Chaplin “El gesto comienza donde acaba la palabra”

UNIVERSITAT JAUME I DE CASTELLÓ

Facultat de Ciències Humanes i Socials Grado en Comunicación Comunicación Audiovisual

El gesto comienza donde acaba la palabra Charles Spencer Chaplin

Curso 2014/2015 CA0915 Noviembre 2014 Profesor: Agustín Rubio Alcover Alumno: Sempere Iborra, Cristian 20483139Y

Charles Spencer Chaplin (1889  – 1977) nació en Inglaterra y su faceta más conocida es la de actor, con la que adquirió notable fama a través del cine mudo. En el momento de la escritura de este manifiesto, al que le sucedieron otros tantos (como el manifiesto de los cineastas soviéticos) se estaba viviendo un periodo de transición entre el cine mudo y el cine hablado. No es de extrañar que Charles Chaplin, siendo el maestro de la pantomima se manifestase en contra de una nueva forma de cine que incluiría diálogos: talkies  como él los llamaba. Había dedicado toda su vida a transmitir las emociones y a narrar historias al espectador a través de la mímica, y la aparición del cine hablado iba a atacar los cimientos de lo que él y sus antecesores habían construido: El cine mudo. Incluir la palabra en el cine haría perder la esencia del cine como medio de expresión visual destruyendo además sus dos elementos básicos, la belleza y el sex-appeal. ¿Por qué el cine debería ser hablado? Las emociones son mudas y que mejor manera que reproducirlas mediante la mímica en las imágenes ¿para que añadir palabras?, para eso ya tenemos el teatro. Con el cine hablado la belleza del silencio desaparece. Para Chaplin el film hablado se convierte en un sucedáneo del teatro, una mera copia. Sin embargo, no renunciaba al acompañamiento musical, que podría servir para introducir en la música a todo aquel que no hubiese tenido anteriormente la oportunidad de disfrutar de ella. La singularidad de transmitir al espectador mediante la mímica residía en que podía llegar hasta cualquier público fuera cual fuera su lugar de procedencia, puesto que el lenguaje mudo es universal y no entiende de idiomas, y Chaplin no creía que pudiese aportar mediante la palabra nada que no pudiese hacer mediante los gestos, a pesar de que años más tarde entonase posiblemente uno de los mejores discursos de la historia (el gran dictador ).Desde luego, si sus comedias eran capaces de seguir divirtiendo aun sin palabras, Chaplin podía sentirse merecidamente satisfecho.