IDomingodeAdviento Escuchemos a san Agustín: «¿Por quién dice todos, sino por sus elegidos y amados pertenecientes a su cuerpo, la Iglesia? No se dirigía sólo a los que entonces le escuchaban, sino también a los que vinieron luego, a nosotros mismos, y a los que llegarán después de nosotros, hasta el tiempo de su última venida… Por eso debe vigilar todo cristiano, para que no le encuentre desprevenido la venida del Señor». Carta 199, I -3.
naqueltiempo,dijoJesúsasusdiscípulos:-«Habrásignosenelsolyla lunaylasestrellas,yenlatierraangustiadelasgentes,enloquecidas porelestruendodelmaryeloleaje.Loshombresquedaránsinaliento porelmiedoylaansiedadanteloqueselevieneencimaalmundo,pueslosastros setambalearán. setambalearán.Entoncesverá EntoncesveránalHijodelhombrevenir nalHijodelhombrevenirenunanube,congranpoenunanube,congranpoder der y maje majest stad ad.. Cuan Cuando do empie empiece ce a suce sucede der r esto, esto, leva levant ntao aos, s, alza alzad d la cabe cabeza za:: se acercavuestraliberación.Tenedcuidado:noseosembotelamenteconelvicio,la bebidaylosagobiosdelavida,yseosecheencimaderepenteaqueldía;porque caerácomounlazosobretodosloshabitantesdelatierra.Estadsiempredespiertos,pidiendofuerz tos,pidiendofuerzaparaescapa aparaescapardetodoloqueestáporve rdetodoloqueestáporvenirymanten nirymantenerosenpie erosenpie anteelHijodelhombre.»
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Oración: Tú conoces mis pensamientos
Llévame de tu mano, Dios mío, para que sepa caminar por la vida de forma sana, abriéndome cada vez más al mundo y a cada persona, siendo constructor de otra manera de vivir y relacionarse. Límpiame de miedos, apegos y caprichos, libérame de deseos infinitos y de gastos superfluos; hazme sensible al dolor de mis hermanos y ayúdame a trabajar por la justicia para que todos vivan bien. Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel Ginel
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IDomingodeAdviento Escuchemos a san Agustín: «¿Por quién dice todos, sino por sus elegidos y amados pertenecientes a su cuerpo, la Iglesia? No se dirigía sólo a los que entonces le escuchaban, sino también a los que vinieron luego, a nosotros mismos, y a los que llegarán después de nosotros, hasta el tiempo de su última venida… Por eso debe vigilar todo cristiano, para que no le encuentre desprevenido la venida del Señor». Carta 199, I -3.
naqueltiempo,dijoJesúsasusdiscípulos:-«Habrásignosenelsolyla lunaylasestrellas,yenlatierraangustiadelasgentes,enloquecidas porelestruendodelmaryeloleaje.Loshombresquedaránsinaliento porelmiedoylaansiedadanteloqueselevieneencimaalmundo,pueslosastros setambalearán. setambalearán.Entoncesverá EntoncesveránalHijodelhombrevenir nalHijodelhombrevenirenunanube,congranpoenunanube,congranpoder der y maje majest stad ad.. Cuan Cuando do empie empiece ce a suce sucede der r esto, esto, leva levant ntao aos, s, alza alzad d la cabe cabeza za:: se acercavuestraliberación.Tenedcuidado:noseosembotelamenteconelvicio,la bebidaylosagobiosdelavida,yseosecheencimaderepenteaqueldía;porque caerácomounlazosobretodosloshabitantesdelatierra.Estadsiempredespiertos,pidiendofuerz tos,pidiendofuerzaparaescapa aparaescapardetodoloqueestáporve rdetodoloqueestáporvenirymanten nirymantenerosenpie erosenpie anteelHijodelhombre.»
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Oración: Tú conoces mis pensamientos
Llévame de tu mano, Dios mío, para que sepa caminar por la vida de forma sana, abriéndome cada vez más al mundo y a cada persona, siendo constructor de otra manera de vivir y relacionarse. Límpiame de miedos, apegos y caprichos, libérame de deseos infinitos y de gastos superfluos; hazme sensible al dolor de mis hermanos y ayúdame a trabajar por la justicia para que todos vivan bien. Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel Ginel
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Lunes3dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Un año más ha brillado para nosotros -y hemos de celebrarlo- el nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; en él la verdad ha brotado de la tierra; el día del día ha venido a nuestro día: alegrémonos y regocijémonos en él». Sermón 184,1.
Reflexión: Jesús, no puedes venir
Jesús, no puedes venir si no nos dejamos dejam os deslumbrar, si ya no queda nada que nos cause asombro, si el corazón no se enternece ante el dolor para dar a luz una vida auténtica. Jesús, no puedes venir si no allanamos las colinas del odio, si no ayudamos a construir puentes de cordialidad, si la ternura y la sencillez no se apoderan de nuestra vida. Jesús, no puedes venir si no descubrimos en nuestro interior la otra parte que tantas veces nos falta, la feminidad o la masculinidad que completa y da sentido a nuestras vidas como personas. Jesús, no puedes venir si no percibimos la brisa de la confianza en las noches sin luna de los cayucos que se acercan, silenciosos, como el llanto ahogado, como el soplo del Espíritu, como la necesidad imperiosa de vivir una nueva vida. Jesús, no puedes venir si no hacemos un hueco para invocarte, para darte gracias, para mostrarte nuestra impotencia, para gritar de dolor, para hablar confiadamente, como con un amigo, de la vida. Jesús, no puedes venir si la fe no abarca las acciones por la paz y la justicia, si el amor no inunda las relaciones, si la solidaridad no destruye fronteras, si la esperanza no alumbra el horizonte siempre sorprendente de la vida. Jesús, no puedes venir si no nos dejamos dejam os transformar por tu Palabra leída en el periódico, escuchada en la radio, ofertada en internet, contemplada en las bellezas de la naturaleza, ahogada en el lamento de los pobres que nos exigen una vida digna… Jesús, no puedes venir si no alzamos nuestra voz contra quienes causan tanta miseria y deshumanizan al hombre, si no abandonamos una existencia tan llena de cosas y tan vacía de vida, para que continentes enteros puedan sencillamente sobrevivir.
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Jesús, no puedes venir si no comprometemos nuestras manos, nuestras lágrimas, nuestra creatividad, nuestro tiempo y dinero en la construcción de otro mundo, de otra vida mejor, tan necesaria y posible. Jesús, no puedes venir si no hacemos hacem os de nuestras comunidades comunidade s cristianas unos anuncios luminosos que pregonen que podemos ser felices, que seguirte nos libera, que el Evangelio puede ser realmente una buena y feliz noticia para tantas personas desencantadas por las desdichas, el sinsentido, el maltrato en sus vidas. Jesús, no puedes venir… porque nunca te has ido, porque estás a nuestro lado en los más débiles, desprotegidos, marginados, porque cuando nos reunimos en tu nombre, enciendes nuestros corazones y nos animas a continuar con alegría, a pesar de todos los pesares. Jesús, no puedes venir, porque el Reino ya está dentro de nosotros y nosotras. Sólo hay que ahondar, buscar, contemplar, para llegar a descubrir tu presencia en millones de rostros, para sentirnos hijos e hijas, hermanos y hermanas, para acercar y hacer visible el amor del buen Padre y Madre Dios. Ven y ayúdanos a descubrir la fuente inagotable que nos hará vivir desde una nueva espiritualidad, basada en el cuidado por el otro, la solidaridad, la alegría y la justicia. Miguel Ángel Mesa
Para pensar: •
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¿Cómo me encuentro al comenzar un año más el Adviento? ¿Me identifico con el texto? ¿Qué actitudes puedo mejorar?
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Martes4dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Quien hizo el mundo al Padre, él mismo es el cuando vino a nosotros. prueba de la majestad majestad del
entero cuando permanecía junto autor del parto de una virgen La virgen madre nos dejó una hijo…» Sermón Sermón 184,1.
Reflexión: Paciencia
La paciencia es como las estalactitas y estalagmitas de la vida: ellas se van formando poco a poco en la oscuridad, se integran gota agota y de manera irregular, no geométrica; requieren de tiempo, y crecen por arriba y por abajo siendo al fin muy hermosas. La paciencia es un bonsái: solo tiempo, fe, cuidados y mimos le hacen crecer. No se puede tirar de las ramas del arbolito, sacarlo de su maceta, para ver si está echando raíces. Necesita la humildad del humus para desarrollarse. Podemos explicar esta parábola con otra. Es, en efecto, como aquella rana que al saltar cayó en un cubo de crema, pero chapoteando y chapoteando amaneció por la mañana sobre una masa de mantequilla que ella misma había batido. Allí estaba con su cara sonriente tragando las moscas que venían por docenas de todas partes. Para pensar: Breve curso de relaciones humanas •
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Las seis palabras más m ás importantes: Admito que q ue he cometido un error. error . Las cinco palabras palabra s más importantes: Has Ha s realizado un buen trabajo. Las cuatro palabras palab ras más importantes: ¿Cuál es tu opinión? Las tres palabras más m ás importantes: ¿Serías ¿S erías tan amable? Las dos palabras palab ras más importantes: Muchas gracias. La palabra más má s importante: Nosotros. La palabra menos men os importante: Yo.
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Miércoles5dediciembre CDXIVAniversariodelaRecolecciónAgustiniana Escuchemos a san Agustín: «Ante todas las cosas, queridísimos hermanos, amemos a Dios y después al prójimo, porque estos son los mandamientos principales que nos han sido dados. He aquí lo que mandamos que observéis quienes vivís en comunidad. En primer término –ya que con este fin os habéis congregado en comunidad-, vivid en la casa unánimes y tened una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios». Regla I, 1-3. Oración del centenario del breve “Religiosas familias”
Padre y Señor de todo, que a todos convocas al laboreo de tu viña. Hace más de cuatro siglos, entre los hijos de Agustín, llamaste al trabajo a los agustinos recoletos. Con la fuerza de tu gracia, nuestros hermanos se destacaron por su dedicación y sus logros. Muchos alcanzaron la santidad y el martirio, y en todas partes dejaron testimonio magnífico de afán apostólico. Así lo reconocía solemnemente la Iglesia, hace ahora 100 años. Con nuevo título e idéntica ilusión nuestra Orden ha continuado en la brega. Los agustinos recoletos hemos seguido trabajando, expuestos al sol y al cansancio. Nos hemos animado unos a otros; de la unión en Ti hemos sacado la fuerza. Juntos hemos celebrado tu predilección y el honor compartido de estar a tu servicio.
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Nuestra historia familiar se continúa hoy. Han cambiado las personas, las circunstancias... Pero la llama se mantiene; la llama permanece. No faltan los problemas, los titubeos, las caídas. Nos acecha el desaliento. Pareciera incluso que el fuego que antaño caldeó a nustros hermanos, hoy estuviera adormecido. Sin embargo, tu Aliento nunca deja de soplar y avivar el rescoldo, esparciendo calor y luz. Siempre es tiempo de gracia y de acción de gracias. Te alabamos por el privilegio de habernos elegido para estar contigo. Gracias por la oscuridad y las dificultades; por nuestra debilidad y nuestros fracasos, que nos muestran la medida de tu grandeza. Entre el desaliento y la esperanza buscamos renovación, que sólo se encuentra en Ti. Haz que permanezcamos en tu Hijo Jesucristo: Sólo junto a Él se escucha tu demanda insistente. Danos la presteza de que es ejemplo María, Madre de Consolación. Haznos dignos de nuestra sangre y nuestra historia. Mantén constantemente en nosotros el empeño por acrecer tu gloria, el celo por la salvación del hombre. Concédenos, en fin, abundantemente la savia de tu Espíritu, que suscitó nuestra Recolección y ha dado frutos de santidad en tantos hermanos y hermanas. Amén.
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Jueves6dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Con razón, pues, los profetas anunciaron que había de nacer, y los cielos y los ángeles, en cambio, que había nacido. El que contiene el mundo yacía en un pesebre; no hablaba, y era la Palabra. Al que no contienen los cielos, lo llevaba el seno de una sola mujer: ella gobernaba a nuestro rey; ella llevaba a aquel en quien existimos; ella amamantaba a nuestro pan…» Sermón 184, 3.
Reflexión: Fumar tres pipas
Una tarde de verano, después de las danzas y los cantos, se sentaron en torno al jefe de la tribu. Y él comenzó a hablarles de este modo: –Si has peleado con tu hermano y te propones matarlo –dijo el jefe de la tribu fijando la mirada en uno del grupo-, antes siéntate, carga tu pipa y fuma. Al final te darás cuenta de que la muerte de tu enemigo es un castigo demasiado grave por la culpa cometida y te propondrás darle tan sólo una buena paliza. Después carga de nuevo tu pipa y fúmala despacio hasta el final. Al final te darás cuenta de que en vez de unos buenos palos, bastará con unos cuantos reproches. Cuando hayas cargado por tercera vez la pipa y hayas terminado de fumarla, entonces –concluyó el jefe de la tribu- te convencerás de que es me jor acercarte a donde está tu hermano y ¡abrazarlo! Leyenda de Madagascar
Para pensar… • • •
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¡Conflictos, venganza, violencia…! ¡Serenidad interior, paz, abrazos...! Las reacciones prontas y violentas producen más violencia y alboroto. La satisfacción interior viene de la espera, la serenidad y la capacidad de perdón. La auténtica reconciliación llega con el abrazo de paz. ¿Cómo actúo cuando me siento ofendido? ¿Cómo puedo actuar? ¿A quién le pido ayuda para actuar como debiera?
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V iernes7dediciembre Escuchemos a san Agustín: «La divinidad oculta fue anunciada a los pastores por la voz de los ángeles e indicada a los magos por el testimonio del firmamento. Con esta festividad anual celebramos, pues, el día en que se cumplió la profecía: La verdad ha brotado de la tierra y la justicia ha mirado desde el cielo…» Sermón 185, 1.
Oración: Esperaré
Esperaré. Esperaré a que crezca el árbol y me dé sombra. Pero abonaré la espera con mis hojas secas. Esperaré a que brote el manantial y me dé agua. Pero despejaré mi cauce de memorias enlodadas. Esperaré a que despunte la aurora y me ilumine. Pero sacudiré mi noche de postraciones y sudarios. Esperaré a que llegue lo que no sé y me sorprenda. Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado. Y al abonar el árbol, despejar el cauce, sacudir la noche y vaciar la casa, la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza. Benjamín González Buelta
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Sábado8dediciembre SolemnidaddelaInmaculadaConcepción Escuchemos a san Agustín: «¿Qué mayor gracia de Dios pudo brillar para que, teniendo un hijo unigénito, lo hiciera hijo bre, y del mismo modo, pero al revés, hiciera Dios al hijo del hombre? Busca el mérito, busca vo, busca la justicia, y ve si encuentras otra no sea la gracia». Sermón 185, 3.
Alabanza a María Inmaculada
Te pusieron tan alta, tan lejana, te pintaron tan divina, tan perfecta. Ya sé, tú te quitas las coronas y las joyas, y los mantos, y te abajas servidora. Y yo te siento a mi lado, siempre cerca, como si compartieras mi causa, mi proyecto, como si un cordón espiritual nos uniera. Mi sombra protectora, mi ángel de la guarda, mi espejo limpio, mi inspiración secreta. Yo te miro, yo te hablo, sin palabras. Tú me escuchas, me sonríes, o me adviertes, no lo hagas, o me empujas, nada temas. No sé cómo, pero siento que me amas. Mis miradas suplicantes no te agobian, no te aburren mis palabras sin palabras. Tú me entiendes, me perdonas, aunque no sepa agradecerte. Dios está en ti, en mí, en todo. Eres su traducción, como su cara; y su madre, nada más y nada menos, y mi madre Inmaculada.
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nosotros del homhijo de el moticosa que
IIDomingodeAdviento Escuchemos a san Agustín: «La Palabra que permanece envió las voces y, después de haber enviado delante muchas voces, vino la misma Palabra en su voz, en su carne, como en su propio vehículo. Recoge, pues, como en una unidad, todas las voces que antecedieron a la Palabra y resúmelas en la persona de Juan. Él personificaba el misterio de todas ellas; él, sólo él, era la personificación sagrada y mística de todas ellas. Con razón, por tanto, se le llama voz, cual sello y misterio de todas las voces… Es preciso que disminuyan todas las voces cuando nos acercamos a ver a Cristo. Cuanto más te acerques a la contemplación de la sabiduría, tanto menos necesitas de la voz…» Sermón 288,4-5.
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nelañoquincedelreinadodelemperadorTiberio,siendoPoncioPilatogobernadordeJudea,yHerodesvirreydeGalilea,ysuhermanoFelipevirrey deItureayTraconítida,yLisaniovirreydeAbilene,bajoelsumosacerdocio deAnásyCaifás,vinolapalabradeDiossobreJuan,hijodeZacarías,eneldesierto. Juanrecorrió todalacomarca delJordán,predicandounbautismodeconversiónparaperdóndelospecados,comoestáescritoenellibrodelosoráculosdel profetaIsaías:«Unavozgritaeneldesierto:PreparadelcaminodelSeñor,allanadsus senderos;elévenselosvalles,desciendanlosmontesycolinas;quelotorcidoseenderece,loescabrososeiguale.YtodosveránlasalvacióndeDios».
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Oración: Última certeza
Soy una ola de tu océano rodando en la superficie de la historia. No sé si acabaré mis días rompiéndome en pedazos contra el acantilado hostil, o si me iré extinguiendo como espuma sobre la playa serena. No sé si seré una protesta explotada como un trueno ante tanto arrecife de injusticia, o si me agotaré en paz entre la arena tibia del pueblo que me acoge. No sé si volveré a ti roto en mil gotas desangradas, o si me fundiré contigo en la intimidad de la bahía. Pero es mi saber más hondo, que ya ahora recibo de ti desde el fondo del océano, todo el vigor que me construye y todo el impulso del viaje. Benjamín González Buelta
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Lunes10dediciembre Escuchemos a san Agustín: «¡Despierta, hombre; por ti, Dios se hizo hombre! ¡Levántate, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará! Por ti, repito, Dios se hizo hombre». Sermón 185, 1.
Oración: Buscando luz
¡Ser un instante luz, sólo un instante! Sopla y enciéndeme, Señor, cual árbol resplandeciente entre la noche oscura, mira mis verdes que se extienden largos, mira mis ramas de quejidos: crecen en la noche, tu fresca luz buscando. Baja, Señor, y sopla entre mis frondas. Tóquete yo con mi pequeña mano, con mi pequeña sombra triste. Soy un niño sin descanso. Mi corazón golpea contra el tuyo. Un débil junco puede ilusionado golpear un gran sol, un mar de tierras. ¡Heme aquí golpeando! ¿Y no responderás a un niño? Mira cómo hasta Ti levanto mis dos brazos queriendo reposar sobre la hierba de luz de tu regazo. y
Baja, Señor, y posa tu caricia en mis cabellos, de la tierra, amargos, y deja un surco luminoso en ellos, un reguero de cielo dulce y largo. Carlos Bousoño
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Martes11dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Exultad, justos: ha nacido el justificador. Exultad, débiles y enfermos: ha nacido el Salvador. Exultad, cautivos: ha nacido el redentor. Exultad, siervos: ha nacido el Señor. Exultad, hombres libres: ha nacido el libertador. Exultad, cristianos: ha nacido Cristo». Sermón 184,2.
Reflexión: Preparados
El adviento que comenzamos es tiempo de disponerse a algo grande – pero que a veces queda silenciado ante el folklore de diciembre-. Porque cuando llega algo que esperas con ansia, ¡anda que no le das vueltas! A veces hasta te quita el sueño, por la ilusión, la incertidumbre, el deseo de que las cosas lleguen, de ver a ese ser querido, de saber el resultado de un examen muy importante para ti, de tantas cosas... ¡Pues lo que estamos esperando es alucinante, grande, inmenso! Es tiempo de disponernos a un encuentro, algo que no por sabido deja de ser nuevo. Un encuentro con un Dios al que, una vez más, admiramos como ser humano. Un encuentro con una lógica (la de la encarnación, un Dios capaz de hacerse humano con todas sus consecuencias), que nos desborda. ¿Cómo prepararse? Desde la gratitud por lo que uno tiene. Desde la escucha de la promesa de un Dios que te dice: «vengo a tu mundo, a tu vida, a tu historia, para estar presente ahí. Vengo a ti». Para pensar… •
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«Vengo a tu mundo, a tu vida, a tu historia». ¿Cómo resuena esa palabra en mi interior? ¿Cómo puedo prepararme para cuando llegue la Navidad? ¿Tal vez un poquito de oración? ¿Alguna lectura distinta? ¿Una revisión de lo que es mi vida y lo que puede llegar a ser?
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Miércoles12dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Gocémonos, hermanos; alégrense y exulten los pueblos. Este día lo ha hecho sagrado para nosotros no el sol visible, sino su creador invisible, cuando, de sus entrañas fecundas y en la integridad de sus miembros, una virgen madre trajo al mundo, hecho visible por nosotros a su creador invisible». Sermón 186, 1.
Reflexión: Parte médico para salvar la Navidad •
Reconocimiento
Motivo de consulta: Un ciudadano (no quiso dar el nombre) se la encontró abandonada en medio de la calle, con signos más que evidentes de necesitar atención médica. Antecedentes personales: Ninguna enfermedad conocida. Sospechosamente, el historial médico de la paciente desaparece de nuestros archivos todos los años por estas mismas fechas. •
Exploración
En un primer examen, al tomarle el pulso, se comprobó que apenas palpita su corazón. Ante esta situación se llevó a cabo un segundo estudio, descubriendo, ¡caso único!, que el corazón se le ha ido reduciendo hasta límites insospechados, con el agravante de que puede desaparecer de un momento a otro. •
Pruebas complementarias
A pesar de la escasez de recursos, tanto humanos como materiales, propio de estas fechas tan significativas, se organizó un gran dispositivo para localizar a familiares, amigos o conocidos, para hacer un estudio más exhaustivo... Al día de hoy nadie ha acudido, nadie conoce a la paciente. •
Diagnóstico
Ante las dudas y la imposibilidad de emitir un diagnóstico fiable, se procede al ingreso de la paciente, a la espera de que pasen estos días. Se precinta la puerta para evitar el riesgo de contagio.
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Tratamiento
Se mantendrá sedada a la enferma y si el corazón sigue disminuyendo se pasará al coma inducido. •
Observaciones
Si alguien conoce a la paciente y dispone de tiempo (cosa más rara, con los compromisos que hay que cumplir en estos días) se ruega encarecidamente que acuda en su ayuda... ¡Está en juego la vida de la Navidad!
Para pensar… •
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Mira a tu alrededor. ¿Qué diagnóstico haces de la navidad que te rodea? ¿Y tu propia navidad? Cierra tus ojos… escucha el latir de tu corazón… deja que tus latidos se acompasen con los latidos de la navidad ¿la sientes vivir dentro de ti? Haz un compromiso para hoy: que, por lo menos hoy, tu preparación para la navidad se base en las cosas sencillas de la vida, de tu familia.
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Jueves13dediciembre Escuchemos a san Agustín: «El mismo que es Dios es hombre y el mismo que es hombre es Dios… el que como hijo de Dios es coeterno al que lo ha engendrado, existiendo en el Padre desde siem pre, él mismo comenzó a ser hijo del hombre naciendo de la Virgen…» Sermón 186, 1.
Reflexión: La vela de la esperanza
Cuatro velas se estaban consumiendo tranquilamente. El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas. La primera dice: -¡Yo soy la Paz! A pesar de mi Luz, las personas no consiguen mantenerme encendida. Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente. La segunda dice: -¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para las personas. Porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome. Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y se apagó. En voz baja y triste, la tercera vela se manifestó: -¡Yo soy el Amor! No tengo más fuerzas que quemar. Las personas me dejan de lado porque sólo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellos que están a su alrededor. Y también se apagó. De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas. -¿Qué es esto? Debéis estar encendidas y consumiros hasta el final.
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Entonces la cuarta vela, dijo: -No tengas miedo niña, mientras yo esté encendida, podemos encender las otras velas. Entonces la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió nuevamente las que estaban apagadas. ¡Que la vela de la Esperanza nunca se apague dentro de nosotros!
Para pensar… •
¿Cómo está la llama de esas velas en tu corazón?
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¿Cuál de ellas tiene la llama más débil?
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¿Cómo andas de esperanza?
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¿Eres capaz de dar luz?
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Viernes14dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Palabra-Dios antes de todos los tiempos, Palabracarne en el tiempo oportuno; Hacedor del sol, hecho bajo el sol; ordenador de todos los siglos desde el seno del Padre, santificador del día de hoy desde el seno de la madre; allí permanece, de aquí sale; creador de cielo y tierra, nacido bajo el cielo en la tierra; inefablemente sabio y sabiamente mudo; llena el mundo y yace en un pesebre; gobierna los astros y toma el pecho materno; tan grande en la forma de Dios como pequeño en la forma de siervo, de modo que ni aquella magnitud disminuye por esta pequeñez ni esta pequeñez está oprimida por aquella magnitud». Sermón 187, 1.
Reflexión: Confidencias de una estrella
–¡Que sí, que te estoy hablando! No te asombres. –¿Eres tú, la de los guiños radiantes? Sentía que querías decirme algo, pero… las estrellas no hablan. –¡Claro que sí! Hablamos a quien nos quiere oír, a quien ansía la luz, a quien busca. Yo –entérate- soy la estrella de los buscadores. –¡Anda ya, coquetuela! ¿Cómo vas a saber lo que yo busco? –Para nosotras todos los horizontes están abiertos. Veo claramente adónde te llevan los latidos de tu corazón. Sé que buscas la inocencia primera, que trabajas por soltar el barro pegado a tu historia. Sé que buscas el cielo nuevo y la tierra nueva. Sé que quieres ser niño por dentro y maduro por fuera. Eso te acerca al reino de los cielos, eso te hace sentirme familiar y brillante. ¿Me equivoco? –Pues… ¡Coqueta y además cotilla! ¿Cómo puedes ver lo que siento? –Te lo he dicho, soy la estrella de los buscadores, de los Magos, de los caminantes. Puedo captar tus aspiraciones perfectamente. ¿Sabes por qué? –Dímelo tú, listilla.
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–Porque esta belleza que observas en el firmamento no es más que el reflejo de lo que llevas en tu interior. Quien no mira desde su profundidad es imposible que perciba el esplendor exterior. Ahora mismo mirabas al espacio pero, en realidad, te sumergías en ti. –Pues claro, lindura. Admiraba tus brillos y suspiraba por ser mejor, por llegar más lejos, por ser yo mismo, auténtico de verdad. –¿Lo ves? Lo que te fascina de mí no es más que tu aspiración a la luz, al dinamismo, a la paz. Lo que de mí te atrae es justo lo que ya está en ti y quiere crecer. Esta inmensidad donde floto es la proyección de tu interior. –¿No te estarás quedando conmigo? –En absoluto. Te estoy hablando de lo que hace progresar al mundo. Vuestro corazón está lleno de aspiraciones profundas pero os conformáis con ambiciones de celofán y papel moneda. Para eso se encarnó el Verbo: para redescubriros la potencialidad de vuestro mundo interior. Él lo llamaba “reino de los cielos”, porque realmente es el lugar sagrado que el Creador se ha reservado dentro de vosotros. –A mí me enseñaron que se encarnó para salvarnos, para obtener el perdón. –¡Seguís un poco miopes! Estabais perdonados desde el principio. Para eso os creó, para haceros partícipes de su Vida, para besaros con su Gratuidad. Necesitabais ser rescatados, sí, de la poca fe en vosotros mismos y en quien os habita. Os alejasteis demasiado de vuestra grandeza humana, os degradasteis, os perdisteis al buscar fuera los tesoros que lleváis dentro. Por eso os envió un bebé. –¿Un bebé? –¡Sí! Tiene mucho significado la pequeñez y potencialidad de un recién nacido. Habéis glosado repetidamente la pobreza de Belén… y os habéis quedado con lo anecdótico. En aquel tiempo era frecuentísimo resguardarse en grutas y cobertizos. ¿No ves que no existían los opulentos “cinco estrellas” con que ahora derrocháis? El venido Niño os está susurrando dos mensajes esenciales para vuestra naturaleza humana: “camino” y “nacimiento”. ¿Te has percatado de que el alumbramiento sucede en el camino? En el camino ordinario hacia el terrenal cumplimiento de una ley civil, la de empadronarse. ¿Ves cómo manan los milagros en el polvo de vuestro pisado mundo? –Sé que existen los milagros de la Omnipotencia…
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–Que no, jovencito, que no. ¡Obra vuestra! Nacéis con el poder –recibido por supuesto- de hacer milagros. Podéis sembrar el bien en vuestro barro terrenal, podéis cultivar la plenitud, podéis rebosar luz y abrazos. Eso es lo que significa “nacimiento”: desde vuestra pequeñez inicial podéis germinar, madurar, fructificar. Te lo he dicho, en vuestro interior nace el reino de los cielos y su energía fluye continuamente. Basta con estar atentos, con dejaros impulsar, con caminar por vuestra preciosa cotidianidad. ¿Entiendes ahora la lección de “camino” y “nacimiento”? ¿Por qué el Sublime os llegó naciendo y en camino? –Ciertamente podría haberse ahorrado los 30 años de oculta maduración. –¡Sí! Pero vuestra mentalidad necesitaba un ejemplo vital, gradual, plástico. El Emmanuel (Dios-con-nosotros) asumió vuestra progresividad y os está remitiendo al cielo que portáis dentro. Ahí está vuestro privilegio, vuestro tesoro, la semilla de vuestra ansiada felicidad. Quien se revistió de niño, de fragilidad, de naturalidad, os está invitando a comenzar y avanzar todos los días, a nacer y caminar siempre. Yo, desde aquí, te seguiré acompañando. –¡Eh, oye! ¡No te vayas!... –¡Chiiis!... Estoy aquí. Mira dentro, tonto... Javier del Bosque
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Sábado15dediciembre Escuchemos a san Agustín: «Regocíjese, pues, el mundo en las personas de los creyentes, por cuya salvación vino el Salvador del mundo. El creador de María nació de María; es hijo de David el señor de David; del linaje de Abrahán quien existe antes que Abrahán. El creador de la tierra fue hecho en la tierra; el creador del cielo fue creado bajo el cielo. Él es el día que hizo el Señor, y el Señor mismo es el día de nuestro corazón. Caminemos en su luz, exultemos y gocémonos en él». Sermón 187, 4.
Reflexión: Letanías callejeras
Perdona, María, pero necesito desahogarme contigo. Te cuento, hoy al entrar en una parroquia he oído cómo te alababan con atributos tan merecidos como estrambóticos: Trono de Sabiduría, Casa de Oro, Reina de la paz, Torre de marfil... El caso es que, por más que lo he intentado, no he podido imaginarte sentada en un trono, ataviada con suntuosas joyas y rodeada de decenas de sirvientes... Más bien creo que Tú estés ocupada en otras tareas: en tantos hi jos tuyos que te necesitan. Por eso me he permitido salir a la calle y recoger estas letanías, que tal vez a algunos les molesten, pero reflejan a la perfección tu oficio: el de una Madre, que sufre en cada uno de sus hijos más desfavorecidos”. Niña de la custodia repartida Niña obligada a mendigar Niña con síndrome de Down Niña objeto de abusos sexuales Niña de orfanato, que nadie adopta Joven sin ganas de vivir Joven con trastornos alimenticios Joven emigrante engañada y obligada a trabajar en un prostíbulo Joven contagiada de sida Joven del trabajo temporal y explotador
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Hija no deseada Hija de los padres que no se entienden Hija de la infancia robada Hija sin Reyes Magos Hija en una silla de ruedas Madre antes de tiempo Madre del cáncer terminal Madre del hijo fallecido en un accidente de tráfico Madre del hijo drogadicto Madre luchadora por la custodia de sus hijos Esposa del marido ludópata Esposa del maltratador sin escrúpulos Esposa humillada y “encarcelada” en la cocina Esposa del marido enfermo, postrado en una cama de por vida Esposa sufridora en silencio de las infidelidades del marido Mujer utilizada como un trapo sucio Mujer “de sopetón” sin infancia ni adolescencia Mujer obligada a prostituirse para sacar adelante a su familia Mujer divorciada y criticada Mujer de las arrugas prematuras Anciana con una irrisoria pensión Anciana sola y desamparada Anciana peregrina, de casa en casa, de mes en mes, de hijo en hijo Anciana con demencia senil Anciana sin recuerdos ni esperanzas. José María Escudero
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IIIDomingodeAdviento Escuchemos a san Agustín: «Así, pues, Dios asumió un hombre al que los hombres pudieran ver, para que, sanados, por la fe, vieran al fin lo que antes no podían ver. Mas para que nadie pensara que el hombre Cristo no era dios, pues aparecía visiblemente, y se le atribuyese una sabiduría propia del hombre, aunque excelentísima, hubo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Éste vino para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien daba testimonio de la luz…» Carta 140, III, 7-8.
naqueltiempo,lagentepreguntabaaJuan: -«¿Entonces,quéhacemos? » Élcontestó: -«Elquetengadostúnicas,quelasrepartaconelquenotiene;yelquetengacomida,hagalomismo. » Vinierontambiénabautizarseunospublicanosylepreguntaron: -«Maestro,¿quéhacemosnosotros? » Éllescontestó: -«Noexijáismásdeloestablecido. » Unosmilitareslepreguntaron: -«¿Quéhacemosnosotros? » Éllescontestó: - «Nohagáisextorsiónniosaprovechéisdenadie,sinocontentaosconla paga.» Elpuebloestabaenexpectación,ytodossepreguntabansinoseríaJuanel Mesías;éltomólapalabraydijoatodos: -«Yoosbautizoconagua;perovieneelquepuedemásqueyo,ynomerezcodesatarle lacorrea desussandalias.Él osbautizará conEspírituSantoyfuego; tieneen lamano el bieldoparaaventarsu parva yreunirsu trigoen el graneroy quemarlapajaenunahogueraquenoseapaga. » Añadiendootrasmuchascosas,exhortabaalpuebloyleanunciabaelEvangelio.
E
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Oración:
Señor, abre mis oídos a tu Palabra. Señor, despierta mi corazón a la esperanza. Tú vienes, vienes siempre a mi encuentro. Tú vienes siempre con amor. Haz que me ponga en camino para recibirte. Te abriré la puerta de mi vida. Nos daremos el abrazo entrañable. Y al oír los pasos de tantos caminantes del mundo, me sentiré hermano de todos y compartiré con ellos mi paz y mi esperanza. Amen.
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Lunes,día17 Escuchemos a san Agustín: «Reconozcámosle también nosotros, acerquémonos al pesebre, comamos la vianda, llevemos a nuestro señor y guía, para que bajo su dirección lleguemos a la Jerusalén celeste». Sermón 190, 3.
Oración: Mentiras
La paz sin tormenta la pasión sin Pasión la encarnación sin carne el amor sin historia la risa sin alma … mentiras. El desprecio en Tu Nombre, la virtud arrojadiza, la justicia inhumana, la palabra sin misericordia, la promesa sin lazo, la renuncia sin nostalgia … mentiras. El amor sin zozobra, la pregunta sin riesgo, la fe sin duda, la seguridad sin resquicios, lo que “siempre ha sido así” … más mentiras. Pero tu Verdad ilumina nuestras sombras, desmonta nuestros engaños y despierta la esperanza. José Mari R. Olaizola
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Antífona
En esta segunda parte del Adviento, desde antiguo la Iglesia repite en el rezo de la Liturgia de las Horas estas antífonas llamadas de la “O” porque todas empiezan por “Oh”. En ellas se aclama la venida del Mesías con distintos apelativos basados en la Historia de la Salvación: Sabiduría, Adonai, Renuevo del tronco de Jesé, Llave de David, Sol que nace de lo alto, Rey de las naciones, y Emmanuel. Antífona
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.
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Martes,día18 Escuchemos a san Agustín: «Convenía que sólo el Hijo de Dios se hiciese hombre de este modo sin igual» (Sermón 191,4).
Reflexión: El árbol de los problemas
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja, acababa de finalizar su primer día de trabajo muy duro. Su cortadora eléctrica se había averiado y le había hecho perder una hora de su trabajo y, para colmo, su vieja furgoneta se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. De camino a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté ¿por qué tocaba el árbol de esa forma? –"Ese es mi árbol de los problemas", contestó. –"Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero hay algo que es seguro: los problemas no pertenecen a mi casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego. Luego a la mañana los recojo otra vez. Lo divertido es... –dijo sonriendo- que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior".
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Para pensar…
¿Qué te parece la historia? Llévala a tu día a día. ¿Quién es tu “árbol” de los problemas? Como el carpintero, ¿a la mañana siguiente encuentras menos que los que dejaste por la noche?
Antífona
Oh, Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de tu brazo.
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Miércoles,día19 Escuchamos a san Agustín: «El nacimiento de Cristo de su madre está sellado por la debilidad, pero grande es la majestad de su nacimiento divino. Tiene un día temporal en los días temporales, pero él es el día eterno que procede del día eterno». Sermón 190, 3.
Reflexión: Síes y noes Lo que sí es Navidad
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Preparar el corazón en Adviento para recibir a Jesús.
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Sacar ratos para celebrar la necesidad de convertirnos.
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Aprovechar esas fechas para ser más solidarios.
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Cuidar las relaciones familiares y la comunicación.
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Regalar con austeridad detalles de cariño.
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Poner atención en no comprar demasiado.
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Tener momentos de oración familiar.
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Bendecir la mesa en familia.
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Brindar por el mundo con corazón universal.
•
Que Jesús sea el invitado principal.
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Lo que no es Navidad:
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Agitarse con gastos, compras y prisas. Llenar la vida de adornos vacíos de sentido. Enviar felicitaciones sin contenido. Centrar toda la fiesta en las comilonas. Forzar encuentros que traen polémicas. Competir en los regalos. Llenar a las personas de cosas innecesarias. Cerrarse solo a los propios. Boicotear todo símbolo religioso.
Antífona
Oh, Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones; ven a librarnos, no tardes más.
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Jueves,día20 Escuchemos a san Agustín: «La Palabra del Padre, por la que fueron hechos los tiempos, al hacerse carne nos regaló el día de su nacimiento en el tiempo; en su origen humano quiso tener también un día aquel sin cuya asentimiento divino no transcurre ni un día…» Sermón 191,1.
Reflexión: No había sitio para que naciera
Si Jesús hubiese nacido “galáctico”, hubiese probado de primera mano y sin el menor síntoma de dolor, las mieles del triunfo, de la fama y del dinero… Ah, y sus hinchas le hubieran seguido fielmente allá donde fuese, aclamándole y demostrándole en todo momento su más acérrimo apoyo. Si Jesús hubiese nacido cantante (vamos a suponer de Operación Triunfo), se hubiese dado cuenta de cómo, en poquito tiempo, se puede pasar del más insignificante anonimato a la más laureada fama, y sin pasar por “tanta cruz”. Además sus fans se pasarían horas y horas tarareando y aprendiéndose al dedillo “sus letras”. Si Jesús hubiese nacido “estrella rosa”, hubiese podido transmitir su mensaje todos los días, a todas las horas y en todas las cadenas, de manera que sus “tele adictos” se hubieran impregnado de su vida y de su mensaje con gran facilidad. Si Jesús hubiese nacido presidente (del Gobierno), hubiese tenido todas las posibilidades del mundo para dar a conocer su programa. Y probablemente hubiese obtenido la mayoría absoluta de sus electores llevando a buen puerto su proyecto.
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Si Jesús hubiese nacido “gran hermano”, se hubiera ahorrado esas largas caminatas y, en una hermosa casa, con un poco de astucia, sus defensores (aquellos que semana tras semana le habían depositado toda confianza) no harían otra cosa en tres meses que hablar de él, en el trabajo, en casa, en los bares… Vamos, que pasaría a ser uno más de la familia. Si Jesús hubiese nacido... Pero no, Jesús no tenía sitio. Ni tenía buen toque, ni buen oído, ni un atractivo deslumbrante, ni dotes de político y, además, se aburría si pasaba mucho tiempo en casa… Por eso Jesús no encontró sitio y entonces…, entonces acudió a ti. Sí, amigo, Jesús en esta Navidad quiere nacer en ti, quiere ser uno de los tuyos… No me digas que tampoco tú tienes sitio… José María Escudero
Antífona
Oh, llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir; ven a librar a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte.
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Viernes,día21 Escuchemos a san Agustín: «¡Despierta, hombre; por ti, Dios se hizo hombre! ¡Levántate, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará! Por ti, repito, Dios se hizo hombre». Sermón 185, 1.
Oración: Cara a cara
Oh, Señor de mi vida, estaré ante Ti cara a cara. Con las manos juntas, Oh Señor de todas las palabras, estaré ante Ti cara a cara. Bajo tu gran cielo, en soledad y silencio, con humilde corazón, estaré ante Ti cara a cara. En este mundo laborioso, de herramientas y luchas y multitudes con prisa, ¿estaré ante Ti cara a cara? Rabindranath Tagore
Antífona
Oh, Sol de justicia que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven tinieblas y en sombras de muerte.
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Sábado,día 22 Escuchemos a san Agustín: «Se dignó hacerse hombre ¿qué más quieres? ¿O se humilló Dios poco por ti? El que era Dios se hizo hombre…» Sermón 189, 4.
De luz nueva
De luz nueva se viste la tierra porque el sol que del cielo ha venido en el seno feliz de la Virgen de su carne se ha revestido. El amor hizo nuevas las cosas, el Espíritu ha descendido y la sombra del que es poderoso en la Virgen su luz ha encendido. Ya la tierra reclama su fruto y de bodas se anuncia alegría, el Señor que en los cielos moraba se hizo carne en la Virgen María. Gloria a Dios, el Señor poderoso, a su Hijo y Espíritu Santo, que en su gracia y su amor nos bendijo y a su reino nos ha destinado. Amén. Antífona
Oh, Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.
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IVDomingodeAviento, día23 Escuchemos a san Agustín: «Lo que admiráis en la carne de María, realizadlo en el interior de vuestra alma. Quien en su corazón cree con vistas a la justicia, concibe a Cristo; quien con su boca lo confiesa con la mirada puesta en la salvación, da a luz a Cristo…» Sermón 191, 4.
E
naquellosdías,Maríasepusoencaminoyfueaprisaalamontaña,aun pueblodeJudá;entróencasadeZacaríasysaludóaIsabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.SellenóIsabeldelEspírituSantoydijoavozengrito.
-«¡Benditatúentrelasmujeres,ybenditoelfrutodetuvientre! ¿QuiénsoyyoparaquemevisitelamadredemiSeñor?Encuantotusaludo llegóamisoídos,lacriaturasaltódealegríaenmivientre.Dichosatú,quehascreído,porqueloquetehadichoelSeñorsecumplirá».
Oración:
Señor Jesús, Tú eres amor y vida. Has querido nacer como todos nacemos, de una mujer. De esta forma has bendecido a la familia. Haz que cada familia se convierta en verdadero santuario de vida y amor. Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos, hacia el bien de sus familias.
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Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su crecimiento en la verdad y en el amor. Haz que los niños sean esa semilla de esperanza en la familia y así, con nuestro amor, renueven su inocencia. Haz que el amor santificado por la gracia del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis. Amén.
Antífona
Oh, Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y Salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
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Lunes,día 24 Escuchamos a san Agustín: «Hoy la verdad ha brotado de la tierra: Cristo ha nacido de vuestra carne. Llenaos de gozo solemne y, advertidos por el día de hoy, pensad en el día sempiterno; desead con esperanza firmísima los dones eternos: presumid de ser hijos de Dios una vez recibido el poder serlo… Por vosotros se hizo temporal el hacedor de los tiempos; por vosotros apareció en la carne el autor del mundo; por vosotros fue creado el creador… Para que esto fuera creíble, Dios concedió otra cosa más increíble. Para hacer dioses a los que eran hombres, el que era Dios se hizo hombre…» Sermón 192, 1.
Reflexión: Unas Na”b”idades diferentes
1. Sueño con una “Nabidad” en la que los Reyes Magos se despisten, se les haga tarde o se les “estropeen” los camellos y no encuentren ningún centro comercial abierto. 2. Sueño con una “Nabidad” en la que tantísimas madres “del Niño Dios” no tengan a sus hijos en un pesebre, en una zona de refugiados, en una patera o en un hogar de protección. 3. Sueño con una “Nabidad” en la que “los pastores de hoy” dejemos a un lado nuestra apretadísima agenda y corramos al encuentro del Salvador. 4. Sueño con una “Nabidad” en la que haya verdaderos problemas a la hora de organizar el Nacimiento, por la gran afluencia de ángeles, anunciadores de la Gran Noticia, proclamadores de las grandes noticias de cada día. 5. Sueño con una “Nabidad” en la que todos los televisores del mundo “se hagan añicos” y el Niño Dios se lleve el ranking de audiencia.
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6. Sueño con una “Nabidad” en la que “la extraordinaria” llegue a todos...: la extraordinaria noticia de un Dios que se hace niño, se hace (no busquemos más regalos) como tú y como yo. 7. Sueño con una “Nabidad” en la que tantos “niños Dios” como existen en nuestro mundo, despierten nuestros corazones (aunque sea a las tantas de la madrugada) porque lloran, porque tienen hambre, porque se encuentran solos, porque están enfermos... 8. Sueño con una “Nabidad” en la que todos, sin necesidad de traje y de corbata y de “un buen bolsillo” entremos gratuitamente al cotillón por excelencia, al Cotillón del Nacimiento de Dios. 9. Sueño con una “Nabidad” , la de este año, la del 2012, en la que “el gordo” (que nos toca todos los años) lo dediquemos a “adecentar” nuestro corazón, ¡que falta hace! 10. Sueño con una “Nabidad” en la que tú, querido amigo, además de ponerme un “0” en ortografía, te marques un “10” en Humanidad (Dios se hace hombre).
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Nochebuena Bendición de la mesa
Señor, en una noche como esta, hace ya tiempo, quisiste ser un niño con nombre y apellido en medio de los niños más pobres de la tierra. Hoy, quieres estar de nuevo entre nosotros, que nos hemos reunido aquí para cenar. Bendice nuestra mesa. Porque una noche al menos quisiéramos que el mundo fuera una gran familia: sin guerras, sin miserias, sin drogas, y sin hambre, con algo más de música y mucha más justicia. Que al menos esta casa, Jesús recién nacido, acoja tu palabra de amor y de perdón. Consérvanos unidos. Danos pan y trabajo durante todo el año. Danos fuerza y ternura para ser hombres justos que luchen por el mundo, donde haya buenos días y muchas noches buenas como esta en que quisiste nacer entre nosotros. Tú siempre serás bienvenido a esta casa, así que no te vayas nunca, cena con nosotros, gracias por esta fiesta. Amén.
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Oración ante el Belén Bendición:
Reunidos en torno al nacimiento, después de un breve momento de silencio el padre o la madre oran al Padre Dios:
Señor, te estábamos esperando; teníamos muchas ganas de que nos visitaras y te hicieras compañero nuestro. Gracias por venir, por hacerte como nosotros. Gracias por este detalle de cariño que nos regalas. Vienes para que todos seamos mejores y convivamos en paz. Con alegría te acogemos. Te pedimos que nos bendigas y nos ayudes a ser más amigos tuyos y de todos aquellos a quien tú amas. Que sepamos reconocerte en nuestra vida. Amén. A continuación se canta un villancico.
Oración:
Este Niño es el Mesías esperado de todos, Salvador de la humanidad, estrella luciente en la noche para todos los que buscan la luz y miran al cielo buscando el rostro de Dios. Nosotros, los que creemos en Él, nos hemos reunido aquí, o mejor dicho, nos ha reunido el Niño Jesús, el recién nacido, para festejar con gozo este hecho que hace entonar cantos de fiesta a los coros de los ángeles y que hace saltar el corazón a todos los que buscan rastros de Dios en la historia. Alegrémonos y gocemos, pues Dios nos ha visitado en la persona de su querido Hijo. Esta es la noticia de la historia:
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En nombre de todos los hombres de buena voluntad que suene la fiesta que nazca la paz, que canten los oprimidos, que exulten los tristes. Dios está con nosotros. Ya es posible conocer a Dios, ya es posible acercarse a Él. Dios se ha acercado a nosotros en esta Navidad. Para terminar, nos damos las manos y rezamos el Padrenuestro. Beso al Niño Dios: María al dar su primer beso al niño Jesús…
Cuando al tocarte hoy por primera vez, vi en tu carne temblar el infinito, todo el cosmos lloraba con tu grito y todo el mar rozaba mi ribera. Cuando al cantar mi nana prisionera de este tiempo que nace ya marchito te arropé en el pesebre, tu bendito mirar desheló el frío en primavera. Pero al chocar mis labios con tu frente transparencia de Dios, flor de la sierra, en la cárcel saltó de gozo el preso y el pobre se hizo rico de repente. Un milagro de luz nació del beso y un chasquido de amor quemó la tierra.
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Navidad Escuchemos a san Agustín: «Hermoso como un esposo, fuerte como un gigante, digno de amor y de temor, severo y sereno; hermoso para los buenos, duro para los malos; permaneciendo en el seno del Padre, llenó el seno de la madre… en él se hizo carne por nosotros la Palabra para habitar en medio de nosotros naciendo de una madre y para prepararnos nuestra morada, precediéndonos en el camino hacia el Padre… Celebremos, pues, con gozo y solemnidad este día y llenos de fe deseemos el día eterno, que, siendo eterno, nació en el tiempo para nosotros…» Sermón 195, 3.
Navidad: Dios en pañales •
Creo en la verdad humilde de José de Nazaret, en la fe desbordada de María.
•
Creo en la pobreza del Portal y en el anuncio de los ángeles, presencias múltiples de Dios donde estén el amor, la verdad y la belleza.
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Creo en el gozo compartido de los pobres pastores, que sueñan ilusiones y viven esperanzas.
•
Creo en la estrella peregrina y mensajera y en los Magos inquietos y tenaces, que siempre encuentran luz cuando la siguen asomada a la inmensa maravilla de Dios entre los seres humanos.
•
Creo en los caminos que llevan a Belén, en los ríos de plata, en los montes de musgo, en los árboles de corcho, en las luces de colores.
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•
Creo en la alegría natural, en la clara amistad de los hombres, nacida de repente, o crecida al ritmo de cosecha.
•
Creo en la sorpresa inocente y fértil de los niños, creo en la ternura de los hombres, creo en el amor difícil e inseguro pero cierto, muestra gratuita de Dios, ángel, estrella, belén de su hermosura generosa.
•
Creo en los hombres y mujeres que siguen sembrando la ternura de Dios envueltos en la noche del camino de la vida; que ponen esperanza en los que están caídos a la orilla de la vida; que se fían de Dios y esperan el nuevo amanecer de un mundo más humano.
•
Creo en Jesús hombre, hijo de Dios, Dios de luz y amor, que ha puesto su tienda entre nosotros y ha recorrido los caminos de la humanidad haciéndonos hijos y hermanos.
¡¡ Feliz Navidad !!
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LaSagradaFamilia Escuchemos a san Agustín: «Otras cosas había que cautivaban más fuertemente mi alma con ellos, como era el conversar, reír, servirnos mutuamente con agrado, leer juntos libros bien escritos, chancearnos unos con otros y divertirnos en compañía; discutir a veces, pero sin animadversión, como cuando uno disiente de sí mismo, y con tales disensiones, muy raras, condimentar las muchas conformidades; enseñarnos mutuamente alguna cosa, suspirar por los ausentes con pena y recibir a los que llegaban con alegría. Con estos signos y otros semejantes, que proceden del corazón de los amantes y amados, y que se manifiestan con la boca, la lengua, los ojos y mil otros movimientos gratísimos, se derretían, como con otros tantos incentivos, nuestras almas y de muchas se hacía una sola» Confesiones VI, 8,23.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-52
L
ospadresdeJesússolían ircadaañoaJerusalénporlas fiestasde Pascua. CuandoJesúscumpliódoceaños,subieronalafiestasegún lacostumbrey,cuandoterminó,sevolvieron;peroelniñoJesússequedó enJerusalén,sinquelosupieransuspadres. Éstos,creyendoqueestabaenlacaravana,hicieronunajornaday sepusieronabuscarloentrelosparientesyconocidos;alnoencontrarlo, sevolvieronaJerusalénensubusca. Alostresdías,loencontraroneneltemplo,sentadoenmediode los maestros, escuchándolos y haciéndolespreguntas; todos los que le oíanquedabanasombradosdesutalentoydelasrespuestasquedaba. Alverlo,sequedaronatónitos,yledijosumadre: -«Hijo,¿porquénoshastratadoasí?Miraquetupadreyyote buscábamosangustiados.»
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Éllescontestó: -«¿Porquémebuscabais?¿NosabíaisqueyodebíaestarenlacasademiPadre?» Peroellosnocomprendieronloquequeríadecir. ÉlbajóconellosaNazaretysiguióbajosuautoridad.Sumadre conservabatodoestoensucorazón.YJesúsibacreciendoensabiduría, enestaturayengraciaanteDiosyloshombres. Oración a la Sagrada Familia
Sagrada Familia de Nazaret; enséñanos el recogimiento, la interioridad; danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; enséñanos lo que es la familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable. Amén.
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Nochevieja Oración de nochevieja de un creyente desconcertado:
Señor,antesdeentrarenelbullicioyaturdimientodelfindeaño, quieroestatardeencontrarmecontigodespacioyconcalma. Sonpocaslasvecesquelohago.Túsabesqueyanoaciertoarezar. Heolvidadoaquellasoracionesquemeenseñarondeniño ynohaaprendidoahablarcontigodeotramaneramásvivayconcreta. Señor,enrealidad,yanosémuybiensicreoenTi. Hanpasadotantascosasestosaños. Hacambiadotantolavidayheenvejecidotantopordentro... Yoquisierasentirtemásvivoymáscercano. Meayudaríaacreer.Peromeresultatodotandifícil... Y,sinembargo,Señor,yotenecesito. Avecesmesientomuymaldentrodemí. Vanpasandolosañosysientoeldesgastedelavida. Porfueratodoparecefuncionarbien:eltrabajo,lafamilia,loshijos. Cualquierameenvidiaría.Peroyonomesientobien. Yahapasadounañomás.Estanochecomenzaremosunañonuevo, peroyoséquetodoseguiráigual.Losmismosproblemas, lasmismaspreocupaciones,losmismostrabajos.Yasí,¿hastacuándo? ¡Cuántodesearíapoderrenovarmividadesdedentro! Encontrarenmíunaalegríanueva, unafuerzadiferenteparavivircadadía. Cambiar,sermejorconmigomismoycontodos. Perolaexperienciamedicequenopuedoesperargrandescambios.
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Estoydemasiadoacostumbradoaunestilodevida. Niyomismocreodemasiadoenmitransformación. Porotraparte, túsabescómomedejoarrastrarporlaagitacióndecadadía. Talvezporesonomeencuentrocasinuncacontigo. Túestásconmigoyyoandoperdidoenmilcosas. Sialmenostesintieracomomimejoramigo...esolocambiaríatodo. ¡Quéalegríasiyonotetuvieraesaespeciedetemor quenosédedóndebrota,peroquemedistanciatantodeti...! Señor,grababienenmicorazónquetúhaciamí sólopuedessentiramoryternura.Recuérdamedesdedentro quetúmeaceptastalcomosoy,conmimediocridadymipecado, yquemequieresinclusoaunquenocambie. Señor,semevapasandolavida,yaveces,pienso quemigranpecadoesnoterminardecreerentiyentuamor. Poreso,estanocheyonotepidocosas.Sóloquedespiertesmife, losuficienteparacreerquetúestássiemprecercaymeacompañas. Quealolargodeesteañonuevonomealejemuchodeti. Quesepaencontrarteenmissufrimientosymisalegrías. Entoncestalvezcambiaré.Seráunañonuevo. José Antonio Pagola
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AñoNuevo2013 Oración para el año nuevo:
Caminaré siempre en tu presencia por el camino de la vida. Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda. Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya. Caminaré a pie descalzo, con el único gozo de saber que eres mi tesoro. Toma mis manos, hazlas acogedoras. Toma mi corazón, hazlo ardiente. Toma mis pies, hazlos incansables. Toma mis ojos, hazlos transparentes. Toma mis horas grises, hazlas novedad. Hazte compañero inseparable de mis caídas y tribulaciones. Y enséñame a gozar en el camino de las pequeñas cosas que me regalas, sabiendo siempre ir más allá sin quedarme en las cunetas de los caminos. Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino. Toma mis mentiras, hazlas verdad. Toma mis muertes, hazlas vida. Toma mi pobreza, hazla tu riqueza. Toma mi obediencia, hazla tu gozo. Toma mi nada, haz lo que quieras. Toma mi familia, hazla tuya. Toma mis pecados. Toma mis faltas de amor, mis eternas omisiones, mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras. Camina, Señor, conmigo; acércate a mis pisadas. Hazme nuevo en la donación, alegre en la entrega, gozoso al dar la vida, al gastarme en tu servicio. Amén.
¡¡ Feliz 2013!!
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LaEpifaníadelSeñor Escuchemos la palabra (Ef, 3,2-3 . 5-6):
“SiesqueconocéislamisióndelagraciaqueDiosmeconcedióenordena vosotros:cómomefuecomunicadoporunarevelaciónelconocimientodelMisterio,talcomobrevementeacabodeexponeros.Misterioqueengeneracionespasadasnofuedadoaconoceraloshombres,comohasidoahorareveladoasussantos apóstolesyprofetasporelEspíritu:quelosgentilessoiscoherederos,miembrosdel mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio”.
Reflexión: Los mandamientos de un rey mago… ¡de los de verdad!
1. Amarás al niño Jesús, al niño de Belén sobre todos los demás presentes que, en estas fechas, pueden hacerte perder la cabeza, la cartera y, lo que es peor, el corazón. En este sentido, en lugar de oro, le agasajarás con tu amistad; en lugar de incienso, le regalarás tu cercanía; y en lugar de mirra, le ofrecerás tu tiempo. 2. No tomarás en vano la carta que el niño Jesús te ha escrito. Dedicarás unos minutos al día a su lectura y meditación, descubriendo los regalos que residen en su interior. Así podrás adquirirlos sin gastarte un euro y compartir con tus hermanos un sinfín de buenas noticias… ¿Te parece poco regalo? 3. Santificarás la fiesta de la Epifanía del Señor, haciéndote regalo para tus hermanos, manifestándoles tu amor, tu amistad, tu ayuda… 4. Honrarás a tus padres como se lo merecen. Recuerda que ellos fueron tus primeros Reyes Magos… Ha llegado la hora de devolverles todo lo que hicieron por ti en forma de presencia, de agradecimiento y de amor.
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5. No matarás el espíritu auténtico de la Navidad, en el que los auténticos regalos vienen sin envoltorio y “sospechosamente” no paran quietos. Y es que todos ellos proceden del Gran Regalo que, año tras año, sigue a los pies del árbol esperando que alguien se haga propietario del mismo. 6. No cometerás los mismos errores que las navidades pasadas. Este año regala actos puros: una sonrisa, unas horas de tu tiempo, una palabra amable, una reconciliación…, y si quieres y te atreves, el regalo estrella: 365 días de amor del bueno. 7. No robarás los regalos que, desde “la caja tonta” te ofrecen a todas las horas. Mira bien que todos tus obsequios lleven la misma denominación de origen: amor agradecido. Ah, y no se te olvide incluir la garantía: que el que los reciba pueda contar contigo todos los días de su vida. 8. No mentirás, ni al niño Jesús, ni a tus hermanos, ni a ti mismo, regalando ilusiones pasajeras, placeres mediocres o caprichos para salir del paso… Los regalos que hagas, que salgan del corazón (ah, y eso no se mide ni por el precio ni por la marca). 9. No consentirás que la estrella del Carrefour, del Corte Inglés, de Freixenet… te desvíen del niño Jesús. Déjate llevar por la auténtica estrella de la Navidad, la que te conducirá, eso sí, con escala en tus hermanos más necesitados, a la mismísima morada del Niño-Dios. 10. No codiciarás los regalos de otros “reyes de pacotilla” que se patean decenas de tiendas y centros comerciales en busca de presentes que dejan el bolsillo vacío y el corazón desolado. José María Escudero
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Misnotasparaesteadviento
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