Frente a los dilemas existentes en la política peruana peruan a reciente y su constante repensar en los diferentes campos científicos y literarios, decidimos entrevistar al historiador estadounidense Mark Thurner, profundo investigador de la historia política peruana del siglo XIX.Mark Thurner es profesor asociado de historia y antropología en la Universidad de Florida. Ha sido investigador asociado en el IEP y en El Colegio de México, además de profesor visitante en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es coeditor (con Andrés And rés Guerrero) de After Spanish Rule: Postcolonial Predicaments of the Americas (2003), compilador de Sebastián Lorente: Escritos fundamentales de historia peruana (2005). Asimismo, es autor de Republicanos andinos (2006) y de numerosos artículos aparecidos en prestigiosas revistas americanas y europeas. Un artículo suyo apareció en el reciente libro de Pablo Sandoval, Repensando la subalternidad (2009). Próximamente saldrá su nuevo libro sobre la historia de la historia peruana intitulado El abismo de la historia.
¿La relación entre historia y política fue la misma durante los períodos colonial y poscolonial? En lo absoluto, pues hubo una especie de mutación entre la soberanía real a la soberanía popular del siglo XVIII al XIX. Es con Sebastián Lorente que se puede hablar de una historia peruana y proyectar esa historia hacia los orígenes o rígenes primitivos del hombre peruano; eso hace que la historia sea el discurso fundacional para la política moderna. Y es solo con ello que se puede hablar de una literatura nacional y popular; popula r; vale decir, es el discurso histórico el que funda la política como tal, y eso lo podemos ver en la historia peruana del siglo XIX. En otras palabras, es la historia la que inventa la política. Ahora, esa invención de la soberanía popular es un hecho político también, o sea borrar el nombre del rey, borrar la soberanía del rey. Eso significa romper con España Esp aña y es con esa ruptura ru ptura que se produce la posibilidad de la historia peruana. Es complicado porque, por un lado, necesitas de esa ruptura política para fundar esa historia, pero, por otro lado, esa ruptura política no tiene sentido sobre un discurso histórico, sobre la soberanía popular. Elías Palti lo describe muy bien. Hay una paradoja, una aporía existente entre historia y política: para fundar el sujeto político moderno necesitas un poder constituyente, es decir, un acto que rompa con la soberanía absolutista, real y que funde un sujeto popular. Ahora, para fundar ese sujeto popular tienes que inventar un mito del pasado, de que ya existía ese sujeto, porque, de lo contrario, la voz no tiene lugar. Necesitas un sujeto que enuncie la soberanía popular, pero ese sujeto no existe sin la misma enunciación. Por eso, todos los estados republicanos se basan en constituciones, porque la constitución es el hecho de fundar la política a través de una historia que se inventa en el mismo momento de fundar la soberanía popular. En realidad, la política es impensable sin la historia y, por po r otro lado, la historia se funda en un gesto político.
Republicanos andinos El autor busca hacer una historia del Perú republicano en el Perú republicano. Al referirse a Republicano es centrado en un sujeto político indio que fue creado cuando se inserta a la monarquía española. Habla también del cambio de significado de la palabra indio entre los años de 18121826 pasando de español-peruano- y de peruano a indígena. La misión colonizadora fue convertir al indio tanto en un cristiano como en republicano, es decir, hombre político de alma católica. Los Alcides de Varas* logran este propósito, los indios formaron republicas y modernos centros políticos. El indio se debe mirar como un sujeto histórico republicano y civilizado. Los denominados indígenas lograron de alguna u otra forma ser reconocidas por el estado caudillista.
ESTE LIBRO BUSCA IR MÀS ALLA DE LA CONFORMACION NACIONAL, EL ASUNTO SOCIAL O ETNICO, ES MAS BIEN UNA MIRADA HISTORICA CRITICA.
*la historia de la republica es el bautismo secular de la identidad de los hombres libres como seres políticos que se produce por la negación de la vida política en la colonia. La colonia es sinónimo de feudalismo y ataduras. Analiza las connotaciones que la palabra indígena posee a través del periodo tardío colonial, independista y republicano. Este texto tiene miradas desde el estudio subalterno diciendo además que debemos aprender de ellos (subalternos). Analiza la actividad política del peruano en la republica.
CAPITULO 1. HISTORIZANDO EL PREDICAMENTO POST COLONIAL ANDINO. El libro es la historia regional de HUAYLAS-ANCASH (región peruana que cambio de nombre y corregimiento en tiempos de la colonia y en la post colonia fue departamento de Huaylas) que trata el cambio en la construcción de un discurso político y la relación que se genera desde el estado con el campesinado primero en la forma nacional del Virreinato y después en la transición al postcolonial ismo.
CRÍTICA A ANDERSON-> Anderson tiene un Espíritu antropológico para escribir acerca de la difusión de nacionalismo. Su teoría desplazo la relación histórica entre la vieja nación europea y la nueva nación post colonial. Anderson cree que la creación de la nación fue producto de los aspectos culturales como la religión, la familia, debemos dejar de lado o no considerar al nacionalismo como una ideología política y solo entender el nacionalismo como una producción cultural del capitalismo impreso o, como una comunidad política imaginada donde la ciudadanía se liga al territorio por la soberanía que ejercen sobre ello. Esta comunidad imaginada se constituye de forma diferente a la comunidad de la aldea o el pueblo campesino. Según Anderson la nación moderna se gesta en las lengua vernáculas nacionales y la impresa que son medios narrativos que permiten IMAGINAR la nación como algo en común. Anderson propone que la nación es una invención moderno, por tanto, no existió ninguna nación antes del siglo XVIII (entendemos que lo moderno entra en la pelea con la Rev Francesa de 1789). Bajo esta lógica de la nacionalidad como constructo social “moderno” la
REPUBLICA LATINOAMERICANA es vieja y es más, PIONERA en el mundo de los nacionalismos. Bajo esta perspectiva la republica latinoamericana es vieja pero a la vez nueva con el postcolonialismo. La nación postcolonial americana heredo el sistema político y administrativo de la colonia. ¿cómo se imagina la nación delimitada y soberana en el periodo colonial? El autor se pregunta cuál es el truco hegemónico. La frontera administrativa de la colonia no influye tanto en la construcción de la nación postcolonial, no así la frontera jerárquica, donde persisten las castas, color, genero y las diferencias comunes.
Thurner hace un análisis de Perú, Huaylas específicamente. Y explica que la conformación de la nacion o republica peruana tuvo un periodo de “ejemplo” desde el estado colonial.
Thurner afirma por tanto, que el Estado Post colonialista (es decir, independentista o en transición a tal) estaba construido sobre las esferas coloniales pero que ade más, debían proteger los flancos subalternos.
EL PREDICAMENTO POSTCOLONIAL CRIOLLO. Anderson afirma que la republica IBEROAMERICANA no se constituyo como una lucha de clases entre la aristocracia y la clase media. La republica iberoamericana fue creada por los terratenientes coloniales que formaban una elite política los cuales también generaron puntos a favor de la independencia por el miedo a la rebelión de las clases bajas. Bajo esta constante lucha entre criollos, indios y realistas, muchas veces estos dos últimos se aliaban contra el criollo a raíz de que el indio se sentía mas protegido por el realista. Las pretensiones sudamericanas de crear un movimiento independentista fue movilizado entonces por los intereses criollos y de la elite política además d e los intereses comerciales ligados fuertemente a la construcción estatal, por ende, circulaban entre todos ellos mentes intelectuales sabidas de nuevas formas de gobierno. NACIONALISMO CRIOLLO ENFRENTADO AL NACIONALISMO INDIO *he ahí la construcción de identidad con el territorio, el indio la poseía y por tanto no necesitaba ser parte del estado nación criollo.
DE LOS FRAGMENTOS COLONIALES. Uno de los primeros problemas al que se enfrentan los colonizadores en nuevo territorio es fijar procedimientos sobre los cuales arreglar las diferencias internas de los habitantes de tal territorio. La monarquía española tuvo que hacer esto y para hacerlo creo el aspecto jurídico en el tardío siglo XVI. Debían enfrentarse la republica de indios y la republica de españoles, crearon así espacios de negociación institucionales, esta era un sistema de política dual y cultural. La republica andina y el sentimiento nacional español pudieron coexistir gracias a la monarquía española y su propósito nacionalista que estaba inspirado por el ideal ilustrado y progreso económico. Este proyecto permitió que los indios pudiesen ilustrarse y civilizarse para unirse al grupo de ciudadanos libres de Perú (integración).
COEXISTEN DOS REPUBLICAS. La idea de los colonos era que la nación moderna se gestaba como una idea política que estaba sobre la etnicidad y es más, el estado moderno se conformaba por los habitantes de un territorio cuya soberanía colectiva constituyo un estado y, esta idea es la que emerge en los criollos para conformar el inminente estado nación peruano. Durante la colonia existen muchos significados distintos al término de Rep ublica. Uno de ellos era que la republica era un cuerpo de gobierno político de la nación. LAS CONSTITUIDAS REPUBLICAS DUALES DEL PERIODO COLONIAL, DONDE COEXISTIAN REPUBLICAS INDIAS Y REPUBLICAS DE ESPAÑOLES FUERON MAS BIEN FICTICIAS Y JURIDICAS Y NO ETNICAS O SOCIALES, PERO PESE A SER UNA CONSTRUCCION IMAGINADA GENERARON CONSECUENCIAS REALES. Una de estas consecuencias reales se veía en la conformación de local de pueblos o republicas de indios. La republica india fue una respuesta a la fragmentación que el colonialismo hizo en la sociedad indígena. Esto propone dos cosas, que la republica andina se conformo por la división de la tradición indígena o por otro lado, que se construye identidad indígena solo por oposición al realismo. La republica andina sostenía la misma estructura administrativa y jurídica que la R. española pero sus cargos eran ocupados exclusivamente por andinos. Esta organización política dual prospero y no fue sino a raíz de las reformas borbónicas a raíz de las protestas de los jefes de la comunidad india se genera una crisis y de esta crisis surgen los alcaldes de indios toledanos o varayoc quienes cobraban el tributo y eran la representación política comunal desde 1812 a 1821 (protoindependencia). El varayoc cumple un papel de intermediario entre ambas republicas.
LAS FISURAS DE LA NACION CRIOLLA. La nación criolla peruana no es capaz de apropiarse del antepasado inca para hacerlo su base. De alguna forma lo hace pero no plenamente. Según John Rowe esto se debe a que la población andina alguna fue subordinaba al criollismo y otra rival, en este, la rivalidad se asocia con la clase noble o comerciante de indios compuesta mayoritariamente como Curacas, que gestaron posteriormente la rebelión de 1780 al mano de Túpac Amaru. La historiografía nacionalista peruana hace de este evento el inicio de la independencia, si bien la masa rebelde era mestiza e indígena, los mestizos nunca tuvieron buenos recuerdos de las masas campesinas rebeldes y eso no les permite hacer del inca su antepasado.
Si bien este sentimiento nacional inca y el criollo son distantes, ambos nos permiten entender la conformación de la nación postcolonial peruana. La republica criolla no encuentra nada mejor que fundar la nación con miras hacia un futuro moderno como la fuente de la nacionalidad latinoamericana, dejando de lado el pasado andino o ibero. Y si alguna vez lo hacían recordaban a los incas, mas no se referian al indígena que los rodeaba. Estaban todos convencidos de que le indio actual no aporta al progreso pues no tenía ni historia ni contemporaneidad (no era como el inca real). El indio actual es inimaginado y deshistorizado.
Historizando el siglo xix subalterno. La historiografía nacional peruana y el nacionalismo mismo además de hacer inimaginado al indígena, hicieron también inimaginado al campesino andino o más bien a su manifestación política contra burguesa. Thurner busca hacer h istórico aquello que no lo era por la misma razón, lo inimaginado. Hubo una relación campesino estado complejo. Los aspectos elementales de la política campesina que se movió siempre bajo lógicas puras de dominación y subalternada. Para estudiar esta lógica de dominación se recurre a la antropología, la etnohistórica y la etnografía. Estos profesionales buscan lo andino como las prácticas culturales. Este siglo solo puede ser estudiado a partir de la documentación del archivo virreinal y se dejan fuera las prácticas etno históricas y antropologicas. Para bu scar lo andino entre el Tahuantinsuyo y el presente, lo andino seguía siendo lo mismo sin cambio alguno. Pero a Turner le importa el cambio andino en la postcolonia.
El predicamento andino postcolonial. Aquí analiza como los criollos bautizaron al indígena como peruano sin primero preguntarle. Bajo esta lógica, la palabra peruano sufre diferentes cambios. Se hace concreta en este segmento lo conocido INTEGRACION POR NEGACION. Se le niega al indígena su pasado como tal y se le ofrece el “peruano”. Lo nuevo.
Esta realidad es palpable en Huaylas-Ancash donde la integración por negación y la confrontación de lo peruano y lo indígena en el periodo post colonial es palpable pues existe aun una herencia y una nostalgia de los tratos coloniales-indígenas. El criollo con la unificación nacional elimino los tratos pactados por las republicas andinas y españolas,
puesto que ahora solo existía una y era la peruana, y por ende, todos eran peruanos, elimina así el sistema de castas, razas, etc. Bajo esta misma premisa, los ciudadanos de Huaylas-Ancash se declaraban a si mismo como los verdaderos ciudadanos de la nación pues aun sabían lo que era la republica y cómo funcionaba. En la conformación del estado nacional peruano las peticiones campesinas fueron catalogadas de retrogradas e ignoradas, el Perú se convirtió en una republica aristocrática que dejo al campesinado de lado. La nación no llego a ancash según Huapaya, jefe indígena. La sociedad andina y los varayoc de Huaylas-Ancash estuvieron distantes de la nacion separados por negación y integrados en la inclusión.
II. COMUNIDADES INIMAGINADAS. En este capítulo trata de las contribuciones que los habitantes de Huaylas deben pagar al estado nacional peruano ya sea en dinero o otros bienes. La contribución indígena remplazaba al tributo. Trata de la relación entre el indígena y los asuntos fiscales asociados al pago de rentas, contribuciones. Se habla de un liberalismo. Aquí retrocede y volvemos al periodo colonial donde recién están iniciados los movimientos independista, por ende hubo una constante crisis entre los beneficios de los republicanos andinos y los españoles. Sin embargo este sistema dual administrativo colonial seria eliminado y unificado con el nacionalismo peruano. Esta práctica unificadora genero grandes desplazamientos y la mediación entre estado y campesinado. La unificación parte con decir que todos los ciudadanos son peruano, sin embargo en Huaylas peruano era sinónimo de indio.
EL REPUBLICANISMO POST COLONIAL Y LA COMUNIDAD DE PERUANOS. Se crean símbolos unificadores nacionalistas como la huella de papel sellado que decía peru independiente y el emblema nacional. Se habla de una comunidad patriótica de peruanos que es imaginada campesina e india. En esta comunidad la elite local no se incluía en esto, prefiriendo ser denominada como ciudadanía o vecinos.
LA POLITICA DE LOS REPUBLICANOS INDIOS:¿un perpetuo silencio? Después de 1826 los indios no se presentan como peruanos, sino como republicanos. Sin embargo en el discurso nacionalista indio y peruano fueron cambiados por indigenas según la visión progresista de bolívar con un dejo claro de nacionalismo y racismo. Republicano a diferencia de indígena, generaba una identidad colonial múltiple que también adquiría sentido en la post colonia. El discurso colonial reconocía a los republicanos como miembros tributarios activos de la colonia. Pero por que se usa en la postcolonial donde ya hay unificación nacional? Por bajos las arcas fiscales, el término contribución indígena produjo esa identificación con el pasado colonial. Ser republicano en el Perú post colonial significaba pagar la contribución a la patria, asumir los cargos comunales y trabajar en obras publicas además de los deberes cívicos y religiosos. En resumen, ser un buen republicano era trabajar por la patria sin ninguna remuneración y peor aún, pagar una contribución con el propósito indígena de poder tener acceso precario a las tierras ancestrales. En este periodo paso que el estado nacional intento proteger a todos dándoles tierras fiscales y finalmente, pasado el tiempo no habían tierra disponibles del estado y eso sigficaba a su vez que aquellos que no tenían tierra no pagarían contribución fiscal pues no tenían beneficio. En 1850 el estado peruano abolió la contribución obligatoria pasando a ser fiscales, se lo permitió la renta de la exportación de guano. Se genera un paso entre el sujeto tributario indígena y el ciudadano propietario que igualmente genero una relación de subalternidad, más un concepto hibrido de republicano.
La mediación desigual de los alcaldes. Ahora el tributo se pagaba a la patria y no al jefe étnico. Los caciques fueron eliminados en Huaylas. La nueva administración post colonial de la zona estudiaba (hA) incluía al prefecto departamental, subprefecto provincial y los gobernadores recaudadores del distrito más los tenientes de gobernador. El sistema de contribución postcolonial era hibrido entre republicano y colonial con un enfoque de fiscalidad. Cambiaron también el lenguaje como el indígena, blanco, el mestizaje.
La contribución indígena postcolonial debía pagarse al teniente d egobernador o a sus comisionados locales luego seguía un proceso burocrático entre las otras autoridades. La principal obligación del indígena era el pago de la contribución puesto que aseguraba una porción de trabajo estacional.
LA REVOLUCION LIBERAL. Se refiere a la revolución liberal de Castilla en 1854 que anunciada por los seguidores como la verdadera independencia del Perú. Esta revolucion responde al término del caudillismo nacionalista o el bonapartismo sudamericano. Castilla emancipo a la raza indígena peruana para elaborarse como una civilización. Castilla propone una contribución liberal que reemplazaría le tributo humillante que debían pagar los indígenas. La revolución de castilla es un hito en la historia moderna del Perú porque marcó un giro dado por lima a mediados de siglo para pasar al librecambismo y liberalismo que iba preponderando en Latinoamérica. La abolición del tributo en 1855 genero una separación en la sociedad andina del estado central en lima y permitió se gestara un conflicto de clases. Se privatizaron algunas cosas y los indios comenzaron a trabajar para los terratenientes para saldar sus d eudas a cambio de un salario. La contribución personal fue lo contrario al pacto reciproco colonial de tierra por tributo. La guerra de castilla también llego a Huaylas cuando el frente anti insurgente de Echenique busco reclutar campesinos e indígenas para llevarlos al frente. La revolución de castilla incesto la duda en los indígenas sobre la tenencia de tierra y sobre todo aquellas que habían sido dadas como repartición en la colonia. Castilla altera la relación estado-campesino. Antes de 1854 el argumento del indígena era ser republicano y pagar contribución. Ahora cual es? En los territorios indígenas había ciertas tierras que eran compuestas y otras de repartición. Las compuestas no estaban sujetas a pagar tributo por su uso, las de repartición si. En 1855 los conflictos por la tierra entre indios, mestizos y blancos se incremento en huaylash ancash.
Las intensas batallas sociales después se frenaron por la guerra del pacifico y el conflicto internacional pasaría después a ser interno. El estado presenta una política ambivalente. Esta política genera dilemas para los campesinos andinos que estaban entre el pago del tributo y ser ciudadano contribuyente. Esta relación ambivalente entre estado y campesinado proporciono las condiciones generativas de las comunidades políticas andinas postcoloniales que eran mayoritariamente inimaginable dentro de los marcos teleológicos discurso del liberalismo ilustrado y republicanismo criollo. La identidad de este grupo es indígena desde el poder y republicano desde si mismos.
III. REPUBLICANOS EN GUERRA. Este capítulo tiene como eje central la guerra del pacifico internacional con chile y posteriormente que termina siendo una guerra social interna de Perú.
En 1885 se coloco un letrero indicando que se debían pagar dos meses de contribuciones de inmediato y que serian cobradas por Atusparia, alcalde del primer distrito. Los alcaldes indicaron a Atusparia que la comunidad no estaba en condiciones de seguir esta orden, por tanto Atusparia busco la forma legal de hacer una petición. Esta petición fue revocada y Atusparia fue encarcelado y torturado por falta de respeto a la autoridad.
La cuenta regresiva a 1885. del conflicto internacional a la guerra civil.
A pesar de la idea de Anderson de que la nación se construye culturalmente, hay algunas que se compone por el conflicto. Como así, pues la idea de una guerra y de unificarse para “defender” la patria es un factor común para crear un nacionalismo. Eso pasó con el pueblo chileno que fue a la guerra del pacifico contra la confederación Perú boliviana. Perú por el contrario no pudo gestar este sentimiento y por ende fracaso, puesto que el campesinado andino tenía su propio sentimiento nacional direccionado a la republica
IV El Fantasma de Autusparia
(Pedro Pablo Atusparia fue un líder campesino indigenista peruano, encabezó la revolución de los nativos de Huaraz de 1885, según palabras de C. Augusto Alba Herrera. Murió envenenado el 25 de agosto de 1887, en una asamblea de comuneros y mandos comunales, haciéndole beber un mate de chicha con tósigo de fabricación aborigen. Previamente mantuvo vínculo con Andrés Avelino Cáceres, presidente de Perú; quien educó a uno de sus hijos, que residía en Callao. Fue alcalde pedáneo del Caserio de Marian, al este de la ciudad de Huaraz. Encabezó la rebelión campesina de 1885, contra el abuso de los gobernantes de turno, quienes para salir de la crisis económica en la que se encontraba el Perú luego de la Guerra del Pacífico, obligó a los campesinos pagar un tributo lesivo a sus condiciones económicas. El colegio secundario de Chacas,lleva su nombre, conmemorando que de esta población salió un contingente a apoyar al líder campesino.Su gesta y nombre han sido reivindicados como parte de la lucha contra la explotación de campesinos, que culminó con la Reforma agraria de Velasco, que dio un estatus de ciudadano a los peones de haciendas, cuyos hijos son funcionarios y congresistas en el siglo XXI.)
El capitulo comienza con una carta enviada por “alcaldes ordinarios de Huaraz”, se la mandan al presidente Cáceres. En ella se habla de la posición actual de los indígenas y al mismo tiempo se pide considerar una ley que estaba plasmada en un artículo de la constitución. Apelan a esa ley por lo siguiente:
1.- durante la colonia los indígenas tenían una comunidad, es decir, tierras, animales, agua, etc. Sin restricción alguna 2.- de igual forma estaban sujetos a tributo, el que podían pagar con el sustento que dejaba la lana u otra cosa de la comunidad. 3.- luego vino la independencia, la que solo benefició a mestizos y españoles, ya no se ejercían sus derechos, pretendiendo que su comunidad había desaparecido. 4.- 1855 el tributo es abolido, dijeron que aquella comunidad era correlativa al tributo, puesto que el tributo había sido abolido, lo era también la comunidad.
Como reacción a esto se presente otra carta, dirigida al Director de Hacienda
Explica que se ha hecho lo posible para regular el cobro de la contribución personal, aclara que en su “distrito” la mayor parte de la población es indígena, los que no comprenden la obligación de pagar y la eluden de todas las maneras posibles, hasta con armas, (1885) en donde cometieron hechos horribles, por lo que la población aun vive con miedo.
1886: El alcalde indio Atusparia se reunió con el general criollo Cáceres por primera vez y única en Lima.
Dos diarios relatan los sucesos. El primero es una descripción breve, poco clara y profunda sobre el encuentro, se comenta que Asturias se dispuso a dejar su cargo a su hijo de ocho años en señal de fidelidad perpetua y que la reunión fue hablada en quechua. El segundo diario: hace un relato más detallado sobre lo que fue la conversación y acuerdos a los que llegaron. Se relata la presentación de cada uno, Atusparia se presenta como el enviado por todos los ciudadanos de raza indígena que forman la comunidad de Huaraz, luego hace notar la sensación de traición que tiene su pueblo frente al dominio y tributos. Cáceres argumenta que mandará gente que regulará todo y que se le bajaran las contribuciones, además de ello les asegura que su comunidad podrá gozar de los beneficios de la ilustración y con los conocimientos ponerse a la altura de los demás ciudadanos libres e independientes. Atusparia se va convencido de que, en adelante los indios, serán ciudadanos peruanos y ocuparan un puesto preferente en la consideración de los mandatarios. Apropósito de este encuentro se podría pensar que el encuentro entre estos mundos ha llegado. Sin embargo, con el pasar del tiempo se le ve como una oportunidad perdida ya que en lo
concreto no fue una “conciliación de razas”, la verdad es que este encuentro presagió la
creciente brecha de post-guerra, la que estaría llena de tensiones, se puede leer también como una analogía entre las relaciones de campesinos y criollos, tal situación impediría el surgimiento de un proceso inclusivo o normativo de formación de estado nacional, y más bien ampliaría los desencuentros en la población peruana. Un ejemplo de aquello es se actuaba como si el campesinado indígena fuera el enemigo jurado de la nación.
Se piensa que probablemente Cáceres cumpliría con lo dicho en su encuentro con Atusparia.
No obstante, los conflictos que tenía Perú interna y externamente habían dejado al estado sin fondos, por lo que era incapaz de cumplir algo. Por su parte el campesinado se había afiatado y se encontraba en posición de sobrevivir colectivamente y con ello resistir las impopulares demandas estatales.
La Rebelión de Atusparia dejó una huella de temor en la conciencia de la elite.
Pero también tuvo consecuencias concretas para la administración. En las décadas de la post-guerra, los temores de la elite frente a un “guerra de razas” eran fuertes, bajo este contexto se comienzan a tomar medidas indigenistas, dentro de ellas está la reducción de contribuciones.
Atusparia
No era el cacique plantado por los periodistas, no era el jefe de la raza indígena, sino un campesino analfabeto que en 1885 se encontró al mando de la revolución más grande de la historia del Perú (luego de la de Túpac Amaru II 1780). Luego moriría de modo incierto, nunca se hizo una investigación
La contribución Personal Fantasma
1885: el entusiasmo del estado peruano por la contribución personal no llegó a su fin con la expulsión de las autoridades iglesistas. Hay tener en cuenta además que ese año las contribuciones se pagaron con sangre y no con dinero, por tanto en la sierra peruana el programa de Cáceres fracasaría por haber sido preparado con presupuestos de papel que dependían de una contribución ilusoria. La abolición de la contribución tenía más que ver con la reestructuración y modernización de un sistema de recaudación ineficaz que con la “emancipación de la raza indígena” del yugo ficticio del tributo neocolonial. Estos decretos eran considerados demagogos, como “protector de la raza indígena”.
1891: Un prefecto advierte a Lima que las revueltas locales podían llevar a una insurrección general y que era imposible cobrar la contribución sin recurrir a métodos coercitivos. 1886: el régimen de Caceras restablece la contribución en la nueva ley de Descentralización Fiscal, pero en Huaylas- Ancash era esencialmente incontrolable, ya que los rebeldes de Asturias quemaron los archivos de los contribuyentes de ahí, sin las matriculas no podía haber un cobro legal de la contribución. El problema inmediato fue como matricular a esta población hostil. Una posible solución fue apelar al patriotismo de los indios.
Petición firmada por los alcaldes de de Huaraz es una guía de cómo deberían ser las relaciones “republicanas” entre el estado y la sociedad:
Si los campesinos razonaban sobre la contribución, el estado tendría que garantizar los derechos individuales y de comunidad. En dicha petición se pone hincapié en lo ocurrido antes y después de la independencia con respecto a las contribuciones, derechos y tierras. Los indios de Huaras no estaban dispuestos a pagar la contribución mientras no tuviesen noticias del “gran republicano” (Cáceres).
Nuevas Matriculas:
Posteriormente un prefecto informa en Lima la amplia resistencia que hay para pagar las contribuciones, advierte al mismo tiempo que la rebelión es inminente. El gobierno responde que no podía renunciar a la contribución porque la caja fiscal está en bancarrota. Los indígenas no lo creen y sienten que tienen que pagar para mantener a las autoridades, no confían en que ellos defiendan sus derechos.
Resistiendo los cercamientos: El caso de Marian
1846: Petición por Manuel Ysidro, alcalde de campo de Marian, protesta por el cercamiento de las quebradas. Esto se magnifica con la petición de los alcaldes de Huaraz. Se subraya la dislocación entre estado y campesinos 1887: Solicitud de los alcaldes de Huaras: funciona como critica histórica del estado poscolonial desde la perspectiva de la erosión de los derechos de los indígenas coloniales. Habla del tributo, que antes se podía pagar bien, luego de la independencia ya no, se le quitaron tierras y para usarlas ahora deberían pagar. Sienten que fueron perdiendo sus derechos, tanto así que para pedir un título de propiedad cada vez se sube más el precio.
Recopilación leyes indias:
Deja claro que lo que los “verdaderos ciudadanos” de Huaraz deseaba era el compromiso
republicano del estado para con los campesinos, el que debería el acceso a la comunidad de los pastos, cómo?? Siguiendo las leyes de Indias coloniales. Sin embargo, estas leyes habían sido minadas durante las últimas convulsiones. La recopilación de estas leyes resultaron ser documentos subversivos. Por otro lado se plantea que los hacendados son los únicos lo suficientemente responsable para asegurar el uso debido de los recurso. La junta coincide en que por la costumbre los indios tiene que usar los recursos antes y después de la independencia, esto no incluía todo el territorio, había una porción que era particular, eran las tierras de su Majestad. En Lima el gobierno de Cáceres responde positivamente a la petición hecha por los alcaldes de Huaraz, confirma que las leyes de Indias seguían vigentes y que debían, por lo tanto, ser respetadas. Enfrentando la contribución Aunque en 1187 no estalló una revuelta, al año siguiente hubo una contra el cobro de la contribución en Chacas.
Cáceres restablece la contribución con el respaldo de la rama legislativa, como parte de una ley experimental de la descentralización fiscal. Cáceres había aprendido que las provincias del interior anhelaban ser independientes de Lima, sabia también que cederles poder luego de la guerra podía ser ventajoso políticamente. Este mecanismo de separación estatal podía
ser la separación de los presupuestos departamentales del tesoro nacional, el único medio de satisfacer esto era una contribución. Con esto Cáceres deja claro que la contribución no es a la nación, sino a su poblado. Luego se dirá que es imposible calcular la relación de aporte y gasto, se generaría un déficit, la idea es entonces rechazada, se suma otro fracaso al “problema indio”, fue
también una de las últimas promesas de Cáceres para solucionarlo.
La mediación de los alcaldes después de abolida la contribución personal
Los alcaldes siguieron siendo mediadores entre estado y campesinado en Huaylas-Ancash. Una vez que desapareció la contribución, la mediación tenía que ver con el suministro de la republica par proyectos de obras públicas. Siguen los intentos de rebelión y contención por parte de las autoridades, se hacen negociaciones. Huapaya: Informa a Lima que es abolido el trabajo impago en las obras publicas y con ello a los alcaldes que suministraban la mano de obra. Sostiene que los indios y el clero no debían reconocer ninguna autoridad, sino las determinadas por la constitución del estado. Ordena a los curacas parroquiales que suspendan su costumbre de bendecir las varas y aun recibir el juramento a los indígenas como Alcaldes Ordinarios o pedáneos. Aunque la abolición de la contribución en 1895 desplazó el eje de la cuestión indígena de dicho gravamen, al trabajo obligatorio.
Alcaldes y nación:
Cajamarca y Junin son dos regiones al norte y sur de Huaylas . Florencia Mallon demuestra que cada una experimenta la formación de montoneras campesinas y coaliciones multiétnicas, sin embargo solo Junjin logró desarrollar un nacionalismo campesino “autentico” frente a la ocupación y represión, se crea en la región una tradición comunal el cual emerge de la defensa a la patria de los invasores chilenos y los hacendados peruanos. Cajamarca en cambio, al no tener aquello se hace vulnerable, se coaliciona con los hacendados y sus peones dependientes alrededor de las montañas. El hecho de que estas dos regiones, a pesar de su cercanía no se hayan vinculado es una consecuencia reveladora de los trágicos desencuentros y también del regionalismo intensificado como política fiscal del Perú. Al igual que estas regiones Huaylas también experimentó una invasión chilena y la formación de fuerzas colaboracionistas y de resistencia, sin embargo los mayores enemigos fueron los iglesitas.
La indegenizacion moderna de Huaylas- Ancash
La necesidad de mediación de los alcaldes en los asuntos de estado, implica una tendencia social y demográfica subyacente: la indigenizacion moderna de la región a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Los republicanos andinos y sus alcaldes eran un número mayor y emplean esto mismo para impedir los abusos y negociar con el estado peruano. Se hace un censo, arroja el aumento de la población indígena y también de su habla.
La raza sin historia
Luis Carranza: presenta al indio peruano como un indio manso (s XIX), que por entonces era popular en la elite criolla, luego publica otro ensayo en el que se torna menos optimista, probablemente descubrió el racismo científico. Aunque la rebelión de Atusparia no fue una “guerra de castas”, la persecución de los
alcaldes y el asesinato de las hordas salvajes a manos de los iglesistas pacificadores y civilizadores y la rápida colaboración de segmentos significativos de los habitantes del pueblo, inclinaron la balanza de la protesta política a favor de la furia social y étnica. Pero la negación de toda intencionalidad política campesina es común entre las elites en todo lugar, en este caso imágenes de los indios en los periódicos no estuvieron en modo algunas limitadas a los retratos ideologizados de la insurgencia de Atusparia. Lo mal mirados y desprestigiados que fueron contribuyó para el consenso alcanzado por la elite después de la guerra según el cual, dado el estado degradado, los indios peruanos eran simplemente incapaces de pasar la prueba del patriotismo en las guerras de conquista, como la que pasó a manos de chilenos.
V Historias republicanas, legados postcoloniales
Cuanto valía la presencia de los indios en la historia republicana del Perú?? Qué tipo de políticas configuraron al campesino andino?? El siglo XIX, periodo fundacional de la construcción nacional peruana, tiene todas las señales de desencuentros de la imaginación política criolla con las aspiraciones andinas. El re-despliegue de los derechos indígenas o republicanos constituyó una vía de reinserción política en la republica postcolonial y su historia.
Historias Republicanas: entre el nacionalismo inca y el esencialismo indigenista
Hobsbawm sostuvo que para los campesinos, el problema político clave planteado por el desarrollo del estado nación radica en la escala de su mundo. La experiencia histórica andina sugiere que la cuestión crítica de la escala de los mundos políticos campesinos no es solo “estructural”, sino también cultural e históricamente contingente. Las rebeliones campesinas peruanas se dieron a escala pan-regional y fueron posibilitadas por al menos tres factores: 1.- las relaciones tributarias articuladoras del estado virreinal 2.- los circuitos mercantiles recorridos por los jefes étnicos andinos o curacas 3.- surgimiento de ideologías “nacionalistas incas” que idealizaban al gobierno inca como una alternativa indígena a la administración colonial hispana. Sin embargo esto nunca se pudo llevar a cabo. A comienzos del siglo XIX, el espectro de otra rebelión como la de Túpac Amaru hizo que la elite criolla de Perú fuer mas vacilante, y prácticamente garantizó el sabor ambivalente de la independencia peruana. La mayoría de los levantamientos campesinos fueron regionales, sin embargo algunas protestas, llegaron más allá de los “pulpitos parroquiales”.
A medida que los campesinos andinos se vieron inmersos en el hibrido dilema postcolonial generado por las contradicciones presentes en la conformación de un estado nación de ciudadanos en Perú, fueron desplegando y reinventando una activa cultura política “republicana” de origen colonial. Lo que se inscribió en la política postcolonial no fue simplemente la existencia sobre el papel de los “derechos indígenas” inscritos en las leyes de India, sino también la precedencia de batallas legales especificas ganadas en los tribunales virreinales. En el proceso redefinieron su relación con la comunidad política más amplia sujeta a las leyes peruanas, y desestabilizaron las nociones oficiales excluyentes de la ciudadanía “republicana”. El problema era que los criollos tenían grandes problemas para imaginar a los campesinos indígenas como “grandes republicanos”.
Estos cargos, que rotaban cada uno o dos años mediante elecciones, fueron creados para contrapesar el poder local de los curacas, para que les sirvieran y en general para desempeñar las funciones políticas y judiciales locales, exigidas por el modelo neomediterráneo de sociedad civil conocía como res ublica, y en este caso especifico como república de indios. La decadencia de los curacas coloniales y el surgimiento de una pragmática dependencia republicana de los alcaldes, tuvo profundas consecuencias pollitas y culturales para la historia moderna de los pueblos andinos. Los jefes virreinales que a menudo ocupaban cargos por derecho de nacimiento y durante toda su vida adulta.
¿Fue Atusparia “el Túpac Amaru de la Republica?
Mirando a Perú en general se pueden trazar un contraste entre dos grandes rebeliones andinas: 1.- fue suprarregional y colonial. 2.- regional y postcolonial Ambas nos dan ventanas a través de la cuales atisbar de un lado las distintas culturas y horizontes políticos de los jefes sureños de finales del siglo XVIII y las de los alcaldes de la sierra no-central decimonónica, del otro. Si la gran insurrecciona andina de 1780 puede denominarse la “rebelión de los curacas”, entonces la de Atusparia en 1885 podría ser la “rebelión de los alcaldes”. El impacto del discurso indigenista en Perú podría haber coincidido con la decadencia de la mediación de los alcaldes, oficialmente abolidos por el indigenismo oficialista.
Legados Post coloniales
Aunque los indigenistas urbanos y socialistas del periodo se esforzaron por incluirla a las masas andinas en sus escritos, usualmente las pintaban como las victimas atrasadas oprimías por el “feudalismo” serrano, o como nobles salvajes sumamente alejados de las fuerzas historias y políticas que daban forma a la moderna vida del Perú en y alrededor de las ciudades de la costa. La dualidad de la historia y del alma peruana, en nuestra época, se precisa como un conflicto entre la forma histórica que se elabora en la costa y el sentimiento indígena que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza. El Perú actual es una formación costeña. Las manifestaciones contemporáneas del dualismo peruano pueden rastrearse con facilidad a las fuerzas históricas decimonono nicas. Las más importantes de estas fuerzas postcoloniales fueron la vinculación del Perú con el sistema mundial atlántico de crecimiento capitalista impulsado por las exportaciones y el desarrollo, gradual aunque desigual, de un estado nacional centralizador anclado en la lima costera. Este libro ha trazado las fragmentarias historias republicanas de unas comunidades políticas inimaginadas en una región del Perú andino postcolonial. Dichas historias revelan la conflictivas participación política del campesinado indígena en el estado y la nación y subvierten aquellas versiones de la historia republicana peruana que niega la subjetividad histórica a los subalternos “étnicos” colocándolos fuera de la historia, ya sea
intencionalmente o no. El proyecto político republicano postcolonial fue una metamorfosis ambvivalente de los tardíos planes virreinales del reformismo Borbón, que produjeron nuevas fragmentaciones. En Perú, los criollos negaron el pasado indio cercano y revivió el distante pasado inca. Hacer otra cosa habría despertado el espectro de una “republica” alternativa
historia política colonial.
con una
Tal vez el legado más duradero de la mala interpretación peruana en la postguerra fue este: la negación de la acción histórica de los indios republicanos abrió un espacio ideológico que eventualmente fue llenado por el indigenismo del temprano siglo XX que en la ultima instancia especializó a los indios como pre político, y a decir verdad como prehistórico. El indio a pesar de todo siguió siendo algo más que un espectro: el dilema postcolonial de los campesinos andinos seguiría comportando la integración en términos separados, las inclusión en las márgenes excluidas, y la pérdida de los derechos políticos en la ciudadanía. Sin embargo, de este dilema subalterno también emergió también emergió la promesa de una solución irrealizada al problema de la fragmentada nación peruana. Esta solución implicaría, entre otras cosas, imaginar las comunidades imaginadas de los Andes postcoloniales como comunidades políticas con historia virreinales republicanas.