ENFOQUES TEÓRICOS Y LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL PERÚ
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ENFOQUES TEÓRICOS Y LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL PERÚ
Dany Nori Ticahuanca Quispe
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ENFOQUES TEÓRICOS DE LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL PERÚ
Copyright / Derechos de Autor © Dany Nori Ticahuanca Quispe (Autora-Editora) (Francisco Mostajo 207, 4 de Octubre, Socabaya, Arequipa, Perú) E-mail:
[email protected] Teléfono: 0051 95 0805828 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Registro N° ISBN Primera Edición marzo 2016 Impreso en Arequipa – Perú Diseño, diagramación e Impresor: Jesús Noel Avendaño Callenova Impreso en el Taller Librería Junior Av. Venezuela N° 320 La Negrita - Arequipa Telefax: 054-222172 No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, sin el permiso previo y por escrito de la autora. Cita bibliográfica TICAHUANCA QUISPE, Dany Nori Enfoques teóricos y los conflictos sociales en el Perú. 1ra. ed. Impreso en el Taller Librería Junior, Arequipa - Perú, 2015. 134 Págs. Vol. 1 ENFOQUES TEÓRICOS / ENFOQUE HISTÓRICO / CONFLICTOS SOCIALES / PROTESTAS SOCIALES / PERÚ
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DEDICATORIA Dedico este libro a mis padres: Clemente y Carmen Rosa
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AGRADECIMIENTO Mi profundo agradecimiento a mi gran amigo Selman Cano Arostegui, por el apoyo y sugerencias constantes en la realización de este libro.
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ÍNDICE PRÓLOGO INTRODUCCIÓN ENFOQUES TEÓRICOS PARA LA INVESTIGACIÓN DE LOS CONFLICTOS SOCIALES 1.1. El Enfoque Sociológico Liberal 1.1.1. La Relación Estado – Sociedad 1.1.2. La Relación de Poder 1.1.3. Negación del Otro 1.2. El Enfoque Psicosocial 1.2.1. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de las Relaciones Sociales 1.2.2. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de las Representaciones Sociales 1.2.3. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de la Acción Colectiva
13 24 30 37 40 44 56
1.3. El Enfoque Histórico 1.3.1. Aspectos Políticos y Económicos 1.3.2. Aspectos Sociales y Culturales
49 61
1.4. Un Enfoque de Desarrollo basado en la dimensión Cultural
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LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL PERÚ 2.1. Contexto Latinoamericano 2.2. Los Conflictos Sociales en el Perú 2.3. Antecedentes Históricos y Tipología de los Conflictos Sociales en el Perú 2.4. Formas de Expresión 2.5. La Criminalización de las Protestas Sociales en el Perú BIBLIOGRAFÍA
81 93 100 110 118
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PROLOGO
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INTRODUCCIÓN
Las relaciones sociales entre los individuos se reproducen y se transforman, cuya estructuración nace de un acto hegemónico indisociable del poder, el cual produce en su interior diferencias, exclusiones que se naturalizan históricamente, pero que tienen el reverso de la contingencia. Estas contradicciones a lo largo de la historia han tomado varias denominaciones y dinámicas, siendo su objetivo cambiar la situación adversa que perciben algunos sectores de la población. En la actualidad estas contradicciones están siendo plasmadas a través de los conflictos sociales cuyo origen y dinámica son delimitados por la estructura de la sociedad donde se desenvuelven. Además estas acciones sociales son medios por las cuales expresan necesidades insatisfechas, exigen respuestas y luchan por el reconocimiento político de su organización. Por otra parte la trayectoria y dinámica de los conflictos sociales es cambiante, pues sus demandas y actores han variado, para el caso del Perú los conflictos sociales giran en torno de las necesidades económicas y sociales insatisfechas, planteándose a través de sus acciones respuestas a sus necesidades. El reconocimiento de estas necesidades es un primer paso para la prevención de los conflictos sociales, donde el Estado juega un papel importante en su prevención, pues su acción e inacción pueden desenlazar situaciones conflictivas, si no son tratadas adecuadamente y oportunamente. Este inadecuado manejo de las expectativas y necesidades ha determinado la dinámica confrontacional de los conflictos sociales, ejecutándose acciones como huelgas, marchas, motines, movilizaciones, tomas de instalaciones, paros, revueltas, bloqueos de carreteras, con el objetivo de presionar a alguna instancia pública
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(presidente, gobierno central, gobiernos locales) o privada (empresarios, asociación o empresa particular) a la que consideran responsable de su insatisfacción de sus necesidades. Asimismo en la actualidad los conflictos sociales están siendo influenciados por la dinámica del crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos años, cuya percepción de este crecimiento es diferente y antagónico en los diversos sectores de la población, por ejemplo en las zonas rurales o periurbanas, vemos por un lado, grandes expectativas de inclusión y progreso económico y, por el otro, mucho temor con respecto al impacto negativo que las industrias extractivas podrían ejercer sobre su forma de vida, sus tradiciones, sus recursos naturales y sobre el medio ambiente en el que habitan. Igualmente el cuestionamiento del modelo neoliberal no solo de centra en sus bases económicas, sino también como este modelo económico afecta a la democracia, pues hay una incongruencia entre sus bases ideológicas, sus acciones con las condiciones socioeconómicas que se muestran contrarias a los discursos de igualdad, libertad, justicia. Por lo que se ha llegado a suponer que será imposible una plena vigencia de la democracia en condiciones socioeconómicas desiguales, injustas para una mayoría de la población. Por otra ante la estrategia de la confrontación antes que la persuasión, el Estado ha intentado desarticular estas protestas a través de su criminalización, con el objetivo de combatirla, debilitarla o desorganizarla. Esto solo ha deslegitimado al gobierno ante la población, sino también ha fortalecido la percepción de una débil democracia, pues solo muestra garantías para una democracia representativa, más no participativa. Asimismo hay la percepción de un Estado ajeno, ausente y autoritario al momento no solo de aplicar
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sus políticas, sino también al momento de reprimir los conflictos sociales. Esta represión en muchos casos ha mostrado los prejuicios sociales, culturales, raciales que aún persisten en la sociedad. La autora.
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1. ENFOQUES TEÓRICOS PARA LA INVESTIGACIÓN DE LOS CONFLICTOS SOCIALES
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Los conflictos sociales están siendo abordados por diversos enfoques interdisciplinarios de las ciencias sociales, cómo la sociología, psicología social, ciencia política, etc. cuyo objeto de estudio puede girar en torno a una temática macro-social, micro-social, objetiva, subjetiva, individual o grupal; todos estos aspectos se encuentran interrelacionados con la estructura social, económica, política y cultural de la sociedad; lo que ha permitido tener una mayor perspectiva del origen, dinámica y efectos de los conflictos sociales. Asimismo los conceptos como: las acciones colectivas, protestas sociales, movimientos sociales han sido denominadas en varias investigaciones como sinónimos en la conceptualización del conflicto social, por lo que no hay una clara delimitación conceptual entre estos términos, pero lo cierto es que tienen en común su origen a partir de las necesidades de la población. Por esta razón asumiremos estos conceptos como componentes del conflicto social, porque una acción colectiva puede asumir como estrategia la protesta social, y ésta a la vez denominarse movimiento social; pero cada uno de estos conceptos tiene sus peculiaridades que los delimitan y los diferencian. A continuación describiremos los diversos enfoques interdisciplinarios por los cuales han sido abordados los conflictos sociales, como el enfoque sociológico y psicosocial, que nos brindará alcances para una mejor comprensión de su naturaleza. Asimismo describiremos aspectos predominates de nuestra economía y política, y como éstas influyen en las relaciones sociales entre los diversos sectores de nuestra sociedad.
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1.5. EL ENFOQUE SOCIOLÓGICO LIBERAL Tiene como exponentes a Georg Simmel, Ralf Dahrendorf, George B. Vold y otros, quienes recibieron una fuerte influencia del marxismo, pero tuvieron puntos de diferencia; pues consideraban que la sociedad ciertamente se encuentra estratificada en clases sociales, pero que la clase de conflictos de los que se ocupó de estudiar Marx en los siglos XVIII y XIX obtuvieron un lugar protagónico; pero en el siglo XX la categoría de clase social resultaba demasiado general para ser útil en el análisis social. Esto significa que muchos conflictos no tenían como referente una clase social, sino que era otro el factor que los caracterizaba o que servía para la agrupación de los actores sociales. Por eso los conflictualistas liberales emplean la categoría de grupo social para identificar las partes que se encuentran envueltas en un conflicto. “La idea de una disputa sugiere siempre que hay dos partes contrarias que se enfrentan por algo, y la categoría de clase o de grupo sirve para entender quiénes son los actores de la confrontación. De allí la importancia de dilucidar cuál es la categoría teórica más útil para los estudios sociológicos. Empero, la noción de grupo, que tiene una escala más micro y por ello más comprensiva, no significa que en las sociedades no haya clases sociales o, inclusive, conflictos entre ellas.”1 Por otro lado hay otra diferencia con la teoría marxista, referente a las causas de los conflictos sociales, que de acuerdo a esta teoría la base de todo conflicto es económico. En cambio la teoría sociológica liberal concurren una pluralidad de aspectos: políticos, sociales, culturales, económicos o de la personalidad, con distintos grados y alcances.
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Ibarra, P. (1998). Los movimientos sociales: transformaciones políticas y cambios culturales. Madrid: Trotta. p. 56.
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No obstante ante estas diferencias, el conflictualismo liberal se apoya en gran medida en varias tesis de la teoría marxista del conflicto, como los postulados referidos al papel desempeñado por el conflicto como: motor del cambio, de progreso social, la naturaleza conflictiva de la sociedad, la influencia del contexto social sobre la consciencia de las personas, la continuidad del conflicto en sociedades en permanente transformación; todos estos postulados hacen parte del legado de la teoría marxista a la teoría sociológica liberal. Considerando estas similitudes y diferencias la teoría sociológica liberal sostiene que son varios los factores que determinan el origen de los conflictos sociales, como la relación del Estado y la sociedad, las relaciones de poder y la negación del otro, estos factores intervienen en el desarrollo de la conflictividad de una determinada sociedad. 1.5.1. La Relación Estado – Sociedad Para comenzar toda interacción humana tanto en el terreno político y económico tiene un carácter social; pero, es el aspecto económico quien condiciona este carácter. Según Carlos Marx: “Detrás de la relación política y social subyace el interés económico de los individuos, es el que orienta su accionar, su racionalidad económica está por encima de su racionalidad política y social. Los individuos cuando interactúan con otros, dada su racionalidad económica tratan de alcanzar el máximo nivel de bienestar individual, a través de mayores niveles de bienestar económico.” 2 Esta teoría explica que el bienestar colectivo, puede subyacer ante el bienestar individual, este tipo de dinámica afecta de manera negativa a una mayoría de individuos, porque no todos tienen las mismas 2
Marx, K. (1995). El capital. Mexico: Fondo de cultura económica. p. 169.
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condiciones económicas para alcanzar el máximo nivel de bienestar. Por esta razón para alcanzar el bienestar colectivo es importante la intervención de varios actores, como el Estado cuyo papel es de ente regulador del sistema económico y político, lo que influye en las relaciones sociales de los diversos sectores de la población. Por otra parte estas relaciones sociales no son igualitarias entre los diversos sectores sociales, al contrario son complejas pueden ser desiguales y contradictorias, es ahí la importancia de la intervención del Estado para regular estas relaciones de forma equitativa, de acuerdo a las necesidades de la mayoría de la población. “El Estado (gobierno) con la suficiente autoridad fija las reglas institucionales, bajo las cuales deben interactuar los individuos. Los desacuerdos y conflictos tienden a surgir no sólo en el proceso de la interacción misma, sino también en la distribución de los recursos que genera o dispone la sociedad.” 3 Es por ello que la regulación del Estado a través de leyes, normas, reglamentos, instituciones debe garantizar el bienestar común de la mayoría de la población. Para el caso del Estado peruano, es garante del cumplimiento de la ley y se encarga de velar por el bienestar de la ciudadanía. Según la Constitución en su artículo 44º le asigna funciones como: “…garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, proteger a la población de las amenazas contra su seguridad y promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación”. 4 Sin embargo esta garantía está lejos de la realidad, el Estado no goza de la confianza de la mayoría de la población al contrario se ha acentuado la percepción de inacción o acción por parte del Estado en desmedro de las mayorías. Esta percepción ha fomentado 3
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León Mendoza, J. (V). ¿Cuál es el rol del Estado ? (UNMSM, Ed.) Facultad de Ciencias Económicas(15). p. 3 Estado Peruano. (1993). Constitución del Perú. Perú.
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descontentos, inequidad, exclusión, originando conflictos sociales con mayores niveles de radicalidad lo que está afectando la legitimidad del régimen institucional. Pues el Estado ha pretendido en algunas ocasiones desconocer el derecho a la protesta pacífica, que está legitimada por ser derechos políticos universales reconocidos por diversas instituciones internacionales como la libertad de reunión, de expresión y de asociación, estos derechos políticos legitiman la participación política de los ciudadanos. Así lo señala Daniel Zovatto “…los derechos políticos constituyen: una relación entre el ciudadano y el Estado, un diálogo entre gobernantes y gobernados. Representan, en suma los instrumentos que posee el ciudadano para participar en la vida pública, o si se quiere, el poder político con el que cuenta este, para participar, configurar y decidir en la vida política del Estado.” 5 De igual manera la constitución peruana ratifica estoa derechos políticos, como el artículo 2, inciso 12 de la vigente Constitución Política: “Toda persona tiene derecho: …A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos probados de seguridad o de sanidad pública”. 6
5
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Zovatto, D. (1998). Derechos políticos como derechos humanos. México: DIETER NOHLEN. p. 32. Estado Peruano. (1993). Constitución del Perú. Perú.
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Además el Tribunal Constitucional peruano, considera que el derecho de reunión está protegido constitucionalmente, y lo distingue de aquellas meras aglomeraciones casuales de individuos: “…la intención de quienes se congregan, tiene un objetivo común. En tal sentido, considera ejemplos del ejercicio del derecho de reunión: el encuentro de los miembros sindicalizados para protestar por un hacer o no hacer de su empleador o empleadores, las marchas de los colectivos a quienes une el sentimiento de repudio frente a una medida adoptada por un poder público, los mítines coordinados por las agrupaciones políticas, etcétera. Este ejercicio del derecho, tiene como única condición que sea de carácter pacífico.” 7 Como vemos las protestas sociales es parte del ejercicio de los derechos políticos que el Estado ha pretendido desconocer en algunos casos, lo que aumenta su responsabilidad en el origen de los conflictos sociales. Pues al tener responsabilidad de la regulación del sector económico ha generado contradicciones en torno a la función del Estado como ente regulador y fiscalizador en el origen, tratamiento y resolución de los conflictos sociales. De acuerdo a estas funciones se puede resumir la responsabilidad del Estado: Primero: Tiene responsabilidad de las condiciones sociales, económicas, políticas en las cuales se desarrollan los conflictos sociales, pues es responsable de la regulación de la economía la cual debe redistribuir igualdad entre los diversos grupos sociales; asimismo debe garantizar la plena vigencia de los derechos fundamentales del ciudadano, y debe ser fiscalizador de los acuerdos entre actores privados y sociales. La omisión de esta responsabilidad da origen al cuestionamiento de algunas iniciativas del gobierno o su 7
Salcedo Cuadros, C. (24 de enero de 2014). El derecho constitucional de reunión y la protesta social. Gaceta constitucional(19), 86,87.
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inacción del mismo, a través de mecanismos de protestas pacíficas o violentas. Segundo: El Estado es responsable del “tratamiento de los conflictos sociales a través del diálogo y la negociación. Tendrá que estar preparado para prevenir y solucionar los mismos; pues muchos conflictos tienden a escalar por falta de marcos institucionales capaces de ofrecer plataformas de diálogo y negociación; un Estado que no da respuesta a estas demandas es el principal factor que multiplica conflictos y que exacerba la violencia. Ciertamente, no pretendemos negar o pasar por alto que muchas veces los gobiernos, entre ellos el peruano, han pretendido desconocer el legítimo derecho a la protesta social pacífica y han emprendido acciones represivas de manera indiscriminada.”8 Esta doble responsabilidad del Estado hace compleja su intervención en el tratamiento y resolución de los diversos conflictos sociales del país, que de acuerdo a la temática de sus demandas recaen en primer lugar bajo la competencia del Gobierno Nacional, en segundo lugar el Gobierno Regional y, por último los gobiernos locales (provinciales o distritales). 9 Así lo demuestra el siguiente cuadro:
Cuadro N°1.1 8
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Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. pp.143. Defensoría del Pueblo, A. p. (2013). Reporte de Conflictos Sociales. Perú.
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COMPETENCIAS DE LAS AUTORIDADES AÑO 2013 Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Set
Oct
Nov
Dic
143
143
144
149
145
141
144
140
140
135
135
131
Gobierno regional 47
50
50
51
50
50
51
52
51
52
51
51
Gobierno local
22
21
20
20
19
19
19
19
20
20
20
20
Poder judicial
2
3
4
4
5
5
5
6
6
6
8
7
Poder legislativo
1
1
2
2
2
4
4
4
4
4
4
4
Org. Const. Autónomo
5
4
4
3
4
4
2
2
2
3
3
3
Gobierno Nacional
Fuente: Reporte de Conflictos Sociales. Adjuntía para la prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad. Defensoría del Pueblo. 2013.
Estos datos muestran que el gobierno nacional tiene mayor competencia en la resolución de los conflictos sociales, esto puede deberse por la mayor responsabilidad en la regulación del sistema económico y político; por lo tanto el papel del Estado es decisivo en el origen, trayectoria y resolución de los mismos. Por otra parte hay una carencia en el tratamiento de los conflictos sociales de acuerdo a los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local), por lo que restringe un adecuado tratamiento de los mismos; esta deficiencia se refleja por ejemplo en los altos índices de desconfianza por parte de la población en el cumplimiento de las actas de negociación que suscriben con el Estado. Estas actas tienen diferentes percepciones, tanto para el Estado como para la población, por ejemplo para el caso del Estado es el final de un conflicto social; en cambio para los actores es el comienzo de la solución de sus demandas. Considerando estos aspectos los diálogos de negociación entre el Estado, las empresas privadas y la población tienen las siguientes características:
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a. “El uso del diálogo como una estrategia para ganar tiempo y consolidar una posición de fuerza. b. La práctica del diálogo sin convicción y sin arte en manos de un Estado que suele llegar a dialogar después de la violencia. c. Un diálogo desigual que atrae a una de las partes hacia un terreno disparejo, en el que sus recursos informativos, económicos. políticos no serán suficientes para una negociación equilibrada; d. El ejercicio del diálogo, en contextos de presión y violencia, que interfiere en la racionalidad de las decisiones. e. El diálogo que concluye con un acta que no se cumple”.10 Como vemos, las condiciones en las que se realiza las negociaciones no garantizan la resolución de los conflictos sociales, pues tienen diferentes percepciones e importancia entre los participantes, lo que implica una negociación con poca transparencia afectando la imagen del Estado frente a la población. Pero no solo estas diversas percepciones afectan el adecuado tratamiento de los conflictos sociales, sino también la insuficiente cultura del diálogo, la tolerancia, el respeto a la ley, el reconocimiento del otro; estos aspectos no se encuentran fuertemente arraigados en la conciencia de la población, ni en las autoridades; por lo que cuesta trabajo lograr una disposición adecuada de escuchar a los otros y a entender sus razones. Pero a pesar de estas limitaciones, el Estado ha instaurado instituciones para el tratamiento adecuado de los conflictos sociales, como por ejemplo la creación de la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales mediante Decreto Supremo Nº 010-2010-PCM, de fecha 18 10
Huamán Velasquez, I. (2012). Medios de Comunicación en Conflictos socioambientales: tratamiento periodístico del conflicto socio-ambiental Quellaveco. Recuperado el 3 de abril de 2014, de //tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/1657 p.34.
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de enero del 2010. Este órgano especializado dependiente de la Secretaría de Coordinación de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), está encargado de dirigir el proceso de gestión de conflictos sociales en todos los niveles de gobierno y en todo el ámbito nacional. Posteriormente en el año 2012, en reemplazo de la oficina anterior, surge la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad (ONDS), la misma que actualmente se encarga de abordar los conflictos con un enfoque innovador, basado en el diálogo y la solución pacífica de los mismos, el cual además pretende anticiparse a los problemas, poniendo énfasis en las labores de prevención y comprensión de las causas de fondo de la conflictividad y diseñar a partir de ello, las estrategias adecuadas para el tratamiento de los conflictos sociales en nuestro país. Asimismo la ONDS apela a estrategias de carácter integral e intersectorial, coordinando y armonizando las intervenciones de distintos sectores, orientadas a la creación de acuerdos y consensos; transformando pacíficamente los conflictos en oportunidades para el desarrollo y estableciendo mecanismos que permitan darle sostenibilidad a los compromisos pactados. Con ese fin, este órgano de línea adscrito a la PCM asumió funciones específicas para diseñar, formular y proponer: “Lineamientos y estrategias para realizar acciones de prevención, gestión y resolución de conflictos sociales en los tres niveles de gobierno. Mecanismos de gestión de información para los conflictos sociales. Programas de fortalecimiento de capacidades en materias de prevención, gestión y resolución de conflictos sociales, dirigidos a los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y Sectores del Poder Ejecutivo, en coordinación con las áreas competentes por ejemplo Ministerio de Educación.
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Mecanismos de coordinación y articulación con las entidades públicas, en todos los niveles de Gobierno, así como con los actores de la sociedad civil que se requieran, a efectos de prevenir o resolver conflictos sociales.” 11 Además la ONDS no es la única institución que intervienen en el tratamiento de los conflictos sociales, también la Defensoría del Pueblo, órgano constitucional autónomo creado por la Constitución de 1993, cuya misión es proteger los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad; supervisando el cumplimiento de los deberes de la administración del Estado y la prestación de los servicios públicos a la población. Este órgano tiene una Adjuntía para la Prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad, cuya función es contribuir a la solución pacífica de los conflictos sociales y elaborar reportes mensuales sobre el estado de los conflictos sociales en el Perú. Hasta hace poco, los Reportes mensuales de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo fueron prácticamente los únicos que circulaban en el país como fuente de información de la conflictividad en el Perú, los cuales han servido para evidenciar el número, la ubicación y las demandas de los actores de cada conflicto social. Como vemos, el Estado peruano está tratando de manejar institucionalmente los conflictos sociales a través de estas entidades, canalizándose su prevención y solución de los mismos. Esta iniciativa puede interpretarse como el reconocimiento de las protestas sociales como nuevas vías de participación política. “El reconocimiento del derecho de la protesta social dependerá de la respuesta que se dé a la pregunta acerca de si un Estado de derecho debe aceptar 11
Huamán Velasquez, I. (2012). Medios de Comunicación en Conflictos socioambientales: tratamiento periodístico del conflicto socio-ambiental Quellaveco. Recuperado el 3 de abril de 2014, de //tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/1657 p. 14
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reclamos por vía no institucional. Cabe entender que debe optarse por la negativa en el caso de un Estado de derecho perfecto: habiendo vías institucionales para reclamar derechos, no es admisible optar por las no institucionales. Pero lo cierto es que no existen Estados de derecho perfectos, y ninguno de los Estados de derecho históricos o reales pone a disposición de sus habitantes, en igual medida, todas las vías institucionales y eficaces para lograr la efectividad de todos los derechos.”12 Pero este reconocimiento de las protestas sociales no es del todo aceptado por parte del estado, al contrario ha mostrado en algunos casos un rechazo frente a las mismas. Algunos gobiernos de turno han considerado a las protestas sociales como actos manipulados con el único fin de desestabilizar al gobierno, esta percepción ha conllevado a la criminalización de la misma en forma arbitraria, originándose enfrentamientos entre la población y el Estado; lo que conlleva a desestabilizar gobiernos de turno, profundizar la desconfianza hacia el Estado y una débil gobernabilidad, perjudicando una plena vigencia de modelo democrático. “Complot de grupos radicales, que buscaban crear zozobra y poner en jaque al gobierno, manipulando las demandas de la población. La conclusión lógica de esta manera de enfocar el conflicto fue fundamentalmente una salida represiva a la situación, lo que también influyó en la aplicación de normas para la criminalización de la protesta. Los conflictos como fruto de una suerte de conspiración, desafortunadamente esta óptica ha primado durante buena parte de los años anteriores y, desde luego, sigue estando presente en la
12
Bertoni, E. (10 de marzo de 2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 20.
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actuación de algunas autoridades y funcionarios públicos.” 13 Finalmente vemos que el Estado tiene doble responsabilidad no solo como ente regulador de los factores externos que intervienen en el origen, trayectoria de los conflictos sociales, sino también en el tratamiento y resolución de los mismos. 1.5.2. La Relación de Poder “La política es el arte de lo posible, lo posible está condicionado por el conflicto, el conflicto es el lugar donde se determina lo posible en política y el espacio donde se define y redefine qué es la política. Asimismo, el concepto de “política” no es ajeno a cómo se lo entiende y al modo en que funcionan las relaciones de poder.” 14 El poder es la capacidad de una persona para influir en las decisiones, acciones y percepciones de los demás; esta capacidad se refleja en las relaciones de poder entre los diversos sectores de la población, que junto a las condiciones sociales, económicas y políticas determinan sus características. “La importancia y el atractivo de la idea del Estado moderno residen en la noción de un sistema de poder circunscrito cuyo cometido es respaldar un conjunto específico de regulaciones y controles que se impone a gobernantes y gobernados por igual. A los gobiernos se les confían las capacidades del Estado en la medida en que mantengan el imperio de la ley. La igualdad de todas las personas ante la ley, y la protección de todos 13
14
Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad. (2014). Informe de diferencias, controversias y conflictos sociales. Perú: Willanqniki. p. 4. Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p. 31.
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los súbditos del uso arbitrario de la autoridad política y el poder coercitivo, son condiciones sine qua non. Si bien es la carga que los individuos deben soportar para asegurar sus propios fines, el Estado también es la base sobre la cual es posible salvaguardar sus derechos y libertades equivalentes. El atractivo del Estado se encuentra, en pocas palabras, en la promesa de una comunidad gobernada por un marco equitativo un marco que, en principio, es igualmente restrictivo y habilitante para todos sus miembros.”15 Por lo tanto el Estado tiene responsabilidad en la delimitación de las relaciones de poder a través de su intervención en la regulación del sistema económico, las cuales determinarán las condiciones sociales, económicas y políticas de los diversos grupos sociales. Esta intervención influirá en la desigualdad o igualdad que pueda predominar, lo que originará contradicciones entre el Estado y los sectores que resulten afectados. “Cuando hablamos de poder entendemos básicamente un conjunto de relaciones sociales complejas donde operan hegemonías, asimetrías, distorsiones e intereses diversos, muchas veces contrapuestos, que generan conflicto, colaboración, alianzas o rupturas”.16 Por otra parte existe la percepción de la alianza entre el Estado y los grupos hegemónicos, pues considera la población que el Estado está al servicio de una minoría representada por el sector económico de grandes capitales, denominada como poder fáctico o real, que se contrapone al poder constitucional. Este poder real es el que realmente regula el sistema económico y político del país.
15
16
Held, D. (1997). Del Estado moderno al gobierno cosmopolitana. Recuperado el 5 de marzo de 2014, de //www.terras.edu.ar/biblioteca/10/10ECP_Held_Unidad_5.pdf. p. 5. Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 12.
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“Un problema tradicional de los países latinoamericanos ha sido el divorcio entre los poderes institucionales y los poderes fácticos: si bien los textos constitucionales otorgan gran peso al Poder Ejecutivo y una importante capacidad de acción al Legislativo y al Judicial, el poder real suele residir en instituciones a las que las normas asignan otras funciones.” 17 Ante este predominio del poder fáctico, la población ha mostrado resistencia a través de su participación política de oposición mediante manifestaciones sociales. El objetivo de estas manifestaciones es exigir reformas o transformación de dichas relaciones de poder, pues no hay poder absoluto, siempre existe la posibilidad de cambios, que son propiciados directamente por el sector afectado. “Los poderes fácticos como los empresarios, el sector financiero y los medios en la última década, constituyen el principal grupo de poder que limita el poder de decisión de los gobiernos. Este condicionamiento impuesto por los poderes fácticos a los regímenes democráticos favorece la percepción de que se cuenta con gobiernos y partidos políticos que no pueden responder a las demandas de la ciudadanía. El gran poder fáctico de la incipiente democracia es el poder económico privado. Integrado por los grupos de presión que condicionan la conducta del presidente, de legisladores, jueces y otros funcionarios gubernativos y de la administración pública. Nosotros tenemos una democracia desvinculada del interés general y, fundamentalmente, vinculada a factores fácticos que terminan por oligarquizar la economía del país y
17
Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 159
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cambiar el gobierno democrático por un gobierno plutocrático (político).” 18 Asimismo el poder fáctico se ha materializa en algunas políticas de gobierno, inversiones privadas de actividades extractivas de recursos naturales, como es el caso de la actividad minera que en estos últimos años no han tenido aceptación por parte de la población, al contrario se ha acentuado la percepción de ser actividades sin responsabilidad social ni ambiental, perjudicando el bienestar de las futuras generaciones. Esta percepción se esta afianzado en la población, pues predomina los intereses particulares de un sector sobre el interés nacional en complicidad con el Estado. “las diversas formas de gobierno que han reflejado sus relaciones de poder mediante formas concretas de dominación o contra dominación, también han tenido límites, actores sociales con capacidad de resistir o enfrentar estas relaciones de poder que muchas veces ya se encontraban institucionalizados, lo que origino interacciones conflictivas por el carácter diverso, diferenciado y jerarquizado de las relaciones sociales.” 19 Esta percepción de complicidad ha originado la confrontación de algunos sectores de la población y el Estado, mostrando un activismo por ambas partes, y en algunos casos se tornaron radicales y violentos lo que está mellando la relación entre el Estado y la población, pues se deslegitima no solo la protesta como nueva vía de participación política, sino también la gobernabilidad del Estado. 18
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Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 159 Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 32
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“El proceso de negociación a través del cual las partes involucradas en el conflicto intercambian soluciones a diversos problemas, no sólo se encara cuando una de las partes demuestra ejerciendo violencia sobre la otra, que es más poderosa. Para mostrar cuál es su grado de poder, cada una de las partes intentará conseguir los mejores resultados posibles, para lo que recurre al uso de los instrumentos de mayor presión sobre la otra, como por ejemplo, realizar bloqueos y hacer barricadas (en el caso de las organizaciones populares), o sacar tanques militares a las calles y reprimir físicamente (en el caso del Estado, poseedor del uso “legítimo” de la violencia).” 20 Sin embargo esta resistencia de ambas partes, tiene como objetivo exponer el poder que cada uno quiere imponer a través de sus acciones, conllevando a un desgaste de ambas partes. Así lo señala Foucault: “… por poder se comprende, primero la multiplicidad de relaciones de fuerza inmanente y propias del dominio en que se ejercen y que son constitutivas de su organización; el juego que por medio de luchas y enfrentamientos, las transforma, las refuerza, las invierte; los apoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras de modo que formen cadena o sistema, o al contrario corrimientos, contradicciones que aíslan unas de otras; las estrategias, por último, que las tornan efectivas, y cuya expresión se da en las formas de los aparatos estatales, en la formulación de la ley, en las hegemonías sociales.
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Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p.46
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El poder está en todas partes; no es que lo englobe todo, sino que viene de todas partes.” 21 Entonces las protestas sociales es un mecanismo de empoderamiento dentro del sistema democrático, que ha conllevado a varias discusiones en torno a su legitimidad, pues ha habido casos donde algunos gobiernos que se autodenominan democráticos han tenido acciones de represión, contrarias a los ideales de la democracia. Al respecto la política constructivista “reconoce que los conflictos solo pueden ser procesados en un orden institucional democrático, cuando se asuma que los juegos de poder buscan fortalecer el propio de la democracia, y la pluralidad sociocultural como dato, como el lugar desde donde se construye un orden común, sin desconocer que se trata de un proceso conflictivo, que no es sinónimo de guerra.” 22 Es por ello que ante este escenario la población justifica sus acciones de protesta, como nuevas vías de participación, fortaleciendo el sistema democrático, pues exige mecanismos para legitimar su intervención en la esfera política. Asimismo “pone en evidencia que para los nuevos actores sociales latinoamericanos exigir cuenta pública, vigilar y denunciar son acciones fundamentales. Se trata principalmente de asumir una actitud de alerta para que el poder elegido permanezca fiel a sus compromisos.” 23 Es así como la movilización social se está posesionando en la percepción de la población como el principal mecanismo de participación, exigiendo su reconocimiento y protección del Estado. “Movilizarse es ser capaces de poner en movimiento el poder que 21
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Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 34 Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 36 Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. p. 14. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf
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tenemos ante el poder que otros tienen. Es convocar, proponer, dialogar, exigir. Es también generar visibilidad de nuestros intereses y objetivos.” 24 Finalmente los conflictos sociales en las últimas décadas se han caracterizado por su complejidad, pues intervienen varios factores externos, internos, actores, que delimitan sus peculiaridades y trayectoria; estos aspectos son importantes para lograr una adecuada interpretación, comprensión y resolución de los conflictos sociales. 1.5.3. Negación del Otro En este punto se precisa que “La negación de la diferencia ha sido el principal límite cultural a la paz.” 25Donde La desigualdad y la exclusión social encuentran un precedente cultural en la negación del otro, lo que se ve reflejado en las condiciones sociales de los diversos sectores de la población. Siendo el Estado el principal responsable que delimita dichas condiciones a través de sus políticas de gobierno, las cuales muchas de ellas no han sido eficientes ni eficaces para lograr una equidad de las mismas. “Cuando la negación del otro es una constante histórica institucionalizada en las políticas económicas, sociales y culturales de una sociedad, los grupos desfavorecidos pueden acumular una frustración colectiva que puede terminar en violencia estructural sino se reconoce un agresor. Este es el caso de la pobreza, el racismo, que son frutos, en primer lugar de un modo de organizar la sociedad y de distribuir recursos y oportunidades, el recorte de libertades políticas, que no es una fatalidad sino una injusticia; segundo lugar la violencia cultural que es 24
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Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 120 Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p. 42.
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una forma de daño que se expresa en creencias, valores, modos de pensar y de dirigir las acciones, que suelen convertirse en “sentidos comunes” e invitan a la violencia directa y/o intentan legitimar la violencia estructural. Estos dos casos que pueden ocasionar la destrucción del tejido social.” 26 En la actualidad la desigualdad social, se refleja en la privación de algunos derechos sociales básicos, como el derecho al trabajo, acceso a la educación, salud, vivienda, etc.; esta negación limita el desarrollo de las competencias de los individuos para insertarse de manera igualitaria a un sistema social, económico y político. “Por eso no es de extrañar, la emergencia de conflictos violentos al calor de un desarrollo tan inequitativo; por el lado de los sectores más desfavorecidos, el escepticismo generado por las promesas incumplidas provoca tendencias a la frustración, a la anomia y a la violencia. Sin embargo, el resultado más penoso no sólo es el miedo cotidiano (del distinto o incluso a “sí mismo”) como rasgo estructural, sino la creación de una base social importante que reclama más violencia para mantener umbrales mínimos de seguridad ciudadana. Tal es el caso del autoritarismo y el miedo en América Latina no sólo se da entre las elites, sino que también están arraigados en la cultura de la sociedad. El autoritarismo es el producto de décadas de negación.” 27 Asimismo ante el aumento del abismo social entre los diversos sectores de la población, se ha consolidado la resitencia permanente 26
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Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.44. Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.45.
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de población a través de su protagonismo en los diversos movimientos sociales en la esfera política, fortaleciéndose como mecanismo de resistencia de los sectores negados, los cuales están en aumento y se tornan más complejos su dinámica. “Las personas que se organizan a través de entidades independientes de la sociedad civil superan la dicotomía entre autonomía pública y privada. Ejercen la ciudadanía civil, pero no sólo para proteger sus propios intereses sino también para ampliar las posibilidades de protección de los intereses de otros menos afortunados. Ejercen también la ciudadanía política, pero no sólo al votar y decidir en función de sus intereses personales, sino también cuando amplían las posibilidades de acceso y participación de los relegados por el sistema político. Por ello, encarnan en sí mismos toda la potencialidad del ser humano como agente, porque abarcan tanto la dimensión personal como la social de la ciudadanía. La sociedad entiende la política en un sentido más amplio y más rico que el de la competencia electoral.”28 Entonces estos mecanismos de resistencia de la población muestran un mayor involucramiento en el desarrollo de la nación, cuya organización es inclusiva y participativa que de acuerdo al modelo democrático es legítimo su ejercicio, lo que fortalece su plena vigencia.
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Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo. (2004). La democracia en América Latina: hacia una democracia de ciudadanos y ciudadanas. p. 179. Recuperado el 5 de abril de 2014, de //www2.ohchr.org/spanish/issues/democracy/costarica/docs7PNUDseminario.pdf
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1.6. El Enfoque Psicosocial Es un campo interdisciplinario que ha abordado el análisis de la interacción entre el individuo y la sociedad, donde los fenómenos colectivos han sido enfocados a partir de la suma de conductas individuales. Para el caso de los movimientos sociales, han sido asumidos como una manifestación de los sentimientos de privación que experimenta sus actores sociales con respecto a la situación de otros, o como un conjunto de sentimientos de agresión resultantes de expectativas frustradas. Según Hadley Cantril (1941) señala “que los principales factores implicados en los movimientos sociales serían más las creencias y los valores que las rutinas o los hábitos de comportamiento. Cuando los componentes del “mundo psicológico” del individuo son violentamente atacados por las preocupaciones, los miedos, las ansiedades y las frustraciones, y/o cuando como resultado de ello se cuestionan los valores y las normas que han sido relevantes para él o ella hasta el momento; en definitiva, cuando el marco social no puede satisfacer ya sus necesidades, entonces surge una discrepancia entre los estándares de la sociedad y los del individuo. Sería en este momento, según Cantril, cuando la persona se hace susceptible a nuevos liderazgos, a la conversión y a la revolución.” 29 Además el enfoque psicosocial aborda la confluencia de los aspectos sociales, económicos y políticos en el desarrollo psicológico de los individuos en forma individual o grupal, lo que puede ser aplicado al momento de abordar el origen de los conflictos sociales. Este enfoque tiene cinco dimensiones que deben ser tomados en cuenta:
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Javaloy, F. (2001). Comportamiento colectivo y movimientos sociales. Madrid: Prentice. p. 67.
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a. La dimensión micro-social y de la interacción social, es decir los movimientos sociales emergen de estructuras de relación social ya existentes, por ejemplo, aquellas originadas en algún evento puntual o alguna movilización anterior. Por tanto, en este sentido, el contexto relacional, los grupos y las redes en los que éste inserta la vida de las personas tendrían un papel crucial en el origen y desarrollo de los movimientos sociales. b. La dimensión de la personalidad, como los estilos de enfrentamiento de los problemas y la privación relativa, etc. c. La dimensión de socialización, se refiere al proceso por el que los individuos aprenden los valores, normas, motivos, creencias y roles de los grupos o de la sociedad general; influyendo en el desarrollo, cambio en términos de la personalidad y la identidad de cada individuo. d. La dimensión cognitiva, el proceso de decidir en participar en un movimiento, la naturaleza de esta toma de decisiones, las atribuciones que se realizan durante la misma, etc. constituyen aspectos que se deben tener en cuenta. Ahora bien, tales cogniciones se pueden ver como variables capaces de predecir el comportamiento o como productos de la propia acción de los individuos. e. La dimensión afectiva, donde las emociones no son peculiares y específicas de ningún proceso social, puesto que atraviesan todo tipo de actividades de las personas. Es decir están sujetas a distintos tipos de expresión en función de los diferentes contextos sociales. Además estas mismas dimensiones, puede ser abordado con un manejo más político en el análisis del origen de los movimientos sociales, determinando su trayectoria y finalidad. De acuerdo a este enfoque tenemos las siguientes teorías:
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La teoría de los recursos para la movilización: es un enfoque que considera la movilización colectiva como una forma de acción racional, es decir son grupos racionalmente organizados que persiguen determinados fines y cuyo surgimiento depende de los recursos organizativos de que disponen.30 Asimismo explica que basta con constatar que existen tensiones y conflictos estructurales, para estudiar las condiciones que hacen que el descontento se transforme en movilización, según esta teoría los movimientos sociales no se generan por la existencia de tensiones en la sociedad, sino más bien por la manera en que son capaces de organizar el descontento, reducir los costes de la acción, utilizar y crear redes, compartir incentivos entre los miembros y conseguir un consenso externo. Estructura de oportunidades políticas: Esta perspectiva se centra en la importancia de los aspectos relacionados con la situación política en la formación de los movimientos sociales, definiendo las propiedades del entorno externo relevante, como el grado de apertura de un sistema social hacia los hitos sociales y políticos de los movimientos sociales. Así lo señala Claus Offe (1985): “que los movimientos sociales desarrollan una crítica fundamental del orden social y de la democracia representativa, cuestionando las asunciones institucionales de las formas convencionales de hacer política, en nombre de una democracia radical y más participativa. Así, entre las principales innovaciones de los nuevos movimientos, en contraste con los movimientos obreros, se encuentra una ideología crítica en relación con la modernidad y el progreso, con estructuras organizacionales descentralizadas y participativas, que defiende la solidaridad interpersonal frente a la gran burocracia, así como la reclamación de espacios 30
Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 26.
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autónomos. Estas innovaciones, como se ve con claridad, no implican ventajas o éxitos materiales, sino más bien de otro tipo. Los nuevos movimientos sociales se caracterizarían, por tanto, por una organización fluida y abierta, una participación inclusiva y no ideológica y una mayor atención a las transformaciones sociales más que a las económicas.” 31 Por otra parte puede llegar a ser complejo el origen de los conflictos sociales, pues son espontáneas, y de acuerdo a la percepción de necesidades y demandas de los diversos sectores de la población. Esta complejidad influye en la trayectoria de los movimientos sociales, los cuales han sido diversos, unos se han mantenido, otros se han renovado, otros han desaparecido y otros han surgido, con características de acuerdo al contexto en el que se originan. Este es el caso de los sindicatos que nacieron a partir de las necesidades de la clase obrera, pero con los cambios económicos producidos en estas últimas décadas, han perdido protagonismo y adherentes, al no haber obreros que defender no tiene sentido su organización. Así lo señala Alberto Melucci quien: “describe las sociedades contemporáneas como sistemas claramente diferenciados que invierten cada vez más en la creación de centros individuales de acción. Son sociedades que, al mismo tiempo que requieren mayor integración, extienden el control sobre los aspectos más privados de los seres humanos. Por ello, los nuevos movimientos sociales tratan de oponerse a la intrusión del Estado y del mercado en la vida social, reclamando la identidad de los individuos y el derecho a determinar su vida privada y afectiva contra la manipulación del sistema. De manera diferente, a los movimientos de trabajadores, los nuevos movimientos sociales no se limitan a buscar 31
Javaloy, F. (2001). Comportamiento colectivo y movimientos sociales. Madrid: Prentice. p. 89.
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ganancias materiales, sino que pretenden atacar las formas establecidas del poder político y de la sociedad. Los nuevos movimientos no demandan un aumento de la intervención del Estado para garantizar la seguridad y el bienestar, sino que resisten la intrusión en sus vidas, defendiendo la autonomía personal.” 32 Por lo tanto las condiciones sociales, económicas y políticas han delimitado hasta cierto punto la tipología de los conflictos sociales, que junto a la influencia de los factores internos como personalidad, comportamientos, actitudes, conocimientos, han determinado las características, trayectoria y dinámica de los conflictos sociales. 1.6.1. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de las Relaciones Sociales Los conflictos sociales es producto de la relaciones sociales que se caracteriza por su interdependencia, complementariedad o de dominación, y puede ser visto desde lo simple a lo complejo. Según Touraine “no hay que tomar a la sociedad por lo que es, por sus formas de organización y sus reglas de funcionamiento, sino que dentro de la noción de sociedad, se encuentra otra definición importante como son las relaciones sociales, las cuales pueden ser definidas en términos de valores, de integración o desintegración moral.” 33 Es así que las relaciones sociales a través del tiempo y espacio, han sido divergentes, y cada grupo social ha buscado mantener o cambiar la estructura de dichas relaciones a través de acciones colectivas. Siendo el conflicto social un mecanismo para el cambio, así lo señala la teoría sociológica:
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Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 30. Touraine, A. (1991). Los movimientos sociales. Argentina: Almagesto. p.4.
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“los mecanismos de la acción social se basan en una tendencia a la integración; pero dicha tendencia no está exenta de ciertas actividades de oposición o conflicto. El conflicto es un aspecto básico del cambio social, ya que permite resolver divergencias de grupos o colectividades para alcanzar un nuevo modelo de integración social. El estudio del cambio social ha desarrollado esquemas y teorías basadas en el conflicto social.” 34 Entonces el conflicto social, se origina a partir de la relación de oposición entre individuos que buscan el control del mismo centro de interés, donde se perciben unos a otros como distintos, pero al mismo tiempo relacionados por intereses y valores comunes, lograr la convergencia de estas contradicciones permite las bases para el cambio social. Asimismo todo análisis de las relaciones sociales debe tomar en cuenta, en primer lugar las condiciones “objetivas” de su coexistencia; es decir, las circunstancias económicas, políticas, sociales e históricas en las que se han desenvuelto; en segundo lugar respecto a sus normas de vida como el acceso a las diferentes oportunidades, como el trabajo, la educación, o al tratamiento que reciben por parte de los que ejercen el poder, como las autoridades. Sin embargo, no solo hay tomar en cuenta las condiciones objetivas, sino también las que se encuentran asociadas con las ‘definiciones subjetivas’ como los sistemas de creencias. Además la asociación de estos factores objetivos y subjetivos, no solo muestran interdependencia, sino también contradicciones y se reflejan en el comportamiento social, ya sea desde la óptica individual o colectiva. “La historia y los rasgos contemporáneos de 34
Giner, J. (s.f.). Teorías del conflicto social. p. 2. Recuperado el 4 de febrero de 2014, de//pendientedemigración.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/C/conflicto_social _ teorias.pdf
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las diferencias sociales, entre los grupos sociales se reflejan en las actitudes, creencias y puntos de vista del mundo de los miembros de estos grupos. Estos efectos ‘subjetivos’ de las condiciones sociales se reflejan a su vez en todo aquello que hace la gente, en cómo se comportan con respecto a su propio grupo o con respecto a otros grupos. Las formas resultantes de comportamiento dentro del grupo, fuera del grupo’ y ‘entre los grupos’ contribuyen, a su vez, al presente y al futuro de las relaciones entre los grupos.”35 Como vemos los factores subjetivos tienen diversa intensidad de influencia en los individuos, determinando diversas respuestas ante estímulos externos de la dinámica social, económica y política, este es el caso de las protestas y movimientos sociales. Al respecto Smelser señala: “los movimientos sociales como una especie de “efecto secundario” de las transformaciones sociales que se producen con demasiada rapidez. En un sistema equilibrado, el comportamiento colectivo constituye el resultado de las tensiones que no pueden ser absorbidas por los mecanismos, cuya función consiste en reequilibrar el sistema. Este comportamiento tiene una doble significación: por un lado, reflejan la incapacidad de las instituciones y los mecanismos de control social para reproducir cohesión social y, por otro, muestran los intentos de la sociedad para reaccionar ante las situaciones críticas, desarrollando nuevas creencias compartidas sobre las que fundamentar la solidaridad colectiva.” 36 De igual manera Snow y Oliver, señalan que el análisis de los movimientos sociales debe ser paralelo al comportamiento colectivo, 35
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Javaloy, F. (2001). Comportamiento colectivo y movimientos sociales. Madrid: Prentice. p. 34. Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 27.
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pues la conceptualización de los movimientos sociales incluyen: hitos orientados al cambio, algún grado de organización, grado de continuidad temporal y alguna forma de acción colectiva extrainstitucional, o al menos una mezcla de institucional y no institucional. Esto les lleva a definir a los movimientos sociales como “acciones colectivas que ocurren con algún grado de organización y continuidad fuera de los canales institucionales con el propósito de promover o resistir cambios en el grupo, la sociedad o el orden mundial de los que forman parte”.37 Como vemos los conflictos sociales han sido abordados a partir del análisis de las relaciones sociales, las cuales reflejan contradicciones de acuerdo al factores objetivos y subjetivos; estas apreciaciones deben ser tomadas en cuenta al momento de realizar investigaciones en torno al desarrollo de los conflictos sociales. 1.6.2. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de las Representaciones Sociales Los conflictos sociales también han sido abordados, a partir de las representaciones sociales que según el psicosociólogo Fritz Heider señala que: “es un complejo sistema de conocimientos psicológicos de sentido común que utilizan las personas en su vida diaria, tanto para explicarse a sí mismas sus conductas como para entender las de los otros, y por ende, sus comportamientos, fenómeno que denominó “psicología ingenua”, que se refiere al conocimiento de su entorno y de los sucesos que ocurren en él, logran este conocimiento a través de la percepción y otros procesos, se ven afectados por su ambiente personal e impersonal.” 38 37
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Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 30 Heidbreder, E. (1964). Psicologías del siglo XX. Argentina: Paidós. p. 78.
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Esta perspectiva ayuda a determinan el papel que la otra persona juega en nuestro espacio vital y como reaccionamos ante ella, este análisis es útil al momento de determinar las causas subjetivas en el origen de los conflictos sociales. Al respecto el sociólogo francés Emile Durkheim define que la Representación Colectiva está referida a “la forma en que el grupo piensa en relación con los objetos que lo afecta; una representación social, habla, muestra, comunica, produce determinados comportamientos. Es un conjunto de proposiciones, de reacciones y de evaluaciones referentes a puntos particulares, están organizadas de maneras sumamente diversas según las clases, las culturas o los grupos.” 39 Asumiendo estos alcances, los movimientos sociales han sido abordados desde la perspectiva de representación social, pues aborda temas externos e internos, cuya interacción ha originado respuestas contradictorias por parte de los individuos de acuerdo a su percepción individual y grupal. De acuerdo a esta perspectiva Moscovici señala: “representación social es un sistema de valores, de nociones y de prácticas relativas a objetos, aspectos o dimensiones del medio social, que permite, no solamente la estabilización del marco de vida de los individuos y de los grupos, sino que constituye también un instrumento de orientación de la percepción de situaciones y de la elaboración de respuestas...” 40 Asimismo otra propuesta de acuerdo a las ideas planteadas por Moscovici, la encontramos en las elaboraciones de Denise Jodelet (1984) quien plantea que la noción de representación social concierne a:
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Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p.30. Moscovici, S. (1976). Psicología de las minorías activas. Madrid: Morata. p. 112.
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a.
La manera en que nosotros, sujetos sociales aprendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro medio ambiente, las informaciones que en él circulan, las personas de nuestro entorno próximo o lejano.
b.
El conocimiento espontáneo, ingenuo o de sentido común por oposición al pensamiento científico.
c.
El conocimiento socialmente elaborado y compartido, constituido a partir de nuestras experiencias y de las informaciones y modelos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social.
d.
Conocimiento práctico que participa en la construcción social de una realidad común a un conjunto social e intenta dominar esencialmente ese entorno, comprender y explicar los hechos e ideas de nuestro universo de vida.
e.
Son a un mismo tiempo producto y proceso de una actividad de apropiación de una realidad externa, desde una perspectiva psicológica y social de esa realidad.
Fuentes de las Representaciones Sociales: Contexto sociocultural: las condiciones históricas, económicas e ideológicas en que surgen, se desarrollan y desenvuelven los grupos y objetos de representación que estudiamos. Son importantes además, las instituciones u organizaciones con las que interactúan los sujetos y grupos, así como la inserción social de los individuos en términos de pertenencia a determinados grupos y las prácticas sociales en los que estos participan. La comunicación social: en sus diferentes formas, dentro de la que se puede mencionar los medios de comunicación como transmisores de conocimientos, valores, modelos, informaciones y la comunicación interpersonal. Dentro de esta última podemos
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destacar las conversaciones cotidianas en las cuales recibimos y ofrecemos todo un cúmulo de informaciones el cual es imprescindible en la estructuración de la representación social. Por otra parte, en cuanto a los temas que pueden ser considerados como parte de los procesos de formación de una representación social, de acuerdo a Frank Elejabarrieta (1995) señala tres tipos: a. Objetos, ideas y teorías científicas de corte utilitario en la vida cotidiana. b. La imaginación cultural, los elementos míticos o mágicos, que son cuestiones relevantes para los grupos sociales en un contexto dado. c. Las condiciones sociales y acontecimientos significativos, a los que Moscovici denomina “discutibilidad social”, pues son las polémicas particularmente relevantes para grupos y contextos. Asimismo otras investigaciones han abordado las representaciones, alrededor de tres componentes: la actitud hacia el objeto, la información sobre ese objeto y un campo de representación donde se organizan jerárquicamente una serie de contenidos. Actitud: es la primera dimensión de toda representación, pues nos representamos “algo” luego y en función de la toma de posición hacia ese “algo”, es que manifestamos nuestra disposición favorable o desfavorable hacia el objeto de la representación. Por lo tanto expresa una orientación evaluativa en relación con el objeto, que se caracteriza por su carácter dinámico, dotándolo de reacciones emocionales de diversa intensidad y dirección. La información: Es la dimensión que se refiere a los conocimientos en torno al objeto de representación; su cantidad y calidad es variada en función de varios factores. Dentro de ellos, la pertenencia grupal y la inserción social juegan un rol esencial,
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pues el acceso a las informaciones está siempre mediatizado por ambas variables. También tienen una fuerte capacidad de influencia la cercanía o distancia de los grupos respecto al objeto de representación y las prácticas sociales en torno a este. Campo de representación: Este es el tercer elemento constitutivo de la representación social. Nos sugiere la idea de “modelo” y está referido al orden que toman los contenidos representacionales, que se organizan en una estructura funcional determinada. El campo representacional se estructura en torno al núcleo o esquema figurativo, que constituye la parte más estable y sólida de la representación, compuesto por cogniciones que dotan de significado al resto de los elementos. Por último estos alcances ayudan a tener una mejor compresión e interpretación de los conflictos sociales, cuyos factores que intervienen en su formación desde la perspectiva de la representación social, aportan mayor objetividad en el análisis del origen y dinámica de los conflictos sociales. 1.6.3. Los Conflictos Sociales desde la Perspectiva de la Acción Colectiva Como ya lo hemos señalado varias investigaciones han utilizado el término de acción colectiva, movimientos sociales, protestas sociales para referirse a los conflictos sociales; cada uno de estos conceptos tiene su propia delimitación, sus características que los diferencia, pero tienen en común su origen, trayectoria y finalidad, pues son parte de los mecanismos del cambio social. Para el caso del concepto de acción colectiva según Benford señala que; "es el conjunto de creencias y significados emergentes y orientados a la acción que inspiran y legitiman las actividades y campañas del movimiento. Por tanto, los marcos de acción colectiva permiten significar las experiencias individuales y colectivas, al tiempo que
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orientan y guían la acción colectiva. En este sentido, son un concepto cognitivo, afectivo y social.” 41 Es por eso que, como toda acción su realización obliga a analizar sus elementos cognitivo, afectivo y social que orientan y guían la acción colectiva; referente al elemento cognitivo hace referencia al análisis de los acontecimientos, objetos y situaciones que inducen una determinada interpretación, donde la misma, está cargada de un profundo significado emocional, "lo que los psicólogos cognitivos llaman una cognición caliente, una cognición cargada de emoción".42 Para el aspecto social, se refiere al "enmarcado" de la realidad social, de los acontecimientos y situaciones por la que nos vemos "afectados", no se realiza de forma aséptica, sino que está atravesada por emociones y pasiones que llena de matices nuestros razonamientos y evaluaciones, y que en muchos casos, se convierten en importantes motivos directores de la acción. Asimismo otros investigadores han determinado otro de tipo de metodología para analizar la acción colectiva, como es el caso de Gamson quien señala tres componentes de la acción colectiva, que posibilitan una determinada comprensión e interpretación de la realidad, que animan a los individuos a iniciar acciones colectivas. A continuación una descripción de los componentes propuestos como injusticia, identidad y eficacia: “Injusticia: El primer paso en el proceso de construcción de la acción colectiva, es definir la situación como injusta e ilegítima, describe este componente como indignación moral y no únicamente un juicio intelectual abstracto sobre lo que es equitativo, adquiriendo el concepto de injusticia una dimensión emocional. Desde una perspectiva psicosocial, el concepto de
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Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 23. Heidbreder, E. (1964). Psicologías del siglo XX. Argentina: Paidós. p. 89.
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privación relativa es adecuado para analizar cómo se construyen los sentimientos de injusticia e indignación moral.”43 Sin embargo, cuando nos referimos a la privación relativa es conveniente diferenciar entre dos tipos de privación: la egoísta y la fraternal. La primera se refiere a la percepción de un individuo dentro de un grupo, cuyo objeto de análisis son las conductas intra e interpersonales. Alternativamente, la segunda refleja un descontento social, formulada en forma colectiva y es un producto de la comparación entre grupos. De acuerdo con Runciman, es la privación relativa fraternal la que tiene un mayor interés y valor explicativo para la movilización colectiva y su intento de cambios estructurales en la sociedad. “La privación relativa, la fraternal, no sólo se refiere a los aspectos materiales, como puede ser la comparación de ingresos o cantidad de trabajo, sino que abarca otros campos de la vida grupal como puede ser la propia valoración social del grupo y sus expectativas de futuro. Por lo expuesto, la privación relativa se refiere a las discrepancias entre lo que uno tiene (o cree tener) y lo que piensa que debería tener. Cuando ésta se circunscribe a un nivel grupal, sus consecuencias pueden ser muy importantes de cara a explicar el fenómeno de la acción política colectiva.”44 Identidad: actuar colectivamente requiere necesariamente de algún tipo de identidad colectiva o solidaridad compartida. Según Melucci señala tres grandes aspectos dentro de la noción de identidad “la continuidad de la identidad transciende la variación del tiempo y las adaptaciones al medio; posibilita la delimitación del sujeto con respecto a otros y por último, 43
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Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc.p.31. Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc. p. 31.
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proporciona la capacidad para reconocerse y ser reconocido. Por tanto, la identidad compartida proporciona estabilidad y continuidad al movimiento y posibilita la identificación de los participantes.” 45 Al respecto Klandermans y Sabucedo sostienen que el componente de identidad de los marcos de acción colectiva está idiosincráticamente conformado por dos elementos: “El primero se refiere a la definición de un "nosotros", que incluye a todos aquellos que se reconocen como parte del ser colectivo que participa de la misma situación de injusticia. El segundo, inherente a la definición de un nosotros, es el referente de oposición o diferenciación, un "otros" responsable de la situación adversa. Así pues, la dimensión cognitiva del proceso de identificación puede ser operativizada a través de estos dos elementos: la identificación endogrupal y la diferenciación exo-grupal.” 46 Por otra parte, según la teoría sociológica, señala que la identidad ha permitido la subsistencia de los grupos sociales, siendo los conflictos sociales un alentador de la formación, recreación de la misma, factor importante en el origen y trayectoria de los conflictos. Así lo señala Coser “que la delimitación de la identidad, es la cohesión de un determinado grupo social, hasta tal punto que en ocasiones un determinado grupo social no existiría si no viviera en conflicto o en preparación para un conflicto inminente.” 47 Eficacia: referido a la creencia de que es posible alterar las condiciones políticas y sociales adversas a través de acciones colectivas, donde los componentes de injusticia e identidad nos 45 46
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Heidbreder, E. (1964). Psicologías del siglo XX. Argentina: Paidós. p. 99. Iñiguez Rueda, L. (2003). Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social. España: Ediuoc.p.101. Coser, L. (1961). Las funciones del conflicto social. México: Fondo de Cultura Económica.p. 3.
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permitirían identificar una situación como problemática y señalar a sus responsables; condiciones necesarias para la acción colectiva, pero no suficientes, son las acciones que desarrolla el movimiento y ellos mismos son eficaces para cambiar el curso de los acontecimientos y su propia realidad. Como vemos son varios los factores que intervienen en el origen y dinámica de los conflictos sociales, pero hay un predominio de los factores sociales en el origen de los mismos. Así lo señala Sandro Macassi, quien acude a Mitchell para explicar que “los conflictos son la expresión de necesidades vitales de distinto orden, (…) que giran en torno a bienes materiales (territorios recursos) o control sobre el acceso a la toma de decisiones (poder), las causas cruciales incluyen amenazas reales o percibidas, a la seguridad y a la identidad.” 48 Por último las investigaciones en torno a los conflictos sociales han sido abordados por diferentes perspectivas, desde el factor interno relacionado con la personalidad, actitudes, comportamientos, conocimientos, etc. de los actores; hasta el análisis de los factores externos como las condiciones sociales, económicas y políticas en el que se originan y se desenvuelven; estas dos perspectivas nos ayuda a tener una mejor comprensión de los conflictos sociales como parte del cambio social.
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Huamán Velasquez, I. (2012). Medios de Comunicación en Conflictos socioambientales: tratamiento periodístico del conflicto socio-ambiental Quellaveco. p. 10. Recuperado el 3 de abril de 2014, de //tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/1657
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1.7. Enfoque Histórico 1.7.1. Aspectos Políticos y Económicos La historia social, económica y política del Perú nos permite analizar, conocer, comprender y explicar las características de nuestra sociedad, la cual es compleja pues es producto de las acciones que se hicieron y se dejaron de hacer, tanto de parte de los diversos sectores de la población como también del Estado. Por otra parte si tenemos que partir de un punto para una mayor comprensión de nuestra sociedad lo haremos a partir de la colonia, pues es ahí donde emergen ciertos patrones de comportamientos, relaciones que han persistido hasta la actualidad con ciertas variantes de acuerdo al tiempo y contexto. Este es el caso de nuestra formación política y económica que se inicia a partir del ingreso del Perú al mercantilismo occidental, con limitaciones de acuerdo a nuestra situación como colonia de la corona española. Es a partir de esta limitación que el desarrollo estuvo dirigido de acuerdo a las exigencias y necesidades de la metrópoli, es decir a factores externos. Este desligamiento de la economía con las necesidades internas del virreinato, obliga que las actividades productivas se promuevan de acuerdo a las necesidades del mercado exterior, descuidando el mercado interno, que fueron copados con mercaderías del exterior, limitando su desarrollo y acentuando su dependencia hacia las importaciones. Esta política estuvo fortalecida por autoridades que rigieron el funcionamiento del virreinato, que muchos de ellos provenían de España, por lo que fueron ajenos de la realidad social y carecían de una identidad de nación. Esta débil identidad se generalizó en todos los sectores de la sociedad, en especial en las clases dirigentes originarias del territorio que poseían el poder económico, ellas al igual que las autoridades venidas de España, no tenían el sentimiento de identidad con el territorio donde habían nacido, al contrario en muchos casos se aliaron con otros poderes para afianzar estos lazos más con el exterior que con el interior del territorio.
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Este desligamiento originó una convivencia conflictiva y hasta violenta entre las clases dirigentes y los diversos sectores de la población como eran los mestizos y los indígenas; acentuándose la exclusión, la desigualdad, la discriminación, basada en prejuicios que justificaban un autoritarismo violento. Todas estas peculiaridades no desaparecieron durante la república, al contrario se acentuaron con nuevos protagonistas, nuevos contextos, nuevas ideas. “En el Perú, en los albores del siglo XIX, la ideología liberal es importado por grupos con mentalidad señorial, que primero lo usan para enfrentar a España y, luego de la independencia le dan un significado distinto al definido por la burguesía industrial europea. Hay una ausencia de un sustrato de nacióncomunidad humana con unidad lingüística, cultural, y tradición histórica económica en un contexto de desarticulación productiva, esos grupos hacen emerger un Estado que lejos de garantizar el bien común representaba para ellos legitimar la expansión de sus propiedades y exonerarse del pago de impuestos. Son propietarios rentistas cuyos objetivos era la ganancia al menor esfuerzo posible así se explica la dilapidación y el despilfarro en la explotación guanera y el identificar a la masa indígena como sujeto tributario.”49 Estas acciones particularistas de una minoría al margen del Estado, solo afecto en la formación del mismo, cuyo papel fue débil y ausente en varios aspectos de la sociedad; lo que predominaba eran los poderes locales cuya reproducción y consolidación fue gracias a la ausencia del Estado, y en algunos casos con la complicidad del mismo. “Al revés de los postulados de Adam Smith de la ideología 49
Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 125
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liberal genuina que lleva al desarrollo de la economía del mercado, aquí el Estado no protege el bien de la Nación y los impuestos recaerán en los más desposeídos quienes percibirán un Estado ajeno: ni protector, ni amigo.”50 Asimismo Jorge Basadre señala que “el Perú jamás ha tenido un Estado institucional: un cuerpo de profesionales idóneos y probos al servicio de un proyecto común, fruto de un consenso nacional. Lo que muestra la historia republicana es que el gobierno sucesivamente ha sido ocupado o capturado por caudillos representando a distintos grupos de la “elite dominante” y el Estado ha sido usado en beneficio propio y de los socios extranjeros pertinentes. Es decir un Estado empírico que desconoce su pasado e improvisa en el presente y olvida el futuro.”51 Esta percepción de un débil Estado se acentúo con la inestabilidad política de la etapa republicana, pues las luchas de poderes entre las diversas facciones políticas llevo a un desgaste económico y social. En consecuencia se da un Estado deficiente, sin recursos, desgastado, sin la capacidad política para emprender un desarrollo real de acuerdo a las exigencias de la nación. Esta falencia fortalece las condiciones para que las clases dirigentes carentes de identidad y poseedoras del poder económico, consoliden un mayor protagonismo en la dirección política y económica del país; este predominio de intereses particulares ante el interés nacional, origino objeciones y rechazo por varios sectores de la población. Asimismo estas objeciones tuvieron un respaldo por las ideas democráticas cuyo modelo fue promovido por el Estado peruano, pero las condiciones económicas no eran las adecuadas para la plena vigencia de la democracia. Es así como se inicia las discusiones en torno a la relación de modelo democrático y la economía, pues la 50
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Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 125 Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 60
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desarticulación de las mismas contrapone los discursos con las acciones, por un lado se pregona la libertad, la igualdad, la justicia y por otro se realiza acciones que vulneran estos ideales. Esta contrariedad ha llevado a cuestionar no solo el modelo económico sino también el modelo democrático. “La sabiduría convencional asume que el desarrollo económico es una condición para la democracia. Esta causalidad propone que es necesario la existencia de condiciones materiales para el funcionamiento y progreso de la democracia. La economía debe tener capacidad de incluir a la personas a través de los distintos mercados, mientras que el Estado debe cumplir el rol de corrector de las fallas de mercado y de las desigualdades extremas generadas por la economía a través de mecanismos fiscales y de la provisión de bienes y servicios públicos.”52 Asimismo estas contradicciones entre la economía y la política, lleva a varias discusiones donde varios especialistas señalaron que era imposible un modelo democrático dentro de una estructura socioeconómica inequitativa como es el caso peruano. Esta continuidad política ha afectado el papel del Estado, pues cae en la ineficiencia, ineficacia, incapacidad, ilegitimidad al momento de aplicar sus políticas. Al respecto Karl Wittfogel, “por sus antecedentes marxistas la condujeron a pensar que la democracia no era solo problema de opción, voluntad, existía una conexión, no siempre evidente, entre las formas de organización política y las estructuras socioeconómicos. Al creer encontrar esta conexión desembocó en una tesis tan resignada como desalentadora. La democracia sería un producto del desarrollo histórico de occidente,
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Gonzales de Olarte, E. (2012). La economía peruana de la era neoliberal 19902006. En Y. Murakami, Dinámica política-económica en los países andinos (pág.322). Lima: Instituto Estudios Peruanos.
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absolutamente contrapuesto al camino seguido por los pueblos del norte de África, el oriente o Latinoamérica.”53 No obstante esta discusión solo se centro en el hecho de cuestionar los mecanismos del modelo democrático, relegando a un segundo plano el factor económico, este nuevo cuestionamiento giro en torno si predomina una democracia representativa o participativa. Ante esta disyuntiva se afianzo la idea que el Estado solo se ha preocupado en legitimar la representatividad a través de los procesos electorales, garantizados por leyes y reglamentos. Pero estos mecanismos no garantizaron una plena representación, pues las instituciones facultadas como los partidos políticos y el congreso se encontraban cuestionadas y no contaban con la confianza de la población. Al contrario gozaban de una percepción negativa, que estaban al servicio de intereses particulares. Esta desaprobación y falta de garantías impulsa a la población buscar otros medios por los cuales transmitir, exigir la solución a sus necesidades. Pues “hay un bajo desempeño de los partidos políticos en su función de representación, así como el carácter relativamente estrecho de las instituciones políticas, señalando que tanto aquellos como estas no dan cabida a los intereses del conjunto de sectores que conforman la sociedad.”54 Pero no solo se cuestionó los partidos políticos, el congreso, sino también al Estado cuyas instituciones en su mayoría fueron creadas a partir de los intereses de cada gobierno de turno, esta inestabilidad política influye que muchas de estas instituciones hayan sido modificadas, complementadas, reemplazadas o que desaparezcan, pues carecen de objetivos de largo plazo, afectando negativamente su eficacia. Con estas acciones solo se ha aumentado la burocracia del Estado en la resolución definitiva de las necesidades reales de la mayoría de la población. 53
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Flores Galindo, A. (1994). Obras Completas VI. Lima: SUR casa de Estudios del Socialismo. p. 71 Pachano, S. (2012). Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. Murakami, Partidos políticos en los países andinos (pág. 53). Lima: Instituto Estudios Peruanos.
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Asimismo al desviarse la discusión solo al modelo democrático, llegaron a la conclusión de responsabilizar a la democracia, los problemas estructurales de la sociedad, evadiendo cuestionar el papel de la economía en la misma. “La gobernabilidad se expresa en lo que se podría considerar como una nueva edición del debate entre institucionalismo y estructuralismo. Así, la primera perspectiva pone énfasis en los cambios institucionales necesarios para perfeccionar la democracia, en tanto que la segunda se adentra en los resultados económicos y sociales. La escasa claridad en cuanto a diferenciar una y otra ha desembocado en una visión confusa que lleva a atribuir a la democracia los problemas estructurales y busca resolverlos por medio de reformas institucionales. Dado que estas no pueden incidir inmediatamente en este terreno de manera inevitable se alimenta la insatisfacción con los rendimientos de las instituciones y, en general con la democracia.”55 Esta “responsabilidad” del modelo democrático, ha inducido a la población promover nuevas vías de participación, cuestionamientos en forma directa, no solo al modelo democrático, sino también al económico. “La reducción de la capacidad de respuesta de las instituciones a las necesidades de la población provocó la obsolescencia de los sistemas políticos vigentes desde la instauración de las democracias. La crisis del Estado, expresa precisamente ésa pérdida de vigencia y legitimidad de las instituciones. A ello debe sumarse el efecto erosivo de las prácticas particularistas y de la informalización de la política.”56 55
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Pachano, S. (2012). Murakami, Partidos Estudios Peruanos. Pachano, S. (2012). Murakami, Partidos Estudios Peruanos.
Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. políticos en los países andinos (pág. 53). Lima: Instituto Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. políticos en los países andinos (pág. 65). Lima: Instituto
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Asimismo esta iniciativa de la población legitima su aporte no solo a fortalecer la democracia, sino también promueve cambios de alcance económico. Ya lo dijo Elinor Ostrom, reciente Premio Nobel de Economía, que hay que analizar en qué situaciones los actores colectivos directamente involucrados encuentran soluciones más eficientes que el Estado o el mercado. “…un elemento de importancia para comprender los tipos de democracias que se han conformado o que están por conformarse es que buena parte de las reformas fueron emprendidas fundamentalmente por la presión de sectores sociales y políticos específicos, de modo que estuvieron fuertemente marcados por las determinaciones coyunturales. Muchos de ellas respondieron a las necesidades del momento y no al establecimiento de un nuevo ordenamiento sobre bases estables y duraderas. Incluso buena parte de esas reformas han tomado como punto de partida y eje conductor la crítica a la democracia como régimen político. Así en lugar de fortalecer las instituciones de la democracia representativa, de otorgarles mayor capacidad de representación y de vincularlas con mecanismos adecuadas de participación, se ayudó a su erosión al alimentar la desconfianza de la población en ellas. Entre las instituciones más golpeadas se encuentra los partidos políticos y los congresos.”57 Entonces este cuestionamiento directo de la población por vías “informales” espontáneas como son las movilizaciones, no solo han tenido un impacto social, económico; sino también político pues ha 57
Pachano, S. (2012). Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. Murakami, Partidos políticos en los países andinos (pág. 65). Lima: Instituto Estudios Peruanos.
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mostrado lo débil que es el Estado para garantizar una democracia participativa. “Se establece así una separación tajante entre los procesos políticos de selección y control de los gobiernos por parte de los ciudadanos y la gestión de esos gobiernos. La calidad de la democracia depende del funcionamiento de los procesos mediante los cuales la población selecciona y controla a sus gobernantes, no de la eficacia del gobierno en la solución de los problemas del país.”58 Asimismo la actitud del Estado ante estas nuevas vías de participación ha sido contraria a la democracia participativa, pues ha mostrado una actitud autoritaria, exponiendo la desigualdad social del país, basado en prejuicios raciales, sociales, culturales fundamentados históricamente, y que han persistido hasta la actualidad con algunas variantes. Esta permanencia de factores discriminatorios no solo ha originado sino también ha reforzado la inequidad, la injusticia lo que muestra lo complejo que es la sociedad peruana. “de los problemas de gobernabilidad que provienen de las exclusiones sociales, devuelve el problema al nivel de la sociedad; el incremento de las demandas sociales, se debe a causas estructurales y a la baja capacidad del sistema político para procesarlos; es decir, a la insuficiencia de democracia y no a su exceso. Según esta perspectiva los problemas de gobernabilidad pueden evitarse o controlarse
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Pachano, S. (2012). Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. Murakami, Partidos políticos en los países andinos (pág. 67). Lima: Instituto Estudios Peruanos.
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solamente en la medida que resuelvan previamente las diferencias e inequidades sociales.”59 Además resolver este complejo problema no solo partirá de parte de los sectores sociales marginados, sino también de las autoridades, de las clases económicas predominantes, quienes muchas veces actuaron, actúan a espaldas de la mayoría de la población, llegando diferenciar la ciudadanía entre ciudadanos de primera y segunda clase. “Obviamente, una perspectiva de este tipo supedita la democracia a las condiciones económicas y sociales, lo que llevaría simplemente a aceptar que esta es imposible en países, donde los niveles de pobreza afectan a proporciones muy grandes de la población.”60 Por lo tanto el cambio de las condiciones sociales, económicas es complejo, pues es producto de las políticas económicas fallidas o acertadas aplicadas a lo largo de nuestra historia, que junto a los prejuicios raciales, culturales reforzaron la exclusión de varios sectores de la población; esto derivó en una convivencia conflictiva, autoritaria muy lejos de lograr un bienestar común. “La integración de elementos ideológicos-jurídicos a una base económica con la que no guardaban correspondencia, hizo que la naturaleza del Estado se revele como expresión de una inestabilidad generalizada; como un punto de convergencia de grupos que buscan su captura, su protección y a la vez su no interferencia. Según Jorge Basadre: el tipo de Estado que surgió con la República es el que se ha convencido en llamar Estado liberal.
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Pachano, S. (2012). Murakami, Partidos Estudios Peruanos. Pachano, S. (2012). Murakami, Partidos Estudios Peruanos.
Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. políticos en los países andinos (pág. 53). Lima: Instituto Calidad de la democracia en los países andinos. En Y. políticos en los países andinos (pág. 54). Lima: Instituto
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Sus atributos fueron, primordialmente el dogma de la soberanía popular, normada por una constitución, la división de poderes, el Ejecutivo y el legislativo…el Ejecutivo muy limitado en su acción, la tendencia al tipo de gobierno pasivo el afán de garantizar al individuo frente al Estado en el sentido económico significaba la inhibición del Estado frente a las relaciones económicas y sociales.”61 Este distanciamiento del Estado a través de sus políticas, las clases económicas con sus intereses particulares, y una mayoría marginada, conllevo al desenvolvimiento de contextos conflictivos que muchas veces brindó la oportunidad para cuestionar dicho contexto o en algunos casos para afianzar el autoritarismo de la alianza entre el Estado y las clases económicas en detrimento de la mayoría de la población. Esta exclusión de la mayoría de la población se ha dado desde inicios de la república, cuya carga fiscal estuvo sobre las clases populares, pero su aportación económica no garantizó la protección ni el reconocimiento como ciudadanos. Por otra parte esta marginación económica, política por parte del Estado y de las clases económicas, ha persistido hasta la actualidad con los mismos perjuicios denigrantes de una ciudadanía de segunda clase. Un claro ejemplo son las diversas negociaciones con las transnacionales cuyo impacto social, cultural no son tomados en cuenta. Al contrario el Estado se ha mostrado autoritario al momento de tomar decisiones de interés nacional. “el Estado emergente desde inicio de la república fue la expresión de intereses de grandes, medianos propietarios y comerciantes, para quienes el ejercicio del poder cumplía la función de justificar el despojo de los pequeños y definir a la masa indígena como fuente de mano de obra y sujeto tributario. De esa manera, 61
Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 31.
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nació un sistema impositivo en el que a pesar de la declarada independencia permanecía el tributo de vasallaje. Ello determinó la increíble característica de que los más desposeídos resultaban siendo los pilares del ingreso fiscal. Es decir, sobre un grupo pesó el gravamen para sufragar los gastos del Estado, mientras que otro grupo gozó del privilegio de no contribuir a pesar de que por ventajas de su posición tenían más facilidades y recursos para trabajar con provecho. La precaria base económica y la calidad regresiva de la tributación, determinaron en exiguo ingreso fiscal. Mientras las rentas disminuían, crecían los gastos de una administración pública que ampliaba la base de quienes se disputaban sus ingresos. Así nace uno de los rasgos estructurales del Perú: el desbalance fiscal.”62 De igual forma como se ha cuestionado el modelo democrático, la cuestión económica no fue de toda relegada, hubo cuestionamientos referentes a la continuación de políticas económicas dependientes del mercado exterior, descuidando los sectores productivos nacionales, desaprovechándose el avance tecnológico para impulsar el desarrollo de acuerdo a las fortalezas de nuestro país. Así lo demuestra el Perú de inicios de la década del XX donde “no existía un circuito interno de acumulación que pudiera absorber, en otros sectores productivos, lo beneficios de los capitales extranjeros. En consecuencia la plusvalía se exportaba a las economías metropolitanas y el país se descapitalizaba. W. Bollinger, al referirse a este proceso de penetración imperialista, acertadamente afirma “ambas formas de penetración comercio e inversiones fueron nocivas 62
Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 32
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para el desarrollo de la economía peruana: el suministro de mercaderías norteamericanas liquidó las opciones locales de inversión en la industria mientras que los enclaves construidos por el capital norteamericano tuvieron un impacto mínimo en la economía peruana.”63 Además esta debilidad del sector productivo nacional ha delimitado el tipo de actividades productivas desarrolladas en nuestro país, donde el mercado de acción determina la profesionalización de la mano de obra, donde la educación muchas veces no ha promovido la especialización en actividades que impulsen el desarrollo industrial. Al contrario ha saturado de profesionales ajenos a las necesidades económicas del país; esta saturación del mercado laboral se vio reflejado en bajos salarios, poca oportunidades de trabajo, búsqueda de otras vías de sobrevivencia, lo que se reflejó en el crecimiento de la informalidad. “La heterogeneidad estructural de nuestra sociedad y su economía es el resultado de una evolución histórica. En las postrimerías del siglo XX, entre los problemas del Perú están: el atraso en la agricultura que absorbe un tercio de la población económicamente activa, la marcada centralización política, administrativa y económica, la desadaptación del esfuerzo educativo ante las necesidades tecnológicas, la incierta perspectiva de las exportaciones primarias sujetas a cambio en la demanda externa, la falta de capacidad del sector productivo moderno para incorporar a la mano de obra que migra del campo a la ciudad, el intenso crecimiento poblacional sin correlato de progreso económico, el número grande de peruanos
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Flores Galindo, A. (1994). Obras Completas II. Lima: SUR Casa de Estudios del Socialismo. Pg. 124
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que soporta el pero intolerable de la pobreza y, el carácter empírico del Estado.”64 Esta confluencia de los factores políticos, económicos, sociales, culturales ha hecho más complejo el análisis de las condiciones socioeconómicas de nuestro país, pues la deficiencia de una, afectará, reforzará a las otras, o viceversa. “Esos problemas, que desembocan en el presente, son producto de todo lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer en el país a lo largo de la historia. De los errores acumulados que han ido formando nuestro modo de ser y de vivir. Ellos son resultado del surgimiento y larga vigencia de la mentalidad pseudo liberal, que sólo reconoce la utilidad individual, que ignora el bien común y toma decisiones que benefician a una minoría. Esa mentalidad pseudo liberal confunde el interés privado con el bienestar nacional. Y en esa confusión radica, en última instancia, la causa de toda corrupción.”65 1.7.2. Aspectos Sociales y Culturales El aspecto social y cultural es lo que define a una sociedad, por lo tanto resulta más complejo entenderlo, cuestionarlo y variarlo. Para el caso del Perú un país multicultural resulta complejo definirlo, pues hay factores que predominan unos más que otros, lo que delimitó nuestros patrones culturales y sociales que nos definiera y que ha persistido hasta la actualidad. Nuestra posición como colonia, nos ubicó por debajo de todo del sistema político, económico y social de la corona española, 64
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Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 27 Estela Benavides, M. (2001). Perú Ocho apuntes para el crecimiento con bienestar. Lima: Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú. p. 27
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extendiéndose una marginación de todo lo originario del territorio, donde criollos, mestizos e indígenas resistían de acuerdo a sus posibilidades y oportunidades de lograr una movilidad social que le permitiera mejorar sus condiciones. Pero la historia nos muestra que fueron los indígenas los que se llevaron la peor parte, pues esta marginación se complejiza con matices raciales y culturales. Esta “distribución desigual del poder, político y simbólico entre los diferentes grupos étnicos-culturales se ha traducido históricamente en la discriminación o simple exclusión de los pueblos indígenas.”66 Estos factores raciales y culturales confluyeron en el factor social, cuyo fundamentos de cada uno de estos factores variaron de acuerdo al tiempo y al contexto; pero siempre tuvieron como principal característica discriminar, excluir, a la cultura andina. “El entrelazamiento variable de diferentes brechas y discriminaciones clasistas, regionales, étnicoculturales, de modo que una u otra se vuelven prominentes en diferentes tiempos y lugares, sin que ninguna de ellas llegue a predominar de modo sostenido en todo el país. Si bien histórica y simbólicamente la brecha étnico-cultural y racial es la que marca más profundamente nuestra formación social, en el último medio siglo y a raíz de los procesos de expansión del mercado, urbanización, organización social y acceso masivo a la educación, las diferencias, brechas tienden a entrelazarse de modo a la vez más complejo y diferenciado regionalmente.” 67 Esta desintegración de la sociedad fue aprovechada por las clases dirigentes ya sean políticas y económicas en beneficio a sus intereses, promoviendo y fortaleciendo la ideología oficial, que es el 66
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Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p. 373 Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p. 373.
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conjunto de ideas, representaciones y actitudes, costumbres constitutivas de toda formación económica-social. Es parte de lo que ha sido denominado de la base económica de la sociedad. Con la división de la sociedad en clases, la ideología va a adquirir un carácter de clase. “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes que son la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes”.68 “Las clases dominantes, consciente o inconscientemente utilizan la ideología para plasmar o asegurar sus intereses particulares. En las sociedades con clase, la ideología dominante va a presentar un reflejo deformado de la realidad con dos propósitos: convencer a los explotados de que la situación es “natural”; auto convencer a los explotadores de que su dominio es también “natural”.69 Esta ideología “oficial” no solo legitimaba su uso sino también justificaba el orden de las cosas, formando y regenerando la formación de clases dirigentes ajenos a la realidad social y cultural del territorio. “Entre el temor de Dios y el deseo de ser rico sin trabajar, prima lo segundo. Los niños son seducidos, como antes lo fueron sus padres por la posibilidad de una vida sin esfuerzos, basada en el dominio de los demás. En teoría, el precio a pagar por esta desarmonía entre los valores interiorizados y los deseos y las acciones sería el sentimiento de culpa. Pero este conflicto ha sido amortiguado de diferentes formas. Básicamente por la iglesia y la ciencia, campos donde se ha desarrollado la influencia de intelectuales,
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Marx, K. (1995). El capital. Mexico: Fondo de cultura económica. Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p. 96
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laicos y religiosos que se han encargado de dirigir la vida espiritual de los sectores más favorecidos.” 70 Asimismo esta incongruencia de lo que se pregona y hace, siempre ha estado presente como una característica peculiar de nuestra sociedad, pero estas acciones siempre han tenido un fundamento para legitimarlo, como es el caso de los prejuicios raciales y culturales en el comportamiento de la población en general. “El prejuicio considera al otro distinto e inferior justifica la propia actitud, es decir, se legitiman las diferencias sociales a la par que se preserva la buena conciencia. De hecho los prejuicios coloniales han cumplido y aún lo siguen haciendo esta función.” 71 La utilidad de los prejuicios ha variado de acuerdo al tiempo, en un inicio sirvió para legitimar la ideología de la clase dominante, en otros casos influyo en la manera de ser y ver las cosas tanto de los sectores dominantes como de los dominados, que muchas de ellas han mostrado fatalismo, resignación, sumisión, sentimiento de inferioridad, apatía. Pero también brindó una oportunidad para cuestionarlo, así lo evidencia las diversas manifestaciones de rechazo a lo largo de nuestra historia. Posteriormente con la república, solo hay un cambio de protagonistas en las clases dirigentes, pues se continuaron con la misma política distante, excluyente de las masas populares. Pero hubo iniciativas de inclusión de las mismas: “pero que a medida que los sectores populares comienzan a ganar autonomía, las elites dejan de lado esta vocación de modernidad y apertura al cambio, y muestran entonces un comportamiento distinto,
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Portocarrero, G. ( 2007). Racismo y mestizaje. Lima: Fondo editorial del Congreso del Perú. p. 18 Portocarrero, G. ( 2007). Racismo y mestizaje. Lima: Fondo editorial del Congreso del Perú. p. 18
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muchas veces violento y reaccionario: clausura del espacio democrático imposición de dictaduras. La movilización popular revela que el racismo de la elite está mucho más enraizado, que el credo democrático es aún una impostura, tanto más convincente cuanto menos cuestionado. La ausencia de participación de los sectores populares y medios tiene que ver con la falta de una vocación democrática en las elites. La raíz de esta falta de vocación democrática, tiene que ver con las persistencia del colonialismo y de las doctrinas racistas que dificultaron cualquier nivel de identificación con las clases populares y alentaron una conciencia aristocrática.”72 Por otra parte la marginación de la cultura andina por parte de las clases dirigentes y por parte del Estado, también delimito nuestro desarrollo que se había caracterizado por ser “monocultural y homogeneizador en el cual modernización y occidentalización eran prácticamente términos sinónimos. El economicismo de las “grandes teorías” modernización y dependencia no dejaba espacio para consideraciones que tomara en cuenta la cultura. Las tradiciones locales eran concebidas más bien como obstáculos para el desarrollo. A partir de la década de 1980, estas teorías fueron atacadas desde varios flancos y finalmente abandonadas en busca de enfoques alternativos. En el marco de estas críticas, se plantearon nuevos interrogantes, relacionados con las diferencias culturales y el poder y su incidencia en el desarrollo. Por otra parte “la crítica al eurocentrismo generó una orientación que resaltaba el policentrismo y el plurarismo. En vez de Estadonación, el nuevo discurso sobre el desarrollo se enfocó en las 72
Portocarrero, G. ( 2007). Racismo y mestizaje. Lima: Fondo editorial del Congreso del Perú. p. 373
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culturas locales. La década de 1990 vio un clima intelectual más abierto y más receptivo el análisis del desarrollo con marcos teóricos que incluían prácticas, significados y discursos interculturales. Las teorías generalizadas y homogeneizadoras dieron paso a un enfoque que destacaba la diversidad y la diferencia.”73 Además otro factor que se ha sumado a los factores raciales y culturales, es la diferencia de clase que es producto de las ideas neoliberales que difunden la acumulación de riqueza por esfuerzo individual. “Las diferencias de clase, que concuerdan más con los nuevos desarrollos en el aspecto económico y las nuevas formas de explotación y dominación que se imponen en la región. Esta ideología que está íntimamente ligada al mito de la igualdad o la seudoigualdad que trae consigo la introducción del capitalismo en la zona, expresa básicamente lo siguiente: todos los hombres son iguales en esencia. Que los unos tengan más que los otros y estos menos que los unos, depende básicamente del empeño de cada individuo. En otras palabras, la diferenciación en clases, en niveles de ingreso, de bienestar, de libertad, es aceptada por medio de esta ideología. El que ocupa una situación inferior no lo hace porque la sociedad de clases, lo reduce a esta situación, porque es explotado por un terrateniente o comerciante, sino por su culpa. El que ocupa una situación superior lo hace gracias a su capacidad de superación. Simplemente es el más
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Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p.384
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apto en cuanto a los valores que todos profesan: el trabajo, la honestidad y la educación.”74 Ante esta confluencia de estos factores no solo se ha fortalecido la ideología dominante, sino también ha generado un cuestionamiento a la misma por parte de los sectores marginados, quienes perciben a “la verdad oficial, la narrativa criolla, que legitima la explotación del indio y del cholo. Fomenta el centralismo, concentra al Estado y sus funciones, tanto administrativas como represivas y civilizatorias, en la costa y en Lima. De esta manera, se generó una profecía auto cumplida, un círculo vicioso. La explotación económica y la exclusión política sujetaron al mundo andino y dificultaron su desarrollo económico y su afirmación cultural.”75 Pero esta percepción al igual que la ideología dominante es excluyente con los sectores dirigentes, no se ha logrado esa unidad cultural, al contrario se ha exagerado algunos aspectos llegando a percibir matices radicales a la “idea crítica”. “Una respuesta demorada, pero lo acelerado de su difusión nos dice que estaba siendo esperada, que en el mundo andino había un “deseo” insatisfecho con la narrativa oficial, no recogida por ella. Entonces, heredando y profundizando la crítica anti oligárquica, la “idea crítica” se cristalizó como un discurso neoindigenista que, en muy pocos años, se generaliza como alternativa a la narración criolla. La injusticia se ha perpetuado y hoy las clases altas y el capital extranjero continúan con la depredación del mundo andino. Las clases altas son foráneas, pero controlan
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Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p. 119
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el Estado y están aliadas con el imperialismo. Oprimen al pueblo.”76 Este discurso contestatario no ha logrado imponerse ante la ideología criolla, pues no hay la iniciativa de cambios en el orden político, económico; “solo se ha matizado con ciertos discursos hacia los indígenas que “es asumido como un “resto” o “residuo” que, convenientemente exotizado, puede ser una “identificación decente” y hasta “marketera”, un semblante con que el Perú puede integrarse como objeto de consumo en el supermercado multiculturista del capitalismo globalizado. Este (nuevo) sujeto criollo ve en lo andino una herencia (inesperada) que puede asumir como museo y floklore, como tesoro que lo valoriza ante el mundo.”77 Pero en realidad aún está presente los prejuicios raciales, culturales y de clase, siendo el eurocentrismo su expresión fundamental: “una perspectiva que atribuye a lo europeo la calidad de medida y de referencia privilegiadas de la experiencia de toda la especie; que lleva a mirar todo desde esa ubicación que tiende a organizar la percepción del mundo según las categorías de procedencia europea. El eurocentrismo forma parte de la colonialidad de las relaciones de poder, bloquea la capacidad de autoproducción y autoexpresión cultural, ya que presiona hacia la imitación y la reproducción. En la producción del conocimiento empuja hacia una perspectiva reduccionista en la cual son separados facultades y modos de experiencia y de reconocimiento que en la realidad se ejercen conjuntamente y hacer 76
Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p.120
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Portocarrero, G. ( 2007). Racismo y mestizaje. Lima: Fondo editorial del Congreso del Perú. p. 394
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ver aislados entre sí elementos de la realidad que no existen separadamente. Impide reconocer no sólo como necesaria, sino como legítima la diversidad porque sólo la admite como justificación de la desigualdad. De ese modo, bloquea la capacidad de reconocer las especificidades de experiencias históricas diversas y de sus implicaciones para el conocimiento y para la acción.”78 3.1.4. Un Enfoque de Desarrollo Basado en la Dimensión Cultural Los modelos de desarrollo aplicados en el Perú se han caracterizado por basarlo en la exportación de materias primas Ya lo dijo Juan Pablo Pérez Alfonso, fundador de la OPEP al referirse al petróleo de Venezuela llamándolo “Estiércol del Diablo”, pues los altos precio de las materias primas ha financiado el despilfarro antes que la construcción de Estados de Bienestar, es la maldición de los precios altos de los recursos naturales que nos dispensa del esfuerzo de construir avenidas transformadoras propias. El Perú no escapa de esta maldición, al contrario su historia nos muestra el despilfarro que ha caracterizado a nuestra economía, la ausencia de políticas que promuevan el desarrollo nacional, clases dirigentes que promuevan estas políticas, todo esto ocasiono que el capital fuera desaprovechado. Posteriormente hemos pasado a la etapa neoliberal cuyos ideales promueven el esfuerzo individual, la libertad de mercado, la no intromisión del Estado, aplicándose las privatizaciones de las empresas nacionales; si en un inicio hubo crecimiento y estabilidad económica no fue suficiente para impulsar un verdadero desarrollo.
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Quijano, A. (Año V, N°9). Notas sobre la cuestión de identidad y nación en el Perú. Márgenes, 261.
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Además se siguió manteniendo como principal actividad económica la exportación de materias primas, se afianzo la débil identidad con la nación tanto de parte de las clases políticas como económicas, lo que aumentó el abismo entre ricos y pobres. Por lo tanto solo se logró igualar la pobreza, la injusticia, la desigualdad, la exclusión y una mayor dependencia económica a factores externos. Por otra parte el Neoliberalismo como ideología no solo rigió nuestra economía sino también nuestros patrones de comportamiento social, pues esta corriente ha demostrado más que nadie, la conexión de la economía con la política, la cultura y lo social, comprobando su fuerte influencia en estos factores. Ya lo advirtió Flores Galindo al referirse al: “capitalismo va acompañado de rasgos que siginifican la penetración de occidente, la occidentalización del mundo andino, con una fuerza y una capacidad de arrastre como no había tenido el mundo occidental, feudal o mercantilista, no tuvo la capacidad de uniformizar una población como la que tiene el capitalismo del siglo XX. De hecho, el capitalismo requiere uniformizar las poblaciones, romper con las peculiaridades regionales y locales y establecer patrones comunes de consumo, de hábitos cotidianos y de comportamientos culturales.” 79 Esta uniformización incentivo el ingreso de la “modernidad” a sectores geográficos que se encontraban relegadas en un atraso absoluto, pues la necesidad de abrir nuevos mercados de consumo, obligó que también tengan acceso a ciertos avances tecnológicos como la luz eléctrica, carreteras, transportes, en el aspecto social acceso a la educación, a la ciudadanía. Es cierto que estos factores promovieron el cambio de las condiciones sociales, económicas de varios sectores de la población. Pero también derivó en afianzar su 79
Flores Galindo, A. (1994). Obras Completas VI. Lima: SUR casa de Estudios del Socialismo. p. 401
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situación solo como consumidores, pues no se promueve el sector productivo nacional. Este es el caso de la educación que en un inicio estivo inaccesible para una mayoría, luego con la intromisión del capitalismo se masificó su acceso. Pero “la educación formal se halla divorciada de la realidad campesina y poco o nada colabora en aumentar la productividad, habría que ver en qué medida se concibe una educación para el consumo, para la igualdad en el consumo, más que una educación para la producción; en qué medida los sectores dominados ven la “superación educativa como una posibilidad de mayor consumo, y de qué tipo de productos.”80 Ya lo advirtió Amartya Sen: “que los procesos de desarrollo impulsados desde afuera no sólo traen su propio know-how (conocimiento práctico) y su tecnología, sino una cultura propia, que probablemente colisione, directa o indirectamente, con las culturas locales de las comunidades en las que se ejecutan proyectos de desarrollo. Entonces si continuamos con la dependencia económica, descuidando la economía nacional estaremos propiciando la destrucción de nuestras fortalezas como país multicultural. Además elaborar un modelo de desarrollo que tome en cuenta estos factores, es complejo pues la diversidad cultural implica tomar en cuenta aspectos generales y particulares de acuerdo a cada contexto geográfico y cultural de nuestro territorio. Ya lo dijo José Carlos Mariátegui “el Perú según la geografía física, se divide en tres regiones la costa, la sierra y la montaña. En el Perú lo único que se halla bien definido es la naturaleza. Y esta división no es sólo física. Trasciende a toda nuestra realidad social y económica.” Considerando estos aspectos los nuevos enfoques de desarrollo están tomando en cuenta factores que estuvieron relegados, como es el caso de la cultura. Que “desde la perspectiva del desarrollo humano, 80
Degregori, C. I. (2013). Del mito de Inkarri al mito del progreso. Lima: Instituto Estudios Peruanos. p. 120
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el desarrollo de las personas es en última instancia la libertad de las mismas; libertad de optar, libertad de ser. Y, sobre qué se opta y se aspira a ser? No hay duda que sobre el basamento cultural, que resume la manera de ver el mundo, hay que superar la visión de que la preocupación por la cultura tiene que ver con el pasado, y el interés por el desarrollo con el futuro.”81 “La cultura no es, por lo general, tomada en cuenta por los especialistas en desarrollo. Esta es una situación que se repite en casi todo el orbe y también en el Perú. Los proyectos de desarrollo se diseñan y ejecutan sin considerar los factores culturales de cada comunidad, por lo que se asume que si un modelo funciona bien en un lugar, debe suceder lo mismo en otro. La definición de desarrollo como crecimiento económico, sin considerar otros factores, sigue dominando en la práctica de los especialistas, y en los organismos gubernamentales y no gubernamentales, que son los encargados de implementarlo en el país.”82 Un claro ejemplo son las actividades extractivas de recursos naturales, las cuales se realizan sin el adecuado estudio, como la elaboración de un correcto diagnóstico social, cultural y económico, asimismo no hay un monitoreo de la actividad económica y mucho menos un estudio de impacto cultural y ambiental. Esta falta de iniciativa se muestra no solo por parte de las empresas sino también por parte del Estado, ocasionando malos entendidos, equivocados conceptos, daños ambientales, situaciones violentas, vulneración de derechos fundamentales. Entonces el concepto de:
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Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 12 Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 12
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“desarrollo es integral; no sólo representa un alto ingreso económico por habitante, una democracia estable y un moderno sistema de valores, sino que constituye un triángulo cuyos lados son el desarrollo económico, el desarrollo político o democracia y el desarrollo cultural. Si alguno falla, los demás se debilitan. Si todos funcionan se apuntalan recíprocamente. Por ello no está demás analizar tres interacciones: la influencia de lo económico sobre lo político y lo cultural, la influencia de lo político sobre lo económico y lo cultural y la influencia de lo cultural sobre lo económico y lo político.”83 Al respecto la UNESCO también se hace partícipe de la convicción de que, en este sentido, todas las formas de desarrollo, incluido el desarrollo humano, están finalmente determinadas por factores culturales (1995:24). La cultura, entonces, está conformada tanto por lo material como por lo espiritual. Según esta visión, toda manifestación humana es un producto cultural; por lo tanto, la economía como el desarrollo material y las creencias que sobre ésta se construyen y se transforman, integran la cultura. No es posible, entonces, separar la cultura de las actividades económicas, y menos aún pensar el desarrollo fuera de la cultura, ya que constituiría un contrasentido.84 Al respecto el premio nobel de economía Amartya Sen (1999:3) señala “que hemos tenido una visión limitada del desarrollo al solo hecho de identificarla con crecimiento del producto bruto interno, aumento del ingreso individual, industrialización, avance tecnológico o modernización social. El crecimiento del PBI o de los ingresos individuales pueden, por supuesto, ser medios muy importantes pero no son determinantes. Para él, el desarrollo 83
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Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 13 Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 18
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representa más que eso, pues incluye la libertad de participación política, la libertad de discrepar, el recibir adecuados servicios de salud y educación, el tener derechos civiles y ser parte de la discusión pública. Esta última corriente, llamada con frecuencia desarrollo como libertad, es totalmente opuesta a la tendencia «reduccionista» del concepto de desarrollo, y constituye uno los puntos de partida para la re-elaboración del concepto de desarrollo humano.85 Entonces “el desarrollo viene a ser el uso pleno de la libertad que tienen las personas para decidir sobre sus vidas, sus ocupaciones, su consumo, su cultura y, en general, para lograr vidas plenas. Esta noción de desarrollo humano es un paso adelante hacia el ideal de concebirlo dentro de una perspectiva no sólo económica, sino más humanista y socialmente sensible.86 Pero la inclusión de la cultura debe estar adecuadamente analizada y comprendida, pues es un factor complejo, pero tiene ciertos patrones generales que nos puede ayudar a su comprensión y poder utilizarla adecuadamente para el desarrollo. Es así como a continuación describiremos algunos aportes de investigadores que han elaborado algunos referentes para analizar las dimensiones de la cultura nacional como fue el caso de “Hofstede (1991) quien define como dimensión un aspecto de una cultura que puede ser medido relativo a otras culturas; identificando cuatro dimensiones que definen las diferencias culturales entre países: Distancia de Poder, Aversión a la Incertidumbre, Individualismo y Masculinidad.”87
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Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 17 Romero Cevallos, R. R. (s.f.). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Recuperado el 3 de enero de 2016, de www.unesco.org/lima. p. 19 Farías Nazel, P. (s.f.). Cambios en las distancias culturales entre países: Un análisis a las dimensiones culturales de Hofstede. Recuperado el 3 de enero de 2016, de http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S101215872007000100007. p.2
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Cada uno de estos aspectos nos permite analizar nuestro modo ser, de pensar y de actuar, y como esto influye en nuestra política, en nuestras relaciones sociales y sobre todo como nos ven los demás. Por ejemplo la Distancia de Poder: que define el grado en el cual una sociedad acepta la distribución desigual de poder en instituciones (la familia, la escuela, y la comunidad) y organizaciones (centro de trabajo). Una alta distancia de poder indica que las desigualdades de poder y riqueza son consideradas aceptables dentro de la sociedad y aceptan estas diferencias con mayor facilidad que sociedades con bajos distancia de poder. Para el caso peruano hemos heredado la aceptación de la desigualdad de poder y riqueza, por haber sido un territorio conquistado y colonizado, esta condición llevó a desarrollar varios mecanismos de sujeción de tipo social, económico, político y cultural, que en muchos casos fueron violentos y autoritarios. Posteriormente en la república se mantuvieron estos mismos mecanismos de sujeción, pero con diferentes protagonistas. Este fue el caso del “gamonalismo que fue un mecanismo de reproducción y consolidación del poder político: una combinación entre la más dura violencia, el racismo y las actitudes paternales que caracterizó a su dominio sobre los campesinos.” Por otra parte se encontraba la oligarquía que fue una clase social numéricamente reducida, compuesta de familias cuyo poder reposaba en la propiedad de la tierra, las propiedades mineras, el gran comercio de importación-exportación y la banca. Esta diversificación de actividades torna más evidente el escaso interés que salvo excepciones tuvieron por las empresas industriales. La oligarquía se constituye como de un país dependiente, con un mercado escasamente desarrollado y desempeñado el papel de nexo entre el país y la metrópolis imperialistas (Inglaterra y Estados Unidos principalmente)”. En cuanto a los sectores mayoritarios fueron excluidos pues desde fines del siglo “XIX la oligarquía establece un dominio casi absoluto sobre la sociedad peruana. Este dominio es ejercido a través de un
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Estado que excluyó de la vida política a las grandes mayorías sociales y fue controlado por un grupo social bastante reducido. Esta exclusión de las mayorías y el monopolio de las minorías constituyen los rasgos centrales de un estado oligárquico cuyo funcionamiento se apoyó más en la dictadura (en la violencia) que en el consenso.”88 Esta situación solo acrecentó el abismo entre una minoría dominante y una mayoría dominada, que ha perdurado hasta la actualidad con ciertas variantes, iniciativas de cambio y cuestionamientos. Esta percepción de la existencia de una clase dominante excluyente siempre ha estado presente en la idiosincrasia de la mayoría de la población, cuyas condiciones sociales, económicas ratificaba las desigualdades de riqueza y poder. En cuanto a la segunda “Aversión a la Incertidumbre: que es el grado en el cual los miembros de la sociedad se sienten inconfortables en situaciones no estructuradas (Hofstede, 1980; 2001); pues son situaciones nuevas, desconocidas, sorpresivas e inusuales. Una alta aversión a la incertidumbre indica que los ciudadanos del país tienen una baja tolerancia hacia la incertidumbre y la ambigüedad. Esto crea una sociedad orientada a las reglas, que instruye normas, leyes, regulaciones y controles para reducir el nivel de incertidumbre. Estas reglas pueden ser escritas, pero también pueden ser no escritas y seguidas por tradición Por otro lado, una baja aversión a la incertidumbre indica que la sociedad tiene una menor preocupación por reglas, que acepta más fácilmente el cambio, más tolerante a opiniones y comportamientos alternativos, y una sociedad que adquiere más y mayores riesgos.”89
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Flores Galindo, Alberto. Obras Completas II. SUR Casa de Estudios del Socialismo. Lima. 1994. p. 129. Farías Nazel, P. (s.f.). Cambios en las distancias culturales entre países: Un análisis a las dimensiones culturales de Hofstede. Recuperado el 3 de enero de 2016, de http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S101215872007000100007. p. 2
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El alejamiento geográfico del virreinato peruano, brindo mayor independencia de acción de las autoridades, actuaron al margen de la leyes, pues era difícil o tardío una fiscalización por parte de la corona española; esta independencia fue aprovechada para acumular riqueza y poder. Esta costumbre de actuar al margen de las leyes se mantuvo en la república, la cual se afianzó con la alianza entre el Estado y los grupos con poder económico, pues ya no solo actuaban al margen sino que dirigían las leyes para beneficio de intereses particulares o actuaban en complicidad para evadirlas. Por otra parte esta evasión de las leyes también se dio en otros sectores de la población, quienes buscaron mecanismos para eludirlos, en algunos casos esta evasión fue un mecanismo para resistir las condiciones sociales, económicas desventajosas en la que se encontraban. Esta evasión solo influyo en la formación de un Estado débil, ausente y ajeno a la realidad social, económica, cultural del territorio, cuyos rezagos se viven hasta hoy. “El Individualismo: se refiere al grado en el cual los individuos prefieren actuar como individuos en lugar de actuar como miembros de un grupo (Hofstede, 1994). Es decir, es el grado en el cual una sociedad valora los objetivos personales, autonomía y privacidad por sobre la lealtad al grupo, el compromiso con las normas grupales y actividades colectivas, cohesividad social e intensa sociabilización. Un alto individualismo indica que la individualidad y los derechos individuales son supremos dentro de la sociedad, y tienden a creer que los intereses personales son más importantes que los intereses de grupo. Un bajo individualismo caracteriza a sociedades de una naturaleza más colectivista con lazos cercanos entre los individuos.”90
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Farías Nazel, P. (s.f.). Cambios en las distancias culturales entre países: Un análisis a las dimensiones culturales de Hofstede. Recuperado el 3 de enero de
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Nuestra cultura es la síntesis de la cultura española y la andina, donde cada uno aporta patrones de comportamiento, tal fue el caso de la solidaridad, reciprocidad, ideales de la cultura andina que hasta la actualidad sobreviven en la comunidad campesina, clubes de migrantes y otros tipos de organización. “Desde siempre, la organización ha sido una necesidad vital en el mundo andino. Escasos recursos, frecuencia de catástrofes, explotación y agresión del mundo externo, hacen que aquí no se pueda vivir sin organización. Una muestra actual de persistencia son los clubes de migrantes, que para algunos, esta institución prolonga a la comunidad en vida urbana. Para otros, se trata de una respuesta a los desafíos de un hábitat diferente.” 91 Lo cierto es que en todos ellos, sea cual fuere su origen, se debe elegir una directiva, hacer asambleas, un programa de actividades, esta costumbre es una herencia colonial del cabildo español, una cierta democratización, porque antes el manejo de la comunidad se concentraba en las familias curacales. Pero también está presente el individualismo en especial en las clases dirigentes con débil identidad con la nación, donde predomina más sus intereses de clase que de la nación. Desde inicio de la república hay una “ausencia de un sustrato de nación-comunidad humana con unidad lingüística, cultural, y tradición histórica económica en un contexto de desarticulación productiva, esos grupos hacen emerger un Estado que lejos de garantizar el bien común representaba para ellos legitimar la expansión de sus propiedades y exonerarse del pago de impuestos.”
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2016, de http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S101215872007000100007. p.2 Flores Galindo, Alberto. Obras Completas VI. SUR Casa de Estudios del Socialismo. Lima. p. 452
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Esta peculiaridad de las clases dirigentes se ha afianzado, a través de alianzas políticas con gobiernos de turno, económicas con capitales extranjeros, con el objetivo de mantener los privilegios a los cuales estaban acostumbrados. Pero estas acciones particularistas se han fortalecido con el neoliberalismo que promueven el esfuerzo individual, que unos tengan más que los otros y estos menos que los unos, depende básicamente del empeño de cada individuo. “La Masculinidad: es el grado en el cual valores como asertividad, desempeño, éxito y competición, los que son asociados con el rol masculino, prevalecen sobre valores como la calidad de vida, relaciones personales, servicio, solidaridad, los que son asociados con el rol femenino. Hofstede (1985) define Masculinidad como una preferencia por el logro, heroísmo, asertividad y éxito material. Una sociedad más “masculina” otorga mayor énfasis a la riqueza, al éxito, a la ambición, a las cosas materiales y a los logros, mientras que una sociedad más “femenina” otorga mayor valor a la gente, a ayudar a otros, a preservar el medio ambiente y a la igualdad. En una cultura masculina se dice que se vive para trabajar, en cambio, en una cultura femenina se dice que se trabaja para vivir.” 92 Esta última dimensión es muy interesante, pues los nuevos enfoques de desarrollo consideran que no solo será necesaria la riqueza material para lograr y mantener el pleno desarrollo, sino también la libertad para vivir de acuerdo a su cultura, trabajar para vivir como uno quiere vivir.
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2. LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL PERÚ
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2.6. CONTEXTO LATINOAMERICANO El desarrollo latinoamericano ha tenido sus propias características de acuerdo a su territorio geográfico, sus grupos sociales, tipos de gobiernos y modelos económicos aplicados, cuyos efectos ha generado conflictividad que hasta la actualidad busca el equilibrio de un bienestar común para toda la sociedad latinoamericana. Asimismo esta conflictividad se ha expresado en diversos conflictos sociales, que en estas últimas décadas han tenido sus peculiaridades de acuerdo al contexto y tiempo, determinando su fortalecimiento, debilitamiento y desaparición de los mismos. A continuación el resumen del contexto social, económico, político que ha caracterizado a Latinoamérica en estas últimas décadas: a) “1970-1982, gobiernos militares, en los que la visibilidad de los conflictos fue menor por la censura a los medios de comunicación y la libertad de expresión como parte de las restricciones a las libertades civiles, en ese período los conflictos colectivos se enfocaron a la recuperación de derechos democráticos y comprometieron un amplio espectro de actores. b) 1982-2000, retorno a la democracia y cambios estructurales e institucionales, período en el que las protestas se vincularon a las sucesivas crisis económicas y los impactos de los ajustes macroeconómicos orientados al modelo neoliberal que comprendía la transferencia al sector privado de los negocios públicos. En este período, surgen y se multiplican modalidades alternativas de protesta social para visibilizar demandas, principalmente de reivindicación económica, como las marchas, los bloqueos y la toma física de instituciones. También se
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producen conflictos por determinadas coyunturas o políticas aisladas asumidas por cada gobierno.” 93 Ahora bien, si analizamos los conflictos sociales de Latinoamérica de acuerdo a las etapas descritas, vemos que en el último periodo se originan varios de los conflictos sociales actuales, como consecuencia de la aplicación del modelo económico neoliberal: “(cuyo) crecimiento económico fue más bajo de lo esperado para el conjunto de la región y esto no ha contribuido a disminuir las brechas sociales de la pobreza, ni a una distribución más equitativa de los ingresos económicos, lo que ha generado altos niveles de desigualdad que se han exteriorizado en diversos aspectos como en lo social, económico y político.” 94 Además el área laboral fue el sector más afectado porque primo el desempleo y la inserción laboral precaria, afectando directamente a la economía de la mayoría de la población. “Dado que la inserción en las relaciones laborales es la principal fuente de sustento de vida de personas y hogares. Los países de la región muestran que ha aumentado el piso de los niveles de desempleo con los que funcionan las economías de la región, incluso en los que presentan mayores ritmos de crecimiento de su PIB. Sumado a esto, aumentó también la participación relativa del sector informal en el total de empleo de la región, alcanzando en 1998 alrededor del 48% del total. Si bien en la década de 1990 las tasas de crecimiento económico de la mayoría de los países superaron las observadas en la “década perdida” de 93
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Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 22. Busso, G. (2001). Vulnerabilidad social: nociones e implicancias de políticas. p. 4. Recuperado el 3 de enero de 2014, de //www.cepal.org/publicaciones/xml/3/8283/GBusso.pdf
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los años ochenta, el crecimiento fue insuficiente, casi la mitad del necesario, para mejorar el empleo y los salarios.” 95 Igualmente esta inestabilidad laboral, creo mayor incertidumbre e inseguridad en los ingresos presentes y futuros cuya distribución fue inequitativa, así lo reflejó la inexistencia o baja cobertura de los seguros de desempleo y la disminución al acceso a la seguridad social. Estas condiciones de vulnerabilidad y la percepción de desamparo por parte del Estado para tomar medidas correctivas, deterioraron las condiciones sociales de la mayoría de la población, afectando las formas de organización social tradicionales como los sindicatos y los partidos políticos que se vieron reducidos su protagonismo en la esfera política. Al respecto Atilio Borón señala: “que se ha debilitado hasta grados extremos la integración social, se ha disuelto los lazos colectivos y la trama de solidaridades preexistente. También las tradicionales estructuras de representación colectiva de los intereses populares se encuentran en crisis; partidos y sindicatos pierden su eficacia reivindicativa y su credibilidad social absorbidos por las tendencias del capitalismo neoliberal, convirtiendo a los partidos en simples sellos de goma privados de toda capacidad de convocatoria y movilización; y la flexibilización laboral y la progresiva informalización de los mercados de trabajo destruye de raíz los fundamentos mismos de la acción sindical.” 96
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Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 24. Espeche, C. (2003). Los nuevos sujetos de la protesta social y sus reivindicaciones. Las demandas de participación popular frente al desafío de una profundización de la democracia en América Latina. Buenos Aires: CLACSO. p. 8.
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Ante este contexto surgieron nuevas vías de expresión de la inconformidad por parte de la población, como son las protestas sociales acontecidas en las últimas décadas en Latinoamérica: a) “Protestas sociales constituidas desde una demanda de acceso a los recursos, económicos, políticos, de libertad de expresión, información, etc. b) Protestas sociales configuradas como lucha por la significación y el sentido de los fenómenos sociales.” 97 Estas protestas han tenido diversos impactos sociales, económicos, políticos; teniendo un mayor protagonismo las protestas configuradas como luchas por la significación; es decir: “protestas que exigen no solo el acceso, cantidad o calidad de recursos, sino su estabilidad en el tiempo, lo que implica un cambio de sistema y de régimen político; esta exigencia hace compleja su resolución definitiva por parte del estado. Estos son los casos de los Piqueteros en Argentina, los Sin Tierra en Brasil, el Movimiento Cocalero en Bolivia; que buscan transformaciones sociales amplias que desafían al sistema político. Cuando el colectivo logra articular sus demandas la lucha social y política adquiere mayores dimensiones y podría detentar la configuración de una contra-hegemonía; donde las demandas se orientan a establecer reformas o transformaciones sociales que incluyen la integración y la legitimación de sectores menos aventajados.” 98
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Rabinovich, E. (2011). "Vamos a portarnos mal" protesta social y libertad de expresión en América Latina. Mexico: Centro de competencia en comunicación para América Latina. p. 34. Rabinovich, E. (2011). "Vamos a portarnos mal" protesta social y libertad de expresión en América Latina. Mexico: Centro de competencia en comunicación para América Latina. p. 36.
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Como vemos la sociedad menos favorecida está logrando no solo una mayor visibilidad política, sino también está ampliando su cobertura de participación en la misma, pues no solo manifiesta sino también exige atención a sus demandas por parte del Estado. La acción para el desarrollo social deviene, en acción política; por lo cual el desarrollo social no puede lograrse al margen del quehacer político de la colectividad socialmente organizada. Y de esta manera resolver problemas en forma conjunta y no aisladamente, de igual forma lograr un bienestar general sostenido a largo plazo.” 99 Esta finalidad de los conflictos sociales se están tergiversando al momento en que se radicalizan y se tornan violentas, estos escenarios se desencadenan por la falta de respuesta a las demandas oportunamente, cuyos actores perciben un desinterés de los responsables, por lo que se tornan inalcanzables y se desarrolla un ambiente frustrante. Pero como perciben los actores las condiciones sociales, económicas y políticas que originan los conflictos sociales: “Primero ciudadanos que percibieron las desigualdades como condiciones normales e inevitables, desincentivando así las potencialidades de acción para un cambio que se considera inviable. Segundo niveles tan altos de desigualdades, que se explicitan en la percepción de las personas, favorecerían un aumento de los niveles de frustración individuales y colectivos y, por lo tanto, termina en un conflicto social. Este último enfoque se potenciaría también por el papel de los medios de comunicación y el acceso a la cultura globalizada, lo cual introduce nuevos parámetros de comparación, y provoca nuevos 99
Delgado, C. (2001). Problemas Sociales en el Perú Contemporáneo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. p. 36.
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deseos y demandas difíciles de satisfacer. Este fenómeno genera frustración de expectativas y probablemente es una de las principales fuentes de conflicto y malestar que dificultan la gobernabilidad democrática”.100 Es por ello que la tendencia a una mayor radicalización de las formas de lucha, pone de manifiesto la temporalidad de las acciones de protesta (acciones prolongadas o por tiempo indeterminado); generalizándose formas de lucha confrontativas en desmedro de las medidas demostrativas, aplicando modalidades como los bloqueos de carreteras (característicos por ejemplo de la protesta de los movimientos de trabajadores desocupados en Argentina o de los movimientos indígenas y cocaleros del Área Andina), otra modalidad son las ocupaciones de tierras (impulsadas por los movimientos campesinos) o de edificios públicos o privados. Por otra parte estas nuevas formas de participación de la población son más horizontales y abiertas a temas antes segmentados a ciertos grupos sociales, como es el caso de los partidos políticos y los sindicatos que en estas últimas décadas han perdido protagonismo y confianza. Es por ello que a través de estas nuevas formas de participación hay una mayor conciencia comunitaria de los problemas sociales, económicos y políticos que aquejan a la región. “Los procesos de ajuste implementados en América Latina y la consecuente profundización de la exclusión social, han impulsado un cotidiano de protestas y movilizaciones sociales que atraviesan, de modo heterogéneo, toda la región. Los procesos de debilitamiento de los partidos políticos y el Estado se han desarrollado paralelamente al surgimiento de una dinámica de la sociedad civil y la renovación organizativa de movimientos sociales; ahora se exigen 100
Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.162
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vía directa a los gobernantes la resolución de sus peticiones. Y como el modelo muestra su incapacidad para resolver la pobreza o la inequidad de manera estructural pero ha desarrollado una interlocución “directa con el pueblo” se acrecienta el descontento social y el malestar social pero también la exigencia de acción gubernamental a través de movilizaciones sociales.” 101 Es por eso que estas nuevas vías de participación están siendo consideradas como mecanismos legítimos de una democracia participativa, fundamentado en diversos derechos políticos como la libertad de asociación y expresión. Pero esta práctica ha conllevado a una serie de contradicciones en su interpretación al momento que las protestas se tornan violentas, criminalizándose muchas de ellas y por lo tanto vulnerándose los derechos que la promovían. Al respecto Roberto Gargarella, constitucionalista latinoamericano que más ha reflexionado y escrito sobre protestas sociales y derechos señala: “es preocupante que un sistema democrático conviva con situaciones de miseria, pero es catastrófico que tales situaciones no puedan traducirse en demandas directas sobre el poder público. El Estado debería prestar especial atención a los grupos que tienen graves dificultades para hacer oír sus voces y llamar la atención del poder público, sobre todo cuando los reclamos aun los que exteriorizan del modo más disruptivo se vinculan con la demanda de derechos fundamentales que el propio Estado ha desatendido.” 102
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Rabinovich, E. (2011). "Vamos a portarnos mal" protesta social y libertad de expresión en América Latina. Mexico: Centro de competencia en comunicación para América Latina. p. 18 Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 145.
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Al respecto hace ya, más de cuarenta años atrás, el juez de la Corte Suprema norteamericana William Brennan en referencia a un grupo de manifestantes que eran acusados de bloquear el tránsito alegaba que “los métodos convencionales de petición pueden ser, como suelen serlo, inaccesibles para grupos muy amplios de ciudadanos que no controlan la televisión o la radio o que no tienen la capacidad económica para expresar sus ideas a través de los periódicos”.103 Del mismo modo, la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Corte Interamericana Derechos Humanos reconoció que para los sectores más empobrecidos del hemisferio, los canales tradicionales de participación se ven muchas veces cercenados. “Ante ese escenario en muchos países, la protesta y la movilización social se han constituido como herramientas de petición a la autoridad pública y también como canal de denuncias públicas sobre abusos o violaciones a los derechos humanos” 104 Entonces considerando los anteriores comentarios las protestas sociales son prácticas legítimas de la democracia, fundamentado en derechos políticos y sociales con el objetivo de promover el bienestar común de la mayoría de la población. Es por eso que la “democracia participativa ha asumido una nueva dinámica protagonizada por comunidades y grupos sociales subalternos en lucha contra la exclusión social y la trivialización de la ciudadanía y encaran a un sistema político elitista que no reconoce la diversidad de la nación” 105
Ante esta coyuntura los conflictos sociales están siendo asumidos como mecanismo de cambio, cuya temática es de acuerdo a las 103
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Ruiz Molleda, J. (2011). ¿Es delito la toma de carreteras? Recuperado el 23 de abril de 2014, de //www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=653 Aisenstein, M. (2012). Las manifestaciones públicas como ejercicio de la libertad de reunión. Corte Interamericana de Derechos Humanos. p. 1. Borón, A. (2006). Política y movimientos sociales en un mundo hegemónico. Recuperado el 24 de marzo de 2014, de //biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/sursur/20100711033702/lechini.pdf. p. 244.
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necesidades temporales de la población. Así lo demuestra las diversas temáticas de los conflictos sociales de Latinoamérica que a continuación describimos: Las demandas y luchas por una mejor calidad de vida Está asociado a una mayor demanda de participación ciudadana para una gestión adecuada de recursos naturales, debido a la escasa presencia del Estado, tal es el caso de los conflictos socioambientales, que según Patricia Urteaga afirma que: “ahora son un indicador que existen problemas de gobernabilidad, es decir, que la capacidad de gobierno que tienen las instituciones, incluyendo el Estado, sobre los individuos y los recursos están en crisis,...puesto que en los últimos años, el rechazo de las poblaciones locales a la imposición de decisiones desde el gobierno central, sin ser consultadas previamente, ha ido en ascenso.”106 Este es el caso de algunas demandas de los movimientos indígenas quienes se muestran contrarios a la continuación del modelo económico neoliberal, pues consideran que este modelo económico es incapaz para avanzar hacia un desarrollo humano sostenible. Los conflictos institucionales que buscan mayor eficacia y legitimidad de las instituciones del Estado Un claro ejemplo de estos conflictos sociales son las que se originan a partir de las privatizaciones de las empresas nacionales, que trajo como consecuencia despidos masivos, afectando a varios sectores de la población. Estos conflictos tienen dos etapas: 106
Huamán Velasquez, I. (2012). Medios de Comunicación en Conflictos socioambientales: tratamiento periodístico del conflicto socio-ambiental Quellaveco. Recuperado el 3 de abril de 2014, de //tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/1657. p. 13,14.
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Primera: cuya resistencia social fue liderada fundamentalmente por los sindicatos y los trabajadores de los sectores implicados. Segunda: se agregan otros actores de la población, que asumen un compromiso de mayor amplitud. En la primera etapa, las protestas quedaron restringidas a los trabajadores y no pudieron conformar frentes sociales más amplios que trascendieran las reivindicaciones particulares, las mismas fueron en general derrotadas. Luego de la privatización buena parte de los ex empleados de la empresas privatizadas pasaron a engrosar las filas de desocupados; generando mayor amplitud de los perjudicados, asumiéndose mayor conciencia de las consecuencias sociales de la privatización. Un claro ejemplo, son las protestas impulsadas por el Frente Cívico de Arequipa, en el sur del Perú, contra la venta de las empresas públicas del servicio eléctrico (2002), otro caso son las protestas del Congreso Democrático del Pueblo en Paraguay por la derogación de la ley que habilitaba la privatización de empresas del Estado (2002). Estos casos sirven para ilustrar la amplia convergencia de sectores sociales en contra de las privatizaciones (federaciones campesinas, sindicatos, estudiantes, ONGs y partidos políticos) cuyas luchas resultan provisoriamente exitosas y obligan a los gobiernos a dar marcha atrás en sus intenciones privatistas. Por otra es pertinente mencionar el aporte de la organización sindical en la configuración de los conflictos sociales, pues a pesar que ha perdido protagonismo, se han mantenido algunos frentes como el sindicato de los profesores. “Los trabajadores asalariados urbanos, que ocupa un lugar destacado en el mapa de la protesta social, representando más de un tercio de los conflictos relevados a lo largo del período que va desde estas luchas de los asalariados públicos, como por ejemplo los maestros y profesores cuyas reivindicaciones
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refieren fundamentalmente al aumento salarial, el pago de sueldos pendientes, el incremento del presupuesto educativo, el rechazo de las propuestas de reforma educativa (en particular, a la flexibilización de las condiciones laborales). En algunos países, las acciones que resultan de la oposición a la privatización de la educación pública permiten la convergencia con sectores estudiantiles (en el ámbito universitario) así como con otros sectores (padres de alumnos, por ejemplo) que, apoyando los reclamos docentes y participando en la defensa de la educación pública, parecen señalar la aparición de la forma “comunidad educativa” en el desarrollo de estos conflictos”.107 Otra organización sindical con cierto protagonismo es el caso de los empleados administrativos que se movilizan en contra de despidos, por aumentos salariales o haberes adeudados, por incremento de presupuesto y contra la reforma del Estado; como es el caso de los trabajadores de la salud. Es interesante destacar que las formas de protesta en los sectores mencionados adoptan recurrentemente la modalidad de paros prolongados incluso por tiempo indeterminado y se articulan tanto en la forma de huelgas nacionales y regionales convocadas por las centrales sindicales. Los conflictos culturales que buscan cambiar los modos de vida Este es el caso de los movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador, cuya trayectoria y dinámica ha caracterizado este tipo de conflictos. “Trascienden las reivindicaciones sectoriales para llegar a cuestionar tanto la política económica en general como la legitimidad política del gobierno, 107
Seoane, J. (2006). Las nuevas configuraciones de los movimientos populares en América Latina. Recuperado el 6 de mayo de 2014, de //bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/sursur/politica/PIIICuno.pdf. p. 20
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instalándose así en la apertura de un momento de crisis política que, aunque de corta duración, amenaza con adoptar un carácter crónico. Sin duda esta importante conflictividad registrada en los países andinos mencionados contribuye a consolidar la presencia del sector campesino-indígena como uno de los actores principales de la conflictividad social reciente en la región.” 108 Un caso interesante es el movimiento indígena ecuatoriano que ha pugnado por el reconocimiento de un proyecto político de un Estado plurinacional, que busca garantizar el autogobierno de las diferentes nacionalidades indígenas. En México también tenemos la experiencia del movimiento zapatista que reclama el reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos indígenas cristalizados parcialmente en los llamados Acuerdos de San Andrés (1995), habrán de inspirar la “caravana por la dignidad” que recorrerá buena parte de México en los primeros meses del 2001 en reclamo de su cumplimiento. Además a esta breve descripción debe sumarse la acción de los movimientos indígenas del Altiplano boliviano (y también, aunque en menor medida, del lado peruano) así como los llamados “movimientos cocaleros” protagonizados por los campesinos aymaras del Chapare y la región de los Yungas en Bolivia y en el sur de Perú contra la política de erradicación del cultivo de la hoja de coca que encarna las exigencias del gobierno norteamericano.
108
Seoane, J. (2006). Las nuevas configuraciones de los movimientos populares en América Latina. Recuperado el 6 de mayo de 2014, de //bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/sursur/politica/PIIICuno.pdf. p. 14
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2.7. Los Conflictos Sociales en el Perú Los conflictos sociales en el Perú han tenido sus peculiaridades en su origen, dinámica, temporalidad y desaparición; cuyas demandas y actores también han variado durante estas últimas décadas, unas se han afianzado, otras han desaparecido y otras han surgido, estas peculiaridades deben ser tomadas en cuenta al momento de interpretar y comprender la dinámica de los conflictos sociales en nuestro país. Pero lo cierto es que los conflictos sociales surgen a partir de las necesidades insatisfechas de ciertos sectores de la población, que son percibidas como riesgo o amenaza, planteándose la necesidad de una respuesta a través de la movilización que considera una oportunidad para conseguir su objetivo. El reconocimiento de estas necesidades, percepciones y oportunidades es un primer paso para la prevención de los conflictos. Es ahí el doble papel que juega el Estado, pues la gran mayoría de los conflictos se originan como reacción a alguna iniciativa del gobierno: un proyecto de inversión grande, la privatización de infraestructura estatal, o una medida legal que genera la resistencia de las poblaciones afectadas; también es una reacción por su inacción por no garantizar el cumplimiento de derechos o acuerdos entre actores sociales y privados. Este doble papel del Estado como juez y parte, ha influido que sea incapaz de afrontar con eficiencia el tratamiento de los conflictos sociales, reaccionando en algunos casos de manera tardía como la instalación de mesas de diálogo o el envío de comités de alto nivel cuando un conflicto asume formas violentas, desplegando mucho activismo, pero sin una política propiamente dicha de respuesta ante los conflictos y mucho menos una política de prevención; pues las instituciones públicas no cuentan con un protocolo de prevención o resolución de conflictos.
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Por otra parte al igual que en Latinoamérica, en el Perú la aplicación de la política neoliberal ha afianzado la generación de los conflictos sociales. En la década del 90’ el gobierno de Fujimori inició la aplicación del programa neoliberal del Consenso de Washington, en un contexto internacional favorable contrario al de los ‘80, caracterizado por el retorno de los créditos externos, la reducción de las tasas de interés internacional, y el dominio ideológico del mercado libre y de la consecuente eliminación de la intervención económica del Estado; definiéndose su papel en función del principio de la austeridad y el equilibrio presupuestal, iniciándose las privatizaciones de las empresas estatales y de algunos servicios (seguridad social, educación, etc.).” 109 Es por ello que en la década del 90’ se masifico los despidos, los desempleos, disminuyo los ingresos, se acentuó una inflación; lo que vulnero ciertos derechos de la población como el acceso a la educación, alimentación, seguridad social, seguridad laboral; generándose una percepción de riesgo por parte de la mayoría de la población. Es por ello que en este contexto se originaron nuevos movimientos sociales, y declinaron otros, como fue el caso del movimiento sindical que tuvo mayor protagonismo en los años 60´, 70´, 80´, teniendo un declive en la década del 90´, porque muchas empresas estatales fueron privatizadas generalizándose despidos, al no haber empleados que defender los sindicatos decayeron en su organización, resistiendo algunos sindicatos como es el caso del SUTEP y gremios como la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP). 109
Rabinovich, E. (2011). "Vamos a portarnos mal" protesta social y libertad de expresión en América Latina. Mexico: Centro de competencia en comunicación para América Latina. p. 163.
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Asimismo, la inflación económica que caracterizó la época, obligo al Estado subvencionar mediante políticas sociales la entrega de productos de primera necesidad, dando origen a las organizaciones sociales de base de mujeres, como comedores populares, club de madres, vaso de leche; estos movimientos tuvieron protagonismo político durante toda la década del 90’, cuya su movilización ha logrado una serie de leyes como 24059, 25307 y 27470 que institucionalizaron el Programa del Vaso de Leche a nivel nacional, asimismo se creó el Programa Nacional de Apoyo Alimentario (PRONAA); estos logros no hubieran sido posibles sin la presión de estas organizaciones. Otro movimiento social que surge en esta década son los movimientos de derechos humanos, que se originan por causa del conflicto armado que caracterizo esa época. En cambio para la década del 2000 el contexto social, económico, político fue diferente, lo que influenció en las nuevas temáticas, actores y dinámica de los conflictos sociales, los cuales muchos de ellos se han mantenido hasta la actualidad. “La economía se estabiliza con un crecimiento, lo que permitió un proceso de institucionalización democrática, aperturándose espacios para la participación de la sociedad civil en diversas decisiones del Estado, se inicia el proceso de regionalización y descentralización. Sin embargo, hay una baja legitimidad de las instituciones, altos niveles de desconfianza ciudadana frente a las autoridades, y crecientes niveles de conflictividad social, que muchas veces desencadenan episodios de violencia.” 110 Por otra parte en cuanto al tratamiento de los conflictos sociales por parte del Estado peruano es contradictorio y diferenciado de acuerdo a otros factores como la ubicación geográfica en el que se 110
Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Poder Social y Poder Político. Recuperado el 13 de enero de 2014, de //www.jundep.cl/Documentos/ALOP%20IDD.pdf. p. 132.
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desenvuelven. Es así como la relación geográfica: costa-sierra-selva; y en términos del binomio ecológico urbano-rural; han determinado no solo el acceso a los mecanismos de poder de los diversos sectores de la población, sino también su tratamiento y resolución por parte del Estado. “Pues no debemos olvidar que la costa ha sido la región socialmente privilegiada y dominante en el Perú, con respecto al interior del país; asimismo la relación diferencial entre lo rural y urbano también ha determinado la atención del gobierno, puesto que las zonas urbanas disfrutan de ventajas que colocan a los grupos sociales rurales en inferioridad de condiciones dentro de la sociedad peruana: la prevalencia de lo costeño y de lo urbano sobre lo serrano-selvático y lo rural se manifiesta prácticamente en todos los aspectos de la vida social peruana.” 111 Es por ello que los conflictos sociales ubicados en la selva y en algunos sectores de la sierra, han sido desmerecidos de la atención por parte del Estado, lo que ha dado mayor impulso a la radicalización de sus acciones de protesta, ocasionando enfrentamientos entre el Estado y la población, este fue el caso de Conga y de Bagua, donde los “programas económicos muchas veces no han sido informados ni consultados debidamente; creándose percepciones negativas generándose una conflictividad de incompatibilidad de estas actividades con su modo de vivir de dichas poblaciones, oponiéndose a estas actividades.” 112 Estas acciones de parte del Estado, solo afianzó la percepción de desigualdad social, económica y política de la población, fomentando una mayor generación de conflictos con una dinámica 111
112
De Echave, J. (2009). Minería y conflicto social. Perú: Instituto de Estudios Peruanos . p. 253. Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales. pp. 24.
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violenta. “Mayores conflictos asociados a mayores niveles de radicalidad en la protesta, y en consecuencia menores niveles de legitimidad del régimen institucional, lo que ocasiona que muchos conflictos tienden a escalar por falta de marcos institucionales capaces de ofrecer plataformas de diálogo y negociación; para dar respuesta a las demandas de los actores de los conflictos sociales.” 113
Además debemos mencionar que la dinámica violenta de los conflictos sociales no se da de forma directa, al contrario es consecuencia de la poca importancia que el Estado da a las acciones persuasivas que realizan las organizaciones sociales a través de escritos, memoriales, las cuales tienen escasa atención. Este desinterés obliga a los actores de los conflictos sociales ejecutar acciones directas de confrontación, más que acciones persuasivas; perjudicando la madurez organizacional y la tergiversación de los objetivos de los conflictos sociales. “Pues si es una organización fuerte con capacidad de formulación de demandas y negociación puede plantear pedidos viables y obligar a su adversario a sentarse para conversar antes de recurrir a medidas más drásticas; en cambio una organización débil, tiene que recurrir a formas más disruptivas para hacerse escuchar, y sus demandas no siempre podrán ser atendidas. En la experiencia contamos con organizaciones débiles pues aplican medidas de fuerza como: paros, huelgas, bloqueos de carretera, etc. Convirtiéndose en una estrategia habitual en los conflictos, es ahí la importancia de fortalecer la organización social, y no debilitarla.” 114
113
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Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p. 49 Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales. p. 24.
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Por otra parte el Estado tiene la percepción que a mayor organización, mayores acciones de protesta; desconociendo que es posible prevenir la radicalización de los conflictos sociales a través de mecanismos de negociación eficaces, que muestren interés por las acciones persuasivas y evitar la radicalización de las acciones confrontativas entre las organizaciones sociales y el Estado, pues a mayor organización mayor posibilidad de negociación. “Analizar los niveles de radicalización a partir de las medidas de presión utilizadas denota algunos patrones interesantes como por ejemplo, las cuestiones estructurales siguen siendo fuentes de desestabilización, en particular los temas socioeconómicos, las fallas institucionales y las brechas sociales, que cuanto más anchas son las brechas sociales tanto más conflictivos son los países. Por otro lado, la relación con la radicalización no es lineal, sino que dibuja una “U” en la cual los países con brechas medias tienen menos casos de violencia y enfrentamiento que los países de brechas amplias y bajas. Para el caso del Perú tiene promedios de radicalización bajos frente a un volumen de conflictos muy alto. Una posible explicación pondría el énfasis en los procesos de integración y cohesión social relativamente exitosos, que están en el origen de un mestizaje más generalizado, sin fracturas tan profundas como en otros países”.115 Como vemos son varios los factores sociales, políticos que intervienen en la dinámica de los conflictos sociales; al respecto la Defensoría del Pueblo expresa que el tratamiento de los mismos ha ido cambiando a lo largo del tiempo, conforme ganan amplitud e importancia, los nuevos actores sociales.
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Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.139
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“Pues el rol que antes asumían las federaciones agrarias, los sindicatos y hasta los partidos políticos, hoy en día lo ocupan organizaciones generadas muchas veces ad hoc en el contexto del conflicto mismo: “comités de lucha” y “frentes de defensa” que, por lo general, se desintegran cuando el conflicto se resuelve; pero hay movimientos que se han mantenido como el caso de los movimientos indígenas, agrarios, sindical.” 116 Por otra parte, los diferentes movimientos sociales actuales se han caracterizado por ser movimientos reformadores, más que antisistémicos, pues buscan la reforma del Estado, cambio de la Constitución, y el cambio del modelo económico neoliberal; declinando los discursos clasistas y revolucionarios. “El discurso más radical hoy en día viene de los nacientes movimientos indígenas y el referido a las industrias extractivas; lo que demuestra que hay una tendencia a que los movimientos en general empiecen a reclamar cambios más fundamentales en el modelo económico (y en las políticas económicas asociadas) y en la Constitución y el Estado.” 117
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Arce, M. (2012). Algunos apuntes sobre los movimientos y protestas sociales en el Perú. Recuperado el 20 de junio de 2014, de //web.missouri.edu/arcem/articles/algunos_arce.pdf. p. 278.
117
Arce, M. (2012). Algunos apuntes sobre los movimientos y protestas sociales en el Perú. Recuperado el 20 de junio de 2014, de //web.missouri.edu/arcem/articles/algunos_arce.pdf. p. 288.
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2.8. Antecedentes Históricos y Tipología de los Conflictos Sociales en el Perú El contexto social, político, económico de nuestro país a lo largo de estas últimas décadas ha influido en el origen, características y dinámica de las diversas acciones colectivas, que han sido denominadas por diversos conceptos sociológicos como: protestas sociales, movimientos sociales y en la actualidad son denominadas como conflictos sociales. Asimismo los actores sociales que han sido partícipes de estas manifestaciones han variado, unos se han afianzado, otros han perdido protagonismo y otros han desaparecido, este es el caso de los gremios sindicales como el SUTEP, construcción civil que han perdido su protagonismo, pero aún se encuentran vigentes, en otros casos hay organizaciones que han desaparecido como las organizaciones de base de mujeres; y por último otros han emergido como los frentes cívicos de defensa que conglomera a varias organizaciones e identidades de clase; lo que evidencia una descentralización de las acciones colectivas con el objetivo de satisfacer demandas con mayor impacto social, económico y político. Por otra parte la trayectoria de las acciones colectivas de décadas pasadas, han tenido sus peculiaridades, cuyos actores, demandas y logros han variado y en algunos casos se han mantenido; a continuación haremos una descripción de esta trayectoria para una mayor apreciación de las manifestaciones sociales de nuestro país, para lo cual se tomará en cuenta la descripción resumida elaborado por Amarildo De la Cruz Mercado 118 que nos permite conocer la trayectoria de las acciones colectivas desde décadas pasadas hasta la actualidad:
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De la Cruz Mercado, A. (2002). Desborde popular y ciudadanía en el movimiento social de Arequipa Junio. Arequipa: Universidad Nacional de San Agustin. p. 19, 22.
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Cuadro N° 1.3 PROCESO HISTÓRICO DE LOS MOVIMIENTO SOCIALES Año 1920
Actores Sociales Oligarquía Campesinos, Indígenas Gamonal Obreros Clase Obrera Sectores radicales Oligarquía Gamonal Campesinos Clases medias populares Clase Obrera fortalecida Campesinos Clases medias APRA Frente democrático nacional Clase obrera Dirigentes sindicales Mayor presencia de clases medias locales Estudiantes universitarios Democracia Cristiana
Demandas Abolir a la servidumbre Reivindicaciones laboral
Logros 8 horas laborales
Contra el centralismo Luchas Anti- oligárquicasgamonales Reposición
Descentralización con el APRA y el comunismo
Descentralización Primeras demandas sociales básicas
Se descentraliza el desarrollo Comienza los intentos de reforma agraria en el Perú
Cambios tecnológicos Independencia de las exportaciones primarias Aumentan necesidades de los servicios sociales básicos Reivindicaciones sindicales
1960
Fuerza en las clases medias Campesinos Obreros Dirigentes populares Intelectuales Guerrillas Movimiento universitario Nueva Izquierda
1970
Movilización de las mujeres Sindicalismo de clase Dirigentes populares Clases medias populares Comunidad industrial
Reivindicaciones de clases medias Pliego de reclamos y pacto laboral Aumento de demandas de servicios básicos de sectores populares Salario digno y justo Se plantea independencia y conciencia de clase Lucha de la tierra en el Perú Aumento de demandas sociales básicas Salarios justos al capitalismo Reivindicaciones sociales a los trabajadores y empleados Comodidades laborales Estatizaciones
Movilizaciones campesinas populares Movimientos sindicales Se canalizó la revolución de identidades Masivas migraciones Reaparece movimiento sindical clasista Migraciones Reforma agraria Descapitalización de las haciendas Nueva orientación ideológica político de la izquierda Nuevo panorama sindical Reaparece CGTP
1930
1940
1950
Fenómeno forzado de migración
Proceso de urbanización acelerado Se incrementa el poder político de los trabajadores
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1980
Participación política de la mujer Dirigentes sindicales Clases medias
1990
Consolidación del sector informal Sectores profesionales Sectores populares marginales Juventud universitaria Mujeres dirigentes Out.siders
2000
Marcha de los cuatro suyos Población en general Frentes Regionales
Lucha contra el terrorismo Lucha contra la hiperinflación Rehabilitación servicios básicos productos de desastres naturales Protesta contra el neoliberalismo Estabilidad laboral, económica Apoyo al sector agrario Mejores condiciones de vida Generación de empleo productivo Aumento en la canasta básica familiar- empleada En contra de la corrupción generalizada Mejores condiciones de vida de la población Demandas populares Trabajo
Consolidación de la federación minera del Perú 1972 Proceso de modernización y urbanización Desarrollo de movimientos sindicales y clasistas Se promulga la ley de estabilidad laboral DL 18471 Informales incursionan en lo social, político Iniciativas propuestas industriales Desaparición de movimientos sociales 1992 surgen nuevamente movimientos sociales: Jinetes de Huancavelica, Frente patriótico de Loreto, Comisión cívica de Arequipa, Asamblea popular de Cuzco entre otros. Caída de la dictadura 8 horas Negociación colectiva Arreglo por sectores
Fuente: De la Cruz, Mercado Amarildo. Desborde popular y ciudadanía en el movimiento social de Arequipa junio 2002.
Este resumen evidencia que las acciones colectivas expresadas a través de protestas, movimientos sociales a lo largo de las décadas pasadas, han tenido diversos actores, demandas y logros, que si hacemos una comparación con el actual panorama social; vemos que la participación de la población en general es mayor a través de organizaciones sociales no clasistas, que conglomera varias identidades, como el caso de los frentes cívicos, Frentes de defensa. Actualmente la movilización social se ha descentralizado en varias organizaciones clasistas (sindicatos) y no clasistas (movimientos
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sociales, populares), los cuales pueden participar en forma conjunta para exigir y tener mayor presión frente a su adversario (Estado, empresas privadas). Por otra parte la participación política de la población a través de estas movilizaciones son más horizontales y participativas; es decir la población y el Estado o empresa privada se sienta en una mesa para obtener una resolución a las demandas, cada una de las partes tienen una participación igualitaria; en décadas pasadas la participación eran vertical donde el Estado era quien tenía la última palabra ante las exigencias de las demandas de la población. Asimismo en décadas pasadas tenían mayor protagonismo las organizaciones de clase como la clase obrera a través de sus sindicatos, en la actualidad hay una relativa desaparición del sindicato obrero, por causa de los cambios económicos y laborales de la década del 90, que han influido en la disminución y en algunos casos en su desaparición, subsistiendo solo algunos sindicatos como la CGTP y el SUTEP, como vemos las organizaciones clasistas han perdido protagonismo y poder; al igual que los partidos políticos que se han debilitado políticamente, pues no tienen respaldo de la población. Ante esta debilidad de estas instituciones como únicas vías para exigir demandas al Estado, surgen “los movimientos sociales no como parte de una sociedad ya existente sino como productos inducidos por los flujos del capital y las nuevas reglas del juego que los acompañan, es decir los movimientos aparecen como una externalidad más de la globalización neoliberal.” 119 Por último podemos concluir que muchos de los actores sociales de décadas pasadas que tuvieron un protagonismo relevante, han perdido poder de convocatoria e identificación por parte de la población; posesionándose nuevas organizaciones sociales cuyas 119
Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales.p. 17.
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actividades son coyunturales y en algunos casos mantienen su activismo por más tiempo y otras se encuentran latente su organización. “Otro aspecto común es la presencia de un nuevo tipo de actores sociales en los conflictos. El rol que antes asumían las federaciones agrarias, los sindicatos y hasta los partidos políticos, hoy en día lo ocupan organizaciones generadas muchas veces ad hoc en el contexto del conflicto mismo: “comités de lucha” y “frentes de defensa” que, por lo general, se desintegran cuando el conflicto se resuelve. Una excepción son las federaciones indígenas en la selva. Actualmente, existen centenares de organizaciones amazónicas de primer grado, y decenas de federaciones regionales.” 120 Entonces considerando estos cambios políticos, económicos, sociales de nuestro país; las tipologías de los conflictos sociales que predominan en la actualidad, son construcciones conceptuales que tienen como objetivo guiar el análisis de quienes se aproximan a un fenómeno determinado. No son rígidas, en tanto son modelos que orientan la manera en que se clasifica e interpreta la realidad y pueden aceptar la variación de algunos de sus elementos. “Al igual que los conflictos sociales, también la conflictividad puede tomar formas y características distintas, dependiendo de varios elementos como la tipología de las demandas de los conflictos que se dan en un determinado tiempo y espacio, los actores movilizados, los medios de presión y los niveles de violencia.” 121 120
121
Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales. p. 21 Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.49
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Finalmente los conflictos sociales difieren unos de otros su trayectoria, sus actores, sus problemas y sus contextos; en la actualidad las ideologías, ya no son el motor principal de las movilizaciones, ahora son pragmáticos y objetivos; lo cual dificulta su clasificación, por ejemplo hay diversas clasificaciones como la elaborada por la Defensoría del Pueblo quienes clasifican los conflictos sociales del Perú de la siguiente manera: Asuntos de gobierno nacional Asuntos de gobierno regional Asuntos de gobierno local Socio-ambientales: Comunales Laborales Electorales Demarcación territorial Cultivo ilegal de coca Otros conflictos: Aquellos casos que no han sido contemplados, pero que son definidos como conflictos (reclamos estudiantiles, universitarios, etc.) Además hay conflictos que tienen en común sus demandas y se originan con necesidades parecidas, en ese sentido los conflictos sociales tienen varios matices y connotaciones que tornan difícil el trabajo de encasillarlos en categorías analíticas definidas; como es el caso de “los movimientos agrarios, indígenas, ambientalistas, tiene
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actores, objetivos comunes que hace difícil una clasificación rígida al momento de hacerlo; pues las fronteras entre los movimientos no siempre son claras y en varios casos algunas personas y organizaciones pertenecen a más de uno.” 122 Por último la tipología elaborada por el Instituto de Estudios peruanos, es la que vamos a utilizar para delimitar a los conflictos sociales de nuestro país, que a continuación describimos: a) La percepción de incompatibilidad de actividades económicas y formas de vida En esta tipología podemos enmarcar a los conflictos socioambientales como es el caso de las comunidades que dan un rotundo no a la explotación minera; en estos casos se enfrentan diferentes concepciones del “desarrollo”. Mientras la posición de las empresas y del Estado se sustenta en su afirmación de promover el crecimiento económico y en la racionalidad utilitarista del mercado que desvincula la economía de los otros aspectos de la vida social, para las comunidades rurales la economía se encuentra insertada en un conjunto de recíprocas y construcciones simbólicas. El “ser campesino” o “ser indígena” no sólo representa una determinada modalidad de generar ingresos, sino una forma de vida. Cualquier cambio abrupto de este modo de vida genera incertidumbre y por lo tanto resistencias. Por ello, una cosa es un conflicto socio-ambiental en una zona sin tradición de actividad minera, en la que la población tiene opciones vinculadas a actividades agropecuarias; y otra, en zonas con tradición de actividades extractivas, en las que la población se ha habituado a convivir con sus efectos, y en los que la disputa es por el acceso a los recursos generados por éstas. Esta misma perspectiva es compartida por José De Echave quien sostiene que una de las causas está referida “a cuán afectadas serán las personas por los 122
Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.129
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cambios estructurales que involucra la actividad mineras y cuán comprometidas se verán sus identidades y prácticas existentes; de otro lado nos llevan al tema de las capacidades de organización y acción colectiva” 123 b) La demanda por beneficios económicos privados “Las condiciones socioeconómicas, político-institucionales adversas, que son percibidos por los grupos sociales son excluyentes y desiguales en la distribución de la riqueza por la explotación de recursos propios de sus territorios.” 124 En este rubro encontramos algunos conflictos caracterizados por la Defensoría del Pueblo y la PCM como “socio ambientales”, donde la población reclama diversas compensaciones o beneficios por actividades extractivas a empresas mineras, petroleras, o de pesca, por el impacto que están generando en sus tierras/territorios. c) El acceso a recursos públicos Incluyen los conflictos por demarcación territorial, cuya esencia son las expectativas por la repartición del canon y/o regalías. d) La gestión de recursos públicos Estos conflictos por lo general están ligados a un mal uso de los recursos públicos y la población demanda casos de corrupción, malversación de fondos o contra inversiones no consultadas o no acordadas mediante el presupuesto participativo. Asimismo hay que sumarle a estas situaciones la falta de acceso de la población hacia el gobierno nacional, lo que en la actualidad es prácticamente nula, en cambio la relación con los gobiernos regionales y locales es bastante fluida y muy significativa; en muchos casos los 123
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De Echave, J. (2009). Minería y conflicto social. Perú: Instituto de Estudios Peruanos. p. 177. Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p.127
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movimientos no sólo dialogan con ellos, sino que también han establecido alianzas que permiten trabajos conjuntos y coordinados. “Incluso los gobiernos regionales se acercan y negocian con el Gobierno Nacional planes y propuestas previamente concertados con los movimientos sociales. Las relaciones con los gobiernos regionales son diametralmente opuestas a las que hay con el Nacional: mientras el segundo cierra las instancias de diálogo existentes y dificulta un acercamiento, los primeros no sólo conversan, sino que llegan a aliarse a los movimientos. En una situación tan crítica como la que propone el Gobierno, la existencia de los gobiernos regionales es muy importante, actuando en muchos casos como válvula de escape, como única opción de contacto con alguna instancia de poder.” 125 Además no debemos olvidar que la estabilidad de un sistema democrático depende tanto de su eficacia como de su legitimidad. “¿De qué depende la gobernabilidad en un Estado? De la capacidad política de una sociedad para procesar sus conflictos sin desmedro de su institucionalidad produciendo estabilidad. Es decir según Camou (2001) quien define la gobernabilidad como el estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político de responderlas de manera legítima y eficaz”. 126
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Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales. p. 88. Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p. 50.
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En este sentido según la PNUD, la gobernabilidad descrita anteriormente implica un desarrollo institucional y fortalecimiento de la cultura política democrática. e) Actividades ilegales Estos conflictos se generan cuando el Estado trata de imponer la ley contra actividades ilegales narcotráfico, contrabando, tala o minería ilegal, entre otras, una diferencia importante con las demás categorías es que, en este caso, el Estado es el demandante y no el demandado.” 127 Como vemos las demandas de los actores de los conflictos sociales en estos últimos años, han tenido varias temáticas, pero hay un claro protagonismo de los conflictos socio-ambientales, donde la responsabilidad social y ambiental de las empresas privadas han sido objeto de causa del origen de diversos conflictos sociales, lo cuales se han caracterizado por su radicalidad. Estos conflictos es un claro ejemplo del tratamiento inadecuado por parte del Estado, pues muestra su ineficiencia en la resolución de los mismos, como ya lo hemos señalado la etapa violenta solo se da en caso de la inexistencia de mecanismos adecuados para la negociación entre el Estado, la empresa privada y la población. 2.9. Formas de Expresión Como ya lo hemos señalado cuando nos referimos a los conflictos sociales estamos refiriéndonos a las acciones colectivas, protestas y movimientos como parte de un conflicto social; porque tienen en común su origen a partir de las necesidades sociales, económicas insatisfechas, la toma de conciencia de tal situación y la determinación del responsable son las primeras acciones que inicia el desenvolvimiento del conflicto social. 127
Bebbinton, A. (2008). Mapeo de movimientos sociales en el Perú. Perú: Centro Peruano de Estudios Sociales. p. 100
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Sin embargo los conceptos de acción colectiva, protesta social y movimiento social, tienen sus características que los delimitan y a la vez los relaciona, puesto que las manifestaciones de la población son acciones colectivas por las cuales pueden exigir y expresar sus necesidades y demandas; estas acciones pueden ser denominadas como acciones de protesta, pues han tenido un cierto impacto político, logrando la atención de las autoridades y de la población en general; posteriormente pueden estas acciones lograr una madurez organizacional y persistencia a través del tiempo, dando origen a los movimientos sociales. Entonces toda acción colectiva puede ser una protesta social y toda protesta social puede ser un movimiento social; todas estas acciones pueden ser parte de un conflicto social. En la actualidad la protesta social es: “Una oposición colectiva a una política gubernamental, o un rechazo categórico de una estructura sea social, política o económica así lo señala la Federación Internacional de los Derechos Humanos, quien considera que es una manifestación del derecho de reunión, por lo cual se encuentra sujeta a los mismos criterios para ejercerlo y limitarlo. En tal sentido, para que la protesta social sea reconocida y protegida por el ordenamiento jurídico y constitucional, debe ser pacífica y sin armas. Pues como todo derecho, su ejercicio no puede vulnerar otros derechos fundamentales. Entonces, aquella protesta social que se realice apelando a la violencia o que afecte derechos fundamentales, no es un derecho sino un acto ilícito e ilegítimo. Y, por lo tanto el Estado tiene la atribución y el deber de proscribirla y de ser el caso, penalizarla.” 128
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Salcedo Cuadros, C. (2014). El derecho constitucional de reunión y la protesta social. Gaceta constitucional(19), 86,87.
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Esta limitación para ejercer el derecho a la protesta pacífica, ha sido tergiversada por parte de los actores de los conflictos sociales y del Estado, realizando excesos en su ejercicio e interpretación. Pero lo cierto es que el ejercicio de todo derecho no puede vulnerar el derecho de los demás, así lo señala la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre artículo 28: “Los derechos de cada hombre están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bienestar general y el desenvolvimiento democrático”. 129 Esta interpretación y el ejercicio de la protesta social muestra que los derechos de los demás puede limitar su ejercicio, amparándose en esto el Estado ha realizado excesos en su interpretación, pues ha criminalizado arbitrariamente muchas protestas sociales, lo que ha influenciado de manera negativa en la percepción de la población de mayor rechazo hacia las acciones del Estado. Actualmente la criminalización de la protesta ha sido utilizada para desestabilizar la organización de los movimientos sociales en la esfera política. Por otra parte el desarrollo de las protestas es relativamente independiente de la historia de las organizaciones sociales, pues aquello que da visibilidad pública a la movilización son las acciones de protesta más que las trayectorias organizacionales; pues no cualquier conflicto desemboca en una acción colectiva que toma la forma de un movimiento social. Pero para que una acción colectiva alcance ser un movimiento social debe poseer ciertos rasgos que determinen su madurez organizacional, para iniciar su labor como movimiento social. A continuación los rasgos que determinan la denominación como movimiento social:
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Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 51.
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“Definir ciertas condiciones sociales como injustas y problemáticas, tomando conciencia de que algo injusto está ocurriendo y de que hay un culpable de esa injusticia; sentimiento de esa injusticia recae sobre un colectivo con el que el individuo se siente solidario, de que existe un “nosotros”, una identidad colectiva, violada por esos “otros” culpables. Construir una identidad, un sentido de pertenencia entre los miembros del movimiento, un "nosotros" y un "ellos" sobre los que recae la responsabilidad por las condiciones adversas que se pretenden modificar. Convencer a los miembros y simpatizantes que asuman que sus acciones pueden ser eficaces para conseguir los objetivos propuestos. Diseñar acciones de protesta eficaces que atraigan la atención de los medios; Tratar de que éstos no oculten o distorsionen sus objetivos; y Generar simpatía e involucrar en esas acciones al mayor número posible de personas.” 130 Sin embargo es el protagonismo de la organización a través del tiempo, lo que diferencia al movimiento social de la protesta y de la acción colectiva, este rasgo solo se logra a través de su madurez organizacional, para poder mantenerse políticamente en el tiempo, y no solo coyunturalmente.
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Calderón, F. (2012). La protesta social en América Latina. Argentina: Siglo Veintiuno Editores. p. 45.
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“…como forma de acción colectiva nacen de una orientación hacia formas organizativas donde una masa descentralizada, sin liderazgos visibles ha producido cambios sustantivos en las formas del quehacer político. Constituyéndose como desafío a las formas convencionales de hacer política, exigiendo nuevas respuestas a los conflictos, porque han demostrado que las respuestas convencionales no alcanzan a producir condiciones de integración social. Por lo tanto, definimos a estos movimientos como una red de interacciones informales entre una pluralidad de individuos, grupos y organizaciones involucrados en un conflicto social, sobre la base de una identidad colectiva compartida”.131 Asimismo este activismo en la esfera política de los movimientos sociales demuestra que la población a través de su organización, pueden posesionarse como actores activos de importancia para ser considerado en las decisiones del Estado como sus programas de inversión privada. “No se trata de sustituir a los partidos políticos y a otras entidades, se trata de que ante la inercia paralizante de las instituciones políticas tradicionales, los movimientos sociales se conviertan en portadores de cambio, para presionar al sistema social hacia una nueva configuración del poder, bajo relaciones más horizontales y participativas.” 132 Es por ello que los movimientos sociales deben ser analizados considerando varios factores, así lo propone McAdam, MacCarthy & Zald a través de sus marcos analíticos que a continuación describimos:
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Cálix, A. (2010). Emancipación y cambio social: la acción colectiva de los movimientos sociales. Recuperado el 10 de julio de 2014, de //library.fes.de/pdffiles/bueros/fesamcentral/07579.pdf. p. 30. Cálix, A. (2010). Emancipación y cambio social: la acción colectiva de los movimientos sociales. Recuperado el 10 de julio de 2014, de //library.fes.de/pdffiles/bueros/fesamcentral/07579.pdf. p. 3.
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a. Las oportunidades políticas. b. Las estructuras de movilización y c. Los marcos interpretativos culturales Estos tres enfoques analíticos representan la mejor manera de estudiar los movimientos sociales. “…los movimientos sociales se ponen en marcha a consecuencia de cambios sociales que transforman al orden político existente haciéndolo más accesible a las demandas de un movimiento social. Cuando los movimientos sociales ven esta apertura en favor a sus demandas, estos cambios en las condiciones políticas se convierten posteriormente en oportunidades. Sin embargo, para que un movimiento social tenga éxito, los participantes de este movimiento deben estar organizados y tener recursos disponibles para su causa. Finalmente, no es suficiente que estos actores sociales se sientan perjudicados o incluso que ellos mismos estén convencidos de las ventajas de la acción colectiva en comparación a otras alternativas de respuesta. Estos actores sociales deben formular un marco interpretativo cultural para sus demandas que vaya más allá de los intereses propios de los simpatizantes. Solo así el movimiento social podría sobrevivir, atrayendo nuevos simpatizantes o adherentes y con esto vencer políticamente. En resumen, estos tres enfoques analíticos son muy útiles
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y necesarios para entender el origen y evolución de las movilizaciones.” 133 Entonces vemos los movimientos sociales a comparación de las protestas, deben tener una madurez organizacional, recursos para mantenerse activos y un marco cultural que justifique su actividad no solo frente al Estado, sino ante la sociedad, pues a mayor identificación por parte de la población, mayor oportunidad para permanecer en la esfera política. Considerando estos alcances podemos resumir que los objetivos de los movimientos sociales giran en torno a los siguientes puntos: “Analizar la situación de ciertas variables de la estructura y coyuntura política; por ejemplo el grado de apertura de las instituciones políticas a las demandas sociales; la fortaleza de las instituciones a la hora de aplicar sus decisiones políticas; o el posicionamiento de las élites políticas; o los potenciales aliados del movimiento. La posición y conjunción de estas circunstancias permitirán o impedirán el impulso inicial de un movimiento, y más tarde, su expansión o declive. Ampliar la cobertura de la participación política de la población, haciendo referencia a la identidad colectiva del movimiento y su potencia movilizadora. Explica cómo el movimiento construye un discurso alternativo, que refuerza las diferencias del sentido de pertenencia colectiva y que al tiempo le posibilita expandir, con las
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Arce, M. (2012). Algunos apuntes sobre los movimientos y protestas sociales en el Perú. Recuperado el 20 de junio de 2014, de //web.missouri.edu/arcem/articles/algunos_arce.pdf.p. 4.
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consiguientes consecuencias movilizadoras, esa construcción cultural e identitaria.” 134 Es así como a partir de estos objetivos, es posible determinar su tipología, para lo cual tomaremos en cuenta la de Blumer, quien resume dos tipos de movimientos sociales: “Movimientos transformadores o revolucionarios que buscan cambiar todo el sistema, son los más radicales, y entre sus objetivos se encuentran la Reforma del Estado y el cambio de la Constitución. Movimientos reformadores que buscan cambiar algún aspecto mientras reconocen al sistema en conjunto; aceptando la existencia de normas y valores.” 135 Sin embargo son los movimientos reformadores los que han predominado y tenido mayor relevancia, cuya movilización ha tenido mayor notoriedad por la interrelación y agrupación de varios movimientos en pro de un objetivo común. Esta unidad ha logrado no solo posesionarse en la esfera política, sino también una mayor accesibilidad a los mecanismos de poder que gravitan sobre la naturaleza misma de la sociedad en todas sus dimensiones. Por lo tanto determinar el impacto de los movimientos sociales a favor del desarrollo social es difícil, pues se sabe muy poco y es muy difícil demostrar la cantidad y la calidad del cambio que produce. 134
Cálix, A. (2010). Emancipación y cambio social: la acción colectiva de los movimientos sociales. Recuperado el 10 de julio de 2014, de //library.fes.de/pdffiles/bueros/fesamcentral/07579.pdf. p. 30.
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Houtart, F. (15 de Abril de 2006). Los movimientos sociales y la construcción de un nuevo sujeto histórico. La Habana, Cuba: V Encuentro Hemisférico contra el ALCA y el libre comercio.
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Sin embargo, se les atribuido el impacto en cuatro ámbitos en que se puede diseccionar su actividad política: “El simbólico, con cambios en los sistemas de valores, opiniones, actitudes y conductas sociales e individuales; y la formación de nuevas identidades colectivas. El interactivo, con la capacidad de hacer emerger nuevos actores políticos o de generar cambios en la estructura de representación política y en los sistemas de alianzas. El institucional, con la habilitación de nuevos procedimientos administrativos y la creación de nuevos espacios y mecanismos estables de negociación con autoridades. El sustantivo, empujando el cambio de ciertas políticas gubernamentales en marcha; obteniendo derechos individuales, civiles, sociales; en definitiva, creando nuevas oportunidades para la movilización.” 136 Todas estas apreciaciones ratifican que el movimiento social es un actor colectivo que interviene en el proceso del cambio social. Así lo señala Revilla (1996) “el movimiento social es un proceso (re) constitución o de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional, por el cual se dota de sentido a la acción individual y colectiva en la articulación de un proyecto de orden social.” 137
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Salvador Martí, I. (2011). Los movimientos sociales. Recuperado el 22 de abril de 2014, de //campus.usal.es/dpublico/areacp/materiales/Losmovimientossociales.pdf 137 Revilla Blanco, M. (2011). El concepto de movimiento social: acción, identidad y sentido. Recuperado el 8 de enero de 2014, de //www.redalyc.org/pdf/195/19500501.pdf. p. 1.
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Finalmente podemos decir que el concepto de conflicto social abarca varias acciones colectivas que pueden ser denominadas como protestas sociales o movimientos sociales de acuerdo a sus características que ya hemos señalado. Cada una de estas manifestaciones tiene el objetivo de exponer las necesidades, demandas de la población, ante la inercia de la administración pública, siendo uno de los mecanismos que tienen mayor legitimidad para la población. 2.10. Criminalización de las Protestas Sociales en el Perú
La
Siguiendo la propuesta de Linz (1978) es posible plantear que la criminalización de la protesta está estrechamente vinculada con aparatos políticos de tipo autoritario, ya que para este autor, el estilo autoritario de ejercicio del poder se caracteriza por el uso de la coerción, la limitación de la pluralidad política y la restricción de la participación política de la población. En la misma línea, y tomando como base las propuestas de Sartori (1988) y Linz (1978), sugiere que para poder considerar a una determinada acción como autoritaria, esta debe cumplir por lo menos, una de las siguientes tres condiciones: a) “Debe estar presente el uso de la fuerza o algún otro tipo de mecanismo coercitivo para llevarla a cabo, b) Debe darse un mecanismo punitivo desproporcionado al momento de aplicar determinados castigos y c) Debe aparecer, la limitación, cancelación o inexistencia de un espacio de negociación entre la población y la autoridad.” 138 138
Linz, J. (1978). Una interpretación de los regímenes autoritarios. Revista Sociológica, 11,26.
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Considerando estos alcances, el Estado peruano en muchas ocasiones no ha querido reconocer su responsabilidad en la generación, tratamiento y prevención de los conflictos sociales. Al contrario ha aplicado una legislación penal más severa, generando un saldo trágico debido a mayores licencias otorgadas a las fuerzas del orden para controlar las protestas y manifestaciones; la desproporción y exceso originaron un importante número de civiles heridos y fallecidos. Todo ello ha promovido un clima en el cual se busca infundir temor entre actores de la sociedad civil, los cuales perciben que se están vulnerando sus derechos políticos como libertad expresión, de reunión y otros derechos conexos. Al respecto según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señala “La libertad de expresión constituye uno de los pilares esenciales de una sociedad democrática y una condición fundamental para su progreso y para el desarrollo personal de cada individuo. Dicho derecho no solo debe garantizarse no solo en lo que respecta a la difusión de información o ideas que son recibidas favorablemente o que son consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también en lo que toca a las que ofenden, resultan ingratas o perturban al Estado o a cualquier otro sector de la población. Tales son las demandas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin las cuales no existe una sociedad democrática”.139 Asimismo la Relatoría sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos precisó que la libertad de expresión cumple un triple papel en el sistema democrático “refleja el derecho individual del ser humano a pensar por cuenta propia y a compartir con otros su pensamiento, es un canal de
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Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 184.
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expresión democrático y es una herramienta de primer orden para el ejercicio de los demás derechos fundamentales”.140 Para el caso de la legislación peruana, el Estado reconoce la libertad de expresión en el artículo 2° inciso 4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley. También reconoce la libertad de reunión según su artículo 2° inciso 12 A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos probados de seguridad o de sanidad pública. Entonces de acuerdo a la constitución peruana, reconoce los derechos de expresión y de asociación; los cuales son el fundamento jurídico del ejercicio de las protestas sociales, las cuales deben ser pacíficas y su ejercicio no debe vulnerar los derechos de los demás. Estas limitaciones han sido interpretadas por el Estado, para poder criminalizar estas manifestaciones penalmente; lo cual ha generado varias discusiones de apoyo o rechazo, porque afecta los derechos políticos de los ciudadanos. A continuación los diversos artículos del Código Penal que criminaliza la protesta social El artículo 281 del Código Penal tipifica como delitos a las conductas que atenten contra la seguridad común, como 140
Cálix, A. (2010). Emancipación y cambio social: la acción colectiva de los movimientos sociales. Recuperado el 10 de julio de 2014, de //library.fes.de/pdffiles/bueros/fesamcentral/07579.pdf. p. 190.
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a. Atentar contra fábricas, obras o instalaciones destinadas a la producción, transmisión, almacenamiento o provisión de electricidad o de sustancias energéticas, o contra instalaciones destinadas al servicio público de aguas corrientes. b. Atentar contra la seguridad de los medios de telecomunicación pública o puestos al servicio de la seguridad de transportes destinados al uso público. c. Dificultar la reparación de los desperfectos en las fábricas, obras o instalaciones referidos en los puntos anteriores. De otro lado, el artículo 283 del Código Penal tipifica el delito de entorpecimiento del funcionamiento de servicios públicos a. Impedir, estorbar o entorpecer el normal funcionamiento de los transportes, o servicios públicos de comunicación, o de provisión de aguas, electricidad o de sustancias energéticas similares, aun cuando no se cree una situación de peligro común. b. Actuar con violencia y atentar contra la integridad física de las personas o causar grave daño a la propiedad pública o privada, al realizar los hechos referidos en el punto 1. Esta es considerada una modalidad agravada. El artículo 315 del Código Penal: Penaliza el hecho de que, en el contexto de una reunión tumultuaria, se atente contra la integridad física de las personas o que, mediante violencia, se cause grave daño a la propiedad pública o privada. Artículo 200: El que mediante violencia o amenaza obliga a una persona o a una institución pública o privada a otorgar al agente o a un tercero una
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ventaja económica indebida u otra ventaja e cualquier otra índole, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años. Estos artículos descritos criminalizan varias acciones estratégicas de las protestas sociales, como el bloqueo de carreteras que obstaculiza el servicio público, esta acción es la más utilizada y la más prolongada, lo que ha obligado al Estado desactivar estas acciones en el menor tiempo posible, originándose enfrentamientos entre la población y el Estado. Estos episodios violentos han mermado no solo la legitimidad del gobierno, sino también ha vulnerado los derechos de los ciudadanos, tergiversando los objetivos de la protesta pues son interpretadas erróneamente, con el único fin de desestabilizar este nuevo mecanismo de participación de la población. Asimismo otras de las estrategias de las protestas sociales es la toma de locales o destrucción de la propiedad privada o pública, lo que perturba el normal funcionamiento de los servicios públicos o la ejecución de obras legalmente autorizadas, estas acciones también han sido penalizadas y ha conllevado a mayores niveles de violencia por parte de los actores de las protestas y del Estado. Por otra no solo se ha criminalizado las acciones de las protestas sociales, sino también su organización, a través de los siguientes artículos. Artículo 317: El que forma parte de un agrupación de dos o más personas destinadas a cometer delitos será reprimido, por el solo hecho de ser miembro de la agrupación, con pena privativa de la libertad no menor de tres ni mayor de seis años. El decreto ley 25475 artículo 2, relaciona las protestas sociales con el delito de terrorismo, cuyo bien jurídico protegido es la
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tranquilidad pública, por lo tanto el legislador protege la convivencia pacífica de los ciudadanos en su acontecer diario. “El que provoca, crea o mantiene un estado de zozobra, alarma o temor en la población o en un sector de ella, realiza actos contra la vida, el cuerpo, la salud, la libertad y seguridad personales o contra el patrimonio, contra la seguridad de los edificios públicos, vías o medio de comunicación o de transporte de cualquier índole, torres de energía o transmisión, instalaciones motrices o cualquier otro bien o servicio, empleando armamentos, materias o artefactos explosivos o cualquier otro medio capaz de causar estragos o grave perturbación de la tranquilidad pública o afectar las relaciones internacionales o la seguridad de la sociedad y del Estado, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de 20 años”. 141
Como vemos estos artículos criminalizan la organización de los actores de las protestas sociales, pues lo relacionan con el delito de agrupación ilícita para delinquir, por la mera pertenencia a una agrupación, sin tomar en cuenta la materialización de los ilícitos penales proyectados, pues lo que se sanciona es el peligro que significa para la tranquilidad pública la existencia de una agrupación criminal, cuyos integrantes tienen una participación decisiva o simplemente ejecutiva. Esta existencia de peligro de la agrupación ha sido también relacionada con acciones terroristas. Asimismo vamos a hacer referencia a otros decretos que también han penalizado a las protestas sociales como es el caso del artículo 3 de la Ley 27686, cuya interpretación de la Policía Nacional señala que los ciudadanos que quieran realizar marchas o manifestaciones 141
Bertoni, E. (2010). ¿Es legítima la Criminalización de la Protesta social? Argentina: Universidad de Palermo. p. 212.
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públicas deben solicitar obligatoriamente garantías y que, si no se les otorga, se deduce que la actividad no está autorizada, esta interpretación distorsiona la libertad de reunión o asociación. También cabe señalar la Ley 28925 que buscaba que los proyectos de las ONG y la misma cooperación internacional debían adecuarse a las políticas gubernamentales, señalando una serie de causales que podían llevar a retirar la licencia de funcionamiento de estas organizaciones y se planteó diversas sanciones contra los directivos. Este decreto ha llevado a varias discusiones pues hay varias razones de fondo, como el trabajo en derechos humanos de varias de estas organizaciones, lo que implica responsabilizar por serios crímenes al primer régimen aprista y al gobierno de Fujimori. Hay otras ONG cuya labor de promoción del medio ambiente y los derechos indígenas las han llevado a enfrentarse contra empresas petroleras, mineras y de hidrocarburos. Los voceros de estas empresas las acusan de incitar a la población a asumir actitudes anti-mineras. Finalmente con toda esta descripción penal, muestra los excesos tanto por parte del Estado como de la población, al momento de interpretar el ejercicio de la protesta social, como expresión de sus derechos de expresión y asociación. El Estado peruano ha pretendido desconocer el legítimo derecho a la protesta social pacífica y han emprendido acciones represivas de manera indiscriminada; exagerándose la represión desproporcionada en la que muchas veces han incurrido las fuerzas del orden, llegando a afectar el derecho fundamental a la vida o a la integridad física. Es por eso que se ha prestado mayor importancia en la interpretación de la libertad de expresión, cuyo ejercicio ha sido enfocado en dos sentidos: “en primer lugar, porque apunta a una suerte de “súper tolerancia” estatal hacia las expresiones de crítica política y sobre cuestiones de interés público, ya que un sistema democrático exige el mayor nivel
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posible de debate colectivo acerca del funcionamiento de la sociedad y del Estado en todos sus aspectos. Esto incluye a las opiniones que molestan o incomodan a las autoridades, como a aquéllas que ofenden, resultan chocantes o perturban a una parte o a la mayoría de la población, como sostuvo la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En segundo lugar, porque advierte que un Estado democrático debe promover oportunidades de expresión para todos los sectores, incluso, y muy especialmente, potenciando las de aquellos grupos sociales que tienen dificultades para ingresar en el debate público.” Entonces el Estado debe reconocer que las protestas sociales son una nueva forma de participación de la población, por la cual exponen, exigen, fiscalizan las acciones del mismo. Esta aceptación sería un claro adelanto del fortalecimiento de la democracia no solo representativa sino también participativa. “La protesta social es la válvula de escape del conflicto en democracia y, por lo tanto, nunca es un atentado a las lógicas de la democracia sino un requisito y hasta un “indicador” de los niveles de democracia de un régimen político y comunicativo. Si no hay posibilidad de protesta social, si los gobiernos criminalizan la protesta social, si los medios de comunicación la invisibilizan y la estigmatizan, entonces asistimos a un régimen democrático endeble o al menos restringido. La protesta social es en últimas la garantía del derecho a la resistencia.” 142
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Rabinovich, E. (2011). "Vamos a portarnos mal" protesta social y libertad de expresión en América Latina. Mexico: Centro de competencia en comunicación para América Latina. p. 33
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Por último las protestas sociales deben ser tratadas adecuadamente y evitar su radicalización, porque son estas acciones lo que verdaderamente perjudica la imagen del Perú, como un país democrático.
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