REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD DE ORIENTE NUCLEO ANZOATEGUI
Teoría De
Sistemas Docente:
Bachilleres:
Noviembre, 2013
Índice: Pág. Introducción Teoría del caos Reseña histórica Principales representantes y detractores Supuestos ontológicos Aportes más importantes a la ciencia actual Estructuras discipativas Reseña histórica Principales representantes y detractores Supuestos ontológicos Aportes más importantes a la ciencia actual Teoría de la Autopoiesis Reseña histórica Principales representantes y detractores Supuestos ontológicos Aportes más importantes a la ciencia actual Hipótesis Gaia Reseña histórica Principales representantes y detractores Supuestos ontológicos Aportes más importantes a la ciencia actual Conclusiones Bibliografía
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Introducción
La Teoría de Sistemas es el estudio interdisciplinario de los sistemas, en general, con el propósito de dilucidar los principios que pueden ser aplicados a todo tipo de sistemas en todos los niveles anidados en todos los campos de la investigación. Entre W. Ross Ashby y Norbert Wiener desarrollaron la teoría matemática de la comunicación y control de sistemas a través de la regulación de la retroalimentación (cibernética), que se encuentra estrechamente relacionada con la Teoría de control. En 1950 Ludwig von Bertalanffy plantea la Teoría general de sistemas. En 1970 René Thom y E.C. Zeeman plantean la Teoría de las catástrofes, rama de las matemáticas de acuerdo con bifurcaciones en sistemas dinámicos, que clasifica los fenómenos caracterizados por súbitos desplazamientos en su conducta. En 1980 David Ruelle, Edward Lorenz, Mitchell Feigenbaum, Steve Smale y James A. Yorke describen la Teoría del Caos, una teoría matemática de sistemas dinámicos no lineales que describe bifurcaciones, extrañas atracciones y movimientos caóticos. John H. Holland, Murray Gell-Mann, Harold Morowitz, W. Brian Arthur, y otros en 1990 plantean el Sistema adaptativo complejo (CAS), una nuevaciencia de la complejidad que describe surgimiento, adaptación y auto-organización. Fue establecida fundamentalmente por investigadores del Instituto de Santa Fe y está basada en simulaciones informáticas. Incluye sistemas de multiagente que han llegado a ser una herramienta importante en el estudio de los sistemas sociales y complejos. Es todavía un activo campo de investigación.
Parte I: Teoría del Caos 1.1 Reseña Histórica: En la antigua teoría de la creación, el Caos era el oscuro y silencioso abismo de donde procedía la existencia de todas las cosas. Caos dio nacimiento a la negra noche y al Erebo, la región oscura e insondable donde habita la muerte. Estos dos hijos de la primitiva oscuridad se unieron a su vez para producir el amor, que originó a la luz y el día. En este universo de informes fuerzas naturales, Caos generó la sólida masa de la tierra, y de la que surgió el cielo estrellado y lleno de nubes. En la mitología posterior, el Caos se transformó en la materia informe de la que fue creado el cosmos u orden armonioso. Es la denominación popular de la rama de las matemáticas, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de sistemas dinámicos muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo. Esto sucede aunque estos sistemas son en rigor determinísticos, es decir; su comportamiento puede ser completamente determinado conociendo sus condiciones iniciales. La teoría del caos es un modelo teórico que intenta explicar el comportamiento de sistemas dinámicos que en principio parecen desarrollarse aleatoriamente con por ejemplo el comportamiento del tiempo atmosférico, proponiendo una nueva manera de estudiar y comprender la realidad. De este modo, la teoría de caos intenta otorgar una explicación tanto para modelos físicos y matemáticos, como para gran parte de los fenómenos naturales, los que van desde la propagación de un incendio hasta la evolución de una sociedad. Debido a lo anterior, es comprensible que las leyes de la teoría del caos estén encontrándose útiles para ser aplicados para su utilización en múltiples áreas de la ciencia, sobretodo, en los llamados movimientos caóticos, entre los que encontramos los movimientos de las partículas de los fluidos y la homeostasis, entre otras. Esta teoría encuentra su origen a principios de siglo, cuando los físicos creían que ya no quedaba mucho por descubrir dentro de su campo de estudio. De lo anterior dedujeron que eran sólo tres las interrogantes que quedaban por dilucidar. Estos problemas eran la explicación de la órbita irregular del planeta Mercurio, la
discrepancia entre la teoría y la cantidad de energía que libera un hoyo negro, y por último, el efecto de un tercer cuerpo en el movimiento de otro dos. A medida que los científicos intentaban dar con estas explicaciones, distintas teorías comenzaron a surgir, del primer problema surgió la teoría de la relatividad, del segundo, la teoría cuántica y del tercero, la teoría del caos. En términos generales, la teoría del caos, hace alusión a aquella tendencia general al desorden en la naturaleza, que es posible de ver cuando se rompe un vidrio o se cae un vaso de agua. Es importante destacar que este desorden o caos no implica confusión, por el contrario, este tipo de sistemas caóticos tienen como característica una gran adaptación al cambio, y por ende, gran estabilidad. Un buen ejemplo del desorden mencionado lo constituye el tirar una piedra a un río. Una vez realizada ésta acción el cauce del río no se ve interrumpido. Si el río fuese un sistema ordenado, en el que cada partícula tuviera una trayectoria fija, entonces el lanzarle una piedra afectaría este orden, derrumbándolo. La introducción del Caos en las distintas disciplinas científicas a partir del siglo pasado representa sin lugar a dudas un cambio de paradigma frente a los fundamentos del modelo clásico, quiebre que significó principalmente un claro rechazo a la concepción determinista de los procesos humanos y naturales. 1.2 Principales representantes y detractores Uno de los precursores de esta teoría fue el matemático francés (1854-1912), que ya a principios del siglo XX había llegado a ciertas conclusiones que habrían de ser un importante antecedente histórico y conceptual a la teoría del caos. Así, ensayando con sistemas matemáticos no lineales descubrió que un pequeño error en las condiciones iniciales, en vez de generar pequeñas modificaciones en el sistema, provocaría enormes cambios y una transformación sustancial de aquel estado original. Similares conclusiones llegaron al encuentro de Edward Lorenz (1917-2008), matemático y meteorólogo estadounidense, cuando en la década del 60´, tratando de predecir el clima a través de fórmulas matemáticas que relacionaban variables como tiempo y humedad, descubrió una propiedad que resume
en pocas palabras una característica esencial del caos: la sensibilidad a las condiciones iniciales. Esta propiedad, similar a lo que se desprendía en las conclusiones de Poincaré para las matemáticas, supone que la más mínima perturbación en las condiciones iniciales de un sistema dado deriva en cambios cualitativos de tal magnitud que terminan por modificar sustancialmente el sistema en su totalidad. De manera tal que Lorenz llegó a la conclusión de la imposibilidad de pronosticar fenómenos climáticos más allá de un cierto número de días. Algo parecido ocurriría en el campo de la biología para la misma época; distanciándose de una visión generalizada que se tenía respecto a los sistemas dinámicos biológicos, algunos ecólogos manifestaban para ese entonces que el desorden observado en las oscilaciones del tamaño de las poblaciones animales y vegetales era tal vez inherente a dichos sistemas, es decir, se estaba rompiendo con una concepción general de la biología que reconocía en la estabilidad la cualidad determinante de los sistemas, siendo el desorden atribuible a la sola influencia de factores externos. Todas estas argumentaciones confrontaban con aquella cosmovisión dominante del siglo XIX en donde el orden y el desarrollo determinista del mundo se erigían como ejes fundamentales de la misma. En efecto, existía una adecuación básica a los postulados de la física clásica, a partir de los cuales se creía que en todo proceso temporal el futuro dependía de un modo determinista del pasado. Un ejemplo de esto era el sistema solar, siendo un sistema dinámico, se argumentaba que dadas las posiciones y las velocidades de todos los planetas en un instante dado, las leyes de la mecánica permitirían calcular sus posiciones y velocidades en todo instante ulterior. Pierre Simón Laplace, astrónomo, físico y matemático francés nacido en 1749, supo ser un cabal defensor de esta visión determinista, al tiempo que argumentaba que si un intelecto pudiese condensar todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de los seres que la componen, para ese intelecto nada podría ser incierto. Más allá de esta figura ejemplificadora, conocida como el “demonio de Laplace”, lo que subyace a este argumento es la concepción determinista del mundo propio de la física clásica, a partir de la cual la imposibilidad de predecir acontecimientos futuros, se creía, estaba dada por la ignorancia de alguna de las condiciones iniciales propias del sistema y no por el desarrollo del mismo. Pero a partir del siglo XX esta cosmovisión comienza a resquebrajarse, y frente a los conceptos de orden, determinismo y desarrollo lineal entronizados por el modelo clásico, empiezan a surgir nuevas concepciones que dan cuenta de un cambio de mentalidad y de un quiere de época fundamental; desorden, caos, indeterminismo y desarrollo aleatorio comienzan a ser conceptos explicativos válidos de la realidad. Uno de los principales exponentes de esta visión general y de la Teoría del Caos en particular fue Ilya Prigogine, Físico, químico y profesor universitario belga de origen soviético,
galardonado con el Premio Nobel de Química del año 1977. Su formulación de una termodinámica general se explica a partir del estudio de las estructuras disipativas (estructuras que cambian materia y energía con el exterior y, por ende, altamente inestables) en el mundo físico y del análisis de una de sus propiedades fundamentales, la posibilidad de dar lugar a una autoorganización espontánea, o dicho en otros términos, la manera en que el desorden genera orden. Esto último resulta clave para entender el pensamiento de Prigogine puesto que el autor no sostiene, así como tampoco las formulaciones generales del Caos, que únicamente existe el desorden y el caos (de ser así cualquier intento científico estaría condenado al fracaso) sino que en el Universo se manifiestan ciclos sucesivos de orden y desorden, es decir, la realidad se presenta como una “mezcla” de estados. De este modo, el estudio de las estructuras disipativas le sirvió a Prigogine para postular que los desequilibrios químicos no desembocan siempre en la anarquía, sino que algunas veces permiten la aparición espontánea de organizaciones o estructuras perfectamente ordenadas. Ahora bien, al interior de este proceso dinámico el lugar no menor que ocupa el azar y lo aleatorio define sobremanera el proceso mismo, lo que hace imposible predecir con absoluta exactitud el desarrollo del sistema (“el fin de las certidumbres”). Uno de los aspectos más enriquecedores que se desprenden de la Teoría del Caos es que nos invita a pensar una realidad esencialmente “abierta” y “plural”, lejos ya de aquella cosmovisión determinista del siglo XIX. De esta forma la libertad humana ya no depende exclusivamente de la voluntad ni de la responsabilidad del sujeto, sino que la libertad es parte objetiva de la realidad misma, lo que representa una invitación estimulante a discutir ética y moralmente la “pluralidad de futuros” posibles. El fin de la capacidad humana para poder predecirlo todo termina por ser una condición liberadora cuando se llega a reconocer en ella una ganancia del saber, o dicho en otros términos, cuando la ciencia logra integrar lo posible a su esfera de conocimiento, reconociendo a lo real solo como una realización entre las muchas posibles. La teoría contraria a la del Caos es la Teoría determinista, cuyos máximos representantes son Newton, Laplace y Einstein. Un continuador y vocero de esta teoría es el matemático francés René Thom (1923-2002) fundador de la Teoría de la catástrofe, dicha teoría también comparte campo con la teoría del caos, ya que también habla de las variantes inesperadas que pueden suceder en un sistema establecido. La teoría determinista defiende la idea de que todo “el universo funciona como un reloj, donde no existe lugar para el azar y donde todo está determinado inexorablemente por las eternas leyes de la naturaleza. Esto implica la posibilidad de poder predecir cualquier situación”.
1.3 Supuestos Ontológicos: 1.4 Aportes más importantes a la ciencia actual:
Hasta estos momentos la ciencia se había ocupado de sistemas en principios predecibles, al menos en gran escala; sin embargo, el mundo natural muestra tendencias al comportamiento caótico. Por ejemplo, los sistemas meteorológicos de gran tamaño tienden a desarrollar fenómenos aleatorios al interaccionar con sistemas locales más complejos. Otros ejemplos, la turbulencia en una columna de humo que asciende, o el latido del corazón humano. Durante mucho tiempo los científicos carecieron de medios matemáticos para tratar los sistemas caóticos, tendían a evitarlos en su trabajo teórico. A partir de los años 70 algunos físicos comenzaron a buscar formas de encarar el Caos. Uno de los principales teóricos fue el estadounidense Mitchell Feigenbaum, quien determinó ciertos esquemas recurrentes de comportamiento en los sistemas que tienden hacia el Caos, e implican constantes ahora conocidas como números de Feigenbaum. Están relacionados con los que se muestran en la geometría fractal y el estudio de los sistemas caóticos que tienen afinidades con las teoría de catástrofe. Edward Lorenz utilizaba un programa de ordenador para calcular mediante varias ecuaciones de condiciones climáticas probables, pero comprendió que al redondear los datos iníciales, los finales eran diferentes. Descubrió que se debe a los rizos retroalimentadores y reiteraciones del sistema caótico que representa la atmosfera. Lorenz había intuido el efecto mariposa. De acuerdo a lo anterior no resulta difícil pensar que tal vez después de múltiples retroalimentaciones y bifurcaciones del sistema, una mariposa con el batir de sus alas pueda producir un tornado en el otro lado de la tierra. En 1963 Lorenz logra computar el primer atractor extraño y el primero en descubrir su dimensión fractal, llamado de Lorenz. Se caracterizaba por ser estable, de pocas dimensiones y no periódicas. Sus órbitas no se cortaban entre sí, sus lazos y espiras eran infinitamente hondas; jamás se juntaban ni se interceptaban. Sin embargo permanecían dentro de un espacio finito, confinados en una casilla. El Caos comienza a tener aplicaciones tecnológicas, debido a la consideración de los ingenieros que si existe en la naturaleza, debía usarse y no tenerle miedo. Algunos grupos ya encontraron la manera de producir señales de Caos sincronizadas y utilizarla en comunicaciones. Aplicándole este tipo de ideas pueden estudiarse problemas económicos. Se han hecho programas de computación no lineales que simulan fenómenos sociales y han podido reproducir burbujas y colapsos. Existe una perfecta
equivalencia entre la disipación requerida por el modelo del orden por fluctuaciones y la inestabilidad social. El Caos se aplica en el comportamiento del mercado de valores la teoría de la formación de precios, de modernización de una planta industrial, el comercio entre dos países y el conocimiento global.
Parte II: Estructuras Discipativas 2.1 Reseña Histórica: Las estructuras discipativas constituyen la aparición de estructuras coherentes, autoorganizadas en sistemas alejados del equilibrio. Se trata de un concepto de Ilya Prigogine, que recibió el Premio Nobel de Química «por una gran contribución a la acertada extensión de la teoría termodinámica a sistemas alejados del equilibrio, que sólo pueden existir en conjunción con su entorno». El término estructura discipativa busca representar la asociación de las ideas de orden y disipación. El nuevo hecho fundamental es que la disipación de energía y de materia, que suele asociarse a la noción de pérdida y evolución hacia el desorden, se convierte, lejos del equilibrio, en fuente de orden. ¿Pueden unas cuantas moléculas, anodinas e inertes, autoorganizarse en una estructura compleja como por arte de magia? La ciencia de buena parte del siglo XX , del XIX y épocas anteriores no habría dudado en negarlo, pero Ilya Prigogine , Premio Nobel de Química de 1977, demostró con su teoría sobre las estructuras discipativas que este tipo de autoorganización era posible y, además, no puras casualidades. La ciencia había conseguido muchos éxitos a base de desmenuzar los sistemas en sus partes más sencillas, en estudiar la linealidad, los sucesos simplificados y reversibles en el tiempo: trayectorias ideales, sistemas sin rozamientos, pequeñas fluctuaciones cerca del equilibrio, etc. En base a estos logros había universalizado una serie de resultados y principios que parecían inamovibles y lejos de ellos, en una especie de cuarto trastero, había desterrado todo lo que no se amoldaba a esa realidad idealizada. Por desgracia ese “mínimo” reducto incluía los propios orígenes biológicos y a la misma vida, al tiempo irreversible y a la inmensa mayoría de los procesos, mucho más complejos que simples idealizaciones, que ocurren en nuestro Universo.
2.2 Principales representantes y detractores: Tiene como principal representante al científico ilya Prigogine quien nació en Moscú, Rusia, en un hogar de origen judío. Huyó con su familia en 1921, tras la constitución de la URSS, hacia Europa Occidental, estableciéndose en Bélgica en 1929. Estudió química en la Universidad Libre de Bruselas en Bélgica, donde fue profesor de fisicoquímica y física teórica a partir de 1947. En 1959, se convirtió en el director del Instituto Internacional de Solvay de Bruselas. Fue asimismo catedrático de química en la Universidad de Chicago y de física e ingeniería química en la Universidad de Texas en los Estados Unidos, donde fundó en 1967 el Instituto de Mecánica Estadística y Termodinámica. En 1989 fue nombrado vizconde por el rey Balduino de Bélgica. Autor de numerosos libros como Estudios termodinámicos de fenómenos irreversibles (1947), Tratado de termodinámica química (1950), Termodinámica de no equilibrios (1965), Estructura, disipación y vida (1967) o Estructura, estabilidad y fluctuaciones (1971). Al lado de Isabelle Stengers escribió: El Fin de las certidumbres, y el clásico La nueva alianza.
Por el contrario Einstein estableció que nada está determinado por el azar, la irreversibilidad de la vida está inscrita en las leyes básicas, incluso a nivel microscópico. Entre los principios extremos, mencionaremos dos de los más universalmente reconocidos: Segunda ley de la termodinámica Ley de la conservación de la energía Sin embargo, muchos científicos se han dado cuenta de que éstos son precedidos por leyes constructivas que emanan del principio extremo de Ley de la Información y la complejidad Todo sistema atraviesa cuando menos dos etapas básicas. La primera está regida por el principio constructivo. En la segunda se inicia la entropía, segunda ley de la termodinámica, pero dentro de fluctuaciones que alternan ambos principios, ya que todo lo que se arma se desarma. En las estructuras disipativas lo que se arma se
vuelve a armar, integrando otros sistemas y dando por resultado un sistema con mayor grado de complejidad. Los principios extremos permiten cierto grado de aleatoriedad. Esta aleatoriedad está en proporción directa a la complejidad de las leyes que de estos principios se derivan. Einstein afirmaba que cuando el número de factores que entran en juego en un complejo de fenómenos es excesivamente amplio, el método científico falla en la mayoría de los casos…en el tiempo atmosférico…resulta imposible hacer predicciones…Sin embargo, nadie pone en duda que también aquí nos hallamos ante una serie de conexiones causales cuyos componentes nos resultan fundamentalmente conocidos. Lo que ocurre en este campo se escapa del alcance de toda predicción exacta a causa de la diversidad de factores en juego (complejidad), no porque no haya un orden en la naturaleza. En el reino de los seres vivos no hemos sido capaces de captar regularidades en una medida tan profunda, pero, a pesar de todo, hemos profundizado lo suficiente como para captar al menos el hecho de estar regidos también por pautas fijas, necesarias. Einstein señala el alto grado de aleatoriedad inherente a los fenómenos atmosféricos, que hace imposible en muchos casos el hacer predicciones, no obstante nuestro amplio conocimiento de los mismos ¿Qué puede decirse en el caso de lo biológico en el que el conocimiento no ha profundizado en muchos factores que intervienen en su fenomenología? En la historia evolutiva del sistema que determina las características profundas de un nuevo estado, éste puede tener un grado más alto de aleatoriedad aunque su forma superficial sea la misma. No se debe olvidar que “aleatoriedad” en sí significa variaciones, cuyos límites están especificados por reglas.
2.3 Supuestos Ontológicos: 2.4 Aportes más importantes a la ciencia actual: Uno de los aportes más conocidos a la teoría del Caos, ha sido la de Llya Prigogine. Sus estructuras disipativas se apoyan en una profunda revisión de la termodinámica,
que deja de ocuparse de los sistemas que se hallan cerca o en el equilibrio, para estudiar aquellos que se encuentran lejos. La existencia del Caos puede observarse en una gran variedad de sistemas, en el mundo de las de las fluctuaciones, del azar y las bifurcaciones, de los tiempos múltiples y de las estructuras disipativas. En definitiva el mundo de los seres vivos, si se define como sistema a abiertos lejos del equilibrio.
Parte III: Teoría de la Autopoiesis 3.1 Reseña histórica: La autopoiesis o autopoyesis es un neologismo, donde un sistema es capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. Fue propuesto en 1971 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela en 1972 para definir la química de auto-mantenimiento de las células vivas. Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos. Según Maturana y Varela son autopoiéticos los sistemas que presentan una red de procesos u operaciones (que los definen como tales y lo hacen distinguibles de los demás sistemas), y que pueden crear o destruir elementos del mismo sistema, como respuesta a las perturbaciones del medio. Aunque el sistema cambie estructuralmente, dicha red permanece invariante durante toda su existencia, manteniendo la identidad de este. 3.2 Principales representantes y detractores: Francisco Javier Varela García (Santiago de Chile, 7 de septiembre de 1946—París, 28 de mayo de 2001) fue un biólogo chileno, investigador en el ámbito de las neurociencias y ciencias cognitivas. Padre de la actriz y modelo internacional Leonor Varela. Estudió en el Colegio del Verbo Divino y luego en la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile (1964-1966) y luego obtuvo su licenciatura en Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile (1965-1967). Realizó estudios de postgrado en la Universidad Harvard (1968-1970), doctorándose con la tesis "Insect Retinas: Information processing in the compound eye". El director de su investigación fue Torsten Wiesel, que en 1981 sería galardonado con un Premio
Nobel de Medicina por sus estudios sobre el sistema visual. Como parte de su formación inicial estudió licenciatura en filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, junto las lecturas guiadas por Roberto Torretti en el Centro de Estudios Humanísticos de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile en 1966. Su interés fundamental fue estudiar las bases biológicas del conocimiento, lo que lo llevó a investigar los fenómenos cognitivos y a interesarse principalmente por el fenómeno de la conciencia. Uno de sus principales aportes es el trabajo realizado con Humberto Maturana, del que nació la teoría de la autopoiesis, que define a los seres vivos como organismos autónomos, en el sentido en que son capaces de producir sus propios componentes y que están determinados fundamentalmente por sus relaciones internas. Esta teoría ha tenido gran relevancia en una amplitud de campos, desde la Teoría de sistemas hasta la sociología o la psicología. Más tarde, dentro de su interés por el fenómeno de la conciencia, Varela comienza el estudio de los mecanismos neuronales asociados a los fenómenos conscientes, en que investiga la sincronía de la actividad neuronal y su relación con la percepción y los estados de conciencia. Humberto Maturana Romesín (Santiago de Chile, 14 de septiembre de 1928) es biólogo y epistemólogo chileno. Desarrolló en la década de los setenta el concepto de autopoiesis, el que da cuenta de la organización de los sistemas vivos como redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen. Además, sentó las bases de la biología del conocer, disciplina que se hace cargo de explicar el operar de los seres vivos en tanto sistemas cerrados y determinados en su estructura. Otro aspecto importante de sus reflexiones corresponde a la invitación que Maturana hace al cambio de la pregunta por el ser (pregunta que supone la existencia de una realidad objetiva, independiente del observador), a la pregunta por el hacer (pregunta que toma como punto de partida la objetividad entre paréntesis, es decir, que los objetos son traídos a la mano mediante las operaciones de distinción que realiza el observador, entendido éste como cualquier ser humano operando en el lenguaje). Profundizó su trabajo junto con su discípulo y luego colaborador Francisco Varela. Humberto Maturana es fundador, junto a su aprendiz Ximena Dávila Yañez del
Instituto Matriztico. Humberto Maturana egresó en 1947 del Liceo Manuel de Salas, para luego ingresar a la carrera de Medicina en la Universidad de Chile. En 1954 se trasladó al University College London para estudiar anatomía y neurofisiología, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller. En 1958 obtuvo el Doctorado en Biología de la Universidad Harvard, en Estados Unidos. Posteriormente, registró por primera vez la actividad de una célula direccional de un órgano sensorial, junto al científico Jerome Lettvin del Instituto Tecnológico de Massachusetts. A raíz de dicha investigación, ambos fueron postulados para el Premio Nobel de Medicina y Fisiología, aunque no obtuvieron finalmente el galardón. En 1960 volvió a Chile para desempeñarse como ayudante segundo en la cátedra de Biología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Fundó en 1965 el Instituto de Ciencias y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. En 1970 creó y desarrolló el concepto de autopoiesis, que explica el hecho de que los seres vivos son sistemas cerrados, en tanto redes circulares de producciones moleculares en las que las moléculas producidas con sus interacciones constituyen la misma red que las produjo y especifican sus límites. Al mismo tiempo, los seres vivos se mantienen abiertos al flujo de materia y energía, en tanto sistemas moleculares. Así, los seres vivos son "máquinas", que se distinguen de otras por su capacidad de autoproducirse. Desde entonces, Maturana ha desarrollado la Biología del conocimiento. Es fundador y docente del Instituto de Formación Matríztica, donde trabaja en el desarrollo de la dinámica de la Matriz Biológico-cultural de la Existencia Humana. La propuesta del instituto matríztico es explicar las experiencias desde las experiencias, como un hacer propio del modo de vivir humano (cultura), en un fluir en el entrelazamiento del lenguajear y el emocionar (conversar), que es donde sucede todo lo humano. Rescatar las emociones dentro de una deriva cultural que ha escondido las emociones, por ir en contra de la razón, es una de las aperturas de mirada propuestas por el doctor Maturana y sus colaboradores, pues da cuenta de que la deriva natural del ser humano como un ser vivo particular tiene un fundamento emocional que determina esta deriva. El AMAR (expuesta como verbo, esta noción devela dinámica relacional desde la cual surge en el vivir humano) es la emoción que, sostienen, funda lo humano en tanto es el fundamento de la recurrencia de encuentros en la aceptación del otro, la otra o lo otro como legitimo otro que da origen a la convivencia social y, por lo tanto, a la posibilidad de constitución del lenguaje, elemento constitucional del vivir humano y sólo del vivir humano.
3.3 Supuestos Ontológicos: 3.4 Aportes más importantes a la ciencia actual Varela se interesa en desarrollar una metodología para la investigación de estos fenómenos, que denomina neurofenomenología, en que intenta conciliar la mirada científica con la experiencia vital. Sobre esta forma de enfocar el estudio de la conciencia, se pueden encontrar influencias en la fenomenología de Maurice MerleauPonty, discípulo de Edmund Husserl. Sin embargo, más importante es al respecto el acercamiento que realiza Varela a disciplinas de conocimiento oriental, como el budismo, la practicó en el transcurso de su vida, y con la que intentó generar un diálogo científico. La neurofenomenología de Varela plantea que las sensaciones que el ser humano experimenta en la vida cotidiana no activan una determinada zona x en el cerebro como región única, que se corresponda con el tipo de sensación que se experimenta, sino que, al momento de tener una experiencia determinada, distintas zonas del cerebro son estimuladas formando un patrón único que se corresponde con la experiencia irrepetible. Esto cambia radicalmente la concepción tradicional de regionalidad, con puntos e intersecciones únicas del plano espacial. Esto en la neurofenomenología de Varela se conoce como "bloqueo en fase" y es la manera en que aquí se concibe la regionalidad cerebral y su relación simultánea de coordenadas espaciales en una coordenada temporal única y fugaz que dura solo el tiempo que el cerebro necesita para procesar la impresión a la cual se enfrenta Maturana también ha hecho grandes aportes a las ciencias humanistas, principalmente a la psicología constructivista, tanto procesal sistémica como posracionalista, citándolo en sus planteos principales señala "la terapia permite, en un espacio protegido volver a reencontrar los pilares de las relaciones humanas, aprender a comunicarse positivamente, desarrollar habilidades de empatía hacia la familia y los hijos, aprender a escuchar desde el otro y traer nuevamente a la relación los espacios de respeto, aceptación y reconocimiento del otro como una persona distinta a nosotros. esto es la terapia conversacional, es decir, disolver el sufrimiento en conversaciones de reformulación y aceptación de las experiencias y contenidos negados. Por tanto, las distintas coordinaciones conductuales consensuales que se dan como contradicciones emocionales dentro de un sistema, pueden ser resueltas en el
lenguajear (Maturana, H, (1996), y en el fluir de un tipo de conversación reconstructiva. Dice Maturana (1990 a, 1993b) que lo que otorga identidad de clase a una unidad compuesta es su organización. En las unidades compuestas podemos distinguir organización y estructura, siendo la organización –la relación específica entre los componentes- la que determina la identidad de clase de la unidad compuesta que distinguimos en nuestra observación. Mi paso inmediato será, pues, precisar cuál es esa organización específica que debo distinguir en mi observación para decir que tengo la experiencia de observar una persona. George Herbert Mead (1934) propuso una distinción adecuada cuando señaló que lo que caracteriza a la persona es ser objeto para sí misma. Explicó acertadamente el surgimiento y la construcción de la persona como una consecuencia del uso del lenguaje. El mismo Maturana, mucho más recientemente, llega a conclusiones similares, aunque partiendo de otras premisas.
Parte IV: Hipótesis Gaia 4.1 Reseña histórica: La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio). La teoría fue ideada por el químico James Lovelock en 19691 (aunque publicada en 1979) siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis . Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya) Lovelock fue llamado por la NASA en 1965 para participar en el primer intento de descubrir la posible existencia de vida en Marte. Participó como asesor de un equipo cuyo objetivo principal era la búsqueda de métodos y sistemas que permitieran la detección de vida en Marte y en otros planetas. Uno de los problemas a resolver sería el encontrar los criterios que deberían seguirse para lograr detectar cualquier tipo de vida. A Lovelock le llamaron la atención las radicales diferencias que existían entre la Tierra y los dos planetas más próximos, fue la singularidad de las condiciones
de la Tierra lo que le llevó a formular su primera hipótesis Esta teoría se basa en la idea de que la biosfera autorregula las condiciones del planeta para hacer su entorno físico (especialmente temperatura y química atmosférica) más hospitalario con las especies que conforman la «vida». La hipótesis Gaia define esta «hospitalidad» como una completa homeostasis. Un modelo sencillo que suele usarse para ilustrar la hipótesis Gaia es la simulación del mundo de margaritas 4.2 Principales representantes y detractores: James Ephraim Lovelock, nacido un 26 de julio de 1919 es un científico, meteorólogo, escritor, inventor, químico atmosférico, ambientalista, famoso por la Hipótesis Gaia, que visualiza a la Tierra como un sistema autorregulado. Su invento, el detector de captura de electrones, permitió detectar componentes tóxicos en regiones tan remotas como la Antártida. Contrario al armamentismo nuclear, promueve un uso pacífico de la energía nuclear como único recurso para disminuir el abuso de los combustibles fósiles y evitar que el sistema atmosférico llegue a un punto sin retorno que lo desestabilice. Lovelock nació en la ciudad jardín de Letchworth (Letchworth Garden City), Hertfordshire. Estudió química en la Universidad de Mánchester antes de obtener un puesto de investigación médica con el Medical Research Council (Consejo de investigación médica), Londres. Estudió en la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical. Durante su estancia en Estados Unidos llevó a cabo distintas investigaciones en la Universidad Yale, el colegio de medicina de la Universidad de Baylor y en la Universidad Harvard. Fue durante su estancia en la citada Universidad Yale cuando desarrolló el detector de captura de electrones. Según comentó en una entrevista concedida al diario El País, aunque se vio obligado a ceder la patente al gobierno de los Estados Unidos no se siente frustrado por este hecho. La Geological Society of London lo galardona con la medalla Wollaston en 2006 por la "creación de un campo de estudios enteramente nuevo en Ciencias de la tierra", la ciencia del sistema Tierra.
4.3 Supuestos Ontológicos 4.4 Aportes más importantes a la ciencia actual El azufre, al igual que otros muchos elementos químicos, presenta diferentes isótopos. Dos isótopos del mismo elemento tienen átomos con el mismo número de electrones y protones, pero varían en el número de neutrones. Distintos isótopos presentan, por lo tanto, propiedades químicas idénticas, pero diferente masa. El equipo de Oduro ha comprobado que las composiciones isotópicas de DMSP varían entre las especies de fitoplancton, y parecen estar relacionadas con algunas rutas metabólicas de estos organismos. Los resultados obtenidos muestran que la composición isotópica de los derivados atmosféricos del DMSP puede estar correlacionada con las condiciones ambientales bajo las que se desarrolla el fitoplancton y/o a diferencias en el ciclo vital de estos organismos. Para decepción de new-ages, aún no hemos encontrado la molécula que nos une a la consciencia única de Gaia, pero la importancia de las distintas variaciones isotópicas en la formación de núcleos de condensación, así como su relación con las diferentes condiciones ambientales bajo las que se desarrollan los organismos productores, puede ayudarnos a comprender mejor tanto el funcionamiento del clima terrestre como sus mecanismos de autorregulación en los que intervienen los seres vivos, lo cual tampoco es moco de pavo.
Conclusiones La teoría de sistemas (TS) es un ramo específico de la teoría general de sistemas (TGS). Surgió con los trabajos del alemán Ludwig von Bertalanffy, publicados entre 1950 y 1968. La TGS no busca solucionar problemas o intentar soluciones prácticas, pero sí producir teorías y formulaciones conceptuales que pueden crear condiciones de aplicación en la realidad empírica. Los supuestos básicos de la TGS son: 1. Existe una nítida tendencia hacia la integración de diversas ciencias naturales y sociales. 2. Esa integración parece orientarse rumbo a una teoría de sistemas. 3. Dicha teoría de sistemas puede ser una manera más amplia de estudiar los campos no-físicos del conocimiento científico, especialmente en ciencias sociales. 4. Con esa teoría de los sistemas, al desarrollar principios unificadores que atraviesan verticalmente los universos particulares de las diversas ciencias involucradas, nos aproximamos al objetivo de la unidad de la ciencia. 5. Esto puede generar una integración muy necesaria en la educación científica. La TGS afirma que las propiedades de los sistemas, no pueden ser descritos en términos de sus elementos separados; su comprensión se presenta cuando se estudian globalmente. La TGS se fundamenta en tres premisas básicas: 1. Los sistemas existen dentro de sistemas: cada sistema existe dentro de otro más grande. 2. Los sistemas son abiertos: es consecuencia del anterior. Cada sistema que se examine, excepto el menor o mayor, recibe y descarga algo en los otros sistemas, generalmente en los contiguos. Los sistemas abiertos se caracterizan por un proceso de cambio infinito con su entorno, que son los otros sistemas. Cuando el intercambio cesa, el sistema se desintegra, esto es, pierde sus fuentes de energía. 3. Las funciones de un sistema dependen de su estructura: para los sistemas biológicos y mecánicos esta afirmación es intuitiva. Los tejidos musculares por ejemplo, se contraen porque están constituidos por una estructura celular que permite contracciones.
Bibliografía
La teoría del Caos, [en línea] http://elcaos.tripod.com, en: http://usaurios.multimania.es/teoriacaos/
GeoEnterprises, Teoría del Caos, en http://www.geofisica.cl/
artículo
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