CARBONES:
Durante las dos últimas campañas maiceras se presentaron en numerosos casos de carbón del maíz causado por el hongo Ustilago maydis. Las consultas apuntaban al diagnóstico de la enfermedad, pero principalmente al manejo que se podía hacer del material afectado y a las posibilidades de evitar la enfermedad o sus daños en futuros cultivos. Esto motivó la realización de recorridas de campo y la búsqueda de datos bibliográficos. El objetivo de este escrito es difundir los resultados de ese trabajo a la comunidad.
Ustilago maydis: CARBON DEL MAIZ
Enfermedad más frecuente e importante en zonas de climas cálidos y moderadamente secos y en particular en los MAICES DULCES. La enfermedad puede formar agallas en cualquiera de los órganos de la planta, ya sea en las hojas, mazorcas, espigas florales, etc... Las perdidas llegan en general al 2% pero pueden llegar al 50% en maíces dulces. El micelio del hongo penetra y estimula a las células del hospedante a dividirse y a aumentar de tamaño formando agallas. El hongo inverna como teliospora en restos de cultivos o en el suelo, donde se puede mantener viable por varios años. Las teliosporas germinan en la primavera, produciendo basidiosporas, las que se dispersan por el viento. Las basidiosporas germinan produciendo una hifa fina, la cual penetra directamente en la epidermis. Armillaria mellea: Pudrición de la corona de los arboles, fungosa del roble, pudrición en aguja de zapato.
Afecta a ciertas especies de árboles frutales, como manzano, pera, vides y arboles forestales. Carbones del maíz
Estas enfermedades han aumentado su incidencia en la zona centro-sur de Chile en los últimos años, causando importantes reducciones en los rendimientos del cultivo. Además, las mico toxinas producidas por estos patógenos, causan serios problemas en la salud y en la eficiencia de engorda de los animales alimentados con granos infectados. Cabe destacar, que para el carbón común no existe control químico y que para el carbón de la panoja, si bien existe la opción de control químico, esta es cara y requiere de sembradoras que tengan micro-granuladores, las que no son fáciles de conseguir. La rotación tampoco es efectiva, ni siquiera en el mediano plazo, ya que el inóculo permanece activo en el suelo entre 6 a 7 años. Una muy buena forma de disminuir significativamente la incidencia de estas enfermedades es a través de la siembra de híbridos tolerantes y Dow AgroSciences tiene para usted híbridos muy tolerantes a carbones. CLASIFICACION TAXONOMICA DEL CARBON DEL MAIZ
Fungí Reino: Eumycota División: Subdivisión: Basidiomycotina Heterobasidiomycetes Clase: Ustilaginales Orden: Ustilaginaceae Familia: Ustilago Género: Ustilago maydis Especie:
Síntomas Agallas cubiertas por una membrana blanca, presentes en cualquier parte de la planta que se encuentre sobre el suelo. En mazorcas, estas agallas disminuyen el rendimiento y contaminan el lote de cosecha con impurezas. En tallos, causan caída de plantas, con la subsecuente pérdida de rendimiento.
Transmisión de la enfermedad
El hongo sobrevive el invierno en el suelo y en residuos o rastrojos. Las esporas se diseminan por viento y en el agua de riego a través de la hilera. Las esporas pueden infectar plantas sanas, pero infectan más fácilmente plantas con heridas debido a la cultivadora, insectos, etc. La infección se agrava además por el excesivo uso de nitrógeno y/o guano. Finalmente, un ambiente tibio y seco, entre 20°C a 27°C, tal como se presenta en la estación de cultivo en Chile, favorece el crecimiento de la enfermedad.
Carbón común (Ustilago maydis)
Carbón de la panoja (Sphacelotheca reiliana) Agente causal
Ustilagomaydis es el nombre aceptado para el causante del carbón del maíz. Factores que afectan a la enfermedad
Ambientales y del cultivo La proporción de plantas de maíz enfermas fue afectada por el estado de crecimiento del cultivo, la fecha de siembra y el cultivar. Todas las partes aéreas de la planta fueron susceptibles al ataque, pero la infección se presentó con mayor frecuencia en las yemas y las espigas, mientras las otras partes de la planta sufrieron ligeros ataques. El órgano más susceptible a U. maydis es la espiga, y los órganos reproductivos y vegetativos jóvenes son más susceptibles que los viejos. El estrés hídrico incrementó el ataque de Ustilagomaydis. La severidad de infección fue extrema en situaciones de estrés hídrico durante el llenado de granos. Fertilidad
En experimentos con inoculación artificial de esporas del hongo a plantas en estados de desarrollo entre 6 y 10 hojas, la infección fue menor al plantar en suelos calcáreos que en aquellos no calcáreos. (Kostandi-SF; Solimán-MF; Ghaly AA, 1997). La fertilización con nitrógeno incrementaría la enfermedad. Urea aplicada en dosis de 341 kg N-ha incrementó la severidad en 6%. Plantas fertilizadas con nitrato de
amonio tuvieron una incidencia de enfermedad 9% superior que las suplementadas con urea. No obstante la aplicación dividida de nitrógeno, a la plantación y al estado de 16 hojas, limitó la infección y permitió incrementar el rendimiento. La fertilización con potasio o zinc reduciría la enfermedad. La aplicación de potasio redujo la incidencia de enfermedad en 20%. La fertilización con zinc disminuyó la severidad de carbón en 10%. Calidad del ensilaje y toxicidad
El ataque de carbón en maíz pone en peligro la ensilabilidad del material. Las pérdidas de gas fueron mayores para el silaje de maíz atacado, lo que indica menor durabilidad. Sin embargo, señala que a pesar de los daños muy conspicuos causados por U. maydis en las plantas atacadas, y con ello las pérdidas de energía, no peligra la ensilabilidad de la planta de maíz entera. Cierta pérdida del valor alimenticio del forraje (digestibilidad) podría ser corregida con la conformación de la ración. información sobre toxicidad de plantas enfermas con carbón común para el ganado es escasa y contradictoria, se registraron dos casos de intoxicaciones, un caso en bovinos y otro en porcinos, En los bovinos hubo fuerte acción irritativa sobre el aparato digestivo. En los cerdos había sintomatología nerviosa. Las toxinas y el efecto dañino del carbón del maíz no están totalmente clarificados. Estos autores no encontraron ningún veneno que impida el aprovechamiento de plantas enfermas. Indica que el resultado de exámenes veterinarios y toxicológicos para determinar el posible daño de U. maydis bajo condiciones controladas no han dado en ninguna ocasión indicios de venenos del tipo de los alcaloides ni han hecho pensar en no dar de comer a granos conteniendo carbón común.
CICLO DE VIDA DE (Ustilago maydis)
El micelio del hongo penetra en las áreas infectadas y estimula a las células del hospedante para que se dividan y crezcan, formando así crecimientos excesivos o agallas. Estas se cubren inicialmente por una membrana blanca y verdosa. Más tarde, conforme maduran, las agallas alcanzan un diámetro de 1a15 cm, su interior se oscurece y se transforma en una masa polvorienta de esporas oscuras de color café olivo. La membrana gris plateada se rompe entonces y expone millones de teliosporas ennegrecidas, las cuales son liberadas a la atmósfera. Las agallas que se forman en las hojas a menudo se quedan del mismo tamaño, posteriormente se endurecen y secan pero no se rompen.
El hongo inverna en forma de teliosporas en los restos del cultivo y en el suelo, donde se mantiene viable durante muchos a ños. En la primavera y el verano las teliosporas germinan y producen basiodiosporas que son llevadas por las corrientes de aire y son salpicados spor la lluvia hasta los tejidos j óvenes y en proceso de desarrollo de las plantas del ma í z. Las basidiosporas germina sobre la superficie del hospedante y producen una hifa por lo com ún se marchita y en ocasiones muere, a menos que entre en contacto y se fusione con una hifa haploide proveniente de una basidiospora del tipo de apareamiento compatible. Esta hifa se desarrolla en los tejidos de la planta principalmente a nivel intercelular. Las células que rodean a la hifa son estimuladas para que sufran hipertrofia e hiperplasia y comienzan a formarse las agallas. La hiperplasia puede producirse antes de que el hongo invade a los tejidos, las agallas pueden empezar a formarse incluso antes de que el hongo invada a esos tejidos. El micelio en la agalla permanece intercelularmente durante la formaci ón de la misma, pero antes de la esporulaci ón, las c élulas alargadas del ma í z son invadidas por el micelio, por lo que se colapsan y mueren. El micelio del hongo utiliza los contenidos de la c élula para desarrollarse, y la agalla consiste entonces principalmente de micelio diacrí tico y restos de c élulas. La mayor ía de las c élulas diacríticas posteriormente se transforman en teliosporas y durante el proceso parecen absorber y utilizar el protoplasma de las dem ás células miceliales, las cuales quedan vac í as. Solo la membrana que cubre a la agalla no es afectada por el hongo, pero finalmente se rompe y las teliosporas son liberadas. Algunas de estas llegan a los tejidos j óvenes meristematicos del ma í z, producen nuevas infecciones ya agallas durante la misma estaci ón, pero la mayor ía de ellas caen sobre el suelo o permanecen en los restos del ma í z, donde pueden sobrevivir durante muchos a ños.
Ciclo de la Enfermedad
El hongo sobrevive al invierno como teliosporas diploides en el rastrojo o sobre el suelo. Se estima de que una sola agalla contiene más de 200 billones de esporas, estas pueden permanecer viables por varios años y pueden ser diseminadas por viento o gotas de lluvia, o pueden germinar para formar esporidias haploide que también se diseminan por viento o gotas de lluvia. Las esporidia se conjugan para formar un micelio dicariotico que penetra los tejidos del hospedante en infecciones localizadas. Cualquier tejido meristemático, en activo crecimiento puede ser infectado sobre el suelo. Las agallas comienzan a formarse dentro de la semana de infección y crecen hasta las 3 semanas de producirse el ataque a los tejidos. Teliosporas producidas en estas agallas no son importantes como inóculo en la estación de crecimiento del maíz. Sin embargo, después de invernar , sobre el rastrojo o el suelo constituyen el inóculo para los cultivos siguientes. Parece ser que las teliosporas liberadas en las agallas, resultan en inóculo más que suficiente en la naturaleza. Algunas veces puede ocurrir el carbón común en campos donde no existieron cultivos de maíz por varios años. El carbón común ocurre cuando se presentan en el cultivo tiempo húmedo y lluvioso y numerosos trabajos indican un incremento importante del número de agallas en el cultivo si se producen heridas en los tejidos, (provocada por caída de
granizo o daño mecánico por herramientas, o por arena en tormentas con fuertes vientos). Las heridas inducen la división y alargamiento celular, incrementando la susceptibilidad al patógeno. Factores que reducen la producción de polen o inhiben la polinización también incrementan la infección porque los ovarios de la espiga están protegidos del ataque del carbón después de ser fertilizados, debido a que las barbas o estigmas adheridas a los ovarios fertilizados mueren y no son susceptibles a la infección. Por ejemplo condiciones secas y calurosas causan a menudo una falta de sincronización entre la producción de polen y las barbas de la espiga resultando en una mala polinización. Agallas en la espiga de U. maydis serán más frecuentes si las esporas del carbón se diseminan rápidamente sobre los estigmas del ovario no fertilizado inmediatamente después de condiciones secas y calurosas. Muchos investigadores asocian la presencia de agallas con condiciones de sequía, porque incrementa el número de ovarios no fertilizados (Figura 3).
FUENTES DE DISEMINACION: Es causado por Ustilago maydis. Es endémico en todas las zonas donde se cultiva maíz. U. maydis puede atacar cualquier órgano de la planta, siendo frecuente en las inflorescencias. El hongo desarrolla en los tejidos afectados agallas de tamaño variable y de color verde a grisáceo. El interior de estas agallas es de color oscuro por la presencia de una masa de esporas de color negro, que constituyen la fuente de diseminación del patógeno. Plantas infectadas pueden ser observadas fácilmente en los bordes de los lotes. La enfermedad es favorecida en condiciones de sequía y temperaturas entre 26 y 34º C.
Manejo de la enfermedad
Varios métodos de manejo se han desarrollado para controlar el carbón común. Estos incluyen: rotación de cultivos (cuestionable, porque las esporas sobreviven por varios años), tratamiento en semilla con fungicidas (protección solamente en las primeras semanas), modificación de la fertilidad del suelo y control biológico. Sin embargo solamente el uso de híbridos resistentes en el método más práctico y efectivo para controlar de la enfermedad. No existen líneas de maíz inmune a la infección por U. maydis. Las líneas de maíces dulces tienden a ser más susceptibles al carbón común que los otros maíces.
Bibliografía:
www.dowagro.com/cl/semillas/carbon.htm www.dowagro.com/cl/semillas/carbon.htm www.agroparlamento.com/agroparlamento/notas.asp?n=0523