PROTOCOLO DE INVESTIGACION SOBRE EL FUSTE CHARRO
Antecedentes del problema: El fuste es el esqueleto que los jinetes usan en la silla de montar utilizándolo como una base de apoyo para sujetar todas las partes que lleva este. Las sillas de montar se venden usualmente en las zonas céntricas del país (Jalisco, Hidalgo, Morelos, Nuevo León, Querétaro, y San Luis Potosí.) El tiempo de elaboración es de aproximadamente de 3 semanas a un mes. Su duración es de tres meses a un año depende del tipo de zona y el uso que a este se le dé.
Planteamiento del problema: ¿Cómo podemos aumentar la vida útil del fuste en la zona sur del país? Debido a las condiciones climáticas de esta zona del país los fustes al ser creados para climas más secos, tienden a romperse en muy poco tiempo dependiendo de su uso y el cuidado, ocasionando que los charros de la región tenga que gastar altas cantidades en fustes completamente nuevos.
Objetivos de la investigación: investigación: general y específicos Objetivo general: Innovar el fuste charro para tener un mejor rendimiento en el ámbito climático de la zona sur del país.
Objetivo específico: •
Analizar el tiempo de rendimiento del fuste.
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Identificar el mercado meta.
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Medir el proceso de reconstrucción.
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Adaptar el fuste a las condiciones climáticas del estado
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Mejorar el aspecto físico del fuste
Justificación: Impacto social, tecnológico, ético, económico y ambiental. Viabilidad de la investigación Este problema afecta a los charros porque una silla de montar cuesta desde 5000 a 50000 pesos las más caras. Debido a que nos centramos en una muestra en el municipio de Nacajuca
se llegó a la conclusión que los charros de este municipio no tienen la posibilidad económica de estar comprando una silla nueva cada 4 o 6 meses. Debido a las condiciones climáticas de la región sureste del país surgió la idea de crear una mezcla protectora que mejore el rendimiento y así mismo que garantice la seguridad del jinete.
Marco teórico
La silla de montar es un elemento que une al jinete a los lomos de un caballo. Es usada para la mayor comodidad del jinete y para cuidar el lomo del animal. Los primeros jinetes no tenían sillas, sino que cabalgaban a pelo. La silla de montar de cuero fue inventada hace más de 2000 años por los guerreros de las estepas asiáticas. Este invento revolucionó el arte de montar a caballo. Montados sobre esta silla, l os guerreros podían luchar en forma más efectiva, ya que disminuían las caídas de los caballos. Existen una gran cantidad de tipos de sillas, cada una de ellas está relacionada con el tipo de monta que se va a usar, la doma del caballo, los materiales disponibles y la cultura del lugar de origen.
Las sillas más simples, llamadas "albardas" o "aparejos", consisten en un simple cojín de cuero o lona relleno de un material esponjoso y sujeto con varias cinchas, lo que ayuda a relajar la fricción del peso del jinete o de la carga sobre el lomo del animal. Estas sillas se siguen usando sólo en los ambientes rurales, en monturas tales como burros y mulas, o en los países en vías de desarrollo, ya que los materiales de los que están hechas son mucho más simples que una silla convencional.
Existe una variante local y evolucionada de esta silla, llamada "jerezana", que consiste en una zalea de piel de borrego sobre una superficie de cuero y con borrenes y respaldo mínimos, y sin ninguna armadura interna. Esta silla resulta mucho más liviana y funcional que una silla normal, pero más clasista que una albarda común.
Estructura de una silla china de montar de la dinastía Ming, período Wanli (1572-1620), madera laqueada.
Las sillas de doma o potreras. Son las empleadas para efectuar un primer contacto entre el caballo y el jinete, así como en los trabajos de doma. Estas sillas suelen tener borrenes desarrollados, ya que es más fácil que el jinete pueda necesitar alguna clase de agarre al montar, y también son menos rígidas que las comunes. A l a hora de usarlas, la primera silla de doma que se pone al potro, es ligera y más suave, y a medida que la doma avanza, se va volviendo más pesada. Silla de paseo. Para este tipo de silla se suele usar la silla de montar inglesa. Se trata de una silla de peso mediano, con faldones laterales, borrenes y respaldo prácticamente ausentes, y estribos simples. Es básicamente una silla multiuso y está pensada para la monta regular al estilo "jineta", pero no prolongada. Es la más extendida en la práctica de la equitación con múltiples variantes según su uso final. Hay unas más ligeras que se emplean en las competiciones o exhibiciones hípicas (polo, salto, adiestramiento, etc.), porque al ser más livianas el caballo tiene menos peso. Cada una presenta variantes acordes con su función; así por ejemplo, una silla de salto tiene los faldones
más cortos y redondeados, con la parte frontal acolchada, mientras que una silla de doma clásica tiene los faldones muy largos y sin acolchar.
Silla vaquera: Este tipo de silla posee muchas variantes de acuerdo con el país de origen: así la silla vaquera de los Butteri italianos es diferente a la silla vaquera empleada en España, o la de Australia, aunque la más conocida internacionalmente es la silla de cowboy americano, y la muy similar silla charra de México.
A pesar de las variantes locales, todas tienen una serie de características comunes, acordes para ser usadas durante mucho tiempo, en condiciones adversas y de trabajo duro, y que sean cómodas tanto para el jinete como el animal. La principal característica es que más que una silla, es un sillón, ya que resulta grande, amplia, con grandes borrenes y respaldo. Sus estribos suelen ser bastante grandes, para proteger los pies del jinete de los accidentes, y su posición está ligeramente adelantada, de forma que el jinete puede ir ligeramente recostado sobre la silla, lo que ayuda a pasar muchas horas trabajando en el campo. Son muy amplias, cubriendo gran superficie del lomo del animal, lo que ayuda a distribuir mejor el peso del jinete sobre el lomo de la montura, siendo así menos molesto. En muchas variantes locales se tiene la costumbre de adornar profusamente este tipo de silla, o bien proveerla de una zalea. Tiempo de vida de una silla de montar
El tiempo aproximado de una silla de montar es de 1 año a 2 años dependiendo de las condiciones climatológicas de la zona y del tipo de uso que le dé el usuario, pero aplicando la mezcla que estamos proponiendo se garantizan 3 a 4 años de uso rudo.
Hipótesis
Las condiciones climatológicas de tabasco son la causa del deterioro de las sillas para montar
Por estar ubicado en la zona del trópico, en Tabasco la transición de una estación a otra es poco marcada, de ahí que la temperatura media anual sea de 26 grados, con una máxima media de 42 así como la presencia de lluvias durante prácticamente todo el año, por lo que la conjunción de fenómenos hidrometeorológicos de diferente naturaleza sean las que hayan provocado las dos últimas inundaciones en la entidad. De acuerdo a informes de la Comisión Nacional del Agua, en Tabasco se distinguen tres tipos de clima; el primero es el cálido húmedo con abundantes lluvias en verano, que regularmente es el dominante; la temperatura media, en la mayor parte del territorio tabasqueño que presenta este clima es de 26.9 grados, medida en un período de 30 años (1969 -1999); el año más frío en dicho período se registró en 1996 con una temperatura media de 26.3 grados y el más caluroso en 1986 con 28.2 grados. Las condiciones adversas de agua y sol son factores terribles para la duración de muchos de los materiales que cumplen su periodo de vida antes de lo prometido. La mezcla “fuste” que presentamos es capaz de soportar grandes cambios climáticos y físicos extremos y prolongar la vida de la silla para montar.
José victor García Mercado Monserrat Juárez zapata Jonatán Levi Sánchez Jiménez