Identidad y diversidad sociocultural Identidad cultural es un conjunto de valores, de valores, orgullos, orgullos, tradiciones, tradiciones, símbolos, símbolos, creencias creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. A decir de Jaime Fisher, la identidad cultural es el sentido de pertenencia a un determinado grupo social y es un criterio para diferenciarse de la otredad colectiva. Así, un individuo puede identificarse con alguno o algunos de los contenidos culturales de un grupo social (tradiciones, costumbres, valores) pero -y esto es significativo para comprender el concepto de identidad cultural desde Fisher- dentro de un mismo grupo aparentemente homogéneo existen varias identidades, puesto que cada uno de sus integrantes se identifica con varios -no todos, ni de la misma manera- con los componentes señalados.
La diversidad socio-cultural El termino socio cultural vienes de la palabra “social” y cultural. lo social es lo perteneciente o relativo a la sociedad. La sociedad es una agrupación natural o pactada de personas que contribuyen unidad distinta a cada uno de los individuos. Y lo cultural es el conjunto de modos de vida y costumbres. Al hablar de sociocultural remite el concepto de alteridad del otro y del nosotros, del otro en relación a nosotros En 60 años, el marco del pensamiento y la acción de la UNESCO se ha transformado. Hoy en día, el reconocimiento y el respeto de la diversidad cultural como factor de cohesión social, desarrollo sostenible y estabilidad constituyen un elemento esencial de las preocupaciones y los centros de interés nacionales e internacionales.
La discriminación y la explotación en situaciones sociales concretas de exclusión La lucha contra la pobreza y la mejora de los niveles de vida se han convertido en prioridades centrales de las políticas de desarrollo en algunos países de Centroamérica. Sin embargo en el caso de Guatemala, en opinión de algunos analistas y expertos, los niveles de pobreza permanecen estancados y las dinámicas de la desigualdad ahondan sus raíces en la discriminación y la exclusión social. Guatemala es considerado por algunos estudiosos como un país de contrastes, pues el 75 por ciento de la tierra cultivable está en manos de 2% de los habitantes, según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD en 2013; esa concentración ha agudizado los niveles de pobreza que actualmente afectan al 51 por ciento de los más de 14 millones de guatemaltecos, de acuerdo a organizaciones campesinas. Para los expertos, lo anterior es solo una muestra de los rezagos y las desigualdades que imperan en el país, mismas que aumentan si se toman en consideración la procedencia étnica, las diferencias de género y los grupos vulnerables, como niños y personas mayores o con capacidades especiales en diferentes ámbitos sociales, sobre todo aquellos que tienen que ver con el acceso
y calidad de servicios básicos como agua potable, alimentación, educación, salud, vivienda y empleo.
DISCRIMINACIÓN AUTOMÁTICA Consultado sobre esta situación, el experto independiente del Foro Permanente de las Naciones Unidas para asuntos Indígenas, Álvaro Pop, dice que la discriminación en Guatemala se da mayormente de manera automática de lo que se demuestra, por ejemplo, “cuando en el Registro Nacional de las Personas no se
le quiere hacer la pregunta a la gente sobre su etnia; ahí hay una discriminación automática por descalificación”.
La segunda muestra de la discriminación, a decir de Pop, es que cuando los indicadores sociales develan que los indígenas viven menos tiempo y en peores condiciones que la población ladina, que son quienes principalmente discriminan y “esto se refleja en la cantidad de menores de edad que muere n por desnutrición en Guatemala y los adultos que son explotados o trabajan en la informalidad en el país”.
Finalmente, el profesional reprocha que aunque Guatemala sea visto como un país multiétnico, multilingüe y pluricultural –en el que cohabitan tres pueblos indígenas: Maya, Xinca, Garífuna y el pueblo Ladino – el idioma oficial siga siendo el español, dejando de lado la aplicación del decreto número 19-2003, Ley de Idiomas Nacionales, que establece que los servicios públicos sean prestados en los idiomas de cada comunidad lingüística (artículos 14, 15 y 16).
La discriminación y explotación en el empleo, salarios y oportunidades sociales La explotación laboral se define como recibir un pago inferior al trabajo que se realiza, lo que incluye desde pequeños abusos hasta los talleres de trabajo esclavo. Karl Marx desarrolló su teoría de la economía del capitalismo con base en la idea de explotación laboral (esa diferencia que no se le paga al trabajador, y que se la queda el capitalista, es llamada plusvalía). Aunque un trabajo mal pagado para lo que se realiza suele ser lo que define a la explotación laboral, en sentido amplio puede abarcar diferentes situaciones, desde el abuso por parte empleador hacia el empleado hasta la precariedad laboral. La explotación laboral muchas veces es invisibilizada por la sociedad debido a prejuicios que discriminan al migrante, como el racismo y la xenofobia que naturaliza el delito bajo falsos supuestos de que esas condiciones de explotación serían parte de la “cultura” de las personas explotadas.
La discriminación en el empleo puede observarse en contextos muy diferentes desde los altos edificios de oficinas hasta las aldeas rurales - y revestir formas muy variadas. Puede afectar a hombres o mujeres por motivo de sexo, o porque su raza o color de piel, extracción nacional u origen social, religión, u opiniones políticas difieren de las de los demás. Con frecuencia, los países deciden prohibir las distinciones o exclusiones e impedir la discriminación por otros motivos como la discapacidad, el VIH/SIDA o la edad. La discriminación en el empleo resta oportunidades a las personas y priva a la sociedad de lo que esas personas pueden y deberían aportar.