EL PROBLEMA DEL OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA. LA MULTIPLICIDAD DE ESCUELAS EN PSICOLOGÍA. LA UNIDAD COMO ILUSIÓN Y LAS CONTRADICCIONES COMO EFECTOS
L
os autores con los que trabajamos, Julián Marino, Eduardo Cosacov,
Dante Duero, Mariana Arcanio, Ariel Aybar y Carla Falaviena expuestos en el Capítulo II del Manual del Ciclo de Nivelación 2008, se suman al debate referente a la delimitación del campo de la psicología, y a la consecuente problemática para lograr un consenso sobre cuál es su objeto de estudio. Desarrollo
Según el autor Julián Marino, el objeto de estudio es una porción de realidad, constituida mediante una construcción social dentro del sentido humano, ya que es el resultado de diversas prácticas determinadas por los intereses de los agentes que integran los diferentes campos de la psicología, y por la posición que adquieren para sí. Dicha construcción es afectada por el devenir histórico, es decir que el objeto de estudio va cambiando y si se quiere, evolucionando, respondiendo a las necesidades de una época. También plantea que el objeto de estudio de la psicología proviene del origen de las palabras, y se refiere al estudio del alma; pero que hoy nos encontramos con sus herederos modernos (mente, inconsciente, sentimientos y todos sus derivados) que surgieron luego del acto inaugural de Wundt. El objeto de estudio de la psicología proviene de la una construcción constituida por la idea nominal y la idea praxiológica; la primer idea permite una comprensión superficial y generalizada de una ciencia, a través de la herencia histórica de las palabras, con lo que se crea una unidad institucional que engloba el “hacer” de los psicólogos, en una representación limitada ante la visión de la sociedad. Los métodos que la idea nominal utiliza son la filología, la etimología y la arqueología de las palabras. La segunda idea hace alusión a las prácticas utilizadas por los psicólogos, que colaboran en la producción de conceptos para reformular campos teóricos, y junto a procesos de inferencia, reformular la psicología.
Marino dice que esta idea (idea praxiológica) “hace estallar la unidad institucional”, porque detrás de esa visión reducida que tiene la sociedad, los psicólogos también responden a diversas necesidades con prácticas diversificadas, lo que permite otorgar a la psicología dominio en el marco institucional. El objeto de estudio varía debido a los diferentes posicionamientos de la disciplina, fundamento de las escuelas de la psicología; éstas se caracterizan por establecer cada una sus propios supuestos filosóficos (distintas concepciones de ser humano(; aproximaciones metodológicas (métodos a utilizar para estudiar dichas concepciones); y supuestos epistemológicos (estudian las bases del conocimiento científico). Estos supuestos y aproximaciones permiten organizar las unidades que se encuentran en una red semántica; Marino plantea que la función de ésta es definir las estrategias a utilizar en relación a un objeto de estudio. En una red semántica también se puede una diversificación de unidades, dependiendo del modo en que cada agente aborde el objeto de estudio. Al final del texto, Julián Marino habla de una pugna entre agentes que pretenden defender su particular, utilizando como base la argumentación, y convencidos de que su construcción de objeto de estudio es la acertada y la que predomina sobre los demás conceptos. Por eso expresa la frase “El objeto de estudio de la Psicología, desde la dimensión de la praxis, está atravesado por la situación de escuelas”; refiriéndose como escue la, al espacio multidimensional donde estos agentes interactúan.
A diferencia de este texto, que aborda a la psicología y su objeto de estudio desde el origen de la palabra; Arcanio, Aybar y Falaviena, nos introducen directamente a la problemática del objeto de estudio de la psicología como disciplina, y lo hace mediante el amplio interrogante “¿Qué es “eso” llamado psicología?”; a lo que responde que es imposible definirla en un término único, como consecuencia tanto de la pluralidad de escuelas, como de sus diversos objetos de estudio; que, como también plantea Marino, son delimitados dentro de cada escuela por diferentes supuestos epistemológicos, filosóficos y aproximaciones metodológicas que lo caracterizan. Asimismo esta pregunta nos lleva a múltiples intentos de respuestas, que dan cuenta de la psicología como una disciplina influenciada no sólo por los mencionados supuestos y aproximaciones, sino también por supuestos éticos, políticos y sociales, que lógicamente tienen influencia a la hora de producir conocimientos. Citando a Ageno, los autores nos
plantean que el objeto de estudio de la psicología, no sólo se encuentra en permanente cambio, sino también en una constante construcción. En relación a la falta de unidad en el campo de la psicología, surgen dos posiciones encontradas; por un lado nos encontramos con aquellos que plantean que la falta de un objeto definido y unificado, actúa como el principal obstáculo que impide a esta disciplina convertirse en ciencia; y por otro lado nos encontramos con los que sostenían que en realidad, ese carácter inconmesurable y no unívoco, es lo que caracteriza a las ciencias sociales, y en consecuencia, lo que definía a la psicología. Tomando estas posiciones diferentes una de la otra, los autores nos presentan el pensamiento de Kuhn y Follari, que define a las ciencias sociales como pre-paradigmáticas, para luego redefinirla como a-paradigmática, respectivamente. Para entender a qué se apunta con los mencionados términos, se nos hizo necesario en primer lugar, saber de qué hablamos cuando decimos “paradigma”. Según Kuhn, es el “conjunto de conceptos considerados por una comunidad científica durante un período específico de tiempo; cada paradigma es reemplazado por otro nuevo e incompatible, aportando respuestas a enigmas no resueltos por el anterior”. Conociendo este concepto, podemos entender entonces, que con pre-paradigma, Kuhn se refiere a la falta de un modelo aceptado íntegramente por una comunidad científica, pero dando posibilidad a que en algún momento exista un consenso, sin que la ciencia en cuestión deje de ser mientras tanto, una ciencia inmadura. Follari retomando lo expuesto por Kuhn, reemplaza esta idea planteando a las ciencias sociales como a-paradigmáticas, considerando que nunca habrá un acuerdo consensuado. En relación a la psicología, lo expuesto anteriormente se refleja en la ausencia de una gran comunidad científica regida por un paradigma; y se traduce en acuerdos en esa comunidad, pero no de la comunidad. Adentrándonos un poco más en la psicología en sí, podemos decir que en una línea de pensamiento muy similar en este sentido, por Julián Marino, Arcanio, Aybar y Falaviena, plantean que el objeto de estudio no puede ser considerado como algo dado, independiente del sujeto que lo investiga, y que se desarrolla al margen del conocimiento esperando simplemente ser descubierto; sino que va construyendo su propio objeto de estudio a medida que lleva a cabo el proceso de conocimiento. La psicología, según Ana Fernández, podría ser vista como un campo de problemáticas, debido a los conflictos y desacuerdos que la caracterizan; y desde
el punto de vista de Rose, el devenir histórico ya mencionado, que atraviesa a la psicología, se define a partir de “como el pasado opera en el presente y qué función tiene actualmente”. Es decir como la construcción de los objetos de estudio intervienen en el presente. Retomando la diversidad de escuelas, los autores hablan de las tres construcciones en torno al sujeto de la construcción del discurso de lo psicológico, en las que nos posiciona Rossi; tratando de que como alumnos ingresantes comprendamos que existen constantes discusiones epistemológicas que definen al sujeto de manera diferente, dependiendo ésta de la definición de psicología que se sostiene. Las construcciones que nos muestra el texto son: *La conciencia, tomada como objeto de estudio por el estructuralista Wundt, que decide estudiar fenómenos y procesos psicológicos básicos, utilizando como métodos la medición y la experimentación, con el fin de consagrar a la psicología como una ciencia. *La conducta, considerada por Watson como aquello observable y objetivamente comprobable; sostenía que la conducta empieza con un estímulo y termina con una respuesta. *El inconsciente de Freud, que sostiene que la conciencia es un órgano fragmentado, es decir que no puede manejar todas las cuestiones mentales. Plantea la existencia de los sueños, equivocaciones u actos fallidos como prueba de la no autonomía de la conciencia, dando cuenta de las formaciones del inconsciente.
En los textos trabajados, nos sólo nos encontramos con posturas encontradas, sino también con muchos aspectos que parecen unir a los autores bajo una misma línea de pensamiento, y con diversos e importantes aportes que cada uno de ellos realiza a este continuo, y al parecer, interminable debate.