EL SUJETO NEOLIBERAL COMO RESULTADO DEL CAPITALISMO
Los cambios, el lujo, la tecnología y la vanguardia de la vida evolutiva socialmente del ser humano han cambiado en los últimos tiempos. No ser el último, avanzar y sobresalir de las demás personas podría ser excusa para el ritmo de vida de la economía actual. Aparece así el nuevo sujeto, un sujeto fragmentado,que fragmentado, que no es más que un sujeto sumiso, sin memoria, sin perspectiva, inofensivo; un sujeto caracterizado por el narcisismo, el desinteréspolítico y la baja capacidad para poder interactuar con los demás, y sobre todo un sujeto al que sistema capitalista ha fomentado el sentimiento de culpa, resentimiento y frustración. Concepción Ortega en su ponencia La producción de subjetividad y los mecanismos psico-sociales y culturales integradores de la personalidad en el proceso de capitalización, cita a Miliband, que nos define el Capitalismo como un sistema en el que los medios económico, industrial, comercial o financiero están bajo control privado, siendo su dinámica primordial la obtención de beneficios. Esta afirmación es simplificada por Mario Benedetti, que asevera “la espina dorsal del Capitalismo es la explotación ”. El Capitalismo puede ofrecerse en una doble versión, una denominada neoliberalismo, en el cual el mercado impone su mandato primando su modelo económico de tipo financiero, cuyo objetivo es aumentar sin límites y sin escrúpulos, la tasa de beneficios del capital; y otra llamada socialdemocracia, que siguiendo el modelo Keynesiano se fundamenta en la progresión fiscal y en el desarrollo de políticas fiscales, con el objetivo de que el Estado corrija los excesosdel capital. Puede verse que ambos modelos capitalistas son muy diferentes, aunque comparten los rasgos esenciales de sistema que por definición, se descubre como un sistema injusto, la economía del mercado se promociona gracias a la defensa de la propiedad privada, el enriquecimiento ilimitado, la explotación ambiental, la discriminación de género y el elitismo. Esto ha traído conocidas consecuencias, la batalla y competencia que se libra no es entre iguales, sino donde triunfan los más aptos - los económica y políticamente más fuertes-, lo que ha intensificado fuertemente la brecha entre naciones ricas y pobres, y entre los sectores sociales de las mismas; el mayor consumo sólo es posible para aquellos sectores que pueden alcanzarlo; ha aumentado el desempleo. Y en los países del Tercer Mundo
no puede olvidarse que no rigen las normas éticas, es decir la competencia económica está influenciada por la corrupción y privilegios para los más poderosos. Hay por tanto razones como para darse cuenta de que un cambio tan fuerte inevitablemente producirá impactos psíquicos en la población que los recibe. El Capitalismo tiene como objetivo construir una población perfectamente adaptada a sus intereses, es decir una población sumisa, cuyas creencias, actuaciones y afectos no supongan un riesgo para el poder. Para lograr este objetivo el empeño se centra en crear un sujeto fragmentado, fragmentación que afecta a los ámbitos histórico, social y metal. Según la ponente Concepción Cruz, la fragmentación histórica se fundamenta en el debilitamiento de los macro relatos y en la incidencia en el desconocimiento de la Historia. Esta fragmentación trae como consecuencia que la población se convenza que no existen opciones a su modelo de vida, negando la validez de cualquier referente externo al capitalismo y por tanto se consigue el efecto político de que la población rechace cualquier forma de cambio radical. La fragmentación social tiene por objetivo sustituir la noción de cohesión o solidaridad por la de rival o competidor, dando origen a una concepción individualista de la sociedad, donde se sobrevalora la importancia de ser diferente o sentirse diferente a los otros, para ello se promueven códigos de permanencia a grupos, pandillas o tribus urbanas, recurriendo en última instancia al consumo impuesto por la moda o el estilo de vida. Se genera de esta forma un mercado de ideas donde bajo el amparo de una supuesta pluralidad se adoctrinan en el pensamiento único. En la ponencia La producción de subjetividad y los mecanismos psicosociales y culturales integradores de la personalidad en el proceso de capitalización, Concepción Cruz nos presenta algunas características fundamentales de la población fragmentada socialmente, la nula o deficiente capacidad cognitiva, lo que imposibilita manejar un conocimiento adecuado y objetivo de la realidad, aumentando la incapacidad para la extracción y la generalización de ideas. La población fragmentada fundamenta su conocimiento en el denominado sentido común, que no es más que la interiorización y reproducción de los principios, normas pautas y modelo de vida que el sistema dictamina como correctos. Esta población tiene cada vez
más dificultades para establecer la continuidad motivación-acción, exigiendo además una efectividad inmediata. El sujeto fragmentado posee un alto grado de narcisismo, un individuo centrado en su autoimagen y que ha perdido los referentes de lo que significa implicarse en la sociedad, se concibe como un sujeto sobrevalorado, un sujeto que exige la valoración de su opinión, es además un individuo que confunde el conocimiento con la creencias u opiniones no fundamentadas, haciendo realidad la intuición de que ni siquiera saben que no saben, según la Teoría Chomskiana. Este sujeto posee una baja capacidad empática; exige derechos sin establecer relación causal con los deberes que dichos derechos implican. Esto, sumado al deficiente autocontrol promovido por el sentimiento narcisista incapacita a la población para ser consciente de las consecuencias de sus propias acciones. El sujeto fragmentado se caracteriza por el desinterés político y la desmotivación vital, provocando una frustración que se relaciona con el no cumplimiento de las expectativas sociales. Para el poder es importante mantener bajo control el nivel de frustración de la población, por ello nos hace creer que los responsables de nuestros propios conflictos somos nosotros mismos, confunde al sujeto fomentando la culpa, ofreciendo distracciones como la creencia de la suerte o el azar o el consumismo compulsivo. Esta población frustrada, es una población que siente miedo, que como nos enseña Galeano en su Miedo Global “el Capitalismo insiste constantemente en la creencia que tenemos algo para perder”. El miedo es una estrategia simbólica fundamental para lograr el quietismo y la sumisión de la población fragmentada. Tal como se afirma en la película Los Edukadores “el miedo es la droga más eficaz”. Según Concepción Cruz, la fragmentación mental nos muestra visiones distorsionadas de la realidad. La población fragmentada tiene serias dificultades para sistematizar de forma causal y organizada su estructura mental. El sujeto se ve obligado constantemente a recurrir a falacias para dar cohesión a las circunstancias a las cuales debe enfrentarse. El capitalismo es un sistema que hace que veamos a los demás como rivales o enemigos y nos da un falso sentimiento de seguridad recordándonos que podríamos estar peor. La fragmentación histórica, social y mental incide de
manera específica en las mujeres, el Capitalismo las designa como victimas prioritarias de empobrecimiento, convirtiéndolas en una nueva clase de servidumbre y situándolas en condiciones históricas de inferioridad; las discrimina y no se reconoce la existencia de discriminación sufrida por las mujeres, porque dicho reconocimiento acabaría con un negocio muy rentable. Citando a Belén Gopegui “ya no estamos en el momento de la esperanza, estamos en el momento de la acción” nos referimos, a que simplemente, no basta con denunciar la discriminación, el abuso y la violencia contra la mujer, es ahora el momento de hacer el cambio, buscar alternativas y poner en nuestra agenda política este tema de gran importancia para la sociedad, no podemos convertirnos en sujetos que no ven la realidad del mundo, ni del sistema que nos limita. El sistema capitalista ha intervenido en dos medios de socialización, los medios de comunicación de masas y la educación. Llegamos a un punto en el que en nuestra sociedad prima lo novedoso frente al importante, lo espectacular frente a los sustancioso, lo que sirve a los fines publicitarios frente a lo informativo, lo que entretiene frente a lo instructivo, y donde se favorece la enseñanza privada, desprestigiando la educación pública y convirtiéndola en algo residual. Sin duda alguna el hombre de nuestra época ha acrecentado sus tendencias individualistas. Con esto se quiere decir que, frente a importantes tendencias de cooperación y de solidaridad vigentes en épocas recientes, hoy el centro de cada individuo es él mismo y sus intereses; es decir, su familia, su trabajo o empresa.Como nos afirma Concepción Ortega en su ponencia La producción de subjetividad y los mecanismos psico-sociales y culturales integradores de la personalidad en e l proceso de capitalización, “el proyecto Frankenstein está en marcha, y lo único que nos iguala al amable personaje de ficción, es la carencia en nuestro caso de sentido”. Esto para hacer referencia a que el capitalismo pretende crear sujetos conformistas, simples espectadores, incapaces de pensar, de opinar, de hacer el cambio, que simplemente piensan en el yo, fomentando el miedo y la inseguridad. Lo importante es ver la realidad que vive nuestra sociedad y luchar contracreencia de que no es posible hacer nada efectivo o que nuestro esfuerzo no servirá para cambiar las cosas.