Reforma Liberal de 1876
Sus antecedentes se encuentran en el conjunto de medidas implementadas, por vez primera en América Española, por Francisco Morazán, Mariano Gálvez, y aquellos que conformaron la primera generación liberal del istmo centroamericano: libertad de cultos, educación popular, separación Iglesia-Estado, fomento a la inmigración entre otras iniciativas. Marco Aurelio Soto, con la eficaz colaboración de Ramón Rosa (1848-1893), decretó la primera legislación republicana que reemplazó a la española: Códigos de Comercio, Civil, Instrucción Pública, Minería, Penal; reapertura de la Universidad; inauguración del Hospital General, de la Biblioteca y Archivo Nacional, establecimiento del sistema educativo en sus tres niveles primario, secundario y superior; fundación de la Dirección General de Estadística y la Casa de Moneda, construcción de las primeras líneas telegráficas; apertura del Correo Nacional, apertura de una carretera entre la capital y San Lorenzo; fomento de la minería y cultivo del café. Entre 1876-1883. Estos elementos de modernización, entre otros, son los que dan paso en parte en la Conformación del Estado de Honduras. Esta labor de modernización capitalista fue continuada por sus sucesores: Luis Bográn, en su periodo presidencial entre 1863 al 1872, quien inició el otorgamiento de concesiones a nacionales y extranjeros en la Costa Norte, con el propósito de estimular el desarrollo económico de esa región, poseedora, hasta entonces, de un gran potencial; Policarpo Bonilla en su mandato presidencial de 1884 a 1899, Terencio Sierra, entre 1899 al 1903, Manuel Bonilla, entre 1903 a 1907; todos ellos eran de la idea, que la apertura a la inversión foránea, mediante la concesión de tierras nacionales y exenciones fiscales, sería el eje motor que traería consigo capitales y tecnología generando empleos y otras actividades económicas secundarias bajo control de empresarios nacionales.
http://www.oei.es/cultura2/honduras/cap1.htm#4
Reforma Liberal
La divisa de los gobiernos latinoamericanos de la reforma liberal, establecidos durante el último tercio del siglo XIX, fue la de Orden y Progreso. Esta fue la consigna que enarbolaron Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa al inaugurar su gobierno en Amapala, en Agosto de 1876. Eran hombres jóvenes, de escasos treinta años, pero que ya habían probado su valía al servicio del gobierno reformista de Guatemala. Traían fuerte apoyo y, precisamente en Amapala, fueron acompañados por los Presidentes de Guatemala, El Salvador y Costa Rica. No habían participado en los conflictos hondureños internos, eran hombres nuevos y esto les granjeó el respaldo de sus conciudadanos para implantar la ansiada paz. Se venía de un período aciago y las circunstancias se habían deteriorado a partir del asesinato del Presidente Guardiola, en 1862. La revolución liberal guatemalteca de 1871 aceleró las contiendas pues muchos políticos y militares pugnaban por ser los escogidos para realizar un movimiento paralelo en Honduras. Hubo momentos en los que hasta cuatro presidentes simultáneos pretendían mandar en el país. En 1874 la capital, Comayagua, fue sometida a un sitio devastador. Soto y Rosa se presentaron, por propia definición, como una nueva era y fueron acogidos con general beneplácito. Pero, asímismo, decidieron implantar el orden y eliminar los vestigios del revoltoso pasado. En Febrero de 1878, tras un juicio militar por conspiración, fue fusilado en Santa Rosa el general José María Medina. Pareja suerte corrió poco después el notorio insurrecto Calixto Vázquez, el indio, apodado "cortacabezas". Sobre Medina hicieron recaer los gobernantes reformistas todos los males del pasado. En realidad, durante su gobierno se habían dictado leyes que anunciaban la reforma; el mismo malhadado proyecto del ferrocarril era una apuesta a favor del progreso y el dirigente reformista guatemalteco, Justo Rufino Barrios, firmó un convenio con Medina creyendo que podía convertirse en el reformador de Honduras. Pero, por la otra parte, un negativo halo de violencia parecía acompañar siempre a este caudillo graciano que terminó sus ejecutorias en el paredón de los fusilados para refrendar que el Orden se había hecho presente en el país. El Progreso, a su vez, dijo también presente con una obra concreta: el telégrafo. El tendido de líneas telegráficas pronto alcanzó múltiples rincones por todos los rumbos de la nación. Desde entonces hasta 1950 el telégrafo fue el medio más popular para comunicar entre sí a los apartados pueblos de Honduras. Ramón Rosa fue de la opinión que más hacía por el bien de la patria el modesto pero imprescindible telegrafista, que el togado Bachiller en filosofía.
MARCO AURELIO SOTO Presidente electo y arrojado por las armas desde el 27 de Agosto de 1876 al 29 de Mayo de 1883 Hijo del Doctor Máximo Soto y de Francisco Martínez. Nació en Tegucigalpa el 13 de noviembre de 1846.Graduado de Abogado en Guatemala, fue funcionario en ese país y apoyó el Movimiento Reformista iniciado en 1871 por Justo Rufino Barrios. En Honduras asumió el gobierno provisional a mediados de 1876 y fue presidente constitucional durante dos períodos consecutivos entre el 30 de mayo de 1877 y el 29 de mayo de 1883. En esta fecha encargó el poder al Consejo de Ministros. Durante su mandato se realizaron import antes reformas de carácter político y social, en colaboración con el Dr. Ramón Rosa. Trasladó a Tegucigalpa la capital de la república. Falleció en Francia el 25 de febrero de 1908. Presupuesto por el General Justo Rufino Barrios y llamado insistentemente por el pueblo hondureño, inauguro su Gobierno Provisional en el Puerto de Amapala. El General José María Medina designa a favor del Dr. Soto en la ciudad de Cracias. De Amapala se traslado, el Dr. Soto, primero a Tegucigalpa y después a Comayagua, la capital, nombrado como su secretario General al Dr. Ramón Rosa, quien había sido Ministro de Educación Pública en Guatemala. El Dr. Soto fue después electo constitucionalmente por el pueblo hondureño. Durante su periodo hubo una total reforma en Honduras; dicto nuevos Códigos; organizo la enseñanza primaria, secundaria y profesional; estableció los servicios de telégrafo y correos; fundo el Hospital General y la Biblioteca
Nacional; trajo profesores de España a impartir luces en Honduras; construyo parques en Tegucigalpa, a donde traslado la Capital y encargo sendas estatuas de los hijos más prominentes de la Patria; y, por ultimo, promulgo la Constitución Política de 1880. Se vio amenazado desde Guatemala por el propio General Justo Rufino Barrios. Su viejo amigo. Para evitar la guerra tuvo que salir del país depositando la presidencia en un Consejo de Ministros. El Dr.Soto falleció en París en 1908 a la edad de 62 años. Su Gobierno ha sido uno de los más prósperos de Honduras. Las razones expuestas para trasladar la capital del país de Comayagua a Tegucigalpa abundaron en aquel entonces, oficialmente se dijo que al existir la Corte Suprema de Justicia, la Casa de la Moneda y la Universidad Central, Tegucigalpa reunía las condiciones para convertirse en la sede de todos los poderes del Estado. La rivalidad política entre las dos ciudades era notoria desde los albores de al independencia y quizá para distender un poco la situación, el primer jefe de Estado de Honduras don Dionisio de Herrera decidió que en 1824 se instalara el primer Congreso Constituyente en el poblado minero de Cedros sitio en el cual se emitió la primera Constitución de Honduras. La decisión del presidente Soto en 1880, no fue bien vista y se adujo que el mandatario así lo había dispuesto por los desplantes que las damas de la
sociedad de Comayagua le hacían a su esposa doña Celestina Mijango y como se avecinaba su cumpleaños (13 de noviembre) no quería que la fiesta en su honor motivara desaires a la primera dama. Otros argumentaban que don Marco Aurelio al tener fuertes intereses mineros en la zona de Tegucigalpa prefería gobernar desde la ciudad donde operaban sus negocios y las empresas dedicadas a l a explotación mineral. Fueran las oficiales o cualquiera de las razones callejeras, Comayagua que había sido la capital desde la colonia dejó de serlo desde el 30 de octubre de 1880, por eso esas hipótesis manejadas por los historiadores de la época, 126 años después ya no tienen fundamento y Tegucigalpa enclavada en un terreno irregular, rodeada de cerros y con serios problemas en su crecimiento poblacional, es desde entonces la capital de Honduras. Aún considerándolo un error histórico el haber trasladado la capital, el Dr. Marco Aurelio Soto es una de las grandes figuras políticas de Honduras y son más notorias sus ejecutorias desarrolladas en su mandato desde 1876 hasta el 19 de octubre de 1883 cuando interpuso su renuncia al cargo para el que fue reelecto en 1881.
http://es.scribd.com/doc/38095625/Reforma-Liberal
Reforma Liberal La Reforma Liberal emprendió la reorganización política, jurídica y administrativa. La legislación fue renovada totalmente bajo la dirección de grandes juristas como Carlos Alberto Uclés y Adolfo Zuñiga. En 1880 se emitioó una nueva constitución y los códigos civil, penal, de aduanas, de procedimientos, de comercio, de minería y militar, así como la ley de notariado y por primera vez en Honduras la ley de Inmigración. Eran textos legales de escasa originalidad, basados en la legislación chilena y española como modelos; así, por ejemplo, los códigos civil y de minería se adaptan de manera fiel a los textos chilenos de 1855 y 1874 respectivamente; el código militar al código penal militar italiano de 1869; el código de comercio se inspira en el español de 1829, y el código penal, en el texto español de 1870, que inspiró otros varios códigos iberoamericanos de la época ( [1]). Pero, no obstante su falta de originalidad, contribuyeron a modernizar y dar flexibilidad a la arcaica legislación hondureña. Soto también modernizó los correos, haciendo ingresar a Honduras en la Union Postal Universal UPU, instaló los primeros telégrafos en el país, la lotería y la tipografía nacional. Reorganizó administrativamente el norte de Honduras, estableciendo una organización legal especial para las Islas de la Bahía, y suprimiendo el departamento de La Mosquitia, difícil de gobernar desde Juticalpa, ciudad con la que no poseía comunicación directa, estableciendo, en cambio, en 1882, el departamento de Colón, con capital en Trujillo. En el terreno político y de orden público, la obra de la Reforma Liberal constituyó un éxito y por primera vez desde la Independencia pudo Honduras gozar de paz y estabilidad, siendo el gobierno universalmente respetado. Bajo Soto se sentaron las bases del futuro desarrollo material de Honduras. La moneda fue definitivamente estabilizada bajo el signo del patrón plata y se inició una activa política de fomento económico cuyos resultados, aunque más modestos que en política, no dejan de ser significativos por el progreso real representado. Se inició la carretera del sur, habilitando como puerto menor a San Lorenzo, dictó la ley de agricultura con el objeto de fomentar el cultivo del café, frutas tropicales en especia banano y coco. Intentó reiniciar las actividades mineras con éxito, comenzándose a explotar por una compañía norteamericana las minas de San Juancito en las proximidades de Tegucigalpa; las finanzas recibieron un impacto favorable de este renacimiento económico; las rentas nacionales se quintuplicaron en menos de siete años, superando el millón de pesos sin necesidad de aumentar aranceles o crear nuevos impuestos, que el muy modesto sobre la exportación de plata. Sentó las bases del sistema bancario hondureño establecidas por decreto de 2 de febrero de 1882, dejó una hacienda pública saneada y una economía en expansión. También inicio la reforma cultural al organizar el Archivo Nacional y se creó la Biblioteca Nacional inaugurada el 27 de agosto de 1880; se promulgó en 1882 el primer Código de Educación Pública obra de Ramón Rosa y se reorganizó la Universidad, creando, junto a la ya existente Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas otras dos: la de Ciencias y la de Medicina y Farmacia ([2]), lo que conllevó a la creación de la Escuela de Medicina y el Hospital General. La Reforma estableció dos nuevos centros de enseñanza superior que tuvieron vida efímera: la Universidad de Occidente, en Santa Rosa de Copán, creada en 1877 y desaparecida en 1884; y la Escuela de Derecho de Comayagua que funcionó entre 1892 y 1904; igual se creó el primer colegio de enseñanza superior para mujeres. La reforma quedo inconclusa debido a las siguientes causas:
q La inexistencia de un sector social política y económicamente consolidado para emprender los cambios, limito en gran medida los alcances de la Reforma. q La consolidación de una clase terrateniente burguesa al impulsar que grandes cantidades de tierra las tuvieran aquellos que tuvieran el capital para invertir en ellas. q Los abusos del capital extranjero q La complicidad de algunos presidentes que tuvieron una pobre apreciación de su Nación, de su Pueblo; y un escaso patriotismo. q Incapacidad de organizar el trabajo productivo de la población y el aprovechamiento racional de los recursos naturales, estos dirigentes, dejaron una pobre imagen personal. q Se dio intervención extranjera en los momentos de crisis creando una sociedad dependiente no solo económica sino también políticamente: se busca que terceros resuelvan los problemas internos de Honduras. q Generó el esquema de Presidencialismo: el hecho de que el presidente no representa la nación sino que EL es la nación, lo que provoca que si se está en contra del presidente se está en contra de la nación. Por lo general los presidentes producto de la Reforma se caracterizan por poner primero sus intereses personales por encima de todo y a costa del bien común presentándolos como la solución a los problemas del país, en esta medida justificaron el tiempo que debieran permanecer en el poder, por el carácter mesiánico con que se presentaban ante sus gobernados, aunque en realidad, eran incapaces de dominar los acontecimientos que se producían en su entorno por lo que se volvían un mero observador en espera de que se solucionaran por sí mismos. El carácter terrateniente de estos gobernantes se nota en el hecho de que se comportaban como mandamases en la gran hacienda Honduras. Por si fuera apoco, la Reforma se presentó ante Honduras como un régimen de orden y todo lo que hubiera existido antes era la anarquía y en consecuencia enemiga de la reforma, los esquemas educativos interiorizaron esta condición provocando entonces que el ciudadano en formación viera las cosas desde el punto de vista antagónico para resolver problemas; de allí la facilidad de que el hondureño posteriormente solo identificará a quienes están a favor y si no está a favor está en contra, creando aparte de un antagonista intelectual un enemigo en aquellos que no ven las cosas de la misma manera. El sistema educativo era básico para tener derecho al voto (lo que se llama voto selectivo) nadie que no hubiera cursado la educación primaria podía votar, pero lamentablemente fue el vehículo por el cuál el ciudadano producto de la Reforma Liberal también quedó inconcluso: ese ciudadano que Honduras necesitaba quedo limitado a un universo de amigos y enemigos por conveniencia, podían pelear juntos en una montonera pero a la siguiente podían pelear uno contra el otro y así sucesivamente. Lo más grave es que no se produjo un ciudadano con sentimiento nacional y dignidad propia sino un ciudadano con doble moral y personalidad pragmática; que desestima los valores religiosos en política ya que, lo que es moralmente incorrecto en religión no necesariamente debe serlo en política; la moral a nivel familiar poco o nada tiene que ver con las relaciones sociales, ambas se plantean con sus propias normas morales por lo que no le interesa ser honesto, solidario o justo. No reflexiona pero si hace uso de una antiquísima paciencia para tolerar las cosas, lo que en consecuencia, provoca una ausencia
de un mismo espacio referencial de proyectos y metas comunes, por ello su incapacidad de identificarse colectivamente lo que le promueve el no integrarse en ningún momento a la nación. Toda la dirigencia política de finales de siglo XIX imbuidos en el proceso reformador, carecieron de la voluntad e interés necesario para crear una comunidad nacional debido a la anarquía política reinante, a la debilidad gubernamental (altamente centralista) imposibilitada de imponer autoridad para el cobro de tasas impositivas o de un ejército nacional por sobre los distintos caudillos terratenientes y sus ejércitos privados. Esto provocó inclusive movimientos separatistas de algunos departamentos de Honduras como el caso de Texiguat en 1843 y 1844, o de Olancho en 1860. No logró entonces, erigirse una autoridad central fuerte y estable como para construir un Estado-Nación. Para intentar reparar esta deficiencia, los liberales reformadores (que estaban más preocupados en el liberalismo teórico y no práctico) intentaron eliminar los localismos a través de una agresiva campaña que promoviera un discurso nacional que rondó entre el unionismo y la necesidad de nación. A juicio del antropólogo Oscar Rápalo “ se inicia así una agresiva reconstrucción del pasado, una historia oficial por medio de varios personajes destacados y su conversión en héroes y próceres” ([3]). De esta manera una serie de personajes emparentados se maquillan en una idea confusa de creadores de una nación creando con ello un contexto erróneo de la realidad histórica. Los seleccionados: José Cecilio Díaz del Valle, Dionisio de la Trinidad de Herrera Díaz del Valle, Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas y José Sahagún de la Trinidad Reyes ( [4]). Estatuas de ellos se develizaron en los principales parques de Tegucigalpa en 1882. Se institucionalizó un culto secular a estos próceres, lo que los convierte en referentes simbólicos de la nacionalidad y el ciudadano hondureño; esto por medio de los libros de texto escolares y los llamados rituales educativos como desfiles, actos cívicos y otros. Hay que recordar que según Aguado y Portal “estos rituales escolares son elementos importantes en el proceso de socialización del niño, ya que recrean valores sociales y norman la conducta individual y colectiva y sobre todo son un medio creador de identidades sociales” ( [5]). De esta manera, los reformadores excluyeron de la elaboración de la identidad nacional de manera casi completa las raíces indígenas y negras de nacionalidad, consolidándola por medio de una historia que jerarquizó y valorizó lo mestizo sobre los dos anteriores. Parte de una enmienda al error puede verse más adelante en la historia en tres hechos tangibles: uno, la mayanización de Honduras, muy comentada por Darío Euraque, quien afirma que “esta visión se reforzó a partir de los años 50 ya que los intelectuales hondureños se afiliaron a la teoría formulada por el nuncio apostólico Federico Lunardi según la cuál toda Honduras era de origen Maya borrando de esta manera de la historia oficial a los demás grupos indígenas y negando la presencia negra-garífuna existente en el país… ” ([6]). Dos, la inclusión en el panteón de héroes nacionales de la figura de Lempira, con un pésimo planteamiento histórico corregido muchos años después mediante una investigación seria del Dr. Mario Felipe Martínez; y tres, la designación de la moneda nacional con la denominación del indígena, lo que se oficializó mediante Decreto No. 102 del 3 de Abril de 1926, aunque los billetes con su imagen comenzarán a circular hasta 1931. Las reformas de Soto, fueron continuadas por: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vásquez, Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Juan Arias, Manuel Bonilla y Celeo Arias. La Reforma tuvo grandes logros materiales pero falló en su proyecto de construcción del ciudadano hondureño y por ende en la construcción de la Nación, esto explica porque a partir de 1903, el país se sumió en montoneras (mal llamadas guerras civiles) propiciadas por caudillos que fueron el legado inmediato de la Reforma Liberal
http://www.historiadehonduras.hn/historia/independiente/la_reforma_liber al.htm