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128 7. BASES TÉCNICAS PARA LA ELABORACIÓN DE PLANES DE MANEJO DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ARICA PARINACOTA ÁLVARO LUIS ROMERO GUEVARA RODRIGO DANIEL RUZ ZAGAL ROLANDO CÉSAR AJATA LÓPEZ
Pese a existir una amplia y variada densidad de recursos arqueológicos en la región de Arica y Parinacota, esto no significa que podamos hacer un uso indiscriminado de éstos. Por el contrario, cada uno de estos inmuebles requiere del máximo de cuidado para preservar sus características y hacer sustentable en el tiempo los múltiples usos que los ciudadanos y las instituciones del Estado quisieran disponer. La legislación de protección de los monumentos nacionales (Ley 17.288) no establece procedimientos claros acerca del uso no científico de estos recursos. Por eso sostenemos la necesidad de formular bases mínimas para realizar diagnósticos y propuestas técnicas para asegurar la sustentabilidad de los inmuebles de valor arqueológico ante los múltiples usos que en la actualidad diferentes grupos están demandando. Aunque la arqueología y los arqueólogos son quienes han usado con mayor visibilidad estos recursos, sostenemos que es necesaria la participación de otras disciplinas para hacer un diagnóstico más integral acerca de sus características, estado de conservación e interpretación cultural. Además, no hay duda que la opinión y conocimiento tradicional de las comunidades indígenas son componentes irremplazables de estos diagnósticos y propuestas. Pensamos en una administración de los yacimientos arqueológicos que puede ser bajo la forma de Museos de Sitio, Sitio, donde involucra un solo inmueble con un fuerte potencial museográfico dado su estado de conservación y/o monumentalidad. Otra forma de gestionar los recursos arqueológicos es mediante Parques Arqueológicos o Parques Culturales, Culturales, donde varios recursos patrimoniales (arqueológicos, históricos, etnográficos o naturales) se ordenan de manera significativa en un paisaje cultural que es representativo de una o varias comunidades locales. Este documento se ordena de la siguiente forma. Primero, justificamos Primero, justificamos esta herramienta revisando la forma en que se ha incrementado y diversificado el uso de los recursos arqueológicos. Segundo, discutimos por qué la legislación vigente es insuficiente, especialmente en Arica Parinacota. Tercero, indicamos de manera general en que consiste la herramienta propuesta denominada Plan de Manejo y cual es la metodología de trabajo para llegar elaborar este instrumento. Cuarto, resumimos las especificaciones técnicas de cada uno de los componentes especializados de los planes de manejo. Quinto,
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129 entregamos un presupuesto general aproximado en base a las horas profesionales proyectadas. Finalmente, en los anexos se adjuntan en extenso los requerimientos específicos de cada uno de los informes que deben componer los Planes de Manejo.
El uso del patrimonio arqueológico Entendemos como yacimientos arqueológicos a un conjunto diverso de inmuebles que contienen evidencias dejadas por las sociedades del pasado. En muchas ocasiones significan la única fuente de información para conocer y entender las sociedades que han desaparecido. En los Andes la arqueología se ha dedicado casi exclusivamente al estudio de las sociedades prehispánicas, es decir, aquellas que existieron antes de la conquista hispana de estas tierras. Quizás por eso no se ha podido englobar en un único conocimiento los procesos históricos indígenas. Los arqueólogos se dedican a los procesos prehispánicos, mientras que los etnohistoriadores, historiadores y antropólogos, con otros intereses y métodos, se dedican a los períodos más recientes. Por otro lado, es efectivo que muchos de los pueblos indígenas andinos mantienen un vínculo biológico y/o cultural con las sociedades prehispánicas. Estas conexiones se presentan mediante distintas formas, ya sea través de prácticas y conocimientos que provienen de tales períodos, o incorporando estos paisajes en su cosmovisión, identificando los “gentilares” y mostrando determinas actitudes hacia aquellos lugares. De esta forma, en los últimos 500 años, estos lugares son utilizados por los pueblos indígenas como uno de los múltiples elementos que le dan profundidad temporal y sentido a su identidad étnica. También mediante este uso han sido los principales vigilantes y beneficiarios de estas evidencias. Sin embargo, hoy en día, los diversos procesos históricos, políticos y económicos modernos han posicionado a los arqueólogos y otros profesionales que trabajan con el patrimonio cultural, como lo principales usuarios de estas evidencias del pasado. Este uso científico conlleva el respaldo del Estado, pues los profesionales identifican e interpretan el recurso que se requiere proteger y valorar como identidad nacional. Esta relación permite conjugar estos dos intereses en un mismo proceso de registro y valoración. Los especialistas ofrecen mediante investigaciones una interpretación, generalmente científica y en un lenguaje académico, de los procesos culturales prehispánicos. Estos trabajos han permitido el crecimiento de la disciplina arqueológica siendo reconocida en ámbitos académicos internacionales, pero es poco lo que se ha hecho en difundir su conocimiento al público general, y menos aún a las comunidades locales (Romero 2003a). Por otro lado, en la última década, las diferentes tendencias de turismo cultural y desarrollo social han agregado un nuevo valor a los recursos arqueológicos. Además de ser inmuebles de valor cultural para las sociedades indígenas, y lugares de interés científico y conservacionista para los investigadores, ahora están siendo vistos por PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA ARICA Y PARINACOTA Y PARINACOTA
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130 empresarios, planificadores estatales y dirigentes indígenas como recursos turísticos, que pueden ser potencializados para incrementar el desarrollo de las comunidades indígenas y la región de Arica Parinacota. En resumen, tenemos, al menos, cuatro intereses distintos en relación al uso de lo recursos arqueológicos: un uso cultural por parte de las comunidades indígenas; un uso patrimonial conservacionista de las instituciones estatales; un uso científico donde participan investigadores y universidades; y un potencial uso turístico demandado por empresarios y personas indígenas. ‐
Debemos agregar que cada uno de estos usos presenta determinados costos para los recursos arqueológicos y su entorno. Desde su perspectiva las comunidades locales carecen del conocimiento técnico que les permita proteger y recopilar el máximo de información posible de las evidencias. En este sentido, su larga historia de relaciones con los “gentiles” es una desventaja, pues creen que es posible manejar esta relación sólo desde sus parámetros culturales y no desde una perspectiva más amplia. Un ejemplo donde las comunidades indígenas, contando con la mejor intención, alteraron irremediablemente la información arqueológica fue su acción en el Pukara de Caillama (Romero 2003b). La comunidad indígena de Chapiquiña respaldada por un proyecto estatal procedió a “limpiar” la bóveda interior de una chullpa de barro, eliminando el contexto original con excavaciones no autorizadas. También es cierto que las investigaciones científicas afectan física y socialmente las características y entorno de los yacimientos. En especial, las investigaciones realizadas por arqueólogos hace 10 años atrás, quiénes no sólo realizaban sus estudios sin dialogar con las poblaciones locales, sino que también tenían muy pocos cuidados sobre la conservación del yacimiento una vez que concluían su investigación. El dejar abiertos los depósitos excavados significó que éstos fueran afectados por las inclemencias del tiempo y también la curiosidad de los pobladores locales y turistas. Por otro lado, el turismo no controlado, y en menor medida, el turismo responsable, afectan la conservación y el entorno biológico y social de los recursos arqueológicos. El no entender la composición de los inmuebles arqueológicos ni lo que se puede interpretar de ellos, produce que las visitas transiten por áreas frágiles, destruyendo y alterando sus elementos y contexto. Cuando el yacimiento no tiene los resguardos necesarios y además no contempla un guía informado que ofrezca la interpretación cultural adecuada ponemos en peligro éstos recursos. Cuando se estima construir infraestructura, ésta debe ser en primer lugar para apoyar la conservación e interpretación de las evidencias, y sólo en segundo lugar, pensar en la comodidad de los turistas o el comercio de bienes y servicios relacionados. En consideración de todo esto, y porque los recursos arqueológicos, por naturaleza y definición, son bienes frágiles, agotables e irremplazables, se debe planificar el modo en PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA ARICA Y PARINACOTA Y PARINACOTA
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131 que estos inmuebles puedan ser utilizados de manera sustentables en el tiempo y en armonía con todos los intereses de los distintos grupos sociales involucrados. Estamos frente a un repentino incremento del uso efectivo y del interés potencial hacia estos inmuebles. Por tanto, necesitamos con urgencia establecer un procedimiento que asegure la obtención de planes técnicamente efectivos, socialmente participativos, que conjuguen los diversos intereses y que vayan más allá de la legislación vigente.
Legislación vigente Desde el año 1970 el Estado chileno cuenta con la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales, la cual tiene como objetivo principal establecer y proteger el patrimonio nacional mediante la creación del Consejo de Monumentos Nacionales. Éste último es un organismo técnico dependiente del Ministerio de Educación que es integrado por representantes de diversas instituciones públicas y privadas, junto con una planta de funcionarios profesionales y técnicos. El artículo 21º de esta Ley establece que “por el solo ministerio de la ley, son Monumentos Arqueológicos de propiedad del Estado los lugares, ruinas, yacimientos y piezas antropo arqueológicas que existan sobre o bajo la superficie del territorio nacional”. Es decir, a diferencia de las categorías de monumentos históricos, zonas típicas y santuarios de la naturaleza, los yacimientos arqueológicos no deben ser declarados mediante la aprobación de antecedentes y documentación presentada, sino que lo son de manera automática una vez descubiertos y/o documentados. Por eso, la totalidad de yacimientos arqueológicos son Monumentos Nacionales y el único organismo que decide la forma y fin de las intervenciones es el Consejo de Monumentos Nacionales. ‐
La intervención legal más frecuente de los yacimientos arqueológicos es la practicada por arqueólogos mediante proyectos de investigación. Para eso se ha implementado un Reglamento sobre Excavaciones y/o Prospecciones Arqueológicas, Antropológicas y Paleontológicas (DS 484 de 1990) que regula la forma en que se solicitan las autorizaciones al Consejo de Monumentos Nacionales y se presentan los posteriores informes respectivos. Una manera de intervención distinta de los recursos arqueológicos es la que tiene relación con los proyectos de inversión que se someten a la Ley 19.300 de Bases Generales de Medio Ambiente. Tales intervenciones no tienen un directo interés en el conocimiento e interpretación de las evidencias, sino que son una forma de registrar, evaluar y eventualmente “manejar” estos recursos, siempre tras la necesidad de los proyectos de inversión económica. Otra forma de intervención de los monumentos arqueológicos con otros fines distintos a la investigación arqueológica, tales como creación de parques arqueológicos o museos de PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA ARICA Y PARINACOTA Y PARINACOTA
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132 sitio, que conlleven una administración de un organismo público o privado, no están reglamentados. Por eso, tales proyectos sólo son evaluados según el criterio e interpretación de la Ley del Consejo de Monumentos Nacionales. Ese fue el caso de los yacimientos arqueológicos en la región de Antofagasta entregados en administración a comunidades atacameñas. El contexto étnico de principios de los años 1990 permitió esta entrega según un procedimiento técnicamente básico en que participaron la Corporación Nacional Forestal, la Corporación de Desarrollo Indígena y el Consejo de Monumentos Nacionales. Los instrumentos utilizados fueron una Concesión de Uso (formulario tipo del Ministerio de Bienes Nacionales), un Convenio de Asociatividad entre las partes y una Justificación Antropológica del uso tradicional de los inmuebles. Por tanto, el fuerte de la demanda fue económico, y en segundo lugar, los aspectos identitarios, y mucho más rezagados los criterios de sustentabilidad de los inmuebles. Esto fue posible por la importante capacidad política de los movimientos étnicos atacameños, capacidad independiente del tenor de la Ley 19.253 de Desarrollo Indígena. Este cuerpo legal habla expresamente de la protección del patrimonio indígena (Artículo 29º) y su difusión (Artículo 39º), pero no de los requerimientos básicos de cómo debe ser la protección y conservación bajo administraciones indígenas. Sostenemos que los aspectos identitarios son dinámicos y totalmente valorables en el caso atacameño donde se han podido conjugar con éxito las variables de desarrollo económico y cultural. Pero el recorrido técnico no ha sido el óptimo, quedando el tema de diagnóstico de la sustentabilidad, el estado de conservación y vulnerabilidad, como tareas posteriores a la entrega y uso turístico. Nuestra propuesta se asemeja más a los procedimientos de declaratoria y uso de los Monumentos Nacionales de la categoría Zonas Típicas. Al respecto, el Consejo de Monumentos Nacionales ha aprobado un instrumento legal que regula varios aspectos del manejo de estos recursos (Consejo de Monumentos Nacionales 2001). Consiste en un conjunto de normativas que buscan regular de manera técnica y objetiva cualquier tipo de intervención en la zona protegida.
Planes de manejo Es de gran relevancia realizar diagnósticos multidisciplinarios acerca de la situación preexistente en los yacimientos arqueológicos y su entorno social y natural. Esta base de información se debe generar antes de cualquier decisión que tomen las instituciones estatales acerca del manejo y administración de inmuebles arqueológicos, ya sea mediante Museos de Sitio o Parques Culturales. Sostenemos que esta secuencia de trabajo debe ser independiente a las demandas sociales, étnicas o la urgencia del desarrollo turístico. El manejo de los recursos PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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133 arqueológicos debe ser coherente con sus múltiples relevancias y valoraciones, y debe considerar en todo momento la fragilidad y su carácter insustituible. De esta forma, entendemos a los Planes de Manejo como instrumentos técnicos de planificación que sirven para orientar la gestión de territorios de interés sociocultural y/o natural. Para el caso de la gestión de yacimientos arqueológicos, se busca hacerlos sustentables frente a los múltiples y potenciales usos sociales, en el corto, mediano y largo plazo. Las presentes bases metodológicas para la realización de Planes de Manejo de Yacimientos Arqueológicos, las proponemos como un instrumento o procedimiento estándar que debería ser solicitado por el Consejo de Monumentos Nacionales a cualquier proyecto de traspaso de inmuebles arqueológicos para el manejo turístico o social. Sin duda, estos estándares tienen primera validez para los yacimientos de Arica Parinacota, enfocado al potencial manejo turístico y cultural de las comunidades indígenas. Vemos prioritariamente a estos yacimientos arqueológicos como soportes viables de identidad cultural, investigación y valorización del paisaje cultural de Arica Parinacota. Área de Estudio Antes de realizar el Plan de Manejo se debe determinar el área específica a estudiar. Las actuales tendencias museográficas y antropológicas sugieren involucrar un área extensa que encierre diversos tipos de recursos, cohesionados por el significado cultural de un mismo paisaje tradicional. Convencionalmente estos espacios amplios se denominan Parques Arqueológicos o Parques Culturales. Sin embargo, por diversas razones, también puede determinarse gestionar sólo en inmuebles aislados a través de Museos de Sitios. Estos también pueden ser integrados a un paisaje mayor, pero no con la misma solución de continuidad que puede tener un Parque. En ambos casos el área de estudio debe involucrar un territorio mayor que comprenda un área de influencia del Parque o Museo. Esta área puede ser determinado por factores culturales (por ejemplo, movilidad de la población que detenta su uso), factores geográficos (por ejemplo, continuidad de un accidente geográfico que es un componente esencial del o los inmuebles), factores biológicos (por ejemplo, incorporación del nicho biológico de una especie que se desarrolla de manera característica en el o los inmuebles).
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134 Fase 1: Diagnósticos básicos La primera etapa de la elaboración de un Plan de Manejo se compone de una serie de diagnosticos básicos. Estos diagnósticos técnicos deben ser específicos a las áreas involucradas y detallados acerca de los aspectos sociocultural, biológico, geográfico, arqueológico y estado de conservación de los inmuebles. Estos diagnósticos comprenden trabajos bibliográficos, pero esencialmente deben incluir trabajo en terreno, que recopilen información de primera fuente. Se trata de Líneas de Base que deben dar cuenta del estado inicial de todas las variables que afectan y que puedan ser afectados por la intervención en el área de gestión. De manera ideal, se espera que los diagnósticos de los diferentes especialistas no sean trabajos elaborados con total independencia. Se debe propiciar que los especialistas trabajen de manera conjunta, configurando una mirada interdisciplinaria de los yacimientos arqueológicos y teniendo una permanente cercanía con la comunidad local. Convencionalmente el trabajo científico de los yacimientos arqueológicos ha sido un trabajo encuadrado dentro de los específicos problemas y objetivos de investigación, lo que ha limitado una interpretación holística y sintética de los yacimientos. Además, la escasa relación con las comunidades locales ha restringido la continuidad histórica y el valor social de su conocimiento. Esta instancia de elaboración de Planes de Manejo debe ser aprovechado para superar estas limitaciones de la investigación tradicional. Finalmente, cada uno de estos diagnósticos debe ser analizado y sintetizado por los especialistas para emitir conclusiones desde su perspectiva disciplinaria. Estas conclusiones deben identificar los factores más preponderantes en cuanto a: a) la vulnerabilidad natural del inmueble y su entorno; b) la vulnerabilidad de sus variables de estudio como efecto del uso turístico y las diversas infraestructuras posibles de realizar; y c) las relaciones entre sus objetos de estudio y la interpretación cultural del yacimiento (por ejemplo, el aporte del estudio de la distribución de determinados componentes del paisaje y el uso que hicieron de él las comunidades prehispánicas). Fase 2: Propuestas de manejo El Plan de Manejo es la instancia para entablar un diálogo entre los diferentes intereses que existen frente al patrimonio arqueológico y conseguir una postura clara de resguardo, investigación y promoción a largo plazo. El conjunto de propuestas definitivas debe ser el resultado del análisis de cada uno de los antecedentes, mediante un proceso de construcción colectiva donde sean implicados todos los actores sociales e instituciones interesadas.
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135 Para lograr eso se debe realizar una integración de cada uno de los estudios especializados con las demandas e intereses de cada uno de los grupos sociales e instituciones interesados. Los especialistas deben hacer un esfuerzo y con la ayuda de un animador cultural de entregar su perspectiva disciplinaria acerca del yacimiento y su entorno. El diseño para la participación efectiva debe contemplar diversas instancias de diálogo, tales como talleres, mesas redondas, consultas ciudadanas, y otras para tener un diseño confeccionado de manera colectiva y participativa. Para ciertos tipos de yacimientos, que requieren de una infraestructura que apoye su museografía, en esta etapa se pueden elaborar sus diseños arquitectónicos específicos. Estos diseños deberán ser elaborados considerando el conocimiento recabado en los diagnósticos básicos de la Fase 1, y las diversas tareas de participación ciudadana de la Fase 2. Fase 3: Protocolización y puesta en marcha Una vez logrado un consenso acerca de las diferentes maneras de efectuar los usos del área de gestión y sus recursos arqueológicos, se deben establecer las acciones que permitirán la formalización de dichos acuerdos. Para esto deberá ser formalizado en los diferentes sistemas regulatorios en los que participan cada uno de los actores que lo construyeron. Es decir, aparte de ser aprobado y autorizado por el Consejo de Monumentos Nacionales, único organismo que detenta la tuición de los yacimientos arqueológicos, se deben gestionar otras protocolizaciones. Es imperioso formalizar la aprobación de las comunidades locales involucradas, además de conseguir reglamentaciones específicas de los gobiernos locales y municipalidades. También sería óptimo declaraciones de las instituciones estatales (CONADI, SERNATUR, CONAF, MBN, etc.), organizaciones turísticas, sociedades científicas y colegios profesionales involucrados. Con estas prácticas además se asegura la legitimidad social, la continuidad política y las futuras facilidades en la gestión del área protegida. La implementación del Plan de Manejo, requiere de la elaboración de la normativa, expresada un Reglamento de Uso, la ejecución de obras de Puesta en Valor y el desarrollo de un modelo de administración. Todas estas labores de implementación del Plan de Manejo pueden ser concertadas con un procedimiento operativo de mediano plazo. Este procedimiento debe incorporan los planes anuales de gestión, los planes de coordinación con otros agentes, las labores de monitoreo, los esquemas de seguimiento, evaluación, control y ajuste de las planificaciones.
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136 Especificaciones de los componentes Señalamos previamente que en la actualidad se han ampliado los usos que los recursos arqueológicos pueden tener, sumando a los netamente cientificos, los usos culturales e identitarios y económicos mediante el turismo. Además, el hecho que exista una amplia variedad de yacimientos arqueológicos en la Región de Arica y Parinacota, requiere determinar algunos parámetros acerca de los inmuebles arqueológicos que puedan ser potencialmente administrados por organizaciones o personas indígenas. En este sentido podemos indicar que los tipos de yacimientos arqueológicos de la Precordillera de Arica, que pueden ser potencialmente traspasados al uso comunitario son: a) Aleros con pictografías, generalmente de períodos precerámicos (8.000 a 1.000 a.C.). Existe un amplio número de registros de aleros con evidencias de ocupación humana en la superficie, subsuelo y que poseen ademas arte rupestre (Nimeyer 1972; Muñoz y Briones 1996). Entre los yacimientos de mayor potencial, tenemos los aleros de Vilacaurani (Putre), aleros de Pampa El Muerto (Copaquilla), Laguane (Belén), Incani (Putre), Mullipungo (Ticnamar) y Puxuma (Alcérreca). b) Asentamientos complejos o poblados, generalmente de los períodos Pre inka e Inka (1.200 a 1.470 d.C.). Corresponden en su mayoría a poblados de organización aglutinada, conformado por unidades habitacionales pircadas y otras unidades de menor tamaño, unidas por un sistema de caminos y senderos (Muñoz y Chacama 2006). ‐
c) Asentamientos menores, que incluye las estancias agroganaderas de diversos períodos prehispánicos y post hispánicos (1.000 a 1.700 d.C.) y las instalaciones Inka (1.350 a 1.470 d.C.). En el primer caso, la arqueología regional ha hecho escaso esfuerzo por registrarlos, pero sin embargo corresponden a evidencias muy frecuentes en la memoria de las comunidades, presentes en Saxamar, Belén, Copaquilla, Socoroma, entre otros. Por otro lado, las instalaciones Inka en la precordillera, como tambos y otros edificios, se ubican en Zapahuira, Chajpa e Incaullo (Belén), Molle Grande (Codpa) (Aldunate 2001, Chacama 2005, Dauelsberg 1983). ‐
A continuación se describen los principales componentes que conforman los diagnósticos especializados que componen la Fase 1 de elaboración de Planes de Manejo.
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137 Línea de base arqueológica Para cualquier extensión espacial del Plan de Manejo (Museo de Sitio o Parque) y para cualquier tipo de yacimiento, se debe contemplar una estrategia de reconocimiento y/o prospección de cobertura total de la superficie del área involucrada. Se recomienda la elaboración de un diseño de investigación que considere las particularidades geomorfológicas del área mediante visitas de reconocimiento y el análisis de la cartografía, de modelos digitales de terreno e imágenes satelitales. El diseño también contemplará la elaboración y rectificación de una ficha de registro de los inmuebles arqueológicos o de valor cultural. La estrategia de reconocimiento debe contemplar un recorrido pedestre de él o los investigadores. Este recorrido será planificado previamente y ejecutado con la ayuda de navegadores satelitales previamente programados. El investigador deberá llevar un completo equipo de registro de terreno, compuesto por navegador satelital, cámara fotográfica, fichas e instrumentos para mediciones. El resultado de esta investigación será el reconocimiento pleno del total de yacimientos (o una proyección del total, de acuerdo al diseño de investigación y el área total a investigar) de acuerdo a una base de datos, compuesta por fichas de caracterización y registros gráficos. El análisis de los datos recolectados deberá ser tanto cuantitativo, cualitativo y de distribución geográfica, siendo presentados gráficos y mapas de distribución de los hallazgos y yacimientos. Los resultados serán presentados como una sectorización del área de influencia del Plan de Manejo, caracterizados según los tipos de inmuebles registrados, estado de conservación y sus posibilidades musoegráficas, científicas y/o culturales. Estudios socioculturales El estudio sociocultural deberá ser realizado por un antropólogo o un profesional con experiencia en el manejo de herramientas antropológicas de investigación cualitativa y cuantitativa. Una primera definición relevante es la determinación u objetivación de la comunidad, su ámbito de acción y personas e instituciones involucradas. Para esto se debe hacer un catastro en terreno de sus elementos, en especial de los componentes locales y translocales. También se proponen una serie de entrevistas a los líderes locales o aquellas otras personas identificadas en la probable gestión actual y futura de los inmuebles de valor cultural. Una herramienta para entender la articulación del patrimonio arqueológico al interior de la comunidad es la elaboración de mapas o croquis de distribución espacial. Se
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138 deben realizar los análisis de las entrevistas para determinar las categorías locales en relación al patrimonio arqueológico y sus potenciales usos. En todos los tipos de recursos arqueológicos (arte rupestre, asentamientos, simples y asentamientos complejos) se deben realizar estudios en terreno acerca del uso actual comunitario y personalizado. Se debe informar también de los conflictos entre personas o comunidades acerca del uso de aquellos territorios. Los estudios socioculturales también deberán involucrar talleres de participación comunitaria con el carácter informativo, de identificación de sitios, de entrega de antecedentes hacia las comunidades, de retroalimentación e intercambio de visiones y nociones de patrimonio, y entrega de resultados. Línea de base del ambiente físico Esta conformado por dos análisis específicos, por un lado el estudio geográfico de las características físicas y riesgos naturales que posee el área de estudio; por otro lado, las caracterización de los componentes bióticos del área de estudios, especialmente la fauna y flora. La línea de base geográfica será de utilidad para determinar el área de estudio mediante el análisis del área de influencia de los distintos componentes del medio físico y antrópico, por lo que su trabajo será complementario al estudio sociocultural. También la línea de base geográfica determinará los siguientes componentes: Clima y meteorología, Geología y geomorfología, Hidrología e hidrogeografia, capacidad de uso del suelo, y todos los riesgos implicados en este ámbito. Por otro lado, la línea de base biológica, requerirá de dos especialistas diferentes, un Botánico y un Zoólogo. Se necesitará de su visita a terreno, durante al menos dos estaciones del año, para tener una idea más completa del desarrollo biológico del área. Esto se complementará con un monitoreo en años sucesivos. Se deberá determinar la cantidad, densidad y características de las diferentes especies registradas, utilizando la metodología de parcelas mínimas. En el caso de especies animales, se deberá tener la identificación de su movilidad, identificando sus lugares de alimentación y guarnecimiento. El registro y presentación de la información deberá ser descrito mediante mapas temáticos georreferenciados, con todas las especies y sus variables asociadas. Establecer las zonas de fragilidad y los riesgos a los cuales se enfrentan las especies, antes y durante la intervención de los recursos arqueológicos.
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139 Diagnósticos del estado de conservación El diagnóstico del estado de conservación del o los yacimientos arqueológicos requiere de diversos estudios técnicos especializados, los cuales una vez aplicados y reunidos deberán ser evaluados por el especialista en conservación. Muchos de estos pueden ser realizados por los estudios geográficos y biológicos, pero hacen, dependiendo del inmueble estudiado, análisis químicos, mineralógicos y de resistencia de materiales. Estos diagnósticos deben ser sistematizados como una propuesta de conservación, donde se indiquen las acciones a seguir para mantener y monitorear el estado de conservación del yacimiento, ante la activación de nuevos usos o desarrollando los usos actuales. El principio a seguir es el de mínima intervención, a favor de conservar la mayor cantidad de aspectos del yacimiento, para todos los usos posibles, como, uso científico, turístico y cultural identitario. Se deberá tener un registro gráfico detallado para la evaluación futura de los deterioros, y contrastarlos con las estadísticas y comportamientos de los usuarios. ‐
Especialmente cuando se trata de un yacimiento complejo con arquitectura, también se debe contemplar un estudio técnico acerca de los materiales y elementos constructivos existentes y un estudio de las técnicas y soluciones arquitectónicas que se presentan en el yacimiento. Este estudio técnico es fundamental para un estudio de conservación integral, determinando los riesgos estructurales, como los riesgos naturales y antrópicos. Estudios arquitectónicos Una vez realizados los diagnósticos y evaluadas las diferentes alternativas de gestión y uso del yacimiento se deben fijar las necesidades e infraestructuras que apoyen en esta fase se fijan los parámetros de estudios e intervenciones previas que se requieren para la preservación, proyección y explotación de los recursos arqueológicos. Estos estudios deben orientarse también a diseñar la mejor alternativa de accesibilidad al yacimiento, tanto en trazado como de estructura y apariencia física. Y también los desarrollos de los diseño finales.
Conclusiones Los planes de manejo constituyen una herramienta urgente y necesaria, que no sólo sirven para proteger los yacimientos arqueológicos o hacer sustentable en el tiempo la explotación que puedan hacer las comunidades indígenas.
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140 Más allá de eso, la metodología de Planes de Manejo constituye una instancia de desarrollo disciplinario que significa un aporte novedoso al empoderamiento de las comunidades indígenas y al desarrollo de una identidad cultural con entendimiento de los yacimientos arqueológicos. Estos instrumentos desarrollados por diversos agentes profesionales, tiene como objeto entregar una basé sólida de apoyo técnico a las comunidades que sea acorde con la fragilidad que poseen los yacimientos. Esto asegurará que los inmuebles permanezcan en la articulación de significados que poseen las comunidades y además incorporándose dentro de su patrimonio económico y de sustentación.
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141 ANEXO 7.1: BASES TÉCNICAS PARA EL COMPONENTE SOCIOCULTURAL RODRIGO DANIEL RUZ ZAGAL
La producción antropológica en los últimos 10 años de desarrollo en el norte chileno ha demostrado un distanciamiento importante en temas contingentes al mundo indígena aymara contemporáneo. Actualmente el radio de acción de la antropología ha quedado restringida a espacios netamente académicos o relacionados al ámbito de la planificación y desarrollo, alejándose de la realización de estudios o investigaciones de naturaleza cualitativa, de base etnográfica, con profundización y continuidad temporal que den cuenta de diversos temas diagnósticos expresados por las comunidades indígenas aymaras (para una visión holística del desarrollo de la disciplina antropológica, así como también de sus vacíos y desafíos en el norte de Chile ver González y Gundermann 2006). En el ámbito patrimonial, los trabajos con carácter de investigación antropológica son muy recientes en la zona de Arica. Estos aportes han provenido de nuevas generaciones de arqueólogos, que a partir de una vuelta a los enfoques y métodos etnográficos han dirigido su interés hacia distintas áreas temáticas tales como la valoración e interpretación del patrimonio arqueológico en el pueblo de Belén (Jofré 2003 a y b), experiencias dirigidas a la puesta en valor de sitios relacionados al arte rupestre prehispánico en la localidad de Codpa (Romero et al. 2004) y participación en procesos de valoración comunitaria de sitios patrimoniales (Cfr. Romero 2003). Estas experiencias en conjunto han arrojado como conclusiones, la necesidad de realizar investigación de carácter etnográfico con el fin de obtener las perspectivas étnicas acerca de la percepción, interpretación y valoración indígena de diversos aspectos de su vida social, ritual y simbólica, así como también de su relación con el pasado a partir de la interpretación de vestigios a partir de la activación o rescate de la memoria colectiva histórica o mítica. Transversalmente a las miradas académicas, existe la invitación disciplinaria y social de implementar programas o habilitación de modelos de gestión patrimonial que involucren a Universidades, Centros de Investigación e institucionalidad pública. En este contexto reciente, se han incorporado arqueólogos en la intervención de sitos arqueológicos a través de los programas de transferencia de propiedad promovidos desde organismos públicos (CONADI), instancia que da comienzo a la aplicación de enfoques antropológicos dirigidos a la sistematización del patrimonio cultural en sus diversas acepciones en pro del establecimiento de futuros planes de manejo.
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142 En atención a estas conclusiones y a la gestión iniciada, las presentes sugerencias técnicas buscan definir los lineamientos para: •
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Proponer bases tendientes a normalizar pautas metodológicas que fomenten y sugieran a los profesionales de la antropología de presencia y aplicación método antropológico cualitativo y etnográfico a las investigaciones de carácter patrimonial. A partir de los registros etnográficos efectuados, generar discusiones interdisciplinarias orientadas a producir un acercamiento a las lógicas nativas acerca del patrimonio e identificar sitios, lugares o conceptos étnicos para incorporar dentro de propuestas de intervención o de puesta en valor. A partir de la gestión y registros realizados, unificar visiones y criterios en torno a patrimonio indígena, e incorporar dentro de las visiones disciplinarias arqueológicas, políticas y mutidisciplinarias de las pretensiones y motivaciones comunitarias. Desde el registro etnográfico definir vínculos técnicos orientados a incorporar puntos de vistas nativos sobre elementos de conservación o interpretación museográfica de los sitios a intervenir.
Finalmente, estas bases buscan el otorgar una continuidad a las experiencias nacionales que han manifestado un mayor grado de madurez en las reflexiones teóricas y metodológicas acerca del necesario acercamiento entre la antropología y las comunidades indígenas, maduración que ha significado un mayor involucramiento de investigadores y especialistas en procesos étnicos y comunitarios especialmente en la zona de San Pedro de Atacama, sinergia que ha denotado mayores avances en materia patrimonial y de gestión que requieren de un gran compromiso de las instituciones pertinentes a través del otorgamiento de recursos, continuidad a programas y equipos técnicos de trabajo y fondos a difusión y extensión (para una evaluación de este proceso ver Ayala 2006 y Cabeza et. al. 2006).
Consideraciones preliminares La transecta de intervención Putre Ticnamar se caracteriza por tener poblados que corresponden a comunidades o localidades fundadas en momentos coloniales, las que además han sufrido diversas dinámicas de fragmentaciones y posteriores reorganizaciones, incluyendo más recientes procesos de translocalización. ‐
Por tanto, los diagnósticos de la realidad sociocultural de los pueblos asociados a los yacimientos seleccionados deben considerar estas características, debido a que sus particulares procesos de desarrollo histórico determinan la posibilidad de “objetivar” a las personas y grupos que en ellas se desenvuelven. Esto, prestando atención a la necesidad de definir una corporación de personas en el cual desarrollar en conjunto políticas de carácter patrimonial en pleno siglo XXI.
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143 Como veremos en el desarrollo de estas bases, la propuesta inicial de intervención involucra la realización de gestiones en comunidades a partir de una definición territorial de este, es decir para cada pueblo se deberían realizar intervenciones dirigidas por la presente pauta. Por esta razón es importante tomar en cuenta que las variables históricas han incidido profundamente en las identidades territoriales de la población indígena regional haciéndola lábiles y modificables según el contexto histórico en el que se desarrollan, enfoque que debería ser extensivo hacia el panorama actual, en donde encontramos que el mapa de comunidades se extiende hacia organizaciones que no necesariamente son territoriales, sino que responden a experiencias urbanas, siendo –como ya lo señaláramos un factor importante en la aplicación de políticas de todo índole en el mundo indígena regional. ‐
Las consideraciones preliminares que se entregan a continuación tienen por objeto ser una herramienta a tomar en cuenta al momento de entender el desarrollo y definición territorial y extra territorial de las comunidades con posibilidades de ser intervenidas. Sumariamente podemos afirmar que las investigaciones de carácter histórico coinciden en señalar que el actual panorama localizado en “pueblos” obedece a la aplicación temprana de políticas coloniales reduccionales aplicadas por la Corona española hacia el siglo XVI, reducciones que buscaban reorganizar asentamientos indígenas funcionales a su administración (Hidalgo 1978, Hidalgo y Durston 1998, Durston e Hidalgo 1999, Gundermann 2003). Investigaciones con base documental (Hidalgo 1978) señalan en que por lo menos hacia el siglo XVIII existían en la cota precordillerana “pueblos de indios” (ver tabla 1) que configurarían el carácter fundacional de los asentamientos pueblerinos que se observan actualmente. Dichas localidades sujetas a la aplicación de políticas estatales (coloniales y posteriormente republicanas), fueron variando con el paso de los siglos su configuración étnica, parental, demográfica, afectándose también sus vinculaciones políticas y administrativas. De esta manera los primigenios “pueblos de indios” se fueron fragmentando dando origen a otros poblados creados funcionalmente a las administraciones de turno, o bien por necesidades y presiones internas21.
21
González (2002) señala que posterior a las rebeliones tupacamaristas, la jurisdicción cacicazgo de Codpa, que reunía a todos los poblados reducidos, fue abolida adquiriendo protagonismos los “cabildos de pueblos (cawiltus) lo que acarreó una mayor independencia de los pueblos. PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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144 Tabla 1: Pueblos de Indios (S. XVIII) y su vinculación con asentamientos actuales y fragmentaciones históricas. COMUNIDAD HISTÓRICA S. XVIII Putre Socoroma Pachama Belén Sagsamar Tignamar
LOCALIDADES ACTUALES Pueblo de Putre Pueblo de Socoroma Pueblo de Pachama Pueblo de Belén Pueblo de Saxamar Pueblo de Ticnamar
FRAGMENTACIONES
Zapahuira Murmuntani Epispacha? Copaquilla? Chapiquiña Pachama Laco Copaquilla? Lupica? Lupica? ‐
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Fuente: Ministerio de Bienes Nacionales 1999. Así, las comunidades que inicialmente no fueron señaladas en las documentaciones tempranas, fueron posteriormente completando el actual “mapa” de pueblos de precordillera. Puntualmente, estudios concentrados en la tenencia de la tierra han señalado la existencia de vinculaciones existentes entre las localidades de Socoroma con las comunidades de Zapahuira y Murmuntani, señalando desprendimientos de dichas unidades del pueblo central (Socoroma) hacia fines del siglo XIX y principios del XX (González 1999), situación que posiblemente afectaría también a las localidades de Epispacha y Copaquilla. Sin embargo, es necesario esclarecer dichos supuestos a través de investigaciones históricas en complemento con estudios genealógicos. En la misma situación se encontrarían las localidades de Chapiquiña y Pachama en relación al pueblo central históricamente reconocido de Pachama (González 1999), permaneciendo pendiente la vinculación de los poblados de Laco y Copaquilla. El caso del poblado de Lupica también ha sido asociado a fragmentaciones por ocupación diferenciada del espacio (pastores) de grupos provenientes de localidades como Belén y Saxamar (González 1999) que se habrían localizado en dicho sector hacia fines del siglo XIX. En consecuencia, es muy probable que el actual panorama territorial y jurisdiccional de las comunidades precordilleranas haya sido fijado durante el siglo XIX o comienzos del XX momento en el que las comunidades históricas y las fragmentadas establecieron deslindes asociados generalmente a los usos efectivos de los espacios productivos comunitarios tales como el manejo de tierras y pasturas de uso colectivo asociados a cultivos PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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145 temporales (secano), uso de pastizales ubicados en los cerros aledaños a la localidad destinados al pastoreo extensivo de animales (camélidos, ovinos y bovinos), recolección de material de construcción, combustible y recolección de plantas o arbustos de uso medicinal y ritual (González 1993, Castro y Bahamondes 1995). Existe consenso entre la antropología y la etnohistoria acerca de que este tipo de manejo habría permanecido prácticamente inalterable en los sectores de precordillera hasta la interacción con los estados republicanos (chileno y peruano), situación que conllevó a la individualización de la tierra perdiéndose el carácter de colectividad, destacándose la fuerte interacción de las comunidades tradicionales con los mecanismos estatales, sus agencias y el modelo económico liberal imperante. De este modo el patrón tradicional de “vida pueblerina” se habría visto afectado a partir de procesos de diferenciación social dentro de las comunidades (Gundermann 1998, 2001), apertura e inserción de las economías locales indígenas a mercados regionales, procesos de emergencia de identidades sociopolíticas (Gundermann 1998) y la paulatina pero progresiva migración hacia centros urbanos, cuestión notoria hacia mediados de la década de 1950. La movilidad y migración desde los pueblos fue definiendo nuevos patrones residenciales y organizacionales fuera de la localidad, suceso que la literatura ha definido como “comunidad translocal”, representando en el presente a una parte mayoritaria de la población indígena regional siendo el segmento poblacional que maneja un capital cultural concentrado en su educación y diversas experiencias migratorias que la hacen efectiva al momento de activar redes familiares, sociales, políticas y económicas capaces de articular la ciudad con el campo (González y Gavilán 1990, González et. al. 1996), modelo a observable e imperante hasta la fecha.
Bases diagnósticas Antes de entrar a caracterizar sitios específicos en función de las sugerencias que se puedan extrapolar, es necesario el realizar un acercamiento preliminar que permita obtener una evaluación de las diversas organizaciones étnicas, territoriales, sociales, económicas, políticas y culturales de las comunidades asociadas a los yacimientos seleccionados. Como primera recomendación, se propone que los futuros estudios, tengan como unidad de análisis “comunidades” o pueblos, ello con el fin de no dispersar las posibilidades de investigación, esto teniendo en cuenta que la tendencia de estudios de carácter cualitativo son de largo aliento exigiendo un fuerte compromiso y presencia, instancia factible si consideramos que la realización de intervenciones en ciertas comunidades son “finitas” territorialmente, es decir, es factible realizar investigaciones e intervenciones en cada uno de los pueblos de la cota precordillerana. PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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146 Objetivación de la comunidad, personas y agrupaciones La objetivación, es imperiosa no solamente desde la perspectiva de identificar a un grupo de personas destinadas a ser sujetos y actores en la gestión patrimonial, ya que se busca reconocer las complejas realidades territoriales (locales y translocales) y políticas en los usos y prácticas culturales en los espacios que la disciplina arqueológica reconoce como patrimoniales desde una órbita académica. En consecuencia, esta objetivación busca un primer acercamiento a través del conocimiento de las localidades y sus organizaciones, de la percepción, conocimiento, localización e interpretación del patrimonio material arqueológico y su organización y disponibilidad hacia el diálogo con actores académicos multidisciplinarios. Al tratarse esta etapa inicial, de una evaluación diagnóstica de los yacimientos arqueológicos apuntando a una sustentabilidad del recurso teniendo como base la visión e interpretación de este por parte de la comunidad circundante, es que resulta necesario el definir cómo es posible objetivar la categoría de “comunidad”, concientes que ha sido un tema –que como hemos visto ha sido constantemente debatido por la antropología a nivel académico, y que paulatinamente ha dado paso a ser utilizado por la institucionalidad pública. ‐
La “objetivación” de la comunidad persigue en estas consideraciones preliminares el identificar y hacer plausible la adscripción de un grupo de personas a un espacio territorial y social, teniendo en consideración los avances en las investigaciones acerca de las características y desarrollo histórico de las comunidades indígenas aymaras, así como también tener en cuenta los problemas que en la práctica ha traído consigo la aplicación de dichos conceptos. De esta manera, la categoría de comunidad debe consignar la profundización y diagnóstico de situaciones complementarias: Desde el punto de vista territorial, se debe reconocer la existencia de una comunidad de personas que ejerzan un uso efectivo del espacio y de sus recursos, situación que permitirá registrar a la personas y grupos familiares que interactúan diariamente en dicho lugar, estableciendo relaciones diarias y cotidianas con el medio geográfico a partir del uso, explotación de sus recursos económicos y su circulación dentro de miembros de la localidad. Complementariamente se deben reconocer vinculaciones que escapen a la mera tenencia o uso efectivo del espacio, buscando filiaciones en las personas que evoquen vínculos históricos tales como la propiedad de la tierra, la vinculación con mercados y redes de intercambio, así como también la identificación con un pueblo originario.
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147 Ambas características anteriormente esbozadas permiten reconocer elementos aglutinadores que identifican a grupos corporados bajo la categoría de “comunidad local” sujeta a un poblado históricamente constituido (González y Gavilán 1990). Como contraparte, los procesos migratorios hacia las ciudades, y la movilidad característica del hombre andino, han llevado a desarrollar a lo largo del tiempo diversos mecanismos de cohesión en sectores urbanos, llevando a la población migrante a crear formas de organización que son funcionales a sus distintas necesidades. A partir de esta localización preliminar, el acercamiento inicial debe centrarse en la identificación y objetivación de dichas comunidades a partir de la siguiente pauta metodológica: Comunidades locales y translocales Para las “comunidades locales” con patrones de residencia establecidas en los poblados el consultor deberá identificar plenamente las unidades familiares residentes en el poblado, teniendo en consideración lo patrones de residencia en ocasiones dispersos dentro de la misma localidad (existencia de majadas y sectores de pastoreo, detallando sus usos) 22. Complementariamente se debe realizar un catastro en terreno y en oficinas públicas o instituciones pertinentes de las correspondientes Juntas Vecinales y microempresas que realicen sus actividades mayoritariamente en la localidad identificada. Para “comunidades translocales” con patrones de doble residencia o residencia urbana, el consultor deberá identificar plenamente, utilizando para ello la renovación de los datos y estudios diagnósticos anteriormente señalados, la población (con nombres, apellidos y líneas sucesoriales en los casos pertinentes) que arroje patrones de doble residencia. La caracterización de la “comunidad translocal”, deberá considerar también una actualización de los datos existentes en diversos organismos públicos, o recabar información inédita acerca de organizaciones que se han ido desarrollando a lo largo del tiempo fuera de la localidad tales como: Organizaciones de hijos de pueblos, Compañías de baile o cofradías religiosas, Comunidades y Asociaciones Indígenas creadas bajo la ley 19.253, Microempresas de diversos giros (turísticas, productivas que se relacionen con localidades de origen). 22
Se recomienda la revisión y actualización de las bases de datos existente en el “Estudio catastral complementario de las tierras indígenas de los valles altos de la comuna de Putre, I Región”. Estudio elaborado por la Universidad de Tarapacá por encargo del Ministerio de Bienes Nacionales (1999) e Informe 02 “Sobre el uso y tenencia de pastales en tres localidades de precordillera: Lupica, Zapahuira y Murmuntani”. Estudio elaborado por IC Pronorte ltda. en el marco del proyecto “Apoyo a la transferencia de predios fiscales que utilicen las personas comunidades, y demás organizaciones indígenas aymaras de las Provincias de Arica y Parinacota”.CONADI. 2005. PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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148 Identificación de personas y/o agrupaciones con intereses específicos Adicionalmente al catastro e identificación de las comunidades locales y translocales se sugiere renovar la base de datos “Recopilación de antecedentes sobre comunidades y organizaciones indígenas (Provincias de Arica y Parinacota)”23 tendiente a obtener una acercamiento a la valoración o interés expresado por organizaciones y personas naturales en la formulación y adjudicación de proyectos de fondos públicos concursables con temáticas y pertinencia cultural o en su defecto asociadas al turismo cultural. La objetivación de comunidades, tanto como de personas y agrupaciones, que se encuentren insertas dentro del área de intervención tienen por objeto el obtener un panorama amplio acerca de las diversas organizaciones tradicionales y funcionales a objetivos específicos, con el objetivo de otorgar un espectro amplio y diverso de posibilidades para obtener informantes calificados para etapas posteriores a la intervención.
Identificación de informantes, elaboración de instrumentos y aplicación de entrevistas Las tendencias generales en torno a la construcción del conocimiento antropológico, señalan de la importancia de los enfoques cualitativos como manera de acercamiento hacia las comunidades. De esta manera uno de los procedimientos seleccionados para obtener información desde las ópticas nativas, es la entrevista en profundidad. Al ser esta propuesta aplicada a comunidades adscritas a pueblos y sus consiguientes organizaciones, se sugiere la aplicación de entrevistas a cada representante de las organizaciones identificadas. Las bases conceptuales, metodología de selección de informantes, elaboración de instrumentos y aplicación de cuestionarios, se sugiere, debe estar enmarcada dentro de los márgenes propuestos en el informe 02 “Antecedentes y metodología para el estudio del interés sobre inmuebles de valor cultural de las comunidades tradicionales de Arica y Parinacota”.
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En Informe 01 “Recopilación de antecedentes sobre comunidades y organizaciones indígenas (Provincias de Arica y Parinacota)” e informe 02 “Antecedentes y metodología para el estudio del interés sobre inmuebles de valor cultural de las comunidades tradicionales de Arica y Parinacota”. Estudio elaborado por IC Pronorte Ltda. en el marco del proyecto “Apoyo a la transferencia de predios fiscales que utilicen las personas comunidades, y demás organizaciones indígenas aymaras de las Provincias de Arica y Parinacota.”. CONADI. 2005. PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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149 Análisis de las entrevistas e identificación de sitios patrimoniales y etnocategorías conceptuales A partir de las desgrabaciones y transcripciones de las entrevistas realizadas, se deberá proceder a analizar e identificar los diversos elementos del paisaje cultural categorizables como patrimoniales desde la perspectiva nativa. Se recomienda la realización de planos y/o croquis destinados a localizar los sectores individualizados dentro de los sectores jurisdiccionales de las comunidades seleccionadas. El “mapeo” exploratorio, busca definir la ubicación tentativa de estos sitios y la realización de un catastro alternativo a las propuestas patrimoniales definidas por los arqueólogos. Esta etapa involucra el primer acercamiento hacia la disciplina arqueológica, así el profesional del área deberá intervenir activamente en las diversas etapas de su ejecución. Definición del uso y de la situación jurídica de los sitios de interés patrimonial El antropólogo a cargo, deberá identificar a partir del catastro, la situación de uso (inferible a través de las entrevistas realizadas) y determinar la situación jurídica de dichos espacios individualizados como de interés por parte de los informantes. Para esta segunda acepción, es necesario la realización de actividades en terreno, preferentemente con algún informante calificado conocedor de los sitios y de la disposición de los terrenos (delegado de aguas, presidente de junta de vecinos, etc.), y a partir de ello establecer primariamente su propiedad (fiscal/privada). De ser los inmuebles seleccionados para una posterior intervención, deberán realizarse entrevistas en profundidad y triangular datos obtenidos e terreno con documentación fundante de la propiedad aludida o acudir a información secundaria obtenida de organismos públicos pertinentes (Ministerio de Bienes Nacionales, CONADI). Identificación plena y análisis técnicos multidisciplinarios A partir de las etapas identificatorias de sitios, se realizarán actividades de reconocimiento de sitios, conjuntamente con el equipo multidisciplinarios coordinadamente con informantes previamente contactados e informados de los alcances del proyecto. En esta etapa se procederán a realizar los informes técnicos específicos de los sitios en cuestión. Esta etapa involucra el primer acercamiento entre los equipos técnicos y las comunidades y/o personas inscritas dentro del alcance del proyecto.
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150 Talleres de intercambio de experiencias y visiones patrimoniales A partir de la experiencia ganada de la interacción con la comunidad (recopilación de antecedentes de comunidades y organizaciones, identificación de informantes, aplicación de entrevistas, surveys en terreno, etc.) el profesional a cargo deberá coordinar jornadas o talleres en los cuáles señalicen intercambios de experiencias entre el equipo técnico y las personas y organizaciones comprometidas dentro de las comunidades insertas dentro del proyecto. Se deberán realizar jornadas de diverso carácter: informativas, de identificación de sitios, de entrega de antecedentes hacia las comunidades, de retroalimentación e intercambio de visiones y nociones de patrimonio, entrega de resultados, etc. Se proponen a lo menos 5 talleres o jornadas con estas características. El antropólogo deberá tener la capacidad de expresar en lenguaje simple preguntas o inquietudes que expresen los miembros del equipo profesional y dirigirlas hacia los informantes o viceversa, en importante que se elaboren propuestas de temas y metodologías participativas no intrusitas, que no resulten crípticas a los sujetos participantes.
Conclusiones y comentarios finales Se debe apuntar a que el profesional a cargo, posea características que le permitan dirigir y coordinar un equipo de trabajo que en muchas ocasiones dependerá de su capacidad de gestión y conocimiento local, como también de las capas dirigenciales de organizaciones comprometidas dentro de la intervención. Las características metodológicas deben acercarse a lo que se define como observación participante, entendiendo esto como la observación sistemática y controlada de todo aquello que acontece en torno al investigador, se tome parte o no de las actividades en cualquier grado que sea, y participar, tomando parte en actividades que realizan los miembros de la población en estudio o parte de ella (Guber 2004). Con esto se busca un perfil profesional que establezca relaciones de involucramiento con la comunidad y sus organizaciones, permitiendo un acercamiento no solamente a los objetivos funcionales a los objetivos finales de hacer investigación etnográfica, sino que también permita conocer y entender las pretensiones comunitarias sobre diversas áreas, concentradas en el ámbito patrimonial, considerando diversas intencionalidades – incluyendo las políticas en su relación con el patrimonio. ‐
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151 Finalmente es imperante la existencia de una continuidad teórica y metodológica que coordine los últimos trabajos de corte antropológico y arqueológico realizados en Arica, con el fin de otorgar continuidad y noción de proceso a estas propuestas.
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152 ANEXO 7.2. BASES TÉCNICAS PARA EL COMPONENTE GEOGRÁFICO MANUEL MÉNDEZ DÍAZ
La disciplina geográfica ha estado en constante definición y reinvención, puesto que su objeto, el paisaje, es bastante amplio y a la vez es estudiado por una infinidad de otras ciencias y disciplinas. Es así como la Geografía, en la actualidad, se ha convertido en una disciplina de síntesis que busca el desarrollo sustentable de las comunidades, entendida esta como “la integridad ecológica, eficiencia económica y equidad sociocultural inter e intrageneracional” (Romero, 2004). Si se entiende al paisaje como “el aspecto visible, directamente perceptible, del territorio, descriptible y explicable a través de la morfología (en sentido amplio)…. formas que surgieron de los elementos del entorno natural, o bien son las consecuencias de la intervención humana que imprime su marca en el territorio” (Dollfus, 1978), se pueden identificar sobre él la interacción sistémica de elementos naturales y antrópicos, claves para el entendimiento de la dinámica del territorio. Sobre la base de las definiciones anteriores y el objeto de esta investigación (entregar un plan de manejo sociocultural de yacimientos arqueológicos ubicados en la precordillera de Arica) se hace indispensable el trabajo multidisciplinario y de análisis del paisaje, este último tarea del geógrafo. En el presente estudio se proponen distintas metodologías para poder entender las diversas formas y elementos que componen el paisaje geográfico en cuestión y que buscan dar a conocer acabadamente la dinámica natural y los posibles riesgos que se puedan desencadenar, además de orientar social, económica y culturalmente la puesta en valor de los yacimientos. Así como también, proponer desde la geografía, una metodología que ayude a interpretar culturalmente los yacimientos en cuestión.
Consideraciones generales A continuación se presentan una serie de propuestas metodológicas para conocer el estado y dinámica de los distintos componentes del paisaje en el que se encuentran los yacimientos arqueológicos, realizable a través de una línea de base que contempla tres aspectos principales; localización y área de influencia, componentes del medio físico y componentes del medio antrópico. Así como también, una posterior interpretación multidisciplinaria y participativa de los resultados de la línea de base para lograr un manejo que permita el aprovechamiento académico, cultural y socioeconómico de los sitios analizados.
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153 Cabe destacar que se eligió una resolución cartográfica de 1:10.000, en la cual las curvas de nivel se encuentran cada 10 metros, pues esta escala permite tener un buen nivel de detalle de los sitios a trabajar, sin perder la visión global del emplazamiento de éste.
Línea de base A) Localización y Área de Influencia Realizar cartografías digitales 1:10.000 de los yacimientos en cuestión, mediante tecnologías SIG y de teledetección. En ellas se deben establecer; curvas de nivel, coordenadas oficiales (IGM), tamaño de los predios, poblados cercanos y red vial (primaria, secundaria y terciaria). Además, complementar la cartografía con la información legal de los predios (terminología del SII). Establecer área de influencia de la utilización de los yacimientos arqueológicos mediante criterios multidisciplinarios. Dentro del área de influencia se distinguirá entre impacto directo; lugar físico que absorbe la mayor cantidad del peso de la explotación del yacimiento y sus vías de acceso (distintos tipos de contaminación) y el impacto socioeconómico; comunidad y servicios de esta que se ven modificados, positiva o negativamente, con la explotación. B) Componentes del Medio Físico CLIMA Y METEOROLOGÍA: Establecer, mediante recolección bibliográfica y adquisición de información de estaciones meteorológicas de la Dirección General de Aguas (DGA), la clasificación climática según la Dirección Nacional de Meteorología, sobre la base de; promedios de precipitación, sus variaciones estacionales y periodos de retorno de máximas y mínimas (según distribución Weibull), temperatura y variaciones estacionales de esta y régimen general de vientos. GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA : Adquirir cartas geológicas oficiales de la zona del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), analizando los principales rasgos geofísicos que rodeen los yacimientos. Realizar, mediante la metodología propuesta por AGUILO, ET AL (2004) y sobre la base de: la cartografía topográfica, la cartografía geológica, imágenes satelitales, análisis de terreno y laboratorio, una cartografía geomorfológica preliminar escala 1:10.000 de los yacimientos arqueológicos (según área de influencia). HIDROLOGÍA E HIDROGEOLOGÍA : Cartografiar a escala 1:10.000 y clasificar la red fluvial a través de la metodología propuesta por STRAHLER (1989), sobre la base de la cartografía topográfica e imágenes satelitales. Además, establecer caudales promedios y máximos, así como también, su variación anual, según datos de la DGA sobre las cuencas del área de estudio o semejantes a estas (según área de influencia). Adquirir cartas hidrogeológicas
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154 oficiales de la zona (SERNAGEOMIN), complementando la información con un catastro de pozos de extracción de agua y sus parámetros hidrológicos. CAPACIDAD DE USO DE SUELO: Clasificar la capacidad de uso de los suelos circundantes a los yacimientos y cartografiar a escala 1:10.000 (según área de influencia), sobre la base de la metodología propuesta por LUZIO (1995), el que distingue ocho clases de suelo, clasificadas según su capacidad como sustrato de producción silvoagropecuaria y sus respectivas limitaciones naturales (cualidades que deben ser analizadas por un especialista en terreno). Clase I; Suelos planos, profundos, bien drenados, que presentan escasa o nula limitación que restringa su uso. Con prácticas de manejo simple se pueden obtener altos rendimientos. Clase II; Pueden tener pendientes ligeras, menor profundidad que los suelos de clase I o limitaciones ligeras que requieran drenaje. Son suelos productivos pero que requieren prácticas de conservación moderadas. Clase III; Presentan limitaciones moderadas en su uso que restringen la elección de cultivos. Pueden tener mayor pendiente, permeabilidad lenta, baja fertilidad, inundaciones frecuentes u otras limitaciones que requieran prácticas de manejo y/o conservación moderadas. Clase IV; Presentan limitaciones severas de uso que restringen la elección de cultivos. Requieren prácticas de manejo y conservación cuidadosas a causa de pendientes pronunciadas, baja capacidad de retención de agua, severa susceptibilidad a la erosión u otras limitaciones que determinan que estos suelos no estén adaptados para la producción regular de cultivos. Clase V; Tienen escaso a ningún riesgo de erosión, pero presentan otras restricciones que no pueden removerse en forma práctica, limitando su uso a empastadas, praderas naturales de secano o a forestación. Clase VI; Son suelos inadecuados para cultivos y su uso está limitado para pastos y forestal a causa de limitaciones permanentes, tales como pendientes pronunciadas, pedregosidad excesiva, alto contenido de sales o sodio u otras restricciones severas. Clase VII; Son suelos con limitaciones muy severas, mayores que en la clase VI que los hacen inadecuados para cultivos, por lo cual están restringidos a ser usados para pastoreo o forestal.
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155 Clase VIII; Son suelos sin valor agrícola, ganadero o forestal. Su uso está limitado solamente a la recreación, vida silvestre o protección de hoyas hidrográficas. RIESGOS NATURALES: Construir, utilizando la metodología propuesta por MENDEZ (2004) sobre la base de KEEFER (1984), una cartografía 1:10.000 que indique posibles deslizamientos y /o derrumbes en las zonas circundantes a los yacimientos, a través de: una cartografía de pendientes en SIG, antecedentes históricos (consulta a pobladores, análisis de imágenes satelitales y visita a terreno), cartografía geomorfológica y análisis de precipitaciones máximas y sus periodos de retorno. Realizar un catastro y clasificación de las construcciones de los yacimientos, así como también, de las viviendas de poblados aledaños, utilizando la metodología CAL MAT propuesta por MENDEZ, 2002 y 2004, pudiendo ser complementada con opinión de otros expertos, para establecer una jerarquización de la vulnerabilidad de las construcciones ante los sismos, representada en una cartografía 1:10.000. Complementar esta clasificación con una revisión bibliográfica de los eventos sísmicos que han afectado la región en cuestión. Desarrollar una cartografía 1:10.000 de las zonas de inundación y sus periodos de retorno, mediante la metodología propuesta por MENDEZ (2002), sobre la base de: cartografía geomorfológica, análisis histórico (consulta bibliográfica, a pobladores y visita a terreno) y análisis de las precipitaciones promedio, máximas y periodos de retorno. ‐
C) Componentes del Medio Antrópico La siguiente información puede ser recabada por otros profesionales del tema (antropólogo, sociólogo, etc.), sin embargo, es importante que el geógrafo participe en el análisis de los datos, pues se requiere la visión integrada de las variables físicas y antrópicas para poder comprender y proyectar de mejor manera los potenciales económicos de la población y su paisaje circundante. ANÁLISIS DEMOGRÁFICO : Establecer, mediante revisión bibliográfica de datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), comunales y académicos, una descripción de la población aledaña según los parámetros: tamaño poblacional, distribución por sexo y edad, densidad neta, composición étnica, crecimiento de la población y movimientos migratorios. ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO : Generar, mediante revisión bibliográfica de datos oficiales INE, comunales y académicos, un catastro de las distintas actividades económicas que se desarrollan en la zona, población económicamente activa (PEA), costo de vida y empleo. SERVICIOS: Catastrar y establecer, mediante revisión bibliográfica de datos oficiales INE, comunales, académicos y visita a terreno, alcance cualitativo, cuantitativo y espacial de los servicios: agua potable, luz eléctrica, educación, salud, comercio, turismo, recreacional y religioso.
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156 INTERPRETACIÓN CULTURAL: Realizar, al menos, una jornada multidisciplinaria en terreno en la que se contrasten las distintas explicaciones disciplinarias y poder llegar a un mejor conocimiento e interpretación de cada uno de los yacimientos estudiados. D) Interpretación Final SÍNTESIS GEOGRÁFICA : Se sugiere utilizar el análisis FODA (IPN, 2002) para concretar un análisis sintético de la información obtenida en la línea de base. Ésta metodología cruza toda la información recolectada, reduciéndola a una clasificación temática (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) que provee la información necesaria para tomar decisiones respecto a un lugar, comunidad o institución. SÍNTESIS MULTIDISCIPLINARIA : Desarrollar talleres con la comunidad para establecer la percepción de las personas ante el patrimonio cultural y arqueológico presente en su territorio. Realizar un taller en que los representantes de las diversas disciplinas participantes interpreten los diagnósticos realizados y puedan llegar, con la participación de la comunidad, a un plan de manejo de los diversos yacimientos arqueológicos de la región estudiada.
Conclusiones Es importante recalcar que la retroalimentación multidisciplinaria es clave para llegar a una interpretación mas acabada, por lo que es indispensable generar talleres y/o jornadas de encuentro de los diferentes profesionales, tanto en la etapa de gabinete como la de terreno. Una vez terminada la elaboración de los distintos diagnósticos, se sugiere realizar talleres informativos a la comunidad de las características de los sitios arqueológicos, para luego poder discutir el uso de los yacimientos. Finalmente, se debe tener en cuenta en todo momento que se está buscando la sustentabilidad del recurso, no sólo para el beneficio de la investigación científica, sino también, para la perpetuación de la identidad y el desarrollo cultural, religioso y económico de las comunidades circundantes, por lo que es fundamental la participación de la comunidad en las diversas etapas de la investigación y el desarrollo del plan de manejo y explotación.
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157 ANEXO 7.3: BASES TÉCNICAS PARA EL COMPONENTE BIÓTICO EUGENIA ROSELLO N.
Las diferentes especialidades de la biología se han ocupado del estudio de las plantas y de los animales, entre estas la botánica, taxonomía, etnobótanica, paleobotánica, biogeografía, zoología, zoogeografía, paleontología, herpetología, entre muchas otras. El trabajo de diagnóstico de la flora y fauna asociada a los sitios de interés, para este plan de manejo, debe contar con la participación y asesoría de especialistas en esas áreas, botánico y zoólogo, que determinarán la forma y cantidad de visitas para el registro ideal y obtención de información, que permitirá planificar el uso sustentable de los sitios con el mínimo de impacto, determinando las acciones de conservación y las recomendaciones para mantener la viabilidad del ecosistema. La flora y vegetación de la Precordillera ha sido estudiada para: elaborar listados florísticos; distribución de las especies en una transecta altitudinal de costa a cordillera; determinar efectos de la aridez sobre las especies vegetales; y determinar las asociaciones vegetacionales dominantes en los pisos ecológicos (Arroyo et al. 1982, Cabrera 1957, Villagrán et al. 1982, entre otros). Sobre la fauna existen estudios realizados por la CONAF de censos población y estudios de la fauna en peligro (Sielfield et al. 1999, citado en Muñoz y Bonacic 2006; entre otros). Los estudios más modernos que dicen relación con la reconstrucción de paleovegetación, paleoclima, etnobotánica (Villagrán et al. 2003), entre otros, requieren también del conocimiento de la flora actual. Los informes de estudios de impacto solicitados por empresas mineras u otras interesadas en explotar o utilizar yacimientos, no están disponibles para consulta. Sin embargo, no existen estudios específicos sobre los yacimientos arqueológicos de interés, como por ejemplo: Pampa El Muerto, Alero, El Poblado de Copaquilla, Chullpa 2 (Tambo Zapahuira 1), Kanchas (Tambo Zapahuira 2), Poblado de Chapicollo, Camino del Inca (Zapahuira), Tambo Inca Chajpa, Camino del Inca (Chajpa Huaihuarani), Poblado de Huaihuarani, Poblado de Incahullo, Andenerías de Socoroma, Pukara y Poblado de Saxamar, Ticnamar Viejo, y aunque todos se localizan en la Precordillera, todos presentan características únicas que deben ser analizadas en forma particular. En la mayoría de los sitios arqueológicos de interés, la vegetación nativa ha reocupado sus habitats, variando la cobertura, fuera de los espacios con cultivo (donde también se encuentra especies silvestres nativas, en menor proporción), lo mismo que la fauna nativa. ‐
Flora y Vegetación El Tolar, formación vegetacional zonal de precordillera, muestra la dominancia de Fabiana ramulosa (tola) y de Baccharis boliviensis; predominan los matorrales arbustivos, PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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158 cactáceas y herbáceas anuales (Tagetes multiflora, Descurainia spp., entre otras), dependiendo de la época del año estarán en fenofases distintas. También en este piso se encuentra bosquecillos de Polylepis (queñoa), esta especie es considerada azonal. Fauna Este piso ecológico es el hábitat natural de especies nativas como el guanaco (Lama guanicoe), perdiz de la puna (Tinamotis pentlandii ), quirquincho de la puna (Chaetophractus nationi ), picaflor del norte (Rhodopis vesper ) y la casi extinta taruca o ciervo andino (Hippocamelus antisensi ) (Sielfeld et al. 1999, citado en Muñoz y Bonacic 2006).
Consideraciones generales Para obtener la información necesaria de la flora y fauna que se encuentra en los sectores en que se construyeron las estructuras, se requerirá visitar los sitios y el registró en terreno, en al menos dos épocas del año para tener la data completa de lo que se presenta en el área. La información registrada en otros pisos o áreas cercanas o semejantes al lugar de interés no se puede aplicar, porque se estarían extrapolando datos, datos tal vez antiguos, que ya no correspondan a la realidad actual observada. Una exhaustiva revisión bibliográfica es imprescindible para que sea comparada con los datos registrados en el área o sitio, por los propios especialistas, esto les dará una buena base para un certero diagnóstico del área y será valiosa información actualizada. Los análisis requeridos que entreguen información sobre el medio biótico describirán y cuantificarán las características ambientales del sector a intervenir, así como también la fragilidad del ecosistema frente al uso del área (visitas). El botánico y zoólogo deberán visitar los sitios de interés, registrando las especies, animales y vegetales y la cobertura de éstas; observando la actividad animal (presencia, en algunos casos, huellas y fecas) y el grado de utilización de los espacios de interés; destacando si se trata de especies nativas, endémicas o introducidas. Destacando, además la época de los registros en terreno, para determinar la importancia del área que será estudiada para evitar modificaciones que alteren el ecosistema, por ejemplo, época de reproducción y/o desplazamiento de la fauna en las diferentes períodos estacionales. La metodología a emplear en terreno y en el gabinete, dependerá de las características de los yacimientos arqueológicos a intervenir; determinando y caracterizando las variables ambientales: medio biótico (vegetal y animal) y medio abiótico (clima, agua y suelo), mediante:
Registros e inventarios de los tipos y densidad de vegetación y fauna, grado de conservación y alteración (tala y caza furtiva), indicando las especies nativas, PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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endémicas, grado de vulnerabilidad y/o en peligro de extinción, y fenología de las plantas. Caracterización e identificación de especies vegetales y animales. Determinar la abundancia y diversidad de las especies vegetales realizando parcelas de área mínima que indicarán la cobertura vegetal. Caracterización de la flora y vegetación azonal, si esta presente, utilizando también las parcelas de área mínima. Describir la abundancia, diversidad de la fauna, período de reproducción. Localización de los lugares de alimentación de las especies asociadas a los sitios estudiados y migración de éstas. Se debe destacar, además las épocas de los registros en terreno y monitorear en las épocas de registro, para determinar la importancia del área que será estudiada para evitar modificaciones que alteren el ecosistema (los animales son sensibles a las perturbaciones de su hábitat). Señalar si los sitios arqueológicos se encuentran en ecosistemas frágiles o de alta vulnerabilidad. La información sobre el comportamiento de los animales permitirá inferir el impacto de las acciones y medidas consideradas en el plan de manejo. Graficar los estados de fenofases de las especies vegetales y los estados de desarrollo de los animales observados asociados a los sitios de interés. Confeccionar mapas (georeferenciados) señalando la distribución, tipo y densidad de vegetación presente en los sitios de interés, diversidad de especies, reconocimiento de especies vulnerables, asociaciones vegetacionales, densidad de las formas de las especies (árboles, arbustos hierbas) y uso agrícola del suelo. Confeccionar mapas (georeferenciados) señalando la distribución, tipo y densidad de la fauna asociada a los sitios de interés, diversidad de especies, lugares de alimentación y reproducción, reconocimiento de especies vulnerables y en peligro de extinción. Presentar los sitios estudiados entregando, en cada caso en particular su descripción detallada, algún dato de importancia o destacable o relevante; el estado de conservación, según sus propias observaciones e indicar las recomendaciones sugeridas también para cada caso particular. Por ejemplo: recomendar el tránsito sólo por sectores libres de vegetación, y evitando perturbar a la fauna.
Se deben indicar los procedimientos y líneas de acción que causarían un mínimo de impacto y monitorear las áreas intervenidas. Del mismo modo es aconsejable reevaluar el plan de manejo cada dos o tres años para mejorar o actualizar la información.
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160 Conclusiones y comentarios finales Se recomienda que las plantas que deban ser removidas para despejar e implementar un sendero de recorrido o mostrar las estructuras, sean transplantas en las cercanías del lugar, lo que ayudara a fortalecer el suelo, y así producir el mínimo de impacto, sobre la flora y fauna asociada a ellas. Los potenciales visitantes deben ser educados por información directa o por folletos o trípticos para respetar y cuidar las áreas que serían habilitadas para desplazamiento. El fácil acceso a los lugares de interés puede causar la disminución de la flora y fauna del sector y con esto restarle valor al sitio. Debe dejarse claro que podrán realizarse investigaciones científicas, que cuenten con la aprobación y permiso de los organismos correspondientes y que no comprometan el área. Igualmente las muestras se limitarán al mínimo requerido, para asegurar que las medidas de manejo y mantenimiento sean las adecuadas. Es importante la discusión de los especialistas involucrados en el plan de manejo, indicar los procedimientos y líneas de acción que causarían un mínimo de impacto y monitorear las áreas intervenidas. Es aconsejable reevaluar el plan de manejo cada dos o tres años para mejorar y/o actualizar la información, monitoreando los sitios para comprobar su buen manejo, puesto que la falta de monitoreo puede ser un factor de acción no sustentable. El plan de manejo deberá asegurar la conservación y el uso sustentable de los lugares a intervenir, incluso en el tema de la señalética a utilizar, que no debe interferir ni disturbar el paisaje natural.
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161 ANEXO 7.4: BASES TÉCNICAS PARA EL DIAGNÓSTICO DE ESTADO DE CONSERVACIÓN DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS MARIELA SANTOS VARELA
Este informe presenta las bases diagnósticas para un plan de manejo de monumentos patrimoniales que se deben proteger, antes de ser entregados a las comunidades, para ser explotados turísticamente. El plan de manejo que se propone, apunta a conservar en mejores condiciones el patrimonio, donde la sobre carga, el sistema de señalética, la educación sean fundamentales para revertir el deterioro. Si el patrimonio se destruye no existe posibilidad de recuperarlo, no es un bien renovable, por ello es necesario tomar medidas de resguardo antes que este sea utilizado como recurso turístico. Se considera recurso cultural arqueológico a todo vestigio del trabajo humano que constituya evidencia de la diversidad y variabilidad de las actividades y relaciones de individuos o sociedades, que constituyen bienes inmuebles y están conformados indisociablemente por elementos manufacturados o construidos por el hombre (ICOMOS 1990). La Conservación disciplina que ha sido fundamental en la preservación de los restos patrimoniales utiliza el método científico para la identificación del problema, análisis y propuesta de solución teórica y práctica (Ward 1986). Esta disciplina principalmente se ocupa de prevenir el deterioro, para esto conocer el medio ambiente y aplicar medidas de mitigación permiten que el daño disminuya y el acelerado proceso de deterioro se revierta. El Plan de Manejo de los yacimientos arqueológicos de la precordillera Arica Parinacota, será fundamental para el desarrollo sustentable de la comunidad. El cual será interdisciplinario y participativo de acuerdo a distintos niveles: científico, técnico y administrativo. ‐
La comunidad encargada del sitio arqueológico deberá incorporar, aplicar e internalizar el Plan de Manejo porque serán responsables del cuidado del patrimonio con el derecho primario sobre el beneficio social y económico que su uso sustentable genere. Patrimonio, identidad y conservación son tres conceptos que se interrelacionan en esta asociación. La conservación se define como el uso racional, rentable y sustentable del PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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162 patrimonio para mejorar el bienestar de las poblaciones y los ecosistemas de los cuales forman parte, por rentable se ha considerado a la capacidad indirecta que poseen los recursos dispuestos al uso público para generar fuentes de trabajo e inversión que produce fondos para investigar mantener y conservar (Molinari et al. 2001).
Consideraciones generales La propuesta metodológica que se presenta está relacionada con conocer el estado de conservación de los diferentes monumentos arqueológicos; diagnóstico de integridad, intervenciones necesarias para revertir deterioro, uso y del comportamiento de los visitantes para preservar las ruinas. En las diferentes acciones será necesario incorporar a otras disciplinas para llevar a cabo las propuestas de mitigación a partir de la conservación. Se debe abordar la problemática en su conjunto con otros profesionales con el fin de un manejo integral del monumento; paisaje, medio ambiente, flora, fauna, geografía, arquitectura, arqueología y antropología, realimentado con la participación comunal y la valoración del recurso.
Componentes de la línea de base Determinación del Medio Ambiente Registrar temperatura, humedad (cada una hora), viento y precipitaciones, de un año como mínimo, al menos las cuatro estaciones climáticas del área. Esto permitirá conocer las variaciones y frecuencias de los cambios a la que esta sometido el monumento. Recolección bibliográfica e información meteorológica de la Dirección General de Meteorología y Dirección de Agricultura. Los factores climáticos alteran la actividad química, física y biológica del monumento Caracterización y densidad de las especies vegetales y microflora. Revisión bibliográfica y conversación personal con especialistas. Algunas especies alteran la composición química y física del monumento. Identificación de las especies animales, diversidad, comportamiento, abundancia, alimentación, desarrollo etc., esto es posible por la observación en terreno (pisadas, guano). Revisión bibliográfica y colección de datos en terreno. La fauna produce alteraciones física y química al monumento. Comportamiento Geomorfológico y Materialidad Conocer el comportamiento mecánico y químico de los diferentes materiales que componen la ruina; piedra, barro, arcilla, argamasa, etc. Revisión Bibliográfica y conversación con especialistas. Los materiales se comportan diferentes a la tracción,
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163 flexión, a los cambios climáticos, y a la invasión de plantas y animales. Estos factores alteran la composición física y química de los materiales, produciéndose roturas, pérdidas, desprendimiento. Componentes Geológicos Identificar y conocer suelos (salinos, sódicos), mineralogía y características de pétreos que rodean y componen el monumento; revisar cartas geológicas de la zona. Servicio Nacional de Minería y Geología. La alteración y descomposición provoca daño al monumento. Localización Hidrológica Revisar y confeccionar Cartografía topográfica e imágenes satelitales, que permitan conocer la cercanía de cuencas hidrográficas respecto de la ruina. Bajadas de aluviones con el fin de tomar medidas preventivas. Acercamiento Antropológico Desarrollar acercamiento con la comunidad a través de talleres, charlas y reuniones con el fin de dar a conocer los estudios que se están proyectando. Enseñar las metodologías propuestas de recuperación y puesta en valor del monumento a fin de incorporar a la comunidad en los trabajos, para que posteriormente sea ella la que realice el mantenimiento del yacimiento arqueológico Intercambio Multidisciplinario Realizar actividades multidisciplinarias que permitan a los diferentes especialistas contrastar, discutir y conocer las propuestas Evaluación de datos Contrastación de datos a través de continuos relevamientos, con imágenes gráficas y fotográficas, donde quede registrado el monumento, en su integridad. Esta es la única forma de darse cuenta de alteraciones y daños que puedan estar produciéndose
Conclusiones y comentarios finales En la Conservación y Puesta en Valor deberán primar los criterios de mínima intervención, dado que cualquier proceso somete a la obra a un notable estrés físico, que las técnicas de restauración y preservación den suficientes garantías de inalterabilidad en el tiempo al monumento, y que los materiales usados en la intervención sean compatibles y con los existentes en la ruina, que no alteren el entorno.
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164 Es fundamental la participación interdisciplinaria, para la ejecución de cualquier intervención, en los sitios patrimoniales de la precordillera. Garantizar la capacidad, formación y competencia requerida para la concepción, en el desarrollo del proyecto, de la intervención y puesta en valor. Los bienes patrimoniales son la única reserva del pasado, que nos pueden ayudar a fortalecer nuestra identidad regional y permitir un desarrollo cultural sustentable. Mantener en todo el proceso del proyecto un espíritu de diálogo abierto entre todos los agentes implicados, que garantice el equilibrio y prevalezcan criterios de entendimiento. Para fortalecer el manejo y protección de los sitios por la comunidad, se debe capacitar en gestión, preservación, atención, interpretación, etc. con el asesoramiento de los especialistas e investigadores. También se debe alcanzar la participación y fortalecimiento de las capacidades de la población y organizaciones locales en la conservación y manejo del recurso patrimonial. Hacer partícipe a la sociedad en la protección del patrimonio cultural mediante una adecuada política educacional y de difusión. Además, se puede utilizar el trabajo de preservación como instrumento de formación y educación a todos los niveles y contribuir, de esta forma, a que la comunidad asuma su reconocimiento y apropiación del patrimonio como identidad cultural. Se debe propender a una seguridad administrativa a largo plazo de los sitios. Para esto se deben desarrollar mecanismos institucionales, financieros y políticos que aseguren la administración a largo plazo. Fortaleciendo, las capacidades de gerencia y administración, e implementar programas permanentes de protección y sostenibilidad. Deben gestionarse recursos económicos a la investigación, la valoración y la planificación estratégica de la conservación y la gestión del entorno de las estructuras. También se deben realizar estudios e investigación para evaluar las intervenciones, el flujo de visitas y evaluar otras nuevas. Por último, la publicación, divulgación de la intervención, realización de talleres formativos, seminarios y charlas cumplen con la misión de educar y difundir el patrimonio, este mientras se conoce es posible valorar y cuidar. Se recomienda que todo el proceso de intervención deba reflejarse en un documento que recoja los resultados de los estudios, de tal forma que se convierta en una fuente de información para futuras intervenciones o investigaciones.
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165 ANEXO 7.5. BASES TÉCNICAS PARA EL DIAGNÓSTICO DE ARQUITECTURA Y PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS MANUEL FUENTES MARAMBIO
Marco conceptual desde una concepción de la arquitectura Hablar con propiedad y exponer conceptos de “pseudo” planificación sobre los primeros asentamientos de la precordilllera (3000 a 3600 m.s.n.m.) resulta para un arquitecto, un tanto difícil por cuanto entre todo vestigio existente en los yacimientos, solo destacan tipologías básicas de la habitabilidad, con rasgos de construcciones poco claros, sin habitantes, con una percepción del espacio sólo asociada al paisaje, y por lo general en emplazamientos distantes de sectores urbanos, o emplazadas en sectores donde se privilegiaron criterios técnicos de trazados viales o inmersas e integradas en la actividad agraria de un poblado rural. Lo anterior nos hace reflexionar sobre la importancia de unir de algún modo esta brecha existente entre el pasado y el presente de esta tierra. ¿No es de suma importancia comenzar a descubrir lo propiamente Americano?, y también ¿Recuperar la memoria del habitar truncado por la conquista?, estas preguntas son el horizonte, o por así decirlo el límite que impide la apropiación de nuestro pasado. La arquitectura no puede negar su propio pasado, y sobre esta base debemos reconfigurar en este espacio andino el vinculo de lo viejo y lo nuevo, sin temor a que este nexo de lo ancestral genere una antítesis conceptual o una escisión cultural por la apropiación e integración de los poblados de originales. Debemos reconstruir la espacialidad andina de precordillera integrando estos sectores con una adecuada planificación territorial y una normativa que regule su integración y explotación, de tal modo de prevenir estados de riesgo sobre lo patrimonial. Si observamos como otros pueblos han insertado en los territorios y ciudades lo ancestral, lo antiguo, lo viejo, lo histórico por dar algunos adjetivos, no es menos cierto que ello ha traído beneficios a las poblaciones depositarias de dicho patrimonio, por ello el intento de la conservación de los sitios arqueológicos pasa por una aceptación e integración de un grado de Urbanidad, y también de un cierto modo de hacer ciudad a una escala acorde con dicho requerimiento. Entonces referido a lo anterior es necesario plantearse este profundo pensar de hacer ciudad, desde la arquitectura , e interactuar con otros oficios afines que tocan los temas del patrimonio, para que el afán de lo MULTIDISCIPLINARIO emerja en plenitud y puedan PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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166 en dicho contexto de estudio esclarecer y fijar el marco conceptual que requiere dicho desarrollo. El arquitecto que dedique su quehacer a este ámbito ha de presentar un perfil diverso, en el sentido de haber experimentado una formación integral, con experiencia funcionaria en el Sector Público que garantice el conocimiento de normativas y procedimientos (Direcciones de Planificación, D.O.M, otras); también con experiencia de prestación de Asesorías en Servicios Públicos de distintas áreas; con formación y capacitación en Congresos relacionados con el área Andina; con conocimientos de Metodologías de Evaluación de Proyectos; con experiencia en estudios de Sitios arqueológicos y Sectores Relacionados; con experiencia docente en el área de la Edificación y las Estructuras; con capacidad creativa innovadora, teórica y de autogestión sobre la materia, de tal forma de poseer una experiencia que contribuya a la resolución concreta y eficiente de las problemáticas que se susciten. En el lenguaje del espacio arquitectónico siempre nos enfrentaremos con el habitáculo, el modo de habitar, y el acto de habitar con una particularidad, esa progresión conceptual obedece a la forma en que nos apropiamos del medio y de cómo nos insertamos en el paisaje y de cómo dominamos lo agreste del mismo. El hombre desde que se sitúa en la cuestión del HABITAR, también se sitúa en la forma de hacer territorio y dominio del mismo, por ello no nos debe causar inquietud la forma en que este “habitante andino” se apropia del espacio geomorfológico y crea su propio entorno con la disponibilidad y recursos de los lugares en que se emplazan los sitios de los poblados y se vale también por otra parte de la ventaja espacial que le otorga el relieve, sin necesidad de edificar grandes obras. Es en este contexto que debemos fijar la MATRIZ arquitectónica para esclarecer el abismo existente entre lo viejo y lo nuevo. No existe opción de crecer en forma integrada con nuestro patrimonio sin tener claridad de su origen. Sin la precisión de un pasado, no tenemos un presente. Sin el vínculo de lo viejo y lo nuevo no hay arquitectura fundamentada y posicionada.
Generalidades del estudio arquitectónico En esta fase se fijan los parámetros de estudios e intervenciones previas y necesarias para entregar correctamente a las comunidades, los sectores de nuestro patrimonio etno arquitectónico, para su proyección, explotación y preservación.
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Debemos tener presente que una base metodológica es la que sienta los lineamientos de los estudios que precisan formas de diagnóstico, y que a su vez nos sitúan y nos orientan a los verdaderos objetivos del propósito, por ello lo que se propone en esta instancia refleja la real intención y fin último de, el como se debe hacer, para traspasar de la forma más responsable y acorde a la calidad de patrimonio, los sitios a las comunidades. PATRIMONIO INDÍGENA DE ARICA Y PARINACOTA
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167 Para entender la base de esta propuesta es necesario precisar definiciones y conceptos de las temáticas abordadas en cada etapa, ya sea desde el punto de vista del programa que considera un estudio de arquitectura, o desde la materialidad de la obra, o desde el concepto del espacio arquitectónico, entendido esto último no como el requerimiento de uso doméstico de los recintos, sino como el concepto de, cómo la obra en sí conquista el espacio físico con una respuesta particular al medio geomorfológico, paisaje y clima de un lugar. Por lo anterior podemos afirmar que en toda edificación, existe siempre una trilogía de conceptos que la conforman y ella obedece a un orden que se genera a partir del acto del “hacer”, y que se origina de una necesidad al asentarse en un lugar. De este modo siempre existirá una relación entre Usuario Recinto / Material Edificio / Espacio Lugar. ‐
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Bases técnicas de estudios diagnósticos Estudios De La Materialidad Existente DEFINICIONES : 1. Material disponible: Se entiende por aquel que se encuentra en el lugar del sitio, y ha sido intervenido por la mano del ser humano, y con el cual se ha desarrollado, en algún periodo anterior y posterior a la edificación una actividad de carácter constructiva, este material es seleccionado y también alterado morfológicamente para su uso. 2. Materialidad existente: Se entiende por todo cuerpo inerte de carácter pétreo o vegetal, o de otra naturaleza que conforman las estructuras del sitio arqueológico, incluyendo aquellos materiales visibles superficiales y no superficiales existentes en el terreno. 3. Material constructivo: Corresponde a un elemento sólido formal, de carácter natural o artificial regular o irregular, del cual conocemos su comportamiento interno por su conformación molecular; el material constructivo puede ser sometido a esfuerzos de trabajo de tracción, compresión, flexión, torsión, etc. al conformar él en si mismo una estructura, o al ser parte de una estructura de varios materiales. PREVENCIÓN EN LA MATERIALIDAD: Se debe considerar una unidad de monitoreo destinada a evaluar el estado de los materiales que constituyen y conforman las estructuras del sitio. Mediante el seguimiento y toma de muestras de la materialidad de las distintas estructuras se puede determinar si estas se encuentran estables o por el contrario en riesgo, para lo cual se aplicará un procedimiento que detenga o compense el deterioro.
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168 MANTENCIÓN DE LOS ELEMENTOS MATERIALES: En el caso de deterioro por agentes externos o situaciones fortuitas, se debe tener un plan de respuesta de mantención de los elementos que resulten dañados y que componen las distintas partes de las estructuras del sitio. MUESTREO DE TIPOS DE MATERIALES : Será necesario confeccionar un catalogo de sitio en el cual se consideren los distintos tipos de pétreos, morteros, gravas, elementos ligantes, aglomerantes etc., con la finalidad de responder del modo adecuado a una eventual fase de restauración o reposición de una parte afectada de las estructuras de sitio. ANÁLISIS DE LABORATORIO: Es importante someter a los materiales del sitio , a un análisis desde el punto de vista de resistencia de materiales, mediante la obtención de testigos o partes de piezas , que permitan efectuar pruebas , tales como de compresión, tracción , resistencia al fuego, de absorción, tolerancia a las fluctuaciones de temperaturas, etc. ALTERNATIVAS DE REPOSICIÓN : En la eventualidad de producirse daños, las estructuras deben reponerse o restaurarse mediante técnicas constructivas aceptables y concordantes con el material existente, sin perjuicio de utilizar materiales sustitutos que arrojen un resultado de buena apariencia y semejanza visual a lo existente. ARQUITECTURA Y PREVENCIÓN : En los diseños del Edificio – estancia de visita, y vías de penetración y recorridos peatonales se deben considerar aspectos de distanciamiento, para evitar el contacto físico y directo con las estructuras. SEÑALÉTICA DE USOS RESTRINGIDOS: Se debe dotar al sitio de un diseño adecuado, de letreros indicativos que permitan al usuario visitante percibir, que esta presenciando, de que se trata el recorrido, donde se ubica, hacia donde se dirige, etc. ELEMENTOS O MOBILIARIO DE DISTANCIAMIENTO : Junto con el tratamiento y diseño de paisajismo, se deben considerar aquellos elementos de mobiliario urbano que restrinjan el acercamiento del usuario visitante a los elementos originales y propios del sitio arqueológico. Estudios De La Arquitectura Existente ESTUDIO DE TIPOLOGÍAS : Este estudio permitirá clasificar a los sitios y a sus edificaciones mediante patrones de similitud y diferencias en sus rasgos del diseño formal y espacial, de sus usos, y del destino de los recintos. ESTUDIO DE LA MORFOLOGÍA: En este estudio se analizarán y tomarán en cuenta aquellos rasgos que diferencian un edificio en cuanto a su regularidad, irregularidad y recursividad geométrica de la estructura formal.
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169 ESTUDIO DE LA CONSTRUCCIÓN: En este estudio se analizarán aquellos aspectos inherentes a la naturaleza del material, su disponibilidad en el lugar y su trabajabilidad. ESTUDIO DE LA ESTRUCTURA: En este estudio se analizarán aquellos aspectos, que inciden en la elección particular de un material, para el uso especifico como estructura soportante, su disponibilidad, elección, etc ESTUDIO DEL EMPLAZAMIENTO : Mediante un análisis de las relaciones geomorfológicas, de la incidencia del clima, y de los rasgos físicos del lugar, se puede elaborar un partido general o teoría de cómo y por qué, ese asentamiento se produjo en un lugar específico, y no en otro. ESTUDIO DEL PROGRAMA: Mediante la determinación y estudio de las distintas etnias y su relación e interacción, en el dominio territorial, asociación de sitios, explotación de recursos naturales, y su cosmovisión, se puede tipificar y llegar a determinar el nivel de organización que determinó el porque de los usos y destinos de las edificaciones. ESTUDIO DE FLUJOS: En cualquier situación de asentamiento, se supone una mínima organización en las circulaciones tanto de los interiores y de los exteriores, y también entre las zonas específicas de la organización territorial en cuanto a su emplazamiento. ESTUDIO DE LA ESPACIALIDAD : Cada edificio y conjunto en sí responden a un patrón de diseño particular, puede existir similitud entre sitios, pero el rasgo de cada intervención tiene origen en la respuesta que se da en cada lugar, en como este conquista la pendiente, la visión panorámica, la defensa, el refugio del viento, etc.
Metodología y directriz para el diseño de accesibilidad y estancias de sitios Definiciones CASCO DE SITIO: Se entiende por la figura poligonal que encierra el sitio arqueológico y un área aledaña para edificaciones destinadas a su explotación y conservación. ESTANCIA DE SITIO: Corresponde a una edificación de carácter público, en el que se reúnen personas a las cuales se les brinda o presta un servicio de exposición de sitio (museo), hospedaje transitorio, áreas de observación, ss.hh. ,etc. VÍA DE ACCESO Y RECORRIDO: Se entiende por vía de acceso de sitio a toda vía que permite el acceso de vehículos y peatones, por aceras, calzadas de calles, calles ciegas, ciclovías, senderos, etc.
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170 Marco Legal Para efectos de estudios de planes de explotación de sitios se debe considerar la existencia del marco legal vigente en lo atingente a, instrumentos normativos de planificación y zonificación de carácter Regional, Planes Provinciales, Intercomunales y Comunales; disposiciones legales, tales como la Ley general de Construcciones y Urbanización y Ordenanza general de Urbanismo y Construcciones (DS. Nº 458 y Nº 47), DFL. Nº 2 de 1959, Ley de Condominios y su reglamento (Ley Nº 19.573), Ley del Medio Ambiente reglamentada (Ley 19.300), Ley de Monumentos Nacionales y normas relacionadas (Ley 17.288), Ley Indigena (Ley Nº 19.253 ) y demás disposiciones tales como Circulares , Códigos y Reglamentos complementarios sobre la materia. En especial se considerará toda la bibliografía existente sobre estudios y ponencias de arqueólogos que hayan estudiado estos sitios. Zonificación Para la delimitación de la poligonal del casco de explotación y del área de estancia y recorrido del sitio, se requiere definir en forma exacta el perímetro de las mismas. Se deberá en cada caso confeccionar estudios Seccionales o similares en cada sitio específico, para determinar sectorizaciones, áreas de restricción, usos permitidos, coeficientes de constructibilidad etc. Uso Del Suelo Se debe definir la base técnica tendiente al cambio de uso de suelo de los sectores de estancias y recorridos de sitio al tenor del art. 55 del DS. 458 MINVU. Se debe definir el ámbito de competencia de las Instituciones y Servicios para regular la correcta aplicación de la normativa vigente MINVU, SAG, CONADI, Monumentos Nacionales, etc. Diseño Arquitectónico En los sitios una vez delimitadas las áreas de intervención para estancias de visita y recorridos, se debe definir un programa de recintos mínimos que considerará la arquitectura del “Edificio estancia de visita”, y por otra parte la definición de acuerdo al paisaje y situación existente del sitio para emplazar la “ vía de acceso y senderos de recorrido”, esto particularmente referido a un estudio del espacio del sitio, el cual se intervendrá para dar la accesibilidad necesaria y permanencia transitoria del visitante. En esta etapa es fundamental un levantamiento topográfico previo, efectuado por un ingeniero geomensor, con lineamientos y parámetros fijados por el arquitecto y arqueólogo a cargo del proyecto. ‐
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171 Diseño Constructivo Se refiere a la materialidad de la intervención del Edificio estancia y sendero de recorrido, la cual debe ser con especial apego a la realidad del paisaje y del sitio, con texturas, color, formas y otros aspectos acordes al entorno y no invasivos de la espacialidad del área. Esto último no restringe el uso de materiales nuevos que se acondicionen y adapten con la finalidad de entregar el confort necesario en el Edificio – estancia. ‐
Diseño Estructural Se refiere a los estudios, necesarios que deben efectuarse en las inmediaciones del sitio, mediante calicatas o prospecciones para evaluar la estabilidad, calidad, y tipo de suelo; además se debe desarrollar una propuesta de evacuación eficiente de las aguas lluvias, y situaciones de avenidas para cauces de mayor envergadura. Una vez concluida esta etapa de reconocimiento se procede a detallar una propuesta de mantenimiento del sitio, y a confeccionar el estudio de una propuesta de diseño estructural integral (aspectos de mecánica de suelos, hidrológicos, y de disposición final de líquidos residuales) para asegurar la factibilidad del Edificio estancia y obras anexas proyectadas para el visitante. ‐
Instalaciones Y Servicios Serán los necesarios para dotar al Edificio – estancia de visita, de servicios tales como: Electricidad, Agua Potable, Alcantarillado, Deposito de basura, y otros que serán evaluados particularmente desde el punto de vista del impacto ambiental que puedan ocasionar algún efecto negativo al sitio. Sistemas Alternativos Siendo no contaminantes. El uso de las tecnologías pasivas en el diseño serán permitidos siempre y cuando estos beneficien al sitio, de la contaminación y el no encarecimiento de los servicios proyectados; por otra parte es importante considerar que el aislamiento de algunos sitios hace necesario la utilización de elementos de comunicación permanente desde ellos, tales como equipo de radio, teléfono satelital y otros que se requieran para su eficiente explotación.
Proposición para un plan de desarrollo y marco administrativo para el traspaso de los sitios arquologicos a las comunidades Estructura Administrativa Para La Explotación La necesidad de contar con un organismo que regule y supervise la correcta aplicación de una normativa de explotación para sitios se hace necesaria, porque corresponde a una
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172 fase posterior a la de dotar al lugar de la infraestructura y vías de accesibilidad para los visitantes usuarios. En el contexto de situarnos en la Región Centro Andina, y de tener espacios físicos, fauna, flora, cultura de pueblos y etnias que nos unen en realidades semejantes con naciones vecinas (Perú, Bolivia, Argentina, Chile), es que se debe potenciar una forma de administración más local, que central, y por ello la creación de una Oficina de Administración del patrimonio Regional, no está lejos de ser una opción concreta, para fiscalizar desde una visión técnica administrativa resolutiva los asuntos que puedan surgir de eventuales malos manejos y controversias entre el fisco estado y los privados. ‐
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Esta oficina debiera tener el carácter de oficina sectorial en la Intendencia de la Región, y debiera contar a lo menos con dos técnicos del área y un administrativo (un arqueólogo, un arquitecto, y un administrativo con especialización en informática.) Fiscalización De La Forma De Explotación La Oficina de Administración del Patrimonio Regional deberá considerar en el ejercicio de sus funciones la dependencia técnica de otras instancias para bien resolver, tales como Monumentos nacionales y su Ley 17.288 como dependencia técnica ,las Gobernaciones Provinciales como dependencias administrativas, y la CONADI como instancia de consulta. Es en este ámbito que se podrían acoger los reclamos por causales de daño al patrimonio si se produjeran, inhabilitando al o la comunidad encargada de su explotación, y delineando el campo de acción para sancionar y dictaminar sobre el tema. Alternativas De Concesiones Y Valorización De Inversiones Correspondería a la Oficina de Administración del patrimonio Regional, resolver sobre la mejor alternativa de Concesión de explotación de sitio, y de la forma de constitución de dichas organizaciones que podrían tener la siguiente figura:
Concesión de explotación de Organización Privada. Concesión de explotación de Institución pública. Concesión de explotación de una Corporación de derecho Público y Privado, etc.
Estas alternativas u otras que pudieren existir deben ser evaluadas técnicamente, bajo su forma de constitución, y verificar la rentabilidad de ellas, y elegir la más conveniente para postular a recursos, tendientes a estudios y preservación del patrimonio local. Sustentabilidad Y Preservación Solo sobre una base de sólida gestión de las organizaciones que administrarían los sitios, se sustenta una real estabilidad para acercar la cultura ancestral y abrirla al presente. La
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