Comparto este interesantísimo capítulo de Mentira la verdad sobre El Otro, de Darío Sztajnszrajber. Al tiempo que estudiaba las refeiones, me tom! el trabajo de transcribirlas para el que pre"era leer.
Mentira la verdad - El Otro
El sujeto El sujeto moderno es moderno es el sujeto europeo, blanco, mac#o $ bur%u!s, pero se cree el modelo de lo humano. humano . Así, impone su identidad sobre todas las cosas, pro$ecta su &o &o sobre el Otro, busca incorporarlo, incluírlo, inte%rarlo pero, 'a qu! costo( ')uede el sujeto incluír al Otro sin que el otro pierda su especi"cidad( '*o #a$ en toda inclusi+n siempre una p!rdida( '*o #a$ siempre al%uien que inte%ra epandiendo su &o &o $ un otro inte%rante va perdiendo su otredad( El sujeto occidental siempre #a pretendido inte%rar al dierente pero, 'c+mo #a sido esta #istoria( '-ui!n es el otro de occidente( & d+nde est, auera o adentro( El Otro no es, no eiste, es el eluído permanente, el que siempre queda auera. Si el otro uera, sería al%o, $ si el otro es al%o se vuelve un objeto para el &o que se lo apropia, $ en ese acto lo a%ocita, lo disuelve. Así, el &o &o o lo Mismo /se%0n Emanuel 1evins2 se totaliza, #ace pasar su &o o su Mismidad como si uese todo lo que #a$. #a$. & por uera del todo no puede #aber nada, pero, cuando
todo parece se%uro $ cerrado en las coordenadas que el &o impone, irrumpe el Otro, nunca pide permiso, es inesperado, %olpea la puerta de mi casa, solicita $ ei%e una respuesta. Ei%e, el Otro se vuelve una amenaza. El valor ms importante para el &o es su propia se%uridad, el Otro constru$e sentido adaptando todo lo que le ecede a sus propios parmetros $ así lo%ra estabilidad3 toda b0squeda de sentido es siempre una b0squeda de se%uridad /*ietszc#e2, pero el otro %olpea $ desestabiliza. El Otro es como un palo en el en%ranaje que detiene esta totalidad que venía uncionando bien. 1a totalidad nunca cierra, porque siempre #a$ un Otro. Adentro del muro todo parece uncionar a la perecci+n, pero el muro se vuelve invisible. & auera estn los otros que desde su indi%encia %olpean la puerta $ esperan una respuesta. *uestra identidad es i%ual a la de los otros, pero a la vez dierente. )or un lado, todos somos i%uales porque somos parte de un todo que nos nuclea, la humanidad. )ero a la vez $ al mismo tiempo, so$ un individuo dierente, sin%ular. 'So$ i%ual a los otros, o so$ dierente( 'O so$, al mismo tiempo, i%ual $ dierente( En cierto modo, somos todos i%ualmente dierentes, somos i%uales por ser todos dierentes, para que #a$a i%ualdad tiene que #aber dierencia, s+lo puedo i%ualdad dos entidades dierentes. 1a igualdad es una de las ormas de la diferencia . )or eso, si estamos siempre relacionndonos con otros, inter"ri!ndonos mutuamente, contaminando nuestra indentidades. ')odemos separarnos tan tajantemente de los Otros( En esta dial!ctica permanente, 'no somos todos un poco Otros(
4rente al etra5o, podemos dierenciar dos modos de vinculación: la tolerancia $ lahospitalidad. Tolerancia , viene del latín, $ se asocia a la idea de soportar. 6ace reerencia al %rado de admisi+n, rente a todo lo que es contrario a nuestras costumbres. Es que, aunque el Otro sea mu$ dierente a mi, al Otro #a$ que tolerarlo, porque el Otro es un prójimo. 6a$ un principio de proimidad de #ace del Otro al%uien cercano. 7n pr+jimo es al%uien pr+imo que por ello se vuelve uno de los propios, pero ne ese acto pierde su otredad. 1a tolerancia nunca termina de alcanzar completamente al Otro, $a que el problema no es el pr+jimo sino el distante, el ajeno, el extraño, el extranjero, aqu! que queda absolutamente por uera de lo propio, aquel cu$a presencia nos amenaza, nos pone en peligro. Su dierencia nos desestabiliza. )or ejemplo, si invito a al%uien a mi casa $ se comporta en consonancia con mis costumbres, no #a$ nin%0n problema. )ero si el invitado viene con sus propias
costumbres se me abren dos opciones3 o lo tolero o lo ec#o8 $ en ambos casos, lo nie%o como Otro. )ero, 'cules son los problemas de la tolerancia( )rimero, el que tolera, siempre ejerce el poder . 9olerar es epandir los límites de lo posible pero los límites los si%o poniendo siempre &o. '*o debería la verdadera tolerancia tolerar lo intolerable( El que tolera se vuelve portador de la racionalidad $ el intolerante al%uien primitivo. 1a tolerancia se presenta como un acto de civilizaci+n $ paz, mientras que la intolerancia como salvajismo, barbarie, %uerra. En nombre de la tolerancia, se #an %enerado los peores dispositivo de eluisi+n. Ser intolerante con el que se cree que es intolerante, 'no es traicionar la tolerancia( )or 0ltimo, si tolerar es soportar, 'no es siempre ne%ativa mi relaci+n con el otro en el sentido de tener que a%uantar su dierencia en lu%ar de involucrarme en ella( 9olerar sin abrirme a la dierencia no me transorma, pero sobre todo, no transorma al Otro, se lo si%ue subordinando. Así, la tolerancia no resuelve la cuesti+n del Otro. )ero entonces, 'c+mo nos relacionamos con el Otro sin suprimirlo( 'C+mo no caer en una paradoja( Es que si lo tolero $ lo #a%o propio deja de ser un Otro, $ a la inversa, si si%ue siendo un Otro, no entra en mis parmetros $ no #a$ vínculo posible. En ambos casos, no #a$ un Otro. '9en%o que aceptar entonces que mi relaci+n con el Otro es al%o imposible( El verdadero Otro no es aquel del que me apropio, sino un radicalmente Otro /Derrida2 que escapa cualquier parmetro, es lo incomprendido, lo que me excede, lo insoportable. El Otro es siempre un monstruo, $a que lo monstruoso epresa mejor que nadie la idea de lo que no en caja. Al monstruo le temo, me siento en peli%ro. 9emo verme invadido, desapropiado, salido de lo propio. 1a otra manera de relacionarme con el etra5o es la Hospitalidad . En el recibimiento #ospitalario se abre la puerta al etranjero, pero $a no condicionndolo como en le tolerancia. 1a #ospitalidad implica la eistencia de una dierencia radical3 el Otro $a no es un i%ual sino un dierente. Es necesario /como plantea 1evins2 que el Otro sea una eterioridad irreductible al sujeto. Abrirnos a !l es ir en contra de nosotros mismos. 1a #ospitalidad no resuelve la cuesti+n del Otro pero nos ense5a a desape%arnos de nuestro &o, de nuestro ego. Asume que nuestro vínculo con el Otro es imposible, pero resi%ni"ca esa imposibilidad en la posibilidad de transormarnos a nosotros mismos, de entender que en de"nitiva todos somos extranjeros, todos somos Otros. 7na "%ura que nos permite comprender la radicalidad del Otro es la "%ura del animal. '6asta d+nde somos realmente #ospitalarios( -ue en occidente, al Otro se lo come. Es tan Otro que no aplica $ por ello queda auera de todo derec#o. *o #a$ refei+n, ni culpa, ni racionalidad8 $ no s+lo queda auera de
todo derec#o, sino adems de toda condici+n ontol+%ica. El Otro no s+lo no pertenece, sino que su disoluci+n es necesaria para su supervivencia. El Otro me llena, me en%orda, me epande. El Otro, el animal, su muerte, la industrializaci+n de sus cuerpos, su domesticación, se justi"ca en nombre de nuestra supervivencia. :usti"co siempre la muerte del Otro para que mi propia vida se epanda. 1a justi"co de tal modo que el Otro se suprime como Otro $ se vuelve al%o que alimenta lo propio. *os preocupa la relaci+n con lo animal, pero sobre todo con aquellos seres #umanos con los que nos vinculamos del mismo modo que lo # acemos con el animal. )or eso Derrid nos a$uda a pensar la cuesti+n animal desde otra perspectiva. Si #asta a#ora siempre dierenciamos al ser #umano de lo animal a partir del uso del len%uaje, 'no podríamos pensar la distinci+n desde otra pre%unta( *o tanto si los animales #ablan o piensan, sino como planteaba ;ent#am3 'los animales suren( Cuenta 1evins que en el campo de concentraci+n durante el re%imen nazi #abía un perro que deambulaba con allí. uando los prisioneros re%resaban de trabajar, ese perro al que llamaban ;obb$ los recibía ladrando de ale%ría. *in%0n #ombre, dice 1evins, sino un perro, los reconocía como seres #umanos. S+lo un animal recompuso la #umanidad que el ser #umano estaba destru$endo. 'Cunto le debemos al Otro( )ensar !ticamente el vínculo entre lo #umano $ lo animal es pensar nuestra responsabilidad por el surimiento de los Otros. '-ui!nes son # o$ nuestros animales( )ero, 'a d+nde est el Otro, auera o adentro( 6a$ un "l+soo ranc!s llamado Jean Luc Nancy, que #ace unos a5os suri+ una enermedad cardíaca de%enerativa que s+lo podía resolverse con un transplante de coraz+n. El transplante lo salv+ $ obviamente cambi+ su vida e impact+ de lleno en su "losoía. Al poco tiempo lo convocaron a disertar a un con%reso en Europa sobre la cuesti+n del etranjero. & *anc$ decidi+, allí, narrar la eperiencia de su transplante. *o ue casual. Su propio coraz+n lo estaba matando, pero ue el coraz+n an+nimo de un Ot ro el que lo salv+. 1o propio lo estaba destru$endo, lo etra5o le di+ vida. -u! paradoja. *anc$ decidi+ titular a la disertaci+n con