las dimensiones del mar de fundición. Pero la ciencia histó rica opera en desventaja, compara da con la ciencia experimental, que opera en el presente. No obstante, ya sea que uno esté trabajando con ciencia experimental o histórica, ninguna es una buena herramienta para comprobar la inspiración de las Escrituras. Sin embargo, ambas pueden ser poderosas como herra mientas para promover la fe. Las Escrituras revelan la interac ción maravillosa del Creador con la creación, mientras que la ciencia revela el grandioso poder creativo de Dios. En las palabras de Pablo: "Porque las cosas invisibles de él, su
eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la crea ción del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa" (Rom.
: ).
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Referencias 1. ). Kepler, "Carta a Herwart von Hohenburg", 1599. En Carola Baumgardt, Jo ha nn es Kep ler : Life an d Let te rs (New York: Philosophical Library, 1951), p. 50. 2. Rex Dalton, '"FLAT Earthers' in Battle with Creationism", Nature 398 (1999): 453. 3. Ver H. Shanks, "Everything You Never Knew about lerusalem is Wrong", Biblical Archaeology Review, 25 (1999) 6:20-30; J. A. Hackett, "Spelling Differences and Letter Shapes are Telltale Signs", Biblical Archaeology Review, 23 (1997) 2:42-44; y J. Rogerson y P. R. Davies, "Was the Siloam Tunnel Built by Hezekiah?", Biblical Archaeologist, 59 (1996) 3:138-150.
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clave sumaria como salvaguarda contra cualquier interpreta ción unilateral. "Todo lo que vio" en sus visiones lo resume en esta significativa frase: "la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo" (1:2, NVI). La tercera y última parte de esta serie aparecerá en el ejem p la r d e ma yo- jun io de M inisterio Adventista.
Referencias 1. Roy C. Naden, The Lamb Among the Beasts (Hagerstown, MD.: Review and Herald Pub. Assn., 1996), 25. 2. Véase George R. Knight, A Sea rch for Identi ty. The Dev elop men t o f Seve nth -da y Ad ven tis t Belie fs (Hagerstown, MD.: Review and Herald Pub. Assn., 2000), 108, 109. 3. Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día (Boise, ID.: Publicaciones Interamericanas, 19 90) 7:986. 4. Id., p. 987. 5. Roberto Badenas, "New Jerusalem: The Holy City", en Symposium on Revelation, tomo II. Daniel and Revelation C ommittee Series, vol. 7, F. B. Holbrook, ed. (Hagerstown, MD.: Review and Herald Pub. Assn., 1992), 264, 265; véase su diagrama en la página 265. 6. G. K. Beale, Jo hn 's Use o f the Old Testa men t in Reve latio n, JSNT Suppl. Sec., 1998, 299. 7. Id., 300. 8. Para un análisis profundo de los principios de interpretación cristológicos, eclesiológicos y universalizadores, véase H. LaRondelle, The Israel of Cod in Prophecy: Principles o f Prophetic Interpretation. Andrews Univ. Monographs. Studies in Religión, Vol, XIII (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 2001), 10th pr., cap. 5, 7, 9. 9. A manera de ejemplo, véase G. Goldsworthy, The Lamb and the Lion (Nashville, Tenn.: Thomas Nelson Pub., 1984), 146, 147.
MINISTERIO ADVENTISTA
AÑO 61 - N° 2
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Breves reflexiones en torno a la belleza femenina Félix C o r t é s
a belleza es muy importante para la mujer. En general, es una de las cosas que más obsesionan, sobre todo, a la mujer joven. Aunque la belleza y la mujer bella parecen estar de moda hoy más que nunca, se afirma que en el mundo femeni no impera la confusión en cuanto a la belleza. Causa la impresión que las reinas de belleza del pasado han sido destronadas, y muchas muje res hermosas de hoy están descon tentas con sus cuerpos y se sienten feas. ¿Qué está ocurriendo?
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La mujer bella en la pasarela de la historia
La razón es que el concepto, la norma cultural de belleza, cambia con el tiempo. La belleza es un con cepto que se aprende, y lo primero que aprendemos es que la belleza no es algo inmutable. Cambia con las culturas o las épocas. Nuestra cultura es la maestra de belleza. Por ejemplo, a principios del siglo 20 Lillian Russell era la sex simbol de la moda y la belleza y pesaba 90 kilos. Hoy Marilyn Monroe sería conside rada gorda. Desde la más lejana antigüedad, en el antiguo Egipto, ya existían cánones de belleza femenina, no tan distintos a los que predominan hoy. El mundo clásico de Grecia y Roma, tuvo otras normas para defi nir la belleza; allí se buscaba la ANO 61 - N° 2
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armonía y la proporción del cuerpo femenino. En la edad media el con cepto de belleza corporal cambió una vez más, y en el renacimiento la humanidad volvió sus ojos al pasado en busca de las normas de la belleza clásica de Grecia y Roma. En el barroco, un siglo después del renacimiento, hubo una verdadera revolución del concepto de belleza de la mujer: gruesas, llenas de vita lidad, voluptuosas. El mejor ejem plo lo tenemos en las mujeres pin tadas por Rubens, especialmente en el cuadro Las tres gracias, que pintó en 1639; pero también en los cuadros, La Diana, de Renoir; y El baño turco, de Ingres. ¿Dónde está usted?
En nuestra época, gracias al desarrollo y triunfo de los medios de comunicación, especialmente el cine, la televisión y la prensa (con las revistas femeninas), el concepto de belleza ha cambiado con más frecuencia. La mujer "bella" de la década de los sesentas sobresalía por tener cintura mínima, ancha de caderas, con piernas cinceladas y gruesos muslos, cuyo paradigma fue Marilyn Monroe. Después de esta década, las nociones de belleza femenina se fueron transformando al influjo de una muñeca. Usted ha M INISTERIO ADVENTISTA
adivinado: "Barbie". Barbie es una muñeca de largo talle, cadera esbelta, piernas largas y un busto bien formado. Para saber por qué esta muñeca ha influido tanto en la noción de belleza femenina quizá convenga recordar un poco la saga de Barbie. Barbie ha ganado el derecho de ser llamada la muñeca más imitada y más coleccionada de la historia. En 1993 entró al famoso Museo de Cera de París y en Palo Alto, California, existe un museo llama do "El Salón de la Fama de Barbie", dedicado enteramente a ella. Es tan popular y amada, que cada segun do se venden dos muñecas Barbie en alguna parte del mundo; es decir, sesenta millones cada año. Barbie se ha convertido en un emblema adaptable y estable de la adolescencia. Aunque ahora tiene 43 años, Barbie se ha convertido en el ideal, el modelo del cuerpo de la mujer eternamente joven. Hay quienes dicen que ha dejado de ser una muñeca para convertirse en una adolescente viviente que las jove nc itas quisieran imitar. Por supuesto, esto no ocurre conscientemente. Hay quienes creen que Barbie ha penetrado en el inconsciente femenino de la época y dado origen al moderno mito de la delgadez. La tendencia actual de la moda y la idea de belleza derivan hacia la delgadez 29
casi famélica y de apariencia dema crada de la mujer. Las "heroínas" de la moda están poniendo en serio peligro su salud por el deseo de alcanzar el ideal de Barbie. Las supermodelos Claudia Schiffer, Cindy Crawford y Christy Turlington son ejemplo de este ideal, pero hay quienes dicen que es a un elevado costo. Si el estilo moderno de la delga dez fuera sólo un capricho de la cosmética femenina, no sería moti vo de preocupación. Pero se está convirtiendo en un problema de salud. En primer lugar, está basado en un ideal imposible. El cuerpo de Barbie no tiene ninguna semejanza con el cuerpo de la mujer común y corriente. Los diseñadores de moda han creado sus diseños pensando en las famélicas modelos que se exhiben en las revistas de modas y en las mejores tiendas de ropa. Desafortunadamente, el 95 por ciento de las mujeres no las pueden usar, porque no alcanzan el ideal imposible de Barbie. Como resulta do, un elevado porcentaje de muje res, al verse muy lejos de ese obje tivo, van cayendo en una especie de obsesión por verse y mantener se delgadas, para lo cual siguen dietas interminables que nunca funcionan, y que las obligan, prác ticamente, a dejar de alimentarse. Hay quienes aseguran que el ideal de Barbie es un "ideal tortura do de belleza", responsable, en parte, por el problema de desorden alimentario que padecen millones de mujeres adolescentes. También de los implantes de senos y las ciru gías plásticas a las que se están sometiendo millones de mujeres maduras en todo el mundo. "Es notable que una muñeca anatómi camente improbable", dice un autor, "sea capaz de tanto". En efecto, hay quienes creen que si Barbie fuera una mujer real, sus proporciones harían que tuviera una estatura de 2,1 3 mts., un busto de más de un metro, la cintura de
60 cms, y pesaría 49 kilos 89 gra mos. Es decir, que si Barbie fuera una mujer normal, no podría cami nar por sus proporciones.1En reali dad podría decirse que la cultura actual que da prioridad al aspecto social, al imponer una imagen física que va en contra de la salud, es una cultura de la enfermedad. El ideal de belleza femenina de la post modernidad es brutalmente delga do, impuesto desde la más tierna infancia por la muñeca más vendi da del mundo que ha traicionado a sus fans. Las indujo a buscar mode los imposibles de belleza. ¿Qué es la belleza, entonces?
Como decíamos, la belleza sigue siendo una preocupación para las mujeres. Pero, ¿qué es lo realmente bello? ¿Quién decide lo que es bello? ¿En qué nos basamos cuando decimos que algo es bello? ¿Qué vemos cuando decimos que una mujer es bella? ¿En qué consis te esa prestigiosa cualidad llamada belleza? Digamos que la estimación de lo que es bello es algo psicológico que ocurre en la mente de la per sona que observa. La belleza es un valor subjetivo, es decir, no depen de tanto de las cualidades o carac terísticas del objeto que se observa, sino de la mentalidad de quien lo observa. Por tanto, es difícil dar una definición de belleza conveniente, aceptable y que satisfaga a todos. Es probable que haya tantos crite rios de belleza como personas que los emiten. Pero si bien la belleza no está en las cosas, sino en la persona que las admira, tampoco es un mero subje tivismo, y mucho menos una arbi trariedad. Existen bases comunes que -en cada etapa de la historiaretienen el sentido de lo bello. O sea, bello es aquello que nos agra da, que nos complace, en el marco de la cultura en que vivimos. La belleza, ese "rocío en las alas del alma" como la llamaba Platón, no es algo que se inventa, sino algo M I N I S T E I? IO A D V E N T I S T A
que se percibe en lo más íntimo del alma o de la conciencia. Creo que todos estamos de acuerdo en que hay un rasgo universal que nos puede poner a todos de acuerdo con respecto a la belleza. La belleza es aquello que posee una propor ción adecuada y un color atractivo. Bello es lo que resulta agradable a la vista. Es la impresión beneficiosa para nuestros sentidos que emana de cualquier objeto que es bello. Pero la belleza no está sólo en la forma y en lo que se ve. Está mucho más allá. Por eso Aristóteles define la belleza como "aquello que, además de bueno, es agrada ble". La belleza, entonces, sale del ámbito de las formas del cuerpo, para abarcar las cualidades del alma. ¿Quién es una mujer bella?
Cuando vemos a una mujer por lo que realmente es, libre de ador nos o cosméticos, surge verdadera mente a la vida en toda su naturali dad y en toda su verdadera e indes tructible belleza. La mujer tiene la tendencia a caer en la trampa que la induce a querer encajar en el molde de "belleza" según los pará metros establecidos por las tenden cias sociales. Pero muchas veces el propósito de la interminable búsqueda de la belleza femenina se olvida. Aquí caben algunas preguntas para las mujeres: ¿Para quién quiere ser bonita? ¿Para usted misma? ¿Para que se sienta bien cuando se vea en el espejo? Si es así, está destinada a marchitarse. Porque una mujer bella encerrada en sí misma no es bella. La belleza es un valor que pasa rápidamente hacia los desva nes de la historia o hacia el cofre de los recuerdos. El cuerpo se marchi ta, la belleza del rostro es un espe jismo de la ju ve ntu d. Si la belleza no entra y sale del alma, es tan pasajera como el día de ayer que pasó y no volverá. "Sólo la belleza interior agrada siempre". La televisión y las revistas feme A IS O f).l — N ° 2