El periodo indígena en Colombia comenzó cuando llegaron sus primeros pobladores hace aproximadamente 20.000 años. Los primeros habitantes de nuestro actual territorio penetraron la costa caribe y por el oriente. Desde allí, numerosos grupos se desplazaron lentamente hacia el interior y ocuparon las cordilleras andinas. Algunos pueblos pasaron del nomadismo al sedentarismo mientras que otros mantuvieron su vida nómada. Los pueblos ancestrales en Colombia se han censado dando como resultado 87 pueblos, esto contrastado con cifras presentadas por las organizaciones que representan a estas comunidades, (ONIC) quienes afirman que existen 102 pueblos indígenas en Colombia, 18 de ellos en peligro de extinguirse. Comienza en el año 1500 con la primera llegada de los españoles a nuestro actual territorio. Finaliza en 1810 cuando se inicia el proceso de la independencia. El periodo hispánico, que duro más de 3 siglos se divide en las etapas de descubrimiento, conquista, y colonial. EL Descubrimiento. Se produjo el primer encuentro entre españoles e Indígenas. Durante la exploración de nuevos territorios los españoles encontraron poblaciones Indígenas y abundantes recursos naturales. La Conquista: Comprende entre los años 1500 a 1550, Se fundan las primeras ciudades, Los españoles someten a las comunidades para que les, den sus territorios y bienes. La Colonia: España consolida su poder en nuevos territorios Americanos, Debido a la disminución de la población indígena, se trajeron negros del África para trabajar como esclavos. Se produjo un intenso mestizaje entre indígenas, negros. Blancos. La economía se basó en la extracción de oro y plata y el cultivo de quina, tabaco y añil. Se estableció el monopolio comercial, por la que todas las actividades de compra y venta de mercancías eran controladas por la corona.
-Las guerras de independencia política de comienzos del siglo XIX acabaron con el proyecto de reformas y modernización emprendido por los Borbones en la América española. En Santa Marta, el fin del régimen español debió significar el comienzo de un corto período de distensión en la presión colonial sobre los pueblos indígenas del macizo serrano y de las tierras planas que lo rodean. Como en todas las áreas indígenas en que el antiguo Estado colonial no logró consolidarse, y por ello quedaron en los límites de la frontera de expansión colonial, la Sierra Nevada recuperó su condición de marginalidad, su carácter periférico con relación a los principales centros criollos de la gobernación Santa Marta, Valledupar y Riohacha. Por la fuerza de las circunstancias que conllevaron los cambios políticos de comienzos del siglo, todo el sistema impuesto de gobierno y control de los aborígenes serranos y de las tierras bajas de su periferia dejó de operar. A este efecto contribuyeron, desde luego, la inestabilidad de la naciente república y el ciclo inexorable de las guerras civiles que asolaron todo el siglo XIX republicano. La Sierra Nevada y su hinterland se aislaron entonces de nuevo, en la medida en que el macizo sale del escenario particular de la conformación y presencia de un dominio estatal sobre sus habitantes nativos. Estos últimos procesaron, por la fuerza, los cambios impuestos durante el antiguo régimen, tanto como reafirmaron los vínculos nunca perdidos con su cultura ancestral