LA BIBL IA LATI NOA NO A MER ICA NA http://www.sanpablo.es/biblia-latinoamericana
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La Biblia Introducción
¡Jesús ha resucitado! Ustedes que abren la Biblia, busquen a Jesús. La Biblia no es un libro solamente para rezar, o para instrucción nuestra. La Biblia es P alabra de Dios para comunicarnos la ida. n el centro de la Biblia est" la #ruz de Jesús $ su %esurrección. Ustedes que si&uen un camino di'(cil $ no diisan la luz al 'in del túnel, aprendan de la Biblia que est"n caminando hacia la %esurrección. ) entiendan qui*n es, para ustedes, Jesús resucitado. La Biblia...
La Biblia no ha ca(do del cielo. +qu( est"n libros que no se proclamaron desde las nubes, con al&ún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo lar&o de si&los en el seno del Pueblo de Dios, &racias a la 'e de sus minor(as m"s conscientes. Durante unos - si&los, desde +braham hasta Jesús, el pueblo de srael descubrió, cada ez con ma$or lucidez, que el Dios Unico se hab(a li&ado a *l. Las e/periencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, denominados pro'etas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los cre$entes0 todo esto pasó de una u otra manera a esos libros. ) 'ueron los responsables reli&iosos de srael los que recibieron, esco&ieron $ acreditaron estos libros, inte&r"ndolos al Libro 1a&rado. +s( se 'ormó el Antiguo Testamento de la Biblia. Testamento se re'iere a que estos libros eran como la herencia m"s preciosa entre&ada por Dios a su pueblo esco&ido. Despu*s de tantas e/periencias, lle&ó para el pueblo de srael un tiempo de crisis en que Dios quiso llearlo de una ez a la madurez de la 'e. Para eso ino Jesús. #on *l se lleó a cabo la e/periencia m"s trascendental de toda la historia. Jesús, sus es'uerzos para salar al pueblo 2ud(o de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte $, lue&o, su %esurrección0 *sta 'ue la última palabra de Dios. La tra$ectoria de Jesús ori&inó la predicación de la &lesia $ los libros que en ella se escribieron. +quellos libros que 'ueron aprobados por los responsables de la &lesia pasaron a inte&rar el Nuevo Testamento. ... y la Tradición
Los libros de la Biblia no entre&an su mensa2e sino al que iene a compartir la e/periencia de la comunidad en que se ori&inaron estos libros. 3a$ una manera de entender la Biblia que es propia del pueblo de Dios0 es lo que llamamos la 4radición del pueblo de Dios. Jesús recibió de su propia 'amilia $ de su pueblo esta tradición. Lue&o, ense5ó a sus apóstoles
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una nuea manera de comprender esta historia sa&rada0 por eso se habla de la 4radición de los apóstoles o de 4radición de la &lesia. Para entender bien la Biblia, no podemos 'iarnos de cualquier predicador que la tira por su lado. Debemos recibirla tal como la entiende la &lesia católica, que 'undaron los apóstoles $ que siempre se 'i2ó en sus normas. ¿POR DOND !P"AR LA L#T$RA D LA BIBLIA%
Lo m"s sencillo es empezar con el an&elio, en que nos encontramos directamente con #risto, que es la Luz, la 6erdad $ 7La8 Palabra de Dios. Por supuesto, las p"&inas del +nti&uo 4estamento contienen ense5anzas mu$ importantes. 1in embar&o, el que las lee despu*s de haber o(do a #risto las comprende me2or $ les encuentra otro sabor. +l&unos suelen abrir la Biblia a la suerte $ consideran que el p"rra'o encontrado primero les dar" precisamente la palabra que necesitan en ese momento. Bien es cierto que Dios puede contestar as( a sus inquietudes, pero nunca se comprometió a comunicarse con nosotros de esta manera. n todo caso coniene haber le(do, una ez por lo menos, en 'orma se&uida, cada uno de los libros del 9ueo 4estamento. Lo bueno es empezar con el an&elio0 l*ase al respecto la 7ntroducción a los #uatro an&elios8, al comienzo del 9ueo 4estamento. l Nuevo Testamento com&rende
L:1 #U+4%: 6+9;L:1. La palabra an&elio si&ni'ica Buena 9uea. stos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo qu e hab(an isto $ aprendido de *l. Lue&o iene el libro de los 3#3:1 D L:1 +P:14:L1, escrito por Lucas, el mismo que escribió el tercer an&elio. Lue&o ienen m"s de einte #+%4+1 que los apóstoles diri&ieron a las primeras comunidades cristianas. l Antiguo Testamento com&rende
L:1 LB%:1 314:%#:1. +qu( emos la actuación de Dios para libertar a un pueblo que quiere hacer que sea su pueblo. Lo emos educar a ese pueblo $ dar un sentido a su historia nacional. n estos libros se destacan0 l '(nesis. l )odo. l Deuteronomio. Los libros de *amuel.
L:1 LB%:1 P%:<4#:1. Dios interiene en la historia por medio de sus pro'etas, encar&ados de transmitir su palabra.
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L:1 LB%:1 D L+ 1+BDU%+ destacan la importancia de la educación $ del es'uerzo del indiiduo para lle&ar a ser un hombre responsable $ un cre$ente. PARA !AN+AR L PR*NT LIBRO
#ada libro de la Biblia se diide en ca&,tulos. #ada cap(tulo se diide en vers,culos. 3abitualmente se cita el libro en 'orma abreiada. Por e2emplo, !t si&ni'ica an&elio se&ún =ateo. stas abreiaturas est"n indicadas en el (ndice. Los cap(tulos son indicados con ci'ras mu$ &randes al comienzo de un p"rra'o. Los ers(culos son indicados con números peque5os e n el mar&en. Para indicar un lu&ar de la Biblia se da primero el cap(tulo, $, despu*s, el ers(culo. Por e2emplo, +n -/01 si&ni'ica an&elio de Juan, cap(tulo >?, ers(culo @. Lc -/230 si&ni'ica0 an&elio de Lucas, cap(tulo >, del ers(culo A al ?. l te)to de la Biblia est" todo en la parte superior de la p"&ina. Deba2o pusimos el comentario con una letra di'erente.
Usamos letra cursia0 n el 9ueo 4estamento, para las 'rases que son citaciones sacadas del +nti&uo 4estamento. Por e2emplo, en =t >A,@, el ean&elista aduce una 'rase del pro'eta Cacar(as @,. n el +nti&uo 4estamento, por arias razones que se indican cada ez en la ntroducción del libro. La Biblia Para quien recorre las p"&inas del libro, el +nti&uo 4estamento se presenta como una sucesión de relatos que o bien se repiten o bien se continúan con ma$or o menor coherencia, $ que a menudo nos sorprenden $ a eces nos escandalizan. n medio de esos relatos, al&unos de los cuales parece que est"n m"s cerca de la '"bula que de la realidad, se deslizan discursos, re&las de moral, de litur&ia o de ida social, reproches seeros, palabras de esperanza o &ritos de ternura. Ba2o ese aspecto el +nti&uo 4estamento constitu$e uno de los m"s bellos te/tos de la literatura uniersal. Pero en este libro o m"s bien en 7estos libros8, Dios est" siempre presente $ se lo nombra en cada p"&inaE el +nti&uo 4estamento en e'ecto nos dice de qu* manera Dios prepara a los hombres $ mu$ especialmente al pueblo de srael para que reconozca $ aco2a en Jesús al que llea a cabo su misteriosa $ maraillosa alianza con los hombres. La Biblia es inseparablemente palabra de Dios $ palabra de hombre. s por tanto imposible comenzar a leer estos libros de2ando de lado una de estas dos dimensiones. 1i olidamos que son palabra de Dios, se corre el ries&o de reducirlos a simples documentos históricos. 1i a la inersa olidamos que Dios se comunicó al hombre F$ se comunica aún ho$ d(aG en el
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corazón mismo de su historia, trans'ormamos esa palabra de Dios en una colección de le$es reli&iosas o de m"/imas edi'icantes. La Biblia no es un libro que nos habla de Dios, sino que es el libro en el que Dios nos habla de *l por medio de los testi&os que *l mismo se eli&ió en medio de su pueblo de srael. Los primeros cristianos no estaban equiocados al respecto0 7n diersas ocasiones $ ba2o di'erentes 'ormas, Dios habló a nuestros padres por medio de los pro'etas, pero en estos d(as que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del 3i2o8 F3eb ,G. + tra*s de los di'erentes libros del +nti&uo 4estamento emos pues con qu* paciencia Dios se reela a su pueblo $ lo prepara para el encuentro con Jesús, el 3i2o de Dios hecho hombre, 7+quel en quien reside la plenitud de la Diinidad8 F#ol >,HG.
+ntes de la Biblia Durante muchos si&los la Biblia 'ue 7el8 libro del pueblo 2ud(o primero, $ de la &lesia despu*s. La 'e no era sólo una cuestión personal. 9o se trataba únicamente de conocer las le$es de Dios que nos conducen a la 'elicidad $ a la recompensa eterna, sino que toda la Biblia &iraba en torno a una alianza de Dios con la humanidad. 3ab(a habido un punto de partida, etapas, $ habr(a al 'inal una recapitulación de nuestra raza en #risto $ la inte&ración del mundo creado en el misterio de Dios. La Biblia era pues una historia $ quer(a ser la historia de la humanidad. ra no sólo el libro de las palabras de Dios sino adem"s una de las bases de nuestra cultura. Pero es inne&able que toda la historia b(blica 'ue escrita en el transcurso de unos pocos si&los en un peque5o rincón del mundo. +unque este lu&ar 'uera, como lo a'irmaremos m"s adelante, un sector mu$ priile&iado, los autores b(blicos no pod(an er desde su entana m"s que un peque5o trocito del espacio $ del tiempo. #uando buscaban m"s all" de su historia particular, no alcanzaban m"s datos de los que transmit(an las anti&uas tradiciones. Para ellos no cab(a duda al&una que Dios lo hab(a creado todo 7al principio8, es decir, si nos atenemos a al&unos datos brutos del ;*nesis, hac(a m"s o menos A.??? a5os. Posteriormente tampoco se dudó de que el mundo habitado no se e/tend(a m"s all" de uropa $ del :riente =edio, $ que toda la humanidad hab(a recibido el anuncio del an&elio, aunque re&iones enteras, como los pa(ses 7moros8 hubiesen abandonado la 'e. n el si&lo I, 1anto 4om"s de +quino sosten(a que si por casualidad hab(a toda(a al&uien que si&uiera i&norando el mensa2e cristiano, como ser(a por e2emplo al&uien que hubiera pasado toda su ida en el 'ondo de un bosque, Dios no de2ar(a de mandarle a un "n&el para darle a conocer su palabra.
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los seres iientes. n un primer tiempo se es'orzaron por clasi'icar a las especies iientes o e/tin&uidas se&ún sus seme2anzas o di'erenciasE no 'ueron necesarios muchos a5os para que el cuadro se trans'ormara en un "rbol &enealó&ico0 las diersas especies proced(an las unas de las otras. 1e 'ueron dise5ando troncos comunes, rami'icaciones, $ las 'ormas o articulaciones eran m"s o menos parecidas se&ún si el parentesco era m"s o menos le2ano. sa nuea ima&en de una creación en perpetuo crecimiento cuadraba con las intuiciones de al&unos Padres de la &lesiaE 'ue ista sin embar&o por todo el mundo cristiano como una peli&rosa amenaza para la 'e. Una de las razones para rechazarla 'ue la 'iloso'(a o por decir me2or la 7'e8 racionalista o antirreli&iosa de numerosos cient('icos de los dos últimos si&los. Les bastaba con haber aclarado al&unos mecanismos de las peque5as eoluciones para a'irmar que todas las inenciones $ maraillas de la naturaleza se pod(an e/plicar del mismo modo, $ aún m"s, para a'irmar que todos los mecanismos eran productos del azar a partir de la nada. Por otro lado, los cristianos estaban acostumbrados a pensar en t*rminos de erdades inmutables, lo que ciertamente era "lido para los do&mas de la 'e, $ les parec(a que Dios de i&ual modo deb(a haber sometido el mundo celeste $ terrestre a le$es inmutables0 los astros deb(an contentarse con &irar en c(rculo Fcomo &ran cosa se aceptaba una órbita el(pticaG $ los seres ios ten(an que reproducirse siempre i&uales. 3ubo que esperar el se&undo cuarto del si&lo II para que se superara por 'in la oposición entre una ciencia antirreli&iosa en sus pretensiones, $ una 'e que quer(a i&norar los hechos. + dónde queremos lle&ar con estoK 1implemente a que la isión de un mundo en eolución enca2a per'ectamente con la concepción cristiana del tiempo $ de las 7edades8 de la historia. 1i estudiamos las cartas de Pablo, eremos que para *l toda la historia de la humanidad es una peda&o&(a de Dios de la cual emer&e el erdadero +d"n. #ontrariamente a la ima&en tan di'undida de un +d"n 4arz"n, que, al comienzo de los tiempos era tan bello $ 'uerte como se lo e en los 'rescos de =i&uel +n&el, pero que despu*s habr(a ca(do de su pedestal, 1an reneo despu*s de Pablo, e(a a toda la humanidad diri&ida por la peda&o&(a de Dios hacia una completa realización de la raza o de la comunidad humana. 1i uno entra en esta perspectia no le es di'(cil pensar que toda la creación ha$a sido hecha en el tiempo. l 7bi& ban&8, si realmente lo hubo, e/presa ma&n('icamente el punto de partida del tiempo creado, un tiempo que parte de la eternidad $ uele a la eternidad. 6einte mil millones de a5os para la e/pansión de millones de &ala/ias, cada una con sus miles o millones de soles. ) en al&una parte, planetas. #u"ntosK s un misterio. #u"ntos de ellos habitadosK s m"s misterioso aún. Pero tambi*n all( la 'e tiene sus intuiciones. 4oda la Biblia recalca la libertad, la &ratuidad de los &estos de Dios. Un Dios que ama a todos los hombres $ que los conduce a todos hacia *l, lo conozcan o no, pero que adem"s sabe ele&ir a quienquiera para darle lo que no les dar" a otros. ) el hecho de que Dios ha$a creado millones de &ala/ias no le impedir", si quiere, de esco&er sólo a una de ellasE all( pondr", en un rincón del unierso, a esa raza de 7homo habilis8 Fhombre emprendedorG a la que la Palabra de Dios ha ele&ido como su punto de aterriza2e en la creación. 9o lle&ó pues el hombre por pura casualidad. 9o es un mono que, por el e'ecto de al&unas transmutaciones cromosómicas 'ortuitas, se ha$a despertado un d(a con la capacidad de
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comprenderE habr(a bastante que decir de esos 2ue&os del azar &racias a los cuales, se&ún al&unos dicen, una raza de monos produ2o sin ma$or es'uerzo al&unos &randes músicos $ un buen número de ni5as &uapas. =iles de &eneraciones 'ueron necesarias para que apareciera nuestra humanidad.
#u"ndo $ cómo apareció el hombreK 1e podr" discutir sobre los t*rminos0 de qu* hombre hablamosK Del que part(a piedras, o del que inentó el 'ue&o, o del que enterraba a sus muertosK 3ablamos del hombre erdadero, de aquel cu$o esp(ritu es a ima&en de Dios, $ al que Dios conoce $ que puede conocer a Dios. 9adie puede responder a esta cuestión de manera precisa. Durante lar&os si&los el hombre casi no cambió la 'az de la tierra. 1u &*nero de ida $ las creaciones de su esp(ritu apenas lo distin&u(an de los primates antropomor'os de los cuales salió.
3ace unos ?.??? a5os, un cambio se preparó en la humanidad. Los hombres se a&ruparon en ma$or número en las llanuras '*rtiles. n al&unos si&los descubrieron la manera de cultiar la tierra, de criar el &anado, de modelar $ cocer la arcilla. 1e leantaron aldeas, que se unieron para de'enderse $ aproechar me2or los recursos de la tierra. La primera ciilización hab(a nacido. Despu*s todo se hizo mu$ r"pido. 1obre la tierra aparecieron cinco centros de ciilización. 4res mil quinientos a5os antes de #risto, en el sector &eo&r"'ico llamado =edio :riente, $ donde nacer(a el pueblo de la Biblia, se 'ormaban dos imperios. Uno era &ipto, el otro
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#aldea, pa(s de donde saldr(a +braham si&los m"s tarde. #aldea hizo un sistema per'eccionado de rie&o, constru$ó con tabiques cocidos, inentó un sistema de escritura, tuo le$es $ administración centralizada. &ipto tambi*n ten(a esos adelantos0 constru(a templos &randiosos para sus dioses $ leantaba las Pir"mides para tumba de su 'araones. 4ambi*n en #hina $ en ndia, como einte si&los antes de #risto, $ en #entroM+m*rica, diez si&los antes de *l, nacieron otras ciilizaciones. Las de #entroM+m*rica, #hina e ndia se desarrollaron por separado, $a que en este tiempo era mu$ di'(cil recorrer los continentes. n cambio, en el =edio :riente, #aldea $ &ipto manten(an contactos, a eces a&resios, pero que tarde o temprano los obli&ar(an a er los l(mites de su cultura. l camino que iba de uno al otro pa(s pasaba por un peque5o territorio que m"s tarde se llamar(a la Palestina. La Biblia y las religiones de la Tierra
stos brees recuerdos bastar"n para mostrar que la historia $ las tradiciones b(blicas cubren sólo un peque5(simo sector de la historia humana, el que sin embar&o es uno de los m"s importantes como punto de coner&encia de tres continentes. 9o e/iste tal ez sobre el planeta otro punto que ha$a e/perimentado tantas conmociones &eoló&icas $ humanas. Pero la ma$or parte de la humanidad ha pasado al lado de esa historia $ ha tenido su propia e/periencia de la ida $ de Dios. sto no ha$ que olidarlo. l pueblo de la Biblia lle&ó tarde al escenario de los pueblos, $ por mucho tiempo estuo sin preocuparse por los que no hab(an recibido la Palabra de Dios de la cual era portador. ) por esto mismo, Dios tampoco le di2o nada al respecto, porque cuando Dios nos habla, lo hace en el len&ua2e humano, $ en nuestra propia cultura, respetando de al&ún modo nuestras limitaciones $ nuestras i&norancias. Pero Dios no lo hab(a necesitado para entre&ar a los hombres su palabra $ su esp(ritu. n al&unos per(odos el pueblo de Dios pensó que todo lo que en(a del e/tran2ero era malo, que se deb(a rechazar cualquier sabidur(a que hubiera nacido 'uera de los territorios 2ud(os o cristianos. Pero ha habido tambi*n tiempos de curiosidad en los que la 'e se enriqueció en contacto con otras culturas, sus pro'etas $ sus pensadores. 9o debemos pues pedirle a la Biblia demasiadas respuestas sobre la manera como Dios ha hablado en otras culturas, sobre cómo el sp(ritu ha estado actuando en medio de ellas, sobre cómo las ener&(as que irradian de #risto resucitado alcanzan ho$ en d(a a todas esas personas, $ cómo se salan por el único 1alador. La Biblia sólo nos dice que cuando Dios llamó a +brah"n, se dio comienzo a una &ran aentura, única en su &*nero, $ que lleaba directamente al 3i2o de Dios a su 6erbo, o 1abidur(a, o Palabra, hecho hombre.
Despu*s de la Biblia... 1etenta &eneraciones de cristianos se han sucedido desde el tiempo de los apóstoles. 3ablar de la &lesia es hablar de estos hermanos nuestrosE es '"cil criticarlos o pensar que deb(an
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haber sido me2oresE es m"s di'(cil conocer el mundo en que iieron, mu$ di'erente del nuestro, $ comprender lo que trataron de realizar, lleados por su 'e. 6ombres libres/ v,rgenes y m7rtires
Los cristianos de los primeros si&los &ozaron al sentirse liberados0 liberados de las supersticiones pa&anas como de su propio temor $ e&o(smo. Pero pa&aron cara esta libertad. n su tiempo no hab(a le$ superior a la oluntad del emperador o a las costumbres de su pueblo, pero ellos pon(an a #risto por encima de las autoridades humanas $, por ser opositores de conciencia, los trataron como a malhechores. l amor cristiano $ la ir&inidad insultaban los icios del mundo pa&ano. De ah( que los cristianos 'ueran perse&uidos. Durante tres si&los hubo represión $ m"rtires, a eces en una proincia del imperio, a eces en otra. n al&unos per(odos todas las 'uerzas del poder se desencadenaron contra ellos $ pensaron acabar con el nombre de #risto. Pero las multitudes, que para diertirse iban a contemplar los suplicios in'li&idos a los cristianos, ol(an aer&onzadas de su propia maldad $ conencidas de que la erdadera humanidad estaba en los perse&uidos. La conversión de #onstantino
=ientras tanto el mundo romano entraba en decadencia. +ntes de que 'uera encido por sus enemi&os, se debilitaron las 'uerzas espirituales que lo hab(an encumbrado0 $a no ten(an ida las creencias anti&uas. n el a5o @N, el propio emperador #onstantino pidió ser bautizado $, despu*s de *l, los &obernantes 'ueron cristianos. ste 'ue un acontecimiento decisio para la &lesia, que pasaba a ser prote&ida en ez de perse&uida. Pero este triun'o tra2o consi&o desenta2as que se ib an a medir con el tiempo. n adelante la &lesia debió ser la 'uerza espiritual que necesitaban esos pueblos del mperio romano, reemplazando a las 'alsas reli&iones, $ sus puertas se abrieron para recibir a las muchedumbres en busca del bautismo. La &lesia $a no se limitaba a cre$entes bautizados despu*s de ser conertidos $ probadosE tuo que hacerse la educadora de un 7pueblo cristiano8 que no di'er(a mucho del anterior 7pueblo pa&ano8. Lo que se &anaba en cantidad se perd(a en calidad. Los emperadores 7cristianos8 tampoco di'er(an de sus predecesores. +s( como *stos hab(an sido la suma autoridad en la reli&ión pa&ana, tambi*n quisieron diri&ir la &lesia, nombrar $ controlar a sus obispos0 prote&(an la 'e $ somet(an las conciencias. Por otra parte, al salir de la clandestinidad o de una situación poster&ada, los cristianos tuieron que meterse m"s en los problemas del mundo. #ómo pod(an conciliar la cultura de su tiempo con la 'eK se 'ue el tiempo en que los obispos, a los que llamman 7los 1antos Padres8, hicieron una amplia e/posición de la 'e respondiendo a las pre&untas de sus contempor"neos. ntre los de m"s &enio se destacó 1an +&ust(n. 3a$ &ente que pre'iere no er los puntos di'(ciles de la 'e. Pero los que se atreen a pro'undizarlos como se debe, no siempre se cuidan de los errores. l error que m"s se di'undió $ por poco arrastró a la &lesia, 'ue el 7arrianismo80 por miedo a diidir el Dios
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único, los arrianos ne&aban que #risto 'uera el 3i2o i&ual al PadreE lo consideraban solamente como el primero entre los seres de toda la creación. Los emperadores arrianos desi&naban obispos arrianosE pero como lo hab(a prometido Jesús, el sp(ritu 1anto mantuo la 'e del pueblo cristiano $ el error retrocedió. n esos tiempos los cristianos deseosos de per'ección, al er que la &lesia no era $a la comunidad 'erorosa del tiempo de los m"rtires, empezaron a or&anizarse en comunidades austeras $ e/i&entes. Les pareció necesario aislarse de la ida cómoda para buscar a Dios con toda el alma, $ as(, en los desiertos de &ipto primero, $ lue&o por todo el mundo cristiano, hubo mon2es $ ermita5os. Los mon2es mantuieron en la &lesia el ideal de una ida per'ecta, totalmente entre&ada a #risto. 1u e/istencia tan morti'icada les permitió conocer hasta los últimos rincones del corazón humano. ) Dios, por su parte, les hizo e/perimentar la trans'ormación o diinización reserada a q uienes lo de2aron todo por *l. l 8ermento en la masa
#uando se derrumbó el mperio romano, inadido por los b"rbaros, deastado, arruinado, despedazado, pareció que 'uera el 'in del mundo. F3ablamos siempre del mperio romano, no porque 'uera el único lu&ar poblado en el mundo sino porque, de hecho, los predicadores cristianos no hab(an salido, o mu$ poco, de sus 'ronterasG. Pero, en realidad, esta destrucción anunciada por Juan en el +pocalipsis dio la partida para otros tiemposE la &lesia no pereció en ese torbellino, sino que descubrió una nuea tarea0 ean&elizar $ educar a los pueblos que, despu*s de las inasiones b"rbaras, hab(an uelto a una sociedad m"s pobre, mu$ inculta $ totalmente desor&anizada. stos pueblos no conoc(an otra 'uerza moral u otra institución 'irme que la de la &lesia. =uchas eces el obispo hab(a sido el único que se constitu$era en 7De'ensor del pueblo8 'rente a los inasores. 9o hab(a otros que los cl*ri&os para educar al puebloE en los monasterios se &uardaban, al lado de las scrituras 1a&radas, los libros de la cultura anti&ua. La &lesia 'ue el alma de esos pueblos primitios, crueles, &enerosos $ e/cesios en todo. ) mientras luchaba perseerantemente para limitar &uerras $ en&anzas, prote&er a la mu2er $ al ni5o, desarrollar el sentido del traba2o constructio, ella misma se de2ó penetrar por las supersticiones $ la corrupción. Por momentos pareció que hasta las m"s altas autoridades, los Papas, se hundieran en los icios del mundo, pero lo sembrado entre l"&rimas 'loreció con el tiempo. Lo mismo que en la 3istoria 1a&rada Dios hab(a educado al pueblo primitio de srael, de2ando que muchos errores solamente se corri&ieran con el tiempo, as( pasó con la llamada #ristiandad, o sea, con esos pueblos de uropa que aprend(an a ser humanos, libres $ responsables. 9ació una ciilización nuea cu$a cultura, arte $, m"s que todo, ideales, eran 'ruto de la 'e. #atólicos y Ortodo)os9 l #isma
La parte oriental del mperio romano hab(a resistido a las inasiones b"rbaras. sta parte de la &lesia, llamada ;rie&a u :rtodo/a, $ que lue&o ean&elizar(a a %usia, se apartó poco a
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poco de la parte occidental ocupada por los b"rbaros $ animada por la &lesia de %oma. 3ubo dos &lesias di'erentes por la cultura, el idioma $ las pr"cticas reli&iosas, a pesar de que &uardaban la misma 'e, $ esto no era malo. Pero ambas cometieron el pecado de 'i2arse m"s en sus propias costumbres que en la 'e común, $ as(, la &lesia oriental se apartó del Papa, sucesor de Pedro en %oma. Posteriormente los turcos, que se adher(an a la reli&ión de =ahoma, conquistaron los restos del mperio romano en :riente $ solamente quedaron escasas comunidades cristianas all( donde hab(an prosperado las anti&uas &lesias de 1iria, Palestina, &ipto... n los tiempos actuales, ;recia, %umania $, m"s que todo, %usia, 'orman lo m"s importante del mundo ortodo/o. La Iglesia y la Biblia
n el a5o OA?, los descubrimientos de ;utenber& permitieron imprimir libros. n tiempos anteriores no hab(a sino libros escritos a mano, caros $ escasos. 9o estaba al alcance del hombre común tener una Biblia, ni siquiera un an&elio. La Biblia se le(a en la &lesia $ ser(a de base para la predicación. ) para que estuiera m"s presente en la memoria de los 'ieles, no se constru(an templos sin adornarlos por todas partes con pinturas, esculturas o itrales que reproduc(an escenas b(blicas. Pero en adelante cada uno podr(a tener las scrituras 1a&radas, con tal que supiera leer. ste descubrimiento t*cnico iba a precipitar una crisis latente en la &lesia. Porque durante si&los las instituciones de la &lesia, su clero, sus reli&iosos, hab(an 'or2ado la cultura $ la unidad del mundo cristianoE siendo sus &u(as en lo pol(tico como en lo espiritual, las preocupaciones materiales superaban mu$ a menudo la dedicación por el an&elio. =uchos hombres destacados, reli&iosos, santos, hab(an protestado pidiendo re'ormas. Pero las re'ormas no sal(an adelante. #on la impresión de la Biblia, muchos pensaron que la única solución para re'ormar la &lesia era entre&ar a todos el Libro 1a&rado para que, al leerlo, bebieran el mensa2e en su misma 'uente $ corri&ieran los des(os $ malas costumbres establecidas. #uando =art(n Lutero tomó la iniciatia de una &lesia re'ormada, apart"ndose de la &lesia o'icial, acometió la obra de traducir toda la Biblia al idioma de su pueblo, el alem"n, pues hasta entonces se publicaba casi siempre en lat(n. s que, en la &lesia, la ma$or(a de los cl*ri&os, desconociendo el proecho que se sacar(a de la lectura indiidual de la Palabra de Dios, se 'i2aban m"s bien en los peli&ros de que cada uno se cre$era capacitado para comprenderlo todo sin error, si se entre&aba el Libro 1a&rado a todos. 9o se equiocaban totalmente, pues apenas Lutero hubo traducido la Biblia, sus se&uidores empezaron a pelear entre ellos $ a 'undar &lesias opuestas, se&ura cada una de retener sola la erdad. #uando, a5os despu*s, la &lesia se re'ormó a s( misma, no por eso se promoió su'icientemente el inter*s por la Biblia. Predicadores $ misioneros no de2aban de ense5ar el an&elio, pero todo lle&aba al pueblo desde arriba, sin que 'uera estimulado a buscar personalmente la erdad.
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#on:uistadores y misioneros
Desde los +póstoles, los cre$entes se han preocupado por transmitir su 'e a los dem"s. 4ambi*n hubo misioneros que se aenturaron entre los pueblos enemi&os o de otro idioma, para predicar el an&elio. Pero cuando toda uropa se encontró m"s o menos reunida en la cristiandad, o sea en el "rea cultural $ social animada por la &lesia, cre$eron que se hab(a cumplido la tarea misionera. u* hab(a 'uera de los pa(ses cristianosK llos hubieran contestado0 7Los moros, nada m"s.8 Los moros, es decir, los pueblos "rabes de reli&ión musulmana, enemi&os encarnizados de los pa(ses cristianos. ) no pensaban que hubiera pueblos m"s all". +l&unos pro'etas como
+l hablar de la cristiandad di2imos que la &lesia se hab(a hecho responsable de muchos sectores de la ida pública, $ esto, por necesidad, porque no hab(a autoridad ciil o militar que se encar&ara de ellos. l clero 'undaba $ atend(a las escuelas $ uniersidades, los
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reli&iosos se hac(an car&o de la salud pública0 hospitales, hospicios, or'anatos. Los mon2es colonizaban $ alorizaban las tierras sin cultiar. Pero lle&ó el d(a en que los m"s conscientes entre los diri&entes e intelectuales comprendieron que todas estas tareas deb(an ser deueltas a las autoridades ciiles. n esto estaban de acuerdo con el an&elio, que distin&uió lo que es del #*sar $ lo que es de Dios. Pero tambi*n en esto se en'rentaron con las ideas tradicionales. %aras eces nos conencemos de que debemos transmitir a otro una responsabilidad nuestra. +s( pasó con las autoridades de la &lesia. De tal manera que los cambios necesarios para que la cristiandad decadente diera lu&ar a naciones modernas, a instituciones laicas, a ciencias independientes, se hicieron en 'orma de lucha. 4odos saben el proceso rid(culo hecho al '(sico ;alileo $ los con'lictos pol(ticos que hubo entre los p apas $ los re$es. La Iglesia y el mundo moderno
n los últimos cuatro si&los, el mundo ha conocido m"s crisis, m"s adelantos, m"s cambios que en todos los tiempos anteriores. La 'e cristiana hab(a dado al hombre europeo una ener&(a, una se&uridad, una conciencia de su misión en el unierso, que le permitieron construir la ciencia, desarrollar las t*cnicas, dominar los otros continentes. Por supuesto que las conquistas $ la colonización obedec(an a motios mu$ e/tra5os a la 'e, pero, aun con esto, lleaban a e'ecto el plan de Dios que, desde el comienzo, contempló la reuni'icación de todos los pueblos. La &lesia participó de esta e/tensión. n el si&lo II hubo hasta ??.??? misioneros, sacerdotes $ reli&iosas, empe5ados en la ean&elización $ educación en +sia, +'rica $ +m* rica. Lo m"s importante, sin embar&o, suced(a en uropa. La &lesia se e(a en'rentada a esta cultura moderna que hab(a salido de ella, pero que, ahora independizada, se ol(a su enemi&a. Los esp(ritus ilustrados pensaban comúnmente que eran capaces de dar a la humanidad pro&reso, 'elicidad $ paz, $ no e(an en la &lesia sino i&norancia $ pre2uiciosE en una palabra0 el ma$or obst"culo para la liberación de los hombres. =uchos se atreieron a predecir la muerte del cristianismo antes del si&lo II. sta situación comple2a obli&ó a la &lesia a salir de su se&uridad $ a responder a interro&antes cada ez m"s cruciales. Bien era cierto que #risto le hab(a entre&ado la erdad $ reinaba despu*s de resucitado. Pero la &lesia ten(a que descubrir $ probar cada d(a lo que si&ni'icaba esta erdad para hombres di'erentes. ) no era para ella el momento de reinar, sino de serir en medio de humillaciones. l gran siglo de la evangeli5ación
l si&lo II parece que ha simpli'icado la situación. Por una parte, al cabo de tres si&los de luchas est*riles, la &lesia se ha dado cuenta de que, al perder sus recursos, su poder pol(tico $ su monopolio cultural, ha uelto a encontrar su erdadera misión, que es la de ser en el mundo una 'uente de amor $ de unidad, la leadura en la masa.
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La &lesia no es m"s que una minor(a en el mundo0 unos ?? millones de católicos entre cinco mil millones de pobladores de la tierra. Pero son, m"s que nunca, una minor(a inquieta $ preocupada por todo lo humano, sabiendo que la obra de Dios es salar todo lo humano. Por otra parte, la cultura laicista que pretend(a solucionar todos los apuros de la humanidad sin recurrir a la 'e, ha isto sus l(mites $, lue&o, su 'racaso. Los me2ores entre los que piensan, reconocen que la humanidad corre al caos si los hombres no uelen a tener una 'e, una esperanza $ una isión común de su destino. De otra manera, las tensiones entre ricos $ pobres, el choque de las ideolo&(as, el desconcierto de las sabidur(as humanas, nos llea directamente a un en'rentamiento uniersal. n muchas partes del mundo, la &lesia, que antes iba de la mano con los &obernantes, es perse&uida. sto sucede en los pa(ses comunistas, decididos a eliminar toda reli&iónE esto sucede en pa(ses dominados por otra reli&ión, como son los musulmanes $ los hindúesE esto sucede en las mismas sociedades que se proclaman cristianas, pero dan la espalda a la 2usticia $ al respeto al hombre. +hora bien, la &lesia entiende me2or lo que es dar testimonio de #risto $ entre&ar su Buena 9uea a los pobres. De2a de ser una institución diri&ida por una clase superior, el clero, $ uele a ser una comunidad de comunidades. La &lesia entiende que para todos los pueblos se acerca el desastre si no saben reconciliarseE $ la reconciliación en base a la erdad, la 2usticia $ el perdón, es el 'ruto de la an&elización. Para quien no se detiene en la mediocridad ineitable de la ma$or(a de los cre$entes, ni en los errores en el recorrido, ni en la lentitud de ciertos cambios, no cabe duda que este si&lo es el &ran si&lo de la ean&elización de las naciones. 3abr" otro despu*sK
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