STÅRGÅTE Dean Devlin & Roland Emmerich
En1 92 8s ed es c u br ee nEg i p t ou na ni l l od eme t a lq uer e s ul t as e ru nap ue r t aa t r aves deluni ver so.Sesent a años despues elgobi er no de Est ados Uni dos i n v es t i gaes t eobj e t o,yl l amaalDr .Dani elJ ac k s on,unar queól ogoquenoc r ee q ue l o se gi p c i o sp ud i e r a nc o ns t r u i rl a Gr a n Pi r á mi mi d e,p ar aq ue l o sa y ud ea des ci f r arl asi ns cr i pc i onesquel ac ubr en.Fi nal ment el ac l av edel aoper ac i óndel a puer t aesdes c ubi er t a,yj unt oc onelmi l i t arJ ac kO’ Nealc r uz anl ami s ma mapar a des cubr i runpl anet al l enodear enayunac i v i l i z ac i onpr i mi t i v a,des cendi ent ede egi pc i o s ,pe r opr ont os edanc ue nt a sques ondomi nadosporuns eri nqui e t ant e… Ra. Ver s i onno v el i z adadeunadel aspel i c ul asdec i enc i afi c c i ónmási mpac t ant ede t odosl ost i empos ,St ar gat e.Es t anov el af uees cr i t aporl oscr eador esor i gi nal esde l apel i c ul ael di r ec t orRol andEmmer i c hysupr oduc t orDeanDe vl i n.
ÍNDICE
1. Año 8000 a. de C. 2. El Cairo, 1928 3. Los Ángeles, époa a!"al #. $"%a, $"%a, Ari&ona '. Desi(rar Cree) *o"n!ain +. -ingo /. El sép!"%o s%olo 8. In(or%ain *ili!ar 9. La ea"ain 10. Al o!ro lado de la 4"er!a 11.. 5na %en!ira piadosa 11 12. 67odo sea por la o%"niain6 13. La ere%onia 1#. El alla&go 1'. La %:"ina oladora 1+. El da de la ira 1/. 6;ola%en!e p"ede aer "n
a 22. 6Espére%e6 23. El poder s"pre%o 2#. E4ÍL?@?. 6*e a !rado s"er!e6
Episodio I Año 8000 a. de C. Lo único que faltaba era el ojo de la bestia, pero cuando estuviera acabado ese ojo le vería, cobraría vida. Pintó la piel del animal de naranja y negro, y con un pedazo de piedra caliza garabateó sobre el muro las pezuñas y la cornamenta. ra una imagen tosca, pero sabía captar el p!nico de la gacela, el terror de verse atrapada" la boca abierta para balar, el torso torcido en plena #uida, las patas al galope buscando un camino por donde donde escapar. escapar. l c#ico #abía camuflado su propia piel oscura con rayas y símbolos e$traños, utilizando para ello la misma pintura que #abía empleado para inventar a la gacela. n la lobreguez de la cueva, #undió el #ueco e$tremo de una larga caña en un cuenco de tinta y se acercó a la pared. Levantó la vista y en lo alto del muro vio otro ojo, el de un #umano blanco, pintado como un icono. % comenzó la caza pronunciando el el nombre del animal animal al que iba a acec#ar" acec#ar" et. 'nte esta señal, el anciano que permanecía en la boca de la caverna se sentó sobre el suelo de guijarros e inició un monótono canto. ste #ombre de lengua barba, vestido con pieles de animal, era el jefe del clan y el maestro del joven. (u canto era la lenta y rítmica salmodia cantada en el lenguaje de las gacelas, el canto que la tribu siempre murmuraba cuando estaba de caza. l muc#ac#o llevó la caña #ueca a la altura de la cuenca vacía del ojo del animal, ciñó sus labios al otro e$tremo de la misma y sopló la tinta para crear el ojo. )ajo el #ec#izo del canto del anciano, el c#ico sintió que el animal revivía lentamente. *uy pronto se verían el uno al otro, +l y la gacela. l cazador debía guardar la misma inmovilidad que los muros de piedra de la gruta en que estaba, pues de no #acerlo corría el peligro de ec#ar a perder esa parte parte de la cacería que en ese mismo instante tenía lugar fuera, en el valle. n ningún momento notó el c#ico que se moviera, pero por su constante poder de concentración concentración avanzó inconscientemente inconscientemente #acia su presa. ra la misma t+cnica que empleaban empleaban los cazadores en el campo. ' los mejores se les llamaba Los que caminan sin ser vistos, y formaban un grupo de +lite dentro de la tribu. (u símbolo era el blanco y solitario ojo que #abía pintado encima de la gacela. ' estos cazadores selectos les sorprendía e intimidaba la increíble paciencia de este muc#ac#o de diez años durante la cacería y su poder para controlar la mente de los animales. Pero esta capacidad no era sino una de las muc#as cosas raras de este e$traordinario c#iquillo, una razón m!s para temerle. $ternamente, el c#ico parecía #allarse en estado catatónico, como dormido de pie. o #abía el menor indicio de la intensa luc#a mental que estaba librando. l animal pintado estaba continuamente a punto de #uir- percibía que el muc#ac#o percibía todos los impulsos de la gacela, todos sus pensamientos, pensamientos, pero no manifestaba nada, permaneciendo absolutamente inmóvil. Los cazadores de la tribu pasaban toda su vida aprendiendo a ocultar el miedo y la e$citación que les provocaba la pro$imidad de los animales. Pero cuando esta magia se apoderaba del c#ico de forma natural, tanto en la gruta como en el campo abierto, la gente decía que #abía nacido sin corazón. /e #ec#o, rara vez el muc#ac#o #abía manifestado emoción alguna- ni rabia, ni miedo, ni amor. 0uando se deslizó #asta tener la gacela al alcance del brazo, advirtió que el canto del anciano se #acía m!s lento aún, convirti+ndose en un zumbido alucinatorio. 0on absoluta firmeza, levantó sus delgados pero fuertes brazos por encima de la cabeza, sosteniendo en una mano un puntero y en la otra un pesado martillo de piedra. ntonces, sin ninguna señal de acuerdo aparente, el anciano y el c#ico gritaron al unísono el nombre del animal, 1et2 3eloz como el rayo, el muc#ac#o puso el puntero en la pared y lo golpeó con el martillo, abriendo un profundo corte en el muro pintado. La #endidura reci+n #ec#a llegaba directamente al corazón de la gacela. *omentos despu+s, el viejo se irguió y entró en la cueva para e$aminar la obra de su joven discípulo, y comprobó que la cacería en el campo tendría buen +$ito. 0ontento y emocionado, contempló los ojos inigualables del muc#ac#o, una mezcla de pardo y ambarino, levantó el bastón de mando #asta situarlo
encima de su cabeza a modo de salutación y pronunció el nombre del joven" 415a2 (entado al sol, en la boca de la cueva, vio al anciano bajar por el escarpado sendero y cruzar el terreno des+rtico #asta llegar al lugar donde la tribu #abía instalado el campamento. /espu+s del mediodía #abían encendido una #oguera y el muc#ac#o se dedicó a contemplar cómo los penac#os de #umo se elevaban #asta fundirse con la brisa, donde se diluían y desaparecían. Pronto se oyeron a lo lejos los cuernos de los cazadores y vio a los niños del campamento salir corriendo para recibir a los #+roes que regresaban. 0uando culminaron la última duna, observó que llevaban un par de gacelas atadas por los pies a dos largos palos que los #ombres portaban a #ombros. 0uando el anciano vio lo que llevaban, levantó su bastón de mando y a voz en cuello recitó el saludo de alabanza. Los cazadores cazadores le devolvieron el gesto y toda la tribu volvió la mirada a la cueva abierta en la ladera de la montaña. 6undidos en un solo ser, todos saludaron al e$traño muc#ac#o cazador de ojos color pardoambarino. l c#ico les devolvió el saludo con indiferencia. sa noc#e, despu+s de que toda la tribu se regalase a conciencia en el banquete, los cazadores empezaron a danzar alrededor de la #oguera central. Llevaban m!scaras de madera con agujeros, espectrales cascos pintados pintados a imitación de los animales de su mundo" el #ipopótamo, el c#acal, el toro, el #alcón y la gacela. 0omo siempre, el muc#ac#o se mantenía a distancia de los dem!s. ncontró una gran piedra lisa alejada de la #oguera y se sentó allí a observar el ritual desapasionadamente, desapasionadamente, fij!ndose en lo muc#o que se asustaban los #ombres cada vez que se les ponía delante una de aquellas m!scaras animales. 0ada vez que uno de los danzarines se salía del círculo en torno al fuego y agitaba la cabeza delante de los espectadores, todos 7y no sólo los niños8 daban un respingo y c#illaban atemorizados. n un momento dado, el bailarín con cabeza de c#acal irrumpió en el anillo de espectadores, dispers!ndose +stos en todas direcciones y gritando. 6ue bailando #asta la roca en la que se #allaba sentado el joven, con intención de meterlo de lleno en la celebración d!ndole un buen susto. l bailarín sacudía la cabeza y emitía una serie de sonidos guturales estremecedores, pero el muc#ac#o no se inmutó. *irando por la boca de la m!scara, el #ombre se encontró con los ojos del muc#ac#o. 9n instante despu+s era el cazador adulto, no el niño, quien se asustaba. 5etrocediendo y dando traspi+s, regresó al círculo de danzarines junto al fuego. 'unque todos fueron testigos del incidente, a nadie le pareció e$traño. :odos :odos los miembros de la tribu trataron por turno de acercarse al muc#ac#o, para que se uniera a la vida que le grupo compartía. *uc#os volvieron aterrados al verle de cerca. l joven no tenía #acia ellos mala voluntad. /e vez en cuando sentía algo similar a la gratitud, aunque bien sabía que en m!s de una ocasión #abían #ablado de matarlo para tranquilizar a las madres. (implemente les consideraba de una especie m!s primitiva y, aunque ignoraba adónde ir, sabía que estaba destinado a ser una de esas personas raras que la tribu encontraba de tanto en tanto, uno de esos individuos que viven al margen de cualquier grupo. % mientras continuaba el ardor y el ruido de la danza del fuego, se produjo un #ec#o misterioso que pasó inadvertido a toda la tribu. sa noc#e #abía luna llena, una luna que se tornaba amarillenta y mortecina en el #orizonte. (i #ubiese sido una noc#e m!s tranquila, seguramente #abría visto alguien aquell aqu ellaa gran gran forma forma triangu triangular lar desli desliz! z!ndo ndose se en el cielo, cielo, proye proyecta ctando ndo una sombra sombra sobren sobrenatu atural ral perfectamente perfilada sobre la mitad superior de la luna llena. /urante un instante permaneció así, eclipsando el brillo de la luna antes de sumirse en el negro cielo de la noc#e. 'l percibir la alteración, el c#ico se volvió para mirar a sus espaldas, pero la sombra ya #abía desaparecido. ;oras despu+s, mientras el campamento dormía, la misma sombra silenciosa volvió a pasar por delante de la luna. 'lgo merodeaba por el campamento, acec#ando, esperando. :an sólo un grupo de c#acales, siempre alerta para no ser cazados, lo notó. 'ullaron y salieron corriendo. l c#ico abrió los ojos y los clavó en su fetic#e, un cr!neo de ave que se bamboleaba atado como una veleta en la cúspide de su tienda 7una piel de animal amarrada a unas cuantas estacas que le daba sombra en las tardes largas y calurosas8. 9na brisa misteriosa recorrió el campamento y desapareció repentidamente. l joven se incorporó lleno de curiosidad. 'l poco volvió a sentir otra r!faga de viento, sólo que esta vez
no se desvaneció, sino que se convirtió en un viento incesante cuya velocidad y fuerza aumentaban lentamente. ' los pocos segundos ya era un ventarrón que despertaba a todos los miembros de la tribu. tr ibu. (oplando cada vez con m!s violencia, derribaba unas tiendas y alzaba otras. ntonces se levantó el 'nciano, recorrió el campamento y se puso a gritar por encima del ruido de la tormenta, ordenando que se retiraran todos a la caverna de la montaña. 9na luz fascinante apareció en lo alto- un #az de luz perfecto, tan radiante como el sol que brillaba al norte del campamento. ' medida que se e$tendía lentamente #acia ellos, los miembros de la tribu empe empeza zaro ronn a #uir #uir de la luz, luz, ater aterro rori riza zado dos. s. l 'ncia nciano no,, con con su impe imperi rios osaa pres presen enci cia, a, resi resist stió ió valientemente, instando a todos los que encontraba a que corrieran #acia la montaña. l primer impulso del muc#ac#o fue obedecer al 'nciano y marc#arse con los dem!s, pero se fue girando poco a poco y empezó a caminar #acia la luz. (u curiosidad tenía m!s fuerza que su miedo. l 'nciano le ordenó que se pusiera a salvo, pero el c#ico siguió avanzando, en medio del caos de la luz y viento, #asta traspasar los límites del campamento. *iró directamente a la cegadora luz blanca que irradiaba desde lo alto y, y, cuando tendió una mano #acia ella, sintío, quiz! por primera primera vez en su vida, una emoción que no podía ocultar ni dominar. ra verdadera emoción, la emoción que acompaña al sentimiento de liberación- la emoción que es lógico sentir cuando se nos revela r evela el propio destino.
Episodio II El Cairo, 1928
n los destartalados suburbios de l 0airo, la llamada del muecín a la oración de la tarde, desde el minarete de la mezquita de mperial :ouring (edan de ?@AB, propiedad del *inisterio de 'ntigCedades egipcio, pasó a toda velocidad ante las últimas casas de las afueras en dirección al largo y duro desierto. (iguiendo la carretera del sur que conduce a Dize#, el automóvil viraba bruscamente cada vez que adelantaba a una camioneta llena de obreros o de productos agrícolas. agrícolas. l mensaje de :aylor, aun siendo estupendo, no podría #aber llegado en peor momento. l profesor Langford se #allaba en mitad de una entrevista con el ministro egipcio del >nterior. (u $celencia seguía #ablando sin parar del cambiante clima político y de lo muc#o que arriesgaría +l personalmente si ampliaba a Langford el permiso para continuar las e$cavaciones que le patrocinaba el gobierno brit!nico. Langford, que era sueco, llevaba en el país el tiempo suficiente para leer entre líneas lo que intentaba decirle el ministro. Euería dinero en efectivo, lo bastante para que le compensara asumir el grave riesgo personal. Langford, que se #abía #ec#o e$perto en las t+cnicas !rabes de negociación, contraatacó de inmediato. 'sí pues, fingiendo estar m!s irritado de lo que realmente estaba, empezó a #ablar a gritos de todo el dinero que #abía gastado y de los muc#os puestos de trabajo que +l y su equipo equ ipo #abía #abíann creado creado.. (e puso puso de pie y aporr aporreó eó el gigant gigantesc escoo escri escritor torio io minist ministeri erial al de cedro, cedro, recordando a su regordete y bigotudo amigo todas las dificultades y promesas rotas que #abía tenido que soportar en el país m!s frustante del mundo. 6ue en ese instante cuando se abrió la puerta y entregaron el mensaje a Langford. l despac#o escrito a mano puso fin a la entrevista. Langford, Langford, ¿Estás sentado? Tenemos algo. Probablemente una tumba. Demasiado pronto para confirmarlo. Las excavaciones continúan. Todo mu emocionante. Te sugiero !ue traigas tú aristocrático trasero E" #E$%&D'. "o vengas con ningún ningún cabe(a)ueca del ministerio. *antengamos esto en secreto el maor tiempo posible. Taylor
/oblando de nuevo la carta, Langford sintió que se le revolvían las tripas por el lenguaje tan poco diplom!tico empleado por su capataz. (abía que la nota 7una negligencia de :aylor el no sellarla8 la #abrían leído ya diez pares de ojos por lo menos antes de llegar a sus manos, y que el ministro, a quien tan amablemente sonreía a#ora, estaría al tanto de su contenido en menos de diez minutos. :enía que darse prisa. :al como se propagaban los rumores en l 0airo, lo m!s probable era que, o se apresuraba, o antes de la noc#e ya #abrían montado una tienda turística al pie mismo de las e$cavaciones.
$cus!ndose para marc#arse, bajó las escaleras volando y encontró al c#ófer que tenía asignado para llevarle a casa. n !rabe macarrónico le e$plicó el nuevo itinerario y le dijo que le daría una buena propina por conducir deprisa. 'l cabo de unos minutos ya #abían pasado por el lujoso (#eppard=s ;otel, #abían recogido a su sesuda #ija de nueve años, 0at#erine, e iban dando bandazos por el congestionado centro de la ciudad en dirección a los jardines del zoológico, espantando a los peatones a su paso. Langford #undió los dedos en el apoyabrazos de terciopelo del coc#e y no volvió a respirar con normalidad #asta que se #allaron fuera de la ciudad, en la carretera del sur. 0at#erine, un osado diablillo con trenzas, se asomó al compartimento del c#ófer por el cristal de separación para practicar su !rabe con +l, dando unos c#illidos #orrorosos ante cada posible colisión. ;acía casi tres meses que #abía llegado a l 0airo para estar con su padre cuando parecía inminente el descubrimiento de algo importante. 'prendiz prodigiosa, para entonces ya se #abía convertido en una especie de e$perta en jeroglíficos, visitando el *useo gipcio casi a diario, fastidiando o encantando al personal con cientos de preguntas. 0on el pelo recogido en una trenza y sus gruesas gafas, parecía destinada a ser una dignísima rata de biblioteca. 9na vez que se #allaron en plena carretera, volvió a sentarse y abrió un enorme volumen titulado l 'ntiguo gipto. n el asiento trasero, conteniendo la emoción con toda la fuerza de su educación victoriana, el profesor 0. P. Langford, miembro de la (ociedad $ploradora de gipto y del 5eal *useo )rit!nico, parecía la imagen perfecta del caballero arqueólogo, con polainas, pantalones caqui ajustados a la rodilla y c#aqueta deportiva. n condiciones normales no se vestía así para el trabajo de campo y deseaba poder cambiarse antes de ver a :aylor y a los dem!s. (ólo se #abía puesto aquella ropa para impresionar a los funcionarios egipcios. Langford y :aylor se conocieron en Lu$or en ?@AF, mientras visitaban gipto por primera vez. Langford procedía de una familia aristocr!tica de un barrio elegante de Londres, mientras que :aylor era un vulgar y caótico estudiante de la 9niversidad de Pensilvania que #abía abandonado la carrera para alistarse como voluntario y luc#ar en la primera guerra mundial. /espu+s del armisticio, #abía enviado un telegrama a su casa pidiendo dinero y con +l pasó algún tiempo recorriendo Drecia y Palestina antes de acabar en gipto. n Lu$or, Langford se #ospedaba, naturalmente, en el lujoso Ginter Palace. :aylor, obligado a ajustarse a un presupuesto m!s modesto, iba allí todas las tardes #aci+ndose pasar por #u+sped porque el #otel tenía retretes con taza y el >nternational ;erald :ribune. 'mbos #ombres pasaron varias tardes e$plorando )eban el *alooH 7el 3alle de los 5eyes8, llevando :aylor la mayor parte de la conversación. Pero fue la visita al :emplo de :i, m!s al norte, lo que cimentó su asociación. o lejos de las grandes pir!mides, adyacente en la famosa f amosa Pir!mide scalonada, scalonada, se #alla el :emplo de :i, el único monumento a gran escala erigido en #onor de un personaje no perteneciente a la realeza. (upervisor de las Pir!mides, scriba de la 0orte, 'strónomo Ificial y 0onsejero special de varios faraones, :i era tambi+n conocido como (eñor de los (ecretos. Langford y :aylor :aylor pasaron una semana entera escudriñando la tumba y escrutando los relieves y frisos magníficamente conservados que adornan el lugar del enterramiento. 0uando Langford pasó disimuladamente una propina al guardi!n de la tumba, +ste les permitió acceder a una colección poco conocida de fragmentos de papiros desenterrada desenterrada por *ariette, el franc+s que #abía e$cavado e$cavado la tumba cuarenta y cinco cinco años antes. ' partir de estos fragmentos, ya antiguos en el momento en que :i se #izo cargo de ellos, ambos #ombres desarrollaron la teoría de que #abía algo enterrado a mitad de camino entre la Pir!mide scalonada y una de las grandes pir!mides de Dize#, probablemente la de &eops. Los papiros aludían a una epidemia, pesete o demonio que #abía sido robado y transportado a otro lugar. Las claves eran escasas y las posibilidades de +$ito bastante remotas. (i los buenos ciudadanos de stocolmo 7fascinados como estaban por el reciente #allazgo de la tumba de :utanHamón8 #ubieran sabido antes lo increíblemente arriesgada que era esta apuesta y las pocas posibilidades que tenía, jam!s la #abrían financiado. financiado. Pero lo #icieron. 0uando Langford regresó a l 0airo en marzo, llevaba consigo la garantía de casi un millón de coronas suecas. 'l cabo de tan sólo seis semanas de trabajo de campo descubrieron una
pequeña c!mara mortuoria. Langford, que supuestamente supuestamente era la mitad diplom!tica del equipo, fue inmediatamente a la ciudad e invitó a todos los corresponsales de periódicos e$tranjeros y a varios dignatarios del gobierno a que presenciaran la apertura de la tumba. >ncluso ;oJard 0arter, el arqueólogo m!s famoso del mundo, #izo un #ueco en su agenda y llegó desde Lu$or, donde llevaba tres años catalogando el contenido de la pequeña tumba de :utanHamón. 'sí pues, una #ermosa mañana del mes de mayo se abrió la entrada y los dos #ombres penetraron a rastras. (ería muy interesante #oy día contar con una grabación de lo que #ablaron en el interior. 0uando salieron, sonriendo forzadamente y muertos de vergCenza, llevaban consigo lo único de inter+s" un gato momificado que aún se conservaba en su tosco ataúd de madera. 6ue un día grande para la prensa internacional. 'parecieron largos y mordaces artículos sobre el #allazgo del *inino :ut. 6ue una e$periencia #umillante y degradante para Langford, que se #abía imaginado a punto de alcanzar la fama eterna por sus contribuciones a la ciencia. 'vanzando a#ora #acia el sur, con la franja verde del ilo a un lado y el inmenso (!#ara al otro, Langford no pudo por menos de pensar de nuevo en la inmortalidad. unca se sabía lo que se podía encontrar. Pero en ese momento aparecieron ante su vista las Drandes Pir!mides, las únicas maravillas que que quedan dan en pie del mundo mundo antig antiguo, uo, y el cabal caballer leroo arqueó arqueólog logoo recupe recuperó ró la persp perspec ectiv tiva. a. l impres impresion ionant antee tamaño tamaño de estas estas estruc estructur turas as ubica ubicadas das en la planic planicie ie de Dize# Dize#,, las pir!mi pir!mide dess de *iHerinos y &efr+n, y sobre todo la de &eops, #izo que Langford se riera de sí mismo. Eu+ insignificante parecía su proyecto ante aquellas obras eternas. Pero esto lo pensó antes de ver lo que encontró. 'ntes de que las llantas dejaran de rodar, las botas de Langford ya pisaban la grava del terreno. 0on 0at#erine revoloteando tras +l, subió #asta el borde de una pequeña meseta de piedra y tierra sedimentaria que tenía muc#os años de antigCedad. Pero la meseta se #abía transformado- #abía sido e$cavada por cientos de obreros !rabes que el equipo #abía contratado durante los últimos meses y que sacaban un cubo de tierra cada vez que doblaban la espina dorsal. '#ora no era m!s que un pequeño valle de poca profundidad salpicado de #erramientas y dividido en parcelas graciosamente demarcadas con estacas de topógrafo. 0asi trescientos empleados egipcios estaban trabajando allí aquel día, casi todos lugareños vestidos con jaiques 7túnicas largas de algodón blanco8 y turbantes improvisados i mprovisados.. l grueso de la actividad se realizaba en el otro e$tremo. Largas columnas de polvo ascendían en espiral allí donde los obreros vaciaban la arena sobrante y las rocas despedazadas. n cuanto descargaban descargaban las espuertas, daban media vuelta y se dirigían a un pozo muc#o m!s grande de lo normal. 'l borde de este pozo se #abía instalado un par de grúas de madera y en aquel momento estaban insertando las cuerdas en las poleas. Los #ombres se preparaban para levantar algo del fondo. 'lgo que debía de pesar muc#o. 4Pap!, el tesoro est! allí 4le dijo 0at#erine en sueco, señalando las grúas y la multitud de obreros. 43amos a ver a d :aylor primero. 4Langford divisó a su socio junto a un grupo de #ombres inclin inclinado adoss sobre sobre una mesa mesa de trabaj trabajoo a la pue puerta rta de la tien tienda4 da4des despac pac#o #o.. 'l parec parecer er estab estaban an e$aminando algo. Langford, famoso por contar c#istes macabros en varios idiomas, llevaba varios minutos puliendo una de sus ocurrencias. 0uando se acercó lo suficiente para que el grupo de oyera de lejos, probó suerte. 4d, si #emos encontrado un cementerio de animales, dimito. :al y como se temía, nadie se rió. n realidad, ni siquiera #icieron el m!s leve intento por cortesía. Pero lo que realmente sorprendió a Langford fue que ninguno de los #ombres se #abía fijado tampoco en su ridícula indumentaria de caballero e$plorador. La intensa concentración del grupo le dio a entender que no se trataba de un #allazgo corriente. Kl y 0at#erine se enfrascaron inmediatamente en la acción. 4o sabemos descifrar este escrito. c#a un vistazo.
:aylor #izo un #ueco para que Langford se adelantara y mirara la gran l!mina de papel e$tendida sobre la mesa. staba cubierta con una serie de e$trañas marcas, calcos obtenidos frotando una superfície de piedra tallada. Langford tardó poco en comprender por qu+ los #ombres estaban tan perplejos. Pero ante ante la sorpresa de todos, 0at#erine fue la primera en #ablar. #ablar. 4o son jeroglíficos reales 4dijo en ingl+s. 4Por lo menos no pertenecen a lo que estamos acostumbrados a ver. 4:aylor 4:aylor 4dijo Langford, inquiet!ndose de repente4, de dónde #an salido estos símbolosM 4:e lo enseñar+. l capataz avanzó a grandes zancadas #acia el lugar donde se estaba e$cavando. ' poco menos de treinta metros del foso donde se concentraban concentraban casi todos los obreros grit!ndose instrucciones, :aylor :aylor se detuvo ante lo que parecía ser un gigantesco tablero de piedra. :enía unos noventa centímetros de altura por unos seis metros de anc#ura, y era del mismo color gris que la grava en la cual estaba apoyado. 4s una estela funeraria 4e$plicó :aylor4. La m!s grande que #e visto en mi vida. 0uando alguien entierra algo con una piedra de este tamaño es porque quiere mantenerlo oculto.
Langford, nervioso, anduvo alrededor de la piedra, inspeccionando los grabados de la superfície. 3erdaderamente era un #allazgo único en el mundo. La piedra no sólo llamaba la atención por su tamaño, sino que la superficie esculpida era un ejemplo supremo del arte de tallar la piedra en el 'ntiguo gipto. La cara del monolito estaba organiada a modo de diana, con una serie de coronas circulares conc+ntricas. La m!s e$terna contenía N@ caracteres escritos en el e$traño lenguaje que :aylor le #abía enseñado. n el interior de la siguiente aparecían símbolos que estaban claramente relacionados con la escritura del 'ntiguo gipto. Por lo visto eran una versión muy temprana y burda de lo que m!s tarde sería la escritura jeroglífica. ' continuación #abía un anillo con curiosas líneas enarcadas que cruzaban la superficie de la piedra en distintas direcciones. 'lgunos de los puntos en que se cruzaban estas líneas se #allaban marcados, en tanto que otros no lo estaban. /aba la sensación de que se trataba de una forma arcaica de geometría. (in embargo, era el grabado del mismísimo centro lo que definía la piedra como obra maestra. Langford se inclinó sobre la piedra para observar mejor el motivo central. (obre un fondo de líneas geom+tricas en forma de arco y escrupulosamente escrupulosamente labradas, #abía unos grabados sim+tricos de la diosa ut. 0on la espalda arqueada arqueada para sostener el cielo, amamantaba amamantaba a los #ijos de la :ierra mientras +stos navegaban debajo en la )arca de los *illones de 'ños. ntre estas #ermosas im!genes, en el centro mismo de la piedra, #abía un cartuc#o como los de los jeroglíficos de estilo cl!sico. n el interior de esta especie de cartuc#o rectangular, que encerraba un nombre o palabra sagrada, se repetían seis de los e$traños jeroglíficos del anillo e$terno. /eletreaban estos caracteres el nombre de algún faraón pre#istóricoM (e trataba de un mensajeM mensajeM 4Eu+ raro 4musitó Langford, que estaba especialiado en escritura egipcia. *eneó la cabeza y se incorporó de nuevo, e$aminando durante unos instantes el segundo anillo antes de dirigirse a :aylor y a los dem!s4. sta franja interior es algo m!s legible. sto de aquí podría ser el símbolo de años... mil
años... el cielo, las estrellas o algo parecido... vive 5a, el dios sol. Pero cómo demonios interpretas los símbolos e$ternosM 0uando se inclinó para estudiar esos símbolos, se #izo la misma pregunta que :aylor y los otros llevaban #aci+ndose toda la tarde. ;emos descubierto un idioma desconocidoM % si es así, qui+nes fueron sus creadoresM 4Eu 4Eu++ son son esos esos sign signos os de a#íM a#íM 4pre 4pregu gunt ntóó 0at# 0at#er erin ine, e, revo revolv lvie iend ndoo la cole colecc cció iónn pulc pulcra rame ment ntee amontonada de #allazgos casuales, todos ellos etiquetados, metidos en bolsas y catalogados. 4(on fragmentos de #erramientas, cazoletas y objetos que utilizaron los trabajadores para enterrar esta piedra 4e$plicó :aylor4. :aylor4. Pero mira esto 4dijo, levantando un medallón de oro repujado con un udjat 7símbolo que era mitad p!jaro y mitad ojo #umano8 que entregó a 0at#erine4. staba envuelto en un trozo de tela en el centro de la piedra. 4Por fin #as encontrado algo bonito 4dijo 0at#erine, deslumbrada. 4l Ijo de 5a 4intervino Langford, agac#!ndose para e$aminar m!s de cerca el dibujo del medallón. (e lo devolvió a 0at#erine antes de #ablar con :aylor4. s muy, pero que muy raro encontrar este motivo en una joya. :al vez perteneciera a un sacerdote. 0at#erine observó el #allazgo a la luz, admir!ndolo #asta que los #ombres se perdieron en su conversación. conversación. ntonces se desabroc#ó la cadena que llevaba al cuello y se colgó el medallón. 4:aylor, si es una l!pida, qu+ #as encontrado enterrado debajoM n ese instante salió un grito del foso y doscientos obreros empezaron a tirar de las sogas de las poleas. Langford quería acercarse m!s, pero :aylor :aylor lo sujetó por el #ombro y lo llevó a lo alto de un montículo situado en un lateral del foso. 40onfía en mí. Kste es el mejor sitio. :odos :odos los que se encontraban en la polvorienta #ondonada, desde los científicos m!s cultivados #asta los jornaleros m!s pobres, eran conscientes de que estaban siendo testigos de un acontecimiento muy notable" la e$#umación del #allazgo arqueológico m!s raro de todos los tiempos. 5espondiendo a las órdenes rítmicas del capataz, los obreros tiraron de las sogas, levantando un gigantesco anillo de cuarzo de unos cinco metros de altura y muc#os siglos de antigCedad. :otalmente redondo y con el mismo lustre que las perlas, era una joya escrupulosamente labrada y de un tamaño descomunal. :oda la superficie estaba grabada y decorada con intrincados detalles- complicada como el diagrama de un circuito electrónico, #ermosa como el amuleto de un sult!n. 4s una pulsera de /ios 4dijo 4 dijo a su padre la emocionada 0at#erine.
n los años que llevaba investigando, Langford no #abía visto nada parecido. ' pesar de la similitud de su dibujo con ciertos #allazgos de la Primera /inastía, parecía imposible que el 'ntiguo gipto #ubiera producido nada tan avanzado desde el punto de vista t+cnico. ;abía siete piedras de cuarzo del tamaño de un puño engastadas en el anillo a la misma distancia, cada una de ellas recubierta de oro. stos recubrimientos reproducían el estriado tocado 7nemes8 que llevaban los faraones en la cabeza,
como el de la famosa m!scara mortuoria de :utanHamón. ' lo largo del borde interior del anillo aparecían los mismos jeroglíficos indescifrables #allados en la l!pida. 0uando los obreros tuvieron el anillo en posición vertical, lo apuntalaron con estacas acolc#adas de madera. :aylor empujó al atónito Langford #acia la derec#a y cuando el sol pasó por detr!s del anillo se quedaron estupefactos al ver que +ste era de un material semitransparente. 4/e qu+ est! #ec#oM 4preguntó Langford. :aylor se encogió de #ombros. 4scapa a mis conocimientos. s m!s duro que el acero, pero no #ay indicios de o$idación ni de corrosión. 'lgún 'lgún tipo de cuarzo, pero no logro identificarlo. Langford se volvió de espaldas al anillo y permaneció de pie, callado, durante unos instantes antes de estallar súbitamente en un gran grito de alegría. 41Lo conseguimos2 0at#erine vio que su padre, tan rígido y formal #abitualmente, daba a :aylor, su estupefacto colega estadounidense, un fuerte abrazo y que ambos iniciaban una salvaje y ruidosa danza de celebración. Pero entonces ocurrió algo en el foso. Los obreros egipcios gritaban y señalaban algo. Luego comenzaron a abandonar el trabajo antes de #abe #aberr aseg asegur urad adoo conv conven enie ient ntem emen ente te las las esta estaca cass y el impo impone nent ntee anil anillo lo empe empezó zó a tamb tambal alea ears rsee peligrosamente, peligrosamente, amenazando con caer encima y aplastarlos a todos. :aylor :aylor se dirigió corriendo al foso gritando en !rabe. Langford se volvió a 0at#erine y le ordenó en sueco" 4o se te ocurra moverte de aquí. La niña esperó todo lo que pudo 7unos cinco segundos8 antes de salir corriendo detr!s de +l para averiguar lo que pasaba. La situación en el foso empeoró y se #izo caótica en cuestión de segundos. *ientras unos saltaban adentro para sujetar las sogas, otros pugnaban por salir, todos gritando a pleno pulmón. 9n momento despu+s 0at#erine vio cu!l era el problema. 9na sección del lec#o de rocas se #abía abierto dejando una profunda grieta en el lugar donde se #abía clavado una de las estacas. 3io que :aylor y su padre #acían todo lo posible por asegurar la viga. ;ubiera lo que #ubiese en el fondo de la grieta, #abía sembrado el p!nico entre los egipcios que miraban. 0at#erine no pudo aguantar m!s, tenía que verlo. 6ue corriendo al otro e$tremo del foso y se deslizó por una de las paredes. (u padre y los dem!s #ombres estaban abajo, metidos en todo el polvo, al lado de la misteriosa cavidad. Pasó por encima del anillo y llegó al apretado círculo de obreros que #abía en el centro. (e abrió paso entre ellos y ec#ó un vistazo al agujero. 416ósiles2 410at#erine2 Perc Percib ibió ió enfa enfado do en la voz voz de su padr padre, e, pero pero no podí podíaa apar aparta tarr la vist vistaa de aque aquell llas as figu figura rass capric#osamente retorcidas que la *adre :ierra #abía decidido poner al descubierto. Parcialmente enterrada en la piedra, con los #uesos partidos como si se los #ubieran aplastado con gran fuerza, se veía una mano de aspecto muy #umano. Pero junto a ella, ac#atada y de !ngulos muy agudos, #abía algo que parecía la cabeza de un enorme dermatoesqueleto que decididamente no era #umano. (in embargo, lo que ponía los pelos de punta era el brillante y almendrado ojo negro que destacaba en la cabeza. Podía tratarse de tejido biológico podrido que se #ubiera petrificado o un grueso pedazo de ónice insertado en una estatua. I tal vez los obreros egipcios tenían razón, pues no cesaban de pronunciar una palabra palabra en !rabe que ella reconocía, reconocía, la palabra que significaba demonio. demonio. ;ipnotizada por aquel impresionante anticipo del infierno, 0at#erine sintió que la levantaban por el
aire y que flotaba #asta el borde del foso. (u padre la dejó en tierra, y la miró con severidad unos instantes, d!ndole a entender que se le #abía agotado la paciencia, y ordenó a uno de sus ayudantes, un joven gordo de Liverpool, Liverpool, que la vigilara. vigilara. /urante varios minutos, mientras los #ombres se esforzaban por estabilizar el anillo en posición vertical, se sentó a contemplar la última luz de la tarde, que iba adquiriendo el tono viol!ceo de la noc#e. *iró fijamente el anillo, e$traña joya del desierto, y tomó una decisión irrevocable. (e prometió a sí misma que, por muc#o que tardara, por muy difícil que fuera, resolvería el misterio de la procedencia del anillo. % que empezaría la tarea inmediatamente, así que se volvió #acia su rec#onc#o escolta y le dijo" 4*e voy al coc#e. Pensando que no tenía otra opción, el joven la siguió #asta la limusina, donde la muc#ac#a se puso a trabajar #ojeando su ejemplar de l 'ntiguo gipto. Pronto descubrió lo que estaba buscando" una imagen del dios 'nubis, el de la cabeza de c#acal, encargado encargado de conducir a los fallecidos a la :ierra de los *uertos. 4*ira 4dijo, pasando a su vigilante el libro abierto4. se objeto destrozado de a#í es 'nubis. :enemos :enemos que enseñ!rselo a mi padre. (u acompañante, que sólo #abía tenido tiempo de ec#ar un vistazo al desastre del foso antes de que le asignaran el papel de niñera, tomó el libro y lo apoyó en el capó del coc#e. *ientras escrutaba la p!gina, apareció otro automóvil, del que apeó el subsecretario de 'ntigCedades egipcio, que llegaba para #acer una visita de rutina. 0uando este burócrata bigotudo y afectadamente vestido pasó por delante de la c#ica rodeado de su escolta de aduladores, la saludó roz!ndose el sombrero. 41)uenas tardes, señorita Langford2 ;a ocurrido algo interesante #oyM
Episodio III Los 'ngeles, +poca actual mpapado de pies a cabeza, /aniel
'ún m!s desanimado que antes, /aniel salió del garaje y se sentó en la lluvia al lado un montón de coc#es, mirando al vacío. 0ruzando la calle #abía una enseñanza de un gato sin #ogar sucio #urgando en la basura, a sólo tres metros del lugar un conductor con un aire de desprecio lo vigilaba desde una limusina brillante. 1Eu+ asco de la ciudad2 (u mente se traslado a la conferencia y el discurso que pronunció desastrósamente ante los arqueólogos m!s respetables del país. *uc#os de ellos lo conocían por su reputación y pensaron que era un poco QtoscaR, víctima de leer demasiadas novelas de ciencia ficción. Por desgracia, los acontecimientos de ese día no #abían servido para reforzar su opinión. Los artículos que publicó en el último año fueron recibidos con desprecio por la comunidad acad+mica. ' pesar de que continuó apreci apreci!n !ndos dosee sus sus m+todo m+todoss de invest investiga igació ciónn y la profun profundid didad ad de su prepar preparaci ación ón,, llega llegaron ron a la conclusión de sus pruebas eran Qe$c+ntricasR. /aniel les estaba molestando y sus colegas lo atacaron indiscriminadamente indiscriminadamente en los periódicos especializados. especializados. >gnorar los #ec#os establecidos por algún tiempo, fue el comentario m!s cl!sico. 'lgunos 'lgunos de ellos fueron m!s all! de la crítica y lo atacaron en lo personal" I mperio 'ntiguo, que ser! el tema de su disertación de #oy. #oy. /+mosle la bienvenida a uno de los jóvenes investigadores m!s prometedores de la egiptología, /aniel ncluso si /aniel pensaba que era graciosa, entendió la broma que estaba detr!s de ese intercambio. )udge era un profesor de Qaburrimiento mortalR, conocido por mantener un curso entero lleno de colegas contando solo una avalanc#a de minucias.
0uando /aniel fue puesto en el podio, la atmósfera de la sala se volvió instant!neamente tensa. Kl era un erudito impredecible, cuyas características no era aprovec#adas en su profesión. *iró al tec#o durante unos segundos, lo suficiente para asegurarse de que todo el mundo se preguntar! qu+ estaba #aciendo y se volvió de repente y disparó una pregunta al profesor 5ausc#enberg. 5ausc#enberg. (eñor, qu+ tipo de coc#e coc#e tieneM 0onfundido, el viejo profesor, dijo" 9n 6ord. *odelo :M :M Planteó la pregunta pregunta /aniel entre risas. risas. o soy tan viejo. viejo. :engo :engo un un scort. %a %a entiendo. entiendo. /aniel se frotó la barbilla. 0on dirección dirección asistida y servo4frenosM, servo4frenosM, preguntó. preguntó. Por no #ablar de de las ventanas, ventanas, dijo el viejo sigui+ndole sigui+ndole el juego. 'sí que en el caso improbable de que un volc!n e$tinto estallara #oy en día en (anta *ónica y fu+ramos e$#umados dentro de cientos de años por los arqueólogos se preguntarían, de #ec#o, las posibilidades de que estuvieran equivocados en la fec#a del coc#e comparados con los primeros años de este siglo. /ónde quieres llegarM llegarM /ijo el amigo de 5ausc#enberg, 5ausc#enberg, el profesor :ubman. :ubman. ra evidente que nadie en el público tenía idea de donde /aniel quería acabar. ;enry 6ord empezó con pocos recursos, casi medio primitivo, y produce el viejo Lizzy :in, el modelo '. Luego, lentamente, se desarrollaron sus productos con la sofisticada tecnología que #oy disfrutamos. Lo que nos lleva a mi pregunta fundamental acerca de los antiguos egipcios, porque su cultura no es tan desarrolladaM 0reo que la evidencia muestra que su arte, la ciencia, las matem!ticas, la tecnología, las t+cnicas militares ya estaban allí, completa desde el principio. /aniel les dio un minuto de meditación y murmullos, y luego continuó su ataque. Lo que queremos demostrar #oy aquí es que el antiguo 5eino de gipto es anterior a la QepocaR en cierto sentido, estaban todas las artes y las ciencias. ntonces, despu+s de un corto periodo de QadaptaciónR, QadaptaciónR, somos testigos de la plena floración de lo que llamamos el 'ntiguo gipto. l público reaccionó murmurando. /aniel insistió. (u escritura, por ejemplo. l sistema de los jeroglíficos, las dos primeras dinastías son muy difíciles de interpretar. La sabiduría convencional dice que esta es una versión cruda de la escritura m!s compleja que encontramos m!s tarde, en el momento del 5eino 'ntiguo. Pero lo que #e intentado mostrar en una serie de artículos es que esta lengua primitiva ya estaba completamente desarrollada, con una combinación de elementos fon+ticos y caracteres. (i esto es cierto, fueron capaces de llevar simples pinturas rupestres a un sistema complicado de describir el mundo y de sí mismos, en unas pocas generaciones. generaciones. /aniel #izo una pausa y bajó la voz al ver el primer grupo de científicos que se dirigía #acia la salida. Euería argumentar que el antiguo sistema era m!s elegante a posteriori que los jeroglíficos, pero +l era el único único capaz de leerlos leerlos con facilidad y sabía que iba a #ablar al vacío. vacío. 0ambió de tema. tema. :omemos :omemos otro ejemplo. l tema de la conferencia a#ora es la pir!mide de &eops, comenzó de nuevo. l /r. 'jami tosió amablemente para atraer la atención de /aniel, y luego asintió, como diciendo que ese era el tema. Lo mismo puede decirse de la pir!mide de &eops. *uc#os científicos creen que esta obra maestra de la arquitectura debe ser necesariamente el resultado de generaciones de prueba y error. (egún esta teoría, la pir!mide escalonada de (aqqara Dioser, de la llamada Qpir!mide planaR y las grandes tumbas de 'bidos se consideran como pruebas, ejercicios de aprendizaje que llevan a la pir!mide de &eops, &eops, infinitamente m!s precisa precisa y compleja. compleja.
0omo ustedes saben, no estoy de acuerdo con esta teoría. n mi opinión, la pir!mide de &eops se construyó primero, y luego fue seguido por los pequeños edificios que acabamos de mencionar. La evidencia que apoya la secuencia tradicional de la construcción se basa en el folHlore y en los documentos que se #an escrito cientos de años despu+s del #ec#o. La escasa evidencia de que disponemos sugieren que, en mi opinión, las personas que vivían a lo largo del ilo fueron olvidando poco a poco cómo construir esas esas estructuras, de de mal en peor con con el paso de las las generaciones. generaciones. Itro grupo de participantes se puso de pie y salió de la #abitación. Itros se rieron, pero /aniel no se dio por vencido. o tenía otra opción. Por desgracia, los numerosos intentos para establecer las fec#as de la construcción mediante la prueba con el carbono4?B no nos dieron los resultados finales. o #ay datos suficientes para justificar una posición m!s o menos teórica. Pero #!ganse esta pregunta. :odas :odas las pir!mides m!s pequeñas tienen inscripciones con los nombres de los faraones que ordenaron su construcción. La mastaba que rodean las pir!mides est! cubierta con las volutas que anuncian los nombres y títulos de sus propietarios, las listas de ofertas, las fec#as de construcción, de culto, como tocar instrumentos musicales, etc. ormalmente, en estas tumbas est!n pintadas #istorias que ponen de relieve las cualidades divinas diferentes de la persona que est! enterrada allí. Los faraones fueron los mayores d+spotas egoístas de la #istoria del mundo antiguo. (in embargo, en la pir!mide m!s grande de todos, la de &eops, no #ay escrito de ningún tipo. o #ay ningún tipo de signo, dentro dentro o fuera. Les parece parece logicoM 9n gran señor catedr!tico de la 9niversidad de )erHeley, 5omney, se levantó y le interrumpió. s una teoría interesante, interesante, profesor
QdescubrieronR lo que catorce siglos de los e$ploradores, los violadores de tumbas y los científicos no #an podido encontrar Qla #abitación secreta, sellada desde la construcciónR. n esta sala, sin embargo, se encuentra el lugar que le dio fama a 3yse, el sitio que durante muc#o tiempo guardó el nombre de &eops. l cartuc#o aparece en tres paredes de la #abitación, pero curiosamente no en la puerta, reducida a migajas por golpes de 3yse 3yse para entrar en la sala sellada. l nombre se escribe con tinta roja que no aparece en ningún otro lugar en el 'ntiguo gipto. st! e$cepcionalmente bien conservado, y el #ec#o m!s sorprendente, es que est! escrito en la manera equivocada. % qu+ qu+ se puede esperar de un cantero cantero analfabetoM, analfabetoM, dijo 5omney. 5omney. n ese momento, /aniel #abía dejado el podio y #abía comenzado a caminar de ida y vuelta en el escenario como un tigre #ambriento. (e dirigió a la pizarra y, con una velocidad sorprendente, señaló una serie de jeroglíficos. ste es el símbolo que 3yse afirma #aber encontrado en la c!mara funeraria. '#ora todos sabemos, si #an #ec#o los deberes, miró a 5omney con QfuegoR, que 3yse #abía llevado la edición de ?@FS del ;ieroglyp#ica ediciones GilHenson publicado en 'msterdam por ;eynis. Los estudiosos diligentes como usted, señor, no dejar! de notar que en la siguiente edición los editores #abían incluido una nota de disculpa con la lista de los errores de la edición anterior. La lista incluye el jeroglífico del nombre de &eops. ;abía salido de un error de impresión relacionada con la primera consonante del nombre de &eops. lla debe estar tanO /aniel puso en la pizarra una serie casi id+ntica de los símbolos verticalmente. Eu+ casualidad, muy e$traño que el libro se equivocara de la misma manera que el que descubrió 3yse. (i un cantero #ubiera escrito mal el nombre del faraón, sobre todo en la morgue, #ubiera sido condenado a muerte y la pared sería demolida y reconstruida. /aniel #izo una pausa y lanzó una mirada amenazante al profesor, y agregó" Pero estoy seguro de que sabes todo esto, porque te gusta ser un tipo que se toma en serio su tarea. Las Las últi última mass pala palabr bras as fuer fueron on pron pronun unci ciad adas as cuan cuando do el prof profes esor or 5o 5omn mney ey salí salíaa de la sala sala de conferencias furioso. 'ntes 'ntes de salir, se volvió a lanzar la última flec#a. Parece una una mala película del libro de Q0arros de los /iosesR. so provocó algunos aplausos aquí y all! y burlas, pero /aniel sentía que #abía convencido a algunos del público. 'ún quedaban grandes nombres estaban en la sala y a#ora estaban dispuestos a escuc#ar. '#ora bien, si volvemos por un momentoO :al vez el verdadero origen de su civilización se encuentra enterrado en las ramblas del (a#ara IccidentalO *e permite, profesorM n el fondo de la sala #abía una mujer que parecía tener unos sesenta años, vestida de manera cara y elegante, y equipada con gafas enormes. /e #ec#o, era muc#o mayor.
Permítame decirle en primer lugar, dijo con un leve acento e$tranjero, que su dominio de los #ec#os es impresionante. (ólo una pregunta" Eui+n cree que #a construido las pir!midesM ste es e$actamente el momento para decirlo respondió. o tengo ni idea de qui+n las #a construido ni por qu+. 9n murmullo colectivo de decepción recorrió la sala de conferencias. La elegante anciana asintió con fuerza, como si estuviera satisfec#a con la respuesta, antes de dar media vuelta y salir. 9n individuo robusto, con barba y una camisa apretada agitó una sugerencia en un falso acento ingl+s. La gente de de la perdida 'tl!ntidaM 'tl!ntidaM Las personas que quedaban en la sala se rieron y luego comenzaron a recoger sus papeles.
I los marcianos, marcianos, tal vezM n realidad no /aniel /aniel se defendió. defendió. o, pero estaba estaba a punto de decirlo, decirlo, respondió el el #ombre de la barba. barba. st! totalmente equivocado, dijo mirando profundamente en sus notas. l ambiente en la sala era tan intelectual como la de una cafetería de la escuela durante la batalla para tomar el alimento. *!s de la mitad de la audiencia se #abía ido y otros fueron abandon!ndola. ;urgó en su pila de documentos, documentos, /aniel intentó y trató en vano de seguir #ablando por el micrófono sin levantar la vista. ueva evidencia geológica data la sfinge a un período muy anterior. (abiendo esto, tenemos que empezar a repensar todo lo que #emos dado por sentado sobre los orígenes de la cultura egipcia. (implemente tenemos que empezar de ceroO 0uando la puerta se cerró tras el último grupo de personas riendo, el doctor 'jami, que seguía sentado pacientemente pacientemente junto al podio, se acercó a /aniel. (u #umor era evidente. stoy muy, muy decepcionado decepcionado de ti, /aniel. Pens+ que acordamos no discutir aquí, este día de #oy fue un disparate. :om+ :om+ un riesgo, trat+ de animar las cosas, pero a#ora me temo que #as cerrado de forma permanente tu carrera. 'diós. 'jami se unió a los otros en el pasillo. Las manos de /aniel empezaron a temblar, con el rostro enrojecido por la #umillación, miró a la sala vacía antes de cerrar su cuaderno y con calma enfoco el micrófono. 'lguna preguntaM preguntaM *ientras /aniel estaba sentado en la lluvia viendo la tinta de su factura de tel+fono que comienza a desaparecer, pensó de nuevo en la anciana del pasillo de la conferencia. 0ómo le gustaría c#arlar con ella delante con una buena taza de t+ y luego estrangularla con sus manos. ntró inesperadamente en la sala, fue capaz de invertir la situación y #abía #ec#o la pregunta que estaba tratando de evitar. Por fin se levantó y se fue a su apartamento, donde le esperaba una desagradable sorpresa. La puerta estaba abierta. abierta. Ladrones dijo. Por lo general, ellos corrían y tomaban todo lo que querían, pero no #oy. :odo mojado, abrió la puerta y encontró un paraguas que estaba estaba apoyado en la cerca. Por lo general, un pacifista convencido, /aniel entró lentamente en la sala, listo para pelear. 'poyado en la pared, fue #acia su escritorio. /e un salto entró en su cuarto, con un paraguas en posición de ataque, y se encontró encontró cara a cara con la misma anciana que #abía ido a la conferencia. conferencia. lla lo miró un momento, luego volvió a seguir #ojeando los periódicos que estaba en el escritorio desordenado. 'l parecer dijo con un dejo de acento. La voz era tranquila y profesional. (u ama de llaves debe tener un año de permiso dijo sin sonreír. Por segunda vez ese día, la mujer #abía logrado confundirlo lo suficiente como para dejarlo casi sin palabras. 5ecuperó su presencia de !nimo, balbuceó una pregunta. '#O #ay algoO Eu+ diablos est! est! #aciendo en mi apartamentoM sto es una obra de arte verdaderamente verdaderamente maravillosa dijo la señora al tomar la imagen graciosa de una mujer egipcia que tenía /aniel en el escritorio. l busto de m!rmol, con rastros de la pintura original, que muestra el delicado rostro de una joven joven muy #ermosa. n un c!lculo apro$imado, apro$imado, del siglo T>3 antes de 0risto, probablemente del !rea alrededor de dfu miró un rato el resto de los muebles antes de preguntar. 0ómo lo pudo conseguirM
Por favor, tenga cuidado dijo /aniel, nervioso. o tenía intención de discutir cómo la figura #abía llegado a sus manos. (í, era lo único valioso que poseía, pero no era muc#o m!s caro que lo que puede comprar el dinero en dólares de .99O La visitante, consciente de su preocupación, preocupación, la l a puso de nuevo en su lugar con especial cuidado en la plataforma por encima de su escritorio en desorden. /aniel fue finalmente capaz de entender de dónde viene el acento. lla era sueca, pero era tan sutil que se imaginaba que #abía pasado la mayor parte de su vida en los stados 9nidos. 3io un aura de poder en la mujer, los privilegios, confianza en sí misma. (ólo los gruesos cristales de sus lentes que magnifican sus ojos del tamaño de una moneda de medio dólar arruinó el efecto. /aniel miró a trav+s de ellos. stoy aquí para para ofrecerle un empleo. empleo. :rabajoM :rabajoM (u mente se se puso en marc#a. marc#a. Eu+ tipo de trabajoM 0on la mirada en una fotografía enmarcada en la pared, cambió de tema otra vez. (us padresM padresM Por supuesto. supuesto. '#, claro. (us verdaderos padres padres murieron en ese ese incidente en el el aireO que era, en en el UNM (í, d+jeme pensar /aniel dedicando una imitación descarada de la mujer" (í, creo que fue en el UN. $celente año para una aventura de muerte, verdadM La mujer sabía que carecía de tacto y se disculpó, pero /aniel no iba a #acer que se saliera del tema tan facil. o, en serio, si es divertido, no se preocupe, podemos tener una c#arla acerca de cómo mis padres est!n muertos. 0uando #ubo terminado, pasó por delante y entró en la cocina a tomar un trago. *iró a la tierra desolada representada por su refrigerador. Luego volvió a #ablar. *i nombre es 0at#erine Langford. % tengo algunos jeroglíficos muy antiguos en la que me gustaría que trabaje. /esde cuando cuando los militares est!n est!n interesados en en los jeroglíficosM 0atalina dejó de #ablar y fingió estar confundida Las 6uerzas 6uerzas 'rmadasM 'rmadasM Eu+ te #ace pensar pensar que esto tiene tiene que ver con los militaresM /aniel estaba adivinando. Pensó que la mujer lo #abía #ec#o bajo la nariz de 3ladimir, el propietario, solo alguna credencial credencial o distintivo es lo que causaría causaría que autorizara a abrir el apartamento. apartamento. % aquel tipo al lado de la calle con un corte de pelo decididamente militar, algo inusual en las calles de ;ollyJood. La forma en que esquivó la pregunta confirmó sus sospec#as. 0reo que soy demasiado viejo viejo para correr a alistarme alistarme dijo /aniel. 0atalina estaba muy contenta con su rapidez y su capacidad de observación. *uy bien señor, impresionante. *ire, me gustaría poder e$plicarlo todo, pero este proyecto implica un cierto grado de secreto. )ueno, tal vez se puede #acer público lo siguiente" por qu+ debo aceptar un trabajo del que no s+ nadaM 0atalina ya #abía preparado la respuesta. o tiene familia o amigos aquí en la ciudad. (u propietario #abía mencionado que presentó una notificación de desalojo debido a que su renta #a e$pirado #ace muc#o tiempo, #ay un montón de facturas sin pagar en su escritorio. '#ora, parece que el joven doctor
despu+s de su conferencia de esta tarde, si yo fuera usted, no estaría en casa esperando que suene el tel+fono. /aniel no sabía qu+ decir. ran muy buenas razones para aceptar cualquier oferta de trabajo en serio. Pero #ay una razón aún mejor mejor para que le deje trabajar para mí, /aniel. /aniel. sa mujer tenía muc#o valor. % qu+ qu+ seríaM /ijo /aniel. /aniel. Eue demuestre demuestre que sus teorías teorías son correctas. 'brió la bolsa y sacó una elegante serie de fotos antiguas en blanco y negro, sosteni+ndolas sosteni+ndolas para su consideración. Las fotos ayudaban a dar una idea bastante e$acta de la gran losa de clausura que la e$pedición de Langford #abía encontrado cerca de Diza. o #abía rastros del gran anillo que #abía estado bajo la losa o de los fósiles. /aniel miró durante un tiempo a las fotos, sus músculos faciales estaban flojos. La e$presión, que 0atalina #abía visto en otras ocasiones, sugirió que #abía adquirido un nuevo miembro de su equipo. 1)asta2 Le quitó de las manos las las fotografías amarillentas y en su lugar le dio dio un sobre. Eu+ es estoM estoM (u plan de viaje, viaje, dijo 0at#erine cuando cuando se disponía disponía a salir. salir. /aniel abrió el sobre, miró el billete de avión y estornudó. /enverM *ire, se se podr! imaginar, imaginar, que no tengo ganas de volar. volar. 9na razón m!s, m!s, dijo con una cara cara impasible. Luego, Luego, con una sonrisa, cerró la puerta puerta detr!s de +l.
Episodio I $"%a, Ari&ona. l turismo redujo la velocidad #asta detenerse frente a una casa de dos dormitorios y un modesto jardín, situada en las afueras de %u %uma, 'rizona. 'rizona. 'unque 'unque el invierno estaba encima, el sol del mediodía convertía las calles en un #orno, obligando a los lugareños a buscar el aire acondicionado de los interiores. >ncluso los perros, ec#ados a la sombra con la lengua fuera, tenían demasiado calor para acercarse y ponerse a ladrar. 'quel día todos recordaban el c#iste del tipo de %uma que se muere y va la infierno, y cuando llega dice que va a su casa un momento a coger una manta. Las puertas del coc#e se abrieron y bajaron dos oficiales del cercano aeropuerto de la >nfantería de *arina. La pulcritud de sus uniformes daba a entender que ambos estaban en activo y #abían tenido que salir en misión oficial. *ientras el primero subía los escalones del porc#e y llamaba a la puerta, el otro, que llevaba una gruesa carpeta negra, inspeccionó el garaje. ;abía allí rastros de tiempos m!s felices" una canasta de baloncesto encima encima de la puerta y bicicletas perfectamente perfectamente aparcadas. aparcadas. La puerta principal se abrió, pero con la cadena de seguridad puesto. Por la rendija asomó una atractiva cuarentona que les miró atentamente. (abía que este momento tenía que llegar- #abía pasado los dos últimos años temiendo y a la vez deseando que llegara. '#ora ya estaban allí y los odiaba. (ignificaba que #abía perdido la batalla por la vida de su marido. 4La señora IVeilM4 preguntó el primer oficial. La puerta se cerró de golpe. Los oficiales se miraron entre sí- estaban a punto de volver a llamar, cuando se abrió de nuevo. (ara# IVeil, con la bata todavía puesta y el pelo revuelto, e$aminó fríamente a los oficiales. (us años de maestra de escuela la #abían enseñado a fulminar con la mirada a los jóvenes, la margen de su edad y su inocencia. Pero un instante despu+s, su e$presión de dureza empezó a ceder el paso a otra de dolor. 4;agan el favor de limpiarse los pies 4dijo y desapareció por el pasillo de la cocina. Los militares obedecieron y entraron en la casa. La sala de estar, decorada casi e$clusivamente en tonos blancos, parecía el santuario de la pulcritud. /esgraciadamente, /esgraciadamente, no #abía en ella lo que aquellos #ombres estaban buscando. 4(eñora IVeil, est! en casa su maridoM 4preguntó el primer oficial. /esde la cocina llegó el sonido de algo que se estaba cortando sobre una tajo de madera. 4(í 4respondió ella. /espu+s de otro incómodo momento, el mismo oficial preguntó al vacío" 4(eñora, podemos #ablar con +lM 4Pueden intentarlo. La última puerta al final del pasillo 4dijo y continuó cortando. 'l cruzar el salón, pasaron junto a un montón de fotografías perfectamente ordenadas, cada una con su marco correspondiente. l oficial m!s joven tomó una de ellas" varias personas en una fiesta al aire libre, en un patio, poniendo caras raras ante la c!mara. l brusco contraste entre la e$plosión de vida de la foto y la ausencia de ellas en la #abitación era espantoso. l militar volvió a depositar cuidadosamente cuidadosamente el marco y continuó su camino. 'l final del pasillo encontraron una puerta abierta que daba a otra #abitación ordenada. ra la #abitación de un adolescente, a juzgar por los trofeos deportivos y el enorme cartel de una piscina de patinaje. 6ue aquí donde los oficiales encontraron lo que estaban buscando (entado en un sillón, mirando por la ventana el patio trasero de la casa, #abía un #ombre descalzo, sin camisa y sin afeitar, y
sin m!s ropa que unos vaqueros. l pelo grasiento le colgaba #asta el cuello. 9n momento antes #abía estado jugando con una pistola, ensayando la mejor forma de volarse los sesos, aunque no #abía tenido valor para apretar el gatillo. Pero cuando oyó voces en el salón, guardó el arma en el primer cajón de la mesa.
'l entrar, el oficial m!s joven sonrió vagamente antes de detenerse. Por el camino, su compañero le #abía contado m!s de una docena de an+cdotas sobre lo implacable y #!bil que #abía sido siempre I Veil antes de todo aquel lío. % allí estaba. 'llí estaba aquel fulano de pelo largo, de ojos vidriosos y musculosos como un botijo que parecía estar drogado. Eu+ clase de secreto militar podía estar relacionado con aquella ruina de #ombreM l oficial que llevaba la carpeta se adelantó r!pidamente. 4Perdone, coronel IVeil. os envía el general Gest. :ras una larga pausa, pausa, el #ombre del sillón giró la cabeza y los miró. (us ojos estaban tan muertos que daba la sensación de nosaber qui+n #abía entrado en la #abitación. l oficial de m!s edad pensó que lo mejor era repetir la presentación. presentación. 4(eñor, venimos de parte del general Gest. l coronel les indicó con un breve adem!n que tomaran asiento y continuaran. (ara# salió al recibidor y vio que no #abían cerrado la puerta. 'spiró profundamente y fue #acia el armario de la entrada, fingiendo que buscaba algo. Iyó #ablar a su marido. 4...años, así que ni siquiera est!n seguros de si esa amenaza e$iste realmente. 40omo ya #e dic#o, señor, todo lo que sabemos est! en este informe. IVeil se sentía cada vez m!s incómodo con aquellos dos. Procedían del mismo despac#o que le #abía apartado a +l del servicio. 4:odavía 4:odavía preocupa que yo sea persona inestableM o #an leído los l os informes de mi destituciónM l oficial de m!s edad dudó unos instantes antes de decidirse a poner las cartas sobre la mesa y se adelantó como para recalcar la seriedad de sus intenciones. o estaba seguro de la reacción de IVeil ante lo que iba a decirle a continuación. 40reo que no entiende, señor. o le queremos para este proyecto a pesar de su situación, sino precisamente a causa causa de la misma. misma. IVeil se quedó de piedra. o daba cr+dito a la increíble arrogancia que suponía trasladarse #asta su casa, sabiendo en qu+ condiciones estaba, para decirle casi descaradamente que querían aprovec#arse de su debilidad. staba aturdido. Levantó la vista #acia el recibidor y vio que (ara# estaba oyendo todo y de repente tuvo miedo. Diró la cabeza, sus ojos se encontraron con los de su marido y en ese instante el oficial m!s joven se puso de pie r!pidamente y cerró la puerta de golpe. n cuanto se quedó sola, el mundo se le vino encima. staba segura de que los dos #ombres estaban allí allí para para prop propon oner er a
nunca m!s. mpezó a imaginar el último y #orrible capítulo de su matrimonio" ella sentada en casa esperando que sonara le tel+fono para que algún oficial subalterno le dijera con voz tranquila que
Episodio Desi(rar Cree) *o"n!ain ;aciendo eses por una carretera de dos carriles y muc#as curvas en plenas *ontañas 5ocosas de 0olorado, /aniel, que nunca #abía sido buen conductor, tenía que consultar el mapa cada vez que veía un desvío. % por si esto no fuera bastante peligroso, no paraba de estornudar. Por encima de su #ombro derec#o veía el asiento trasero inundado de pañuelos de papel empapados. 6inalmente, despu+s de invertir cuatro días en un viaje que podía #aber #ec#o en treinta y seis #oras, vio el cartel.
05& *I9:'>. Wona 5eservada, Dobierno de .99. l coc#e, un robusto /odge 0#arger del SX que olía a aceite quemado y ec#aba #umo, y que llevaba siempre en el radiocasete de oc#o pistas una cinta de los grandes +$itos de lvis, se introdujo en el desvío de entrada y subió por la cuesta flanqueada de !rboles. 0uando vio a los soldados de la puerta, sintió tal alivio que tocó el cla$on y los saludó con la mano. 'l llegar a la garita vio a dos infantes de *arina con cara de pocos amigos y la mano en la pistolera. 9no se acercó al coc#e. 4(oy /aniel dentifíquese, por favor.. /aniel cogió algo del asiento con brusquedad y, antes de que los soldados tuvieran tiempo de desenfundar el arma, estornudó encima del objeto y lo tiró al asiento trasero. ntregó al guardia el montón de papeles que le #abía dado 0at#erine y, mientras el soldado los e$aminaba, volvió a estornudar. 4;a pillado usted un buen constipado, doctor
es una base militarM 4o estoy autorizado para #ablar de eso 4fue la respuesta autom!tica del militar. /aniel tuvo que sonreír a pesar suyo. 4o, en serio, es un campo para especialistas del ej+rcito, una cueva de eminencias grisesM 4>gnoro qu+ margen de confianza tiene usted, señor, y #asta que lo sepa, no puedo #ablar de ese asunto. :ras dirigir al militar una mirada de circunstancias, /aniel reanudó la tarea de sacar los libros del maletero, a#ora con el inconveniente adicional de tener un mirón al lado. 4*e permiteM 4dijo &aJalsHy, dando un paso al frente. /aniel quiso prevenirle. 40uidado, son libros y pesan... 4&aJalsHy levantó levantó la bolsa de libros con una mano y con la otra cerró de golpe el maletero4 muc#o. (in aliento, /aniel se quedó algo asustado ante la facilidad con que &aJalsHy era capaz de levantar toda la carga. *ientras le seguía #asta la entrada del túnel, pensó que debía de ser uno de los #ombres m!s fuertes del mundo. 0ruzaron un par de puertas enormes de cemento y aparecieron en un oscuro vestíbulo cavernoso. 0uando sus ojos se adaptaron a la luz, /aniel vio que estaban en una sala muy grande con suelo de cemento pulido. 0uriosamente, lo único que #abía allí era una tosca y pequeña construcción de estaño ondulado junto a la que se alzaba la garita de un guardia. &aJalsHy #izo una seña al guardia sin alterar el paso y las puertas de la pequeña construcción se abrieron autom!ticamente. /aniel le siguió al interior. 4Llamamos a esto cabina telefónica 4le e$plicó &aJalsHy4, &aJalsHy4, como en el (uperagente XS. /aniel no sabía para qu+ servía, aunque el espacio que le rodeaba empezó a temblar y luego a #undirse. n realidad, el diminuto espacio era un ascentsor y bajaba a toda velocidad. Le parecía que #abía muc#o trec#o entre piso y piso. 3eía pasar los números" Y, S, U... &aJalsHy, m!s acostumbrado que +l, le ofreció una barra de c#icle. 45egula la presión de los oídos. /aniel aceptó y empezó a masticarlo con nerviosismo. ?N, ?B, ?Y... 4' qu+ piso vamos, oigaM 4so es información secreta, señor 4respondió &aJalsHy con cara de palo. /aniel se dio cuenta de que esta vez se trataba de una broma, pero no la encontró graciosa. A?, AA, AN... >ba a decir algo m!s, pero en ese momento el ascensor se detuvo en el número AX. (e abrieron las puertas y apareció un corredor tan as+ptico como el de cualquier #ospital. (iguió al teniente coronel por una maraña de luces de neón, pasando ante despac#os cerrados y doblando en varias esquinas #asta que &aJalsHy se paró de repente y llamó a una de las puertas. 4/octor *eyersM st! a#í, señorM La puerta crujió al abrirse y por ella asomó la brillante cabeza de un cuarentón de ojos saltones. *iró fijamente a /aniel con sus gafas bifocales y dijo" 49sted debe ser la última adquisición. 4% salió al pasillo con e$presión de disp+ptico en el rostro4. s
m!s prestigiosas y gozar de todos los beneficios que representa formar parte del círculo acad+mico m!s privilegiado. Por un lado, a /aniel le importaba un r!bano *eyers. ra uno de esos profesores de +lite que creían estar en una torre de marfil y que llevaban años sin tener una sola idea original. Por otro lado, sabía que sin la ayuda de esta gente nunca conseguiría subvenciones ni apoyo para seguir con sus actividades profesionales. 'dem!s, 'dem!s, aunque jam!s admitiría esto, deseaba su aprobación. 4/ónde diablos estoyM 4preguntó /aniel alzando la voz. 4n un maldito silo nuclear 4dijo a su espalda una voz de mujer. 4/octora (#ore 4dijo &aJalsHy, girando sobre sus talones4, #asta que no se autorice debidamente al doctor
Por aquello le #abían #ec#o salir de Los Zngeles. ;abía valido la pena. (orprendido y encantado, se quedó allí boquiabierto, delante de la antigua piedra. ntretanto llegó 0at#erine Langford y, despu+s de saludar a los dem!s, entró en la sala. n el momento oportuno, #izo saber a /aniel que estaba allí. 4*e alegro de que se #aya unido a nosotros.
/aniel dio media vuelta y la miró. *ovió los labios para decir algo, pero no pudo. % volvió la mirada al gigantesco monolito antes de #acer la evidente pregunta. 4/ónde lo encontróM 4n la planicie de Dize#, en ?@AX 4e$plicó ella acerc!ndose por detr!s de +l4. 0omo puede ver, #ay dos círculos de jeroglíficos. 0on la ayuda del doctor *eyers #emos podido traducir la sección interna de la escritura, que es una forma jeroglífica e$traordinariamente temprana. Pero la sección e$terna se nos resiste. 0omo ve, son símbolos totalmente distintos de los conocidos. 40at#erine dejó que /aniel asimilara la información y le puso el cebo delante4. 'unque #emos enseñado estos símbolos a muc#os e$pertos, incluso a algunos de los que se salieron de su conferencia el otro día, ninguno #a sido capaz de entenderlos. 'l igual que 0#ampollion ante la Piedra 5osetta, pensamos que ambas inscripciones podrían ser traducciones paralelas, pero no conseguimos encontrar las equivalencias. l #ec#o de que todo est+ escrito en un círculo corrido, sin signos de puntuación visibles, dificulta las cosas. *ien *ientra trass el doct doctor or *ey *eyers inic inicia iaba ba una una prol prolija ija e$pl e$plic icac ació iónn sobr sobree los los dive divers rsos os sist sistem emas as descodificadores que #abían empleado, la atención de /aniel se fijó en una traducción escrita en una pizarra port!til situada al lado de la piedra. /urante un rato escuc#ó por encima, pero finalmente intervino. 4:odo esto est! mal. (e acercó a la pizarra y borró la palabra tiempo, sustituy+ndola por años. 41Por favor2 4bufó *eyers, apro$im!ndose para proteger su traducción. *iró a 0at#erine buscando su apoyo, pero con un gesto ella le indicó que retrocediera, lo que #izo de mala gana. /aniel se sentía absolutamente cómodo entre jeroglíficos. n los últimos tres años #abía llegado a dominar esta lengua muerta, precursora del sistema de escritura utilizado por lo faraones. 'unque muc#os símbolos eran iguales, la gram!tica era radicalmente diferente. Probablemente #abía menos de diez personas en el mundo capaces de leer estos primitivos símbolos. /aniel suponía equivocadamente que el doctor *eyers era una de ellas y, mientras trabajaba, #ablaba a su eminente colega por encima del #ombro. 49tilizó usted las teorías de )udge, verdadM Por qu+ se siguen editando sus librosM 4)orrando y escribiendo con rapidez, /aniel entró en una especie de ritmo #ipnótico mientras intentaba captar no sólo el significado literal, sino tambi+n el sentido figurado de la inscripción. /e repente #izo un alto, confundido. 4sto sí que es curioso 4dijo, sin dirigirse a nadie en particular4. La palabra qebe# aparece seguida de la locución adverbial sedjemen4ef y el sujeto es compuesto. 4Diró lentamente la cabeza buscando a *eyers y preguntó4" n su sarcófagoM 4/aniel arrugó la cara como si la falta de tino de la traducción le produjera dolor físico4. )ueno, no 4añadió en tono condescendiente4. condescendiente4. 0reo que sellada y
enterrada es m!s e$acto.
*ientras continuaba, las dem!s personas que se #allaban en la sala cambiaron miradas de incredulidad. :odos #abían visto a *eyers, cuyos títulos y galardones acad+micos se encontraban visiblemente enmarcados en las paredes de su despac#o, trabajar durante semanas en la traducción del mensaje. La velocidad de /aniel era increíble. 'l cabo de unos minutos ya #abía acabado ante la pizarra y,
avanzando #acia la piedra, leyó palabra por palabra 7mejor dic#o, símbolo por símbolo8 el arcaico mensaje. 4mpezando por aquí, dice" 9 *>LL[ / '\I( L 0>LI (:Z 5', />I( (IL. (LL'/' % :55'/' P'5' P'5' (>*P5, (9... 45egresó a la pizarra, cogió el borrador como si fuera la espada del Worro y borró la última palabra de la traducción de *eyers4. o es P95:' /L 0>LI. La traducción e$acta es P95:' / L'( (:5LL'( /#T'0$'TE1. 4% leyó el mensaje otra vez. :odos lo miraron fijamente, estupefactos por aquella sorprendente demostración de #abilidad. La doctora (#ore se puso de puntillas detr!s de *eyers, le susurró algo al oído y le dio una palmada en el trasero. 4*uy bien 4/aniel estaba dispuesto a conservar el ímpetu4. % a#ora, quiere #acer alguien el favor de decirme por qu+ los militares tienen a una astrofísica trabajando con un arqueólogo en un silo de misiles nucleares para analizar unas tablas egipcias que tienen cinco mil años de antigCedadM 4*i informe dice diez mil.
n la puerta #abía un militar impecablemente uniformado. ra el coronel ncluso antes de que &aJalsHy le devolviera el documento, el ambiente de la sala se #abía vuelto tan lúgubre como encontrar una serpiente de cascabel mientras se anda buscando un #uevo de Pascua. 40at#erine Langford, soy IVeil, el coronel
datan de la misma +poca. 'dem!s 4y entonces se puso realmente insoportable4, es evidente que perteneces al pipaleolítico pipaleolítico a al eolíticoeolítico- probablemente emparentados emparentados con el atufiense palestino, palestino, lo que indica que como mínimo tienen la misma antigCedad. /aniel, deseando sacarles toda la información posible, ensayó un nuevo enfoque. 4(on l!pidas. :iene que #aber una tumba debajo. 4s muc#o m!s interesante que un montón de #uesos, querido. 4La doctora (#ore quiso entrar en detalles, pero la interrumpió IVeil, que se puso entre ellos. 4Perdóneme, doctora, pero esa información es secreta. 3amos mos corone coronell 4farfu 4farfulló lló la astrof astrofísi ísica ca4, 4, este este #ombre #ombre forma forma parte parte del equ equipo ipo.. 4IVei 4IVeill la miró miró fijamente fijamente,, como una trilladora trilladora mira un campo campo de trigo. 0uando 0uando vio que la frivolidad frivolidad no la llevaba llevaba a ninguna parte, acudió a su jefa4. 0at#erine, qu+ demonios est! pasando aquíM 0at#erine #izo un adem!n para decir a todos que se tranquilizaran. /espu+s de muc#os años metida en aquel proyecto, #abía aplacado tantas tormentas y soportado tantos reveses que sabía muy bien cómo salvar el presente obst!culo. 'dem!s, #abía desarrollado la #abilidad de adaptarse a lo que quería. o obstante, IVeil y el #ec#o de que el general Gest lo enviara allí sin previo aviso le daban mala espina. (upuso que tendría algo que ver con el #ec#o de #aber incorporado a /aniel 4La orden es efectiva de inmediato 4dijo IVeil4. o se pasar! información al personal no militar sin mi autorización escrita. /aniel, que era personal no militar 7en el caso de que alguna vez #aya e$istido un ser así8, preguntó al coronel si estaba de broma. 4;e venido desde Los Zngeles. Euiere decirme qu+ quiere que #aga aquíM IVeil, cortante como una navaja de afeitar, satisfizo su curiosidad. 49sted es traductor, así que traduzca. 4Luego, dirigi+ndose a &aJalsHy, &aJalsHy, añadió4" :eniente, :eniente, quiero que toda la información que no est+ directamente relacionada con estas tablas se saque de esta sala de trabajo y se lleve inmediatamente a mi despac#o. ;asta entonces es usted la única persona autorizada a permanecer aquí. aquí. /ic#o lo cual, dio media vuelta y salió. &aJalsHy, no muy seguro de lo que debía #acer, salió gritando tras +l. 4(u despac#o, señorM /esde el pasillo, IVeil giró la cabeza y dijo" 4:ambi+n necesito un despac#o. 41(í, señor2 4Eui+n es ese fantasma sin s!banaM 4gritó (#ore para que el coronel la oyese. 0at#erine ya se #abía puesto en acción y salió como un rayo persiguiendo a IVeil. &aJalsHy y el resto del equipo de científicos se miraban atónitos. l teniente esperaba que cooperaran cumpliendo las órdenes, porque no estaba de #umor para obligarles por la fuerza. /aniel quería seguir creyendo que #abía algo que no entendía. 4o es posible que se tomen en serio eso de limitarme la información 4dijo a &aJalsHy4. Euiero decir que si voy a descifrar lo que dice esta piedra, tambi+n necesitar+ información. % si no es así, dígame lo que pinto aquí. ' &aJalsHy no le gustaba la situación m!s que a &aniel. Eu+ podía añadirM :odos #abían oído las órdenes. Por dentro estaba que mordía. Gest Gest le #abía quitado el mando de la operación despu+s de casi tres años, precisamente cuando empezaban a sacar conclusiones. % para m!s inri le sustituía aquel raro
personaje, IVeil, que, según decían los informes, #abía salido de su retiro para encargarse de la misión. 4(us #abitaciones est!n por allí, al otro lado del corredor. (i necesita algo, no dude en pedirlo. 4s que no #a oído lo que acabo de decirleM 4/aniel estaba a punto de estallar. )astante )astante liada estaba y su vida para que encima le ec#asen aquella basura4. 0ómo voy a descifrar esto sin ningún tipo de informaciónM &aJalsHy detestaba que le gritaran. ra de los que trataban a los dem!s según le trataran a +l , y no era el momento indicado para za#erirle. 40umplo órdenes 4dijo con voz monótona y señaló la puerta, dando a entender a todos con la e$presión de su cara que #ablaba completamente en serio. /aniel no podía creer lo que estaba oyendo. 4(iempre cumple usted las órdenesM (iempreM 4(í. 40oronel, sólo un minuto, por favor. 40at#erine alcanzó a IVeil en el pasillo4. 0reo que me debe una e$plicación. l general Gest Gest me aseguró personalmente que tendría absoluta autonomía. 40ambio de planes 4dijo el coronel con un encogimiento de #ombros. 4so parece 4dijo la mujer sin e$altarse4, pero podría darme usted un motivo. IVeil le dio m!s bien un subterfugio. 40reo que los de arriba piensan que las cosas se #an salido un poco de madre aquí. % encima trae usted a otro civil. 40oronel IVeil 4el tono de la mujer revelaba que no si #abía tragado el cuento4, se me autorizó a traer a
Episodio I -ingo 9tilizando ambas manos para que no se le cayera la bandeja de comida del autoservicio, &aJalsHy alzó el pie #asta el tirador de la puerta y lo giró. :uvo que #acer un par de intentos para conseguirlo. /entro, la ópera egipcia de 3erdi, 'ida, sonaba a todo volumen. (in derramar una sola gota, entró de espaldas en la sala, pero cuando se cerró la puerta comprendió que tenía problemas. Las luces estaban apagadas y la #abitación estaba negra como la pez. n los últimos doce días, /aniel #abía logrado transformar aquella amplísima sala en un lugar tan desordenado como su piso de Los Zngeles. 0uanto m!s le contrariaba la traducción del círculo e$terior de jeroglíficos, pero ponía la estancia. ' &aJalsHy &aJalsHy,, verdaderamente preocupado por no tirar la comida, no le apetecía dar tumbos en medio del caos. 41nstantes despu+s se encendieron encendieron las luces. /elante del punto de la pared donde estaba la l!pida, los infantes de *arina #abían construido un andamio rodante de dos pisos para que pudiera analizarla de cerca y sin nada de por medio. n la parte alta del andamio lo único visible era la mano de /aniel con un mando a distancia. 4)uenos días, teniente 4dijo. 4(on casi las oc#o de la noc#e 4gruño &aJalsHy. &aJalsHy. n los últimos días /aniel se #abía convertido para +l en un doloroso grano en el culo. 0on algo m!s que cierto desprecio le preguntó4" Por qu+ no asea un poco este lugarM 4so es información secreta. 4%a est! bien, #ombre. 4&aJalsHy apartó un montón de bolsas de patatas fritas y envoltorios de caramelos para #acer sitio a la bandeja. /ijo a /aniel que se iba a la ciudad y le preguntó si necesitaba algo. /aniel se dio unas palmaditas en el estómago y ladeó la cabeza. 40laro que sí. Podría comprarme un punto de referenciaM % algún conte$toM n serio, &aJalsHy, conc+dame solamente solamente diez minutos a solas con la señora de la limpieza. stoy seguro de que sabe m!s que yo sobre lo que #abía debajo de esta piedra. &aJalsHy suspiró, #arto ya de aquella cantinela. 4s posible que sea cierto 4dijo, sabiendo que efectivamente era así4, pero el personal de limpieza est! de permiso. 4scuc#e, teniente coronel 4/aniel adoptó un tono desagradable4, ustedes quieren que les resuelva este rompecabeza. Euieren que descifre esta piedra que no #a podido descifrar nadie. % sin embargo embargo no me dan la información que necesito para #acer mi trabajo. 4:iene 4:iene algún problema con la comidaM 4preguntó &aJalsHy, &aJalsHy, recogiendo intacto el bocadillo de carne del acomida y pas!ndoselo por delante de las narices. ' ver qu+ le parece esto. 4/aniel tenía otra de sus brillantes ideas4. Eu+ pasaría si alguien deslizara anónimamente por debajo de mi puerta una copia no autorizada de cierto informeM o descubrir!n qui+n #a sido. 1o sabrían que est! en mi poder2 /escifro esto y nos vamos a casa tan contentos. 4
jeroglíficos. 'mbas 'mbas cosas lo sacaban de sus casillas. (e (e sentó en el andamio. andamio. 41Pues desobedezca las órdenes2 /esobedecer órdenesM (i /aniel #ubiese sido un soldado raso, &aJalsHy lo #abría pisoteado y lo llevaría ya #acía el calabozo. Pero era un civil y tenía que aguantarse. (in embargo, lo que m!s le fastidiaba de +l no era una cuestión militar, sino #umana. (iempre #abía tenido claro que ambos no sólo pertenecían a mundos diferentes, muy difíciles. 'sí pues, se #abía esforzado por comportarse de una manera que apreciaba y respetaba sus diferencias. Pero /aniel, menos controlado y maduro, cuanto m!s frustrado se sentía, m!s aires de superioridad se daba al tratar con &aJalsHy. % +ste, consciente de sus propias limitaciones, sabía que no era ningún neurocirujano. Peor tampoco era imb+cil y no le gustaba que lo trataran así. l militar cabeceó mal#umorado. 4(er siempre el m!s listo tiene que dar muc#o dolor de cabeza. 4% despu+s de robarle las patatas fritas de la bandeja, se dirigió a la puerta. n cuanto +sta se cerró, /aniel empezó a bajar del andamio. ;abía decidido que aqu+lla iba a ser la gran noc#e. o iban a encerrarle en una #abitación con el utillaje descodificador m!s importante del mundo mundo y con con el enigm enigmaa arqueo arqueológ lógico ico m!s m!s intere interesan sante te de su gener generaci ación ón para para luego luego neg negarl arlee la información que necesitaba para resoverlo. 0ogió la cafetera vacía y se dirigió al vestíbulo. /esde su mesa, el guardia nocturno, ;iggens, lo miró de reojo. 4Eu+ pasaM 40ómo va eso, ;iggensM 46ingió un bostezo y pasó por delante del guardia arrastrando los pies #acia el depósito de agua. Pero en cuanto dobló la esquina, corrió #acia el despac#o de IVeil. /el bolsillo de su arrugada camisa azul sacó un cortaúñas y #urgó en el teclado electrónico que custodiaba la puerta de IVeil. :ras dejar al descubierto los cables, abrió la #oja del cortaúñas que #acía de lima y la atravesó en el mecanismo de cone$ión. 'l producirse el cortocircuito, le dispositivo saltó con una pequeña e$plosión e$plosión el+ctrica. 0on 0on el corazón lati+ndole lati+ndole a toda velocidad, velocidad, giró el pomo, pomo, abrió la puerta y entró. Por fin lo #abía #ec#o. /estrucción de una propiedad del stado. %a no podía ec#arse atr!s. 0erró la puerta tras de sí. l despac#o despac#o era tan poco acogedor acogedor como como el del jefe de estudios estudios del instituto instituto donde #abía #ec#o el bac#illerato elemental. :ras el utilitario escritorio met!lico #abía una silla de acero ino$idable muy espartana. (obra la mesa, en el ordenador de IVeil, el protector de pantalla generaba un psicod+lico dibujo que imitaba un río de lava. /aniel abrió los arc#ivadores del rincón, pero, a e$cepción de alguna alguna que otra otra guía guía telefó telefónic nicaa local, local, estaba estabann comple completam tament entee vacíos vacíos.. L IV>L,, <'0&, <'0&, 0I5I 0I5IL. L. >nmed >nmediat iatame amente nte aparec apareció ió el mensa mensaje je de (P5, PI5 6'3I5. l ordenador que /aniel tenía en su #abitación era un YXS, mientras que el de IVeil parecía m!s bien propio de los Picapiedra. >mpaciente, escrutó las paredes buscando m!s pistas" un mapa de stados 9nidos, una carta estelar de los #emisferios norte y sur, y un cartel con el título (istema m+trico. Por desgracia para el ladrón, era la oficina m!s insípida del mundo. 6ue entonces cuando vio al guardia, o por lo menos su perfil, a trav+s del cristal esmerilado de la puerta. ;iggens se detuvo al ver la cerradura rota y /aniel contuvo el aliento. 'l cabo de un instante, el vigilante continuó su ronda
en dirección a los aseos. /aniel calculó que tenía dos minutos. 0uando bajó la vista, en la pantalla vio lo siguiente" IV>L, <., 0I5IL. 5L3'/I /L (53>0>I, /I( '\I(. / 93I '0:>3I, 9 *(. 0urioso. Eu+ tenían aquellas l!pidas para #aber sacado a IVeil de su retiroM Por qu+ +l en concretoM Eu+ #abía en +l para que las eminencias grises del general Gest pensaran que estaban especialmente preparado para aquella misiónM /aniel #izo otras preguntas al ordenador, pero la repuesta fue siempre la misma" >6I5*'0>[ (05:'. '00(I /D'/I. Para una mente como la suya, que se nutría de informaciones de última #ora, eran las palabras m!s deprimentes que podía imaginar. (e #undió en la silla, pensando que al día siguiente entrarían en aquel despac#o y lo pondrían de patitas en al calle, en el mejor de los casos. n el peor... prefería no pensar en los problemas jurídicos y administrativos que su acción podía acarrearle. 'l margen de lo que le #icieran la >nfantería de *arina y las 6uerzas '+reas, no se le escapaba que le coronel ya estaba al tanto de la mala fama que tenía entre sus colegas. 'brió lentamente la puerta y ec#ó un vistazo a e$terior. o #abía moros en la costa, pero permaneció inmóvil. ;abía algo que no le cuadraba. 3olvió a cerrarla puerta y se pegó a la pared. Eu+ #acía I Veil con un mapa de las estrellasM ...un millón de años en el cielo... (e quedó mirando el mapa durante un largo minuto, mientras su mente aceleraba poco a poco, corriendo luego como un motor #ipercalentado #asta que la idea cobró cuerpo. (e puso a jadear. (in saber qu+ m!s #acer, alzó la mano, arrancó le mapa clavado con c#inc#etas y salió corriendo del despac#o. 'ntes 'ntes de que el último rayo de luz que entraba por la puerta que se cerraba dejara de reflejarse en la cafetera que #abía encima del escritorio, ya estaba delante de su ordenador. l resplandor blanco del esc!ner peinó la mesa despejada a toda prisa y el mapa de IVeil, digitalizando sus figuras y almacen!ndolas en el ordenador. /aniel se puso a trabajar como un demonio de seis brazos, absolutamente concentrado. >nclinado sobre el teclado, aisló algunas de las principales constelaciones, dividió en dos la pantalla y comenzó a compararlas, una por una, con los misteriosos jeroglíficos que ya #abía informatizado. 0oncentró la búsqueda en Irión, porque era una constelación visible en ambos #emisferios. /os símbolos de la l!pida se parecían, pero no eran iguales. /aniel se recostó en la silla y levantó la vista #acia la e$quisita estatuilla de ?BFF a.0. que #abía colocado encima del ordenador y que era su único testigo. 40rees que vamos por buen caminoM La estatuilla no dijo nada audible, pero /aniel se irguió inmediatamente e introdujo otros par!metros para ver las constelaciones constelaciones en tres dimensiones. 0asi al instante encontró uan notable similitud entre Irión y uno de los misteriosos símbolos del círculo e$terno, el mismo símbolo que aparecía tambi+n en el cartuc#o de forma elíptica del centro de la l!pida. Pero la correspondencia no era perfecta. 6altaban las estrellas menores que, unidas a )etelgeuse, formaban el arco del cazador mitológico Irión- y 5igel no estaba unida a (irio según la tradición. tr adición. 'quellas palabras" según la tradición... /aniel se levantó de la silla, se dirigió a las estanterías e #izo algo que no #abía #ec#o en muc#os años" consultar la obra del profesor )udge. 'brió el libro por los 'p+ndices del final y encontró otro mapa de las constelaciones, distinto del primero. (onrió maliciosamente y volvió a sentarse. *iró una vez m!s la pantalla, luego el libro y finalmente los ojos negros de la estatuilla egipcia. 1)ingo2
Episodio II El sép!i%o s%olo. 9na fría mañana, poco despu+s de salir el sol en lo pinares, una limusina 0adillac de la base a+rea de LoJry, /enver, pasó el control de entrada y se dirigió #asta la boca de una cueva que el cuerpo de ingenieros del ej+rcito #abía abierto en la montaña. 3a 3arios militares de alta graduación, procedentes de diversos rincones del país, bajaron del ve#ículo y desfilaron por el pavimento. n el centro del grupo, un paso por delante de los dem!s, iba un militar recio de unos cincuenta años que llevaba la pec#era del ajustado uniforme azul cargada de medallas. ra el general Gest. Gest. 5espetado y temido por todos los que estaban a sus órdenes, Gest era famoso por tres cosas" por tomar siempre la mejor decisión en las circunstancias m!s difíciles- por tener violentos ataques de ira cuando no se efectuaban sus órdenes tal como +l deseaba- y por ser el mejor jugador de póHer de todas las fuerzas armadas. l grupo cruzó a zancadas las enormes puertas de cemento, primera línea de defensa del silo, y penetró en la fría oscuridad del interior de la montaña. ntraron en le ascensor e iniciaron el descenso. 0uando se abrieron las puertas en el piso AX, IVeil ya les estaba esperando. 41
cocina #abía instalado una mesa de buf+, con platos infinitamente mejores que la bazofia que #abía estado comiendo las dos últimas semanas. :odo era lujoso y elegante, como si de pronto #ubiese aparecido en medio de una fiesta del 0lub de Ificiales de Gest Gest Point. 9na pena. Pues si aquellas personas eran como los últimos arqueólogos que #abía visto en Los Zngeles, iban a pensar que su teoría sobre las l!pidas no era sino c#arlatanería. % lo peor era que todos sabían lo que #abía enterrado debajo, mientras que +l andaba dando palos de ciego. /ivisó a 0at#erine rodeada de un grupito de militares. La mujer le guiñó un ojo y se dirigió #acia +l seguida de un #ombre. 41/aniel2 4e$clamó la anciana, contenta de verlo4. *e gustaría presentarte a alguien. l general Gest. Gest. /aniel, cargado aún con todos los documentos, #izo lo posible por tenderle la mano. 4;ola 4dijo. 4s un placer conocerle finalmente, profesor. 4Gest parecía de esos #ombres que siempre saben lo que van a decir a continuación4. Leí unos cuantos artículos suyos antes de firmar al autorización para que usted tomara parte en esto. 4:ampoco Gest era ajeno al uso de la adulación. 4'#, síM 4preguntó /aniel, sorprendido y suspicaz a la vez4. % qu+ le parecieronM ;ubo cierto matiz de desafío en la pregunta, como si quisiera que Gest e$pusiese lo que #abía entendido. % lo último que 0at#erine deseaba en aquel momento era que se creara un conflicto entre ambos #ombres, así que intentó cambiar de tema. o obstante, Gest le indicó con un gesto que estaba dispuesto a contestar. *iró a /aniel fijamente a los ojos 7una costumbre del póHer8 y se puso a farolear. 4(ólo tengo una crítica que #acerle y permítame que ese la e$ponga en t+rminos militares 4empezó diciendo Gest4. st! usted tan obsesionado por cubrirse las espaldas que no insiste lo suficiente para alcanzar su objetivo. :odo :odo el tiempo que pasa escribiendo mira de reojo r eojo pregunt!ndose lo que pensar!n de usted otros acad+micos. acad+micos. 4)ueno, el m+todo científico de mi... 4(í, #ijo, el m+todo científico de mierda. (olamente #ay dos e$plicaciones posibles" o no tiene cojones para enfrentarse al saber convencional 4y aquí #izo una pausa para intensificar el dramatismo4 o el saber convencional est! en lo cierto y usted no es m!s que un jodido c#iflado. 3eamos cu!l es la repuesta. 4l general pidió disculpas a 0at#erine por el vocabulario que #abía empleado y dijo en voz alta a todos los presentes4" scuc#en un momento. ;emos esperado muc#o para llegar aquí, así que vayamos al grano y veamos qu+ es lo que este #ombre tiene que decirnos. /aniel se dirigió a la cabecera de la sala, se puso de espaldas a la pizarra que ocupaba toda la pared y miró a su alrededor, sonriendo sonriendo a todos como si fuera la primera mañana de un nuevo semestre. 40uando quiera 4dijo Gest. 4/e acuerdo. )ueno, #e traído algunas cosas, fotocopias y folletos... Pero no sabía que fuese a #aber tantas personas aquí, así que tendr!n que turnarse. 4Gest recogió unas fotocopias sin apartar la mirada de /aniel. 0uando la sala quedó en silencio, comenzó la e$plicación4. )ueno, evidentemente, lo que estamos viendo es una reproducción de las l!pidas. n el círculo e$terno se encuentran los símbolos que supuestamente son las palabras que tenemos que traducir. ste...le importaría apartar esoM 4/aniel desenrolló la carta estelar que #abía tomada prestada dos noc#es antes y la desplegó sobre la mesa. *ientras lo #acía, lanzó una mirada de reojo a IVeil, pero no apreció ninguna reacción en +l . :razó un círculo alrededor de una de las constelaciones y prosiguió. 4Ksta es la constelación de Irión y, aunque el dibujo es ligeramente diferente, cuadra con este símbolo que aparece en la l!pida. stos símbolos no son vestigios de una lengua desconocida, sino un cat!logo de las constelaciones. constelaciones.
4Perdone, profesor 4interrumpió el quisquilloso doctor *eyers4. Por qu+ no puede representar tambi+n ese símbolo la constelación de )oyeroM 4I la de 0efeoM I la de PupisM 4preguntó la doctora (#ore4. :ienen :ienen m!s o menos la misma forma. /aniel sonrió. stas preguntas le daban la oportunidad de lucirse un poco. :ras rebuscar en su montón documentos encontró el grueso volumen de )udge y, conforme lo #ojeaba, fue e$poniendo su planteamiento. 4La carta estelar que #e repartido muestra el sistema grecorromano de organizar las estrellas en constelaciones. Pero las piedras que nosotros queremos entender fueron escritas muc#o tiempo antes, utilizando la astronomía de los antiguos egipcios. 4% sosteniendo el libro abierto para que todos lo vieran, empezó a responder a las preguntas4. (egún el sistema antiguo, las estrellas se encuentran unidas de una manera m!s sencilla. 3eamos, por ejemplo, )etelgeuse, la estrella m!s brillante de Irión tal como aparece en este antiguo mapa 4dijo, señalando en el libro con el dedo4. 0omo pueden ver, es id+ntica al símbolo de las piedras. 4:odos 4:odos los que estaban sentados cerca del mapa estelar tuvieron que asentir. Las dos formas eran id+nticas4. '#ora bien 4continuó /aniel4, si mi teoría es cierta, el cartuc#o que se prolonga #asta al mitad de la losa central organiza estos símbolos de las constelaciones en un único orden serial, con una dirección definida. 49na direcciónM 4preguntó 0at#erine4. (e refiere a unas coordenadasM coordenadasM 4$actamente. La pieza central de las piedras contiene la clave. 4(acó un rotulador negro de su bolsillo y dibujó lo símbolos del cartuc#o en sentido vertical vertical sobre la pizarra. 0uando se giró de nuevo #acia los oyentes, le gustó ver que incluso el corones IVeil estaba inclinado #acia delante, pendiente de su pró$ima palabra4. n realidad, el cartuc#o es un mapa, lo que nos proporciona los siente puntos necesarios para trazar el rumbo #acia un destino concreto. 4(iete puntosM 4preguntó la doctora (#ore. /aniel dibujó un cubo en la pizarra y luego puso un punto en cada cara del mismo. 4(í. Para #allar un punto de destino en un espacio tridimensional es preciso encontrar dos puntos con el fin de determinar la altura e$acta, otros dos para determinar la anc#ura y otros dos para la longitud. 4% fue trazando una línea entre los puntos de las caras opuestas del cubo, dej!ndolo al final con tres líneas trasversales4. l diagrama del cartuc#o nos da esos puntos de referencia. l general Gest formuló entonces la pregunta m!s evidente. 49sted tiene a#ora seis puntos, pero acaba de decir que son necesarios siete. 4(í, estos seis símbolos indican con precisión un punto de destino concreto, pero para poder trazar t razar un rumbo #asta una posición debemos tener el punto de partida. 4/etesto sacar esto a colación 4dijo el siempre fastidioso doctor *eyers con una sonrisa burlona4, pero a#í sólo #ay #ay seis símbolos. símbolos. /ónde est! el el s+ptimoM /aniel no podía creer que fuera precisamente *eyers quien no reconociera el s+ptimo símbolo. Le #ubiera resultado muy f!cil #umillar a aquel pedante gusano, pero prefirió tom!rselo como un juego. 4Lo que mi apreciado colega intenta decir es que para el profano en la materia parece que sólo #ay seis símbolos. (ólo los egiptólogos especializados como nosotros somos capaces de reconocer el s+ptimo, porque el punto de partida no est!, como cabría esperar, dentro del cartuc#o, sino aquí, debajo de +l. 4/aniel completó el dibujo elíptico que envolvía los símbolos4constelaciones y luego, con trazos verticales, la % invertida que se salía del cartuc#o por abajo. 9na vez acabado, el dibujo parecía un espejo ovalado de cuerpo entero y con dos patas4. ste símbolo de abajo es el punto de partida. s una imagen del lugar en que fue #allada la piedra. 4/aniel empezó a dibujar el símbolo en la pizarra4. 0omo ven... son estos dos tíos raros que est!n a ambos lados de la pir!mide con un rayo de sol directamente encima de ella. s tambi+n un antiguo símbolo que quiere decir :ierra. l rayo de sol representa al dios 5a.
/aniel esperaba que #ubiera comentarios, alguna pregunta, algo. s que #abía dado con otro público que se iba a marc#ar de allí #astiadoM :odos :odos se quedaron mirando el dibujo, tratando de entender las consecuencias de lo dic#o. /ado que todos los presentes sabían qu+ era lo que se #allaba enterrado bajo la l!pida, sabían tambi+n cu!l iba a ser el siguiente paso lógico. % como era de esperar, la primera en #ablar fue 0at#erine. 41Lo #a conseguido2 4anunció, golpeando la mesa con los puños. 40onseguir qu+M 4preguntó /aniel. l doctor *eyers seguía teniendo sus dudas. 4o #ay ningún símbolo así en el artefacto 4recordó a todos. 4:al 4:al vez e$ista un jeroglífico equivalente u otro tipo de representación. Eu+ acababa de oír /anielM 4'rtefactoM 4dijo, sin dirigirse a nadie4. Eu+ artefactoM La doctora (#ore dio un respingo. 'cababa de transgredir la orden de no pasar ninguna información a /aniel. *iró de reojo a &aJalsHy, quien tambi+n la miraba con una de esas e$presiones que reproc#an a las personas lo larga que tienen la lengua. 0at#erine se puso en pie. Primero miró al coronel IVeil y luego al general Gest. 4(upongo que en algún momento tendr!n que enseñ!rselo. s el único capaz de identific!rlo. Gest Gest miró a IVeil y simuló que estaba meditando. meditando. n realidad, ya #abía tomado al decisión durante la c#arla que #abía mantenido con /aniel unos minutos antes. 4ns+ñeselo. IVeil asintió mirando a &aJalsHy, quien se apro$imó a la pared de atr!s y, levantando un panel, dejó al descubierto un enorme mirador desde el cual se dominaba la inmensa sala que se e$tendía abaj abajo. o. 'un ante antess de acer acerca cars rsee para para ver ver lo que que #abí #abía, a, /a /ani niel el comp compre rend ndió ió de repe repent ntee lo monstruosamente monstruosamente grande que era un silo de misiles, reciclado o no. :odo :odo aquel laberinto de despac#os que le #abía parecido tan grande, dotado incluso de autoservicio, no era m!s que una pequeña porción del espacio total. l suelo del silo estaba lleno de maquinaria sofisticada de varias clases- era un centro de operaciones de altísima tecnología. % en el centro de este paisaje met!lico de ordenadores, cables, sensores y plataformas de acero se #allaba el gigantesco anillo, el mismo objeto misterioso que 0at#erine #abía visto salir sesenta años antes de una polvorienta tumba situada en el centro de ninguna parte. Parecía que a#ora era el componente central de una interminable y deslumbrante m!quina.
4Eu+ diablos es esoM 4preguntó /aniel. 4:u Puerta de las strellas 4dijo 0at#erine. /aniel sintió que se le nublaba la mente, como si este súbito aflujo de e$trañas informaciones estuviera a punto de provocarle un desequilibrio mental. 'quel grueso anillo, que medía m!s de tres veces su altura, descansaba sobre una plataforma met!lica elevada. 9na amplia rampa ascendía desde el suelo #asta al plataforma y la abertura central del anillo. '#ora que estaba limpio y pulido, no cabía duda de que era de material met!lico. (e parecía muc#o al ópalo y era semitransparente semitransparente aunque dispersaba al luz de alrededor en varios colores al mismo tiempo. 4ncontró usted esto en giptoM 4/aniel no se lo podía creer. /eseaba #acer m!s preguntas, pero oyó que el general Gest Gest daba daba una orden. 4Ll+venlo abajo a ver si puede identificar ese s+ptimo símbolo. 4% cuando IVeil #izo adem!n de obedecer, Gest añadió4" 9sted no, coronel. :enemos que #ablar. 0at#erine condujo a /aniel y a una docena de curiosos espectadores por una estrec#a escalera de carac caracol ol #asta #asta la cabin cabinaa telefó telefónic nica, a, don donde de los t+cnic t+cnicos os que mante mantenía níann una vigila vigilanci nciaa constante se sorprendieron notablemente al ver la súbita intrusión de aquel grupo de turistas en su tranquilo espacio de trabajo. La penumbra de la sala llamó la atención de /aniel porque le parecía un versión en miniatura de la (ala de 0ontrol que #abía visto en ;ouston durante los lanzamientos espaciales. /e pronto empezó a darse cuenta de adónde llevaba todo este proyecto. 0asi todos los observadores se arremolinaron en torno a la gruesa cristalera de ple$igl!s. /aniel iba a #acer lo mismo, pero 0at#erine tiró de +l y lo llevó ante una pantalla donde se veía un primer plano del anillo. La c!mara que filmaba en el silo estaba adosada a la sección del anillo que se encontraba el símbolo de scorpión. La c!mara acercó a /aniel lo suficiente para apreciar el e$quisito y minucioso trabajo de talla que que se #abí #abíaa real realiz izad adoo en la fabr fabric icac ació iónn del del anil anillo lo.. :ambi+ mbi+nn pudo pudo ver ver uno uno de los los siet sietee recubrimientos triangulares fijados en su borde e$terno. ;ec#os de oro macizo, cada uno de ellos alojaba un enorme pedazo de cuarzo tallado. 0on el tinte verdusco del monitor, 0at#erine parecía de repente un ser pequeño y retorcido. 'mbos tomaron asiento delante de la pantalla mientras ella se e$plicaba. 4'unque no nos dimos cuenta de que los símbolos de las l!pidas eran constelaciones, sabíamos que correspondían a los que aparecen grabados en el artefacto, la Puerta de las strellas. uestro problema fue que en ningún ningún momento caímos en la cuenta cuenta del s+ptimo símbolo. 3e 3eamos a#ora si eres capaz de encontrarlo. 1*it#c2 4gritó a uno de los t+cnicos que andaban por allí, un tipo de ojos soñolientos que tenía m!s o menos la edad de /aniel. n su placa decía que era *. (torey, Iperador :+cnico special. special. 0at#erine le dijo lo que quería. 4(in problemas. 3amos a girar la rueda 4dijo el t+cnico, empezando a teclear una larga serie de órdenes en el ordenador. 9nos segundos despu+s. scorpión desapareció de la pantalla y fue sustituido por la scuadra y luego por la 0abeza de (erpinte. *irando a trav+s del ple$igl!s, /aniel alcanzó a ver la sección interior de la Puerta de las strellas, que giraba como una rueda dentro de un anillo mayor fijo. n la base del artefacto se
#abía instalado un aparto especial, parecido a una abrazadera que sujetaba al mitad interior del anillo. (us ruedas de goma activadas por control remoto eran las encargadas de girar el anillo. 9no a uno, los símbolos fueron apareciendo en la pantalla" Libra, el )oyero, 3irgo, 3irgo, la 0opa. Poco a poco, los visitantes de la cabina telefónica empezaron a mosconear alrededor del monitor para ver qu+ estaba pasando. /aniel los asustó a todos cuando, súbitamente, gritó" 41'lto2
(e inclinó #acia delante y durante unos segundos escrutó la imagen que #abía en la pantalla" un tri!ngulo con un círculo encima. Levantó lentamente el rotulador negro y, para consternación de (torey, (torey, dibujó el símbolo del cartuc#o encima del símbolo aislado en el monitor. videntemente, era el mismo- sólo difería lo suficiente para pasar por alto la similitud si no si sabía lo que se estaba buscando. 41La :ierra2 4e$clamó la doctora (#ore. 41:#!lassa2 4dijo *eyers. 4ureHa 4returcó /aniel. 4:odo este tiempo #a estado delante de nuestras narices. 4(torey arqueó una ceja a los observadores, observadores, absolutamente perplejo. (in embargo, para 0at#erine todo quedó claro de repente. 0orrió al toro lado de la sala, cogió el auricular del tel+fono interno y #abló en voz muy baja con el general Gest, Gest, que estaba un piso m!s arriba. 0uando volvió con el grupo, dio la orden que #abía deseado dar durante toda su vida. 4;agamos una prueba. % con el poder de un #ec#izo m!gico, esas simples palabras convirtieron la cabina en un manicomio. 9n militar de uniforme, carpeta en mano, voceó la asignación de papeles- los t+cnicos se #acinaron en sus puestos c#illando de lado a lado de la sala par que les dieran las últimas lecturas, y una serie de enormes copiadoras se activaron y, c#illando entrecortadamente, empezaron a escupir datos. ] 4*uy bien, *itc#, prep!rate par la conducción del test 4dijo 0at#erine, arrastrando una silla junto a la de (torey. #izo una seña con la cabeza a la doctora (#ore, que pronunció en voz alta la primera serie de coordenadas num+ricas. (torey aporreó el teclado con dos dedos, arregl!ndoselas de alguna e$traña manera par retener los números en la cabeza, y luego pulsó la tecla :5. 'l segundo, la deslizante rueda interior de la Puerta giró #asta que la constelación de :auro :auro quedó en lo alto, % como si fuera un enorme cier cierre re de com combina binaci ción ón,, el anil anillo lo regi regist stró ró el movi movimi mien ento to con con un audi audibl blee c#as c#asqu quid ido. o. >nmediatamente se separó la gran cubierta que envolvía el cuarzo de la parte superior y sus dos mitades se abrieron como los ganc#os de una abrazadera. '#ora se veía que el cuarzo, del tamaño de un puño, apuntaba claramente al centro del anillo. 410omp!s 9no, en posición2 4gritó (torey. (torey. La rueda invirtió la dirección del giro #asta que la 0abeza de (erpiente, la segunda figura del cartuc#o, quedó arriba. Pero esta vez se abrió una de las 3 invertidas que estaban junto a la base de la Puerta, y al #acerlo, un zumbido de baja frecuencia invadió la sala, aumentando de
intensidad conforme continuaba la apertura. Poco a poco, todo lo que #abía en la sala empezó a temblar. 410omp!s :res, en posición2 4dijo (torey, alertando a todos. % dirigi+ndose a /aniel sin levantar al vista del teclado, añadió4" ;aga el favor de sujetar esa taza. 4/aniel alargó la mano e impidió que la taza se cayera de la mesa. 4Dracias 4dijo el primero en español. 4/e nada 4replicó el segundo en el mismo idioma. 40omp!s 0inco, en posición. 0ada vez que una pieza de la orientación quedaba en la parte superior de la Puerta de las strellas y el zumbido de la m!quina crecía en intensidad, aumentaba tambi+n la tensión que se respiraba en la sala. /aniel pronunciaba en voz baja los nombres de las constelaciones" la 0abeza de (erpiente, 0apricornio, el 9nicornio, (agitario, Irión y, finalmente, el s+ptimo símbolo" la :ierra. 0uando estuvo en su sitio el se$to símbolo, Irión, 0at#erine se volvió a /aniel y le murmuró" 4;asta a#ora no #abíamos podido pasar de aquí. Por la tensión que reinaba en la sala, /aniel dedujo que la mujer decía la verdad. :odos :odos #abían contenido el aliento en espera de que el s+ptimo símbolo estuviese en posición 40ómo #an sabido lo que ese trasto podía #acerM 4preguntó /aniel. 4Porque est! #ac#o de una sustancia semejante al cuarzo que es diferente de cuanto #ay en la :ierra. Posee cualidades increíbles. Pero antes de que 0at#erine pudiese continuar, volvió a oírse la voz de (torey. 410omp!s (iete, en posición2
0uando el s+ptimo signo quedó en su lugar, el temblor de la sala cesó y dio paso a una nota profunda y armoniosa. (onaba casi como la m!s baja que pudiera dar un antiguo órgano de tubos. /aniel miró a 0at#erine, pregunt!ndole con la mirada si era aquello lo que en teoría tenía que ocurrir. Pero antes de que ella tuviera tiempo de responder, una segunda nota, m!s aguda que la primera, llegó resonando por le cristal de seguridad, llenando toda la cabina. l sonido turbó a /aniel, que #izo adem!n de preguntar algo a 0at#erine. 40#itón 4dijo +sta, poni+ndose un dedo en la boca y cerrando lo ojos4. scuc#a. /aniel escuc#ó una tercera nota, y luego una cuarta, cada una vibrando en una frecuencia m!s alta alta.. Lo raro raro era era que que cada cada nota nota era era abso absolu luta tame ment ntee dist distin inta ta a la ante anteri rior or,, aun aun cuan cuando do se encadenaban ntonces lo comprendió y cuando empezó a escuc#ar la s+ptima y última nota ya estaba sonriendo. l anillo #abía creado una única y armónica nota, bastante m!s compleja de lo que el , gran aficionado a la música cl!sica, #abría imaginado. o era música, pero era bello.
Luego empezó a suceder algo muc#o m!s e$traño. 0omo serpientes erguidas en el aire por la flauta de un encantador, las piedras de cuarzo situadas alrededor de la parte frontal de la Puerta emitieron siete rayos de luz parecidos al l!ser, aunque era evidente que obedecían a leyes físicas distintas, pues la luz fluía #acia el centro del anillo. *anaba literalmente, como si alguien #ubiera abierto las mangueras de un jardín y de ellas saliera luz líquida. La luz que brotaba #acia arriba desde las gemas de abajo se comportaba de la misma manera que la procedente de las gemas de arriba o de la os lados. Parecidos en cierto modo a brillantes cuerdas líquidas, todos lo rayos corrían #acia el centro ejecutando una vibrante e irregular danza antes de disiparse en el aire. 4'lucinante 4murmuró (torey. 0at#erine y /aniel le miraron y asintieron. Luego se miraron entre sí, sin poder #ablar. ' medida que los tent!culos de luz aumentaban de longitud, empezaron a enredarse y a e$pandirse r!pidamente #asta formar un pequeño c#arco, una superficie sólida y resplandeciente, resplandeciente, como una delgada l!mina de mercurio e$tendida en el #ueco centro del anillo. La delicada belleza de la imagen, junto con la e$traña armonía de la nota, suscitó una oleada de euforia en los #ombres y mujeres de la cabina. :odos miraban a su alrededor para confirmar este sentimiento, sonriendo a los dem!s. Pero un segundo despu+s el ambiente cambió bruscamente. l espejismo adquirió masa y empezó a condensarse como un viscoso remolino de aguas turbulentas. Luego estalló en toda la sala como un gigantesco #urac!n que les golpeó en la cara. >nvoluntariamente, todos los presentes retrocedieron, algunos cayeron al suelo. 'lguien empezó a gritar que lo pararan, que detuvieran aquello, pero antes d qque pudieran reaccionara, el anillo aspiró la energía y la disparó #acia el toro lado con sorprendente velocidad, creando un ilusorio túnel de luz, una rugiente cascada circular que desaguaba directamente en el infierno a dos millones Hilómetros por #ora. (ólo que no se veía caer. staba staba de costado, apuntando al muro m!s distante del silo, y se perdía en un lugar muc#o m!s lejano que el infierno. Para entonces, cada ordenador de la cabina daba su particular versión del caos- las luces parpadeaban, parpadeaban, las impresoras y los t+cnicos, pegados a las m!quinas, se esforzaban por
mantenerse al ritmo de la entrada de datos. 0at#erine preguntó a gritos si los soldados que rodeaban la Puerta se encontraban bien. 'fortunadamente, 'fortunadamente, así era. 41(e orienta solo2 4c#illó un t+cnico desde el otro e$tremo de la sala. La doctora (#ore, saltando entre una maraña de cables, corrió a ver lo que #abía descubierto el t+cnico. l #ombre le enseñó el detallado gr!fico del universo que #abía en la pantalla, con un parpadeante punto azul que representaba al :ierra. 9na pequeña $ roja, formada por el cruce de dos #ilos de l!ser, empezó a desplazarse por le monitor, abandonado la :ierra y viajando por la 3ía L!ctea #asta detenerse en el otro e$tremo de la pantalla. (#ore, con los ojos como platos, llamó a voces a 0at#erine. 4(e #a detenido sobre la gala$ia 0irro. :iene masa. Podría ser un sat+lite, tal vez un asteroide grande. 4;as dic#o la gala$ia 0irroM 4preguntó /aniel rasc!ndose la cabeza4. o est!...M 4'l otro lado del universo conocidoM (í, en efecto. 40at#erine estaba nerviosa, pero era evidente que saboreaba cada momento. l tel+fono sonó. (torey lo cogió r!pidamente sin dejar de teclear. ra el general Gest, que llamaba desde la sala de arriba. *ientras escuc#aba, la e$presión de la cara del t+cnico fue cambiando #asta llegar a la incredulidad. 4Eu+ 4Eu+ usted usted qu+ qu+MM 4pregu 4preguntó ntó esc+pt esc+ptica icamen mente. te. Pero Pero al instan instante, te, su tono tono de voz ya #abía #abía cambiado4. (í, señor. (í, señor. '#ora mismo, señor. 4Eu+ pasaM 4preguntó 0at#erine por encima del bullicio. 4Euieren mandar una sonda 4e$plicó (torey, sin poder cre+rselo. 49na sondaM 40at#erine no sabía lo que pedía Gest. staba a punto de coger el tel+fono cuando, por la ventana de observación, vio a dos soldados empujando un aparato del tamaño de un frigorífico con un largo brazo mec!nico, Laboratorio4(onda 'nalítico *óvil. l L.(.'.*, o 9nidad (am, como se decía comúnmente, llegó a la rampa de acceso a la Puerta. ra un gigantesco monstruo de acero con un brazo diseñado en le >nstituto :ecnológico de 0alifornia, que parecía el trineo de (anta 0laus en versión siglo TT>>>" c!maras de vídeo en miniatura, dispos dispositi itivos vos de an!lis an!lisis is atmosf atmosf+ri +rico, co, un labora laborator torio io de químic químicaa totalm totalment entee autom autom!ti !tico, co, microrradares en forma de disco para detectar las ondas de radio... (e #abía tardado tres años en construir el torpe aparato y su valor ascendía a varios millones de dólares. *ientras se preparaba la sonda, entraron corriendo oc#o o nueva infantes de *arina armados que tomaron posiciones defensivas alrededor de la Puerta de las strellas. ' /aniel le pareció ridículo. Eui+nes se creían que eran para interrumpir la pruebaM Itro ejemplo de paranoia militar, pensó. l tel+fono volvió a sonar. st st vez fue *eyers quien se abalanzó sobre +l. 4'quí el doctor 6red *eyers. (í, general. (í, señor, estamos preparados par inspeccionar cualquier actividad registrada en al Puerta. (í, señor, en teoría debería ser capaz de detectar esta clase de transmisión. n cuanto colgó, el doctor *eyers se dirigió a uno de los bancos de ordenadores y se puso a dar e$plicaciones a los t+cnicos. 0asi todos los ojos de la sala seguían puestos en 0at#erine, esperando que ella diera instrucciones. 'unque estaba molesta porque le #abían ocultado lo de la sonda, ec#ó un vistazo a la sala y gritó en+rgicamente" en+rgicamente" 4(olt+mosla, a ver qu+ pasa. Los t+cnicos del silo enganc#aron la sonda a una cadena de remolque, como las que utilizan las
grúas. 0uando acabaron, se volvieron y levantaron la vista #acia la sala de conferencias. l general Gest asintió para autorizar el lanzamiento de la sonda. Los t+cnicos se apartaron a toda prisa en cuanto la cadena entró en acción. *ientras la sonda subía la rampa con la torpeza de un tanque en dirección a la tormenta el+ctrica, /aniel #izo a 0at#erine una apremiante pregunta. 4o embestir! contra la paredM 4o creo. Por si las moscas, /aniel retrocedió unos pasos. 0uando la sonda llegó a lo alto de la rampa y penetró en el campo de energía, se escuc#ó el efecto de una fuerte descarga de alto voltaje. 0uando el túnel absorbió los primeros !tomos de la m!quina, el campo de energía se tragó literalmente todo el aparato y una luz blanca y cegadora iluminó cada rincón de la sala. 0uando pudieron darse la vuelta para mirar otra vez, la sonda #abía desaparecido. desaparecido. Los militares de alta graduación que estaban de visita aplaudieron durante un segundo, #asta que se dieron cuanta de que la prueba aún no #abía concluido. /aniel, aturdido, confuso y mudo, miró a 0at#erine en espera de una e$plicación. La anciana levantó sonriente las cejas y dijo" 4sto empieza a ponerse emocionante, no te pareceM 4Eu+ est! pasando a#oraM 4/aniel observó que los t+cnicos seguían pegados a los monitores. 4stamos esperando a ver si la sonda envía datos a trav+s de la Puerta 4dijo *eyers. speraron un minuto, pero no se produjo ninguna novedad. /aniel susurró una pregunta a 0at#erine. 40u!nto llevan trabajando sus #ombre en estoM 4*i padre lo descubrió cerca de Dize# cuando yo era pequeña, peor el gobierno egipcio no nos dejó sacarlo del país #asta ?@UB. Luego tuvimos que quit!rselo a los brit!nicos y adem!s #ubo que conseguir fondos. 4/el Pent!gono. 4l fastidio de /aniel era evidente. 4Llevo metida en este proyecta desde que tenía nueve años 4replicó 0at#erine4. ;e tardado m!s de cincuenta en encontrar el dinero y sin +l todo esto no se #abría #ec#o realidad. Eu+ #abrías #ec#o túM 6ue entonces cuando se oyó el grito de la doctora (#ore. 41Parece que llega algo2 4'#ora fueron los t+cnicos quienes aplaudieron. :odos los ojos se volvieron #acia la doctora, que inspeccionaba en el monitor los datos procedentes de la Puerta. ' los pocos segundos la señal empezó a desaparecer4. Lo estamos perdiendo. ;emos bajado al treinta por ciento. '#ora al cinco. 40uando (#ore anunció la p+rdida definitiva de la señal, el anillo interior de la Puerta giró sobre sí mismo y se cerró. 0at#erine se unió a los científicos apiñados en torno al puesto de operaciones de (#ore. /aniel se inclinó por encima de (torey y preguntó qu+ pasaba. 4La sonda 4e$plicó el aludido4 nos #a enviado datos, pero todo est! codificado y comprimido digitalmente. :ardaremos un par de minutos en e$pandirlo y descodificarlo par a ver si #ay algo que valga al pena. *ientras tanto, unos cuantos t+cnicos dirigidos por *eyers se reunieron en torno a una fila de ordenadores situada al fondo de la sala. l !nimo general era de ansiedad. (egundos despu+s, el doctor *eyers anunció" 41Lo tenemos2
La alegría cundió en la sala. :odos se pusieron a aplaudir y a levantar el puño. Los científicos se abraz abrazaro aron. n. Parecí Parecíaa increí increíble ble,, pero pero de pronto pronto tenían tenían a su merce mercedd datos datos signif significa icativ tivos os y reveladores sobre un lugar situado en la región m!s alejada del universo. /espu+s de meses sudando en aquellos siniestros túneles subterr!neos, lo verdaderamente emocionante, desde el punto de vista científico, no #abía #ec#o sino empezar. Personas #asta entonces desconocidas desconocidas se felicitaban entrec#ocando la palma de la mano. *eyers se acercó a /aniel y, emocionado, emocionado, estuvo a punto de darle un abrazo que al final quedó en un apretón de manos. 4Le felicito de verdad. ;a #ec#o usted un trabajo e$traordinario. 9n instante despu+s, la doctora (#ore le estampó media docena de besos en la mejilla. 4res un genio, rediós. so es lo que eres. /aniel sonrió y le devolvió los cumplidos. o recordaba #aber visto en toda su vida a un grupo de científicos compartiendo una alegría así. *ientras continuaba la celebración, encontró a 0at#erine y la llevó a un aparte. 4Piensa revisarlo a fondo, verdadM 4(í. s precisamente la finalidad de todo esto. Pero, al decirlo, un grupo de soldados entró en la cabina y tomó posiciones alrededor del ordenador principal. /os de ellos, que evidentemente conocían bien la cabina, se acercaron para sacar los discos duros y recoger todos los cuadernos de notas. (e llevaron toda la información que acababa de proporcionar la 9nidad (am. 'l principio, muc#os jubilosos asistentes no se percataron de lo que estaba ocurriendo, y los que lo #icieron no tenían la m!s remota idea de lo que estaban llevando a cabo los soldados, si bien la actitud de +stos daba a entender que no #abían entrado allí para descorc#ar botellas de c#ampaña precisamente. precisamente. l doctor *eyers se apro$imó y les plantó cara. 4Eu+ est! pasando aquíM Eu+ significa estoM n ese ese mome moment ntoo volv volvió ió a sona sonarr el tel+ tel+fo fono no inte interi rior or y, mien mientra trass la impr improv ovis isad adaa fiest fiestaa degeneraba en una serie de violentas disputas, 0at#erine se apresuró a cogerlo. 'l poco se puso a gritar a pleno pulmón. 41(ilencio2 10allaos todos2 % reanudó la conversación con el general Gest. Parecía tan impaciente como una joven de diecis+is años que #ablara con el c#ico que la #a invitado a ir a la fiesta de fin de curso. n cuestión de segundos repitió diez veces la palabra entiendo y su e$presión languidecía cada vez m!s. 'l final estaban todos callados y preocupados. 0at#erine colgó el tel+fono y se dirigió a los presentes. 4l general dice que est! muy contento y que todos deberíamos sentirnos orgullosos del trabajo que #emos realizado. :ambi+n me #a dic#o que estamos despedidos. ' partir de a#ora, ellos se #ar!n cargo de todo.
Episodio III In(or%ain *ili!ar /aniel no se quedó a escuc#ar las protestas. n un abrir y cerrar de ojos ya estaba corriendo por los impecables pasillos pasillos blancos a la caza del general general Gest. Gest. Pero no fue a +ste, sino a I=eil a quien pescó en el momento en que salía de la sala de conferencias. 4Eu+ demonios creen que est!n #aciendoM4preguntó, dispuesto a llegar a las manos 4. s +sa la idea que el ej+rcito tiene de la lealtadM ncerrar a todas estas personas bajo tierra durante meses para despedirlas cuando la cosa empieza a ponerse emocionanteM I=eil apenas escuc#aba lo que le decía /aniel. /espu+s de la entrevista con el general Gest, tenía demasiadas cosas en la cabeza y, adem!s, no le importaba el porvenir del equipo de científicos. Lo único que deseaba #acer en ese instante era volver a su despac#o para pensar en el día siguiente. 4/octor nformación > nformación *ilitar. 43alga la contradicción. 4o sabe cu!nta razón tiene4dijo I=eil, avanzando por el pasillo. 4/e verdad creen que es posible mantener algo así en secretoM Le aseguro que toda la comunidad científica querr! estar al tanto de todo esto. ra algo que I=eil no podría ignorar. /io media vuelta y se encaró con /aniel. ;abía algo amenazador amenazador en aquel #ombre y /aniel sintió que se le secaba la garganta. :ragó :ragó saliva. 4*uy bien, profesor. % qui+n se lo va a decirM :odos los miembros del persona científico #an firmad firmadoo un juram jurament entoo de secret secretoo e$cept e$ceptoo usted. usted.4% 4% acerc acerc!nd !ndose ose #asta #asta casi casi rozars rozarsee con con +l, continuó con burlona cortesía4" (e lo va a decir usted, profesor ncluso antes de que I=eil #ubiera mencionado lo del reportaje, /aniel sabía ya que no #abía ninguna posibilidad. adie lo ceería, sobre todo si era +l quien lo decía.
4'lgo m!s, profesorM /aniel se quedó pensando un instante y se dio cuenta de que era mejor probar otra t!ctica. 4Por favor, permítame quedarme en esta misión. ;e pasado los mejores años de mi vida estudiando idiomas, el 'ntiguo gipto, arqueología, e$actamente todas las materias relacionadas con este proyecto. 4'precio su gesto4dijo I=eil 4, pero la decisión ya est! tomada. n vista de que la súplica no #abía funcionado, /aniel decidió ponerse agresivo. 4;e arriesgado mi reputación y dedicado mi vida a esto. ' qu+ #a dedicado usted la suya, coronelM I=eil fue a responder, responder, pero se dio cuenta de la trampa. /esarmó a /aniel con una fría mirada y le dijo" 45ecoja sus cosas y abandone la base. 49n momento, nspeccionar un !rea de cuatrocientos metros de circunferencia, reunir toda la información posible y traerla de vuelta. 'nderman amplió detalles. 49na vez que se encuentre al otro lado, tendr! que descifrar los signos que se #allan en esa puerta y, y, en esencia, esencia, transmitirlos. 0omo 0omo si fuera un fa$. 4% +sa es la cuestión.4Gest se agac#ó para ponerse a la altura de /aniel 4. o voy a enviar a mis #ombres allí a menos que est+ seguro de que puedo volver a traerlos. *i pregunta es la siguiente" puede usted #acerloM Pero a /aniel se le ocurrió otra idea. 4% por qu+ no restablecer el contacto desde este ladoM 4Porque4e$plicó I=eil4una vez que nuestro equipo consiga pasar, se evacuar! y se precintar!
todo el silo. o sabemos lo que podría venir del otro lado. /aniel entendió entonces no sólo por qu+ los soldades #abían rodeado la Puerta al penetrar la sonda, sino tambi+n por qu+ esta operación se estaba llevando a cabo en un lugar tan curioso. (e quedó mirando el tec#o. 0ada fibra de su cuerpo le decía que aceptara, que prometiera al general todo lo que +ste quería de +l a cambio de poder visitar el lugar que #abía visto en la pantalla. /e repente le pareció que su vida entera #abía sido una preparación para este momento, para el momento en que embarcara en un peligroso viaje #acia una tierra olvidada y desconocida. (i no iba, la #istoria de su vida perdería todo sentido. Pero qu+ pasaba con los dem!sM *iró a I=eil y sobre todo al buenazo de &aJalsHy. o podía arriesgar su vida sólo para satisfacer su curiosidad personal. Pero fin #abía llegado su momento, pero la apuesta era demasiado real, demasiado alta. *iró una vez m!s al general Gest, que arqueó las cejas en señal de interrogación. 4(í, puedo #acerlo4dijo /aniel. 4st! seguroM 4'bsolutamente. Gest asintió y miró uno por uno a todos los soldados que se #allaban en la sala- cuando todos le #ubieron manifestado su conformidad, se decidió. 4*uy bien. 6orma usted parte del equipo. Partir!n a las seis de la mañana. I=eil estaba absorto y sentado en una silla plegable de metal con una mortecina bombilla de cuarenta vatios colgando del tec#o. studiaba la sección de tierra, de tres metros de longitud, que la $pedición Langford #abía e$traído de debajo de la Puerta de las strellas. los dos cuerpos #umanos fosilizados se #abían fundido con la piedra #acía m!s de diez mil años, convirti+ndose en retorcidas esculturas. Los musculosos cad!veres se #abían conservado casi intactos. Los únicos desperfectos que se apreciaban eran los producidos al arranc!rseles, para e$aminarlos, los largos cetros que portaban y las varias perforaciones realizadas por los e$pertos en gen+tica para e$traer muestras de '/. (in embargo, eran los retorcidos cr!neos met!licos lo que mantenía cautiva la atención del coronel #ora tras #ora. /esde que llegara al silo para a#cerse cargo del proyecto #abía pasado muc#as #oras en aquella lúgubr lúgubree #abit #abitac ación ión conte contempl mpland andoo aqu aquel el #orrib #orrible le objeto objeto.. ra la única única forma forma que tenía tenía de prepararse para lo que podía significar estar al otro lado de la Puerta de las strellas. Le parecía un e$traño espejo que reflejara su destino, la forma en que moriría. :odos los #uesos de su cuerpo le decían que aún estarían allí, que se enfrentaría a aquelos guerreros, tan evolucionados evolucionados y primitivos a la vez. Euedaban Euedaban menos de veinticuatro veinticuatro #oras para conducir conducir a su equipo al otro lado y ver qu+ encontraban allí. o era una buena misión. La sonda #abía conseguido entrar, pero no #abia pruebas de que los #umano #umanoss pud pudier ieran an sobrev sobrevivi ivirr al viaje. viaje. 'u 'unn cuand cuandoo no encont encontrar raran an fuerza fuerzass #ostil #ostiles es,, las probabilidades de regresar r egresar eran, en el mejor de los casos, remotas. % las de I=eil eran incluso menores. o era sólo que Gest le #ubiera asignado una misión suicida, sino que +l mismo no tenía intención de volver. 'ntes de que los #ombres del general abandonaran su casa de %uma, +l ya sabía que sería su último últi mo cometido. /urante los veintidós meses anteriores no #abía deseado otra cosa que morir. (e #abía convertido en un cad!ver ambulante" un ser gastado, roto, vacío en todos los sentidos. *!s de una vez #abía cargado su pistola y puesto el dedo en el gatillo. Pero se negaba a #acerlo, no sólo porque probablemente probablemente acabaría con (ara#, sino porque sus convicciones religiosas condenaban el suicidio. 3iniendo de un #ombre que #abía generado tanta violencia a lo largo de su vida, esta negativa resultaba verdaderamente paradójica. Iveja negra de buena familia, I=eil #abía nacido con el
caos y el salvajismo en el corazón. 'ntes de cumplir los diecioc#o años ya #abía comparecido tres veces ante los tribunales. 9n juez clemente le #abía dado a elegir" o alistarse en el ej+rcito o pasar un año en el correccional correccional de Gas#in Gas#ington. gton. ligió la >nfantería de *arina y, desde el mismo día de su alistamiento, fue un soltado e$cepcionalmente disciplinado y dotado. 0uando sólo llevaba veinte semanas, solicitó y obtuvo el traslado al 0entro de 6ormación para el 0omabte de Euantic, 3irginia. 'llí aprendió todas las sutilezas y #abilidades para infiltrarse en territorio enemigo, sobrevivir en la selva, cometer atentados políticos, fabricar y #acer estallar e$plosivos, fabricar armas químicas mezclando sustancias comunes y corrientes... 'scendió vertiginosamente y pronto pasó a la compañía de elite, la ncluso aquel último día en %uma #abía recordado los compromisos contraídos. n la puerta, mientras (ara# lloraba #ist+ricamente tratando por última vez de tenderle la mano para establecer contacto #umano con +l, I=eil le recordó que #abía prometido amarla y cuidarla mientras viviera. % en su opinión, dic#a +poca ya #abía pasado. Permaneció allí un minuto, intentando #ablar, deseando decirle adiós, pero cada vez que #acía el esfuerzo las palabras se le atascaban en la garganta. 'l final dio media vuelta y empezó a alejarse. 0uando Gest lo encontró en aquella fría sala medio a oscuras, I=eil llevaba media #ora mirando fijamente las figuras aplastadas. n su opinión, las dos criaturas trataban de establecer comunicación comunicación a trav+s de la Puerta cuando +sta quedó enterrada en la piedra. o levantó la vista cuando oyó que se abría la puerta de seguridad. o tenía necesidad de #acerlo- sabía que Gest iría a buscarlo. 4/icen los nuestros que antes estuvieron vivos4observó el general, apro$im!ndose a la losa de piedra caliza.
4%o creí que iba a #acer esto solo4dijo finalmente I=eil. 4% así ser!4le aseguró Gest Gest 4. n cuanto el equipo regrese, te dejaremos solo. I=eil estaba acostumbrado a las órdenes, pero dio su opinión a Gest. Gest. 40uanta m!s gente enviemos, m!s probabilidades #abr! de que algo falle.
/aniel tomó en sus manos el antiguo disco de bronce y le dio la vuelta para e$aminar el grabado . 4s el Ijo de 5a, una pieza rarísima y muy valiosa. o puedo aceptarla. 0at#erine e$tendió la mano y le acarició la mejilla. 4/!melo cuando vuelvas4le dijo, reuniendo r euniendo todas sus fuerzas para marc#arse. 4spere un segundo.4/aniel se acercó a su ordenador y cogió la antiguoa estatuilla de la mujer egipcia 4. :enía usted razón. sta pieza es del siglo T>3 antes de 0risto. 0uide de ella en mi ausencia. 0at#erine sonrió y aceptó la estatuilla. 'l salir por la puerta se volvió y le dijo" 41)uen viaje2 /aniel estornudó mientras la mujer salía.
Episodio IB La ea"ain l equipo de la e$pedición tenía previsto reunirse en la puerta del silo a las Y.BY de la madrugada. &aJalsHy, responsable de la última inspección del equipo y de dar las últimas instrucciones, llegó temprano y, ante su sorpresa, encontró a /aniel sentado en el vestíbulo leyendo un libro. /emasiado nervioso para dormir, #abía pasado casi toda la noc#e estudiando los los m!s m!s anti antigu guos os jero jerogl glíf ífic icos os que que pudo pudo enco encont ntra rarr 4ant 4anter erio iore ress a la Prim Primer eraa /ina /inast stía ía44 y memorizando todo lo que podía. ' su alrededor se podía apreciar todo el caos que /aniel era capaz de generar en una #ora dondequiera que estuviese. 4
trozo de papel #igi+nico que seguramente #abía cogido de los lavabos. 4*uy bien. n marc#a 4dijo 4dij o el coronel, abriendo las puertas que conducían a la cabina. ' diferencia del día anterior, en que #abía #abido un t+cnico por monitor, aquella mañana sólo #abía dos #ombres dentro, (torey y otro. l resto del equipo científico #abía sido evacuado o esta estaba ba en proc proces esoo de serlo serlo.. l gene genera rall Gest no brom bromea eaba ba-- quer quería ía que que el silo silo qued quedar araa completamente completamente sellado antes de que la e$pedición cruzara la Puerta de las strellas. 0on un adem!n de la cabeza, IVeil les indicó que estaban listos, y (torey, #ablando por un micrófono para que pudieran oírle todos, comenzó" 40omenzamos la fase inicial. 0uando el Pelotón stelar desfiló delante de +l, (torey fijó la vista en el último #ombre de la columna" /aniel. 'unque 'unque se alegraba de que al menos fuera un científico, al t+cnico le fastidiaba que tuviera que ser /aniel, un reci+n llegado a quien casi todos tenían por un piojo arrogante. 'sí 'sí pues, con sentimientos sentimientos encontrados, encontrados, (torey le enseñó enseñó los pulgares pulgares cuando pasó pasó ante +l. l pelotón entró en el recinto y se congregó en la base de la rampa que subía al centro del anillo. 40!maras permanentes conectadas conectadas 4dijo una voz por los altavoces. /aniel se pasó la lengua por los labios e intentó tragar saliva, d!ndose cuenta en ese momento de que tenía la boca completamente seca. 5ealmente iba a llegar #asta el finalM (abía que la sonda #abía vuelto intacta, pero +l no estaba #ec#o de metal. Eu+ pasaría si algo salía malM % si la Puerta no podía recomponer la personalidadM 3isto desde aquel !ngulo, el anillo parecía muc#o m!s grande y m!s peligroso. :odo el grupo permaneció en silencio mientras los t+cnicos t+cnicos #acían los los últimos ajustes en lo ordenadores. ordenadores. La voz de (torey llegó a trav+s de los altavoces, retumbando en la sala mientras dictaba las coordenadas" >zquierda ??.NA@" ??.NA@" % cuando el anillo #ubo girado #asta quedar encima el sector de :auro, :auro, dijo" /erec#a ?BX.FFA y la 0abeza de (erpiente giró #asta quedar a la altura del comp!s indicador. /aniel sintió que el estómago se le subía a la garganta cuando empezó a oír las e$trañas notas armónicas que salían del anillo. Los rayos de luz fueron saliendo de las joyas de cuarzo y fundi+ndose paulatinamente paulatinamente con el delicado y brillantísimo campo de energía. 0uando giró #asta arriba el s+ptimo símbolo y el sonido del anillo #ozo vibrar todo lo que #abía en el silo, el grupo se alejó del anillo. >nstantes despu+s, el campo de fuerza empezó a condensarse y agitarse #asta que rebosó los bordes del anillo y estalló violentamente en la sala. Euedó suspendido durante una fracción de segundo, cuestionando todas las leyes de la gravedad, antes de ser absorbido brutalmente por el anillo y salir por el otro lado, creando el túnel luminoso, la catarata circular que cruzaba el muro del silo. n ese momento el rugido cedió y la Puerta se puso a dar vueltas en armónica progresión. Los t+cnicos empujaron una vagoneta cargada de material #asta situarla al pie de la rampa. I Veil #izo una seña a &aJalsHy y a otro militar. 'mbos #ombres se acercaron a la vagoneta y la empujaron #asta arriba, dej!ndola a pocos pasos de la boca del anillo. 0uando la progresión armónica de +ste alcanzó el nivel doce, todo estaba ya dispuesto. 9no de los t+cnicos se apro$imó a IVeil, señaló la vagoneta y le dijo algo que /aniel no pudo oír. l coronel asintió y le estrec#ó la mano. Luego, ambos t+cnicos corrieron #acia las puertas de seguridad, que se cerraron tras ellos. 40omienza la fase final. 4ra la voz de (torey por los altavoces4. )uen viaje 4añadió, antes de correr tambi+n +l #acia el último ascensor. IVeil giró al cabeza y miró la gran ventana de observación de la sala de conferencias. /aniel siguió su mirada y vio al general Gest Gest empuñando un auricular conectado a los altavoces de todo el silo.
4vacuación final 4dijo y se pegó a la ventana. )ajó la vista y se despidió de sus #ombres con un saludo sencillo. Luego se dirigió a la salida mientras el muro protector de cristal se deslizaba lentamente para cerrarse. Los #ombres situados en lo alto de la rampa tenían los ojos puestos en IVeil, quien con un dedo les dio la orden orden de adelant adelante. e. 9tilizando 9tilizando el control control remoto remoto manual, manual, el Ificial Ificial 0ientífico 0ientífico )roJn envió la vagoneta #acia el campo de energía. n cuanto la punta de +sta entró en contacto con el campo, se evaporó con un trallazo de luz. La violenta velocidad con que fue absorbida la vagoneta #acia el interior del anillo produjo una oleada de miedo en los #ombres que estaban a punto de emprender emprender el viaje. n todos menos en uno. :ras una breve mirada a sus soldados, IVeil avanzó tranquila y rítmicamente #acia los blancos dientes del turbulento c#arco. Por un momento pareció quedar congelado en plena zancada #asta que su impulso #acia delante se multiplicó por un millón. % desapareció. &aJalsHy ordenó al siguiente soldado, 5ogalla, que subiera los últimos metros de la rampa. l soldado, nervioso, trató de quedarse en el límite del campo de fuerza. /aniel sonrió, imaginando la mitad del #ombre viajando por la gala$ia mientas la otra mitad se quedaba en el silo. 'fortunadamente, la energía del anillo lo enganc#ó r!pidamente, lo rodeó y se lo llevó entero. 9no por uno, &aJalsHy ordenó a los soldados que subieran la rampa. 6eretti desapareció en una manc#a borrosa y luego )roJn. Por fin sólo quedaron /aniel y &aJalsHy. &aJalsHy. l teniente le dijo que +l entraría primero y /aniel se quedó #elado. 4(in vacilar 4e$clamó &aJalsHy. :ragó aire, subió la rampa corriendo y saltó al centro del anillo. Euedó suspendido durante una fracción de segundo, prendido en la destellante superficie de la energía, y fue engullido. /aniel subió lentamente la rampa y se detuvo a pocos centímetros de la turbulenta luz. 9n ruido profundo, seco y cortante llenaba la sala- el ruido de las gigantescas puertas de cemento al cerrarse en las alturas. 'l igual que un joven faraón atrapado en el interior de su pir!mide sellada, /aniel era a#ora al única alma que quedaba en aquella enorme estructura. 0erró con fuerza los ojos y avanzó.
Episodio T 'L I:5I L'/I / L' P95:' Poco despu+s de cumplir los doce años, su padre adoptivo convenció a /aniel de que solicitara el ingreso en el equipo de rugby Pop Garner, una de las peores ideas que el pobre #ombre #abía tenido en su vida. /aniel abandonó al cabo de una #ora, en el primer entrenamiento, nada m!s recorrer ^el pasillo de las #ostias_. /esde el principio se #abía dado cuenta de que la situación era mala. :enía que correr en línea recta entre dos filas de c#icos que le sacudirían con las #ombreras y rodilleras. 0uando el entrenador tocó el silbato, /aniel le pregunto" ^Por qu+ tengo que #acerloM_. Pero el entrenador, una enorme cara roja gritona, le convenció inmediatamente de que deseaba participar en aquel entrenamiento para masoquistas. (us compañeros desempeñaron bien su papel. Lo dejaron baldado. l incidente se #abía quedado quedado grabado porque probablemente probablemente #abía sido la única e$periencia física que le #abían preparado par el viaje que estaba a punto de empezar. 'penas #abía rozado con las cejas el brillante plano de la Puerta cuando vio que la pared del silo se le venía encima como una casa que se derrumba. :an deprisa que no le dio tiempo a reaccionar. 0uando reculó ya estaba fuera de la atmósfera terrestre, lanzado en medio de un silencio negro como la pez, girando sin control, avanzando a ciegas en la oscuridad interestelar. /urante un segundo creyó resbalar #asta que un pliegue del campo de energía le dio el impulso definitivo. i gravedad, ni control, ni sentido de la orientación, sólo los repentinos y dolorosos rebotes contra lo que parecían paredes de un túnel. 'l pasar a la velocidad del rayo junto a lo que se le antojó un puñado de estrellas jóvenes, el intenso y moment!neo destello le permitió verse las piernas, estiradas varios Hilómetros por delante, #asta que se soltaron y la cabeza corrió al encuentro de las mismas mientras su conciencia navegaba #acía una segura colisión con un gigantesco planeta. (u grito no se tradujo en sonido. :ocó la superficie y salió #acia el otro lado, c#ocando de nuevo con la quemazón el+ctrica de los muros, dando vueltas en un vació de luz y sonido. ;asta que llegó. /aniel reapareció por partes. La puntera de la bota derec#a fue lo primero que se vio. Luego se materializó su mano izquierda. La punta de la nariz se fue ampliando #asta convertirse en cara contraída. Por un instante los fragmentos bailaron a la luz del borde inferior de la Puerta, #asta que llegaron m!s mol+culas para llenar los #uecos. 0uando /aniel estuvo entero, el anillo lo lanzó al suelo firme como qui+n tira un equipaje no deseado, y se dio cuenta que estaba cubierto de #ielo. /edujo que el #ielo era un efecto de la reconstrucción molecular. molecular. 'sí como los microondas calientan objetos acelerando su movimiento molecular, la Puerta enfriaba su cargamento comprimiendo las mol+culas en el momento de la reconstrucción. /urante menos de una cent+sima de segundo, los !tomos del cuerpo de /aniel quedaron comprimidos a una velocidad de movimiento cero, lo suficiente para quedar cubierto por una delgada delgada capa de #ielo. #ielo. ;elado y totalmente desorientado, fue incapaz de controlar la caída. (e salió del anillo y se dio de bruces contra el suelo, aunque no se #izo tanto daño como si fuera el primero en pasar por la puerta. :odo :odo el pelotón se #allaba #allaba amontonado en las escaleras escaleras que #abía al pie de la Puerta, pues pues #abía tirado tambi+n parte del contenido de las vagonetas. &aJalsHy el toro, empezara a sacudirse el aturdimiento. 0uando por fin pudo enfocar la vista miró a su alrededor. ' su lado, encogido como un reci+n nacido congelado, estaba /aniel, con un c#arco de vómito cerca de la cabeza. 0uando /aniel descubrió que no podía respirar, su primer impulso fue arrastrarse #asta el #az de luz para volver al o$ígeno de la :ierra. 6ue en ese momento cuando sintió un par de poderosas manos manos le cogían los los brazos. 'terrorizado trató de zafarse.
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% con un agudo agudo c#asqu c#asquido ido,, activó activó una ben bengal galaa que que c#ispo c#isporro rroteó teó difund difundien iendo do una una luz anaranjada. 0on ensayada ensayada precisión, el equipo empezó a descargar solamente lo necesario para la primera e$pedición de reconocimiento. reconocimiento. &aJalsHy encendió encendió otra bengala y la tuvo en en alto. /aniel vio que 6reeman ensamblaba con peripecia una c!mara de video diseñada especialmente y que )roJn acoplaba un radar en miniatura a la parte superior de un equipo port!til de recogida de datos t+cnicos. *ientras los militares continuaban los preparativos, /aniel salió de la zona iluminada intentando buscar pistas en la pared m!s pró$ima. staban dentro de una alta caja de m!rmol negro. /aniel anduvo a tientas #asta que encontró la pared y puso las manos por la suave superf superfici icie. e. 'u 'unqu nquee eran eran piedra piedrass grande grandes, s, bien bien tallad talladas as y ensam ensambla bladas das,, no #ab #abía ía rastro rastro de escritura por ninguna parte. /aniel se adentró en las sombras, palpando las desnudas paredes como si estuviera en )raille. Los #ombres se estaban sujetando los equipos, preparados para seguir adelante. 6eretti, Perot y 5eilly 5eilly encen encendie dieron ron potent potentes es linter linternas nas cuy cuyas as #aces #aces se cruzar cruzaron on en la oscuri oscurida dadd mientr mientras as iluminaban el lugar. Ieill asomó la bengala al otro lado del recodo para ver lo que #abía a continuación. ra un pequeño pasillo de piedra. :odo :odo parecía despejado, así que dio a 6reeman la señal para que encendiera el foco que llevaba
encima de la c!mara. Luego se volvió y dio instrucciones. 46eretti, tú delante. Primer grupo, a moverse. :ras colgarse el fusil en el #ombro, 6eretti cruzó el umbral y entró en el oscuro pasillo, seguido de )roJn y otro militar. 4&aJalsHy, tú y 6reeman cubrid la retaguardia. 5eilly, tú vendr!s conmigo. 3amos. ntraron en el corredor. &aJalsHy miró a su alrededor con la sensación de #aberse dejado algo y, gruñendo gruñendo por lo bajo, dijo" 43amos 43amos
5ecorriendo cautelosamente el oscuro pasillo, atentos a cualquier señal de peligro, el equipo llegó a la Dran Dalería. ra una inmensa c!mara de monumental estilo arquitectónico y rematada con piedras desnudas y lisas. Por alguna razón, a /aniel le resultaba vagamente familiar. Paralelas a las paredes se elevaban imponentes columnas que apuntalaban el tec#o de madera. staban andando por una pequeña pendiente. l suelo de la inmensa galería tenía un !ngulo ligeramente ascendente. ;asta Ieill quedó asombrado al ver la c!mara, aunque no lo bastante para olvidar que #abía encontrar una salida. :odos :odos siguieron avanzando por la Dran Dalería, empequeñecidos empequeñecidos por su imponente tamaño. Las linternas divisaron la d+bil silueta de una rampa al final de la Dran Dalería, que daba paso a otra c!mara. (in m!s comedido que mirar, /aniel se limitaba a #acer precisamente eso. *ientras los militares, armados #asta los dientes, estaban preparados para entrar en combate, /aniel se sentía como transportado a un nirvana arqueológico. % al mismo tiempo no podía quitarse de la cabeza la e$traña sensación de que conocía el lugar. o era el efecto dej! vu. Pero no acababa de identificarlo.
ada m!s llegar solo a la alto de la rampa, rampa, 6eretti se agac#ó repentinamente repentinamente y este movimiento
puso en marc#a una reacción en cadena en cada miembro del equipo. 'ntes de que /aniel tuviera tiempo de saber lo que #abía ocurrido, 6reeman #abía apagado el foco de la c!mara y esta estaba ba tend tendid idoo en el suel suelo. o. :odos dos los los ojos ojos esta estaba bann fijo fijoss en 6ere 6erett tti, i, que que se inco incorp rpor oróó lo imprescindible para otear la siguiente c!mara. (in darse la vuelta, dio la l a señal de seguir adelante. /aniel empezó a avanzar, pero 6reeman lo agarró por el tobillo. 4:ú no, imb+cil. Eu+date aquí. Ieill avanzó r!pidamente y en silencio #asta la base de la rampa, y gateó por ella #asta llegar al lado de 6eretti. /espu+s de unos momentos de consulta, Ieill indicó a todos que avanzaran. /aniel preguntó a 6eretti y +ste le permitió continuar. 0uando todos se reunieron en la rampa, vieron que 6eretti ya se #abía metido en la siguiente sala. ra una especie de 3estíbulo 3estíbulo y al fondo se veía la luz, luz solar. :ambi+n era una gran sala cuadrada, con enormes columnas de piedras cada pocos metros. l equipo vio de 6eretti zigzaguear de columna en columna #asta que estuvo en posición de ver de dónde procedía la luz. (e volvió y, levantando los pulgares, dio la señal al grupo .Ieill respondió enviando dos #ombres para que se reunieran con 6eretti. 0uando estuvo seguro de que no #abía peligro en la zona, ordenó avanzar al resto del pelotón. 9na vez reunidos todos en el 3estíbulo, Ieill consultó con )roJn, que ya #abía #ec#o las primeras lecturas de las condiciones condiciones atmosf+ricas. 4Las condiciones e$ternas son parecidas a las del interior. o #ay peligro de radiactividad y la radiación electromagn+tica es normal. Ieill escuc#ó el informe antes de asomar la cabeza por una esquina y e$aminar el último corredor. (atisfec#o con lo que vio, se volvió al pelotón y señaló a 6eretti y )roJn, que se giraron y empezaron a andar inmediatamente. 'vanzando de columna en columna, el equipo se dirigió #acía la enorme puerta cuadrada y la intensa claridad del otro lado. Pocos pasos antes de llegar ala puerta, Ieill levantó una mano para #acer un alto. (in mirar atr!s, ordenó que se pusiera un #ombre a cada lado de la puerta, de siete metros de anc#ura. 0uando inspeccionaron el e$terior y dieron la señal de ^despejado_, Ieill dio los últimos pasos y salió a inspeccionar la zona. ntonces y sólo entonces dio permiso para salir y ver pro primera vez el nuevo mundo. l grupo emergió a la luz sobre un largo muelle de piedra que se e$tendía por un oc+ano de arena. 'penas 'penas podían creer lo que veían sus ojos cuando descubrieron que no #abía nada e$cepto dunas est+riles que se perdían en todas direcciones bajo un cielo intensamente azul. 'l final del anden de piedra, a unos cuarenta metros, #abía un par de obeliscos medio enterrados. (e quedaron contemplando aquel mundo !rido ocre, cada cual perdido en sus propios pensamientos. o #abía movimiento ni sonido sonido alguno, a e$cepción e$cepción de la brisa calientecaliente- ningún indicio de vida en esta arenosa #ermana gemela del planeta :ierra. 'ntes de salir, /aniel ya #abía elaborado una teoría sobre el aspecto que iba a tener aquella imponente estructura. 9na vez en el e$terior, mientras los dem!s permanecían #ipnotizados por el yermo paisaje del nuevo mundo, /aniel se volvió y levantó la cabeza para contemplar la estructura de la que acababa de salir. o era lo que esperaba. ' ambos lados de la puerta #abía sendos pilonos de piedra, muros gruesos que se erguían por encima de la entrada. n la superficie de los pilonos #abía pequeñas ranuras que permitían la entrada del aire y que, en caso de ataque, servían para lanzar objetos al e$terior. ran pilonos muy parecidos a los #allados en los antiguos templos de &arnaH y Lu$or. :odo empezaba a encajar. *ientras los otros se quedaban estupefactos, estupefactos, Ieill recuperaba el movimiento. 4:omad y asegurad posiciones alrededor de la entrada. Euiero ver bien dónde estamos. 49n momento, voy con usted ` dijo /aniel. Ieill no contestó. /aniel siguió a los tres #ombres que se deslizaban a toda prisa por la
rampa. ' medida que las dunas que les envolvían se #acía m!s grandes, tambi+n iba subiendo la temperatura. /aniel supuso que sería de unos trienta grados en el aire, treinta y cinco sobre la arena. &aJalsHy, que medía casi uno setenta y cinco, y 6eretti, de menor estatura, bajaron la rampa y tomaron posiciones defensivas en la base del obelisco. 0uando /aniel se acercó, vio que estos pilares de m!rmol, de casi doce metros de altura y rematados en forma de pir!mide, eran distintos de todos los que #abía visto en la :ierra,. o estaban cubiertos de jeroglíficos. o podía creer que lo que tenía antes los ojos demostrara sus teorías.
/espu+s de e$aminar los dos obeliscos, pasó corriendo por delante de los militares y subió la primera duna, donde Ieill estaba ya erguido y mirando atr!s. 0uando llegó a la cima se volvió para mirar, esperando ver la estructura con mayor claridad y, tambi+n, esperando obtener m!s apoyo en sus #ipótesis. Lo que vio le dejó sin aliento. ra muc#o m!s de lo que #abía imaginado en sus m!s disparatados sueños. l diseño de toda la estructura no sólo era absolutamente egipcio, sino que desde lejos vio que aquella mole no era m!s que un simple acceso a una estructura muc#o mayor, una estructura m!s famosa que ninguna otra en la #istoria de la #umanidad" una pir!mide. Pero una pir!mide tan monstruosa, tan fenomenalmente grande que parecía alzarse encima de +l, a punto de derrumbarse derrumbarse y aplastarle. /ebía de tener dos o tres veces veces el tamaño de la Dran Pir!mide de Dize#, pero, a diferencia de los ruinosos monumentos de Dize#, aquella pir!mide no mostraba el menor indicio de deterioro. (us piedra pulidas se #allaban perfectamente asentadas en su lugar, emitiendo aparentes destellos bajo los ardientes soles, ya que, suspendidos en el fulgurante azul del cielo de detr!s de la pir!mide #abía, no uno ni dos, sino tres tr es soles.
6ue entonces cuando /aniel comprendió por qu+ le sonaba tanto el interior de la pir!mide. ra una versión muc#o m!s evolucionada de la pir!mide de &efr+n. :al vez se tratara de la estructura que #abían intentado reproducir los antiguos egipcios. 0on triunfante alborozo, se dio cuenta de que desde siempre #abía estado en lo cierto. /io un salto y gritó a las dunas" 41Lo sabía1 Ieill no tenía la menor idea de lo que estaba diciendo /aniel. Lo miró fríamente f ríamente mientras el otro giraba y bailaba sobre la arena en una improvisada fiesta de celebración, riendo, elevando las manos al aire y gritando ^2Lo sabía1_ m!s de veinte veces. Ieill decidió ignorarlo y continuó #aciendo c!lculos. >deó un plan y regresó a la rampa para dar órdenes.
Episodio BI 5na %en!ira piadosa (e sentó a la sombra entre dos dunas observando al Ificial 0ientífico )roJn, que golpeaba el puntero con el martillo martillo para recoger muestras muestras del suelo y minerales. )roJn metía metía las muestras en una serie de cubetas de cristal numeradas, murmurando una sarta infinita de #ec#os y números en una grabadora. Kl y /aniel estaban a casi quinientos metros de los obeliscos, pero incluso a esa distancia parecía que la pir!mide, la m!s primitiva y misteriosa de todas las construcciones, estuviera encima de ellos. /aniel #abía vuelto a entrar en la pir!mide en busca de información, sobre todo las escrituras que esperaba encontrar. encontrar. Las constelaciones labradas en la rueda giratoria del interior de la Puerta eran eran los único únicoss jerogl jeroglífi íficos cos e$iste e$istente ntes. s. sta sta ausen ausencia cia de señal señales es lo confu confundí ndía. a. *ientr *ientras as contemplaba a )roJn ejecutando su labor con sumo cuidado, no dejaba de pensar en cu!l sería el siguiente paso que daría el equipo. 0erc 0ercaa de allí allí IVe IVeil il #abí #abíaa enco encont ntra rado do un sali salien ente te de pied piedra ra natu natura rall y, con con un par par de prism!ticos, se dedicaba dedicaba a otear el interminable paisaje paisaje de dunas de color color beis. &aJalsHy y Porro subieron la ladera arenosa del risco en el que se #allaba IVeil. 'mbos estaban empapados en sudor. 40oron 40oronel, el, #emos #emos peinad peinadoo la zon zonaa de cuatro cuatrocie ciento ntoss metro metross de circun circunfer ferenc encia. ia. ad adaa que informar. sto es un arenal.
/aniel les oyó con toda claridad. 4*uy bien. )uen trabajo 4dijo IVeil4. 3amos a acabar. Eue todos vuelvan adentro. Euiero que est+is todos de regreso dentro de una #ora. %a os indicar+ el equipo que quiero quedarme. IVeil lanzó una mirada a /aniel y se encaminó #acia +l. &aJalsHy no estaba seguro de #aber oído bien, así que preguntó al coronel. 4Eu+ quiere que volvamos adentroM s que piensa quedarse una temporadaM 4(ólo estaba bromeando, pero de repente repente se dio cuenta de que no se trataba de un broma. IVeil continuó por la arena #acia /aniel4. (eñorM (eñor, usted volver! con nosotros, verdadM o #ubo respuesta. 0uando IVeil IVeil llegó donde estaba /aniel, se detuvo y gritó a los #ombres, que estaban diseminados por las dunas adyacentes" adyacentes" 41' recoger2 1s #ora de volver a casa2 3olverM 4/aniel sabía que era imposible. 'ún no tenía suficiente información. *iró entre las dunas, fingiendo observar la pir!mide. (abía que IVeil estaba a punto de darle la orden que no podía ejecutar. ejecutar. 4/ispóngase a moverse. :enemos que llevarle dentro para que pueda empezar el trabajo en la Puerta.
&aJalsHy, &aJalsHy, 5eilly y 6eretti llegaron a tiempo para escuc#ar cómo /aniel le decía al coronel" 4ecesito m!s tiempo. ;ay que seguir e$plorando. s muy posible que #aya otras estructuras por aquí. Itros signos signos de civilización. civilización. (i pudiera encontrar. encontrar..... 4so estaría muy bien,
4/e qu+ demonio demonioss #ablasM #ablasM 4preguntó 4preguntó 6eretti 6eretti con e$presión e$presión compung compungida. ida. videntem videntemente, ente, /aniel #abía sobreestimado los conocimientos de egiptología del grupo. 4;ablo de que no vamos a encontrar jeroglíficos ni mapas de las constelaciones dentro de esta pir!mide. inguna clase de escritura. escritura. ;e inspeccionado inspeccionado cada rincón. rincón. 4scupe ya,
&aJalsHy #acía sudar tinta a /aniel, clav!ndole unos ojos que eran puro odio. 4scúc#ame, mentiroso #ijo de puta 4dijo levant!ndolo del suelo4. I #aces que funcione ese trasto o te parto el cuello. 4% se sentía capaz de #acerlo en ese mismo instante, así que le dio un envión y /aniel cayó de espaldas en el suelo. 4%a 4%a basta basta 4anunc 4anunció ió secam secament entee IVeil IVeil4. 4. *ontar *ontarem emos os el campam campament entoo base base aqu aquíí mismo. mismo. &aJalsHy, organice a los #ombres para que traigan las vituallas. 4*ontar un campamento baseM 4preguntó &aJalsHy, incr+dulo4. l objetivo de la misión es reconocer a fondo una zona de cuatrocientos metros de circunferencia y regresar por el aparato. /e qu+ sirve...M IVeil estaba #arto de c#arla. 41%a basta, teniente2 9sted no est! al mando de esta misión. 'quello fue como desvariar en el peor momento, de la peor manera y ante la persona menos indicada. &aJalsHy dio un amenazador paso al frente y se plantó delante de IVeil. Por un instante, todos #ubieran jurado que estaban a punto de pelear. o #acía falta que nadie recordara a &aJalsHy qui+n estaba al mando. ;abía sido su #erida desde que IVeil apareciera de improviso para relevarle. ;asta este momento #abía sido capaz de reprimir su ira, ocult!ndola tras su profesionalidad. Pero para +l estaba claro que todo el proyecto se #abía ido al garete en el instante en que IVeil #abía tomado el mando. % a#ora estaban allí, abandonados en aquel infierno sa#ariano con una provisión de agua para tres días a lo sumo. Parecía como si a IVeil nunca le #ubiera parecido importante el +$ito de la misión, y eso #acía sospec#ar a &aJalsHy que tal vez estuviera persiguiendo un objetivo secreto, algo concertado entre +l y el general Gest. Gest. :enía todos los motivos del mundo para odiar a IVeil. 0uando &aJalsHy se adelantó, IVeil no #izo adem!n de defenderse, retando literalmente al otro a que le atacara. Pero al segundo siguiente, &aJalsHy #izo lo que IVeil sabía que #aría" obedecer las órdenes. :ras un tenso y amenazador amenazador instante, &aJalsHy escogió detalladamente las provisiones. 416ere 416eretti tti22 16reem 16reeman2 an2 15eilly 15eilly22 1Porro 1Porro22 13o 13olved lved dentr dentro2 o2 4(e giró giró y se desliz deslizóó por la dun duna, a, iniciando los primeros pasos del largo regreso a la pir!mide. IVeil se volvió a /aniel, mir!ndolo un rato antes de decir" 4'#ora que #a puesto usted en peligro la vida de todos menos la mía, #aga el favor de ir con esos #ombres y ayude a traer el equipo. /aniel no cría que seguir a &aJalsHy a las oscuras entrañas de la pir!mide fuera la acción m!s segura en ese momento, pero al menos no le pareció tan peligroso como quedarse en el desierto con IVeil, así que bajó de la duna detr!s de los militares. 9na #ora #ora despu despu+s +s,, los milita militares res ya estaba estabann levant levantan ando do el campam campament ento, o, clava clavando ndo largos largos piquetes en la tierra para montar las tiendas, desempaquetando todos lo aparatos y accesorios de comunicación adicionales, y amontonando los embalajes para levantar una pared que #iciera sombra. inguno discutió el limitado suministro de aguas y víveres, pero todos pensaban en lo mismo. /aniel estaba seguro de que &aJalsHy le #abía #ec#o transportar el objeto m!s pesado del carro. 6ue un trabajo asfi$iante, lento y agotador, arrastrar una caja de dos metros de longitud por cincuenta centímetros de grosor y anc#ura para subirla luego por la escarpada ladera de la última duna. ' media media subida, se paró a descansar y escuc#ó la discusión de los soldados. 41o me lo puedo creer2 1stamos atrapados2 4ra la cantinela de 6eretti.
4/+jalo ya, pesimista 4dijo 6reeman. 4s verdad 4concedió 5eilly, levantando la vista de los piquetes que estaba clavando para poner la tienda4. (i no volvemos pronto, lo único que tienen que #acer es accionar la Puerta desde la :ierra. 4scuc 4scuc#a, #a, imb+ci imb+cill 4dijo 4dijo 6erett 6erettii a 5eilly 5eilly,, con gan ganas as de sermo sermonea nearle rle4, 4, no tienes tienes m!s m!s que preguntarte cómo #as llegado aquí. 'caso era una carretera de dos carrilesM o. (aliste disparado por un cañón de energía a cincuenta mil millones de Hilómetros por #ora, en forma de mierda interestelar de masa cero, te acuerdasM Pues a#ora piensa" cu!ntas direcciones seguías a la vezM 19na2 19na sola dirección2 Pero #ay m!s. o sólo est! a#ora el silo m!s vacío que una iglesia un s!bado por la noc#e, sino que, adem!s, aunque los científicos den media vuelta y regresen al silo, y aunque pongan en marc#a de nuevo el maldito cac#arro gal!ctico, qu+ #ar!s túM adar contra corrienteM l Ificial 0ientífico )roJn les oía. 'bandonó un instante el montaje del esc!ner y dijo" 46eretti tiene razón. l rayo de luz se mueve en una sola dirección a la vez. stamos #undidos en la mierda. n el interior de la sala donde estaba la Puerta, IVeil levantó la última caja que #abía en la vagoneta y se dirigió a la l a salida para ec#ar una ojeada al largo corredero, negro como un tizón de no ser por unas cuantas luces artificiales. ovio a nadie. /epositó la caja en el suelo y volvió a la vagoneta. (e metió la mano en el bolsillo y sacó una e$traña #erramienta, con la que se puso a trabajar. 9n instante despu+s oyó la voz de &aJalsHy, que le #ablaba desde la puerta. 41(eñor2 l campamento base ya est! listo, señor. 'cariciando fríamente la #erramienta, IVeil se dio la vuelta tranquilamente para mirar al intruso, con e$presión tan impasible como siempre. 'sintió vagamente. 4Euiero disculparme por #aber perdido los nervios 4empezó diciendo &aJalsHy. &aJalsHy. IVeil deslizó la mano en el bolsillo y volvió a sacarla sin que el teniente se percatara de nada4. n parte es porque parece que aquí pasan pasan m!s cosas de las que uno uno ve con los ojos. ojos. 4% qu+M 4preguntó IVeil, dando a entender a &aJalsHy que su trabajo no consistía en saberlo todo. 4Por ejemplo 4insistió el teniente4, qu+ es eso que dijo usted de que no iba a regresar con nosotrosM /e qu+ va todo estoM 4/iscu 4/isculpa lpass acepta aceptadas das 4dijo 4dijo secame secamente nte IVeil IVeil4. 4. sta sta caja caja va al campam campament ento. o. 4&aJal 4&aJalsHy sHy permaneció inmóvil, esperando una respuesta m!s racional, m!s #umana. Pero IVeil no se inmutó4. Puede retirarse, soldado. 6urioso y disgustado, pero disimulando la ira, &aJalsHy se agac#ó y recogió la última caja. ;izo que IVeil viera con qu+ facilidad la levantaba, utilizando su fuerza para lanzar al coronel una amenaza velada" (i quisiera, te partiría en dos con mis manos. (e puso la caja al #ombro y se alejó. n cuanto se fue, IVeil volvió a la vagoneta. >ntrodujo la e$traña #erramienta en una #endidura situada entre las tablas del fondo y giró con fuerza, dejando al aire un compartimento oculto. (e abrió una especie de trampilla. IVeil metió la mano y sacó un par de pesado cilindros de acero. Los brillantes cilindros eran las dos mitades que, encajadas, formaban un aparato muy sofisticado desde el punto de vista tecnológico.
(e puso en pie y, despu+s de #aberse asegurado de que nadie le veía, se guardó la llave en una pequeña abertura #ec#a en la cinturilla de sus pantalones de faena. Luego fue a reunirse con sus #ombres. /aniel tiraba del cajón por la última pendiente arenosa y lo llevó #asta la cornisa de piedra que IVeil #abía elegido como base. 'gotado y dolorido, cayó de bruces en la arena con un ronco gruñido de alivio. Los militares manifestaron lo impresionados que estaban no prest!ndole la menor atención. 0uando consiguió ponerse en pie. Llevaba una alfombra de arena pegada a la ropa. staba empapado en sudor y la arena se #abía pegado a la #umedad de su cuerpo. (in embargo, era el menor de sus problemas. :enía los riñones como si fueran la diana en una competición de lanzamiento de #ac#a y empezó a notar que por los brazos y el cuello le subían los primeros escozores de la s quemaduras del sol. (e preguntó cómo sería una insolación y si sería capaz de detectar los síntomas en caso de sufrirla. ntonces recordó que estaba en otro planeta y le atacó la fobia a los viajes. stornudó once veces seguidas. 3olcó la caja sobre el lado m!s alto y se sentó a la sombra que proyectaba para e$aminar el paquete de suministros que le #abían dado" palillos, tabletas para depurar el agua, una manta acrílica que pesaba menos de un Hilo, un costurero de viaje, una brújula, rollitos de fruta preparada, gafas de sol, pastillas de menta par el aliento, dos navajas, bengalas, c!psulas de cianuro, una #amaca, cuerda, cinta, tiritas, material de primeros au$ilios, pero no lo que estaba buscando. 4s increíble el ej+rcito. Lo que #ay aquí no me sirve de nada. ;ay de todo menos bronceador. i uno solo de los militares lo miró. /aniel /aniel probó de nuevo. nuevo. 46eretti, Porro, #ab+is traído alguno un protector para el solM *e estoy quemando vivo. 4
0uando pudo incorporarse y escupir un par de veces, la moc#ila medio vacía siguió rodando #asta que se detuvo en la base de la duna. La convivencia con los militares le iba a resultar difícil. 6eretti se acercó al borde de la duna y vio a /aniel tambale!ndose tambale!ndose para tenerse de pie. /espu+s se aseguró de que nadie nadie #ubiera #ubiera sufrido daños y volvió volvió a su trabajo. 0uando 0uando /an /aniel iel levantó la vista, no vio a nadie. (ólo estaban +l, los libros y un montón de arena en medio. ' regañadientes regañadientes y dolorido por todas partes inició el largo y asfi$iante descenso a la base de la escarpada pendiente. (e agac#ó para recoger el último libro, tratando de no doblar la espalda, y lo consiguió, pero cuando lo estaba metiendo en la moc#ila, lo dejó caer. 'lgo o alguien #abía pasado por allí. allí. ' pocos pasos, como impreso en la arena, vio algo parecido a las #uellas de unas pezuñas. /aniel se apro$imó. Las #uellas estaban tan #undidas en el !rido suelo que sólo era posible que pertenecieran a un animal muy pesado. staba claro que eran recientes y se encaminaban encaminaban a la siguiente duna. l primer impulso de /aniel fue llamar a los dem!s y enseñarles lo que #abía encontrado, pero estaba seguro de que lo utilizarían para #umillarle m!s. *iró colina arriba, pero lo militares estaban fuera de la vista. :ras unos momentos de vacilación, decidió ir a ver lo que #abía a la vuelta de la otra duna. 0on las manos cruzadas en la espalda, intentando parecer inofensivo, /aniel siguió la pista alrededor de una duna y despu+s de otra. Las #uellas alrededor de una duna y despu+s de otra. Las #uellas trazaban un intrincado laberinto y luego continuaban #asta la base de una inclinada pared de arena de seis metros de altura. /aniel tuvo que #acer varios intentos #asta que consiguió subir. c#ó un vistazo a los alrededores. ntonces lo vio. (e quedó paralizado de miedo y mirando fijamente la grotesca figura que tenía delante. 'menos de un tiro de piedra, un enorme animal de aspecto fabuloso levantó la testa y observó a /aniel entre la neblina de calor que despedía la arena. /el tamaño de un elefante, era un gigante de pelo largo, un #orrible #íbrido de mastodonte, camello y búfalo. *uc#ísimo m!s grueso den la parte superior, tenía unas patas ridículamente delgadas a pesar de su enorme peso. 'mbos mamíferos se quedaron un buen rato mir!ndose bajo el sol infernal antes de que el m!s grande apartara la vista con un largo bufido. 3olvió a agac#ar la cabeza #asta el suelo, donde probablemente estaba #urgando en busca de comida, y empezó a cavar con las flacas patas delanteras. /aniel vio que el poderoso animal levantaba inmensos nubarrones de arena mientras escarbaba. 4/ó 4/ónd ndee est! est!
/aniel no le dio importancia al principio, pues le pareció normal en un animal que come, aunque fuera de apariencia tan rara. Pero en cuanto se percató ec#ó a andar en línea recta #acia el engendro, meti+ndose la mano en el bolsillo para sacar una c#ocolatina. Euitó el envoltorio con los dientes y le dio un buen bocado. l animal dejó de escarbar cuando sintió la presencia del #umano. Levantó la vista" una mirada potencialmente amenazadora. /aniel estuvo dudando el tiempo suficiente para preguntarse si era víctima de una insolación o si realmente sabía lo que estaba #aciendo. o, estaba seguro de que el reflejo met!lico solamente podía ser una cosa. (e acercó m!s y vio que el animal estaba provisto de arneses, estribos estribos y unas riendas que le colgaban #asta el suelo. l #abitante de la :ierra aspiró profundamente. 'quello era señal inconfundible de que no estaban solos. (ignificaba que #abía vida inteligente, una especie capaz de fabricar utensilios y domesticar animales para que les ayudaran a trabajar. l corazón le latía cada vez m!s fuerte, pero siguió avanzando. avanzando. 0uanto m!s se acercaba, m!s lento iba. l animal parecía muc#o m!s grande que un minuto antes, unos dos metros #asta los #ombros. % muc#o m!s feo. ' primera vista se le #abía antojado un primo crecido del Ivibos mosc#atus, el buey almizclero de la tundra de 'm+rica del orte. (in embargo, visto m!s de cerca, el animal parecía simplemente un primer e$perimento, poco afortunado, de un cruce de razas. )ien podía ser descendiente de los mamuts del Pleistoceno, o del antílope equiniforme de los ;ippotraginae, o posiblemente del e$tinto rinoceronte lanudo. I de los tres. :enía la espalda muy alta y encorvada, y un pelo largo y fibroso que le crecía en sucios mec#ones. mec#ones. La piel grasienta y llena de verrugas de su cara albergaba dem!s dem!s un par de ojos saltones y vidriosos a ambos lados de una frente en forma d tocón. Los orificios de su nariz eran brillantes, #úmedos y anormalmente grandes. Druñó al #umano, c#orreando saliva por la barba. (u actitud parecía cordial.
'squeado y fascinado a la vez, /aniel siguió avanzando. 'unque 'unque le escocía la espalda, no tenía la sensación de correr peligro. l arn+s, fabricado con algún tipo de cuero y fibras vegetales, indicaba que seguramente se trataba de un animal domesticado. 'dem!s, tenía aspecto de ser lento y torpe a la #ora de correr. 0omo verdadero #ijo de ciudad, /aniel no tenía la menor idea del peligro de la situación. i siquiera tenía e$periencia con ganado e ignoraba que #asta una vieja vaca lec#era puede matar a un adulto de una coz. 0omo la mayor parte de la gente, /aniel quería creer que compartía un especial lazo de simpatía con todos los animales y niños. (ólo los #umanos de m!s de nueve años lo consideraban odioso. 'larg!ndole la c#ocolatina con el brazo e$tendido y tragando saliva con nerviosismo, se acercó un poco m!s. 0uando estuvo a dos pasos se paró en seco y abrió los ojos dram!ticamente. ;abía una T roja movi+ndose a un lado de la sudorosa cara del animal. /aniel tardó un minuto en darse cuenta de que la T era un l!ser, un dispositivo de localización. *iró fren+ticamente a su alrededor y divisó a &aJalsHy apunt!ndole desde una duna. IVeil y )roJn llegaron a la cima y se pusieron a ambos lados de +l. /aniel levantó las monos, como rindi+ndose. 41o dispar+is2 4gritó a los militares4. 1s manso2 n el instante en que /aniel levantó los brazos, el animal comenzó a arrodillarse con torpeza. videntemente, ambas manos arriba era una orden que le #abían enseñado sus amos. /esde la
posición de los soldados, parecía como si /aniel supiera lo que decía. l animal resultaba tan amenazador como una vaca en monopatín mientras doblaba las patas y se sentaba en la tierra sucia con la T roja del l!ser apunt!ndole a la caja de los sesos. 4o le d+ de comer 4le advirtió IVeil desde lo alto de un montículo, viendo la c#ocolatina. 4Lleva arneses 4gritó /aniel4. 1o disparen2 4'unque &aJalsHy no tenía intención de disparar #asta que el animal atacara, /aniel estaba seguro de que el tiro sobraría en cualquier momento. :enía :enía que demostrar que la bestia era mansa antes de que sus compañeros la mataran. (onriendo nerviosamente, nerviosamente, les dijo4" *irad. o #ay razón para temer nada. :emblando de miedo, dio dos pasos al frente, se paró delante del animal y le ofreció la golosina. (e inclinó #acia delante #asta sentir dos gruesos labios carnosos alrededor de su mano. 0erró los ojos y aguantó. l aliento del animal olía a rayos. 0uando deslizó la lengua, del tamaño de una anguila, por la mano del #ombre, el tacto de la saliva caliente fue casi insoportable. /aniel retiró la mano bruscamente dando u pequeño c#illido, pero en seguida miró atr!s y simuló esbozar otra amplia sonrisa. Para entonces ya estaban m!s cerca los militares, dejando ver sólo los cascos mientras se adentraban entre las primeras moles de arena. La criatura soltó un gruñido, buscó la c#ocolatina en al arena, la encontró y se la comió con papel y todo. /aniel e$tendió la mano y acarició a su nuevo y peludo amigo. 'unque despedía un penetrante y ofensivo olor corporal, parecía de buen car!cter. 4res un buen c#ico, verdadM 4dijo /aniel al ogro peludo, empleando el tono de voz cantarín que solía reservar para los animales cariñosos. (in dejar de acariciarlo ni de rascarle el estropajoso pelo, e$aminó las riendas y la silla, #ec#as de piel de animal y #ierro bruto. Euien #abía confeccionado aquello tenía #abilidad, pero contaba con pocos medios4. Eui+n es tu dueñoM 4preguntó, toc!ndole debajo de la carnosa y #úmeda oreja para darle una agradable rascadita. Pero se equivocó al tocar allí. 0on la velocidad de un conejo asustado, el portaaviones con patas se puso en pie y salió corriendo a velocidad de v+rtigo. ' /aniel sólo le dio tiempo para apartarse, pero, por desgracia, se le enredó el pie en un lazo de las riendas. *edio segundo despu+s sintió el tirón en el pie, arrastr!ndole violentamente, y lo siguiente que supo fue que estaba #aciendo surf por la accidentada arena del desierto a una velocidad capaz de romperle el cuello a cualquiera, y que quien tiraba de +l era aquel demonio.
&aJalsHy se llevó el arma a la cara, pero ya era demasiado tarde. l animal saltaba dunas dem!s de un metro, arrastrando a /aniel como si fuera una lata atada al parac#oques trasero de un automóvil. Los militares salieron en su persecución, pero la increíble velocidad del bic#o aumentó r!pidamente la distancia que #abía entre ellos. /aniel,, arrast /aniel arrastrad radoo por el tobill tobillo, o, se desli desliza zaba ba a seten setenta ta Hilóme Hilómetro tross por #ora #ora sobre sobre una intermina interminable ble tabla de planc#ara planc#ara que le estaba estaba arrancando arrancando la piel. piel. 5ebotand 5ebotandoo de un lado a otro, veía el lateral de una duna para c#ocar inmediatamente con la parte delantera de la siguiente. 0uando el terreno se #izo un poco m!s liso, y ya con los pantalones llenos de arena, pudo por fin gobernar un poco las riendas pegando las manos a los costados. ' pasar pasar del constante aluvión
de arena que levantaban las pezuñas, /aniel consiguió sentarse e intentó tocarse la bota. 0asi la tenía cuando el medallón que le #abía dado 0at#erine se le salió de la camisa. >ban directos a un gigantesco muro de aren. n el último segundo, el animal se apartó, pero no dio tiempo a que lo #iciera su pasajero, que subió pro la rampa natural y saltó por los aires mientras el medallón le golpeaba en la nariz y se le salía por l a cabeza. Euiso retroceder, retroceder, pro notó que se #abían aflojado las riendas y salió disparado de nuevo en otra dirección. 0ayó sobre la tierra caliente, aterrizando primero con la cara cara y abriendo con la nariz un surco en la arena. 6inalmente, la bestia dejó de trotar. 0on el uniforme lleno de arena, /aniel parecía un gordo de circo, estornudando como un gato que acabara de aspirar pimienta. 'l parecer no se #abía roto nada. (e miró la mano y descubrió que la cadena se le #abía quedado enganc#ada en un dedo. 5odó de costado, se sentó, se quitó la bota y empezó a sacudirse la arena de la boca, los ojos, las orejas y la nariz. o tardó en ver que IVeil, )roJn y &aJalsHy remontaban la última duna, corriendo #acia +l con los fusiles apuntando al animal. 0uando se acercaron, al bestia dio media vuelta y empezó a lamerle la cara a /aniel. 4'parta tu apestoso aliento de mí 4gritó, tratando de esquivar la repugnante cara. Pero el animal no le #izo caso y continuó lami+ndole y frot!ndole con la nariz. IVeil fue le primero en llegar4. 0oronel, quíteme este bic#o de encima. Pero en lugar de #acerlo, IVeil bajó el arma y, pasando por delante de /aniel, se apro$imó al borde de una cornisa cercana. )roJn y &aJalsHy lo siguieron. 3iendo 3iendo que no podía esperar ayuda de nadie, /aniel #izo a un lado al nauseabundo animal y fue a ver lo que los soldados miraban con tanta atención. 4Eu+ pasaM 4preguntó. *iraban al fondo de un #ondo barranco que acababa en un espectacular conjunto de riscos blanquecinos. blanquecinos. 5eptando por las paredes blancas, marc#ando en #ileras por el llano fondo del valle y subiendo por escaleras gigantescas #abía miles y miles de seres #umanos.
Episodio BII 7odo sea por la o%"niain *iles y miles de #ombres sucios y #arapientos trabajaban organizados en grandes grupos, batallones de cien obreros o m!s, algunos en estrec#as cornisas talladas en los riscos, otros en el enfangado suelo de aquella cantera colosal. ra una #orrible escena de desdic#a #umana. )ajo el asfi$iante calor de la tarde, los mineros reptaban por todas partes, apoy!ndose en los minúsculos salientes cortados en las paredes de calcita. n el fondo, donde el agua impedía que bajaran a m!s profundidad, trabajaban pisando un lodo blanquecino. n diversos puntos del perímetro de aquel enorme tazón del tamaño de un estadio deportivo se veía que #abía #abido grandes desprendimientos, lugares donde las paredes blandas #abían cedido y aplastado el cenagoso fondo, enterr!ndolo todo bajo su masa.
IVeil oteaba con sus prism!ticos. iños de siete u oc#o años trabajaban al lado de los #ombres. 'parentemente, 'parentemente, su principal faena consistía en llevar talegos de mineral bruto o de una sustancia similar al carbón de piedra, #acia la red de angostos raíles que serpeaban como venas #asta la cima de las paredes del barranco. Pero lo m!s dram!tico que se veía dentro y fuera del aquel desfiladero construido por le #ombre eran las escaleras de cuerdas #ec#as a mano. ;abía cientos colgando por todos lados, de un nivel a otro, pero a cosa de un Hilómetro de donde se encontraba el pelotón #abía un adocena cuya longitud era espectacular, pues conectaban el fondo del barranco con un saliente rocoso situado a casi mil metros de altura. (u grosor irregular y los rotos peldaños #acían que estas escaleras parecieran peligrosas. o obstante, cada una aguantaba el peso y movimiento de cuarenta o cincuenta c#icos a la vez, algunos trepando con la carga, otros cruz!ndose con +stos al bajar.
ran de tez oscura- algunos iban con el pec#o al descubierto, pero en su mayoría vestían gruesas ropas que les cubrían desde los
#ombros #asta los tobillos, /ado el intenso calor, era una indumentaria de lo menos apropiado. % lo peor de todo era que llevaban la cabeza cubierta con una especie de capuc#a o con pañuelos. 'l estilo de los beduinos de (iria y ncluso IVeil #izo algo que no encajaba en su car!cter. 9na vez que estuvo seguro de que aquellos #ombres no estaban armados, pasó los prism!ticos a )roJn, que estaba ansioso por mirar. La mente de /aniel, entre tanto, funcionaba a la m!$ima velocidad. (eres #umanos en el otro otro e$trem e$tremoo del univer universo so conoc conocido idoMM Eu Eu++ relac relación ión #ab #abíaM íaM 'caso 'caso eran eran descen descendie diente ntess de #abitantes de la :ierraM I lo que podía ser m!s intrigante aún" +ramos nosotros descendientes suyosM Por cada respuesta que encontraba, le surgían mil preguntas m!s. :odo cambió en el instante en que el primer obrero levantó la vista y estableció contacto visual con +l. (u grito #izo que un centenar de cabezas miraran a lo alto del foso. Luego, como si se #ubiera producido una reacción en cadena en el valle, cesó toda actividad y los millares y millares de #ombres se pararon para saber qu+ pasaba. Los que estaban m!s cerca vieron a los cuatros #ombres vestidos de verde ante el gigantesco muro de arena blanca. &aJalsHy y 6eretti apuntaron instintivamente con sus armas e #icieron intención de retirarse para ocupar mejores posiciones, pero IVeil les #izo seña de bajar las armas y se quedó contemplando cómo les observaban los intrigados mineros. o #abía malicia en la creciente muc#edumbre, muc#edumbre, pero tampoco parecían darles la bienvenida. inguno de los dos bandos sabía qu+ #acer. 45etirada 4decidió &aJlasHy. 5ectificó inmediatamente4 inmediatamente4 os retiramos, señorM 4Eu+ conseguiríamosM 4preguntó IVeil despu+s de pens!rselo4. 'l menos podíamos conocer a nuestros vecinos. 4% empezó a bajar la pendiente. 4Eu+ carajo #ace a#oraM 4(in embargo, )roJn sabía e$actamente lo que #acía el otro. 43ayamos con +l 4sugirió &aJalsHy, poni+ndose en pie . '#ora eran miles los ojos puestos en los e$traños visitantes que descendían por una de las guías que bajaban #asta el fondo. 'lgunos de los que estaban en los riscos se quedaron inmóviles, dejando las #erramientas en el suelo. Por el ondulado valle seguían llegando #ombres, apiñ!ndose para ver a los primeros viajeros desconocidos desconocidos de la #istoria. 'l descender, /aniel tuvo la sensación de que algo le estaba tragando. IVeil encabezaba la marc#a, sin dejar de observar cómo aumentaba abajo el número de curiosos. Por suerte, no #abía indicios de #ostilidad- parecían gente pacífica. o obstante, #abía algo e$traño en la forma que tenían de arremolinarse, si bien no podían definir lo que veía de raro en su conducta. Lanzó a la multitud una de sus m!s frías miradas, con la intención de intimidar a todo el mundo, pero cuando vio que no era necesario decidió que le siguiente paso era el di!logo.
4
4aturru ya ya2 aturru ya ya2 4gritaba sin parar al tiempo que retrocedía, retorci+ndose de espanto, como si /aniel fuera a azotarle en cualquier instante.
Los otros mineros empezaron arrodillarse inmediatamente, pegando la cara a la arena en una postura de abyecto servilismo y sumisión. ' los pocos segundos, las palabras naturru ya ya #abían resonado en todos los rincones de la mina, obligando a los miles de #ombres a postrarse. /aniel retrocedió unos pasos.
4Eu+ demontres les #as dic#oM 4preguntó IVeil con e$igencias. 4ada. (ólo #e saludado. 4*aldita sea. :e dije que te comunicaras con ellos. 4% cómoM 4dijo /aniel, señalando a las masas arrodilladas. 4Por el copón de la baraja,
Parecía un #ombre serio y concentrado. 6ue directo a /aniel y, sin previo aviso, cayó de rodillas y empezó a recitar r ecitar una especie de oración. ;ablaba a toda velocidad a pocos centímetros
de los pies de /aniel, que se volvió a sus compañeros y preguntó" 4Eu+ #aceM 41%o no saber nada, o#, (agrado 'mo2 4respondió &aJalsHy con una reverencia. ra evidente que lo #abían tomado por quien no era. /aniel se agac#ó para escuc#ar al #ombrecillo, mientras +ste recitaba la larga invocación. (us palabras sonaban a omótico o bereber, tal vez a c#adiano. Pero fuera lo que fuese, no lo reconoció. Luego, tal como #abía empezado, empezado, el viejo cesó de #ablar, 3o 3olvió a ponerse en pie y este gesto fue imitado por todos los #ombres del valle. ;izo una seña a las mujeres para que se acercaran y dos de ellas, que llevaban agua en c!ntaros de barro, le obedecieron. obedecieron.
La m!s joven se acercó a /aniel y le entregó un pedazo de tela muy suave. Luego levantó el c!ntaro como para derramar agua. Euería mojar el pañoM /aniel estiró la mano en que ella #abía depositado la tela, pero la mujer le indicó con un gesto que la apartara. 0uando /aniel entendió por fin lo que quería decirle, ya era demasiado tarde. La miró a los ojos y quedó electrocutado por su belleza, por el increíble magnetismo de su mirada. (u mente se movió en barrena y empezó empezó a tener la intensa sensación sensación de que la conocía. Pero cómo cómo se puede sentir algo así ante una persona sabiendo que no la #as visto nuncaM :al vez fuera el primer síntoma de insolación. /ebía de tener una e$presión rara, porque la joven estiró la mano y le secó la frente con el paño. /aniel quedó sorprendido por la e$quisita ternura del gesto, la delicadeza con que la tela #úmeda le #abía acariciado la frente. 3olvió la joven a volcar el c!ntaro y esta vez /aniel, sin dejar de mirarla, supo lo que tenía que #acer.
4'dóndeM 4% yo qu+ s+M Por allí...
l pelotón miró a IVeil en espera de órdenes, pero el coronel aún no #abía tomado ninguna decisión. staba mirando al viejo como un #alcón, escrut!ndolo para detectar el m!s leve signo de engaño. o quería caer en una trampa. (in embargo, al #ombrecillo le confundía este silencio, así que volvió a repetir la invitación #aciendo m!s gestos y m!s e$agerados. /aniel intentó convencer a IVeil. 4o buscamos signos de civilizacionesM *uy bien, pues #emos dado en el blanco. (i queremos encontrar los símbolos de la Puerta y volver a casa, tenemos que ir con ellos. s lo mejor que se me ocurre. IVeil continuó petrificado, ine$presivo como una pared de ladrillo. 'unque era un argumento muy convincente, sabía que lo que m!s estimulaba a /aniel era la posibilidad de jugar a arqueólogo. arqueólogo. Pero lo convencieron convencieron las razones razones que le dio )roJn. )roJn. 4Probablemente tiene razón, señor. ;e tomado algunas lecturas de la cantera. s el mismo cuarzo del que est! #ec#a la Puerta. 4/e acuerdo. o tenemos alternativa 4concluyó IVeil4. nvíe un mensaje por radio al campamento base y diga que vigilen la zona #asta que volvamos.. (alieron de la mina siguiendo una vía anc#a y serpeante, con el viejo en cabeza de un ej+rcito de diez mil #ombres. 'l final del camino #abía otros dos altos obeliscos que flanqueaban la entrada de la cantera. /aniel rompió filas y se apresuró a ponerse al lado del anciano para observar sus modales y su ropa. (e llamaba &asuf y, aunque el protocolo e$igía que anduviera solo. Euería saber algo m!s de los visitantes, así que dejó que /aniel caminara junto a +l. o estaba seguro de que fuesen dioses, pero como #abía disminuido la producción de cuarzo, prefería no correr riesgos. 3eía que tenían armas muy avanzadas y que no eran totalmente amistosa sus intenciones. Podían ser peligrosos llegado el momento. :anto si eran dioses como si no, &asuf no quería tentar a la suerte y decidió que lo mejor era tratarlos como si lo fuesen. l que iba a su lado, el de gafas, el que no #acía m!s que estornudar, +se sí que parecía cordial y pacífico. Pero era un c#arlat!n. &asuf escuc#aba pacientemente la perorata que le soltaba el joven, pero no entendía nada. /aniel nunca #abía tenido tantas dificultades de comunicación. (entía que estaba a punto de perder los nervios, así que respiró profundamente y siguió marc#ando al lado del anciano en silencio. Lo único que aprendió antes de volver a reunirse con los militares fue que los animales gigantescos se llamaban mastadges. mastadges. Los bic#os estaban a cargo de sendos adolescentes de buen aspecto. *!s limpios y jóvenes que los mineros, los pastores llevaban un corte de pelo rarísimo, pues de la cabeza pr!cticamente afeitada colgaban largos mec#ones. mec#ones.
voluntad. (e llamaba (Haara. ra un joven delgado y guapo que caminaba con los #ombros y la barbilla bien erguidos. staba enfadado consigo mismo por #aber #uido de IVeil y decidido a demostrar a toda costa su valentía.
La caravana empezó a serpear por le desierto. 5ecorrieron casi don Hilómetros antes de que el polvo blancuzco de la cantera permitiera ver el suelo natural del lugar, la misma sílice parda que los militares #abían visto alrededor de la pir!mide. 0u!ntos siglos de e$tracción de cuarzo #abían tardado en formarse aquellas fant!sticas dunas blancasM /aniel siguió intent!ndolo. 'l volver a la formación, importunó a todos lo mineros que iban a su lado #aci+ndoles una pregunta tras otra, todas incomprensibles. Euería aprender los nombres de las cosas, esperando dar con alguna pista lingCística que le enseñara se idioma. >ba casi todo el tiempo tropezando, profundamente interesado por todo lo que le rodeaba, aunque #abía dos cosas que le distraían" la odofobia, que le #acía estornudar a cada instante, y la c#ica. >ba unos metros detr!s de +l y /aniel no dejaba de inventar razones para girar la cabeza y mirarla. 0ada vez que sus ojos se encontraban, ambos apartaban la vista, nerviosos. staba pregunt!ndole a un perplejo minero que iba a su lado por la agricultura del lugar cuando notó que le rozaban en una de sus zonas m!s íntimas. /io un respingo y, al girarse, vio al monstruo asqueroso que lo #abía arrastrado por el desierto. '#ora '#ora quería lamerle cariñosamente. 4Largo de aquí 4e$clamó /aniel, d!ndole un manotazo. l animal soltó un grito, un balido como de una cabra de diez toneladas. 0uantos presenciaron la escena la encontraron muy graciosa. (e desternillaban, pero nadie se reía tanto como un pastor de aspecto muy e$traño. ra m!s bajo que los dem!s y la forma de su cabeza resultaba verdaderamente rara. Por encima de sus cejas de 0romañón tenía un bulto que parecía un cuerno con ganas de salir y sus enormes dientes equinos sobresalían tanto que parecían #ac#as de guerra. (e llamaba abe#. 4*astadge 4dijo el muc#ac#o, muc#ac#o, sonriendo. :anto el animal que iba en cabeza con &asuf como el que intentaba acariciar a /aniel se llamaban *astadge. (in embargo, #abía una enorme diferencia entre la majestuosa bestia que iba en cabeza y el baboso y maloliente engendro que estaba fastidi!ndole. La caravana torció y se encaminó por un largo valle flanqueado a la derec#a por una escarpada sucesión de picos rocosos. 3einte minutos despu+s se detuvieron al pie de los riscos. /aniel miró atr!s y vio que las miles de personas que marc#aban en #ilera no #abían terminado aún de cruzar la última cresta que protegía el presente valle. &asuf los condujo pendiente arriba en dirección a una #endidura abierta en las colinas. 0uando llegó, #izo un alto y llamó a /aniel, mostr!ndole una larga llanura. ' lo lejos, /aniel vio las altas murallas de unas enorme fortaleza, una ciudad. ra la antiquísima morada de aquellas personas y se elevaba como una isla sobre el infinito oc+ano de arena. (orprendido, se volvió de espaldas y se puso a gritar a sus compañeros.
41s una ciudad2
*ientras IVeil corría a inspeccionar la escena, /aniel tuvo tiempo de localizar otra vez a la c#ica en la multitud. (e miraron durante una fracción de segundo y luego #icieron como si se estuvieran fijando en otra cosa. l cruce de mensajes no pasó inadvertido a &asuf. 40ierra ya el pico 4le ordenó IVeil en cuanto llegó a la cima. >nspeccionó el paisaje y volvió a bajar para #ablar con sus #ombres. Les e$plicó que entrarían en la ciudad amurallada uno por uno, a intervalos de diez pasos" primero )roJn, luego &aJalsHy, luego
4Le dije que no le diera comida 4dijo IVeil a sus espaldas. Los mineros que iban a su lado se #abían quedado con las palabras un poco y empezaron a repetirlas- el #ediondo mastadge tuvo un nuevo nombre. l tormento de /aniel acabó cuando uno de los c#icos tiró de las riendas y se llevó al animal a una zona de reposo para animales que estaba al otro lado de las puertas. l mastadge protestó al verse separado separado de su su nuevo proveedor proveedor de dulces. 0uando /aniel levantó la vista, se sintió impresionado y al mismo tiempo incómodo. o era buena ciudad para quien padeciera claustrofobia. Las toscas paredes se cernían sobre ellos según iban andando por la calle principal. ' ambos lados se veían estrec#os y zigzagueantes callejones abiertos entre un edificio y otro. n todos los rincones, en ventanas y pasarelas, apiñados en las puertas o inclinados sobre los antepec#os, los #abitantes de la urbe se asomaban para mirarles con intensa curiosidad. curiosidad. l equipo estaba a#ora a#ora a merced de aquella gente, gente, de la que no sabían pr!cticamente nada. 0uando llevaban recorridos unos cien metros en el interior de la ciudadela, llegaron a una gran plaza cuadrada, donde &asuf estaba aguard!ndoles. *ientras la gente llenaba la plaza, /aniel se dedicó a e$aminar los edificios que le rodeaban. l principal material empleado en su construcción era la piedra, grandes losas #!bilmente e$traídas de las canteras. (in embargo, lo que m!s llamaba la atención era la madera. Las raquíticas escaleras que se tambaleaban en los flancos de las casas, los destartalados tablones que unían los pisos superiores y las puertas que daban a numerosos #abit!culos eran de una madera nudosa de color ros!ceo. 'lrededor de las ventanas y en las cornisas de los edificios #abía complejos dibujos geom+tricos grabados en la piedra. Pero en ningún lugar divisó /aniel /aniel nada relacionado relacionado con la escritura. escritura.
&asuf subió a un pequeño podio y levantó el bastón pidieron a la multitud que guardara silencio. Luego se giró #acia los visitantes y volvió a recitar algo parecido a una oración. 0uando acabó, señaló con su largo bastón un objeto tapado que colgaba entre dos edificios. Ibedeciendo sus órdenes, un #ombre que se #allaba subido a un andamio descorrió una enorme tela y, cuando el cortinaje cayó al suelo. /aniel se quedó con la boca abierta. (uspendido bajo la arcada por una red de gruesas sogas #abía un enorme disco dorado que tenía por lo menos tres metros de di!metro. (obre su superficie #abía una reproducción e$acta del dibujo del medallón de /aniel, el que 0at#erine #abía encontrado en gipto. n cuanto el enorme disco quedó al descubierto, la ciudad entera se arrodilló como una gigantesca ola #umana, reverenciando a los visitantes. ra impresionante.
4Piensan que somos dioses 4musitó /aniel. 4Eu+ crees que les #a #ec#o llegar a esa conclusiónM 4preguntó IVeil, mirando el disco y bajando la vista a la versión en miniatura que colgaba del cuello de /aniel. 'sió la reliquia y tiró de ella y de /aniel. La e$presión del coronel era amenazadora. 4Eu+ significa e$actamente este símboloM 4preguntó mal#umorado. staba seguro de que /aniel sabía muc#o m!s de lo que le #abía dic#o. 4s el símbolo de 5a, el dios egipcio del (ol. 4'l decir esto, /aniel sintió un pinc#azo en la boca del estómago4. Parece que lo adoran. /eben de pensar que #a sido el dios quien nos #a enviado. 0onvencido de que /aniel decía la verdad, IVeil soltó el medallón. /esde su podio, &asuf parecía pronunciar un discurso y no dejaba de gesticular mientras miraba a los miembros del equipo. n algún lugar de la multitud, la radio de )roJn regurgitó y volvió a la vida. La señal era tan d+bil que tuvo que ponerse los auriculares y subir el volumen. ntre la interferencia electrost!tica le pareció oír la voz de 6eretti. ;abía aparecido de repente, casi sin avisar. 'l principio, 6eretti #abía ordenado a los dem!s que bajaran del risco para ponerse a cubierto, pero en seguida se dio cuenta de su error y subió a toda prisa a la cima para coger la radio de onda corta. /e rodillas, se ec#ó la c#aqueta por la cabeza y empezó a #ablar lo m!s alto que pudo por el aparato. >ntentaba avisar al equipo que #abía partido. l ruido que lo envolvía, un aullido escalofriante y agudo, le impedía oír su propia voz. 41/ebemos abandonar el campamento base2 15epito" abandonamos abandonamos el campamento base2 *ientras estaba arrodillado, advirtió que algo se acercaba. ra Porro, que se tambaleaba en lo alto del saliente. 41Largu+monos2 41Largu+monos2 4gritó a 6eretti4. 1(algamos de aquí de una maldita vez2 6eretti asintió. I volvían a la pir!mide o eran #ombres muertos. 415epita, campamento base2 o le recibimos 4dijo )roJn4. 15epita, campamento base2 Para entonces, todos #abían puesto su atención en )roJn gritando por la radio. :odo el ceremonial que el anciano #abía querido respetar #abía quedado interrumpido. 6rustrado, )roJn dejó de intentarlo. *iró a IVeil y dijo" 4o vale la pena. ;ay algo que interfiere la señal. /esde lo alto de la muralla, junto a la puerta principal, alguien tocó con fuerza un cuerno. 9n instante despu+s sonó otros cuerno y ambos llenaron la ciudad e broncos quejidos. :odas las cabezas que se #allaban en la plaza se volvieron a para mirar a la vez. 'lgo 'lgo pasaba. IVeil tomó una decisión inmediata. 45egresamos a#ora mismo. n marc#a. &aJalsHy y )roJn ya estaban de pie y dispuestos antes de que /aniel preguntara el motivo. l primer impulso de IVeil fue dejar a /aniel, abandonarle a su suerte, pagarle con la misma moneda. Pero en el último momento lo asió de la manga del uniforme y fue tirando de +l calle abajo. /e regreso a la puerta, tuvieron que sortear por lo menos a mil personas. Los militares se abrían paso y cientos de manos se tendían #acia ellos para impedirles avanzar- las bocas barbotaban sonidos, tratando de e$plicar algo muy importante, staban diciendo a los
militares que no se fueran. 'l principio, IVeil los #acía a un lado con fuerza, pero con cierta educación. Pero cuando vio que un puñado de #ombre estaba cerrando las puertas, salió corriendo y empujó a todo el que se le puso delante. Los #ombres que cerraban la puerta no #icieron caso de los gritos de IVeil. 'cababan de atrancar la puerta con el primer madero cuando llegó el coronel con dos de sus #ombres. 41'brid la puerta2 4rugió, dando a entender lo que decía con un adem!n violento. :odos empezaron a #ablar a la vez, agitando las manos y señalando un lugar m!s all! de la muralla, en el desierto. ra evidente que no iban a cooperar, así que IVeil llamó a &aJalsHy. &aJalsHy. 40ree que podemos levantar ese madero nosotros solosM &aJalsHy le miró cmo diciendo" /esde luego. gnoraba por qu+ se #abía vuelto loco, ec#ando a perder las buenas relaciones que #abían entablado ya con el e$traño pueblo del desierto. Pensaba que era un error abandonar la ciudad antes de e$plorarla. 'ún necesitaban necesitaban encontrar los símbolos de la Puerta de las strellas. 4 (#a s#ay ti yu. (#a s#ay ti yu4 (Haara, el pastor obligado a dar la mano a IVeil all! en la cantera, salió de entre la multitud avanzando muy despacio. IVeil levantó la pistola, apuntando directamente al entrecejo del joven4. (#a s#ay ti yu 4seguía diciendo en voz baja. Llevaba las manos e$tendidas y abiertas mientras se acercaba al #ombre de la boina negra, guard!ndose de parecer amenazador. 'costumbrado 'costumbrado a domesticar a los fuertes mastadges, (Haara sabía muy bien cómo acercarse a un animal asustado. IVeil montó el arma, pero el joven siguió acerc!ndose, repitiendo las mismas palabras y señalando las murallas. IVeil ec#ó un vistazo a las pasarelas situadas en lo alto. 9nas doce personas le miraban desde allí y algunas le #icieron señas para que subiera. l c#ico señaló al coronel, luego las murallas y finalmente se puso los dedos alrededor de los ojos simulando que oteaba el #orizonte. 4Euiere que vaya a ver lo que se divisa desde la muralla 4tradujo /aniel. 4(+ lo que quiere. IVeil se volvió a &aJalsHy antes de seguir al c#ico escalera arriba. 4(i intentan algo, dispare.
c#ando una última ojeada a su alrededor, IVeil siguió a (Haara #asta uno de los torreones construidos a ambos lados de las puertas. 9na vez dentro, subió una escalera de caracol construida para #ombres m!s bajos que +l. (alieron al pasadizo de piedra que comunicaba la doble muralla de la ciudad y IVeil se puso en lugar visible para que le vieran sus #ombres. Luego se quedó mirando a lo lejos durante un rato. 4Eu+ ve, coronelM 4' &aJalsHy no le gustaba que le dejaran colgado cuando estaba conteniendo a mil personas a punta de fusil. 9na gigantesca nube marrón, tan anc#a como el #orizonte, avanzaba casi a ras de tierra, acerc!ndose acerc!ndose a la ciudad como un torrente. IVeil notó que la brisa se convertía en viento. 419na tormenta de arena viene #acia aquí2 4contestó. (Haara señaló la gran nube de polvo y enseñó al coronel cómo llamaban ellos a la tormenta de arena" (#a s#ay ti yu. 41$celente2 4e$clamó /aniel con sarcasmo4. 1;abría sido un buen motivo para fusilarlos a todos2 4% no contento con dejar que los !nimos se aplacaran solos, repentinamente seguro de tener el derec#o moral de #acerlo, se acercó a sus compañeros y bajó el cañón del fusil de &aJalsHy. 4o me provoques.
del polvo. 4stamos malgastando la batería 4le dijo a 6eretti4. o #abr! ninguna señal mientras dure la tormenta. /eberíamos intentarlo cuando pase. 4*al, mal 4dijo 6eretti, meneando la cabeza4. stuve dos años en 'rabia (audí y nunca vi nada igual. i parecido. Le #ubiera gustado gustado darse de tortas. tortas. (i no #ubiera tirado la bolsa de libros libros de /aniel. /aniel. (i #ubiera sido capaz de dominarse un poco, no tendr!n que estar a#ora sentado como un inútil, imaginando cómo se estaría a#ogando el grupo de IVeil. :ambi+n sabía que, sin /aniel, las probabilidades de volver volver a case eran nulas. staban atrapados atrapados en una pesadilla y +l #abía cerrado el ataúd. 4o lo entiendo. Por qu+ no intentamos nosotros activar la PuertaM s decir, por qu+ tiene que ser tan difícilM 4sugirió 5eilly, siempre pragm!tico. 43aya idea 4dijo 6eretti, poniendo los ojos en blanco. Luego le e$plicó por qu+ la idea no podía funcionar4. funcionar4. (i te equivocas equivocas al girar el cac#arro, cac#arro, podemos materializarnos materializarnos en cualquier cualquier lugar del inmenso espacio e$terior. :ienes idea de cu!ntos millones de combinaciones tiene la ruedaM 4o. 0u!ntos millonesM 4preguntó 6reeman con ironía. 6eretti empezó a escribir el problema en su pizarra mental, pero se dio cuenta de que 6reeman se burlaba de +l. 40ierra el pico, 6reeman. Duardaron silencio nuevamente, sin dejar de mirar el gran rect!ngulo de la entrada. ;abrían podido formar parte de un antiguo espect!culo surrealista" el público esperando en una gigantesca c!mara de piedra a que entraran los actores. ' varios Hilómetros de allí, m!s all! del silbante rugido del viento, un asteroide ovoidal ascendía con creciente luminosidad mientras el #orizonte se oscurecía con el ocaso. ra el sat+lite de aquel planeta, borrado súbitamente por una sombrea triangular que cruzaba el cielo. 9nos segundos despu+s, la sombrea desapareció. La última luz del sol tililaba tilil aba tras la impenetrable cortina de arena batida por el viento y la luz de la entrada de la pir!mide fue apag!ndose #asta que empezaron a esfumarse los limpios contornos de la radio. Los militares escuc#aron algo procedente de la entrada e inmediatamente cargaron los fusiles. ra el inconfundible sonido del metal que c#oca contra el metal. ra el caso de 6eretti vibrando encima de la radio. 'l momento, todo el equipo y todo el suelo de la pir!mide empezaron a temblar. 419n terremoto2 1Lo que nos faltaba, un maldito terremoto2 4o es eso 4gritó 6reeman por encima del ruido, poni+ndose a cubierto entre los pilares que flanqueaban la entrada. l temblor y el estruendo eran cada vez m!s intensos. (obrevolando la tormenta para descender luego lentamente en medio de ella, apareció una nave de forma piramidal. Los brillantes #aces de luz que salían de sus costados cortaban el cielo nocturno- fue descendiendo descendiendo #asta posarse encima de la pir!mide m!s grande.
/esplegó unos largos brazos mec!nicos mec!nicos que rasgaron el cielo como las garras de un !guila y se posó directamente en el v+rtice de la gran estructura p+trea. Los tent!culos de aterrizaje encontraron su objetivo y se insertaron con precisión. :al era la e$plicación que no #abían encontrado generaciones de investigadores, la respuesta al enigma de la gran pir!mide llamada de &efr+n. ;abía sido construida como punto de aterrizaje precisamente para aquella clase de naves. 9na vez logrado el primer objetivo, empezaron a moverse algunas piezas e$ternas del gigan gigantes tesco co apara aparato. to. norm normes es secci seccione oness de las pared paredes es e$teri e$teriore oress empez empezaro aronn a abrirs abrirsee y desplegarse. desplegarse. 'l igual que esas construcciones lúdicas que cambian de forma moviendo un par de piezas, la nave nave empezó a transformarse en un palaciego !tico de de forma piramidal. (in embargo, antes de completarse la larga y complicada transformación, una nueva presencia entró en la pir!mide. n lo m!s profundo de la edificación, entre los dos medallones incrustados en el suelo y en el tec#o, surgió una columna de luz azul que conectó ambos. La luz se e$pandió alrededor d ambos medallones #asta formar un cilindro. Los militares, inquietos, apuntando con las armas en todas direcciones, murmuraban qu+ podrían #acer, pero al mismo tiempo una presencia avanzaba sigilosamente por los corredores, acerc!ndose a ellos 6eretti encendió una bengala y estaba a punto de lanzarla #acia la entrada cuando oyó algo a sus espaldas. (e dio la vuelta a tiempo y vio a una criatura con cabeza de c#acal casi encima de +l. o pudo #acer #acer m!s que quedarse quedarse boquiabierto.
Episodio BIII La ere%onia 4o creo que debamos comer nada 4musitó &aJalsHy. Lo cierto era que se estaba muriendo de #ambre y sólo quería saber si los dem!s se iban a arriesgar a probar la comida. /aniel, que jugueteaba con un trozo de pan correoso y sobrecargado de especias, se inclinó sobre la mesa y comentó t+tricamente" 4Podrían tom!rselo como una ofensa. ;acía una #ora que #abía comenzado el festejo y todavía no se #abía servido la comida. *ientras la luz de la antorc#a se reflejaba en el siniestro disco que parecía vigilarlos desde arriba, los visitantes continuaron sentados con las piernas cruzadas tras las largas y bajas mesas que se #abían instalado en le patio sobre alfombras de lana de variados colores. n los espacios que quedaban entre las mesas, un grupo de músicos viejos rascaba y pellizcaba instrumentos instrumentos de cuerda, tocando tocando algo que sonaba siempre siempre igual. 9n rato antes, el cabo )roJn, guitarrista decente, #abía #ec#o las delicias de la multitud improvisando con uno de sus instrumentos. Los cientos de personas arracimadas en el patio #abían aplaudido cuando el soldado cogió aquella especie de cítara de tres cuerdas y tocó unos sencillos acordes de blues. >mitando a /aniel y &aJalsHy, los espectadores #abían empezado a marcar el ritmo con las manos y los pies, aun cuando la canción de )roJn les era tan ajena como la melodía de aquel momento a los reci+n llegados. :an sólo /aniel parecía divertirse con la música quejumbrosa y minimalista del grupo, que le recordaba los c!nticos )alee acompañados de palmas que #abía escuc#ado escuc#ado en las bodas nubias durante sus visitas al 'lto gipto. La mesa estaba preparada para veintidós comensales, todos #ombres. Por lo que /aniel podía ver, las mujeres de esta sociedad les servían en silencio y luego brillaban por su ausencia. &asuf era uno de los integrantes del gobierno local, todos #ombres mayores que +l, barbudos y, y, a pesar del calor reinante, reinante, ataviados con turbantes turbantes y túnicas grises. ran el 0onsejo 0onsejo de 'ncianos 'ncianos de la ciudad, los líderes políticos. 'l parecer, los estaban pasando bien. /entro del círculo de luz que arrojaba la antorc#a, apareció una procesión de criadas cubiertas con llamativos vestidos de seda y llevando todo tipo de piezas de vajilla" platos de terracota y bandejas llenas de verduras- copas de #ierro burdo- platos para aperitivos, paletas, servilletas y cuc#illos, cuc#aras y salseras, ponc#eras de vino con cardos flotando y, finalmente, un par de enormes soperas que #ubieron de transportarse sobre planc#as de madera. :odo :odo quedó dispue dispuesto sto sobre sobre aqu aquell ellas as mesas mesas raquít raquítica icass y #un #undid didas as por el centr centro, o, que amena amenazab zaban an con derrumbarse. &aJalsHy levantó el paño que cubría la pesada sopera que tenía delante. 0uando vio lo que #abía dentro, dio un salto de #orror. :endido sobre la salsa #abía un enorme lagarto ceñudo que #abían cocinado entero, con piel, ojos y rabo. :enía :enía la misma piel gris!cea y escamosa que las serpientes del desierto y, durante la cocción, se le #abían abierto los labios, dejando al descubierto las amarillentas encías. La cabeza y los pies sobresalían del #umeante recipiente, y daba la impresión de que #abía muerto pl!cidamente mientras tomaba un baño. 4Permiso para vomitar, señorM 4preguntó )roJn, medio en broma, medio en serio. 4o esperar!n que nos lo comamos. :odos a una, bajaron la vista para contemplar la mesa. Los 'ncianos les #acían señas para que se sirvieran. Los cuatro viajeros sonrieron y volvieron a ec#ar un vistazo al asqueroso 5eptile du jour. sbozando aún una amplia sonrisa, &aJalsHy preguntó a /aniel" 4Pues si no quieres ofenderlos, por qu+ no pruebas un muslitoM
4o puede ser peor que la comida del silo 4respondió /aniel. (abía que si #abía algo de comer y estaba al alcance de &aJalsHy, no tardaría en desaparecer. 4Podría ser venenoso 4señaló )roJn4. o deberíamos comerlo. 4:iene razón 4dijo la imperiosa voz de IVeil4. o podemos permitirnos el lujo de perder a
/aniel cambió de lugar e intentó entablar conversación con &asuf, pero sus idiomas eran tan distin distintos tos que sólo sólo pod podían ían comuni comunicar carse se los con concep ceptos tos m!s primit primitivo ivos. s. :enía miles miles de preguntas en la cabeza, pero ni una palabra, ni siquiera un vocabulario gestual para formularlas. Llevaba varios minutos #aciendo uso de la mímica para preguntar por la e$plotación de la cantera, cuando la vio otra vez. La joven estaba sirviendo pan a los 'ncianos en el otro e$tremo de la mesa. /aniel olvidó de repente el #ilo de la conversación y &asuf se volvió para ver qu+ era lo que tanto miraba el joven. La muc#ac#a estaba radiante. l cabello, negro y suelto, le caía sobre los #ombros- iba vestida con una tela azul, sujeta alrededor de la cintura a modo de falda, y con una sencilla blusa de color albaricoque maduro. 0uando se acercó, /aniel no pudo por menos de fijarse en lo transparente que era la blusa. 'partó la vista, avergonzado, pero en seguida volvió a mirar, inte intent ntan ando do conc concen entr trar ar los los ojos ojos en los los #omb #ombro ross de la c#ic c#ica, a, sigu siguie iend ndoo cada cada unos unos de sus sus movimientos mientras servía a los comensales. ntonces se dio cuenta de lo absurdo que era dejarse impresionar por una mujer que no conocía y que probablemente nunca llegaría a conocer. Pero #abía algo perfecto en ella, algo que iba m!s all! de su belleza e$terna, que le atraía. *iró sus manos, sus ojos oscuros, su juventud y su inteligencia se ponía de manifiesto en cada uno de sus gestos. ;abía algo en ella tan familiar, tan perfecto... 'l principio le #abía parecido tímida y reservada, pero desde entonces se #abía dado cuenta de que el recato era la forma en que esta gente e$presaba su cortesía en público, y ciertamente eran corteses #asta el e$tremo. 0ada #ombre al que ella servía parecía deseoso de entab entablar lar con conver versac sación ión,, como como se #abrí #abríaa #ec#o #ec#o con con la sobrin sobrinaa predil predilect ecta. a. La capaci capacida dadd de concentración de esta mujer cuando escuc#aba, la luminosidad de sus ojos al responder, decía a /aniel muc#as cosas" que sabía desenvolverse entre la +lite dominante de la ciudad- que tenía confianza en sí misma y que tenía un gran sentido del #umor. n varias ocasiones dijo a los invitados cosas que les #icieron reír. Parecía lo bastante lista para ganarse a la plebe, pero al mismo tiempo tenía tambi+n la calidez #umana necesaria para #acerlo con e$celente disposición. (i alguna vez regresaba a la :ierra, esperaba encontrar algún día una mujer que fuera la mitad de seductora que +sta. >ntentó quitarse la idea de la cabeza y reanudar la conversación, pero &asuf ya ya estaba #ablando #ablando con otra persona. persona. 4'#í viene tu c#ica, 5omeo 4dijo )roJn. :odo el que no fuera ciego o imb+cil se #abría dado cuenta de que /aniel estaba perdidamente enamorado. 4o s+ de qu+ #ablas 4respondió, poni+ndose a la defensiva. 4o estaría mal, e#M Podríais pasar la luna de miel en la pir!mide y alquilar una vivienda en esta ciudad. Puedes buscar empleo en la cantera. % dar clases particulares de latín y griego para conseguir conseguir algún ingreso e$traordinario. e$traordinario. 6undar un #ogar, crear una familia. n fin... /aniel lanzó una mirada asesina al oficial científico, que indudablemente se estaba divirtiendo a sus anc#as. (inti+ndose castigado y centro de la atención al mismo tiempo, miró a otro lado y fingió f ingió escuc#ar a los músicos, que seguían dale que te pego. La burla de )roJn #abía caído como una daga en su corazón. /aniel se sentía como si estuviera en otra parte del universo, e$plorando un mundo desconocido, disfrutando con sus e$óticos #abitantes, pero no podía eludir una dolorosa verdad con respecto a sí mismo. 0uando se trataba del se$o opuesto, era un berzas que perdía todo contacto con la realidad. Lo siguiente que supo fue que ella estaba arrodillada a su lado, ofreci+ndole la cesta de pan. :enía :enía los ojos gac#os y parecía sonreírle levemente. /aniel e$tendió la mano y escogió lo que parecía una fresa peluda. La joven se #abía mostrado animada y complaciente con los dem!s, pero a#ora mantenía los ojos en el suelo. ntristecido, /aniel le indicó que #abía acabado, d!ndole permiso para continuar. 0on la mente en otras cosas, iba a llevarse la fresa a la boca cuando de repente algo le
detuvo. ra la mano de la c#ica, que se acercó a sus labios y con suma delicadeza la quitó la fruta. Luego, arrodill!ndose junto a +l, le enseñó que primero debía pelarla. 'rrancó las raíces y la !spera c!scara, y dejó al descubierto la pulpa verde que se escondía debajo. Por fuera, /aniel estaba tranquilo. Parecía prestar atención mientras ella le enseñaba lo sencilla que era la operación. Pero por dentro estaba como un teatro en llamas y abarrotado de público. (entía un p!nico p!nico que le nublaba nublaba la mente. La c#ica c#ica esperaba que que +l cogiera la fruta de su mano, pero, al ver que no, #izo algo que le sorprendió a ella tanto como a +l. Le acercó el fruto a los labios y ella misma se lo dio a comer. ;ubo en aquel acto m!s ternura e intimidad de lo que /aniel o la misma c#ica podían soportar. La embarazosa situación se complicó adem!s por la actitud de varias personas que e$clamaron 1oooo#2 y 1aaaa#2 a coro. /aniel giró la cabeza y miró a la multitud. ;abía unas cien personas mirando y todas sonreían. n menos de un segundo la c#ica desapareció y lo único que pudo #acer fue mirar cómo se alejaba. &asuf &asuf miró a un grupo de mujeres mujeres mayores, mayores, que consultaro consultaronn entre sí y luego luego asintieron asintieron con la cabeza. ;abían tomado alguna decisión. 4Parece que a tu c#ica le duele la cabeza 4dijo &aJalsHy desde el otro lado de la mesa, comentario que por lo visto entendieron incluso los que no #ablaban el idioma de los visitantes. 40ierre el pico y cómase su lagarto, teniente 4que fue e$actamente lo que #izo &aJalsHy. 4nmediatamente lo borró y empezó a escribir la primera frase en jeroglíficos que #abía aprendido, el primer ejercicio de la Dram!tica de Dardiner. /ecía así" Euien #a venido en paz y cruzado los cielos es 5a" /aniel no #abía escrito aún la mitad de los veintitr+s símbolos de la frase cuando vio la sandalia de &asuf pisando y borrando su obra. Luego empezó a gritar órdenes para que se dispersara la multitud, dirigiendo a /aniel una sonrisa nerviosa de tanto en tanto. &asuf se #allaba en posición difícil. Por un lado, los dioses #abían pro#ibido terminantemente la escritura en todas sus formas, y +l, como pastor de su pueblo, era el responsable de #acer cumplir la ley. Por otro lado, los e$traños visitantes #abían sido enviados probablemente por 5a. 'caso la pro#ibición de la escritura se aplicaba aplicaba tambi+n a los diosesM (e (e trataba de una pruebaM &asuf &asuf no lo sabía. /ecidió detener a /aniel por la misma razón que tomaba todas sus decisiones" por respeto a la costumbre. *ientras los cientos de personas empezaban arremolinarse de mala gana en las salidas del patio, /aniel se dirigió dirigió a sus compañeros" compañeros" 4
alterando el orden públicoM Eu+ diantres #a escritoM 4ada. (u reacción es desmedida. scribía la palabra banquete. 4Pues su reacción #a sido muy fuerte 4dijo &aJalsHy. 4Lo s+, es como si tuvieran miedo de escribir. 4Peor aún, lo tienen pro#ibido 4teorizó IVeil4. o s+ lo que es, pero esta gente tiene un miedo atroz a algo. 0uando #ubo borrado los últimos garabatos de /aniel, &asuf fue inmediatamente al lugar donde +ste estaba y cayó a sus pies, #ablando a cien por #ora. 'l parecer, se estaba disculpando. /urante la perorata, un grupo de jóvenes se acercó para despejar las mesas. &aJalsHy estiró la mano y cogió casi al vuelo una última tajada de lagarto, antes de que se lo llevaran todo. 9n instante despu+s, &asuf #abía convocado al grupo de ancianos. 5odearon a /aniel, #ablando en su idioma, cont!ndose y riendo sus propios c#iste, y jugueteando con el pelo y la ropa de /aniel. Llegaron m!s mujeres y llevaron a los soldados a sus lugares de descanso, mientras otras tiraban de /aniel #acia el suyo. 4:engo que ir con ellasM 4preguntó a IVeil, aunque en realidad lo deseaba. ' pesar de la responsabilidad que aún pesaba sobre sus #ombros, es decir, llevar de vuelta al equipo a trav+s de la Puerta de las strellas, sólo tenía una idea en la cabeza. Las mujeres lo conducían #acia la misma salida por la que #abía visto marc#arse a la joven que le interesaba. 4'delante 4dijo IVeil. n cuanto el coronel descubrió que aquella gente no tenía escritura, nada que pudiera ayudarles a abrir la Puerta, /aniel dejó de serle útil. 5epasó de nuevo la lista mental de los #ombres prescindibles y puso a /aniel a la cabeza. 6eretti notó que lo arrastraban sobre el suelo de m!rmol. 3agamente 3agamente consciente, se sentía como si lo #ubiera arrollado el metro. (e esforzaba por abrir los ojos, por seguir con vida, por mantenerse despierto. Lo arrastrara quien lo arrastrase, se detuvo de repente y lo soltó de golpe. (e concentró en su respiración. Podía sentir el sabor de la sangre en la boca, el frío del m!rmol en la cara. cara. 0uando por fin abrió los ojos y enfocó enfocó la mirada, mirada, vio dónd dóndee lo #abían #abían llevado" a un sarcófago. n el centro de la sala #abía una caja de piedra en forma de ataúd y de m!s de un metro de altura. unca #abía visto un sarcófago, pero en cuanto sus ojos se posaron en +l, supo que era un sarcófago. (upuso que era para +l. Pero un instante despu+s, empezó a moverse. (ección por sección, las paredes de granito del ataúd empezaron a abrirse y caerse como los p+talos de una delicada flor mec!nica. 'l mismo tiempo, empezó a ascender una plataforma parecida a una cama de un solo cuerpo. n lo alto de la plataforma #abía un cuerpo #umano envuelto en una oscura tela mojada. Para #orror de 6eretti, la forma adquirió vida. *uy lentamente, se incorporó y apartó el #úmedo sudario. 0uando el lienzo dejó al descubierto el rostro de la figura, 6eretti oyó su propio c#illido. 'nte +l tenía una cara de oro resplandeciente, una versión viva de la mascarilla fúnebre de :utanHamón, en parte #umanoide y en parte de otro mundo. Las cavidades negras de los ojos lo miraron fijamente durante un segundo insoportable #asta que la m!scara se giró #acia otro lado. l aterrado militar oyó que algo se movía detr!s de +l y, un segundo despu+s, un arma parecida a un fusil le voló los sesos. 0uando las mujeres se fueron, /aniel se dejó caer en la enorme cama llena de bultos que #abía en el centro de la #abitación y respiró de alivio. 4;uelo a león del desierto 4dijo a las paredes. n la última última media media #ora, #ora, las entusi entusias astas tas matron matronas as lo #abía #abíann enjab enjabona onado, do, afeita afeitado, do, desnudado, bañado, empolvado, acicalado, masajeado, perfumado, #ec#o la manicura y vestido
con una larga túnica blanca. l colc#ón estaba lleno de bultos, como si lo #ubieran rellenado con bolas de cuerda, pero no le importaba. ra estupendo estar tumbado y relajado. :odo :odo su cuerpo estaba escocido, arañado, quemado quemado por el sol y dispuesto a abandonarse en brazos de *orfeo. (e dijo que debería escribir todo lo que #abía visto. Pero se contentó con rememorar la película de los acontecimientos. acontecimientos. Le parecía increíble que #iciera sólo cuarenta y oc#o #oras que #abía visto la Puerta de las strellas. % a#ora estaba allí, descansando en el cuarto de los invitados de una ciudad que podría #aber e$istido en el 'ntiguo gipto. 'ún no estaba muy seguro de no estar metido en un sueño o pesadilla de arqueólogo. La vestimenta de aquella gente, sus costumbres, su arquitectura, su economía, cada detalle le fascinaba y daba forma a las ideas que #abía concebido sobre la vida junto al ilo entre XFF y AFF a. de 0. Pero nada de lo que #abía visto o aprendido le ayudaba en la misión que tenía encomendada" encomendada" encontrar el código que activara la Puerta de las strellas de la pir!mide. 5ecordó la discusión que #abía mantenido en la sala de conferencias con el general Gest Gest y la promesa que le #abía #ec#o de #acer regresar a los soldados a trav+s del artilugio. /esde que #abía llegado a aquel e$traño lugar y visto la gran pir!mide vacía de las dunas, #abía olvidado esa promesa. /ecidió que al día siguiente reanudaría su trabajo. Para #acerlo, tendría que abandonar agada. 'unque estas personas amables #abían sido generosas y #ospitalarias por dem!s, no parecían dispuestas a ayudarle a encontrar los jeroglíficos que necesitaban. necesitaban. videntemente sabían lo que era la escritura- si no, no #ubieran reaccionado con tanta rapidez y energía. /espu+s del episodio de la cena con &asuf, /aniel lo #abía intentado de nuevo con las mujeres que le #abían conducido al dormitorio. 9na de ellas tenía una pieza de plata pulida que utilizaba como espejo. /aniel #abía volcado unos polvos en su superficie y escrito un par de símbolos. Pero las mujeres #abían recibido estos intentos de comunicación con la misma reacción que &asuf. Le quitaron el espejo y le pegaron en los dedos. La teoría de IVeil tenía sentido" era como si tuvieran pro#ibido escribir. Pero la pregunta de qui+n lo #abía pro#ibido no era asunto de /aniel. 'l menos de momento. /ecidió que lo primero que #aría a la mañana siguiente sería convencer a aquellas personas de que lo llevaran a otra ciudad donde la gente supiera #ablar, escribir y pensar por sí misma. (intió que se dejaba llevar. Iyó una procesión de músicos que avanzaba por la calle, camino de la vivienda en que se encontraba. 9n instante despu+s, oyó un inconfundible susurro al otro lado de la puerta. (e incorporó de inmediato, pensando que podía correr peligro. 3io que una mano apartaba las cortinas que #acían de puerta de la #abitación. ra ella, la muc#ac#a que tanto #abía despertado su inter+s. 'vanzaba #acia +l, sin levantar los ojos del suelo, envuelta en una larga túnica blanca, e$actamente igual a la suya. ' /aniel se le subió el corazón a la garganta. (e puso en pie pregunt!ndose qu+ era todo aquello. La c#ica parecía nerviosa, insegura conforme se acercaba. 0uando estuvo a medio camino, se paró y se aflojó el nudo de la túnica, túnica, dejando que +sta +sta cayera al suelo, poniendo poniendo al descubierto descubierto su #ermoso cuerpo desnudo. /aniel tragó saliva.
Episodio BI El alla&go :odo en aquella primitiva ciudad era tosco, ruinoso y lleno de grietas. La argamasa que recubría recubría la #abitaci #abitación ón de /aniel parecía llena de cuc#illad cuc#illadas as bajo la oscilante oscilante luz del candil, y este fondo #acía que la suave piel tostada de la c#ica pareciera sobrenatural. 'llí estaba ella, con la túnica caída a los pies, temblando y mir!ndolo. inguno de los dos sabía qu+ #acer. Pasado el primer susto, /aniel se sonrojó, pero en seguida se dio cuenta de lo que pasaba. 4o tienes por qu+ #acerlo 4dijo, agac#!ndose para recoger del suelo la ropa de la muc#ac#a y viendo lo asustada que estaba la delicada criatura. ra evidente que los 'ncianos le #abían visto mirarla y #abían decidido entreg!rsela a modo odo de rega regalo lo.. /e repe repent ntee se sint sintió ió aver avergo gonz nzad ado. o. ;a ;abí bíaa sido sido muy muy indi indisc scre reto to y su apasionamiento #abía sido la causa de que la inocente c#ica tuviera que pasar por el traum!tico episodio. 5ecogió la túnica e #izo adem!n de ir a pon+rsela sobre los #ombros, pero, ante su sorpresa, ella se resistió a que la vistiera. 'unque no entendía las palabras de /aniel, +l intentó e$plic!rselo. 4Lo siento, de verdad que lo siento muc#o. o te preocupes, no tienes que #acerlo. n serio, me gustas, cr+eme. res realmente #ermosa, pero... me entiendesM 6inalmente, la c#ica se dejó cubrir con la túnica. /aniel la rodeó tiernamente con el brazo y la acompañó #asta la puerta. 'partó la cortina y, para reafirmar lo muc#o que le gustaba, le pasó la mano mano por la mejilla y sonrió con con afecto. 'pro 'p ro$i $ima mada dame ment ntee un cent centen enar ar de pers person onas as,, entre entre ella ellass los los 'ncia nciano nos, s, se #abí #abían an congregado en la pasarela esperando el resultado de la visita de la muc#ac#a, y otros tantos ciudadanos miraban absortos desde los balcones del edificio de enfrente. 4a s#i ma nelayM 4preguntó &asuf a (#aVuri4. &a s#iM La muc#ac#a trató de e$plicarle algo al viejo, pero +ste #abía perdido los estribos y le gritaba furioso, señal!ndola con el dedo. La joven j oven desistió, agac#ó la cabeza y empezó a sollozar. &asuf miró a /aniel, mostr!ndose repentinamente repentinamente #umilde y simp!tico, y comenzó a disculparse en su propio idioma, temiendo que la c#ica #ubiera #ec#o algo molesto para el #u+sped. 5ebaj!ndose de una manera teatral, se adelantó y asió a la c#ica por la muñeca con intención de arrastrarla, pero /aniel la liberó sin dilación y la atrajo de nuevo #acia sí. Le pasó una mano por el #ombro y esbozó la mejor de sus sonrisas.
4(ólo quería decir... 4farfulló4 )ueno...1Dracias2 )ueno...1Dracias2 (í, eso era lo que quería decir" muc#as gracias. o podría estar m!s encantado. encantado. /e verdad que es algo raro esto que #ac+is, pero lo que quiero deciros es gracias, gracias, gracias.
(abí (abíaa que que nadi nadiee ente entend ndía ía sus sus pala palabr bras as,, pero pero tal tal vez vez ente entend ndie iera rann su tono tono de voz. voz. La muc#edumbre muc#edumbre se quedó mir!ndolo sin comprender mientras +l volvía a la casa con la joven. 41)uenas noc#es2 c#ó las cortinas y respiró aliviado. Lo último que quería en el mundo era meter a la c#ica en líos. (e volvió y la miró. 4Lo siento. lla lo miró sorprendida y al momento empezó a desatarse la túnica. 4o, no, est! bien así 4dijo /aniel, indic!ndole que no siguiera, y ella, absolutamente perpleja, le obedeció. Luego le indicó que se sentara en al cama y tambi+n obedeció. /aniel fue al otra e$tremo, #asta encontrarse a una distancia prudente, y se sentó con la espalda pegada a la pared. (e miraron, /aniel sonrió. La c#ica sonrió. 3olvieron a mirarse. /esde que #abía puesto los ojos en ella no #abía deseado otra cosa que estar a su lado, pasar un rato con ella aprendiendo a superar sus diferencias lingCísticas y culturales, y a#ora que se le presentaba la oportunidad no sabía qu+ decir. ' &aJalsHy, )roJn y IVeil se les #abía llevado a sendos aposentos del e$tremo opuesto del mismo edificio. 0ada uno de ellos ocupaba una #abitación distinta, aunque las tres daban al salón en que se #abían reunido por ser el único lugar con ventanas. )roJn llevaba media #ora manipulando la radio, probando todos los trucos que conocía para contactara con 6eretti y los dem!s. IVeil se #allaba junto a una de las ventanas y desde allí podía ver la tormenta que azotaba las enormes murallas de la ciudad. /e espaldas a los otros, el coronel manoseaba algo distraídamente. ra la llave naranja que #abía sacado del aparato escondido en el interior de la vago vagone neta ta.. 0u 0uan ando do las las cort cortin inas as que que #ací #acían an de puer puerta tass se abri abrier eron on,, IVe IVeil il se guar guardó dó inmediatamente la llave en el bolsillo y &aJalsHy desenfundó la pistola. :enían :enían visita. ra (Haara, que empezaba a dar la impresión de que no sabía m!s que seguir a IVeil adondequiera que +sta fuese. (u deseo de estar cerca del coronel lo convertía en minoría de uno solo. Los #abitantes de agada, al igual que los soldados que se encontraban bajo su mando, intuían lo peligrosamente impredecible que podía ser el #ombre de la boina negrea, razón por la cual preferían mantenerse a cierta distancia de +l. :odos menos aquel muc#ac#o, la primera persona a la que que IVeil #abía asustado asustado y que a#ora a#ora le seguía a todas todas partes, observando observando cada uno de sus movimientos. n cuanto entró en la sala, (Haara se escurrió #acia un rincón y se sentó en el suelo, dando a entender que no iba a molestar. &aJalsHy miró a IVeil y +ste asintió, indicando que permitía que el c#ico se quedara. /urante el banquete #abía visto al muc#ac#o sentarse a observar en las sombras y eso era precisamente lo que #acía en aquel momento. l coronel dejó a )roJn y a &aJalsHy y entró en su propio dormitorio, donde se sentó en una de las incómodas sillas. l c#ico, temeroso pero decidido a conducirse con valentía, entró tambi+n y se sentó a pocos metros de +l. (in #acerle caso, el coronel sacó un cigarrillo y lo encendió. 0uando vio la llama del encendedor, (Haara casi
saltó de la sorpresa. o obstante, cuando recuperó el aliento, alargó la mano y sacó un cigarrillo del paquete, imitando los movimientos del coronel y fingiendo que fumaba. 4ncendedor 4dijo IVeil, pronunciando lentamente la palabra y lanzando el Wippo a (Haara.
l c#ico c#ico,, fascin fascinado ado,, lo encend encendió ió varias varias veces veces antes antes de prend prender er torpem torpemen ente te el cigarr cigarrill illo. o. Lanzando Lanzando una mirada de reojo, reojo, IVeil IVeil sacudió sacudió la ceniza ceniza y vio que el c#ico lo imitaba. imitaba. 'mbos 'mbos permanecieron sentados unos instantes. (Haara empezaba a sentirse confiado. 'l fin y al cabo, era el único que se codeaba con los notables visitantes. IVeil se percató del engreimiento del muc#ac#o y no pudo resistirlo. /io una larga c#upada al cigarrillo y se llenó los pulmones de #umo. (Haara, esbozando esbozando una sonrisa de #ombre curtido, #izo lo mismo, pero en cuanto el #umo llegó a sus pulmones, los ojos se le salieron de las órbitas. (e incorporó jadeando, y empezó a doblarse y a tambalearse #asta desplomarse en la cama, aumentando aumentando con las toses la irritación de la nariz y la garganta. )roJn y &aJalsHy escuc#aron las toses del c#iquillo, pero decidieron no investigar. n cuanto pudo, (Haara se incorporó un poco y tiró el tabaco al suelo, jur!ndose no volver a fumar jam!s. 4)uena idea 4dijo el coronel, apagando tambi+n su cigarrillo y apro$im!ndose para aplastar el que #abía tirado el muc#ac#o. (in embargo, cuando levantó la vista se llevó una sorpresa muy desagradable. l muc#ac#o, con los ojos aún llenos de l!grimas, acercaba la mano a la pistola que le #abía visto disparar por la tarde junto a la puerta de la ciudad. 0uando ya iba a tocar el cañón del arma, oyó el rugido de IVeil4" 1o2 1s peligroso2 4'pretó la mano del muc#ac#o contra la cama y le obligó a soltar la pistola- a continuación le dio unos buenos manotazos. &aJalsHy y )roJn entraron cuando IVeil, con el arma en una mano, zarandeaba al muc#ac#o con la otra al mismo tiempo que decía4" o, no, no, no. n cuanto lo soltó, (Haara salió disparado. l coronel fue tras +l, abrió las cortinas y se detuvo. 0uando el c#ico desapareció de su vista, IVeil se sentó en la dura cama que le #abían dado y se concentró en limpiar la pistola. (u encuentro con (Haara le #abía causado no poca sorpresa 7en realidad, #abían jugado juntos8, cosa que llevaba muc#o tiempo sin e$perimentar. % tal como esperaba, sus pensamientos empezaron a desviarse #acia la :ierra y #acia su propio #ijo. 'ntes incluso de que naciera
muc#o tiempo, de repente comprendió que le debía la vida. ' la mañana siguiente entró en el despac#o del sargento y le dijo que deseaba abandonar nfantería de *arina de %uma. o obstante, le advirtieron que el personal de (ervicios speciales de su categoría nunca llegaba a retirarse del todo. 'lgún día lo llamarían para otra misión, pero , por supues supuesto, to, jam!s jam!s #ab #abía ía imagin imaginado ado que sería sería algo algo como como lo que estab estabaa realiz realizand andoo en aqu aquel el momento, sobre todo despu+s de #aber sido e$pulsado. 0uando el joven
pasa a tu puebloM ;e oído #ablar de grafofobia, grafofobia, pero esto es ridículo. /e todas formas, est! claro que no vas a poder ayudarnos a encontrar lo que buscamos, así que ser! mejor que lo dejemos, no te pareceM (#aVuri percibió la frustración de /aniel. 'spiró profundamente y decidió correr un gran riesgo. 0uando el #ombre se dio la vuelta, la vio inclinada sobre el dibujo, ampliando los detalles. /aniel se acercó para ver lo que estaba #aciendo. n al cúspide de la pir!mide trazó una línea y encima de ella un círculo. ra el mismo signo que /aniel #abía encontrado en las l!pidas, el s+ptimo símbolo que #abía descifrado el código de acceso a al Puerta. 41s el símbolo de la :ierra2 Lo conocesM (#aV (#aVur urii miró miró de repe repent ntee a /a /ani niel el,, muy muy nerv nervio iosa sa.. ;a ;abí bíaa viol violad adoo una una de las las ley leyes fundamentales de su pueblo y la transgresión podía acarrearle la muerte inmediata. Pero dado que seguía con vida, infirió que /aniel no era un agente enviado por los dioses para poner a prueba a la ciudad. o obstante, su problema era otro. (e sentía obligada a comunicarle el e$tremo peligro de la situación. (abía que +l deseaba saber m!s, pero no podría ayudarle #asta que +l comprendiera lo peligroso que era leer y escribir.
0on (#aVuri en cabeza, portando una antorc#a e indic!ndole el camino, /aniel se caló la capuc#a de la túnica que la c#ica le #abía encontrado. *ientras caminaban furtivamente por las retorcidas calles, se dio cuenta de que agada estaba construida sobre una ladera. (e estaban apro$imando a los corrales donde cien mastadges o m!s pasaban la noc#e encerrados, perfumando el aire nocturno con la punzante peste del esti+rcol fresco. ' lo lejos se divisaba la muralla posterior de la ciudad. (#aVuri se detuvo al pie de un alto edificio de piedra cuya entrada estaba definida definida por un gracioso arco alancetado y tiró de la manga de /aniel para que la siguiera al negro atrio donde el titilar de las antorc#as daba claridad suficiente para iluminar los rincones de aquel lugar abandonado y ver que, probablemente, en sus tiempos, #abía sido un mercado tec#ado, pero que a#ora, a juzgar por el penetrante olor a esti+rcol, sólo servía de basurero. l picante #edor le #acía lagrimear. 0onduci+ndolo por la sucia oscuridad, (#aVuri le enseñó una escalera de piedra que bajaba a un callejón sin salida. 6uera cual fuese la puerta que #ubiese #abido aluna vez al pie de aquel aquellas las escale escaleras ras,, #acía #acía ya muc#o muc#o que se #abía #abía tapado tapado con con grande grandess piedra piedra.. o obstan obstante, te, continuaron bajando. ' mitad de camino, (#aVuri le pasó la antorc#a y metió la mano en una grieta que #abía entre las escaleras y la pared. 'flojó un especie de ganc#o, empujó una de las losas y dejó al descubierto una angosta abertura, espacio suficiente para deslizarse. 9na vez dentro, se encontraron en el sótano del edificio, un espeso bosque de vigas y puntales que se entrecruzaban para sostener el piso de madera de encima. ;abía varios corredores bajos que salían en distintas direcciones. (#aVuri cogió la antorc#a y condujo a /aniel a uno de aquellos #úmedos y desagradables pasadizos. o #abía bajado allí desde que era niña, pero despu+s de un par de despistes consiguió llegar a otra estrec#a escalera, muy antigua, labrada en un solo bloque de piedra que #abía empezado a rajarse por varios sitios. 'l final se encontraron en una celda cuadrada de al que partían m!s túneles, pro (#aVuri acercó la antorc#a al muro, destrozado por lo muc#os años de polvo y abandono, e iluminó el símbolo de la :ierra" sol4sobre4pir!mide.
'tónito, /aniel se acercó al muro y lo tocó. l símbolo #abía sido grabado esmeradamente en la parte blanda de la piedra, con una profundidad de unos dos centímetros y medio. ra el único indicio de escritura en todo el lugar. (e quedó pensando un instante y luego se dio cuenta de que todo el muro estaba fabricado con piedras toscamente talladas. :odo :odo e$cepto la zona que rodeaba el símbolo. /ej!ndose guiar por su intuición empezó a quitar el milenario polvo al solitario jeroglífico #asta que encontró lo que estaba buscan" una #endidura que se #allaba en medio de una puerta. 5ascó todo el polvo que pudo y que se #abía acumulado entre la #oja de la puerta y la jamba, y metió los dedos en el #ueco, #aciendo palanca con todas sus fuerzas #asta que consiguió entreabrirla. (#aVuri apoyó la antorc#a en el muro y sumó sus no despreciables fuerzas a las de /aniel. 6inalmente, la puerta se abrió con un crujido y /aniel entró con la antorc#a. 41/ios mío2 4e$clamó. o podía creer lo que veía. ;abía un estrec#o pasadizo de metro y medio medio de altura altura apro$ apro$im imada adamen mente te por quince quince de largo largo,, totalm totalment entee cub cubier ierto to de escri escritur turaa jeroglífica egipcia, una lengua muerta desde #acía siglos que /aniel sabía leer y escribir con lieves, mediorrelieves escupidos con la cl!sica perspectiva frontal... Pero sobre todo #abía te$tos, largas columnas grabadas grabadas en los muros con cincel. Por un instante pensó que se #abía muerto y #abía ido a parar al cielo de los egiptólogos. (#aV (#aVur urii lo #abí #abíaa llev llevad adoo a un frond frondos osoo bosq bosque ue de sign signos os mist mister erio ioso so.. Prob Probab able leme ment ntee el palimpsesto m!s reescrito reescrito de la #istoria- un rompecabezas rompecabezas complicado complicado intrincado, que, a pesar pesar de su confuso aspecto cabalístico, #abía sido ejecutado con religioso celo, dando al lugar un ambiente sacrosanto. /aniel se pasó la lengua por los labios y se adentró un poco m!s. (#aVuri tampoco podía dar cr+dito a lo que veía. 0omo todos los #abitantes de agada, sabía vagamente lo que era la escritura, aunque no sabía escribir. /e niña, ella y sus amigas #abían inventado varios símbolos y se #abían escrito notas en la arena, pero cuando las descubrieron fueron severamente castigadas. castigadas. n su mundo no #abía necesidad de escribir. o #abía libros ni letreros en las calles ni concursos de ortografía. Por supuesto, e$istían los cuentos, pero sólo se contaban de viva voz. 0uando un cuento o una canción se olvidaban, se perdían para siempre. 'ntes de penetrar en aquel pasadizo no tenía la menor idea de que e$istiera aquella gala$ia de símbolos. :ampoco podían entender lo complicadas complicadas que debían de ser las reglas para entenderlos. *iró al #ombre con otros ojos. (ería un brujo capaz de interpretar y reproducir aquellos signosM 'l parecer, sí. 'cercando la antorc#a al muro, /aniel ya #abía visto que cada sección contaba una #istoria. Las m!s antiguas eran grandes escenas #istóricas. Las nuevas generaciones de cronistas #abían ido llenando los espacios vacíos con sus propias #istorias. 0asi todas estaban escritas de derec#a a izquierda, pero algunas seguían la dirección inversa. n algunos lugares, y por necesidad, la escritura iba de arriba abajo, mientras que en otros estaba en bustrófedon, esto es, una línea de derec#a a izquierda y la siguiente de izquierda a derec#a, o viceversa- esta t+cnica reproduce le camino que sigue el buey al arar los campos. 'quel vistoso caos de escritura, tomado en conjunto, era un cofre de tesoros semióticos, una cueva llena de botines arqueológicos. arqueológicos. ra la #istoria antigua de los #abitantes de aquel mundo. /aniel locali /aniel localizó zó la crónic crónicaa de base. base. 0on 0ontad tadaa en im!gen im!genes es relati relativam vament entee grande grandes, s, esculpidas en la pared y luego pintadas, no resultaba mayormente edificante. l primer panel
representaba a varios dioses tutelares, las mismas deidades animales antropomórficas que se #abían adorado en el 'ntiguo gipto y que aparecían arrancando a los niños de los brazos de sus atormentadas madres y conduci+ndolos a trav+s del desierto. 'nubis, el dios de los muertos con cabeza de c#acal, parecía supervisar la obra de los otros dioses. ;orus, el #alcón, tambi+n estaba presente, al igual que :#ot, el de cabeza de mandril, dios de las palabras y de la magia que recogía los nombres de los muertos en el otro mundo. La escena pasaba a una especie de batalla o sublevación civil y luego aparecían #ombres encadenados flotando por el desierto, como si fuera un sueño colectivo. 0uando se despertaban caían a tierra, donde los dioses y sus guerreros los maltrataban brutalmente, oblig!ndolos a cruzar una Puerta de las strellas. /aniel estudió la escritura jeroglífica que rodeaba las im!genes. /efinitivamente, los elementos gramaticales estaban relacionados con la caligrafía que #abía encontrado en las piedras sepulcrales, pero los símbolos que tenía delante eran m!s rudimentarios. ingún #abitante de la :ierra #abía vuelto a #ablar la lengua de los antiguos egipcios desde que el emperador :eodosio :eodosio #abía ordenado cerrar los templos en el años N@? de nuestra era. % dado que los jeroglíficos que quedaron abandonados en los templos y en los papiros sólo reproducían consonantes, lo único que pudieron #acer los investigadores lingCísticos fue especular sobre la estructura estructura voc!lica. voc!lica. 3arios egiptólog egiptólogos os destaca destacados, dos, entre ellos /aniel, /aniel, #abían #abían desarrolla desarrollado do esquemas de pronunciación, pero en su mayoría no pasaban de meras conjeturas. /aniel, siempre dispuesto a aventurar una opinión, empezó a leer los signos en voz alta. :omó la antorc#a, se apro$imó a una zona del muro literalmente abarrotada de jeroglíficos y comenzó. 4aadas yan tu yeeJa#. (umaVe#may ra ma yedat. 4ra un episodio de una e$pedición que cruzaba el desierto, la migración de todo un pueblo que se marc#aba, no por propia voluntad, sino por la fuerza. (#aVuri miraba y escuc#aba atentamente. 0onforme /aniel leía los símbolos escritos en la pared, se esforzaba por ver la cone$ión entre los signos pintados y los sonidos que estaba articulando. 4andas siHma ti yu naVnay as#ay 4continuó /aniel. 4(ijmaM 4preguntó (#aVuri. La palabra le #abía llamado la atención. /aniel se volvió y la miró. staba intentando comunicarse con +lM 'caso #abía tropezado con una palabra que ella conocíaM n su idioma, sijma significaba niños. (e asomó por encima del #ombro de /aniel y vio una imagen tallada en el muro, una escena de muc#as personas conducidas conducidas como animales. % estaba claro que muc#as de esas figuras eran niños4. (ijma 4repitió. 4(iHm 4(iHmaM aM 4pregu 4preguntó ntó /an /aniel iel con aprem apremio, io, señala señalando ndo el jerogl jeroglífi ífico co corres correspon pondie diente nte a niños. (#aVuri lo miró, pero no tenía significado alguno para ella. 4(ijma 4dijo de nuevo, señalando la ilustración del muro en que se veía a los niños. 41(í2 4e$clamó +l4. 1(í, siHma, niños2 1Pues claro2
La sospec#a de /aniel #abía sido acertada desde el principio. (#aVuri y los suyos #ablaban un
dialecto del antiguo egipcio y, gracias a un golpe de suerte, #abían tropezado con aquella palabra, sijma, que apenas #abía evolucionado con los siglos. ntusiasmado, buscó r!pidamente otro símbolo, el de dios. 4efaM 4n esta ocasión, el símbolo escrito era m!s abstracto. l jeroglífico consistía en un ojo encima de dos plumas. (#aVuri lo miró, pero no fue capaz de adivinar su significado4. ef4íaM ajfarM 4preguntó /aniel, mostrando a continuación la imagen de 'nubis y otras deidades animales que conducían a los #umanos por el desierto. 4eyum ifar2 4gritó la joven, como si acabara de acertar el acertijo que le tocaba. 4ei4yum4i4farM 4preguntó /aniel, d!ndose cuenta de lo radicalmente distintas que eran sus pronunciaciones. Practicó repitiendo la palabra varias veces, adaptando su acento al de ella. Lo estaba consiguiendo, estaba #ablando la lengua muerta de los faraones, una lengua que veía desde #acía muc#os años. (#aVuri tambi+n repitió la palabra varias veces, marcando notablemente cada sílaba, enseñando a /aniel la forma en que ella pronunciaba. 4(í 4dijo /aniel4, ens+ñame a #ablar. )ueno... )ueno... enseñar. :aHeraM :aHeraM :eHiraM (#aVuri taHera /aniel, valeM 4(#aVuri ta4Hi4yiir /an4yor. /an4yor. ra la primera vez en su vida que un #ombre le pedía abiertamente que le enseñara. (#a Vuri estaba rebosante de orgullo. 'quel sabio, con todas sus e$óticas #abilidades, le pedía instrucción a ella. 6ue el primer paso en la transformación de la muc#ac#a. Por su parte, /aniel le sonreía como si se #ubiera muerto y le #ubieran asignado a aquella preciosidad como como guía del paraíso. paraíso. % ni siquiera era medianoc#e. medianoc#e. (egún el reloj que IVeil llevaba en la muñeca, eran las X"A? de la tarde, #ora de las *ontañas 5ocosas. Pero m!s all! de las murallas de la ciudad estaba saliendo el primero de los tres soles. La tormenta #abía pasado y el cielo oscuro parecía asombrosamente claro. IVeil se #allaba junto a una de las ventanas del salón, al lado de )roJn, que #abía puesto la radio en el alf+izar e intentaba reanudar el contacto con 6eretti sin importarle lo m!s mínimo que los vecinos estuvieran durmiendo o no. :enía una voz grave y fuerte, pero como se sentía contrariado y empezaba a temer por el equipo que #abía quedado en el campamento, su voz sonaba m!s fuerte aún. 6inalmente se dirigió a IVeil. 4o #ay manera, no puedo sintonizar. 4Eu+ pasaM ;ay m!s interferenciasM 4o 4contes 4contestó tó )roJn4 )roJn4.. ad adaa m!s m!s que aire. :endr :endría ía que #aber #aber una señal, señal, pero pero no encuentro nada. 410oronel2 4l grito provenía del e$terior. IVeil cruzó la #abitación y salió a una de las muc#as pasarelas de sogas y maderos que iban de un edificio a otro. n la umbrosa calle de debajo divisó vagamente vagamente la silueta del teniente. 4
esperar a que fuera pleno día. 0alculó que faltaba aún media #ora para tener buena visibilidad. l coronel suponía que /aniel #abía salido a recoger florecillas silvestres y escribir versitos, pero e$istía tambi+n la remota posibilidad de que #ubiera ocurrido algo bueno o algo malo. (i era así, quería saberlo cuanto antes. 0oncedería media #ora para que lo encontraran, ni un segundo m!s. 'l cabo cabo de dos dos minut inutos os,, IVe IVeil il ya esta estaba ba abaj abajo. o. Kl y &a &aJa Jals lsHy Hy sigu siguie iero ronn el inconfundible rastro olfativo #asta el redil r edil en que se encontraban los mastadges. 3ieron 3ieron a (Haara sentado en la cerca que rodeaba el corral, rodeado de un puñado de c#icos. (Haara conservaba aún el encendedor de IVeil. 0ría que se #abía ganado el derec#o a presumir ante los alienígenas y eso era e$actamente lo que #acía, encendiendo el mec#ero y contando una y mil veces cómo lo #abía conseguido. abe#, el pastor de cabeza gorda, dentudo y de aspecto raro, quería a toda costa tocar la llama, a pesar de las continuas advertencias de (Haara en sentido contrario. abe#, m!s mayor y m!s torpe que los dem!s c#avales, era el compinc#e y amigo inco incond ndic icio iona nall de (Haa (Haara ra.. Los Los dem! dem!ss se disp disper ersa saro ronn cuan cuando do vier vieron on que que los los mili milita tare ress se encaminaban #acia ellos. :odos menos (Haara, aunque estaba igual de asustado que los dem!s. (abía por propia e$periencia lo violento e impredecible que podía ser el #ombre de la boina negra, pero siguió sentado en la cerca sin acobardarse. 4spere aquí 4ordenó el coronel a &aJalsHy y se acercó solo al c#ico. (e apoyó en la cerca y observó a los enormes mastadges lanudos desgastando desgastando parte de su energía matinal corriendo por el corral. Euería decir al c#ico que sentía muc#o #aberle pegado al noc#e anterior, que lo #abía #ec#o solamente porque le preocupaba su seguridad y que si se #abía sobrepasado tenía muc#as razones para #acerlo por las muc#as cosas que le #abían ocurrido en los dos últimos años. Pero aunque #ubiera #ablado el mismo idioma que le c#ico, no #abría sido capaz de sumergirse tanto en sus sentimientos sin a#ogarse. (e limitó pues a permanecer permanecer callado, observando las carreras de los animales en el frío ambiente de la mañana. 0uando volvió a mirar al c#ico, (Haara encendió un cigarrillo imaginario, dio una c#upada profunda y e$#aló una bocanada de va#o. ra la forma de liberarle de la culpa, de demostrarle que no le guardaba rencor.
4stoy buscando a
(Haara gritó a los muc#ac#os que salieran tras el monstruo. 4)uen c#ico 4dijo IVeil. n el cielo cielo estaba estaba suspendida suspendida una pir!mide pir!mide resquebrajada resquebrajada y en ruinas, ruinas, de cuya parte inferior inferior salían rayos de luz tan brillantes como los del sol. /ebajo, la imagen deteriorada de un rey niño ataviado con el atuendo completo del faraón, e$tendiendo los brazos para bañarse en la luz. ' sus pies, varios dioses del 'ntiguo 'ntiguo gipto con cabeza cabeza de animal se arrodillaban ante +l, inclinando la cabeza para suplicarle. /aniel se rascó la barbilla, cavilando. staba seguro de que esta serie de im!genes era la primera. l primer cronista que #abía bajado a aquellas catacumbas, sin duda #abía empezado con aquella #istoria, la e$traña coronación del rey niño. (#aVuri estaba apoyada en la pared de enfrente, #aciendo lo imposible por mantenerse despierta y ayudar a /aniel. unca #abía visto nada parecido a la concentración y atención que aquel #ombre ponía en su tarea. 4)arei bidi pees# 4le preguntó /aniel4. (#anaM (#anaM 40#anVada 4dijo ella, corrigiendo la pronunciación. 40#anVada sedma mizna#, no, miz... mir...mirnaz. mir...mirnaz. 0#anVada sedma mirnaz, minM 4*in 4contestó ella con una sonrisa. 4Parece que #a encontrado lo que buscaba 4dijo una voz desde la oscuridad. (#aVu (#aVuri ri a#o a#ogó gó un grito grito y /an /aniel iel,, totalm totalment entee cog cogido ido por sorpre sorpresa, sa, tiró tiró la antor antorc#a c#a bruscamente al lugar de donde procedía la voz. ra IVeil, que avanzaba agac#ado por el angosto pasadizo, seguido de &aJalsHy. 4*e #a dado un susto de muerte. 4e$clamó /aniel, a punto de sufrir un infarto4. 0ómo #a llegado aquíM 40reía que no sabía #ablar su idioma 4dijo irónicamente el coronel, avanzando por el pasadizo caóticamente caóticamente pintado. pintado. 4s un antiguo dialecto egipcio 4dijo /aniel4, pero, como el resto de su cultura, #a evolucionado evolucionado de forma independiente. (in embargo, cuando se conocen las vocales y si tenemos en cuenta la neutralización de las aspiraciones, aspiraciones, la p+rdida de consonantes apicales y finales... 4;!bleme en cristiano,
4s... 4s... )ueno, )ueno, es increí increíble ble.. stos stos muros muros cuentan la #istoria de los primeros pobladores de este planeta. :odos llegaron por la Puerta de las strella #ace unos diez mil años. 'quí dice... 4/aniel se adelantó y recorrió con el dedo una larga serie de im!genes y jeroglíficos4. 9n viajero procedente de un lejano sistema planetario, #uyó de un planeta moribundo para no perecer con los dem!s. %a estaba d+bil y ac#acoso, y a pesar de sus cualidades y conocimientos no pudo impedir lo inevitable. 4/aniel #izo una par!frasis en este punto4. Por lo visto, su especie se estaba e$tinguiendo y se puso a investigar las gala$ias en busca de una forma de eludir la muerte. *iren esto... /aniel corrió a otra serie de im!genes. I Veil estaba ya inmerso en los #ec#os que el otro le describía. 0omo si visualizase las palabras que pronunciaba /aniel. o es que aquellas im!genes le impresionaran, pero le corroboraban un sentimiento que le palpitaba en lo m!s #ondo. (iguió escuc#ando con atención.
4'quí dice 4prosiguió /aniel4 que llegó a un mundo abundante en vida. /onde encontró una raza primitiva que se adaptaba perfectamente a sus necesidades. 1Los #umanos2 9na especie que podría enmendar y conservar indefinidamente. (e dio cuenta de que, dentro de un cuerpo #umano, podía tener una nueva vida. % entonces encontró al muc#ac#o. /aniel pasó a una serie de im!genes desconcertantes. 9na pir!mide sobre un #umano, protegi+ndole de la luz cegadora. n la periferia del dibujo #abía personas corriendo. /aniel señaló la figura que estaba debajo de la pir!mide. 4Llegó a una especie de aldea. 'quí pone que los aldeanos corrieron asustados porque la noc#e se #izo día. Pero un adolescente se acercó a la luz. 0on curiosidad y sin miedo, siguió andando y cayó en una trampa. 5a lo capturó y fue su amo. 0omo un par!sito en busca de anfitrión. :ransformado e$teriormente en #umano, se nombró a sí mismo gobernador de toda la #umanidad. l primer faraón, 5a, el dios sol.
'qu+lla era la parte que IVeil #abía esperado para oír. (e acercó despacio y se puso a mirar de cerca las im!genes mientras /aniel proseguía. 4(irvi+ndose de la Puerta de las strellas, 5a, o 5eiyu, pues así pronunciaban su nombre, trajo a este planeta miles de personas para trabajar en las minas de cuarzo. 0omo la que vimos nosotros. (alta a la vista que el cuarzo de este planeta es la base de toda la tecnología del tal 5a. (ólo con +l podía ser eterno. Pero algo ocurrió en la :ierra, una rebelión, un levantamiento. /espu+s de cientos de años de opresión, la gente esperó a que 5a estuviera aquí, a este lado de la Puerta, y se sublevó, venció a los dioses guerreros de 5a y enterró la Puerta de las strellas para que 5a no pudiese volver. :emeroso de que tambi+n en este planeta se sublevase la gente, 5a pro#ibió la lectura y la escritura. o quería que se recordara la verdad. Las im!genes que vemos en estas estas parede paredess son son las única únicass crónic crónicas as que se con conser servan van.. % nadie nadie las sabe sabe interp interpret retar ar.. 'sombroso.
0uando acabó, /aniel esperó la reacción de IVeil, pero el coronel no dijo ni #izo nada. (e quedó mirando el muro con e$presión distante y concentrada. 4
el final del pasadizo. 5odeada de escrituras sagradas por todos lados, #abía una sola estela funeraria, de pequeño grosor, con un cartuc#o vertical grabado. 'unque estaba parcialmente enterrado en la arena, &aJalsHy pudo apreciar lo muc#o que se parecía al cartuc#o que #abía en el centro de las otras l!pidas. l!pidas. /aniel /aniel tambi+n. tambi+n. n cuanto cuanto se asomó y vio el sepulcro, sepulcro, supo que #abían encontrado lo que necesitaban para maniobrar la Puerta de las strellas. 4(eguramente guardaron esto aquí con la esperanza de que algún día se volviera a abrir la Puerta desde la :ierra 4dijo /aniel, acercando la antorc#a a la losa e intentando descifrar el cartuc#o. o entendía ni uno solo de los caracteres, lo cual era un estímulo. Probablemente eran const constela elacio ciones nes vistas vistas desde desde el pun punto to del unive universo rso en que estuvier estuvieraa el planet planetaa en que se encontraban4. encontraban4. 1*aldita sea2 4e$clamó, recordando algo de repente4. *e #e dejado el cuaderno de notas en la #abitación. 'llí tengo la lista de todos los símbolos de... 43uestra c#aqueta, sire 4sijo &aJalsHy, tir!ndole la prenda de mala manera. % siguió escarbando en al arena #úmeda para dejar al descubierto los dos últimos símbolos enterrados. /aniel consultó sus notas. 0on toda seguridad, el símbolo superior del cartuc#o tenía que corresponder a uno de los que aparecían en su lista. 4%a lo tenemos 4dijo4. Los símbolos cuadran perfectamente. 4Problema. Problema y gordo. 4&aJalsHy se #abía puesto serio. La luz de la linterna y la de la antorc#a enfocaron al fornido militar y luego la base del cartuc#o. l último símbolo estaba destrozado, no e$istía. 4/ónde est! el s+ptimo signoM &aJalsHy se sintió contrariado y empezó a apartar grandes puñados de arena #úmeda. /ani /a niel el lo detu detuvo vo r!pi r!pida dame ment ntee y se #izo #izo carg cargoo del del proc proces esoo de e$ca e$cava vaci ción ón.. 5emo 5emovi vióó cuidadosamente la arena de la base del muro #asta que encontró los restos fragmentados del s+ptimo símbolo, sacando las piezas una por una. Pasaron muc#o tiempo intentando encajarlas. )astaba con ver del símbolo lo suficiente para distinguirlo de los otros que aparecían en la rueda de la Puerta. 'l cabo de veinte minutos se dieron cuenta de que era inútil. I #abían roto deliberadamente la placa ose #abía erosionado por llevar tantos años enterrada en la arena. o quedaban ni restos del último símbolo. /aniel y los militares se quedaron de piedra. :odos tenían la sensación de que se les #abía acabado la rac#a de buena suerte. >ncluso el #ec#o de estar reunidos en un túnel sin salida parecía apropiado para el momento. '#ora sólo tenían dos probabilidades de regresar" por los pelos y de ninguna ninguna amanera. amanera. Pasó un buen rato antes de que que alguien se decidiera decidiera a #ablar. #ablar. 4(e supone que este s+ptimo signo es el punto de partida, noM 4dijo IVeil4. Pregunte a la c#ica. :al vez ella conozca el símbolo de este planeta. 3iendo 3iendo cómo se desarrolla desarrollaban ban los acontecim acontecimientos ientos,, (#aVuri (#aVuri adivinó adivinó la pregunta pregunta del coronel y negó con la cabeza. /e todos modos, /aniel le preguntó y se dirigió a IVeil. 4o #ay manera. (ólo sabe escribir el nombre de 5a. 4n ese caso, volvamos a la pir!mide. 4l coronel se incorporó y quitó la antorc#a a (#a Vuri. 'l ver que nadie se movía, aclaró su comentario4. Partimos inmediatamente. 4s que no lo entiendeM o podemos #acer que funcione sin el último símbolo 4gritó /aniel. Pero IVeil ni siquiera se volvió.
Episodio B La %:"ina oladora. 9n muro de arena cayó sobre la ciudad cuando abrieron las puertas de entrada, IVeil salió de la población sin ninguna ceremonia, delante de sus #ombres y absolutamente decidido a volver a la pir!mide, como si supiera e$actamente lo que iba a #acer cuando llegara. /aniel, muc#o m!s reacio a marc#arse, se demoraba despidi+ndose de (#aVuri, intentando e$plicarle que tenía intención de volver. &aJalsHy giró la cabeza y le gritó. 4Paso ligero, nfantería de *arina de los stados 9nidos no abandona a los suyos. Primera norma. i siquiera cuando son insoportables. /aniel se desprendió de la joven y salió corriendo tras los soldados para darles alcance. 4#, esperen 4gritó, creyendo equivocadamente que por #aber descubierto el cartuc#o merecería que lo considerasen miembro legítimo del pelotón. &aJalsHy se volvió para mirarlo, pero detr!s de +l divisó algo m!s en las dunas. 40oronel IVeil, parece que #emos #ec#o amigos. (Haraa y sus amigos pastores iban detr!s de /aniel, aferrados a los costados de 9n Poco y dispuestos a alistarse. 4
cargando de nuevo la pistola. (Har (Haraa aa asom asomóó la cabe cabeza za por por enci encima ma de la duna duna y vio vio que que el equi equipo po desa desapa pare recí cíaa lentamente en el desierto. l corazón se le salía del pec#o. (u nuevo amigo, el #ombre de la boina negra, le #abía traicionado. 0uando abe# abe# se deslizó a su lado para preguntarle qu+ iban a #acer, apartó la cabeza, aunque era evidente que estaba destrozado. IVeil encargó a )roJn que contara los pasos. Para ganar tiempo, les ordenó marc#ar como los ej+rcitos de 5oma dos mil años antes" cincuenta pasos corriendo, cincuenta andando, otros cincuenta corriendo, y así continuamente. /e esta forma recorrieron el trayecto #asta la mina en algo m!s de media #ora, cuando normalmente se tardaba dos #oras. 3einte minutos despu+s, I Veil levantó la vista y vio algo que lo dejó #elado. 4Eu+ es...M
'#ora #abía dos pir!mides, una encima de la otra. Las paredes doradas de la pir!mide superior, llenas de símbolos parecidos a jeroglíficos, se #abían abierto en secciones verticales, dejando a la vista la compleja maquinaria que escondía bajo la superficie. La volante m!quina dorada que #abía aterrizado en lo alto de la pir!mide parecía muy antigua y muy moderna al mismo tiempo. videntemente estaba #ueca por dentro y tenía forma cónica, pues encajaba en la superficie de la estructura inferior como una capuc#a de oro. Lo único que permanecía visible era el tercio inferior de la pir!mide de abajo. 4(e diría que alguien est! de vuelta 4comentó )roJn. 4s una nave espacial 4dijo /aniel, provocando miradas esc+pticas en sus compañeros4. )ueno, tal vez no, pero desde luego es una m!quina voladora. staba dibujada en el muro de la catacumba. n realidad, #abía acertado al decir lo primero. La nave, totalmente autónoma, permitía a 5a desplazarse entre las diversas canteras que e$plotaba en aquel rincón del universo. 'unque llevaba muc#os años sin visitar el pequeño planeta, estaba allí para averiguar por qu+ no #abía llegado a tiempo el previsto envío de cuarzo. IVeil se quitó la moc#ila y sacó un par de potentes prism!ticos. Las paredes de la nave espacial no estaban construidas de una sola pieza, sino a base de módulos interconectados. Poco despu+s de tomar tierra, la nave se #abía desplegado #asta alcanzar el tamaño que tenía en ese momento, separando grandes secciones del cuerpo principal y e$tendi+ndolas mec!nicamente #acia abajo, con lo cual se descubría gran parte del equipamiento que la nave ocultaba bajo su dorada superficie. l coronel escrutó los alrededores de la nave buscando algún indicio de vida, pero no detectó nada. n el saliente donde #abían instalado el campamento base divisó parte del equipo, esparcido y medio enterrado en la arena. n una de las estacas de la tienda ondeaba un trozo de lona. (in decir a nadie lo que pensaba #acer, cogió un puñado de bengalas de su moc#ila y se las metió bajo el cinturón. 4(eñorM 4dijo &aJalsHy.
43o 43oy a entrar 4informó el coronel, comprobando el fusil. 'quello no tenía sentido. Por qu+ arriesgarse a caer en una emboscada antes de reunir la mayo mayorr canti cantidad dad posibl posiblee de inform informac ación iónMM Para Para &aJals &aJalsHy Hy era eviden evidente te que lo prime primero ro que deberían #acer era establecer contacto por radio con el equipo de 6eretti, así que intentó proponerle la idea a IVeil. Pero +ste ya corría #acia la pir!mide como un torpedo #umano. Parecía indiferente a los #ombres que supuestamente supuestamente tenía bajo su responsabilidad. responsabilidad. l teniente lo vio alejarse y sorprendió a /aniel al decir" 4Eu+ 4Eu+ cree cree que camos camos a #acer #acer mientr mientrasM asMEu Eueda edarno rnoss aqu aquíí para para cotar cotarnos nos nue nuestr stras as intimidadesM %a %a estoy #arto de es tipo. 4l musculoso militar abrió la cantimplora y ec#ó un buen trago mientras /aniel y )roJn se miraban si saber muy bien qu+ estaba pasando4. 0reo pue deberíamos ir tras +l para apoyarle. Eu+ piensas túM4preguntó a )roJn, esperando su opinión. 4Eue no me voy a quedar aquí sólo 4dijo 4dij o el oficial científico. &aJalsHy se dio cuenta de pue dejar a )roJn con /aniel era lo mismo que dejarlo solo, así que ofreció el fusil al civil. 4(abe apretar un gatilloM 4o entiendo lo que ocurre apuí 4respndió /aniel, forzando una sonrrisa. 4)ienvenido a las 6uerzas 'rmadas, amigo 4dijo &aJalsHy antes de arrojarse por la duna en persecución del del coronel. *inutos despu+s, IVeil estaba en la base de la rampa. :omó posición detr!s de un obelisco y estu estudi dióó la situ situac ació iónn dura durant ntee unos unos inst instan ante tes. s. n el e$te e$teri rior or de la pir! pir!mi mide de todo todo esta estaba ba aparentemente aparentemente tranquilo. Levantó la vista y e$aminó la estructura triangular posada encima de la gran pir!mide como si fuera una casa construida sobre pilotes en los canales de Luisiana. Le parecía ridículo lo que #abía dic#o /aniel sobre que era una nave espacial, pero era mejor que todas las e$plicaciones que se le ocurrían a +l. 40oronel, espere. 4ra &aJalsHy, que #abía llegado corriendo al obelisco4. sto no #ay quien lo entienda- y queremos apoyarle, pero tiene que decirnos de qu+ va la #istoria. uestra obliga obligació ciónn es cumpl cumplir ir las óde ódenes nes,, pero pero usted usted tiene tiene la obliga obligació ciónn de tenern tenernos os inform informad ados. os. 4&aJalsHy intentaba mantener un tono de voz entre obediente y amenazador, amenazador, leal y rebelde. 49sted no quiere entrar a#í y de verdad que no me importa. Pero puede #acerme un favor" qu+dese aquí quietecito y no me cree problemas 4dijo el coronel, mirando la pir!mide superior. (e disponía a seguir cuando &aJalsHy lo asió repentinamente del brazo. 49sted no va a entrar solo. % tampoco vamos a abandonar a
4Euiere mover el culoM 4dijo &aJalsHy a /aniel, mir!ndolo como si estuviera fuera de sí4. 13amos2 /aniel se puso en movimiento, pero un segundo despu+s empezó a preguntarse qu+ diablos #acía entrando a toda velocidad en aquella pir!mide detr!s de un coronel que estaba como un cencerro. (entía el fusil que le #abía dado &aJalsHy como una anguila viva. Le costaba sujetar aquel objeto feo y pesado, pero se sintió peor aún cuando siguió al coronel #asta las sombras del altísimo vestíbulo y vio el casco de 6eretti al lado de la radio. (e detuvo a mirar un instante, tragó saliva y siguió en pos de IVeil. Por fin llegó junto al coronel, que se #abía agazapado agazapado detr!s de una columna. 4scuc#e 4dijo IVeil. /aniel jadeaba, pero el miedo le enseñó inmediatamente inmediatamente a respirar en absoluto silencio. staba demasiado asustado para escuc#ar, así que se dedicó a observar cómo lo #acía IVeil4. '#ora 4dijo el coronel, que se volvió y avanzó seis columnas. (i /aniel #ubiera tardado un segundo m!s en seguirle, #abría visto pasar una sombra por donde acababan e estar los dos. ;abía alguien fuera de la pir!mide que escrutaba el interior por una de las ventanas cuadradas del vestíbulo. ra (Haara, encaramado en los #ombros de abe#. 3io pasar a &aJalsHy y )roJn por delante de la ventana. 0uando desaparecieron, (Haraa saltó a tierra y condujo a abe# #asta la siguiente ventana. n el interior, IVeil permanecía inmóvil como un muerto a la sombra de dos columnas, inspeccionando lo que tenía delante, decidiendo el mejor camino a seguir para llegar a la Puerta. /aniel estaba muy cerca de +l, con la espalda apoyada en la columna de enfrente, de cara a la entrada, y mientras esperaba las instrucciones del coronel vio que algo se movía entre las sombras del cavernoso vestíbulo. 6ue a decir algo, pero IVeil dio media vuelta y desapareció. desapareció. /aniel se pegó a la columna y vio que salía a la luz una enorme figura. La reconoció al instante. ra ;orus, el dios egipcio del cielo, el que se sentaba al lado de 5a y le ayudaba a juzgar las almas #umanas en la tierra de los muertos. ra tal como lo #abían representado los antiguos egipcios" cuerpo atl+tico de #ombre e imponente cabeza de #alcón. Llevaba armadura en los #ombros, antebrazos y espinillas, y sus manos enfundadas en metal portaban un arma de m!s de un metro de longitud. /aniel permaneció absolutamente inmóvil #asta que la silueta volvió a desaparecer en las sombras. *!s atr!s, )roJn vio que HaJlasHy daba la vuelta a una de las columnas. /os segundos despu+s, empezó a seguirlo y de repente, 1zas2 'lgo muy pesado le cayó en la cabeza con #orrible c#asquido. l oficial se tambaleó, cayó de rodillas, se esforzó por incorporarse y ec#ar a correr, pero una potente r!faga de luz blanca salió disparada del cañón de un largo fusil, arranc!ndole casi un #ombro. La fuerza del impacto lo lanzó contra una columna, al pie de la cual se desplomó, sangrando y aturdido. 4)roJn, informa 4e$igió &aJalsHy4. /ónde est!s, carajoM )roJn lo oía, pero el mareo y el intenso dolor que sentía le impedían responder. (e arrastró como pudo #acia l aluz que entraba por las ventanas cuadradas y ocnsiguió llegar a una de ellas. (Haara estaba asomado por ella. (ubido otra vez en los #ombros de abe#, vio con toda claridad que otro guardia de ;orus doblaba una esquina y se acercaba al indefenso soldado. Llevaba un arma parecida a una vara, un cetro que emitía destellos y en cuyo centro iba engastada una enorme amatista. l guerrero levantó el arma, un fusil, y apuntó al cuello de )roJn. n cuanto oyó el primer disparo, IVeil se tiró al suelo y reptó para ponerse a cubierto. staba casi al final del vestíbulo, a punto de bajar a la Dran Dalería, agazapado y esperando en silencio a que alguien emitiera algún sonido, pues no tenía la menor intención de revelar su
posición llamando llamando a sus #ombres. #ombres. o pudo esperar. (e dirigía sigilosamente a la puerta que daba a la Dran Dalería cuando, súbitamente, una bola de luz del tamaño de una pelota de tenis atravesó velozmente la oscuridad dirigi+ndose #acia +l. (e apartó de un salto y el objeto e$plotó contra la pared con sorprendente fuerza, provocando una lluvia de esquirlas de granito. &aJalsHy escapó del lugar y empezó a disparar a ciegas #acia el !rea de donde #abía visto partir la bola e$plosiva. 'lguien 'lguien le arrancó de un manotazo el fusil. (e volvió y se encontró cara a cara con el atacante. ra otro soldado de ;orus. La gran cabeza de la criatura, imagen estilizada de un #alcón, parecía de la misma sustancia met!lica que la armadura que le cubría el cuerpo. % en las zonas que tenía al descubierto se veían unos fortísimos músculos. /emasiado cerca para disparar su largo fusil, el guerrero lo levantó con ambas manos y golpeó violentamente la barbilla de &aJalsHy, oblig!ndolo a ec#ar la cabeza atr!s. Pero el teniente alargó la mano y cogió el arma antes de que su oponente tuviera tiempo de ar un paso atr!s y dispararle. mpezaron a luc#ar cuerpo a cuerpo, cosa que devolvió la confianza a &aJals &aJalsHy Hy.. 'q 'quel uellas las clase clase de comba combate te era su especi especiali alidad dad y, aun aunque que su contr contrinc incant antee era #abilidoso, no estaba a su altura. l #alcón tenía un arma especial que le daba ventaja sobre &aJalsHy, así que ambos #ombres luc#aban por #acerse con ella. l #alcón utilizaba el afilado pico para acuc#illar y cortar. &aJalsHy &aJalsHy respondía desviando el fusil #acia arriba y castigando el torso desnudo del otro. 9tilizando el alargado fusil para apoyarse, descargó una brutal patada en el estómago de su oponente. Le arrebató el arma y ya estaba a punto de atacar otra vez cuando alguien lo golpeó por detr!s, un martillazo martillazo que le dio en toda la coronilla. coronilla. n esos instantes instantes borrosos y líquidos líquidos que preceden al desmayo, desmayo, &aJalsHy tuvo tiempo de volverse y ver otro par de ine$presivos ojos de p!jaro. /emasiado /emasiado tarde para darse darse cuenta de que que el enemigo iba en parejas. /aniel lo #abía visto todo. staba a pocos pasos, petrificado de miedo. l combate #abía durado poco y a#ora &aJalsHy, el #ombre m!s fuerte que #abía conocido, acababa de sucumbir ante aquellas criaturas increíbles y a la vez tan familiares. n todo el tiempo que llevaba dedicado a la egiptología, jam!s se le #abía ocurrido pensar que los antiguos dioses #ubieran e$istido realmente. 5etrocediendo #asta las sombras, oyó el ruido ensordecedor de sus propias pulsaciones aporre!ndole los tímpanos. 'l caer &aJalsHy, ambos guerreros se #abían vuelto a separar, sumergi+ndose en las sombras. (u mente empezó a dispersarse en un centenar de pensamientos mientras la adrenalina galopaba por su corriente sanguínea. :omó :omó una profunda bocanada de aire e intentó concentrarse. 0uando vuelva, se dijo, utiliza el fusil. 0onc+ntrate" apunta a la cabezano, al estómago, &aJalsHy le #abía atizado en el estómago- y luego aprieta el gatillo. ;abía algo detr!s de +l. 'dvirtió que daba la vuelta a la columna y se movía deprisa, y, antes de que le diera tiempo a reaccionar, se ec#ó sobre +l. 9na fuerte mano le tapó la boca y le ec#ó atr!s la cabeza. /aniel abrió los ojos de par en par, convencido convencido de que ya era pr!cticamente un cad!ver y esperando sentir el frío filo del cuc#illo en el cuello. 4ecesito su ayuda 4oyó. :enía los labios de IVeil casi metidos en la oreja4. 3amos a ir a la Puerta y usted tiene que cubrirme, entiendeM l coronel esperó #asta advertir el asentimiento de /aniel, y luego, sujetando la cabeza que tenía bajo el brazo como si fuera un balón, se asomó por la columna para inspeccionar el corredor. 0uando vio que estaba despejado, puso de pie a /aniel y lo empujó contra la pared, con fuerza suficiente para acaparar toda su atención. 3io que estaba a punto de sufrir un ataque de nervios, así que le #abló de forma deliberadamente tranquila, relajada. 4sto es lo que vamos a #acer. 9sted me sigue pero sin dejar de mirar atr!s. % dispare a cualquier cosa que nos siga. % a#ora, en marc#a. 5!pido. 4(e agac#ó y quitó el seguro del fusil
de /aniel. 9n segundo despu+s, corrían a la velocidad del rayo por el interior de la pir!mide. Eu+ le obligaba a #acer IVeilM, gritó una voz dentro de su cabeza. 1:odavía 1:odavía estaban en el 3estíbulo2 i siquiera estaban cerca de la sala donde se encontraba al Puerta, y el resto del camino estaría como boca de lobo. /anie empezó a aflojar el paso #asta que se dio cuenta de que la alternativa a separarse de IVeil era encontrarse a solas con los guerreros de ;orus. 'celeró 'celeró y se adentró corriendo m!s all! de donde llegaba el último rayo de luz que penetraba por las ventanas. IVeil encendió una bengala mientras corría y comenzó a agitarla por encima de su cabeza para dificultar las cosas a los posibles francotiradores. n cuanto se orientó, lanzó la bengala delante de ellos. 'l pasar junto a ella, /aniel aceleró para quedar fuera del alcance del resplandor, resplandor, y se giró corriendo de espaldas para comprobar si alguien los seguía. Lo que quedaba de la Dran Dalería lo cruzaron a toda velocidad. IVeil encendió otra bengala cuando supuso que se estaban acercando al corredor en que se #allaban los medallones incrustados en el suelo y el tec#o. (ostuvo la bengala #asta que llegaron a la entrada y la lanzó #acia la sala de la Puerta. 'ntes de que la bengala se detuviera, IVeil ya estaba dentro, con el fusil por delante, mirando a todas partes en busca del enemigo. o #abía nadie. 'ún tenía tiempo. (e dirigió corriendo a la vagoneta y sacó el ganc#o de uno de los bolsillos del pantalón. 9n segundo despu+s entraba /aniel, intentando permanecer permanecer cerca, intentando seguir con vida. 413uelva 413uelva a la puerta2 4susurró IVeil, sin apenas volverse. 40oronel, #e visto lo que #a matado a &aJals... 4Pero lo siguiente que vio fue la pistola de IVeil apunt!ndole a la cara. 4;aga lo que le #e dic#o o es #ombre muerto. /aniel casi se cayó de espaldas. i por un momento dudó de lo que #abía dic#o IVeil, así que retrocedió #asta el borde del resplandor de la bengala y se agazapó junto a la puerta. 'puntó a ciegas #acia las sombras de la Dran Dalería y se dispuso a esperar el ataque de los ;orus. (e volvió un segundo y miró al coronel. 4Eu+ #aceM 43io que IVeil estaba metiendo algo en las tablas del fondo de la vagoneta4. 3amos, IVeil, salgamos de aquí. (in (in #ace #acerl rlee caso caso,, el coro corone nell sigu siguió ió trab trabaj ajan ando do #ast #astaa que que abri abrióó la tram trampil pilla la del del compartimento secreto. La abrió del todo y se dispuso a insertar la llave naranja. Pero el compartimento estaba vacío. Los cilindros #abían sido e$traídos sin alterar el sistema detector de errores del detonador. IVeil se quedó mirando el #ueco con incredulidad. 6ue en ese preciso instante cuando comprendió que se estaba enfrentado a un enemigo muy superior. 6ue entonces cuando /aniel vio los pies.
n el umbral #abía dos #ombres #alcones, con los cascos brillando a la luz química de la bengala, manteni+ndose firmes mientras una tercera figura, m!s alta aún, salía lentamente de la
oscuridad con el arma a punto. :anto IVeil como /aniel lo reconocieron enseguida. ra 'nubis, el dios de los muertos, el de cabeza de c#acal. 4)aje el arma,
amortiguar lso ruidos. l tintineo de una campanilla sonó delante de ellos. 'l poco, todo el lugar se llenó de un retumbar grave, el ruido sordo y mec!nico de unos timbales. 9na luz deslumbrante rasgó la sala desde diversos puntos mientras inmensos paneles, las enormes l!minas de m!s de veinte metros de longitud que formaban las gruesas paredes e$ternas de la pir!mide, empezaron a deslizarse con al agitación de un terremoto de baja intensidad. (e encontraban en una sala rectangular de tec#o muy alto, similar a una catedral gótica. /esde lo alto de las paredes les miraban gigantescos rostros, delicadamente esculpidos en las delga delgadas das colum columnas nas que que soste sostenía níann el tec#o. tec#o. l suelo suelo,, cub cubier ierto to de baldo baldosas sas,, compo componía nía un complicado mosaico sim+trico. *ientras los paneles de encima seguían desliz!ndose, /aniel alcanzó a ver un trono dorado dorado,, e$q e$quis uisita itame mente nte tallad talladoo y cub cubier ierto to de piedra piedrass precio preciosas sas,, que se alzaba alzaba sobre sobre una plataforma situada al final de un tramo de escalones. ncima colgaba un enorme disco solar adornado con un udjat, el Ijo de 5a, id+ntico al que colgaba sobre la plaza mayor de agada, sólo que +ste parecía de oro macizo. 0uando estaban a medio camino del trono, ;orus volvió a tirar del cuello de /aniel y lo obligó a ponerse de rodillas. IVeil forcejeó con su guardi!n #asta que /aniel le aconsejó en voz baja" 41Limítese a arrodillarse2 l coronel cedió de mala gana y se puso lentamente de rodillas, mirando a 'nubis con actitud desafiante, dando la falsa impresión de que sólo opondría una resistecia simbólica, por orgullo.
Para entonces, la luz del sol entraba ya por todos lados, bañando el gran salón con un c!lido resplandor amarillo. /os ejes luminosos se irguieron a ambos lados del trono #asta alcanzar el disco solar, y detr!s se abrieron dos puertas dejando ver otra sala m!s pequeña. n ese momento empezaron a aparecer jóvenes, entre siete y diecinueve años, que se situaron muy juntos alrededor de la plataforma. (u ropa era escasa. >ban vestidos al estilo de los antiguos cortesanos egipcios, pero sin calzado, con faldones muy cortos y collarines enjoyados que les colgaban desde los #ombros. Parecían proteger algo situado en el centro. 0uando 0uan do los los c#ic c#icos os se apar aparta taro ron, n, most mostra raro ronn a los los visi visita tant ntes es lo que que con con tant tantoo celo celo ocultaban" una estatua asombrosamente asombrosamente e$acta del supremo faraón 5a, el dios sol. ra una obra de arte que quitaba el aliento, fabricada toda ella de oro y engastada por todas partes con piedras preciosas. 0ada detalle 4la alrga barba trenzada, las dos serpientes que sobresalían del tocado, los ojos pintados4 #abía sido reproducido con obsesiva perfección. (us brazos, bien proporcionados, proporcionados, le cruzaban el pec#o sosteniendo los símbolos tradicionales del poder" el cayado y el mayal. l cayado del pastor representaba a la >ndustria, y el mayal el /ominio, especialmente sobre los esclavos. La sobrecogedora falta de e$presión del rostro guardaba cierto parecido con la de la famosa mascarilla funeraria de :utanHamón, pero un simple vistazo a aquella sorprendente escultura viva dejaba a la de :utanHamón como obra de aficionado. sta imagen, muc#o m!s amenazadora, #acía que los mejores relieves egipcios parecieran viñetas de tebeo para niñas cursis.
(e preguntaba /aniel si los guardias le darían la oportunidad de acercarse a e$aminar el brillante ídolo cuando, de repente, la imagen empezó a moverse y, lenta y pausadamente, dio un paso. /aniel despertó despertó de su intensa intensa concentración concentración y se quedó quedó sin aliento. La figura avanzaba con austera gracia #acia el trono, vestida como los antiguos faraones. /e los #ombros le colgaba el peto, del que pendían a su vez lingotes de jaspe rojo y ónice negro, y alrededor de la cintura llevaba el faldón rígido y bordado que le llegaba #asta las rodillas. 4s el faraón 5a 4musitó /aniel, entre encantado y aterrorizado. Kl y IVeil se miraron y volvieron la vista a la e$traordinaria criatura que continuaba avanzando #acia el trono a un ritmo tediosamente lento. (u piel, como el casco de 'nubis, parecía centellear con resplandor fantasmal. /aniel se preguntó si estaría #ac#o de la misma sustancia inidentificable que la Puerta de las strellas.
0uando por fin llegó al trono, a veinte pasos de sus #u+spedes, la forma se sentó a la velocidad normal de los seres #umanos y se inclinó para verlos mejor. Pasaron unos instantes antes de que 5a levantara l!nguidamente una mano e #iciera una seña a 'nubis. (u leal soldado obedeció la orden, llev!ndose la mano a la garganta y girando una pequeña lengCeta con el dedo índice. >nmediatamente, la cabeza de c#acal empezó a retroceder. l temible casco estaba #ec#o con algún tipo de metal inteligente, una aleación capaz de recordar y ejecutar complejas cadenas de órdenes. La estructura continuó cambiando de forma, pieza por pieza, sección por sección, #asta dejar al descubierto el rostro #umano que #abía detr!s" el rostro atractivo y serio de un joven fuerte y musculoso. La m!scara siguió pleg!ndose #asta desaparecer debajo del collarín met!lico que envolvía el cuello del joven. inguno de los dos terrícolas creía lo que estaba viendo.
oportunidad, e$plicaría que +l no tenía nada que ver con aquel e$plosivo. :ambi+n se daba cuenta de que, independientemente independientemente de lo que ocurriera, #abía conseguido todo aquello por lo que #abía ido a aquel planeta. ;abía resuelto el viejo enigma de las pir!mides y demostrado, al menos ante sí mismo, que sus teorías sobre el 'ntiguo gipto eran acertadas. ;abía superado dificultades #iperastronómicas y vencido a muc#os enemigos para poder llegar adonde estaba a#ora" el punto en el que siempre #abía deseado estar. Pasara lo que pasase despu+s, estaba en paz consigo mismo, aunque, por supuesto, daría daría cualquier cosa con tal de salir de allí vivo. La figura dorada se inclinó #acia delante. 9n instante despu+s, empezó a transformarse" la piel perdió perdió el baño dorado dorado y la m!scara m!scara comenzó comenzó a doblarse doblarse #acia dentro, recogi+ndo recogi+ndose se por detr!s de la cabeza. 6inalizada la transformación, lo que apareció ante ellos fue un #ermoso joven de tez oscura y largo cabello cabello trenzado. staba perfectamente perfectamente formado y no aparentaba m!s de veinte años. (u rostro era la viva imagen de la inocencia.
0uando aquel delicado rostro se #izo visible, los soldados, que lo adoraban como a su dios, tocaron el suelo con la cara e$actamente igual que los mineros al ver el medallón de /aniel. 0on todos los ojos posados en el suelo, IVeil vio la ocasión y atacó instant!neamente. (altó #acia 'nubis y le bloqueó el #ombro por un lado mientras le quitaba el arma, y antes de darle tiempo a recuperarse, le pegó con la culata en el cuello y dejó que se desploma en que #abía visto a 'nubis deslizar la mano por el reverso del arma, carg!ndola y disparando al ;orus que se #allaba al lado de /aniel. l disparo le alcanzó en el #ombro y el guerrero empezó a dar vueltas en el suelo. 5a ordenó a los c#icos que lo rodearan y los pequeños obedecieron r!pidamente, formando un escudo #umano en torno a su jefe. 0uando IVeil se giró para empezar a disparar, su arma apuntaba a una muralla de niños aterrados. 3aciló. (abía que debía disparar, pero no pudo #acerlo. #acerlo. (e volvió para disparar disparar al segundo ;orus, ;orus, que en ese momento aprestaba aprestaba su arma. arma. /aniel, #orrorizado, vio que el segundo ;orus llevaba ventaja sobre el coronel. (e puso de un salto entre ambos combatientes y empezó a gritar que no disparase en el idioma del guerrero. /emasiado tarde. l guerrero disparó y el impacto atravesó las entrañas de /aniel, mat!ndolo en el acto. *ientras su cuerpo caía al suelo, IVeil vio que tenía un blanco f!cil y lo aprovec#ó disparando al guardia. Luego cometió un segundo y fatal error al dar un paso instintivamente #acia su compañero, aun cuando sabía que era demasiado tarde para acudir en su ayuda. l instante de inactividad lo aprovec#ó 'nubis para atacarle por detr!s. 0uando IVeil se dio la vuelta con intención de capturar a 5a, recibió una brutal patada en el pec#o que le llevó volando #acia atr!s. IVeil consiguió ponerse de rodillas, dispuesto a continuar la luc#a. 'nubis se acercaba a#ora despu+s de #aber vuelto a activar su casco. :ras +l, el guerrero con cabeza de #alcón apuntaba con su arma al coronel. IVeil luc#ó con todas sus fuerzas para ponerse en pie, pero se desplomó como un saco de cuc#illos. 5a salió de detr!s del cordón de los niños e #izo un leve gesto a 'nubis, que se acercó y miró a IVeil. (ólo para asegurarse de que no fingía estar inconsciente, retrocedió un poco y le dio un golpe en la cabeza con la culata del fusil. (e quedaron mir!ndolo un minuto, esperando
algún movimiento, alguna señal de que seguía con vida. 'nubis lo empujó con la bota para darle la vuelta y se arrodilló a su lado. $tendió una mano, le cerró los orificios nasales y con la otra le tapó la boca para evitar que respirara. speró. IVeil no sabía qu+ #acer. ' pesar de la descarga en la cabeza, en realidad estaba fingiendo. n cuanto los otros se #abían reagrupado, #abía decidido poner fin a la luc#a porque sabía que no podía ganar. '#ora 'nubis le impedía respirar y tuvo que #acer acopio de toda su fuerza de voluntad para no quitarle el arma al c#acal. 'guantó un minuto relajado, pero empezó a sufrir convulsiones involuntarias por falta de o$ígeno. 0uando vieron que aún respiraba, 'nubis apartó la mano. '#ora, lo mejor que podía esperar IVeil era que lo mantuvieran con vida para torturarlo. so, al menos, le daba una remota posibilidad de acabar la misión. Poco despu+s volvió a sentir la garra de 'nubis que le cogía del cuello de la camisa y lo arrastraba por el suelo de la c!mara. 0omo medida de precaución, otro guerrero ec#ó a andar detr!s detr!s de +l. 'q 'quello uello quería decir que IVeil IVeil no podría engañar engañar a sus enemigos, enemigos, pero tambi+n tambi+n que le tenían miedo, que eran vulnerables. 5a, rodeado aún de su juvenil cortejo, se acercó a e$aminar el cuerpo de /aniel. l disparo le #abía atravesado el tronco. 0uando se inclinó, 5a vio algo que le puso tremendamente furioso. (e agac#ó #asta ponerse casi al nivel del cuerpo destrozado y se quedó contemplando el medallón que /aniel llevaba al cuello. ra el udjat, el Ijo de 5a.
Episodio BI El da de la ira. 6eretti estaba estropeando la #ebilla met!lica de us cinturón. Llevaba media #ora intentando grabar algo, aunque fuera pequeño, en el duro muro de piedra. Euería dejarlo como recuerdo para quien tuviera tuviera la mala suerte de aterrizar allí cuando +l +l se #ubiera ido. /e repente se abrieron los barrotes del tec#o, el único agujero de entrada y salida de aquella #úmeda tumba. Los que aún tenía fuerzas se pusieron de pie, resignados a soportar cual cualqu quie ierr cosa cosa.. Pero Pero no pasó pasó nada nada.. 6ere 6erett ttii leva levant ntóó la vist vistaa espe espera rand ndoo lo peor peor.. (e #abí #abíaa convencido de que #abía que ser acróbatas c#inos para salir de allí- #acía falta por lo menos una torre de cuatro #ombres para llegar a los barrotes, aunque abrirlos era #arina de otro costal. o, sólo #abía una forma de salir del infernal agujero y era que les ec#aran una escalerilla. ntonces vio que soltaban a IVeil por la abertura. >nconsciente a causa de los golpes recibidos, su cuerpo cayó a plomo salpicando a su alrededor. alrededor. l suelo de la celda estaba tan lleno de agua que resultaba imposible permanecer acostado. Los prisioneros tenían que estar sentados o de pie, lo que imposibilitaba descansar en condiciones. l agua fría resucitó inmediatamente al coronel, que empezó a arrastrarse #asta que un par de fuertes brazos brazos lo izaron por detr!s. detr!s. 41(oy yo, señor2 1&aJalsHy2 (e encuentra bienM IVeil dejó de forcejear y miró a su alrededor, adaptando los ojos a la oscuridad de la celda. )roJn yacía boca abajo en el agua.Porro tambi+n estaba muerto y flotaba cerca de +l. 4Eu+ #a pasadoM 4preguntó, pero no #ubo respuesta. 4Eu+ #a sido de
guerra salió volando para reunirse con ellos. (Haara no esperó a ver m!s. 49dajit2 'ba na Jali, yalla2 4ordenó. 5ab#i y 'Hsa#, los otros dos muc#ac#os, no dudaron ni un instante. (altaron a un lado del saliente, cayendo de bruces por el mismo terrapl+n que #abía caído /aniel el día anterior. (Haara estaba a punto de abalanzarse tambi+n cuando vio que abe# seguía de pie en lo alto del risco, inmóvil como un ciervo #ipnotizado por el resplandor de los faros de un coc#e. (alió corriendo y tiró a su amigo por la pendiente. 0uando dejaron de rodar, ya se les #abía acabado el tiempo de ponerse a salvo pues tenían las tres naves encima. Por suerte, los pilotos no se fijaron en los c#icos tendidos rígidamente en la arena. l castigo por entrar en el territorio privado que rodeaba rodeaba la pir!mide pir!mide era la muerte. Pero, por desgracia desgracia,, los muc#ac#os muc#ac#os vieron que las naves se dirigían directamente a agada e intuyeron que iba a #aber problemas. :ardaron m!s de una #ora en cargar a lomos del mastadge todo lo que pudieron salvar e iniciar el camino de regreso. *uc#o antes de cruzar las puertas de la ciudad, vieron que los emisarios de 5a #abían llevado un mensaje de destrucción a sus #abitantes. 9na docena de columnas de #umo negro se elevaban #acia un cielo donde no corría el aire, e$tendi+ndose #asta formar una nube oscura sobre la ciudad. 0uando se encontraron a unos metros de la puerta, uno de los planeadores despegó de la muralla y giró lentamente en dirección al desierto. Luego se le unió el otro y a continuación el carro de guerra. 9no de los pilotos ;orus divisó a los c#icos y bajó en picado a ec#ar una ojeada. Los muc#ac#os se aferraron a los costados del mastadge y vieron al soldado en al cabina de la aeronave. ra igual a las criaturas miticas de las que #abían oído #ablar, a las que incluso #abían visto dibujadas en los muros de la catacumba. 'llí estaba ;orus, volando encima de ellos. (in ninguna emoción, el soldado les devolvió la mirada y, pensando que que eran niños que que volvían de la cantera, se alejó. alejó. (Haara saltó del animal, lo cogió de las riendas y cruzó con +l la puerta, que estaba abierta de par en par. 'quello era peor incluso de lo que #abían temido los muc#ac#os. La plaza mayor parecía la capital del infierno. 'lgunos incendios se #abían apagado, pero aún #abía unos cuantos fuera de control y la desorganización de los esfuerzos por e$tinguirlos estaba causando m!s problemas de los que resolvía. ;abía personas arrolladas por el tumulto- se oían gritos, llantos, c#illidos de p!nico y #abía #eridos por todas partes. 5ab#i y 'Hsa# llevaron al mastadge al corral, rodeando toda la ciudad, en tanto que (Haara y abe# se pusieron a vagar en medio de la anarquía. Pegados a la muralla para no ser arrollados por los #ombres que trataban de apagar los incendios, los dos c#icos avanzaron lentamente por la arteria principal. La casa de abe# aún estaba en llamas. Los dos amigos se apostaron en un zagu!n del otro lado de la calle y se quedaron contemplando los caóticos esfuerzos por apagarlas. (Haara bajó la vista y vio que estaban pisando un c#arco de sangre. /etr!s de ellos, agazapado contra la pared, #abía un c#ico unos dos o tres años mayor que +l con un disparo en la cadera y el muslo casi quemado a causa de las llamas. Le dieron la vuelta. staba inconsciente a causa del dolor que sentía en la pierna. abe# sacudió al c#ico para que despertara, pero no #ubo forma y, sin decir una palabra, decidieron llev!rselo de allí para au$iliarle. abe# lo levantó del suelo y, ayudado por (Haara, se ec#ó al muc#ac#o a la espalda. squivando a los #ombres que llevaban agua a toda prisa y pisando a los caídos, se abrieron camino #acia la plaza mayor, al lugar donde se suponía que debían ir los niños cuando estaban enfermos o sufrían un accidente. Pero la situación en la plaza era aún peor. 'mbos #abían visto cad!veres antes, cuando #abía #abido accidentes en la cantera, pero nada parecido a esto. Por lo visto, los soldados de 5a #abían arrasado la ciudad matando indiscriminadamente, y era precisamente allí donde #abían comentido las peores salvajadas. La sangre cubría pr!cticamente lo adoquines de la plaza. Los cuerpo destrozados de las víctimas #abían caído en las m!s raras y antinaturales posturas. 9n anciano se dedicaba a reunir a los muertos uno por uno, arrastr!ndolos por la plaza y peg!ndolos
a la pared que solía servir de portería en un deporte parecido al fútbol que solían practicar los niños. 0uando llegaron a la clínica infantil, se encontraron con que #abía ardido y estaba completamente vacía. (Haara salió al patio a buscar ayuda. 'quello parecía el fin del mundo. ;abía ;ab ía mujere mujeress c#illa c#illando ndo y corrie corriendo ndo en todas todas direcc direccion iones, es, cada cada cual cual respon respondie diendo ndo a sus necesidades m!s urgentes, apresur!ndose a buscar a sus seres queridos, a sus #ijos, a sus padres, al novio, convencidas de que lo #abían perdido todo en aquel ataque sin sentido ni razón. 6inalmente una persona se prestó a ayudarles. ra (#aVuri, la #ermanastras de (Haara. (e acercó a ellos corriendo, con la mano en la mejillas que tenía llena de sangre. 4(#aVuri, #ar anVdoaM 4preguntó (Haara. Pero ella despejó sus preocupaciones y atendió al c#ico que llevaba a cuestas abe#. *ientras lo inspecionaba, (Haara se fijó en la sangre que le salía de una #erida que tenía encima del ojo derec#o. Le dejaría una fea cicatriz. 'l cabo de un momento, (#aVuri se volvió y condujo a abe# #acia el muro y el montón de cad!veres. 0uando (Haara vio adónde se dirigía, se puso #ist+rico de rabia. Kl y abe# #abían encontrado al c#ico y, costara lo que costase, lo iban a salvar. :iró con fuerza del brazo de su #ermanastra para impedir que siguiera andando, pero ella, con toda la suavidad que pudo, le dijo la verdad. 4%a est! muerto. /+jalo con los otros y ven conmigo. 4(Haara no podía creer lo que veía alrededor. (e consolaba viendo cómo sus conciudadanos se ayudaban entre sí, la fortaleza que (#aVuri demostraba organizando los servicios de socorro. Lo supiera o no, (#aVuri #abía nacido para dar órdenes. Pero su resistente apariencia se vino abajo de súbito y, con voz temblorosa, preguntó4" /ónde est! /an4yorM /an4yorM /ime qu+ le #a pasado. pasado. (Haara no sabía qu+ reponder. o podía responder. /emasiadas tristezas soportaba ya su #ermanastra. o podía añadirle una m!s. 'partó la vista distraídamente, fingiendo no #aber escuc#ado. escuc#ado. Pero su fingida distracción se transformó en verdadero dolor cuando miró al otro lado de la plaza y vio el gigantesco disco colgado entre los edificios y, crucificado delante del medallón, atado por las muñecas, el cuerpo de &asuf. (Haara sintió deseos de vomitar. 'ntes incluso de que abe# se volviera a ver qu+ pasaba, (Haara ya #abía salido corriendo, saltando entre los cuerpos. 9na multitud se #abía reunido al pie del disco tratando de bajar de allí al pobre #ombre, apaleado y sangrando. Los #abitantes de agada siempre se #abían enorgullecido de su resistencia y tenacidad, deseosos de ser como la arena" estoicos, difíciles de contener y capaces de absorber toda la lluvia 7l!grimas8 que los dioses les enviaran. (Haara tenía ya quince años y creía que #abía dado el salto a la virilidad, pero al ver a su padre apaleado y #umillado rompió a llorar sin reservas, con el llanto e$pansivo de un niño. % cuanto m!s lloraba, m!s rabia sentía. (abía que la gente de su ciudad no #abía #ec#o nada malo. 4Por qu+M Por qu+ tiene que pasarnos estoM 4preguntó. 9no de los ancianos que estaba por allí cerca le dijo" 4(on los visitantes. llos nos #an traído esto. (on falsos dioses. os arrancaron alabanzas y eso #a enfurecido a 5a :odopoderoso. 4o es verdad 4replicó (Haara. 4(í lo es. 5a #a regresado. Lo #emos ofendido adorando a falsos dioses. /ebemos arrepentirnos y servirle obedientemente. obedientemente. (Haara estaba encolerizado y confundido. (e negaba a creer que los visitantes tuvieran algo que ver con aquello, aunque fuera de manera involuntaria. Euería que se lo e$plicara &asuf. :al vez &asuf pudiera aclararlo todo.
Por qu+ tardaban tanto en cortarle las ataduras y bajarloM :odas las ventanas y balcones que rodeaban el disco estaban llenos de gente que intentaba ayudar, pero nadie #acía nada efectivo. 9na gruesa cuerda de sogas trenzadas sujetaba el disco de piedra, que pesaba algo menos de una tonelada. /os #ombres #abían intentado deslizarse por la cuerda inferior, uno por cada lado, pero su peso #abía roto las cuerdas, #ec#as de enredadera y tendones de animales. :odos los presentes gritaron al unísono desde los balcones que pesaban demasiado, que se matarían y matarían al anciano. % cuando uno de los 'ncianos e$puso su plan de rescate, a base de largas planc#as de madera, los otros contestaron con críticas. La c#usma trataba de salvar a su patriarca organizando organizando comit+s y deliberando democr!ticamente. democr!ticamente. 0uando (Haara regresó de los corrales ya #abían colocado dos inútiles escaleras y unos cuantos ciudadanos #abían estirado una lona sobre una red de acróbata que #abía debajo. n otras palabras, no #abían adelantado nada. 0argado con los arneses del mastadge, entró en el edificio y subió #asta el tejado. (alió a la vertiente de tejas y, con una silla de montar y una cuerda, avanzó cuidadosamente #asta el lugar donde estaba atada al alero la m!s alta de las sogas que sujetaban el medallón. 5esbaló en el último tramo, pero tuvo la suerte de #acerlo cuando sus pies tropezaron con la soga. 'lguien #abía perdido un zapato y (Haara se preguntó si ese alguien se #abría caído. /ecidió llevarse el zapato. Duardando el equilibrio con la silla en una mano y la cuerda y el zapato en la otra, se irguió y empezó a deslizar los pies desnudos por la soga, dejando atr!s el edificio al dar el paso siguiente y prepar!ndose a fondo para lo que vendría a continuación. 0uando 0uando los rescatad rescatadore oress reunid reunidos os en la plaza plaza vieron vieron a (Haara (Haara en al cuerd cuerdaa floja, floja, empezaron a c#illar como demonios. Las personas que estaban en la ventana de abajo estiraban las manos para asirlo del tobillo, pero el c#ico obedeció la regla de no mirar nunca abajo. (abía que era peligroso, pero estaba irritado como nunca lo #abía estado en su vida. n ese momento no le preo preocu cupa paba ba su segu seguri rida dadd pers person onal al.. Los Los aull aullid idos os del del gent gentío ío no #ací #acían an mella mella en su concentración. /e #ec#o, cuanto m!s se concentraba en su tarea, m!s tranquilo empezaba a sentirse. Primero un pie, luego el otro. La valla de los corrales de los mastadges era muc#o m!s difícil de recorrer que aquella anc#a soga y (Haara no recordaba en ese momento cu!ndo #abía sido la última vez que no #abía podido dar la vuelta entera. (igue tranquilo, sigue guardando el equilibrio, casi #as llegado. n tierra, (#aVuri instaba a la gente a que tensara la red de acróbata. (Haara estaba a poca distancia del lugar donde se juntaban muc#as de las sogas que sujetaban el medallón, formando un nudo que el c#ico tendría que saltar. nganc#ó la pierna entre el disco y la soga. 0uando vio que podía sostenerse, saltó #asta quedar colgando al lado de su padre. 4st!s bienM 4preguntó el c#ico. 4La #umillación es peor que la muerte 4respondió el anciano, que apartó los ojos, incapaz de mirar a (Haara. l muc#ac#o nunca #abía oído #ablar así a &asuf. :ampoco #abía visto nunca l!grimas en sus ojos. 'pesadumbrado por ver así al #ombre que tanto admiraba, se concentró en el siguiente paso" atar la cinc#as de la silla a la cintura del anciano. 4/obla la espalda 4dijo. &asuf obedeció de la mejor manera que supo. 'unque nunca #abía trabajado boca abajo, (Haara era un e$perto en el manejo de las cinc#as y, y, un minuto despu+s, ya tenía atada la cintura del viejo. Luego ató la cuerda al zapato y lo lanzó a la muc#edumbre que estaba en una de las pasarelas. 43oy a soltarte. Preparados. :odas las manos disponibles se apoderaron r!pidamente de la cuerda cuando (Haara desenvainó un largo cuc#illo cuc#illo y lo enseñó a los que estaban en la pasarela. 0uando el #ombre que
estaba delante asintió, el muc#ac#o se inclinó para informar a &asuf" 43as a quedar colgando un segundo #asta que pueda llegar a la otra soga. 0ortó la primera cuerda y dejó a &asuf balance!ndose de un lado a otro, colgado de la muñeca. (egundos despu+s despu+s cortó la otra y &asuf, el gran jefe de la ciudad, dio una voltereta en el aire antes de que la fuerza de gravedad tirara de +l. La muc#edumbre de la pasarela sujetó al anciano y se apresuró a llevarlo a una vivienda cercana para curarle las #eridas. 'unque todos se emocionaron al ver que su jefe estaba sano y salvo, evitaban mirarle a la cara para que no se sintiera avergonzado. l capataz de la pasarela recuperó la soga y, despu+s de varios lanzamientos, (Haara consiguió alcanzarla. (e ató el pie y gritó que lo bajaran, pero cuando estaba a unos metros del suelo, volvió a sorprender a todos. 40ogedme 4gritó- y sin previo aviso, se soltó y cayó a plomo, seguro de que (#aVuri, abe# y los dem!s dem!s lo atraparían atraparían en la red.
Episodio BII ;ola%en!e p"ede aer "n
ra /aniel que resucitaba. :ardó unos minutos en respirar normalmente, sintiendo como si el diafragma y los pulmones, despu+s de las breves vacaciones, #ubieran olvidado su función. 3olvió a ec#arse otra vez, mareado, y miró a su alrededor para ver dónde estaba. >nspeccionó lo mejor que pudo la #abitación desierta y misteriosa. (e sorprendió al ver a un niño de unos siete años esperando pacientemete a que despertara. >ntentó sentarse mientras sus canales auditivos se ajustaban poco a poco para recuperar el sentido del equilibrio. :osiendo y parpadeando, se puso de pie y miró al niño, que le invitó a seguirle mientras salía de la #abitación. /aniel titubeó. l c#ico lo condujo al salón del trono, lugar de su mal#ablada entrevista con el joven rey 5a. /aniel pensó que debía de #aber pasado muc#o tiempo dormido. (e sentía activo y fuerte físicamente, m!s fuerte de lo que se #abía sentido en muc#os meses. 'unque la luz era tenue y no llevaba gafas, comprobó que podía enfocar claramente todo lo que se #allaba en su entorno. 'l igual que los otros niños, el que caminaba delante de +l iba pr!cticamente desnudo- llevaba un faldón egipcio muy corto y una gruesa cadena de oro alrededor del cuello.
9n gato pasó por delante de ellos. Poco despu+s, /aniel divisó otro gato acurrucado en las escaleras que subían al trono. (e volvió para mirar al primero y vio que era id+ntico a las mascotas que #abía tenido de niño en casa. l animal parpadeó y apartó la cabeza. 0uando /aniel /aniel quiso quiso mirar de nuev nuevoo al niño, +ste #abía desaparecid desaparecido. o. (iguió (iguió caminand caminandoo y llegó a una amplia puerta. *iró dentro y se encontró con otra maravillosa sorpresa. n la oscuridad #abía
enormes pedazos de seda blanca suspendidos del tec#o y casi rozando el suelo, y ondulando entre las telas asomaban nubes de va#o. l ambiente era #úmedo y caliente, como el de una sauna. /emasiado curioso para tener miedo, /aniel penetró en la niebla, apartó las telas y se sumergió en la densa #umedad #asta encontrar la fuente de vapor, una piscina redonda y poco profunda. n ese momento, los vapores se #icieron a un lado y le permitieron ver la razón de todo todo este este decad decadent entee lujo. lujo. 'p 'pare arecie cieron ron y desapa desaparec recien iendo do entre entre el va# va#oo estaba estaba 5a, inmóvi inmóvil, l, sumergido #asta los #ombros en el agua caliente y rodeado de sus jóvenes ayudantes. 'unque fingió no darse cuenta de la entradas del resucitado, /aniel supo que intuía su presencia. (e acercó un poco m!s en silencio y se detuvo al borde mismo de la piscina, que tenía el tamaño de un diminuto lago. 5a abrió los ojos y lo miró fijamente. 'mbos se e$aminaron durante largo rato antes de que una mano saliera del agua goteando. 0on un gesto relajado, 5a pidió su ropa y dos niños se acercaron y la dejaron muy cerca de donde estaba /aniel. *uy lentamente, el dios se levantó y salió del agua con la gracia de un felino. %a no no tenía la piel dorada, sino que de alguna manera #abía recuperado su color natural, un tono de almendra tostada muy común entre los pueblos del norte de Zfrica. (i la #istoria que se contaba en los muros de la catacumba era cierta, el joven desnudo que se deslizaba #abia +l tenía unos diez mil años de edad. :an :an sólo cuarenta y oc#o #oras antes, /ani /a niel el,, famo famoso so por por la inc inces esan ante te crea creati tivi vida dad d de sus sus idea ideass acad acad+m +mic icas as,, #abr #abría ía nega negado do ve#ementemente el #ec#o. Pero a#ora, a pesar de la juvenil apariencia de 5a, estaba dispuesto a creerla. 6ascinado, contempló a la enigm!tica criatura avanzar #acia +l en medio de la neblina. 4;e estado muerto, estabaM 4dijo /aniel en la lengua que le #abía enseñado (#aVuri. 5a dio un paso y dejó que los niños le remetieran la ropa. 0uando oyó las mal pronunciadas pronunciadas palabras de su visitante, una especie de sonrisa cruzó sus labios. (in decir nada, se giró iró y empe empezzó a salir lir pl! pl!cidam idamen ente te de la #ab #abita itació ción. 0on /a /anniel iel y los los c#ic #icos de acompañamiento, el dios encabezó el e$traño cortejo a lo largo del salón del trono, subió la escalera, pasó por delante del gran sillón y entró en sus aposentos privados. La c!mara estaba abarrotada de fant!sticas obras de arte, bellísimos muebles y objetos de todos los tamaños. 'l pasar junto a una mesa de m!rmol, 5a llamó casualmente la atención de /aniel arrastrando los dedos por la superficie. /ispuestas sobre la mesa, a modo de e$posición museística, estaban las pertenencias que #abían confiscado al pelotón de e$ploradores" fusiles, pistolas, radios, munición sobrante y los libros de /aniel, uno de los cuales estaba abierto como si alguien lo #ubiese estado leyendo. l objetivo m!s llamativo de la e$posición era uno de los uniformes de camuflajes del ej+rcito. 'l final de la mesa, aún en la bandeja, estaba la bomba desarmada. 0uando /aniel levantó la vista, 5a lo estaba observando divertido.
ntonces le #abló, con una voz suave y bronca al mismo tiempo.
4:u gente #a avanzado muc#o desde que me marc#+ 4dijo el e$traño niño4monarca4. :u mundo se #a vuelto un lugar peligroso 4continuó, subrayando la última palabra. (u dialecto parecía algo distinto del de (#aVuri. :al :al vez fuera el culto preegipcio de palacio. /aniel no entendió todas las palabras, pero comprendió el significado de lo que 5a quería decir. 4;ab+is domeñado las fuerzas del !tomo 4dijo 5a, señalando la bomba desmontada4. Pero aún no comprend+is del todo mi poder. l poder que #ay en el cuarzo. 4Eu+ piensas #acerM 4preguntó, empezando a entender las feas implicaciones de lo dic#o. 4o deberíais #aber reabierto el camino 4dijo 5a con voz !spera4. o tardar+ en devolver vuestra arma a vuestro mundo. La mandar+ con un poco del precioso mineral de este planeta. 'umentar! cien veces el poder destructivo de vuestras armas. 49na sonrisa le bailoteaba en los labios. 4Para qu+M 4%o cre+ vuestra cultura, vuestro idioma, vuestras artes, vuestras formas de gobierno. %o cre+ toda vuestra civilización 4dijo 5a, que se acercó a /aniel casi #asta tocarle y añadió4" % tengo intención de destruirla. /aniel se puso p!lido como la tiza. (u e$presión de temor pareció complacer a 5a, que sonrió otra vez antes de escurrirse #acia el vestidor, una #abitacion rodeada de altos espejos. /aniel lo siguió, tratando de inventar algún argumento convincente para asegurarle que estaban allí en son de paz. Pero la bandeja de la bomba complicaba las cosas. 4Po 4Porr qu+ qu+ me #as #as devu devuel elto to la vida vidaMM 4/an 4/anie iell segu seguía ía preg pregun unt! t!nd ndos osee si aún aún #abí #abíaa escapatoria. 4:e necesito.
liberando su sello del cuello de aquel detestable usurpador. usurpador.
'unque (Haara no le #abía dic#o lo que los muc#ac#os #abían visto aquella tarde en la pir!mide, (#aVuri presentía que algo le #abía ocurrido a /aniel. /e #aber podido, el #ombre #abría vuelto con ella. ' pesar de que #abía rec#azado su cuerpo la noc#e que la #abían conducido a sus aposentos, sabía que e$istía un lazo entre ellos, una cone$ión que ninguno podía crear ni dominar ni impedir.
Episodio BIII En el prinipio... (u especie era muy distinta de la del cuerpo #umano con el que se #abía revestido. La naturaleza de los suyos no conocía nada que se pareciera a la identificación emocional, la comprensión, el amor o la amabilidad. La suya era una raza que e$istía sólo para sobrevivir y poseer. poseer. /espu+s de vivir de aquel modo durante miles de años, sus conocimientos eran pr!cticamente infinitos, aunque aún no #abían alcanzado la sabiduría. La continua búsqueda no #abían alcanzado la sabiduría. La continua búsqueda de adquisiciones, conocimientos, arte, ciencia y bienes #abía redundado al final en la e$tinción de la raza. 0uando los #abitantes de su mundo e$#alaron el último suspiro, +l ya estaba a millones de años luz de distancia y buscaba un anfitrión con urgencia. o quería seguir el destino de los suyos. /ominaba la tecnología necesaria para introducirse en otro ser, pero tenía que elegirlo con muc# muc#oo cuid cuidad ado. o. 'l #abi #abita tarr el cuer cuerpo po del del anfi anfitri trión ón,, abso absorb rbía ía dete determ rmin inad ados os rasg rasgos os de su personalidad que se se ampliaban en al psique psique de aqu+l. /e #aber #aber conocido los m!s íntimos íntimos detalles de la vida del joven llamado 5a puede que #ubiese elegido otro cuerpo. I puede que no. La infancia de 5a #abía constituido un e$celente entrenamiento para la vida que #abría de llevar despu+s, pues lo preparó para ir derec#o #acia al cegadora luz y el feroz viento que inesperadamnte empezó a batir le desierto aquella noc#e de #acía diez mil años. 'unque sus padres estaban vivos, a efectos pr!cticos #abía crecido #u+rfano. (u madre estaba loca y apenas podía cuidar de sí misma. Lo de su padre era peor" un paria violento y agresivo que a veces pasaba semanas semanas vagando vagando solo por el desierto. desierto. /esde pequeño pequeño #abía sido criado por toda la tribu a la vez, perteniciendo en parte a todos, pero a ninguno en particular. /ado que no era un muc#ac#o especialmente adorable, nadie se ocupó de acariciarlo ni de darle cariño. *ientras otros niños dormían acurrucados entre sus padres, 5a era el único de su edad que dormía solo en una tienda aparte. n estas circunstancias, creció casi como un salvaje" apartado, insensible, desconfiado y siempre a la defensiva. La situación empeoró cuando empezó a cumplir años y a desarrolla desarrollarr sus #abilidades #abilidades bajo la tutela tutela del anciano, anciano, el jefe de la tribu, tribu, algo que no acogió acogió de buen grado. Idiaba sentirse segregado del grupo de cazadores y obligado a pasar los días practicando la magia en las cavernas. (e sentía solo en todo y acabó guardando rencor a todos cuantos le rodeaban. 0uando las atemorizantes luces cruzaron el cielo de medianoc#e, no tenía idea de lo que podía #aber al otro lado, peor estaba dispuesto a abrazar cualquier destino que no fuera el suyo propio. l odio que sentía por los suyos resultó útil, pues no #ubo conflictos internos cuando el muc#ac#o fue faraón. o aparecieron sentimientos de culpa ni remordimientos cuando el pueblo de 5a fue sometido a la esclavitud. La verdad es que el rasgo m!s poderoso que absorbió del e$traño joven fue una rara sensación de placer, desconocida adem!s #asta entonces. 5a era ya parte de sí mismo y juntos se convirtieron en el dios sol, temido y adorado por la primitiva raza de los #umanos. l faraón aprendió r!pidamente a gobernar a aquella especie. (u educación comportó dos aspectos fundamentales. l primero consistió en aprender a obtener y mantener el monopolio de la violencia. (i no era monopolio, por lo menos era una arrolladora capacidad para destruir a sus adversarios. (u cuerpo de soldados y guardias de elite sabían que si les ordenaba que se cortasen el cuello entre sí tenían que obedecer, pero 5a no solía someterlos a estas pruebas. n los enfrentamientos, que siempre duraban poco, con los esclavos que se sublevaban, 5a aprendió a dominar el arte de la guerra y a devolver los golpes con violencia devastadora y despiadada. despiadada. 6ue un partidario ac+rrimo de esta t!ctica.
l segundo aspecto se refería a la psicología del arte de gobernar. /espu+s de aprender a mandar con mano de #ierro, aprendió a encubrir sus m+todos con guante de terciopelo. 'unque la fuerza daba resultados inmediatos, los mitos, la fe religiosa y las opiniones tenían efectos m!s poderosos y duraderos, Dracias a lo que absorbió del joven, el faraón comprendió los miedos y debilidades de aquel pueblo y se aprovec#ó de ellos sin piedad. 5econstruyó su aspecto en la #oy celeb+rrima mascarilla fúnebre de :utanHamón, :utanHamón, que acabó por ser su única imagen pública. (ólo la +lite que le rodeaba tenía el privilegio de ver la verdadera cara de 5a. :ambi+n #ubo que remoldear a los guardias. (i tenían que servirle con eficacia, era necesario que el pueblo les temiera tambi+n a ellos. Dracias a la mitología de aquellos seres primitivos, el faraón supo que el c#acal ocupaba un lugar destacado en sus pesadillas. /ecidió pues que su mejor guardia, el paladín del rey, sólo aparecería en público con cabeza de c#acal y recibiría el nombre de 'nubis, el barquero de cabeza de c#acal que conduce las almas de los #ombres al m!s all!. Los dem!s guardias se adaptaron del mismo modo- así nacieron los guardias ;orus, de cabeza de #alcón, y los guardias :#ot. :odos #icieron suyas y reconstruyeron las figuras de la mitología. 9na mitología complicada y tejida por el amo supremo, 5a, el dios sol. 0onocía la fuerza de la mitología porque ya e$istía en su interior, en algún rincón de la parte de 5a que #abía asimilado. Por primera vez en su vida, tuvo sueños. 9nas veces turbadores, otros agradables y placenteros. 6ue una sensación e$traña. Eue le gustaba. % muc#o. n un sueño se vio en una vasta c!mara subterr!nea de muros magníficamente pintados. *úsicos invisibles tocaban una melodía embriagadora. n el centro de la estancia #abía una balanza gigantesca. (e vio sentado en un platillo. /e repente #abía miles de personas a su alrededor que querían saber si pesaban m!s que +l. (e sobreentendía que la balanza pesaba, no la masa física del cuerpo, sino el valor del alma, el &a. 9na por una, las personas se fueron poniendo en el otro plato. 5a descubrió que podía manipular la balanza como quisiera, inclinando el fiel a su favor. Los que aguardaban se dieron cuenta de la manipulación y se lanzaron en masa sobre el otro plato. ra igual- el fiel de la balanza indicaba que el delgado joven pesaba m!s que nadie. nadie. 5a no sólo #abía creado su propia mitología, sino que poco a poco comenzó a creer en ella. /uran /urante te sus primer primeros os meses meses en la :ierr :ierra, a, los #ab #abita itante ntess del del desier desierto to sufrie sufrieron ron terrib terribles les pesadillas. n estos sueños, el sol se abría y daba al país un dios vivo. oc#e tras noc#e se repetía el acontecimiento en una meseta rocosa no muy alejada del gran río. 9n lugar que m!s tarde pasaría a la #istoria con el nombre de ;eliópolis. *!s al sur, los #abitantes de las montañas de ubia y los pastores de (ud!n, inspirados por la sobrecojeora belleza de la visión que ambos pueblos compartían, se dirigieron al norte siguiendo la ribera del ilo en busca de la tierra que veían en sus sueños. Itros llegaron del oeste, del (!#ara. n tierras septentrionales lejanas, (iria y Palestina, tambi+n algunos grupos recogieron sus pertenencias e iniciaron el +$odo. ' lomos de camellos o guiando rebaños de cabras, llegaron con especias, lanzas y niños, y confluyeron en un mismo punto sin #ablar el mismo idioma, sin tener nada en común que no fuera aquel sueño reiterativo y la l a profunda #uella que #abía dejado en sus corazones. :razando figuras en el polvo y gesticulando con las manos, intercambiaron an+cdotas relativas al largo camino que #abían recorrido y las dificultades y peligros que #abían tenido que sortear. n oleadas fueron llegando al pie de la meseta, sin que ninguno supiera e$actamente por qu+ estaba allí. 0ada grupo que llegaba y comunicaba su e$periencia confirmaba el milagro. La miserable pero alborozada multitud organizó un an!rquico campamento base que se e$tendía a lo largo de varios Hilómetros por las orillas del río, fundando así la primera gran metrópoli del planeta, mejor dic#o, la primera teópolis, ya que era la ciudad
de un dios. Pero a pesar de lo deslumbrantes y vívidos que #abían sido sus sueños, no #abían preparado a estos seres para el impacto de lo que #abría de ocurrir. *ientras la ciudad dormía, ricos y pobres amontonados en el mismo suelo, una sombra se puso delante de la luna. n segu seguid idaa empe empeza zaro ronn a sopl soplar ar los los vien viento toss y un inte intens nsoo #az #az lumi lumino noso so desc descen endi dióó sobr sobree la improvisada urbe. Los #abitantes siguieron el c#orro luminoso procedente del oeste corriendo a toda velocidad y luc#ando entre sí por colocarse en el mejor lugar, ansiosos por dar a su dios la bienvenida a la :ierra. :ierra. :odos :odos miraron a la luz protegi+ndose los ojos. n el centro de la radiación, irgui+ndose sobre un fulgor que anulaba cualquier resto de color, vieron a 5a, el dios sol, todo su cuerpo #ec#o de oro incorruptible, deslumbrando con los destellos de su contorno y rodeado de un cortejo de sirvientes arrodillados. 0uando estas obedientes figuras se pusieron en pie, despertaron grandes grandes punzadas punzadas de temor temor en los corazones corazones de los presentes, presentes, pues tenían tenían cuerpo #umano y una enonne cabeza de animal. ran las representaciones de los espíritus animales que estas gentes no tardarían en conocer de sobra" num, el camero- (obeH, el cocodrilo- ;orus, el #alcón- 'pis, el toro- 'nubis, el c#acal;ator, la vaca, y 'mmit, un e$traño animal conocido con el nombre de devorador. :odos formaban un impresionante y aterrador s+quito. /e forma espont!nea, los #umanos se postraron con la cara contra la arena y la #ierba, todos llorando, sobrecogidos ante el milagro. La emoción del momento se grabó tan profunda e indeleblemente en la imaginación de aquellas personas que cient ientoos de gen genera eracion iones m!s tard tardee, muc#o des despu+ pu+s de que la esce scena se borra rrase intencionadamente de la memoria colectiva, los #umanos seguían deseando su repetición, la llegada llegada de un mesías mesías soñado. soñado. Pero +ste no sería el único legado que 5a dona donaría ría a la posterior posterior #istoria de la :ierra. (us adoradores lo llamaron 5a4#otep4Han, dios sol, porque #abía llegado de la luz tan brillante como el astro rey. 5a lo permitió, pues no entorpecía mito que #abía inventado para ellos. Les dijo que #abía estado en un lugar llamado :uat, la tierra de los muertos, y que al #aber conquistado esa tierra #abía convertido en esclavos a los dioses animaloides que vivían allí. Luego invitó a los #abitantes de la miserable ciudad a dedicar su amor y su trabajo a +l y a sus obras. Les dijo que cuando murieran, su siervo 'nubis los escoltaría #asta :uat, donde su alma, el &a, se pesaría en una balanza. (i el difunto #abía vivido venerando a 5a, moraría para siempre en la tierra de los muertos. n caso contrario, 'mmit 'mmit el devorador estaría al acec#o. La construcción de la gran pir!mide se inició casi de inmediato. Los #umanos lo #icieron de buena gana por 5a, en señal de agradecimiento. studiaron, aprendieron y trabajaron bajo la supervisión de los dioses con cabeza de animal, especialmente :#ot, el ibis, dios de los escribas, los sueños y la magia. l proceso de construcción de la pir!mide fue el mayor y m!s complejo que que se #abí #abíaa llev llevad adoo a cabo cabo en el plan planet eta, a, y una una e$pe e$peri rien enci ciaa que que tran transf sfor ormó mó a cuan cuanto toss participaron. 5a se dio cuenta de que actuaban movidos por una mezcla de amor y miedo. 'quellos obreros incultos y apenas sin civilizar aprendieron a cooperar, a pensar colectivamente, a e$traer y labrar las piedras, a transportar pesados cargamentos por la arena y a erigir la pir!mide en muc#o menos tiempo del que se tardaría en construir otras m!s pequeñas miles de años despu+s. 0uando la estructura se #allaba casi acabada, 5a sacó de su nave espacial un gigantesco anillo de cuarzo, la Puerta de las strellas. La Puerta se instaló en el interior de la pir!mide, en una sala construida especialmente para ella. 0asi todos los que trabajaban a la sazón para 5a #abían nacido en la ciudad de la pobreza, eran descendientes de los que #abían llegado de otras tierras al comienzo. Para esta segunda generación, la pir!mide ya no era tanto un trabajo sagrado como una pesada carga. ran menos propensos a someterse a 5a y tenían deseos de conocer los lugares que sus padres #abían abandonado años antes y de #ablar con quienes #abían decidido desobedecer el mensaje de sus sueños. o podían trabajar con alegría si por la noc#e tenían #ambre y todo el día soportaban las condiciones infra#umanas de aquella ciudad de c#abolas.
:estigos del fabuloso lujo que rodeaba al rey, empezaron a desear algo m!s para sí. 0u!l iba a ser ser su reco recomp mpen ensa sa desp despu+ u+ss de acab acabar ar aque aquell llaa giga gigant ntes esca ca obra obra maes maestra traMM 9n 9nos os cuan cuanto toss comenzaron a llevar un diario clandestino donde contaron la verdad sobre 5a y sus orígenes. 9n miembro del s+quito de 5a #abía filtrado la información a estos jóvenes rebeldes que no estaban dispuestos a permitir que aquellos datos se olvidaran. La noc#e que se declaró finalizada la pir!mide, 5a avanzó entre la jubilosa muc#edumbre con su co#orte de guardaespaldas, guardaespaldas, seleccionando a cientos de personas a las que iba a concederse un #onor especialR. stas personas fueron conducidas al interior de la pir!mide y enviadas por la Puerta. unca m!s se supo de ellas. stos envíos continuaron durante meses. 'l principio, los fan!ticos atestaban las calles para que los eligieran a ellos. *uc#os voluntarios eran personas mayores que quedaban relegadas en favor de cuerpos m!s fuertes y jóvenes. % los que trabajaban dentro de la pir!mide empezaron a contar lo que oían" que los elegidos eran obligados a penetrar por el gigantesco anillo y trasladados a lejanos desiertos para construir otras pir!mides. Ilvid!ndose de sus propias pautas mitológicas, 5a se precipitó. n las semanas y meses que siguieron, los #umanos acabaron por temer sus constantes paseos por la ciudad. Los jóvenes comenzaron a abandonarla clandestinamente. ' pesar de la devoción que sentían los #umanos, ver que continuamente se despojaba a las madres de sus #ijos fomentó el resentimiento contra 5a. Luego llegaron por la Puerta persistentes rumores sobre una rebelión en otro planeta, rumores que corrieron de boca en boca por toda la ciudad. (e decía que ;ator #abía matado a toda la colonia, aneg!ndola en un mar de sangre. 5a empezó a pasar fuera de la ciudad períodos de duración variable, creando nuevas colonias, ya que le #acía falta m!s cuarzo. o sólo necesitaba poner combustible a su sarcófago para eternizar su e$istencia, sino que adem!s lo necesitaban necesitaban sus secuaces, dado que se #abía e$tendido su poder. 'sí pues, #abía que fundar cada vez m!s e$plotaciones mineras. *ientras estaba fuera de la :ierra, dejaba en manos de sus guardias el difícil problema de la disciplina. 0uando volvía, seleccionaba a cientos de sus súbditos m!s saludables para que lo acompañaran al interi interior or de la pir!mi pir!mide de,, don donde de desap desapare arecía cíann para para siemp siempre. re. 0on 0onfor forme me crecía crecía el odio, odio, la resistencia empezaba a organizarse. organizarse. n una de las conspiraciones conspiraciones participaron varios cientos de personas, suficientes para que la noticia llegara a oídos de 5a a trav+s de su red de espías. Pero el arrogante d+spota no quiso #acer caso de la amenaza y, y, convencido de su invulnerabilidad, anduvo entre el fango y el #edor de las calles señalando con el dedo a los elegidos. 0omo los ciudadanos se escondieran, 5a ordenó a sus guardias que entraran en los refugios y los sacaran a la rastra. :ras los muros de un pequeño edificio de adobes los conspiradores e$ponían sus planes. Los sicarios de 5a, sin embargo, no prestaron atención al mapa grabado a mano que #abía en el interior de la pir!mide. (e llevaron a doce #ombres, los principales cabecillas de la conspiración, y los pusieron en #ilera. Por lo menos uno resultó elegido y tuvo que cruzar la Puerta #asta el lugar donde se fundaría la ciudad de agada. Pero cuando los siervos de palacio dieron aviso de que 5a se #abía ido, los conspiradores se apresuraron a entrar en la pir!mide, mataron a los guardias animaloides que quedaban y derribaron la Puerta. Pasaron #oras intentando romperla a martillazos, pero fueron incapaces de #acerle siquiera un rasguño. n vista de la situación, sacaron la Puerta al desierto y la enterraron bajo las primeras piedras grandes que encontraron. *eses despu+s labraron las l!pidas y las pusieron en su lugar. lugar. 0uando la Puerta quedó quedó enterrada de una vez por por todas, el cuerpo aplastado aplastado de 'nubis 'nubis ya estaba en el lugar que le correspondía. /esde entonces no #abía vuelto a verse a 5a en la :ierra. La sociedad que se #abía formado espont!neamente en el desierto se desintegró como por arte de magia. Euienes #abían enterrado La Puerta de las strellas tuvieron que librar encarnizadas batallas contra los que seguían si+ndole fieles, #asta que todo el lugar quedó a merced del caos.
/icen que los niños pocas veces escuc#an a los padres y que sin embargo los imitan. sto es aplicable a los gobernantes que sucedieron a 5a. 'unque se le odiaba a muerte y se le derrotó con toda justicia, los gobernantes que ocuparon su lugar reprodujeron casi todos los aspectos de su reinado, legando a las futuras generaciones un s!dico y doloroso ejemplo de lo que era el dominio político.
Episodio BIB ;aer es poder (#a=uri llevaba ausente varias #oras cuando (Haara, abe#, 5ab#i y 'Hsa# entraron en las catacumbas a buscar>a. staba sentada en la pequeña c!mara pintada, el museo secreto, llorando por /aniel. Iyó entrar a los c#icos e iba a ordenarles que la dejaran sola, pero en cuanto asomaron por el estrec#o túnel supo lo que tenía que #acer. Les pidió que se colocaran alrededor de ella. Los muc#ac#os, asustados por #aber sido sorprendidos en este lugar impío, se acercaron.a regañadientes. 0uando estuvieron todos allí, (#a=uri empezó a recitarles la crónica de su pueblo, esforz!ndose por recordar todo lo que /aniel le #abía enseñado. *ientras leía los jeroglíficos y glosaba las im!genes, su voz se fue #aciendo m!s grave, m!s segura. 'unque ya #abía oído la #istoria de labios de /aniel, su voluntad se robusteció cuando las mismas palabras fluyeron de su boca. 0ontarlo era sufrir una transformación. % dijo a sus oyentes que ya estaba #arta de vivir de aquel modo. ;abía que #acer algo. n aquel punto y #ora los niños se convirtieron en #ombres. (aber es poder y los jóvenes se fortalecían conforme proseguía la crónica. La #ist #istor oria ia le sirv sirvió ió a (Haa (Haara ra para para conf confir irm mar algo algo que que siem siempr pree #abí #abíaa sabi sabido do instintivamente. 0onfirmó todas sus sospec#as, respondió todas las preguntas que se #abía #ec#o desde que era niño y despejó todas las dudas que siempre le #abían asaltado. % sintió rabia. 5abia por todas las personas que #abía visto morir a manos de los soldados de 5a. 5abia por todas las mentiras, por las incontables generaciones que #abían vivido, no al servicio espiritual de un dios, sino como esclavos engañados. y se juró a sí mismo que dedicaría el resto de su vida a remediar>o. Los prepa preparat rativo ivoss #ab #abían ían durad duradoo toda toda la noc noc#e. #e. Los Los respon responsab sables les de organi organiza zarr el acontecimiento #abían llegado poco despu+s del amanecer, la primera #ora permitida. &asuf se #allaba entre los primeros que #abían partido, iniciando la marc#a #acia la pir!mide a lomos de un mastadge para supervisar los preparativos de la ceremonia desde la silla que ocupaba junto a los tambores. 0uando el tercer sol apareció en el cielo anunciando oficialmente la llegada de la mañana, miles de ciudadanos de agada #abían llegado ya a la pir!mide, el temido y apenas visto palacio del dios vivo. :odos formaban un mar #umano alrededor de la larga rampa, la misma por la cual se subía el cuarzo a la pir!mide. 9n flujo continuo de visitantes incrementaba el volumen de la multitud, oscureciendo las dunas en una des#ilac#ada procesión que se e$tendía #asta perderse en el #orizonte. La parte superior del 3estíbulo de la pir!mide estaba adornada con grandes banderolas de seda y anc#as cintas de color burdeos que caían en cascada desde unos once metros #asta el suelo de la plataforma, concentrando efectivamente la visión en el lugar de acceso a la pir!mide.
/e repente la multitud guardó silencio cuando se descorrió una sección de las ondeantes telas. ' los pocos segundos aparecieron los terrícolas, escoltados por dos sicarios de 5a con casco de #alcón y empuñando aquellas armas largas, los fusiles puls!tiles. Los sicarios empujaron a los terrícolas por la rampa, en dirección a los obeliscos. (ólo cuatro miembros del pelotón seguían con vida" I=eil, &aJalsHy, 6eretti y 6reeman. n circunstancias normales, #abrían sabido aprovec#ar la situación. ;abrían contraatacado e intentado #uir en un santiam+n. Pero los golpes sufridos y las muc#as #oras que #abían pasado encogidos en el pozo #úmedo, #abían mermado sus fuerzas y facultades. 'dem!s, no tenía adónde ir, no #abía espacio físico al cual escapar. staban rodeados por todas partes por la población de agada, así que permanecieron en la rampa como zombis, a e$cepción de IVeil, que, por pura mezquindad y a causa de su cerril determinación, conservaba aún buena parte de sus energías. 'dem!s de los guardias armados que les escoltaban por detr!s, aparecieron otros cuatro que tomaron posiciones en la rampa. l coronel parecía #aber perdido oc#o Hilos y envejecido otros tantos años. 9no de los guardias ;orus se adelantó y, con la culata del fusil, golpeó las ya d+biles curvas de 6reeman, #aci+ndole caer al suelo. 4:o 4:odos dos de rodi rodill llas as 4gri 4gritó tó IVe IVeil il,, pred predic ican ando do con con el ejem ejempl plo. o. l guar guardi diaa qued quedóó decepcionado decepcionado cuando vio que todos obedecían al coronel. (e acercó a +l y lo miró fríamente, m!s amenazador amenazador que todos los instructores de reclutas del mundo, pero no lo suficiente para amilanar a IVeil. 0omo casi todos los presentes. (#aVuri llevaba una larga túnica incolora con una capuc#a que casi le tapaba los ojos. (e escurrió entre la multitud #asta que estableció contacto visual con (Haara y abe#, que se #allaban al otro lado de la rampa. (Haara, fingiendo estar distraído, levantó la vista #acia los dos ;orus que vigilaban a los terríc terrícola olas. s. 0uando 0uando estuv estuvoo seguro seguro de que no le veían veían,, imitó imitó un silenc silencios iosoo estorn estornudo udo para para preguntar, con con cierto apremio, dónde estaba /aniel. La e$presión facial facial de (#aVuri le dijo que no se preocupara, pero por dentro la muc#ac#a sentía el corazón a galope, temiendo que la ausencia de /aniel significara lo irremediable. ir remediable. /e repente, todo el mundo desvió la atención #acia la e$traordinaria escena de la entrada. 9na de las sirvientas de 5a, una ñina de unos nueve años, apareció descalza entre las banderolas rojas. Los nagadanos nunca #abían visto nada parecido a esta niña. n contraste con sus burdas vestimentas, la niña estaba pr!cticamente desnuda y la poca ropa que llevaba era transparente" una vistosa falsa corta y el collarín cargado de joyas. Llevaba la larga y lisa cabellera recogida en una trenza tirante. La niña bajó la rampa sin apartar los ojos del suelo, concentrada e$clusivamente en su misión" decir a los tambores de agada que empezaran. /espu+s de #aber, llegado a la pir!mide cuando era muy pequeña, no recordaba #aber visto a nadie que no viviera dentro de sus confines. :ampoco lo #abía deseado. Le #abían enseñado que los mineros eran esclavos repugnantes, portadores de enfermedades, enfermedades, inferiores en todos los sentidos a quienes, como ella, vivían cerca de 5a. l sorprendente contraste entre su belleza y la mirada abatida de aquellas personas no #acía sino reforzar los prejuicios que le #abían enseñado. Localizó al jefe de tambores y le recitó la orden de que empezara. n el último segundo, lo miró a los ojos y se quedó boquiabierta ante lo que vio. o sólo era un #ombre brutalmente feo según los c!nones de palacio, sino que adem!s era increíblemente viejo. 1/ebía de tener m!s de cuarenta años2 'unque ella y sus compañeras sabían lo que era envejecer, ninguna #abía visto nunca a nadie mayor que 5a, que se #abía detenido en los veinte. 0uando los niños de palacio llegaban a
esta edad, unos cuantos elegidos pasaban a ser guardias ;orus. ntre ellos, sólo los mejores luc#adores tenían la oportunidad de ser 'nubis, el paladín de 5a. % sólo #abía una forma, e$tremadamente difícil, de alcanzar ese codiciado puesto" matar al 'nubis del momento. Los niños que no llegaban a guardias eran sacados de allí, pero ninguno sabía e$actamente adónde. La niña retrocedió asustada al ver a aquel #ombre #orrible de cara cuarteada por el sol. n dos ocasiones #abía visto descargar las caravanas de cuarzo, pero siempre desde la suprema altura de la nave espacial. /esde allí los mineros eran simples motas oscuras escurri+ndose por la arena, anónimas #ormigas obreras. (úbitamente, la muc#ac#a comprendió lo que significaba envejecer. /io media vuelta y subió corriendo a lo alto de la rampa, donde una docena de niños de palacio acababa de salir a la luz del día. Los tambores empezaron a sonar apagando los murmullos de la muc#edumbre, #aciendo que todos dirigieran su atención a la entrada. Pero lo que vino a continuación fue una escena pat+tica, una ceremonia religiosa manipulada políticamente y destinada al autoengrandecimiento autoengrandecimiento personal" 5a #omenajeando #omenajeando a 5a. Peor aún" 5a obligando a otros a alabarlo en un ritual tan sutil, disimulado e imparcial como las opiniones de la muc#edumbre durante un partido de fútbol. ' los terrícolas les resultó nauseabunda aquella entrada aparatosa y e$travagante. Los largos cortinone cortinoness de seda burdeos burdeos se abrieron abrieron y dejaron dejaron al descubie descubierto rto un #ermoso trono apoy apoyado ado en dos largos maderos. Los cuatro guardias ;orus que flanqueaban la rampa lo levantaron y lo sacaron a la luz del sol. >nstantes despu+s, 'nubis, el terrible guerrero de cabeza de c#acal, cruzó la puerta llevando a /aniel por el brazo. Los terrícolas, que seguían arrodillados a pocos metros de allí, se miraron perplejos. I=eil parecía que #ubiera visto un fantasma, cosa que de alguna manera era cierta. 4os dijo que #abía muerto 4le reproc#ó &aJalsHy, desconfiando m!s que nunca de su superior. l coronel no supo qu+ responder. ;abía algo que no encajaba en todo aquello. ;abía visto con sus propios ojos el pec#o y el vientre de /aniel literalmente destrozados. ingún cuerpo #umano podía sufrir un daño así y seguir con vida, ni siquiera a medias. Pero #abía algo m!s. Parecía que /aniel era a#ora incluso m!s fuerte, que estaba m!s vivo. o llevaba las gafas, pero no se movía con su típica torpeza de repelente niño 3icente. 3icente. I=eil pensó que podía muy bien tratarse de un impostor. I tal vez de un #ec#izo practicado por 5a. % lo que alimentaba sus sospec#as era que /aniel no miraba #acia ellos. 0uando salió a plena luz, (#a=uri tuvo que dominar el impulso de llamarle a gritos- por el contrario, miró ansiosa al otro lado de la rampa buscando a su #ermano y le #izo otra señal de asentimiento con la cabeza. (Haara y abe# se abrieron paso entre la multitud y tomaron posiciones. (#a=uri (#a=uri estaba ya ya donde tenía que estar. 'nubis se adelantó #asta el centro de la plataforma instalada en la parte superior de la rampa y e$tendió sus poderosos brazos, ordenando callar a los tambores y a la multitud. ra el turno de &asuf. 'sistido por un par de 'ncianos de agada, &asuf subió a la plataforma no lejos de donde los soldados estaban arrodillados como becerros preparados para el sacrificio. l anciano sacerdote estaba visiblemente apesadumbrado- las magulladuras de su rostro sólo reflejaban una mínima parte de las #eridas internas que #abía sufrido. ;abía temido que llegara aquel día, sabiendo que su cuerpo sería incapaz de aguantar otra paliza semejante. Pero temía aún m!s la posibilidad de que que se infligiera el mismo castigo, no a +l, +l, sino a otro miembro miembro de la comunidad. comunidad. La muc#edumbre esperó en silencio #asta que &asuf comenzó a #ablar. 0on toda la fuerza de sus pulmones gritó el nombre de 5a. 0uando el gentío lo oyó, todos se arrodillaron y se postraron con la cara pegada a la arena. /aniel, el eterno curioso, parecía a#ora perdido en sus
pensamientos. pensamientos. (iguió mirando #acia el desierto #asta que una brusca patada de 'nubis lo arrodilló por la fuerza. :odos :odos debían inclinarse ante el omnipotente 5a. &asuf se puso a recitar de memoria un breve #imno litúrgico en #onor del dios4rey y al concluirlo se puso de pie y formuló una pregunta a los fieles postrados, a la que +stos contestaron al unísono. 45a, sa=adam y=emalla# n#et2 &asuf gritó otra pregunta. % se oyó la misma respuesta. 45a, sa=adamy=emalla# n#et2 y así varias veces. % como si respondiera espont!neamente a la demanda popular, una brillante figura dorada apareció entre las profundas sombras del interior de la pir!mide. ra 5a, con su disfraz de oro, andando lenta y fluidamente, como si flotara por encima del suelo como un fantasma. Llegó al trono y cuando los niños sirvientes se apiñaron a su alrededor, se sentó con toda delicadeza. n ese momento la abatida multitud se puso de pie. :odos :odos sabían lo que venía a continuación y, y, aunque les enfurecía, nadie se atrevía a manifestar sus sentimientos. 'nubis soltó a /aniel y se dirigió al trono de 5a. /obló una rodilla y e$tendió el arma con ambas manos, ofreci+ndola a su señor con toda ceremonia, con la cabeza inclinada. 5a asintió una vez y, e$plotando al m!$imo la intensidad dram!tica del momento, alargó un brazo y señaló a /aniel. 'nubis se inclinó una vez m!s, se incorporó y volvió junto a su prisionero. *ientras se ejecutaba esta farsa, (Haara #izo todo lo que pudo para llamar la atención de /aniel. o podía llamarlo a gritos. 'nubis estaba demasiado cerca y los otros guardias ;orus vigilaban atentamente a la multitud. (Haara tosió, se rascó la cabeza, fingió estornudar, pero de nada sirvió, y encima le quedaba poco tiempo. % mientras tanto /aniel no dejaba de mirarse los pies, perdido en sus pensamientos. 0iertamente, no se podía decir que e$istiese afecto entre +l y los infantes de *arina, pero tampoc tampocoo se imagin imaginaba aba mat!n mat!ndol dolos. os. 'u 'unn así, así, parecí parecíaa la única única salida salida razona razonable ble,, dad dadas as las circ circun unst stan anci cias as.. (e dio dio cuen cuenta ta de que, que, #ici #icier eraa lo que que #ici #icies ese, e, sus sus comp compat atri riota otass esta estaba bann sentenciados de todas formas y +l tambi+n. Por otro lado, podía negarse a apretar el gatillo, pero en ese caso no dudaba de lo que le #abía dic#o 5a" que mataría a todos los que le #abían visto. l dilema era doblemente difícil porque +l mismo se lo #abía buscado. o #abía sido sincero del todo cuando el general Gest le #abía preguntado si estaba seguro de poder #acer regresar a sus #ombres. Las im!genes digitales de la segunda Puerta de las strellas enviadas a la :ierra por la 9nidad (am eran bastante claras" no #abía ningún cartuc#o en la sala, ninguna forma segura de establecer las nuevas coordenadas para el viaje de regreso. ;abía supuesto que Gest enviaría a sus #ombres de todas maneras, independientemente de que +l los acompañara o no. staba dispuesto a arriesgarse para satisfacer su curiosidad, pero tal como #abía #ec#o tantas veces en su vida, no #abía tenido en cuenta las consecuencias que sus actos podían tener en otras personas. 'lguien tendría tendría que pagar pagar muy caro su propio egoísmo egoísmo y su arrogante arrogante curiosidad. curiosidad. Levantó la vista del suelo y miró a los militares, que no le quitaban ojo. I=eil #abía supuesto que /aniel no se atrevía a mirarlos porque #abía aceptado las falsas promesas de 5a. (Haa (Haara ra inte interp rpre reta taba ba el proc proced eder er de /a /ani niel el como como prop propio io de un ser ser dese desesp sper erad ado, o, precisamente cuando +l trataba de ofrecerle alguna esperanza. Lo que no sabía era que en realidad /aniel estaba reuniendo fuerzas para llevar a cabo aquel acto #orrible, fuerzas para afrontar el menor de los dos males. 0on e$ageración, para que pudiera verlo toda la multitud, 'nubis puso el fusil en manos de /aniel y empujó a +ste para que bajara la rampa en dirección a sus compatriotas. (e sentía aturdido al pasar ante la silenciosa multitud, entre los primeros calores de la mañana, el apretón de la mano gigantesca que le cortaba la circulación en el brazo y el continuo reflejo de la luz
solar en los ojos. % mientras tanto, no dejaba de pensar que tenía que #aber una salida, algún tipo de conc conces esió ión, n, algu alguna na alte altern rnat ativ ivaa que que pres presen enta tarr al s!di s!dico co tira tirano no para para que que salv salvar araa a sus sus compañeros, a los desdic#ados esclavos que lo rodeaban y a los #abitantess de la :ierra, que serían los siguientes. ntonces fue cuando le detuvo 'nubis. staba ya frente a sus compañeros. 3eía el movimiento de sus labios que pronunciaban palabras de última #ora, amenazas, ideas y súplicas, pero +l no escuc#aba. (intió en sus manos que las de 'nubis le preparaban el fusil, lo apuntaban #acia sus compatriotas, quitaban el seguro del arma lista para disparar. l severo fulgor de los soles le rodeaba por todas partes, sus rayos clav!ndosele en los ojos como uñas afiladas. n ese momento percibió algo que reflejaba la luz solar desde abajo, una joya o tal vez un botón brillante. (e distrajo. 5esultaba paradójico que una tontería así captara la atención cuando estaba en juego la vida de miles de personas. o obstante, sirvió para que /aniel abandonara sus catatónicas cavilaciones el tiempo suficiente para fijarse en el molesto detalle. *ientras 'nubis subía de nuevo la rampa, dej!ndolo bajo la vigilancia de los dos ;orus que escoltaban a los infantes de *arina, miró a la multitud y vio que (Haara empuñaba el encededor de IVeil y que con +l le enviaba reflejos solares a los ojos. 0uando el muc#ac#o vio que #abía captado su atención, abrió su larga túnica lo suficiente para que /aniel viera que llevaba escondido uno de los fusiles que #abía cogido en el campamento base. Luego, con una ligera inclinación de cabeza, le indicó que mirara al otro lado de la rampa. /aniel siguió la mirada del muc#ac#o y descubrió a (#aVuri. Ksta le sonrió y le dio a entender que los c#icos que estaban con ella tambi+n iban armados. /aniel asintió una vez con la cabeza para manifestar que se daba por enterado y súbitamente salió de su estupor. 'spiró profundamente, dejó que su instinto se encargara del resto y empezó a gritar a la multitud en un egipcio desgarrado pero ve#emente. ve#emente. 4(olamente #ay un 5a. Kl me dice que mate a estos #ombres, mis amigos, mis #ermanos. % yo le obedecer+ #asta la muerte. 'ctuando como si lo dijera en serio, /aniel señaló a sus compañeros ec#!ndoles en cara lo malvados que #abían sido por desafiar al dios del sol. Lentamente, levantó el fusil #asta la altura del #ombro y apuntó. Pero de repente se giró #acia la entrada de la pir!mide, cerró los ojos y apretó el gatillo. $plotó la mortal energía puls!til y salió disparada #acia el trono de 5a con terrible silbido. Pero antes del impacto, I=eil ya estaba en pie y listo para desarmar al guardia m!s pró$imo a +l. l disparo #izo diana en la rampa a poco m!s de un metro de 5a y su s+quito, levantando esquirlas de piedra y polvo en el aire. (Haara sacó su fusil, apuntó al cielo y apretó el gatillo. Los otros pastores #icieron lo mism mismoo y el resu result ltad ado, o, lógi lógica came ment nte, e, fue fue como como era era de espe espera rar" r" se desa desató tó un infi infier erno no.. La muc#edumbre, muc#edumbre, aterrorizada, empezó a correr en mil direcciones, atropell!ndose. atropell!ndose. I=eil cargó el arma que acababa de arrebatar a un ;orus y la utilizó para matar a otro. 6reeman se ec#ó a 6eretti al #ombro, se lo llevó al borde de la rampa y lo lanzó antes de saltar +l para ponerse a cubierto. Pero no lo consiguió. 0uando aún estaba en el aire, 'nubis le disparó por detr!s desde lo alto de la rampa. l disparo le atravesó la cabeza, dispersando sus pedazos entre la multitud que corría. /aniel y I=eil, los últimos en saltar, vieron caer a 6reeman. 'mbos se volvieron y corrieron #acia el otro terrapl+n, arroj!ndose sobre las dunas de abajo. Iyeron los disparos que pasaban zumbando, pero sin llegar a percatarse de su pro$imidad. 'ntes de tocar tierra, 'nubis ya #abía salido en su persecución, contento de ser +l quien fuese a matar a I=eil. Pero cuando llegó al lugar donde #abían aterrizado, vio que ya no estaban. 0ontinuó bajando la rampa a toda velocidad, seguro de poder localizarlos durante la #uida. /esenvainó un enorme puñal, saltó a la arena y escrutó el !rea durante unos segundos antes de caer en la cuenta de lo que realmente #abía sucedido. n el momento en que los terrícolas llegaron al suelo, los cubrieron con gruesas
y largas túnicas, con lo cual era imposible dintinguirlos de los miles de #ombres que en ese momento se retiraban caóticamente #acia las dunas. 'nubis miró al cielo e indicó a los planeadores que se apro$imaran. 0uando las dos pequeñas aeronaves aeronaves bajaron, el cabeza cabeza de c#acal c#acal capturó a uno de los aterrorizados aterrorizados nagadanos, nagadanos, le clavó el puñal en el corazón y r!pidamente le arrebató la túnica. :iró el cuerpo a un lado y se vistió la prenda para indicar a los pilotos qu+ tenían que buscar. Los pilotos lo entendieron. mpezaron a sobrevolar a muc#edumbre para ver al mayor número posible de individuos. Pero #abía miles de personas, todas corriendo sin sentido ni dirección. &aJalsHy, que aún llevaba las botas llenas de agua, tendría que #aber sido un blanco f!cil. o solamente era muc#o m!s altoque los ciudadanos de agada, sino que adem!s llevaba a 6eretti, 6eretti, #erido, apoyado apoyado en la cadera. cadera. abe#, 5ab#is y 'Hsa# 'Hsa# empujaron empujaron a los soldados soldados por la arena y los metieron en medio de una manada de mastadges. /aniel y I=eil ya estaban allí cuando llegaron, esperando para montar a 9n Poco. n total contaban con una docena de animales, dos para llevar a los terrícolas a un lugar seguro y diez para que #iciesen de señuelos en caso de que las aeronaves,los udajit, les dieran alcance. 5ab#i y 'Hsa# ayudaron a colocar a 6eretti en la silla que colgaba del costado de otro mastadge y, en cuanto estuvo arriba, (Haara rozó la zona #ipersensible que tenía 9n Poco detr!s de la oreja. Le dio una r!pida rascada y se pusieron en marc#a. (egundos m!s tarde, los doce animales corrían cada uno por su lado. Pero los planeadores ya estaban encima. l de atr!s estuvo a punto de c#ocar con el de delante cuando giraron para seguir a sendos mastadges. 0uando recuperaron la #orizontal, los animales se #abían dispersado por todas partes. % aunque otearon el #orizonte, los pilotos no vieron ni rastro de ellos.
Episodio BB Ning=n l"gar adonde ir 5a se #allaba en su c!mara privada, agitado como una canasta llena de serpientes. 0asi descontrolado, descontrolado, esperaba que los pilotos aparecieran con el astuto gusano que se #abía colado por la Puerta de las strellas. staba ensayando la manera e$acta en que les iba a #acer pagar sus crímenes cuando sintió un tirón en la manga. ra uno de sus sirvientes, un niño de diez años que llegaba para notificarle que los pilotos #abían regresado. (in motivo alguno, 5a le cruzó la cara de una bofetada y lo tiró al suelo. (e sintió muc#o mejor, m!s aliviado. l rey eternamente joven salió de sus aposentos y se sentó en el trono, intentando dominarse antes de recibir a sus visitantes. Los pilotos, un par de guardias ;orus, entraron a paso ligero desactivando sus cascos. Llegaron al pie de la escalera que subía al trono de 5a y se arrodillaron. 'nubis, que aún llevaba la armadura manc#ada de sangre, entró en el gran salón y se situó al lado de 5a, observando desde arriba a los dos guerreros que no parecían llevar nada. 5a les atravesó con la mirada y, con absoluta calma susurró la pregunta. 4/ónde est!nM 4;an desaparecido. desaparecido. 'nubis bajó la escalera furioso y, dando una patada al guerrero que #abía contestado, le dijo" 4Eu+ quieres decir con que #an desaparecidoM 4Eue 4Eue siguen siguen en el desier desierto to 4conte 4contestó stó el otro otro gue guerre rrero4. ro4. (egurame (eguramente nte los matar matar!! la tormenta de arena. :ras #aber perdido el control de sus naves a causa del viento, los ;orus #abían buscado #asta donde su audacia les #abía permitido. sperar m!s #abría significado la muerte segura, así que decidieron volver y probar suerte con 5a. *!s furioso que nunca, 5a se puso de pie y cruzó el salón #asta llegar al lugar donde se encontraba su cofre, que se abrió autom!ticamente dejando ver su contenido" una joya de cuarzo del tamaño de una moneda que estaba conectada a unos cables negros formando un bonito motivo. l rey4niño se ajustó la pieza a la mano como si fuera un elegante mitón, escondiendo el cuarzo en la palma. Diró lentamente y se apro$imó a los angustiados pilotos. 0on un leve movimiento de la mano, ordenó levantarse al soldado que #abía #ablado primero.
l guerrero obedeció nerviosamente. /eseaba e$plicar por qu+ #abía puesto fin a la búsqueda, pero pero 5a le dio a entender que todo todo estaba claro y que guardara guardara silencio. (e puso puso frente al #ombre y esbozó una sonrisa tranquilizadora. 4Lo intentaste 4dijo, levantando la mano lentamente para acariciar la mejilla del ;orus4.
(+ que lo intentaste. studió el rostro del piloto unos instantes sin dejar de mirarle 7en apariencia8 tiernamente. Pero de repente abrió la mano a unos centímetros de su cara. 0uando vio el medallón en la palma de 5a, el leal ;orus sólo tuvo una fracción de segundo para comprender que su vida estaba a punto de acabar. La joya cobró vida y lanzó de espaldas al soldado contra la pared. 5a se adelantó muy despacio para dar el golpe final. $tendió la mano y bajó #acia el cr!neo del #ombre, que yacía medio aturdido. l soldado sabía que si la joya le rozaba la cabeza moriría, pero estaba medio medio inconsciente y lo único que podía podía #acer era ver ver cómo le llegaba la muerte.
5a depositó gentilmente la mano en su cabeza. Las piernas del #ombre se pusieron rígidas de inmediato y todo su cuerpo empezó a sufrir violentas convulsiones, como si lo estuvieran electrocutando. La cabeza comenzó a vibrarle a un ritmo anormal, #asta que súbitamente quedó quieta. /urante los segundos siguientes, sus rasgos faciales empezaron a distorsionarse y el cr!neo perdió su forma, dilat!ndose y encogi+ndose como una bolsa de agua.
La joya funcionaba mediante los mismos principios que la Puerta, sólo que aquí el cuarzo servía a unos fines muc#o m!s siniestros. 0uando 5a lo apretó contra la cabeza del #ombre, lo que estaba #aciendo en realidad era descomponer sus mol+culas, licuarlo por dentro. 0on la misma serenidad con que #ubiera regado las flores de su jardín, 5a permaneció junto al #ombre, ajeno a su dolor gracias a esta #ipnótica demostración de macabra magia. 0uando su víctima murió, cerró la mano y suspiró. *!s calmado ya, se dirigió al otro soldado aterrorizado, deslizó un dedo por la curva de su nariz, dio media vuelta y regresó a su #abitación.
Las r!fagas #uracanadas azotaban el desierto con tanta fuerza que parecían tocar las dunas como si fueran un gigantesco instrumento de viento. 'bri+ndose camino entre las nubes de arena, I=eil y /aniel se aferraban como par!sitos a los peludos costados de 9n Poco. Llevaban las capuc#as atadas por debajo de la barbilla, pero el aire era tan denso que los ojos no les servían de nada. 'gotado, /aniel se tambaleó y cayó a la arena. l mastadge detuvo el paso, miró atr!s y empezó a aullar con m!s fuerza aún que el viento. I=eil se quitó las gafas protectoras y dio la vuelta a la duna #asta que encontró a /aniel, que estaba ya medio enterrado. 9n Poco siguió c#illando a la tormenta mientras ambos #ombres volvían, pero de repente se puso a trotar y desapareció en la corrosiva noc#e. Pensando a toda prisa, I=eil intentó que /aniel llamara al animal antes de perderlo de vista, pero fue imposible. o entendía por qu+ abandonaba de repente a su querido #umano en medio de la tormenta. ' pesar de sus gritos, el bic#o desapareció. desapareció. l coronel arrastró a /aniel #asta lo alto de la duna y allí se sentaron los dos. ;abían navegado lo m!s lejos que podían llegar por el 5ío de la *ierda y a#ora el remo se les #abía encallado en el desierto. I=eil se ató m!s fuerte la capuc#a y empezó a sentir que la arena se amontonaba en torno a +l, enterr!ndolo vivo lentamente. *edia #ora despu+s regresó 9n Poco aullando al viento. 0uando estuvo cerca, los n!ufragos distinguieron la silueta de varias figuras con casco que se acercaban a ellos. La figura que iba delante trepó #asta lo alto de la duna, se quitó el casco y las gafas protectoras y empezó a reír a carcajadas. ra abe#, el pastor tocado del ala. :ras +l, engalanado con el uniforme de la >nfantería de *arina los stados 9nidos, apareció (Haara, que, entrecerrando los ojos, miró a I=eil y le enseñó el pulgar #acia arriba. mpujado por los c#icos, con los ojos #inc#ados y cerrados, /aniel sintió que lo subían por una ladera #asta la entrada de la caverna. 0uando &aJalsHy vio qui+n era, bajó el fusil y acudió en su ayuda. I=eil entró por su propio pie y ec#ó un vistazo al lugar. 9na docena de muc#ac#os, sin edad para vestir uniforme militar, estaban embutidos en los trajes de camuflaje que #abían rescatado del campamento. 'postados contra los muros estaban los veinticuatro fusiles y varias cajas de munición, y en medio de la cueva se #abía improvisado un #ospital de campaña. )roJn, con el brazo en cabestrillo, estaba atendiendo a 6eretti. 41Lo consiguió2 4saludó &aJalsHy al coronel, dando un grito de alegría. '#ora, '#or a, todo todoss los los miem miembr bros os del del equi equipo po que que #abí #abían an sobr sobrev eviv ivid idoo esta estaba bann junt juntos os y dispuestos. I=eil le dio unas palmaditas en el #ombro, su saludo estilo soldado, y continuó insp inspec ecci cion onan ando do la cuev cueva, a, nota notand ndoo que que (Haa (Haara ra y a abe be## lo segu seguía íann como como si fuer fueran an sus sus guardaespaldas. guardaespaldas. I=eil se volvió y los inspeccionó con cara de contrariedad. 43amos, coronel 4dijo &aJalsHy4, no pertenecen a las )rigadas speciales, pero est!n deseando alistarse. 4videntemente, &aJalsHy estaba tan orgulloso del trabajo que #abían #ec#o ese día los muc#ac#os como del de sus propios #ombres. 4:eniente, quíteles las armas antes de que se #agan daño. 4Pero, señor... 4%a me #a oído. 5ecoja las armas y m!ndelos a su casa. &aJals &aJa lsHy Hy esta estaba ba a punt puntoo de e$pl e$plot otar ar.. sta staba ba #art #artoo de que que I=e I=eil il irru irrump mpie iera ra en situaciones que no entendía, situaciones que +l tenía absolutamente controladas y que lo pusiera todo patas arriba. 4o tienen adonde ir 4dijo &aJalsHy fríamente, a título informativo4. (i aparecen en la
ciudad, los ejecutar!n por ayudarnos. ayudarnos. 'dem!s, su ayuda podría venimos bien, señor. 4(u tono de voz no dejaba lugar a dudas sobre a qui+n pensaba acudir en caso de necesidad. 4Para qu+M 4preguntó I=eil furioso, mir!ndolo de frente4. 9tilizar su ayuda para #acer qu+, tenienteM
Pero para &aJalsHy la respuesta estaba clara. l equipo necesitaba ayuda para volver a cruzar la Puerta de las strellas y regresar a casa sanos y salvos. Le sorprendía que su superior #ubiera olvidado el objetivo de la misión. /aniel, que veía claramente de dónde partía la confusión, se apoyó en un codo y gritó a I=eil" 4Por qu+ no les dice la verdadM /ígales por qu+ puso esa bomba
4*uy bien, no tenemos elección. 4l coronel dio un paso al frente, recuperando el mando de la situación4. :enemos :enemos que interceptar la bomba antes de que pueda mandarla... 4scúc#eme, coronel 4dijo /aniel4. s la otra Puerta, la de la :ierra, la que supone un peligro. Pi+nselo. *ientras est+ en condiciones de funcionar, siempre tendr! la posibilidad de emplearla. Por lo tanto, es la Puerta de la :ierra la que tenemos que cerrar. 4:iene toda la razón 4dijo I=eil4, pero gracias a usted ya no tenemos esa posibilidad, ciertoM 4(e puso en pie, avanzó a zancadas #acia la entrada de la cueva, todo lo que el #urac!n le permitió, y tomó asiento allí. 4Lo sabía 4dijo 6eretti, rompiendo el silencio4. (iempre #e sabido que era una misión suicida. :ardaron m!s de una #ora en serenarse y recordar que estaban todos del mismo lado. /aniel pasó todo el tiempo ocupado e$plicando las cosas de las que se #abía enterado dentro de la pir!mide y traduci+ndoselas traduci+ndoselas a (#a=uri (#a=uri y a los nuevos nuevos reclutas. 0uando todo estuvo otra vez en calma, se acercó a I=eil, que seguía sentado junto a la entrada contemplando distraídamente la tormenta de arena. 4ntonces, #a aceptado el #ec#o de que nunca regresar!M 4I=eil se sentía tan vacío como el día en que los #ombres del general Gest fueron a buscarle a su casa. (iguió mirando al frente sin parpadear. /aniel volvió a intentarlo4. o tiene personas de las que preocuparseM o tiene familiaM 4:uve una familia 4respondió el coronel con voz monótona4. ingún padre debería sobrevivir a su #ijo. /aniel no supo qu+ responder. 'unque #abía sufrido muc#o en la vida, seguía sin saber cómo reaccionar ante el dolor de los dem!s. ra una realidad brutal y estaba m!s all! del alcance de las palabras. 0uando sus padres murieron, tuvo que aguantar a un montón de necios que se le acercaban para decirle Qa#ora descansan en pazR y Qprobablemente #a sido lo mejorR. 'sí pues, no pensaba aliviar el dolor de I=eil con tópicos azucarados. Pero al mismo tiempo tenía que #acer algo. l coronel se estaba #undiendo en algún remoto lugar de su interior y el equipo no podía permitirse el lujo de perderlo. 4scuc#e, coronel 4dijo, tranquilo pero apremiante4. o quiero morir. 4sta frase llamó la atención del otro4. % sus #ombres tampoco. i estos c#avales que nos est!n ayudando. s una vergCenza vergCenza que usted tenga tantas ganas de acabar con su vida. Las palabras de /aniel le sentaron como una patada en el estómago. staba a punto de contestarle, de #acer o decir algo para desembarazarse de
I=eil vio que se le derramaba un poco de salsa por el borde mientras el muc#ac#o se mordía la lengua para mantener la concentración. /urante el altercado con &aJalsHy, (Haara le #abía defendido, dici+ndole en egipcio al musculoso teniente que se apartara del coronel. 4'nasaarM 4preguntó, ofreci+ndole el cuenco. (in dejar de pensar en lo que /aniel le #abía dic#o, I=eil le dio la espalda y concentró la vista en la tormenta. (Haara se quedó perplejo. Ilió la comida y pensó que no estaba mal, pese a #aberla cocinado en una gruta. /ecidió cumplir su cometido y le puso el cuenco delante. 0omo el #ombre de la boina negra no le #acía el menor caso, (Haara empujó el cuenco para acerc!rselo un poco, luego otro poco, otro m!s, y así varias veces, invitando al coronel a comer. ra lo m!s tonto que I=eil #abía visto en muc#o tiempo y a#uyentó al muc#ac#o con la mano para que lo dejara en paz. Pero (Haara se dio cuenta de que estaba ganando la batalla e insistió. insistió. 0uando I=eil lo miró con cara de palo para darle a entender entender que #ablaba en serio, y que #iciera el favor de largarse inmediatamente, (Haara se puso a cloquear y a batir los codos con los brazos doblados, imitando a un pollo, numerito que 6eretti le #abía enseñado #acía un rato. I=eil acabó por rendirse. 'quello era el colmo de la ridiculez- tuvo que sonreír. 49n polluelo, e#M 41)oyyuelo2 4repitió el muc#ac#o, con tanta e$presividad que el coronel no pudo por menos de ec#arse a reír. 'largó la mano y con los dedos le revolvió el pelo en un espont!neo gesto de afecto. Luego se inclinó #acia delante y tomó el cuenco, acept!ndolo como un regalo. 3einte minutos despu+s, el cuenco estaba vacío y el coronel contemplaba la tormenta mientras su mente vagaba por otro lugar del universo, transportada al pasado, a una tarde concreta, all! en %uma. ra un día claro de primavera de #acía dos años. 'parcó, tocó la bocina para avisar que estaba en casa, sacó del garaje la bolsa del equipo y la tiró en la parte trasera del cinco puertas. 3o 3olvió a ponerse al volante y tocó de nuevo el cla$on, pero en vano. o sabía por qu+ el crío tardaba tanto, pero fuera lo que fuese no justificaba que llegara tarde al primer partido de la temporada. 0erró el ve#ículo de un portazo y se dirigió a la entrada principal, que estaba cerrada. (e #abía dejado las llaves en el coc#e. 0uando volvió con ellas intuyó que pasaba algo, pero en cuanto cuanto abrió la puerta lo supo supo con toda seguridad. seguridad. c#ó un vistazo al cuarto de estar. staba desordenado, desordenado, pero nada fuera de lo normal. 4st!s aquí, #ijoM 1<. <.2 ntró en esa sala y miró, pero en seguida salió corriendo al pasillo e irrumpió de golpe en la #abitación del c#ico. l su+ter de su uniforme colgaba en el respaldo de una silla. Luego fue a su dorm ormito itorio. rio. La mesita sita de (ara (ara## esta staba abie abiert rtaa y en teor teoría ía debía ebía esta star cerra rrada permanentemente. permanentemente. 6ue entonces entonces cuando oyó oyó la sirena y se lo imaginó imaginó todo. /urante un minuto permaneció allí como una estatua, mirando fijamente el cajón abierto donde (ara# guardaba la pistola. (abía que estaba cargada y sabía que si iba a buscar la llave que estaba guardada en un lateral de la cama no la encontraría. (iguió así, esperando #aberse equivocado, equivocado, esperando que el sonido de la sirena se alejara #acia cualquier otro punto del barrio. Pero se apro$imaba. *iró en el cuarto de baño de (ara#" nada, todo limpio. 3olvió a salir al pasillo, encamin!ndose a la cocina, pero de repente dio media vuelta y empezó a correr #acia el porc#e trasero. La sirena estaba casi en su puerta cuando se asomó y vio a dos niños en el patio, mirando a su #ijo. ;abía una gran manc#a de sangre en la pared del garaje, pero la pistola estaba tirada en el c+sped. o recordaba #aber abierto la puerta para salir, ni #aber oído las e$plicaciones de los dos niños vecinos que intentaron decirle lo que #abía ocurrido. (ólo recordaba la imagen del cuerpo
retorcido de su #ijo, medio vestido para el partido de b+isbol, yaciendo ensangrentado y desfigurado sobre la #ierba. 'ntes de que el personal de la ambulancia se acercara para decirle lo que #abía pasado, se agac#ó e #izo algo que no #abía #ec#o en muc#os años" tomó al c#ico en brazos y lo acunó. acunó. 9na bala le #abía atravesado la cabeza.
/aniel se puso en pie y, tras una pausa conveniente, fue a buscar a (#a=uri, a quien encontró sentada en el mismísimo fondo de la gruta. 4Eu+ pasaM 4preguntó, aunque se dio cuenta de que no estaba enfadada, sino avergonzada. avergonzada. *ientras tanto, los c#iquillos se #abían acercado sigilosamente para espiar, (#a=uri oyó que su #ermano los espantaba, y sólo cuando estuvo segura de que no escuc#aban, contestó a /aniel. 4Lo siento muc#o. Por favor, no te enfades conmigo, conmigo, pero yo no se lo dije. 4/ecirles qu+M 4preguntó /aniel. 4Eue tú no me quisiste. /aniel se quedó perplejo, #asta que de pronto cayó en la cuenta de que (#a=uri se refería a la noc#e que fue a su #abitación, all! en agada, la noc#e que los #abitantes de la ciudad se la #abían ofrecido como regalo. '#ora se veía alejada de +l, esta fr!gil criatura a la que apenas entendía, y eso #acía que se sintiera avergonzada y rec#azada. 0on torpeza, le puso las manos en los #ombros sintiendo que se le aceleraba el pulso y se le secaba la boca, sentado allí con aquella mujer a la que tan ardientemente deseaba, queriendo confortarla y tranquilizarla- queriendo solamente besarla, consciente consciente al mismo tiempo del gran abismo que los separaba, de lo poco que se conocían y sabiendo que pronto tendría que abandonar aquel lugar o morir en el intento. Pero a pesar de todo, la acercó m!s a +l y cuando ella lo miró, empezó a acariciarla. uevamente uevamente tuvo la sensación sensación de que la cono conocía, cía, tal como e$periment e$perimentara ara la primera primera vez que la #abía #abía visto, visto, sólo que en esta ocasión supo por qu+. 'quel 'quel rostro que tenía entre las manos era el mismo que #abía amado en la :ierra, el mismo que se #abía llevado a 0olorado. (#a=uri podía #aber sido perfectamente la modelo de la estatuilla del siglo T>3 a. de 0. que era su mayor tesoro en la :ierr :ierra. a. /a /anie niell pen pensó só que deb debía ía decírs decírselo elo,, e$pli e$plica carle rle la asom asombro brosa sa coinc coincide idenci ncia, a, pero pero para para entonces sus labios ya estaban demasiado unidos para #ablar, demasiado demasiado cercanos para otra cosa que no fueran los besos.
Lo primero que /aniel vio cuando despertó a la mañana siguiente fue la cara de (#a=uri, que seguía durmiendo pl!cidamente a su lado. Pensó en todo lo que #abían dic#o y #ec#o la noc#e anterior y no pudo evitar una sonrisa de satisfacción. (e tendió de espaldas con las manos debajo de la cabeza y se quedó mirando al tec#o. 6ue entonces cuando vio que tambi+n abe# dormía a pocos centímetros de +l, con el casco aún puesto y con la boca abierta de un modo que le #izo cambiar radicalmente la e$presión. o pudo resistirlo y se sentó, y cuando lo #izo se dio cuenta de que todos los pastores se #abían concentrado en un cerrado círculo alrededor de +l y (#a=uri. ra evidente que tenían una idea de la intimidad muy distinta de la suya. 3io a (Haara #aciendo algo en la entrada de la cueva mientras el #umo blanco de una de las #ogueras que se estaba consumiendo flotaba por todas partes. (altó cuidadosamente por encima del anillo de dormilones y cruzó la cueva de puntillas para ver qu+ estaba #aciendo el muc#ac#o. >nspirado por la #istoria visual que #abía visto en las catacumbas, el c#ico #abía decidido contar su propia #istoria. staba sentado sobre un pedrusco blanco, grabando una escena en el muro. &aJalsHy, el primero en despertarse, estaba #aciendo la primera guardia apostado fuera
de la gruta y saludó con la cabeza a /aniel, que se sentó junto al artista para ver cómo trabajaba. staba claro que (Haara no era 5embrandt. mpleaba una piedra rojiza blanda para trazar la #istoria del rescate que +l #abía ayudado a planificar. (e veía una pir!mide tambaleante, rodeada de gigantescos muc#ac#os, tiesos como palos, disparando puntos al aire, y por encima de la pir!mide colgaban los tres tr es soles bajo el par de aeronaves que espiaban maliciosamente toda la escen escena. a. 9no 9noss cuanto cuantoss garab garabato atoss repres represen entab taban an a los milita militares res arrodi arrodilla llados dos en la rampa rampa,, mientras 5a 7toda su cara un ceño8 los miraba sentado. /aniel, con el pelo de punta y tres largos dedos en cada pie, aparecía con un arma disparando a la pir!mide, y tambi+n se veía a abe#, riendo como un maníaco y con la cabeza en forma de media cúpula. 0uando /aniel se sentó a mirar, (Haara se estaba dibujando a sí mismo. ra la figura m!s grande de la composición. 0on una mano sostenía las largas riendas conduciendo por el desierto a un trío de mastadges, mientras con la otra, blandiendo el fusil en el aire, disparaba directamente directamente a uno de los soles. La forma de su cara cambiaba el significado de las dem!s im!genes. :enía la boca abierta en un feroz grito de guerra. /aniel observaba fascinado cómo (Haara retorcía la boca una y otra otra vez en una furiosa m!scara m!scara para intentar plasmarla plasmarla luego en la imagen imagen de la roca. Luego fue +l quien cambió el gesto. /e pronto se dio cuenta de lo que estaba viendo y lo importante que era. (Haara estaba contando la #istoria de aquel pueblo, la primera crónica que se escri escribía bía desde desde #acía #acía muc#o muc#oss siglos siglos.. % el cronis cronista ta ado adoles lesce cente nte,, no pod podía ía por menos menos que emocionarse. Para /aniel, all! donde #ubiera escritura, cultura y un intento serio de comprender las lecciones de la #istoria, siempre #abía esperanza. 'sí pues, recuperó la sonrisa. ;abía probado fortuna y a#ora estaba allí sentado, en una caverna de otro planeta, contemplando contemplando el amanecer de otra cultura del Q'ntiguo giptoR.
ra uno de esos momentos perfectos que #ay en la vida, pero que trae aparejado el peso de la responsabilidad. s posible que (Haara pudiera desarrollar su talento de cronista y contagiar así al resto de su pueblo, pero aún tenían que enfrentarse a 5a. % sentado así en pleno amanecer, puso la mente en blanco. blanco. Llevaba varios minutos minutos contemplando contemplando la obra de (Haara cuando cuando algo se le escapó de los labios. 4l punto de origen. 4stas primeras palabras del día se le quedaron en la garganta. &aJalsHy se volvió y vio que /aniel estaba revolviendo en las brasas intentando buscar un tizón medio quemado. 4Eu+ est! #aciendo,
Episodio BBI El Caallo de 7ro>a l procedimiento #abitual en los días de envío de cargamento e$igía que todas las personas disponibles de agada acudieran a la mina para trabajar durante dos o tres #oras, sin necesidad de subir la escala de once pisos m!s de dos veces. 0uando las carretas estaban llenas, un pequeño grupo llevaba el mineral a la pir!mide para enviarlo por la Puerta. ' primera #ora de la tarde, cuando todos regresaban, la ciudad entera estaba preparada para celebrar la fiesta de :eHfaalit, que marcaba el final del ciclo de cuarenta días de trabajo. Las canciones e #imnos en #onor de 5a proseguían con un banquete al aire libre. Los celebrant celebrantes es iban de casa en casa, casa, dand dandoo y recibiendo recibiendo comida y bebida. bebida. ra el único día que se podía beber el delicioso tabaa, un licor dulce #ec#o de #ierbas fermentadas que, al ser ingerido en cantidad suficiente, producía embriaguez. % los nagadanos procuraban ingerir la cantidad suficiente. 'ntes de medianoc#e, la mitad de la población estaba ya como una cuba y el jolgorio en las calles solía durar #asta la mañana siguiente. Pero ese día, la fiesta de :eHfaalit no iba a ser como de costumbre. 5a llevaba años previendo los movimientos de sus súbditos #umanos y, aunque podía ser temerario, tambi+n sabía ser prudente. se día sólo se #abía permitido el acceso a menos de mil trabajadores y todos ellos eran conducidos celosamente arriba y abajo de la escalera por los secuaces m!s brutales de 5a. Pero no era el miedo físico a los guardianes lo que llevaba a los obreros a obedecer, sino los mitos en los que creían y que les #abían enseñado desde su nacimiento. Ksa era la razón de que 5a sólo necesitara un #ombre para controlar a muc#os. (ujeta a la espalda llevaba el arma de cañón largo, pero su #erramienta de trabajo tr abajo preferida era el l!tigo de cuero y azotaba a los obreros casi continuamente en su ansia por llevar el cargamento a su amo lo antes posible. 9nos cuantos trabajadores, m!s viejos, ya se #abían desmayado, pero #abían tenido la prudencia de #acerlo fuera de la vista del guardia de casco de #alcón. Por encima de los riscos de la cantera, dispuestos a emprender la marc#a en dirección a la pir!mide, se #allaban cuatro fuertes mastadges uncidos a cuatro carretas, todos lavados, acicalados y ataviados con gualdrapas, campanillas y largas guirnaldas de flores secas del desierto. 0ada una de las destartaladas carretas servía para transportar una tonelada de cuarzo apro$imadamente y cuando los obreros acababan de llenarlas saco a saco, se ponían en camino. (egún la tradición, la primera carreta se llenaba con los pedruscos mayores, cuyo tamaño no superaba al de una nuez, y la última, la m!s pesada, sólo transportaba polvo de cuarzo. (itu (ituad ados os en dive divers rsos os punt puntos os de la cant canter eraa #abí #abíaa medi mediaa doce docena na de pabe pabell llon ones es de procesamiento, procesamiento, señalados por pequeños obeliscos que sobresalían del tec#o de lona de una gran tienda de campaña. ra allí donde el cuarzo se seleccionaba, se clasificaba en función del tamaño y la pureza, y luego se lavaba. :odo servía, #asta el m!s minúsculo grano, que se fundía con otros materiales para producir valiosas aleaciones. Los obreros llevaban los sacos de mineral #asta la base de las gigantescas escaleras que ascendían como una cicatriz por un lateral de la cantera. :repar por ellas no era asunto f!cil, pero trepar con cincuenta Hilos a las espaldas y m!s de treinta grados al sol no sólo era agotador, sino peligroso. % aquel día, cuando casi todos los nagadanos #abían sido obligados a regresar, los seleccionados seleccionados para el trabajo tenían que subir muc#as veces las escaleras. 9no de los obreros perdió el sentido y se desmayó cerca del lugar en que se #abía apostado el guardia ;orus. Llevaba un rato esperando su turno al pie de la escalera cuando al parecer fue presa del calor. 3arios obreros que estaban estaban cerca intentaron intentaron ponerle de pie, pero pero antes de que les diera tiempo el guardia llegó corriendo y gritando al #ombre que se levantara y siguiera trabajando.
0uando lo tuvo a tiro, el corpulento guerrero lanzó un latigazo a la espalda del #ombre, cort!ndole la gruesa tela de la ropa. l pobre #ombre se esforzó por recuperarse, pero volvió a desplomarse sobre la arena, lo que irritó aún m!s al ;orus, que desenvainó una daga dentada, dispuesto a dar una buena lección a los dem!s. (in embargo, en el último segundo el minero saltó !gilmente y apuntó al vigilante con un fusil puls!til, el mismo que 5a #abía entregado a /aniel. l guardia, #elado, se quedó mirando fija fijame ment ntee al obre obrero ro"" era era el coro corone nell I=e I=eil il.. (in (in apar aparta tarr la vist vistaa de +l, +l, el coro corone nell carg cargóó metódicamente el arma y se puso de pie mientras otros QminerosR sacaban tambi+n los fusiles escondidos bajo la ropa y apuntaban al ;orus. Lentamente, el guerrero aflojó los dedos y dejó caer el l!tigo. &aJalsHy se apresuró a quitarle el arma que llevaba a la espalda. Pero en ese instante se oyó la voz de &asuf gritando en lo alto. (e acercó aterrado al borde del barranco y observó la confrontación. 0uando vio lo que estaba ocurriendo, se llenó de p!nico y empezó a c#illar y a señalar con el dedo. 0ientos de mineros sorprendidos empezaron empezaron a rodear lentamente al #eterog+neo comando y a su prisionero, sin saber claramente qu+ #acer. o obstante, lo que decía &asuf estaba surtiendo efecto. I=eil vio que (#a=uri, (Haara y los dem!s aficionados del grupo miraban y escuc#aban al anciano. (abía que el viejo intentaba asustarlos para que volvieran volvieran a obedecer, obedecer, así que que era necesario necesario #acer algo inmediatamente. inmediatamente. 4
/aniel sabía que #abía algo que no andaba bien. 5ezagado, miraba los rostros del populac#o aturdido- rostros asustados y absolutamente perplejos que evitaban su mirada. ra evidente que no entendían lo que #abía pasado y, sin saber muy bien por qu+, advirtió que era necesario que comprendieran que se trataba de un tiranicidio. 419n momento2 4e$clamó. (e acercó corriendo al cuerpo sin vida del guerrero y desactivó los enganc#es del casco. Las l!minas de metal de complicados ornamentos se replegaron en el collarín dorado que le cubría la parte superior del pec#o. )ajo la m!scara se veía la vulgar cara del soldado m!s negro de 5a, el que #abía dirigido la matanza de agada. ' e$cepción de la armadura y el udjat que llevaba tatuado en el #ombro, parecía #ijo de cualquier familia de la población. /aniel lo incorporó para sentarlo y mostró el cuerpo a los mineros reunidos. 4i*irad a vuestros dioses2 4gritó en egipcio, para que su voz se oyera por encima de las plegarias de &asuf4. &asuf4. 1s un #ombre #ombre como los dem!s2 dem!s2 'l instante, tanto la voz de /aniel como la del anciano quedaron a#ogadas por los murmullos que se e$tendieron como un reguero de pólvora entre las filas de obreros. 6ue un momento e$traordinario. /aniel contempló cómo a este pueblo maltratado se le caían de los ojos los velos de la ilusión. 0on cierta dosis de teatralidad, empujó el cuerpo inerte y lo dejó caído en el fango. 5ecogió el fusil que le #abía dado &aJalsHy y se apresuró a reunirse con el pelotón. 0asi todos los nagadanos se #abían puesto decididamente de su lado. 'l pasar por delante de ellos, muc#os pronunciaron palabras de !nimo y felicitaciones. stimulado de este modo, /aniel apretó el paso, pensando en lo bien que #abía sabido resolver la situación. ntonces divisó a la bella (#a=uri sonri+ndole con orgullo, aunque cambió r!pidamente su e$presión por otra de #orror cuando miró en dirección al ;orus. Los gritos de la multitud le alertaron del peligro inminente. l disparo de I=eil sólo #abía dañado la armadura. ;abía dejado inconsciente al #ombre, que se #abía recuperado y a#ora blandía ofuscado una #erramienta, una piqueta que #abía cogido del suelo. 0uando /aniel se giró, el guerrero estaba a punto de alcanzarle con el arma. (in tiempo para pensar, /aniel apuntó con su fusil y disparó. ra la segunda vez en su vida que apretaba un gatillo, pero aquel disparo fue a parar e$actamente donde debía, debajo del peto del #ombre, destroz!ndole el estómago. l impacto lo lanzó por los aires y aterrizó d!ndose con la cabeza en el borde de un muro de contención. ;asta los soldados profesionales #icieron una mueca de dolor en el momento del impacto. % si los mineros estaban confusos antes, a#ora no salían de su asombro. 0laro que no #abía nadie m!s aturdido que /aniel, que seguía allí con el arma tembl!ndole entre las manos. 4o es tan f!cil, e#M 4le dijo I=eil, que #abía bajado la escalera y le quitaba ya el fusil. 6ue idea de abe# cambiar al animal que guiaba la caravana por la repugnante y babosa bestia que #abía salvado la vida a /aniel y I=eil durante la tormenta, una acción #eroica que le #abía granjeado el derec#o de integrarse en el equipo. 0on ayuda de las guirnaldas y las ajorcas del otro bic#o, los muc#ac#os #icieron cuanto estuvo en sus manos para mejorar su aspecto antes de uncirla a la primera carreta. n cuanto /aniel acabó de subir la escalera, gritó la orden de que partiera la caravana, orden que (Haara transmitió a los otros pastores. 'sí pues, con arres y otras interjecciones movilizaron a los mastadges. 'unque las carretas iban cargadas #asta arriba de pesado mineral, las potentes bestias tiraban de ellas con increíble soltura. I=eil esperaba un lento y arduo avance por la arena, pero vio que tenía que correr tras la última carreta para mantenerse a la par. ' la sombra de los obeliscos, /aniel vio a un &asuf furibundo sujetando a (#a=uri por la manga de la túnica gris. videntemente la estaba riñendo por #aber tomado parte en lo que +l consideraba un acto de locura suicida.
&aJals &aJa lsHy Hy acel aceler eróó el paso paso para para unir unirse se a la cara carava vana na,, pero pero /a /ani niel el se qued quedóó atr! atr!s, s, contemplando la escena con sentimientos encontrados. (#a=uri era una pieza clave en el plan que ella misma #abía ayudado a crear. l equipo la necesitaba. Por otro lado, era muy peligroso llevarla. $istía la posibilidad de que los mataran a todos, #ec#o que los pastores parecían no entender. /aniel estaba dispuesto a asumir el riesgo porque quería proteger a la :ierra, pero para qu+ poner en peligro la vida de (#a=uri por un planeta del que no #abía oído #ablar #asta #acía unos díasM &asuf continuaba gritando y la muc#ac#a se mostraba visiblemente abatida. nseñada a obedecer ciegamente, sobre todo a aquel #ombre que adem!s de ser su padre era tambi+n jefe y patriarca de su pueblo, permaneció inmóvil. 0uando levantó la vista y vio a /aniel, sacó valor para e$plicar por qu+ tenía que ir a la pir!mide, pero lo único que consiguió fue avivar la ira del anciano. /esde antes de nacer (#a=uri, &asuf #abía predicado la sumisión a 5a, para evitar a su rebaño conflictos de los que inevitablemente saldría perdiendo. ra de los pocos que conocía toda la #istoria secreta de las antiguas rebeliones de agada y sabía lo mal que #abían acabado siempre. (u pueblo creía que +l ya #abía probado la venganza de 5a cuando los ;orus se presentaron para arrasar la ciudad como castigo, pero el anciano sabía algo m!s. (abía lo maligno y despiadado que podía ser el dios sol. Para &asuf, aquel momento era como el fin del mundo- sentía que el cielo se caía a pedazos encima de +l y le parecía que en ese instante (#a=uri era lo único en el mundo que +l podía controlar, así que no estaba dispuesto a consentir que aquella jovencita ignorante le dijera cómo tenía que comportarse con su implacable dios. 4(#a=uri. 0uando escuc#ó a /aniel pronunciar su nombre, tomó la decisión de una vez por todas. Lenta y deliberadamente, se soltó de &asuf. 'l fin y al cabo, era m!s fuerte que +l. l anciano retrocedió unos pasos, #orrorizado ante este acto de insubordinación. (in rencor alguno, (#a=uri le dijo que era mejor morir de pie que vivir de rodillas. 6ue duro decirle aquello a un anciano al que quería. /espu+s salió corriendo para alcanzar a /aniel. 0uando se acercó, /aniel recordó de repente la fórmula de poder que tan alegremente le #abía confiado 5a" *ito, 6e, 0ostumbre. La gente de la mina que #abía presenciado la confrontación y la ejecución #abía podido comprobar con sus propios ojos la falsedad de uno de los mitos de 5a" la inmortalidad de los dioses. sto #abía minado gravemente su fe. Pero al volver la vista y mirar a &asuf, /aniel se dio cuenta de que el elemento m!s difícil de eliminar, el m!s duradero, era la costumbre.
5a estaba recostado en un sillón mirando por la gran ventana de la nave piramidal, con la vista
perdida en el infinito desierto vacío, acariciando ociosamente al gato negro que yacía tendido en su brazo. Lo #abía bautizado bautizado con el nombre nombre de ;ator ;ator en #onor de la diosa que en una ocasión #abía salvado su feudo inund!ndolo con la sangre de los rebeldes. 9nos años antes de que la Puerta de las strellas quedara sellada y enterrada para siempre, #abían llegado a la :ierra versiones muy contradictorias de este #ec#o. 5ecogidas por los escribas en papiros y labradas en la piedra por los canteros, /aniel conocía los detalles, pero siempre los #abía considerado una parte m!s de la mitología egipcia. l juvenil faraón, sin adornos en la cabeza y mostrando el color tostado y natural de su piel, divisó la caravana serpeando por el mar de arena. (e levantó y la contempló durante unos segundos. ada distinguía aquella caravana caravana de las muc#as que #abía visto en su vida, pero #abía algo en la escena que despertó una ligera sonrisa en sus labios. (e alegró de que el #ombre de tez clara y con gafas #ubiera escapado. ;acía que todo resultara m!s interesante. $istía incluso la posibilidad de que que formara parte del equipo equipo que iba a #acer la entrega del material, disfrazado disfrazado sin duda como un obrero m!s. )alance!ndose ligeramente, 5a cayó en una especie de sopor y cuando despertó unos minutos despu+s, su estado de !nimo #abía cambiado completamente. Dritó una orden y al instante aparecieron dos guardias ;orus casi id+nticos que se arrodillaron ante +l esperando órdenes con la cabeza inclinada. Les dijo que, antes de salir a recibir el cargamento de cuarzo, llevaran a la sala de la Puerta la bandeja con el arma capturada a los terrícolas. 0uando se enviara el cargamento, la bandeja iría tambi+n.
0omo un par de camareros en un banquete, los soldados recorrieron el salón del trono sosteniendo la gran bandeja cargada con el e$plosivo nuclear desmantelado. (iguieron avanzando y se pusieron encima del medallón. 5a miró a 'nubis y arqueó una ceja, evidentemente esperando algo. ra un juego s!dico al que 5a jugaba con sus servidores cuando estaba enfadado o aburrido" obligarles a adivinar lo que deseaba. 6allar podía suponer, y con frecuencia así era, un castigo doloroso y brutal, pero esta vez 'nubis contaba con suficiente información. 'nubis apretó la joya engastada en el escarabajo de la parte posterior de su muñequera de cuarzo y metal, y el medallón se activó. 0uando la pared circular de luz azulenca envolvió a los ;orus y su carga, fueron transportados suavemente al medallón de abajo. '#ora era el joven (Haara quien estaba al mando de la operación. /urante la larga marc#a por el !rido desierto, 4 I=eil y el c#ico fueron encima de los montones de cuarzo, enredados en una calurosa discusión sobre estrategia que escapaba a la comprensión de /aniel. /espu+s de enseñarles unas cuantas palabras, /aniel se limitó a oír cómo se torpedeaban con las respectivas ideas. 0on gestos, mímica y veinticinco palabras, el #ombre y el muc#ac#o detallaron todo el plan, abandonando abandonando ocasionalmente ocasionalmente el di!logo para e$plicar las innovaciones innovaciones a los dem!s. *uc#o *uc#o antes de llegar a la rampa de entrada de la pir!mide, dieron por supuesto que les estaban vigilando. ;abía que observar un estricto protocolo antes de introducir la carga en la pir!mide. Las gentes religiosas de agada eran muy escrupulosas con la pr!ctica de estos ritos, incluso cuando la pir!mide estaba vacía. (Haara #abía participado en muc#as entregas y, como #ijo menor de &asuf, a veces #abía dirigido la ceremonia. Pero en esta ocasión tenía que #acerlo bajo
la atenta mirada de 5a y en compañía de cuatro novatos. 0ualquier equivocación o algo fuera de lo normal despertaría sospec#as. sospec#as. 0uando llegaron a la base de la larga rampa, (Haara se arrodilló entre los dos obeliscos y empezó a cantar con voz fuerte y clara. 4'tema en45e. ;allam a=ana t=yon s#aHnom, assar 'rem45e. 4Q5a procedente del (ol, a ti te ofrecemos generosamente los frutos de nuestro trabajo, o# 5a, (agrado /ios (ol.R 0uando acabó, se puso en pie y miró a abe# esperando su opinión. (u e$c+ntrico amigo se encogió de #ombros, como diciendo que el c!ntico #abía estado muy bien. 4Eu+ es esoM 4preguntó (Haara, viendo algo bajo el jaique de abe#. 4l qu+M 4dijo el otro, #aci+ndose el tonto. 4'#í, debajo del jaique. s el sombrero verde, verdadM abe# no sabía qu+ decir, así que se rió nerviosamente. nerviosamente. :odos :odos le #abían dic#o que no podía llevar el casco, pero +l se #abía negado a dejarlo en la cueva. Por la forma en que le #ablab! (Haara, dedujo que #abía cometido un grave error. ' los pocos segundos, segundos, sus ojos se llenaron de #orror cuando miró por encima del #ombro de (Haara y vio en la entrada de la pir!mide a tres guerreros ;orus con sendos fusiles puls!tiles. Paralizado, (Haara se quedó un momento imaginando lo que les ocurriría si los guardias descubrían el preciado tesoro de poliuretano que escondía abe#. (in saber muy bien qu+ #acer, ordenó a los miembros del equipo, todos con las capuc#as caladas, que se arrodillaran para presentar sus respetos a los dioses. dioses. /espu+s /espu+s de unos segundos segundos que le parecieron parecieron interminables, interminables, se puso en pie y desenjaezó desenjaezó al mastadge de /aniel, /aniel, 9n Poco, poni+ndolo a un lado y entregando entregando las riendas a abe#, a quien le dijo mal#umorado en voz muy baja" 4(i encuentran el sombrero, nos matar!n. l tontorrón de abe# era incapaz de entender que el casco podía implicarle en la #uida que (#a=uri y los c#icos #abían ideado. /e los laterales de las carretas colgaban gruesas sogas de c!ñamo. ' una señal de (Haara, los obrero obreross encap encapuc# uc#ado adoss asign asignado adoss a la primer primeraa carre carreta ta cog cogier ieron on las sogas sogas y lentam lentament entee empezaron a tirar del ve#ículo para subir la cuesta. Pero, según avanzaban, se les presentó un problema inesperado por culpa del feo y grasiento guía. l mastadge de /aniel, lleno de celos, empezó a quejarse y a bramar. abe# #abló al animalito, intentando desesperadamente que se calmara. Pero, ajena a las amenazas del muc#ac#o, la bestia seguía llorando. 'sustados y temiendo ser descubiertos, ninguno de los obreros encapuc#ados se volvió para mirar al animal, cosa m!s bien rara. 46a =al2 4gritó el jefe j efe ;orus, sin quitar el ojo de encima a los obreros que subían la carreta. 4;assim ni H#a=an souf2 4(in dudarlo, todos enseñaron las manos. 5eceloso aún, el guerrero de cabeza de #alcón bajó unos cuantos pasos y miró fijamente a abe#, que estaba enredado en una discusión con el ingobernable mastadge. ;abía conseguido tranquilizarlo y se #allaba fuera de la rampa, pero de todos modos llamaba demasiado la atención. (Haara estaba seguro de que el ;orus estaba a punto de ordenar al imb+cil de su amigo que se diera la vuelta, y entonces todo estaría perdido. l guerrero descendió unos cuantos metros con la mosca en la oreja, pero finalmente volvió a poner su atención en la primera carreta, donde los seis obreros seguían mirando al frente, con la cabeza gac#a. >nspeccionó el ve#ículo unos momentos y luego indicó a los otros guardias armados que les dejaran pasar. 0uando el ;orus volvió a subir la rampa, todos respiraron aliviados. (Haara lanzó una
mirada de reojo a &aJalsHy y 6eretti, que marc#aban descalzos junto al último ve#ículo. Le devolvieron la mirada y asintieron. 0uando la primera carreta desapareció en las sombras del 3estíbulo, el mastadge intentó por última vez comunicarse con /aniel, lanzando un mugido ensordecedor. ensordecedor. l jefe ;orus lanzó otra mirada de soslayo al animal y se quedó pensando unos instantes antes de susurrar una orden al oído de los otros dos guardias, quienes inmediatamente dieron media vuelta y entraron, mientras su jefe estudiaba la reacción de los que permanecían al pie de los obeliscos. Pero, una vez m!s, nadie #izo nada. 'l cabo, +l tambi+n siguió a la carreta #acia la oscuridad. 4(abía que este maldito truco del 0aballo de :roya era una gansada 4murmuró 6eretti a &aJalsHy, &aJalsHy, tan nervioso e inquieto inquieto como siempre4. 0ree que debemos debemos entrarM 4Puede que funcione 4replicó el teniente. n el interior, los tres ;orus rodearon la carreta. l oficial de mando gritó una orden, pero nadie se movió. (e apro$imó a uno de los obreros y le quitó la capuc#a, dejando al descubierto el rostro aterrado de un pastor pelirrojo. :iró al muc#ac#o al suelo y pasó al siguiente de la fila- tambi+n le quitó la capuc#a. (#a=uri dio un grito cuando la poderosa mano le arrancó un mec#ón de cabellos. 'sombrados de ver a una mujer, los guardias se miraron. Pero aquello no fue nada comparado con la sorpresa que les esperaba, cuando, saltando del montón de cuarzo, /aniel y I=eil levantaron las armas, apuntaron y empezaron a disparar. 'l mismo tiempo, otras armas convencionales abrieron fuego por debajo de los jaiques de los pastores, iniciando una lluvia de balas en el 3estíbulo que resonaba en todas partes. /esgraciadamente, /aniel y I=eil #abían elegido al jefe ;orus como objetivo. (us disparos #abían reducido a pulpa las zonas desprotegidas de su cuerpo. Pero la acción #abía dado a los otros tiempo suficiente para ocultarse en las sombras.
l pelirrojo salió #uyendo #acia la puerta y en la #uida un meteorito del tamaño de un puño brotó de uno de los fusiles puls!tiles, cruzó la sala y le alcanzó en la nuca, mat!ndolo en el acto. /aniel saltó a la zona neutral situada entre la carreta y las columnas, consiguiendo poner a salvo a dos pastores que disparaban impulsivamente, impulsivamente, llev!ndolos detr!s del cargamento de cuarzo.
43amos, 43amos, todos adentro 4dijo &aJalsHy, subiendo subiendo r!pidamente por la rampa mientras una puerta de guillotina, una gigantesca losa de piedra, descendía de lo alto. &aJalsHy era r!pido, pero no tanto como para entrar antes de que el monolito sellara la entrada. 0uando se dio cuenta de que no lo conseguiría, redujo la marc#a y miró atr!s. abe#, moviendo las piernas como si fueran de
goma y sujet!ndose el casco con la mano, se acercaba a una velocidad increíble. &aJalsHy dudó tanto que el c#ico lo alcanzó. 'largó la mano, le quitó el casco, lo lanzó como un disco de jugar en la playa y el casco se deslizó por la rampa #acia el menguante #ueco de la puerta. 41Dooooool2 l casco quedó encajado debajo del pesado bloque de piedra en el momento preciso. 'unque algo aplastado, mantuvo la entrada abierta unos centímetros. 41'rranca los maderos de la carreta para #acer palanca2 &aJalsHy debía de estar soñando. 'quella losa pesaba tres o cuatro toneladas por lo menos, pero 6eretti no dudó dudó en saltar rampa abajo abajo y ayudarle ayudarle a partir unas cuantas cuantas tablas de las carretas. I=eil #abía I=eil #abía desap desapare arecid cido. o. (ólo (ólo estuv estuvoo allí allí unos unos instan instantes tes antes antes de dispar disparar ar a los guar guardi dias as,, pero pero cuan cuando do /a /ani niel el miró miró atr! atr!s, s, ya no esta estaba ba.. :odo se #abí #abíaa vuel vuelto to oscu oscuro ro y espectralmente silencioso dentro del 3estíbulo. 9na luz lóbrega se filtraba entre las columnas convirtiendo el lugar en un damero de luces y sombras. /aniel, novato en el arte de la guerra, se sintió moment!neamente a salvo. adie disparaba y tenía a (#a=uri a su lado. Pensó que los soldados de 5a, inferiores en número aunque no en armas, tal vez #ubieran salido #uyendo. 6inalmente se le ocurrió que posiblemente estuvieran aprovec#ando aquel alto el fuego para tornar mejores posiciones. Percat!ndose de repente de lo vulnerables que eran en medio del gran 3estíbulo, #izo una seña a su pequeño contingente para que se retiraran todos a las columnas que tenían detr!s. ra precisamente el error que los guardias de 5a esperaban que cometiera. 3olvieron a concentrarse en el punto m!s oscuro que encontraron en la zona de las columnas. Pero la seguridad del muro no compensaba el peligro que suponía la luz que se filtraba por las ventanas. %a no eran invisibles. *urmurando instrucciones, (#a=uri puso a los muc#ac#os entre las columnas, responsabilizando a cada uno de un !ngulo. 0uando estuvieron en su lugar, todos contuvieron el aliento y esperaron. :al como /aniel #abía imaginado, los guerreros con casco se estaban moviendo. 9n brillante cuc#illo de luz solar se filtraba por la rendija que #abía dejado abierta el casco de abe#. 6urtivamente, uno de los guardias ;orus advirtió el estrec#o reborde de la base de la gran puerta, se subió a +l y avanzó con cuidado #acia el centro de la sala, a unos centímetros por encima de la luz. 'unque el grupo de asalto vigilaba la zona pró$ima a la puerta, el soldado, que conocía mejor el terreno, #abía calculado acertadamente que el #az de luz deslumbraría a cualquiera que mirara en su dirección. Lleg Llegóó al fina finall del del estr estrec ec#o #o sali salien ente te,, puso puso los los pies pies en el suel sueloo y, avan avanza zand ndoo silenciosamente silenciosamente entre las sombras #asta la primera columna, se internó en el corredor. (e asomó al espacio situado entre las columnas y el muro e$terior, y vio al equipo. 9no de los pastores estaba mirando directamente #acia el lugar donde estaba +l, pero la oscuridad lo mantenía oculto. /esde donde estaba, /aniel era un blanco f!cil, apenas a veinte metros. *uy despacio, el guerrero levantó su arma, cargó y apuntó. (#a=uri sintió algo y volvió a mirar a sus espaldas una vez m!s. 9n levísimo destello se reflejó en la pieza de cuarzo incrustada en el fusil puls!til. l grito de la joven sobresaltó a todos, guerrero incluido, que movió el arma lo suficiente para que el disparo pasara a pocos centímetros de la cabeza de /aniel. /isparó una vez m!s, pero sólo para despejarse el camino. 'vanzó directamente #acia la columna que ocultaba a todo el grupo. (ituado nada m!s doblar la columna, /aniel sintió como si saboreara el final de su vida. (#a=uri ya #abía empujado al último muc#ac#o #acia la columna contigua y /aniel, con la espalda pegada al grueso cilindro de piedra, los ojos abiertos al m!$imo y todos los nervios en alerta total, esperó el primer indicio de movimiento procedente del otro lado.
(abiendo que la coraza le protegía #asta del m!s temible impacto del fusil puls!til del #ombre de tez clara, lo primero que asomó el guerrero ;orus fue la cabeza, pero cuando ya iba a girarse, sonó un disparo que se estrelló en la parte posterior de su casco, lanz!ndolo al suelo como si fuera un cubo de basura. /aniel estaba ya tan tenso y saturado de adrenalina que tenía dificultades para respirar. 9no de los muc#ac#os asomó la cabeza y le preguntó si se encontraba bien. /aniel no respondió, ni siquiera lo miró. (abía que #abía por lo menos otro sicario merodeando en las sombras, o tal vez muc#os m!s bajando por el medallón desde la nave en forma de pir!mide. 43enga, 43enga, a la de tres 4dijo &aJalsHy mirando a los c#icos4. 9no, dos, tres, 1arriba2 1 arriba2 6eretti y &aJalsHy empujaron con los #ombros las planc#as de madera mientras los c#icos, por parejas, #acían lo mismo. % de esta forma, los oc#o, empujando juntos #acia arriba, fueron levantando poco a poco la puerta. 0uando +sta estuvo a unos centímetros por encima del casco, &aJalsHy notó de pronto que #abía aumentado el peso. (Haara #abía abandonado la palanca en la que trabajaba con con abe# y trataba trataba de colarse por por el #ueco. 41o2 1:odavía 1:odavía no2 4gritó el #ercúleo &aJalsHy, &aJalsHy, con las venas lati+ndole en la frente. Pero antes antes de que se diera cuenta, cuenta, vio desapare desaparecer cer la cabeza cabeza y los #ombros de (Haara4. (Haara4. 1(acadle 1(acadle de a#í, maldita sea2 4bramó. 0omo si entendiera la orden, abe# se puso de rodillas y metió la mano por debajo, sac!ndola un instante despu+s con su abollado tesoro, el casco. % para compartir compartir la buena noticia se lo enseñó a &aJalsHy. 413uelve a ponerlo en su sitio2 1:iene que estar a#í2 4gritó otra vez, señalando con la barbilla4. 13uelve 13uelve a dejarlo donde donde estaba2 l muc#ac#o, o no entendía lo que quería decirle &aJalsHy, o fingía no entenderlo. (e puso el casco en la cabeza, volvió a coger su tablón de madera y se unió a los esfuerzos por levantar la puerta. 'guzando la vista en la oscuridad, (Haara empezó a buscar a sus compañeros. /ivisó una figura movi+ndose entre las sombras y lanzó un agudo silbido, una contraseña que llevaban usando entre ellos desde que eran niños. (#a=uri se volvió r!pidamente y divisó a (Haara debajo de la puerta. 'provec#ó la oportunidad y se apresuró a deslizarse al lado de los otros muc#ac#os para decirles que corrieran #acia allí. 0uando los c#icos se volvieron para ver lo que les estaba diciendo (#a=uri, vieron que (Haara les #acía señas fren+ticamente fr en+ticamente..
erviosos, todos se miraron para decidir qui+n sería el primero. Por fin, el elegido tragó saliva y saltó al centro, corriendo lo m!s deprisa que podía en dirección a la puerta. n cuanto escapó, los dem!s lo siguieron de inmediato, dirigi+ndose a la salida como liebres asustadas. Pero antes de que (#a=uri pudiera concebir la idea de unirse a ellos, sintió en el brazo el tirón de /aniel, que acababa de ver una de las siniestras siluetas dirigirse a toda prisa #acia la puerta, aunque, cuando quiso llegar, el último c#ico ya se #abía escabullido por debajo. /aniel y (#a=uri se apretaron contra la columna cuando el guardia volvió al 3estíbulo, 3estíbulo, sin dejar oír apenas el leve crujido de su armadura. l peso de la enorme puerta pareció aumentar cuando &aJalsHy y 6eretti empezaron a acusar el cans cansan anci cio. o. 'unqu unquee ello elloss y los los c#ic c#icos os segu seguía íann inte intent ntar aran an leva levant ntarl arlaa con con la mism mismaa determinación, la puerta empezó a caer, desliz!ndose centímetro a centímetro. (Haara ayudó a esca escapa parr al últim últimoo de los los past pastor ores es cuan cuando do el equi equipo po izad izador or de puer puerta tass se qued quedab abaa ya sin sin combustible. &aJalsHy iba a dar la orden de soltarla cuando (Haara volvió a deslizarse por el #ueco. 413uelve 413uelve aquí2 4gritó &aJalsHy. &aJalsHy. Pero (Haara podía estar ya a Hilómetros de distancia. 4o aguanto m!s. 45esiste. 4o, no puedo. Pesa demasiado. 4:e digo digo que aguantes 4repitió &aJalsHy con voz firme, tratando de ganar tiempo. /aniel y (#a=uri contuvieron la respiración cuando el ;orus pasó por delante de ellos y se adentró en las sombras. (inti+ndose a salvo por el momento, /aniel suspiró y abrazó a (#a=uri. (in embargo, sin que ambos se dieran cuenta, otro guardia avanzaba por detr!s. ' diferencia de los otros atacantes, +ste se desplazaba con parsimonia. staba lo bastante cerca de ellos para #acer un buen blanco, pero quería situarse e$actamente detr!s, para estar seguro de que no fallaría. Levantó el arma lentamente y apuntó al cabello claro y desmelenado de /aniel, y pasando la mano con rapidez por la parte inferior del fusil, activó +ste. /aniel se giró al oír el sonido, pero antes de que le diera tiempo a reaccionar, se produjo una tremenda e$plosión. /esgraciadamente para el guardia, no era su fusil el que #abía disparado. l impacto lo alcanzó por detr!s, levant!ndolo levant!ndolo del suelo y arroj!ndolo al firmamento firmamento de sombras. sombras. 0uando el #umo se disipó, apareció I=eil con un fusil puls!til en la mano. ra la primera vez que /aniel se alegraba de ver al sujeto de la boina negra. I=eil se llevó un dedo a los labios, advirti+ndoles que guardaran silencio, pero cuando se acercó para consultar con ellos se oyó un grito procedente de la puerta. (Haara. I=eil se ec#ó a tierra antes de que el proyectil, perfectamente dirigido, atravesara la oscuridad, roz!ndole casi la cabeza. (Haara #abía visto a tiempo al guardia que acec#aba tendido cerca de la carreta y que #abía supuesto que I=eil, el m!s peligroso, acudiría a rescatar a sus amigos. /aniel y (#a=uri se ec#aron a un lado mientras el coronel rodaba #acia el otro. 'unque los disparos no #abían alcanzado a I=eil, fueron a estrellarse en la gran puerta de piedra, que se cerró de golpe detr!s de (Haara. Pensando que el c#ico #abía muerto, una oleada de rabia se apoderó de I=eil, toda la rabia que no #abía sido capaz de liberar cuando su propio #ijo #abía muerto desgraciada e inútilmente. >ba a #acer que el ;orus aquel pagara por la muerte de ambos. /isparando como un salvaje, se lanzó al ataque con la consigna de Qmatar o morirR. l guardia, sereno como una balsa de aceite, esperó el mejor momento para disparar. 0uando I=eil estuvo a veinte metros, supo que era su ocasión.
Por intuición o por pura suerte, I=eil supo en qu+ momento se producía el disparo y se tiró al suelo antes de que la silbante carga e$plosiva rasgara el aire. l impacto no llegó al destino deseado, pero sirvió para delatar la posición del adversario y, al rodar, el coronel aprovec#ó para disparar al #alcón en el entrecejo. l casco se le cayó #acia atr!s, arrastrando el resto del cuerpo, que cayó #acia atr!s y resbaló por el suelo #acia las sombras. 43amos, 43amos, coronel 4dijo /aniel, saliendo a la luz. /etr!s de +l estaba (#a=uri con una pistola que le #abía pasado 6eretti por debajo de la puerta. 'l verlos, I=eil recordó dónde estaba. 3engar la muerte de (Haara no formaba parte de la misión. >ntentó reprimir sus sentimientos y dirigirse a la Puerta de las strellas, pero no llegó muy lejos. (e dio la vuelta y avanzó entre las sombras buscando al ;orus caído. 0uando lo encontró, se arrodilló, desenfundó la pistola y descargó cinco tiros en el abdomen descubierto del #ombre. 4)ien 4dijo, saliendo de nuevo a la luz4. 3amos. n el e$terior, &aJalsHy parecía el pediatra m!s sudoroso y enfadado del mundo. (ujetando por un tobillo al reci+n liberado (Haara, levantó al larguiruc#o larguiruc#o muc#ac#o de catorce años años todo lo que pudo #asta que quedaron frente a frente. 4o vuelvas a #acerlo 4dijo, soltando cada palabra como un petardo. La r!faga r!faga del fusil fusil #ab #abía ía destr destroza ozado do la planc# planc#aa de mader maderaa que el tenien teniente te estab estabaa utilizando como palanca. La puerta se #abía venido abajo de golpe, pero no sin que &aJalsHy sujetase a (Haara y tirase de +l en el último segundo. 0olgando todavía en el aire, el muc#ac#o señaló al cielo y gritó" 49dajit2 Los planeadores. 0omo un par de cóndores remontando el vuelo, sólo que muc#o m!s veloces, las dos naves gemelas salieron disparadas de la pir!mide y giraron de costado #acia la vulnerable posición del pelotón. pelotón. 41/ispersaos2 1/ispersaos2 4&aJalsHy comprendió comprendió que iba a #aber bajas. *ientras el grupo trataba de ponerse a cubierto, el teniente apoyó la espalda en la enorme puerta y agitó los brazos para que las naves tuvieran un blanco f!cil al que disparar. disparar. speraba que la descarga abriese una brec#a en la piedra. Los silenciosos reactores lanzaron sendas r!fagas de proyectiles #acia la plataforma, que e$plotaron lo bastante cerca para duc#ar a &aJalsHy con metralla p+trea, pero tambi+n lo bastante lejos para dejar ilesa la puerta. (e #abían dado cuenta de las intenciones del teniente. *ientras los planeadores viraban y empezaban a caer en picado para el siguiente ataque, &aJalsHy inició la carrera #acia los obeliscos. 413ienen 413ienen dos m!s2 1' cubierto2 46eretti dio el aviso desde una zanja que #abía encontrado en el borde de la rampa. &aJalsHy, &aJalsHy, bajando a toda prisa por la pendiente, miró atr!s. Itras dos naves se acercaban a toda velocidad por el otro lado de la pir!mide. 'l verle, ambos pilotos dispararon al mismo tiempo. 0uando las dos potentes bolas e$plosivas trazaron una larga estela en el cielo, &aJalsHy se giró y saltó de cabeza #acia las dunas un segundo antes de que gran parte de la rampa saltara por los aires #ec#a #ec#a pedazos.
Episodio BBII Espére%e 0uando quería, 5a era un e$perto jugador. (olía ganar, pero no sólo por su pericia, sino por algo m!s importante" su infle$ible deseo de dominar y estar por encima de todos. ra muy mal perdedor. perdedor. *ientras las escaramuzas continuaban al pie de la pir!mide, 5a se entretenía con dos juegos a la vez, seguro de que iba a ganarlos. 5odeado de su colección de niños en la c!mara de reposo, se distraía jugando a un antiguo juego de estrategia, mientras dirigía la destrucción de los terrícolas. (entado muy tieso en un sillón de madera noble cuyos brazos estaban profusamente decorados con una e$celente escena de caza, parecía estar completamente absorto en una partida de senet. ste juego, llamado antaño Qajedrez de los faraonesR y que aún se juega a lo largo del ilo, e$igía la m!$ima concentración. concentración. (u contrincante era un guapo joven de trece años que, al igual que todos los dem!s niños llevados a bordo, #abía sido elegido personalmente por 5a por su e$traordinaria belleza física. 5a admiraba a este muc#ac#o m!s que a los dem!s no sólo por la pureza de su piel y el gracioso contorno de su cuerpo, sino tambi+n por su inteligencia- podía llegar a ser el amigo y compañero que nunca #abía podido encontrar. encontrar.
muc#ac#o con un obelisco, movimiento que ponía la partida a su merced. Pero, ante su sorpresa, ni su oponente ni los dem!s niños contemplaban su victoria. 'traídos por la información de la joven tartamuda, se #abían agrupado junto a la ventana para ver con sus propios ojos lo que ocurría abajo. 4s así como me servísM 4c#illó, barriendo el tablero de un manotazo y dispersando todas las piezas. 'l instante se puso en pie como si fuera a pegar al que tenía m!s cerca, un niño de once años, pero se dirigió a 'nubis4" Prepara la bomba y envíala. 15!pido2 4(e #ar! lo que ordenas 4dijo 'nubis, #aciendo una reverencia mientras retrocedía #acia la puerta4 o morir+ en el intento. 0on la última bengala disponible, I=eil encabezó la marc#a #acia la Puerta de las strellas. 'l llegar al pequeño corredor donde estaban los dos medallones de cuarzo incrustados en el suelo y el tec#o, se paró en seco, alarmado. ;abía antorc#as encendidas y colocadas a lo largo de las paredes.
se secó el sudor de la frente y siguió ensamblando el mortal artilugio. 4so es precisamente lo que espero que #aga usted, ntentó encontrarle el pulso, pero no tenía. ;abía muerto.
?F"BY, ?F"BB, ?F"BN. 4os tienen cogidos, tío. /e +sta no salimos. os tienen con los pantalones en los tobillos. stamos m!s perdidos que 0arracuca. 40ontrólese, soldado 4ordenó 4 ordenó &aJalsHy. (altaron a un #ueco poco profundo entre la arena y el lateral de la rampa, que no suponía una gran protección frente a las aeronaves. l teniente levantó la cabeza y e$aminó la zona. 'l parecer, 6eretti tenía razón. l ataque a+reo los #abía cogido totalmente por sorpresa. La unidad estaba a#ora diseminada a ambos lados de la rampa, ocult!ndose en todo lo que pareciera un refugio. o tenían radio, ningún idioma común y, lo que era peor, no tenían ningún plan.
Las aeronaves pasaron por encima bombardeando la zona. ' cada pasada que #acían recibían menos fuego desde tierra y, al menos de momento, daba la impresión de que estaban m!s interesados por tener atrapados a los invasores que por barrerlos de la faz de la tierra. I tal vez no. 0omo salido de ninguna parte, uno de los planeadores lanzó una r!faga, destrozando la rampa a menos de un metro y abriendo un agujero en su estructura como si +sta estuviera #ec#a de espuma acrílica. 4stamos #aciendo el canelo aquí, tío. % esos tipos lo saben. 4o te preocupes, tengo un plan 4murmuró &aJalsHy. &aJalsHy. 49n planM 46eretti pensó que era un c#iste4. stamos totalmente al descubierto, somos un blanco f!cil, #emos perdido la comunicación, comunicación, no tenemos armas, la moc#ila m!s cercana est! lejos. :enga lo que tenga en la cabeza, teniente, yo me lo pensaría dos veces antes de decir que es un plan. &aJalsHy no le #izo caso. (e asomó ligeramente y miró al lugar donde estaban las carretas con el cuarzo. 4/e acuerdo. Euieres ver el planM 1Pues mira2 4(altó de la zanja y corrió por la arena a velocidad de v+rtigo esquivando los disparos. 4
Luego se desvaneció, desintegr!ndose en una r!faga de luz ascendente. I=eil se giró para comprobar el reloj" ??"FX. 9n golpe violento. l coronel lo recibió en la barbilla y cayó de espaldas. 0uando levantó la vista, sintió un #ormigueo punzante en la nuca. (abía que tenía que llegar este momento. 'cec#!ndole desde arriba, en actitud asesina, estaba el fósil deformado que tanto le #abía dado que pensar en el silo" el imponente guerrero con armadura y cabeza de c#acal. l mejor guerrero de 5a" 'nubis. :enía que llegar a la bomba y detener la cuenta atr!s para dar tiempo a que volviera
pero antes de poder #acer nada, el pequeño reactor disparó dos veces seguidas. La tierra que #abía delante de abe# estalló en piedras y polvo. (Haara sintió la oleada de calor pasar por delante de sus mejillas un segundo antes de ser golpeado por la primera piedra voladora. La brisa llevó el polvo directamente #acia los rebeldes. 0uando finalmente se despejó, no #abía rastro de abe# ni de lo que #abía ocurrido. La única pista era el casco verde deformado que llegó rodando con el #umo como un neum!tico borrac#o. (Haara llamó desesperadamente a su amigo, pero pronto se vio arrastrado #acia atr!s. :enía la manaza de &aJalsHy en la muñeca y tiraba de +l #acia la barricada. Lo metió debajo de la carreta y lo retuvo #asta que dejó de forcejear. 0onsultó con 6eretti las opciones que tenían y en menos de un minuto llegaron a la conclusión de que ya no les quedaba ninguna. 4)ue 4)ueno no,, al meno menoss pode podemo moss conc concen entr trar ar todo todo el fueg fuegoo en el mism mismoo obje objeti tivo vo 4dijo 4dijo &aJalsHy, montando el lanzagranadas que #abían rescatado los pastores4. *e voy a cargar esos aviones con este bic#arraco. 6eretti rodó de espaldas y sacó tres granadas de su larga túnica. 4n circunstancias normales le e$plicaría por qu+ esto no es un plan, t+cnicamente #ablando. Le daría una lista de razones para que entendiera que no es m!s que un pat+tico suced!neo suced!neo de plan. Pero en este instante me parece un plan. 'sí que llev+moslo a cabo. n cuanto quedó e$plicada la estrategia, uno de los planeadores se apro$imó lentamente, estornudando una serie de disparos bien calculados. Los militares apuntaron a la nave y los c#icos comprendieron en el acto. 41'#ora2 4gritó &aJalsHy. /iez fusiles convencionales m!s 6eretti con el lanzagranadas salieron repentinamente del búnHer, apuntaron apuntaron y empezaron a #acer agujeros en el cielo. 9na de las granadas rozó la cola del planeador. o #abía dañado su estructura, pero consiguió desestabilizarlo y por un instante pareció como si el desviado udajit fuera a estrellarse contra las carretas. Pero el piloto recuperó el control. (in embargo, se oyó un violento impacto cuando el ala se partió al c#ocar con uno de los obeliscos, cayó en barrena como una estrella fugaz y e$plotó en una bola de fuego. /aniel llegó al palacio y se encontró frente a la bruñida escultura del dios carnero num. *iró a su alrededor dispuesto a enfrentarse con quien fuera preciso, pero la sala estaba completamente completamente vacía.
0on (#a=uri en brazos, empezó a correr #acia el espl+ndido salón del trono mientras las colosales figuras talladas en las columnas parecían seguirle con la mirada. l claqueteo de sus botas resonó en las paredes cuando atravesó el corto pasillo que conducía al sarcófago que le #abía resucitado. staba abierto. /epositó a (#a=uri en el duro lec#o del sarcófago y retrocedió unos pasos cuando la m!quina empezó a funcionar. Ibservó cómo el cuerpo de (#a=uri se deslizaba en el
interior de la tumba vivificadora y cómo sus gruesas paredes se cerraban lentamente. 0uando la joven desapareció de su vista, /aniel se dio cuenta de lo estúpido que era todo aquello. o tenía idea de cu!nto podía durar el proceso, ni siquiera sabía si tenía que activar la m!quina de algún modo. staba atrapado en la ciudadela de 5a y no tenía salida. *ientras transportaba a (#a=uri al medallón, le #abía pasado vagamente por la cabeza la idea de razonar con 5a, suplicarle, darle algo a cambio. '#ora que tenía m!s tiempo para pensar, se daba cuenta de lo absurdo de la ocurrencia.
Icult!ndose tras el dorado f+retro, intentó no pensar en las implicaciones de lo que #abía #ec#o. )ajó la mirada y vio que aún sostenía en la mano la #oja de papel con las coordenadas coordenadas de la :ierra. (e golpeó la cabeza contra el sarcófago varias veces. ;abía malgastado la oportunidad de volver al silo y cerrar definitivamente esta caja de Pandora antes de que escupiera sus demonios en las montañas de 0olorado. (e dio la vuelta y empezó a estudiar el lateral del sarcófago, esperando #allar alguna pista. Drabada en los largos paneles de oro estaba la #istoria de Isiris, descuartizado descuartizado por sus enemigos, cuyos restos #abían sido esparcidos por todos los rincones del ilo. (u esposa, >sis, vagó muc#o tiempo por el país reuniendo poco a poco los pedazos. 0uando tuvo el cuerpo completo, lo envolvió con tela y papel. La última parte del grabado mostraba a Isiris renacido. /aniel levantó la vista y vio a 5a, erguido serenamente al pie del misterioso ataúd. 5etrocedió al otro e$tremo de la caja y dio unos pasos #acia la puerta. 5a no #izo nada por detenerlo. n la entrada del pasadizo, /aniel vio a los niños que salían de los aposentos de 5a y bajaban la escalera del trono. (u primer impulso i mpulso fue salir #uyendo, pero luego recordó la bomba que estaba abajo. o tenía adónde ir. 5a se adelantó desconcertado, situ!ndose entre /aniel y el lugar donde estaba (#a=uri. 4Por qu+M 4preguntó con voz !spera4. Por qu+ venir aquí a#oraM 4/aniel no se movió, no respondió4. Por estoM 45a ec#ó un vistazo al sarcófago y volvió a mirarle4. ;as puesto algo dentroM /aniel se abalanzó sobre 5a, pero fue sometido r!pida y violentamente. 5a abrió la palma de la mano y mostró el letal medallón con el que tanto le gustaba e$perimentar. >ncluso antes de que /aniel se apro$imara, la pequeña joya lo lanzó #acia atr!s como si #ubiera c#ocado contra un autobús, dej!ndole la piel escocida, sensación que recordaba #aber sentido en el viaje a trav+s de la Puerta. 5a sonrió y se acercó a la m!quina. Pasó la mano por encima, fascinado al ver la ansiedad en el rostro de /aniel. La tapa del ataúd se abrió y dejó ver a (#a=uri, que dormía pl!cidamente. La costra de la frente, resto de la #erida que le #abían #ec#o los soldados de 5a durante la invasión de agada, estaba casi curada. 4;ana=i #ana=e 4musitó 5a. ra una e$presión que /aniel no conocía y que venía a significar Qqu+ rom!nticoR. *etió la mano en el sarcófago y con sus dedos dorados recorrió los delicados rasgos de la c#ica4. *uy, muy astuto 4dijo. Parecía verdaderamente impresionado4. '#ora podr+is morir juntos.
l instinto de I=eil tomó la iniciativa. 'ntes de que su contrincante pudiera reaccionar, el coronel le #abía encajado el largo fusil en el cuello del casco, #aci+ndolo retroceder. Dolpeó al #ombrón contra la pared del estrec#o corredor y luego lo zarandeó con el fusil. Pero 'nubis era demasiado fuerte. l arma se negaba a moverse y un segundo despu+s el guante de #ierro del c#acal se estrelló en la mejilla de I=eil con fuerza suficiente para derribarlo. Pero antes de tocar el suelo, el coronel se apartó para esquivar el disparo del fusil que sabía le iba a llegar, rodando bruscamente y cambiando de dirección. l lugar donde #abía caído saltó por los aires. La estrec#ez del corredor le permitió apoyar las manos en la pared a modo de palanca y descargar una patada en la cabeza de 'nubis. l golpe propulsó al monstruoso combatiente al interior de la Puerta, pero no llegó a abatirlo. 'nubis recuperó el equilibrio y apuntó, dispuesto a disparar otra vez contra I=eil. 0uando el coronel se dio cuenta de la situación, giró r!pidamente por la esquina y entró en la Dran Dalería. l disparo se estrelló en las losas del arco de la entrada y se perdió en las sombras. ntonces I=eil #izo la única cosa sensata que podía #acer" #uir. La Dran Dalería que tenía detr!s estaba m!s negra que la tinta y esperaba que esta circunstancia le permitiera ec#arse encima de 'nubis. 0orrió lo m!s deprisa que pudo al interior de aquel vacío antes de empezar empezar a perder el equilibrio. (e dio la vuelta y vio que el gran guerrero entraba tranquilamente en la sala de la Puerta de las strellas. 'nubis no tardó en ir en busca de I=eil, aunque no con la premura que el coronel deseaba. 'gazapado en el interior de aquel lago oscuro, vio la gran cabeza de c#acal asomando en la penumbra. /espu+s de avanzar unos pasos, el cazador se llevó la mano al collarín del casco, #izo algún ajuste y penetró en la sala. 'ntes de perderlo de vista, I=eil vio que el casco se replegaba. l roce, apenas audible, de metal contra metal le llegó un poco m!s cerca y cesó. l coronel intentaba controlar la respiración, aguzando el oído como nunca lo #abía #ec#o. /e repente, un roce continuo invadió el lugar. 0uando I=eil llegó a darse cuenta de lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde. l cañón del fusil puls!til se apro$imó rozando el suelo como un bastón de invidente y tocó la pierna del coronel. I=eil retrocedió unos pasos escuc#ando, esperando. (in previo aviso, el e$tremo romo del fusil le dio en la boca, parti+ndole el labio. (iguió retrocediendo, moviendo fren+ticamente las manos en círculo círculo para detener detener el siguiente siguiente golpe invisible. invisible. 9n silbido silbido le #izo ec#ar atr!s la cabeza. l arma pasó por delante de su cara como un #ac#a a toda velocidad y mientras 'nubis segaba el aire con el arma, I=eil se adelantó y le asestó un codazo en la nariz. Iyó que el arma caía al suelo y se abalanzó sobre el punto de donde #abía partido el ruido. :entando por todas partes, ec#ó una mano al arma justo en el instante en que 'nubis se disponía a recogerla. I=eil intentó apartarla de un manotazo, pero el guerrero tenía demasiada fuerza. (abiendo que el primero que se #iciera con el fusil mataría al otro, empezaron a darse patadas y puñetazos como en un combate de gladiadores. I=eil puso en pr!ctica todos los trucos que conocía, pero seguían empatados. 6inalmente llegó a la conclusión de que el juego era demasiado peligroso y lento, así que esperó el momento apropiado para soltar repentinamente el arma y salir corriendo #acia la luz de la sala de la Puerta. 'l #uir, oyó la culada que se pegaba 'nubis. Y"AF, Y"?@, Y"?X, Y"?@ 9no de los planeadores salió zumbando por un lateral de la pir!mide, a unos quinientos metros, e inició un ataque en picado. &aJalsHy #izo que todos se concentraran en +l y empezó lentamente la cuenta atr!s, comenzando por el Y.
adie se fijó en que llegaba otro volando a ras de las dunas. ' la orden de ya, todos empezaron a disparar. Pero aunque las órdenes de &aJalsHy eran claras como el agua, algunos muc#ac#os se alejaron del refugio. /e pronto, el primer avión se alejó y los dejó a tiro para el r!pido ataque del segundo. La lluvia de blancos destellos mató en el acto a cinco muc#ac#os. Itro murió por accidente, cuando uno de los c#icos se giraba mientras disparaba al azar, abatiendo al muc#ac#o que tenía delante. 'l ver lo que #abía #ec#o, cayó de rodillas mientras las descargas seguían sembrando el p!nico a su alrededor. 6eretti tuvo que salir a rastras para cogerlo y llevarlo adentro. (ólo faltaba eso" un c#iquillo llorando #ist+ricamente. *inutos despu+s, las aeronaves intentaron el mismo truco, sólo que esta vez no #abía un señuelo, sino dos. l segundo avión sobrevolaría las dunas como el anterior, aceleraría al estar encima de las carretas y viraría a la derec#a para evitar la pir!mide. La situ situac ació iónn deba debajo jo de las las carre carreta tass era era tan tan caót caótic icaa que que &a &aJa Jals lsHy Hy no cons consig igui uióó comunicarse con sus soldados, que volvieron a caer en la misma trampa. (in embargo, 6eretti entendió lo que estaba pasando. speró a que el primer avión virara para ponerse a salvo y salió de repente de debajo de la carreta apuntando ya con el lanzagranadas. l segundo piloto, concentrado en el brusco giro que tenía que dar, no efectuó ni un solo disparo y aceleró por encima de las carretas en el preciso instante en que 6eretti lanzaba el último proyectil que quedaba y que penetró por la cola del avión, destrozando su fuselaje como si fuera de pl!stico. 41'bajo, vamos2 1:odos abajo2 4gritó &aJalsHy, poni+ndolos a salvo antes de que la tercera nave cayera en picado sobre ellos. l planeador tocado continuó avanzando #acia la pir!mide, pero en el último segundo inició un ascenso vertical, evitando por muy poco la impresionante mole de piedra. (in embargo, c#ocó con el saliente de la nave espacial estacionada en la cúspide, desintegr!ndose con un espantoso rugido de fuego y luces azules. 0uando la llameante c#atarra cayó por el lateral de la pir!mide, los c#icos volvieron a salir gritando como locos a la bola de fuego f uego y disparando #asta quedarse sin munición. I=eil corrió como el rayo en busca del contenido de la mesa volcada y entre la maraña de pertrec#os confiscados se puso a buscar por todas partes la tarjeta de acceso. *iró la bomba" N"N@, N"NX. /esde la puerta le llegó el inconfundible c#asquido met!lico que produce un arma cuando se monta. staba sin protección, no tenía donde esconderse- ni siquiera tenía tiempo para girarse y mirar. n cuanto oyó el disparo, I=eil levantó la bandeja de plata y se la puso de escudo. La superficie reflectante desvió el proyectil y lo lanzó en la dirección por la que #abía llegado. I=eil se quedó de pie y lanzó la bandeja #acia la puerta como si fuera una cuc#illa voladora. 'nubis se refugió detr!s de la puerta, pero cuando salió para efectuar un segundo disparo se encontró con las dos botas del coronel que le propinaron un soberbio golpe en el pec#o. l c#acal cayó de vientre. >ntentó ponerse de pie, pero dos rodillas aterrizaron de golpe en sus sus omóp omópla lato toss obli oblig! g!nd ndol olee a perm perman anec ecer er en posi posici ción ón #oriz #orizon onta tal. l. o otó tó que que le reto retorc rcía íann violentamente el pico del casco. I=eil quería partirle el cuello sin darse cuenta de que lo impedía la base del casco, que era de cuarzo. l coro corone nell vio vio el larg largoo fusi fusill tira tirado do allí allí cerc cercaa y tomó tomó una una deci decisi sión ón inme inmedia diata ta.. (in (in abandonar la espalda de 'nubis, 'nubis, estiró la pierna y lanzó el arma a las oscuras profundidades de la Dran Dalería. /esactivaría la bomba y despu+s le ajustaría cuentas a aquel cretino. % desapareció desapareció con la misma velocidad con que #abía atacado. 'nubis 'nubis se levantó con el cuello dolorido y se giró
para enfrentarse a I=eil, pero +ste #abía desaparecido ya en la sala de la Puerta. (in embargo, antes de ir tras +l, el c#acal ajustó el escarabajo que llevaba en el dorso de la muñequera. 0uatro garras afiladas salieron de ella, siguiendo la curva natural de la mano. 'l igual que el casco, los cuc# cuc#il illo loss esta estaba bann fabr fabric icad ados os con con polv polvoo de cuar cuarzo zo que que se adap adapta taba ba form forman ando do una una tenu tenuee membrana. 'nubis giró la muñequera para centrar las garras y avanzó #acia la Puerta, donde I=eil estaba a cuatro patas. Los dos levantaron la vista cuando oyeron la e$plosión. 5a intentaba convencer a /aniel de que se acercara al sarcófago, prometiendo no #acer daño a (#a=uri si se apro$imaba un poco m!s. l juego se vio interrumpido por la estridente e$plosión del planeador al c#ocar con un lateral de la nave nodriza. :odos los que estaban en el interior se sobresaltaron, pero ninguno m!s que 5a. (e agac#ó tras el sarcófago c#illando y temblando de miedo, y estuvo unos instantes con la cabeza entre las manos. 0uando por fin dejó de gritar, miró a /aniel e$trañado. (u e$presión parecía suplicar que le comprendiera, como si aquel terrible ataque a su fortaleza debiera ser motivo natural de preocupación para todos. 0uando se apartó del ataúd, /aniel saltó al otro lado de la sala, pero 5a ya no estaba interesado por +l. o era ninguna amenaza, por lo que podía ocuparse de +l m!s tarde. /aniel vio al e$traño ser de oro subir corriendo las escaleras y perderse por la puerta situada detr!s del trono. 'provec#ando el momento, se acercó al sarcófago en el que (#a=uri empezaba a moverse. l cofre la #abía recuperado en buena medida, pero no #abía completado su obra. /aniel la tomó en sus brazos y corrió a zancadas #acia el salón del trono. /esde su ventana, 5a observaba tanto el accidente de la nave como las diminutas figuras e$ultantes que #abía entre los obeliscos. y mientras las veía celebrar su victoria, comprendió que estaba obligado a pasar muc#o m!s tiempo del que deseaba en aquel desolado e insignificante rincón de su imperio. ;abría que e$terminar a toda la población y trasladar a otra. *iró el ondulante desierto y recordó por qu+ odiaba tanto aquella colonia, la primera. Le recordaba demasiado su lugar de origen. 0uando se aseguró de que los pilotos tenían la situación controlada, dio media vuelta y fue a buscar a /aniel para matarlo. &aJalsHy y compañía se #abían quedado sin munición y los pilotos lo sabían. 'cec#aban desde el cielo, invitando descaradamente a abrir fuego antia+reo, pero la única resistencia que encontraron fueron los gritos enfurecidos de los muc#ac#os. muc#ac#os. /ispuestos en formación, los udajit se alejaron sobrevolando el desierto vacío, pero cuando ya parecía que se marc#aban, aterrizaron suavemente en la entrada del inmenso anfiteatro de arena que rodeaba a la pir!mide. 9n instante despu+s se abrieron las dos compuertas y descendieron descendieron los dos ;orus, fusil en mano, marc#ando decididamente #acia los obeliscos. I=eil escuc#ó los pasos y supo que 'nubis le #abía seguido #asta la sala, pero siguió trabajando. ;aciendo una increíble manifestación de temple, o tal vez de imprudencia suicida, acababa de introducir la orden de cancelación cuando levantó la vista y vio la garra mortal de 'nubis a punto de caer sobre +l. l corte que dejó fue profundo, pero no en el coronel, sino en la edición de ?@N? del 'egypticus de (ir '.. Gallis )udge, propiedad de /aniel. 'nubis miró el libro #ec#o trizas y tambi+n vio sus garras enterradas en sus aburridos e
insoportables capítulos. Pero I=eil no le dio tiempo a que se aburriera ley+ndolos. 0on una violenta contorsión, obligó al c#acal a girarse y le bloqueó el brazo por detr!s. 0uando estaba a punto de romperle romperle los #uesos, se inclinó y le susurró susurró al oído" 4Perro malo. (e escuc#ó un c#asquido #ueco y #úmedo cuando el #ueso se salió de la articulación. 'ullando de dolor, 'nubis sintió la patada de I=eil en la espalda, girando bruscamente para tragarse un puño lleno de gruesos nudillos. 0omo un feroz bo$eador de peso pesado, el coronel #izo retroceder a 'nubis con una r!pida descarga de puñetazos, sacudi+ndole la cabeza y llev!ndolo a golpes #asta la sala del medallón. :ambale!ndose, 'nubis intentó zafarse, pero el coronel lo dobló y le largó un rodillazo en la ya aturdida cabeza, y con una patada por la espalda lo lanzó violentamente al suelo. /espu+s se abalanzó sobre +l y lo inmovilizó, manteniendo la mitad del cuerpo del c#acal dentro y la otra mitad fuera del medallón. /aniel llevaba a (#a=uri a #ombros mientras se encaminaba al medallón de palacio. La depositó suavemente sobre el círculo y empezó a buscar fren+ticamente alguna forma de activarlo. Pasó los dedos por la siniestra estatua de num en busca de algún panel oculto, un botón, cualquier cosa, pero nada. 0ontrariado, se volvió para mirar a los niños que le #abían seguido por curiosidad, para ver lo que iba a #acer el raro visitante. 4'yudadnos 4les dijo, con el terror reflejado en los ojos. Los niños se limitaron a mirarlo como a una atracción de circo y se apartaron4. o teng!is miedo 4añadió, bajando de la plataforma y acerc!ndose con e$presión amable4. amable4. (emmoun 4continuó, señal!ndose a sí mismo4. (emmoun, amigo. Los niños entendieron lo que quería decir y un par estalló en risitas nerviosas por su forma de pronunciar las palabras. 4%a=ani2 4gritó 5a, inundando el corredor con el alarido. Los niños salieron corriendo en todas direcciones alej!ndose de allí4. (e acabó la #ora de los juegos 4dijo, avanzando #acia ellos. 0omo a una imagen repulsiva de un sueño olvidado #ace muc#o, /aniel contempló al faraón dorado, a aquel adolescente b!rbaro e inmortal que se apro$imaba a +l, con las sandalias de oro claqueteando en el frío mosaico del suelo a un ritmo uniforme e ine$orable. (e volvió para mirar a (#a=uri, que empezaba a moverse encima del medallón. ecesitaba algo m!s de tiempo para #acerla revivir. r evivir. 5a estaba casi en el medallón cuando /aniel arremetió contra +l. (in ningún esfuerzó, su oponente detuvo su impulso abriendo simplemente la mano y lanz!ndolo #acia atr!s #asta #acerlo caer junto a (#a=uri.
0on toda su audacia, /aniel insistió e intentó atacar nuevamente, pero esta vez el castigo fue m!s severo. 5a lo detuvo con toda la fuerza paralizante del aparato, retorci+ndole los brazos mientras con la mano le obligaba a bajar la cabeza y arrodillarse sumisamente a sus pies.
>nstantes despu+s, la cara de /aniel empezó a deformarse como el reflejo de un espejo líquido. :odos sus #uesos y órganos comenzaron a dilatarse y contraerse, cambiando de forma a medida que el cuarzo, una versión reducida de la Puerta de las strellas, empezaba a descomponerlo a nivel molecular. n pocos segundos estaría muerto. :odavía :odavía retenido en el medallón de abajo, 'nubis intentaba quitarse de encima al coronel. Pero I=eil vio el dispositivo que el c#acal llevaba en la palma de la mano y recordó que le #abía visto usarlo para activar el medallón cuando les #abían capturado. ra la oportunidad que tenía para acabar con aquello de una vez por todas. 45ecuerdos a :utijamón. Levantó la muñeca de 'nubis y la puso contra el suelo de un golpe, activando el dispositivo que se ocultaba en el escarabajo. l l!ser azul empezó a cortar el aire a pocos centímetros de la cabeza de 'nubis. 0uando +ste vio que el #az luminoso ocupaba el círculo del disco del tec#o, olvidó el dolor que sentía y se puso como loco. 5etorci+ndose, sacudi+ndose y c#illando de #orror, buscó un punto de apoyo para apartar a I=eil. l coronel recordaba que el rayo #abía partido el pliegue de la ropa de (#a=uri y retuvo medio cuerpo de 'nubis dentro del medallón. speró a ver qu+ pasaba cuando la cortina de luz completara el circuito. 0uando el rayo azul surgió como una daga en el aire, 5a reaccionó aflojando ligeramente la presa sobre /aniel mientras mientras intentaba apartarse. ' pesar del dolor, /aniel /aniel se dio cuenta de lo que estaba pasando. I=eil. staba en el medallón de abajo tratando de señalarle la forma de salvarse. 5euniendo las pocas energías que le quedaban, se estiró y agarró la mano de 5a. l faraón no entendía. Por qu+ quería sujetarle de aquel modoM 'pretó el dispositivo y aumentó la intensidad para obligar a su prisionero a aflojar las manos, pero de nada sirvió. /aniel seguía aferr!ndole. Las dificultades de 5a eran mayores de lo que #abía previsto. l cilindro de luz azul #abía recorrido las tres cuartas partes de su trayectoria. 0uando /aniel vio lo cerca que estaban los dos, empezó a pensar que tal vez pudiera vencer. Levantó ambas manos y sujetó la muñeca de 5a. 41(u+ltam 41(u+ltame2 e2 4ordenó 4ordenó +ste. +ste. Pero 5a estaba estaba tan asustado asustado que #abía cerrado la mano mano antes antes incluso de liberarla. /aniel empezó a sentirse m!s despejado. 0uando vio que el l!ser estaba a menos de medio metro, apretó con m!s fuerza el brazo de 5a, con los dientes #undidos en la parte blanda del #ueso. Parpadeó y vio algo que colgaba del cuello de 5a" el disco solar que 0at#erine le #abía regalado para desearle suerte. 'l verlo, soltó de pronto una mano y lo arrancó en el preciso instante en que la cortina de luz terminaba su recorrido. l muro luminoso inmovilizó el brazo del faraón. /aniel se apartó y miró a 5a, que estaba como pegado al medallón, luc#ando en vano por liberarse. 0uando /aniel y (#a=uri empezaron a difuminarse, tambi+n lo #izo parte del brazo de 5a, segado por el rayo. l rey cayó de espaldas sin dejar de c#illar de dolor mientras se contemplaba el muñón. ' su vez, la m!quina le presentó la cabeza reci+n cortada de su único guerrero capacitado, 'nubis, cuyas mandíbulas aún se agitaban. l faraón adolescente se desplomó y empezó a pedir socorro. :enía que llegar al sarcófago. Por sus e$perimentos sabía que la m!quina era capaz de reconstruir miembros mutilados, pero de nada le servía saberlo si se desangraba antes de llegar. 3olvió a llamar a sus ayudantes, pero los niños #abían #uido de la sala o procuraban mantenerse bien ocultos. nfurecido por la insubordinación, 5a se puso en pie y se envolvió el
brazo en los pliegues pliegues del faldón dorado. 'van vanzó zó #acia el trono tambale!ndose, tambale!ndose, gritando, sin dejar dejar de jurar que castigaría a todos los que #abían desatendido su llamada.
Episodio BBIII El poder s"pre%o I=eil reconoció en el acto la mano mutilada de 5a, con el instrumento torturador aún en la palma. Pero cuando cuando apartó la vista vista del decapitado decapitado 'nubis, 'nubis, descubrió que que /aniel y (#a=uri (#a=uri estaban allí #elados, e$#austos y destrozados. Presa del p!nico, el coronel corrió #acia la bomba. FN"BS y continuaba retrocediendo. retrocediendo. 'unque /aniel estuviera consciente, tardaría m!s tiempo en activar la Puerta de las strellas. I=eil sabía que tenía que despertar a /aniel y detener la bomba, así que corrió #acia ella, tecleó la orden de cancelación y, una vez escrito el último número, pulsó la tecla de introducción y respiró aliviado. Pero fue un respiro prematuro, pues la cuenta atr!s continuaba. FN"AA... FN"A?... 'terrado, el coronel se devanó los sesos intentando recordar. Eu+ #abía olvidadoM Por qu+ no funcionaba el códigoM Probó nuevamente los códigos y todos volvieron a fallar. (in munición, con varias bajas y a falta de cuc#illos y bayonetas, &aJalsHy no tenía ya ninguna opción. ' e$cepción de (Haara, que quería luc#ar #asta el final, los dem!s pastores estaban #eridos y agotados. Las aeronaves #abían aterrizado por fin y los dos ;orus se estaban apro$imando. l teniente sabía que era inútil oponer resistencia. 4:enemos que rendimos 4gruñó. 4Eu+M 4ladró 6eretti. 4Perderemos cualquier batalla que iniciemos aquí. :enemos que rendimos y rezar porque I=eil est+ vivo todavía. 4(i el coronel est! vivo, seguro que ya est! en 0olorado. 4o 4o esto estoyy preo preocu cupa pado do por por noso nosotr tros os,, 6ere 6erett tti, i, sino sino por por los los niño niños. s. (i no opon oponem emos os resistencia, puede que sólo los #agan prisioneros. (in embargo, aqu+lla era la única opción que 6eretti no estaba dispuesto a aceptar" entregarse. ra algo que se le #abía grabado en el cerebro desde que iniciara los entrenamientos en las fuerzas especiales. o rendirse jam!s. o obstante, cuando ec#ó un vistazo a los c#icos #eridos, se dio cuenta de que &aJalsHy tenía razón. l teniente tiró a un lado el fusil vacío y fue al encuentro de los dos guardias. (Haara no podía creer lo que veía. 6eretti tambi+n arrojó su arma y siguió a &aJalsHy con los brazos en alto. 9no a uno les fueron siguiendo los pastores, alej!ndose de la barricada con las manos en alto. 'unque 'unque lo intentó, (Haara no pudo convencerles de que luc#aran #asta la muerte. 0uando el último muc#ac#o pasó por delante de +l, se resignó, tiró su pistola e #izo lo mismo que los dem!s. 'nduvieron unos cuantos metros por la arena y se pusieron de rodillas. &aJalsHy esperaba que este gesto los salvara de la ejecución. Los guardias estaban aún a m!s de cincuenta metros cuando de repente montaron los fusiles, dispuestos a disparar. n el silencio del desierto el ruido de esta acción se oía muc#o m!s cerca. Los #alcones levantaron las armas, dispuestos a fusilar a todo el equipo. &aJalsHy pensó que si veían caer primero a los soldados, tal vez los c#icos empezaran a correr, así que se adelantó r!pidamente para recibir el primer impacto, pero
en ese instante su corazón y sus pies se pararon solos. co de tambores. Los soldados miraron el anillo de dunas que les rodeaba, vacío mientras el ensordecedor caos acústico resonaba en el desierto. Parecía el fragor de mil tambores, golpeados con brutalidad por personas ajenas al tiempo y al ritmo. 9no de los #alcones se volvió y disparó dos veces a los supervivientes y sus carretas, pero todos se pusieron pusieron a cubierto un segundo segundo antes de que la pulsación lanzara lanzara un ardiente y seco seco silbido por encima de sus cabezas. 0uando volvieron a levantar los ojos, vieron a un millar de #ombres de agada al pie de la colina contemplando la escena y a otros cien a sus espaldas, mientras el ruido seguía aumentando de volumen y furor. Los dos ;orus se mantuvieron firmes sin dejar de mirar a los nuevos intrusos, cuyo número aumentaba. *iraron a otro lado y vieron a otro centenar de #ombres en una loma, formando una muralla #umana entre los pilotos y sus naves. % cientos y cientos que se acercaban batiendo cacerolas con cuc#aras, empuñando #erramientas de la cantera, cuc#illos, escobas, adoquines. Icuparon las cimas de las dunas, no cientos sino miles, todos contribuyendo a #acer insoportable el ruido. *usculosos jóvenes ejecutaban una rítmica danza riendo y gritando, sintiendo el regocijo de ser colectividad por primera vez en toda su vida. 0omo animales retenidos durante demasiado tiempo, vibraban de energía, dispuestos a entrar en acción inmediatamente. % de repente apareció &asuf en lo alto de la duna m!s alta, y cuando levantó los brazos toda la atención se concentró en +l. La orden de que cesaran los tambores pasó de boca en boca y en pocos segundos todo quedó en silencio. l anciano se puso delante de la gigantesca #orda, pero #acía falta un milagro para detener a la multitud. )ajó a la mitad de la pendiente y se volvió #acia la multitud, indicando que guardaran silencio.
9no de los pilotos aprovec#ó el momento para invocar el temor a 5a y, repitiendo una letanía que +l y el pueblo conocían muy bien, gritó" 2'ten20e, tii )aru+)a +)are na3aran 4a, 5enten.0e. 45a, (eñor del (ol, recompensa la piedad y castiga la sedición. 5a, (eñor de la
5a lleg llegóó pres presur uros osoo al sarc sarcóf ófag agoo y se abal abalan anzó zó sobr sobree la losa losa del del inte interi rior or.. :embla mbland ndoo descontroladamente, se cubrió con el sudario mientras la tapa se cerraba lentamente por encima de +l. l sordo zumbido de la m!quina era tan sedante como una canción de cuna. 'quello significaba que cesaría el terrible dolor del brazo, que despertaría con un muñón curado que con el tiempo se convertiría en mano. Pero #abía m!s. star en la m!quina significaba la placidez total y el voluptuoso sueño de la muerte. l sarcófago era lo único por lo que sentía cierto afectose arrastraba #asta su interior siempre que necesitaba aliviar su enfermedad crónica" la soledad. 5a no tenía amigos, carecía de relaciones. /esconfiaba de todo el mundo e$cepto de sus niños, pero +stos eran tan incultos que no resultaban una compañía grata. n realidad, sólo eran sus mascotas. % no tenía a nadie con quien #ablar. Llevaba miles de años ganando todas las discusiones, aunque fueran por una memez. ;abía pro#ibido la escritura y todos los planes de enseñanza enseñanza de la cultura anterior a la esclavitud. n menos de cien años de gobierno, sus súbditos se comportaban ya como si #ubieran sufrido una lobotomía. /ueño de su propio destino, el mundo que le rodeaba era fiel reflejo suyo, y este mundo era !rido y est+ril. (er tan viejo tenía sus desventajas. Poco antes de que se cerrara la tapa del sarcófago, como un reci+n nacido que vuelve al vientre materno, oyó el espantoso ruido de voces que #abía estallado afuera. 'larmado, salió del sarcófago y fue tambale!ndose tambale!ndose a sus aposentos privados, dirigi+ndose dirigi+ndose al enorme ventanal para ver el feroz espect!culo que se #abía improvisado en la arena. 0uando sus soldados salieron corriendo, no le #izo falta ver m!s. Lo único que podía #acer era escapar. 6ue al panel de control y programó los instrumentos. n seguida empezaron a c#irriar los elevadores mientras las gigantescas argollas de cuarzo despedían cantidades ingentes de aire bajo los laterales de la pir!mide. 0uando las grandes secciones doradas de la nave espacial empezaron a plegarse, algunos niños se #abían reunido ya en los brazos de num, pataleando encima del medallón como #abían visto #acer a /aniel, intentando escapar antes de que 5a cumpliera la amenaza de castigarles.
0omo un banco de pirañas, la muc#edumbre acudió desde todos lados y cayó encima de los soldados, arranc!ndoles los miembros uno por uno. l ataque continuó #asta que los dioses no fueron m!s que manc#as de sangre en manos de la gente. 'l mismo tiempo, otra multitud se apiñó en la rampa, esforz!ndose para derribar la colosal puerta de piedra. :rabajando a las órdenes de &aJalsHy, la levantaron con facilidad y pusieron montones de piedras sueltas para calzarla y mantenerla abierta. 0asi todos los que entraron se quedaron merodeando por el 3estíbulo, temerosos aún de penetrar en la oscuridad y enfrentarse al mismísimo 5a. o e$istía un plan de ataque concreto, sólo un desfile continuo de personas por el desierto para impedir que 5a #iciera daño a (#a=uri, los pastores y los terrícolas. 9na vez eliminados los llorus, que eran el primer objetivo, la entrada volvió a convertirse en un caos. &asuf convocó inmediatamente a los 'ncianos para consultarlos. /e pronto se oyó en el cielo un estallido que acalló a la multitud en un abrir y cerrar de ojos. (iguió el profundo rugido de la maquinaria interna de la nave entrando en funcionamiento. Las largas pinzas de los brazos estabilizadores se soltaron solas y los paneles de la megalítica vidriera empezaron a deslizarse. 5a #uía. Los nagadanos #abían ganado. 0uando fueron tomando conciencia de este #ec#o, un grito de alegría estalló en la multitud, el grito de victoria de unos conquistadores sin af!n de conquista, porque lo cierto era que no #abían acudido allí para obtener una victoria- #abían ido a defender a los terrícolas y a los pastores, #+roes de la ciudad. Pero a un nivel m!s profundo, #abían acudido porque podían #acerlo. Por primera vez en la memoria colectiva del pueblo, vieron que podían elegir. 0uando los soldados de 5a llegaron a la ciudad matando y quemando indiscriminadamente, nadie se enfrentó a ellos- ni siquiera el #ombre m!s fuerte que #ubiera presenciado el asesinato de su #ijo se #abría atrevido a rebelarse. Lueg Luegoo lleg llegar aron on aque aquell llos os #omb #ombre res, s, los los prim primer eros os visi visita tant ntes es de la #ist #istor oria ia,, y camb cambia iaro ronn radicalmente las cosas. 0on ayuda de dos #ijos de &asuf #abían matado al malvado ;orus en la cant canter eraa y lueg luegoo #abí #abían an ido ido a desa desafi fiar ar a 5a en su prop propio io temp templo lo.. (i un milag ilagro ro es un acontecimiento que inesperada y masivamente amplía la definición de lo posible, entonces la llegada de /an4yor y los soldados podía considerarse como tal. 0uando empezaron a difundirse las noticias de sus #azañas, un sentimiento vivificante inundó la ciudad, la intuición de que súbitamente cualquier cosa era posible. 'sí pues, #abían acudido dispuestos a acabar con 5a. (e les #abía caído la venda de los ojos y el #!bito de la obediencia #abía sido reemplazado por la sed de justicia. :oda la cara de /aniel era una magulladura morada y azul, como lo eran tambi+n sus manos y sus #ombros, todas las zonas de su cuerpo que #abían recibido el impacto del dolorosísimo poder desintegrador de la joya de cuarzo. La sangre que le salía de la nariz y los oídos indicaba claramente la posibilidad de que tuviera alguna #emorragia interna. Pero sus constantes vitales eran normales. Las #eridas parecían m!s graves de lo que realmente eran, porque el instrumento no #abía tenido tiempo de alcanzar la masa crítica y licuar a /aniel por dentro. 9na vez liberado de la magia negra del pequeño medallón, el daño #abía cesado al instante. l rugido de la nave espacial durante el despegue despertó a /aniel, oblig!ndole a abrir
los ojos de golpe. (onrió al ver a (#a=uri, que tambi+n empezaba a recuperar la conciencia. :enían :enían los dos un aspecto #orrible. lla le devolvió la sonrisa. /e repente /aniel recuperó la memoria. /ónde estaba I=eilM % la bombaM (e incorporó y escrutó la sala, divisando al coronel junto al artefacto, tocando todos los paneles de control que encontraba. o #abía conseguido detener la cuenta atr!s. FF"B?, FF"BF, FF"N@. /aniel se puso en pie de un salto y corrió #acia +l asustado, tambale!ndose mientras la sala temblaba violentamente. FF"NA,FF"N?,FF"NF. 41P!rela2 15a se marc#a2 1;emos ganado2 41%a lo intento2 1st! manipulada2 o puedo detenerla2 4*anipuladaM Por qui+nM 4 La respuesta era una fea y siniestra verdad que I=eil sólo deseaba fuera una broma. 4(ervicio de >nformación *ilitar 4dijo. FF"AA, FF"A?, FF"AF. 'mbos #ombres miraron la bomba atónitos. Luego se miraron entre sí y se pusieron a #ablar a la vez. ;abían tenido la misma idea.
n el momento momento en que la enorme enorme nave espacial espacial despegó despegó de la pir!mide, pir!mide, los millares de ciudadanos se volvieron locos de alegría y bailaron como dementes, saltando de cabeza en la arena, cantando, burl!ndose de la nave y sus #erramientas. (altaban unos encima de otros, se abrazaban y se cogían de las manos. 0ualquier cosa servía para e$presar el desbordante gozo que les fluía de dentro. La única persona que no disfrutaba de la victoria era (Haara. (abía que #abían ganado y que #abía valido la pena. Pero +l #abía perdido a su amigo abe#. ntre la turbulenta multitud divisó el casco que estaba caído junto a la base de la rampa y pensó qued!rselo de recuerdo, así que se abrió paso agresivamente para acercarse y recogerlo antes de que se lo quedara cualquier alegre nagadano. Le faltaba menos de un metro cuando vio una mano quemada que se estiraba y asía el casco. (Haara se apro$imó para ver qui+n era. abe#. 0#amuscado y sangrando, pero vivo, arrastr!ndose con sus últimas fuerzas para recuperar el codiciado tesoro. (Haara apartó a la gente a puñetazos para llegar junto a +l, cogió a su amigo y lo abrazó con todas sus fuerzas. 4*e viste, (HaaraM 3olaba. (Haara sonrió con l!grimas de alegría en los ojos. 4:e vi, abe#. Los otros pastores tambi+n vieron a abe# y llegaron corriendo, y lo mismo les ocurrió a &aJalsHy y 6eretti, dominados por la emoción del momento. l teniente, preparado para atender #eridas en campañas militares, inspeccionó en el acto las de abe#. 6eretti lo miró preocupado.
4o est! tan mal como parece. (e pondr! bien. (Haara y abe# miraron a &aJalsHy sin entender una palabra, pero el teniente estaba seguro de que entendieron su tono de voz. 4:e vas a poner bien. res un tío duro. /isfrutando de la victoria, &asuf casi #abía olvidado lo de (Haara cuando vio a los muc#ac#os reunidos en torno a abe#. l anciano se acercó lo m!s deprisa que pudo, vio que el joven seguía con vida y, al mirar a (Haara, todos los planes que #abía #ec#o para mostrarse infle$ible con +l se vinieron abajo. 0ogió al muc#ac#o y lo abrazó, levant!ndolo como si fuera un niño, gritando como los dem!s. Los niños de 5a salieron corriendo de todas partes. La c#ica de m!s edad salió disparada como un rayo #acia la sala de baños, donde sabía que se ocultaban los m!s pequeños. Los reunió r!pidamente, se los llevó al medallón y empujaba al último de ellos cuando 5a salió de su c!mara privada y se desplomó en el trono, inclinando el orgulloso porte sobre la mano mutilada y dolorida. (abía que era demasiado tarde para detener el rayo. (e irguió lentamente y bajó las escaleras, acerc!ndose acerc!ndose a los niños, mientras las l!grimas afloraban a sus ojos de color !mbar. 41o pod+is abandonarme2 4c#illó. n parte era una orden y en parte una súplica. Pero, en cualquier caso, llegaba demasiado tarde. La despiadada pared de luz azul estaba a punto de sellarse y, en cuanto lo #iciera, los niños desaparecerían desaparecerían absorbidos desde abajo en una r!faga de luz.
n el lugar donde #abían estado los niños se materializó de pronto la bomba de I=eil. 6ue lo último que vería 5a. Los números rojos de la cuenta atr!s parpadeaban en los contadores gemelos, anunciando a 5a su propia destrucción. FF"F@, FF"FX, FF"FU. 0uando comprendió qui+n le #abía enviado el odioso regalo, frunció los labios dejando los diente dientess al descu descubie bierto rto y emitió emitió un aullid aullidoo fantas fantasmal mal cual cual r!faga r!faga de aire aire env envene enenad nadoo procedente del del infierno. FF"FA, FF"F?. ;ubo un rel!mpago y acabó todo. La criatura semejante a la luz se volvió sólida y reventó en un millón de partículas diminutas.
/aniel, (#a=uri y I=eil salieron de la pir!mide tambale!ndose, a tiempo de observar cómo desaparecía de la vista la nave de 5a. La muc#edumbre apiñada abajo no pudo apartar los ojos cuando la nave empezó a desaparecer. 4(e va 4anunció /aniel. La nave estaba ya a Hilómetros de distancia, alej!ndose a toda velocidad #acia el punto de fuga cuando el contador llegó a cero. Pero si no #ubiera estado desplaz!ndose a esa velocidad, el estallido de luz blanca #abría cegado incluso a aquella distancia a todos los que estaban abajo. Lo que percibieron tras la brillante pulsación inicial fue un fabuloso espect!culo de fuegos artificiales. ' causa no sólo de la reacción nuclear en sí, sino tambi+n como resultado de la alta temperatura, que superó el punto de fusión del cuarzo, la nave estalló en mil pedazos, formando largos arcos en el cielo.
4(e va para no volver 4añadió I=eil. 0uando la gente se dio cuenta de que (#a=uri, /aniel y I=eil #abían salido de la pir!mide sanos y salvos, otro rugido de alegría estalló entre entre la muc#edumbre. muc#edumbre. /etr!s de ellos iban los niños medio desnudos, los jóvenes esclavos de 5a. *iraban a su alrededor y se sentían fuera de lugar entre las gentes toscamente vestidas de las canteras. I=eil quería #acer una advertencia a todo el que deseara agredir a cualquiera de aquellos niños, tom!ndolos por símbolos de 5a, así que se puso a uno en la cadera y con la otra mano enseñó su pistola. &asuf y su s+quito se arrodillaron para rezar, pero (Haara dejó atr!s a su padre y subió #asta la mitad de la rampa mirando a I=eil y a los dem!s. 0on una dilatada sonrisa, el joven se llevó la mano a la sien a modo de saludo militar. ;ubo algo en el gesto que conmovió a I=eil, que se quedó mirando al c#ico sin poder #ablar. Poco a poco, todo el equipo de pastores se puso detr!s de (Haara y saludó.
' &aJalsHy y 6eretti se les caía la baba. Euerían a aquellos muc#ac#os por todo lo que #abían #ec#o por ellos. 6inalmente, se unieron a la formación de los pastores y saludaron tambi+n.
I=e I=eil il no sabí sabíaa qu+ qu+ #ace #acer. r. (abí (abíaa que que era era una una tont tonter ería ía,, pero pero esta estaba ba emoc emocio iona nado do.. Lentamente, levantó la mano y devolvió el saludo al joven (Haara.
(#a=uri se volvió, tomó la mano de /aniel y la puso en alto. La muc#edumbre aulló al unísono y todos levantaron la mano en solidaridad con el #ombre de pelo claro al que #acía aún muy poco #abían temido como a un dios, pero al que a#ora respetaban como #ombre y como amigo.
/aniel abrazó a (#a=uri y la besó. Por primera vez en toda su vida sentía que pertenecía a algo o a alguien- que alguien lo #abía llamado por necesidad y +l #abía acudido.
La ruidosa multitud se puso en pie y lo vitoreó durante unos minutos #asta que los #ombres subieron a la pareja a #ombros y se la llevaron fuera de escena. % mientras se alejaban casi flotando por el desierto, /aniel divisó, sin saber muy bien lo que sentía, a su mastadge preferido, al #ediondo 9n Poco que se paseaba en lo alto de una duna esperando la ocasión de felicitar al #+roe del día. (#a=uri vio que la e$presión de /aniel cambiaba al mirar al animal m!s asqueroso que se #abía encontrado en el planeta y gritó una serie de órdenes a los #ombres que llevaban a /aniel a #ombros. 5iendo y burl!ndose, lo llevaron corriendo directamente #acia el f+tido aliento y las babosas caricias del #íbrido que rebuznaba. 'ntes de que la caliente lengua de 9n Poco le c#upeteara la mejilla, /aniel lanzó a la c#ica una mirada de las que se pueden traducir a cualquier idioma" *e las pagar!s.
PLIDI Q*e #a traído suerteR /aniel llevaba una bengala en una mano y el cuaderno de notas en la otra. (iguiendo sus instrucciones, &aJalsHy giró el anillo interno de la Puerta de las strellas, poniendo en la parte superior la constelación correspondiente, según el orden prescrito. n cuanto el último símbolo quedó en su lugar y se oyó el c#asquido, la e$traña m!quina empezó a funcionar sola. /aniel arrojó la bengala y los dos #ombres salieron corriendo para unirse a los que esperaban en la sala del medallón. l estrec#o corredor donde se #allaba +ste, así como la Dran Dalería de detr!s, estaban abarrotados de espectadores e iluminados con antorc#as de agada. 'unque ya lo #abían visto, /aniel, 6eretti, &aJalsHy y I=eil observaban desde un rincón como un puñado de c#avales que se #ubiera colado de rondón en el cine. l espect!culo era fant!stico. La luz empezó a fluir desde las siete abrazaderas como cuerdas de agua que se lanzaran #acia arriba desafiando a la gravedad, llenando poco a poco el centro del anillo #asta convertirlo en la deslumbrante superficie blanca de un turbulento estanque. Pero esta vez la estrella del espect!culo no fue la luz del anillo, sino la música. La #abían escuc#ado antes en el silo, tras el vidrio de seguridad, junto a los ordenadores y al otro lado de grandes puertas de asbesto. n esta ocasión, sentados bajo la c!lida luz de las antorc#as, rodeados por los muros catedralicios de la pir!mide, comprendieron que la música del anillo era algo m!s que la elevación de una frecuencia sonora. ra una melodía con lentas variaciones y un poder creciente, una rapsodia de doce tonos creada por aquel sintetizador org!nico natural. 'llí, en el entorno natural de la Puerta de las strellas, la música del anillo era verdaderamente sobrecogedora. 0uando la melodía alcanzó su punto culminante y el agitado estanque de luz empezó a desbordarse, /aniel puso a (#a=uri a salvo tras el umbral. 9n instante despu+s llegó el momento que esperaban los terrícolas" la súbita y violenta erupción de energía, la luz líquida que salpicaba toda la sala, como la mano tendida de /ios. I de los dioses. >ncluso los que se #allaban al fondo de la Dran Dalería se quedaron boquiabiertos y retrocedieron al ver el terrorífico poder de la misteriosa m!quina. 0uando se asomaron despu+s por las esquinas o se quitaron las manos de los ojos, la luz ya #abía sido succionada por el anillo mientras la energía recorría el perímetro del aparato como el viento de una e$plosión nuclear. l tubo circular de energía desapareció desapareció en el grueso muro de la pir!mide a menos de dos metros detr!s del anillo. Los terrícolas se pusieron en pie y entraron en la sala. ;abía llegado el momento de irse. (Haara salió de entre la multitud, se dirigió a I=eil y levantó la mano, pero, a diferencia de su primer encuentro con el coronel, esta vez no salió corriendo y c#illando cuando I=eil se la estrec#ó. La verdad es que (Haara no volvería a #uir de nada m!s en toda su vida. :ambi+n lo supo I=eil en aquel instante. % supo que, en cierto modo, tambi+n +l #abía salido #uyendo a su estilo. Dracias en parte al valor de aquel joven, no volvería a #acerlo. l coronel sonrió en señal de despedida. *ientras el equipo se dirigía al corto tramo de peldaños que llevaba a la Puerta, 6eretti se volvió a /aniel. 4' propósito 4preguntó, elevando el tono de voz por encima del zumbido de la Puerta4, recuperaste los librosM 4(í. 9no est! un poco estropeado 4dijo, mirando de reojo a I=eil4, pero sí, gracias. 4Euiero que sepas 4dijo 6eretti, peg!ndole la boca al oído4 que siempre estuve seguro de que nos devolverías a casa 4añadió, mintiendo como un bellaco.
4(í, claro, yo tambi+n 4comentó &aJalsHy, alargando alargando la mano para despedirse de /aniel4. Dracias. /aniel asintió para decir Qde nadaR y se volvió al militar de la boina negra.
40ree que estar! bienM 4preguntó I=eil, aunque de sobra sabía cu!l iba a ser la respuesta. /aniel miró a (#a=uri y sonrió. La joven, que estaba a su lado, entendió m!s o menos de qu+ estaban #ablando. 4(í, creo que sí. 4(arc!sticamente, 4(arc!sticamente, le devolvió la pregunta4. % ustedM
l coronel sabía muy bien a qu+ se refería /aniel y no le importaba contestar. /aniel #abía dado en el clavo la vez que estuvieron en la cueva. l coronel no tenía prisa por morir. o en aquel momento. 'quel día pensaba en (ara#, en volver a su lado lo antes posible. :al vez no fuera demasiado tarde. :al vez aún estuviera a tiempo de salvar su matrimonio. Pasara lo que pasase, al menos menos quería intentarlo. intentarlo. >ntentarlo y volver a vivir. 4(í, estar+ bien 4respondió. % con estas palabras /aniel supo que era cierto, que estaría bien. 4ste lugar le va muy bien, nformación militarM 4preguntó /aniel. 4(i algo caracteriza a los militares, es que nunca informan de nada. 4;!gam 4;!gamee un favor favor 4dijo 4dijo /a /anie niel, l, entre entreg!n g!ndol dolee el medal medallón lón de 0at#er 0at#erine ine4. 4. /ígale /ígale a 0at#erine que me trajo suerte.
40laro. 40laro. 4% antes antes de dejarse arrastrar arrastrar por la emoción, emoción, I=eil dio media vuelta, subió los escalones y penetró directamente en el #az de la Puerta.
&aJalsHy y 6eretti lo siguieron, sus im!genes congeladas y suspendidas brevemente antes de desaparecer como una manc#a borrosa. 0ada vez que un #ombre se sumergía en el estanque de intensa luz blanca, todos los nagadanos se quedaban sin aliento. Por fin, los tres desaparecieron. desaparecieron. (e #abían ido.
(Haara, /aniel y (#a=uri se quedaron mirando un rato, #asta que el anillo giró, se cerró y las entrañas de la pir!mide quedaron iluminadas sólo por las antorc#as. (e pusieron en cabeza de la comitiva y salieron al desierto, donde el último de los tres soles se ocultaba ya por el #orizonte. *ientras iniciaban el largo camino de regreso a la ciudad, 9n Poco remontó la cima de una gran duna. (ituado entre los nagadanos y la luna oval del planeta, dejó escapar un #ermoso grito de queja.
Con!in=a la aen!"ra en StarGate 2: Rebelion
Cuando el equipo de los científicos y soldados entraron en el StarGate, llevar una rebelión armada en un planeta a un millón de años luz de la tierra, era la última cosa que tenían en sus mentes. !ora que !a comenzado, nadie puede i"norar al comando de #ac$ %&'eil, a un rene"a rene"ado do e"iptól e"iptólo"o o"o (aniel (aniel #ac$son, #ac$son, y la mayoría mayoría de los pueblo puebloss reci)n liberados de bydos, empieza una búsqueda desesperada de la libertad a un millón de años luz del planeta Tierra, pero tanto el *+)rcito de **. y la sucesora de -a, at!or, at!or, tiene otras ideas para el...
S TA R G AT E 2: Reb Rebel elio ion n