movible resistencia a la tentación con estas palabras: Oid’ ho theleis, syka theleis —Yo ya sé lo que quieres: ¡tú quieres higos! Como comenta Erasmo, este dicho vale para todos aquellos que, por segunda vez y contra su propia experien cia, son tenta ten tado doss a exponerse exp onerse al pe pelig ligro ro110. Pero años después de la primera utilización lirica del toto pos, pos, Goethe pudo conocer en carne y hueso la experiencia a cuya utilización metafórica parece tan afecto. Lo que llamará una historia de marineros y pescadores es en realidad una identificación secreta con el Ulises del episodio de las sire nas. De vuelta a Mesina desde Nápoles en mayo de 1787, Goethe sucumbió no a una violenta tormenta -como algu Adagiost st II, 3,2: «De his, qui denuo sollicitanmr ad su10 Erasmo, Adagio beun be undu dum m periculum». periculum ». M. Hecker Hec ker {Ein unbekanntes Goetisches Gedicht, en «Goethe-jahrbuch», n.f., III 3, 1938, 227-232) supone como fuen Adagio io,, etproverbia etpro verbia de Andreas Schott te de Goethe para este dicho los Adag (Amsterdam, 1612). Se hace referencia a ellos en su diario el 21 de mayo de 1797, por lo tanto demasiado tarde para la poesia compuesta en 1781, pues no hay otros indicios de que Goethe se haya ocupado de la recopilación de Schott. Por el contrario, Hecker pasa por alto el testimonio de familiaridad que consiste en la recomendación a Schiller dei 16 de diciembre de 1797 de procurarse los Adagios de Erasmo, que pueden puede n cons conseg egui uirs rsee fácilmente. Los Adagios Adagios se encontraron en la biblio teca de Goethe ( Goethes Bibliothek. Katalog , edición de H. Ruppert, Weimar, 1958, p. 209). Lo incomprensible que fué en efecto la alusión a los 'higos’ del adagio lo revela la perplejidad que llevó al primer edi tor de la poesia, en 1897, Philipp zu Eulenburg-Hertefeld, a leer, a pe sar de la claridad absoluta del manuscrito: «Zurück ins Meer, daswieder steigen wiü» («De vuelta al mar, que de nuevo quiere crecer») Feige genn (higos) por el verbo stei steige genn (crecer) (Sustitución del sustantivo Fei (N. del X). La posterior suposición de Hecker, según la cual sólo eí re encuentro del adagio en Schott habría recordado a Goethe la poesia de 1791, hasta entonces inédita, con su oscuro verso, animándole a reha cerla con el nombre de «Despedida», debe poder relacionarse también Adagios de Erasmo. En «Despedida» no encontramos al menos con los Adagios ya como fondo el voraz mar sino sólo la plácida «Schaukelkahn der süssen Torheit» (barca balanceante de la dulce locura) como vehículo de separación.