Serie: Escuela-ayllu 1. Eliza 1. Elizardo rdo Pérez Pé rez
Warisata. La escuela-ayllu
Elizard Eli zardo o Fére Férez z
WARISATA LA ESCUELA-AYLLU
ceres / hisbol
Portada: Creación de Warisata, Oleo de Carlos Salazar Mostajo, 1947.
Registro de Propiedad Intelectual N e 367 Ira. Edición, octubre 1962 2da. Edición, octubre 1992 © 1992 HISBOL / CERES Todos los derechos reservados D.L.: 4-1-641-92 Corrección y pie de fotos: Carlos Salazar Mostajo Fotos: Archivo de Carlos Salazar Mostajo Composición: Ivette Paz Fotomecánica: Hugo Pórcel Montaje: Adelio Laura Impresión: Félix Pérez Administración: Fabián Yaksic Distribución: Ricardo Rivas Pedidos: Distribuidora hisbol s.r.l. Calle Conchitas 524, Tel. 368327 Casilla 10296 La Paz-Bolivia Hecho en Talleres Gráficos hisbol La Paz, Bolivia
A mi esposa, esposa, Jael Oropeza, Oropeza, que compartió mis ideales y me acompañó en las luchas. A mis hijas, María Inés y María Victoria, en quienes vi renacer el porvenir. EL AUTOR
ÍNDICE
Prólogo a la primera edición ............................................................................ Prólogo a la segunda edición ............................................................................ Notas para la segunda edición .......................................................................... ¡Warisata mía! ..................................................................................................
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PRIMERA PARTE. TRADICIÓN I. La sociedad inkaica 1. Función de las masas indígenas en la Historia de Bolivia.- 2. El medio.- 3. El trabajo y el esfuerzo, fundamentos fundamentos del desarrollo imperial.4. Fundación del Imperio Inkaico.- 5. Religión.- 6. Organización económica.- 7. Formas de gobierno.- 8. Unidad del Imperio con los pue blos conquistados........................................................................................
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II. El ayllu 1. La célula social.- 2. La familia.- 3. El cooperativismo familiar. 4. For mas de propiedad y de aprovechamiento de la tierra.- El tupu.- La sayaña.- La aynoka.- El ganado.- La industria familiar.......... 41
II. La destrucción de educación indigenal 1. El enemigo en el Núcleo de Caiza.- 2. Los lobos como jueces.- 3. El fallo del "Tribunal".- 4. Recusación al Tribunal.- 5. Nuevo Tribunal res tablece la verdad.- 6. La muerte de Avelino Siñani.- 7. La destrucción * del Núcleo de Warisata.- 8. La destrucción de Casarabe.- 9. La des trucción de otros Núcleos.- 10. La Reforma Agraria y el estado actual de la educación indigenal.- 11. El caso de la "marca" de Llica.- 12. Un hombre en defensa de la escuela.- Biografía de Warisata ............................ 275
APÉNDICE
0 Warisata, libro de apostolado laico .................................................. .................................................. s Conferencia Conferen cia en la Universidad ........................................................... .................................................................... .........
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-IX
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PROLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN
Las luchas por la emancipa ción humana tuvieron en Warisata un momento de gran fulguración. No fue creada esta Escuela por un espíritu altruista o filantrópico, sino que nació como un instrumento de liberación en la lucha contra el régimen de la servidumbre, y como tal, despertó altos ideales lo mismo que profundos eticónos, y si inició en las indiadas potente eclosión eclosión social, movilizó también, también, por contraste, contraste, a todas todas las fuerzas fuerzas que les son hostiles. La Escuela de Warisata fue fundada el 2 de agosto de 1931 por Elizar-do Pérez y Avelino Siñani. Diez años más tarde la obra había sido salvajemente destrozada por la barbarie feudal, saqueadas las escuelas, perseguidos los maestros, escarnecidos los indios. Pero entretanto se había forjado en el país todo un movimiento ideológico alrededor del llamado problema del indio, el cual se sitúa desde entonces en sus verdader os alcances a lcances económi económicos, cos, sociales sociales y culturales. A una obra de esta clase clase le faltaba su historia, historia, y Pérez Pérez pudo, al cabo, esescribirla: estaba en deuda con los indios de Bolivia, a quienes tenía que de jar este relato, testimonio de una época heroica donde el despliegu e de energía y valor llegó a hazañosas altitudes. Este es un libro sencillo, aunque pleno de dramatismo, con el cual se aclara la génesis, desarrollo y destrucción de las escuelas indigenales bolivianas. No se trata de una obra | de pedagogía: mucho más que eso, es un documento de lucha, una requisitoria de sabor acremente humano, libro donde, veinte años después, se hace
PRIMERA PARTE TRADICIÓN
CAPITULO I LA SOCIEDAD INKAICA
L Función de las masas indígenas en la Historia de Bolivia Cuando se tiene por delante la tarea de educar masas de individuos pertenecientes a un estado de desarrollo primitivo, lo primero que el educador se pregunta es¿si tales grupos conservan vestigios de cultura ancestral, o si ya han perdido todo vínculo con su pasado históricoJSi haciendo prescin- ^ dencia de lo que constituye el cosmos indígena, se tratara de aplicar meto- ' dos de educación ideados para grupos que se desenvuelven dentro de siste- , mas económicos y sociales diferentes de los grupos aborígenes, se violentaría su mentalidad y se la colocaría en una situación de estupor. El análisis de estas cuestiones revela que las masas indígenas subsisten"^ como expresión social y colectiva y, por tanto, deben sobrevivir como ele- * mentos históricos. La economía moderna no puede menos que hallarse in- > fluenciada por su número y por su capacidad de producción. He aquí cómo pueblos puebl os con c on una u na pobla p oblación ción indíg indígena ena muy s uperi uperior or a la mesti m estiza za o blan blanca, ca, necesariamente tienen que desenvolverse bajo la influencia de los modos de vida de esa mayoría, que marcará su ritmo histórico. Por eso debe reconocerse que Bolivia, y otras naciones como ella, en tanto rio sean penetradas por la inmigración europea, europea, son naciones indias, sometidas a minorías
dades gentilicias gentilicias y territoriales, sobre cuya base se levantaron l evantaron las insti tuciones tuciones inkaicas.
5. Religión
7. Formas de gobierno ierno El sistema de gobierno era monárquico; el Inka era el jefe religioso, civil y militar del reino. Su régimen político fue el del socialismo soci alismo de estado, y el colectivismo su sistema de trabajo. Hay autores que lo califican de comu nista.
El origen divino del monarca dio a sus leyes un sentido místico míst ico a los ojos de sus gobernados. Su violación era considerada como sacrilegio castigado con la pena de muerte. De ahí por qué el pueblo acataba las leyes l eyes que venían a constituir una poderosa fuerza de sometimiento por su carácter religioso. En todas las tribus tri bus asimiladas se implantó el culto al Sol, con carácter general y obligatorio, aunque se permitió el ejercicio de la idolatría cuando no afectaba a la moral o a las buenas costumbres. El pueblo, que conforme a su condición más o menos primitiva, adoraba a las huacas (todo elemen to natural que se distinguía dist inguía de los demás de su especie) especi e) en una manifesta ción de su espíritu panteísta, panteí sta, encontró encontr ó en el culto al Sol una forma de agradecer los evidentes beneficios que recibía la nueva organización social, quedando persuadido del origen divino de sus monarcas. No obstante el sabeísmo del pueblo indio, encontramos que la élite concibió, en oposición a este materialismo materialis mo primitivo, la existencia de un Ser Supremo, abstracto, al que se denominaba Pachacamac; lo que demuestra el grado de evolución espiritual alcanzado por la clase gobernante.
6. Organización económica El Inka sentó con verdadera sabiduría las bases de la organización económica mediante la introducción int roducción de nuevos sistemas de cultivo, cult ivo, ampliando las superficies de tierras cultivables con la construcción dé plataformas o tacanas que llegaron ll egaron a cubrir montañas enteras; enseñó a construir acequias y muros de contención; implantó industrias industri as para la fabricación de calzados {usutas), sombreros, utensilios de labranza, armas, objetos de uso doméstico; enseñó a tallar la piedra, aunque tal arte ya hubiera sido desarrollado anteriormente; abrió caminos, levantó edificios destinados al culto y a la administración; inculcó nuevos hábitos de vida, estableció formas de concurrencia colectiva a los trabajos, etc. Durante los primeros años no se planeó pl aneó la forma de distribución de la tierra. Tanto ella como su usufructuó favorecían al culto, al Estado y al pueblo. Los rebaños estaban es taban entregados a la l a responsabilidad responsabili dad y al cui dado de sus mismos subditos, encargados también de recoger todo el ganado, sin dueño, compuesto por llamas, alpacas y vicuñas dispersas en las sierras. La Coya, además de enseñar a las mujeres el hilado y el tejido, las preparó en todos los quehaceres relacionados con su sexo; echando, de este modo, las bases de la industria familiar con el aprovachamiento de materias primas vegetales y animales. La más importante de estas est as ocupaciones fue el tejido de lana de alpaca, de vicuña, de llama y de fibras de algodón, industria en la cual alcanzaron un extraordinario desarrollo.
El Inka designó gobernadores que lo representaban en los pueblos con quistados, a quienes debían servir y defender procurando la paz y la tran quilidad, respetando sus costumbres y eliminando solamente aquello que fuera en desmedro de la salud física y espiritual del pueblo. puebl o. Manco Kápac instituyó el matrimonio obligatorio e indisoluble. La poli gamia podía ser ejercida únicamente por el soberano y por los jerarcas, jerarcas , como una necesidad política y social. social . El adulterio adult erio era castigado con la pena de muerte. Los matrimonios debían realizarse a partir de los veinte años entre miembros del mismo grupo para mantener el linaje. La élite que acompañaba al monarca estuvo constituida probablemente por sus compañeros de migración, que formarían un ayllu o clan; se le asignaron privilegios especiales y altas jerarquías, y a ella podían llegar los individuos de abajo por sus méritos o servicios especiales. Paralela mente a la formación de esta élite, el grupo social que había llegado lle gado a la exogamia a través de sucesivas generaciones, volvió a las formas endogámicas para constituir el ayllu imperial, cuya pureza debía ser celosa mente conservada. El monarca vestía típica y finísima vestimenta de lana; además de la borla imperial llevaba tres divisas: el llautu, trenza multicolor como de un centímetro de ancho que rodeaba la cabeza cuatro o cinco veces quedando a manera de guirnalda; el corte de pelo ("el trasquilarse" le llama ll ama Garcilaso) y las orejas perforadas. Sus colaboradores, como privilegio de casta, usaban el llautu, no polícromo como el suyo, sino si no negro. Más tarde se les concedió el corte de cabello en diferentes formas y tamaños tamaños según la fami lia o el ayllu; y por último, al correr del tiempo, les dio la última insignia de su realeza representada represent ada por el agujero en la oreja, cuyo diámetro debía ser no mayor de la mitad del que usaba él. Todos estos signos permitían establecer diferencias y jerarquías y señalaban a las personas o familias que se habían distinguido en la función pública. Poco antes de su muerte, Manco Kápac concedió a la élite el último últ imo privilegio, que era el de llamarse inkas, nombre y jerarquía jerar quía vitalicios vitalici os y hereditarios, hereditari os, con el cual pasaron a la historia como los "inkas de privilegio", distintos de los inkas de estirpe o de sangre categorizados en primer lugar. La pareja imperial, imperial, según la tradición, dedicó especial cuidado a la ta rea de educar al pueblo; no solamente supo organizar el país sino que formó un tipo de hombre capaz de realizar las finalidades trascendentes tra scendentes y sagradas del Imperio asegurándole su permanencia y estabilidad. Los ob jetiv jetivos os de la edu educa caci ción ón seña señala lado dos s por por Man Manco co Kápac ápac pod podrían rían sint sintet etiz izar arse se así: Hacer del indio indi o una personalidad capacitada para atender a sus pro pias necesidades y a las de la comunidad, dándole fortaleza física y espiri tual; prepararlo como buen soldado para la guerra y como elemento disci plinado y esforzado en el trabajo en tiempo de paz; hacer de él un agricultor eficiente; prepararlo en la técnica de la industria familiar; Í
CAPITULO III OTRAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN SOCIAL
1. La élite A pesar del carácter místico, divino, de que se rodeó el Inka, sus poderes no eran absolutos, pues que tenía a su lado a los amautas, gentes de conse jo que q ue realiza r ealizaban ban una suerte de Poder P oder Ejecuti Ejecutivo. vo. Los amauta amautas, s, salido salidoss de la casta privilegiada, eran verdaderos sabios y fueron ellos los que dieron impulso a una serie de conocimientos altamente desarrollados en el campo de la medicina, la cirugía, geometría, agropecuaria, estética, música, poesía, etc. Fueron, sin duda, los amautas amau tas los ingenieros que realizaron las maravillosas obras públicas que hoy nos causan tanto asombro: acueductos, caminos, fortalezas, templos. A los miembros de la élite se los llamaba "orejones", según la jerarquía creada por Manco Kápac. De ella salían los altos funcionarios religiosos, civiles y militares. Disponía de escuelas especiales, en las cuales, según Santa Clara y Toledo, se admitía también a los plebeyos mejor dotados, los que ascendían a "orejones" después de haber pasado por la prueba del huaracu. Este era un examen muy duro en el que se ponía a prueba las
no ha eliminado esas creencias: se ha incorporado a ellas, y en cierto modo, el catolicismo de las fiestas indígenas utiliza los elementos vernaculares con_profusión y riqueza, en visiones panteistas, de espléndido respeto a la naturaleza, donde el indio lo venera todo, con humildad y miedo, en una . praxis de ingenuo ing enuo materialismo, materialis mo, que qu e deviene devi ene a la vez en bondad bon dad y energía, energía , en la creencia en un destino y en la rebeldía constante. El espíritu del indio ha sobrevivido; misión de la escuela indigenal es darle nueva vitalidad, modernizarlo sin abandonar su tradición, civilizarlo sin destruir su vieja cultura ni sus instituciones. Sólo así cumplirá un papel histórico, salvando a uno de los pueblos más admirables del pasado, esencia y médula del porvenir de América.
Raúl Pérez, hermano de Elizardo, y sin duda su más eminente y valeroso colaborador. Raúl Pérez fue constructor del Núcleo de Caiza "D", en Potosí, más tarde Director de Warisata, y por último Director General de Educación Indigenal. Indigenal.
El ilustre musicólogo Antonio Gonzáles Bravo, autor del cancionero de la Escuela, una de las creaciones más excelsas de Warisata.
SEGUNDA PARTE CONSTRUCCIÓN