LA TEORÍA DE LAS CLASES EN MARX Anthony Giddens 1. EL MODELO ABSTRACTO DE DOMINACIÓN DE CLASES El modelo abstracto de dominación de clases es un modelo dicotómico cuyo eje son las relaciones de propiedad y la consecuente división del trabajo. En esta división, en este modelo, existe una minoría de no productores que controlan los medios de producción y una mayoría de productores que no controlan los medios de producción y cuyo producto excedente es la fuente de subsistencia de los no productores. La «clase» así entendida se define por la relación entre los distintos grupos de individuos con los medios de producción. En el modelo abstracto las clases se conciben como basadas en relaciones de mutua dependencia y conflicto. En cuanto a la dependencia en este caso significa más que una mera dependencia material que supone una división del trabajo sino que ninguna clase puede escapar de esta relación sin perder su identidad como clase. Y aquí es donde se ve muy bien la influencia de la filosofía alemana clásica en los pensamientos de Marx, principalmente la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo. En este esquema planteado por Hegel existen dos sujetos que se enfrentan en una lucha a muerte por el reconocimiento y uno de ellos cede por el miedo a la muerte, por el deseo de conservar la vida el cual es humanizador. Sucede entonces una supresión dialéctica en donde el sujeto que ha cedido se le conserva la vida pero se le quita la autonomía, es decir, se convierte en esclavo, y el otro se convierte en amo. El amo es ocioso, consumidor, se dice que está petrificado en su dominio porque es estático y conservador, no cambia ni quiere que nada cambie. El esclavo en cambio es dinámico, es trabajador, y si bien trabaja para satisfacer las necesidades del amo es el único sujeto capaz de transformar la naturaleza, de reconocerse en el producto de su trabajo y llegar como dice Hegel a la autoconciencia de la libertad. Solamente el trabajo puede generar un desarrollo en la historia y por eso el esclavo es el único sujeto revolucionario. Volviendo a Marx, además de la dependencia el conflicto es inevitable porque sus intereses son mutuamente excluyentes. Las clases son inherentemente conflictivas porque sostienen un modelo dicotómico de explotadores y explotados. Ahora bien, si esto es tan evidente, tan visible, ¿cómo puede ser que los explotados no se revelen contra los explotadores? Marx lo explica diciendo que poseer los medios de producción, ostentar el poder económico, significa poseer el poder político poseen directa o indirectamente el Estado. La dominación económica está ligada a la dominación política. La clase dominante al ostentar el poder político tiene a su servicio todo un aparato ideológico que intenta legitimar y racionalizar la dominación, que crea en los oprimidos una falsa conciencia en donde el dominio de los opresores es legítimo y justo. Poseen el control del Estado. Dice Marx que “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época: o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante.”1 Ahora bien, Marx a partir de este modelo abstracto de dominación reconoce a lo largo de la historia distintos tipos de sociedades.
1 Marx
y Engels. The German Ideology (Londres, 1965), pág. 61.
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2. LOS MODELOS HISTÓRICOS DE DOMINACIÓN DE CLASE En las sociedades pre-clasistas existe un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. No existe la propiedad privada ni un Estado que legitime a los propietarios. La división del trabajo es más bien técnica. A principio son grupos nómades que cazan y recolectan sus propios alimentos. Luego se establecen comunidades agrícolas estables que comienzan a expandirse y a enfrentarse con otras comunidades en búsqueda de territorios y alimentos. Entre estas comunidades comienza un pequeño mercado de cambio fundamentalmente de de esclavos y otros artículos muy variados y aparece el uso de cierto tipo de moneda. En las sociedades antiguas (Marx centra su análisis en Roma pero también incluye a Grecia) se da un salto en el desarrollo de las fuerzas productivas. Las ciudades cuentan con grandes números de población en donde existen los hombres libres que creen que el trabajo es indigno y por lo tanto hay un gran número de esclavos que trabajan los campos para alimentar a la población y llevar adelante el desarrollo de estas grandes sociedades. Cuando estas grandes sociedades de desmoronan en principio internamente y finalmente con las invasiones bárbaras comienza a abolirse la esclavitud, se parcelan y venden las tierras y el cultivo en pequeña escala que caracteriza al nuevo tipo de sociedad que es la feudal. Aquí tenemos a los señores, dueños de las tierras, y a los siervos, campesinos en relación de dependencia que trabajaban las tierras y producen un excedente que es entregado a sus señores. Estas jerarquías sociales eran vista como algo natural, como algo determinado por la voluntad de Dios y por lo tanto incuestionable. En el feudalismo, la burguesía era una clase media, una clase de transición que tuvo un papel revolucionario porque desarma progresivamente el orden feudal instaurando un orden capitalista en donde el valor no está dado por la posesión de tierras sino por la posesión de capital. En el Manifiesto Comunista, Marx lo señala así: “Dondequiera que se instauró, echo por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas. Desgarró implacablemente los abigarrados lazos feudales que unían al hombre con sus superiores naturales y no dejó en pie más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que ni tiene entrañas. Echó por encima del santo temor de Dios, de la devoción mística y piadosa, del ardor caballeresco y la tímida melancolía del buen burgués, el jarro de agua helada de sus cálculos egoístas. Enterró la dignidad personal bajo el dinero, y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar. Sustituyó, para decirlo de una vez, un régimen de explotación velado por los cendales de las ilusiones policial y religiosas, por un régimen franco, descarado, directo, escueto, de explotación.” (pág 37)2 Finalmente llegamos al sistema que es contemporáneo a la obra de Marx, el sistema capitalista.
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Pensemos en el Descubrimiento de América y la Cincunnavegación de África. El capital se expande intercontinentalmente por el mar como un jarro de agua helada derramado sobre el sistema feudal.
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3. LA DOMINACIÓN DE CLASES EN EL CAPITALISMO En el Capitalismo los modos de producción han generado un salto imperioso, enorme, del desarrollo de las fuerzas productivas mediante la división cada vez más parcelaria del trabajo y la introducción de nuevas tecnologías. En este sistema tenemos dos clases antagónicas, por un lado, aquellos que poseen el control de los medios de producción, la burguesía, y por otro lado, aquellos que no poseen los medios de producción, el proletariado, y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo por un salario que les permita sobrevivir.3 Si bien esta clase social se integra por hombres jurídicamente libres, ya que no pertenecen a un amo como en las sociedades esclavistas, ni están atados a la tierra como en las sociedades feudales, al no poseer los medios de producción se puede decir que son esclavos asalariados. Sabemos que el Capitalismo es un sistema que sobrevive gracias a la producción y el intercambio de mercancías. En este sistema la fuerza del obrero es considerada una mercancía y como tal tiene un costo de producción (el salario) que es ni más ni menos que lo que el obrero necesita para vivir, producir y reproducirse. La diferencia entre este costo de producción y el valor total creado por el obrero en su jornada de trabajo es el origen la plusvalía y la fuente de la ganancia de los capitalistas. Para Marx este modo dicotómico se acrecienta fuertemente en el Capitalismo generando una polarización de las clases, esto es, que mientras que en un polo la clase dominante acumula riquezas, invierte capital, acumula riquezas, y así continuamente, en el otro polo, la clase del proletariado, acumula y acumula miserias, lo que Marx llama una «tesis de pauperización». Parecería que no hay escape, sin embargo, es a partir de esta situación de opresión que Marx le atribuye al proletariado su potencial revolucionario ya que al ser la capa más baja del sistema al querer levantarse no pueden destruir las otras capas. Marx estaba convencido de esto y escribe el Manifiesto Comunista para generar consciencia de clase y darle una identidad política al proletariado. Dice, Marx: “Los progresos de la industria, que tienen por cauce automático y espontáneo a la burguesía, imponen, en vez del aislamiento de los obreros por la concurrencia, su unión revolucionaria por la organización. Y así, al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre las que produce y se apropia lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables.” (pág 45)
3 Influencia
de Saint-Simon. Según él, la sociedad atraviesa por tres períodos: crecimiento, madurez y declive. Cada tipo de sociedad lleva consigo el “germen de su propia destrucción” generado por su propio desarrollo interno. Su lectura de época era que él estaba viviendo un momento de transición, en donde el feudalismo decadente no había sido del todo destruido y la sociedad industrial emergente no se había terminado de consolidar. En este contexto los conflictos de clase eran muy corrientes. Tal es así que SaintSimon identifica dos clases opuestas, por un lado, los industriels, una burguesía urbana que se enriquecía por sus bienes materiales, y por otro lado los parasitarios, aquellos que todavía querían mantener un orden feudal.
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