Lectura de la realidad en la Psicología Comunitaria 1 Sujeto y realidad Presentación de los principios teóricos-epistemológicos Desde la Psicología Comunitaria poder “leer” y objetivar esta lectura, el acontecer en las comunidades, es requisito básico para el trabajo de encontrarse con las sujetas/os que viven y transformar las situaciones en que están inmersos. Cuando hablamos del encuentro con el otro nos referimos a otra persona, diferente, distinta, y a la vez similar en algún sentido, pero que para poder acercarnos y hacer acciones en conjunto, comprender qué es lo que le pasa y qué nos pasa a nosotros con otros, necesitamos reflexionar sobre lo que pensamos, hacemos y sentimos en ese hacer con otros. Es la pregunta (Freire) generadora de inquietudes, palabra como problema que se conquista al modo de Bachelard. ¿Cómo lo pensamos, cómo lo hacemos, como lo sentimos? Por eso hablamos de que este encontrarse en las calles, en las casas, en las fiestas, en los dispensarios, en las movilizaciones, en los momentos de alegrías y tristezas, pasa en la vida cotidiana y participa de la realidad que vivimos. Preguntarnos como estamos pensando la realidad, qué elementos del contexto tienen que ver con nuestro hacer y pensar, que de la historia da visibilidad a las situaciones en que trabajamos con la gente en las comunidades
es
un
aspecto
importante
del
trabajo
del
psicólogo
comunitario. ¿De que hablamos cuando hablamos de la realidad? Es importante explicitar como estamos entendiendo esto que denominamos realidad En Apunte de Cátedra Estrategias de Intervención Comunitaria. 2007. Facultad de Psicología U.N.C. 1 Basado en el texto original “Lectura de la Realidad” del Curso de Extensión El encuentro con el otro en los procesos organizativos y trabajo comunitario. Una aporte de la Psicología Comunitaria. Año 2000. Barrault O. y Trisciuzzi S.
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porque no solo estamos definiendo características de como leer (y por lo tanto como actuar) esta realidad sino también lógicas, formas, de pensamiento, formas de entender que orientan nuestras acciones y que implican presupuestos epistemológicos que sostienen estas teorías. Esta es solo una aproximación a algunos conceptos y categorías que, creemos, nos permite una mejor explicación de porque pasan las cosas que pasan en nuestras comunidades y nos da elementos para un mejor trabajo en las mismas. Es una orientación entre otras y en eso nosotros tomamos una postura que la iremos explicitando y desarrollando. Hablamos de “lectura de la realidad” como esa forma de leer lo que pasa a nuestro alrededor –y esto nos incluye- en el contexto en que vivimos. Por un lado podemos decir que siempre estamos leyendo esta realidad, de alguna forma y por otro lado lo que queremos destacar es que también es como una herramienta2, como un medio, que nos permite pensar lo que pasa y realizar un mejor trabajo comunitario. Es decir se “refiere a lecturas detenidas y reflexivas según niveles, dimensiones o aspectos que nos permiten aproximarnos a la realidad con algún esquema de lectura” (Plaza, Blanes, Zamora 2005:2). Pensada como categoría, nos permite romper con estas primeras impresiones, primeras ideas que tenemos sobre lo que pasa, que nos hace pensar que todo es como siempre ha sido (a-historico), como algo natural. Esto es un esfuerzo de pensar, reflexionar, e inventar mas allá de esto. Entonces se puede pensar aspectos que implican esta lectura: 1. La realidad como construcción social: “...la realidad supuestamente hallada es una realidad inventada, y su inventor no tiene conciencia del acto de su invención, sino que 2
Categoría definida por Silvia Plaza. Estrategias de Intervención Comunitaria. Fac. Psicología. UNC
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cree que esta realidad es algo independiente de él y que puede ser descubierta; por lo tanto a partir de esa invención, percibe el mundo y actúa en él”3 Watzlawick En este sentido queremos destacar la mediación simbólica (a través del lenguaje) en nuestro relacionamiento con las cosas y los otros. ¿Qué es lo que queremos destacar de esto?. Qué lo que nos pasa es leído siempre desde algún lugar. Donde: “Leído” refiere al carácter interventivointerpretativo en relación a un texto4; “siempre” refiere a lo inherente de la mediación simbólica en el ser humano; y “Lugar” refiere tanto a la posición que el sujeto ocupa en un conjunto socio-histórico como a la relación que el sujeto establece con dicha posición. Siempre
hacemos
lecturas,
interpretaciones
a
través
de
nuestro pensamiento, de lo que nos pasa de esta realidad que vivimos, es decir las cosas pasan a cobrar así un sentido para nosotros. De manera que participamos de la definición de lo que esta realidad es. Además hay una sociedad con sus formas de entender lo que pasa, leyes, instituciones, formas de establecer lo que es posible hacer y pensar que nos antecede y al cual nosotros llegamos cuando nacemos, una sociedad en al cual nos socializamos (Berger y Luckmann 1997). Se
podría
decir
que
las
formas
en
que
comprendemos,
interpretamos y leemos esta realidad tiene que ver con una construcción social de estos sentidos que circulan cotidianamente. Por lo tanto en cada momento histórico encontramos distintas formas de entender, leer el
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citado por Perez G. (14:1993) Siguiendo a Veron, consideramos que “en la superficie de lo social nos encontramos en efecto, con “paquetes” textuales, conjuntos compuestos en su mayor parte de una pluralidad de materias significantes: escritura-imagen; escritura-imagen-sonido; imagenpalabra, etc. Ellos son textos, termino que para nosotros no se restringe a la escritura.” (17:1993). Donde los discursos existentes son un modo de aproximación a estos textos. Así, el modo en como armamos, construimos una –entre otras- lectura de la realidad, se organiza a modo de un texto, y por ende, de un discurso en el cual se pueden indagar el proceso de producción del discurso considerado -“el sistema de operaciones que define el nivel de lectura de la producción de un paquete textual determinado”4
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mundo, de valorar, interpretar lo que es “el mundo”, “las cosas”, “el trabajo”, etc. Pero no hablamos de una realidad homogénea y armónica. Lo que nos lleva a pensar: 2. La realidad como conflictiva: Por un lado podemos decir que: a) como sujetos existimos en una multiplicidad de relaciones donde el otro5, que es un otro diferente, al cual recurrimos y con el cual acordamos o no, nos confronta con a la diversidad y lo conflictivo de estas relaciones. b) no solamente encontramos diversidad dentro de lo Mismo, sino que podemos pensar lo nuevo. No son solo diferencias dentro de lo mismo (como la dialéctica de los opuestos) sin lo distinto6 (Dussel), lo absolutamente otro (Levinas): Se podría pensar a modo de un acontecimiento7 que “redefine” una situación. Novedad se le impone a los sujetos y a la vez depende de una intervención. A fin de cuentas, novedad conflictiva en la trama social. Es decir que no estamos pensando en una reproducción social predestinada e inmodificable: en el nudo de la cuestión esta la afirmación de que “la reproducción de lo idéntico no ha existido jamás” (Enriquez 2005:39). En este punto consideramos que estamos habituados, 5
Al respecto se puede profundizar en las obras de Dussel en especial cap.III “La exterioridad metafísica del otro” del Tomo I, Filosofía ética de la liberación. Ed. Megápolis. 1987. 6 La relación que se establece no es de identidad ni igualdad, en todo caso analogía, libertad , creación novedad: “La palabra castellana “diferencia” nos remite a la latina compuesta de dis-(partícula con la significación de división o negación) y el verbo ferre (llevar con violencia arrastrar). Lo diferente es lo arrastrado desde al identidad , indiferencia originaria o unidad hasta la dualidad. La di-ferencia supone la unidad: lo Mismo. Mientras que lo distinto ( de dis- y del verbo tinguere: pintar, poner tintura), indica mejor la diversidad y no supone la unidad previa: es lo separado, no necesariamente procedente de la identidad que como Totalidad los comprende” Pag. 102 ídem. 7 Entendiendo acontecimiento como algo nuevo: “Algo que no esta dentro de la lógica de la situación. Algo que esta demás, o mas allá. Algo que incluye un elemento de sorpresa” Badiou (2000)
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habitados, por las practicas y discursos de mirar siempre lo mismo. Esto enriquece la mirada, la lectura de la realidad compleja de las comunidades con que trabajamos y que excluye mirar a las comunidades como unidades homogéneas (Sawaia 1996). c) De los diversos paradigmas existentes en las ciencias sociales nos referimos al que pone en el centro de la discusión al conflicto como dinámica esencial (modelo del conflicto8), a diferencia de otros (modelo del consenso) en donde el centro de interés es el orden, mantenerlo, mantener el equilibrio del sistema y donde todo lo que se sale de esto es una desviación, anormal de lo “que tiene que ser”. Consideramos que pensar el conflicto como indisolublemente ligado a lo que nos pasa diariamente nos permite leer mejor (e intervenir) en las relaciones que se dan y sobre todo en las relaciones de poder, que de otra manera quedan invisibilizadas. Encontramos desde esta perspectiva: La existencia de una apropiación/distribución diferente y desigual de los capitales (económicos, simbólicos, sociales y culturales)9, es decir gente, grupos económicos que tienen más, más ricos y otros que tienen menos. Es decir, siguiendo a Bourdieu, no solo pensar los capitales en sentido económico clásico, sino otros como el prestigio, por ejemplo: en la lógica imperante no es lo mismo lo que dice un reconocido medico que lo que diga un medico de barrio, o lo que diga el presidente del país que el vecino de mi casa, tampoco es lo mismo los capitales en relaciones que tiene ese presidente que 8
Según Lista (1992), si bien es difícil encuadrar exclusiva y taxativamente los autores en un paradigma determinado, propone un esquema donde establece tres paradigmas o modelos: el consensual, el del conflicto y el interaccionista. En el primero incluye autores como Comte, Spencer, Durkheim y en general el funcionalismo de Parsons y Merton; en el segundo considera principalmente a Marx y Weber; y en el tercero incluye a G. Mead, Blumer, Schutz y Garfinkel entre otros. 9 Categoría redefinida por Bourdieu como conjuntos de bienes acumulados que se producen, se distribuyen , se consumen, se invierten, se pierden, como el recurso que es eficiente en la relación, y que no se restringe a lo económico (Costa 1998).
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el que podemos tener cualquiera de nosotros, o el referente en el barrio que un recién llegado, etc. Hacemos hincapié en esto: no hablamos solo de mas o menos dinero, mas o menos capital económico, pueden ser recursos en relaciones, recursos en reconocimiento social (ej. prestigio), recursos culturales (ej. el ser profesional y otra persona que no lo es). Tampoco, es lo mismo, a lo que podemos acceder cada uno. En esto hay una estructura social en la cual podemos pensar esta distribución. Esto ubica a diferentes actores sociales10 en diferentes posiciones respecto de la tenencia de estos capitales. Por ej.: el Estado, las ONG, partidos políticos, organizaciones sociales, grupos comunitarios, etc.). Y esto genera luchas de intereses en relación a estos capitales que se administran, disponen, se buscan conseguir y sostener. Teniendo en cuenta esto, la categoría de estructura y de coyuntura son importantes en su relación con dichos actores/agentes sociales a los fines del análisis de la realidad. Nos permiten considerar las condiciones
materiales
y
simbólicas
que
condicionan
objetiva
y
subjetivamente a los sujetos. En un sentido general la estructura remite a un conjunto de elementos solidarios entre si, que se encuentran interrelacionados como en un todo (Ferreter Mora 1971). Para Althusser (1984) ya en Marx estaba presente pensar la estructura de la sociedad por niveles o instancias articuladas: lo económico (infraestructura, unidad de fuerzas productivas y relaciones de producción), y lo jurídico –político e ideológico (superestructura) 10
Actor social es una categoría usada en la sociología que delimita una entidad individual o colectiva cuyo carácter se determina según el paradigma sociológico que lo sostiene. Nosotros tomamos como referencia el modelo sociológico del Conflicto y el Interaccionista (Lista: 1992) como del Estratégico (Costa: 1998), en el cual el actor social ocupa una posición social determinada dentro de un sistema de posiciones. y donde el conflicto es su dinámica esencial.
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esto daría características de formaciones sociales especificas para un tiempo determinado (diacronía). Para Bourdieu la estructura se refiere a un cierto “estado
de la
relación de fuerzas entre los agentes o las instituciones que intervienen en lucha” en un campo determinado (Bourdieu 1990). Habla así de un espacio social descripto como un espacio pluridimensional de posiciones en relación a variables en juego como los agentes sociales, el capital en juego en los distintos campos y al volumen global del capital y estructura del capital. Para un determinado sistema social tendrá mayor peso cierto capital en juego, en el caso nuestro, por ejemplo, es el económico y en segundo lugar el cultural. En principio, para Guiddens (1998), “Estructura denota entonces, en análisis social, las propiedades articuladoras que consienten la ´ligazón´ de un espacio-tiempo en sistemas sociales: las propiedades por las que se vuelve posible que practicas sociales discerniblemente similares existan a lo largo de segmentos variables de tiempo y de espacio, y que presten a estos un forma ´sistémica´”(Pag.54). También considera que “estructura denota no solo reglas implícitas en al producción y reproducción de sistemas sociales, sino también recursos”(pag.60). En cambio la coyuntura es la manera de visualizar la estructura en un momento particular, como un “corte sincrónico”, los actores sociales intervinientes, el campo de distribución de los capitales y recursos en juego, etc. De forma que en un análisis de coyuntura se toma en cuenta la relación
de
un
periodo
determinado
(temporalidad),
una
totalidad
compleja (forma o espacio social determinado), un estado de “correlación de fuerzas” de luchas de intereses, un espacio determinado de praxis de los actores sociales, y de esta forma la investigación sobre la dimensión política en su articulación con las otras. Así podemos tomar en cuenta, para el análisis de la realidad, dimensiones de análisis como lo económico, político, ideológico, y cultural,
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y su relación específica en una estructura social determinada y en una coyuntura particular. Otro aspecto a considerar respecto de como entender la realidad es pensar: 3. La realidad como proceso La idea de proceso, que no es nueva y se utiliza en diversos ámbitos, la utilizamos aquí aludiendo básicamente a dos cosas: la historia como eje importante a considerar de esta realidad y en especial a las transformaciones que acontecen en esta historia (Barrault, Vazquez: 1999). Podemos decir así que la realidad tal como la conocemos no surgió de la nada, sino que hubo toda una historia que antecede y tiene que ver en como es la realidad. Para poder entender mejor (e intervenir mejor) esta realidad es importante entenderla desde su dimensión histórica. El aporte lo tomamos sobre todo desde el marxismo y su interpretación histórica de los procesos sociales que acontecen Es decir que cuando leemos lo que pasa en las comunidades, la mirada en los procesos comunitarios11, nos hace legible la dimensión histórica, entre otras cosas. De forma que al hablar de transformaciones aludimos a: 4. La realidad como dinámica:
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Entendemos que procesos comunitarios “alude también a un espacio geográfico, por esto contiene aún la marca de la comunidad, pero acá no refiere a cualquier proceso, sino a procesos comunitarios, que implican una forma específica de intervención: la intervención comunitaria. Es posible hablar de procesos comunitarios en tanto incluyen una historia del lugar presente en este proceso, interacciones entre sujetos, grupos, organizaciones que hacen que existan ciertas modalidades en este proceso; representaciones, percepciones respecto del otro, representaciones del mismo espacio habitado; un lugar, ese espacio se vuelve lugar en tanto es cargado de significación, identidades múltiples en tanto es posible la multiplicidad de pertenencias, fuente de sentido e identidad, relaciones de poder, campo de lucha” Plaza (1999:3)
8
Pero aquí lo dinámico, queremos destacar, no es solo en relación a lo que podemos
pensar como externo a nosotros: “ la llamada
cotidianamente realidad”. Tanto lo que denominamos estructura social que nos condiciona, como nosotros que formamos parte de ella, cambiamos. Y además lo que queremos destacar es que somos nosotros mismos los que cambiamos esta realidad. Las condiciones de esta estructura social que da cuerpo a esta realidad, coexistente, nos condiciona pero a la vez es modificada por nosotros. Podemos pensar siguiendo a Guiddens: a) el sentido de estructura como medio: es decir como coerción o limitación y también como posibilitadora; y b) el sentido de estructura como resultado de la acción de los actores /agentes sociales que somos cada uno de nosotros, y los grupos, instituciones que fuimos nombrando. “Con arreglo a la noción de la dualidad de estructura, las propiedades estructurales de sistemas, sociales son tanto un medio como un resultado de las practicas que ellas organizan de manera recursiva.(...) Estructura no se debe asimilar a constreñimiento sino que es a la vez constrictiva y habilitante.” (1998:61) Llegado a este punto, ¿Qué estamos pensando acá respecto de nosotros mismos y la relación con esta realidad?. Al respecto es importante explicitar algunos aspectos de como entendemos a los sujetos, como estamos leyendo su hacer, sentir, y actuar. 5. La realidad y la intervención de los sujetos Estamos
pensándonos
como
personas,
sujetos
de
determinadas
características, es decir con la asunción-explicitación- de ciertos criterios de mundo, vida, sujeto, justicia, ética. a) Implica una definición de sujetos activos (Pichon Riviere), creativos, productores de su propia existencia, apuntamos aquí
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a la potencialidad del ser humano no solo como lo posible por venir (potencialidad como futuro) sino por la implicancia en el día a día de su hacer en este mundo, modificamos nuestro mundo, lo que nos rodea, lo que alcanzamos a vislumbrar y muchas otras cosas que no. Hablamos de actos con sentido. Que impactan tanto en nosotros como en el mundo que habitamos. El encontrarnos con otros para hacer cosas, satisfacer nuestras necesidades, cambiar y transformar las cosas que pasan es para nosotros, en un sentido, político b) pero también aludimos aquí a un sujeto implicado en sus formas de pensar y decir, sentir y actuar. Lo que pasa en las comunidad con quienes trabajamos es más explicativo cuando se tiene en cuenta la interrelación de estas dimensiones en el sujeto. Tanto nosotros como las personas con quienes trabajamos actúan, sienten, piensan. Lo cual parece una obviedad, pero lo que destacamos aquí es que en nuestro leer la realidad que pasa y nos pasa, esta implicada esta relación. Lo que se olvida es esta relación (para algunos no es olvido, sino intención, como modelos de pensamiento
e
intervención
–
teorías-
que
segmentan
la
comprensión de los sujetos). c) Otro aspecto que a veces pasa desapercibido es que además hablamos de sujetos sociales, de un sujeto en condiciones concretas de existencia, emergentes de una trama relacional. No hay UN sujeto, como sujeto asilado, sino diversidad de personas. Crecemos en un mundo social, en relaciona a otros. De forma que estos otros son además posibilitadores de nosotros mismos12. Somos socializados en esta relación con otros (Berger y Luckmann 1997). Por lo que estamos viendo podemos enunciar:
12
Clase teórica de Silvia Plaza. Estrategias de Intervención Comunitaria. Fac. Psicología. UNC
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6. La realidad es compleja: Lo trabajado hasta aquí da cuenta de la multiplicidad de elementos, dimensiones, que coexisten y a los cuales hay que tener en cuenta para comprender la realidad y dar cuentas de lo que acontece en un determinado lugar. Esto va en franca confrontación al modelo unicausal de pensamiento de interrelación de los acontecimientos históricos. Es una forma de pensar tanto de la sociedad en su conjunto y su interrelación con contextos provinciales, nacionales, internacionales, las comunidades, como sus actores, como de un sujeto en particular (En confrontación por ejemplo: desde la medicina –como modelo medico tradicional-, desde la psicología el modelo clínico – como única forma de pensar e intervenir con los sujetos-) Cuando hablamos de problemas, problemáticas, en las comunidades ya no alcanza pensar causas y efectos. Lo complejo de nuestros contextos y las particularidades de las situaciones exceden el pensamiento rígido, mecánico de la causalidad. “Las ciencias han comenzado a dar cuenta de la multidimensionalidad que se abre cuando pasamos de las metáforas mecánicas al pensamiento complejo, que toma en cuenta las interacciones dinámicas y las transformaciones. Ha comenzado a gestarse una cultura que no piensa el universo como un reloj sino como ‘archipiélagos de orden en un mar de caos’: la cultura de la complejidad.” (Najmanovich 1999)
Algunos elementos del contexto Retomando lo anteriormente expuesto, sobre la importancia de reflexionar sobre lo que acontece a nuestro alrededor: la lectura de la realidad como herramienta nos permitirá en este apartado, pensar críticamente acerca del contexto actual. Solamente señalaremos algunos elementos, dado que su tratamiento excede, en mucho, los objetivos de este articulo.
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Nos encontramos con una realidad social estructurada de una determinada manera, con un modo de producción económica que predomina, con una forma política y un sistema de significaciones, valores representaciones que prevalecen sobre otros y que produce exclusión, marginación, expulsión y vulnerabilidad. A partir de la década del ochenta , en nuestro país y en América Latina en general, el estado va sufriendo una transformación, se va redefiniendo en contraposición a sus características tradicionales (Estado de bienestar, garante de la protección y seguridad frente a los avatares de la subsistencia, sobre la condición de ciudadanía) intentando que el mercado recupere su espacio e imponga su rol de eficiente asignador de recursos. Se produce entonces un desmantelamiento del estado y sus roles, abriendo paso a un Estado Neoliberal en un marco de grandes ajustes socioeconómicos. El llamado ajuste implica que las economías nacionales, es decir de cada país deben aceptar las realidades de la economía mundial. Mediante la
liberación
de
mercados,
privatización
de
empresas
estatales
y
desregulación, flexibilización, por ejemplo, del trabajo. Este ajuste dado principalmente por una necesidad imperante de reducción del gasto público en nuestro país tiene como correlato la aparición de un estado reducido, mínimo tomado como único rol de regulador-controlador del orden jurídico normativo. El corrimiento del estado de sus funciones y deberes en relación a garantizar la salud, la educación, y el empleo son la consecuente reducción de recursos destinados a estas áreas, tiene un impacto central en la redefinición de las modalidades de las políticas sociales; el mercado es quien asigna y regula los recursos, lo que determina que el acceso a los servicios, que ahora están en mano de sectores privados, sea de manera diferencial, promoviendo el individualismo como principal conducta para definir la integración a la nueva realidad social. Frente a este modelo que incluye por definición la informalidad laboral, el desempleo, la desprotección y consecuentemente la pobreza,
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entendemos como algunos signos a considerar para reflexionar de manera crítica sobre su proceso: La fragmentación social no solo como estrategia que busca construir grupos sociales aislados, con escasa capacidad de poder, orientados hacia fines parciales que no suscitan adherirse, con dificultades para realizar pactos negociadores; sino también como estado naturalizado de nuestra sociedad (Binder 1991). La sociedad
así
concebida,
incorpora
como
realidad
social
fragmentada, hace que cada grupo social sea tratado y trate a otros como minorías discriminadas. Los procesos de marginalización, donde Robert Castel (1991) desde una perspectiva socio-laboral nos aporta los aspectos fundamentales de análisis: la red social de relaciones y el trabajo, delimitando tres zonas en las que cada uno de nosotros podríamos estar: o Zona de Integración: caracterizada por trabajo estable y fuerte inscripción relacional, por ej. un empleado municipal. o Zona de vulnerabilidad: trabajo precario y fragilidad de los soportes relacionales, por ej vendedores ambulantes o Zona de marginalidad o desafiliación: doble desenganche, ausencia de trabajo y aislamiento relacional, por ejemplo un linyera Lo singular de este proceso es que va excluyendo a los ya integrados, encontrándonos, de esta forma con la complejidad de lo
que
denominamos
pobreza,
se
habla
entonces
de
heterogeneidad de la pobreza. (Lo Vuolo y otros 1999, La flexibilización de las relaciones laborales (por ej., en Córdoba, casi el 50% de la trabajadores de la Provincia son contratados), y la desocupación masiva y prolongada rompe solidaridades, desocializa y aísla al individuo recluyéndolo en sus grupos próximos.
Se
experimentan
13
sensaciones
de
inseguridad,
incertidumbre en relación a l contexto local, crisis de identidad y ruptura de las redes sociales de pertenencia. La polarización económica-social, la brecha entre los que mas tienen y los que menos se acrecienta cada ves mas en vez de reducirse, estando la mayoría de la población por debajo de los niveles de pobreza. Como dice Alicia Gutierrez “en general las diferentes posturas reconocen que la pobreza se identifica con nociones tales como la
de
privación13,
de
carencia
y
constituye
un
concepto
descriptivo mas que explicativo, tras el cual, la preocupación central gira en torno a ´medir´ la cantidad de pobres” (2003:4). En todo caso interesa pensar la trama de relaciones en que están insertos, a manera de diversas posiciones sociales y además mirado no desde la carencia sino desde lo que pueden hacer los sujetos, desde la potencia, desde los recursos con que cuentan. El malestar generalizado respecto de la propia situación y del futuro posible. Como un estado de la situación que cruza diversos estratos sociales de manera diferencial. Lo que en un momento se pensó como pasaje de una situación social a otra, se puede pensar ahora como estado. En lo político, la forma hegemónica del siglo pasado y éste, es la de
lo
partidos
(Badiou
2000,
Cerdeiras
2001).
Como
intermediación, representación entre los movimientos sociales y el Estado, o entre los propios sujetos y el Estado. En este sentido podemos pensar cierta vulnerabilidad política14 respecto de la autonomía del hacer colectivo. 13
El resaltado es nuestro. Definida como del orden de lo vulnerable y como tal la posibilidad (no la condición) de, en un futuro, estar mas del lado de la imposibilidad, de la incapacidad del sostenimiento de una condición de vida, diríamos que los elementos que definen dicha vulnerabilidad tienen que ver con discursos, prácticas y sentimientos en relación a: 1. el ejercicio de la política como representación. La delegación, la mediación en otros de lo que al sujeto le interesa respecto del bienestar propio y colectivo; b) ligado fuertemente a la gestión como característica central al bienestar solamente individual o del lo colectivo pero no del orden de la igualdad; c) limitación en las condiciones de ejercicio de la organización
14
14
La lectura de un contexto para nada alentador, no debe invisibilizar (aunque nos pase muchas veces) lo que la historia de los movimientos sociales nos ha y sigue aportando. Que estos existen como un movimiento que rompe la repetición colectiva, social, y que en un sentido general van hacia una mayor igualdad (Badiou 2000). En este sentido en las comunidades encontramos movimientos, practicas, acciones y sentidos que van –en parte- a contrapelo de las practicas sociales hegemónicas. Practicas que crean tiempo y espacios propios a distancia del estado de la situación o que por lo menos pueden suspender – temporariamente- sus condicionantes. Una pregunta interesante, desde una lectura de la realidad, seria: ¿Cómo pensar los movimientos sociales en los lugares que estamos, por ej. aquí en Córdoba? ¿Que sabemos de ellos? ¿Qué sabemos del las acciones y practicas de las comunidades en este sentido?.
Marzo 2006 Omar A. Barrault
[email protected]
colectivas sobre el eje de la autonomía. d) la imposibilidad de pensar los imposibles, la presencia del miedo ante lo indefinido y la incerteza de las utopías. e) El miedo como motor y limite de las acciones políticas (Plaza, Barrault, Alderete, Pomares, Perez, Vazquez y Cedron. 2004)
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