Figuras literarias - Hamlet Apóstrofe: ¡Bienvenido, Horacio! ¡Bienvenido, querido Marcelo! Pág. 40 Apóstrofe: ¡Silencio! ¡Silencio! ¡Detente! ¡Míralo por dónde viene otra vez!... Pág. 40 Apóstrofe: Me parece oírlos. ¡Alto! ¡Eh! ¿Quién va? Pág. 39 Epíteto: No Epíteto: No es solo mi negro manto. Pág. 47 Etopeya: ¡Oh, adiós, pundonoroso militar! Pág. 40 Etopeya: Háblale, Horacio, tú, que eres hombre de letras. Pág. 41 Hipérbole: ¡Qué tal, Horacio! Os veo temblar y palidecer Pág. 41 Hipérbole: ¿Por qué te envuelven todavía esas nubes de tristeza? Pág. 46 Hipérbole: En la época más gloriosa y floreciente de Roma, pero antes de sucumbir el poderosísimo Julio. Pág. 43 Hipérbole: Hace un frío cruel, y estoy fatigado Pág. 39 Hipérbole: Ni los vaporosos suspiros de un aliento ahogado, no, ni el raudal desbordante de los ojos, ni la expresión abatida del semblante. Pág. 47 Hipérbole: Oh Hipérbole: Oh que está sólida, demasiado sólida carne, pudiera derretirse, deshacerse y disolverse en rocío. Pág. 48 Hipérbole: Pues ya en dos ocasiones, y justamente a esta hora de silencio mortal. Pág. 41 Hipérbole: Viéronse también raros prodigios en el cielo, como estrellas de colas encendidas, lluvias de sangre y maleficio en el sol. Pág. 43 Metáfora: ¡He aquí una motita para nublar los ojos del entendimiento! Pág. 43 Metáfora: Ni un ratón se ha movido Pág. 39 Metáfora: Pueda dar crédito a nuestros ojos y hablarle. Pág. 40 Onomatopeya: He oído contar que el gallo, trompeta de la mañana, despierta al dios del día con la alta y aguda voz de su garganta sonora. Pág. 44 Topografía: Es un jardín de malas hierbas sin escardar, que crece para semilla; productos de naturaleza grosera y amarga lo l o ocupan únicamente. Pág. 48
IV Hipérbole: El Hipérbole: El aire muerde furiosamente. Hace mucho frío Pág. 56 Hipérbole: Es un aire sutil y penetrante. Pág. 56 Símil: Todas sus virtudes –aunque sean tan puras como la gracia de Dios. Pág. 57 Metáfora: Ya no aprecio mi vida en lo que vale un alfiler. Pág. 58
Símil: ¡Mi destino me llama a voces y vuelve la fibra más tierna de mi cuerpo tan robusta como los nervios del León de Nermea! Pág. 58 V Hipérbole: Podría hacerte un relato cuya más insignificante palabra horrorizaría tu alma, helaría tu sangre joven, haría saltar como estrellas tus ojos de sus órbitas y separaría tus compactos y enroscados bucles, erizando cada uno de tus cabellos como las púas del irritado puerco espín. Pág. 59 Reduplicación: ¡Atiende! ¡Atiende! ¡Oh, atiende! Pág. 59 Símil: Y serías más insensible que la grosera hierba que ar raiga por sí sola tranquilamente a orilla del Leteo. Pág. 60 Símil: Pero así como la virtud será siempre incorruptible. Pág. 60 Reduplicación: ¡Oh, horrible! ¡Oh, horrible, demasiado horrible! Pág. 61 Reduplicación: ¡Adiós, adiós, adiós! ¡Acuérdate de mí! Pág. 61 Reduplicación: ¡Tente, tente, corazón mío! Pág. 61 Reduplicación: ¡Cálmate, cálmate, ánima en pena! Pág. 63