Mignolo, Walter D. 2006. “El desprendimiento: pensamiento crítico y giro descolonial”. En: Walter Mignolo, Freya Schiwy & Nelson Maldonado Torres. Cuadernillo no. 1: (Des)Colonialidad del …Descripción completa
Mignolo, Walter D. 2006. “El desprendimiento: pensamiento crítico y giro descolonial”. En: Walter Mignolo, Freya Schiwy & Nelson Maldonado Torres. Cuadernillo no. 1: (Des)Colonialidad del …Full description
Desprendimiento coroideo Por el Dr. Miguel A. A. Arcacha, Jr., F. A.
C. S.
El desprendimiento coroideo ocurre cuando suero o sangre entra al espacio (que en realidad no existe) entre la coroidea y la esclera. Los desprendimientos coroideos serosos (trasudación o exudación) se producen principalmente por trauma, inflamación o hipotonía. Los hemorrágicos se desarrollan a partir de una ruptura de los vasos coroideos debido a trauma o cirugía ocular. En el examen oftalmoscópico se observa una masa elevada en forma de cúpula o globo de superficie lisa (Fig.1). Por lo general, la retina permanece aplicada a la coroides aunque a veces se desprende por exudación (Fig. 2). Estos desprendimientos se resuelven tratando la causa etiológica o por medio de cirugía (drenaje del espacio supracoroideo). Sin embargo, el resultado visual final es peor en las hemorragias intraoperatorias (expulsivas) que por lo general van acompañadas de pérdida de contenido ocular.
El tratamiento quirúrgico puede ser complejo, sobre todo si las coroideas son grandes y de origen hemorrágico, h emorrágico, por lo que estos casos deben ser
manejados por un vitreoretinólogo. Los síntomas por lo general son: marcada disminución de visión en un ojo que de otra manera es asintomático. En los casos clásicos hay hipotonía con cámara anterior poco profunda, y a veces iritis. Existen ocasiones en que el desprendimiento coroideo es tan grande que sus paredes colisionan o se encuentran en el medio de la cámara vítrea. Esto se conoce con el nombre en inglés de “kissing choroidals” (Fig. 5). Sin embargo, la mayoría de los desprendimientos coroideos son más leves y no envuelven todos los cuadrantes.
En mi experiencia el diagnóstico diferencial más importante está en establecer la diferencia si el desprendimiento es de retina o coroideo. En el caso que la separación sea coroidea, la elevación típicamente adopta la forma de una esfera o cúpula con una superficie lisa (Fig. 3). Sin embargo, el desprendimiento de retina rhegmatógeno tiene una superficie irregular (rugosa como las fisuras del cerebro) (Fig. 4). Si el desprendimiento es reciente la retina se moverá libremente, cuando se le ordena al paciente mover los ojos de un lado al otro, lo que se puede ver tanto con el oftalmoscopio como en el ultrasonido. No hay que olvidar que los desprendimiento de retina también pueden ser exudativos (el líquido se acumula entre la retina sensorial y el epitelio pigmentado) y muchas veces van asociados a otra patología mucho más severa como tumores, procesos inflamatorios oculares e hipertensión maligna. Por último hay que tener en cuenta en el diagnóstico diferencial el síndrome de efusión uveal ideopático (Fig. 7).
Este consiste en un desprendimiento seroso espontáneo de la coroides y cuerpo ciliar junto a un desprendimiento no rhegmatógeno (a veces se asocia a un desprendimiento macular seroso) de la retina. Estos casos se pueden presentar con las mismas características clínicas pero aparece en adultos jóvenes sanos.
3.2. Desprendimiento coroideo En todo paciente operado de trabeculectomía es habitual encontrar cierto grado de desprendimiento coroideo en relación con la hipotonía posquirúrgica. Si es muy extenso puede favorecer y prolongar la atalamia. MOTIVO DE CONSULTA – Pérdida o disminución de la visión. EXPLORACIÓN CLÍNICA – Atalamia o disminución de la profundidad de la cámara anterior. – Edema corneal con pliegues en la membrana de Descemet. – PIO muy reducida. – Desprendimiento coroideo visible mediante oftalmoscopia: bolsas periféricas de color rojizo o pardo (fig. 3.2.1) que, si son grandes, pueden llegar a verse a través de la pupila con la lámpara de hendidura – En hipotonías graves o prolongadas puede haber retinopatía hipotónica con pliegues y afectación macular (fig. 3.2.3).
– Ecografía: desprendimiento coroideo. TRATAMIENTO – Midriáticos: ciclopléjico, 1 gota cada 6 horas. – Antiinflamatorios tópicos: corticoides, 1 gota cada 4 horas. – Si la inflamación es intensa: antiinflamatorios sistémicos: prednisona 1 mg/kg/día. – Si las bolsas contactan entre sí (kissing), con el cristalino o con la lente intraocular, está indicada su evacuación quirúrgica.